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Análisis

2 Corintios 5: 16-21
Fabián Pulido Zorro
16
Así que de ahora en adelante no consideramos a nadie según criterios meramente humanos. Aunque antes
conocimos a Cristo de esta manera, ya no lo conocemos así. 17 Por lo tanto, si alguno está en Cristo, es una
nueva creación. ¡Lo viejo ha pasado, ha llegado ya lo nuevo! 18 Todo esto proviene de Dios, quien por medio de
Cristo nos reconcilió consigo mismo y nos dio el ministerio de la reconciliación: 19 esto es, que en Cristo, Dios
estaba reconciliando al mundo consigo mismo, no tomándole en cuenta sus pecados y encargándonos a nosotros el
mensaje de la reconciliación. 20 Así que somos embajadores de Cristo, como si Dios los exhortara a ustedes por
medio de nosotros: «En nombre de Cristo les rogamos que se reconcilien con Dios». 21 Al que no cometió pecado
alguno, por nosotros Dios lo trató como pecador] para que en él recibiéramos la justicia de Dios.

Exégesis:
Contexto Histórico-Social:

Pablo estableció la iglesia en Corinto entre los años 50–51 d.C., cuando en su segundo viaje
misionero pasó dieciocho meses allí (Hch 18.1–17). Después de su partida, mantuvo
correspondencia y cuidó de la iglesia (véanse 1 Co 5.9; 2 Co 12.14). Durante su ministerio de
tres años en Éfeso, en su tercer viaje misionero, había recibido preocupantes informes sobre el
pensamiento moral entre los creyentes de Corinto.
La primera epístola a los Corintios es una carta pastoral, escrita para resolver problemas
doctrinales y prácticos. La autoría de Pablo le da autoridad apostólica para todas «las iglesias de
Dios» (11.16). Trasfondo La carta revela algunos de los problemas típicos de la cultura griega en
los días de Pablo, incluyendo las grandes inmoralidades sexuales de la ciudad de Corinto.

Contexto Cultural

Los griegos eran conocidos


por su idolatría, filosofías
divisivas, espíritu de
polémica y rechazo de la
doctrina de la resurrección
del cuerpo. Corinto fue una
de las más importantes
ciudades comerciales de
aquella época y controlaba
gran parte del comercio
entre el este y el oeste.
Estaba localizada en la
estrecha faja de terreno que une el territorio continental griego con la península del Peloponeso.
La ciudad tenía mala fama por su sensualidad y por la prostitución sagrada. Su nombre sirvió
incluso para acuñar una expresión que llegó a ser famosa sobre las prácticas corruptas:
«Corintianizar» significaba practicar la prostitución. La máxima deidad de Corinto era Afrodita
(Venus), la diosa de los amores licenciosos, y alrededor de mil prostitutas profesionales servían
en él.

Contexto Literario

2 Corintios refleja las relaciones de Pablo con la iglesia de Corinto durante el período que va desde
su fundación, alrededor del año 50 d.C., hasta la fecha en que se escribió esta carta en el año 55
ó 56 d.C. Parece ser primera de Corintios no fue tan efectiva como esperaba Pablo para el arreglo
de la crisis de Corinto. El partido que se oponía a Pablo ganó fuerza, y su líder fue
particularmente ofensivo con él (2.5–11; 10.7– 12). Pablo viajó apresuradamente a Corinto desde
Éfeso en un intento por controlar la situación. Aunque esta visita no se menciona en Hechos,
está implícita en 2 Corintios 12.14. Pablo fracasó en el intento de alcanzar el objetivo deseado, y
sufrió la abierta hostilidad de los líderes de la oposición (2.5–8; 7.12). Entonces Pablo retornó a
Éfeso, donde escribió una severa carta a los corintios, poniendo en ella todo el peso de su autoridad
apostólica. Mandó la carta con Tito, y partió hacia Macedonia, donde éste le entregó un informe
alentador. La mayoría había sido ganada por Pablo y había tomado una acción disciplinaria
contra el transgresor.
Pablo escribió una carta a través de la cual enviaba un mensaje de reconciliación a la mayoría leal
y de condena a la minoría rebelde. También dio instrucciones sobre la ofrenda que estaba
colectando para la empobrecida iglesia de Jerusalén.

Temática:

Segunda de Corintios es una valiosa guía para examinar nuestros propios motivos de servir al
Señor, ya seamos laicos o pastores ordenados y evangelistas. Como un instrumento del Espíritu
Santo, esta carta puede refinar nuestros motivos hasta que reflejemos la clase de entrega
desinteresada que Cristo ejemplificó mejor que nadie, pero que también encontramos en su
siervo Pablo. Las instrucciones concernientes a la ofrenda para Jerusalén (caps. 8 y 9) destacan
el manejo generoso de las finanzas, de la misma manera que Pablo lo hace a través de toda esta
epístola. Cristo revelado Jesucristo es el centro de nuestras relaciones con Dios. Todas las
promesas de Dios encuentran su afirmación en Jesús, y decimos «amén» a esas promesas (1.19,
20). Jesús es el «Sí» de Dios para nosotros y nuestro sí hacia Dios. Sólo en Cristo vemos la gloria
de Dios, y sólo en Él somos transformados por esa gloria (3.14, 18), porque Cristo es la verdadera
imagen de Dios (4.4–6). Dios vino a nosotros en Cristo, reconciliando al mundo consigo mismo
(5.19). Así, es «en Cristo» que hemos llegado a ser nuevas criaturas (5.17). Esta transformación
fue realizada a través del maravilloso acto de la gracia de Dios por medio del cual Cristo, «quien
no conoció pecado», se hizo pecado por nosotros «para que nosotros fuésemos hechos justicia
de Dios en él» (5.21). El Espíritu Santo en acción El Espíritu Santo es el poder del nuevo pacto
(3.6), porque Él hace real para nosotros las previsiones presentes y futuras de nuestra salvación
en Cristo. Por el don «del Espíritu en nuestros corazones», estamos seguros de que las promesas
de Dios son «Sí» en Cristo, y que somos ungidos y «sellados» como pertenencia suya (1.20–22).
La presencia del Espíritu es una garantía de los cuerpos glorificados que un día recibiremos (5.1–
5).

Comentarios Bíblicos
2 Corintios. 5
16.
Según la carne sugiere un conocimiento obtenido desde la perspectiva terrenal. Desde su
conversión, Pablo no juzgaba una persona de acuerdo con las normas del mundo.
17 En Cristo: La más característica expresión de Pablo sobre lo que significaba ser un cristiano.
La muerte y resurrección de Cristo, y nuestra identificación con él por medio de la fe, hace posible que cada uno
de nosotros se convierta en una nueva criatura. En el presente, esta nueva creación sólo puede ser
experimentada de forma parcial, pero debe ser nuestra máxima aspiración, mientras se completa
la recreación de nuestra naturaleza (Versículos 4.16–5.5). Nuestra relación con Cristo modifica
todos los aspectos de la vida.

5.17 nuevas, kainos; Nuevo, no usado, fresco, novedoso. La palabra designa lo nuevo en cuanto
a la forma o calidad, más bien que nuevo en relación con el tiempo, un concepto que implica
neos. 5.18, 19 El ministerio de reconciliación es para anunciar lo que Dios, que estaba en Cristo,
ha hecho para proveer redención del pecado. Aquellos que ya se han reconciliado con Dios (v.
17) tienen la encomienda de llevar el mensaje a otros. No tomándoles: En su gracia, Dios ha
rehusado echar sobre nosotros la culpa de nuestros pecados. 5.21 Esta declaración es la
contrapartida positiva del v. 19, en el sentido de que Dios no nos imputa nuestros pecados, sino
a Cristo en lugar nuestro, quien estaba por completo limpio de pecado (véase Heb 4.15; 1 P 2.22;
1 Jn 3.5). Él llevó nuestros pecados a la Cruz y recibió la pena que nosotros merecíamos, para
que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en Él (véase también Ro 8.3, 4; 1 Co 1.30; Gl
3.13, 14).

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