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Opinión
10/06/2012
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La experiencia acumulada
La idea es cómo diferenciar el conocimiento que nos desconoce y el otro conocimiento que hemos
ido construyendo socialmente a través de nuestra experiencia de vida, tanto de manera individual
como colectiva, por muy mínimas y simples que aparenten ser… pero es conocimiento válido. Y lo
más triste de todo eso es que tenemos un conocimiento “propio”, que no le reconocemos entre
nosotros mismos por el temor a la verdad absoluta del “otro” quien se ha erigido en juez por el
poder instituido y constituido en su dimensión política científica. ¿Cómo entrar en diálogo con el
Estado con nuestros propios conocimientos sin dejar que éste se trague nuestro conocimiento por
la voragine burocráticamente establecida que ha ahogado tantas iniciativas?
Según el sabio africano de Mali, Amadou Hampte Ba, “el conocimiento y la aplicación del mismo en
la vida práctica es lo que hace del humano un ser superior en la escala de los seres vivientes… La
historia comprende, de una parte, los grandes mitos de la creación de lo humano y de su aparición
en la tierra con la significación del lugar que ocupa en el seno del universo, el rol que tiene y debe
jugar (esencialmente en un eje de equilibrio) y su relación con las fuerzas de la vida…”
Ese conocimiento vivo o "saber", algunas veces se extravía y tratamos abordarlos desde la
castración producida por las “escuelas de pensamiento”, que median entre su bagaje conceptual y
las nuestras, pero que terminan definiéndonos. ¿Que es lo que nos hace libre desde la dialogicidad
Estado y Movimientos sociales? ¿Entrar a la comodidad del Estado o lo peor aun... entrar a la
letrina de las grandes ONG creadas por el Departamento de Estado de EE. UU y dejarse absorber,
como ha pasado en muchos países de América Latina, con un sector de los afro de Honduras,
Colombia, entre otros, donde ahora resultan ventrílocuos manejados por los hilos de Washington?
A pesar de que el Estado que tenemos no es el que queremos y poco ha reflejado el avance del
proceso Bolivariano, pero se establecieron puentes de diálogos para avanzar en la complejidad de
las políticas públicas con dificultades...pero avanzando. La opción de las ONG internacionales
hilvanadas por el departamento de Estados de USA y los sectores reaccionarios europeos,
evidentemente deben ser descartadas en esta etapa de definiciones político-ideológicas.
Pero ante ese Estado debemos tener una afirmación de nuestra agenda sostenida por un
conocimiento concreto de nuestras propias realidades, las cuales son conexas a la problemática
global de nuestra sociedad. Diríamos con el filosofo Kierkegaard que "la libertad significa una
expansión del autoconocimiento y de la capacidad para actuar responsablemente como un "yo".
Significa una creciente capacidad para afrontar nuestras posibilidades tanto en el desarrollo
individual como en la profundización de las relaciones con nuestros semejantes, junto con una
realización de esas posibilidades. La realización de posibilidades implica aventurarse
continuamente en nuevas áreas, como se con claridad en el caso de un niño en crecimiento”.
Las ideas y pensamientos del ser humano a nivel planetario, en distintas épocas, sin haber tenido
conexión, se cruzan, se entretejen en coincidencias sobre como concebir el mundo, pues lo
humano y la percepción del ser no es de ningún dueño en particular, sea de occidente u oriente,
partido, iglesia, Estado.... son las ideas sin fronteras que aspiran la reivindicación de lo humano
con autonomía.
“Daré mi tarea por concluida si logro convencer a la humanidad de que cada hombre y cada mujer,
cualquiera sea su fuerza física, es guardián de su dignidad y su libertad. Esa protección es posible,
incluso si el mundo entero se vuelve contra el único que resiste” (Gandhi). Teniendo la autonomía
con un conocimiento sólido, pudiéramos definir ante Estado, gobierno y partido y así reafirmar
nuestra soberanía intelectual y actuar con claridad y eso pasa, necesariamente, por tener muy
claro el concepto de reconocimiento con respecto al “otro” como dice Franz Fanón: “Mientras no
sea efectivamente reconocido por el otro, es este otro el que se constituye en su tema de acción.
Su valor y su realidad humana dependen de este otro, dependen del reconocimiento por este otro.
El sentido de su vida se condensa en este otro". Se trata de un dialogo bidireccional, con ejes de
intereses comunes y algunas veces divergentes, donde el movimiento afro no debe ser objeto de
uso para determinadas coyunturas.
Definitivamente como dice Freyre “el conocimiento se hace, se rehace a través de la acción
transformadora de lo real y a través de la comprensión critica de la transformación que ha dado
antes o que se puede dar mañana”.