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Aportes

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla


aportes@siu.buap.mx
ISSN (Versión impresa): 1665-1219
MÉXICO

2001
Carlos Antonio Aguirre Rojas
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE "GLOBALIZACIÓN"
Aportes, enero-abril, año/vol. VI, número 016
Benemérita Universidad Autónoma de Puebla
Puebla, México
pp. 29-42
APORTES: REVISTA DE LA FACULTAD DE ECONOMÍA-BUAP. AÑO VI NÚM. 16

APORTES

Para una crítica del concepto de “Globalización”


Carlos Antonio Aguirre Rojas
“... Creo que el término de ‘globalización’ es en gran parte sólo un slogan y
una mistificación, y no una realidad nueva”

Immanuel Wallerstein,
entrevista “A ruinado capitalismo”,
en el diario Folha de Sao Paulo, 17 de octubre de 1999.

LA SUPUESTA “GLOBALIZACIÓN ” bién en una categoría habitual del vasto


Y SUS AVATARES PRINCIPALES sentido común, utilizada profusamente tan-
to en todos los medios de comunicación
La “globalización” está hoy, en este último masiva, como en el lenguaje más cotidiano
año del sigloXX y en estos meses finales del de la gente común y corriente.2 Difundién-
segundo milenio, completamente a la moda. dose entonces con una amplitud extraordi-
Porque sea para aplaudirla o para vitupe- naria, e integrándose de lleno tanto en el
rarla, para señalar sus enormes virtudes y discurso académico como en el lenguaje
sus benéficos efectos, o para demostrar las cotidiano, el término de “globalización”
calamidades que produce, y las consecuen- —o su hermano gemelo, de matriz y origen
cias nefastas que acarrea, es un hecho que la europeos, que es el término de “mundializa-
casi totalidad de los analistas de lo contem- ción”—, ha terminado convirtiéndose en
poráneo, y la mayoría de los científicos parte de las premisas o presupuestos obli-
sociales actuales, han terminado por acep- gados para toda consideración, análisis,
tar dicho concepto y la supuesta realidad evaluación, diagnóstico o incluso simple
que el mismo connota, como si se tratase de referencia al mundo actual.
una realidad evidente y completamente nue- Y así, se habla por ejemplo de la globa-
va, y de un concepto prácticamente incues- lización económica, y por ende de la pro-
tionable.1 ducción, distribución, intercambio y consu-
Porque además, y reforzando esta apa- mo “mundializados” de cada vez más bie-
rente evidencia e incuestionabilidad, es tam- nes, lo que se ilustra, por ejemplo, con los
bién claro que dicho concepto de la “globa-
lización” ha terminado por imponerse mu- 2
Así, una revista de gran circulación mundial
cho más allá del sólo ámbito del mundo como es la National Geographic puede publicar un
académico intelectual, para convertirse tam- número cuyo artículo central es sobre “Cultura
Global”, en el cual la “globalización” se da como un
hecho incuestionable, cuyos efectos, en este caso
1
Por citar sólo un ejemplo, entre los muchos culturales, habría que analizar. [National Geogra-
posibles, cfr. el libro de Ianni [1996] phic; 1999].

[ 29 ]
30 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

procesos de la fabricación y la manufactura consecuencias diversas que ello acarrea.


del “auto mundial”, o con el pequeño mer- Así, insistiendo en la difusión planetaria
cado que combina y vende mercancías de de ciertos hábitos y costumbres cotidia-
todos los puntos del planeta, lo mismo que nas, de ciertos modos de vestir y de cier-
con el consumidor “universal” y universali- tos gustos musicales, y de algunos com-
zado, que es capaz de ordenar desde su portamientos, patrones o imágenes que
computadora bienes provenientes de cual- parecerían tender a “estandarizar” a las
quier país, a la vez que integra, progresiva- sociedades de todo el mundo, los defenso-
mente y cada vez más, su hábitat más res de esta “globalización”, parecen sólo
inmediato y su mundo circundante, con poner énfasis en las similitudes y en los
objetos y elementos de los cuatro puntos del elementos compartidos por dichas socie-
mapa terrestre. dades contemporáneas.
O también, se insiste en los efectos de Entonces, a la vez que recalcan el carác-
esta postulada globalización reciente, ter prácticamente instantáneo de la infor-
efectos que debilitarían el papel de los mación y de las noticias, y por ende la
Estados y de las instituciones y aparatos posible simultaneidad absoluta del impacto
“nacionales”, en beneficio de crecientes y de “todos” los acontecimientos sucedidos
cada vez más poderosos organismos mul- en el mundo, sobre prácticamente todos sus
tinacionales, internacionales, de escala habitantes, los defensores o estudiosos o
macroregional o continental, e incluso en hasta los simples observadores de esta pre-
ocasiones, abiertamente mundiales o pla- tendida globalización, van a repetir con
netarios, tales como el FMI , el Banco insistencia las hoy ya clásicas afirmaciones
Mundial, la OMC, etc.. Y así, a la vez que sobre la “aldea global” de nuestra propia
se insiste en el papel cada vez más frágil época.
o disminuido de las “fronteras naciona- Finalmente, y siempre en esta línea de
les”, y en el papel reducido de los Estados describir e ilustrar esa realidad supuesta-
nacionales frente a las decisiones de los mente evidente de la globalización, se ha
grandes centros de poder “globales”, se reiterado también el proceso de sus im-
reitera la crisis de los símbolos y señas de pactos culturales, que al mismo tiempo
las identidades nacionales, socavadas que universalizan el uso y el conocimien-
desde arriba por esas estructuras trans- to del idioma inglés —hoy hablado, en
nacionales, y desde abajo por la irrupción mayor o menor medida, por un quinto de
de las múltiples expresiones de identida- los habitantes del mundo—, divulgan
des locales, regionales o espaciales de la ampliamente los modelos de la cultura
más diversa medida, y de los más distin- urbana, moderna, cosmopolita, móvil e
tos orígenes y caracteres. innovadora, modelos que más allá de las
Igualmente, hay quienes han insistido identidades culturales locales o de los
en las dimensiones más sociales de esta patrones específicos de cada lugar, tien-
supuesta “globalización”, subrayando la den a reproducirse y a adaptarse en los
ubicuidad de la “civilización” de la Coca- más diferentes rincones del planeta, para
Cola y del Mc Donald’s, con todas las imponer en todas partes ciertos patrones
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE “GLOBALIZACIÓN” 31

y ciertas concepciones del mundo a ellos neta, durante los últimos treinta años que
vinculados. hemos vivido.3
Radiografiando entonces, de este modo, Y ello, no sólo para establecer la posible
estas múltiples y diversas expresiones de la utilidad y pertinencia, o no, de este término
llamada globalización, en los planos econó- o concepto, sino más allá y sobre todo, para
mico, político, social y cultural de las socie- aportar algunas claves importantes para la
dades más contemporáneas, la mayoría de comprensión adecuada y crítica de estas
los científicos sociales ha terminado por mismas realidades del capitalismo mundial
aceptar, como algo legítimo e incuestiona- más contemporáneo.
ble, a este repetido concepto de la globaliza-
ción. Un concepto que además de no tener, LOS CONTENIDOS VIEJOS
hasta el día de hoy, una definición única, Y SECULARES DE LA “GLOBALIZACIÓN ”
rigurosa y precisa, estructurada concep-
tualmente y fundamentada de manera lógi- Basta releer con cuidado, aunque sólo sea el
ca y bien argumentada, parecería en cambio texto del Manifiesto del partido comunista
obtener su supuesta legitimidad científica,
de un lado, de su evidente y casi voluntaria
3
ambigüedad, y de otra parte, del simple Siguiendo en este punto las observaciones de
hecho de las supuestas evidencias empíricas Immanuel Wallerstein que en un artículo reciente
afirma: “Los años de 1990 han estado sumergidos
de la realidad que lo respaldan, y a las que bajo el discurso referente a la globalización: hemos
él, de modo directo e inmediato, pretendería estado escuchando, de prácticamente todas partes,
simplementeexpresar. que ahora estamos viviendo nosotros, por primera
Pero dado que la filosofía nos ha enseña- vez, en una era de globalización. Y hemos estado
do, desde hace mucho tiempo, que los con- escuchando que la globalización ha cambiado todo:
la soberanía de los Estados está declinado, la habi-
ceptos nunca son la “copia” fiel y la trans- lidad de cada uno de nosotros para resistir las reglas
posición “directa” de la realidad, y puesto del mercado ha desaparecido, nuestra posibilidad
que la razón crítica, que debe ser el funda- de autonomía cultural se encuentra virtualmente
mento de toda la ciencia social que produci- anulada, y la estabilidad de nuestras identidades ha
mos, nos exige revisar con cuidado la fun- venido a ser muy seriamente cuestionada. Esta
situación de presunta globalización ha sido celebra-
damentación rigurosa, los contenidos espe- da por algunos y lamentada por otros.
cíficos y la capacidad explicativa y heurís- Pero este discurso es, de hecho, un gigantesco
tica de los conceptos que utilizamos, enton- error respecto de la realidad actual, realidad que nos
ces puede resultar pertinente revisar este ha sido impuesta por grupos poderosos, e incluso, lo
difundido “concepto” de la “globalización”, que es peor todavía, que nos hemos autoimpuesto
nosotros mismos, y frecuentemente sin reflexionar
sometiéndolo a esta triple interrogación, de (...) El futuro, lejos de ser inevitable y de ser algo
su fundamentación específica, de los conte- que no acepta alternativas, está siendo determinado
nidos que revela y sobre todo de los que en esta transición por un conjunto de salidas extre-
oculta, así como de su verdadera capacidad mamente inciertas.
de dar cuenta de los procesos que han Los hechos a los que usualmente se refieren los
que hablan de la globalización, no son en verdad
caracterizado al capitalismo mundial y a las para nada nuevos. Ellos han existido durante aproxi-
sociedades contemporáneas de todo el pla- madamente quinientos años”. [Wallerstein; S/F a].
32 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

[Marx y Engels; 1970], escrito hace un siglo resulta claro que las mismas no son más que
y medio, un texto todavía tan vigente y que los últimos avatares, o los eslabones finales,
encierra aun tantas claves importantes para de largas cadenas que remontan siempre a
entender el mundo actual, para comenzar a los orígenes mismos del capitalismo moder-
darse cuenta de que quizá los rasgos y no, eslabones que sólo expresan de una
procesos que, de manera ambigua e impre- forma nueva, a procesos, tendencias y rea-
cisa aunque repetida, se inscriben como lidades siempre pluriseculares. Tendencias
“característicos” o como “definitorios” de y realidades que, por lo demás, no han sido
dicha “globalización”, no son ni tan nove- solamente detectadas y teorizadas por Marx,
dosos ni tan originales como lo pretenden sino también y muy claramente, por otros
sus teóricos recientes. grandes autores que se han ocupado igual-
Porque cuando volvemos, tanto a la mente de intentar explicar la historia del
lectura del texto del Manifiesto del Partido moderno capitalismo, tales como Fernand
Comunista, como también a las lecciones Braudel o Immanuel Wallerstein, entre otros.
generales contenidas en las obras de Marx,4 Por eso, cuando repasamos los discur-
nos percatamos inmediatamente de que él sos construidos sobre la globalización eco-
había ya registrado, de una manera aguda y nómica, no podemos dejar de recordar que
que atiende a las realidades esenciales, el el comercio transnacional, que traspasa fron-
doble proceso tanto de creación económica teras y que redistribuye los bienes produci-
del mercado mundial capitalista, como del dos en cualquier parte del mundo, hacia
concomitante proceso de universalización cualquier otro lugar del planeta, es una
civilizatoria que lo acompaña y comple- añeja realidad que comenzó desde el siglo
menta. Doble proceso o línea de tendencia XVI , cuando el planeta se “redondeó” en
que se despliega a lo largo de la entera curva términos geográficos, realidad que se ha ido
de vida de la modernidad capitalista, desde expandiendo e intensificando sin cesar, con-
el siglo XVI y hasta hoy, y que constituiría, forme crecía y se ensanchaba también esa
en nuestra opinión, el único contenido cen- realidad ya aludida de la construcción pro-
tral de la verdadera “globalización” capita- gresiva del mercado mundial capitalista.
lista, tanto antigua como reciente. Mercado mundial capitalista que tam-
Ya que al observar con cuidado, todo el bién, desde esas tempranas épocas posterio-
conjunto de manifestaciones o expresiones res al descubrimiento de América, comenzó
de esa supuestamente nueva globalización, a desarrollar la producción de bienes que se
elaboraban con materias primas provenien-
4
tes de lejanas zonas o países, las que a través
Vale la pena recordar que, más allá del propio
libro de El Capital y de la mayoría de sus borradores
de intercambios desiguales y de mecanis-
preparatorios, el texto que mejor expresa la rica y mos coloniales diversos, eran integradas
compleja visión de Marx, sobre estos puntos del progresivamente a una entonces incipiente
mercado mundial y de la universalización histórica “mundialización” o “globalización”, tanto
que acompaña al proyecto de expansión e imposi- productivas como comerciales, pero tam-
ción de la civilización burguesa capitalista en todo
el globo, es el de sus Grundrisse. [Marx; 1971-
bién referidas al nivel de los patrones de
1976]. consumo entonces vigentes.
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE “GLOBALIZACIÓN” 33

Y si bien es cierto que la medida cuanti- mos cuestionarnos cuándo es que ha habido
tativa de estos procesos, y el alcance respec- Estados fuertes, autónomos y soberanos, en
to de los grupos y clases sociales, es hoy todo el vasto y mayoritario espacio de lo que
mucho mayor que hace uno, dos o tres abarcan los países menos desarrollados en
siglos, también es verdad que no parece términos capitalistas, o la periferia capita-
haber grandes diferencias cualitativas, en- lista, o el llamado “tercer mundo”, o el hoy
tre las formas ya mundializadas de la pro- nombrado “sur”. O también cuándo no se
ducción, el intercambio, el comercio, y el han impuesto, por encima de fronteras y
consumo presentes en la Génova del siglo Estados, los poderes económicos más fuer-
XVI, la Holanda del XVII y XVIII, o la Inglate- tes, ubicados hoy como ayer, en los países
rra del siglo XIX , con las que hoy existen en más desarrollados en términos capitalistas,
Tokio, Nueva York, París, la ciudad de o centrales, o del llamado “primer mundo”
México o Bonn.5 o de lo que ahora se denomina como el
Lo mismo sucede cuando uno reflexiona “norte”.
en torno a las repetidas tesis de los efectos O también, al revisar las manifestacio-
políticos y geopolíticos de la globalización. nes tanto sociales como culturales de dicha
Pues frente a dichas tesis, puede ser interesan- globalización, viene a la mente la lección
te volver a preguntarse que tan reales han sido, que muchos historiadores nos han enseña-
históricamente, la autonomía y la fuerza, así do, y que nos ha ilustrado abundantemente
como el papel efectivo tanto de los Estados como, desde el siglo XVI, las ideas, los
nacionales, como de las múltiples fronteras hábitos, las costumbres y las modas co-
entre las naciones. Pues si es verdad que el mienzan a circular planetariamente, difun-
capital nunca ha tenido patria, y que la inven- diendo lo mismo al maíz en Asia y Europa,
ción moderna del “Estado-nación” sólo tenía que al arroz y al trigo en América, pero
como fin, acotar espacios determinados para también creando las modas universales del
la constitución de mercados nacionales, con chocolate, del café o de las diferentes bebi-
todas sus múltiples consecuencias, a la vez das alcohólicas en los sucesivos siglos del
que crear las formas políticas para delimitar itinerario de la modernidad capitalista.
las zonas que correspondían al control de cada [Braudel; 1984], [Aguirre; 1996 y 2000b].
burguesía específica, entonces resulta perti- Con lo cual, desde la difusión del francés
nente interrogarse acerca de esta supuesta como lengua de las élites culturales de occi-
novedad de la debilidad de los Estados y la dente, o la expansión y difusión de estilos
fronteras nacionales, frente a las instituciones
y los centros de poder y decisión globales.
nuel Wallerstein, es la de que el Estado-nación, o la
Así, y recordando en este punto los “sociedad nacional” no debe ser nunca la unidad de
trabajos de Immanuel Wallerstein,6 pode- análisis de los científicos sociales, y que por lo tanto,
el único marco pertinente para explicar los fenóme-
nos sociales, debería ser el del sistema-mundo en su
5
Sobre el carácter ya ampliamente globalizado, conjunto. Al respecto, y por mencionar sólo algunos
o mundializado, de estos procesos económicos de de los textos donde esta idea está desarrollada,
los siglos XVI, XVII, etc., véase Arrighi [1999]. véase Wallerstein [1994, 1991, 1993 1999 y 1998].
6
Por eso, una de las tesis principales de Imma- Sobre este punto, puede verse a Aguirre [2000a].
34 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

arquitectónicos, de las sociedades secretas, término que fue acuñado y luego amplia-
de los partidos políticos o de las formas de mente popularizado por los propios medios
vestir europeas, hasta la popularización y de comunicación masiva, pretende no sólo
readaptación múltiples del pensamiento so- tener una cierta legitimidad científica, sino
cialista y luego marxista, del liberalismo incluso convertirse en el marco de referen-
ilustrado, o de las distintas variantes del cia obligado de nuestras reflexiones y aná-
individualismo posesivo moderno, resulta lisis dentro de las ciencias sociales. Lo que
realmente amplio el inventario de realidades entonces, nos lleva a investigar no tanto lo
culturales y sociales que han sido progresi- que intenta connotar y revelar dicho término
vamente “globalizadas” o “mundializadas” de la globalización, sino más bien, lo que
a lo largo de los últimos cinco siglos recorri- con su intento de imposición, trata clara-
dos. mente de ocultar o de evadir.
Revisando entonces, con más deteni-
miento, los múltiples “signos” argumenta- LAS “ZONAS OSCURAS”
dos como rasgos o trazos de la globaliza- DEL CONCEPTO DE LA GLOBALIZACIÓN
ción, en sus dimensiones económicas, so-
ciales, políticas y culturales, parece reve- Quizá el problema mayor que implica tratar
larse claramente que todos ellos aluden, en de pensar la situación actual del capitalis-
su esencia, a realidades y a procesos mucho mo, desde este concepto de la globalización,
más antiguos, y en general, constitutivos sea el de que entonces se piensa a la etapa
todos ellos de la esencia misma de la moder- que estamos viviendo hoy, exclusiva o pre-
nidad capitalista.7 Pero entonces, ni la glo- dominantemente en términos positivos. Y
balización sería una etapa nueva e inédita por lo tanto, poniendo el énfasis fundamen-
del capitalismo, ni esos rasgos constitutivos tal en el carácter progresivo, y todavía
implicarían ningún nuevo esfuerzo de teori- vigente, de ese mismo capitalismo. Porque
zación, más allá de la simple y elemental sea de manera explícita o implícita, es claro
constatación de las características de estas que concebir a la globalización como “la
formas más recientes, de las viejas y trans- más nueva” o la “más reciente” etapa de
seculares tendencias que animan a los prin- vida del capitalismo, implica presuponer
cipales procesos del capitalismo moderno. que dicho capitalismo continúa desarrollán-
[Wallerstein; S/Fb] dose y floreciendo, a la par que engendra,
Sin embargo, sigue siendo cierto que un sucesiva y progresivamente, nuevas for-
mas, etapas, periodos y figuras de su propio
7
Con lo cual dicha “globalización” se manifes- despliegue general.
taría, o bien como un proceso iniciado hace cinco Y entonces, al mismo tiempo que se
siglos, y que acompaña a la entera curva de la saludan y aplauden los ya mencionados
historia capitalista, o bien sólo como el posible avances tecnológicos, informáticos y eco-
nombre para connotar las formas más recientes, o nómicos que acarrea esta globalización, se
las manifestaciones más contemporáneas, de un
conjunto de tendencias y de realidades cuyo origen reclama también que las sociedades y las
y existencia remontan, aproximadamente, a medio poblaciones de todo el planeta se adapten,
milenio. [Echeverría; 1995 y 1998]. de un modo u otro, a sus consecuencias
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE “GLOBALIZACIÓN” 35

políticas, sociales y culturales antes referi- rante los últimos treinta años. Porque justa-
das. mente, resulta notable el hecho de que la
E incluso, y aun entre grupos, o sectores, inmensa mayoría de los teóricos, analistas,
o analistas que soncríticos de esta supuesta comentadores o simples repetidores acríticos
“globalización” y de sus múltiples efectos de este concepto de la globalización, no alu-
negativos, es común la idea de que dicho dan nunca, en sus explicaciones de las realida-
proceso es inevitable, y de que entonces la des del capitalismo actual, a esta crisis múlti-
disyuntiva no está entre aceptarlo o recha- ple y civilizatoria de las sociedades contem-
zarlo, sino sólo y más bien, en cómo con- poráneas, que se expresa lo mismo en el nivel
frontarlo o adaptarse críticamente a él, o tecnológico y económico, que en las dimensio-
denunciarlo, pero siempre partiendo de di- nes sociales, políticas y culturales del entero
cha asunción de su carácter de realidad tejido de estas mismas sociedades.
ineludible y obligada.8 Crisis general o civilizatoria del capita-
Pero si, como hemos ya sugerido, esa lismo, que habiendo comenzado precisa-
“globalización” o “mundialización” no hace mente con la revolución cultural de 1968 9 y
más que prolongar y ahondar ciertas ten- con la crisis económica mundial de 1972-
dencias seculares y estructurales del propio 73, se ha ido desplegando a lo largo de las
capitalismo, creando para ellas nuevas for- tres últimas décadas que, no por casualidad,
mas de expresión, entonces su supuesta coinciden con el supuesto periodo que abar-
inevitabilidad no es tal, y su imposición y ca también la “globalización”.
despliegue o no, son tan dependientes de las Eliminando entonces la visión tersa y sin
luchas sociales y de los movimientos de conflictos que propone ese concepto de “glo-
resistencia que ellas generan, como lo han balización”, la mirada crítica presta en cam-
sido siempre, las distintas formas de expre- bio atención a todas esas mutaciones civili-
sión del capitalismo, desplegadas durante zatorias de los últimos seis lustros, que en su
los cinco siglos de su existencia histórica. conjunto, lejos de aparecer como una etapa
Además, y en términos precisamente nueva y promisoria del capitalismo, pare-
más profundos o estructurales, al poner el cen más bien estar anunciando ya su crisis
acento solamente en este supuesto carácter terminal definitiva, y su entrada evidente
nuevo de este capitalismo ahora “globaliza- dentro de una clara situación de transición
do” o “mundializado”, y en sus múltiples histórica global.10
efectos, lo que se oculta totalmente es el
claro proceso de crisis general que ha vivi-
9
do la civilización capitalista mundial du- Sobre los significados más profundos de esta
revolución cultural de 1968, véase a Braudel [1968
y 1993: 226]; Wallerstein [1989: 20] y Aguirre
[1993: 225], y el artículo “Repasando los movimien-
8
Algo que incluso, llega a influir en la construc- tos de 1968” [Aguirre, 1999].
ción de los discursos de los partidos. Aun los 10
Sobre esta caracterización de los últimos
partidos que se dicen críticos de la “globalización”, treinta años, como una “situación de bifurcación
aceptan sin cuestionar, esta supuesta inevitabilidad histórica” o situación de transición histórica global,
de su existencia, lo que necesariamente limita el véase a Wallerstein [1999a y 1999b] y a Wallerstein
potencial y el filo crítico de sus propias posturas. y Hopkins [1996].
36 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

De este modo, si nos distanciamos críti- lar y accidentado, en un proceso lleno de


camente de los conceptos o términos de la contradicciones internas, que lejos de ser
mundialización/globalización, y cuestionan- una línea ascendente y progresiva, se dibuja
do en consecuencia su supuesta “inexorabi- como lleno de límites, de fracasos totales y
lidad”, pasamos a revisar con más detalle parciales, de espacios inalcanzables y de
los procesos y fenómenos más esenciales zonas de débil implantación.
del capitalismo mundial en los últimos treinta Así, al incorporar todas estas “zonas
años, podremos entonces percibir de modo ocultas” de las que no habla nunca el con-
más claro, esos múltiples síntomas de la cepto de globalización, incluso las mismas
actual crisis general o civilizatoria que vive realidades que este último término intenta
la modernidad capitalista, a la escala del connotar, adquieren una nueva significa-
mundo en su conjunto. ción. Y entonces, en vez de hablar solamen-
Y entonces, lejos de mirar solamente a te del “fin” de las fronteras nacionales, y de
las maravillas tecnológicas de la comunica- la reestructuración de la geopolítica mun-
ción instantánea o de extasiarse con la cir- dial, quizá debamos empezar a teorizar
culación mundial de los bienes, podremos acerca del fin o la crisis definitiva global
también comenzar a analizar la posible del “hecho nacional” y de su función his-
catástrofe ecológica que, cada vez más, se tórica particular, y en consecuencia, de la
cierne como amenaza real del mundo ac- posible muerte histórica de dicho ‘hecho
tual, poniendo en evidencia el carácter de- nacional’. Porque ha sido sin duda la mo-
predador y destructivo del uso capitalista de dernidad capitalista, la que ha creado el ente
la tecnología, así como los límites aún no “nación” y todo lo que gira en torno a él,
asumidos de la actitud capitalista prepoten- desde las fronteras geográficas y los ejérci-
te hacia el conjunto del universo de lo tos defensores de la patria, hasta los Estados
natural. y los mercados nacionales, pasando por los
O también, más allá de discutir acerca mitos de la identidad nacional, las banderas,
del “fin de los mercados nacionales” y de los héroes y las leyendas patrióticas, entre
la integración económica planetaria, re- tantos otros signos de esta estructura de la
cordaremos que el mundo actual no ha ‘nación’. Entonces, si es la modernidad la
dejado de ser un mundo cada vez más que crea a la nación, resulta también lógico
polarizado, en el que los “beneficios” de que con la crisis global de esta modernidad,
esta “mundialización” siguen limitados siem- entren en crisis sus principales creaciones
pre a pequeñas minorías y grupos, al con- históricas, y junto con ellas el núcleo mismo
centrarse de modo muy desigual en ciertas de esta construcción de lo “nacional”.
clases sociales, en ciertos países ricos, en Algo similar a lo que acontece con el
ciertos espacios urbanos y en ciertas cultu- “Estado-nación”. Pues quizá la pérdida de
ras específicas. vigor de estos Estados nacionales que seña-
Con lo cual, volvemos a descubrir que la la globalización, apunta a un proceso
hoy, lo mismo que desde hace cinco siglos, mucho más profundo, que aludiría en ver-
la subsunción global y planetaria del mundo dad a la crisis misma de lo estatal y hasta de
al capital, avanza siempre de modo irregu- lo político en cuanto tal. Una crisis quizá, de
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE “GLOBALIZACIÓN” 37

ciertas estructuras de larga duración, como Con lo cual, en vez de cantar las glorias
son el Estado mismo y el nivel de la dimen- de esa imposible cultura única y global, se
sión política de lo social, que parecen estar puede registrar la crisis profunda de las
expresando cada vez más, la caducidad instituciones y aparatos culturales, que abar-
definitiva y absoluta de la política como ca tanto a la familia y a la escuela como a los
actividad humana y social, la verdadera medios de comunicación masiva, y que,
“muerte de la política” que Marx había ya entre tantas otras formas, se expresa tam-
anunciado claramente, en su libro Miseria bién como crisis del entero sistema de los
de la filosofía, como una de las tendencias saberes humanos, como reorganización to-
evidentes del capitalismo más actual, y como tal del “episteme” que fue vigente hasta esa
uno de los objetivos necesarios de la inmi- misma fecha de la revolución de 1968.
nente eliminación histórica del capitalismo. Incorporando entonces en nuestro análi-
Crisis terminal de la estatalidad y del sis, todas estas dimensiones y realidades de
mundo de lo político, que se manifestaría la crisis civilizatoria del capitalismo en los
tanto en la creciente incapacidad de prácti- últimos treinta años, a las que nunca aluden
camente todos los Estados del mundo, para los teóricos o los analistas de la “mundiali-
cumplir adecuadamente con sus tradiciona- zación” o “globalización”, se hace posible
les y habituales funciones sociales —tales redefinir la agenda necesaria de los temas
como la seguridad, la salud o la educa- que, ineludiblemente, debe abarcar toda
ción—, como también en el descrédito igual- investigación crítica de “nuestro más actual
mente universal que padecen los partidos, presente”.
los políticos, los Estados y la política toda,
en prácticamente todas las sociedades del LA AGENDA PENDIENTE
orbe. DE LA GLOBALIZACIÓN
Igualmente, tal vez más que hablar de las
dificultades de sobrevivencia de las cultu- Pensar adecuadamente el mundo actual, y
ras y de las identidades “locales”, y de su diagnosticar correctamente las encrucija-
integración o subordinación progresiva, das que enfrenta, implica mucho más que
folklorizada o no, dentro de una única y simplemente aceptar o rechazar un concep-
homogeneizante “cultura global”, podría- to ambiguo, puramente descriptivo y hoy a
mos comenzar a revisar más cuidadosa- la moda. Pues más allá de lo que revela, y
mente los significados profundos de la revo- sobre todo de lo que oculta y omite el
lución cultural mundial de 1968, que han término de “globalización”, están los pro-
puesto en cuestión, radicalmente, los funda- blemas que cualquier caracterización del
mentos mismos de la cultura burguesa mo- capitalismo contemporáneo debería nece-
derna, desmontando sus trazos como cultu- sariamente afrontar.
ra eurocéntrica y pro-occidental, lo mismo Entre ellos, todos los que ya hemos
que sus elementos y sesgos racistas, patriar- apuntado antes, pero también otros igual-
cales, machistas y represores de la sexuali- mente relevantes. Como el del momento
dad, de la locura, del sueño, de las emocio- económico que ahora vivimos, caracteriza-
nes y de los instintos y pasiones diversos. do desde el punto de vista de los ciclos
38 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

económicos más cortos —como, por ejem- nóstico sobre las perspectivas inmediatas y
plo el célebre ciclo Kondratiev—, pero tam- mediatas de la economía mundial, debe
bién desde el punto de vista de las tendencias partir necesariamente de este marco general
económicas pluriseculares o ciclos econó- que la ubica como una economía que, en
micos “de larga duración”. Porque si la términos estructurales, crecerá más bien
economía capitalista se ha afirmado, a lo lentamente, polarizandose todavía más y
largo de toda su vida histórica, a través de proyectando su tendencia secular depresiva
un mecanismo de evidentes alzas y bajas en múltiples efectos económicos negativos,
recurrentes, que conforman claros movi- tales como el incremento espectacular del
mientos de múltiples ciclos económicos desempleo, el descenso general de los nive-
imbricados, entonces es pertinente pregun- les de vida, las crecientes dificultades para
tarse en qué momento de dichos ciclos se la venta y la realización de las mercancias
encuentra hoy la economía mundial y, sobre producidas, junto sin embargo a un creci-
todo, qué perspectivas tendenciales parecen miento demográfico indetenible, o el repar-
avizorarse desde dichas curvas económicas to una vez más asimétrico e injusto de los
hoy todavía vigentes. “costos de la crisis” desplazados hacia los
Entonces, se vuelve importante reflexio- países más pobres y menos desarrollados.
nar sobre los efectos que tendrá la inminente Pero también, y en el plano de los movi-
entrada a la rama expansiva de un ciclo mientos sociales antisistémicos y anticapi-
Kondratiev, que aproximadamente deberá talistas, se impone replantearse las necesa-
cubrir el período de los años 2000–2025. rias lecciones de más de 150 años de lucha
Pero eso, sobre el telón de fondo más pro- y resistencia. Porque si la tendencia econó-
fundo de una rama descendente de la ten- mica profunda del medio siglo por venir
dencia secular, cuya línea declinante se está será depresiva, y vendrá acompañada de
desplegando y se continuará afirmando en- todos los efectos mencionados, entonces
tre 1973/75 y el año 2050.11 habrán de incrementarse tanto las acciones
Porque si la historia del mundo en los de resistencia, como los múltiples movi-
próximos cincuenta años será similar, en mientos de oposición a estos previsibles
términos de su tonalidad económica de lar- estragos que sufrirán la mayoría de las
ga duración, a por ejemplo el deprimido y economías nacionales del planeta. Y enton-
atónico siglo XVII de la historia de la econo- ces, aflorarán con fuerza las preguntas so-
mía europea, bien conocido por los historia- bre que tipo de movimientos sociales nue-
dores, entonces toda consideración o diag- vos es necesario construír, con que objeti-
vos inmediatos y de largo plazo, con que
11
Así, sería muy interesante debatir con más estrategias y que tácticas, y con que políti-
cuidado esta hipótesis de Fernand Braudel, que cas y posiciones respecto de los distintos
postula la existencia de una larga rama depresiva de grupos, sectores y clases sociales diversos.
la tendencia secular, que recorrería desde la crisis Ya que si el “socialismo real” ha entrado
mundial de 1972–73 hasta aproximadamente el año
2050. Algo que resulta muy esclarecedor respecto
en una crisis sin retorno, eso no implica que
del futuro económico del mundo, en el próximo el objetivo de acabar con el injusto y des-
medio siglo. [1984: 50–64]. igual sistema capitalista, sustituyéndolo por
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE “GLOBALIZACIÓN” 39

una sociedad diferente y más igualitaria, XX —, habrá que redefinir también la natu-
haya también naufragado. Pero para mante- raleza, las formas de organización y las
ner ese objetivo, hoy y en los cincuenta años formas de lucha de esos nuevos movimien-
por venir, no basta con “hacer de lado” tos sociales que ya despuntan claramente en
dicho socialismo real, calificándolo de sim- el horizonte, como el movimiento neozapa-
ple desviación o perversión del “esquema tista mexicano, el movimiento de los “sin
original”, sino que se hace necesario expli- tierra” de Brasil, los movimientos de los
car, tanto las razones y circunstancias que desocupados, el movimiento indígena ecua-
le dieron vida y existencia histórica, como toriano o las manifestaciones contra la “glo-
también las enseñanzas y lecciones, en ne- balización” de Seattle o de Francia, entre
gativo y en positivo, que se derivan de esta tantos otros.
serie fundamental y difícil de experiencias Igualmente, y vinculado con este nuevo
concretas.12 rol de los movimientos sociales antisistémi-
Y entonces —desde este balance crítico cos más contemporáneos, se impone la teo-
y detenido de esas complejas experiencias, rización sobre las formas y los desarrollos
en gran parte fallidas pero al mismo tiempo previsibles de la ya aludida crisis terminal
y en otro sentido profundamente exitosas,13 de los Estados, y de la anunciada ‘muerte de
de los diferentes “socialismos” del siglo la política’ que la acompaña. Porque cuan-
do los Estados de todo el mundo, comienzan
12
Así, en nuestra opinión, cualquier balance a privatizar la educación en todos sus nive-
global de lo que ha sido el siglo veinte histórico les, a suprimir las jubilaciones, las pensio-
debería necesariamente hacer frente a esta caracte- nes y los seguros de desempleo, a recortar y
rización del sentido profundo, de la naturaleza escatimar los servicios de salud, y a demos-
singular y de la significación histórica específica de
este conjunto de experiencias del llamado ‘socialis-
trar su incapacidad total para mantener un
mo real’. [Habermas; 1998]; [Wallerstein; S/Fc]; mínimo de control sobre la violencia global
[Hobsbawm; 1996] y [Arrighi; 1999]. También del cuerpo social y para proveer de un
nuestros ensayos, “1989 en perspectiva histórica” mínimo de seguridad a la sociedad, entonces
y “Marxismo, liberalismo y expansión de la econo- es claro que lo que está desestructurándose
mía-mundo europea”. [Aguirre, 2000c].
13
En nuestra opinión, es importante insistir en
de modo definitivo, es ese aparato que se
el hecho de que, si bien todos estos intentos de construyó y se afianzó junto con la moder-
construir el socialismo en distintas partes del mun- nidad capitalista, que es el Estado moderno.
do han fracasado, en el sentido de que no han Estado moderno que, si en esos orígenes
logrado edificar sociedades y mundos superiores al históricos del capitalismo, se erigió como el
capitalismo, todos ellos han triunfado igualmente,
en el sentido de provocar, dentro de las sociedades
detentor único del monopolio de la violencia
que han llevado a cabo estos intentos, un enorme y legítima, y como el responsable de la gestión
muy sustancial desarrollo global de esas mismas y administración de los sevicios sociales
sociedades en los planos económico, político, social mínimos para el conjunto de la población,
y cultural. Asi, lo que hace hoy distinta a Cuba de ahora, en esta etapa terminal de la vida
Haití, o a la China Popular de la India, es justamente
ese hecho de que los primeros han intentado desa-
histórica de esa misma modernidad capita-
rrollar el socialismo y los segundos no. Las conse- lista, va a ir abandonando progresivamente
cuencias de ello saltan a la vista. esas mismas funciones de gestión y de mo-
40 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

nopolio de la violencia, conforme más avan- último en un mosaico diverso y rico de


za su propio colapso y crisis histórica glo- modos de concebir a la naturaleza y al
bales. mundo, mosaico cuya diversidad cultural
Pero si esta muerte de lo político se enorme conforma la obligada plataforma de
despliega frente a nuestros ojos, resulta edificación de la futura y necesariamente
imperativo preguntarse como es que lo so- plural cultura universal.
cial habrá de reabsorber de nuevo esas Entonces, si las descolonizaciones de
funciones que ha dejado de cumplir lo polí- todo el siglo XX, y la evidenciación de los
tico. Y entonces, comenzar a pensar que límites del proyecto de la civilización capi-
pasará con los partidos, con las organiza- talista europea manifestados en los efectos
ciones políticas, con los profesionales de la intelectuales de las dos guerras mundiales
política mismos y con toda la actividad de la de este siglo, han tenido algún resultado
política en su conjunto. Ya que si este cultural importante, ese ha sido el de poner
movimiento de desintegración y de pérdida en cuestión a todos y cada uno de los
de vigencia de lo político esta en curso y es fundamentos mismos de la razón europea
evidente, es mucho menos clara la forma en moderna, generando la revolución cultural
que habremos de sustituirlo, colmando los mundial de 1968, y abriendo el espacio para
vacíos que dicha desintegración y disolu- esta confrontación, comparación y diálogo
ción provocan. inicial entre las identidades culturales de
Al mismo tiempo, y siempre en esta línea todo el mundo.
de pensar los nuevos temas que implica la De este modo, a la vez que repensamos
situación contemporánea del capitalismo esas condiciones del nuevo diálogo trans-
mundial, se impone la reflexión sobre como cultural planetario, todavía en estado de
habremos de construir las verdaderas con- simple esbozo o proyecto futuro, debemos
diciones del diálogo multicultural e interci- también reorganizar completamente nues-
vilizatorio que reclaman cada vez con más tro sistema de los saberes y de los conoci-
fuerza, la mayoría de los pueblos y socieda- mientos humanos, colapsado desde sus ci-
des del planeta. Porque si bien es cierto que mientos después de 1968 con el advenimien-
Europa ha rehecho el mundo desde hace to de la teoría del caos, con los desarrollos
cinco siglos, difundiendo e intentando im- de las ciencias de la complejidad, igual que
poner en todas partes su cultura, su religión con la crítica de la estructura “disciplinar”
y sus cosmovisiones del mundo en general, vigente dentro de las ciencias sociales ac-
también es cierto que es justamente en este tuales. Una reorganización total del “episte-
plano cultural, en donde dichos esfuerzos me” del saber humano social, que se en-
colonizadores han sido más fallidos, incom- cuentra también, hoy en día, solo en sus
pletos y limitados. estrictos comienzos.
Y ello felizmente. Pues eso es lo que ha Lejos entonces de seguir repitiendo esos
permitido sobrevivir a las múltiples visio- términos poco explicativos, y quizá más
nes del mundo, religiones y culturas, que complicados que útiles para la comprensión
aún hoy se afirman a lo largo y ancho de del mundo actual, que son los conceptos de
todo el globo terrestre, constituyendo a este la “globalización” y de la “mundializa-
PARA UNA CRÍTICA DEL CONCEPTO DE “GLOBALIZACIÓN” 41

ción”, podríamos más bien comenzar a tra-


bajar tod este universo de complejos proble-
mas, que aquí hemos solamente esbozado de
una manera muy general.

***

Después de cinco siglos de existencia, la


modernidad capitalista parece por fin estar
llegando al final de su ciclo de vida histórica
general. Un ciclo de vida que, lejos de
continuar ahora, con la nueva y transforma-
dora etapa de la “globalización”, se acerca
más bien a su terminación, con la crisis y
desestructuración globales que ahora pre-
senciamos. Trabajemos entonces activamen-
te, en términos intelectuales y también prác-
ticos, para que el resultado futuro de esta
crisis actual sea, no la “mundialización” del
injusto y desigual capitalismo “globaliza-
do”, sino más bien el de su definitiva y
absoluta superación real.

***
42 CARLOS ANTONIO AGUIRRE ROJAS

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