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MOISÉS
Texto revisado por
Julio Cortázar
LUMEN - HORMÉ
Título de la obra original:
Mose.
ISBN 950-724-373-9
í'Ác..
Prólogo ..................................................................................... 9
La leyenda y la historia .................................................... 17
Israel en Egipto ..................................................................... 29
Leyenda de los comienzos ............................................... 53
La zarza ardiendo ............................................................... 63
Demonismo divino ................................................................. 93
Moisés y el Faraón ............................................................. 101
La Pascua .............................................................................. 117
El milagro a orillas del mar ............................................. 125
El Sábado .............................................................................. 135
Los murmuradores ................................................................. 145
La batalla ........................ 151
Yethro ....................................................................................... 157
“En alas de águila” ............................................................ 169
E l Pacto ................................................................................... 183
La Palabra en lasTablas .................................................... 199
E l Dios celoso ..................................................................... 237
E l becerro y elArca ........................................................... 247
El Espíritu .............................................................................. 273
La Tierra ................................................................................. 291
La contradicción ................................................................. 309
PAC,.
° II. Sam. x x ii, 17; Salmo xvm, 17. * Is. l x iii, 7 a 19.
e Éx. i i , 11 a 15.
L E Y E N D A D E LO S C O M IE N Z O S 59
* Deut. x x x iii, 16. * Éx. ni, 4. c Éx. iv, 24. 4 Ibid., 27.
'É x . iii , 8.
66 M O I S E S
• Gén. v, 22 sigs. ' Gén. xxxi, 42. c Gen. xxxi, 13. “ Gé
nesis xxxii, 29. ' Gén. xxvm, 15.
D E M O N IS M O D IV IN O 97
* Éx. iv, 31. * Éx. v, 20. c Éx. xiv, 11 y 12. “ Ibid., 31.
* Éx. xv, 24. ' Ibid., 25.
146 M O I S É S
*G én. xxxvii, 28. ‘ Jueces vi, 3; vh, 12. ' Núm. xi, 11.
168 MO I S É S
* Éx. xxrv, 12. * Ibid., 18. c Éx. xxx, 18. 4 Éx. xxxn,
19. ' Éx. xxxiv, 1 y 4. 1 Ibid., 5 a 7. 4 Ibid., 28.
“ Ibid., 29.
234 M O I S E S
LA LEYENDA Y LA HISTORIA
1 Usener, Der Stoff des griechischen Epos, “Sitzungsbe
richte der Wiener Akademie der Wissenschaften, philologisch-
historische Klasse”, cxxxvn (1 8 9 7 ), pp. 4-5 (reimpreso en
Usener, K leine Schriften, rv, pp. 201-2).
* Herzfeld, Mythos und G eschichte, “Archaeologische
Mitteilungen aus Iran”, vn (1 9 3 3 ), págs. 102 y sigs.
* J acob G rim m , G edanken ü ber Mythos, E pos und G e
schichte, “Deutsches Museum”, 1813, in, p. 53 (reimpreso
en J acob G rim m , K leinere Schriften, iv, p. 7 4 ).
ISRA EL EN EGIPTO
LA ZARZA ARDIENDO
•Véase Phythian-A dams, T h e Call o f Israel (1 9 3 4),
pp. 144-5, que hace notar que en el país de los Masai, en
el Congo, un volcán lleva el nombre de “monte de Dios”.
Pero el autor no repara en el hecho de que, evidentemente,
los masai experimentaron la influencia de tradiciones bíbli
cas en la formación de su mitología.
2 Gressmann, Mose und. seine Zeit (1 9 1 3 ), p. 30.
3 G ressmann, op. cit., p. 21. De esta afirmación, que
no puede apoyarse en el texto, saca el autor, en la página
442, la siguiente conclusión: “Una experiencia íntima como
la que hicieron los profetas que dejaron documentos, o Jesús,
queda descartada ele antemano.” Porque “ella no está docu
mentada en ninguna parte”. Que el autor añada que tal
experiencia es contraria “al espíritu de la antigüedad”, me
parece inconcebible. No se puede comprender, por ejemplo,
a Zoroastro, ni menos a Moisés, sin suponer experiencias
religiosas reales. Véase también j. Kaufmann, Historia de
la religión d e Israel (en hebreo), n, 1 (1 9 4 2 ), pp. 48-9.
* G ressmann, op. cit., p. 22.
5 Véase I sidore L evy , L a L ég en d e d e Pijthagore d e
G rèce en Palestine (1 9 2 7 ), pp. 137 y sigs.
3 B. J acob, M ose am Dornbusch, “Monatsschrift für die
Geschichte und Wissenschaft des Judentums”, Nueva Serie,
xxx (1 9 2 2 ), p. 17. Aquí cabe mencionar especialmente el
comentario, no publicado aún, de Jacob sobre el Éxodo.
7 Véase Schmoekel , Das angew andte Recht im Alten
Testam ent (1930), p. 8.
3 Una crítica minuciosa de esta hipótesis la he hecho en
mi obra Königtum Gottes, 2? edición, pp. xxxi y sigs.
2 Montgomery, Arabia and the B ible (1 9 3 4 ), p. 10.
10 G ressmann, op. cit., p. 434.
11 Véase B uber , L a enseñanza d e los profetas, pp. 36 y
siguientes.
12 Véase K aufmann, op. cit., n, 1, pp. 279 y sigs.
13 Sabemos por numerosos mitos, de los cuales los poline
sios y los norteamericanos son muy característicos, que dioses
primitivos de tribus son también creadores. Para los creado
res de mitos, el país de la tribu es la tierra en general, pues
to que éste sólo les interesa directamente.
14 Usando la misma contextura, Dios promete a Moisés
(Éxodo xxxm, 19) proclamar el nombre de Yhvh delante
de él, y se relata con las mismas palabras (xxxiv, 5 ) que
Él lo hace.
N O TAS 347
15 Véase B u b e r , Königtum Gottes, pp. 84, 235 y sigs., y
la literatura allí citada; B uber-Rosenzweig, D ie Schrift und
ihre Verdeutschung, pp. 201-2 y 207-8; B ubeh, L a enseñan
za d e los Profetas, pp. 26-7 y 35, así como la literatura allí
citada; más recientemente, A. Vincent, L a religion des
Judéo-Aram éens d’Eléphantine (1 9 3 7 ), p. 46. De entre la
literatura que ha llegado a mis manos después de termi
nado el presente libro, es notable un artículo de Montgo
mery, titulado T he H ebrew Divine N am e an d th e Personal
Pronoun HU, “Journal of Biblical Literature”, lxiii /2, 1944,
pp. 161 y sigs.; hace referencia a ii Reyes i i , 14 y a Jere
mías v, 12.
“ Nicholson, Selected Poem s from the Divani Shamsi
Tabriz (1 8 9 9 ), pp. 126-7 y 282.
17 Mowinckel, en carta a Rodolfo Otto, reproducida en
R. O t t o , Das G efühl d es Überweltlichen (1 9 3 2 ), pp. 326-7.
” L. Koehler, T heologie des Alten Testaments (1936),
p. 234.
DEMONISMO DIVINO
MOISÉS Y E L FARAÓN
LA PASCUA
1 J a u ssen , Coutumes d es A rabes au pays du M oab (1908),
p. 366.
2 P e d e r s e n , Passahfest und Passahlegende, “Zeitschrift für
die alttestamentliche Wissenschaft’’, Nueva Serie, xi (1 9 3 7 ),
p. 167.
E L MILAGRO A ORILLAS D EL MAR
1 G ressmann, Mose, p. 120.
2 Que se la llame aquí “hermana de Aarón”, y que aun
en otros pasajes se la mencione junto con él, se explica muy
bien por una antigua tradición de clan, que ya no podemos
puntualizar, y según la cual los hermanos mayores formaban
grupo aparte, al que no pertenecía el hijo adoptivo de la
egipcia o el egiptizado en mayor grado por otros motivos
personales.
3 La mejor colección del material que habla a favor de
esto es la de Phythian-Adams, T h e Cali o f Israel, pp. 166
y sigs.
* Véase B uber , Königtum Gottes, pp. 131-2; también,
G alling, D ie Erwählungstraditionen Israels (1 9 2 8 ), p. 6:
“Aquí se manifiesta la inquebrantable conciencia nacional de
todo el pueblo. Esto se concibe más fácilmente en la época
de David.”
B Véase B uber , op. cit., pp. 63 y sigs.
* Véase E i c h r o d t , T heologie des Alten Testaments (1933),
pp. 95-6.
7 E l versículo consta, no de dos frases, como se suele supo
ner, sino de una sola; la segunda: “¿Quién es como Tú?”, no
es más que una repetición intensificante (véase el versículo
6 ). Ha de entenderse así: ¿Cuál de los dioses tutelares, oh
Y h v h , está glorificado en santidad como Tú, terrible e n
hechos gloriosos, autor de milagros?
E L SABADO
1 Véase A. K a i s e r , W anderungen und W andlungen in d er
Sinaiwüste ( 1928), p p . 21 y s i g s .; B o d e n h e i m e r y T h e o d o r ,
Ergebnisse der Sinai-Expeaition 1927 (1 9 2 9 ), pp. 54 y sigs.
2 J. Hehn , Siebenzahl und S abbat b ei den Babyloniern
und im Alten Testam ent (1 9 0 7 ), pp. 6 y sigs., 93. Véase,
por otra parte, H. and J. L e w y , T h e Origin o f th e W eek
and the Oldest W est Asiatic Calendar, “Hebrew Union Colle
ge Annual”, xvn (1942/3), pp. 16-7.
NOTAS 349
* C olson, T h e W eek, an Essay on th e Origin and D e
velopm ent o f the Seven-Day C ycte (1 9 2 6 ), p. 3, hace notar
con razón que las formas primitivas de la sucesión de se
manas no tienen nada que ver con las fases de la luna.
* D oughty, Travels- in Arabia Deserta, i, capítulo 13.
* Los puntos de vista contrarios de J astrow , T h e Original
Character o f the H ebrew Sabbath, “American Journal of
Theology”, n, 1898, pp. 323 y sigs., no son convincentes. La
hipótesis de que el sábado fuera originariamente día de ayu
no, tampoco es fundada. (Los argumentos en favor de la
misma se encuentran en W ebster , Rest Days, pp. 259-60.)
La opinión de Nilsson — en Primitive Tim e-reckoning
(1 9 2 0 ), pp. 333 y sigs.— de que el sábado fue originaria
mente día de mercado, supone injustificadamente el origen
posterior (aunque en época anterior al cautiverio). Los au
tores del trabajo citado en la nota N9 2 — H. y j . Lewy—
suponen que la semana de siete días se desarrollo (después
de ima tentativa fracasada de reforma del calendario en el
reinado de Tosías) sólo en tiempo de Esdras, sobre la base
de la unidad de cincuenta días que predominaba en el anti
guo Oriente; aunque se trata de un trabajo de mérito, que
señala en particular la relación entre el sistema septenario
babilónico y el número de los vientos, no me convence acerca
del origen posterior de la semana de siete días.
* H ehn, op. cit., p. 130.
LOS MURMURADORES
LA BATALLA
YETHRO
I B udde, Religion o f Israel to th e Exüe (1 8 9 9 ), p. 25.
3 Véanse los textos de exégetas rabínicos y caraítas, com
pilados por B in Gorion, Sinai und Garizim (1 9 2 6 ), pp. 222
Y sigs.
“ Oesterley and T. H. R obinson, H ebrew Religion
(1930), p. 112.
* B udde, op. cit., pp. 22-3.
* G ressmann, Mose, p. 161; véase G r a y , Sacrifice in the
Old Testament (1 9 2 5 ), p. 208.
8 B udde, op. cit., p. 24.
7 B u d d e , D ie altisraelitische Religion (1 9 1 2 ), p. 132. El
texto de la Septuaginta: “y Yethro ofreció” ( va-yacrib en vez
de va-yicaj), se debe a una comprensión técnica deficiente de
lo que sucedió.
8 Véanse los comentarios de I b n E z r a y de R a s h b a m .
“ Respecto al sacrificio de comunidad o “total” entre los
árabes, véase W ellhausen , R este arabischen Heidentums,
2^ edición, p. 120.
10 A l b r i g h t , From the Stone A ge to Christianity, p. 195.
II Sólo con cierta reserva se puede admitir la hipótesis
de E erdman — Alttestam entliche Studien, u (1 9 0 1 ), pp. 44
y sigs.— de que los quenitas hubieran sido artesanos radica
dos en los oasis, muchos de los cuales, especialmente los
herreros, vivían con los nómadas por un espacio de tiempo
más o menos largo; de ninguna manera se debe describir a
este tipo seminómada como “morador de las ciudades”.
E isler , Das Kainszeichen und d ie Keniter, “Le Monde
Oriental”, xxm, 1929, pp. 59 y sigs., trae notables sugestio
nes, especialmente con respecto a los quenitas como fundi
dores de metales, pero trata de probar demasiado.
13 B uber , Königtum Gottes, p. xliv .
78 No es “innatural” ( C ray , Sacrifice in th e Old Testa
ment, p. 2 0 7 ), sino conforme al modo oriental de hablar que
Yethro dé su consejo formulando primero aquella parte de la
experiencia de Moisés en que luego le recomienda proseguir.
Por eso es infundado suponer con Gray que en una versión
más antigua del relato Moisés no hubiera tenido esa expe
riencia, sino que hubiera aprendido aun eso de Yethro. ¿Sería
cierto que, según una versión primitiva, Moisés hubiera sa
bido solo entonces por su suegro que debía “estar por el
pueblo delante de Dios”? (Versículo 19.)
14 En pasajes tales como Jueces vi, 15 y i, Samuel x, 19,
la palabra e le f significa, no mil, sino asociación racial, gens,
NOTAS 351
conforme a la acepción primitiva de la raíz “asociarse” ( véase
el sustantivo elef, rebaño).
16 Phythian-Adams, T h e Call o f Israel, p. 76.
E L DIOS CELOSO
E L BECERRO Y E L ARCA
E L ESPIRITU
LA TIERRA
LA CONTRADICCIÓN
BAAL
1 Véase el capítulo sobre Oseas en mi libro L a enseñanza
d e los Profetas.
1 Véase B uber , Königtum Gottes, pp. 63 y sigs., 204 y
siguientes, y la literatura allí citada; B uber , L a enseñanza d e
los Profetas, pp. 67 y sigs.
* B uber , La enseñanza d e los Profetas, p. 69.
‘ Véase B u b e r u n d R o s e n z w e i c , Die Schrift und ihre
Verdeutschung, pp. 58 y sigs.
5 Véase P e d e r s e n , Canaanite and Israelite Cults ( “Acta
Orientaba”, xvni, 1939), p. 6: “Aliyan Baal is the bull-god
whom we know from the Old Testament”, y: “represents
fertility”.
E L FIN
1 Respecto al análisis del texto, véase B u b e r , Königtum
Gottes, p. 282, nota N9 19.
* Véase ihíd.
* A l t , Jostia, e n W esen und W erden des Alten Testaments,
pp. 13 y sigs. , „ . .
B in G u r io n , Sinai und Ganzim.
* M e e c k , H ebrew Origins (1 936).
INDICE DE NOMBRES Y DE MATERIAS
299, 305, 307, 334 sig. Culto sin imágenes, 209, 214.
342. Culto y moral, 199.
Canciones populares, 55.
Canto al mar, 125.
Carácter mágico, despojado, Dan, 248, 250, 297.
87. Danzas mímicas, 121 sig.
Carisma hereditario, 284. David, 156, 173, 182, "269,
Carmelo, monte, 186. 359 n.
“Carne” y “espíritu”, 277. Débora, 21.
Cartagineses, 267. Decálogo, 136, 199 sigs., 237
Castidad, 190. sigs.
Catálogo d e pecados, 204. Decálogo ético, 199.
“Catecismo”, 218. “Decálogo cultual”, 199, 201.
Canto de Débora, 20. Demonios, demoníaco, 31,
“Cántico de Moisés”, 171. 119, 131.
Cautiverio babilónico, 29, Demonismo divino, 93 sigs.,
203. 102, 131.
China, chinos, 32, 40, 133. Derechos fundamentales de
Circuncisión, 93, 98, 217. la existencia, 223.
Civilización estable, 43. Derviches, 82.
“Codiciar”, 217, 224 sigs. Desarrollo antagónico, 321.
Código de Hammurabi, 244. Deuteronomio, 77, 176, 339.
Código moral del Antiguo Diálogo, referencias al, 75,
Oriente, 204. 90, 260, 263, 2S0.
Código sacerdotal, 142. “Días de cólera”, 137.
Comida sacramental, 120. Dilthev, Wilhelm, 13.
Comunión, acto de, 121. Dionisos, 82.
Conducción del Dios, 130 Dios “celoso”, 237 sigs.
(v. Realeza d e D ios). Dios de Israel, 23, 28, 42,
“Conocedor”, 155 sigs. 48, 58, 67 sigs., 74 sig., 97
Consagración, 121, 140, 216, sig., 129, 189, 252 sigs.
222 . Dios del fuego, 163.
Continuidad del tiempo na Dios de los caminos, 210,
cional, 222. 327.
Creación, 78, 134, 142 sig., “Dios de los padres”, 73
277. sigs., 81, 112, 129, 294.
Cristianismo, 200. Dios de Moisés, 70, 143, 284.
Crítica de la tradición, 21, Dios de los quenitas, 159,
23, 25, 103. 163.
Cronología bíblica, 11. Dios del tiempo, 250.
ìndice de n om bres y de m a teria s 367
Dios Sol, 30, 31, 34. “Estado sin autoridades”,
Dioses de clan y dioses na 147.
cionales, 210-11. Estatua, 33.
Dioses tribales, 132,· 181, Estudios comparados, 56.
346 n. Etnología, 95.
Doctrinas de una tribu, 204. Eufrates, 36.
Dragón, 134. Experiencia religiosa, 77, 91,
Duhm, 81. 97 sigs., 132, 259, 315.
Éxodo, 10, 29, 51, 55, 117,
124, 149, 163, 176.
Edom, 333. Éxodo, Libro del, 273.
Efraín, 335. Extaticismo, 273 sig., 277.
Egiptización, 29, 50, 57. Extranjero, 142-3.
Egipto, egipcios, 29, 51, 57 Ezequiel, 76, 195.
sigs., 65, 72 sig., 88, 104
sigs., 145 sig., 204 sig., 210 “Falsos profetas”, 278.
sig. Familia y pueblo, 123 sig.
Eleazar, sacerdote, 337. Fantasma, 32 sig.
E l Elión, 72, 161, 345 n. Faraón, 29 sigs., 53 sigs., 60,
Elias, 69 sig., 106, 152, 161, 77, 108, 11 sig., 331.
184 sigs., 250, 331. Faraonismo, 180.
E l libro popular de Balaam, Fe, 27, 148, 208, 213, 215,
286, 288. 219, 322.
Eliseo, 106, 152, 274. Fenicia, fenicios, 29, 328,
Elohim , 42, 159. 331.
"Elohista”, 11, 90. Fiesta de la primavera, 123
Emanación de la “energía” sig.
divina, 192 sig. Fiesta de las cabañas, 304.
Enemigos y “odiados” de Fiesta de paz, 119.
Dios, 238 sigs. Fiestas históricas, 55, 124.
Enoj, 96. Filisteos, 41, 248.
Entusiasmo, 19, 22, 277, Forma rítmica, 19, 169.
289. Freud, Sigmund, 10 n.
Epifanio, 211. Fuentes divinatorias, 72
Escatologia, 182, 282, 320. "Fuentes primitivas”, 18.
Esclavo, 54 sigs., 142, 244 Fundadores de religiones,
sig., 306. 97, 139 sig.
Escorpión, rey de Egipto, 31. Funciones simbólicas, 119
Espíritu, 180, 273 sigs., 286, sigs.
313, 336, 341. Función sintética, 252.
368 ÍNDICE DE N O M B R E S Y DE M A T E R IA S