You are on page 1of 6

Más allá de tu zona de confort

Cuando en psicología hablamos de zona de confort nos estamos refiriendo a ese espacio mental,

único para cada uno de nosotros, en el que nos sentimos cómodos y seguros, donde todo nos resulta

conocido, aquél donde se encuentran nuestra rutina, nuestros hábitos y todo nuestro conocimiento.

Es una zona en la que nos desenvolvemos con soltura, de manera casi automática, sabiendo en todo

momento como vamos a encontrarnos y como vamos a reaccionar.

Quizás estés pensando que no parece tan mal lugar, ¿ porqué salir entonces de ella ?

Porque no todo lo que ocurre en nuestra zona de confort es agradable y positivo, en ella también

tienen lugar esos acontecimientos que nos disgustan, pero que a fuerza de convivir con ellos hemos

acabado por acostumbrarnos a su presencia ( los conflictos con nuestra pareja, con nuestro hijo

adolescente o con nuestros compañeros de trabajo; nuestros miedos, nuestra ira, nuestra tristeza,

nuestra soledad, un trabajo con el que estamos descontentos, … cada persona tendrá su propia

lista ).

¿Que hace que nos quedemos en ella?

Salir de nuestra zona de confort supone realizar un viaje hacia un lugar desconocido, donde no

tenemos experiencia previa y por tanto no tenemos datos suficientes para valorar lo que allí nos va a

ocurrir.
Supone entrar en el reino de la incertidumbre, en el que nos encontraremos con lo inesperado, por lo

que no es difícil que nuestros miedos nos hagan sentir que allí nos estarán acechando el peligro, el

fracaso o la frustración, de manera que acabemos por convencernos a nosotros mismos de que la

mejor opción es la de no arriesgarnos y quedarnos como estamos.

Pero… ¿ que hay realmente más allá de nuestra zona de confort ?

Cuando, a pesar de nuestros miedos, hacemos un esfuerzo por dar un paso adelante y salir de

nuestra zona de confort, podemos comprobar que lo que allí nos espera no es más que una gran

zona de aprendizaje, en la que tendremos la oportunidad de vivir nuevas experiencias, algunas de

ellas seguramente estupendas, otras quizás no tanto, e incluso puede que alguna nos parezca nefasta.

Pero en todo caso, de todas ellas aprenderemos algo y todas ellas contribuirán a que tengamos una

visión más amplia tanto del mundo que nos rodea, como de nosotros mismos y nuestras

capacidades.

¿ Cuáles son los beneficios de salir de nuestra zona de confort ?

Salir de nuestra zona de confort supone estar abiertos a actuar de una manera diferente a la que

estamos acostumbrados. Explorar y probar nuevos modos de enfrentarnos a nuestras circunstancias

favorecerá el desarrollo de nuestras habilidades personales ( creatividad, flexibilidad, tolerancia a la

frustración, confianza en nosotros mismos… )


Enfrentarnos a nuevos desafíos y, a pesar de nuestros miedos, dar los pasos necesarios para lograr

las metas que nos proponemos, contribuye a incrementar nuestros niveles de seguridad y

autoestima. Lo que nos permitirá estar cada vez en mejor disposición para salir de nuestra “nueva”

zona de confort.

De todo aquello que hemos experimentado y aprendido al salir de nuestra zona de confort surgirán

nuevas oportunidades que de otro modo nunca nos hubiésemos llegado a plantear.

Cuando nos permitimos tener nuevas experiencias y realizar actividades que, en principio, no

figuraban en nuestros planes estamos fomentando la posibilidad de ampliar y enriquecer nuestro

círculo social.

Si nos habituamos a salir una y otra vez de nuestra zona de confort conseguiremos que ese espacio

mental en el que nos encontramos cómodos y seguros sea cada vez mayor, lo que nos permitirá

tener una mayor capacidad de decisión y acción sobre nuestra vida.

7 claves que te ayudarán a salir de tu zona de confort

1.- Comienza por introducir pequeños cambios en tu rutina diaria, intenta ser consciente de aquellas

cosas que sueles hacer de manera automática y proponte hacerlas de una manera diferente.
Es posible, por ejemplo, que tengas un lugar preferido a la hora de sentarte a la mesa o a la hora de

ver la televisión, decídete a probar a sentarte en lugares diferentes. Aprovecha para observar las

sensaciones que esto te produce, quizás inicialmente sientas alguna incomodidad, pero en poco

tiempo comprobarás que no tienes problemas para encontrarte bien allí donde te sientes.

Del mismo modo puedes probar a cambiar otras rutinas, como el trayecto que sigues para ir a

trabajar, la hora a la que sales a desayunar…

2.- Continua por plantearte objetivos algo más complejos, procurando siempre marcarte metas

asequibles. Piensa en algún proyecto que hayas tenido en mente comenzar, pero que de algún modo

siempre hayas encontrado una buena excusa para no ponerlo en práctica.

Por ejemplo, aprender un nuevo idioma, practicar algún deporte, aprender a bailar, relacionarte con

nuevas personas… Comienza poco a poco, sin pretender alcanzar grandes objetivos que no hagan

otra cosa que generarte excesiva ansiedad.

Proponte un objetivo cada vez, si pones varias cosas en práctica al mismo tiempo corres el riesgo de

no acabar ninguna. Intenta asegurar al menos una.

3.- No te dejes autoengañar pensando que ahora no es un buen momento para comenzar y que será

mejor esperar a que mejoren tus circunstancias. A pesar de estos pensamientos comienza a dar
pequeños pasos en dirección a tu objetivo, podrás comprobar cómo las condiciones necesarias irán

surgiendo a lo largo de tu camino.

4.- Ten presente que salir de tu zona de confort supone enfrentarte a situaciones que no dominas,

por lo que no es difícil que te asalten todo tipo de miedos ( a lo desconocido, al fracaso, a la

vergüenza, al ridículo … ) y que sientas como la pereza va empujándote en sentido opuesto a tu

objetivo. No te preocupes por ello, simplemente aprende a reconocer esas señales como indicadores

de que te estás acercando a un terreno desconocido.

5.- Mantén firme la intención de llegar a tu meta a pesar de los inconvenientes que puedas encontrar

en el camino. Si te asaltan sensaciones de desánimo, ten presente que son solo eso, sensaciones. No

te bases solo en ellas y déjate guiar por tu voluntad.

6.- Relaciónate con personas que comparten tus mismos intereses, apoyarte en ellos te ayudará a

que te resulte más fácil salir de tu zona de confort.

7.- DISFRUTA del camino, en lugar de dejarte abrumar por los obstáculos intenta verlos como

oportunidades para aprender y mejorar.

Y finalmente, cuando hayas conseguido tus objetivos y vuelvas a encontrar demasiada comodidad

en tu vida, valora proponerte nuevas metas que te pongan nuevamente en contacto con tu zona de

aprendizaje, eso te permitirá seguir ampliando tu zona de confort.

You might also like