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“HISTORIA DE LOS PASIONISTAS”.

AUTOR: PADRE FABIO CIAGHINI. C.P.


Escribir la historia de los pasionistas entre 1796 y 1839
supone recordar
la vida de una comunidad humana y eclesial reunida
por la fe en
Jesucristo, vivo y presente en la historia después de
18 siglos de su muerte
y resurrección. Esta comunidad tuvo que soportar la
intolerancia de la vida
religiosa: la revolución francesa proclamaba los
derechos del hombre , pero
excluía a Dios y a la Iglesia Católica. La intolerancia,
dura con la República
Romana 1798-1799 en el Estado Pontificio en cuyo'
ámbito vivía la
Congregación, resultó insoportable cuando Napoleón
suprimió en 1809
todas y cada una de las corporaciones religiosas,
confinó a sus miembros
en el país de origen y los sometió a vigilancia policial.
En 1814 cayó el
emperador, los religiosos supervivientes volvieron a la
comunidad, y el
gobierno 'restaurado’ les devolvió las casas
expropiadas.

Pero todo tuvo que comenzar casi de cero: el número


de religiosos había
descendido a cerca de la mitad, los retiros estaban
desprovistos de todo y
resultaba problemático acomodarlos, ya que estaban
en medio de un pueblo
al que los ocupantes habían cargado de pesados
impuestos; además las
guerras, la carestía y las epidemias habían dejado una
estela de problemas.
Los religiosos se armaron de valor para entrar en los
conventos expoliados;
pero considerándolos su casa de Dios, reanudaron la
vida común violentamente
truncada. Admirable resulta su esfuerzo por vivir y
conservar su identidad
pasionista en la vida común, en la predicación de
misiones y ejercicios
espirituales, y en la atención a los fieles que buscaban
los sacramentos de
la reconciliación y de la eucaristía. Esta fidelidad al
carisma que identificaba
a las comunidades ‘restauradas’ llamó la atención de
jóvenes y éstos, después
de asimilar la espiritualidad propia, rejuvenecieron
también al Instituto.
De este modo se aceptaron nuevas fundaciones en el
Estado Pontificio, en
el reino de Nápoles y en el ducado de Lucca, y se fue
preparando el ambiente
para salir de Italia en 1840 y dar el salto a Inglaterra.

Este trabajo se ofrece enmarcado en el contexto socio-


religioso del
tiempo, y aspira a ser un ensayo de estudio sobre la
historia de unos hombres
y mujeres fascinados por Jesucristo, Salvador del
hombre, y consagrados
a ser sus testigos y semilla de esperanza para sus
contemporáneos.
El autor se recrea en la ilusión de que otros prosigan la
tarea con
el estudio de cada comunidad, de modo que se vea
más nítidamente la
simbiosis entre comunidad pasionista, Iglesia local y
sociedad civil.

El plan de esta obra se explica en la segunda página


de la portada.

ISBN 88 8542 123-7

9 798885 421232
Explicación del ‘escudo de la Congregación pasionista”
de la portada

El corazón, del que brotan llamas, simboliza el amor


misericordioso de
Dios Padre y de Jesucristo.

La cruz plantada en el corazón recuerda el acto más


concreto con el que
Jesucristo manifestó el amor a Dios y al hombre.

En el centro de la cruz aparece el rostro de Cristo


como se conserva en
la Sábana Santa.

Los clavos están colocados en los puntos donde


sujetaron al madero las
manos y los pies de Cristo.
En la cruz se ve también el cáliz que recuerda la
Eucaristía, ‘memorial vivo
de la Pasión’.

A los lados están colocados el martillo con el que


fueron introducidos los
clavos, y las tenazas y la escalera de las que se sirvió
José de Arimatea
para desclavar y bajar de la Cruz el cuerpo de Cristo.

La mano recuerda la bofetada que el criado del sumo


sacerdote dio a
Cristo.

El gallo sobre una columna trae a la memoria las


negaciones de Pedro.
En la parte alta, a la izquierda aparece la bolsa de
Judas con el dinero
recibido por la venta y traición; en el centro la corona
de espinas con las
que Jesucristo fue escarnecido por los judíos como
rey; y al lado los
dados con que ios guardias que vigilaban al pie de la
cruz sortearon los
vestidos de Jesucristo.

En torno a la cruz hay una rama de olivo con el que se


recuerda que Jesús
suaviza los dolores y fortalece a los creyentes, como el
aceite tiene esta
cualidad de apaciguar los dolores físicos.

En el otro lado hay una palma que recuerda la victoria


de Cristo sobre el
pecado y la muerte.

En la cinta se reproducen las palabras de San Pedro:


“Christo passo in
carne, et vos eadem cogitatione armamini" (1 Petr 4, 1)
= ‘Si Cristo padeció
en su carne, también vosotros deberéis armaros con
los mismos sentimientos’.

Un corazón sin las llamas, pero con la cruz plantada


en él, lo llevan los
Pasionistas al pecho para recordarse a sí mismos y a
los demás lo que
significa el texto "Jesu Christi Passio" (Pasión de
Jesucristo). Tales palabras
mv^en a ¡os Pasionistas a llevar escritos, grabados, en
su corazón,
;a Pasión j el amor de Jesucristo, por lo que tratarán
de comunicárselo a
¡os demás a fin ce que la lleven también en su corazón
como principio de
vida cristiana.
HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN
DE LA PASIÓN DE JESUCRISTO

Vol. I. - 1720 - 1775, por Fabiano Giorgini, C. P.

Voh II/L - 1775-1795, por Carmelo Naselli, C. P.

Los dos volúmenes han sido editados en 1981.

Ediciones “Staurós” - Pescara

Para pedir ejemplares: Edizioni Staurós

64048 SAN GABRIELE DELL’ADDOLORATA (Te)

Te. 0861. 975727 - Fax 0861 - 975929

Vol. H/2. -1796-1839


Edizione CIPI

Piazza Ss. Giovanni e Paolo, 13 - 00184 Roma


Tf. 06.77.27.11 - Tel. y Fax 06. 7008012

En preparación:

Vol. III. - 1840 - 1862

Vol. IV. - 1862 -1920


Vol.V. - 1920 - 1979

Edición en español:

HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN DE LA PASIÓN:

I. FABIANO GIORGINI C. P., Vol I, La época del


Fundador, 1720 -1775.
Traducción al español: P. Carlos Lizarraga, C. P.

Ediciones CU (Conferencia Interprovincial Ibérica),


Bilbao - Zaragoza - Madrid,
Imprenta - Escuela de Huérfanos de la Guardia Civil,
Madrid, 1984.

II/l. CARMELO A. NASELLI, C. P., Vol II/l, La sucesión


1775 -1796.

Trad. al español: P. Carlos Lizarraga, C. P.

Imprenta Gráficas Lizarra, Estella, Navarra

Ediciones CU, Bilbao - Zaragoza - Madrid, 1980

II/2. FABIANO GIORGINI, C.P. Vol. II/2, Supresión,


Restablecimiento

y Expansión, 1796-1839.
Traducción al español: P. Femando Piélagos, C. P.

Curia General, Roma 2002.


Fabiano Giorgini, C. P.

HISTORIA

DE LA CONGREGACIÓN
DE LA PASIÓN
DE JESUCRISTO

Volumen II/2

Supresión, Restablecimiento y Expansión

1796-1839

Curia General
Roma 2002
Título original:

Storia della Congregazione della Passione di Gesù


Cristo

Traducción al español:

P. Fernando Piélagos, C. P

Stampa:

Pomel s.a.s.

Viale Manzoni, 35b


00185 Roma
Tel. 06 7049.6308
Introducción

El P. Amadeo Naselli, C. P. (+ 16-IX-1989) publicó en


1981 “Historia de la
Congregación de la Pasión de Jesucristo. Vol. II, La
época italiana: las revoluciones
y las supresiones (1775 - 1839), I Parte: La sucesión
(1775-1796)”. El
presente volumen viene a completar la parte que
faltaba del primer proyecto, es
decir, los años 1796 - 1839. El P. Naselli había
comenzado con retraso los trabajos
del período 1796 - 1809. Confiaba en llegar pronto a
describir la supresión
republicana y la de Napoleón, pues ya en 1970 había
publicado “La supresión
napoleónica de las Congregaciones religiosas: el caso
de los Pasionistas de Italia
(1810-1814)”-, y en 1986 “La supresión napoleónica de
las corporaciones
religiosas: contribución a la historia religiosa de la
primera parte del Siglo XIX,
1808- 1814”.

La enfermedad que le llevó al sepulcro truncó en cierto


modo su trabajo apenas
iniciado en el primer capítulo. Con mi ayuda comenzó
a preparar el material
para el segundo, pero debió dejarlo. Había recogido
mucho material para el
primer capítulo y para la época de la supresión que ya
había utilizado en la redacción
de los dos volúmenes mencionados.

Un servidor ha utilizado aquel material, pero


completándolo con los estudios
aparecidos en el último decenio sobre la Revolución
Francesa, la invasión de Italia
y las consecuencias en la organización social, eclesial
y religiosa. Desde la
supresión en adelante he debido efectuar toda la
investigación que no había
hecho el P. Naselli.
He seguido los criterios de redacción que se adoptaron
al principio de la
obra: hacer que emerja suficientemente el desarrollo
histórico extemo de la Congregación,
pero a la vez resaltar la vitalidad intema (la
espiritualidad) y su relación
con la misión de la Iglesia. La carencia de estudios
sobre las comunidades
locales o sobre temas de especial importancia no ha
dado facilidades para mantener
el equilibrio en la extensión de las diversas partes de la
obra. He tenido presente
la orientación actual de los estudios en este campo y
por eso he querido
encuadrar la vida y la obra de la Congregación en el
contexto de la Iglesia y de
la sociedad.

El período historiado que se va a narrar en este


volumen fue muy ajetreado,
tanto en la sociedad como en la Iglesia. El final del
siglo XVIII y los inicios del
XIX se caracterizaron por acontecimientos que
modificaron el mapa político de
Europa, y además dañaron la organización de la
Iglesia con la prisión del Papa,
la abolición del Estado Pontificio y la supresión de
todas las corporaciones religiosas.
La Congregación superó estas pruebas tan duras y
logró reinsertarse en
el camino eclesial con audacia y dignidad, prestando
una ayuda eficaz a la evan-
gelización y a la vida de santidad de todo el pueblo de
Dios.

Ciertamente que las tensiones culturales y sociales


repercutieron en alguna
medida en la Congregación; pero ésta se comprometió
con buenos resultados a
crear en los religiosos convicciones sólidas y una
cultura suficiente para afrontar
la evolución del momento. Los religiosos formados
durante aquellos 45 años
dieron una existencia robusta a la Congregación, y la
prepararon para el crecimiento
que se produciría dentro y fuera de Italia después del
restablecimiento.

Espero que las notas ayuden a proseguir la


investigación sobre temas específicos,
y que la bibliografía utilizada y citada dé la posibilidad
de dilatar el horizonte
de la investigación actualmente cultivada por los
estudiosos en materia de
historiografía social y religiosa.

Son muchos los nombres de las personas, ya que se


ofrece los de los participantes
en los capítulos generales y provinciales con el
propósito de que se aprecie
mejor la estima de que gozaban, y se pueda valorar su
trabajo como guías de
las comunidades. Respecto a los archivos ofrezco el
elenco de los mismos, pero
no repito los fondos que se pueden ver bien indicados
en las notas. Quien tuviera
interés encontrará fácilmente la fuente original
siguiendo las indicaciones de
las notas.

Agradezco las sugerencias de todos los que me han


ayudado, y dedico el
volumen a la memoria del P. Carmelo Naselli (1921-
1989) a los diez años de su
entrada en la comunidad celeste.
Capítulo primero

P. José María Claris del Crucifijo (1796-1809).

1. - X Capítulo General, 5-6 abril 1796

El Superior General, P. Juan Bta. Gorresio, de San


Vicente Ferrer, convocó el 27
de enero de 1796 el Capítulo General que debería
reunirse en el retiro de San Francisco
de Anguillara, cerca del Lago de Bracciano (VT). Unos
días más tarde, con la
circular del 13 de Febrero (de 1796) anticipó el
comienzo al 5 de abril para que se
celebrara el capítulo de la Provincia de la Dolorosa,
con tiempo suficiente para que el
superior de la comunidad de Terracina pudiera estar
presente en la visita anual que Pío
VI haría a la ciudad para el saneamiento de las
lagunas. El P. Gorresio, al comunicar
la bendición del Papa sobre el futuro Capítulo, no
explicaba por qué motivos iba a
celebrarse fuera de Roma. Las razones serían las
mismas por las que el de 1790 se
reunió en Cometo: para que los capitulares gozaran de
‘mayor paz y recogimiento’ y
tuvieran ‘mayor libertad’ respecto a influjos exteriores.
También se tuvo en cuenta la
tensión social y política que, tras el asesinato de
Basville el 13 de enero de 1793, había
llevado a los ejércitos de la Francia revolucionaria a
invadir el Estado Pontificio1.

El 1 de abril de 1796 los habitantes de Anguillara


presenciaron la llegada a pie
de 8 religiosos:

1) Juan Bta. Gorresio de San Vicente Ferrer, Superior


General,

2) Vicente María Strambi de San Pablo, consultor


general,
3) Bemardino Costa de la Corona de Espinas,
provincial de la Presentación,

4) Valentín Bistolli de S. María Magdalena, provincial


de la Dolorosa,

5) Pablo Jacinto Heghli de la SS. Trinidad, primer


consultor de Pres.,

6) José María Claris del Crucifijo, segundo consultor


de Pres. y superior interino de
la comunidad de Anguillara,

7) Tomás Albesano de la Sabiduría Encamada, primer


consultor de Dol.

8) Pedro Pablo Lupi del Corazón de María, segundo


consultor de Dol.
El procurador general, P. Juan Bautista Porta de San
Ignacio, muerto en
1794, había sido sustituido por el primer consultor
general, P. Juan María Cioni de
San Ignacio, el cual falleció a su vez el 7 de febrero de
1796. Ambos oficios (procurador
y primer consultor) quedaron vacantes, y estando
inminente el Capítulo General,
no se creyó oportuno nombrar sucesores. Faltaban,
pues, dos capitulares. El
General aseguró a la asamblea que había obtenido
‘amplio rescripto para que se pro

1 Cfr. Circulares en Acta XVI (1948-50), 131-134.


Decreti e Raccomendazioni dei Capitoli Generali della
Con

gregazione della SS. Croce e Passione di NSGC a


cura di F. Giorgini, C. P., Com. Histórica, Roma 1960,
p.
(13). - R. DE FELICE, Paura e religiosità popolare nello
Stato della Chiesa alla fine del XVIII sec., en Italia
Giacobina, Nàpoles 1965, pp. 291 -316. - Cf. También
Storia dell’anno..., para la cronica de la època.
cediese libremente a la celebración del presente
Capítulo y de los capítulos provinciales
inminentes; tal decreto subsanaba cualquier defecto
por alguna falta de votos
que hubiera ocurrido en los capítulos precedentes
Teniendo en cuenta esta precisión,
y la escrupulosa fidelidad del P. Gorresio a las normas,
no se puede pensar que
estuviera afirmando algo que no se hubiera dado. Pero
el documento de la Congregación
de Obispos y Reculares no se conserva en el archivo,
y el historiador contemporáneo,
P. Felipe Antonaroli de la SS. Concepción, cita
solamente las palabras
de las Actas capitulares, no el documento2. En
algunos religiosos quedó la sombra de
una duda, y en la crisis de 1827 afirmaron que las
elecciones de los capítulos habían
sido inválidas. El General de la época, P. Antonio
Colombo, el 15 de Septiembre de
1827, pidió y obtuvo de la Santa Sede la sanación en
la raíz3.
Las Actas, por primera vez, conservan una indicación
aproximativa del número
de escrutinios en las distintas elecciones. Al cargo de
Superior General, ‘después de
varios escrutinios’, fue llamado el P. José María Claris
del Crucifijo, segundo consultor
de la Provincia de la Presentación. El elegido no
quería aceptar de ninguna
manera, pero los capitulares rechazaron la renuncia.
Como seguía llorando, el P.
Gorresio le dijo: ‘Deje las lágrimas ahora, porque le
tocará llorar después’. Los presentes
recordarían estas palabras cuando la invasión
francesa trajo consigo la supresión
de los institutos religiosos4. Para formar el consejo
fueron elegidos el P. Vicente
Ma. Strambi ‘tras unos pocos escrutinios’, y el P.
Valentín Bistolli ‘después de varios
escrutinios’, y para el oficio de procurador el elegido,
‘después de varias votaciones’,
fue el P. Juan Bta. Gorresio.
Los capitulares confirmaron el decreto 186 del capítulo
anterior acerca de la obligación
del General y de los provinciales de reunir a sus
respectivos consultores varias
veces al año, para dialogar sobre los asuntos
corrientes. Pero no consideraron necesario
dar otras normas, y confiaron al General la misión de
revisar el horario cotidiano,
tratando de adelantar un poco la hora de la comida a
fin de evitar ‘la no pequeña
incomodidad que recaía en los religiosos de edad
avanzada y en los débiles’, ya que
por la mañana no se tomaba desayuno; y en el horario
vespertino se pedía que la oración
mental, que se hacía a primera hora de la tarde, se
dejara para el atardecer como
tiempo más propio5.

2 AGCP, FILIPPO, Vita Giambattista di S. Vine.


Ferreri, pp. 74-76 (copia dactilografiada). IDEM
Cronaca delta Prov. dell’Addolorata, III, ft.65 - 67.
3 Decreti e rae., o.c., p. (15). La procedura seguida por
el P. Gorresio fue válida, pues sólo el 19 -
VIII- 1795 había salido el decreto Quum in S.
Congregatione, AGCP, A. III-V/1-3, S. C. Super
Disciplina
Regul., que prohibía en Italia e islas adyacentes la
unión de ambos oficios. El procurador
había muerto el 14 - III- 1794 y la unión del oficio de
procurador y de consultor general ocurrió
un mes más tarde, es decir, un año antes de que tal
decreto prohibiese la unión.

4 FILIPPO, Vita Giamb., cit. p. 77.

5 Decreti e rae., o.c., p. (15-16); decr. 634 - 635.


2. - El P. José Claris del Crucifijo6

Contaba 53 años, pues había nacido en Capoliveri,


Isla de Elba, el 4 de junio de
1743. Estaba emparentado con el P. Francisco Appiani
del Cmcifijo (1719-1759),
tan apreciado por Pablo de la Cruz. La familia le envió
a estudiar a la ciudad de
Siena, de manera que, al ingresar en la Congregación
el 5 de diciembre de 1764,
aportó un buen bagaje cultural. Durante el año de
noviciado conoció al Fundador y
a su hermano el P. Juan Bautista, de visita en Monte
Argentario. En el Proceso de
canonización recordaba que “al verlos por primera vez
le causaron particular veneración,
como si estuviera ante dos santos caídos del cielo”7.
Profesó el 8 de diciembre
de 1765 y recibió el orden sacerdotal el 3 de junio de
1767.
Vivió con el Fundador en San Ángel de Vetralla
durante el trienio siguiente
1765-1768. Quedó muy edificado de la fe viva que
Pablo tenía en la inhabitación
de la Santísima Trinidad en nuestra alma y en la
presencia de Jesucristo en la Eucaristía
que le atraía como un imán. También le edificó el
esfuerzo que hacía para que
los religiosos se animaran a amar a Dios y al prójimo,
a que fueran hombres de oración
de tal manera que el voto específico de vivir y
promover la memoria del amor
salvífico de Dios, manifestado en la vida y Pasión de
Jesús, fuese principio eficaz
de nueva vida. También recordaba en los Procesos
que Pablo ponía ‘gran diligencia
y la máxima sagacidad en que nos encaminásemos
por las sendas de la santa oración,
inflamándonos en ella, y se servía de comparaciones
adaptadas a nuestra capacidad
de comprensión. Y en las charlas que nos daba
cuando estábamos juntos no
sabría decir con qué deleite y trasparencia procuraba
estimulamos a la santidad’. Y
aseguraba que la conducta de Pablo invitaba a
mantenerse recogidos en Dios y a
favorecer una relación de caridad con el prójimo8.

Tal aprecio por el Fundador le llevaba a imitar su


conducta en el modo de
vivir y de alentar a los religiosos a la fidelidad a la
propia vocación y particularmente
al ejercicio del más ardiente amor a Dios y de la
caridad hacia los hermanos,
y también en el celo de la predicación y la solicitud en
favor de las almas.
Así lo describe el B. Lorenzo Sal vi, que lo conoció:

‘Poseía gracia admirable para predicar, ejerció con


aplauso general cargos
menores y mayores en la Congregación, incluso 13
años de General, amó a los
religiosos sus súbditos como un padre y se dedicó
siempre a ayudarlos en la santificación
tanto de viva voz en las pláticas, como con los avisos y
exhortaciones
de sus cartas, todas llenas del espíritu divino y de la
unción que inflamaba su
corazón; tuvo gran celo y diligencia en que se
observaran las SS. Reglas; estuvo

6 AGCP, Diario Necrologico... dal 1745 al 1879, ff.


116-117.

7 / Processi di beatificazione e canonizzazione di S.


Paolo de Ila Croce..., a cura del P. Gaetano
dell’Addolorata, C. P, Post. Gen. Pas., Roma 1969,1,
622.

8 I Processi, o.c., I, 624-636.


adornado con todas las virtudes; era muy versado en
ascética y mística, y se distinguió
de tal modo en la dulzura que parecía un vivo retrato
de San Francisco de
Sales’9

Se inspiraba también en el Fundador al enviar


circulares a los religiosos para
alentarlos a la práctica de las virtudes y para animarlos
a afrontar con energía las
pruebas que les salían al paso.

Fue un excelente predicador de ejercicios espirituales


y misiones. A los 35 años
fue llamado a dirigir la numerosa comunidad de San
Ángel de Vetralla, y después la
de Morrovalle, fundada en 1779. En el trienio 1787-
1790 fue consultor de la Provincia
de la Presentación, y provincial de la misma en el
trienio 1790-1793. Mientras
ejerció este cargo comenzó a servirse de las circulares
para invitar a los religiosos
a dejarse transformar por Cristo. El 28 de Noviembre
de 1792 escribía a la comunidad
de San Francisco de Anguilara: ‘Dios es testigo, puedo
decirlo con toda la sinceridad,
que deseo que todos os transforméis en Jesucristo,
amándolo íntimamente
para que Él os ame a su vez’10.

Dotado de un carácter suave y animado siempre de


gran amor inspirado en el
mandamiento nuevo de Jesús, apreció a los religiosos
y trató de arrastrarles con su
ejemplo y con el convencimiento, como se aprecia en
sus circulares siendo provincial
y después General. ‘Desde el primer momento en que
por la voluntad divina
recayó sobre mis hombros la grave tarea de gobernar
vuestras almas, Padres y Hermanos
carísimos, sentí dentro del corazón, y va en aumento,
un afecto como no lo
había experimentado antes, que constantemente me
impulsa a procurar en general
el progreso de toda la Congregación, y en particular el
de cada una de vuestras benditas
almas. Hubiera querido en aquel momento, y aún lo
deseo, veros a todos, abriros
a todos mi corazón; pero no habiendo sido esto
posible..., os escribo esta carta
como un retrato mío en donde podréis ver siempre
cómo está mi ánimo’11.

Estaba convencido de que el superior debería poseer


las virtudes del Buen Pastor,
de manera que los súbditos acepten la obediencia no
como un acto de sujeción,
sino de amor. ‘Los superiores -escribía-, revestidos
con las entrañas de amor de un
pastor o de un padre, después del imprescindible
discernimiento y adornados de la
dulce mansedumbre con que Jesucristo atrajo a los
hombres y adoctrinó a la Iglesia,
conseguirán que los corazones se abandonen en sus
manos y obedezcan sin protestar,
seguros de que (los superiores) no les mandan sin
causa justa ’12.

9 [LORENZO SALVI, C. R], Diario necrologico pas.


ossia catalogo eli tutti i religiosi e monache
defonti nella Congr. della SS. Croce e Passione di G.
C., 1848, f. 540.

10 CARMELO A. NASELLI, C. P., Storia della


Congregazione della Passione di Gesù Cristo. Ed.
Staurós, Pescara 1981,11/1, p.203.

11 Para las circulares de Provincial ver APScala S; y


para las de General en AGCP y las publicadas en
Acta XVI (1948-1950), 190-208, 268-281; XVII (1951-
1952), 25-38; para està cita ver Acta XVI
(1948-1950), p. 190.

12 C. A. NASELLI, Storia..., o.c., II/1, p. 204.


Pedía al superior que se moviera siempre ‘por la
felicidad de los súbditos
felicidad que deriva de la caridad a todos los niveles
para hacer de las comunidades
'auténticas imágenes del Paraíso en donde reina el
amor sincero, purísimo,
vivo, inextinguible, y en donde todos los corazones son
uno en Dios. Ame, pues,
arda en el fuego sagrado de la caridad y del horno del
amor divino, mantenga la
llama del amor al prójimo..., y destaque vuestra
caridad a los enfermos, ayudándolos,
confortándolos, levantando su ánimo ... ¡Ah!, hijos de
la Pasión Santísima
de Jesucristo, tened siempre a la vista la Sangre divina
derramada con inmenso
amor por vosotros y por vuestros hermanos, afín de
crear una especie de cemento
sacro, de santo aglutínente que os una entre vosotros,
sus miembros, como Él,
la Cabeza, está unido a nosotros... ’l3.
En una circular del 16 de diciembre de 1800 volvía a
resaltar estas ideas: que
haya calidad de los superiores con los súbditos, de
éstos con los superiores y de todos
con los enfermos; siendo así, en toda comunidad
habrá santidad y paz, ‘y será de gran
edificación al prójimo, que no podrá menos de sentir la
fragancia del buen olor de
Cristo que llevaréis a todas partes”14.

Como tendremos oportunidad de ver, en su gobierno


encontró dificultades diversas,
sobre todo por culpa de la revolución francesa que
llegó a suprimir los institutos
religiosos, tanto durante la República Romana como
bajo Napoleón. Él clausuró los
retiros de Tuscania en 1796 y de Anguillara en 1798;
pero pasada la primera ola revolucionaria
abrió las casas de Giano en la Umbría en 1803, y de
Arezzo en 1804.
Durante la supresión napoleónica tuvo que vivir en la
Isla de Elba. Después del Capítulo
General de 1815 quedó exonerado y libre de cargos, y
vivió aún otros cuatro
años, dando luminosos ejemplos de virtud,
especialmente de paz y serenidad, pasando
los días en contemplación y en lectura espiritual,
repitiendo que “in sacello cum.
libello” (en la celda, con un libro). Falleció el 23 de
diciembre de 1819, antevíspera
de Navidad.

3. - La Congregación al inicio del gobierno del P.


Claris; capítulos provinciales
de 1796

En abril de 1796 la Congregación contaba 208


profesos: 105 sacerdotes, 20
clérigos estudiantes y 83 hermanos; la media de edad
era de 43 años. Había 16
menos que en el capítulo de 1790. Durante el sexenio
hubo 47 profesiones, contra
las 69 del anterior. Los difuntos fueron 40 contra 26 del
período anterior. Se
13 Acta, XVI (1948-1950), pp. 194 - 197.

14 Circulares del 18 -III- 1797 y 16 -XII- 1800.


había triplicado la salida de profesos: 23 contra 8 del
sexenio precedente15. ¿Pudo
tener alguna influencia en el problema de las
profesiones y abandonos el método
de gobierno del P. Gorresio? La pregunta tiene
sentido, pues en su período
precedente de gobierno, 1778-1784, se advierte la
disminución de religiosos,
mientras se observa un aumento durante el sexenio
del P. Juan María Cioni,
1784-1790, y nueva caída en el segundo período del
P. Gorresio.

La Congregación estaba dividida en dos Provincias: la


primera comprendía
los retiros de Roma y el Lazio, llamado entonces
Patrimonio de San Pedro, estaba
dedicada a la Presentación de la Virgen María, o
también llamada del Patrimonio;
a ella se habían agregado los retiros de la Umbría y de
las Marcas, once
en total: 1) Presentación y 2) San José, ambos en
Monte Argentario; 3) Corneto;

4) Toscanella; 5) San Ángel de Vetralla; 6) San


Eutiquio; 7) Roma; 8) Anguillara;
9) Gubbio; 10) Morrovalle; 11) Recanati.

La segunda Provincia, dedicada a la Dolorosa, también


llamada de Campaña y
Martítima, según el nombre civil del Lazio inferior,
estaba constituida por cinco retiros:
1) Monte Cavo; 2) Paliano; 3) Terracina; 4) Ceccano y
5) S. Sosio de Falvaterra.

A) El 11 de abril de 1796, el nuevo General abrió el


capítulo de la Provincia de
la Presentación en el convento de S. Ángel de Vetralla,
con 11 capitulares:

1) Bernardino de la Corona de Espinas, provincial;


2) Pablo Jacinto de la Santísima Trinidad, primer
consultor;

3) Santiago de las Santísimas Llagas, rector de Roma;

4) Tomás del Crucifijo, rector de Monte Argentario;

5) Juan Andrés de San Pedro, rector de S. Ángel;

6) Isidoro de San Juan Bautista, rector de San


Eutiquio;

7) José del Niño Jesús, rector de Corneto;

8) Pablo Luis de María Virgen, rector de Morrovalle;

9) Gregorio de la Visitación, rector de Pievetorina;

10) Gregorio de San Miguel, rector de Gubbio;


11) Ignacio de San José, rector de Recanati.

No participaron los rectores de Anguillara y Toscanella


porque, habiendo renunciado,
fueron sustituidos por delegados. Faltaba asimismo el
segundo consultor
provincial, P. José Claris, que había sido elegido
Superior General. En la primera
votación resultó electo el P. Bernardino de la Corona
de Espinas. Después de
‘varios escrutinios’, el P. Santiago Sperandio de las
Santísimas Llagas fue desig

15 LAURENCE M. FINN, Statisdcal survey ofthe


Congregation oflhe Passimi, Roma 1993; véanse los
períodos a los que nos hemos referido. Tener ¡ resente
también Decreti e rae..., o.c., donde aparecen las
estadísticas por sexenios. En cuanto al número
llamativo de salidas, también el B. Bernardo Ma. Sil-
vestrelli lo comenta en su Raccolta eli notizie spettami
alia Cronaca della Congregazione della Passione
di NSGC durante il primo secolo di Sua esistenza, f.
351, en AGCP, Bernardo.
nado primer consultor; e igualmente, ‘tras varios
escrutinios’, el P. Gregorio de
la Visitación fue elegido segundo consultor. Los
capitulares creyeron que no era
necesario dar decretos, dejándolo todo a la vigilante
prudencia del Superior
General y del provincial16.

B) El 20 de abril de 1796 se inició en Monte Cavo el


capítulo de la Provincia
de la Dolorosa. Asistieron 8 capitulares:

1) Valentín de Santa María Magdalena, provincial;

2) Tomás de la Sabiduría Encamada, primer consultor;

3) Pedro Pablo del Corazón de María, segundo


consultor;

4) Mariano de San Máximo, rector de Ceccano;


5) Vicente de San Andrés, rector de San Sosio;

6) Luis del Corazón de María, rectoi de Terracina;

7) Francisco Javier de San Luis, rector de Paliano;

8) Pedro Francisco del Crucifijo, rector de Monte Cavo.

Considerando que en esta provincia había menos


religiosos que en la otra, el
General comunicó a los capitulares ‘la facultad
amplísima de poder elegir a
cualquier religioso de la otra provincia que no
estuviese ya con algún cargo, y,
previa la facultad obtenida de la Sagrada
Congregación, incluso de los que ocupaban
algún cargo’.

Para provincial, ‘después de varios escrutinios’, fue


llamado el P. Santiago
de las Santísimas Llagas, que era primer consultor de
la Presentación. ‘Después
de varios escrutinios’, también, el P. Vicente Ghiglia de
San Andrés fue elegido
primer consultor, y el P. Mariano de San Máximo,
segundo. Tampoco de este
capítulo salieron decretos. El General se limitó a dar a
los recién designados
algunos avisos para que los superiores se regulasen
en su gobierno en lo relativo
a los religiosos o a ellos mismos17.

4. - La revolución francesa invade militarmente Italia

Hasta que llegó la revolución armada, los pasionistas


sólo conocían la Revolución
francesa por el “Diario de Roma llamado también
Cracas ” y “ La Historia
del año... ”, editada en Venecia, o por las noticias que
llevaban los correos y
los emigrados franceses. Desde 1791 leyeron también
“Testimonios de las Iglesias
de Francia sobra la llamada Constitución Civil del
Clero”, Roma 1791 -
1794. Los 14 volúmenes daban impresionantes
noticias sobre la fidelidad heroi

16 AGCP, Praes., Cap. Prov. IX, 1796.

17 AGCP, Dol, Cap. Prov. IX, 1796.


ca de la mayoría de los obispos y del clero de la Iglesia
Católica'8. El temor a que
el ejército francés presente en Italia se dirigiese hacia
el Estado Pontificio empujó
al Papa a ordenar oraciones públicas para obtener de
Dios que lo librase de la
invasión. A finales de 1791 hubo en Roma procesiones
penitenciales, en las que
intervino la comunidad pasionista de los Ss. Juan y
Pablo. En noviembre de 1792
el P. Vicente María Strambi fue llamado a predicar en
la iglesia del Espíritu
Santo en Sassia, en Trinidad de los Montes, en Santa
María en Valicella y en
Santa María la Mayor'1'.

El 13 de enero de 1793, en medio de una tensión


popular general y aguda
provocada por agentes franceses, fue asesinado en
Roma Ugo de B as vil le18 19 20 21. El
pueblo salió a las plazas con espíritu tumultuoso. El
cardenal vicario fue al Tras-
tévere para calmar a la gente y evitar lo peor, y llamó a
personalidades influyentes
para calmar al pueblo. También fue invitado el P.
Strambi, muy conocido
porque desde 1782 había predicado todos los años los
catecismos de preparación

a la Pascua, y fue invitado a la Plaza del Pueblo,


donde ofreció su colaboración

21

para calmar los ánimos .

En la primavera de 1796, Bonaparte ocupó Bolonia,


Ferrara, Ravena, Imola
y Faenza. Después de la tregua pedida por el Papa y
firmada en Bolonia el 23 de

18 Los dos periódicos y Testimonios... se encuentran


en la biblioteca de los Ss. Juan y Pablo. Sobre
Testimonios... cfr. LUIGI FORANI, Città religiosa e città
rivoluzionaria (1789 - 1799), en Ricerche
per la Storia religiosa di Roma, 9 (1992), 96 - 97.
Sobre los emigrados franceses, cfr. B. PLON-
GERON, Eglise et Révolution d’aprés les pretres
émigrés à Roma et à Londres, en Cristianesimo
nella Storia, X (1989), 273 - 295. M. TOSTI, Gli ‘Atleti
della Fede': emigrazione e controrivoluzione
nello Stato della Chiesa (1792 - 1799), Ibid., pp. 362 -
386. VITTORIO DE MARCO, Il clero
francese immigrato nello Stato Pontifìcio, en VV. AA.,
La rivoluzione nello Stato della Chiesa
1779 - 1799, a cura di L. Fioroni, Ist. Ed. Poligrafici
Inter., Roma 1998, pp. 403 - 423.

19 JUAN BAUTISTA CIONI DE SAN IGNACIO, Annali


della Congregazione della SS. Croce e Passione
di NSGC, con annotazioni del P. Gaetano dell'Addai,
Roma 1967, N. 1182 - 1183. G. A.
SALA, Diario romano, Roma 1980,1, p. 269, el dia 19 -
VI- 1798, escribe: 'Ya desde varios años
antes, teniendo en cuenta nuestras necesidades y más
aún las de la Iglesia universal, por orden del
Santo Padre, a la una de la noche, después del toque
del Avemaria de los difuntos, sonaban las campanas
de todas las iglesias para que se rezase una Salve
Regina a la Virgen y tres Pater y Avemaria
a los Santos Apóstoles Pedro y Pablo’. El Ministerio
del Interior, durante la República, prohibió que
se hiciesen estos toques. FRANCESCO DANTE,
Predicazione e prassi religiosa nel periodo
rivoluzionario,
en VV. A A., La Rivoluzione nello Stato della Chiesa, o.
c., pp. 388 - 400.

20 V. E. GIUNTELLA, Roma nel Settecento , Bolonia


1971, p. 191.

21 Storia dell’anno 1793, p. 271: para apaciguar al


pueblo ‘se esforzaron con eficaciay celo los Ministros
de los Tribunales, algunos respetables Caballeros y
probos eclesiásticos, los cuales, mezclándose
con la gente en la Plaza del Pueblo, pudieron, con
argumentos convincentes, evitar lo peor’.
Cfr. G. A. SALA, o. c., I, p. 69; II, p. 134: ‘En el pasado
cuatro misioneros bastaban para refrenar
toda la ira de Roma. A ellos deben su vida los
franceses, que salvaron la piel tras el asesinato de
Basville. Aquellos, con ocasión del armisticio,
contuvieron a los romanos para que no se lanzaran
a robar las cosas más valiosas y mirasen con ojos
indiferentes a los franceses que habían venido en
aquella ocasión; y en fin, ellos impidieron el incendio
del gheto’. En Trastévere salió a la plaza
incluso el cardenal vicario Della Somaglia para calmar
los ánimos. Ibid., o. c., I, p. 69.
junio de 1796, Napoleón se apoderó de Bolonia y
Ferrara e impuso una contribución
de 21 millones de francos y la entrega de 500 códices
y de cien obras de
arte. Para allegar tan ingente suma, el Papa ordenó la
requisa de los objetos de
plata de las iglesias. La comunidad de los Ss. Juan y
Pablo entregó su propia
aportación el 21 de julio de 1796. Las autoridades
eclesiásticas dispusieron nuevas
misiones populares en Roma. Al P. Strambi lo
destinaron a la Plaza Colon-
na. Sobre el éxito de las misiones de este período
influyó no poco el fenómeno
de lacrimaciones y de movimiento de ojos de algunas
imágenes sagradas de la
Virgen22. No se equivocaron quienes, ante tales
prodigios, opinaban que para la
Iglesia y el Estado Pontificio se aproximaban tiempos
muy duros.
Napoleón, libre ya de la presión de los austríacos que
habían abandonado la
Lombardía, encaminó sus ejércitos en varias
direcciones sin respeto a la neutralidad
ni a los derechos de varios estados, y llegó a ocupar
incluso la parte central
del Estado Pontificio. El Papa pidió la paz, firmada en
el tratado de Tolenti-
no23 el 9 de febrero de 1797, lo que trajo al Estado
Pontificio nuevos gravámenes
en dinero y la pérdida de territorio y de obras de arte.
Pío VI volvió a solicitar
de todos una ayuda. La comunidad de los Ss. Juan y
Pablo, el 28 de febrero
de 179924, ofreció de nuevo su aportación. En Italia
brotaron numerosas repúblicas
según el modelo francés, se produjo un metódico
saqueo de obras de arte y
se impusieron nuevas tasas.

El asesinato del general francés Duphot, el 28 de


diciembre de 1797, proporcionó
a Napoleón y al Directorio de París un pretexto para
ocupar Roma. El
20 de enero de 1798 el general Berthier inició desde
Ancona la marcha sobre

22 Biblioteca Vallicelliana, Relazione del Card.


Antonelli sull’avvenuto in Roma dal 1797 al 1799,
Miscelánea
storica Falzacappa, Z. 12, f. 19, recuerda que sobre el
éxito de las predicaciones influyeron
‘el prodigioso movimiento de los ojos observado en
varias imágenes de la Sma. Virgen que comenzaron
a manifestarse en la mañana del 9 -VII- 1796 que
precedió inmediatamente al domingo en que
comenzaban las misiones. El pueblo quedó tan
conmovido que fueron incontables las conversiones y
muy abundante el fruto’. Cfr. G. A. SALA, o. c., II, p.
18, habla del movimiento de ojos de las imágenes
sagradas y asegura que él mismo, varias veces,
presenció el prodigio en la imagen de un Crucifijo
en 1796 y 1798, y concluye: ‘Dios no obra por
casualidad, sobre las huellas de la pasada experiencia
se puede creer que el azote no ha llegado a su
término’. Cfr, también RENZO DE FELICE,
Paura e religiosità popolare, o. c., pp. 291-3 i6. Sobre
los milagros marianos, las misiones populares
de este tiempo y las procesiones de penitencia, cfr. L.
FIORANI, Città religiosa e città rivoluzionaria,
o. c\, pp. 110-125. MASSIMO CATTANEO, Gli occhi di
Maria sulla rivoluzione. Miracoli a
Roma e nello Stato della Chiesa (1796-1797), Ist. Naz.
di Studi Romani, Roma 1995. DOMENICO
ROCCIOLO, Documenti sulla vita leligiosa prima e
durante la Repubblica Romana, en Ricerche per
la Storia Religiosa di Roma, 9, 1992, pp. 387 - 396,
404 - 409.

23 El texto en Quaderni del Bicentenario.


Pubblicazione periodica per il bicen tenario del Trattato
di Tolentino
a cura di Camerino nel 1796, en Dì Stato della Chiesa
in epoca napoleonica, n. 1, 1995, p. 7-12.
24 AGCP, Platea dei Ss. Giovanni e Paolo, 1779 -
1829, f. 76. Cf. ANGELO A BITARELLI, Requisizione
di argento nella città di Camerino nel 1796, en Lo Stato
della Chiesa in epoca napoleonica,
Fonte Avellana 1996, pp. 227 - 237.
Roma, a donde llegó el 10 de Febrero. Berthier
presentó al gobierno pontificio
sus pesadas exigencias de reparación: 4 millones de
piastras en dinero contante,
dos millones en bienes muebles a elegir, la libertad
para los detenidos políticos,
la entrega de doce rehenes, entre los cuales 4
cardenales y los príncipes Braschi,
Borghese, Giustiniani, Gabrielli, la renovación de la
Congregación del Estado y
la detención de numerosas personas comprometidas
de alguna manera en la
muerte de Duphot y de Basville.

Se declaró concluido el poder temporal del Papa y el


15 de febrero de 1798
fue proclamada la República Romana con un ‘Acto del
Pueblo Soberano’, en el
que, entre otras cosas, se declara: ‘Suprimiendo en
segundo lugar, aboliendo y
cesando todas las autoridades políticas, económicas y
civiles del mencionado
gobierno, se ha constituido él mismo en Soberano
Libre e Independiente y toma
sobre sí todo el poder legislativo y ejecutivo que se
ejercerá por medio de Representantes
siguiendo los imprescriptibles derechos del hombre y
sobre los bien
fundados principios de vida, justicia, libertad e
igualdad. En tercer lugar ha
declarado que quiere salvar la Religión que al presente
venera y observa, y
dejar intacta la dignidad y la autoridad espiritual del
Papa, reservándose el proveer
por medio de sus Representantes a su decente
mantenimiento y a la custodia
de su Persona mediante una Guardia Nacional... ’2S.

Eclesiásticos, religiosos y fieles, con profundo dolor,


vieron en la mañana del
20 de febrero de 1798 al Papa Pío VI partir hacia
Siena, a donde llegó el día 25
a las dos de la tarde y fue acogido por el arzobispo
Antón Felice Zondadari26 27. El
Gran Duque por miedo a los franceses no quiso que se
hiciera ninguna manifestación
de fiesta. Realmente no era el momento. Sala afirma:
‘Es cosa admirable
cómo el Papa, cargado de años, reducido a un estado
de salud deplorable, y a
pesar de las inenarrables amarguras sufridas en los
últimos días, se mantiene
en pie. En ciertos momentos ha demostrado un valor
heroico y llegó hasta decir
a los franceses que desfogaran en su Persona el odio,
que le arrebatasen la vida,
pero que nada podrá arrancarle de las manos de
Dios’21.

25 MARIO BATAGLINI, La nascita della Reppublica


Romana e le sue struttine provvisorie, en Rassegna
Storica del Rinascimento, 77 (1990), 435 - 474; para el
paso citado pp. 470 -471. MARIO
CARAVALE - ALBERTO CARACCIOLO, Lo Stalo
Pontificio da Martino Va Pio IX, UTET, Torino
1997, pp. 569 - 572.
26 MARIA GRAZIA CITADINI FULVI - FRANCESCA
PISELLI PETRIOLI, La Diocesi di Siena ed
il suo Vescovo negli anni 1799 - 1801, en Lo Stato
della Chiesa, o.c., pp. 315 - 317.

27 G. A. SALA, o. c., I, p. 46.


5. - Consecuencias de la ocupación francesa en la
Congregación

5.1. - Legislación de la república sobre los institutos


religiosos28

Tras la fiesta de la proclamación de la república los


gobernantes se dedicaron
a organizar el estado siguiendo el modelo francés, sin
tener para nada en
cuenta la sensibilidad del pueblo ni sus sentimientos
religiosos y sociales. Esto
resultaría fatal para los mismos franceses, que se
hicieron odiosos. Se introdujo
el sistema francés del nombre de los meses, de los
días, de la organización del
calendario, del modo de contar las horas. Lo que más
desagradó a los católicos,
y por supuesto a los religiosos, fue la hostilidad del
nuevo gobierno contra la
Iglesia, el Papa y las órdenes religiosas. El gobierno
republicano, y también los
franceses, necesitaban desesperadamente dinero para
sostener al ejército y a los
empleados y para enriquecer a la República madre
francesa. Echaron mano
inmediatamente de los bienes eclesiásticos y
expoliaron las iglesias, las instituciones
eclesiásticas y las casas de los pudientes.

El 16 de febrero de 1798 se dio la orden de que los


emigrados franceses y el
cardenal Maury abandonaran Roma antes de tres días,
bajo amenaza de confiscación
de sus bienes29. El mismo día se suprimió el derecho
de asilo de las iglesias y
de las embajadas; a los sacerdotes del Trastévere se
les amenazó con la acusación
de culpabilidad si estallaba algún motín en la zona.
Entre finales de febrero y la primera
mitad de marzo fueron requisados 3.000 caballos y
mulos para el ejército, y
diversos albergues para los oficiales franceses. El 24
de febrero comenzó la destrucción
de los escudos nobiliarios de los edificios, fueron
echados al fuego los
libros de oro, es decir, los registros en que estaba
consignada la categoría social de
los nobles. Todos eran ya ‘ciudadanos’, y el único
signo de honor y de identidad era
la escarapela tricolor que debía llevar todo el mundo.

El 27 de febrero se ordenó a los eclesiásticos y a los


regulares que se registraran
en un plazo de 24 horas, declarando si habían nacido
en el territorio de la República
o justificando la razón de su residencia en la ciudad. El
1 de marzo se pidió a
los religiosos mantas y colchones para el hospital
militar francés, y a las religiosas
se les reclamó gasas y vendas30. El 2 de marzo
quedó organizada la Guardia Nacional
y se mandó a los ciudadanos que cooperasen en la
vigilancia de las puertas y
del interior de la ciudad. Los sacerdotes y religiosos
quedaron exentos de este servicio,
aunque después de efectuar una contribución para el
pago de sus sustitutos.

28 Para una visión de conjunto del tema: GIACOMO


MARTINA, Gli istituti religiosi nell Stato Pontificio
negli anni 1789-1799, en VV. AA., La Revoluzione
nello Stato della Chiesa, o. c., pp. 443 - 462.

29 G. A. SALA, o. c., I, p. 82: al card. Maury, cuando


pasó por el Gran Ducado de Toscana, se le sugirió
que no visitara al Papa, para no comprometer ni al
Papa ni al gobierno toscano.

30 G. A. SALA, o. c., I, p. 77.


El 9 de abril salió a luz pública un bando que estaba ya
en el aire, es decir,
que los ‘forasteros’ o ‘extranjeros’, no nacidos en el
ámbito de la República,
regresaran a su país de origen. El 11 de mayo se
impuso a los religiosos la prohibición
de recibir novicios; a los ya profesos se les autorizaba
a abandonar la
comunidad, considerarse libres de votos y en plena
posesión de los derechos ciudadanos;
por lo mismo podrían también casarse.

El 13 de mayo de 1798 una nueva ley hacía a los


sacerdotes responsables de
cualquier insurrección en la que hubieran tomado parte
o a la que no se hubieran
opuesto31. En la misma fecha se obligó a los
religiosos que cambiaban de
comunidad, y a los que se secularizaban, a que
presentasen un inventario de lo
que tenían en su habitación para evitar que se llevasen
enseres y dinero. El 16 de
mayo se procedió a la expropiación de todos los
beneficios eclesiásticos, excepto
los episcopales y parroquiales32.

El general francés que mandaba en Roma, Gouvion de


Saint Cyr, en fuerza del
art. 369 de la Constitución, dio el 11 de mayo de 1798
la ley n. 25 sobre la supresión
de conventos, y como primera aplicación fueron
suprimidos 31 de religiosos de
Roma pertenecientes a 15 órdenes diferentes. El 4 de
julio de 1798 se cerraron 187
conventos. El 11 de septiembre de 1798 se procedió a
suprimir otros 4 de Roma33.
Siguieron nuevas leyes para la supresión de cada uno
de los conventos, y el 21 de
abril de 1799 se cerraron 32 monasterios femeninos en
el territorio de la República
y otros 84 masculinos. Las normas fundamentales de
la ley n.25 establecía que:
no se podría recibir novicios, y los que ya estaban en
los conventos habrían
de regresar a sus casas en un plazo de diez días.

En cuanto a los religiosos de ambos sexos se


ordenaba:
en base al art. 343 de la Constitución no se reconocía
la existencia de votos
religiosos; los religiosos podrían abandonar la vida
monástica en cualquier
momento y se establecieron algunos subsidios para
quienes se salieran, sobre
todo si además se casaban34;

31 MARIO BATTAGLINI, La soppressione Lei conventi


nella Repubblica romana giacobina, en
Palatino, 9 (1965), 15. G. A. SALA, o. c. , I, p. 204 -
207.

32 Las órdenes se encuentran en los ‘bandos’ que se


pueden consultar en la Biblioteca de Historia
Moderna, Roma. Una exacta indicación de las leyes de
supresión emanadas de la República Romana
se encuentra en M. BATTAGLINI, La soppressione dei
conventi, o. c., pp. 12 - 13. R. DE FELICE,
La vendita dei Beni Nazionali nella Repubblica
Romana del 1798-1799, Roma 1960, pp. 111
- 120, relación de los conventos suprimidos, entre los
cuales dos de pasionistas.

33 G. A. SALA, o. c.,I, p. 200; II, p. 151 habla de cuatro


conventos cerrados en San Gregorio del Celio,
haciendo temblar a sus vecinos los pasionistas .

34 G. A. SALA, o. c., I, p. 266: las monjas sufrieron


todo tipo de restricciones, pero no salieron más
que algunas del monasterio de las ‘convertidas’, ex
prostitutas que aprovecharon las normas civiles;
II, p. 38: nuevamente elogia a las monjas de Roma, si
bien en algún pueblo de la República
alguna de ellas hubiera pedido la secularización; II, p.
122: ‘algunas comunidades de monjas son
auténticas joyas”; pero 4 sí pidieron la secularización;
III, p. 52: nueva alabanza del ejemplo de fortaleza
que estaban dando las monjas.
sólo podían suceder en la propiedad los religiosos y
religiosas que dejaran la
vida monástica;

quienes salían del convento podían llevarse los


muebles de su habitación y
los objetos de uso personal, excepto si eran de oro y
plata, pues esto iba a las
manos del Estado;

los religiosos que, por el contrario, se negaban a


abandonar la vida monástica
tenían que reunirse en conventos establecidos por la
autoridad civil y llevar
allí sólo los muebles de su celda y los objetos
personales;
los religiosos nacidos fuera de la República tenían que
salir de ésta inmediatamente;
se prohibió el cambio de religiosos de un convento a
otro para no crear presencias
ficticias en los monasterios con menos de tres
miembros, los cuales
quedaban suprimidos;

los bienes de los conventos suprimidos pasaban a ser


bienes nacionales35.

En total la supresión afectó a 309 conventos


masculinos y 32 monasterios
femeninos; en conjunto 341 casas religiosas de las
cuales 30 en Roma y las
demás en 112 ayuntamientos de la República36 37.

‘La catástrofe de 1798 -escribe Giuntella- les parece a


algunos contemporáneos
no un acontecimiento imprevisto e imprevisible, sino la
resolución providencial
de una crisis que era irreparable por otra vía”. “Estas
cosas -escribía
un anónimo redactor de periódicos de Roma-, así
como serán para eterno oprobio
de la nefasta nación (francesa), igualmente
demostrarán cómo el Señor,
indignado con toda categoría de personas, y para
favorecer la reforma general
de la Iglesia, permitió que fuera herido el pastor y
después castigado todo el
rebaño'*7.

5. 2. - La situación de la comunidad pasionista

Como consecuencia de la expulsión de los


‘extranjeros’, unos 30 pasionistas
se refugiaron en los dos retiros de Monte Argentado,
situados en el ‘Estado de
los Presidios’, unido al reino de Nápoles. Procedían: 8
de Roma, 7 de San Ángel,

35 MARIO BATTAGLINE La soppressione dei


conventi..., o. c., p. 16. OSVALDO PALOZZI, La
soppressione
degli enti religiosi maschili della Tuscia nel periodo
napoleonico, en La Tuscia nell’età
giacobina e napoleonica, Ronciglione 23-24 de mayo
de 1987, pp. 99 - 106. G. A. SALA, o. c. , I,
p. 208 - 209, 212.

36 MARIO BATTAGLINE La soppressione dei


conventi..., o. c., p. 16 - 17. GIACOMO MARTINA,
Gli istituti religiosi nell Stato Pontificio negli anni 1789-
1799, en VV. AA., La Revoluzione nello
Stato della Chiesa, o.c., pp. 455.

37 VITTORIO E. GIUNTELLA, Ricerche pe. una storia


religiosa di Roma nel Settecento, en Studi
Romani, 8 (1960), 313.
3 de San Eutiquio, 1 de Cometo, 3 de Pievetorina, 4 de
Morrovalle y otros 4 de
Recanati. Entre ellos se encontraba el Padre General
José Claris. Con los ya residentes
allí, llegaron a ser 45 religiosos. El cronista entona un
himno de agradecimiento
a la Providencia divina que hizo que no faltara la
comida necesaria, a pesar
de que los artículos eran caros y había sido escasa la
cosecha del año38. El ex General,
P. Juan Bta. Gorresio, se retiró primero a Cometo y
después a Vetralla donde
cayó gravemente enfermo. Los novicios habían sido
devueltos a sus familias el 5
de junio de 1798 y no regresaron hasta noviembre del
año siguiente39.

El card. Leonardo Antonelli, obispo de Palestrina y


amigo de la Congregación,
se vio obligado a salir de Roma; el card. José
Pamphily Doria, abad comendatario
de las Tres Fuentes a la que pertenecía Orbetello, lo
invitó a refugiarse
en esta última ciudad, a donde llegó el 28 de marzo
después de 13 horas de navegación
desde Civitavecchia. El 10 de abril se retiró al
noviciado de San José. Y
por su parte Mons. Juan Barbieri, fiscal de la Cámara
Apostólica y secretario de
la Congregación del Estado, benemérito de la
Congregación, pidió asilo en el
retiro de la Presentación. El card. Antonelli permaneció
en San José del 10 de
abril al 26 de junio. Los dos ilustres refugiados salieron
de allí en fechas diferentes
por miedo a que su presencia comprometiera a las dos
comunidades pasio-
nistas40. En contra de sus deseos, el card. Antonelli
tuvo que dejar aquella soledad;
en su relación dejó escrito:

‘Vi la soledad de Monte Argentarlo, me agradó, admiré


la virtud de aquellos
santos religiosos y quedé edificado; consulté con Dios
y con mi director y escuché
en el corazón una voz que me decía: “Egredere de
térra tua et de domo
patris tui, et veni in terram quam mostrabo tibi”. Esta
voz no he dejado de sentirla,
y durante la permanencia de dos meses he probado
todas las consolaciones
que suelen acompañar a quien sigue a Dios’41.

Los franceses, después de que Fernando IV de


Nápoles huyó a Palermo, asediaron
el Estado de los Presidios. Orbetello y Portércole se
enfrentaron a los
invasores, mientras Porto S. Stéfano capituló. Una
compañía de una veintena de
soldados subió, el 1 de mayo de 1799, a la
Presentación. Bloquearon a los religiosos
y saquearon el convento destruyéndolo todo. Robaron
la corona de la Vir
38 AGCP, B. IV - V/I-3, Cronaca Monte Argentario:
1798 - 1807, ff. 4-5.

39 AGCP, Copia Platea di S. Giuseppe, f. 8.

40 G. A. SALA, o. c., I, p. 123; 253: una carta del card.


Antonelli a sus diocesanos de Palestrina fue
interceptada y considerada peligrosa; por eso al
principio de junio se puso un cordón de soldados a
lo largo de la frontera hasta Viterbo para controlar a los
viajantes. Esta medida de la república romana
inclinó al cardenal a dejar a los pasionistas por temor a
comprometerlos.

41 Relazione del card. Antonelli, o. c. , ff. 50-106.


AGCP B.IV, V; 1-3, Vessazioni dei governi
repubblicani,
Monte Argentario, f. 2-5. ADRIANO SPINA, C. P, Il
Ritiro della Presentazione sul Monte
Argentario, Roma 1983, pp. 49-51. Del fervor religioso
del card. Antonelli queda testimonio en
Cronaca Monte Argentario, o.c., f. 1-3, en AGCP, B.IV
- V/l-3.
gen Niña presentada en el templo y el collar de perlas
que lucía en el cuello. Para
apropiarse de la corona de plata y algunas perlas del
cuadro de la Virgen que se
veneraba en el coro rompieron de dos culatazos el
vidrio que la custodiaba,
dejando señales que aún se aprecian hoy en día. Con
la punta de la bayoneta y
con la culata del fusil destrozaron la puerta del
sagrario, robaron el copón y
esparcieron las sagradas especies, que recogió y
consumió el P. Benedicto Ferre-
ri de San José. En la sacristía violentaron los armarios
y robaron los ornamentos
y otros objetos.

Después subieron al convento de San José y se


llevaron muchas cosas, pero
sin actos de vandalismo. Tras el saqueo, los soldados
se alejaron, pero los religiosos
no tuvieron valor para seguir en la casa, se refugiaron
en el bosque y marcharon
después a Portércole siguiendo diversas pistas.

El 5 de mayo los franceses levantaron el asedio de


Orbetello, y el rector, P.
Pablo Luis Pighi de María Virgen, que había quedado
bloqueado en la ciudad,
subió a Monte Argentario y puso manos a la tarea de
acondicionar la casa y de
recuperar lo que los franceses habían robado y
vendido en varios pueblos; sobre
todo trató de animar a los religiosos a que volvieran a
la comunidad42.

En la casa de los Ss. Juan y Pablo, de Roma,


permaneció el rector P. Pablo
Jacinto Heghli de la Sma. Trinidad con algunos pocos
religiosos; entre ellos el P.
Valentín Bistolli, segundo consultor general, y el P.
José Jacinto Ruberi. Los religiosos
tuvieron que adaptarse a tener consigo a las familias
de los militares
acuartelados allí. El rector fue llevado a la cárcel del
castillo de Sant’Angelo sin
que se conozca el motivo.

La casa de San Angel de Vetralla recibió también la


visita de los comisarios
del gobierno, quienes comunicaron a los religiosos que
quedaban libres de
sus votos. El provincial, P. Bemardino Paolini Costa,
declaró: “Quiero permanecer
en la Congregación hasta la muerte”. Y el Hno. Matías
Sbarra, extendiendo
el brazo, afirmó: “Aquí hay dos libras de sangre para la
Congregación”43.

Los gravámenes económicos que sin cesar recaían


sobre el pueblo y los propietarios,
las medidas antirreligiosas dictadas por los franceses y
los republica
42 AGCP, B.IV -V/l-3, Vessazioni..., o. c. .; Cronaca
Monte Argentario, ff. 6-10. B.II-I/3-5, doc. 4-5:
Monte Argentario, Memorie d’ambedue ritiri, f. 5. A.
SPINA, o. c.,pp. 52-55. G. A. SALA, o. c.,
Ili, p. 36: ‘Los franceses se han presentado en Monte
Argentario, donde està el noviciado de los
pasionistas, y lo han saqueado hasta no dejar un
davo’.

43 [BERNARDO M. SILVESTRELLI, C. P], Cenni


biografici di alcuni religiosi passionisti che
professarono
l’Istituto nel suo primo periodo di 50 anni, Roma 1886,
pp. 218, 257-258. AGCP, B. IV,
V/l-3, Per la cronaca della Congregazione 1796 - 1799,
f. 2 - 3.
nos crearon malhumor y oposición popular. Entre abril
y junio el descontento se
puso de relieve en la zona del Trasimeno y tomó forma
de sublevación, también
por influencia del levantamiento de los aretinos y más
tarde del alto Lazio, en
ciudades como Viterbo y Ronciglione. Cuando esta
ciudad fue recuperada, los
franceses la pasaron a sangre y fuego. Muchos de sus
habitantes y también los
de Caprarola se echaron al monte en el que se levanta
el convento pasionista de
San Ángel. Los religiosos se multiplicaron para
ayudarles. En el incendio de
Ronciglione ardieron muchos objetos y libros del retiro
de Anguillara que se
habían guardado en casa de un bienhechor cuando se
clausuró el 3 de julio de
179844. Los religiosos temieron represalias por la
ayuda prestada a los fugitivos
y abandonaron el convento. El último en partir fue el
provincial con 4 clérigos,
y todos se dirigieron a Cometo, donde encontraron a
otros compañeros que a su
vez habían huido de Roma45.

La comunidad de S. Ubaldo in Gubbio (PG) tomó parte


muy activa en las
rogativas públicas establecidas por el obispo para
merecer de Dios la liberación
de la ocupación francesa. En la ciudad y en la diócesis
se dieron casos de estatuas
y cuadros de la Virgen que lloraban, y el obispo
organizó una procesión
general en la que eran llevados las estatuas y cuadros
que habían lacrimado.
Cuando llegó el cambio de gobierno, la comunidad
encontró comprensión en el
presidente del municipio, Jacinto Tei, el cual permitió al
único religioso ‘extranjero’
que siguiera en la comunidad, e incluso autorizó la
postulación de puerta en
puerta. Los religiosos se comportaron prudentemente
también en el difícil
momento de la inauguración del árbol de la libertad. El
rector, P. Tomás Marzi
del Crucifijo, llamado por el obispo para hablar (en esta
ocasión), subió al palco
con miedo y ‘tuvo una devota intervención sobre la
gloria de la Cruz, cuyo estandarte
debiera levantarse en lugar del árbol de la libertad’46.
La comunidad pudo
disfmtar de paz.

44 AGCP, B. IV-V/1-3, Per la cronaca della Congr.,]fl-


3. G. A. SALA, o. c.,II, p. 257: el saqueo duró
nueve horas.

45 [B.M. SILVESTRELLI], Cenni necrologici, o. c., p.


257-258. Además de los daños que el retiro
sufrió en aquellas jornadas de confusión, hay que
añadir el hurto de 95 escudos que los señores
Squagliosi de Capránica habían dejado como depósito
para que se los guardasen como lugar más
seguro. El P. General, José Claris, para evitar que se
hicieran indagaciones contra la comunidad,
quiso que se devolviesen a la familia interesada, y
como el retiro no contaba con suficiente dinero,
impuso una contribución a todas las casas de la
provincia. AGCP, B. IV-V/1-3, Vessazioni dei
governi repubblicani. También Per la cronaca della
Congreg., f. 3. SBARRA DOMENICO, Ronciglio
ne ai tempi del direttorio di Parigi, Tip. Spada,
Ronciglione 1896, pp. 272-274.

46 AGCP, B.IV-V/2-6, Relación del P. Félix Torquati al


P. Pablo Luis Pighi, Superior General, el 1 -
IX- 1823. Otro informe del P. Felipe Sabbatucci de
Jesús y María en Bollettino della Congregazione...,
1926, pp. 339 - 351.
Los religiosos del retiro de Saeta María de la Piedad,
de Recanati (MC),
en 1796, en la primera invasión francesa, se asustaron
y algunos huyeron con el
vicario. El rector, P. Ignacio Rossi de San José
permaneció allí con algunos religiosos.
Los soldados acamparon cerca del convento; unos
setenta penetraron en
la casa y consumieron lo que allí había. Por fortuna
llegaron después algunos oficiales
que tomaron medidas en defensa de los religiosos.
Después del tratado de
Tolentino los franceses evacuaron las Marcas, pero
aparecieron en Recanati el 29
de enero de 1798, aunque no causaron molestias a la
comunidad gracias a la prudente
política del comandante francés y a la estima de que
gozaba el superior
local, P. Ignacio Rossi.

Las presiones del Edil de Montolmo contra los


pasionistas ‘extranjeros’ que
habían quedado en Morrovalle provocaron la orden de
expulsión para los cuatro
‘extranjeros’ que había también en Recanati. Si bien
los recanatenses se
mantuvieron con calma, no expresaron ningún
entusiasmo hacia la nueva república
a causa de su actitud represiva en el aspecto religioso
y también por los
impuestos forzosos y la requisa de caballos, heno, etc.
El pueblo de Recanati se
sintió herido en sus sentimientos por la supresión del
convento de Santo
Domingo, por el uso de esta iglesia como establo y la
de San Vito como pajar,
por la prohibición de llevar procesionalmente el
Santísimo, incluso para viático
de los enfermos.

Ya en 1797, en la zona montañosa de las Marcas,


había habido algunos
movimientos antifranceses, que se repitieron en 1798,
especialmente en la zona
de Áscoli47. La presencia del ejército napolitano y el
levantamiento del Lazio
inferior estimularon a algunos recanateses a
sublevarse también ellos. En el año
precedente se habían dado revueltas en Cingoli, Treia,
Jesi, Frossombrone, Urbi-
no, Macerata..., que Rieron fácilmente reprimidas por
los franceses48. La insurrección
de 1798 fue producto principalmente de la miseria de
los campesinos y
artesanos, por las constantes contribuciones de los
franceses y por el acaparamiento
de víveres para el ejército.

En la primavera de 1799, la noticia de que la segunda


Coalición europea
había obtenido algunas victorias contra los franceses
sirvió de motivo para nuevos
alzamientos. Vanni, una persona de buena posición de
Caldarola, se puso al
frente de los sublevados y el 14 de julio entró en
Macerata y otro grupo de amotinados,
capitaneados por Gentili, llegaron a Recanati. Al día
siguiente los fran

47 SANDRO PETRUCCI, Insorgenti marchigiani. Il


trattato di Tolentino e i moti antifrancesi del
1797, Sico Ed. Macerata 1996, pp. 12-15. DE FELICE,
La vendita dei beni, o. c., p. 63.

48 S. PETRUCCI, o. c„ en la parte II, trata de los


levantamientos de febrero - marzo de 1797 en las
legaciones de Urbino y Pesaro, Jesi, zona de Macerata
y Fermo.
ceses volvieron desde Loreto, pero dieron marcha
atrás al ver la resistencia del
pequeño grupo, al que sobrevaloraron. Los sublevados
marcharon sobre Loreto
y la tomaron49.

Los sublevados se dieron a la caza de ‘jacobinos’; es


decir, de colaboracionistas
de los franceses y quisieron registrar también el retiro
y la iglesia de los
pasionistas. Uno de éstos, en contra de la voluntad del
superior, pero animado
por algunos sacerdotes seculares, quiso ir a arengar a
los insurgentes.

Los franceses recibieron refuerzos de Ancona,


dominaron la sublevación y el
24 de junio de 1799 entraron en Recanati50. La gente,
los eclesiásticos y las monjas
se habían marchado el día anterior. Los pasionistas,
ante el temor de represalias
por la imprudencia de su compañero, abandonaron la
casa. El superior, R
Ignacio, quiso ser el último en salir y apenas pudo
escaparse del fusilamiento.
Los republicanos permanecieron tres días en la casa,
saqueándola y destruyendo
lo que no pudieron llevarse. Sacrificaron un cerdo en la
iglesia y simularon un
funeral con ornamentos litúrgicos y doble de campanas
a muerto. Antes de marcharse
bajaron de la torre las campanas, como habían hecho
en otras iglesias de
la ciudad, con el propósito de que no sonaran más
para reunir a la gente. Pasado
el fragor de la tempestad, los religiosos, que habían
permanecido por los alrededores,
regresaron a casa y con el rector a la cabeza se
dedicaron a convertir la
casa en habitable. A mediados de Julio
reemprendieron los actos de observancia
común de día y de noche pidiendo por la paz de las
naciones y de la Iglesia. Quedaron
horrorizados cuando les llegó la noticia de la terrible
represalia que los
franceses habían tomado contra Macerata los días 5-6
de julio51.

Las cinco comunidades de la provincia de la Dolorosa


databan del tiempo de
San Pablo de la Cruz, que pudo ir abriéndolas gracias
a la benevolencia de los
obispos, del clero y del pueblo. Tal afecto no se había
extinguido y muchos republicanos
conservaban simpatía hacia los religiosos y la
transmitían a los comandantes
franceses. Por eso las comunidades de Monte Cavo y
Paliano disfrutaron
de suficiente paz.

49 MONALDO LEOPARDI, Autobiografia di-, con


appendice di Alessandro Avoli, Tip. Befani, Roma
1883, pp. 110-115.
50 FRANCESCO MARIO AGNOLI, Le insorgenze
marchigiane, en Lo Stato della Chiesa, o. c., pp.
138 - 142. M. LEOPARDI, o. c., pp. 116 - 120.

51 AGCP, Vita del P. Ignazio di S. Giuseppe, ff. 18 -


21, 23 - 25, 34 - 37, 39 - 42. G. ANNIBALDI,
L’insurrezione
antifrancese di Cingoli del febbraio 1797 in un
documento coevo, en VV. AA., Studi Maceratesi,
n. 13, Milano 1979, pp. 375 - 399. AGCP, fotocopia,
LEONARDO DI SAN GIOV.BATTISTA,
C. P, Cronistoria della Provincia della Pietà 1905, pp.
21 - 23. G. A. SALA, o. c., I, p. 269. Descrizione
sulla caduta di Macerata Capo della Provincia della
Marca anconitana, presa per assalto dalle
Truppe Francesi, e Legionarie Romane, dagli Ebrei, e
Patrioti Anconitani il di 5 luglio 1799. Lettera
di un Maceratese ad un suo amico di Pavia, ristampa
Comune di Macerata 1999.
Por el contrario, a la de San Sosio, y sobre todo a las
de Terracina y Cecca-
no, les tocó sufrir no poco por culpa de algunos
republicanos facinerosos. Los
religiosos salían del convento llevando la escarapela
tricolor, se abstuvieron de
predicar según la prohibición y el 23 de mayo de 1798,
al concluir las vísperas
de Pentecostés, clausuraron el noviciado de
Paliano52, todo lo cual no fue suficiente
para aquellos nuevos ‘caballeros’.

En Terracina, durante los cuatro primeros meses de la


ocupación, el comandante
se mostró conciliador y mantuvo la paz con la gente.
Pero después llegó
un déspota -la crónica le llama ‘ateo’- que impuso al
clero y a los religiosos, sin
excluir a los pasionistas, la obligación de hacer la
guardia y patrullar con los centinelas.
Prohibió el toque de campanas y mandó quitar las
cuerdas de los campanarios
y que la misa se celebrara con las puertas cerradas.

Un día ordenó el arresto de los canónigos, que se


habían reunido contra sus
consignas. Los ejecutores de la orden temieron haber
caído en excomunión y
pidieron la absolución; el vicario general de la diócesis
encargó a un pasionista
que se la diera, lo cual atrajo las iras del comandante
contra los pasionistas.

En el verano de 1798, el comandante renovó la orden


de que el clero y los
religiosos entre 16 y 46 años hicieran por tumo la
guardia en la ciudad, o que
pagaran cuatro julios para un suplente. Llegó incluso a
extenderse el rumor de
que los religiosos y sacerdotes con menos de 35 años
podrían ser llamados a las
armas para ir a Egipto en apoyo del ejército de
Napoleón.
La tarde del 2 de agosto de 1798 unos quince
insurrectos detuvieron a la
guardia nocturna. El comandante mandó
inmediatamente que, por considerarlos
instigadores, todos los eclesiásticos se reunieran en
una gran sala. El salió con
algunos hombres armados por la puerta marina para
observar los movimientos
de los insurrectos, los cuales, al amparo de la noche,
lo asesinaron53 y se dieron
a la fuga. A la mañana siguiente llamaron a la puerta
del convento pasionista en
busca de comida y bebida, y ordenaron a los religiosos
que, enarbolando el crucifijo,
lo llevaran a la ciudad. Los religiosos se resistieron,
pero uno de ellos
tomó el crucifijo de la escalinata y se fue con los
compañeros hacia la ciudad;
por el camino se les unieron unas 200 personas más.
Repicaron las campanas,
echaron por tierra el árbol de la libertad, y el cmcifijo
fue colocado sobre una
mesa54 con una imagen de la Virgen al lado. Los
insurrectos además fueron a
arrestar a las personas sospechosas y destruyeron la
cancillería.

Al día siguiente, el superior, R Carlos Bruna de los SS.


Corazones de Jesús
y María, quiso ir a la ciudad para ver cómo habían
transcurrido las cosas. Fue

52 AGCP, fotocopia Registro eli Noviziato di Paliano, I,


f. 68.

53 G. A. SALA, o. c., II, p. 58.

54 G. A. SALA, o. c., II, p, 68 recuerda este hecho.


invitado a predicar para animar a la multitud a elegir un
jefe responsable y a que
se mantuvieran atentos en la defensa de la ciudad y de
la religión. Volvió seguidamente
con otros religiosos para cantar el Te Dem. Por el
contrario, los sacerdotes
diocesanos no quisieron saber nada. Pero no llegaron
los refuerzos que los
insurrectos esperaban de Nápoles, y el 8 de agosto la
ciudad fue asediada por los
franceses, que desmantelaron la resistencia de los
pocos defensores que habían
quedado; entre ellos se destacó una mujer, esposa de
un albañil, que logró explotar
un cañón, causando una masacre de franceses. Unos
días antes, en su huida,
algunos de los resistentes se detuvieron en el retiro
pasionista antes de ponerse a
salvo en las montañas. La ciudad y el retiro pasionista
fueron saqueados. Habían
salido ya el superior y otros dos religiosos que habían
apoyado a los insurrectos.
En casa habían quedado solamente dos sacerdotes,
uno muy enfermo, y tres
hermanos legos. Los soldados despojaron al enfermo
hasta de la camisa de lino
que llevaba puesta. Algunos amigos advirtieron a los
sacerdotes que peligraba
su vida y se escondieron; de esta manera allí no
quedaron más que los tres
hermanos55.

La comunidad de Santa María de Corniano en


Ceccano (FR) sufrió bastantes
disturbios a causa del levantamiento del verano de
1798 en Ferentino, en
Ceccano y en otros pueblos vecinos. La comunidad
había ofrecido acogida y
ayuda a los que llamaban buscando refugio. El 29 de
julio de 1798 una patrulla
de insurrectos quiso registrar la casa por la sospecha
de que allí se escondía un
jacobino. No lo encontraron. En el momento de
marchar, llegaron otros compañeros
que pedían medallas e imágenes de la Virgen para
adornar su sombrero, y
de hecho vieron satisfecho su deseo. No se
contentaron con eso; quisieron que
los religiosos asistieran al “Te Deum’”y al derribo del
árbol de la libertad, y estuvieran
presentes en el alzamiento de la Cruz. Mientras tenía
lugar la ceremonia,
la iglesia se vio invadida por nueva gente armada que
buscaba a los cuatro principales
jacobinos, ‘pensando -escribe el cronista- que así
hacían más solemne la
función y aseguraban el final de la revolución
quitándolos de en medio’. Los
religiosos y otros eclesiásticos persuadieron a la gente
armada que se limitaran a
que aquellos cuatro pidieran públicamente perdón al
pueblo, y que después los
dejaran en libertad56.

Pero cuando se restauró la república, estos individuos


proporcionaron no
pocos quebraderos de cabeza a los pasionistas: con
una carta falsificada obtuvieron
del capitán de los franceses un inventario de los
bienes del retiro y la
orden de expulsión de los religiosos ‘extranjeros’ en un
plazo de diez días. Los

55 AGCP, FILIPPO, Cronaca, III, ff. 85 - 92, ’06-114.

56 FILIPPO, Cronaca, III, ff. 103 - 105.


religiosos consiguieron que uno de ellos pudiera
escapar hasta Anagni, para que
el comando general verificara la existencia de tales
órdenes. El general estaba al
tanto de la actuación de los religiosos para liberar a los
cuatro jacobinos y mandó
al capitán que les devolviera cuanto les había quitado
y que los dejara tranquilos.
Cuando, por el contrario, se restauró el gobierno
pontificio, se mandó a los
jacobinos de Ceccano que reparasen los daños
causados a los religiosos, pero
éstos les perdonaron esta obligación57.

El superior de Ceccano, P. Pedro Francisco Tissier del


Santo Crucifijo, refugiado
con otro sacerdote en el reino de Nápoles, encontró
acogida en el pueblo
de Atina, donde se le ofreció la ermita de San Marcos,
contratado por el canónigo
Santiago Sabatini. A ellos se agregaron otros dos
religiosos. Ceccano permaneció
muy adicto a los religiosos y les ayudó además
económicamente58.

Las comunidades de Monte Cavo, Paliano y San Sosio


se vieron libres por
la tolerancia de las autoridades republicanas y el
apoyo de viejos amigos, entre
los cuales las familias Colacicchi de Anagni, Angeletti
de Ceccano, Benedetti de
Falvaterra (San Sosio), Calzelli de Paliano, Parisella
de Monticelli en los confines
del reino de Nápoles59.

5. 3. - La efímera marcha del rey de Nápoles contra los


franceses.

En el año 1798 se multiplicaron las sublevaciones


populares al norte y al sur
de la península contra los franceses. En la raíz de la
oposición estaban los sentimientos
religiosos y patrióticos, pero especialmente los
grandes sufrimientos
que el pueblo se veía obligado a soportar por los
impuestos constantes, la obligación
de suministrar caballos y soldados, la requisa de casas
para los soldados,
más ordinariamente para los oficiales, el cambio
radical del calendario y del
modo de computar las horas, la lucha contra los
religiosos, las batallas que arrasaban
campos, destruían cosechas e impedían el comercio.
Pero la retirada de los
franceses no tendrá lugar hasta después de la victoria
de la coalición austro-rusa
en la primavera de 1799.

En este ambiente hay que colocar el intento de


Femando IV de Nápoles de
defender su reino de los intmsos franceses y de
expulsarlos también del Estado
Pontificio. El 28 de abril de 1798 envió a todos los
entes eclesiásticos diocesa
57 FILIPPO, Cronaca, o. c. ,,HI, f. 114-121. AGCP,
fotocopia Platea del ritiro di S. Maria di Cornia-
no presso Ceccano, I, ff. 8 - 9, cuenta los hechos con
algunas diferencias. GIUSEPPE COMPA-
RELLI, I Passionisti a Ceccano da 250 anni: 1748 -
1998, Passionisti, Ceccano 1998, pp. 26 - 35.

58 FILIPPO, Cronaca, o. c., Ili, ff. 129 - 132. AGCP,


fotocopia Platea del ritiro di S. Maria di Cor-
niano presso Ceccano, I, ff. 9.

59 FILIPPO, Cronaca, o. c„ III, ff. 108 - 109, 124 - 125,


135 - 137.
nos y regulares un Despacho Real; en él se solicitaba
ayuda para organizar y
mantener un ejército, enviando personas aptas para
las armas y contribuyendo
con recursos financieros.

Los pasionistas de las comunidades de Monte


Argentarlo, que estaban dentro
del reino, se sintieron obligados a colaborar dentro de
su pobreza, y ofrecieron dos
ducados mensuales para todo el tiempo que durase el
ejército extraordinario.
Entregaron hasta la única bandejita de plata que
tenían, de unas vinageras60.

A mediados de noviembre de 1798 el ejército


napolitano comenzó a penetrar
en el Estado Pontificio. El superior de Terracina, P.
Carlos Bruna de los Corazones
de Jesús y María, refugiado en Ñapóles en otro
tiempo, pidió ser enrolado como
capellán. Llegado al confín del Estado Pontificio el
vicario general del capellán
mayor, Mons. Carrano, pidió al P. Vicente María
Strambi que le proporcionase dos
capellanes más. Él, que había ido de Monte Argentado
a San Sosio como delegado
del superior general, destinó a tal servicio al superior
de Ceccano, P. Pedro
Francisco, refugiado en Atina, y al de San Sosio, P.
Francisco Javier de San Luis.
Pero al llegar a Roma estos dos solicitaron ser
relevados del oficio, y quedó sólo
el superior de Terracina. A finales de noviembre el
ejército entraba en Roma. Todos
se hicieron ilusiones de que había concluido la
revolución.

El General P. José Claris regresó a la capital y llamó al


provincial de la Dolo-
rosa para ver cómo se podrían reorganizar las
comunidades dispersas. El 30 de
noviembre de 1798 envió una circular a todos los
religiosos, asegurándoles que,
en los últimos meses, se había sentido muy unido a
ellos, a pesar de que no le
fue posible ir a verlos ni tener noticias. Mandó que del
8 al 10 de diciembre se
hicieran oraciones ‘en acción de gracias por los
beneficios recibidos, para implorar
en favor de la Congregación las gracias necesarias y
oportunas en orden a la
santificación y aumento de sus miembros, y en
sufragio de los fieles difuntos’.
Añadía que la gratitud a Dios habría que manifestarla
‘no sólo de palabra, sino
con obras’. Pedía a los provinciales y superiores
locales que precedieran a los
religiosos en la observancia, que se mostraran
amables y alentaran a los religiosos
a ser fieles a la Regla, ‘único medio para mantener el
espíritu de nuestro instituto’
6’.
Pero en tomo al rey de Ñapóles se respiraba aire de
traición62. El cronista P.
Filippo escribe que los oficiales no procedieron ‘con
buena fe ni según las reglas
del arte militar’, y que trataban mal a los soldados, con
lo que aumentaba su descontento.
El general francés Championnet, tres semanas
después de la entrada de

60 AGCP, B.IV - V/l-3, Vessazioni, o. c. ; Cronaca


Monte Argentario, o. c., ff. 3-4.

61 En Acta XVI (1948 - 1950), 199 - 200.

62 G. A. SALA, o. c., I, p. 123: del rey de Nápoles


escribe: ‘La desmoralización dentro de sus Estados
y en la tropa es grande...’; II, p. 253, añade: Tenemos
la amargura de reconocer que los daños
causados por las tropas napolitanas son
proporcionalmente mayores que los de las franceses’.
los napolitanos, emprendió la contraofensiva y el
ejército se dio a la fuga dejando
en poder de los franceses víveres y armas. El rey salió
de Roma haciendo
correr la voz de que marchaba a visitar a sus tropas
acampadas en Velletri. En
cambio a toda prisa marchó a Nápoles y se embarcó
con toda la familia rumbo a
Palermo63.

A la huida del ejército se añadió la de muchos obispos,


sacerdotes y religiosos
por temor a represalias, ya que los franceses les
atribuían la sublevación
popular. Circulaba la voz de que en Anagni el mando
republicano había publicado
una lista de condenados a muerte y que entre ellos
habría once pasionistas.
El obispo de Anagni habría comunicado a dos
pasionistas que había oído al
general republicano dar la orden de fusilar a los
pasionistas como promotores del
levantamiento de Terracina64. Así que los religiosos
huyeron hacia Nápoles el 19
de diciembre de 1798.

No era menor el miedo en las comunidades de


Ceccano y San Sosio, cuyos
rectores habían actuado como capellanes del ejército
napolitano. Siguiendo instrucciones
del provincial, los religiosos de las dos comunidades
marcharon; en
Ceccano quedaron sólo cuatro legos y dos sacerdotes,
y en San Sosio unos seis
o siete religiosos. Un sacerdote y un hermano fueron
acogidos por el pueblo de
Atina, pero 14 religiosos (9 sacerdotes y 5 hermanos)
se encontraron en Nápoles
y fueron distribuidos por varios conventos de la ciudad,
gracias al interés del
príncipe Pignatelli, lugarteniente del rey, y del cardenal
arzobispo Capece Zurlo,
teatino65.
La casa de Terracina, abandonada por los religiosos,
fue declarado en venta por
los ocupantes republicanos. Mucha gente se apresuró
a despojar al retiro de lo que
había quedado, sin excluir los vasos de noche.
Proclamada la república partenopea
(napolitana) el 23 de enero de 1799, los religiosos de
esta comunidad, que estaban
refugiados en Nápoles, obtuvieron licencia para volver
a ella, pero no encontraron
más que ruinas. Entre febrero y mayo de 1799 los de
las comunidades de Ceccano
y San Sosio pudieron regresar a la respectiva
residencia.

El Superior General tomó el camino de Monte


Argentado dos días después de
la huida del rey Femando. Esta decisión resultó
providencial, pues los republicanos
estuvieron buscándolo por una carta a un pasionista
refugiado en Nápoles y
que habían interceptado, que contenía expresiones
contrarias a la república66.

63 FILIPPO, Cronaca, III, f. 138, 151.

64 SALA cita frecuentemente bandos contra


sacerdotes y religiosos a quienes los gobernantes
consideraban
promotores de levantamientos. En realidad los
eclesiásticos, como muchos nobles, eran
contrarios a las sublevaciones, por considerarlas
inútiles y origen de mayores males para el pueblo.

65 FILIPPO, Cronaca, III, f. 153 - 161. Bibl. Naz.


Napoli, sec. mns. Diario della Casa S. Paolo dal
1759 al 1804, ff. 434 - 435, vol. V, S. Martino, 686, el
13 de enero de 1799 dice que ‘un padre de
los pasionistas, fugitivo de Roma’, por orden del
arzobispo había llegado a vivir en la casa.

66 FILIPPO, Cronaca, III, f. 163.


La sublevación continuaba en Civitavecchia, que
resistía al asedio de los franceses.
El ministro de Justicia de la república quiso hablar con
el Superior General,
suplicándole que ‘enviase (a Civitavecchia) al célebre
P. Vicente, a fin de que volviera
al buen camino a sus ‘conciudadanos’. Se le aseguró
que el P. Vicente Stram-
bi ni se encontraba en el retiro ni sabían en dónde
podría estar, y que en su lugar
enviarían a otro religioso si le parecía bien. Pero la
propuesta no fue aceptada.

6. - Reacción del pueblo y retirada de los franceses

Nuevas tribulaciones iban a caer sobre el pueblo y los


religiosos con los levantamientos
populares iniciados en diversas regiones del reino
napolitano y en las fortalezas
colindantes con el Estado Pontificio. Los grupos de
partisanos, llamados
‘insurrectos’, estaban formados por personas de honor
que actuaban sin cometer
rapiñas y movidos exclusivamente por un afán
patriótico y hasta de buena fe. Desgraciadamente
se les unieron auténticos bandidos que se entregaron
al robo y se
convirtieron en motivo de miedo para la gente más que
los mismos franceses. El P.
Filippo recuerda el caso de un religioso, aunque no cita
de qué congregación, que
‘por la mañana, después de haber cumplido sus
devociones, se quitaba el hábito,
tomaba el fusil y unido a otros marchaba a la caza de
soldados, y después de haber
asesinado unas veces más y otras menos, regresaba
por la tarde al convento, se
revestía nuevamente del hábito y seguía las demás
observancias. Prosiguió esta caza
por mucho tiempo, y por su cuenta mató a unos
cuarenta’67 68.
En la primavera de 1799, el ejército francés comenzó a
retirarse del reino de
Nápoles y los insurrectos se extendieron por el Estado
Pontificio. Visitaron
varias veces el retiro de Terracina y robaron un caballo
que los religiosos, con
muchos sacrificios, habían comprado después que los
franceses les habían quitado
el anterior. Un día se presentó en la casa Fray Diablo,
nombre de batalla de
Miguel Pezza. Los religiosos le expusieron el caso y él
mandó que se les restituyeran
el caballo y otros enseres. Peores calamidades tocó
sufrir a la comunidad
de San Sosio por parte de los insurrectos63.

El retiro de Paliano había vivido bastante tranquilo,


pero durante el levantamiento
del pueblo y la reconquista de parte de los
republicanos atravesó días
angustiosos por la invasión y los robos cometidos por
un gmpo de insurrectos69.
El de Monte Cavo, que había disfrutado de paz en lo
alto del monte, también
tuvo que atravesar malos momentos al final.
Insurrectos - bandoleros en gmpo

67 FILIPPO, Cronaca, ff. 170 - 171.

68 FILIPPO, Cronaca, ff. 171 - 179. G. A. SALA, o. c.,


II, p. 113: ‘Los daños que tales grupos (de
insurrectos) causaron a los pueblos y a los individuos
particulares son incalculables ’.

69 GIOACCHINO DE SANTIS, S. Maria di Pugliano


presso Paliano, Passionisti, Paliano 1974, pp.
94 -98.
penetraron en el retiro, cometieron robos y se llevaron
a dos sacerdotes de Velle-
tri que practicaban los ejercicios espirituales, y a un
bienhechor de Civita Lavi-
rria (hoy llamada Lanuvio) que se hallaba en la
comunidad con dos de sus hijos.
Los condujeron a Rocca di Papa y de allí a Frascati
entre amenazas de la gente,
que los creía jacobinos. El superior, P. Emidio de San
Luis, y el P. Rafael de la
Virgen Dolorosa, se apresuraron a presentarse en
Frascati para demostrar la inocencia
de los detenidos, pero para conseguir permiso de
salida de la ciudad tuvieron
que abonar a la caja militar una buena suma de
dinero70.

En el otoño de 1899 los franceses fueron expulsados


de Italia y quedaron restablecidos
los gobiernos destronados. En el momento del paso de
los insurrectos
varios patriotas, llamados también jacobinos,
encontraron refugio en las comunidades
pasionistas, aún cuando algunos habían dado no
pocos quebraderos de
cabeza a los religiosos cuando gobernaban ellos. En
San Sosio los religiosos
pudieron ofrecer apoyo a algunos refugiados, pero
nada pudieron hacer por los
ciudadanos de Ceprano que los insurrectos se llevaron
para fusilarlos algunos
días después. En cambio en Terracina consiguieron de
Fray Diablo clemencia
para cuatro conciudadanos refugiados en el
convento71.

7. - La Congregación al terminar la invasión francesa

Las calamidades más duras de la invasión francesa


afectaron a las comunidades
del Lazio inferior por la actitud obstinada de algunos
republicanos y por
el ir y venir de soldados napolitanos, Lanceses y
republicanos, a los que se unieron
los insurrectos y los bandidos. Esto significó continuos
gastos para el pueblo,
inseguridad social, robos y venganzas. Si bien los
daños en los retiros eran
grandes, las personas salieron ilesas a pesar de tantos
peligros de muerte. Sólo el
hermano Agustín de la Dolorosa (Celso Terelle), que
salió de la Congregación,
se vio envuelto en una sublevación, fue detenido y
murió fusilado72.

El Superior General, en cuanto pudo moverse, a pesar


de que el ejército francés
estaba aún cerrado en el Castillo de Sant’Angelo y al
norte de Roma, viajó
hacia el sur para tomar nota del estado de los
religiosos. Visitó las comunidades
y celebró el capítulo provincial, retrasado por las
circunstancias. A la espera de
que también Roma quedase liberada, se detuvo en
Monte Cavo. El 30 de septiembre
de 1799 cayó la república romana, lo que ponía fin al
dominio francés,
y el Superior General, el 1 de octubre, volvió a la casa
de los Ss. Juan y Pablo.
Inmediatamente convocó el capítulo de la provincia de
la Presentación, que se

70 FILIPPO, Cronaca, III, ff. 178 -179,181 - 184,193 -


195. AGCP, B. III-IV/1-4: Platea per il Ritiro
della SS. Trinità in Monte Cavo, f. 16.

71 FILIPPO, Cronaca, III, ff. 180 - 181.

72 FILIPPO, Cronaca, IH, f. 185.


celebró el 25 de octubre en S. Ángel de Vetralla.

El 10 de octubre algunos correos difundieron por


Roma el rumor de que Pío
VI había muerto, pero el Vicegerente esperó la noticia
oficial y no dio un comunicado
impreso hasta el día 26. El 29 la comunidad de los Ss.
Juan y Pablo celebró
funerales solemnes, y el P. Vicente Ma. Strambi
presidió la misa, ya que el
General estaba en el capítulo de la Presentación.

La comunidad pasionista estaba muy unida a Pío VI,


que había conocido y
apreciado al fundador, había confirmado las Reglas y
Constituciones en 1775 y
había dado tantas muestras de benevolencia. El
General, en la circular del 27 de
noviembre de 1799, recordaba:
‘Su vida, realmente sacrificada a Dios, en los penosos
sufrimientos por la religión,
por la fe, nos da una fundada esperanza, por la gracia
divina, de que Dios le
haya recibido ya en su gloria. No obstante, como no es
evidente, el deber exige que
toda la Congregación dé un filial testimonio de
agradecimiento a tan insigne Padre
y Bienhechor. Por tanto ordenamos que en cada retiro,
donde no se haya hecho ya,
se recite en el coro el Oficio de Difuntos, y los
hermanos legos reciten el rosario completo
a la Santísima Virgen María; que se cante
solemnemente la Misa de Difuntos y
al final se imparta la absolución; que cada sacerdote
aplique una Misa, y los clérigos
y legos tres comuniones; que la comunidad de cada
retiro aplique tres tardes el
rosario que suele recitarse, y finalmente que todos
tomen una vez la disciplina m.
8. - Que florezca el verdadero espíritu de la
Congregación y de vuestro
Ven. Fundador73 74

8.1. Circular del Superior General

El 27 de noviembre de 1799, el Superior General envió


a los religiosos una
circular para invitarles a dar gracias a Dios en la fiesta
de la Inmaculada Concepción
de María, 8 de diciembre: ‘No es casualidad la elección
de este día, sino
hecha con plena conciencia, pues deseamos que
todos vosotros tengáis claro que
si Dios nos ha fortalecido con su gracia, y nos ha
preservado de infortunios aún
más funestos, y si la Congregación está en pie para
mayor gloria de Dios, la Virgen
María nos ha obtenido tal favor . La acción de gracias
se repetiría en la
73 Acta XVI (1948 - 1950), 208. Para la difusión en
Roma de la noticia de la muerte del Papa, cfr. G.
A. SALA, o. c., III, p. 129, 131 - 132, 146. AGCP, Libro
in cui si notano le Messe che si dicono
per i fratelli e benefattori defonti della nostra
Congregazione dal 1788 al 1827, f. 134, se hace un
grande elogio del Papa y de su benevolencia hacia la
Congregación; entre los celebrantes aparecen
dos sacerdotes no pasionistas: Víctor Jacobus Cibon y
Joannes Maria De Voyon. ¿Serían sacerdotes
franceses emigrados?

74 La frase es del capítulo de la provincia de la


Dolorosa.
misma fecha durante dos años más.

Insistía en que Dios esperaba ‘el agradecimiento de un


corazón puro, de un
espíritu limpio, de un gran fervor con que debemos
servirlo... Es el momento de
que nosotros, como tantas otras víctimas vivas y
santas agradables a Dios, nos
ofrezcamos a Dios en holocausto, atentos a vivir con
mayor espíritu una existencia
santa e irreprensible’. Recomendaba, como medio
eficaz para mantener
el fervor del espíritu, el acudir a la conferencia, al
menos mensual, con el supe-
rio:- o con el director espiritual: ‘Experimentaréis, hijos
amados, sus grandes
ventajas, os veréis libres de las artimañas diabólicas,
caminaréis por la vía de
las virtudes auténticas, lograréis paz verdadera y
tranquilidad de corazón, y se
enfervorizará cada vez más vuestro espíritu
8. 2.- Capítulos provinciales de 1799

Los motivos que el R Claris mencionaba en la carta


para estimular el fervor de
espíritu los había presentado a los capitulares de las
dos provincias para remediar
las debilidades existentes. Estos capítulos debían
reunirse en abril de 1799, pero el
General, previendo algunas dificultades, pidió a Pío VI,
el 19 de marzo de 1798, la
facultad de sustituir a los superiores reuniéndose con
el provincial y sus consultares
y e.1. rector de la comunidad en donde estuvieran
congregados, o, si no fuera posible
esto, con dos religiosos al menos; o, si ni esto
resultara viable, suplir él solo. El 25
de junio de 1799 obtuvo del delegado pontificio que
había quedado en Roma la
facultad, por un trienio, de confirmar o sustituir a los
superiores como mejor le
pareciera, y de convocar los capítulos en el momento
más conveniente75 76.
/k) W Capítulo de la provincia de la Dolorosa, 16 de
agosto de 1799. Como se
ha recordado ya, el P. Claris, en cuanto la situación
militar le permitió viajar al
s-.-.i', visitó las comunidades e hizo que el provincial,
P. Santiago de las Santas
Llagas, convocara el capítulo para el 16 de agosto en
el retiro de Santa María de
Comiano, Ceccano. Los cinco rectores77, los dos
consultores y el provincial con
el Superior General se reunieron el 13 de agosto para
iniciar el triduo de oración

75 Acta XVI (1948 - 1950), pp. 205 - 208.

76 Acta XIII (1936), 179 - 181, la solicitud la había


presentado el 19 de marzo, y la respuesta llegó de
Florencia, donde el Papa estaba detenido, el 25 de
julio de 1798.
77 La comunidad de Terracina había tenido que sufrir
por culpa de sus rectores. El P. Carlos del Corazón
de Jesús, elegido en el capítulo de 1796, no aceptó; le
sustituyó el P. Pedro Pablo del Corazón de María,
el cual, atacado de hidropesía, fue a Roma para ser
atendido y allí murió al cabo de 7 meses, el 28 -V-
1798, a los 50 años. Le siguió el P. Francisco del
Calvario, que se comprometió con la insurrección de
Terracina, huyó a Nápoles donde renunció al oficio y
más tarde pidió la salida del instituto, que le fue
concedida el 24 de octubre de 1799. El General, a
tenor de una facultad recibida, lo sustituyó con el P.
Ángel de San Juan Evangelista poco antes del
capítulo. AGCP, Dol, Cap. prov. X, 1799. Registro dei
dimessil, n. 127;Libro in cuisinotano leMesseper ifratelli
e benefattori defonti... 1788-1827, f. 121.
y las reuniones preliminares. Estas debieron de ser
muy serenas, a juzgar por la
rapidez con que se efectuaron las elecciones. Estaban
presentes:

Santiago de las Santas Llagas, provincial


Vicente de San Andrés, primer consultor
Mariano de San Máximo, segundo consultor
Pedro Francisco del Crucifijo, rector de Ceccano
Francisco Javier de San Luis, rector de San Sosio
Angel de S. Juan Evangelista, rector de Terracina
Miguel Ángel de la V. Dolorosa, rector de Paliano
Emidio de San Luis, rector de Monte Cavo.

El P. Santiago de las SS. Llagas fue confirmado al


primer escrutinio. El presidente,
P. Claris, había autorizado la elección de algunos
religiosos de la Presentación,
y para primer consultor fue votado al primer escrutinio
el P. Felipe de
la SS. Concepción, de esta provincia. El P. José de S.
María lo fue para segundo
consultor a la tercera votación.

Como rectores salieron elegidos:

P. Mariano de San Máximo, al primer escrutinio, para


Ceccano.

P. Francisco de S. Juan, al primero, para S. Sosio.

El P. Bartolomé de los Dolores de María, también al


primero, para Terracina.

El P. Emidio de San Luis, igualmente al primero, para


Paliano.

El P. Ángel de S. Juan Evangelista, al cuarto, para


Monte Cavo.
Como no se pensaba abrir de inmediato el noviciado
no hubo elección de
maestro de novicios78.

Se dieron algunas advertencias para mejorar el estilo


religioso, algo disminuido
tal vez por las peripecias que conocemos.

B) X Capítulo de la provincia de la Presentación, 25-27


de octubre de 1799.
Recuperada la tranquilidad en la zona del Lazio, el P.
General encargó al provincial,
P. Bemardino de la Corona de Espinas, que
convocase el capítulo para el 25 de octubre
en San Ángel de Vetralla. El 22 estaban ya reunidos
los siguientes:

P. José Claris, General;

P. Bernardino de la Corona de Espinas, provincial;


P. Claudio de S. María, primer consultor79;

78 AGCP, fotocopia del Registro del Noviziato di


Paliano, 1,1758 -1803, f. 69, señala la primera toma
de hábito el 8 de diciembre de 1800.

79 En 1796 había sido elegido primer consultor el P.


Santiago de las SS. Llagas, más tarde nombrado
provincial en la Dolorosa; por eso el P. Gregorio
Soldatelli de la Visitación pasó a primer consultor,
y para segundo fue elegido el P. Claudio Crescenzi de
Santa María; pero el P. Gregorio murió
el 31 de enero de 1799, y el P. Claudio pasó a primer
consultor, y para segundo fue elegido el P.
Fancisco del Divino Amor.
P Francisco del Divino Amor, segundo consultor. Más
los rectores:

P. Pablo Antonio de la Agonía del Señor, de los SS.


Juan y Pablo, en lugar del P.
Pablo Jacinto de la SS. Trinidad, que había
renunciado;

P. Pablo Luis de María Virgen, de Monte Argentario;

P. Raimundo de María Virgen, de San Angel, en lugar


del P. Felipe de la SS. Concepción,
elegido primer consultor de la provincia de la Dolorosa
y que había sustituido
al P. Claudio de Santa María cuando éste fue elegido
segundo consultor;

P. Isidoro de San Juan Bautista, de San Eutiquio;

P. Juan Andrés del Niño Jesús, de Morrovalle, en lugar


del P. Felipe de la SS.
Concepción, elegido rector de San Ángel por el P.
Claudio nombrado segundo
consultor;

P. Gregorio de San Miguel, de Pievetc riña;

P. Tomás del Crucifijo, de Gubbio;

P. Ignacio de San José, de Recanati.

Faltaban el P. Pascual de San Pedro, rector de


Toscanella cerrado en 1797, ya
muerto; el P. Blas de San Vicente Ferrer, de
Anguillara, clausurado por la república
romana; no se confirmó su patente porque allí no
quedaba comunidad, y él
mismo, para más tranquilidad jurídica, escribió una
renuncia formal a cualquier
derecho que pudiera quedarle de intervenir en el
capítulo.
Tras varios escrutinios’ fue elegido provincial el P.
Ignacio de San José, y el
P. Bernardino de la Corona de Espinas primer
consultor ‘después de algunos escrutinios’
; en cambio se necesitaron muchas votaciones para el
segundo, P. Pablo Luis
de María Virgen. Se pasó inmediatamente a la
designación del maestro de novicios,
pues el P. General creyó que debería abrirse al menos
un noviciado80; y ‘al primer
escrutinio’ resultó nombrado el P. Isidoro de S. Juan
Bautista.

Para rectores fueron elegidos:

1) Roma, P. Juan Lucas de la Asunción; 2) Monte


Argentario, P. Mateo del Verbo
Encamado; 3) San Ángel, P. Claudio de Santa María;
4) San Eutiquio, P. Ángel
de la Asunción; 5) Corneto, P. Vicente María de Jesús;
6) Morrovalle, P. Ludovico
de San José; 7) Pievetorina, P. Simón de San
Estanislao; 8) Gubbio, P.
Ángel Luis de San Rafael; 9) Recanati, P. Francisco
del Amor Divino.

8. 3. - Orientaciones espirituales y prácticas de los dos


capítulos provinciales.

Bajo el influjo del P. Claris, los capitulares de las dos


provincias analizaron
algunos problemas espirituales y organizativos más
urgentes. Se preocuparon de
ia ‘soledad para favorecer la oración, y de la caridad
fraterna para dar vigor y
alegría a la comunidadY tomaron las medidas
encaminadas ‘a evitar algunas

80 AGCP, B. II -1/3-5, doc. 4 - 5: Monte Argentario,


Memorie, o. c., f. 5.
relajaciones que encontraron la puerta abierta durante
los tiempos tan infelices
que habían pasado’, según las actas del capítulo de la
Presentación. De él salieron
algunas directrices:

1. ‘Los capitulares han advertido que la peligrosa


máxima de libertad e igualdad,
extendida para deterioro general..., ha causado
notable perjuicio en algunos,
que no manifiestan el debido respeto a sus superiores;
por eso se encarga a los
superiores locales que vigilen sobre tales religiosos y
les adviertan con suavidad
y fortaleza que recuperen el espíritu de humildad y de
dependencia de donde ha
nacido el buen orden y el crecimiento de la
Congregación ’.

2. Los superiores no impidan, ni directa ni


indirectamente, que los religiosos
acudan a los superiores mayores; pero si éstos creen
que el recurso no es
verídico, den un castigo ejemplar a los culpables, a fin
de que la facilidad
en los recursos no disminuya el vigor de la autoridad
local’.

3. El ejercicio de la caza no es apropiado para


pasionistas, porque ‘causa disipación,
desedifica a los seglares y perjudica a la santa
observancia’. Por
eso ‘ninguno de los nuestros se dedique a ella’; el
superior provincial no permita
que haya en cada retiro más de una escopeta para
una necesidad contra
animales dañinos.

4. Como ya había hecho el fundador, también los


capitulares condenan ‘el partidismo
de las diversas nacionalidades’; o sea, de los diversos
estados políticos
a los que pertenezcan los religiosos. Quien sea
culpable de estas maniobras
deber- ser ‘avisado paternalmente’ la primera vez; si
reincide, será castigado
a pan y agua, y a la tercera será denunciado a los
superiores mayores.

5. Se recuerda a los superiores locales que, sin


urgente necesidad, no manden
fuera de casa a los religiosos, para ‘no privarles de las
ventajas de la soledad
que han profesado’.

6. Cuando los religiosos vayan de paso por otras


comunidades, no propalen los
defectos ni nada que rebaje la estima de los religiosos.

7. Los vicerrectores estén presentes cuando el rector


retire del depósito una suma y
a fin de mes no firmen sin cerciorarse antes de cómo
está la cuenta de gastos81.
En la provincia de la Dolorosa los capitulares se
apresuraron a tratar ‘de aquellas
cosas más apropiadas para que volviera a florecer el
espíritu de la Congregación
y de nuestro venerable fundador, pues,
desgraciadamente, en más de uno se ha
enfriado por las calamitosas circunstancias ’, y se
dieron estas normas:

1. Se debe ‘desterrar todo lo que sea contrario a la


caridad fraterna que Jesucristo
tanto inculcó con las palabras y con las obras ’. Por
eso los capitulares
reprueban ‘que algunos individuos, pocos es verdad,
por diabólica sugestión,

81 AGCP, Praes. Cap. prov. X, 1799; Dol, Cap. prov.


X, 1799.
comienzan a sembrar sentimientos contrarios a la paz
y a la unión fraterna,
fomentan el espíritu nacionalista, y sugieren que se
excluya de los cargos a
los pertenecientes a una u otra nacionalidad’. Y
quieren que se cumpla lo
determinado por el fundador y confirmado por' el IX
Capítulo General: que
la primera vez se avise caritativamente al culpable, en
la segunda se castigue
a pan y agua, y la tercera sea delatado a los
superiores mayores.

2. La soledad es un bien que la Congregación debe


vivir y proteger; por eso los
superiores locales no sean fáciles en enviar fuera de
casa a los religiosos para
no exponerles a la disipación. Tengan confianza en la
divina Providencia que
les protegerá si se mantienen fieles al espíritu del
instituto.
3. A final de mes, los vicerrectores deben informarse
bien de los gastos hechos,
antes de firmar el libro de administración.

4. Se recomienda a los religiosos que mantengan un


espíritu de humilde dependencia
de los superiores; pero éstos han de mantenerse alerta
para no caer en
favoritismos entre los religiosos82.

Los dos capítulos manifestaron hor da preocupación


por la fidelidad al espíritu
de soledad, de oración y de pobreza deseado por el
Fundador, que hacía ya más de
20 años que estaba en la gloria. También tuvieron
conciencia de que la misión, sostenida
con el voto específico de vivir y promover la memoria
del amor salvífico de
D¡os revelado en la vida y en la Pasión de Jesús,
estaba ligada a una vida conforme
a Jesucristo; pero pudieron comprobar la fidelidad que
mantuvieron los religiosos en
las difíciles circunstancias en que se habían visto
envueltos.

Las dificultades sufridas durante la república acercaron


aún más a los religiosos
al pueblo en el que se habían movido desde el
principio. En muchas circunstancias
compartieron con la gente cuanto tenían, y a su vez
fueron acogidos
y ayudados en muchísimos peligros. Su presencia
como refugiados en varios
lugares ofreció al pueblo un servicio apostólico muy
estimado, que en el futuro
traerá solicitudes de fundación. La mala cabeza de los
que apoyaron a los insurrectos
más de lo que sugería la prudencia, trajo bastantes
problemas a alguros
religiosos, pero indirectamente favoreció su
fraternidad.

9. - Actividades apostólicas
Desde que llegó la república romana fue escasa la
predicación, porque los
religiosos ‘extranjeros’ tuvieron que marcharse, y
además por el movimiento de
tropas, por las sublevaciones populares y por la
represión de los franceses y de
los republicanos. Después de casi veinte meses de
silencio total, las predicacio

82 AGCP, Dol. Cap. prov. X, 1799, dea: 3, FILIPPO,


Cronaca, III, f. 196
nes se reemprendieron en noviembre de 179983. En
cuanto les fue posible, los obispos
ofrecieron al pueblo misiones y ejercicios espirituales
para ayudarle a reconciliarse
con Dios y para reforzar las convicciones religiosas tan
puestas a pmeba por
la cultura de las ‘luces’ que propagaron los ‘espíritus
fuertes ’ de la revolución.

Se estaba en vísperas del nuevo siglo y ya se habían


vivido circunstancias apocalípticas.
La muerte del Papa en el exilio y la inseguridad de que
pudiera reunirse
el cónclave provocaban angustia en los católicos. Las
necesidades de la gente eran
inmensas, pues había faltado la predicación sagrada,
mientras los fieles habían sido
adoctrinados con mensajes contrarios a la fe cristiana.
Disponemos de mayores
datos sobre la predicación en la zona de la provincia
de la Dolorosa gracias a las
crónicas del P. Felipe; en cambio son escasos en la de
la Presentación, pues el registro
de ministerios comenzó a ser obligatorio sólo a partir
de 1822.

Se iniciaron los ejercicios espirituales en Cori, diócesis


de Velletri. El predicador
introdujo los sermones sirviéndose de Mt 8,26 - 27
sobre la tempestad calmada;
aplicó la comparación a la tempestad social y política
que había azotado
a la Iglesia y a la sociedad y que ahora Jesucristo
había mitigado; como signo de
agradecimiento todos deberían convertirse a Dios con
una vida cristiana más fervorosa.
Hubo una respuesta universal y un compromiso
admirable de mejorar la
vida. La cruz de la misión quedó erigida allí donde
había estado plantado el árbol
de la libertad republicana.
Fueron muchísimas las peticiones de los obispos de la
Campan i a y de las
diócesis colindantes con el reino de Nápoles. Para
aquietar un poco al obispo de
Aquino, que era el más insistente, el provincial le
mandó al rector de San Sosio
para decirle que se atendería su petición, pero que
había muchas solicitudes recibidas
antes. ‘Todo está bien, respondió, pero yo he de ser
preferido, porque los
pasionistas están en mi diócesis’..

El provincial pidió ayuda al de la Presentación, y se


organizaron ‘bastantes
campañas’ misioneras para satisfacer a las múltiples
solicitudes. Fueron evangelizadas
de manera especial las diócesis de Fondi, Aquino,
Gaeta, Terracina,
Velletri, Ferentino, Sezze, Pontecorvo, Frascati y
Palestrina. En esta última dos
religiosos fueron preparando a los pueblos para la
visita pastoral del cardenal
Alejandro Mattei que entraba en la diócesis. Además
de las misiones y ejercicios
al pueblo hay que añadir los ejercicios espirituales a
monasterios y seminarios84.

83 FILIPPO, Cronaca, II, f. 200.

84 FILIPPO, Cronaca, II, f. 200. - 201, 234 - 239.


Afínales del año 1796 se había clausurado el retiro de
Santa María del Cerro,
en Toscanella (hoy Tuscania), abierto por el fundador
en 174885. Desde el principio
la comunidad había experimentado muchas
dificultades por la pobreza, o
mejor dicho miseria, de su ubicación y de la malaria en
el verano. El mismo fundador
autorizó que en el estío pudieran marcharse a otros
retiros.

En el capítulo de 1796 se habló de su posible clausura,


pues además del aire
insano y de los trastornos que se causaba a la
comunidad de San Angel de Vetra-
11a para atender bien a los enfermos, vino a añadirse
el peligro de que se cayese
el techo de la iglesia. El ayuntamiento no quería correr
con los gastos de reparación.
En el concejo del 10 de julio de 1796 se dice que los
pasionistas, al aceptar
la iglesia con sus beneficios, debían sostener los
gastos de arreglo. Los religiosos
respondían que estaban obligados a las reparaciones
ordinarias, pero que
entonces se trataba de gastos extraordinarios que no
podrían afrontar. El ayuntamiento
se desentendió del problema86.

Los pasionistas pidieron al Papa Pío VI licencia para


abandonar la casa y la
iglesia, llevándose los objetos que habían procurado.
El clero y las poblaciones
de Toscanella y de otras próximas como Piansano,
Cellere y Cantino se mostraron
dispuestos a ayudar en la restauración de la iglesia. El
P. Antonio María Botte
de San Francisco Javier (1739 - 1803), el P. Pascual
Bianchi de San Pedro (1742
- 1797), y el hermano Fortunato Bucci de San Luis
(1753 - 1814) manifestaron
al Superior General que estaban dispuestos a
quedarse allí de por vida y a promover
los arreglos necesarios.

El P. Claris no aceptó esta disponibilidad y mandó al P.


Lucas Fabi que fuera
al Cerro y cerrase la casa. El 16 de diciembre de 1796
se presentó a los religiosos
con la carta del provincial. El día 17 dos religiosos, los
PP. Antonio y Joaquín,
salieron para Corneto. El 23 se celebró una misa de
acción de gracias a la
Virgen del Cerro por su materna protección durante los
casi 50 años de permanencia,
y otra más en sufragio de los 15 religiosos fallecidos (7
sacerdotes y 8
coadjutores); y después el P. Pascual, rector, y los
hermanos Fortunato y José con
el comisario P. Fabi y dos domésticos que llevaban los
últimos enseres, salieron
para el convento del Santo Ángel de Vetralla. Aquella
comunidad había estado
santificada con la presencia prolongada de San Pablo
de la Cruz, de su hermano
Juan Bautista, del venerable hermano Santiago Gianel
(+1750), de la venerable

85 FABIANO GIORGINI, C. P., Storia della


Congregazione della Passione di Gesù Cristo. L'epoca
del Fondatore, Ed. Staurós Pescara 1981, voi. I, pp.
132 - 134.

86 AGCP, Toscanella, S. Congr. Buon Governo


5142,1794 - 1802 (caj. 35).
Lucía Burlini (+1789) y del P. Domingo Bertolotti
(+1792), considerado como

santo por el pueblo87.

El retiro de S. Francisco en Anguillara, junto al lago de


Bracciano, había
sido abierto en 178688. También el clima parecía
perjudicial a la salud de los religiosos.
En los últimos años del generalato del P. Juan Bautista
(Gorresio) se
pensó ya en clausurarlo. Fue la república romana la
que lo cerró el 3 de septiembre
de 1798, lo cual no disgustó a los religiosos, que ya
pensaban en el abandono;
así el decreto estatal les libró de provocar descontento
en no pocos devotos.
Las autoridades civiles permitieron que se llevasen
libros y otros objetos que
eran propiedad de la Congregación. La comunidad del
Santo Angel de Vetralla
se ocupó del traslado y se hizo cargo de los religiosos
enfermos89 90.

10. 2. - Refugios durante la dispersión y ofrecimiento


de fundaciones

Durante la mencionada dispersión los religiosos del sur


del Lazio buscaron
refugios de emergencia o solos o por grupos. El clero y
las poblaciones se mostraron
siempre acogedores. El ejemplo más significativo fue
el de Arina en la ermita
de San Marcos, que el clero y el pueblo ofrecieron a
los pasionistas para una fundación
estable. Cuando en nombre del General, el P. Vicente
María Strambi visitó
las comunidades del sur, fue a Pontecorvo, y encontró
a los religiosos de San Marcos:
nombró como superior al P. Pedro Francisco Tissier,
rector de Ceccano, y los
estimuló a mantenerse fieles a la vocación y a la vida
pasionista.
El P. Felipe comenta que, si los superiores hubieran
aceptado aquella fundación
u otra ofrecida también al cesar la república, habrían
abierto la puerta para
‘crear una provincia numerosa y floreciente, pero ellos,
añade, si se exceptúa en
el caso presente (de San Marcos) han demostrado
siempre repugnancia a aceptarlos,
no sólo por las leyes del reino, que destruyen los
fundamentos esenciales
de la vida regular, sino por una evidente asistencia que
Dios jamás niega a quien
gobierna..., pues muy mal hubieran ido las cosas en el
reino (de Nápoles) si
hubiéramos tenido retiros en los sucesos que
acaecieron después >9°. Es probable

87 AGCP, B. V-I/2-1: Ritiri sopressi, Toscanella. B. IV-


V/1-3, Vessazioni dei governi repubblicani,
desde el folio ‘Per la cronaca della Congregazione ’.
ENRICO ZOFFOLI, C. R, San Paolo della
Croce. Storia critica, Curia Gen., Roma 1963, voi. I, pp.
741 - 746, da la relación del comisario R
Lucas y señala las objeciones que el promotor general
de la fe puso a la causa de canonización del
fundador, que habría faltado a la prudencia aceptando
un lugar tan insalubre. Cfr. también II Santuario
di Maria SS. del Cerro, a cura di Giuseppe Giontella,
Parrocchia S. Cuore, Tuscania 1996.

88 C. A. NASELLI, Storia dei Passionisii, o. c., pp. 152


- 155.

89 AGCP, B.IV-V/1-3, Vessazioni dei governi


repubblicani, 1799. Notizie sui ritiri di Toscanella,
Anguillai a e Monte Argentario. AGCP, Platea dei Ss.
Giovanni e Paolo, 1773 -1829, f. 77.

90 FILIPPO, Cronaca, III, f. 137.


que el P. Felipe estuviera pensando en las dificultades
que las leyes de jurisdicción
del gobierno napolitano creaban a las congregaciones:
estaba prohibida la
relación con los superiores fuera del estado, no se
permitía a los ‘extranjeros’
residir en conventos del reino y mucho menos el
trabajar en ministerios apostólicos
sin licencia particular de las autoridades civiles.

Pasada la tormenta, los religiosos fueron reclamados y


obedecieron, aunque
sentían que se les desgarraba el alma viendo la estima
del pueblo y del clero que
les habían echado una mano en los momentos de
mayor peligro91.

Entre las fundaciones ofrecidas figura la de la abadía


de Fossanova de los
cistercienses expulsados por el gobierno. El conde
republicano Zaccaleone di
Pipemo ofreció el local a los pasionistas, quienes lo
rechazaron por la dimensión
de los locales92. Se les invitó también a pasar a
habitar en la abadía de Casama-
ri, o en el convento de los dominicos en la ciudad de
Terracina, o en la abadía de
San Nono en Sermoneta. Tales ofrecimientos no
fueron tomados en serio, o porque
el edificio era desproporcionado para una comunidad
pasionista, o porque
no se quiso entrar en posesión de conventos cuyos
legítimos propietarios apreciaban
mucho.

En cambio, fue más perseverante la insistencia de los


amigos para fundar en
Gaeta, cerca de la actual Formia. Llegaron a presionar
incluso hasta a la corte de
Nápoles, pero la oposición pudo más, pues ni los
mismos pasionistas estaban
convencidos de que la empresa fuera positiva, por
temor a las leyes vigentes en
el reino de Nápoles93.

Prosiguió también en esta época el esfuerzo de don


Santiago Massa para una fundación
pasionista en Ponzó (La Spezia), república de Génova.
Se movió con dinamismo
para obtener el permiso de las autoridades genovesas,
y llamó a los pasionistas
a predicar misiones, pero antes de que se superaran
las dificultades que planteaban
los locales o la autorización, la llegada de Napoleón lo
echó todo por tierra94.

91 FILIPPO, Cronaca, III, f. 126 - 128: ofrecimiento de


Schiavi, diócesis de Sora; ff. 128 - 132, 143
- 144, 172 - 176: habla de S. Marcos en Atina; ff. 135 -
137: fundaciones buscadas en Arpiño, en
Sora, en Gaeta en el convento de la Sma. Trinidad.

92 FILIPPO, Cronaca, III, f. 176 - 177.


93 AGCP, A.IV-I/2-1, fundación de Gaeta.

94 AGCP, caj. 35, Cartas Ravasi: fundación Ponzò;


especialmente las cartas del General de 27 de
agosto de 1796, 17 de febrero, 2 de marzo y 11 de
agosto de 1797. En la biblioteca de la casa de
los SS. Juan y Pablo (II-6-3) hay un volumen de 215
pp., Notizie storiche sulla condanna delle cinque
proposizioni di Giansenio e sui caratteri dei giansenisti.
Opera divisa in tre parti, Final de
Í789, con la dedicatoria ‘Ex dono Admod. Re.di Jacobi
Mariae Massa Januensis'. El volumen está
encuadernado juntamente con obras de Mozzi.
En marzo de 1798 los agustinos ermitaños de la
Congregación de Perugia,
que atendían la iglesia de San Félix, obispo y mártir95,
en Giano, Umbría,
fueron expulsados por la república romana. Pero tras
el paréntesis de ésta y
habiendo regresado a Roma Pío VI, los agustinos
ermitaños reclamaron la iglesia
de San Félix, el convento y los bienes anejos. Mientras
tanto los bienes
habían quedado asignados a escuelas públicas de
Spoleto y los administradores
no querían renunciar a los ingresos de San Félix, de
los que tenían necesidad.
El espoletino don José Morelli, ayudante de estudio del
Papa y ‘amabilísimo
bienhechor de la Congregación’, pensó que el
problema se resolvería llevando
a la iglesia y al convento de San Félix a los pasionistas
que no podían
poseer bienes estables ni rentas fijas; así las rentas
quedarían para las escuelas
públicas de Spoleto y, en cambio, el pueblo recibiría la
ayuda espiritual que
necesitaba. Obtuvo el apoyo de varias personas que
podían ayudarle y presentó
el ofrecimiento al Superior General P. José Claris. Este
y otros religiosos
deseaban un convento cerca de Spoleto, como enlace
o puente entre el Lazio y
las Marcas.

Así que se mostró favorable. El 16 de enero de 1803


estaba en Giano con
mons. Bellisario Cristaldi, amigo de mons. Vicente
Strambi y de la Congregación.
Le agradaron el local y la situación, aunque le pareció
un obstáculo muy
grande las servidumbres que tendrían los religiosos
con la presencia de los administradores
de los bienes cedidos a las escuelas públicas, así
como por el almacén,
el molino de aceite y los establos unidos a la fábrica
del convento. Mons.
Cristaldi y otros amigos trataron de allanar estas
dificultades.

En junio estaba preparado ya el Breve pontificio «Tot


ínter Apostolatus nos-
tri», que regulaba la cesión a los pasionistas; pero ‘por
la consabida lentitud de
la Curia’, no se había mandado aún en julio. El
abogado Morelli, promotor de la
fundación, temiendo que los religiosos perdieran la
postulación de aquel verano,
obtuvo el 2 de agosto de 1803 un rescripto del Papa
por el que los pasionistas
podrían entrar en San Félix, a pesar de que no
haberse concluido las formalidades
legales para la publicación del Breve. El Superior
General delegó en el espoletino
P. Cayetano Angelini de la SS. Anunciación (1770 -
1846), entonces lector
de filosofía en S. Ángel, para que, con el hermano
Domingo de San Pablo,
tomara posesión de la fundación y preparase lo
necesario para recibir a la comunidad.
El delegado estaba en su puesto el 11 de agosto de
1803. Inició pronto el

95 Notizie storiche delia vita e martirio del glorioso S.


Felice vescovo e martire, protettore della terra di
Giano, nuovamente compilate per opera dei. Chierici
Scalzi della Congregazione della SS. Croce e
Passione di N. S. Gesù Cristo, Fuligno ÌS09, per Gio.
Tomassini Stampatore, Vesc. e Pubblico, pp. 52.
servicio religioso, lo que atrajo a mucha gente a recibir
los sacramentos y creó
un clima de simpatía con los recién llegados. El día 20
de agosto de 1803 llegaron
de Morrovalle los PP. Leonardo de la Presentación de
María y Luis de la
Inmaculada con el hermano Carlos de la I.
Concepción; encontraron la casa desprovista
de todo, y poco a poco, con grandes sacrificios,
lograron reunir las cosas
más indispensables.

El 20 de septiembre de 1803 llegaron el P. Lucas


María Fabi de la SS. Trinidad,
rector de Monte Cavo, a quien el Superior General
destinaba para rector de
la nueva casa, y el hermano José del Corazón de
Jesús. Con esto el P. Cayetano
regresó a San Angel para seguir con las clases de
filosofía.
Por fin el 20 de septiembre de 1803 salió el Breve
pontificio en el que se
aclaraban las expectativas de los pasionistas96. Pero
fue necesario que pasaran
aun cinco años antes de que se allanaran las
dificultades derivadas de las servidumbres
existentes.

Para dar mayor vitalidad a la comunidad y a la oración


litúrgica y comunitaria,
en la segunda mitad de mayo de 1805 fueron
destinados a esta casa 6 estudiantes de
filosofía en vez de los novicios que el General había
pensando inicialmente enviar97.

En el verano de 1804 se había abierto la misión


parroquial en la Virgen de
Uncinano, cerca de Spoleto, para seguir después en S.
Terenziano, diócesis de
Todi. Se intensificaron los ejercicios espirituales en los
monasterios de la ciudad
y pueblos de la región, y aumentó la afluencia de fieles
para acercarse a
los sacramentos en la iglesia del santo98. El cronista
recuerda que en Todi asistieron
a 4 condenados a muerte (tres hombres y una mujer).
Los PP. Ludovico
de la Piedad y Pedro de San Juan fueron llamados por
el can. José Piccini, prior
de la Compañía de la Misericordia de Todi, y pudieron
ayudar a los cuatro condenados
‘a sufrir la horca con verdaderas señales de
arrepentimiento’. Las
autoridades pidieron al P. Ludovico que desde el
patíbulo dirigiera ‘una breve
exhortación al numeroso público presente’99.

Se revitalizó la antigua Congregación del Sufragio y se


obtuvo del cardenal
obispo de Spoleto una nueva aprobación el 14 de
marzo de 1805. El General,
movido por el bien que se hacía a los fieles, tuvo
paciencia con el problema de
las servidumbres. Por fin el 20 de enero de 1808 se
estipuló un nuevo contrato,
pero el día 26 del mismo mes y año las tropas
francesas pasaron por Spoleto des

96 Are. Arz. Spoleto, Cartella ‘Scuole’: Breve della


Santità di Nostro Signore Papa Pio VII sul regolamento
delle Pubbliche Scuole di Spoleto ’, Simone Saccoccia
Libraio e stampatore, vesc. Spoleto
1804, pp. 6,7,9.

97 AGCP, B. V-I/2-5, Platea di questo Ritiro di S.


Felice Vescovo e Martire nella Terra di Giano Diocesi
e Dominio della Città di Spoleto, f. 21.

98 AGCP, B. V-I/2-5, Platea di Giano, o. c., f. 20; en el


f. 30 se dice que ‘por falta de sujetos y por
otras circunstancias, muchas veces’ no pudieron
atender las solicitudes de predicación.
99 AGCP, B. V-I/2-5, Platea di Giano, o. c„ f. 29 - 30.
tinadas a la toma de Roma. A mediados de junio de
1810 los religiosos tuvieron
que salir del retiro; se perdieron las mejoras que con
tanto sacrificio habían introducido
en la iglesia, la casa y la huerta.

Merece recordarse el interés con que el General y los


superiores locales organizaron
una discreta biblioteca100.

En Arezzo el monasterio de San Bernardo había sido


expropiado a los
monjes olivetanos por el Gran Duque Leopoldo el 24
de marzo de 1783 y entregado
al obispo para casa de ejercicios y de disciplina del
clero. Mons. Agostino,
de los marqueses Albergotti (1755 - 1825), muy docto,
devotísimo del Corazón
de Jesús y amante de la oración101, quiso llamar a los
pasionistas para que fomentasen
en el clero el espíritu sacerdotal y en el pueblo el
compromiso de vida cristiana.
Había sido vicario general de mons. Antonio Martini en
Florencia y fue
nombrado obispo de Arezzo en 1802. Para la
consagración hizo los ejercicios
espirituales en el retiro romano de los SS. Juan y
Pablo.

El P. José Claris, Superior General, aceptó la oferta,


que daba a la Congregación
la posibilidad de introducirse en el gran ducado de
Toscana después de tantos
esfuerzos inútiles en el pasado. El obispo recibió el
permiso del rey de Etruria, Carlos
Ludovico, el 13 de agosto de 1802. El General se
presentó en Arezzo con 4 religiosos
el 19 de enero de 1803. Se alojaron en el seminario
hasta que el 9 de septiembre
pudieron comenzar a vivir en San Bernardo. El día 17
siguiente la reina
regente de Etruria, María Luisa, en una visita a Arezzo,
aceptó la propuesta del obispo
de que los pasionistas pudieran residir en número de
seis sacerdotes y dos hermanos
con la facultad de postular. El 24 de febrero de 1804 la
misma reina regente
autorizó que los pasionistas fueran 12 sacerdotes y 4
hermanos.

100 AGCP, B. V-I/2-5, Platea di Giano, o. c., f. 27. Se


anotan muchos de los trabajos efectuados en la
iglesia, la sacristía, la casa y la huerta. Sobre la
biblioteca se mencionan algunas obras mayores,
como en el f. 12 los opúsculos de la Suma Teológica
de Santo Tomás, las obras de Cayetano, el
Catecismo Romano, el Concilio de Trento, las grandes
obras de Billuart y su Compendio, las obras
de San Francisco de Sales, del R Segneri, el Directorio
Ascético de Scaramelli, los volúmenes de
Tirino sobre la Sda. Escritura, la Biblioteca predicable,
la Teología Moral de Cuniliati y de Antoi-
ne, De Synodo dioecesana, de Benedicto XÌV, la
Filosofía de Altieri, la Biblioteca Predicable de
Houdrí; en el f. 13, Lecciones sacras de Zucconi, las
obras del P. Colombière en francés; en el f. 18
toda la obra de Mons. Martini sobre la Biblia.

101 Escribióla via della santità mostrata da Gesù al


cristiano nello spirito e nella prattica della vera
devozione al suo SS.mo ed amorosissimo Cuore,
Lucca 1797, reimpresa en 1814 ‘para beneficio de
su diócesis’. Para estimular el espíritu de oración en el
clero y en el pueblo editó Guida all’amorosa
ed unitiva cognizione di Dio e di Gesù Cristo per
mezzo della meditazione e della preghiera
raccolta dai libri di varj illustri scrittori e maestri della
vita spirituale..., Siena 1819, voi. 1-5.
Para su biografia ver AGOSTINO ALBERGOTTI, La
via della santità mostrata da Gesù nella
devozione al suo SS.mo Cuore. Nuova ediz. riveduta e
ritoccata dal can. Pietro Severi, Milano
1931, pp. 11 - 21. Para otras noticias, ver CARMELO
AMADEO NASELLI, C. R, La soppressile
napoleonica delle corporazioni religiose. Il caso dei
Passionisti in Italia (1808 -1814), Pont.
Univ. Gregoriana Roma 1970, p. 56.
Desde entonces los superiores de la Congregación
declararon retiro formal
aquella casa, que hasta la fecha había sido hospicio o
residencia provisional. El
19 de septiembre de 1804, el obispo, con licencia
pontificia y del gobierno, dio
a la Congregación, mediante documento público, la
casa, la iglesia y la huerta;
pero si los pasionistas, por el motivo que fuera,
dejaban el retiro, todo volvería
a ser del seminario diocesano.

El obispo había pedido además al Papa que, por su


devoción personal y de
los mismos pasionistas a San José, su nombre se
uniera al de San Bernardo, de
modo que la iglesia apareciera dedicada a ambos
santos; y añadió una cláusula
que le llegaba muy al alma: que los pasionistas
recibieran en el retiro a sacerdotes
para ejercicios espirituales según el número de
habitaciones libres102. El bien
que hicieron los religiosos fue mucho y se ganaron el
aprecio del clero y de la
gente. Pero no todos los pasionistas habían visto con
buenos ojos la fundación
por hallarse en el recinto de la ciudad y no fuera de la
población. Esta dificultad
será uno de los motivos para que, tras la supresión
napoleónica, no volviera a
abrirse este retiro.

11. - Dos pasionistas al servicio de la Iglesia como


obispos

11. 1. - Elección episcopal de mons. Vicente M.


Strambi

Durante el viaje de Venecia a Roma, Pío VII se detuvo


en Macerata el 25 de
junio de 1800. El obispo, Mons. Alessandretti, debió de
hablarle al Papa de su
mala salud y de los deseos que tenía de verse libre del
gobierno de la diócesis,
tan martirizada durante la ocupación francesa, los
levantamientos de los que se
ha hablado y las represiones con el saqueo del 5-6 de
julio de 1799, en el que
fueron asesinadas 363 personas. No faltó quien
reprochara a mons. Alessandretti
que hubiera estado fuera de la diócesis en los
momentos más críticos. Efectivamente,
había dejado Macerata en enero de 1799 y estuvo
ausente hasta octubre.
El 6 de diciembre de 1800 presentó la dimisión103.

El 5 de julio de 1801, un billete de la Secretaría de


Estado anunciaba al P.
Vicente María Strambi de San Pablo su nombramiento
como obispo de Macerata
y Tolentino. No tuvo éxito su insistencia ante el card.
Antonelli y ante Pío VII

102 AGCP, B. V-I/2 - 4, Fogli autentici del ritiro di


Arezzo: Copia dello strumento; Prospetto dello
Stato, in cui trovasi attualmente il Convento e la Chiesa
di San Bernardo..., 22 -II-JS04', carta de
Mons. Albergotti del 28 -XII- 1806 al General en la que
elogia a los religiosos y adjunla copia de
dos pàrrafos de su relación ‘ad limina’ en la que
hablaba de los pasionistas. Otros documentos en:
Ardi. Albergotti Arezzo, Ritiro di S. Bernardo, voi. 103,
n. 61; en Arch. Capitolare di Arezzo, 1804:
copia del rescripto de la reina regente Maria Luisa del
24 -11-1804.

103 PIO CARTECHINI, La Diocesi di Macerata nel


periodo napoleonico: Due Vescovi nella bufera,
en Lo Stato della Chiesa in epoca napoleonica, Fonte
Avellana 1996, pp. 433 - 436.
para que lo librasen de aquella carga104. Al contrario,
se le urgía a que se incorporase
cuanto antes a la diócesis, ya vacante desde diciembre
del año anterior.
Fue una sorpresa para el nominado y para sus
compañeros de comunidad. Strambi
gozaba de fama de buena doctrina teológica y
espiritual, era considerado excelente
predicador, buen director espiritual, hombre de gran
rigor moral, amante
sincero del Papa y de la Iglesia, que nunca se había
mezclado en cuestiones políticas;
pero ni él ni los demás religiosos esperaban el
nombramiento.

Strambi se preparó en el convento de Monte Cavo a la


consagración episcopal
fijada para el 26 de julio. Sumergido en el silencio y en
la oración, mientras
se disponía a recibir la efusión del Espíritu Santo,
escribió la primera carta pastoral
al clero y a los fieles de las diócesis de Macerata y
Tolentino. En ella pedía a
todos colaboración, y recordaba que como pasionista
no cesaría de animar a todos
a vivir la grata memoria del amor de Dios revelado de
manera preeminente en la
Pasión de Jesús. La consagración la efectuó en la
basílica de los SS. Juan y Pablo
el amigo card. Antonelli, asistido por mons. Benedicto
Fenaja, vicegerente, y
mons. Lorenzo Litta, personas muy amigas de Strambi
y de la Congregación. El
31 de julio pontificó en la iglesia del Gesù en honor de
San Ignacio, y por la tarde
marchó para el retiro de San Ángel de Vetralla, con el
hermano Camilo, que el
Superior General le había asignado como compañero
y ayudante.

El Superior General lo saludaba con una carta en


elegante latín. En ella expresó
la alegría de verlo consagrado obispo por los méritos
que atesoraba y por el
honor recaía en ‘la Congregación, nuestra Madre
común’. Añadía sentirse contento
de que el Papa, atendiendo los megos de la
Congregación, le hubiera concedido
a Strambi seguir en el oficio de primer consultor
general hasta el siguiente capítulo
y participar en él. Le rogaba que continuara
manifestando su benevolencia
hacia los religiosos; que en todas las partes
promoviera el bien de la madre común
la Congregación; y le daba amplias facultades para
actuar como delegado suyo en
cuanto pudiera ayudar al bien espiritual y temporal de
las comunidades105.

En San Ángel participó en la oración común, diurna y


nocturna, con los
demás religiosos, pidiendo a Dios que pudiera
comportarse como buen pastor
evangélico al servicio del rebaño de Dios. Se detuvo
tres días en la casa de Pie-
vetorina y desde allí, el 13 d agosto, partió para
Macerata. A primera hora de la
tarde entró en la ciudad, acogido por las autoridades y
una gran multitud de fieles.
El 14 de agosto inició el servicio pastoral
presentándose con las palabras del
Exodo: ‘El que es me envía a vosotros’, para ayudar a
todos y caminar unidos
hacia el ánico Salvador Cristo106.

104 La bula de nombramiento en AGCP, editada en


Acta XIII (1936 - 1938), 221 - 223.

105 En Acta XVI (1950), 245 - 246.

106 Para una visión biográfica de Strambi y su


bibliografía, cfr. FABIANO GIORGINE C. R, S. Vicen-
zo Maria Strambi, C. P, Vescovo di Macerata e
Tolentino, Ediz. Eco S. Gabriele 1997.
11. 2. - Bula de Pío VII del 5 de agosto de 1801

Previa solicitud del Superior General, P. José Claris,


Pío VII enviaba a la
Congregación, con fecha del 5 de agosto de 1801, un
documento solemne en
forma de bula «Gravissimas Ínter curas»™. El Superior
General, en nombre de
toda la Congregación, le había pedido que la acogiera
bajo su especial protección
y que permitiese a mons. Strambi proseguir en el oficio
de primer consultor
hasta el siguiente capítulo y participar en él con voto.
El Papa acogió estas
peticiones de manera solemne:

‘Con ciencia cierta y en la plenitud de la Autoridad


Apostólica, por las presentes
letras recibimos y ponemos bajo la especial protección
nuestra y de la
Sede Apostólica a toda la Congregación y a los
miembros que forman parte o en
el futuro pertenecerán a ella, con sus casas existentes
o que serán fundadas en
el futuro. Y acogiendo la otra parte de la súplica, con
nuestra Apostólica Autoridad
confirmamos, hasta el próximo Capítulo General, a
nuestro venerable hermano
Vicente María Strambi de San Pablo, obispo de
Macerata y Tolentino, en
el oficio de primer consultor general con todos los
derechos inherentes a él, y
que, si lo desea, pueda dar su voto en el mismo
Capítulo’.

El documento pone de relieve el afecto del Superior


General y de todo el instituto
hacia Strambi, y a la vez el deseo de una mayor
seguridad para el instituto
con la declaración explícita de hallarse bajo la especial
protección del Papa en
tiempos tan difíciles.
11. 3. - La elección de mons. Francisco Ferreri en
1805

El P. Francisco María Ferreri del Divino Amor, nacido


en Fossano (Cuneo) el
14 de octubre de 1740, había profesado el 23 de
diciembre de 1762. Fue destinado
a enseñar a los estudiantes, y cuando partió la primera
expedición de misioneros a
Valaquia, Bulgaria del Norte, él formaba parte con el P.
Santiago Sperandio de las
Santas Llagas. Permaneció allá hasta 1788. Volvió
nuevamente a Bulgaria entre
1792 - 1799. Regresó a Italia y se incorporó a la
comunidad, cuando el 5 de agosto
de 1805 fue elegido obispo de Nicópolis en Bulgaria
del Norte y administrador
apostólico de Valaquia, en lugar de mons. Dovanlia,
muerto a finales de 1804. Lo
que a él se refiere se encontrará en el capítulo sobre
esta misión. 107
107 En Acta (1936 - 1938), 270 - 272. Bullarii Romani
Continuatio... opera eí studio R. Segreti, Typ.
Camerae Apost., Roma 1846, pp. 186 - 187.
12. - El Capítulo General y los capítulos provinciales
de 1802

12.1.- Situación político-eclesial

Deshecha la república romana con la intervención de


los austríacos y de los
msos, fue reconstruido el Estado Pontificio. Pío VII,
elegido al cabo de varios
meses de reuniones en el cónclave reunido en
Venecia, en junio de 1800 se dirigió
a Roma, entre esperanzas y temores, pasando por
Loreto108. Efectivamente, Napoleón
había vuelto a Italia, y con la victoria de Marengo sobre
los austríacos, el 14
de junio de 1800, tenía el camino abierto en el norte.
Fue restablecida la república
Cisalpina a la que quedaron agregadas las
Delegaciones de Bolonia y Ferrara, que
pertenecían al Estado Pontificio. La nueva
Constitución, redactada en la Consulta
de Lyon109 110 111, recibió elementos de la
legislación precedente así como los principios
del jurisdicionalismo vigente bajo el iluminismo de José
II de Austria.

Ocurrió un hecho positivo: el 10 de septiembre de


1801 con la firma del Concordato
entre el gobierno francés y la Santa Sede, se
restauraba la libertad práctica
de la religión católica reconocida como ‘religión de la
gran mayoría de los
franceses’"0. La Santa Sede, ante el bien del
reconocimiento del culto católico,
aceptó limitaciones muy graves, como el
nombramiento de obispos de parte del
primer Cónsul, Napoleón, mientras la S. Sede daba
únicamente la investidura
eclesiástica, la obligación de los obispos de jurar
obediencia y fidelidad al
gobierno establecido por la Constitución de la
república francesa, el «exequátur»
para los documentos de la Santa Sede antes de su
publicación en Francia, el no
poder ordenar sacerdotes sin el beneplácito previo del
gobierno, y la reducción
en el número de diócesis en Francia1".

108 La archiduquesa de Austria, María Ana de


Asburgo, con las damas, entre las cuales Leopoldina
Naudet, saludó al Papa. A primeros de julio la
archiduquesa con la citada Naudet visitó por dos
veces el monasterio de la Asunción en Recanati, y una
vez también el retiro pasionista: Servae Dei
Leopoldinae Naudet... Positio, Romae 1994, voi. I, p.
351.

109 Tomaron también parte diputados de Emilia


Romaña, entre los cuales el'arzobispo de:Ravenna: F.
BOIARDI, 7 deputati emiliano - romagnoli ai Comizi di
Lione ( 1802), Bolonia 1989.

110 Concordato fra il Governo Francese e la S. Sede,


e le leggi organiche sui culti, colle bolle e brevi pon-
tificj emanati in questa occasione e di discorsi di
Portalis oratore del Governo, e dei Tribuni Simeón
e Luciano Bonaparte, Milano, nella stamperia italiana e
francese a S. Zeno y en el librero Giegler, de
la calle de los Servi. Anno I della Repubblica Italiana
(1802), p. (2). (Bibl. SS. Juan y Pablo, I - 4 -1).
Portalis recordaba que la religión contribuye a la paz
de la nación, ibid., p. (25).

111 Concordato, o. c., t. P. (3), art. 3,4; p. (5) art.


orgánicos, art. 1, 26. E1 Papa debía exigir la renuncia
a todos los 86 obispos franceses que vivían entonces
para dejar puesto a otros nuevos, según la
voluntad de Napoleón. Sí presentaron la dimisión 52
de ellos, mientras 34 se negaron e hicieron llegar
sus protestas desde los lugares fuera de Francia en
los que se habían refugiado: B ARRUEL, Sul
Papa ed i suoi diritti religiosi all’occasione del
Concordato del 1801 fra la Repubblica Francese
e la S. Sede, Génova 1803, tomo I. II, defiende la
actuación del Papa. Cfr. L. MEZZADRI, La Chiesa
e la rivoluzione francese, Cinisello Balsamo 1989, pp.
151 - 171.
P. Felipe Antonaroli de la Inmaculada Concepción,
insigne historiador de la Congregación
P. Pablo Luis Pighi de la Virgen María.
Superior General 1821 - 1827
P. Tomás Albesano de la Sabiduría Encamada,
Superior General 1809 - 1820
P. Antonio Colombo de San José,
Superior General 1827 - 1839
Mons. Francisco Ferreri del Amor Divino,
Obispo de Nicópolis 1805 - 1813.
Mons. José Molajoni de la Pasión,
Obispo de Nicópolis 1825 - 1847
P. José María Claris del Santo Crucifijo,
Superior General 1796 - 1809
Mons. Fortunato Ercolani del Smo. Salvador,
Obispo de Nicópolis 1815-1822,
trasladado a Civitacastellana +1847.
Para los religiosos era preocupante el futuro, pues no
eran restablecidos y
continuaban siendo blanco de la animosidad del
iluminismo del siglo XVIII,
incrementado con el jacobinismo que respiraba la
redacción de los concordatos
entre el gobierno francés y la S. Sede y entre la
república Italiana (ex Cisalpina)
y la S. Sede. Portalis había dicho: Todas las
instituciones monásticas han desaparecido:
el tiempo había ido minándolas. La religión no necesita
que existan
tales instituciones ’. Y Luciano Bonaparte, al presentar
al cuerpo legislativo francés
el concordato, afirmó: ‘El concordato restituye a la
religión católica, apostólica
y romana la parte del clero secular que se necesite
para el servicio público,
pero la libera del ejército monástico, independiente de
los obispos y frecuentemente
contrario a las ventajas de la influencia (del clero
secular)’"2.
12. 2. - El XI Capítulo General, 26 - 29 de abril de
1802.

El 26 de enero de 1802, el P. Claris convocó el


Capítulo General para el 26
de abril. Pedía a los capitulares que estuvieran ya el
día 23 para el triduo y las
reuniones preliminares. El General, admitido en
audiencia por el Papa, pidió su
bendición por el buen éxito de los trabajos y le
preguntó sobre el mejor lugar
para celebrar el Capítulo. El Papa le dejó en plena
libertad, pero ‘sugirió que,
dadas las condiciones de tanta penuria, sería mejor
que se tuviera fuera de
Roma’. El General se inclinó por el retiro de San Ángel
de Vetralla, ‘tantas veces
escogido por nuestro Venerable Padre para este fin, y
que nosotros creemos el
más oportuno para la quietud y tranquilidad de los
padres capitulares ’.
En la convocatoria animaba a los religiosos a hacerse
agradables a Dios, que,
a pesar de la pequeñez del Superior General, ‘ha
manifestado hasta la evidencia
una especial y amorosa protección con nuestra pobre
Congregación. Esta, en los
últimos tiempos tan peligrosos, aunque hubiera tenido
al frente a un gran hombre,
se hubiera deshecho como la cera en el fuego; y sin
embargo, a pesar de
tener al frente a una pobre cabeza, se ha conservado
ilesa, como todos veis y
comprobáis con gran consuelo’. Rogaba a los
religiosos que intercedieran ante
Dios con la vida y las oraciones para que les
concediese ‘buenos superiores, pastores
que guíen nuestras almas «verbo et exemplo» (con la
palabra y el ejemplo);
superiores que sostengan el espíritu del instituto; en
fin, superiores que se
esfuercen por combatir el pecado y prediquen a los
pueblos los sufrimientos de
nuestro Amor crucificado’112 113.

El aspecto vocacional había decaído por el cierre de


los noviciados y por las
turbulencias sociales. Al comenzar el año 1802 la
Congregación tenía 94 sacer

112 Concordato, o. c., p. (78), (108).

113 Acta XVI (1950), 247 - 250.


dotes, 27 estudiantes y 86 hermanos. El total de 207
profesos era inferior en una
unidad al de 1796. La edad media era de 39 años.
Habían muerto 33 con un promedio
de 53 años de edad. Dejaron el instituto 21 profesos: 9
sacerdotes, 9 hermanos
y 3 estudiantes.

Por primera vez desde que en 1769 se crearon las dos


provincias, estaban
presentes los doce vocales:

1) Mons. Vicente Ma. Strambi, primer consultor gen.;

2) José M. del Crucifijo, Superior General;

3) Valentín de Santa María Magdalena, segundo


consultor gen.;

4) Francisco M. del Divino Amor, procurador gen.;


5) Ignacio de San José, provincial de la Pres.;

6) Santiago de las SS. Llagas, provincial de la Dol.;

7) Bemardino de la Corona de Espinas, primer


consultor de la Pres.;

8) Felipe de la SS. Concepción, primer consultor de la


Dol.;

9) Pablo Luis de María Virgen, segundo consultor de la


Pres.;

10) José de S. María, segundo cons. de la Dol.

De entre los capitulares, el P. Francisco del Amor


Divino había vivido 14
años en Bulgaria, y el P. Santiago de las SS. Llagas
otros 7. Mons. Strambi fue
proclamado presidente. El y los capitulares se pusieron
de acuerdo en cambiar la
dinámica del capítulo: primero, discutir las propuestas,
después proceder a las
elecciones, y al final, para respetar el reglamento,
someter a votación los decretos
ya formulados. Parece que este cambio se debía al
hecho de que, antes de las
elecciones, todos se sentían más iguales. Y así se
dice: ‘Para proceder con mayor
libertad en las determinaciones que hubiera que tomar
en beneficio de la Congregación,
convenía que cada uno pudiera expresarse
francamente en cuanto a
los temas sometidos a examen o a decisión’,

Al concluir el triduo preparatorio, el General señaló a


los capitulares ‘algunas
cosas más importantes sobre las cuales convenía
reflexionar a fondo antes de
llegar a decisiones oportunas’. Por su parte, mons.
Strambi recordó que hasta las
comunidades mejor constituidas pueden llegar a
decaer si no hay vigilancia en
los superiores y docilidad en los súbditos.

De las actas puede deducirse cuále: eran las


preocupaciones de los capitulares:
sólida formación permanente de los religiosos; algunas
quejas de las comunidades
sobre interferencias de los superiores mayores que
disminuían la autoridad del superior
local; clarificación de la competencia del Procurador
general y de los superiores
mayores respecto a los gastos que pudieran hacer por
sí solos; normas prácticas
para desempeñar mejor los ministerios apostólicos, y
cómo ayudar a los ejercitantes
que acudían a los retiros. Tampoco faltó un aviso
sobre la organización del estudio
de los clérigos. Sobre todo ello se habló el día 26 y en
la mañana del 27.
Las elecciones no resultaron fáciles. ‘Después de
varios escrutinios ’ inútiles
aquella misma mañana, se clausuró la sesión, para
abrirla por la tarde. Los principales
candidatos eran, a lo que parece, los PP. José Jacinto
de Santa Catalina
de Siena, José Claris y Tomás Albesano de la
Sabiduría Encamada. Por la tarde
quedó descartado el P. Jacinto, de poca salud, que de
hecho murió el 18 de mayo
siguiente114. Finalmente, no sin numerosos
escrutinios, resultó confirmado el P.
José Claris del Crucifijo. Se deben leer como dichas
con profunda humildad las
palabras de una circular suya de algunos años más
tarde, la del 27 de julio de
1808: ‘No ignoráis cómo al ser reelegido en 1802
contra la expectativa común,
hubo estupor en todos, sin excluir a algunos electores,
y desencanto en no
pocos’115. Se podría proponer la hipótesis de que,
temiendo nuevos disturbios políticos,
hubiera sido mejor elegir a una persona más firme;
desde la muerte del Fundador
se estableció una alternancia de actitudes: a un
hombre fuerte como el P.
Juan Bautista Gorresio siguió otro más cordial y
paterno, como el P. Juan María
Cioni; de nuevo otro sexenio fuerte con el P. Gorresio;
y en 1796 se pasó al hombre
paterno, el P. José Claris. En 1802 tocaba, pues, a un
hombre fuerte; sin
embargo, parece que se prefirió esperar hasta 1809,
con el P. Tomás Albesano.

Para elegir al primer consultor resultaron infructuosas


muchas votaciones;
el presidente suspendió la sesión por ser ya hora
tardía. Siguió la sesión del día
28 por la mañana y se necesitaron algunos escrutinios
más hasta que salió el P.
Ignacio de San José; se repitió el mismo problema
para el segundo, P. Santiago
de las SS. Llagas. El oficio de Procurador fue confiado,
también ‘tras varios
escrutinios ’, al P. José Jacinto de Santa Catalina de
Siena; se negaba a aceptar
por falta de salud, pero le tranquilizaron con la
promesa de un sustituto, un gesto
de aprecio antes de su muerte que se temía inminente.

Los asuntos estudiados se formularon en 19 decretos


(nn. 236 - 254): se quería
sólida formación espiritual de los jóvenes y de los
clérigos, y también buena
base cultural a fin de que estuvieran a tono con las
nuevas situaciones sociales
en las que tendrían que ejercer el ministerio. Se pidió
la observancia del voto de
pobreza; se recordó a los superiores locales la
responsabilidad que tenían en la
animación espiritual de los religiosos por medio de las
instrucciones señaladas
en las Reglas y además dando facilidades para que
pudieran acudir a él. A los
superiores de todos los niveles se les pidió que no
creasen tensiones. Parece que
con estos decretos (nn. 242 - 243) se rebajó por
entonces la tensión que sobre el
modo de gobernar se había manifestado en el capítulo
de 1790116, que, no obstante,
volverá a manifestarse a partir de 1857.

114 FILIPPO, Cronaca, III, f. 240. [ SILVESTRELLI],


Cenni biografici di alcuni religioso pas., p. 44.

115 Acta XVII (1951), 29.

116 Ver Decreti e rac., deci'. 186; C. A. NASELLI,


Storia dei passionisti, o. c., p. 129 - 147.
En la clausura del capítulo, mons. Strambi se despidió
de sus cohermanos,
rogándoles ‘que pusieran por obra las industrias más
santas y eficaces afín de
revitalizar en la Congregación el espíritu de devoción a
la Pasión santísima de
Jesucristo, fuente de todo bien; y que tuvieran firme
confianza de que, siendo
éste el distintivo de la Congregación, sería también
medio valioso para obtener
de Dios especiales bendiciones, para transformarse en
religiosos de auténtica
virtud y perfección y para ayudar a los fieles con
oraciones, buen ejemplo y
palabras santas’111.

12. 3. - Los capítulos provinciales de 1802

El trienio de los capítulos provinciales concluía en


otoño, pero el Superior
General pidió al Papa que pudieran reunirse en mayo,
como se había usado en
otros tiempos, por ser una estación que hacía menos
sacrificado el viaje de los
capitulares. El General había pedido a la Santa Sede
la facultad de que, cuando
un religioso con voz activa en el capítulo provincial era
llamado ‘a cargos más
altos’ en el Capítulo General, la conservara en el
capítulo provincial inmediato“8.

A) XI Capítulo de la provincia de la Presentación, 3-4


de mayo de 1802. El provincial
P. Ignacio convocó a los capitulares para el 1 de mayo
en San Eutiquio.
Como poco antes se había hecho el triduo de
oraciones para el Capítulo General,
no se hizo para el provincial, pero tanto el General
como el provincial recordaron
a los religiosos la obligación de pedir a Dios
‘superiores observantes y de
buen espíritu’, ya que la experiencia enseña que de los
superiores locales ‘depende
en gran medida el bien y el progreso de toda la
Congregación’.

El 3 de mayo entraron en la sala capitular los


siguientes:

José M. del Crucifijo, Superior General;

Ignacio de San José, provincial;

Bemardino de la Corona de Espinas, primer cons.;

Pablo Luis de María Virgen, segundo cons.;


y los rectores:

Juan Lucas de la Asunción, de Roma;

Claudio de Santa María, de S. Ángel, Vetralla;

Ángel de la Asunción, de San Eutiquio;


Vicente María de Jesús, de Cometo;

Ludovico de San José, de Morrovalle;

Simón de San Estanislao, de Pievetorina;

Luis de San Rafael, de Gubbio; 117 118

117 AGCP, Cap. Gen. XI, 1802. Decreti e rae., pp. (16)
- (17), 32 - 36.

118 Acta XIII (1937), 273 - 274; el rescripto es del 20 -


I- 1802.
Blas de San Vicente Ferrer, de Recanati, elegido en
lugar del R Francisco del
Divino Amor, que había renunciado.

Faltaba el P. Mateo del Verbo Encamado, rector de


Monte Argentario, por hallarse
enfermo.

Fueron elegidos: provincial, ‘no sin algunos


escrutinios’, el P. Bernardino de
la Corona de Espinas, y primer consultor, al primer
escmtinio, el P. Pablo Luis
de María Virgen. Para el segundo se necesitaron
muchas votaciones; finalmente
la elección recayó en el P. Tomás de la Sabiduría
Encamada. Poco se tardó, en
cambio, en designar al maestro de novicios y a los
rectores. Los capitulares asumieron
como propio lo establecido por el Capítulo General, se
comprometieron
a ponerlo en práctica y creyeron que no se
necesitaban más normas.
B) XII Capítulo de la provincia de la Presentación, 16-
17 de mayo de 1805. El

28 de marzo de 1803 murió el provincial, P.


Bernardino, de 56 años, a causa de la
malaria contraída dando misiones en la marisma de la
diócesis de Porto y Santa
Rufina119. La provincia fue gobernada como
viceprovincial por el P. Pablo Luis de
María, primer consultor, pero no se hizo la elección del
segundo. De acuerdo con
el General, convocó el 26 de febrero de 1805 el
capítulo que se reuniría en San
Ángel de Vetralla a partir del 5 de mayo. Pero como
por el cólera estaban aún
cerrados los confines con Toscana, se retrasó hasta el
día 16 a fin de que pudieran
asistir los superiores de Monte Argentario y Arezzo,
ubicados en el gran ducado de
Toscana. La lluvia acompañó a los capitulares que
llegaron a Vetralla:
Pablo Luis de María Virgen, viceprovincial;

Claudio de Santa María, consultor;

Vicente María de Jesús, rector de los SS. Juan y


Pablo;

Emidio María de San Luis, rector de Monte Argentario;

Carlos de la Pasión, rector de Vetralla;

Angel de San Juan Evangelista, rector de San


Eutiquio;

Serafín de San Luis, rector de Cometo;

Ludovico María de San José, rector de Morrovalle;

Gabriel de la Virgen Dolorosa, rector de Pievetorina;


Ángel Luis de San Rafael, rector de Gubbio;

Inocencio de San Pedro, rector de Recanati;

Lucas Ma. de la Sma. Trinidad, rector de Giano.

No llegó el P. Tomás de la Sabiduría Encarnada, rector


de Arezzo, al que los
capitulares consideraron legítimamente ausente,
‘impedido por un justo impedimento
y tal vez por el tiempo lluvioso ’.

119 E1P. Bernardino gozaba fama de santo religioso,


cfr. BERNARDO M. SILVESTRELLI, Cenni biografici
di alcuni religiosi passionisti che professarono nel suo
primo periodo di 50 anni..., Roma
1886, pp. 249 - 259.
El General ‘exhortó a todos a la oración y al consejo
como medios más eficaces
para tomar decisiones prudentes, y para mantener la
concordia y la unión
de espíritu durante las elecciones

Al cuarto escrutinio fue elegido provincial el P. Pablo


Luis de María Virgen;
al segundo el P. Tomás de la Sabiduría Encamada
primer consultor, y al primero,
el P. Carlos de la Pasión para segundo consultor. El P.
Luis de Santa Ana fue
designado maestro de novicios ‘después de muy
pocos escrutinios’. Hubo fácil
acierto para la elección de los rectores. El General
reconocía no haber conocido
un capítulo en el que las elecciones se hubieran
llevado a cabo con tanta rapidez
y concordia. Los capitulares creyeron conveniente dar
algunas normas para la
mejor marcha de las comunidades:
1. Que se mantuviera viva la caridad fraterna entre los
religiosos y las comunidades
y que se acogiera con cortesía y diligencia a los
religiosos de paso.

2. Que los rectores tuvieran ‘cordialidad abierta y


caridad paterna con los religiosos
del propio retiro y con los que tienen mayor necesidad,
como los
ancianos y enfermos’.

3. A la caridad de los rectores debe corresponder la de


los súbditos tanto en las
palabras como con la obediencia pronta.

4. Los religiosos practiquen los habituales gestos de


humildad con los superiores,
como arrodillarse cuando los visita en su habitación o
cuando ellos van
a la del superior.
5. Cuando los religiosos salen del retiro, y cuando
regresan a él, preséntense al
superior y, arrodillados, pidan su bendición.

6. Los superiores entreguen ropa interior, hábito y


sombrero a los religiosos
destinados a otro retiro.

7. Se recomienda a los superiores que entreguen a los


religiosos ropa interior
según los modelos establecidos, y que las servilletas
del refectorio sean grandes
y se cambien cada ocho días.

8. Que se guarde el silencio; que nadie entre en la


celda de otro sin permiso del
superior; pero sí se podía visitar a los enfermos y al
padre espiritual.

Los capitulares se despidieron contentos por la tarea


cumplida y con la esperanza
de que sus comunidades continuaran tan
fervorosas120.

C) XI Capítulo de la Provincia de la Dolorosa, 17 -19


de mayo de 1802. El P.

Santiago de las SS. Llagas convocó a los capitulares


para que se reunieran en
San Sosio el día 14 y se iniciaran las sesiones el 17.
Estuvieron presentes:

José M. del Crucifijo, Superior General;

Santiago de las SS. Llagas, provincial;


Felipe de la SS. Concepción, primer cons.;

José de S. María, segundo cons.;

Mariano de San Máximo, rector de Ceccano;

Francisco de San Juan, rector de San Sosio;

Bartolomé de los Dolores de María, rector de


Terracina;

Emidio de San Luis, rector de Paliano;

Ángel de S. Juan Evangelista, rector de Monte Cavo.

Difícil resultó la elección del provincial: todo el día 17 y


parte de la mañana
del 18 transcurrieron sin resultado. Para desbloquear
la situación, el General
sugirió que, si querían, podrían votar al P. José María
del Niño Jesús, ‘de reconocida
competencia’; pertenecía a la provincia de la
Presentación, y, siendo rector
de San Ángel, Vetralla, había presentado la renuncia.
Los capitulares aceptaron
con agrado la sugerencia para salir de aquel callejón
sin salida; aún así se
necesitaron algunos escrutinios antes de que resultara
elegido.

El P. Felipe de la SS. Concepción salió elegido primer


consultor al segundo
escrutinio, y el P. Pedro Francisco del Crucifijo
segundo, no sin “varias votaciones
’. Pocos escrutinios fueron necesarios para que el P.
Francisco Javier de San
Luis resultara designado maestro de novicios. La
elección de los superiores locales,
en cambio, fue fácil. También en este capítulo se
aceptaron las indicaciones
del Capítulo General con el compromiso de llevarlos a
la práctica121.

D) XII Capítulo de la Provincia de la Dolorosa, 22 de


abril de 1805. El 7 de

febrero de 1805, el provincial P. José María del Niño


Jesús, puesto de acuerdo
con el General, convocó el capítulo provincial para el
22 de abril en Monte Cavo.
El día 18 estaban ya disfrutando del aire frío de la
montaña el P. General, José
Claris, y los vocales de la provincia, excepto el P.
Martín del Espíritu Santo, rector
de Terracina; aunque se puso en camino, a pesar de
una seria enfermedad,
tuvo que detenerse en Paliano. Asistieron:

José María del Niño Jesús, provincial;

Felipe de la SS. Concepción, primer cons.;


Pedro Francisco del Crucifijo, segundo cons.;

Antonio de San José, rector de Ceccano;

Mariano de San Máximo, rector de San Sosio;

Esteban de Santo Domingo, rector de Paliano;

Venancio de San Francisco, rector de Monte Cavo.

Durante el trienio habían renunciado los rectores de


Paliano y Monte Cavo,
elegidos en el capítulo anterior, sustituidos por los que
estaban presentes. El
General publicó una circular en la cual comunicaba
que, por decisión suya y del
consejo general, con licencia de la Santa Sede, se
nombraba a San José nuestro
protector y que sus dos fiestas se celebraran con
categoría de solemnidad.

El 21 de abril el provincial, P. José María del Niño


Jesús, habló a los capitulares
demostrando ‘con autoridad y argumentos la
necesidad de elegir superiores ricos
de doctrina, de bondad y de años, es decir, llenos del
espíritu del instituto’. El 22
por la mañana, al comienzo de la sesión electiva, el
presidente P. José Mana del
Crucifijo ‘recordó a los Padres que el sacrificio
eucarístico poco antes celebrado
reclamaba en aquella circunstancia todos los
sacrificios que hubiera que hacer para
gloria de Dios y bien de las almas, ya que a este fin
están orientados todos los cargos;
y que para no confundirse de camino echaran tres
miradas: una a sí mismos,
los electores, para arrancar de su corazón cualquier
interés humano; otra a los que
quisieran elegir para ver si estaban adornados con las
cualidades requeridas; y la tercera
a la provincia para desterrar de ella y remediar
cualquier abuso’.

El P. José María del Niño Jesús resultó confirmado al


primer escrutinio; no obstante
su resistencia, tuvo que aceptar. Estaban
efectuándose las votaciones para el primer
consultor cuando llegó la noticia de que había muerto
en Paliano el mencionado
rector de Terracina. Fue elegido como primer consultor
el P. Pablo Jacinto de la
SS. Trinidad, y el P. Mariano de San Máximo como
segundo. Para maestro de novicios
se votó al P. Gregorio de San Miguel, del retiro de
Arezzo, que el General había
ofrecido, junto con el P. Pablo Jacinto de la SS.
Trinidad, como elegible.

Los vocales dieron algunas indicaciones que sirvieran


de pauta a los rectores
y a todos, relativas a no conservar en la celda artículos
alimenticios ni bebidas;
que el superior tuviera dos clases de tabaco para las
necesidades de cada
uno; que los consultores provinciales, en el ejercicio de
su cargo, dependían sólo
del provincial, pero para el resto estaban a expensas
de la comunidad en la que
residieran; se recomendó ‘con energía que los
enfermos sean cuidados con gran
caridad, conservando el espíritu heredado de nuestro
venerable Padre, y que se
había mantenido en el instituto; que a los religiosos
forasteros, sanos o enfermos,
se les tratara con gran caridad en todo’. De nuevo se
prohibió mandar a
fuera de casa a los hermanos y clérigos antes de cinco
años122.

13.1. - Dos grandes bienhechores desde los orígenes

El 12 de marzo de 1797 murió Antonio Frattini, ‘primer


síndico romano de
nuestra Congregación’. Había sido siempre muy
aficionado al Fundador, le había
ayudado mucho a él y al instituto naciente, de manera
especial al hacer posible, en
1766, encontrar y adquirir casa en Roma. Después
había continuado favoreciendo a
la comunidad de los SS. Juan y Pablo, en cuya
basílica quiso ser enterrado. Fue
un laico que vivió con honradez el Evangelio y en cuyo
comportamiento resaltaban
la integridad moral, la liberalidad benéfica con los
pobres y el amor a la
Iglesia y al Pontífice.

‘Son extraordinariamente dignas de encomio sus


virtudes y cualidades, dice
la necrología, por lo que se le puede aplicar con razón
el elogio sublime: «Dilectas
Deo et hominibus, cujiis memoria in benedictione est»
(Eccl. 45, 1)’. La Congregación
le celebró funerales solemnes y cada sacerdote de la
comunidad romana
aplicó tres misas en sufragio de su alma123. Su hijo,
mons. Cándido Frattini,
continuó la misma benevolencia con los pasionistas.

El 28 de diciembre de 1799 pasó a la vida eterna en


Orbetello la señora
María Juana Yenturi in Grazi, esposa de Vicente Grazi,
hermano de Inés
Grazi. Vivió con fervor el Evangelio y con la ayuda de
San Pablo de la Cruz
alcanzó una gran santidad, emulando a Inés Grazi con
la que convivía. De la biografía
del santo y del primer volumen de la historia de los
pasionistas se puede
constatar sus sacrificios en favor de los religiosos,
tanto al recibirlos en casa
cuando iban de paso o se encontraban enfermos,
como al amasarles el pan y
hacérselo subir a la Presentación hasta el año 1745.

‘No se puede expresar, dice el cronista, con qué


diligencia más que maternal,
aún a costa de cualquier sacrificio y de las
inclemencias del tiempo, de día
o de noche, según las exigencias de las
enfermedades, hasta sus últimos días, ya
anciana, ejercitó la misericordia; siguiendo el estilo del
Evangelio, todo lo consideraba
hecho al mismo Jesucristo, cuya Pasión sagrada y los
dolores de su divina
Madre María meditaba habitualmente con fervorosa
devoción. Dedicó todo
su ser a la práctica de las virtudes, sobre todo la
humildad, la mortificación, la
oración y la caridad, progresando muchísimo en el
camino de la perfección. Se
la consideraba una ardiente antorcha de santa
ejemplaridad, particularmente en
la caridad con el prójimo’.

El agradecimiento por todo el bien recibido y la alegría


de comprobar cómo
la espiritualidad pasionista había echado hondas
raíces en aquella mujer seglar,
movieron a los superiores a ofrecerle en todos los
retiros los sufragios por los
bienhechores, y en la casa de Roma, además del
solemne funeral que celebró el
Superior General, todos los sacerdotes le aplicaron
tres misas124. Sus restos mortales
quedaron depositados en la iglesia de la Presentación,
en Monte Argentario.

123 AGCP, Libro in cui si notano... e Beneffatori, cit., f.


106 - 108. Algunas noticias biográficas en E.
ZOFFOLI, San Paolo della Coce. Storia critica, Curia
Gen. Passionisti, Roma 1963,1, pp. XXXII
- XXXIII.

124 AGCP, Libro in cui si notano... e Beneffatori, cit., f.


136 - 137. Algunas noticias biográficas en E.
ZOFOLLI, o. c., I, pp. XLVII - XLVIII; II, 124 - 135.
13. 2. - La fábrica de paño en el retiro de Roma

A principios de 1798 el General mandó trasladar a la


casa general de Roma
la fábrica de paño para los hábitos y manteos que el
fundador había montado en
1754 en la casa de San Ángel125. Quedó instalada
cerca de la cuadra de los caballos
y de las habitaciones de los criados, en un local
construido para preparar y
teñir la lana126. Ubicada la fábrica en la casa central,
el General podría velar por
la uniformidad y la calidad del paño, y proveer a los
religiosos que tuvieran
mayor necesidad si su comunidad no disponía de
dinero contante, como puede
apreciarse en el registro de administración de la
misma.

14. - XII Capítulo General de 1809


14.1. - La situación social y política

En la República Cisalpina (más tarde llamada Itálica, y


al fin Reino de Italia),
el ministro del culto, Bovara, heredero del
jurisdicionalismo de José II de
Austria, del que había sido consejero muy apreciado,
legisló hasta sobre los
aspectos mínimos de la vida religiosa, redujo
gradualmente los conventos e
impidió nuevas profesiones127. Esta legislación fue
extendiéndose a los estados
italianos que fueron anexionados al imperio francés o
al Reino de Italia.

En Toscana, después de la marcha de la reina de


Etruria, María Luisa, que había
sido siempre y se mantuvo hasta el final benévola con
los pasionistas, llegó la expulsión
de los ‘extranjeros’ y después la supresión de los
conventos no dedicados a la
enseñanza o al cuidado de los enfermos. Y a todos se
les prohibió recibir novicios.

En Arezzo todos eran ‘extranjeros’ y debieron marchar,


a pesar del interés de
muchas personas, encabezadas por el obispo, que
insistieron en que permanecieran
para bien del pueblo. Los religiosos se retiraron a
finales de febrero de 1808128.

La misma suerte corrieron los dos retiros de Monte


Argentario. Se hizo todo
lo posible por reunir al menos 12 ‘nacionales’, es decir,
toscanos, para evitar la
clausura. Gracias a la mediación de varios amigos se
logró la gracia para 4
‘extranjeros’ de modo que se llegara al número de 12
‘nacionales’. Por el
momento se salvó la situación. El 10 de marzo de
1808 había en el Monte 25
125 F. GIORGINI, Storia dei passionisti, I, pp. 364 -
365.

126 AGCP, Platea dei SS. Giovanni e Paolo, 1773 -


1829, f. 79.

127 M. ROBERTO, La legislazione ecclesiastica nel


periodo napoleonico, en Chiesa e Stato. Studi storici e
giuridici per il decennale della Conciliazione tra la S.
Sede e l’Italia. I, Studi storici, Milano 1939, pp. 270
- 332, se puede ver la reconstrucción pormenorizada
de està legislación. IVANA PEDERZANI, 1810: la
soppressione degli ordini religiosi nel regno d’Italia. Il
ministro per il Culto Giovanni Bovara e il problema
dell 'educazione superiore feminile, en Annali di Storia
moderna e contemporanea, 4 ( 1998), 97 - 120.

128 Para las fuentes, cfr. C. A. NASELLI, La


soppressione napoleonica..., o. c., pp. 55 - 62.
religiosos, 18 en la Presentación y 7 en San José. El
20 de febrero de 1808 los
10 novicios ‘extranjeros’ fueron trasladados a San
Ángel, Vetralla, con el maestro;
los tres ‘nacionales’ permanecieron en San José con
otro maestro129. El 23
de marzo los 14 ‘extranjeros’, entre los cuales estaba
el rector, debieron dirigirse
a retiros del Estado Pontificio.

Algunos anticlericales, ávidos de apoderarse del lugar


y de la huerta, sobornaron
a las autoridades, haciéndoles creer que los
pasionistas eran religiosos ‘capaces
de poseer’ y condenados a la supresión. El superior
interino, P. Ludovico de San
José, fue personalmente a Siena y pudo clarificar ante
el prefecto cuál era la realidad
jurídica de los pasionistas como ‘mendicantes’, y por lo
mismo no incluidos en
la ley. Fue atendido y en aquella ocasión se alejó la
tormenta, y a la chita callando
se llevó a algunos estudiantes, que eran doce al
principio de 1810130.

Mientras tanto la situación política se precipitó también


en el Estado Pontificio.
Ancona había sido tomada en 1805, todas las Marcas
en noviembre de
1807 como venganza contra el Papa que no se había
adherido al bloqueo naval
contra Inglaterra, y el 2 de abril de 1808 quedaron
anexionadas al Reino itálico
e introducida en ellas sua legislación. El resto del
Estado Pontificio había sido
ocupado el 21 de enero de 1808 sin resistencia
armada no querida por Pío VII.
El 2 de febrero de 1808 los franceses eran totalmente
dueños de Roma.

El 10 de febrero de 1808 el General convocó a los


capitulares para el 26 de
abril en Roma, añadiendo: ‘a menos que las
condiciones de los tiempos no sugiriesen
prudentemente señalar otra casa’131. Parece que
estaba lejos de adivinar la
tormenta que se venía encima.

La tensión creciente entre Napoleón y el Papa llevó a


sospechar que sería imposible
reunir el capítulo. El General se dirigió al Papa, quien
confió el asunto al card.
Leonardo Antonelli, que ya hemos visto en Monte
Argentado durante la República
romana. Éste, a la espera de que se clarificase la
situación política, el 21 de junio de
1808, con el breve pontificio «Pro debito pastoralis
officii», confirmó en el oficio,
por un año más, a todos y a cada uno de los
superiores mayores132.

El día 25 del mismo mes, al informar de esta iniciativa


pontificia, el General,
exhortaba a todos a conformarse con la voluntad de
Dios: ‘No podemos darle
a Dios demostraciones de un amor más puro y más
grande, que el estar plena

129 Se había obtenido el rescripto pontificio el 1 -I-


1808. Las normas dictadas por el General en:
AGCP, B. II - 1/2 - 4 Decreti riguardanti i nostri
noviziati..., ff. 37 - 39: Decreti da osservarsi in
occasione del noviziato nel ritiro di S. Angelo nel 1808.
Hay que recordar que el 21 -X- 1806 fueron
destinados al retiro de San José 4 novicios de la
provincia de la Dolorosa desde el retiro de
Monte Cavo, afectado por el terremoto del 26 -VIII-
1806. AGCP, copia Platea S. Giuseppe, ff. 11
- 12. AGCP, B. III-IV/1 - 4, Platea di Montecavo, ff. 17-
18.

130 AGCP, fotocopia Platea S. Giuseppe, f. 13 -14. C.


A. NASELLI, La soppressione..., o. c., pp. 64 -70.

131 Acta XVII (1951), 25 - 28.


132 Acta XIV (1940), 227 - 229.
mente de acuerdo con su santísima voluntad; cada
uno de nosotros, aunque
hiciera ayunos, mortificaciones y penitencias como los
de todos los antiguos
anacoretas, debe dejarse iluminar pam conocer si su
aprovechamiento espiritual
sabiamente analizado está en todo conforme a la
voluntad divina’133.

El General temió que los religiosos se desbandaran


por miedo al pensar en
cómo salvarse en caso de supresión, y que la
renovación de los cargos, hecha por
el Papa, pudiera servir de pretexto para que los más
débiles de convicciones n
observaran las Reglas ni las órdenes de los
superiores; por eso el 27 de julio de
1808 envió una nueva circular, que fue una vehemente
súplica a todos para que
amaran a Dios y a la Congregación a la que El los
había llamado y que demostraran
esta estima observando fielmente la Regla. Insiste en
que nadie vaya de
un retiro a otro ‘con chismes aunque fueran vistos u
oídos’. Y concluía: 'Conservad
, queridos, dentro de vosotros la paz , y el Dios de la
paz esté con voso
tros. La caridad es la madre de la paz y también su
alimento: donde no hay paz
tampoco florece la caridad, ni Dios está en nosotros
por amor’134.

Parecía que la situación amenazaba un


empeoramiento. El General se presentó
al Papa el 17 de abril de 1809, y le expuso el deseo de
adelantar el capítulo sin esperar
a que concluyera el año establecido en el breve. Pío
VII, ‘con la bendición apostólica
impartida a todos nosotros, concedió benignamente la
gracia’. El 18 de abril
de 1809, el P. Claris envió la convocatoria a los que
tenían derecho para que estuvieran
en la casa de los SS. Juan y Pable el 23 de mayo.
Añadía que en el triduo preparatorio
se pidiera también por los capítulos provinciales que
tendrían lugar después
del General; ‘como buenos hijos no ceséis de rezar
diariamente al Señor que
haga prosperar siempre más nuestra buena Madre, la
Congregación’135 136.

14. 2. - XII Capítulo General, 23-25 de mayo de 1809'

Desde la convocatoria del capítulo se había


deteriorado mucho la situación
en el Estado Pontificio. Tras la victoria sobre los
austríacos, Napoleón decretó
en Viena, el 16 de mayo de 1809, el final del Estado
Pontificio y la anexión de
los Estados romanos (Lazio y Umbría) al imperio
francés. Por el mismo decreto
establecía una Consulta Extraordinaria que debería
tomar posesión del Estado
en nombre del emperador y organizado según el
sistema francés, a fin de que,
desde el 1 de enero de 1810, entrase en vigor el nuevo
régimen constitucional137.
Los diez capitulares estaban ya en la casa de los SS.
Juan y Pablo el 20 de mayo, vigilia
de Pentecostés, dispuestos a iniciar los trabajos con la
confianza puesta en Dios:

133 Acta XVII (1951) 28 - 29.

134 Acta XVII (1951), 29 - 35.

135 Acta XVII (1951), 36 - 38.

136 AGCP, Cap. gen. XII{1), 1809. Decr. e rac., cit., p.


(17) - (19).

137 C. NARDI, Napoleone e Roma. La polìtica della


Consulta romana, Roma 1989, pp. 12
José M. Claris del Crucifijo, Superior General;

Ignacio de San José, primer consultor gen.;

Santiago Sperandio de las SS. Llagas, segundo cons.;

Valentín de Santa María Magdalena, procurador


general en lugar del P. José
Jacinto de Santa Catalina, que había muerto poco
después del anterior capítulo
de 1802;

Luis de María Virgen, provincial de Pres.;

José María del Niño Jesús, provincial de Dol.;

Tomás de la Sabiduría Encamada, primer cons. de


Pres.;

Cándido de San Luis, primer cons. de Dol.;


Carlos de la Pasión, segundo cons. de Pres.;

Felipe de la SS. Concepción, segundo cons. de Dol.

La estabilidad de la Congregación parecía buena: 92


sacerdotes, 46 clérigos
y 103 hermanos, con un total de 241 profesos, de 38
años de edad como promedio.
Se habían recibido 100 profesiones: 58 de clérigos y
42 de hermanos; habían
muerto 40 profesos: 17 sacerdotes, 19 hermanos y 4
clérigos, con una media de 52
años. Habían abandonado 26 profesos: 13 sacerdotes,
6 clérigos y 6 hermanos, con
una media de edad de 28 años.

El 22 de mayo, después de recitar completas, los


capitulares y toda la comunidad
escucharon la plática que ‘con mucho espíritu’ les
dirigió el P. Santiago de
las SS. Llagas. Se inspiró en el texto del Cantar de los
Cantares 2, 12: «tempus
putationis advenit» (llegó el tiempo de la poda), y,
según las actas, ‘exhortó a los
capitulares a endulzar la amargura que en sus
corazones podría haberse ocasionado
con la severidad de las leyes y de los mandatos
rigurosos, lo que, al
compararlos con la suavidad que debe ser propia de
un legislador, podría hacer
infructuosas, y aún nocivas, vuestras determinaciones

En la mañana del 23, después de la misa en honor del


Espíritu Santo, comenzaron
las elecciones. El P. Tomás de la Sabiduría Encamada
quedó elegido General al tercer
escrutinio. Siguió la elección del primer consultor, pero
era ya tarde, se suspendió la
sesión, y después de la comida, quedó elegido el P.
Santiago de las SS. Llagas tras
varios escrutinios. El resto del día transcurrió en
nuevas votaciones sin resultado. En la
primera votación de la mañana del 24 fue elegido
segundo consultor el ex general P.
José Ma. del Crucifijo, fácil resultó el nombramiento del
procurador, pues al segundo
escrutinio recayó en el P. Ignacio de San José. No es
fácil explicar tantas dificultades
para elegir a los consultores, ya que no consta cuáles
fueron los otros nombres.

El secretario de la Congregación de Obispos y


Regulares comunicaba, en
una carta que se escuchó durante el Capítulo, que el
Papa había leído la petición
de librar el retiro de Giano de las servidumbres que le
gravaban y que daba todo
su apoyo a este propósito, pero que no fuera
abandonado, pues ello traería ‘daño
espiritual a los pueblos vecinos. Los Padres
prometieron unánimemente obedecer5.
Estudiada la solicitud del P. Santiago Gori de la Virgen
de la Piedad de ser
dispensado de los votos, ‘el Capítulo, amante de la
tranquilidad pública, concedió
unánimemente la triste gracia’.

Los capitulares parece que echaron en saco roto las


exhortaciones del P. Santiago
en la víspera de las reuniones, y formularon
evaluaciones de notable gravedad,
y con un tono tremebundo en algunos casos, que
ensombrecía el bien y
el esfuerzo de casi todos los religiosos:

‘Se habló de algunos puntos relativos a la observancia


y al buen orden. De
modo particular se resaltó la temeridad de quienes, de
palabra o de otro modo,
critican y pierden el respeto a los superiores. Este
capítulo, pues, ordena que
esta falta detestable, que podría derribar a toda la
Congregación, sea totalmente
desterrada de nuestros retiros, con la advertencia de
que quien en el futuro
fuera reincidente, será irrevocablemente expulsado de
la misma. Y dispónganse
los superiores locales a vigilar sobre las recreaciones:
que en ellas no se
introduzcan comentarios contra las órdenes de los
superiores, para que los que
carecen de espíritu no tengan motivo para murmurar”.

Como se ha advertido el P. José Claris había insistido


en fomentar el espíritu de
caridad, de paz y de aprecio mutuo que la
Congregación disfrutaba en todos los niveles;
la consistencia espiritual que los religiosos
manifestaron durante la república
romana parece demostrar que había buen espíritu. El
hecho de que el General volviera
a insistir en la última circular que no se llevasen
chismes de un convento a otro,
hace pensar que algo no marchaba bien. Podría
tratarse de 4 ó 5 individuos que en
1808, en Monte Argentarlo, crearon divisiones y
recelos en una comunidad, que con
dificultad había conseguido mantenerse abierta con
sólo los ‘nacionales’138.

Los capitulares tomaron nota del breve del 20 de mayo


de 1803 por el que el Papa
concedía que, al sustituir a un consultor general o a un
provincial o al procurador, si
uno del consejo no podía hallarse presente, podría
enviar su voto por carta139. Los mismos
capitulares ‘por justos motivos’ (¿cuáles?) renunciaron
a hacer uso en el futuro del
rescripto pontificio del 7 de marzo de 1797, solicitado
por decisión del Capítulo General
de 1796. Se prefirió aplicar a la letra la norma de la
Regla sobre la oración de después
de Vísperas en verano y sobre el rezo del rosario tras
la recreación de la tarde140.
14. 3. - Capítulo provinciales

A) Capítulo de la Presentación, 30 - 31 de mayo de


1809. El nuevo Superior
General se dirigió al retiro de San Angel a fin de
intervenir en el capítulo con

138 C. A. NASELLI, La soppressione..., o. c., p. 66. A.


SPINA, o. c., p. 51.

139 Acta XIII (1937), 274 - 275.

140 Decreti e rac., decr. n. 258.


vocado para el 30 de mayo141. El día 27 estaban ya
allí los 12 capitulares para las
sesiones preparatorias. Llama la atención los muchos
cambios que se habían producido
durante el trienio:

Tomás de la Sabiduría Encarnada, Superior General,


antes primer consultor de
la provincia;

Pablo Luis de María Virgen, provincial;

Carlos de la Pasión, segundo consultor.

Y los rectores:

Inocencio de San Pedro, de los SS. Juan y Pablo;

Tomás de San Estanislao, de San Ángel, en lugar del


P. Ignacio del Corazón de
Jesús, que había renunciado y que a su vez había
sustituido al P. Cayetano de la
SS. Anunciación, el cual también había renunciado;

Luis de la Inmaculada Concepción, de San Eutiquio,


sucesor del P. Amadeo de
la Inmaculada Concepción, que fue nombrado tras la
renuncia del P. Ignacio del
Sagrado Corazón;

Vicente María de Jesús, de Cometo, en el puesto del


P. Vicente de San Joaquín,
cesado en su oficio;

Gabriel de la Virgen Dolorosa, de Me Tovalle;

Ángel de San Juan Evangelista, de Pievetorina, que, al


marchar de Monte Argentarlo,
de donde era rector, por ser ‘extranjero’, fue sustituido
por el P. Juan Bautista
de San José, que había cesado en el oficio;
Ángel Luis de San Rafael, de Gubbio; sustituía al
renunciante P. Nicolás de
María Dolorosa, que había sucedido al P. Amadeo de
la Inmaculada Concepción,
tras su renuncia;

Lucas María de la SS. Trinidad, de Giano;

Luis de Santa Ana, maestro de novicios: por Regla


intervenía cuando el capítulo
se tenía en el retiro donde estaba el noviciado, como
se ha recordado más arriba.

No estaban presentes los rectores de los conventos de


Monte Argentario,
porque había uno interino después de los cambios
impuestos por las leyes gubernamentales
de que se ha hablado; ni el de Recanati, también
interino tras la
renuncia del P. Sebastián de San Luis; ni el de Arezzo,
pues el rector había renunciado
cuando el gobierno suprimió el retiro.

Al primer escmtinio fue confirmado el P. Pablo Luis de


María Virgen; también
en la primera votación salió primer consultor el P.
Carlos de la Pasión; en
cambio hasta el séptimo escmtinio no quedó elegido el
segundo, P. Valentín de
Santa María Magdalena. Para maestro de novicio fue
seleccionado al primer
escmtinio el P. Ángel Luis de San Rafael. Las actas
recuerdan que los capitulares
se felicitaban por la rapidez con que habían avanzado,
y pasaron a elegir a

141 AGCP, Praes, Cap. prov. XIII, 1809.


los rectores: cuatro aquella misma mañana, y el resto
por la tarde. Recordaremos
sus nombres, pues iba a tocarles la difícil etapa de la
supresión:

R Cayetano de la SS. Anunciación (al 2o. escmtinio)


para la casa de los SS. Juan
y Pablo;

P. Gabriel de la Virgen Dolorosa (Io.) para Monte


Argentario;

P. Vicente de San Joaquín (5o.) para San Ángel,


Vetralla;

P. Luis de Santa Ana (4o.) para San Eutiquio;

P. Luis de la Inmaculada Concepción (3o.) para


Cometo;

P. Lucas María de la SS. Trinidad (Io.) para Morrovalle;


P. Ángel de S. Juan Evangelista (Io.) para Pievetorina;

P. Bernardo de la Virgen Dolorosa (9o.) para Gubbio;

P. Juan Lucas de la Asunción (Io.) para Recanati;

P. Vicente María de Jesús (2o.) para Giano.

Rezadas las completas, se comunicó a la comunidad


el resultado de las elecciones.
El provincial, ‘con una plática breve y fervorosa,
expresó los sentimientos
de su corazón’’, todos le prestaron obediencia y se
cantó el «Te Deum». Así concluían
la jomada y el capítulo, pues no se creyó oportuno dar
determinaciones.

B) Capítulo de la Dolorosa, 29 - 30 de mayo de 1809.


El 21 de junio de 1808 Pío
VII, ante la situación política, confirmó a los superiores
mayores generales y provinciales,
pero mandó que, en la forma determinada por la
Regla, se procediera a
sustituir al consultor vacante por la muerte del titular.
Por eso el 1 de julio de 1808,
en Monte Cavo, el General con el provincial, P. José
María del Niño Jesús, y el consultor
P. Emidio de San Luis, eligieron segundo consultor al
P. Felipe de la SS. Concepción142.
El General delegó en su segundo consultor, P.
Santiago de las SS. Llagas,
para presidir el capítulo de la Dolorosa. El 25 de mayo
de 1809 se encontraron
en el retiro de la SS. Trinidad de Monte Cavo los 8
vocales de la provincia con el
delegado del General:

José María del Niño Jesús, provincial;

Emidio de San Luis, primer cons.;


Felipe de la SS. Concepción, segundo cons.;

Benedicto de San José, rector de Ceccano;

Antonio de San José, rector de San Sosio;

Pedro Francisco del SS. Cmcifijo, rector de Terracina;

Esteban de Santo Domingo, rector de Paliano;

Gregorio de San Miguel, rector de Monte Cavo y


maestro de novicios143.

En la tarde del 27 de mayo el P. Felipe de la SS.


Concepción pronunció un
elevado discurso, en el que recordó que las
comunidades religiosas deben dar

142 AGCP, A. II-C/4 - 2, 1 - 3.


143 AGCP, Dol., Cap. prov. XIII, 1809.
continuamente gloria a la SS. Trinidad, ‘y por eso será
angelical el gobierno de
aquel superior que esté totalmente dedicado a dar esta
gloria a Dios Padre con su
celo, logrando que toda la comunidad busque día y
noche esta gloria...; gloria al
Hijo de Dios con la vigilancia sobre el exacto
cumplimiento de la Regla y de los
deberes propios de cada religioso; gloria al Espíritu
Santo si todo su gobierno se
hallara fundado, apoyado y encaminado en todo y por
todo sobre la sólida y dulce
base de la santa caridad’.

Al primer escrutinio, ‘con paz y satisfacción de todos’


fue elegido provincial
el P. Felipe Antonaroli de la SS. Concepción.
Igualmente al primer escrutinio el
P. José Ma. del Niño Jesús quedó elegido primer
consultor; y después de ‘algunas
votaciones’, fue escogido segundo consultor el P.
Pedro Francisco del SS.
Crucifijo. Como rectores fueron nombrados:

1) P. Benedicto de San José para Ceccano;

2) P. Antonio de San José para San Sosio;

3) P. Esteban de Santo Domingo para Terracina;

4) P. Emidio de San Luis para Paliano;

5) P. Juan Pedro de San Vicente Ferrer para Monte


Cavo.

Para maestro novicios el designado fue el P. Gregorio


de San Miguel.

Si en el capítulo de la Presentación sólo uno de los


elegidos renunció, y no
le fue aceptada la renuncia, en el de la Dolorosa
renunciaron el primer consultor
y ‘casi todos los rectores ’, aunque el capítulo no
aceptó ninguna de las
renuncias. ¿Por qué tantas? ¿Simple ceremonia? ¿O
miedo ante los problemas y
peligros que amenazaban en aquellos momentos? Se
encargó a todos los rectores
que eliminasen el abuso que iba introduciéndose
relativo a la comida y a no
descubrirse la cabeza estando en la iglesia.

Fue providencial que estos capítulos se hubieran


reunido en el mes de mayo; con
ello las comunidades estuvieron mejor organizadas
para afrontar la tormenta que iba
a abatirse sobre ellas. En la noche del 10 de junio de
1809, el Papa mandó fijar en la
puerta de las iglesias y en los muros de las ciudades la
bula de excomunión «Quum
memoranda» contra los que habían intervenido en la
abolición del poder temporal
del Papa. La reacción de los franceses y de los
partisanos fue violenta. En la noche
del 6 de julio de 1809 se dio un hecho inaudito: el
general Radet, siguiendo órdenes
de Miollis, escaló el Quirinal, arrestó al Papa y lo
condujo fuera de Roma, prisionero
de Napoleón. La cristiandad quedó consternada, pues
tras el concordato con Francia
se había extendido una cierta euforia, y se pensaba
que había pasado ya lo peor.
Los religiosos renovaron sus sentimientos de devoción
al Papa, como en 1798 hacia
Pío VI. La supresión parcial de religiosos ya ejecutada
en el norte, en Toscana y en
el ex-reino de Nápoles, era pmeba inequívoca de lo
que podía esperarse.
I

Om,REGATlüMS PASSIÍlVI.i-nLÍ.'. I.4.S fcT- lAM IIV T\


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¦‘XK'.’j c'-nr)-f. P4i.ii- :w,vs.mío


C'.NCI.'I iTIO I". y.>M Wln'Ef or »¦< i-F1 Í-P
ir> do iiM «üui.xxx^TTi

Traducción de la inscripción colocada bajo el busto de


Pío VII en la escalinata de acceso a la
sacristía de la basílica de los SS. Juan y Pablo, Roma

“A Pío VII Pontífice Máximo, * que * aprobó y confirmó


por tercera vez las Reglas y el Instituto de la
Congregación
de la Pasión * y apreció mucho a sus religiosos *.
Concluida la temible guerra que en aquella
época trató de destruir todo el orden político *,
suprimió las Órdenes religiosas* y quiso arruinar la
misma
religión cristiana, * una vez vuelto a su sede, * decretó
que (los pasionistas) fueran los primeros en recuperar
su estado y sus casas;* y en esta basílica, cuyo tejado
amenazaba ruina,* restauró el techo y el arte-
sonado.* Por estos y otros muchos dones con que los
favoreció con gran munificencia, * los miembros de
la Congregación de la Pasión, agradecidos, pusieron
(esta lápida) * en el año del Señor de 1838”.
Supresión napoleónica y restauración: 1809 - 1821

I. - La supresión de las corporaciones religiosas

L - El Estado Pontificio absorbido por el imperio


francés

El alejamiento forzado del Pontífice dejó mayor libertad


de acción a la Consulta
Extraordinaria para organizar los Estados Romanos
con mayor rapidez, siguiendo
las pautas del imperio francés. El Papa fue llevado
prisionero a Savona (1809 -
1912) y de allí a Fontainebleau (1812 - 1814). Con la
expresión Estados Romanos
se entendía el Lazio y la Umbría, pues las regiones
adriáticas del Estado Pontificio
(Marcas, Romana y Emilia) habían sido agregadas al
Reino de Italia; en cambio
Lazio y Umbría, del Estado Pontificio, más el gran
ducado de Toscana, la Liguria y
el Piamonte quedaron incorporadas al imperio francés.
Los habitantes de Roma llegaban
a 140.000'; la ciudad junto con el Lazio (llamado
Patrimonio al norte, Sabina
en el centro oriental, y Campania al sur) que sumaban
530.000 habitantes1 2, recibió
el nombre de Departamento del Tíber. La Umbría,
denominada Departamento
del Trasimeno, tenía 300.000 habitantes, y las Marcas
740.3803.

Napoleón confió el ex-reino de Nápoles primero a su


hermano José (1806 -
1808) y después a su cuñado Joaquín Murat (1808 -
1814). Sicilia fue el refugio de
los Borbones de Nápoles, mientras Cerdeña lo fue
para los Saboya del Piamonte;
quedaron bajo la protección de la flota inglesa que
navegaba por el Mediterráneo.

Con el Senado Orgánico de la Ciudad de Roma y de


sus Estados, del 17 de
febrero de 1810, Roma fue proclamada segunda
ciudad del imperio y parte integrante
del mismo con sus estados. Al Papa se le reconocía el
derecho a residir en
algunos palacios en diferentes lugares del imperio con
un fondo de dos millones
de francos, mientras los fondos para mantener el
colegio cardenalicio y la Propaganda
Fide fueron declarados gastos imperiales4. Para
conquistarse la benevolencia
del pueblo, los nuevos administradores se esforzaron
notablemente por
mejorar las calles, la iluminación, los hospitales, la
distribución del agua; mantuvieron
una asignación anual para ofrecer dotes a un cierto
número de muchachas
pobres y atender a los más necesitados. Se dictaron
normas para hacer más

1 C. SCHIAVONI, Brevi cenni nello sviluppo della


popolazione romana dal 1700 al 1824, en AA.
VV., La demografia storica delle città italiane, Bologna
1982, pp. 401 - 419. DETOURNON, Etu-
des statistiques sur Rome et la partie occidentale des
Etats Romaìns... per la Comte - -, Paris 1855,
voi. 1, p. 272, indica 123.000 habitantes.

2 DE TOURNON, o. c., voi. II, p. 61.

3 K. J. BELOCH, Storia della popolazione d’Italia,


Firenze 1994, p. 643.

4 C. NARDI, o. c.,pp. 161-163.


equitativa la justicia a todos los ciudadanos. Se puso
mucho énfasis en las fiestas
civiles y patrióticas a fin de crear un clima afecto a la
nueva mentalidad y a
la nueva cultura; de este modo no se echarían de
menos las fiestas religiosas que
alteraban la monotonía del trabajo diario. En cambio
continuó el sistemático despojo
de obras de arte en favor de París, pensada como
capital de la cultura, e
incluso del catolicismo, al servicio del imperio5.

2. - Situación de los religiosos en vísperas de la


supresión

Las órdenes religiosas habían sufrido ya notables


daños en inmuebles y en
personal con las leyes de la república romana. A
Napoleón le estimulaba la teoría
de los filósofos e iluministas del siglo XVIII, según la
cual la vida religiosa
no existió en la Iglesia primitiva, y era más bien como
una excrecencia que dificultaba
la pastoral de los obispos. Como árbitro absolutista, no
soportaba que
algo escapara a su control y temía que los religiosos,
tal como pensaban los
monarcas iluministas del citado siglo, mantuvieran en
el pueblo las máximas de
Roma, es decir, la fidelidad a la doctrina de la Iglesia y
a las directrices del Papa.
Así que el 25 de septiembre de 1809 prohibió las
misiones populares, con lo que
se restringiría el influjo de los religiosos6.

El 4 de noviembre de 1809 reservaba la predicación a


sólo obispos y párrocos
con cura de almas, pues exigía que ‘todo predicador
fuera presentado al Perfecto
para ser conocido’; y además exigió que los
predicadores hicieran juramento
de profesar los artículos galicanos7. Después añadió
también la obligación
de servirse como de un único texto del catecismo
imperial publicado en Francia
en 1806 y en el Reino de Italia en 1807. La Santa
Sede hizo llegar a los obispos
del Estado Pontificio ocupado una circular para que
rechazasen adoptarlo, ya que

5 P. BUONORA, L’incameramento dei beni dei


conventi romani nella vita della città e nei progetti
di trasformazione urbana, en Villes et territoire pendant
la période napoléonienne, Roma 1987, pp.
482 - 497. C. NARDI, o. c., p. 186 - 187. Cfr. diversos
estudios sobre este tema en AA. VV., Lo
Stato della Chiesa in epoca napoleonica, o. c.

6 R. RUSCONI, Gli Ordini religiosi maschili dalla


Controriforma alle soppressione settecentesche.
Cultura, predicazione, missioni, en Clero e società
nell’Italia moderna, Bari 1992, p. 273. STANISLAO
DA CAMPAGNOLA, La predicazione in Italia durante le
soppressioni religiose napoleoniche
(1809 - 1814), en Collectanea francescana 39 (1969),
304 -361.

7 R. ANDRENELLI CAPPELLETTI, Gli avvenimenti del


Dipartimento del Musone (1808 - 1815)
attraverso i manifesti pubblicati in Macerata, en L’età
napoleonica nel maceratese, Macerata
1974, p. 561. G. BATTELLI, Clero e società italiana tra
decennio napoleonico e primo novecento.
Alcune ipotesi di relettura, en Clero e società nell’Italia
contemporanea, o. c., p. 60. STANISLAO
DA CAMPAGNOLA, / vescovi italiani di fronte allí
articoli gallicani all’apogeo imperiale
napoleonico (1810), en Laurentianum 51 (1964), 275.
B. GHERARDINI, L’ecclesiologia nel
periodo napoleonico, en Lo Stato della Chiesa in epoca
napoleonica, o. c., pp. 155 -160. Este juramento
fue exigido al pasionista P. Nicolás Fracchia de la
Dolorosa, en Orbetello, pero lo rechazó y
no predicó. C. A. NASELLI, Il caso..., o. c\, p. 70.
emanaba de una autoridad que no tenía competencias
en la materia y porque
habría favorecido la confusión en las diócesis8.

En fin, y no era la última razón, tenía la irresistible


decisión de apoderarse de
los bienes de la Iglesia para hacer frente al creciente
gasto económico de la guerra,
al mantenimiento de los soldados, al subido número de
burócratas y a las obras
públicas que habría que emprender. Se necesitaban
además amplios edificios para
acuartelar las tropas, para los servicios logísticos y
para dependencias del gobierno9.

3. - Supresión parcial de religiosos y religiosas

Antes de que la supresión llegara al Estado Pontificio,


era ya un hecho consumado,
al menos parcialmente, en el ducado de Toscana y en
el Pincipado de
Piombino por obra de Elisa Baciocchi en 1806. En
Toscana la supresión había
dado comienzo el 29 de abril de 1808, y se había
hecho general el 13 de septiembre
de 181010. En el reino de Nápoles11 la supresión fue
iniciada por José
Bonaparte entre 1806 -1808, y la prosiguió Joaquín
Murat, que la declaró general
el 7 de agosto de 1809.

El 17 de abril de 1810 Napoleón ordenó que en los


Estados Romanos los religiosos
nativos de los Departamentos del Tíber y del
Trasimeno volvieran a su
país nativo, y si eran sacerdotes, se pusieran a
disposición del obispo. Para gastos
de traslado se concedía una indemnización de 100
francos para un viaje inferior
a 50 leguas; si eran más, la ayuda ascendería a 130
francos. La Consulta de
Roma adjuntó al decreto imperial una ordenanza del
27 de abril de 1810:
1) En un plazo de 15 días, ‘todos los sacerdotes
seculares y todos los religiosos
no nacidos en el territorio de los dos Departamentos
deberían marchar y
regresar a su diócesis de nacimiento ’.

2) Los religiosos nativos de los dos Departamentos


que residieran en Roma
debían volver a su diócesis de origen en un plazo de
15 días.

3) Quedaban exentos de estas medidas las religiosas


dedicadas a enseñanza o al
cuidado de enfermos, así como los sacerdotes
seculares con cura de almas o
profesores en colegios.

4) Los superiores de los conventos debían entregar al


Prefecto, o al subprefecto
si estaban fuera de Roma, una lista de todos los
religiosos, indicando:
nombre, apellido familiar, nombre de religioso, edad,
lugar de nacimiento y

8 R. PESCINI, La polemica sul catechismo


napoleonico e una confutazione romana di esso, en
Rivista
di Storia della Chiesa in Italia 17, 1963, pp. 406 - 412.

9 P. BUONORA, o. c„ p. 474. ,

10 CARLO FANTAPPIE, Il monacheSimo moderno tra


ragioni di Chiesa e Ragion di Stato. Il caso
toscano (XVI - XIX sec.), Olschki Frenze 1993, pp. 291
- 302.

11 M. MIELE, Ricerche sulla soppressione dei religiosi


nel Regno di Napoli (1806 - 1815), en Campania
Sacra. Studi e documenti 1973, n. 4, pp. 1-144.
patria. Añadirían también si había enfermos en tales
condiciones que no
pudieran viajar.

5) Al marchar, los religiosos podrían llevarse sus


objetos personales, o de er-
minar su destino antes de salir del convento, pero
debían dar al superior una
nota y obtener su permiso. Con esta medida no se
trataba de salvar los votos
de pobreza o de obediencia, sino de impedir que
fueran sustraídos al fisco
imperial los objetos del convento.

6) Cada religioso no nativo (llamado ’forastero’ o ‘no


nativo’) tendría que procurarse
un pasaporte y un certificado del responsable del
Departamento de
finanzas con el visto bueno del Gobernador; en él se
indicaría la suma de
indemnización para gastos de viaje, la categoría del
religioso (sacerdote o
hermano lego) y la suma de la pensión que le
correspondería12.

En todos los conventos hubo llanto y dolor mientras los


religiosos prepaia-
ban sus documentos antes de salir. No es posible dar
el número de los que marcharon
antes de la supresión general que expropiaba los
establecimientos.

4. - Supresión general de los religiosos

El 3 de mayo de 1810, Napoleón decretó la supresión


de todas las corporaciones
religiosas, incluidas las de mendicantes, en los dos
Departamentos de
Roma y de Trasimeno. Se tuvo alguna consideración
con las religiosas, a las que
se destinaron algunos monasterios en los que
pudieran reunirse aquellas que, por
ancianidad o por carecer ya de familia, no podían o no
deseaban volver a casa.
El decreto advertía que ‘las leyes del imperio no
reconocen en adelante los votos
solemnes monásticos en personas de uno o de otro
sexo ’. El 15 de junio, los bienes
de las corporaciones suprimidas pasarían al tesoro
público. Los religiosos
tendrían que vivir con la pensión que les hubiera
correspondido: 500 francos
para religiosos clérigos y para las religiosas de coro
con menos de 60 años; 600
francos para aquellos o aquellas que superaran esta
edad; para los hermanos
legos y las religiosas conversas, 300 francos si tenían
menos de 60 años, y 400
si eran mayores de dicha edad13.

Esta situación cayó como un rayo sobre 5.089


religiosos que vivían en 565
conventos de Roma y de los dos Departamentos: 119
conventos con 1.463 en
Roma, 240 con 1.733 religiosos en el Departamento
del Tíber, y 206 conventos
con 1.893 en el Departamento de Trasimeno. En la
misma situación se encontraron
5. 229 religiosas en 224 conventos, de los cuales 26
en Roma con 1.131
religiosas; 1.526 en el Departamento del Tíber en 73
conventos, y 2.572 en el

12 C. A. NASELLI, La soppressione napoleonica delle


corporazioni religiose. Contributo alla storia
religiosa del primo Ottocento italiano, 1808 - 1814,
Roma 1986, pp. 219-222.

13 C. A. NASELLI, La soppressione..., o. c., p. 222-


226.
Departamento de Trasimeno en 125 conventos14.

No es posible imaginar los sufrimientos físicos y


morales de tantas personas
que veían en un momento cómo quedaba reducido a la
nada su proyecto de vida,
y eran arrancadas del ambiente en el que se formaron
y habían vivido con hermanos
y con hermanas; todos se animaban a responder al
proyecto de Dios sobre
ellos. Tuvieron que hacer frente a grandes problemas
para sacar los documentos
y emprender viaje, sobre todo si era largo, como los
pasionistas que debían volver
al Piamonte. El 15 de junio los conventos tenían que
estar vacíos. Napoleón,
avezado a la disciplina militar, quiso también rapidez
en la ejecución de la operación
contra los religiosos. En el otoño de 1810 no existían
ya corporaciones
religiosas en toda Italia. Los conventos y sus bienes
estaban nacionalizados. La
determinación de recluir a los religiosos en su país de
origen cortaba de raíz la
posibilidad de reunirse como simples ciudadanos en
casas particulares, por lo
que la extinción estaba garantizada.

Éf f Situación de los pasionistas

Iji.'"- Los retiros

La Congregación pasionista tenía 90 años desde que


en 1720 el fundador
comenzó a vestir un hábito nuevo. En 1808, cuando se
inició en Toscana la
supresión, había 17 comunidades. A finales de 1810
no quedaba ninguna; todos
los retiros habían ido a parar al estado. Los conventos
fueron puestos o a la venta
o en alquiler; en algunos casos, alquilados por amigos,
los realquilaron los pasionistas;
en algún caso individual fueron alquilados
directamente por ellos, como
simples ciudadanos. Donde fue posible, esta solución
permitió la presencia de un
religioso guardián que vigilaba para que el edificio no
se arruinase, pero resultó
imposible evitar que desapareciera lo que había
dentro. Esta fue la situación de
los retiros durante esta etapa de la supresión:

Arezzo: Cerrado en enero de 1808 por la ley que


expulsaba de Toscana a
todos los religiosos ‘extranjeros’. Como los dieciséis lo
eran, a finales de febrero
salieron todos para no volver a habitar el retiro15.

Monte Argentario: El Estado de los Presidios había


sido incorporado a la
Toscana en 1801. La ley de 1808 que expulsaba a los
‘extranjeros’ cayó de lleno
14 DE TOURNON, o. c.,, voi. 2, p. 62 - 65. ASR, Mise.
Governo Francese, cas. 122. F. GIORGINE /
religiosi dello Stato Pontificio durante l’occupazione
napoleonica, 1809 - 1814, en AA. VV., Lo
Stato della Chiesa in epoca napoleonica, o. c., p. 259 -
261. ADRIANO SPINA, Nuove ricerche
sullo Stato della Chiesa e sulla diocesi di Albano nel
periodo napoleonico (1810 -1814), Albano
Laziale 1995.

15 C. A. NASELLI, Il caso..., o.c., p. 57 - 60.


sobre los dos retiros. El 20 de febrero de 1808 diez de
los novicios fueron trasladados
a S. Angel de Vetralla; y el 14 salieron los religiosos
‘extranjeros’. Gracias
al apoyo de amigos de Orbetello y de Siena se
consiguió que fueran agraciados
cuatro ‘extranjeros’; así con los nacionales se llegó al
número de 12 para
seguir hasta el 17 de octubre de 1810. Mientras tanto,
pensando que la situación
se normalizaría, se llevó a 12 estudiantes, aunque se
los sacó de allí antes de que
las autoridades llegasen a cerrar las casas. El 16 de
octubre de 1810 los funcionarios
públicos se presentaron para intimar la orden de salida
e inventariar los
muebles del edificio. Los religiosos de la Presentación
salieron en la tarde del 16,
y los de San José (3 estudiantes clérigos, un hermano
y el vicerrector) el 17. Los
muebles y el huerto, puestos a la venta, se los
adjudicó un orbetellano. Los realquiló
a unos hebreos que los tuvieron hasta el final. Las
casas fueron expoliadas
de todo, y la de San José hasta de las cerraduras, las
ventanas y las campanas16.

Recanati: Se clausuró en el momento de la supresión


general. El convento
fue alquilado por el administrador del tesoro público a
varias familias que lo
dejaron desprovisto de todo. La iglesia, cerrada al
culto, fue despojada hasta de
la balaustrada, del expositor, de la mesa y de las
gradas del altar. La mesa de la
sacristía, otros muebles y armarios de la biblioteca que
no habían sido puestos a
salvo, fueron vendidos o robados17.

Morro valle: El rector, P. Lucas M. Fabi de la SS.


Trinidad, el 16 de mayo
de 1810 dirigió una instancia al gobierno del reino de
Italia solicitando que, a
tenor del art. 10 de la ley del 25 de abril de 1810,
fuesen asignados a los pasio-
nistas, con cargo a sus pensiones, los fondos y el
terreno que pertenecían al marqués
Bandini; éste había reservado para sí y para sus
herederos la reversibilidad
de los bienes si los pasionistas se marcharan. La
supresión tuvo lugar, pero los
fondos volvieron a los Baldini, quienes se los cedieron
a los pasionistas. La
comunidad estaba formada por 6 sacerdotes y otros 6
hermanos18. La iglesia
quedó declarada sucursal de la parroquia, y el rector,
P. Lucas Fabi, constituido
capellán; con él permanecieron el P. Luis Cesanelli de
Santa Ana, nativo de
Morrovalle, y el hermano Pacífico Storani de San
Francisco de Sales. En 1812
el P. Lucas tuvo que salir de Morrovalle por haber
confesado a un bandido y no
haber querido revelar su nombre a las autoridades
civiles19.
Pievetorina: en esta casa quedó solamente el hermano
Buenaventura Ricot-
tini de San Pedro, oriundo de la zona. Por la
benevolencia de sus paisanos pudo
obtener el alquiler del edificio con las propiedades
anejas. Allí se refugiaron ade

16 C. A. NASELLI, El caso..., o. c.„ pp. 64 - 79. AGCP:


copia de la Platea S. Giuseppe, ff. 11-16. A.

Stato Siena, Serie Conventi, n. 537, Stati di


consistenza: el 10 -X- 1808 en la Presentación había
18

religiosos y 7 en San José, y había una deuda de


1.733 liras toscanas. A. SIPINA, o. c., p. 51 - 54.

17 C. A. NASELLI, II caso..., o.c., pp. 92 - 94.


18 Arch. Storico Communale di Morrovalle, cartella
120.

19 C. A. NASELLI, II caso..., o.c., pp. 95 - 98.


mas el P. Joaquín del SS. Salvador, y más tarde el P.
Lorenzo Salvi de S. Francisco
Javier hasta septiembre de 1814°°.

Gubbio: El 24 de junio de 1810 los religiosos salieron


del santuario de San
Ubaldo. El gobierno les había prometido 18 escudos
para la caballería y un franco
por milla para el viaje, pero debieron enviar a un
religioso a cobrarlo en Ancona.
Vendieron lo poco que les habían dejado los
encargados del gobierno y dividieron
en partes iguales el resultado: 18 escudos por
persona20 21 22.

Giano: Los 10 pasionistas (6 sacerdotes, 1 clérigo y 3


hermanos) salieron del
retiro en agosto de 1810; ninguno pudo quedarse allF.

S. Eutiquio. Al marchar los religiosos pudo quedarse


como guardián el P.
Anselmo Santacroce del SS. Sacramento, natural de
Soriano, al que se unieron
dos o tres hermanos sorianenses23.

Corneto: La familia Dasti alquiló el edificio y lo confió a


la custodia del hermano
Fortunato Bucci de San Luis. Durante algún tiempo
quedaron también el
provincial y el P. Joaquín Pedrelli del Espíritu Santo24.

S. Ángel de Vetralla: Allí había unos veinte religiosos.


El 15 de junio de
1810 el provincial, P. Pighi y su secretario, P. Pedrelli,
se retiraron con el P. José
María Molajoni de la Pasión a la casa de la familia
Molajoni, en Merlano, próximo
a Viterbo. Allí se encontraron con el joven Domingo
Barberi, a quien ayudaron
a crecer en piedad y en cultura. El subprefecto Zelli
ordenó que la iglesia
del retiro fuera sucursal de la parroquia de Vetralla y,
con la aprobación del
alcalde de Vetralla, pudieron habitar allí tres
sacerdotes y dos hermanos. La
pequeña comunidad vivió momentos de miedo cuando
se puso a subasta el edificio
y la huerta, pero todo siguió igual hasta la
restauración25.

SS. Juan y Pablo, Roma: Al principio de la supresión


quedó de guardián el
consultor general P. Santiago Sperandio de las SS.
Llagas, natural de Carbogna-
no. Al fallecer el P. Sperandio, le sucedió como
custodio el P. Blas, que no pudo
evitar el despojo del edificio26.

Monte Cavo: Los 11 religiosos eran ‘extranjeros y


todos debieron marcharse,
a pesar de que el prefecto Touron había autorizado
que permanecieran los
religiosos como ‘refugio para los viajeros que cruzaban
aquellas montañas En
lugar de los ‘extranjeros’ llegaron dos sacerdotes y un
hermano nativos del

20 C. A. NASELLI, Il caso..., o.c., pp. 100-109.

21 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 109-114.


También Memorie richieste al P. Filippo di Gesù e
Maria di ciò che passò nel ritiro di S. Ubaldo di Gubbio,
en Bollettino della Congregazione 1926,
pp. 339 -351,355-360.

22 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c„ pp. 122-124. F.


GIORGINE 1 religiosi nello Stato Pontificio durante
l’occupazione napoleonica, o. c., p. 275.

23 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 126.

24 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c„ pp. 127-132.

25 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c„ pp. 135-150.


26 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c„ pp. 162-167.
Departamento, los cuales permanecieron hasta la
restauración27.

Paliano: Había 4 sacerdotes profesos, 6 sacerdotes


estudiantes de Moral,
entre los cuales el P. Antonio Testa de Santiago, 1
clérigo y 6 hermanos. El librero
Salvucci de Paliano alquiló el local y la huerta y lo
subarrendó a los pasio-
nistas, tres o cuatro de los cuales permanecieron hasta
la restauración. No faltaron
momentos de angustia por haber participado en el
canto del «Te Deum» y por
la exigencia de prestar juramento28.

Terracina: Eran 6 sacerdotes y 7 hermanos. Pudieron


mantenerse como
guardianes al principio 3 sacerdotes, y después hasta
el final un sacerdote y dos
hermanos29.
Ceccano: La comunidad, constituida por 7 sacerdotes
y 7 hermanos, debió
disolverse. Los hermanos Juan Femm:nella de S.
Antonio y Victorio Tagnocco
de S. Eleuterio lograron el alquiler del edificio y de la
huerta. También permaneció
el P. Pascual del SS. Sacramento hasta noviembre de
1811, cuando, por
maniobra de los enemigos de los religiosos, tuvo que
dejar solos a los dos hermanos.
Durante tres meses camparon en la casa 12 soldados
polacos, de los que
la crónica hace grandes elogios por su corrección, y
también algunos gendarmes
que combatían a los bandidos30.

San Sosio: Había allí 11 religiosos, de los cuales 6


sacerdotes. El 5 de junio
de 1810 se les mandó quitarse el hábito y el 12 que
dejaran el retiro. El 13 de
octubre el P. José Baldassarri del Niño Jesús, primer
consultor provincial, obtuvo
el alquiler. Durante un año residieron pacíficamente 7
religiosos. En octubre
de 1811 les fue intimada la expulsión; el 9 de
noviembre quedó cerrado el retiro
ante las amenazas de los antifrailunos de la zona. El
P. Baldasarri, que tenía el
alquiler legalmente, recurrió al prefecto de Roma y
finalmente, el 21 de febrero
de 1812, pudo regresar, con el hermano Cayetano,
como custodio de la casa y
reabrir la iglesia. El 4 de mayo de 1812 salió el decreto
imperial que exigía el
juramento; y los dos religiosos, para no jurar,
abandonaron el retiro. El 22 de
marzo de 1813 el tesoro público vendió los muebles
que habían quedado. Por
desgracia, el P. Baldasarri, por divergencias con el
provincial P. Felipe, pidió la
dimisión y se retiró al santuario de la Civita31.

27 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 199-203.


28 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 206-210.
GIOACCHINO DE SANTIS, S. Maria di Pugliano

presso Paliano, Passionisti Paliano 1974, pp. 101-103.


AGCP, fotocopia: Cronaca Platea di Paliano,
f. 19.

29 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 211-213.

30 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 215-229. AGCP,


fotocopia: Cronaca del Ritiro di S. Maria di

Corniano, Ceccano, I, f. 11. G. COMPARELLI, I


Passionisti a Ceccano, o. c., pp.36-41.

31 A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 230-251.


5. 2. - Superiores y religiosos

El Superior General, P. Tomás, antes de salir hacia


Camerana, Piamonte,
delegó sus poderes en el primer consultor, P. Santiago
Sperandio de las SS. Llagas,
quien, como ‘nativo’ de Carbognano, podía quedarse.
Murió el 24 de enero
de 1811, con casi 82 años, en la casa de los SS. Juan
y Pablo, donde hacía de custodio.
Le sucedió, con los poderes delegados por el General,
el Procurador, P.
Ignacio De Rossi de San José. Este, a causa de su
débil salud, obtuvo permiso
para quedarse en Roma, no en el convento, sino en el
Palacio Ginnasi. El 10 de
mayo de 1812 fue detenido por haber ayudado a
algunos a retractarse del juramento.
Al salir de la cárcel, volvió al Palacio, aunque no podía
recibir a nadie.
Murió el 18 de diciembre de 181232. Al conocer su
muerte, el P. General delegó
algunas facultades, como la de conceder la dimisión
del instituto, a los provinciales,
con quienes intentó mantenerse comunicado dentro de
lo posible33; de
hecho la policía interceptó a menudo sus cartas.
Aunque el gobierno de la Congregación
estaba paralizado, los provinciales pudieron estar en
contacto con los
religiosos dispersos por el Lazio.

Mejor suerte les tocó a unos veinte religiosos de la


provincia de la Dolorosa:
encontraron protección y ayuda en el gobernador de
Pontecorvo, don Julio De Nota,
el cual, como ‘Vice-Príncipe’ actuaba en nombre de
Bernardotte, a quien Napoleón
se lo había dado como feudo. Los religiosos, sobre
todo los de San Sosio, se refugiaron
en este lugar. El señor De Nota, al principio, los colocó
en la planta baja del
palacio episcopal; pero después solicitó al P. Luis
Posta, O. R, prior del convento de
la Anunciación, que se lo cediera a los pasionistas. El
prior hizo este acto de caridad,
aún renunciando a los ingresos que le daba el alquiler
a los curtidores. Los
pasionistas se establecieron allí el 2 de junio de 1810.

Podían vivir como si estuvieran en su propio retiro y


asistían a la gente en la
catequesis y en la administración de los sacramentos.
Los religiosos reunidos en
esta casa fueron siempre 10/11. En 1811 Pontecorvo
fue anexionado al imperio
francés; llegó un comisario de esta nacionalidad. De
Nota conservó su oficio,
pero con menos libertad. Los religiosos, sin poder usar
el hábito, siguieron disfrutando
de suficiente tranquilidad34. También el provincial P.
Felipe residió en
este refugio, pero enfermó por el excesivo trabajo.

32 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici, o.c., pp. 338-


349.
33 AGCP, fotocopia: Cronaca del ritiro di S. Sosio, f.
24; y Memorie per la continuazione delle cronache...,
o.c., año 1812: en los dos documentos se recuerdan
estas facultades concedidas a los provinciales
y 5 dimisiones firmadas por el provincial de la
Dolorosa.

34 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c.,, pp. 232-254, 438-


439. AGCP, fotocopia: Cronaca del Ritiro di S.
Sosio, ff. 13-15.
Aquellos religiosos que se vieron obligados a volver a
sus diócesis de origen
buscaron un medio de vida que, aparentemente,
debería durar muchos años, si
no para siempre. Varios sacerdotes fueron ocupados
en el servicio de las parroquias
como capellanes, coadjutores, rectores de iglesias. En
Canino el P. Buenaventura
Paolucci de San Rafael recibió el beneficio de una
canonjía; algún otro
el oficio de capellán de algunas cofradías. El P. Lucas
Fabi de la SS. Trinidad fue
confesor de las benedictinas de S. Cecilia, uno de los
5 monasterios que el
gobierno dejó abiertos en Roma para las monjas que
no quisieron o no pudieron
volver a su familia. Hubo quien se contentó con el título
y el oficio de ‘sacristán’,
como el P. Joaquín Pedrelli del Espíritu Santo en
Monte Romano.
Los PP. Antonio Testa de Santiago y Gaspar De
Castro de San José encontraron
trabajo como preceptores en casas nobles de Nápoles.
Otros sacerdotes
vivieron en familia, como el General P. Tomás
Albesano, recogido por un hermano.
Los hermanos legos usaron el oficio que conocían
para encontrar un trabajo
útil con el que poder vivir. Algunos buscaron una
ermita: tres en el santuario
de S. Catalina mártir en Río de Elba, dos en la ermita
de San Marcos en Atina,
uno en la Virgen de Roselli en Casalvieri; dos
sacerdotes se refugiaron en el santuario
de la Virgen de la Civita.

Aunque bastantes se colocaron discretamente, la


mayoría de los religiosos
tuvieron que vivir muy frugalmente, pues no siempre
era fácil recibir la pensión
prometida. Fueron 9 los pasionistas que juraron: 4 en
el departamento del Tíber
y del Trasimeno, 4 en sus pueblos del norte de Italia y
el P. Bemardino Vai de la
Dolorosa en la Isla de Elba. Este se retractó más
adelante por influjo del P. Ignacio,
pero fue detenido en Monte Cavo, en donde se refugió,
y llevado a la cárcel
en Florencia. Los PP. Ambrosio Serazzi de S. Miguel
Arcángel, Tomás Gentili
de S. Estanislao Kostka, Luis Bonauguri de la
Inmaculada Concepción y, antes
que ellos, Mons. Vicente María Strambi, fueron
desterrados al negarse a hacer el
juramento35.

5.3. - Religiosos encarcelados, exiliados y deportados

Mons. Vicente Ma. Strambi, obispo de Macerata y


Tolentino, fue exiliado a
Novara el 28 de septiembre de 1808, por haberse
negado a prestar juramento al
emperador. En 1809 fue enviado a Milán hasta el 4 de
mayo de 1814. Un mes
más tarde, el 14 de junio, hacía su entrada en
Macerata36.

35 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c. La documentación


detallada y bien utilizada de cada religioso y de
cada retiro se encuentra en este volumen, al que
remito. F. GIORGINI, I religiosi dello Stato Pontificio
durante Voccupazione napoleonica, o. c„ p. 266-267,
275; allí se encuentran otros documentos
sobre todos los religiosos del Lazio y de la Umbría.

36 F. GIORGINI, S. Vincenzo M. Strambi, o. c., pp. 52-


54.
Merece especial atención el destierro a Córcega de los
PP. Ambrosio Seraz-
zi, Tomás Gentili y Luis Bonauguri. El P. Ambrosio
había dejado el retiro de
Cometo en julio de 1810; se fue con su familia a
Roma. El secretario del Vicariato
le encargó la parroquia de S. Lorenzo in Lucina,
vacante desde la expulsión
de los Clérigos Regulares Menores que la atendían.
Aceptó por consejo del delegado
del General, P. Santiago; se llevó como coadjutor al P.
Pedro Pablo Celi, y
más tarde también al P. Tomás Gentili. En 1811 recibió
muchas presiones de las
autoridades civiles y del pro -Vicegerente de Roma,
Mons. Atanasio, para que
hiciera oraciones públicas por el emperador y su
familia. Los tres pasionistas,
como otros muchos, se opusieron por motivos de
conciencia. El 1 de junio de
1811 los PP. Ambrosio y Tomás fueron encarcelados
en el Castillo de Sant’
Angelo, y el día 4 enviados a Civitavecchia. El
comisario de policía permitió que
repusieran energías en casa de Domingo Palomba,
bienhechor de los pasionistas,
pero por la tarde ingresaron ya en la fortaleza de la
ciudad. El 11 de junio fueron
embarcados para Bastia a donde llegaron el día 27. El
P. Pedro Pablo fue
librado por la intervención de un familiar que era
empleado del nuevo gobierno.

Hasta el verano de 1812 los deportados tuvieron


relativa libertad; podían
vivir en casas alquiladas, siempre que una vez a la
semana se presentasen a la
policía. En el verano de 1812 se les pidió el juramento.
Se negaron a él y el general
Berthier los encerró en la fortaleza de Donjon. La
comida era pésima, y además
los prisioneros debían pagarla; se les privó de la
pensión y su correspondencia
estaba controlada. Con el concordato entre Napoleón y
Pío VII los encarcelados
obtuvieron mejor trato, pero, como seguían sin hacer el
juramento, el 1
de abril de 1813 fueron encerrados en cámaras
‘secretas’ del fuerte llamadas
“Tumbas”. El pueblo se amotinó contra esta medida y
el comandante llevó a un
gmpo de encarcelados a la parte superior de la
fortaleza, y a los demás al monasterio
suprimido de las monjas ‘Turcas’.

El 2 de febrero de 1812 llegó también de Civitavecchia


el P. Luis Bonauguri,
antiguo rector de Cometo. Se ignora en qué hechos
pudo basarse la condena.
Entre el 31 de mayo y el 22 de junio los deportados
fueron llevados a la fortaleza
de Cal vi, a 121 kilómetros de Bastia, donde el régimen
carcelario se hizo muy
duro: durante 80 días los detenidos sólo tuvieron pan
‘negro malísimo y mal
cocido’ y agua ‘de un pozo y llena de microbios’. Mons.
Vicente M. Strambi,
enterado en Milán de la situación de sus cohermanos,
les mandó una ayuda en
dinero, como se desprende de la carta que los tres
lograron hacerle llegar el 29
de septiembre de 1813:

‘...Estamos detenidos aquí en el Fuerte de Caví,


privados e imposibilitados
para decir misa y hasta para escucharla. Hace cuatro
meses que gemimos aquí,
vigilados con sumo e increíble rigor; desde el 22 de
agosto pasado se nos ha
quitado el castigo a pan y agua, que soportamos
durante 80 días seguidos; ade-
más recibíamos cinco o seis visitas diarias de los
gendarmes, que no se conten
taban con abrir las maletas, baúles, jergones o
cualquier rincón escondido, sim
los sacos con vestidos, la ropa interior que llev-bamos
encima; nos quitaban
hasta un diente de ajo que se tuviera encima, o un
cuarto de cebolla o de limón
que encontraran. Este tormento ha cesado, pero
seguimos absolutamente incomunicados;
sólo se puede hablar con los carceleros, a los que
estamos absolu
tamente entregados. Dormimos de dos en dos sobre
un pequeño colchón, y estamos
muy apretados por falta de locales, sin poder escribir ni
disponer ele una
silla, de un banco o de una mesita para uso propio... Y
a pesar de tantas vejaciones,
los 232 estamos contentos y alegres, esperando que
Dios se aplaque y
haga uso de su misericordia’.
El 18 de febrero de 1814 los detenidos fueron
trasladados de la fortaleza al
convento suprimido de San Francisco, próximo a las
lagunas, muy expuestos a
la malaria. Por fortuna, dos meses más tarde cayó
Napoleón, la ciudad de Bastía
se sublevó y la nueva junta de gobierno determinó la
inmediata excarcelación de
los deportados, que finalmente quedaron libres37.

A estos deportados hay que añadir el P. José Molajoni,


que al principio de la
supresión se había retirado a casa de su familia en
Merlano, Viterbo. El 26 de julio
de 1810 fue nombrado cura rural de San María de las
Harinas, cuyo párroco había
sido deportado por negarse al juramento. No recibió
presiones especiales para que
lo hiciera, sino para que ofreciese oraciones públicas
por Napoleón y su familia.
Los juramentados se agitaban mucho pura que se
desterrase a los no juramentados,
pues era a éstos a quienes acudía la gente a recibir los
sacramentos. Habiendo dado
siempre una negativa rotunda, el 15 de julio de 1811
tuvo que dejar la parroquia y
marchar a Civitavecchia. Estuvo en la residencia
vigilada de los señores Palomba,
antiguos y aficionados bienhechores de los
pasionistas. No obstante, los juramentados
seguían persiguiéndole y lograron dar mala imagen de
los Palomba ante las
autoridades civiles y militares, y terminaron en la
cárcel. A los deportados, incluyendo
a Molajoni, se les prohibió entrar en su casa y ni
siquiera pasar por delante
de los portones. El 3 de diciembre de 1813 fue
encarcelado y el 18 embarcó rumbo
a Bastia, Córcega, a donde llegó el 23. El advierte que
antes de embarcarse logró
informar de su condena a los amigos, bienhechores y
parientes. De los amigos recibió
signos de condolencia; de su familia ni una carta, no
sólo en aquel momento,
sino durante todo el tiempo que permaneció en
Córcega. El capitán del barco,
señor Gabber, y el señor Víctor, proveedor de la goleta
y originario de Castellaz-
zo, que conocía a la familia Danei, tuvieron muchas
atenciones con el P. Molajoni
y los demás compañeros, e hicieron llevar a la prisión
todo el equipaje de los pre-

37 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 174-180, 271-


284, 410-411. Rélation de l’internement des Prîtes
et réligieux italiens en Corse (1811-1814)... par deux
religieux Passionistes déportées, publiées
para M. A. Costa, en Bulletin de la Société des
Sciences 1, 1930, n. 490-495, pp. 95-117.
>os. Molajoni fue encerrado en ‘las secretas’ de
Donjon, que otros tres pasionistas
habían probado poco antes.

La Navidad, vivida en aquel ambiente, sin poder


celebrar la Misa, quedó
bien grabado en la memoria del pasionista y de sus
compañeros. El comisario
Cavielli se mostró muy humano, dentro de lo que
permitían las normas que debía
seguir. Una nota de delicadeza la ponía todos los días
una ancianita caritativa,
María Terrigi, a la que las autoridades dieron permiso
de visitar a los detenidos,
junto con otra señora, una tal Prelá. En enero los
detenidos lograron ser trasladados
a locales menos húmedos y pestilentes. Los 51
prisioneros, llevados a un
gran local, se organizaron con buen humor y ánimo a
fin de resistir el paso de
los días y las presiones continuas para que prestasen
el juramento. Finalmente,
el 11 de abril de 1814, la sublevación de la ciudad de
Bastia puso punto final al
encarcelamiento; y el día 16 se embarcaron para
Livomo38.

Algunos religiosos de la Isla de Elba se encontraron en


medio de muchos
juramentados del clero diocesano, encabezados por el
vicario general Arrighi, un
corso emparentado con Bonaparte, que recurría a
todos los medios para que juraran
hasta a los religiosos que habían vuelto a sus pueblos.

El hermano Vicente Sardi de la Resurrección, de


Marciana, se negó al juramento
y fue encarcelado y enviado a las prisiones de Livomo,
aunque no sabemos
por cuánto tiempo. Los hermanos Baltasar Mazzanti de
Jesús y María, de
Poggio, Nicolás Chionsini de San Vicente Ferrer, de
Río, y Pedro Canata de la
Cruz, de San Hilario, se reunieron en la ermita de S.
Catalina Mártir, cerca de
Río; acudían a la parroquia para la eucaristía. A finales
de octubre de 1810 debieron
prescindir del hábito que habían llevado hasta
entonces.

El 23 de noviembre de 1810 fueron llamados ante el


comisario general junto
con el P. Bemardino Vai de la Dolorosa y el hermano
Luis Pisani de S. Antonio,
ambos de Marciana. En presencia del vicario general
Arrighi se les invitó a hacer
el juramento bajo pena de cárcel, y en el caso del
sacerdote de suspensión ‘a
divinis’ (prohibición de decir misa). El P. Bernardino y
el hermano Luis se mantuvieron
firmes en la negativa: quedaron arrestados, y el P.
Bemardino suspendido
‘a divinis’. Los otros tres hermanos mencionados se
asustaron e hicieron el
juramento. Los dos religiosos encarcelados recibieron
la visita de familiares y de
eclesiásticos; todos trataron de convencerles de la
licitud del juramento, ya que
la Isla de Elba no era parte del Estado Pontificio y
reconocer a Napoleón como
soberano no causaba ningún daño al Papa. Los dos
comenzaron a dudar y al fin

38 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., pp. 135-138, 284-


297. AGCP, B. IV-V/1-4, Relazione delle vicende
occorse al P. Giuseppe M. della Passione, passionista
dal momento di sua partenza dal ritiro di
Recanati, fino al ritorno nel ritiro di... coll’aggiunta
dell’elenco di tutti, i deportati, in Bastia di
Corsica nelle carcere del Donjon, 1 marzo 1814.
-í I

también juraron. Pero después, con mejor información


sobre la no licitud del |
juramento, los cinco se retractaron. De nuevo
estuvieron sometidos a presiones, =
pero al fin el gobierno los dejó en paz y los tres
hermanos volvieron a la ermita "
de Santa Catalina. jj

En cambio, el P. Bemardino quiso ir a Roma, pero sin


salvoconducto. Allí se 1
encontró con un pasionista, tal vez el P. Ignacio de
San José, quien le mandó a 1
la Sagrada Penitenciaría para clarificar mejor las
cosas. Se le dieron órdenes de 1
retractarse del juramento, quitar de en medio el
escándalo y hacer pública retractación
también en la isla. Así lo hizo mediante una carta, que
influyó no poco y
para que otros juramentados se retractasen. Las
autoridades de la isla pidieron |
que fuera detenido por la policía de Roma. Una tarde
consiguió burlar a los gen- 1
darmes y se llegó hasta Monte Cavo, con el propósito
tal vez de unirse a los '
pasionistas de Pontecorvo.

Descubierto en el Monte y devuelto a Roma, resultaron


inútiles las presiones |
para que revelara el nombre del sacerdote que le
había convencido de que debía ?
retractarse del juramento. En consecuencia lo
mandaron custodiado a Florencia y
allí lo encarcelaron. Su enfermedad, la tisis, se
acentuó y al cabo de ocho meses fue
trasladado al hospital hasta el 10 de marzo de 1813.
En esta fecha regresó a la isla
bajo vigilancia policial. El vicario Arrighi, en castigo por
haberse retractado del ,
juramento, le mandó hacer unos ejercicios espirituales
y le suspendió ‘a divinis’ por
negarse a intervenir en las oraciones oficiales por
Napoleón.
El 24 de agosto de 1813 escribía a un religioso de
Paliano: ‘Encomiéndeme *
al Señor y a la Virgen Dolorosa, nuestra Madre, para
que se dignen conservarme
la tranquilidad de espíritu, el valer y la fortaleza que me
conceden actualmente’
. Mantuvo este espíritu como lo demostró asistiendo
con gran caridad a su
tío el P. Santiago Vai de la Presentación, que murió el
22 de febrero de 1814 a
los 74 años. Sus propios males crecieron y murió el 7
de marzo, a los 32 años,
‘víctima sacrificada por el honor de Dios tal como
concluye su necrología;

II.- Restauración de la Congregación

6. La situación política en 1814 y el Estado Pontificio


A principios de 1814 los ejércitos de las Potencias
Aliadas (Austria, Rusia,
Prusia e Inglaterra) estaban en territorio francés.
Napoleón tuvo plena conciencia
de que esta vez la derrota sería inevitable, pues hasta
su propio cuñado Joaquín
Murat, viendo cómo evolucionaba la política, se alió
con Austria y se encaminó
hacia el norte de Italia, ocupando al paso los Estados
romanos. Napoleón, 39

39 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c.„ pp. 82-87.


a fin de que la prisión del Pontífice no se usase como
arma de propaganda en su
contra, ordenó el 21 de enero de 1814 que se le
librase de la cárcel de Fontaine-
bleau, aunque con órdenes de detenerlo en Savona.
Como los acontecimientos se
precipitaban en contra suya, firmó un decreto por el
que autorizaba al Papa a
regresar a Roma y a tomar posesión de los Estados
romanos; es decir, de los
Departamentos del Tíber (Lazio) y de Trasimeno
(Umbría). El Papa salió para
Savona el 19 de marzo. Cruzó el territorio dominado
por Austria, llegó a Parma
el 25 y, seis días después, siguió hacia Bolonia. El 2
de abril se encaminó a
Imola, su antigua sede episcopal. Allí transcurrió la
Semana Santa y le visitaron
sus familiares. Otras muchas personas quisieron
rendirle homenaje; entre ellas,
Magdalena Frescobaldi con su hijo Gino Capponi, de
Florencia, que le ofreció
su colaboración para reconstruir cristianamente la
sociedad con la apertura, ya
iniciada, del retiro de Santa María Magdalena para
prostitutas convertidas y dispuestas
a llevar una vida totalmente consagrada a Dios40.

El 20 de abril, en Cesena, Pío VII se entrevistó con


Murat, que le pedía
apoyo. El Papa se dio cuenta con más claridad de que
sólo se le aseguraba la
posesión de los departamentos del Tíber y del
Trasimeno. Así que se negó a proseguir
hacia Roma si los Aliados no le garantizaban todo el
Estado Pontificio
como estaba en el momento del Tratado de Tolentino.
El enviado extraordinario
del emperador de Austria le convenció de que era
mejor proseguir el viaje y
posesionarse de la parte que se le ofrecía, en la
seguridad de que los Aliados le
devolverían el resto.
El Papa nombró Delegado Apostólico a Mons. Agustín
Rivaróla y lo mandó
por delante a Roma para que tomara posesión en su
nombre y estableciera una
Congregación de Estado para organizar la
administración41. El Papa prosiguió
viaje por Las Marcas y se detuvo en Loreto a darle
gracias a la Santísima Virgen
por su amorosa asistencia. Entró en Macerata, y en
Tolentino recibió el homenaje
de Mons. Vicente Strambi, C. P., que dos días antes
había regresado también
de su destierro milanés42.

El Papa llegó a Roma el 24 de mayo de 1814, acogido


con entusiasmo por la
población y por buena parte de la nobleza que también
había participado en la
sociedad napoleónica. Para Pío VII este regreso
inesperado era un favor de
María Santísima invocada por todos los católicos
oprimidos. Por eso quiso ins
40 GINO CAPPONI, Scriti editi e inediti, a dira di
Tabarrini M, Florencia 1877, p. 28. En este retiro,
nació la Congregación de las Hermanas Pasionistas
de San Pablo de la Cruz, que la señora Frescobaldi
llamó Esclavas Pasionistas.

41 MARÍA MOSCARINI, La Restaurazione Pontificia


nelle Provincie di ‘Prima Ricupera’ (maggio
1814-marz.o 1915), Società Romana di Storia Patria,
Roma 1933, contiene una reconstrucción de
los acontecimientos desde el principio de la
restauración y muchos documentos.

42 F. GIORGINE S. Vincenzo Maria Strambi, o. c., p.


54. A. SPINA, C. R, Nuove ricerche, o. c., pp.
65-86, ofrece dos relaciones del viaje del Papa por la
Romaña y Las Marcas.
tituir la fiesta de la Virgen Auxilio de los Cristianos, que
se celebraría en adelante
el 24 de mayo.

Se presentaba muy ardua la tarea de organizar el


Estado, pues las finanzas
públicas se encontraban en precaria situación
económica, por las ideas que habían
ido madurando sobre las estructuras estatales de los
siglos anteriores, por el miedo
de los empleados públicos del gobierno imperial a
verse despedidos, y por los eclesiásticos
que habían hecho juramento de fidelidad al emperador
y temían ser castigados.

En las personas que podrían ayudar al Papa no había


unanimidad de criterios
sobre la reconstrucción. La visión política del card.
Consalvi estaba más atenta
a la situación creada por la administración napoleónica
y a la mentalidad de las
potencias de las que por razón de Estado la Santa
Sede no podría prescindir. Por
eso aconsejó moderación en relación con los que
fueron colaboradores del
gobierno napoleónico y que no se volviera a la
situación anterior pura y simple
tanto en leyes como en otros aspectos de control
social.

‘Lo que puedo decir con seguridad - escribía al card.


Pacca el 26 de junio de
1814 desde Viena- es que en la dirección actual del
modo de pensar de la mayoría,
y en el espíritu de las máximas que están en vigor
desde hace veinticinco
años para acá, los gobiernos, de manera especial el
Pontificio, necesitan mucha
reflexión y mucho miramiento, y no aumentar el
rechazo de sus contrarios... En
el viaje que acabo de hacer por Italia, Francia e
Inglaterra, y en lo que he escuchado,
visto y conocido, he logrado convencerme más de esta
verdad, que ya
estaba clara en mi mente’43.

7. - La restauración de los institutos religiosos

El Papa Pío VII había pensado en la reforma del clero


y de los religiosos ya
antes de ser llevado prisionero. Al volver a Roma creyó
llegado el momento de
acometer la reforma mientras se iba solucionando el
problema de la restauración
de los institutos religiosos. El 4 de junio de 1814
estableció la S. Congregación de
la Reforma; la formaban cinco cardenales, cuatro
monseñores, tres superiores
generales de religiosos y dos canónigos con la tarea
de preparar ‘un plano de reforma
general’ para el clero, y sobre todo para los regulares y
las monjas44.
La Congregación de OO. y RR., por una circular del 3
de agosto de 1814
pedía a los obispos del Estado Pontificio un plan,
adaptado a las circunstancias

43 M. MOSCARINI, o. c., p. 92.

44 M. MOSCARINI, o. c„ p. 60, p. 147: texto del ‘billete’


de la institución. C. SEMERARO, o. c„ pp.
99-113. LAJOS PASZTOR, Per la storia dell’Umbria
nell’età della restaurazione: organizz.azione
ecclesiastica e vita religiosa, en Atti dell’ottavo
Convegno di Studi Umòrti, Gubbio 31 mayo - 4
junio 1970, Univ. Studi Perugia 1970, pp. 63-70.
y a las necesidades de la diócesis, sobre la reapertura
de las casas religiosas,
‘indicando a la vez cuáles podrían ser las ventajas o el
daño que se seguirían si
los conventos, especialmente los pequeños, abrieran
de nuevo sus puertas”45.

El documento recuerda que ‘la intención del Santo


Padre, al que se ajusta el
deseo de la Congregación de la Reforma, es que se
introduzca en todas las familias
religiosas la vida común con las modificaciones que el
Santo Padre considere oportunas.
Sobre estas bases se tiene plena seguridad de que
renacerá más gloriosa esta
porción tan ilustre de la Iglesia Militante y que,
eliminado cualquier abuso que
hubiera podido introducirse por la calamidad de los
tiempos o por otros motivos,
las comunidades religiosas volverán al esplendor
primitivo y seguirán prestando
oportunos servicios a la Iglesia, a la ciencia y ala
sociedad civil”.

Los criterios llegados a la Congregación era que se


abriesen sólo los conventos
que merecieran voto positivo del ordinario diocesano y
que en ellos
hubiera 12 miembros, de los cuales 8 sacerdotes.
Además se quería que ninguna
orden abriera dos casas en la misma diócesis. Y en lo
tocante a los conventos
pequeños los obispos estuvieron casi unánimemente
de acuerdo en considerarlos
perjudiciales en las ciudades o sus cercanías, mientras
serían útiles en los pueblos
para los campesinos y pastores46.

El 22 de agosto de 1814 la S. Congregación de la


Reforma divulgó el decreto
«Ubi primum» de once artículos con el que se
autorizaba la reapertura de
‘algunas casas religiosas en las que se reúnan
hombres que destaquen por piedad
y doctrina y que sean un buen ejemplo de santidad y
disciplina’. La Congregación
espera que los religiosos regresen voluntariamente a
las casas del propio
instituto y se decidan a abrazar las normas dadas ‘por
amor a la perfección
religiosa y a la dignidad de las propias órdenes’..

En ninguna comunidad deberían ser menos de 12


religiosos, 8 de ellos sacerdotes.
El Papa designaría los superiores temporales. El
artículo décimo prescribía
que en las casas restablecidas ‘estaría en vigor la
santa disciplina de la perfecta
vida común”.

El 26 de noviembre de 1814 la S. Congregación de 00.


y RR., de acuerdo
con el Papa, declaró ‘suspendidas todas las
exenciones, dispensas, concesiones
y privilegios concedidos anteriormente a los religiosos
en particular, que no
estén de acuerdo con las Reglas del Instituto
profesado, fuere la que fuera la
fuente de la que habían emanado’. Estos privilegios
podrían mantenerse, pero
siempre de acuerdo con los propios superiores.
‘Siempre que se demuestre la

45 AGCP, A. III-V/1-2, S. Cong. EE. y RR. 1764-1908,


circulares a los obispos.

46 C. SEMERARO, o. c., pp. 100-109. L. PASZTOR,


Per la storia dell’Umbia, o. c„ p. 65. GUIDO
VERUCCI, Chiesa e Società nell’Italia delia
Restaurazione (1814-1830) en Riv. Storia d. Chiesa
in Italia, 30 (1976) 30-72 ofrece elementos útiles para
una idea de la restauración de los institutos
religiosos en varias diócesis italianas y las preferencias
de los obispos.
verdadera necesidad o conveniencia, la citada S.
Congregación se ofrece a confirmar
las concesiones y privilegios, incluso a otorgarlos de
nuevo, pero siempre
con la conformidad de los respectivos superiores'41.
Esta posibilidad fue ocasión
en muchos institutos de disturbios por parte de
religiosos que se agitaron
para obtener tales concesiones.

Durante el viaje de regreso a Roma, el Papa había


recibido en Bolonia, de
manos de Mons. Antonio Sala, una copia manuscrita
de su ‘Plan de Reforma’4*.
Sala insistía en aprovechar el restablecimiento para
reformar las órdenes religiosas
y mantenerlas en la observancia de la Regla. Para
conseguirlo sugería:
exigir a los religiosos una solicitud escrita de que
deseaban volver a la orden,
pero con el propósito de observar la Regla a la letra y
de renunciar a cualquier
costumbre o privilegio contrarios a la Regla; quien no
se sintiera decidido
a esta vida observante debería declarar si querría vivir
en un establecimiento
eclesiástico o seguir en el mundo;

no volver a abrir todos los conventos, tanto porque


muchos de ellos no
podrían recuperarse, como para no volver a casas con
pocos religiosos;
exigir que en cada comunidad hubiera doce
sacerdotes, o en cualquier caso
nunca menos de ocho;

evitar el excesivo número de conventos en los pueblos


y ciudades, teniendo
sólo en cuenta la necesidad o la utilidad de los fieles47
48 49.

Conviene tener presente esta orientación del Papa


para comprender el afecto
y aprecio hacia los pasionistas del card. Litta y de otras
personas que patrocinaron
el permiso del Papa para reunirse. Ellos avalaron que
la Congregación
pasionista había mantenido el fervor de la vida común
y el celo apostólico heredado
del Fundador.

Hay que recordar estos criterios de la S. Sede relativos


a la reapertura de los
conventos de religiosos, para valorar en su medida la
firmeza del Superior General
y sus colaboradores y la urgencia con la que llamaron
a los religiosos y les
exigieron una perfecta vida común. También
decidieron no abrir todos los conventos
posibles, a fin de que no se volviera a conventos
fantasma en los que peligrara
el vigor de la vida de oración y de apostolado.

El P. Felipe Antonaroli, provincial de la Dolorosa, el 9


de mayo de 1814 fue
a San Sosio para comprobar el estado del retiro e
informó al Superior General,
P. Tomás, que estaba en Camerana, Piamonte. Éste le
renovó la delegación para

47 AGCP, A. 1II-V/1-2; I. S. Congr. EE. y RR. hay


ejemplares del decreto 'Ubi primutrí, por el que se
revocan las concesiones. C. SEMERARO, Papato, en
DIR 6, 1159.

48 GIUSEPPE ANTONIO SALA, Scritti di - voi. IV/1,


Piano di Riforma umiliato a Pio VII, Società
Romana di Storia Patria, Roma 1980, p. III.

49 G. A. SALA, Piano di Riforma, o. c., pp. 214-222.


actuar en su nombre ante la posibilidad de reunir
nuevamente a los religiosos50.
El P. Felipe se dirigió a Roma, a donde llegó el mismo
día que el Papa Pío VII.
Reanudó las relaciones con los amigos de los
pasionistas: el rey de Cerdeña Carlos
Manuel IV, varios prelados y los cardenales Di Pietro,
Della Somaglia, Saluz-
zo, Litta, Ruffo-Scilla y Mattei a los que pidió que le
echaran una mano para restablecer
la Congregación. Los cardenales Della Somaglia,
Mattei y Litta eran
miembros de la Congregación para la Reforma. El
card. Mattei le sugirió que
permaneciese en Roma y que estuviera disponible
para informar sobre el Instituto.
(El P. Felipe) pidió a los pasionistas de su provincia y a
los que residían en
Roma que hicieran una novena a la Virgen María, con
disciplina diaria, para
impetrar la gracia del restablecimiento del Instituto51.
Aprovechó para entrevistarse con casi todos los
religiosos que vivían en la
ciudad y constató en todos el deseo de reunirse
apenas el Papa lo permitiera. En
la tarde del 28 de mayo, víspera de Pentecostés, el
provincial fue recibido en
audiencia por el Papa, a quien expuso en qué estado
se hallaba la Congregación
y el deseo del General y de los religiosos de reunirse
cuanto antes.

Muy decisiva fue la ayuda del card. Litta, amigo de


Mons. Strambi y muy
adicto a los pasionistas; no perdía oportunidad de
hablarle al Papa sobre ellos ni
de sugerirle que les concediera el permiso de reunión,
pues entre ellos no se
habían dado abusos contra la vida común antes de la
supresión. En la tarde del
25 de junio el card. Litta pidió al provincial que
redactase la súplica que habría
que presentar al Papa.
El P. Felipe lo hizo inmediatamente, recordando que
no sería difícil recuperar
las casas pasionistas, por ser ’pobres y sin ninguna
renta’. Además los compradores
de la casa de los SS. Juan y Pablo habían dado ya a
los religiosos libertad
para volver a ella. Insistía en obtener la gracia de
reunir a los religiosos, especialmente
a los jóvenes, ‘sacándolos del peligro de disipación’, y
además para
admitir ‘nuevos miembros que suplan la disminución
en el número’ por los que
habían muerto. Recordó que todos se habían
mantenido ‘muy lejos del partido’
de los usurpadores. El 26 de junio, fiesta de los SS.
Juan y Pablo, el card. Litta
presentó la súplica al Papa, que la firmó con las
palabras ‘al card. Prosecretario
de Estado para la concesión de la gracia ’.
El card. Bartolomé Pacca, pro-secretario, firmó el
rescripto el 27 de junio:

‘La vida ejemplar que los hermanos de la


Congregación de los Pasionistas
mantuvieron siempre antes del fatal cambio de cosas,
su conducta digna de loa
durante las recientes calamidades, los beneficios
espirituales que la Religión ha
recibido del trabajo de tan celosos obreros de la viña
del Señor, están muy gra-

50 No disponemos de estas cartas; las noticias se


toman de AGCP, Memorie per la continuazione delle
Cronache, o. c., años 1812, 1814.

51 AGCP, Memorie per la continuazione, o. c., año


1814.
bados en la memoria de Su Santidad. Y el Papa,
preocupado siempre por el bien
de la Religión y de la Iglesia, ha juzgado oportuno dar
a este Instituto una muestra
de su benevolencia pontificia, y le concede que sea el
primero en el que los
religiosos se reúnan en sus retiros, vuelvan a vestir el
hábito y vivan según la
Regla de su venerable Fundador, con la seguridad de
que los miembros del
mismo continuarán contribuyendo con la ejemplaridad
de su conducta y con el
celo constante a la edificación y provecho de las
almas.

Se envía, pues, al P. Provincial de los Pasionistas, que


hace las veces del
Prepósito General, la noticia de esta autorización
pontificia, para su conocimiento
y gobierno.

B. card. Pacca.
Al P. Felipe de la Concepción, Provincial de los
Pasionistas ’52.

El card. Litta, poco después del mediodía, llevó


personalmente a la casa de
los SS. Juan y Pablo el extraordinario y esperado
favor. Del corazón de todos los
religiosos presentes en Roma, que ya se habían
reunido en el retiro, brotaron las
palabras del salmo 126:

‘Cuando el Señor hizo volver a los cautivos de Sión, *


estábamos como quien
sueña. * Llenóse entonces de risa nuestra boca *y de
exultación nuestra lengua. *
Realmente ha estado con nosotros magnífico el Señor
* y nos sentimos gozosos ’.

Efectivamente, parecía un sueño que hubiera pasado


ya la tempestad y que
la pequeña Congregación fuera la primera en poder
recomponerse; ¡pero allí
estaba aquella realidad tan maravillosa, que suponía
una gran responsabilidad!

A primera hora de aquella tarde, el P. Felipe se acercó


a la residencia del
card. Litta para darle las gracias en nombre de toda la
Congregación; éste le dio
cien piastras como primera ayuda para iniciar la
reconstrucción material53. Un
pequeño monumento erigido a Pío VII en la escalera
que lleva del convento a la
sacristía, y que en otra época era visto diariamente por
los religiosos cuando acudían
al coro ubicado sobre el pórtico de la basílica, recuerda
el favor de haber
permitido que los Pasionistas, primeros entre los
religiosos, volvieran a sus
sedes, y el de haber sufragado los gastos necesarios
para rehacer los tejados de
la basílica, que amenazaban ruinas.
El card. Litta recomendó al P. Felipe que los
pasionistas no airearan esta gracia;
que se mantuvieran humildes y hablaran de ella lo
menos posible a fin de
evitar envidias.

52 C. A. NASELLI, Il caso..., o. c.,, 452-453; Acta XIV


(1940), 303-305: texto de la súplica y del rescripto.
ASV, S. Congr. de la Reforma, carpeta 14, donde
están los originales. Noticias también en
AGCR Fotocopia: Cronaca del Ritiro di S. Sosio, f. 24.
Memorie per la continuazione delle Cronache,
o.c., año 1814. AGCP, B. III-IV/1-4, Platea de
Montecavo, f. 19-20.

53 El card. Litta murió el 1-V- 1820 y quiso ser


enterrado en la basílica de los SS. Juan y Pablo.
8. - Reacción de los pasionistas

Con la mayor rapidez a su alcance, el P. Felipe mandó


una copia del rescripto
al Padre General Tomás, al P. Pablo Luis, provincial
de la Presentación, y a
5 us propios religiosos de la Dolorosa. Parece que fue
la de Paliano la primera
comunidad pasionista que vistió el hábito el 8 de julio
de 1814; en la casa de los
SS. Juan y Pablo, Roma, esto se hizo el día 1054.

En Roma hubo 4 ó 5 religiosos a los que no agradó la


noticia y comenzaron a
maniobrar y agitarse contra el provincial, porque, antes
de pedir la restauración, no
había consultado con todos los religiosos que vivían en
Roma. Prepararon un recurso
a la Secretaría de Estado para que fuera anulado tal
rescripto pedido sin el parecer
de todos los interesados. Como la Secretaría de
Estado no les dio respuesta favorable,
pidieron a la S. Congregación de OO. y RR. que se les
autorizase a seguir
fuera del retiro; se les dijo que tal permiso debían
solicitárselo al Superior General.
Entre los descontentos, el P. Blas de San Vicente
Ferrer, custodio de la casa de los
SS. Juan y Pablo durante la supresión, optó por salir
de la Congregación55.

Otros religiosos de diversas partes tampoco acogieron


con mucho entusiasmo
la noticia de que podían, más aún, de que debían
volver al retiro a reemprender
la vida regular. No adoptaron gestos llamativos como
el grupo de Roma,
pero trataron de retrasar la vuelta al convento y, al no
obtenerlo, algunos solicitaron
la dimisión. En tal estado de ánimo influía el temor de
que la paz ciudadana
fuera ilusoria y que los institutos pudieran ser
suprimidos otra vez, con lo cual
se encontrarían nuevamente afuera; y también porque
sentían dificultad de aceptar
otra vez una vida regida por un horario de comunidad y
estar nuevamente
bajo la dependencia de otros, habiéndose habituado
ya a vivir solos, aunque al
principio les costara acomodarse.

9. - Primeros pasos de la restauración

El 1 de julio de 1814 llegó a Roma el P. Tomás,


Superior General, y se enteró
de que Pío VII había ‘concedido a los pasionistas
permiso para volver a los
retiros, revestirse del santo hábito y volver a la
observancia regular’56. El 3 de
julio fue recibido en audiencia por el Papa, al que
había saludado en Savona en

54 AGCP, A.V-I/1, Memorie 1814-1815; fotocopia


Memorie per la continuazione delle Cronache...,
o. c., año 1814.

55 AGCP, Platea SS. Giov. e Paolo 1773-1829, f. 83.


La misma reacción se dio en otros religiosos. La
historiadora Moscarini escribe: ‘Con este decreto
debieran haber exultado todos los religiosos dispersos
por Napoleón; pero no fueron pocos los que
rechazaron la vuelta a su respectivo convento; de
hecho no lo hicieron voluntariamente, sino obligados
por una circular’. M. MOSCARINI, o.c., p. 62.

56 AGCP, Atti della Congregazione straordinaria 14 -


VII- 1814. También Memorie per la continuazione
delle Cronache..., o. c., año 1814.
febrero precedente cuando regresaba de Francia. Le
expuso las necesidades más
inmediatas de la Congregación y la urgencia de tener
una Reunión extraordinaria
con los dos provinciales para cubrir los oficios
vacantes y programar la restauración
según algunos criterios que sirvieran de pauta. De
hecho, en el ámbito
del gobierno central sólo quedaban el General y el
primer consultor; los demás
religiosos ocupaban oficios de ámbito provincial por
orden del General según las
facultades pontificias recibidas a raíz de la supresión.
La Congregación de 00
y RR. firmó el día 8 de julio de 1814 el rescripto por el
que se autorizaba la solicitada
Reunión Extraordinaria.

Los días 14 y 15 de julio, se reunieron en los SS. Juan


y Pablo el Superior
General P. Tomás Albesano y los dos provinciales, PP.
Pablo Luis Pighi y Felipe
Antonaroli. Faltaba el consultor general, P. José Claris,
que no había podido
salir aún de la Isla de Elba. Los presentes formaron la
curia general y eligieron
como segundo consultor al P. Gregorio de San Miguel
Arcángel, y como procurador
al P. Lucas Fabi de la SS. Trinidad. También
recompusieron las curias provinciales
de la siguiente manera:

Provincia de la Presentación: Pablo Luis Pighi de


María Virgen, provincial;
Carlos de la Pasión y Antonio de San José,
consultores.

Provincia de la Dolorosa: Felipe Antonaroli de la


Inmaculada Concepción,
provinciál; Inocencio de San Pedro y Juan Lucas de la
Asunción, consultores.

Fue elegido sólo un maestro, el P. Angel Luis de San


Rafael, acaso porque
en aquel momento no se preveían solicitudes para
tener abiertos dos noviciados.
Sin embargo hubo tantas peticiones de ingreso, que en
otoño se abrieron los dos:
uno en San Ángel de Vetralla, por hallarse inhabitable
el de San José de Monte
Argentario, y otro en Paliano. Para éste fue elegido
maestro el P Bernardo de la
Virgen Dolorosa, que, elegido superior de Monte Cavo,
en octubre renunció para
asumir este puesto de formación57.

Teniendo en cuenta que había disminuido el número


de religiosos y queriendo,
por otra parte, que hubiera un número suficiente para
la perfecta observancia
y para atender los ministerios propios, se decidió abrir
por de pronto sólo los
retiros del tiempo del fundador, menos el de
Toscanella, pues habían sido los
mismos pasionistas los que lo clausuraron. Resultaron,
pues, diez, para los cuales
se nombraron los siguientes rectores:

Luis de la Concepción para el de los SS. Juan y Pablo',


Gabriel de la SS. Virgen
Dolorosa, para Monte Argentarlo-, Felipe de Jesús y
María para San Angel,
Anselmo del SS. Sacramento para San Eutiquio-,
Vicente de San Joaquín, para
Corneto-, Andrés de San Bernardo, para Ceccano;
Juan Pedro de S. Vicente
Ferrer, para San Sosio\ Esteban de Sai to Domingo,
para Terracina-, Emidio de S.

57 AGCP, B. III-IV/L-4, Platea di Montecaxo, f. 20.


Luis, para Paliano\ Bernardo de la SS. Virgen
Dolorosa, para Monte Cavo5S.

Se estableció también que en todas las comunidades


se ofrecieran durante
tres días los sufragios por los religiosos fallecidos
durante la supresión.

En el momento de regresar a la casa religiosa, cada


individuo debía entregar
todo lo que tenía al provincial en cuya jurisdicción se
encontrase. Esta norma
pretendía restablecer la perfecta vida común. Y con el
mismo propósito fueron
revocadas las licencias del pasado, a fin de que todos
se movieran con la debida
dependencia de los superiores.

Se mandó que la inmediata novena de la Asunción se


dedicara a dar gracias
a Dios 'por la misericordia que ha usado con nosotros,
devolviéndonos la paz y
concediéndonos ver restaurada la Congregación En
las segundas vísperas de
la Asunción se cantaría un solemne «Te Deum»$9.

En los retiros de Monte Argentan o hubo que esperar


el permiso del gobierno
de Florencia, pues Napoleón había incorporado a la
Toscana el Estado de los
Presidios y el Congreso de Viena mantuvo la situación.
El obispo de Arezzo,
Mons. Albergotti, se apresuró a solicitar del gobierno
recién constituido el permiso;
lo obtuvo el 4 de julio de 1814 para que los pasionistas
pudieran reunirse
en Arezzo. El 18 de octubre se comunicaba al vicario
general de Orbetello la
licencia para la reapertura de las dos casas: ‘Su Alteza
Imperial y Real, acogiendo
benignamente la solicitud hecha por S. Sría. Urna y
Rvma. en favor de los
religiosos pasionistas de Monte Argentario, en su
piadoso rescripto del 29 de
septiembre de 1814, se ha dignado autorizar que
dichos religiosos puedan vestir
nuevamente el hábito de su Instituto, reunirse en
comunidad bajo la obediencia
de sus respectivos superiores, vivir según sus Reglas
y servirse del derecho
de cuestación tal como lo ejercían antes de la
supresión ’ñ0.

Los religiosos, agradecidos a Dios, se apresuraban a


volver a los retiros.
‘Fueron días de alegría y de santo regocijo -escribió
con estilo brillante el P.
Naselli-. Por doquier se veía el ir y venir de los
religiosos procedentes de todas
las direcciones con sus bártulos o baúles, vestidos de
las formas más dispares,
los sacerdotes más o menos según el uso de los curas
del XVIII y los legos al
modo de los campesinos o de los maestros artesanos.
Los viajes se hicieron a 58 59 60
58 El 11 -X- 1814, la ex-reina de Etruria, María Luisa,
con su hijo Ludovico, subió Monte Cavo, visitó
el retiro y quiso comer en el refectorio. El hijo,
recordando esta visita, afirmaba que el camino
que él había construido para el retiro del Santo Ángel,
de Lucca, se parecía al que llevaba al de la
SS.Trinidad de Monte Cavo.

59 Decreti e race., o. c., pp. (19)-(20), decr. nn. 260-


264.

60 ARPresentazione. El 29 de julio de 1816 se


comunicó al vicario general de Orbetello que el Gran
Duque había ‘definitivamente aprobado el convento de
los Padres Pasionistas de Monte Argenta-
río, que ya existe y practica la cuestación ’. ASFirenze,
Segretaria di Stato, -1118, Prot. n. 146. Para
Arezzo cfr. cap. 3.
pie, en cabalgadura o en carroza, según las distancias
y los recursos de la bolsa
personal. Casi todos llegaban con buenos escudos
ahorrados, que al llegar
entregaron al superior. No fue poco lo que se necesitó
para transportar a los
retiros los objetos y el material escondido: los amigos y
los bienhechores lo restituyeron
todo escrupulosamente. Realmente, un movimiento sin
precedentes:
adiós a los padres y familiares más o menos
hospitalarios, a las parroquias y
capellanías, al oficio de preceptor o de maestro, a las
cofradías y a las ermitas,
a los talleres, a los huertos y a todos los demás
empleos. Recomenzaba un nuevo
servicio: el divino de la contemplación y el del
apostolado en nombre de la
Pasión de Jesucristo’61.

El 10 de julio los religiosos llegados a la comunidad de


los SS. Juan y Pablo
volvieron oficialmente al servicio de alabanza y de
intercesión y al apostolado.
El día 16, dieciséis pasionistas, de dos en dos,
encabezados por el General P.
Tomás y el provincial P. Felipe, acudieron a San Pedro
para reconfirmar su fe en
Cristo y su adhesión a la Santa Madre Iglesia y al
Vicario de Cristo. Dos días
más tarde, los mismos fueron al Quirinal para rendir
homenaje y dar gracias a
Pío VII, renovándole el compromiso de no defraudar la
confianza que había
depositado en los pasionistas62.

10. - La situación económica.

1
A medida que regresaban los religiosos, las
comunidades hacían cuestión de
honor el reiniciar la entera observancia; es decir, la
oración diurna y nocturna y
el servicio apostólico. Pero los superiores estuvieron
muy atareados buscando
recursos para reparar los edificios y comprar los
muebles más indispensables, ya
que en los retiros no había quedado nada; en muchos
casos se habían llevado y
habían sido vendidas las ventanas, las cerraduras, las
puertas...; por ejemplo, en
San José de Monte Argentado o en San Sosio. En
Roma los religiosos se encontraron
con una casa desprovista de todo con un aspecto ‘que
causaba horror’-, no
había ni un jergón, ni una silla o una mesita, ni las
cerrajas de las puertas, ni
libros en la biblioteca ni objetos de culto en la
sacristía63. Sólo la solidez de la
vocación y el profundo amor a Cristo y a la
Congregación, llamada cariñosamente
‘Madre ’, ayudaron a los religiosos a perseverar, a
aceptar con valor los
sacrificios materiales y los psicológicos, inevitables con
el nuevo ritmo de vida
y con la dependencia de otros.

61

62

63

C. A. NASELLI, Il caso..., o. c., p. 337.

Hay abundantes noticias sobre la restauración en


Memorie per la continuazione della Cronache, o.
c:, también en Cronaca del Ritiro di Paliano, f. 19.

AGCP, Platea SS. Giov. E Paolo 1773-1829, f. 83.


Para la casa de San José: AGCP B. I1-I/3-5,
Memorie d’ambedue ritiri, f. 8-9; había sido derribado
hasta el campanario. Para San Sosio: AGCP,
A. V-I/l, Memorie 1814-1818.
Los religiosos perseverantes dieron muestras del gran
sentido de pertenencia
que les animaba, también por el hecho de llevar los
ahorros que habían ido acumulando
durante la dispersión, en previsión de que aquel
estado podría prolongarse,
o con vistas a cuando regresaran a sus comunidades,
pues bien suponían
que no habría quedado otra cosa que las paredes. El
P. Naselli calculó pacientemente
a cuánto podrían ascender los ahorros, y asegura que
al volver a la vida
comunitaria constituyeron una de las principales
fuentes de ingreso; en la comunidad
de Ceccano los ahorros montaban unos 600
escudos64.

El P. Jerónimo de San Luis, rector de la Presentación,


recordaba: Tara volver
a habitar y organizar estos retiros ha habido que gastar
mucho, trabajar,
moverse, andar y sufrir no poco, soportar los efectos
de la S. Pobreza y muchas
tribulaciones durante más de un año, incluso más que
si se hubiera tratado de
uno, fundación nueva’6*.

Algunas ayudas sustanciales llegaron de la Cámara


Apostólica ( una especie
de Ministerio de Hacienda del Estado Pontificio) que
concedió ayudas a título de
indemnización, o de bienhechores que valoraban el
testimonio de vida evangélica
que casi todos los pasionistas daban y su ministerio de
la predicación, de las
confesiones y de la dirección espiritual en sus
conventos e iglesias.

El rector de Monte Argentarlo pidió al Gran Duque de


Toscana un subsidio
para reparar las ruinas, que ascendía a dos mil liras, y
la limosna de sal. El oficial
del gobierno que comprobó el estado de las cosas,
comunicaba que aquellos
'14 individuos eran muy útiles en aquella provincia \ por
lo que era conveniente
echarles una mano. Recordaba que en el pasado el
gobierno de los Borbones
concedía anualmente dos medidas de grano y que en
1801 el gobierno de Ludo-
vico I y María Luisa había otorgado 11 libras de sal al
año por cada religioso, en
1804 un subsidio anual de 140 liras, en los años 1806
y 1807 la ayuda fue de 245
liras con fondo a la Caja del Depósito Real en lugar de
las dos medidas de grano.
El 1 de septiembre de 1815 el Gran Duque otorgó un
subsidio de 200 liras una
sola vez, más 11 libras de sal todos los años a cada
religioso, y 200 libras más
de sal para la elaboración de los salazones66.

En Roma los religiosos se encontraron con la


desagradable sorpresa de que
amenazaba ruina el techo de la basílica. En 1818, tras
una minuciosa inspección

64 C. A. NASELLI, II caso..., o. c.,. 323, 449

65 ARPresentazione, Registro delle Visite

66 ASFirenze, Segretaria di Stato, -1907, Prot. 64, n.


25; Grazia del salle e sussidio del Granduca ai
Passionisti del Monte Argentario. Para las concesiones
de la reina María Luisa y para éstas del Gran
Duque cfr. en ARPresentazione, Concessioni e sussidi
regi. En 1804 María Luisa otorgó la condonación
de una deuda de 158 liras, 13.4, y un subsidio de 140
liras. En 1804 dio además 240 libras
de hoja de tabaco ‘al precio de 14 sueldos y 8 dineros
la libra, como se pagaba a los religiosos
camaldulenses ’.
del arquitecto Mari, fueron declaradas en peligro
inminente la nave central y
poco seguras las laterales. Se calculaba una inversión
de cincuenta mil escudos
para arreglar los techos. Los religiosos acudieron al
Papa, quien, a pesar de las
estrecheces económicas del tesoro, se comprometió a
pagar los gastos. Año y
medio duraron los trabajos para rehacer totalmente el
techo y abrir dos ventanas
para restaurar el artesonado. La iglesia y el artesonado
fueron repintados, y se
amplió el coro de los religiosos que ocupaba sólo la
parte del vano que correspondía
a la sacristía. En 1819, concluidos ya los trabajos, el
Papa visitó la basílica
y se entretuvo con los religiosos por los jardines,
hablándoles del fundador
al que había visitado en su última enfermedad67.

Se necesitaba un fuerte espíritu de ce y de oración


para vivir totalmente abandonados
en Dios mientras la situación económica general de la
sociedad de la época
afrontaba enormes dificultades a causa del desastre
financiero que habían dejado los
ocupantes, y de la carestía y otras calamidades
naturales de aquellos años. Los superiores
mayores recordaron frecuentemente a los superiores
locales que no enviaran
demasiado a los religiosos fuera por motivos
económicos, sino que confiaran en la
divina Providencia que da su salario al obrero
evangélico si permanece fiel.

11. - Reanudación de la actividad apostólica.

Los religiosos sacerdotes dispersos habían realizado


los servicios que las circunstancias
y los obispos les habían pedido. La predicación estuvo
prohibida a
los religiosos, lo mismo que las misiones populares. El
P. Lucas María Fabi y
algunos pocos religiosos más de Pontecorvo, entre
1810 y 1814, predicaron ejercicios
espirituales al pueblo y a las escasas comunidades
femeninas que aun
seguían reunidas en Roma, en Pontecorvo y en las
poblaciones vecinas68. Pero en
cuanto se reunieron los religiosos, fueron llegando
apremiantes solicitudes de
todos los obispos.

A principios de agosto de 1814, eri Roma, Mons.


Strambi predicó los ejercicios
espirituales a los cardenales, a los prelados y al clero
romano en la Iglesia
Nueva, mientras del 14 al 23 de agosto de 1814 los
dos provinciales, PP. Pablo
Luis y Felipe, intervinieron en la gran misión urbana
predicando en la plaza de

67 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, ff.


85-87. En esta ocasión fueron cambiados de
lugar algunos cuadros de los altares laterales, y
quedaron en el siguiente orden: en el del SS.
Sacramento
el de la Asunción; después, conversión de San Pablo
Apóstol, San José y el Crucifijo; y en
la otra nave, por donde se entra a la sacristía: S.
Saturnino (donde ahora está San Gabriel de ¡a
Dolorosa) con el cuadro inferior del S. Corazón de
Jesús, puesto allí por Miguel Ángel Frattini en
1807; los mártires Escilitanos (actualmente entrada a
la capilla de S. Pablo de la Cruz), San Pama-
quio y S. Francisco de Sales (donde está S.
Saturnino). Cfr. Platea o. c., f. 87. En AGCP, fondo SS.
Giovanni e Paolo, ver el inventario de la basílica.

68 C. A. NASELLI, II caso..., o. c.„ pp. 442-443; ver la


nota escrita por el P. Lucas.
la Virgen de los Montes. Entre agosto y octubre, otros
pasionistas fueron llamados
por los obispos a dirigir ejercicios espirituales al clero
juramentado en Orbe-
tello, Porto S. Stefano, Isola del Giglio, Foligno, Spello
y Asís69. Esta predicación,
a la vez que ponía de relieve la confianza eclesiástica,
daba a la Congregación
la feliz oportunidad de expresar su propio carisma.

III. - La restauración en marcha: 1815-1821

12. - El XIII Capítulo General, 4-7 abril 1815.

La Reunión Extraordinaria tenida en 1814 sirvió para


reorganizar el cuadro
directivo de la Congregación y para trazar las líneas
maestras en la restauración
del Instituto a medida que los religiosos iban
regresando. Concluía también el
sexenio del Capítulo General celebrado en mayo de
1809. El General, pues, lo
convocó el 6 de enero de 1815 para el día 4 de abril70.

El 1 de abril los capitulares estaban ya en Roma para


comenzar el triduo preparatorio
y el día 2 las reuniones precapitulares en las que se
propusieron diversos
asuntos, para discutirlos y resolverlos una vez
efectuada la elección de los
nuevos superiores. Los miembros del Capítulo eran:

1) Tomás de la Sabiduría Encamada, Superior


General;

2) José Ma. del Crucifijo, primer consultor en lugar del


difunto P. Santiago de
las SS. Llagas;

3) Gregorio de San Miguel, segundo consultor en lugar


del P. José María, ‘con
indulto pontificio ’;

4) Lucas María de la SS. Trinidad, procurador general,


en lugar del difunto P.
Ignacio de San José;

5) Pablo Luis de María Virgen, provincial de la


Presentación;

6) Felipe de la SS. Concepción, provincial de la


Dolorosa;

7) Antonio de San José, primer cons. de Pres.;

8) Inocencio de San Pedro, primer cons. de Dol.;

9) Juan Pedro de San Vicente Ferrer, segundo cons.


de Pres.;

10) Juan Lucas de la Asunción, segundo cons. de Dol.


Concluida la misa en honor del Espíritu Santo, el P.
Tomás dirigió a los capitulares
‘una breve, pero sensata, alocución ’, en la que
recordó que se debería dar
el voto ‘sólo para la gloria de Dios y para el bien de las
almas y de la Congregación
.

69 C. A. NASELLI, Il caso..., o.c'.,,pp. 340-341. AGCP,


fotocopia Memorie per la continuazione delle
Cronache..., o. c., año 1814.

70 Circular en Acta XVII (1951-1952), 70-71.


Se procedió a las votaciones para elegir al General,
pero hubo que suspe
la sesión de la mañana porque ‘después de varios
escrutinios ’ no se alcanzó
resultado. En la sesión vespertina, a poco de iniciarse
la reunión, se llegó a
confirmación del P. Tomás de la Sabiduría Encamada.
No sabemos quiénes
ron los otros religiosos más votados; pero el gran
número de escrutinios pone?
manifiesto que no hubo unanimidad de puntos de vista
sobre las personas a
que confiar la delicada tarea de gobernar la
Congregación en el momento de
restauración histórica. Como consultores resultaron
elegidos los dos provine'
les, PP. Felipe de la SS. Concepción y Pablo Luis de
María Virgen; y como
curador el P. Juan Lucas de la Asunción.

La discusión de los temas comenzó con una


interpretación de lo que deberí
entenderse por soledad en la fundación de los retiros.
Los capitulares dijer.
que, para permanecer fieles a la Regla, se deberían
abrir lejos de las población'
como ‘una buena milla romana’ (aproximadamente
kilómetro y medio) fuera
las poblaciones y que no debían existir casas o quintas
en los alrededores (decr.
265). En fuerza de esta interpretación je determinó
clausurar el retiro de Arezzo
(decr. 266), que se encontraba dentro de la ciudad y
nunca había sido bien visto
por los religiosos.

Se examinó seguidamente el espinoso problema de


los 29 religiosos que no
habían regresado aún. Los capitulares decretaron la
expulsión de 6, y encomen
daron al General la tarea de procurar que los demás
entrasen cuanto antes o fue
ran expulsados (arts. 267-268). Los capitulares
discutieron qué precedenc1
podría concederse a un Superior General que saliera
del Capítulo sin ningún
cargo. Todos estuvieron de acuerdo en que debería
concedérsele ‘alguna distinción
y algún tipo de precedencia ’, pero dejando al General
en ejercicio el deten*
minarlo (decr. 269).

El secretario del Capítulo, P. Juan Lucas, había


comenzado la redacción
las actas trayendo a la memoria la dispersión
napoleónica: ‘Mientras vivíamos a
la orilla de los ríos de Babilonia con la tristeza de la
dispersión, y derramábamos
amargas lágrimas por el doloroso alejamiento de
nuestras amadas casas de
soledad, Dios, Padre amoroso de todos y Gran
Consolador de los pobres afligidos,
movido a compasión, nos ha reabierto las casas y por
medio de su Vicario
el Sumo Pontífice Pío Vil, el 27 de junio de 1814, nos
otorgó la suspirada gracia
de poder regresar y reunimos en el ósculo santo’. Los
religiosos recibieron
también del Capítulo una orientación clara y decidida
sobre el camino de fidelidad
al espíritu y a la Regla que se debía seguir71.

La reanudación de la vida en el Instituto traía consigo


muchos problemas,
entre los cuales los principales eran: 1) el aumento en
el número de religiosos;

71 AGCP, Capitolo Gen. 13, 1815. Decr. e rae., o. c.,


p. (20) - (21); deers. 265-270.
2) las casas que habría que recuperar y dotar, con
pobreza, pero con lo necesario
para vivir.

A ninguno se le escapaba que ‘la necesidad más


urgente era la de garantizar
un testimonio de vida santa según el espíritu inspirado
al fundador, que la
Iglesia había reconocido al aprobar las Reglas y
Constituciones y al autorizar
la Causa de Canonización del fundador, y que, por
considerarlo vivo aún y en
\ igor, había concedido de manera privilegiada que los
pasionistas pudieran ser
los primeros en reunirse’.

Hay que tener muy en cuenta la insistencia en


conservarse fieles teórica y
prácticamente al espíritu, al voto específico y a la
misión, para comprender bien
las preocupaciones del General, aunque sea legítimo
discutir si algunas de sus
decisiones o actitudes pudieron ser diferentes sin
rebajar el nivel de tal fidelidad.
Tampoco hay que echar en olvido la actitud de la
Santa Sede en aquel período
para que todos los institutos recomenzaran con gran
fervor de espíritu y con fidelidad
auténtica al espíritu y a la misión propios.

13. - El drama de los religiosos que no regresaron

Una tormenta de tan enormes dimensiones trastornó


las conciencias, la cultura
y los hábitos de vida de millares de personas
acostumbradas al ritmo de un
horario fijo durante todo el año, a no hacer nada sin
permiso explícito del superior,
a tener la visión y la responsabilidad de las
necesidades y exigencias del
ámbito comunitario en el que se desenvolvía el oficio o
la tarea particular que le
confiaba la comunidad. Pasado el terremoto no se
podía esperar que todos volvieran
al ritmo de vida previo a la supresión. Además los
espíritus se hallaban
muy inseguros después de la experiencia de las dos
supresiones precedentes, es
decir, la de la República Romana 1798-1799, aunque
no fuera general, y la de
Napoleón. ¿Habría lugar para los religiosos en la
sociedad moderna? ¿Y cuánto
tiempo se mantendrían la paz y el antiguo estado de
cosas restablecido? Estas
preguntas bullían en la cabeza de muchos religiosos,
que además encontraban
fundados sus temores con la experiencia de los cien
días de Napoleón y la aventura
de Joaquín Murat.

En la Congregación nadie se esperaba que fueran


tantos los que no volvieron.
Al abrirse el Capítulo General el 4 de abril de 181.5, no
habían entrado todavía
29. Los capitulares les recordaron la obligación de
reincorporarse cuanto
antes, pues en caso contrario deberían salir
definitivamente; de hecho 4 fueron
expulsados: el juramentado P. Gaspar de San José, el
P. Antonio de Santa María
y dos estudiantes. El 15 de junio, el General mantuvo
una reunión especial con
su consejo para estudiar la línea que se debería seguir
con los religiosos no reincorporados
todavía. ‘Se determinó dar la dimisión dispensándoles
los votos y el
juramento de perseverancia a todos los que hasta
aquel momento habían descuidado
el regreso, tanto sacerdotes como hermanos’’. Por
motivos aprobados
quedaron fuera de esta decisión los PP Serafín
Gervasi de la Virgen de las Gracias,
Ángel Valentini de la Presentación, a los que se
concedió una prórroga de
tres meses mientras arreglaban los asuntos de sus
casas, e Ignacio del Corazón
de Jesús, enfermo, al que se le otorgó todo el tiempo
que fuera necesario hasta
que se encontrase en condiciones de regresar72 73
74.

Al final de 1814 resultaban dimitidos 26 religiosos; es


decir, 14 sacerdotes.
3 estudiantes y 9 hermanos. Durante 1915 lo fueron
otros 23, de los cuales 11
sacerdotes, 5 estudiantes y 7 hermanos. Si se suman
estos dimitidos con los que
salieron durante la supresión tenemos la cantidad de
65 entre 1810-1815; por
sectores, 25 sacerdotes (17,9% el total), 14
estudiantes (58,3%) y 26 hermanos
(26%). La edad media de los 65 era de 35 años. Los
que habían profesado en el
decenio 1800-1810 demostraron menor consistencia
vocacional: de los 48 clérigos
salieron 30, y de los 42 hermanos dejaron la
Congregación 20.

Entre los dimitidos se encontraban los rectores de


Gubbio y de Pievetorina,
y los dos consultores de la provincia de la Dolorosa. El
rector de Pievetorina, P.
Ángel Maggi de San Juan Evangelista respondía: “No
me siento absolutamente
llamado a volver al hábito y ala vida pasionista” por
tener debilitada la salud y
por la asistencia a los familiares. Permaneció firme en
su postura, no obstante el
parecer contrario de Mons. Strambi, que había hablado
con él al pasar por Gualdo.
El General apuntaba un pensamiento de respuesta
algo tibio: 'en cuanto a sus
males aquí los llevará con más paciencia; y en lo
relativo al sostenimiento de la
familia a ésta le será beneficiosa una boca de
menos’n.

A veces eran conmovedoras las cartas de los


religiosos, que habían vivido
con sinceridad y habían trabajado por el bien de la
Congregación. Les faltaba ya
energía para volver a la anterior austeridad,
preocupados por la salud después de
comprobar que ciertas atenciones ayudaban al cuerpo
a estar mejor; en otros
casos se dejaron llevar por el afecto a los sobrinos y a
otros familiares. Por ejemplo,
el P. Buenaventura Paolucci de San Rafael, que ayudó
a que no se perdiera
el retiro de San Ángel, pidió seguir ayudando a la
familia y llevar privadamente
‘al menos el signo sagrado’14.

Pudiera pensarse que en algunos casos hubiera sido


más humano concederles
permiso para continuar atendiendo a los familiares o
esperar un poco. Pero el
General y los demás religiosos, que con valor y
espíritu de fe habían vuelto, sentían
una gran responsabilidad: que la Congregación
reviviera como Pablo de la

72 AGCP, A. II-V/4-1, 1-2, Consulte gen. 1805-1865.

73 AGCP, B. I-VI/2-4/1-5, Dimessi 1810-1830: cartas


28 -X- y 14 y 19 -XII- 1814.

74 AGCP, B. I-VI/2-4/1-9, Dimessi 1810-1830: carta de


Canino del 6 -VIII- 1814.
Cruz la había organizado por inspiración divina y como
la Iglesia la había aprobado
y amado, concediéndole ser la primera que pudiera
volver a reunirse. El
gran aprecio que manifestaba el documento pontificio,
el hecho de que la licencia
para volver a formar comunidades hubiera sido
concedida fuera de la vía normal
de la S. Congregación para la Reforma, según se ha
dicho ya, significaba
para los superiores y para todos los religiosos que
regresaron una enorme responsabilidad.

La Iglesia necesitaba religiosos de una identidad clara


y visible; de lo contrario
sería mejor que no existieran. Era muy significativa la
voluntad del Papa
al exigir que los religiosos, antes de recibir permiso de
reunirse, se comprometieran
a vivir con el fervor de los orígenes. El General tenía
también claro el
valor de las situaciones personales, pero pensaba con
sentido de justicia en la
personalidad de los que volvieron a la Congregación,
la ‘madre', a la que no
podía defraudar por condescender con unos pocos.

El P. Ansovino Valentini pedía seguir fuera mientras le


reclamaran las necesidades
de su madre, y después entraría; solicitaba ser
dispensado mientras tanto del
voto de pobreza, que no podría vivir en el mundo, y del
de obediencia, que sería
orientado hacia el superior eclesiástico de Toscanella.
El P. General le respondió:
‘En vista de que las circunstancias que me expone así
lo exigen, le concedo las dispensas
que me pide mientras dure esa necesidad. Pero
advierta que así como el que
sigue en el siglo queda libre de las cargas que tiene
con la Congregación, igualmente
ésta queda desvinculada de las cargas que tiene con
usted’. El P. Ansovino
captó la indirecta: ‘He comprendido perfectamente que
V. P. Rvma. no puede concederme
que siga en el mundo siendo a la vez religioso y
seglar, y por eso necesita
absolutamente que le pida la salida de la
Congregación’. Y así lo hizo75.

El P. Luis María Togni de San Rafael pidió salir de la


Congregación por su
estado de salud. Se había portado siempre bien, pero
su salud no le permitía
seguir la observancia y temía resultar gravoso a los
religiosos e inútil en los
ministerios. Afirmaba que se sentía muy vinculado a la
Congregación: ‘Aseguro
que este afecto se mantiene actualmente al mismo
nivel de entusiasmo con que
al entrar abandoné a todos y todo, a pesar de la
resistencia de mi padre, quien
tuvo que sucumbir al dolor de ver cómo me alejaba de
él’. Dice que había rezado
y pedido consejo a personas temerosas de Dios que le
habían dejado en paz
la conciencia; es decir, que habiendo abierto Dios, por
medio de la supresión,
una puerta para salir y probar si su salud se
restablecía, como así había ocurrido,
podía tomar esta señal como indicio de la voluntad de
Dios para pedir con tranquilidad
de conciencia la dispensa del regreso a una vida que
su naturaleza no
soportaba.

75 AGCP, B. I-IV/2-4/3-1, Dimessi 1810-1830, carta


del 24 -III- 1814; dentro está el borrador de respuesta
del General, del 29 -VII- 1814; carta del 12 -VII- 1815
por la que solicita la dispensa.
Añadía que deseaba proseguir su consagración ‘en un
sistema de vida acomodada
a mi salud... No tome V. P. este paso como una
ingratitud a la Congregación,
a la que amo y amaré siempre de corazón; pero sepa
que de cuanto debo
a la misma quiero aprovecharme para servicio de
Aquel que es el mismo Padre
y Dueño de cualquier otro cuerpo religioso’. Y quería
separarse con plena caridad
y respeto hacia cada religioso: ‘Me gustaría que mis
sentimientos fueran
dados a conocer con caridad cristiana a quienes tomen
parte en esta decisión,
para gloria de Dios y para mi justificación ’.

En otra carta, al recibir la dispensa, escribió:


‘Reverencio y abrazo a todos
mis Padres y Hermanos en Cristo Jesús, y doy a todos
el beso de la paz, y les
pido que se convenzan de que el único motivo para
tomar esta decisión ha sido
la salud que me impide la observancia...m. Después
ingresó entre los Camilos,
con los que vivió santamente, fue su Superior General
y escribió un librito para
los clérigos que debían prepararse al examen en el
Vicariato de Roma antes de
recibir las órdenes sagradas, libro usado también por
los pasionistas76 77.

Entre 1810-1815 la muerte había llevado a la


comunidad celeste a 31 religiosos,
con una edad media de 54 años: 19 sacerdotes, 11
hermanos y sólo un
estudiante; tres de ellos, incluyendo a Mons. Ferreri,
habían muerto en Valaquia
asistiendo a los apestados.

El nuevo camino se iniciaba, pues, con 159 religiosos:


72 sacerdotes, 71 hermanos
y 16 estudiantes; 82 menos que los 241 que había al
final del año 1809.
La media de 42 años de edad era buena, aunque no
demasiado, si tenemos en
cuenta que la de los que habían fallecido en el mismo
período fue de 5478.

76 AGCP, B. I-IV/2-4/2-11, Salidos 18120-1830,


Sacerdotes, 2, 1814: caris del 4 y del 26 -VII- 1814,
entregó todos los libros y objetos que tenía en
custodia, y dio un donativo de 40 escudos.

77 Instructio pro sacris Ecclesiae ministris doctrinae


specimen daturis, auctore P. Aloisio Togni Praefecto
Gen. Congr. CC. RR. Infirmis Minist.

78 Para estas estadísticas, cfr. Decreti e rae., o. c., p.


(21). C. A. NASELLI, II caso..., o. c., pp.322,
328-329, 444- 447; Statistical survey, 1809, 1815. C.
FANTAPPÉ, o. c., p. 315 recuerda que los
ermitaños de Camáldula disminuyeron en un 76%; los
camaldulenses de la provincia toscana mermaron
un 53% y el 52% de los monjes de Valleumbrosa no
regresaron al monasterio. El mismo
autor anota que la edad media de los camaldulenses
era de 48 años, de 51 la de los olivetanos, y de
39-41 la de los de Valleumbrosa, ibid., p. 284.
XIV y XV Capítulos de la Provincia de la Presentación:

A) Capítulo de 1815: Terminado el Capítulo de la


Provincia de la Dolorosa, el
General marchó para encontrarse el 17 de abril de
1815 en San Ángel de Vetrá-
lla, con los siguientes capitulares:

Pablo Luis de María Virgen, provincial;

Antonio de San José, primer consultor;

Juan Pedro de San Vicente Ferrer, segundo consultor;

Luis de la I. Concepción, rector de Roma;

Felipe de Jesús, rector de San Ángel;

Anselmo del SS. Sacramento, rector de S. Eutiquio;


Vicente de S. Joaquín, rector de Cometo;

Luis de San Rafael, maestro de novicios en S. Ángel.

Faltaba el P. Cayetano de la Anunciación, ‘el cual,


según las actas, por motivos
que él conoce hizo saber que no había aceptado la
patente de rector de
Monte Argentarlo, y por lo mismo no acudía al capítulo
n9. Por fallecimiento no
estaba tampoco el P. Carlos de la Pasión.

Laboriosa resultó la elección del provincial. Al cabo de


muchísimas votaciones
recayó en el P. Luis de San Rafael, maestro de
novicios. En cambio, al primer escrutinio
salió el primer consultor, P. Juan Pedro de S. Vicente
Ferrer; y a la segunda
votación, el segundo, P. Nicolás de la Virgen Dolorosa.
Para maestro fue elegido a
la primera votación el P. Cayetano de la SS.
Anunciación. El P. Luis de la Inmaculada
Concepción resultó elegido rector de los SS. Juan y
Pablo al primer escrutinio;
al segundo lo fue para Monte Argentarlo el P. Jerónimo
de San Luis; para S. Ángel,
después de muchas votaciones, quedó elegido el P.
Pedro Pablo de San Luis; a San
Eutiquio fue enviado, después de un escmtinio, el P.
Felipe de Jesús, y a Cometo el
P. Gregorio de San Miguel Arcángel, al segundo
escmtinio.

Los capitulares pidieron a los religiosos que se


sometieran a una observancia
estricta de la Regla: que no tuvieran comida en la
celda; que el dinero de la comunidad
se custodiara bajo doble llave; que los superiores
locales no hicieran gastos
arbitrarios ni enviaran fuera de casa, sin compañero, a
los religiosos, y que éstos no
divagaran de aquí para allá por lugares no
especificados al pedir permiso para salir79 80.

79 AGCP, A. II-VI/4-1,1-1, el 21-11-1815 el General


con el provincial y su consultor eligió al P. Cayetano
de la SS. Anunciación para rector de la Presentación,
pues en aquellos días había sido ‘enviada
toda la familia religiosa’; fue elegido también el P. Juan
Pedro de S. Vicente Ferrer consultor
provincial en lugar del fallecido P. Carlos de la Pasión.

80 AGCP, Praes., Cap. Prov. XIV. 1815.


B) Capítulo de 1818. Concluido el trienio, el 29 de
marzo de 1818 se reunieron
en S. Ángel de Vetralla:

Tomás de la Sabiduría Encamada, Superior General;

Luis de San Rafael81, provincial;

Juan Pedro de San Vicente Ferrer, primer cons.;

Nicolás de la Virgen Dolorosa, segundo cons.;

Lorenzo María de San Francisco Javier82, rector de


Monte Argentario;
Bartolomé de la SS. Concepción83, rector de S. Ángel;

Felipe de Jesús y María, rector de S. Eutiquio;

Juan Bta. de la Asunción84, rector de Cometo;


Cayetano de la SS. Anunciación, maestro de novicios
en S. Ángel.

‘Después de algunos escrutinios’ el P. Cayetano de la


SS. Anunciación
quedó elegido provincial, pero manifestó tal
repugnancia a aceptar, que el capítulo
aceptó sus razones; en su lugar resultó electo el P.
Juan Pedro de San Vicente.
Para primer consultor fue llamado el P. Cayetano de la
SS. Anunciación,
mientras el P. Luis de S. Rafael lo fue para segundo
tras no pocas votaciones.
‘Dada la falta de novicios’ no hubo elección de maestro
de los mismos. El retiro
de Santiago de Todi había sido incorporado a la
provincia, por lo que se nombró
un rector, P. Lucas de la SS. Trinidad, que había
trabajado allí desde su fun
dación. No se consideró necesario dejar decretos,
confiando en la prudente vigilancia
del provincial85.
81 AGCP, A. III-IV/2-4, 2-1, hay una circular del
mismo, del 30 -XI- 1816, en la cual, en nombre del
General, declara que no es necesario para los
pasionistas inscribirse en las cofradías del Rosario,
del Carmen o de la Dolorosa para disfrutar de los
beneficios espirituales de las mismas; los superiores
pueden dar a los religiosos moribundos la bendición de
las cofradías a las que van anejas
indulgencias. Manda que en el ritual de la comunidad
se añada la fórmula de tales bendiciones.
Recuerda que los religiosos tienen prohibido buscar
personas que se inscriban en esas cofradías.
Esta aclaración se daba porque ‘así los entiende el S.
Padre que tuvo la deferencia de leer atenta
mente el párrafo denique omnia et singula privilegia,
etc., de la Bula «Supremi Apostolatus» y
manifestó al General este deseo.

82 El P. Lorenzo había sido elegido rector de Terracina


en el capítulo de la Dolorosa de 1815; pero al
cerrarse el convento por miedo a los bandidos, el P.
Lorenzo volvió a su provincia de la Presentación
y fue elegido rector de Monte Argentario en lugar del
P. Jerónimo de San Luis, muerto el 21 -
IV- 1817 por tifus contraído mientras asistía a los
enfermos en Grosseto.

83 Había sustituido al P. Vicente de San Jerónimo, el


cual, elegido para el puesto del P. Pedro Pablo
de San Luis, muerto a los 37 años durante una misión
el 15 -V- 1817, no había querido aceptar.

84 Sustituyó al P. Sebastián de San José, elegido en


lugar del P. Gregorio de San Miguel Arcángel, que
había renunciado a la elección capitular.

85 AGCP, Praes, Cap. prov. XV, 1818.


A) Capítulo de 1815. Apenas concluido el Capítulo
General, el Superior General,
en la tarde del 7 de abril de 1815, se encontró en
Monte Cavo con los ochos
participantes86:

Felipe de la SS. Concepción, provincial;

Inocencio de San Pedro, primer cons.;

Juan Lucas de la Asunción, segundo cons.;

Andrés de San Bernardo, rector de Ceccano;

Juan Bta. de San José, rector de S. Sosio;

Esteban de Santo Domingo, rector de Terracina;

Emidio de S. Luis, rector de Paliano;


Gabriel de la Virgen Dolorosa, rector de Monte Cavo.

El General, considerando el escaso número de


individuos de la provincia,
al principio de las reuniones asignó a la de la Dolorosa
a algunos religiosos de
la Presentación por si los electores creían conveniente
darles su voto. Al
segundo escrutinio, uno de ellos, el P. Antonio de San
José, quedó elegido provincial.
Al segundo también salieron el primer consultor, P.
Inocencio de San
Pedro, y el segundo, P. Gabriel de la Virgen Dolorosa.
Bastó uno para confirmar
de maestro de novicios al P. Bernardo de la Virgen
Dolorosa. El P. Lorenzo
María de San Francisco Javier, también de los
asignados de la Presentación,
pasó de rector a Terracina. Tampoco en este caso los
capitulares creyeron necesario
dar decretos87.
B) Capítulo de 1818. Tres años más tarde, el 17 de
abril de 1818, el General, después
de haber presidido el capítulo en S. Ángel, Vetralla,
subió a Monte Cavo
coa los siete capitulares de la Dolorosa:

Antonio de S. José, provincial;

Inocencio de San Pedro, primer cons.;

Gabriel de la Virgen Dolorosa, segundo cons.;

Andrés de S. Bernardo, rector de Ceccano;

Benedicto de S, José, rector de S. Sosio;

Emidio de San Luis, rector de Paliano;

Juan Bta. de S. José, rector de Monte Cavo.


No asistió el rector de Terracina, pues el retiro había
sido abandonado en

86 AGCP, B. III-IV/1-4, Platea Ritiro Monte Cavo, f. 20:


‘Aquí, en Monte Cavo, se ha tenido por séptima
vez, el XIV Capítulo Provincial de la Provincia”.

87 AGCP, Dol., Cap. Prov. XIV, 1815.


julio de 1815 tras la invasión de los bandoleros88.
‘Después de algunos escruti- i
nios ’ fue confirmado provincial el P. Antonio de San
José; para primer consultor 1
resultó escogido el P. Gabriel de la Virgen Dolorosa, y
para segundo el P. Ino- i'l
cencio de San Pedro, en ambos casos ‘después de
varios escrutinios’. En cam- 1
bio, al primero resultó confirmado maestro de novicios
el P. Bernardo de la Virgen
Dolorosa.

Con bastante rapidez fueron saliendo los rectores: dos


escrutinios bastaron ¦ |
para el de Ceccano, P. Emidio de San Luis; tres para
el de San Sosio, P. Juan Bta.
de San José; uno para el de Paliano, P. Andrés de San
Bernardo; uno para el de |
Monte Cavo, P. Benedicto de San José. El capítulo se
clausuró con la serena con- i
fianza de que todo continuase en paz sin necesidad de
decretos particulares89.
1

15. - La reapertura de algunos retiros y la fundación


del de Todi

En las respuestas a la circular de la S. Sede sobre el


restablecimiento de los
religiosos y de las religiosas, los obispos insistían en
las principales necesidades
de las diócesis: seminarios, edificios y beneficios para
las parroquias, hospitales,
orfanatos e internados para las jóvenes en peligro o ya
caídas (es decir, ex prostitutas
que con la terminación de las guerras habían perdido a
los clientes que
eran los soldados), escuelas para los hijos del pueblo.
A fin de remediar primero
estos problemas, muchos obispos pedían que no se
reabrieran los conventos,
dedicando sus bienes a estas necesidades más
urgentes.
Pero a la vez los obispos reclamaban la presencia de
religiosos para la predicación
itinerante, la administración del sacramento de la
Reconciliación y la
dirección espiritual, como los paúles, los capuchinos,
los redentoristas y los
pasionistas90.

Los pasionistas, en general, no tuvieron problemas


para recuperar los retiros por
la invitación apremiante de los obispos a que se
reemprendieran las misiones, los
ejercicios espirituales y la administración del
sacramento de la Reconciliación.

La orientación del General y de los más responsables


era que no se creasen
hospicios o comunidades fantasma de dos o tres
religiosos. Se pretendía que las
comunidades resultaran eficientes, pero dentro de la
Regla, de manera que ayudaran
a los religiosos para alcanzar la santidad y para la
preparación a los ministerios
y su ejercicio. Esto sintonizaba con el deseo del Papa
de que los religiosos
volvieran sinceramente al fervor de sus orígenes.

88

89

90

ADOLFO LIPPI, Il B. Lorenzo Salvi apostolo di Gesù,


Ed. Paoline Cinisello Balsano 1989. pp.
110-112; Cf. Relazione del Servo di Dio P. Lorenzo di
S. Francesco Saverio sulla chiusura del Ritiro
di Terracina, Bollettino, 1924, pp. 358-361.

AGCP, Dol., Cap. prov. XK 1818.


L. PASZTOR, L’Umbria nell’età, o.c\,pp. 72, 89. C.
SEMERARO, Restaurazione, Chiesa e
Società, o. c., pp.210-247.

I
El General se lo decía explícitamente al P. Lucas
María Fabi de la SS. Trinidad
en una carta del 5 de julio de 1814: ‘Lo que más urge
no es asegurar los retiros
o las propiedades, sino garantizar que los religiosos no
se perjudiquen

En el mes de julio, el General envió al P. Lucas con el


P. Inocencio a las Marcas
para organizar la custodia de los retiros de Recanati,
Morrovalle y Pieveto-
rina, a la espera de contar con nuevo personal para
volver a abrirlos y reanudar
la observancia regular91.

Volvieron a abrirse diez casas92: Roma, Monte


Argentario, S. Ángel de Vetra-
11a, San Eutiquio, Cometo, Monte Cavo, Terracina,
Ceccano, San Sosio y Paliano.

Fundación del retiro de Todi


En diciembre de 1815 los pasionistas predicaron en
Todi una misión. El obispo,
Mons. Francisco María Gazzoli93, daba las gracias al
P. General por haber
enviado a los PP. Pablo Luis de María Virgen, Juan
Lucas de la Asunción y
Lorenzo de S. Francisco Javier, ‘tres sujetos que han
llevado esta misión con
gran celo y doctrina, por lo que ha sido mucho el fruto
(además del aplauso de
toda clase de personas) de gloria a Dios y bien de las
almas’94. A la vez transmitía
el deseo del clero y ‘de una gran grupo de personas ’
de abrir una comunidad
pasionista en la diócesis. La Congregación de la
Reforma había establecido
que en cada pueblo o ciudad no pudiera haber más de
una comunidad, y cada
una formada por doce individuos. El obispo aprovechó
la oportunidad para pedir
el convento de Santiago de los Padres Reformados, ya
que a éstos se les había
dado el de Monte Santo de Todi, y entregárselo a los
pasionistas; pues esperaba
que éstos fueran ‘obreros evangélicos ’ que
instruyeran al pueblo y excelentes
confesores. Informaba de este plan el 30 de enero de
1816, asegurando que el
clero y los demás mendicantes estaban contentos.

El 3 de febrero, el P. Tomás, al aceptar el ofrecimiento,


se reservó la última
palabra hasta después de comprobar «in situ» cómo
era el local y si se acomodaba
a la soledad impuesta por la Regla.

El día anterior, 2 de febrero, se había presentado en el


convento de Ara Coeli
para asegurar al General de los franciscanos
reformados que no había intervenido
en el negocio y que no aceptaría el ofrecimiento si los
reformados habían de
91 AGCP, B. IV-V/1-5, carta del 15 -VII- 1814 firmada
por el General.

92 En 1816 los habitantes eran los siguientes: Roma


con Isola Farnese, 132.087; Vetralla, 3.872; Soriano
(S. Eutiquio), 3.075; Rocca di Papa (Monte Cavo),
1.855; Terracina, 4.073; Ceccano, 4.656; Fal-
vaterra (San Sosio), 1.028; Corneto, 3.314; Paliano,
3.042, del Moto Proprio della S. di N. S. Papa
Pio Settimo in data dei 6 luglio 1816 sulla
organizzazione dell’amministrazione pubblica, V.
Poggioli
Roma 1816 (ibid. SS. Giov. E Paolo, 1-3-1).

93 Hierarchia Cath., VII, 380. Mons. Gazzoli había sido


trasladado a Todi desde Amelia el 23 -IX- 1805.

94 AGCP, B. II-III/2-1, 1-1.


disgustarse. Nadie lo atendió; pero al día siguiente
llegaron a la casa de los S
Juan y Pablo dos religiosos enviados por el General de
los reformados para pr
guntar qué motivo había llevado al P. Tomás a su
casa. Este les dijo que quei
asegurar a su General que no había movido un dedo
en el asunto de aquel retiro
y que, si esto le molestaba, se lo hiciera saber, pues
entonces él rechazaría
ofrecimiento. Los emisarios le comunicaron que, si los
pasionistas no aceptábala
invitación, el convento estaba destinado a seminario
diocesano y que su General
nada tenía en contra, pues los bienes de los
franciscanos eran propiedad de la
Santas Sede, que es muy dueña de disponer de
ellos95.

Fue prudente este modo de actuar del P. Tomás, pues


algunos reformados,
descontentos con el convento ya recibido de Monte
Santo de Todi, y deseosos d
recuperar el de Santiago, se encerraron dentro con el
apoyo, al parecer, del card
Braschi, su protector, que ignoraba los decretos de la
Congregación de la Reforma.
Pero el capítulo de la catedral, el clero y muchos
ciudadanos con el obisp
pidieron la intervención del Papa. Este, con un decreto
del 15 de enero de 1816
cortó de raíz toda oposición96 97.

El 26 de junio de 1816 los PP. Lucas María de la SS.


Trinidad y Pedro PabL
de S. Luis con el hermano Nicolás de Santa María se
hallaban en Todi para agilizar
la fundación. Fueron hospedados por el obispo en el
seminario. El 6 de julio
entraron en el convento de Santiago, donde se habían
realizado las obras más
imprescindibles para reparar las minas producidas
durante el abandono forzoso de
la supresión. El General mandó que se trasladaran allá
los objetos, libros y objetos
de sacristía del retiro de San Félix de Giano, Spoleto,
que había sido cerrado.

En 1816 hubo mucha carestía en el Estado Pontificio y


en otras zonas de Italia.
Los religiosos se vieron también en dificultad, y los
trabajos de reparación
prosiguieran a ritmo muy lento. El General, al leer la
relación del estado de
cosas, escribió para anular la fundación; decisión no
muy prudente, que no tenía
en cuenta la situación crítica de la economía general
de toda la diócesis. El obispo
quedó tan desconcertado como los religiosos que
estaban allí. Aquél y éstos
escribieron al General, suplicándole que esperara,
mientras se buscaba el modo
de realizar las mejoras que habría que hacer. El
obispo, por su gran deseo de
tener una comunidad pasionista, se comprometió a
gastos especiales destinados
a las obras más necesarias. Para valorar mejor su
gesto hay que recordar que, en
aquellos momentos de tanta carestía, daba de comer
diariamente en el palacio
episcopal a 1.200 pobres. Por aquel tiempo se había
cerrado la casa de Pieveto-

95 AGCP, B. II-III/2-1, 1-2,3 del obispo al General el 30


-I- 1816; del General al obispo el 3 de febrero;
allí se habla también del encuentro fallido con el
General de los reformados.

96 ASV, Riforma, Ristretti 1816, n. 3, donde se trata


este asunto. AGCP, B. II-III/2-4, Platea Todi
1816-1872, f. 17.

97 AGCP, B. II-III/2-1, 1-6,7,8, elenco de los libros, de


la ropa y de otros objetos llevados de Pieve-
torina y Giano a Todi.
riña y el General asignó a la nueva comunidad de Todi
lo que se había sacado del
convento suprimido97. De esta manera ‘el retiro de
Santiago comenzó a estar
suficientemente provisto, especialmente en lo
relacionado con la iglesia, la
sacristía y la biblioteca m.

La Congregación, más pobre aún en esta época de


restauración que en otras
anteriores, no tenía fondos ni posibilidades de
cooperar a los gastos de las nuevas
fundaciones. En la de Todi hubo que pedir ayuda al
obispo hasta para el vestido de
los religiosos98 99. El hecho de que en Todi y en otras
partes ayudasen tanto los obispos,
indica en qué aprecio se tenía a la Congregación por
sus servicios pastorales.

La comunidad comenzó a llevar una fervorosa vida de


oración, a ofrecer los
ministerios en la propia iglesia y a desarrollar un
intenso servicio de misiones y
ejercicios espirituales. En los documentos se habla de
ejercicios espirituales a
todos los seminarios de las diócesis circunvecinas y a
los monasterios, y de
misiones en varias poblaciones100.

En agosto de 1817 llegó el General de visita canónica;


quedó satisfecho de
la situación y en consecuencia mandó nuevo personal.
Allí quedaron 6 sacerdotes
y 6 hermanos. El superior delegado del General, P.
Lucas María de la SS. Trinidad,
fue confirmado en el capítulo provincial de 1818,
cuando esta nueva casa
fue agregada a la provincia de la Presentación (hasta
entonces dependía directamente
del General).

A principio de 1819 formaban la comunidad 12


religiosos; es decir, 6 sacerdotes.
Lucas María de la SS. Trinidad, rector; Pedro de S.
Juan Evangelista, vicario;
Felipe de Jesús y María, Basilio de San Esteban, Luis
de S. José y Ambrosio de S.
Miguel Arcángel; y 6 hermanos coadjutores: Lorenzo
de S. Miguel, Francisco de S.
José, Pedro Pablo de S. Vicente Ferrer, Nicolás de S.
Matías, Juan Pablo de S. Maximiliano
y Antonino de Jesús y María, que en aquel período se
ocupaba de la cuestación
para la Causa de Canonización del Ven. Pablo de la
Cruz101.

16. - Clausura y abandono de algunos retiros

En la citada carta del 15 de julio de 1814 al P. Lucas


María Fabi, el General
le informaba que estaba decidido a abandonar las
casas de Arezzo, Gubbio y
Giano, le rogaba que no hablase explícitamente del
tema, y le recomendaba a él
y a su compañero que se hicieran con los enseres de
Gubbio y Giano y los llevaran,
si era posible, a las casas más próximas.

El retiro de S. Félix, Giano, Spoleto, había sido abierto


en 1803 con satis-

98 AGCP, B. II-III/2-4, Platea di Todi 1816-1872, f. 26.

99 AGCP, B. II-III/2-4, Platea di Todi, ff. 18-27.

100 AGCP, para los ministerios, cfr. Platea di Todi (B.


II-III/2-4) y ‘Libro dei Ministeri (B. II-I1I/2-5).

101 AGCP, B. II-III/2-4, Platea di Todi, ff. 24-35.


facción del pueblo y del obispo que lo había solicitado.
Por culpa de la supresión
napoleónica quedaron sin cumplir algunas cláusulas
para alejar a la gente del lagar
que existía en las cercanías. En agosto de 1810 los
religiosos se vieron forzados a
salir de allí y después no fue abierto por la decisión
adoptada en la Reunión extraordinaria
de 1814 cuando se determinó reanudar la vida con
pocos conventos102. =
El retiro de San Ubaldo, Gubbio, había sido abierto en
1787 por la insistente
solicitud de Mons. Angelelli, que deseaba ofrecer, a los
peregrinos que frecuentaban
el santuario del protector S. Ubaldo, religiosos fieles en
la administración del
sacramento de la Reconciliación y dedicados a la
evangelización de la diócesis1®.
Emanado el decreto de supresión el 24 de junio de
1810, los religiosos bajaron del
monte y entregaron al obispo las llaves del santuario.
Los motivos para no volver a
él fueron la escasez de personal y el haber dado
preferencia a los retiros abiertos por
el fundador. El de Gubbio además asustaba por el frío
y por los locales muy arruinados,
a lo que se añadía también algunas exigencias del
Magistrado104.

El retiro de S. Agustín, Pievetorina (MC), había sido


fundado en 1786105.
El pueblo, siempre muy adicto, favoreció durante la
supresión al hermano Buenaventura
Ricottini para que quedase como responsable del
alquiler y también
acogió y ayudó al padre Lorenzo Salvi. La población
deseaba que volvieran los
pasionistas, pero no pudo ser por la escasez de
personal y la excesiva cercanía
del pueblo, según el criterio del R Tomás de la
Sabiduría Encarnada106.
El retiro de S. Bernardo, Arezzo, fue fundado en
septiembre de 1803 por el
celo del obispo Mons. Agustín de los marqueses
Albergotti. El entonces Superior
General, P. José Claris, aceptó gustoso, porque la
fundación abría las puertas para
otros retiros en Toscana; hasta entonces habían
resultado infructuosos los esfuerzos,
pues las leyes del Gran Duque cerraban la entrada a
nuevos institutos.

El P. Tomás de la Sabiduría Encamada no había visto


nunca con buenos ojos
aquella casa como fundación regular, por estar
ubicada dentro de la ciudad, contra
la Regla que pedía fundaciones fuera de los poblados.
Por eso lo tomó como

102 AGCP, B.V-I/2-4, documentos; hay también un


escrito del P. Félix de S. José que en el f. 18 dice:
‘El aire era sano, la iglesia devota, el insignificante y
pequeño pueblo era aficionado”. !

103 C, A. NASELLI, Storia..., o.c., II/1, pp. 159-163.

104 AGCP, B. V, 1/2-4, documentos y escrito del P.


Félix de S. José al obispo sobre la clausura de Gubbio,
f. 2. En la restauración el obispo no se mostró
interesado en recibir a los pasionistas, mientras

sí lo estuvo en acoger a los jesuítas como educadores,


y a los olivetanos porque con sus bienes "\\
habría podido socorrer a muchos pobres que no sabía
cómo ayudar de otra manera. Cfr. L. PASZ-
TOR; L’Umbria nell’età, o. c., pp. 84-85.

105 C. A. NASELLI, Storia..., o. c., II/1, pp. 155-158.

106 C. A. NASELLI, Il caso..., o.c., pp. 100-108.


AGCP, B. V, 1/2-4, documentos y escrito del P. Félix,
del que la parte relacionada con Pievetorina fue
publicada en Bollettino della Congregazione, VII,

1926, 281.
problema de conciencia: ‘aceptar aquella situación
sería legitimar algo directamente
contrario a la Regla y opuesto a la soledad que el
fundador había encomendado
y recomendado tanto’.

Mons. Albergotti, en cuanto supo que el Papa


regresaba a Roma, comenzó a
gestionar la vuelta de los pasionistas a Arezzo, para
ocuparlos en la predicación.
El 18 de junio de 1814, el cardenal Pacca,
prosecretario de Estado, comunicaba
al P. Felipe de la SS. Anunciación, representante del
General, la gracia concedida
y que se pusiera de acuerdo con el obispo para enviar
a los pasionistas107 108.

Sobre este particular, el P. Pablo Luis escribía al P.


Lucas el 29 de julio de
1814: ‘Compadezco al obispo y me pongo en su lugar.
¡Después de tantos gastos!...
No sé qué hacer. El P. Prepósito tiene escrúpulos
porque no lo considera
«locus segregatus juxta Regulas», y por los peligros’m.

El abandono de Arezzo fue doloroso para ambas


partes, especialmente para
el obispo, que se había esforzado tanto en conseguirlo
y había gastado notables
cantidades de dinero. En una carta del 26 de julio de
1814 el General le explica
cuáles han sido sus criterios de discernimiento:

‘Mi corazón está invadido por dos sentimientos, uno de


agradecimiento y
mro de pena. El primero me hace sensible a su
bondad verdaderamente paternal
con nosotros, y no encuentro palabras para decirlo. El
segundo me ocasiona
una aflicción a medida que aumenta la imposibilidad
de servirlo.
Me gustaría multiplicar el número de religiosos, cosa
que es imposible. Quisiera
tener cuando menos el mismo número que en el
momento de la expulsión,
pero la muerte se ha llevado a algunos, y otros, por
culpa de las vicisitudes
pasadas, no están ya entre nosotros. En este grupo
hay varios que formaban
parte de la comunidad de S. Bernardo, a la que V. S.
lima, y Rvma. se refiere en
su atenta carta.

La falta de sujetos me ha obligado a abandonar otros


cinco retiros, más antiguos
que el de San Bernardo y situados en diócesis más
necesitadas, muy amados
de los pueblos vecinos y establecidos con grandes
gastos de los bienhechores.
Algunos de ellos se han mantenido en nuestras manos
por el apoyo de las
poblaciones durante las pasadas calamidades, y, sin
embargo, han tenido que
abandonarlos quienes los custodiaban para entrar en
la observancia en este
pequeño círculo que apenas podrá completarse.

Es admirable el celo de V. S. lima, y Rvma. por sus


diocesanos, pero le pido
que piense que también a mí me afecta la gravísima
obligación de introducir en
los pocos retiros que van a reabrirse la observancia
regular, incompatible con
un número insuficiente de religiosos. Abrir pequeñas
casas de 3 ó 4 sujetos sería
introducir en la Congregación la falta de observancia y
de rigor, el desorden. ¿ Y

107 AGCP, B. IV, V/l-5.

108 AGCP, B. IV-V/1-5, Pablo Luis al Procurador el 29


-VII- 1814.
podría actuar así sin hacerme reo de grave falta ante
Dios? Que sea de absoluta
necesidad, en las presentes circunstancias, reducir el
número, lo dejo a su
sabio discernimiento, y lo mismo si se han de
abandonar los retiros de mayor
tradición para limitarse a los más recientes ’m.

El General presenta en esta carta motivos graves por


los que no se podría
abrir San Bernardo, pero silencia el motivo verdadero
por el que era contrario a
la reapertura. Como indicaba el P. Pablo Luis, el
General tenía escrúpulos de volver
a abrirlo, temeroso de introducir en la Congregación la
relajación por no
estar la casa en soledad, fuera de la población. Este
punto de la soledad fue invocado
constantemente en la frecuente correspondencia entre
el General y el P.
Juan Pedro de S. Vicente Ferrer, enviado por él con
otros tres a Arezzo tras el
coloquio del obispo con el Papa.

En realidad, el General y el P. Juan Pedro que había


mandado querían cerrar
absolutamente el retiro por no hallarse en la soledad
pedida por la Regla. Con
todo, me parece que el P. Juan Pedro mantenía un
aire puntilloso cuando se resistió
a ir a confesar aun enfermo ‘que lo pedía con mucha
insistenciay se justificó
diciendo que parecía que el obispo trataba de imponer
una obligación que
los pasionistas no podían aceptar por Regla; es decir,
ir a confesar enfermos.

En la zona de Morrovalle, y ya desde el principio, los


pasionistas fueron solicitados
por los enfermos para la confesión y acudían dejando
el billete de haber
administrado el sacramento, mientras el párroco daba
la Unción de los Enfermos
y el Viático.
El P. Juan Pedro adoptó una actitud polémica también
con motivo de la novena
de Navidad, que el obispo quería se hiciese en la
iglesia de San Bernardo, según la
tradición. Su carta al obispo clarifica cuáles eran sus
criterios de evaluación:

‘Soy testigo de la liberalidad y beneficencia del señor


obispo Albergotti y de
toda su familia hacia mi pobre Congregación, y se lo
agradezco sinceramente;
le aseguro igualmente que los pasionistas conservarán
siempre la memoria de
los beneficios recibidos. Pero le aseguro con Santo
Tomás que la beneficencia
es un acto de caridad, mientras la virtud de la
liberalidad, que es parte potencial
de la justicia, no provoca en el beneficiado un deber
riguroso o legal, sino
sólo moral y de agradecimiento. Dicho esto respondo
brevemente a cada apartado
de su apreciada carta.

Es cierto que me he negado a confesar al enfermo del


que me habla. Lo he
hecho con buenas maneras y porque así lo pide el
bien de la Congregación: si
yo hubiera ido a ese enfermo me vería obligado a ir a
los demás para no caer
en parcialidad. La experiencia de muchos años nos ha
demostrado que esta,
práctica no es beneficiosa para nosotros,
especialmente estando cerca de la ciu- 109

109 AGCP, B. IV-V/1-5, el General al obispo el 26 -VII-


1814.
dad; por este motivo el General se vio obligado a
suprimirla en los retiros en los
que se había introducido; de esta misma idea era el P.
Tomás, que no veía bien
que los pasionistas fueran frecuentemente a Arezzo a
confesar enfermos; y sin
duda hubiera puesto remedio de continuar en esta
ciudad. Y si esto se hacía entonces
con una familia numerosa, mucho más tiene sentido
ahora, que somos tan
pocos. Y además ¿qué decir si uno se para a pensar
en su carta, en la que parece
evidente que quiere imponer a los pasionistas la
obligación de confesar enfermos ?
Monseñor, esto traería un trastorno en nuestro estilo
de vida; por eso no puedo
condescender de ninguna manera a su exigencia,
dado que los pasionistas no estamos
obligados a ello. Si V. Sría. Urna, tiene órdenes
pontificas sobre este punto, le
pido que me las comunique personalmente, pues ante
todo el mundo me declaro
dispuesto a dar la vida y la sangre para ejecutarlas
«usque ad ápicem».

En lo tocante a la novena de Navidad, yo no tengo


ninguna dificultad en
hacerla, si V. Sría. lima, me manda un documento por
el que conste que no quiere
imponérnosla como obligación, según parece
deducirse de su carta.

Me causa risa el oír que por correo se ha repartido una


hoja, según me dice,
muy humillante para mí y para la Congregación. Ya se
sabe que el mundo quiere
hablar mal, pero Jesucristo nos enseña que no
debemos hacer caso de los
chismes contrarios a la verdad’'10.

Por la carta se ve bien que las posturas y el estado de


ánimo de las dos partes
eran diametralmente opuestos, y que no había
posibilidad de acuerdo. Fueron
ofrecidos otros dos locales fuera de Arezzo, pero no
queda claro si faltó voluntad
política de llegar a un acuerdo, o si las dificultades
económicas y la soledad
insuficiente impidieron el arreglo.

El P. Juan Lucas de la Asunción, en una carta del 29


de enero de 1815 al Prefecto
de la S. Congregación de 00. y R.R., le contaba la
historia de aquel retiro,
y lo atribuía a falta de prudencia en el P. José Claris al
aceptarlo en 1803:

‘Ajuicio de todos el primer y mayor error cometido por


el P. José’ fue el
haber aceptado la propuesta del obispo en el mismo
momento en que le hizo el
ofrecimiento. ‘Los pasionistas -continuaba- están
íntimamente convencidos de
que si su Prepósito hubiera visto antes en qué
situación se encontraba la casa
no la habría aceptado; pero él hizo lo contrario:
primero la aceptó y después fue
a verla; ese es el origen de esta lamentable llíada de
desórdenes producidos en
cadena’. Sigue contando que los 4 religiosos
mandados a Arezzo con el General
P. José quedaron desilusionados al ver que la casa
estaba dentro de la ciudad y
que las ventanas de muchas casas dominaban el
huerto. Al preguntarles el General
qué les parecía aquella fundación, ’oí que todos
respondieron, de viva voz, con
un no claro y rotundo. No hubo entre nosotros nadie
que temiera o dudase desa

lío AGCP, B. IV-V/1-5, Juan Pedro al obispo el 14 -XII-


1814.
probar abiertamente la fundación, pues su oposición a
las Reglas y al instituto
no era dudosa, sino claramente contraria’.

Según el mismo P. Juan Lucas, el General quedó


desconcertado ante respuesta
tan unánime, pero por los compromisos contraídos con
el obispo, que había hecho
muchos gastos para acomodar la casa y para el viaje
de los religiosos, se mantuvo
firme y las cosas siguieron adelante: ‘Y mucho más
aún por el extraordinario afán
que aquel Prepósito tenía de abrir fundaciones, fuesen
buenas o malas’.

Según dice el P. Juan Lucas, el General P. José exigió


desde 1804, ‘y sigue
pidiéndolo hoy con su pequeño partido’, la
construcción de un muro elevado de
la parte del huerto y que se planten cipreses para
impedir la vista desde las ventanas.
El firmante concluye que la fundación es contraria a las
Reglas y al espíritu
del instituto, y por eso se debe abandonar; de lo
contrario llevaría a la ruina
a toda la Congregación111.

Causa extrañeza esta postura contra el General P.


José, pues nadie pudo decir
que fuera religioso relajado y poco preocupado por el
espíritu de la Congregación.
Las palabras del P. Juan Pedro y la actitud del P.
Tomás confirman que persistía
el dualismo ya insinuado en el último Capítulo
presidido por el Fundador
en 1775, en cuanto a la interpretación de algunos
medios para potenciar y proteger
valores importantísimos. Interpretación, sin embargo,
discutible, que provocó
algunas conclusiones dolorosas y controvertidas. Al
hablar de controversias
no quiero decir que hubiera partidos en el sentido
usual de la palabra, sino una
diferente apreciación de los valores del espíritu propio
del instituto y de la posibilidad
de adaptar o no algunas expresiones extemas que son
fruto del espíritu,
lo protegen y ponen de relieve.

El General P. José había abierto con toda legalidad el


retiro de Arezzo. Apenas
terminada la dominación francesa, el obispo marchó a
Roma; el 30 de mayo
de 1814 obtuvo del Papa el rescripto para reabrir
inmediatamente el convento, y
recibió nueva confirmación el 18 de junio, cuando el
Papa delegó al card. Litta
y a mons. Falzacappa para llevar a los pasionistas a
Arezzo. Esta diligencia de
mons. Albergotti fue además un fuerte apoyo para
recibir el 27 de junio el permiso
de reunión para todos los pasionistas, de lo que ya se
ha hablado. Mons.
Albergotti acordó también con el P. Felipe,
representante del General, el envío
de pasionistas para Arezzo. Con tales garantías de la
Santa Sede y del representante
legal de los pasionistas, acudió al gobierno toscano
para que se diese a los
pasionistas permiso de entrada; así lo obtuvo el 4 de
julio112.

111 AGCP, B. IV-V/1-5, Controversia per l’abbandono


del Ritiro di Arezzo 1814-1815; P. Juan Lucas
de la Asunción, cons. prov., 29 -I- 1815.

112 ASFirenze, Segretaria di Stato: el Príncipe


Rospigliosi, Comisario Plenipotenciario del Gran
Duque, el 4 -VI- 1814 autorizó que los pasionistas
pudieran reunirse en S. Bernardo como simples
sacerdotes hasta que se dictaran otras disposiciones;
Prot. 24, n. 9.
Cuando el P. Tomás llegó a Roma se mostró contrario
a la reapertura de esta
casa, y fue al Papa ‘para escuchar el oráculo de Su
Santidad, que se dignó responder
‘Dejadloaclaró que él no había dado la orden de que
se reabriera,
sino solamente permiso para hacerlo \

De las palabras del Papa sólo queda el testimonio del


P. Tomás113; en cambio
lo que había dicho y prometido al obispo consta por
dos documentos. Al
historiador le parece más seguro creer a lo que está
escrito que a lo que relata
solamente el P. Tomás. Este, sin duda, actuaba con
buena fe, pero parece claro
que trataba de buscar un apoyo para que no se dijera
que él se oponía a lo que
el Papa había concedido.

El problema causó sufrimiento a las dos partes y dio


mala impresión a la
gente. El General, el 25 de febrero de 1815, buscó el
apoyo moral de los provinciales,
de sus consultores y de otros religiosos de mayor
influencia, y les
pidió una declaración escrita sobre si creían que la
fundación de San Bernardo
era o no contraria a la Regla que pide retiros fuera de
las poblaciones. Las respuestas
estaban en la línea de lo que buscaba el General. El
clima social y ecle-
sial del período no facilitaba tanto la expresión
verdaderamente libre del propio
pensamiento frente al de la autoridad114.

Ni el P. Tomás ni quienes lo apoyaban tuvieron


presente que Arezzo había
sido aceptado como puerta abierta para fundar en
Toscana, en donde San Pablo
de la Cruz no había conseguido entrar. Creo que el P.
José Claris tuvo en cuenta
tanto esta realidad como todo lo que el Fundador
había dicho al religioso que
envió a Nápoles en 1768 a que explorase las
posibilidades de fundar en la ciudad
y en el reino de Nápoles115.

El P. Tomás presentó el asunto en el Capítulo General,


tal vez para escuchar
una interpretación autorizada sobre la soledad exigida
por la Regla en las fundaciones,
o para que los capitulares opinaran sobre la clausura
del retiro. La decisión
capitular se apoya en que el lugar es contrario a la
Regla ‘y porque ésta es
la decidida voluntad del Sumo Pontífice Pío VII’.

Como se ha dicho antes, sólo consta la voluntad del


Papa por la expresión
del General; en cambio existen dos rescriptos en los
cuales el Papa permitía al
obispo proceder a la reapertura. Es verdad que esto no
le obligaba a abrirlo, pero
suponía un acuerdo entre las autoridades diocesana y
pasionista. Así se dio por
concluida la presencia de los pasionistas en Arezzo,
aunque de alguna manera
proseguía en Toscana por decisión del Congreso de
Viena que unió Monte
Argentario al Gran Ducado.

113 AGCP, B. V-I/2-4, Notizie di ritiri abbandonati, del


P. Félix de San José, f. 9, refiere este coloquio
con el Papa, pero se funda solamente en el testimonio
del P. Tomás.

114 AGCP, B. IV-V/1-5, el General al procurador, el 25


-II- 1815.

115 S. PAOLO DELLA CROCE, Lettere, Io. Vol. ai


Passionisti, a cura di F. Giorgini, CIPI, Roma
1998, pp. 533-537.
17. - Tomás Albesano de la Sabiduría Encarnada

Murió el 23 de septiembre de 1820 en el retiro de San


Eutiquio. El 19 de
agosto había ido de Roma a Todi. El 20, domingo,
abrió la visita canónica; la
clausuró el 23 con ‘un fervoroso razonamiento
encaminado a inculcar la devoción
a la Gran Madre de Dios María Santísima Regaló a la
comunidad un
cáliz nuevo ‘de plata purísima y delicado trabajo
moderno ’ y dejó 39:97 escudos
para una nueva caldera en la colada y otros trabajos
del retiro y para que
se colocase una estufa en el recreo de la comunidad.
Por la noche, después de
Maitines, celebró la misa y marchó con la idea de
llegar hasta S. Eutiquio"ft.
Sufría ya dolores de estómago y fuerte reumatismo,
además de haber perdido
la vista en un ojo. Quiso hacer un viaje de 40 millas en
una sola jomada. Llegó
a San Eutiquio agotado y con fiebre. Se llamó a tres
médicos, pero fue inútil.
Devotísimo de la Virgen, a la que llamaba
afectuosamente ‘Madre mía \ se le
puso delante una imagen suya, que agradeció
diciendo: ‘¡Oh, sí, Ella es mi
esperanza!’. Antes de recibir la Unción de los enfermos
dijo al provincial, presente:
‘Por la gracia de Dios, nada tengo que me remuerda la
conciencia ni he
actuado nunca por pasión Pasó a la casa del Padre
celestial durante la noche
del 23 de septiembre de 1820116 117.

Nacido el 6 de marzo de 1752 en Camerana, diócesis


de Asti, profesó el 1
de enero de 1771. Conoció al Fundador, apreció
mucho su espiritualidad y
quiso hacerla propia y conservarla en la Congregación.
Dotado de buena inteligencia
y memoria, adquirió un profundo conocimiento de la
teología y fue
óptimo lector y predicador . Todos los testigos
coinciden en presentarlo como
religioso de sincera vida interior, hombre de oración y
recogimiento, muy
humilde y mortificado, lleno de caridad y delicadeza
con los religiosos y cualquier
otra persona, a pesar de ser hombre de pocas
palabras. Amaba la celda y
sabía permanecer en ella para vivir la propia unión con
Dios y obtener el don
de hacer el bien.

Causa admiración la generosidad con que socorría a


los retiros y a los religiosos
para que no faltara lo necesario a la vida común según
la Regla; en cambio
era enemigo de lo superfluo o de la comodidad por la
comodidad. Prudente
a la hora de tomar decisiones, se mantenía firme en lo
que había determinado.
No le gustaba dar decretos; insistía en que se viviesen
las normas ya prescritas
en las Reglas o en los reglamentos. Optaba por la
interpretación más rigurosa de
la Regla, por temor a que las comunidades cayeran en
la relajación. ‘Muy ea-

116 AGCP, B. II-III/2-4, Platea di Todi, f. 24.

117 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di alcuni..., o.


c., p. 296-297; biografia completa en pp. 286-297.
gente hasta'en las prescripciones mínimas de la S.
Regla, exigía su cumplimiento,
y era el primero en dar ejemplo. Si no había una
declaración explícita del
Sumo Pontífice o de algún Capítulo General, no
admitía discusión y se debía
ejecutar lo que estaba mandado por la Regla’m.

Se ha visto ya cuánto trabajó para dejar los retiros de


Arezzo y de Giano en
la Umbría por considerarlos poco distantes de la
población en la medida prescrita
por la Regla. También se ha recordado su empeño en
abandonar Terracina
y la fundación apenas iniciada de Sonnino a causa de
los bandoleros que podían
amenazar la vida de los religiosos. Las memorias
recuerdan que Pío VII comentaba
de él: ‘Es duro, pero es un santo’.

No dejaba de corregir las faltas, pero prefería hablar


antes con el religioso en
la habitación, y si lo encontraba ‘humillado y
enmendado, se, portaba con él
como si no hubiera dado motivo de queja’1'9.

Aunque no todos estaban de acuerdo en su


interpretación rigurosa de las normas,
todos reconocían en él un auténtico religioso y un
testimonio fidedigno del
espíritu del Fundador, un religioso que supo ayudar a
los compañeros, honrar a
la Congregación como ‘madre’, y ofrecer a la Iglesia el
servicio que ésta esperaba,
cuando, por medio de Pío VII, quiso que los
pasionistas fueran el primer
instituto autorizado a vivir en comunidad tras la caída
de Napoleón. Dejó la
Congregación bien organizada en su estructura
externa, en un clima de fervor
interno y de celo por la evangelización. 118 119

118 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di alcuni..., o.


c., p. 290.
119 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di alcuni,.., o.
c.„ pp. 290, 295. Las memorias biográficas de
Silvestrelli proceden de la Compendiosa raccolta di
Memorie biografiche del P. Tomasso dell’Incarnata
Sapienza (ff. 74), del R Félix de San José, en AGCP,
B. 1-11/5-1,2.
Reactivación y desarrollo de la Congregación 1816-
1839

Hemos hablado del camino hecho por la Congregación


desde que recibió permiso
para reanudar la vida comunitaria hasta la muerte del
P. Tomás de la Sabiduría
Encamada, que la guió en tan difícil período.
Seguidamente se estudiará el
espléndido crecimiento hasta 1839, después de echar
una ojeada a la situación
social y religiosa del Estado Pontificio en el que se
movían los pasionistas.

1. - Situación política en 1815

La fuga de Napoleón dé la Isla de Elba y el triunfal


regreso a Francia animó a Murat
a cambiar otra vez de bandera. Dejando Austria, volvió
a apoyar a Napoleón. Pidió
al Papa permiso para que sus tropas transitaran por
los Estados romanos y pudieran
converger con las desplazadas a las Marcas. El
Pontífice se opuso, pero no quiso
resistir con la fuerza. El 22 de marzo de 1815 salió de
Roma con sólo dos prelados
y se dirigió a Génova, a donde llegó el 3 de abril de
1815. A Murat le disgustó esta
huida, porque contribuía a aislarlo psicológicamente de
su sueño, manifestado en la
proclama de Rimini el 30 de marzo de 1815, de
consolidar un Estado italiano. Austria
le asestó el golpe definitivo en Tolentino el 3 de mayo
de 1815. El 7 de junio
Pío VII volvía a Roma1, y el 8 Napoleón, derrotado en
Waterloo, se entregó a los
ingleses, que lo confinaron en la Isla de Santa Elena2.

1 El 6 -IX- 1815 Pío VII instituyó una fiesta en honor de


María, Auxilio de los Cristianos el 24 de mayo,
día en el que, en 1814, había entrado en Roma tras la
prisión. La fiesta era un tributo de gratitud a María
Santísima que había acudido en ayuda de la Iglesia y
del Papa en el momento más oscuro de la opresión
napoleónica. El himno propio y la lección VI
recordaban la prisión del Papa y su liberación atribuida
a la intercesión de la Santísima Virgen María. La
celebración fue obligatoria para todo el Estado
Pontificio. Los formularios se encuentran en el
‘Breviario’ y en el ‘Misal’ de la época.

2 JEAN LEFLON, Restaurazione e crisi libérale (1815-


1846), Storia della Chiesa, vol. XX/2 Ediz. Italiana
a cargo de Carmelo Naselli, C. P, Ed. SAIE Torino
1975, pp. 535-543. Las Memorie per serviré
alia storia ecclesiastica del secolo decimottavo, prima
traduzione dal francese, tomo VII, Típ. Tomas-
sini Fuligno 1826, pp. 213-214, escribían: ‘Los aliados
decidieron mandarlo a la Isla de Santa Elena.
Creyeron un deber conservar la vida al que había
hecho morir a millares de hombres, y tomaron
solamente
precauciones para que no pudiera abandonar tan
riguroso castigo. Esperamos que haya terminado
de recitar su papel y que no volverá a turbar la paz de
Europa con sus extravagantes empresas’.
Recordaba que las pesadas cargas impuestas por las
potencias vencedoras a Francia eran un modo de
hacerla pagar las injusticias de Napoleón en las
naciones que le estuvieron sometidas y a las que
despojó,
como preveían los espíritus más despiertos ‘que no
hubiéramos pagado un precio muy caro nuestro
dominio, nuestras injusticias y nuestras rapiñas. Nos
fueron impuestos el trato y las humillaciones
que habíamos hecho sufrir a otros pueblos; nos fueron
arrebatados los trofeos arrancados por la fuerza,
y los objetos de arte que, para satisfacer nuestro
orgullo, habíamos robado a otros pueblos’.
El mismo mes de junio se cerró el Congreso de Viena,
gobernado por las cuatro
grandes potencias de la época: Austria, Inglaterra,
Rusia y Pmsia. Francia fue
llamada, ya que el rey tenía derecho, según los
criterios aceptados por los congresistas,
de volver a la posesión de su reino. El principio en que
se apoyaron las
discusiones era el de la legitimidad de las casas
dinásticas, en fuerza del cual
éstas volvieron al poder, pero no fueron restauradas
las repúblicas italianas de
Venecia, Génova y Lucca.

La Santa Sede estuvo representada por el card.


Consal vi, que logró recuperar
todos los territorios del Estado Pontificio. Hubo
dificultades con las llamadas
Delegaciones (en la práctica la Emilia) que habían sido
cedidas a Napoleón en
el tratado de Tolentino de 1797. Al final fueron
asignadas (no se quiso usar la
palabra restituidas) al Papa, quien como
compensación debería renunciar a cualquier
derecho sobre el Condado Venassino en Francia. El
20 de junio de 1815 un
enviado del card. Consalvi estaba ante Pío VII para
comunicarle la feliz conclusión
de los trabajos, aunque a precio de desembolsos a
Austria para resarcirla de
los gastos hechos para combatir a Murat. De este
modo la S. Sede recuperó todo
el Estado y las regiones recibidas fueron llamadas ‘de
segunda recuperación '\

La Italia política se vio dividida en 8 Estados: 1) Reino


de Cerdeña; 2) Reino
Lombardo-Véneto de Austria; 3) Ducado de Parma,
Piacenza y Guastalla; 4)
Ducado de Lucca hasta 1847; 5) Ducado de Módena;
6) Gran Ducado de Tosca-
na; 7) Estado Pontificio; 8) Reino de las dos Sicilias.
Austria, per medio del parentesco con 4 soberanos
italianos y con el derecho
que se hizo dar en el Congreso de Viena de mantener
guarniciones militares en
las Delegaciones, se aseguraba un influjo decisivo
sobre Italia. Esta influencia
aumentó aún más con la Santa Alianza entre Rusia,
que fue la promotora, Austria
y Prusia, encaminada a defenderse del liberalismo y
de las reivindicaciones
constitucionales que andaba buscando y exigiendo la
burguesía .

2. - Situación del Estado Pontificio

La Congregación pasionista hasta 1830 estuvo


presente sólo en el Estado
Pontificio. Con los conventos de Monte Argentarlo se
podía decir que también
lo estaba en la Toscana, ya que el Estado de los
Presidios había sido anexionado
al Gran Ducado.
Algunos aspectos de la vida pasionista podrán ser
mejor comprendidos después
de echar una mirada a la situación peculiar del Estado
Pontificio.

Concluido el Congreso de Viena y habiendo


recuperado el Papa sus dominios,
el card. Consalvi se consagró a la restauración del
Estado, teniendo en 3

3 C. SEMERARO, Restaurazione Chiesa e Società, o.


c., pp. 33-47.
cuenta cómo habían evolucionado muchas cosas
social y culturalmente. No era
viable la aplicación del régimen constitucional al
Estado Pontificio, pero esperaba
mejorar el funcionamiento del Estado y la cooperación
con los laicos, que
habían sido actores absolutos durante la
administración francesa.

Europa salía económicamente agotada tras el período


napoleónico; lo cual
era aún más claro en Italia, que de 1797 a 1815 estuvo
atravesada por los ejércitos.
La parte oriental del Estado Pontificio, Las Marcas y
las Delegaciones,
mucho tiempo incluida en el sistema de gobierno
napoleónico, reclamaba trato
especial, sobre todo al principio. El «Motu Proprio» del
6 de julio de 1816 dividía
el Estado Pontificio en 11 provincias, que indicaban su
área geográfica, y 17
Delegaciones, subdivididas en Gobiernos de primera y
segunda clase. El Delegado,
el puesto más elevado en la administración, era
siempre un prelado, o sea,
un eclesiástico; en los cargos de menor categoría eran
admitidos los laicos. Conviene
recordar aquí que muchos prelados y eclesiásticos, sin
excluir a algunos
cardenales, no eran sacerdotes, sino agregados al
gremio eclesiástico con las llamadas
‘órdenes menores’. La población ascendía a 2.254.721
habitantes,

La aplicación de la reforma suscitó, por motivos a


veces contrapuestos,
mucha reacción entre los cardenales ‘celantes’,
prelados y nobles conservadores
que veían excesivas concesiones a las ideas nuevas;
los liberales, por el contrario,
añoraban la administración napoleónica. Añádase el
descontento de los
depurados por haber sido colaboradores de la potencia
francesa usurpadora4.

A estas dificultades se sumaban las económicas


comunes a toda Europa,
como desocupación o encarecimiento de los
alimentos, que pesaban especialmente
sobre los pobres. A la falta de comida o de trabajo se
añadió el tifus en
1817 junto con una fuerte carestía. El Papa, el 30 de
noviembre de 1816 había
decretado que en cada provincia del Estado se
organizase una Congregación de
Ayuda pública, dependiente de una Comisión Central.
Los socorros se ofrecían
en alimentos y, sólo en parte en metálico como
retribución por trabajos socialmente
útiles, como reparación y modernización de caminos5.

La economía del Estado era casi exclusivamente


agrícola. El prefecto francés
Tournon había tratado de mejorar las explotaciones
agrícolas, pero con escaso
éxito por falta de interés de los agricultores y
especialmente por la oposición
de los grandes latifundistas que perseguían el máximo
rendimiento con la menor
inversión posible. Otro tanto había ocurrido con la
industria y la mecanización.

4 Moto Proprio della Santità di N. S. Papa Pio Settimo


in data dei 6 luglio 1816 sulla organizzazione
dell 'amministrazione pubblica..., Roma 1816. C.
SEMERARO, o. c., pp. 52-82. J. LEFLON, o.
c., pp. 571-581.

5 C. SEMERARO, o. c., pp. 186-187. GIORGIO


ROSSI, Povertà e lavori pubblici stradali nello
Stato Pontificio nel periodo della restaurazione, en AA.
VV., La Religione e il Trono. Pio VII
nell’Europa del suo tempo, La Fenice Ed., Roma 1995,
pp. 82-88.
Este panorama económico pesó mucho sobre las
comunidades pasionistas y
sobre las religiosas pasionistas, que tuvieron que ir
muy despacio en el arreglo
de los edificios. No obstante, fueron generosos en
socorrer a los pobres, aunque
fuera con poco, y en ofrecer la ayuda espiritual a las
víctimas de las epidemias*.

3. - Las sociedades secretas

Desde la restauración y durante todo el siglo XIX nos


encontramos con las
sociedades secretas. Aspiraban a cambiar el sistema
de gobierno y las formas
culturales de la sociedad. No pudiendo actuar
abiertamente por la forma absolutista
de los gobiernos, conspiraban en secreto y
encontraban campo fértil en los
jóvenes6 7 8. En las sectas se reflejaban las corrientes
políticas y culturales liberales,
democráticas, socialistas opuestas al absolutismo
monárquico. La sociedad
secreta de mayor fortuna en los primeros decenios del
siglo XIX fue la de los
Carbonarios, nacida en Francia del tronco de la
masonería e introducida en Italia
durante el reinado de Joaquín Murat. Su objetivo era
realizar una Italia políticamente
unida y con un gobierno republicano.

Durante la restauración borbónica los carbonarios


crecieron en las Marcas,
especialmente en Ascoli Piceno. Los movimientos
revolucionarios que estallaron
en 1817, sobre todo en 1820-1821 en el Estado
Pontificio, en el Reino de
Nápoles, en el País Lombardo-Véneto y en el
Piamonte, etc., se debieron de
manera particular a los carbonarios. Austria, enemiga
declarada de toda forma de
gobierno constitucional, lo fue asimismo de los
carbonarios, a los que persiguió
por todos los medios.

En 1816 hubo sublevaciones en Macerata, Ancona,


Rimini y Bolonia. Otros
levantamientos se repitieron en 1820-1821, reflejo de
lo que acontecía en otros
Estados italianos y en casi toda Europa. Pío VII,
enemigo de los procedimientos
duros de represión de otros Estados, no quiso que
Austria interviniese como hizo
en el reino de Nápoles. El 3 de septiembre de 1821,
con la encíclica «Ecclesiam
a Jesu Christo»%, condenó la Carbonería y las
diversas ramas lanzando la exco

6 J. LEFLON, o. c., pp. 581-585. Para valorar las obras


de caridad ver la Platea de los diversos retiros;
y también F. GIORGINI, S. Vincenzo M. Strambi, o. c.,
pp. 56-58.
7 Sobre este tema cfr. FLAVIO DI BERNARDO, C. R,
Le Società segrete e la Chiesa nella prima
metà dell’Ottocento italiano, en J. LEFLON, o. c., pp.
1069-1083.

8 Bullarii Romani continuatio..., tomus XV, Romae


1853, pp. 446-448. AGCP, Memorie per la
continuazione
delle cronache..., f. 3, escribe: ‘Hay que destacar aquí
el estado lamentable y de depravación,
confusión y discordia en el reino de Nápoles por la
propagación casi universal de la impía
secta de los Carbonarios, que había seducido a una
gran multitud de simples e idiotas...”. Los obispos
reclamaron con insistencia la predicación de misiones,
por lo que no era posible acceder a
todas.
munión, reservada al Papa, a los que se adherían a
ella.

El Papa León XII (1823-1829) publicó el 13 de mayo


de 1825 la encíclica
«Quo graviora»9. En ella reproducía las de Clemente
XII y Benedicto XIV contra
la masonería y la de su predecesor contra los
carbonarios, mencionando además
la sociedad secreta Universitaria. Y dirigiéndose a los
reyes les decía:

‘Pedimos también vuestra ayuda, carísimos príncipes


católicos nuestros hijos
amados en Cristo: debéis reprimir estas sectas no sólo
para defender la Religión
Católica, sino vuestra propia incolumidad y la del
pueblo de vuestro reino; pues
quienes siguen estas sectas se muestran enemigos no
sólo de la Religión, sino de
vuestra autoridad’. Palabras que suenan a nostalgia de
la alianza entre el trono
y el altar tan cara al antiguo régimen.

León XII quiso mayor firmeza para reprimir la


revolución. Rivaróla usó
mano dura en la Romaña, ocasionando mucho
descontento. Las represiones y el
tener que pedir auxilio a Austria aumentó en el Estado
Pontificio la desafección
y favoreció la oposición al Estado político, a la misma
Iglesia y al Papa. Muchas
personas no distinguían entre organización estatal civil
y organización eclesiástica
con fines espirituales. Mucho anticlericalismo de la
Romaña hunde sus raíces
en aquel período10.

Pío VIII, en su primera encíclica del 14 de mayo de


1829, «Traditi humilita-
ti nostrae», confirma la condena de las sociedades
secretas hecha por sus predecesores;
pero prestó atención también al problema de la
indiferencia religiosa
que condenaba. Llamaba la atención de los obispos
‘sobre la gran proliferación
de libros pestíferos con los cuales las ideas de los
impíos se introducen en el
cuerpo de la Iglesia como un cáncer”. Recordó
también a los obispos que vigilaran
sobre las ediciones de la Biblia en la lengua nacional,
para que en ellas se
dieran explicaciones en sintonía con el sentido de la
Iglesia.

Los pasionistas encontraron frecuentemente


carbonarios en el reino de
Nápoles; varios de ellos abandonaron la secta y
entregaron los ‘catecismos’ o ‘el
directorio para maestros en cambio en San Sosio
fueron objeto de amenazas
por parte de los jefes11.

9 Bullarii Romani continuano..., torniis XVI, Romae


1854, pp. 345-355.
10 Para la actuación de Rivarola y de Pallotta cfr. R.
COLAPIETRA, La Chiesa tra Lammennais e
Metternich,
Morcelliana Brescia 1963, pp. 190 - 199, 287 - 291,
AA. VV., Liberalismo e integralismo. Tra
stati nazionali e diffusione missionaria 1830-1870, Jaca
Book, Milano 1977, pp. 64-70. En 1837, hubo
61 detenidos políticos, encerrados en Civitacastellana,
que fueron exiliados a Brasil por un acuerdo
entre la Secretaría de Estado y el Agente de la
Sociedad de Colonización de Bahía, cfr. ELIO LODO-
LINI, L’esilio in Brasile dei detenuti politici romani
(1837), en Rasegna Storica del Risorgimento, 65
(1978), 131-171. SALVATORE CANDIDO,
L’Emigrazione coatta in Brasile di carcerati politici
presunti
affiliati alla Giovane Italia, en Rasegna Storica del
Risorgimento, 77 (1990), 475-512.

11 AGCP, fotocopia de la Platea di S. Sosio, f. 28-29.


En abril de 1822 el ex-pasionista P. Salvador
Colapietri de S. María, que ‘estúpidamente cayó en las
redes de la secta carbonaria’, fue condenado
a 3 años de cárcel. AGCP, fotocopia Memorie per la
Continuazione dell cronache..., año 1822.

; .«S

•I

En 1826 los misioneros pasionistas encontraron


carbonarios en Celleri y más
;:¡jn en Ascoli Piceno. ‘Aquí -escribía el P. Antonio de
Santiago- la secta, que
creo que no está poco extendida, nos dio a entender
que se preparaba un levantamiento
durante el tiempo de la misión. Nosotros, sin darnos
por enterados y
procurando no irritar a ninguno, proseguimos los
trabajos y no ocurrió nada.
Comencé a sospechar de algún bocadillo envenenado
y por eso, además de la
vigilancia sobre la cocina, se tuvo la precaución de no
probar platos que fueran
regalados’12 13.
La oleada revolucionaria de 1830-1831 afectó a
numerosas naciones, y también
a Italia y al Estado Pontificio. El 4 de febrero de 1831,
a los dos días de salir
elegido Papa Gregorio XVI (Capellari, camaldulense),
estalló la revuelta de
Bolonia que estableció un gobierno provisional. La
insurrección se extendió por
la Romaña, las Marcas y parte de la Umbría. Para
restablecer el orden, el Papa
tuvo que pedir auxilio a Austria. Francia, temerosa de
que Austria adquiriera
excesiva influencia en Italia, convocó una reunión de
las principales potencias.
Se redactó un Memorándum13 de reformas, que,
según los participantes, el Papa
debería realizar para garantizar la paz en su Estado,
paz que interesaba a toda
Europa. Para facilitar la pacificación el Papa aceptó
algunas propuestas, pero en
cuanto las tropas austríacas repasaron las fronteras
los revolucionarios romanólos
reemprendieron la ofensiva. En enero de 1832 las
tropas austríacas estaban
en Bolonia y como réplica Francia ocupó Ancona. El
Papa protestó y recibió
apoyo de varias naciones contra la ingerencia
francesa. Pero, para evitar lo peor,
no le quedó más remedio que tolerar a las tropas
francesas en Ancona hasta que
las austríacas no se alejaron de Bolonia.

En este período tomó cuerpo la tesis de que el Estado


pontificio era esencial
para la libertad del Papa en el servicio a la Iglesia, y
por lo mismo el Papa no podría
desprenderse de él. Se añadía además que no se
podía adoptar un régimen constitucional
porque pondría en peligro la libertad de acción del
Papa. Algunos sugerían
que se concediese autonomía a las Delegaciones, a la
Romaña y a las Marcas; pero
se temía que sin estas regiones el Estado sería
económicamente inviable.

Los carbonarios se manifestaron muy activos


provocando en 1830-1831 continuos
levantamientos, uno tras otro. Su fracaso hizo que la
Carbonería perdiera
prestigio en favor de la Joven Italia. Esta sociedad
secreta, con su lema ‘Dios y
Pueblo’, invitaba a sacudir el,yugo extranjero y a
promover una Italia unida, a
librarse de los dogmas del catolicismo y a abrir el paso
a una religión universal
que hermanase a todos los hombres.

12 AGCP, A. III-IV/1 -8,5-4, cartas del 24 -I- y del Ì3 -


VII- 1826.

13 PIETRO PIRRI, Memorandum del 1831 nei dispacci


del card. Bernetti al Nunzio di Vienna, en
AA. VV., Gregorio XVI Miscellanea Commemorativa,
Camaldolenses S. Gregorio Roma 1948,
II, pp. 353-372.
Gregorio XVI se alineó políticamente con los
defensores del orden establecido,
pero defendió la libertad de la Iglesia contra el
jurisdicionalismo del
gobierno y por eso nombró obispos para las nuevas
Repúblicas de América del
Sur sin intervención de Madrid ni de Lisboa.

4. - Los bandoleros y el miedo a los mismos entre los


pasionistas

En la provincia de Campania y Martítima (más o


menos, la actual provincia
civil de Frosinone) al problema creado por las
sociedades secretas vino a sumarse
el de los bandoleros. Su número había crecido con
jóvenes desertores de las
circunscripciones militares napoleónicas, con
hambrientos y con ladrones. En
los pueblos de la provincia de Marítima no había
tranquilidad; la ley del silencio
protegía a los bandoleros ante el riesgo de venganzas.
El 20 de agosto de 1817
la Secretaría de Estado pidió al delegado apostólico,
Mons. José Ugolini, que
fuese más decidido en la lucha contra los bandoleros y
más atento a la administración
de la justicia para no originar lamentos. A finales de
1817 fue enviado
mons. Tiberio Pacca, director general de policía, con
plenos poderes para coordinar
las actuaciones contra los bandoleros. Obtuvo buenos
resultados y el
gobierno ofreció amnistía general a los bandoleros que
se entregaran. La mayoría
aceptó, pero el feroz cabecilla Alejandro Masseroni no
se rindió; con ello persistió
el problema. El 2 de junio de 1820 comenzó una fuerte
revolución militar
en Ñola, que se extendió a Nápoles; se pedía al rey
una constitución. Éste, entre
la espada y la pared, la concedió el 13 de junio.
Intervino el ejército austríaco y
los napolitanos pidieron al bandolero Masseroni que
distrajera al ejército austríaco.
Para conseguir un rescate, el bandolero secuestró al
personal del seminario
de Terracina, exigió y obtuvo un buen botín. El 19 de
junio de 1821 las tropas
austríacas arrestaron a Masseroni y a algunos
cabecillas más; en cambio, otros
se libraron y mantuvieroín vivo el bandolerismo.

A principios de 1824 fue enviado a la zona el card.


Antonio Pallotta. Como
fueron poco lisonjeros los resultados, en junio del
mismo año fue sustituido por
mons. Benvenuti Delegado extraordinario y Visitador
apostólico. Con su actuación
metódica redujo la incidencia de los bandoleros sobre
el pueblo, y en septiembre
de 1825 echó mano al principal cabecilla Gasbarrone.
Mons. Benvenuti
no se limitó a combatir a los bandidos, sino buscó
recursos para mejorar las
situaciones locales e infundir mayor confianza de los
ciudadanos en el estado,
aunque no consiguió gran cosa14.

Las crónicas pasionistas resaltan el fracaso de la


política del card. Antonio
Pallotta y aprecian la actuación de Mons. Benvenuti.
Sus enérgicas medidas,

14 R. COLAPIETRA, o. c„ pp. 202-220, 278-287.


‘llevadas a la práctica con perseverancia, aunque
llenaron las cárceles de Fro-
sinone y de otras localidades de la provincia con
muchos centenares de personas,
algunas de las cuales sufrieron el último suplicio, y
llevaron el luto a no
pocas familias, con el paso del tiempo dieron buen
resultado; así que en unos
meses quedaron eliminados los malhechores; los
pocos que sobrevivieron estaban
reducidos a la impotencia y la desesperación'5.

El miedo a los bandoleros y el abandono del retiro de


Terracina

El retiro había sido abierto el 6 de febrero de 1752, en


tiempos del Fundador15
16. En la Reunión extraordinaria del 14-15 de julio de
1814, se manifestó el
propósito de volver a abrirlo y se designó superior al P.
Esteban de Santo Domingo.
En el capítulo provincial de la Dolorosa, de abril de
1815, fue elegido superior
el P. Lorenzo de S. Francisco Javier.

Entre mayo y julio de 1815 algunos bandoleros se


presentaron cuatro o cinco
noches a pedir comida en el retiro; les fue
proporcionada para evitar represalias. La
última vez fue en la noche del 13 de julio. A la mañana
del día 14 una patrulla de
policía pasó cerca de la casa, y uno de ellos sin
uniforme acudió a la portería y sonó
la campanilla. Le abrió el hermano Egidio, al que pidió
de comer. El hermano, pensando
que fuese uno de los bandidos de la noche, le dijo que
podía contentarse con
lo que ya le había dado. Entonces el policía pidió
detalles sobre los visitantes nocturnos
y así supo que se trataba de bandoleros. Volvió al
grupo, le puso al corriente
de la situación y todos decidieron mantener cerco a los
bandidos.
El 15 de julio por la tarde, a la hora del Avemaria, sonó
con violencia la campanilla
de la portería. El hermano Domingo del Corazón de
Jesús abrió y se
encontró ante siete bandoleros encabezados por el
jefe Calabresotto. Preguntaron
por el superior. El hermano fue hacia la sala donde la
comunidad estaba en
recreación. El superior, en cuanto oyó, mandó salir y
esconderse al P. Basilio,
que varias veces había intentado apartar a aquellos
hombres de su camino y en
Roccasecca logró que no fuera asesinado un
sacerdote. Los bandoleros obligaron
al hermano a que no cerrara la puerta, penetraron y se
encontraron en la sala
de comunidad. Amenazaron de muerte a los religiosos.
Todos, pero especialmente
el P. Lorenzo, intentaron aclarar que ellos no habían
presentado ninguna
denuncia. Se calmaron algo, se les dio de comer y se
alejaron, aunque amenazando
con incendiar la casa si sospechaban que habían sido
traicionados. Al salir
del retiro se acercaron a una casa no muy distante,
pensando que el delator
pudiera haber sido el campesino. El hombre logró
salvarse con la fuga, pero
mataron a la mujer y violaron a la hija.

15 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., año 1821, ff. 19-20.

16 G. GIORGINI, Storia dei Passionisti, I, o. c., pp.


142-145.
Los religiosos, asustados, quisieron salir de allí. El
superior reunió el consejo
y se determinó mandar inmediatamente un mensajero
al General para saber
qué debían hacer. El General les dijo que un grupo
huyese a Monte Cavo y los
demás buscasen refugio en otros retiros; que allí
quedasen el superior y el hermano
Marcos para organizar las cosas y entregar las llaves
de la iglesia y del retiro
al obispo de Terracina17.

El General, en noviembre de 1815, sin aludir a la visita


de los bandidos, solicitó
del Papa permiso para abandonar definitivamente el
retiro: ‘Dada la gran
merma de efectivos en la pequeña Congregación, tan
afectada por los pasados
acontecimientos, ésta se ve en la necesidad de
abandonar varios retiros con la
intención de poner en los demás suficiente número de
religiosos que sigan toda
la observancia. Por eso suplica a Vuestra Santidad el
permiso de dejar, entre
otros, el de Terracina. En él, como es bien sabido por
todos y consta por una
larga experiencia, el aire es insalubre y los pobres
religiosos, frecuentemente
enfermos, ni pueden seguir la observancia plena ni
ofrecer al prójimo las ayudas
que serían necesarias, como podrían hacer en otros
lugares. También pide
destinar a otros retiros, según su conciencia, los
muebles que éste posee ’.

El card. Consalvi comunicó que ‘en la audiencia con


Nuestro Señor el día 20
de noviembre de 1815, Su Santidad ha concedido la
gracia de que pueda abandonarse
la casa de Terracina afínales de mayo de 1816, e
incluso antes si fuera posible
confiar el retiro a otros religiosos’1*. La casa se cerró
definitivamente el 11 de
junio de 1816, aunque siguió siendo propiedad de la
Congregación19.

Un retiro para ayudar a la gente a librarse del


bandolerismo

A pesar del incidente de Terracina, entre 1815 y 1817


se trató seriamente de
abrir un retiro pasionista en Sonnino, centro del
bandolerismo, en el monasterio
de S. María de las Cañas, abandonado por los
cistercienses. El 8 de junio de
1816 los Representantes Públicos pidieron al obispo
de Terracina que avalara la
solicitud de los ciudadanos que deseaban disponer del
ex-monasterio de los cistercienses
para una comunidad pasionista; ésta, ‘con la
predicación, las confesiones
y otros piadosos ejercicios civilizaría y ayudaría a este
pueblo a conocer
17 Relazione del Servo di Dio P. Lorenzo M. de S.
Frane. Sav. sulla chiusura del Ritiro di Terracina,
en Bollettino 1924, pp. 358-361. La misma narración
está recogida en Positio super virtutibus Servi
Dei Laurentii M. a S. Francisco Xaverio..., Insulae Liri
1942, Summarium..., p. 684-688.

18 AGCP, B. V-1/2-7, Terracina, documento original.

19 AGCP, B. V-1/2-7, Terracina: Inventario di tutto ciò


che è esistente nel ritiro e chiesa dell’Addolorata
ove fino al presente giorno hanno dimorato i Religiosi
Passionisti, firmado el 5 -VI- 1816.
ASV, Camerale III, n.717, carta del P. Lucas M. de la
SS. Trinidad, provincial, del 6 -II- 1825. Le
memorie per la continuazione delle Cronache della
Prov. dell’Addolorata, 1802 - 1830 (fotocopia
en AGCP), dicen que el rector y los religiosos todavía
residentes salieron el 18 -VII- 1815.
y practicar las máximas de nuestra santa Religión,
haciéndolo a la vez más
humano, especialmente en las actuales
circunstanciasno.

El obispo apoyó la solicitud dirigida a la S.


Congregación para la Reforma
que la aprobó. Más aún, Mons. José Sala, secretario,
comunicó al General, el
3 de julio de 1816, que la Congregación dispensaba de
la falta de distancia respecto
a la población que exigían las Reglas. Y comentaba
que las especiales
necesidades espirituales del pueblo, por culpa del
bandolerismo, eran tantas y
tan grandes, que el hecho de que no hubiera la
distancia exigida por las Reglas
no podía servir de excusa. El General aceptó la
propuesta de fundación, pero
siempre con miedo a que los bandidos molestaran a
los religiosos. Se crearon
comisiones y se hicieron trámites para reducir el
monasterio a las necesidades
de una comunidad pasionista. El R Antonio de San
José, entonces provincial
de la Dolorosa, solicitó del General, el 30 de octubre
de 1917, licencia de
enviar al lugar un sacerdote y un hermano para que los
trabajos se ajustaran a
los deseos y necesidades de los pasionistas; así se
evitaría hacer dos veces las
reparaciones, como había ocurrido en San Sosio. El R
Antonio añadía que los
señores de Sonnino no se arriesgaban a ir todos los
días al lugar por temor a
los bandidos; a los religiosos, en cambio, no les habían
amenazado hasta
entonces.

Este dato alarmó al General R Tomás, que tenía


siempre presente lo ocurrido
ya en Terracina, e interrumpió los trámites. Mandó al R
Antonio de San José
a hablar con los delegados del pueblo y a
comunicarles su determinación. Fue
muy tenso el encuentro de los representantes con el R
Antonio, que no compartía
el temor del General; al contrario, en una carta del 18
de noviembre de 1817,
le animaba a proseguir en el proyecto; entre otras
cosas le decía:

‘Con sinceridad me parece que las razones de los


sonnineses son más fuertes
que las nuestras. Hay que valorar el disgusto del
obispo de Terracina...; pero
sobre todo los enormes gastos ya efectuados, la
enajenación realizada y el no
haber dicho las cosas a tiempo como debió haberse
hecho, me hacen temblar y
por eso me lavo las manos. Además no me parece que
los peligros sean tantos.
El demonio ha tratado siempre de impedir las
fundaciones. Los sonninenses
dicen que, desairado en todos los demás
impedimentos externos, ahora se ha
puesto el vestido de pasionista y de bandolero.
Protestan que, de no obtener el
intento con su carta, no se detendrán ahí. Una cosa es
pensar desde Roma y otra
muy diferente enfrentarse a las cosas en el lugar ’. 20

20 AGCP, A. IV-I/2-1, T-l, carta de los Representantes


Públicos a la S. C. de 00. y RR. Cfr. en Acta
XIV (1939-1941), pp. 339-340, el decreto de la S.
Congr. Para la Reforma, del 1 -VII- 1816, por el
que se autorizaba la fundación pasionista en el
monasterio de los cistercienses y dispensaba ‘por
esta sola vez’ de la insuficiente distancia de la
población. Allí mismo hay copia de las sesiones de
la S. Congr. para la Reforma relativas a este negocio.
El General mantuvo su decisión. El 21 de noviembre
de 1817 escribió a los
representantes públicos del pueblo:

‘limos. Señores:

Me declaro muy agradecido a Sus Señorías por la


cordialidad, amor y aprecio
que manifiestan hacia mi Congregación. Puedo
asegurar ante Dios que
estoy muy decidido a servirles, complacerles y
secundar sus deseos en lo referente
a la fundación. Pero habiendo sido informado por el
Provincial en carta
del 30 del pasado octubre de que las cosas están de
tal manera que ustedes no
se aventuran a ir sin peligro al lugar previsto para la
fundación, inmediatamente
me convencí que no me conviene enviar religiosos que
hayan de vivir de noche
allí donde Sus Señorías no se aventuran a ir de día; ya
que la decantada veneración
y respeto hacia nosotros de los temidos sujetos (los
bandoleros) nos hace
temer que, no estando fundados sobre el temor de
Dios, no pueden ser si no
sumamente volubles e inconstantes.

Y cuál puede ser la verdad nos lo demuestra su visita


a mano armada a
nuestro retiro; amenazaron de muerte a un religioso,
que se salvó gracias a que
se escondió y pudo huir; a los demás religiosos les
dijeron que colgarían del
techo sus cabezas. Por esto ellos se vieron obligados
a huir de casa y a abandonar
el retiro. También han demostrado cuáles son sus
intenciones no hace
tanto tiempo, cuando asaltaron en pública calle a dos
religiosos y los llevaron
al convento para quitarles el dinero y otras cosas de
valor que hubieran tenido,
y luego los condujeron a un bosque cerrado en donde
los vigilaron durante ocho
horas; allí los tuvieron tumbados por tierra.
Últimamente han manifestado cuáles
son sus sentimientos, sometiendo a contribución
formal nuestro retiro, aunque
el prudente superior, para no asustar a los religiosos,
lo mantuvo en secreto.
Y si hasta ahora no han llegado a dar pasos aun más
preocupantes, hay que
atribuirlo a circunstancias especiales.

Por tanto, todas las personas prudentes, de dentro y


de afuera, a las que he
consultado, están de acuerdo en que hacer el mínimo
gasto en tales circunstancias
es algo muy imprudente. Si Sus Señorías, en vez de
vender los campos
menos productivos, según la orden de la S.
Congregación, han preferido enajenar
los dos mejores cuerpos, como dicen en el escrito
dirigido a mí, no me toca
a mí hacerme responsable, ni resulta éh nuestros
tiempos tan difícil invertir de
otro modo el dinero obtenido, y hasta con más
ventajas; ni el pueblo de Sonni-
no es tan irresponsable que no apoye las razones que
convencen y satisfacen a
todos los sensatos.

Si, no obstante esto, Sus Señorías creen bueno


comprometerse en el proyecto
de trabajos, con la ilusión de que mejoren las actuales
circunstancias, yo no
me opongo. Ejecuten el proyecto que yo vi y aprobé.
Cuando todo esté a punto
y yo vea que hay seguridad para que los religiosos
vivan tranquilos y puedan
dar gloria a Dios con la santa observancia, entonces
los enviaré con sumo placer,
como ahora tengo el honor de manifestarles mi mayor
estima y respeto ’2I.

Terminó así el trámite para una presencia más incisiva


de los pasionistas en
aquel contexto tan necesitado de atenciones
particulares. ¿Era excesivo el miedo
del P. Tomás? En cualquier caso, fue a favor de los
religiosos que hubieran tenido
que vivir allí.

Miedo a los bandoleros en Monte Cavo

En 1819, el miedo había movido al P. Tomás a


clausurar la casa de Monte
Cavo, donde en la noche del 17 de abril de 1819 se
presentaron 17 bandidos.
Dijeron que se trataba de una compañía de policías
mandados por Juan Galanti,
pero después revelaron su identidad. El rector, P.
Benedicto de San José, les dio
de comer y les rogó que no causaran daño a los
habitantes de Rocca di Papa. No
se lo hicieron a ninguno. Pero el Secretario de Estado,
al conocer estos hechos,
mandó que en Monte Cavo se estableciera un piquete
de soldados para seguridad
de los visitantes. Esta medida desagradó al General,
que decidió clausurar el
retiro si no eran retirados los soldados, y mandó a un
religioso a ejecutar su
orden. El provincial, P. Antonio de San José, subió al
Monte y ordenó a los religiosos
que no se movieran de allí; después bajó a Roma con
el vice-gobemador
de Rocca de Papa, ‘se arregló la cosa y los religiosos
quedaron allí en santa
paz’22. Una nueva amenaza de abandono se repitió
cuando el 8 de mayo de 1821
los bandoleros tomaron del Desierto de Frascati a seis
o siete religiosos y los llevaron
a la montaña. Los religiosos sin escuchar a los
excesivamente prudentes,
decidieron poner toda su confianza en Dios,
permaneciendo en su puesto23.

Miedo a los bandoleros en la comunidad de Ceccano

Los pasionistas volvieron a verse envueltos en el


miedo a los bandidos cuando
en 1825 el gobierno renovó la orden de denunciar la
presencia de los mismos
y la prohibición de suministrarles comida u otras
ayudas. En enero de 1825 hubo
una refriega entre la policía y los malvivientes no lejos
del retiro de Ceccano.
Aumentó el miedo de los religiosos el hecho de que los
campesinos de los alre

21 AGCP, A. IV-I/2-1, T-5. Platea SS. Giovanni e


Paolo, II, f. 97, recuerda: ‘Una familia religiosa no
habría tenido nunca en aquel lugar la tranquilidad
necesaria, siendo fácil el acceso de los malvivientes
que en número considerable infectan aquellas
montañas’. Respecto a Terracina el R Antonio,
en la carta del 18 -XI-1817, dice que los bandoleros
buscaban ‘al P. Basilio por lo sucedido en
Roccasecca’, donde había evitado que los bandidos
matasen al cura del lugar. Cfr. Relazione del li.
Lorenzo Salvi en Bolletino 1924, p. 359.

22 AGCP, : III-IV, 1-4, Platea del Ritiro di Montecavo, f.


20.

23 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., año 1821, f. 1.
dedores comenzaron a encerrarse dentro de los muros
del pueblo para mayor seguridad,
por -orden del gobierno. Con esto los religiosos
quedaban más aislados aún
y reclamaron del representante del gobierno en
Frosinone que pusiera guardia en los
alrededores del retiro. Como esto suponía un gasto
suplementario, el gobierno les
dijo que lo haría si se produjera alguna irrupción de los
bandoleros.

El provincial, P. Lucas María de la SS. Trinidad, se


dirigió el 6 de febrero de
1825 al Consejo de Ceccano ‘implorando ayuda y
orientación’. Advertía que
poner la guardia después que los bandoleros hubieran
visitado el retiro era como
decir a éstos quién los había denunciado, y en
consecuencia aumentar el peligro
para los religiosos, tanto en casa como cuando salían
para los ministerios o la
postulación. Recordaba asimismo que los pasionistas,
después de la misión de
1817 en Sonnino, habían recibido de los bandidos el
mego de hacer de intermediarios
ante el Delegado de Frosinone. Los pasionistas, con la
debida autorización
del Delegado, así lo hicieron, y al tercer encuentro en
la montaña obtuvieron
que un grupo se entregase en Terracina con las
debidas garantías del gobierno.
El provincial pedía comprensión: si los bandoleros se
presentaban en el retiro
y pedían de comer, no se creyera que los religiosos
obraban en connivencia
con ellos; que se tuviera presente su buen
comportamiento civil y la imposibilidad
de negarse a dar comida sin riesgo de perder la vida
en el caso de que los
bandoleros fueran al convento24. Por fortuna no
sufrieron especiales molestias, ni
hubo que recurrir a la protección armada del gobierno.
Pero en la mañana del 16 de octubre de 1824
encontraron en la puerta de la
iglesia este cartel: ‘Invitación a la libertad. La Unión
Patriótica a los Pueblos
de Italia’. Sacada una copia, el superior se la mandó al
obispo y al Delegado de
Frosinone; parece que todo fue obra de un exaltado,
sin más consecuencias que
el susto inicial25.

Más valor que los pasionistas tuvo en esta ocasión


San Gaspar del Búfalo,
que en 1821 presentó un plan de misiones para las
zonas infestadas de bandoleros
con el propósito de colaborar a su regeneración
espiritual y humana. El 8 de
octubre de 1821 tal proyecto recibió el aplauso del
Papa, tras haber sido estudiado
por el Secretario de Estado Consalvi, el Tesorero y el
Delegado apostólico.
El (San Gaspar) trató de abrir casas en puntos
estratégicos para evangelizar
todos los pueblos de la provincia de Martítima, y a la
vez recordaba a las autoridades
que dejasen funcionar la justicia, sin usar medidas
excepcionales o formas
represivas que en nada contribuían a mejorar las
costumbres. Ciertamente,
las misiones no resolvieron el problema, pero
contribuyeron a que fuera menos

24 ASV, Camerale, III, n. 717.

25 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., año 1924, ff. 19-23, donde se habla del
miedo a los bandoleros y de la preocupación del
provincial para que los religiosos no sufrieran
daños.
agudo: muchos bandidos se decidieron a abandonar
aquella actividad, o, cuando
menos, a respetar la propiedad y la vida de las
personas26 27 28.

5. - Conservadores y liberales

5.1.- ¿Sigue siendo útil a la Iglesia el Estado


Pontificio?

Semejante pregunta podría ser tenida como una


broma irónica, pero en realidad
fue la tortura de conciencia del Papa Pío VII y de otras
personas muy preocupadas
por el bien de la Iglesia Católica. Él tenía un elevado
sentido de los
derechos e intereses de la Iglesia, pero no era menor
su agudo sentido pastoral.
Por eso se preguntaba cómo sería posible, en la nueva
situación social instaurada
con la revolución francesa, ejercitar el doble poder
espiritual y temporal sin
que el poder temporal causase daños espirituales a los
súbditos. ¿Cómo salvaguardar
la prerrogativas propias del monarca sin comprometer
la misión propia
del Pontífice? ‘Actuar como cualquier soberano
defendiendo sus derechos contestados
por los carbonarios y los liberales le supondría poner a
sus hijos contra
la misma Iglesia. Le repugnaba recurrir a sistemas
policíacos de baja ralea.
Lanzar contra los agitadores a las tropas pontificias le
resultaba un suplicio.
Con mayor motivo rehusó solicitar la intervención
militar de Austria'21.

Este problema angustió a Pío VII en sus últimos años:


los conservadores o
‘celosos’, defensores de los derechos de la Iglesia
echaban en cara a Consalvi, y
por consiguiente también al Papa que lo apoyaba, el
haber admitido en la administración
a funcionarios seglares quitando el puesto a los
eclesiásticos, de donde
deducían el triunfo de la revolución. Los liberales
reprochaban a Consalvi y al
Papa el no haber comprendido bien la naturaleza de
un estado laico y la función
de la Iglesia como guía esencialmente religiosa.
Además ambos se daban cuenta
de que las reformas pedidas no producían los
resultados que se esperaban porque
muchos funcionarios las boicoteaban.

En 1817-1818 el Papa enfermó a causa de esta


angustia espiritual. Consalvi
le explicaba al embajador de Austria que todo
dependía ‘de la gran sensibilidad
del Santo Padre, al que le duelen profundamente los
inconvenientes que conlleva
su doble función de jefe religioso y de soberano
temporalm.
La misma realidad que angustiaba al Papa aparece en
1822 en mons. Vicente
Strambi, obispo de Macerata. Había prohibido un baile
de máscaras en el Casino
de esta ciudad. Contra la prohibición del obispo, los
organizadores acudieron

26 MICHELE COLAGIOVANNI, S. Gaspare e il


brigantaggio, en AA. VV., S. Gaspare del Bufalo.
Tempi, vita, personalità, carisma, Un. Prez. Sangue
Roma 1980, pp. 51-73.

27 J. LEFFLON, o. c., pp. 588-593.

28 J. LEFLON, o. c., 591.


al Papa, por creer que lesionaba sus derechos al
humillar a la nobleza, que aparecería
como si fueran personas inmorales, cuando en
realidad ellos habían
tomado medidas para que durante el baile no
ocurrieran incidentes. Añadían que
ellos no podían ‘garantizar que todos estos ciudadanos
permanecieran adheridos
en su corazón al Gobierno mismo por la profunda
herida hecha a su honor’. El
Papa, ante estas reclamaciones, y considerando los
peligros causados por los carbonarios
que podrían alejar los ánimos aun más del gobierno,
concedió el permiso
para el baile, tras asegurarle que vigilarían sobre la
moralidad.

El mismo card. Consalvi explicó a Mons. Strambi los


motivos por los que el
Papa, aún dando mucha importancia a los motivos
pastorales, no podía dejar a
un lado los razonamientos políticos que no causaran
acciones inmorales.

El Papa, escribía el card. Consalvi, como ‘Jefe de la


Iglesia tuvo inmediatamente
deseo de prohibir ’ el uso de máscaras de baile, pero
al darse cuenta de que
la prohibición hubiera ‘conmocionado a una ciudad
populosa y alejado del amor
al Gobierno, a la nobleza y al sector cívico más
selecto, dos clases de personas
muy influyentes’, él, como soberano temporal, tuvo que
revisar su decisión para
combinar ‘las consideraciones espirituales con las
políticas siempre que sean
conciliables’29 30.

El mismo Mons. Strambi, en un discurso a los


eclesiásticos probablemente
en el período de la República, ponía un punto
interrogativo sobre si era necesario
el Estado Pontificio para mantener la libertad espiritual
del Papa. Una vez
afirmado que la Iglesia puede tener las propiedades
que le sean legítimamente
dadas o confiadas, continuaba:

‘Si después se preguntara si es conveniente o


ventajoso que la Iglesia tenga
dominio o principado, se puede contestar que el
asunto es bastante dudoso y
controvertido hasta entre las personas más sabias y
amantes de la Iglesia. Pues,
si por una parte el tener dominio ha permitido a la
Iglesia disponer de más libertad
para dar a conocer la voluntad del Altísimo y le ha
facilitado los medios
para cumplirla; por otra, el estar la Iglesia y sus
ministros sin riquezas ni dominio
parece que la mantiene más concentrada en el servicio
de Dios, más destacada
de las cosas terrenas, más humilde en toda su
conducta, más afable y atenta
al bien del prójimo, y en consecuencia más amable a
Dios y a los hombres’i0.

5. 2. - ¿Cómo defender el altar y el trono?

Durante el pontificado de León XII fue más evidente el


enfrentamiento entre
dos mentalidades que se atacaron durante todo el
siglo XIX; o sea, cómo podía
la Iglesia desempeñar su función de guía en la nueva
coyuntura histórica. Los

29 F. GIORGINI, S. Vincenzo M. Strambi, o. c., pp. 74-


76.

30 F. GIORGINI, S. Vincenzo M. Strambi, o. c., pp.


118-119.
conservadores (‘zelantes ’) creían que la Iglesia debía
actualizar la unión entre
trono y el altar, pero defendiendo la libertad de la
Iglesia contra el jurisdicio
lismo, sin llegar a rupturas con los soberanos, junto a
los cuales había que luc
contra el liberalismo.

La otra concepción socio-política, que podemos llamar


liberal, partía de
ruptura existente entre Iglesia y autoridad política
desde la caída del antig
régimen. Con ello la Providencia divina estaba
señalando que la Iglesia ten
que recorrer un nuevo camino, alineándose, no con los
soberanos que, a base
darle privilegios y riquezas, la habían encadenado y
habían favorecido el ‘c
rismo’ del mundo eclesiástico, sino con el pueblo,
siendo promotora y defen
ra de las libertades democráticas, con lo que
proseguiría su misión de guía31
El problema relativo al sistema de gobierno se
agudizaba siempre más po
que las sectas secretas buscaban todas el cambio de
gobierno: se quería pasar
la monarquía absoluta al sistema parlamentario o a la
forma republicana.

6. - La renovación religiosa del pueblo y el Jubileo de


1825

Tanto Pío VII como los obispos en sus respectivas


diócesis promovieron
predicación de misiones populares y de ejercicios
espirituales para conversi
más radical y mayor fidelidad a la Iglesia. Pío VII dio
una importante impulso
relanzamiento de las indulgencias, uniéndolas al
ejercicio de obras de pieda
caridad y misericordia con el prójimo. Era una manera
de impulsar a los fieles
ejercer la caridad y a orar con mayor compromiso.
Data de 1807 una «Colecci
de algunas oraciones y obras pías a las que los Sumos
Pontífices han concedido
indulgencias», Roma 1807, imprenta de Luis P.
Salvioni, preparada por
canónigo Telesforo Gallo, que tuvo varias
reimpresiones aumentadas con nuev
material y se convirtió casi en colección oficial. El
mismo Papa respaldó la difusión
del vía crucis, de la devoción al S. Corazón de Jesús y
al Corazón de María,
y para los pasionistas apoyó el rosario de las cinco
Llagas de Cristo Crucificado
y dos jaculatorias que fueron muy divulgadas por ellos:
1) ‘Señor, te doy gracias
por haber muerto en la cruz por mis pecados; Jesús
mío, misericordia’; 2)
‘Padre Eterno, te ofrezco la Sangre de Jesucristo en
reparación de mis pecados
y por las necesidades de la Santa Iglesia
31 GIACOMO MARTINA, Storia della Chiesa. L’età del
liberaismo, Morcelliana Brescia 1995, <.s|x
cialmente los artículos ‘Consecuencias de la
Revolución’, ‘La Iglesia y el régimen liberal’, ‘La Iglesia
y el liberalismo’. FRANCESCO LEONI, La politica di
restaurazione di Leone XII nello Stato Pontifìcio,
en AA. VV. Il Pontificato di Leone XII, Anibaie Della
Genga, Ed. Quattroventi Urbino 1992, pp
13-44. Sugerencias útiles sobre el tema en
FRANCESCO TRIANELLO, Idee e modelli di relazione
tra Chiesa e Stato e società, avanti il 1848, en AA. VV.,
Chiesa e prospettive educative in Italia tra
Restaurazione e Unificazione, Ed. La Scuola Berescia
1994, pp. 11-34.
León XII tuvo muy en cuenta la evangelización para
impulsar la renovación
religiosa del pueblo y de las actividades pastorales.
Con la encíclica del 3 de
mayo de 1824 exhortaba a los obispos a crecer en
doctrina y santidad de vida
para guiar mejor al pueblo, a residir en la diócesis y a
cumplir con la obligación
de la visita pastoral. En la segunda parte de la
encíclica condenaba el indiferentismo
en materia religiosa, el principio de la tolerancia que se
extiende también
a cuestiones civiles de las que el Papa decía: ‘Nos
abstenemos de hablar’. También
invitaba a los príncipes seculares a defender la
autoridad de la Iglesia, pues
actuando así protegían a la vez su trono.

El 31 de mayo de 1824 comenzó la visita apostólica a


todas las iglesias y lugares
de Roma para impulsar ‘la renovación espiritual del
clero y del pueblo romano
y animarlos a correr por los caminos de la santidad y
de la justicia’. Para mejorar
la atención pastoral de las 81 parroquias de la ciudad,
el 1 de noviembre de
1824, con la encíclica «Super universam Coelestis
Patris Familiam», suprimió 37
de ellas y reorganizó el territorio con 44. Promulgó una
nueva organización de los
estudios en todos los niveles. De este modo la diócesis
de Roma ayudaría a los
peregrinos a obtener mayores fmtos en el Jubileo de
1825.

A pesar de la oposición de casi todas las grandes


potencias que temían la difusión
del liberalismo con la afluencia de tanta gente durante
el Jubileo, el Papa quiso
que se celebrara. El 24 de mayo de 1824 firmó la
encíclica «Quod hoc ineunte sae-
culo», agradeciendo a Dios que le permitía vivir aquel
acontecimiento religioso,
impedido al principio del siglo por la situación política.
Invocando la misericordia
de Dios, invitaba a los confesores y predicadores a
que facilitaran la reconciliación
de los fieles con Dios y entre sí32. La proclamación se
hizo de manera espectacular:
el 27 de mayo de 1824, fiesta de la Ascensión, los
correos apostólicos a caballo, precedidos
por 4 tamborileros a pie y seguidos por 4 trompeteros
a cabello, se presentaron
a la puerta de las cuatro basílicas y proclamaron en
voz alta la bula a la multitud
que había acudido. La basílica de San Pablo fuera de
las murallas, destruida
por el incendio del 16 de julio de 1823, fue sustituida
por la de Santa María in Trans-
tévere. En una guía para peregrinos «El peregrino
instruido en la visita a las cuatro
Basílicas para ganar el S. Jubileo en el año corriente
de 1825 y una nota exacta
del mismo, con las ceremonias de apertura y clausura
de las Puertas Santas»,
Francisco Bourlié Roma 1824, pp. 4833 se da una
noticia exacta de las indulgencias,
pero subrayando que ‘se dice Año Santo porque en
este tiempo los fieles se ejer

32 Bullarii romani continuano, t. XVI, Romae 1825, pp.


55-58. Sobre la indulgencia cfr. PIETRO
STELLA, Dibatiti cloctrinali sul Giubileo
dall’antilassismo al benignismo alfonsiano (1650-
1825),
en Roma moderna e contemporanea. Rivista
interdisciplinare di Storia V, 1997, pp. 514-520.

33 AGCP, Stampe 14 G., 43. En la biblioteca de la


casa de los SS. Juan y Pablo (II-58-4) hay otro libro del
abogado TEOFILO BETTI, Apparato di notizie su gli
Anni Santi di Universal Giubileo diviso in tre parti,
La I, storica, la II, polemica, la 111, itineraria, dai Torchi
del Salviucci Roma 1824, pp. XI-139.
citan en obras de mayor piedad, y las almas se
santifican con los sacramentos'.
Para lucrar la indulgencia del Jubileo se debía ‘poner
todo el esfuerzo en cumplir
las obras señaladas con pureza de corazón y con
fervor de espíritu’.

Las obras prescritas eran: ‘visita a las cuatro Basílicas


treinta veces los residentes
en Roma y quince los forasteros, confesarse y
comulgar al menos en la
última visita, orar según las intenciones del Sumo
Pontífice, y además por la paz
entre los príncipes cristianos, la extirpación de las
herejías y la exaltación de la
Santa Madre Iglesia’. El 24 de diciembre de 1824,
después de las primeras vísperas
de Navidad, celebradas en la basílica de los SS. Juan
y Pablo, los pasio-
nistas, ‘distribuidos en varios grupos ’, fueron a la
basílica de San Juan de Letrán
y ‘asistieron con gran consolación de espíritu a la
especial ceremonia hecha por
el card. Della Somaglia, Secretario de Estado ’, y
tuvieron la alegría de ser de los
primeros que pasaron por la Puerta Santa recién
abierta.

El Vicariato, para ayudar a los confesores de las


basílicas mayores, mediante la
Sagrada Penitenciaría encargó a cuatro pasionistas de
los SS. Juan y Pablo como
‘penitenciarios menores’ pava lo que durase el Jubileo;
fueron los PP. Luis de S. Ana,
Joaquín del E. Santo, Lorenzo María de S. Francisco
Javier y Egidio de San Luis. En
sus confesionarios se leía esta inscripción:
«Paenitenziarius pro Anno Jubilei». El P.
Egidio murió el 10 de febrero de 1825 y en su lugar fue
nombrado el P. Francisco
María de Jesús. Después se agregaron también los
PP. José Molajoni de la Pasión y
Luis Bonauguri de la Inmaculada, llegados de Bulgaria
el 13 de marzo de 1825.

El cronista asegura que fue extraordinaria la afluencia


de peregrinos después de
Pentecostés durante casi un mes. La comunidad de
los SS. Juan y Pablo estuvo muy
ocupada, no sólo con los confesores penitenciarios,
sino con otros más cuando el
número de penitentes así lo reclamaba. La
Congregación expresó su agradecimiento
a los bienhechores de diversos retiros de las dos
provincias cuando llegaron a
Roma para el Año Santo. Les ofreció comida y ‘a
varios también alojamiento para
dormir; en una palabra, se quiso manifestar del mejor
modo posible nuestra gratitud
y nuestro reconocimiento, sin exigir de ninguno la
mínima recompensa ’.

Hubo una peregrinación especial de 500 hombres y


mujeres procedentes de
Ceccano. Llegaron a los SS. Juan y Pablo al toque del
Avemaria en la tarde del
10 de octubre de 1825. Dado lo tardío de la hora no
pudieron ser acogidos en el
Albergue de la SS. Trinidad de los Pelegrinos, y se les
recibió lo mejor que se
pudo en el atrio de la basílica; un grupo de hombres
pernoctó en el atrio de la
iglesia vecina de S. Gregorio del Celio. Unos
trescientos se confesaron en nuestra
basílica, los demás fueron a la de San Juan de Letrón.
Los hermanos prepararon
durante la noche una hornada de pan, y a mediodía la
comunidad pudo
ofrecer a todos una hogaza y ‘un vaso de vino’. Para
esta limosna extraordinaria
recibieron la ayuda de dos escudos de mons. Buttaoni,
y de tres del príncipe
Pallavicini. El cronista recuerda que durante el Año
Santo se repartieron más de
mil cien comidas, ‘sin incluir en esta cantidad las
limosnas de pan y de sopa
dadas diariamente en la portería,34.

Los pasionistas obtuvieron del cardenal Vicario el


poder ganar las indulgencias
con sólo cuatro visitas a las basílicas, pero en forma
procesional. Estas peregrinaciones
tuvieron lugar el 28 de marzo, en parte bajo la lluvia, y
los días 2, 5
\ 9 de mayo. Concluido el oficio de Maitines, los
sacerdotes hacían la prepara-
cien, celebraban la Misa y la acción de gracias. Se
recitaban seguidamente, en
forma leída, las horas menores de Prima y Tercia. La
comunidad bajaba a la basílica
y, ante el altar del SS. Sacramento se entonaban las
letanías de los santos y
daba principio la procesión.

El 25 de enero de 1825, el Papa, con la encíclica «Ad


plurimas», invitó a
colaborar en la reconstrucción de la basílica de San
Pablo fuera de las murallas,
que se había iniciado aquel mismo mes. Se calculó
que habían intervenido cerca
de 375.000 peregrinos, además de muchos príncipes y
princesas34 35. El 25 de
diciembre de 1925, con la bula «Caritate Christi» la
indulgencia del Jubileo se
e>tendió a toda la Iglesia, promoviendo en las diócesis
una buena catequesis y la
vudta a la participación en los sacramentos36.

Entre los peregrinos del Año Santo de 1825 se


recuerda a la marquesa Magdalena
Frescobaldi Capponi: de Florencia viajó a Roma para
ganar la indulgencia
del Jubileo, aproximarse más a los pasionistas, orar
ante el sepulcro del venerable
Pablo de la Cruz y conocer de paso el monasterio de
las pasionistas en Corneto;
allí se detuvo tres días a finales de noviembre, con lo
que conoció mejor la
1 iba y la espiritualidad de las monjas con vistas a dar
la última mano al texto de
las Reglas y Constituciones de las Esclavas
Pasionistas.

La regeneración religiosa se apoyó también en la


predicación popular que se
intensificó en cada diócesis. Por eso los obispos
solicitaban la restauración de los
religiosos consagrados a la predicación y la Santa
Sede alentó el nacimiento de
otros nuevos que tenían idéntico propósito, como los
Misioneros de la Preciosísima
Sangre, los Religiosos de María Virgen del B. Lanteri,
la Compañía de
Padres del Sagrado Corazón, los Padres de la Fe de
Nicolás Paccanari, los Oblatos
de María Inmaculado de De Mazenod37. En las
grandes ciudades italianas se

34 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, ff.


112-113, 116, 118, 121-122, 131, 135.
35 PIETRO PALAZZINE Gli anni santi e l’anno santo
1825, en AA. VV., Il Pontificato eli Leone XII,
Anibaie Della Genga, Quattroventi Urbino 1992, pp.
45-59.

36 F. GLIGORA - B. CATANZARO, Anni Santi, I


Giubilei dall 1300 al 2000, Libr. Ed. Vaticana 1996,
pp. 177-185. ANDREA BRUSTOLON, L’età della
restaurazione. Fratture, inganni, ottusità mentali
e religiosità, Ed. Esperienze Fossano 1996.

37 GUIDO VERUCCI, La Chiesa da Pio VI a Leone XII,


en Rassegna Storica del Risorgimento, 50
(1963), pp. 516-517. En Servae Dei Leopoldinas
Naudet..., Positio, Roma 1894, voi. I, buenas
informaciones
sobre los Padres del S. Corazón y los Padres de la Fe
de Nicolás Paccanari, pp. 75-105.
trabajó mucho en favor de la reevangelización, destacó
la diócesis de Yerona
como centro fecundísimo de iniciativas para la
instrucción religiosa y social, lo
que facilitó muchas fundaciones. En este ambiente
también los pasionistas vivieron
un período de muchas solicitudes de servicio
ministerial, de nuevas fundaciones
y de gran aprecio.

La Santa Sede y los obispos estimularon las


asociaciones de laicos y favorecieron
la reorganización de las Terceras Órdenes y de las
Cofradías suprimidas por
Napoleón, y la erección de nuevas cofradías y
asociaciones. Entre los últimos años
del siglo XVIII y los 30 primeros del XIX desempeñó un
papel muy activo la. Amistad
cristiana, la cual, mientras el Papa estuvo prisionero,
apoyó su trabajo e hizo
circular sus documentos. Mons. Strambi la conoció
durante el exilio en Milán. En
1811 tuvo que suspender sus actividades, pero las
reanudó en 1817 bajo el nombre
de Amistad Católica. Introdujo entre sus asociados el
juramento de fidelidad a la
autoridad e infalibilidad del Papa; difundió la buena
prensa y luchó contra el rigorismo
moral en favor de la doctrina de S. Alfonso Ma. de
Ligorio.

Muy afín a la Amistad Cristiana creció la Pía Unión de


San Pablo Apóstol,
instituida en Roma en 1790 y llevada a Turín por
Lanteri en 1815; estaba comprometida
con la difusión de los criterios morales de S. Alfonso.
En la misma
línea caminaba el teólogo Luis Fortunato Guala,
director del Internado eclesiástico
de Turín. Entre 1825-1826 el clima de anticlericalismo
encendido en Francia
influyó en el Piamonte y contribuyó a que la asociación
Amistad Católica se
disolviera el 5 de junio de 182838.
También nacieron algunas organizaciones de apoyo al
movimiento misionero
para llevar a la Iglesia a donde no se hallaba
establecida. En 1822 en Lion,
Francia, Paulina María Jaricot fundó la Asociación para
la Propaganda de la Fe,
que en 1838 fue recibida también en Roma. En esta
ocasión el P. Domingo Bar-
beri de la Madre de Dios, habiendo tenido ‘Noticias de
la Obra de Propaganda
de la Fe y en favor de las misiones extranjeras en
ambos mundos ’, escribió un
opúsculo para alentar a los miembros de la Asociación;
era la ‘limosna a la Congregación
de Propaganda Fide por un pobre pasionista’. No
teniendo dinero
que dar, se comprometía a difundir la asociación entre
los fieles, para que contribuyeran
a difundir la fe con la oración y las limosnas según las
posibilidades
de cada uno39.
38 CANDIDO BONA, Le ‘Amicizie’. Società segrete e
rinascita religiosa (1770-1830), Dep. Subalpina
di Storia Patria, Torino 1962. C. BONA, La
Testimonianza delle Amicizie cristiane, Ed. Lan-
teriana Roma 1980. ROBERTO DE MATTEI, Idealità e
dottrine delle Amicizie, Bibl. Romana
Roma 1981, especialmente los dos capítulos sobre la
biblioteca. GUIDO VERUCCI, La Chiesa da
Pio VI a Leone XII, en Rassegna Storica del
Risorgimento, 50 (1963), pp. 513-520.

39 AGCP, Domenico, L’obolo della fede. Fue impreso


por cuenta del P. Italo Tarca, C. P., hasta el f.
150v. en Ecclesia Mater 1972, n. 1-4; no fueron
impresos los ff. 156v. - 17Ir.
Se extendió la Pía Unión de Adoradores nocturnos del
SS. Sacramento, iniciada
en Roma durante la supresión napoleónica por
eclesiásticos piadosos a fin de que
hubiera siempre adoradores durante la noche ante el
SS. Sacramento expuesto para
las Cuarenta Horas. Las iglesias permanecían
cerradas por razones de orden público.
Entre 1810-1814 la asociación contribuyó a mantener
vivo el ejercicio de la adoración
al SS. Sacramento para pedir la renovación de la
Iglesia y su libertad. Cuando
en 1814 el Papa regresó a Roma, la asociación solicitó
aprobación pontificia,
otorgada el 16 de julio de 1814, y para ayudar a los
miembros se imprimió un
manual con el modo de hacer la adoración durante la
noche40.

En el ejercicio piadoso de las Estaciones


Cuaresmales, practicado también en
la basílica de los SS. Juan y Pablo, entre las oraciones
que se recitaban en este período,
se mencionan también "Cinco Padrenuestros,
Avemarias y Glorias en honor
de las Cinco Llagas de N. S. J. C,, y los Grados de la
Pasión de N. S. J. C. ’4I.

Después de la restauración tomó nueva vida en el


Estado Pontificio el tribunal
eclesiástico competente para las causas civiles y
criminales de los eclesiásticos
y cuanto tuviera relación con la moralidad pública de
los bautizados; también
el control de la observancia del precepto pascual, la
represión de las blasfemias
y de la prostitución entraban en la jurisdicción de este
tribunal42.

7. - La atención a la vida consagrada

La restauración de los institutos religiosos debía ir


acompañada por un renovado
compromiso de santidad, de manera que
resplandecieran como un don de
Dios a la Iglesia. Tal propósito aparece diáfano en los
documentos indicados en
si capítulo anterior. Pío VII, el 18 de agosto de 1817,
instituyó la S. Congregación
para la restauración de los institutos religiosos, similar
a la creada en 1814
para las provincias de primera recuperación. En la
carta a los obispos, del 17 de
julio de 1821, se insistía en la intención de la S. Sede
de que en las casas religiosas
se siguiera la vida común43. Entre los defectos más
relevantes de la vida
religiosa en el momento de la supresión destacaba
esta falta de vida común. El
voto de pobreza se vivía de modo aproximativo tanto
en cuanto a la dependen

40 Direttorio della Sagra Funzione e Preci che in essa


si recitano dagli aggregati della Pia Unione
per le Veglie Notturne avanti il SS. Sagramento
esposto informa di Quarantore..., Crispin Opucci-
nelli Roma 1815, en la bibl. de los SS. Juan y Pablo, II-
59-2. La asociación duro hasta el Concilio
Vaticano II.

41 Orazioni da recitarsi nella visita delle Stazioni nel


sacro tempo quaresimale, Stamperia C. A. Roma
1827 (bibl. de los SS. Juan y Pablo, II-59-2).

42 TERESA SARDELLI, I processi sul buon costume


istruiti dal Tribunale del Vicariato di Roma
nell’Ottocento, en Ricerche per la Storia Religiosa di
Roma, 1 (1977), 113-171.

43 C. SEMERARO, Papato, en DIR 6, 1159-1160.


cia de los bienes, como a la igualdad entre los
religiosos en su uso; además una
vida común debilitada movía a buscar relaciones
excesivas con los seglares, sin
excluir el aspecto económico. Otro defecto que llevaba
a serios desniveles sociales
fue el ‘carrerismo’ o disfrute de privilegios vinculados a
la carrera44.

El restablecimiento de las casas no fue tarea sencilla y


se realizó de manera muy
diferente en los estados italianos y en el Estado
Pontificio. Aquí, en las regiones de
‘primera recuperación’ (Lazio y Umbría) fue menos
dificultoso abrir casas religiosas,
en cambio fue más lenta en las de ‘segunda
recuperación’ (Marcas, Emilia
Romaña). Por ejemplo, en la diócesis de Ferrara, en
1829 se habían restablecido sólo
4 de los 33 conventos masculinos, y 5 de los 19
femeninos. En Cesena en 1824 estaban
restablecidos 6 de los 20 masculinos y 2 de los 6
femeninos45. En Macerata en
1825, de los 4 conventos que había en la ciudad antes
de la supresión no se había
vuelto a abrir ninguno, y de los 6 monasterios
femeninos sólo 4. En Camerino en
1826 se habían vuelto a habitar 6 conventos de
religiosos y 4 monasterios de religiosas,
cuando antes de la supresión había, respectivamente,
10 y 5. Más evidente la
diferencia en la diócesis de Fermo: en 1796 había 71
conventos de religiosos y 30 de
religiosas; en 1834 sólo estaban abiertos 15 de
religiosos y 6 de monjas46.

En el área de las Marcas y las Delegaciones en 1820


se habían abierto 18S
casas masculinas de 26 institutos y 143 femeninas de
26 institutos, y además
había 10 casas en donde estaban congregadas
religiosas de diferentes órdenes
que no habían vuelto al instituto de origen o porque no
había sido restablecido o
porque no se sentían con ánimos de regresar a ellos.
La autoridad les ofreció
como ayuda esta posibilidad de vivir juntas con un
horario adaptado47.

León XII, atento a la vitalidad de los religiosos y de las


religiosas, creó una
Congregación de ocho cardenales para ‘volver a los
regulares a la observancia
de sus respectivos institutos ’. El Papa distribuyó
algunos folios con consideraciones,
divididas en diez párrafos para los religiosos y cinco
para las religiosas,
para que se estudiasen los asuntos y se llegara a
determinaciones48. El Papa quería
comunidades sólidas con perfecta vida común,
constituidas como mínimo por
doce religiosos entre sacerdotes y laicos. El noviciado
debería estar en una
comunidad en la que los profesos dieran ejemplo de
auténtico espíritu religioso.
Recomendaba que los religiosos menos edificantes
fueran llevados a otros conventos
en donde no influyeran negativamente sobre los de
buena voluntad. Res

44 Para una mirada a estos aspectos, cfr. G.


MARTINA, Gli Istituti religiosi in Italia dalla
Restaurazione
alla fine del’800, en DIP, V, 219-221. G. A. SALA,
Piano di Riforma, o. c., art. XVI-XVII.

45 G. VERUCCI, Chiesa e Società nell’Italia della


Restaurazione (1814-1830), en RstChI, 30 ( 1 ‘-76V
32-33. G. ROCCA, Istituti religioisi in Italia tra Otto e
Novecento, en AA. VV., Clero e Società
nell’Italia contemporanea, Ed. Laterza Bari 1992, pp.
207-220.
46 ASV, Congr. Concilio, Relax. Dioec., Macerata
1825; Camerino 1800, 1826; Fermo 1796, 1834.

47 C. SEMERARO, o. c., pp. 438-459.

48 ASV, Segretaria di Stato, Miscellanea XI, 203, doc.


del 4 de octubre de 1824.
pecio a los monasterios femeninos se pensaba reducir
los centros educacionales
y unir varios monasterios, con lo que se dispondría de
más medios económicos
para la vida común. Se necesitaba un buen estudio
sobre si era bueno reunir en
un convento a religiosas secularizadas para ayudarles
a vivir mejor su consagración.
León XII, en la diócesis de Roma, conservó, y aún
incrementó, la presencia
de los regulares en las parroquias, reservando, en la
reforma de que se ha
hablado, 19 para ellos frente a las 16 del clero
diocesano.

El 3 de febrero de 1826 se envió a los obispos una


carta con una triple serie
de cuestiones para conocer la situación real de los
institutos religiosos en el Estado
Pontificio. Las respuestas ofrecieron abundantes datos
útiles, pero la enfermedad
y muerte del Papa impidieron ulteriores pasos49.
El aspecto más relevante de la vida consagrada en
este período no fue sólo
el renacimiento de las órdenes y congregaciones
dispersadas por Napoleón, sino
las nuevas fundaciones, que constituían un reto a los
institutos ya existentes. En
Italia, desde la Restauración hasta 1870, las nuevas
fundaciones masculinas, de
derecho pontificio, fueron 23: siete orientadas a la
educación de los jóvenes, seis
a obras de caridad, tres a las misiones extranjeras y
otras seis dedicadas principalmente
a la predicación50.

Impresionante resultó la explosión de, fundaciones


femeninas en el mismo período.
Las mujeres consagradas reunidas en congregaciones
centralizadas fueron protagonistas
de un intenso apostolado, sobre todo con el pueblo y
con los desheredados;
aproximaron la Iglesia a la clase obrera y pobre. El fin
de muchas congregaciones
era idéntico y su multiplicación se explica por la
situación histórica del lugar en
donde surgieron, por las necesidades inmediatas de
las parroquias o diócesis, y a
veces hasta por la incapacidad de personas de buena
voluntad para cooperar con
otras. Esta excesiva multiplicación no fue siempre
buena para el servicio pastoral,
causó sufrimientos y sacrificios a las jóvenes que
ingresaban ya que no siempre disponían
de los medios adecuados para vivir ni para una
formación suficiente.

Desde principios de 1800 hasta 1840 se establecieron


87 congregaciones
femeninas, 17 de ellas en el Estado Pontificio51. Estas
fundaciones plantearon

49 R. COLAPIETRA, o. c\, p. 231-235. ASV, Segretaria


di Stato, 9, 1824. En Acta S. Visitationis
Apostolicae S. D. N. Leonis XII, voi. 4, reglamento de
la S. Visita están los artículos relativos a los
religiosos. C. SEMERARO, Papato, 5. - La
restaurazione, en DIP 6, 1158-1162.

50 G. MARTINA, Gli Istituti religiosi in Italia, o. c., en


DIP 5, 218. D. GALLIO, Introduzione alla
storia delle fondazioni religiose a Verona nel primo
Ottocento, en AA. VV., Chiesa e Spiritualità
nell’Ottocento Italiano, Ed. Mazziana Verona 1971, pp.
227-310.

51 GIANCARLO ROCCA, Le nuove fondazione


religiose femminili in Italia dal 1800 al 1860, en
Problemi di Storia della Chiesa. Dalla Restaurazione
all’Unità d’Italia, Dehoniane Napoli 1985,
pp. 107-192. IDEM, Donne religiose. Contributo a una
storia della condizione feminile in Italia
nei sec. XIX-XX, Roma 1992, parte 1 y 2. MARINA
CAFFIERO, Dall’esplosione mistica tardo-
barocca all’apostolato sociale (1650-1859), en A A.
VV., Donne e Fede. Santità e vita religiosa in
Italia, Ed. Laterza Bari 1994, pp. 356-369.
nuevos problemas jurídicos. León XII introdujo
prudentemente el «Decretum
laudis», o sea, una aprobación que estimulaba al
instituto a caminar hacia adelante
en espera de una ratificación definitiva52. Aquellas
mujeres valientes, a
costa de grandes sacrificios y en ocasiones
recurriendo a la postulación para
mantener gratuitamente a los pobres, se dedicaron con
generosidad a socorrer a
la gente en sus múltiples necesidades: asistencia y
educación de huérfanos,
ayuda a pobres y emigrados, instrucción de la juventud
especialmente del pueblo.
El compromiso caritativo y educativo era vivido como
adhesión y colaboración
al designio salvífico de Dios para los hombres, es
decir, como participación
en el misterio de Cristo Salvador y Redentor. Un
estudioso llega a afirmar:
‘La perspectiva espiritual, según la cual el servicio al
prójimo y el compromiso
de caridad en el mundo se configuran
fundamentalmente como imitación y
seguimiento de Jesucristo, encuentra su referencia en
el sacrificio de la
Cruz, ’revelación suprema y definitiva del amor de Dios
al hombre ’, su motivo central
y su más auténtica y profunda inspiración. Las mismas
devociones al S. Corazón,
a la Pasión de Jesucristo, a las Cinco Llagas, a la
Preciosísima Sangre, a la
Dolorosa, que en diversa proporción alimentan la
piedad y los escritos de los fundadores
de los institutos, reflejan claramente una espiritualidad
centrada en el
misterio de Cristo Salvador y Redentor y en el
sacrificio de la Cruz. También dan
fe de la voluntad resuelta de expiación y de
reconstrucción apostólica ’53.
Los estados tuvieron en estas nuevas fundaciones una
ayuda para las necesidades
del pueblo que ellos no podían atender; por esto en
general se mostraron
benévolos y tolerantes hasta la mitad del siglo. La
Iglesia tuvo en estas congregaciones
buena ayuda para la catequesis de los niños y de las
muchachas, preparándolos
mejor para la vida y la familia.

8. - Formación de los sacerdotes y atención pastoral


del pueblo

La Santa Sede y los obispos pusieron especial esmero


en la formación de los
sacerdotes y en la atención pastoral de las
parroquias54. Había mucho que mejorar
en la selección vocacional, en la formación de las
vocaciones y en la dedicación
al trabajo pastoral. Entre 1832-1833 Antonio Rosmini
escribió ‘para elevar
su espíritu afligido por el grave estado en que veía a la
Iglesia de Dios ’ el libro
‘Las Cinco Llagas de la Santa Iglesia’. En él
mencionaba lo que debería hacer

52 C. SEMERARO, Papato,5.- La restaurazione, en


DIP, 1162.

53 ROBERTO SANI, Indirizzi spirituali e proposte


educativi dei nuovi Istituti religiosi dell’Ottocento
in area lombarda, en AA. VV., Chiesa, educazione e
società nella Lombardia del primo Ottocento,
Centro Ambrosiano Milano 1996, pp. 102-103.

54 Se puede encontrar un buen estudio en GIUSEPPE


BATTELLI, Clero secolare e società italiana
tra decennio napoleònico e primo Novecento, en AA.
VV., Clero e società italiana contemporanea,
o. c., pp. 432-84.
la Iglesia para aligerarse de estructuras o deficiencias
con las cuales le resultaba
más difícil el hacer las cosas mejor. Para Rosmini, la
llaga de la mano izquierda
era que los fieles no comprendían la lengua litúrgica;
por eso se alejaban del
culto. La llaga de la mano derecha, en cambio,
correspondía a una formación
insuficiente del clero. La del Costado procedía de la
desunión de los obispos,
quienes, por vicisitudes históricas, se habían visto
envueltos en una red de asuntos
temporales; los apóstoles, cuando se trataba del
servicio de las mesas o la
acción social, habían elegido diáconos, con lo que
ellos podían consagrarse a la
oración y a la predicación (cfr. Act 6,4). Junto con el
mal de los obispos distraídos
por las cosas temporales, Rosmini consideraba que la
llaga del pie izquierdo
consistía en que su nombramiento había caído en
manos del poder temporal.
Y al hablar de la del pie derecho se refería a la
esclavitud de los bienes eclesiásticos:
pedía que los gobiernos dejasen a la Iglesia libertad
para recibirlos y administrarlos;
la Iglesia, en cambio, debería dar cuenta cada año a
los fieles del uso
que había hecho de ellos55 56.

Se veía, pues, una inquietud por mejorar la selección


de las vocaciones, la
formación espiritual e intelectual del clero. Y poco a
poco en la mayoría de las
diócesis hubo una elevación en la calidad espiritual y
cultural. Pero en las más
pobres seguía siendo muy precaria la situación. En
general se mantuvo la reducción
de parroquias aplicada por la administración francesa,
con algunos cambios.
Otro dato característico de este período es la
disminución del clero, aunque
siguió siendo suficiente para las necesidades
pastorales. En su formación permanente
influyó positivamente una mayor fidelidad a los
ejercicios espirituales
y a la solución de los casos morales55.

El clero encontraba gradualmente mayores dificultades


para permanecer fiel
al Papa, cuando los que deseaban la unidad nacional,
o una presencia mayor de
los seglares en la administración del Estado Pontificio,
criticaban o se alejaban
del Papa al considerarlo sólo como jefe de un estado.
El problema de fondo era,
pues, comprender claramente la independencia que
había entre Estado de la Iglesia
e Iglesia del Estado; tarea nada sencilla dado que la
doble autoridad se ejercía
sobre las mismas personas.

55 ANTONIO ROSMINI, Delle Cinque Piaghe della S.


Chiesa. Trattato dedicato al Clero Cattolico
con appendice di due lettere sulla elezione de’Vescovi
a Clero e Popolo, Bartelli, Perugia 1849.
56 GIACOMO MARTINA, Il clero nell’Italia Centrale
dalla Restaurazione all’Unità en Problemi di
Storia della Chiesa dalla Restaurazione all’Unità, o. c.,
245-279. También en MAURILIO GUASCO,
Formazione del Clero e istanze pastorali educative del
Magistero ecclesiastico, en A A. VV.,
Chiesa e prospettive educative in Italia tra
Restaurazione e Unifìcazioine, o. c., pp. 67-76.
ANDRA
BRUSTOLON, Sacerdoti e Laici della Restaurazione,
Ed. Esperienze Fossano 1996. PIETRO
STELLA, Don Bosco nella storia della Religiosità
Cattolica, PAS Verlag Zurich 1968,1, cc. I - III.
9. - Asistencia hospitalaria, a los pobres y a los
ancianos

La administración francesa puso todos los hospitales


bajo una sola dirección,
constituida por un presidente y seis consejeros. Pío VII
mantuvo esta única
comisión, pero el hospital del Espíritu Santo lo puso
bajo la presidencia de un
Comendador prelado. León XII reconocía en 1826 la
validez de esta solución,
pero pensaba en restaurar la Orden religiosa del E.
Santo que había cuidado el
hospital hasta la invasión francesa. Encargó su
reforma al pasionista P. Joaquín
Pedrelli, como veremos. Pero en 1829 Pío VIII
concedió autonomía a los hospitales.
En algunos de ellos se mantenía ‘el torno’ en donde
eran abandonados los
niños que rechazaban sus padres; allí se llevaba
también a los niños de madres
muy enfermas o encarceladas. En Roma el hospital
más importante con este servicio
era el del Espíritu Santo, a donde llegaban expósitos
de otros hospitales o
de otras zonas del estado, a pesar de que existían
centros para ellos en Viterbo,
Cascia, Spoleto y PerugiaS7.

Hubo especial esmero en prevenir o remediar las


epidemias: tifus en 1816,
cólera de 1830 y 1832, aunque pudo evitarse que
penetrara en el Estado Pontificio.
En cambio causaron muchas víctimas los de 1836 y
1837; también las hubo
en el reino de Nápoles y en algunos estados del norte
de Italia58. En 1836 se inauguró
en Roma el cementerio público de S. Lorenzo en
Campo Verano.

La asistencia a los necesitados con trabajos públicos,


organizada por los
franceses, fue mantenida por Pío VII. Un edicto de julio
de 1814 decretaba la
expulsión de Roma de todos los mendigos, incluidos
los ‘saltimbanquis y
charlatanes’ no romanos. En junio de 1816 se
reorganizó la asistencia a los
necesitados creando el Pío Instituto General de
Caridad. Se prohibió la cuestación;
los donativos particulares iban al Pío Instituto, mientras
los dejados por
los fieles con ocasión del bautismo o del matrimonio
llegaban al mismo destino,
a través de los párrocos. No se preveía la organización
de correccionales,
sino la ayuda a las familias y la creación de puestos de
trabajo para los que
estaban capacitados.

También en este campo la Iglesia fue testigo de un


generoso voluntariado de
personas que ayudaban a los enfermos en los
hospitales o a domicilio. Tales personas
se asociaron y dieron origen a congregaciones
religiosas hospitalarias,
bien vistas por las mismas autoridades laicas. Tanto
las personas como las instituciones
que organizaron se alimentaban de una fuerte
espiritualidad cristocén-

57 SERGIO PAGANO, Gli esposti, dell’ospedale di S.


Spirito nel primo Ottocento, en Ricerche per la
Storia Religiosa di Roma, 3 (1979), 353-392; en las pp.
363-364 se menciona el encargo dado al 1’.
Joaquin Pedrelli, C. R, para la reforma del hospital del
E. Santo.

58 FRANCISCO MOCCIA, Roma e lo Stato Pontificio


al tempo di Gregorio XVI dalle Collezioni Romane
e Vaticane dei Bandi, Roma 1963, tornado de su tesis
en la Pont. Univ. Gregoriana 1956, pp. 35-64.
trica: ‘servir a Cristo en persona sirviendo a los
enfermos ’59.

La grave carestía que en el bienio 1816-1817 afectó a


toda Europa, fue muy
pesada para el Estado Pontificio. Se realizaron
trabajos de utilidad social, como
la construcción de carreteras o la reparación de las
murallas de la ciudad.
Muchos jóvenes y pobres fueron empleados en
actividades textiles.

El 26 de febrero de 1826, León XII reorganizó el sector


asistencial, y los trabajos
públicos constituyeron un buen remedio para desterrar
la mendicidad. Sin
embargo, no era fácil encontrar trabajo para todos. La
progresiva introducción de
las máquinas de vapor en los telares y en otras
empresas artesanales recortaba
los puestos de trabajo manual. Pío VII y León XII
quisieron organizar mejor las
'casas benéficas de industria’ para que los jóvenes
desocupados recibieran instrucción,
se habituaran a la disciplina del trabajo y se ganaran el
pan. Gregorio
XVI encargó también a estas ‘casas benéficas de
industria ’ la limpieza urbana60.

10. - Estudios y Escuelas

El tema de la instrucción de los muchachos y de los


jóvenes de familias acomodadas
fue organizado varias veces en este período y sufrió
diversas reformas.
Los obispos, en sus respuestas a la Congregación
para la reforma de los institutos
religiosos, demuestran gran interés por la educación
de los niños y de las
niñas, y manifiestan preferencia por institutos
educativos más que por los
monasterios o conventos tradicionales. Obispos y
autoridades públicas prestan
gran atención a los establecimientos consagrados a la
educación de niñas huérfanas,
abandonadas o desprovistas de suficientes recursos
para lograr una buena
formación humana y cristiana, pues en ellos se las
preparaba para realizar un trabajo
o para formar una familia. En este sector aparece claro
el compromiso de
las diócesis y de varias señoras de la nobleza que
canalizaron sus recursos económicos
a esta obra humana y cristiana61.

El card. Consalvi creó una Comisión para la reforma


de los estudios, que terminó
su trabajo en 1819, pero el gobierno no procedió a
ejecutar ninguna deci

59 Servae Dei Marìae Dominicele Barbantini... Positio,


Romae 1988, p. 242, c. VII § 1 ; también pp. 44-57.
60 LUCIANO NASTO, Tra '700 e ‘800 - Assistenza e
beneficenza a Roma. La questione della mendicità,
en Rassegna storica del Risorgimento, 83 (1996), 441-
462. También Ricerche per la Storia
Religiosa di Roma, 3 (1979), dedicado al estudio de la
asistencia a los pobres y a los marginados
especialmente en Roma entre el ‘500 y el ‘800. En la p.
29 Giumella recuerda el mensaje de Benedicto
Labbre y las palabras de Pablo de la Cruz en la misión
de S. María in Trastévere, en 1769,
contra el ‘carrerismo’.

61 GIANCARLO ROCCA, Conservatorio ed


educandato nell’Ottocento italiano, en Annali di storia
dell’educazione e delle istituzioni scolastiche, La
Scuola Brescia, 2 (1955), 59-97. ANGEL GROPPI,
I Conservatori della virtù. Donne recluse nella Roma
dei Papi, Laterza Bari 1994. MARIA
LUISA TREBILIANI, Per uno studio dell’ istruzione
femminile al tempo di Pio Vili, en AA. VV.,
La Religione e il Trono, o. c., pp. 97-102.
sión. En este período aparecen los asilos infantiles, y
hacia 1819 en Pesaro se
introdujo el método educativo de la ‘enseñanza mutua’.
Este procedimiento se
servía de una gran pizarra con las letras del
abecedario para que leyeran todos
los muchachos presentes, y otra escribir; los
muchachos más espabilados ayudaban
a los más lentos de comprensión. El método se había
difundido ya, en 1823,
por muchas Delegaciones de las Marcas y la
Umbría62.

El 28 de agosto de 1824, con la bula «Quocl divina


Sapientia», León XII revitalizó
la Congregación para los estudios, una especie de
ministerio de la instrucción
pública, que se ocupaba de la enseñanza universitaria
y algo menos de las escuelas
secundarias. A éstas se consagraban, en cambio,
varios institutos religiosos para
niños, y nuevas congregaciones femeninas para niñas.
En 1825 se dio un decreto
sobre las escuelas secundarias, que fue retocado en
1836, por el que se necesitaba
la aprobación del gobierno para los profesores y las
materias de enseñanza, sobre
todo de la doctrina cristiana63. En cada estado italiano
las nuevas congregaciones
masculinas y femeninas prestaron un excelente
servicio a la escuela popular y además
se encargaron de la asistencia sanitaria y de los
pobres64.

11. - XIV Capítulo General, 30 abril - 2 mayo 1821

El 23 de septiembre de 1820 murió en San Eutiquio el


P. Tomás de la Sabiduría
Encamada. Se encargó del gobierno el P. Felipe
Antonaroli de la SS. Concepción,
primer consultor. Según las Reglas, el segundo pasó a
primero y el P.
Emidio Chiari de San Luis resultó elegido segundo
consultor.

Entre 1816-1821 la Congregación se había asentado


bastante bien: hubo 48
profesiones, 23 defunciones y 8 abandonos del
instituto. Había 176 religiosos:
79 sacerdotes, 77 hermanos y 20 clérigos estudiantes;
la media de edad era de 42
años y medio65.

El 26 de abril de 1821 se reunieron en el retiro de los


SS. Juan y Pablo de
Roma los siguientes capitulares:

Felipe de la SS. Concepción, vicegeneral;

Pablo Luis de María Virgen, primer cons.;

Emidio de San Luis, segundo cons.;


62 F. GIORGINI, S. Vincenzo M. Strambi..., o.c., pp.
66-71.

63 GIUSEPPE TOGNON, La politica scolastica nello


Stato Pontificio tra Restaurazione e Unificazione
(1814-1860), en AA. VV., Chiesa e prospettive
educative in Italia tra Restaurazione e Unificazione,
o. c., pp. 682-694.

64 AA. VV., La carità cristiana in Roma a cura di V.


Monachino, Cappelli Ed. Bologna 1968, pp 278-
302. AA. VV. Chiesa, educazione e società nella
Lombardia del primo Ottocento. Gli Istituti religiosi
tra impegno educativo e nuove forme di apostolato
(1815-1860), a cura di R. Sani, Centro
Ambrosiano Milano 1996. ROSA MARIA
BORSARELLI, La marchesa Giulia di Barolo e le
Opere assitenziali in Piemonte nel Risorgimento, Ed.
G. Chiantore Torino 1933.

65 Deci: e racc., o.c., p. (21). Statistical survey, 14


Gen. Chapter 1821.
Juan Lucas de la Asunción, procurador gen.;

Juan Pedro de San Vicente Ferrer, provincial de la


Presentación;

Antonio de San José, provincial de la Dolorosa;

Cayetano de la SS. Anunciación, primer cons. de la


Pres.;

Gabriel de la V. Dolorosa, primer cons. de la Dol.;

Luis de San Rafael, segundo cons. de la Pres.;

Inocencio de San Pedro, segundo cons. de la Dol.

El discurso habitual de la víspera del capítulo lo


pronunció el P. Pablo Luis.
Según escribe el secretario, 'hizo tocar como con la
mano, a quienes pudieran ser
elegidos, qué poco apetecibles son los cargos, una
esclavitud, un peso y una serial
de amargura; y a los electores que advirtieran bien si
en los elegibles se daban las
cualidades necesarias, sobre todo la prudencia y la
unión con Dios; insinuó a los
elegidos que se resignasen a la voluntad divina
sometiéndose al peso del oficio al
que Dios los llamaba; y finalmente demostró a todos la
obligación de hacer a
Dios, mediante la oración, una dulce violencia, a fin de
que la elección resultara
para su mayor gloria y para beneficio de la
Congregación’66.

Con pocos escrutinios se llegó a la elección de


General en la persona del P.
Pablo Luis de María Virgen. Con parecidos escmtinios
fue elegido primer consultor
el P. Cayetano de la SS. Anunciación. En cambio hubo
que recurrir a
muchas votaciones para que saliera elegido segundo
consultor el P. Juan Lucas
de la Asunción. Como procurador fue votado al primer
escrutinio el P. Felipe de
la SS. Concepción. Los capitulares tomaron conciencia
de numerosos problemas
que reclamaban atención, pero se limitaron a
recomendar a los provinciales que
‘dieran las medidas necesarias’para mejorar el canto
gregoriano y el buen orden
de las funciones, y para que no se descuidara la
lectura espiritual en común cuando,
en los primeros días de cada mes, se recitaba el oficio
de difuntos después de
la comida. También recomendaron a los provinciales
que vigilaran para que los
rectores hicieran los ‘exámenes ’ de obligación, y que
no mandasen a los misioneros
a pedir limosna allí donde hacía poco que habían
predicado; en fin, que
tuvieran también cuidado de los enfermos67.
12-. 1. - Personalidad del P. Pablo Luis de María
Virgen

Era viterbés, nacido en Bracciano el 1 de diciembre de


1757, en un ambiente
en el que Pablo de la Cruz y los pasionistas no sólo
eran conocidos, sino admirados
y llamados frecuentemente a los ministerios
apostólicos. El propio Fundador
lo recibió y aceptó en el noviciado el 4 de marzo de
1772. Asimiló y vivió el
espíritu del instituto y sintió muy viva su pertenencia a
la Congregación como

66 AGCP, Capitolo Gen. XIV, 1821.

67 AGCP, Capitolo Gen. XIV, cuarta sesión.


una ‘madre ’ a la que hay que amar y honrar. Por este
motivo, según la necrología,
‘se sintió siempre agradecido a cualquiera que hubiera
hecho un favor a la Congregación’.
El P. Lorenzo Salvi escribió que ‘el agradecimiento, la
sencillez evangélica
y la franqueza de corazón le habían dado una
personalidad característica ’.

Estaba muy capacitado para la predicación, tanto a la


hora de preparar los
sermones como en la oratoria. Orador fascinante,
exponía con fluidez el contenido
bien sólido de sus sermones. Tenía sumo interés en
renovar constantemente
su arsenal de predicación, y nos ha dejado buen
número de sermones relativos
a temas diversos; muchos de ellos fueron utilizados
por sus contemporáneos. Le
distinguió una devoción afectuosa a la Virgen María,
de la que tomó el apellido
religioso. Para promover la devoción a la Pasión se
sirvió de la coronilla de las
Cinco Llagas, organizándola de manera adaptada a la
gente y obteniendo del
Papa indulgencias. Devotísimo de las almas del
Purgatorio, introdujo en la Congregación
la costumbre de recitar el salmo «De profundis»
después del rosario
de la tarde.

Era manso de carácter y muy abierto con los religiosos


y con la gente. Amante
del aseo lo mantuvo en su propia persona y en los
retiros en los que residió,
especialmente siendo provincial y Superior .General,
como consta por las Plateas
o crónicas de su período, especialmente la de los SS.
Juan y Pablo68. Según
aparece en la narración histórica, le preocupó mucho
la historia de la Congrega
ción, y trabajó para que se conservasen los registros
necesarios de la memoria
histórica. Trabajó mucho por la mejor formación
intelectual de los clérigos y por
la actualización permanente de los sacerdotes. Dio
clases a los jóvenes, tanto de
teología como más habitualmente de sagrada
elocuencia, para la que escribió una
guía. Amó a los religiosos y fue muy querido por
ellos69.

12. 2. - Reapertura de los retiros de Recanati y


Morrovalle, 1821.

El nuevo Superior General, P. Pablo Luis, teniendo


presente lo que habían
manifestado los capitulares, determinó abrir de nuevo
las casas de Recanati y
Morrovalle70. Encargó al P. Lucas María de la SS.
Trinidad, provincial de la
Dolorosa, experto en tratar negocios, que mantuviera
contacto con el Delegado
Apostólico de Macerata y con las autoridades
municipales de Recanati y Morro-
valle para la reapertura de las dos casas. Le
acompañaba el P. Ludo vico de la Piedad.
También Mons. Strambi animaba discretamente a los
superiores a que tra
taran el asunto con el Delegado Apostólico y el
presidente de la Junta (gonfalo-

68 AGCP, Platea SS. Gìov. E Paolo 1773-1829, ff. 94-


95.

69 AGCP, Diario necrologico, o.c., ff. 143-144.


LORENZO SALVI, Diario necrologico Passionista,
f. 47.

70 AGCP, B. II.-V/1-7, Ripristinazione di questo Ritiro


della Pietà presso Recanati.
niere) de Recanati, partidarios de los pasionistas.
Hubo un proyecto de construir
un cementerio municipal en la huerta del retiro de
Recanati, pero fue rechazado
por las filtraciones de agua del terreno71.

El 10 de agosto de 1821 el R Lucas, ya en Recanati,


informaba al General que
en la casa vivían aún 9 familias, pero que el edificio se
conservaba mejor de lo que
esperaba; en la iglesia las paredes eran sólidas, y los
altares estaban suficientemente
conservados; en cambio, del presbiterio habían sido
sustraídos el sagrario,
el frontal, la tarima y la balaustrada; los confesionales
habían sido llevados a la
catedral de Recanati, el órgano y los bancos a otra
iglesia, y de la sacristía no quedaba
nada. El coro tenía aún los bancos, pero en la
biblioteca, el refectorio y la
cocina sólo quedaban las paredes. La bóveda de las
habitaciones que daban a la
huerta estaban en mal estado porque los inquilinos
habían quitado la madera que
la sostenía; también faltaban muchas puertas, marcos
y casi todos los cristales. Las
campanas habían desaparecido igualmente. La
bodega estaba inundada por el agua
y había afectado al corredor de la portería, que se
había hundido.

Se llegó a un acuerdo amistoso con las familias,


buscándoles otra casa, con
ayuda de mons. Mazzagalli. En cambio había muchas
dificultadeOs para reponer
bancos, candeleros y demás utensilios de la sacristía o
de la iglesia. El clero y la
gente deseaba el regreso de los pasionistas, lo cual
daba buenas esperanzas de
que los trámites acabarían bien.

Por la situación económica del Estado Pontificio no era


fácil que la administración
del pueblo o la Delegación prestasen ayuda, según los
cálculos periciales
que se hicieron. El municipio decidió dar 800 escudos,
pero el delegado,
mons. Cappelletti, rechazó la oferta. Además a finales
de noviembre hubo tormentas
y maremotos entre Puerto Recanati y Loreto; murieron
un centenar de
personas, llenando de luto la zona.

El 12 de octubre de 1821 se realizó la entrega oficial


del edificio y de la huerta
al P. Lucas, representante de la Congregación. El
ayuntamiento prorrateó el subsidio
que permitiría a los religiosos reparar los daños del
edificio. El P. Ludovico
de la Piedad y el hermano José de S. Fortunato, el 3
de diciembre de 1821 se acomodaron
lo mejor posible en dos habitaciones de la casa,
mientras los obreros proseguían
las obras. Los dos religiosos estaban expuestos al
rigor del frío y de la
pobreza. El 20 de febrero de 1822 se pudo celebrar
por primera vez la misa en la
iglesia aseada. El 14 de abril de 1823 se incorporaron
tres sacerdotes y tres hermanos
más, que unidos a los 4 ya residentes formaron una
buena comunidad,
guiada por el superior P. Pedro de Jesús Cmcificado.
Su hermano, arzobispo de
Camerino, le ayudó a reponer varias cosas de la
iglesia y del retiro72.

71 F. GIORGINI, San Vincenzo M. Strambi, o. c.,p. 59.

72 AGCP, B. II-V/1 -7, cartas y otros documentos


sobre la reapertura. Cfr. fotocopia LEONARDO,
Cronistoria della Provincia della Pietà, 1905, ff. 23-34.
El P. Lucas no encontró grandes dificultades para
recuperar el retiro de Morro-
valle. Lo tenía en depósito el párroco, don Cesanelli. El
16 de noviembre de 1821
llegaron los PP. Luis de San Rafael y Juan del Niño
Jesús con el hermano Pacífico
de San Francisco de Sales. Saludaron al arzobispo de
Fermo, satisfecho por la reapertura
de la casa. Después del 21, comenzaron a celebrar en
la iglesia; la gente volvió
a frecuentarla como antes. Fueron muy requeridos
para ir a confesar a los enfermos.
Se volvió a la costumbre de explicar la doctrina
cristiana en las fiestas con
buena asistencia del pueblo. En abril de 1823 fue
elegido superior el P. Carlos de
Santa María de la Paz, pero en noviembre renunció, y
regresó como interino el P.
Luis de San Rafael, más tarde confirmado en el
capítulo provincial de 1827.
Las disponibilidades económicas eran escasas por la
difícil situación general;
por eso la restauración de la parte de los ejercitantes y
también la de religiosos
tuvo que hacerse poco a poco. En cambio se ofreció
una respuesta generosa
a las muchas solicitudes de servicio apostólico73.
Merece un aplauso particular el
General, P. Pablo Luis, que deseaba ardientemente la
reapertura de estas dos
casas y ayudó enviando mantas y sábanas, y
contribuyendo a reponer los objetos
sagrados para la liturgia y la sacristía74.

En una relación de 1827 a la S. Sede, el arzobispo de


Fermo hacía este elogio
de la comunidad: ‘ ¡Es admirable el esfuerzo de esta
familia religiosa por
mantener las rígidas normas del Instituto, de modo que
brilla ante el pueblo por
la inocencia de vida y el ejemplo de su virtud! Además
de las misiones y de los
ejercicios espirituales que, por deseo del arzobispo,
predican en la ciudad y en
otras poblaciones de la archidiócesis de manera
elogiosa y fructífera, trabajan
también con admirable celo por el bien de las almas en
su propia casa dando
ejercicios a quienes se retiran a ella espontáneamente
o enviados por la obediencia,
y asimismo administran los sacramentos de la
Penitencia y de la Eucaristía
a muchísimos fieles que frecuentan su iglesia, incluso
de otras zonas. Eres-
taca también el trabajo con que los domingos explican
el evangelio e instruyen
en la doctrina cristiana a los ignorantes. Los religiosos
demuestran una gran
caridad, visitan a los enfermos y los alientan con los
auxilios espirituales. No es
menos digna de elogio la diligencia con que mantienen
en la iglesia los objetos
sagrados, el decoro y la limpieza de los ornamentos
litúrgicos '75.
73 AGCP, B. II-IV/1-10. De mayor valor son Notizie del
Ritiro di Maria SS.ma della Quercia press->
Morrovalle dopo la Ripristinazione seguita nell’autunno
del 1821 (B. II-IV/1-10, 1-8) y Cronaca
del Ritiro di Morrovalle dal 1821 al 1825 (B. II-IV/1- 10,
1-6). LEONARDO, ‘Cronistoria... o.c.,
f. 50-54, 56-58.

74 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, f. 95.

75 ASV, Congr. Concilio Relat. Dioeces., Fermo 1827,


ff. 183-184; texto en latín. Para apreciar este elogio
hay que recordar que en el pueblo había, además del
prepósito, 9 canónigos, 3 ‘mansionarios’ y 3
clérigos beneficiados, los menores observantes con 5
sacerdotes y 5 laicos, los capuchinos con 11
sacerdotes, 4 clérigos y 5 hermanos legos. De los dos
conventos se dice que eran fieles a sus Reglas.
13. - Capítulos provinciales de 1821 y 1824
Provincia de la Dolorosa:

A) Capítulo de 1821. En cuanto concluyó el Capítulo


General, el 5 de mayo de
1821 el General subió a Monte Cavo para unirse a los
siete capitulares de la provincia
de la Dolorosa:

Antonio de San José, provincial;

Gabriel de la Dolorosa, primer cons.;

Inocencio de San Pedro, segundo cons.;

Vicente de San Francisco, rector de Ceccano;

Juan Bautista de San José, rector de S. Sosio;

Sebastián de San José, rector de Paliano;


Gregorio de San Miguel Arcángel, rector de Monte
Cavo.

La provincia de la Dolorosa había quedado muy


mermada por el abandono
de Terracina y la falta de noviciado, que en 1818 se
había unido al de Monte
Argentario. El secretario del Capítulo la llama ‘pequeña
provincia’; contaba con
56 religiosos: 25 sacerdotes, 6 estudiantes y 25
hermanos legos76.

El presidente dijo que en el Capítulo General se había


hablado de la posibilidad
de restablecer el noviciado en el retiro de Paliano,
donde había permanecido
tantos años. En la elección del provincial, tras más de
dos horas no se llegó a
nada. Algunos religiosos sugirieron al General que
ofreciese religiosos de la otra
Provincia a quienes los electores pudieran votar, si lo
consideraban oportuno. El
General pidió el voto secreto sobre esta posibilidad;
sólo uno se manifestó contrario.
El General presentó ‘más de un sujeto’. Así que en la
siguiente sesión, a
los pocos escrutinios, salió provincial el P. Lucas M. de
la SS. Trinidad, ausente,
uno de los propuestos de la provincia de la
Presentación. Dando por descontada
su aceptación, siguieron las elecciones. ‘Después de
diversos escrutinios’,
el P. Gregorio de San Miguel resultó elegido primer
consultor; el P. Antonio de
San José, anteriormente provincial, quedó de segundo.
Las demás elecciones,
para maestro de novicios y para rectores, salieron casi
todas al primer escmtinio.

Alentados por el presidente, los capitulares


recomendaron que se siguiera la
Regla del examen anual de los clérigos estudiantes; y
a los rectores se les dijo
que no podían considerar como instmcción o ‘examen’
para la comunidad la
homilía del domingo para la gente77.

B) Capítulo de 1824. Se reunió en Paliano, con lo que,


según la norma, pudo
asistir el maestro de novicios. Ocurrió algo digno de
figurar en la crónica. El rec

76 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., o. c., año 1822, f. 8.

77 AGCP, Dol., Cap. Prov. XVI, 18212.


tor de Monte Cavo, P. Inocencio de San Pedro, no
había gustado a los religiosos
de la casa porque, según la crónica, había mejorado el
edificio con ahorros 'a
costa ele la familia religiosa’. El P. Miguel Angel
Cherubini del Corazón de
María, por propia iniciativa, quiso que se enterase de
la alegría de los religiosos
al saber que marchaba de allí. Pidió a una persona de
Rocca de Papa que le preparase
‘petardos para hacerlos explotar cuando marchara el
P. Rector. Tal persona
se los mandó y aquel se preocupó de prenderles fuego
cuando el P. Inocencio
salía del Matorral dei Pratti’. Al escuchar las
explosiones, en Rocca di
Papa y en otras localidades, se creyó que era una
cuadrilla de bandoleros. Un
muchacho, al ver salir del matorral al rector con la
persona que lo acompañaba,
creyó que los bandoleros se lo llevaban. La noticia
llegó a Frascati e incluso a
Roma. El Vice-gobemador de Rocca, Juan Bta. Toietti,
que había intervenido en
1819, contribuyó también ahora a restablecer la
paz’78.

En octubre de 1823 un acontecimiento gozoso llevó


movimiento a la solitaria
comunidad de Monte Cavo: los cardenales Pace a y
Testaferrata subieron a
conocer el retiro y como recuerdo de su presencia
pagaron la reparación del pararrayos
destruido por un rayo en 1821. El cronista, no muy
convencido de la adecuada
vigilancia de los religiosos, anota que el percance se
debió a la escasa re\ i-
sión de la instalación, pues ‘después de varios meses
no se habían dado cuenta,
como sucedería con el nuevo’79.

Con el P. Pablo Luis Pighi, Superior General, se


reunieron el 5 de mayo de
1824 los siguientes Padres:
Lucas María de la SS. Trinidad, provincial;

Gregorio de San Miguel Arcángel, primer cons.;

Antonio de San José, segundo cons.;

Emidio de San Luis, rector de Ceccano;

Venancio de S. Francisco, rector de S. Sosio;

Sebastián de San José, rector de Paliano;

Inocencio de San Pedro, rector de Monte Cavo;

Gabriel de la Dolorosa, maestro de novicios.

El P. Lucas María de la SS. Trinidad, confirmado al


primer escrutinio, aceptó
con mucha repugnancia. También en la primera
votación fue elegido primer
consultor el P. Antonio de San José. Para el segundo
no se lograban los dos tercios,
a pesar de múltiples escrutinios en la mañana y tarde
del 18 de mayo ni en
la mañana del 19. En el primer escrutinio de la tarde se
repitió el resultado de

78 AGCP, B. III-IV/l-4, Platea Ritiro Monte Cavo, f. 22.


El cronista añade que no faltaron sátiras y
cartas anónimas en el pueblo, pues algunas personas
estaban disgustadas con el rector.

79 AGCP, B. III-IV/1-4, Platea Ritiro Monte Cavo, f. 23.


El 9 -VIII- 1823 se produjo un incendio cerca
del retiro, tal vez por la prolongada sequía, se tocó ‘la
campana a fuego’, acudieron los habitantes
de Rocca y con gran esfuerzo lograron dominar las
llamas antes de que alcanzasen el convento
siempre: 5 votos para el P. Inocencio de San Pedro,
quien, según las crónicas,
‘creyó que lo mejor sería adoptar la actitud de Jonás:
que lo arrojasen al mar
para que así sobreviniese la calma’. Renunció por
escrito a la voz activa y a la
pasiva. El presidente pidió el parecer sobre esta
renuncia y ‘con la pluralidad de
votos para condescender a sus replicadas súplicas y
«pro bono pacis» se le
aceptó sólo en lo referente a la voz pasiva ’.

Reanudadas las votaciones, ‘después de varias’, fue


elegido el P. Gabriel de
la Dolorosa. No menos fatigosa resultó la elección del
maestro de novicios y de
los rectores. Al reflexionar sobre ‘el enfriamiento del
espíritu en algunos religiosos
’ les pareció a los capitulares que tenía su importancia
la ‘multiplicidad de
Padres espirituales’. Por eso suplicaron al General, si
le parecía oportuno, que
tomase alguna medida. También le pidieron: 1) cómo
se debía entender el descanso
de los misioneros cuando vuelven al retiro; 2) cómo
habría que distribuir
las devociones en las misiones80.

Provincia de la Presentación:

A) Capítulo de 1821. El 13 de mayo de 1821 el


General, P. Pablo Luis Pighi, se
reunía en S. Ángel de Vetralla con 9 capitulares:

Juan Pedro de S. Vicente Ferrer, provincial;

Cayetano de la SS. Anunciación, primer cons.;

Luis de S. Rafael, segundo cons.;

Bartolomé de la Concepción, rector de Roma;


Lorenzo de S. Francisco Javier, rector de Monte
Argentario;

Rafael de la Virgen Dolorosa, rector de S. Ángel;

Juan Bta. de la Asunción, rector de S. Eutiquio;

Inocencio de Jesús, rector de Corneto;

Lucas María de la SS. Trinidad, rector de Todi.

Al primer escrutinio quedó confirmado el P. Juan Pedro


de S. Vicente Ferrer;
también al primero fue elegido el P. Luis de S. Rafael
primer consultor; y ‘después
de muy pocos escrutinios’ lo fue el segundo, P. Luis de
Santa Ana. El P.
Bernardo de la Virgen Dolorosa quedó confirmado
maestro de novicios, oficio
que había ejercido ya un trienio en la provincia de la
Dolorosa, y en el último de
la Presentación. El General, previendo la posibilidad
de esta reelección, había
obtenido autorización de la S. Sede, que la concedió
‘por esta vez’. Fue muy
tranquila la elección de los rectores.

Como en la Provincia de la Dolorosa, también en la de


la Presentación se
advirtió a los superiores que no podían sustituir el
llamado ‘examen’ a la comu-

80 AGCP, Dol., Cap. prov. XVII, 1824.


nidad, mandado por las Reglas, con la homilía que
predicaban al pueblo en la
misa dominical. Igualmente se indicó que no debía
suprimirse el examen de los
estudiantes al final del año escolástico. Sobre la
pobreza se recomendó que ‘el
despertador de bolsillo’, usado en los ministerios,
fuese guardado en el retiro en
un lugar no visible; finalmente se exhortó a los
religiosos a amar ‘la pobreza
característica del instituto’81.

B) Capítulo de 1824. El 29 de enero de 1824 murió el


provincial R Juan Pedro
de San Vicente Ferrer. El primer consultor, P. Ángel
Luis de S. Rafael, convocó
el capítulo. Dado que faltaba poco tiempo, no se
consideró necesario elegir el
segundo consultor. El 30 de abril se encontraron en
San Ángel, Vetralla, el General
con ocho capitulares:
Ángel Luis de S. Rafael, vice provincial;

Luis de Santa Ana, primer cons.;

Antonio Testa81b, rector de Roma;

Bartolomé de la Concepción, rector de Monte


Argentario;

Francisco de Jesús, rector de S. Ángel, Vetralla;

Inocencio de Jesús, rector de San Eutiquio;

Juan Bautista de la Asunción, rector de Corneto;

Lorenzo Ma. de San Francisco Javier, rector de Todi.

Después de pocos escrutinios fue confiado el oficio de


provincial al P. Antonio
Testa. No obstante su renuncia y las razones que
presentó, tuvo que aceptar
las presiones de los capitulares. Como primer
consultor le fue asignado el P. Bartolomé
de la Concepción, ‘después de pocos escrutinios’, y
como segundo, ‘también
después de pocos escrutinios’, el P. Luis de Santa
Ana. Con permiso del
Santo Padre, oportunamente solicitado por el P.
General, fue reelegido maestro
de novicios el P. Bernardo de la Dolorosa. En este
capítulo se eligió rector para
los dos retiros reabiertos en 1821-1822, en Recanati y
Morro valle.

Tras maduro examen los capitulares creyeron


conveniente encomendar a los
religiosos que no tuvieran a su disposición más de dos
hábitos, excepto el hortelano;
recordaron a los sacerdotes que no buscasen la
limosna de la misa que permite
la Regla una vez a la semana, ni siquiera para comprar
ornamentos para la
iglesia o libros para la biblioteca; se habló de los
muchos Padres espirituales v
se rogó al General que dictara alguna norma.

Los capitulares rogaron encarecidamente a los


religiosos que tuvieran frecuente
conferencia con un padre espiritual; y a éste que cada
mes informara al

81 AGCP, Praes, Cap. prov. XVI, 1821.

81b El P. Antonio tomó el apellido religioso del Apóstol


Santiago. Suponemos que se trata del Apóstol
Santiago El Mayor. Para obviar toda duda en la
traducción al español, adoptamos, siempre
que se le cite en el libro, el apellido “Testa”, (nota del
traductor).
superior de los que no habían acudido. Se tomó nota
de las grandes necesidades
económicas de los retiros de Monte Argentado y por
este motivo no se quiso
sacar de allí el noviciado y además se impuso a los
otras comunidades una tasa
anual de diez escudos romanos; para aquel trienio
quedaron excluidos los retiros
apenas abiertos de Recanati y Morrovalle82.

14. - Estado de la Congregación en 1926 según las


respuestas a la S. Sede

Se ha hecho mención del interés con que León XII


quiso proseguir la obra
de su predecesor y ‘ver restablecido lo mejor posible el
esplendor y la autoridad
en las órdenes regulares’, una vez que las cosas
volvieron a sus cauces. Mandó
que se hiciese en el Estado Pontificio un informe sobre
la situación en que se
encontraban cada comunidad y cada instituto. El 4 de
marzo de 1826 el R General
recibió de la S. Congregación de 00. y RR. una carta
con 15 preguntas bastante
detalladas para conocer ‘la situación material y
económica, el movimiento
de cada casa religiosa, y también la preparación, la
conducta y ejemplaridad de
los individuos’. El 10 de junio de 1826 se entregó la
respuesta, firmada por el
primer consultor P. Cayetano de la SS. Anunciación.
Lo que aquí ofrecemos se
toma del resumen impreso que elaboró la comisión
pontificia83.

“Situación general.

1. La Congregación de los pasionistas en el Estado


Pontificio ocupa once casas
religiosas, llamadas retiros, todos de estricta
observancia y en soledad.
2 El retiro de los SS. Juan y Pablo está en Roma, en el
Celio; para los demás
ver la letra A.

3. Todos los retiros tienen un terreno para huerta,


prado y bosque, como las
demás religiones de extrema pobreza; en todos se
mantiene rigurosamente la
clausura (letra B).

4. En todas las iglesias se rinde culto día y noche;


están alejadas de las poblaciones;
en los días feriales no hay gran concurso de fieles; es
mayor en los
festivos, cuando, además de oír confesiones, se da la
explicación del evangelio
y en algunas la doctrina cristiana (letra C).

5. El número de religiosos existentes en los Estados


Pontificios es de ciento ochenta
y cuatro (184): 64 sacerdotes, 34 clérigos estudiantes
y 86 laicos; no se incluye
el número de novicios (letra D). La Congregación de
los pasionistas es de
votos simples; sus miembros son expulsados libres de
votos, con culpa o por
motivo razonable, por lo que no hay apóstatas ni
excluidos (exclaustrados).

82 AGCP, Praes, Cap. prov. XVII, 1824.

83 ASV, Congr. Vesc. E Regolari, 1826, en AGCP,


A.III-V/1-2,2. S.C. EE. RR., se encuentran la carta
y las preguntas, pero no la respuesta a éstas.
6. Según el espíritu del instituto, los pasionistas se
dedican a misiones y a ejercicios
al pueblo; también los dan a quienes se retiran a sus
conventos, y en monasterios,
conventos y otros lugares piadosos a los que sean
llamados. Por encargo de
la S. Congregación de Propaganda Fide atienden la
misión de Bulgaria.

7. Las Reglas prohíben que los pasionistas se hagan


cargo de la cura de almas,
y no tienen iglesias que lleven incluido este servicio.

8. No dirigen ningún establecimiento.

9. Los pasionistas profesan mendicidad estricta; tienen


prohibido poseer bajo
ningún título; carecen de rentas y dotes. Reciben del
erario público la compensación
de aranceles, como los demás mendicantes.
10. Viven de la mendicidad según la medida justa, por
lo que no hay balance.

11. Sólo la casa de los SS. Juan y Pablo de Roma


recibe del erario público una
ayuda anual para mantenimiento del edificio; no hay
otros donativos por ningún
título.

12. Todas las casas de los pasionistas tienen más de


doce religiosos.

13. Los religiosos reciben generalmente aplauso de los


pueblos, por lo que se
supone que desempeñan sus ministerios con general
edificación.

14. Cumplen plenamente las Reglas y decretos de los


Romanos Pontífices.

Ubicación y estado de los retiros.


Retiro de los SS. Juan y Pablo: Capaz para unos 40
religiosos; además el ala
de los ejercitantes puede acoger a unas 25 personas.
Amenaza mina en la zona
del poniente; se ha comenzado el arreglo, pero los
gastos superan el caudal de
una religión mendicante.

Retiro de la Piedad: Dista un quilómetro de la ciudad


de Recanati, con capacidad
para 20 religiosos, sin incluir la parte de los
ejercitantes; se encuentra en
buen estado.

Retiro de la Virgen de la Encina: aproximadamente a


un quilómetro de
Morrovalle, puede albergar a 15 religiosos; una parte
está dedicada a ejercitantes;
en buen estado.
Retiro del Apóstol Santiago: a un quilómetro de Todi;
capaz para 15 religiosos,
con otras habitaciones para ejercicios; la fábrica no se
ha concluido aún.

Retiro de San Eutiquio: Dista unos tres quilómetros de


Soriano; capaz para
20 religiosos, además de los ejercitantes; en buen
estado.

Retiro de S. Miguel Arcángel, a unos tres quilómetros


de Vetralla, capaz
para 25 religiosos, más los ejercitantes, con fábrica en
buen estado.

Retiro de la Virgen Dolorosa, a dos quilómetros y


medio de Corneto, capaz
para 20 religiosos, sin incluir a los ejercitantes; edificio
en buen estado.

Retiro de San Sosio, a un quilómetro


aproximadamente de Falvaterra, dió
cesis de Veroli.

Retiro de Santa María de Corniano, a tres kilómetros


de Ceccano, con capacidad
para 20 religiosos, además de los ejercitantes; en buen
estado.

Retiro de Paliano, capaz para 20 religiosos; pequeño


para casa de noviciado; se
comenzó a levantar un ala nueva, pero las obras están
paradas por falta de recursos.

Retiro de la Santísima Trinidad en Monte Cavo, dista


poco más o menos
quilómetro y medio de Rocca di Papa, para 15
religiosos; edificio en estado
mediocre, dañado por algunos terremotos.

Estado de las iglesias y asistencia de fieles.


La de los SS. Juan y Pablo se encuentra en óptimo
estado, menos el campanario,
dañado en parte, por lo que no se puede tocar las
campanas; en ella se conservan
muchos cuerpos de santos mártires, por lo que se la
puede considerar un santuario.

La de Recanati se halla en buen estado y tiene


amplitud suficiente. Hay concurso
de fieles en las fiestas para la explicación del
evangelio por la mañana y
de la doctrina por la tarde, y más aún para confesarse.

La de Morrovalle, en buen estado, resulta más bien


pequeña; bien atendida,
acude casi más gente que en Recanati; se la puede
considerar un santuario por la
gran devoción popular a la Virgen María.

La de Todi, de suficiente amplitud, está en buen


estado; bastante afluencia de
fieles en las fiestas.

La de Soriano, suficiente y en buen estado; acuden


algunas personas en las
fiestas.

La de Vetralla, igualmente suficiente en sus


dimensiones, se conserva en
buen estado; afluencia como en Todi y Soriano.

La de Cometo, suficiente, en buen estado, con


asistencia de algunas personas.

La de Falvaterra, de suficiente amplitud y en buen


estado, recibe a mucha
gente y es un santuario por la especial devoción de los
pueblos a una milagrosa
estatua de San Sosio Mártir que se venera en ella.

La de Ceccano amenaza mina inminente. No hay


posibilidad de rehacerla;
así que, previo aviso al obispo de Ferentino, en cuya
diócesis está enclavada, se
ha decidido suspender los oficios y cerrarla hasta que
Dios provea. Y esto para
evitar cualquier peligro a los religiosos y al pueblo que
acudía diariamente en
mayor número que en ninguna de nuestras iglesias.
Hasta ahora, sin embargo, no
se ha llevado a efecto la decisión.

La de Paliano, suficientemente amplia y en buen


estado, recibe buen concurso
de fieles en las fiestas.

Finalmente, la de Monte Cavo, suficientemente


espaciosa, en mediano estado
tras los terremotos, recibe a algunos fieles en las
fiestas.
Composición de las comunidades.

En el retiro de los SS. Juan y Pablo, 36 religiosos: 23


sacerdotes, 7 estudiantes y
16 hermanos.

En Recanati residen 11 religiosos: 5 sacerdotes y 6


hermanos.

En Morro val le, 11 religiosos: 5 sacerdotes y 6


hermanos.

En Todi, 15 religiosos: 5 sacerdotes, 4 estudiantes y 6


hermanos.

En Soriano, 12 religiosos: 5 sacerdotes y 7 hermanos.

En Vetralla, 25 religiosos; 7 sacerdotes, 9 estudiantes


y 9 hermanos.
En Cometo, 16 religiosos; 5 sacerdotes, 5 estudiantes
y 6 hermanos.

En Falvaterra, 16 religiosos: 5 sacerdotes, 4


estudiantes y 7 hermanos.

En Ceccano, 18 religiosos: 5 sacerdotes, 5 estudiantes


y 8 hermanos.

En Paliano, 13 religiosos: 5 sacerdotes, 8 hermanos,


además de otro sacerdote y
7 novicios clérigos y legos.

En Monte Cavo, 11 religiosos: 4 sacerdotes y 7


hermanos.

En el Estado Pontificio había, pues, 11 retiros con 184


religiosos: 64 sacerdotes,
34 estudiantes, 86 hermanos y 8 novicios; y en Monte
Argentario otros dos
retiros.
De las respuestas de los obispos se deduce la
ejemplaridad con que los religiosos
vivían y cumplían su misión, por lo que eran
estimados. El obispo de
Frascati elogia a los de Monte Cavo: 'Observan
fielmente sus Reglas’, ‘sus costumbres
son ejemplares y edifican al pueblo’; son muy útiles a
esta diócesis y a
otras vecinas; se prestan a oír confesiones, guardan la
clausura con pmdencia,
socorren a los pobres y ejercitan de buena gana la
hospitalidad. Su convento,
aunque tiene una buena panorámica, está muy
expuesto a los vientos84.

En Morrovalle, diócesis de Ferino, los religiosos son


‘muy amados por el
pueblo’1, 5 sacerdotes ‘atienden el confesionario con
gran celo por la mañana v
a cualquier otra hora del día’; el obispo los califica de
‘operarios dignos’;
explican el evangelio los domingos y la doctrina por la
tarde, se prestan a confesar
a los enfermos85.

En 1826, a los diez años de haber sido restablecida, el


estado de la Congregación
parecía alentador. Es interesante advertir cómo se
resalta que en cada casa
había habitaciones para los hombres que querían
retirarse algunos días a ejercicios;
y que en las iglesias los religiosos estaban siempre
disponibles, como quería
el fundador, para acoger a las personas que pedían
confesarse o recibir la
dirección espiritual.

84 ASV, Congr. Vescovi e Regolari, 1826, en el voi.


Stato attuale, materiale, economico et operativo
di ciascun monastero, comunità, pia casa con regole...,
f. 227.
85 ASV, Congr. Vescovi e Regolari, 1826, en el voi.
Stato attuale..., o. c.,ff. 165-186.
15. - XY Capítulo General: 27 de abril - 4 de mayo de
1827

La sociedad civil presionaba para alcanzar de los


monarcas una constitución que
permitiera un gobierno parlamentario. Los motines
organizados por las sociedades
secretas, especialmente los carbonarios, estallaron en
diversas ciudades italianas y
europeas y originaron perturbaciones, incidentes,
condenas a muerte y nuevo endurecimiento
en los gobiernos. En el Estado Pontificio, sobre todo al
sur de Roma, se
daba además el bandolerismo. En la Congregación,
aún en medio de muchos síntomas
de paz y fervor, no faltaban motivos de inquietud a
causa de algún individuo que
explotaba las debilidades de las personas y de los
sistemas para crear tensiones.

La recuperación del Instituto, tal como se deduce de


las respuestas llegadas a la
S. Sede en 1826 y de la buena opinión de los obispos,
había una gozosa realidad que
invitaba a dar gracias a Dios: 233 profesos, de los
cuales 89 sacerdotes, 92 hermanos,
52 clérigos estudiantes; la edad media era de 37 años
y medio. Sólo había 8
miembros menos que los 241 de 1809. Hubo 96
profesiones con una edad media de
20 años; habían regresado a la Casa del Padre
Celestial 24 religiosos con un promedio
de 55 años; mientras 15 profesos, de un promedio de
35 años, habían abandonado
el instituto. Podía contemplarse el futuro con suficiente
serenidad y pensar
en abrir comunidades en nuevas zonas geográficas86.

El 24 de abril de 1827 se reunieron en Roma nueve


capitulares:

Pablo Luis de María Virgen, Prepósito General;


Cayetano de la SS. Anunciación, primer cons. general;

Juan Lucas de la Asunción, segundo cons. general;

Antonio Testa, provincial de la Presentación;

Lucas María de la SS. Trinidad, provincial de la


Dolorosa;

Bartolomé de la SS. Concepción, primer cons. de


Pres.;

Antonio de S. José, primer cons. de Dol.

Luis de Santa Ana, segundo cons. de Pres.;

Emidio María de San Luis, segundo cons. de Dol.;


El P. Felipe de la SS. Concepción, procurador general,
fue admitido a la fase preparatoria,
pero todos pudieron darse cuenta de su estado de
incapacidad; el padre
espiritual lo convenció para que renunciara libremente,
como así lo hizo87.

‘Después de muchos ’ escrutinios fue elegido el P.


Antonio de San José; no
quería aceptar, pero tuvo que inclinarse ante la
insistencia de los capitulares. El
P. Pablo Luis Pighi era el segundo General no
confirmado para un segundo sexenio,
como había ocurrido con el P. Juan María Cioni. La
razón parece haber sido
la misma: se les consideró hombres de poco empuje.

86 Deer, e race., o. c., p. (22) - (23). Statistical survey,


15°. General Chapter, 1827.

87 AGCP, Atti del XV Capitolo generate, donde esta el


documento.
En 1830, efectivamente, el P. Luis de la Virgen
Dolorosa, rector de San
Ángel de Vetralla, al responder al General sobre si su
gobierno estaba resultando
duro, como se lamentaban los religiosos, escribía:
‘Antes de ser elegido Prepósito
General prometía mucho y daba esperanzas de que
habría metido en
vereda a algunos religiosos inquietos, que turbaban la
paz común; pero, contra
toda esperanza se ha visto que los ha soportado con
excesiva paciencia, hasta
hacer creer que V. P. Rvma., en vez de hombre de
pecho fuerte, capaz de resistir
la insubordinación de algunos a los que finalmente el
Señor se ha llevado lejos,
encerraba un corazón tímido y asustadizo m.

De esta paciencia, el P. Ambrosio de la SS.


Concepción, de Cometo, escribía
en sentido muy positivo el 26 de enero de 1830: ‘De la
época de su elección
para Prepósito General se advirtió en su gobierno un
carácter moderado, de
dulce y discreta condescendencia dentro de la
tradición del instituto y de nuestro
venerable Fundador. La primera vez que visitó los
retiros algún anciano dijo:
¡Este hombre parece que no está; realmente es un
padre! ’88 89.

Tras muchos escrutinios fue confirmado el primer


consultor P. Cayetano de
la SS. Anunciación; en cambio, a la primera votación,
lo fue el segundo, P. Pablo
Luis de María Virgen, anterior General. ‘Después de
algunos escrutinios ’ se confió
al P. Juan Lucas de la Asunción el oficio de
Procurador.

Pasando a las propuestas, se determinó aceptar las


dos fundaciones que se
ofrecían, fuera del Estado Pontificio, ‘a la vista del gran
número de jóvenes que
el Señor, por su bondad, está mandando a la
Congregación en estos últimos
tiempos ’. La discusión del comportamiento nada
ejemplar de 4 hermanos ocupó
toda una sesión; fueron despedidos.

Del 29 de abril al 4 de mayo se trabajó


incansablemente en la revisión de los
decretos de los capítulos generales, haciendo una
selección. Los que fueron considerados
válidos quedaron nuevamente aprobados ‘con algunas
modificaciones
y añadiduras oportunas. Se decretó que todos ellos se
incorporasen al Reglamento
Común, para que estuvieran siempre ante los ojos de
todos’. Para incluirlos
en los números correspondientes se necesitaba más
tiempo, que no había porque
estaban ya convocados los capítulos provinciales. Así
que los capitulares
encargaron al secretario ‘que los insertase antes del
próximo mes de noviembre;
en este mismo mes habría una asamblea general
compuesta por todos los Padres
con voz activa en el capítulo general, según las
Reglas’. Se determinó que el
Reglamento Común, reformado y aprobado de esta
manera, ‘tuviera vigor de ley
como los demás decretos de los capítulos generales’,
y por consiguiente, que
obligase ‘a todos y a cada uno a su más exacto
cumplimiento’. Se estableció que
la lectura pública del Reglamento Común se hiciera
tres veces al año después de

88 AGCP, B. IV-V/1-9, carta del 24-1- 1830.

89 AGCP, B. IV-V/1-9, carta del 26 -I- 1830.


la mitad de diciembre, de abril y de agosto.

Se dejó al secretario una pauta para el trabajo


redaccional: 1) explicar en la
introducción que ‘este trabajo se ha realizado para
secundar el deseo común, y
que en ello no se ha introducido nada nuevo; sólo se
ha modificado o mitigado
lo ya existente; 2) mitigar y suavizar las amenazas de
expulsión o de dimisión,
dejando en cambio aquellas lanzadas contra quienes
impiden el recurso a los
superiores mayores, o contra quienes no ejecutan las
decisiones de las visitas,
etc., y contra los hermanos legos que no quisieran
trabajar en la cocina; 3)
adaptar todo el estilo del Reglamento, ya existente,
pero pudiendo cambiar algunas
expresiones o palabras, siempre que se conserve
fielmente el sentido y la
sustancia de los ‘decretos precedentes’.
Se tomó en consideración la necesidad de mejorar el
plan de estudios, aunque
se dejó al General esta tarea. El 4 de mayo, una vez
leídas las actas, todos
‘dieron humildemente gracias a Dios y a la Virgen
María por el feliz desarrollo
de este XV Capítulo General de la Congregación,
especialmente porque, habiéndose
estudiado asuntos tan diversos, se había hecho con
paz y edificante tranquilidad
a mayor gloria de Dios altísimo ’90.

Los capitulares se levantaron con mucha confianza en


el futuro, sin sospechar
las turbulencias que, a propósito de aquellos
reglamentos, iban a levantarse
contra el gobierno general. Pero por de pronto todos
se apresuraron a regresar a
su provincia, donde los rectores de las comunidades
se disponían a acudir al
capítulo provincial respectivo.
16. - Capítulos provinciales de 1827 y 1830

Provincia de la Dolorosa:

A) Capítulo de 1827. Tuvo lugar en Paliano, donde el 6


de mayo de 1827 el
nuevo General, antiguo consultor de la provincia, P.
Antonio de San José, se reunió
con los siguientes capitulares:

Lucas María de la SS. Trinidad, provincial;

Emidio de San Luis, segundo consultor;

Sebastián de San José, rector de Ceccano;

Andrés del Corazón de María, rector de San Sosio;

Tomás de San Estanislao, rector der Paliano;


Juan María de San Antonio, rector de Monte Cavo;

Juan del Niño Jesús, maestro de novicios.

Faltaba el primer consultor, nuevo Prepósito General


desde pocos días antes.
El consultor P. Emidio de San Luis fue elegido el 3 de
abril de 1826 para sustituir
al P. Gabriel de la Virgen Dolorosa, que había
muerto91.

Formaban la provincia 65 religiosos: 22 sacerdotes, 15


clérigos estudiantes
y 28 hermanos; había también 8 novicios92.

Durante el trienio que concluía la comunidad provincial


había sufrido no
poco: el 13 de agosto de 1824 se presentaron en el
retiro de Paliano 3 policías de
paisano preguntando por el P. Inocencio de San Pedro
(Pedro Franchini). Dijeron
al rector que los enviaba el Tribunal Supremo de la
Inquisición. Llevaban
vestidos de seglar para el P. Inocencio a fin de no
causar daño moral a la Congregación.
El rector pidió que se le permitiese ir al atardecer, que
él acompañaría
al religioso y que los policías fueran detrás a una
prudente distancia. Llegados
a la puerta de Anagni los guardias dijeron que el
religioso tenía que ir al
cuartel, como así fue. El rector logró del obispo, no sin
dificultad, que pudiera
hospedarse en el colegio de los Clérigos Regulares
Menores.

Mientras el S. Oficio tramitaba el proceso, el General


P. Pablo Luis, con su
consejo, decretó la dimisión del P. Inocencio, con
fecha del 15 de agosto de

1824. Se apoyaba esta medida en la bula «Supremi


Apostolatus», § 8, en cuanto
el religioso se había incapacitado para ejercer los
ministerios propios del instituto
al ser requerido por el S. Oficio. El card. Della
Somaglia, el 6 de marzo de
1825, escribió al General ‘que no podía ser lícito
expulsar de la Congregación,
como se había hecho, al P. Inocencio de San Pedro
mientras su causa estuviera
pendiente del S. Oficio ’ .

El Tribunal dejó al P. Inocencia sin condena, pero


tampoco con plena absolución,
y le mandó regresar al retiro de Paliano con el hábito.
El General insistía
en que fuera despojado de él. Mons. José María Lays,
obispo de Ferentino y
administrador apostólico de Anagni, escribió el 4 de
agosto de 1835 una extensa
carta al General diciéndole que era exagerado su
miedo a que la presencia de
aquel religioso pudiera dañar a la Congregación, y
pensaba que era injusto olvidar
los servicios que durante muchos años había prestado
en ella:
‘Por lo demás, como simple particular, y con todo el
respeto que merece la
misma Congregación y cualquier determinación de
Nuestro Señor, confidencialmente
debo manifestarle que no ha sido edificante ni
prudente la actitud que en
tal circunstancia han adoptado los superiores de la
Congregación.

No la más edificante, teniendo en cuenta la persona


sobre la que se han
ensañado reduciéndola a un estado de tanta
desesperación; en otro tiempo tan
benemérita de la Congregación a cuyo servicio ha
gastado muchos años, y
ahora, en edad decrépita y de impotencia física,
obligada a mendigar el pan
entre los seglares. Tampoco la más prudente: aunque
se haya dado alguna falta

91 AGCP, A. II-V/4-2, 1-4.


92 AGCP, Memorie per la continuazione delle
cronache..., año 1827, f. 45.
{sobre la cual no entro ahora), su dimisión decretada a
la vez que fue arrestado
no podía ocultar que la falta se habría cometido siendo
pasionista, y que eso no
hubiera bastado para borrar la mancha que ante
algunos, no ciertamente ante
mí, hubiera podido contraer la Congregación.

Ahora, insistiendo en la misma expulsión, se viene a


autorizar y confirmar
ante el público la permanencia de la falta en grado
mayor del que haya sido, y
se da motivo para que se mantengan el escándalo y
las murmuraciones mientras
el P. Inocencio siga en este mundo. En cambio,
apaciguándose la Congregación,
el público se tranquilizaría al ver al P. Inocencio de
nuevo en casa, en pacífica
libertad, celebrando de nuevo el santo Sacrificio; y si
se volviera a hablar del
tema, algunos dirían que todo fue calumnia, mientras
otros se limitarían a suponer
alguna falta de menor trascendencia. En general,
mientras la gente no presta
atención a nada, los mejor informados se consolarán
diciendo que nadie es
impecable y que todos debemos ser humildes por
culpa de nuestra suma fragilidad.
En resumen, el pobre viejo encontraría en su
Congregación una madre que
no olvida sus servicios y que no le manda fuera por
algún desaire recibido ’.

El General no quiso que el P. Inocencio volviera a


vestir el hábito pasionista;
en cambio, sí toleró que solicitara de León XII permiso
para llevar traje de
cura diocesano en un retiro que le asignaría el
General, donde fuera tratado, en
cuanto a comida y atención sanitaria como cualquier
religioso si él se comportaba
como religioso por la obediencia y la participación en la
vida de comunidad.
El Papa, el 8 de mayo de 1825, firmó de su propio
puño la concesión de lo solicitado93.
El P. Inocencio fue enviado a Monte Argentario, donde
vivió y murió
virtuosamente.

El Capítulo, observando que ‘como consecuencia de


las recientes turbulencias
la Provincia había disminuido en número de sujetos
pidió al Presidente
que propusiera algunos religiosos de la otra Provincia
para tener más posibilidades
de elegir en las votaciones. Desde 1822 en la provincia
habían fallecido 10
religiosos (7 sacerdotes, 2 hermanos y un clérigo
estudiante) y habían salido 2
sacerdotes y un hermano.

Al primer escrutinio salió provincial el P. Bartolomé de


la SS. Concepción,
primer consultor de la Presentación, presentado por el
General. También al primero
salió primer consultor el P. Lucas de la SS. Trinidad;
para el segundo, P.
Emidio de San Luis, se necesitaron ‘algunos
escrutinios’. Después ya al primer
escrutinio, fueron elegidos el maestro de novicios, P.
Juan del Niño Jesús, y los
rectores de Ceccano, P. Luis de la SS. Concepción, y
de San Sosio, P. Andrés del
Corazón de María. En cambio el de Paliano, P. Carlos
de la Dolorosa, salió al

93 AGCP, B. I-VI/2-5, Dimissione straordinaria di D.


Pietro Franchini già P. Innocenzo di S. Pietro,
n. 1782001; también fotocopia en la Platea de Paliano,
f. 23.
cuarto; y para Monte Cavo, tras no pocos escrutinios,
fue elegido el P. Joaquín
Pedrelli del Espíritu Santo, residente en Roma, que no
quiso aceptar, y en su
lugar quedó el P. Sebastián de San José. No se dieron
decretos94.

B) Capítulo de 1830. El secretario, P. Lucas María de


la SS. Trinidad, comienza
las actas recordando la fugacidad del tiempo que
agosta las ilusiones: ‘La sublime
escuela del auténtico desengaño que encierra en sí la
fugacidad del tiempo,
la tiene abierta especialmente para nosotros con la
celebración trienal de los
capítulos provinciales'. Los ocho capitulares estaban
en Paliano el 26 de abril,
con el presidente P. Antonio de San José:

Bartolomé de la SS. Concepción, provincial;


Lucas María de la SS. Trinidad, primer cons.;

Mateo de San Juan Bautista, segundo cons.;

Vicente del Smo. Sacramento, rector de Ceccano;

Andrés del Corazón de María, rector de San Sosio;

Calixto de San Luis, rector de Paliano;

Sebastián de San José, rector de Monte Cavo;

Juan del Niño Jesús, maestro de novicios.

El 24 de diciembre de 1827 había muerto el P. Emidio


de San Luis; el P.
Mateo de S. Juan Bautista, rector de Corneto, ocupó
su puesto de segundo consultor.
El General, ’dado el escaso número de sacerdotes de
la provincia de la
Dolorosa’, lo había cambiado con otros varios
sacerdotes de la provincia de la
Presentación para que pudieran tener voz pasiva en
las elecciones de la Dolo-
rosa95.

En la provincia había tenido que soportar molestias la


comunidad de Ceccano
por culpa de un impostor del reino de Nápoles. Hacia
la mitad de julio de
1829 había conseguido que las autoridades
eclesiásticas y civiles sospechasen
del P. Tomás de Jesús y del hermano Francisco de la
Dolorosa, de aquella comunidad
, como agentes de enlace en la correspondencia
destinada a los carbonarios
del reino de Nápoles con daño para el Estado
Pontificio. Los dos tuvieron
que pasar una noche detenidos en el palacio
episcopal, aunque al día siguiente,
tras el interrogatorio, fueron absueltos96. Los
capitulares, entre otras penas, se
comunicaron ésta, y se recordaron la necesidad de la
prudencia en un tiempo tan
lleno de levantamientos y de suspicacias.

Además en Monte Cavo había sido dimitido el P.


Mariano Savini de San
José, que trató de obtener la dispensa de los votos de
la S. Congregación de 00.

94 AGCP, Dol., Cap. prov. XVIII, 1827.

95 AGCP, A. II-IV/4-2, 1-5.

96 AGCP, fotocopia Cronaca di Ceccano, II, ff. 22-23;


Memorie per la continuazione delle cronache...,
o.c., ff. 51-52.
y RR. para no tener que pedirla al General; el prefecto
de la S. Congregación
remitió la solicitud al General. También el 21 de
diciembre de 1829 había dejado
el hábito el rector de Paliano, P. Carlos Landi de la
Virgen Dolorosa, lo que
causó mucho sufrimiento a la comunidad97.

En el momento del capítulo la provincia contaba con


25 sacerdotes, 4 clérigos
ordenados «in sacris», 8 clérigos estudiantes, 27
hermanos, y cuatro novicios,
uno clérigo y tres hermanos98.

Pasando a las elecciones, ‘al primer escrutinio y por


unanimidad’ fue confirmado
provincial el P. Bartolomé, que no quiso aceptar. Ante
la intransigencia
de los capitulares ‘debió resignarse a la santísima
voluntad del Señor y abrazar
nuevamente la cruz del gobierno de la provincia’. A los
religiosos que acudieron
a prestarle obediencia ‘les comentó a todos la pena
con que retomaba la pesada
carga del gobierno ’.

Al primer escrutinio y también por unanimidad, fue


elegido primer consultor
el P. Lucas María de la SS. Trinidad. Resultó difícil, en
cambio, la elección
del segundo, P. Mateo de S. Juan Bautista, al cabo de
tres sesiones agotadoras de
escrutinios. El otro votado debió de ser el P. Sebastián
de San José: durante la
segunda sesión presentó por escrito la renuncia a la
voz pasiva, posiblemente
para agilizar la elección, pero los capitulares no se la
aceptaron. Transcurrió con
bastante agilidad la del maestro de novicios, P. Juan
del Niño Jesús, y la de los
rectores. Cuatro de los elegidos no querían saber nada
del oficio, pero los capitulares
no atendieron sus razones. Estos recomendaron la
exacta observancia del
reglamento relativo al desayuno, ‘tanto en la cantidad
como en la calidad de lo
que podía consumirse ’.

Recordaron la obligación de cumplir las prescripciones


de la circular enviada
por el General en 1829, en la que mandaba que no se
comentara con extraños
las cosas de la comunidad; quien faltara en esto debía
ser castigado o denunciado
a los superiores mayores. Se recordó a los rectores
que no debían entregar a
los súbditos cerradas las cartas (por tanto, debían
leerse antes), excepto las que
procedían de los superiores mayores o si estaban
dirigidas a los misioneros
recién llegados de las misiones. Se advirtió a los
religiosos que el General o el
provincial retiraban las licencias dadas en el pasado, y
si alguno tenía necesidad
de ellas debería renovarlas99.
97 AGCP, Memorie per la continuazione delle
cronache..., o.c., ff. 52-53.

98 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., o. c., año 1830 , f. 57.

99 AGCP, Dol„ Cap. prov. XIX, 1830.


Capítulos de la Provincia de la Presentación:

A) Capítulo de 1827. El 12 de mayo de 1827, el P.


Antonio de San José, General,
se encontró con los otros nueve capitulares en el retiro
de S. Angel, Vetralla:
Antonio Testa, provincial;

Bartolomé de la SS. Concepción, primer cons.;

Luis de Santa Ana, segundo cons.;

Francisco de Jesús, rector de Roma;

José de Santa María, rector de Monte Argentario;

Pedro de Jesús Crucificado, rector de Vetralla;

Juan Pedro de S. Vicente Ferrer, rector de Cometo;


Ángel Luis de S. Rafael, rector de Recanati;

Inocencio de Jesús, rector de Todi.

No estaban presentes el P. Rafael de la Virgen


Dolorosa, rector de Morrova-
lle, por enfermedad, ni el P. Agapito de S. Secundino,
rector de Soriano, por
haber renunciado poco antes.

El P. Antonio Testa fue confirmado en el primer


escrutinio; en cambio se
necesitaron bastantes para el primer consultor, P.
Ángel Luis de S. Rafael, y para
el segundo, P. Bernardo de la Virgen Dolorosa. Para
formar a los jóvenes novicios
‘según el espíritu de nuestra Congregación: espíritu de
oración, de soledad
y de desprendimiento del mundo ’, resultó elegido ‘al
primer escrutinio y por
unanimidad’ el P. Luis de Santa Ana.
Concluidas las elecciones se discutió qué cuota se
debería pagar a los retí ros
de Monte Argentario; se redujo a 6 escudos anuales,
excepto a las casas de Roma
y Vetralla, que deberían seguir pagando 10. No hubo
decretos100.

B) Capítulo de 1830. El 16 de abril de 1830 la


comunidad de Vetralla recibió con
gozo al P. General, Antonio de San José, y a los once
capitulares. Los PP. Marcelo
de la V. Dolorosa y Pedro de Jesús, rectores,
respectivamente, de Roma y S.
Eutiquio, elegidos en el anterior capítulo, habían
abandonado el Instituto. Los
participantes fueron:

Antonio Testa, provincial;

Ángel Luis de S. Rafael, primer consultor;


Bernardo de la V. Dolorosa, segundo cons.;

Lorenzo María de S. Francisco Javier, rector de Roma;

José de Santa María, rector de Monte Argentario;

Luis de la V. Dolorosa, rector de Vetralla;

Inocencio de Jesús, rector de Soriano;


Ambrosio de la SS. Concepción, rector de Corneto;

Rafael de la V. Dolorosa, rector de Morrovalle;

Roque de S. Miguel Arcángel, rector de Recanati;

Estanislao de S. Pedro, rector de Todi.

La elección del P. José de Santa María como


provincial requirió muchos
escrutinios en dos sesiones; en cambio el P. Antonio
Testa, para primer consultor,
lo fue al primer escrutinio, y ‘después de breve tiempo
el P. Francisco María
de Jesús para segundo. Como maestro de novicios fue
elegido el P. Bernardo de
la Asunción. Concluida con tranquilidad la elección de
los rectores, los capitulares,
como se había hecho en la provincia de la Dolorosa,
recomendaron a los rectores
el cumplimiento de las órdenes dadas por el General y
transmitidas por el
provincial en 1829. Estas normas inculcaban a todos
los religiosos que evitasen
las murmuraciones y la excesiva frecuencia de trato
con los seglares; y a los rectores
les mandaban abrir todas las cartas, excepto las
procedentes de superiores
mayores o las dirigidas a los misioneros desde
poblaciones en las que hacía poco
habían ejercido el ministerio101.

17. - Promulgación del Reglamento Común

El secretario cumplió con esmero la tarea de revisar el


Reglamento Común
y a finales de septiembre lo tenía a punto. El General,
por la circular del 11 de
octubre de 1827, convocó a los que tenían voz activa
en el Capítulo General para
una ‘Asamblea Generaltal como se había decidido en
el último capítulo. En la
tarde del 21 se reunieron:

Antonio de San José, Prepósito General;

Cayetano de la SS. Anunciación, primer consultor;

Pablo Luis de María Virgen, segundo cons.;

Juan Lucas de la Asunción, procurador;

Antonio Testa, provincial de Pres.;

Bartolomé de la SS. Concepción, provincial de Dol.;

Luis de San Rafael, primer cons. de Pres.;

Lucas María de la SS. Trinidad, primer cons. de Dol.;

Bernardo de la V. Dolorosa, segundo cons. de Pres.


Faltaba el segundo consultor de la Dolorosa, P. Emidio
María de S. Luis, afectado
por un ataque de apoplejía. Los reunidos,
acompañados por las oraciones de
la comunidad de los SS. Juan y Pablo, se pusieron a
trabajar en la llamada ‘capilla
grande’ (capellone) que solía servir para ejercicios y
sesiones capitulares.

Los asistentes escucharon la lectura del reglamento; lo


encontraron ‘en todo
y por todo de acuerdo con lo decretado por el XV
Capítulo General, y sólo hicieron
algún retoque ’. La firma que el 23 de octubre de 1827
pusieron al pie del
texto indicaba la aprobación de los presentes. En la
introducción se explica el
motivo de la revisión: ‘evitar que se fueran olvidando
los decretos, perdiendo
con ello su eficacia, y a la vez saber bien cuáles eran
los decretos en vigor y cuales
estaban suprimidos ’.

El prefacio aseguraba que no era problema de nuevas


leyes; se trataba de iia-
mar la atención sobre las normas existentes y recordar
la fuente de las nuevas
determinaciones; para ello se citaba el Capítulo
General que había dado cada
decreto. Y concluía:

‘La Asamblea General está persuadida de haber


respondido al deseo común
con esta codificación; por eso con gozo la pone en
mano de todos los hijos de la
Congregación y, con los mismos sentimientos que S.
Pedro Crisólogo, sin haberse
ahorrado fatigas ni desvelos, declara que no pretende
más que el progreso
espiritual; y que todos los acojan con sumisión
amorosa y con sincero propósito
de llevar a la práctica lo que está prescrito. Con ello
contribuirán cada vez
más al perfeccionamiento de nuestra Madre común la
pobre Congregación, y el
espíritu de cada uno alcanzará la perfección y
santidad, a la que hemos sido llamados
por la bondad de nuestro amabilísimo Dios’.

El Reglamento se dividía en dos secciones: la primera,


‘De los actos prescritos
en las SS. Reglas ’, constaba de nueve capítulos, uno
de ellos dedicado por
primera vez a los estudios; la segunda, de 8 capítulos,
trataba ‘de los Oficios’.
El mismo día 23 de octubre de 1827, el General firmó
una larga circular; en
ella transcribía muchos párrafos de las circulares con
las que el Fundador comunicaba
su elección o reelección, y solicitaba oraciones y
cooperación. Insistía en
que todos se comprometieran a vivir el perfecto
cumplimiento del Reglamento
Común, tal como lo había aprobado la Asamblea
Extraordinaria de acuerdo con
el XV Capítulo. En este Reglamento ‘se contiene y
resplandece bien el espíritu
de nuestros antiguos Padres. De esto depende el
florecimiento del espíritu de la
Congregación, espíritu de oración, pobreza y soledad,
y el fiel cumplimiento de
las SS, Reglas’102. Esta revisión permaneció como
modelo en la Congregación
hasta la de 1965103.
102 AGCP, A. II-IV/4-5. La circular del General fue
publicada en Acta XVII (1951-1952), 121-127.

103 Regolamenti della. Congregazione della SS. Croce


e Passione di NSGC, Roma 1965, p. VII-VIII.
18. - Críticas al gobierno general y salida de algunos
religiosos

La entrada en vigor del Reglamento Común coincidió


con un estallido de
malhumor en unos pocos religiosos, que no estaban
de acuerdo con el sistema de
gobierno y hubieran preferido un instituto más
evolucionado. Algunos atisbos de
lo que se avecinaba se tuvieron en 1824-1825, cuando
se habló de grados académicos
para mejorar los estudios y contar con superiores
‘graduados’. Otro
motivo de descontento en el grupito era el afán de
mantener más contacto con la
sociedad y con la gente, en vez de limitarse a las
relaciones justificadas por el
apostolado. El grupo en cuestión tampoco aceptaba el
sentido de soledad que
habían mantenido los superiores generales, desde el
P. Juan Bautista Gorresio
hasta el P. Tomás de la Sabiduría Encamada y
también por el que ejercía este oficio,
P. Antonio de San José. Entre 1828-1831 salieron 15
sacerdotes, cifra que
dio que hablar, pues en 1826 había 64 sacerdotes en
el Estado Pontificio104 105.

Con ocasión de la salida del P. Mariano de S. José, el


General, el 27 de
noviembre de 1829, informaba al provincial de la
Dolorosa:

‘El P. Mariano, después de tantas críticas a nuestro


gobierno y a mí, quería
ir a dejar el hábito en casa de seglares sin que
nosotros supiéramos nada. Pero
él, con pretexto de salud, recurrió al Emmo.
Odescalchi, el cual ha respondido
que, según la constitución «Supremi Apostolatus», la
S. Congregación de 00. y
RR. no puede intervenir, y dice que se proceda por la
vía ordinaria. Mientras
tanto él murmuraba en Monte Cavo tratando de atraer
a algunos sacerdotes
jóvenes; los cuales, sin embargo, se han mantenido
firmísimos y le han aborrecido.
Habiendo descubierto yo la trama, ayer por la mañana
se le dio la dimisión
en este retiro, a donde le había obligado a regresar
ayer por la mañana; y
por la tarde le di una serie admonición en público: que
quienes quieren secularizarse,
levantar cabeza y destrozar la Congregación, etc., son
hijastros, hijos
bastardos de la Congregación, lobos de la misma; ha
dicho nuestro venerable
Padre: quien no esté a gusto, que se vaya a su casa.
Si yo sé que se murmura,
especialmente con los seglares, y es conocido en casa
sin que se me comunique,
será castigado severamente. V. P. lo haga saber a sus
rectores, y pidamos a Dios
que nos ayude’w5.
El General, cuando pidió a los rectores una evaluación
de su modo de
gobernar, aseguraba que la causa principal de críticas
fuera del convento era la
salida de los PP. Carlos Landi de la V. Dolorosa, el 14
de diciembre de 1829106,

104 AGCP, Registro Generale dei Religiosi, voi. I:


salieron 3 en 1828,5 en 1829,5 en 1830 y 2 en 1831.
AGCP, B. II1-IV/1-4, Platea Ritiro Monte Cavo, f.24,
dice que entre 1823-1827 dejaron el hábito 4
religiosos.

105 AGCP, Lettere 1804-1836, en la carpeta del P.


Pedrelli. De la salida del P. Mariano habla la Platea
Ritiro Monte Cavo, ff. 31-32. (AGCP, B. III-IV/1-4).
Marcelo Cerrad de la V. Dolorosa, rector de los SS.
Juan y Pablo de Roma, el 25
de enero de 1830, y Joaquín Pedrelli del Espíritu
Santo, el 10 de enero de 1830106 107.

Para detener la divulgación de las noticias, el General


había escrito, a finales
de noviembre de 1829, una carta a los provinciales con
órdenes tajantes sobre
hablar de hechos de las comunidades, no permitir a los
religiosos salir solos
fuera de casa y controlar minuciosamente la
correspondencia. Los provinciales,
a su vez, transmitieron estas órdenes a sus
respectivas comunidades:

I. C. P. M. R. Padre (Rector):

Por orden del Rvmo. Prepósito P Antonio de San José,


V. R. informe a su
comunidad de cuanto sigue:
1. Que de aquí en adelante ninguno se atreva a decir
la mínima cosa de la Congregación
o de los religiosos con los seglares; de lo contrario, si
se llega a
descubrir, se procederá contra los desobedientes con
todo rigor, y con idéntica
severidad se actuará contra los que escuchan estas
cosas y no lo descubren
inmediatamente al superior.

Para evitar todo esto manténgase el alejamiento de los


seglares, y cuando
se vaya afuera no se frecuente más que aquellos
lugares a donde sean enviados
en concreto, y de ello dése cuenta exacta al volver a
casa.

Cuando se vaya afuera, se irá con un compañero;


ninguno de los dos se
separará, incluso en las casas cuando hablan con
alguno; y si alguno tuviera
necesidad de hablar con otra persona en secreto se
pida licencia al superior;
y si estando afuera hubiera que hablar en privado con
otra persona, si
se trata de mujeres se respetará la Regla y el
Reglamento, y si de hombres
se indique al superior que se tiene licencia para ello, o
que se informará al
superior al regreso a casa.

2. Para evitar faltas de caridad, disturbios y otros


desórdenes que proceden
de comunicar las cosas de un retiro a otro, como
hacen muchos, el citado
Rvmo. P. Prepósito me manda que prohíba
rigurosamente, como se hace
por esta carta, a todos y a cada uno de los religiosos
de esta Provincia,
que se escriban esas cosas, y se ordena a los
superiores locales que abran
sin distinción todas las cartas dirigidas a los religiosos,
según la Regla y
conforme nuestro Venerable Padre recomendaba en la
carta que figura
copiada en el Reglamento Común, n. 9; y no
entreguen nunca a nadie cartas
selladas, si no proceden de los superiores mayores, o
están destinadas o

106 AGCP, fotocopia Platea di Paliano, f. 26; el P.


Carlos, al cesar en el oficio de superior de Paliano,
fue enviado a Ceccano, desde donde pidió la dimisión.

107 AGCP, B. IV-V/1-9. Por ejemplo, el 20 -I- 1830 al


P. Inocencio de Jesús, rector de San Eutiquio
‘desde que han dejado el hábito, especialmente los
PP. Mariano, Carlos y Joaquín, en Roma ha
corrido el rumor de que en la Congregación se ha
adoptado un estilo de gobierno de excesiva
dureza’.
mandadas a los misioneros de los lugares en donde
han misionado poco
tiempo antes.

Me encomiendo al Señor y me declaro de V. R.

devotísimo servidor y afectísimo

Bartolomé de la SS. Concepción, provincial’™,

Retiro de Ceccano, 8 de diciembre de 1829.

Estas normas siguen el estilo de las ordenanzas


eclesiásticas y civiles de la
época. Conviene recordar que la sociedad se
encontraba en plena ebullición contra
los sistemas existentes de gobierno. En 1820-21 se
habían producido sublevaciones
en muchos estados italianos, sin excluir el mismo
Estado Pontificio, y
después de todo esto, en 1831, los desórdenes serán
aun más graves. Por eso, en
el ámbito de los gobiernos social y eclesiástico eran
continuas las quejas recíprocas
entre conservadores y liberales; y todo esto recibía
también acogida en
los ambientes religiosos, no sólo entre los pasionistas.

Las órdenes citadas no detuvieron las quejas; al


contrario se hicieron más vivas
con la salida del P. Macelo Cerruti de la V. Dolorosa,
que pidió la dimisión siendo
rector de la comunidad de los SS. Juan y Pablo el 25
de enero de 1830108 109, y con la del
P Joaquín a primeros del mismo año. La crónica de los
SS. Juan y Pablo cuenta:
‘Muchas personas de la ciudad comentaban con
absoluta seguridad que los
pasionistas estaban reñidos entre ellos, que habían
llegado a las manos, e incluso
a cuchilladas; se decía que hubo varios heridos, y
hasta un muerto, y que entre
los heridos estaba el P. General. Sí, él estaba en el
lecho, pero herido por un
tumor que por aquellos días le abrió el cirujano señor
Víale, médico del retiro.

También se difundió por toda Roma otra calumnia: que


para apaciguar
nuestras disensiones había acudido el card.
Odescalchi. Alguien que nos aprecia
nos comunicó a final de mes lo que circulaba por
Roma referente a nosotros,
que no nos lo creíamos. Pero el hecho es que a
primeros de febrero, yendo
nuestro hermanos legos, como de costumbre, a la
cuestación de la limosna en
las casas habituales, una gran parte de los
bienhechores la habían suspendido
y otros preguntaban detalles de la guerra de nuestro
retiro. Los nuestros
quedaban sorprendidos ante semejantes
insinuaciones. ¿Y cómo no, si entre
los purpurados hubo uno que, viendo ante él a dos
hermanos que iban a buscar
su limosna, lo primero que les dijo fue: ¡Menos sangre,
menos sangre!, y

108 AGCP, Dol., Lettere circolari 1778-1965, A. III-


IV/2, 1829. La misma circular fue enviada por el
provincial de la Presentación.

109 AGCP, B. I-IV/2-4, 3-13, 14.15. En lugar del P.


Marcelo, rector de la comunidad de los SS. Juan y
Pablo, el General y sus consultores nombraron el 2 -II-
1830 al P. Lorenzo de S. Francisco Javier.
Cfr. AGCP, A. II-VI/4-1, 1-3.
continuó después hablando de la imaginada
rebelión,uo.

Las habladurías se extendieron aún más por los


acontecimientos en los que
anduvo envuelto el P. Joaquín Pedrelli del Espíritu
Santo, del cual volveremos a
hablar en el tema de la cultura de la Congregación.
Aquí nos limitamos a recordar
que se enfrentó al General y decidió salir de la
Congregación dejando la dispensa
de los votos en manos de la S. Penitenciaría; un
suceso que contribuyó a
difundir entre otras personas, hasta de la Curia
Romana, que el General era ‘un
hueso duro’.

El P. Joaquín Pedrelli del Espíritu Santo, nacido en


Roma el 4 de enero de
1779, profesó el 26 de abril de 1798. En 1819 estuvo
en Bulgaria; se esforzó por
aprender la lengua para evangelizar mejor y conocer
más a fondo la historia de
los ortodoxos y la de los ‘paulicanos’. Trabajó muy bien
en las aldeas, pero la
guerra de 1821 le obligó a salir de Bulgaria, junto con
otros pasionistas, y buscar
refugio en Valaquia.

Vuelto a Roma, el General lo nombró archivero


general, con el encargo de
organizar el archivo y reunir noticias sobre la historia
de la Congregación. Desarrolló
un trabajo inteligente, poniendo las bases para ordenar
los documentos y
recogiendo material con que llenar las lagunas. Pidió a
varios religiosos que
escribieran las memorias de sus ministerios
apostólicos y de las vicisitudes en
que se vieron envueltos durante la República Romana
y la supresión napoleónica.
A él se debe el interés del Padre General Pablo Luis
Pighi para que en todas
las comunidades hubiera un elenco de ministerios
apostólicos. Comenzó a redactar
los 'Anales de la Congregación de los Clérigos
Descalzos de la SS. Cruz y
Pasión de N. S. J. C. pero sólo registró los años 1720-
1745, en dos volúmenes
de 358 y 211 folios respectivamente.

Fue excelente predicador. Tenía muchos conocidos en


la Curia romana. El
Papa León XII (1823-1829) quería reformar la Orden
Hospitalaria de los Canónicos
Regulares del Espíritu Santo que atendían el hospital
del Espíritu Santo in
Saxia. Por su conocimiento personal del Padre y por la
presentación que de éste
hizo mons. José Antonio Sala, presidente de la
Diputación para los Hospitales de
Roma, el Papa llamó al P. Joaquín a colaborar en la
reforma de la Orden. El 5 de
septiembre de 1828 se le encargó escribir las Reglas
de la Orden Religiosa de
los Canónigos Regulares del Espíritu Santo. Cumplió
pronto este encargo, pues
conocía la historia y les había predicado varias veces
ejercicios espirituales. El
Papa leyó el trabajo y lo pasó a una Comisión de tres
cardenales para que lo revisara;
el P. Joaquín incorporó al texto sus observaciones y a
finales de enero de
1829 tenía concluido el encargo. 110

110 AGCP, Platea dei SS. Giovanni e Paolo 1830-


1860, ff, 1-2; y también Memorie per la continuazione
delle cronache..., ano 1830, ff. 54-56.
El 22, el Papa convocó a la vez al P. Pedrelli y al
Padre General, Antonio
Colombo, y les explicó su proyecto de nombrar al P.
Pedrelli Abad General de
la Orden del Espíritu Santo. Se dio también orden a los
Hermanos de San Juan
de Dios de que escogieran cuatro hermanos que le
ayudasen en la reforma, y que,
durante algún tiempo, enseñasen a los postulantes de
la Orden reformada a cuidar
enfermos. Como el P. Joaquín debería emitir los votos
solemnes en manos
del Papa, estaba preparándose el hábito como Abad
general, cuando en la mañana
del 10 de febrero murió León XII, a los 68 años. Para
los enemigos de la
reforma de la Orden y de la organización de los
hospitales fue un alivio. El Presidente
de la Comisión para la Visita de los Hospitales, José
Antonio Sala, que
había llevado adelante lo tratado, escribió el mismo día
10 de febrero al Superior
General de los pasionistas: le recordaba su adhesión
al plan del Papa, la presencia
de varios postulantes y la llegada inminente de 4
Hermanos de San Juan
de Dios; como- había riesgo de desórdenes en el
hospital, pedía que ‘el P. Joaquín
se trasladase al E. Santo como Superior interino ’, ya
que el Papa había
muerto sin firmar el Breve. Recordaba que esta
solicitud había sido hecha también
por el Secretario de Estado, card. Bernetti, y por el
cardenal vicario Zurla.

Mons. Sala, para obviar los escrúpulos del P. General,


que no quería que el
P. Joaquín se presentase en el hospital con el hábito
pasionista, escribió: ‘Si cuatro
individuos de los Hermanos de San Juan de Dios
pueden acudir con su hábito,
¿por qué no podría hacer lo mismo el P. Joaquín con
el de su Congregación,
dándole por compañero un hermano lego escogido por
Vuestra Paternidad?
¿Puede temer que sea rebajado o deshonrado el
hábito pasionista por una residencia
interina en un Establecimiento Pío, para obra tan santa
y de tan gran
interés? De ser así, habría que aplicar el mismo criterio
a los Hermanos de San
Juan de Dios’"1.

El Superior General no había visto con buenos ojos el


nombramiento y en la
mañana del 11 de febrero respondió que no
consideraba oportuno el traslado del
P Joaquín al hospital del E. Santo con hábito
pasionista, pues se había arreglado
que haría los votos solemnes como miembro de la
Orden, cuyo hábito llevaría.
Para el P. General enviar al religioso con el hábito
pasionista ‘sería confirmar
la voz que había corrido por Roma de que dicho Padre
se había buscado
tal puesto con nuestra cooperación \

No contento con la carta, el General se entrevistó con


el cardenal protector
de la Orden y con el cardenal Camarlengo y presentó
una nota en la que recordaba
que el Papa había dicho que mandaría que el P.
Joaquín emitiera la profesión
de Abad de la Orden del Espíritu Santo y que ejercería
después el oficio, 111

111 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836, carpeta de las


cartas dirigidas al P. Joaquín Pedrelli o que se refieren
a él entre 1829 y su salida de la Congregación;
también los borradores de las respuestas del
General.
pero no con el hábito pasionista. Si debiera obedecer
al Asesor de la S. Visita y
mandar ‘al hospital del E. Santo al P. Joaquín con un
hermano lego pasionista
y con el hábito de la Congregación..., hace observar
humildemente a su Eminencia
que esto va contra el Instituto y contra la expresa
intención del Santo
Padre, y confirmaría la voz que corre por Roma de que
el Padre se ha buscado
este oficio con aplauso de otros religiosos. Esto
dañaría el buen nombre de
todos. Por eso suplica que le libren de esta angustia,
pues no podría condescender’.
La respuesta fue que «el asunto quedaba ‘adfuturum
Pontificem»1'2.

El General alejó de Roma al R Joaquín, y le prohibió


que avisara al Visitador
de Hospitales, mons. Sala. Este consideró este hecho
una injusticia contra el
P. Pedrelli y una grave irreverencia contra él, tan
amigo de la Congregación.
Mons. Sala escribió algunas reflexiones muy serias
relativas al carácter del P.
General Colombo:

No se podría aplaudir nunca la dureza que este


General ha usado con el P. Joaquín.
Si él había escuchado con sus propios oídos que el
Papa lo nombraba Maestro
General de la Orden del Espíritu Santo, debía al
menos un respeto. Era una fantasía
decir que la Congregación quedaría comprometida,
pues nunca había intervenido en
este asunto: no es deshonra que el Cabeza de la
Iglesia pida a uno de sus miembros
para ponerlo al frente de una obra tan importante.
Imaginar intenciones torcidas en
el P. Joaquín, como si lo hubiera buscado, era falta de
caridad, e incluso injusticia,
porque el P. General sabía bien el origen y los pasos
dados en aquel asunto y estuvo
presente en la imprevista e inopinada determinación
del Santo Padre.

Obligar a tal religioso a marcharse inmediatamente de


Roma era como confirmar
que los supuestos rumores, en vez de quiméricos,
eran reales; suponía prejuzgar
la estima del individuo y considerar culpable su
obediencia al Supremo Jerarca,
el cual había actuado de acuerdo con el propio
superior; era una ofensa al
mismo Sumo Pontífice, como si hubiera escogido una
persona indigna, que desprestigiara
a la Congregación pasionista; era exponer a pmeba
demasiado dura la
virtud de un obrero evangélico tan conocido y
acreditado. No debía extrañar, pues,
que al P. Joaquín le resultara muy amargo el cáliz que
debía beber"3.

El P. Joaquín fue enviado a Paliano con órdenes de no


regresar a Roma; se
le ocupó en la predicación; pero se sentía blanco de
críticas y acusaciones como
si hubiera dejado en ridículo el nombre de la
Congregación. El provincial, el 19
de febrero de 1829, informaba al P. General que el P.
Joaquín estaba como fuera 112 113

112 AGCP, Dol., Uttere 1804-1836.

113 ASV, Visita Ospedali di Roma, voi. 55, ff. 3r-45r; la


última cita en ff. 44v-45r. El texto de !a Reala
escrita por el P. Pedrelli, en el voi. 56 desde el f. 63;
las observaciones de la Comisión, incorporadas
después por el P Pedrelli en el texto, están en el voi.
55, ff. 13v-18r; en el voi. 56, ff. 50r-56r.
ANTONELLA BURATTA, Il Card. G. A. Sala e la visita
apostolica agli ospedali di Roma, en
RSCI 41, 1987, 433-444, se habla del P Pedrelli.
AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, f. 166,
recuerda la audiencia conjunta del Papa al General y
al P. Joaquín.
de sí por el dolor: ‘Tenga por seguro que no podrá
continuar en esta situación:
o vuelve a Roma o mirará para otro lado’114 115 116.

Por su parte, el P. Joaquín escribía a mons. Sala:


‘¿Cuál es mi delito? La muerte
del Papa. ¿Por qué me tienen fuera de Roma? No se
sabe. Esta es mi situación
sin haberla merecido: situación violenta que no puede
durar. Se ha resentido mi
salud, descalzo en pleno invierno, llevado de acá para
allá, angustiado en el espíritu,
hecho objeto de oprobio, burla y rechazo de todos los
pasionistas, especialmente
en la categoría de los legos, como «percussum a Deo
et humiliatum» m
Ta vez esperaba ser llamado como confesor del
cónclave, con lo que hubiera
vuelto a Roma. Pero cuando llegó a Paliano la noticia
de que el nombrado
había sido ‘el P. Juan Lucas, el P Joaquín quedó
petrificado, ya que alguien le
había prometido o dado esperanzas de que esta
designación recaería sobre él’m.

Los canónigos del Espíritu Santo, los capellanes y los


enfermeros, temerosos
de ser despedidos, se opusieron con todas sus fuerzas
al plan trazado por el
difunto Pontífice, y consiguieron del sucesor Pío VIH
que las cosas no se cambiaran.
Y éste, dado su carácter contemporizador, para no
añadir nuevos problemas
a los que ya tenían el Estado y la Iglesia, prefirió
suspender la reforma prevista
por su predecesor, lo cual a la larga fue un mal para el
hospital del E. Santo.

Esta medida papal, unida al hecho de que el P.


General no le llamaba a Roma
ni tomaba de alguna manera su defensa, sumió al
religioso en tal angustia que le
afectó su sistema nervioso117 118.
Llamado a trabajar con el obispo de Terracina, desde
allí envió a la S. Penitenciaría
Apostólica la solicitud de dispensa de los votos y del
juramento de perseverancia.
El 10 de enero de 1830 informó de ello al General: le
comunicaba
que devolvía el hábito y toda la ropa por medio del
provincial, y subrayaba que
había presentado como motivo para pedir la dispensa
sólo su mal estado de
salud, según diagnóstico de los médicos de Terracina,
que le habían ‘reconocido
los graves males que V. P. bien conoce’m.

Al P. General le desagradó mucho que el P. Pedrelli


pidiera la dispensa de los
votos directamente a la S. Penitenciaría en vez de
solicitársela a él en fuerza de
la bula «Supremi Apostolatus» de Clemente XIV. En
julio de 1832 el Procurador
pidió a la S. Congregación de 00. y RR. que se dignara
remitir a su superior
114 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836. Lo mismo dice el
P. Juan del Niño Jesús el 16 -II- 1829: ‘el dolor
le ha quitado casi el cerebro’.

115 ASV, Visita Ospedali di Roma..., o. c., vol. 55, f:


47r.

116 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836, el provincial al


General el 23 -II- 1829.

117 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836, carpeta del P. J.


Pedrelli: cartas del provincial y del superior local
que repetidamente dicen que el P. Pedrelli estaba
como fuera de sí por el dolor de haber sido sacado
de Roma y de que no lo defendiera el General.

118 GABRIELE RUSSOTTO, F.B.F., L’ultimo tentativo


di riforma dell’Ordine di Santo Spirito, Edi-
zioni Liturgiche e Missionarie Roma 1943, p. 38. En
esta obra aparecen las cartas publicadas en
AGCP, Dol., Lettere 1804-1836.
mayor la solicitud de los religiosos que pidieran
dispensa de votos. El Prefecto, <
con el beneplácito del Papa, dictó la declaración
pedida y la comunicó a las SS. \
Congregaciones de 00. y RR., del Concilio, de la
Disciplina de los Regulares y i
a la S. Penitenciaría. ';

El Procurador, no contento con esto, pidió que la


declaración fuera enviada también
a la Secretaría de Memoriales, al Santo Oficio y ala
Secretaría de Breves; también
obtuvo que se ordenase al obispo de Terracina borrar
de la cancillería episcopal
el indulto obtenido por el P. Pedrelli, ‘pues un día
podría causar gravísimo daño
a la Congregación , ya que ‘en algún caso parecido ‘
se podría aducir tal indulta'y
Parece que el comportamiento del P. General se
merecía en esta ocasión el
severo juicio de mons. Sala. Pues ¿qué mal podría
sobrevenir a la Congregación
si el P. Pedrelli hubiera completado la reforma que le
habían confiado el Papa y
aquel que el Papa había nombrado presidente de la
Comisión de la Visita? Los
comentarios en el ambiente de la curia romana fueron
consecuencia de las conversaciones
que se hicieron en el ámbito de la Comisión de la
Visita, y también
de los coloquios entre el presidente y el General de los
pasionistas con los cardenales
jefes de Orden. A estas conversaciones habría que
añadir las murmuraciones
nacidas en el ambiente del hospital del E. Santo.

El General escribió personalmente a cada uno de los


provinciales, consultores
y rectores, les expuso su perplejidad y les pidió luz
sobre la supuesta dureza g
de su gobierno, buscando apoyo moral. Para él
aquellas habladurías con la posi-
ble pérdida de estima de la Congregación en la curia
romana y en otras personas ?
le causaban un dolor inaudito. r(|

El 11 de enero de 1830, el General daba al P. Antonio


Testa, provincial de la
Presentación, alguna noticia más que a los otros:
‘Finalmente el P. Joaquín ha
pedido su dimisión a la S. Penitenciaría, la cual para
su ejecución ha delegado
a Mons. Grati, visitador de Terracina; desde el 8 de los
corrientes ya no es
pasionista. ¡Que Dios le proteja a él y ampare a la
Congregación!

¡Bendito sea Dios! Se habla en un recurso hecho al


Papa de que entre nosotros
hay excesiva dureza. Ayer por la mañana el card.
Pedicini encontró al Papa
prevenido contra esta dureza. El card. De Gregorio se
ha quejado de ello ante
el card. Odescalchi, y le ha dicho que ha debido
conceder al cardenal vicario la 119
119 AGCP, A. III-V/l-2,3: S.C. de OO. y RR., 1832.
Platea dei SS. Giovanni e Paolo, II, f. 1, se habla
de este disgusto del General. AGCP, Dol., Lettere
1804-1836, carp. del P. Pedrelli, carta del obispo
de Terracina al Procurador el 4 - III- 1833. Pedrelli
obtuvo que se repusiera el indulto, cfr. carta al
card. Sala, del 19 -IV- 1836 en ASV, Spogli Card. G. A.
Sala. Ibid. Congr. Vescovi e Regolari, Positi
ones Regni, Posizioni maggio 1836, Passionisti, Il P.
Gio. Pedrelli, donde se encuentran ios
documentos y la carta del P. Pedrelli al Papa en la que
solicita que sea repuesta en la cancillería de
Terracina la documentación mandada retirar por el
Procurador de los pasionistas, y para ‘evitar
alguna nueva sutileza, se digne también convalidar
«ad abundantiam» el indulto obtenido «cuntí
omnibus inde sequutis». El Papa accedió a ambas
solicitudes.
facultad de dimitir a los pasionistas que pidan
dispensa, y que estamos a punto
de sufrir una Visita Apostólica. Por otro lado, el
cardenal vicario dice que no
sabe nada de todo esto y que sigue dispuesto a
apoyamos.

Yo debo de estar ciego, pues no veo tal dureza; al


contrario, tengo que arre-
pentirme de haber sido demasiado suave; pero si las
cosas se ven así, avísenme
con libertad «et mittete me in mar i» (arrojadme al
mar). En caso contrario, es
el momento de unirnos unos a otros y de estar de
acuerdo todos contra quienes
quieran relajar, secularizar y arruinar la Congregación.
Me ha parecido conveniente
informarle de todo, para que, si es interrogado, sepa
cómo actuar. Mientras
tanto, oración y serenidad. Que le sirva de norma, pero
manténgalo en
secreto y no haga comentarios’ ’20.
En las respuestas de los dos provinciales y de los
cuatro consultores había
satisfacción de que el P. Pedrelli hubiera pedido la
dispensa, pues dentro habría
podido causar mucho daño. El provincial de la
Dolorosa añade: ‘En su estado
actual, y por sus actitudes, me parece que, de haber
seguido en la Congregación,
habría estado nervioso y creado intranquilidad; y
recuperarlo para que fuera un
auténtico pasionista me parecía ya imposible ’. Pasaba
a comentar que había
caído mucha nieve, por lo que no era posible moverse
de allí, y exclamaba:
'/Grande época en la que hasta los elementos se nos
ponen en contra!’120 121 122.

El provincial de la Presentación, P. Antonio Testa,


escribía al General el 15
de enero de 1830: ‘En cuanto he leído que el P.
Joaquín ha sido dimitido, he
dado gracias a Dios. La serpiente está ya fuera de
casa, y, por mucho mal que
haga afuera, no será comparable al que podría haber
producido dentro... En lo
referente a la dureza, repito que yo no la conozco,
pues si la conociera se lo
comunicaría; créame que así lo haría. Algunos pocos
consideran dureza el exigir
con moderación, aunque sea excesiva; quiero decir,
pedirles que vivan según
el estado que han abrazado. Quisieran sacudir
cualquier yugo; más aún, no
quieren ser pasionistas y les gustaría que no hubiera
uno solo en el mundo. Que
intenten conseguir esto los que ya han salido, no es
maravilla, pero que lo busquen
quienes están dentro... En cuanto a mí, tómeme como
soy, estoy pronto a
sacrificarlo todo por la Congregación, nuestra
madre5122.
Los dos provinciales estaban de acuerdo en considerar
que no era verdad que
se hubiera hecho el recurso al Papa, pero, aun en el
caso de que fuera cierto, no
debía preocuparse, pues no había asuntos graves.

El consultor de la Dolorosa, P. Lucas María de la SS.


Trinidad, hacía notar
que las quejas sobre el rigor del General procedían de
rectores demasiado protegidos
por el propio General, especialmente el de Roma, ‘con
quitarle o mandar-

120 AGCP, B. IV-V/1-9, 4.

121 AGCP, B. ÍV-V/1-9, carta del P Bartolomé de la


SS. Concepción, el 15 -I- 1830.

122 AGCP, B. IV-V/1-9, carta del 15 -1- 1830.


le religiosos de familia’. Son personas que quieren ‘ser
superiores absolutos’. Y
concluye con amargura: ‘El espíritu de insubordinación
y de independencia se
va inoculando. ¡El mal es que no sabemos a dónde
mirar!’. Añadía que era
importante que el General recuperase la salud y
tuviera más cuidado, pues ‘aquí
la estación es horrible, cae nieve sobre nieve’.

El rector de Ceccano, P. Vicente del SS. Sacramento,


el 23 de enero de 1830,
animaba al General a que no se amargase la vida,
pues quien ha salido de la Congregación
tratará de dar una apariencia de razón a su gesto.
Respecto al General,
más que duro se ha mostrado excesivamente
indulgente:

‘Hablando con el corazón en los labios, su dureza ha


sido ésta, la excesiva
condescendencia en soportarlos, pues, viendo su
comportamiento nada edificante,
hubieran debido ser expulsados hace años. ¿No se
recuerda de don Sal-
vatore Savini, o sea, del P. Máximo, bajo el
provincialato del P. Lucas? Y todo
lo soportó con indiferencia. Si se habla del ex rector de
Paliano, hay quien
comenta que ya había concertado con don Juan Dori
dejar nuestro hábito siendo
vicerrector en esta casa de Ceccano; además ha sido
siempre inobservante
de muchos puntos de las Reglas, como conoce bien
toda la familia religiosa de
Paliano, que tuvo que soportarlo incluso de rector, sin
ningún mérito. Si se habla
del ex P. Joaquín, por su excesiva condescendencia
hacia él es justo que sienta
remordimientos y lo reconozca, pues sus faltas fueron
tantas que se había merecido
ya mil veces ser despojado del hábito y expulsado a
tenor de la S. Regla.
Por eso no haga caso de lo que circula por Roma; todo
se desvanecerá pronto,
dada la falsedad de la calumnia. Quitados de en medio
estos tres infelices, creo
que no queda ningún otro que no ame a nuestro
instituto y que no lo defienda’121.

No contento con estas respuestas, el General quiso


dar, a la curia romana, a los
bienhechores y a los mismos religiosos, un signo
externo de que la Congregación
estaba compactamente unida: convocó a los que
tenían voz activa en el Capítulo
General, o sea, a los provinciales y consultores. Se
encontraron el 14 de febrero de
1830 en la casa general de los SS. Juan y Pablo. Y
sintetizó en cuatro puntos la esencia
de las habladurías: ‘1) que se exigen cosas
insoportables, por lo cual algunos
religiosos se han visto constreñidos a dejar el instituto;
2) que del último Capítulo
General salieron unas Reglas nuevas que afectan a
todo el instituto, a las cuales no
se habían comprometido los religiosos al hacer la
profesión; 3) que se tiene descuidada
la atención de los enfermos; 4) que se tarda mucho en
dar la dispensa de
los votos a quien lo solicita, para dar tiempo de
decretar después la expulsión, y
por este motivo algunos religiosos han tenido que
pedirla a la S. Penitenciaría’.

Los nueve religiosos presentes reiteraron lo que


habían expuesto por carta:
que al gobierno general sólo se le puede reprochar la
excesiva indulgencia con 123

123 AGCP, B. IV-V/1-9,4.


los que se han salido, pues habían actuado a capricho
durante demasiado tiempo.
Y concluyeron con un ruego al cardenal Penitenciario
Mayor para que diera
‘una medida oportuna’: que los religiosos que le
hubieran pedido la dispensa de
votos fueran remitidos al Superior General124.

Todos firmaron un memorial que se hizo llegar al Papa


por medio del cardenal
De Gregorio; así la tempestad se deshizo sin dejar
más daños en el mundo exterior.
En cambio, dentro, a juzgar por las respuestas, no
faltan alusiones al modo de
gobernar o a la manera de entender y practicar la
benignidad, la paciencia y la tolerancia
sin que por ello debiera disminuir la vigilancia y la
justicia distributiva. Estos
juicios divergentes, aunque dichos con sordina, serán
motivo de las preocupaciones
que se manifestaron en el Capítulo General de 1833.
19. - Fundación de dos retiros en 1830

En el Capítulo General de 1827 se había aceptado dos


de las varias fundaciones
que se ofrecían a la Congregación125. Se optó por la
de L’Aquila, que facilitaba
la entrada en el reino de Nápoles donde habían
fracasado hasta entonces
todos los intentos, y la de Lucca, por el mucho interés
del Duque Carlos Ludo-
vico y por el deseo de tener mayor presencia en el
Gran Ducado de Toscana, al
que estaba a punto de unirse el Ducado de Lucca.

19.1.- Retiro de Santa María del Socorro, L’Aquila, 13


de julio de 1830

Mons. Jerónimo Manieri126 se había retirado el 19 de


abril de 1818 a la casa
de ejercicios de los SS. Juan y Pablo para prepararse
a su ordenación episcopal.
Pidió al General misiones para la ciudad de L’Aquila a
la que estaba destinado.
La misión, dada en mayo de 1818 por los PP. Lucas
de la Asunción, Joaquín del
Espíritu Santo y José de Santa María, fue muy
fructífera y creó en el clero y en
los nobles el deseo de contar con una comunidad
pasionista en Collemaggio o en
Santa María del Socorro. En aquel momento la
Congregación no contaba con
suficiente personal para atender la solicitud, pero los
promotores volvían a la
carga de cuando en cuando. Durante el Capítulo
General de 1827, don Luis Chia-
ri, aquilano, hermano del P. Emidio María de San Luis,
recordó la solicitada fundación
en Santa María del Socorro, antiguo convento de
monjes olivetanos, y
llegó incluso a presentar un despacho obtenido del rey.
El secretario del Capítulo,
en nombre de todos los pasionistas, agradeció al rey
‘la atención que Vuestra
Majestad se digna tener con este pobre instituto y
espera poder corresponder

124 AGCP, B. IV-V/1-9, 3-1. Cfr. también Platea dei


SS. Giovanni e Paolo, III, f. 1-2.

125 Decreti e rac., o.c., decr. n. 273.

126 Cfr. Hierarchia Cath., VII, 84: Mons. Girolamo


Manieri (1757-1844).
con agradecimiento y encontrarse en condiciones de
recibir gracias y favores de
su Soberna Clemencia’121. El nuevo General, P.
Antonio de San José, prometió
visitar el lugar y, si era adecuado, aceptaría la
proposición. íjr

El General estuvo allí en septiembre de 1827 con el P.


Lucas María de la SS. Tri- |
nidad y el hermano Peregrino. El lugar le pareció
adecuado, pero habría que hacer I
muchas reparaciones en una casa abandonada desde
hacía más de 20 años. El obispo
se asustó de los tres mil ducados que se necesitaban,
además de los gastos para
recuperar la viña que estaba bajo las ventanas, y de la
constmcción de una tapia alrededor
de todo el convento. Sin embargo, la gente que
deseaba la fundación le animo.

El mayor obstáculo sería obtener el decreto real para


la fundación y la aprobación
del instituto de los pasionistas. El obispo se sirvió de
su cuñado Lelio Rivera,
director general de correos en Nápoles, y se obtuvo el
decreto el 19 de junio de : 828.

En abril de 1830 estaban casi concluidos los trabajos


de reestructuración. El
obispo pidió que se diera nuevamente una misión para
preparar la llegada de la
comunidad. Comenzó el 29 de junio de 1830 y se
concluyó el 11 de julio, intervinieron
los PP. Lucas María de la SS. Trinidad, Andrés del
Corazón de María.
Calixto de San Luis, Clemente de Santo Tomás y
Carlos de la Virgen de la Paz; ;

y mientras el hermano Inocencio de Santa María


atendía a los misioneros, el her- ’

mano Peregrino acondicionaba la casa.


La fecha de toma de posesión la señaló el obispo para
el 13 de julio, y además
quiso ofrecer un banquete a los principales de la
ciudad, a algunos canónigos
y a los superiores de los institutos ya presentes:
agustinos, conventuales,
observantes, reformados, capuchinos y redentoristas.

Formaron la primera comunidad 18 religiosos: los


sacerdotes Lucas de la
SS. Trinidad, Joaquín de San José, Carlos de la Virgen
de la Paz, Antonio de
Santa María, Serafín del Espíritu Santo y Félix de la
Virgen Dolorosa, lector;
los clérigos estudiantes Gaudencio de la Dolorosa,
Claudio de San Agustín,
Gerardo de San José, Aurelio de San Juan Bautista,
Santiago de San Pedro y
Pedro Pablo del Niño Jesús; y los hermanos Camilo de
Jesús y María, Peregrino
de la Dolorosa, Juan Pedro de la Virgen del Carmen,
Inocencio de la
Dolorosa y Antonio de la Pasión127 128.

Concluida la entrega del edificio y la lectura del


documento, el P. Lucas cantó la
misa en honor de la Virgen María. Seguidamente dio la
bendición con el Santísimo
Sacramento y lo reservó en el sagrario como signo de
que la fundación se había iniciado
según los deseos del venerable Pablo de la Cmz. Los
religiosos cantaron Sexta
y Nona con la participación del obispo, contento de
que tantos esfuerzos y gastos
hubieran tenido éxito. Pasaron después a consumir la
comida mandada preparar por
el obispo. Los religiosos se sentaron en mesa aparte,
escucharon la lectura y estu-

127 AGCP, DoL, Lettere 1804-1836, borrador de


respuesta al rey y al arzobispo de L’Aquila.

128 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., o.c., año 1830, ff. 59-60.
vieron en silencio. Los demás comensales hablaban,
pero con voz moderada.

Gradualmente se hicieron mejoras en la fábrica, en el


mobiliario y en la huerta.
A ruegos del General varias comunidades ayudaron a
amueblar la casa; la de
San Sosio, por orden del mismo General, envió ‘una
casulla blanca noble para
las solemnidades’129. El General nombró superior
provisional al P. Lucas María
de la SS. Trinidad, y vicario al P. Carlos de la Virgen
de la Paz. En 1833 el retiro
sería agregado a la provincia de la Dolorosa, y en el
capítulo fue elegido rector
el P. Ambrosio de la SS. Concepción.

El 22 de enero de 1831 el P. General, con el voto de


sus consultores, estableció
eir este retiro un noviciado para hermanos coadjutores
y con licencia pontificia confió
su dirección al P. Lucas María de la SS. Trinidad,
también superior y consultor
provincial130. Comenzaron su noviciado dos
hermanos: uno se fugó a los seis meses.
Quedó Venancio de Nuntiis de San Luis, de Popoli,
diócesis de Sulmona, que profesó
el 3 de mayo de 1832; pero aquella experiencia
concluyó allí131.

La importancia de esta fundación es que con ella se


abrió el reino de Nápo-
les, que por fin había reconocido legalmente la
Congregación. La gente se mostró
muy adicta, y la comunidad se convirtió en punto de
referencia para el apostolado
de la predicación itinerante y la iglesia para las
confesiones.

Se iniciaron los ministerios con una misión en


Labarese del 8 al 19 de septiembre
de 1830. En noviembre los pasionistas comenzaron a
ser confesores
extraordinarios durante 15 días en los monasterios de
la ciudad: en Santa Lucía
el P. Lucas, y en San Basilio el P. Carlos. En el
internado de las ‘Recomendadas’
los pasionistas dieron ejercicios a las niñas de primera
comunión. Las diócesis
de Antrodoco y de Sulmona pidieron predicadores y el
seminario de Rieti quiso
ejercicios dados por el P. Lucas. La comunidad,
agradecida al rey Francisco I por
el decreto de admisión de los pasionistas en su reino,
ofreció sufragios especiales
a raíz de su muerte, ocurrida el 8 de noviembre de
1830.

Hubo que superar muchas trabas para que pudieran


llegar los libros que el P.
General mandó como primer núcleo de la biblioteca.
Fueron detenidos en la aduana
de la ciudad ducal; se debía pagar una tasa de
doscientos ducados. Con ayuda
129 AGCP, fotocopia de la Cronaca di San Sosio, f.
40.

130 AGCP, A. II-VI/4-2, 1-6.

131 AGCP, B. III-IV/2-2-, Notizie del Ritiro della


Madonna S.ma del Soccorso presso la citt di Aquila
1830, 13 luglio. En este fondo hay otros documentos
relacionados con la fundación, cartas de los
amigos que trabajaron para obtener el decreto real y
notas de ministerios apostólicos. En B.III-IV/2-
3 están las cartas del obispo muy interesantes por la
perseverancia en esperar y obtener la fundación
de los pasionistas. En B. II1-IV/2-1 se conservan
instrumentos y trámites para la fundación.
Hay también un pleito sobre el camposanto cuando la
ley estableció que en 1837 los cementerios
debían entrar en funcionamiento. El cementerio se
quería organizar en un campo señalado ya antes
de la llegada de los pasionistas y después
abandonado. En B.III-IV/2-4, las cartas de los rectores,
especialmente las del P. Ambrosio con buenas noticias
e incluso de crónica de la comunidad. También
está el documento de compra en 1841.
del señor Rivera de Nápoles se consiguió rebajarla a la
mitad. El superior dijo que
ni eso podía pagar y que fueran devueltos los
paquetes. Con nuevos trámites el
señor Rivera logró que se dispensara de aquella
cantidad, pero seguía en vigor la
revisión legal para los libros extranjeros. Era necesaria
una buena cantidad para el
transporte, con riesgo de pérdida de libros. El señor
Rivera consiguió que la revisión
se hiciera en L’Aquila por tres revisores, que podían
ser el obispo o su vicario,
el intendente y el profesor de Jurispmdencia en el
Liceo urbano. El incansable
señor Rivera obtuvo esta gracia, los libros fueron
examinados en L’Aquila y el 26
de abril de 1831 estaban en la biblioteca del retiro132.
Este hecho pone de relieve
qué difíciles resultaban las relaciones entre los
estados.
Del registro de las ‘visitas’ de los superiores mayores
aparece que en aquel
periodo la comunidad marchaba bien; no hay
especiales advertencias. El R
Domingo de la Madre de Dios, en su visita del 25 de
junio al 13 de julio de 1834
como provincial de la Dolorosa, dejó ‘este aviso: que
en las misiones no se pida
nada Esta advertencia era fruto de su interés por la
pobreza que el Fundador
había recomendado, y que él defendería en el Capítulo
General de 1839, al que
presentó un memorial muy razonado sobre este
tema133. El provincial R Sebastián
de San José, el 19 de mayo de 1837, mandó que
‘todos los religiosos, sacerdotes,
estudiantes y hermanos que sepan escribir, están
obligados a escribirme
cada tres meses’134', disposición sorprendente, ya
que el provincial, que había
estado allí del 8 de junio al 7 de julio de 1834, afirma
no haber encontrado desorden
ni inconveniente de relieve.

19. 2. - Retiro de San Miguel Arcángel, Lucca, 19 de


agosto del830

Esta fundación se debió a la duquesa María Luisa de


Borbón, que fue reina de
Etruria en tiempo de Napoleón, madre de Carlos
Ludovico, último duque de
Lucca135. María Luisa era muy devota del P. Pablo de
la Cruz, cuya tumba visitó
varias veces en Roma para rezar y mantuvo
excelentes relaciones con mons.

132 Arch. Stato Aquila, Sez. I, Cat. X - 1834-1848, b.


1229: Santa Maria del Socorrso ai Passionisti.
donde está el catálogo de los libros examinados.
AGCP, B. IIÍ-IV/2-2-, Copiaccia per la Platea, ff.
33-34.
133 AGCP, fotocopia del Libro in cui si registrano le S.
Visite dei Superiori ed altri Ordini e licenze che
si danno dalli medesimi, L’Aquila, f. 4.

134 AGCP, fotocopia del Libro in cui si registrano le S.


Visite...,o.c., f. 5.

135 MARIA LUISA TRBBILIANI, Studi storici lucchesi.


Personaggi, avvenimenti, società nel XIX
sec.- M. Pacini Fazzi Ed. Lucca 1992, pp. 25-37.
CESARE SARDI, Lucca e il suo Ducato dal 1814
al 1859, Uf. Rassegna Naz. Firenze 1912: Maria Luisa,
de los Borbones de España, dio a luz a su
hijo Carlos en Madrid el 13 -III- 1799; en 1801 fue reina
de Etruria, pero el 22 -XI- 1807 fue destronada
por Napoleón que unió la Toscana al imperio francés.
Carlos fue confirmado en Florencia
por Pío VII a su paso camino de Paris para participar
en la coronación de Napoleón. Maria Luisa
entró en Lucca en 1817; murió en Roma en su palacio
el 13 -III- 1824.
Strambi y otros religiosos como el P. Juan Lucas de la
Asunción. De manera más
específica estuvo en Roma en noviembre de 1823
para obtener la curación por
intercesión de Pablo de la Cruz. Le acompañaba su
hijo Carlos Ludovico con
su mujer e hija. Ordenó que se celebrara un triduo
solemne, con exposición del
Santísimo Sacramento, para impetrar de Dios su
propia curación, y en los actos
participó su hijo. Habiendo ocurrido la muerte de mons.
Strambi el 1 de enero
de 1824, quiso asistir a los funerales136. La
admiración que sentía hacia Pablo
de la Cruz, mons. Strambi y la Congregación
pasionista la llevó a desear tener
una comunidad en el ducado de Lucca. Al morir el 13
de marzo de 1824 confió
a su hijo el deseo. Éste habló de ello al P. Juan Lucas,
sin decidir nada por
el momento.
El duque pensó efectuar la fundación en el antiguo
monasterio dedicado al
Ángel, propiedad de los canónigos lateranenses
residentes en Lucca, en la iglesia
de Santa María. El 22 de abril de 1827 el duque
escribió al P. Juan Lucas y le
comunicaba que había dado los primeros pasos para
lograr el intento. El arzobispo
se mostraba accesible y él confiaba en solventar otras
dificultades relativas a la
propiedad de los locales y al terreno, pues ‘quiero a los
pasionistas en mi casa’.

Le invitaba a que visitara el lugar y a que después le


comunicara lo que se
necesitaba para saber a qué atenerse. Decía que
estaba levantando la casa rectoral
para el párroco de Tramonte a fin de que dejara libre el
local que usaba en la
zona del futuro convento. La solicitud fue presentada
por el P. Juan Lucas a los
religiosos reunidos en 1827 para el Capítulo General.
Los capitulares aceptaron
dos fundaciones, dejando al General que determinara
cuáles, tanto en el Estado
Pontificio como fuera de él137. El P. Juan Lucas
contestó al duque, le expresó su
agradecimiento personal y el de los capitulares, y le
dijo que en cuanto le fuera
posible iría a ver el lugar.

El 10 de mayo de 1827 el duque, contento con esta


respuesta, decía que había
procurado arreglar el camino y que no habría
diferencia entre el que llevaba a
Monte Cavo, que había visitado, y el que llevaba al
proyectado retiro138. El propio
duque pidió a la Santa Sede el permiso para el cambio
de propiedad de los
bienes eclesiásticos, mientras el Superior General
solicitaba del arzobispo de
Lucca, mons. José de Nobili139, el permiso para iniciar
los trámites140.
Se encargó al ingeniero Nottolini que preparara el
proyecto y comenzase los
trabajos. Pero el duque Carlos viajaba mucho y
durante su ausencia algunos
empleados, tal vez contrarios, no a la fundación sino a
la facilidad con que el

136 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, ff. 102-


103.

137 Decreti e rae., o.c.,, decr. 273. Carta del duque del
22 -IV- 1827 y borrador de respuesta del P. Juan

Lucas de mayo de 1827, en AGCP, B. II-III/3-1, 1-1,


2,3,4.

138 AGCP, B. II-III/3-1, 1-5.

139 Cfr. en Hierchia Cath., o. c., VII, 243, mons De


Nobili (1756-1836) había sido consagrado en 1826.
140 AGCP, B. II-III/3-1, 1-6, 7, 8.
duque hacía gastos, mandaron detener las obras141.
Mientras tanto el 22 de mayo
de 1829 se obtuvo el permiso escrito del arzobispo
mons. José de’Nobin. Desde
Viena el duque había escrito el 15 de febrero de 1829
al P. Juan Lucas que esperaba
tener a los pasionistas para Pentecostés, pero,
dándose cuenta de que se iba
hacia el verano, pensaba que sería oportuno esperar a
la fiesta del Arcángel San
Miguel en septiembre; y a la vez pedía noticias del
retiro de L’Aquila142.

Surgió una seria dificultad a causa de un gran olivar en


el terreno ofrecido para
retiro que rendía anualmente unos veinte barriles de
aceite. El Superior General pedía
que fuesen arrancados los olivos, porque las Reglas
prohíben tener rentas fijas. El P.
Antonio Testa, mandado al lugar para realizar la
fundación, propuso una fórmula que
parecía estar de acuerdo con la bula «Supremi
Apostolatus»: que el duque conservara
la propiedad y la alquilase o diese el beneficio como
limosna a los pasionistas. El
General, P. Antonio Colombo pensaba que la solución
podría estar de acuerdo con la
bula «Supremi Apostolatus», pero podría crear
dificultades en el futuro.

Por eso, a fin de acelerar la fundación, el General pidió


a la S. Sede, y la
obtuvo el 9 de julio de 1830, la facultad de abrir la
casa, pero ‘con la obligación
de que Su Santidad establezca el tiempo dentro del
cual deberán arrancarse los
olivos, dejando únicamente los que sean suficientes
para recoger el fruto, y para
que no cunda el ejemplo’14*.

El 19 de agosto de 1830, ‘en dos buenos carros’


enviados por el duque, llegaron
a Lucca 12 religiosos: los sacerdotes Juan Bautista de
S. Jerónimo, Pío del
Nombre de María y Valentín de la Madre de Dios; los
estudiantes Roberto del
Espíritu Santo, Valentín de San José, Justino de la SS.
Concepción, Martín de la
SS. Concepción y Marcos de San José; y los
hermanos Adeodato de Jesús y María
(hermano del P. Domingo Barberi), Francisco de San
José, Femando de San Rafael
y José de la Preciosísima Sangre. El P. Pío del
Nombre de María era a la vez lector
o director espiritual y profesor de los estudiantes144.
Celebrada la misa en S.
Cristóbal, los religiosos tomaron un refrigerio en casa
del bienhechor José Fran-

¡jij

§¡I
1

|p

141 AGCP, B. II-III/3-1, 1-17, el provincial P. Antonio


Testa al General: ‘No puedo creer cómo son tan
enormes los obstáculos que salen al paso de esta
fundación. El soberano tiene óptima voluntad y se
ve que la quiere, pero un cierto consejo económico ha
hecho todo lo posible por impedirla, diciendo
que así se arruina el Estado. En cuanto marchó el
soberano se negó y se impidió que el arquitecto
tuviera dinero para seguir la fábrica; por eso no se ha
hecho el recinto ni se ha traído el agua
ni se ha preparado el camino’-

142 AGCP, B. II-IH/3-1,1-10, 11.12.14.

143 AGCP, B. II-IIT/3-1, 1-15, 17,19. ASV, S. C. VV.


RR„ Posizioni 1838, el 15 -XI- 1838 se obtuvo el
permiso para vender una pieza de terreno comprado
por el Duque a los canónigos laternanses y
pasado a los pasionistas, pero no servía; con lo
obtenido se quería construir la tapia de la clausura.

144 El P. Pío Cayro había ido del retiro de Corneto al


de Todi en junio de 1830 como vicario con 5
estudiantes.
El 30 -VII- 1830 fue enviado a Todi el P. Ignacio
Carsidoni del Costado de Jesús para suceder
al P. Pío en el oficio de vicario y de lector, ya que el P.
Pío se unía a la nueva comunidad del
Ángel de Lucca. AGCP, Platea del Ritiro di Todi, B. II-
III/2-4, f. 87, 89.
cesconi, y a primera hora de la tarde se encontraban
ya en el retiro. ‘Apenas llegados
comenzaron con el canto de las horas de Sexta y
Nona haciendo resonar en
aquel santo lugar las alabanzas divinas, y dedicados
desde entonces a cumplir la
observancia completa para mayor gloria de Dios y
edificación del prójimo, cumplido
todo con gran exactitud, dentro de lo que permite la
humana fragilidad ’.

Al día siguiente el duque, llegado de los Baños de


Lucca, se acercó al Angel para
saludar a los religiosos; mandó que se les llevase lo
que necesitasen de su villa de
Marlia, y continuó ayudando y enriqueciendo la
biblioteca y la sacristía. El 10 de
noviembre de 1830 se firmó el documento por el que
jurídicamente el duque compraba
a los canónigos lateranenses toda la propiedad y se la
pasaba a los pasionistas145.
El retiro estaba bien construido y la iglesia era digna
del arquitecto Nottoli-
ni. El P. Valentín escribía al General: ‘El duque está
muy dedicado a nosotros.
Nos ha levantado una casa verdaderamente a lo
grande y la ha dotado de todos
los muebles necesarios; la iglesia es una obra digna
de ser visitada. Nos aprecia
de verdad y le gusta estar entre nosotros; llama a este
lugar el Sacro Monte
del Santo Angel de Tramonte’146.

Al constituir la comunidad, los superiores tuvieron en


cuenta la importancia
estratégica de la fundación, primera en Toscana, para
no defraudar las esperanzas
de la difunta María Luisa y del duque Carlos, y más
aún del arzobispo, el
cual, al admitir a los pasionistas, realizó un gran gesto
de confianza en ellos ante
su clero numeroso y de buena cultura147.
Se envió a los mejores religiosos y predicadores que la
Congregación tenía
en aquel período, como los PP. Antonio Testa,
consultor provincial y también
superior, Bernardo de María Virgen, Juan Bautista y
Pío Cayro del Nombre de
María. El P. Domingo escribió a este último una carta
en la que expresaba su
satisfacción porque lo hubieran elegido ‘uno de los
fundadores del nuevo retiro
de Lucca’; le animaba a la generosidad, asegurándole:
‘No he cesado, ni ceso, ni
cesaré de encomendarle débilmente al Señor y a la
Madrecita ’; le rogaba que
hiciera lo mismo por él. Comentaba también la
educación de sus propios estudiantes
y de los que tenía a su cargo el P. Pío Cayro. Le
mandaba semillas para
el jardín que cultivarían los estudiantes de manera que
nunca faltaran flores fres-
145 AGCP, B. 11-111/3-3-, 1-1 Notizie concernenti la
fondazione del Ritiro di S. Michele Arcangelo in
Tramonte di Brancoli nella diocesi di Lucca. * E1
documento ibid. B. II-IH/3-2,1-2.

146 AGCP, B.II-III/3-3, 1-2, carta del 15 -III- 1831. Para


un mejor conocimiento de la historia puede
ser útil SALVATORE, C. P., Il Monastero dell’Angelo
sui monti di Brancoli (Cenni di storia e arte),
Tip. Ed. G. Giusti Lucca 1919.

147 Puede ser útil LENZO LENZI, Cultura e Clero e


religiosità popolare nel secondo ottocento lucchese,
Libri Edizioni, Lucca 1996. En 1852 en la ciudad de
Lucca había 304 sacerdotes, 20 diáconos
o subdiáconos, 85 clérigos del clero secular, 202
religiosos y 386 religiosas. PIER GIORGIO
CAMAIANI, Dallo Stato Cittadino alla Città bianca. La
‘Società cristiana’Lucchese e la rivoluzione
toscana, La Nuova Italia, Firenze 1979, p. 242.
cas ante el Santísimo Sacramento. Le pedía que
rezara por Inglaterra, y que saludara
al consultor P. Antonio y al P. Bernardo, del que
esperaba una respuesta1".

El P. Pío ayudó en Lúea a la Beata María Dominga


Bmn Barbantini en su proceso
espiritual de fundadora; la empujó a que escribiera las
Constituciones. En su
autobiografía escribe ella: ‘Un día hablé de mi pena
con el R. R Pío pasionista, religioso
de gran piedad, celo, experiencia y gran caridad con
todos, por eso muy adicto
a esta obra de caridad; le pedía que me escribiera esta
Regla, pero me dijo: :¿Es
que ninguno le ha dicho que las Reglas y
Constituciones para vuestra comunidad
debe escribirlas usted misma?’. ‘Nadie, Padre, ni podía
ocurrírseme tal idea.'.
‘Pues bien, yo le digo que las escriba usted misma ’. Y
aunque con repugnancia, la
beata Barbantini las escribió y el obispo se las
aprobó148 149.

Después de establecimiento de la comunidad, el


General nombró en 1831 primer
superior canónico al P. Domingo Barberi de la Madre
de Dios. Éste tuvo que
hacer frente al problema del olivar ya aludido. El
General tenía prisa en que se cortasen
los árboles y a finales de 1831 quería pasar ya a la
ejecución al nombrar superior
al P. Domingo. Pero la reacción del pueblo, de los
nobles y del clero fue enérgica
y unánime, como contaba el P. Domingo al General el
12 de enero de 1832:

‘V. P. no podré imaginarse fácilmente la alarma que ha


causado en todo el pueblo
la tala de los olivos. No creo que en todo el estado de
Lucca haya una persona
(si se exceptúa sólo el párroco di Sesto, que trata de
apoyarnos lo mejor que puede)
que no murmure de este asunto; aparecen siempre
unidos los sentimientos de los
nobles y de la plebe, de los sacerdotes y de los laicos,
de los párrocos y de los parroquianos
en detestarlo como la cosa más injusta e irracional del
mundo. Unos dicen
que es un pecado contra la naturaleza, otros que va
contra la ley natural, algunos
añaden que es un pecado mortal, otros echan la culpa
a los superiores mayores
como a criminales sin conciencia. No falta quien la
emprende contra el Papa, que
no quiso conceder el permiso de conservarlos.

Por nuestra parte decimos que no podemos


conservarlos porque es contrario
a la pobreza que profesamos y a las Reglas. Nos
responden que si no podemos
conservarlos, no hubiéramos debido ocupar este lugar,
ni aceptarlo; pero que una
vez aceptado, ¿con qué conciencia se puede hacer
daño tan notable al estado?
Tanto más, dicen otros, que el terreno no ha sido
pagado del todo a quien lo vendió,
y ya vosotros queréis arruinarlo. Algunos más
moderados presentan el ejemplo
de los capuchinos de Villa Basílica, los cuales, según
dicen, profesan la pobreza
como nosotros, y sin embargo han aceptado un lugar
en donde había un gran
viñedo, y pidieron al Papa permiso para conservar las
vides mientras durasen, sin
poder reponerlas con nuevas. Así, dicen, deberíais
hacer vosotros.

Los pobres hermanos postulantes con frecuencia son


alejados de los molinos

148 AGCP, fondo Santi, Domenico, cas 3, cart. cartas


a Pío Cayro.

149 Servae Del Mariae Dominicae Bmn Barbantini...,


Positio, Romae 1988, p. 527.
de aceite con insultos. ¡Cómo, les dicen, tenéis cara de
venir a pedir aceite
mientras arrancáis los olivos! ¡Que Dios os libre de
volver por acá!

He tenido que salir alguna vez en nuestra defensa


diciendo que nosotros no
podemos en conciencia conservar el olivar, y si no se
pueden talar tendríamos
que cerrar la puerta del retiro e irnos a otra parte en
donde pudiéramos disfrutar
de libertad para guardar las Reglas que hemos
profesado. Pero no creo
haber persuadido a nadie, sobre todo cuando se trata
de sacerdotes y párrocos.
Imagínese cuando se trata de frailes, de los
capuchinos, de los descalzos. ¡Parece
que por cada olivo que arrancamos estuviéramos
sacando un ojo a cada uno
de estos buenos cristianos! Ahora entiendo con cuánta
razón dice el duque que
él no había querido meterse en la empresa de arrancar
los olivos por miedo a
que el pueblo lo apedrease. ¿Qué hacer, Padre?
Comprendo que estos olivos no
se puedan tener ni hay que abrir el camino a los
abusos que una vez introducidos
en la Congregación difícilmente se extirpan; pero a la
vez veo y toco con las
manos que es terrible ir contra el sentimiento común
de todo un pueblo en medio
del cual uno tiene que vivir. Le confieso que es una
gran cruz ’¦ Como solución
sugería más o menos la ya ofrecida por el P. Antonio
Testa, es decir, pedir al Papa
permiso para conservar el olivar un par de años
más150.

El General aceptó esta salida pmdente. En 1838 se


vendería el terreno y con
el dinero se levantó la tapia de la propiedad.
Domingo tuvo que solucionar otro pleito con la fábrica
de lanas de Lucca
‘Burlamacchi’, que exigía que los religiosos le
comprasen la tela de los hábitos,
pues los pasionistas se surtían en el telar que tenían
en Roma para ‘mantener la
uniformidad en el vestido sin que se introdujeran
innovaciones ’. El P. Domingo
aseguró a los ‘Burlamacchi’ que ellos no se surtían en
otra fábrica, sino de la tela
que los mismos pasionistas tejían, y que el dinero que
se ganaba en Lucca no se
hacía salir fuera del estado, ya que el pago de la tela
que se recibía de Roma se
pagaba con la limosna de las misas cuyas intenciones
mandaba el General para
los sacerdotes de la comunidad. Con todo, se
declaraba dispuesto a surtirse de la
fábrica de Lucca si el General estaba de acuerdo y si
la calidad del paño era
‘igual que la que recibimos de nuestro telas y no hay
excesiva diferencia de precio’
151. El P. Pío Cayro sucedió como superior al P.
Domingo en 1833.

Estos problemas crearon dificultades al principio, pero


no disminuyeron la buena
relación que los pasionistas mantenían con el clero y el
pueblo. El P. Valentín escri

150 AGCP, Fondo Santi, Domenico, cas. 3, cart. cartas


al P. Antonio,

151 FEDERICO DELL’ADDOLORATA, Il B. Domenico


della Madre di Dio Passionista Mistico Apostolo
Scrittore (1792-1849), Post. Passionisti Roma 1963,
pp. 157-172. AGCP, Praes., Gap. prov.
XIX, 1831, e XX, 1833. AGCP, fondo Santi, Domenico,
cas. 9, cart. cartas: a Papeschi el 23 -VII-
1832 para la cuestión con la Burlamacchi.
bía al Superior General el 15 de marzo de 1831: ‘El P.
Bernardo y el P. Juan Bautista
están casi siempre en misiones. Mi amadísimo
consultor (P Antonio Testa)
ha predicado ya ejercicios públicos en Lucca con gran
aplauso de todos los doctores
de la ciudad; y ha arrastrado a toda la gente, por
decirlo con la expresión
de los mismos seculares que me han hablado.
Realmente ha sudado dando él
solo sermones de reforma y meditaciones durante diez
días. Ahora está en casa
y se prepara para dar los ejercicios en el seminario
diocesano en la próxima
Semana de Pasión... Nuestra iglesia se ha
transformado en un santuario y se
oyen diariamente confesiones de gentes muy diversas
que acuden para aliviar su
conciencia incluso de pueblos que distan muchos
quilómetros y de la misma ciudad
de Lucca. Esto es más llamativo en las mañanas de
los días festivos hasta
mediodía, a veces hasta más tarde; cinco sacerdotes
fijos se dedican a oír confesiones.
Las mujeres, aunque aún no se las confiesa, acuden
con mucha devoción
y soportan de mala gana el que se tarde en oírlas en
confesión, y se alejan
suspirando; no pudiendo hacer otra cosa, vienen a
comulgar y a oír la santa
misa todos los días y la explicación del evangelio o el
sermón que en los días
festivos, por mandato del padre consultor, predicamos
el P. Pío, el P. Juan Bautista
y un servidor. Por todas estas ocupaciones hemos
llegado a ser, dicho sea
para gloria de Dios, muy estimados de esta población
tan devota’152.

No se atendían las confesiones de las mujeres porque


el retiro fue considerado
de profunda soledad y en él se aplicaban las mismas
normas que en Monte
Argentario de no confesar a mujeres para no dar
pretexto a habladurías153.

Fue muy aplaudido en la diócesis el ministerio


apostólico de las misiones
populares, de los ejercicios públicos en las parroquias
y de los ejercicios espirituales
al clero y a ios monasterios de religiosas. Desde la
primera misión dada
en Convalle en agosto.de 1830 hasta finales de 1939,
los pasionistas del retiro de
S. Ángel de Lucca tuvieron 33 actuaciones sólo de
misiones y ejercicios públicos
en las parroquias o al clero. El aprecio en que se los
tenía se deduce del
hecho de que en la cuaresma de 1831 el P. Antonio
Testa predicó los ejercicios
al seminario de Lucca, y después al clero de toda la
ciudad, de Camaiore y pueblos
circunvecinos. Y en los años siguientes fueron también
invitados a predicar
en el seminario y a los eclesiásticos.
Además en 1832 fueron solicitados para predicar en
las diócesis vecinas,
como Pisa, Livomo, Massa Carrara y Pistoia, misiones
al pueblo y ejercicios al
clero y a los ordenandos154. Los religiosos se
preocuparon mucho, no sólo de dar
buen ejemplo, sino de mantener el espíritu de pobreza,
no aceptando nada como
remuneración, ni siquiera intenciones de misas, a fin
de que los párrocos no cre

152 AGCP, B.II-III/3-3, 1-2.

153 SALVATORE, o. c., p. 79.

154 APScala S., Registro delle SS. Missioni ed


Esercizi, Lucca, 1830-1871,ff. 1-14.
yeran que les hacían la competencia en este campo.

En 1831 los PP. Antonio Testa y Domingo de la Madre


de Dios dirigieron los
ejercicios al clero de Camaiore y poblaciones vecinas.
El clero pensaba ‘ofrecer
alguna recompensa a los obreros evangélicos, y éstos
la rechazaron modesta,
pero firmemente’155. El P. Domingo, en 1839,
defendiendo en el Capítulo General
la gratuidad de nuestros ministerios, recordaba que en
el estado de Lucca el
fruto de las misiones y ejercicios se debía ‘al
desinterés manifestado por nosotros
de manera muy particular. Los pueblos quedaron
edificados al comprobar
que no sólo no queríamos limosnas, sino que se
restituían; ni siquiera se quiso
aceptar la comisión de misas que nos enviaron algún
tiempo después si no era
con la condición expresa de que la limosna no fuera
superior a la ordinaria (así
se practicó al menos mientras yo estuve allí). Aquella
buena gente, que antes
tenía que pagar todos los servicios, al ver que era
atendida gratuitamente quedaba
muy edificada, y puedo decir que no hacían otra cosa
que aplaudir nuestro
comportamiento n5(\

En junio de 1831 el Superior General visitó la nueva


casa. La encontró en
orden con paz y fervor: ‘Por gracia especial del Padre
de las Misericordias, que
ha bendecido a esta familia y que ha asistido de
manera singular la prudente
actividad y el vigilante celo del M. R. P. Consultor
Antonio Testa, que nombré
superior delegado para realizar la fundación, he
encontrado todas las cosas
bien organizadas y a todos los religiosos contentos de
seguir la santa observancia
para su santificación. Por lo cual, fuera de los
inevitables defectos inherentes
a la fragilidad humana, gracias al Señor no hemos
encontrado nada de
mayor relieve que exija una medida especial’155 156
157.

El mismo año 1831 el General abrió el segundo


noviciado de la provincia de
la Presentación en el nuevo retiro para facilidad de los
postulantes de Toscana y
del norte de Italia. El P. Andrés de San Luis fue
nombrado maestro, confirmado
después en los capítulos de 1833, 1836 y 1839, pero
en esta ocasión para el noviciado
de San José de Monte Argentario. Entre 1832 y 1839
en el retiro del Ángel
de Lucca profesaron 30 clérigos y 7 hermanos158.

155 AP Scala S., Registro delle SS. Missioni ed


Esercizi, Lucca, 1830-1871, f. 3.

156 Decreti e rae., o. c., apéndice n. Ili, pp. 114 y 117.


En AGCP, A. III-IV/1-8, 5-5, està la carta del 1
-III- 1837; el P. Antonio Testa asegura al General que
ha hablado en Lucca con Novasques, con el
arquitecto Nottolini, con algunos canónigos, y le han
dado seguridad de que se concluirán los trabajos
y se extinguirán las deudas contraídas por el duque
para la fábrica.

157 AGCP, A. III-IV/3-1, primera visita en junio de


1831.

158 AGCP, fotocopia de Registro delle Professioni


datte nel ritiro de l’Angelo presso Lucca 1831-1888.
* Registro delle vestizioni... Luca. Tres hermanos legos
firman con la +.
20. - XVI Capítulo General, 18-21 de abril de 1833.

La Congregación aumentaba en número de religiosos,


y su ejempiaridad de
vida y su apostolado suscitaban mucho aprecio. En el
sexenio había 57 religiosos
más (35 clérigos y 21 hermanos); dos nuevas
comunidades facilitaron la
entrada en el reino de Nápoles y en el Gran Ducado de
Toscana. En cambio, dentro
del instituto, seguía latente la disconformidad de la que
ya se ha hablado, algo
apaciguada por la declaración de la asamblea
extraordinaria; y no todos los capitulares
se inclinaban por la reelección del P. Antonio de San
José.

Éste convocó el Capítulo para el 22 de enero de 1833


y rogaba a los capitulares
que estuvieran en la casa de los SS. Juan y Pablo el
14 de abril para disponerse
al Capítulo con un triduo. Pidió a todos los religiosos
que, ‘movidos por el
mejor deseo del bien de la madre común la
Congregación tratasen de ‘obtener
de la divina misericordia, por los méritos de la Pasión
Santísima del Divino
Redentor, las luces y una asistencia especial para
elegir a un Superior según el
corazón de Dios, para su mayor gloria y para el bien
de la Congregación y de
cada uno de los religiosos \ Concluía impetrando de
Dios ‘grandes bendiciones
para que se conserve y crezca el buen espíritu de las
vocaciones ’159.

El P. Lucas de la SS. Trinidad, en la plática final del


triduo, recomendó la necesidad
de orar al Señor, presentándole ‘las dificultades que
hay para elegir sujetos
verdaderamente dignos, dados los obstáculos que
impiden un discernimiento justo’.
En la mañana del 18 de abril entraron en la sala
capitular los siguientes:

Antonio de San José, Prepósito General;

Cayetano de la SS. Anunciación, primer cons. general;

Lucas María de la SS. Trinidad, segundo cons.


general;

Juan Lucas de la Asunción, procurador;

José de S. María, provincial de Pres.

Bartolomé de la SS. Concepción, provincial de Dol.;

Antonio Testa, primer cons. de Pres.;

Bernardo María de la Virgen Dolorosa, primer cons. de


Dol.;
Domingo de la Madre de Dios, segundo cons. de
Pres.;

Luis de Santa Ana, segundo cons. de Dol.

Según las Reglas y Constituciones, para elegir al


General se necesitaban
siempre dos tercios de votos, norma que dificultó la
marcha del Capítulo. Cuatro
de los diez capitulares eran partidarios de reelegir al P.
Antonio de San José;
tres se inclinaban por el P. Antonio Testa, dos por el P.
Cayetano de la SS. Anunciación,
uno, indeciso, votaba una vez por uno, otra vez por
otro. Se necesitaron
65 agotadores votaciones para la reelección del P.
Antonio de San José. También
hubo que efectuar 23 para que el P. Bartolomé de la
SS. Concepción fuera pri
(

159 Acta XVII (1951-1952), pp. 167-168.


mer consultor, y 27 para que el P. Lucas María de la
SS. Trinidad resultara elegido
segundo; en cambio, con tres fue nombrado
procurador el P. Cayetano de la
SS. Anunciación160.

Tan repetidas votaciones sin éxito agotaron la


paciencia de los electores. Al
llegar al escrutinio 63 para elegir al General, alguno de
los presentes propuso
que, retirados los dos Antonio, ‘se estudiaran sus
méritos sin su presencia’. El P.
Cayetano de la SS. Anunciación rechazó esta
propuesta, lo mismo que la renuncia
a la voz pasiva que ambos hicieron; ‘añadió cierta
crítica a la obstinación
de los capitulares: lo que estaba ocurriendo no estaba
en la línea con el espíritu
de la Congregación; que éramos buenos para predicar,
pero en la práctica se
iba por otros derroteros; que en Roma era tan fácil el
remedio si no se llegaba
a la elección ’.

El procurador P. Juan Lucas de la Asunción añadió


‘que en pocas horas podía
hacerse un recurso al Sumo Pontífice’. El P. Lucas
María de la SS. Trinidad aseguro
que podía hacerse ‘en menos tiempo aún’. Optaron por
seguir votando. La intervención
del P. Cayetano pareció a algunos, como a los PP.
Antonio Testa, Domingo
de la Madre de Dios y Juan Lucas de la Asunción, etc.,
que coartaba la libertad de
los electores; de ahí que algunos dudaran ya de la
validez de las elecciones y por lo
lanío también de los elegidos. No obstante estas
dudas, nadie protestó ni antes ni
durante la elección de los consultores y del procurador.

En la mañana del 21 de abril no hubo sesión, porque el


General fue a cumplimentar
al card. Odescalchi, prefecto de la S. Congregación de
00. y RR.;
‘algunos otros capitulares estuvieron ocupados en oír
confesiones ’ en la basílica
de los SS. Juan y Pablo. En la sesión de la tarde se
clausuró el Capítulo, porque
al día siguiente debían ir al de la Dolorosa el General y
el provincial y los
consultores de la misma.

El P. Antonio Testa pidió la palabra para confesar que


se sentía satisfecho de
las elecciones y que las aprobaba, pero ‘para mayor
tranquilidad pedía que se
guardasen en el archivo la intervención del P.
Cayetano y los folios de los escrutinios,
y concluyó diciendo que en las elecciones los electores
habían actuado
según su conciencia ’.

Algunos opinaban que sería mejor ‘no dejar recuerdo


de aquel incidente ’;
pero se determinó conservar las papeletas como había
pedido el P. Antonio Testa.
Este dijo que quedaba satisfecho, lo mismo aseguró el
P. Juan Lucas. Todos firmaron
las actas161, pero antes, según se deduce de una
carta dél P. Domingo del
24 de junio de 1833, se supo que el P. Juan Lucas
había tenido muchas dudas aún
antes de concluir el Capítulo; y el P. Domingo pidió
insistentemente al P. Juan

160 AGCP, A. II-IV/3-4, 1-2, donde están los folios de


cada votación.

161 Decreti e rae., o.c., pp. (24) - (26), 107-110.


Lucas que no hiciera publicidad y se ofreció a mediar
ante el P. General a fin de
que se solicitara una sanación, privadamente, para
tranquilidad de los que dudaban.
Pero puso como requisito que todos firmasen un
documento en el que se
declararan contentos de las elecciones hechas, y que
libremente renunciaban ‘a
cualquier derecho que pudieran reclamar contra las
mismas. No viéndome
secundado en esta justa exigencia, temí más que
nunca y no quise añadir las
aclaraciones que se me pedían por miedo a complicar
más las cosas; pues, al
solicitar la sanación, el Santo Padre querría escuchar a
la parte lesionada y con
ello no se terminaría nunca con los problemasM62.

El P. Juan Lucas no se tranquilizó. Fue a hablar con el


card. Odescalchi, prefecto
de la S. Congregación de 00. y RR., y confió sus
problemas a mons. Orioli, que
le confirmó más en sus dudas; el card. Odescalchi, en
un rescripto del 25 de mayo
de 1833, garantizaba la validez de las elecciones sin
necesidad de sanación. Tampoco
así quedó tranquilo el P. Juan Lucas; acudió al
secretario de la S. Congregación
para la Disciplina de los Regulares, mons. Acton, y
después al mismo prefecto, card.
Lambruschini. Éste le aconsejó que escribiese
directamente al Papa, pues él no podía
hacer nada contra el rescripto del prefecto de laS.
Congregación de 00. y RR. El P.
Juan Lucas lo hizo así. El Papa pasó el asunto al card.
Lambmschini, quien, después
de varias conversaciones con la curia general, el 6 de
junio de 1833 presentó todo el
asunto nuevamente al Papa. Y éste, después de
atento estudio de la documentación,
encargó al card. Lambmschini que declarara en su
nombre:
‘Que aunque parece fundada la validez de las últimas
elecciones hechas en el último
Capítulo General y en el sucesivo capítulo provincial,
sin embargo, para borrar
cualquier sombra de duda en quienes no estén
tranquilos, y a fin de que la paz no
turbe jamás una Congregación que hace tanto bien,
las aprueba y las confirma con
toda su autoridad; y ordena y manda a todos y a cada
uno, en virtud de santa obediencia,
que las tengan por válidas y legítimas; y manda que se
guarde perpetuo
silencio sobre las elecciones y las circunstancias en
que fueron hechas; y que en el
futuro no sea lícito a nadie plantear dudas o disputas
peligrosas sobre la legitimidad
de los actuales superiores, pues tales dudas no
servirían más que para turbar
la paz de las conciencias con detrimento de la
Congregación y de la misma gloria
de Dios. Consiguientemente -concluía el card.
Lambmschini- ahora que el Supremo
Jerarca, fuente divina y cierta de la jurisdicción
canónica y eclesiástica, ha
dicho su palabra, todos deben aceptarla y quedar
tranquilos’m.

Este hecho no creó dificultades en el camino de la


Congregación, pero saco
a la superficie distintos puntos de vista y modos de
pensar que estaban latentes.
Los capitulares se quejaron de la escasa docilidad de
algunos a las determina- 162 163

162 AGCP, Fondo Santi, Domenico, cartas al General,


23 y 24 -VI -1833.

163 Decreti e rae., o. c., p. 109-110.


ciones de los capítulos o de los superiores mayores y
de la crítica que se les
hacía. En concreto se reprobó la conducta de algunos
hermanos y se trató de su
expulsión como se había hecho con cuatro en 1827.
Sin llegar a este extremo, se
encargó a los provinciales que los vigilaran, esperando
que mejorara su conducta164.
También se llamó la atención al rector de la
Presentación de Monte Argentarlo
para que tratase bien a la comunidad del noviciado de
San José en lo referente
a la comida y a la ropa blanca; y se pidió el exacto
cumplimiento de los
decretos que dejó el Fundador a las dos comunidades
de Monte Argentado,
según la colección que, organizada por el P. Antonio
de San José, fue publicada
el 19 de noviembre de 1830165.

Se aprobó y confirmó el Reglamento Común tal como


fue redactado en la
Asamblea extraordinaria en octubre de 1827. Se dio el
visto bueno a una hoja de
recomendaciones entregada a los provinciales para
que vigilaran sobre ciertas
materias a fin de evitar abusos. Y se decidió que en
toda la Congregación se
adoptara el calendario litúrgico que se usaba en la
diócesis de Roma166.

21. - Capítulos provinciales de 1833 a 1836

Provincia de la Dolorosa:

A) Capítulo de 1833: El Prepósito P. Antonio de San


José, con el provincial
P. Bartolomé, elegido primer consultor general, y los
dos consultores de la provincia
de la Dolorosa, en la mañana del 22 de abril de 1833
marcharon a Palia-
no para reunirse aquella tarde con los rectores ya
presentes. Se juntaron los
siguientes:

Bartolomé de la SS. Concepción, provincial;

Bernardo de la V. Dolorosa, primer cons.;

Luis de S. Ana, segundo cons.;

Vicente del SS. Sacramento, rector de Ceccano;

Andrés del Corazón de María, rector de San Sosio;

Sebastián de San José, rector de Paliano;

Miguel Ángel de San José, rector de Monte Cavo;

Juan del Niño Jesús, maestro de novicios.


De los elegidos en el capítulo de 1830 faltaban el P.
Lucas María de la SS.
Trinidad, que pasó a ser segundo consultor general en
1831 a la muerte del P.
Pablo Luis de María Virgen; el primer consultor P.
Mateo de San Juan Bautista,

164 Decreti e rae., o. c., decr. n. 338.

165 AGCP, A. III-IV/1-7, copia de los decretos y


aclaraciones dados por el P. Antonio de San José. El
decreto del Capítulo en Decreti e rac.ro.c., decr. n.
340.

166 Decreti e rae., o. c., decretos nn. 341-345.


fallecido el 9 de octubre de 1832, sustituido el 4 de
noviembre de 1832 por el P.
Luis de Santa Ana167; y el P. Tomás de Jesús que
había renunciado al rectorado
de Monte Cavo y fue sustituido por el P. Miguel Ángel.

En las reuniones preliminares los asistentes pidieron al


P. General que les
ofreciese algún religioso de la otra provincia. Les
presentó a los PP. Domingo de
la Madre de Dios, Ángel Luis de San Rafael y Roque
de San Miguel Arcángel.

‘Al cabo de varios escrutinios’ fue elegido provincial el


P. Domingo de la
Madre de Dios; al primero lo fue el primer consultor P.
Sebastián de San José;
mientras hubo dos votaciones para el segundo, P.
Juan del Niño Jesús. De maestro
de novicios quedó elegido, al segundo escrutinio, el P.
Sebastián de San José.
Se comunicó a los electores la facultad que el P.
General había obtenido de que,
dada la escasez de sujetos, podían elegir a la misma
persona para dos cargos.
Como rector de Ceccano, ‘al cabo de muchos
escrutinios’, fue elegido el P. Juan
del Niño Jesús, ya escogido como segundo consultor.

En este capítulo se nombró rector del retiro de


L’Aquila, incorporado por el
General a la provincia de la Dolorosa, y resultó
escogido el P. Ambrosio de la
SS. Concepción.

No hubo decretos. El General recomendó a los


rectores que vigilaran sobre
el silencio, la fidelidad a la lectura espiritual y a la
oración168.

B) Capítulo de 1836. Durante el trienio 1833-1836 la


provincia había llevado
una buena marcha. El 21 de abril de 1836 el P.
Antonio de San José, General, se
reunió en Paliano con los 8 capitulares:

Domingo de la Madre de Dios, provincial;

Sebastián de San José, primer consultor;

Juan del Niño Jesús, segundo cons.;

Vicente del SS. Sacramento, rector de Ceccano;

Andrés del Corazón de María, rector de San Sosio;

Miguel Ángel de San José, rector de Paliano;

Felipe de la SS. Anunciación, rector de Monte Cavo;

Ambrosio de la SS. Concepción, rector de L’Aquila.


La marcha de la provincia había sido positiva. De las
visitas canónicas no
emergen especiales problemas. Sólo hubo dificultad
en suplir al rector de Monte
Cavo, P. José de Jesús, muerto en 1835: el provincial
con sus consultores eligió
al P. Ángel del Corazón de María; este al cabo de un
tiempo renunció y marchó
a dar clase a los estudiantes de L’Aquila. El 9 de
noviembre de 1835 el provincial
y sus consultores escogieron al P. Carlos, que no
quiso aceptar, por lo que el
designado resultó ser el P. Felipe de la SS.
Anunciación, incardinado en la pro

167 AGCP, A. II-V/4-2. 1-7.

168 AGCP, Dol., Cap. prov. XX, 1833.


vincia de las Presentación, que murió en la provincia
de la Dolorosa169.

Al segundo escrutinio fue elegido provincial el P.


Sebastián de San José; al
primero el primer consultor P. Domingo de la Madre de
Dios, y al segundo el
segundo consultor Andrés del Corazón de María. El
resto de las elecciones transcurrió
con paz y sin muchos escrutinios. No se creyó
necesario dar decretos ni
siquiera recomendaciones170 171.

El P. Andrés del Corazón de María murió el 13 de abril


de 1837; lo sustituyó
el entonces rector de Ceccano, P. Juan del Niño
Jesús. Antes de esta elección
transcurrieron cinco meses, pues ‘en aquella época
ocurrieron algunas desgracias
que impidieron que los Padres pudieran reunirse para
la consulta’111. Se trataba
del cólera que afectó particularmente al sur del Lazio.
Provincia de la Presentación:

A) Capítulo de 1833. Concluido el de la Dolorosa, el


General, tras un breve
descanso, se encontró el 2 de mayo de 1833 en S.
Ángel, Vetralla, con los once
capitulares de esta provincia:

José de S. María, provincial;

Antonio Testa, primer consultor;

Domingo de la Madre de Dios172, segundo consultor;

Lorenzo de San Francisco Javier, rector de la casa de


Roma;

Roque de San Miguel Arcángel, rector de Monte


Argentarlo;
Rafael de la Dolorosa, rector de Vetralla;

Inocencio de Jesús, rector de Soriano;

Luis de la Inmaculada Concepción, rector de Corneto;

Tomás de San Estanislao, rector de Morro valle;

Luis de San Rafael, rector de Recanati;

Estanislao de San Pedro, rector de Todi.

El P. Antonio Testa fue elegido provincial al primer


escrutinio, y el P. José
de S. María, primer consultor ‘después de algunos
escrutinios’. Para segundo
consultor se necesitaron dos sesiones y muchos
escrutinios; al final resultó elegido
el P. Roque de San Miguel Arcángel. Como maestro
de novicios en Monte

169 AGCP, Domenico, Registro delle Missioni, (Estratti


dei registri), f. 25-27.

170 AGCP, Dol., Cap. prov. XXI, 1836.

171 AGCP, Dol., A. II-VI/4-2, 1-8.

172 AGCP, A. II-VI/4-1, el 12 -III- 1832 el General con


el provincial y su consultor eligieron al P.
Domingo de la Madre de Dios, entonces rector del
nuevo retiro de Lucca, segundo consultor en
lugar del P. Francisco de Jesús, fallecido el 21 -II-
1832. En este capítulo no figura como participante
el rector de Lucca porque fue en este capítulo cuando
quedó incorporada esta casa a la provincia
de la Presentación; hasta entonces dependía del
General.
Lucas que no hiciera publicidad y se ofreció a mediar
ante el P. General a fin de
que se solicitara una sanación, privadamente, para
tranquilidad de los que dudaban.
Pero puso como requisito que todos firmasen un
documento en el que se
declararan contentos de las elecciones hechas, y que
libremente renunciaban ‘a
cualquier derecho que pudieran reclamar contra las
mismas. No viéndome
secundado en esta justa exigencia, temí más que
nunca y no quise añadir las
aclaraciones que se me pedían por miedo a complicar
más las cosas; pues, al
solicitar la sanación, el Santo Padre querría escuchar a
la parte lesionada y con
ello no se terminaría nunca con los problemas’'62.

El P. Juan Lucas no se tranquilizó. Fue a hablar con el


card. Odescalchi, prefecto
de la S. Congregación de 00. y RR., y confió sus
problemas a mons. Orioli, que
le confirmó más en sus dudas; el card. Odescalchi, en
un rescripto del 25 de mayo
de 1833, garantizaba la validez de las elecciones sin
necesidad de sanación. Tampoco
así quedó tranquilo el P. Juan Lucas; acudió al
secretario de la S. Congregación
para la Disciplina de los Regulares, mons. Acton, y
después al mismo prefecto, card.
Lambruschini. Este le aconsejó que escribiese
directamente al Papa, pues él no podía
hacer nada contra el rescripto del prefecto de laS.
Congregación de 00. y RR. El P.
Juan Lucas lo hizo así. El Papa pasó el asunto al card.
Lambruschini, quien, después
de varias conversaciones con la curia general, el 6 de
junio de 1833 presentó todo el
asunto nuevamente al Papa. Y éste, después de
atento estudio de la documentación,
encargó al card. Lambmschini que declarara en su
nombre:
‘Que aunque parece fundada la validez de las últimas
elecciones hechas en el último
Capítulo General y en el sucesivo capítulo provincial,
sin embargo, para borrar
cualquier sombra de duda en quienes no estén
tranquilos, y afín de que la paz no
turbe jamás una Congregación que hace tanto bien,
las aprueba y las confirma con
toda su autoridad; y ordena y manda a todos y a cada
uno, en virtud de santa obediencia,
que las tengan por válidas y legítimas; y manda que se
guarde perpetuo
silencio sobre las elecciones y las circunstancias en
que fueron hechas; y que en el
futuro no sea lícito a nadie plantear dudas o disputas
peligrosas sobre la legitimidad
de los actuales superiores, pues tales dudas no
servirían más que para turbar
la paz de las conciencias con detrimento de la
Congregación y de la misma gloria
de Dios. Consiguientemente -concluía el card.
Lambmschini- ahora que el Supremo
Jerarca, fuente divina y cierta de la jurisdicción
canónica y eclesiástica, ha
dicho su palabra, todos deben aceptarla y quedar
tranquilos’162 163.

Este hecho no creó dificultades en el camino de la


Congregación, pero sacó
a la superficie distintos puntos de vista y modos de
pensar que estaban latentes.
Los capitulares se quejaron de la escasa docilidad de
algunos a las determina

162 AGCP, Fondo Santi, Domenico, cartas al General,


23 y 24 -VI -1833.

163 Decreti e rae., o. c., p. 109-110.


ciones de los capítulos o de los superiores mayores y
de la crítica que se les
hacía. En concreto se reprobó la conducta de algunos
hermanos y se trató de su
expulsión como se había hecho con cuatro en 1827.
Sin llegar a este extremo, se
encargó a los provinciales que los vigilaran, esperando
que mejorara su conducta164.
También se llamó la atención al rector de la
Presentación de Monte Argentado
para que tratase bien a la comunidad del noviciado de
San José en lo referente
a la comida y a la ropa blanca; y se pidió el exacto
cumplimiento de los
decretos que dejó el Fundador a las dos comunidades
de Monte Argentado,
según la colección que, organizada por el P. Antonio
de San José, fue publicada
el 19 de noviembre de 1830165.

Se aprobó y confirmó el Reglamento Común tal como


fue redactado en la
Asamblea extraordinaria en octubre de 1827. Se dio el
visto bueno a una hoja de
recomendaciones entregada a los provinciales para
que vigilaran sobre ciertas
materias a fin de evitar abusos. Y se decidió que en
toda la Congregación se
adoptara el calendario litúrgico que se usaba en la
diócesis de Roma166.

21. - Capítulos provinciales de 1833 a 1836

Provincia de la Dolor osa:

A) Capítulo de 1833: El Prepósito P. Antonio de San


José, con el provincial
P. Bartolomé, elegido primer consultor general, y los
dos consultores de la provincia
de la Dolorosa, en la mañana del 22 de abril de 1833
marcharon a Palia-
no para reunirse aquella tarde con los rectores ya
presentes. Se juntaron los
siguientes:

Bartolomé de la SS. Concepción, provincial;

Bernardo de la V. Dolorosa, primer cons.;

Luis de S. Ana, segundo cons.;

Vicente del SS. Sacramento, rector de Ceccano;

Andrés del Corazón de María, rector de San Sosio;

Sebastián de San José, rector de Paliano;

Miguel Ángel de San José, rector de Monte Cavo;

Juan del Niño Jesús, maestro de novicios.


De los elegidos en el capítulo de 1830 faltaban el P.
Lucas María de la SS.
Trinidad, que pasó a ser segundo consultor general en
1831 a la muerte del P.
Pablo Luis de María Virgen; el primer consultor P.
Mateo de San Juan Bautista,

164 Decreti e rae., o. c., deci-, n. 338.

165 AGCP, A. III-IV/1-7, copia de los decretos y


aclaraciones dados por el P. Antonio de San José. El
decreto del Capítulo en Decreti e rac.,o.c., decr. n.
340.

166 Decreti e rae., o. c., decretos nn. 341-345.


fallecido el 9 de octubre de 1832, sustituido el 4 de
noviembre de 1832 por el P.
Luis de Santa Ana167; y el P. Tomás de Jesús que
había renunciado al rectorado
de Monte Cavo y fue sustituido por el P. Miguel Ángel.

En las reuniones preliminares los asistentes pidieron al


P. General que les
ofreciese algún religioso de la otra provincia. Les
presentó a los PP. Domingo de
la Madre de Dios, Ángel Luis de San Rafael y Roque
de San Miguel Arcángel.

‘Al cabo de varios escrutinios’ fue elegido provincial el


P. Domingo de la
Madre de Dios; al primero lo fue el primer consultor P.
Sebastián de San José;
mientras hubo dos votaciones para el segundo, P.
Juan del Niño Jesús. De maestro
de novicios quedó elegido, al segundo escrutinio, el P.
Sebastián de San José.
Se comunicó a los electores la facultad que el P.
General había obtenido de que,
dada la escasez de sujetos, podían elegir a la misma
persona para dos cargos.
Como rector de Ceccano, ‘al cabo de muchos
escrutinios’, fue elegido el P. Juan
del Niño Jesús, ya escogido como segundo consultor.

En este capítulo se nombró rector del retiro de


L’Aquila, incorporado por el
General a la provincia de la Dolorosa, y resultó
escogido el P. Ambrosio de la
SS. Concepción.

No hubo decretos. El General recomendó a los


rectores que vigilaran sobre
el silencio, la fidelidad a la lectura espiritual y a la
oración168.

B) Capítulo de 1836. Durante el trienio 1833-1836 la


provincia había llevado
una buena marcha. El 21 de abril de 1836 el P.
Antonio de San José, General, se
reunió en Paliano con los 8 capitulares:

Domingo de la Madre de Dios, provincial;

Sebastián de San José, primer consultor;

Juan del Niño Jesús, segundo cons.;

Vicente del SS. Sacramento, rector de Ceccano;

Andrés del Corazón de María, rector de San Sosio;

Miguel Ángel de San José, rector de Paliano;

Felipe de la SS. Anunciación, rector de Monte Cavo;

Ambrosio de la SS. Concepción, rector de L’Aquila.


La marcha de la provincia había sido positiva. De las
visitas canónicas no
emergen especiales problemas. Sólo hubo dificultad
en suplir al rector de Monte
Cavo, P. José de Jesús, muerto en 1835: el provincial
con sus consultores eligió
al P. Ángel del Corazón de María; este al cabo de un
tiempo renunció y marchó
a dar clase a los estudiantes de L’Aquila. El 9 de
noviembre de 1835 el provincial
y sus consultores escogieron al P. Carlos, que no
quiso aceptar, por lo que el
designado resultó ser el P. Felipe de la SS.
Anunciación, incardinado en la pro

167 AGCP, A. II-V/4-2. 1-7.

168 AGCP, Dol, Cap. prov. XX. 1833.


vincia de las Presentación, que murió en la provincia
de la Dolorosa169.

Al segundo escrutinio fue elegido provincial el P.


Sebastián de San José; al
primero el primer consultor P. Domingo de la Madre de
Dios, y al segundo el
segundo consultor Andrés del Corazón de María. El
resto de las elecciones transcurrió
con paz y sin muchos escrutinios. No se creyó
necesario dar decretos ni
siquiera recomendaciones170 171.

El P. Andrés del Corazón de María murió el 13 de abril


de 1837; lo sustituyó
el entonces rector de Ceccano, P. Juan del Niño
Jesús. Antes de esta elección
transcurrieron cinco meses, pues ‘en aquella época
ocurrieron algunas desgracias
que impidieron que los Padres pudieran reunirse para
la consulta’11'. Se trataba
del cólera que afectó particularmente al sur del Lazio.
Provincia de la Presentación:

A) Capítulo de 1833. Concluido el de la Dolorosa, el


General, tras un breve
descanso, se encontró el 2 de mayo de 1833 en S.
Ángel, Vetralla, con los once
capitulares de esta provincia:

José de S. María, provincial;

Antonio Testa, primer consultor;

Domingo de la Madre de Dios172, segundo consultor;

Lorenzo de San Francisco Javier, rector de la casa de


Roma;

Roque de San Miguel Arcángel, rector de Monte


Argentario;
Rafael de la Dolorosa, rector de Vetralla;

Inocencio de Jesús, rector de Soriano;

Luis de la Inmaculada Concepción, rector de Corneto;

Tomás de San Estanislao, rector de Morrovalle;

Luis de San Rafael, rector de Recanati;

Estanislao de San Pedro, rector de Todi.

El P. Antonio Testa fue elegido provincial al primer


escrutinio, y el P. José
de S. María, primer consultor ‘después de algunos
escrutinios’. Para segundo
consultor se necesitaron dos sesiones y muchos
escrutinios; al final resultó elegido
el P. Roque de San Miguel Arcángel. Como maestro
de novicios en Monte

169 AGCP, Domenico, Registro delle Missioni, (Estratti


dei registri), f. 25-27.

170 AGCP, Dol., Cap. prov. XXI, 1836.

171 AGCP, Dol., A. II-VI/4-2, 1-8.

172 AGCP, A. II-VI/4-1, el 12 -III- 1832 el General con


el provincial y su consultor eligieron al P.
Domingo de la Madre de Dios, entonces rector del
nuevo retiro de Lucca, segundo consultor en
lugar del P. Francisco de Jesús, fallecido el 21 -II-
1832. En este capítulo no figura como participante
el rector de Lucca porque fue en este capítulo cuando
quedó incorporada esta casa a la provincia
de la Presentación; hasta entonces dependía del
General.
Argentado fue confirmado, al segundo escrutinio, el P.
Bernardo de la Asunción.
Como se determinó abrir un segundo noviciado en
Lucca, quedó confirmado el
que ya lo era, P. Andrés de San Luis, nombrado
anteriormente por el P. General.
En el capítulo, la casa de Lucca fue incorporada a la
provincia de la Presentación,
y en consecuencia se eligió rector al P. Bernardo de la
Virgen Dolorosa,
vuelto a la provincia después de estar cedido un
tiempo por el General a la de la
Dolorosa. Ya había estado antes en Lucca con el P.
Domingo de la Madre de
Dios, que había sido superior en el trienio precedente.

Se insistió en la fidelidad a las conferencias


espirituales, y se pidió a los rectores
que vigilasen, y a los padres espirituales que se
prestaran a este servicio de
caridad. Nuevamente quedó prohibido que los lectores
hicieran la postulación
con detrimento de las clases y de la formación de los
estudiantes173.

B) Capítulo de 1836. El 9 de abril el P. General Antonio


de San José y doce
capitulares se congregaron en S. Ángel, Vetralla:

Antonio Testa, provincial;

José de S. María, primer cons.;

Roque de San Miguel Arcángel, segundo cons.;

Ángel Luis de San Rafael, rector de Roma;

Inocencio de Jesús, rector de Monte Argentario;

Lorenzo de S. Francisco Javier, rector de Vetralla;

Juan Bautista de San Jerónimo, rector de Soriano;


Juan Mateo del Corazón de María, rector de Corneto;

Tomás de San Estanislao, rector de Morrovalle;

Luis de la Inmaculada Concepción, rector de Recanati;

Bartolomé de San Gabriel, rector de Todi;

Pío del Nombre de María, rector de Lucca.

Por unanimidad fue confirmado el P. Antonio Testa


como provincial, al primer
escrutinio; insistió en que lo dejaran libre, pero los
capitulares, ‘por el
bien de la provincia’, no accedieron, y él ‘con
resignación religiosa y ejemplar
inclinó la cabeza y se sometió al peso que el Señor le
ponía nuevamente encima’.
Pocos escrutinios bastaron para el primer consultor, P.
Ángel Luis de S.
Rafael, y para el segundo, P. Lorenzo de San
Francisco Javier.

Al noviciado de Monte Argentario se mandó de


maestro al P. Serafín del
Corazón de Jesús; al de Lucca volvió el que lo era, P.
Andrés de San Luis.

Concluida la elección de los rectores, los capitulares


no creyeron conveniente
dar decretos; y ‘las pocas cosas que se propusieron,
como ya habían sido

173 AGCP, Praes, Cap. prov. XX, 1833.


estudiadas y recordadas en otros capítulos o en las
visitas canónicas, pareció
mejor dejarlas, contentándose el P. General con volver
a recordarlas de palabra’'
14.

22. - Dos nuevos retiros en el Estado Pontificio

22.1. - Magliano Sabino: 1836

El card. Odescalchi, amigo de los pasionistas, trabajó


por esta fundación,
sostenida y deseada por su vicario general, mons.
Chiodi. Ya en 1834 se habla
de esta fundación, pero en dos cartas del mes de
diciembre el cardenal decía a su
vicario que los pasionistas le parecían enfriados en lo
tocante a la fundación: ‘Me
parecen que están en éxtasis sobre la apertura del
convento ’. El 22 de enero de
1835 mons. Chiodi le avisa que el General de los
pasionistas le había garantizado
que quería mandarle los religiosos, pero ‘me confesó
que éstos irían de mala
gana’. No sabemos el motivo de tal desgana.

Algunos decían que la comunidad no podría


mantenerse con las limosnas
ofrecidas por el pueblo y por los vecinos. El vicario
general temió que fuesen los
mismos pasionistas de Vetralla y Soriano los que
hacían circular el rumor por
miedo a perder la parte de la cuestación proveniente
de la zona174 175 176. El card. Odescalchi,
el 6 de agosto de 1834, aseguraba al General que no
creía que los compañeros
de S. Eutiquio y Vetralla fueran ‘a temer que se
quitaran mutuamente el
pan de la boca’. Y añadía: ‘El pueblo, estoy
segurísimo, acoge la nueva fundación
con auténtico entusiasmo... Pero el P. Cayetano me da
un poco de miedo;
salúdelo y dígale que siga siendo tan espiritual y no
piense en las cosas terrenas;
Dios proveerá’m.

Los trabajos de preparación siguieron adelante. El P.


Tomás de la SS. Trinidad,
que estaba recogiendo la limosna de aceite por las
cercanías de Magliano,
fue a visitar el retiro. El 7 de enero de 1835 escribió al
General: ‘He quedado
contento; albañiles y carpinteros trabajan con
entusiasmo. El corredor de la
portería está concluido, la portería es nueva y todo
está banqueado, lo mismo el
dormitorio, que es una delicia, está ya concluido y se
van poniendo los cristales
en las ventanas; los tejados han sido reparados con
nuevas tejas y nuevos cana-

174 AGCP, Praes., Cap. prov. XXI, 1836.


175 AGCP, B. II-IV/2-1, 1-5. Brani di alcune lettere del
già E.mo Odescalchi, rapporto ai lavori e riatti
del Ritiro del Giglio.

176 AGCP, B. II-1V/2-1, 1.1. Hay una declaración del


Presidente y de los tres Ancianos, del 30 -VII-
1834, que garantizan que los pasionistas tendrán de
qué vivir, pues antes de la supresión napoleónica
hubo dos conventos de mendicantes; cfr. ibid. B. II-
IV/2-1, 1-3.
Iones que llevan el agua a la cisterna; dicen que
abrirán el canal para el agua
de la misma; han hecho los jergones para los
religiosos y esperan con los brazos
abiertos la llegada de la familia’111.

La repentina renuncia del card. Odescalchi a la


diócesis de Sabina puso al
vicario general, mons. Santiago Chiodi, en dificultades
para proseguir la restauración
y el embellecimiento de la iglesia. Cuando mons.
Chiodi renunció al oficio
de arcediano de la catedral de Magliano, el General
pidió que, a la vez, se
dejase vacante el oficio y que la prebenda fuese
destinada a concluir los trabajos
en la iglesia de la Virgen del Lirio. Esta petición fue
atendida durante dos años
y se mejoró la iglesia177 178.

El 31 de enero de 1836 el consejo comunal concedió


un subsidio anual de 36
escudos ‘en compensación de los aranceles sobre los
géneros de consumo’179,
con lo que mejoraron las perspectivas de subsistencia
de la comunidad. Como en
circunstancias similares, el General pidió a las
comunidades ayuda para la nueva
fundación; al retiro de la Presentación se le pidió el
envío de 25 escudos, un asno
con albarda y silla, un mantel y sobremantel para el
altar, un amito, dos toallas
grandes y una pequeña, un cobertor para el jergón,
dos fundas, dos pares de sudarios,
un calzón, servilletas, tres gorros de dormir y tres
pañuelos. Como no tenían
asno, se les exigió diez escudos más180.

El 31 de mayo de 1836 fue entregado públicamente el


convento a los pasio-
nistas. El documento comienza con la expresión de
‘gratitud y complacencia de
todos los habitantes de esta ciudad’ por contar con la
comunidad pasionista181.
El 4 de junio de 1836, el P. Antonio Testa, provincial
de la Presentación, informaba
al P. General que la comunidad había entrado
solemnemente. Estuvieron
presentes: el obispo sufragáneo, el vicario general, los
canónigos y seminaristas,
el magistrado y ‘todos los señores principales de la
ciudad, la banda y casi todo
el pueblo. Se conoce -añade- que la alegría era
general, casi como un jubileo’.
Cuando se retiró la gente, los religiosos iniciaron la
observancia con el canto de
Completas. El P. Antonio comentaba también la
satisfacción de los religiosos por
el lugar: ‘Están todos satisfechos del retiro y de su
situación’182.

177 AGCP, B. II-IV/2-1, 1-6. El vicario general gastó en


reparaciones, por mandato del card. Odescalchi,
439:9 escudos; y los donativos ascendían a 353:67. B.
II-IV/2-1, 1-3.
178 AGCP, B. II-IV/2-3, 1-2 y 1-3. Con el tiempo hubo
que realizar obras importantes porque cedían
los muros.

179 AGCP, B. II-IV/2-1, 1-9.

180 ARP Presentazione, Platea dattiloscritta, voi. II, f.


11.

181 AGCP, B. II-IV/2-2, 1-2. 1-3, 1-4, el acto de


entrega. Copia del documento en B. II-IV/2-2,1-1.

182 AGCP, B. II-IV/2-1, 1-12.


22.2.- Abadía de S. Salvador Mayor en Sabina, 1837.

El card. Luis Lambruschini, muy amigo de mons.


Strambi y de toda la Congregación
pasionista, siendo abad comendador de S. Salvador
Mayor, pueblo del
Concerviano en Sabina183, trasladó a Poggio Mirteto,
sede episcopal, el seminario
que sus predecesores habían establecido en la
abadía. El motivo principal era
que la abadía quedaba a desmano ‘en lugar aislado de
la población y de difícil
acceso por los caminos pésimos y de montaña’.

En 1836 el card. Lambruschini llamó al General, P.


Antonio de San José,
para comunicarle el deseo de llevar a los pasionistas a
la abadía, usando para este
destino la herencia del card. Cristaldi. En octubre de
1836 el General visitó el
lugar. El edificio resultaba demasiado grande para la
comunidad, habría que
hacer mucho gasto para su mantenimiento y la zona,
muy pobre, no daría para
mantener una comunidad; por eso declinó el
ofrecimiento. El consejo estuvo de
acuerdo con el General.

El card. Lambruschini, decepcionado, insistió en la


fundación. El General lo
comentó con su consejo y decidió aceptarla, pero
proponiendo los trabajos que
tendrían que hacerse. El motivo por el que se
aceptaba era la benevolencia del
card. Lambruschini hacia la Congregación, su posición
como cardenal Secretario
de Estado que podría obtener del Papa un rescripto
con la obligación de que
los pasionistas la aceptaran aunque no la quisieran.
Otra razón fue el lugar, que
podría servir de posada en el viaje de U Aquila a
Roma. El cardenal, contento de
que se hubiera aceptado su oferta, se propuso hacer
todo lo acordado en cuanto
a reestructuración más urgente de los locales para las
necesidades de la comunidad.
Informó a la diócesis con una carta pastoral del 15 de
diciembre de 1836 en
la que manifestaba el aprecio y benevolencia que
siempre había sentido hacia la
Congregación.

El 26 de enero de 1837 los PP. Bernardo de la Virgen


María Dolorosa, consultor
general y superior de la fundación, Vicente del SS.
Sacramento, Jacinto de
la Asunción, y los hermanos Gabriel de la Inmaculada
Concepción, Raimundo
de Santa María y Bartolomé de S. Rafael se
trasladaron al lugar.

Con no pocas dificultades se efectuaron los trabajos


prometidos por el abad,
los religiosos se organizaron y vieron con gozo cómo
la gente acudía ininterrumpidamente
a la iglesia para confesarse. La crónica recuerda que,
en las fiestas,
los religiosos que estaban en casa debían confesar de
las ocho a las diez184.

183 L’Abbazìa di S. Salvatore Maggiore e la Massa


Torana. Ristampa delle opere di Paolo Des antis e
di Ildefonso Schuster. Studi e documenti con
introduzioni storiche di G. Maceroni e Anna Maria
Tassi, Eco Ed. S. Gabriele 1989. En la p. 156 hay una
referencia explícita a los pasionistas.

184 AGCP, B. III-II/2-7, Relazione della fondazione dì


S. Salvatore Maggiore ¡837. AGCP, fotocopia
de la Platea di S. Salvatore Maggiore, ff. 4-21.
La gente, dentro de sus escasos recursos, contribuía
al mantenimiento de los religiosos.
Poco a poco fue evidenciándose que los locales eran
demasiado grandes,
y que en invierno los religiosos pasaban mucho frío. La
conservación de los
locales era costosa, y esto sería la causa por la cual,
cuando lo permitieron las
circunstancias, la comunidad lo abandonó en 1854.

23. - Fundaciones ofrecidas, pero no realizadas

La solicitud de nuevas fundaciones era señal del


aprecio que obispos, clero y
fieles sentían por los pasionistas, por la ejemplaridad
de su vida y por el modo cómo
cumplían su apostolado propio. El ofrecimiento de
fundaciones llegaba de muchas
regiones y de diversos estados en los que Italia estaba
entonces dividida políticamente.
De ello se puede deducir que era bastante conocida.
Las solicitudes de los
obispos y de las poblaciones indican la línea pastoral
de la Iglesia en aquel período:
se quería reevangelizar al pueblo y hacerlo más capaz
de vivir el evangelio.

La crónica de la casa de los SS. Juan y Pablo


reconoce en 1823: ‘Muchas,
frecuentes y urgentes han sido las solicitudes llegadas
y que siguen recibiéndose
aún para nuevas fundaciones en diversas diócesis. No
se describen una por
una estas solicitudes; basta con decir que allí donde
han ido nuestros misioneros,
casi todos los pueblos han hecho insistencia para
tenerlos; así sucedió en
Teano, Avezzano, Poggiocinolfo y otras muchísimas
ciudades y lugares’185 186.

De las respuestas dadas se deducen los criterios de


discernimiento que guiaban
a los superiores mayores para garantizar algunos
puntos fundamentales de la
vida pasionista: la soledad, incluso geográfica, por lo
que piden que la fundación
diste de la población al menos una milla romana y que
en las proximidades no
haya casas ni caminos de mucho tránsito; un espacio
suficiente para huerta y
paseo sin que los religiosos tuvieran que salir de la
clausura para moverse un
poco. Además se pedía la posibilidad de tener leña del
bosque para las exigencias
de la casa. Se exigían locales adaptados, para que
desde el principio pudieran
residir doce religiosos, una comunidad regular que
siguiera la perfecta observancia
de oración litúrgica diurna y nocturna, y a la vez
prestar el servicio apostólico
según la Regla. El P. Antonio de San José escribía el
21 de agosto de 1834
al pro vicario general de la diócesis de Spoleto: ‘En las
fundaciones nuestras no
se mandan nunca menos de doce religiosos; desde el
primer día se hace toda la
observancia diurna y nocturna; por eso sería
imprescindible que el edificio estuviera
ya preparado n86.

Una fundación nueva atraía mucho a la población y


también a los jóvenes en
plan vocacional. En 1825 el P. Lucas M. de la SS.
Trinidad escribía desde Nápo-

185 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, ff. 97-98.

186 AGCP, A. IV-1/2-4, S - 6.


les que una fundación resultaría útil, pues ‘en la ciudad
de Nápoles hay en los
jóvenes mucho fervor por el estado religioso; todos los
conventos tienen novicios
abundantes. Nosotros hemos encontrado a los
novicios dominicos, y eran
14; los teatinos tienen 16. En suma, todos tienen en
abundancia’187. En 1824
también los promotores de la fundación de Venafro,
ante la objeción de que la
Congregación no podía aceptar el ofrecimiento por
contar con pocos individuos,
respondían que el Instituto recibiría muchas
vocaciones: ‘de legos podrá
haber para elegir los que quiera, y mandando
estudiantes serían el imán de
tres provincias (en medio de las cuales se encuentra
Venafro) para llenar los
noviciados con jóvenes selectos abruzeses o
calabreses, que son de carácter
constante’188.
Había que tener en cuenta las dificultades de los
gobiernos regalistas, por lo
que no se logró entrar en Cerdeña, a pesar de que
entre 1826 y 1835 la curia
general quiso estar presente en el Piamonte, patria del
fundador. El General P.
Antonio de San José escribía el 28 de agosto de 1829:
‘Con gusto nos extenderíamos
hacia los estados de Su Majestad el Rey de Cerdeña
de donde procedían
nuestro venerable Fundador y la mayoría de los
primeros religiosos que han
aumentado y gobernado la Congregación de la Pasión;
pero tratándose de
introducir un Instituto nuevo se necesita ante todo la
aprobación formal de Su
Majestad el Rey’189.

Durante 25 años, entre 1815-1840, a la Congregación


llegaron más de cincuenta
solicitudes que no pudieron realizarse, salvo los retiros
de Recanati y
Morrovalle en 1821, y las nuevas fundaciones de Todi
en 1816, L’Aquila y
Lucca en 1830, Magliano Sabina en 1836 y San
Salvatore Maggiore en 1837. En
esta misma época se estaban preparando la fundación
de Moricone y la reapertura
de Terracina y Pievetorina, y avanzaban los detalles
para una primera casa
fuera de Italia, aunque no se realizó hasta 1840.

23.1. - En el Estado Pontificio

1815 * Fium’esino (Ancona). Lorenzo Gobbi De Gobbis


pidió pasionistas
para el ex-convento de S. Lorenzo de los Jerónimos
del B. Pedro de Pisa. El General,
P. Tomás, respondía el 3 de junio de 1815 que no
podría aceptarla por falta de
personal y porque no reunía las condiciones de
soledad (A. IV-I/2-5; A-6).
1815 * Fara Sabina. El presidente municipal Antonio
Corradini, el 19 de
marzo de 1815, ofreció, a nombre de la ciudad, el
convento de los Menores

187 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836, carta del 2 -IV-


1825.

188 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836, carta del P.


Agustin de San Pablo el 5 - IV - 1824.

189 AGCP, A. IV-II/1-5; 1-1 : el General a don Iacinto


Rolla, de Ivrea, el 28 - Vili - 1829.
Observantes Reformados de San Francisco en
beneficio especialmente de los
campesinos; pero tampoco se llevó a cabo por falta de
personal190.

1815 * Velletri. El 29 de agosto de 1815, Miguel Celli


ofrece el monasterio
de los basilios, a un quilómetro de la ciudad, pero
tampoco se llegó a nada191.

1815 * Piperno. El alcalde, el 9 de mayo de 1815,


ofreció el convento de los
capuchinos; renovó la solicitud el 16 de marzo de
1816. La falta de personal
parece que fue determinante para no considerar el
ofrecimiento192.

1815 * Foligno, Umbría. La condesa Ana Mazzagalli


Gerardi pide, en nombre
del obispo, una fundación en uno de los dos ex-
conventos de menores observantes
dedicados a San Jerónimo y a Santa Catalina193.
1816 * Sonnino (Frosinone). Hay muchos documentos
sobre el monasterio
de las monjas cistercienses que se pasaría a los
pasionistas para evangelizar el
país y ayudar a los malandantes a mejorar su vida. Los
trámites fracasaron por
miedo a los bandoleros, como se ha dicho ya al hablar
del bandolerismo194.

1816 * Pacciano, Ciudad de la Pie ve. La solicitud para


fundar en el ex-con-
vento de los menores observantes procedía del alcalde
con su consejo, apoyada
por el obispo195.

1819 * Maccarese, Roma. El príncipe Rospigliosi, de


Florencia, el 16 de
marzo de 1819 pedía el servicio religioso para unos
120 hombres que trabajaban
en su propiedad de Maccarese, donde en invierno
quedaban unos 50 para cuidar
del ganado bovino y una pequeña guarnición en la
torre. Proponía un hospicio
para dos sacerdotes y un hermano que podrían
depender del convento de Corneto.
Como era de suponer, el P. Tomás no secundó los
deseos del príncipe. Éste,
el 5 de abril de 1819, respondió aceptando la negativa,
pero volvía a explicar las
razones por las que, a su juicio, podría haberse
aceptado, pues no se trataba de
cura de almas; él aspiraba a mejorar la instrucción
espiritual y la cultura de aquella
pobre gente, que va y viene lejos de los pueblos
durante toda la vida y que,
por esta inestabilidad de residencia, carecen de los
medios indispensables para
alcanzar su salvación eterna. En las horas de ocio, en
los días festivos y cuando
por el mal tiempo no pueden trabajar, habrían tenido
modo de instruirse, de
conocer sus deberes y de convertirse en buenos
cristianos196.
190 AGCP, A. IV-I/2-1, S-12.

191 AGCP, A. IV-I/2-1, V-4, hay otros documentos


para 1851, pero sin concluir nada.

192 AGCP, IV-I/2-1, T - 6.

193 AGCP, A. IV-I/2-4, F -7.

194 AGCP, A. IV-I/2-1, T.- 5.

195 AGCP A. IV-1/2-4, C - 7; el General responde que


no puede aceptarla porque los retiros pasionistas,
por Regla, deben estar fuera de las poblaciones ‘al
menos un buen quilómetro romano’; en cambio
el convento de los menores observantes no distaba
más de un tercio de quilómetro. De ello
habla también L. PASZTOR, L’Umbria nell’età della
Restaurazione, o. c., p. 83.
196 AGCP, A. IV-I/2-1, R - 14.
1819-1830 * Propuesta de regreso al retiro de
Terracina. El pueblo, muy
adicto a los pasionistas, conservaba viva memoria del
fundador Pablo de la Cruz,
que había permanecido allí varias veces, y a quien le
agradaban el clima y la
construcción del retiro. La gente no se resignaba a que
los pasionistas lo hubieran
abandonado por miedo a los bandoleros y a la malaria.
A sus insistentes
súplicas el P. Tomás respondía el 18 de noviembre de
1819: ‘Mi pequeña Congregación,
en las actuales circunstancias, no puede mandar
operarios evangélicos,
por no encontrarse en condiciones de colocar una
familia religiosa ’. En
consecuencia confesaba estar dispuesto a renunciar a
los derechos de la Congregación
a fin de que los locales pudieran ser ocupados por
otros religiosos que
ayudaran al pueblo.
En 1820 el obispo lo intentó a través del Papa, para
que obligase al P. Tomás
a restablecer la comunidad. Por la carta del obispo se
deduce que al Procurador
general y ‘a otros muchos religiosos ’ les gustaría abrir
otra vez el retiro. El obispo
sugería al Papa: la reapertura ‘ se realizará sólo si
Vuestra Santidad declara
que le agradaría esto ’. El Papa escribió de su propio
puño en la misma solicitud
del obispo: ‘Nos parece digna de aplauso la vuelta de
los pasionistas a Terracina;
el orador podrá ejecutarla. 27 de noviembre de 1820’.

El P. Tomás había muerto en agosto de 1820, y el


vicegeneral no se atrevió
a tomar una decisión contraria. Se habló del asunto en
el Capítulo General de
1821. El nuevo.General, P. Pablo Luis de María
Virgen, el 17 de octubre de 1821
comunicaba oficialmente al obispo de Terracina que,
con el voto de los consultores
generales, estaba decidido a dejar el retiro y a entregar
la propiedad y el uso
al obispo197. De hecho se establecieron allí los
Misioneros de la Preciosísima
Sangre, fundados por S. Gaspar del Búfalo.

Pero el obispo y la gente insistían en el retomo de los


pasionistas. Volvió a
hablarse de esta reapertura en el Capítulo General de
1827, pero, ‘ante la diversidad
de opiniones, el Capítulo no se sintió en condiciones
de tomar una determinación’
198. El 22 de noviembre de 1827 el obispo pidió
oficialmente el retorno.
El General le respondía el día 23 que no podía abrir
otra vez la casa porque
‘los religiosos, asustados por la malaria, temen que
con ello se perjudique la
observancia regular con daño además para el espíritu
de los religiosos’. El obispo
transmitió al Papa esta actitud del General.
Este, que ya había sido recibido en septiembre, oyó al
Papa hablar de la oportunidad
de abrir la casa de Terracina. Se excusó con el mal
aire y la repugnancia
de los religiosos a volver allá. El Papa le dijo que el
aire de la zona no era tan

197 AGCP, B. V-I/2-7, Terracina, cartas del P. Pablo


Luis del 17 -X- 1821, de Lorenzo Mattias Gonfaloniere
del 17 -XI- 1819, las del P. Tomàs al Papa en 1815, al
Gonfaloniere el 18 -XI- 1819, la del
obispo al Papa en octubre de 1820.

198 AGCP, Cap. gen. XIV, 1821, sesión quinta.


malo como antes, pues Pío VII había hecho trabajos
de saneamiento. El General
respondió que obedecería si se lo mandaba. ‘No nos
gustan las cosas a la fuer
za \ respondió el Papa. El 9 de diciembre de 1827 pidió
nueva audiencia con el
Papa para tener algún apoyo ante el reino de Cerdeña
con vistas a la apertura de
algún retiro. El Papa le prometió el apoyo, pero volvió
a hablarle de Terracina,
dejando entender que le había disgustado que no se
hubiera abierto.

El General volvió, pues, a tratar con el obispo, expuso


la necesidad de
reparar los edificios y la entrega anual de 300 escudos
de parte de la ciudad
para no tener que pedir, pues en verano era siempre
peligroso para los hermanos
por la malaria. Las autoridades civiles accedieron, pero
los trabajos de
reparación se prolongaron. En 1830 no estaban aun
concluidos y se rompieron
los trámites, aprovechando que ya no vivía León XII,
que había presionado la
reapertura199.

1822 * San Savino, Ascoli Piceno. La solicitud fue


pedida por Vicente
Bellenzai el 27 de agosto de 1822 y de nuevo en 1828-
1829; no se aceptó porque
los menores observantes querían regresar200.

1824 * Porto Civitanova (MC). El sobreintendente de la


sal y del tabaco,
Francisco Garofali, el 2 de febrero de 1824 solicitó una
fundación en una iglesia,
distante medio quilómetro de la población, para ayudar
a la gente que estaba
creando el puerto y no tenían iglesia parroquial ni pila
bautismal, que había
quedado en Civitanova Alta201.
1826-1831 * El obispo de Amelia, Umbría, ‘insistió
mucho en contar con
nuestros religiosos ’, pero no se llegó a nada definitivo
por escasez de personal202.

1827 * Porto Maggiore. El agente en Roma del


arzobispo de Ravena, mons.
Falconieri, hizo la oferta de una fundación en Porto
Maggiore, en la región de
Ferrara. No hay más documentos, pero la fundación no
se hizo203.

1827 * Torgiano (PG). El sacerdote Eugenio Stocchi, el


14 de marzo de
1827 comunicó al General que estaba dispuesto a
acoger una propuesta de fundación
en el santuario del Crucifijo, fuera del pueblo. No hay
más documentos204.
1828 * Perugia. El obispo mons. Carlos Filerio,
impresionado por el trabajo
apostólico que aquel año habían realizado en la ciudad
y en la diócesis, el 17

199 AGCP, B. V-I/2-7, donde se encuentras los


diversos documentos.

200 AGCP, A.IV-I/2-4, A-7; A-IV-I/A-8.

201 AGCP, A. IV-I/2-5, F - 2.

202 AGCP, A. IV-I/2-4, A -10, 11. Ibid. Platea SS.


Giovanni e Paolo, II, f. 97. PASZTOR, o. c.„ p. 83,
nota 76.

203 AGCP, A. IV-I/2-7, R-l.

204 AGCP, A. IV-I/2-4, P - 17.


de junio de 1828 pidió una fundación con el
consentimiento del consejo municipal.
El General respondió que antes de 4 ó 5 años no
podría aceptarla; no se
habló más del asunto205.

1830 * Foligno, en Santa María in Campis en otro


tiempo en poder de los
olivétanos; no se aceptó porque la diócesis era muy
pequeña y sería imposible
vivir con la cuestación que podría ofrecer, a menos
que otros obispos vecinos
concedieran permiso para pedir en sus territorios, lo
que tal vez daría motivo a
lamentaciones206.

1830 * Sutri, en el convento e iglesia de Santiago,


antiguamente de los jeró-
nimos, a medio quilómetro de la ciudad. La solicitud
llegó del obispo con respaldo
de los ciudadanos y del clero, pero un médico que fue
a visitar el lugar lo
encontró dañoso para la salud. El General hubiera
querido un retiro, porque
hubiera sido cómodo para evitar el viaje de Roma a
Vetralla en un día, con excesivo
cansancio y con molestias a los bienhechores con los
que se hospedaban.
Pero con harto dolor se sintió obligado a renunciar al
ofrecimiento para no exponer
a enfermedades a los religiosos, que con ello se harían
inútiles para servir a
la diócesis. El vicario general, el 5 de mayo de 1830,
comunicó la amargura del
obispo y daba a entender alguna medida para no
autorizar más la cuestación en
la diócesis207.

1834, Spoleto, Virgen de las Gracias. El 14 de febrero


de 1834, el P. Antonio
Testa, que había ido a predicar en Bevagna, diócesis
de Spoleto, se presentó
a saludar al obispo. Éste le comentó su deseo de una
fundación pasionista en el
santuario de la Virgen Santísima de las Gracias, a
mitad de la subida a Montelu-
co. El P. Antonio visitó el santuario y lo encontró
apropiado como lugar y como
edificio. Pero era pequeña la huerta y con dificultad se
conseguiría un bosque,
pues ‘la comunidad de Spoleto es celosísima de que el
bosque, siempre vestido
de verde, se conserve así’ (carta del 21 -11-1834). El
obispo, el 15 de febrero de
1834, hizo propuesta formal al General. Desde
Bevagna, el P. Antonio, el 17 de
febrero de 1824, prevenía al General que entre la
fundación de Spoleto y la de
Trevi sería preferible ésta última, pues en Spoleto hay
ya otros religiosos, que sin
embargo se echan de menos en Trevi. El General
respondió al obispo: ‘Cuanto
antes hablaré con el Santo Padre, y para no molestar
yendo sólo a este asunto,
en la visita de después de Pascua, si Dios quiere,
estaré en Spoleto ’ para conocer
el lugar y hablar del asunto. No disponemos de más
documentos, pero de
cualquier modo no se llegó a nada208. Mons. Juan
Ignacio Cadolini, el 21 de octu-

205 AGCP, A. IV-I/2-4, P-3. Las cartas del obispo y el


extracto del consejo de la ciudad, en AGCP, A.
IV-V, 2-7, Missioni 1828.

206 AGCP, A. IV-II/2-4.

207 AGCP, A. IV-II/2-1, S-13.

208 AGCP, A. IV-II/2-4, S - 6.


bre de 1837, proponía la fundación en el convento de
los agustinos descalzos, f¡

pues habían quedado muy pocos. El General


respondió el 26, que, después de ?

haber hablado con el card. Fransoni, sería imposible


obtener el apoyo del card.
Rivarola, Visitador de los agustinos, y no se podría
esperar que cedieran el local. *

aunque de por sí respondía a las exigencias de una


comunidad pasionista. No se ;

dieron más pasos209.

1834 * Campello. El 2 de mayo de 1834, mientras el P.


Antonio Testa, pro- vincial de la Presentación,
predicaba en Montefalco (PG), recibió carta del prior
de
Campello, donde le enviaba los documentos para una
fundación de la que ya habían
hablado entre ellos. El provicario general de la diócesis
de Spoleto, el 12 de
agosto de 1834, y las autoridades municipales ofrecían
formalmente el monasterio
suprimido de los SS. Pedro y Pablo, que fuera de los
olivétanos. El párroco de
Campello superior no era favorable porque de aquella
capellanía sacaba lo necesario
para mantener un capellán que ayudaba a la
asistencia espiritual de los enfer- t
mos. El abogado Pedro Amici tampoco quería vender
un terreno colindante para
ampliar la huerta. El 23 de enero de 1836 el arzobispo
y el día 31 el pro vicario
insistían al General para que se contentase con lo que
había, esperando que la
situación habría de mejorar con el tiempo. Pero, el 9
de febrero, el General deshizo
todo lo hablado: ‘No se puede asumir el proyecto
porque la huerta de unos 60
palmos de longitud por 300 de anchura resulta
demasiado estrecha para que
pueda crecer la hierba necesaria a los religiosos y
sería necesario dispensar el
punto de las Reglas de no salir fuera del recinto,
excepto el jueves y en las fiestas
después de Vísperas, etc. Por eso se pide excusa, se
da las gracias y rezaremos al
Señor para que abra caminos que permitan cumplir el
sueño común’210.

La solicitud de fundación en la archidiócesis de


Camerino fue de mons.
Nicolás dei Conti Mattei, hermano del pasionista P.
Pedro María de Jesús Crucificado.
Había sido nombrado arzobispo de Camerino en 1817
y deseaba contar
con una comunidad de pasionistas a los que
apreciaba, y también pensando en
su hermano. Posiblemente le hubiera gustado tenerlos
en Pievetorina donde eslu-
vieron antes. Mandó la solicitud también al Capítulo
General de 1827, pero se le
respondió que ‘mediaba una auténtica imposibilidad de
ver cumplido por el
momento el deseo de las dos partes; se esperaba que
con el tiempo la Bondad
Divina proporcione los recursos aunque excluyendo
Pievetorina por la presencia
de los misioneros de la Preciosísima Sangre211.

209 AGCP, A. IV-II/2-4, S-9.

210 AGCP, A. IV-I/2-4, S -6. El arzobispo insiste sobre


la fundación de Campello el 8 -XI- 1840; el P
Antonio Testa, entonces General, responde
recordando las condiciones impuestas en 1836; no se
llegó a concluir nada.

211 AGCP, Dol., Lettere 1804 - 1836.


En 1829 el arzobispo ofreció el ex- monasterio de los
olivetanos, descartado
por falta de la necesaria soledad; el General, el 23 de
julio de 1829, se manifestaba
dispuesto a tomar en consideración la propuesta del
lugar junto a las cárceles,
siempre que se hicieran algunos trabajos y se
levantase una tapia. Hizo saber
también que, lo mismo que en el caso de Pievetorina
que se estaba estudiando,
sería necesario pensar en la tapia. El obispo, el 22 de
septiembre, se mostró benévolo,
pero no se avanzó más212.

Entre 1834-1836 el obispo ofreció tres localidades:


Colle di Bove, Ponte, Spe-
rimento. No podía devolver el retiro de Pievetorina a
los pasionistas, porque, al
dejarlo éstos, entraron los misioneros de la
Preciosísima Sangre. El P. Antonio
Testa, el 17 de febrero de 1834, escribía al General:
‘No echemos todas las culpas
al canónigo del Búfalo si se opone a nuestro retomo,
pues los nuestros han manifestado
muchas veces que no se volvería a tomar’213. San
Gaspar del Búfalo, el 18
de julio de 1829, a la demanda del arzobispo para que
dejara Pievetorina a los
pasionistas, había respondido que, tras consultarlo con
el card. Cristaldi, le parecía
que tenía todas las cartas en regla para seguir
ocupándolo:

‘Io.) Los pasionistas renunciaron con las debidas


condiciones legales al local
de Pievetorina. 2o.) Nosotros estamos allí porque
fuimos llamados por la autoridad
legítima. 3o.) Ahora hay tantos rescriptos y pequeños
objetos temporales reunidos
para subsistir en Pievetorina que, perdidos por
nosotros, por ser bienes de
las capellanías, etc., nos dejan en peor estado en lo
temporal. 4o.) Por nuestra
parte el concurrir libremente a dejar Pievetorina no es
proporcionado a la dedicación
debida al pueblo. De nada ayudará decir: ¡Se irá a otro
lugar! Que vayan
a otro lugar los pasionistas, a los que amo y venero, y
escojan una localidad acomodada
a sus Reglas, que no es ciertamente la de Pievetorina,
y busquen un local
que esté provisto. 5o.) ¡Cuánto alimento de la palabra
de Dios va a perderse Pievetorina!
6o.) ¿Cómo permutar tantas cosas vinculadas al
Instituto y con el Instituto
en Pievetorina...?. Siendo santo como era añadía: ‘Si
se tratase de obedecer
hasta quedar reducido a cenizas, entonces sobra
cualquier raciocinio y estaremos
dispuestos a cumplir la voluntad de Dios. Pero que
todo se haga “in com-
municatione spiritus’”. Pedía justamente que si tuvieran
que emigrar de allí, se
debería reembolsar los gastos hechos por el instituto
en la casa de Pievetorina’214.
De hecho, cuando en 1840 salieron los misioneros de
la Preciosísima Sangre, el
arzobispo les indemnizó según lo reclamado por su
General.

212 AGCP, A. IV-I/2-5, C - 2.

213 AGCP, A. IV-II/2-4, S - 6. El 20 -VI- 1836, el P.


Antonio recordaba al General que ‘hablando con
el señor arzobispo de Spoleto he visto muy claro que
para dejar libre el retiro de Pievetorina él no
quiere dar un paso que disguste a del Búfalo y a sus
sacerdotes; por lo mismo, si no lo dejan ellos
que han dicho que no lo harán mientras subsista la
Unión, nunca podremos tenerlo nosotros’.

214 AGCP, fotocopia LEONARDO, Cronistoria..., o. c.,


f. 78-79.
Respecto a las otras localidades ofrecidas: Ponte fue
descartada por falta
de soledad; y Sperimento porque eran contrarios los
menores observantes;
Colé di Bove, porque, para ponerlo en condiciones
según deseaban los pasio-
nistas, se necesitaban 3.000 escudos. Durante el
sínodo el obispo habló con los
participantes y 38 firmaron una solicitud para contar
con pasionistas, pero
parece que la contribución económica no cubría los
gastos necesarios, por lo
que se desistió215.

1835 * Foligno, Sassovivo. El obispo insistía, pero el P.


Antonio Testa, que
lo visitó en nombre del General, encontró un edificio
demasiado grande y con
pocas habitaciones, arruinadas además por los
terremotos. El lugar, apto para
noviciado, reclamaba un fuerte gasto de
acondicionamiento; y no sería fácil que
desalojaran el edificio sus ocupantes216.

1835, * Matelica. El obispo de Fabriano y el presidente


municipal pidieron
fundación de pasionistas, cuyas misiones apreciaban
mucho. El 12 de octubre de
1835 el General respondió que no podía
comprometerse, por otras fundaciones
en curso217.

1836 * Trevi, diócesis de Espoleto, convento e iglesia


de la Virgen de las
Lágrimas. El P. Antonio Testa, provincial de la
Presentación, lo visitó en junio
de 1836 por encargo del General. Le gustó y lo
consideró más apropiado que los
de Spoleto o Pievetorina; además sería cómodo para
los viajes a Morrovalle. Los
trámites seguían aún su curso el 7 de marzo de 1840
cuando el obispo comunicó
que intentaría solventar las dificultades, pero pedía
que no se insistiera en
‘cortar las plantas, pues el municipio no quiere que se
talen’. No se llegó a
nada218.

1838 * Orvieto. Se ofreció fundación en el monasterio


de San Pablo. Estaba
dentro del cinturón de la ciudad, pero con suficiente
soledad. El General
advirtió al cardenal Antonio Francisco Orioli, obispo de
Orvieto, que ‘siendo
nosotros mendicantes que vivimos de pura limosna,
parece conveniente y hasta
necesario que antes de cerrar el contrato se haga una
petición de tal fundación
por el Consejo público, o por lo menos por un cierto
número de ciudadanos y
eclesiásticos; que firmen en un folio y manifiesten así
el deseo de esta fundación’
. El cardenal Orioli, el 9 de octubre de 1838,
aseguraba: ‘Me daré toda la
prisa que pueda para que un día se logre el deseado
efecto’, pero tampoco se
llegó a concluir219.

215 AGCP, A. IV-I/2-4, S - 11, carta del P. Antonio


Testa el 20 -VI- 1836. También en A. IV-I/2-5.
C - 3.

216 AGCP, A. IV-I/2-4, F - 8.; y A. IV-I/24, S - 11, carta


del P. Antonio Testa del 20 -VI- 1836.

217 AGCP, A. IV-I/2-5, M - 5.

218 AGCP, A. IV-I/2-4, cartas del P. Antonio Testa el


20 -VI- 1836, y del obispo el 7 -III- 1840.

219 AGCP, A. IV-I/2-4, O - 1


1816 * Massa Marittima. El card. Antón Félix
Zondadari, arzobispo de
Siena y presidente de la Comisión de Restablecimiento
de las casas religiosas en
el Gran Ducado de Toscana, ofreció el 6 de enero de
1816 un convento en Massa
Marittima. Llevaba anejas la capellanía del hospital, la
escuela de la doctrina
cristiana y la obligación de enseñar a leer y escribir a
los niños. Se declinó el
ofrecimiento, por falta de personal y por la
incompatibilidad de estos servicios
con la Regla220.

1832 * Fiésole (Florencia). Por medio de mons. Corsi,


el caballero Pedro Leopoldo
Ricasoli, el 21 de septiembre de 1832, ofrecía la villa
de San Jerónimo de
Fiésole para un retiro pasionista. El General mandó ir
desde Lucca a los PP. Bernardo
de M. Dolorosa y Domingo de la Madre de Dios para
inspeccionar el lugar.
A ambos les gustó el lugar y el edificio. Domingo
escribió al General: ‘El lugar es
más bello, también más pequeño, que éste de El
Ángel. Todo está en buen estado,
habitable, soberbiamente amueblado. Es una delicia,
situado en pleno campo, el
más hermoso y ameno que haya visto en mi vida ’.
Pero se necesitaba permiso del
gobierno, y, como escribía también Domingo, ‘la
oposición sería muy fuerte'. Los
trámites se detuvieron, probablemente porque, como
decía el P. Bernardo, Ricasoli
‘creo que cuenta poco, pues se gobierna con criterios
anticuados’22'.

1836 * Massa Ducale. El obispo ofrecía el 6 de abril de


1836 la iglesia de
los Quercioli para una comunidad pasionista que
quería tener en la diócesis, a la
vez que agradecía las misiones que estaban
predicándose en Carrara222.
23. 3. - En el reino de Cerdeña

1816 * Castellazzo (Alejandría). El 27 de octubre de


1816, Cristóbal Prati e
Pellati, ‘síndico del ayuntamiento’ de Castellazzo, de
5.300 habitantes, pidió al
Superior General que solicitase del soberano un local
para fundación de los pasio-
nistas en lugar de los capuchinos, cuyo convento no se
había reabierto todavía. Los
habitantes deseaban la Congregación pasionista
‘fundada por su patriota el Ven.
Pablo Danei, para explicar una particular devoción
hacia el fundador, que espera,
y de ello está seguro, podrá pronto venerar en los
altares a tan digno Siervo de
Dios’. No tenemos otros documentos. Posiblemente no
llegó a abrirse por la falta
de permiso del gobierno y por la escasez de personal
de aquel momento223.

220 AGCP, A. IV-II/1-3, M - 8.


221 AGCP, A. IV-II/1-3, F -9., carta del P Bernardo. La
del P. Domingo, del 29 -IX- 1832, en AGCP,
fondo Santi, Domenico, cas. 3, cart. Lettere a P.
Antonio de San José.

222 AGCP, A. IV-II/1-3, M - 10.

223 AGCP, A. IV-II/1-5, A - 21.


1823 * Génova. El abad Pedro Juan Bassetti, el 27 de
septiembre de 1823,
recordaba que la casa del santuario de Nuestra
Señora de la Guardia en Polce-
vere ‘no se consideró apropiada; espero que no se
diga lo mismo de S. Nicolás
di Carbonara en la ciudad, o la de San Francisco de
Polcevere’. Para facilitar
la fundación, alentaba a algunos jóvenes a entrar en la
Congregación224. Carecemos
de más datos.

El 19 de octubre de 1827 el General pidió al señor M.


Cerruti, tío del pasio-
nista P. Marcelo Cerruti de la V. Dolorosa, de Génova,
que sondease la posibilidad
de fundar en el santuario de la Virgen en Savona. Le
confiaba que no quisiera
perder la oportunidad de tener casa en Génova, y
añadía: ’Gracias a Dios
tenemos cerca de 60 jóvenes estudiantes y por eso,
con la bendición del Señor
en pocos años podremos abrir nuevas fundaciones,
pero no podemos comprometernos
en más de una y al cabo de un año o poco más, en
otras dos. Pues es
evidente que un asunto como éste, por más que se
solicite, antes de llegar a efectuarlo
y después de discutirlo, siempre se necesitan varios
años ’.

El 28 de octubre de 1827 desde Savona el obispo


comunicaba al señor Cerra-
ti que sería difícil la fundación en el santuario de la
Virgen, porque lo administraba
una comisión de seglares y porque allí había pocas
habitaciones. El 26 de
noviembre de 1827 el señor Cerruti trasladaba la
respuesta al General; le sugería
que, para obtener permiso del rey de Cerdeña, debería
buscar el respaldo de
mons. Lambruschini o del card. Morozzo de Novara,
del card. Fransoni, personas
aceptas al rey y a todos los ciudadanos.
El General, el 18 de octubre de 1827, explicaba a
mons. Lambuschini, arzobispo
de Génova y nuncio en París, que en el Capítulo
General, al hablar de nuevas
fundaciones, se dijo que en la actualidad no hay
solicitud de fundación para
Génova, por lo que se decidió proseguir las de L’Aquila
y Lucca, ya precedidas
de varias solicitudes. Aseguraba al arzobispo que si
tuviera un local acorde con
las exigencias de la Regla pasionista, lo aceptaría
enseguida, ‘en vista de la
numerosa juventud que el Señor se ha dignado
mandarnos, en la cual tenemos
fundadas esperanzas’.

Como condiciones del lugar, pedía soledad, aunque


fuera dentro de las murallas,
siempre que no hubiera viviendas próximas; que
tuviera unas treinta habitaciones
para una comunidad numerosa capaz de atender las
solicitudes de predicación,
erigir un noviciado y recibir ejercitantes225. No
tenemos más documentos,
pero la dificultad insuperable fue sin duda el permiso
del gobierno, como se
ve por lo que aconteció en Ivrea y Turín.

224 AGCP, A. IV-II/1-4, G - 1., carta del 27 -IX- 1823 al


General. AMEDEO, 1 Passionisti nell’Alta
Italia, o. c., p. 85.

225 AGCP, A. IV-II/1-4, G-l. AMEDEO, I Passionisti


nell’Alta Italia, o. c., pp. 85-86.
1829-1839 * Ivrea. El 28 de agosto de 1829 el General
agradecía a don
Jacinto Rolla por el ofrecimiento, en nombre del obispo
de Ivrea, del santuario
de la Virgen del Monte Estrella. Le hacía saber que
con gusto hubiera hecho
los trámites, porque deseaba entrar en el Piamonte,
pero que necesitaba permiso
del rey. Le decía que había tratado ya el asunto con el
encargado del rey ante
León XII, señor Calabiano; le había entregado un
memorial sobre la Congregación
de los pasionistas. Había hablado con el abogado don
Pascual Gizi226, encargado
de los asuntos de la Santa Sede en Turín. Antes de
obtener el visto bueno
del rey, sería inútil enviar ‘religiosos, aunque sólo fuera
a inspeccionar, pues
algún malévolo, que nunca faltan, podría juzgarlo un
atentado’.
Los trámites se prolongaron. En 1839 parecía
conseguido ya el consentimiento
del rey, pero ante la inminencia del Capítulo, el
Superior General, el 16
de marzo de 1839, escribió al conde Brogli que había
que esperar al Capítulo
para dar una respuesta decisiva. El nuevo General, P.
Antonio Testa, hizo saber
que en el Capítulo se había hablado y aceptado esta
fundación: ‘Con gusto los
pasionistas extenderán sus fatigas apostólicas a
aquella parte de Italia, que les
dio el Fundador y tantos otros insignes hombres, los
cuales, especialmente en
los comienzos, ilustraron el Instituto y consiguieron
darle estabilidad’. Recordaba
que las Reglas prescriben la soledad, ‘y por eso las
fundaciones deben
abrirse en lugar apartado y a cierta distancia de la
población’, que el edificio
tuviera unas cuarenta habitaciones para poder abrir el
noviciado y para ‘recibir
a las personas que quieran retirarse a practicar los
santos ejercicios’. No se
llegó a nada definitivo227.

1833 * Otros intentos para entrar en Piamonte o en


Liguria se entrecruzaron
con el de Ivrea. El 8 de enero de 1833 el card.
Morozzo, obispo de Novara
y Visitador Apostólico de las casas religiosas, escribió
al card. Sala: ‘De acuerdo
con el arzobispo de Turín, mantengo siempre la idea
(de traer a ) los Padres
Pasionistas, para los cuales serviría la cartuja de
Turín, donde no hay ahora
más que franceses, que no le gustan a Su Majestad’.
Sugería que en la primavera
un par de religiosos fueran a ver los locales, viajando
‘mejor desde Monte
Argentado que desde Roma ’. El 9 de febrero de 1833
el card. Morozzo comunicaba
al card. Sala que ‘el soberano ha convenido conmigo
que haya Pasionistas
y creería oportuno que vinieran dos después de
Pentecostés con plenos poderes;
sobre todo conviene saber cuántos pueden ser
destinados ’. El General respondía

226 Don Pascual Gizzi (1787-1849) estaba en Turín


desde el 5 -I- 1829. Natural de Ceccano apreciaba
a los pasionistas a los que apoyó para que viajaran a
Bélgica. STEFANO GIZZI, Il Cardinale Tommaso
Pasquale Gizzi, Secretario di Stato di Papa Pio IX. Con
documenti inediti, Amministrazione
Prov. Frosinone 1993.

227 AMEDEO, I Passionisti nell’Alta Italia, o. c., pp. 86


- 87. Decreti e rae., o. c., n. 348. AGCP, IV-
11/1-5,1- 1.
al card. Sala que ‘ es seguro que se irá; sobre el lugar
se hablará y se resolverá
todo lo demás’. El 26 de abril el card. Morozzo de
Novara aseguraba que en
junio se encontraría en Turín y que hacia la mitad del
mes sería oportuno que los
pasionistas fueran a la ciudad. A primeros de mayo el
General informaba al card.
Sala que los religiosos irían ‘como ‘cuestuantes ’
encargados de buscar limosnas
para la Causa de Beatificación del Venerable P. Pablo
’.

El 24 de mayo de 1833 el card. Morozzo escribió al


card. Sala aprobando que
se justificase el viaje con la búsqueda de limosnas;
pero subrayaba: ‘Adviértales
que no irán a ocupar el puesto de otra orden
interesante en el país y que no se
trata de situarlos en la ciudad, sino en el campo’. La
cartuja estaba en el pueblo
de Collegno, cerca de Pianezza.
Para obrar con prudencia, el General, P. Antonio, el 4
de junio comunicó el
asunto al Santo Padre. Gregorio XVI le aconsejó que
no fuera personalmente,
‘pues la cosa no se podría ocultar y causaría alarma
en otras congregaciones’’,
que esperara hasta el final de la Visita Apostólica y la
aprobación de la S. Sede de
las determinaciones que en ella se hubieran tomado
sobre la clausura de algunos
conventos. El Papa aprobaba el viaje de los religiosos
como limosneros, pero que
actuaran con discreción al inspeccionar los lugares
‘para no dar ocasión a disgustos
o disturbios ’. El 29 de mayo el card. Sala informaba al
General que el card.
Morozzo esperaba a los pasionistas en Turín y le
auguraba ‘que todo resulte bien ’.

El 5 de junio de 1833 el General escribía al P.


Bernardo Spinelli de la Dolo-
rosa, de comunidad en Lucca, originario de Costa
Rainera, por lo mismo súbdito
del rey de Cerdeña, que lo había escogido para
aquella misión. Le transmitía
el pensamiento del Papa y le autorizaba a escoger un
compañero, si bien le citaba
al hermano Francisco. Le añadía que el lugar pudiera
aceptarse, aunque estuviera
a menos de un quilómetro de la ciudad, siempre que
no fuera zona de pasatiempo.
El P. Bernardo salió de Lucca el 15 de junio; el 17
estaba en Génova,
donde los amigos de los pasionistas y el vicario
general le preguntaron cuándo
iba a realizarse la fundación de Génova.

El 24 de junio llegó a Turín, a la casa profesa de los


jesuítas. El card. Morozzo
le visitó y le expuso las posibilidades de una fundación:
en la casa de los Ser-
vitas, quienes preferían una casa dentro de la ciudad,
pero el P. Bernardo la des
cartó por falta de suficiente soledad; o en la cartuja de
la que ya se ha hablado,
pero allí había 12 religiosos. Otra posibilidad hubiera
sido el Retiro o Desierto
de los Camaldulenses, a unos trece kilómetros de la
ciudad, donde había sólo 4
religiosos; o también la iglesia de Superga. A juicio del
cardenal, el Desierto
sería el lugar más apropiado.

El P. Bernardo informó al General que había


comenzado a recoger limosnas
para cubrir las apariencias del viaje, pero ‘por lo que
escucho, se recolectará
poco, pues hasta las buenas personas, cuando oyen
decir que el dinero se usará
en Roma, se niegan a dar’. La colecta, además, no se
hizo, como escribió el 28
de octubre de 1833 el abate Sopranis. En noviembre
de 1834 el card. Morozzo
informó al card. Sala que el rey había dado su
consentimiento para el traslado de
los ermitaños, por lo cual invitaba a dos pasionistas a
que en la primavera de
1835 trabajasen en la zona destinada a los forasteros.
Pero el 13 de enero de 1835
advertía que una familia había reclamado sus
derechos de patronato sobre la abadía,
y que otros pensaban que sustituir a los ermitaños con
los pasionistas sería
empobrecer a la gente, pues los ermitaños, teniendo
rentas, podían dar limosnas,
cosa que no podrían continuar los pasionistas, si ellos
mismos viven de limosna.
El General puso una nota a esta carta: ‘Respondo que
se agradece al card.
Morozzo su interés por esta fundación, pero que, en
vista de la oposición mencionada,
por ahora parece que no es voluntad de Dios que los
pasionistas se
establezcan en el Piamonte por ahora ’.

Confirmó esta postura en la carta del 7 de abril de


1835 al card. Sala: insiste
además ‘en la falta de algunos sujetos con los cuales
contaba para la misma fundación’.
El 21 de marzo de 1837 llegó una nueva propuesta del
card. Morozzo: el
rey daría a los pasionistas una casa ‘que llevara unido
un centro de reclusión para
sólo eclesiásticos, a los cuales deberían cuidar con
instrucciones para mejorar su
vida moral y hacer que volvieran al espíritu de su
estado’. El General, el 10 de
abril de 1837, respondió al card. Sala, entonces
Prefecto de la S. Congregación de

00. y RR., que comunicase al card. Morozzo que la


congregación agradecía
mucho al rey de Cerdeña y al card. Morozzo su
ofrecimiento, pero que no podía
secundarlo por ir contra lo que prescriben las Reglas.
Y añadía:

‘Está muy comprobado por la experiencia nunca


interrumpida, especialmente
entre nosotros, que si los religiosos no se alejan en
sus trabajos de cuanto nos
dejó prescrito el Venerable Fundador, se conserva
fácilmente el espíritu del Instituto
y sus trabajos reciben las bendiciones del Señor; lo
contrario sucede cuando
alguno pretende alejarse, aunque sea en cosas
pequeñas, del estilo del Instituto.
Esperamos que no se ofenda su Majestad si nosotros
preferimos no alejarnos
de lo que nuestras Reglas nos prescriben ni del
sistema que nos dejó en
herencia el Venerable Fundador ’.
Así concluyó el intento, sin lograr la entrada en el reino
de Cerdeña228.

1834 * La Spezia. El 27 de septiembre y el 28 de


octubre de 1834 el sacerdote
José Foce pidió una fundación en el ex-convento de
menores reformados.
Se le respondió que no podía aceptarse por haber
otras fundaciones en trámite229.

228 AGCP, IV - II/1 -5, T - 1. ASV, Congr. Vescovi e


Regolari Positiones Regni., mayo 1837. AMEDEO,
I Passionisti nell ’Alta Italia, o. c., pp. 87-94.

229 AGCP, A. IV-II/1-4, S - 2.AMEDEO, I Passionisti


nell’Alta Italia, o. c., pp. 87.
1789 * Gaeta, Santuario de la SS. Trinidad. En el
Monte Partido, abandonado
por los benedictinos, había un sacerdote de guardián.
Se lo ofrecieron a los pasio-
nistas de Terracina, ‘en las presentes circunstancias
fugitivos de aquel estado Algunos
ciudadanos influyentes y también algunos pasionistas
dirigieron una súplica al
rey y a la Real Cámara. Pero no se llegó a nada, o
porque el gobierno no concedió el
permiso, o porque los acontecimientos alejaron a los
pasionistas de Terracina230.

1815 * Tufo, Avezzano231.

1819 * Cefalú, Sicilia. Mons. Juan Sergio, el 1 de


diciembre de 1819 pidió
al card. Di Pietro, Penitenciario Mayor, que interviniera
ante el General para
obtener una fundación de pasionistas en su diócesis.
El obispo dirigió la súplica
nada menos que al Papa, y éste la hizo llegar al
General. Por falta de personal no
prosperó el proyecto232.

1822 * Sora. En este año se recibió una solicitud de


fundación para esta ciudad.
El P. Juan Lucas escribió a mons. Strambi, que le
respondía el 2 de agosto
de 1822: ‘A mi juicio merece tener en mucha
consideración el ofrecimiento de
la ciudad de Sora; que el Señor ilumine al P. General
para determinar lo que
sea “ad maiorem Dei gloriam”’. Nada se llevó a cabo
entonces233.

1824-1832 * Venafro234, Capua, Benevento, Ñola235,


Sessa Aurunca, Roc-
camorfina236. En 1828 se ofreció una fundación en
Tagliacozzo, en 1832 en
Albe, y en 1838 en Celano237.
1834 * Andria. El 31 de julio de 1834, mons. José
Cosenza pidió una fundación;
decía que había hablado con el ministro de Asuntos
religiosos de Nápoles.
El 17 de agosto el General respondía que no era
posible, pues llevaba entre
manos otras fundaciones, incluyendo una en el reino
de Cerdeña238.

230 AGCP, A. IV-I/2-I, G-4.

231 AGCP, A. IV-I/2-2, P - 6.

232 AGCP, A. IV-I/1-2, C -22.

233 F. GIORGINI, San Vincenzo Ma. Strambi, o. c.,, p.


135 nota 78. Para el caso de Sora, cfr. también
Platea SS. Giovanni e Pao lo, II, f. 97.

234 AGCP, Dol., Lettere 1804-1836, tras la misión de


1824 se pidió con insistencia la fundación; hay
dos cartas relativas al tema. El P. Lucas María de la
SS. Trinidad predicó los ejercicios al pueblo y
el 10 -III- 1825 escribe desde Venafro que los
promotores querían pasionistas en el convento de los
capuchinos en el que sólo había dos frailes. Pero el
mismo P. Lucas comenta: ‘Ni hablar del tema’.

235 Habla de ella el P. Lucas Ma. de la SS. Trinidad


en una carta al General el 2 -IV- 1825; se la había
propuesto en Nápoles el auditor del nuncio a nombre
del obispo de Ñola. El dice que ha tenido ofrecimiento
del señor Rivera para fundar en Massa de Sorrento.
Cfr. AGCP, Dol., Lettere 1804-1836.

236 AGCP, A. IV-I/2-9; B-7; C-12, 27; I - 4; N - 8; S -


16.

237 AGCP, A. IV-I/2-2, P - 7,8,9. Sobre la de Albe, el


General responde que, en las turbulencias políticas
de 1831-1832 ‘no son tiempos de pensar en nuevas
fundaciones; se verá según el rumbo que
tomen las cosas’.
238 AGCP, A. IV-II/1-1, A -20.
1830 * Módena. La solicitud coincidió con las
fundaciones en curso en L’A-
quila y Lucca, por lo que se rechazó.

1831 * Finale, Módena. La propuesta se le hizo al P.


Antonio Testa, provincial,
que la pasó al General. Este, como otras veces,
respondió que podría tratarse el
asunto al cabo de 3 ó 4 años, siempre que la casa
estuviera fuera de la población.
No se llevó a efecto, y en cambio sí la aceptaron
después los redentoristas239.

24. - Preparación de las fundaciones realizadas


después de 1839

Durante el sexenio 1833-1839, además de las


fundaciones citadas, se trabajó
con dinamismo en favor de otras en Italia y en preparar
la primera fuera del
país, ya casi a punto cuando el Capítulo de 1839. Las
mencionamos, dejando los
datos de su realización para el volumen siguiente.

24.1. - Moricone

El card. Carlos Odescalchi, que había buscado una


fundación en Magliano
Sabina, presionó mucho para que se fuera a Moricone,
también en su diócesis. La
casa había sido de los benedictinos, después de los
escolapios y finalmente de los
mínimos de San Francisco de Paula, que la
abandonaron en 1807. El edificio fue
entregado a la curia diocesana por la Santa Sede. En
1809 los franceses lo expropiaron
y en 1810 lo pusieron a la venta. En la restauración, la
propiedad recayó de
nuevo en la curia diocesana. En 1836 las autoridades
del municipio y el arcipreste
Luis Marchesi, vicario foráneo, pidieron al card.
Odescalchi que se lo confiara
a los pasionistas. El clero y el pueblo de Palombara
hicieron la misma petición240.
En noviembre de 1836 el cardenal hizo llegar estos
deseos al Padre General, quien
le contestó: ‘Como ya en otra ocasión manifesté a V.
Emcia. Rvma., es mi deber
asegurarle que, siempre que sea adecuado para
nuestro instituto, con el edificio
necesario y una cierta cantidad de terreno a norma de
nuestras Reglas, y que todo
sea habitable, nosotros estamos dispuestos a recibirlo
y a convertirlo en retiro
nuestro. Pero será necesario ver primero el local y
examinarlo todo, lo que espero
que podrá hacerse pronto; después se decidirá lo más
conveniente’241.

239 AGCP, A. IV-I/2-7, M - 3.

240 AGCP, B. III-V/1-1.

241 AGCP, B. III-V/1-1. Arch. Moncone, Platea del


ritiro di Gesù e Maria detto del SS.mo Salvatore,
presso Moricone 1839, ff. 1-14. CLAUDIO VILÀ PALÀ -
LUIGI CAPOZZI, Moricone. Fabbrica
del Convento e della chiesa degli Scolopi (1619-1648)
a cura dei PP. Scolopi, Arch. Scholarum
Piarum IX (1985), pp. 177-274.
Gustó el lugar, aunque no distara de la población lo
establecido por el Capítulo
General de 1815, y se creyó que la soledad resultaba
bastante perfecta. Sólo
se pidió que, para proteger más esta soledad, se
ampliara el espacio dedicado a
huerta. Se necesitaban muchas reparaciones, pues
durante los años de abandono
se habían deteriorado los tejados y toda la madera.
Con mil escudos que dio el
card. Odescalchi se puso manos a la obra, pero el 21
de noviembre de 1838 éste
renunció al cardenalato y entró en la Compañía de
Jesús. Su sucesor, card. Antonio
Domingo Gamberini, mantuvo la línea del predecesor,
en la estima a los
pasionistas y en las ayudas para que continuaran las
obras. Se llegó al Capítulo
General de 1839, en el que se tocó el tema de la
soledad, pero la decisión de los
capitulares quitó todo tipo de dudas, si aún quedaba
alguna, sobre el tema de la
soledad y se prosiguió con el proyecto de la fundación.

24. 2.- Larga preparación para entrar en Inglaterra2

El deseo de los pasionistas de entrar en Inglaterra


para ayudar a los anglicanos
a regresar a la única Iglesia de Jesucristo deriva de
una inspiración muy particular
de Dios: San Pablo de la Cruz, desde los días que
dedicó al retiro en Castellazzo
(del 22 de noviembre de 1720 al 1 de enero de 1721),
se comprometió a orar y así
lo hizo hasta su muerte242 243. El voto específico de
recordar la Pasión de Jesucristo es
traer a la memoria la voluntad del Padre de que Jesús
diera su vida para congregar
a los hijos de Dios que estaban dispersos (Jn 11, 52).
En cierto sentido, pues, el
ecumenismo forma parte de la dinámica apostólica de
la Congregación.
Pero la orientación inmediata de dedicarse al regreso
de los anglicanos a la
Iglesia Católica y de marchar a Inglaterra para trabajar
allí está ligada a la llamada
que Dios hizo a Domingo Barberi de la Madre de Dios
estando en el retiro
del Santo Ángel de Vetralla, a poco de su entrada
como postulante244.

Esta vocación entusiasmó a Domingo y fue referencia


constante para muchas
de sus iniciativas: la cruzada de oraciones para que el
Señor abriese el camino
de la reconciliación de los anglicanos con los Iglesia
Católica; el dedicarse al

242 La documentación en AGCP, Mich., Historia


Provinciae 1830-1840: Chronique de la fontation
d’Ere lez-Tournai, Belgique et de l’établissement des
Passionistes en Angleterre, ff. 44. Hay además
cartas de 1836-1837. Historia Provinciae 1838-1975,
cartas entre 1838-1841. * Estudios fundamentales
que ayudan: CONRADUS A MATRE DOLOROSA, The
Foundation ofthe Passionists
in England: 1840-1851, Romae 1962, tesis en la PUG,
Part I, Chapter 2, se ocupa del período tratado.
* De grande importancia también la obra de
FEDERICO, II B. Domenico..., o. c., especialmente
el cap. XV.

243 S. PAOLO DELLA CROCE, Lettere, Io. Vol. ai


Passionisti, o. c., pp. 749 - 750.

244 DOMENICO DELLA MADRE DI DIO, Scritti


Spirituali: I. Autobiografía e Propositi..., a cura
di F. Giorgini, CIPI Roma 1986, pp. 38, 44, 49-52, 76-
77; cfr. índice analítico. Ver FEDERICO,
o. c.,XV.
estudio de la teología, la historia eclesiástica y la
apologética para prepararse a
este ministerio; el fomentar amistad con ingleses, que,
al visitar las antigüedades
romanas, acudían a ver las del Celio.

También escribió cartas y opúsculos sobre temas


especiales o para ayudar a
los anglicanos a descubrir la verdad de la Iglesia
Católica. No disponiendo de
recursos para imprimirlos, hizo que se sacaran copias
manuscritas para darlos a
leer245.

Resultó providencial la llegada a Roma de Jorge


Spencer246, que conoció el
entusiasmo del R Domingo por la unión de los
anglicanos a la Iglesia Católica;
se hicieron muy amigos y, ya en Inglaterra, sería
también su discípulo, profesando
en la Congregación. Por mediación de él, otros
ingleses se acercaron a
Domingo, o al P. Ignacio Carsidoni del S. Costado;
éste, lector de teología en la
casa de los SS. Juan y Pablo, mantenía
correspondencia con amigos ingleses y
franceses, de común acuerdo con el P. Domingo,
primero de superior en Lucca
y después de provincial o consultor fuera de Roma.

Domingo, desde Lucca, mantuvo relación con Phillipps


y con el ministro
anglicano Ford. El 16 de julio de 1831 comunicaba a
Phillipps su preocupación
por la vuelta de Ford a la Iglesia Católica; afirmaba que
vivía ‘en Lucca contentísimo,
esperando in silentio et spe el tiempo establecido por
Dios’ para ir a
Inglaterra. Pedía que se le informase ‘de los progresos
de nuestra santa religión
en aquella Isla, que nunca se aparta de mi corazón...
¡Oh día, oh momento feliz
que aguardo con la esperanza de poder unirme con
vosotros algún día! ¡Oh
amada Inglaterra, oh Nación querida, cuándo podré
verte! ¿Y cuándo podré
verte de nuevo en el seno amoroso de nuestra Madre
la Santa Iglesia?’. Añadía
que Spencer le escribía y que estaba unido en las
oraciones para alcanzar este
gran objetivo247.

El 3 de agosto de 1830 Domingo escribió al P. Pío


Cayro, destinado a la
nueva fundación de Lucca, y le pedía que rezase por
la vuelta de Inglaterra a la
Iglesia Católica. Al mismo tiempo le informaba de su
amistad con Spencer: ‘¿ V.
R. se recuerda alguna vez de Inglaterra? Rece y haga
que se rece, pues las cosas
comienzan a ponerse bien. He tenido la alegría de
tratar con varios ingleses
convertidos del protestantismo, que tienen mucho celo
por la gloria de Dios.
245 Una buena introducción al pensamiento de
Domingo y a su espiritualidad y actividad pastoral
ecuménica,
en GIOVANNI PELLÀ, La spiritualità ecumenica del B.
Domenico Barberi, C. P., Apostolo
dell’unità ( 1792-1849), Ed. CIPI, Roma 1991.
FEDERICO, o. c.,, cc. I - XV.

246 JOSEF VANDEN BUSSCHE, Ignatius (George)


Spencer Passionisi (1799-1864). Crusader of
prayer for England and Pioneer of Ecumenical Prayer,
University Press Leuven 1991, pp. 31-37.

347 AGCP, Fondo Santi, Domenico, cas. 3, cart.


Lettere a: Ford y Phillipps 16 -VII- 1831. El 14 -XII-
1834 Domingo al can. Don José, que marchaba fuera
de Italia, le decía que esperaba ‘poder decir
un día adiós a Italia para ir a donde Dios quiera. ¡Ah!,
mi amada Inglaterra está siempre en el centro
de mi corazón. Pero no veo que se abra todavía
ningún camino’. Cfr. ibid.
Entre otros, tengo amistad con el célebre Spencer,
ministro anglicano y gran predicador
de la secta, que ha seguido hablando contra la fe
católica hasta el 24
del pasado enero; ahora está en Roma preparándose
para recibir las órdenes
sagradas; más tarde regresará a Inglaterra donde se
dedicará a propagar la fe
católica. ¡Si viese qué persona más valiosa, qué celo,
qué ardor por la gloria de
Dios! Parece un nuevo San Pablo; precisamente la
víspera de la conversión de
este apóstol abrazó la fe católica. Pidamos, pues, con
insistencia, ¿se da cuenta?'
™.

Spencer soñaba con llevar a Inglaterra a los


pasionistas, pero las dificultades
parecían insuperables. Por eso pensó ayudarles a
fundar en Francia, en Boulog-
ne-Sur-Mer, ciudad muy frecuentada por ingleses.
Habló de ello a su amigo el
sacerdote Carlos Bemard, natural de Lille, ordenado
sacerdote en la diócesis de
Cambrai. Estando en Roma en 1834, visitó la basílica
de los SS. Juan y Pablo,
conoció a Domingo e Ignacio, que hablaba y escribía
el francés, y se convirtió
en la mejor ayuda para la fundación. En 1836 fue a
Bologne para unas vacaciones
en el mar y conoció al sacerdote Haffreingue, ocupado
en la reconstrucción
de la basílica de la Virgen y en la asistencia espiritual
de la colonia inglesa. Ber-
nard le comentó el proyecto del P. Domingo. El 10 de
agosto de 1836 Bemard
escribió al señor Drack que informase a los pasionistas
que podrían entrar en
Francia, ya que el obispo de Arras, Hugo de la Tour
S’Auvergne, estaría contento
de tenerlos en Boulogne - Sur- Mer bajo la protección
del venerable José
Benito Labbre, nacido allí.
El General respondió el 1 de septiembre de 1836 por
medio del P. Ignacio del

S. Costado y pedía que se le aclarasen 10 puntos,


relativos a la soledad, la amplitud
de la casa, la posibilidad de tener limosnas y el
permiso del obispo para pedir según
las Reglas. Pero los puntos cruciales eran los del
permiso del gobierno, es decir, la
existencia legal del Instituto, la libre relación de los
religiosos con el Superior General
que residía fuera de aquella nación, la libertad de
movimiento de los religiosos
y la aceptación libre de los jóvenes al noviciado y a la
profesión248 249.

Otra persona que ayudó en la fundación fue el señor


Drack, judío convertido,
muy apreciado en el ambiente literario. Vivía en Roma,
donde residía también
su hijo Pablo Drack, igualmente convertido, ordenado
sacerdote, bibliotecario
de Propaganda Fide. Los dos acudían a los SS. Juan y
Pablo, y conocían
bien a los PP. Domingo e Ignacio, a Jorge Spencer y a
Carlos Bemard.

Entre 1831-1836 estas personas se intercambiaron


encuentros, correspondencia,
muchas oraciones y sondeos para encontrar el modo
de llegar a la suspirada
fundación. El 27 de mayo de 1836, el P. Domingo
escribió a Phillipps,

248 AGCP, Fondo Santi, Domenico, cas. 3„ cart.


Lettere al P. Pio Cayro

249 AGCP, Mich., Historia Provinciae 1830-1840,


Memorie 1, 1-2. Lettere 1836-1837, 2,1-13.
comunicándole que él estaba pronto para partir hacia
Inglaterra; que para él y
otros dos compañeros bastaría una casita con una
pequeña iglesia; que Dios proveería
para la supervivencia. Añadía que en S. Sosio había
un estudiante irlandés
y en el noviciado un novicio también irlandés250, que
constituían una esperanza
en el caso de una futura fundación. El P. Domingo
mandó la carta al P.
General para que tuviera una visión anticipada y diera
su propia opinión.

El General admiró el espíritu evangélico del proyecto,


pero le parecía mejor
proponer a aquel amigo que ofreciera ‘una casa
suficientemente amplia, aunque
sea mediocre, con pequeñas habitaciones para dormir
sobre un poco de paja, y
otras oficinas necesarias, y además una iglesita para
celebrar la misa. La casa
debería hallarse en soledad, cuando menos a un
quilómetro de la población. No
se necesitarán rentas, ya que vivimos de limosnas
’251.

La respuesta recibida de Francia fue que, según el


vicario general de París,
los pasionistas podían establecerse en aquella nación
como se habían establecido
‘los jesuítas y las demás congregaciones, que están
legalmente reconocidas’.
Podrían escribir libremente a sus superiores y ser
trasladados de una casa a otra;
también recibir novicios libremente; no podrían ser
profesores ni estar exentos
de los obispos en lo referente al ministerio
sacerdotal252.

El General creyó conveniente oír al Papa Gregorio


XVI. Primero habló con
el Secretario de Estado, card. Lambruschini, y después
con el Papa. Este, aunque
contento del plan, puso dos condiciones que hicieron
imposible la realización
del proyecto: que el gobierno ‘aprobara explícitamente
al Instituto con sus
Reglas; y que esta aprobación fuera publicada en todo
el reino francés por medio
de los periódicos, gacetas e impresos’253.

El 22 de enero de 1837 el P. Ignacio comunicaba a


Bemard: ‘El P. Domingo de
la Madre de Dios exulta de alegría y le parece que está
ya en Boulogne, catequizando
a los pobres ingleses e instruyendo a los franceses
con la Palabra de Dios’.
En la misma ocasión, tras insistir amistosamente para
que Bemard se comprometiese
a superar las grandes dificultades relativas a la
autorización gubernamental
como pedían el Papa y el General, añadía: ‘En la
próxima primavera veréis con alegría
a los pasionistas en Francia, entre los cuales el nuevo
apóstol de Inglaterra,
P. Domingo de la Madre de Dios, que os saluda
cariñosamente y os agradece la
medalla que le habéis mandado por medio de mí’.

250 El estudiante era Amadeo de la Madre de Dios


(Juan MacBride), profeso desde el 13 -III- 1835, fue
ordenado sacerdote el 30 -IV- 1837; salió de la
Congregación el 3 -X- 1850. El novicio era Patricio
de María Santísima (José Foer), profesó el 7 -V- 1837,
pero abandonó el 1 -IX- 1840. Cfr. en
AGCP, Registro generale dei religiosi, voi. I.

251 FEDERICO, o. c., pp. 242-250.

252 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 2-5, carta del


vie. Gral. de París el 1 -XI- 1836.

253 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 2-11, P. Ignacio


el 24 -I- 1837.
También recordaba que ‘al Papa le gustaría que, al
llegar a Francia los pasio-
nistas, abrieran enseguida el noviciado', por lo que se
pensaba enviar ‘al menos
tres o cuatro de Italia, como serían el P. Domingo para
superior y otro para maestro
de novicios. Por esta razón el P General no cree
oportuno mandar a uno solo,
como vosotros decís, para adquirir el local. Los que
vayan lo harán si encuentran
medios; toda la dificultad estará en dar pobre albergue
algunos días a tres o cua
tro misioneros en Boulogne-Sur-Mer, o en otro lugar, y
pagarles el viaje; pero no
os apuréis, pues los nuevos ‘agustines ’ (alusión a
Agustín de Cantorbery) viajarán
como apóstoles y no a lo grande, se contentarán con
muy poco; las ofertas de la
Sra. Spencer y las vuestras serán casi suficientes para
que lleguen a Francia tres o
cuatro pasionistas. Tened dispuestos a los jóvenes
novicios y decid a M. Haffrein-
gue que mantenga aquellos de los que hablaba en
agosto pasado ’254.

En la carta del 24 de enero de 1837, en la que


recordaba las condiciones impuestas
por el Papa para la entrada de los pasionistas en
Francia, el P. Ignacio animaba
al Rvdo. Bernard a moverse con entusiasmo, a animar
a mons. Wiseman a comprometer
a personas inglesas que ayudasen económicamente, y
pedía que se recordara
a Haffreingue que cuidase de los novicios ‘que exhibía
en agosto pasado’255 256.

Parecía que todo estaba a punto de llegar a buen


puerto; el mismo P. Domingo
escribía el 26 de enero de 1837 a la abadesa del
monasterio de Veroli, en
donde había predicado ejercicios espirituales; invitaba
ardientemente a las religiosas
a rezar por la conversión de los infieles y de los
anglicanos y pedía que
redoblasen las súplicas, ‘pues Su Divina Majestad
comienza a abrir una vía por
la cual podremos ir muchos a anunciar la fe a los
pobres herejes e infieles. Lo
espero desde hace veintitrés años; ahora las cosas
van por buen camino. Así que
confío que en la próxima primavera podremos ir cuatro
individuos por ahora,
después seguirán los demás en mayor número. Como
el demonio hará todo lo
que pueda para impedirlo, es nuestro deber hacer todo
lo que está en nuestras
manos para alcanzar el objetivo’155.

Era imposible lograr para la Congregación pasionista


el reconocimiento del
gobierno francés. Resultaron fallidos los intentos de
Haffreingue. Desde la revolución
de julio de 1830, Luis Felipe fue proclamado rey de
Francia, pero la opinión
dominante en el gobierno era anticlerical.
El 27 de marzo de 1838, el P. Ignacio notificada al
Rvdo. Bernard que,
habiendo comunicado al General el plan de encontrar
en Bélgica un obispo bené-

254 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 2 - 13, la


respuesta del P. Ignacio está en la misma carta de
Drack
del 22 -I- 1837 al Rvdo. Bernard.

255 AGCP, Midi.. Lettere 1836-1837, 2-11, carta del 24


-I- 1837.

256 AGCP, Domenico, Lettera 26-01-1837. También


en otra a la señora Crescencia Nona de Roccasecca
el 13 -VI- 1837 pedía oraciones ‘para la ejecución de
un gran negocio de gran gloria de Dios
que ahora se está tratando’.
volo, le parecía bien, aunque no pudiera realizar
inmediatamente la fundación a
causa de otras que se estaban haciendo en el Estado
Pontificio257 258. Bernard se dirigió
a la diócesis confinante con la de Lille, a la de Toumay,
Bélgica, donde las
leyes civiles eran más abiertas a los institutos
religiosos. Bélgica se había declarado
en octubre de 1830 independiente de Holanda, a la
que había estado unida
desde el Congreso de Viena de 1815. La constitución
de 1831 garantizaba la
plena libertad religiosa. Guillermo I, rey de Holanda, no
cesó de intentar la
reconquista durante este período, aunque se lo impidió
la intervención de Francia
e Inglaterra. El 27 de abril de 1838 el obispo de
Toumay, mons. Labis, respondió
al Rvdo. Bemard:

‘Reverendo: La libertad legal que tenemos en Bélgica


me autoriza a acoger
su solicitud en favor de los pasionistas; autorizaré a
estos religiosos la apertura
de una casa en la diócesis de Tournay. Me sentiré
contento de prestar a la vez
una ayuda a mis hermanos de Inglaterra y de
enriquecer mi diócesis con una
nueva comunidad, que en ella difundirá el buen olor de
Cristo, como lo espero.
Los pasionistas pueden contar con mi disposición a
protegerlos por los medios
a mi alcance,258.

El 19 de junio de 1838, el P. Ignacio comunicaba la


alegría del General ante
la posibilidad de fundar en Bélgica, pero pedía excusas
por no poder enviar
inmediatamente religiosos a causa de las fundaciones
de S. Salvador Maggiore
y de Magliano Sabino realizadas en 1836-1837 y por la
que estaba en curso en
Moricone; pero más le frenaba la inminencia del
Capítulo General, ya fijado
para el 7 de abril de 1839. Animaba al Rvdo. Bemard a
dar todos los pasos posibles,
pues era moralmente cierto que los capitulares
aplaudirían la fundación. Se
lo haría saber en su momento, a fin de que enviara la
solicitud a los capitulares259.

El 30 de junio de 1838 el Rvdo. Bemard le habló al P.


Ignacio de una quinta
en buen estado a las fueras de Tournay, que podría
alquilarse por un cierto
tiempo gratuitamente. Pedía que se le enviara el P.
Domingo para que se diera
cuenta del lugar y así el General podría decidir con
conocimiento de causa260.

El 22 de enero de 1839, el P. Ignacio, siempre de


acuerdo con el General,
pidió a la señora Canning que convenciera al Rvdo.
Spencer para que éste dirigiera
al Capítulo General un memorial, solicitando la
presencia de pasionistas en
257 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 5, 5-5, del 27 -
III- 1838.

258 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 5, 5-7. También


en el n. 5-8 la carta del Pbro. Bernard del 28 -
IV- 1838 en la que comunicaba esta decisión del
obispo.

259 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 5, 5-9, 5-10, del


19 -VI- 1838, el borrador en italiano y el original
en francés enviado a Bernard..

260 AGCP, Mich., Lettere 1836-1837, 5, 5-12; también


en 6-3, carta de Ignacio del 2 -VIII- 1838,
donde repite que el General, ante la proximidad del
Capítulo, no se decide a comprometerse, pero
que hay seguridad de que los capitulares aceptarán la
oferta.
Inglaterra. Lo mismo escribió al Rvdo. Haffreingue con
vistas a continuar los
intentos en Boulogne-Sur-Mer261.

Al terminar el gobierno del P. Antonio de San José


estaba consolidada en la
mayoría de los religiosos la convicción de que habría
que abrir casa en Inglaterra.
Se fundaba en la especial llamada de Dios al P.
Domingo, que reavivó en la
Congregación el interés por la oración insistente que el
Fundador había hecho
pidiendo el retorno de los anglicanos a la fe católica.
En aquel período seguía
adelante la Causa de Canonización de Pablo de la
Cruz, y esto contribuyó a
recordar este aspecto de su vida.

Las dificultades que habría que vencer eran de tipo


económico, ya que la Congregación,
por carecer de rentas, no podía costear el viaje o la
construcción de las
casas; ella misma necesitaba ayudas (con la
cuestación de géneros en especie y de
otros modos) para sobrevivir, educar a los jóvenes y
atender a los enfermos. Una
dificultad más era la imposibilidad de obtener permiso
del gobierno de Francia.

En diciembre de 1838 intervino en el plan de llevar a


los pasionistas a Inglaterra
mons. Acton, auditor de la Cámara Apostólica en
Roma. Hacia finales de
mes escribió a Spencer y le pedía su parecer respecto
a la conveniencia de
aumentar los vicariatos apostólicos en Inglaterra y su
opinión acerca del estado
de los católicos en la Isla. En su respuesta, Spencer
tocó el tema de la fundación
pasionista en Inglaterra. Mons. Acton trasladó la carta
de Spencer a la S. Congregación
de Propaganda Fide262. A él se dirigió el P. Domingo
para que enviara
al Capítulo un memorial, solicitando la presencia de
pasionistas en Inglaterra
El memorial, enviado al P. Domingo el 7 de abril, fue
leído por éste a los capitulares
en la última sesión preparatoria, aquel mismo día por
la tarde263.

25. - La personalidad del P. Antonio Colombo de San


José

Procedía de Ormea, diócesis de Mondoví, donde había


nacido el 7 de septiembre
de 1771. De su procedencia geográfica habían entrado
varios jóvenes ya
desde el tiempo del Fundador. Profesó el 2 de abril de
1788. Poseía óptimas cualidades
intelectuales. Considerado ‘excelente teólogo y
canonista no mediocre’,
fue profesor de los estudiantes. Durante muchos años
trabajó en su formación
intelectual y de manera más particular en la espiritual,
mediante la unión íntima
y continua con Dios. A menudo recordaba a los
jóvenes ‘las gestas y costumbres
de los contemporáneos del Fundador para estimularlos
a seguir sus ejemplos’.
Buen predicador de misiones y ejercicios, destacaba
por la ardiente peroración

261 AGCP, Mich., Lettere 1839,1, 7-1, 7-2.

262 CONRADUS, o. c.„ pp. 139-141.

263 Decreti e race., o.c., p. (26)-(27), en la p. 119 se


copia el memorial.
con la que influía en los oyentes.

Tenía muy claro cuáles eran el contenido y las


características de la identidad
pasionista y de la pertenencia a la Congregación. Se
inclinaba á la rigidez en la
interpretación de la Regla y de los Reglamentos. Su
aspecto externo no le hacía
atrayente a primera vista, pero después de haberlo
tratado se descubría su espíritu
sencillo, sereno y muy humano. Su biógrafo escribió:
‘Quien de este hombre
se hubiere formado un juicio sólo por el exterior, lo
habría tachado de rudo,
intratable, de poco mérito; pero conviviendo con él y
tratándolo de cerca uno
se persuadía de que era amable, urbano y cortés, de
modales no sólo religiosos,
sino educados y casi nobles'. Confirma este juicio su
solicitud por los enfermos,
de cuerpo y de espíritu.
Ya hemos visto que en la discusión de su presunta
dureza de gobierno hubo
religiosos que lo consideraron demasiado indulgente
con los inquietos. No fue el
suyo un período fácil, pues dentro del Instituto
resonaba el eco de las turbulencias
ideológicas de la sociedad y del mundo eclesiástico.

No quiso aceptar el nombramiento de obispo de


Nicópolis. Con Mons. Mola-
joni, que fue nombrado en su lugar, mantuvo buenas
relaciones, aunque a éste le
pareció que no se interesaba mucho por la misión
búlgara. Sin embargo, trató de
ayudar lo que pudo según la disponibilidad de
personal.

Su gobierno resultó muy beneficioso para la


Congregación, tanto en la
expansión, como en el esfuerzo por la santidad y por la
actividad apostólica.
Dejó la Congregación bien preparada para el cambio
que se operó desde 1839.
Elegido superior del gmpo destinado a la fundación de
Bélgica, una enfermedad
tmncó este destino. Murió en la paz de los justos el 23
de octubre de 1849264.

264 AGCP, Diario necrológico, o. c., ff. 219-221.


COSTITI ZIOISl

Il E GOLE

DELLE ANCILLE DELLA PASSIONE


DEL ROSTRO SIGRORE

GESÙ’ CRISTO

E DI

MARIA SS- ADDOLORATA

PER IL RITIRO

SOTTO IL TITOLO
DI S. M. MADDALENA PENITENTE
SELLA CITTA1 DI FIRESZE

SANTA CROCE

PRESSO VIKCEKKl MUTUI ETTI

185O.

REGOLE E COSTITUZIONI

DELIE RELIGIOSE

DELLA SSltiA CROCE. E PASSIONE

DI GESÙ CRISTO

AmOW Gl*' *1* »»SCRITTO BALLA S. M.


Bl Cleh&ntb XIV, B WBOVAMENTE colf
AVCVKB MOOinCAliam DALLA SANTITÀ1

DI N. s. PAPA PIO VI

H* 0*6ANO BUIA $. eotlGSKAZm*


d*' ristori s abgoiamI

DEDICATE

A $. E. RMA IL SIG. CARDINALE

D. LORENZO LITTA*

vescovo m* sabina ec. ec.

Protettore vigilantissimo del primo Monastero


del presente Istituto sotto il titolo della
PRESENTAZIONE DI MARIA SSHA

nella citta’ di corneto ,

FOLIGNO 1816.

Per lo Stampe di Gin. Tomassini,


Con approvatane.

COMPENDIUM

SUMMAE PHILOSOPfflGAE

R. p. SALYATORIS MÀRIAE ROSELI!

PARS PRIMA

LOGICAM COMPLECTENS.
C. O La. Oi ó/G- \ ^

SS-

IN COLLEGIO URRA.NO
Superioritài Pu-mìssu

SÓMMA. SUMMAE
¦ S. T ITO MAE

3 I VE

COMPENDITI' THEOLOGIAE

R. PATRIS CAROLI RENATI BILLUART

ORDINLS FRATRUM PRAEOICATOflOM,

5. T1I60L0CIAE DOCTOJUS, ET PROVINCIALIS


nrxiA >tm«tvÌT in .pwKTwr Yiccrr juità ouuifEtf

& THOMAS SUA EGÌZIAEODBK&UCTORE SOITV»


cuk ADDinoxtaus, et xoìjs

T. O M U S l

coirnsww raiCTATw

2 L0CI5 TnEOLOC.lClS, DE TWÙ UNO, DE SA


TRPTlTATtS IlYST^RIO,

DB -ATTGETjg, ET DB OPERE flfOC TCSAUM

PRIMA PARS .(?¦;. v, - :

A cura di:

?. Cadano della SS. Annun/Ialn C-P.


P. Ignazio del Costato di Gesù C.P.

ROjWAE MBCCeXXXIT.

idbìAt cuspurcs ptrccixciXL


La vida interna de la Congregación

X. - Vocaciones, formación inicial y perseverancia

1. - Movimiento vocacional

Las vocaciones seguían llegando mediante el contacto


de los jóvenes con los
pasionistas en el ministerio apostólico, especialmente
en misiones y ejercicios
espirituales, en menor proporción con los hermanos
que pedían limosna, y a veces
por indicación de confesores o directores espirituales.
Habiendo tantas órdenes
religiosas, para llamar la atención de un joven no
bastaba un contacto esporádico;
se necesitaba la fuerte fascinación de la santidad de
vida o de la buena capacidad
para cumplir el propio trabajo. La Congregación
mantenía un modo de vivir que
acrecentaba la fama de santidad que habían ganado el
fundador y los religiosos de
su tiempo, con una vida identificada con Cristo
Crucificado.

Los superiores mayores tenían plena conciencia de la


importancia del testimonio
y de la buena fama para desempeñar un servicio
apostólico eficaz y para
atraer vocaciones. Por eso trataban de mantener
convicciones sólidas sobre la
vida religiosa como holocausto de amor a Jesús
Crucificado; con ello se podría
suscitar en las personas tratadas el deseo de Dios y el
diálogo con él. En este
período la Congregación no hizo campañas de
promoción vocacional, como iniciaban
ya algunos institutos, sobre todo en Francia1 2. Según
el testimonio del B.
Domingo Barberi ‘nuestros religiosos de buen espíritu
han estado siempre lejos
de atraer a los jóvenes a la Congregación, usando
para ello artes e industrias,
de que suelen servirse otros; convencidos de que la
vocación está totalmente en
las manos de Dios, parece temeridad entrometerse en
el terreno de llamar a los
jóvenes a este o a aquel estado de vida, y mucho
menos a esta o a aquella Congregación.
Siempre se han limitado a pedir mucho a Dios que
“mitat operarios
in messem suam” (Mt 9, 37); lo cual no ha impedido
que si encontraban a un
joven con señales de vocación divina, no hayan
tratado de cultivar lo mejor
posible aquella semilla,2.

El período estudiado fue adverso a las vocaciones


religiosas porque se
derrumbaba el antiguo régimen en el que la vocación
sacerdotal o religiosa cons-
1 R GIANOLA, Reclutamento, 111. Il reclutamento nei
sec. XIX-XX, in DIP, 7, 1294-1307.

2 Consuetudines..., o. c., p. 2.
tituía una situación social apetecible. Ya el iluminismo
había predicado que la vida
religiosa no constituye parte de la Iglesia, y que es un
mal que entorpece la acción
del obispo y de los párrocos. La supresión de
conventos, llevada a cabo por los
gobiernos iluministas en el imperio austríaco, en el
Gran Ducado de Toscana, en el
reino de Nápoles y en otras partes, así como los
obstáculos de estos mismos gobiernos
para abrir nuevas casas, indicaban que los religiosos
eran mal vistos. Después
la revolución francesa arrasó toda forma de vida
religiosa y trató de hacer lo mismo
en Italia y allí donde llegaba con sus ejércitos. Entre
1798 y 1814 recayeron sobre
los religiosos dos supresiones; la segunda, decretada
por Napoleón, fue la más radical,
dispersó las comunidades y obligó a los religiosos a
regresar a su país de origen.
Este clima social influyó en los religiosos, temerosos
del futuro, en los jóvenes
y en las familias a la hora de que un hijo abrazase la
vida religiosa.

Hasta 1810 hubo todos los años alguna profesión,


excepto en 1799 porque el año
anterior se habían cerrado los noviciados. En el tiempo
de la gran prueba los profesos
del último período fueron menos perseverantes, como
se ve en las tablas siguientes1:

profesan abandonan

año

clérigos

hermanos

clérigos
hermanos

1796

1797

2
4

1798

1800

3
4

1801

10

1802

5
1

1803

1804

6
4

1805

15

1806

11
8

1807

1808
7

10

1809

1810
0

totales

114

71

48

37
Antes de la supresión napoleónica, estudiando los
registros del noviciado, se
observa que algunos novicios abandonaron
voluntariamente o por enfermedad o
porque fueron excluidos en alguno de los capítulos que
se reunían cada tres
meses para discernimiento comunitario sobre la
autenticidad de la vocación de
los jóvenes y su progreso formativo. Un estudio del
registro de tomas de hábito
en Paliano4 ofrece estas indicaciones:

chérigos hermanos

año

toma de háb.

prof

salen

toma...

prof

salen
1800

1801

0
0

1802

8
4

totales 5

13

6
Considerando la situación social y eclesial de estos
años se puede decir que la
afluencia vocacional fue discreta. Los noviciados
abrieron nuevamente sus puertas en
cuanto cesó la República romana, prácticamente en
1800. Pero la presencia de Napoleón
al norte de Italia mantuvo nuevamente el temor de que
pudiera avanzar hacia el
centro. En octubre el Superior General trasladó el
noviciado a Cometo; al cabo de 22
días, como la alarma había cesado, los novicios
regresaron a Monte Argentado5. Aquí
hubo otro problema, porque el gobierno toscano quería
que los jóvenes no hicieran la
profesión con menos de 21 años. Para salir al paso de
este obstáculo, el General solicitó
de la Santa Sede la facultad de admitir a la profesión a
los novicios ‘una vez que
hayan hecho su noviciado, fuera de la casa de Monte
Argentado’6.
El 8 de diciembre de 1804 el General, con el
consentimiento de su consejo,
abrió un segundo noviciado en S. Ángel, Vetralla,
‘pues por el miedo a la peste no
había paso libre hasta Monte Argentado’. Se nombró
maestro al P. Luis de Santa
Ana. Este noviciado permaneció hasta el 20 de mayo
de 1805, cuando, ‘habiendo
cesado el temor a la peste y quedado libre el acceso a
Monte Argentado ’, los 6
novicios (3 clérigos y 3 hermanos)volvieron a S. José
con su maestro, P. Luis de
Santa Ana, elegido en el capítulo provincial del 16 de
mayo de 18057.

El 3 de noviembre de 1805 el General llevó los


novicios de la Dolorosa al
noviciado de San José después del terremoto que
afectó a Monte Cavo8.

En 1808, por temor a la supresión, el General solicitó a


la Santa Sede que se
pudiera admitir a la profesión a los novicios con más
de seis meses de noviciado.
Le fue otorgado el permiso con la condición de que los
novicios expresaran por

4 AGCP, fotocopia Registro di noviziato di Paliano 1,


1758-1838, ff. 68-76.

5 AGCP fotocopia Registro delle vestizioni 1785-1838,


f. 37.

6 AGCP, A. III-II/1-2, la concesión del 2 -VI- 1801,


impresa en Acta XIII (1937), p. 216. En 1804,
por la peste que afectaba a varias zonas de la
Toscana, fueron cerradas las fronteras y el General,
para ayudar a los aspirantes del Estado Pontificio, en
noviembre de 1804 abrió una segunda casa
de noviciado en S. Angel, Vetralla: AGCP, fotocopia
Platea di S. Giuseppe, p. 10; circular del provincial
del 27 -III- 1805.
7 AGCP fotocopia Registro delle vestizioni ¡785-1838,
ff. 49-51.

8 AGCP fotocopia Registro delle vestizioni 1785-1838,


f. 56.
escrito su deseo de servirse de aquella gracia. De
hecho el 30 de enero de 1809
fueron admitidos a la profesión en el retiro de S. Ángel,
Vetralla, 9 novicios,
entre clérigos y hermanos9.

En el momento de la restauración los religiosos no


podían prever qué reclamo
vocacional podían tener sobre los jóvenes su vocación
y su perseverancia. Tampoco
podían imaginar cómo reaccionarían las familias ante
el caso de que uno de sus
hijos sintiera la vocación, después de las dos
supresiones en un arco de quince años
y de los abandonos llamativos que se habían
producido en el ámbito de la vida religiosa.
Sin embargo, la respuesta de los jóvenes fue buena y
los pasionistas sintieron
reflorecer la esperanza. En el primer año de
restablecimiento de la vida comunitaria
se produjo la profesión de 8 clérigos y 2 hermanos.
Este hecho constituyó un
gran alivio y permitía mirar el futuro con optimismo.
También fueron buenos los
años 1816 y 1817, cuando profesaron un total de 26
jóvenes.

El número de profesiones creció sobre todo desde


1830. En ello influyó el buen
número de misiones y ejercicios espirituales, que
permitían conocer y admirar a los
religiosos. Se facilitó la llegada de jóvenes
manteniendo abiertas tres casas de noviciado:
San José en el centro, Paliano al sur, y Lucca al norte.
También contribuyeron
con nuevas vocaciones las comunidades abiertas en la
Sabina con S. Salvatore
Magliano, en la Toscana con Lucca, y en el reino de
Nápoles con L’Aquila.

El 3 de septiembre de 1825 llegó al noviciado de San


José, con una carta de presentación
del General y con una bendición particular del Papa
León XII, el joven
José Snell. Había nacido en 1802 en Lión, Francia, de
padre suizo calvinista y de
madre francesa católica. Por la muerte de su madre
había sido educado en Suiza. Su
padre era cónsul de este país en Roma. El 3 de enero
de 1825, por consejo del sacerdote
Caselli, hizo los ejercicios en la casa de los SS. Juan y
Pablo, bajo la dirección
del P. Joaquín Pedrelli del Espíritu Santo. Por
mediación del mismo sacerdote Casa-
lli pidió quedarse después como huésped para
clarificar su fe. El 20 de marzo fue
bautizado “sub conditione” y el 22 confirmado en la
capilla grande del retiro. Nuevamente
pidió permanecer como huésped y maduró la decisión
de consagrarse a
Dios en la Congregación. El Papa, con un rescripto,
declaró que nada impedía su
entrada en la vida religiosa. Recibió el hábito el 17 de
septiembre de 1815 y profesó
al año siguiente con el nombre de José de la Santa Fe.
Fue ordenado sacerdote en
1830. Destinado a Bulgaria, en 1836 logró hacer, por
primera vez en la historia de la
misión, la procesión pública del Corpus Christi.
Regresó a Italia y el General le asoció
al primer grupo de pasionistas destinados a Australia,
donde murió en 186110.

Las siguientes estadísticas podrán ayudamos a


entender el discernimiento

9 AGCP, A. III-II/1-1.

10 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, f.


125. Registro del noviziato S. Giuseppe, vestizioni
1785-1838, f. 105. Eustachio, Diario Necrologico, f.
288.
vocacional, nada fácil ni siquiera en aquella época. El
primer cuadro presenta,
para el noviciado de San José, cuántos jóvenes inician
la formación y cuántos
llegan a profesar (entonces la profesión era siempre
perpetua). Los motivos del
abandono durante el noviciado se indican con las
palabras: marchan por decisión
propia, se les aconsejó marchar, o excluidos por el
capítulo a causa de una salud
deficiente, o por creer que no tienen las cualidades
requeridas para ayudar a la
Congregación; raramente se dice que han sido
expulsados.

chérigos hermanos

año toma de háb.

prof
salidos

toma...

prof

salidos

1814

1
0

1815

10

1816
5

1817

0
1

1818

0
0

1819

10

1820

5
3

1821

2
7

1822

13

4
1823

1824

8
6

1825

13

3
3

1826

17

10

5
1827

1828

5
3

1829

14

12

7
2

1830

13

1831
14

1832

12

5
7

1833

12

6
3

1834

10

1835
10

1836

3
6

1837

5
2

1838

10

1839

14
9

totales

244

148

96
138

84

54

El cuadro que sigue representa el número de los que


han profesado en las dos
provincias, los salidos, los que perseveraron hasta la
muerte, animando a sus her-
manos y edificando ai pueblo. Los abandonos son más
entre los clérigos (casi
una cuarta parte de los profesos), cosa que los
contemporáneos veían como normal
porque, al abandonar, los clérigos encontraban más
fácil colocación, más
problemática en el caso de los hermanos.

Clérigos profesados entre 1815-1839 * hermanos


profesados entre 1815-1839

año

profes.

pers.

salen

profes.
pers.

salen

1815

0
1816

11

1817

4
3

1818

1
1

1819

1820
5

1821

2
1

1822

4
3

1823

12

10

1824
8

1825

11

D
4

1826

11

3
2

1827

14

11

1828

4
4

1829

2
7

1830

13

11

1
1831

1832

19
11

1833

14

13

7
5

1834

19

14

11

11

0
1835

11

1836

10

6
4

1837

19

16

8
7

1838

11

10

1839
15

totales 258

194

64
134

106

28

Sobre la perseverancia de los novicios en Monte


Argentarlo, el P. Bernardo
de la Virgen Dolorosa escribía el 16 de diciembre de
1823 al P. Domingo de la
Madre de Dios: ‘Los novicios entran y salen, pocos se
detienen, lo que disgusta
al P. Prepósito General’; por eso confiaba en no ser
maestro más veces11. El 27
de diciembre de 1819 tomaron el hábito otros 4
clérigos provenientes de la zona
de Frosinone, ‘pero al cabo de veinte días se
descubrió que habían venido para
permanecer sólo hasta decir misa y después
abandonar la Congregación, decididos
a sufrir un tiempo con tal de alcanzar su objetivo’. Fue
una revelación
decepcionante, que obviamente obligó a despedirlos12
13.

Entre mayo de 1825 y septiembre de 1926 entraron en


San José 15 candidatos
genoveses, ‘pero como la mayoría vinieron o para
decir misa, o para huir de
la obligación del servicio militar o por otros motivos
terrenos, en ese espacio de
tiempo entre los que se marcharon espontáneamente y
los que fueron despedidos,
salieron 15’¡3.
En Lucca se abrió el noviciado el 19 de agosto de
1831; funcionó hasta 1838.
En los 8 años recibieron el hábito 56 clérigos:
profesaron 30 y abandonaron 26,
fuera voluntariamente o expulsados. También entraron
25 novicios para hermanos,
de los cuales profesaron 17 y salieron 8, lo que parece
una perseverancia alta14.

Al sobrevenir la restauración, el noviciado de la


provincia de la Presentación
se abrió en Vetralla con seis novicios, pues no había
recursos para acondicionar
el retiro de San José, muy deteriorado por los
ocupantes. La provincia
de la Dolorosa abrió el suyo en Paliano, también con 6
novicios15. Pero en
octubre de 1818 quedó abierto sólo este último, porque
había muy pocos novicios.
El General, P. Tomás, quería abrir también el de San
José, y el 27 de
octubre de 1818 mandó al P. Bernardo de la V.
Dolorosa que marchara con sus
5 novicios (1 sacerdote, 2 clérigos y 2 legos) de
Paliano a Monte Argentado.
La caravana, con uno o dos mulos para trasladar el
bagage, inició el largo
camino a pie. El primer día afrontaron la difícil subida a
Monte Cavo para pernoctar.
En la tarde del día siguiente estaban en los SS. Juan y
Pablo de Roma,
acogidos cordialmente por el General. Éste, conocedor
de cómo estaba el retiro
de S. José, les dio 9 mantas y otras cosas necesarias
para la casa, algunos
ornamentos sacros, varios libros útiles para el
noviciado, y añadió el cuadro
de la Dolorosa, pintado por Conca para Pablo de la
Cruz, a fin de que lo colocaran
en el arco que divide la iglesia y el coro; y otro cuadro
de María, Madre
del Buen Consejo, para la sacristía. Los viajeros
prosiguieron su camino y
aquella noche la pasaron en casa de un bienhechor en
S. Severa; al día siguiente
alcanzaron Corneto. Descansaron hasta el 9 de
noviembre. Prosiguieron
camino en la mañana del 10 y llegaron con relativa
comodidad a pernoctar en
Montalto di Castro. Finamente, el día 11 por la tarde
alcanzaron el retiro de la
Presentación.

12 AGCP, fotocopia Registro di vestizione 1785-1838,


f. 81.

13 AGCP, fotocopia Platea S. Giuseppe, o. e., f. 27.

14 AGCP, fotocopia Registro di noviziato Lucca,


chierici, fratelli

15 AGCP, fotocopia Cronaca di Paliano, f 19.


El día 12 por la mañana subieron procesionalmente a
la casa de San José,
acondicionada del mejor modo posible, según lo que
permitían los recursos. Se
encontraron con ‘nueve celdas acomodadas con
mesita, una silla y un jergón
de paja húmeda subida desde Orbetello y bañada en
el estanque mientras se
trasladaba. No se hallaba ni una sola manta’. La vida
resultaba dura, pues
había que restaurar los edificios y rehacer el
maderamen; además la gran carestía
de los años 1816-1818 no permitían a los
bienhechores dar con largueza. La
crónica dice que, no obstante, todos se empeñaban en
el camino de la fidelidad
a Dios y ‘se soportaba todo con alegría de espíritu. A
los novicios les alentaba
un gran fervor y una santa emulación para cumplir
exactamente la observancia
y amar en medio del sufrimiento’^.
Se presentó una dificultad que no entraba en los
cálculos. El Congreso de
Viena declaró el Estado de los Presidios parte
integrante del Gran Ducado de
Toscana, como ya había hecho Napoleón, y en
adelante la legislación toscana se
aplicaría en Monte Argentario. El 17 de febrero de
1820, el vicario real de Orbetello
advirtió al superior del retiro que el gobierno exigía que
se cumpliera a rajatabla
la ley que prescribía la aprobación de la Secretaría del
Derecho Real antes
de que un individuo recibiera el hábito.

El General, el 3 de marzo de 1820 escribió al


Secretario del Derecho Real
en Florencia para recordarle que los pasionistas no
eran ‘regulares ni hacían
votos solemnes’, y que casi todos los novicios eran
‘extranjeros’, o sea, no ciudadanos
del Gran Ducado de Toscana; y que a éstos les
resultaría ‘muy molesto
permanecer allí sin recibir el hábito religioso hasta que
no llegara la autorización
de Florencia’. Solicitaba ‘que se declarara que aquellos
extranjeros
o no estaban incluidos o que al menos fueran
dispensados por especial gracia
de observar tal ley ’.

El Secretario de Derecho Real, el 11 de marzo de


1820 pidió al vicario real
de Orbetello noticias sobre el Instituto de los
pasionistas, ‘nuevos en Toscana
antes de la agregación de los Presidios’. Se ve que el
Secretario no había
tomado nota de que Carlos Ludovico, rey de Etruria, el
13 de agosto de 1802,
había autorizado al obispo de Arezzo a recibir en
Toscana, concretamente en
Arezzo, a los pasionistas.

El 20 de abril de 1820, el Gran Duque Fernando III


estuvo en Orbetello y
el 21 subió a visitar los dos retiros en compañía de su
hija, para llegar después
hasta la punta del telégrafo. Los religiosos le
comentaron el problema; él recibió
la súplica y prometió enviar respuesta desde Florencia.

El vicario real de Orbetello, el 23 de mayo de 1820,


envió su respuesta, en
la que presentaba a los pasionistas como ‘Clérigos
Regulares Descalzos de la
Cruz y Pasión de Jesucristo ’, cuya finalidad es la de
‘meditar con una continua
vida contemplativa la Pasión del Señor y la de
mantener esta devoción
entre los fieles. Previo requerimiento de los obispos, se
prestan a dar misiones
o ejercicios espirituales al pueblo o al clero, en los
monasterios, seminarios y
asociaciones de seglares, y esta es la utilidad que la
sociedad obtiene de este
Instituto’.

Después, como persona ‘iluminada’, sentencia que su


servicio da ‘algún
beneficio en el Estado Romano, donde en el pueblo
bajo reina una crasa ignorancia,
pero menos en Toscana’. El vicario o no conocía, o
simulaba no conocer
la crasa ignorancia de los habitantes de la marisma y
de los montañeses de
Toscana.
Seguidamente indica con exactitud las informaciones
que le han dado los
mismos religiosos: ‘Para la admisión en este Instituto
nadie debe tener menos
de 16 años en los clérigos ni de 20 en los legos, pero
tampoco más de 25 sin dispensa
especial del Superior Mayor. No son admitidos los que
sean hijo único, ni
los que hayan vestido ya el hábito de otra religión; y se
pide a todos que sean
de buenas costumbres, nacidos de padres legítimos,
libres y que no hayan tenido
que ver con la justicia o estén pendientes de juicio.

Los clérigos, antes de vestir el hábito, pagan al


convento 25 escudos, y los hermanos
20; el convento piensa en la ropa y en los demás
gastos necesarios para su
vestido; si antes de terminar el noviciado alguno quiere
regresar a su casa, el convento
retiene 10 liras al mes si es clérigo y una moneda si es
hermano por el consumo
de paño y otros conceptos; el resto se restituye al
interesado.

Su tenor de vida y sus obras penitenciales son muy


parecidas a las de los
frailes menores reformados. Como éstos, buscan el
mantenimiento mediante
la recogida de limosnas de todos los comestibles que
se producen no sólo en
esta provincia, sino en otros lugares de la Toscana; en
la Isla de Elba y en la
del Lirio se pide el vino en una cantidad suficiente11,
superior algunas veces
a sus necesidades, por lo cual lo venden para comprar
artículos de los que
carecen.

El número actual de individuos que componen la


comunidad del retiro de
Monte Argentario es de 25, todos extranjeros, excepto
tres legos, dos profesos y
un novicio ’. Sugiere que a los toscanos se les aplique
la ley, y a los demás puede
bastar con que avisen. El Derecho Real, el 27 de julio
de 1820, respondió oficialmente
al vicario, para que se lo comunicase a los
responsables del retiro de 17

17 APPresentazione, Platea (mecanografiada), voi. II,


f. 30; en 1838 el P. Agustín de la Virgen Dolorosa y
el hermano Querubín de San Francisco volvían de la
Isla de Elba con 110 bañiles de vino, pero en el canal
de Piombino una fuerte tempestad aiiojó la barca
contra los escollos y la hizo encallar. Para evitar lo
peor,
los marineros arrojaron al mar toda la carga; las
personas se salvaron. Los dos religiosos, sanos y
salvos,
fueron a pie desde Piombino hasta el retiro de la
Presentación, aunque con las manos vacías.
Monte Argentarlo: para los extranjeros bastará la
notificación; para los toscanos
deben esperar el visto bueno gubernamental18.

En junio de 1821 el nuevo General decidió volver el


noviciado a Paliano; y
se abrió oficialmente el 1 de julio con la toma de hábito
de tres jóvenes. Por
culpa de las obras de consolidación y ensanchamiento
de la fábrica de Paliano,
el 18 de junio de 1833 los novicios y el maestro
Sebastián de San José fueron
trasladados a Monte Cavo; el 7 de octubre de 1836
regresó el noviciado a Palia-
no19. El General los visitó aquel año y mandó que los
novicios no fueran ocupados
en copiar catecismos o sermones de los predicadores
para no fatigarles el
pecho y para que dispusieran de tiempo para el
estudio y los demás servicios propios
de los novicios20.
Hacia la mitad de abril de 1831 en el retiro de San
José aparecieron enfermedades
que afectaron al maestro, al vicemaestro y poco a
poco a los novicios
y a algunos religiosos de la Presentación. Los médicos
no lograban diagnosticar
la enfermedad y los remedios resultaban ineficaces.
Temiendo que el gobierno
toscano declarase las dos casas atacadas con males
infecciosos y decretase la
cuarentena sanitaria, el rector, el maestro y el
vicemaestro pensaron trasladar a
los novicios a S. Ángel de Vetralla sin esperar la
decisión del General. Éste, al
saber lo que ocurría, tras mucha reflexión consultó a la
S. Sede si podía absolver
al rector, al maestro y al vicemaestro de las penas y
censuras en que pudieran
haber incurrido y de poder considerar válido el año de
noviciado para los
jóvenes trasladados a Vetralla; sólo se le puso la
condición de que los jóvenes
aceptasen la concesión en forma legalmente válida21.

En lo relativo a la cultura se aprecia que algunos


novicios, aceptados como
hermanos, no habían frecuentado la escuela elemental
y no sabían, pues, ni leer
ni escribir. En el noviciado de Paliano entre 1800 y
1839 profesaron 23 novicios
hermanos que no sabían escribir. En el noviciado de
San José, entre 1800 y 1839,

18 AGCP, B. IV-III/1-22; están los borradores de la


carta del General, copia de la comunicación del vicario
real del 17 -11-1820; copia de la resolución del Gran
Duque comunicada al vicario real el 1 -VIII-
1820 y carta dirigida al General, fotocopia Platea S.
Giuseppe, o. c., f. 23. AS Firenze, Regio Diritto,
Questioni delle restituzioni, filza 23, n. 13: carta del
General, la súplica entregada en mano al Gran
Duque cuando visitó Monte Argentado, la información
del vicario regio de Orbetello con la lista de los
25 individuos de la comunidad, con nombre, apellido y
patria: son 8 sacerdote, 9 legos, 5 novicios clérigos
y 3 legos; la respuesta del Derecho Real. Ibid. Regio
Diritto, Capi Rotti, busta 3016, agosto
1820, R Lorenzo Salvi de San Francisco, el 28 -Vili-
1820, comunica que el 6 -Vili- 1820 ha recibido
el hábito el búlgaro Juan Deylicai (en los registros
figura como Delieoi); tomó el nombre de
hermano Juan María de Jesús, profesó el 7 -VIII- 1821,
murió el 10 -III- 1871; vivió siempre en
Italia, cfr. AGCP, Diario necrológico..., f. 387.

19 AGCP, B. III-IV/I-4, Platea de Monte Cavo, ff. 34,


37.

20 AGCP, fotocopia Cronaca di Paliano, ff. 19-20, 32.

21 AGCP, fotocopia Registro delle vestizioni 1875-


1838, ff. 140-144.
de los 84 novicios hermanos que profesaron 61 no
sabían firmar22. Pero muchos
de estos hermanos sabían ya, o lo aprendieron dentro,
el oficio de carpintero,
albañil, blanqueador, herrero, y también de hortelano,
cocinero y sastre con los
que prestaron grandes servicios a las comunidades;
sin olvidar la ayuda incalculable
con la búsqueda de limosnas. A algunos se les mandó
al hospital de San
Juan de Letrán, de Roma, para que aprendieran la
llamada ‘cirugía baja’, es
decir, saber extraer dientes, preparar medicinas en la
enfermería del retiro, aplicar
la sanguijuela y realizar adecuadamente las órdenes
del médico con los
enfermos. Lo cual indica que el hecho de no saber
escribir no presuponía menos
inteligencia; era consecuencia de la situación general
de pobreza, ya que la gente
necesitaba servirse de los muchachos para el trabajo.
Desgraciadamente no se
aprecia que en la Congregación se intentase ayudar a
estos hermanos a que
aprendieran a leer y escribir.

2. - La formación espiritual de los novicios

El método y el contenido de la formación eran los


indicados en las Reglas
y en la tradición, establecidos bajo el magisterio del
Fundador en sus cartas a
los maestros de novicios y por influjo de los primeros
maestros, como los PP.
Marcoaurelio y Fulgencio de Jesús. Pablo pedía a los
maestros que dieran a los
jóvenes una información exacta de la Congregación,
de su espíritu y misión, de
modo que aprendieran a amarla como un don de Dios
y trabajasen denodadamente
por realizar con caridad perfecta todos los actos del
día. Insistía en que
adquiriesen el espíritu de oración que comprende toda
la jornada como un diálogo
con el Amor crucificado y resucitado presente en la
Eucaristía, centro de
la comunidad.

‘Procuremos -escribía al maestro P. Fulgencio- que


(los novicios) consigan
llegar a una sólida virtud interior, un gran fondo de
humildad, simplicidad y
pureza de intención, y sinceridad de conciencia con un
interior bien ponderado
y auténtico recogimiento. ¡Cuánto suspiro por que los
nuestros lleguen a ser
hombres de vida interior, constantes en las crisis,
pruebas y tormentos interiores,
tan necesarios para purificar el espíritu, pues así se
renueva aquel divino
renacimiento en Cristo Jesús en un clima de purísima
fe y santo amor! ’23.

22 AGCP, fotocopia Registro del noviziato di S.


Giuseppe, Professioni 1786-1846. Noviziato di Paliano,
Rinunzie e Giuramenti 1805 -1818. Noviziato di
Paliano, Vestizioni 1758-1838, ff. 68-76.

23 Lettere aipassionisti, o. c.,p. 284. Cfr. Regole e


Cosi. 1775, c. 8. También en FABIANO GIORGINA
C. R, L’educazione dei chierici nella Congregazione
della Passione (durante la vita del fondatore)
en Gioventù Passionista 1958, II, pp. 49-144. FILIPPO
DELLA S. FAMIGLIA, ¡I Maestro
di S. Gabriele dell’Addolorata, P. Raffaele di S.
Antonio, Casamari 1961, pp. 107-113: ‘Regolamento
per un maestro dei novizi’, del P. Bernardo
dell’Addolorata (1777-1857), maestro durante
casi 20 años y fiel transmisor de la tradición.
Pablo estaba seguro de que Dios llamaba a los
pasionistas al don de la contemplación
y a la impresión mística del dolor y del amor de Cristo
Crucificado.
Esta impresión mística de la Pasión de Jesucristo en el
corazón permitiría a los
religiosos vivir con sinceridad el voto específico de
hacer memoria del amor salvador
de Dios revelado de manera especial en la vida y en la
Pasión de Jesucristo
y grabar esa misma memoria en el corazón de los
fieles.

El B. Lorenzo Salvi había realizado su noviciado en


Monte Argentario de
noviembre de 1801 al 20 del mismo mes de 1802
cuando emitió los votos. En
1821 recordaba con complacencia a su maestro, P.
Isidoro, hombre de oración,
de carácter templado y jovial, y a algunos de sus
compañeros, que murieron muy
jóvenes, como religiosos comprometidos con la virtud.
También recordaba una
cosa que le resultó extraña:24 un día el vicemaestro
propinó ‘una solemne bofetada’
a un novicio, que se había olvidado de dar a Lorenzo
una indicación.

Entre los maestros del tiempo de la restauración


destaca de manera eminente
el P. Bernardo Spinelli de la Virgen Dolorosa (1777-
1857). Comenzó su servicio
en 1815 en Paliano, y tuvo entre sus discípulos al B.
Domingo de la Madre
de Dios; continuó su magisterio en Monte Argentario y
en Lucca durante casi 20
años. No faltaron otros maestros eximios. El hecho de
que fueran reelegidos, a
veces con dispensa pontificia, es un síntoma del
aprecio en que se los tenía y de
su buen hacer.
Los criterios de la promoción vocacional25 y de la
formación en este período
pueden ser conocidos en los escritos de Domingo de
la Madre de Dios. Atento
observador del comportamiento de los ancianos,
coleccionista fiel de sus máximas,
con su experiencia y su agudeza intelectual llegó a
maduras convicciones,
teniendo en cuenta las exigencias del momento y la
validez de la tradición.

En el opúsculo “Celeste Pedagogo, ossia l’anima


religiosa da Gesù istriu-
ta e guidata nella vita e perfezione religiosa ” recopila
la tradición que ha vivido
y en la que fue formado; y quiere transmitirla como
ayuda para que los jóvenes
comprendan y asimilen el espíritu pasionista, y den
gloria a Dios, que les ha
dado la vocación, y a la ‘Madre Congregación de la
Pasión de Jesucristo’, que
los acogió y quiere ayudarles a que alcancen la
santificación propia y ajena.

Sobre la promoción vocacional Domingo propone,


como criterio corriente
entre sus contemporáneos, el de acoger con
cordialidad a quien manifieste dese

24 Serv. Dei Laurentii a S. Fr. Sav., Positio super


virtutibus, Summarium, pp. 225-226, § 104. Algunas
conjeturas útiles sobre la educación se pueden extraer
del manuscrito Esami, dettati ai Novizi
fatti nel Monte Argentario l’anno 1805 e nei seguenti.
Divisi in V cartolari in ordine di Alfabeto
ciascuno, en Arch. Pas. Morrovalle.

25 Cfr. la tesina de licenciatura de GRAZIANO GALLI,


C. R, La vocazione nella spiritualità passio-
nista. Elementi e dinamismi, Dagli scritti del P. Paolo
Luigi Pighi, 1767-1831, Teresianum, año
académico 1988-1989.
os de ser pasionista; pero sin halagarlo y exponiéndole
con una cierta exageración
las dificultades que le saldrán al paso. Si su vocación
es don de Dios, el
joven se sentirá estimulado a seguir adelante hacia
una meta dura, pero digna de
un compromiso; si, por el contrario, su vocación no
viene de Dios, se retirará sin
perder más tiempo ni hacérselo perder a otros.

En el diálogo sexto del “Celeste Pedagogo ” el joven


cuenta cómo le ha acogido
el confesor pasionista al que expuso su vocación: ‘Me
recibió con agrado, pero
también me presentó muchas dificultades para
sondear mi vocación. Me previno
que si quiero ser pasionista debo estar dispuesto a
sufrir no poco, a ser despreciado,
vilipendiado, reprendido, castigado tal vez sin motivo;
me habló de muchas austeridades
de su vida... Pero, añadió, esto no es nada, pues no es
la mayor penitencia
que se usa en la Congregación. La mayor consiste
principalmente en la abnegación
continua hasta la muerte del propio juicio y de la propia
voluntad. Esta,
insistió, es la mayor penitencia: no poder ejecutar
nunca lo que uno quiere, caminar
siempre con los propios pies, pero con la cabeza de
otros, no sólo durante el
breve tiempo del noviciado, sino durante toda la vida,
pues entre los pasionistas no
se exige menos obediencia a un anciano de 80 años
que a un novicio. Escuchando
estas cosas sentía que me enamoraba de tal estilo de
vida, pero a la vez, he de reconocerlo,
mi debilidad se horrorizaba ’26. Semejante
presentación de las dificultades
era un modo de aplicar cuanto el Fundador había
escrito en la Regla respecto al diálogo
que se ha de tener con el aspirante a pasionista27.

Domingo repite los mismos conceptos en “Ricordi di


alcune pratiche della
Congregazione osservate da me in Italia nella mia
fresca età”. Los escribió ya en
Inglaterra para los jóvenes que estaban en formación.
Insiste en la tradición del
Instituto de no servirse jamás de artimañas para atraer
a los jóvenes, pues la vocación
es cosa de Dios. Cuando éstos se acercan, hay que
acogerlos con cordialidad
y también con sinceridad; se les ha de revelar que ‘no
es fácil vivir como buen
pasionista’. Trae a la memoria el uso de los buenos
superiores, que no enviaban
inmediatamente a un joven después de haberlo
examinado, y aún con las cualidades
requeridas. Un tiempo de dos o tres meses en su casa
ayuda a un mejor discernimiento
vocacional. Lo mismo sirve para los que se presentan
durante las
misiones28. Insiste repetidamente que hacerse
pasionista quiere decir convertirse al
seguimiento de Cristo, crucificado por nuestro amor, y
acompañarlo en su Pasión29.
26 AGCP, Domenico, Celeste pedagogo, V, 12, f. 33.

27 Regole e Costituzioni della Congr. dei Chierici scalzi


della SS. Croce e Passione di NSGC„ cap. 4:
‘Quien haya de ser admitido... examinará antes si Dios
le llama..., y considerará si por la gloria de
Dios y por su salvación y la del prójimo está
verdaderamente dispuesto a sufrir mucho, a soportar
burlas y desprecios, y a sobrellevar voluntariamente
pruebas y tribulaciones...”.

28 Consuetudines Congr. SS. Crucis et Passionis


DNJC. Editio critica textuum PP. Dominici, Serap-
hitn, Bernardi curante F. Giorgini, C. P., Romae 1958,
pp. 2,4.

29 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., 35-36.


Cuando llegaba al noviciado, al joven se le dispensaba
durante tres días de
levantarse por la noche a Maitines; al desayuno se le
ofrecía un pequeño refrigerio;
durante el día se le acompañaba a pasear por la
huerta, para que se aclimatara
gradualmente al nuevo ambiente30.

Aunque se tenía paciencia y circunspección para dar


tiempo a la evolución
del joven, los maestros y superiores consideraban su
obligación el indicar quiénes,
a su juicio, podrían continuar o no en el camino
emprendido. Domingo,
siendo rector en Lucca, escribió al General: 'Tal vez
debamos despedir a algún
novicio. Antes de hacerlo se necesita la iluminación del
cielo, para conocer lo
que sea más prudente, pues le confieso que
tratándose de estos asuntos camino
en tinieblas; no sé cómo decidir y por eso busco la
opinión del P. Bernardo, más
ducho en estos menesteres. No hay cosas de
importancia, pero en algunos sería
conveniente mayor esfuerzo en la virtud. Así dice el
maestro Andrés, que me
parece hace muy bien su oficio y saldrá un buen
maestro’. El mismo P. Bernardo,
el 12 de septiembre de 1823 pedía al P. Domingo y a
sus estudiantes 'que
hagan alguna oración particular, pues me encuentro
inquieto por dos novicios
muy distraídos’ y habría que decidir su admisión o
no31.

3.- Identidad pasionista

3.1.- Llevar la Pasión de Cristo grabada en el corazón

Se estaba bien convencido de que el pasionista debía


vivir inmerso en el
amor que Dios revela de manera especial en la
encamación del Verbo y en la
Pasión. La oración era el camino para alcanzar este
don, capaz de transformar
toda la vida interior. En el opúsculo citado del P.
Domingo, Jesús instruye al
novicio: ‘Debes esforzarte por esculpir mi Pasión en tu
corazón; así en el
momento de profesar podrás recibir el escudo o
emblema del corazón que lleva
escrita mi Pasión. Este signo exterior es un testimonio
de tu corazón interior;
con él podrás recordar a todos: en mi corazón está
grabada la Pasión de Jesús.
Piensa, pues, en esculpir tu corazón, a fin de que al
concluir el noviciado hayas
concluido el trabajo, y mi Cruz y Pasión estén bien
talladas ’32.

Se ponía especial esmero en enseñar a meditar y a


vivir la unión íntima
y continua con Dios. El reglamento del noviciado
contenía un apéndice sobre
el tema “Instrucción práctica y sencilla para meditar
bien”, donde se resumían
las instrucciones dadas por el maestro. Método
inspirado en el de San Igna-

30 Consuetudines, o.c., p. 4, con nota 4.

31 AGCP, fondo Santi, Domenico, cas. 3, cart. Lettere


a P. Antonio Colombo, 12 -I- 1832. Carta del
P.Bernardo, ibid., cas. 7, cart. 2.

32 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., 44-45.


ció, se insistía mucho en los afectos y en el propósito
de crecer en una virtud
o de arrancar de raíz un defecto. Se advertía que era
esencial no detenerse en
el aspecto histórico de la Pasión de Cristo, sino en el
amor del Padre y del
mismo Jesús que se ponen de relieve en su modo de
actuar y de padecer33. Para
mantenerse todo el día en actitud de recogimiento, se
aconsejaba formular
alguna jaculatoria que resumiera el tema de la
meditación; repetida muchas
veces a lo largo de la jomada, ayudaba a mantener el
calor de los afectos y la
fuerza del propósito hecho. Era criterio común que si el
religioso quería estar
recogido en la próxima hora de meditación ‘debe
mantener todo el día el calor
y el fervor de la meditación anterior, a ejemplo del
panadero: si mantiene
cerrada la boca del horno, cuando debe hacer nuevo
pan, rescalda el horno
más rápidamente’34.

Estas orientaciones fueron impresas también para


seglares, posiblemente
por el P. Bernardo de la V. Dolorosa cuando estuvo en
Luce a, con el título
“Instruzione pratica e facile per ben meditare ossia per
far bene la s. orazio-
ne mentale, proposta a chiunque desidera vivere
cristianamente da un sacerdote
passionista”. Las primeras ediciones se hicieron en
Toscana, una en Prato
en 1840. Los libritos se entregaban también a los
novicios; así lo asegura, entre
otras pruebas, la solicitud de ejemplares que en 1856
el P. Rafael de San Antonio,
maestro de novicios en Morrovalle, hizo al P.
Bernardo35. La oración debía
llevar al novicio, y después al profeso, a la
contemplación de Cristo Crucificado
en el Calvario (cfr. Le 23, 48), y a ver todas las cosas
desde esta contemplación
de Cristo Crucificado. Así el pasionista aprende a
entrar en el corazón
de la historia y de sus acontecimientos, en los cuales
descubre la presencia de
Cristo Crucificado. Éste reconcilia al hombre con Dios,
consigo mismo y con
el prójimo. Este Amor divino así contemplado y
guardado en lo íntimo del
alma se convierte en unión mística con Dios. Tal
dimensión mística era una
meta a la que el pasionista debía aspirar,
favoreciéndola con la mortificación,

33 AGCP, Vita del confr. Martino del SS. Crocifisso, f.


86: ‘Sabía que aquel libro “scriptus intus et
foris”, es el propio Jesucristo; fuera se ve sólo la
fachada y hay que penetrar en el interior para
descubrir
el sublime amor que Dios nos tiene. Se le oía decir en
algunas ocasiones: Cuando pienso en
la Pasión de Jesucristo me detengo únicamente en
meditar sobre el amor que Jesús nos ha enseñado,
y ahí me detengo durante todo el tiempo de la
meditación’.

34 AGCP, A. II-IV/4-5, Regolamenti da osservane


da’Chierici Scalzi della Congr. della SS. Croce e
Passione di Gesù Cristo, 1790, in usum P. Michaelis a
Purifìcatione, en los ff. 111-174 está el
Regolamento per i Novizi con las jaculatorias y el
alfabeto monástico también en traducción italiana;
y en los ff. 144-165 el Regolamento dell’orazione
mentale. * En la copia del reglamento para
los novicios escrita en 1815 por el B. Domingo Barberi
(AGCP, Domenico, V, Ascetica) se hallan
estas mismas indicaciones. El reglamento para los
novicios fue impreso en 1840: ‘Indirizzo ossia
regolamenti per i novizi della Congregazione della SS.
Croce e Passione di NSGC, Collegio Urbano
Roma 1840, p. 31. Le istruzioni sulla orazione son
como un apéndice de 1-35 páginas.

35 APRecanati, Regolamento per un Maestro dei


novizi, carta del P. Bernardo del 29 -III- 1856 con la
que envía 12 ejemplares del librito.
la aceptación de la voluntad de Dios y el celo por la
salvación de todos36.

Siguiendo las enseñanzas de S. Pablo de la Cruz, se


insistía con cuidado en
lograr que los jóvenes comprendieran el sentido de la
vocación; ser como un
holocausto que Dios había de consumar exclusiva y
totalmente con Cristo Crucificado.
El P. Bernardo de la V. Dolorosa se expresaba así: ‘En
su profesión
deben ofrecer a Dios el sacrificio de holocausto, es
decir, sacrificando a Dios el
alma con todas las potencias, el cuerpo con sus
sentimientos y todos los actos
conscientes del alma o del cuerpo, de modo que sean
dirigidos a Dios. Por eso
no podrían ya jamás pensar, querer, amar, hablar,
mirar ni obrar a capricho.
Cada vez que hicieren lo contrario con plena
advertencia estarían robando a
Dios lo que le han consagrado; es decir, serían como
ladrones sacrilegos’31 38.

El P. Domingo ilumina al novicio en el “Celeste


Pedagogo”: ‘Tu profesión es un
sacrificio, pero un sacrificio holocausto que me resulta
agradable. Has de saber, sin
embargo, que yo odio y aborrezco la rapiña en el
holocausto. Guárdate bien, pues,
de robar nada de la victima que ofreciste, es decir, de
ti mismo. Debes entregarme no
sólo las cosas materiales y la facultad de disponer de
ellas sin la debida licencia; ni
sólo el cuerpo con sus placeres sensuales; ofrece
mejor la voluntad sin ninguna reserva;
déjala del todo en mis manos y en las de quien haga
mis veces sobre ti; no quieras
ya cosa alguna ni cultives otro deseo que el de que mi
voluntad se cumpla en ti’3i.

El General P. José Claris animaba a vivir mejor este


espíritu para darle gracias
a Dios al final de la República romana de 1798-1799:
‘Es el momento oportuno de
que nosotros, victimas vivas y santas, agradables a
Dios, nos ofrezcamos como
holocausto perfecto, y que prestemos más atención a
seguir con más espíritu una
vida santa e irreprensible’. E inculcaba la práctica
asidua de la conferencia con el
Padre espiritual como un recurso para perseverar en el
bien obrar39 40.

Pero ¿cómo mantener y desarrollar la vida de unión


con Dios al salir del
noviciado? A los jóvenes se les recomendaba seguir
durante el día con el método
de las jaculatorias y del alfabeto monástico del que los
estudiantes, como
hacían los novicios, recitaban también una letra en la
recreación. Se les pedía que
copiaran algunas páginas del “Modo facilissimo di
stare uniti con Dio ”4(1. En
36 DOMENICO DELLA MADRE DI DIO, Scritti
Spirituali: II, Commento al Cantico dei Cantici.
Gemito della Colomba, a cura di F. Giorgini, Ed. CIPI
Roma 1987, caps. V-VII del Commento, y
cap. X del Gemito della Colomba.

37 FILIPPO, Il Maestro di S. Gabriele, o. c.„ p. 109.


NB: El reglamento, como se ha dicho, era del P.
Bernardo de la V. Dolorosa, maestro de Domingo,
cuyo originai se conserva en APRecanati. AGCP,
Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., f. 80, dice:’Que tu
ofrecimiento sea sincero, total, irrevocable;
entonces sí me resultará un sacrificio aceptable’.

38 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., f. 78.

39 Circular del 27 -XI- 1799, en Acta XVI (1948-1950),


p. 207.

40 En los ejemplares del Reglamento de los novicios


se halla siempre el Modo facilissimo di stare uniti
con Dio.
estas páginas se hacía una síntesis muy breve de un
librito que circulaba mucho41.

En este período el P. Bernardo de la V. Dolorosa


esecribió algunas recomendaciones
para los clérigos que, concluido el noviciado, pasaban
al estudio, y se las
hacía copiar: “1. X. P. Ricordi ai chierici che partono
dal noviziato per lo studio ”42.
Una de tales recomendaciones se encuentra en el
“Celeste Pedagogo” del P.
Domingo: ‘Peligroso puede resultar el paso de la
situación de novicio a la condición
de estudiante; es muy fácil que en poco tiempo se
pierda todo lo que se ganó
durante el noviciado... Por eso, hijo mío, líbrete Dios
de relajarte en ninguna de
las prácticas que aprendiste en el noviciado: mantón la
modestia de los ojos,
guarda el silencio y el recogimiento durante el día, la
exactitud en la observancia,
la diligencia en asistir a todos los actos comunes, sé
puntual en obedecer a los
superiores con la diligencia y rigor con que lo hacías
con el maestro en el noviciado,
e incluso con mayor atención, pues ahora ya tienes
voto de obediencia \

Se recomienda la fidelidad al cuarto de hora de lectura


espiritual, la frecuente
conferencia espiritual con el director, por lo menos
cada 15 días, el examen
semanal sobre el propio comportamiento, para lo cual
venían bien las fiestas, al
no tener clases ni estudio. Domingo aconsejaba que
en las fiestas se diera más
tiempo a la oración, ‘no sólo por el aprovechamiento
personal, sino por el de los
demás, pidiendo al Señor por la conversión de los
pecadores, la perseverancia
de los justos y la salvación de todos’, y cooperando
con los sacerdotes que se
dedican a la predicación y a administrar los
sacramentos43.

Para mantenerse recogidos y para ayudarse


mutuamente, durante el tiempo
de recreo o de paseo, los jóvenes hablaban con el
compañero asignado por el
maestro o el lector; las conversaciones debían tratar
de temas espirituales y también
de estudio. El objetivo que se perseguía con este
sistema era el de habituar
a los jóvenes a tratar a todos con paciente educación.
Domingo aconseja a un
joven al que le cuesta tener un compañero
hipocondríaco: ‘En este caso imagínate
que estás paseando por el purgatorio y toma estas
molestias como descuento
de tus pecados... Esto te habituará a sufrir las
molestias que dan otras
personas, como, por ejemplo, los penitentes que
acudan a confesarse’.
En el grupo de estudios de Domingo los jóvenes se
comprometieron a ayu

41 Pratiche per mantenersi alia presenza di Dio e


método di conversar con esso. Con un ritratto del
perfetto Cristiano cavato dalle parole della S. Scrittura,
ottava impresione e seconda romana, Laz-
zarini Roma 1805. Uno de los revisores de la edición
fue ‘el R Pablo Jacinto de la SS. Trinidad,
Pasionista, ex-lector de Sagrada Teología’.

42 Se pueden leer en FILIPPO, II Maestro di S.


Gabriele, o. c., pp. 115-120.

43 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., ff. 82-


87. Pensando en la llamada al apostolado en el norte
de Europa, Domingo escribía: ‘Si quieres mi consejo,
te diría que debes aspirar y pedir a Dios esta gracia,
que si Él quiere mediante los religiosos de la
Congregación realizar alguna gesta gloriosa y
magnífica
ante los hombres, como sería que los pueblos y
naciones volvieran a la fe y cosas parecidas, se
sirva de los demás, pero no de ti, pues has de creer
que los demás no serán tan soberbios como tú’.
darse en el progreso de la virtud mediante
correcciones fraternas, pidiendo a Dios
el don del buen espíritu pasionista y la perseverancia
en la vocación; y también con
el compromiso de rezar ‘por la conversión de los
pecadores', de manera particular
la vuelta de algunas naciones a la fe católica’44.

A medida que se avanzaba en el estudio se pedía a


los jóvenes mayor sentido de responsabilidad
como pasionistas que han hecho un voto específico de
propagar la memoria
y la devoción a la Pasión de Jesucristo y como
sacerdotes dedicados a interceder en
favor del pueblo de Dios. A ello contribuía la
predicación que hacían los miembros de
la comunidad o de la provincia, acompañándolos con
las oraciones y la penitencia a fin
de que Dios los sostuviera y que la gente se convirtiera
a Cristo y perseverara. Se les
pedía que siguiesen con lo aprendido en el noviciado,
es decir, al final de la meditación
se rogaba por los parientes, amigos, bienhechores,
justos, pecadores, enemigos, herejes,
infieles, el Papa, los cardenales, los obispos y los
príncipes cristianos45.

En el “Celeste Pedagogo”, el P. Domingo recuerda a


un joven sacerdote: ‘Ya
eres ministro de Jesucristo, pero ¿sabes bien cuál es
tu oficio? No es únicamente
decir la santa misa; ahora has de rezar por todo el
pueblo cristiano: entre el
vestíbulo y el altar se lamentarán los sacerdotes y los
demás ministros sagrados,
diciendo: Perdona, Señor, perdona a tu pueblo... Éste
es el oficio que has de
cumplir con esmero; guárdate de olvidar nunca esta
sagrada obligación de orar
por toda la Santa Iglesia, y por la conversión y
salvación de los pobres pecadores.
Ya eres padre, y como tal has de atender no sólo a tu
salvación, sino a la de
las almas que Dios te confía como si se tratase de tus
propios hijos'46.

3.2. - La ‘Madre Congregación’

En los religiosos de esta época se advierte claramente


un profundo sentido de
pertenencia y de identidad. Continuaba así la base
recibida de los formadores y
superiores que, antes de la supresión, habían
conocido al Fundador. Influían también
el esfuerzo y los sacrificios de los religiosos que
permanecieron fieles durante
la supresión y que recibieron la invitación a volver al
Instituto, a pesar de las privaciones
que tendrían que sufrir para reconstmir las casas,
reorganizar las comunidades
y reemprender el apostolado. Por eso no extraña si,
comúnmente, inspirándose
en las últimas palabras de las Reglas y
Constituciones47, la Congregación recibe los
44 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., ff. 95-
96. Estas prácticas se encuentran en las necrologías
de los estudiantes fallecidos en aquella época que
fueron escritas por el P. Domingo.

45 AGCP, Regolamenti... 1790, f. 163. Cuando los


misioneros regresaban a la comunidad, todos acudían
a saludarles: Consuetudines..., o. c., p. 8.

46 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., f. 106.

47 Regole e Costituzioni..., o.c., 1775, cap. 38: ‘A


todos sus hijos... recomienda la Congregación la
perseverancia y el respeto a las Reglas y
Constituciones y como buena madre repite a cada uno:
‘Guarda mis preceptos y vivirás’.
títulos de ‘Madre’, ‘Buena Madre’, y en consecuencia
los religiosos se sienten
‘hijos’ que la deben agradecimiento y respeto, y se
esfuerzan por hacerla gloriosa
ante Dios y en la Iglesia.

Los formadores y superiores del tiempo inculcan este


amor a la ‘Madre’
Congregación, manifestado en la fidelidad a las Reglas
y en la puntualidad a la
observancia, trabajando para ser de utilidad en las
cosas que hay que hacer para
el bien de la comunidad y en la competencia en los
ministerios propios del Instituto.
Otra manera de manifestar el amor a la ‘Madre
Congregación’ era dar
buen ejemplo en todo momento48.

El 23 de febrero de 1797 moría en el retiro de la


Presentación el P. Eutiquio Pozzi
de San Felipe (1762-1797), consumido por la
tuberculosis. Cuando se despidió de él
un superior mayor que marchaba, el religioso le dijo:
‘Yo me muero; le recomiendo
nuestra Madre la Congregación’', expresión que
revelaba el profundo sentido de pertenencia
y ‘que en aquel momento y después llenó de ternura’ a
aquel superior49.

La Congregación vive concretamente en cada


comunidad local, en donde
hace evidente el carisma y el servicio apostólico. En la
comunidad los religiosos
demuestran que llevan impreso en el corazón el amor
de Dios revelado en la
Pasión, impresión que es la raíz de un amor gratuito a
los demás como el de Cristo.
La formación tenía muy en cuenta crear motivaciones
sólidas para que cada
religioso ganase en equilibrio y fuera especialmente
capaz de amar a los demás
al modo de Jesucristo. A los jóvenes se les inculcaba
un trato mutuo lleno de sencillez,
respeto y cortesía para no ser un peso a los demás.
Para alcanzar esta meta
se les enseñaba a ver en el hermano al mismo Jesús:

‘Trata a todos como lo harías con Jesús; reconócele


en cada una de las personas,
y usa con ellas la reverencia, gracia y obediencia que
pondrías al tratar con
Él. Nada de esto ha de ser ficticio, sino verdad
evangélica, ya que Jesucristo advirtió
que tomará como hecho a Él lo que por amor se hace
al prójimo. Este ejercicio
te será provechoso para no caer en confianzas
chabacanas con nadie, para practicar
frecuentes actos de obediencia y caridad, y para
mantenerse recogido en la presencia
de Dios; así cada compañero será la imagen en la que
verás a Jesús ’50.

El P. Bernardo recomendaba al maestro de novicios:


‘Instrúyalos bien en la
caridad, procure que alcancen gran entusiasmo en
esta virtud distintiva de los
buenos seguidores de Jesucristo. Que todos se
habitúen a ver a Jesucristo en
cada prójimo; que piensen, hablen de cada uno y
traten a todos con aquel equi

48 AGCP, Domenico, en Breve ragguaglio clella vita e


virtü del fu P. Mariano di Gesit ofrece muchos
testimonios del modo de educar a los jóvenes y de los
puntos centrales sobre los que insistía. Otros
materiales útiles para conocer la guía y la práctica de
la formación, cfr. Vita del Confr. Filippo del
SS. Sacramento. * Vita del Conf. Martino del SS.
Crocifisso.

49 AGCP, Biografíe di alcuni religiosi passionisti, II, f.


57.

50 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c.. f. 89.


librado respeto, amor, veneración y humildad que
usarían con el mismo Jesucristo;
y si faltan a la caridad, tengan a gala ser los primeros
en reparar la falta
pidiendo perdón’5'.

Se ha dicho ya cómo el P. General José Claris insistía


en la caridad, la cortesía,
el estímulo en ser los primeros en darse mutuamente
buen ejemplo de fidelidad al
carisma, a las Reglas. A los superiores locales les
pedía que fueran padres y servidores,
nunca sargentos. ‘Evitad palabras que manifiesten
ambición y que nunca
resulten edificantes, y todo cuanto pueda revelar un
espíritu dictatorial. No digáis
‘mis súbditos, mi deuda, mi crédito, mi retiro ’. No dudo
que haciéndolo así tal vez
seáis humildes por dentro, pero lo que exteriormente
ven los religiosos parece todo
lo contrario. Ejercitémonos todos en la práctica de ser
ministros, no propietarios...
A todos, amadísimos religiosos, os suplico: escuchad
la voz del Señor, que se os
manifiesta a través de los superiores...; respetad en
ellos al gran Dios’51 52.

El sentido de pertenencia a la Congregación se


expresaba de manera muy
sólida al sentirse integrado en la cultura de la
Congregación que se llamaba uniformidad.
Ésta no tocaba sólo a los valores fundamentales, como
los votos o el
servicio apostólico, sino a la forma dei hábito, del
manteo, del sombrero y de la
ropa interior, a los ritos que acompañaban los varios
momentos del día que tenían
carácter comunitario. Tutelar la uniformidad resultaba
parte significativa en
el ejercicio de la autoridad. Alejarse de ella suponía
infravalorar una cultura que
aglutinaba a las personas, una falta de obediencia,
incluso rebajar la palabra dada
en la profesión de vivir en comunidad según las Reglas
y Constituciones.

Esta mentalidad no era exclusiva del ámbito


eclesiástico; la vida civil y la misma
república revolucionaria no soportaban diferencias en
los modales, en los gestos, en
las pautas que había establecido como signo de que
se había aceptado aquel nuevo
orden de cosas; o sea, como señal de pertenencia al
mundo republicano.

No estará de más aludir a un aspecto importante de la


vida común y de las
relaciones sociales: el aseo y la urbanidad. Se puso
mucho esmero en este
aspecto. El Reglamento Común conservaba la
orientación del Fundador sobre
esta materia: en la celda debía ‘brillar la limpieza’,
tenerla siempre ‘bien compuesta’,
y barrerla al menos una vez a la semana. Fuera del
retiro se iría ‘decentemente
aseados, pues, siendo laudable la pobreza, no lo sería
el desaseo ’. En
el Reglamento común se conservó la preocupación del
Fundador por la limpieza
en la iglesia y en la sacristía y por el buen estado de
los objetos sagrados: el
sacristán ‘hará que resplandezca la limpieza
especialmente en la iglesia y en la
sacristía... Tendrá sumo cuidado de la belleza,
limpieza y decencia de la casa de
Dios’. Parecidas advertencias hacía al enfermero y al
cocinero. La limpieza afec

51 FILIPPO, II Maestro di S. Gabriele, o..c., p. 110.

52 Circular del 30 - XI- 1798, en Acta XVI (1948-50),


pp. 202-203.
taba también a la buena conservación del retiro, de
sus pertenencias y de la huerta.
Sobre todo daba avisos concretos. En las visitas
canónicas los visitadores
debían interesarse sobre estos detalles, que tenían y
tienen gran valor para realzar
la buena presentación de las personas, de las
comunidades y de la Congregación53.

El General P. Tomás, a pesar de las dificultades


económicas de la restauración,
cuando iba de visita canónica dejaba ayudas para que
se limpiase un corredor
o se mejorara la estufa de la recreación común para
que los religiosos, en
invierno, pudieran beneficiarse del fuego sin salir
ahumados. Aspecto que brilló
aún más en el General P. Pablo Luis54, que tuvo que
intervenir mucho en el retiro
de los SS. Juan y Pablo para adecentar los locales
destinados a los ejercitantes,
la limpieza de toda la casa y de la portería. No hace
falta mencionar su
esfuerzo para que la basílica y los utensilios sagrados
estuvieran limpísimos.
Semejante actitud la compartían todos los superiores,
como se lee en las Plateas
o crónicas de los retiros, a las que se remite.

En conjunto, la formación resultó sólida y dio buenos


frutos de santidad y de
verdadero sentido de agregación y de identidad. Lo
demuestran los religiosos destinados
a Bulgaria y Yalaquia. A pesar de encontrarse con
situaciones para las que
no habían sido preparados, supieron ser fieles a Cristo
y al pueblo, y conservaron
un admirable sentido de pertenencia al Instituto. Al
regresar de aquel campo misionero,
no se sentían extraños en las comunidades de las que
habían partido. Los religiosos
que llevaron la Congregación fuera de Italia, formados
en este período,
afrontaron con calor la nueva supresión que vivió Italia
de 1860 en adelante.

4. - La formación cultural entre 1815-1839

Si se exceptúan los dos retiros de Monte Argentario,


unidos en 1815 ala Tos-
cana, los demás, hasta 1830, estaban en el Estado
Pontificio. Una ojeada a la
situación escolar en este Estado puede ayudamos a
comprender algunas orientaciones
que se advierten en el Instituto. La atención a la
enseñanza en el Estado

53 Cfr. Regolamenti 1778 e 1827 en los capítulos


sobre Oficio Divino, Celda, Trato con los seglares,
Sacristán...

54 AGCP, Platea SS. Giiovanni e Paolo 1773-1829,ff.


88-89, 94-95. En 1821, poco después de su
elección: ‘El Prepósito, celosísimo del decoro de la
iglesia y de que en todo el retiro reluzca la limpieza,
a pesar de la pobreza, proveyó todo lo que pudo la
sacristía con adornos... y toda la casa fue
repintada...’. En 1823: ‘El P. Prepósito (Pablo Luis),
deseoso de ver la iglesia y la sacristía decorosamente
aseadas y dotadas con abundantes objetos, regaló a
esta sacristía una casulla nueva de
damasco rojo, tres manteles y otras piezas blancas;
extendió la misma preocupación a los demás
retiros de una o de otra provincia, y especialmente a
los dos de Monte Argentario y a los dos de las
Marcas, es decir, Morrovalle y Recanati, recientemente
reabiertos, mandó hacer muchas casullas de
varios colores y las distribuyó por cada uno de estos
retiros según las respectivas necesidades...’.
Pontificio era mejor que en los otros estados del centro
y sur de Italia, pero inferior
a la del reino de Cerdeña y a la del reino lombardo-
véneto bajo Austria. En
la ciudad de Roma había muchas congregaciones
antiguas y recientes, y escuelas
promovidas por el vicariato; sus habitantes, hombres o
mujeres, estaban
mejor alfabetizados que los de otras ciudades55 56.

El gobierno francés introdujo cambios significativos en


la organización
escolástica, en parte abolidos en la restauración. El
card. Consalvi creó una
Comisión para la Reforma de los Estudios. Ésta, al
cabo de casi tres años de
reflexiones y discusiones, elaboró un Método general,
presentado al Papa; pero
no se llevó a la práctica hasta el pontificado de León
XII. El 24 de agosto de
1824, este Papa promulgó el Método con la
constitución “Quod divina sapientia
omnes docet” y dio nueva vida a la Comisión de
Estudios5*1. Entre los privilegios
universitarios el mayor consistía en preferir a los
graduados en los concursos
para oficios públicos, cargos de gobierno y concesión
de beneficios. Puede ser
que estos privilegios hayan tenido influencia sobre
algunos pasionistas, que en
este período sostuvieron la iniciativa de dar preferencia
a los graduados para
desempeñar servicios internos de la Congregación.

También el funcionamiento de los seminarios y de los


estudios de los religiosos
fue revisado para adecuarlo a las necesidades
culturales de la sociedad y
de la propia Iglesia. En la sociedad se consolidaba una
filosofía que no dependía
de la escolástica o de Santo Tomás de Aquino, sino de
Voltaire, Rouseau, Locke,
Malebranche, Descartes, Leibniz, Gassendi...
4.1. - Situación cultural de la Congregación.

Tanto durante la invasión francesa de 1798 como en la


supresión napoleónica
1809-1814, en la Congregación quedó frenada la
preparación de los predicadores.
Y después del restablecimiento, las dificultades de la
vida diaria eran
muchas, al comenzar en conventos despojados de
todo; por otra parte la gente
soportaba mucha pobreza, mejor diríamos miseria, a
causa de las imposiciones
económicas impuestas por los ejércitos extranjeros
que se establecieron en el

55 ROBERTO SANI, Istruzione e istituzioni educative


nella Roma Pontificia (1814-1870), en AA.
VV., Chiesa e prospettive educative in Italia tra
Restaurazione e Unificazione, a cura di L. Pazza-
glia, Ed. La Scuola, Brescia 1994, pp. 707-769.
ROBERTO SANI, Istruzione ed educazione nella
Roma Pontificia dell’Ottocento: il collegio di S. Dionisio
e l ’opera della Compagnia di Maria Nostra
Signora, en AA. VV. Aportaciones de la Compañía de
María Nuestra Señora a la Historia de
la educación, 1607-1921, Ediciones Lestonac 1995,
pp. 164-185.

56 GEMELLI A. - VISMARA D. S., La riforma degli


studi universitari negli Stati Pontifici ( 1816-
1824), Milano 1933. GIUSEPPE TOGNON, La politica
scolastica nello Stato Pontificio tra
Restaurazione e Unificazione (1814-1860), en AA. VV.,
Chiesa e prospettive educative in Italia, o. c.,
pp. 681-694. RAFFAELE COLAPIETRA, La Chiesa tra
Lammenais e Metternich. Il pontificato di
Leone XII, Morcelliana Brescia 1963, pp. 181, 221-223.
país o por las numerosas calamidades naturales de
aquellos años. Además las
peticiones de predicación y de confesiones fueron tan
abundantes, que hay que
comprender que no siempre se prestara demasiada
atención a la formación inicial
o a la permanente.

El General P. Pablo Luis Pighi, que había sido


formador de jóvenes, gobernaba
desde 1821 el Instituto, cuando éste, gracias al
esfuerzo del P. Tomás, había
reconstruido su organización. El P. Pablo Luis podía
consagrarse ya, pues, al
incremento de la formación cultural y apostólica. A su
lado tenía al secretario P.
Joaquín Pedrelli del Espíritu Santo, que poseía buena
base cultural y excelentes
cualidades para la predicación. Este deseaba el
crecimiento cultural de la Congregación,
pero carecía de sensibilidad espiritual para
comprender el valor de la
simplicidad que la Congregación debía encamar en el
seguimiento de Cristo
Crucificado; defecto que lo alejará de la propia
Congregación en 1830. Se puede
creer que fuera él quien dio el tono a la circular que el
P. Pablo Luis enviaba a
los provinciales y a los religiosos el 29 de septiembre
de 1824, que habla de ‘frenar
los progresos de la ignorancia’:

‘V. P. conoce bien que, por una fatal combinación de


factores, debemos deplorar en
la mayor parte de los nuestros la escasez de
conocimientos, y como una hija de la
ignorancia, la decadencia del espíritu. Parece que los
superiores no tienen culpa,
pues se ven obligados a arreglarse como pueden con
el escaso número de religiosos;
pero no podemos disimular que en las visitas a los
retiros no se han abierto
bien los ojos, y, si el Señor ha dado algunas luces, se
ha creído más prudente disimular
el remedio. Pero ya, aunque sea tarde, hay que
comenzar a hacer algo, de
modo que se frenen los peligros ante el precipicio a
cuyo borde nos encontramos.
Al talento de V. P. le bastaría la alusión que he hecho
hasta aquí para inducirlo a
tomar medidas en las próximas visitas a los retiros de
su jurisdicción. Pero para
mayor tranquilidad de mi espíritu creo un deber detallar
algunos puntos principales
que deberá tener muy en cuenta en la visita, según las
exigencias de las luctuosas
circunstancias del momento.

Para reducir el crecimiento de la ignorancia se debería


analizar con atención:

1. - Si los sacerdotes estudian suficientemente, en qué


autores, y si éstos son

apropiados para los dos fines del Instituto


(santificación propia y servicio
apostólico).

2. - Si los rectores dan a los sacerdotes tiempo para


estudiar o si los tienen fre

cuentemente fuera, o empleados en asuntos diferentes


de la aplicación al
estudio.

3. - Si los confesores, además de la Moral, se


instruyen en otros libros para la

dirección de almas, por lo que no actuarán sólo según


su cerebro, sino con
fundamento y cautela.

4. - Si los predicadores o los catequistas tienen sus


escritos a punto y saben dar
razón de lo que predican, y no se enredan en
opiniones controvertidas, sino

apoyándose siempre en la sana doctrina de Santo


Tomás según el espíritu de

las Reglas.

Procure usted llevar consigo a la visita a un religioso


capacitado para la revisión
de los escritos de los predicadores y catequistas:
oratorios, despertadores,
fervorines, meditaciones y todo lo demás, sobre todo
para enmendar errores en
los textos y en las proposiciones.

Tenga cuidado de que en tiempo de las vacaciones,


antes de reemprender los
estudios, los estudiantes pasen un examen a fondo, en
el que V. P. debería estar
presente’51.
Aunque no nos consta que los provinciales del tiempo
tomaran nuevas iniciativas,
sin embargo sí se advierte ya mayor atención a la
formación de los estudiantes,
a las bibliotecas, a los textos escolares redactados por
pasionistas y a la
revisión cuidada de los escritos de los nuevos
predicadores.

4. 2. - Los estudiantes y su formación

Seguían formándose en pequeños grupos repartidos


por los conventos, ayudaban
a mantener la vitalidad de la oración y del grupo
humano de las comunidades,
a la vez que eran sostenidos económicamente. Los
grupos solían ser de 4
a 5, rara vez de 7; es excepcional encontrar 10 / 12 en
Roma en 1825 y 182757 58,
o 9 en 1825 en San Ángel de Vetralla59. Por ejemplo
en San Sosio, en 1821, el
estudio de filosofía tenía seis estudiantes, más el
lector, P. Ambrosio de la SS.
Concepción. Cuando el 31 de marzo de 1823 dos
estudiantes marcharon a Roma
y otros a diferentes destinos, la comunidad quedó sin
estudiantes hasta que el 3
de julio llegaron 4 de Ceccano, donde estaban bajo la
dirección del P. Mariano
de Jesús, para proseguir la filosofía con el citado P.
Ambrosio. En junio de 1824
dos estudiantes partieron para Ceccano; otros dos
(Juliano y Honorato) quedaron
allí para ordenarse de menores; Honorato recibió el
sacerdocio en las Navidades
y los dos fueron a Monte Cavo ‘a estudiar Moral’. A
finales de 1824, llegaron a
San Sosio 4 clérigos que acababan de profesar en
Paliano, para estudiar filosofía
con el P. Ambrosio de la SS. Concepción. En 1827 en
la comunidad estudiaban
tres clérigos y dos más ya subdiáconos, todos a
distinto nivel de formación;
se ocupaba de ellos el P. Mariano. El 2 de diciembre
de 1829 llegó el P. Félix de
la Virgen Dolorosa como lector con 7 estudiantes, de
los que el 10 de julio de

57 Acta XVII (1951-1952), pp. 85-86.

58 De las respuestas a la Santa Sede en 1826


aparecen 7 estudiantes sólo en Roma y en Vetralla.

59 AGCP, Lettere P. Mariano al B. Domenico Barberi,


carta del 12 -I- 1825: ‘Ya me había informado
el provincial de que ahí hay nueve estudiantes de
teología que dan buenes esperanzas en lo espiritual
y en el estudio’.
1830 el P. Félix y tres de los clérigos partieron para la
fundación de L’Aquila; los
otros cuatro les siguieron el día 17. Poco después
llenaron su hueco 4 estudiantes
llegados de Monte Argentado60.

El 5 de noviembre de 1827, 4 estudiantes de Ceccano


fueron mandados a
Roma para seguir estudios con el P. Domingo de la
Madre de Dios. En el mismo
mes de noviembre se estableció en Ceccano el estudio
con 6 jóvenes que seguían
la filosofía. El 3 de noviembre de 1834, al terminar el
curso filosófico, 7 estudiantes
pasaron a Roma para la teología; en Ceccano, el
mismo mes, se encontraban
8 estudiantes de filosofía61.

En Monte Cavo hubo estudiantes desde 1817 a mayo


de 1818; más tarde
volvió a haber en 1828; pero cuando en mayo de 1829
comenzaron a sentirse
fuertes terremotos, 4 estudiantes y el lector bajaron a
Roma, y uno a Paliano62.

En la casa general de los SS. Juan y Pablo, a primeros


de 1825 había 10
estudiantes, 6 ya subdiáconos o diáconos. Al
comenzar el año 1826 se encontraban
7 estudiantes, dos ya subdiáconos, que seguían la
filosofía con el P. Ambrosio
de la SS. Concepción. A primeros de 1827 el número
había aumentado a 12,
de los cuales 3 sacerdotes, 2 diáconos y otros 2
subdiáconos63.

En el retiro de la Presentación, Monte Argentado,


desde finales de 1827
había 5 estudiantes, dos ya con órdenes mayores,
pero uno salió para S. Angel el
5 de febrero de 1828. A primeros de 1829 eran 9 los
estudiantes, 3 con órdenes
mayores; de aquel grupo, 3 fueron mandados en junio
a S. Ángel, 1 a Morrova-
lle y 1 a Corneto. A finales de 1830 el lector P. Agustín
de la Dolorosa dirigía a
8 estudiantes, pero en mayo 3 fueron a Cometo.

A principio de 1831 en la Presentación se formaban 5


estudiantes, pero en
noviembre 2 fueron a Cometo, 1 a Roma y 1 había
salido. En 1832 los estudiantes
eran 4 llegados de Corneto; uno de los cuales, el
cohermano Santiago
de San Pedro, murió el 18 de octubre. Al año siguiente
1833, a los tres restantes
se les unieron dos nuevos; pero como uno fue
mandado a Corneto en
noviembre, el estudio se redujo a 4; llegaron 3 nuevos
que habían profesado en
Lucca, y se formó un grupo de 8, dos ya con órdenes
mayores. En 1835 eran 5,
uno con órdenes mayores. En 1836 el grupo de 6 de
estudiantes lo formaban un
sacerdote, dos diáconos y tres clérigos; en diciembre
fueron destinados a Corneto
un clérigo y un diácono. El año 1837 se iniciaba con 3
estudiantes en la
Presentación; en mayo aumentó con 4 procedentes de
San Eutiquio, pero el 10
de enero de 1838 fueron mandados todos a Roma. En
junio de este mismo año

60 AGCP, fotocopia Registro di tutti i Religiosi di


famiglia di S. Sosio dal 1827, ff. 4-5; Cronaca di S.
Sosio, ff. 29, 33, 35.

61 AGCP, footocopia Cronaca di Ceccano, I, ff. 18, 7.

62 AGCP, B. III-IV/1-4, Platea Monte Cavo, ff. 20, 29.

63 AGCP, Platea SS. Giovanni e Polo 1773-1829, ff.


114, 136, 154.
llegaron del noviciado 6 clérigos, de los cuales
quedaban aun 5 en 1839; se les
agregaron otros dos estudiantes64.

En Corneto, de noviembre de 1831 al 17 de junio de


1832 hubo 7 estudiantes
con el lector P. Simón de San José. El 19 de octubre
de 1835 llegó de S. Ángel de
Vetralla el P. Silvestre de San Juan Evangelista con 3
estudiantes, a los que se unieron
el 8 de diciembre 3 llegados de Monte Argentario; el 27
de febrero de 1836,
todos fueron a Todi. El 1 de marzo de 1836 bajaron de
Monte Argentario a Cometo
el P. Valentín de San José, lector, y 6 estudiantes; el
11 de junio siguiente todos
partieron hacia S. Ángel de Vetralla. En 1838 había 6
clérigos, llegados 3 en febrero,
1 en marzo y 2 en abril; todos fueron destinados a otro
retiro el 15 de junio de
1838. En noviembre de 1839, el P. Silvestre de San
Juan Evangelista, lector, y 5
estudiantes se trasladaron de Cometo a Todi, donde
se les agregó uno procedente de
Monte Argentario y otro más recién profeso en Paliano.
Uno de los estudiantes
abandonó la vocación y los 6 restantes marcharon a
San Eutiquio el 22 de junio de
1840 con el P. Silvestre de San Juan Evangelista65.

En 1835, el provincial P. Antonio Testa aconsejaba al


General que pusiera en
Recanati sólo 5 estudiantes, pues el convento estaba
gravado con algunas deudas,
y que a los demás los repartiera por Todi o Cometo66
67. A las nuevas fundaciones
de Lucca y L’Aquila fueron algunos estudiantes en
1830 con sus lectores
PP. Pío Cayro en Lucca y Félix en la L’Aquila.

Semejante facilidad para trasladar estudiantes de una


casa a otra no favorecía
la continuidad en los estudios ni contribuía a capacitar
a los lectores. En
1835, en una reunión de los consultores con el
provincial P. Domingo de la
Madre de Dios, ‘se trató muy largamente cómo
remediar la escasez de lectores;
nada se pudo determinar por falta de sujetos idóneos o
por estar enfermos algunos
que sí lo eran; así que se dijo al padre provincial
(Domingo de la Madre de
Dios) que continuase hasta el capítulo dando la mejor
formación posible, a no
ser que encontrase otra solución, como de hecho se
remedió meses más tarde,
cuando el P. Félix, bastante restablecido en su salud,
llegó de Lucca a Cecca-
no,fi7.

El lector, único para cada grupo, tenía responsabilidad


como director espiritual
y profesor de todas las asignaturas que los estudiantes
cursaban. Las Reglas
le dispensaban de levantarse a Maitines, con la
finalidad de que dispusiera de
64 AGCP, fotocopia Presentazione stato di famiglia
1827-1906, en los años citados.

65 AGCP, fotocopia Elenco dei Religiosi che


compongono la famiglia di questo Ritiro... presso
Corneto
1831-1852, ff. 1, 7-8, segunda parte del registro
Famiglia in questo Ritiro..., años indicados
en el texto.

66 AGCP, A. IV-I/2-4.

67 AGCP, Domenico, Estratti dagli Atti delle Consulte


Provinciali (Estratti dai registri, f. 38).
más tiempo para preparar las clases. Pero sucedía
que, por las necesidades de la
comunidad, muchas veces debía suplir a los hermanos
cuando iban a la postulación,
o a los sacerdotes que se ausentaban por la
predicación.

El P. Mariano Gianmarco de Jesús, lector en San


Sosio, a pesar de que la
tuberculosis estaba consumiéndole, tenía que pensar
en los estudiantes, era vicario
y suplía al superior que frecuentemente salía a
predicar. Escribiendo al P.
Domingo en 1827 le contaba: ‘Me veo obligado a hacer
de superior porque él
se va meses enteros a predicar misiones; me deja solo
en los momentos de más
agobio, con forasteros y otros asuntos del retiro; no me
queda más remedio que
hacer de todo: de superior, de confesor, de lector, etc.,
y como no estoy tan bien,
tengo que descuidar muchas obligaciones, sobre todo
con los estudiantes, lo
cual me hace sufrir no poco’6*.

Además en San Sosio había pocos libros si alguno


quería consultar. El P.
Domingo estaba allí en 1837 y escribió el volumen
“Apparato all’apostólico
ministero”, en el que recuerda que no le había sido
posible ‘consultar buenos
escrituristas como hubiera querido, porque este rincón
del Instituto está desprovisto
de libros oportunos y necesarios’68 69.

El Capítulo General de 1802 había mandado a los


provinciales que vigilasen
para que los lectores no se ocupasen de escribir
sermones para otros religiosos
menos capacitados, ni se consagraran excesivamente
a predicar, sino que se ocuparan
‘exclusivamente de las clases’. También se les recordó
a los mismos provinciales
que estuvieran atentos para ‘que no se dieran a los
clérigos los trabajos
más pesados y fatigosos’70.

El P. Domingo de la Madre de Dios recordó varias


veces que no se enviara a los
sacerdotes fuera de casa a hacer la cuestación, para
que se ocuparan preferentemente
en el estudio y los lectores en la formación espiritual y
cultural de sus estudiantes.
El capítulo de la provincia de la Presentación seguía
lamentándose, aun en
1833, ‘que en algunas comunidades se manda a
recoger limosnas a los lectores’71.

Dificultad en aumento para los jóvenes era el


desconocimiento del latín en
los clérigos que salían del noviciado, ya que en sus
pueblos no había escuelas

68 AGCP, fondo Domingo, Lettere di P. Mariano a


Domenico', la carta no lleva indicación de mes. Cfr.
también las del 17 -IX y 5 -XII- 1827. AGCP, fotocopia
Registro di tutti i Religiosi di Famiglia di
S. Sosio dal 1827, f. 1. El 17 -V- 1827 la comunidad
estaba compuesta por 16 religiosos: 5 sacerdotes,
2 subdiáconos, 3 clérigos y 6 hermanos. El 29 -V-
1827 los dos subdiáconos marcharon a la
provincia de la Presentación. El 13 -VI- 1827 llegaron
de familia 4 estudiantes de la provincia de
la Presentación. El rector que andaba tan ocupado en
la predicación era el P. Andrés del Corazón
de María.

69 AGCP, Domenico, Apparato, o. c., f. 113r.

70 Decreti e rae., o. c., decr. n. 250, § 4; 252.

71 AGCP, Praes, Cap. prov. 1833, ses. 6.


apropiadas. Comenzó, pues, a verse la necesidad de
organizar algún curso para
llenar esta falta de cultura literaria básica; pero una
solución seria no llegará
hasta el Capítulo General de 185172 73 74.

Los lectores y superiores, como se ha recordado,


ponían el mayor énfasis en
ayudar a los estudiantes a que se consolidase la
formación espiritual, sobre todo
la vida interior del corazón, el recogimiento, la pureza
de intención, un verdadero
enamoramiento de Cristo y el deseo de salvar almas.
Se quería formar expertos
en el misterio del Dios conocido, amado y vivido en la
vida ordinaria.

Se buscaba también que en esta etapa formativa los


estudiantes tuvieran bien
clara su decisión. Domingo escribía al lector P. Pío
Cayro que a los titubeantes
‘se les puede soportar hasta un cierto punto; después
hay que ponerlos entre la
espada y la pared para que se resuelvan y hagan
pronto lo que tengan decidido;
no podemos mantener a marionetas. Uno de estos
estudiantes ha sido sometido
a una prueba dura. Vamos a ver qué pasam.

4. 3. - El año escolástico y el método de estudio

El año escolar duraba unos siete meses, pero su


comienzo era variable, especialmente
si el grupo acababa de salir del noviciado.

En cuanto al método escolástico se mantenía el del P.


Marcoaurelio cuando
se abrió el primer estudio formal en Vetralla. El
Capítulo General de 1802 había
pedido que se introdujeran mejoras en él, habida
cuenta de la evolución social:
‘Urge muchísimo que nuestros jóvenes estudien
realmente a fondo afín de llegar
a ser idóneos, mediante el estudio y el espíritu, para
los ejercicios propios
del Instituto; así que el venerable Capítulo determina
que el Prepósito General
y los provinciales apliquen un sistema riguroso a los
estudios, que duren seis
años, según está mandado en las Reglas. Que el
mismo P. Prepósito designe a
dos de los mejor preparados para que enseñen a los
Lectores el método que
habrá de seguirse en la enseñanza de la filosofía y
teología, de la S. Escritura,
de los SS. Padres y de la retórica sagrada,?4.

Los acontecimientos políticos impidieron aplicar el


decreto, aunque, como
veremos, desde 1802 se observa un esfuerzo por
mejorar los textos escolares.
El Capítulo General de 1790 había mandado a los
lectores de filosofía ‘que
no hicieran perder el tiempo a los jóvenes estudiantes
entreteniéndolos con

72 AGCP, fondo Domingo, Lettere del P. Mariano al P.


Domenico. El 8 -VII- 1826 escribía: ‘Doy
algunas clases de Moral a tres jóvenes, entre ellos un
sacerdote; pero, Padre mío, tienen muy poca
capacidad y no entienden apenas el latín ni mucho el
italiano; pero, eso sí, son buenos’. Decreti e
rae., o. c„ decr. n. 377, § 3.

73 AGCP, fondo Santi, Domenico, cas. 3, cari., Lettere


a P. Pió Cayro, del 3 -VIII- 1830.

74 Decreti e rae., o. c., decr. n. 250, §1,3.


cuestiones poco menos que inútiles a nuestro Instituto;
que, en cambio, tratasen
de darles cimientos sólidos con una argumentación
coherente y lógica, tan necesaria
para estudiar en serio la sagrada teología'15. El
Capítulo General de 1802
recordó la necesidad de que los jóvenes tuvieran
buenos cimientos en la metafísica
y en la ética filosófica, ‘habituándolos bien a los
métodos escolásticos’16.

El lector explicaba el texto del autor, lo ampliaba,


preguntaba diariamente a
los alumnos y les planteaba objeciones para agudizar
su ingenio75 76 77. Durante el
curso de filosofía se añadían algunas nociones de
cosmología, geografía, geometría
y química. Para que los estudiantes se preparasen a
hablar en público, y
con el propósito de que la comunidad comprobara su
progreso, de cuando en
cuando se les mandaba dar una conferencia filosófica
o teológica, que se conocía
como ‘disertación’ pública. El encargado, después de
introducir el tema y
explicar los términos de la cuestión, su significado y su
valor, exponía y razonaba
la tesis; al final respondía a las objeciones, resumía la
cuestión y el debate, y
agradecía la atención de los presentes.

4. 4. - Cursos de estudio y textos empleados

Los cursos se organizaban siguiendo lo mandado por


las Reglas y Constituciones
y recordado por el Capítulo General de 1802: los dos
primeros años se
dedicaban a filosofía, después tres a teología, y el
sexto y último a Sagrada Escritura,
Santos Padres y Elocuencia sagrada78. Durante la
filosofía se añadían elementos
de geometría y de ciencias naturales según el sistema
de los manuales de
la época. No faltaban ejercicios de canto gregoriano.

Durante los cursos teológicos se estudiaba dogmática,


especialmente sobre
la SS. Trinidad, la Iglesia, Cristo Salvador y los
sacramentos. Pero la mayor
atención se centraba en la teología moral, considerada
básica para el ministerio
de las confesiones, la predicación itinerante y la
dirección espiritual. Gran dili

75 Decreti e rae., o. c., decr. n. 250, § 2.

76 Decreti e rae., o. c., decr. n. 250, § 2.

77 AGCP, Vita del Confr. Filippo del SS. Sacramento,


f. 38: ‘En la clase decía su lección con sustancia
y brevedad de palabras, habiéndola aprendido siempre
de manera extraordinaria. Planteaba a
veces alguna objeción, pero tras escuchar la
aclaración se quedaba tranquilo y no había peligro de
que continuara insistiendo con perfidia como a veces
hacen algunos... Cuando en clase presentaba
los temas, los exponía con claridad, bien razonados y
en la debida forma’. * Vita di Confr. Bernar-
dino, cap. 6: ‘Era diligente en escribir en cuadernillos lo
poco que creía necesario añadir a las razones
y explicaciones del autor’. AGCP, DOMENICO DELL A
MADRE DI DIO, Vita del Conf. Mar-
tino del SS. Crocifisso, f. 163: ‘Presentaba los
argumentos bien y en forma, los exponía con claridad,
pero no había peligro que se acalorase o tratara de
superar al adversario; al contrario, si veía
que el otro no era capaz de responder, cesaba de
argumentar y daba humildemente las gracias.
Presentaba
sus disertaciones filosóficas con muy sólido
razonamiento y en elegante latín’.

78 Decreti e rae., o. c., decr. n. 250, § 1.


gencia pusieron el P. Domingo y los mejores lectores
de este período en que no
se perdiera tiempo en discusiones molinistas, tomistas,
probabilistas o probabi-
lioristas, etc. Se exigía en cambio una buena
comprensión de la doctrina católica
para predicar con sólidos argumentos lo que la Iglesia
enseñaba, sin entrar en
las disputas de algunos teólogos. Se recomendaban
un estudio a fondo de la historia
de la Iglesia, de los concilios y de los SS. Padres y ‘la
doctrina que suelen
presentar los buenos apologistas’19.

Hubo lectores bien preparados que daban a los


estudiantes lecciones de historia
eclesiástica y derecho canónico, además de liturgia.

El sexto y último año de los estudios se reservaba para


la S. Escritura y los
SS. Padres, como mandaban las Reglas y
Constituciones, y además la sagrada
Elocuencia. Este programa obedecía al hecho de que
no se había cumplido el
deseo, o decreto, del Capítulo General de 1753, de
que, a medida que creciese la
Congregación se escogiera a los jóvenes más
prometedores para la predicación
y, concluido el tiempo de teología, se reunieran en un
retiro, donde, bajo la guia
de un maestro especialista, se ‘preparasen
adecuadamente para dar misiones’*".
Por eso, como preveían las Reglas y Constituciones,
además de la S. Escritura y
de los SS. Padres, se daban lecciones de oratoria
sagrada, de redacción y de ejercicios
prácticos de composición; así, al finalizar el año, los
jóvenes deberían disponer
de cierto número de predicaciones, meditaciones y
catecismos, que los
encargados por el provincial revisaban y corregían;
consiguientemente podían
estrenarse aceptando poco a poco predicaciones.
El estudio de la S. Escritura consistía en conocer la
historia del texto, el contenido
de la revelación y los criterios de interpretación, a fin
de comprenderla
mejor para usarla en la propia vida espiritual, en la
predicación y en la dirección
espiritual. Sobre los SS. Padres se daba una síntesis
esquemática de los que eran
estudiados y seguidamente se centraba el estudio en
encontrar modelos para la
predicación popular. Los preferidos solían ser Agustín,
Juan Crisòstomo, Gregorio
Magno, Beda el Venerable, Bernardo, León Magno y
en menor grado Ambrosio.
Se ofrecía el estudio de algunos autores modernos de
predicación y se daba
a cada estudiante la oportunidad de escoger un autor
moderno que mejor se acomodase
a sus gustos y tratase de imitarlo.

Domingo escribió, como guía para los lectores y los


estudiantes de sexto
año, “Apparato all’apostolico Ministero, ossiano
Instituzioni sopra lo studio
della divina Scrittura e dei SS. Padri ad uso dei nostri
Missionari della Passione
S.ma di Gesù Cristo ”, que revisó y firmó el 19 de
noviembre de 1834. Con 79 80

79 AGCP, Domenico, Celeste Pedagogo, o. c., ff. 79-


102. Vuelve sobre este tema en Apparato all’apostolico
Ministero, o. c.

80 Decreti e rac., o. c., decr. n. 57.


este trabajo quiso perfeccionar y poner al día lo que en
su tiempo escribiera S.
Vicente María Strambi con su “Metodo di studio”. Al
maestro le recomienda:
‘Ante toda lea él mismo la S. Escritura y los SS.
Padres, después haga que los
lean los alumnos. Y para no llenarles la cabeza con
demasiadas cosas, diría que
durante una parte del año haga leer la Sagrada
Escritura; pero no se contente
con la simple lectura o memorización de algunos
versículos; debe enseñarles a
reflexionar según las reglas aprendidas y comprobar si
saben aplicarlas.

Vaya el lector leyendo cualquier capítulo y proponga


las reflexiones que
sean del caso, sobre todo de qué manera podría
entenderse según las normas
aprendidas; explique los pasajes más difíciles; así los
jóvenes aprenderán a
leerla con la misma explicación. Señale a continuación
otros capítulos que
deberán leer los jóvenes, exíjales la explicación en la
clase, oral o por escrito,
pero no como comentarios, sino resaltando el sentido y
las figuras que encuentra
a medida que avanza en la lectura ’.

En el sector de los Padres de la Iglesia aconsejaba


hacer primero una presentación
global de todos, y después de alguno en particular; a
continuación se
animaría a los estudiantes a seleccionar el Padre que
respondía mejor a su temperamento,
y que lo leyese y estudiase con más dedicación:

‘Llegando al tema de los SS. Padres, observe bien (el


lector) el carácter del
Padre que va a proponer como ejemplar, y ala vez la
capacidad y el modo de pensar
de cada uno de los jóvenes. Después de hacer esto, a
uno le aconsejará que siga
a Juan Crisòstomo, a otro que lea a San Agustín, a un
tercero que imite a San Gregorio
Magno, y así sucesivamente. En una palabra, quiero
decir que cada uno imite
al Padre que encaje mejor con su modo natural de
pensar y que sea proporcional a
su talento. Tal vez serán muchos los que prefieran a
San Juan Crisòstomo, pero antes
de aconsejárselo esté atento a ver cuántos tendrán
plumas suficientes para seguir el
vuelo de águila tan imperial; pues de no ser así, harán
esfuerzos inútiles y tal vez les
resultaría más prudente acomodarse al dulce vuelo de
la paloma de San Gregorio.

Si quieren seguir a San Agustín, observe a ver si son


agudos y penetrantes;
de lo contrario se cansarán inútilmente; pero si lo
fueran, adviértales bien que
muchas naves naufragaron en aquel océano de
doctrina; incúlqueles las reglas
para servirse bien de su autoridad. Ya que San
Agustín es uno de los más enérgicos
en sus expresiones, si se amplía su sentido más allá
de lo justo se naufraga,
como ha sucedido a tantos en estos cuatro últimos
siglos de la Iglesia...

Queda a la discreción del maestro asignar a cada


alumno aquel Padre más
apropiado para él; si se quiere imitar a muchos
modelos, difícilmente se logrará
imitar bien a ninguno. Imiten a uno solo hasta que
hayan formado su propio
estilo y modo de expresarse. Después podrán ya leer a
todos

El mismo criterio aconsejaba para el conocimiento y


uso de los modernos
autores de predicación: que cada estudiante se
formase bien según un autor, y
después leyera los demás81.

Domingo escribió también un folleto y algunas cartas


sobre el método de
composición y elocuencia: “Brevi avvertenze, ossiano
regole per predicare con
frutto la Parola Santa di Dio”, en 1828; “Osservazioni
intorno alla sagra eloquenza”,
en 1835.

Otros religiosos que enseñaron esta materia y


escribieron libros fueron el P.
Pablo Luis Pighi de María Virgen: “Idea della Divina
Scrittura. Regole per ¿studiarla
con frutto. Regole per istudiare con frutto anche i Padri
ed i profani”, 1827.
* “Regole per far bene li componimenti sagri e con
modo particolare le prediche”,
1827. * “Rettorica sacra. Regole per fare bene le
composizioni per le Missioni”.
El P. Lucas de la SS. Trinidad (+1837) enseñó sagrada
elocuencia en los años

1827-1828; se sirvió del texto de mons. Vicente María


Strambi, retocado según lo
exigían las nuevas condiciones de la sociedad. Este
texto apareció publicado en
1838 como obra postuma del P. Lucas: “Compendio di
precetti rettorici compilati
dal P. Vincenzo María di S. Paolo Strambi, sacerdote
della Congregazione della
Passione, poi vescovo di Macerata e Tolentino. Ad uso
dei giovani della detta
Congregazione da istradarsi per l’esercizio delle SS.
Missioni. Con l’aggiunta di
alcune brevi note e con Tampliazione delle regole per
alguni componimenti par
ticolari che appartengono ai ministeri dei Missionari
Passionisti ”, Roma, nel
Collegio Urbano 1838, pp. 202.
E1 editor advertía que los retoques que había
introducido estaban indicados
con (**) ‘para no manchar la obra de hombre tan santo
y docto’ que fue el autor
P. Vicente Ma. Strambi.

Este texto, por el ascendiente del autor Vicente María


Strambi, venerado y
apreciado en toda la Congregación, y porque era de
volumen más reducido que
el que redactó el P. Ignacio (Carsidoni), se usó hasta
principios del siglo XX.

Un texto de elocuencia sagrada que tuvo la fortuna de


ser publicado fue el del
P. Ignacio del Costado de Jesús: “Istituzioni di
Eloquenzia Sagra divise in due
parti per indirizzo ed ammaestramento dei principianti
sagri oratori e principalmente
di coloro che da Dio son chiamati all’Apostolico
Ministerio delle Sante
Missioni, esposte dal P. Ignazio del Costato di Gesù
sacerdotepassionista”, Colegio
Urbano Roma 1838. Parte prima pp. XIX - 320; parte
seconda pp. 303.

De todo lo dicho se deduce qué importancia se daba a


este año de formación
pastoral intensiva, y a qué metas se quería llegar para
ofrecer a la Iglesia un servicio
digno de la Palabra de Dios.

81 AGCP, Domenico, Apparato, o. c., f. 112r-114r.


Entre los autores modernos recomendaba a Seg-
neri, Turchi, como ‘buenos’, José Manzoni y Jerónimo
Tornielli como ‘aceptables’; recordaba que
Bourdaloue, Massilon y Cambacérès eran buenos,
pero ‘poco apropiados para nosotros, los misioneros’
porque su estilo es muy diverso del usado en las
misiones.
4.5. - Orientación doctrinal

La orientación doctrinal de la Congregación era


claramente tomista así en
filosofía como en teología. Por temor a que algún
joven, que hubiera estudiado
ya la filosofía, no hubiera entendido o estudiado a
Santo Tomás, se le hacía repetir
el curso de filosofía con los textos usados en la
Congregación. Así le ocurrió
al cohermano Felipe De Angelis del SS. Sacramento,
que profesó el 5 de junio
de 1829. Había estudiado parte del curso de filosofía
en el Colegio Romano;
dominaba bien el latín y discretamente el griego; antes
de ingresar se le dijo claramente
que comenzaría el curso con los textos usados en la
Congregación, lo
que hizo después del noviciado82 83. Lo mismo
ocurrió con el cohermano Félix
Antonio Colella de San Luis (1787-1809). Había
estudiado lenguas clásicas y
filosofía, pero tras la profesión, ‘como era conveniente
que se adaptase a la doctrina
del Angélico, se determinó que estudiara de nuevo la
filosofía’*5.

En 1790 el Capítulo General había confirmado el


decreto del de 1778 sobre
el autor de Teología Moral: el dominico Fulgencio
Cuniliati, “Universae Theo-
logiae Moralis accurata complexio instituendis
candidatis accomodata”, Vene-
tiae 1752; y el jesuita Pablo Gabriel Antoine,
“Theologiae Moralis Universa ”84.
En 1802 los capitulares prefirieron a dos autores
dominicos como textos oficiales
de filosofía y de teología: Salvatore Roselli, “Summa
philosophica ad men-
tem D. Thomae Aquinatis”, y Carlos Renato Billuart,
“Summa S. Thomae
hodiernis academiarum moribus accomodata, sive
Cursus Theologiae”*5.
Roselli (1722-1784), dominico de la provincia de
Nápoles, enseñó filosofía
en el estudio de su orden en Nápoles hasta 1760.
Llamado a la curia general de
su orden en Roma, se le encargó preparar un manual,
que salió en 1777. El maestro
general, P. Boxadors, quería, con este encargo a
Roselli, facilitar la restauración
del tomismo, si bien incorporando las últimas
corrientes del pensamiento86.
Entre los pasionistas se continuó usando como antes
el texto del también dominico
Antoine Goudin87, “Philosophia iuxta inconcussa
tutissimaque divi Thomae

82 AGCP, Vita del Confr. Filippo del SS, Sacramento,


ff. 15, 36, 38. Pidió a su padre la gramática griega
y el Nuevo Testamento en griego que había usado, pp.
20-21.

83 AGCP, fotocopia Ragguaglio delle virtuose azioni


del Confr. Felice Antonio di S. Luigi (Arch.
Padano), ff. 2-4, 30-31.

84 Decreti e rac., o. c., deci-, n. 161, 205, § 1.


COULON, R., Cuniliati F, en DThC, III/2, 2427-2428;
SOMMER-VOGEL, C, Antoine Paul-Gabriel, en DThC,
1/2, 1443-1444.

85 Decreti e rac., o. c., decr. n. 250, § 2.

86 ENRICO I. NARCISO, O. R, La Summa Philosofica


di Salvatore Roselli e la rinascita del Tomismo,
Pont. Univ. Lateranense, Roma 1966.

87 COULON, R., Goudin Antoine, en DThC VI/2, 1508-


1516. AGCP, A. IV-'VI/1-1, Re ¡azioni date dai
missionari che possono servire per le Cronache, hay
una Nota dei libri ed altre cosarelle spettanti
agli studi di questa Provincia di Maria SS. Addolorata,
se afirma que eran de Goudin dos cueipos
enteros y dos no completos, mientras de Toselli había
9 cuerpos enteros y dos incompletos.
dogmata quatuor tomis comprehensa ”, cuya primera
edición era de 1671.

Billuart88 vivió y enseñó en Francia. Las numerosas


ediciones de su obra se
deben a la claridad de exposición, a la precisión de las
formulaciones y soluciones
y a la fidelidad a Santo Tomás. Probabiliorista en
Moral, se adhiere siempre
a las soluciones más moderadas. Era muy aplaudido
su tratado sobre el sacramento
de la penitencia. En este período lo pasionistas
siguieron usando en teología
moral también la obra de Cuniliati.

Como libro de apoyo o consulta, se servían además de


Stampó en forma de
preguntas y respuesta, “Elementorum Theologiae
practicae ad usum studiosae
iuventutis”, Cario Salvad, Napoli 182089.
En el ámbito de la reforma de estudios en la
Congregación se pensó en compilar
un texto escolástico propiamente pasionista, según la
orientación doctrinal
y metodológico del Instituto. El General P. Antonio de
San José determinó encargar
a un pasionista que elaborase el texto, ya que los
estudiantes no podían consultar
la obra de Roselli, que no se encontraba en las
librerías; y además porque
algunos lectores se le habían quejado que era 'digna
de estima, pero no muy propia
para la inteligencia de los jóvenes por oscura e
indigesta; por lo cual se veía
necesario por una parte resumir aquel mamotreto, y
por otra hacer más asequibles
los temas que él trata'.

Se preveía que, reduciendo de volumen la obra, se


podría concluir el curso
filosófico en los años establecidos por las Reglas.
Domingo recordaba que ‘ya se
había estudiado este asunto varias veces entre
nosotros; yo mismo le había pedido
más de una vez al M. R. P. Cayetano, entonces primer
consultor general, que
se comenzase, pero mis sugerencias cayeron siempre
en el vacío ’.

A principios de 1828 el P. General envió a Domingo a


Ceccano para que
leyera filosofía en lugar del P. Ambrosio, elegido rector
de Cometo, con el propósito
de que además preparase el texto de filosofía para
nuestros estudiantes.
Permaneció en aquella casa hasta el 23 de octubre de
1828, cuando fue llamado
a Roma para enseñar a los estudiantes y proseguir la
redacción del manual. A
medida que terminaba los cuadernillos se los pasaba
al General para lectura y
corrección. Concluido el trabajo, el General hizo sacar
una copia con buena caligrafía
y la mandó examinar, probablemente al P. Cayetano.
El trabajo manuscrito de 1557 folios (de 20 X 27 cm.)
se titulaba “Praepa-
ratio seu Manuductio ad Sacram Universamque
Theologiam”, El General dijo
al P. Domingo que ‘alguien la había desaprobado y no
lo juzgaba conveniente
para nuestros jóvenes, pues, aunque de doctrina sana,
de método claro e inteli

88 MANDONNET R, Billuart Ch. R., en DThC II/l, 890-


892.

89 R Domingo de la Madre de Dios, en contra de él,


sostiene que la referencia virtual implícita, no
viciada por ninguna circunstancia mala, es suficiente
para hacer virtuoso un acto, Cfr. en FEDERICO,
L’Infallibilità Pontificia, o. c., 34.
gible y de buen estilo, era nuevo en la Congregación, y
las novedades son siempre
peligrosas. La novedad en el método podría traer con
el tiempo novedades
también en la doctrina.

Guiado el P. Rvmo. por estas y otras razones, dijo que


no se haría nada. A
mí no me dio disgusto la noticia, pues la obediencia
había sido su único motivo ’
para redactar la obra, la obediencia era también el
motivo para no pensar más en
el tema. Dice aún más, que ‘no volvería a ver la obra
en todos los días de su vida
si la necesidad no me obligara otra vez a dar clases de
filosofía’.

Reconoce sencillamente que da única cosa que me


desagradó fue que por
toda la Congregación comenzó a difundir alguien, no
sé quién, sin duda alguien
que parecía tener intereses, que yo era un hombre
poco pegado a la doctrina de
Santo Tomás90 91, y otros rumores semejantes que
sería largo resumir y que me gustaría
que estuvieran sepultados en el olvido más profundo’.

Se defiende contra ‘la acusación de ser poco amante


de la doctrina de S.
Tomás’, cosa que no puede deducirse de su filosofía.
Es verdad que no citaba en
el título el nombre de Santo Tomás, ‘pero lo hice
deliberadamente, para no provocar
los delicados oídos de los filósofos modernos a
quienes molesta el nombre
de S. Tomás, y para poder tratar la causa de los
tomistas con resultado favorable.
En resumen ¿qué es lo que hago en toda la obra? ¿No
es cierto, tal vez,
que establezco y propugno toda la doctrina de Santo
Tomás y de los tomistas?’.
Si además ha omitido muchas discusiones inútiles de
los escolásticos, esto no va
contra el tomismo, pues ‘si el Doctor Angélico viviera
en nuestro tiempo, en vez de
oponerse a Avicena y Averroes ’, se hubiera dedicado
‘a confitar los graves errores
de Voltaire, Rousseau, Loche y otras pestes parecidas
del género humano...; muchas
de las ranciedades peripatéticas no son fruto de la
mente angélica del maestro de
Aquino, sino de algunos comentaristas excesivamente
ociosos’. Santo Tomás no se
hubiera distraído ‘con los pigmeos; se hubiera
consagrado a derribar gigantes que
mueven la guerra contra la razón, no menos que
contra la religión de Dios’9'.

El trabajo del R Domingo quedó inédito. Estando ya en


Inglaterra, el P. Antonio
Testa era favorable a la publicación, pero el obstáculo
fue la lengua, ya que,
por estar el libro escrito en latín, no encontraría venta
donde ordinariamente se
usaba el francés o el inglés en las escuelas. Un
estudio atento de esta obra filosófica,
como de sus otros fascículos que tocan temas
filosóficos o teológicos,

90 AGCP, Domenico, Apparato..., o. c.,i. 75v, hay un


eco de este sufrimiento del B. Domingo. Éste
escribía que en los sermones no se debe proponer
cuestiones de las diversas corrientes o escuelas,
sino sólo la doctrina católica, y responde a la objeción
de un estudiante: si no expongo a la gente
la doctrina tomista ‘incurriría en la acusación de los
compañeros como si me avergonzase de aparecer
tomista. ¿Cómo se resuelve esta dificultad?’. Domingo
responde: en la predicación al pueblo
‘soy embajador de Cristo, no del tomismo’.

91 AGCP, Domenico, Praeparatio seu Manuductio ad


sacram uuniversamque Theologiam, sea Cursas
Philosophicus, tomas sextas Ehticam complectens, ff.
2113 - 214v.
permite admirar con qué fidelidad sigue la doctrina de
Santo Tomás, aunque, eso
sí, con espíritu abierto a lo que ofrecía de nuevo la
inteligencia humana92.

El General encargó al P. Cayetano que preparase una


nueva edición de Roselli,
pero muy reducida; apareció en 1837: “Compendium
Summae Philosophicae R. P.
Savatoris Mariae Roselli, O. P ”, Romae in Collegio
Urbano, 1837, Pars Prima
Lógica complectens pp. IV-230; pars secunda Physica
complectens, pp. 281, más
algunas tablas con figuras geométricas y de física;
“pars tertia Metaphysicam complectens,
pp. 351, más tablas de cosmografía; pars quarta
Eticam complectens, pp.
392. En la introducción se explican los criterios que
han guiado la edición: se redujo
el volumen de la obra, ya que no se podía explicar
completa en el período señalado
para la filosofía; se abrevió también la física, mientras
se aumentó la parte de
la ética por ser más útil a quien siguiera después con
la teología.

Como también era urgente disponer de ejemplares del


compendio teológico de
Billuart, el General pensó en reimprimirlo. En 1827, al
volver de la fundación
ofrecida en Lucca, se detuvo en Florencia para
examinar la nueva edición que estaba
haciéndose del compendio. Encontró los dos primeros
volúmenes y habló con
el P. Inghirami, de las Escuelas Pías, para que
animase al sacerdote Angel Pedra-
lli, que la dirigía, a llevarla a buen término,
prometiendo adquirir varios ejemplares
para nuestros estudiantes y aseguró que en el reino de
Nápoles sería muy solicitada
la edición. En 1828 Pedralli decía que continuaría con
la edición. El General,
tras esperar inútilmente tres años, se embarcó en la
empresa de la reimpresión,
por creer que se podía y debía actuar así, ya que se
necesitaban los textos para las
clases. El General, en 1832, encargó al P. Cayetano
de la Anunciación que revisara
y pusiera al día el “Compendium Theologiae di
Billuart”, excepto el tratado
“De Deo Uno”, que se encargó al P. Ignacio del
Costado d Jesús.

En marzo de 1833 se inició la impresión en la


tipografía de Juan Bautista
Marini, quien en noviembre desistió de la empresa.
Arregladas las cuentas, se
hizo nuevo contrato con el editor C. Puccinelli, que en
diciembre de 1835 había
impreso ya tres volúmenes. Los gastos hechos por el
General ascendían a
2.120,33 escudos. En la introducción se menciona la
edición florentina iniciada
en 1824, pero inconclusa93.
El canónigo Pedralli se lamentó con el arzobispo de
Siena, mons. José Man-

92 Un estudio sobre el pensamiento filosófico de


Domingo se puede leer en FEDERICO, L’Infallibilità
Pontificia, o. c., pp. 16-20. ADOLFO LIPPI, B.
Domenico Barberi, Passionista. Antologia delle opere
filosofiche, a cura di..., Pont. Univ. Lateranense, Roma
1969, ofrece un estudio de introducción a la
obra filosófica de Domingo y además, de modo
ordenado, los pasos más notables de varios capítulos
de la obra. ADOLFO LIPPI, Il B. Domenico della Madre
di Dio filosofo, en AA. VV., Visse per l’unità
cristiana. Il B. Domenico della Madre di Dio,
Passionista (1792-1849), Ed. Eco 1966, pp. 75-101.

93 AGCP, Stampe, hay una copia de los tres


volúmenes. Al principio del primero, en un folio
manuscrito,
el General P. Antonio de San José narra brevemente
la historia de la edición y su costo.
cini, que remitió la carta al General. Éste, el 14 de
octubre de 1833, explicaba lo
ocurrido, y que ni él ni los pasionistas podían
considerarse en deuda con el canónigo;
pero prometía mencionar a éste en la introducción al
primer volumen de la
edición romana94 95. No sabemos por qué no se ha
hecho constar que la edición fue
preparada y financiada por los pasionistas. Comparada
con otra de 1836-1838
impresa en Brescia, la edición se distingue porque en
el primer volumen se presentan
“Censurae et propositiones damnatae” (pp. 1-56);
después, como se
anuncia en la introducción, para comodidad de los
estudiantes vienen Luoghi
teologici (pp. 64-157), que Billuart había omitido,
remitiendo a la obra de Melchor
Cano. El tratado “Misteri di Cristo ” se presenta, con
mayor coherencia
metodológica, después del dedicado a la Encamación.
Un detalle de extraordinario valor para servirse del
manual era el índice analítico
en el cuarto volumen, pp. 1947-2069.

Entre 1838-1839 el P. Domingo de la Madre de Dios


escribió un manual de
teología moral (ff.l818r.v.) con el título “Theologia
moralis ad usum Clerico-
rum Excalceatorum SS.mae Crucis et Passionis
Domini Nostri Jesu Christi,
aliorumque, ac praesertim eorum qui in sacris
Missionibus peragendis addi-
cuntur”.

El autor dejó en blanco los folios destinados a la


presentación, por lo que no
tenemos las explicaciones que nos hubieran aclarado
las razones de la obra,
sobre todo para saber si se la había pedido el General
o si la escribió por propia
iniciativa como fruto de sus clases sobre la materia. La
divide en 26 tratados:
parte del fin último, de la conciencia y de la ley, y pasa
después al decálogo y los
sacramentos y concluye con el estado religioso.

El título indica un programa muy próximo a San


Alfonso María de Ligo-
río, que había escrito su teología moral para formar a
los predicadores de
misiones. Este objetivo de ayudar a los misioneros le
lleva a acercarse al sistema
de probabilidades propio de San Alfonso Ma. de
Ligorio, que será una
garantía ante los estudiantes. Ya en el “Compendio di
Morale”, preparado en
italiano en 1832 para un religioso que le había pedido
un vademécum que
pudiera tener a mano en las misiones, afirmaba la
licitud de absolver a un penitente
probabilista: ‘de lo contrario -dice- nadie hubiera
podido absolver al
Beato Ligorio, que enseñó la doctrina del probabilismo,
lo cual sería absurdo
sólo pensarlo>9S.

Por desgracia también este trabajo del Beato Domingo


quedó en manuscrito;
él lo releyó e introdujo algunas correcciones estando
ya en Inglaterra, especialmente
la adhesión incondicional al criterio de San Alfonso, y
abandonando

94 AGCP, A. III-IV/1-7, Questione para la edición del


compendio de Billuart.

95 AGCP, Domenico, Compendio di morale..., trat. 2,


art. 7.
para siempre lo relativo al probabiliorismo en el que se
había formado96.

4. 6. - Estudio de la S. Escritura, de los Padres y de la


Elocuencia Sagrada

En este período se puso gran esmero en formar a los


predicadores que realizaban
el apostolado para cumplir con el voto específico. San
Vicente María
Strambi, en su tiempo, escribió un método de estudio
para el conocimiento de
los Padres y también algunas normas para redactar los
diversos tipos de sermones
en los que solía verse ocupado un pasionista. El P.
Pablo Luis Pighi, antes de
ser provincial y después General, había sido muy
estimado como profesor de
elocuencia y había redactado un manual para los
estudiantes.
En sus obras filosóficas y teológicas, el P. Domingo
tenía siempre en cuenta
la formación de los misioneros, pero además escribió
mucho sobre el estudio de
la Escritura y de los Padres, sobre elocuencia sagrada
y el modo de preparar sermones
siguiendo un estilo adaptado a los pasionistas. Insistía
siempre sobre el
deber de ser sencillos en los discursos, con sólido
contenido de doctrina católica.
En una carta recomendaba con entusiasmo el estilo
sencillo que hasta entonces
había sido característica de los predicadores
pasionistas:

‘Creo que ningún ministro de la palabra divina, y


menos aún si es religioso
de nuestra Congregación, debería usar nunca en las
composiciones y predicaciones
conceptos sublimes, ininteligibles para la mayoría del
pueblo que escucha,
frases rebuscadas, períodos perfectos, palabras que
sólo se encuentran en
los vocabularios de la Crusca ni otros modos afectados
y relamidos. Al exponer
las verdades de nuestra santa fe, los misterios de
nuestra santa religión o cualquier
tema que quiera exponerse, hay que servirse de un
estilo llano, asequible,
inteligible no sólo para los doctos que tal vez hubiera
entre los oyentes, sino
para el más rudo campesino o el labrador menos
inteligente, dejando también
fuera las bufonadas.

Os llamará la atención mi frase ‘mucho menos un


religioso de nuestra Congregación
\ No se extrañe que lo diga, porque, dejando a un lado
lo que hagan
otros institutos, nosotros no podemos perder de vista
el fin de la Congregación;
ésta no fue aprobada para adornar bibliotecas con
pulcras obras de espiritualidad
o de elocuencia, sino para partir el pan de la divina
palabra a los pobres
pueblos en misiones y ejercicios, para predicar a
Jesum Christum et hunc Cru-
cifixum. Esto es lo que de nosotros esperan los
pueblos, la Iglesia y el mismo
Dios; y a esto deben mirar siempre los religiosos.

Mons Strambi, cuando todavía era nuestro religioso,


oyó un día hablar de

96 AGCP, Domenico, Manuscrito voi. 2/2, f. 72; voi. 6,


f. 64v. Una ojeada sintética al contenido de
esta Teología Moral puede leerse en FEDERICO,
L’Infallibilità pontificia..., o. c., pp. 30-32.
un predicador ilustre que triunfaba en Roma y del
modo ameno con que entretenía
jocosamente al auditorio con dichos dulces y agudos y
con maneras vivas
y expresivas; se le preguntó por qué él no le imitaba,
ya que poseía tanta o
mayor habilidad; y respondió señalando el escudo
pasionista que llevaba en el
pecho: con eso daba a entender que este emblema
impreso en el corazón nos
impide recurrir a ciertos estilos’97 98.

Resaltaba además la absoluta necesidad de


presentarse ante el auditorio con
paz y con gran deseo de ayudar a los presentes, por
cada uno de los cuales Jesús
ha dado la vida: ’Demostrad de hecho que os mueve el
amor a los oyentes y el celo
por su salvación eterna, y no tengáis duda que,
aunque no lo digáis, los presentes
se darán cuenta de cómo los amáis’. Para alcanzar
esto recomienda: ‘Antes de
aparecer ante la gente renovad en vuestro corazón la
fe y recordad que son almas
amadas por Jesús, tan queridas, que murió por ellas...
Imaginad que la iglesia o
la plaza pública en donde está reunida la gente son el
Corazón de Jesús, tan dilatado
que caben todas en él. Miradlas y volved afijaros en
ellas escritas con letras
de sangre y de amor. ¿Ah!, ¿quién no amará al
prójimo si lo mira allá dentro?
Haced breves, pero fervorosos arrebatos de vuestro
amor al Dios de la majestad,
invocad su ayuda y su asistencia para ejercitar
dignamente vuestro ministerio m.

Domingo pide también que se acentúen los motivos de


esperanza, de confianza
en la misericordia y providencia divinas, por encima de
los inspirados en
terror. Reprueba ‘a cuantos parece que no aciertan a
presentar en las misiones
otra cosa que argumentos de miedo y espanto, como
si se avergonzasen de presentar
el paraíso; como si creyeran que al hablar de estos
fuera a enfriarse el
fervor de la misión. Me atrevería a llamarles
‘terroristas’ en vez de misioneros.
Por favor, hablad un poco de la patria feliz que Dios
nos tiene preparada, después
de haber perorado tanto sobre las atroces penas del
infierno.

Ya sé que no es usual el sermón sobre el amor divino,


pero yo lo juzgo muy
a propósito si se presenta bien; no obstante, se
sustituye de hecho cuando se
habla de la do lo rosa Pasión del Divino Redentor,
sufrida por nosotros, el más
dulce, fuerte y eficaz motivo que podemos proponer a
un auditorio cristiano
para que se den cuenta de lo que es el santo amor de
Dios’99.
El P. Ignacio del Costado de Jesús, íntimo amigo del
P. Domingo cuyos ideales
compartía, al publicar la obra “Istituzioni di Eloquenza
Sagra...” dice que escribe
‘únicamente para instrucción y orientación de un
predicador novel, al que el Señor
ha llamado al arduo y difícil ministerio de las santas
misiones ’; pero de modo particular
ha tenido en cuenta ‘a los jóvenes de mi
Congregación, llamados a difundir

97 AGCP, Domenico,33 Brevi avvertenze, ossiano


regole per predicare con frutto la Parola di Dio,
f. 183-184.

98 AGCP, Domenico, Sacra Eloquenza, III, 5, ff.


275r.v. - 279r.v.

99 AGCP, Domenico, Sacra Eloquenza, III, 5, ff. 254v.


- 255r.v.
el Evangelio, propagándolo con el ministerio de las
misiones’(p. XI).

Un análisis de esta obra nos permite comprobar qué


bien conoce el autor lo
escrito por S. Vicente María Strambi recordado ya y
que cita en la p. XVII. Siguiendo
la tradición pasionista, el P. Ignacio, en el primer
volumen, propone el estudio de
la S. Escritura y de los Padres, y después indica
normas para preparar diversos tipos
de pláticas y sermones y cómo ir llevando a los
oyentes a que comprendan lo que
se les dice y se comprometan a vivir de acuerdo con lo
que se les predica y propone.
En el segundo volumen se presenta la elocución, el
uso de la memoria, la pronunciación,
la voz y el gesto. Sintéticamente recuerda al misionero:

‘Predique a Jesucristo, ‘in Christo ’, con su espíritu;


predique lo que El predicó,
la ciencia de la salvación y la verdad del reino de Dios
de la manera como
Él lo enseñó, de un modo simple y familiar, inteligible a
todos, sin ostentación
de palabras griegas, hebreas, ni nada que tenga
resabio de muy estudioso y cortesano;
pero a su vez sin caer en lo impropio y chabacano que
pueda ofender al
buen gusto ’ (p. 159).

En la segunda parte del segundo tomo se ocupa de los


varios modelos de predicación,
desde el catecismo a la meditación, los discursos
familiares o los ejercicios
espirituales. Reserva un espacio particular a la
meditación sobre la vida y la
Pasión de Jesús. Como ayuda para los predicadores,
escribe un párrafo con advertencias
para hablar bien de la Pasión de Cristo, copiadas de
las obras del Papa
Benedicto XIV, de modo que se consiga hacer un
discurso serio y afectuoso a la
vez. Para los pasionistas desarrolla los llamados
‘Motivos de Pasión ’ que se predicaban
en las misiones por la mañana, para que el pueblo se
acostumbrara ‘a pensar
frecuente y devotamente en la Pasión santísima de
Jesús’. Insiste en la utilidad
de que todos los pasionistas, entre los recursos para
pensar durante el día en la
Pasión de Cristo, hagan que se aprenda de memoria la
jaculatoria ‘Señor, os doy
gracias por haber muerto en la cruz por mis pecados;
Jesús mío, misericordia o
esta otra: ’Padre Eterno, os ofrezco la Sangre
Preciosísima de Jesucristo en satisfacción
de mis pecados y por las necesidades de la Santa
Iglesia ’.

En el tema de los ejercicios espirituales repite lo que


fue tradición desde el
principio en el Instituto; es decir, se seguía el método
de S. Ignacio, pero sustituyendo
el tema de la mañana con la meditación de la Pasión
de Jesucristo. Por
la tarde, en cambio, se presentaba la meditación sobre
los novísimos y sobre la
misericordia divina, sin omitir una relativa a la Virgen
María, ‘según la piadosa
costumbre introducida entre nosotros’.

En resumen, en esta obra impresa del P. Ignacio se


encuentra sintetizado lo
mejor de lo escrito por San Vicente Ma. Strambi y por
los PP. Pablo Luis Pighi,
Lucas de la SS. Trinidad y Domingo de la Madre de
Dios.

4. 7.- Aceptación de la autoridad teológica de S.


Alfonso Ma. de Ligorio
Como sistema moral, en el Instituto se seguía el
probabiliorismo; o sea, en una
cuestión de conciencia había que atenerse a la
solución que parecía más segura. El
trabajo misionero que obligaba a estar en contacto con
gente a menudo analfabeta,
y por otra parte el vínculo que el voto específico
establecía con el amor misericordioso
de Dios, revelado y comunicado en la Pasión de
Jesucristo, ayudaron a los
pasionistas a elegir una actitud de compasión y
benevolencia con los pecadores. En
este período Domingo de la Madre de Dios descubrió
el valor de la doctrina alfon-
siana y trató de enseñársela a los jóvenes a los que
estaba formando. En el “Compendio
di Morale” de 1832 lo cita con frecuencia. Hace un
gran elogio de S. Alfonso
de Ligorio en “Apparato all’apostólico ministero”.
Recomendaba que ni los predicadores
en el pulpito ni los confesores en el confesionario
propusieran cosas dudosas
o discutidas entre los católicos; que no se contenten
sólo con Billuart, al que han
estudiado: ‘No os contentéis con un solo autor, sea el
que sea; hay que leer muchos,
como aconseja Benedicto XIV, para observar qué
diferencia y qué une a los teólogos.
Donde los encontréis unidos, deteneos, enseñad
aquello al pueblo, y os aseguro
que llegar a esto no será poco... No creáis que es
punto de fe todo lo que habéis
leído en Billuart; si examináis a otros teólogos os
daréis cuenta de que no es así.

¿Con qué finalidad me permito decir semejante cosa?


Lo diré por la pura
gloria de Dios y para beneficio de toda la
Congregación: quisiera que antes de
exponer vuestras instrucciones dierais una ojeada a
San Alfonso de Ligorio.
¡Oh, el Ligorio! No tantas admiraciones.¿Lo habéis
leído siquiera una vez? No,
gracias a Dios (dicen algunos). Pues yo os aseguro
que si antes de responder lo
hubierais leído sería otra vuestra respuesta.

Yo que, por la gracia de Dios, lo he leído, no tengo por


qué arrepentirme. Leedlo
vosotros con toda la gracia de Dios, pues podéis
hacerlo sin perder tal gracia. Leedlo
todo del principio al fin. ¿Por qué? ¿Para abrazar
todas sus opiniones? No os pido
esto, sino que seáis más cautos al hablar y no lo
ataquéis públicamente en vuestros
discursos. Esta es la gracia de Dios que os deseo y
que yo espero obtener por los méritos
y la intercesión del mismo santo. Dígase lo que se
quiera: Alfonso de Ligorio es
un santo y ha escrito como santo. Comprendo que
también los santos pueden caer en
desaciertos, y algunos perduran aún, pero creo que se
equivoca con mayor facilidad
quien se declara contrario a él sin más ni más. Hace
meses escribí una disertación
sobre el tema; si Dios quiere que caiga en vuestras
manos, podríais leerla’100.

Resulta interesante observar esta admiración hacia


San Alfonso y su doctri

100 AGCP, Domenico, Apparato all’apostolico


ministero, f. 81r.v. No sé de qué disertación puede
hablar.
Sobre la formación del pensamiento moral de San
Alfonso, cfr. LOUIS VEREECKE, Saint Alphonse de
Liguori dans l’histoire de la Théologie moral du XVI au
XVIII, en AA. VV„ Alphonse de Liguori pasteur
et docteur, Beauchesne, Paris 1987, pp. 95-125.
RODRIGUE THÈBERGE, Une Morale pour una
pastorale de la miséricordie. L”Homo apostolicus, en
AA. VV, Alphonse di Liguori, o. c., pp. 127-138.
na, cuando ni en el Estado Pontificio ni en el Gran
Ducado de Toscana se aceptaba
su doctrina en aquel tiempo101. Esta proximidad al
sistema alfonsiano ayudó
a Domingo y a sus compañeros en Bélgica, donde sí
era muy estimado.

5. - La biblioteca de la comunidad pasionista

La biblioteca tiene un puesto definido en la comunidad


pasionista desde el primer
texto de la Regla: como una capilla en la que se busca
ayuda para conocer y profundizar
en la sabiduría de Dios, un instrumento para
disponerse al servicio apostólico.
Era también un medio de salvaguardar la pobreza
personal, pues contribuía a que
el religioso no acumulara en su celda ni libros ni
demasiados objetos de escritorio.

Al sobrevenir la supresión hubo como una pugna por


salvar los objetos sagrados,
los libros de la biblioteca y otros enseres del retiro. Al
llegar la restauración,
o cuando se abren nuevas casas, se advierte el gran
interés de los superiores generales
o provinciales y rectores por adquirir nuevos libros. Los
cuatro Generales de
este período tuvieron mucha preocupación por
convertir en agradables dos lugares
en donde el pasionista debía transcurrir gran parte de
la jomada cuando permanecía
en casa: el coro y la biblioteca, para hacerse experto
en vivencias y en la
experiencia personal de Dios que después
comunicaría a sus hermanos y hermanas.
Las crónicas de las comunidades suministran bastante
documentación.

La Platea de los SS. Juan y Pablo es un testimonio del


esfuerzo del B. Lorenzo
Salvi, que fue mucho tiempo vicerrector o rector. La
biblioteca de los SS.
Juan y Pablo, desde el tiempo del fundador hasta
1935, ocupaba lo que hoy es
sala de lectura. Cuando en el verano de 1814
regresaron los religiosos no encontraron
los armarios de la biblioteca y tuvieron que hacerlos
nuevos. En 1824
pusieron nuevos vidrios a las 8 ventanas de la
biblioteca y rehicieron el armazón
con nuevos cristales y la persiana de la ventana
grande que se encontraba en la
pared donde hoy está el retablo del altar (entre 1935 y
1964 serviría de capilla
para los ejercitantes)102.

Al abrir en 1816 el retiro de Todi, se llevaron 300


volúmenes salvados de los
retiros durante la supresión y guardados en Foligno en
casa de la condesa Morot-
ti103. Como se ha dicho antes, el General envió 277
volúmenes para la fundación
de L’Aquila; lo mismo hizo en otras de la época. Los
superiores locales estuvieron
bastante preocupados por conseguir nuevos libros
para los religiosos, y deja

101 GIUSEPPE ORLANDI, La recezione della dottrina


morale di S. Alfonso in Italia durante la Restaurazione,
en A A. VV., La recezione del pensiero alfonsiano nella
Chiesa, Collegium S. Alfonsi,
Romae 1998, pp. 411-420.

102 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, f. 105,135.

103 AGCP, B. II-III/2-1, 1-7: Nota dei libri ed altro che


depositato... fu trasportato in S. Giacomo di
Todi il 13 luglio 1816.
ron constancia de ello en la Platea104.

Los libros de las bibliotecas se referían ante todo a la


Sagrada Escritura, no
sólo en la edición de la Vulgata Latina, sino en la
traducción de mons. Antonio
Martini; también los comentarios que fueron
publicándose en aquella época. En
las bibliotecas mayores (como la de los SS. Juan y
Pablo, los retiros donde residía
la curia provincial y alguna otra como la de la
Presentación) se halla siempre
la obra de Cornelio a Làpide como fuente principal
para la meditación y para
preparar sermones, sobre todo de ejercicios
espirituales. Se adquirieron los
comentarios a la Escritura de Santo Tomás,
Maldonado, Zucconi; Cochin,
“Istruzioni familiari sopra VEpistole ed Evangelii di tutto
l’anno”, “Nodo
Sacrorum Librorum”, “Il Messia adombrato nei Salmi di
David”, Bendini,
“Saggio di esegesi biblica”, “L’Evangelio meditato ”, las
obras de Calmet,
“Salmi Davidici” traducidos por Ponsileoni.

Santo Tomás de Aquino con la Summa Theologica, los


Opúsculos, la Catena
áurea ocupan el primer puesto en el sector de teología
dogmática, moral y espiritual.

Entre los textos de teología destacan los que habían


sido aprobados por los Capítulos
Generales para la formación de los estudiantes:
Billuart para la dogmática y
Cuniliati para la moral. Próximos a éstos se encuentran
Bonacina, Antoine, Conten-
son, Félix Podestà, Layman, Alejandro Natal, Tuderini,
“Fondamenti della morale”.
San Alfonso Ma. de Ligorio aparece sólo desde 1830
para la moral, aunque en 1824
en Todi se compró el “Confessore diretto per le
Confessioni”, del Beato Ligorio, dos
tomos; pero aún antes de esa fecha abundan sus
obras ascéticas y de vida espiritual.
En Todi se encontraba en 1829 “Epitome di Teologia
Morale” de Bertoldi, en dos
tomos; “Morale cristiana”, del maestro Alfonso Cingali,
regalo del obispo de Perugia.
Durante la restauración se adquirieron nuevos libros
de teología que prestaban
atención a la apologética; por ejemplo, “Vmdiciae
Privilegiorum in persona S. Petri
Romano Pontifici a Christo Domino collatorum
“Caratteri della vera religione
Sardagna, “Theologia dogmatico-polemica”',
Franciscus Rotarius, “Apparatus uni-
versae Theologiae moralis “Avvertimenti di S. Carlo
Borromeo e di S. Franceso
di Sales per i confessori”', este volumen iba incluido en
las cajas de las misiones.

Para la filosofía ocupan los primeros lugares Roselli y


Goudin. En Todi aparece
“La filosofia cristiana”, de Muratori, tomo único; “Gli
avvocati dei Poveri”,
4 tomos de discursos.

Para la teología espiritual es abundante la variedad de


libros y autores.
Destacan, como es natural, los textos clásicos: Teresa
de Jesús, Juan de la Cruz,
especialmente Francisco de Sales, Buenaventura y
sus opúsculos místicos; y

104 Cfr. para Monte Cavo Platea (AGCP, B. III-VI/1-4),


f. 23, donde se dice que en el trienio 1821-
1824 se gastaron 200 escudos en libros. Para la de los
SS. Juan y Pablo, Platea 1773-1829, f. 135,
153; Platea 1830, II, ff. 8-10, 17-18; Platea de Todi
1816-1872, ff. 53, 85.
“Mistica Teologia ”, en cuatro partes, escrita por el R
Casimiro Liborio Tempesti,
Venecia, 1757; Belarmino, con el bien de las lágrimas
y otros opúsculos espirituales,
y además con la doctrina cristiana; Giovanni Bona con
“Della discrezione ossia
conoscimento degli spiriti”, en italiano y en latín;
además el mismo autor con “Via
compendii adDeum per motus anagogicus, o radones,
jaculatorias ”, Venecia 1742,
Juan Bautista Scaramelli, “Direttorio ascetico”-, Pedro
Gianotti, “Theologia Mistica
divina in tre parti ”, Lucca 1752; “L’anima diretta nella
via dello spirito

La patrología ocupaba buen espacio. Sobresale la


colección “Biblioteca
Patruum; Scriptorum Veterum Vaticana nova collecdo”,
a cargo de mons. Maj
No faltan las obras de S. Ireneo, S. Gregorio, S.
Bernardo, S. Agustín y S. Juan
Crisòstomo, ni las del Papa Benedicto XIV.
Más abundantes eran los libros de meditación:
“Imitazione di Cristo”, los de
meditación de S. Alfonso Ma. de Ligorio; de Rodríguez
“Ejercicios de perfección
y virtudes cristianas ”, y de Cayetano de Bérgamo
“Meditazioni sulla Passione di
Gesù”, dos autores que se hicieron clásicos para la
lectura en común entre los
pasionistas hasta al rededor de 1960; Bona: “De
sacrificio Missae”; Pietro Pina-
monti: “Il Direttore ovvero metodo da poterse tenere
per ben regolare Vanirne nella
via della perfezione cristiana ”, o también “La religiosa
in solitudine”-, Ludovico
Muratori: “Esercizi spirituali secondo il metodo di P
Paolo Segneri”; del mismo:
“Della regolata devozione dei cristiani. Principi e regole
per la vita cristiana”,
Roma 1757; también: “Dellaforza della fantasia
umana”-, Spinola: “Meditazioni”;
Da Ponte: “Meditazioni”; Luis de la Palma: “La Pasión
de Jesucristo”; Raimundo
di Sebunde, “Le creature, ampio libro dell’uomo”, en 3
volúmenes.

Muchas eran las obras para misiones, ejercicios


espirituales y meditaciones.
Los autores más comunes fueron Segneri, Pinamonti,
Da Bergamo, sermones de S.
Alfonso Ma. de Ligorio, Bossuet, las controversias de
Belarmino, Rosignoli:
“Meraviglie di Dio”-, Chateaubriand: “Il trionfo della
religione cristiana”-, Bres-
sanvido: “Istruzioni morali sopra la dottrina cristiana ”;
“Dialogo della letizia
cristiana”; Francesco Bretanneau, S. J., “Prediche
quaresimali”; “Prove filosofi-
co-politiche in difesa del cristianesimo”; “Il trionfo della
S. Sede Romana”; “Teoremi
di politica cristiana”; Siniscalchi: “Quaresimale”;
“Discorsi sulla divina
legislazione di Gesù Cristo”; las obras de Turchi,
Muzarelli, Cardellini...

En la biblioteca de los SS. Juan y Pablo se hallan las


obras de De la Men-
nais: “Défense de l’essai sur l’indijférence en matière
de Religión”, Paris-Lyon
1821; idem: “Saggio sull’indifferenza in materia di
Religione”, tomo I, Florencia
1819, tomos II-IV, Modena 1824; idem: “Difesa del
saggio sull’indifferenza
in materia di Religione”, Modena 1824.

La colección “Storia degli ultimi secoli della Chiesa”-,


G. Cobbet: “Storia
della riforma protestante in Inghilterra ed in Irlanda”-,
Novaes: “Vita dei Papi ”;
Daniel Bartoli: “Notizie della Cina ”; Cancellieri: “Storia
dei Possessi dei Pon-
tefici”\ Becchetti: “Storia ecclesiastica”; “Dizionario
degli uomini illustri”; la
“Gazzetta Universale”, de varios años.

Las bibliotecas más surtidas eran las de los SS. Juan y


Pablo, S. Ángel de
Vetralla, la Presentación de Monte Argentario y Lucca.

Esta función educativa de las bibliotecas se ampliaba


con la costumbre de
colocar en los corredores algunos grabados con los
hechos más notables de la
historia sagrada o civil, de la historia de la Iglesia, de la
vida de los santos y
mapas de geografía. Los Superiores Generales,
comenzando por el P. Juan Bautista
Gorresio, demostraron notable interés en que los
corredores no fueran
paredes desnudas. Alentaron a los rectores y
ayudaron con dinero y con retratos
para que los religiosos, al pasear por un corredor,
encontrasen complemento
para su formación y ejemplos para consagrarse a Dios
en Cristo Jesús y proseguir
la misión salvadora de la Iglesia en la parte que se
había confiado a los
pasionistas105.

6, - Planteamiento de algunos problemas culturales en


la Congregación

6.1. - Proyecto de grados académicos

El ambiente de reforma escolar del Estado Pontificio


incentivaba el estudio
concediendo privilegios a los graduados. Dentro de la
Congregación también
hubo quienes preconizaban el sistema de otras
órdenes que estimulaban a los
estudios con exenciones y privilegios a los laureados o
a los lectores, o exigían
título para los cargos más altos de jurisdicción. Sin
embargo, allí donde se había
introducido este sistema, se resintió la perfecta vida
común entre los religiosos y
se produjo una relajación que la S. Sede, a la hora de
la restauración según se ha
dicho ya, quiso eliminar de la vida religiosa a toda
costa.

El P. Domingo, enterado de la propuesta que


circulaba, mandó al P. General
una carta, de la que sólo conservamos el borrador:

7. C. P. Idea para una disertación o carta relativa a los


estudios.

Ruego aV.P. que me dispense si me tomo la libertad


de hablarle de una cosa
que me parece necesaria para el bien de la
Congregación. He oído que se quiere
promover el estudio. Me parece muy bien, aunque no
tanto los medios, etc.,
Se quiere proponer honores, exenciones, títulos, etc.; y
esto, Padre, más parece
destruir que edificar, etc., etc.

Se comenta: Hay que ayudar a la naturaleza. Está


bien, pero ¿con qué: con
miras bajas, etc. ? No parece que esto sea una ayuda
a la naturaleza; al contrario
la ensalzan, la rebajan, la inclinan a cosas terrenas,
etc. Estoy seguro de que

105 Cfr. la Platea de los diversos retiros.


N., N. y N. estudian sin necesidad de tales miras.

No todos piensan así. Respondo: los que no piensan


así poca ayuda podrían
dar a la Congregación, aunque hubieran estudiado.
¡Pobrecitos los que ambicionan
ser llamados por los hombres ‘Rabbi ’! (Mt 23, 7). Si
son enemigos del Evangelio,
mal podrán ser amigos, etc.

¿Que otras Congregaciones lo han hecho? Lo acepto;


demasiadas cosas han
hecho, y si queremos hacerlo nosotros todo, pronto
caeremos como han caído la
mayoría de ellas. Y además nuestra Congregación no
nació (para la enseñanza), ele.

No lo dude, a pesar de todo, se hará lo mismo en la


nuestra.
Pero ¿ cuál es la razón para que se introduzca entre
nosotros? Otras religiones
son numerosas y un graduado poco puede hacer;
pero..., etc.

Se podría acaso prohibir ir a la postulación a los


sacerdotes jóvenes. Me
parece también que podría hacerse frecuentemente un
examen a los confesores
y suspender a los ignorantes; no veo en esto mayor
dificultad.

Se propone no elegir superiores, sino a los ‘rabbi’ o


maestros en Israel.
¡Pero cuántas veces otro de mediano talento tendrá
más dotes para gobernar!

Le ruego que lea a Rodríguez, tomo I, c. I, donde


encontrará cosas útiles al
respecto. Y mire en Muzzarelli, el opúsculo sobre el
origen de la decadencia de
las congregaciones...’106.
De este tema no disponemos de más documentación
que las dos cartas del P.
Domingo, entonces lector en S. Ángel de Vetralla, al P.
Mariano de Jesús, lector
en Ceccano, el cual le escribía el 12 de enero de 1825:

‘...Sobre el proyecto del que me habla en su amable


carta, yo no he oído ni una
palabra, pues en esta provincia no se ha difundido tal
contagio. ¿Qué quiere que
hagamos, Padre mío? Estamos en medio de hombres.
Por otra parte yo espero en
la bondad del Señor que estos doctorados y estas
licenciaturas no tendrán entidad
real entre nosotros y quedarán sólo en la mente de
alguna cabeza ligera. Digo sólo
‘cabeza ligera ’ por no decir otra cosa peor, pues no se
ha reflexionado sobre las
funestas consecuencias que dañarán el espíritu, y que
un pasionista a los pies del
Crucifijo debe tener otras ambiciones que no sean
vanidad y honores. Bien, que
todo quede entre V. R. y yo, pues le digo cuáles son
los sentimientos de mi pobre
corazón que siente amargura por más de una cosa
que escucho relativa a mi Congregación.
No se deben herir las entrañas de esta buena Madre; y
sus hijos deben
sofocar las semillas que podrían producir a la larga
tristes efectos contra ella.

Padre, continúe escribiéndome, pues yo haré todo lo


poco que pueda para
que no se diga A, pues si se comienza por A, poco a
poco seguirán B, C, D, etc.,
y Dios sabe a dónde iremos a parar. ¡Ah!, mi Padre
lector, gran verdad es lo que
V. R. me dice en la carta, que los humildes de corazón
son los que hacen cosas

106 AGCP, Domenico, Miscellanea 24, f. L8rv.


grandes y el Señor se sirve de ellos como
instrumentos de sus maravillas’.

Y en otra del 4 de septiembre de 1825 sobre los


grados académicos escribía:

‘Vuelvo de nuevo al tema de las licenciaturas y de los


doctorados. Padre, me
vienen ganas de reír por lo que oigo comentar. En sí
mismas serían más bien
cosas para hacer llorar, pero me río creyendo que por
ahora sólo existirán en
alguna cabeza ligera. Creo que en otra mía anterior le
dije lo que sentía sobre
este argumento. ¿Qué quiere que hagamos? Estamos
entre hombres, y esto
basta. La Congregación necesita espíritu, no incienso
y vanidad.

Desde que V.P. me comentó este tema, he tenido el


ojo avizor para observar
algún atisbo. Algo he sospechado, pero hasta ahora el
negocio sigue en secreto;
los promotores no tienen valentía para propalarlo. Le
digo también que si
alguno, en el Capítulo General o fuera de él, hiciera
una proposición, encontraría
caras largas que le harían desistir. Créamelo, pues he
hablado de ello y
volveré a hablar con quien es entendido y hombre de
espíritu y fortaleza.

Adiós, querido P. Domingo. Pidamos mucho por la


Congregación y por
nosotros...,|07.

El P. Mariano, al saber que el P. Domingo iba


destinado como lector de teología
a la casa de los SS. Juan y Pablo, se alegró y lo
animó, y fue fácil profeta
en adivinar los sufrimientos que se le vendrían encima.
Como amigo lo anima a
que lo sufra con serenidad, y refiriéndose a los grados
académicos habla de cardenalatos
y de las paradojas que podrían verse:

‘Mi querido y venerado P. Lector: Me alegro de que V.


R. goce de buena salud
y también del lectorado en teología en Roma. Padre
mío, tal tarea le costará tragar
no pocas píldoras. Me gustaría ser profeta falso,
pero... Tenga ánimo, el
Señor le asistirá y todo marchará bien. Yo, exiliado en
San Sosio, estaré cómodamente
en un rincón lleno de paz, como espero; pues pocas
serán las extravagancias
de la mísera humanidad que escucharé, y éstas de
lejos. Pero V. R. las
escuchará de todos los colores y las verá con sus
propios ojos, y tendrá mayores
motivos de aflicción. ¡Dios mío, cuántas
extravagancias se dicen y se hacen!
Aleccionado por la experiencia, me parece que ahora
es probable cualquier
paradoja y no me escandalizo mucho de algunas
cosas que parecen verdades
absurdas. Está bien que se den cardenalatos, que se
hagan vicegerentes; dejemos
hacer y oremos al Señor. Lo que me preocupa es
mantener viva entre nosotros la
santa caridad. Que reine entre nosotros y “si hoc
tantum fació sufficit”m.

No sabemos si la siguiente alusión del P. Bernardo de


la V. Dolorosa, el 16
de agosto de 1828, estaba relacionada o no con el
tema de los grados académicos:
“En cuanto a los estudios y a los estudiantes no sé qué
decirle ni qué pensar; 107 108

107 AGCP, Lettere P. Mariano al B. Domenico Barberi.

108 AGCP, Lettere P. Mariano al B. Domenico


Barberi., 20-1V-1826.
según mis pobres ideas se está preparando una época
fatal para la Congregación.
Pero ‘est Deus in Israel’; Él ve mejor que nosotros y
puede y sabe sacar de todo su
mayor gloria y el cumplimiento de su santísima
voluntad, ‘quae in sua dispositio-
ne non fallitur’, y que nosotros debemos reconocer en
todo momento para no perder
la tranquilidad del espíritu en medio de furiosas
tempestades. Satis”m.

El tema del acceso a los estudios universitarios era un


reflejo de lo que se discutía
en el ambiente eclesiástico y civil del tiempo. Entre los
pasionistas, los que siguieron
con mayor atención los problemas culturales y
religiosos fueron los PP. Domingo
de la Madre de Dios, Ignacio del Costado de Jesús y
algún otro. El que se dedicó
más a refutar y clarificar lo que se andaba propagando
fue el P. Domingo; pero no
tuvo la satisfacción de ver publicados sus estudios,
que habrían ayudado a no pocos
a conocer y vivir mejor la postura católica. De algunos
de sus trabajos procuró que
se sacasen copias que hizo circular entre personas
interesadas en el tema.

6. 2. - Controversia sobre Felicidad De La Mennais


(1782-1854)

Felicidad De La Mennais (1782-1854) sufrió, durante la


revolución francesa, la
influencia negativa de la cultura dominante. Vuelto a la
fe católica en 1804, se puso
al servicio de la causa católica. Conocía muy bien a
Bossuet, Malebranche, di
Bonald y sobre todo la Biblia. Su hermano Juan María
fundó los Hermanos de la
Instrucción Cristiana. Se ordenó sacerdote en 1815.
Colaboró con los periódicos
regalistas en defensa de la libertad de la escuela
católica y para lograr la protección
de la religión católica en el estado. Dedicó particular
entusiasmo a escribir la obra
apologética “Essai sur l’indifférence en matière de
religion”. Publicada en 1817
obtuvo una acogida muy fervorosa, y fue reeditada
varias veces. Entre 1820-1823
aparecieron otros dos volúmenes. La traducción del
primer volumen al italiano se
hizo en Florencia en 1819; el segundo, en cambio, se
imprimió en 1824 en Móde-
na, y también en Módena, en 1825, apareció un
apéndice como una segunda parte,
titulada “Documenti relativi al secondo volume del
Saggio sull ’Indijferenza in materia
di religione del signor abate F. De La Mennais”. En la
misma ciudad se imprimió
en 1827 el cuarto tomo. Ambas obras de De La
Mennais estaban en la biblioteca
de los SS. Juan y Pablo, en el original francés y en la
traducción italiana109 110.
En la introducción larga, pero vivaz, del primer
volumen, el autor denuncia
el mal del siglo, que, ‘indolente y despectivo, no se
preocupa de la verdad’. Y
cita un texto de Bossuet: ‘Preveo que a los libertinos y
a los espíritus fuertes se
les podrá quitar toda reputación, no por repugnancia
contra ellos, sino porque

109 AGCP, fondo Santi, Domenico, cas. 7, cart. 2.

110 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, f.


153.
todo les resultará indiferente, excepto los placeres y
los negocios ’. Y prosigue De
La Mermáis: ‘ ¿ Qué veis a vuestro lado? Indiferencia
profunda sobre los deberes y
las verdades de la fe, y ala vez una avidez ilimitada de
placeres y oro, medio seguro
para alcanzarlo todo. Todo se compra porque de todo
se hace mercancía, de la
conciencia, del honor, de la religión, de las opiniones,
de la dignidad, del poder y
hasta del aprecio y de la reverencia; y todo se pierde
en un vasto naufragio, en el
que arrojan fuera todas las verdades y todas las
virtudes,m.

Esto era el núcleo del discurso y de la denuncia de La


Mennais. En la indiferencia
veía ‘el monstruo repugnante ’ que conduce a ‘una
congelación universal
de las facultades morales, una privación absoluta de
ideas sobre lo que al
hombre más le importa conocer’. Todo esto ha llevado
‘a la tolerancia, a un
nuevo género de persecución y de pruebas, el último
sin duda que deberá soportar
el cristianismo. En vano una filosofía hipócrita hace
resonar voces seductoras
de moderación, indulgencia, mutua tolerancia y paz...
Se oyó decir que la
prudencia aconsejaba tal vez tolerar temporalmente
algunos errores; pero
¿tolerar la verdad no es una pretensión insolente y
sacrilega?’.

Sigue diciendo que el cristianismo se encuentra como


Jesús ante Pilatos:
‘¿Qué es la verdad?, pregunta el juez distraído y
entontecido; y sin esperar una
respuesta, sale, declara que nada de condenable
encuentra en el acusado, pero
lo abandona con indiferencia a la muchedumbre para
que lo convierta en su
juguete y víctima’.
Pasa seguidamente a analizar las dos causas de las
que procede la indiferencia:
‘La una, que no se obtiene ninguna utilidad de
convencerse de la verdad de
la religión; la otra, que es imposible descubrir la
verdad, que es más importante
conocer’111 112.

En el segundo tomo lamenta que los gobernantes se


muestren débiles y asustadizos:
‘Se han creído que en nuestros días el arte de
gobernar consiste en
tomar el camino de en medio entre el bien y el mal, en
mariposear continuamente
con las opiniones y en transigir con el desorden.
Desde esta postura no
hay ya principios ciertos, ni máximas ni leyes fijas. Lo
cual es tanta verdad como
que es falso. Unas veces hacen sentir la necesidad de
la religión y se la protege;
otras veces se quedan aterrorizados con los gritos de
furor que llegan de los
enemigos, se apresuran a calmarlos con leyes y
reniegan de Dios como de un
aliado del que sentirían vergüenza... Bajo el nombre de
ciencia se adora la
razón humana; para ciertos espíritus la ciencia es el
dios del universo; es el
único dios en el que se cree, sólo se espera en él, su
sabiduría y poder deberán

111 F. DE LA MENNAIS, Della indifferenza in materia


di Religione. Traduzione dal francese, tomo I,
parte I, Caetano Becherini, Firenze 1819, pp. 1, 15.

112 Ibid., pp. 19, 21.


renovar la tierra ’.

El quiere demostrar que la religión es la primera


necesidad de la razón humana,
la base del orden social, y ayudar a las personas a
convencerse de que todos
los hombres pueden conocer la religión: ‘Si importa
esencialmente al hombre
conocer la verdad, y si importa al mismo Dios que sea
conocida por el hombre,
entonces es claro que el hombre puede conocerla. Hay
en todos los hombres un
medio seguro y fácil para valorar la verdadera religión;
este medio es la autoridad;
de modo que la verdadera religión es sin duda aquella
que se apoya
sobre la mayor autoridad visible’113 114.

Insiste en que el indiferente cree sólo en sí mismo y en


la propia opinión; por
eso tendremos siempre un creciente cúmulo de
opiniones, pero no la certeza de
cuál sea el fundamento de la sociedad y de la vida
humana.

En el primer momento su obra fue recibida con


entusiasmo casi universal,
por el estilo vivo con que describía y denunciaba la
indiferencia de los gobiernos,
especialmente en materia escolar, y de los obispos
caídos en las redes del
galicanismo. Después sucedió una oleada de críticas,
especialmente tras el ataque
que La Mennais dirigió el 22 de agosto de 1822 a
mons. Frayssinous de que
con su autoridad estaba tapando el ateísmo práctico
de los colegios reales.

De Bonald escribía: ‘Se puede concentrar en un solo


punto la controversia
entre el sacerdote De La Mennais y sus adversarios. El
hombre tiene en sí mismo
y en su naturaleza, inteligente y corporal a la vez, tres
medios para llegar a la
verdad: los sentidos, el sentimiento o sentido íntimo y
el razonamiento; hasta
aquí el autor está de acuerdo con sus contradictores.
Pero estos tres medios son
insuficientes para llevarlo a la certeza, no a una
certeza provisional, o si se
quiere especulativa, que hace que el hombre se dé a
sí mismo testimonio y se
crea suficientemente seguro de la verdad de lo que
inventa o descubre; se trata
de la certeza definitiva, absoluta, pública, práctica, la
certeza de la que el individuo
no necesita para vivir, pero sí la sociedad para
establecer un orden y que
es fundamento de todas las leyes... Aquí comienza ya
la contradicción, y se ha
creído ver que el Rvdo. De La Mennais arruinaba toda
otra certeza fuera de la
que nace de la fe, o que quitaba demasiado a la razón
para concedérselo a la
autoridad, y demasiado al hombre para revertirlo en la
sociedad’"4.
El punto débil de sistema es que ‘el hombre se
encuentra en la impotencia
natural de demostrar plenamente algunas verdades, y
que igual impotencia sufre

113 F. DE LA MENNAIS, Saggio sull’Indiferenza in


materia di Religione del signor abate..., traduz-
zione dal francese della contessa Ferdinanda
Montanari Riccini, tomo II, G. Vincenzi e Compagno,
Modena 1824, pp. 5-7, 48-50; el negro de los
caracteres es mio.

114 F. DE LA MENNAIS, Documenti relativi al secondo


volumen del Saggio sull’Indiferenza in materia
dì Religione del signor abate..., tradizione dal francese
della contessa Ferdinanda Montanari Riccini,
tomo II, G. Vincenzi e Compagno, Modena 1825, pp.
11-12; el negro de los caracteres es mio.
para rechazar ciertas verdades. Más aún, las verdades
que la naturaleza le obliga
a aceptar con mayor imperio son aquellas de las que él
tiene menos pruebas,
como son todos los principios que se llaman evidentes
’.

Se le objetaba: ‘Usted destruye la razón estableciendo


la autoridad. Dice:
creed sin examen, creed lo que no podéis demostrar.
Se responde que no destruye
la razón, sino que no le está permitido examinar si los
títulos de autoridad que se
le proponen son válidos. Luego viene obligado a creer
todo lo que le enseñe la
autoridad. En una palabra, la regla es la autoridad. Dos
hombres disputan sobre
la existencia de Dios: la razón de uno dice que Dios no
existe; la razón del otro le
asegura que Dios sí existe. ¿Dónde está la evidencia
cierta? Se invoca la autoridad;
el género humano asegura que Dios existe; desde ese
momento la existencia
de Dios es un hecho que no se puede negar sin
declararse loco’115.

La dificultad más seria que se le hacía era que negaba


al hombre la posibilidad
de conocer algunas verdades esenciales en fuerza de
la propia razón de la
que está dotado. Y además se corría el peligro de
negar la misma libertad, pues
si el hombre debe creer sólo por autoridad, su certeza
será obligatoria, como
obligatorio sería creer en Dios o en la Iglesia.

Además de la defensa que aparece ya en el apéndice


al segundo tomo, el autor
escribió otra “Difesa del saggio sull ’indijferenza in
materia di Religione del Signor
abate F. De La Mennais, traduzione dal francese della
contessa Ferdinanda Mon-
tanari Riccini, Modena 1824”. El texto iba precedido
por la aprobación de tres teólogos
romanos a los que había encargado la revisión el
Maestro del Sacro Palacio
Apostólico. Dos de ellos resaltan que el principio de
autoridad al que apela el autor
está de acuerdo con la práctica por la cual se
considera que la autoridad de la Iglesia
Católica da a los hombres una certeza absoluta. Pero
en Roma, en 1822, se había
hecho una edición de esta defensa con aprobación de
tres teólogos, lo cual contuvo
en parte a la oposición. Después el autor estuvo en
Roma en 1824. Fue acogido con
respeto; respeto y admiración que se le otorgaba por el
estilo y la erudición que
demostraba en sus obras, y también porque luchaba
contra las reminiscencias del
galicanismo y favorecía en el clero joven una actitud
más abierta hacia el Papa.
En 1826 mons. Frayssinous quiso que el episcopado
hiciera una declaración
contra De La Menais, pero apenas encontró eco,
síntoma de que los partidarios
del sistema galicano estaban disminuyendo116.

Este servicio a la S. Sede, y ante la situación política


francesa, hizo que la
curia romana fuera prudente para no intervenir
directamente en la polémica que
se agitaba en Francia. En Italia, en cambio, el autor
era muy aplaudido.

Domingo de la Madre de Dios leyó diversas obras de


De La Mennais, admiraba

115 Ibid., p. 38.

116 AA. VV., Tra ¡-evoluzione e restaurazione 1775-


1830, Jaca Book, Milano 1980, pp. 122-123, 270-273.
su estilo y estaba de acuerdo con algunas causas de
la descristianización de Francia:

‘Hay un autor, cuyas obras me han disgustado siempre


por los despropósitos
que encierran, pero en las que a la vez no he podido
menos de admirar el
estilo, tan elegante que no he leído nunca cosa igual;
por otra parte no es muy
propio para principiantes ni hemos de usarlo los
italianos, al menos en las predicaciones
y ministerios apostólicos; su doctrina podría ser útil,
cuando menos
a los principiantes que se han ejercitado ya de hace
mucho tiempo en la lectura
de Segneri o de otro autor italiano, pues entre nuestros
autores italianos no es
fácil dar con un estilo tan conceptuoso, el cual es
bueno para las peroraciones.

El autor al que me refiero es el célebre De La Mennais


en su obra antifilosófica
y antiapologética (la califico así por no saber qué otro
título le cuadraría
mejor), titulada “Saggio sulVindifferenza”, y también en
otra sobre el estado
actual de Francia, donde se encuentran muchos
buenos preceptos útiles para los
oradores sagrados y los ministros evangélicos, que
este autor escribió en algunos
intervalos lúcidos de razón que tenía’111.

Domingo citaba los pasos en donde De La Mennais


denunciaba la indiferencia
de los pastores y de los predicadores que no tenían
valor para proclamar el
Evangelio con simplicidad y verdad y elogiaba las
misiones populares:

‘El mismo autor, en el mismo opúsculo (p. 25),


después de hablar largamente
del bien que producen las misiones y de los prodigios
que la gracia divina obra
con la predicación de misioneros celosos, concluye
así: ‘¿ Y qué se necesita para
realizar estos prodigios? ¿Tal vez mucho talento? No
por cierto, sino una gran
fe: “Haec est victoria quae vincit mundum, fides nostra”
(1 Jn 5, 4). ¿Oh, si se
supiera qué es la fe! ¡Si uno estuviera guiado y
animado por la fe! ¡Si se pusiera
en ella la confianza y la esperanza! Entonces
volveríamos a ver cómo florecen
las maravillas de los primeros siglos. Ministros del
Señor, yo os digo: no
triunfaréis sobre el mundo utilizando las armas del
mundo... (“Reflexión sur l’é-
tat...”, pp. 38-39). Yo no sé si este autor habrá hablado
alguna otra vez con
mejor criterio que en estas pocas líneas’m.

Una confutación de la tesis fundamental de De La


Mennais la escribe Domingo
en su filosofía al tratar del criterio de la verdad, más
concretamente en la conclusión
tercera: ‘No puede ponerse como criterio de verdad
únicamente la autoridad,
o sea, el consenso de los hombres, de esta manera no
estaríamos nunca seguros
de la verdad si faltase la autoridad’. Y pone como
corolario del artículo: ‘Quienes
ponen el criterio de verdad sólo en los sentidos
destruyen la razón; los que lo
ponen en la sola evidencia individual del entendimiento
destruyen la fe; quienes lo
ponen sólo en la autoridad dejan sin fundamento toda
certeza’. * 118

ìli AGCP, Domenico, Pedagogia et scholastica. Sulla


S. Scrittura, f. 102.

118 AGCP, Domenico, Brevi avvertenze ossia regole


per predicare con frutto la divina Parola, ff. 166-169.
Y añade aquí una nota: ‘Escribí esto en el año del
Señor de 1828, cuando las
obras del sacerdote De La Mennais eran tenidas por
casi todos en gran estima,
pero no por mí, que consideré siempre al autor como
enemigo de la religión y
de la verdad. Por eso las combatí lo más ampliamente
que pude,m.

Tomando como base esta admiración, muchos


acusaban a Domingo de no
haber captado las intenciones del autor. Él advertía a
sus estudiantes que muchos
innovadores, entre los cuales De La Mennais, escriben
con estilo muy deslumbrante
y han dicho cosas verdaderas, pero junto a principios
que al desarrollarse
llevan a conclusiones equivocadas: ‘Precisamente fue
lo que practicó De La
Mennais: después de recibir el elogio de los literatos
por su primer volumen
“SulVIndifferenza... ” en el que mezclaba alguna cosa
rechazable, editó con más
osadía los siguientes; acusado de los errores
diseminados en ellos, recurrió en
su defensa al repliegue ahora aludido, diciendo que en
los otros volúmenes no
hizo más que desarrollar los gérmenes esparcidos en
el primero, saboreado y
aplaudido por los doctos. Y si uno osa levantar la voz,
se le dice que no ha comprendido
el sentido del autor; que su estilo sublime es sólo para
mentes elevadas;
que no todos pueden comprenderlo; que da pena la
idiotez del que lo censuró,
que tal cosa no hubiera ocurrido si hubieran entendido
sus sentimientos,
y otras galanterías semejantes que repiten hasta los
bien intencionados. De ahí
que algunos, para que no se les tilde de idiotas, no se
atreven a hablar, y en
cambio para pasar por inteligentes difunden que han
entendido bien al autor’119 120.
Estas palabras nos retratan el ambiente que se creó
en la casa de los SS. Juan
y Pablo contra el P. Domingo por haberse atrevido a
criticar al sol que más alumbraba
en aquel momento.

Domingo ofrece una confutación sintética de los


puntos más criticables del pensamiento
de De La Mennais en “Alcune osservazioni critiche
sopra Popera del Sig.
Abbate La Mennais”', en diez puntos refuta
especialmente la negación de la capacidad
de la razón humana para conocer algunas verdades
fundamentales121.

En “Pensieri e riflessioni estemporanee sobre diversi


oggetti di interesse ”
habla de la tolerancia que se debe tener algunas veces
del error, y seguidamente
polemiza con De La Mennais sobre sus afirmaciones
relativas al presunto desorden
de la Iglesia por recibir ayudas de un gobierno infiel;
hubiera sido mejor que
en Francia los eclesiásticos hubieran renunciado a
toda asignación económica.
Domingo dice: me maravilla que ‘un católico, un
eclesiástico, un apologista de
la religión católica, entre, sin querer, en las miras de
los impíos y de los falsos

119 AGCP, Domenico, Philosofia Lógica, f. 391,


recuerda también: ‘Nota: Esta obra fue redactada por
mí en la época en que las obras del sacerdote De La
Mennais eran objeto de admiración de parte
de muchas personas

120 AGCP, Domenico, Apparato..., o. c., f. 93rv.

121 AGCP, Domenico, Miscellanea (caja), sin


numeración.
políticos, y que preste su elocuente pluma, su tono
entusiasta, sus frases pomposas,
al servicio de los enemigos de la religión... ’m.

Sin nombrarlo, confuta a De La Mennais en el


opúsculo “Anedotto curioso"
en la “Theologia naturale”, cuando demuestra que es
posible el conocimiento
de la existencia de Dios.

Entre los sacerdotes pasionistas de la comunidad de


Roma la atención a De
La Mennais debió de ser bastante acusada,
especialmente desde que en 1824 el
autor estuvo en Roma. Por el aprecio de la ciudad, de
los ambientes de estudio
y de la Curia hacia el autor, fueron mal vistas las
reservas y refutación de los
puntos indicados por Domingo. El General lo
reprendió; otros religiosos le
reprochaban que no había entendido ni comprendido
el sentido del autor, como
parece claro por el texto citado antes y tomado de su
“Apparato ”, La negativa a
autorizarle la impresión de su obra de filosofía se
debió, tal vez, a que algunos
no vieron con buenos ojos la refutación contra De La
Mennais122 123 124. En cambio, su
prestigio subió como la espuma cuando Gregorio XVI,
en 1832, condenó la
intransigencia y los excesos de De La Mennais en la
encíclica “Mirari vos”. El
citado autor replicó en 1834 con “Parole d’un
credente”, que el Papa condenó
también con la encíclica “Singulari nos”.

Todo ello resultó para Domingo una experiencia


dolorosa, que le ayudó a
configurarse según la Pasión de Cristo y a
abandonarse a la voluntad del Padre.
Recuerda esta experiencia en el siguiente párrafo,
para que los jóvenes mantuvieran
abiertos los ojos y descubrieran los errores, fueran
valientes para afirmar
la verdad católica, y a la vez conservaran la paz si la
obediencia les impedía refutar
abiertamente los errores:

‘La asistencia divina no se ha limitado a los primeros


siglos de la Iglesia; se
extiende y se extenderá “usque ad consumationem
saeculi ”. Esta consideración
ha sostenido mi espíritu en más de una ocasión. Que
sirva, pues, para calmar el
vuestro cuando veáis que los errores se difunden y
que aparecen inauditas locuras
difundidas por innovadores; así me ocurrió a mí, ver
con gran dolor de corazón
y amargura tanto mayor cuanto que me vi con las
manos atadas y no pude
bajar a la palestra para vérmelas al aire libre con los
enemigos de la santa doctrina.
Pero Dios sabe de quién ha de servirse’'24.

6. 3. - Algunos problemas filosóficos y morales


122 AGCP, Domenico, Pensieri estemporanei..., o. c.,
ff. llv. - 12r., 90v. - 9Ir.

123 Cfr. una síntesis de la posición intelectual de


Domingo respecto a De La Mennais en FEDERICO,
L’Infalibilitá pontificia..., o. c., pp. 20-23.

124 AGCP, Domenico, Apparato..., o.c., f. 97rv.


Algunos otros problemas o discusiones de este
período en el mundo eclesiástico
encontraron cierto eco entre los pasionistas. El P.
Domingo nos ha dejado
apuntes o escritos para defensa de la verdad y para
ayudar a sus compañeros.

Una discusión grave estuvo relacionada con el influjo


de la acción divina
sobre la libertad humana. Domingo lo trata en el
manual de filosofía; más tarde
volvió sobre el tema en el manuscrito ‘Ultimo esfuerzo
para conciliar diversos
partidos o sentimientos contrarios de los doctores
católicos sobre la tan debatida
cuestión “de auxiliis ”. Contribución de un amante de la
religión de la unidad
y concordia católicas’. La conclusión que ofrece es que
‘el concurso divino
actúa sobre la voluntad moviéndola hacia el bien
universal; y después el hombre,
por medio de la razón, se determina a querer una cosa
u otra, es decir, el
acto específico, por lo que a veces elige el mal como
bien aparente’'25.

El P. Domingo vuelve al argumento en las


instrucciones a los jóvenes sobre
pastoral; les recomienda no tratar en los sermones la
problemática de la predestinación
ni del influjo de la gracia en la libertad humana. Por
eso les sugiere que
no hagan el sermón sobre el abandono de Dios ni
practiquen la ceremonia de
sacar de la iglesia en la que se predica las imágenes
del Crucifijo y de la Virgen
María; y si el superior de la misión ordena que se
saquen, dice que entonces se
tome como centro del sermón la fe católica ‘Quien obra
el bien entra en la vida
eterna, quien obra el mal va al fuego eterno’125 126.
Otros problemas morales, como las actitudes
jansenistas en la praxis pastoral,
los estudia en el opúsculo “II Párroco senza macchia ”.
En él describe la desolación
a la que un párroco imbuido de rigorismo jansenista
tiene reducida su parroquia y
el ímprobo esfuerzo del sucesor para atraer a la gente
a los sacramentos127.

Un problema social candente era la batalla por cambiar


el sistema de gobierno,
pasando de la monarquía absoluta a la parlamentaria.
Al amparo de esta lucha, surgieron
sectas y asociaciones políticas que combatían el
estado vigente de la sociedad;
pero en el fondo se trataba además de una lucha
masónica anticatólica. Domingo
se vio envuelto en su juventud en las dificultades
causadas por la invasión francesa;
se comprende, pues, que se sintiera claramente
contrario a cualquier movimiento
revolucionario. Consideraba que la monarquía seguía
siendo la mejor forma
de gobierno. En Inglaterra, donde estuvo en contacto
con una realidad social diversa
de la italiana, se convenció de que la llamada forma
mixta, es decir, monarquía

125 DOMENICO BARBERI, PASSIONISTA, ‘L’azione


divina sulla libertà umana a cura di P. Adolfo
Lippi, C. P.’, R U. Lateranense, Roma 1966, pp. XV-
XVI, trata de la introducción al opúsculo
que publicaba. Cfr. también D. BARBERI, 'Antologie
delle Opere filosofiche’, o.c., pp. 17-18.

126 AGCP, Domenico, Apparato, o. 76v.-80r.

127 AGCP, Domenico, para el opúsculo; para una


presentación del mismo cfr. FEDERICO, L’infalibi-
litcì Pontificia,.., o. c., pp. 32-34.
moderada por la democracia, era un buen sistema de
gobierno128 129.

Otro problema moral de aquel período fue el libro “Le


usure ”, del sacerdote
Marco Mastrofini (1763-1845), publicado en 1831,
sobre el préstamo. El autor
defendía la opinión de que podía darse un préstamo
con un interés moderado. El
P. Domingo lo refutó defendiendo la doctrina
tradicional católica, según la cual
no era lícito un interés sobre el préstamo. Benedicto
XIV, en la encíclica “Vix
pervenit”, había apoyado esta orientación. Domingo
consideraba esta encíclica
casi como una definición, pero no tachó de herética las
opiniones de Mastrofini.
La cuestión se clarificó durante el sigo XIX al
considerar el préstamo como un
negocio, por el cual el dinero puede y debe dar algún
beneficio a su propietariol2y.
A través de estas anotaciones puede adivinarse la
profundidad de pensamiento
del B. Domingo Barberi de la Madre de Dios, aún
prescindiendo de lo
que le es más propio, como el contacto con los
anglicanos y su influjo determinante
en la apertura de la Congregación al mundo inglés.

7. - La oración litúrgica

7.1. - La Liturgia de las Horas

La vida cristiana se alimenta siempre de la liturgia, sea


en la oración, sea en los
sacramentos creídos, recibidos y hechos fructificar en
la vida diaria. Aunque Pablo
de la Cruz concedía mucho tiempo a la oración mental
y a la ‘lectio divina’, o lectura
espiritual, sin embargo se preocupó de la Liturgia de
las Horas, llamada Oficio
Divino hasta el Concilio Vaticano II (la Regla de San
Benito la definía Opus Dei).
Y mayor atención prestaba a la Eucaristía como
celebración sacramental en los
sacerdotes, como participación mediante la comunión
en los demás religiosos, o
como ‘presencia ’ de Jesús Eucaristía en la iglesia de
la comunidad pasionista para
hablar con él acerca de sí mismo o de otras personas
necesitadas de salvación.

Como en los primeros tiempos de la Congregación,


también en el que estamos
historiando, las normas para una buena celebración de
la Liturgia de las
Horas se enseñaban en el noviciado y en el
estudiantado, y todos las encontra-

128 D. BARBERI, Antologia delle Opere Filosofiche, o.


c., p. 277. A. LIPP1, Il B. Domenico della
Madre di Dio filosofo, o. c., pp. 96-99, una breve
presentación del opúsculo La vera guida del filosofo
ovvero il filosofo illuminato dalla ragione contro il
letargo ed affascinamento delle passioni y
Progressi della ragione guidata dalla fede ossia il vero
filosofo guidato dalla ragione alla fede e
dalla fede a Dio. En AGCP, Tesina de Licencia:
ANTONIO DEL MONTE, C. P., Il Ven. Domenico
della Madre di Dio. Saggio sulle idee politico-sociali, P.
U. Gregoriana, Roma 1953.

129 FEDERICO, L’infatibilità Pontifìcia..., o. c., pp. 27-


28, 128-129. PLACIDO D’UFFIZI, La dottrina
dell’usura nell’abate Marco Mastrofini (parte della tesi
difesa all1Angellicum), Roma 1943,
habla de la refutación del P. Domingo.
r

¦tei'

fe

¦i

f ban en la parte I, reglamento segundo, de los


“Regolamenti da osservarsi dai
' Chierici Scalzi della Congregazione della SS. Croce e
Passione di N. S. G. C. ”,

! en la edición de 1778 y en la que publicó el Capítulo


General de 1827.

;• Las normas pedían ante todo puntualidad en acudir


al coro para la oración

litúrgica, pensando que allí el religioso se unía a la


alabanza perenne de los ángeles
y a la oración de toda la Iglesia. Se le invitaba después
a centrarse en Jesús
presente en la Eucaristía con una reflexión reverente y
un acto de adoración.

| Antes de Laudes y Vísperas, la Regla pedía una


profunda adoración a la Euca

ristía durante varios minutos. Llamar la atención sobre


la Eucaristía era una invi-
J;; tación a tener presente que la alabanza, hecha en
unión con todo el Cuerpo mís-

f tico, era aceptada por Jesús que la transformaba en


auténtica adoración en espí

ritu y en verdad digna del Padre celestial.


La costumbre ritual de los pasionistas exigía que se
recitasen de pie los himnos
y salmos en señal de respeto a la majestad de Dios; se
estaba sentado sólo
mientras se hacían las lecturas de Maitines. Otro gesto
propio del pasionista era
recitar con fe, antes de comenzar cualquier hora
litúrgica, las palabras “In nomine
Jesu... ” de la Carta a los Filipenses (2, 10-11), que
recuerdan la glorificación
de Jesús después de haber padecido, por obediencia
de amor, el anonadamiento
de la encamación y de la Pasión hasta morir en la
Cmz. Esta proclamación suponía
en el pasionista un acto de fe en el misterio de la
Pasión y de la Resurrección
con la que Jesucristo nos ha redimido ‘para gloria de
Dios Padre’. Este gesto de
adoración se realizaba estando de rodillas, con las
manos juntas ante el pecho y
la cabeza inclinada hasta el banco que se tenía
delante.
El ritual de la Liturgia de las Horas era el que usaban
los sacerdotes obligados
al coro o los monjes, aunque simplificado: el semanero
o hebdomadario dirigía
la plegaria, dos ‘cantores’ entonaban el salmo
invitatorio y los versículos de
las horas, y proclamaban las lecturas. En la parte del
coro, opuesta al hebdomadario,
el superior o el más antiguo de profesión entonaba los
salmos.

Se ponía especial atención al canto: ‘El oficio se


recitará en el tono habitual
de penitencia introducido en la Congregación, con voz
no demasiado alta ni
excesivamente baja para no crear desconcierto. Harán
la pausa correspondiente
en el asterisco, pero eviten alargar el tiempo del
asterisco o el del final del
versículo. Estén atentos también a no elevar ni bajar el
tono de las sílabas; la
voz habrá de ser igual, compuesta y devota, que invite
al recogimiento y compunción;
todo esto sucederá si las palabras brotan de un
corazón que siente la
fe en la presencia del gran Dios’. En los días que,
según la clasificación litúrgica
de la época, eran tenidos como ‘dobles de primera
clase’, en Maitines y Laudes
se cantaban con música gregoriana los himnos, las
antífonas, alguno de los
salmos, el himno “Te Deum laudamus”, el cántico
“Benedictas”; en cambio, las
Vísperas se cantaban en la iglesia y los sacerdotes
asistían con roquete y con la
cabeza cubierta por el bonete, que se quitaban al
“Gloria Patri ” y al nombre de
Jesús; estaban sentados mientras se cantaban los
salmos.

Para que el canto resultara digno, el superior


organizaba ensayos de música,
especialmente en Navidad y Semana Santa. Los
estudiantes recibían clases de
canto gregoriano sirviéndose del texto del Colegio
Urbano de Propaganda Fide;
desde 1823 estuvo a cargo del sacerdote Lorenzo
Berti, quien en 1836 imprimió
con mejores tipos los apuntes usados
anteriormente130. El uso del canto figurado
y de motetes en la misa había quedado prohibido por
el Capítulo General de 1758;
el de 1764 no confirmó aquel decreto131, pero en la
Congregación se mantuvo la
tendencia a servirse sólo del gregoriano132. El canto
figurado fue ganando terreno
poco a poco con los villancicos populares, las letanías
de la Virgen María de los
sábados y algunos himnos piadosos durante el
ejercicio del vía crucis.

Las fiestas solemnes se regían por sus propias


costumbres rituales, incluso
en el número de velas: durante Maitines se encendían
4, en el canto de Tercia y
de las primeras y segundas Vísperas podían alumbrar
de 4 a 6. En la misa solemne
el altar se adornaba con manteles nuevos y bordados,
con flores naturales o
artificiales, y ardían 6 velas, además de los ciriales
llevados por los ceroferarios
o acólitos, y en los altares laterales se encendían dos
cirios.

En este período se compraron o se arreglaron órganos


para las iglesias; se
distinguió el P. Lorenzo de San Francisco Javier, que
cuidó el órgano en todas
las casas en que residió.

7. 2. - La liturgia propia de la Congregación

El Propio litúrgico lo inició el Fundador en 1773, al


obtener de Clemente
XIV permiso para que en la Congregación se
celebrase el oficio votivo de los
principales misterios de la Pasión de Jesucristo.
Después se añadió el de la Conmemoración
solemne de la Pasión compuesto por mons. Struzzieri,
aprobado en
1776133. En el período que estamos historiando hubo
una evolución notable en la
Liturgia de las Horas y en otros aspectos de las
celebraciones devocionales.

Por lo que se refiere al calendario que rige la


celebración litúrgica de la
130 AGCP, fondo Musica: Regole di Canto Gregoriano
ricavate da rinomati autori adatte al metodo
presente cioè senza le dette mutazioni e proposte ai
signori Alunni del Pontificio Collegio Urbano
de Propaganda Fide, dal sac. Romano Lorenzo Berti...,
Litografia Siotto, Roma 1836.

131 Decreti e rac..., o. c., decr. n. 81, 107, 2°.

132 Para facilitar el canto se copio del antifonario y del


graduai romano lo que servia para los pasio-
nistas. Cfr. en AGCP, Manoscriti, Epitome Antiphonarii
romani ad usum Clericorum excalceato-
rum Congr. SS. Crucis et Passionis D. N. G. C.. *
Epitome Graduali romani ad usum...

133 F. GIORGINI, Storia dei Passionisti, o. c., I, p. 299.


comunidad, al principio se usaba el de la diócesis en la
que estaba la comunidad.
El 20 de septiembre de 1800 el General obtuvo
confirmación de esta costumbre134.
Pero el Capítulo General de 1833 estableció que se
pidiera a la Santa Sede
la facultad de usar el de la diócesis de Roma para
mantener mayor unidad dentro
de la Congregación, aunque proseguía el uso de los
oficios propios ya aprobados
por la S. Sede. La resolución se llevó a cabo el 1 de
enero de 1835'35.

Se observa un gran interés en hacer más solemne la


celebración litúrgica
pidiendo a la Santa Sede un rito más elevado. En
aquella época la clasificación
de tipo litúrgico era bastante complicada. El 12 de junio
de 1805, se obtuvo la
facultad de solemnizar la fiesta de los Dolores de
María Virgen, que ya se celebraba
el tercer domingo de septiembre, con rito doble de
primera clase y octava
como lo tenían aprobado los Siervos de María136 137.

En 1805, el P. General José María Claris promovió una


mayor devoción a San
José para obtener del Señor espíritu de oración y más
abundantes vocaciones: ‘Hermanos
muy amados, necesitamos una protección
especialísima de este poderoso
santo para santificarnos con el don de la oración y
para aumentar la necesidad,
más urgente hoy que nunca, de bajar frecuentemente
al campo y batallar contra el
pecado... Que él sea nuestro refugio en todas las
necesidades. Pidámosle de corazón
que nos guarde, sostenga y gobierne.
Encomendémonos a él como a amoroso
patrono y protector nuestro con el espíritu más
fervoroso, y veremos florecer en la
pobre Congregación el número y la calidad de los
miembros, que el Señor nos concederá
por los méritos y la intercesión de tan glorioso
santo’131.

Con el voto de los consultores generales, Ignacio de


San José y Santiago
de las SS. Llagas, del procurador P. Valentín de S.
María Magdalena y del rector
de la casa de los SS. Juan y Pablo, P. Vicente María
de Jesús, el P. José Claris,
Superior General, el 12 de marzo de 1805 declaró a
San José Patrono
Particular de la Congregación. El día 16 del mismo
mes obtuvo de la S. Congregación
de Ritos que su fiesta del 19 de marzo se pudiera
celebrar con rito
doble de primera clase sin octava', en cambio, como
rito doble de primera
clase con octava la de su Patrocinio el tercer domingo
después de Pascua; para
la octava se usaría el formulario aprobado para los
carmelitas descalzos. También
ordenó que por la tarde, al final del rosario, después de
la antífona en
honor de San Miguel Arcángel, se recitase la de San
José Ecce fidelis servusm.

134 El documento de la S. Congr. de Ritos en Acta XIII


(1936-1938), p. 215. El 2-1- 1820 se pidió que
también los sacerdotes diocesanos y regulares
presentes en las comunidades pasionistas pudieran
servirse del calendario usado por la comunidad.
AGCP, A. III-I/2-11.

135 Decreti e rae., o. c., decr. n. 341. El documento de


la S. Sede en AGCP, A. III-I/2-11. Circular del
General del 3-X-1834, en que recuerda que ‘se hará
reorganizar de nuevo lo que se refiere a los oficios
propios particulares’, en Acta XVII (1951-1952), p. 168.

136 AGCP, A. 111-172-11.


137 Circular del 15-04-1805, en Acta XVI (1948-1950),
pp. 276-278.
En 1805, el P. Salvador Bongi, rector general de los
clérigos regulares de la
Madre de Dios, se hizo promotor y copostulador con
mons. Bacoli, obispo de
Famagosta, del culto al S. Corazón de María, que fue
aprobado por la S. Congregación
de Ritos, pero sin oficio ni misa propia.

El 17 de mayo de 1807 el General P. José Claris


obtuvo de Pío VII permiso
para celebrar la fiesta del S. Corazón de María el
tercer domingo después de Pentecostés.
Como no había un oficio propio se usaba el formulario
del oficio y de
la misa de la fiesta de Santa María de las Nieves, de la
basílica de Santa María
la Mayor. El 13 de agosto de 1806 había sido erigida
en Roma la Congregación
del Sagrado Corazón de María en la iglesia de San
Eustaquio, que recibió
muchos aplausos y la inscripción de numerosos
fieles138 139.
El deseo de hacer memoria de la Pasión de Cristo en
sintonía con el ciclo
litúrgico llevó a pedir la aprobación del oficio votivo de
la Pasión y del oficio
de los Dolores de la Virgen adaptados al tiempo
pascual por el P. Felipe de la
SS. Concepción. El permiso se consiguió el 26 de
marzo de 1816; podían
usarse todos los viernes y sábados no impedidos por
otro oficio de mayor
rango140.

En esta época se hizo más apremiante el deseo de


honrar a las personas que
estuvieron más cerca de Jesucristo durante la Pasión,
orientación que encontrará
su mayor desarrollo en la mitad del siglo XIX. El 12 de
noviembre de 1822 el
General P. Pablo Luis obtuvo permiso para que en la
Congregación se pudiera
celebrar oficio y misa del Buen Ladrón, ‘compañero
fidelísimo de Jesús en la
Cruz, que murió en ella, perfectamente arrepentido ’,
para que obtuviera a los
pasionistas ‘verdadera devoción a Cristo Crucificado,
tan propia de nuestro Instituto,
y también sincero dolor de nuestros pecados’. La
fiesta, con rito doble
menor, se celebraba el viernes después del domingo
“in albis”141.

Conviene recordar que los oficios de la Pasión de


Jesucristo, existentes ya

138 Circular del 19-04-1805, en Acta XVI (1948-1950),


pp. 278-281. AGCP, A. II-V/4-1, Consultas
Generales 1805-1865. Recuérdese que el 10-06-1780
el General P. Juan Bautista había obtenido
'para satisfacer la particular devoción que en la
Congregación se cultiva a San José’ recitar el oficio
y celebrar la misa del Patrocinio de San José el tercer
domingo después de Pascua con rito doble
mayor. Cfr. el decreto en Acta XII (1933-1935), p. 508.
GIANMARIA DI S. IGNAZIO, Annali
della Congregazione, n. 734. AGCP, III-I/2-6.

139 Memorie della Congregazione Primaria del S.


Cuore di Maria SS.ma eretta canonicamente nella
chiesa collegiata e parrochiale dei SS. Eustochio e
Compagni martiri, Tip. Mugnoz, Roma 1877,
p. 12. Sobre la obra del P. Bongi, cfr. RAIMONDO
PIGLIACELLI, Biografìa del sacerdote Federico
Palchetti, Eredi Sogliani, Modena 1840, p. 51, nota 9.
AGCP, III-II/1-8.

140 AGCP, A. III-I/2-9; texto del oficio en AGCP,


stampe, 6 D, 46, encuadernado con otros oficios.

141 El decreto de la S. Congregación de Ritos en Acta


XV (1942-1947), pp. 143-144. La circular del
General del 30-03-1823, en Acta XVII (1951-1952),
pp.70-80. El texto, encuadernado con otros
oficios, en AGCP, Stampe, 6 D, 46.
en algunas diócesis, habían pasado al Misal o al
Breviario como común para
algunos lugares; también se celebraban en Roma. Los
pasionistas se sirvieron de
Officia Propria Mysteriorum et Instrumentorum
Passionis D. N. J. C. et Mater-
nitatis ac Puritatis B. Mariae Virginis recitanda a Clero
Sacrosanctae Patriar-
calis Basilicae S. Petri in Vaticano, Romae 1832. En
esta edición se hallan todos
los oficios adoptados por los pasionistas; el clero de
San Pedro, a su vez, había
adoptado el de la Conmemoración solemne de la
Pasión, propio de la Congregación
pasionista, y el del SS. Redentor, que lo era de los
redentoristas.

Conviene recordar que los oficios de la Pasión se


centran en las diversas reliquias
que se refieren al final de la vida de Jesús. A través de
ellas el culto está
dirigido a Cristo que sufre con aquellos instrumentos
que hicieron tan dolorosa
la Pasión142. Se exceptúan el de la Oración de Jesús
en Getsemaní, que se centra
en la contemplación del acontecimiento evangélico, y
el de la Conmemoración
Solemne de la Pasión, celebración contemplativa y
llena de gratitud de los varios
momentos de la Pasión considerados como aspectos
de la única revelación del
amor misericordioso de Dios Padre y del Verbo
Encamado143. El 23 de agosto de
1828 fue aprobado el oficio de la Oración de Jesús en
Getsemaní para la archi-
diócesis de Bahía, Brasil. El General lo solicitó para la
Congregación, y el 22 de
noviembre del mismo año obtuvo la facultad de
celebrarlo con rito doble mayor
el martes después del domingo de Septuagésima144.

En 1805 se imprimió por primera vez el Propio


Litúrgico Pasionista145. En
1831 se imprimieron los oficios propios en formato de
apéndice para el breviario
que se usaba.

Al final de este período histórico, el Propio litúrgico


pasionista quedaba
integrado así:

Martes después del Domingo de Septuagésima:


Oración de Jesús en Getsemaní146,
doble mayor.

Martes después del Domingo de Sexagésima:


Conmemoración solemne de

142 FERDINANDO MOLTENI, Memoria Christi.


Reliquiae di Terrasanta in Occidente, Vallecchi,
Firenze 1996. JERZI KOPEC, C. R, - ANDRÉ RAYEZ,
Instruments de la Pasión, en DSP, VII/2,
1820-1831.
143 Cfr. un estudio sobre los textos de la
Conmemoración solemne de la Pasión en GUIDO
RANDON,
C. P, 'La “Commemoratio solemnis Passionis D. N. J.
C.” nel nuovo “Proprium Missarum Con-
gregationis Passionis J. C. Strutture, linguaggio,
teologia biblica liturgica’, Roma, 1975, tesis en
el Pont. Ist. Lit. S. Anseimo. DIEGO MENONCIN, ‘Gli
Uffici liturgici della Passione, II, Commemorazione
solenne della Passione’, en Fonti Vive I (1955), pp.
313-319.

144 AGCP, A. III-I/2-12. Texto del oficio en AGCP,


Stampe, 6 D, 46, encuadernado con otros oficios.

145 AGCP, Stampe 6 D, 46: Officia Propria in


Congregatione Clericorum Excalceatorum SS. Crucis
et Passionis D. N. J. C. ex indulto Apostolico recitanda,
Romae 1805, en Lazzarinium Typ. Rev. C.
A., pp. 283.
146 DIEGO MENONCIN, Gli Uffici liturgici della
Passione: L’Orazione di N. S. Gesù, en Fonti vive,
I (1955), pp. 192-199.
la Pasión del Señor, doble de primera clase con
octava.

Viernes después del Miércoles de Ceniza: Sagrada


Corona de Espinas de
N. S. J. C.147, doble mayor.

Viernes después del I Domingo de Cuaresma: La


Lanza y los Clavos del
Señor148, doble de segunda clase.

Viernes después del II Domingo de Cuaresma: La


Sábana Santa, doble mayor.

Viernes después del III Domingo de Cuaresma: Las


Santas Cinco Llagas de
N. S. J. C.149, doble mayor.

Viernes después del IVDomingo de Cuaresma: La


Preciosísima Sangre de
N. S. J. C.150, doble de primera clase con octava.
19 de marzo: fiesta de San José, Esposo de la Virgen
María, doble de primera
clase sin octava, como en el breviario común.

Viernes después del Domingo de Pasión (anterior al de


Ramos): Siete Dolores
de la Bienaventurada Virgen María, doble mayor.

III Domingo después de Pascua: fiesta del Patrocinio


de S. José, Esposo de
la Virgen María, doble de primera clase con octava.

Viernes que sigue inmediatamente a la octava del


Corpus Christi: fiesta del
Sagrado Corazón de Jesús, doble mayor.

Domingo después de la octava del Corpus Christi


(tercero después de Pentecostés):
fiesta del S. Corazón de María, doble mayor (oficio
como en Santa
María de las Nieves).

III Domingo del mes de julio: El Santísimo Redentor,


doble de segunda
clase con octava.

III Domingo de septiembre: Oficio de los Siete Dolores


de la Santísima
Virgen María, doble de primera clase con octava.

29 de septiembre: San Miguel Arcángel, doble de


primera clase con octava.

II Domingo de octubre: Maternidad de la Sma. Virgen


María, doble mayor.

III Domingo de octubre: Pureza de la Sma. Virgen


María, doble mayor.

21 de noviembre: Presentación de María Santísima en


el templo, doble de
primera clase con octava.

Viernes después del Domingo in albis: El Buen Ladrón,


doble.

Todos los jueves del año que no estuvieran impedidos


por otro oficio, excepto
en Adviento y Cuaresma, se podía recitar el Oficio
votivo del Smo. Corpus

147 ADEODATO LAVIA, Gli Uffici liturgici della


Passione: La S. Colonna della Flagelazione e la S.
Corona di spine, en Fonti vive II (1956), pp. 51-62.

148 ADEODATO LAVIA, Gli Uffici liturgici della


Passione: La S. Lancia e Chiodi e la S. Sindone, en
Fonti vive II (1956), pp. 221-234.

149 ADEODATO LAVIA, Gli Uffici liturgici della


Passione: Le SS. Cinque Piaghe, en Fonti vive II
(1957), pp. 202-210.

150 RÉGINALD GRÉGOIRE, Sang, en DSP, XIV, 319-


333.
Christi.

Todos los viernes y sábados, no impedidos, fuera de


Adviento y de Cuaresma,
se podía rezar el oficio votivo de la Pasión del Señor o
de los Dolores de
María Santísima. El 26 de marzo de 1816 se obtuvo
permiso para usar estos oficios
aun en tiempo pascual, con los textos apropiados al
tiempo litúrgico.

Para facilitar a los misioneros el rezo en común del


oficio, pues seguían el
de la diócesis de la que provenían, y para hacer más
provechosa la recitación
teniendo en cuenta el intenso trabajo de la misión, se
obtuvo el 23 de enero de
1829 la facultad de que durante el ministerio se
recitase los Oficios votivos de
la Pasión todos los días, menos cuando en el
calendario de la Iglesia universal
caía un oficio doble de primera clase o en las octavas
de Epifanía, Pascua y
Pentecostés. El 11 de marzo de 1837 se pidió licencia
para usar estos oficios votivos
también mientras se predicaba ejercicios espirituales,
siempre que precediese
o siguiese una misión.

La disposición de estos oficios era: 1) domingo:


Conmemoración solemne de
la Pasión; 2) lunes: Coronas de espinas; 3) martes:
Lanza y Clavos; 4) Miércoles:
Sábana Santa; 5) jueves: oficio de las Santas Llagas;
6) viernes: Preciosísima
Sangre; 7) Sábado: Virgen Dolorosa151.

El 30 de octubre de 1833, el consejo general


estableció que las misas y
sufragios anuales por los difuntos se celebraran en
noviembre con participación
de toda la comunidad, por este orden: el 3, por los
religiosos; el 5, por los
bienhechores, y el 6 por los padres152.

7. 3. - Memoria de la Pasión de Jesucristo: identidad


pasionista

Se nota buena inquietud por ayudar a los religiosos y a


los fieles a tener presente
la Pasión de Cristo, aun en las celebraciones y
recursos devocionales. Para
la comunidad aparecen fórmulas de bendición de la
mesa. Inspiradas en el misterio
de la Pasión, las escribió el P. Felipe de la SS.
Concepción; fueron aprobadas
de viva voz por Pío VII el 4 de enero de 1821. Eran
empleadas en los viernes
cuando no había fórmulas particulares, en la
Conmemoración solemne de la
Pasión y su octava, del Domingo de Pasión al
miércoles de la Semana Santa, y
en la fiesta de la Santa Cruz y su octava153. Se
encuentran impresas en la “Collec-
tio caeremoniarum et precum ad usum Clericorum
Excalceatorum SS. Crucis et
Passionis D. N. J. C., 1912, pp. 80-81, pero no
aparecieron en la Collectio cae-

151 AGCP, A. III-I/2-14.

152 AGCP, A. II-V/4-1, 1-5, Consulte 1805-1865.

153 AGCP, A. 1II-I/1-4. Documentos en Acta XIV


(1939-1941), pp. 426-428.
remoniarum” de 1857 y 1880.

Para la comunidad y los fieles se pidió a la S. Sede, en


marzo de 1817, la
indulgencia anexa a una breve jaculatoria que se
enseñaba en los ministerios
apostólicos: 'Eterno Padre, os ofrezco la Sangre de
Jesucristo en reparación de
mis pecados y por las necesidades de la Santa
Iglesia''™.

El P. Pablo Luis Pighi, muy devoto de las almas del


Purgatorio, escribía en una
circular del 29 de octubre de 1822, que ‘deseaba que
esta devoción, tan agradable
a Dios, tan beneficiosa para las ánimas benditas y tan
alentadora para nosotros,
se introduzca en nuestra Congregación como se
acostumbra en la Iglesia de Jesucristo’.
Ordenó que por la tarde, tras el rosario, se diese con la
campanilla interior
un toque con el que se indicaba el principio del silencio
profundo, y se recitase el
salmo “De Profundis’’ en sufragio de las almas del
Purgatorio154 155.

Una práctica para estimular el fervor de espíritu era la


renovación comunitaria
de los votos, mandada por el Capítulo General de
1790. Esta renovación
se inspiraba en el ofrecimiento de Jesús en su Pasión
y en reparación por los
pecados fácilmente cometidos durante los días de
carnaval. Se mandó que se realizase
en la fiesta de la Conmemoración solemne de la
Pasión o inmediatamente
después de la misa cantada o de Vísperas. La práctica
prosiguió, pero el Capítulo
General de 1827 mandó que la comunidad esperara a
los ejercicios espirituales,
posiblemente en la octava de la Conmemoración
solemne, y que la renovación
de los votos fuera el acto de clausura. Venía a ser así
un complemento de
la revisión de vida de aquellos días y un propósito
personal y comunitario de
vivir mejor la vocación como servicio generoso y fiel a
Dios y a la Iglesia156.

7. 4. - Ritualidad y signos de identidad y pertenencia

El Fundador había señalado como meta de la


formación: ‘Mantengan la
mente ocupada en Dios, imiten las virtudes de
Jesucristo y vivan de su espíritu’.
Esto suponía estar con Cristo como colaboradores de
su misión. Este camino se
realizaba en la intimidad de cada uno, en la propia
conciencia; pero también en
la comunidad, pues los hermanos apoyaban a cada
religioso, y cada uno estimulaba
a los demás con la propia fidelidad. Para ayudar a vivir
esta realidad se recurrió
a diversos gestos y signos.
Al principio del noviciado se recibía el hábito religioso.
En la ceremonia, al

154 AGCP, A. III-I/3-10, Pío VII concedió 100 días de


indulgencia.

155 Acta XVI (1951-1952), pp. 78 -79.

156 Decreti e rae., o. c., decr. 189, 301. El B. Domingo


clausuraba los ejercicios por la tarde, y no en
la mañana del martes, ‘para impedir la divagación que
en aquel último día de carnaval podría
escandalizarlo’. Cfr. Coonsuetudines, o. c„ p. 12.
aspirante se le colocaba sobre los hombros una cruz y
una corona de espinas en
la cabeza; después el superior y los miembros de la
comunidad le daban la paz
y con rostro sereno le animaban ‘a llevar siempre y con
entusiasmo la Cruz de
Jesucristo ’. En la profesión, el novicio se echaba por
tierra al modo de Jesús en
Getsemaní, mientras se escuchaba el relato de la
Pasión según el evangelio de
Juan. Al llegar al momento en que Jesús entregó su
espíritu, el joven se alzaba
como para acoger el espíritu de Jesús y se ofrecía a Él
para unirse a su holocausto
por la salvación propia y de los hermanos. Otra vez le
entregaban la cruz y la
corona de espinas, y, con los demás religiosos, hacía
una procesión: era la señal
de que quería caminar con ellos en el seguimiento de
Cristo que llevó la Cruz,
para acoger y derramar sobre los hermanos el amor
misericordioso revelado y
dado sobre la Cruz de Cristo157.

Un gesto que ayudaba a recordar las humillaciones


soportadas por Jesucristo
en la Pasión era la costumbre de acusarse de las
propias faltas externas (no de
lo que hubiera ocurrido en su interior). Este gesto se
hacía en el refectorio o los
viernes durante el llamado ‘capítulo’, para recibir el
perdón de eventuales negligencias
y pedir que se rezase por el que se acusaba para ser
más fervoroso. Otro
gesto que recordaba a Jesucristo pisoteado como un
gusano era el de arrodillarse
en el corredor al salir del refectorio; el interesado se
confesaba merecedor de
que los hermanos le pisotearan.

También había gestos rituales en las cuatro grandes


novenas con las que se
preparaban las fiestas de Navidad, Pentecostés,
Asunción de la Virgen María al
cielo y el santo misterio o titular de la iglesia del retiro.
La víspera de comenzar
la novena respectiva se sorteaban billetes con un
pensamiento espiritual en el
que pensar, una virtud que había que practicar con
mayor esmero durante la
novena y el día en que el religioso tendría que hacer
algunos actos de humildad,
como estar sentado en el suelo durante la comida,
contentándose sólo con la
sopa, lavar los platos y ordenar y limpiar la cocina y el
refectorio. En el mismo
día se guardaba silencio absoluto, y por la noche en el
refectorio se acusaba de
sus faltas. Esas jomadas debían ser una intensa
renovación espiritual, personal y
comunitaria; así la alegría de la fiesta brotaba de una
intensa sintonía con la
comunidad celeste hacia la que se peregrina158.

El hábito poseía especial valor como signo de


identidad y de pertenencia
al Instituto; recordaba al pasionista que debía
‘contemplar continuamente a
Jesucristo a quien los impíos habían clavado en la
Cruz, guardar luto por Él

157 Cfr. Regole e Costituzioni del 1775, caps. 1, 4, 6,


7, 8, 11. También Rituale della vestizione e
professione
1746.

158 Consuetudines Congregationis..., o. c.,; indice


analitico, voz ‘Novendialia’.
como en la muerte del primogénito’159 160,
mantenerse centrado en este acontecimiento
de salvación y comunicárselo a los hermanos y
hermanas. El corazón o
emblema, sobre el cual está la cruz, lleva dentro las
palabras Jesu Christi Passio
(JXP) y tres clavos. El corazón está diseñado con un
contomo blanco para recordar
al pasionista que debe alcanzar un corazón puro si
quiere que el Padre Celestial
le imprima el amor y el dolor del Hijo que después
habrá de proclamar a los
cristianos y cristianas1“.

La enfermedad visitaba con mucha frecuencia a las


comunidades, por desgracias
comunes, como epidemias o carestías, o por la
tuberculosis y la malaria.
La atención a los enfermos se realizaba siguiendo el
espíritu heredado del Fundador,
que en este acto de misericordia veía un modo
excelente de cumplir el
precepto de Jesús. Se tomaban las precauciones
imprescindibles para evitar el
contagio de la tuberculosis, lo cual en ocasiones
comportaba el aislamiento del
afectado. Los Reglamentos (II Parte, cap. VIII)
recomendaban que los religiosos
enfermos ‘no estuvieran demasiado angustiados con
su enfermedad; que se
entregasen con amor a la voluntad de Dios, en cuyas
manos está la vida y la
muerte’. La Regla exigía al superior que nada faltara a
los enfermos, tanto de
remedios físicos como de consuelo y alivio espiritual.

La comunidad se reunía en oración para llevar el


viático y administrar la
Unción de los Enfermos. Cuando un religioso entraba
en agonía, se rezaba
‘con fervor a su divina Majestad para que le
concediese una muerte santa’.
La oración se hacía según el ritual, que abarcaba la
proclamación de la Pasión
de Jesucristo y era muy apropiada para un pasionista.
Los religiosos que formaban
parte de la Congregación durante este período
deseaban vivamente
morir vestidos con el hábito (llamado ‘librea de Cristo
Crucificado’); y pedían
al superior que no se lo quitasen durante la
enfermedad (Regla de 1775,
cap. 37).

El cuerpo del difunto quedaba expuesto sobre una


tabla en la habitación
donde había fallecido o en la capilla de la enfermería;
la cabeza reposaba sobre
un ladrillo, se le ponía ceniza en la cabeza y entre las
manos el crucifijo que
había recibido en la profesión. Dos velas encendidas
recordaban la fe y la espe-

159 Rególe et costituzioni..., o. t\, texto 1736 y 1741 (c.


7) decía: ‘Adviertan que ir vestidos de negro
quiere decir que los hermanos... deben mantener luto
perpetuo en memoria de la Santísima Pasión
y Muerte de Jesucristo...’. Véase en el Ritual de la
toma de hábito las palabras que acompañan a la
entrega del hábito al postulante.

160 Pablo (Danei) escribía al abate Garagni: ‘El


santísimo signo de salvación anunciará a la gente que
estamos llamados a predicar las amargas penas de
nuestro amado Jesús, a promover en todos los
corazones la verdadera devoción a las mismas ’. Cfr.
Let., II, p. 218. Según el ritual, el celebrante
decía al entregar el escudo al neoprofeso: ‘Recibe este
signo sacrosanto de salvación, como escudo
inexpugnable de tu profesión y de que militas bajo él
como buen soldado; permanece clavado
con Cristo en la cruz’.
ranza del difunto. La comunidad se congregaba en el
coro para rezar el Oficio
de Difuntos y el rosario comunitario. La vida religiosa
del difunto se había iniciado
con una procesión de la comunidad, y otra procesión
comunitaria cerraba
su paso por la tierra: los religiosos, con una vela
encendida en las manos,
símbolo de la fe en Cristo Crucificado y resucitado,
llevaban el féretro desde
la habitación hasta la iglesia. Durante la misa de
funeral, el cadáver estaba
expuesto sin caja y se le hacía bajar al sepulcro en la
propia iglesia. Entre
1835-1837 entraron en vigor los cementerios fuera de
las iglesias, pero a los
religiosos se les autorizó a seguir enterrando en la
propia iglesia a los miembros
de la comunidad.

El religioso que había pasado a formar parte de la


comunidad celestial quedaba
registrado en el cuadro mural donde figuraban los
difuntos de la casa, y se
le recordaba en las oraciones mensuales y anuales. El
General P. Pablo Luis añadió,
como se ha recordado en otro momento, la recitación
del De profundis al
final del día por los hermanos difuntos.

Dentro del retiro, ‘los misterios de la Pasión’16' y el


crucifijo estaban colocados
de manera bien visible para que los propios religiosos,
los visitantes y
los ejercitantes recordasen la Pasión de Cristo, ‘obra
del infinito Amor ’, y se
sintieran invitados ‘a estar con Él en la cruz’161 162.
Un gran crucifijo estaba en la
escalera del retiro o en un cruce de corredores; así
nunca desaparecía de la
vista ni del corazón de los religiosos. Frecuentemente,
durante esta época, al
lado del crucifijo se colocaba un gran cartel o
pergamino con frases relativas a
los diversos momentos y dolores de Jesucristo en la
Pasión o las virtudes que
practicó, y se sugería al lector que hiciera algún acto
virtuoso en memoria del
amor de Cristo.

En la basílica de los SS. Juan y Pablo se colocó en


1774, en el altar del SS.
Sacramento, un crucifijo pintado por Tomás Conca163.
El crucifijo aparece muchas
veces en el retrato de los pasionistas, unas veces en
actitud de meditar en él, y otras
izado mientras predicaba de él a los fieles. En la
entrada de los retiros de los SS.
Juan y Pablo y de Pievetorina se colocó un gran
escudo en terracota en el que campeaba
el emblema pasionista, pero sobre la cruz, plantada en
el corazón, y dentro
de ella estaban trazados los ‘misterios’ o instrumentos
de la Pasión; al rede
161 Esta expresión se usa muchas veces en los
documentos para indicar una pintura con los símbolos
de la Pasión: columna, azotes, corona de espinas, etc.

162 PAOLO DELLA CROCE: Lettere ai passionisti, o.


c., pp. 116, 423.

163 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, f.


31; costó 87:16 escudos. El cuadro de la Asunción
que había en el altar se trasladó al último altar en el
que antes se veía el de San Carlos Borro-
meo. En 1788 el sacerdote T. Ghignardi sustituyó el
cuadro de la Asunción con otro de la Virgen
que tenía él y lo adornó con aureola y lampadarios.
Este cuadro fue retirado en 1819, según cuanto
se ha dicho en el capítulo segundo (Platea, o. c„ f. 89).
dor se leía el texto: “Christo passo in carne et vos
eadem cogitatione arma-
mini” (1 Petr 4, 1). En la entrada principal de la casa de
Todi se pintó una
cruz, rodeada con palma y ramo de olivo, con las
mismas palabras de San
Pedro164 165. También en la entrada del monasterio
de Tarquinia se encuentra el
emblema pasionista con la corona de espinas, a los
lados un ramo de olivo y
una palma, y debajo este texto: “Mortem Domini
annutiabitis doñee veniat”
(1 Cor 11, 26).

También en este período, los pasionistas asumieron


formas devocionales
que se abrían paso entre el pueblo, pero al adoptarlas
se las relaciona con el
misterio de la Pasión de Cristo, objeto del voto
específico. El S. Corazón de
Jesús expuesto a la veneración en la capilla situada al
lado del coro, en los SS.
Juan y Pablo, llevaba el emblema pasionista en la
parte superior, y los símbolos
de la Pasión en la parte inferior163. La devoción al
Niño Jesús, tan difundida
por el beato Lorenzo Salvi, se presentaba a la luz del
voto específico: el
Niño Jesús tiene a los lados del pesebre los
instrumentos de la Pasión, o también
en la mano un emblema pasionista, o lleva la cruz
mientras con la mano
guía a una oveja. Esta unión del misterio de la
Encamación con el de la Pasión
no era cosa nueva. En el ambiente alemán aparecen
imágenes de Jesús que
duerme sobre la cruz, como la que le fue regalada a
Pablo de la Cruz166. También
un cuadro de la SS. Trinidad, que mandó pintar el B.
Lorenzo y que fue
expuesto a la veneración en la basílica de los SS. Juan
y Pablo, lleva al rededor
los símbolos de la Pasión, mientras un ángel recoge la
sangre preciosa del
Costado abierto de Cristo. Otro cuadro de la Sagrada
Familia presenta características
particulares relativas a la Pasión: San José entrega a
Jesús adolescente
una cruz, María tiene el corazón atravesado con las 7
espadas de los
dolores, y en la parte superior el Padre mira con amor
misericordioso y envía
el Espíritu Santo167.

El B. Lorenzo Salvi, rector en Todi, en 1821 hizo pintar


‘el signo pasionista
y los emblemas de la Pasión de N. S. J. C. al pintor
Celeste Baldini’ en la sala
de recreación de la comunidad. Y después, en la
iglesia, ‘para despertar’ en el

164 'Puesto que Cristo padeció en la carne, armaos


también del mismo pensamiento’; palabras que
cita Clemente XIV en la bula ‘Supremi Apostolatus’,§ 3.
La terracota se puede admirar dentro
del convento de los SS. Juan y Pablo, y en Pievetorina
en su lugar. AGCP, B. II-III/2-4, Platea
de Todi, f. 89.

165 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, f.


61. Parece que el primer cuadro del S. Corazón
que aparece entre los pasionistas sea el que estaba en
los arconés con los objetos de las misiones
populares, que eran de los jesuitas suprimidos y que
Clemente XIV dio a los pasionistas en 1773.
Aquel cuadro, con otro de la V. Dolorosa, fue expuesto
en el coro. Cfr. Platea,.., o. c., f. 19.

166 Sobre el B. Lorenzo, cfr. L’anima innamorata di


Geü Bambino, Assisi 1832, p. 33. Sobre S. Pablo
de la Cruz, cfr. 1 Processi, III, p. 465.

167 Estos cuadros se conservan en el retiro de los SS.


Juan y Pablo.
pueblo la veneración a la Pasión de Nuestro Señor,
encargó al mismo Baldini
cinco ángeles, cada uno de los cuales lleva un
instrumento de la Pasión16 * * 168.

8. - La memoria histórica de la Congregación

En 1802 el P. Felipe Antonaroli de la SS. Concepción


terminaba su preciosa
obra “Storia dei Padri Passionisti della Provincia di
María SS. Addolorata”,
llamada “Cronaca della Provincia dell’Addolorata”. En
ella recogió y ordenó
con buen criterio los acontecimientos históricos de la
Congregación en las comunidades
ubicadas al sur de Roma, de 1747 a 1802. Para la
provincia de la Presentación
el P. Juan María Cioni había escrito la historia en
forma de anales,
como recogida de material que serviría para redactar
la historia; en cambio el P.
Felipe elaboró su narración en libros divididos en
párrafos. Por propia decisión,
para que no se perdiesen, registró el mayor número
posible de noticias, tras haber
contrastado la veracidad. En la búsqueda de material
le ayudó el P. Lucas de la
SS. Trinidad, que no tuvo oportunidad de
elaborarlo169.

Éste, siendo provincial de la Dolorosa (1821-1827),


mandó sacar una copia
para cada uno de los cinco retiros que constituían
entonces la provincia. Su propósito
era edificar y estimular a los religiosos a santificarse en
la perfección de
la caridad viviendo las prescripciones de la Regla y las
actividades propias,
según el ejemplo de cuantos les habían precedido.

El P. Felipe convenció a un voluntario, que ha quedado


en el anonimato, para
que continuara la crónica de la provincia de la
Presentación, detenida en la época
del P. Juan María Cioni. Le recordaba, entre otras
cosas: 'No se desaliente ni
pierda tiempo, pues de lo contrario nos faltarán
noticias importantes, como ya
se han perdido por no pensar antes en registrarlas’. Le
escribía poco antes del
Capítulo General de 1809. Sin embargo, los
acontecimientos que sobrevinieron,
o alguna otra dificultad, impidieron la redacción del
trabajo, con lo que nos
vemos privados de importantísimas noticias.

16S AGCP, B. II-III/2-4, Platea Todi, ff. 41-43. También


STEFANIA NANNI, Spazi, linguaggi, simbo

li delle Congregazioni. L’“Edificazione” passionista, en


AA. VV., Cérémonial et rituel à Rome
(XVI-XIX siècle), École Fran. de Rome 1997, PR 266-
211. Idem, Les formes nouvelles de la dévotion
au Christ et la naissance d'une congrégation: les
passionistes, en AA. VV., Religions en transition
dans la seconde moitié du dix-huitième siècle, Voltaire
Foundation 1999, pp. 157-174. En

Todi, en 1833, los pasionistas colocan en la iglesia


para la veneración un cuadro de Jesús Crucifi

cado y de la Dolorosa, y el cuadro del Corazón de


María del pintor G. Landucci, que éste regaló a
la comunidad. AGCP, B. II-III/2-4, Platea Todi, f. 95.

169 Este material se cita como: Memorie per la


continuazione delle Cronache della Provincia
dell’Addolorata,
1802-1830. Se conserva en Arch. Prov. Napoli,
fotocopia en AGCP.
El General P. Pablo Luis, animado y ayudado por el P.
Felipe, entonces procurador
general, y el P. Joaquín Pedrelli del E. Santo, elegido
por el General
como secretario, organizaron de manera estable la
recogida de noticias del pasado,
especialmente del tiempo de la supresión, sobre la
vida de los religiosos y
sobre los ministerios apostólicos. Se estableció el
modo de recoger y transmitir
noticias de ámbito local o provincial; se organizó mejor
el registro de la crónica
de la comunidad, de la provincia y de los ministerios
apostólicos. El segundo
consultor se encargó de anotar y guardar las noticias
relativas a Bulgaria. Se creo
el registro de Familia y el de las personas de paso, de
las entradas y salidas económicas
de la Causa de Canonización del venerable Fundador
y de los principales
acontecimientos que se relacionaban con él.
Todo ello fue elevado a categoría oficial en la circular
del 20 de junio de
1821 que contenía 16 puntos. El General comienza
dando gracias a Dios porque
el P. Felipe de la SS. Concepción había terminado los
tres tomos de la “Crona
ca delta Provincia dell’Addolorata”, que merecían
‘aplauso de todos’. Era necesario
conocer también la historia de la otra provincia y
continuar registrando las
noticias, para lo cual se dictaban las siguientes
normas: 1) En cada provincia,
uno de los dos consultores, designado por el
provincial, tendrá el encargo de
recoger noticias de todos los retiros. 2) En cada retiro
el vicario enviará, por carta
o por medio del consultor encargado de la historia,
todas las noticias relativas a
la propia comunidad. 3) Cada rector se preocupará de
la Platea o Crónica y
enviará al consultor provincial los acontecimientos
relativos a su propia comunidad.
4) Si en la Platea hubiera lagunas históricas, el rector
buscará el modo
más oportuno de rellenarlas. 5) En Roma el procurador
tomará nota de los acontecimientos.
6) El procurador registrará particularmente los indultos
o permisos
obtenidos de la S. Sede. 7) Los misioneros notificarán
al procurador, en su
momento oportuno, las noticias de los ministerios que
hayan realizado y los
detalles más relevantes de lo que hubiera ocurrido. 8)
El segundo consultor general
se preocupará de recoger y registrar la noticias de la
misión de Bulgaria. 9)
El director de los ejercitantes de la casa de Roma
registrará las tandas de ejercicios
y dará nota al procurador. 10) El postulador de la
Causa de Canonización
del Fundador llevará un registro de todo lo relacionado
con la Causa y proporcionará
las noticias que pudieran ser útiles para la historia. 11)
Los religiosos a
quienes haya sido confiada esta tarea se preocuparán
de recoger noticias del
momento y del pasado, sin omitir las informaciones
sobre cosas maravillosas
ocurridas en nuestras iglesias por intercesión de María
Santísima o de los santos
a los que estén dedicadas. 12) Especial esmero se
habría de poner en recoger
noticias del tiempo de la República romana y de la
supresión napoleónica. 13)
Se advertía que no tuvieran miedo de escribir
demasiado, ‘pues corresponderá
al sabio juicio de quien redacte la historia seleccionar
las noticias que se trans-
mitirán a la posteridad’. 14) Todos los encargados
tendrán una copia de estas
normas. 15) En sus visitas, los provinciales controlarán
si los encargados cumplen
su tarea, ‘para que, como sucede tantas veces, las
órdenes que se dan no
resulten estériles’. 16) Concluía diciendo: ‘Finalmente
se recuerda que la diligencia
y el interés que se pide, no sirvan para una sola vez;
sino que cada uno
comunicará a quien corresponda todo lo que se
recuerda o lo que se sabe que
sucede diariamente’.

Se invitaba a todos a ofrecer la ayuda personal para


una obra ‘que debería
dar mucha gloria a Dios, decoro a la Congregación y
aprovechamiento espiritual
y erudición de los religiosos y de los fieles’110.

En este período se hizo un esfuerzo digno de aplauso


por rescatar noticias de
los retiros y de los ministerios en el tiempo de la
supresión. Para favorecer la
continuidad en esta tarea, el Capítulo General de 1827
mandó que cada comunidad
llevara un registro de los ministerios (lugar, fechas,
nombre de los predicadores,
detalles de mayor relieve), otro de los miembros de la
comunidad o familia,
y uno distinto de los religiosos y demás personas que
estuvieran de paso170 171.

Se comenzó a redactar “Annali della Congregazione


de’Chierici Scalzi della
SS. Croce e Passione di Nostro Signore Gesù Cristo”.
El P. Joaquín Pedrelli del
E. Santo escribió, entre 1824-1826, dos volúmenes
correrspondientes al período
1720-1745; otros dos se deben al P. Cayetano de la
SS. Anunciación, que se
ocupó de los años 1746-1758; y el quinto volumen fue
obra del P. Gabriel de la
Presentación sobre los años 1759-1764172.
El B. Lorenzo Salvi de S. Francisco Javier, amante de
la memoria histórica,
recogió noticias estudiando los documentos del archivo
de los noviciados y de la
casa general, y solicitó informaciones a los
supervivientes. El resultado fue el
“Diario necrologico Passionista ossia Catalogo di tutti i
Religiosi e Monache
defonte nella Congregazione della SS. Croce e
Passione di G. C., con brevi notizie
biografiche dei primi e delle seconde ”.

El B. Domingo de la Madre de Dios colaboró en la


memoria histórica con la
biografía de algunos estudiantes: Emidio de la
Dolorosa (+15-X-1829), Felipe
del SS. Sacramento (+5-XII-1830), Martin del SS.
Crucifijo (+18-VI-1823),
Bernardino de la V. Dolorosa (+20-X-1823), P. Ignacio
de San José (+19-XII-
1812), P. Mariano de Jesús (+27-11-1829), y la M.
Vicenta de S. Catalina (+23-
11-1829), monja pasionista. Además dejó apuntes
útiles para la historia, como
“Sentimenti intesi dai Padri spirituali ”.

170 Acta XVII (1951-1952), pp. 74-78.

171 Decreti e racc., o. c\,decr. 333. La norma fue


recordada por el General P. Antonio de S. José en la
visita canonica: AGCP, fotocopia Registro dei Religiosi
di fam iglia e di quelli di passaggio in Corneto
1831-1852, f. 2.

172 AGCP, Documenti storici. Conviene recordar que


sólo se usaba la mitad de la página, dejando la
otra mitad para añadiduras y correcciones.
Como ayuda para esta memoria histórica se recurrió al
retrato de los religiosos
más insignes o por su virtud o por sus servicios al
Instituto. En 1825 se
mandó pintar ‘a un buen pincel’, cuyo nombre no se
dice, el de mons. Strambi
(+1-1-1824), ‘que se le parece mucho’, y el mismo
artista realizó los de mons
Molajoni, recién consagrado obispo de Nicópolis, y del
P. Juan Pedro de S.
Vicente Ferrer (+29-1-1824)I73.

Puesto de honor, también en este apartado,


corresponde al B. Lorenzo Salvi.
Siendo superior de la casa de los SS. Juan y Pablo, en
1831 encargó al pintor
José Landucci el retrato de los 17 religiosos siguientes:

Cinco de obispos pasionistas con hábito religioso:


Tomás Struzzieri, Vicente
Ma. Strambi, Francisco Ferrer i, Fortunato María
Ercolani y José Molajoni.
Religiosos: P. Juan Andrés de San Pablo (+ 13-VIII-
1801); P. Mariano de
Jesús (+27-11-1829); P. Luis del Corazón de Jesús,
Borrell, español (+7-1-1789);
estudiante Atanasio del Verbo Encarnado (+ 18-VIII-
1817). Estos retratos, más
el del P. Felipe de la SS. Concepción (+ 19-VIII-1830),
‘obra de otro profesor’,
fueron colocados en el corredor de la celda en la que
murió el Fundador.

También J. Landucci hizo los siguientes cuadros: P.


Tomás Fossi de Jesús y María
(+28-III-1785); P. Juan Bautista de San Ignacio (+ 4-
IÜ-1794); P. Antonio de San
Agustín (+26-VII-1791); P. Santiago de las SS. Llagas
(+ 24-1-1810); estudiante
Turrenio de la SS. Trinidad (+ 6-VI-1745); estudiante
Bemardino de la V. Dolorosa
(+ 20-X-1823); estudiante Martín del SS. Crucifijo (+
18-VI-1823); estudiante Emi-
dio de la V. Dolorosa (+ 15-X-1829); hermano Pascual
del SS. Sacramento (+ l-III-
1799); hermano José del Niño Jesús (+ 29-XI-1812);
hermano Bernabé de la V. Dolo-
rosa (+ 18-11-1832), y el del P. Antonio de San José,
entonces General.

El mismo pintor realizó dos cuadros del Fundador,


mandados a los nuevos
retiros de L’Aquila y Lucca. Para la casa de Roma,
donde aún se conservan,
pintó dos telas relativas al apostolado de Pablo de la
Cruz, mientras predicaba:
uno en la Isla de Elba, y el otro en Orbetello
bendiciendo con el crucifijo al final
de la misión, cuando un soldado protestante vio cómo
el crucifijo movía el
brazo, hecho que le decidió a entrar en la Iglesia
católica.

El 13 de febrero de 1832, un ropavejero compró por


dos escudos un cuadro
del Venerable Pablo de la Cruz. Landucci realizó para
la basílica de los SS. Juan
y Pablo, la imagen de Gregorio XVI, copiándola del
retrato oficial del pintor
Tofanelli174.

173 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, 1773-1829, f.


132.

174 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo dal 1830, ff.


5-6.
9. - La santidad en la Congregación

9.1. - La aspiración a la santidad evangélica

En el primer capítulo de las Reglas, Pablo de la Cruz


deja en claro que los
religiosos deben ‘llegar a la santa unión con Dios
mediante la perfecta caridad’
y a ayudar al prójimo a caminar en la misma dirección.
Y en las ‘noticias’ sobre
lo que eran los pasionistas, que envió a los amigos
que promovían las vocaciones,
dice: ‘Su vida (como pasionistas) no es distinta de la
de los Apóstoles, más
bien del todo conforme a los mismos, cuya conducta
ha sido la norma de las
Constituciones; se trata de formar un hombre nuevo
todo de Dios, totalmente
apostólico, hombre de oración, desprendido del
mundo, de las cosas materiales,
de sí mismo; sólo así podrá decirse que es discípulo
de Cristo y que está en condiciones
de engendrar hijos para el Cielo’175.

Está claro desde el principio que quien entra en la


Congregación ha sido llamado
a la santidad evangélica y que en ella encuentra un
camino apropiado para
llegar a la caridad perfecta. El P. Fulgencio de Jesús lo
recordaba al redactar
algunas memorias sobre la vida edificante del hermano
Santiago de San Luis (+
14-VIII-1750); en ellas habla de que fue llamado a
‘esta pobre Congregación
naciente de la SS. Pasión de J. C., nueva escuela de
perfección, en donde, quien
tiene la fortuna de ser agregado, compite por el
heroico ejercicio de las virtudes
más sublimes y, como seguidor más cercano a
Jesucristo, asciende a la elevación
de la santidad a la que aspira’176.

Como toda la tradición eclesial, también los


pasionistas estaban convencidos
de que para el religioso su programa de vida era la
observancia con fervor de
caridad de las Reglas y Constituciones; así parecía
haberlo manifestado el Señor
al llamarle a este estado de vida. Lo dejó bien claro el
Fundador al concluir el
texto de las mismas: ‘Que no haya en la Congregación
nadie que no ponga todo
el empeño en guardarlas exacta, fiel e íntegramente,
según sus fuerzas; en ellas
hay medios eficacísimos y muy apropiados para
alcanzar la perfección cristiana
en el estado de vida que los nuestros han abrazado’
(cap. 38).

En la memoria citada sobre el hermano Santiago decía


también el P. Fulgencio
que no se maravillaba de las dificultades que el
maligno ponía a la Congregación,
pues ‘se dio cuenta enseguida de que sería madre de
tantos santos cuantos
sean los que observen fielmente las Reglas’. Los
prodigios que coincidieron
con la muerte del hermano Santiago confirmaban que
la santidad no consiste en

175 PAOLO DELLA CROCE, La Congregazione della


Passione di Gesù, cos’è e cosa vuole..., Curia
Gen. Roma 1978, notizia ‘47, n. 3.

176 Servi Dei Jacobi a S. Aloisio... Posino super


virtutibus, Roma 1982, p. 53.
‘hacer milagros, sino en cumplir las propias
obligaciones siguiendo exactamente
las Santas Reglas. Un Sumo Pontífice de renombre y
fama, creo que Clemente XI,
decía que canonizaría en el acto, sin más procesos, al
religioso del que se comprobara
que había sido perfecto observante. Y sin ningún otro
proceso habría canonizado
a nuestro religioso porque toda su santidad, sin
ninguna tacha, la adquirió por
medio de una observancia exactísima de las
Reglas...Lo que más me entusiasma es
saber que él y yo, y todos nuestros religiosos podemos
santificarnos con tan poca
cosa, con la observancia de nuestras santas
Reglas’177 178.

Esta profunda convicción influyó en la formación y en


el ejercicio de la vida
común, antes y después de la supresión napoleónica.
Podría asegurarse que en el
período que sigue a la restauración se insistió, acaso
excesivamente, en que nadie se
apartase del proyecto de vida que Dios había inspirado
al Fundador, que la Iglesia
aprobó y que estaba encerrado en las Reglas. El
pasionista posee una identidad que
debe conservar y manifestar si desea prestar a la
Iglesia un servicio que responda al
proyecto de Dios. El General P. José Claris escribía:
‘He de advertiros que no podréis
mantener fuerte el espíritu del Instituto por otro medio
que no sea la santa observancia;
en el cumplimiento de las Reglas ha puesto Dios toda
nuestra salvación; son
como una especie de segundos sacramentos por
medio de los cuales recibiremos
muchas gracias; y no hay duda que, después de la ley
santa de Dios, a nada estamos
más obligados que a observar las Reglas.... A todos en
general y a cada uno en
particular incluyéndome a mí, nuestra Madre la
Congregación nos pide con ahínco
respeto y observancia diligente de las SS. Reglas; no
hay ni una de ellas que no nos
lleve como de la mano a la perfección y al crecimiento
de las santas virtudes>m.

La identidad pasionista consiste en llevar impresa en el


corazón la memoria
del amor misericordioso de Dios Padre, revelado en
los misterios de la vida,
Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo.

Para que esta impresión se realizara en el alma y


produjera frutos habría que
convertirse en hombres de oración, ayudados por la
soledad geográfica, pero
también por la interior que engendra silencio exterior e
interior para dialogar con
Cristo acerca de su amor por nosotros y de la
salvación de los hombres. Por este
motivo, como hemos visto, se daba tanta importancia a
la soledad de las casas:
así los religiosos se mantendrían en soledad y silencio
interior y exterior y llegarían
a ser hombres de oración y transformarían las
comunidades en escuelas
de oración. Ya hemos tenido oportunidad de
comprobar cómo se aplicaba este
criterio a la hora de aceptar o rechazar un retiro.

Por el mismo criterio se vigilaba muchísimo para que


los religiosos no anduvieran
saliendo del retiro sin verdadera y grave necesidad. No
había dificultad en

177 Serví Del Jacobi a S. Aloisio... Positio o.c., p. 54.

178 Acta XVI (1948-1951), pp. 243-244.


que el religioso estuviera afuera durante meses por
razón de apostolado, si era
necesario; pero repugnaba a su estilo de vida el salir
por simple deporte o por
hacerse con cosas que podían esperar para otra
ocasión o se podían obtener por
medio de los criados de la casa o de los amigos.

Con todo, el mayor interés se centraba en la fidelidad a


la oración, no tanto como
espacio de tiempo establecido en el horario, sino como
oportunidad de diálogo con
Cristo Crucificado y resucitado que sigue viviendo en
la Eucaristía; y como intercesión
perenne ante Cristo por el bien temporal o eterno de
las personas.

9.2. - Medios más relevantes para animar a la santidad


a religiosos y a
comunidades.
Los medios fundamentales para impulsar al religioso a
conseguir la santidad
eran los indicados en las Reglas: la palabra viva del
superior, normalmente dos
veces a la semana (los llamados ‘exámenes’ o
instrucciones, el domingo y el jueves);
la acusación de las propias faltas en público como
mínimo una vez a la semana
(capítulo del viernes y confesión de la culpa en el
refectorio); un coloquio, por
lo menos cada mes, con el rector de la casa para
hablar de las dificultades personales,
escuchar algún aviso, solicitar los permisos habituales,
etc.; la conferencia con
el Padre espiritual, nombrado por el provincial en la
visita canónica; recordar ‘la
presencia de Dios’ de cuando en cuando durante la
recreación común para mantener
una atención serena y afectuosa hacia Dios Trino que
mora en el creyente; el
silencio durante el día, fuera del tiempo de recreación,
mantenerse en soledad, evitar
relaciones innecesarias con extraños tanto por carta
como de palabra...

Los superiores mayores, en las visitas canónicas o por


medio de circulares,
recordaban estos medios a los religiosos y a los
superiores locales; a veces intervenían
también los capítulos provinciales o generales.

La conferencia espiritual era tenido como uno de los


medios más positivos
para estimular a los religiosos. El General P. José
Claris escribía el 27 de
noviembre de 1799 para mantener el fervor
amenazado por la invasión francesa:
‘A todos los religiosos, sacerdotes, estudiantes o
hermanos, se les insta a que
hagan la conferencia espiritual sea con el superior o
con los padres espirituales.
Experimentaréis las grandes ventajas que se derivan
de ella; os veréis libres
de los engaños diabólicos, caminaréis por una senda
segura de virtud, tendréis
una paz creciente en el corazón y crecerá el fervor de
vuestro espíritu. Todos los
religiosos tengan esta conferencia espiritual una vez al
mes, como mínimo'm.

El General P. Antonio de San José volvía sobre el


tema en la carta del 23
de octubre de 1927: ‘Rogamos encarecidamente a
todos que acudan con fre- 179

179 Acta XVI (1948-1950), p. 207.


cuencia a los padres espirituales, especialmente los
hermanos jóvenes recién
salidos del noviciado; que los padres espirituales se
apliquen con atención a
ayudarlos con verdadero celo y con gran caridad, para
que se apoyen sólidamente
en la oración, en el trato íntimo con Dios y en el
ejercicio de todas las virtudes;
persuádanse que de esta transparencia con los padres
espirituales en lo
tocante a los deberes depende en gran parte la santa
observancia, el buen orden
la paz de la familia religiosa, la superviviencia del
espíritu y el progreso de toda
la Congregación''180.

Gran valor tenían los ejercicios espirituales y las


novenas preparatorias para las
solemnidades de Navidad, Pentecostés y la Asunción
de María Santísima. En ellas
no todo terminaba con la exposición del Santísimo
para adorarlo; se sorteaba un
billete en el que estaba escrita la virtud en la que el
religioso debería esmerarse, y
el día en que le tocaba guardar absoluto silencio,
comer por tierra, lavar los platos
y ayudar en el aseo de la cocina. La casa debía estar
impregnada de mayor silencio
y recogimiento. Así la novena era una especie de
ejercicios espirituales con los que
cada religioso se disponía a vivir la fiesta con el
espíritu renovado.

En el Reglamento común se hablaba de estos


recursos de formación espiritual
permanente, que también eran revisados en la visita
anual del provincial y
en la visita pastoral del General, una vez en cada
sexenio.

De todo esto se hablaba además en los capítulos


provinciales y, si el caso lo
requería, se adoptaban decisiones en forma de
decretos o de recomendaciones a
los nuevos superiores. En general parece que en el
período que reseñamos hubo
notable fidelidad e interés en el uso inteligente de
estos recursos de formación
espiritual y de revisión de vida. En los capítulos
provinciales no aparecen
muchas advertencias, y también en las visitas
pastorales se dice en ocasiones que
no se encontraban motivos para dar normas; lo cual no
impedía que se escribieran
avisos con los que prevenir las debilidades humanas.

De las críticas al gobierno general se deduce que no


faltaron estos momentos
de debilidad, como lo demostraba la salida de
religiosos. Pero en general
había altura de miras: quien no estaba satisfecho del
ritmo de vida, o no pensaba
integrarse en la comunidad e inculturarse con el
pensamiento y la praxis de la
misma, podía y debía abandonar el camino para
encontrar su paz, dejar en paz a
los religiosos y no exponer a la Congregación al
deshonor ante el pueblo.

Criterios para evaluar la configuración con Cristo


Crucificado eran: la fortaleza
con que la mayoría de los religiosos soportó la prueba
de la supresión; las
privaciones de la primera restauración cuando los
conventos recuperados carecí-

180 Acta XVII (1951-1952), p.125.


an a veces de mobiliario, que sólo se pudo renovar
poco a poco y a costa del
sacrificio de todos; la generosidad con que se
dedicaron al apostolado en pueblos
pobres, a la intemperie y con muchas horas de
confesionario en climas fríos y
húmedos; la disponibilidad para atender a los
enfermos del cólera en 1817 en
Grosseto y en 1837 en Ceprano.

Añádase la generosidad con que sufrieron sacrificios


heroicos los destinados a
Bulgaria y Valaquia, la falta de seguridad en la vida, la
pobreza que llegó a ser miseria
en ciertos momentos, pues ni casa tenían en algunas
estaciones misionales. De
ello se habla en el apartado del servicio apostólico.
Magnanimidad que mantuvo a
seis de ellos firmes ante la muerte en el servicio de
caridad a los católicos búlgaros.

9. 3. - Religiosos que más destacaron en la santidad


El 9 de enero de 1801 murió el P. Juan Bautista
Gorresio de San Vicente
Ferrer. Nació en Bagnasco, diócesis de Alba, Mondoví,
el 14 de diciembre de
1734. Profesó el 30 de noviembre de 1756. Por sus
grandes dotes intelectuales
adquirió buena cultura teológica y fue eficacísimo
predicador. Destacó por el
esfuerzo en adquirir la virtud, como reconoció el propio
Fundador y proclamaron
a la hora de la muerte sus contemporáneos. Fallecido
el Fundador el 18 de octubre
de 1775, le sucedió como Superior General. Se
esmeró en mantener escrupulosamente
el fervor y la observancia de las Reglas, y en proseguir
el ministerio
apostólico según el carisma del Instituto. Tal vez
resultaron muy austeras algunas
líneas de su gobierno, pues a menudo se atenía a la
norma más restrictiva. Pero
todos reconocieron su rectitud y profundo sentido de
justicia, por lo que, si un
religioso se veía defraudado en lo que las Reglas
toleraban, no temía advertírselo
al superior local o provincial. Todos admiraban la
caridad con la que manifestaba
su aprecio a los compañeros y reclamaba que todos lo
mantuvieran. Particular brillo
tuvo su caridad con los enfermos y con los pobres;
animaba a los superiores a
ser generosos en la caridad. Tierna su devoción a la
Virgen María. Promovió en
la Congregación el título Madre de la Santa
Esperanza: la Virgen presenta al
Niño Jesús, que tiene en su mano una cruz como
motivo de esperanza; la cruz
recuerda el amor con que Jesucristo se entregó por
todos los hombres. Sobre él
escribieron el B. Bernardo Ma. Silvestrelli y el P.
Carmelo A. Naselli181.
El 18 de mayo de 1802 murió en la casa de los SS.
Juan y Pablo el P. José
Jacinto Ruberi de S.Catalina de Siena, nacido en
Pocapaglia, Asti (Cuneo) el

181 BERNARDO SILVESTRELLI, Memorie dei Primi


Compagni di S. Paolo della Croce Fondatore
della Congregazione dei Passionisti, Tip. Agnesotti,
Viterbo 1884, pp. 323-355. C. A. NASELLI,
Storia dei Passionisti, ////, o. c., pp. 38-83.
8 de marzo de 1729. Había profesado el 4 de marzo
de 1747. Buen teologo dio
clases a los jóvenes durante varios años; poseía ‘una
profunda especialización
en teología místicacon lo que fue ‘experto director
espiritual’. Desempeñó
muchos oficios de responsabilidad y fue más admirado
por sus eminentes virtudes
que por sus dotes intelectuales. De complexión frágil,
padeció frecuentes
indisposiciones; pero no se aprovechó de ellas para
eximirse de los actos comunes.
‘Maravillaban a todos su paciencia inalterable y la
tranquilidad que manifestaba
en todo momento. Su modestia, discreción y humildad
atraían las miradas
y el aprecio de cuantos lo trataban... Todos
encontraban en él un acertado
consejero en las dudas, un maestro iluminado en los
casos difíciles y un director
comprensivo en las crisis espirituales... Enamorado del
estudio, le dedicaba
incansablemente todos los momentos libres... ’m.

El 25 de noviembre de 1805 el Hno. Lorenzo Lombardi


del S. Costado
de Jesús pasaba a la casa del Padre en la casa de los
SS. Juan y Pablo. Habilísimo
carpintero de Fermignano (Pesaro), había nacido el 10
de agosto de
1729 y profesado el 24 de junio de 1756. En su oficio
prestó grandes servicios
a la comunidad, especialmente como ayudante del
sacristán de la basílica de
los SS. Juan y Pablo. Pero lo que más admiraba a los
religiosos y a los seglares
era su espíritu de oración y el recogimiento, su
serenidad interior y el perfecto
abandono a la voluntad de Dios. Durante su última
enfermedad quiso
visitarlo el rey de Cerdeña, Carlos Manuel IV, que
estaba retirado con la comunidad;
asistió a la unción del enfermo, y quedó admirado. El
confesor aseguró
que el hermano Lorenzo ‘entregó su alma al Creador
llevando al tribunal de
Dios la inocencia bautismal, enriquecida con
abundantes méritos por sus
grandes virtudes’182 l83.

El 18 de diciembre de 1812, durante la supresión


napoleónica, murió en una
casa particular de Roma el P. Ignacio (José) de San
José Rossi. Nacido en Città
della Pieve en 1759, profesó en 1778. Fue muy
apreciado como lector de los estudiantes
y rector de Recanati durante la primera invasión
francesa. Siendo provincial
envió una circular llena de aliento a los superiores
locales y a los religiosos para animarles
a la virtud y a ser fieles en el apostolado. Hombre de
oración constante, se
le admiraba como director espiritual y confesor. En
1808 el cardenal Antonelli quería
que fuera Superior General, pero él se resistió y quiso
que abandonara aquella
idea. Compasivo con los pobres, los ayudó siendo
superior y durante la supresión.
Era muy tierna y filial su devoción a la Virgen María. El
B. Domingo de la Madre

182 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di algún i..., o.


c., pp. 42-43.

183 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di alguni..., o.


c., pp. 155-162.
de Dios quedó impresionado por lo que recordaban los
testigos y escribió una biografía,
más tarde sintetizada por el B. Silvestrelli184 185 186.

El 27 de febrero de 1829, en el retiro de San Sosio, el


P. Mariano Gian-
marco de Jesús pasaba lleno de méritos a la vida
eterna. Natural de Sulmona,
estuvo enrolado en la guardia nacional del reino de
Nápoles durante el imperio
de Napoleón. Tras la caída de Joaquín Murat, rey de
Nápoles, quedó libre
del servicio militar y decidió seguir la vocación
religiosa, tomando el puesto
del hermano Gesualdo, que había muerto el 7 de
enero de 1815. Fue al noviciado
y profesó el 3 de diciembre de 1816. Compañero de
estudios del B.
Domingo, entre ambos se consolidó una profunda
amistad y un continuo estímulo
para avanzar por el camino de la santidad. Se les
unieron otros compañeros
y todos juntos formaron ‘una Liga Santa con el
propósito de intercambiarse
oraciones y actos de virtud que cada uno ejercitase’.
Se comprometieron
a pedir al Señor, ante todo, ‘el verdadero espíritu
pásionista y la santa perseverancia
en la Congregación, y las gracias necesarias para
crecer en virtud
y perfección y llegar a ser ministros idóneos de la
Iglesia para gloria de Dios
y salvación de las almas’. No omitían la oración ‘por la
conversión de los
pecadores, de los infieles y especialmente de
Inglaterra’m. El P. Mariano falleció
consumido por la tuberculosis. El B. Domingo escribió
su biografía, en la
que pregunta: ‘¿Qué se observó de llamativo o
extraordinario en el P. Mariano?
Y responde: Nada, y si se atisbo alguna cosa fue la
extraordinaria exactitud
con que practicaba las virtudes ordinarias prescritas en
el evangelio a
cualquier cristiano, y en las Reglas a cualquier
pasionista. Se admiraba en él
la vida común mantenida con una fidelidad que no
suele ser común... Nadie
sabe cuánta virtud y cuánto esfuerzo se necesitan para
mantener nuestra vida
común, sino sólo quien se esfuerza por cumplir una a
una todas sus obligaciones>
m.

El B. Domingo escribió para la memoria histórica, y


además como ayuda
espiritual para los novicios y estudiantes, algunas
biografías que merecen especial
atención por haber salido de la pluma de quien sabía
mucho de santidad: 1)
Vida del estudiante Martín del SS. Crucifijo (+ 1823); 2)
Vida del estudiante
Bernardino de la Virgen Dolorosa (+ 1823); 3) Breve
información sobre la
184 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di alguni..., o.
c., pp. 338-349.

185 AGCP, Domenico, Breve Ragguaglio della vita e


virtù del fu P. Mariano di Gesù, religioso sacerdote
della nostra Congregazione..., f. 35.

186 AGCP, Domenico, Breve Ragguaglio della vita e


virtù del fu P. Mariano di Gesù..., o. c.„ f.4-5. La
biografía quedó inédita; el P. Lucas de San José la
imprimió con alguna pequeña modificación en
Civitavecchia 1874.
vida y las virtudes del estudiante Felipe del SS.
Sacramento (+ 1830)187 188 189; 4)
Breve información sobre la vida y las virtudes del
estudiante Emidio de la Virgen
Dolorosa (+ 1829). El B. Bernardo Silvestrelli usó este
material y lo incluyó
en el volumen Biografías edificantes de algunos
Clérigos Pasionistas.

El P. Bernardo de la Virgen Dolorosa, maestro de


novicios del estudiante Martín,
le aseguraba al P. Domingo de la Madre de Dios: ‘Lo
he tenido por un joven
de auténtica sencillez evangélica, siempre alegre,
amante de la mortificación la
obediencia y la oración, hablaba de cosas de Dios con
tanto fervor, que causaba
emoción oírle; era devotísimo de María Santísima; no
advertí nunca que cometiera
la mínima infracción deliberada. Y en la obediencia era
tan diligente que en
cuanto oía ‘Vaya’se ponía a correr, sin esperar a saber
a dónde o para qué’m.

El B. Silvestrelli subraya: ‘La inocencia de costumbres,


la vivacidad de la
fe, el fervor de espíritu al observar exactamente las
Santas Reglas y mostrarse
dócil y obediente, el desprendimiento de las cosas
terrenas, la profunda humildad,
su amor al recogimiento, a la oración y a la abnegación
de sí mismo; en
suma, el ejercicio de las virtudes que estos jóvenes
practicaron nos parece una
cosa estupenda para estimularnos a salir de la pereza
y seguir el ejemplo de los
santos’m.

En San Ángel de Vetralla, el 25 de noviembre de 1836


entraba en la comunidad
del cielo el hermano Ubaldo Michetti de S. Vicente
Ferrer, profeso
desde 1782. Trabajador incansable, fue aun más un
hombre recogido en Dios;
sus compañeros lo creían sumido en continua oración.
A ella dedicaba el tiempo
libre. En la huerta repetía a menudo jaculatorias con
gran fervor y espíritu de fe.
Devotísimo de la Virgen María, durante el trabajo
entonaba canciones o las letanías
en su honor. Dios le concedió la gracia extraordinaria
de poder leer en los
corazones y de predecir el futuro. Pero lo que más
maravilló a sus compañeros
fue la simplicidad y disponibilidad sin límites, siempre
inmerso en el amor de
Dios, como pedía Pablo de la Cruz190.

Entre los religiosos que tendieron a la perfección de la


caridad no hay que
olvidar a quienes en Bulgaria gastaron su vida
asistiendo a los apestados o a los
que murieron por las tribulaciones físicas y morales
que les causaban los bandoleros;
a ellos se ha hecho alusión ya al recordar el
apostolado en Bulgaria y
Valaquia.

187 AGCP, fondo Santos, Domenico, cas. 3, cart.


Lettere a P. Pío Cayro, el 3-VIII-l 830, Domingo
comunica
que la fundación en L’Aquila se ha realizado, que el P.
Félix ‘ha enfermado por el agotamiento del
viaje’. Añade que el estudiante Felipe tuvo que
quedarse en San Sosio por no poder proseguir el viaje
con los compañeros, pues ‘está reducido a las últimas.
¡Dichoso él, que nos roba el paraíso!’.

188 AGCP, fondo Santi, Domenico, cas. 7, cart. 2.

189 B. SILVESTRELLI, Biografie edificanti di alcuni


Chierici Passionisti..., Roma, Tip. Agostiniana
1938, p. 7.
190 B. SILVESTRELLI, Cenni biografici di alcuni..., o.
c., pp. 364-372.
En cuanto a las religiosas de la Pasión he mencionado
a algunas, como la M.
Vicenta de Santa Catalina; también habría que
nombrar a otras que fueron especialmente
fieles a Dios y a la vocación recibida.

Junto con los religiosos, algunos domésticos se


sintieron estimulados a ser
santos. En las memorias se menciona a Domingo
Lucidi y Pedro Marucci.

Domingo Lucidi murió en Monte Cavo en 1808,


después de haber pasado
casi toda su vida al servicio de la Congregación en
diversas comunidades. El
mismo Fundador lo apreciaba y lo escogió para la
primera casa abierta en Roma,
la del hospicio del Santo Crucifijo en 1769. Fue un
hombre de oración y de recogimiento,
además de poner toda la atención en el bien material
de la comunidad.
Pedro Marucci de Alatri murió el 3 de enero de 1821
en Ceccano, tras 30 años
de servicio a los pasionistas. Era ‘muy asiduo en la
práctica de todas las virtudes,
sobre todo de la paciencia, del cuidado de las cosas
del retiro, de la obediencia y
respeto a los religiosos y, sobre todo, la santa oración
y unión con Dios’. La santidad
de estos domésticos nos ayuda a comprender cómo
las comunidades donde se
encontraban eran realmente escuelas de oración que
los instruían y estimulaban191.

9.4. - Causa de Canonización de Pablo de la Cruz

El procedimiento canónico vigente para las causas de


canonización era muy
largo y económicamente costoso. Había muchas
reuniones y comisiones antes de
los congresos en los que se tomaban las decisiones.
Desde 1792 fue postulador
el P. Vicente María Strambi, que conservó el título aún
después de ser elevado a
las diócesis de Macerata y Tolentino. Pero los trámites
los realizaba el P. Pablo
Jacinto de la SS. Trinidad y, después de su muerte, el
P. Juan Lucas de la Asunción;
heredó el oficio, tras el fallecimiento de mons. Strambi
el 1 de enero de
1824, y permaneció en él hasta 1837192.

El aspecto económico era grave. La Congregación


carecía de ingresos fijos.
Con la invasión francesa en 1798 la situación
empeoró, pues el gobierno pontificio
fue obligado a una devaluación, como consta en el
libro de administración193.
En 1804 el General ordenó que, cada mes, todos los
retiros pasasen a la
postulación la limosna de tres misas194. Todavía fue
más lamentable el estado
económico de los institutos religiosos durante la
supresión decretada por Napoleón,
como se ha dicho ya. Antes de esta situación los
hermanos más nombrados

191 FILIPPO DELLA S. FAMIGLIA, Religiosi insigni


della Prov. dell’Addolorata, o. c.„ pp. 235-237.

192 AGCP, Libro di Esito della Causa del Ven. P.


Paolo della Croce... 1819..., f. 8v. Registro Causa di
Canonizzazione Paolo della Croce 1777-1819, f. 271.

193 A.GCP, Registro Causa di Canonizzazione...


1777-1819, o. c., ff. 268, 170.

194 AGCP, Registro Causa di Canonizzazione Paolo


della Croce 1777-1819, o. c., f. 202, la orden ‘para
contribuir a la pobreza de la Causa’ (f. 199) se deduce
de este registro.
que pedían limosna fueron Francisco de la SS.
Concepción, Miguel Ángel y Juan
Bautista de San Felipe, a los que la postulación daba
rosarios, crucifijos, estampas
y algunos cuadros de Pablo de la Cruz para
distribuirlos entre los que contribuían
a la Causa.

El 15 de mayo de 1810 fue clausurado por fuerza de


las circunstancias el registro
de la Causa y escondido a la espera de tiempos
mejores. Derrotado Napoleón, el
registro se abrió de nuevo el 15 de mayo de 1815 con
estas palabras:

‘Bendito mil veces el Señor, que después del triste


curso de acontecimientos extraños
y amargos que todos conocen, nos otorga la gracia tan
suspirada de proseguir la
Causa de Beatificación y Canonización de nuestro
Ven. Fundador P. Pablo de la
Cruz. Al cabo de seis años de inactividad involuntaria,
forzosa y triste, compartimos
el agradable y dulce placer de tomar de nuevo entra
las manos este libro y de abrirlo
con alegría de espíritu en el mismo mes y día en el
que quien entonces desempeñaba
este oficio se vio obligado con amargo llanto a cerrarlo
y hasta a enterrarlo’™.

Para cubrir de algún modo los muchos gastos se


recurrió a la única vía posible,
la de recoger limosnas en una cuestación
extraordinaria por varios estados
de Italia. Se solicitaron los permisos necesarios poco
después de la restauración
del Instituto, comenzando en 1816l%. Entre 1816-1826
la cuestación se hizo con
entusiasmo y con resultados en toda Italia, menos en
Sicilia. El P. Agapito de S.
Secundiano y un hermano recorrieron las Marcas, la
Umbría, las Delegaciones
de Ferrara y otros estados del norte de Italia; mientras
tanto, el P. Juan María de

S. Antonio y otro hermano pedían en el reino de


Nápoles. Recogieron limosnas
de gente humilde y de personas nobles y acomodadas.
Alguna vez estos religiosos
‘ limosneros’ tuvieron a su disposición un mulo o un
caballo.

Entre los que contribuyeron se recuerda a la condesa


de la Cerra de Nápoles,
que el 20 de noviembre de 1801 ofreció 45:56
escudos, y otros 80:20 el 21 de
marzo de 1804; el P. Nicolás Ottaviani de Jesús, que
murió en Bulgaria el 30 de
junio de 1802, había celebrado misas para la
Postulación y dejó 51:53 escudos;
el rey de Nápoles ofreció 65:58 escudos el 25 de
septiembre de 1805, y 118:16
el 30 de mayo de 1817; la reina de Etruria dio 10
escudos el 15 de julio de 1817;
el carmelita P. Tadeo Taddini, profesor y administrador
de la Sapienza en Roma,
en 1825 ofreció 6 escudos, y 82:40 en 1826; las
monjas pasionistas, a pesar de
las estrecheces económicas después del terremoto
que afectó al monasterio, en
1821 ofrecieron 3 escudos, y 5 anuales en los años
sucesivos; los sacerdotes de 195 196

195 AGCP, Registro Causa di Canonizzazione... 1777-


1819, o. c., f. 208; también el f. 282, en el apartado
de salidas, se escriben parecidas palabras de
entusiasmo.

196 AGCP, A. I-II/22-10, están los permiso para pedir


en el Estado Pontificio, en el Gran Ducado de
Toscana, en el Estado de Cerdeña y en el Reino de
Nápoles.
diversas comunidades renunciaban a la facultad
concedida por la Regla de celebrar
una misa a su intención, la aplicaban a la Causa de
Postulación y los superiores
enviaban la limosna correspondiente. Entre 1826-1839
esta recogida de
limosnas apenas se dio y la Postulación pudo seguir
adelante con los intereses de
la suma depositada. El 13 de octubre de 1838 se
recibió un legado de 196 escudos197
198. La Postulación suspiraba a que se llegase a la
discusión de la heroicidad
de las virtudes, pero antes había que pasar por tres
reuniones o congregaciones:
antepreparatoria, preparatoria y general.

El 13 de junio de 1820, tuvo lugar en el Quirinal la


congregación preparatoria
para discutir la heroicidad de las virtudes del
Fundador. Participaron 7 cardenales,
los cuales, según las normas, ‘no votaron, sino
escucharon los votos de los reverendísimos
consultores>m. Estos eran 24, de los cuales 15 dieron
voto ‘suspensivo’ y 9
positivo. Se trabajó ardientemente para responder a
las dificultades presentadas por
el promotor de la Fe y, para ganar tiempo, el abogado
Jacinto Amici pasó un mes en
la casa de los SS. Juan y Pablo. A finales de
noviembre de 1820 la respuesta estaba
ultimada; se imprimió en diciembre. Se logró que la
Congregación general en presencia
del Papa se tuviera el 13 de febrero de 1821.
Estuvieron presentes los cardenales
Della Somaglia, que expresó un voto ‘dubitativo’,
Galeffi, Naro, Bardaxy y
Vidoni que lo dieron positivo. De los 28 consultores
uno se abstuvo por ser la primera
vez que participaba en las reuniones, 24 fueron
positivos y 4 ‘negativos’199. El
resultado, pues, era favorable. El Postulador encontró
mucha benevolencia en los
encargados y pudo lograr que se preparase el decreto
sobre la heroicidad de las virtudes
el 18 de febrero de 1821. Era el Domingo de
Septuagésima, en que se hacía
memoria de la Pasión de Jesucristo. Los movimientos
revolucionarios de aquel
momento en el Estado Pontificio y en muchos otros
estados de Italia hicieron temer
que se retrasase la publicación del decreto, pero se
consiguió este objetivo.

En el decreto se recuerda que Pablo no quiso saber


otra cosa que Cristo Crucificado
y que dejó como encargo a sus religiosos que se
fortaleciesen con la
memoria de Cristo que ha sufrido en su cuerpo, pues
así serían capaces de producir
muchos frutos de virtud de los que se alegra la Iglesia.
El Papa, después de
oír el parecer afirmativo de los consultores, se había
convencido de la santidad

197 AGCP, Registro Causa di Canonizzazione Paolo


della Croce... 1777-1819, o. c., ff. 201, 202, 208,
210, 284-285; vol. II, desde 1819, f. Ir. - 5r, 8 v.

198 AGCP, Libro di Esito della Causa... dal 1819, f.


3rv. Es interesante la nota de gastos: al abogado
por asistir a la Congregación, 4:80 escudos; al
procurador por la misma asistencia, 2:40 escudos; al
secretario, 6 libras de cera de mesa, 6 panes de
azúcar adornado, 15 libras de chocolate; los mismos
obsequios al promotor; al abogado y al procurador, 15
libras de chocolate a cada uno; al vicepromotor,
al sacristán, al P. Maestro del Sagrado Palacio y a los
15 consultores religiosos, diez
libras de chocolate a cada uno; al auditor del cardenal
ponente seis libras de chocolate y cuatro al
sustituto de la Secretaría de Estado.

199 ASV, Congr. de’Riti, Processo Paolo della Croce,


1814-1821, ff. 96r -97v, 109v-110v.
del Siervo de Dios más de lo que ya estaba cuando lo
conoció en vida. Por este
convencimiento, en el día en que la Iglesia invita a
meditar en el misterio de
Cristo, ‘quiere proclamar las virtudes del Venerable
hombre que siempre llevó
la Pasión de Cristo en los labios y en el corazón, y
quiso que sus religiosos la
tuvieran como distintivo especial’200.

Aquel día fueron invitados a la comida con la


comunidad de los SS. Juan y Pablo
el abogado con su sobrino, que era canciller y
archivero de la S. Congregación de
Ritos, el curial, el encuadernador de confianza Carlos
Moschetti con su hijo. Para la
comida la Postulación gastó 3:58 escudos, y otros 2:50
para pastas y dulces distribuidos
también entre los religiosos201. Se hicieron 2.000
ejemplares del decreto, mil
en folios grandes y los otros en pequeño formato para
enviarlos también fuera del
Estado Pontificio202. Se envió a los obispos,
especialmente de las diócesis en donde
Pablo era conocido, y a las de Alejandría y del reino de
Cerdeña y a los amigos.

Se prosiguió trabajando en el proceso relativo a los


dos milagros obtenidos
por intercesión de Pablo en Fondi en 1816. En la
reunión antepreparatoria del 4
de septiembre de 1827, en la basílica de los SS. Juan
y Pablo fue expuesto el SS.
Sacramento para obtener la luz del Espíritu Santo en
la discusión que se temía
negativa203. De los 23 votantes, sobre el primer
milagro, hubo 6 positivos, 13 en
suspenso, 3 negativos y una abstención; sobre el
segundo, 5 positivos, 14 en suspenso,
3 negativos y una abstención. Se requirió el voto de las
lumbreras del
tiempo, entre otros Andrea Belli. En la reunión del 8 de
junio de 1828, el resultado
de los 23 votantes no fue lisonjero: sobre el primer
milagro, 8 positivos, 12
en suspenso y 3 negativos; sobre el segundo, 7
positivos, 13 en suspenso, 3 negativos.
Se buscaron otros pareceres, y, al cabo de cerca de
14 años, el 4 de junio
de 1839, se tuvo la congregación general ante el Papa.
Las posiciones se mantuvieron
igual y no se obtuvo la sentencia positiva del Papa que
hubiera abierto el
camino a la beatificación, cosa que no ocurrió hasta
1853204.

El Fundador era conocido en toda Italia, pues la


Postulación hizo denodados
esfuerzos por darlo a conocer enviando cuadros en
tela, pintados en su mayoría
por Domingo de la Porta, a los que habían dirigido el
proceso ordinario y después
el apostólico en las diferentes diócesis; a los
bienhechores se regalaban
200 Cfr. el decreto en Acta XV (1942-1947), pp. 140-
141.

201 AGCP, II Libro di Esito della Causa... dal 1819, f.


5v. La Postulación, según las normas escritas o
de tradición, con motivo de la Navidad y del verano,
regalaba unos quince capones a varios personajes
y propinas en metálico a los empleados de la
antecámara. Por la Pascua se obsequiaba un cierto
número de pichones.

202 AGCP, Libro di Esito della Causa... dal 1819, f. 5r,


el gasto fue de 28 escudos.

203 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 773-1829, f.


159.

204 Una breve síntesis sobre el proceso de la Causa


se puede leer en Acta XVIII (1953-1954), pp. 83-
87. Sobre los milagros estudiados cfr. en AGCP tres
Positio impresas en Roma 1827, 1828 y 1839.
ASV, Congr. de’Riti, Processo Paolo della Croce, 1827
- 1831, ff. 21v-23v, 73v-75v.
muchos ejemplares de la vida escrita por Mons.
Strambi; y se distribuyó a millares
la imagen en papel de diversos formatos; y los que
hacían la cuestación mantuvieron
viva su memoria con medallas y escapularios de la
Pasión, conservando
buena relación con los obispos y los sacerdotes.

9. 5. - Causa de Canonización de mons. Vicente María


Strambi

Murió el 1 de enero de 1824 en Roma, en el palacio


del Quirinal donde el Papa
León XII le había preparado una modesta habitación.
El Papa, movido de la estima
que de él tenía y de agradecimiento por haber
recuperado su salud tras el ofrecimiento
que mons. Strambi hizo a Dios de su propia vida, quiso
que se iniciase cuanto
antes la Causa de Canonización. Se hicieron dos
mascarillas de cera de su rostro
para conservar su fisonomía. En abril se encargó a
Costantino Giusti una tela del
Siervo de Dios, que fue presentodo a León XII; y se
hizo pintar otra parecida para
regalarla a la duquesa de Lucca, María Luisa, Infanta
de España y gran admiradora
de mons. Strambi. El 3 de septiembre de 1824 se
obtuvo del cardenal vicario Plácido
Zurla el permiso para instmir el proceso informativo en
Roma. Dentro del mes
fueron enviados los documentos y las instrucciones
para organizar también el proceso
informativo en Milán y Macerata. Fue una gran ayuda
para encaminar el proceso
mons. Andrés María Frattini, promotor fiscal adjunto.
Se mandó hacer varios
retratos del Siervo de Dios para remitirlos a los obispos
en cuyas diócesis se realizaba
el proceso informativo; también se imprimieron
estampas en diferentes tamaños
para promover su devoción205.
En enero de 1829 se inició en Civitavecchia el proceso
informativo, en febrero
de 1830 en Tolentino y en 1833 en Viterbo para
escuchar a los testigos de estas
ciudades. El 1 de septiembre de 1834 se tuvo la última
sesión informativa de
Roma en presencia del cardenal vicario Zurla. En
1839, completos ya los diversos
procesos, se entregaron las actas a la Congregación
de Ritos para la apertura
oficial de las mismas y para sacar copias.

Al final de esta etapa, mons. Strambi, tan apreciado en


vida, permanecía en
la memoria y en el corazón de quienes lo habían
conocido y de muchísimas per-

205 AGCP, Libro d’Esito della Causa del Servo di Dio


Mons. Vincenzo M. Strambi Religioso Pastonista
e Vescovo di Macerata e Tolentino, cominciando dal
mese di gen. 1824, Irv., dibujo de Giusti
y grabado en cobre de Tomás Minardi; Pedro Battalini
grabó una lámina de cobre con el Siervo
de Dios cuando tenía unos 50 años (f. 2r); en mayo de
1827 Santiago Conca pintó dos cuadros de
mons. Strambi, uno de ellos se conserva en la casa de
los SS. Juan y Pablo, y el otro fue regalado
a León XII; en agosto de 1827 el grabador José
Mochetti sacó en cobre una copia del lienzo de
Conca (f. 2v,3r); el mismo grabador en enero de 1828
preparó otra lámina de cobre con mons.
Strambi ‘en sus últimos años’ (f. 4r). En febrero de
1831 el pintor José Landucci realizó un cuadro
de mons. Strambi con hábito pasionista (f. 9r), y en
diciembre otros tres con mons. Strambi ‘a mitad
figura o en busto, después remitidos como regalo a
Civitavecchia’ (f. lOr).
sonas que habían recibido de regalo su estampa con
una síntesis de su vida, y
además por la fama que el proceso informativo tuvo
sobre la opinión pública
más capacitada para interesarse por estas noticias de
la vida eclesial. En 1824 se
publicó en Milán una breve biografía con algunas
cartas de dirección espiritual
a la condesa Carolina Trotti de Durini206. También
contribuyó a mantener su
memoria la reimpresión de su libro sobre la
Preciosísima Sangre.

La economía de la Causa fue al principio bastante


insuficiente y debió hacerse
un préstamo de la Causa del Fundador. En 1828 el
General P. Antonio de San
José encargó al P. Agapito de S. Secundiano que
recogiese limosnas también
para la causa de mons. Strambi en Roma. Logró 78:24
escudos. En agosto
siguiente el General lo mandó a Milán con el hermano
Camilo de Jesús. Estuvo
allí del 6 de septiembre al 6 de diciembre de 1828. El
23 estaban en Roma con
948:97 escudos. Los dos fueron a dar una vuelta por
Civitavecchia, Corneto,
Toscanella, Viterbo, Montefíascone y Orvieto.
Recibieron ayuda económica para
la Causa, y contribuyeron a conservar la memoria del
Siervo de Dios207. Entre los
colaboradores destacan los superiores y las
comunidades de Recanati y Morro-
valle. Un misionero de Bulgaria, P. Esteban Monetti, al
regresar a Italia el 31 de
enero de 1835, dio a la Postulación 58:37 escudos208.

Mientras avanzaban los procesos informativos, el P.


Ignacio del S. Costado
preparó la biografía de mons. Strambi que aparecería
en 1844.
10. - Economía de las comunidades y compromiso con
la pobreza religiosa

El Fundador y los superiores no se cansaban de


recordar a los religiosos que
su economía dependía de la confianza en la
Providencia de Dios: ‘¿Qué comeremos?
¿Qué beberemos ? ¿Con qué nos vestiremos?...
Buscad ante todo el reino
de Dios y la justicia, y todo esto se os dará como
añadidura’ (Mt 6, 31-33). Les
recordaban igualmente que si tenían fe y trabajaban
abnegadamente, Dios mantendría
la promesa hecha a los Doce cuando los envió en
misión: id como pobres
sin provisiones, ‘pues el obrero es acreedor a su
sustento’ (Mt 10, 10).

Desde este planteamiento de fe nacía la vigilancia de


los superiores mayores
y de los Capítulos generales y provinciales al
recomendar calurosamente la fidelidad
al servicio de Dios, la obediencia a la Regla como
signo de la voluntad de

206 Compendio della vita di Mons. Vincenzo M.


Strambi, già vescovo di Macerata e Tolentino scritto
in latino e tradotto in italiano dal professore di rettorica
del seminario di Macerata Sig. Michele
Peruzzo, corredato di copiose note dal can. Pietro
Rudoni, Milano 1824, pp. 91-

207 Las noticias se toman de AGCP, Libro d’Esito


della Causa... Strambi, o. c., f. 12r, 16r. Libro d’introito
della Causa del Servo di Dio Mons. Vincenzo M.
Strambi,.., gennaro 1824, f. h-2rv. La ciu-
dad de Civitavecchia corno homenaje a su paisano dio
200 escudos el 10 -V- 1833 (f. 4r.)

208 AGCP, Libro d’introito della Causa... Strambi, o. c.,


f. 4v,5rv.
Dios en la Congregación, un estilo de vida pobre que
significaba procurarse
medios de subsistencia y contentarse con lo
imprescindible. El General P. José
Claris, el 30 de noviembre de 1798, aun en medio de
las dificultades que provocaron
la invasión francesa y la República Romana,
recomendaba: ‘No olvidéis la
frase o sentencia de nuestro Ven. Padre, de quien
recibimos las primicias del espíritu
del Instituto, que la Providencia entra por las ventanas
del coro. Usese moderada
diligencia en la satisfacción de las necesidades
primarias, y no se mande
afuera a los religiosos por cosas de poca importancia;
la Providencia pensará en
proporcionárosla. Tengamos bien claro este punto:
cuando se da intranquilidad
en las casas, la raíz hay que buscarla en la
inmoderada ansia de lo temporal, tal
como lo advierte la S. Regla: “insana cupiditas turbabit
omnia ”209.
La Regla decía: ‘La pobreza es el estandarte bajo el
cual milita toda la Congregación;
por eso en fuerza del voto no será lícito poseer bienes
estables bajo
cualquier título, excepto los terrenos anejos de huerta,
prado y selva para uso de
la casa y para el cultivo necesario de esos terrenos.
Nunca será lícito vender los
productos que sobren, ni tener rentas fijas, si no es
con permiso del Prepósito
General o del provincial’ (cap. 13).

Por fidelidad a esta norma no se quiso mantener el


olivar en la fundación de
Lucca. Por el mismo criterio se dieron orientaciones y
decretos que asegurasen
el cumplimiento de principio tan básico. En la consulta
del 7 de enero de 1823,
el General P. Pablo Luis, tras revisar la vida que se
llevaba en las comunidades,
consideró prudente dar algunos decretos:
7. En ningún retiro se haga el vino o vinagre con la uva
de la propia huerta, ni
siquiera para los forasteros, ni para la misa, ni para los
empleados; la uva que
sobre dése, según las Reglas, a los pobres o a los
bienhechores. Puede permitirse
la uva pasa o el mosto cocido, pero no más que lo
necesario para la familia,
y nada más.

2. En nuestros jardines no se introduzca el lujo de las


columnas de obra y pérgolas;
úsese la madera con la sencillez y pobreza que
acostumbraban nuestros antepasados.

3. En nuestros huertos no haya excesivos enjambres,


sino los aconsejables para
la miel que necesite la comunidad; y no se venda la
cera virgen, aunque se puede
cambiar por cera ya elaborada.
4. No se haga jabón para la venta, ni aun por terceras
personas. Hágase lo que
la comunidad necesita para su uso.

5. Nadie, a no ser aquellos a quienes se lo permitió el


Ven. Padre, tenga para su
uso un reloj o despertador particular; que todos sean
propiedad del retiro, y en
él lo dejarán cuando el religioso cambie de casa,
incluido los rectores. Si el despertador
fuera necesario para ir a misiones, se lo dará el rector
de la casa en la

209 Acta XVI (1948-1950), p. 203.


que estén, y a él se lo devolverán al regreso. Procuren
los provinciales que para
esta necesidad haya uno o dos en cada retiro.

6. En las celdas de los ejercitantes se puede poner


una mesita, un reclinatorio,
4 ó 5 sillas regulares, 6 ó 7 imágenes con su marco y
la cortina en las ventanas;
pero nunca marcos dorados ni persianas.

7. Como está permitida la venta del grano que sobra, a


los retiros que no tienen
grano para vender podrá concedérseles el mismo
permiso acerca del aceite
o vino para su decente mantenimiento; pero todo esto
habrá de hacerse con
la máxima cautela y en secreto.

8. No se permita en nuestros retiros criar muchos


cerdos, ni mucho menos venderlos;
críense los necesarios para el consumo del retiro, y
ninguno más.

9. En los días festivos no se permita llevar cargas al


retiro ni que del retiro se
trasporten a otra parte; esto resulta un escándalo
indigno, especialmente en
nosotros, que predicamos a otros el cumplimiento
exacto de los días de fiesta; se
prohíbe hasta pedir licencia de los obispos o de sus
vicarios para el mismo fin..

13. Los superiores, al otorgar permisos para usar


tabaco, o beber, o tomar desayuno,
no los prolonguen más de quince días, para no privar
al religioso del
mérito de la obediencia y para que las licencias no se
conviertan en costumbre.

14. No se permita a los religiosos almacenar tabaco en


la habitación; para esto,
como para otras cosas, pedirán licencia cada quince
días.

15. Modérese el excesivo ir y venir de los religiosos’.

Al enviar a los provinciales estas normas añadió esta


recomendación: ‘ V. P. vea
lo que necesita su provincia, y animado de celo
procure siempre el servicio de
Dios, el decoro de la Congregación y el bien de
nuestros religiosos, y en su nombre
y en el mío ponga remedio ,21°.

Estas medidas indican qué interés se ponía en que


fuera vivida y testimoniada
la pobreza religiosa en sus variadas manifestaciones.

La economía de las comunidades solía ser escasa,


porque se vivía en medio
de gente pobre, empobrecida aún más con el paso de
los ejércitos franceses, de
bandas de sublevados y de los ejércitos austríaco o
napolitano que cruzaban la
península e imponían cargas para su mantenimiento a
los municipios o hacían
razia de cuanto estaba a su alcance. La inseguridad de
los campos por culpa de
la guerra creó dificultades a la agricultura y rebajó las
cosechas. Coincidieron
además sequías y epidemias ya recordadas. Por todo
este conjunto de circunstancias
es fácil comprender que la gente, especialmente de las
montañas, vivía 210

210 AGCP, A. II-V/4-1, 1-3. Consulte Gen. 1805-1865.


En el n. 10 se hablaba de no omitir nunca la
última misa; en el n. 11, de que se celebrase la misa
conventual en el altar mayor en los días de rito
semidoble; en el n. 12 recordaba que no se introdujera
a los seglares en las habitaciones ni se descuidase
la oración comunitaria por estar con ellos.
con suma pobreza, a veces en la miseria.

Cuando, a la caída de Napoleón, se restableció la vida


comunitaria como se
dijo en otro momento, los retiros devueltos por los
respectivos gobiernos se
hallaban desprovistos de todo, hasta de ventanas y
puertas, y nada digamos de
mesitas, camas, muebles de cocina, instmmentos para
la colada, etc. El General
P. Tomás recibió alguna ayuda de varias personas y la
distribuyó entre los retiros
para que mejorasen sus dependencias. El General y
los provinciales concedieron
fácilmente licencia para pedir limosna de géneros
alimenticios no indicados
en las Reglas o para las necesidades de un
mantenimiento ordinario, o para
remediar situaciones especiales. Previa solicitud de los
rectores, y una vez comprobada
la necesidad, los superiores mayores daban permiso
para pedir queso,
carne salada, cáñamo, lana, manzanas o castañas, y,
según un uso ya introducido
por el Fundador, permitían que se vendiera lo que
sobraba del mantenimiento
de los religiosos a fin de contar con dinero para
comprar lo que necesitaba la
comunidad o para introducir mejoras. Al conceder
estas licencias, algunos provinciales,
como el P. Domingo de la Madre de Dios, recordaban
que entre las
salidas debía figurar de modo claro la limosna dada a
los pobres2".

Los superiores mayores prestaban especial atención a


que los rectores dieran en
su debido momento la ropa interior y el hábito a los
religiosos, para que durante el
invierno se encontrasen bien equipados dentro de lo
que permitía el tipo de ropa de
la época. El General P. Antonio de San José llamó
fuertemente la atención a los rectores
el 31 de marzo de 1832. Recordaba la benevolencia
del P. Tomás, el cual, después
de la época de Napoleón, acudió a las necesidades de
las casas permitiendo que,
al tomar el paño de la fábrica, se retrasara el pago.
Esta condescendencia continuó
hasta 1831; pero había advertido que algunos rectores
no se daban ninguna prisa en
pagar, o solicitaban el paño cuando no tenían con qué
pagar, obligando de este modo
al General a enviárselo para no hacer sufrir a los
religiosos. Por eso ordenó que en el
futuro, a mitad de septiembre, los rectores mandasen
la nota del paño que necesitaban,
a fin de enviárselo a finales de octubre y que lo
pagasen inmediatamente211 212.

Otro modo de dar testimonio de pobreza era hacer los


viajes a pie, especialmente
cuando se iba a pueblos vecinos. El P. Claris ordenó:
‘Salvo casos de
urgencia, como para buscar las medicinas de los
enfermos, o casos parecidos,
los religiosos vayan a pie, y si el destinado no puede ir
así, que lo supla otro que
sí pueda caminad213.

211 AGCP, Domenico, 18-VII-1839 en San Sosio; en


Ceccano el 6-VII-1839 escribía: ‘se concede
licencia de vender las grasas que sobren del honesto
mantenimiento de los religiosos y de la limosna
que debe darse en la puerta a los pobres, que se
recomienda sea abundante’ (extractos de los
registros de los retiros, f. 6, 12).

212 Circular publicada en Acta XVII (1951-1952), pp.


130-131.

213 Acta XVI (1948-1950), p. 244.


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SACERDOTE PASSIONATA
AGGIUNTOVI IN FINE
vx Divoro escacimo in onori; della muir.
ÜAXTJ55I3IC DEL EEftC.VTOEE CROCIFISSO
il Olii DOLORI DI, MARIA SANTISSIMI
CON ALTRE HE PRÀTICHE.

ISTITUZIONI

DI ELOQUENZA SAGRA

DIVISE IN DDE PARTI


TER INDIRIZZO, ED AMMAESTRAMENTO
DEI PRINCIPIANTI SACRI ORATORI

E PWSC1TALMENTÉ DI COLORO CHE DA DIO


SO» CHIAMAI! ALL' APOStOÙCO MW1STLHIO
DELLE SANTE MISSIONI

ESPOSTE

DAL P. IGNAZIO DEL COSTATO DI GESÙ

SACERDOTE PASSIONATA.

PARIMI. TOMO2.

Fujgcbunl... q«ì ad {usiifimn cru«


diuiitmultos quasìstclhum {icrpe-
iuas aeternùaies. Dan.Xll. 3.

ROMA

IÍ E L COLLEGIO URBANO

biboothéca
Conno. Históricas C.P.

COMPENDIO

DI PRECETTI RETTORIEÌ

COMPILATI

DAL P. VINCENZO MARIA


DI S- PAOLO STRAMBI

SACERDOTE DELLA CONGREGAZIONE


DELLA PASSIONE POI VESCOVO
DI MACERATA E TOLENTINO

AD USO DEI niOTAtf DELLA DETTA


CONCiRIGÀIlOM!
DA ISTRADARSI PER L*fSERClI10 DPJLT-R SS.
MISSIONI
con i/aggiunta di alcune brevi note

X CON i/aMPLUZIONS DtLLB RTQOLT. TTJi ALCUNI


COMr
PORlMtRTt PARTICOLARI , CHE A PPARTKN 0'JJÌ6»

At MlNlSTCM liti atJSSlORAR! rASSIONiSTI.


La actividad apostolica de la Congregación

I. - La actividad apostólica en Italia

1. - Metodología

En la comprensión de la identidad pasionista entraba


claramente el apostolado
para edificar a la Iglesia con el buen ejemplo, la
oración de intercesión y la predicación
itinerante. Ésta se ejercitaría en forma de misiones
populares y ejercicios al
público o en los monasterios y seminarios, al clero y a
los seglares; también recibiendo
a hombres en los retiros para ejercicios, y atendiendo
a los fieles que se acercaban
a la propia iglesia con el sacramento de la
reconciliación y la dirección espiritual.
Todo esto se dejaba en claro a la hora de aceptar una
fundación y durante el
proceso de formación de los jóvenes religiosos, como
se ha dicho ya.

El método de las misiones1 era el introducido en


tiempo del Fundador. Muy
sobrio en manifestaciones exteriores, estaba en línea
con la pastoral propuesta
por las normas civiles y eclesiásticas de la mitad del
siglo XVIII, contrarias a
exterioridades excesivas. En este período los
pasionistas predicaron misiones en
el reino de Nápoles. En esta zona el gusto por las
ceremonias exteriores era muy
notable, lo que justificaba en los redentoristas y otros
misioneros el uso de manifestaciones
sociales. Los pasionistas se acomodaron algo al
ambiente e introdujeron
algunos actos desconocidos en la época del Fundador.

Para mantener uniformidad en el método, el


Reglamento común de 1778 había
dedicado un capítulo a las misiones y ejercicios. Con
algunos puntos nuevos, aquellas
normas permanecieron en el Reglamento común
revisado en 1827. Como criterio
se indicaba que las manifestaciones se usasen
prestando mucha atención al
carácter de los pueblos y a la línea pastoral de los
obispos y párrocos: 'Las circunstancias
y las exigencias de los lugares en donde se dan
misiones no son iguales
en todas partes y suele variar de un lugar a otro; por
eso corresponderá a la
prudencia del superior de la misión tenerlos en cuenta,
y de acuerdo con ello
hacer o modificar en todo o en parte los actos
habituales de nuestras misiones,
sobre todo si será conveniente o no retirar el crucifijo y
la imagen de la Virgen.

1 Cfr. L. MEZZADRI, Missioni e Predicazione


Popolare, en DIP, 7, 563-572. GIUSEPPE ORLANDI,
La Missione Popolares in età moderna’, en AA. VV.,
Storia dell’Italia religiosa, 2, L’età
moderna, Laterza Bari 1994, pp. 419-452. F.
GIORGINI, Il ruolo delle missioni itineranti nella storia
della Chiesa, en AA. VV., Missioni al popolo per gli
anni '80, Ed. Antonianum, Roma 1981,
pp. 47-94.
Los compañeros deberán someterse a la decisión del
superior n.

Algunas ceremonias introducidas: en el sermón sobre


el pecado, el predicador,
en un momento concreto, tomaba el crucifijo, lo
posaba sobre el palco y llamaba
a los pecadores para que subieran a pisotearlo. Esto lo
hacía para profundizar
en el sentido del pecado, pues estaba claro que nadie
hubiera subido a pisar
la imagen. Después el predicador, arrodillado, pedía
perdón y misericordia,
mientras el pueblo gritaba: ¡Misericordia, nunca más
pecar!

En la meditación sobre el juicio de Dios, para despertar


la conciencia de los obstinados,
el predicador, al llegar a un punto de sus reflexiones,
se dirigía a Cristo y
le sugería que se marchara en señal de maldición.
Tomaba el crucifijo y lo ponía de
espaldas al pueblo, diciendo, por ejemplo, ‘¡Ah,
pecadores, pecadores! Hasta Cristo
os vuelve la espalda y quiere maldeciros... Pero ¡no,
Señor!, ten piedad y concédeles
el perdón’. Seguía una larga peroración para despertar
la conciencia y volvía
a poner la imagen mirando al pueblo, para infundir la
confianza.

Al predicar sobre el sacrilegio, y a veces sobre la


obstinación en el pecado,
el predicador invitaba también a Cristo a marcharse de
aquella iglesia para no
recibir más ofensas. Mandaba retirar el Santísimo
Sacramento, el crucifijo y la
imagen de la Virgen María. Como se ha dicho arriba, el
Reglamento común
advertía al superior de la misión que ponderase bien la
conveniencia de estos
gestos. Muchos, entre los cuales el R Domingo de la
Madre de Dios, no lo consideraban
serio, sino peligroso desde el punto de vista teológico y
pastoral, pues
en vez de alentar la confianza en la misericordia divina
podrían empujar a los
pecadores a la desesperación. No obstante, en
algunos pueblos produjo fortísimo
impacto, como ocurrió en 1816 en Acuto y Filettino, al
sur del Lazio2 3.

Otra ceremonia que entusiasmaba a no pocos


misioneros era la aparición de
la Virgen. Se realizaba al hablar de ella hacia la mitad
de la misión o también en
la plática sobre la paz y la reconciliación. Con ello se
quería mover a los oyentes
a que, por amor a la Virgen, se perdonasen unos a
otros, y además entregaran
armas, libros prohibidos, cartas de juego y de magia...

Mucha diligencia se ponía para que resultara buena y


fructífera la meditación
sobre la muerte de Cristo, que iba unida a la
exhortación a dar y recibir la paz y
el perdón por cualquier ofensa hecha o padecida. El
Reglamento dedicaba a ello
un número, y el n. 15 del Directorio de 1838 mandaba
que no se suprimiera
nunca, ‘aunque algún crítico indiscreto y poco devoto
la censurase’4.

Las procesiones fueron en esta época más habituales


que en el pasado.

2 AGCP, A. II-IV/4-5, Regolamenti... 1827, p. II, reg.to


VI, Delle Missioni, n. 7.

3 AGCP, A. IV-VI/1-1, Elenco delle missioni fatte dopo


rivestito l’abito.

4 AGCP, 15/B/24, Compendio..., 122.


Cuando menos había una procesión con la estatua de
Santa María al final de la
misión, aunque a veces salía en su lugar por las calles
del pueblo la imagen
yacente de Cristo muerto.

Estas ceremonias fueron asumidas tranquilamente en


la provincia de la
Dolorosa al sur del Lazio y en el reino de Nápoles; en
cambio en la provincia de
la Presentación, que se movía en Roma, en Toscana y
a veces en Liguria, el ceremonial
era más austero porque el ambiente era menos
propicio a tales ceremonias.
El mismo Directorio advertía que, antes de programar
una manifestación
externa 'conviene ponderar el carácter y la
idiosincrasia del pueblo en donde se
predica. El reino de Nápoles, normalmente más
propenso a exterioridades incluso
en lo material, está habituado y (estas ceremonias)
producen efecto; en esta
región se puede uno mover con más espontaneidad, e
igualmente, aunque
menos, en el Estado Pontificio*. La Toscana y otros
muchos lugares, sobre todo
en ciudades, en los tiempos que corren, son de un
gusto tan íntimo que desprecian
las exterioridades o se burlan de ellas tachándolas de
frailada ’ ( cosa de
frailes, ridicula) y bufonada, y son tan delicados que
con sólo ver que se saca la
disciplina se podría arruinar el fruto de la misión,ft.

2. - Eficacia de las misiones y de los ejercicios públicos

En los últimos treinta años ha habido un renacimiento


de los estudios relativos
a las misiones populares, y se han realizado muchas
investigaciones con
valores y criterios culturales muy distintos. Algunos
estudiosos han insistido, me
parece que excesivamente, en afirmar que toda la
pastoral de la Iglesia en la
época de la restauración, y por consiguiente también
las misiones populares,
estaba orientada a recuperar el régimen de cristiandad
del antiguo régimen, es
decir, a recuperar los privilegios de los que despojaron
a la Iglesia la revolución
francesa, los gobiernos iluministas y la política de
Napoleón. Si se examina con
detención los escritos de los pasionistas aparece con
claridad meridiana que, al
menos ellos, no se trazaron ningún objetivo político ni
para ellos ni para la Igle- 5 6

5 AGCP, A. IV-V/2-6, Ministeri 1825-1827, el obispo de


Perugia, el 10 -VI- 1827, recomendaba que
no se hicieran ‘exterioridades’ para no arruinar la
misión. Él era experto en misiones y sabía que
‘cierta aparatosidad de la penitencia’ puede ser útil,
pero siendo obispo desde hacía nueve años en
Perugia ‘he comprobado que esta población muy
servicial y dócil aborrece las exterioridades’.
También mons. Zelli, obispo de Cingoli, en 1826 no
quiso que se usase la disciplina; y el mismo
año en Fermo y en Ascoli Piceno sólo se hico la
‘aparición de la Virgen’. AGCP, A. IV-V/2-6,
Ministeri 1825-1827, folio suelto que inicia ‘1826 nel
mese di Nov... ’

6 Regolamento comune del 1827, parte II, reg. 6, nn. 7


y 8. Direttorio per le Missioni che si fanno
dai Chierici Scalzi della Congregazione della Passione
di Gesù Cristo, Collegio Urbano, Roma
1838, pp. 105-121. AGCP, Manoscritti, P. Gaetano,
mns. 238; P. Luca della SS. Trinità, mns. 419,
ff. 119, 207-208, 231-232. Compendio, o. c., pp. 121-
122.
sia. No buscaban más que ser ’embajadores de Cristo’
(2 Cor 5, 20) y llevar a las
personas a Cristo, salvador del hombre. Me parecen
atinadas las palabras de
Gabriel de la Rosa, estudioso de la religiosidad popular
y de las misiones al pueblo:
‘Sería injusto considerar las misiones populares como
promoción de un consenso
de la gente del campo entorno a la Iglesia o como si el
‘devocionismo’
fuera factor contrario a las ciudades o a la burguesía
iluminada; sería aplicar una
metodología política a situaciones más o menos
contemporáneas’7.

Sobre el éxito influían muchos factores: el tiempo


oportuno, teniendo en cuenta
el tipo de trabajo de los habitantes, la existencia o no
de enemistades, usureros,
concubinarios, sectarios, masones o anticlericales. Un
elemento importante era el
testimonio o servicio pastoral del clero. El fruto de las
misiones era bueno en general,
a veces incluso extraordinario. Se advierte en
ocasiones fervor y entusiasmo.
Fue intensa en general la asistencia de fieles y la
participación de hombres y mujeres
a recibir el sacramento de la reconciliación; en algunos
pueblos hacían colas
durante horas y días para confesarse con un
misionero. En Doglio, diócesis de
Todi, en 1840, algunos hombres convertidos a Dios se
hicieron ‘apóstoles con los
compañeros envejecidos en el vicio’ y los llevaron a
confesarse, ‘lo que provocó
conversiones inesperadas’8. No fue raro el caso de
personas que subían al estrado
para pedir públicamente perdón por los escándalos
dados9.

El tiempo inclemente dificultaba a veces la misión,


pues no era fácil la asistencia
de la gente; en otros casos la voluntad de vencer el
miedo a la lluvia o a la
nieve constituía un impulso interior que desembocaba
en una conversión más radical.
En junio de 1827, los pasionistas, después de once
años, dieron misión en
Arpiño. Casi todos los días llovía a cántaros; la iglesia
era pequeña, y había que
predicar en dos capillas o, si paraba la lluvia, en la
plaza. Para los misioneros era
una angustia constante; ‘sin embargo, escribía el P.
Lucas María de la SS. Trinidad,
el pueblo acudió en masa sin importarle ni la plaza
encharcada ni la humedad
ni el cielo amenazante. Las funciones han podido
seguirse totalmente y han
salido bastante bien. Ha sido realmente abundante el
fruto, y, al parecer de los PP.
Barnabitas, muy superior al de 1816... Desde la
primera mañana comenzaron a
acudir los hombres a confesarse, y no fue necesario ni
una simple invitación’10.
1 GABRIELE DE ROSA, Mutamenti rivoluzionari e
tradizioni confessionali nei paesi occupati dalle
armate napoleoniche, en Ricerche di Storia Sociale e
Religiosa Nuova serie, 1989, p. 14.

8 AGCP, B. II-III/2-5, Ministeri... Todi, f. 100.

9 AGCP, A. IV-V/1-7, Nota delle S. Missioni ed Es. Sp.


Fatti nel... 1828 de la Prov. de la Pies., ff. 4-
6. AGCP, A. IV-V/22-6, Ministeri 1825-1827, anno
1825 Ritiro di S. Giacomo presso Todi, en Cor-
ciano, dióc. De Perugia.

10 AGCP, A. IV-V/2-6, Ministeri 1825, 1826, 1827. Los


misioneros enviaron después una bella imagen
de la Virgen de la Modestia y el canónigo Antonio
Quadrini prometió entronizarla con solemnidad
para que estimulase a las mujeres a vivir con
modestia, y para recordar a los hombres la promesa
de no jugar ‘al tocco’; Ibid., cartas del 6-X- y 6-XII-
1827.
El 2 de noviembre de 1824 el P. Antonio Testa
informaba al General sobre la
marcha de la misión que se daba en Livomo: ‘Parece
que el Señor ha recibido
gloria de lo que se ha trabajado en Livomo. Se ha
seguido el siguiente método:
a las 6 de la mañana (según el horario introducido por
los franceses) el P. Joaquín
daba un catecismo, a las 10 lo daba yo sobre la
confesión, y a continuación
predicaba el P. Francisco. Por la tarde, a las 23, se
daba la reforma a los eclesiásticos,
que no se contentaron con seis pláticas, sino que
pidieron ocho. A las
24, daba el catecismo a los hombres solos el P. Luis,
consultor, y después el P.
Joaquín tenía su sermón.

Ha sido tanto el concurso de gente, que en Livomo no


se tiene memoria de
nada parecido. Aunque no se provocaban los gritos de
la gente, siempre daba
señales de compunción. El obispo, que, excepto a la
plática de las 6, ha asistido
con el clero a todos los sermones, se mostraba muy
contento y lleno de una
alegría contagiosa. Igualmente las fúas de gente para
confesarse han sido largas,
aunque a los misioneros nos quedaba poco tiempo
para oír confesiones.

También el gobernador, un caballero de gran


categoría, se ha declarado
muy satisfecho y parece que el gobierno toscano,
siempre tan sensible en lo relativo
a la predicación, no ha encontrado cosa que le hiciese
sombra.

En el regreso, para encontrar una carreta que nos


llevase a Viterbo, hemos
pasado por Florencia, y como al obispo le pareció
oportuno, acudimos a cumplimentar
al gran duque que nos atendió con gran benevolencia.
Quiso que le
explicáramos el método usado en los ejercicios y ha
prometido mantener con
nuestros religiosos del Monte (Argentarlo) la misma
protección y amor que tuvo
su difunto padre’n.

En Aversa, del reino de Nápoles, en junio de 1826,


cinco pasionistas dieron una
misión muy llamativa. El P. Lucas María de la SS.
Trinidad escribió al General el
26 de junio: ‘Ayer, con asistencia de numeroso público,
se terminó la misión, altamente
bendecida por el Señor. Entre otras cosas, una mujer,
cuyo marido había sido
asesinado tiempo atrás, y que no había querido ofrecer
la paz, la víspera del sermón
de la paz fue voluntariamente a buscar al asesino y le
dio la paz con gran
publicidad, lo que resultó muy edificante ’. Unas 300
personas del clero, un grupo
de nobles de ambos sexos y algunos oficiales militares
que eran más de cien, han
tomado parte en las predicaciones dirigidas a ellos, a
pesar del calor.

Concluida la misión se predicaron los ejercicios a los


tres mayores monasterios:
franciscanas con 81 personas, benedictinas con 67 y
capuchinas con 34. Los misioneros
fueron encargados de servir como confesores
extraordinarios en el seminario
que tenía 144 seminaristas, sin contar a los prefectos
ni a otros colaboradores11 12.

11 AGCP, A. III-VI/1-8, 5-4.

12 AGCP, A. IV-V/2-6, Ministeri. 1825, 1826, 1827,


Notizia della missione d’Arpiño.
En ocasiones el misionero no oculta su admiración por
los milagros de gracia
en personas simples. En la misión dada en 1826 en
Civitavecchia, uno de los
cuatro predicadores fue llamado a la cabecera de un
marinero napolitano gravemente
enfermo. Había pasado la vida casi siempre en la nave
y había sufrido un
naufragio. El misionero le preguntó si le inquietaba
alguna cosa, y respondió:
‘Padre, no, en todas las desgracias repito lo mismo:
Gloria a Dios, gloria a
Dios'. Siguieron hablando, y el misionero sacó en
conclusión: ‘Apenas encontré
materia de absolución, y regresé a casa muy humilde y
con la cabeza baja admirando
tal virtud en un seglar. Lo dejé resignadísimo a morir
siempre que fuera
a mayor gloria de Dios M3.

En mayo de 1826, el P. Antonio Testa dio, con los PP.


Juan Bautista y Ludo-
vico, la misión en Fermo; y comentaba con el General
que el obispo, cardenal
Brancadaro, había asistido siempre: ‘La misión ha ido
tomando siempre mejor
rumbo. El cardenal está muy satisfecho, el clero,
conmovido, y los regulares y
los seglares, contentísimos. No hay que hacer mucho
caso de los aplausos, pero
para satisfacción de V. P. Rvma. puedo decirle que he
quedado atónito, y, lo que
es más meritorio, los regulares de mejor fama son los
primeros que elogian
nuestro servicio. Se dice que la fisonomía de Fermo ha
cambiado, y no lo dudo.
Pidamos al Señor que dure’. Añade que después iban
a seguir misionando en
Fallerone, Monterubbiano, Montegiberti y Ascoli
Piceno. Al final de las mismas,
el mismo P. Antonio escribía al General el 13 de julio
de 1826:
‘Concluyó también felizmente la misión de Ascoli. Me
parece que, por la
misericordia de Dios, ha dado fruto. La Congregación,
allí y en todos los lugares
en donde hemos trabajado, ha ganado prestigio y
crédito. Sea todo para la
mayor gloria de Dios y para nuestra confusión, pues,
aun no siendo buenos, en
esta ciudad de las Marcas no se hace otra cosa que
elogiar a esta Gran Compañía.
El obispo de Ascoli está feliz’13 14.

En 1834, en la misión de Itri, se dice que el pueblo


recibió ‘con gran docilidad
la palabra de Dios’ y la hizo fructificar, pues, apenas
terminada la misión,
un bandolero causó daños y la policía comenzó a
maltratar a la población; sin
embargo ‘la gente lo soportó, y aun lo sufre, con
heroica paciencia’15 16. Y en la
misión de Fondi en 1835, según el vicario foráneo, ‘no
se recordaba ninguna
misión con tanto fruto. Se llegó a muchas
pacificaciones y se quitaron muchas
ocasiones de pecado y escándalo’'5.

A veces se daba el caso de que, quedando satisfecho


el clero, fueron los

13 AGCP, A. IV-V/2-6, Ministerios 1825, 1826, 1827,


Ministeri delle comunità di Corneto, S. Angelo
e S. Eutizio nel 1826.

14 AGCP, A. III-IV/1-8, 5-4.

15 AGCP, Domenico, del registro de las misiones


(extracto de los registros, f. 21).

16 AGCP, Domenico, del registro de las misiones


(extracto de los registros, f. 24).
misioneros los que no se sintieron contentos. Por
ejemplo, en 1838, la misión de
Poggio Mirteto ‘salió bien a juicio del clero y del
pueblo, pero los misioneros
creían que había dado poco fruto’11. Otras veces los
misioneros no tenían empacho
en reconocer que los ejercicios dados en Ceccano en
1838 ‘produjeron escaso
resultado ’, o que la misión en Corvaro, diócesis de
Rieti, ‘sólo dio algunos
frutos’; o que en Roma fueron inútiles los esfuerzos
para ayudar a los carbonarios
Targhini y Montanari, condenados a muerte como
‘criminales’, a que recibieran
los sacramentos antes de ser ajusticiados el 23 de
noviembre de 182517 18.

No faltaron casos en los que alguna persona, lejos de


convertirse, se volvió
contra los misioneros. Así ocurrió en 1837 en el pueblo
de Roccapriora, Roma.
Una mujer se resintió por las palabras del misionero,
P. Secondiano de San
Miguel Arcángel, pensando que hablaba de ella y por
ella. Comenzó a murmurar
del predicador, amenazándolo con acusarlo al S. Oficio
por haber revelado el
secreto de la confesión. En realidad no se había
confesado. El hijo quiso una
tarde asesinar al predicador mientras iba de la iglesia a
casa, dándole un golpe
de cuchillo; por fortuna quienes acompañaban al Padre
lograron desviar el golpe.
Concluida la misión, el P. Secundiano fue a Frascati
con todo el apoyo del pueblo
para rectificar la acusación, y quiso que no se metiese
en la cárcel al joven
que trató de asesinarlo19.

En Calcagno, diócesis de L’Aquila, en noviembre de


1839, la misión no
logró convertir a ninguno de los enemistados o
concubinos públicos, pero el
resto del pueblo y de las aldeas vecinas participaron
con fervor y se acercaron a
los sacramentos20.

En San Donato, del reino de Nápoles, en noviembre de


1827, el Gran Maestro
de los Carbonarios y otros seis u ocho jefes se
convirtieron21.

En febrero de 1831 los carbonarios provocaron


levantamientos en Perugia y
Ancona; apoyándose en otros insurrectos de Bolonia y
Romaña declararon extinguido
el poder temporal del Papa y proclamaron las
‘Provincias unidas italianas’.
Al cabo de dos meses el gobierno, con ayuda de la
intervención austríaca, pudo
restablecer la situación22. Estos hechos impidieron la
misión prevista en Monte
Castello, diócesis de Todi, para principios de
cuaresma. Controlada la revolución,
el obispo y los párrocos insistieron en que se diera.
Los malintencionados
se dedicaron a impedirla o a ridiculizarla con sátiras y
desprecios. La misión dio

17 AGCP, A. IV-V/2-9, Missioni 1837-1854, Missioni ed


es. Prov. Addolorata 1836-1839, f. 11.

18 AGCP, A. IV-V/2-9, Missioni 1837-1854, Missioni ed


es. Prov. Addolorata 1836-1839, ff. 12, 13.
AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, ff. 132-133.

19 AGCP, A. IV-V/2-9, Missioni 1837-1854, Missioni ed


es. Prov. Addolorata 1836-1839, ff. 9-10.

20 AGCP, fotocopia Registro Ministeri l’Aquila, f. 28.

21 AGCP,A. IV-V/2-7, Memorie di alcune missioni


1828.
22 M. CARAVALE A. CARACCIOLO, Lo Stato
Pontifìcio da Martino Va Pio IX, o. c., pp. 616-622.
comienzo el día de Pentecostés, 22 de mayo de 1831;
en la primera semana hubo
escasa asistencia. Los ‘liberales y los vendidos al
partido rebelde ’ hicieron circular
el rumor de que estaba a punto de llegar un ejército
francés. La sangre fría
de los misioneros y sus buenos modales al acercarse
al público permitieron a la
gracia de Dios penetrar en el corazón de la gente, que
en la segunda semana se
acercó con confianza y perseverancia. Para las
confesiones los misioneros tuvieron
que pedir refuerzos a los religiosos del vecino retiro de
Todi y pasaron gran
parte de la noche escuchando a los hombres y durante
el día a las mujeres. El restablecimiento
de la concordia entre varias familias colmó de gozo a
la comunidad
parroquial y a los pueblos vecinos23.

El ‘vicario real’ de Pitigliano, en 1822, mandó que no


se hicieran ceremonias
por la noche y que no se cantaran aclamaciones como
‘¡Perdón! ¡No pecar más!’,
etc.; que no se organizara ninguna función exterior ni
sonaran las campanas
fuera de las ceremonias habituales. A pesar de todo, la
misión fue fructuosa24 En
1832 en Vitorchiano se distribuyeron cartas anónimas
contra los misioneros porque
iban a predicar la misión en tiempo de carnaval, con lo
que dificultaban los
bailes25 26. En 1835, en Porto Logone, Isla de Elba,
hubo que suprimir en la misión
las ceremonias recordadas arriba.

En enero de 1837, en Orbetello, una de las personas


escogidas como ‘pacificadores’
se consideró ofendida y reclamó ante el comisario de
Grosseto, que prohibió
a los misioneros escoger pacificadores en adelante. En
la misma época, en Porto S.
Stefano, además de las ‘burlas y sarcasmos’ de
algunos ‘espíritus menos religiosos’,
se echó a muy mala parte una expresión algo
imprudente de un misionero; denunciado
al alcalde, éste aconsejó más cautela. También en
Scansano (GR), en diciembre
de 1837, hubo ‘maledicencia, calumnias y sátiras
contra el obispo y los misioneros
y burla contra los que frecuentaban la misión m.

El ambiente de la ciudad y de los pueblos no era


homogéneo. Junto a manifestaciones
compactas de fervor religioso campesino o parroquial,
hubo actitudes
malévolas o de independencia respecto a la religión,
que, en su conjunto,
mantenía un indudable valor social.

Los misioneros no tenían la menor duda de que debían


adaptarse a las exigencias
de las poblaciones. El P. Joaquín del E. Santo, el 18
de junio de 1818,
escribió: ‘Estos pobres Marsos (habitantes de la
Mársica), cuya pasión dominante
es la dureza de cabeza, se rinden ante el crucifijo. Es
emocionante verlos
cómo abrazan a los enemigos que poco antes trataban
de eliminar. Jesús Crucificado
es el gran apoyo de las misiones de nuestra
Congregación, cuando Dios

23 AGCP, B. II-III/2-5, Ministeri... Todi, ff. 29-32.

24 A. SPINA, Il ritiro della Presentazione..., o. c., 94-


95.

25 AGCP, B. II-III/2-5, Ministeri... Todi, ff. 29, 30-31,


37.

26 A. SPINA, Il ritiro della Presentazione..., o. c.,


registro de las predicaciones nn. 33, 37, 38, 44.
da la gracia de presentarlo de un modo llamativo y
conmovedor. Cada pueblo
tiene su propio modo de pensar; por eso las
meditaciones han de acomodarse a
diversas mentalidades y a la mayor o menor capacidad
del auditorio. Si la gracia
asiste, se vence la causa contra la obstinación de los
corazones más duros’27.

En noviembre de 1816, los pasionistas predicaron en


el puerto de Civitavec-
chia a 96 esclavos cristianos liberados en Argel por los
ingleses. Hicieron lo
imposible por adaptarse a su capacidad de
compresión, pues muchos habían permanecido
muchos años en la esclavitud, habían perdido
familiaridad con la lengua
italiana y carecían de base religiosa, sobre todo los
que cayeron esclavos
siendo niños. Habían sido liberados por la intervención
de Inglaterra que en 1816
indujo a Argel, Túnez y Trípoli a firmar un tratado de
paz con el reino de las dos
Sicilias y con el Gran Ducado de Toscana, por el que
dejaban en libertad a los
esclavos cristianos que tenían en sus manos28.

En cuanto al contenido no se produjeron cambios


relevantes. Al tratar del sexto
año de estudios para los neosacerdotes recordamos
ya que los formadores insistían
en que se preparasen los sermones ateniéndose alaS.
Escritura, a los Santos Padres
y a los modelos contemporáneos, alejándose en el
palco de discusiones académicas.
En cuanto al estilo se acomodaban a la simplicidad
que pedía la gente a la que se
hablaba, aunque siempre con tal dignidad y buen
contenido que agradara también a
las pocas personas cultas que pudieran hallarse
presentes.
Los misioneros vivían la evolución espiritual de la
Iglesia contemporánea, y en
su preocupación pastoral no excluían las devociones
que ayudaban al pueblo, como
la del S. Corazón o el mes de mayo consagrado a la
Virgen. Los pasionistas, llamados
con frecuencia a predicar el mes de mayo,
aprovechaban la última semana para
la catequesis sobre los sacramentos de la confesión y
de la comunión29.

Los testimonios de gratitud de los obispos, de los


párrocos y a veces también
de las autoridades civiles, son tanto más lisonjeros
cuanto que no se pedían. El
obispo de Livorno, ciudad difícil en donde se dio una
misión, escribía: ‘Cumplo
con mi obligación de agradecer de corazón el que me
destinaran nuevos Pablos
y nuevos Bernabés para las santas misiones en esta
ciudad, tarea cumplida con
satisfacción de todos y, lo que es aun más consolador,
con el fruto que podía
esperarse de su celo, piedad y doctrina '30.

27 AGCP, A. IV-V/2-7, Missioni 1828, carta del P.


Joaquín del 18 -VI- 1828.

28 A. SPINA, 11 ritiro della Presentazione..., o. c.,pp.


98-102, publica la interesante relación. Cfr.
MORONI, Dizionario, Venezia 1846, voi. 81, p.375 (voz
Turchia)

29 AGCP, B, II-III/2-5, Ministeri... Todi, f. 28, 33; hay


indicaciones también en otras fuentes.

30 AGCP, A. IV-V/2-2-, 2-3, Missioni 1823-1824, el


obispo de Livorno escribe el 25-X-1824.
3. - La total gratuidad del ministerio apostólico

La gratuidad del ministerio apostólico fue impuesta por


el Fundador y nadie
la discutía. En los Reglamentos de 1778, y en la
revisión de 1827, se insistía claramente
en que se conservara esta característica. En 1778 se
decía: 'Procuren
conservar el espíritu de desinterés propio de un
verdadero hijo de nuestra pobre
Congregación, y de ello den pruebas en todo
momento’. Para mayor cautela se
sugería que los misioneros, en lo posible, no actuaran
de mediadores en las restituciones,
a fin de prevenir las sospechas de que se
aprovechaban de las cosas
que debían ser restituidas. Y se añadía más: ‘Mucho
menos acepten jamás regalos
y dones que se hubieran hecho a la Virgen o por otro
título devocional, ni
limosnas, aunque fueran para celebración de misas, si
no es en algún caso muy
concreto en que no pudieran negarse, y siempre con
licencia y aprobación del
superior de la misión’31.

La fidelidad a este criterio era aceptada por todos, pero


durante la restauración
los superiores se encontraban a veces desbordados
para afrontar gastos
urgentes e imprescindibles, como restaurar los
edificios y proporcionar elementos
indispensables en la casa o alimentar a los religiosos.
De ahí la tentación de
aprovecharse ocasionalmente de los donativos. Pero
tampoco faltaron ejemplos
de rechazo absoluto de los mismos, distribuyéndolos
entre los pobres. Nos lo
ilustra una carta del P. Sebastián de S. José, escrita
en Paliano el 23 de marzo de
1822: al final de los ejercicios públicos predicados en
Amara ‘hubo mucho fruto
y se han confesado muchas personas que no cumplían
con Pascua desde hacía
muchos años. En fin, el señor presidente me dio una
buena cantidad de dinero
por las fatigas, pero no me quedé con nada; lo destiné
a que se hicieran colchones
y mantas para los pobres que tenían hijos e hijas ya
mayorcitas durmiendo
con ellos en el mismo lecho; este destino ha causado
admiración por
nuestro desinterés y caridad’32. En Figura, diócesis de
Sora, tras la misión de
1834, ‘la gente dio mucho dinero, pero los misionaros
lo rehusaron como era su
deber’, escribe el P. Domingo de la Madre de Dios,
entonces provincial de la
Dolorosa, que pedía la misma decisión durante la visita
canónica a la comunidad
de L’ Aquila, realizada el mismo año33.

El P. Bernardo de la Virgen Dolorosa inculcaba, con


todo su prestigio moral,
la fidelidad a esta práctica evangélica. El 26 de marzo
de 1835 escribía desde
31 AGCP, A. 1I-IV/4-10, Regolamenti..., par. II, reg.to
VI, Delle S. Missioni, ediz. 1778, nn. 13-14;
ediz. 1827, nn. 26-21.

32 AGCP, A. IV-V/2-1, Relazioni delle Missioni dal


1801 al 1822.

33 AGCP, Domenico, Estratti dai registri, en L’Aquila


‘recordé la obligación de los misioneros de no
sólo no pedir nada en la misión, sino de rehusarlo
cuando les fuera ofrecido, como mandan los
Reglamentos’, ff. 22, 23.
Lucca al General: ‘El lunes día 23 hemos regresado de
Canapale Pistoiese; el
concurso de fieles ha superado al de todas las
misiones dadas en la diócesis,
incluso la de Pistola. El comisario de esta ciudad, buen
cristiano..., nos dijo que
iba a enviar a Florencia un informe de la numerosa
concurrencia, del orden y
de la conmoción, etc... Pero los pobres misioneros
terminan agotados de día y
de noche con los cantos y los penitentes. Se palpa con
la mano que Dios nos sostiene.
No faltan opositores, también entre los eclesiásticos.

Le agradecería que insistiera en el desinterés de los


misioneros, sin excluir
las misas en tiempo de misión. Nosotros no las
recibimos de los párrocos ni de
los seglares, mucho menos de los penitentes. Me
parece que si V. P. Rvma. hiciese
general esta reserva, sería de mucho honor para Dios,
para nosotros y para
aprovechamiento de los pueblos; esto es muy
importante en las actuales circunstancias,
pues cualquier pretexto basta para criticar a los
ministros evangélicos.
Esto que le digo quede como confidencia entre
nosotros. Sé con toda certeza
que en la otra misión de Livorno, entre la nota de
gastos, se incluyeron 40
escudos por 80 misas dadas a los misioneros...,34.

Los 40 escudos para misas fueron anotados entre los


gastos de los organizadores
de la misión, lo cual no ayudaba en nada, pues así la
misión resultaba más
costosa de lo que en realidad había sido.

El P. Domingo de la Madre de Dios, fiel discípulo del


citado P. Bernardo del
que fue novicio, era incansable defensor de la
gratuidad de los ministerios. La
defendió y practicó como superior local en Lucca y
como provincial; envió al
Capítulo General de 1839 un memorial extenso y bien
razonado. Sus criterios
para mantener esta tradición, que databa del tiempo
del Fundador y que habían
seguido mons. Strambi y otros muchos miembros de la
Congregación, eran: si
un ministro quiere ser ‘evangélico’ debe mostrarse
desprendido del dinero al
prestar sus servicios; mantener el ejemplo del
fundador; ponderar las pésimas
secuelas que se seguirían de ceder al hambre de oro,
pues los superiores estimarán
más al que entregue más gruesas cantidades, y de ahí
nacerían envidias y
ansia de superación34 35.

4. - El canto en las misiones

En este período se hicieron algunas colecciones de


cantos para uso de los misioneros.
La gente los aprendía de memoria y seguía
cantándolos después de marchar
los misioneros. Así lo aseguraba el canónigo Quadrini
de Arpiño después de la
misión de 1827: ‘el canto sagrado del Salve Regina y
de otras cancioncillas se escu

34 AGCP, A. IV-V/2-8, Missioni 1833-1836.

35 El resto en Decreti e race..., o. c., pp. 110-119,


apéndice n. III.
cha en la iglesia y por las casas’, especialmente las
muchachas y amas de casa3ft.

Examinando el contenido del cancionero, las cinco


letrillas indicadas para la
mañana, antes del catecismo, están impregnados de la
Pasión de Cristo. La primera
dice: ‘Cantar quisiera las atroces * penas de mi Señor’.
Las 24 estrofas describen
el camino de Jesús de Getsemaní al Calvario; al final
de cada estrofa el pueblo
repite: ‘ Jesús mío*, perdóname por tu Pasión’. La
segunda dice: ‘Escucha, hijo,'
desde este cruz... ’; sus 9 estrofas, inspiradas en las
Lamentaciones del Viernes
Santo, entonan la queja de Jesús al pecador para que
no siga endurecido en las culpas;
el pueblo imploraba perdón: ‘Padre amado, * perdón te
pido, * piedad de mí’.
La parábola del hijo pródigo es el argumento de la
tercera letrilla; en las 19 estrofas
se invita al pecador: ‘ Vuelve a casa, *hijo querido, *
vuelve a tu Padre que te ama';
después de cada dos estrofas el pueblo repite:
‘Perdóname, Jesús amado,* y ten piedad
de mí’. La cuarta letrilla invita a llevar con Jesucristo ‘la
cruz pesada, por tan
pocos abrazada’. Tras cada una de las 17 estrofas se
repite el estribillo: ‘Que viva
la cruz, *que la cruz viva, * que triunfe la cruz * y quien
la ensalzó’. Finalmente, el
quinto poema de versificación popular se dedica a
contemplar a Cristo muerto en
cruz por las culpas del pecador: ‘Ven, pecador, * ven a
contemplarme... ’. El estribillo
suplicaba que se conservase en el alma la Pasión: ‘La
Pasión del Señor * y los
dolores de María * estén siempre * en nuestros
corazones ’.

Para los actos de después de la comida, se proponen


dos romances sobre
‘Afectos de arrepentimiento ’. El primero: ’Jovencito, ya
has pecado, * del corazón
echaste a Dios, * perdiste la inocencia ’, trata de
conseguir que el pecador
aprecie la gracia bautismal y la recupere con el
arrepentimiento; el estribillo es:
‘Expulsé de mi corazón a Dios, * Señor, me arrepiento,
* te pido perdón. * Piedad
por mis culpas ’. La segunda poesía ‘Paz, mi Señor, *
que estoy arrepentido ’
busca que el pecador espere la misericordia por la
Pasión de Jesucristo: ‘Te
ruego, mi Jesús, * que por tu Pasión sagrada * me
concedas el perdón ’.

Entre los cánticos dirigidos a la Virgen María destaca


uno sobre la Piedad, es
decir, cuando tuvo en sus brazos al Hijo bajado de la
cruz. El estribillo repetía
‘María, en mi corazón * imprime la Pasión de tu Hijo *y
tu propio dolor’. Había
también himnos dedicados al SS. Sacramento,
tonadillas para la clausura de la
misión que invitaba a vencer los obstáculos en la
perseverancia pensando en el
paraíso. Los cantos para los sermones llamados
‘despertadores’ eran todos una
invitación al arrepentimiento.

El librito termina con un ejercicio cotidiano en honor de


la SS. Trinidad: ‘Concédeme
prudencia en los negocios, valor en los peligros,
paciencia en las adversidades,
humildad en las horas felices, modestia en la
compostura, conversaciones
edificantes y fiel respuesta en todo y para siempre a
vuestra gloria. Amén’. 36

36 AGCP, A. IV-V/2-6, Ministeri 1825, 1826, 1827,


carta de A. Quadrini, 6-XII-l 827.
¥

í'

>

Los recuerdos de las misiones se resumían en


pareados como éstos:

II. Ten a Dios siempre presente; * en cualquier lugar te


ve y te siente.

2. Piensa siempre que el pecado * a Jesús la muerte


ha dado.
* 3. Breve es la vida, y la muerte, que es cierta, *
llegará a una hora incierta.

I 4. Si tienes una vida que salvar * y la pierdes, ¿qué


harás?

j 5. Pronto la vida se te acabará, * pero no la eternidad.

I La Pasión de Jesucristo y los Dolores de la Virgen


María * estén siempre en
| nuestros corazones.

ifciCR *t;V:

i En 1818, con motivo de la ruidosa misión dada en


L’Aquila, se imprimió una

| colección de cánticos, que quedó como modelo para


sucesivas reimpresiones de
I esta época37. Como novedad se encuentran las
invocaciones para reparar las blasfe-
\ mias: Dios sea bendito, etc. una ‘Oración a Jesucristo
’ en forma de letanía, con

I 42 invocaciones inspiradas en la Biblia y dirigidas al


Verbo Encamado; a cada invo-

| cación el pueblo repetía ‘Tenedpiedad de nosotros’.


Se incluían jaculatorias que se

; habían hecho comunes: ‘Padre Eterno, os ofrezco la


Sangre Preciosísima de Jesús

f en reparación de mis pecados y por las necesidades


de la Santa Iglesia. * Señor, te

j . doy gracias por haber muerto en la Cruz por mis


pecados: Jesús mío, misericor-
j . dia. * Virgen María, Madre de Dios, intercede por mí
ante tu Hijo Jesús’.

] Durante las frecuentes guerras de la revolución


francesa y de Napoleón

aumentó la devoción a la Sangre Preciosísima de


Jesucristo, invocándola para
evitar que unos hermanos derramasen la sangre de
otros hermanos. Entre los
pasionistas el P. Vicente María. Strambi propagó
mucho esta devoción, y ejerció
gran influencia sobre su amigo Gaspar del Búfalo, que
hizo de este apostolado
j el carisma de su instituto misionero. Además de la
jaculatoria indicada en 1823,

| se encuentra un poema dedicado a la Preciosísima


Sangre: ‘Viva Jesús, * que por

| mi amor * la sangre de sus venas derramó’. También


se extendió un cántico en
honor del Sagrado Corazón. En la edición de 1823 se
incluyó un romance ‘A
Jesús Paciente’, atribuido al entonces B. Alfonso Ma.
de Ligorio: ‘Jesús mío,

| ¿quién te ha atado * y te ha encadenado?’. Detrás de


cada uno de los 10 parea

dos se repetía: ‘El ingrato he sido yo. * Jesús, piedad y


perdón ’.
f Desde 1822, en las colecciones se incluía igualmente
la Coronilla de las

Cinco Llagas, en forma breve y larga para facilitar su


popularización y para
mantener la memoria del amor de Dios que se revela
en la Pasión de Jesucristo
y que se recuerda al meditar en las cinco llagas.
37 AGCP, un ejemplar semejante a la edición que en
1818 se hizo para L’Aquila: Laudi Spirituali ad
uso delle Sagre Missioni de’Chierici Scalzi della
Congregazione della SS. Croce e Passione di N.
S. Gesù Cristo. Quarta edizione coll’aggiunta
de’Ricordi della S. Missione, Tomassini Stampatore
Vescovile e Pubblico, Fuligno 1819.
5. - Expansión de la predicación pasionista

Geográficamente la predicación se realizaba por lo


general en el Estado Pontificio.
Más adelante se penetró también en el Reino de
Nápoles, al principio en
las zonas limítrofes con el Estado Pontificio, y después
en otras más distantes,
por la benevolencia de Femando I y de su sucesor
Francisco I (éste aprobó la
fundación en L’Aquila, la primera en su reino).
También aumentó en la Toscana,
sobre todo desde que se abrió casa en Arezzo, y
después de la restauración, por
la solicitud de muchos obispos de la Marisma, y de las
diócesis de Pisa, Livor-
no, Massa Carrara y de la misma ciudad de Florencia.
En 1829 los PP. Lucas de
la SS. Trinidad y Francisco María de Jesús predicaron
el Mes de María, del 4 de
mayo al 4 de junio, en la iglesia prioral de los SS.
Miguel y Cayetano, en Florencia;
tuvieron ‘un auditorio tranquilo y muy atento; el fruto
parece que ha sido
abundante’. Por la mañana predicaban un catecismo y
una meditación, y por la
tarde ‘un sermón moral según es costumbre en aquella
iglesia’38. La fundación
de San Angel, Lucca, facilitó la predicación en
Toscana.

En cuanto fue restablecida la Congregación, los


obispos buscaron a los
pasionistas para que predicasen al pueblo y a los
sacerdotes. El 13 de julio de
1814, es decir, apenas tres días después de haber
vuelto a usar el hábito, los PP.
Inocencio de San Pedro, Lucas de la SS. Trinidad y
Pedro Pablo de San Luis
salieron de la casa de los SS. Juan y Pablo para una
misión en Arezzo. En septiembre
de aquel mismo año 1814 el Papa mandó predicar
misiones en Roma, y
a los pasionistas se les asignó la iglesia de Santa
María ai Monti; la dirigieron
los dos provinciales, PP. Pablo Luis de María Virgen y
Felipe de la SS. Concepción.
Poco antes, mons. Vicente M. Strambi, C. R, fue
llamado por el Papa a predicar
al clero romano en la iglesia de Santa María in
Vallicella (Chiesa Nuova).
Y el card. Doria, obispo de Frascati, quiso que aquel
mismo año, en septiembre,
los pasionistas dieran ejercicios al clero de la diócesis.

Los misioneros que habían ido a Arezzo se detuvieron,


al regreso, en Folig-
no; predicaron tres tandas de ejercicios en esta ciudad
y en Spello a todos los
sacerdotes y a los regulares que habían hecho
juramento a Napoleón. Del 6 al 15
de octubre de 1814, dos pasionistas dirigieron los
ejercicios al clero de Asís en
la sacristía de la catedral39. Frecuentemente eran
llamados para dar ejercicios al
clero en Lucca, Livomo, Pisa, Gaeta y otras ciudades.

El 20 de abril de 1815, el vicario del Papa para la


diócesis de Roma pidió a
los superiores generales que mandaran a sus
religiosos ‘en días fijos a los hospi-

38 AGCP, Memorie per la continuazione delle


cronache..., aho 1829, f. 54. Fotocopia Registro
missioni
di S. Sosio, f. 14.

39 AGCP, A. V-I/l, Memorie 1814-1818.


tales para confesar a los enfermos’40. Así los
pasionistas reanudaron este servicio
que habían hecho ya desde cuando abrieron el
hospicio del santo Crucifijo.

El 29 de octubre de 1834, el abad comendador de ‘Tre


Fontane’ pidió al
General que convenciera al rector de Monte Argentario
para que, los días festivos,
mandara un sacerdote a Orbetello y otro a Porto S.
Stefano, ‘para ayudar en
el confesionario’41.

La predicación en los monasterios fue muy frecuente.


De ordinario iba
unida al servicio de confesor extraordinario que
comportaba una permanencia de
dos y hasta de tres semanas, según fuera de
numerosa la comunidad. En aquel
tiempo los monasterios se encontraban por lo común
en grandes ciudades como
Lucca, Roma, Siena, Florencia, Pisa, Pistoia, Livomo,
Ancona, Macerata,
Fermo, Aversa, Anagni, etc. No es posible seguir esta
predicación en las dos provincias.
Ofrezco un fragmento de la carta de la abadesa de las
monjas de Santa
Clara de Anagni después de los ejercicios que en
mayo de 1827 les predicó el R
Lucas María de la SS. Trinidad:

‘Deudora a V. P. Rvma. por la afortunada tanda de


ejercicios que nos ha
dado el P. Lucas, le quiero expresar mi agradecimiento
y el de toda la comunidad
por habernos enviado a tan valioso sacerdote. Ha
trabajado con satisfacción
de todas y ninguna ha quedado desconsolada, cosa
muy rara en una comunidad
femenina tan numerosa. La unción de sus sermones
no podía ser más
dulce ni más penetrante. Lleno del Espíritu del Señor,
ha hablado a todos los
corazones y a todos los espíritus. Me alegro de que su
santa Congregación tenga
tales religiosos, tan llenos de méritos, de celo y de
santidad’42.

Es imposible detallar más la actividad de las


comunidades. Me limito a unas
indicaciones, esperando que algún estudioso analice el
contenido de los temas,
la capacidad de los predicadores para adaptarse al
auditorio, cómo se extendió y
penetró la predicación en la conciencia del pueblo
imperso en un ambiente cada
vez menos cristiano y menos protector.

Entre 1827, cuando se inicia el registro regular de los


ministerios, y 1839, las
siguientes comunidades, o con sus propios religiosos o
con los de otras casas,
realizaron las siguientes misiones y ejercicios públicos:
* San Ángel de Vetralla, 116 misiones y ejercicios
públicos, sin incluir los
ejercicios en los seminarios y en los monasterios, ni
las confesiones en parroquias
en casos particulares, como el Jubileo de 182943;

* La Presentación de Monte Argentario predicó, en 12


diócesis, 49 misiones

40 AGCP, A. III-V/1-5, carta del Vicariato del 20-1V-


1815.

41 AGCP, A. IV-V/2-8, Missioni 1833-1836.

42 AGCP, A. IV-V/2-6, la carta està en Ministeri 1825,


1826, 1827.

43 APScala Santa, Missioni ed esercizi di S. Angelo, I.


o ejercicios públicos; habría que añadir los ejercicios
en diversos monasterios y
el servicio como confesores en los mismos44;

* San Sosio: los religiosos predicaron 78 misiones y


ejercicios públicos; además
en varios monasterios, colegios, 3 seminarios y
algunas tandas al clero diocesano45;

* San Ángel de Lucca: desde su fundación en 1830


hasta 1839, en el ámbito
de 12 diócesis, 42 misiones y 10 ejercicios públicos;
añádanse ejercicios a
monasterios, al clero, al seminario y las misiones fuera
de la diócesis46;

* Todi: Entre 1817-1839 se predicaron 107 entre


misiones y ejercicios públicos;
además ejercicios a comunidades religiosas, a los
encarcelados, a las cofradías
y algunos panegíricos47;

* Ceccano: Entre 1827-1839 se dirigieron 86 misiones


y ejercicios públicos;
además ejercicios en monasterios y a cofradías48;

* Roma: Entre 1828-1839, se dieron 70 misiones y


ejercicios públicos, y
además incontables ejercicios espirituales o servicios
como confesores ‘extraordinarios’
en monasterios, triduos a cofradías, cursos de
catecismo de una semana
con ocasión de la cuaresma49.

Las principales ciudades en las que se dieron misiones


fueron: L’Aquila en
1818 y en 1830 en preparación para fundar la
comunidad; Livorno en 1824;
Aversa en 1826; Perugia en 1828, donde a la vez se
dieron ejercicios al numeroso
clero secular y regular con asistencia del obispo y del
cabildo. Durante la
misión no se hicieron funciones extraordinarias,
excepto la de llevar de improviso
la imagen de la Virgen durante una predicación de
particular trascendencia.
Unos meses después llegó al General una solicitud de
fundación en la diócesis
de Perugia firmada por el cabildo catedralicio, todos
los párrocos y todos los
superiores de órdenes religiosas existentes a la
sazón50. En 1830 en Lucca se dio
otra gran misión para preparar al pueblo a la fundación
de la comunidad pasio-
nista del Ángel de Tramonte.

Además de la expansión geográfica, se nota gran


aprecio de los obispos, que
con frecuencia confiaban también a los pasionistas la
predicación dirigida al
clero y a los seminaristas, a los monasterios y a las
cofradías.
44 A. SPINA, II Ritiro della Presentazione..., o. c.,,
apéndice con el registro de las predicaciones.

45 Arch. S. Sosio, Registro delle Missioni ed esercizi


1827 - 1871.

46 AGCP, fotocopia Registro ministeri di Lucca, dal


1830.

47 AGCP, B. II-III/2-4, Platea di Todi, anos 1817-1827;


B. II-III/2-5, Ministeri... di Todi, 1828-

1839.

48 AGCP, fotocopia Registro dei ministeri di Ceccano

49 AGCP, Ministeri SS. Giovanni e Paolo 1828-1911.

50 AGCP, A. IV-V/1-7, Nota delle S. Missioni ed Es.


Spir. fatti nel... 1828 nella Prov. Presentazione.
APScala S., Missioni ed esercizi di S. Angelo, I, f. 3.
6. - Ejercicios en los seminarios

Quiero indicar aparte la predicación en los seminarios,


porque revela el aprecio
y la confianza de los obispos y de los rectores del
seminario y además ofrecía a
los religiosos la posibilidad de tener el día de mañana
solicitudes para predicar en las
parroquias de los sacerdotes que habían conocido a
los pasionistas en el seminario:
Acquapendente 1838.

Alatri 1827, 1831, 1932, 1836, 1837.

Albano 1808, 1814, 1815.

Amelia 1827, 1829, 1833, 1834.

Anagni 1806, 1826, 1828, 1829, 1831, 1832, 1834.


Aquila 1832, 1835, 1837.

Aquino (Roccasecca) 1838.

Arezzo 1807, 1838.

Asís 1822, 1823.

Aversa 182651,1829, 1832.

Bagnorea 1817, 1818, 1819, 1820, 1822, 1825, 1826,


1827, 1828, 1829, 1830,
1832, 1833, 1835, 1836, 1837.

Castiglion Fiorentino 1807.

Cingoli 1831.

Civita Castellana 1823, 1828, 1832, 1834, 1836, 1838,


1839.
Fermo 1835, 1837.

Frascati 1809,1810,1821,1822,1823,1824,1825,
1826,1827,1828,1830,1836.
Gubbio 1817.

Livorno 1834.

Lucca 1833, 1837, 1838.

Magliano in Sabina 1822, 1823,1824, 1827,1828,


1831,1833,1836,1837,1838.
Massa Ducale 1837, 1838, 1839.

Montalto (Marcas) 1832, 1833, 1834.

Montecassino 1827.

Montefiascone 1816, 1817, 1834, 1837, 1838, 1839.


Nami 1832.

Nepi 1814, 1834, 1835.

Nocera Umbra 1826

Orte 1818, 1829, 1830, 1834, 1836, 1838, 1839.

Orvieto 1827.

Palestrina 1815, 1821, 1822, 1823, 1824, 1826, 1827,


1828, 1829, 1836, 1838.
Penne (TE) 1837.

51 AGCP, A. IV-V/2-6, caita del P. Lucas desde


Aversa, el 26-VÍ-1826; dice que había 114
seminaristas.
Pescia 1836.

Pescina (antigua sede de la diócesis de Avezzano)


1837.

Pisa 1833, 1834.

Poggio Mirteto (S. Salvador Mayor) 1823, 1825.

Recanati 1827, 1828, 1831, 1837.

Rieti 183052, 1836, 1837, 1838.

Ronciglione 1828, 1830, 1831, 1832, 1836.

Roccasecca (reino de Nápoles)1803.

Sezze 1827, 182853.


SessaAurunca 1839.

Segni 1809, 1823, 1824, 1825, 1828, 1829, 1838,


1839.

Sora 1839.

Spoleto 1831.

Subiaco 1823, 1828, 1831.

Sutri 1825, 1827, 1829, 1830, 1834.

Todi
1817,1822,1823,1825,1826,1827,1828,1829,1830,183
2,1833,1834,1838.
Toscanella 1820, 1828, 1829, 1830, 1831, 1832, 1833,
1835, 1836, 1837, 1839.
Velletri 1822, 1823, 1826, 1827, 1828, 1831.
Veroli 1829.

Viterbo 1808, 1824, 1825, 1827, 1829, 1830, 1831,


1832, 1833, 1834, 1835,
1836, 1837, 1838.

Son 199 cursos en los seminarios, de los que


solamente 4 se predicaron antes
de la supresión, los otros 195 entre los años 1815-
1839. Una buena pmeba de la estima
en la que los obispos y los rectores de los seminarios
tenían a los pasionistas.

7. - Ejercicios espirituales en los retiros pasionistas

También era muy clara la convicción de que esta


forma de servicio al prójimo
entraba dentro del espíritu de la Congregación. Hemos
visto que al estudiar una posible
fundación se menciona siempre la necesidad de contar
con habitaciones para los
eclesiásticos o seglares que quisieran pasar algunos
días en soledad. Este servicio no
se desarrolló mucho, si se exceptúa en el retiro de los
SS. Juan y Pablo; en él había ya
una sección para esto desde el tiempo del Fundador.
En las demás casas sólo excep-

52 AGCP, A. IV-V/2-8, Missioni 1829-1832, Ministeri


esercitati dai Missionari della Provincia di
Campagna... 1830, f. 3: ‘Del 9 al 16 -XII- 1830 el P.
Lucas Maria dio ejercicios en el seminario de
Rieti a unos 140 seminaristas’.

53 AGCP, A. IV-V/2-7, Missioni 1828, el can. Locatelli


al general, el 8-1-1828: ‘El P. Carlos de la B.
Virgen de la Paz terminò los ejercicios en este
seminario el día de la vigilia de la Epifanía... El celo
y la caridad verdaderamente singulares con los que se
ha prestado este Padre a dirigir a estos jóvenes
la palabra divina han quedado coronados por un fruto
abundante y una conmoción general en
el ánimo de todos; por lo que los superiores y los
seminaristas han quedado la mar de contentos’.
cionalmente aparecen grupos; no se pasa de
individuos ayudados por un director.

En el Reglamento común de 1778 figura un capítulo


dedicado a cuantos
hicieran ejercicios en nuestras casas. En la revisión de
1827 (parte II, Regl.70.),
en 9 puntos se ofrecen algunas normas para ayudar a
los hombres a sacar el
máximo rendimiento de los días de oración pasados
con la comunidad.

En el retiro de Roma, antes de la supresión de los


institutos, aparecen inscritos
para los ejercicios 25 miembros de la guardia cívica,
entre ellos ‘un gendarme
ayudante del general Radet, el que se llevó a Pío Vil;
vino dos veces en 1808
y 1809’. Un tal Carlos Morelli de Spoleto, ‘primero
guardia urbano y después
de la guardia noble del cuerpo de servicio ante el rey
Murat en Nápoles’, se retiró
para los ejercicios en 1807. En 1806 figura el marqués
Vivaldi, que, según el
cronista, ‘se encontraba entre aquellos de la escalada ’
para prender a Pío VIL

Al volver la comunidad pasionista a la casa de los SS.


Juan y Pablo, los religiosos
no encontraron nada en sus habitaciones ni en las de
los ejercitantes. El
director, de acuerdo con los superiores mayores,
buscó ayuda entre algunas personas
más acaudaladas. Se conserva la carta dirigida a la
condesa de Chablais: ‘Alteza
Real, entre las obras pías de Roma para mayor gloria
de Dios no es la última la
de los Ejercicios Espirituales en el retiro de los SS.
Juan y Pablo. En ellos, por la
misericordia de Dios, se está haciendo mucho bien, y
será aun mayor cuando se
pueda disponer de los muebles que faltan tras la
infausta época del pasado gobierno.
Es indispensable acomodar las habitaciones,
adecentar la capilla, reponer las
camas y todo lo que se necesita para dar ejercicios en
bien de las almas. Pero los
costosísimos gastos que el retiro ha debido afrontar
obligan al director de ejercicios
a recurrir a la generosidad de los fieles. Confiando en
la misericordia de Dios,
he puesto manos a la obra; por esto acudo a la caridad
de vuestra Alteza Real, por
si quiere colaborar con el conveniente donativo a obra
tan santa ’54.

Los superiores mayores trataron de acomodar cuanto


antes la zona de los
ejercitantes; y durante todo este período se
preocuparon de que estuviera bien
atendida, de forma sencilla, pero decorosa, como da fe
la Platea de la casa.

Entre los ejercitantes de 1814 y 1815 aparecen varias


personas que prestaron el
juramento exigido por el gobierno francés, y que fueron
invitados a hacer ejercicios
para reparar el escándalo. Hubo también dos ‘Maire’
(presidentes de municipio),
Ottaviani F., de Filettino, y Trojetti, di Anagni. También
se retiraron a ejercicios cuatro
sacerdotes deportados. Desde que la comunidad
volvió a atender este ministerio,
el 4 de agosto de 1814, hasta fin de año 1816, hubo
551 ejercitantes55.

En la zona de ejercicios espirituales hubo a veces


cardenales, obispos o miembros
de la curia romana. En la tanda dada antes del
carnaval de 1838 hubo 4 cardenales;

54 AGCP, B. II-VI/1 -17, 2-10.

55 AGCP, Registro dei Signori Esercitanti dal 1814 al


18132; II, dal 1833 al 1853. A los 539 indicados
al lado de los nombres se añaden 12 más registrados
en un folio suelto para el año 1815.
predicó el P. Secondiano56. La crónica de la casa
indica las siguientes personas:

Don Alejandro Ruspoli, príncipe de Cerveteri, al


enviudar quiso entrar en la
carrera eclesiástica y el Papa le mandó retirarse tres
meses a una casa religiosa
durante los cuales recibiría gradualmente las órdenes
hasta el sacerdocio; él opto
por la de los SS. Juan y Pablo, donde recibió las
órdenes y celebró la primera misa.

En 1816 el general de los Bamabitas, Francisco


Fontana, amigo de mons.
Vicente María Strambi, hizo los ejercicios en
preparación al cardenalato.

El cardenal Antonio Dugnani, en octubre, se retiró a la


casa de los SS. Juan
y Pablo con los sacerdotes de su diócesis.
El cardenal Antonio Doria frecuentaba nuestra casa,
costumbre seguida por
su sobrino Jorge Doria.

El cardenal Agustín Rivarola, para prepararse a la


ordenación de diácono,
hizo allí los ejercicios espirituales.

El cardenal Luis Ercolani estuvo durante un mes para


prepararse a las sagradas
órdenes, recibió la ordenación sacerdotal y celebró la
primera misa. Después
continuó frecuentando la casa, o para los ejercicios
espirituales, o para confesarse
o para pasear por la huerta.

Mons. Cándido Frattini, hijo de Antonio Frattini, gran


bienhechor de Pablo de
la Cruz, hizo los ejercicios espirituales para prepararse
a la consagración episcopal.
Mastai Ferretti, futuro Pío IX, hizo un retiro del 23 al 25
de diciembre de
1917, y después volvió varias veces57 58.

Algún superior mayor de esta época, al ver a tantos


eclesiásticos, nobles y
empleados de ejercicios en los SS. Juan y Pablo,
creyó que peligraba la soledad
y trató de reducir la frecuencia, agmpando los retiros al
principio de cada mes.
Esta restricción disgustó a muchos y de hecho no se
aplicó. Los motivos para que
fuera la casa preferida hay que buscarlos sin duda en
la soledad del edificio, en
el silencio que reinaba y en el buen ejemplo de los
religiosos. El cronista anota
que los ejercitantes ‘admiraban la puntualidad con que
los religiosos acudían en
silencio, al oír la campanilla, a los actos de
observancia común, el recogimiento,
el gran silencio y la participación en la alabanza a Dios
en el coro’™.
56 AGCP, A. IV-V/2-9, Missioni 1837-1854, Missioni ed
esercizi nella Prov. Addolorata dal 1836 al
1839, ff. 10-11.

57 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo, II, ff. 95-96.


Un estudio de las personas y del contenido de las
meditaciones y pláticas ofrecidas lo ha realizado TITO
PAOLO ZECCA, C. P, La pastorale degli
esercizi spirituali nella casa dei SS. Giovanni e Paolo
di Roma, Romae 1989; es un capítulo de la
tesis defendida en el Pont. Ateneo Antonianum en
1989.

58 AGCP, B. II-VI/1.17, 2-16 ‘Notizie riguardanti gli


esercizi che si danno in questo Ritiro’. E1 cronista
escribe que Maximiliano, príncipe de Sajonia,
acompañando a su hija Mariana Carolina que
iba a casarse con Leopoldo II Gran Duque de
Toscana, pasó por Roma y quiso visitar la basílica de
los SS. Juan y Pablo para asistir al canto del oficio
divino. La razón era que dos damas inglesas le
habían hablado del gran bien espiritual que recibieron
asistiendo al canto del oficio con los pasio-
nistas y que se habían sentido movidas a entrar en la
Iglesia Católica.
Del 3 al 13 de junio de 1829 hizo los ejercicios
Estanislao Choloniewski
(1791-1846) antes de la ordenación de diácono. ‘Vino
con permiso de Su Santidad'
y quedó muy impresionado del clima espiritual de la
comunidad; así lo describía
a su primo Nicolás Grocholski: ‘He hecho diez días de
ejercicios en el
lugar más hermoso que podrías imaginar, en el Monte
Celio, en el retiro de los
Padres Pasionistas, entre cipreses. Desde la ventana
podía ver las ruinas del
Coliseo, los palacios de los Césares y otras vanidades
del mundo... Todos los
días he tenido ante mis ojos el ejemplo de vida
consagrada a la penitencia y a
la meditación de la Pasión del Señor. Los Padres
Pasionistas son una de las más
austeras congregaciones del país. Enseñan más con
el ejemplo que con la palabra
a meditar en la Sabiduría de la Cruz, que es necedad
para este mundo. Pero
“homo carnalis non percipit quae sunt spiritualia ”. Esto
lo he aprendido en tan
pocos días, más que durante años de experiencia’59.

Esta actividad es una pequeña ventana abierta sobre


el variado mundo eclesiástico
y civil de la ciudad de Roma en la mitad del siglo XIX,
útil para conocer
el interés de los seglares y el modo de ayudarles a
vivir el evangelio en su
vida familiar y social. Entre las cartas que rezuman
nostalgia de la casa de ejercicios
cito un párrafo del conde canónigo Maximiliano
Marogna de Pisa; los
hizo en los primeros meses de 1816 dirigidos por el P.
Agapito de S. Secundia-
no; escribía desde Pisa el 26 de junio: ‘...Estaré
siempre agradecido al Emmo.
Cardenal Fontana por permitirme tener experiencia de
una orden tan perfecta y
de los respetables miembros que la integran.
Recuerdo con agrado los días que
pasé en santos ejercicios bajo su dirección; días de
verdadera felicidad y de descanso
para el alma, tan agitada por continuas tormentas en
este valle de lágrimas...
’. Manda saludos al General, y nominalmente para los
PP. Lorenzo de San
Francisco Javier y Luis Bonauguri. En otra carta de la
Pascua de 1817 mantenía
aun la nostalgia por el tiempo vivido en la casa:
‘Frecuentemente estoy con el
espíritu en ese santo retiro, y evoco las meditaciones y
hermosas reformas, así
como los buenos avisos recibidos de V. R. ’60.

No faltaron personas que, obligadas a los ejercicios


por sus padres o por la
autoridad eclesiástica o civil, los comenzaban con
hastío; pero en general, a los
pocos días mejoraban sus sentimientos, de lo que dan
fe varias cartas.
En el retiro de Cometo, entre 1828-1839, varios
jóvenes se prepararon a las
sagradas órdenes, e hicieron los ejercicios espirituales
algunos sacerdotes mandados
por sus obispos; también los laicos se retiraban por
propia devoción para

59 JAN BADEN, S. J., Stanislaw Choloniewski, Krakov


1888, p. 190. Debo estas anotaciones al P.
Damián Wojtyska, C. P. AGCP, Registro de’Sig.
Esercitanti dal 1814 fino al 1832, f. 121.

60 AGCP, B. II-VI/1-17, 1-27, 35.


disponerse a una buena confesión pascual. Dos
jóvenes se prepararon al matrimonio
con unos días de ejercicios espirituales. Más de 25
muchachos se dispusieron
a la primera comunión, que recibieron en la capilla del
retiro61.

Por los mismos años, en el convento de la


Presentación, Monte Argentan o,
hay más movimiento: 275 individuos buscaron la
soledad para prepararse a las
sagradas órdenes con los ejercicios espirituales, o
eran simples sacerdotes o
seglares; 10 eclesiásticos fueron enviados como
penitencia por el obispo o por el
comisario del gobierno62 63.

El Reglamento común de 1778, en la segunda parte


(‘reglamento VII, sobre
los que hagan ejercicios en nuestras casas’) daba
algunas normas para que los
días de retiro fueran fructuosos. En 1827
permanecieron sustancialmente la
mismas normas, con alguna modificación para
destacar la responsabilidad del
director. El General, P. José Claris, en 1805 hizo
mejorar y confirmó algunas
normas: “Istruzioni e Regolamenti che d’ordine del
Rvmo. P. Prepósito Generóle
dovranno osservarsi tanto nel tempo degli Esercizi
formali, quanto per gli
altri particolari tra Panno per le persone ecclesiastiche
e secolari che a tal fine
si recheranno in questo Sacro Ritiro de ’Santi Giovanni
e Paolo di Roma, 1805”.
En el opúsculo se reunía lo que la experiencia había
aconsejado para ayudar a
los ejercitantes. Se recomendaba al director que
hiciera copiar ‘el reglamento de
vida que deberán tener siempre presente para
perseverar mientras vivan’M.
Muchos ejercitantes se ayudaron a perseverar con el
librito del P. Agapito de S.
Secundiano y de otros de los que se hablará más
abajo.

¿Cuántos eran los predicadores?

Relativamente pocos si se los compara con el total de


sacerdotes. En la Provincia
de la Presentación los más habituales en las
relaciones son los PP. Pablo
Luis de María Virgen, Antonio Testa, Bernardo de la V.
Dolorosa, Pío del Nombre
de María, Domingo de la Madre de Dios, Lorenzo de S.
Francisco Javier,
Juan Mateo del S. Corazón de Jesús, Ramón de la
Pasión, Juan Bautista de S.
Vicente Ferrer, Roque de San Miguel Arcángel,
Paulino de S. Agustín, Joaquín
del E. Santo, Carlos de la Virgen de la Paz, Pedro de
Jesús y Juan Bautista de S.
Jerónimo.
En la Provincia de la Dolorosa destacan los PP. Lucas
Ma. de la SS. Trinidad,
Andrés del C. de María, Bartolomé de la SS.
Concepción, Antonio de S. José, Felipe
de la SS. Concepción, Vicente del SS. Sacramento,
Juan Ma. de S. Antonio,
Sebastián de S. José, Fortunato de Jesús y María,
Francisco de S, Felipe, Tomás de

61 APScala S., Registro dei secolari 1828-1851 nel


ritiro di Corneto.

62 APPresentazione, Registro dei secolari ritiro


Presentazione.

63 AGCP, busta: Esercizi spirituali: due elenchi di libri


da distribuire agli esercitanti.
Jesús, Calixto de S. Luis, Clemente de S. Tomás,
Miguel Ángel de S. José, Secun-
diano de S. Miguel Arcángel, Estanislao de S. Pedro y
Juan del Niño Jesús.

Hay que recordar que a veces, según las necesidades,


se intercambiaban los
predicadores de una provincia a otra.

8. - Medios para promover la memoria de la Pasión de


Jesucristo

Al recurso acostumbrado y fundamental de meditar


con los oyentes la Pasión
de Jesucristo en las misiones o en los ejercicios
espirituales, o de enseñar a los
fieles a meditarla por sí mismos, se añadía el
compromiso constante de que los
fieles aprendieran de memoria estas dos jaculatorias:
‘Eterno Padre, os doy gracias,
etc. ’ y ‘Señor, os doy gracias porque habéis muerto
por mí, etc...En 1818
se imprimió el folleto ‘Jesu Christi Passio ', en el que
se recordaban las indulgencias
concedidas a la jaculatoria ‘Padre Eterno, os ofrezco la
Sangre Preciosa
de Jesucristo en reparación de mis pecados y por las
necesidades de la Iglesia'.
Se exhortaba a los fieles a recitar asimismo ‘con el
corazón arrepentido, y
meditando en la Pasión de Jesucristo cinco
Padrenuestros y Avemarias con el
versículo ‘Te ergo quaesumus..., etc. o bien ‘Padre
Eterno, por la Sangre Preciosísima
de Jesús, misericordia ’ y un ‘Réquiem aeternam ’ por
las almas del
purgatorio. Se recordaba también la devoción a la
Virgen Dolorosa recitando
cada día siete veces el Avemaria con el versículo
‘Sancta Mater, istud agas, etc. ’,
o ‘Santa Madre, haced que las Llagas del Señor estén
grabadas en mi corazón .
El folleto se repartía durante las misiones o en los
ejercicios públicos o a grupos.
El 17 de febrero de 1804 el General, P. Claris, obtuvo
de Pío VII el poder
agregar a la comunicación de bienes espirituales de la
Congregación a los miembros
de las cofradías y asociaciones que recordaban de
manera especial la Pasión
de Jesucristo y los Dolores de la Virgen María; facultad
confirmada el 19 de
agosto de 183364.

El rosario de las Cinco Llagas ocupó un lugar


privilegiado. Esta devoción
se encuentra en varios lugares durante la edad media.
No sabemos cómo el P.
Pablo Luis Pighi de María Virgen encontró este rosario,
que le pareció muy
apropiado para animar al pueblo a la devoción de
Cristo Crucificado. En 1819
fue impreso en Eichstadt “Statuta Confraternitatis
Quinqué SS. Christi Vulne-
rum in choro S. Wilibaldi Eichstadii ínter sacerdotes
hujus dioecesis auctoritate
Pontificia et facúltate Ordinaria institutae”.

El obispo Juan Eucharius, en la introducción, presenta


a la Virgen María
como la primera que veneró las llagas de su Hijo,
seguida después por los após

64 Documento en Acta XIV (1939-1941), pp. 325-326.


toles cuando Cristo resucitado se las mostró.
Recuerda que Inocencio III aprobó
la Misa en honor de las Cinco Llagas, y que Inocencio
IV, en 1354, a solicitud
del emperador Carlos IV, extendió la devoción de las
Cinco Llagas a toda Alemania
y Bohemia. El obispo Euscharius, para bien de todo su
clero, había pedido
al Papa Inocencio XII que confirmase la Cofradía de
las Cinco Llagas de N

S. J. C., con sus indulgencias. Se comenta a


continuación cuáles deberían ser las
virtudes que habría que practicar con la memoria de
las Cinco Llagas (pp. 46-
47). Se ofrece a los devotos un ‘Oficio Parvo’ y
finalmente el rosario de las
Cinco Llagas. Se asegura que se usaba en muchas
partes de la Iglesia y que el
Papa Pablo V lo había aprobado. El rosario consiste
en contemplar en cada una
de las llagas el amor de Jesucristo, recitar cinco veces
el Padrenuestro, un Avemaria
y la estrofa ‘Eia Mater, istud agas, * Crucifixi fige
plagas * cordi meo
valide’ (Madre, graba firmemente en mi corazón las
llagas del Crucificado). Se
añadía alguna oración para obtener una buena muerte,
y en ocasiones toda la
secuencia ‘Stabat Mater Dolorosa..., etc. ’.

Parece que fue este folleto65 lo que inspiró al P. Pablo


Luis de María Virgen,
convertido en apóstol del rosario de las Cinco Llagas.
El P. Ignacio del Costado
de Jesús, aunque no sé en qué se fundaba, dice que
esta devoción procedía de las
revelaciones privadas de laB. Ángela de Foligno; y que
el rosario se habría organizado
en Roma en el siglo XVII y propagado por los
jesuitas66.
Elegido Superior General, el P. Pablo Luis compró los
moldes para acuñar
medallas con las que disponer más fácilmente de este
rosario. Escribió también breves
oraciones e imprimió miles de ejemplares67. El 10 de
septiembre de 1823 dirigió
a los provinciales una circular: ‘Llevando muy dentro
del corazón (como deseo
que lo lleven todos los religiosos de la Congregación
de la SS. Cruz y Pasión de J.
C.) el ansia de promover entre los fieles la grata
memoria de la Pasión, había obtenido
de Pío VII la facultad de poder bendecir, o que otros
sacerdotes pasionistas lo

65 El folleto estaba en el archivo o en la biblioteca,


pues lleva la numeración: 1-5-172. Un librito de
1801 sobre las tres horas de agonía del Salvador en la
cruz contiene en las pp. 54-56 el rosario de
las Cinco Llagas: 'Divozione alle tre ore dell’agonia di
Gesù Cristo nostro Redentore composte in
Lima nel Perù... dal P. Alfonso Messia... ’, V. Gori
Stamp. Arcivescovile Camerino 1801. ¿E1 libro,
que lo usaba el P. Lorenzo Salvi, fue conocido por el
P. Pablo Luis Pighi? (AGCP, Stampe 14-6-
39). En 1828 y 1830 fue impreso por PASQUALE DE
NARDIS, ‘Le Piaghe di Gesù Cristo considerate
in quindici misteri, opportuni per lucrare l’Indulgenza
plenaria quotidiana... ', Tip. Perego-
Salvioni, Roma 1830; no menciona el rosario de las
Cinco Llagas. (Bibl. SS. Giovanni e Paolo,
244-10 DEN).

66 ‘La Scuola di Gesù Appassionato aperta al cristiano


con la quotidiana meditazione delle sue pene,
dal P. Ignazio del Costato di Gesù, sacerdote
passionista. Aggiuntovi infine un devoto esercizio in
onore della Piaghe SS. del Redentore Crocifisso e dei
Dolori di Maria SS. ’, Roma 1838, nel Collegio
Urbano, pp. 326-329.

67 AGCP, A. IV-VI/1-1, Notizie registrate... dopo il Cap.


1821, f. 6, dice: ‘E1 dia 22 de enero de
1822, el Prepósito obtuvo del Papa la facultad de
bendecir por sí o por medio de otros el rosario
de las Cinco Llagas de Jesucristo con las indulgencias
para quien lo rece’.
hicieran, el rosario de las Cinco Llagas, agregándole
algunas indulgencias.

Pero dándose cuenta que para algunas personas


resultaba complicado recitar,
en cada Llaga, cinco Padrenuestros, Avemarias y
Glorias, obtuvo de León XII
una vez por cada Llaga.

Exhortaba a los provinciales y a los religiosos a


divulgar esta facultad entre
los que ya tenían el rosario para que lo rezaran con
mayor facilidad; y alentaba
a los provinciales a que dispusieran de rosarios o
medallas para repartirlos, especialmente
entre los bienhechores, pues estaba seguro de que lo
recitarían; y esperaba
que Dios recompensaría a las comunidades por
repartirlos gratuitamente68.

En 1826 obtuvo del Papa la facultad de delegar la


bendición del rosario de las
Cinco Llagas incluso a sacerdotes no pasionistas,
especialmente donde no existiera
comunidad pasionista69 70. Así se convirtió en
‘devoción de los pasionistas’ y en
un medio provechoso para propagar la devoción a la
Pasión de Jesucristo.

Otro medio para fomentarla fue el escapulario de la


Pasión, según el uso de
algunas órdenes que divulgaban su propio escapulario.
Los predicadores de
misiones o ejercicios públicos inculcaron mucho el
toque de la agonía, por la
tarde, sugiriendo a los fieles que, al escucharlo,
recitasen cinco veces el Padrenuestro
y el Avemaria en recuerdo del amor con que Jesús
aceptó la muerte por
nosotros™. También se ofrecía el reloj de la Pasión
con la idea de meditar, o al
menos de recordar con actitud de fe, el amor con que
Jesucristo sufrió su Pasión.
Se imprimieron hojitas que eran expuestas durante la
misión y entregadas a las
personas que demostraban deseo de llevárselas.

En 1835, el P. Domingo de la Madre de Dios, tras


madura reflexión, escribió
una Via Passionis71, esperando ayudar a los
cristianos a meditar en los diversos
pasos de la Pasión de Cristo. Comenzaba desde la
institución de la Eucaristía,
memorial perpetuo del amor que movió a Jesús a
entregarse por nosotros en el
misterio de la cruz. Respetó el número tradicional de
14 estaciones, pero las dividió
del siguiente modo: 1) Última Cena; 2) Agonía de
Jesús en Getsemaní; 3)
Traición de Judas; 4) Jesús ante los sumos
sacerdotes; 5) Jesús en presencia de
Pilatos; 6) Jesús ante Herodes; 7) Jesús devuelto a
Pilatos; 8) Jesús azotado; 9)
68 La circular en Acta XVII (1951-1952), pp. 80-81. La
aprobación de León XII, en Acta XIV (1939-
1942), pp. 264-265. Platea SS. Giovanni e Paolo 2773-
1829, f. 98, 101, habla del interés del General
por rezar el rosario de las Cinco Llagas y por
propagarlo, como modo de promover ‘de todos
los modos posibles esta provechosa devoción’.

69 El rescripto en Acta XIV (1939-1941), p. 274.


Collectio facultatuum et indulg. Congr. SS. Crucis et
Passionis D. N. J. C.... ’, Romae 1958, n. 27. Entre
1830 y 1839 esta facultad se concedió a 133
sacerdotes
diocesanos o religiosos. AGCP, Benefattori. Infine,
Facoltà di benedire, o. c., f. 192-199. Cfr.
Raccolta di Orazioni e Pie Opere per le quali sono
state concedute dai Sommi Pontefici le S. Indulgenze.
Decima ediz. romana riveduta dall’autore, Perego-
Salvioni, Roma, 1841, pp. 140-143.

70 AGCP, B. II-III/2-5, Ministeri,.. Todi, ff. 19-20.


71 AGCP, Domenico, cas. 2, cart. 4, Idea eli una
pratica di pietà da intitolarsi Via Passionis.
Jesús coronado de espinas y Ecce Homo; 10) Jesús
condenado a muerte; 11 j
Crucifixión; 12) Agonía en la cruz; 13) Últimas palabras
y muerte; 14) Jesús
herido en el costado, bajado de la cruz y sepultado.

Pensó que, distribuyendo los misterios dolorosos de la


vida y Pasión de
Jesús, ayudaría más a los fieles a conocer ‘lo que
sufrió por nosotros el Verbo
encarnado ’. Como otras muchas obras literarias del P.
Domingo, también ésta
quedó inédita, y por lo mismo sin influencia sobre la
religiosidad popular.

En los primeros años de la restauración se puso


mucho interés, sobre todo
por parte del P. Lucas María de la SS. Trinidad, en
revitalizar la Cofradía de la
Pasión, llamada de los ‘Sacchetti’ (tal vez de la palabra
‘sacco’ o uniforme de la
asociación). La había fundado en 1752 en Veroli el P.
Tomás Struzzieri, quien
escribió las normas revisadas por Pablo de la Cruz72.
Cuando la supresión napoleónica,
la cofradía se hallaba erigida en Veroli, Alatri y Bauco.
Llegada la restauración,
se rehízo primero en Alatri y Bauco, en donde todos
los años daba
ejercicios espirituales un pasionista; la de Veroli, en
cambio, estaba desorganizada.
Entre el 12 y el 20 de febrero de 1825 predicó
ejercicios en Veroli el P.
Lucas María de la SS. Trinidad y la cofradía comenzó
a renacer. Volvió los días
27-28 de mayo de 1826, nuevos fieles recibieron el
escapulario de la cofradía y
el domingo 28 desfilaron los 72 inscritos, con su
‘sacco’, por las calles del pueblo
e hicieron la primera de las visitas a las iglesias para
ganar las indulgencias
del Jubileo extendido fuera de Roma73.
En 1805, mons. Strambi dedicaba su obra “Dei tesori
che abbiamo in Gesu
Cristo ” (Los tesoros que tenemos en Cristo) ‘a los
venerables socios de la cofradía,
erigida nuevamente por facultad apostólica en la
ciudad de Pesaro con el
título de la Pasión y Muerte de Jesucristo \ La
Congregación no tenía privilegio
para erigir cofradías; por eso sólo podía animar a los
seglares y a los párrocos a
que ellos establecieran la cofradía de la Pasión.

Sirviéndose de la facultad concedida por Pío VII el 17


de febrero de 1804 y
confirmada por la Santa Sede el 19 de agosto de
183374, de poder conceder la
comunicación de bienes espirituales (llamada entonces
afiliación a la Congregación)
a las asociaciones que hacían memoria de la Pasión
de Jesucristo, el Instituto
recibió diversas solicitudes de las que se conservan
datos. En 1817 esta
asociación espiritual se otorgó a Magdalena
Frescobaldi, que la pidió para las
mujeres recogidas en el retiro de Santa María
Magdalena que había abierto en

72 F. GIORGINI, Storia dei Passionisti, o. c., I, 464.

73 AGCP, A. IV-V/2-6, Nota Missioni, esercizi... Prov.


di Campagna 1825, 1826.

74 AGCP, A. III-II/6-7.
Florencia. De aquel retiro tendría origen la
Congregación de las Hermanas
Pasionistas de San Pablo de la Cruz75.

La participación en los bienes espirituales del Instituto


fue otorgada el 4 de
octubre de 1833 a la Congregación de la
Contemplación de la Pasión de Jesucristo
y de los Dolores de María, de Castiglione d’Orcia,
diócesis de Montalcino; el 1
de abril de 1834, a la Cofradía de la Pasión de N. S. J.
C, de Veroli76; el 8 de mayo
de 1837, a la Cofradía de los Siete Dolores de María
Virgen, establecida en la iglesia
de S. Lorenzo de Barbastro, España; el 24 de octubre
de 1838, a la Cofradía de
las Hijas e Hijos de la Pasión, de la iglesia de la SS.
Anunciación en Arezzo77.

Semejante ‘afiliación’ se concedió también a la


duquesa de Lucca, María
Luisa, muy devota de Pablo de la Cmz y de mons.
Vicente María Strambi; a la condesa
Dominga Paglicci Orsetti, de Lucca; el 3 de mayo de
1831 a Ambrosio Phillips
de Lisie, un inglés que estaba en contacto con el P.
Domingo de la Madre de
Dios, al que conoció primero en Roma y después
ayudó para entrar en Inglaterra.
El 8 de mayo de 1837 esta agregación espiritual se
otorgó a la familia inglesa Jones,
caballero del Castillo de Clylta; y en 1836 al
‘Apostolato Cattolico ossia Pia Unione
o Società istituita per la conservazione e propagazione
della fede cattolica ’, que
fue el germen de los palotinos (fundación de San
Vicente Pallori)78.

9. - El uso de la prensa

En la historiografía religiosa actual se da el puesto que


le corresponde al análisis
de libros de piedad y devoción para mejor
conocimiento del entramado religioso
del pueblo en un concreto período histórico. El siglo
XIX conoció una frondosa
producción de oraciones, piadosos ejercicios, obritas
de devoción mariana,
verdaderos y auténticos ‘arsenales’ de piedad con las
más variadas formas devo-
cionales y con oraciones para las más diversas
necesidades del cuerpo y del alma79.
Encontrando que esta abundante producción ayudaba
a la piedad, especialmente de
los fieles más sencillos, los pasionistas recurrieron a
este medio para cumplir el
voto específico; mediante él las personas conocían el
amor de Dios presente en los
misterios relativos a la vida, Pasión y Resurrección de
Cristo.

No era difícil escribir libros útiles, de lectura agradable;


el problema era con qué
recursos imprimirlos. Por desgracia, los pasionistas
carecieron de fondos económi-

75 DANIELA MERLO, Maria Maddalena Frescobaldi,


o. c., pp. 143-145.

76 FILIPPO DELLA S. FAMIGLIA, Religiosi insigni


della Prov. dell’Addolorata, Napoli 1967, p. 37.

11 AGCP, Benefattori. Infine Facoltà di benedire, o. c.,


ff. 246; 181, 182.

78 AGCP, Benefattori. Infine Facoltà di benedire, o. c.,


ff. 180 - 182.

79 Como introducción al tema, cfr. ANNAROSA


BORDONI, I Libri di devozione dell’Ottocento (con
particolare riferimento alla produzione milanese):
proposte per una lettura critica, en Annali di
storia dell’educazione e delle istituzione scolastiche,
1994, pp. 59-102.
eos, y más en este período. Ya se dijo, en el apartado
de la cultura, que han quedado
inéditas las obras filosóficas, teológicas y apologéticas
del P. Domingo de la
Madre de Dios, que valían cuando menos tanto como
otras publicadas.

El librito de meditaciones del P. Juan María de San


Ignacio, “Esercizio cii
brevi ed affettuose meditazioni sopra la Passione SS.
di Gesù Cristo per ogni
giorno del mese” fue reimpreso en Roma en 1797 y
1805. Dos ediciones por lo
menos tuvo la obra del P. José Jacinto de Santa
Catalina de Siena, “Sentimenti e
virtù pratiche sopra la vita e passione di Nostro Signore
Gesù Cristo, ricavato
dall ’opere de ’SS. Padri da un sacerdote della Congr.
della SS. Croce e Passione
di Gesù Cristo”, Roma 1791, reimpresa en Nápoles en
1792. Las páginas de
este libro fueron más tarde usadas como volantes
dados a los religiosos el día de
la Epifanía a fin de indicarles su protector durante el
año y la virtud particular en
la que debían centrarse.

Entre 1790 y 1830 mons. Vicente María Strambi


publicó varios libros; algunos
son opúsculos para el pueblo; otros, en cambio,
estaban destinados a los
seminaristas de su diócesis. El más significativo fue
“Dei Tesori che abbiamo in
Gesù Cristo Nostro Signore e dei Misteri della sua
vivifica Passione e morte,
fonte perenne di tutti i beni. Opera data in luce da un
Religioso della Congregazione
della SS. Croce e Passione di Gesù Cristo’m,
Macerata 1805, en la
imprenta de Antonio Cortesi, 4 tomos. En esta obra se
condensaba la catequesis
que mons Strambi ofrecía en su predicación, y en ella
ofrecía abundante tema de
meditación. Un opúsculo de devoción con notable éxito
fue “Il mese di Luglio
consacrato all’adorazione dei misteri del Divin Sangue
onde infiammare i cuori
dei fedeli all’amore di Gesù Cristo che sì a gran prezzo
ci ha redento”. E1 libro
tuvo muchas ediciones. Entre los opúsculos uno está
dedicado a la Virgen María:
“Ricorso filiale a María SS.ma colla recita del SS.mo
Rosario di cui da un Religioso
se ne dà istruzione per renderlo veramente fruttuoso ”,
Foligno 1797. Otro
de los opúsculos ofrecía a los fíeles ayuda para el
ejercicio del Via Crucis, contemplando
con grande atención el amor misericordioso de Dios en
el Corazón
afligido y amable de Jesucristo: “Pratica della
devozione al Sagro Cuor di Gesù
nell’esercizio della Santa Via Crucis dedicata alla
Vergine SS.ma Addolorata”,
Roma 1795.
A principios de 1800, un librito de ejercicios piadosos
tuvo buena acogida y
en 1819 llegaba a la sexta edición, y tendría más hasta
pasada la mitad del siglo:
(P. Agapito de S. Secundiano), “Raccolta di esercizi
divoti e pie istruzioni per
facilitare ai fedeli la Pratica santa e fruttuosa degli Atti
di Religione, e promuo- 80

80 La obra ha sido estudiada por GIOVANNI ZUBIANI,


Cristo Sapienza incarnata è l’uomo elei dolori
nell'opera dì S. Vincenzo Maria Strambi ‘Dei Tesori che
abbiamo in Gesù Cristo’, tesis para la
iicenciatura en el Pont. Ateneo Antonianum, Roma,
1990. BRUNO SPINOZZI, ‘La catechesi di S.
Vincenzo Maria Strambi, C. P., Vescovo di Macerata e
Tolentino’, Roma, 1986.
vere ne ’loro cuori la vera Pietà. Ad uso degli
Esercitanti de ’SS. Giovanni e Paolo ”,
Roma 1819, “a spese di Giacomo Blasi Libraro alla
Chiesa Nuova n. I”. La advertencia
‘para uso de los ejercitantes de los SS. Juan y Pablo ’
recuerda que el autor,
por aquellos años, era director de ejercicios en esta
casa. En 1828 se hizo la octava
edición; en 1829 apareció otra en Milán; en 1832 se
presenta en Roma la 11a., de la
que se ha eliminado la indicación ‘para uso de los
ejercitantes de SS. Juan y Pablo ’,
pero se habían añadido “Regole di vita per un
giovanetto e per una giovanetta”, de
mons. Strambi. En estas ediciones se puede observar
la evolución de la devoción a
la Virgen María: en 1819 y en 1828, en el frontispicio,
aparecía la Dolorosa, en cambio
en 1832 se ve un óvalo con María y Jesús Niño en pie,
pero tanto la Madre como
el Hijo tienen el corazón en el pecho; indicación de la
creciente devoción a los SS.
Corazones de Jesús y María.

En 1825 un pasionista anónimo publica en Roma


“L’Anima Cristiana occupata
con Gesù Crocifisso e diretta nella via dello spirito coll
’aggiunta di varie
utilissime divozioni. Operetta divisa in due parti”. En el
prefacio se advierte que
‘L’Anima occupata ' estaba en la tercera edición, y que
‘L’Anima diretta alla via
dello spirito ’ había sido impresa en 1824. El autor
asegura que ha unido ambas
obritas por el deseo de algunas personas piadosas,
intentando ‘cooperar a vuestra
eterna salvación no menos que a verla enamorada y
devota de las penas de
aquel Señor que nos ha amado hasta borrar nuestras
culpas con su Sangre Preciosa’.
Cita Apocalipsis 1, 5 y después 1 Petr 1, 4; 2, 21, para
conservar la
memoria de la Pasión de Cristo como recurso ante los
asaltos del demonio y para
mantenerse firmes en las tentaciones (pp. 8-9).
Sugería muchas jaculatorias y
afectos en honor del Crucificado y actos virtuosos para
mantener viva toda la jornada.
Una breve meditación para los 3Í días del mes
facilitaba el compromiso
de la oración; daba además sugerencias útiles para
participar fructuosamente en
la Misa, memorial de la Pasión del Señor.

Presentaba seguidamente un ejercicio de piedad ‘en


memoria de la agonía
de Nuestro Señor Jesucristo ’. Enseñaba a rezar ‘el
rosario de la Pasión del
Señor’, recordando los momentos más notables, y
terminaba con la oración
‘Señor, que para redención del mundo quisiste nacer,
etc... ’.

Para animar a recitar el Rosario de las Cinco Llagas de


N. S. J. C., se apoyaba
en el texto de San Agustín a las vírgenes cristianas: ‘
Mira las llagas del
Señor que cuelga de la Cruz, contempla la sangre del
que muere por ti... Considera
qué grandes y estupendas son estas cosas;
imprímelas bien en tu mente
para que quede bien grabado en tu corazón la imagen
de aquel que por nosotros
se dejó crucificar ’. Contiene igualmente la Corona de
la Preciosísima Sangre
de Jesucristo y la de los Dolores de María, además del
rosario. Entre otras
prácticas recomendaba el Reloj de la Pasión para
mantener durante el día la
memoria de la Pasión en sus diversos momentos y
agradecer tanto amor. Propo-
ne una Corona della Dolorosa Infanzia di N. S. G. C.,
en 12 versículos, llamados
antiguamente ‘grados’; en ellos se evocan momentos
como el Verbo
Encamado en el seno de María o ya de niño. A cada
‘grado’ se respondía 'Piedad,
Señor, * Piedad de nosotros, * Dios del Amor’, y se
recitaba un Pater, Ave
y Gloria. Una nota informa que esta devoción se usaba
ya en 1819, cuando Pío
VII concedió indulgencias. El autor proponía honrar
también ‘A Jesús Paciente
en el mes de enero consagrado a la Infancia dolorosa
de nuestro Divino Redentor,
practicando cada día, en honor de las penas que El
sufrió siendo niño y en
su tierna edad, el ejercicio de algún acto de especial
devoción’; indicaba 31 virtudes,
una para cada día del mes (pp. 195-198). No
podríamos decir si este ejercicio
tenía relación con el apostolado del P. Lorenzo Sal vi
para difundir la devoción
al Niño Jesús.

En la segunda parte del libro había un “Regolamento di


vita per le persone
divote di ogni stato ” y una serie de oraciones para
diversas necesidades; este tipo
de obras respondía a las situaciones y deseos de
diversas personas, como se
deduce también por las muchas ediciones que se
hicieron.

Otra obrita muy reeditada en el siglo XIX, como se ha


dicho antes, fue la del
pasionista anónimo “Indirizzi ai Sacerdoti novelli per
divotamente celebrare la

S. Messa, con alcune Massime da meditarsi dai


medesimi frequentemente, ed un
facilissimo método di Vita Interiore”, Pia Tipografía
Romana, Roma 1837.
Otro anónimo pasionista publicó en esta época
“Istruzione pratica e facile
per ben meditare ossia per fare bene la S. Orazione
Mentale Proposta a chiun-
que desidera vivere cristianamente, da un Sacerdote
Passionista”. El núcleo de
partida era la instmcción para meditar que estaba en el
reglamento de los novicios;
de hecho se usó en los noviciados; en 1856 el maestro
de novicios de San
Gabriel de la Dolorosa, en Morrovalle, se lo pedía al P.
Bernardo de la Virgen
Dolorosa, que fue famosísimo maestro81.

Sin que el P. Domingo de la Madre de Dios lo intentara


ni lo supiere, se
encontró impreso su libro “II Pianto dell’Inghilterra”.
Imitando las lamentaciones
del profeta Jeremías, eleva una súplica afectuosa a
Dios para que ponga término
al sufrimiento de muchas personas. El señor Ambrosio
Phillips de Lisie
conocía el texto desde cuando estuvo en Roma en
1831. Desde allí escribió al P.
Domingo, residente entonces en Lucca, y le
comentaba cómo le había conmovido
el opúsculo: ‘No encuentro palabras para decirle qué
consuelo me ha causado
su hermosa súplica por nuestra pobre Inglaterra... Me
parece ser buen síntoma
de la voluntad de Dios con Inglaterra que un sacerdote
de su devotísima
Congregación de la Pasión de Jesucristo, y que reside
cerca de la casa de nues

81 Arch. Prov. Recanati, carta del P. Bernardo al P.


Rafael, del 29 -III- 1856, quien le dice que ha
encontrado 12 ejemplares que le manda para los
novicios. En AGCP hay sólo dos ejemplares,
impresos en 1840 en Prato y en 1856 en Aversa.
tro gran apóstol San Agustín (iglesia de San Gregorio)
tenga sentimientos tan
amantes de nuestra nación ’82.

Phillips quiso presentar a los ingleses esta obrita.


Domingo, el 19 de octubre
de 1831, desde El Ángel de Lucca rogaba a Phillips
que hiciera constar en la
introducción que aquellas páginas habían sido
redactadas en tres momentos: una
parte en la Semana Santa de 1825, otra en un período
de gran aflicción interior
al no entrever ninguna luz de esperanza sobre la
vuelta de Inglaterra a la única
Iglesia de Jesucristo, y la tercera en 1829, al enterarse
de la ley que concedía a
los católicos ingleses la emancipación. Por su parte
Phillips, el 29 de octubre de
1831, comunicaba al P. Domingo que ya había
impreso “The Lamentation of
England or The Prayer of the Prophet Jeremiah applied
to de same, written in
italian by thè Rev. Fr. Dominile ofthe Mother of God
Religious of the Order of
the Most Holy Passion of Our Lord Jesus Christ, and
Superior of thè Passionisi
Convent at L...., in Italy”, Leichester 1831, pp. 23.
Phillips aseguraba al P.
Domingo que el librito haría mucho bien entre los
anglicanos.

Otro escritor que estaba preparando futuras obras era


el P. Ignacio del Costado
de Jesús; en 1838 editó en dos tomos “Istituzioni di
Eloquenza Sacra” y
“La Scuola di Gesù Appassionato”.

En este período que estamos narrando, el P. Felipe de


la SS. Concepción
redactó una buena biografía de Pablo de la Cruz. En
1818 se sentía la necesidad
de reimprimir la escrita por Strambi o de preparar una
nueva. El procurador, P.
Juan Lucas, hubiera preferido una nueva edición de la
de Strambi, que había
merecido tanto aplauso; y el propio autor, a ratos
sueltos, comenzó a corregir
algunas cosas y añadió nuevas páginas con
pensamientos de Pablo de la Cruz
sobre la Preciosísima Sangre del Salvador. Pero el
General, P. Tomás de la Sabiduría
Encamada, se asustó por el elevado coste de
reimpresión83. En 1821 se
publicó la obra del P. Felipe “Vita del Ven. Servo di Dio
P. Paolo della Croce,
fondatore dei Chierici Scalzi della SS. Croce e
Passione de N. S. G. C. ”, Stamp.
Crispino Puccinelli, Roma 1821.

Mientras tanto, el P. Lorenzo de San Francisco Javier,


devotísimo de la
Infancia de Jesús, imprimió en Asís, en 1825, “Invito a
tutti i fedeli del mondo
cattolico con alcuni esercizi divoti in onore della S.
Infanzia di Gesù Cristo”. La
invitación comenzaba con el consejo de amar el
misterio de la Encamación y de
recibir en la propia alma el místico nacimiento del
Verbo. En 1832 pudo publicar,
también en Asís, su principal obra espiritual: “L’anima
innamorata di Gesù
Bambino da cui riceve quotidiane spirituali istruzioni ed
al quale si rivolge ogni

82 FEDERICO, Il B. Domenico, o. c., pp. 148-150.

83 F. GIORGINI, S. Vincenzo Maria Strambi, o. c., pp.


20-21. Las correcciones preparadas por Strambi
en AGCP, A. I-I/39, 1; también algunas observaciones
del R Nicolás sobre la obra de Strambi,
A. I-I/39, 2, doc. 7-14.
giorno in santi coloqui. Nuova operetta per eccitare nel
cuor deifedeli un amore
e tenerezza speciale al Mistero delVIncarnazione del
Divin Verbo. Corredata di
graziosi rami”, en 4 volúmenes. Bien recibido el libro,
se agotó pronto, y en
1837-1838 el autor hizo una nueva edición, esta vez
en Roma84.

II. Apostolado en el norte de Bulgaria y en Valaquia

1. - Situación socio-política de este período

Los turcos conquistaron parcialmente Bulgaria al tomar


Tamovo el 17 de julio
de 1383, y definitivamente al derrotar al rey de Hungría
en Nicópolis, en septiembre
de 1396. Fue el fin del reino de Vidin, último baluarte
del antiguo reino búlgaro.
El gobierno turco dividió Bulgaria en 5 demarcaciones:
Sofía, Nicópolis, Vidin,
Silistria y Kjustendil. La situación de los cristianos se
hizo difícil; muchos pasaron
al islam. La iglesia nacional ortodoxa quedó sometida
al patriarcado greco-ortodoxo
de Constantinopla y las dignidades eclesiásticas
cayeron en mano de los griegos.
La lucha de los ortodoxos griegos contra los ortodoxos
búlgaros nacionalistas se
extendía también, y de manera especial, contra los
pocos católicos de rito latino.
Esto puede explicar por qué los misioneros pasionistas
en sus documentos se
lamentan más de los jefes ortodoxos que de los
mismos turcos.

Los cristianos quedaron sometidos a pesados


impuestos en dinero o en prestación
de servicios. Una dificultad que los misioneros tuvieron
que afrontar era
el permiso de los pachás, o señores turcos, para que
los católicos asistieran a la
misa dominical o festiva, y que en los días festivos no
se les obligase a trabajar
en el campo o a llevar sus caballos al pasto.

Desde finales del siglo XVII y parte del XVIII, los


cristianos y los católicos de
Bulgaria esperaron inútilmente una ayuda de Austria,
que trataba de frenar la presencia
turca. Entre 1788-1789 Austria y Rusia atacaron el
imperio turco y obtuvieron
algún éxito, como la reconquista de Belgrado; pero el
emperador José II, sintiéndose
mal, confió el problema al sucesor, su hermano
Leopoldo, que de Toscana
pasó a Viena. Éste negoció la paz que se firmó en
Svistov en 1791; por su parte
Rusia la firmó en 1792 en Jasi. Los dos misioneros
pasionistas entonces presentes
en Bulgaria, PR Francisco85 y Santiago, obligados a
salir precipitadamente de la
región por el obispo Dovanlia, se refugiaron en la zona
controlada por Austria.
A la guerra siguió un período duro y sangriento para la
población por culpa de

84 A. LIPPI, II B. Lorenzo Salvi, o. c.,', en el cap. XIV


presenta los escritos de Lorenzo. Cfr. también
PERGIORGIO SILVANO NESTI, Il Natale di Gesù:
Esperienza di vita, CISP Roma 1978

85 PETRU TOCANEL, Assentamento delle Missioni in


Bulgaria, Valachia, Transilvania e Moldavia,
en AA. VV. Sacrae Congregationis de Propaganda
Fide memoria rerum... 1622-1971, Herder,
Rom 1973, voi. II 1700-1815, p. 727 para la parte
relativa a Bulgaria, y p. 731 para la de Valaquia.
los bandoleros llamados Kargeli (Krdzalji). Agrupados
en bandas aguerridas, conducidos
por cabecillas diestros, entre 1794 y 1804
aproximadamente, sembraron la
desolación en el norte de Bulgaria, dejando tras ellos
terror y saqueo. Combatían
contra el gobierno turco, pero a veces un pacha los
contrataba para atacar a otro
pacha; y quien pagaba siempre las consecuencias
eran el pueblo y los misioneros.

En este ambiente de inseguridad los colonos búlgaros


buscaron tranquilidad
emigrando a la Valaquia austríaca, Banato,
Transilvania. Otra fuerte emigración
se produjo entre 1806-1812, durante la guerra ruso-
turca. El misionero P. Carlos
Romano de San Miguel narra que los ejércitos rusos y
las tropas mahometanas
‘cometieron toda clase de atropellos. En las cercanías
de Giurgiova, fortaleza
valaca cerca de Rusciuk, en una batalla muy
sangrienta, murieron muchísimos
rusos, a los que los turcos enterraban a montones a lo
largo del Danubio. Los
rusos lograron cruzar este río, a pesar de la feroz
resistencia de los turcos, se
adueñaron de Rusciuk y llegaron en sus conquistas
hasta Lovic, en las faldas de
los Balcanes. De pronto una orden del emperador
Alejandro mandó a su ejército
regresar al interior de su imperio, amenazado por
Napoleón, quien en los
campos helados de Moscú encontró la tumba de su
gloria y el ocaso de su pasado
esplendor. No es para describir el daño que causó en
Bulgaria el ejército
ruso, irritado y despechado por la contramarcha
violenta a la que se vio constreñido.
El ganado que encontraban a su paso, rebaños de
ovejas que pastaban
por los campos y bueyes que estaban arando,
manadas de caballos y de búfalos,
todo lo robaban y llevaban consigo, por no mencionar
el saqueo y la rapiña de
los soldados indisciplinados en el interior de las
viviendas

Los misioneros pensaron aprovechar la presencia de


los rusos para que los
católicos pudieran emigrar a Valaquia. Con ayuda del
comando ruso, los que quisieron
cruzaron el Danubio con sus animales y enseres para
instalarse en las tierras
no cultivadas de Valaquia. Muchos se asociaron para
crear la aldea de Cio-
ple, a pocos quilómetros de Bucarest; otros, en
cambio, se establecieron en Slo-
bosia, con otros búlgaros que lograron escapar de los
bandoleros Kargeli.

Los rusos pusieron el pueblo de Ciople bajo


jurisdicción del obispo católico,
mons. Ferreri; éste colocó allí un jefe (ciobargi) con
sus consejeros para garantizar
la libertad en la práctica de la fe y suficiente
tranquilidad pública. La dependencia
del obispo católico se mantuvo hasta que en 1828 el
poblado pasó a
depender del príncipe de Bucarest.

En 1810, mons. Ferreri, ante las dificultades que


muchos búlgaros encontraban
en Valaquia, trató con el pachá de Sistov sobre el
regreso de los católicos a
Bulgaria y la devolución de sus terrenos que en parte
habían pasado a los ortodoxos.
Se le concedió lo que pedía y se le aseguró que
quedaba condonado el 86

86 La Bulgaria negli scritti dei Missionari Passionisti


fino al 1841 a cura di P. Ivan Sofranov, C. P,
Roma 1985, p. 86.
impuesto retrasado. Pero en cuanto los pobres
entraron en Bulgaria fueron obligados
a pagar de una sola vez la suma que adeudaban87 88.

El 28 de mayo de 1812 se firmó la paz entre turcos y


rusos. Pero como secuela
de la guerra quedó la desolación en los campos, que
no se podían cultivar, y
las cosechas estaban arruinadas. Tal situación hizo
más dura la peste de 1813-
1814, que ya había infectado la región en 1797.

En 1821, los movimientos nacionalistas griegos


provocaron enfrentamientos
entre ortodoxos y musulmanes en Valaquia; los
misioneros fueron acusados ante
la Sublime Puerta de Constantinopla de promover la
rebelión. En 1825-1826 la
peste volvió a asolar la región, si bien de forma más
benigna que en 183 3. En
1828-1829 hubo nuevos enfrentamientos entre rusos y
turcos. Previendo esta
guerra, mons. Molajoni, el 25 de enero de 1828, envió
una ‘Circular consolatoria
a los RR. PP Misioneros de Bulgaria ante la inminente
guerra contra el
Turco En ella manifestaba su confianza de que Dios
pondría fin a la esclavitud
de Bulgaria bajo el poder musulmán. En mayo de 1828
el ejército ruso invadió
Moldavia y Valaquia, ocupó Bucarest y se detuvo ante
el Danubio a la espera de
cruzarlo. La presencia del ejército desató los precios;
un rublo de grano de 15
piastras de 1828 costaba 150 en abril de 1829. El
obispo escribía al General de
los pasionistas que en Bulgaria los turcos ‘no nos han
dejado más que los ojos
para llorar; los impuestos son tan exorbitantes, que no
hay más remedio que
recurrir a empréstitosm.
Aparecieron también fiebres malignas, que vaticinaban
el cólera. En 1831 la
peste entró en Valaquia, y de allá pasó a Bulgaria,
segando vidas por doquier.
Entre 1837-1838 se repitieron los estragos. Los
misioneros, amaestrados ya por
la experiencia, ordenaron a los católicos que
adoptasen estrictas medidas sanitarias,
lo que sin duda rebajó de manera significativa el
número de víctimas.

2. - Situación religiosa

Teóricamente el gobierno reconocía la libertad de


culto, pero los católicos
encontraban muchos obstáculos en los turcos, que los
consideraban infieles y
hasta 1832 no autorizaron la construcción de locales
de culto. Además los jerarcas
ortodoxos dificultaban la actividad del sacerdote
católico y el paso de la ortodoxia
al catolicismo. Los ortodoxos, mayoría de la población,
gozaban de ciertos
apoyos del gobierno y podían abrir lugares de culto. En
1832 los católicos
consiguieron del Pachá, por mediación de su médico,
el genovés doctor Massa,

87 La Bulgaria negli scritti dei Missionari Pasionisti, o.


c., pp. 86-88. GREGOR LENZEN, C. P.,
Die r'mischekath. Mission der Passionisten in
Nordbulgarien und der Walachei (1781-1813),
Regensburg 1983 (texto mecanografiado para la tesis
de licenciatura), pp. 3-12.

88 AGCP, A. IV-III/5-2, 1-16, carta del 28-IX-1828.


permiso de hacer iglesias semienterradas, que sólo
podían sobresalir unos palmos
del suelo. No era gran cosa, pero constituía una
novedad suspirada durante
siglos. Con esta medida se garantizaba a la mezquita
la primacía en cuanto a aparatosidad.
Anteriormente el culto tenía que hacerse en los
establos o en los pajares,
donde hubiera un espacio para acoger a los fíeles.
Concluida la reunión desaparecían
las señales del culto y por supuesto no se dejaba
reservado el SS. Sacramento,
grave inconveniente para el trabajo pastoral y para la
misma vida espiritual
del misionero. A lo cual habría que añadir el hecho de
que el permiso de
entrada, ‘la firma’, sólo les reconocía como
comerciantes alemanes hasta 1830.

En Valaquia la situación era algo mejor: se podía tener


lugares de culto, pero
los obispos ortodoxos tenían estrictamente prohibido a
los católicos poner el pie
establemente en Bucarest; sólo la paciente tenacidad
de mons. Molajoni logró
para la Iglesia Católica el derecho de contar con sede
permanente en Bucarest.

En Bulgaria, en 1814, había 1.300 católicos en cinco


poblaciones; la mayor,
Belene, con 550 almas, y la más pequeña, Peticladen,
con 100. En Valaquia (Rumania)
los católicos de origen búlgaro eran 813 en siete
núcleos; los mayores eran
Bucarest con 373 fíeles y Ciople con 332, y el menor
Tarcoviste con 6 católicos89.

Se hacía sentir la necesidad del clero indígena, pues


los misioneros enviados
por Propaganda Fide tenían un contrato de siete años;
en cambio, como decía
mons. Dovanlia en 1803, uno nativo puede
permanecer toda la vida en el puesto,
con lo que se enriquecía su experiencia y se
comprometía con más celo que
un misionero temporal90.

3. - Situación de los pasionistas en la misión

Los dos primeros pasionistas llegaron en 178191,


como misioneros cedidos por
la Congregación pasionista a Propaganda Fide. Ésta
los sostenía y se servía de ellos
para el ministerio apostólico en la zona bajo la
dependencia inmediata del obispo.
Los religiosos tenían la obligación de mantenerse en el
puesto durante siete años,
al cabo de los cuales podían continuar allí o regresar a
su patria. Esta solución jurídica
aumentaba el riesgo de que el misionero no se
identificara profundamente con
la misión o que tuviera la impresión de agotarse en un
trabajo que no era propio del
Instituto o que la Congregación se desentendía de
ellos.
Esta perspectiva aparece no pocas veces en Bulgaria.
La Congregación atravesó
por momentos muy dramáticos, como la invasión
francesa de 1798, la proclamación
de la República romana, la invasión de Napoleón, la
supresión de los
institutos, el cierre de los noviciados, la expulsión de
los religiosos de sus con

89 F. GIORGINI, I Passionisti nella Chiesa di Bulgaria


e di Valachia, Roma 1998, p. 28.

90 F. GIORGINI, I Passionisti nella Chiesa di


Bulgaria..., o. c., p. 22.

91 C. A. NASELLI, Storia dei passionisti, o. c., II/1, §


16.
ventos, el abandono de muchos que al final de la
persecución no regresaron... No
había, pues, religiosos en suficiente número, y con
dificultad, tras el permiso de
restablecimiento, se pudieron abrir algunos de los
conventos de antes.

Me parece que para los pasionistas el problema más


preocupante era el pensar
que aquella misión era un tipo de trabajo al margen de
la Regla. En Bulgaria
había que atender a los católicos como párrocos,
cuando la Regla prohibía
regentar parroquias. Además, por ser muy pocos, los
misioneros debían vivir aislados,
sin la ayuda de la comunidad en su mejor sentido.
Pero no deja de extrañar
que, hombres tan atentos a la literalidad de la Regla,
no prestaran atención a
lo que el Fundador había escrito en el primer texto de
la misma: ‘Si la divina
misericordia enriqueciera a la Congregación con
religiosos capaces de emprender
la conversión de los infieles, deberán ir a donde sean
enviados por el Sumo
Pontífice o la S. Congregación de Propaganda
Pide,92. Era evidente que en aquellas
regiones la estructura de la vida diaria no podría ser la
misma que en los retiros
donde la Iglesia estaba ya plantada. Pero el hecho es
que el Fundador, no obstante
sus deseos y esfuerzos, no llegó a conseguir una
misión entre no católicos.
Esto privó a sus sucesores de la experiencia que
hubieran significado las indicaciones
oportunas que él hubiera dado sobre cómo salvar la
vida comunitaria y
cumplir el voto específico viviendo entre no católicos y
paganos.

En este período más de una vez los misioneros, y


concretamente mons.
Molajoni, plantearon al General el dilema: si los
superiores mayores de la Congregación
están convencidos de que en Bulgaria y Valaquia no
se realizaba un
trabajo conforme al propio carisma, o si no tenían
personal suficiente para salir
al paso de las necesidades de la misión, ¿no sería
más leal abandonarla?92 93.

Hasta 1867 la Congregación prestaba los misioneros a


Propaganda Fide. Este
año Propaganda Fide confió la zona misionera al
Instituto, que organizó las cosas
para que los misioneros tuvieran casa propia y
recibieran ayuda para su formación
permanente espiritual e intelectual. Los religiosos de la
misión, hasta que en 1899
fue confiada a una provincia, dependían jurídicamente
del obispo como su superior.

Conviene tener presente esta precaria situación para


analizar las dificultades
y comprender la nostalgia que los misioneros sentían
de volver a una casa pasio-
nista. Los religiosos, de una vida de comunidad
mantenida con limitaciones
hasta cuando predicaban misiones o ejercicios
espirituales, pasaban a estar aislados,
sin encontrar a otro sacerdote durante meses. Hay que
recordar además
que, hasta 1837, no tenían tampoco iglesia ni casa
parroquial. Antes de esta fecha
existía una casita en Tranceviza, y en Orese quedaban
restos de otra excavada
hasta la mitad en la tierra. Las comunicaciones con
Italia eran raras: en ocasiones
no se recibían noticias en menos de seis meses.

92 Regole e costituzioni 1775, cap. 24, § V.

93 F. GIORGINI, 1 Passionisti nella Chiessa di


Bulgaria, o. c\,pp, 33-35, 42-43.
Así se explica que los primeros misioneros, con la
experiencia sufrida en propia
carne, insistieran al General que no mandara a
jóvenes a poco de terminar los
estudios, para no someterlos a dificultades que les
habrían desbordado. El P. Fortunato
Ercolani, administrador apostólico tras la muerte de
mons. Ferreri en 1813,
recordaba el 1 de noviembre de 1814, con la
Congregación restaurada apenas, que
durante todo el año 1813 y hasta aquella fecha no
había tenido ni una carta de sus
compañeros religiosos, aunque estaba al tanto de la
supresión. Pedía al General por
lo menos 6 religiosos, ‘ de virtud probada y de más que
mediano talento, pues uno
debe estar separado de los otros, rodeado de
innumerables peligros, constreñido a
veces a asuntos muy escabrosos y a tomar decisiones
que podrían hacer sudar a un
teólogo en Italia’. En 1822, el P. Luis Bonauguri, vicario
general para la zona búlgara,
decía al General: ‘Los misioneros destinados a
Bulgaria no deben ser jóvenes,
si no se los quiere arruinar, y si se aprecia el progreso
de la misión. Pido a V. P.
Rvma. que me crea, pues he estado en Turquía como
vicario general; si no puede
sustituirá los religiosos, es mejor abandonarla’94.

4. - Pasionistas que trabajaron en la misión

En 1781 marcharon los dos primeros, PP. Francisco


Ferreri del Divino Amor y
Santiago Sperandio de las SS. Llagas. Regresaron a
Italia al cabo de siete años. De
1788 a 1792 no hubo ninguno y mons. Dovanlia se
quedó solo con dos diocesanos,
alumnos de Propaganda Fide. Concluida la paz entre
Austria, Rusia y el Imperio
Turco en 1792, volvió el P. Francisco Ferreri del Divino
Amor con el P. Miguel
Hirschenauer de la Purificación. Éste moriría a los 47
años, el 30 de marzo de
1797, víctima de los sufrimientos y del miedo que le
causaron los bandoleros Gar-
geli. En septiembre de 1797, el General, ante la
solicitud de Propaganda Fide,
mandó a los PP. Nicolás Ottaviani de Jesús y
Buenaventura Paolini de S. Teresa.
Ambos fallecieron pronto por los sufrimientos y
persecuciones de los Gargeli, por
la cárcel en que estuvieron y, en el caso del P.
Buenaventura, por la pulmonía declarada
tras una noche en un establo, en pleno mes de
diciembre, cuando iba a bautizar
a un niño a la otra orilla del Danubio. Nicolás murió el
26 de agosto de 1802 a
los 32 años, y Buenaventura, con 39, el 28 de
diciembre de 1803.

Poco antes de morir este último, llegaron a la misión


los PP. Fortunato Ercolani
del SS. Salvador, que, consagrado obispo en 1815,
siguió en Bulgaria hasta
que en 1820 regresó a Roma y fue trasladado a la
diócesis de Civita Castellana
(VT); y Antonio Giordani de S. María, que siguió hasta
1809. Éste fue también
vicario apostólico a la muerte de mons. Dovanlia
(1733-1804), mientras se esperaba
un sucesor; pero al regresar a Italia abandonó la
Congregación.

94 F. GIORGINI, I Passionisti nella Chiessa di


Bidgaria, o. c\,pp. 27, 35.
En 1805, la S. Sede nombró primer obispo pasionista
al P. Francisco Ferre-
ri del Divino Amor. Vuelto a Italia al concluir los siete
años, y estando de vicario
en Cometo, le llegó un billete de la Secretaría de
Estado con el nombramiento.
Consagrado en la basílica de los SS. Juan y Pablo, en
Roma, el 22 de
septiembre de 1805, marchó contando con la ayuda
del P. Buenaventura Fedeli
de la Dolorosa. Éste regresó a Italia en 1812 y
abandonó la Congregación en
181495. En 1810, poco antes de la supresión, fueron a
Bulgaria los PP. Ramón
Momia de San Francisco de Borja y Pedro Molinari de
la Pasión; los dos
murieron mártires de la caridad asistiendo a los
apestados, el primero el 20 y el
segundo el 29 de octubre de 1813. La peste causó otro
mártir, mons. Francisco
Ferreri que murió, asistiendo a los enfermos, el 4 de
noviembre del mismo año.
También dos franciscanos y un sacerdote diocesano,
como los pasionistas, ofrecieron
la vida por el pueblo de Dios en Bucarest.

El único pasionista que quedó con vida fue Fortunato


Ercolani, que logró
superar la peste, a pesar de haberla contraído, lo
mismo que el diocesano Miguel
Sancio. La S. Sede nombró al P. Ercolani sucesor de
mons. Ferreri. Pidió seis
misioneros, pero tuvo que contentarse con dos: José
Molajoni de la Pasión, gran
misionero y sucesor de mons. Ercolani en 1825, y
Mateo Baldini de San Juan
Bautista, que dejó la misión en 182696.

En 1817 fue a prestar su colaboración el P. Luis


Bonauguri de la I. Concepción',
regresó a Italia en 182597. En 1819 puso sus pies en
territorio misional el P. Joaquín
Pedrelli del E. Santo, que estuvo hasta 1822. En 1823
el General, al cabo de muchas
súplicas, envió a Tomás Schellino de Jesús, que
fallecería en Italia en 1860.

En 1824 fueron destinados los PP Felipe Squarcia


della SS. Anunciación y
Esteban Monetti de S. José, que trabajaron allí hasta
183498. En el Año Santo de
1825 fueron Ángel Parsi del Corazón de María, que
regresó en 1834, y Jerónimo
Pizzicanella de la Madre de Dios', éste volvió durante
unos meses en 1834 a
Italia y nuevamente regresó a Bulgaria hasta su
muerte ocurrida en 1873.

En 1834 llegaron los PP. Luis Cinti de la V. Dolorosa,


que volvió en 1841, y
José Snell de la S. Fe; éste regresó a Roma en 1841,
y en 1843 se incorporó al
primer grupo que marchó a Australia donde falleció en
1861. También trabaja-
95 F. GIORGINI, I Passionisti nella Chiesa di Bulgaria,
o. c., p. 23. AGCP, fotocopia Platea Cometo, f.
29. Acta XII (1936-1938), pp. 365-367, el breve de
nombramiento como obispo de Nicópolis el 20-IX-
1805; y en las pp. 418-419, el de administrador
apostólico de Valaquia el 20-IX-1805.

96 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, ff.


145-147. Se indica la llegada del P. Mateo el 8
-VI- 1826 y una breve relación de su actividad
misionera.

97 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, ff.


118: el 13 de marzo llegaron los PP. Bonauguri
y Molajoni; hay un largo informe de sus actividades y
de la construcción de la iglesia y la casa
para los misioneros en Ciople; se habla de la oposición
del príncipe de Bucarest y del obispo ortodoxo
contra la presencia de los católicos en Bucarest.

98 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, f.


14: ‘El día 30-1-1835 llegaron de Bulgaria,
donde habían pasado diez años’.
ron en la misión Ludovico Capello de la Piedad de
1834 a 1838; y los PP. Rafael
y Ángel Stramucci, de 1834 a 1836. El último que en
este período marchó a
Bulgaria fue el P. Carlos Romano de S. Miguel: partió
en 1839 y permaneció
toda su vida; escribió diversas cartas incluidas en el
volumen “La Bulgaria negli
scritti dei Missionari Passionisti fino al 1841

Entre 1781 y 1839 hubo 25 pasionistas que se


ofrecieron a trabajar en una
tierra tan difícil; seis sacrificaron su vida en acto de
servicio a los búlgaros. Esta
es la comprensión teórica y práctica de la solidaridad
con Cristo Crucificado y
con los hermanos crucificados con los que convivieron.
Solidaridad que manaba
del voto específico pasionista de hacer memoria viva y
eficaz del amor que
animó a Cristo a entregar su vida por todos.
5. - Obispos pasionistas

Al llegar a Bulgaria los pasionistas fueron recibidos en


Ciople por mons.
Pablo Dovanlia. Residieron también en Belene y en
Rusciuk; al fin se quedaron
en Ciople para mayor seguridad. La peste y otros
sufrimientos causaron no pocas
víctimas entre los pocos sacerdotes y religiosos que
había en el territorio, y también
mons. Dovanlia murió en 1804. Quedó de vicario
apostólico el P. Antonio
Giordani de S. María, C. P. En 1805 la S. Sede
nombró obispo, como se ha recordado,
al P. Francisco Ferreri del Divino Amor.

Mons. Francisco Ferreri, 1805-1813

El P. Francisco María Ferreri del Divino Amor, nacido


en Fossano (Cuneo) el
14 de octubre de 1740, había profesado el 23 de
diciembre de 1762. Fue lector de
los estudiantes a quienes enseñó filosofía; se dedicó
también con aplauso a la predicación.
Fue superior de algunas comunidades y por dos años
procurador general.

Enviado en 1782 a Bulgaria con el P. Santiago


Sperandio de las SS. Llagas,
permaneció hasta 1788. Regresó a Valaquia de 1792 a
1799. Pío VII lo eligió
obispo de Nicópolis el 6 de agosto de 1805.
Consagrado el 22 de septiembre
siguiente en la basílica de los SS. Juan y Pablo, llegó a
la diócesis el 29 de enero
de 1806.

La diócesis comprendía 7 núcleos de población con


324 familias católicas y
1.920 personas. Allí quedaba sólo un misionero
pasionista, el P. Fortunato Erco-
lani del SS. Salvador, pues el P. Antonio Giordani de
S. María, vicario apostólico
tras la muerte de mons. Dovanlia, tuvo que escapar,
porque los turcos lo buscaban
para asesinarlo. Mons. Ferreri conocía bien a la gente,
sus costumbres, las
poblaciones y el idioma búlgaro; además se defendía
con el turco y el griego. Su
residencia episcopal en Bulgaria era Bellini,
consistente en dos habitaciones
medio enterradas y cubiertas de paja. Supo inspirar
confianza por su entrega
incansable, la delicadeza del trato y la caridad". La
actividad apostólica estuvo
en gran parte impedida por la nueva guerra ruso-turca
entre 1806-1812 y después
por la peste que lo arrebató, víctima de la caridad,
junto con otros dos pasionis-
tas, dos franciscanos y un sacerdote diocesano.

Mons. Fortunato Ercolani, 1815-1822

Llegó a la misión en 1803, sobrevivió a la peste y


gobernó dos años la diócesis
como administrador apostólico sede vacante. Al
problema de la soledad se
añadió el de la miseria dejada por las guerras, la peste
y la falta de ayudas, pues
Propaganda Fide había sido despojada de sus bienes
por la República romana y
después por Napoleón. El 29 de abril de 1815 fue
elegido obispo. Fue consagrado
en Viena por el nuncio apostólico el 24 de septiembre
de 1815. Un mes antes,
el 22 de agosto habían salido para ayudar a la misión
José Molajoni y Mateo
Baldini. Mons. Ercolani, para asistir mejor a los fieles y
colaborar en la formación
de jóvenes con vocación sacerdotal, hizo venir de
Viena a algunos redento-
ristas; se asentaron en Ciople, fuera de Bucarest, para
no dar motivo de queja a
los franciscanos ni a los ortodoxos. Quedaron allí
hasta el conflicto de 1821.
Esperó inútilmente la llegada de un sacerdote ‘uniata’
para que cuidara de los fieles
‘uniatas’ de Valaquia. Influyó en ello la oposición de los
ortodoxos que reclamaron
ante el príncipe Alejandro Sutu, y la poca visión del
obispo uniata, que
para prestar un sacerdote exigía una mensualidad que
la diócesis no podía sufragar.
También hubo dificultades con el agente imperial de
Austria. Éste, siguiendo
las normas dadas por José II, quería que el obispo le
entregase a ‘los delincuentes
de cualquier tipo’ refugiados en las iglesias si eran
súbditos alemanes.
Mons. Ercolani pidió instrucciones al nuncio sobre este
problema y las relaciones
con el agente imperial se suavizaron.

Por fin, a principios de 1818, pudo visitar Bulgaria,


donde en 5 poblaciones
encontró 1.723 católicos en 347 familias. Las
dificultades pastorales aumentaron
cuando el príncipe Sutu, instigado por los ortodoxos,
procesó al sacerdote uniata
que había llegado de la corte de Viena y lo expulsó del
país bajo amenaza de muerte
si regresaba. El agente imperial siguió pidiendo al
nuncio y a la corte de Viena
que sacaran de allí a mons. Ercolani. También
influyeron los franciscanos, que
veían mal la presencia de redentoristas. Mons.
Ercolani se desmoralizó, fue de visi- * 130
99 F. GIORGINI, I Passionisti nella Chiesa di Bulgaria,
o. c., pp. 9-25. EMMANUEL ELENA A S.
ALOYSIO, C. P., Schematismus dioecesis
Nicopolitanae ritus latini in Bulgaria, Romae 1912, pp.
22-23, Buenos datos sobre los misioneros en Bulgaria
en Acta XV (1942-1947), pp. 108-111, 125-

130, 145-149. Acta XVI (1948-1950), pp. 95-98. Acta


XVIII (1953-1954), pp. 25-28. Acta XIX
(1955-1956), pp. 57-61, 213-216. La missione
passionista di Bulgaria tra il 1789 e il 1825, a cura
di Ivan Sofranov, C. P., Curia Gen. Pass., Roma 1982,
pp. 11-15. La Bulgaria negli scritti dei Missionari
Passionisti, o. c., pp. 76-85.
ta ad limina a Roma en 1820 y permaneció en la
Ciudad Eterna hasta 1922, cuando
fue trasladado a la diócesis de Civita Castellana,
donde murió en 1847100.

Mons. José Molajoni, vicario general 1820-1825,


obispo 1825-1847

Tuvo que hacer frente a la grave crisis social que se


desató en marzo de 1821:
envenenado el príncipe de Bucarest, los griegos
ortodoxos quisieron aprovechar
el momento para restaurar el imperio griego. Fue año
de sublevaciones en varios
países, incluso en el Estado Pontificio, para alcanzar la
independencia política o
para establecer gobiernos constitucionales. El 24 de
abril de 1821, mons. Molajoni
propuso al nuncio de Viena que los misioneros
extranjeros se refugiaran en
Hermmanstadt; allí podrían esperar a ver cómo
evolucionaban los acontecimientos,
sin exponerse a fáciles venganzas de los
contendientes.

Los misioneros residentes en Bulgaria no estaban al


tanto de nada: seguían
su actividad de predicación a modo de misiones
populares para preparar a los
católicos a la Pascua. Los turcos comenzaron a
sospechar que en aquellas reuniones
prolongadas se pudiera tramar algún complot. Los
misioneros supieron lo
que se maquinaba contra ellos estando en Tranceviza,
y decidieron regresar cada
uno a su zona; antes se confesaron unos a otros para
disponerse incluso a la
muerte, si así lo permitía el Señor. También
determinaron quemar los papeles de
los archivos para que los turcos no los usaran contra
ellos. Mons. Molajoni, con
la connivencia del agente imperial, consiguió que
cruzaran el Danubio los misioneros
Joaquín Pedrelli, Mateo Baldini y Luis Bonauguri, y con
ellos fue a Her-
mannstadt. Hasta el mes de julio de 1822 sólo el P.
Mateo Baldini logró regresar
a Bulgaria; el P. Joaquín Pedrelli prefirió volver a Italia,
y el P. Luis Bonauguri
fue destinado a Ciople y ocupó allí el puesto de los
redentoristas, que habían
regresado a Viena.

Mons. Molajoni pidió al vicegeneral P. Felipe de la SS.


Concepción que en
el Capítulo General de 1821 se estudiara si la
Congregación podía y quería mantener
la administración de Valaquia. Le expuso lo que
pensaba: siendo pocos los
misioneros sería mejor pedir a Propaganda Fide el
abandono de Valaquia y agregar
a la diócesis de Nicópolis la Rumelia, que formaba
parte de Filipópolis. Así
los misioneros sólo tendrían que aprender una lengua
y se encontrarían en
ambiente más homogéneo; si debieran seguir en
Valaquia, además del problema
de las lenguas, se encontraban con el ambiente muy
difícil, por ser Valaquia un
punto de encuentro y de enfrentamiento de las
grandes potencias de la época. Sin
embargo, no se menciona este problema en las actas
capitulares, como tampoco
las discusiones sobre el abandono de la misión por
escasez de personal. En la

100 F. GIORG1N1, 7 passionisti nella Chiesa di


Bulgaria, o. c., pp. 26-30, donde se encuentra la
indicación
de las fuentes. Cfr. también Acta XV (1942-1947), pp.
127-128.
correspondencia de los misioneros sí se dice que el
problema se estudió, sin
tomar decisiones.

Mons. Molajoni, mientras tanto, constmyó en Ciople


una iglesia de ladrillos
en lugar de la que mons. Ercolani había levantado de
adobes y madera. Era,
según el mismo Molajoni, de las mismas dimensiones
que la de la Presentación
de Monte Argentado, con tres altares. Al lado
construyó un pequeño convento de
6 celdas habilitadas con lo imprescindible, una
biblioteca ‘con buena cantidad
de libros selectos’, algunas oficinas y un pequeño
claustro; así el obispo y los
misioneros podían reunirse para fortalecer su espíritu y
reponer sus energías físicas101.
Era el comienzo de una futura casa central que sólo
más tarde se realizaría.
El nombramiento del sucesor de mons. Ercolani se
retrasó, porque la Santa
Sede no quería ceder a las presiones del agente
imperial que exigía el alejamiento
de mons. Ercolani, y porque el General pasionista, P.
Pablo Luis Pighi,
era contrario a la idea que el P. Molajoni presentó al
nuncio de Viena de que
fuera elegido el P. Lucas de la SS. Trinidad; el P.
General deseaba seguir contando
con él para el servicio interno del Instituto. La elección
recayó en el P.
Antonio de San José, que se negó a aceptar aquella
carga. Durante la cuaresma
de 1823 el P. Molajoni visitó la zona búlgara, predicó
una misión en cada poblado
para facilitar la instmcción religiosa y para que la gente
se dispusiera a recibir
los sacramentos. En el verano llegaron el P. Tomás
Schellino y don Francisco
Draganov. La incorporación de un solo pasionista
entristeció al P. Molajoni y
al P. Bonauguri; éste, además, no gozaba de buena
salud y de hecho regresó a
Italia en 1825 por su estado enfermizo.

Entre finales de 1823 y principios de 1824, Mons.


Molajoni pasó unos meses
con malaria, espasmos en el estómago y accesos de
vómito. Mejoró y en
noviembre acompañó a los misioneros Felipe Squarcia
y Esteban Monetti a Bulgaria
para presentarlos al gobernador. El 13 de marzo de
1825 llegó a Roma con
el P. Luis Bonauguri al cabo de tres meses de viaje;
quería exponer los problemas
de la misión y acelerar el nombramiento de obispo. El
1 de agosto, la Congregación
de Propaganda, después de recibir cartas de la corte
de Viena, le eligió
precisamente a él. El Papa confirmó la designación el
21 de agosto, y el 24
se llevó la noticia al interesado, que estaba en el retiro
de Monte Cavo. Aceptó,
no sin dificultad, el grave peso, pues conocía bien los
problemas. Recibió la consagración
en la basílica de los SS. Juan y Pablo el 25 de
septiembre de 1825, del
card. Spina asistido por mons. Carpino y mons.
Nasalli102. Reemprendió el regre

101 F. GIORGINI, /passionisti nella Chiesa di Bulgaria,


o. c., pp. 31-36. AGCP, Platea SS. Giovanni
e Paolo, o. c„ ff. 118-119, donde se indican los gastos:
16.000 piastras turcas, equivalentes a
2.000 escudos romanos de 1825.

102 AGCP, Platea SS. Giovanni e Paolo 1773-1829, ff.


129-130.
so con dos nuevos misioneros, los PP. Ángel Parsi y
Jerónimo Pizzicanella.
Llegó a Bucarest el 2 de diciembre; presentó una carta
de respetuoso saludo del
Papa León XII al príncipe Gregorio Ghica, que la
agradeció vivamente. Esto
contribuyó a mantener relaciones serenas con el
príncipe y, como consecuencia,
también con el metropolitano greco-ortodoxo103.

Se encontró ante graves problemas sanitarios y


sociales: en 1826 apareció en
Valaquia una epidemia que resultó ser peste y que en
1827 penetró también en
Bulgaria; el P. Esteban Monetti se vio atacado, aunque
recuperó la salud después
de varios meses con fiebres persistentes. El mismo
obispo se vio asaltado por fiebres
y dolores estomacales. Mientras tanto se difundían
rumores de guerra entre
Rusia y el imperio otomano. El 25 de enero de 1828
mons. Molajoni, en una circular,
animaba a los misioneros a afrontar los riesgos de la
guerra y a permanecer
en medio del pueblo como seguidores de Jesús, Buen
Pastor. En la misma
carta se refería al milagro de las tres cruces que desde
la Pascua de 1826 se habían
visto sobre distintas mezquitas de Nicópolis y que los
misioneros habían interpretado
como señal de la ayuda del cielo para los católicos104.

La guerra estalló con su acompañamiento de


sufrimientos, estragos, carestía
de la vida y además continuaba la peste. En 1831 se
recrudeció el cólera , del
que, sin embargo, se siguió alguna consecuencia
buena: por medio del médico
del pachá, un genovés católico practicante, se obtuvo
licencia para edificar iglesias;
el pachá puso como condición que fueran pequeñas,
excavadas en la tierra
y que sólo sobresalieran del suelo un par de palmos.
Era un permiso que no
hubiera esperado jamás. Los católicos se apresuraron
a reunir materiales de
construcción. En 1837 la Obra de la Propagación de la
Fe, iniciada por Jaricot
en Lion, comenzó a enviar ayudas a la diócesis de
Nicópolis; con estos recursos
se mejoraron las obras ya avanzadas y se
construyeron nuevos lugares de culto.
Tal acontecimiento fue un paso importante para la fe
de los católicos y para
alentar a los mismos misioneros.

Mons. Molajoni, aunque ocupado en los problemas de


Bulgaria, no había olvidado
los de Valaquia, comprometida en una lucha por la
independencia para crear
la moderna Rumania. Tuvo siempre en cuenta la
necesidad de recuperar para la
Iglesia Católica el derecho a vivir en Bucarest. Mons.
Ercolani, que quiso trasladar
la sede a Bucarest, tropezó con la oposición del
príncipe de Valaquia y del metropolitano
greco-ortodoxo. Mons. Molajoni mantuvo buena
relación con el príncipe
y con el mismo metropolitano, y, aprovechando la
presencia de los msos en la gue

103 I. DUMITRU - SNAGOV, Le Saint Siège e la


Rumarne Moderne 1850-1866, Univ. Gregoriana,
Roma 1982, p. 42.

104 Sobre la aparición de las tres cruces hay varias


relaciones de los misioneros en su correspondencia,
con el General; el obispo habla también a la S. C. de
Propaganda Fide. Cfr. La Bulgaria negli scritti
dei Missionari Passionisti, o. c., pp. 119-124.
rra de 1828-1829, compró en Bucarest una casita de
planta baja con tres habitaciones
y un saloncito. El 8 de septiembre de 1834, un
incendio declarado en la casa
de enfrente alcanzó también a la del obispo. Cargado
de deudas como estaba, no
pudo pensar en reconstmirla y tuvo que volver a vivir
en Ciople.

Por todos los gastos que había hecho, pidió aumento


de pensión, considerando
además el alza en el coste de la vida por culpa de la
guerra. Antes de mandar
la nota a Propaganda, se la envió al nuncio para que
diera su opinión y consentimiento.
El nuncio se lo dio. Pero en Propaganda algún
‘ponente’ le era contrario;
mons. Malajoni lo identifica con mons. Caprano. Este
consiguió que no
se le aumentara la asignación y que se le respondiese
con una carta en la que se
le acusaba de buscar lujo y pompa. El final de la carta
sonaba a bofetada: ‘Ponga
Vuestra Señoría fin a las lamentaciones, confíe en
Dios y también en la benevolencia
del prójimo, fortaleza el espíritu apostólico y no se deje
deslumbrar por
ideas de innecesario decoro’.

Mons. Molajoni se sintió ofendido, y se disgustó


también con su Congregación
pasionista. Escribió una defensa de sus actuaciones y
la envió al General
para que se enterase de cómo marchaban las cosas y
acudiera personalmente
a Propaganda Fide. Insistía en que en aquella región,
si uno quería hacer
apostolado, tenía que vivir muy desprendido: ‘En este
país quien pretenda
hacer algo en el campo religioso olvídese de la bolsa;
los sacerdotes cismáticos
no hacen ninguna función ni administran ningún
sacramento sin el previo
pacto de dinero; y para su confusión les responden los
católicos: nuestro
obispo no pide dinero, y por eso nuestra religión es
mejor... Si he llegado a
tener algún prestigio no ha sido por el uso de carrozas
o caballos, sino por el
desprendimiento ’.

Recordaba además que había tenido que reconstruir el


complejo de Cioplea
semidestruido en 1821 por un huracán; que había
agregado un hospitalito para
los católicos; que había obtenido permiso para levantar
iglesias y había erigido
cinco en la zona búlgara y dos en Valaquia; que en
Bucarest funcionaba una
escuelita abierta con la ayuda del gobierno de Viena;
que había visitado 58 veces
la zona búlgara, ‘Dios sabe con qué fríos y hielos hasta
habérseme muerto un
criado y haber perdido otro las manos, por tenerlas
congeladas ’. Como Propaganda
había adoptado aquella decisión , él se veía obligado a
vender la casa
de Bucarest para pagar deudas; a cambio la Iglesia
católica perdería el derecho
de tener residencia en la ciudad.

El obispo repensó las cosas y no abandonó Valaquia


poniendo residencia fija
en Bulgaria; a pesar de los sacrificios, no vendió la
casa para que el obispo católico
no perdiese el derecho a tener residencia en Bucarest.
En 1836 un acontecimiento
gozoso vino a elevar la moral del obispo y de los
misioneros. Por obra
del P. Snell en Lagene, se pudo hacer por primera vez
una procesión pública, la
del Corpus Christi, y se continuó en los años
sucesivos, despertando respeto y
admiración en los mismos turcos103.

6. - Progresos en la formación cristiana del pueblo

Al final de este período podemos decir que la misión


búlgara había progresado
bastante: la instrucción cristiana del pueblo se
mantenía con la continuidad
que permitían los momentos de guerra; la construcción
de locales de
culto dio a los católicos mayor sentido de agregación a
la Iglesia y de sentirse
en iguales condiciones que los greco-ortodoxos, que
las tenían, y que los
musulmanes que se congregaban en sus mezquitas.
Los mismos misioneros, a
pesar de que cambiaban frecuentemente, habían
enriquecido su experiencia.
La Congregación pasionista, no obstante las
indecisiones de algunos superiores
generales, fue ganando en conciencia del valor de la
misión y de la responsabilidad
de enviar personal bien entrenado en el aspecto
espiritual y pastoral.
El 8 de agosto de 1821 profesó en Monte Argentario el
hermano Juan
María Delicói de Jesús, primer búlgaro pasionista; esto
produjo en muchos
grande alegría, pero no sabemos por qué no se
hicieron más intentos de promoción
vocacional106 107.

Fue también interesante la experiencia, repetida varias


veces, de las misiones
de una semana en cada población; la gente la recibía
con agrado. Merece la
pena destacar los dos intentos de abrir escuelas en la
zona búlgara, si bien con
fruto muy escaso porque los muchachos sólo acudían
en invierno, y dejaban de
acudir en cuanto la estación lo permitía. En cambio la
de Bucarest, que era estable,
llegó a adquirir buen desarrollo.

No debemos pasar por alto los intentos de escribir


libros, especialmente de catcquesis,
para los fieles búlgaros; pero no fueron impresos por
falta de dinero. El P.
Felipe Squarcia de la Anunciación compuso un
“Dizionario Italiano-Búlgaro per
utile dei nostri Missionari ”, que quedó manuscrito. El
P. Joaquín Pedrelli del E.
Santo escribió, en 1822-1823, “Catechismo cattolico
latino romano nella lingua
dei villaggi bulgari latini romani cattolici”. Este libro lo
examinó y corrigió en
febrero de 1823 F. Draganov por orden de Propaganda
Fide. También quedó inédito
otro opúsculo del mismo P. Pedrelli, “Riflessioni
sulVunione dei nostri scismati-
ci”, y la obra de un anónimo “Storia della creazione”.

La mejora de las costumbres fue casi general por el


esfuerzo del misionero
en la catequesis y por la vigilancia sobre las presiones
que hacían sobre la gente

106 F. GIORGINI, I Passionisti nella Chiesa di


Bulgaria, o. c., pp. 39-50, se encuentra la indicación de
las fuentes. Cfr. FILIPPO DOZZI, Arcidiocesi
Metropolitana di Bucarest, Radio Vaticana studio n,
37, 3 dic. 1984, pp. 15-16.

107 Acta XV (1942-1947), P. 145, breve referencia a


este religioso, muerto en Pievetorina el 10 -III 1871.
algunos interesados en mantener la situación anterior.
Como se ha recordado, se
dieron también misiones. Y se consiguió que poco a
poco la gente rechazase las
supersticiones y algunas tradiciones relativas al
noviazgo y al matrimonio que
ocasionaban pesadas deudas a los esposos107.

El P. Mateo Baldini, describiendo el progreso en la


formación cristiana, reconoce
el gran mérito de los PP. Luis Bonauguri, Joaquín
Pedrelli y José Molajo-
ni, después obispo108 109 110. Subraya de manera
especial la eficacia de la devoción a los
Siete Dolores de la Virgen María, que comenzó por
obra de mons. Ercolani y del
P. Luis Bonauguri. Con la devoción a la Virgen de los
Dolores, después de 1821
se propagó la práctica del vía crucis. Los misioneros
que por la revolución de
1821 debieron huir a Viena, compraron de su propio
peculio medallas para el
rosario de la Dolorosa, crucecitas y crucifijos,
estampas del vía crucis y otras
imágenes que ponían por las casas, con lo que se
prepararon altarcillos domésticos
que invitaban a la oración a toda la familia.

Se añadió además el rosario de las Cinco Llagas,


aunque lo más común era el
vía crucis que se practicaba todos los viernes con gran
devoción y compunción100.

La asistencia (a la misa) era diaria en algunos, pero


todos estaban presentes
los domingos y fiestas. El ayuno se guardaba con gran
rigor; había quien no
comía nada en los sábados. Hubo también un gran
florecimiento de santidad en
algunos cristianos que vivieron radicalmente el
Evangelio. El P. Baldini recuerda
el caso de 5 jóvenes de Orese, a las que llama
valientes discípulas del P, Joaquín,
que ‘caminaban con tanto fervor que a dos, que
murieron en mis brazos,
los tengo en concepto de santidad por las
mortificaciones y penitencias que
hacían; el tiempo que les sobraba del trabajo, volaban
a la iglesia; se alimentaban
solamente de pan y agua’m. Se conservó memoria
clara de la santidad de
María Cióciova (1811-1836), que tuvo el don de las
llagas, observadas por el
misionero P. Jerónimo Pizzicanella de la Madre de
Dios y otras personas. Murió
durante la peste de 1835 pidiendo a Dios que cesase
aquel azote en su pueblo de
Trancevitza111.

El P. Carlos Romano, viendo la situación de los


católicos al final del período
que estamos estudiando, tuvo conciencia, como
también la tuvo mons. Mola-
joni en la circular consolatoria de 1828 a los
misioneros, de que el trabajo en
aquella parte de la Iglesia era el de ‘conservar el
precioso don de la fe en el alma

107 La Missione Passionista di Bulgaria, o. c.,pp. 33-


38.

108 AGCP, A. IV-III/5-2, mons. Molajoni al General el


4-VIII-1828 indica el avance conseguido en la
misión, que està en el apéndice n. 4, al final de este
libro.

109 La Missione Passionista di Bulgaria, o. c.,pp. 48-


49.

110 La Missione Passionista di Bulgaria, o. c.,p. 46.

111 Maria Ciòciova (1811-1835) e Mirjam Grunceva


(1909-1935), Due passiflora della Missione Passionista
di Bulgaria a cura di P. Ivan Sofranov, Roma 1988, pp.
5-22.
de estos pocos cristianos que tienen la gracia de
poseerla ’. Y esto no porque los
misioneros no desearan comunicar la fe a los
musulmanes y ortodoxos, sino por
la imposibilidad de hacerlo sin desencadenar
persecuciones contra los católicos.
Describe también la docilidad con que los cristianos
recibían las enseñanzas y se
esforzaban por vivirlas cada día: ‘El ocio, raíz de todos
los vicios, ha sido desterrado
de esta cristiandad. De las blasfemias desconocen
hasta las palabras
que se usan para proferirlas, los robos, la
deshonestidad, los perjurios, la profanación
de las fiestas, la insubordinación contra los padres son
pecados rarísimos
entre estos fieles; el mayor defecto del que se sienten
ordinariamente culpables
es la murmuración y alguna maldición contra los
turcos. Si hay algún
litigio entre particulares, inmediatamente recurren al
sacerdote, le exponen el
estado de la cuestión y se someten humildemente a su
veredicto. Se perdonan
con facilidad las ofensas recíprocas, pero después de
reconciliados, sí aceptan
a veces las venganzas secretas, abuso que no se ha
podido erradicar del todo.

Por lo demás, los misioneros pasionistas tuvieran que


fatigarse mucho para
llevar a aquella cristiandad al estado en que se
encontraba. Fueron extirpadas
muchas supersticiones que afeaban la belleza de la
religión; esto les costó a los
misioneros sudores increíbles y fatigas durante
muchos años. Si se fue introduciendo
la frecuencia de los sacramentos y el sentido cristiano
fue resultado de
grandes trabajos de los Padres que nos precedieron
en esta agotadora tarea, sin
recordar los peligros a que estuvieron expuestos, el
destierro, los golpes que han
debido soportar de los musulmanes por calumnia o por
odio a la Religión de
Jesucristo’ “2. 112

112 La Bulgaria negli scritti dei Missionari, o. c.,pp.


137, 138.
EPITOME

GRADUALI^ ROMANI
AD U5UM ,ET COMMODUM
CLERICORUM EXCALCEATORUM

Ss™ Crucis,et ÌXSvSionls


Domini Nostri
JESU CHRLSTI.

.-,'i ¦/

rjrk '

__ fll
.In Receifu S EutycfcjMart.propeSuri afluJn. A/ìn
¦comeaoam

th/m> aJ-Seaniu £vanaref±ftoi> txòrmta in PtiètHtHiiif

oriundi,(vita fìincìiinjìutgv
J/ejmtottmisS.K'MiaAonkÙr0&3ffo
'¿U ìi.JtMMÌf. *nn.m stato** tomjl. Cofani] woSh. *

LAUDI SPIRITUALI

AD USO DELLE

SAGRE MISSIONI

iw’CMfZRÌCI SCALZI DELLA COft G££GAZlOnS


DELLA SS. CROCE 6 PASSIONE

DI NOSTRO SIGNORE
GESÙ’ CRISTO

Coll* aggiunta dd Ricordi della


Santa Missione

in occasione', dell»- delta Sacra Missione dai meietioì^

DEI TESORI

CHE ABBIAMO I.V

GESÙ’CRISTO

iSalvatore, e dei Mitteri della su*


vivifica Passione, e Morte, fonte
perenne di tutti i beni.

OPERA
DATA IN LUC E

DA UN RELIGIOSO

Dilli Congregazione della Santissima Croce-,


e Passione di Gesù Cristo.

MACERATA 180^_____

PÌeTTm^o Cortesi, ^
ConLic.de’Suf. 0f

era di Moni. Strambi

• Z iji.ex-ce.ee. '!-. ¦

’ ///r-)

VITA
DEI, VENERABJtE servo di dio

P. PAOLO DELLA CROCE

FONDATORE

DELLA COxiGREGAZlOifE OrCSISiUCI SCALZI

DELLA SS. CROCE, E PASSIONE DI GESÙ CRISTO

SCRITTA DA UN SACERDOTE PROFESSO

In fine si pone il decreto della S. C. de9 Riti sopra: le


Virtù in grado eroico del Ve in Servo di Dio *

IN ROMA MDCCCXXL
Nella Stamteiua di Caisfino F^ccinelli.
358

¦lèni ri Érrrfn rmftti .....*->¦


Mujeres pasionistas

I, - Las religiosas de la Pasión de Jesucristo


L - Las religiosas de la Pasión en 1809

Las religiosas pasionistas de clausura fueron fundadas


por Pablo de la Cruz
en 1771 en la ciudad de Cometo, con la cooperación
de la M. María Crucificada
Costantini de Jesús. El 3 de mayo de aquel año
profesaron las once primeras1.
Hacían y siguen haciendo votos simples como
pasionistas; no emitiendo
votos solemnes no son propiamente ‘monjas’ en
sentido jurídico, sino religiosas
de votos simples consagradas a la vida contemplativa
y de oración;
mantienen la clausura en fuerza de las Constituciones
y del voto particular que
emiten.
En 1786, por consejo del P. Juan María de San Ignacio
y del card. José
Garampi, obispo de Corneto, las monjas aceptaron
una revisión de las Reglas
-ara mejorar algunos aspectos que, según la
experiencia que habían adquirido,
pedían clarificación o cambio; por ejemplo, la
necesidad de un pequeño locu-
L>rio, excluido por la primitiva Regla, o la facultad de
servirse del Calendario
litúrgico Propio de los pasionistas.

El 1 de abril de 1786, el card. Garampi recomendaba a


la S. Congregación
de OO. y RR. la revisión iniciada por las religiosas.
Pero el card. De Zelada
pidió que se suspendiera a fin de que las religiosas
pudieran experimentar aún
más tiempo la realidad de la vida diaria. El card.
Garampi solicitó que, cuando
menos, se les concediera inmediatamente la
participación en los indultos y
privilegios de los pasionistas, de manera especial el
uso de los oficios propios
de la Liturgia de las Horas y la facultad de comer
carne. La concesión les fue
otorgada el 7 de abril de 178 62.

En 1790 se presentó una nueva solicitud, apoyada por


el obispo, y las
modificaciones o clarificaciones de la Regla fueron
aprobadas por la Santa
Sede el 30 de julio y confirmadas por el Papa el 20 de
agosto de 1790. Para
más tranquilidad, el 14 de agosto, el vicario general de
Corneto había aprobado
y publicado un folio de explicaciones sobre algunos
puntos de las Reglas,
sobre los que habían surgido dificultades, para que
estuvieran más tranquilas

1 F. GIORGINE Storia dei Passionisti, o. c., I, cap. XI.


2 C. NASELLI, Storia dei Passionisti, o. c., 1/1, pp.
255-259.
‘las amadas Esposas de Jesucristo, las religiosas de
este venerable monasterio
de la Presentación de la Pasión y Muerte del Divino
Redentor’3.

En 1791 un incendio originado en el pajar que estaba


delante del monasterio
amenazaba con alcanzarlo también. Las religiosas en
el coro rogaban para verse
libres del desastre; la superiora, llena de fe, tomó el
crucifijo y agua bendita y
ordenó al fuego que no avanzara; de hecho las llamas
no llegaron al monasterio.

En 1796, los ecos de la invasión francesa llegaron


también al monasterio. Mientras
las religiosas rezaban por el Papa, recibieron con
alegría y temor ‘los milagros’
del movimiento de ojos de muchas imágenes de la
Virgen. El 13 de septiembre de
1796 la monja Magdalena Calzelli preguntaba a su
hermano residente en Paliano si
allí había acaecido algo prodigioso. Le comunicaba
que en Cometo no se habían
dado estos prodigios, pero que en Civitavecchia ‘han
sucedido y siguen ocurriendo
cosas muy portentosas..., muchísimas imágenes de
María Santísima, de pintura o
de relieve, en las casas, en las iglesias o en los
caminos abren o cierran los ojos y
realizan muchos actos prodigiosos’. Y ella animaba a
su hermano a que intensificara
la devoción a la Santísima Virgen María, que se
manifestaba en todo el Estado
Pontificio4. El 14 de febrero de 1797 la misma monja
aseguraba a su hermano que
ella y las demás religiosas ‘rezamos incesantemente al
Señor pidiéndole que libre
de nuestros enemigos todo el Estado. Aquí llegan
malas noticias, pero Dios, si quiere,
puede librarnos. Me afligen mucho las revoluciones de
las que me habláis en
Paliano, pero confiad en el Señor’5.
En Roma los franceses proclaman en 1798 la
República romana, que causó
mucho espanto a las religiosas y les privó de los pocos
ingresos que recibían6.
Con sereno espíritu aceptaron las restricciones, pero
también experimentaron la
ayuda providencial de Dios; y se mantuvieron
tranquilas, a pesar de que llegaban
noticias de la guerra que ensangrentaba diversas
regiones de Italia y de Europa.
En 1802 obtuvieron de los diputados para obras
públicas el permiso para
levantar el espolón a la tapia del convento en la parte
de la casa Chiocca, pues la
pared estaba cediendo7. La comunidad aumentaba en
número y en fervor, y era
muy estimada por el pueblo y el clero.

3 LADISLAO RAVASI, Le Monache Passioniste e loro


regole. Storia, testi, documenti, Roma 1971,
pp. 195-232.
4 AGCP, Moniales, Tarquinia Corrispondenza 1794-
1806, carta de la M. Magdalena de San José.

5 AGCP, Moniales, Tarquinia Corrispondenza 1794-


1806, carta de la M. Magdalena del 14-11-1797.

6 En la biografía de la M. Clementina del Corazón de


Jesús se lee: ‘Al establecerse en Roma el
gobierno republicano, le fueron quitadas al monasterio
las rentas que tenía en la comunidad de Corneto.
Se perdieron muchos censos, pues fueron extinguidos
con muchas cédulas desprovistas de
valor monetario, lo mismo que las que tenía el
monasterio. AGCP, Fondazione del Monastero di
Corneto e biografie delle prime religiose, biografía de
la M. Clementina, n. 58.

7 Arch. Comunidad de Tarquinia, XVII/8, el 16-11-


1802; el 4-IX-1802 solicitaron un subsidio de
1.000 escudos.
2. - La supresión napoleónica

Una vez que Napoleón tuvo prisionero al Papa y


anexionó al imperio francés
las regiones del Lazio y la Umbría, en 1809 procedió a
la supresión parcial,
y después total, de los institutos religiosos. El 3 de
junio de 1810, el confesor,
don Ángel Galassi, reunió a las 27 religiosas, 19 de
coro y 8 conversas, y una
novicia, en la sacristía de la iglesia del monasterio; y
allí les leyó el decreto
imperial por el que se suprimían todas las
corporaciones religiosas desde el 15
de aquel mismo mes de junio.

‘Al oír esta noticia -escribe la cronista- no sabría


explicar cuáles fueron los
sentimientos de las pobres religiosas: unas lloraban,
otras gritaban que ellas no
querían marcharse, unas expresaban su estado de
espíritu de una manera, y
otras de otro modo. Mientras tanto el confesor se las
ingeniaba para tranquilizarlas
en aquel momento preocupante, pues en tales
circunstancias la razón no
es lo que más acompaña. Calmadas un poco del
primer impacto, se dedicaron a
pedir a Dios con toda el alma que no permitiera su
regreso al mundo, pues tan
animadas lo habían dejado todo por su amor. Pero
parecía que esta vez Dios, en
sus altos fines, no quería escucharlas’.

El 15 de junio era viernes y las pasionistas


consagraban este día a hacer especial
compañía a Jesús en Getsemaní; pero esta vez
debieron apurar con Cristo
una parte del cáliz de la Pasión, aceptando el deber de
abandonar injustamente
su casa8. De las 27 religiosas, la 8 que eran del mismo
Cometo podían seguir en
su ciudad ; en cambio las forasteras tuvieron que partir
para sus lugares de origen,
pues los anticlericales y los que habían hecho
juramento no las dejaban en
paz. A cuatro de ellas se les reconocieron las razones
que la ley admitía para no
ir a su pueblo natal y pudieron quedarse en Cometo
con las 8 nativas. Estas 12
religiosas, para sostener su vida de piedad, se
agmparon de cuatro en cuatro en
las familias que les hospedaban. En el momento de la
supresión las 7 jóvenes
educandas se volvieron con sus familias.

Las 15 restantes y la novicia regresaron a sus pueblos:


Civitavecchia, Orbe-
tello, Isla de Elba, Riano, Montefiascone, etc. Sigue
siendo un misterio la suerte
corrida por la hermana Lucía, de S. Mommé, Pistoia,
de la cual no se tuvieron
más noticias, a pesar de las investigaciones.

El 14 de julio de 1810, el ‘alcalde’ de Cometo envió al


prefecto de Viterbo
los nombres de cuatro monjas para completar la lista
de las religiosas con indicación
del pueblo de origen, y estaban aún en Cometo las dos
hermanas Casa-

Arch. Comunidad de Tarquinia, XVII/8, registro de las


26 religiosas que dejaban el monasterio.
Para las jóvenes educandas cfr. Arch. Mons.,
Registro... Zitelle che entrano in educazione dal 1780,
del f. 110.
mayor de Orbetello: el 21 de junio de 1810 habían
obtenido el subsidio para el
viaje de Corneto a Orbetello a razón de 100 francos
cada una, pero se las eximió
del viaje por su mala salud9. El 14 de enero de 1811
fueron sacados a subasta el
retiro de los pasionistas por 15 francos, y el de las
monjas por 35. La subasta se
repitió el 20 de septiembre del mismo año. Una parte
del monasterio fue asignado
a las Maestras Pías para que dieran clase a las niñas;
otra parte se destinó a
recoger huérfanas; pero a las monjas que vivían en
Cometo se les prohibió asomarse
al ex-monasterio10 11.

3. - Restablecimiento y restauración

El 27 de junio de 1814 llegó el soñado restablecimiento


de los pasionistas, y
pocos días más tarde, el 30 , también las pasionistas
recibieron un rescripto que
las autorizaba a reunirse. El P. Felipe de la SS.
Concepción, que hacía las veces
de General, presentó una súplica al Papa, que pasó
por las manos del card. Litta
lo mismo que la de los religiosos:

‘Beatísimo Padre: Las religiosas pasionistas de


Corneto, súbditas de Vuestra
Santidad, suplican humildemente que les conceda
permiso para regresar a
su monasterio aún existente para proseguir allí la vida
común según su Instituto
de la SS. Cruz y Pasión de N. S. J. C.; gracia que... ’.

El Papa escribió de su puño y letra, como para los


pasionistas: ‘Al Cardenal
Pro-Secretario para que se les conceda la gracia...>n.

El card. Litta, el 27 de junio, a la vez que pidió al card.


Pacca, Pro-Secretario,
un rescripto para el P. Felipe, provincial de los
pasionistas, suplicaba a la
Secretaría de Estado que se enviase al administrador
apostólico de Cometo,
mons. Gazzola, la gracia concedida por el Papa
también a las monjas12.

El rescrito las autorizaba a volver a reunirse, y las


animaba a regresar con
buen espíritu a la vida de intimidad con Jesús
Crucificado, a unirse a sus intenciones
para gloria de la SS. Trinidad y a rezar por el pueblo:

‘La Santidad de Nuestro Señor -escribía el card. Pacca


a mons. Gazzola,
administrador apostólico de Corneto-, informado de la
vida ejemplar que han
llevado siempre antes del fatal cataclismo de la
sociedad las religiosas pasionistas
de Corneto, así como de la conducta digna de elogio
que han conservado
durante la supresión, se cree en la obligación de
concederles una muestra de su
benevolencia pontificia autorizándolas a volver a su
casa, usar de nuevo el hábi

9 Arch. Comunidad de Tarquinia, XVII/14; estaba


también presente Rosa Fanciulli, de Porto S. Stefano,
que padecía asma.

10 Arch. Comunidad de Tarquinia, XVII/8; XVII/14.

11 ASV, Segr. di Stato, busta 1. R. 10, 1814.1.

12 ASV, Segr. di Stato, busta 1. R.2, 1814, caita del


27-VI-1814.
to del Instituto y seguir un tenor de vida de acuerdo
con las Reglas de su venerable
Fundador.

No tiene S. S. la menor duda de que, convencidas de


que ha sido una gracia
de Dios el que hayan podido regresar al monasterio,
así como de la especial
atención que con ellas se tiene, reemprenderán con
entusiasmo y espíritu ardiente
la observancia de las Reglas, seguirán caminando por
las sendas de la perfección
y se harán cada día más agradables y aceptables a su
amadísimo Esposo
celestial, al que están unidas con los lazos más
sagrados’13.

El monasterio había servido al gobierno francés para


establecer una escuela
de niñas confiada a las Pías Maestras, para colocar a
las huérfanas y para albergar
a mujeres enfermas. Era necesario, pues, encontrar
otros locales para estas
necesidades, y después desinfectar y pintar los
salones. Para empujar a la gente
a ayudar, el obispo tuvo una pequeña reunión con las
personas más significadas
y estudió con ellas el modo más oportuno de cumplir el
deseo del Papa y de las
monjas. Mons. Gazzola advirtió que, sin especial
ayuda económica del gobierno,
no sería posible entregarles pronto el monasterio. El
maestro de albañiles se
mostró comprensivo, aceptó que se le pagase
gradualmente, y comenzó con las
obras más urgentes.

Sin embargo, faltaban los fondos de los que procedían


las rentas de subsistencia
del monasterio, pues el gobierno francés los había
enajenado; sería difícil recuperarlos
y además esperar a que rindieran pronto beneficios
para las monjas. A estas
preocupaciones del presidente de la ciudad de Cometo
se unían las del encargado
de redactar el rescripto de la Secretaría de Estado,
quien proponía que se esperase
hasta contar con ayudas que no procedieran del
agotado erario público14.

Las religiosas estaban ya en Corneto, oraban al Señor


intensamente y se
movían en distintas direcciones. Con ayuda de algunos
bienhechores pudo
constituirse un fondo de garantías para la subsistencia.
El 26 de julio de 1814
mons Gazzola advertía al Pro-Secretario de Estado
que había conseguido
encontrar ‘algún piadoso bienhechor que se presta a
echar una mano con sus
limosnas, para acondicionar el monasterio de las
pasionistas, en donde hay
verdadera urgencia; por lo cual, en cuanto salgan las
huérfanas y se encuentre
casa para las Maestras Pías, tan útiles a la población
de esta ciudad, se
acondicionará, y espero que, antes de salir de
Corneto, pueda haberlas dejado
encerradas según los deseos del Santo Padre; así
seguirán edificando a
esta ciudad y serán un ejemplo para otras religiosas,
que con gusto volverían

13 LADISLAO RAVASI, Le Monache Passioniste, o. o.,


p. 257. Arch. Com. Tarquinia XVII/8; el 5-
VIII-1814 mons. Gazzola comunica al presidente del
pueblo el deseo del Papa de que las pasionistas
se instalasen cuanto antes, y en consecuencia que las
Maestras Pías y las huérfanas salieran
del monasterio.

14 L. RAVASI, o. c., pp. 71-72; en las pp. 260-262


están los documentos.
a sus amadas casas si fuera posible habilitarlas de
nuevo sin grande costo’'-.

Esta carta muestra el interés por las monjas, a la vez


que evidencia la preocupación
de todos los obispos del tiempo de la restauración:
encontrar religiosas
maestras especialmente para las hijas del pueblo;
necesidad a la que responderá
el florecimiento de nuevos institutos femeninos.

Mons. Gazzola15 16, teniendo presentes las normas


canónicas relativas a la economía
de los monasterios, y además la difícil situación
financiera del pueblo,
tenía sus dudas sobre si habría suficientes fondos para
garantizar a las monjas
una perfecta vida común sin obligarlas a pedir limosna.
Tampoco faltaban monjas
que deseaban volver al monasterio, pero no estaban
en condiciones de seguir
la observancia. Según una nota del 5 de julio de 1814,
escrita por la superiora y
enviada al obispo a través del confesor, se trataba de
6 coristas y 4 conversas:
‘Hay que hacer una seria reflexión sobre si estas
monjas enfermizas se hallan en
condiciones de seguir la vida común y ayudar al
monasterio cuando hayan
regresado’'1.

Una carta del card. Litta acabó con las dudas, y el 3 de


diciembre de 1814 las
12 religiosas que habían quedado en Cometo entraron
oficialmente en su casa. El
día 23 siguiente las 15 que habían regresado y la
novicia, también de vuella, se
revistieron del hábito y renovaron la profesión en
manos del vicario general de la
diócesis, mons. Garrigos. El Te Deum expresó el
agradecimiento de todas al Señor,
a la vez que se ofrecían con nuevos ánimos a su Amor
Crucificado para ser su
memoria en beneficio de toda la Iglesia. La M. Jacinta
Recchia de San Luis, cuando
puso los pies en el monasterio, quiso subir de rodillas
la escalera, besando con
emoción todos los banzos, y después siguió también
de rodillas hasta su celda18.

Al cabo de algún tiempo estaban reunidas 19


religiosas y una novicia. Cuatro
habían muerto; una, sor Lucía de S. Mammo, de
Pistoia, resultó dispersa, y
la hermana Ángela Francisca del Crucifijo, de
Montefiascone, pidió la exclaustración
para ocuparse de su madre octogenaria. Habiéndoles
pedido el obispo su con

15 ASV, Segr. di Stato, 1814, busta 7.

16 Mons. Buenaventura Gazzola merece un recuerdo


especial por su capacidad administrativa y su
perseverancia en ocuparse de los trámites que
permitieron a las religiosas volver a ocupar los locales
donde estaban la escuela y las huérfanas. También
dedicó todas sus fuerzas a conseguir un subsidio
extraordinario para reconstruir el monasterio y
defenderlo contra las interpretaciones de los
responsables del Buen Gobierno que hacían imposible
que las monjas recibieran una ayuda de
2.000 escudos. Mons. Gazzola nació en Piacenza el
21 -IV-1744, profesó entre los menores observantes
reformados, se graduó en Urbino, enseñó en Cesena y
fue nombrado obispo de Cervia en
1795. En 1816, cuando el card. Maury dejó el
episcopado de Montefiascone-Corneto, mons. Goz-
zola fue elegido administrador apostólico; el 21-11-
1820 fue nombrado obispo. El 3-V-1823 recibió
el nombramiento de cardenal. Murió el 29-1-1832. Cfr.
MORONI, Dizionario, Venezia 1844, vol.
14, pp. 196-197.

17 L. RAVASI, Le Monache..., o. c., p. 261.


18 AGCP, Fonclazione del Monastero, o. c., biografía
de la M. Jacinta, f. 64v., n. 79.
sentimiento respecto a este caso, todas lo dieron, pero
aclarando que la exclaustración
significaba la dimisión, de modo que, cuando hubiera
muerto su madre,
no la readmitirían19. Sor María Inés Corsieri de
Orvieto se encontró sin pensión
desde el mes de octubre de 1814 y por eso no podía
procurarse el vestido necesario
ni hacer el viaje de regreso al monasterio ni pagar
algunas deudas, pues su
familia era muy pobre. Con las recomendaciones del
obispo de Orvieto y del
subcolector (?) De Bagnorea, obtuvo de la Cámara
Apostólica 20 escudos para
regresar al monasterio20.

Las dificultades económicas eran, pues, muy serias;


además la carestía
pesaba por doquier. El 18 de enero de 1815 mons.
Gazzola recomendaba al
Tesorero la petición de una ayuda para las veinte
religiosas (13 coristas y 7
conversas) que estaban ya en el monasterio; además
esperaban la vuelta de 3
coristas y una conversa, pues ‘les faltaba desde hace
cuatro meses la pensión
prometida'. El 21 de enero de 1815 el Tesorero envió
100 escudos21. La situación
financiera del monasterio fue siempre pobre; no
hubiera podido subsistir
sin la ayuda que Pablo de la Cruz obtuvo de la
generosidad de Clemente
XIV, es decir, de 300 escudos anuales de la Cámara
Apostólica. A pesar de los
donativos de piadosos bienhechores que apreciaban a
la comunidad, en 1808
había una deuda de 1.400 escudos; la saldó el
canónigo Salerno, a la vez
administrador y bienhechor. Al morir el can. Salerno
dejó al monasterio otros
200 escudos sin cargas, y los albaceas testamentarios
agregaron otros 700,
con la obligación de rezar por el difunto canónigo en el
aniversario de su
muerte22 23.

En la relación de la visita de 1795 el obispo había


elogiado la pobreza y la
fidelidad de las 27 religiosas y de algunas educandas
del monasterio: ‘Está en
vigor la vida común y la clausura; las rentas son
escasas y parco el alimento;
no obstante, las religiosas están contentas y no se
preocupan de otra cosa que
de ganar a Cristo m.

Dura había sido la prueba de la supresión, pero las


religiosas salieron de ella
con buen espíritu. De nuevo en el monasterio, según la
crónica ‘reemprendieron
la observancia regular con generosidad de espíritu
como si nunca se hubiera
interrumpido ’. En 1815 se volvió a recibir muchachas y
entraron 5 para educación.
El 21 de noviembre de 1815 iniciaron el noviciado una
conversa y otra
19 ASV, Computisteria Gen. R. C. A., la interesada
pide alguna ayuda, pues ‘la solicitante no puede
ser alimentada a espensas de la propia casa, siendo
muy pobre, ni tampoco por su monasterio, ya
que les falta la subsistencia a las que están en él’. El
vie. general de Montefiascone la recomienda
el 18-XII-1816.

20 ASV, Computisteria Gen. R. C. A., 115.

21 ASV, Computisteria Gen. R. C. A., 115.

22 AGCP, B. IV-II/1-2, Passioniste di Corneto. Stato


economico 1839.

23 ASV, Relatio ad limina 1795, p. 15, Montefiascone y


Corneto.
corista; en 1816 tomaron el hábito 5 coristas y 3
conversas, por lo que la comunidad
miraba con esperanza el futuro24 25.

En 1816, con ayuda del card. Lorenzo Litta, ‘protector


vigilantisimo del primer
monasterio del presente Instituto dedicado a la
Presentación de María Santísima,
de la ciudad de Corneto ’, fueron impresas por primera
vez las Reglas y
Constituciones.

4. El terremoto de 1819 y la reconstrucción

Mientras iban curándose las heridas del pasado, se


pensó abrir otra casa en
Roma. La M. Magdalena Calzelli daba noticia de ello a
su hermano de Paliano
el 2 de mayo de 1819: ‘Oigo que en Roma, cerca del
S. Padre, habrá una fundación
de Pasionistas. Yo sólo quiero hacer la voluntad de
Dios. No hables de
esto con nadie en mi favor; estas cosas le pertenecen
sólo a Dios y a los superiores'^.
No he dado con más noticias sobre este proyecto, tal
vez promovido por
el mencionado card. Litta, protector y muy aficionado al
monasterio.

El 26 de mayo de 1819 un fuerte terremoto afectó


gravemente a la ciudad de
Corneto y al monasterio, cuya construcción era muy
frágil, pues se fabricó años
atrás con pocos recursos. Mons. Gazzola y otros
eclesiásticos penetraron en la
clausura para observar el estado. Mandó
desescombrar el edificio para salvaguardar
la vida de las monjas. Esta decisión las afligió, pero
insistieron tanto que
el obispo, aconsejado por el arquitecto Navona,
autorizó el alquiler de una casa
situada frente al monasterio; construyendo un arco
entre la casa y el convento,
se podía pasar de una a otro sin necesidad de salir a
la calle26.

Al valorar los daños, se estimó en 6.176 escudos la


suma necesaria para reparar
el monasterio. De acuerdo con Mons. Gazzola, las
monjas se dirigieron al Papa:

‘Beatísimo Padre, la presidenta y las religiosas


pasionistas de la ciudad de
Corneto, postradas humildemente a los pies de
Vuestra Santidad, le exponen con
lágrimas en los ojos el lamentable estado a que ha
quedado reducido el monasterio
por los dos terremotos que han afectado a Corneto, la
segunda vez el 26
de mayo. El monasterio está tan dañado que sólo verlo
causa espanto, sobre
todo a las que vivimos dentro, amenazadas de quedar
sepultadas bajo los
escombros. De los datos periciales que enviamos,
Vuestra Santidad podrá valorar
los daños sufridos y la enorme cantidad de 6.176
escudos que serán necesarios
para reparar el monasterio. Por eso acuden al corazón
paternal de Vues

24 Arch. Mon., Notizie riguardanti le monache


passioniste, p. 10; Registro... vestizioni, f. 4rv.; Zitelle
che entrano in educazione. C. A. NASELLI, Il caso...,
o. c., pp. 299-316. L. RAVASI, o. c., pp. 70-
75, 257-264. E. ZOFFOLLI, Le Monache Passioniste.
Storia e spiritualità, Tarquinia 1970, p. 345.

25 AGCP, Moniales, Tarquinia, Corrispondenza 1819-


1827, carta de la M. Magdalena.

26 Arch. Monastero, Cronaca del Monastero... 1771-


1945, fi. 67-69.
tra Santidad y suplican un rasgo de la soberana
Clemencia que le distingue para
concedernos una ayuda proporcionada a las
necesidades; así podríamos vivir
tranquilamente en el lugar que hemos escogido como
habitación y desaparecería
la angustia que nos aflige después del horrible azote.
Gracia que, etc... A la
Santidad de Nuestro Señor Pío Papa VIV.

Mons. Gazzola confió la súplica al cardenal protector


Lorenzo Litta, y le
pidió ‘vivísimamente que se digne presentar al Santo
Padre la súplica adjunta y
la acompañe con sus valiosos oficios para obtener una
subvención generosa y
sustancial’. El 5 de junio de 1819 el card. Litta aseguró
a la superiora que había
hablado al Papa con urgencia y que se había puesto
en contacto con el obispo
‘para coordinar junto con él el modo de hacer una
reparación urgente y de procurar
que las religiosas vivan seguras’.

La situación del erario pontificio más que mala era


desastrosa; pero el Papa
Pío VII, rogado por Mons. Gazzola que lo apreciaba
mucho, el 4 de julio de 1819
permitió que el Buen Gobierno pasase al obispo 2.000
escudos ‘de las rentas de
la comunidad’, que deberían emplearse en el plazo de
cuatro años. Los empleados
de Buen Gobierno, sin embargo, presionaban para que
esta concesión pontificia
gravase sobre la caja popular de las rentas del
municipio. El 13 de julio de
1819, mons. Gazzola escribió al presidente del Buen
Gobierno diciéndole que tal
interpretación era contraria a lo que él había pedido al
Papa y que Éste había
otorgado, y además creaba odiosidad contra el obispo,
pues le hacía aparecer
como un pastor insensible a las necesidades de su
gente también afectada por el
terremoto; suplicaba que él, el presidente, interviniese
para que los oficiales del
Buen Gobierno se atuvieran a las intenciones del Papa
y a las suyas, que había
presentado la súplica. Más aún, sugería que, si era
necesario, pidiese al Papa una
clarificación oficial de modo que aquella suma no
gravase la caja popular de la
comunidad de los Cornetenses, sino ‘la caja del Buen
Gobierno de las rentas que
percibe de la comunidad de Corneto ’.

La cuestión se prolongó hasta julio de 1820, y sólo por


la tenacidad de mons.
Gazzola pudieron las religiosas contar con los 2.000
escudos, repartidos a lo
largo de ocho años. Junto con esta suma el Papa
había ordenado que se les dieran
4.000 más de la ‘caja cameral’ a razón de 100 al
mes27.
En abril de 1820 murió el card. Litta, gran amigo y
protector del monasterio.
Las religiosas se dirigieron al card. José Fesch (1763-
1839), que se declaró contento
de ser su protector. Visitó el monasterio, quiso darse
cuenta de la marcha
de los trabajos, cooperó con 5.100 escudos, y apoyó el
deseo de obtener el dere

27 ASV, Buon Governo, 1819-1820, n. 1406. En este


fondo se hallan las cartas que afectan a este
problema. Cfr. también: Computisteria Gen. della R. C.
A., n. 115; div. XII, 1305, mons. Vescovo
di Montefiascone. Otros documentos en Arch. Com.
Tarquinia XVII/8.
cho de paso sobre los muros para ir al nuevo jardín.
Como signo de afecto depositó
en la iglesia el cadáver de su hermana Letizia, madre
de Napoleón, y después
el suyo28.

Durante las reparaciones se advirtió que al


derrumbarse el noviciado se produjeron
desperfectos en 14 celdas y en otros salones de uso
común, y quedaron dañados
los cimientos. El arquitecto Luis Castagnola, hermano
de dos de las religiosas,
promovió la idea de alargar el monasterio comprando
el local alquilado y el espacio
circundante para levantar un nuevo brazo con las
celdas y los locales necesarios.
El arquitecto Navona trazó el proyecto y se iniciaron
animosamente los trabajos
para acomodar la parte vieja afectada por el terremoto
y para construir la nueva. A
este fin se destinaron los 6.000 escudos concedidos
por el Gobierno, los 5.000 del
card. Fesch, otros donativos dejados por el card. Litta
y los 3.600:41 escudos procedentes
de la dote de las religiosas que debían invertirse
después. En 1827 se presentó
un recurso contra las pasionistas por invadir la terraza
de las tapias, cuando lo
que habían pedido era un paso sobre la puerta de la
ciudad para entrar en la nueva
huerta. Hubo discusiones y aclaraciones ante el
Tribunal de la Consulta, y en 1828
se les concedió el paso29. Las obras de fábrica se
terminaron en 1830. En 1839 quedaban
por pagar al administrador 800 escudos30.

Con el nuevo brazo del monasterio, las religiosas se


movían libremente y
disponían de más espacio libre en el huerto preparado
sobre la terraza de la
muralla. También se creó una buena zona para las
ejercitantes que podían ser
más numerosas y encontrarse mejor acomodadas. Sin
embargo, los movimientos
de las religiosas eran más fatigosos, ya que las celdas
y los locales se encontraban
repartidos en las dos alas, tenían que pasar de una
parte a otra, y además el
coro siguió en la parte antigua.

28 G. MORONI, Dizionario di erudizione..., o. c., voi.


XXIII, 203-206. Los restos mortales de la señora
Leticia y del card. Fesch fueron llevados a Aiaccio el 1
-VII-1851 ; F. GUERRI, Ricordi di Buo-
naparte nella Città di Tarquinia, estratto da Corsica
antica e moderna, II, 1933, n. 5.

29 Arch. Com. Tarquinia XVII/8.

30 Arch. Monastero, Cronache del Monastero... 1771-


1945, ff. 70-71. ASV, Epistulae ad Principes,
voi. 230, f. 51v-52v, carta n. 66, el 5-VI-1819. Pio VII
agradece al canónigo Antonio Baldini de
Corneto las noticias relativas al monasterio y le
asegura que ha tomado ya las medidas. El 14-VII-
1819 ibid., voi. 230, f. 67rv., carta n. 79 a la presidenta
del monasterio: le ha complacido su agradecimiento
del 6 de julio: ‘Las difíciles circunstancias no nos han
permitido hacer más. Pedimos
con encarecimiento la ayuda de sus fervorosas y
especiales oraciones, pues lo reclaman las
necesidades
tan grandes de la Iglesia y de nuestra Persona’. Al
obispo le decía que haría todo lo posible
por ayudarlo (Ibid., f. 59r.-603., carta n. 73). Y el 14-
VII-1819 autoriza a devolver al monasterio
el legado del canónigo Odoardo Salerno (ibid., f. 67v-
68r). AGCP, B. IV-II/1-2, Passioniste di
Corneto, estado económico en 1839, del que se
deduce una deuda de 475:63 escudos.
5. - Discusión con los pasionistas sobre la comunión
diaria

En 1822 se suscitó una discusión doctrinal y práctica


entre el Superior
General de los pasionistas y las monjas pasionistas
relativa a la comunión
eucarística diaria. Bajo la responsabilidad del confesor
ordinario, habían
comenzado a recibirla diariamente, tal vez ya antes de
la dispersión napoleónica.
El P. Vicente María Strambi fue consultado sobre el
tema; es decir, si la
norma de la Regla que permite la comunión tres veces
por semana era un límite
que no podía sobrepasarse, o simplemente un
indicador de los días en que
toda la comunidad debería comulgar. El P. Strambi
‘probó con fuertes argumentos
’ a Mons. Martorelli, canónigo lateranense a quien se
había llevado el
caso y que fue quien lo consultó, ‘que no se podía
prohibir la comunión diaria
y en el caso de las pasionistas estaba conforme con el
espíritu de la Regla,
ya que no con la letra’3'.

El Superior General, P. Pablo Luis Pighi, cuando era


provincial de la Presentación,
había ayudado mucho a las religiosas. Una joven de
éstas, ‘tal vez algo escrupulosa
se lamentaba a dicho Padre que la obligaban a
comulgar cada día, aunque
ella tenía sus temores’. Siendo ya Superior General
notificaba a la presidenta del
monasterio, el 22 de febrero de 1822, que obligar a las
religiosas a comulgar con
más frecuencia de lo prescrito era una falta contra las
Reglas. Le amenazaba con no
enviar más confesores extraordinarios, si no se
suprimía la comunión diaria, que, a
su modo de ver, representaba un abuso contra la
Regla:
‘No puedo, o no sé explicarme mejor. Y dicho esto no
me queda más que
esperar el momento en que, convencidas de vuestra
equivocación, os retractéis
sinceramente y propongáis eficazmente la enmienda,
lo único que me preocupa.
Mientras no se haga esto, podréis acudir, en cuaresma
o fuera de cuaresma, a
quien queráis, y estad seguras que ni por esto ni por
otro motivo me disgustaréis,
ni a mí ni a otros. Si el Venerable Pablo no nos hubiera
confiado la custodia
del espíritu del Instituto, no me preocuparía lo más
mínimo, como no me preocupa
lo que hagan en el monasterio de Santa Lucía (las
benedictinas), a las que
con gusto mando (el confesor), a pesar de que no nos
lo encargó el Venerable
Fundador. No quiero traicionar mi oficio, pues tendría
que dar cuenta si lo cumplí
bien o no. Quisiera equivocarme y me gustaría que me
lo demostraran; pero
la cosa está clara y antes de confirmar mi actitud he
estudiado atentamente la
Regla. Leed los capítulos 18 y 31 y decidme después
si estoy equivocado. Aquí
está todo mi corazón abierto de par en par.
Comprendo que esta mortificación
os llegará a lo más íntimo, pero la merecen vuestra
dureza y la de vuestras hijas, 31

31 STANISLAO DELL’ADDOLORATA, Vita del B.


Vincenzo Maria Strambi Passionata Vescovo di
Macerata e Tolentino, Roma 1925, p. 363.
a las que admiro mucho. En cuanto a mí, sólo deseo
ayudaros, no molestaros.
Pido al Señor que os bendiga...>32.

La superiora informó de todo a mons. Gazzola, que


consideró la amenaza del
P. Pablo Luis como usurpación de sus derechos de
obispo32 33. El General justificaba
la actuación afirmando que su consejo le había
exhortado a intervenir. Un
borrador de carta, con correcciones autógrafas del
General, dice:

El Prepósito General de los Pasionistas no hubiera


dicho una palabra
sobre la comunión sacramental de las monjas del
propio Instituto si el consejo
de su Congregación no hubiera creído que podía y
debía hablar. El monasterio
está enteramente sometido al obispo; pero nada
menos que el cap. 18 de
la Regla de las monjas da al Prepósito la facultad de
enviar religiosos para
que las monjas sean instruidas en el espíritu del
Instituto, y, en consecuencia,
también la de hablar cuando haya cosas que no
favorezcan el buen orden del
Instituto.

Los confesores ordinarios introdujeron la práctica de


que todas las monjas
comulgaran cada día, dando como justificante que
todas las pasionistas de Corneto,
aproximadamente unas 30, eran perfectas.

El Prepósito y los misioneros pasionistas, en sus


predicaciones públicas, en
la catequesis y en el confesionario, recomiendan al
pueblo la frecuencia de este
sacramento; y. afirman que esto es digno de aplauso y
muy deseable en el cristianismo.
Sin embargo su Prepósito se ha opuesto y se opone a
la costumbre
introducida porque en una comunidad religiosa, aparte
de que no es verosímil
que todas sean perfectas, la costumbre puede terminar
mal y antes o después
ocasionará desórdenes de diverso tipo. En primer
lugar, sobre lo de ser todas
perfectas, si tal vez lo sean hoy, acaso no lo serán
mañana; si lo son este año,
acaso no lo serán en los años futuros; si lo son las que
viven hoy, tal vez no lo
serán las que vayan entrando. Sin embargo, una vez
introducida esta costumbre
en un monasterio de monjas, es moralmente imposible
cambiarlo.

El actual confesor ordinario ha hecho correr la voz de


que esta práctica
actual ha sido suprimida; si es así, el Prepósito da
gracias a Dios, pues con ello
no hay motivo de enfrentamiento. Si la comunión diaria
se da solamente a alguna
en particular (cosa no recomendable por la soberbia y
vanidad que puede
brotar en la que comulga, y por la envidia y
murmuración entre las que no lo
hacen así), en nada se opone, siempre que a todas se
les dé la comunión en los
días mandados por la Regla sin perjuicio de otras
comuniones extraordinarias
durante el año, según el juicio y la prudencia del
confesor, cuando haya motivo
particular; esto se ha hecho siempre entre nosotros.

32 AGCP, B. IV-V/l-8, cartas de los PP. Cayetano y


Juan Pedro, y ésta del General.

33 Arch. Monastero, Cronache del Monastero della


Presentazione... dal 1771 al 1945, ff. 14-15.
En una palabra, si es verdad que se ha eliminado la
práctica de la comunión
diaria, se da por zanjado este asunto y el Prepósito
General no tendrá inconveniente
en enviar a sus religiosos ’.

El General mandó a los PP. Cayetano de la SS.


Anunciación, ‘primer consultor
general de la Congregación y actual lector de teología
en el retiro de los
SS. Juan y Pablo de Roma’, y Juan Pedro de S.
Vicente Ferrer, ‘ex-lector de teología
y ahora provincial de los PP. Pasionistas ’, que le
dieran su opinión razonada
sobre el asunto, después de asesorarse también con
personas de fuera de la
Congregación. El P. Pablo Luis recomendó a cada uno
de ellos: ‘Añada donde le
parezca oportuno que el espíritu del Instituto, que el
Venerable Padre (Fundador)
quiso que se comunicase a las religiosas pasionistas,
es que la comunión se
reciba en los días señalados, como se ha
acostumbrado siempre entre nosotros,
incluso con los diáconos, desde el tiempo del
Venerable Fundador, y la costumbre,
según todos los doctores, es una buena interpretación
de la norma’34 35.

El P. Juan Pedro escribió 28 folios (formato A4) y el P.


Cayetano 22. Un anónimo
respondió con 28 folios a la carta del P. Juan Pedro,
defendiendo la licitud
de lo que hacían las monjas pasionistas, porque las
reglas sobre la comunión no
pueden ser nunca preceptivas. Tanto el P. Cayetano
como el P. Juan Pedro confutaron
esta respuesta.

La opinión de los dos religiosos, como la del Superior


General, fue que ‘la
Regla no sólo manda, sino prohíbe hacer la comunión
más de lo que en ella se
dice ’. Como en la Regla había una diferencia en el
número de comuniones permitidas
a las coristas y a las conversas, si se autorizaba la
comunión a todas por
igual quedaba invalidada la distinción. Los dos
religiosos observaban también
que no todas las pasionistas podían tener las
disposiciones necesarias para la
comunión diaria. La santidad para una religiosa
consiste en la perfecta observancia
de la Regla, y las pasionistas para serlo deben
observarla y no pretender
la comunión diaria, pues contradice la prescripción de
la Regla; esto iría contra
el espíritu del Instituto comunicado por el Fundador y
asimilado y vivido por las
primeras religiosas33.

Llama un poco la atención cómo a tan sesudos


varones no se les pasó por la
cabeza que la mentalidad del Fundador favorecía la
comunión diaria: no pudo
permitirla como norma de Regla por la situación
pastoral de su época, pero en
su actividad de dirección espiritual la promovía. El R
Joaquín del Espíritu Santo,
al dar su impresión sobre la carta del P. Juan Pedro,
observó que ‘no es prudente
aducir como ejemplo el del P. Pablo ’ cuando ‘en los
procesos y en el decreto
de reconocimiento de la heroicidad de sus virtudes se
insiste tanto en el celo con

34 AGCP, B.IV-V/1-7, Controversia della Comunione


quotidiana per le Monache Passioniste di Corneto
1822, un folio con el título ‘Progetto abbozzato per ora,
da mettersi poi in miglior ordine’.

35 AGCP, B.IV-V/1-7, donde están los documentos


relativos a la parte de la Congregación.
el que promovía la comunión cotidiana m. También,
como se ha dicho arriba, el
P. Vicente Ma. Strambi pensaba que las indicaciones
de la Regla no podían impedir
la comunión diaria.

El asunto fue conocido por los religiosos del tiempo. El


P. Mariano de Jesús,
de Ceccano, respondiendo el 4 de septiembre de 1825
al P. Domingo de la Madre
de Dios, entonces residente en Vetralla, afirmaba:

‘Hace tiempo que estoy al tanto del asunto de nuestras


monjas de Cometo.
Confío en la bondad del Señor, que a fuerza de
oraciones y de una adoptada indiferencia,
todo contribuya a la mayor gloria de Dios y omato de la
pobre Congregación.
Este tema hay que tratarlo con calor ante el Señor,
pero con sangre fría
entre los hombres, para que se vea que no se actúa
con apasionamiento^1.
El 20 de abril de 1826 el P. Mariano agradecía al P.
Domingo las ‘noticias
relativas a nuestras monjas como ha hecho en su
última. Por cuanto sé, las
cosas van bien encaminadas y esperamos que
desaparezca la piedra de escándalo
y el muro de división ad majorem Dei gloriam '36 37
38.

Una religiosa de santa vida, muy apreciada por los


pasionistas, la M. María
Vicenta de Santa Catalina, fue defensora ferviente de
la comunión diaria. Lo
hacía por la experiencia que tenía del bien que se
sigue de tal costumbre. El P.
Domingo, autor de su larga biografía, habla con
ponderación de tema y de la
controversia con los religiosos39.

El litigio se prolongó hasta 1833. En este año el


General P. Antonio Colom-
bo de San José quiso concluir diez años de
controversia; fue personalmente
como confesor extraordinario para la cuaresma, del 26
de febrero al 16 de marzo,
‘con gran satisfacción de nuestras Hermanas, y se
eliminaron las diferencias
que hubo sobre la comunión de las religiosas’. Volvió
otros quince días en el
adviento del mismo año, y siguió, según la crónica de
ministerios de los SS. Juan

36 AGCP, B.IV-V/1-7; el documento no tiene nombre,


pero la caligrafía es del P. Joaquín, entonces
secretario del General P. Pablo Luis. Bastaría leer
también ALFONSO M. DE LIGUORI, ‘La vera
sposa di Gesù Cristo, ossia la monaca santa...’, G.
Antonelli Ed., Venezia 1835, IV, § III sobre la
comunión, nn. 4-9.

37 AGCP, Lettere di P. Mariano al B. Domenico


Barberi, caita del 4-IX-1825; en otra del 1 l-XII-1825
pregunta: ‘¿Cómo va el asunto de las monjas? ¿Se
han terminado las divergencias? Confío en que
así sea, pero lo ignoro’.

38 AGCP, Lettere di P. Mariano al B. Domenico


Barberi, carta del 20-IV-1826. En otra de Domingo
al P. Ignacio del S. Costado, del 9-II-1831 ( cfr. en
AGCP, fondo Santi, Domenico, cas. 3, Lettere
al P. Ignazio) escribía: ‘Su hermana sor Jacinta
continúa mal y me dicen que está en cierto peligro.
Encomiéndela mucho al Señor lo mismo que a las
demás religiosas, que pasan por grandes aflicciones.
Dios se digne poner el remedio que crea oportuno’.
Creo que la expresión “grandes aflicciones’’
pudiera referirse a la polémica sobre la comunión
diaria.

39 AGCP, Fondazione del Monastero di Corneto e


biografie delle Prime Religiose, donde está la biografía
escrita por el B. Domingo, desde el f. 161; en los ff. 66-
73 se habla de la polémica.
y Pablo, llevando a las religiosas por la línea de la
Regla en lo relativo a la comunión
‘que ellas querían recibir todos los días En noviembre
de 1834 el P.
Colombo estuvo otra vez como confesor extraordinario
e ‘hizo florecer en el
monasterio el espíritu de la observancia regular’, y
obtuvo que todas se acomodasen
a recibir la comunión en los días señalados por las
Reglas40.

Este episodio era consecuencia de la mentalidad


corriente sobre el valor
absoluto de la letra de la Regla. Por una parte, esta
actitud ayudó a mantener en
vigor la observancia; pero, por otra, se convirtió a
veces en traba para la mejora
del espíritu y de cuanto podía favorecerlo. Para las
religiosas fue una etapa de
gran esfuerzo en la vida interior, en parte como fruto
del trabajo de la mencionada
M. Vicenta de Santa Catalina, mucho tiempo maestra
de novicias y supe-
riora.

6. - Vitalidad de la comunidad

6.1. - La comunidad en relación con la Iglesia y la


sociedad

El monasterio aparece bien inserto en la Iglesia y en la


sociedad del momento.
La gente pudiente y el pueblo apreciaban la vida
religiosa en general. En la
ciudad, fuera de las maestras pías, entonces no
consideradas religiosas a efectos
canónicos, sólo había benedictinas de Santa Lucía y
pasionistas. Además la
espléndida vida espiritual del monasterio atrajo el
afecto del obispo, del clero y
de la gente. Un modo de relacionarse con el pueblo y
de influir espiritualmente
en él eran la explicación de la doctrina cristiana, la
acogida de educandas o la
aceptación de mujeres para ejercicios espirituales.

Por falta de espacio no se recibieron ejercitantes hasta


que se constmyó el nuevo
brazo del convento, a pesar de que el Fundador y el P.
Juan María de San Ignacio
mandaron destinar dos habitaciones para esta
actividad. En cuanto a la enseñanza
de la doctrina cristiana, la Regla, en el capítulo 23,
pedía que se hiciera fuera de la
clausura; pero como no había local en el monasterio
primitivo, por eso no se había
dado la doctrina. En 1828, la superiora, M. Vicenta de
Santa Catalina, pidió permiso
a la Congregación de 00. y RR. para darla en un local
dentro de la clausura,
mientras concluía la construcción de la nueva ala y un
local fuera de la clausura.
Deseaba cumplir también este punto de la Regla, ‘para
satisfacer a las repetidas
peticiones que se hacen de manera explícita y para
ofrecer este bien espiritual a la
ciudad de Corneto, tan benemérita del monasterio '41.

40 Arch. Monastero, Cronaca... 1771-1945, o. c.,if. 15-


16. AGCP, Ministeri SS. Giovanni e Paolo,
I,ff. 21, 22,25.

41 ASV, S. C. VV. E RR., Regesta Monialium 1828;


también en L. RAVASI, Le Monache..., o. c., ‘. 68.
Que el movimiento vocacional fue bueno se deduce de
la estima en que el
clero y la gente tenía a la comunidad. De 1796 a 1839
recibieron el hábito 38 jóvenes:
8 entre 1796-1810, y 30 entre 1815-1839. En cuanto al
lugar de procedencia,
8 de Cometo, 6 de Civitavecchia, 5 de La Tolfa, 5 de
Roma y 2 de la Isla de Elba;
las más lejanas eran de Pompeiana, diócesis de
Albenga, y de Camerino la condesa
Jerónima Carsidoni, hermana del P. Ignacio Carsidoni
del S. Costado; las demás
procedían de varios pueblos del Lazio próximos a
nuestros retiros42.

La muerte se presentó con frecuencia y se llevó a la


comunidad celestial a 28
religiosas, algunas de extraordinaria vida de fervor; así
se lee en las breves notas
biográficas de cada una, y sobre todo en la biografía
de la M. Vicenta de Santa
Catalina con la que el B. Domingo de la Madre de Dios
pretendía ofrecer un tratado
de espiritualidad acomodado a las religiosas
pasionistas43.

Un cauce de vocaciones fue la sección de educandas,


donde se recibía a
muchachas con cierta inclinación a la vida religiosa. La
Regla decía: No se recibirá
a muchachas que no tengan propósito de vestirse
religiosas en su momento
y lugar en el monasterio. No se aceptarán con menos
de 12 años ni con más
de 25’ (cap. 16). Hasta 1780 entraban sólo las jóvenes
que llegaban para hacerse
religiosas, pues no había un local adecuado. En 1779
‘se acomodó y habilitó
la planta alta del monasterio, donde hay espacio
separado y a propósito para la
sección de educandas’. El 27 de mayo de 1780,
Lorenzo Paluzzi, vicario general
de Cometo, informaba favorablemente a la
Congregación de 00. y RR.,
sobre la solicitud del matrimonio Palomba, de
Civitavecchia, que deseaba llevar
‘a tres de sus hijitas’, Mariángela, de 12 años, Rosa de
9 y Bárbara de 8, ‘para
que con el tiempo sean bien instruidas en la virtud por
esas ejemplarísimas religiosas’.
También fue positivo el parecer pedido al General de
los pasionistas, P.
Juan Bautista de S. Vicente Ferrer; más aún, éste dijo
que habría que suprimir la
cláusula de que podrían recibirse sólo a muchachas
que hubieran dado ya síntomas
de querer recibir el hábito. El permiso les fue
concedido44.

Al cabo de dos meses la madre de las tres niñas,


María Francisca Palomba,
pidió pasar un día en el monasterio con sus hijas. Las
monjas no estaban todas
42 Arch. Mon., Registro... Vestizioni, en los años
indicados.

43 Arch. Mon., Registro delle religiose defunte. AGCP,


Fondazione del Monastero di Corneto e Biografie
delle Prime Religiose, o. c. El original está en el fondo
Domenico, V - 7.a. AMEDEO, C. R,
Un fiore sul Calvario. Cenni biografici della Serva di
Dio M. Vincenza di S. Caterina, religiosa
passionista, Roma 1923.

44 ASV, S. C. 00. e RR, sez. Monache, junio-agosto


1780. AGCP, B. IV-II/3-1, 1-5, 6. AGCP, B. IV-
II/3-1, donde hay copia de la solicitud de las religiosas
al card. Garampi y de la respuesta del P.
Juan Bautista de S. Vicente Ferrer, un borrador de
reglamento de las educandas, y la solicitud de
Vicente Campanile, de Civitavecchia, para llevar al
monasterio a su hija de seis años como educanda.
de acuerdo y el vicario general, Lorenzo Paluzzi, se
mostró contrario, considerando
la singularidad del monasterio de las pasionistas:

‘...Parece conveniente darle la satisfacción de que vea


el lugar donde viven
sus hijas, tanto más que estas excepciones se
conceden con frecuencia en todos
los monasterios por simple curiosidad. Pero, a pesar
de que considero dignísima
a la señora Palomba, mi opinión en este caso es
contraria. La razón es que
se trata de un monasterio de especial fervor, en el que
se profesa silencio y recogimiento
muy especiales, que no se mantendrá con esas visitas.
Además este
favor no se ha concedido nunca a nadie hasta ahora y
no se deben abrir puertas
que ocasionen problemas a la comunidad y a su vida
de retiro’. El Papa, en
la audiencia del 25 de agosto de 1780 denegó lo que
se había pedido45.
Las muchachas en régimen de educación no debían
ser más de la mitad de
las religiosas. En 1802, por medio del obispo card.
Sigfrido Maury, las religiosas
pidieron a la Congregación de 00. y RR. licencia para
sobrepasar este número;
se les respondió que debían pedirlo caso por caso. El
30 de marzo de 1802,
el card. Maury recomendó nuevamente el trámite:

‘Mis religiosas pasionistas pidieron a esa S.


Congregación poder recibir
más muchachas que las del número previsto. Al
negárseles esta gracia, se les
dijo que lo solicitaron para cada caso particular. Pero
conociendo yo cuánto les
interesa ese permiso, no porque el aumento de
educandos sea su fuente más significativa
de recursos en este pobre lugar, sino porque, siendo
las muchachas de
la Isla de Elba o del Estado de la Poscana, los padres
no podrán tramitar el permiso
sin incomodidad y gastos. Por eso ruego a la bondad
de Vuestra Eminencia
que les conceda el permiso para seis más del número
señalado. Por la especial
piedad y por los valores de las religiosas pasionistas
son frecuentes las solicitudes
de admisión, y ahora está ya a punto de completarse
el número original
de educandas’.

El oficial que estudió el caso puso de relieve que la


presencia de las muchachas
‘sirve de fuente de recursos para el monasterio y
facilita las tomas de hábito
’. Y añadía: ‘Recuerdo que del difunto Pontífice Pío VI
habían obtenido, tiempo
atrás, autorización para acoger educandas
indistintamente; lo que no sé es
si tal licencia fue concedida para un tiempo
determinado o para siempre. Parece
que ahora quieren tener libertad de recibirlas a su
gusto sin pedir cada vez
la licencia; o sea, que desean abolir la Regla de que
las muchachas no sobrepasen
el número equivalente a la mitad de las religiosas’.
Como solución proponía
que, en atención al card. Maury, se les concediera por
una sola vez. De
hecho les fue otorgado el permiso para las seis
primeras46. Entre abril de 1796 y

45 ASV, S. C. 00. e RR, sez. Monache, junio-agosto


1780.

46 ASVm S. C. VV. E RR., sez. Monache, abril 1802.


1839 entraron 94 muchachas, que generalmente
permanecían un año; pocas
estuvieron más tiempo; algunas regresaron después
de haber salido47.

Un cambio introducido, necesario y notable fue el del


locutorio. Pablo de la
Cmz, apenado por la realidad que había encontrado en
diversos monasterios en
donde el locutorio era lugar de cháchara y disipación
espiritual, lo prohibió en el de
las pasionistas. En 1786 se pidió y se obtuvo permiso
para abrir uno pequeño48.

En 1792 hubo un problema para renovar el confesor


ordinario. El que lo era,
canónigo Juan Francisco Garrigos, terminaba su
segundo trienio en octubre de
de 1792. Según las normas tenía que ser cambiado.
Las religiosas estaban ‘satisfechas,
por ser guía prudente y virtuoso’. La superiora, M.
Angela Teresa de la
Asunción, pidió, de acuerdo con las monjas, que fuera
confirmado de manera
excepcional. El Papa, en la audiencia del 7 de
septiembre de 1792, respondió que
no era oportuno. El 20 de octubre la superiora escribió
al card. De Zelada, protector
del monasterio, y le recordó que también el canónigo
Agostino había sido
confirmado durante cinco trienios seguidos. Afirmaba
que el vicario general
decía que contaba sólo con otros dos sacerdotes
adecuados: uno de poca salud y
otro que era hermano de una de las monjas, y por eso
no convenía nombrarlo.
Pedía al cardenal protector que mirara a ver si sería
prudente insistir ante el Papa,
sin que ’se moleste ni lo atribuya a cabezas duras o un
desacato, pues no es así;
se trata de una verdadera necesidad’. Le rogaba que
hiciera constar al Papa que,
si por desgracia, se les nombraba uno de los
confesores ‘que saben decir la oración
mental, pero no saben hacerla porque no nos
escuchan, entonces el pobre
monasterio se arruinaría en lo espiritual; somos pobres
ignorantes, incapaces
de guiarnos a nosotras mismas’. A la vista de las
circunstancias tan especiales,
el 7 de diciembre de 1792 se dio permiso para otro
trienio al can. Garrigos49. Es
interesante la motivación que ofrece la religiosa para la
designación del confesor:
no tanto que sepa teología, sino que tenga experiencia
de Dios.

6. 2. - Algunos elementos espirituales más notables

Leyendo las biografías redactadas por el P. Juan


María de San Ignacio, la de
la M. Vicenta de Santa Catalina, obra del P. Domingo
de la Madre de Dios, y
otras notas escritas por las mismas religiosas, seguía
muy nítida la impronta espiritual
de Pablo de la Cruz; la habían mantenido con respeto
el P. Juan María y
otros eminentes religiosos que les ayudaron como
confesores extraordinarios.
Según la Regla (cap. 18), el confesor extraordinario
permanecía en el monaste

47 Ardi. Mon. Registro... Zitelle che entrano in


educazione dal 1780..., en los años correspondientes.

48 L. RAVASI, Le monache passioniste..., o. c.,, pp.


197-198.

49 ASV, S. C. VV. E R.R., sez. Monache, diciembre


1792.
rio aproximadamente un mes cada vez; en aquella
época daban diariamente una
instrucción, con lo que se seguía una actualización
espiritual doctrinal y cada
religiosa revisaba su vida con el director espiritual.

La espiritualidad se nutría de la oración contemplativa


con ayuda del silencio,
el recogimiento continuo y el diálogo con Jesucristo, su
Esposo crucificado
por amor. Era la meta de las Reglas en el capítulo
fundamental: ‘Preocúpense en
primer lugar de la perfección del amor divino,
manteniéndose en la divina Presencia
y llevando escrita de manera indeleble la Vida, Pasión
y Muerte del dulcísimo
Jesús Crucificado en el Calvario para redención del
mundo. En segundo
lugar procurarán que las religiosas conserven la
unidad de un corazón y una
única alma, mediante el lazo sagrado de la caridad
fraterna; y rueguen fervorosamente
a la Majestad divina por sus prójimos, a fin de que
todos vivan en
santo temor de Dios y crezcan en todas las virtudes

Influía mucho en la espiritualidad lo que el Fundador


había propuesto, en el
cap. 6, como meta de la que profesaba: ‘seguir con
gozo y constancia a su divino
Esposo Crucificado’. La penitencia, como participación
de la esposa en la
Pasión de Jesús su Esposo, es algo que resaltan las
memorias biográficas. Por
ejemplo, de Teresa Palozzi de la Asunción se dice: ‘
Dios que la trató como religiosa
de la Pasión, le dio la gracia de comportarse como
esposa enamorada de
Jesús Crucificado y soportar amargas pruebas con
inalterable resignación a la
voluntad de Dios y con envidiable alegría '50.

El 14 de diciembre de 1822, la superiora escribía a


Eugenia Calzelli: el día 8 ha
muerto ‘una religiosa joven, de 31 años (Fermina de la
Asunción), con una muerte
de santa; su enfermedad duró 30 días. Al principio no
parecía otra cosa que fiebres
tercianas..., pero el mal se agravó... Ella, feliz de ir al
paraíso, estaba tranquila
y como muerta en todo lo que disponían los médicos y
la enfermera. Realmente
fue martirizada con los remedios que se intentaron,
pero, aunque el sufrimiento
fuera insoportable, decía que no padecía nada. Así,
haciendo actos de amor
y de confianza en Dios, pasó a vivir en el seno de la
misericordia de Dios’51.

Muy profundo y sincero fue el espíritu de reparación y


de expiación. Pablo
lo había encendido desde el principio en el citado paso
de la Regla que recomendaba
la oración por los pecadores y por la perseverancia de
los justos. En
otro capítulo hablaba de pedir por el apostolado de los
hermanos pasionistas.

No menos intenso era el amor a la Eucaristía, tal como


Pablo lo había pedido
en la Regla: ‘Serán especialmente adoradoras del
Santísimo y Divinísimo
Sacramento del altar’ para que vayan transformándose
en él ‘con ardentísima
caridad’ (cap. 30). La frecuente visita a Jesús
Sacramentado con espíritu de agra

50 AGCP, Fondazione del Monastero di Corneto, o. c.,


M. Ángela Teresa de la Asunción, n. 44.

51 AGCP, Moniales Tarquinia, Lettere di M.


Maddalena di S. Giuseppe 1794.1823.
decimiento y de amor, la reparación por el olvido de
tantos y la súplica para que
todo el mundo lo acoja como Salvador eran
características de la comunidad, si bien
en algunas religiosas resaltó de manera más evidente.
Como Pablo de la Cruz había
advertido, estas religiosas descubrían el Corazón de
Cristo en la Eucaristía. El corazón,
símbolo del amor que abrasaba a Jesucristo, está
particularmente presente en
la Eucaristía, sacramento del amor. La piedad
eucarística resaltó en la M. Vicenta
de Santa Catalina, que promovió y defendió la
comunión diaria con el respaldo del
confesor ordinario. Según el P. Domingo de la Madre
de Dios, ‘ella no sólo pensaba
en comulgar cada día, sino en comulgar bien. La
comunión diaria fue para ella
la cosa más beneficiosa que uno pueda imaginar’52.

El 25 de diciembre de 1819, durante la celebración


litúrgica de la noche, volaba
a la Casa del Padre la última de las once religiosas de
la comunidad primitiva: la hermana
María Magdalena de San José, de la familia Calzelli53,
tan ligada a Pablo de la
Cmz y a la fundación del retiro de Paliano. Para
entonces la comunidad estaba bien
fundada y podía afrontar su futuro siguiendo los
testimonios de amor efectivo al
esposo Cmcificado por el bien de la Iglesia que habían
dado las primeras religiosas.

II. - Las Esclavas de la Pasión de Jesucristo

1. - Magdalena Frescobaldi

El período de la restauración trajo una ampliación del


Instituto en la vertiente
femenina con la obra de María Magdalena Frescobaldi,
casada con Capponi.
De esta raíz tiene su origen la Congregación de
Hermanas Pasionistas de San
Pablo de la Cmz. La señora Frescobaldi nació el 11 de
noviembre de 1771 en
Florencia, del marqués José Frescobaldi y de la
marquesa Josefa Quaratesi, los
dos católicos practicantes. Educada en una familia
noble, tuvo convicciones claras
de religiosidad que convirtió en vida con su amor
activo a la familia, su capacidad
administrativa y sus relaciones sociales.

El 3 de noviembre de 1790 se unió en matrimonio al


marqués Pedro Roberto
Capponi, también católico practicante, mayordomo de
la gran duquesa María
Amalia, de la que Magdalena fue nombrada dama de
honor. Entre 1791 y 1795
dio a luz tres niñas y un niño, Gino; pero tuvo que
saborear el dolor amargo de
las madres de su tiempo, pues las tres niñas murieron.

Los acontecimientos sociales mencionados en las


páginas precedentes causaron
trastornos también en la Toscana. El 25 de marzo de
1798 se produjo la

52 AGCP, Fondazione del Monastero di Cometo, o. c.,


biografía de la M. Vicenta, f. 133.

53 AGCP, Moniales, Tarquinia, Lettere di M.


Maddalena di S. Giuseppe 1794-1823. Se trata de
cartas
escritas por ella a su hermano; de estilo simple,
ayudan a comprender la espiritualidad y el
sentido humano suyo y del monasterio.
invasión de los franceses. La familia del gran duque
marchó a Viena. Roberto Cap-
poni consideró un deber seguirla; Magdalena, en
cambio, se quedó en Florencia
para cuidar los intereses de la familia. En la primavera
de 1880 también ella marchó
a Yiena con el hijo Gino, aunque con la confianza de
que pronto regresaría con
el gran duque. Esta etapa fue muy importante para la
maduración cultural y espiritual
de Magdalena. Allí conoció la asociación La Amistad
Cristiana a la que se adhirió.
El 19 de septiembre de 1802 falleció la gran duquesa
Amalia poco después del
parto. La familia Capponi, desligada de los
compromisos en la corte, regresó a Florencia,
donde tuvo que vivir la experiencia del imperio francés
creado por Napoleón,
la persecución y el encarcelamiento del papa el 6 de
julio de 1808 y la supresión
de los institutos religiosos y de las cofradías.
Magdalena, muy centrada siempre en los
compromisos familiares, desarrollaba
su vida cristiana participando en las reuniones de La
Amistad Cristiana. Se
mantenía en relación con don Guala y el venerable
Bruno Lanteri, que se preocupaban
del aspecto espiritual de La Amistad en Florencia.
Estrechó su amistad
con Lucrecia Ricasoli, esposa de Leopoldo Ricasoli.
Las dos practicaban la caridad.
En mayo de 1806 comenzaron a visitar a las mujeres
recogidas en el hospital
de los Incurables; conoció a las prostitutas recogidas y
le impresionó su
pobreza moral, a veces asociada a gran miseria
psicológica y material. Sintió que
era necesario echar una mano a las que tenían buena
voluntad.

Con Lucrecia organizó una escuela diurna para las


prostitutas decididas a
abandonar la vida de la calle. Las dos amigas
advirtieron que el trabajo sería baldío,
pues las mujeres, cuando regresaban por la tarde a
casa, reincidían fácilmente
en la vida anterior. Por eso decidieron cambiar de
estrategia: que la que
estuviera decidida a romper con la prostitución
quedara recluida en uno de los
internados que había en Florencia para ellas. Las dos
amigas pagarían la cuota
necesaria. Para conseguir recursos organizaron la
Sociedad de Esclavas de la
Caridad, que ayudaba económicamente su obra.
Lucrecia describe esta obra de
caridad del venerable Brunone Lanteri:

‘Sepa que desde el mes de mayo de 1806 la señora


marquesa Capponi, alentada
por el presbítero Guala con sus conversaciones, y más
por inspiración del
Espíritu Santo, comenzó a ir al hospital de Incurables,
servía por caridad a los
enfermos, les daba la comida, les hacía la cama, les
lavaba los pies y sostenía
con palabras adecuadas el estado de su alma, con
gran edificación de todos.
Esta señora avanza a grandes pasos por el camino de
la perfección cristiana;
puedo asegurárselo por la gran amistad que mantengo
con ella: lo único que
busca con sus obras es la santificación del prójimo, no
sólo en los hospitales;
también con su dinero aparta de la calle a las personas
dedicadas al pecado, y
además a otras muchas que sólo Dios sabe.

Estando en dicho hospital se nos presentó la ocasión


de alejar a las perso-
ñas del pecado; para ello tuvimos la idea de montar
una obra: comenzamos a
abrir una escuela; no se consiguió en una casa
particular, como se pretendía,
porque, cuando regresaban a casa, se perdía de
noche lo que se avanzaba de
día. Por eso se pensó encerrarlas. En Florencia hay
desde hace algunos años
dos lugares píos, y se juzgó mejor llevarlas a estos
institutos, en línea con nuestras
ideas; por ahora tenemos ocho en tales instituciones.
Como nosotras dos
solas no podíamos aportar dinero para tantas,
especialmente yo que no puedo
endeudarme, hablamos con algunas amigas, que se
nos han unido para ampliar
la actividad; las que no pueden venir se llaman
auxiliares que ofrecen dinero o
emplean un tiempo parcial en nuestras obras’54.

2. - Inicios del ‘Retiro de las convertidas’


El 1 de octubre de 1811, Magdalena comenzó una
pequeña actividad propia,
a pesar de las prohibitivas condiciones sociales y
eclesiales del momento. Se
propuso ayudar a las ‘públicas meretrices que, dejando
el camino de la perdición,
quisieran recogerse lejos del mundo y ocuparse
solamente de su salvación
eterna ’55.

Con sus bienes propios fuera de la dote, adquirió una


casita, la organizó al estilo
de un internado, y con los intereses del fondo
mantenía un cierto número de jóvenes
‘resueltamente decididas a abandonar el pecado,
deseosas de apartarse para
siempre del mundo y ocuparse en el negocio de su
salvación eterna’56. Magdalena
tenía en mente la posibilidad de que alguna de las
convertidas podría recibir de Dios
el deseo de ‘dedicarse particularmente al servicio de
Dios’.
A las que daban señales de esta aspiración y habían
estado ‘no menos de
ocho meses en el retiro’ se les podría autorizar a ‘vestir
un uniforme negro con
sombrero blanco en la cabeza y un velo negro encima’,
signo de la consagración
al Señor. No emitían votos religiosos, ‘pues todos los
ejercicios de piedad
deben ser voluntarios y no consecuencia de una
verdadera obligación’.
Las así recogidas no salían nunca del retiro donde
podían cumplir todos los
deberes religiosos, realizar un trabajo y recibir la
instrucción necesaria, y
donde podían pasear por el jardín. La fundadora
estableció un pequeño
cementerio para que permanecieran unidas las dos
comunidades, la de la tierra
y la del cielo57.
La base espiritual se apoyaba en la Pasión de
Jesucristo como manifestación

54 Carteggio dei Veri. Pio Bruitone Lanieri (1759-


1830), fondatore della Congregazione degli Oblati
di Maria Vergine, a cura di P. Paolo Cagliari, Torino
1975, voi. II, pp. 237-238.

55 Istruzioni 1819, n. 1.

56 Costituzioni e Regole 1830, p. 3.

57 Istruzioni 1819, nn. 15, 18-19.


del amor misericordioso del Padre; así las refugiadas
se sentían más fácilmente
sostenidas en sus sufrimientos y en la esperanza del
perdón de sus pecados y
podían llevar una vida nueva en Cristo (Jn 3, 16). Las
mujeres encerradas en el
retiro debían sentirse como en su propia casa, pues
aquel refugio les había sido
regalado por Jesús con la cooperación de la fundadora
y de otras personas generosas.
Se prefería los ejercicios de piedad mejor que la
meditación prolongada y
la liturgia de las Horas.

Además de la enseñanza que les daba la misma


Magdalena, había maestras
que impartían a las jóvenes instrucción y formación
para trabajos de economía
doméstica. El confesor, también llamado director
espiritual, ocupaba un lugar
relevante en la jerarquía de la casa.
Para que en el futuro el gobierno, como había hecho
Napoleón, no se incautase
de los bienes ni de la casa, Magdalena dejó el edificio
y el fondo económico como
‘legado espiritual a sus herederos, y quiso que el
primogénito de su familia fuera
director y administrador’. Por miedo a que el director-
administrador echase en el
olvido sus deberes, pidió al gobierno toscano un
comisario del hospital de los Inocentes,
‘cuyo deber sería escuchar las quejas de las Esclavas,
si se produjeran, y
recordar al primogénito el cumplimiento del
compromiso adquirido’™.

El Viernes de Pasión (de la semana que precede al


Domingo de Ramos) del
año 1815, cuatro de las mujeres del retiro recibieron el
mencionado hábito negro
como signo de que abandonaban definitivamente el
mundo de lo efímero y se
entregaban del todo a Cristo que había dado su vida
por ellas58 59.

Inmensa fue la alegría de Magdalena al palpar cómo


germinaba en las
mujeres convertidas la semilla de la renovación
espiritual. Para alentarlas al
amor a Cristo Crucificado, en 1817 pidió al General de
los pasionistas, P.
Tomás de la Sabiduría Encarnada, la comunicación de
bienes espirituales (la
llamada ‘afiliación’), y que le enviara alguna reliquia del
venerable Fundador
Pablo de la Cruz:

‘Magdalena Frescobaldi, esposa del marqués Capponi,


florentina, habiendo
establecido con los debidos permisos un Conservatorio
para Mujeres Convertidas,
bajo el título de S. María Magdalena Penitente, y
habiendo crecido en ella
misma, por la misericordia de Dios, una devoción muy
especial a la Pasión de
Nuestro Señor, suplica a V. P. Rvma., cabeza de una
Congregación consagrada
a propagar esta devoción, que se digne otorgar a dicho
Conservatorio las gracias
espirituales que estén en sus facultades; y también,
para mayor provecho
espiritual, algún objeto de los que pertenecieron a su
Venerable Fundador,
según usted crea oportuno ’.

58 Istruzioni 1819, nn. 1-4.

59 AG Suore pass., Pro-Memoria di G. Fiammetti al


card. Bausa.
El General acogió favorablemente ambas peticiones:

‘A la amada en Cristo, lima. Sra. Magdalena


Frescobaldi, marquesa Cap-
poni, salud en el Señor: Tu Nobleza nos ha explicado
cómo algunas mujeres,
retiradas de los peligros del mundo, reunidas en
Florencia en comunidad, en
una misma casa, se ocupan continuamente, entre
otros ejercicios de piedad, del
saludable culto a la Pasión del Señor. Y por eso nos
has pedido que, en cuanto
sea posible, añadamos un estímulo para la gloria de
Dios y bien de las almas.
Accedemos con gusto a la justa súplica y, confiando
en la misericordia de Dios,
en los méritos de nuestro Señor Jesucristo Crucificado,
en el patrocinio de la
Sma. Virgen de los Dolores y en la intercesión de
todos los santos fielmente presentes
junto a la Cruz, con la autoridad de que gozamos, te
recibimos y admitimos
a ti, a las mujeres mencionadas que viven ahora y a
las que se agregarán
en el futuro, como hijas espirituales de la
Congregación, y con este documento
os declaramos admitidas.

Con gusto concedemos y otorgamos también, para las


vivas y las difuntos,
una particular comunicación en los sacrificios,
oraciones, penitencias, sufragios
y otros bienes espirituales que se consiguen en
nuestra Congregación, de
día y de noche, en el culto divino, en el trabajo por la
salvación de las almas con
misiones y otros ministerios, según el estilo de nuestro
Instituto. Además pedimos
humilde y confiadamente a nuestro Señor Jesucristo,
bajo cuyo estandarte
militamos para siempre, que derrame sobre vosotras
los inagotables tesoros de
su misericordia, os conceda tiempo de verdadera
penitencia, la gracia de la paz
y el consuelo del Espíritu Santo, la perseverancia en el
bien obrar y que como
en la tierra os ha hecho nuestras hijas espirituales, os
haga también partícipes
de la bienaventuranza eterna en el cielo ’60 61.

3. - Evolución hacia un verdadero instituto religioso

En 1819, Magdalena obtuvo del gobierno una


aprobación que daba estabilidad
jurídica al retiro, pues le preocupaba que fuera
consolidado: 'Llevando muy
dentro el crecimiento de esta planta nueva y vuestro
provecho espiritual, no
hemos dejado de preocuparnos por encontrar los
medios con los que se multiplique
vuestro fervor y se os facilite la aspiración a la
santidad; ésta debe ser la
meta a la que tendréis que aspirar para corresponder a
tantas muestras de especial
misericordia como el Señor Dios ha tenido con
vosotras’6'.
60 AGCP, B. IV-1/2-2; el autógrafo, que parece del P.
Tomás, está en latín, con fecha del 14-IX-
1817; aunque el mes no aparece tan claro. El P.
Joaquín del Espíritu Santo, secretario del P. Pablo
Luis, General entre 1821-1827, afirma: ‘El folio original
del tenor aquí transcrito fue enviado a la
Fundadora del Pío Lugar en Florencia, Sra. Magdalena
Frescobaldi Capponi’.

61 Istruzioni 1820, Rególe per le Ancille della Passione


di N. S. G. C.
Como consecuencia de estos criterios y de un mejor
conocimiento de la espiritualidad
de Pablo de la Cmz y de las monjas pasionistas, se
planteó la posibilidad
de organizar el Conservatorio como instituto religioso
con votos; su espiritualidad
sería la de la familia pasionista que Pablo de la Cmz
dejó bien definida en las Reglas
y en la fórmula de profesión de las monjas pasionistas.
Magdalena había leído su
biografía, escrita por el P. Vicente Ma. Strambi, y de
allí entresacó un texto en el
que Pablo defíne la finalidad del monasterio que
pensaba fundar. Tuvo también en
sus manos las Constituciones y Reglas de las monjas,
impresas en 1816, y el reglamento
que el Fundador les había dejado. El texto leído en la
biografía dice así:

‘Quiero abrir un monasterio de almas grandes y


santas, muertas a todo lo creado,
que en las virtudes y mortificaciones se parezcan a
Jesús Crucificado y a
María Dolorosa, pues ésta será la primera superiora
‘Esta era la finalidad -prosigue
Magdalena- y el deseo por el cual el Ven. P. Pablo de
la Cmz, Fundador de
los Clérigos Pasionistas, estableció y fundó el único
monasterio ahora existente de
religiosas de la Sma. Pasión en la ciudad de Cometo.
Así deberán ser las Esclavas
de la Pasión para corresponder a la vocación a la que
han sido llamadas por Dios a
este santo retiro y realizar el proyecto de quien las ha
establecido.

En sus corazones y en sus almas quede grabada y


esculpida la Pasión de
Jesucristo, enseña y omato que han de lucir, pues en
ello consiste el vigor y
belleza de su Instituto.
En la meditación de la misma pongan la máxima
atención, todo su esfuerzo
y toda su delicia. Mientras tengan en el alma la Pasión
y Muerte de nuestro
Redentor, nada les resultará molesto y desagradable;
al contrario, en medio de
las pruebas y angustias que salen al paso, la
meditación de su Esposo Crucificado
producirá fmtos de paz interior y de alegría.

Las Esclavas vivirán con especial devoción el viernes,


día en que el Hijo de
Dios hecho hombre sufrió tanto por nosotros,
renunciando a su santa vida y
muriendo sobre el duro madero de la cmz. Tengan
además presente que el motivo
por el que llevan vestido negro es el de mantener la
memoria de la Pasión y
Muerte de Jesús; vistiendo así no se olvidarán nunca
de mantener este recuerdo
doloroso.
Pero las Esclavas no deberán limitarse a saborear
ellas solas los bienes que
se encuentran en las Santas Llagas de Jesucristo,
fuente de salvación; también se
preocuparán de que la devoción a la Pasión de Cristo
se extienda del mejor modo
que puedan. Lo que se os pide en memoria de la
Pasión del Señor se entiende
igualmente de la devoción a los Dolores de la Virgen
María.

Se comportarán, pues, como hijas amantísimas y


siervas fieles de la
Madre Inmaculada invocándola en sus necesidades;
subirán cada día al Calvario 62

62 V. M. STRAMBI, Vita del Ven. Servo di Dio P. Paolo


della Croce..., o. c., Roma, 1786, p. 165.
para acompañarla y para meditar en los atroces
sufrimientos que le proporcionó
la muerte y Pasión de su Hijo divino”.

De esta compenetración con Cristo en el misterio de


su dolor y de su amor
brotará el don de la reconciliación personal con Dios y
con las compañeras que
viven en el retiro como miembros del único cuerpo
místico de Cristo. Magdalena
esperaba que la comunidad del retiro se caracterizase
por unas relaciones
interpersonales serenas y por la perfecta vida común :

‘Pero hágase todo con suavidad, dulzura y unión de


corazones; no se permita
ni tolere una palabra descompuesta ni una mirada
torcida ni amistades particulares...
Este Instituto..., con la gracia de Dios, no quisiera ser
superado por ningún
otro en la exacta y perfecta vida común, ni en el
minucioso cumplimiento de
los votos, en el silencio y recogimiento’.

Para valorar con qué interés reclama Magdalena la


‘perfecta vida común’ hay
que tener en cuenta que, desde que comenzó a
pensar en la fundación de un instituto
religioso, introdujo en la comunidad un pequeño grupo
de tres o cuatro
‘muchachas de buena educación, virtuosas, con
sincera vocación para este sagrado
retiro y dotadas de buena inteligencia, capaces de
dedicarse a instruir abnegadamente
a las jóvenes convertidas’. Esto significaba que
formarían la comunidad
miembros que llegaban desde la calle y la prostitución,
junto a muchachas
sin tan dura experiencia, procedentes de familias
honorables63.

Magdalena redactó un auténtico texto de Reglas y


Constituciones. Tomó casi
todo el material de las monjas pasionistas y de su
reglamento, pero lo reelaboró
con libertad. Al principio colocó el contenido sustancial
de las instrucciones que
regían el ‘retiro’, aprobadas en 1819 por el gobierno, y
a continuación las Reglas
y Constituciones de las Esclavas de la Pasión.

Los votos eran privados, para no incurrir en la


oposición de un gobierno contrario
a la admisión de nuevas comunidades religiosas con
votos. Habla de los
tres comunes: castidad, pobreza y obediencia. Una
‘promesa’ sustituye al voto de
promover la memoria de la Pasión de Jesucristo.
También el Oficio Divino o
Liturgia de las Horas queda suplido por el Oficio Parvo
de la Virgen María; sólo
en Semana Santa, Navidad y Corpus Christi se pedía
la recitación ‘del Oficio
Divino si hubiere alguna capaz de salmodiarlo’.
Magdalena envió el texto a la S. Congregación de 00.
y RR. a finales del
año 1820 para su aprobación. Pero como hubo que
pedir información al obispo
de Florencia, que fue positiva, y los funcionarios
retrasaban los trámites, la solicitud
de Magdalena no recibió respuesta hasta dos años
más tarde, en 1822. Una
carta pontificia dirigida a Magdalena elogiaba su
actividad y la alentaba a conti-

63 Los textos citadas se toman de Istruzioni 1820, en


el capitulo ‘Dello Spirito dell’Istituto della Passione’,
en ASV, Congr. Vescovi e Regolari, Positiones Monial.
1822, fase. A-M.
miar trabajando por el bien de las almas; pero ni una
sola palabra con la que se
aprobara la fundación o las Reglas64 65.

La fallida aprobación explícita fue muy dolorosa para


Magdalena; no obstante,
alentada con la carta de Pío VII, siguió adelante en el
compromiso. A la vez cuidaba
la salud de su marido, que, cada día más deprimido,
falleció el 5 de agosto
del Año Santo 1825. En octubre siguiente Magdalena
viajó a Roma para ganar la
indulgencia jubilar, rezar ante el sepulcro de Pablo de
la Cruz y, de paso, conocer
el monasterio de la pasionistas en Cometo. En Roma
se encontró con el P. Luis
Bonauguri, llegado de Bulgaria el 3 de marzo del
mismo 1825. Pudo consultar, tal
vez, con el P. Lorenzo de S. Francisco Javier, que
estaba en la comunidad, uno de
los ‘penitenciarios ‘ del Jubileo en la basílica de los SS.
Juan y Pablo. Fue él quien,
en el “Diario Necrológico Passionista ” escribe que el
P. Luis Bonauguri ‘gastó no
pocas energías en organizar las Constituciones y
Reglas para las Convertidas de
Florencia recogidas allí por la iniciativa de la marquesa
Capponi, de feliz memoria,
llamadas Esclavas de la Pasión de N. S. J. C. y de
María Dolorosa, que visten
el hábito de las pasionistas y llevan al pecho como
éstas el escudo,65.

Magdalena quiso conocer también el monasterio de


Cometo y observar con
sus propios ojos su organización; así lo reconoce
explícitamente al pedir licencia
para penetrar en la clausura:

‘Beatísimo Padre, Magdalena marquesa Capponi ha


fundado hace varios
años, y dotado con sus propios recursos, en Florencia
un monasterio de Esclavas
de la Pasión, regido por unas Reglas muy semejantes
a las de las pasionistas.
Deseosa de mejorar la organización del monasterio
quisiera conocer de
cerca cómo viven las pasionistas en la ciudad de
Corneto. Por lo cual suplica a
Vuestra Santidad que, al pasar por esta ciudad, donde
piensa permanecer tres
días, se le autorice a entrar y pernoctar dentro del
citado monasterio; procurará
no distraer a aquellas buenas religiosas’.

La autorización pontificia del 19 de noviembre lleva la


firma del obispo diocesano
el 23; así que se puede pensar que estuvo dentro del
monasterio del 24 al
27 de noviembre de 182566.

64 El texto de las Constituciones y Reglas, de la carta


de Magdalena al arzobispo de Florencia, las
anotaciones
de varios funcionarios, la copia de la carta del Papa a
Magdalena se encuentran en ASV,
Congr. Vescovi e Regolari, Positiones Monialium 1822,
fase. A-N. El original y el borrador de la
carta del Papa en ASV, Epistulae ad Principes, voi.
230, ff. 362r-363v.

65 AGCP, Diario Necrologico Passionista, f. 265.

66 Cfr. los documentos en: Arch. Dioc. Tarquinia, fase.


Monastero Passionista, con la autorización de León
XII por medio del card. César Guerrieri Gonzaga,
secretario de Memoriales; y la relación del capítulo
del monasterio favorable a la permanencia ‘durante
algunos días ’ de Magdalena. En el Arch. Mon. Pas-
sioniste Tarquinia (3 B / 16o.) La carta del obispo card.
Buenaventura Gazzola del 7-XI-l 825 (a la superiora):
‘Siempre que usted y sus religiosas estén contentas de
complacer en sus inquietudes a la Señora
Fundadora del nuevo monasterio de Toscana a
imitación de vuestro Instituto, y de tenerla más días
para
convivir con vosotras, previo el beneplácito apostólico;
de todo lo cual yo estoy muy contento’.
Fruto de todos estos encuentros fue el texto definitivo
de las “Costituzioni e
Regole delle Ancille della Passione del Nostro Signore
Gesù Cristo e di Maria SS
Addolorata per il Ritiro sotto il titolo di S. Maria
Maddalena Penitente nella cittì!
di Firenze”, S. Croce, imprenta de Vicente Bartoletti
1830, pp. 109.

Es la misma la estructura fundamental del texto de


1820 presentado a la
Santa Sede. Pero hay una parte nueva muy importante
para la completa formación
espiritual de las Esclavas y para comprender el
pensamiento de Magdalena
en cuanto Fundadora. Educada en el pensamiento de
Pablo de la Cruz, también
conoció y asimiló el de San Francisco de Sales y el de
Santa Francisca de Chantal,
especialmente en “Entretenimientos espirituales ” que
ambos mantenían con
las religiosas de la Visitación. La parte nueva
constituye la segunda sección del
texto: “Avisos dados por la Fundadora a las Esclavas
de la Pasión de N. S. J. C.,
que servirán para explicar las presentes
Constituciones y Reglas ” (pp. 64-106). Si
se quiere evaluar su relación con estos santos hay que
leer cómo los califica: ‘mi
San Francisco de Sales’ (p. 81), ‘mi especial maestra
Santa Francisca de Chantal’
(p. 83); mientras Pablo de la Cruz es ‘el Fundador de
vuestra Orden’, ‘vuestro Fundador’
(pp. 96, 104).

Creo que cuando ella habla del número de


comuniones que las Esclavas
podrían recibir cada semana tiene en cuenta la
discusión que en aquel momento
había entre los pasionistas y las monjas de Corneto,
de lo que se ha hablado
antes. Ella se inclinaba a pensar como los pasionistas
que juzgaban la comunión
diaria una práctica opuesta a las Reglas. En la p.96 de
los “Avisos” escribe:
‘Sobre el tema de la santa comunión, el Fundador de
vuestra Orden, P. Pablo de
la Cruz, a sus Hijas de la Pasión les autoriza sólo tres
veces a la semana. Si
vosotros llegarais a recibir la tercera, en el supuesto de
que hayáis hecho ya dos,
no pretendáis recibirla más veces, porque contradice a
la Regla’.

En la redacción definitiva aparece muy nítida la


dimensión espiritual reparadora:
‘El espíritu de este instituto es el de recompensar de
alguna manera, y
aunque sea débilmente, las ofensas a Dios, sean
propias o de otros pecadores, y
el formar almas que, apartadas y desligadas del
mundo con el ejercicio de las
santas virtudes, sigan el ejemplo del Señor Crucificado
y de María Santísima de
los Dolores, la cual deberá ser siempre la superiora del
retiro.

Pobres, humildes y obedientes deben ser en grado


máximo las Esclavas
Convertidas y las Esclavas Asistentes, pero todas han
de imitar al Redentor
Divino que consagró su vida mortal a la conversión de
los pecadores y a instruir
a los ignorantes y pequeños en las virtudes del reino
de los Cielos, sin
abandonar este compromiso por la burla de los
maliciosos ni por el propio
cansancio’61. 67

67 Costituzione e Regole... 1830, pp. 11-12.


Magdalena gastó sus últimos años en bien de la
comunidad, con la alegría de
ver cómo florecía fervorosa. El ‘Estado de almas’ de la
parroquia indica que en
el retiro había unos veinte miembros entre 1820-
183968. El 8 de abril de 1839 las
Esclavas lloraron la muerte de su Madre, modelo de
vida evangélica. Fue enterrada
en el pequeño cementerio que ella misma había
preparado dentro de la propiedad
del retiro como si quisiera prolongar su presencia en
medio de sus hijas
espirituales69. No disponemos de elementos para
seguir las relaciones entre el
retiro y los pasionistas hasta la supresión de 1866; sí
los hay, en cambio, sobre
la restauración del Instituto en 1872, pero esto forma
parte de otro período de
nuestra historia.

68 Arch. Parr. S. Lorenzo, Florencia, Lo Stato d’anime,


en los años correspondientes,
69 DANIELA MERLO, Maria Maddalena Frescobaldi
fondatrice delle Suore Passioniste di San
Paolo della Croce, Ediz. Eco S. Gabriele 1985. La
misma autora ha defendido su tesis en la Pont.
Fac. de Ciencias de la Educación, Roma, sobre ‘Dal
Ritiro S. Maria Maddalena Penitente all’Istituto
S. Paolo de la Croce. Evoluzione storico-pedagogica di
una istituzione rieducativa femminile
(1811-1915), año académico 1997-1998. * F.
GIORGINI, Le Suore Passioniste di S. Paolo della
Croce. Origine, carisma, soppressione, ripristinazione,
Roma 1983.
Effigie, Jel jp. %bm

enico àtMajyiaòit,

0 ! £1 - ‘N 3) io

** iùvinrJitjjfs! c Mlsjion^o Hjjn^n 0

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U B. Domenico scrisse questo manuale nel 1837;

non essendo stampato se ne fecero copie a titano per


gli studenti.

La presente copia sembra preparata per la stampa in


Aversa, ma non
fu eseguila.

AFFAMATO)
Atti'

Apostolico Ministero

g&OJVtfMeo hZJUA JH-JtSJ\£ 3)3 $3®

cÌ\ovindafc. JP&iJionÀsfc* e JYUsUtmaYio n«J JIcgtvo

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OFFICIA PROPRIA
IN CONGREGATIONH
CLERICORUM EXCALCEATORU

SS. c RU CI s

ET PASSIONA D.N.J.Q,

Esindulto Apostolico recitanda.

-1 6IU, UH

— ROM^ mdcgcv,

Apiid Lazianm'«m T^pographu»' RCVj CiA

^Tr ÌTr4a

OFFICIO M
FASSIONIS

D. N. JESU CHRIST

R E C I T A N 0 IT M
Feria tcrtia poli Dominicani Scxagcflmr

IN CONGRF.G. CLERICA DlSCALCF XT


SANCTISSIMiE CRUCIS“, ET
ejusdem 0. N. JESU CHRISXÌ
s X INDULTO
SANCTISSIMI DOMINI NOSTRI

PII PP. vi

Duplex I, cUJJìs curii Oliava .

Typis Iter, Camene Apolblici?.


Algunos documentos

Apéndice n. 1

En su primera circular, del 18 de marzo de 1797, el


General P. José María
Claris del SS. Crucifijo quiere dar a conocer a todos los
religiosos su ánimo
benevolente hacia cada uno. Recuerda que es misión
de los superiores ‘procurar
la felicidad de los súbditos ’, y que ésta llega cuando
hay esa caridad que
todos deben amar y practicar. (Cfr. Acta XVI (1948-
1950), pp. 190-198).

‘José María del SS. Crucifijo, Prep. Gral., a todos los


sacerdotes, clérigos y
hermanos legos de la Congregación, paz, gozo en el
Espíritu Santo y tierna devoción
a la Pasión de Jesucristo.
Desde el primer momento en que, por voluntad divina,
debí someter mis hombros
al oficio de gobernar vuestras almas, Padres y
Hermanos carísimos, sentí que
se me imprimía en el corazón, y aún lo siento muy
vivo, un afecto nunca antes tan
intensamente probado; él sigue siendo lo que me
estimula a buscar beneficios para
toda la Congregación y el bien particular de cada una
de vuestras benditas almas.

En aquel instante hubiera querido, y continúo


queriendo, veros a todos, abrir
a todos mi corazón para que todos vierais “qualem
sollecitudinem habeam pro
vobis” (Col 2, 1), ver el alma de todos, “ut aliquid vobis
impertiar gratiae spi-
ritualis ad confirmandos vos” (Rom 1, 11). Pero no
habiendo sido posible nada
de esto, me he contentado, aunque físicamente
ausente, con estar siempre a vuestro
lado en espíritu, y con teneros presentes día y noche
en mis pobres oraciones
pidiendo a Dios vuestra santificación y la salvación
eterna.

He creído conveniente no retrasar más esta efusión de


mi alma para informaros
en parte de lo que he hecho y de lo que deseo
ardientemente que esté
enraizado en la Congregación. Esta carta, pues, os
llevará como una copia de mí
mismo, en la que podréis ver siempre mi ánimo.

Es verdad que “epistula nostra vos estis, scripta in


cordibus nostris” (2 Cor
3, 2) por aquel afecto y caridad que Dios me hace
sentir para con vosotros, que lo
conocéis bien: “et scripta non atramento, sed spiritu
Dei viví” (2 Cor 3, 3), por el
espíritu de Jesucristo que habita en vosotros, como lo
espero. Os escribo, pues, “ut
agnoscam experimentum vestrum an in ómnibus
obedientes sitis” (2 Cor 2,9), para
experimentar cada vez más vuestra docilidad y
consolarme mucho en mis angustias
“in vobis, per eam, quae invicem est, fidem vestram
atque meam

Presenta después el nuevo horario de meditación para


la primera hora de la
tarde, redactado según lo que había determinado el
último Capítulo General, y
pide que todos lo reciban con serena obediencia.
Asegura que algunos problemas
con gente de fuera ‘se han resuelto, otros están bien
encaminados, por lo que al
presente puedo decir que nada nos turba “et cum
ómnibus pacem habemus ”
(Rom 12, 18). Y prosigue la circular:

‘Esta paz externa ayudaría poco si no procurásemos


poner como fundamento
y raíz la paz y la caridad de nuestra Congregación. Es
un deber sagrado connatural
al oficio de superior, especialmente del superior
eclesiástico, promover
la felicidad de sus súbditos. La Divina Providencia no
los ha llamado al oficio
para su propia ventaja, sino de la comunidad que
presiden. “Posui vos -dice Jesucristo
en la persona de los apóstoles a todos los superiores
eclesiásticos- ut eatis,
etfructum ajferatis, etfructus vester maneat’ (Jn 15, 16).
¿Y qué fruto más delicioso
se puede esperar de los religiosos que el saborear ya
en la tierra las delicias
del paraíso? El fruto, pues, que debo daros a vosotros
y en vosotros, Padres
y Hermanos queridos, y hacerlo permanente, es el
primero que desciende del
Espíritu Santo y el alma de todos los demás, la
caridad. “Fructus autem Spiritus
chantas est” (Gal 5, 22), Testigo me es Dios “quomodo
cupiam omnes vos in
visceribus Jesu Christi” (Filp 1, 8), con qué ternura os
amo en las entrañas de
Jesucristo: “et hoc oro, ut charitas vestra magis ac
magis abundet” (Filp 1, 9),
lo que más pido es que aumente siempre vuestro
amor.¡Oh amor dulcísimo, que
haces de la comunidad una imagen del santo paraíso,
donde reina el amor sincero,
purísimo, vivo, inagotable, y donde todos los
corazones forman uno solo en
Dios! “Deus erit omnia in ómnibus” (1 Cor 15, 28),
“cuius participado eius in
idipsum ” (Salm 121, 3).

Debe ser, pues, tarea de superiores y padres


espirituales predicar siempre la
caridad, exhortar e inflamar a los religiosos en la santa
caridad; todos deben comprometerse
a promover la caridad con el ejemplo a fin de que en
nuestros retiros
perdure siempre la imagen del paraíso. Que todos
amen y se abrasen en el santo
fuego de la caridad y que de la hoguera del amor
divino broten llamas que lleven
el amor al prójimo. “Fratres, diligete alterutrum”1, pero
que este amor sea santo,
eficaz, generoso. La caridad no tiene otro manantial
que Dios mismo: “Charitas
ex Deo est” (dice el Apóstol del sagrado amor); más
aún, la caridad no sólo es de
Dios, sino que es el mismo Dios: “Deus Charitas est”
(1 Jn 4, 7-8).
Cuando escucháis las divinas Escrituras, dice San
Agustín, entended devotamente
que esta palabra “ex Deo”, viene de Dios, o el Hijo de
Dios que es
“Deus ex Deo”, o el Espíritu Santo, que igualmente es
“Deus ex Deo”. Diciendo,
pues, que “Charitas ex Deo est” y haciéndonos saber
el Apóstol que “cha-
ritas diffusa est in cordibus nostris per Spiritum
Sanctum, qui datus est nobis ”

1 Breviarium Romanum, 27 diciembre, lectura de San


Jerónimo sobre S. Juan Evangelista.
(Rom 5, 5), debemos deducir que no puede
mantenerse la caridad sin el Espíritu
Santo, fuente y hontanar feliz de este sagrado amor.
No nos hagamos ilusiones,
amadísimos, “manifesti suntfúii Dei, etfilii diaboli” (1 Jn
3, 10). El que no
es justo no procede de Dios, ni es de Dios quien no
ama a su hermano. Unicamente
la caridad es la que discierne quién es hijo de Dios y
quién hijo del diablo.
Un criminal puede haber recibido el bautismo, un impío
como Saúl puede
tener el don de profecía, un sacrilego puede consumir
el Cuerpo y la Sangre del
Señor, una mala persona puede decir que es cristiana;
pero quien tiene caridad
no será ni impío, ni malvado ni sacrilego.

La caridad es aquella alegría preciosa con la que, aun


cuando falte todo lo
demás, se tiene todo; y sin ella, no se tiene nada,
aunque uno lo posea todo.
Bebamos, amadísimos, la santa caridad en esta fuente
divina, “sit vena tua
benedicta ” (Pr 5, 18); en este sagrado amor
saboreemos la felicidad del paraíso.
¡Oh caridad, oh amor santo! “Infinitus est thesaurus”.
¡Qué tierno espectáculo
para los santos ángeles, para los bienaventurados,
para el mismo Dios, que un
retiro cuya ley sea la caridad, su espíritu la caridad, su
vínculo de unión la caridad,
su correspondencia la caridad! “Charitas”, pues, sea
nuestro emblema divino,
para que Dios habite en nosotros, y nosotros seamos
en Dios una misma
cosa: “qui adheret Deo unus spiritus est” (1 Cor 6, 41).

Pues bien, semejante caridad ha de expresarse


mediante las obras de los religiosos
y estar arraigada y crecer dentro de la Congregación.
No quiero decir que
vuestra caridad sea ya perfecta: ‘‘sed numquid mox ut
nascitur, iam prorsus perfecta
est” (S. Agustín). El Espíritu Santo baja a nosotros
para perfeccionarla, “ut
perficiatur nascitur”, y una vez nacida, para alimentarla
“cumfuerit nata nutri-
tur” al modo del fuego, que va perdiendo energía y
muere si le falta nuevo material
combustible.

¿Es que tal vez falta en la Congregación este


combustible para la caridad?
Nuestros retiros casi nunca están libres de algún
enfermo, el noble alimento de la
caridad para los cuales crece generosamente: si Jesús
asegura sentirse enfermo en
los enfermos (Mt 25, 36), ¿cómo no llegan a
conmoverse nuestras entrañas? La
compasión, la misericordia se ve en los niños desde el
seno materno, y el afecto
aumenta con los años, si no lo sofocan el odio o algún
otro vicio. ¡Pues cuál habrá
de ser en los religiosos la compasión y la misericordia
con los enfermos si se aprende
en la escuela del santo Amor! Nuestro venerable
Padre decía que los enfermos
son ‘las joyas de Cristo’; en las Santas Reglas pedía
que no les faltara lo necesario
para alivio de su alma y de su cuerpo; y en las visitas
insistía: ‘Vendan los vasos
sagrados si no hay otro recurso para atender a los
enfermos’2. Distinguios en la caridad
con los enfermos, ayudadles, confortadles, aliviad sus
dolores en la medida que

2 Para las citas de San Pablo de la Cruz, cfr. Regole e


Costituzioni 1775, cap. 37; Processi, IV, 40.
esté en vuestras manos: “chantas benigna est” (1 Cor
13, 4).

Pero no sólo a los enfermos, vuestra caridad debe


ensancharse a todos. Guardaos
bien, amadísimos, de palabras mordaces, resentidas,
ofensivas; evitad sobre
todo la raíz: “Non sicut Cain qui ex maligno erat, et
occidit fratrem suum” (1 Jn
3, 12); la envidia arrastró a Caín hasta el bárbaro
crimen. También se apoderó,
según san Ambrosio, de los hermanos de José, y dice
la Sagrada Escritura: “Nec
poterant ei quidquam pacifice loqui ” (Gen 37, 4). “Ergo
ubi est invidia amor
fraternas esse non potest ” (S. Agustín, In Jo Epist. 5,
8).

Tal vez sea esto lo que más destruye la fama y mina la


reputación de nuestro
hermano, y, lo que es más deplorable, rebaja el
aprecio por los superiores con
tanto daño para las almas de los religiosos. No,
hermanos, “non sicut Cain...;
haec est anuntiatio quam audistis ab initio, ut diligamus
invicem” (\ Jn 3, 11).

La dulzura, sobre todo en los superiores, no puede


estar separada de la fortaleza:
“Ante omnia ne putetis, fratres, abiectam et
desidiosam, nec quadam mansuetudine,
imo non mansuetudine, sed remissione et negligentia,
servari charitatem ” (S. Agustín
in 1 Jn 7,11). Si el patrono no reprende al siervo, si el
padre no castiga al hijo, si
el vecino no amonesta al vecino, no por eso demuestra
tener caridad.. “Non est ista
charitas, sed languor”. Que en nuestros corazones se
avive la llama de la caridad, y
si lo pide el bien de nuestros hermanos, la caridad
levantará la voz, echará mano de
las penitencias, castigará al que ha faltado. Pero
¿cómo?, “more colombino”. ¿Por
qué creéis que se abrieron los cielos y el Espíritu
Santo se posó sobre la cabeza del
Señor en forma de paloma (Mt 3, 16)? Entre otras
explicaciones se da ésta: para
demostrar la índole de la caridad. La paloma no tiene
hiel, pero con el pico y las alas
defiende su nido. ¿Qué padre no reprende y castiga a
su hijos? ¿O es que el amor se
vuelve cmel? El citado San Agustín dice: “more
colombino, non corvino ” (1 Jn 7,

11). Sien vuestro corazón tiene buenas raíces la


caridad, de allí solamente puede salir
el bien: será bueno vuestro silencio si calláis; y bueno
será el grito si alzáis la voz;
buena será la corrección cuando corrijáis; generoso
será el perdón si perdonáis: “O
bona mater charitas, quae sivefoveat infirmos, sive
exerceat provectos, sive arguat
iniquos, diversis diversa exhibens, sicut filios diligit
universos ” (S. Bernardo).
Finalmente, para que crezca vuestra caridad, tratad de
que el amor sea generoso.
La caridad no se mantiene jamás ociosa: “ad hoc
nascitur ut perficiatur;
cum natrita roboratur, cumfuerit roborata perficitur” (S.
Agustín, in 1 Jn Ep. 5,
41). Si se llega a conseguir esta robusta perfección,
obrará con mayor dinamismo
cuanto mayores sean las dificultades. De Jesucristo se
dice que “aquae mul-
tae non potuerunt extinguere charitatem ” (Cant 8, 7).
Una mirada a Jesús Crucificado,
que, cuando nos dio su mandamiento más querido,
nos mandó imitarlo
en la caridad: “hoc est praeceptum meum ut diligatis
invicem sicut dilexi vos ”
(Jn 15,12). Esto nos lo repite con la misma ternura y
afecto: “Haec mando vobis
ut diligatis invicem, sicut dilexi vos” (Jn 15, 17). Fijaos
cómo insiste el Señor: el
amor que os he dado sea el modelo del vuestro.

Y ¿quién será capaz de describir la pureza y la


generosidad del amor que nos
tuvo? Fue auténtico amor: gratuito, desinteresado:
“dilexit nos”; un amor santificado^
pues nos amó “cum adhuc peccatores essemus” (Rm
5, 8), para sacarnos
del pecado y conducimos a la salvación, para hacemos
hijos adoptivos de
Dios y herederos del paraíso, y para colocamos en un
estado en el que Dios sea
todo para nosotros. Él, pues, nos amó en orden a Dios,
ni en nosotros amó más
que lo que era Dios, no porque ya lo tuviéramos, sino
para que llegásemos a
poseerlo: “Quid enim nisi Deum dilexit in nobis, non
quod habeamus, sed ut
haeremus, ut perducat nos ubi Deus sit omnia in
ómnibus? (S. Agustín).
¡Cómo me estremezco al imaginar que entre nosotros
pueda haber quien ame
a otro con un amor que no nazca de la caridad! Espero
que no haya nadie; pero
aquella tendencia a tratar con unos más que con otros,
aquel descubrir la intimidad
a alguien que no sea el padre espiritual..., ¿qué otra
cosa es sino destmir la
caridad? El Señor que nos amó hasta entregar su vida
por nosotros, ¿qué juicio
dará contra los destmctores de la caridad?

Por eso, hermanos, no apartéis los ojos del


Crucificado: fijaos hasta dónde le
arrastró el amor: “dilexit nos et tradidit semetipsum pro
nobis” (Ef 5, 2). Queridos
hijos de la Pasión de Jesucristo, ¡qué poco nos
parecemos a nuestro Padre!...
¿Tenéis siempre la vista puesta en la Sangre Divina
derramada con amor por
nosotros y por nuestros hermanos, a fin de fabricar
como un cemento sagrado,
como un aglutinante que nos una a todos nosotros,
sus miembros, como Él, nuestra
Cabeza, está unido con nosotros? Entonces ¿cómo es
que quebramos tantas
veces ese amor? ¿Pensáis en las fatigas y agonías
soportadas por los enemigos,
“charitas Christi urget nos” (2 Cor 5, 14)? ¿Meditáis en
su muerte tan terrible
sin que se os ablande el corazón con vuestros
hermanos, amados por Jesús hasta
tal extremo? ¿No escucháis que sus miembros
lacerados os repiten a gritos: “et
vos debetis pro fratribus animas ponere ” (1 Jn 3, 16)?

Esto es, pues, lo que deseo yo, y también lo deseáis


vosotros, que la santa
caridad eche cada día raíces más profundas en la
Congregación. Caridad que nos
lleve a Dios, y a nuestros hermanos por ese mismo
amor de Dios, pues por ellos
y por nosotros murió Jesús. Caridad que promueva el
bien espiritual de nuestros
cohermanos con el ejemplo, con máximas virtuosas,
con obras incansables. Y si
en esto nos descuidamos, necesitaremos mirar de
nuevo al Crucifijo para escuchar
las advertencias de su amor. Pero ¡qué digo!, si nos
descuidamos, levantemos
los ojos del espíritu al Crucificado, plantemos nuestra
tienda en el Calvario
y mantengámonos en esa -escuela de Amor. ¡Oh
caridad, estímulo ardiente, que
nos impulsa a correr hacia nuestros hermanos para
abrazarlos en el Corazón de
Jesús! ¡Oh fuente de gracias, mar de dulzura,
dulcísima caridad que anega los
corazones en un mar suavísimo de amor!
Para terminar, hermanos, escuchemos las palabras de
Jesús: “Exemplum dedi
vobis, ut quemadmodum egofeci vobis, ita et vos
faciatis” (Jn 13, 15). Hijos de la
Pasión Santísima de Jesucristo, que sean estos
nuestros deseos y nuestros compromisos;
que haya entre nosotros una santa emulación por
reproducir el amor de Jesús
Crucificado con tal fidelidad, que pueda decirse: “Non
iudicavi me scire aliquid...
nisi Jesum, et hunc Crucifixum” (1 Cor 2, 2). Que
Jesús sea el centro de nuestros
corazones, el argumento de nuestro estudio; hacia Él
se orienten nuestras mortificaciones
y el ejercicio de la virtud. Que Jesús llene vuestra
mente, se adueñe de
vuestro corazón, impulse vuestros afectos, y así podrá
decirse con verdad: “Vivo
ego, iam non ego, vivit vero in me Christus” (Gal 2, 20).
Que Él os bendiga y sea
alabado por todos los siglos de los siglos. Amén.
Retiro de los SS. Juan y Pablo, 18 de marzo de 1797
José María del Crucifijo, Prepósito General
Vicente María de Jesús, secretario’.

Apéndice n. 2.

El P. Ignacio de San José (+ 1812), elegido provincial


de la Provincia de la
Presentación en el capítulo del 25-27 de octubre de
1799, enviaba a los rectores
de sus comunidades las actas del mismo y la ‘patente ’
de su mandato. Ofrecía
avisos provechosos para la animación de la
comunidad. Insistía de modo especial
en la conferencia espiritual, el diálogo regular con el
padre espiritual. El
Fundador había dicho del padre espiritual: ‘de él
depende en gran parte el bien
del retiro, la paz de la conciencia y la plena
observancia de la S. Regla ’3.
‘I.X.P., S. Ángel, Vetralla, 5 de noviembre de 1799

M. R. P., amadísimo en Cristo:

Cuando V. R. haya recibido la patente de su cargo y


leído las actas del capítulo
que se reunió en este retiro el 25 del mes de octubre p.
pdo., que adjunto
aquí para que las haga públicas en su comunidad, no
le quedará la menor duda
sobre quién ha recaído la elección de prepósito
provincial de esta provincia.
Estoy seguro que hasta los más preocupados por el
bien de la Congregación
necesitarán mucha resignación para aceptar las
disposiciones divinas. “Ego vir
videns paupertatem meam” (Lam 3,1), no puedo
menos de estar de acuerdo con
ellos y lamentar la desgracia que ha caído sobre todos.
Hubiera querido terminar
este oficio antes de haberlo comenzado; pero por
desgracia son tan difíciles las
3 PAOLO DELLA CROCE, Guida per l’animazione
spirituale della vita passionista. Regolamento
comune del 1755, a cura di F. Giorgini, Roma 1980, n.
188.
circunstancias que no he podido permitírmelo ni
siquiera intentarlo. Por eso,
estando las cosas así, lo único que podemos hacer ya
es pedir a nuestro buen
Dios, que siendo tan omnipotente y bueno que puede
sacar bien de un mal, que
obtenga de este mal que nos ha caído encima todo el
bien que necesitamos.

Estando así las cosas, me consuelo con la confianza


de que se trata de religiosos
de buen carácter, como sois vosotros. V. R. está mejor
informado de qué
virtuosos son y de cómo están interesados en la santa
observancia. Hay que esperar,
pues, que el mismo Dios santo que ha comenzado
esta obra vendrá en auxilio
de nuestra debilidad y nos llevará a la perfección con
su poder divino. Ya
sabemos que puede haber entre nosotros alguno que
no sea tan santo; pero me
consuela pensar que en la Congregación no hay nadie
que aplauda al relajado ni
que no desee mejorar. Para todos pido lo mejor y
confío en que, no obstante mi
insuficiencia, el Señor cumplirá mis buenos deseos.

Con todo, no puedo disimular ante V. R. cuánto


espíritu necesita quien ha
sido llamado a gobernar, a ser instrumento de la Divina
Providencia para conducir
a la provincia a tan alta meta, a tan importante
objetivo. Usted mismo verá
que con mi elección, lejos de remediar las cosas, se
han complicado. Y si antes
había que hacer violencia dulcísima al Señor con
nuestras oraciones para que nos
diera superiores según su corazón, ahora que ha
permitido la elección del último
de todos es más necesario seguir rezando; que quien
está desprovisto de todo, no
sea perjudicial para el bien común, al contrario “pascat
in innocentia coráis sui,
et in intellectibus manuum suarum educat eos” (Salm
77, 72).

En lo que a mí toca, estoy muy agradecido al Señor


por la ayuda que me
presta mediante las decisiones o normas que V. R.
presentará a la comunidad con
las actas capitulares. Están dispuestas para
recordarme a mí una parte de mis
obligaciones, y para ayudar a V. R. a levantar como un
muro que frene aquellos
males que si se los deja circular libremente podrían
terminar arruinándonos a
todos. Le encargo que me ayude a que las SS. Reglas
y las normas citadas se
guarden fielmente; y yo por mi parte me comprometo a
facilitar su trabajo exigiendo
con suavidad y fortaleza que se observen escrupulosa
y exactamente. Le
confieso con sinceridad que me resulta difícil pensar
que haya algún religioso de
esa familia desentendido de su cumplimiento. V. R. lea
estas palabras en su justa
expresión, pues bien se da cuenta que si encontrase a
alguno culpable de transgresión
(lo que Dios no permita) me vería obligado, para no ser
responsable de
esa falta, a actuar lo mismo contra el transgresor que
contra quien haya bajado
la guardia. Reprender al que falta, aunque sea un acto
de virtud, me resultará
también odioso, la cosa más odiosa del cargo que se
me ha impuesto. No le costará
mucho creerme si recuerda que esto le resultaba
insoportable al mismo San
Francisco de Asís, el cual, a pesar de su celo, renunció
al gobierno de su familia,
hoy tan extendida. Esto mismo me sucedería a mí para
no traicionar la glo
ria de Dios ni llevar encima el peso de la conciencia.
Para que no haya que llegar
a esto, vuelvo a pedirle que trate de que sus religiosos
sigan exacta y puntualmente
la observancia. V. R. se da cuenta de que no es
suficiente leer diariamente
las Reglas, ni cada trimestre los decretos capitulares.
V. R. debe vigilar
atentamente para que todo se cumpla fielmente.

Ahora bien, si V. R. quiere conocer el secreto para que


no sean estériles sus
desvelos en este campo, se lo comunicaré con mucho
gusto, por ser tan imprescindible.
Procure .que los religiosos de su comunidad hagan
con asiduidad la conferencia
espiritual. No perderé tiempo en decirle qué
importancia tiene para guardar
las SS. Reglas y para remediar los abusos que se
fueran introduciendo. Le bastará
la experiencia no sólo de nuestra Congregación, sino
lo que se narra de los
antiguos padres del desierto; no espere a comprobarlo
por experiencia, pues sería
funestísimo para el convento. No me gustaría que V.
R. encontrase entre sus religiosos
a alguno relajado; pero si esto ocurriera, enseguida se
daría cuenta que tal
individuo no hace la conferencia espiritual, o no la
hace como se debe. E igualmente,
si V. R. observa que alguno no acude a la conferencia
espiritual, puede presagiar
con certeza su relajación. Su tarea, pues, consiste en
convencer con caridad,
a todos y a cada uno, que no se priven de los auxilios
que Dios misericordioso concede
a los que practican las conferencias con humilde
fidelidad. Permítame sugerirle
el medio más eficaz para esto: por una parte
mantenerse inflexible en el secreto,
y por otra manifestarse a los religiosos lleno de
afabilidad sin afectación.
Dé gracias al Señor por haberle dado un
temperamento tan alejado de la
debilidad como del orgullo del oficio. No se avergüence
de haber dejado para los
ambiciosos del mundo el aire de dominio y de
prepotencia. A Jesús no le agrada
este estilo de autoridad, ni tampoco a usted ni a los
que le ayuden en este oficio
como padres espirituales: “Principes gentium
dominantur eorum, et qui Maio-
res sunt, potestatem exercen in eos. Non ita erit ínter
vos ” (Mt 20, 25). Por lo
mismo, ni V. R. se exija a sí mismo la conferencia
espiritual como un deber enojoso,
ni se lo exija a los padres espirituales; más bien, que
los religiosos estén
convencidos de que en sus problemas pueden acudir
con la misma confianza con
la que acuden a Dios, cuyas veces hacen. .

No basta con decir que Dios es Padre, es necesario


que los religiosos sean
acogidos como hijos cuando se presentan a hablar de
sus necesidades, desolaciones
y defectos sin ser tenidos por molestos. En una
palabra, han de ver que se
eleva su espíritu y se les confirma en el propósito de
mejorar: “Surgam et ibo ad
Patrem meum” (Le 15, 18). Y si V. R. o los padres
espirituales advirtieran alguna
duda o desconfianza, les ruego “per viscera
misericordiae Dei nostri” (Le 1,
78) que se muestren amables y llenos de religiosa
delicadeza.

Pero le advierto a V. R. que ni las más exageradas


demostraciones serán
miradas como sinceras si queda la mínima sospecha
de que se viola el secreto,
algo tan reclamado en las SS. Reglas, y mucho más
por la ley natural; sin esta
condición los religiosos no se animarán nunca a abrir
su intimidad ni a buscar
remedio a sus debilidades. El padre del hijo pródigo,
precisamente porque se
sentía auténtico padre, no sólo acudió a abrazar al hijo
desnudo, sino que mandó
que lo vistieran inmediatamente: “Citoproferte
stolamprimam et induite illum”
(Le 15, 22). Por fortuna, conozco muy bien qué
corazón tan paternal tienen los
padres espirituales, y por eso no me creo en el deber
de hacer averiguaciones
sobre el particular en las visitas.

Tengo tanto aprecio a V. R. y a sus religiosos que,


lejos de temer males o
desórdenes, confío que cuando “in volúntate Domini”
vaya a saludar a esa
comunidad, recibiré la gracia de “simul consolari in
vobis per eam quae invicem
estfidem vestram, atque meam” (Rm 1, 12). Mientras
esto llega, pido a V. R. que
haga resplandecer en todo momento la piedad y la
observancia religiosa.

Si V. R. adopta los sentimientos de S. Ignacio de


Loyola, verá que es fácil conseguirlo.
Este santo fundador se contentaba con encontrar en la
casa santo silencio
y mucha limpieza, como clara demostración del buen
orden que existía en la
comunidad religiosa. No es fácil conocer, y si se
conoce no es fácil explicar, qué
austeridades practican, ni qué virtudes son dueñas de
su espíritu, ni con qué contemplación
elevan a Dios sus corazones, pero todo queda más
que evidente a los
ojos cuando hay ese silencio que nace del
recogimiento, y esa pureza exterior que
refleja la limpieza del corazón. Le pido, pues, a Y. R.
que sobre estas dos cosas
ponga especial cuidado. Para conseguirlo no hace
falta recurrir ni a castigos ni a
órdenes terminantes. Basta con suaves
recomendaciones, leves insistencias y prudente
vigilancia. Consuélese sabiendo que los sacerdotes de
esa comunidad son de
los más cumplidores y que tendrán a gala sobresalir en
el silencio y en la limpieza
de la casa, sin la cual poco ayuda que se multipliquen
las decoraciones.

El corazón de V. R. no tiene necesidad de mis


insinuaciones para ganarse el
cariño de los hermanos legos, conseguir que sean
amantes del silencio en sus oficios
y que se esfuercen por mantener limpio el retiro, sobre
todo en la parte que
les ha sido confiada. No puedo imaginarme a ninguno,
tampoco entre los sacerdotes,
que sea indolente y quiera ser dispensado de hacer la
limpieza exterior;
pero si se diera el caso, por eso mismo dejarían de
merecer que Dios se valiese
de ellos para el decoro interior de la Congregación,
que no se ve fácilmente; y
los superiores mayores, sabiendo esto, no podrían
confiarle ningún oficio sin
caer en la imprudencia.

Si la falta de aseo en nuestras casas nos molestaría


por ser indicio de poco
espíritu interior, piense V. R. qué ocurriría si
disminuyese el decoro de la iglesia,
especialmente en las ceremonias litúrgicas. No hace
falta decir nada a V. R. para
que vigile a fin de que se le ahorre a Dios las ofensas,
al prójimo el escándalo, a
usted mismo los escrúpulos de conciencia, y a los
superiores mayores la pena de
ver una iglesia mal atendida y unas funciones sin la
debida dignidad. Le aseguro
que soy enemigo de multiplicar las órdenes, pero no
puedo menos de recordarle su
obligación de mantener bien la iglesia, de que los
religiosos estén bien amaestrados
en el servicio del altar tanto en las misas solemnes
como en las privadas. Sin
necesidad de que se lo mande, su propio sentido del
honor de Dios le sugerirá destinar
a uno de los sacerdotes mejor preparados a instruir a
los que han de participar
en el sagrado ministerio durante las funciones
ordinarias; pues si no lo hace así,
poco a poco verá cómo se descuidan y hasta se
olvidan las rúbricas.

Como es deber de V. R. que en su retiro se respire el


buen olor de Cristo, le
pido que advierta a los confesores de su retiro qué
poca edificación causarían, si,
esperando obtener mayores frutos confesando a
personas del otro sexo, descuidasen
la atención a los hombres. No quiero decir que tales
confesores se engañen,
aunque no me faltan ganas de decirlo; solamente
quiero que V. R. sepa que,
en cuanto a mí, trataré de favorecer siempre a
aquellos sacerdotes que acogen a
los hombres, cosa no siempre la más eficaz, pero sí la
menos peligrosa. Confío
que con su buen sentido y docilidad participará de
estos criterios y apoyará a los
sacerdotes que trabajan en el mismo sentido. Y me
parecería bueno que V. R. no
dejase de vigilar sobre los otros que, saltándose avisos
y sugerencias, se preocupan
poco de ellos.

Las condiciones de los tiempos que hemos tenido que


vivir no han permitido a
los superiores mayores tomar disposición alguna sobre
las vigilias o fiestas suprimidas.
Quisiera aprovechar el momento para darle mi
parecer: dispensarse de las
vigilias (vísperas) causaría admiración en los seglares,
que lo han aplaudido muy
poco, y por otra parte no se debe usar la dispensa de
la vigilia si no se quiere quedar
privados de la solemnidad de la fiesta que está aún
dispensada. Pero como esto
es opinión mía personal, diré sólo lo que no puede
discutirse, y es esto: debiendo
mantenerse la uniformidad en la Congregación, V. R.,
por amor al orden, no introduzca
novedades a menos que el Padre General lo
determine para todo el Instituto.

El consuelo que han manifestado los buenos religiosos


al saber que el capítulo
ha elegido a V. R. para el gobierno de ese retiro me
resulta un buen presagio
de que promoverá en esa comunidad la observancia
de las SS. Reglas y el
cumplimiento de cuanto le he escrito. Esta es una
diligencia necesaria en todo
superior, y los religiosos la esperan. Con su caridad, V.
R. podrá convencerles de
que no termina con el noviciado la obligación de seguir
progresando en las virtudes
propias de nuestro estado. El camino del justo, dice el
Espíritu Santo, es
como el sol que se eleva cada vez más hasta alcanzar
el zenit: ' “Justorum semita
quasi lux splendens procedit et crescit usque ad
perfectum diem ” (Prov 4, 18).

Si se quiere tener el aplauso de la propia conciencia,


ser justos y agradar a
Dios, los religiosos han de aspirar a mayor virtud, y si
no ya para multiplicar las
prácticas, sí hay que aumentar el fervor hasta que
alcancen el paraíso. No sola
mente deberán crecer ellos, sino agradecer el interés
que se tiene por animarlos
a servir mejor al Señor. En este sentido le suplico a V.
R. que reciba con amor
cuanto el Señor me ha inspirado en esta afectuosa
circular; le agradecería que se
la leyese a los religiosos, “quos diligo in charitate non
ficta” (cfr. 2 Jn 1), siempre
que se lean las actas capitulares. Y repitiendo la
súplica de que no cesen de
rezar por mí, humildemente le abrazo en el Señor y me
declaro humildísimo y
devotísimo servidor en el Señor,

Ignacio de San José’.

Apéndice n. 3:

Mons. Molajoni a los misioneros de Bulgaria, 1828


En 1826 en Valaquia se declaró nuevamente la peste,
que en 1827 penetró
también en Bulgaria. Además de estas desgracias,
había amenaza de una guerra
entre Rusia y Turquía y una revolución atizada por los
griegos. Mons. Molajoni
escribió una carta de aliento a los misioneros, para que
tomaran las dificultades
con paciencia y permanecieran en medio de sus fieles
con buen ánimo.
Relee la historia a la luz de las cruces que habían
aparecido en Nicópolis sobre
las mezquitas musulmanas para levantar el espíritu
esperando que Dios daría
libertad de culto a los católicos. Es un ejemplo de
pastoral para prepararse al
martirio, siguiendo como el Buen Pastor al lado de sus
ovejas en el momento del
peligro. (AGCP, A. IV-III/5-2, 1-9).

‘Carta consolatoria a los RR. PR Misioneros de


Bulgaria ante la guerra
inminente contra el Turco, de su obispo de Nicópolis,
25 de enero de 1828,
desde Bucarest.

Amadísimos hermanos, el año en curso de 1828 que


hemos iniciado hace
poco tiempo, nos promete un teatro no indiferente de
desastres y de crisis sangrientas.
El mundo convulsionado, sobre todo el de Europa, se
prepara a grandes
tragedias. Los vientos boreales empujan las velas
hacia Oriente, y tendremos
que ser espectadores de planes políticos, o mejor, de
decretos arcanos de la Providencia.
No somos más que ejecutores de la Voluntad de Dios,
a la que no es
posible resistir. No es necesario ni conveniente indagar
sobre los planes de los
gabinetes a los que por profesión cristiana y
eclesiástica, como es nuestro caso,
no nos queda más que reconocer en todas las cosas el
desnudo designio de Dios,
sin duda ordenado a su mayor gloria y beneficio de sus
elegidos. Hagan, pues,
las potencias del mundo lo que les agrade, que
nosotros seremos siempre fuertes
en dar testimonio de que “non est sapientia, non est
prudentia, non est consilium
contra Dominum ” (Prov 21, 30). Con ello no quiero
garantizar que nos veamos
libres del azote común, sino que, al sufrirlo
pacientemente, reconoceremos y
bendeciremos la mano que nos hiere. Y permitidme
que os explique la finalidad
y el objetivo de esta carta, a la que he puesto el
calificativo de ‘consolatoria
dirigida a mis queridos hermanos los misioneros de
Bulgaria.

Está fuera de duda que, por graves razones divinas y


humanas, el imperio
turco debe salir de nuestros países. Las razones
divinas son las cruces aparecidas
en diversos lugares, y concretamente sobre las
mezquitas turcas, diciéndo-
nos que no tiene lugar aquí el otomano con sus
supersticiones y falsa religión en
las provincias donde los cristianos han dado señales
de su verdadera fe católica
y en donde la sangre de los mártires ha humedecido
estas tierras tan desafortunadas.
La han poseído durante 375 años desde la caída de
Constantinopla, y
parece que ahora Dios se ha recordado del oriente,
donde, por su inexplicable
bondad e inenarrable misericordia, quiso tomar carne
humana, y donde por
medio de su divina predicación plantó en el corazón de
los hombres y fundó el
sacrosanto evangelio; parece que ahora, con una
nueva redención, quiere rescatar
de las manos de los bárbaros aquellas tierras donde
dejó sellos inequívocos
de su amor, y devolvérselas a los cristianos.

Las tres cruces aparecidas desde la Pascua de 1826


en tres mezquitas diferentes,
observadas por nuestro misionero el P. Felipe
Squarcia en tres ocasiones
consecutivas, según su narración, también vistas por
el P. Esteban Monetti, nuestro
vicario general, y por el P. Jerónimo Pizzicanella, todos
misioneros de esta
diócesis4, son la gran razón no humana, sino
totalmente divina, de que Dios quiere
consolarnos. El hecho de que las cruces se apoyaran
no en cualquier parte,
sino en medio del distintivo turco, la media luna,
elimina las dudas sobre la disposición
divina de apoyar a los cristianos.

Lo mismo que Constantinopla debió ceder en otro


tiempo a las armas furibundas
de Asia, así debe suceder ahora con la ciudad de
Nicópolis y con toda la
Tracia. La sede episcopal perdió todo derecho y toda
razón, con las lágrimas en
los ojos, hizo el sacrificio forzoso de entregarlo todo al
vencedor. En Bulgaria
había muchas iglesias católicas como exigía la
atención a una nación totalmente
ortodoxa, si bien entonces no todos los búlgaros eran
de rito latino, pero una
pequeña parte eran del rito griego. Se distinguieron
entonces en apoyo de los
católicos los PP. Franciscanos, tan numerosos que
constituían una provincia; en
Nicópolis concretamente tenían dos iglesias. Con la
invasión de los turcos perdieron
todos sus bienes y se retiraron a Valaquia,
Transilvania y Banato; los católicos
quedaron en manos de la S. Congregación de
Propaganda Fide, que nunca
dejó de enviar los misioneros necesarios para cultivar
esta Viña del Señor.

4 Sobre la aparición de las cruces, cfr. La Bulgaria


negli scritti dei Missionari Passionisi fino al
1841 a cura de Ivan Sofronov, C. P., Roma 1985, pp.
119-124. AGCP, Platea SS. Giovanni e
Paolo 1773-1829, f. 155.
Sucedió después el cisma de Marcos Efesino, quien
no quiso ceder a las
razones evidentes de la Unión en el Concilio
Ecuménico de Florencia. Al volver
a Constantinopla reunió un conciliábulo, condenó el
Concilio Ecuménico y
ordenó que los neófitos que fueran bautizados se
llamaran ‘focianos’. Los búlgaros
acudieron a la Santa Sede para que enviara un obispo
y misioneros, pero
como la expedición no fue bien atendida, los pobres no
pudieron resistir a las
persuasiones y cúbalas de Marcos Efesino, y casi toda
Bulgaria pasó al cisma de
los errores de Focio. Por fin llegó de Roma un obispo,
llamado Pablo, el cual,
para contrarrestar al Efesino, mandó que todos los
niños bautizados retuvieran el
nombre de dicho obispo Pablo, y poco a poco se los
llamó ‘Paulicianos’ o, como
quieren los turcos, ‘Paulichanos’.
Mons. Molajoni aclara aquí que los paulichanos no son
discípulos de Pablo
de Samotracia, y garantiza que las noticias que da las
ha recibido ‘de un docto
búlgaro profesor en Banato de Hungría, en la
población de Bascinovi, donde
desde hace un siglo hay unos ocho mil búlgaros’. Y
después prosigue la carta
consolatoria:

‘Así ha quedado la pobre Bulgaria, en cuya vasta


extensión apenas hay dos mil
búlgaros católicos; y si la diligencia de la Santa Sede
no se hubiera preocupado,
mandando constantemente misioneros, hasta una
semilla de mostaza tan reducida
hubiera desaparecido. La Providencia no realiza
milagros que no correspondan a
los designios del Señor, primer Autor. Queda claro,
pues, que es un milagro el que
haya resistido tan pequeño núcleo de católicos en una
nación tan extensa en otro
tiempo totalmente católica. Pasemos, pues, a hablar
del segundo (milagro), el de la
aparición de las cruces en medio de esta semilla, en la
capital de Bulgaria con preferencia
a las demás provincias que la rodean. Y yo me
pregunto si se trata de un
verdadero milagro. Hay que considerar que la
conversión de las naciones está
escrita desde la eternidad en los designios de Dios, y
que de ella son preludio y
arras la semilla que ha quedado y las emees
aparecidas.

Vamos a ver las razones humanas, y para probarlas


no hay más que traer como
testimonio los incalculables daños que los cristianos
han sufrido y siguen sufriendo
bajo el poder de los turcos en el ámbito de la religión:
en más de 375 años no
han tenido nunca libertad para practicarla; ni escuelas,
ni seminarios, ni iglesias ni
funciones públicas, sino todo en secreto y siempre con
temor. ¡Cuántos peligros,
cuántas amenazas, cuántas extorsiones! ¡A qué temor
no han estado sometidos los
ministros evangélicos, a la dura cárcel y a muerte sin
piedad han estado expuestos
para sostener un poco la religión! ¿No son tales
razones suficientemente válidas
parta probar que por fin Dios ha sentido compasión y
quiere librar de Babilonia a
este pueblo? ¡Cuántas lágrimas y suspiros! El llanto de
los niños, el duelo de las
viudas, las lágrimas de los esposos son como un
memorial que de siglos está ante
el trono de Dios y que, según su promesa, no pueden
regresar sin haber sido favorablemente
acogidas. Y además las injusticias a que están
sometidos los pobres, los
juicios sin equidad, las vejaciones caprichosas.

¡El tirano torvo e insensible, siempre dispuesto a


pisotear al inocente, insiste
en que es el patrón despótico del imperio, y que los
católicos no pasan de ser
desgraciados esclavos bajo cadenas! Estas cosas,
permitidas o queridas por Dios
como castigo para todos, no impiden que la
Providencia recuerde su innata clemencia
a perdonar las culpas cometidas también por los
católicos.

Ha llegado, pues, el momento del rescate, y como nos


tocó ser espectadores
de desastres generales, tomaremos también parte en
la alegría común. Pidamos
al Altísimo que ya que nos ha concedido la gracia de
ver el signo salvador
de la Cruz sobre las mezquitas como señal de alianza
y de perdón, cumpla
también en nosotros sus designios amorosos. Rece el
joven para llegar a una
feliz madurez, rece el hombre maduro para que pueda
tener una vejez serena,
rece el esclavo para verse libre de la servidumbre que
siempre le ha pesado.
Recemos todos para que se cumplan las promesas del
Señor, ahora que está
próximo el tiempo de la misericordia: “Prope est, ut
veniat tempus eius, et dies
eius non elongabuntur; miserebitur enim Dominus
Jacob... Et erit in die illa:
cum réquiem dederit tibí Deus a labore tuo, et a
concussione tua, et a servitu-
te dura qua ante sevisti” (Is 14, 1-3).

Tampoco nos olvidemos en nuestras plegarias de


pedir al Altísimo por nosotros
mismos: que nos conceda la gracia de la
perseverancia y la fuerza para no
abandonar a esta pequeña semilla de mostaza que,
como he dicho antes, es fruto
de constantes prodigios y milagros de la Providencia, y
que debería crecer y
extender sus ramas como ocurría en otras épocas.
Bien sabemos que, sin la gracia
del Padre de familia, caería entre abrojos, o lo
devorarían los pájaros, o acabaría
ahogada entre espinas, o pisoteada en el camino. Por
el contrario, para que
caiga en buena tierra y germine al ciento por uno se
necesitan la atención y vigilancia
de un buen Pastor. Pero ¿cómo sería así si nos
diéramos a una fuga vergonzosa?
No es creíble que tengamos un corazón tan cobarde,
que seamos tan
pobres de humanidad hacia el prójimo. Además, ¿no
debemos, una vez concluida
la persecución, dar cuenta a Dios y a los hombres?
Para que se consolide
vuestro espíritu os recuerdo los cuatro deberes que, a
quien tiene cura de almas,
le impiden huir en tiempo de persecución:

Io. - Nuestro deber de pastores. 2o.- Que no se pierda


lo poco que ha quedado.
3o.- El misionero de Nicópolis debe escuchar la voz de
Dios por medio de las
cruces que se han visto. 4o. - Para no perder esta
bella oportunidad de merecer
un alto galardón con los sufrimientos, o tal vez la
misma palma del martirio.

Antes de argumentar sobre estos puntos dejad que


evoque cómo comenzó a
difundirse el evangelio de Jesucristo.
La religión cristiana, que despertó en el hombre el
conocimiento del Dios
verdadero y aportó los medios seguros para alcanzar
la salvación eterna, puede
decirse una reforma de perfección del judaismo, que
Dios quiso hacer portentosamente
para beneficio del género humano (...).

Todos los gobiernos de la tierra se declararon sus


enemigos; la crueldad y
barbarie no hizo más que acrecentar el número de
seguidores. Así se estableció
la Iglesia en medio de tragedias y persecuciones. La
Iglesia, tan combatida, no
fue nunca derrotada, lo que constituye un milagro
permanente y un testimonio
perenne de que Dios no cambia sus designios. Los
cristianos de los primeros
siglos, con las torturas sufridas, con las crueldades
soportadas y con la misma
muerte, demostraron la verdad de sus dogmas, la
verdad de la fe en Cristo.
Puesto por delante este principio como base de las
pruebas que voy a ofrecer,
me agrada razonar de esta manera: si todo cristiano
está obligado en tiempo
de persecución a confesar su fe, hasta con la propia
vida, mucho más el Pastor
de almas. Si cuando la necesidad es tan grave él huye,
¿qué tipo de pastor es?
¿No constituirá la fuga una abjuración de la fe en aquel
que debería ser el primero
en profesarla? No vale la objeción que puede
presentarse: si os persiguen
en un lugar, huid a otro; pudiera aceptarse cuando el
perseguido es sólo el pastor
por motivos particulares; pero cuando la persecución
es general por odio al
nombre cristiano, ¿cómo podría justificarse la
vergonzosa huida del pastor?

El emperador otomano ha declarado sin ambages que


si se le declara la guerra,
primero de comenzarla extirpará a todos los cristianos.
Si este es el propósito,
la tenacidad será análoga a su natural temperamento
cruel y sanguinario, en
odio, no precisamente contra la fe católica, sino para
despreciar y vengarse de los
soberanos europeos que promuevan la guerra, para él
injusta, y a la que no podrán
resistir sus ejércitos. Sea lo que se quiera, no es
pmdente la huida, y como los cristianos
estarán sometidos al bien o al mal que Dios les haya
reservado, también
nosotros hemos de someter nuestra voluntad a los
decretos divinos.

San Pedro, ante el estado de persecución y de tiranía


en que se encontraba
Roma, aún ciega y sorda al evangelio, tomó la decisión
de salir de un ambiente
tan peligroso y sustraerse al furor de los tiranos. Fuera
ya de la ciudad encontró
a Cristo con una cruz que marchaba en dirección a
aquella selva de leones para
sufrir de nuevo la crucifixión. Pedro captó el sentido,
humilde y obediente dio
marcha atrás y regresó a beber el cáliz que la mano
divina le había preparado.
Recordando este ejemplo, ¿quién de nosotros será tan
bellaco que, por salvar
algunos días de vida temporal, dejará el rebaño sin su
ayuda? El mismo Jesús, al
presentarse como buen Pastor “Ego sum Pastor
bonus” (Jn 10, 11), añadió para
nuestra edificación que el buen Pastor da su vida por
el rebaño que tiene encomendado:
“Bonus Pastor animam suam dat pro ovibus suis” (Jn
10, 11). Un
docto exegeta explica: “Animam suam dat, vitam
exponit suam pro ovibus suis,
ut a lupis et a leonibus eas defendat”. Este es nuestro
caso: debemos acompañar
sin desaliento al rebaño que Dios nos ha
encomendado, para que no se pierda y
para que fructifique y crezca.

Pasemos al segundo motivo por el que es necesario


estar aquí para que la
pequeña semilla de mostaza no se pierda. El reducido
grupo de católicos búlgaros,
unos dos mil en todo el país, es lo único que queda de
una nación toda católica
antes del pérfido Marcos Efesino, como he dicho
antes: y que Dios lo preservara
firme hasta ahora no ha ocurrido sin misterio ni sin un
secreto prodigioso.
Tal vez Dios lo ha mantenido fiel tantos años, en
medio de peligros, persecuciones
y desventuras, para que sirvan de confusión en el día
del juicio a tantos
turcos que tuvieron la oportunidad de convertirse y
llegar a la verdadera religión;
o tal vez como expiación por sus pecados y para
purificar su virtud.

Amadísimos, no puedo menos de estar de acuerdo


con reflexiones tan cabales,
aunque me parece que hay otro fin más noble y
ajustado a los designios de
Dios: de una pequeña semilla deberá renacer en
Bulgaria la religión que durante
años y siglos tuvo aquí su asiento. Si tenemos razones
para pensar que este último
objetivo sea el más verosímil y el más de acuerdo con
las circunstancias
actuales, ¿cómo un ministro evangélico iba a
abandonarlo todo, dejando que se
pierda? Si en todas las persecuciones los sacerdotes
han dado muestras inequívocas
de celo en favor de su pueblo, ahora es nuestra
oportunidad de cumplir esta
obligación. De lo contrario, ¿qué otro fin me mueve a
probar que Dios quiera algo
extraordinario en esta semilla restante de la que nos
están hablando las cruces
aparecidas en Nicópolis? ¿No es como un secreto del
rey supremo (cfr. Tb 12, 7),
y no somos nosotros depositarios de este secreto, de
este misterio, de este prodigio
nunca ocurrido en Bulgaria? Con esta señal Dios nos
ha hablado bastante claramente
y de ella se puede conjeturar que en ese lugar ha de
ocurrir algún prodigio;
el secreto no es patente porque el momento de la
manifestación del Divino
Amor no ha llegado aún. Pero si Dios habla cuando los
misioneros hayan huido,
¿quién le responderá: “Ecce adsum. Loquere, Domine,
quia audit servus tuus”l
(1 Sam 3, 10). ¿Si Moisés hubiera huido de la
persecución contra el pueblo
hebreo, quién hubiera dado a ellos y a nosotros las
tablas de la feliz alianza? El
misterio aludido es todo nuestro y ha sido realizado
entre nosotros y para nosotros;
por eso no debemos alejamos, pues pudiera darse el
caso que, dada nuestra
infidelidad, Dios pudiera mandar a otras personas
mejores que nosotros, y a nosotros
nos privase de los secretos que esconde el misterio de
la Cmz.

Se podría argumentar que la persecución pudiera ser


tal, que pusiera en peligro
la vida misma, o hacemos probar sufrimientos y
torturas propias de un pueblo
bárbaro, furibundo y tirano sobre toda ponderación.
Pues bien, ¿qué perdemos
con eso? Por nuestra edad no somos ya niños, y el
abreviar la vida algunos
días no sería una gran pérdida si es por la justicia; en
segundo lugar, tanto si se
trata de sufrimientos como si de la misma muerte,
¿cuándo encontraremos mejor
oportunidad de dar a Dios justa satisfacción de
nuestros pecados, y demostrarle
que somos verdaderos seguidores de los Apóstoles?
¿Y cuándo podremos dar a
los católicos el ejemplo al que estamos obligados y
conseguir algún mérito para
el paraíso? ¿Os parece que sean motivos
despreciables como para no tenerlos en
cuenta? Mirad de frente al Crucificado y después
pensad qué ha querido decirnos
en sus treinta y tres años de peregrinación, predicando
y convirtiendo a los
pueblos con tantos sudores y tribulaciones, y os
convenceréis de que todo fue
una preparación para el martirio que le esperaba en el
Calvario.

En lo que a mí toca, he de reconocer que no soy digno


de gracia tan especial,
que para obtenerla habría que merecerla. Si así
ocurriera sería una manifiesta
misericordia del Señor, no menos que la del bautismo.
Espero, pues, que no llegue
a tanto la perfidia de los enemigos del nombre
cristiano, pero he querido que
estéis preparados, para cumplir mi deber.

No os sintáis ofendidos si, por lo dicho, parece que


hubiera dado por supuesta
vuestra fuga; ciertamente no la supongo, pero he
recurrido a esas expresiones
para haceros concebir contrariedad y terror.
Confortaos en el Señor, el cual
“Angelis sais Deus mandavit de te, ut custodiat te in
ómnibus viis suis” (Salm
91, 11).Ellos no os abandonarán si vosotros no sois los
primeros (en huir). Al
contrario que en Satanás, repetid aquellas bellas
palabras: “Si Deus pro nobis,
quis contra nos? ” (Rom 8, 3). “In manibus tuis sortes
meae ” (Salm 30, 16).
Dirigiéndoos, pues, a los cristianos, habladles así:
¡Alzad, cristianos, vuestras
manos a Dios, que de la nada sacó las cosas visibles e
invisibles! Tened firme confianza,
que Él la tiene de vosotros, pues sin su permiso, ni un
pájaro perece. No
temáis a los que sólo pueden matar el cuerpo; amad a
aquel que tiene poder sobre el
cuerpo y sobre el espíritu (Mt 10, 28-32). Confiad en
Dios Padre y en Jesucristo su
único Hijo, pues no hay sobre la tierra otro nombre que
pueda salvamos. Obrad el
bien pensando que la vida eterna no la ganarán los
que sólo con la palabra llaman
unos Padre y otros Señor, sino llevando una vida de
acuerdo con su voluntad.

Traedles a la memoria que las armas de un soldado de


Dios no son aquellas
en las que confía Mahoma, sino las del espíritu para
combatir las fortalezas que
se alzan contra el conocimiento de Dios; tales
soldados tienen por armadura la
confianza que rechaza los dardos del demonio, por
coraza la justicia o rectitud
de vida, por yelmo, que nos defienda de la debilidad, la
esperanza en la vida
eterna, por espada los mandamientos de Dios que
penetran hasta lo más profundo
del alma (Ef 6, 11 - 18; Hebr 4, 12).

Finalmente exhortadles a la oración, llave de los


tesoros divinos; que recen,
que griten, que canten himnos al Señor (Ef 5, 19; Col
3, 16). De este modo los
enemigos de Dios se verán ante la necesidad de
confesar, como confesaron los
herejes albigenses en el asedio de Lovaur al canto del
Veni Creator Spiritus:
“Plus se time re catholicos cantantes quam pugnantes,
psallentes quam insidiantes,
orantes quam infestantes

Terminada esta exhortación o carta consolatoria, os


animo a que, cuando el
fuego de la persecución se encienda, pongáis en el
dintel de todas las puerta la
señal de la cruz según la figura aparecida en Nicópolis.
Esta cruz os librará, esta
cruz os confortará, y con esta cruz, finalmente, con
todo mi espíritu, os bendigo
en el Señor. Así sea’.

Apéndice n. 4:

Mons. Molajoni presenta el progreso de la misión

El 24 de mayo de 1828 el P. General envió una carta a


mons. Molajoni. Al
llegar a sus manos, el obispo se siente dolido porque
el superior mayor parece
compartir el punto de vista de mons. Caprano, de
Propaganda Pide, según el
cual no ha sido bueno el trabajo de los pasionistas en
Bulgaria y Valaquia. El
obispo recurre a la historia para convencer al General
que la misión ha avanzado
en lo espiritual y en lo temporal, a pesar de las duras
circunstancias pasadas
y presentes. (AGCP, A. IV-III/5-2, 1-15).

Le comunico que me han llegado a la vez sus cartas


del 24 y del 30 del
mismo mes de mayo. Le agradezco sinceramente los
documentos que se digna
sugerirme, pero le agradecería que en lo relativo al
Padre N. no me reprenda,
pues una palabra, una alusión es más que suficiente
para que me ponga en guardia
para la próxima vez.
V. P. conoce mi modo de ser, extremadamente
sensible; basta un acento
para herir mi corazón más que a otro le disgustaría un
cañonazo. Tenga en
cuenta que además padezco convulsiones de
estómago, causadas por las aflicciones;
y si de todas partes me acosan, ¿para qué aumentar
los sufrimientos sin
necesidad? Es verdad que di parte a la S.
Congregación, pero piense que antes
era siempre costumbre hacerlo. Me da a entender que
su voluntad, su compromiso
en favor de esta misión será diverso en adelante, y a
buen entendedor le
sobran palabras. También, aunque el hecho se olvide,
tenga en cuenta que el
religioso en cuestión ignora que yo conozco sus
defectos -en Ciople se porta
bien y estoy contento-; piense que si descubriera que
lo sé, me temo que no
volvería a la Congregación por vergüenza; por lo que,
a mi juicio, el mejor
remedio es el silencio.

Sobre el resto de su carta no dejaré en el futuro de


atenerme a sus sabios consejos.
Y en cuanto a lo que se complace en decirme que
desde hace 12 años no
van bien los asuntos de la misión, tal vez por la
desunión de los misioneros,
tengo el honor, Rvmo. Padre, de decirle que esto es un
malentendido; tal vez por
que nuestra Congregación no dispone de un archivo
especial para conservar la
memoria de lo que va sucediendo y de lo que
sucederá, ni un hombre entendido
que lo lleve por oficio, como lo tienen otros Institutos;
de ahí que V. R, al desconocer
las noticias, ha adoptado una postura equivocada, de
la que me dispongo
a sacarle.

Comencemos por Bulgaria. Desaparecida la peste de


1813, al cabo de dos
años fui mandado por mons. Ercolani a Bulgaria, al
pueblo de Belene, de más de
1.000 almas, de las que, si se exceptúa a dos o tres
jóvenes, todas habían olvidado
los propios deberes, la doctrina cristiana, la confesión,
las buenas costumbres;
y no fue culpa de los misioneros muertos hacía dos
años por la peste, sino
por falta de sacerdotes. En el curso de un año pude
preparar a muchachas y
muchachos, no excesivamente dotados, como
maestros en la pública iglesia. Los
raptos5 eran tan frecuentes, que en poco tiempo
recuerdo unos 18. Ahora ni se
habla de esta impiedad, o es ya cosa rarísima. La
supersticiones eran tan numerosas,
que yo mismo pude presentar a mons. Ercolani una
lista de varios folios.
Ahora, en cambio, si se exceptúa a alguna anciana, no
sólo han caído en desuso,
sino que son motivo de burla. En el pueblo de Orese,
los domingos iban al mercado
de Sistov; nadie se preocupaba de oír la misa ni de
santificar las fiestas;
también este abuso ha desaparecido. Podría seguir
enumerando otros mil inconvenientes
que hemos logrado erradicar, con mi esfuerzo y con el
de los demás
misioneros que han trabajado aquí en estos 12 ó 13
años.
Añádase que en este mismo período se ha construido
para el sacerdote de
Laxeni iglesia y casa, donde ahora reside el P. Ángel.
Hacía 70 años que estaban
destruidas, desde que un turco asesinó al misionero
(no era pasionista); en tantos
años nadie logró permiso de reconstmcción. Dios se
ha servido de mi insuficiencia
para conseguirlo. En Belene he podido construir una
vivienda más cómoda
para el misionero; en tiempos de mons. Ercolani se
amplió la iglesia de Tran-
civizza y se levantó una nueva en Orese. Iglesias y
casas muy pobres, es verdad,
pero si en Turquía resulta un auténtico milagro obtener
una brazada de cañas
para reparar el techo y librarse de la lluvia, imagínese
lo que significa constmir
casas nuevas. Pues bien, todo esto se ha hecho en
estos 12 años, lo que demuestra
que no es verdad eso de que las cosas han ido mal.
¿Que ha podido darse alguna desunión entre los
misioneros? Esto no es ninguna
cosa especial. Por la distancia de los superiores o por
un fervor menos prudente,
puede ocurrir muy bien como en todas las demás
misiones; y yo no soy
sólo testigo de ello, sino casi un juez; se lamentan
conmigo como confidente,
pero no me influye. Las discordias nacieron por una
carta que el P. Luis, no
Molajoni, mandó a Turquía a sus jóvenes misioneros,
siendo él vicario general.

5 En italiano usa la palabra arcaica ‘ratti’, gesto del


novio que se se lleva violentamente a la novia.
Los documentos, las normas, los consejos no podían
ser más prudentes, todos
encaminados al bien de la misión, como acostumbraba
mons. Ercolani. Pero
aquellos misioneros, lejos de agradecerlo o de pedir
aclaraciones, escribieron
una carta bastante impertinente que daba horror y
pedían justicia al César y, lo
que es peor, me comprometieron a mí, que no tenía
parte.

El P. Luis debió mandar la carta al César, es decir, al


señor internuncio, el
cual no quiso volverse loco y se la dio al P. Aristace
para que la examinara. Este
Padre es armeno, conoce algo de italiano, pero no la
fuerza de las expresiones, y
en vez de dar la razón al que la tenía, dijo que los PP.
Molajoni y Luis habían tomado
inquina contra los misioneros de Bulgaria. Con
semejante falsedad mandaron a
mons. Caprano la relación tal como la redactó el
armeno. Este es, pues, el origen
de los sinsabores, etc. Tocaba a mons. Caprano
examinar las cosas y hacer justicia,
en vez de precipitarse como se ha precipitado y de
lamentarse ante el P. Pablo Luis
de que se habían equivocado, etc.; o al menos, si tal
prelado fuera más práctico y
menos especulativo, podía tener una entrevista,
llamándome a mí cuando estuve
en Roma y a otros pasionistas que han regresado de
aquí, al procurador, al Prepósito
General..., y así aclararlo todo y dar la razón a quien la
merecía, en vez de
complicar un asunto en el que estaba en juego el
honor de nuestra Congregación,
de la misión y de los misioneros. Por lo demás es claro
que mons. Caprano nunca
ha leído el expediente, aunque lo tiene desde hace
cuatro años. Pongo punto final
a este asunto que me aburre, para hacerle ver que de
la pequeña desunión que podía
haberse remediado con una carta, mons. Caprano hizo
leña y fue la causa de tantos
sinsabores y, si me permite decírselo, de estas mis
convulsiones terribles que
no terminarán sino con la muerte. ¡Que Dios les
perdone a todos!

Dejemos ahora Bulgaria y pasemos a Valaquia y verá


si no es también falso
que la S. Congregación no está contenta de estos 12
años. Bien sabe V. P. Rvma.
que al pobre mons. Ercolani le hervía la sangre contra
los franciscanos de entonces
y contra muchos católicos vinculados a ellos. Soy yo
testigo de que lo que
este prelado reclamaba era justo, equitativo y válido, ni
más ni menos que lo que
reclamo yo; pero actuaba con excesivo ardor en un
país difícil, y estos políticos
trataron de que fuera expulsado cuando llegó de Roma
su nombramiento, a lo
que accedió la S. Congregación. Concluida la causa, el
card. Fontana me mandó
a mí en su lugar, pero por haber estado yo tan cerca
del prelado, fue suficiente
para que sospecharan también de mí, etc. No
obstante, con buenas maneras (bendito
sea Dios), me he ganado el afecto de todos, de los
seglares y de los mismísimos
franciscanos con los que convivo. Ya están calmados
los ánimos, todo en
concordia. Esto ha ocurrido en estos 12 años.

Además he tenido la fortuna de levantar una escuela


con tres maestros, lo
que nadie había logrado, y más de 120 muchachos,
sin incluir a las muchachas
que acuden cuando termina la clase de los chicos.
Bien lo sabe la S. Congrega
ción, como también está al tanto de que para lograr
este beneficio he ido hasta el
mismo emperador por consejo de mons. Leardi; ahí
tiene otra mejora que ha
recibido Bucarest en estos 12 años.

Pasemos al asunto de los 15 mil uniatas griegos de


Valaquia, que tanto ha
dado que hablar en Roma y Viena. Se trataba de que,
como no podían tener un
sacerdote de su rito en Bucarest, casi todos se habían
pasado a los cismáticos. El
problema no lo he suscitado yo en estos 12 años; en
cambio sí he conseguido que
tengan un sacerdote; está ya aquí y convive con el P.
Felipe en Ciople, y no ha
habido guerra por ello.

El número de católicos en Bqcarest no pasaba de los


1.500 en tiempos de mons.
Ercolani; ahora son ya 8.000. Todo ello me ha costado
cavilaciones, fatigas y angustias;
la mayor parte llegan de los países vecinos, y es raro
el que no vive en concubinato
o que no intente la apostasía, y, lo que más me duele,
no he tenido ninguna
ayuda de la cancillería austríaca, como ya dije en una
nota a la S. Congregación.

Para que V. P. Rvma. se haga una idea, le mando


cuatro casos que dentro de
unos días he de presentar al consulado mso, que se
ha hecho protector de los
católicos en la corte de Austria; pero el problema es
que el cónsul Minciaki ha
sido nombrado presidente de Jastri y, al marchar, las
cosas han quedado en
manos de dos cismáticos que lo sustituyen. Lea para
su conocimiento la instrucción
y concluirá que esta ciudad es más o menos la que se
refleja en estos casos.

Podría agregar otras cosas, como la nueva iglesia y


monasterio de Ciople,
fruto de mis sudores; la verdadera concordia entre los
misioneros, y más detalles
del mismo tenor. Pero espero que lo dicho será
suficiente para probarle que la S.
Congregación se equivoca cuando se lamenta de los
misioneros y de nuestras
fatigas: todo ello es un pecado de ingratitud, después
de haber padecido tantos
temores por la peste, las revoluciones, la guerra, el
riesgo de perder la vida, la
molestia de los viajes, los gastos, las enfermedades...
Pero oír que no están contentos
del trabajo de estos 12 años, me parte el corazón, no
por mí, sino por lo
que se ofende a los otros misioneros y a mi pobre
Congregación. No le faltará
oportunidad a V. P. Rvma. de hacerle llegar a Su
Eminencia la verdad de cuanto
le he dicho, aunque convendría que no le diga que lo
sabe por mí.
Con todo esto se habrá hecho la idea de que, si
antiguamente estaban solos
el obispo y dos misioneros, ahora la organización es
distinta, más decorosa y más
extendida; no se puede decir que muchos sobran. Ya
le he dicho suficiente, he
escrito demasiado y concluyo asegurándole que he
hecho cuanto he podido;
nadie puede obligarme a más.

Del problema de la guerra me remito a mi última del 12


de junio, o mejor,
de julio. Nos han garantizado que todos los búlgaros
de Bulgaria, cismáticos y
católicos, han sido evacuados cerca de los montes de
Varna, en los Balcanes o,
para que se aclare mejor, de Filipópolis, donde no
tengan que sufrir la barbarie
de los turcos. Éstos lo han pasado todo a fuego para
que los rusos no encuentren
nada. Los rusos no han cruzado aun el Danubio por la
parte de Sistov, Nicópolis
y Vidin, pero los grandes ejércitos han entrado hasta
los Balcanes por la parte de
Moldavia, cerca del Mar Negro. Allí acampa Nicolás
con su gran ejército. De
Jasti ha pasado estos días un príncipe austríaco, que
es a la vez el general en jefe
de Galizia, enviado al emperador de Alemania para
cumplimentarlo y tratar los
negocios. Que Dios haga que todo contribuya a su
mayor gloria. Lo que no cabe
duda es que se teme a los turcos, pues la línea que
han trazado los rusos dentro
de Turquía va hacia Constantinopla más que hacia
Vidin. Cerca de esta gran fortaleza,
no muy alejada de Nicópolis, en esta parte del
Danubio, está Crajova,
capital de la pequeña Valaquia. De esta ciudad, por el
pánico hacia los otomanos,
han huido todos acá o allá, pues son pocos los rusos
que nos cubren la espalda.
Nuestro pueblecito de Ciople, que es como una
antigua ciudad de refugio a
causa de este temor, se ha llenado de familias
católicas. Yo les he dado permiso
de establecerse por el bien de la Iglesia y del
sacerdote; los demás habitantes
están bien y se dedican a sus labores. ¡Sólo Dios sabe
cuánto me cuesta defenderlos
de los ataques de los cismáticos!

Los búlgaros católicos de Valaquia o de Bulgaria son


llamados paulichanos
sólo por los turcos y cismáticos; entre ellos no se
llaman así; pero saben y creen
y son tenaces en sus creencias, que son católicos,
apostólicos, romanos, que la
única fe que puede salvarlos es la suya y que el Santo
Padre es su Benefactor que
les manda continuamente misioneros; por él rezan
cada día en las oraciones
públicas y particulares. Su perseverancia en la religión
es un verdadero milagro,
ya que viven en medio de cismáticos, turcos, gitanos,
llenos de supersticiones y
artimañas para arrastrarlos a sus creencias.

Pidamos al Señor que de esta guerra saque también


gloria y que nuestra religión,
tan zarandeada doquier, recupere la calma y triunfe el
santo nombre de Jesús.

Quisiera decir aquí a la S. Congregación que no omito


ninguna diligencia
con el presente gobierno ruso para obtener las
ventajas que si ella (la S. Congregación)
estuviera aquí me aconsejaría o haría por sí misma, no
sólo en Valaquia,
sino en Bulgaria cuando se me ofrece una
oportunidad. V. P. y toda la Congregación
no dejen de rezar por el incremento de la religión.
He escrito repetidamente a Roma y Viena pidiendo luz
para regularme en
asuntos tan complejos. Nadie ha contestado hasta el
momento. En cambio, si uno
comete cualquier error, todo son reprimendas y
amenazas. Todas las cortes han
dado sus instrucciones antes de que llegaran los
rusos, y los ministros, cónsules
y funcionarios sabían cómo conducirse; sólo yo he
quedado sin ellas, en silencio,
tratándose de asuntos tan importantes para la religión.

V. P. Rvma. ha mostrado deseos de saber algo de mi


salud. Al principio, indirectamente,
le he dicho algo; ahora le aclaro que no puede ir peor.
Ultimamente,
por consejo de los médicos, desde que los rusos
pusieron orden en la ciudad,
fui a tomar baños de agua mineral cerca de Cronstadt,
en Transilvania; estuve
17 días, me bañé, bebí de aquellas aguas, pero sin
resultado. Desde hace algún
tiempo me dan convulsiones 4 y 5 veces al día, y como
nunca sé en qué
momento o lugar me puede ocurrir esto, estoy sujeto a
las mismas predicando
o celebrando la misa; se presentan de repente, sin
aviso. Un buen médico tran-
silvano dice que tengo en el estómago la solitaria. En
el viaje me gasté inútilmente
casi la mitad de la pensión; pero a pesar de los
dolores, no me preocupo
mucho de mi propia salud.

Para acabar, respecto a su pregunta sobre cómo


enviar la correspondencia,
siga en adelante como hasta ahora. Me disgusta que
V. P. Rvma. haya tenido que
pagar por alguna carta, pero no es culpa mía. Ha sido
siempre costumbre mandar
la correspondencia por medio del nuncio en Viena, el
cual la expide o a Propaganda
o a la Secretaría de Estado. Tendré mucho cuidado la
próxima vez.

Tanto el P. Felipe como yo saludamos a nuestros


cohermanos y besamos la
mano a su P. Rvma.; yo particularmente saludo a los
PP. Cayetano, Lucas y Juan
Lucas, y pidiéndole disculpas por tantos disgustos, me
declaro de V. P. Rvma.
humille y devoto servidor, G. María Molajoni, Obispo
de Nicópolis.

Bucarest, 4 de agosto de 1828.

P. D. El P. Esteban recibirá carta cuando Dios quiera’.

Apéndice n. 5:
De la ‘Marialogía’ del B. Domingo de la Madre de Dios

El B. Domingo de la Madre de Dios escribió una


“Marialogía ” como
expresión de su devoción particular a la Virgen María,
que le había conducido
a la vida religiosa. En la primera parte habla de ‘¿
Quién es María ? en la
segunda, de ‘¿Quiénes son los devotos de María?’ y el
modo de imitar a
María. Ambas partes fueron escritas entre 1825-
18276; más tarde añadió una
tercera parte, que contiene 17 discursos para las
principales fiestas mañanas,
que terminó en 1842. Su fundamentación bíblica,
teológica y patrística está
bien estructurada y quiere llevar al lector al
conocimiento íntimo de María
para admirarla e imitarla. Cuando en 1840 fue a
Bélgica conoció amigos que
6 El 13-X y el 20-XI-1827, el P. Mariano de Jesús
escribía al P. Domingo que había leído ‘su primer
tomo de la Marialogía’, y le pedía que le dejara leer
también la segunda. Cfr. en AGCP, Lettere di
P. Mariano al P. Domingo. Esto indica que el título
‘Marialogía’ lo usó desde el principio. Tal vez
la inspiración le vino mientras leía VICENTII
CONTENSON, O. P., Theologia mentís et coráis...,
Augustae Taurinorum 1769, t. III, p. 210: Marialogía,
seu de incomparabilibus Deiparae Marine
Virginis dotibus. En 1838 la palabra ‘Marialogía’ fue
usada también por mons. Carcelo B. Clary,
arzobispo de Bari.
le tradujeron la obra y la publicaron en francés en 1841
con el título “L’Exce-
llence de Marie et de sa dévotion ”.

Presento a los lectores los párrafos relativos a María y


la Iglesia, que por
su contenido pudiera titularse ‘María, Madre de la
Iglesia .

La transcripción es del P. Mario Capitanio, que


defendió su tesis de licenciatura
en la P. U. Lateranum sobre esta obra del B. Domingo.

(El original en AGCP, Domenico, Marialogia, V-16)

Párrafo segundo: Beneficios que María consigue para


la Iglesia universal,
extendiendo y defendiendo la fe.

Poco se hubiera beneficiado el mundo con la venida


del Hijo de Dios si hubiera
quedado desconocida a los hombres, pues éstos
hubieran seguido en la oscuridad
y no hubieran alcanzado la curación de sus heridas. El
Padre celestial nos lo
ha presentado como redentor, y además como doctor
y guía; por eso hay que poner
en Él nuestros ojos. Como la serpiente levantada en el
desierto no sanaba sino a
quienes la miraban (cfr. Num 21, 8-9), “ita exaltari
oportet Filium hominis” (Jn 3,
14); igualmente si nosotros no lo miramos con ojos de
fe, no quedaremos curados.

María, que después de Jesús es la que más ha


trabajado por nuestra salvación,
no se contentó con darlo a luz; procuró siempre, y
sigue procurándolo
ahora, que sea conocido, que se extienda la fe en Él y
se conserve pura y sin
mancha, a pesar del asalto de las herejías, cismas e
infidelidades.
Desde el inicio de la Iglesia se convirtió en maestra de
fe, revelando los misterios
a los apóstoles y a los demás discípulos, sobre todo a
los evangelistas.
Estos los grabaron para beneficio nuestro. Ciertamente
María instruyó a San
Lucas sobre el misterio de la Encamación, el anuncio
del Angel y el nacimiento
de Jesús, de todo lo cual nada hubiéramos sabido por
otro conducto. El evangelio
de S. Lucas dice que María “conserv(ab)at omnia
verba... conferens in corde
suo ” (Le 2, 19).. Guardaba en su mente todo lo que
Dios obraba, y meditaba en
ello. Esto no lo hacía sólo para provecho propio, sino
para beneficio nuestro, si
es verdad lo que sobre ella parece decir el Eclesiástico
24: “videte quod non solo
mihi lavoravi, sed omnibus exquirentibus veritatem”
(cfr. Sir 24, 47); daos cuenta
que no me he preocupado sólo de mí misma, sino de
todos los que buscan la
verdad, de todos los que buscan a Jesús, que es la
misma verdad: “Ego
sum...veritas” (Jn 14, 6).

María instmyó a los apóstoles, y es de creer que


sobretodo a su amado Juan,
que Jesús le dejó para que ocupara su lugar (Jn 19,
26). Por eso no extraña, dice
San Ambrosio, que Juan tratara más profundamente
que los otros evangelistas
los sublimes misterios de la SS. Trinidad y de la
divinidad de Jesucristo: “Non
mirum (Johannem) prae caeteris locutum mysteria
divina, cui pr(a)esto erat
aula coelestium sacramentorum ”7. No nos extraña,
porque Juan tenía siempre
consigo a María, sagrario de la SS. Trinidad y de los
secretos divinos.

Era necesario, dice Ruperto8, que vos, María, fuerais


maestra de los maestros
de la Iglesia, de los apóstoles, debiéndose verificar en
vos las palabras del Cantar:
yo soy la fuente de los huertos, el pozo del que han
brotado las aguas que
bajan impetuosas del Líbano: “Horum discernendorum
utique magistram te esse
opportebat, o beata María, et magistra magistrorum, id
est apostolorum. Juxta
illud: fons hortorum, puteus acquarum viventium, quae
fluunt in perpetuo de
Líbano” (cfr. Cant 4, 15)9.

Sabiendo María, divinamente amaestrada, cuáles y


cuántas serían las herejías
que iban a multiplicarse, quiso ofrecer remedio
dejando a la Iglesia aquellos
documentos que serían necesarios para su extinción.
No ocultó, pues, a los apóstoles
los divinos misterios de los que tenía conocimiento,
para que ellos, como
buenos canales, transmitieran a la posteridad tan
importantes noticias.

No cesó tampoco en este oficio al separarse


temporalmente de nosotros. Ha
seguido en todos los siglos y épocas instruyendo a los
sagrados pastores.

De ella recibió las más altas lecciones San Gregorio


Taumaturgo, gran obispo
de Neocesarea, al que se le apareció junto con San
Juan Evangelista, y le ofreció
un símbolo de fe en la Santísima Trinidad, para que en
su diócesis esta fe
divina quedara protegida contra la pestífera herejía de
Arrio, que habría de blasfemar
contra la divinidad de Jesús10.

De María recibió luces y fuerza San Cirilo, patriarca de


Alejandría, para
combatir y contrarrestar la naciente herejía del impío
Nestorio, el primero que
alzó su soberbia contra su maternidad. Ella suscitó a
un Damasceno para combatir
a los iconoclastas, y también a su amado Domingo (de
Guzmán), gran
patriarca de la orden de predicadores, para combatir a
los albigenses; e igualmente
a Ignacio (de Loyola), quien por sí y mediante la
bandera en la que se han
alistado sus muchos hijos, confutaron las últimas
herejías que han oscurecido el
claro cielo de la Iglesia.

Como es de creer, Ella ha asistido, asiste y asistirá


hasta el fin del mundo a
los invictos campeones que emplean su ingenio y sus
sudores con tanto entusiasmo
en defender con la pluma el ámbito sacrosanto de
nuestra fe; o a los que la difunden
con fatigas apostólicas en los países en los que está
vacilando; o la propagan con

7 Cfr. Ambrosio, p. 2/2, c. 7, n. 50, p. 150. En el


manuscrito: "Di inst. Virg., c. 7”.

8 Cfr. Ruperto, PL 168, "De Trinitate et operibus eius.


In Cántica Canticorum” 1,1, col. 850A. En
el manuscrito: "In Cant. ¡ib. I”. Si en la frase latina
hubiera puesto ‘Ímpetu en lugar de ‘in perpetuo’,
la correspondencia hubiera sido perfecta.

9 Cfr. Ruperto, en A Lapide, vol. V., “Commentaria in


Proverbia Salomonis”, c. 8, p. 233. En los
manuscritos: ‘v. ALap. in c. 8 Prov., v. 12’.

10 Cfr. A Lapide, vol. 5, Commentaria in Proverbia


Salomonis, c. 8, p. 233. En el manuscrito: ‘v. A
Lapide, in c.8 Prov’.
éxito en naciones en las que nunca hasta ahora había
resonado el nombre cristiano.

No debe maravillamos, pues, el gran elogio que la


Iglesia Católica hace de
la Virgen María, cuando la saluda así: “Gaude, Virgo
María: cunetas haereses
sola interemisti in universo mundo”''. Alégrate, Virgen
María: tú sola diste
muerte a las herejías en todo el mundo. María, sí, ha
sido María la que ha triturado
la perversidad de los herejes. “Sola enim contrivit
universam haereticam
pravitatem'2. Contriti sunt, contriti sunt -añade el
mismo santo -, contriti sunt
insidiatores, conculcad supplantatores, confutad
derogatores, et beatam eam
dicunt omnes generañones...,|3 (Le 1, 48).

Santa Virgen, gran columna de la Iglesia Católica, vos,


sí, vos habéis aplastado
la cabeza del infernal enemigo, primer perseguidor de
los fieles, y después
la cerviz de los herejes; así está escrito: “Superborum
colla propria virtute cal-
cavi ” (Sir 24, 11). Vos habéis defendido siempre a la
Iglesia, mantenido la fe
católica, propagado el nombre cristiano. Que a vos se
os rinda homenaje, después
de a Dios: que os ensalcen y bendigan todas las
generaciones (Le 1, 48).
Pero acordaos, Virgen Santa, que no ha concluido el
conflicto. Bien conocéis
cuáles y cuántos enemigos atacan las verdaderas
creencias; tal vez más que en
otras épocas se pone de manifiesto la fuerza con la
que hombres y demonios
asaltan al rebaño de Cristo. Así que más que nunca
deberéis combatir a nuestro
lado. Protegeos con escudo y lanza; echaa por tierra y
pisotead todos los errores.
Sostened la vacilante navecilla de Pedro. Ensanchad
el reino de vuestro Hijo:
que no quede un rincón de la tierra en donde no se le
rinda culto. Llevad el poder
de vuestro brazo de un polo al otro, desde donde nace
el sol hasta donde se pone.
Que nadie quede sin vuestro calor: “Nullus sit qui se
abscondat a calore suo”
(Salm 18, 7). Amén.

Párrafo tercero: Favores que María ha hecho a la


Iglesia interponiéndose
ante Dios en favor nuestro, aplacando su indignación y
obteniéndonos
las gracias.

San Pablo nos advierte que nuestro divino Redentor,


no satisfecho con
habernos redimido con la fuerza de su Sangre divina,
ha subido al cielo “ut
appareat vultus Dei pro nobis... ” (Heb 9, 24); “Semper
vivens ad interpellan-
dum pro nobis” (Heb 7, 25); ha subido al cielo para
defender nuestra causa ante 11 12 13
11 Breviarium Romanum. Commune in festis Beatae
Maride Virginis per annum. Ad Matutinum, tertio
nocturno, antiphona 1, p. (109) a. Cfr. Breviarium
Romanum. Dominica prima Octobris, Solem-
nitas SS. Rosarii Beatae Mariae Virginis, ad
Matutinum, secundo nocturno, lectio 4, p. 947a.

12 Cfr. Bernardo, vol. 5, In signum magnum n. 4, p.


265. En el manuscrito ‘<7. Bern. In Sign magnum,
n. 4'.

13 Cfr. Bernardo, vol. 5, In signum magnum n. 4, p.


265. En el manuscrito ‘ib’.
la justicia divina irritada contra nosotros; y permanece
siempre en el cielo intercediendo
a nuestro favor ante la divina clemencia. Por eso
algunos intérpretes
dicen que quiso conservar en su cuerpo las llagas
abiertas por nuestro amor para
mostrárselas al Padre indignado contra nosotros y
para que a la vista de ellas se
aplaque su indignación y se nos muestre favorable. ¡Y
cuántas veces, mientras
nosotros alargamos la mano hambreando placeres
prohibidos, Jesús extiende las
suyas al Padre para que tenga paciencia! ¡Mientras
nuestros pies caminan hacia
la iniquidad, Jesús muestra al Padre los suyos
llagados por nosotros! ¡Mientras
cultivamos en el corazón odio y rencor o mala idea,
Jesús muestra al Padre el
suyo traspasado por nosotros !

Pues bien, amado lector, lo mismo hay que decir de


María. Como su divino
Hijo, Ella ha sido llevada al cielo para interceder por
nosotros ante la justicia
divina. “Quam idcirco -así habla la Iglesia- quam
idcirco de hoc s(a)eculo
tra(n)stulisti ut pro peccatis nostris fiducialius
intercédât”14. Por esto, Señor,
habéis llevado al cielo a María, a fin de que con mayor
confianza se interponga
por nuestros pecados. ¡Y cuántas veces María ejerce
este piadoso oficio por
nosotros ! ¡Cuántas veces nuestros pecados provocan
la ira divina, pero Ella se
interpone como un arco iris y lo placa para que no
extermine al género humano!
(Gen 9, 14-15). ¡Pobre mundo! -dice San Bernardo-,
¿qué sería de él a esta hora
si María no estuviera intercediendo? ¿Qué sería del
mundo si se le quitase el sol?
Tinieblas y horror. ¿Qué seríamos nosotros si se nos
privara de María? No otra
cosa que oscuridad, sombra de muerte, tinieblas
cerradas. “Toile corpus hoc
solare quod iluminat mundum, ubi dies? Toile
Mariam..., quid nisi coligo invol-
vens, et umbra mortis, ac densissimae tenebrae
relinquuntur” ?15

Muchas veces hubiera sido destruido el universo, si


María no se hubiera
interpuesto, como entre otras cosas, lo que se narra
que sucedió a principios del
siglo XIII. Entonces el Dios Altísimo estaba indignado
contra los hombres y
quiso exterminarlos de la tierra. Pero María se
interpuso y pidió al Juez divino
que suavizase la sentencia, pues ella se comprometía
a enviar a dos hombres que
la purificaran, como fueron santo Domingo de Guzmán
y san Francisco de Asís.

Y después ¿cuántas veces más se ha interpuesto la


Virgen María para borrar
los cismas y las sediciones que turbaban la paz de la
Iglesia y amenazaban su
ruina? ¿Cuántas veces se ha interpuesto en favor de
la Iglesia, protegiéndola de

14 Missale Romanum, In Vigilia Assumptionis Beatae


Mariae Virginis, Secreta, p. 548b: ‘muñera nostra,
Domine, apud clementiam tuam Dei Genitricis
commendet orario: quam idcirco de presente soeculo
transtulisti; ut pro peccatis nostris apud te flducialiter
intercédât’. En el manuscrito: 'in or Missae vig
Ass. B. M. Vf’.

15 Bernardo, vol. 5, De acquaeductu, n. 6, p. 279. En


el manuscrito: ‘hom. in Signum magnum, n. 6’.
Controlando la edición y el texto transcrito advertimos
que no es esta la cita exacta de la fuente,
como se puede comprobar.
los enemigos, sobre todo de los musulmanes, pueblo
suscitado por Dios en el
furor de su ira para castigar los delitos de su propio
pueblo? Sin duda ya nos
habrían destruido a esta hora, apoderándose del
centro de la cristiandad, como es
Roma, lo mismo que se han adueñado de su cuna,
Jerusalén.

Que en estas circunstancias haya sido María la que se


ha interpuesto ante el
Altísimo podemos observarlo por lo que ha hecho la
Iglesia, guiada siempre por
el Espíritu Santo, para manifestarle su agradecimiento;
cómo ha establecido fiestas
en recuerdo de sus intervenciones, para que los hijos
de la Iglesia Católica
dedicaran un día especial al año a recordar los
múltiples beneficios de María.

Lo que sin duda no puede negarse “est illud in primis


me(mo)rabile, atque
explorad miraculi loco habendum”16 (,) que estando el
papa Pío VII prisionero17 18
de los impíos, desterrado de su sede y encarcelado
bajo severa guardia, resultaba
casi imposible que la cristiandad pudiera volver a ver a
su cabeza y pastor.
“Verurn praestanüssimo Del beneficio”'*, habiendo
cesado dos veces la gran
catástrofe, por dos veces volvió a Roma con mayor
gloria, con mayor entusiasmo
de los hijos de la Iglesia, con mayor rabia de los
enemigos del nombre cristiano,
que veían derrumbarse todos sus formidables
esfuerzos, sin saber siquiera
la causa de sus desilusiones. ¡Los pobrecitos no saben
qué fuerte muralla tiene
la Iglesia en María! Pero sí lo saben los buenos
católicos, lo sabemos nosotros
los hijos de la Iglesia Católica, nosotros que, en medio
de borrascas tan espantosas19,
nos hemos sentido apoyados y protegidos de manera
sensible por el Dios
Altísimo y por la Virgen María su Madre. Lo
comprobarán igualmente nuestros
sucesores, y se verá en las futuras persecuciones a la
que estará sujeta la Iglesia,
esposa de Cristo.

No voy a ocuparme ahora de otros memorables


favores que ha recibido por
medio de María la Iglesia universal y cada uno de sus
hijos. ¡Quién podría
olvidarlos!

Sólo voy a pedir a todos los hijos de la Iglesia que


nunca den la espalda a
esta poderosa protectora del pueblo cristiano, y que le
agradezcan sus favores,
de manera que puedan ser dignos de recibir otros
más.

16 Cfr. Breviarium Romanum, infesto Beatissimae


Marine Virginis titulo Auxilium Xhristianorum, die
24 maji. Ad Matutinum, secundo nocturno, lectio 6 p
(264)b: ‘sed illud in primis memorabile est,
atque esplorati miraculi loco habendum, quod cum
Romanus Pontifex Pius Septimus impiorum
consiliis, et armis ex Apostolica Petri Sede
exturbatus... ’. En el manuscrito: ‘in offAuxilum Chris-
tianorum a Sumo Pont Pio VII instituito ’.

17 En el manuscrito: ‘prigione’.

18 Cfr. Breviarium Romanum, infesto Beatissimae


Mariae Virginis titulo Auxilium Xhristianorum, die
24 maji. Ad Matutinum, secundo nocturno, lectio 6 p
(264)b: ‘Veruni presentissimo Dei beneficio,
cessante procella, quae grave minabatur excidium,
Romani plaudentibus prae novo gaudio popu-
lis, reversus est’, ibid., p. (264)a. En el manuscrito ‘Ib. ’

19 En el manuscrito: ‘si’.
Termino este párrafo y esta parte de la Marialogía con
las palabras de san
Bernardo “totis ergo medullis cordium, totis
praecordiorum affectibus, et votis
ómnibus Mariam hanc veneremur: quia sic est voluntas
Dei, qui totum nos habe-
re voluit per Mariam”; ‘con las fibras más íntimas de
nuestro espíritu, con todo
el afecto de nuestro corazón, con todos los deseos
posibles, veneremos a María;
esta es la voluntad de Dios, que ha querido que
recibamos toda clase de favores
por medio de ella. Esta es la voluntad de Dios, para
beneficio nuestro, pues el
Altísimo, deseando socorremos a nosotros,
miserables, robustece nuestro temor,
excita nuestra fe, revitaliza nuestra esperanza, despeja
nuestras desconfianzas y
borra nuestra pusilanimidad. Hombre, tú no te atrevías
a acercarte al padre ofendido
y con sólo sentir su voz corrías a esconderte (Gn
3,8)20. Por eso te ha dado
un mediador, Jesús. ¿Y qué no alcanzará del Padre un
Hijo suyo? Éste será escuchado
por su reverencia (Hebr 5, 7), ya que el Padre celestial
ama al Hijo divino.
¿Tienes también miedo de acercarte a éste? Es tu
hermano, es de tu carne, se
sujetó a todo menos al pecado (Hebr 4, 15), a las
miserias humanas, para que se
hiciese misericordioso (Hebr 2, 17). Pues bien, este
Hermano te lo ha dado
María. ¿Acaso es la majestad divina que en él
resplandece lo que te asusta? Es
verdad que no deja de ser Dios a pesar de haberse
hecho hombre. En este caso
tenemos un abogado ante Jesús: recurre a María. En
María tenemos un corazón
humano, una pura criatura..., pero será atendida, sin
duda21. La escuchará el Hijo
siempre que interceda por ti; y el Hijo, compadecido
por mediación de María,
intercederá ante el Padre, que también será
escuchado por su reverencia (Hebr 5,
7). Ahí tenéis, hermanos, la escala que el Señor nos
ha tendido para ayudarnos a
los pobres pecadores’22.

20 yer también Bernardo, vol. 5, 'De acquaeductu’, n.


6, p. 279.

2^ Cfr. Bernardo, vol. 5, ‘De acquaeductu’, n. 7, p. 279:


‘María será escuchada ‘...pro sua reverenda’.

22 Ver también Bernardo, vol. 5, ‘De acquaeductu’, n.


6, p. 279. En el manuscrito: "m serm de
acqu(a)eductu, n. T.
Horario de la comunidad pasionista regulado
según el horario italiano

Recuérdese que el oficio de Maitines constaba de 9


salmos y 9 lecturas, y que
inmediatamente seguía Laudes. Por la mañana se
recitaban Prima y Tercia, seguían la
meditación y la misa. La lectura espiritual se hacía
después del estudio; a continuación
el paseo solitario; y concluido éste, la última misa, a la
que asistían todos los religiosos
que no tuvieran ocupaciones urgentes. Los estudiantes
no asistían si tenían
clase. Tras la misa se rezaban Sexta y Nona. Durante
la comida, que tenía lugar a continuación,
se leía algún libro espiritual. Después había un tempo
de recreación en
común y otro de reposo. Al levantarse, había Vísperas
y meditación, por lo menos
desde 1816, la cual antes se hacía después de
Completas. Por la tarde, el paseo solitario
precedía a las Completas, a las que antes de 1816
seguía la meditación; después la
cena en silencio. Tras la recreación de la noche y el
rosario se clausuraba la jomada
de la comunidad.

Este horario se ha tomado de “Regolamenti da


osservarsi da’ Chierici Scalzi della
Congregazione della SS. Croce e Passione di Gesù
Cristo in usum P. Michaelis a Purifi-
catione 1790” (AGCP, A. II-IV/4-10), quien copió los
reglamentos y añadió el horario.
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13.3

14.1

14.3

16.3

18.1

21.3
22.1

24.0

24.2

agost

5.2

9.3

13.2

14.0
14.2

15.0

17.0

18.2

21.3

22.1

24.0

24.2

15
5.3

10.0

13.3

14.1

14.3

15.1

17.1

18.3

22.0
22.2

24.1

24.3

sept

6.0

10.1

14.1

14.3

15.1
15.3

17.3

19.1

22.1

22.3

24.2

1.0

15
6.1

10.2

14.2

15.0

15.2

16.0

18.0

19.2

21.3

22.1
24.3

1.1

oct

6.1

11.2

14.3

15.1

15.3
16.1

18.1

19.1

21.3

22.1

24.3

1.1

"

15

6.2
11.3

15.0

15.2

16.0

16.2

18.2

19.2

22.0

22.2
1.0

1.2

nov

6.3

12.0

15.2

16.0

16.2

17.0
19.0

20.0

22.1

22.3

1.1

1.3

"

15

7.0
12.1

15.3

16.1

16.3

17.1

19.1

20.1

22.2

23.0

1.2
2.0

die

7.1

12.2

16.0

16.2

17.0

17.2
19.2

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1.3

2.1

"

15

7.1

12.2
16.0

16.2

17.0

17.2

19.2

20.2

22.3

23.1

1.3
2,1
Horario italiano en uso en este período fuera
del dominio francés

V5

<L>

Enero

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C3

2
§

12, 42

^
salida sol
o

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18,57

ocaso
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medianoche

-0

15

12,29

14,15
18,50

23,26

6,36

Febrero

11,57

13,40

18,23

23,26

6,32

15

11,25

13,5

18,26

23,27

6 16

Marzo

1
10,44

12,23

17,55

23,27

5,55

15

10,4

11,43

17,35
23,27

5,35

Abril

9,10

10,52

17,9

23,26

5,9
15

8,24

10,11

16,48

23,25

4,48

Mavo

7,28
9,23

16,25

23,22

4 23

15

6,44

8,50

16,4
23,18

4,4

Junio

5,59

8,16

15,45

' 23,14

3 45
15

5.40

8,3

15,38

r 23,13

n 3 38

Julio

5,42
8,5

15,39

23,13

3,39

15

6,5

8,21

15,48

23,15
3,48

Agosto

6.54

9,57

16,8

23,19

48

u
15

7,48

9,32

16,27

23,22

4,27

Septiembr

8,37

10,23
16,54

23,25

5,54

15

9,20

11,2

17,14

23,26
5,14

Octubre

10,12

12,51

17,38

23,27

5,39

15
10,52

12,31

17,59

23,27

5,59

Noviemb

11,57

13,18
18,22

23,26

6 22

i6

15

12,7

13,51

18,38

23,25

6 38
Diciembr

12,34

14,21

18

23,25

6 53

15
12,44

14,32

18,58

23,24

6,58
Archivos utilizados

AGCP = Archivo General de la Congregación


Pasíonista, Roma

En las notas se encuentran bien indicadas las diversas


secciones para que el lector interesado
pueda consultar el original.

ASV = Archivo Secreto Vaticano

El uso de las siglas por sectores tal como se citan en


la guía del archivo. Sin embargo, alguna
sigla podría no corresponder en todo o en parte a
cuanto se ha establecido últimamente, pues mi
investigación data ya de algunos años.

APScalaS
ARPresentazione
Arch. Prov. Napoli
Arch. Mon.

AG Suore pas.
Arch. Stato Aquila
ASFirenze
Arch. Stato Siena

= Archivo Provincial en Scala Santa, Roma


= Archivo del retiro de la Presentación, Monte
Argentario
= Archivo Provincial Pasionistas, Nápoles
= Archivo Monasterio Monjas Pasionistas, Tarquinia
= Archivo General de las HH. Pasionistas de S. Pablo
de la Cruz, Roma.
= Archivo del Estado, L’Aquila.

= Archivo del Estado, Florencia


= Archivo del Estado, Siena.

Arch. Storico Comunale de Morrovalle (MC)


Arch. Com. Tarquinia = Archivo Histórico Comunal,
Tarquinia
Biblioteca Vallicelliana,

Roma = Miscelánea histórica Falzacappa, Z. 12.

ABREVIATURAS

Cons.

Praes

Dol.

Decr.

S. C. EE. RR.
S. C. VV. e RR.

S. C. 00. y RR.
Mons.

Card.

Conf.

Hno.

Hna.

Sr

S.
B.

Ven.

= Consultor

= Provincia de la Presentación
= Provincia de la Dolorosa
= Decreto/ decretos

= Sacra Congregatio Episcoporum et Regulariorum (en


latín)
= S. C. di Vescovi et Regolari (en italiano)

= S. C. de Obispos y Regulares (español)

= Monseñor
= Cardenal
= Padre (religioso sacerdote)

= Confratello (Cohermano, clérigo no sacerdote)

= Hermano (religioso no clérigo) (Fr. en italiano)

= Hermana (religiosa) (en las citas en italiano de las


notas
= Suora, (miembro de una comunidad de religiosas).

= Santo o Santa.

= Beato o beata
= Venerable
Acta

DIP

DSp

RStChI

NB.

= Acta Congregationis Passionis (boletín oficial


llamado de 1920 a
1930 (Bollettino della Congregazione, y después
Acta...).

= Dizionario degli Istituti di Perfezione, Edizioni Paoline


1973-1997;
se indican el volumen y la columna del texto.
= Dictionaire de Spiritualité, Beauchesne París 1937-
1995; se indican
el volumen y la columna.

= Rivista di Storia della Chiesa in Italia.

1) Las abreviaturas de libros de la Biblia son las


comunes.

2) A veces se encuentra la palabra ‘Prepósito’ en lugar


de Superior
General o Provincial.
índice del nombre de las personas

NB. El * indica que se trata de un religioso o religiosa


pasionista

Acton Cario, mons., 188.

* Adeodato Barberi de Jesús y María, 180.

* Agapito de S. Secundiano, 162, 302, 306, 331,332,


338.

* Agustín Terelle de la Dolorosa, 31, 245.

Agustín, San, 250, 251, 264, 339, 341, 391, 392.

Agustín, can., 376.

Albergotti Agustín, mons., 44, 89, 106, 108, 110.


Alessandretti Alejandro, mons., 45.

Alejandro emperador de Rusia, 343.

Ambrosio, San, 250, 392, 412.

* Ambrosio Serazzi de San Miguel Arcángel, 76, 77,


105.

* Ambrosio de la SS. Concepción, 156, 163, 190, 244,


245, 254.

* Amadeo de la Inmaculada Concepción, 63.

Amici Pedro, abogado, 202.

Amici Jacinto, abogado, 303.

* Andrés de San Bernardo, 88, 101.


* Andrés del C. de María, 160, 176, 189, 190, 191,
234.

* Andrés de San Luis, 185, 192.

Ángela de Foligno, Beata, 334.

* Ángela Francisca del Crucifijo, 364.

* Ángela Teresa de la Asunción, 376.

Angelelli, obispo, 106

Angeletti, familia, 27.

* Ángel Maggi de San Juan Evangelista, 34, 53,54, 55,


63, 64, 96.

* Ángel de la Asunción, 35, 52.


* Ángel Parsi del Corazón de María, 190,191, 348,
353,407.

* Ángel Valentini de la Presentación, 96.

* Ángel Luis de San Rafael, 35, 53, 63,88, 150, 162,


163, 191, 192.

* Anselmo Santacroce del SS. Sacramento, 73, 88, 99.

* Anso vino Valentini, 97.

Antonelli Leonardo, card., 20, 45, 59, 298.

* Antonio Colombo de San José, 8, 55, 64, 88, 93, 99,


102, 124, 126,143, 147, 148, 155, 157,

160, 162, 163, 165, 169, 170, 176, 180, 186, 189, 192,
195, 196, 197, 208, 218, 254,
292, 295, 306, 309, 332, 352, 372.
* Antonio María Botte de S. Francisco Javier, 39.

* Antonio Testa del Apóstol Santiago, 74, 76,120, 150,


155, 162, 163, 172,173, 181, 186, 187,

192, 194, 201, 202, 203, 204, 207, 211, 246, 255, 315,
316, 332.

* Antonio de S. María, 95,176.

* Antonio Giordano de S. María, 347, 349.

* Antonio de San Agustín, 292.

* Antonio de la Pasión, 176.

* Antonino de Jesús y María, 105.

Arrio, obispo, 413.


Aristace, sacerdote armeno, 408.

Arrighi, vie. gen. Elba, 79, 80.

* Atanasio del Verbo Encarnado, 292.


Atanasio Domenico, pro vicegerente de Roma, 77.

* Aurelio de S. Juan Bautista, 176


Averroes, 255.

Avicena, 255.

Baciochi Bonaparte Elisa, duquesa de Lucca, 69.

Bacoli, mons., 280.

Badini Celeste, pintor, 288.

* Baltasar Mazzanti de Jesús y Maria, 79.

Bandini Alejandro, marqués, 72.

Barbantini Brun María Dominga, fundadora, 182.


Barbieri Juan, mons., 20.

Bardaxi, card., 303.

* Bernardino de la Virgen Dolorosa, 291


Bartoletti Vicente, impresor, 386.

Bartoli Daniel, 265.

* Bartolomé de los Dolores de Maria, 34, 55.

* Bartolomé de la SS. Concepción, 100, 149, 150, 155,


160, 161, 162, 163, 167, 186, 187, 189.

* Bartolomé de San Gabriel, 192

* Bartolomé de San Rafael, 195.

* Basilio de San Esteban, 106, 122.


Bassetti Pedro Juan, sacerdote, 206.

Basville Ugo, 16.

Becchetti, 265.

Beda, San, 250

Belarmino Roberto, San, 263, 264.

Belli Andrés, médico, 304.

Bellenzai Vicente, 200.

Beltradi, 263.

Benedetti, familia, 27
Benedetto, 276.
Benedicto Papa XIV, 260, 261, 264, 276.

* Benedicto Ferreri de S. José, 21, 64, 102, 126.

Benvenuti Juan Antonio, mons., 121.

Bernard Carlos, sacerdote, 214, 215, 216, 217.

* Bernardino Paolini Costa de la Corona de Espinas, 7,


12, 21, 34, 35, 50, 52.

* Bernardino Vai de la Dolorosa, 76, 79, 80.

* Bernardino de la Virgen Dolorosa, 291, 299.

Bernardo de Claraval, San, 44, 250, 264, 392, 415,


417.

* Bernardo Silvestrelli de Jesús, Beato, 297, 298, 299.


* Bernardo Spinelli de la Virgen Dolorosa, 64, 88, 89,
102, 149, 150, 162, 163, 182, 184, 186,

189,192,195,205, 208, 226, 227, 231, 232, 235, 236,


239, 267, 300, 320, 321, 332, 334.

* Bernardo de la Asunción, 163, 192.

Bernardotte, principe, 75.

Bemeti Tomás, card., 169


Berti Lorenzo, sacerdote, 278.

Berthier César, generai, 15, 77.

* Blas de S. Vicente Ferrer, 35, 53, 73, 87.

Billuart Carlos Renato, teòlogo, 253, 255, 257, 261,


263.
Blas Santiago, librero, 339.
Bona Juan, card., 264.

Bonald Ludovico Santiago de, mons., 268, 270.

Bonaparte, José, 69.

Bonaparte Napoleón, 11, 14, 25, 41, 48, 59, 65, 67, 68,
70, 71, 75, 78, 80, 89, 95, 115, 299, 302,
309, 313, 324, 345, 361, 368, 379, 381.

Bonaparte Leticia, 368


Bongi Salvador, sacerdote , 280.

* Buenaventura Fedeli de la Dolorosa, 348.

* Buenaventura Paolucci de S. Rafael, 76, 96.

* Buenaventura Paolini de Santa Teresa, 347.


* Buenaventura Ricottini de san Pedro, 72, 106.

Borghese, príncipes, 16.

Bossuet Jacques Bénigne, 264, 268.

Bourliè Francisco, librero, 131.

Bovara Juan, 58.

Boxadors, dominico, 253.

Braschi, príncipes, 16.

Braschi, card., 104.

Bressanvido, 264.

Bretanneau Francisco, 264.


Brogli, conde, 207.

Buriini Lucía, venerable, 40.

Burlamacchi, textil Lucca, 183.

Buttaoni Domingo, mons., 132.

Cadolini Juan Ignacio, mons., 201.

Caín, 392.

Calabiano caballero, 207.

Calabresotto, bandolero, 122.

* Calixto de San Luis, 160, 176.


Calmet, 263.

Calzelli, familia, 27, 377.

* Camilo de Jesús y María, 46, 176, 306.

Cancellieri, 265.

* Cándido de San Luis, 61.

Canning, señora, 217.

Cappelletti, mons., 145.

Capponi Gino, 81.

Capponi Pedro Roberto, 379.

Caprano, mons., 354, 406, 408.


Cardellini, 264.

* Carlos de S. María de la Paz (o de la Virgen de la


Paz), 146, 176, 177, 332.

* Carlos de la Concepción, 43.

* Carlos Bruna de los Corazones de Jesús y María, 25,


28.

* Carlos Landi de la Dolorosa, 159, 161, 165.

* Carlos Romano de S. Miguel, 343, 349, 356.

Carlos Manuel IV, ex rey de Saboya , 85, 298.

* Carlos de la Pasión, 53, 61, 63, 88, 100.

Carlos Ludovico, rey de Etruria, 44, 228.


Carlos Ludovico de Borbón, duque de Lucca, 175, 178,
181.
Carlos IV, emperador, 334.

Carpino, mons., 352.

Carrano, mons., 28.

* Carsidoni Jerónima, 374.

Cartesio (Descartes), 242.

Casali, sacerdote, 224.

* Casamayor, hermanas, monjas pasionistas, 361.

Castagnola Luis, arquitecto, 368.

* Cayetano Angelini de la SS. Anunciación, 42,63, 99,


100, 101, 143 149 151 155 1«
186,187,193,254,255,256,291,370,371 411 ’ ’ ’ ’ ’ 163

Cayetano de Bérgamo, 263.

* Cayetano Rota del Niño Jesús, 74


Celli Miguel, 198.

Cerniti M., 206.

Cesanelli, sacerdote, 146.

Chablais, duquesa, 329.

Championet, general, 28.

Chateaubriand Francisco Renato, 264.

Chiari Luis, sacerdote, 175.


Chiodi Santiago, mons., 193, 194.

Choloniewski Estanislao, 331.

Cìngati Alfonso, 263.

Cióciova María, 356.

Cirilo, San, 413.

* Claudio de S. María, 34, 35, 52, 53.

Clemente Papa XI, 294.

Clemente Papa XIV, 171, 365.

* Cemente de Santo Tomás, 176.

Gobbet G., 264.


Cochín, 263.

Coiacicchi, familia, 27.

Conca Tomás, pintor, 227, 287.

Consalvi Hércules, card., 82, 116, 123, 127, 128, 129


141 242
Contenson, 263.

Cornelio a Lapide, 263.

Corradini Antonio, 197


Corsi, mons., 205.

Cortesi Antonio, impresor, 238.

Cosenza Giuseppe, mons., 210.


Crisostomo Juan, San, 250, 264.

Cristaldi Belisario, card., 42, 195, 203.

* Crucificada Costantini de Jesús, venerable, 359.

Cuniliati Antoine, teólogo, 253, 254, 263.

D’Auvergne Hugo de la Tour, mons., 214.

Damasceno Juan, San, 413.

Dasti, familia, 73.

Del Bufalo Gaspar, fundador, San, 127, 199, 203, 323.

De Ligorio Alfonso, fundador, San, 134, 257, 258, 261,


263 264 323
De Gregorio E., cardenal, 172, 175.
De La Mennais Félicité, 264, 268, 269, 270, 271, 272,
273, 274.

De La Mennais Juan Maria, 268.

Della Porta Domingo, pintor, 304.

Della Somaglia Julio, card., 85,132, 158, 303.

Della Cerra, condesa, 302.

De Mazenod, mons, fundador, 133.

De Nobilo José, mons., 179.

De Nota don Julio, gobernador de Pontecorvo, 75.

De Tournon Camilo, prefecto de Roma, 74.


De Zelada, card., 376.

Di Pietro Miguel, card., 85.

Domingo de Guzmán, fundador, Santo, 413, 415.

* Domingo Barberi de la Madre de Dios, Beato, 73,134,


178, 181, 182, 183, 185, 186, 187, 190,

191, 192, 205, 212, 213, 214, 215, 217, 218, 221, 226,
232, 234, 235, 236, 237, 244,
246, 247, 249, 250, 252, 254,255, 256, 257, 258, 259,
260, 265, 266, 267, 272, 273,

274, 275, 276, 291, 298, 299, 300, 309, 312, 320, 321,
332, 335, 337, 340, 341, 372,
374, 376, 378, 412.

* Domingo Bertolotti de la Concepción, 40.


* Domingo de San Pablo, 42.

* Domingo del Corazón de Jesús, 122.

* Doria Antonio, card., 330.

Doria Jorge, card., 330.

Doria Pamphily José, card, 20, 324.

Dori Juan, sacerdote, 174.

Dovanlía Pablo, obispo de Nicópolis, 47, 342, 347,


349.

Drack Pablo, sacerdote, 214.

Draganov Francisco, sacerdote, 352.


Dragano F, 355.

Dugnani Antonio, card., 330.

Durini Carolina Trotti, 306.

Duphot, generai, 15, 16.

* Egidio, hermano, 122.

* Emidio de la Dolorosa, 292, 300.

* Emidio Chiari de San Luis, 31, 34, 53, 55, 64, 88,
101, 102, 142, 148, 155, 157, 158, 160, 175.
Ercolani Luis, card., 330.

*Ercolani, Fortunato,mons. , ver Fortunato.

* Estanislao de S. Pedro, 163,191, 333.


* Esteban de S. Domingo, 55, 64, 88, 101, 122.

* Esteban Monetti de S. José, 305, 348, 352, 353, 400,


411.

Eucario Juan, mons., 333.

* Eutiquio Pozzi de San Felipe, 239.

Falconeri, arzobispo, 200.

Falzacappa Juan Francisco, 110.

* Félix de la V. Dolorosa, 176, 244, 246.

* Félix Antonio Colella de san Luis, 253.

Fenaja Benedicto, mons., 46.


* Fernando de San Rafael, 180.

Fernando, 1 rey de Nàpoles, 324.

Fernando IV, rey de Nàpoles, 20, 27, 29.


Fernando III, gran duque de Toscana, 228.

Fesch José, card., 367.

* Felipe Antonaroli de la SS. Concepción, 8, 28, 29, 34,


37, 40, 50, 51, 55, 61, 64, 75, 84, 85,

86, 87, 88, 90, 93, 94, 101, 110, 142, 143, 283, 289,
290, 292, 324, 332, 341, 351, 362.
Filerio Carlos, mons., 200.

* Felipe del SS. Sacramento, 291.

* Felipe de Jesús y María, 88, 99, 100, 105.

* Felipe Squarcia de la SS. Anunciación, 190, 190,


348, 352, 355, 400, 409, 411.

* Felipe De Angelis del SS.Sacramento, 253, 300.


Foce José, sacerdote, 209.

Fontana Francisco, card., 330, 331.

Ford, ministro anglicano, 213.

* Fortunato Bucci de S. Luis, 39, 73.

* Fortunato Maria Ercolani, mons., 292, 347, 353, 356,


407, 408, 409.

* Fortunato de Jesús y María, 332.

Fozio, 401.

Fryssinous, mons., 270.

Francisca de Chantal, Santa, 386.


* Francisco Appiani del Crucifijo, 9.

* Francisco de la SS. Concepción, 302.

* Francisco de la Dolorosa, 160.

Francisco de Asís, San, 385, 416.

* Francisco de San Felipe, 315, 332.

* Francisco de San Juan, 34, 55.

* Francisco de S. José, 105, 180.

* Francisco Ferreri del Divino Amor, mons., 35, 47, 50,


53, 292, 342, 343, 347.

* Francisco María de Jesús, 132, 150, 163, 324.


* Francisco Javier de San Luis, 13, 28, 34, 55.

Francisco de Sales, San, 9, 263, 386.

Francisco I, rey de Nàpoles, 324.

Francesconi José, 180.

Francisco Rotarius, 263.

Fransoni, card., 202, 206.

Frattini Antonio, 56, 330.

Frattini Cándido, vicegerente de Roma, 56, 330.

Frattini Andrés María, mons., 304.

* Fulgencio Pastorelli de Jesús, 231, 292, 293.


Frescobaldi Capponi Magdalena, fundadora, 81, 133,
336, 379, 387.

Frescobaldi José, 378.

Gabber, capitán, 78.

* Gabriel de la Dolorosa, San, 340.

* Gabriel de la V. Dolorosa, 53, 63, 64, 88, 101, 102,


143, 147, 148, 149, 158.

* Gabriel de la I. Concepción, 195.

* Gabriel de la Presentación, 291.

Gabrielli, principe, 16.

Galanti Juan, 126.


Galassi Ángel, sacerdote, 361.

Galeffi, card., 303.

Gallo Telesforo, can., 130.

Gamberini Antonio Domingo, card., 212.


Garampi José, card., 359.

Garofali Francisco, 200.

Garrigos Juan Francisco, can., 376.

* Gaspar De Castro de S. José, 76, 95.

Gasbarrone, bandolero, 121.

Gassendi, 242.

* Gaudencio de la Dolorosa, 176.

Gazzola Buenaventura, mons., 363, 364, 365, 366,


367, 370.

Gazzoli Francisco Maria, mons., 103.


Gerardi Mazzagalli Ana, condesa, 198.

* Gerardo de S. José, 176.

* Gesualdo Giammarco de la V. Dolorosa , 299.

Ghica Gregorio, principe, 353.

Gianotti Pedro, 263.

Giumella Victor Manuel, 19.

Giustiniani, principe, 15.

Giusti Costantino, pintor, 304.

Gizzi Tomás Pascual, card., 207.

Gobbi De Gobbis Lorenzo, 197.


Goudin Antonio, filòsofo, 252, 263.

Gouvion de Saint Cyr, gen., 18.

Grati Luis, mons., 172.

Grazi Inés, 57.

Grazi Juana Maria Venturi in., 57.

Grazi Vicente, 57.

Gregorio papa, San, 250, 261, 263, 264.

Gregorio Papa XVI, 120, 121, 141, 208, 215, 274, 292.

* Gregorio de la Visitación, 12.


* Gregorio de San Miguel Arcángel, 35, 64, 88, 93, 99,
147, 148.

Gregorio Taumaturgo, San, 413.

Grocholski Nicolás, 331.

Guala Luis Fortuna, sacerdote, 134, 379.

Guillermo I, rey de Holanda, 217.

Haffreingue, sacerdote, 214, 216, 218.

Ignacio de Loyola, San, 46, 234, 260, 397, 414.

* Ignacio Carsidoni del S. Costado, 213, 214, 215, 216,


217, 252, 256, 259, 268, 306, 334,

341,374.
* Ignacio Rossi de San José, 12, 23, 34, 35, 50, 51, 52,
61, 75, 76, 80, 93, 279, 291, 298, 394.

* Ignacio del Corazón de Jesús, 62, 96.

Inghirami, escolapio, 256.

Inocencio Papa III, 334.

Inocencio Papa IV, 334.

Inocencio Papa XII, 334.

* Inocencio de Jesús, 149, 150, 162, 191, 192.

* Inocencio de la Dolorosa, 76.

* Inocencio de S. María (o de María Virgen), 176.


* Inocencio de San Pedro, 53, 63, 88, 93, 101, 103,
143, 147, 149, 158, 159, 324.

Ireneo, San, 263.


* Isidoro de S. Juan Bautista, 12, 35, 231.

* Jacinto de la Asunción, 195.

Jaricot Paulina María, Santa., 134, 353.

Jeremías, profeta, 340.

Jones caballero Di Clylta, 337.

* José María Claris del Crucifijo, 7, 8, 12, 20, 28, 32,


33, 34, 35, 39, 42, 44,47,49,50, 51, 52, 54,

55, 61, 88, 93, 107, 110, 111, 112, 236, 279, 294, 307,
309, 332, 333, 389, 394.

* Joaquín, 39.

* Joaquín de San José, 176.


* Joaquín del SS. Salvador, 73.

* Joaquín Pedrelli del E. Santo 73, 76, 132, 140, 160,


166, 167, 168, 169, 170, 171, 172, 173,

174, 175, 224, 243, 290, 315, 318, 332,348, 351, 355,
356, 371.

Jonás, profeta, 149.

José II, emperador de Austria, 48, 58, 341, 350.

José, patriarca. 391.

José, San, protector particular de la C. P., 45, 59, 279.

* José María del Niño Jesús, 12, 34, 55, 61, 65, 292.

* José, hermano, 39.


* José Baldasarri del N. Jesús, 74.

* José del Corazón de Jesús, 43.

* José de Jesús, 190.

* José de la Preciosísima Sangre, 180.

* José Snell de la S. Fe, 224, 348, 355.

* José de S. Fortunado, 145.

* José de Santa María, 34, 50, 55, 162, 163, 175, 186,
191, 192.

* José Jacinto Ruberi de S. Catalina de Siena, 21, 51,


61, 297, 338.

* José María Molajoni de la Pasión, mons., 73, 78, 79,


132, 292, 344,345,346, 348, 350, 353,
354, 356, 399, 406, 407, 408, 411.

Juan Andrés de San Pedro, 12.

* Juan Andrés de San Pablo, 291.

* Juan Bautista Danei de S. Miguel Arcángel, 9, 29.

* Juan Bautista Porta de San Ignacio, 7.

* Juan Bautista de San Felipe, 301.

* Juan Bautista de San José, 63, 101, 147.

* Juan Bautista de San Jerónimo, 180, 184, 192, 332.

* Juan Bautista Gorresio de S. Vicente Ferrer, 7, 8, 12,


20, 40, 51, 165, 265, 297, 332, 374
* Juan Bautista de la Asunción, 100, 149, 150, 316.

Juan de la Cruz, San, 263.

Juan Evangelista, San, 413.

* Juan Lucas de la Asunción, 35,52, 64, 88,94, 101,


103, 109, 110, 143, 155, 156, 163, 171,

178, 180, 186, 187, 188, 210, 301, 341,411.

* Juan María Cioni de S. Ignacio, 7, 12, 51, 155, 288,


289, 338, 359, 373, 376.

* Juan María Delicoi de Jesús, 355.

* Juan María de S. Antonio, 302, 382.

* Juan Mateo del S. Corazón de Jesús, 332.


* Juan Mateo del Corazón de María, 192.

* Juan Pablo de S. Maximiliano, 105.

* Juan Pedro de la Virgen del Carmen, 176.

* Juan Pedro de S. Vicente Ferrer, 65, 88, 93, 99, 100,


108, 110, 143, 149, 150, 162, 292, 370.
* Juan Femminella de S. Antonio, 74, 157.

* Jerónimo de San Luis, 91, 100.

* Jerónimo Pizzicanella de la Madre de Dios, 348, 353,


356, 400.

* Justino de la SS. Concepción, 180.

Labis Gaspar José, mons., 217.

Labbre Benito José, San, 214.

Lambruschini Luis, card, 188, 195, 206, 215.

Landucci José, pintor, 292.

Lanteri Brunone, fundador, 134, 379.


Layman, 262.

Lays José María, mons., 158.

Leibniz, 242.

* Leonardo de la Presentación, 43.

León Magno Papa, San, 250.

León Papa XII, 119, 131, 136, 138, 140, 141, 142, 151,
159, 169, 200, 207, 224, 242, 305, 353.
Leopoldo I, gran duque, 44, 342.

Litta Lorenzo, card., 46, 85, 86, 110, 362, 364, 367.

Locke, 242, 255.

* Lorenzo María Salvi de S. Francisco Javier, Beato, 9,


73, 100, 101, 103, 106, 122, 132, 149,
150, 163, 191, 192, 232, 262, 278, 288, 291, 331, 332,
340, 341.

* Lorenzo de San Miguel Arcángel, 105.

* Lorenzo Lombardi del S. Costado de Jesús, 298.

Lucas Evangelista, San, 413.

* Lucas María Fabi de la SS. Trinidad, 39, 43, 53, 63,


72, 76, 88, 92, 93, 100, 103, 105, 107,

109, 127, 144, 145, 147, 148, 149, 155, 157, 159, 160,
161, 163, 173, 175, 176, 177,
186, 187, 189, 196, 260, 289, 314, 315, 324, 325, 332,
336, 352, 411.

* Lucas de la Asunción, 175.


* Lucía de S. Mammo, 361, 364.

Lucidi Domingo, 300.

* Ludovico de San José, 35, 52, 53, 59, 316.

* Ludovico del Corazón de Jesús, 292.

* Ludovico Cappello de la Piedad, 43, 145, 349.

Ludovico I, rey de Etruria, 91.

Luis Felipe, rey de Francia, 216.

* Luis del Corazón de María, 13.

* Luis de María Virgen, 61.


* Luis Cesanelli de Santa Ana, 54, 63, 72, 132, 150,
155, 162, 186, 189,190, 223, 315.

* Luis de S. Rafael, 52, 99, 100, 101, 143, 146, 149,


163, 191.

* Luis María Togni de S. Rafael, 99.

* Luis Pisani de San Antonio, 79.

* Luis de la SS. Concepción, 160.

* Luis Bonauguri de la I. Concepción, 43, 63, 76, 77,


89, 99, 100, 132, 191, 192, 331, 347, 348,
351,356,408.

* Luis de San José, 105.

* Luis Cinti de la V. Dolorosa, 156, 162, 348.


* Magdalena Calzelli, 360, 366, 378.

Maj, card., 264.

Maldonado, 263.
Malebranche, 246, 268.

Mancini José, arzobispo, 257.

Manieri Jerónimo, mons., 175.

Mahoma, 405.

* Marcelo Cerruti de la V. Dolorosa, 162, 166, 167,


206.

Marchesi Luis, sacerdote, 211.

* Marcoaurelio Pastorelli del SS. Sacramento, 231,


248.

Marcos, 123.

* Marcos de S. José, 180.


Marcos Efesino, 401, 404.

Maria Amalia, gran duquesa, 378.

María Inés Corsieri, 365.

Maria Luisa de Borbón, reina de Etruria, 44, 58, 91,


178, 181, 305, 337.

* Mariano Gianmarco de Jesus, 244, 247, 266, 267,


291, 299, 372.

* Mariano de S. Máximo, 13, 34, 55.

* Mariano Savini de San José, 160, 165, 174.

Mari, arquitecto, 92.

Marini Juan Bautista, impresor, 256.


* Mario Capitanio, 412.

Martini Antonio, arz. de Florencia, 44, 263.

* Martin del E. Santo, 55.

* Martin de la SS. Concepción, 180.

* Martin del SS. Crucifijo, 291, 299.

Marogna Maximiliano, can., 331.

Martorelli, can., 369.

Marucci Pedro, 300.

Massa, médico, 344.

Massa Santiago, sacerdote, 4L


Masseroni Alejandro bandolero, 121.

Mastai Ferreti (Pío IX), 330.

Mastrofini Marcos, sacerdote, 276.

Matei Alejandro, card., 38, 85.

Matei (dei) Nicola, mons., 202.

* Mateo del Verbo Encarnado, 35, 52.

* Mateo Baldini de S. Juan Bautista, 160, 161, 190,


348, 350, 351, 356.

* Matías Sbarra del Niño Jesús, 21.

Maury Sifrego, card., 17, 375.


Mazzagalli, mons., 145.

Melchor Cano, teòlogo, 257.

* Miguel Ángel de la V. Dolorosa, 34.

* Miguel Ángel Cherubini del Corazón de Maria, 148.

* Miguel Ángel de San José, 189, 190.

* Miguel Ángel, 301.

* Miguel Hirschenauer de la Purificación, 347.

Minciaki, cónsul, 409.

Miollis Sesto Alejandro, gen., 65.

Montanari, carbonario. 317.


Morelli José, sacerdote, 41.

Morelli Carlos, 329.

Morelli, abogado, 42.


Morotti, condesa. 262.

Morozzo, card., 206, 207, 208, 209.

Moschetti Carlos, encuadernador, 304.

Murat Joaquín, 67, 69, 81, 95, 115, 229, 329.

Muratori Ludovico Antonio, sacerdote, 264.

Muzzarelli, 264.

Naro, card., 303.

Nasalli mons., 352.

* Naselli Carmelo Amadeo, 90, 91, 297.

Natal Alejandro, 262.


Navona, arquitecto, 366, 368.

Nestorio, 413.

* Nicolás Ottaviani de Jesús, 302, 347.

* Nicolás Chionsini de S. Vicente Ferrer, 79.

* Nicolás de María Dolorosa, 63, 100.

* Nicolás de Santa Maria, 104.

* Nicolás de S. Matías, 105.

Nicolás, emperador, 410.

Nottolini, arquitecto, 179, 181.


Odescalchi Carlos, card., 165, 167, 172, 187, 188, 193,
194, 211, 212.

Orioli Antonio Francisco, card., 188, 204.

Orsetti Paglicci Dominga, condesa, 337.

Ottaviani F., 329.

* Pacífico Storani de S. Francisco de Sales, 72, 146.

Pacca Bartolomé, card., 82, 86, 107, 148, 362.

Pacca Tiberio, dir. gral. de policía, 121.

Paccanari Nicolás, sacerdote, 133.

Pallavicini, principe, 132.


Palomba María Francisca, 374.

Palomba Domingo, 77, 78, 374.

Pallota Antonio, card., 121.

Palma, 264.

Paluzzi Lorenzo, mons., 374.

* Paulino de S. Agustín, 332.

Pablo Papa V, 334.

Pablo Apóstol, San, 415.

* Pablo Antonio de la Agonía del Señor, 35.


* Pablo Danei de la Cruz, San, 9, 24, 39, 57, 105, 143,
176, 178, 205, 208, 212, 218, 227, 231,

236, 276, 288, 292, 300, 330, 336, 337, 359, 376, 378,
383, 386, 387.

* Pablo Jacinto Hegli de la SS. Trinidad, 7, 12, 21, 35,


301.

* Pablo Luis Pighi de María Virgen, 12, 21, 35, 50, 53,
63, 73, 87, 88, 93, 94, 104, 108, 109,

143, 144, 146, 148, 155, 156, 158, 163, 168, 189, 199,
241, 243, 252, 258, 260, 280,

284, 287, 290, 307, 324, 332, 333, 334, 369, 370, 408.

Pablo (Paulichanos). 401.

Parisella, familia, 27.


* Pascual Bianchi de S. Pedro, 35, 39.

* Pascual del SS. Sacramento, 74, 292.


Pedicini C. M., card., 172.

Pedralli Ángel,,sacerdote, 256.

Pedro Apóstol, San, 404.

* Pedro Canata de la Cruz, 79.

Pedro Crisólogo, San, 164.

* Pedro de S. Juan Bautista, 43, 105.

* Pedro Francisco Tissier del SS. Crucifijo, 13, 27, 34,


40, 55, 64.

* Pedro Maria Mattei de Jesús Crucificado, 145, 162,


202, 332.

* Pedro Molinari de la Pasión, 348.


* Pedro Pablo Celi de San Luis, 77, 99, 324.

* Pedro Pablo del Niño Jesús, 176.

* Pedro Pablo Lupi del Corazón de María, 7, 13, 33.

Pedro Pinamonti, 263.

* Pelegrino Celi de la Virgen Dolorosa, 175.

Pezza Michele, ‘fray Diablo’, 30.

Phillipps Ambrosio de Lisie, 213, 214, 337, 340, 341.

Piccini José, can., 43.

Pignatelli, príncipe, 29.

Pío Papa VI, 15, 16, 32, 39, 41, 65, 200, 375.
Pío Papa VII, 45, 46, 47, 59, 60, 64, 77, 81, 82, 85, 86,
87, 90, 94, 113, 115, 116, 118, 128, 130,
135, 140, 141, 280, 283, 329, 333, 334, 336, 340, 367.

Pío Papa VIII, 119, 140, 171.

Pío Papa IX, 330.

* Pío Cayro del Nombre de María, 180, 181, 183, 184,


192, 213, 246, 248, 332.

Portalis, 48.

Posta Luis, dominico, 75.

Potestà, Felice, 262.

Prati e Pellati Cristóbal, 205.


Puccinelli C, editor, 256, 341.

Quaratesi Josefa, marquesa, 378.

Radet, gen., 65, 329.

* Rafael de la Virgen Dolorosa, 31, 149, 162, 163, 191.

* Rafael de S. Antonio, 235.

* Raimundo de María Virgen, 35.

*Raimundo de Santa María, 195.

* Raimundo de la Pasión, 332.

* Raimundo Momia de S. Francisco de Borja, 348.

Ramón de Sebaunde, 263.


Ricasoli Lucrecia, 379.

Ricasoli Pedro Leopoldo, caballero, 205, 379.

Rivarola Agustín, card., 81, 119, 202, 330.

Rivera Lelio, 178.

* Roque de San Miguel Arcángel, 163, 190, 191, 192,


332.

Rodríguez, 264.

Rolla Jacinto, sacerdote, 207.

Roselli Salvador, filósofo, 253, 254, 256, 263.

Rosmini Antonio, sacerdote, 139.


Rospigliosi, príncipe, 198.

Rousseau, 242, 255.


Ruffo Scilla, card., 85.

Ruperto, 413.

Ruspoli Alejandro, príncipe, 330.

Sabatini Santiago, sacerdote, 27.

Sala José Antonio, card., 17, 84, 124, 168, 169, 170,
172, 207, 208, 209.

Salerno, can., 365.

Salvati Carlos, librero, 254.

Salvioni Luis, librero, 130.

Salvucci, librero, 74.


Sancio Miguel, sacerdote, 348.

* Santiago Gianel, Ven., 39, 293.

* Santiago Gori de la Virgen de la Piedad, 61.

* Santiago Sperandio de las SS. Llagas, 12, 13, 33, 47,


50, 51, 54, 61, 64, 73, 75, 77, 93, 279,

292, 342, 347, 349.

* Santiago Vai de la Presentación, 80.

* Santiago de San Pedro, 176, 245.

Sardagna, 263.

Scaramelli Juan Bautista, 264.


* Sebastián de S. Luis, 63.

* Sebastián de S. José, 147, 148, 157, 160, 178, 189,


190, 191, 230, 320, 332.

* Secundiano de S. Miguel, 317, 330, 333.

Segneri, 264.

* Serafín de San Luis, 53.

* Serafín del E. Santo, 176.

* Serafín del Corazón de Jesús, 192.

* Serafín Gervasi de la Virgen de las Gracias, 96.

Sergio Juan, mons., 210.


* Silvestre de S. Juan Evangelista, 245.

* Simón de S. Estanislao, 35, 52.

* Simón de S. José, 245.

Siniscalchi, 264.

Sopranis, sacerdote, 209.

* Spencer Jorge (Pablo en la C. P. ), 213, 214, 216,


218.

Spencer, señora, 216.

Spinola, 264.

Stampò, teòlogo, 254.


Stocchi Eugenio, sacerdote, 200.

Sutu Alejandro, príncipe de Bucarest, 350, 353.

Taddini Tadeo, carmelita, 302.

Targhini, carbonario, 317.

Tempesti Casimiro Liborio 264.

Teresa de Jesús, Santa, 263.

* Teresa Palozzi de la Asunción, 377.

Terrigi Maria, 79.

Testaferrata, card., 148.

Tofanelli, caballero, pintor, 292.


Toietti Juan Bautista, 148.

Tomás de Aquino, Santo, 108, 242, 243, 253, 254,


255, 263.
* Tomás Albesano de la Sabiduría Encarnada, 7, 13,
51,53, 61, 63, 75, 76, 84, 87, 88, 90, 100,

103, 104, 106, 110, 111, 112,112, 113, 124, 126, 142,
165, 198, 199, 227, 241, 243,
309, 341, 382.

* Tomás Struzzieri, mons., 292, 336.

* Tomás Fossi de Jesús y María, 292.

* Tomás Marzi del Crucifijo, 12, 22, 35.

* Tomás Gentili de S. Estanislao Kostka, 76, 77, 157,


191,192.

* Tomás de Jesús, 161, 190.

* Tomás Scheilino de Jesús, 348, 352.


* Tomás de la SS. Trinidad, 193.

Trojetti, 329.

Tuderini, 263.

* Turrenio de la SS. Trinidad, 292.

Turchi, teólogo, 264.

Ubaldo, San, 106.

* Ubaldo Michetti de S. Vicente Ferrer, 300.

Ugo de Basville, 14.

Ugolini José, delegado apostólico, 121.

Vanni, 23.
* Valentín Bistolli de S. María Magdalena, 7, 13, 21,
50, 61, 63, 279.

* Valentín de la Madre de Dios, 180, 181, 183.

* Valentín de San José, 246.

* Venancio de S. Francisco, 55, 148.

* Venancio de Nuntiis de San Luis, 177.

Víale, médico, 167.

Vidoni, card,, 302.

* Vicenta de S. Catalina, 291, 372, 373, 376, 378.

* Vicente María de Jesús, 35, 52, 53, 62, 63, 279, 394.
* Vicente de S. Joaquín, 62, 63, 89, 99.

* Vicente María Strambi de San Pablo, San, 7, 8, 14,


15, 28, 30, 40, 42, 45, 46, 47, 50, 76, 77,

81, 85, 128, 129, 134, 144, 179, 195, 210, 250, 251,
252, 257, 258, 259, 260, 291, 300,
301, 304, 305, 321, 323, 324, 330, 336, 337, 338, 341,
368, 371, 383.

* Vicente Ghiglia de San Andrés, 13, 34.

* Vicente del SS. Sacramento, 160, 173, 189, 190,


195, 332.

* Vicente Sardi de la Resurrección, 79.

* Victorio Tagnocco de S. Eleuterio, 74.


Victorio del Castellazzo, 78.

Vivaldi, 329.

Voltaire, 242, 255.

Wiseman, card., 216.

Zaccaleone di Piperno, 4L
Zelli Julio, 73.

Zondadari Antón Félix, card., 16, 205.

Zucconi, 262.

Zuria Plàcido, 169, 304, 305., card.

Zurlo Capece, card., 29.


INDICE GENERAL

Introducción 5

Capítulo primero

José María Claris del Crucifijo 1796-1809

1. - X Capítulo General 1796, 7

2. - El P. José Ma. Claris del Crucifijo, 9

3. - La Congregación al principio del gobierno del P.


Claris y

capítulos prov. de 1796, 11

4. - La revolución francesa invade militarmente Italia,


13
5. - Efectos de la ocupación francesa sobre la
Congregación, 17

5.1. - La legislación de la república sobre los institutos


religiosos, 17

5. 2. - La situación de las comunidades pasionistas, 19

5. 3. - La efímera marcha del rey de Nápoles contra los


franceses, 27

6. - Reacción popular y retirada de los franceses, 30

7. - La Congregación al final de la invasión francesa,


31

8. - Hacer florecer el verdadero espíritu de la


Congregación y

de nuestro Ven. Fundador, 32


8. 1. - Circular del Superior General, 32

8. 2. - Capítulos provinciales de 1799, 33

* Capítulo prov. de la Dolorosa 1799, 33

* Capítulo prov. de la Presentación 1799, 34

8.3.- Orientaciones espirituales y prácticas de los

dos capítulos provinciales, 35

9. - Actividades apostólicas, 37

10. - Clausura de retiros y ofrecimiento de


fundaciones, 39

10. 1. - Clausura de los retiros de Toscanella y


Anguillara, 39
10. 2. - Refugios durante la dispersión y oferta de
fundaciones, 40

10. 3. - Fundación de los retiros de Giano y Arezzo, 42

11. - Dos pasionistas al servicio de la Iglesia como


obispos, 45

11. 1. - Elección episcopal de mons. Vicente María


Strambi, 45

11.2. - Bula de Pío VII del 5-VIII-1801, 47

11.3. - Elección de mons. Francisco Ferreri en 1805,


47

12. - Capítulos General y provinciales de 1802, 48

12. 1. - Situación política y eclesial, 48


12. 2. - El XI Capítulo General de 1802, 49

12. 3. - Capítulos provinciales de 1802, 52

* Capítulo prov. de la Presentación, 52

* Capítulo prov. de la Dolorosa, 53


13. 1. - Dos grandes bienhechores desde los orígenes,
56

13. 2. - La fábrica de paño en la casa de Roma, 58

14. - XII Capítulo General de 1809, 58

14. 1. - La situación social y política, 58

14. 2. - XII Capítulo General, 60

14. 3. - Capítulos provinciales, 62

* Capítulo de la prov. de la Presentación, 62

* Capítulo de la prov. de la Dolorosa, 64

Capítulo segundo
Supresión napoleónica y restauración, 1809 - 1821, 67

I. Supresión de las corporaciones religiosas, 67

1. - El Estado Pontificio absorbido por el imperio


francés, 67

2. - Situación de los religiosos en vísperas de la


supresión, 68

3. - Supresión parcial de religiosos y religiosas, 69

4. - Supresión general de los religiosos, 70

5. - Situación de los pasionistas, 71

5. 1. - Los retiros, 71

5. 2. - Superiores y religiosos, 75
5.3.- Religiosos encarcelados, exiliados y deportados,
76

II. Restauración de la Congregación

6. - Situación política en 1814 y el Estado Pontificio, 80

7. - Restauración de los institutos religiosos, 82

8. - Reacción de los pasionistas, 87

9. - Primeros pasos de la restauración, 87

10. - Situación económica, 90

11. - Reanudación de la actividad apostólica, 92

III. Inicio de la Restauración de la Congregación 1815 -


1821
12. - XIII Capítulo General 1815, 93

13. - El drama de los religiosos que no volvieron, 95

14. - Los capítulos provinciales de 1815 y de 1818, 99

* Capítulos XIV y XV de la Presentación, 99

* Capítulos XIV y XV de la Dolorosa, 101

15. - Reapertura de algunos retiros y fundación del de


Todi, 102

16. - Clausura o abandono de algunos retiros, 105

17. - P. Tomás Albesano de la Sabiduría Encarnada,


112
Reactivación y desarrollo de la Congregación 1816 -
1839, 115

1. - Situación política en 1815, 115

2. - Situación del Estado Pontificio, 116

3. - Sociedades secretas, 118

4. - Los bandoleros y el miedo entre los pasionistas,


121

* El miedo a los bandidos y la clausura del retiro de


Terracina, 122

* Un retiro para ayudar a la gente a liberarse del


bandolerismo, 123

* Miedo a los bandidos en Monte Cavo, 126


* Miedo a los bandidos en Ceccano, 126

5. - Conservadores y liberales, 128

5. 1. - ¿Sigue siendo de utilidad a la Iglesia

Católica el Estado Pontificio?, 128

5. 2. - ¿Cómo defender el altar y el trono?, 129

6. - Renovación religiosa del pueblo y el Jubileo de


1825, 130

7. - Atención a la vida consagrada, 135

8. - Formación de los sacerdotes y cura pastoral del


pueblo, 138

9. - Asistencia hospitalaria a pobres y ancianos, 140


10. - Estudios y escuelas, 141

11. - XIV Capítulo General de 1821, 142

12. 1. - Personalidad del P. Pablo Luis de María


Virgen, 143

12. 2. - Reapertura de los retiros de Recanati y


Morrovalle en 1821, 144

13. - Capítulos provinciales de 1821 y 1824,

* A) De la Dolorosa, 147

* B) De la Presentación, 149

14. - La Congregación en las respuestas enviadas a la


Santa Sede en 1826, 151

* Situación general, 151


* Ubicación y estado de los retiros, 152

* Estado de las iglesias y asistencia de fieles, 153

* Composición de las comunidades, 154

15. -XV Capítulo General de 1827, 155

16. - Capítulos provinciales de 1827 y 1830:

* A) De la Dolorosa, 157

* B) De la Presentación, 162

17. - Promulgación del Reglamento Común, 163

18. - Críticas al gobierno general y salida de algunos


religiosos, 165
19. - Fundación de dos retiros en 1830, 175

19. 1. -Retiro de Santa María del Socorro, L’Áquila,


175

19. 2. - Retiro de San Miguel Arcángel, Lucca, 178

20. - XVI Capítulo General de 1833, 186

21. - Capítulos provinciales de 1833 y 1836:

* A) De la Dolorosa, 189
* B) De la Presentación. 189

22. - Dos nuevos retiros en el Estado Pontificio, 193

22. 1. - Magliano Sabino, 1836, 193

22. 2. - Abadía de S. Salvador Mayor en Sabina, 1837,


195

23. - Propuestas de fundación no realizadas, 196

23. 1. - En el Estado Pontificio, 197

23. 2. - En el gran ducado de Toscana, 1205

2 3. 3. - En el reino de Cerdeña, 205

23. 4. - En el reino de Nápoles, 210


23. 5. - En el ducado de Módena, 211

24. Preparación de fundaciones realizadas después de


1839, 211

24. 1. - Moricone, 211.

24. 2. - Larga preparación para llegar a Inglaterra, 212

25. - Personalidad del P. Antonio Colombo de San


José, 218

Capítulo cuarto

La vida interna de la Congregación, 221

1.- Vocaciones, formación inicial y perseverancia 221

1. - Movimiento vocacional, 221


2. - Formación espiritual de los novicios, 232

3. - Identidad pasionista, 234

3.1. - Llevar la Pasión de Cristo grabada en el corazón,


234

3.2. -La‘Madre Congregación’, 238

4. - Formación cultural entre 1815-1839, 241

4.1. - Situación cultural de la Congregación, 242

4.2. - Los estudiantes y su formación, 244

4.3. - Año escolástico y método de estudios, 248

4.4. - Cursos de estudios y textos empleados, 249


4.5. - Orientación doctrinal, 253

4.6. - Estudio de la Sagrada Escritura,

de los Padres y de la sagrada elocuencia, 258

4.7. - Aceptación de la autoridad doctrinal

de S. Alfonso María de Ligorio, 261

5. - Biblioteca en la comunidad pasionista, 262

6. - Planteamiento de algunos problemas culturales en


la Congregación 265

6.1. - Proyecto de grados académicos, 265

6.2. - Controversia relativa a Félicité De La Mennais


(1782-1854), 268
6.3. - Algunos problemas filosóficos y morales, 275

7. - Oración litúrgica, 276

7.1. -Liturgia de las Horas, 276

7.2. - Liturgia propia de la Congregación, 278

7.3. - Memoria de la Pasión de Cristo: identidad


pasionista, 283
7.4.- Ritos y signos de identidad y pertenencia, 284

8. - Memoria histórica de la Congregación, 289

9. - Santidad en la Congregación, 293

9.1. - Aspiración a la santidad, 293

9.2. - Medios más importantes para animar

a las personas y a las comunidades, 295

9.3. - Algunos religiosos que en la fama común


destacaron más en santidad, 297

9.4. - Causa de Canonización de Pablo de la Cruz, 301

9.5. - Causa de Canonización de mons. Vicente María


Strambi, 305.
10. - Economía de las comunidades y compromiso con
la pobreza religiosa, 306

Capítulo quinto

La actividad apostólica de la Congregación

I. Actividad apostólica en Italia 311

1. - Metodología, 311

2. - Eficacia de las misiones y de los ejercicios


públicos, 313

3. - Gratuidad total del ministerio apostólico, 320

4. - Uso de cánticos en las misiones, 321

5. - Expansión de la predicación pasionista, 324


6. Ejercicios en los seminarios, 327

7. Ejercicios espirituales en los retiros pasionistas, 328

7.1. - ¿Cuántos eran los predicadores?, 332

8. - Medios para promover la memoria de la Pasión de


Jesucristo, 333

9. - Uso de la prensa, 337

II. Apostolado en Bulgaria del Norte y en Valaquia

1. - Situación socio-política en este período, 342

2. - Situación religiosa, 344

3. - Situación de los pasionistas en la misión, 345


4. - Pasionistas que trabajaron en la misión, 347

5. - Obispos pasionistas, 349

5.1. - Mons. Francisco Ferreri, 349

5.2. - Mons. Fortunato Ercolani, 350

5.3. - Mons . José Molajoni, 351

6. - Progreso en la educación cristiana del pueblo, 355


Capítulo sexto
Mujeres pasionistas

I.- Las religiosas de la Pasión de Jesucristo

1. - Las religiosas de la Pasión de Jesucristo en 1809,


359

2. - Supresión napoleónica, 361

3. - Restablecimiento y restauración, 362

4. - Terremoto de 1819 y reconstrucción, 366

5. - Discusión con los pasionistas sobre la comunión


diaria, 369

6. - Vitalidad de la comunidad, 373


6.1. La comunidad en relación con la Iglesia y la
sociedad, 373

6.2. Algunos elementos espirituales más notables, 376

II. Las Esclavas de la Pasión de Jesucristo

1. - Magdalena Frescobaldi Capponi, 378

2. - Inicio del ‘Retiro de las Convertidas’, 380

3. - Pasos hacia un verdadero instituto, 382

Apéndices

N. 1.- Circular del P. José Claris del Crucifijo, 389

N. 2.- Circular del provincial P. Ignacio de S. José, 394


N. 3.- Mons. Molajoni a los misioneros de Bulgaria en
1828, 399

N. 4.- Mons Molajoni presenta el progreso


experimentado por la misión, 324

N. 5.- De la Mariología del B. Domingo de la Madre de


Dios, 406

N. 6.- Horario italiano en uso en este período, 418

N. 7.- Horario de la comunidad pasionista regulado


según el horario italiano, 419

Archivos consultados, 421

Abreviaturas, 421

índice de nombres de personas, 423


(Comentario Sello
Timbro Marco
05-05-2018 11:29:10
en blanco)
(Comentario Sello
Timbro Marco
05-05-2018 11:29:45
en blanco)
HISTORIA DE LA CONGREGACIÓN
DE LA PASIÓN DE JESUCRISTO

Vol. I, 1720-1775, Fabiano Giorgini, C. P.

Vol. II/1, 1775-1795, Carmelo Naselli, C. P.

Los dos volúmenes editados en 1981


Edizioni Staurós Pescara
San Gabriele dell’Addolorata, TE.

Traducción al español:
Vol. I e II/1 por Carlos Lizarraga, 1984 y 1980
Traducción al inglés
I Vol. I e II/1 por Domingo Papa, 1987 y 1988

vol. II/2, 1795-1839, Fabiano Giorgini, C. P.


Traducción al español por Fernando Piélagos, 2002
Traducción al inglés por D. Papa, 2004

Vol. III, 1839-1863,


Paulino Alonso Blanco, C.P. (+2007)
Fernando Piélagos, C. P.

original en español
traducción al italiano, Lorenzo Baldella y Querubín
Satriano, 2011

En preparación:

Vol. IV, 1863-1925,

iniciado por P. Fabiano Giorgini (+2008)


continuado por P. Fernando Piélagos, C. P.
Vol. V, desde 1925 hasta nuestros días
Paulino Alonso Blanco, C. P. (+ 2007)
Fernando Piélagos Mediavilla, C. P.

HISTORIA
DE LA CONGREGACIÓN
DE LA PASIÓN
DE JESUCRISTO

Volumen III

Epoca del P. Antonio di S. Giacomo Testa

1839 - 1863

Curia General
Roma, 2011
Con licencia de los superiores
Roma, 28 abril 2011

P. Ottaviano D’Egidio, Superior General


Cubierta exterior:

Retrato del Bto. Pablo de la Cruz: litografía de G.


Dolfino, por encargo de la comunidad de Aversa
para la beatificación en 1853.
Escudo en la comunidad de Morrovalle.
DATOS PREVIOS

A. JUSTIFICACIÓN DE LA OBRA
B. EVOCACIÓN
DE LOS
PP. PAULINO ALONSO BLANCO
Y FABIANO GIORGINI.
C. SITUACIÓN GENERAL
DE LA CONGREGACIÓN,
DE LA IGLESIA EN ITALIA
Y DEL ESTADO PONTIFICIO
D. PERSONAJES MÁS NOTABLES
DE ÉSTA ÉPOCA PASIONISTA
A. JUSTIFICACIÓN DEL VOLUMEN
1. Programa de la congregación
Este volumen, que llega a su fin con bastante retraso y
notable fatiga, prosigue
la serie de proyectos trazados por el XXXIII Capítulo
General, Roma, 1-21 de mayo
de 1952, con la esperanza de que la congregación se
pusiera al día:

a) Mejor conocimiento del fundador, San Pablo de la


Cruz, a la vista de tres conmemoraciones:
Centenario de la canonización (1967), Bicentenario de
la muerte
(1975) y Tricentenario del nacimiento (1994)1. Como
ambientación se encargó una
biografía documentada, que el P. Enrico Zoffoli logró
culminar entre 1962-1968 en
tres volúmenes2.

b) Puesta al día de las Constituciones. Una comisión


las revisó entre 1952 y
1958, y Juan XXIII las aprobó y promulgó en 1959,
aunque el trabajo resultó efímero,
pues el capítulo general extraordinario 1968-1970
elaboró un texto nuevo de
acuerdo con las directrices conciliares.

c) Mejor conocimiento de la historia del instituto. El P.


Fabiano Giorgini publicó
tres volúmenes de fuentes históricas: a) Decretos y
Recomendaciones de los Capítulos
Generales hasta 1958 (Roma, 1960); b)
Consuetudines o Costumbres, texto de los
PP.Domingo Barberi, Serafín Giammaria y Bernardo
María Silvestrelli (Roma,
1958); y c) Reglas y Constituciones, texto comparado
de las de 1736, 1741, 1746,
1769, 1775 y 1930. Con este material ya disponible, el
P. Malcolm La Velle creó una
comisión histórica formada por los PP. Giorgini, E.
Zoffoli y Paulino Alonso Blanco3.
Dejando a un lado otros avatares de la misma, el P.
Fabiano Giorgini concluyó
el primer volumen Historia de la Congregación en vida
del Fundador, 1720-1775.
El P. Amadeo C. Naselli (1921-1989) logró preparar
Historia de la Congregación de
la Pasión, La Sucesión 1775-1796 (volumen II/1).
Ambos volúmenes salieron a la
vez, en italiano, en 1981. Pero el P. Naselli enfermó y
murió sin haber concluido la
segunda parte de su período Supresión, restauración y
expansión 1796-1839. El P.
Giorgini se encargó de ello y apareció en 2002 ( Vol.
II/2). Al P. Paulino Alonso se
le había confiado la Etapa del P. Antonio di S.
Giacomo, Testa, 1839-1862 (vol.III);
como parte de su programa fue publicando temas
sueltos en la revista PMP (Presenza
Missionaria Pasionista) de Nápoles entre 1990 y 1994,
y un artículo sobre la
fundación en los Estados Unidos. Cuando murió en
2007, la curia general se encon
1
ACP, XVII, 01.07.1952, 229-252; XX, 15.02.1958,
242.-Las abreviaturas, los archivos, la bibliografía
y el índice de nombres se encuentran al final del
volumen.

2 I, Biografía, Roma, 1962; II, L’Uomo - Il Santo,


Roma, 1965; III, Il Maestro di Spirito - Il Missionario
- L’Apostolo - Il Fondatore, Roma, 1968, con una total
de 5.884 páginas.

3
ACP, XX, 19.11. 1958, 397.
tró con fotocopias y material destinado a la obra, un
esquema de lo que sería su parte
en esta historia y diversas páginas de redacción no
definitiva. Para que nada se
perdiera, en enero de 2008 la curia llamó al P.
Fernando Piélagos, de la misma provincia
que el P. Paulino, para que intentara organizar y
concluir el trabajo, con el
asesoramiento del P. Giorgini. Sin embargo, también
éste falleció poco después, y el

P. Piélagos se quedó solo ante la ardua tarea. El III


volumen de esta historia constituye,
pues, otro paso adelante en el proyecto. Quedan por
concluir el IV volumen
(1862-1925), que el P. Giorgini llevaba entre manos, y
el V (1925 hasta la actualidad).
Como homenaje a estos dos historiadores se les
dedica un “In Memoriam”
después de esta página explicativa.
Una aclaración más: a la hora de la periodizar o dividir
la historia en períodos,
la comisión creyó que, lo mismo que se había
consagrado un volumen al primer fundador,
merecía la pena dedicar otro a quien, al morir, fue
llamado segundo fundador,

P. Antonio di S. Giacomo Testa, personalidad


vigorosa, atenta a conservar el patrimonio
histórico del instituto, y abierta a un futuro de
expansión. No fue revolucionario
ni retrógrado. En cualquier caso, salvo otros puntos de
vista, el período del P.
Testa ofrece una congregación tan inquieta y
dinámica, como serena y segura de sus
valores esenciales. Si antes del P. Testa hubo un
período conflictivo y contestatario
en tiempos de su predecesor, P. Colombo, y después
de su muerte reverdeció la división,
en el período 1839-1862 no se encuentran
insubordinaciones ni separatismos.
La línea metodológica seguida por el P. Paulino Alonso
se detenía con morosidad
en el P. Testa, y diluía la importancia de otras figuras
de espesor y relieve. Tratando
de equilibrar las cosas sin caer en el otro extremo, se
ha introducido al principio
una breve memoria de quienes, desde dentro o desde
fuera de la congregación,
tuvieron indudable peso en este período: Gregorio XVI,
Pío IX, PP. Antonio Colombo,
Pío Cayro, Domingo Barberi e Ignacio Spencer... Así
se contrarresta el exceso
de personalismo centrado en el P. Testa.

2. La congregación en su contexto social y eclesial


En su lecho de muerte, el P. Pablo de la Cruz,
beatificado durante el gobierno
del P. Testa, pidió a sus religiosos, que, además de la
caridad evangélica, apoyaran
su fidelidad en pilares como la soledad, la oración, la
pobreza y la obediencia al Santa
Padre y a la Iglesia4. Este valor se ha tenido muy en
cuenta en esta obra. El lector
de los volúmenes precedentes ha encontrado la
conexión del instituto con la agitada
marcha de la Iglesia en el siglo XVIII y en la primera
parte del XIX. Piénsese
cuánto se dejó sentir en el instituto pasionista la
Revolución Francesa, la invasión

Cfr. STRAMBI, V. Mª., Vita del Ven. Servo di Dio P.


Paolo della Croce, Fondatore della Congregazione
de’Chierici Scalzi della Ssma. Croce e Passione di
Gesù Cristo..., Roma, 1786, 181-182.
napoleónica en Italia, la supresión de las
corporaciones religiosas, la restauración, la
fatiga para abrirse camino de nuevo. La congregación
hizo frente a los problemas
que aquí se relatan con la herencia carismática de las
etapas precedentes, y a la vez
con la fuerza de una cadena de testigos que la
transmitieron; entre los cuales merece
la pena centrar la atención en el P. Antonio di S.
Giacomo, Testa5.

Una vez presentada esquemáticamente la biografía del


P. Testa y de otros personajes
más significativos, se ha creído conveniente incluir el
dinamismo externo y visible
del instituto en cuatro secciones: 1) Breve relación de
cada uno de los retiros
existentes en Italia cuando el P. Testa llegó al gobierno
general; b) Proceso de fundación
de los abiertos durante este período; c) Síntesis de los
pasos dados con las
fundaciones solicitadas que no llegaron a consolidarse;
d) Expansión fuera de Italia.
El P. Paulino tenía clasificado este aspecto bajo el
epígrafe Universalidad de la
Congregación; pero ha sido necesario reelaborarlo con
paciencia.

Concluida la parte narrativa del dinamismo externo


parecía conveniente detenerse
en los valores internos que han animado a la
congregación: 1) Gobierno: la manera
de vivir en comunidad, de presentarse en sociedad, de
cumplir las tareas de gobierno,
la idiosincrasia de otros pueblos que no eran Italia, etc.
2) Apostolado: campos
(misiones, ejercicios, parroquias...) y nuevos métodos
y temarios, sin olvidar la
ya histórica misión en Bulgaria y Rumania. También se
recuerda la erección de la
Cofradía de la Pasión en Scala Santa. 3. Formación y
Estudio. Se hará mención de
los nuevos problemas al pasar de un ambiente
religioso a otro laico y de un ambiente
italiano a otro nórdico y sajón. 4)Vida de comunidad,
tanto en su estructura interna,
como en lo espiritual y litúrgico. 5) Espiritualidad de la
comunidad, devocional
y litúrgica. 6) Santidad, causas de beatificación (Pablo
de la Cruz, V. Strambi,

D. Barberi, L. Salvi y Gabriel de la Dolorosa). 7) La


vida pasionista femenina: las
religiosas de clausura, las de Signa y las Hermanas de
la Sma. Cruz y Pasión nacidas
propiamente en este período en Inglaterra. Tras este
recorrido por la historia en
tiempo del P. Testa, se concluye con la síntesis de su
obra, y con los problemas que
esperaban a su sucesor.
El P. Paulino Alonso había estudiado su figura: a)
como misionero: Padre Antonio Testa (1787 1862),
predicatore della Madonna. La pastorale mariana nella
Congregazione della Passione
verso la metà del secolo XIX, en la colección RSSP
(Ricerche di Storia ed Spiritualità Passionist),
44, Roma, 1990; y b) como promotor de la expansión a
Francia, Bélgica, Inglaterra y EE UU, La
Congregazione della Passione oltrepassa l’Atlantico
1852-1862, en LSC (La Sapienza della Croce),
julio-septiembre 2003, 301-325.
10
B. EVOCACIÓN
DE LOS PP. PAULINO ALONSO BLANCO
Y FABIANO GIORGINI

Aunque este volumen corresponde al P. Paulino


Alonso Blanco, es imprescindible
mencionar también al P. Fabiano Giorgini. Ambos
religiosos, fallecidos
por este orden con un año de diferencia, han dejado
una impronta
profunda en la última época de la congregación. En la
Justificación se explica
el proyecto relativo a una historia completa de la
misma, y en él intervinieron
los dos en primera línea, cada uno con su talante y su
capacidad,
unidos por idéntico afán y compromiso. Ofrecemos
seguidamente la
respectiva biografía y su aportación relacionada con
este programa de historia
pasionista, sin entrar en valoraciones de otra
naturaleza.
1. PAULINO ALONSO BLANCO
El 19 de mayo de 2007, víspera de la Ascensión del
Señor, en
la ciudad de Roma, se cerró el círculo de vida temporal
del P.
Paulino Alonso Blanco, de 79 años, de los cuales 62
de religioso
y 56 de sacerdocio. Vino a este mundo un 3 de
noviembre
de 1927 en Becerril del Carpio, Palencia, España.
Profesó en
1943. Ordenado en 1950, estudió en la Universidad
Gregoriana.
Se encargó del archivo general. El 8 de septiembre de
1958
fue nombrado miembro de la Comisión Histórica de la
congregación6.
En 1960 obtuvo el doctorado en Historia eclesiástica

con la tesis El P. Tomás Struzzieri y la visita apostólica


de Mons. De Ángelis a Córcega
1760-1770.

En 1964 regresó a Zaragoza, y después dio clases de


Historia en la Facultad Teológica
de Deusto, Bilbao. En este período localizó el folleto
atribuido a San Pablo
de la Cruz sobre La Muerte Mística. Su influencia
intelectual se hizo sentir en el seminario
diocesano con clases de Historia Eclesiástica,
Patrología y Metodología, y
en el CRETA (Centro de Estudios Teológicos de
Aragón), del que fue director de
1983 a 1987. En el Sínodo Diocesano 1984-1986
participó en la comisión de redacción
de materiales7.

Una faceta significativa ha sido su presencia en casi


todos los capítulos generales
de 1968 a 2006. En 1986 formó parte de la comisión
preparatoria para el de 1988,
y preparó el documento Los Pasionistas ante los
desafíos de hoy. En 1987 volvió a
6
ACP, XVIII, 1 sept. 1953, 126-127; y XX, 15.11.1958,
397. La formaban los PP. F. Giorgini, E.
Zoffoli y Paulino Alonso. - ACP, Segunda Parte,
Noticiario Pasionista, 01.01.1961 [2].

7
Cfr. Diócesis de Zaragoza: Sínodo Diocesano 1984-
1986, Zaragoza, Deleg. Dioc.de Catequesis
1998, pp. 482.
Roma, en donde han transcurrido sus últimos años
preparando el presente volumen,
no concluido.

No ha dejado libros, pero sí más de cincuenta


colaboraciones sobre historia y espiritualidad.
Por su notable prestigio requirieron su colaboración
instituciones civiles
y religiosas. En 1957 y 1958 la BAC (Biblioteca de
Autores Cristianos), de Madrid,
le pidió las biografías de los santos pasionistas para el
Año Cristiano. En 1964
escribió las de San Pablo de la Cruz, San Gabriel de la
Dolorosa, Santa Gema Galgani
y San Vicente Ma. Strambi, para la Enciclopedia de
Orientación Bibliográfica,
Juan Flors, Barcelona. En 1981, La Gran Enciclopedia
Aragonesa incluyó sus colaboraciones
Misioneros Aragoneses (VIII, 2258-2260) y Órdenes
Religiosas en
Aragón (IX, 2502-2507). En 1981, con motivo de la
preparación del primer viaje de
Juan Pablo II a España, la revista Actualidad
catequista preguntó a seis teólogos sobre
la visión global de la Iglesia Española; entre los seis se
incluía al P. Paulino8.

Dada la naturaleza de este volumen, no es el caso de


elogiar sus virtudes; bastará
con recordar sus rasgos más evidentes: a). Amor a la
congregación y a la espiritualidad
pasionista; b) laboriosidad; c) servicialidad; d) intensa
vida interior; e) austeridad
y pobreza personal.

2. P. FABIANO GIORGINI, 1929-20089


Nacido el 02/02/1929 en Castelbasso di Castelalto,
Teramo, se

llamó Candeloro hasta que cambió por Fabiano en el


novicia
do. Profesó en Morrovalle en 1945 en la provincia de la
Pie

dad (PIET); recibió el sacerdocio en 1952 e


inmediatamente

fue destinado a estudiar historia de la Iglesia en la P.


U. Gre

goriana de Roma, donde se doctoró en 1956 con la


tesis Situa

zione sociale-religiosa della Maremma toscana nel


Settecento

publicada en 196810. El P. Malcolm La Velle (general


1952/1964) lo retuvo en Roma como miembro de la
comisión
para el estudio de la Constitución apostólica Sedes
Sapientiae relativa a la formación.
Durante estos años preparó tres volúmenes esenciales
para la Historia de la
Congregación que se citan en el capítulo siguiente.
Durante la preparación del pri

8
Actualidad catequista, n. 109, 1982, 81-92. - Cfr.
relación de sus trabajos en PIÉLAGOS, F., Provincia
de la S. Familia, 100 años de historia, Zaragoza, 2005,
285ss. - ORTEGA, Javier, “Teólogo
e historiador de los pasionistas, en El Mundo, domingo
27.05.2007, p. 8.

9
ACP, XIX, 1955-56, 143. - DI GIANNATALE, G., Profilo
del P. Fabiano Giorgini, passionista,
Curia Generalizia, Roma, 2009.

10
Edit. ECO, San Gabriele, 1968, pp.300.
mer volumen encontró en la biblioteca de la familia
Altieri el texto de las Reglas de
1736, el más próximo a la inspiración original de 1720,
y a la vez incorporó el conjunto
de observaciones de Mons. Emilio Cavalieri, obispo de
Troia, que le había
acogido y asesorado. En 1957 fue nombrado miembro
de la Comisión de Revisión
de los Reglamentos; en 1958 quedó designado
presidente de la Comisión Histórica
de la congregación con el P. Zoffoli y el P. Alonso
Blanco. De 1961 a 1964 dirigió
el Estudio Internacional de Sagrada Elocuencia en
Roma y de 1964 a 1969 fue prefecto
general de estudios. De 1966 a 1970 intervino en la
Comisión Preparatoria para
el Capítulo General Extraordinario 1968-1970, con
encuentros decisivos en Nueva
York y Madrid11.

Asiduo miembro de muchos capítulos (cinco generales


de 1964 a 1988, y once
provinciales de 1963 a 2007), ha sido provincial de
PIET, y consultor y vicario general
de 1976 a 1982. Desde aquel año hasta su muerte ha
sido consultor de la
Congr. para las Causas de los Santos; sus trabajos se
encuentran esparcidos en la Positio
de muchos procesos. Fue socio fundador de la CIPI y
primer secretario 19691971,
y de la colección RSSP (Ricerche di Storia ed
Spiritualità Passionista). Ayudó
a las pasionistas de clausura, y participó activamente
en las fundaciones de Colombia
e Indonesia. Intervino con muchas comunicaciones
escritas en congresos y
asambleas de carácter histórico12. Dentro de la
congregación asistió a incontables
encuentros de estudios sobre espiritualidad, en Italia,
España, Venezuela, Perú, Colombia...
Poco antes de su muerte había impartido en Corella,
España, el último curso
en este campo. También colaboró en prestigiosos
diccionarios como el de DIP
(vols. VI, VII, VIII y IX) o Dictionaire d’Histoire et de
Geographie Ecclessiastique
(XXVII, cols. 546-547 , 870-871)...

En la serie Historia de la Congregación de la Pasión de


Jesucristo son suyos el
volumen I. La época del fundador 1720-1775 (Madrid,
1984, pp. 594) y II/2: Supresión,
Restablecimiento y Expansión 1796-1839 (Roma,
2002); es decir, el P. Giorgini
se encargó de concluir la parte que por enfermedad no
había logrado concluir el

P. Naselli. En los últimos años estaba ocupado en el


IV: La época de la segunda expansión
(1863-1925).
No es el momento de detenerse en elogios al P.
Giorgini. Quienes lo han conocido
no podrán olvidar su entrega al trabajo de la historia, al
apostolado de la palabra,
al servicio de la congregación y de la Iglesia, ni su
presencia asidua en la vida
de la comunidad de Roma.

11
ACP, XIX, 1956, 52; XX, 1957, 377 y 1958, 397; XXII,
1961-1963, 87; y XXIV, 1966-1969, 122.

12
El volumen Bernardo Maria Silvestrelli Passionista: un
uomo di pace proteso al futuro, Roma,
1988, pp. 253, es parte del trabajo que estaba llevando
a cabo para el IV Volumen.
14
C. SITUACIÓN GENERAL DE LA CONGREGACIÓN,
DE LA IGLESIA EN ITALIA
Y DE LOS ESTADOS PONTIFICIOS
1. La congregación ante el XVII Capítulo General del 8
de abril de 1839
Desde 1769 la Congregación estaba dividida en dos
provincias: la de la Presentación,
título del primer retiro en Monte Argentario, también
llamada del Patrimonio
de San Pedro; y la de la Dolorosa o Marítima y
Campagna13. Hasta 1851 no se
crearán las de la Piedad (Italia) y la de San José
(Bélgica, Inglaterra y Francia). El
8 de abril de 1839 comenzaba el XVII Capítulo
General, a partir del cual se iniciaba
la etapa de expansión. En aquel momento las dos
provincias citadas estaban constituidas
con los siguientes retiros:

PRESENTACIÓN: 1) La Presentación, Monte


Argentario, Orbetello, fundado
en 1737; 2) Santo Ángel, Vetralla, 1744; 3) S. Eutizio
mártir, Soriano del Cimino,
1744; 4) S. José, Monte Argentario, Orbetello, 1761; 5)
Virgen Dolorosa, Corneto-
Tarquinia, 1769; 6) Ss. Juan y Pablo, Roma, 1773,
todos del tiempo del fundador;
7) Virgen de la Encina (Quercia), Morrovalle, 1779; 8)
S. Agustín, Pievetorina,
1786; 9) María Santísima de la Piedad, Recanati,
1792; 10) Santiago Apóstol, Todi,
1816; 11) S. Miguel Arcángel, Lucca, 1830; y 12)
Virgen del Lirio, Magliano Sabina,
1836.

DOLOROSA: 1) Santa María de Corniano, Ceccano,


1748; 2) S. Sosio, Falvaterra,
1751; 3) Santa María de Pugliano, Paliano, 1755; 4)
Santísima Trinidad, Montecavo,
1758, todos del tiempo del fundador; 5) Santa María
del Socorro, Aquila,
1830; 6) Abadía de S. Salvatore Maggiore, en Sabina,
1837.
Además, desde 1782 la Congregación, que en la fecha
del capítulo general contaba
con unos 350 religiosos, atendía el trabajo pastoral de
la diócesis de Nicópolis,
Bulgaria. Hasta aquel momento habían sido elevados
al episcopado Mons. Tomás
Struzzieri (1706-1780) en Amelia, 1770, y en Todi,
1774; Mons. Vicente María
Strambi (1745-1824) en Macerata y Tolentino; Mons.
Ferreri (1740-1813) en Nicópolis,
Bulgaria; Mons. Fortunato M. Ercolani (1775-1847), en
Nicópolis de 1815 a
1822 y desde entonces en Civita Castellana, en Italia;
y Mons. José M. Molajoni
(1780-1859), que en aquel momento gobernaba la
diócesis de Nicópolis.

Todavía no había sigo glorificado ninguno de sus


miembros, aunque la Causa
del Fundador estaba muy avanzada, y se pensaba en
las del P. Juan Bta. Danei y
Mons. Strambi.

13 Cf. Decreti e Raccomandazioni dei Capitoli Generali


della SS. Croce e Passione di N. S. J. C., a
cura di F. Giorgini, Roma, 1960, n. 124, p. 13, cit. DeR.
XVII Capítulo General, 08-11 de abril de 183914. La
congregación estaba gobernada
por el P. Antonio de San José, Colombo, sexto sucesor
de San Pablo de la
Cruz. El 22 de enero de l839 firmaba en el retiro de los
SS. Juan y Pablo la circular
con la que lo convocaba. Manifestaba sentir especial
alegría por haber llegado al final
de un gobierno que no había sido tranquilo.
Recordando tal vez las numerosas
votaciones del capítulo anterior15, expresaba su
ardiente deseo de que en el próximo
se llevaran a cabo en tiempo más breve. Designaba
para sede el retiro de los SS. Juan
y Pablo, a partir del 8 de abril.

Formaban la curia general los PP. Antonio Colombo, a


punto de cumplir 68 años,
Bartolomé Arnaldi y Bernardo Spinelli, consultores, y el
procurador, Cayetano Angelini.
Los seis capitulares restantes eran tres de la curia de
la Presentación, PP. Antonio
Testa, Luis Bonomi y Lorenzo María Salvi, y tres de la
Dolorosa, PP. Sebastián
Amalberti, Domingo Barberi y Juan Gerardi.

Sesiones preparatorias y elecciones. En la tarde del 4


de abril de l839, nueve de los
l0 participantes se encontraban en el aula capitular (al
P. Gerardi, del retiro de Aquila,
le dificultaron la puntualidad las intensas lluvias).
Eligieron presidente al P. Colombo,
secretario al P. Salvi, y escrutatores a los PP. Domingo
Barberi y Juan Gerardi. El día
7 de abril los capitulares y la comunidad escucharon el
discurso, que en esta ocasión
correspondió al P. Antonio di San Giacomo Testa.
Según el secretario se sirvió de textos
y narraciones bíblicas, de una sólida argumentación y
de la autoridad de los Santos
Padres; el discurso, docto y emotivo, fue escuchado
con plena satisfacción.
El capítulo comenzó las sesiones canónicas en la
mañana del 8 de abril. Efectuada
la primera votación, fue elegido general el P. Antonio di
S. Giacomo, Testa, de
57 años; consultores, los PP. Colombo, ex general, y
Angelini, y procurador, el P.
Bartolomé Arnaldi. En esta curia el único nuevo era el
P. Antonio Testa; los demás
estaban ya en la anterior, aunque en distintos puestos.
El P. Salvi añade que las elecciones
no ocuparon más de una hora, y que todo funcionó con
armonía, raro ejemplo
desde la muerte del fundador. Dentro de las fórmulas
estereotipadas de estos documentos,
se adivina un ambiente de satisfacción. En la tarde del
mismo día, en la
segunda sesión, los capitulares estudiaron la
propuesta de una fundación en Sessa
Aurunca y de otra en Inglaterra. El capítulo aceptó la
primera, dejando al general la
responsabilidad de llevarla a cabo según su prudencia.
El P. Domingo Barberi pre
14
Atti originali del XVII Capitolo Generale della nostra
Congregazione, 8 Aprile 1839, con respettiva
lettera originale d’intimazione, pp.10, y atti delle
votazioni, 4. - AGCP, C, Capitoli Generali.

- DeR,(26)-(27), 50-53. - CERRONI, Tito, Expositio


Historica Juris Particularis C.P., Augustae
Taurinorum, 1946, 171, n. 287. - Convocatoria del XVII
Cap. Gral. (1839), en ACP, XVII,19511952,
l69-l70.
15
En el capítulo XVI (l833) se necesitaron 72 votaciones
para elegir al general, y otras tantas para
los demás cargos. - DeR, o.c., (25).
sentó la súplica de Jorge Spencer, que ofrecía en
Inglaterra la casa de campo del Sr.
Ambrosio de Lisle Phillipps, para 7-8 religiosos, y su
manutención16.

La novedad no era la noticia, sino que fuera el capítulo


general el que se ocupara
de la fundación. A la mañana siguiente examinaron la
petición de otro retiro en
Ajaccio (Córcega); los capitulares respondieron
negativamente; pero se mostraron
favorables a la de Ivrea, en los Estados del Rey de
Turín (sic), dejándola al criterio
del general. A la hora de las decisiones, los capitulares
aceptaron por unanimidad la
propuesta de Mons. Acton, es decir, el envío de
misioneros a Inglaterra, dejando que
el general se tomara el tiempo necesario para
informarse.

Después del tema de las fundaciones, los capitulares


aprobaron varios decretos:
tiempo que los ejercitantes podían estar en el retiro,
quiénes debían efectuar la cuestación
del mosto, qué sufragios debían ofrecer las dos
provincias y cuáles corresponderían
a los ex-superiores generales. Otro bloque de
cuestiones estaba relacionado
con la vida pasionista: preparar un reglamento para los
novicios, precisar la distancia
geográfica respecto a las poblaciones cuando se pedía
un retiro nuevo, decidir
una serie de normas que mejoraran la salud de los
novicios y estudiantes, regular el
comportamiento de los enfermos y enfermeros...
Decidieron que fueran los superiores
mayores los que se ocuparan de remediar pequeños
desórdenes contra las Reglas
y los Reglamentos, sin especificar de qué se trataba.

El ll de abril de l839 concluyó el capítulo en la paz del


Señor que supera todo
gozo temporal (Flp 4,7). Las cinco sesiones canónicas
sólo ocuparon dos días y medio,
tal vez por el buen ritmo de las preparatorias. La nueva
curia general iba a enfrentarse
al arduo programa de hacer del instituto una
Congregación de carácter internacional.

2. Situación de la Iglesia en Italia y en el Estado


Pontificio
Las sencillas nociones que seguidamente se ofrecen
no son un tratado de historia
general civil ni eclesiástica, sino pinceladas que
enmarcan la historia de la congregación.
Ésta se había movido dentro del Estado Pontificio, el
Reino de las Dos
Sicilias, el Gran Dudado de Toscana y Bulgaria. En
adelante extendería su presencia
a varios países de Europa, América y Oceanía,
aunque sólo poco a poco fuera alcanzando
metas17. Pensando en lectores poco inmersos en el
conocimiento de la historia,
parece conveniente aclarar el sentido de la palabra
Italia y de la expresión Es
16
Cfr. estas fundaciones: la de Sessa en el capítulo
sobre las no aceptadas y la de Inglaterra en el capítulo
correspondiente a la expansión en Europa.

17
AQUARONTE, A., La Restaurazione nello Stato
Pontificio, ed i suoi indirizzi legislativi, en Archivio
della Società Romana di Storia Patria, t. LXXVIII, 1955,
119-202. - Archivio Economico dell’Unificazione
Italiana, XI, 1961, contiene cuatro artículos importantes
sobre diversos aspectos de la vida
económica del Estado Pontificio en esta época. -
SALVATORELLI, L, Il pensiero politico italiano dall
tado Pontificio, ya que no coinciden ni con la actual
realidad italiana ni con la realidad
moderna de la Ciudad del Vaticano.

1. Italia en 1839 -Hay que recordar de partida, para


lectores no italianos, que
la palabra Italia no tenía en 1839 el mismo sentido que
ahora. Italia era una expresión
geográfica, según Metternich en el Congreso de Viena
de 1815; una península,
como ahora. Después del Congreso de Viena quedó
dividida en cuatro principados
sometidos a Austria: Reino Lombardo-Véneto, Dudado
de Toscana, Ducado de Parma
y Ducado de Módena; y tres Estados relativamente
independientes: Reino de las
Dos Sicilias, Estado Pontificio y Reino de Piamonte-
Cerdeña, todos ellos sin la unidad
política que tienen desde 1860.
Durante la invasión napoleónica se habían creado
nuevas regiones (República
Cisalpina, Gran Ducado de Toscana, República
Romana...). El Estado Pontificio fue
invadido. Pío VII estuvo deportado en Francia hasta la
caída de Napoleón en 1814.
Al final de las guerras napoleónicas las potencias
vencedoras, Inglaterra, Rusia, Prusia
y Austria, reunidas en 1815 en el Congreso de Viena,
trazaron una Europa basada
en la recuperación de los derechos dinásticos: se
repartieron el suelo y ahogaron
la aspiración nacionalista de diversas zonas (Polonia,
Sajonia, Bélgica e Irlanda, estas
dos de especial interés para la historia de los
pasionistas). Se impuso la legalidad
del poder de los reyes sobre el sentimiento de los
pueblos.

2. Estado Pontificio. -Al P. Testa le correspondió


gobernar la congregación en
una época y en un territorio que correspondía al
histórico Estado Pontificio: todos
los conventos estuvieron dentro de él hasta la salida al
norte de Europa y América y
la entrada en el reino de Nápoles y de las Dos Sicilias.
Se trataba de un territorio formado
a lo largo de los siglos con las regiones del Lazio, las
Marcas, la Umbría, Romaña
y Ferrara, y al sur, con Pontecorvo y Benevento18. El
Papa, además de su misión
espiritual común sobre toda la cristiandad,
desempeñaba funciones de señor soberano
con los mismos poderes que los reyes en sus reinos.
Esta realidad, hoy reducida
al Estado de la Ciudad del Vaticano y a pocos edificios
aislados más, como Castelgandolfo...,
no es fácilmente comprensible para quienes viven
fuera de Italia y al
1700 al 1870, Torino, 1935. - MOLLET, G., La question
romaine de Pie VI à Pie IX, Paris 1932. - JEMOLO,
C., Chiesa e Stato in Italia negli ultimi cento anni,
Milano 1949. - DEL GIUDICE, La questione
romana e i rapporti tra Stato e Chiesa fino alla
Conciliazione, Roma, 1947. - MORELLI, E., La
Rivoluzione del 1831 nello Stato Pontificio e la più
recente storiografia, en Chiesa e Stato, Miscellanea
in onore di Pietro Pirri, Padova, 1962. - BIHLMEYER,
Karl - TUECHLE, Herman, Storia della
Chiesa, IV, L’Epoca moderna, 2ª ediz. italiana a cura di
Igino Rogger, Brescia, 1962.

18
En 1816, Pío VII lo organizó en 17 delegaciones de
tres clases: de primera, Urbino-Pésaro, Ravena,
Forlí y Bologna, siempre presididas por un cardenal;
de segunda, Frosinone, Viterbo, Perugia,
Macerata, Fermo, Ancona y Spoleto, presididas por un
prelado; de tercera, Benevento, Rieti, Civitavecchia,
Camerino y Ascoli. El distrito de Roma tenía
organización propia e incluía la ciudad,
el contorno, Subiaco y Tivoli. - Cfr. Encic. Catt., o. c.,
XI, cols. 1272-1283.
margen de la historia. El turista que llega a Roma se
encuentra con obras y zonas de
la época romana, en muchas de las cuales una lápida
recuerda que determinados Papas
realizaron la restauración de las ruinas romanas (por
ejemplo, las lápidas colocadas
en el Coliseo hablan de la obra de Benedicto XIV, Pío
VII y Pío IX para sostener
la mole y evitar su derrumbe); otras obras
corresponden a la actividad embellecedora
de la ciudad por parte de otros Papas (por ejemplo, la
Fuente de Trevi por
iniciativa de Clemente XII), etc. Todo ello evoca la
labor de los Papas como gobernantes
del Estado Pontificio. También las cárceles y lugares
de retención de delincuentes,
o los centros asistenciales, educativos y hospitalarios,
proclaman la obra social
de los Papas como señores temporales en el Estado
Pontificio. En cambio, otros
monumentos y obras corresponden a su misión
espiritual y pastoral, como la basílica
de San Pedro o las Congregaciones Romanas al
servicio del Papa, o las universidades
pontificias en las que se han formado obispos,
sacerdotes y agentes de evangelización
que llevaron al mundo la misión espiritual del Papa.

Sobre esta doble realidad – función de Pastor de la


Iglesia Universal y de señor
temporal del Estado Pontificio – se ha producido,
durante siglos, una fuerte interacción
entre los demás estados o reinos y la Iglesia. La lucha
por la preponderancia
llevó al poder teocrático del Papa a intentar imponerse
a los reyes incluso en las
cuestiones temporales, y viceversa, al poder temporal
a conseguir la sumisión de la
Iglesia a sus imperativos políticos. El lenguaje ha
incorporado muchas expresiones
que reflejan esta lucha: cesaropapismo, josefinismo,
derecho de patronato, despotismo
ilustrado, galicanismo, investiduras, inquisición...
Desde la Revolución Francesa
se acentuó el deseo del poder civil de romper el yugo
de la Iglesia, sometiéndola
e incluso aniquilándola. Y aunque después, en el
Congreso de Viena, se restableciera
el antiguo régimen, las fuerzas de oposición a la
Iglesia se mantuvieron como fermento
de independencia laica en el seno de la sociedad.
Además intervino un elemento
nuevo: el nacionalismo, el deseo de independencia de
regiones que se consideraban
oprimidas y querían liberarse de potencias
consideradas opresoras (recuérdese
la independencia de las naciones americanas). En este
campo se sitúa el deseo
de las regiones del Estado Pontificio de liberarse del
Papa, para lo que consiguieron
el apoyo y los recursos llegados del reino de Cerdeña
y el Piamonte.

Con estas nociones elementales, se intentará situar la


realidad en la que el P. Testa
iba a demostrar su categoría de superior general.
SITUACIÓN DEL ESTADO PONTIFICIO. Nos
ocupamos solamente de la situación política
de los años 1839-1863, período en el que fueron
papas Gregorio XVI y Pío IX19.
No es el momento de exponer toda la historia de esta
realidad secular. Bastará recor

19
Para el período anterior, cfr. GIORGINI, Historia de la
Congregación de la Pasión de Jesucristo: Supresión,
restablecimiento y expansión 1796-1839, II/2, Roma,
2002, 80-92 (trad. F. Piélagos, C. P.).

- JARRY, E., PIERINI, F., La chiesa e le revoluzioni dei


sec. XIX-XX, ediz. Paoline, Catania, 1967.
dar ahora que tras la invasión napoleónica, el
emperador, por un decreto de mayo de
1809, despojó al Papa del Estado Pontificio, que
incorporó al imperio francés, dejando
Roma como ciudad abierta; Pío VII, que era a la vez
jefe espiritual de la Iglesia y
rey del Estado Pontificio, fue llevado prisionero a
Fontainnebleau, Francia. En el
Congreso de Viena el cardenal Consalvi consiguió,
tras grandes fatigas, que se restituyera
al Papa su Estado Pontificio. Como se ha escrito, el
siglo XIX ha sido para la
Iglesia Católica difícil y conflictivo; durante el cual
conceptos y prácticas seculares
en el campo de las relaciones con las autoridades
civiles, se modificaron profunda

mente y a veces de manera traumática20 .


En general los estados europeos, o, si se prefiere, las
sociedades europeas, se encontraron
frente a un doble sistema: el monárquico anterior a
Napoleón, restaurado
en una buena parte después del Congreso de Viena; y
el constitucional, llamado por
algunos democrático o representativo. Estos están en
la base de la historia política
de las nuevas naciones, aunque ahora nos interesa el
Estados Pontificio21..

En él se defendía el primer sistema o monárquico,


como lo haría contemporáneamente
el Reino de Nápoles, si bien con progresiva
moderación. Consalvi escribía el 12
junio 1815: Si no se emprende un camino justo, los
países recuperados no podrán mantenerse
por muchos meses... Yo digo... que un gobierno
estable parecido al de otros
tiempos es imposible de restaurar, como es
impensable un gobierno provisional22.
En el pontificado de Gregorio XVI se fueron
produciendo diversas revueltas, sobre
todo en la Romagna, a las que hizo frente con sus
propias tropas y con ayuda del
ejército francés. Los liberales reclamaban reformas en
el Estado Pontificio, de carácter
práctico y administrativo. En el pequeño Estado se
pasó de 2.354.000 habitantes
en 1816 a tres millones en 1848, con un crecimiento
progresivo, pero no espectacular.
En la ciudad de Roma, los 140.000 habitantes de
1827, pasaron a 175.000 en
1847. Una tercera parte de los habitantes estaba
dedicada a la agricultura, en la que
crecían las grandes propiedades y disminuían los
pequeños propietarios. Las cargas
estatales pesaban más sobre las clases populares, ya
que los impuestos indirectos representaban
dos tercios de las recaudaciones. En el pontificado de
Gregorio XVI se
mantiene la agricultura y es aún muy débil la
perspectiva industrial. Es muy lenta la
transformación económica e industrial del Estado
Pontificio, siempre a remolque de
otros estados de mayor dinamismo industrial23. H.
Calandri, según documentos de la

20
CANAVERO, Alfredo, I Cattolici nella società italiana:
dalla metà dell’800 al Concilio Vaticano
II, Editrice La Scuola, Brescia, 1991,15-126. -
BIHLMAYER-K. - HERMAN, o. c., 221-229.

21
LORTZ, Josef, Storia della Chiesa in prospettiva di
storia delle idee, Ediz. Paoline, Alba, 1973,
Vol. II, 387-396.

22
Citado en MOLLAT, G., La Question romaine de Pie VI
a Pie IX, Paris 1932, 130.
23
Cfr. AGUARONE, A., La Restaurazione nello Stato
Pontificio e i suoi indirizzi legislativi, en Ar

chivio della Società Romana di Storia Patria, LXXVIII


(1955), 119-202. - CARAVALLE, M.,

CARACCIOLO,A., Lo Stato Pontificio da Martino V a


Pio IX, UTET, Turín, 1978, 625-929.
época, reconoce que era elevado el número de
mendigos y desempleados, y, ya al final
de la década 1820-1830, enumeraba 406.812 entre
mendigos–pordioseros, inválidos,
ociosos, vagabundos, gitanos y asimilados, es decir,
uno de cada seis habitantes;
cifras que crecieron con el encarecimiento de la vida y
las crisis consiguientes24.

En los puestos administrativos eran pocos los laicos,


pues se daba preferencia a
eclesiásticos o monseñore , de vocación indecisa. La
propuesta de trabajo era precaria
para los jóvenes, en los que el descontento fomentaba
la insubordinación a la
Iglesia.

MALESTAR POR LA DOBLE FUNCIÓN PAPAL. Al


coincidir en la persona del Papa la condición
de soberano temporal o rey y la de jefe espiritual o
pastor de la Iglesia se fomentaba
el equívoco: en el ejercicio de la autoridad interferían
los aspectos temporales
con los problemas eclesiásticos. Y si el poder temporal
resultaba odioso a sus
propios súbditos, los patriotas y liberales de otros
territorios lo consideraban un obstáculo
para sus sueños de regeneración y unidad nacional25.
No pocos se preguntaban
si el Estado Pontificio, en cuanto poder temporal,
seguía siendo necesario para
la supervivencia de la Iglesia.

Para Gregorio XVI y su secretario de Estado, card.


Lambruschini, el Estado de
la Iglesia era necesario para el ejercicio de la misión
espiritual de la Santa Sede,
ya que aseguraba su independencia; la soberanía
temporal del papa era un hecho
consagrado por la historia y, en consecuencia, por la
voluntad divina; alienar (enajenar)
una parte de esta
soberanía en beneficio del pueblo mediante un
régimen constitucional al uso
hubiera sido tan atentatorio para la libertad de la
acción del Papa como aceptar el
protectorado de Napoleón26 .

Había ido desvaneciéndose en gran parte el valor


aglutinante de la religión cristiana.
Por Europa se extendía el romanticismo, de fuerte
exaltación nacionalista. Había
nacido el Risorgimento, que en el fondo quería sacudir
en toda Italia las viejas
estructuras como se había hecho en Francia desde la
Revolución de 1789. La resistencia
que los soberanos europeos opusieron a las nuevas
fuerzas revolucionarias,
como la del emperador de Austria en Italia, alcanzó
también al Papa, que no concebía
la supervivencia de la Iglesia sin propiedad temporal ni
territorio político. Pero

24
CALANDRI, H., Saggio stadistico-storico del Pontificio
Stato, Perugia 1829, p. 94. - CARACCIOLO,
o.c., 626.

25
Cfr. TRANIELLO, Francesco, Cattolicesimo e società
moderna, en Storia dell’ idee politiche,
economiche, sociale, diretta da L. Firpo, UTET, 1972,
vol. V, L’età della Rivoluzione industriale,
pp.569-582.

26
Cfr. LEFFON, Jean, Crisi revoluzionaria e liberale, en
Flitche,A.-Martin,V., Storia della Chiesa,
XX/2, Editrice S.A.I.E., ediz. italiana a cura di Carmelo
Naselli, Torino, 1975, 769-771.
dentro de la misma Iglesia aumentaban las voces
críticas, como la de Antonio Rosmini,
que en 1832 publicó Las cinco llagas de la Iglesia: a) la
división entre el clero
y el pueblo fiel en el culto público; b) formación
insuficiente del clero; c) la desunión
de los obispos; d) el nombramiento de los obispos en
manos del poder temporal;
e) la servidumbre de los bienes temporales27 . En
cualquier caso, esta visión
manifestaba la conciencia de que la Iglesia necesitaba
reformas. Junto a Rosmini,
también Vicente Gioberti (1801-1852) reclamaba, no
una supresión de la realidad
temporal de la Iglesia, sino una liberación del lastre de
la historia que había ido deformando
su pureza primitiva.

En los Estados Pontificios, como en el resto de los


estados italianos, se encontraban
minorías que pedían la independencia del Papado,
llegando algunas de estas
minorías, como la de los republicanos, a exigir su
destronamiento por considerar que
aquel gobierno temporal era incompatible con los
movimientos nacionalistas del Risorgimento
Italiano. Y en este caldo de cultivo del descontento,
proliferaron las sectas,
sobre todo la de los carbonarios. G. Mazzini
apadrinaba la libertad y la independencia
desde la Joven Italia, sociedad secreta fundada con
esta finalidad28. El cardenal
Albani, secretario de Estado de Pío VIII, intentó
mejorar la administración pontificia,
pero no pudo impedir la agitación de las sectas,
alentadas desde el extranjero
por los movimientos revolucionarios contemporáneos.

3. Nuevas exigencias para los pasionistas


Como se ha dicho más arriba, si de la Revolución
Francesa y de la época napoleónica
se pudo salir con la restauración política, no fue
posible erradicar la siembra
de ideas liberales. El absolutismo había perdido el
paso de la historia. En la conciencia
social se arraigó el principio de que el Estado no tiene
religión, considerada fenómeno
de las personas, no de los estados. Los criterios
prácticos se basaban en una
concepción puramente temporal: el hombre, no Dios,
sería la medida de la sociedad.
Otra conquista sin marcha atrás era la separación
entre Iglesia y Estado. Costaría
más o menos la asimilación de esta idea, pero la
Iglesia y el Estado necesitaban
aprender a caminar sin chocar; cada uno tendría que
circunscribirse a su esfera de
valores y competencias: el Estado no debiera asumir la
jurisdicción de la Iglesia, ni
ésta invadir las competencias del Estado. La Iglesia
fue comprobando cómo pasa

27
ROSMINI, A., Delle cinque piaghe della Santa Chiesa.
Tratatto dedicato al clero cattolico con
appendice di due lettere sulla elezione de’vescovi a
clero e popolo, Perugia, 1849. El libro, que no
se editó hasta 1848, fue condenado por Pío IX. - Cfr.
Dictionaire d’histoire et gèografie ecclesiastique,
bajo la dirección de R. Aubert, XXVI, cols. 392-396,
Paris, 1997.

28
Cfr. R. AUBERT, R. LILLl, P. J. CORISH, Chiesa e
Stato in Europa, en Vol. VIII/2, Liberalismo
e Integralismo tra stati nazionali e diffusione
missionaria 1830-1870, de Storia della Chiesa diretta
da H. Jedin, Jaca Book, 1975, 69-74. - SASTRE
SANTOS, Eutimio, La vita religiosa nella
storia della Chiesa e della società, Editr. Ancora,
Milano, 1997, 822-823.
ban al Estado los controles de la vida del hombre: el
registro de nacimiento, matrimonio
o defunción, hasta entonces patrimonio de la Iglesia; el
Estado se reservaba
tareas antes realizadas por la Iglesia, como la
educación, la atención a la salud, especialmente
a los ancianos... Los cristianos seguirían siendo libres
de vivir su fe, a
nadie se le impondría la religión y la línea de actuación
tendría que someterse a estos
criterios...: a) La unión de los pueblos no se basaría en
el hecho religioso, sino
en la identidad de intereses políticos, la nación; b) las
leyes civiles no respaldarían
las normas canónicas de la Iglesia; éstas, válidas en la
esfera religiosa y dentro de la
Iglesia, carecerían de valor en el plano civil (días
festivos, matrimonio civil...); en
última instancia, se podría llegar a acuerdos entre
ambos poderes; c) la Iglesia y sus
miembros perderían inmunidades clásicas (servicio
militar, justicia, etc.).Todo ello
se puede resumir en el principio de laicización de la
vida social. En este nuevo contexto,
se supera la clericalización o peso de los clérigos en la
marcha de la Iglesia,
y se recupera un factor de la Iglesia primitiva: la
presencia de los laicos católicos en
las nuevas estructuras temporales.

Pero si la Iglesia pierde parcelas de presencia


temporal, gana en rejuvenecimiento
de sus energías más esenciales; en Italia se puso de
relieve su vitalidad con
extraordinaria floración de nuevas formas de vida
religiosa: 23 congregaciones masculinas
y 183 femeninas29.

La congregación pasionista, dirigida por el P. Testa,


iba a tener que vivir en este
contexto, sin caer en el deslumbramiento del nuevo sol
del poder temporal político,
ni dejarse arrebatar valores fundamentales por la
moda del liberalismo ambiental.
Eso sí, se fue abriendo a una renovación progresiva,
no traumática, en los sistemas
educativos, en la preparación para la vida religiosa y
en la necesidad de elevar
el nivel de calidad en la actividad apostólica. En todo
ello procuraría mantenerse en
la línea de la Iglesia que pedía la solidez de tres
valores: a) Recuperación de la vida
común, dañada no poco durante la supresión
napoleónica; por eso se trató de concentrar
a los estudiantes, en vez de dispersarlos por diversas
comunidades; b) Mejor
selección tras un análisis más riguroso de los
candidatos; c) Creciente centraliza

29
MARTINA, G., La Chiesa nell’età dell’assolutismo, del
liberalismo, del totalitarismo. Da Lutero
ai nostri giorni, cap. La Chiesa e il regime liberale,
Brescia, 1970, 453-501. - Id., Storia, o. c.,
II, p. 110. - LEFFONT, Storia della Chiesa, XX/2, Crisi
rivoluzionaria e liberale, 1789-1846;
Restaurazione e crisi liberale, 1010-1016. - Id., Pio IX.
Chiesa e mondo moderno, Nuova Universale
Studium, n. 18, Roma, 1976, p. 98; a propósito de la
encuesta de Pío IX entre obispos y superiores
generales en 1847, afirma que mientras otras
congregaciones habían caído en serios vicios
de inoservancia, los pasionistas y los jesuitas se
mantuvieron dentro de una disciplina severa
. -GAVAZZI, Paolo, Pio IX e la riforma degli ordini
religiosi (1846-1857), ), en Atti del IIº.
Convegno di ricerca storica sulla figura e sull’opera di
Papa Pio IX”, Centro di Studi Pio IX, Senigaglia,
1977, p. 235, dice que “La prima congregazione
religiosa a fare pervenire le risposte ai
quesiti del 3 e del 5 di agosto fu quella dei passionisti”,
como figura en S. C Stat. Reg., Relazioni
dei superiori, busta 14, n. 1, Passionisti ... - RAVASI,
La Congregazione dei passionisti verso
la metà del secolo XIX, Roma, 1963, p. XII, aporta el
mismo dato.
ción del gobierno, sin que la uniformidad ahogase la
legítima autonomía, sobre todo
desde la expansión fuera de Italia.

Un dato histórico es evidente: si se dieron casos


particulares de inadaptación y
tensiones locales entre la evolución y el
conservadurismo, entre la autoridad central
y las nuevas circunscripciones periféricas, el problema
de la evolución y de la adaptación
se vivió con serenidad. En el período del P. Colombo,
predecesor del P. Testa,
hubo discrepancias serias sobre la vida pasionista;
después con sus sucesores los
PP. Pedro Pablo Cayro, Domingo Giacchini y Bernardo
Prelini sobrevino otra división
nada edificante dentro de la propia curia general; en
cambio, durante el periodo
del P. Testa no se conocen episodios de desunión
interna.
El nuevo general tuvo que sacar a relucir gran caudal
de virtud y experiencia para
guiar la navecilla de la Congregación en un mar tan
agitado, por usar una expresión
tan cara al fundador.
D. PERSONAJES MÁS NOTABLES DE ESTA ETAPA
En 1839 estaba a punto de comenzar a cumplirse la
oración que San Pablo de la
Cruz había dirigido al Señor los días 26 y 29 de
diciembre de 1720, durante el retiro
en Castellazzo por la conversión de Inglaterra30. El
fundador falleció el 18 de octubre
de 1775 sin saber si la súplica había sido escuchada.
A la congregación le salió
al paso un largo encadenado de obstáculos y todo
hacía suponer que la inquietud
de San Pablo de la Cruz habría caído en el olvido. La
Revolución Francesa, la invasión
napoleónica, la supresión de las corporaciones
religiosas, las dificultades para
que los católicos fueran reconocidos en Inglaterra...,
invitaban al desaliento. Restablecida
en 1814, la congregación encontró un camino
atribulado, del que fue saliendo
como de un largo túnel, y el futuro parecía más
prometedor.
En 1839 gobernaba la Iglesia Gregorio XVI, Cappellari,
sucesor de grandes Papas
que habían mostrado especial benevolencia hacia la
congregación: Clemente
XIV (1769-1775), que obsequió al fundador con la casa
de los Ss. Juan y Pablo; Pío
VI (1775-1800), que lo visitó ya moribundo; Pío VII
(1800-1822), que restauró la
congregación el 27 de junio de 1814; León XII (1823-
1829), que había llamado a
Roma a Mons. Vicente Ma. Strambi, quien ofreció la
vida por él. El brevísimo pontificado
de Pío VIII (1829-1831) no tuvo notas de especial
colorido con los pasionistas.
Tras Gregorio XVI llegaría Pío IX, que glorificó a Pablo
de la Cruz (beatificación
en 1853 y canonización en 1867) y escogió a los
pasionistas para atender el
santuario de Scala Santa. En la expansión del instituto
desempeñaron servicios notables,
además de los generales PP. Antonio Colombo y
Antonio di S. Giacomo Testa,
el beato Domingo Bárberi, el converso del
anglicanismo P. Ignacio Spencer, y el

P. Pío Cayro. Como estos siete personajes aparecerán


frecuentemente, antes de entrar
en la materia, se ofrece una biografía que, aunque
breve, sea útil al lector.
1. Gregorio XVI, 1765-184631
Nacido el 18 septiembre 1765, en Belluno, se llamaba
Bartolomé Cappellari. A
los dieciocho años entró en la Camáldula. En 1805 fue
nombrado abad del monasterio
de San Gregorio Magno en el Celio. Tenía 34 años
cuando escribió Sobre el

30
Cfr. Lettere, vol. I, ai Passionisti, a cura di F. Giorgini,
Roma 1998, 749 -750. - D. BARBERI, Introduction
to the Life of the Blessed Paul of the Cross, de V. Ma.
Strambi, traducida al inglés, Londres,
1853, vo. I, pp. 1-25, escrita en Aston Hall, 1847; en
ella recuerda su propia vocación para
el apostolado en Inglaterra.

31
Cfr. DE MARCO, Il tramonto dello Stato Pontificio, Il
Papato di Gregorio XVI, Roma, 1949. MORELLI,
E., La politica estera di T. Bernetti, Segr. di Stato di
Gregorio XVI, Roma, 1963. - Gregorio
XVI, Miscellanea commemorativa, 2 vols., Roma,
1948, vols. XIII y XIV de Miscellanea
Pontificia. - MARTINA,G., Gregorio XVI, en Diz.
Biograf. degli Italiani, Vol. 59, Enciclopedia
Trecani, Roma, 229/242. - REDONDO, G., Historia de
la Iglesia, III, La Iglesia en la edad con
triunfo de la Santa Sede y de la Iglesia contra los
ataques de los innovadores

(1799), justo en el momento en que Pío VI era


humillado por Napoleón Bonaparte.
En 1826 fue creado cardenal y prefecto de la
Congregación de Propaganda Fide.
Tras la muerte de Pío VIII, fueron necesarias cien
votaciones para su elección en
1831. De tendencia conservadora, cierta historiografía
del Risorgimento italiano lo
ha considerado la encarnación del oscurantismo; pero
estudios más recientes le reconocen
coraje para conservar la independencia de la Santa
Sede frente a las grandes
potencias; cumplió los programas de obras públicas,
mejoró el equipamiento
material del país e introdujo muchas mejoras en la
administración, la justicia y las
finanzas. Gran animador de los trabajos arqueológicos,
tres museos llevan su nombre:
Gregoriano Etrusco (1838), Gregoriano Egipcio (1839)
y Gregoriano Profano
(1844). Ayudó a la extensión del evangelio, y organizó
numerosos obispados en las
iglesias jóvenes. Publicó la encíclica Singulari Nos
(1834) y las bulas Sollecitudo
Ecclesiarum (1831) y Multa Praeclare (1838). Murió en
Roma el 1 de junio de
184632. En su relación directa con los pasionistas,
visitó la basílica y la casa general
el 13 de octubre de 184433. Respecto a la expansión
fuera de Italia, cuando en 1837
el P. Colombo le informó del proyecto, puso algunas
condiciones: que se diera una
aprobación pública y legal por parte de la Cámara de
los Disputados por el que se
autorizara el establecimiento de los pasionistas en el
Reino de Francia; la aprobación
de la Cámara de los Diputados del espíritu de la
congregación y su hábito religioso;
el permiso para recibir religiosos de otros países, abrir
un noviciado, etc.
La aprobación debería ser hecha pública en todo el
reino, etc.34.

2. Pío IX, 1792-187835


Juan María Mastai-Ferretti estudió en Roma; practicó
ejercicios en la casa de los
Santos Juan y Pablo en 1816 y 1817. Se llegó a hablar
de que incluso quiso ser pa

temporánea, Edic. Palabra, Madrid, 1985, III; Gregorio


III y el enfrentamiento con el liberalismo,
1831-1846, 67-103. - BIHLMEYER, Karl. TUECHLE,
Hermann, Storia della Chiesa, IV, L’Epoca
moderna, 2ª ediz. italiana a cura di I. Rogger,
Morcelliana, Brescia, 1962, 202; sobre Gregorio
XVI, 146-152. - EHRHARD, Albert - NEUS, Wilhelm,
Historia de la Iglesia, IV, La Iglesia en
la Edad Moderna y en la actualidad, Edic. RIALP,
Madrid, 1962, en las pp.451-454, Gregorio XVI,
Pïo IX y la consolidación de la Iglesia en la lucha
contra las ideas revolucionarias de la época.
32
Cfr. GELMI, Josef, Los Papa, retratos y semblanzas,
Edit. Herder, Barcelona, 1986, trad. del original
alemán Die Päpste in Lebensbildern, por Claudio
Gancho.

33
Platea SsGeP, II, 33. - ROMANA seu SENEG.,
SPOLETANA seu IMOLENSIS et NEAPOLITANA,
Beatif. et Canoniz. Servi Dei Pii IX, Sum. Pont., Positio
super Introductione Causae, vol. I.,
Roma, 1954. - Ibid-. Positio super Virtutibus, vol. II,
Roma, 1961.

34
Cfr. DOUDIER, Pierre (P. Michel), C. P., Les
Passionistes en France, Clamart 1977, p. 7. - AGCP,
MICH, Carta del P. Colombo al obispo de Arras, el
02.08.1837, en francés.
35
Cfr. M. CARAVALE-A. CARACCIOLO, Lo Stato
Pontificio da Martino V a Pio IX, o.c., 639. CASTALDI,
Bernardino, Pío IX e i suoi tempi, Roma, 1882, en la
p.260 se menziona la visita a
Scala Santa el 19.09.1870 antes de la Porta Pía. -
SERAFINI, Alberto, Pio IX Juan Mastai Ferre
sionista36. En 1819 recibió el sacerdocio. En 1823
marchó a Chile con el delegado
apostólico. Al regresar en 1825, fue nombrado director
del Hospicio de San Miguel
en Ripa37. En 1827 fue promovido a la sede de
Spoleto, en 1932 a la de Imola y en
1840 creado cardenal. En 1846, a la muerte de
Gregorio XVI, fue elegido Papa y
adoptó el nombre de Pío. Inmediatamente publicó un
decreto de amnistía para los presos
políticos de los Estados Pontificios (16 julio 1846). Se
esperaba de él un esfuerzo
para expulsar a los austriacos, sin embargo no se
sintió con ánimo de plegarse a
una medida que, al favorecer a los piamonteses,
hubiera alejado a los católicos austriacos38.
Promovió la formación de un gobierno provisional, que
confió al ministro
Pellegrino Rossi (29 diciembre 1847), el cual quería un
gobierno temporal dentro de
una constitución civil que no interfiriera en la misión
apostólica del Papa; pero fue
asesinado el 15 de noviembre de 1848. Los
movimientos revolucionarios siguieron en
la Romagna, la Umbría y las Marcas, y los alborotos
llegaron a Roma. Pío IX dejó
el Quirinal y se refugió en Gaeta. Nombró secretario de
Estado al cardenal Antonelli,
más inclinado a mantener las formas teocráticas que a
introducir las democráticas. Pío
IX pidió ayuda a Francia, Austria, España y Nápoles; y
un grupo expedicionario desembarcó
en Civitavecchia el 25 de abril de 1849. El 30 de junio
fue recuperada la ciudad
de Roma, y Pío IX pudo regresar el 12 de abril de
1850. Rechazó presidir una
confederación de estados italianos. Cuando las tropas
de Víctor Manuel II derrotaron
a las del Papa en la batalla de Castelfidardo en
septiembre de 1860, Camilo Cavour
ofreció al Papa garantías, privilegios y libertades a
cambio de que renunciase a Roma
como capital de la Iglesia para convertirla en capital de
la Italia Unida. Pío IX respondió
con la célebre frase: Non possumus (Nos es
imposible). Más tarde, el 20 de
septiembre de 1870 las tropas piamontesas entraron
en Roma por la Puerta Pía y un
año más tarde fue declarada capital de Italia. En
relación con la Iglesia de otros países,
en 1850 instituyó la jerarquía eclesiástica en Inglaterra
y en 1853 en los Países
Bajos, y firmó concordatos con España (1851) y con
Estados Unidos (1857)...

ti, 3 vols., Editrice Vaticana, Città del Vaticano, 1958. -


MARTINA,G., Pio IX. Chiesa e mondo
moderno, Nuova Universale Studium, n. 18, Roma,
1976. - ERBA, Andrea M. -GUIDACCI, Pier
Luigi, Storia della Chiesa, una storia di famiglia,
ELLEDICI, Leuman, Torino, 1989, 517-522.
BIHLMEYER,
Karl - TUECHLE, H., Storia della Chiesa, IV, L’Epoca
moderna, 2ª ediz. italiana
a cura di Igino Rogger, Brescia, 1962. - EHRHARD,
Albert - NEUS, Wilhelm, Historia de la Iglesia,
IV, o.c. Madrid, 1962, 103-137. - CANESTRI, Alberto,
L’anima di Pio IX, quale si rivelò e fu
compresa dai santi, 4 vols., Marino, 1965-1967.

36
Cfr. FEDERICO Menegazzo, Fama di santitá del servo
di Dio Pio IX nella tradizione passionista
secondo un documento inedito, en Pìo IX, 6 (1977),
470-474. - También GIORGINI, Pío IX e
i Passionisti, Piccolo Omaggio della Congregazione
Passionista al Papa Pio IX in occasione della
sua beatificazione, en LSC, luglio-settembre 2000,
288-306.

37
Cfr.FERNESOLE, Pierre, S.J., Pie IX, Pape (1792-
1878), Paris, 1960, dos vols., pp.41 y 47. MENCUCCI,
Mons. Angelo, Pio IX e il Risorgimento, Tipografia
Adriatica, Senigaglia, 1964.

38
Cf. GELMI, J., o. c., 200: Pío IX manifestó que le era
imposible declarar la guerra a Austria, ya
que en virtud de su ministerio abrazaba a todos los
pueblos con el mismo afecto paterno.
En la vida interna de la Iglesia, trató de contrarrestar el
liberalismo omnímodo,
y publicó la encíclica Quanta cura, 8 de diciembre de
1864, y el decreto Syllabus,
en el que presentaba en 80 proposiciones los errores
que condenaba. Un acontecimiento
importante fue la proclamación del dogma de la
Inmaculada Concepción, el
8 de diciembre de 1854 (en recuerdo mandó levantar
la columna de la Inmaculada
en la Plaza de España, junto a la embajada española).
Convocó el Concilio Vaticano
I, que el 8 de diciembre de 1869 reunió a más de 700
obispos, pero estos datos
pertenecen a otro período de esta historia39. Su
pontificado ha sido, hasta el momento,
el más largo. Murió en febrero de 187840. Respecto a
la congregación pasionista,
Pío IX beatificó al fundador en 1853 y lo canonizó en
186741; concedió la custodia
de la iglesia de Scala Sancta, como se verá en su
momento; visitó el retiro de Montecavo
el 03 de septiembre de 1852; el 02 de mayo de 1853,
al día siguiente de la
beatificación, acudió a venerar las reliquias del
fundador en la basílica de los Ss.
Juan y Pablo; y el 18.05.1854 hizo retiro en la casa
general y comió con los religiosos,
como se recuerda en una lápida42.

3. Antonio de San José, Colombo, 1771-184943


Nacido en Ormea, diócesis de Alba, profesó en 1788 y
se ordenó en 1795. Elegido
prepósito general en el XV Capítulo,1827, se encontró
con la oposición de un
sector de religiosos, especialmente en Roma, donde
contaban con apoyo en la curia
romana: diez abandonaron la congregación, entre ellos
el rector de la casa general
y el ex secretario general. Convocó una congregación
general de cuantos tenían derecho
a intervenir en el capítulo general, a fin de que todos
expusieran colegialmente
la opinión. En el XVI Capítulo de 1833 resultó
confirmado después de 65 votaciones.
Desde 1836 mantuvo contactos con los Rvdos. Carlos
Bernard de Lille y
Haffreingue pensando fundar en Francia como etapa
previa antes de pasar a Inglaterra.
El plan se vino abajo dado el clima político. En 1839 el
P. Colombo figuraba
entre los destinados a Bélgica, pero no pudo
acompañarlos por una indisposición.

39
Cfr Acta Sanctae Sedis (ASS), VI, 1870, 65-66. - La
Civiltà Cattolica, serie VIII, vol. I, 1871, 62.

40
Cfr. SABA-CASTIGLIONI, Historia de los Papas, Tomo
II, De Bonifacio VIII a Pablo VI, Edit.
Labor, Barcelona-Madrid, 2ª., 1964, 650-675. -
BOGLIOLO, L., Pio IX, profilo spirituale, Libr.
Editr. Vaticana, s. a. - Para una bibliografía más
completa, cfr. SPINA, A., Bibliografia di Pio IX,
en Pio IX, Studi e Ricerche, XXVII, n. 2-3, maggio-
dicembre 1998.

41
Cfr. La Civiltá Cattolica, serie VI, vol. XI, 1867, 232.

42
Platea SsGeP, 42 y 44. - GIORGINI, F., Pio IX e i
Passionisti, o. c., 10-11. Lápida de mármol colocada
en el refectorio de los ejercitantes: Anno Christiano
MDCCCLIV, XV Kalendas Iunias, SS.
DD. Pius PP. IX Basilicam Joanis et Pauli Martyrum
iniit, Christum Deum in Sacramento Augusto
veneratus, heic ad communem mensam accubuit
Sodales a Passione Jesu humanitate et alloquio
beavit.

43
DNEust..., o. c., 219-224. -DeR..., o. c., (23)-(26). -
GIORGINI, Historia de los Pasionistas..., o.
c., II/2, 218. - Circulares, en Acta XVII (1951-1952),
121-132, 165-170.
Rechazó repetidamente el episcopado de Nicópolis.
Murió en la casa general el
23.10.1849.

4. P. Antonio di S. Giacomo, Testa, 1787-1862


Había nacido en Marciana, Isla de Elba. Sobresalía por
la claridad de sus ideas, riqueza
de pensamiento, lógica en su argumentación,
exposición breve. Sus contemporáneos
destacan su amable comprensión y la acogida
cariñosa y cordial. No se tiene
noticia de cómo decidió entrar entre los pasionistas.
Profesó en Monte Argentario
en1804. Durante la supresión napoleónica estuvo en
Pontecorvo y luego en Nápoles,
como maestro de los hijos del Príncipe San Gallo.
Cuando Pío VII restauró la congregación
el 26 de junio de 1814 se presentó en Roma para
vestir de nuevo el hábito.

Formador, rector, misionero y provincial. En 1815 fue


nombrado vicemaestro
del noviciado en Paliano; entre otros novicios tuvo a
Domingo Barberi. Ya antes de
su ordenación había sido nombrado lector de Filosofía
y continuó siéndolo durante
más de 20 años. En el capítulo de la Presentación, de
1821, en Vetralla, resultó elegido
rector del retiro de los SS. Juan y Pablo, en el que hizo
notables mejoras y solucionó
el problema del agua, sobre el que existía un
constante litigio con la vecina
Villa Mattei. Le tocó la renuncia de Mons. Strambi y su
muerte el 1 de enero de
1824, y afrontó el trabajo que supuso la permanencia
del féretro en la basílica, los
funerales y el entierro44. En el capítulo de mayo de
1824, salió elegido provincial
con residencia en Vetralla, pero siguió de cerca el
gobierno de la congregación, como
en la modificación de los Reglamentos en 182745.
Reelegido para el trienio
1827-1830, en 1830 quedó de primer consultor e
intervino en los trámites de fundación
de Lucca, aunque sólo un año, y luego llegó el P.
Domingo Barberi46. En 1833
volvió a ser provincial, reelegido en 1836. Siempre
mantuvo una relación frecuente,
sincera y cordial con el general P. Colombo47. Muy
bien preparado en el plano
doctrinal, dotado de excelente equilibrio y serenidad,
gastaba en la predicación las
energías que le sobraban de las tareas del gobierno.
Intervino en grandes misiones
como las de Civitavecchia (1826)48.

Superior General. Elegido en el XVII Capítulo (abril


1839), lo fue ininterrumpidamente
en sucesivas reelecciones (1845, 1851 y 1857)49.
Durante su largo gobierno

44 Platea SsGeP, I, 88, 89,-91-94, 99-101.


45 Platea di Vetralla, mcn., 60ss. - Platea SsGeP, I,
110, 157, 160; y II, 1-2.
46 Cfr. Platea de Vetralla, mcn., f. 83.
47 Véanse tres cartas dirigidas al P. Colombo en 1835
a raíz del ofrecimiento en la fundación de la

Abadía de Sassovivo, Foligno, en AGCP, A,122 (A.IV-


I/2-4).

48 Platea dei SsGeP, I, 152.- Registro dei Ministeri,


Lucca, 13-16.

49 Cap. XVIII, 3-7 abril 1845; XIX, 28 abril -2 mayo


1851; y XX, 8-19 mayo 1857. - Cfr. DeR, o. c.
se abrieron 20 casas: 8 en Italia y 12 afuera. Prosiguió
la Causa de Beatificación del
Fundador, inició la de Mons. Strambi, y comenzó
recoger datos para las de los PP.
Barberi y Salvi. Sólo pudo asistir a la beatificación del
fundador, con cuyo motivo
Pío IX visitó la basílica de los Ss. Juan y Pablo para
venerar las reliquias del nuevo
beato.

Las comunidades y los religiosos sabían


corresponderle con gratitud y deseaban
su visita50. En su frecuente correspondencia,
justificaba sus decisiones con principios
que constituían la estructura de su proyecto de
gobierno, tema que nos llevaría
a un largo análisis; aquí, en el contexto sintético de la
historia, nos basta con ofrecer
alguna referencia. Por ejemplo, la fundación de
Pontecorvo estuvo envuelta en
conflictividad: el retiro que se ofrecía había sido
atendido por los capuchinos, a los
que el municipio expropió por haberse adherido a la
República Romana contra el
Papa. El P. Testa se negó a ocupar su puesto si el
obispo y el municipio no clarificaban
la situación. El 18 de julio de 1849 escribía desde
Roma a Luis Tomassetti, della
S. C. del Concilio, de Gaeta: Tengo claras las ideas y
en cuanto de mí dependa
no se quitará nada a nadie para dárnoslo a nosotros51
.

Procuraba que las decisiones se tomaran con


suavidad, incluso cuando la respuesta
resultaba contraria a lo esperado por el solicitante.
Primero pensaba en sus
religiosos y no quería hacerles odiosa la presencia en
un retiro, como por insalubridad
del lugar en Barrea52. En otros casos evitaba
compromisos firmes de futuro,
cuando, por falta de religiosos, no podría cumplir su
palabra; en la fundación de No-
la le pedía al obispo que esperara al menos un par de
años: Si el obispo de Nola se
siente capaz de esperar, podría mandarme la solicitud
para que la estudie con los
consultores, y se organizará todo de manera que en el
próximo capítulo general,
que se reunirá de aquí a dos años, se pueda cumplir la
promesa hecha53. Guiado
siempre por la solicitud hacia sus religiosos, no extraña
que gobernase la congregación
durante 23 años ininterrumpidos, hasta llamársele el
segundo fundador54. La estima
en que se le tenía dentro no era menor que la que se
le manifestaba afuera.
Mons. Miguel Ángel Sorrentino, obispo de Marsi, al
pedirle que interviniera ante el

50
Así escribe el P. Alberto de la Madre de Dios el
18.06.1850 respecto a la comunidad de Todi. AGCP,
A, 122, Fondazioni trattate in Umbria: Marsciano (A.
IV-I/2-4). - P. Pietro Paolo Cayro al
P. Testa (Aquila, 23.09.1858). - AGCP, A, 121 (A.IV-
I/2-2. C-10,3).
51 AGCP, Fondo DOL, Pontecorvo 1849-1857.
52 Testa a D. José Trifari, abad de Montecassino,
(Roma, 08.05.1847), en AGCP, A,121 (A.IV-I/2-1.
M.14, 1-5).
53 Testa a Mons. José Montieri, (07.03.1843), copia en
AGCP. A, 121 (A.IV-I/2-9. N-7,3).
54 La expresión se debe al elogio de algunos
cardenales, como escribía el P. Pío Cayro al comu

nicar el fallecimiento a las comunidades: Potrebbe egli


esser chiamato un Secondo Fondatore…,
titolo che non ha guari gli fu dato da uno dei più illustri
Eminentissimi Porporati. -

DNEust, 300.
capitulo de 1857 en favor de la fundación de
Tagliacozzo, confesaba que era tenido
casi como un oráculo: una simple palabra suya será
suficiente para consolarme a
mí y a toda la diócesis55.

Pasionista ejemplar. A pesar de tantos talentos


llamaba la atención por su humildad.
Le salía del corazón decir que, en tantos años de
gobierno, no había procurado
ventaja alguna a la congregación. Los
contemporáneos destacan su vida pobre. Siendo
provincial no disponía de dinero. Cuando se le quiso
hacer una distinción se opuso
decididamente: No quiero introducir en la congregación
ni el más mínimo uso
que tenga la sola apariencia de abuso56 . La fuente de
su vida espiritual fue el profundo
espíritu de oración. No hacía nada sin consultarlo con
Dios. Igualmente constante
y sereno fue el amor filial a la Virgen María57. Sus
contemporáneos calificaban
de admirable su caridad, que él tenía como una virtud
comunitaria y apostólica. Durante
sus 35 años de gobierno (como provincial y como
general), efectuó numerosas
visitas canónicas a las comunidades. En un folio
manuscrito trazó los cuatro
principios que le movían en ellas, fundándolos en
textos bíblicos : 1) corregir los
defectos de los súbditos; 2) consolar a los pusilánimes;
3) predicar; 4) escuchar los
problemas y tomar decisiones58 .

Desde joven sufría de un herpes en la espalda, que en


los últimos años le había
molestado tanto, que los médicos le aconsejaron
baños de agua termal. Con este objetivo
fue a Viterbo el 14 de junio de 1862. Como al cabo de
cuatro días en vez de
mejorar iba decayendo, se retiró a Vetralla y
presintiendo su muerte, decidió volver
a Roma, donde en la tarde del 2 de agosto entregó su
alma al Creador59. Su retrato
en la galería de los generales llevaba este elogio:
Antonius a Sancto Jacobo +Praepositus
Generalis Octavus,+secundo, tertio item et quarto
electus, + Pietate, doctrina
regendi consilio insignis, + ad varias Europae et
Americae Provincias + Congregationem
invexit, + Nostrates misit etiam in Oceaniam.

En el centenario de su muerte sus restos fueron


trasladados al octógono que hay
entre la sacristía y la basílica, con una lápida
conmemorativa; la comunidad evocó
su figura con un acto académico60.

55 Miguel Á. Sorrentino, obispo de Marsi, a Testa,


23.04.1857. - AGCP, A,121 (A.IV-1/2-2º).
56 DNEust, o.c., 303.
57 Cfr. La pastorale mariana nella Congregazione della
Passione verso la metà del secolo XIX: Il P.
Antonio Testa (1787-1862), predicatore della
Madonna, en LSC, 1988,131-142, 211-223; y 1989,

203-222 y 323-341, reunidos en RSSP,44, Roma


1990, pp. 67.

58
AGCP, Superiori Generali, A. Testa, Apuntes
manuscritos, sin fecha; lleva escrito el nombre
Morrovalle.

59
Il Giornale di Roma, n. 180, del día 8, publicó una
semblanza del P. Testa, más tarde impresa como
separata (AGCP, 15-E-58, Miscelánea). - Platea
SsGeP, II, 53. - ACP, XVIII, 1953-1954, 15.

60
En el acto académico intervinieron los PP. Paulino
Alonso (FAM), Corrado Charles (IOS) y Cassian
Yuhaus (PAUL). - Cfr. ACP, XXII, 1961-1963, II Parte,
Notiziario, 10.10.1963 (122) y 181.
5. Pío del Nombre de María, Cayro, 1800-186461
Ejerció de vicegeneral hasta que el capítulo de 1863
eligió nuevo general a su
hermano menor Pedro Pablo de la Dolorosa (1812-
1877). Nacido en San Juan Incarico,
diócesis de Aquino, estudió en Roma, en el colegio de
los escolapios. Según
consta en su necrología, se le apareció el Vble. Pablo
de la Cruz invitándole
a entrar en la congregación62. Su padre se lo llevó a
Nápoles. Sin embargo, al cumplir
los 21 años, se presentó en Paliano. Profesó en 1823
y recibió el sacerdocio
en 1825. Predicador muy solicitado, misionó grandes
ciudades como Génova,
Lucca, Módena, Florencia, Ravenna..., aunque su
centro más habitual fue la ciudad
de Roma. En 1846, al morir el primer consultor, P.
Cayetano Angelini, entró
como segundo; y como en 1849 murió el que había
subido a primero, P.Colombo,
el P. Pío pasó a ocupar este puesto, en el que fue
confirmado en 1851 y 1857.
Hombre de confianza del P. Testa durante los 18 años
que permaneció en la curia
general, participó en la expansión del instituto. En
1854 hizo la visita canónica a
los retiros de Inglaterra, Francia y Bélgica. Publicó una
amplia vida del P. Pablo
de la Cruz con motivo de su beatificación63. Mantuvo
frecuente relación con Pío
IX, con cardenales y obispos que le consultaban sobre
la vida espiritual. El rey
Fernando II de Nápoles hizo gestiones para que fuera
nombrado arzobispo de Bari,
pero Pío IX prefirió que continuase de predicador en
Roma, diócesis más amplia
que la de Bari64. Después del capítulo XXI de 1863,
quedó de procurador general
en la casa de los Ss. Juan y Pablo. Murió en 1864. Sus
restos descansan en
la basílica celimontana, en el sepulcro que habían
ocupado las reliquias de Mons
Strambi65.

6. Ignacio de San Pablo, Spencer, 1799-186466


El P. Serafín (Giammaria) escribió en la crónica de la
casa de Ere, Bélgica: Dios
se sirvió de un solo hombre, Jorge Spencer, ministro
anglicano, que llegó a ser sa

61
Cfr. Elogio funebre alla venerabile memoria del Rvmo.
P. Pio del Nome di Maria, procuratore dei

passionisti nei solenni funerali li dì 9 aprile 1864,


recitato dal R. P. D. Juan Strozzi, Abate gene

rale dei canonici regolari del SS. Salvatore Laterano. –


(AGCP, Miscelanea 15-G-87).

62
Cfr. P. FILIPPO de la Sda. Familia, Religiosi insigni
della Prov. dell’Addolorata, 26-27 (39)
(AGCP, mcn.).

63
Vita del B. Paolo della Croce, fondatore della
Congregazione dei Chierici Scalzi della Sma. Croce
e Passione di N. S. Gesù Cristo, Roma 1853, nueva
edición en 1857.

64
P. FILIPPO, Religiosi insigni…, o.c., 26-27. - DNEust,
321-326.

65
DNEust, 325-326. El Rvdo. Ciccolini publicó un artículo
en Il Giornale di Roma, n. 131,
10.06.1864.

66
VANDEN BUSSCHE, J., C.P., Ignatius (George)
Spencer, Passionist (1799-1864), Crusader of

prayer for England and Pioneer of Ecumenical Prayer,


Leuvem, 1991; exhaustiva bibliografía.

YOUNG, U., C. P., Life of the Father Ignatius Spencer,


C. P., London, 1933. - DEVINE, Pius a
cerdote católico y más tarde pasionista67 . Hijo del
conde Jorge Juan, primer Lord
del Almirantazgo, el 21 de octubre de 1817 entró en la
universidad de Cambridge.
Durante un viaje por Francia en 1819 se puso en
contacto con el catolicismo. En
1821 un rabino judío le enseñó el hebreo. El 13 de
junio de 1824 recibió el sacerdocio
anglicano. La lectura del tratado de San Juan
Cristóstomo sobre el sacerdocio le
sembró dudas acerca de la sinceridad del
anglicanismo. Una instrucción recibida del
dominico Carlos Benito Caestryck terminó de
iluminarle, y el 30 de enero de 1830
fue recibido en la Iglesia Católica. El obispo Mons.
Walsh le aconsejó estudiar en
Roma, en el Colegio Inglés. Llegó el 6 de marzo de
1830. Leticia Tralawney, hija de
un convertido, le aconsejó visitar a los pasionistas del
Celio. Recibió el sacerdocio
católico el 26.05.1832 en la iglesia de San Gregorio,
en el Celio. El encuentro con
el P. Barberi no se realizó hasta más tarde, cuando
éste era rector en Lucca. Allí Barberi
y Spencer programaron la expansión de los
pasionistas. En 1838 emprendió una
campaña de oración por la unidad de los cristianos,
primer paso de lo que después
ha sido el Octavario de Oración por la Unidad.

En 1841 acogió al P. Domingo cuando éste llegó a


Inglaterra. El 6 de enero de
1848 profesó como pasionista ante el mismo Barberi.
Más tarde fue provincial de la
nueva provincia de San José. Ayudó al P. Gaudenzio
Rossi en la fundación de las
primeras HH. de la Sma. Cruz y Pasión, fundadas por
la M. María José (Isabel)
Prout. Fue un misionero muy activo y apreciado.
Asistió a los capítulos generales
XX (1857) y XXI (1863) y conoció de cerca al P.
Testa68. Falleció el 1 de octubre de
1864. Se están dando pasos en su Causa de
Canonización.
7. Domingo de la Madre de Dios, Barberi, 1792-1849
De esta personaje se ha escrito mucho como religioso
santo y como escritor de
obras filosóficas y teológicas; aquí se ofrece una
síntesis biográfica, ya que su actividad
irá apareciendo en las fundaciones de Bélgica e
Inglaterra. En 1814, poco después
de que Pío VII hubiera restablecido la congregación,
fue una de las primeras
vocaciones que pidieron incorporarse al instituto.
Admitido como coadjutor, los formadores
del noviciado de Paliano, entre otros el P. Testa,
vicemaestro, creyeron mejor
que cambiase a clérigo, y así profesó en 1815. Fue
ordenado sacerdote en 1818.
Dotado de gran capacidad intelectual, curiosidad
cultural y energía interior, en el
otoño de 1821 comenzó a enseñar filosofía en Vetralla.
En 1824 escribió Il pianto
Sp. Sancto, passionist, Life of Fr. Ignatius of St. Paul,
Passionist (The Hon. Rev. George Spencer),
Dublin, 1866. - GARCÍA, Pablo, C. P., Domingo
Barberi, precursor y profeta, Salamanca, 1997,
189-194. - FEDERICO, Il Bto. Domenico..., o. c., 2ª.,
Roma, 1963. - SPENCER, Charles, The
Spencer’s a personal history of an English Family, New
York 2000, 227ss. - MADAUNE, M.
L’abbè de, Ignace Spencer et la Renaissance du
Catholicisme en Inglaterre 1828-1872, Paris,
1873, 320 (AGCP, 16-E-3).

67 AGCP, MICH; mcn, en inglés, f. 1.


68 Cfr. DeR, o. c., (80).
dell’Inghilterra. El P. Colombo lo llamó a Roma, en
donde concluyó el tratado de
Mariología69. Trasladado a Ceccano, comenzó a
redactar un Manuel de Filosofía,
que concluiría en Roma en 1828. El P. Colombo
pensaba imprimir la obra, pero ante
el juicio negativo de un religioso, el tratado quedó
inédito. En 1831 fue destinado
a la fundación de Lucca, y allí lo visitó Jorge Spencer.
De 1833 a 1836 fue provincial
de la provincia de la Dolorosa; pasó tres años más
como consultor, y en 1839
volvió a ser provincial. En estos años no dejó de
escribir libros, y aun encontraba
tiempo par mantener una relación viva con los
convertidos ingleses. Una serie de
nombres prominentes de la iglesia anglicana habían
encontrado en la Iglesia de Roma
la respuesta final a sus inquietudes religiosas70. En
mayo de 1840 salió con la expedición
que fue a Bélgica, y en 1841 llegó a Inglaterra. Tuvo
tiempo de escribir un
diálogo entre un católico y un protestante71. Abrió
varios retiros, como se verá en su
momento. El 04.10.1845 recibió en la Iglesia Católica a
John H. Newman, profesor
anglicano que había iniciado el Movimiento de
Oxford72. Murió a causa de un problema
cardíaco en la estación de Reading, cuando viajaba en
ferrocarril. Sus restos
se veneran en Sutton. Fue beatificado por Pablo VI el
26.10.1963 durante la segunda
sesión del Vaticano II73. La beatificación de Newman
en 2010 trae de nuevo a primer
plano la figura del beato Domingo Barberi.

69
Cfr. FEDERICO: Il Beato Domenico..., o.c. - Id.,
L’Infallibilità Pontificia secondo il ven. P. Domenico
della Madre di Dio, passionista, 1792-1849, Caravate,
1943. - GIORGINI: Scritti Spirituali, I..., CIPI,
Roma, s.a. - Id., Il beato Domenico della Madre di Dio,
Pasionista, en visse per l’unità cristiana, Convegni
di Spiritualità Pasionista, San Gabriele, 1966, 29-43. -
Id., Historia..., o.c., II/2, 269-274. - GARCIA,
P., Domingo Barberi, precursor y profeta, o. c., 165-
176. - FILIPPO della SS.ma. Annunziata
(Squarcia), Vita del Servo di Dio P. Domenico della
Madre di Dio morto nell’anno 1849 in Inghilterra
in qualità di vice-provinciale della Congregazione
de’Passionisti in quel Regno, Ferentino, 1860. -
DEVINE,
Pius, Life of the Very Rev. Father Dominic of the
Mother of God (Barberi), Passionist, founder of
the Congregation of the Passion or Passionists in
Belgium and England, New York, 1898. - LUCHESE,
Lucas de San José, Vita del P. Domenico della Madre
di Dio..., apostolo dell’Inghilterra, Genova, 1897
(ed. francesa traduc. por el can. F. Labis, Tournai,
1898). - YOUNG, U., The Life and Letters of Ven.
Dominic
(Barberi) C. P., London, 1926. - Id., Dominic Barberi in
England: a new series of letters, London,
1936. - WILSON, Alfred, C. P., Blessed Dominic
Barberi, C. P., Sandl and Co.(Publishers) LTD,
London-
Glasgow, 1967. - FERRY, M., Un nouveau bienhereux,
Dominique Barberi, en Vie Spirituelle, CX,
n.501, 1964, 68-80. - GONDON, Jules, Notice
biographique sur le R. P. Newman, de l’oratoire de
Saint
Philippe Neri, Paris, 1853, Sagnier et Bray Editeurs,
pp. 27-28.

70 ACTON, Carlos G. (1803-1843) , FABER, Federico


G. (1814-1863), MANNING, Enrique E., (1808-1892)...
71 Cfr. DOMINGO BARBERI, A pacific discussion
upon controversial Subjects between a Catholic and
an English Protestant by a Lover of Peace and
Chrisitan Unity, a cura di F. Giorgini, Curia General,

Roma, 2000.
72 Cfr. GORNALL,Thomas, Newman, en Dict. de
Spiritualitè, XI, 163-181.
73 De las muchas obras relativas a Newman que
hablan del P. Barberi mencionamos sólo las
siguientes: 1)
LILLY, W. Samuel, Characteristics from the writings of
John Henry Newman; Bein selections personal,
historical, philosofical and religious, from his various
works, New York, 1875, 59-60. 2) DE LUCCA, G.,
John Henry Newman: Scritti d’occasione e traduzioni,
Roma, 1975, edizioni di Storia e Letteratura, 142147
(tomado de L’O.R., 12 ag. 1948). – 3) MATHEW,
David, Il cattolicesimo in Inghilterra, Ed. Studium,
Roma, s. f. (1951), 257, 279-280.-4) LOVERA DI
CASTIGLIONE, Carlo, Il movimento di Oxford, Brescia,
1935, 62, 83, 171 y 325. - 5) NEWMAN, J. H.,
Centenary Essay S. London, 1945, p. 26.
PRIMERA PARTE

ESTADO Y EXPANSIÓN DEL INSTITUTO


1839-1863
ESTADO Y EXPANSIÓN DEL INSTITUTO
1839-1863

La expansión es ley de vida de cualquier organismo


vivo, sobre todo en el caso
de un instituto religioso. San Pablo de la Cruz
esperaba este fenómeno en la congregación
naciente: Si la Santa Sede Apostólica o la S.C. de
Propaganda Fide pidiese
el envío de algunos hermanos...; pedir constantemente
a Dio que en su misericordia
se digne bendecir y propagar más y mas esta gran
obra... y enviarle celosos
obreros a cultivar la viña del Señor, son expresiones
habituales en sus escritos y en
las Reglas. Esperaba esta expansión para dividir el
joven instituto en provincias y
aceptar misiones en el extranjero, etc.1. Durante su
vida la primera semilla que dio
fruto, la de la Presentación en Monte Argentario en
1737, se multiplicó hasta 12 retiros
cuando el fundador murió en 1775. Después de su
desaparición física, se cerró
la casa de Toscanella (1796); pero fueron abriéndose
otras en Morrovalle (1779),
Anguillara (1782), Pievetorina (1786), Gubbio (1787),
Recanati (1792), S. Félix de
Giano y Arezzo (1803), todas clausuradas durante la
supresión napoleónica. Tras la
restauración de junio de 1814 se recuperaron las del
tiempo del fundador (Terracina,
al cabo de dos años y medio, fue clausurada en 1816
por miedo a los bandoleros),
se abrió la de Todi y se reabrieron las de Morrovalle y
Recanati (1821). En
1830 se inauguraron las de Lucca y Aquila, Magliano
Sabina en 1836 y Abadía de
San Salvatore Maggiore en 1837; andaba en trámites
la de Moricone, pero por el
problema de la soledad no acababa de fraguar el
proyecto. No había sido posible responder
a 48 peticiones de nuevas casas2.
En 1839 la congregación contaba con 360 religiosos
(236 sacerdotes y 124 hermanos).
Las 16 comunidades eran numerosas (22,5 religiosos
de promedio). Se veía
inminente la salida al extranjero, a Francia, para
buscar el modo de llegar a Ingla

1
Regulae..., 1736, c. V, 55-60, p. 10. - 2 Notizie... 1747,
n. 30. Esser pronti ad intraprendere ancora
le missioni ad infideles ad ogni minimo cenno della
Congregazione di Propaganda Fide. - Cfr.
San Paolo della Croce, La congregación de la Pasión:
Qué es y qué quiere, RSSP, 1, Roma 1978,
nn. 3 y 15; son dos memorias distintas, una de 1747 y
otra de 1768.

2
Fundaciones no aceptadas: a) Estado Pontificio:
Fium’esino, Fara Sabina, Velletri, Piperno y Foligno,
1815; Sonnino y Pacciano, 1816; Maccaresse, 1819;
San Savino, 1822; Porto Civitanova,
1824; Amelia, 1826-1831; Porto Maggiore, 1827;
Torgiano, 1827; Perugia 1828; Foligno y Sutri,
1830; Spoleto y Campello, 1834; Colle di Bove, Ponte
y Sperimento, 1834-1836; Sassovivo y Matelica,
1835; Trevi, 1836, Orvieto, 1838. b) Granducado de
Toscana: Massa Maritima, 1816; Fiesole,
1832; Massa Ducale, Quercioli, 1836. c) Reino de
Cerdeña-Piamonte: Castellazzo, 1816;
Génova, 1823; Virgen de Savona, 1827; Ivrea, 1829-
1839; Piamonte o in Liguria, 1833; La Spezia,
1834. d) Reino de Nápoles: Santuario de la Trinidad en
Gaeta, 1789; Tufo, Avezzano, 1815;
Cefalú, Sicilia, 1819; Sora, 1822; Venafro, Capua,
Benevento, Nola, Sessa Aurunca y Roccamorfina,
1824-1832; Tagliacozzo, 1828; Albe Andria, 1832,
Celano, 1838. e) Ducado de Módena:
Módena, 1830; Finale Módena, 1831.
terra. La Providencia confió el instituto al P. Antonio di
S. GiacomoTesta, un enamorado
de la congregación. En sintonía con el P. Pablo de la
Cruz, afirmaba categóricamente
que siendo obra de Dios, se debía colaborar con ella.
La crisis interna de
los años 1827-18303 arrancó de su pluma una página
sublime en una carta al general:
En cuanto a mí, me ocupe como sabe estando
preparado para sacrificarlo todo
por la Congregación, nuestra madre. Con esto no creo
hacer algo más de lo que debo.
Me diga cuando lo crea oportuno lo que tengo que
hacer, pues no pienso ahorrarme
nada... Esté seguro que podré faltar por incapacidad,
nunca por falta de voluntad4.
Aunque, como se ha dicho, la universalidad de la
congregación estuvo presente
desde los orígines5, el momento más evidente
corresponde a la época del P.
Testa6. Incluso quienes tienen sólo un conocimiento
limitado de la fundación de la
congregación fuera de Italia se dan cuenta de la
complejidad del proceso histórico
vivido en la misma para aclimatarse a otras naciones.
El hecho de la salida al extranjero
es uno de los más importantes, después de la
fundación como tal. En 1839 se
comenzó a comprobar como realidad, y no como una
posibilidad, la expresión fundar
la congregación en el exterior, que usaban los
pasionistas del Estado Pontificio

o del reino de Nápoles y de las Dos Sicilias (la mayoría


de ellos procedían de estos
dos estados). Fundar en el extranjero tenía un doble
sentido: a) fundar en los otros
estados italianos; b) fundar fuera de la península
italiana. En esta segunda intención
se toma aquí.
3
Cfr. GIORGINI,F., Historia, o. c., II/2, pp. 165-175.
4
A. Testa a A.Colombo, 15 enero 1830.

5
Fue preocupación constante del fundador en todo el
proceso de la aprobación de las Regla sy del
establecimiento de los retiros. Lo vivió con más
intensidad en el sexto capítulo general celebrado
en 1775, pocos meses antes de su muerte. En la
revisión que se propuso presidió el criterio, entre
otros, de eliminar de las Reglas lo que no se podía
llevar a la práctica a causa de la debilidad o
que resultaba difícil de observar en todos los tiempos.
Véase: GIORGINI, F., Historia..., o. c., I,
222-224.

6
Cfr. LÓPEZ AMAT, A., C. M. F., La vita consacrata. Le
varie forme dalle origini ad oggi, Cittá
Nuova Editrice, 1991, 422 ss.
CAPÍTULO I

FENÓMENO DE LA EXPANSIÓN EN ITALIA

A mediados del s. XIX encontramos en Italia el


crecimiento numérico de los
miembros de las órdenes y congregaciones religiosas
antiguas y de las más recientes.
Este crecimiento lleva a la expansión geográfica
exigida, a su vez, por la incesante
petición de nuevas fundaciones, tanto masculinas
como femeninas1, por parte
de los obispos, del clero y de las autoridades civiles.
Todos estaban interesados en
tener comunidades religiosas, conscientes de su
eficacia apostólica, y más si eran de
misioneros. Los necesitaban con tal urgencia, que en
el caso de tener que esperar,
preferían llamar a otra puerta2.
La filosofía de la expansión. En este fenómeno había
dos agentes, uno que solicitaba
la fundación, y otro que recibía la solicitud. Cada uno
se movía desde una órbita
determinada: por eso se necesitaban gestiones, largas
y complejas, que unas veces
concluían con la fundación, y otras con la interrupción
de los trámites. En nuestro caso,
¿qué motivos solían aducir los solicitantes – obispos,
párrocos, poblaciones... – para
obtener la fundación en Italia o en el extranjero? Y
¿cuál fue el discernimiento de
los superiores pasionistas, especialmente del padre
general, para inclinarse por la
aceptación o por la negativa? Se da por supuesto que
unos y otros buscaban la mayor
gloria de Dios; pero además, en líneas generales,
coincidían en dos aspectos: a) el bien
espiritual del pueblo; y b) la expansión y buena fama
de la congregación.

1. Motivos de los solicitantes


EL BIEN ESPIRITUAL DEL PUEBLO, sobre todo
después de haber comprobado
los frutos de una misión3. La preocupación por el bien
espiritual de las pobla

1
Cfr. MARTINA,G. Storia della Chiesa, III, o. c., 110. -
Id., Gli istituti in Italia dalla Restaurazione
alla fine dell’800, en DIP, V, Italia, 217-233. - LÓPEZ
AMAT, A., La Vita Consacrata..., o. c., 442458,
enumera 621 institutos nuevos del 1800 a 1899. -
AUGÉ,M., SASTRE, E., BORRELLO, L.,
Storia della vita religiosa, Brescia 1988; en pp. 442-
459, La Rivoluzione Francese e la nuova fioritura
della vita religiosa. - TELLO, N., C. M. F., La Sagrada
Congregación Super Statu Regularium
institutida por Pío IX, en Claretianum, XVI, Romae,
1976,112-171. - ROCCA, G., SSP, Donne religiose.
Contributo a una storia della condizione femminile in
Italia nei sec. XIX-XX, en Claretianum,
XXXII, Romae, 1992, 5-320, Parte II, del 1851 al 1873,
p. 66. - PENCO, Gregorio, Storia
della Chiesa in Italia, vol. II, Dal Concilio di Trento ai
nostri giorni, Jaca Book, Milano 1978, 272

281. - GAVAZZI, Paolo, Pio IX e la Riforma degli Ordini


Religiosi (1846-1857), o. c.
2
El obispo de Nola, D. Genaro Pasca, al proponer la
fundación de Liveri, quería respuesta pronta del
general,
porque otros religiosos le habían pedido ya el mismo
local. - AGCP, A-123 (A,IV-I/ 2-9. n-7,2).

3
Cf. carta del ayuntamiento, del clero y de la población
de Barrea al P. Testa, del 12.12.1846, en
AGCP, A,120 (A.IV-I/2-1. M. 14, 1-1). - La segunda
petición de la fundación de San Germano lle
ciones o la salvación de las almas la aducían los
obispos o párrocos, pero también
los ayuntamientos y habitantes de las poblaciones
reconocían la utilidad inmensa
que de la cooperación de tan celosos religiosos
redundaría en bien de las almas4. Las
diócesis eran extensas y en las regiones pobres
escaseaban los sacerdotes, las casas
religiosas eran pocas y no había quien distribuyera a
los pobres el pan evangélico o
les instruyera en la santa religión5. El obispo de Rieti,
Gaetano Carletti, ante la posible
fundación en Rocca Sinibalda (Rieti), experimentaba
una suma consolación,
seguro de que... en toda la diócesis repercutirá una
grandísima ventaja espiritual.

La fundación de Rocca Sinibalda (Rieti) se


consideraba una buena posición para
procurar a las poblaciones vecinas y a la parte superior
de la Sabina el bien de las
almas. D. Jorge Gualdi escribía el 11.02.1857 que
aquella fundación iba a ser de
gran utilidad para la provincia entera6. Aunquel P.
Testa no aceptó la fundación de
Barrea, concluía su carta diciendo: No me olvidaré
nunca del magistrado, del clero
y del buen pueblo de Barrea7. El intendente de Terra
di Lavoro y el obispo de Sora,
Aquino y Pontecorvo, Mons. José Montieri, solícitos del
bien espiritual de los
habitantes de Villa S. Lucia, deseaban una fundación;
el P. Testa, aún reconociendo
la benevolencia de Mons. Montieri hacia los
pasionistas, respondió que debería
contentarse con dos fundaciones y dejar que se
procurara ayuda a otras poblaciones8.
El mismo obispo, al proponer una fundación para
Settefrati o para Villa S. Lucia,
escribía: Jesucristo bendice... con inmenso bien de las
almas las fatigas de los
pasionistas en estas poblaciones9. El canónigo Félix
Corbi, al pedir fundación en
Cori, creía que sería una rica mina de bienes
espirituales, pues muchos pueblos estaban
necesitados de instrucción moral y religiosa10. El clero
y pueblo de Rocca

gó en 1857 después de la Santa Misión; cfr. Carta de


D. Miguel Angel Celesia, Abad de Montecassino,
al P. Testa, el 04.05.1857, en AGCP. A, 120 (A,IV-I/2-
1. M-12, 1-8). - El arzobispo, el clero
y el pueblo de Campagna-Conza piden la fundación
satisfechos de la misión predicada por los
pasionistas y deseosos de tenerlos para su común
provecho espiritual. - Cfr. Carta al P. Generale
dei Passionisti, del 02.02.1858, en AGCP, A, 121
(A,IV-I/2-9. C-13, 1-2).

4
Pro Memoria a Sua Ecc.zza Mons. Vescovo di Rieti,
per la magistratura e possidenti di Rocca Sinibalda
(s.f.). Copia. AGCP, A,120 (A,IV-I/2-1. R.5,9.
01.10.1854).
5
Arzobispo de Beirut a A. Testa (Nápoles, 21.11.1840).
AGCP, A,123 (A,IV-I/2-9. C-24,1); habla
de las diócesis de Conza y Campagna en el Reino de
Nápoles.

6
Gaetano, obispo de Rieti, a A. Testa (Rieti,
01.10.1854). - AGCP, A,120 (A,IV-I/2-1. R.5,5, y 69).
- Jorge Gualdi a A. Testa (Rieti,11.02.1857). AGCP, A,
120 (A,IV-I/-2-1. R-4,1-1).

7
A. Testa a D. Biase di Loreto, alcalde de Barrea, el
07.05.1847, minuta. - AGCP, A,120 (A,IV-i/2

1. M. 14, 1-2).
8 F.Scorza a A. Testa (Nápoles, 08.12.1852).
AGCP,A,120 (A,IV-I/2-1. S. 23, 1-1). -A. Testa a F.
Scorza (Roma, 11.12.1852), minuta. - AGCP,A,120) (
A,IV-I/2-1. S.23, 1-3).
9 Mons. J. Montieri a A. Testa (Sora, 07.07.1856). -
AGCP,A,120 (A,IV-I/2-1. S.17, 4).
10 Felice canónico, dott., Corbi, Vic., a A. Testa (Cori,
16.03.1855). AGCP, A,120 (A,IV-I/2-1. V-3, 1-1).
Massima, recordando a los doctrinarios, anteriores
moradores del convento, pensaban
que los pasionistas podrían colaborar en el bien
espiritual de los pueblos del
contorno, que por la lejanía de Monte Cavo no recibían
esta ayuda. El P. Testa, ante
tanta generosidad y decisión, aseguraba que los
pasionistas se prestarían a ejercer
sus ministerios en una población tan afecta a la
congregación11. Alguna fundación
provenía de las mismas autoridades civiles,
especialmente en el Reino de Nápoles.
Al tratar de la ofrecida en Capaccio-Vallo, 1854, los
pueblos mencionados...
están desprovistos de operarios evangélicos y piden el
establecimiento de una comunidad
de misioneros12 .

El ministro Scorza le comunicaba al P. Testa: El rey,


en el Consejo Ordinario de
Estado, tenido el 16 de los presentes en Caserta,
manifestó el deseo de que se estableciese
una

comunidad pasionista... en el convento suprimido de


los agustinos en Tempitelle...
El ministro Scorza pide su opinión para comunicársela
a Su Majestad.

También en septiembre del año pasado (1851), por


medio del ministro antecesor,
cuando me encontraba en Nápoles, se dignó
ofrecerme una fundación en Casali
di Cosenza; y yo tuve que pedirle a él y a Su Majestad
que buscasen una casa
en los alrededores de la capital para que puedan
expandirse por las amadas provincias
más alejadas donde podrían desplegar su celo por el
bien espiritual de sus
pueblos.

Le suplico que haga llegar esos sentimientos a S.M., y


confío en que se dignará
acogerlos con su conocida bondad, y además nos
otorgará una fundación en las
cercanías de la capital, desde la que se facilite la
evangelización de los habitantes
de las provincias13.

El 04.12.1852 el ministro Scorza ofrecía al P. Testa la


fundación de Rotonda:

En el Consejo Ordinario tenido en Caserta el 2 de los


corrientes (diciembre) he
entregado al rey cuanto usted me ha dicho en su carta
del 18 de noviembre p. p.,
respecto a las casas que S.M. quiere abrir en Calabria
y en otras zonas de este reino
para el bien espiritual de las almas.

Desde Nápoles, el ministro Scorza escribía el 25 de


junio de 1856 al superior de
los pasionistas de Aversa para informarle que el rey ha
expuesto el deseo de esta
11
El clero y el pueblo de Rocca Massima a A. Testa
(enero 1851). - AGCP, A,120 (A,IV-I/2-1. V-2,
1-3). A. Testa al alcalde Antonio Tuzi
(Roma,17.07.1851). Copia. - AGCP,A,120 (A,IV-I/2-1.
V2,
1-5).

12
Francisco Manzoni, canónigo, al superior de los
pasionistas (Nápoles, 08.03.1854). - AGCP, A,
123 (A,IV-I/2-. C.14).

13
Franc. Scorza, Ministro degli Affari Ecclesiastici, al
superiore dei passionisti d’Aversa; Ministero
e Real Segreteria di Stato degli Affari ecclesiastici e
della istruzione pubblica (Napoli,
21.02.1857). - AGCP, A,123 (A.IV-I/2-9, C-15, 1-1).
blecer en el ex-convento de carmelitas de Mercato
Cilanto, diócesis de Capaccio
Vallo, una comunidad de su instituto, para bien
espiritual de aquellos habitantes; y
han aplaudido el plan el obispo y el intendente del
Principado Citra, seguros de las
necesidades del país en el que viven dieciocho
ayuntamientos y veintinueve aldeas14.

El 21 de noviembre de 1840, desde Nápoles, el


arzobispo de Berit escribía al superior
de los pasionistas: Las vastas diócesis unidas de
Conza y Campagna en estos
reinos tienen muchas almas en Campagna, pero
también pueblos y aldeas en los que
por la escasez de sacerdotes y de casas religiosas no
hay quien reparta el pan evangélico
y les instruya en los deberes de nuestra religión.
Conmovido yo del estado de
aquellos pobres habitantes, me he fijado en la
congregación que V. P. Rvma. dirige,
y me dirijo a usted para que me diga si le gustaría
establecer allí una casa religiosa,
en la que colocar suficientes religiosos que se presten
a atender las necesidades
de los pueblos15.

Al tratar de la fundación de Nola, el P. Testa la


rechazaba por falta de sujetos:

Monseñor, tenga en cuenta que yo veo lo que no


puede ver uno que está afuera,
y sé que sería una imprudencia prometerle
fundaciones para abrirlas dentro de cuatro
años, a contar desde la inminente primavera. Pero
darle una palabra que no podría
mantener es algo que nunca me ha gustado16.

AYUDA A LA PASTORAL Y BENEFICIO DEL CLERO.


Los obispos, ante la
posible fundación de un retiro, experimentaban suma
consolación, seguros de que
sacaría beneficio espiritual toda la diócesis. El P.
Testa, en sintonía con esta finalidad
tan propia de la congregación, prometía que, una vez
fundados los retiros, se podría
comprobar la diligencia de los pasionistas, como
buenos colaboradores de los
obispos. Los obispos los elegían, y agradecían al P.
Testa las fundaciones aceptadas.
No se describen ahora, una por una, las peticiones; es
suficiente decir que en donde
los pasionistas predicaban, casi todos los pueblos
querían fundación17. También era
frecuente que los obispos reconocieran su ventaja
pensando en que su clero dispondría
de una casa diocesana para ejercicios espirituales y
ganaría en posibilidad de

14
F. Scorza al superior de Aversa, P. Eutizio Mastrantoni
(Nápoles, 25.06.1856), que se encontraba
por la zona de Caserta. - E. Mastrantoni, desde
Aversa, 24. 07.1856, copia-minuta. - AGCP, A,123
(A,IV-I/2-9. C-17, 2).

15
Arzobispo de Berit a A. Testa (Nápoles, 21.11.1840). -
AGCP, A,123 ( A,IV-I/2-9. C, 24,1). – Se
trataba de Mons. Gabriel della Genga, titular de
Beryten, nuncio apostólico en el Reino de las Dos
Sicilias, que había hecho la visita pastoral a las
diócesis mencionadas. – Cfr. Hyerarchia Eccl., o.
c., VII, 110.

16
A. Testa a Mons. J. Montieri, (07.03.1843), minuta-
copia, en AGCP, A,123 (A,IV-I/2-9. N-7,3).

17
A. Testa a Francisco Scorza (Roma, 11.12.1852),
minuta, en AGCP,A,120 (A,IV-I/2-1. S.23, 1-3).

-A. Testa al Abate di Montecassino, Trifari, (Roma,


21.10.1845), minuta, en AGCP,A,120 (A,IVI/
2-1, M.13,7). - A. Testa a D. Biase di Loreto, alcalde de
Barrea (Roma,07.05.1847), minuta, en
AGCP, A,120 (A,IV-I/2-1. M.14, 1-4).
más ministerios. D. Cayetano Carletti, obispo de Rieti,
apoyaba la fundación de
Rocca Sinibalda porque con la fundación ganaría todo
su clero18.

2. Discernimiento para aceptar una fundación


Si los solicitantes se movían al impulso de
circunstancias muy variadas, la congregación
se mantenía firme en el respeto a unos valores y
criterios permanentes.
Ante todo debía ser fiel a su misión en la Iglesia, como
religiosos y como pasionistas.
Efectivamente había ya una historia, unas Reglas,
unos condicionamientos señalados
por la Iglesia al aprobar el instituto, una tradición, una
cadena de experiencias
positivas y negativas. Destacan los valores siguientes:

LA SOLEDAD: A la hora de aceptar una fundación, el


P. Testa se resistía si faltaba
la soledad. Los pasionistas salieron de la supresión
napoleónica con general
aplauso, y les llegaron muchas solicitudes, como se
puede ver en el capítulo dedicado
a las no aceptadas. En ocasiones la causa del rechazo
era o la excesiva proximidad
a las poblaciones, o la poca distancia respecto a otro
retiro propio, lo que entorpecía
la postulación. Pero al salir de Italia, la apertura de
nuevas casas se realizaba
con construcción propia; se buscaba distancia
prudencial, pero no siempre se daba
con las condiciones rigurosas. El P. Testa tuvo que
transigir con retiros no estrictamente
ortodoxos, y soportar actividades no respaldadas por
nuestra historia, como
las parroquias. Pero en lo que dependía de él, fue
siempre rectilíneo. Al obispo de
Aversa le recuerda que la soledad era factor decisivo:
Me ha parecido conveniente
mandar a dos religiosos para reconocer y examinar los
lugares indicados, el de
Mercato Cilento no ha sido encontrado a propósito; y al
de Marsico le falta la soledad
que reclama nuestro instituto19.

En la de BRENELLO-MODENA: Nuestro instituto pide


soledad y lugares separados
de las poblaciones20.

LUGARES ADECUADOS: En la fundación de Palena-


Abruzzo, el 25.05.1847,
dice que no la acepta: No sería apropiado si fuese un
pueblo pequeño o situado entre
montañas, y convendría buscar otro lugar. Por motivos
comprensibles deseo que
las fundaciones se lleven a cabo o en las proximidades
de ciudades grandes o de
otras poblaciones grandes que puedan proporcionar a
los religiosos, mediante la
postulación, si no toda, al menos una parte importante
de la subsistencia necesaria,

18
Pro Memoria a… Mons. Vescovo di Rieti per la
magistratura di Rocca Sinibalda, s.f., copia. AGCP,
A, 120 (A,IV-I/2-1. R.5,9).

19
Al obispo de Aversa, 24. 07. 1856. - AGCP, A,123
(A,IV-1/2-3, C-17, 2).

20
AGCP A,123, Fundac. no aceptadas,
Módena,13.02.1843 (M-4). Y respecto a la de MURO
escribe
al arz. de Otranto, Mons. Vicente Andrés Grande, el 7.
03. 1857: Le advierto que no podemos
aceptar fundaciones en las ciudades o pueblos, pues
nuestro instituto pide conventos alejados de
las poblaciones. -AGCP,A,125, Fundac. no aceptadas,
Puglia-Basilicata.
y que además no estén en lugares de difícil acceso21 .
El 17.02.1855, al P. Tarlattini,
en EE. UU.: No nos conviene hacer otra casa alejada
de la ciudad. ¿Cómo vivirían
y de qué se mantendrían? Por ahora no me parece
prudente meterse en esa empresa.
Es el disparate cometido en Inglaterra, que ha llevado
a la falta de observancia
y a la decadencia del espíritu, y a la necesidad de
clausurar una casa, y obligar a
alguna otra a suprimir la observancia22.

TERRENO SUFICIENTE: Al arzobispo de Spoleto, el


16.11.1840 sobre la fundación
en Campello: Como es tan reducido el terreno que hay
dentro de la clausura,
se necesita más, como un par de robos23 . Y al de
Camerino, al tramitarse la fundación
de San Ginés-Marcas, el 7 de agosto de 1845: El local
es muy reducido, y...
además tiene pocas habitaciones y le faltan muchos
elementos para una comunidad
no pequeña como son las nuestras24.

CONVENIENTE DISTANCIA ENTRE


COMUNIDADES. Las comunidades
han de estar alejadas para no entorpecer unas a otras
la postulación, pero suficientemente
accesibles para que los superiores mayores hagan las
visitas sin complicaciones.
En Italia se rechazaron muchas situadas muy al sur,
porque no era fácil su relación
con las ya existentes en el centro de la península. Así
en carta del 30.10.1852
al ministro de asuntos eclesiásticos de Nápoles
justifica su negativa a la de Casali di
Cosenza: Para que los religiosos conserven el espíritu
conviene que los superiores
mayores puedan visitarles con frecuencia (nuestras
Reglas mandan un año)25.

3. Proceso seguido en la preparación de los retiros.


El P. Testa residía en Roma, o se encontraba en otros
retiros girando la visita canónica
o presidiendo los capítulos provinciales. Al recibir
solicitudes o las informaciones
que le hacían llegar los misioneros, comenzaba su
propio proceso de discernimiento:
información, contraste de datos, comentario con sus
consultores... Si la
oferta tenía consistencia para tomarla en
consideración, recurría a expertos, no necesariamente
de la congregación, para conocer la situación bien
detallada. En el caso
de Rocca Sinibalda, el mismo que lo propone, Jorge
Gualdi, sugiere el recurso a
un experto que dé su opinión y que acompañe al
religioso destinado a observar el

21 AGCP, A,121, Fund. no aceptadas en Abruzzo


(A,IV-I/2-2, S-14).
22 AGCP, PAUL, Letters 1853-1855.
23 AGCP, A,125, fund. no acept. en Umbria (A,IV-I/2-
4, S-6, 27).
24 AGCP, A,124, fund. no acept. en Las Marcas (A,IV-
I/2-5, C-4, 5 - AGCP, A, 121, fund. no acept.
en Abruzzo (A,IV-I/ 2-2ª). - Y el 07.09.1854 al superior
de Pittsburgh, AGCP - PAUL, Letters,
1852-1854.

25
AGCP, A,123, fundac. no acept. en Campania
(Nápoles, Rotonda, Potenza...), (A,IV-I/29.
C-16).
estado de la fundación que se ofrecía26. Siempre
refiriéndose a la misma fundación,
aseguraba que cuando se hubieran cumplido las
condiciones que había puesto iría
personalmente o enviaría a uno de sus hombres. Sólo
la aceptaría definitivamente
cuando se le garantizara un local convenientemente
ordenado y suficiente terreno
para huerta y prado, libre de servidumbres27.
Respecto a la fundación de Rotonda,
ofrecida por Fernando II, escribía al ministro Scorza
que sería oportuno y, en cierto
modo, necesario, que tanto el obispo como el alcalde
se pusieran en comunicación
con él, antes de realizar el viaje, bastante costoso,
para tener no sólo la seguridad de
que eran partidarios de la fundación, sino también para
que le informaran de la situación,
del lugar, del estado y de la amplitud del mismo, de tal
modo que se pudiera
realizar un viaje tan largo con la probabilidad de que
no fuera inútil.
Como puede apreciarse por los datos precedentes,
aparentemente circunstanciales
e inconexos, la expansión, que constituía una
necesidad interna, reclamó un ejercicio
de prudencia y equilibrio. La numerosa
correspondencia sobre las fundaciones
pone de relieve en el P. Testa la iluminación de un
segundo fundador, a la vez que
el ejercicio pausado del discernimiento, sin impulsos
instintivos ni veleidades de cada
momento. Seguiremos viendo esta armazón espiritual
del P. Testa en los próximos
capítulos. Pero desde el principio ha de quedar en
claro que en la expansión trató
de mantener la vida interior de los religiosos y de las
comunidades; en ningún momento
prefirió abrir una casa que no ayudase a ello. Entre las
notas que destacan en
la historia del instituto resaltan las dos columnas
imprescindibles del testimonio pa-
sionista: la fuerza de la observancia regular (oración,
austeridad, vida común...) y la
fuerza del apostolado (transmisión de la Pasión de
Cristo meditada y vivida en la comunidad):
Sin estos dos pilares no hay ni edificación del prójimo
ni bien espiritual
de los pueblos28 .

26 Jorge Gualdi a A. Testa (Rocca Sinibalda,


13.09.1854. - AGCP, A,120 (A,IV-I/2-1. R.5,1).
27 A. Testa a Mons. Gaetano Carletti, de Rieti (Roma,
05.10.1854), minuta. - AGCP, A,120 (A,IV-
I/2-1. R.5,6).
28 A.Testa a Ferdinando Troja 19.09.1851, oferta en
Cosenza. - AGCP, A, 125 (A,IV-II/11.C,21-1-2).
46
CAPÍTULO II

RETIROS EXISTENTES EN 1839


Y LOS FUNDADOS HASTA 1863 (1)

A. PROVINCIA DE LA PRESENTACIÓN
Aunque después de las páginas precedentes se
pudiera pasar ya a los elementos generales
de la congregación (gobierno, formación, apostolado,
comunidad de vida, espiritualidad,
etc.), dejando para el final la parte relativa a las
comunidades, aquí se ha preferido
invertir el orden: primero la vida que los religiosos
llevaban en cada comunidad,
y después los elementos que los aglutinaban en torno
a un proyecto común llamado
Congregación de la Pasión. Se trata de una elección
cuando menos discutible, pero que
ofrece al lector la sensación de dinamismo. El criterio
seguido ha sido el siguiente: 1)
La vida de las comunidades ya existentes o fundadas
en este período, en Italia, comenzando
por la casa general, incluyéndola en la provincia de la
Presentación, seguida por
las demás casas de la misma, de la Dolorosa y de la
Piedad; b) intentos de fundación
en Italia que no llegaron a consolidarse; c) expansión
fuera de Italia (Bélgica, Inglaterra,
Francia, Estados Unidos, misión en Australia e intento
en California...).

1. Casa de los Ss. Juan y Pablo


La comunidad del retiro de los SS. Juan y Pablo, dada
su doble peculiaridad como
sede de la curia general y como parte de la Ciudad
Eterna, capital del Estado
Pontificio, ofrecía ventajas excepcionales a las otras
comunidades para resolver sus
problemas económicos o para efectuar prácticas
burocráticas ante las autoridades.
Era una tradición consolidada en el pasado que la
comunidad de este período mantuvo
con buena dosis de responsabilidad1. La Platea,
desgraciadamente, es pobre en
datos humanos y de interés general, como lamentaba
el P. Naselli: La platea de los
Ss. Juan y Pablo..., fuera de la fundación del retiro y
de la crisis romana de la congregación
(1830), el contenido se reduce a las pequeñas cosas
de la casa, escasamente
útiles para el historiador, el cual con sorpresa no
encuentra nada de la invasión
francesa republicana y de la supresión napoleónica2 .

1
Desde 1832 los retiros, que mandaban periódicamente
a sus religiosos a la postulación, disponían

de un pequeño departamento o armario en donde


quedaban depositados los objetos adquiridos (li
bros, ornamentos litúrgicos, etc.) hasta que pudieran
ser trasladados a la respectiva comunidad.

Platea di questo Ritiro de’ SS.ti MM.ri Giovanni e Paolo


in cui si descrivono le notizie spettanti
al sud.to incominciando dall’anno 1830, vol. II, 6 (cit.
SsGeP).

2
Cfr. Il problema degli studi storici nella congregazione
della Passione, en Gioventù Passionista,
vol. I, 1954, 151, nota 17. - DROULERS, Paul, S. J., La
vita religiosa a Roma intorno al 1870,
1. SUPERIORES. La casa general ha gozado de un
privilegio exclusivo: ser la
residencia de hombres de óptimas cualidades para el
gobierno general o local, elegidos
o nombrados con el objetivo específico de conservar el
fervor del fundador y
mantener en pie las tres columnas del instituto:
oración, pobreza y soledad. En este
período del P. Testa es corto el número de rectores. El
31 de mayo de 1839 tomó posesión
el P. Lorenzo María Salvi, con experiencia, pues lo
había sido ya3, dejó la soledad
de Vetralla, donde había sido consultor, para ayudar al
que en adelante iba a
ser su superior general toda la vida. Para aligerar la
carga de una casa numerosa, le
fue dado como vicario el P. Roberto Torraca del
Espíritu Santo, quien le sucedería
el 5 de abril de 1842. El P. Salvi estuvo entre los
nombres que se barajaron para ir a
Bélgica, y más tarde fue solicitado por el P. Barberi
para gobernar la casa de Ere,
Bélgica, según carta al P. Testa4. El P. Esteban
Monetti de S. José fue rector desde
el 23 de abril de 1845 (lo había sido de 1833 a 1838)5.
En 1848 volvió el P. Lorenzo
María Salvi, pero no pudo terminar el trienio, porque en
mayo de 1850 regresó a
Vetralla al oficio de consultor por muerte del ex general
P. Colombo; y en Roma le
sucedió el P. Ambrosio Barlesi del Niño Jesús hasta
1857. Después, en el sexenio
1857-1863, la comunidad estuvo al cargo del P.
Manuel Comparato de S. Juan Bautista6
. El hecho de tan pocos cambios indica, por una parte,
la calidad de los elegidos,
y por otra la estabilidad de la comunidad que seguía
una línea de gobierno dentro
de la provincia de la Presentación, en cuyos capítulos
eran designados.
2. ACONTECIMIENTOS DE LA CONGREGACIÓN.
Era una comunidad previlegiada,
en la que los religiosos podían ser testigos directos de
los acontecimientos
más especiales de la Iglesia y del instituto. Basta
enumerar algunos:
439-445, de Cattolicesimo sociale nei secoli XIX e XX.
Saggi di storia e sociologia, Col. Politica
e Storia, Roma, 1982. - RAVASI, L., Due secoli di S.
Paolo della Croce sul Celio, Ediz. Fonti vive,
Roma, s.a. Pero la crónica sí conserva la memoria del
título cardenalicio de la basílica. De los
28 mencionados por MIGNE (Dictionaire des
Cardinaux, Paris, 1857) dos fueron elegidos papas:
Honorio III (Cencio Sivelli), 1216-1227; y Adriano VI
(Adriano Florent, holandés), 1522-1523.
Durante el período correspondiente al P. Testa sólo
hubo dos cardenales titulares: Vicente Macchi,
que lo fue desde el 25 de julio de 1827 hasta que en
1842 fue trasladado al titulo de Porto y Santa
Rufina (está enterrado en la basílica celimontana) y
Cosimo Corsi desde 1842 hasta su muerte
en 1870. Tomó posesión el 25 de junio de 1842 y
presidió la fiesta de los Santos Mártires el día
26. En 1844 acompañó a Gregorio XVI en la visita a la
basílica, y en 1854 a Pío IX, de las que se
habla en el texto de este capítulo. - Cfr. Platea SsGeP,
II, 32,33 y 44. - MIGNE, Dictionaire des
Cardinaux, vol. 33 de la Encyclopèdie Théologique,
Paris, 1857, cols. 1143 y 1711.
3
Platea SsGeP, II, 17-18.

4
Platea SsGeP, II, 32. - Cfr. LIPPI, A., Il Bto. Lorenzo
Salvi, apostolo di Gesù Bambino, Ediz. Paoline,
Ciniselo Balsamo (Milano), 1989, 172 ss.

5
En 1847, según el informe del P. Testa a Pío IX, la
comunidad contaba con 31 sacerdotes (18 profesos
y 13 estudiantes), 4 clérigos y 24 hermanos; tenía 90
habitaciones. - Cfr. RAVASI, L., La
Congr. dei passionisi, o. c., 6 -7.
6
Platea SsGeP, II, 40, 44.
a. La reunión de los sucesivos capítulos generales,
como se verá en otro momento.
b. Declaración de Mons. Vicente María Strambi como
venerable y reconocimiento
de sus reliquias el 17 de junio de 18447.
c. Expansión dentro y fuera de Italia: fundación de
comunidades como la de
Granarolo-Génova cuando en 1846 marchó de Roma
el nuevo primer consultor, P.
Pío Cayro, con sus compañeros para consolidarla; de
1840 a l860 unos 15 religiosos
se despidieron en la casa general para ir a Bélgica,
Inglaterra, Francia, los Estados
Unidos y Bulgaria; de manera más intensa vivió la
problemática de esta misión
en la visita del obispo Mons. José María Molajoni, de
cuyos labios se conocieron
detalles del incendio de Bucarest, el 04.04.1847.
Seguidamente, el 19.09.1847, la
comunidad participó en la consagración del sucesor, P.
Angel Parsi del Corazón de
María, consagrado en la basílica8. El 15.06.1842 la
comunidad despidió a los cuatro
misioneros pedidos por Mons Juan Beda Polding y la
S. C. de Propaganda Fide para
evangelizar a los aborígenes de la Isla de Stadbroke,
Australia9´. Igualmente en
septiembre de 1852 se despidió a los cuatro pioneros
que marcharon a los Estados
Unidos con Mons. Miguel O’Connor, de Pittsburgh10.
En 1860 todos los pasionistas, por lo menos los de
Italia, se enteraron de la decisión
del P. Testa de enviar a América a nueve religiosos (6
eran estudiantes con su
director) para reforzar la fundación11. La comunidad
conoció un nuevo campo de
fundaciones en el extranjero, el de Francia: en
septiembre de 1853, en respuesta a la
solicitud del cardenal-arzobispo de Burdeos,
marcharon tres religiosos para implantar
la congregación en tierras galas12.
d. La donación de la casa aneja a Scala Santa hecha
por Pío IX en 1853. En los
trabajos de adaptación y ampliación, colaboraron
varios coadjutores de la comunidad
celimontana13.
e. Visitas de Gregorio XVI y Pío IX: el primero, el 13 de
octubre de 1844, vino
a la basílica, visitó el Santísimo y el altar de los
mártires, se dirigió a la sacristía en
donde recibió el saludo de la comunidad, y después
pasó al retiro, observó muchas
cosas y quiso también ver las reliquias dadas a esta
basílica por el patriarca Traversi.
Por su parte Pío IX acudió el 2 de mayo de 1853, al
día siguiente de la beatificación
del P. Pablo de la Cruz, a venerar sus reliquias, como
se narra más adelante. Y
de nuevo el 16.05.1854, a pasar un día de retiro, como
se ha dicho14.
7 Ibid., II, 33. Véase el capítulo sobre la santidad en la
congregación.
8 Ibid., II, 26, 35-37, 49, 54...
9 DeR, (28). - Platea SsGeP, II, 32; más detalles al
hablar de la misión en Australia.
10 Platea SsGeP, II, 43: PP. A. Calandri, E. Parczyk y
A. Magno, con el H. Lorenzo Di Giacomo.
11 Ibid., II, 51.
12 Ibid., II, 43, 51.
13 Ibid., II, 43.
14 ACP, XVIII (1953-1954), 83, 87, 92, 96,99, 103,
110, 308. - Platea SsGeP, II, 33 y 42.
Aun hizo otra visita correspondiente a este período,
poco antes de la muerte del

P. Antonio di S. Giacomo, Testa. En la tarde del 25 de


julio, víspera de la fiesta de
los Ss. Juan y Pablo, mientras se cantaban las
primeras vísperas, el Sumo Pontífice
Pío IX se presentó en nuestra iglesia y fue a adorar el
Santísimo Sacramento;
seguidamente oró ante las reliquias de los dos
hermanos mártires y se acercó a ver
la nueva sacristía, de la que elogió la amplitud y
belleza, y allí admitió al beso del
Pie a los religiosos y a pocas personas más, entre las
cuales la duquesa de Beaufremont,
residente en la vecina Villa Mattei... Después el Santo
Padre quiso conocer
el estado de las obras de la capilla del beato fundador;
aunque todavía muy
descarnada, ya se podía apreciar cuál sería su
magnificencia futura. Para contribuir
e ella, el Santo Padre se dignó regalar dos grandes
piedras de alabastro de
Egipto, de una altura de 30 palmos para hacer con
ellas dos magníficas columnas.
Para apreciar la magnitud del regalo, las personas
entendidas dijeron que cada
piedra no bajaría de 3.500 escudos. Las dos masas
pétreas estaban en la basílica
de San Pablo extramuros, desde donde fueron
trasladadas a esta basílica antes
de fin de mes. El Santo Padre salió de la capilla y de la
iglesia y se acercó a
la vecina Villa Mattei, en donde la citada duquesa
había levantado también una
capilla15.
f. La definición dogmática de la I. Concepción. Aunque
ni la platea ni el libro
de ministerios mencionan el acontecimiento, sabemos
que la comunidad lo celebró
con un triduo, del que se hizo eco La Civiltà Cattolica:
No se deben omitir otras fiestas...;
los pasionistas lo hicieron con un triduo en la basílica
celimontana16 .
3. LA COMUNIDAD COMPARTE SUS BIENES CON
OTRAS COMUNIDADES.
Estas y otras experiencias de tipo local no podía la
comunidad compartirlas
con los religiosos de otras casas;
pero sí estaba a su alcance repartir los bienes
materiales que le llegaban, especialmente
libros de la biblioteca. Si en línea general cada retiro
trató de mantener
actualizada la suya, el de los SS. Juan y Pablo recibió
el regalo de numerosos libros:
de 1839 a 1863, además de unos grandes mapas de
Italia y del Estado Pontificio
(1842), colocados al lado de la primera puerta de la
biblioteca, entró gran
cuantidad de publicaciones; en el trienio 1839-1842, un
total de 700 volúmenes17;

15
Platea SsGeP, II, 52-53.
16
Serie II, X, Roma 1855, 214.

17
Platea SsGeP, II, 29-31, 34, trienio 1839-1842. Se
encuentran diccionarios y gramáticas para
aprender francés, inglés, griego y turco; publicaciones
sobre geografía, ortografía, dos biografías
de Napoleón, Historia del Reino de Escocia, de
Roberton, y temas de actualidad como I Gesuiti
e la Sovranitá temporale del Papa o Regolamento
legislativo con motu proprio del Papa
Gregorio XVI.
y en el de 1842-1845 se adquirieron muchísimos
libros, incluso obras insignes, llegando
a costar alguna 50 escudos. Las nuevas adquisiciones
comprenden todo el
saber que puede necesitar quien se dedica a la
actividad misionera. Sobresalen las
publicaciones referentes a la S. Escritura, teología,
cristología, patrística, espiritualidad
y predicación, sin olvidar la historia ecclesiastica, y
diversos aspectos de la
cultura. D. Felipe Evangelisti, canónigo de S. Pedro,
viéndose en edad avanzada,
donó a la congregación una gran parte de su copiosa
biblioteca18. El P. Antonio Testa
dejó en la casa algunas obras que no había y
distribuyó las restantes por otros retiros.
La llegada de tantos volúmenes planteó el problema
del espacio; se resolvió
añadiendo nuevas estanterías; el trabajo concluyó en
noviembre de 1847 y lo realizaron
el H. Simón Arduini y otros dos coadjutores; sólo el
material costó más de
150 escudos.

Además de enriquecer las bibliotecas de otras casas,


se les enviaron cuadros, objetos
litúrgicos, etc.; por ejemplo, a la de la Presentación,
mandó en 1839 un baldaquino
regalado por el bienhechor Domingo Massaglia; a
Moricone le regalaron en
1840 un gran óleo con el Tránsito de S. José y en
1846 dos confesionarios de la basílica,
y otros dos a Ceccano; al de Pievetorina, 30 escudos,
un cáliz de plata y abundante
ropa para uso de los religiosos y para el servicio
litúrgico19 .

4. SACRISTÍA NUEVA Y ÓRGANO. A primeros de


enero de 1847, como la sacristía
resultaba pequeña para las ceremonias de la fiesta de
los SS. Juan y Pablo o
en las XL horas, se vio la necesidad de construir otra.
Se pensó en el lado de la iglesia
hacia el norte (tramontana), donde se podría levantar
la capilla del fundador
cuando fuere beatificado. Pero los problemas
económicos obligaron a demorar el
comienzo de las obras. El capítulo local del 24.05.1856
aprobó nuevamente la empresa
con un presupuesto inicial de 2.000 escudos sin
prejuicio del mantenimiento
que puede sobrevenir para la familia religiosa20 .
El lugar sería el trozo de terreno contiguo al octágono
que mira al norte. Para
abaratar la compra del material de construcción, se
intentó encontrar tufo y puzolana
en las grutas de nuestra huerta. La obra se concluyó
en 1860. A fin de que resultara
más decorosa, el P. Testa mandó pintar en la bóveda
al fundador, encargando el
trabajo a Gagliardi, de los mejores pintores al fresco en
aquel tiempo. La mesa armario
(bancone) de la sacristía, en madera de nogal, mide
unos 21 palmos de altura;
es de orden corintio. El plano de la sacristía y de la
mesa fue obra del arquitecto

-bienhechor Felipe Martinucci, realizada por nuestros


religiosos bajo la dirección
18 Platea SsGeP, II, 28, 34-36. En esta ocasión fueron
cargadas muchas carretas y transportadas al re

tiro de los SS. Juan y Pablo.


19 Ibid, II, 23, 24, 29-31, 34-38.
20 Capitoli locali incominciando da 1838, f. 12. - Platea
SsGeP, II, 39.
del Hno. Severino Pirirli de la Virgen Dolorosa. Aun sin
concluir las obras, se usó
ya el 26 de junio de 1860. Ya años antes, en 1851,
habiéndose reconocido la necesidad
de agrandar el coro y la sacristía y de hacer una capilla
al venerable fundador,
el P. Rector y el capítulo local decidieron comenzar los
preparativos21.

En la basílica de los Ss. Juan y Pablo sonaba desde


hacía muchos años un órgano,
que tenía elementos en malas condiciones. Sobre las
reformas y adquisiciones
véase más adelante el capítulo sobre la espiritualidad
litúrgica de la congregación22.

5. PROBLEMAS DEL AGUA. Una de las actuaciones


para remediar el problema
terminó el 25 de febrero de 1840: en la inspección se
advirtió que, después de
la tubería de plomo, había otra de tierra cocida, rota en
alguna partes; el agua se filtraba
a Villa Casali, que, estando más abajo, recogía el agua
de los pasionistas. Para
reparar el fallo, se decidió continuar el conducto de
plomo hasta el final, pero era
necesario que consintieran los hermanos Trocchi,
entonces propietarios de Villa
Mattei, pues la conducción era común hasta la
Navicella. Para conseguirlo hubo
que insistir reiteradamente y, finalmente, con la
mediación del Sr. José Faiella, se
consiguió que se unieran al trabajo y a los gastos. Otro
obstáculo estaba en la villa
Casali, que tenía la tubería junto a la de los pasionistas
y éstos no podían realizar
ningún arreglo sin perjudicar la tubería de Villa Casali.
Se invitó al Sr. Faustino
Marchese Casali a unirse al proyecto; después de
haberse negado un tiempo, terminó
por aceptar, lo mismo que el Sr. César Cantoni, dueño
de Villa Fonseca, que es
propietaria de una onza y media de agua en el nivel de
nuestra tubería. Puestas de
acuerdo todas las partes se constituyó una sociedad
compuesta por los Hnos. Trocchi
por las ocho onzas de agua que poseían para la Villa
Mattei, el Marqués Casa-
li por tres onzas y media de su propia villa, el señor
Cantoni por onza y media que
tiene la Villa Fonseca, y los pasionistas por cuatro
onzas. Fue realizada la obra desde
el hospital del SS. Salvador hasta la Navicella, en
donde se encuentra la caseta
distribuidora que divide el agua de los pasionistas y el
de Villa Mattei. La suma total
de los pasionistas superó los 900 escudos. Ayudó a
pagarla el señor Luzi, canónigo
de San Pedro23.
6. LA SITUACIÓN POLÍTICA DE 1848 VISTA POR EL
CRONISTA. Los
acontecimientos revolucionarios que tuvieron por
centro la ciudad de Roma no dis21
Platea SsGeP, II, 26ss., 40, 43,49. - Más detalles en el
cap. XXIII sobre la Causa de beatificación
del fundador.
22
Ibid, SsGeP, II, 27-28, 41,45-47.

23
Ibid., SsGeP, II, 22-23. - Sobre los problemas de la
propiedad y del agua en la antigüedad, cfr. R.
S., Memorie di monaci e di Papi tra il Celio e la Valle
delle Camene, en L’Osservatore Romano,
22.02.1986, 6.
pensaron a los pasionistas de pagar su tributo de
problemas y preocupaciones. Será
mejor leer la narración de quienes los vivieron, con el
lenguaje valorativo del
cronista:

En 1846 hacia la mitad del mes de mayo cesó de vivir


el Sumo Pontífice Gregorio
XVI. Reunido el cónclave, el P. Antonio di S. Giacomo
Testa fue llamado como
confesor de los cardenales. Poco duró la reunión: en
poco menos de 48 horas resultó
elegido el cardenal Juan Mastai Ferretti, obispo de
Imola, quien adoptó el
nombre de Pío IX. A los pocos días concedió amnistía
general a todos los detenidos

o exiliados por delitos políticos. Después, al amparo


del espíritu liberal del nuevo
Papa, se pidieron reformas en el Estado Pontificio, una
de las cuales era que los
laicos se encargasen del gobierno temporal.
Entusiasmados los liberales por lo ya
conseguido continuaron exigiendo reformas, y
además, bajo mano, procuraban que
a las peticiones se sumaran los estados limítrofes, es
decir, Nápoles, Toscana, Piamonte
y Lombardía. Como algunos de ellos otorgaron una
constitución, inmediatamente
se comenzó a preparar en Roma una constitución
propia. Los liberales, sus
promotores, se apresuraron a alejar de las cámaras
como diputados a los cardenales
y prelados.
El 15 de noviembre (1848) resultó asesinado el
ministro Pellegrino Rossi
cuando subía las escaleras para la apertura de las
cámaras. Al día siguiente, los
revoltosos armaron a la Guardia Cívica, y con las
tropas pontificias se dirigieron
al Palacio para arrancar del Papa nuevas
concesiones... Pero el día 24, a las dos
de la noche, Pío IX salió disfrazado de capellán del
Conde Spaur, ministro de Baviera,
y con la familia de éste se encaminó a Gaeta, donde
estableció su residencia.
Los liberales le destituyeron del título de rey del Estado
Pontificio, establecieron
una asamblea constituyente y en la noche del 8 al 9 de
febrero de 1849 proclamaron
la República Romana; por uno de sus primeros
decretos se obligó a todos
los superiores de los Lugares Píos a presentar una
lista de sus bienes bajo pena
de pagar los gastos si el inventario tuviera que ser
encargado a personas ajenas.
La secretaría del vicariato de Roma envió una circular
a todos los superiores
ordenando que no se sometieran a la orden injusta. El
rector de la casa general

(P. Salvi), para no comprometerse con el gobierno, se


trasladó a Montecavo. Las
nuevas autoridades laicas mandaron a cuatro
comisarios con el notario Sr. Damiani,
quienes redactaron el inventario. El tiempo transcurrido
entre la proclamación
de la República y la entrada de los franceses fue de
terror para los eclesiásticos,
seculares o regulares. Los primeros o habían huido o
estaban escondidos y
ninguno salía con hábito eclesiástico; muchos de los
segundos abandonaron su
convento y otros tenían a punto trajes de calle para
huir.. El Señor tomó a su cuidado
a los pasionistas: ninguno abandonó el retiro ni depuso
el hábito. El general
y el procurador se alejaron unos días, porque se había
difundido la voz de que
los rebeldes querían tomar como rehenes a los
superiores de las congregaciones.
El Señor se sirvió de estos medios para librar a la
comunidad celimonatana de las
vejaciones del populacho. Conociendo los demagogos
que las tropas de Nápoles
se acercaban a Roma, prepararon la defensa de la
Porta di S. Giovanni y alrededores.
El general Bartolucci, que mandaba estas tropas de
defensa, estableció su
cuartel general en la casa de los pasionistas. Todo
resultó en ventaja nuestra: dicho
general, que había hecho la primera comunión en este
retiro y había continuado
adicto a la comunidad, no permitió que las tropas se
establecieran en el retiro
y dio órdenes severísimas para que nadie molestara a
los religiosos. Y dado que
él y su estado mayor se mantenían a espesas del
retiro, ordenó que todos dieran
una compensación económica (él contribuyó con 10
escudos). No obstante, para
ganarse el afecto de los soldados, la comunidad se
mostró generosa con ellos. El
superior estaba convencido de que la cuenta mensual
del pan debería subir mu-
cho,y se quedó sorprendido cuando vio que era inferior
a la de otros meses. También
se experimentó la Providencia del Señor en el
mantenimiento de la comunidad,
ya que los bienhechores enviaron limosnas por medio
de los criados. La comunidad
atribuyó a especial protección del Señor el que las
tropas no fundieran
las campanas24 .

7. GLORIFICACIÓN DEL VBLE. PABLO DE LA CRUZ.


De este acontecimiento,
de su preparación, etc., se habla en el capítulo sobre
la santidad en la Congregación.
8. APOSTOLADO. La casa de los Ss. Juan y Pablo ha
constituido un ejemplo
de actividad variada: curia general, casa de ejercicios
espirituales y comunidad misionera...
El aspecto apostólico de los ejercicios tenía una doble
versión: los que se
daban en la propia casa, y los que se predicaban
afuera, junto con numerosas misiones
populares. Entre las poblaciones que se mencionan
aparecen Civitavecchia (seminario,
ciudad y cárceles), Corneto, Frascati ciudad,
Grottaferrata, Nemi, Nepi,
Nettuno, Tivoli, Foligno25. A modo de ejemplo del tipo
de trabajo y sacrificio que
suponía una misión, véase esta crónica tomada del
Libro de Ministerios 1828-1912,
f. 39, relativa a la de Marino, al sur de Roma.
El 18 de agosto de 1839 cuatro misioneros (PP.
Lorenzo Salvi, Raimundo Vaccari,
Roberto Torraca y H.Luis Pisani di S. Antonio)
comenzaron la misión en la
ciudad de Marino, donde al principio no les faltaron
contradicciones por culpa
del calor extenuante; pero, gracias a Dios, terminó con
mucho fruto. Las reconciliaciones
pasaron de doscientas: una mujer a la que habían
asesinado el marido
se presentó en la casa del asesino para abrazarlo y
perdonarlo... Así bendeci
24 Platea SsGeP, II, 38, 39 y 42.
25 Cfr. Libro dei Ministeri del ritiro di Todi, 1842, 112-
113.
da por Dios continuó hasta el final con dos
concurridísimas comuniones generales:
el 1 de septiembre la de los hombres y dos días
después la de las mujeres. Mucha
gente llegaba desde los pueblos limítrofes, Roca di
Papa, Grottaferrata, Castello
y Albano... El 3 de septiembre de 1839 los misioneros
reemprendieron el viaje
de vuelta al retiro no poco decaídos físicamente por las
muchas fatigas y el
gran calor...

Otro apostolado muy fructífero fue el de las cárceles


pontificas de Civittavechia,
Corneto, etc., sobre el que se habla en otro capítulo26.

Además de las misiones, los religiosos de la casa


general dirigieron en este período
92 cursos de ejercicios espirituales en monasterios de
clausura de los alrededores
de Roma, en los centros de beneficencia de la ciudad
como el de San Miguel
in Ripa, o en diversos hospitales27.

Ejercicios espirituales. Según lo establecido en las


Reglas, en los retiros pa-
sionistas debía haber celdas para recibir a miembros
del clero y a laicos que deseaban
practicar los ejercicios. Sobresale por la importancia de
la casa, el número de
habitaciones y los personajes que participaban, el
retiro de los SS. Juan y Pablo.
Desde septiembre de 1838 Jorge Felice dejó en su
testamento 50 escudos anuales
cuyo rédito debía ser destinado para que 10 personas
pobres practicaran ejercicios
en la casa. El 23 de noviembre de 1850 Pío IX invitó a
todos los sacerdotes de la
ciudad a hacer ejercicios; para los cuales el cardenal
vicario destinó las casas de
Monte Citorio, de los Paúles, la de los Ss. Juan y
Pablo, y la de San Eusebio, de
los jesuitas; en la casa de los pasionistas los
practicaron 262 clérigos en aquella
ocasión28.

9. FALLECIDOS EN LA CASA GENERAL: Los


religiosos de la casa general
han vivido, con más frecuencia que los de otras
comunidades, precisamente
por ser más numerosa, la despedida de hermanos
llamados a la casa del Padre.
De las 267 defunciones que se han producido en el
retiro de 1774 a 2008, corresponden
32 al período del P. Testa: 20 sacerdotes, 3 clérigos, 9
hermanos coadjutores:
1) P. Estanislao Ercoli de San Pedro, 1839. - 2) P.
Vicente Veneziani de S.
Miguel Arcángel,1840. - 3) P. Pacífico Storami de San
Francisco de Sales, 1840.
26
Puede verse al hablar del apostolado. También
GIORGINI-ALONSO BLANCO, Un apostolado
pasionista especial en las cárceles romanas, siglo
XVIII, en BIP, julio 2005, 18-20.
27
Platea SsGeP,II, 43-44, ss. y Libro dei Ministeri 1832-
1909, passim.

28
Registro dei signori esercitanti, dall’anno 1854 all’anno
1876, ff. 1 y ss. - Cfr. ZECCA, Tito Paolo,
La pastorale degli esercizi spirituali nella casa dei Ss.
Juan e Paolo di Roma, tesis doctoral en
el P. A. Antonianum, Roma, 1986. En el c. III, 51-80,
L’attività della casa di esercizi 1773-1873,
especialmente pp. 56-61.
- 4) Est. Ángel Calandri de S. J. Bta., 1840. - 5) P.
Manuel Di Oliviera del Rosario,
1842. - 6) H. Peregrino Celli de la Dolorosa, 1843. - 7)
P. Ignacio Carsidoni
del Costado de Jesús, 1844. - 8) P. Cayetano Angelini
de la Anunciación, 1846. 9)
P. Luis Bonauguri de la Inmaculada, 1847. - 10) Don
Felipe Evangelisti, 1849.
- 11) P. Antonio Colombo de San José, 1849. - 12) P.
Salvador Cácabo de S. F.
Javier, 1850. - 13) P. Juan Lucas Sofía de la Asunción,
1850. - 14) H. Buenaventura
Riccotini de S. Pedro, 1851. - 15) Est. Miguel Rocchi
de San José, 1853. 16)
P. Roque Cervara de S. Miguel Arcángel, 1855. - 17)
H. Francisco Taccone
de la Dolorosa, 1855. - 18) Est. Camilo Bracci del
Corazón de María, 1855. - 19)
P. Angel Luis Bonomi de S. Rafael, 1856. - 20) H.
Camilo Arduini de Jesús y María,
1856. - 21) P. Bartolomé Arnaldi de la Concepción,
1856. - 22) H. Simón Arduini
de la Concepción, 1857. - 23) H. Francisco Mastrangeli
de San José, 1857.
- 24) P. Domingo María Baldi de Jesús, 1857. - 25) P.
Atanasio Eser de la Cruz,
1858. – 26) H. Gelasio Massimi de San José, 1858. -
27) H. Gabriel Leoni de la
Concepción, 1859. - 28) P. Pablo Antonio Bartolucci de
San Juan, 1861. - 29) H.
Luis Pisani de S. Antonio, 1862. - 30) P. Antonio de S.
Giacomo Testa, 1862. 31)
H. Luis Pontemolesi del Smo. Sacramento, y 32) H.
Liborio Pesce de S. Vicente,
186329.
2. Retiros de Monte Argentario30: La Presentación y
San José
En esta etapa de la historia, la primera casa del
instituto mantenía el clásico estilo
dual de la congregación: observancia y apostolado.
Como inicialmente se realizaba
también allí la formación, el P. Pablo de la Cruz quiso
separar a los novicios
29
Cfr. tabulario en el coro de la comunidad. - Los
religiosos eran sepultados en la basílica, según se
lee en varias necrologías; por ejemplo, en la del P.
Carsidoni: El cadáver fue sepultado en el sepulcro
común de nuestros religiosos basílica. - En 1836 se
inauguró el cementerio de San Lorenzo,
en el que por disposición sanitaria debían ser
enterrados los difuntos de la ciudad. Y el Card.
Vicario preguntó cómo y dónde eran sepultados los
pasionistas. Si bien no se ha encontrado la respuesta,
consta que se tuvo licencia para enterrar desde 1778 a
1868. En 19.03.1872 fue enterrado
el H. Domingo Luis: “su cadáver fue trasladado al
cementerio de S. Lorenzo, y fue enterrado en
el cementerio común porque entonces no teníamos
aún sepultura propia”. - Cfr. Platea SsGeP, II,

f. 19. -Libro dei Morti 1820-1881, 43 y 62v.


30
AGCP, Platea, ossia Registro delle cose più notevoli
che accadono in questo ritiro della Presentazione
de Maria Santissima nel Monte Argentario, vol. II,
1837-1951 (mcn, que será el que se siga
aquí, aunque en el mismo volumen hay fotocopia del
original). -Registro della Religiosa Famiglia
di q.to Ritiro della Presentazione di Maria Santissima
nel Mont’ Argentario incominciato
dall’anno 1827; mcn -Libro Nota delle missioni, esercizi
e tridui fatti dagli operai della Prov. della
Presentazione di Ma. Ssma. dal magio 1833 al 1836?.
- AGCP, Mns., Platea di S. Giuseppe,
1753-1923, mcn, p. 62-86.
del ajetreo apostólico y levantó para ellos una especie
de oasis de paz y de soledad,
dedicado a San José, en la misma montaña, como a
kilómetro y medio más arriba,
aunque Presentación y San José formaban única
comunidad con un solo superior.
En la del noviciado residían habitualmente sólo el
maestro, un vicemaestro, un tercer
sacerdote al que pudieran acudir los novicios para las
confesiones y dudas espirituales,
y algún hermano para la marcha del convento. La
Presentación, en cambio,
era punto de partida y de llegada de predicadores. Los
datos que siguen se circunscriben
al período del P. Testa como general, aunque
previamente había sido
provincial.

1. SUPERIORES. -Entre los rectores destaca el P.


Inocencio Tirati de Jesús
(1789-1854), quien, de sus 37 años como superior en
diversos retiros, vivió 17 en
La Presentación; era el rector cuando se inició la etapa
del P. Testa31.
En mayo de 1839 le sucedió el P Esteban Monetti de
San José (1791-1865),una
de cuyas primeras tareas fue la de cambiar la
techumbre de la casa de San José, arreglar
algunas habitaciones y comprar por 40 escudos una
custodia de plata. El P. Testa
se hizo cargo de la vieja por 18 sueldos. En 1840 tuvo
que proseguir la defensa
de las propiedades frente a la prepotencia de la familia
Ugazzi32.

Los retiros pasionistas poseían cierta extensión de


campo y bosque, para el cultivo
de hortalizas y la tala de leña necesaria para la cocina
o el fogón con el que se
intentaba caldear un poco el coro. En Monte Argentario
se encontraron con la actitud
hostil de Domingo Ugazzi, a quien la platea llama sin
rodeos mal’uomo, prepotente,
el cual, para hacer carbón vegetal, talaba la zona de
los pasionistas; sus
propios obreros le advirtieron que invadía la propiedad
ajena, pero él los animó a
proseguir: Cortad todo el bosque, porque es propiedad
mía. El juez, ante el que se
reclamó, se limitó a ausentarse del juicio, con lo que
Ugazzi mantuvo la injusticia.

En abril de 1842, el nuevo rector, P. Vicente Ferrajoli


de San Luis (1800-1842),
de tan enérgica voluntad como frágil salud, comenzó a
fabricar el lavamanos, pero
poco después murió; así que el provincial destinó a
Monte Argentario al ya conocido
P. Inocencio Tirati. Como era rector en San Eutizio,
renunció para ir a Monte Argentario.
Confirmado en 1845, prosiguió con las mejoras en la
iglesia, hizo un nuevo
altar mayor de mármol, y adquirió libros para la
biblioteca. Según el informe del
P. Testa a Pío IX en 1847, los retiros de Monte
Argentario sumaban en conjunto 28
religiosos (9 sacerdotes profesos, 6 sacerdotes
estudiantes, 13 hermanos) y 14 novicios
(11 clérigos y 3 hermanos). Le llegó de Todi el P.
Pedro Mattei, acusado de meterse
en cuestiones políticas y de alguna que otra calumnia
durante la revolución, por
31 Cfr. SPINA, A., C. P. Il ritiro della Presentazione...,
o. c., Roma, 1991.
32 Platea Present. II, 12 ss.
lo que había sido encarcelado. El provincial prefirió
destinarlo a Monte Argentario,
donde recuperó paz y tranquilidad.

En 1848, después del capítulo, retrasado de la


primavera a septiembre por los
acontecimientos políticos en el Estado Pontificio, llegó
el P. Alfonso Ma. Toti del
Corazón de Jesús; pero como en 1851 resultó elegido
primer consultor provincial,
volvió el P. Esteban Monetti. Se dedicó a proseguir las
obras en el nuevo brazo, a
donde por fin en 1853 entraron a vivir los religiosos.
Adquirió en Orbetello un molino
de segunda mano para moler el grano. Para la
beatificación del fundador en
1853, envió una sustanciosa ayuda de 700 escudos
obtenidos en una cuestación especial
en las diócesis de Siena, Cortona, Monte Pulciano,
Pienza, Chiusi, Monte
Alcino, Pitigliano, Grossetto, Massa Maritima, Volterra
y los tres pueblos de la
Abadía. Si en alguna comunidad merecía la pena
mantener la memoria del fundador
recién beatificado era en la cuna del instituto, de
acuerdo con las directrices
del P. Testa. El solemne triduo de acción de gracias,
programado por el rector para
los días 4-6 septiembre 1853, estuvo presidido por un
lienzo del beato, tomado
del noviciado de San José. Constituyó un éxito de
público: Y no bastando la iglesia
se colocó en la plaza una tienda para que los devotos
pudieran estar protegidos
de los rayos solares33. En 1854 el P. Monetti marchó
a Brugnato y llegó el P.
Bartolomé Zucchi de San Gabriel (1797-1862), anterior
maestro en San José. Durante
este período acogió al sacerdote César Silvestrelli.
Tuvo que hacer frente a
la epidemia de cólera del Puerto de San Esteban: los
religiosos bajaron a atender
a los afectados, aún con riesgo de contagio. Mientras
se realizaba la capilla del
Crucifijo, se encontró la calavera de Inés Grazi (el
resto estaba reducido a cenizas),
un crucifijo de latón y una ampolla de vidrio con una
síntesis de su vida; todo
quedó en una caja de madera en el mismo lugar.
Como recuerdo de la beatificación,
en 1855 el Rvdo. César Silvestrelli sufragó una capilla
en honor del B. Pablo
de la Cruz, y Mons. Molajoni, C. P., retirado en el
vecino noviciado de San José,
consagró el altar34.

En 1857 hubo nuevo rector, el P. José Antonio


Boschero de S. Francisco (18101870);
arregló los caminos para facilitar la peregrinación
creciente de devotos de
Orbetello, Portércole y Puerto San Esteban; y modificó
la fachada de la iglesia con
cuatro pilastras, cornisa y tímpano35. En el capítulo de
1860, el P. Boschero dejó su
puesto al P. Ambrosio Ma. Barlesi del Niño Jesús
(1799-1867). La platea, tras elogiarlo
como buen religioso en otras circunstancias, califica de
desastrosa su gestión:

33 Ibid., II, 14-15.


34 Ibid., II, 20.
35 Ibid., II, 38, 57.
Tenía diversas enfermedades, que unidas a la edad
madura le restaron fuerzas... Se
volvió muy maleable a las exigencias ajenas y se
dejaba arrastrar; se usó menos rigor
en la portería y se atendía de mala manera a los
pobres... Contraía deudas y se
olvidaba de pagarlas... y dejó en estado lamentable la
administración36

No obstante, en su trienio se inició la construcción del


nuevo refectorio, en el
noviciado de San José se arregló el pozo del agua y
en Orbetello cuidó la obra del
hospicio.

2. CARACTERÍSTICAS DE LA COMUNIDAD. La
comunidad era habitualmente
numerosa. En el Registro della Religiosa Famiglia di
questo Ritiro della Presentazione
di Maria Santissima nel Monteargentaro,
incominciando dell’anno
1837, si se suma la lista anual de cada año de 1839 a
1863, figuran registrados un
total de 1.042 religiosos (sacerdotes, estudiantes y
hermanos) con un promedio
anual de 41,68. Indudablemente algunos religiosos
aparecen año tras año durante
bastante tiempo. Aunque los números no sean todos
claros - a veces se repiten nombres,
sobre todo cuando coincide con el capítulo provincial,
o se dan nombres de antes
y de después del capítulo -, los datos globales ofrecen
una idea significativa de
la situación de la comunidad. Era particularmente
numeroso el grupo de los coadjutores
dedicados a la postulación (su media anual es de
16,50, casi idéntica a la de
16, 76 de los sacerdotes).
3. EL HOSPICIO DE ORBETELLO. En la historia del
instituto hay una constelación
de bienhechores que recibían en casa a los religiosos,
los alimentaban y les
relacionaban con quienes pudieran apoyarles. Pero a
causa del trastorno que suponía
su frecuencia en el domicilio del bienhechor, y la
merma de libertad de los religiosos,
ya el fundador había establecido hospicios, casas a
modo de pensión en las
que durmieran y se alimentaran cuando iban de paso.
El más conocido fue el de Roma,
el Santo Crucifijo, abierto en 1767. Después de la
restauración de 1814 los caminos
se llenaron de desertores o bandoleros y resultaban
inseguros los viajes de los
misioneros o de los postulantes; por lo que se abrieron
hospicios propios en donde
los religiosos pernoctaban. En abril de 1841 se compró
una casa en Grosseto por 340
escudos. El rector P. Alfonso Toti se preocupó de
hacer más cómodas las habitaciones,
y con licencia del obispo Mons. Mezzini consiguió que
los sacerdotes pudieran
celebrar la misa en casa, sin tener que acudir como
antes a la catedral37.
36
Ibid., II,20-21.

37
Ibid., II,15ss. - Cfr. Platea di S. Salvatore Maggiore: el
P. Testa ofrece como motivo para aceptarlo
que saria stato comodo e di scala per andare a quello
del ‘Aquila..., en ACPSSosio.
4. APOSTOLADO EXTERIOR Y COMUNITARIO. El
grupo comunitario de la
Presentación mantuvo buen ritmo de apostolado fuera
de casa38. Entre otras poblaciones
que se mencionan en el libro de misiones y ejercicios
públicos aparecen Caprarola,
Civitavechia, Montefiascone, Abadía de San Salvador,
Talamona, Pian Castagnajo,
Savona, Isola del Giglio; y además, innumerables
ejercicios privados a religiosas
en Orbetello, Viterbo, Santa Flora...
5. DIFICULTADES PARA LAS MISIONES
POPULARES. Los tiempos habían
cambiado y allí donde el P. Pablo de la Cruz había
obtenido grandes éxitos, como
en Orbetello, sus hijos tropezaron con la indiferencia y
la hostilidad. En la crónica
de la misión dada en 1836 en esta ciudad se comenta:
Los misioneros tuvieron
ocasión de recordar la frase de Jesucristo: Os mando
como corderos en medio de
lobos39.
Y al final de la de Scanzano, del 9 al 16 de diciembre
de 1838, los misioneros
dejaron esta anotación: Esta misión fue poco fructífera.
El motivo fue principalmente
la maledicencia, la calumnia y las sátiras contra el
obispo, los misioneros y la
burla contra los que asistían. Pero no debe
sorprendernos: Scanzano es lugar de
gente dominada por el iluminismo del siglo de las
luces. Hacia el final de la misión
los simples se dieron cuenta del engaño, pero
demasiado tarde40 .

6. EJERCITANTES EN CASA. Uno de los destinos de


los conventos pasionistas,
excepto los de noviciado, era la acogida de aquellos
que quisieran retirarse a
practicar ejercicios o días de retiro. Según los datos
que figuran en el Registro correspondiente,
se mantuvo una discreta afluencia. Hay que tener en
cuenta las dificultades
de viajar hasta Orbetello y las de acceso a Monte
Argentario. De 1838/1839
a 1849, pasaron por la casa 417 personas para
practicar los ejercicios o días de retiro
y soledad41.
7. MAESTROS DE NOVICIOS EN EL RETIRO DE
SAN JOSÉ42 . El retiro de
San José nació para la formación de los novicios.
Como se ha dicho, formaba única
38
Cfr. GIORGINI-ALONSO BLANCO, El apostolado
pasionista en las galeras pontificias de Civitavecchia,
en BIP, oct. 2005, 22-24. - Cfr. Esercizi e Missioni
dall’anno 1827 al 1909, f. 31

39
Essercizi e Missioni dall’anno 1827-1909, f. 13-15.

40
Ibid.,16-17.
41
Cfr. Arch. Pres., Esercizi e Missioni dall’anno 1827 al
1909, las pp. 17-38 comprenden de 1839 a
1862: 1838-1839, 23 ejercitantes; 1840, 44; 1841, 26;
1842, 37; 1843, 35; 1844, 46; 1845, 48;
1846, 32; 1847-1848, 67; y 1849, 59 ejercitantes.

42
Platea de S. Giuseppe, 1753-1923, 86-87. - AGCP,
Mns., Registro del Noviziato di S. Giuseppe,
1825-1935: Vestizioni, Rinunzie, Giuramenti, Capitolo
(cuatro libros separados).
comunidad con la de la Presentación cuyo rector lo era
a la vez del noviciado. La
marcha de este grupo estaba dirigido por los maestros
de novicios. El último del período
anterior, que abrió paso a la época del P. Testa, fue,
de 1836 a1839, el P. Serafín
Giammaria del Corazón de Jesús, el cual en 1839
pasó a rector de Morrovalle.

1839-1845: P. Andrés Moretti de San Luis (1801-


1880); lo había sido en Lucca
y fue confirmado en 1842.

1845-1848: P. Erasmo Massarelli de Jesús Nazareno


(1809-1874). En el informe
del P. Testa a Pío IX en 1847, se dice que en el
segundo retiro hay un maestro
que es a la vez vicario, más un vicemaestro, un tercer
sacerdote y un coadjutor. La
subsistencia le llega del retiro de la Presentación, ya
que es único el rector y las dos
casas forman una misma familia43.
En este período Pío IX, que había creado la
Congregación de Regulares, encargó
a Mons. Bizarri un plan de Reforma. Éste, el 3 de
agosto de 1847, enviaba una
lista de cuestiones relativas al tema, y el 25 de enero
de 1848 promulgaba un decreto
sobre la recepción de los novicios a la toma de hábito
y a la profesión, dificultando
su admisión con mayores exigencias44.

El P. Testa hizo llegar a Pío IX una advertencia sobre


todo ello y le suplicó por
la emergencia de las condiciones indicadas en el
decreto..., y porque en nuestra
congregación no hay que deplorar por la misericordia
divina los desórdenes que
lo motivaron..., y porque además son menos
frecuentes las solicitudes de entrada
en la congregación dada la austeridad de vida que se
profesa, tales solicitudes se
harían todavía más escasas si se pusieran mayores
obstáculos a la admisión. Al
Santo Padre le parecieron razonables estos puntos de
vista, y accedió de palabra
a la solicitud del P. Testa. Obtenida la gracia éste la
comunicó a los provinciales
del momento. Por lo cual nunca se ejecutaron aquellas
normas entre nosotros ni
fueron nunca dadas a conocer en pública lectura,
según se mandaba en la misma
carta45.

1848-1854: P. Bartolomé Zucchi de San Gabriel (1797-


1862), confirmado en
185146.

1854-1857: P. José Antonio Boschero de San


Francisco (1810-1870), antes
rector en la Presentación47. En el recoleto retiro se
sucedían las llegadas de nue
43
Cfr. RAVASI, L., La congregazione..., o. c., 20.

44
Cfr. AGCP, 1/119, Reforma de Regulares; A.III/V/1-4º,
1/1 y ?, lista de cuestiones; y A-IIIV/
1.4º., 2.

45
AGCP,1/119/ A.III-V/1-4º. 2 Pro memoria, carta del P.
Pedro P. Cayro el 01.03. 1865. Abajo se

lee: Che sia così la conferma l’anessa lettera di Sua


Emza. Card. Orioli, Pref. della S. C. dei VV.

e RR.
46 S. Giuseppe, Platea I, 1753-1934, ff. 73 y 78.
47 Ibid., I, 80.
vos jóvenes con supuesta vocación: los no aceptados
regresaban a sus casas, y los
profesos iban a lo centros de estudio. Con la
expansión iniciada en 1840, también
al retiro de San José le llegaron los nuevos aires, y
mientras el P. Constantino
Lamberti de San Francisco de Sales dejaba el retiro
para ir a Inglaterra48, el P. Luis
Pesciaroli de las Santas Llagas regresaba de Holanda
por motivos de salud, para
vicemaestro49. Y también estuvieron en San José dos
jóvenes llegados de Norteamérica:
habían tomado el hábito en Pittsburgh y profesaron en
Monte Argentario50.

1857-1863: P. Alfonso Toti del Corazón de Jesús


(1805-1874) concluyó este período51.

En mayo de 1861 se cumplían los 100 años de la


apertura del noviciado; pero
como se desconocía el día exacto en el que la primera
familia religiosa había tomado
posesión, el maestro y el rector acordaron
conmemorarlo el IV Domingo de Pascua,
por coincidir con la octava del Patrocinio de San José,
titular del retiro52.

En 1863 llegó el P. Santiago Sperati del Corazón de


María (1828-1886), al que
le tocó la supresión del noviciado decretado por las
autoridades de la Toscana, como
se recuerda en el último capítulo De una etapa a
otra53 .

8. DIFUNTOS EN LOS DOS RETIROS54: 1) H.


Francisco Blasi de S. Antonio,
1841. - 2) H. Leonardo Porina del N. Jesús,1842. - 3)
P. Vicente Ferrajoli de
S. Luis, rector,1842. - 4 y 5) Con apenas una semana
de diferencia, dos jóvenes
coadjutores novicios, que profesaron in articulo mortis:
Bernardino Poleggi de S.
Luis y Andrés Biancalana de S. Lorenzo,1844. - 6) P.
Gabriel Borgia de la Prec.
Sangre,1848. - 7) H. Juan Antonio Passa de la V. del
Carmen, 1848. - 8) H. José
Siena de la V. Dolorosa,1849. - 9) H. Domingo Bianchi
de los Corazones de Jesús
y María,1850. - 10) H. José Antonio Ramazzotti de S.
Vicente Ferrer,1853. - 11)
P. Pedro María dei Conti Mattei de J. Crucificado,1854.
- 12) P. Camilo Tacchini
de la Dolorosa,1854. - 13) H. Federico Berassi de San
Félix,1858. - 14) P. Fulgencio
Novello de S. Vicente Ferrer, 1859. - 15 Mons.
Molajoni, José de la Pasión,
1859. - 16) P. Geraldo Scalpelli de S. Bernardo, 1859.
- 17) P. Luis Cinti de
la Dolorosa, 1861.
48 Ibid., 69.
49 Ibid., 75.
50 Ibid.,82-83.
51 Ibid., 81ss.
52 Ibid., 85.
53 Ibid., 86-87.
54 DNEust, 176, 177, 180, 187, 202, 204, 222, 229,
240, 242, 271, 276, 277-281, 283, 291.
3. Retiro del San Miguel Arcángel, Vetralla55
Retiro preferido por el fundador: en él encontraba una
soledad como la que disfrutaba
en Monte Argentario; en él descansaban los restos de
su hermano Juan Bautista,
y desde Monte Fogliano le resultaba más accesible la
ciudad de Roma. Fue sede
de la provincia de la Presentación. En los anteriores
volúmenes de esta historia
han quedado recogidas las peripecias del retiro, la
supresión en 1810-14 y la recuperación.
Los sucesivos superiores locales o provinciales habían
tenido que afrontar
numerosos problemas: los locales de la comunidad, la
iglesia, las tapias muy dañadas
durante la supresión... Hubo que adecentar las
habitaciones, se compró un nuevo
órgano para la iglesia, se recuperaron los muebles que
habían sido dejados en depósito...
En el período 1829-1832, se levantó en el norte de la
iglesia un nuevo brazo
con cuatro plantas: tres para sacerdotes y estudiantes,
y la cuarta como depósito
provisional mientras se pudiera estructurar de modo
más útil para la comunidad. Pero,
como lamentaría el cronista años más tarde, nuestras
fábricas, especialmente ésta
de S. Angel, tienen la particularidad de que amenazan
ruina a poco de ser construidas;
y el recinto de este retiro, construido no hace muchos
años, como se había
empleado cal y tierra en vez de “puzzollana”, se iba
corriendo por todos los lados,
y al rector no le quedó más remedio que reparar lo que
más ruina amenazaba56.

Esta queja puede dibujar ya la línea de actuación de


los superiores en el período
del P. Testa: ministerios apostólicos, atención a la
observancia en una casa de formación
y reparación del edificio57.
El P. Testa había residido en Vetralla como provincial
y, después, de general, si
bien vivía en Roma, no dejaba de acudir al menos
como visitador o como miembro
de los capítulos provinciales. Era comunidad muy
visitada por los religiosos: en el
libro Stato di Famiglia. Religiosi ospiti 1852-1910...
figuran no pocos miembros de
los capítulos generales, y otros procedentes de Monte
Argentario, Soriano, Roma,
Lucca, o que se dirigían a estos retiros; así el retiro del
Santo Arcángel Miguel desempeñaba
funciones de hospicio.

1. SUPERIORES. Al iniciarse la etapa del P. Testa


acababa de serlo el P. Ramón
Vaccari de la Pasión, cuyo nombre figura en la
expedición a Australia con Mons.
Polding en 1842, donde fue prefecto apostólico. Había
sido un gran misionero po55
Platea del ritiro di S. Michele Arcangelo, Vetralla, I,
1744-1934,(mcn.). - Libro in cui si registra-
no le visite,decreti, capitoli locali e licenze, Rit. di S.
Michele Arcangelo, Vetralla, 1853, ff. 139

160. -Libro di Grazie e Privilegi, II. -Libro di missioni e


esercizi dal 1828 al 1870. - En AGCP,
B,18 sólo hay documentos antiguos; en la sec. Mns.
Libro dei Morti 1759-1885. - CIRILLO della
Passione, Sant’Angelo sul Monte Fogliano, Vetralla,
1915.
56
Platea, 1744-1925, 158.

57
CEMPANARI, Mario, Sant’Angelo sul Monte Fogliano,
Viterbo 2005, 81-85.
pular. Dejaba restaurado el órgano y recién
consagrada la iglesia el 11 de abril, poco
antes de que se reuniera el capítulo provincial58.

1839-1842. P. Juan Bautista Brambilla de San


Jerónimo. Hay un vacío en la
Platea, 1839-1842 (f.143), por lo que sólo disponemos
del ministerio apostólico en
este trienio. La misión en la ciudad de Corneto fijada
por el card. Pioretti para el V
Domingo de Cuaresma, la dieron los PP. Pío Cayro,
provincial, Juan Bta. Brambila,
rector, Angel Luis Bonomi e Ignacio del Corazón de
María. El gran concurso obligó
a llamar al P. Dionisio Santori de San Bernardo para
las confesiones.

1842-1845. P. Agustín Olivieri de la Dolorosa. Se le


atribuye la nueva conducción
del agua. Cuando Gregorio XVI pasó el 4 de octubre
de 1844 por Viterbo camino
de Ronciglione, él y la mayoría de los religiosos se
animaron a ir hasta esta
población, con la fortuna de mantener con él un breve
coloquio. Entre sus obras se
recuerda la verja que protegía el recinto59 .

1845-1848. P. Basilio Raineri del Crucifijo construyó el


nuevo refectorio y la
nueva cocina. El príncipe Doria Pamfili contribuyó a
estas obras con 300 escudos.
En las actas del XXV Capítulo Provincial, 1848, se
habla de las perturbaciones que
afectaron al Estado Pontificio, por lo cual el capítulo se
retrasó hasta septiembre. En
el informe del P. Testa a Pío IX en 1847, la comunidad
constaba de 30 religiosos (10
sacerdotes, 10 estudiantes y10 hermanos); había 46
habitaciones; los seminaristas de
las diócesis vecinas de Sutri, Montefiascone y Viterbo
acudían a menudo a los ejercicios
de ordenación60.
1848-1851. P. Gesualdo Scalpelli de San Bernardo.
Por culpa de la situación, tuvo
que dejar en suspenso algunas obras, y dedicó toda la
atención al gobierno de la
familia religiosa y a la observancia. Pasado el furor de
la tormenta de 1848, reemprendió
las obras iniciadas por su predecesor y suspendidas
por las circunstancias;
entre otras, el nuevo coro, según proyecto del
arquitecto Vicente Federici, de Viterbo.
Se aprovechó la oportunidad para organizar la fachada
de la iglesia. Sin embargo,
las obras no se concluyeron y todo quedó
inacabado61.

1851-1854. P. Alberto Colombi de la Madre de Dios. El


XIX Capítulo General
de 1851 creó dos nuevas provincias: la Piedad y San
José62. La de la Piedad se formó
con retiros de la Presentación, por lo que poco
después se reunió en Vetralla el
capítulo de esta provincia para elegir al provincial de la
nueva: resultó designado el

58 Cfr. Bollettino C. P., IV, n. 2, febr. 1923, 49-55. -


Platea, 13-14.
59 Platea, 143-144.
60 Cfr. RAVASI, L., La Congregazione...,.o. c., 9-10. -
Platea I, 144-151.
61 Platea I, 145-146. En 1850, para ampliar el coro,
situado en el fondo de la iglesia en el plano de

la orquesta, fue demolida la antigua fachada y


construida la actual. - M. CEMPANARI, o. c., 121.
62 Cfr. DeR, (29)-(31).
P. Simón Reghezza de San José. El retiro de Vetralla
no cambió de provincia y siguió
siendo sede de la curia. El nuevo superior tuvo que
afrontar las obras inconclusas
heredadas de sus dos predecesores. El cronista lo
elogia sin reticencias: Cualquiera
que haya conocido esta casa antes del P. Alberto
puede comprender todo lo
que él hizo hasta llevarlo al presente estado de
cosas... Y seguidamente va enumerando
algunos trabajos: compra de objetos sacros;
continuación de la obra del coro;
nuevos bancos de nogal, que no pudo terminar el H.
Simón Pinzuti porque el general
lo llamó a Roma a preparar la casa con vistas a la
beatificación del fundador; después
de ésta, el superior quiso convertir en capilla la celda
que durante 25 años había
ocupado el fundador. Mientras se efectuaron estas
obras, se encontraron tres escalones,
por los cuales el P. Pablo de la Cruz pasaba a la
habitación de su hermano
Juan Bautista y seguidamente bajaba a la iglesia.
El 16 de noviembre de 1853 se celebró la primera
fiesta del fundador. El concurso
de pueblo fue enorme y duró toda la octava. Otra obra
del P. Alberto fue la del
campanario: derribado el antiguo, se levantó el nuevo
con mucho hierro cubierto de
plomo y ladrillos. El ayuntamiento de Vetralla dio 200
escudos, que se dedicaron a
fundir cuatro campanas: de 900, 500, 250 y 150
kilos63.

1854-1857. P. Arcángel La Posta de la Inmaculada


Concepción. El P. Arcángel
encontró una economía depauperada y tuvo que pedir
100 escudos a Corneto y
Brugnato. Lo más llamativo de este rectorado fue el
prodigio de la multiplicación
del grano por intercesión del beato Pablo de la Cruz,
milagro aprobado para su canonización;
así como el del vino para la misa. De ello se habla en
el capítulo de las
causas de santidad64.

1857-1860. P. Domingo Giacchini del Nombre de


María. El 7 de junio de 1857,
solemnidad de la Sma. Trinidad, se inició en Vetralla el
capítulo provincial, después
de que en Roma hubiera tenido lugar, del 8 al 19 de
mayo, el XX Capítulo General.
El P. Andrés Moretti de San Luis, que había sido
elegido consultor general en enero
anterior, quedó sin cargo, y fue elegido nuevamente
provincial. Y a regir la casa
de Vetralla fue llamado un futuro general, el P.
Domingo, residente en Lucca. No se
presentó a tomar posesión hasta el 30 de junio, y llegó
sin ánimo para afrontar la situación
de la casa, pero, obligado por la obediencia tuvo que
bajar la cabeza y tomó
posesión el 2 de julio65 .

En su poco entusiasmo pesaba la situación económica


y la necesidad de reconstruir
muchos elementos del retiro... La platea no menciona
actuaciones de especial
relieve, pues le correspondió afrontar obras de menor
brillo: hacer de hierro los por

63 Platea, 152.
64 Ibid., 154-155.
65 Ibid, 157.
tones del pórtico y, antes de que llegaran los
capitulares en 1860, rehízo el camino
de entrada con puzolana, de modo que quedaba más
cómoda la llegada al convento.

1860-1863. P. Agustín Olivieri de los Dolores de María.


La platea habla del capítulo
provincial de 1860, y deja a la vista la existencia de
problemas dentro de la
provincia:

El 25 de mayo comenzó el capítulo, tan suspirado por


las comunidades de la
provincia. La elección del provincial necesitó dos días:
se pedía un provincial de
mente y de energía, pero cada grupo permanecía
anclado en sus ideas fijas... El
27 resultó elegido el P. Cayetano Anselmi de Santiago,
hombre de buen corazón y
excelente espíritu a lo cual une también dotes de
ingenio; por eso la elección fue
recibida con júbilo universal, esperando todos con
fundamente que bajo su gobierno
nuestra provincia recupere el antiguo lustro y se
renueve b ajo todos los
aspectos66.

Al frente de la comunidad volvió el P. Agustín Olivieri.


Aumentó la biblioteca
con 7 volúmenes sobre Los bienhechores de la
Humanidad, regalo del arcipreste de
Monte Romano, Dionisio Pallotti. Prosiguió cercando la
propiedad y se preocupó de
enriquecer el aparato litúrgico con elementos nuevos
de calidad.

En este trienio murió el P. Testa en agosto de 1862.


En abril de 1863 el capítulo
general eligió al P. Pedro Pablo Cayro; el ex rector de
Vetralla, P. Giacchini, fue llamado
a gobernar la provincia, y a Vetralla llegaba de superior
el P. Ambrosio Barlesi
del Niño Jesús, ramillete de nombres para el largo
período de la crisis que corresponde
a la siguiente etapa de esta historia67.

2. APOSTOLADO68. También el retiro de Vetralla


estuvo abierto a seglares y
eclesiásticos ansiosos del recogimiento y del silencio
que ofrecían las comunidades
pasionistas. En el período 1852 - 1863 quedaron
registrados 1.406 ejercitantes, a
un promedio de 117 por año (el de 1855 da la cifra
más alta con 158; de 1859 a
1863 desciende el número: 88 en 1859; 81 en 1860;
78 en 1861; 65 en 1862 y 112
en 1863). Además, de 1839 a 1863, los religiosos de la
comunidad tomaron parte
en 119 misiones y 490 tandas de ejercicios,
catecismos y asistencia como confesores
extraordinarios en monasterios de clausura. La mayor
parte de los ejercicios privados
se dieron a claustrales de la zona (pasionistas de
Tarquinia, dominicas, bernardas,
carmelitas, etc.). Se observa que en 1848, tan
conflictivo, sólo se predica66
Ibid., 158-159.

67
Ibid., 160.

68
Missioni e Esercizi 1828-1870, en Arch. Praes, fondo
Vetralla. Libro in cui si registrano gli ecclesiastici
e secolari che attendono a S. Spirituali Esercizi ... in
questo ritiro di S. Michele Arcangelo
presso Vetralla, 1852...
ron 2 misiones, y ninguna en 1849; la actividad de los
ejercicios se mantuvo, pero
con menor demanda: los 31 cursos de 1848 bajaron a
19 en 1849. Entre las misiones
de especial relieve se mencionan la de Vetralla en
1841, y la de Soriano en
1857; ésta produjo el acercamiento de la población a
los pasionistas69. Del tema de
las misiones a los encarcelados se habla
explícitamente en otros momentos de esta
historia, pero es bueno recordar aquí que la
comunidad de Vetralla colaboró en este
sector del apostolado70.

3.DIFUNTOS71. 1) Mateo Morroni, seglar, padre de un


empleado de la casa, al
que había ido a ver,1840. - 2) P. Nicolás Tracchia de la
Dolorosa,1840. -3) H. Nicolás
Formica de S. Matías,1842. - 4) H. Nicolás Conti del
Smo. Salvador,1843. - 5)
H. Benito Ricottini de S. José, 1850, mientras hacía la
postulación en Castiglione
della Teverina, dioc. de Camerino. - 6) H. Antonio
Pierotti de la Visitación,1851. 7)
P. Ignacio Fondi del Corazón de María,1854. - 8) P.
Lorenzo Salvi de S. Fco. Javier,
1856 (en 1892 se hizo el reconocimiento del cuerpo). -
9) P. Pablo Jacinto Poggi
de San José,1857.
4. Retiro de S. Eutizio, mártir, Soriano en el Cimino72
El retiro de San Eutizio Mártir es uno de los históricos,
abierto por el fundador,
quien lo visitaba con frecuencia mientras disfrutaba de
buena salud: desde Vetralla
a Soriano la distancia no es insalvable. De Soriano han
salido no pocas vocaciones
para la vida pasionista73. Aunque entró plenamente en
la supresión de Napoleón
1810-1814, fue uno de los primeros en ser
recuperado74.
1. RECTORES. En el capítulo de la Presentación
reunido en Vetralla en mayo
de 1833 resultó elegido rector el P. Rafael Lucchesi de
la Dolorosa, quien reiteró va69
Libro dei ministeri...,196: se había vuelto contra
nosotros, dice la crónica de los ministerios.

70
Cfr. Sobre este tema GIORGINI-ALONSO BLANCO, El
apostolado pasionista en las galeras
pontificias de Civitavecchia, en BIP, oct. 2005, 22-24.

71
Libro in cui si registrano i religiosi che muoiono in
questo ritiro di S. Angelo... dall’anno 1759 nel
mese dicembre... fino a 1880.

72
AGCP, B,19, no hay nada sobre esta época; en la sec.
mns, la fotocopia de la Platea del retiro di
S. Eutizio, Soriano, 1744-1954; los años 1839-1863 se
localizan en los ff. 34-51. - Libro in cui si
notano le missioni ed esercizi... in questo ritiro di San
Eutizio Martire da 1827 fino a 1898 (s. p.).
73
Desde el joven Juan Pablo Romagnoli (Turrenio de la
Sma. Trinidad +1745) hasta el P. Felipe Antonaroli
(+1830), citando sólo los 10 que murieron antes del
período del P. Testa; después, hasta
final del siglo XX, han profesado 11 en la Presentación
y 5 en la Piedad. - Cfr. PALLOTA, Alfredo,
c. p., Passionisti di Soriano nel Cimino-Viterbo, Dal
fondatore S. Paolo della Croce ad oggi,
Tavarnuzze, Fl (s. a.).

74
Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 88. - Platea, I, 34-
35.
rias veces la renuncia. El P. Testa se la aceptó, y
destinó al P. Roque Cervara de S.
Miguel, nombrado entonces segundo consultor.

1839-1842. P. Inocencio Tirati de Jesús: Durante 37


años estuvo en puestos de
gobierno en diversas comunidades; lo cual lleva a
pensar que estaba dotado de especial
prudencia y bondad. Al llegar a Soriano se encontró,
como lamenta la crónica,
con la casa poco abastecida de géneros alimentarios,
con la sacristía pobre de ornamentos
y con un edificio que pedía reparaciones se mirase por
donde se mirase.

El 6 de septiembre de 1840 una tromba de agua con


granizo desvastó los campos
vecinos, y el arroyo que pasa junto al convento fue
insuficiente para encauzar-
la; se llevó parte del muro del recinto de la parte
inferior, que hubo que rehacer. Renovadas
en 1840 siete habitaciones del dormitorio superior, el
P. Tirati se metió en
obras para acomodar las de los ejercitantes. Se
preocupó de poner a disposición de
los predicadores más de 100 volúmenes, y para que
pudieran documentarse cuando
tenían que salir a campañas apostólicas, adquirió una
buena colección de mapas75.
El paso del tiempo había desgastado el material
litúrgico y compró manteles nuevos.
En abril de 1842 fue confirmado, pero como el 27 de
octubre murió el P. Vicente Ferrajoli,
de La Presentación, el provincial se llevó al P. Tirati.

1842-1845. P. Alfonso María Toti del Corazón de


Jesús llegó el 20 de febrero y
fue acogido con alegría. Puso todo su empeño en
cuidar el bien del retiro. Se preocupó
por las necesidades de la sacristía y la reparación de
los edificios, especialmente
en la iglesia. En 1844 limpió el cuadro grande que
representa el martirio del titular,
y emprendió la tarea de acomodar la pequeña cúpula
del campanario, que amenazaba
ruina. Hizo pintar el refectorio, en el que colocó 10
cuadros nuevos: cinco
de nuestros obispos y cinco de los superiores
generales fallecidos hasta entonces
(Gorresio, Cioni, Claris, Albesano y Pighi), y en la
recreación colocó los del P. Juan
Bautista de S. Miguel Arcángel, hermano del fundador,
y del P. Felipe de la Concepción
(Antonaroli), que en 1814, como vice general,
comenzó la restauración del instituto.
En 1844 vendió un bosque que pertenecía a la Iglesia
del retiro y pidió a los
cofrades de S.Eutizio que colaboraran en la
decoración de la urna donde se veneran
las reliquias.

1845-1847. P. Juan Bautista Brambilla de S. Jerónimo


llegaba de la casa general,
en la que había sido vicario. Según la crónica, desde el
primer momento procuró
toda clase de ventajas espirituales y temporales para
los religiosos. En el mes de
agosto de 1845, advertido de que amenazaba ruina la
tapia de la parte del foso, gastó
40 escudos en repararla. Durante la visita canónica de
1846, el P. Roque Cervara
mandó que se renovara la urna del S. Sepulcro y que
se tapiara una ventana por donde
entraba el polvo en perjuicio del órgano76. El 4 de
octubre de 1847 el Cardenal

75 Ibid., I, 34-35.
76 Ibid., 36-37.
Massimi visitó el santuario; recorrió los subterráneos
del templo y manifestó haber
quedado satisfecho del local. Otra visita fue la de trece
dominicos del convento de
La Quercia el 21 de octubre de 1847: comieron con la
comunidad y su prior pidió al
rector que les cediera al hermano que amasaba el
buen pan que habían comido,y que
enseñara a alguno de los suyos. Estuvo dos meses,
con suma satisfacción de los dominicos,
los cuales compensaron al retiro pasionista por el
tiempo de ausencia. Pero
cuando se enteró el provincial llamó la atención al
rector77.

EL AÑO 1848 EN SORIANO. Como por las


circunstancias se retrasó el capítulo,
el P. Juan Bta. Brambilla permaneció hasta
septiembre. La crónica narra los sucesos
de aquel año:
En el segundo año del pontificado, 1848, de Nuestro
Señor, el Papa Pío IX, ...los
pérfidos liberales... comenzaron a quitarse la máscara
y a combatir a cara descubierta
la Religión. Habiendo el ya impío Gioberti con su libro,
nunca suficientemente
detestado, El Jesuita moderno, atizado el odio no sólo
de los crédulos italianos
ignorantes, sino también el de los doctos y piadosos
poco prudentes contra los jesuitas
y contra los que llamaban sus afiliados, se comenzó al
principio de este año
una cruel persecución; fueron arrojados de sus
colegios, maltratados y afrentados,
dándoles caza como si de fieras salvajes se tratara.
Aunque dicho autor nos consideraba
a nosotros como afiliados a los jesuitas, no tuvimos
que aguantar excesiva
violencia, pero no porque los liberales no nos tuvieran
entre los de la oposición, sino
porque viviendo lejos de los poblaciones, y no
mezclándonos en los hechos de los
otros, no éramos mirados por el público con envidia;
por eso si se hubiera metido
directamente contra nosotros, hubieran dejado al
descubierto sus verdaderos motivos
de odio contra la Religión. A nosotros nos convenía
mantenernos al margen,
aunque prevenidos, y no exponernos deliberadamente
al desprecio, especialmente
en primavera, cuando las tropas iban hacia la
Lombardía, para realizar la caza del
Bárbaro. Por estos y otros motivos, el capítulo
provincial se retrasó hasta nueva orden.
Que los temores no fueran infundados lo demuestra lo
ocurrido en otros lugares,
donde los perversos sicarios se atrevieron a infligir
afrentas e injurias no leves
a algunos de los nuestros. Aun con tanta prudencia y
reserva, se metieron contra un
sacerdote y dos hermanos, presentando contra ellos
graves amenazas y tendiendo
una emboscada contra el sacerdote, que volvía de
Viterbo; en el lugar conocido como
l’Agnello, intentaron matarlo. Por este motivo el P.
Provincial se presentó en el
retiro y consiguió que tanto el sacerdote como los
hermanos salieran de allí y se
trasladaran a otro convento. Con esta medida se llegó
a una cierta calma general,

77 Ibid., 38.
que los superiores aprovecharon para reunir el capítulo
en Vetralla, y entonces el P.
Juan Bautista cedió el puesto al P. Gerardo de San
José78.

1848-1851. P. Gerardo Barberi de S. José. Como


sabemos por otras comunidades,
le correspondió la tormenta de los años revolucionarios
contra Pío IX. La República
dejó en claro sus proyectos: suprimió los votos
religiosos. En San Eutizio no
hubo que lamentar violencias: llegaron para el
inventario y sugirieron que se ocultasen
algunos enseres valiosos. Cuando en julio de 1849 las
tropas francesas derrotaron
a los revolucionarios, Pío IX regresó a su sede romana
y se recuperó cierta normalidad
en Soriano. El cronista lamenta que de 1849 a1851 el
redactor no se ocupara
de las cosas notables del retiro: Se han descuidado las
memorias, y en cambio
se han insertado bagatelas que harán que nuestros
nietos se nos rían a las barbas79 .

1851-1854. P. Leonardo Enrico de San José. Fue


elegido en el capítulo de 1851.
Logró reparar los destrozos del cauce del arroyo y
controlar las inundaciones. Le correspondió
vivir la beatificación del P. Pablo de la Cruz, y por ser
el de San Eutizio
el tercer retiro fundado por él, la comunidad se sentía
más comprometida. El superior
encargó un lienzo para el altar mayor, que reproducía
el milagro que él había
efectuado en favor del sorianense Tomás Portolesse.
El 8 de mayo de 1853, una semana
después de la beatificación, se expusieron en la iglesia
el cuadro y las reliquias
del beato: Hubo mucho concurso de gente.

1854-1857. P. Pacífico Pizzutti de San José,


superiorato relámpago que duró dos
días. Elegido en el capítulo, tomó posesión el 5 de
junio, pero el 7 se presentó en Ve-
tralla para exponer al provincial que no se sentía con
ánimos; éste le aceptó la renuncia.
En previsión de otras interpretaciones maliciosas ante
un caso tan insólito,
el cronista se cura en salud: No se puede atribuir a que
hubiera tenido mala acogida,
pues el mismo interesado, en una carta escrita desde
Vetralla, afirmaba que había
quedado ‘contentísimo y muy edificado de todos’. La
curia destinó a Soriano al
precedente, Leonardo Enrico, pero falleció el 20 de
enero de 185780.

1857-1860. P. Luis Giurlani de María Virgen: Su mayor


dedicación fue la de
restaurar el envejecido edificio. En 1859 rehízo la era,
que estaba deteriorada, lo que
agradecieron los campesinos de la zona, que la
escogían para trillar el cereal; a cambio,
la comunidad se beneficiaba de la paja para los
caballos. Al P. Giurlani le tocó
un problema jurídico; un tal Rannuci hizo obra en la
parte alta del arroyo y redujo
el caudal de agua al que tenía derecho el convento.
Llevado el pleito a los tribunales
con ayuda de un abogado de Roma, la sentencia fue
contraria, y hubo que pagar

78 Ibid., 38-39. Según el informe del P. Testa a Pío IX,


en Soriano vivían 19 religiosos (6 sac., 5 est.,

y 8 hermanos); había 26 habitaciones; la iglesia era


muy frecuentada por los penitentes. - Cfr. RA

VASI, L., La congregazione..., o. c., f. 10 -11.

79 Platea, 40.

80 Ibid., 43.
más de 100 escudos de costas. El cronista comenta:
Antes de litigar hay que pensar
bien las cosas, y no se puede actuar como novicios81 .

1860-1863. P. Juan Carlos Nardi de San Martín. Le


tocó remediar los desastres
provocados por las inundaciones, que se llevaron las
obras del arroyo82.

Sobre todo le correspondió vivir de cerca la etapa


previa al final del Estado Pontificio.
En la primavera de 1857 Pío IX hizo un viaje de cuatro
meses por las provincias
de las Marcas y La Umbría, intentando mantener la
conciencia de que el Estado
Pontificio era necesario para su misión espiritual. En
1859 estalló la guerra. Los
austriacos se fueron retirando; Napoleón III tampoco
apoyó al Papa con entusiasmo;
cayeron las Marcas, la Umbría, la fortaleza de
Ancona... A Pío IX le quedó solamente
el Lazio con la ciudad de Roma. Por lo que sabemos,
también dentro de la comunidad
de fieles de la Iglesia se fue abriendo camino la
convicción, hasta entonces
recluida en pequeños grupos, de que el fin del poder
temporal podría suponer para
la Iglesia Católica verse libre de una responsabilidad
peligrosa e inútil, que afectaba
a su misión espiritual y universal83 .

Momentos amargos para quienes tenían ya


experiencia de supresiones y exclaustraciones...
Los predicadores iban comprobando que en las
misiones no siempre
encontraban entusiasmo; y que aumentaban los
grupos y sectores que esparcían
animadversión contra los actos misionales.

2. APOSTOLADO: La de San Eutizio fue


fundamentalmente comunidad apostólica,
aunque también centro de estudios. En el libro de
ministerios, de 1827 a
1898, figuran 68 misiones y 161 tandas de ejercicios o
de otras formas (catecismos,
triduos...). En la mayoría de las misiones participaban
religiosos de diversas comunidades
(Vetralla, Tarquinia, La Presentación, Roma...), por lo
que se repiten muchos
nombres. En 1842 el P. Valentín Lucarelli de la Madre
de Dios comenzó el 3
de junio la misión a los condenados a galeras en
Civitavecchia, con pasionistas de
otros tres conventos. Las crónicas son parcas en datos
ajenos al hecho mismo de la
misión. Sólo de cuando en cuando se le escapa al
cronista algún detalle no ordinario:
en la de Civitavecchia de 1845 el P. Paulino de las
Cinco Llagas contrajo fuertes
fiebres al tercer día y no pudo desempeñar el oficio de
catequista; aunque se sobrepuso
y ayudó en las confesiones84.
81
Ibid., 47-49.
82
Ibid., 50-52.

83
CARAVALE-CARACCIOLO, Lo Stato Pontificio da
Martino V a Pio IX, o. c., vol. XIV, 716.

84
En la de Castel S. Elia, en 1852, tuvieron gran trabajo
los pacificadores, y mucha gente se reconcilió;
pero hubo una mujer que dijo: Prefiero ir al infierno
antes que perdonar. Con esta actitud
interior asistió a un acto misional; el predicador tomó
como tema precisamente el del perdón. Y
la mujer se levantó y fue a abrazar a quien le había
ofendido. Es fácil intuir las escenas de conmo
3. DIFUNTOS: 1) Est. Juan Félix Balla de la Pasión,
1839. - 2) Est. León Giardini
de S. Domingo, 1843. - 3) Est. Eutizio Schiavelli de S.
Jerónimo, 1855. - P. Leonardo
Enrico de S. José, 1857. - 5) P. Leonardo Palestra de
S. Juan Bta.,1858. - 6)
H. Cayetano Sandi de S. Vicente, 1858.
5. Retiro de la Virgen Dolorosa, Tarquinia-Corneto85
Último retiro abierto en 1769 por San Pablo de la Cruz
(el de los Ss. Juan y Pablo
fue un regalo de Clemente XIV), después del Hospicio
del S. Crucifijo en 1767.
Coincidió con la creación de las dos primeras
provincias en el mismo año. Pablo lo
consideraba uno de los mejores de la congregación86.
El retiro, dedicado a la Virgen
Dolorosa, se hallaba en zona de mucho trabajo para
los hermanos postulantes, que
encontraban generosa respuesta en los campesinos y
en los bienhechores. Dentro de
la casa la paz y la soledad permitían a los misioneros
recuperar energías y revitalizar
su fervor religioso. En 1790 se celebró en esta casa el
IX Capítulo General. En
él brilló en el servicio a los humildes el P. Egidio Botta
del Corazón de Jesús, Apóstol
de las Marisma (1733-1784)87. La supresión
napoleónica alcanzó también a este
retiro, pero en 1814 fue recuperado por el P. Vicente
Camussi de San Joaquín88.
Los sucesivos rectores restauraron el edificio y
remediaron algunos problemas, como
el del agua89. El informe a la Santa Sede del
10.06.1826 dice que el retiro era
capaz para 20 religiosos, sin incluir a los ejercitantes;
que el edificio estaba en buen
estado; que la iglesia se conservaba bien y que a ella
asistían algunas personas; y
que había 5 sacerdotes, 5 estudiantes y 6
hermanos90. El último rector antes de la

ción que siguieron a éste y otros casos similares. – Cfr.


Nota 72 de este capítulo. - Cfr. SPINA, A.,
La predicazione… a Roma nel Lazio…, o. c., 291.
85
Platea ossia Libro in cui si notano tutti i diritti di questo
ritiro o chiesa fondata sul territorio di
Corneto nella bandita detta di S. Pantaleone, a tenore
dell’editto emanato dal Rev.mo P. Juan
Ba. di S. Vincenzo Ferrer, prep. grale.., mns. en
APPRAES, Scala Santa; el período 1839-1860
ocupa las pp. 134-156; se detiene en 1860 y pasa ya a
1864. -Registro dei Religiosi tanto di quelli
di Famiglia che di passaggio in questo Ritiro 1831-
1852; en la p.. 24 comienzan los datos del
año 1839 y llegan hasta la p. 45, con los de 1848. -
APPRAES, Arch. del ritiro di Tarquinia, Ministeri,
1828-1875.

86
Ibid., 206. - Cfr. GIORGINI, Historia...,o. c., I, 205.

87
NASELLI, Historia ..., o. c., II/1, 319. - DNEust,39.
88
AA,791002. El P. Camussi (1775-1822) había
profesado en Monte Argentario en 1791. - Cfr. F.
GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 73. - NASELLI, C., La
soppressione napoleonica delle corporazioni
religiose. Il caso dei passionisti in Italia, 1808-1814,
Roma, 1970, 127-133.

89
Platea, 127- 129.

90
GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 152-154. - Rectores
desde la restauración: Inocencio Tirati de
Jesús, 1818; Juan Bta. Giorgi de la Asunción, 1820;
Juan Pedro Nicoli de S. V. Ferrer, 1824; Ambrosio
Baldassi de la Sma. Concepción, 1827, Luis
Buonauguri de la Concepción; 1830, Juan Ma
época del P. Testa quiso que fuera consagrada la
iglesia después de las restauraciones
efectuadas. La ceremonia la realizó el 29 de diciembre
de 1838 el obispo de Civitavecchia,
Mons. Vicente Buffi. El cronista cierra la referencia a
este superior con
la indicación de que encargó nada menos que cien
cuadros para ornamentar el retiro
y colocar retratos de antepasados91. Durante el
período 1839-1863 Corneto albergó
comunidades numerosas. De 1839 a 1852 el promedio
fue de 23 religiosos92. El
retiro desempeñaba funciones de hospicio para los
predicadores de otros retiros y
para los postulantes: de 1839 a 1852 pasaron 348
religiosos, a 26 de promedio
anual93. También fue retiro muy visitado por los
superiores mayores: el P. Testa hizo
tres visitas canónicas (1840,1844 y 1850), y hubo 21
de los provinciales: Pío
Cayro, 4; Roque Cervara, 4; Andrés Moretti, 5 de 1851
a 1856 y 3 de 1858 a 1859;
Alfonso Ma. Totti, 1; Cayetano de Santiago, 3; y
Domingo Giacchini, una ya en
1863. La literatura de las visitas es siempre la misma,
y sólo en 1853 se llama la
atención sobre el santo silencio.

1. RECTORES. 1839-1842. El P. Gesualdo María


Scalpelli de S. Bernardo inicia
su rectorado el 05.05.1839; sus primeras
preocupaciones fueron las del agua y el
hospicio de Montalto94, donde en 1840 dieron
principio las obras por mandato del P.
Testa. Reformó la fachada de la iglesia y encargó un
órgano nuevo en Roma95.
1842-1845. P. Luis Ma. Cinti de la V. Dolorosa, hombre
muy atento a las necesidades
de los religiosos, calculó con qué medios podría
contar. Renovó muchos elementos
de la casa (cocina, lavandería, aguas, etc.), pero al
final se concentró en la
iglesia, que, según el cronista, era un adefesio... Lo
limpió todo con gran decoro de
la casa de Dios, y todo con misas libres o limosnas
recibidas de gentes de la ciudad
de Corneto96.

teo Ferdinandi del Corazón de María,1833 (salió en


1838 siendo rector de Todi), y Bartolomé Zucchi
de San Gabriel,1836. - Platea, 127. - GIORGINI,
Historia...II/2, o. c., 103 - 154.

91
Platea, 133.

92
De 1829 a 1852, hubo 333 religiosos y de 1852 a
1863, otros 257, con un total de 590. Llama la
atención el gran número de coadjutores: 181 (91 de
1839 a 1851 y 90 de 1852 a 1863). Los estudiantes
fueron 164 de 1838 a 1858, pero no hay registro en los
años 1841-1843 ni 1849-1850.

93
Registro tanto di quelli di famiglia che di passaggio per
questo ritiro 1831-1852 (para los años de
esta historia, 1839 en la p. 24 hasta 1848 en la p. 45).

94
Del período 1839 a 1842 dice la Platea, 135, que nada
se ha registrado en este libro, por lo que
se pasa al trienio del siguiente, P. Luis de la Dolorosa,
desde el 25 de abril de 1842 hasta su salida
en 19.04.1845.

95
Platea, 134-135. - Capítulos Locales, 1841, f. 8.

96
Ibid., 137-138.
1845-1848. Agustín Olivieri de la Dolorosa, rector en
Lucca en el trienio precedente.
Del anterior dice la platea que cuando marchó para el
capítulo (1845) había
dejado incompleta la fábrica, es decir, sólo hasta la
planta de tierra, no habiendo
hecho más que la gruta y la cantina que están bajo
tierra. En cambio se deshace en
elogios del P. Agustín: Ha elevado la fábrica hasta
concluirla, es decir, hasta cubrirla,
y también las bóvedas interiores que forman con los
entramados el Depósito,
la biblioteca y la enfermería encima del corredor
correspondiente; pero estas
dos plantas quedan sin pavimento; en la planta
superior deberían ir ocho habitaciones,
separadas por un corredor en medio, pero no se han
construido97 . Según el
informe del P. Testa a Pío IX en 1847, había 14
religiosos (7 sac. y 7 hermanos), la
iglesia era muy frecuentada en invierno por los
pastores98.
1848-1851. Esteban Arnaldi de la Pasión, llegó el 6 de
octubre, pero tomó posesión
el 28, cuando habían regresado ya los que estaban en
la postulación del vino.
Una de sus primeras preocupaciones fue la de reparar
el retiro que, por la negligencia
de algunos de sus predecesores, estaba en malas
condiciones; tuvo que buscar
abundante material de madera, encontrar albañiles,
carpinteros, etc.. Y en el plazo
de cinco meses gastó unos 300 escudos para poner
en marcha los trabajos de su gobierno.
Una dependencia que resultó mejor organizada fue la
biblioteca: el P. Testa
hizo llegar de Roma unos 80 volúmenes, y el rector
gastó no pequeñas sumas en
comprar las obras de aquellos autores que se
necesitaban para formar una biblioteca
según se usa en otras casas de la congregación99.
Ocurrió durante este rectorado la aventura del
sacerdote que había sido condenado
al ergástulo y cumplía sentencia en una cárcel de
Roma: saltó las tapias y huyó
hacia Monte Argentario, donde pensaba hacerse
pasionista. En la larga huida, sintiéndose
agotado, pidió asilo en el retiro de Corneto. El superior,
que lo conocía de
Roma, lo acogió y trató con caridad, poniendo a su
servicio un hermano. Al cabo de
tres días decidió proseguir el camino, pero pidió una
mula hasta donde pensaba que
podría encontrar algún transporte que le llevara a
Orbetello. El superior, sin sospechar
nada de su fuga de la cárcel, se la prestó. Una vez
salido de casa huyó con el
animal hasta que encontró un comprador. Por fortuna,
en la precipitada huida se olvidó
de sus documentos, que sirvieron para que el superior
se librara de la acusación
de haber protegido a un maleante y fugitivo. La
historia, larga y curiosa, puede leerse
en la platea; aquí basta con indicarlo, pues ayudará a
comprender los problemas
humanos a los que tenían que hacer frente los
superiores100.

97 Ibid., 138.
98 RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 11-12.
99 Platea, 139-141.
100 Ibid., 141-143.
1851-1857. Sixto Tedeschi de San Francisco llegaba
de Vetralla. Fue confirmado
en 1854. En la visita de 1850 el P. Testa había
mandado restaurar el edificio y
arreglar las habitaciones; pero como no lo hizo el
anterior, le tocó al P. Sixto. Aél e
correspondieron la gloria y los problemas de la
beatificación del fundador, con un
gasto de 300 escudos. Mandó hacer un cuadro de
poco coste para el triduo, y otro
de mejor calidad (100 escudos) para el altar que
pensaba dedicarle. El superior, viendo
próximo el final de su rectorado, hizo pintar la iglesia y
dejó el retiro bien amueblado
y provisto de todo lo necesario101 .

1857-1860. Agustín Olivieri de los Dolores de María. El


P. Lorenzo Salvi, segundo
consultor, había comentado con el escultor Rafael
Giorgiri, de Corneto, la posibilidad
de tallar una estatua del fundador. El P. Agustín le dio
el encargo, y la talla
quedó colocada en el fondo del corredor de la portería.
En la primavera de 1860
el P. Agustín se preparó para asistir en Vetralla al
capítulo, pero antes de despedirse
compró dos caballos, toneles para conservas, diversos
libros y los fascículos de La
Civiltà Cattolica, a la que se había suscrito apenas
llegó de rector102.

1860-1863. Luis Betti de San Benito llegó a tomar


posesión, a pesar de su resistencia.
De su paso por Corneto nada dice la crónica, que salta
de 1860 a 1863 y prosigue
hasta 1866.

2. APOSTOLADO. En el Libro de Ministerios, de 1839


a 1857 aparecen 19 misiones,
a los que habría que añadir bastantes ejercicios
públicos, catecismos en diversas
parroquias, ejercicios a comunidades femeninas, sobre
todo a las pasionistas
de la población, a los seminarios y a los condenados a
galeras en las cárceles de Corneto
y Civitavecchia...
Significativa fue la misión de Pereta, dióc. de Soana,
en el invierno de 18401841.
Si la de Magliano había sido fructuosa, la de Pereta lo
fue aun más, dada la
oposición de la juventud moderna. Después de los
primeros momentos difíciles,
aquellos jóvenes se dieron por vencidos y participaron
en los actos. Hacía 37 años
que no se había predicado la misión. El Señor bendijo
el sacrificio de los misioneros
cuando se temía no sacar ningún bien103.

El de Corneto fue también un retiro muy frecuentado


por seglares y eclesiásticos
para ejercicios o períodos de reflexión espiritual. De
1839 a 1863 figuran 1.096
personas registradas, con un promedio anual de 43,84,
en su mayoría seglares104.
101 Ibid., 145-149.
102 Ibid., 151-153.
103 Platea de Corneto, Ministerios, 17. - Cfr. SPINA,
A., Le predicazioni dei passionisti in Toscana. I re

gistri dei ministeri dal 1828 al 1902, Roma- Scala


Santa, 2007, 28. -Libro de Ministerios de Todi, 101.

104 Libro in cui si registrano gli ecclesiastici e secolari


che attendono ai S. Spirituali Esercizi come
altri che vengono in questo ritiro di Maria Vergine
Addolorata presso Corneto, 1828- 1852, y
3. DIFUNTOS. 1) P. Fernando Bianchi de Santa
María,1840. - 2) P. Romualdo
Garibaldi de S. Juan Bautista, 1841. - 3) P. Pascual
Spinelli del Smo. Sacramento,
1842. - 4) P. Lucas Amircai de la Visitación,1843. - 5)
P. Aurelio Della Pietra de
Santa Teresa,1849. - 6) Est. Juan Felipe Biagi de San
Andrés, 1850. - 7) H. Bernardino
Morganti de la Pasión, 1854.
6. Retiro del Santo Angel, Lucca105
La fundación llevada a cabo en 1830 corresponde al
período anterior. En este retiro
desarrolló intensa actividad el P. Domingo Barberi, y
mantuvo el primer encuentro
con Jorge Spencer para la salida de los pasionistas de
Italia. La casa comenzó bajo
la prudente gestión del P. Testa, promotor y primer
superior; en 1831 le sucedió
el P. Barberi y se estableció el noviciado con el P.
Andrés Moretti de San Luis como
maestro. En 1833 el P. Barberi, elegido provincial de la
Dolorosa, dejó como sucesor
al P. Bernardo Spinelli de la Virgen Dolorosa (1777-
1857), que se negó rotundamente
a aceptar. Fue designado el P. Pío Cayro, a quien en
1836 sucedió el P. Roque
Cervara, que andaba tramitando la venta del olivar
para comprar un hospicio
cuando llegó el capítulo de 1839106.

1. RECTORES. 1839-1842. P. Vicente Ferrajoli de S.


Luis, primero del período
del P. Testa, encontró una comunidad bastante
cambiada: el P. Pío Cayro marchó a
Vetralla como provincial; el maestro, P. Andrés, salió
con el mismo oficio para Monte
Argentario. Su preocupación más ineludible fue
construir un ala nueva. Los albañiles
tropezaron con mucha agua en los cimientos, y
tampoco abundaban los recursos.
En junio de 1840 volvió a abrirse el noviciado. El Sr.
Andreucceti, que llevaba
las obras, pagó de su bolsillo durante tres meses a los
trabajadores, hasta que no pu1852-
1910. La parte que corresponde a esta historia 1839-
1863, comienza en el f. 28 y llega hasta
el 59; y sigue en el vol. II, ff. 6-44 año 1863.

105 Platea ossia Registro di tutte le notizie riguardanti


questo Ritiro di S. Michele Arch. presso la
città di Lucca dall’anno della fondazione 1839 fino
all’anno 1866, pp. 42-127 (mcn; en el APPRAES
Scala Santa; se cita Platea mcn.). -Registro delle
Sante Missioni ed esercizi anno del
Signore 1830- 1863, en APPRAES. -Libro in cui si
registrano le professioni di novizi fate in
questo ritiro dell’Angelo Lucca, da 1831-1896, en
AGCP, mns. En el AGCP, B, 20 (B-II-III/
3-1º,2º,3º) no hay documentos de esta época. -
SALVATORE, C. P., Il monastero dell’Angelo
sui Monti di Brancoli, Lucca, 1919, 37ss. -MORI,
Riccardo, Il convento dell’Angelo a Lucca:
analisi dell’arredo sacro e profano, tesis de doctorado
en la Facultad de Letras y de Filosofía
en la Universidad de Estudios de Pisa, año académico
1978-1979 (cit. Mori: Il convento de-
ll’Angelo...).

106 GIORGINI: Historia..., o. c., II/2, 178-185 y 213-


218. - Platea, mcn, 34 y 37.
do continuar haciéndolo: Fue un momento terrible. Los
obreros trabajaban un mes
y pedían la paga; el arquitecto quería recursos y
amenazaba con suspender las tareas;
el superior rezaba y protestaba; hacía nuevas
promesas, pero todo resultaba
inútil... Dios sabe cuánto han tenido que sufrir en esta
casa los que la fundaron, los
que la refundaron y los que la restauraron... San
Miguel Arcángel se mostró atento
a las necesidades, y el Sr. Francesconi prometió 1000
escudos para que se pudiera
rematar la tarea107 .

1842-1845. P. Basilio Raineri del Smo. Crucifijo. El Sr.


Francesconi no había
entregado aún los mil escudos; lo hizo más tarde, y las
obras avanzaron, aunque a
ritmo muy lento. El 8 de abril de 1843, Domingo de
Ramos, se despidió a los trabajadores.
El cronista advertía para la posteridad: La construcción
se apoya en cimientos
sólidos si el terreno está seco, pero es frágil si hay
agua, por lo que hay
que procurar tener lejos el agua, de manera que no se
filtre tampoco en los alrededores;
y no hay que tentar a Dios esperando prodigios si no
se usan las cautelas
necesarias y los medios adecuados para obtener tal
objetivo. El problema más serio,
que lo fue también en otros retiros, era el del agua
para el consumo humano: en
verano debían buscarla lejos. El P. Basilio se arriesgó
a abrir un pozo, del cual comenzó
a salir bastante agua. Los religiosos trabajaron
personalmente para conducirla
hasta el convento108. Otra empresa del P. Basilio fue
la del hospicio de Lucca. La
condesa Ma. Dominga Paglicci, viuda de Orsetti,
acogía a los religiosos en su domicilio;
pero como no siempre contaba con habitaciones, tuvo
la idea de adquirir un
edificio para mayor comodidad de su familia y a la vez
con mayor capacidad de
acogida para los pasionistas; prometió dejarles una
parte a su muerte; pero como
hubo muchos inconvenientes, la bienhechora
proporcionó al superior una suma para
que él gestionase la compra.

El P. Basilio tuvo que estar ausente unos siete meses


durante la fundación de
Brugnato, y después regresó. El noviciado de Lucca
constituía una promesa: en alguna
ocasión se llegó a tener 18 novicios; en el trienio
profesaron 23 clérigos y 7
hermanos. El cronista advierte con honradez acerca de
los detalles de la Platea: Nota:
Algunas de las cosas reseñadas, como no fueron
escritas en su momento, y por
no haber encontrado a qué época exacta
correspondían, se han incluido aquí sin
distinción de tiempo; por lo que, aunque sean ciertas
en cuanto al hecho, son dudosas
en cuanto a la circunstancia del tiempo109 .
107 Platea, mcn, 68,78, 83-86.
108 DNEust, 342. - Platea, mcn, 84, 87, 89.
109 Platea, mcn, 91-92.
1845-1851. P. Andrés Moretti de San Luis. Como
había sido maestro de novicios
en San José de Monte Argentario, mimaba su
formación; así que lo primero
que hizo fue construirles una capilla adecuada110. El
14 de agosto de 1846 sobrevino
un terremoto en Toscana; en Lucca no se sintió tanto,
pero como la construcción
no era fuerte, se produjeron algunas grietas111. Bien
sabido es que la fundación estuvo
vinculada a la familia del Duque de Lucca, don Carlos
Luis de Borbón, infante
de España y antes rey de Etruria112. En 1846 el
Príncipe quiso visitar a la comunidad
y hallarse presente en alguna toma de hábito o de
profesión. Lo hizo el 28 de
octubre, cuando un clérigo emitió los votos. Después
se entretuvo con los religiosos
en las dependencias que llevaban su nombre por
haberlas financiado él, y expresó
su alegría de que el terremoto no hubiera causado
mayores desperfectos. La
comunidad le acompañó después hasta la entrada de
Lucca; pero el cronista escribe
con tristeza: Tenemos que anotar aquí con no poco
disgusto y para conocimiento
de los que vengan después, que fue la última vez que
nos visitó, pues un año más
tarde abdicó del estado a causa de los gravísimos
trastornos que se produjeron y
que sería fuera de lugar mencionar aquí. Pero estamos
seguros que si Carlos Luis
de Borbón se alejó de sus pasionistas en su persona
física, permítaseme decirlo con
sus propias expresiones que no nos ha retirado su
afecto, y que como los pasionistas
conservaremos siempre memoria de Carlos Luis de
Borbón, también Carlos
Luis de Borbón llevará siempre en su corazón el afecto
más sincero hacia los pa

.
sionistas113 .

Otro servicio del P. Moretti fue el arreglo de la pobre


biblioteca. Le faltaban
obras fundamentales, y los libros existentes se habían
deteriorado por la humedad.
Llamó a un librero que los encuadernó. Además
adquirió obras de autores clásicos,
de Santos Padres, de escrituristas, teólogos,
moralistas, juristas y filósofos... hasta
200 tomos; y para que no se repitiera el destrozo por la
humedad, hizo cambiar el
techo de madera y protegió el muro exterior. El P.
Testa regaló la Biblioteca Maxima
Patrum.

Según el informe del P.Testa a Pío IX en 1847, en


Lucca había 36 habitaciones,
19 profesos (10 sac. y 9 hermanos) y 11 novicios (8
clérigos y 3 hermanos)114. En
septiembre de 1848 el P. Moretti salió confirmado en el
capítulo. Al regresar se ocupó
de preparar la consagración de la iglesia, que efectuó
Mons. José Molajoni de la
Pasión.

110 Ibid.,. 93-94. El pintor José Landucci restauró el


cuadro de la Virgen que fue colocado en el altar

de la capilla, y los de San José y San Luis Gonzaga.


111 Ibid., mcn, 95.
112 GIORGINI; Historia..., o. c., II/2, 178ss.
113 Platea, mcn, 96.
114 Cfr. RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 20-21.
1851-1857. Cayetano Anselmi de Santiago, elegido en
mayo de 1851 y confirmado
en 1854, en septiembre recibió la visita de la gran
duquesa Viuda y de la archiduquesa
María Luisa, hermana del Gran Duque Leopoldo II:
visitaron el retiro y
practicaron su profunda devoción eucarística con la
bendición del Santísimo y una
segunda misa antes de marchar115. El P. Moretti le
había dejado el nuevo hospicio de
Lucca a todas luces inadaptado, pues además de ser
muy reducido, el inquilino de la
planta superior no cesaba de causar ruidos a todas
horas, y así no podían descansar
los religiosos. Hubo que deshacerse de él y localizar
otro en la Vía de la Rosa, de
dos plantas. La duquesa María Dominica Paglicci,
viuda Orsetti, asumió las costas
del contrato y del registro. El cronista constata: Es la
tercera casa que se ha comprado
para tener un hospicio en Lucca116 .
El P. Anselmi mejoró la iglesia y el altar mayor para las
celebraciones que siguieron
a la beatificación del fundador. Una escultura del
mismo, obra de Unti, presidió
los actos del 12-14 de agosto. La solemnidad resultó
decorosa, magnífica y
devota... Nadie recuerda haber visto por aquí
ceremonias más bellas. Después de
la beatificación se encargó un cuadro para la iglesia: el
pintor Esteban Lembi lo representó
en el momento en que la Virgen Dolorosa le pide que
haga duelo por la
muerte de su Hijo; lo pagó la condesa Paglicci. Los
religiosos quisieron tener en el
retiro el retrato de Carlos Luis de Borbón, ex duque de
Lucca. Obra del mismo E.
Lembi, quedó colocado en la sala de visitas117. Pero
el gesto más imperecedero del

P. Anselmi fue la asistencia a los pobres. En 1853, de


mala cosecha, muchos campesinos
perdieron el trabajo. Los pobres no tenían otro medio
de subsistencia que
la caridad. Varios cristianos de Lucca y algunas
corporaciones religiosas fijaron uno
o dos días por semana para repartir limosnas; además
llegaban campesinos y montañeses
a la puerta del retiro. La crónica dice literalmente que
ascendían a setecientos,
a veces a ochocientos y algunos días pasaron de los
mil. Se ofrecía a cada uno
su escudilla de legumbres o judías bien
condimentadas, y si no llegaba, se les daba
un panecillo. En este servicio se comprometieron los
hermanos y los sacerdotes. La
distribución duró desde el Día de Navidad de 1853
hasta el 23 de junio de 1854.
Podría parecer imposible mantener una limosna tan
generosa durante tantos meses
y para tantas personas. Y ciertamente que así hubiera
sido hablando humanamente;
pero Dios, padre de los pobres, acudió en ayuda
nuestra y de los necesitados. Algunas
personas ricas, edificadas de la santa caridad y
movidas interiormente por
Dios, mandaron los subsidios necesarios con los que
se pudo remediar el problema.

115 Ibid., mcn, 103.


116 Ibid., mcn, 104.
117 Ibid., mcn, 108, 115, 117-118. - MORI, Il convento
dell’Angelo...,o. c., 26.
Se distinguieron la familia del Marqués Mazzarosa, y la
del marqués Franconi de
Génova, la condesa Paglicci y otra persona que
mandó una buena suma, pero quiso
mantener el anonimato. Añade el cronista que esta
actitud de la comunidad atrajo
hacia los pasionistas a algunos habitantes de Lucca,
que, no se sabe por qué, los
miraban con mal ojo118 .

1857-1860. Alfonso María Scalpelli del Smo. Rosario,


confirmado en 1860, fue
el último rector de este período. Inició su gobierno con
ganas de mejorar la vida de
la comunidad, aunque advierte el cronista que en el
segundo trienio no pudo hacer
nada de particular a causa de revolución italiana de
1859, fomentada y ayudada
por Francia, la cual, arrogante y orgullosa, amenazó, y
sigue amenazando todavía,
la religión, sobre todo atacando a las corporaciones
religiosas, y aunque hasta ahora
no ha logrado suprimirlas del todo, no ha cesado de
molestar y de expulsarla de
muchos conventos de nuestra bella y florida Italia.

Los tiempos revueltos acabaron con el ducado de


Lucca y no permitieron al cronista
dejar constancia de la marcha de la comunidad. Su
sucesor, Paulino de las Santas
Llagas, hizo lo estrictamente necesario..., y se da
como razón de las pocas misiones
el miedo. Por temor a grandes males se descuidaron
desde hacía tres o cuatro
año las misiones y ejercicios. Pero un bien día el P.
Paulino se saltó el miedo y
en agosto de 1863 se volvió a nuestros acostumbrados
ejercicios, y ya durante el
trienio no se interrumpieron... El gran fruto que se
consiguió, y los escasos disturbios
que se pudieron sufrir justificaban la bien meditada
determinación. Mucho se
hizo, y aún se hubiera podido hacer más si... no se
hubiera reducido el número de
miembros de esta comunidad como consecuencia de
haber clausurado el noviciado...
en octubre de aquel año119 .

2. APOSTOLADO. La comunidad de Lucca, sede de


noviciado y de profunda
soledad, no limitaba el apostolado a la propia iglesia,
en la que estaba excluido confesar
a las mujeres120. Con todo, los religiosos, incluso los
dedicados a la formación,
como el maestro o el vicemaestro, salían a predicar en
Lucca, en todo el ducado e
incluso en Toscana121.
De 1839 a 1863 se registraron 132 misiones, y 134
ejercicios públicos o priva

118 Platea, mcn,110-116.

119 Ibid., mcn, 119-120.


120 Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2,184. - AGCP,
B, 20 (B, II/III/3-3ª), carta del P. Valentín de
la Madre de Dios, el 15.03.1831: Aquí no se escucha
la confesión de las mujeres que acuden en
gran número y llevan a mal esta medida y se marchan
molestas; y no pudiendo hacer otra cosa
vienen a comulgar y a oír la santa misa cada día.

121 Cfr. APPRAES, Scala Santa, Lucca, Rgto. delle


Ss. Missioni ed esercizi, anno del Signore 18301862
(prosigue fuera del período del P. Testa).
dos, además de triduos, catecismos y otras formas de
ministerio. De entre los predicadores
se menciona con frecuencia a los PP. Bernardo
Giannini de la V. Dolorosa
(44 misiones y 25 ejercicios) y Fulgencio Stivali del C.
de Jesús (31 misiones). Fueron
muchas las intervenciones en el seminario de Lucca y
en varios monasterios de
clausura de la diócesis. Entre las numerosas misiones
de gran éxito, permítase copiar
la relativa al Año Jubilar de 1850 en la ciudad de
Lucca: Habiendo publicado
el Jubileo, el arzobispo quiso que se diera un curso de
misiones en la iglesia de San
Frediano. Los PP. Andrés de San Luis, Fulgencio del
Corazón de Jesús y Benito de
San Félix se trasladaron a la ciudad de Lucca. Las
misiones comenzaron en la tarde
del 1 de diciembre, y duraron quince días. No se
puede ponderar el concurso de
fieles a la mañana y a la tarde, a pesar de que en otra
iglesia hubo una misión de
diez días. El arzobispo asistió tres veces. Quiso dar la
comunión general con dos
canónigos; aquella misma mañana se dieron más de
3.000 comuniones, y hubieran
sido más si no lo hubiera dificultado el tiempo. Se
puede decir que la ciudad de Lucca
cambió de fisonomía con muchas conversiones. La
misión se cerró en la tarde
del 15 de diciembre122 .

3. DIFUNTOS. 1) P. José Marigone de Santa María la


Mayor,1840. - 2) P. Juan
Pedro Giaccone de S. José, 1849. - 3) P. Francisco
Garbarini de S. Juan Bta., 1849.
- 4) P. Bernardo Spinelli de la Dolorosa, 1857. - 5) P.
Serafín Brambilla del E. Santo,
1859. - 6) P. Vicente Bartolocini de S. Juan
Evangelista, 1861. - 7) P. Bartolomé
Zucchi de S. Gabriel, 1862.
7. Retiro de Santiago, Todi123
El de Todi había sido convento de franciscanos
reformados, que no volvieron a
ocuparlo tras la supresión 1810-1814. El obispo, Mons.
Grazzoli, quiso que pasara
a los pasionistas, a los que el pueblo estimaba por el
recuerdo de Mons. Tomás
Struzzieri, obispo de Todi y Amelia de 1775 a
1780124, y por la misión de 1815, en

122 Ibid., f. 65, mns.

123 AGCP, B,20 (B, II-III/2º. -1º a 2º. -3º) Ritiri


soppresi, TODI; mns. Notizie di questo ritiro di S.
Giacomo estrate dal Libro intitolato Cronologia della
Provincia Serafica Riformata dell’Umbria

o d’Assisi, data in luce dal P. Antonio d’Orvieto, Mins.


Riformato. Stampata in Perugia pel Costantini,
anno 1717 (Lib. II, p. 337ss. -Libro in cui vengono
registrate le funzioni del ministerio
apostolico esercitato dai sacerdoti religiosi di questa
famiglia del ritiro di S. Giacomo presso Todi...,
en AGCP, B,20, Platea,122-123. - APRecanati, VII-
327-1, Cronistoria del Ritiro di S. Giacomo.
Traslazione del P. Leonardo. Precede a la cronistoria o
platea un brano tratto dalla Crono-
logia della provincia..., Perugia 1717, mencionado
arriba. - Cfr. MALACARNE, Saggio..., o. c.,
39-42.
124 Cfr. RAVASI, L., Il Servo di Dio Mons. Tommaso
Struzzieri, visitatore apostolico in Corsica, vescovo
di Amelia e Todi, Milano, 1965, 287-312.
la que intervino el P. Lorenzo Salvi. En la Pascua de
1816 se abrió el convento125. El
primer rector fue el P. Lucas Fabi de la Sma. Trinidad,
pero al ser elegido provincial
en 1821 se designó superior al P. Lorenzo Ma.
Salvi126. En 1824 el P. Pedro Pellegrini
de Jesús Crucificado renunció, y en su lugar entró el P.
Inocencio Tirati127. En
1827 sí aceptó el P. Pedro Pellegrini, aunque renunció
al cabo de unos meses y dejó
la congregación aquel mismo año; en su lugar llegó el
P. Estanislao Ercoli de San
Pedro128.

1. SUPERIORES EN LA ETAPA DE LA
PRESENTACIÓN:
1839-1845. P. Arcángel La Posta de la I. Concepción.
Arregló el campanario y
compró una campana nueva. El card. Mario Mattei
regaló varios objetos para dignificar
el culto. Confirmado en 1842, la obra más notable en
el segundo período fue
el nuevo coro, donde a finales de noviembre de 1842
se inició la recitación de Laudes.
Ya en vísperas de marchar al capítulo, dice la crónica
que, lejos de cruzarse de
brazos, hizo los últimos esfuerzos para dejar a la
comunidad bien abastecida y para
enriquecer el culto con nuevos ornamentos y
objetos129 .

1845-1848. P. Alfonso Toti del Corazón de Jesús,


avezado en varias comunidades;
acababa de serlo en San Eutizio. La crónica lo
presenta como religioso de virtud
y mérito, muy solícito por el bien espiritual y la
observancia regular, pero también
atento a las necesidades temporales. Sin embargo, de
su época lo que más se
resalta es el milagro que el S. de D. Vicente María
Strambi realizó en favor de Juan
Antonio Signorini, de Minucciano, población del
principado de Lucca. Había ido a
ver a su cuñado, el H. Pío, miembro de la comunidad.
A los pocos días se vio asaltado
por un reúma inflamatorio que le incapacitó para
cualquier movimiento autónomo.
Viéndose en aquella postración y como una carga para
el retiro, invocó a
Mons. Strambi, cuya estampa le había dado su
cuñado. Como hacia la medianoche
se sintió curado repentinamente, y lo demostró yendo
con la comunidad al rezo de

125 GIORGINI; Historia..., o. c., II/2, 103-105. - Platea


Notizie di questo ritiro..., 33-34. - BRODELLA,
L., Cronistoria..., o. c., 26 y 27. En la descripción de la
iglesia se dice que en el altar mayor
se colocó el cuadro que representa al apóstol Santiago
el Mayor, titular de la iglesia, en el
momento de admirar a la Virgen María, la cual, según
la tradición eclesiástica (Bollando, 5 julio)
todavía en esta vida se le apareció en Zaragoza sobre
una columna o pilastra de mármol, revelándole
que había escogido aquel lugar para que se levantase
una iglesia en recuerdo suyo. Se
ve también a un fraile arrodillado con hábito de
capuchino; se ha pensado que corresponde a S.
Francisco de Asís. - Cronistoria, o. c., 28-29.

126 Cfr. A. LIPPI, A., Il beato Lorenzo Salvi, apostolo


di Gesu Bambino, o. c., 121-123.

127 Platea, 68, 73.

128 Ibid., 83. - Cronistoria, 35. La casa de Todi había


sido centro de estudios, pero en 1832 se prescindió
de los jóvenes.

129 Platea, 105-106.


los maitines130. En punto a obras, la platea recuerda
especialmente el arreglo de la
iglesia: hubo que derribar todos los techos y parte de
las paredes: Y al cabo de 14
meses de trabajos ininterrumpidos en 1848 pudo
comenzar de nuevo el culto en la
iglesia remozada131. En el informe Testa a Pío IX en
1847, en Todi había 14 religiosos
(7 sac. y 7 hermanos); se estaba rehaciendo la iglesia,
suficientemente frecuentada132.

1848-1851. P. Alberto Colombi de la Madre de Dios.


Tardó un tiempo en incorporarse
al oficio, y el cronista lo atribuye al ambiente que se
respiraba133. Su rectorado
transcurrió, al principio, bajo la tensión provocada en
torno al P. Pedro Mattei,
hermano del citado cardenal Mario Mattei. A poco de
profesar se produjo la supresión
napoleónica, pero el P. Pedro se reintegró a la vida
pasionista. No fue hombre
de gobierno; se le recuerda por su mucha caridad con
los pobres, a los que hacía llegar
algunos donativos que le proporcionaba su hermano el
cardenal. Destinado a
Todi se consagró al ministerio, pero debió de provocar
la ira de los republicanos con
algunos gestos de menosprecio hacia sus símbolos
políticos. Le declararon guerra a
muerte a él y a la comunidad. En la Platea se puede
leer una larga narración de incidente,
ya mencionado igualmente al hablar del retiro de San
José, en Monte Argentario.
Detenido y encarcelado en Perugia, la sentencia fue
absolutoria, pero el
provincial optó por sacarlo de Todi y llevarlo a la paz
de Monte Argentario, donde
murió134. El cronista deja entrever la tensión vivida
por la comunidad de Todi: Terminado
este año 1849, verdaderamente doloroso, se comenzó
a respirar un poco de
aire y se pudo comenzar el nuevo año 1850. El P.
Alberto suspiraba por poder hacer
al menos alguna de las muchas obras que a su llegada
se había propuesto para
beneficio de la religiosa familia, en la iglesia, en la
sacristía o en el retiro..., pero
poco podría hacer de seguir las cosas así...135 .

SUPERIORES DESDE LA INCORPORACIÓN A LA


PROVINCIA DE LA
PIEDAD:

1851-1854. P. Gaudencio Chiarlone de San Luis,


vicario en Magliano-Sabina,
elegido en el capítulo de 1851, renunció, pero los
consejos del P. Simón de San Jo

130 Ibid.,109-110. En la Cronistoria no aparece este


hecho.
131 Ibid,140.
132 RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 15;
aparece como comunidad bastante estable en cuanto
al número de religiosos: en 1820 eran 12; en 1821, 12;
en 1822 figuran 11, en 1823, 11; en 1824,
10; en 1826, 16. - Cfr. Cronistoria de Todi...

133 Platea..., 140-141.

134 Ibid, 122-123, 130. - Platea de la Presentación,


mcn, I, 38-40.

135 Ibid., 130.


sé, provincial de la nueva provincia de la Piedad, le
llevaron a aceptar resignadamente136.
Hay que recordar que, en el capítulo general de 1851,
el retiro de Todi pasó
provisionalmente a la nueva provincia de la Piedad;
pero el cambio de provincia
no modificó su temperamento; el cronista asegura que
se le veía un poco avvilito
(desanimado o encogido) y manifestó no sentirse a
gusto entre las obras que había
dejado el predecesor; que no quería sufrir mal de
piedra (mal di calcinaccio). Después
de unos cuatro meses mandó a Roma una súplica
para que le aceptasen la renuncia.
No obtuvo éxito. Continuaba melancólico. Se le
atribuye la reforma del altar
mayor con limosnas del P. Inocencio de Jesús, y del
mismo P. Antonio Testa. Llama
la atención que no se haga referencia a la beatificación
del fundador ni a otros
homenajes, como se narra de las demás
comunidades.
1854-1857. P. Valentín Lucarelli de la Madre de Dios.
Era el primer capítulo de
la Piedad, reunido en Recanati. No le esperaban obras
de relumbrón, sino mantener
en pie lo que amenazaba ruina. Procuró guiarse por
persona que entiende y es capaz,
que le dijo que sería bueno no diferir las obras si no
quería encontrarse con
mayor ruina en la casa... Pero le tocaron años de
vacas flacas: llegó a faltar el vino
y en 1856 también la cosecha de cereal fue escasa. El
cronista lo despide así: En el
tercer año, último de su gobierno, se lamentaba de no
haber podido hacer tanto como
pensaba. El P. Valentín marchó al capítulo contento
por haber dejado provisiones
para todas las necesidades del retiro, y además sin
complicaciones, deudas ni
otros enredos al sucesor137.
1857-1858. P. Erasmo Massarelli de Jesús Nazareno.
Por su trayectoria en otras
casas, fue acogido con simpatía y apertura; pero duró
poco, pues en octubre murió
el P. Marcos Bourlié, segundo consultor, y fue elegido
para ocupar su puesto. Aunque
gobernó bien a la comunidad, no hay cosas dignas de
ser anotadas en esta platea,
y por eso pasamos al nuevo superior, José del C. de
Jesús.

SUPERIORES EN LA VUELTA DEL RETIRO A LA


PRESENTACIÓN.

1858-1860. P. José Pampana del Corazón de Jesús.


El momento más significativo
de este superiorato fue la vuelta de Todi a la
Presentación. Transcribimos lo que
dice la platea:

1859:La provincia (de la Piedad) no tenía ya necesidad


del retiro de Todi... El
P. Andrés de San Luis, provincial de PRAES, en la
tarde del 25 de junio de 1859,
llegó aquí desde S. Angel (Vetralla) para tomar
nuevamente posesión del retiro y
136 Ibid., 136- 139.

137 ANNIBALI, E., La venuta di San Gabriele in


Abruzzo, caso o provvidenza?, en San Gabriele
dell’Addolorata e il suo tempo, Documentazione,
ricerche, studi, San Gabriele, 1983, vol., I,
172-174.
abrir seguidamente la santa visita. Trajo con él al
nuevo superior, P. Arcángel de
la Inmaculada Concepción, que gobernase esta
comunidad en lugar del tantas veces
citado P. José del Corazón de Jesús; éste hizo
renuncia de su título, que le fue
aceptada por los superiores mayores, con el objetivo
único de destinarlo a Las
Marcas. Marchó muy contento y alegre el día 28 de
junio de 1859, y las riendas de
esta casa las tomó el nuevo superior... Así, pues, este
retiro de Santiago está nuevamente
en la provincia del Patrimonio138 . El cronista termina
la parte relativa al P.
Arcángel de la Inmaculada Concepción con este
elogio: Gobernó esta comunidad
con su reconocida prudencia, caridad y destreza como
superior interino, hasta el
siguiente capítulo que debería reunirse en la primavera
siguiente. No hizo gastos
especiales139 .
1860-1863. P. Cayetano Rabotti del Corazón de Jesús,
elegido el 28 de mayo de
1860; estaba de familia en Scala Santa. Del trienio no
hay crónica, sino esta nota al
final del mismo en 1863, y referidas al período
siguiente: A finales de mayo fue elegido
rector de este retiro el P. Esteban Arnaldi de la Pasión,
quien por las vicisitudes
desastrosas de los tiempos no pudo llegar al retiro, por
lo que se tiró adelante
del mejor modo posible durante todo el trienio...140.

2. APOSTOLADO. De 1829 a 1862 la comunidad de


Todi participó en 75 misiones
y en 112 cursos de ejercicios. Las misiones se
mantienen equilibradas entre
1839 y 1848 (37 cursos), y entre 1848 y 1862 (38
misiones); en cambio los ejercicios
espirituales, que de 1839 a 1848 fueran 26, subieron a
35 entre 1848 y 1862.
Hay que recordar que por las circunstancias políticas,
sobre todo desde 1858 con la
presencia de los garibaldinos en la zona, no era
prudente organizar misiones en el
sentido clásico... La solución fue rebajarlas a la
categoría de ejercicios públicos, en
los que todo se desarrolla en la iglesia y sin
exterioridades. Aparte de este desequilibrio
en favor de los ejercicios privados o públicos con
perjuicio de las misiones,
hay que resaltar cuatro factores: 1) La aceptación que
los pasionistas de Todi tenían
en la ciudad, pues prácticamente todos los años fueron
llamados a dirigir los
ejercicios al seminario y a los grupos de ordenandos
(en 17 ocasiones). 2) La colaboración
de los pasionistas con el obispo en los ejercicios a las
comunidades de
clausura (clarisas, agustinas, benedictinas, etc.); 3) en
cinco ocasiones predicaron
ejercicios a los encarcelados de las cárceles de Todi;
4) La sintonía entre la dióce138
AGCP, B, 20, Notizie della fondazione ed annuali di
questo ritiro (di Todi) comprendenti anche la
Platea del medesimo, en AGCP, B, II-III/2-4º., copiado
en Enzo Annibali, C. P., La venuta di S.
Gabriele in Abruzzo..., o. c., 173.

139 Platea, 141.

140 Ibid., 141. - Cronistoria..,. Todi, 70.


sis de Perugia y los pasionistas de Todi. La casa sirvió,
según la tradición pasionista,
para acoger a los que querían practicar ejercicios o
retirarse durante un tiempo
a reflexionar sobre su vida espiritual141. En las
crónicas aparecen repetidamente reformas
y acomodaciones de la casa para los ejercitantes, lo
cual quiere decir que
los hubo. En el retiro residió un pequeño grupo de
estudiantes en 1853 y otro en
1857142 .

3. DIFUNTOS. No se produjo ninguna defunción en


este período.
8. Nueva fundación: Retiro de San Francisco,
Brugnato143
1. Desarrollo de la congregación desde 1839 a 1863.
La congregación miró desde
el principio hacia el norte de la península italiana, de
donde había salido el fundador.
Éste, que no pudo ir a Jerusalén como soñaba, intentó,
sin resultado, abrir casa
en Varallo y en Ponzó, cerca de Brugnato, según carta
escrita al sacerdote Santiago
Massa el 1 de marzo de 1775144. Según testimonio
del P. Strambi en los procesos,
muchos años después, el 6 de septiembre de 1775,
casi en vísperas de su muerte,
Pablo expresó un deseo...Quisiera... que se fundase
un retiro en el Piamonte145 .
Del norte llegaron numerosas vocaciones. De los 281
religiosos (184 clérigos y
97 hermanos) que profesaron durante la vida del P.
Pablo de la Cruz, 83 clérigos y
10 hermanos procedían del norte, de Génova hacia las
fronteras con Francia, Suiza

o Austria146.
Además de la memoria del fundador, se abrigaba la
esperanza de más vocaciones
si los pasionistas vivieran en aquella zona. Fracasaron
los intentos para fundar

141 Libro di ministeri..., o. c., 166-167.


142 ANNIBALI, E., La venuta di San Gabriele in
Abruzzo..., o. c., 175.

143 Cfr Platea ossia libro in cui si registrano le notizie


di questo ritiro di Brugnato 1843…, en AGCP,
B, 23 (B.II-V/2). - CASETTI, A., I Passionisti nell’Alta
Italia, Pianezza, 1922, 43-50, 70-74. BARTOLI,
Martino: Catalogo dei religiosi passionisti, /1741-1775,
Ricerche di Archivio, Segretariato
Generale C. P., Roma, 1978. - Centenario del ritorno
dei passionisti nel ritiro di Brugnato,
1875-30 agosto-1975. -TOMAINI, Placido, Il convento
di San Francesco in Brugnato, Città
di Castello, 1982, 37-92.

144 Cit. CASETTI, o. c., 57.

145 Cit. por E. ZOFFOLI, San Paolo della Croce, o. c.,


I, 960, nota 5, tomado de Depos. Extraproc.
di P. Vincenzo Ma. Strambi, B-1924, 16.
146 Cfr. BARTOLI., M., Catalogo..., o. c. - El P.
Casetti, o. c., 42-43, ofrece otros datos algo diferentes:
86 clérigos y 11 hermanos; de los cuales dejaron el
instituto 22 clérigos y 2 hermanos. Entre
los profesos en vida del fundador, y después hasta
1885, hubo 4 superiores generales, todos de Cuneo:
Juan Bta. Gorresio (1775-1784 y 1790-1796), Tomás
Albesano (1809-1820), Antonio Colombo
(1827-1839) y Domingo Giacchini (1869-1876).
Además, de entre los obispos de Bulgaria,
Mons. Francisco Ferreri (1762-1813) era de Levaldigi,
Piamonte, y Mons. Hipólito Agosto (18381893)
de San Bartolomé d’Andorra, dióc. de Albenga, Liguria.
en Ponzó, Spezia, en 1796, en Ivrea 1829-1839, y en
Turín en 1833-1837147. Sólo se
formalizó en 1843 la fundación de Brugnato (Spezia),
localidad histórica, que debe
su origen a una abadía fundada por el rey lombardo
Luitprando en honor de San Pedro,
San Lorenzo y San Columbano. Los reyes carolingios
la dotaron generosamente.
Inocencio II suprimió la abadía y constituyó un
obispado, cuyo primer titular fue
el abad Hildebrando, sometido a la jurisdicción del de
Génova. Dejando a un lado
otros datos históricos, hay que recordar que cuando
Pío VI creó la diócesis de Pontremoli,
la de Brugnato perdió las parroquias toscanas. En
1814 la diócesis de Brugnato
fue confiada al card. José Spina, arzobispo de
Génova, y en 1820 la unió en
igualdad de condiciones a la de Luni-Sarzana148.

Así estaba cuando se tramitó la fundación pasionista.


El futuro retiro de Brugnato,
junto al río Vara, pertenecía desde 1603 a los Menores
Observantes de San
Francisco, de la provincia de Génova. Tras la
supresión napoleónica regresaron en
1815; pero el 30.06.1838, el obispo de Luni-Scarzana-
Brugnato, Mons. Francisco
Agnini, les pidió el convento para instalar el seminario.
El obispo recurrió al rey
Carlos Alberto. Obispo y monarca trataron de
sustituirlos con otros religiosos y pensaron
en los pasionistas, porque conservaban el fervor
primitivo y se dedicaban con
abnegación a los ministerios apostólicos. Mons. Agnini
pidió a Gregorilo XVI los
permisos necesarios, y el Papa le entregó la propiedad
del convento, según el rescripto
de la Congregación de Obispos y Regulares del 12 de
mayo 1843. Los Menores
Observantes comprendieron que era inútil oponerse. El
obispo se lo ofreció al P.
Testa. Pero éste manifestó que no aceptaría la oferta
si el general de los Menores Observantes
no presentaba la renuncia y daba su consentimiento.
Pensando además que
los religiosos no hubieran dispuesto de suficientes
medios para el mantenimiento
por la pobreza de los pueblos circundantes, se negó a
aceptarla si Su Majestad no
garantizaba la suma anual de 300 escudos. Sabiendo
que el retiro se encontraba en
pésimas condiciones, pidió que previamente fuera
restaurado. El rey Carlos Alberto
accedió generosamente a las dos peticiones.

El 4 de agosto de 1843, el guardián (de los Menores


Observantes) entregó a
Mons. Agnini las llaves de la iglesia de San Francisco
y la villa. Los franciscanos
salieron a final del año, y entonces el P. Testa mandó
al P. Basilio Raineri con algunos
más para disponer la llegada de la comunidad. Pero
como era rector de Lucca,
tuvo que regresar a su comunidad, y a Brugnato llegó
el P. Roque Cervara, consultor
de la Presentación. Éste consiguió de otras
comunidades lo más necesario. Pero
aunque llevaban ya unos meses en el retiro, hasta el
17 de agosto de 1845 el obispo

147 Cfr. C. NASELLI, Historia..., o. c., II/1, 218-226. -


Cfr. AGCP A/126 (antiguo A-IV-II/1-5º).

148 Cfr. Dictionnaire D’Histoire et de Gèographie


Ecclesiastiques, iniciada por Baudrillat, seguida
por Meyaret e Van Cauwenberg, Tomo X, Paris,
Librairie Letouzey et Anè, Paris, 1838, col. 910.
no dio posesión legal en una celebración solemne.
Ante una multitud de fieles llegados
de Brugnato y de los pueblos vecinos, Mons. Agnini les
invitó a alegrarse por
la ejemplaridad de los pasionistas, amantes de la
soledad, y por su intensa vida apostólica149.
La población había comprobado en 1844 cómo los
misioneros pasionistas
habían emprendido las misiones populares suscitando
por doquier veneración y
aprecio150.

2. SUPERIORES. 1845-1851. P. Simón Reghezza de


San José. La comunidad
desarrolló una intensa actividad misionera y desde los
primeros años acogió a un
grupo de clérigos estudiantes151. La situación
económica no era holgada, y el P. Simón
pidió al P. Testa permiso para introducir la postulación
una vez al año a fin de
conseguir las provisiones necesarias152. Fue
confirmado en septiembre de 1848 y le
tocó vivir momentos dramáticos. Un volante impreso,
firmado por un tal P. Zanetti
Francesco, atacaba despiadadamente la pastoral del
obispo Agnini y el estilo y la
obra apostólica de los pasionistas por considerarlos un
grupo de filiación jesuítica y
por el estilo de su predicación: el uso del estrado, la
disciplina pública, las procesiones,
los sermones llamativos de la Virgen, etc.153.
1851-1854. P. Tomás Lubrani de San José. Pasada la
tormenta de 1848-1849, la
comunidad prosiguió en paz y trabajando en las
misiones. En el capítulo de 1851 fue
elegido rector el P. Tomás de San José, que había
vivido las experiencias pasadas
junto al P. Simón, y que con loa y aplauso se dedicaba
a la predicación154. El cronista
no se olvida de la beatificación del P. Pablo de la Cruz.
En Brugnato se le honró
los días 22-24 de octubre de 1853 con tanta
solemnidad como concurso de fieles
y presencia de oradores brillantes. Pero tras días de
deslumbramiento llegaron momentos
malos. Al concluir 1853, tras la muerte del rey Carlos
Alberto, los religiosos
dejaron de percibir los 1.500 escudos que él había
concedido en atención a la esterilidad
de aquel territorio.

149 Orazione inaugurale di Monsignore Francesco


Agnini, vescovo di..., Spezia..., en AGCP, B, 23
(B-II.V/2). -Platea..., 9.

150 Platea, 11-12. El Libro dei ministeri esercitati dai


passionisti del ritiro di Brugnato (Casetti, o. c.,
99) menciona: 1844, Vezzano, dióc. Sarzana; Beberino
(id.) y Sestri Levante. 1845, Madrignano
(dioc. de Pontremoli). 1846, S. Stefano di Magra,
Sarzana. 1847, Ovada (Acqui), duró 17 días.
1852, ejercicios públicos en Borgotaro (Piacenza),
durante los cuales se curó rápidamente una mujer
paralítica.
151 Según el informe de Testa a Pío IX, había 23
habitaciones y 20 religiosos (7 sac., 6 est. y 7
hermanos).
- Cfr. RAVASI, La Congregazione... o. c., 21-22.

152 AGCP, n. 23, Ritiri soppressi, Torre San Patrizio,


Carta 18.05.1845 a P. Testa, Monte Argentario.

153 Un ejemplar en AGCP, B-23 (B.II-V/1), Brugnato,


Discorso contro i passionisti di Brugnato e il
vescovo Agnini, letto al Circolo Italiano di Genova.

154 Platea..., 19.


1854-1857. P. Esteban Monetti de San José. Desde
1854 se discutía en Turín
una ley para la abolición de las órdenes monásticas,
aprobada el 28 de mayo; en
todos los conventos se debía hacer un inventario de
los bienes. En fuerza de tal ley
las órdenes religiosas así golpeadas, entre las que
aparecían los pasionistas, no
podían recibir ya novicios, cada convento estaba
obligado a entregar al gobierno
la lista de los religiosos y el inventario de sus bienes
muebles e inmuebles... Y quedaría
suprimido cualquier convento que no pasara de seis
religiosos, los cuales
serían concentrados en otras casas... Hubo pueblos
vecinos que pidieron que los
pasionistas quedaran exentos de la ley, pero en
cambio tuvieron que soportar la visita
de los delegados que preparaban el inventario, así
como otras molestias que
sufrían los misioneros cuando viajaban155. No
obstante, el P. Monetti mantenía el
espíritu apostólico de los religiosos y el 24 de mayo de
1856 comunicaba al P. Testa
que había muchas solicitudes de misiones, pero que
eran pocos los obreros disponibles156.

1857-1860. P. Tomás Lubrani de San José. La Platea


se limita a decir que volvía
por segunda vez, y que en el trienio no ocurrió cosa
digna de mención157. La situación
política aparece como trasfondo de la misma vida
comunitaria158. El P. Lubrani
no se sintió con ganas de repetir en el cargo, y antes
del capítulo de 1860 envió
su patente al general y renunció a participar en él; y
como el P. Testa se lo aceptó,
no hubo quien informase de la situación en que se
encontraba la comunidad de
Brugnato.

1860-1863. P. Egidio Gaggini de la Virgen Dolorosa:


había vivido en la casa y
estaba al tanto de los problemas. Las circunstancias
ambientales se mantenían tensas
contra los religiosos, sobre todo desde la entrada de
las tropas saboyanas en Roma.
La platea constanta que a finales de junio de 1862 el
gobierno les quitó el hospicio
que les había dejado el duque de Módena Francisco
IV, y tuvieron que alquilar
tres habitaciones al comprador, al precio de 67,5
escudos anuales. Confirmado
en 1863, el P. Egidio prosiguió su actividad, pero ya
fuera del período del P. Testa y
en condiciones que llevarían a la supresión en 1866;
en 1867 encontraron refugio en
el obispado y se dispersó la comunidad hasta que en
1875 el retiro reemprendió la
actividad apostólica159.

Durante este período sólo hubo un religioso difunto, el


H. Eusebio Lucchetti de
la Sma. Concepción, en 1854.
155 Cfr. TOMAINI, Il convento..., o. c., 49-50. - Platea,
25-26. - CASETTI, o. c., 120- 121.
156 Carta del 24. 05.1856, al P. Testa, en AGCP, B,
123 (A. IV-I/2-7. M-2, 1-4).
157 Platea, 29.
158 AGCP, 28.01.1858 (A.IV-I/2-7. M-2, 1-5).
159 CASETTI, I Passionisti ..., o. c., 122. - Platea, 30-
35. - TOMAINI, o. c., 49-52.
9. Nueva fundación: Sta. María de Granarolo,
Génova160
Con las fundaciones genovesas, el P. Antonio Testa
confiaba en que, además de
excelentes vocaciones, se lograran otros objetivos:
ampliar el apostolado de las misiones
a una zona nueva; que los religiosos de una
comunidad tuvieran cerca otras
comunidades en las que apoyarse; y abrir nuevas
casas en las que pudieran hospedarse
los religiosos de paso desde el norte de Europa hacia
Roma, o viceversa. La
posibilidad de abrir una segunda casa no lejos de
Brugnato partió de los camilos que
atendían la iglesia de Santa María de Granarolo161.

1. PRIMEROS CONTACTOS. Su superior general, P.


Togni, ofreció en 1845 la
cesión de la iglesia de Santa María de Granarollo, que
tenía un pequeño convento y
una huerta, distante un kilómetro del centro de
Génova. Como a los camilos les resultaba
poco práctico tener que desplazarse diariamente a la
ciudad, pensaban abrir
otra casa más próxima al centro de trabajo. Para los
pasionistas podía ser un lugar
de soledad. Al recibir la oferta, el P. Testa mandó al P.
Ambrosio María Barlesi,
quien encontró allí al P. Sixto Tedeschi, de la
comunidad de Brugnato. Los dos se
entrevistaron con el arzobispo de Génova, card.
Plácido Ma. Tadini, carmelita de la
antigua observancia, quien los acogió con mucha
cordialidad, dispuesto a apoyarles.
Como se preveían largos trámites por intervenir
muchos condicionantes burocráticos
(reino de Cerdeña-Piamonte, curia arzobispal,
secretaría del Papa y la congregación
de San Camilo), los enviados recurrieron a la
mediación del ministro de
asuntos exteriores del reino sardo, conde Clemente
Solaro della Margherita162, y éste
les facilitó un encuentro inmediato con Carlos
Alberto163. El rey mostró vivo interés
por la llegada de los pasionistas, cuya vida austera
conocía bien. El optimismo
con que los emisarios veían el futuro por la buena
marcha de las entrevistas se lo enfrió
la marquesa Pallavicini de Génova, hermana del
cardenal Cósimo B. Corsi, titular
de la basílica de los Ss. Juan y Pablo, Roma. El P.
Ambrosio había llevado una
recomendación del cardenal para su riquísima
hermana; pero ésta evitó el encuentro
con los pasionistas so pretexto de mala salud164. Esta
actitud les abrió los ojos sobre
las dificultades que podrían salirles al paso.

160 Notizia Storica della fondazione di un ritiro de’


passionisti fatta in Genova l’anno 1846, in Santa
Maria di Granarolo ed abbandonata... nel 1848, pp. 32.
- AGCP,B,23 (B.II-IV/3-4.1.1).

161 En los documentos se los llama crucíferos por la


cruz que llevan sobre el hábito en el pecho.
162 El conde Clemente Solaro della Margherita (1792-
1869) apoyó a los pasionistas en línea con sus
principios político-religiosos. - Cfr. Notizie Granarolo...,
p. 25.

163 Carlos Alberto (1798-1849), rey de Cerdeña


(1831-1849), se propuso la defensa de la religión ca

tólica. - Cfr. TALAMO, G., Carlo Alberto, re di


Sardegna, in Dizionario Biografico degli Italia-

ni, Roma, Ist. Dell’Encicl. Italiana (Trecanni), XX, 30-


36.

164 Lo que no parecía cierto, pues los pasionistas


comprobaron que a los pocos minutos la señora salía
en carroza para su casa de campo. -Notizie Granarolo,
6.
2. VISITA AL LUGAR OFRECIDO Y PASOS
PREVIOS. Como no pensaban
que el rey los recibiera tan pronto, habían dejado para
más tarde la visita al lugar:
resultaba agradable, en medio de una naturaleza
exuberante, a cuyo fondo se contemplaba
la ciudad de Génova. La iglesia, no demasiado
espaciosa, parecía suficiente.
Menos les gustó el convento, una hospedería de 4 ó 5
habitaciones, a todas luces
escasas para una comunidad superior a 12 miembros.
Otro elemento negativo fue la
cercanía de una casa de campo a unos 30 metros. La
solución que encontraron fue
la de comprarla. Su propietario, Luis Lertora, la tasó en
20.000 francos. Los dos pa-
sionistas pidieron tres meses para dar respuesta
definitiva165.
Una espera de tres meses resulta corta para quien
pueda reunir fácilmente 20.000
francos; pero se hace una eternidad para quien tenga
que mendigar franco tras franco.
Los PP. Ambrosio y Sixto se echaron a la espalda la
tarea de buscar el dinero.
Escribieron una circular en la que pedían ayuda, pero
sin aludir al objetivo subterráneo,
la compra de la casa del señor Lertora; sugerían a los
posibles bienhechores que
se comprometieran con una cantidad en cuanto se
iniciaran las obras166.

Una vez más el resultado les obligó a poner los pies en


el suelo: los 3.000 francos
recogidos no cubrían ni los gastos de primera
instalación167. Para entender el tema,
hay que saber que la archidiócesis de Génova
mantenía una buena organización
de misioneros del clero secular: los de la ciudad
misionaban en las parroquias de la
ciudad, y los del campo a los campesinos. Esta
estructura era tan vinculante, que ni
el arzobispo se atrevía a abrir las puertas a un instituto
específicamente misionero,
aún a sabiendas de que con ello se enriquecería el
apostolado con matices diferenciales.

Como se echaba encima la hora de comprar la casa


de Lertora, los dos centraron
sus esperanzas en el rey Carlos Alberto. Recurrieron a
su ministro Juan Carlos
Brignole (1761-1849) para que le informara del estado
de la fundación. Brignole
creyó mejor que hablaran personalmente con el rey en
Turín. Ocho días antes de la
audiencia concedida, emprendieron el viaje. El P.
Ambrosio puso al corriente de todo
al ministro conde Solaro della Margherita, quien le
comunicó que la suma que
podría concederles el rey no debería pasar de los
7.000 francos, cifra muy alejada de
los 20.000 necesarios168.

165 Ibid., 7-9.


166 Ibid., 8-9.

167 Ibid., 9-10. - Conocemos las cantidades de


algunos bienhechores, en liras nuevas, entre diciembre
de 1845 y 1846: G. Carlo Brignole, 500; G.B. T. C.
(Juan Bautista y Tomás Cattaneo), 500; Juan
Felipe Raggi, hijo de Octaviano, 100; Juan Bautista
Centurione, 200; Luis Ambrosio Migore, 100.

-Carta circular dirigida a Ilustrísimos Señores, sin


fecha. - AGCP, B, 23 (B. II-IV/3-1, 1-5).
168 Notizie Granarolo, 12.
El P. Ambrosio sugirió al conde que el rey se
comprometiera con una pensión
anual hasta pagar la deuda. El conde aceptó exponer
esta fórmula a Carlos Alberto
el 24.01.1846. Después de la audiencia que éste
concedió a su ministro, un doméstico
le entregó un despacho regio en el que el rey
expresaba su aprecio a los pasionistas,
y a la vez se comprometía con 2.000 francos durante
13 años169.

Presuponiendo que fuera positivo aquel viaje, los


pasionistas habían hablado de
la posibilidad de que algún señor poderoso de Génova
les concediera un préstamo.
Antonio Bertucci, en cuya casa se hospedaban,
consiguió que los hermanos Cattaneo,
Juan Bautista y Tomás, se comprometieran a
adelantar el pago del chalet de
Lertora. Al volver de Turín con el éxito narrado, los
Cattaneo confirmaron la promesa:
adelantarían los 20.000 francos, que recuperarían a
razón de 2.000 anuales
más el 3% de interés. Así que se firmaron las
escrituras de compraventa170.

Pero no habían concluido los pasos previos: faltaba la


cesión de la iglesia de
Santa María de Granarolo, el convento y el terreno
anexo, pasos que fueron dándose
entre octubre de 1845 y enero de 1846. El general de
los religiosos de S. Camilo,
en la visita a Génova en 1845, había comprendido que
a ellos les resultaría difícil
mantener en la iglesia de Santa María un capellán que
atendiera el culto; por lo
que decretó que se cediera a otra congregación. Los
pasionistas aceptaron el ofrecimiento.
Mayor problema hubo con los administradores,
quienes también cedieron la
iglesia de Santa María, con los lugares adyacentes, sin
excluir ni reservarse nada. Un
camilo, que no quería abandonar el lugar, exigió una
compensación por obras realizadas.
El P. Testa, para que los pasionistas pudieran
conseguir la fundación, pagó
800 francos171.

3. APOSTOLADO. Resueltos los obstáculos


financieros y administrativos, los
camilos marcharon y comenzaron a llegar más
pasionistas. La platea de la casa general
anotaba: El 12 de mayo de 1846 salieron de la casa
general de los Ss. Juan y
Pablo una nueva colonia de religiosos para la
fundación de Génova (e Inglaterra),
es decir, el P. Pío Cayro, consultor general, el P.
Emidio de la V. Dolorosa, Cheli, y
el H. Benedicto de San José, unidos a otros religiosos
de otros retiros para la nueva
fundación de una casa en Génova; en principio, el P.
Cayro haría de superior
169 El conde Solaro della Margherita adelantaba al P.
Ambrosio que esta cantidad, procedente de la
secretaría de Estado, se entregaría a la persona
designada por el superior pasionista al final de cada
semestre, desde que se estipulara el contrato de
adquisición de la casa. El original en AGCP,B,
23 (B. II-IV/3-1, 1-4). -Notizie Granarolo, 13-15.

170 AGCP, Copia dell’ istrumento per l’acquisto del


casino, terreno ed annessi del sign. Luigi Lertora
fatto dai RR. PP. Passionisti al dì 10 giugno 1846, per
gli atti del notario Giuseppe Balbi. Firman
Luigi Lertora, Ambrogio Ma. del Bambino Gesù,
Giambattista e Tomasso Cattaneo; Michel
Capurro e Luigi Guani, testimoni, y José Balbi, notario.
- Notizie Granarolo, 16.

171 Notizie Granarolo, 21-22.


temporalmente, pues su oficio de consultor general no
le permitía establecerse permanentemente
en la nueva casa, en la que ya les esperaban los PP.
Ambrosio y Sixto,
gestores de toda la tramitación172 .

El P. Cayro predicó los ejercicios en la parroquia de


San Juan. Los pasionistas
se abrieron camino dando misiones. Puesta cada cosa
en su punto, la comunidad comenzó
a espirar. En el informe Testa a Pío IX, en Granarolo
había 12 religiosos (6
sac. y 6 hermanos) y 22 habitaciones, y la casa estaba
lejos de lo habitado173.

El 05.08.1847 un rayo entró por el campanario. El P.


Emidio, que había salido
milagrosamente ileso, escribía aquella misma mañana
al P. Testa con el susto en el
cuerpo y la gratitud al Señor: Esta mañana a las cinco
y cuarto, cuando sonaba el
tercer repique de la campana para prima y tercia, ha
estallado un rayo en el campanario
de la iglesia y ha detenido el reloj, rompiendo una
ventanilla y pasando por
la sacristía llegó al corredor de la portería. Los pobres
religiosos no han salido aun
de su susto: el P. Sixto y el H. Gabriel cayeron por
tierra...174.

Parece que la fundación hubiera nacido con signo


adverso. En Génova se murmuraba
de los pasionistas, según recuerda Gioberti en El
Jesuita Moderno; algunos
pensaban que detrás de ellos se enmascaraban los
jesuitas suprimidos: Entre las corporaciones
religiosas que sirven directamente a los jesuitas en
Liguria, están los
Hermanos de las Escuelas Cristianas, los pasionistas y
los benedictinos reformados
negros... Los pasionistas no tuvieron nunca residencia
en el Genovesado, y en cambio
ahora tienen convento en Brugnato e iglesia de
Granarolo. Nadie ignora que los
protegen los jesuitas175.

4. ABANDONO DE LA FUNDACIÓN. Con estas


campañas tendenciosas, la
población se indispuso. Un día llegaron unas 150
personas a buscar a los jesuitas, a
los que querían expulsar del reino. El vicario general,
can. Ferrari, les aconsejó que
se prepararan a salir voluntariamente, pues si fueran
expulsados con violencia perderían
sus derechos. Vista la situación, y obtenido en secreto
el pasaporte, unos salieron
por tierra hacia Brugnato y Lucca, y a otros un barco
los llevó de noche a Civitavecchia.
Se quedaron solamente un hermano y el P. Emidio
Cheli, superior en
ausencia del P. Cayro. El 26 de abril de 1848 éste
protestó ante el vicario general
que, aunque se alejaban temporalmente, no
renunciaban ni a sus compromisos ni a
sus derechos176. La revolución de 1848 trastocó aún
más las cosas. Los pasionistas
172 Platea SsGeP, II, 35.
173 RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 22-23.
174 AGCP, Fulmine da cui fu liberato il P. Emidio, sin
colocación precisa; Granarolo.
175 Cfr. CASETTI, o. c., 112.
176 Id., ibid., o. c., 114.
intentaron reabrir la casa, pero no encontraron apoyo:
Carlos Alberto había abdicado
en su hijo Víctor Manuel II y éste se exilió en Portugal
donde moriría el 28 de
julio de 1849; también el card. Tadini había fallecido, lo
mismo que la reina María
Cristina, que les había apoyado; y el conde Solaro
della Margherita no podía inmiscuirse
ya en cosas de Estado. El P. Cayro se presentó en
Turín para conocer los proyectos
del nuevo gobierno respecto a los compromisos
adquiridos por Carlos Alberto.
Como las cosas habían cambiado tan radicalmente, no
era prudente complicarse.
El P. Cayro logró un arreglo con el abad Moreno,
ecónomo real para asuntos eclesiásticos,
y se consiguió que no hubiera que seguir pagando
deudas si cedían los locales.
Y así concluyó la breve, fastigosa y casi novelesca
fundación de Granarolo.
El sueño de una reapertura se desvaneció177.
10. Nueva fundación: Ntra. Sra. del Lirio, Magliano
Sabina178
1. ANTECEDENTES. A Magliano, ciudad situada al
norte de Roma, cerca del
Tíber, los pasionistas habían acudido varias veces a
predicar ejercicios179. La población
quiso un retiro, y después de varios problemas, se
pensó en el santuario de la
Virgen del Lirio, como se narra en el volumen
precedente180. A primeros de junio de
1836, el P. Testa, en aquella época provincial de la
Presentación, tomó posesión, y
el 4 informaba al P. Antonio Colombo: La ceremonia
resultó decorosa y emocionante.
Se veía a las claras que la alegría, el júbilo, eran
universales... Cuando todavía
había gente, comenzamos la observancia con el canto
de Completas181.
El primer superior fue el P. Tomás Gentili de S.
Estanislao, un anciano misionero
que, siendo joven, durante la invasión napoleónica, se
había negado a prestar el
juramento y fue desterrado a Córcega182. A finales de
diciembre, el Rvdo. Chiofi es

177 Id., ibid., o. c., 117. - Notizie Granarolo, 29.

178 AGCP, B. 23 (B-II-IV/2-1, 1-3). - Cfr. RANIERI,


Concetta, II, Diocesi di Sabina, 56-214 en
CHABÒ, Maria..., Le diocesi suburbicarie..., o. c., III,
21-25 y 28-29; sobre Magliano, 164. - RAVASI,
L., La congregazione..., o. c., 16. - No se han
localizado la platea ni otros libros del retiro,
por lo que esta reseña, claramente deficiente, se nutre
con datos aislados de la crónica de otros retiros.
Sobre el nombre, aparece escrito “Magliano Sabino”
(POCHI, Pasquale, Dizionario dei comuni
del Regno d’Italia..., Milano, s. a., posterior a 1882) y
“Magliano Sabina” (GNACCOLINI,
Antonio, Novissimo Dizionario dei Comuni, Frazioni...
del Regno d’Italia, 3º. Ed., edit. A. Vallar-
di, Milano, s. a.); aquí se ha preferido esta última forma
que designa la zona.
179 Cfr. MARINELLI, R., Memoria di Provincia. La
formazione dell’archivio di Stato di Rieti e le
fonti storiche della regione sabina, Roma, 1996, p. 39.
- Cfr. SPINA, A. Le predicazioni dei passionisti
a Roma e Lazio..., o. c., 243, menciona otros
ministerios tomados del registro de Vetralla...

180 GIORGINI, Storia..., o. c., II/22, 193-194.

181 AGCP, Mns., 16-E, Discorsi e Tracce del P.


Antonio di S. Giacomo, 91ss., Breve discorso in
occasione
della fondazione del ritiro della Madonna del Giglio.

182 Cfr. DNEust, 164. - Cfr. SPINA, A., Nuovi


documenti sulle deportazioni napoleoniche di
ecclesiastici
dello Stato della Chiesa 1810-1814, en Riv. di Storia
della Chiesa in Italia, XLIV, 1990,
212. - NASELLI, C., La soppressione napoleonica... Il
caso dei passionisti, o. c., 270-284.
cribía al P. General que había alcanzado de los
administradores del municipio el subsidio
prometido de 40 escudos: Que se persuadan por fin
los que creen que en Magliano
no puede vivir una familia religiosa. Tenga, pues, a
bien enviar los dos religiosos...

Parece que los retiros de Vetralla y Soriano se habían


sentido perjudicados en la
postulación por la proximidad de Magliano-Sabina,
pues el card. Odescalchi - entonces
obispo de Sabina - comentaba con el general, el 6 de
agosto de 1837, que le
habían llegado reclamaciones de ambos: Pienso que
no hay tanta cercanía que pueda
llevar a pensar que se quiten mutuamente el pan de la
boca... La ciudad acoge
con verdadero entusiasmo la fundación, lo que para mí
es muy importante183.
2. SUPERIORES Y SUS PROBLEMAS. En precarias
condiciones de habitabilidad
se entra en este período, durante el cual los superiores
hubieron de afrontar
muchas dificultades, como el arreglo de la casa, la
reparación de la iglesia o la oposición
de los mandicantes:
1) 1839-1842. Alfonso María Toti del Corazón de
Jesús (debió de renunciar,
pues al capítulo siguiente asistió el P. Esteban
Arnaldi). -2) 1842-1845. P. Tomás
Schellino de Jesús (también renunció y le sucedió el P.
Gerardo Barberi de San José).
3) 1845-1848. P. Gerardo Barberi de San José. 4)
1848-1851. P. Marcos Bourliè
del Niño Jesís. 5) 1851-1854. P. Esteban Arnaldi de la
Pasión. 6) 1854-1857. P.
Bernabé Tofini de S. Vicente Ferrer (al capítulo asistió
el P. Manuel Comparato). 7)
1857-1860. P. Ludovico Vitali del Costado de Jesús. 8)
1860-1863. P. Esteban Arnaldi
de la Pasión.
El edificio en el que moraba la comunidad reclamaba
arreglos. El general pidió
presupuesto y le llegaron dos: uno de 150 escudos, y
otro de 283. Las obras se prolongaron.
En el verano de 1839 el P. Testa, ya superior general,
manifestó deseos de
conocer cómo iban. El H. Tomás Cacciatori de la
Inmaculada Concepción, de San
Eutizio, le escribió que, aprovechando la postulación
del aceite en las proximidades
de Magliano, he ido a verlo y he quedado contento,
pues trabajan a toda prisa los
carpinteros y los albañiles... Esperan a la familia
religiosa con los brazos abiertos...
El retiro es una joya y se estará muy a gusto184.

Como la iglesia de la Virgen del Lirio había estado


abandonada mucho tiempo,
se encontraba en estado poco adecuado y se pensó
trasladarse a la capilla del Santo
Crucifijo, del siglo XVII185. Pero en cuanto circuló el
rumor, los mendicantes se mo

183 AGCP, B. 23 (B-II-IV/2-1, 1-1). - Cfr. ROBERTI C.,


III, Diocesi di Sabina..., o. c. En la visita de
1838 se dice escuetamente: Passionisti (vicino a
Magliano), f. 201.

184 AGCP, B, 23 (B-II-IV/2-1, 1-6). La fecha dice S.


Eutizio 7.del 1839, al margen, con letra distinta.

185 APRecanati, (VII-331 A,1, 1841-1842) Fondazioni


progettate: Per un progettato ritiro di passionisti
a Magliano; e si riporta una memoria dell’immagine
prodigiosa venerata in quei dintorni.
vilizaron para impedirlo: los guardianes Juan Bautista
de Magliano, de los menores
observantes, Giuseppe de Civitanova, de los menores
reformados de Massa, y Basilio
da Civitanova, de los capuchinos de Coro, se dirigieron
al cardenal- arzobispo:

Desde hace tiempo se va extendiendo por Magliano y


en los pueblos del contorno
el rumor de que el local del Smo. Crucifijo, situado en
la calle Contrada Massa,
puede ser retiro pasionista. Lo que parecía un simple
rumor tiene ahora ya consistencia
de un hecho que podrá realizarse, pues hasta el
general de ese instituto ha
estado aquí el 26 del pasado octubre a observar
directamente las cosas... Escasean
en parte los géneros necesarios para la subsistencia
de las familias, trigo, vino y
aceite, y se ven obligados a comprarlos a mayor precio
y, aunque les falte a ellos,
no dejan de ejercer la caridad... Faltan estipendios de
misas, y ni se consiguen en
pueblos lejanos... Ven asimismo con sus propios ojos
que los territorios en donde viven
los firmantes son más bien estériles... Por todo ello al
hacer oír su opinión, los
firmantes han creído que era su deber comunicar todo
esto ... junto con sus sentimientos
más respetuosos sobre este particular186.

Sobre esta queja, la Congregación de OO. y RR. quiso


conocer la opinión del

P. Testa. El respondió que no pasaba de un proyecto,


que el local era reducido, que
la iglesia no estaba en condiciones y que él era
personalmente contrario: Yendo al
fondo de la cuestión, me parece conveniente poner en
conocimiento de sus EE.
Rvsmas., un Breve de Pío VI. El gran Pontífice...,
pensando sabiamente que si se
dejaba a los demás la libertad de oponerse, estando
esparcidos por todas partes,
no habrían permitido que los pasionistas se
establecieran en ninguna parte, concedió
a mi congregación la facultad de abrir y fundar retiros
con el consentimiento
de los ordinarios solamente, sin exigir nada más. La
experiencia ha demostrado
qué sabia fue la medida del gran Papa y qué vanos
han resultado los temores
de los religiosos mendicantes; pues se ha advertido
siempre que donde se han
abierto retiros pasionistas, los mendicantes han
encontrado los recursos lo mismo
que antes.
Otro problema era la escasez de espacio para
esparcimiento de los religiosos y
cultivo de productos para la comunidad y para los
animales de la casa. El 15 de mayo
de 1847, el P. Testa delega al P. Gerardo de San José
para que adquiera un solar
especialmente para uso de prado..., pero declarando
que el terreno que se adquiera
sea para uso y usufructo de los religiosos del retiro de
Ntra. Sra. del Lirio187.

186 Cfr. en ASV, Regolari, Passionisti Magliano...;


fotocopia di Sezione Regolari 547, gennaio 1842,
dalla lettera A alla lettera V (fotocopias fondo Ravasi).

187 AGCP, B. 23 (B-II-IV, 2-3º/ 1-7). Mons. Ercolani, C.


P., obispo de Civita Castellana, había prometido
pagarlo. - VERNIER, Elio, Il rostro cristiano di Roma,
Roma, 1969, pp. 504-510, Il cardinale
Padre Odescalchi, recuerda, especialmente en la p.
507, la intervención de S. Vicente María
Strambi en la vocación jesuítica del cardenal.
Asunto aparte fue la restauración de la iglesia. El
Rvdo. Chofi disfrutó del beneficio
del decanato mientras estuvo de obispo el card.
Odescalchi, pero cuando éste
renunció a la diócesis para entrar en la Compañía de
Jesús, el Rvdo. Chofi cesó
de ser vicario general y pasó a disfrutar el beneficio de
San Martín. Como el del decanato
quedaba vacante y su renta ascendía a 70 escudos, el
P. Testa pidió al nuevo
obispo, card. Gamberini, que se aplicasen al arreglo de
la iglesia del Lirio. El asunto
pasó a la S.C. de Propaganda Fide, que el 20 de
marzo de 1840 lo concedió, pero
impuso la condición de que los pasionistas se hicieran
cargo de las misas y demás
compromisos espirituales que iban anejos al beneficio.

La comunidad era numerosa y no faltaban los


estudiantes. En el tantas veces citado
informe de 1847 se dice que de las 26 habitaciones, 20
estaban ocupadas por 7
sacerdotes, 6 estudiantes y 7 hermanos188. Por su
ubicación la de Magliano fue comunidad
de paso para muchos religiosos. En el Libro dei
Religiosi di Famiglia e di
Passaggio, de Moricone y de Tarquinia, aparecen
bastantes datos relativos al pasos
de sus religiosos por Magliano.

Un problema para la vida comunitaria era la cercanía


de las aguas del Tíber, que
en tiempo de calor y sequía dejaban lagunas en las
que se multiplicaban los miasmas
y los insectos. Esta circunstancia debió de influir
bastante, pues se produjeron
siete defunciones en los 28 años de presencia en el
retiro: 1) P. Tomás de S. Estanislao,
Gentili, superior local, 1837; 2) H. Antonio Reali del
Niño Jesús, 1841; 3) H.
Alejandro Pagliesi del Crucifijo, 1846; 4) H. Vicente
Pallegi del Santo Angel, 1848;
5) P. Luis Ma. Cedrone de S. José, 1856; 6) H. Tomás
Cacciatori de la I. Concepción,
1858; 7) P. Clemente Nobile del Smo. Sacramento,
1864, último antes de la supresión189.

3. APOSTOLADO. Al no contar ni con la platea ni con


el libro de ministerios,
sólo se dispone de las crónicas de otros retiros, que al
nombrar a sus propios misioneros
mencionan a veces a los de otros retiros,
concretamente de Magliano, Todi,
Corneto.... Pero nos ahorra cualquier enumeración la
respuesta que el cardenal-obispo
daba el 2 de septiembre de 1842 a la Santa Sede: Hay
siete confesores aprobados
entre los pasionistas del Lirio,... se prestan a oír
confesiones no sólo en su iglesia,
sino en el seminario a donde cada sábado va uno de
ellos; además si son llamados
por los pueblos o por las parroquias de diversas
localidades acuden enseguida
para funciones de culto o para visitar a los enfermos, y
se ocupan mucho de
188 RAVASI, La Congregazione..., o. c., 16. En la
visita ad limina de 1850, del cardenal-obispo
Brignamole,
se escribe: Passionisti: il card. Odescalchi ha loro
concesso una casa presso il santuario
della Madonna del Giglio. -Cfr. ROBERTI C., o. c., p.
202.

189 DNEust, 164, 175, 196, 207, 257, 272, 330.


la predicación, sobre todo de misiones, ejercicios
espirituales y catecismos...190.

Consta que del 10 al 18 de octubre de 1849 se dieron


ejercicios públicos en Magliano
en forma de misión, a cargo de los PP. Emidio Cheli de
la V. Dolorosa, de Roma,
y Gaetano Rabotti del Corazón de Jesús: Hubo mucho
concurso de los llamados republicanos,
algunos de los cuales entraron en sí 191.

4. SUPRESIÓN. Los primeros que en esta provincia


sufrieron la persecución de
las órdenes religiosas fueron los de Todi y Magliano...
Joaquín Pepoli, pariente de
Napoleón III y renovador de las tradiciones irreligiosas
que en Italia dejó Napoleón,
en cuanto fue designado comisario para la Umbría,
quiso repetir los tiempos de
la invasión francesa, y el 11 de diciembre de 1860
publicó una ley de supresión de
las congregaciones religiosas192.
Parece que también dentro de la ciudad de Magliana
había fermentado cierta
animadversión contra los religiosos, sin excluir a los
pasionistas. El P. Esteban Arnaldi,
en carta del 26 de septiembre de 1862 al vicario
general, le informaba de las
amenazas que había recibido: Entre las que se me han
hecho, véase ésta: que cuando
algún pasionista, el que sea, vuelva a aparecer en esta
iglesia, aunque no sea
más que para celebrar la misa, será arrojado por los
parroquianos de una roca alta
que hay junto a la iglesia; y de hecho uno de sus
conocidos se ha envalentonado
hasta decir que si ve a un pasionista montando a
caballo, regresará en la caja (mortuoria).
Se vanagloría asimismo de tener de su parte a todos
los descontentos del
antiguo gobierno y enemigos de los religiosos... El
alcalde de Magliano ha recibido
órdenes de tomar en depósito nuestra biblioteca para
llevarla a la biblioteca pública
del gobierno...193.

Cuando llegó la dispersión, cada religioso marchó al


convento que se le había
asignado como refugio. El P. Ricci, muy enfermo,
había marchado a la Toscana a
ver si mejoraba con el cambio de clima. Al enterarse
de que el nuevo gobierno quería
suprimir el retiro del Lirio, se apresuró a regresar, y se
encontró con que ya había
salido el decreto ministerial que lo suprimía de hecho.
El disgusto que le causó
esta situación le llevó a la muerte194.

Detrás quedaban unos años de difícil trabajo. Más


tarde no se intentó nunca recuperar
el retiro. Posiblemente las prisas por salir de la casa
fue la causa de que se

190 Cfr. Arch. de la Congr. de OO. y RR., sec.


Regulares, Magliano del Giglio (fotocopia en AGCP,
fondo L. Ravasi).

191 Libro dei Ministeri della casa dei SsGeP,1828-


1909, 69.

192 Cfr. APraes, Cronaca della Prov. della Present...


dal 1863 al 1944, f. 2-3.

193 AGCP, B. 23 (B-II-IV, 2-3.

194 DNEust, 338.


perdieran documentos y libros. A principios del siglo
XX la Congregación de Propaganda
Fide quiso adquirirlo para el Colegio Armeno. El P.
Bernardo Ma. Silvestrelli
respondió que no pondrá ningún obstáculo para que
dicho local sea adquirido
por cualquier Pío Instituto, supuesto que tenga licencia
apostólica. Roma, Ss.
Juan y Pablo, 28 de marzo de 1900195.

11. Nueva fundación: Scala Santa, Roma196


1. ANTECEDENTES. El santuario de la Scala Santa es
el resto de un patrimonio
cultual y cultural vinculado a dos objetos: la Scala
Santa o escalera por la que,
según la tradición, subió Jesucristo para estar ante el
gobernador Poncio Pilato durante
el juicio, y un conjunto de reliquias, como el lignum
crucis, la imagen del Salvador
llamada acheropita o no pintada, venerada en la capilla
de San Lorenzo, y las
reliquias de numerosos santos conservados en el
mismo lugar. La platea confiesa:
No sabemos con certeza en qué año se levantó la
majestuosa obra del Laterano...
Constantino el Grande favoreció a los cristianos y
entregó en don al papa S. Melquiades
la parte del Laterano que correspondía a su esposa.
San Melquíades y su
sucesor San Silvestre destinaron para oratorio privado
una parte del palacio alejado
de los despachos y dependencias, donde se pudiera
disfrutar de paz, lejos del
ajetreo palaciego... Se dice que el oratorio estuvo
dedicado al gran mártir Lorenzo;
después se llamó del Santa Sanctorum porque allí se
depositaron muchas reliquias,
y por eso el título de San Lorenzo se cambió a otro
altar próximo... No hay que silenciar
la llegada de la Scala Santa a Roma, hecho que puede
asignarse aproximadamente
al año 326; en aquel tiempo la santa emperatriz Elena,
madre de Constantino,
estaba interesada en localizar objetos relacionados
con el Divino Salvador; y
por eso envió a Roma la Cruz, el título de la Cruz, los
clavos, las espinas, la columna,
la lanza... y la Scala Santa. Tales objetos fueron
expuestos a la veneración en el
Laterano, y desde entonces los fieles la subían de
rodillas. Este título no ocurrió sino
después de que Nicolás III, hacia el año 1278,
renovase el santuario... En 1422

195 AGCP, B, 23 (B-II-IV/2-4, 1-1).

196 CEMPANARI, M., Pio IX ed il Riordinamento del


Santuario della Scala Santa, en Pío IX, Studi
e ricerche sulla vita della Chiesa dal Settecento ad
oggi, XIX, n. 2, marzo-agosto 1990, 109

172. - Id., Sancta Sanctorum Lateranense, Il santuario


della Scala Santa dalle origine ai nostri
giorni, Roma, 2003. - Id., Il ordinamento del santuario
della Scala Santa nel programma pastorale
del beato Pio IX 1792-1878, en LSC, 2000, 411-425, y
2001, 61-72. - Bollettino della Congregazione...
I, 1920, 310-319. - STANISLAO DELL’ADDOLORATA,
La cappella Pontificia
del Sancta Sanctorum ed i suoi sacri tesori. L’Imagine
acheropita e la Scala Santa, Grottaferrata,
1919, - CASTALDI, Bernardino, Pío IX e i suoi tempi,
Roma, 1882 (en p.260, Pío IX va a
Scala Santa, el 19 sept. 1870, víspera del episodio de
la Porta Pía. - SERAFINI, Alberto, Pio IX
Juan Mastai Ferreti, I, Le vie della Provvidenza 1792-
1846; II, Il Pontificato 1846-1878, Città
del Vaticano, 1958.
se creó la Archicofradía del Santa Sanctorum. Pero
ante la ruina que amenazaba el
lugar, Sixto V puso en pie lo que quedaba del edificio.
Cerró mejor el oratorio del
Santa Sanctorum, llevó allá la Scala Sancta, y erigió
dos hermosas capillas, una dedicada
a San Silvestre y la otra a San Lorenzo...197 .

De esta historia nos interesa el hecho de que en este


santuario se estableció una
nueva casa pasionista. Desde su elevación al
pontificado en 1846 Pío IX se movió
animosamente en la línea de dignificar la vida cristiana
en Roma, y, en cuanto dependió
de él, no anduvo parco en gastos. Había emprendido
la tarea de restaurar su
catedral como obispo de Roma, la basílica de San
Juan de Letrán, junto a la cual, separado
por una calle, se encuentra el edificio en el que se
conservaba la Scala Santa.
Este edificio formaba parte del complejo construido por
el Papa Nicolás III y en
él, además de la Scala Santa, se conserva una cámara
sagrada llamada Sancta Sanctorum,
con preciosas reliquias cristianas, mosaicos muy
meritorios y frescos atribuidos
a Giotto. No es el momento de traer aquí la historia de
la Scala Santa; pero sí
conviene recordar que había sido un lugar de devoción
popular y que la habían subido
de rodillas muchos santos198. Para efectuar la
restauración, Pío IX compró los
terrenos a propietarios no pontificios199.

2. ENTREGA A LOS PASIONISTAS. Al lado del


santuario hizo construir un
edificio con jardín frontal donde pudieran vivir los
custodios del santuario. Corrió
por Roma el rumor de que el Santo Padre buscaba
una congregación que se hiciera
cargo de él. El P. Testa, creyendo que la atención a un
lugar tan vinculado a la Pasión
de Jesucristo podría mantener viva su memoria entre
los religiosos, hizo llegar al Papa
su opinión: Santo Padre, habiéndonos enterado de que
S. S. piensa confiar el cuidado
de la Escalera Santa a un instituto religioso,
humildemente le suplico que se la
dé al instituto que tiene como voto el propagar la
devoción de la Pasión de Jesucristo
según el espíritu de nuestro fundador, el
bienaventurado Pablo de la Cruz200 .
A Pío IX le pareció buena la iniciativa y escribió de su
puño y letra en la misma
solicitud: Destinamos como guardianes de la Scala
Santa a los Clérigos de la
Congr. de la Pasión de J. Cristo, y seguidamente, más
abajo, in perpetuum, con una

197 Platea, 1-8, resumen.

198 Brígida de Suecia, Francisca Romana, Ignacio de


Loyola, Francisco Javier, Camilo de Lelis, José
de Calasanz, Felipe Neri, Félix de Cantalicio, Carlos
Borromeo... - Bollettino, I, 10, oct. 1920,
319.
199 Da conteggi approssimativi, fatti su diversi registri
amministrativi del Fondo Pío IX del ASV
(Arch. Sscr. Vaticano), si calcola che il Mastai spese
per il santuario ed il convento dai 70 agli 80
mila scudi; somma notevole per quei tempi. -M.
Cempanari, Il Beato Pio IX e il Santuario..., o.
c., en LSC, 2001, 67-68, nota 37. Más detalles en el
mismo autor, Pio IX, Studi e ricerche..., XIX,
2 (1990), 109-172.

200 Bollettino, I, 1920, 311. - APRAES, Scala Sancta,


Fundación...
segunda firma Pius Pp.IX. Aunque sin fecha, es de
1852. Al año siguiente, el fundador
fue beatificado por Pío IX el 3 de mayo de 1853. El 27
de agosto el cardenal Antonelli,
secretario de Estado, escribía al P. Testa: Su
Santidad, reflexionando en que
estaría mejor atendida la fábrica (de la casa que se
construía) si lo fuera por los
mismos a los que está destinada, ...ha determinado
que la prosecución de los trabajos
del convento...se continúen bajo el cuidado y la
responsabilidad de su congregación,
dejándole en absoluta libertad de realizarlos con el
personal y con los medios
que le parezcan más adecuados a ese objetivo,
asignando para ese efecto... la
suma de 10.000 escudos201 .

El 23 de febrero de 1854 Pío IX, con la bula Inter


plurima templa deslindaba los
campos jurídicos: el Papa se reservaba a sí y a sus
sucesores el santuario y la capilla
Sancta Sanctorum, mientras entregaba a los
pasionistas el convento y el huerto.
La entrega privada del santuario la hizo el card.
Antonelli. El 6 de junio la Prefectura
de los Palacios Apostólicos notificaba al P. Testa la
fecha del 13 del mismo mes
para la entrega y se le urgía que estuviera presente
con los religiosos que considerara
oportunos202. El acto privado tuvo lugar no el 13, sino
el 14, hora sexta postmeridiana.
En la puerta del santuario le esperaban los PP. Testa,
Pío Cayro y Ambrosio
María Barlesi del Niño Jesús, rectores eiusdem
congregationis... El pasó a la sacristía,
y en presencia de tres testigos entregó la
administración del santuario.

Según la crónica, la toma de posesión se hizo el 28 de


septiembre, víspera de
San Miguel Arcángel, uno de los protectores de la
congregación. El Papa había ordenado
que, después de restaurar las habitaciones ya
existentes, se añadieran otras
nueve y se construyera el muro del recinto, fueran ya a
vivir tantos religiosos como
pudiera acoger el reducido local203.

Pío IX no se olvidó del santuario. Ya antes de


entregarlo a la custodia de los pa-
sionistas había acudido a celebrar la misa, último Papa
que lo ha hecho. Su última
visita sería la del 19 de septiembre de 1870, víspera
de la entrada de las tropas piamontesas
por la Puerta Pía y la reclusión del Papa en el
Vaticano, creando la cuestión
romana, pero esto se sale de este período.

3. SUPERIORES. 1854-1855. P. Roque Cervara de


San Miguel, a la vez procurador
general. No le faltaron a la casa problemas jurídicos
respecto a la multiplicidad
de titulares que confluían en ella: el Papa, el hospital
de San Salvador, diversos
patronos...204.
201 Cfr. CEMPANARI, Il B. Pio IX ed il
riordinamento...,o. c., 144. - APPSS, I,1.
202 AGCP, PRAES, Scala Santa, Fondazione, 1854
(B.II-VI, 3-1, 1-4).
203 Platea dei SsGeP, II, 43. - ESTANISLAO, La
Cappella…, o. c., 62
204 Cfr. CEMPANARI, Il B. Pio IX ed il
riordinamento...”, o. c., 159-160.
Otro tema de interés fue el de la liturgia. Los
superiores preguntaron al Prefecto
de la Congregación de Ritos, card. Constantino
Patrizzi, cómo tendrían que regularse
sobre el particular. El card. Patrizi, prefecto, y el
secretario card. Ferreti, respondían
el 26 de junio de 1856, declarando que Pío IX había
expresado su opinión
de que añadieran, al calendario propio de la
congregación, una serie de 27 oficios205.
Limitándonos a la vida interna de la comunidad, un
problema era el del agua. La
princesa Beaufremont, dueña de Villa Mattei, regaló el
1 de septiembre de 1857 una
onza del agua que le correspondía en su propiedad, a
favor de la Scala Sancta206.

El primer superior, P. Roque Cervara, fue muy vigilante


de las obras que se hicieron,
pero murió el 4 de abril de 1855.
1855-1857. Sebastián Amalberti de San José, también
procurador general, del
cual asegura la platea que tuvo la fortuna de ver
acabado el trabajo de la casa y sólo
se preocupó de lo referente a la casa reformada poco
antes207 . El P. Testa se preocupó
también de proporcionar lo necesario para la formación
de los religiosos y envió
libros. Pero una comunidad necesita, además de
biblioteca, enfermería, locales
para las medicinas, dependencias para el ritmo
normal, jardín en el que relajar el espíritu
a ciertas horas del día y en el cual se plantaron
cítricos... De todo ello fue ocu

205 AGCP-PRAES, Scala Santa, Fundación, 1856,


copia mec.: 1) Santa Inés, 21 enero, cuya cabeza
se conservaba entonces en el santuario; 2) Ss.
Anastasio y Vicente, 22 enero, pues la cabeza del
primero se conserva en Scala Santa; 3) Octavo día de
Santa Inés, 28 enero; 4) S. Tito, 6 febrero;
5) S. Higinio, 15 febrero; 6) S. Juan Crisóstomo; 17
febrero; 7) Santa Martina, 18 febrero; 8) Santa
Jacinta de Mariscottis, 19 febrero; 9) S. Raimundo de
Peñafort, 20 febrero; 10) Hallazgo de los
cuerpos de los mártires Diodoro, Mariano y
Compañeros, 21 febrero; 11) Santa Práxedes, 21 julio;
en el santuario se conservaba la cabeza; 12)
Transfiguración del Señor, 6 agosto; 13) Octava
de la Transfiguración, 13 agosto; 14) S. Alejo, 19
agosto; 15) Dedicación de las iglesias de la
congregación,
3 septiembre; 16) Octava de la dedicación, 10 sept.;
17) S. Hilario, 12 sept.; 18) Sta.
Eufemia y compañeros mártires, 16 sept.; se
conservaba la cabeza de Sta. Eufemia en el santuario;
19) Ss. Cornelio y Cipriano, 1 octubre; 20) Ss. Dionisio
y compañeros mártires, 9 octubre; en
el santuario se conservaba el cuerpo de S. Dionisio;
21) S. Cesáreo mártir, 3 noviembre, pues se
veneraba allí un brazo del mismo; 22) Dedicación de la
basílica lateranense, 9 noviembre; 23) Octava
de la misma, 16 nov.; 24) Ss. Diodoro, Mariano y
compañeros, 1 dic.; sus cuerpos se conservan
en el oratorio del Santa Sanctorum; 25) Sta. Bárbara, 4
dic.; su cabeza se venera en el santuario;
26) S. Pedro Crisólogo, 14 diciembre; 27) S. Diego,
confesor, 17 dic. (trasladado del 13 nov.).
Cfr. GRISAR, H., S. J., L’Oratorio di San Lorenzo
nell’antico palazzo laterano. Il Santo Salvatore.
L’imagine acheropita del Salvatore…”, in La Civiltà
Cattolica, 1906, vol. II, 513-544 y 708730;
vol. III, 161-176; vol. IV, 51-73, 563-575 y 673-687;
1907, vol. I, 48-62 y 434-450. - Cfr.
GRISAR, H., S. J., L’Oratorio di San Lorenzo
nell’antico palazzo laterano. Il Santo Salvatore.
L’imagine
acheropita del Salvatore…”, in La Civiltà Cattolica,
1906, vol. II, 513-544 y 708-730; vol.
III, 161-176; vol. IV, 51-73, 563-575 y 673-687; 1907,
vol. I, 48-62 y 434-450. - MAZZUCCONI,
Canónigo Leonardo, Memorie storiche della Scala
Santa e dell’insigne santuartio di Sancta
Sanctorum, Tip. Ferretti, 88.pp.,Roma, 1840.
206 Faccio donazione ai RR. PP. Passionisti della
quantità d’un oncia d’acqua che già essi godono
ed intendo che sia di proprietà dei detti religiosi, i quali
potranno dirigere altrove questa quantità
d’acqua in caso che venissero ad abbandonare il
convento di Scala Santa senza che i loro successori
abbino diritto di opporvisi. El original está en francés
firmado por Adelaida Luisa Lerouse,
Princ. de Beaufremont. - Cfr. AGCP, PRAES, Scala
Santa, Fondazione 1854 (antiguo B-IIVI/
3-1, 1-7). - Platea SS (Scala Santa), 13, 1856.

207 Platea SS, 10.


pándose el superior. La comunidad quiso agradecer a
Pio IX su benevolencia y colocó
un busto en la escalera de la casa. Cuando en 1853
fue beatificado el fundador
los pasionistas no vivían aún en la Scala Santa; pero
una vez allí, se preocuparon de
contar con un bellísimo cuadro que lo representaba al
vivo, regalo hecho en este año
de 1856 por el señor Luigi Macera, el mismo donante
que en 1857 regaló un cuadro
del P. Domingo Barberi208.

1857-1863. P. Simón Reghezza de San José.


Nombrado después del capítulo general
de 1857, era también procurador general. La platea
recuerda que en su tiempo
se construyó el campanario, y fueron colocados en el
pórtico de la Scala Santa
varias esculturas de mármol: Ecce Homo, Beso de
Judas, obras del escultor Jacometti.
El P. Testa seguía de cerca la marcha de la
comunidad, y el 16 de junio de
1861 hizo la primera visita canónica, sin dejar decretos
especiales209. El período termina
con la llegada del P. Octaviano Pini de San José,
nombrado en mayo de 1863.

4. APOSTOLADO: La presencia de una comunidad en


el santuario de la Scala
Santa planteaba tres aspectos: 1) atención al culto en
el propio santuario; 2) estilo
pasionista de observancia regular; 3) dedicación
comunitaria al apostolado de las
misiones y ejercicios. Era evidente el peligro de que la
comunidad se recluyese en
el culto local. Por fortuna los superiores no se
olvidaron de la dimensión apostólica:
Tal vez más que en ningún otro, en este retiro los
religiosos, desde que tomaron posesión...,
disfrutaron de oportunidades para ejercitar los
ministerios sagrados: además
de la asistencia continua al confesionario, predicaban
con frecuencia, sobre todo
en los viernes de marzo, época en la que los romanos
acuden con mucha frecuencia
a la Scala Santa; entonces el tema de la Pasión suele
estar en el centro de cualquier
sermón...210.

Sin que los datos sean espectaculares, de 1856 a


1862 constan los siguientes ministerios:
10 misiones211, 53 ejercicios públicos y privados;
otros apostolados menos
definidos (triduos y catecismos), 3; octavas de
difuntos, 3; mes de mayo, 4; charlas
de cuaresma en el santuario, 7; confesor extraordinario
en las pasionistas de Corneto,
etc. De los predicadores, destacan por su mayor
frecuencia los PP. Gaetano Rabotti
y Simón Reghezza; en ocasiones trabajaron con
misioneros de Moricone, Cec

208 Ibid., 11, 12, 14.


209 Archivo SS, Registro dell Visite a Scala Santa da
1861-1838. La platea menciona a diversos
bienhechores
que contribuyeron con donativos para la liturgia y la
casa: José Marchesi Scaleto, emigrado
del reino de Nápoles, Elena Sirani, Anna Sabella,
arquitecto Martinucci, María Prudenza,
Michele Conte Scatella, Filippo Cretoni... - Platea, pp.
19-24.

210 Bollettino..., I, 1920, 314.

211 1) Carpineto de Anagni y 2) Rosate, de Subiaco


(1858); 3) Cave, Palestrina; 4) San Lorenzo, Ferentino;
5) Ponzano, Tre Fontane; 6) Rocca Canterano,
Subiaco; 7) Marano, Subiaco; 8) Albano;
9) Subiaco (1859); y 10) Castelgandolfo (1860).
cano, Roma o Montecavo. En otro lugar se hace
memoria de la Archicofradía de la
Pasión, que tuvo su origen precisamente en Scala
Santa por esta época212.

No hay constancia de más difuntos que el primer


superior, P. Cervara, si bien su
muerte ocurrió en la casa de los Ss. Juan y Pablo.

212 Libro in cui si registrano le missioni, esercizi publici


e privati: in cui verrà occupato qualche religioso
di questa famiglia del ritiro del Sancta Sanctorum, dal
anno 1856 fino al 1872. -Cfr también
SPINA, A., Le predicazione dei passionisti a Roma e
nel Lazio dal 1828 al 1902, Roma,
2003.
CAPÍTULO III

RETIROS EXISTENTES
Y LOS FUNDADOS HASTA 1863 (2)

B. ESTADO Y EXPANSIÓN
DE LA PROVINCIA DE LA DOLOROSA
1. Retiro de Santa María di Corniano, Ceccano1
1. SÍNTESIS HISTÓRICA. La fundación de la Badía de
Ceccano corresponde
a los tiempos de San Pablo de la Cruz(1748)2. Situado
actualmente en la periferia de
la población, en la época del fundador el retiro se
encontraba como a unos tres kilómetros,
en el lugar conocido como la Badía. El P. Filippo della
S. Famiglia (Cipollone)
resalta que fue una población fecunda en vocaciones,
también pasionistas:
En una atmósfera de estima mutua y de comprensión
pronto se consolidó un movimiento
de vocaciones y no pocos jóvenes cecaneses pidieron
la admisión entre los
Hijos de la Pasión. Este movimiento, gracias a Dios, a
lo largo de más de dos siglos,
no ha disminuido, y hoy (1961) viven en la provincia de
la Dolorosa cinco sacerdotes,
un estudiante, tres hermanos legos y algunos alumnos
de la escuela apostólica
originaros de esta ciudad del Lazio3 .

1 En la parte prevista para la historia de este retiro, el


P. Paulino Alonso dejó este análisis de la situación
archivística: Descuidado el año 1850, en el que se han
escrito solamente dos líneas. En el rectorado
del P. Fortunato de Jesús y María, 1851-1854, y su
vicario el P. Norberto de San Benardino,
solamente hay unas pocas líneas. Un descuido
completo. También faltó diligencia en los años
siguientes, los seis del rectorado del P. Silvestre de S.
Juan Evangelista. Las noticias de los seis años
están contenidas en media página. En la misma
crónica se escribe que en el espacio de estos nueve
años, desde 1854 hasta 1863, no se encuentran
anotadas noticias, fuera de la elección del P. Silvestre
de S. Juan Evangelista. -Libro dei capitoli locali, 10
febr. 1853. -Arch. di Ceccano: Registro
dei Ministeri..., 1827-1876. - Platea o Cronaca del
Ritiro di Santa Maria di Corniano presso Ceccano,
I,1748-1944. -Registro dei religiosi di Famiglia e di
Passagio a Ceccano dal 1833 fino al
1911 - CIPOLLONE, Filippo della S. Famiglia, Il
maestro di San Gabriele dell’Addolorata, P. Raffaele
di San Antonio, passionista, Casamari, 1961. -Due
secoli di glorie nella Badia di Ceccano,
1748-1948, álbum del bicentenario, Ceccano 1948. -
COMPARELLI, G., I Passionisti a Ceccano
da 250 anni, 1749-1998, publicazione del Comune di
Ceccano, 1998, 104 + 16 de ilustraciones. Id.,
La biblioteca S. Maria di Corniano nel cammino storico
delle biblioteche passionisti del Lazio
sud ‘100 e ‘800, en Biblioteca S. Maria di Corniano,
Badia di Ceccano, Inventario del fondo antico,
Ceccano, 2001, 11-30. - TITO CERRONI, Storia della
Provincia dell’Addolorata, III, o. c.

2
GIORGINI, Historia..., o. c., I, 147ss.; II/2 126. -
ZOFOLLI, San Paolo della Croce..., I, 681ss. passim.

3
Il maestro di San Gabriele dell’Addolorata..., o. c., 12;
cita, además, que Ceccano ha sido patria
de 7 cardenales, dos obispos y otros insignes prelados
de la Iglesia.
Dejando aparte los 91 años transcurridos, hay que
situarse en el principio de este
período. En el capítulo de 1839 el P. Testa, recién
elegido superior general, había
advertido de la importancia del rectorado de Ceccano:
1) por ser casa de formación
que irradiaba vitalidad a otras comunidades; 2) por ser
retiro de paso de muchos religiosos
(media anual de 30 transeúntes); c) por tratarse de una
comunidad generalmente
numerosa (a modo de ejemplo, en 1839 había 23 de
familia y hubo 28 de paso;
en 1840, fueron 27 y 6; en 1841, 24 y 20,
respectivamente...)4.

Una comunidad de formación como la de Ceccano


contaba con dos sólidas columnas
de apoyo: el lector y el superior. Del lector se hablará
en el capítulo dedicado
a la formación; en Ceccano había dejado excelente
recuerdo como tal el P. Domingo
Barberi, especialmente por haber desenmascarado los
errores de Lammenais.
La otra columna, la de los superiores, estuvo formada
por hombres de gobierno, alguno
llegó a provincial y consultor general; casi todos
alcanzaron renombre como
predicadores. En aquel capítulo de 1839 estaba
presente el P. Antonio Panza de Santa
María, último rector antes del período del P. Testa5.

2. RECTORES. 1839-1842. P. Carlos Tavazzi de la


Virgen de la Paz, al que dio
posesión el P. Domingo Barberi, elegido provincial,
antes de su viaje a Francia, Bélgica
e Inglaterra. El retiro, por lo visto, necesitaba muchos
arreglos: pintura de locales,
saneamiento de las aguas, renovación del equipo
litúrgico, decoración de la
iglesia. Comenzó la construcción del brazo que faltaba
para unir la iglesia con la
portería; tarea que no logró concluir cuando en 1842
fue elegido segundo consultor
y marchó a Paliano.
1842-1843. El P. Serafín Brambilla del Espíritu Santo.
Parece que su salud no
era capaz de soportar el cúmulo de obras que le dejó
el P. Tavazzi. Le entusiasmaba
el apostolado más que la construcción, y en noviembre
renunció y regresó a su provincia
de la Presentación en la que prosiguió el apostolado
hasta su muerte en Lucca
en 18596.

1843-1845. P. Calixto Acciari de S. Luis, era vicario del


P. Serafín y llevó adelante
la casa hasta que el 20.05.1843 fue nombrado rector
canónico. Había heredado
del P. Tavazzi la voluntad titánica de mejorar las
condiciones de vida de los religiosos
y rehabilitar unos locales que recordaban al fundador.
Concluyó las obras, organizó
la nueva enfermería, donde abrió una capilla dedicada
a la Virgen María Mater
Sanctae Spei; los religiosos la llamaban Salus
Infirmorum porque, invocada en

4
Cfr. Libro di Religiosi di Famiglia o di Passaggio,
Ceccano 1833-1911, datos aproximativos. - En
el informe de 1847 a la Santa Sede aparecen 7
sacerdotes fuera de estudios, 3 sacerdotes
estudiantes,
4 clérigos y 9 hermanos. - Cfr. RAVASI, L., La
congregazione..., o. c., 23-24.

5
Platea..., 29.

6
Ibid., 31-32. - COMPARELLI, I passionisti..., o. c.,47. -
DNEust, 274.
favor de dos religiosos ya viaticados, ambos
recuperaron pronto la salud. También
dispuso otra capilla para los ejercitantes.

1845-1848. P. Eutizio Mastrantoni di Santa María (más


adelante, en este mismo
período histórico, provincial y primer consultor
general)7. A los 29 años había sido
nombrado rector de Montecavo, pero, como
desempeñaba oficio de lector, creyó
mejor seguir enseñando; en 1842 quedó de rector en
Paliano. Y en el capítulo siguiente
fue llamado a gobernar la comunidad de Ceccano. A
poco de tomar posesión,
hizo su entrada solemne en Ferentino el nuevo obispo,
Mons. Bernardo Ma. Tirabassi.
El P. Mastrantoni fue a saludarlo y a ofrecerle los dos
cirios que estaban estipulados
desde la fundación del retiro. El obispo los aceptó,
pero los devolvió, agradecido
por el bien que los pasionistas hacían a sus
diocesanos. El P. Eutizio le preparó
una habitación para cuando quisiera retirarse a
ejercicios y en ella colocó un
retrato de Pío IX y otro de Mons. Strambi, modelo de
obispo entregado a su pueblo8.

En 1847 el guardián de los reformados de Pofi erigió el


vía crucis en el corregor
de los ejercitantes después de haber obtenido de su
superior general las oportunas licencia.
Pero la obra de le dio mayor nombradía popular fue la
de haber acomodado,
bajo el altar mayor, la urna que contenía el cuerpo de
Santa Colomba9.

1848-1851. P. Carlos Tavazzi, ya anteriormente


superior, fue nuevamente elegido
en el otoño, ya que las circunstancias políticas
obligaron a retrasar el capítulo de
la primavera al otoño. En 1849, en los primeros meses
de la República Romana, los
señores Tomás Mancini y Jorge Angeletti, diputados
cecaneses, comenzaron la redacción
de un inventario de los objetos existente en el retiro,
pese a la clara oposición
del rector. Con el nuevo ambiente, el retiro sufrió
muchos perjuicios, pues los
religiosos no podían hacer la postulación en el reino de
Nápoles ni moverse con libertad
por el Estado Pontificio. En abril y mayo los capitanes
Santiago Minutollo y
Luis Gulmanelli, de las tropas de Garibaldi, se llevaron
a la fuerza cuatro caballos
que los religiosos usaban para su servicio. Pero todo
pasó y la comunidad recuperó
la normalidad. El P. Tavazzi procuró el enriquecimiento
de la biblioteca con las
obras de Benedicto XIV, y sobre todo recuperando
para el uso muchos libros que se
habían descompuesto: dos encuadernadores de
Ferentino recompusieran los volúmenes
para que pudieran seguir en servicio10.

1851-1854. P. Fortunato Berardi de Jesús y María se


encontró con que los encuadernadores
no habían concluido la encomienda del P. Tavazzi; se
la prorrogó por
otros veinte días. La crónica no dedica ninguna página
a este rectorado, aunque re

7 Ibid., 32-33. - CIPOLLONE, F., Storia..., 1831-1840,


o. c.,.9.
8 Ibid., 34-36.
9 Ibid., 35-37.
10 Ibid., 38-39.
memora sus servicios en el resumen que sirve de
prólogo al siguiente, como las mejoras
en la iglesia y en la sacristía. En el libro de ministerios
se recuerda que en su
tiempo se dió misión en Ceccano, después de 26
años, desde el 26 de febrero de
1852; y otras muy fructíferas en Anticoli, Itri, Castro dei
Volsci, Roccamonfina de
Teano, en 1853.

1854-1855. P. Pío Morelli del Nombre de Jesús, buen


predicador11. En 1854,
después de la beatificación del fundador, preparó una
capilla lateral, en donde su retrato
quedó expuesto a la devoción popular. Y amante de la
dignidad litúrgica, uno
de su méritos fue la reparación del órgano, que en
todos los inventarios es calificado
como assai mezchino (demasiado poca cosa). El P.
Fortunato había llamado a un
organero y a otros artistas que no concluyeron los
compromisos en su rectorado; por
eso el P. Pío prolongó su contrato por otro mes, al final
del cual se marcharon sin
haber afinado el contrabajo. El P. Morelli no pudo
concluir sus proyectos para Ceccano,
porque el P. Testa le pidió que fuera a Caserta para
consolidar la nueva fundación12.

1855-1857. P.Fortunato Berardi di Gesú e Marìa llegó


en lugar del P. Pío y continuó
hasta el 20.05.1857, cuando salió para el capítulo
provincial en Paliano13.

Tras su triennio anterior de 1851-1854, había


marchado de vicario a Pontecorvo.
Nuevamente volvió a Ceccano para seguir sus
servicios. Le tocó vivir un momento
amargo con la expulsión de un religioso. El P. Berardi
se encontró con la presencia
del provincial, P. Ambrosio Baldassi de la I.
Concepción, enviado con urgencia
por el P. Testa, por un asunto preocupante. Había
serias acusaciones contra el P.
Timoteo Grazini de San Pablo que llevaba dos años en
la casa; muy apreciado como
misionero, algunas informaciones sobre su vida
privada llegaron al general, que
quiso verificar la objetividad de los hechos. Y después
de la documentación que le
proporcionó el P. Ambrosio, determinó expulsarlo14. El
P. Berardi, concluido su segundo
período en Ceccano, marchó a otras comunidades,
donde gozaba fama de excelente
catequista y murió en Paliano en 1867.

1857-1863. P. Silvestre Zannelli de San Juan


Evangelista, insigne lector y autor
de una obra de Filosofía en 5 volúmenes; más tarde
aparece como provincial. Pero
su paso por Ceccano cayó en el vacío de la platea: En
el espacio de los nueve años
que van de 1854 a 1863 no se encuentra escrito nada
más que la elección del padre
11
En el Libro de Ministerios aparece en muchas
misiones: Anagni, en 1848; San Vito, en 1849; Aversa,
Subiaco Civitella, Pontecorvo e Arpino, en 1850; Fondi,
Roca Gorga, en 1851, etc. - Platea...,
8-39.

12
El P. Morelli renunció al derecho que podía tener en
Ceccano y el 13 de febrero salió hacia el nuevo
retiro.

13
Platea, I, 48. Libro dei Religiosi di Famgilia..., o. c., ff.
92-93.

14
Ibid., 40-41. Nacido en Aquila, había profesado el
06.08.1839. - AA 839018.
Silvestre, que gobernó esta familia por seis años, ya
que resultó confirmado en el
capítulo de 186015 .

Los religiosos de la comunidad de Ceccano iban


comprobando, año tras año, que
nunca faltaban trabajos ni reformas, a veces para
rehacer lo que se había hecho de
prisa y mal en períodos anteriores. Durante los 24
años de este periodo se advierte
la renovación en todos los campos: edificio, mobiliario,
biblioteca y ornamentos sagrados.
Según la costumbre del gobierno de las comunidades
cada superior mejoraba
el material litúrgico, compraba nuevos ornamentos
para mayor solemnidad de los
actos. Muchos de los trabajos se podían llevar a cabo
gracias a los bienhechores, entre
los que se menciona de manera especial a las monjas
de Alatri y de Pescina. Digno
de elogio es el interés de todos los superiores por
enriquecer la biblioteca. En este
período de la historia se adquirieron obras de Santo
Tomás, Cornelio A Lapide,
Billot, Branca, Benedicto XIV, la Historia Natural de
Buffon, la Moral de Scavini y
los fascículos de La Civiltà Cattolica16.

Pero la casa no era una isla, sino parte de la provincia


de la Dolorosa, cuyos superiores
mayores efectuaban frecuentes visitas canónicas. Al
principio de este período
la llevó a cabo el P. Domingo Barberi antes de
emprender viaje para las fundaciones
de Bélgica e Inglaterra. Cada tres años acudía el
general o un delegado suyo.
Se limitaban a dejar alguna recomendación sobre la
observancia regular, la fidelidad
a la Regla, el ejercicio de las virtudes, la caridad, a
veces sobre la oración, el silencio...
En conjunto, pues, era una comunidad a la altura de la
santidad en la mejor línea
pasionista. El incidente relativo al P. Timoteo fue una
nube personal, no una
mancha comunitaria.

3. APOSTOLADO. Fue muy buena la actividad


apostólica en estos años. El de
1840 se puede considerar como uno de los más
activos, ya que los religiosos intervinieron
en 11 misiones, en dos ejercicios públicos, en otros
dos privados en seminarios
y dos más en monasterios femeninos17. Se aprecia
que los ministerios disminuyen
como consecuencia de la situación política. A modo de
ejemplo, si en 1847
se dieron 9 misiones y 8 ejercicios, y en 1848 se
participó en 5 misiones y 8 ejercicios;
en 1849, después de los sucesos del año anterior, sólo
hubo una misión y cinco
cursos de ejercicios.
15
Ibid., 42 y 44. -Libro di Religiosi di Famiglia..., 98-99.

16
Ibid., I, 34, 37, 39, 42... - COMPARELLI, Inventario del
fondo antico…, Ceccano, o. c.,14.

17
Libro dei Ministeri 1827-1876. Sobre el prestigio del
que gozaban se puede juzgar por esta nota
en el f. 45. Estas dos misiones (Aquino y Roccasecca,
diócesis de Aquino) habían sido destinadas
por el obispo de Sora a misioneros del Smo. Salvador,
conocidos vulgarmente como ligorinos; pero
en cuanto en ambas poblaciones se conoció esta
medida, el clero y los señores principales de
una y otra localidad se movieron para conseguir que
fueran los nuestros. Y el obispo, pocos días
antes de dar comienzo a las misiones, cambió de
parecer y mandó a los ligorinos a otros pueblos,
a fin de que los nuestros dieran las misiones citadas...
4. DIFUNTOS: 1) P. Telesforo Ciccinni de S. Andrés,
1839. - 2) H. Andrés Casanova
del Corazón de María, 1839. - 3) P. Mario Pandolfi de
S. Juan Bta., 1839. - 4) H.
Vicente Roscia de S. Antonio, 1841. - 5) P. Benedicto
Ferreri de S. José, 1842. - 6) H.
Juan Femminelli de S. Antonio, 1845. - 7) P. Calixto
Acciari de S. Luis, 1850. - 8) H.
Fortunato Bucci de S. Benito, 1851. - 9) H. Arduino
Forlini de S. Juan Bta., 1858.
2. Retiro de Santa María de Pugliano, Paliano18
1. ANTECEDENTES. La apertura de este retiro se
remonta al 23 de noviembre
de 1755 cuando el P. Tomás Struzzieri tomó posesión
por delegación del fundador19.
Tras la supresión 1810-1814, fue restablecido en 1814
como noviciado, con el P.
Barnardo Spinelli de maestro; tuvo de novicios, entre
otros, a Domingo Barberi y a
Sebastián Amalberti. Comunidad habitualmente
numerosa: en 1827 había 13 profesos
(5 sacerdotes y 8 hermanos) y 7 novicios (clérigos y
hermanos)20; en 1839 eran
18, y el mismo número en 1841. La población fue
también una fuente de vocaciones,
sobre todo de hermanos: de los seis novicios del
periodo 1839-1863, hubo 5
hermanos y sólo un clérigo21.
Puede decirse con razón que la comunidad de Paliano
era el retiro más importante
de la provincia, como sede de la curia y casa de
noviciado. Durante toda esta etapa de
la historia (1839-1863) mantuvo una media di 8/10
novicios. Este periodo se inicia con
la elección del P. Domingo Barberi como provincial (lo
había sido antes en 1833

18
AGCP, B, 25 (B, III-III/1º-5º), Notizie autentiche della
fondazione dal 1793 al 1851. Missioni
1839-1857, pp. 58-81. En mns., fotocopia de los libros
del Noviciado: Registro dei capitoli...
1804-1884. - Registro delle vestizioni 1804-1899. -
Rinunzie, giuramenti e proteste 1854-1888. A-
PALIANO (archivo de Paliano): Registro delle Sagre
Visite da 1821-1909. -Platea ossia Cronaca
del Ritiro di S. Maria di Pugliano...,1775-1938. - Libro
di individui e cambiamenti che si
succedono nella famiglia di questo ritiro dall’ anno
1855/1888. - Registro in cui si notano tutte le
missioni ed esercizi che si fanno dai sacerdoti di
questa famiglia di Pugliano dal 1843 fino al
1873. - Registro di quelli che pernottano in questo
nostro ritiro... A.D. 1846 fino al 18 agosto
1883. - Libro dei morti 1757-1881. - ZOFFOLI, S. Paolo
della Croce, I, o. c., 974ss. - GIORGINI,
F., Historia...,o. c., I, 168ss; II/2, 74,88-89. - FILIPPO
della S. Famiglia, Il Maestro di San Gabriele...,
o. c. - Id., San Paolo della Croce e la provincia di Maria
SS.ma.Addolorata nella congregazione
passionista, o. c., 116-137. - DE SANTIS, G., Santa
Maria di Pugliano, presso Palia-
no, Paliano, 1974. - COMPARELLI, G., Passionisti:
Ritiro di S. Maria di Pugliano-Paliano, FR,
en PMP, aprile 1991, 10-12. - Id., La biblioteca di S.
Maria di Pugliano nel camino storico delle
biblioteche passioniste del Lazio sud: ‘700 e ‘800, en
Inventario del Fondo antico a cura di B.
Volpe, Paliano, marzo 2001, pp.11-34. - ALONSO
BLANCO, P., I Passionisti del Basso Lazio e
Campania 1839-1863: Ai piedi della Puglianella, en
PMP, mayo 1992, 17-19; junio 1992, 17-20.

19
GIORGINI, Historia..., o. c., I, 168.

20
GIORGINI, Historia...,o. c., II/2, 154.

21
HH. Josafat de la V. Dolorosa, Bizarri, Gregorio de la
V. Dolorosa, Merosini, Nicolás de la Pasión,
Rosini, que por enfermo estuvo fuera un tiempo, pero
fue readmitido; Miguel de la Pasión, Rossi,
y Julio de la Sda. Familia, Frantocchi; y el estudiante
Angel Luis de la S. Familia, Fabi. - Cfr.
Libro di vestizioni...
1836). Su solicitud por los novicios queda de
manifiesto por su presencia en ocho de
los diez capítulos para la admisión que se reunieron
del 24 de abril de 1839 al 13 de
mayo de 184022. Además intervenía con frecuencia en
el apostolado de la comunidad.

La formación para la vida pasionista fue la actividad


prioritaria de la casa de Paliano.
En los 24 años de este período tomaron el hábito 271
postulantes (168 clérigos
y 103 hermanos); llegaron a profesar 187 (112 y 7
respectivamente). Para evaluar
la conducta de los novicios los sacerdotes de la
comunidad se reunieron 243 veces
en capítulo23. El maestro debía de tener mucho peso
en la marcha de la comunidad
a juzgar por las obras y compras que sufragaba con
sus misas libres o limosnas.

2. SUPERIORES. En la estructura comunitaria el


rector estaba dotado de un poder
centralizador. En algunas plateas se le atribuyen casi
exclusivamente las obras,
mejoras y adquisiciones hechas durante el trienio, y
pasan a segundo plano el vicario,
el ecónomo o los coadjutores, como se aprecia en las
crónicas, escritas a menudo
por el superior de turno. Siendo a la vez casa de
formación y de ministerios, los
superiores mantuvieron una inquietud por enriquecer la
biblioteca con recursos de
cultura, sobre todo religiosa. En 1839 se preparó una
nueva biblioteca. Las aportaciones
de los PP. Brambilla, Grespi, Mastrantoni y Parsi se
mencionan al hablar de
la comunidad pasionista24.
Pero así como se proporcionaban libros de estudio y
consulta, igualmente se pedía
una actitud de formación permanente. Se mantenía la
obligación de escribir los
sermones y de someterlos al juicio de examinadores
nombrados para ello. Como en
el capítulo de 1854 se olvidó su nombramiento, el P.
Testa mandó al provincial P.
Ambrosio de la I. Concepción que remediara el olvido.
En una circular del 21 de
mayo de 1854 recuerda a “a todos los sacerdotes de la
provincia que se encuentran
aún en la obligación... de que sus composiciones sean
revisadas, examinadas y corregidas,
que se pongan en contacto con los examinadores
nombrados, que seguirán
siendo los encargados de este trabajo”.

1839-1842. P. Serafín Brambilla del Espíritu Santo. No


obstante la ilusión que
pusieron los sucesivos superiores, la situación del
retiro no daba para todo. Economía
fundamentalmente doméstica, suponía el cuidado de
animales y el buen estado
de las instalaciones como el horno del pan, la cocina,
la sastrería y la zapatería, la
carbonera, la colada y la despensa... Los elementos
activos eran siempre los hermanos
y el empleado o “garzone”. Tanto la comunidad como
los rectores tenían conciencia
de que había que mantener el retiro en condiciones de
funcionalidad y de
buen servicio, por lo que se sucedían las obras de
reforma o de ampliación dentro

22 Cfr. Registro... dei capitoli. -Notizie della


Fondazione..., 53. -Libro delle visite...,s. f. - FEDERI

CO, Il B. Domenico..., o. c., 172-192.


23 Libro dei capitoli, 38.
24 Platea, 38, 42, 44, 55.
de la pobreza. Por eso hubo que afrontar la
construcción de un brazo nuevo. Cualquier
donativo que ayudase a las obras era siempre bien
recibido, como los 50 escudos
del cardenal Macchi (sepultado de la basílica de los
Ss. Juan y Pablo, de Roma).
El P. Juan Gerardi, viceprovincial, concluyó el corredor
bajo el brazo nuevo, por
obra sobre todo de los HH. Plácido Cesanelli y Miguel
Ángel Maceroni25.

1842-1845. P. Eutizio Mastrantoni de Santa María.


Para continuar la tradición de
hospitalidad tradicional en el instituto, la comunidad de
Paliano trató de mantener acogedora
la hospedería. En 1844 el card. Castruccio
Castracane, de visita en Paliano, acudió
con Mons. Arrone y varios canónigos de la Catedral de
Palestrina, a saludar a los
religiosos. Quiso confesarse y dejó una limosna para
ayuda de los campesinos de la zona.
El mismo año Mons. Pila, Delegado Apostólico de
Frosinone, quedó edificado tanto
del retiro como, sobre todo, de la modestia de los
religiosos y novicios26.

1845-1847. P. Ángel Parsi del Corazón de María.


Nombrado obispo de Bucarest,
en donde antes había estado de misionero, se había
enamorado tanto del retiro, que al
despedirse y entregar 12 escudos, no pudo reprimir las
lágrimas27. Durante su rectorado
prosiguió la ampliación de la fábrica del retiro y se
pusieron los cimientos para completar
el rectángulo, gracias al trabajo incansable de los
citados hermanos Plácido y Miguel
Ángel; éste debía su vida a la Virgen de la
Puglianella28. En este tiempo la comunidad
estaba formada por 20 profesos (9 sacerdotes y 11
hermanos) y 13 novicios29.

1848-1851. P. Fortunato Berardi de Jesús y María, al


que tocó afrontar las consecuencias
de los acontecimientos ocurridos en los años 1848-
1849: la huida de Pío
IX a Gaeta y la situación de la República Romana. El
cronista juzga como serias y
horribles las cosas ocurridas. Se podía temer la
persecución a los religiosos y la profanación
de las cosas sagradas, como sucedió en 1849. El 20
de abril Garibaldi y sus
tropas se establecieron en Anagni. Al día siguiente,
cinco legionarios guiados por
Agustín Martinelli requisaron el convento y se llevaron
las cuatro mulas y el caballo.
Más tarde llegaron otros con las mismas intenciones,
pero, al encontrarse con que
otros se les habían adelantado en el expolio, se
dedicaron a ver qué otras cosas había
en el retiro. Fueron momentos de susto y temor en la
comunidad. Gracias a Dios, tras
el regreso de Pío IX a Roma, volvió la calma30.

25 Ibid., 37-44. -Notizie del Ritiro..., 56.


26 Platea, 39, 40-41,46. - FILIPPO DELLA S.
FAMIGLIA, Religiosi insigni della provincia dell’Ad

dolorata nella congregazione dei passionisti (ciclost.),


Napoli, 1967, 76.

27 Platea, 43-45. - FILIPPO, Religiosi insigni..., o. c.,


18 ss. - NEust..., 308.

28 Estando un día en la obra se desprendió una pieza


del techo y le golpeó en la cabeza hasta perder

el uso de los sentidos; pero por gracia especial de la


Virgen María no sufrió ningún daño y al cabo
de unos días reemprendió valientemente las tareas. -
Platea, 43.

29 Cfr. RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 25-27.


30 Platea, 47-48. - DE SANTIS, G., Santa Maria di
Pugliano..., o. c., 119 y 125-126.
1851-1854. P. Pio Morelli del Nombre de Jesús. La
comunidad rindió también
homenaje al fundador después de su beatificación con
un triduo los días 14-16 de
noviembre 1853. El lienzo del nuevo beato, en actitud
de predicar al pueblo mientras
un ángel le sugería las palabras, quedó expuesto en
un altar lateral. Hubo muchísima
concurrencia de devotos31.

1854-1855. P. Sebastián Amalberti de San José, uno


de los religiosos más santos
y expertos en el gobierno de la provincia, y fue
procurador general, se resistió a
aceptar por su ya floja salud. Al fin tuvo que admitir el
servicio a la comunidad, por
poco tiempo, pues al morir el P. Secundiano de S.
Miguel Arcángel, pasó a segundo
consultor y dejó el rectorado32.

1855-1863. P. Querubín Luciani de San Luis


desempeñó interinamente el oficio
tras la salida del P. Amalberti, pero luego fue elegido
ya en capítulo, y confirmado
en 1860. Le tocó gobernar la comunidad en los
comienzos de la gran crisis de los
años 60. Hasta en la pacífica población de Paliano
había cambiado el ambiente social.
El P. Luciani pidió ayuda para reforzar la iglesia, que
peligraba en algunos puntos.
Pero la municipalidad la desestimó, lo que arrancó al
cronista un lamento amargo:
“Esta negativa fue la compensación que recibimos los
pasionistas por el bien
que hacen los religiosos en el pueblo. No sé si será
posible encontrar mayor ingratitud
de los palianeses a este retiro. Que sirva de pauta
para quien tenga que gobernar
este convento”33.

3. HOSPITALIDAD Y APOSTOLADO. Todas las


comunidades se han mostrado
abiertas a ejercitantes y a forasteros de paso, teniendo
en cuenta, además de la
caridad evangélica, los riesgos que se corrían en
trayectos largos, sobre todo quienes
iban de Roma al reino de Nápoles o viceversa. En
Paliano había desde 1841 una
hospedería en la que los transeúntes podían ser
acogidos con calor y dignidad. En el
voluminoso registro de 244 páginas (1846 a 1884), en
la época 1839-1863 aparecen
anotados 1.804 transeúntes, algunos para ejercicios
previos a las órdenes sagradas,
otros para cumplir tareas en la comunidad (carpinteros,
organero, etc.), la mayoría
simplemente de paso...34
31
Ibid., 46- 49, 53-54.

32
Ibid., 51. - Cfr. FILIPPO, Religiosi insigni..., 103. - DE
SANTIS, o. c., 107-109, y 122.

33
Ibid., 51-54. - DE SANTIS, o. c., 122 ss.

34
Registro di quelli che pernottano..., o. c. La cifras más
elevadas corresponden a 1849 con 156 y a
1850 con 163. Según unas notas manuscritas del P.
Paulino para este capítulo, llama la atención
el número de170 religiosos de otros institutos que se
acogieron a la hospitalidad de la casa: 92 de
diversas ramas franciscanas (menores observantes,
conventuales, reformados), 11 capuchinos, 10
trinitarios, 28 jesuitas, 6 benedictinos, 6 agustinos, 4
paúles o sacerdotes de la misión, 5 ermitaños
y 8 diversos (dominicos, carmelitas, redentoristas,
somascos, caracciolos y canónigos lateranenses).
- Cfr. caja 44, carp. Paliano 2.2.1.3.
Paliano fue, además de casa de formación,
plenamente apostólica: hasta los últimos
años de este período los sacerdotes participaron en 51
misiones y 61 ejercicios,
llevando su presencia a todos los rincones de la
zona35.

Los habitantes más próximos eran los campesinos del


contorno (“capannari”).
El card. Macchi pedía al rector que se les diera
atención espiritual, ignorando que
los pasionistas les habían consagrado desde el
principio sus servicios apostólicos. La
comunidad ejercía asimismo un apostolado constante
con la atención puntual al culto
de la Virgen de la Puglianella. El P. Amalberti, viendo
la imagen reducida a un
“retrato de la pobreza”, comisionó al escultor José
Petranzzi, de Nápoles, un nuevo
busto de madera. Fue revestida con un nuevo manto
preparado por las monjas de
Bauco y adornada con un anillo de oro, regalo de un
novicio, y dos bellísimos pendientes
también de oro puro con piedras preciosas, regalo de
Luis Grespi, joyero
personal de Pío IX36. “El 10 de abril de 1847 se realizó
la ceremonia de entronización;
la imagen fue expuesta a la pública veneración... El P.
Parsi, antes de su consagración
episcopal, pagó dos coronas de plata, una para la
Virgen y otra para el
Niño Jesús”.

La Virgen de la Puglianella se preocupó de sus


devotos, ante todo de los propios
pasionistas. En los meses de junio-julio de 1847 faltó
el trigo y no había dinero
para comprar el pan. El Vble. Pablo de la Cruz realizó
el milagro, que se recuerda
en el capítulo de la Santidad y Causa del mismo. Pero
también protegió a los
campesinos del contorno. En 1856 se extendió una
plaga que secaba las viñas. El 8
de junio se llevó la imagen procesionalmente hasta el
lugar llamado Oliva Rossa;
allí se dio una triple bendición con la imagen sobre la
multitud, el clero y los religiosos.
La crónica asegura que la plaga cesó inmediatamente
y que la cosecha fue
suficiente37.

4. DIFUNTOS: 1) P. Martín Canale de la I.


Concepción, 1839. - 2) Querubín La
Posta de S. José, novicio, 1841, siete días después de
la toma de hábito. - 3) Nazareno
Ma. Di Silvestro, a los diez días de llegar al convento. -
4) H. José Montagna
del Corazón de Jesús, 1842, famoso por su habilidad
mecánica. - 5) P. Michele Guaita
de Jesús, 1845 mientras predicaba en Olevano. - 6) H.
José Dotta de S. María,
1848. - 7) H. Domingo Fallocco de los Dolores de
María, 1850, postulante y porte35
AGCP, B, 25 (B, III-III/1-5). - Registro in cui si notano
tutte le missioni... dal 1843 fino al 1873.
Años: 1840: 4 misiones y 6 ejercicios; 1845: 8 y 9;
1846: 12 y 12; 1847: 9 y 8; 1850: 12 y 12;
1855: 3 y 10; 1860; 3 y 4.

36
Platea, 44,45. - FILIPPO della S. Famiglia, San Paolo
della Croce e la provincia di Ma. SSma.
Addolorata nella congregazione dei passionisti...,
Paliano, 116-131, Notizie sull’immagine di S.
Maria di Pugliano. - DE SANTIS, o. c., 117.

37
Platea, 45-46, 52.
ro. - 8) P. Gregorio Ferreri de Jesús, 1852. - 9) P.
Germán Arduino de S. María, 1853.

- 10) P. Sebastián Amalberti de S. José, 1862.


3. Retiro de San Sosio Mártir, Falvaterra38
1. ANTECEDENTES HISTÓRICOS. El culto a San
Sosio, compañero de martirio
de San Jenaro en el 305 durante la persecución de
Diocleciano, fue promovido
por los benedictinos de la zona de Montecassino.
Construyeron una capilla, demolida
en 1655 para levantar otra mayor. En 1627 fue
proclamado protector de Falvaterra.
El santuario, atendido algunos años por los carmelitas,
quedó abandonado y
estaba en ruinas cuando fue ofrecido a los
pasionistas39. El fundador tomó posesión
en 175140. Fue recuperado después de la supresión.
En 1827 se dice que componían
la comunidad 16 religiosos (5 sac.+4 est.+7
hermanos)41. En general fue una comunidad
numerosa. Comienza el periodo histórico de 1839 con
23 religiosos; en 1842
eran 24; en 1843 habían aumentado a 27; en 1847, en
el retiro di S. Sosio, habitaban
unos 23 profesos (9+7+7).
2. SUPERIORES. La comunidad fue gobernada por
ocho rectores, de entre los
religiosos más conspicuos de la provincia. Su
localización en el límite del Estado
Pontificio con el reino de las Dos Sicilias facilitaba la
entrada en el reino, siempre
con prudencia, para la predicación o para la
postulación. Comunidad que no nadaba
en recursos, era sensible a las situaciones de los
demás retiros. Merece la pena enumerar
a los superiores, y aunque no hay hechos de gran
relieve, a cada uno se le recuerda
por algún momento o rasgo.
38
AGCP, Fondo DOL, Paliano. - ASSOSIO, mns.,
Registro in cui si notano tutte le missioni ed esercizi
fatti dai soggetti di questo ritiro di S. Sosio Martire...
primo giugno 1827, pp. 380. - Inventarios
de 1839, 1845, 1848, 1851, 1854, 1859 y 1863. -Libro
nel quale si registrano le visite, decreti
e ordini dei superiori dal 1832 al 1911. -Libro
dell’introito ed esito del ritiro di San Sosio dal
giorno 19 luglio dell’anno 1839 all’anno 1869 (fondo
mns.). -Platea-Cronaca del Ritiro di San
Sosio 1747-1939, mns. de 172 pp. -Libro in cui si
notano tutti i religiosi esistenti di famiglia...anno
1827-1854 Sono registrati ancora quelli religiosi che
sono di passaggio. - NOTA: Este documento
está deteriorado en la parte inferior, correspondiente a
los cinco o seis últimos nombres de
la lista, que se pueden leer; también es deficiente la
legibilidad de otros, como apellido religioso,
fechas de llegada y salida, lugar de procedencia y de
destino; por eso los datos que se toman de allí
no son absolutamente fiables. - ALONSO BLANCO,
PMP, abril 1992, 21-23. - ZOFFOLI, o. c., I,
894-922. - GIORGINI, Historia..., o. c., I, 161; y II/2, 74,
88ss. - NASELLI, Historia..., o. c.,
II/1,311-314. - FILIPPO della S. Famiglia, S. Paolo
della Croce e la prov. dell’Addolorata, o. c., p.
95-111. - Id., I Passionisti della Provincia..., II y III (la
provincia nel secolo XIX), mcn. - Id., Santuario
e ritiro di S. Sosio Martire 1751/1951, Falvaterra, 1951.
-I PASSIONISTI: Ritiro di S. Sosio
Martire, Falvaterra (Fr), en PMP (Presenza Missionaria
Passionista), luglio,1990, 15-18.

39
I Passionisti: Ritiro di S. Sosio Martire, Falvaterra, FR,
en PMP, luglio 1990, 15-18.

40
FILIPPO della S. Famiglia, Santuario e ritiro di San
Sosio Martire 1751-1951, o. c., 20-26. - ZOFFOLI,
San Paolo della Croce..., o. c., I, 894-905.

41
GIORGINI, Storia...,o. c., II/2,151-154. - ASSOSIO,
Inventario 1849, scanzia G, n. 11.
1839-1842. P. Ambrosio Baldassi de la Sma.
Concepción, futuro superior provincial42.
Entre los elementos de educación de los jóvenes
pasionistas resaltaba la
formación musical. En San Sosio se advierte la
presencia frecuente del organero para
revisar el órgano que había sido llevado de la
comunidad suprimida de Terracina,

o para añadir nuevos registros43.


1842-1845. P. Felipe Squarcia de la Anunciación,
ilustre cultivador de la historia
de la congregación, había pasado unos años en la
misión de Bulgaria, y dejó inédito
un Diccionario ítalo-búlgaro. A sus 50 años era un
misionero muy apreciado,
sobre todo por sus catequesis44.

1845-1848. P. Carlos Tavazzi de la V. de la Paz . La


platea destaca su empeño
por la limpieza de la casa, de la iglesia y de la
sacristía, y por la remoción de los objetos
viejos o arruinados y su reposición con elementos
nuevos, como la sede del sacerdote
en el altar, la mesa de la sacristía, las lámparas en mal
estado, etc. Renovó
el pavimento de la sacristía y mandó pintar en el techo
de la misma la imagen de San
Sosio librando del cólera al retiro. Y estuvo también
atento al enriquecimiento cultural
del centro de estudios, con los 18 volúmenes de la
Conciliorum Collectio Maxima,
de Felipe Labbè45.

1848-1851. P. Secundiano Giorgeri de S. Miguel


Arcángel46. En los 24 años de
este período histórico la comunidad sólo tuvo que sufrir
un hecho desagradable: el
abandono del P. Alejandro Pica, que había quedado
de superior interino mientras el

P. Secundiano iba al capítulo. Ya de mucho tiempo


antes se había provisto de vestidos
de seglar y de una suma de dinero, y se marchó de
noche. Los religiosos tuvieron
que soportar una situación que empañaba el buen
nombre mantenido siempre
por los pasionistas47. También a la casa de San Sosio
le afectaron los acontecimientos
políticos de los años 1848-1849. En previsión del
decreto por el que los bienes
42
FILIPPO della S. Famiglia, Religiosi insigni..., o. c.,
139. - DNEust, 360.

43
Cfr. Libro di Capitoli Locali, f. 5, 24.10.1840, el P.
Ambrosio propone añadir nuevos registros. El
21.05.1841 se reunió el capítulo local para aprobar
nuevos registros. - Cfr. Santuario e ritiro..., o.
c., 42.

44
Autor de una biografía del P. Domingo Barberi,
Ferentino, Tip. Nono, 186; publicó la obra del P.
Domingo Risposte di conforto alle anime tentate, que
mereció cinco ediciones, la tercera en Aversa
en 1853, durante la fundación. - Cfr. AGCP, A,123,
Fondazioni nel Regno di Napoli, Aversa,
carta del 26 junio 1853 al P. Testa. También la obra
del P. Domingo La Paraninfa. En cambio quedaron
en manuscrito Cenni sopra la vida del P. Domenico
della Madre di Dio, sac. pass., y Ristretto
della Vita del P. Giov. Battista, fratello di N. S. Padre. -
DNEust, 396. - FILIPPO, Religiosi
insigni..., o. c., 78. - Platea, 55. - El 07.05.1842 reunió
el capítulo local para la compra de doce
vols. de S. Juan Crisóstomo, p. 5.

45
Platea, 49. -Libro di Famiglia, 42-43. - DNEust 240.

46
Libro di Famiglia…, 58-59.
47
Platea, 51-52.
de las iglesias y de las congregaciones religiosas
fueran arrebatados por la república,
la comunidad fue ocultando las cosas de algún valor,
especialmente en el vecino
reino de Nápoles. Cuando salió el decreto, el P. Testa
declaró con la autoridad pontificia
que se le había otorgado, que cualquier cosa
escondida o extraviada no pertenecía
ya al retiro de San Sosio hasta una nueva disposición.
El día señalado por los
republicanos para el inventario y la expropiación del
retiro, el 17 de febrero de 1849,
se presentaron como unas 30 personas armadas.
Encargaron al P. Secundiano Giorgeri
que lo hiciera, a lo que se negó en redondo. Estaba
ausente del retiro y al regresar
le dispararon un tiro cerca de Ceprano, sin alcanzarlo.
Recurriendo a diversos argumentos,
logró que el prior de Falvaterra, José Amati, no
asentara en el recinto del
retiro un escuadrón de republicanos; pero, situados
afuera, dieron no pocas molestias.
Sólo cuando se extendió la noticia de que tropas de
Nápoles se encaminaban
hacia Roma se dispersaran los republicanos y volvió la
paz al retiro por un poco de
tiempo. Apareció Garibaldi con su ejército y sembró tal
terror por la zona, que la
gente, dejándolo todo, trató de salvarse huyendo.

El 26 de mayo llegaron 24 garibaldinos, que


mantuvieron a los religiosos en dolorosa
angustia, pues les pusieron los fusiles o en los ojos o
en los oídos, acompañando
el brutal gesto con amenazas y juramentos. Robaron
las gallinas, saquearon la huerta,
se llevaron el único caballo que había y anunciaron
que regresarían. Los religiosos
salieron aquella misma tarde para refugiarse en San
Giovanni Incarico, donde las familias
Cayro y Santoro los acogieron caritativamente. El día
27 volvieron a casa48.
1851-1854. P. Jerónimo Salvucci de San José. Su
trienio estuvo animado por el
acontecimiento de la beatificación del fundador,
primero con los preparativos y al
final con el triduo de acción de gracias como en las
demás comunidades; se celebró
los días 23-25 de abril de 1854. Trescientas luces de
cera iluminaron la iglesia. El
obispo de Veroli estuvo presente los tres días. La
gente de Falvaterra dio pruebas de
profunda adhesión a los pasionistas, y para reforzarla
sucedió un hecho prodigioso:
un muchacho de 13 ó 14 años, impedido de caminar
por culpa de un reúma extremo,
logró moverse y correr cuando recibió del obispo la
bendición con la reliquia
del beato. La multitud gritaba: Gracia del beato
Pablo49.

1854-1857. P. Ramón Scannerini de la V. Dolorosa,


gastó sus energías en concluir
las obras que los predecesores habían dejado
incompletas, como la habitación
para el obispo cuando acudía a ejercicios o a visitar a
la comunidad; en reponer el
horno del pan y acomodar la sala de desayuno en la
que entraban demasiado los forasteros,
etc. Pero su ocupación predilecta era participar en las
misiones50.

48 Ibid., 52-54.
49 Ibid., 56-60.
50 Ibid., 59. -Notizie appartenenti al ritiro di
Pontecorvo, p.12. - Cfr. ASSosio, Documentos.
1857-1860. P. Tadeo Acquaroni de la Madre de Dios51
. Apenas tomó posesión
se planteó la construcción de la escalera de acceso a
la iglesia, de la que dice la crónica
que era indigna, o si se quiere, escandalosa. Para
financiar la construcción
mandó efectuar una postulación en las diócesis en las
que tenía permitida esta fuente
de ingresos: Sora, Veroli, Gaeta y Montecassino. El
resultado de la colecta le animó
a emprender la obra que le ocupó los años de su
rectorado, siguiendo el plan y
la dirección gratuitos del ingeniero real de Puentes y
Caminos, D. Esteban De Focatis.
Incluso quedó una parte para su sucesor52.

1860-1863. P. Ciriaco Garelli de Santo Domingo53 .


Preocupado siempre por conseguir
un retiro más acogedor, pintó la casa según las
necesidades; levantó una cruz
muy alta en el camino que lleva a Falvaterra, y amplió
el salón al que en 1861 fue trasladada
la biblioteca. Como actividad interna se puede
considerar la mejora de los objetos
sagrados. La situación política que siguió a la anexión
del reino de Nápoles a la
Italia Unida de los piamonteses repercutió sobre la
vida y la economía de una comunidad
numerosa. Los habitantes de las diócesis de Gaeta,
Sora, Montecassino y Veroli
eran generosos, incluso cuando la postulación era
extraordinaria, como la realizada
por el P. Tadeo para construir la escalinata, según se
ha dicho. Pero los acontecimientos
de los años sesenta dificultaron la postulación en el
antiguo reino, onde si ebbe non
poco a stentare per provvedere del necessario la
numerosa famiglia religiosa54.

No obstante, la comunidad no vivía encerrada en su


propio círculo; era consciente
de la pertenencia a una provincia cuyos recursos eran
muy limitados; la de
San Sossio vivía pobremente para ser generosa con
las demás comunidades, especialmente
las de nueva fundación, como Moricone, Sora e
Pontecorvo. Además de
regalar ornamentos sagrados, cedió buena parte de
los pueblos asignados para la
postulación a San Sosio.

3. CASA DE ESTUDIOS. La comunidad mantuvo un


elevado nivel cultural gracias
a la presencia de estudiantes55 con lectores como los
PP. Félix Macera de la Dolorosa,
Egidio Gaggini de la Dolorosa, o Gabriel Abisati de la
Presentación, uno de los
51 Libro de Fam., 86-87.
52 Platea 61: Se recogieron 266,78 escudos (89,78 en
Veroli, 28 en Sora, 20 en Gaeta y 129 en Mon

tecassino) somma ben soddisfacente a dar animo


all’impresa.
53
Libro di Famiglia, 96-97. - TITO, 164.

54
Platea, 66.

55
En 1854 tres estudiantes llegaban de Sora per
continuare lo studio. - En 1855-1856, siete también
de Sora di famiglia, que en 1857 marcharon a Aquila;
en 1858, 5 estudiantes di famiglia. En 1859,
tres estudiantes aunque en fechas distintas. - En 1860,
3 estudiantes. Entre los que estudiaron en
San Sosio figura el P. Fortunato de San Pablo, De
Gruttis: llegó el 31 de mayo de 1847; en 1849
aparece ya como sacerdote de familia. -Libro di
Famiglia..., 36-37, 38-39 42-43; 50-51; 62-63 y
86-87; 74-75; 90-91, 92-93, 94-95, 96-97. -
FILIPPO,Reiligiosi insigni..., 141. – La Civiltà Cattolica,
serie VII, vol. VIII, 1869, 712.
más ilustres como profesor durante más de treinta
años y escritor; participó en el Con

cilio Vaticano I como teólogo de Mons. José Ma.


Bovieri, obispo de Montefiascone...56.
La comunidad mantuvo un esfuerzo digno de aplauso
para enriquecer y actuali

zar la biblioteca con más de 4.000 volúmenes, como


se recuerda más adelante57.

4. APOSTOLADO. Llama la atención que esta


comunidad, preferentemente formativa,
lograra desplegar tanta actividad apostólica.
Limitándonos sólo a algunos datos:
en 1839 se dieron 8 misiones y otros tantos ejercicios;
al año siguiente, 7 misiones
y 9 ejercicios... La comunidad podía disfrutar de
grandes predicadores, buenos catequistas
y pacientes confesores... Algunos religiosos estaban
especialmente preparados
para dirigir ejercicios en monasterios y seminarios o al
clero diocesano. Además,
entre estas y otras actividades, la comunidad tenía el
compromiso de llevar la comunión
a los enfermos que vivían en las casas de la zona;
servicio que solía desempeñar
el rector, aunque en otras ocasiones lo confiaba a otro
miembro de la comunidad58 .
Según el Libro in cui si registrano quelli che vengono a
fare gli spirituali esercizi,
de 1832 a 1861 se contabilizaron 966 personas; es
decir, en 31 años, un promedio
de 46. Los acontecimientos políticos en torno a 1848
hicieron menos seguros los
viajes, y descendió el número de los que se retiraban a
San Sosio; por ejemplo en
1849 sólo figuran 6, y 15 en 185459.

5. DIFUNTOS. 1) P. Urbano Farina de San Mateo,


1839. - 2) P. Hermenegildo
Cecchi de S. José, 1843. - 3) H. Juan Lorenzo
Giannechini de la Pasión, 1844. - 4)
H. Firmiano Ferrucci de la Asunción, 1845. - 5) P.
Carlos Tavazzi de la Virgen de la
Paz, 1853. - 6) P. Secundiano Giorgeri de S. Miguel
Arcángel, 1854. - 7) H. Fidel
Pierini de S. Francisco de Asís, 1859. - 8) P. Angel-
Luis Girardengo de la Madre de
Dios, 1862. - 9) H. Arcángel Colapietro de las Santas
Llagas, 1863.
4. Retiro de la Santísima Trinidad, Montecavo60
1. ANTECEDENTES. Los deseos expresados por S.
Pablo de la Cruz de tener
un retiro cerca de Roma se remontan a 1742; pero
sólo en 1757 el card. Carlos Ma.
56
Libro dei capitoli locali, 22.05.1861, 14. - Cfr.
COMPARELLI, G., La biblioteca S. Sosio Martire
di Falvaterra. Vicende storiche e sviluppo nella vita
culturale dei secoli XVIII e XIX, pp. 1332,
en Biblioteca di S. Sosio Martire, Falvaterra: Inventario
del fondo antico, Falvaterra, aprile
2007 a cura di Benedetto Volpe.

57
Libro dei capitoli locali, 22 mayo 1861, 14. - Cfr.
COMPARELLI, G., La biblioteca di S. Sosio...,

o. c., 13-32.
58 Platea, 51. En 1846 el P. Tavazzi se encontró con
que no había una caja portaviáticos, por lo que
compró una de metal.

59
Los datos no siempre son fiables por deficiente
separación en algunos años (1851-1854).

60
AGCP, B, 26 (B, III-IV/1-3º.). - Cfr. FILIPPO della S.
Famiglia, Il Maestro di San Gabriele..., o.

c., p. 29. - ZOFFOLIi, o. c., I, 1033. - GIORGINI,


Hitoria..., o. c., I, 172 ss; II/2, 153 - ALONSO
Sacripanti, obispo de Frascati, y el príncipe Lorenzo
Colonna, señor de Montecavo,
le confiaron el convento y la iglesia que habían
abandonado los trinitarios (17251744).
El P. Struzzieri tomó posesión el 02 07-1757, aunque
la inauguración se retrasó
hasta el 19.03.1758. El retiro fue suprimido en el
período 1810-1814. Reabierto
en 1815, recibió varias visitas de los bandoleros.
Según el informe sobre el estado
de la congregación, en 1826 había 11 religiosos61.

2. SUPERIORES. La comunidad de Monte Cavo inició


este periodo histórico
(1839-1863) con una experiencia particular: los
miembros del XX Capítulo Provincial
de la Dolorosa subieron a Monte Cavo para tener en la
casa, por primera vez,
las sesiones habituales. Los acogió el P. Teodoro
Menciacchi, rector en ejercicio,
que cedió el puesto a uno nuevo. En otros capítulos de
esta historia se ha procedido
con una metodología diferente, vinculando a cada
superior con las obras y actividades
más significativas de su gobierno. Pero en el caso de
este retiro, las noticias son
repetitivas en cada rectorado, por lo que ha parecido
mejor agruparlas por temática.
De manera que ahora sólo se da el nombre de cada
superior con alguna pincelada
relativa a su personalidad.
1839-1842. P. Justino Anfossi de la Sma. Concepción,
lector durante muchos
años, gran misionero, encontró en Monte Cavo la paz
del ambiente; su primera preocupación
fue comprar ornamentos dignos. Posiblemente no se
había logrado reponer
todo lo que se arruinó en el incendio de 182362.

1842-1845. P. Flaviano Saglietto de San Francisco;


padecía un problema cardíaco,
del que murió en Ceccano. Las visitas de los ladrones
y maleantes le obligaron
a proteger la casa con rejas en ventanas y puertas.
1845-1847. P. Vicente Caporuscio del Smo.
Sacramento. Acababa de profesar en
1810 cuando llegó la supresión y tuvo que refugiarse
con su familia. Aquella experiencia
se mantenía viva en su recuerdo y no quería repetirla;
por eso, como las noticias
que llegaban hasta lo alto de la montaña le tenían
preocupado, renunció al oficio para
no pasar por una segunda supresión. Murió en 1870
como decano de la congregación.

1847-1851. P. Jerónimo Salvucci de San José,


reelegido en 1848-1851. Amante de
las misiones, disfrutaba del ambiente comunitario y
llegó a ser maestro de novicios.

BLANCO, I passionisti..., en PMP, julio 1992, 20-21, y


agosto septiembre 1992, 19-21. - TITO, I
Passionisti della Prov. dell’Addolorata, o. c., III, 118. -
PICCOLINI, G., La topografia del tempio
di Giove Laziale e la costruzione dell’eremitorio su
Monte Cavo, Grottaferrata, 1914. - PAVESE,
M. A., Una montagna alle porte di Roma: fra quercie e
castagne: a Monte Cavo sale l’antica
strada dei trionfatori, en Il Quotidiano, 26.09.1951, 3. -
Sobre el uso del nombre, G. MORONI,
Dizionario..., o. c., Indice I-NYS, vol. IV, 421, dice que
se usa indistintamente Monte Cave, o
Cavi, o Albano, o Laziale o Cavo, denominazione
originata dai suoi primitivi abitanti chiamati
“cabenses” o “cabani”. Aquí se ha preferido la última
forma.

61 GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 126.

62 AGCP, B, 26 (B, III-IV-1-3). - Platea, 39.


1851-1854. P. Ciriaco Garelli de Santo Domingo.
Superior muy activo en las reformas
de la casa, de manera que, sin obras espectaculares,
hizo más acogedor el retiro63.

1854-1857. P. Joaquín Brunori de San Pablo. Al


concluir el trienio fue destinado
al nuevo noviciado de Pontecorvo, pero renunció en el
mismo capítulo64.

1857-1859. P. Clemente Celani de S. Benito.


Renunció, y volvió el P. Ciriaco.
Misionero, maestro de novicios.

1860-1863. P. Pablo Luis Foglietta de la V. Dolorosa,


reelegido en 1863. Había
ingresado siendo ya sacerdote. Fue secretario
personal del P. Testa, al que acompañó
a Montecavo cuando en 1859 se retiró a reponer la
salud. Posiblemente aquellos días
le sirvieron para saborear la paz de la montaña y
aceptó el rectorado poco después.
Los domingos acudía a dar catequesis en los barrios y
a visitar a los encarcelados de
Roma65.

3. LA VIDA EN LA MONTAÑA. El gobierno de cada


superior estuvo condicionado
por la comunidad bastante numerosa, sobre todo
cuando hubo estudiantes, como
consta por el informe de 184766. En general, la vida
comunitaria transcurría con
serenidad y paz en el ministerio apostólico. No
obstante la máxima soledad, el rigor
climatológico y las frecuentes molestias de los
bandoleros, en el retiro no se produjeron
problemas de mayor calibre. El único incidente fue el
relativo al H. Santiago
Franceschini de San Esteban en los años 1857-1859,
al que la crónica dedica un par
de páginas para explicar por qué motivo los superiores
tuvieron que expulsarlo en
enero de 1859. El mismo interesado dijo a más de uno
que no había tenido vocación,
y que si se había hecho religioso había sido por la
insistencia de su madre. El cronista
concluye la relación con esta sentencia: La pera
estaba ya madura desde hacía
tiempo67 .
Se trataba de una comunidad preocupada por la
formación intelectual. Entre las
obras adquiridas en 1842 figuran las de S. Francisco
de Sales. En 1848 los religiosos
encuadernaron más de 400 volúmenes. En 1858 se
compraron las obras de Perrone,
la Moral de Scavini y todas las de G. Ventura. Por
último en 1862 se recibió
de regalo la biblioteca del arcipresta de Rocca,
Jerónimo Sciamplicotti; también fue
regalada la Suma de Santo Tomás68.

El P. Ciriaco encontró la biblioteca un tanto revuelta y


con muchos libros des
63 Platea, 44-45.
64 TITO, o. c., III, 164.
65 Id., ibid., III, 165.
66 RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 27-28.
67 Platea, 53. -Libro dei Dimessi, n. 415, del
04.01.1859.
68 Platea, 52 y 57.
encuadernados, y mandó llamar a dos jóvenes de
Ferentino que del 17 de junio al
30 de julio encuadernaron unos doscientos tomos de la
biblioteca, además de tres
misales graduales, dos libros de administración, etc.69
.

Retiro e iglesia. Desde el retiro se podía disfrutar, en el


verano, de una visión panoramica
de la campiña romana, pero en invierno, la nieve, la
lluvia y el viento atormentaban
mucho a los religiosos. Los documentos hablan
claramente de la solicitud
de los superiores, e igualmente de los visitadores, por
acomodar y perfeccionar las
chimeneas de la lavandería, de la calefacción y de la
sala de recreo. Hubo continuas
obras, se demolieron viejas paredes, se asearon los
locales y se trató de evitar las
molestias del humo que lo invadía todo. En 1854 la
chimenea de la recreación debió
ser sustituida por una estufa, y desde entonces se ha
alcanzado el objetivo de
mantener la habitación sin humo70 . Los superiores
tuvieron que vivir en un retiro
necesitado de reparaciones ininterrumpidas. En los 24
años de este período aparecen
constantemente necesitados de arreglo la sastrería, la
carpintería, la recreación,
la portería, la hospedería o el cafetín. Los HH.
Salvador Fragnoli y Plácido Cesanelli
renovaron en 1846 el refectorio con ayuda de un
ebanista romano. En septiembre
de 1852 se puso fin al acondicionamiento de la
casa71. El cronista enumera con satisfacción
todos los cambios y nuevas adquisiciones. La nueva
cocina se estrenó el
13 de septiembre de 1852 con motivo de la visita de
Pío IX72.

En diversos momentos (1856, 1862...) hubo que


acometer la reparación de todo
el edificio. Un rayo caído en 1863 obligó a nuevas
obras. Para salvaguardar con una
tapia la propiedad se usaron las abundantes piedras
que hay en ella (1848,1851...).
Y hubo que adquirir, amén de otras muchas cosas, dos
carretones para el trasporte
de los géneros alimenticios, del trigo y del aceite
(1847-1848)73. También en la iglesia
fueron frecuentes los arreglos: en 1858 hubo que
cambiar el armazón de las dos
campanas, y en 1862 se añadió al campanario una
cúpula de piedra74.

Acontecimientos políticos y hospitalidad. El cronista


habla de tiempos revueltos.
A la vista de los acontecimientos de 1848-1849 buscó
refugio en Montecavo el rec

69
Ibid., 44.
70
Ibid., 40-41 y 44.

71
Ibid., 41,43, 46-48.

72
Ibid., 47-48. Más tarde se colocó en el refectorio,
debajo del cuadro de la Santa Cena, una inscripción
alusiva.

73
Por falta de dinero, algún año cedieron a otros la tala
de los castaños (1852) y vendieron la viña
que había dejado a la comunidad la señora Apolonia
Trabocchia (1857).

74
Platea, 40-42. Todos estos trabajos y la adquisición de
objetos, además de los gastos del convento,
fueron posibles por la ayuda de bienhechores como el
señor Pedro Toietti, o el albañil de Rocca,
maestro Juan Santangeli, el card. Mattei, Luis
Paparozzi, Miguel Angel Passini de Rocca di
Papa y el también albañil Esteban Copellini, de Monte
Porzio.
tor de Roma, P. Lorenzo Ma. Salvi, junto con otros
señores romanos, especialmente
un sobrino de Cayetano Moroni; el cual, agradecido
por la hospitalidad dada a su
sobrino, regaló diversos objetos y su voluminosa obra
Dizionario di Erudizione Storico-
ecclesiastica y otras de la Capilla Pontificia75. El retiro
tuvo que soportar el 8
de mayo de 1849 la presencia de una cuadrilla de
cerca de 200 hombres entre napolitanos
y suizos, mandados por el capitán Tomassi. Muchos
de ellos, comidos por las
picaduras de los insectos y otras epidemias, fueron
atendidos con caridad y solicitud
por el enfermero H. Ramón Macciò de la Dolorosa. En
la noche del día 11 se vio
cómo salían del bosque muchas luces, y por temor a
que fueran garibaldinos acampados
en Rocca Priora, se hizo fuego por cerca de una hora.
A pesar de todo esto, el
de Montecavo fue uno de los retiros menos
perjudicados por la revolución romana76.
La beatificación del fundador. La comunidad celebró el
triduo los días 3-5 de septiembre
de 1853. Para la ocasión se encargó en Roma un
cuadro realizado por Filippo
Balbi, que cobró 80 escudos, y quedó colocado en uno
de los altares laterales. Las
misas, las vísperas y el Tedeum fueron cantados
gratuitamente por 10 hombres de Velletri
bajo la batuta del maestro Pascual Tuschi, de 77 años.
Predicaron el can. Lorenzo
Sebastiani, de Frascati, y el arcipreste Moroni de
Albano. Todo transcurrió con orden
bajo la vigilancia de cuatro carabineros enviados por el
prior de Rocca di Papa77.

Huéspedes insignes. Además de bastantes religiosos,


algunos de los cuales, como
el P. Testa en 1859, buscaron reposo en el retiro, otros
personajes ilustres encontraron
en la montaña descanso y tranquilidad. Entre otros,
hay que recordar al profesor
e inventor Angel Luswergh. Conocido ya desde cuando
en 1828 colocó el pararrayos
del campanario, en 1851 volvió a arreglarlos
gratuitamente, agradecido por
la acogida dispensada a un hijo suyo que había estado
en la casa haciendo ejercicios
espirituales. Mandó los pararrayos a Roma para que
los ajustasen sus hijos y luego
los colocó él personalmente, a pesar de andar ya débil
de salud. Contento, hizo confesión
general y después marchó a Frascati78. La visita más
ilustre fue la de Pío IX
el 13 de septiembre de 1852. A recibirlo acudieron el
P. Testa y todos los religiosos.
Pasó el día en la casa, dedicado a la oración, al
diálogo con el padre general y la comunidad;
paseó por la huerta y se distrajo contemplando la
campiña. Quiso comer
en el refectorio con algunos religiosos y su séquito.
Dejó una limosna de 50 escudos.
En recuerdo de este acontecimiento se colocó en el
comedor, al año siguiente,
una lápida de mármol79. Una tercera visita destacada
fue la de la princesa Laura de

75 Después permaneció siempre muy adicto a los


pasionistas.
76 Platea, 42- 43. - TITO, I Passionisti..., o. c., 131-
133.
77 Platea, 49. El P. Testa dio 20 escudos. - FILIPPO,
Storia della Provincia..., o. c., 1851-1860, 6.
78 Platea, 43-44. - Está sepultado en la basílica de los
Ss. Juan y Pablo, Roma.
79 Ibid., 46-48. A PIO IX, PONTÍFICE MÁXIMO,
PRÍNCIPE GENEROSO Y SANTÍSIMO, QUE

SIGUIENDO LOS PASOS DE SUS PREDECESORES


PIO II Y ALEJANDRO VII, EL AÑO DE
Beaufremont en septiembre de 1857, que se detuvo
algunos días con licencia del padre
general80.

Después de este período (1839-1863) el retiro de


Montecavo fue expropiado por
el estado; el P. Secchi, jesuita, estableció sobre el
monte un observatorio astronómico,
y consiguió que quedasen al servicio de la iglesia seis
religiosos. El 1 de abril de
1877 el retiro y la iglesia fueron declarados
Monumento Nacional; pero por fin el
retiro se clausuró en 188981.

4. DIFUNTOS. 1) P. Domingo-Luis Emiliani de S.


Antonio, 1839. - 2) H. Josafat
Fedeli de San José, 1844. - 3) Genaro Mancini de la
Pasión, estudiante, 1852.
5. Retiro de Santa María del Socorro, Aquila82
1. OFRECIMIENTO. La fundación de este retiro en
1830 se narra en el volumen
recedente83. Aquí se ofrece un resumen para aquellos
que no tengan a mano el
texto mencionado. Dos aquilanos residentes en
Nápoles quisieron llevar a su ciudad
natal a los pasionistas. Se trataba de D. Lelio Rivera,
Director General de Correos
en Nápoles, y su esposa Da. Mariannina Manieri. D.
Lelio Rivera hizo llegar la súplica
al P. Tomás Albesano, que en aquel momento no
disponía de religiosos para
enviar. El capítulo general de 1827 aprobó las
fundaciones de Aquila, en el reino de
Nápoles, y de Lucca, en el gran ducado de Toscana84.
Se ofrecía iglesia y local adjunto
para c convento. El rey de Nápoles dio su licencia85.
El 13 de julio de 1830 los
pasionistas, después de misionar en la ciudad como
era habitual antes de cualquier
1852 COMPARTIÓ LA MESA CON TODA LA CURIA
Y LOS RELIGIOSOS PASIONISTAS,
EL P. ANTONIO DI S. GIACOMO, SUPERIOR
GENERAL, Y LA CONGREGACIÓN LE DEDICAN
ESTA LÁPIDA. – TITO, I passionisti..., o. c., III, 141-
144.

80
Platea, 52 y 56.

81
Cfr. AGCP, B, 26 (B, II-IV, 1-3º y 1-4º), Relazione della
soppressione del ritiro della Sma. Trinità
in Montecavo, firmada por el P. Giustino Aspri de la
SS.ma Lancia. - Platea, 66.

82
Platea di questo ritiro di Maraí Ssma. del Soccorso in
Aquila, di cui si prese solenne possesso il
di 13 luglio 1830 (fotocopia). -Libro in cui si registrano
le sacre visite dei superiori, ed altri ordini,
e licenze che si danno dalli medessimi), diviso in due
parti; termina con la visita del P. Pedro
P. Cayro el 02.09.1860. - Notizie sul Ritiro della
Madonna Sma. del Soccorso presso la città
del’Aquila, en AGCP, B, 27 (B, III/IV-2.,2º.). -TITO,
Prov. dell’Addolorata..., 169-176. - CIPOLLONE,
F., Storia della Prov. dell’Addolorata, 1821-1830, 25.

83
GIORGINI, Historia…, o. c.,II/2, 175-178.

84
DeR, [23]-[25].

85
En el frontis de la iglesia se conserva el escudo
pasionista bellamente esculpido en piedra. Dentro
una inscripción a máquina explica la historia: Santuario
Mariano desde 1450. El pueblo de la ciudad
de Aquila construyó la iglesia comenzando en 1469 en
honor de una imagen de María invocada
como socorro espiritual. Los monjes benedictinos
olivetanos animaron el culto durante dos
siglos. Durante un breve período estuvieron los
pasionistas. Desde 1865 habitaron aquí los capu
fundación, tomaron posesión de la casa. Los 18
religiosos (6 sacerdotes, 6 estudiantes
y 6 hermanos) iniciaron la vida regular el mismo día de
la inauguración86. Esta
nueva casa supuso la entrada oficial de los pasionistas
en el reino de Nápoles. Además
abrió el camino para nuevas vocaciones (fue siempre
casa de formación).

Parece que era retiro de notable potencial económico;


se recibía mucho aceite en
la cuestación, y luego se vendía para atender a otras
necesidades. Los superiores mayores
vigilaron sobre este particular en las 21 visitas
canónicas que se hicieron de
1839 a 1860. En la suya del 31.07.1839, el P. Testa
autoriza la postulación de diversos
productos, pero advierte que una vez hecha la reserva
para un conveniente sostenimiento
de la comunidad, el resto se dé a los pobres.
2. RECTORES: En el capítulo provincial de 1839, el P.
Testa recordó a los electores
que el de Aquila era un retiro de mucha sujeción o
dedicación. Por la distancia
de los superiores mayores, por el aislamiento respecto
a los demás retiros de la provincia,
y por el prestigio que tenía una ciudad como Aquila, se
necesitaba un superior
de virtud probada, de equilibrio y de experiencia para
sortear las dificultades87.
1839-1842. P. Sebastián Amalberti de San José,
impresionado por las cualidades
que se exigían para el puesto, dijo estar dispuesto a
aceptar cualquier otro rectorado
con tal de que lo exonerasen de aquel88. Dio fuerte
impulso a las misiones:
26 en su trienio; participó con frecuencia él mismo89.
A causa de la distancia de Roma
y de la dificultad de las comunicaciones, el retiro tuvo
que tomar iniciativas particulares,
como la construcción de su propio telar para los
hábitos; sin embargo, parece
que no se usó mucho, pues en 1860 mandó el
provincial que se rehabilitase el
telar de lana mucho tiempo abandonado con algunos
gastos porque se habían perdido
o deteriorado algunas piezas del mismo.

En 1841 el retiro compró un terreno que, en principio,


el ayuntamiento destina-

chinos, mientras se construía el cementerio. El estilo


de la iglesia es el gótico del Renacimiento
y en ella se venera una imagen de la Virgen con el
Niño, enmarcada en un tabernáculo de piedra
labrada con ángeles y flores de Andrés de Aquila. Hay
también un crucifijo mayor que el natural
y pinturas antiguas. Anejo a la iglesia está el claustro
del antiguo monasterio.

86
Notizie..., 1-4. - CERRONI, III, 78-79. El P. Colombo
estableció en Aquila en 1830 un noviciado;
de los dos novicios que tomaron el hábito uno se fugó;
el otro, H. Venancio De Nuntiis de San
Luis, profesó el 26 de mayo de 1832. Questo fu il
primo e ultimo. Después se clausuró aquel noviciado.
-Notizie..., f. 23.

87
Sus superiores figuran entre los religiosos más
cualificados: Felipe Squarcia, Sebastián Amalberti,
Juan Gerardi y Ambrosio Baldassi.

88
De 1855 a 1857 fue procurador por defunción del P. R.
Cervara. - Atti..., 1839, 1ª.sesión. - CERRONI,
III, 104.

89
Libro di Ministeri..., pp.25,29,30, 32. Durante la misión
de Valle Cavalletta, dióc. de Aquila, agosto-
septiembre 1841, varios grupos armados
obstaculizaron los actos. - Ibid. p. 36.
ba a cementerio. El retiro, que permitía la vida interna
de los religiosos, no salvaguardaba
la intimidad de puertas afuera; por lo que, además de
comprar aquel terreno,
el superior procuró levantar una tapia que aislara la
casa del camposanto. En el
siguiente capítulo el P. Sebastián salió elegido
provincial, por lo que dejó la residencia
de Aquila90.

1842-1845. P Juan Gerardi del N. Jesús. Había sido


consultor y viceprovincial
por la marcha del P. Domingo Barberi a la fundación
nordeuropea. Cuando fue elegido
estaba designado ya para la misión de Sora. Llegó el
17 de junio. Y pocos días
más tarde, el 1 de julio, se presentó a hacer la visita el
ex-general y primer consultor,
P. Antonio Colombo. Siguió en la brecha del
apostolado misionero, pero sin
descuidar la otra faceta de la casa: la formación de los
jóvenes. La presencia de estudiantes
permitía mantener la observancia regular, y a la vez
salir a misiones, que
en este trienio fueron 23, además de 15 cursos de
ejercicios. La comunidad recibía
también a ejercitantes, para los que se adecentaron
las habitaciones.

1845 -1848. Flaviano Saglietto de San Francisco. En el


capítulo de 1845 el presidente,
P. Testa, volvió a recordar la importancia del rectorado
de Aquila91. El provincial
P. Amalberti, en la visita de septiembre de 1847,
mandó dorar algunos objetos
litúrgicos, colocar nuevo velo en la rejilla de los
confesionarios y otras cosas necesarias
al retiro, sin especificar más92.

Según la respuesta del general a la S. C. de Obispos y


Religiosos, en el verano
de 1847 el convento disponía de 37 habitaciones, de
las cuales estaban ocupadas 23
por 8 sacerdotes, 7 estudiantes y 8 hermanos. El libro
de ministerios registra en el
trienio 21 misiones y 21 cursos de ejercicios, en los
que era asiduo el superior P. Flaviano.

En 1848, ante los acontecimientos políticos..., la visita


canónica anual se limitó
a revisar el Libro de la Celebración de las misas,
hecha por encargo del P. Sebastián
de San José, según instrucciones del general93.

1848-1851, P. Ambrosio Baldassi de la I. Concepción.


Ya había estado en la
casa en 1833. En el verano de 1849, el provincial, P.
Eutizio de Santa María, se
vio obligado llamar la atención sobre algunas
decisiones de las visitas pasadas,
que o por descuido o per las críticas circunstancias de
los tiempos se habían dejado
en suspenso o no habían sido ejecutadas; y de todo
ello he dejado al rector
una hoja ...94.

90 Platea..., 57-59, 1840.


91 Notizie..., 22, Superiori locali. -Platea, 62.
92 Libro in cui si registrano le sacre visite..., 9.
93 Ibid., 9.
94 Ibid., 10.
Como en 1850 fue destinado a la fundación de
Pontecorvo, el P. Sebastián Amalberti,
consultor, se hizo cargo de la casa hasta el siguiente
capítulo. La tensa situación
política de los años 1848-1849 influyó en la
disminución de misiones (15) y
ejercicios (18).

1851. P. Juan Gerardi del N. Jesús llegó con escasa


salud y falleció el 10 de octubre.

1852-1854. P. Secundiano Giorgeri de S. Miguel


Arcángel. Se preocupó notablemente
de dotar a la comunidad de buenos elementos
litúrgicos, en la iglesia y en
la sacristía. Antes de marchar al capítulo de 1854 dejó
una mesa en la sacristía trabajada
por el Hno. Jacinto de la Dolorosa95. Aunque había
sido misionero muy activo,
en su trienio las misiones descendieron a 11; los
ejercicios llegaron a 30. Le correspondió
organizar los actos en honor del fundador beatificado.
Se preocupó de
preparar una capilla para venerarlo. No encontró
pintores en Aquila, y contrató por
54 ducados al artista Salvador Conti, de Sulmona, un
lienzo de 10 x 06 pies. Transcurrían
los meses sin que el pintor diera señales de vida, por
lo que se desplazó a
Sulmona; el artista había preparado la tela con la
primera imprimación, pero nada
más. Rescindió el contrato. Y como en Aquila acababa
de abrir estudio Joaquín Stopolatini,
de Teramo, lo contrató por 60 ducados y así pudo
exponerse la tela durante
el triduo. El cronista dice que estas celebraciones
suelen dejar exhaustas las arcas
del retiro para muchos años; sin embargo en aquella
ocasión el convento no gastó ni
un grano, e incluso se obtuvo beneficio96.

1854-1857. P. Jacinto Crespi de la Asunción, aunque


el elegido en el capítulo
había sido el P. Mauro de San Antonio, por su salud
endeble, no se arriesgó a salir
de Paliano y renunció. Poco después hizo la visita el
provincial P. Ambrosio Baldas-
si del 29 de julio al 17 de agosto: se entretuvo bastante
por ser numerosa la comunidad
y porque en los alrededores de Aquila se había
declarado una epidemia de cólera,
y era peligroso viajar. El rey Fernando II de Nápoles
había ordenado a los ayuntamiento
que buscaran lugar adecuado para camposanto donde
no lo hubiera; en
Aquila eligieron el solar anexo al retiro pasionista97.

1857-1860. P. Cándido Mazzucconi de la V.


Dolorosa98 . Consiguió que el ayuntamiento
acomodara la plaza de la iglesia allanando el terreno y
arreglando el camino
de acceso. Los superiores anteriores habían mejorado
el caserón (casone, dice la
platea), pero la iglesia daba una impresión poco
agradable. Las condiciones de sa
95
Para prepararla habían trabajo muchos carpinteros de
Aquila, sin concluirla; la acabaron el H. Jacinto
y un joven de Canemorto. - Platea, 77.

96
Ibid., 71-74.

97
Ibid.,78. -Notizie..., 18. -Libro delle visite.., f. 13-14.

98
Ibid., 82. -Notizie..., 23. - DNEust, 391.
lubridad no debían de ser excesivas, pues no fueran
escasas las defunciones: 1) Jorge
Macciaccari del Santo Rosario, estudiante,1839; 2) P.
Joaquín Laurenti de San
José, 1840; 3) Estudiante Celestino De Dominicis de
S. Juan Bta., 1847; 4) H. Antonio
Placidi de la Pasión, 1852; 5) H. Julio Verzini de S.
Matías, 185699. Y al ser
casa de formación, de cuando en cuando se producía
el abandono o el despido de algún
estudiante: en 1856, el subdiácono Federico de San
Felipe, y el estudiante Eutimio
del Smo. Sacramento; en 1857 se secularizó el P.
Epifanio del C. de María100.

De 1857 a 1860, el P. Pedro P. Cayro, provincial, visitó


la comunidad cada año.
En 1859 se encontró con que el superior estaba
predicando fuera. Le dejó por escrito
la orden de cambiar las ventanas de las habitaciones
de los religiosos. Como no
había regresado, le mandó llamar porque era
necesario dejarle advertido de algunas
cosas necesarias para la buena marcha de la familia; y
como no podía alargar-
me más, he suplido la conversación dejándole un folio
de avisos, y después he clausurado
la visita hoy, 31 julio 1859.

1860-1864. Flaviano Saglietto de San Francisco.


Elegido en el capítulo de
1860, su principal actividad fue retrasar la expulsión,
que al final resultó imposible
de evitar101.

3. APOSTOLADO. En la Cronistoria de Isola y en el


Libro de Ministerios del
mismo retiro se menciona la ayuda que ellos recibieron
de los de Aquila para la gran
misión de Chieti, en la que hubo nueve misioneros,
entre ellos el P. Jacinto de la
Asunción, rector de Aquila; el cual, concluida la misión,
permaneció allí dando ejercicios
a las monjas; los demás misioneros, incluidos los de
Aquila, siguieron con la
misión de Vasto, después de la cual los de Aquila
regresaron a su retiro. En noviembre-
diciembre de 1854 otra misión en Sora102. Durante el
período 1839-1860 la comunidad
predicó 143 misiones y 158 tandas de ejercicios. Son
nombres habituales
los PP. Juan del N. Jesús, Secundiano de S. Miguel,
Tadeo de la Madre de Dios, Sebastián
de San José, Vicente del Smo. Sacramento, Pablo
Luis de la Dolorosa... Aunque
el hecho sucedió antes de 1839, el autor de Notizie
dedica varias páginas a la
muerte del gran misionero P. Andrés Petrassi del
Corazón de María, consultor provincial,
fallecido el 2 de abril de 1837 durante la misión de
Penne, lo que causó gran
conmoción en la ciudad.
99
Ibid., 57, 61, 66, 78... -Notizie..., Religiosi defunti in
questa casa... . -Como casa de estudios, cfr.
CIPOLLONE, Storia della Provincia.., 1831-1840, o.
c.,9.

100 Platea..., 81.

101 Cfr. AGCP, B, 27 (B, III-IV, 2-6º), Brevi cenni circa


il già nostro ritiro di Aquila..., por el P. Angelo
Maria Punzi di S. Domenico, pass. - TITO, Provincia
della’Addolorata..., o. c., II,169-176.

102 En los libros de Familia de Sora se enumera el


paso de los misioneros de Aquila para diversas
misiones.
4. EXPULSIÓN Y CLAUSURA. Aunque la expulsión y
supresión sucedió en
1865, ya fuera de esta época, se ofrecen algunos
datos complementarios, pues esta
comunidad desaparece después de la historia. En
1860 el movimiento de la unidad
de Italia había alcanzado al reino de Nápoles. Y entre
los cinco retiros de la provincia
de la Dolorosa destinados a la extinción estaba
incluido el de Aquila. El P. Punzi
enumera el enriquecimiento que los pasionistas habían
aportado al culto de la iglesia:
los ornamentos sacros, las campanas, las sedes de los
ministros en el presbiterio,
el excelente y majestuoso órgano de 22 registros, los
más de 1998 volúmenes de la
biblioteca, el cuadro del B. Pablo de la Cruz... En
Aquila las autoridades locales aplicaron
las leyes de supresión. Y después de hacerlo con las
antiguas órdenes, tocó turno
a los pasionistas, a los que llamaban jesuitas del
campo. El retraso en la expulsión
se debió al apoyo con que contaban en la ciudad y
también en Florencia, capital
del nuevo gobierno. Durante un tiempo tuvieron que
sufrir persecución. Contra
ellos se escribió que los pasionistas eran los más
peligrosos enemigos de la patria;
que se servían de la confesión para inculcar a los
penitentes la resistencia al nuevo
gobierno, y que en su convento tenían armas y se
celebraban reuniones secretas. Durante
los años 1863-1864 se produjeron investigaciones
meticulosas con gran aparato
policial, pues se decía que tenían escondidas muchas
armas y municiones; pero lo
que ocurrió es que se llevaron muchos objetos del
retiro. La mayoría de los religiosos
se fueron marchando a sus pueblos. Quedaron los PP.
Flaviano, rector, Jerónimo
Angeletti de Santa María, Banjamín de San Marcos,
Angel María Punzi de Santo
Domingo y el H. Sixto Galluppi de S. Miguel Arcángel;
se les unió el provincial, P.
Silvestre de San Juan Evangelista, pero su presencia
complicó más las cosas, pues
era uno de los nombres dados a la policía de Ceccano
y Sora como enemigo del nuevo
gobierno. El 14.07.1865 llegó del ministerio la orden de
que se abandonase la ciudad
en un plazo de diez días. El retiro de Aquila se
clausuró el 26 de julio de 1865103.
6. Retiro de la Abadía de San Salvatore Maggiore104
1. ANTECEDENTES. La historia de la abadía se
puede encontrar en la obra del
B. Ildefonso Schuster, O. S. B., y el origen de la
fundación pasionista en el volu103
Giobattista de Angelis escribió en L’O.R., 30.06.1940:
Della antica chiesa e monastero di Santa
Maria del Socorso de Aquila, y recuerda el texto escrito
por Angelo Signorini al año siguiente de
la expulsión: Con ley del 24.07.1875 fueron
expulsados del monasterio los elogiados pasionistas...
Fue verdaderamente un espectáculo conmovedor y
odioso a la vez ver aplicado el más repelente
decreto que les obligaba a abandonar aquella iglesia
en la que, cuando eran jóvenes, tan buen
servicio habían prestado...

104 SCHUSTER, I., Il monastero imperiale del


Salvatore sul Monte Letenano, a cura della R. Società
Romana di Storia Patria, XXXVII (1914), 393-451. La
documentación se encuentra principalmente
en el AGCP, 25,Ritiri soppressi, S. Salv. Magg., (B, II-
II/2-1º,2º,3º,4º). - Arc. de San Sosio-
Falvaterra: Libro ossia Registro in cui è notato... l’arrivo
e la partenza dei religiosi... 26 giugno
men precedente105. La abadía era propiedad del
Estado Pontificio. Su abad comendatario
era el card. Lambruschini; quien, como secretario de
Estado de Gregorio
XVI, quiso que los pasionistas, viviendo allí, cuidaran
la fe religiosa de los pueblos
circundantes. Aislada entre montañas, de clima muy
riguroso en invierno, con caminos
tortuosos, había sido tiempo atrás sede del seminario
abacial hasta que fue
trasladado a Rieti. El P. Antonio Colombo acudió en
octubre de 1836 a comprobar
el edificio, los accesos, las posibilidades de vida
económica, el campo de trabajo
misionero, etc. La opinión fue muy negativa, pero ante
la insistencia y la presión
del card. Lambruschini, tuvo que transigir y organizar
la vida de una comunidad, dirigida
por el P. Bernardo Spinelli, consultor general106.
Como, según se ha dicho, la
abadía había sido seminario, sus locales resultaban
demasiado amplios; maderas
nobles, como el nogal o el castaño, estaban
inservibles, según el inventario. La amplia
iglesia disponía de un órgano de seis registros107. La
casa era buena solamente
como albergue para descansar y pernoctar los
religiosos que de Aquila se dirigían a
Roma o viceversa108.

La comunidad fue aumentando poco a poco. Cuando


en agosto de 1837 se incorporaron
los PP. Lorenzo Morena de S. José, y Francisco
Miccinelli de S. Lorenzo,
y los HH. Felipe Pisani de la Preciosísima Sangre y
Ludovico Bartolini de S. José,
ya pudieron consagrarse a la observancia y al
apostolado. Para seguir una vida
pasionista auténtica tuvieron que desembarazarse de
algunas dificultades externas:

1837-1854. - Platea divisa in due parti: la prima


conterrà un breve ragguaglio o sia dettaglio storico
e di questo antichissimo locale di S. Salvatore
Maggiore e delle vicende di coloro che in es-
so abitarono, e finalmente di quanto ‘e’ occorso di più
rilevante innanzi al nostro possesso e di
quanto accadrà in avvenire relativamente a detto ritiro
che meriti conservarsene la memoria (fotocopia
de San Sosio, Scanzia IX, L-9). -Archivio di Napoli. -
Archivio diocesano di Rieti. - Archivio
Segreto Vaticano (ASV). - Anónimo: L’Abbazia di S.
Salvatore Maggiore, L’Osservatore
Romano, 18 aprile 1962, 5. - BENISIO,Giovanni, Una
preziosa testimonianza di fede, di arte e di
storia, una conferenza del card. Palazzini
sull’Abbadia..., en L’Osservatore Romano,
27/28.05.1991, 6. -L’Abbazia di S. Salvatore Maggiore
e la Massa Toscana, ristampa delle opere
di Paolo de Sanctis e di Ildefonso Schuster, Studi e
Documenti. Cura ed introduzzioni storiche
di Giovanni Maceroni e Anna Maria Tassi, Edit. Eco,
155-157. -ALONSO BLANCO, en PMP,
enero 1991, 19-20, y febr. 1991, 20-21.
105 GIORGINI, Historia...., o. c., II/2, 195-196.

106 L’abbazia di S. Salvatore Maggiore..., ristampa


delle opere di Paolo De Sanctis e Ildefonso Schuster...,
a cura di G. Maceroni-Anna Maria Tassi, o. c., 156.

107 AGCP, B, 25 (B, III-II, 2-2º f. 19; y B, III-22, 2-4º, f.


4). - ALONSO BLANCO, PMP, enero 1991,
19-21.

108 De 1837 a 1852 pasaron 288 religiosos (promedio


anual de 16, cuando el de la comunidad fue de
12 en el mismo periodo, con un total de 199). - Cfr.
Regtro. in cui è notato con ordine progressivo
l’arrivo e la partenza di ciascun individuo religioso... del
nuovo ritiro aperto in S. Salvatore
Maggiore. Il principio dai 26 genero (sic) 1837 e
termina a tutto li 1854, en AGCP, Ritiri soppressi,
n. 25.
el 8 de enero de 1839 el card. Lambruschini tuvo que
prohibir las ferias que se tenían
en el patio del monasterio, pues quitaban la paz a los
religiosos109.

2. RECTORES. En principio, la gestión de la


comunidad dependía de la curia
general, hasta que en abril de 1839, el P Testa, recién
elegido general, presidió en
Monte Cavo el XXII Capítulo de la Dolorosa y en
aquella ocasión entregó a esta
provincia la gestión de la abadía110 .
1839-1845. P. Lorenzo Morena de San José. Elegido
en 1839 y confirmado en
1842. Al acomodar el personal, varios religiosos
salieron para otros destinos y llegaron
nuevos, como el P. Angel Parsi del Corazón de María,
vicario, apóstol incansable
en la zona. En el segundo trienio 1842-1845 hubo
menos ministerios. El P.
Morena aprovechó para pintar la iglesia, enriquecer la
sacristía y ennoblecer la liturgia.
También aumentó la biblioteca con libros descartados
de Montecavo y con los
que regaló el juez de Rieti, don José Roppoli.

1845-1848. P. Felipe Squarcia de la Anunciación.


Llegó en tiempos de lluvia intensa,
y se encontró con que las aguas habían derribado
parte del muro de la huerta.
También comprobó que los religiosos necesitaban más
mantas para guarecerse del
intenso frío. La visita anual del obispo de Poggio
Mirteto, como abad de San Salvador,
no hacía más que crear problemas, pues los religiosos
debían prestarle todos los
servicios a él y a su personal acompañante... Y encima
fueron acusados de talar árboles
sin permiso, de modo que tuvieron que defenderse de
las calumnias. Como en
los demás retiros, el año 1848 trajo perturbaciones
políticas y movimientos revolucionarios.
El P. Squarcia comunicó al obispo que la comunidad,
asustada, pensaba
dejar la abadía. El obispo informó al padre general,
atribuyendo el miedo a la situación
general, pero no a la de la zona, de población
tranquila111.No se llegó al abandono,
pero fue un primer aviso. La fuente de ingresos era la
postulación, los ministerios
y la celebración de las misas, cuyo registro se llevaba
escrupulosamente. También
se prestaban a celebrarlas fuera de casa para ayudar
a los párrocos y facilitar a
los fieles el cumplimiento de sus compromisos112.
Según la relación presentada en
1847 a la Santa Sede, San Salvatore Maggiore
disponía de 16 habitaciones libres y
una iglesia en buen estado, frecuentada en las
fiestas113 .

1848-1851. P. Tadeo Acquaroni de la Madre de Dios,


elegido en octubre de

109 ALONSO BLANCO, PMP, febr. 1991, 20.


110 Atti XXIII Cap. Prov. DOL (1839), ses. 2ª.
111 AGCP, B, 25 (B, III-II/2-4º), carta del obispo a P.
Testa 04.06.1848.
112 Cfr. Registro Commissione di Messe..., 1837-
1854.
113 Se añaden algunos detalles: el terreno de cultivo,
aunque más espacioso que otros, es montañoso, bas

tante estéril y como consecuencia poco útil. - Cfr.


RAVASI, L., La Congregazione.., o. c., 28-29.
1848, después de los disturbios que habían inquietado
a su predecesor. En este periodo
pasó por San Salvatore un joven religioso que
ennobleció con sus virtudes la
abadía, el P. Fortunato de Gruttis de S. Pablo. Llegó
de San Sosio el 14.01.1851 y
permaneció hasta que el 11 de octubre pasó a
Pontecorvo114 .

1851-1854. P. Mauro Rodi de San Antonio. En la


relación de la comunidad apenas
hay datos de este superior. Había trabajado mucho en
las misiones mientras residió
en Aquila. El cronista de la casa dejó en blanco la
parte correspondiente a
1847-1852; sólo de este año menciona la visita
pastoral que hizo el obispo de Poggio
Mirteto; se hospedó todo el tiempo en el retiro, y fue
recibido la víspera del Corpus
a los acordes del órgano que sonaba el rector, P.
Mauro, quien al día siguiente,
fiesta del Corpus, dio un concierto de órgano115 .
1854. P. Miguel Ángel Ingami de San José, venía
precedido de fama de gran predicador
y buen superior; pero el ambiente interior de la
comunidad no se había caldeado
y los religiosos se lamentaban con frecuencia. Poco
después llegó el P. Francisco
Miccinelli, delegado del P. Testa con plenos poderes
para tramitar la cesión del
retiro, la iglesia, el terreno, etc. El documento se firmó
el 12 de julio de 1854116 .

3. APOSTOLADO. Al P. Ingami no le había dado


tiempo de orientarse en la abadía
cuando ya le mandaron clausurar el retiro y salir hacia
Moricone. Detrás quedaba
un apostolado generoso en una zona de difíciles
condiciones físicas. Los pasionistas
removieron prácticamente todos los pueblos
dependientes de la abadía, así como
otros de Rieti y de diócesis limítrofes, unas veces
solos, otras con los de Moricone,
Aquila o Paliano. Espigando en la relación, se
encuentran 37 misiones, de las cuales
5 no citadas nominalmente. Los años más activos
fueron 1846-1847 con 6 en cada
uno, 5 en 1848, y sólo 4 en 1845 y en 1852. De 1849
se dice explícitamente que no
se dieron; y de 1850-1851, que hubo pocos
ministerios. Muchos fueron los ejercicios
dirigidos a las monjas de Moricone y a los seminarios
de Rieti y Poggio Mirteto.
Hay que tener en cuenta que los ministerios se
interrumpían cuando llegaba el
calor del verano; y no hay que olvidar el riguroso
invierno en la zona, precisamente
cuando los pasionistas salían a misionar. Después de
los ejercicios en Rocca Vit

114 Cfr. P. FILIPPO della S. Famiglia, Vita del S. di D.


P. Fortunato Ma. di San Paolo, sacerdote passionista,
Abazia di Casamari, 1956, 218. - Positio super
Virtutibus Servi Dei Fortunati Ma. a S.
Paulo..., Roma, 1988, 27.

115 Platea..., 34. En el retiro se hospedaron las nueve


personas que acompañaban al obispo; en la fiesta
del Corpus comieron 29 personas, sacerdotes y
autoridades, llegadas de los pueblos de la zona
para la procesión, además de 9 policías y de otros
asistentes. - Durante este trienio, del 28 de octubre
hasta finales de diciembre de 1852, estuvo en el retiro,
el P. Pío Cayro para escribir la vida
del fundador que iba a ser beatificado, con ayuda del
P. Basilio Laureri, de 27 años. - Cfr. CIPPOLLONE,
o. c., Historia...1831-1840, f. 26.

116 Relaz. S. Salvatore Magg., 21. - AGCP, B, 25 (B,


III-II/2-4º), original de la cesión, firmada por el

P. Testa en Roma el 12 de julio y registrado en Poggio


Mirteto el 31 del mismo mes.
tiana, los misioneros emprendieron el 19 de febrero el
viaje a pie hacia Poggio Mirteto
y sufrieron no poco por el camino debido a la cantidad
de nieve que había caído
y que no permitía ir a caballo.... Inmediatamente
salieron para otros ejercicios
en Varco y al concluirlos prosiguieron viaje hacia
Vallecupola para otra tanda, pero
tuvieron que retroceder por la lluvia y la nieve caída, y
porque los caminos estaban
pésimos; esperaron al lunes siguiente y un poco a pie
y otro poco a caballo llegaron
medio muertos a Vallecupola117 .

4. ABANDONO DEL RETIRO. La fundación había sido


aceptada sin entusiasmo.
La mayoría de los religiosos se encontraban a disgusto
y querían traslado. Inmediatamente
después de la elección de Pío IX en 1846 hubo, en
algunos pueblos de la zona,
un intento de expulsar a los pasionistas; por eso
durante los acontecimientos políticos
de 1848 los religiosos estuvieron pensando seriamente
en salir del retiro. Conocemos
algunas razones como los accesos difíciles, el
descontento de los religiosos por la mala
ubicación y la pobreza de la tierra, que no podía
suministrarles suficiente sustento.
En 1854 salieron con sus pertenencias y con lo que
habían adquirido, y lo dejaron en
Moricone118; también se llevaron los restos de los dos
religiosos fallecidos en la casa:
1) H. Bartolomé Dini de San Rafael,1841; y 2) P. Luis
Cesanelli de Santa Ana,1850,
con fama de santidad119. Al obispo de Poggio Mirteto
no le benefició nada. La actividad
misionera de los pasionistas había contribuido a
iluminar la conciencia cristiana de
la población y a pacificar a los ciudadanos, que lo
necesitaban mucho. En cambio para
el instituto, que se encontraba en plena expansión
dentro de Italia y en el extranjero,
no constituyó pérdida considerable ni para la vida
pasionista como tal, ni para el
apostolado ni para la promoción vocacional. Además
se podría seguir atendiendo la zona
desde los retiros de Aquila o de Moricone. El card.
Schuster, en su obra citada, se
limita a considerar breve período el de la presencia
pasionista120.
7. Nueva fundación: Retiro de Jesús y María,
Moricone121
1. SÍNTESIS HISTÓRICA. En el anterior volumen, el P.
Giorgini presentó un
117 Relazione della fondazione..., o. c., 20-21.

118 AGCP,B,25, Ritiri sopressi, (B, III-II/2-4º),


Consegna del Locale, Chiesa, Mobili, Prati..., firmada
el 23.08.1854.

119 Cfr. Registro dei nostri religiosi..., o. c. - Cfr.


DNEust, 224 y 176.

120 ALONSO BLANCO, I Passionisti del Basso Lazzio


e Campania, en PMP, febr. 1991, 20-21.
121 Cfr. CHIABÓ, M., RANIERI, C., y ROBERTI, L., Le
diocesi suburbicarie nelle ‘visite ad limina’
del Archivio Segreto Vaticano, Città del Vaticano,
1988. - GIORGINI, Passionisti a Moricone
dal 1839, en Festa popolare del Bto. Bernardo,
Moricone 25 giugno 1989, 13-26. - BRODELLA,
L., Cronistoria PIET..., o. c., 386-394. - CIPOLLONE,
Filippo, C.P., Storia della Provincia dell’Addolorata,
1831-1840, mcn, 27-32. - ALONSO BLANCO, P., I
Passionisti del Basso Lazio e
Campania, V, Il Ritiro de Moricone..., en PMP, abril
1991, 19-21, y mayo 1991, 17-18. - TITO,
adelanto del proyecto de fundación122. Evocamos los
datos: fue ofrecido a los pasionistas
en el lugar llamado del SS. Salvador en la Tierra de
Moricone en Sabina, un
antiguo edificio que había pertenecido a los monjes
benedictinos de Farfa; la iglesia
había sido dedicada al Santísimo Salvador. En 1610 la
comunidad (pueblo) de Moricone
concedió casa e iglesia a S. José de Calasanz, que
estaba extendiendo las Escuelas
Pías por Roma e Italia123. En 1639 el santo español
estableció allí una comunidad,
amplió el edificio y dedicó la iglesia a Jesús y María.
En 1732, los escolapios
abandonaron la fundación porque el pueblo no
proporcionaba medios de subsistencia.
La S. C. de OO. y RR. les concedió permiso de salir de
Moricone, pero impuso
al card. Aníbal Albani, obispo de Sabina, la obligación
de dedicar los bienes dejados
a un sacerdote que cumpliera con las obligaciones de
las misas, escuchara las
confesiones de los fieles y enseñara gramática. En
1733 el card. Albani concedió la
casa e iglesia a los Mínimos de S. Francisco de Paola,
que se comprometieron a
cumplir las condiciones indicadas, pero en 1807 lo
abandonaron. Tras los avatares
de la invasión napoleónica, casa e iglesia terminaron
dedicadas a usos profanos; la
antigua imagen del Redentor fue trasladada a la iglesia
parroquial, los bienes pasaron
a la Hacienda Pública (Demanio), y la casa quedó
deshabitada124.

2. ETAPA PASIONISTA. En 1836 las poblaciones de


Moricone y Palombara, de
la diócesis de Sabina, suplicaron a su obispo, card.
Carlos Odescalchi, que se comprometiera
a fundar un retiro de la Congregación de Clérigos
Descalzos de la SS.
Cruz y Pasión de Jesucristo125. El card. Odescalchi
remitió la súplica al P. Antonio
Colombo. El general respondió que habría que verificar
previamente algunas condiciones:
terreno suficiente para disponer de un poco de
cercado, acondicionamiento
de la casa e iglesia, y que los padres se ocuparan sólo
del bien espiritual de las poblaciones,
sin obligación de dedicarse a la enseñanza. Efectuada
una inspección ocu-
Storia della provincia dell’Addolorata, o. c., 120-123. -
AGCP, B, 28 (B, III-II/ 1,1º ). - Arch. Moricone,
Istrumento di fondazione di Moricone, 1840, copia, 12
pp. -Recorrenze Centenarie, Provincia
della Pietà 1851-1951, 30-31. -Platea del ritiro di Gesù
e Maria detto del Ssmo. Salvatore
presso Moricone 1839 (original y copia mcn.). -
Registro dei nostri ministeri...dall’anno 1839
all’anno 1925. -Registro delle Sacre Visite 1840- 1883.
-Controversia coll’arciprete di Moricone.
- Registro dove si segnano quei che restano a
pernottare... 1840- 1894.

122 Historia..., o. c., II/2, 211ss.


123 CIPOLLONE, F. Storia della Provincia
dell’Addolorata, 1831-1840, 27. - Cfr. BRANCA, Remo,
Avventura del Calasanzio, Editrice Sarda F.lli.
Fossataro, s. l. ni a. (Cagliari, 1967?), pp. 194, 202

204. - VILA PALA, Claudio, Las escuelas pías de


Moricone: su vida en los días de Calasanz,
1619-1648, en Analecta Calasantiana, XXVII (1985),
483-590. - Id. Un altro santuario calasanziano:
Moricone, Ephemerides Calasantianae, LIV (1983),
180-186.
124 Instrumento di fondazione, 2, copia. -
CIPOLLONE, o. c., 1831-1840, 27.

125 AGCP, B, 28, Moricone (B.III-V/1-1º) solicitud del


arcipreste de Moricone y seis ciudadanos al
card. Odescalchi, s. f.; respuesta en el mismo folio el
21.12.1836. - Solicitud de los habitantes de
Palombara, el 27.01.1838. - Istrumento di fondazione,
copia, pp. 2-3. - CIPOLLONE, ibid., 27.
lar, se vio que faltaba suficiente terreno, que había que
preparar un coro interno para
el rezo comunitario y que la casa debía ser restaurada
al estilo pasionista. El P.
Antono Colombo se acogió a la munificencia de los
obispos de Sabina (card. Odescalchi126
y luego card. Gamberini, entonces Secretario para los
asuntos internos de
Estado de Gregorio XVI), para restaurar la casa y la
Iglesia. Los promotores de la
fundación procuraron el terreno solicitado. De la
comunidad de Ceccano mandaron
ornamentos de la sacristía y ropa para los religiosos; y
de la casa de los Ss. Juan y
Pablo, el general, con permiso del Santo Padre, envió
un cuadro que representaba el
tránsito de San José127. Antes de la toma de posesión
se presentaron como inevitables
la restauración de la casa y de la iglesia, y la
construcción de un nuevo coro. El
15 de abril de 1839 el card. Gamberini tuvo que
recuperar el terreno para la mesa
episcopal de Sabina. En 1840 los superiores enviaron
a los HH. Plácido de San José,
albañil, y Fortunato de San Benito, carpintero, para
reestructurar el edificio128.

En abril de 1839 se celebró el capítulo general, y es


posible que algún capitular
suscitase el tema de la soledad en la fundación ya
aceptada en Moricone, pues no distaba
el kilómetro según la norma del capítulo en 1815. Pero
a fin de que esto no fuera
obstáculo en aquellas circunstancias, el capítulo
estableció: pensando que puede
darse el caso de que algún local sea de más soledad
dentro del kilómetro, que otros
que están fuera de esa distancia, el V.C. declara que
en las fundaciones se mantenga
la soledad según los términos de la Regla129. De
aquel capítulo salió elegido para
gobernar la congregación el P. Testa, quien, previa
solicitud del card. Gamberini,
mandó el 22 de junio de 1839 a los primeros religiosos
(4 sacerdotes y 3 hermanos)
con el P. Antonio Colombo, primer consultor, como
superior provisional. El
14.07.1839 el P. Testa delegó en el P. Juan del Niño
Jesús, consultor de la Dolorosa,
para que tomara posesión130. El acto formal fue
firmado el 3 de abril de 1840, y más
tarde, en el capítulo de la Dolorosa, el P. Testa entregó
a esta provincia el retiro131.

Conviene mencionar aquí un hecho que proporcionó


algunos disgustos en los primeros
tiempos. El arcipreste de Moricone, apoyándose en un
acuerdo particular hecho

126 Le había impresionado la pobreza de Mons.


Strambi, cuya frase recordaba: Beato il vescovo che
vive e muore mendico. -Cfr. Storia della vita del P.
Carlo Odescalchi, della Compagnia di Gesù,
scritta da Antonio Angelini, S. J., Roma, 1850.
127 Platea Ceccano, I, 29-30. Los provinciales de la
época, PP. Sebastián Amalberti y Domingo Barberi,
animaron a los religiosos en este sentido. - Platea
Ss.GeP, II, 23.

128 Notizie, origine, fondazione, 4. -Istrumento di


fondazione..., 5.

129 DeR, 354, p. 51.

130 AGCP, B, 27 (B-III-V/1-1º), hay dos delegaciones


en el mismo día; una a nombre del dicho P.
Juan, y otra al del P. Antonio Colombo, cons. gral., con
la firma del P. Testa las dos. Posiblemente
las preparó por no saber cuál de los dos podría asistir.

131 AGCP, B, 27 (B, III-V/1-1º.). - BRODELLA,


Cronistoria..., II, 387-390. - Platea, 4-5. - CIPOLLONE
1831-1840, o. c., 27.
tiempo atrás con los mínimos, reivindicaba, entre otros,
el privilegio de entrar en la
iglesia del retiro con ocasión de procesiones y otras
circunstancias... Para no encrespar
los ánimos, el card. Gamberini aconsejó que se llevara
el asunto a la Congregación de
Ceremonias, la cual dictó sentencia a favor de los
pasionistas; pero el arcipreste siguió
sin aceptarlo durante un tiempo, hasta que en 1844 se
dio por finalizado el litigio132.

3. RECTORES. La precariedad en que vivían los


religiosos lo indica el dato de
que los sacerdotes tenían que ir a celebrar misa a la
parroquia de Moricone, porque
la del retiro estaba en proceso de restauración. El P.
Colombo tuvo que regresar a
Roma por ser primer consultor general; le sucedió
interinamente un par de meses el
citado P. Juan Gerardi del N. Jesús, quien también
tuvo que volver a Ceccano por
ser primer consultor provincial. Y al fin quedó ya
estable el P. Teodoro Minciacchi
del Corazón de María, que no sintonizó con los
religiosos, y en 1841 fue trasladado
a S. Salvatore Maggiore, donde un mes más tarde dejó
la congregación133. En
1842 fue designado el P. Miguel Guaita de Jesús.
1842-1845. P. Miguel Guaita de Jesús. Según la
platea, la pobreza rozaba la indigencia.
Cuando llegaron, salvo algunas mesitas que había en
alguna que otra habitación,
no encontraron más que las paredes descarnadas,
puertas y ventanas, y los
pocos comestibles que se llevaron de Roma o que les
enviaron de otros retiros...134.
En el plano inferior faltaban las dependencias
comunes. Se cocinaba en una habitación
del piso superior, y como ni la sacristía estaba
terminada, los sacerdotes se revestían
en aquella habitación en la que se tocaban las
campanas y donde se formó la
recreación cerca del coro. Desde julio de 1841 se
suspendieron los trabajos por culpa
de algunas deudas y porque no se recibían limosnas
suficientes para pagar a los
trabajadores. Además había muerto el card.
Gamberini, principal fuente de dinero.
Con las limosnas de algunos bienhechores se pudo
montar un órgano hecho en Roma
y en buen estado, de nueve registros; el gastos fue de
80 escudos. A pesar de la
pobreza, los religiosos trabajaban con ilusión. El padre
general mandó muchos libros;
otros fueron adquiridos con el estipendio de misas
libres. En el Inventario de 1842 se
registran nominalmente 304 títulos135. El P. Miguel
Guaita cesó de superior en febrero
de 1845; marchó a dar la misión en Olevano, diócesis
de Palestrina, enfermó gravemente
y en pocas horas falleció el 28.05.1845.

1845-1848. P. Mauro Rodi de San Antonio. Durante su


trienio no cesaron las
obras y arreglos en la casa. El rector de Montecavo,
por mandato del padre general,

132 Platea, 5-9. - BRODELLA, Cronistoria..., II, 390-


391. - AGCP, B,28 (B, III-V/1-1º).
133 CIPOLLONE, o. c., 1831-1840, 29. -Notizie,
origine..., o. c., 12 y 16. - El P. Teodoro pidió read

misión, profesó nuevamente en 1851 y murió en 1881.


- Cenni…, 1881, 15.
134 Platea, 10.
135 Ibid., 18, año 1845. - Arch. Moricone, Inventari,
1842, con la firma de Miguel Á. de San José, rec

tor, e Hilario de Santa Lucía, sacerdote.


envió el cuadro de la cena de Emaús colocado en el
refectorio. Según el informe enviado
a la Santa Sede en 1847, la fábrica del retiro estaba en
buen estado con 22 habitaciones
y podrían vivir de las limosnas unos 15 individuos136.

1848-1851. P. Querubín Luciani de San Luis. Elegido


en el capítulo retrasado al
otoño, le tocó vivir las consecuencias del traslado de
Pío IX a Gaeta y la implantación
de la República Romana. Tras la toma de posesión del
P. Querubín, el 9 de febrero
de 1849 quedó proclamada la República que duró
cuatro meses y medio, y durante
este tiempo fueron muchos los sinsabores que tuvieron
que padecer los pobres
religiosos. Como un mes después, el gobierno
republicano envió una circular en la
que mandaba efectuar inventario de los bienes de las
comunidades religiosas..., convalidado
con el juramento. El superior se negó, y el 19 de marzo
se presentó en el
retiro el gobernador de Palombara..., quien se hizo
acompañar por un hermano y
preparó personalmente el inventario; luego pidió
nuevamente la firma y el juramento;
el superior siguió negándose. La comunidad quedó
bloqueada y hubo de suspender
la postulación de aceite, vino y grano. Los garibaldinos
llegados de Roma se llevaron
una mula que arrebataron violentamente a un
hermano.

1851-1854. P. Tadeo Acquaroni de la Madre de Dios.


Serenadas un poco las cosas,
el nuevo rector se dedicó al apostolado y a organizar la
casa. Llama la atención
que en la Platea no se menciona la beatificación del
fundador en 1853 ni la definición
dogmática de la I. Concepción ocurrida al año
siguiente. En el capítulo local
del 9 de febrero de 1853 la comunidad aprobó
unánimemente la suscripción a la
nueva revista La Civiltà Cattolica137.
1854-1857. P. Flaviano Saglietto de San Francisco. La
clausura del retiro de
San Salvatore Maggiore aportó a Moricone una
notable cantidad de objetos138, pero
hubo que gestionar el trasladado de los restos de dos
religiosos fallecidos en aquella
comunidad. El obispo de Poggio Mirteto aconsejó que
se hiciera silenciosamente,
para no irritar a algunos devotos que consideraban
santo al P. Luis Cesanelli. Durante
su gobierno fue colocado el órgano en el coro de la
iglesia.

1857-1863. P. Jerónimo Salvucci de San José,


confirmado en el capítulo de
1860. Tuvo que sufrir las consecuencias de una
tormenta que se desató sobre el retiro
el 02.09.1857: un rayo mató al empleado Francisco
Calomani, originario de Paliano,
mientras dormía. Nota más positiva fue la colocación
de dos campanas fundidas
en Rieti. El P. Testa visitó la casa en 1858 y mandó
que se limpiara y pintara la
iglesia, tarea que el rector tomó a pecho. Con el P.
Salvucci concluye en Moricone
esta etapa de la historia.

136 RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 29-30.


137 Arch. Moricone, Capitoli locali, n. 5, s. p.
138 Platea, n. 24. En el mismo año 1854, por haberse
cerrado el retiro de San Salvatore Maggiore, el

P. Rvmo. mandó a esta casa 27 corderos, una remesa


de queso, unas doce mantas de lana; y además
destinó a esta casa una vieja mula que había
pertenecido a San Salvatore Maggiore. La mula
fue en compensación de la que el gobierno se había
incautado.
4. APOSTOLADO. El P. Testa había pensado
establecer en 1845 un grupo de
estudiantes, pero no consta que lo llevara a cabo; sí se
sabe que algunos enfermos
de la casa general fueron trasladados a Moricone por
el mejor clima. Después de
haber pasado por allí los escolapios, tan prestigiosos
educadores, se temía que los
pasionistas fueran obligados a tareas pedagógicas;
pero el P. Testa lo dejó claro
desde el principio, y así Moricone fue sobre todo
centro de apostolado. En 1848
se resalta precisamente esta dedicación: A pesar de
los tiempos revueltos, parece
increíble que la palabra de Dios se predicase con más
frecuencia que antes; las
misiones y ejercicios fueron numerosos; de enero de
1848 hasta final de septiembre
se encuentran registradas 6 misiones y 5
ejercicios...139 . La comunidad atendió
a las misiones, de las que se dieron 61 desde 1839 a
1860, y en menor proporción
a los ejercicios. La diócesis suburbicaria de Sabina fue
la más beneficiada,
pero al final también descienden hacia Pontecorvo, Itri,
Nápoles... La comunidad,
que solía oscilar entre 14-17 religiosos, acogía a los
que llegaban de paso para dar
misiones, postular o pernoctar durante el traslado a
otro retiro; se menciona a los
estudiantes que llegaban en grupo de Aquila camino
de Roma, o viceversa. Desde
que se clausuró San Salvatore Maggiore, se advierte
menor afluencia. Se aprecia
aumento de los no pasionistas que pernoctaban en el
retiro: de 2 en 1840 se pasa
a 21 en 1842 y a 60 en 1848; posiblemente por la
revolución los viajeros no se
atrevían a proseguir ruta durante la noche y preferían
cobijarse al amparo del retiro140

.
Los superiores mayores no dejaron de vigilar la
fidelidad del retiro a la observancia.
Precisamente porque pasaban por allí muchos
pasionistas y de otros institutos,
sacerdotes, canónicos, médicos, campesinos..., era
importante que se llevaran el
buen olor de una comunidad ejemplar. El P. Testa la
visitó el 12 de julio de 1840, al
principio de la organización del retiro, y dejó dos folios
con 12 puntos; entre otros
temas, recordaba la obligación del silencio, la fidelidad
a la observancia y a la oración.
Mandó que tales avisos se leyeran en público cada
dos meses. Repite lo mismo
en la de 14.06.1844141.

5. DIFUNTOS.1) P. Miguel Guaita de Jesús, 1845. - 2)


Federico Tanzi de la V.
Dolorosa, 1847, estudiante. - 3) P. Juan María Biasi de
San Antonio, 1851. - 4) H.
Gregorio Merosini de la V. Dolorosa, 1858. - 5) P.
Arcángel Pietrantoni del B. Pa139
Notizie..., 28-29.

140 Arch. Moricone, Registro dove si segnano quei


che restano a pernottare dall’anno 1849 all’anno
1894. -ALONSO BLANCO, PMP, magio 1991, 18.

141 Arch. Moricone, Famiglia, 1, Avisi lasciati alla


famiglia del ritiro di Gesù e Maria nella visita del
12 luglio 1840. - Registro delle Sacre Visite dal 1840 al
1883. - También Foglio di avisi lasciato
in visita del M. R. P. Sebastiano di S. Giuseppe,
provinciale, l’anno 1842.
blo de la Cruz, 1859. - 6) H. Pablo Nora de San
Alfonso, 1862142. - 7) P. Gregorio
Leta de San Antonio, 1862. - 8) P. Marcos Zonfrilli de
San Nicolás, 1863.

En los momentos críticos de las revueltas políticas


posteriores a los años de este
volumen, cuando el retiro fue expropiado por el Tesoro
Nacional o Demanio y los
garibaldinos esparcían terror en las poblaciones de la
zona, el convento pudo mantenerse
abierto y en la provincia de la Dolorosa. En el
encuentro del 03.10.1882 entre
la curia general y las curias de la Presentación y de la
Dolorosa, pasó a formar
parte de la provincia de la Piedad143.

8. Nueva fundación: Retiro de Ntra. Sra. de los


Ángeles, Sora144
1. FUNDACIÓN. La de Sora llegará a ser una de las
más fecundas tanto en apostolado
como en promoción vocacional. En el período 1839-
1863 cinco sacerdotes y
11 hermanos soranos vistieron el hábito de la
congregación. Ya en vida del fundador,
los pasionistas habían recibido una oferta en la zona,
concretamente en San Pedro in
Campea, del municipio de Santopadre, entre los años
1747-1748; y sin duda el fundador
la hubiera aceptado de no contar en la zona con las
casas de Ceccano, Paliano
y Falvaterra145. En el invierno de 1821 Mons. Andrés
Lucibello, junto con una población
entusiasmada, ofreció por primera vez un ex-convento
capuchino al P. Lucas
Ma. Fabi, provincial de la Dolorosa. El 3 de septiembre
de 1823 el señor Javier Marsella,
alcalde de la ciudad de Sora, renovaba en su nombre y
en el del pueblo – de
10.000 almas- una súplica fervorosa al superior
general P. Pablo Luis Pighi. En aquella
ocasión el rechazo del ofrecimiento se justificaba por
no tener religiosos disponibles.
El 13 de noviembre de 1838 Mons. José Montieri
tomaba posesión de la dióce142
Hijo de los bienhechores Nora, de Pontecorvo, de 21
años, murió uno después de su profesión.
CIPOLLONE,
1831-1840, o. c., 30.

143 CIPOLLONE, 1831-1840, o. c., 28-29.

144 AGCP, B, 25, SORA (B, III-III/1-1ª), copia mns. de


la primera crónica. - Fondo Mns. Libro dei
Religiosi di Residenza e di Passaggio a Sora 1842-
1905. -Libro dei Morti. -Libro delle Sacre Visite
dall’1843 al 1877… - Libro dei capitoli locali 1845
all’anno 1890. - Inventario dell’archivio…
compilato l’anno 1852. - FILIPPO della S. Famiglia, Nel
Primo Centenario, pp.22-23; Notizie
appartenenti al Ritiro di Sora, p. 1. - COMPARELLI, G.
I Passionisti a Sora. 150 anni di testimonianze
culturali e spirituali 1842-1992. I Segni di una
presenza. Catalogo dell’esposizione,
1993. - Id., Biblioteca passionista di S. Matria degli
Angeli a Sora e il suo fondo antico: sviluppo
e vitalità nella cultura dell’Ottocento, pp. 9-24, en
Biblioteca di S. Maria degli Angeli: Inventario
del fondo Antico, a cura di Benedetto Volpe, Sora,
ottobre 2002. - P. A. R., Solenni festeggiamenti
per I 150 anni di presenza dei passionisti a Sora, en
PMP, 04.04.1993, 10 -13. - ALONSO
BLANCO, I passionisti del Basso Lazio e Campania…,
VI, I Passionisti di Sora nel 150 di fondazione,
PMP, junio 1991, 16-18 y julio 1991, 16-18.

145 Cfr. Lett II, 644-646. - ZOFFOLI, o. c., I, 715. -


CIPOLLONE. Nel primo centenario..., o. c., 22

23. - COMPARELLI, I Passionisti a Sora..., o. c., 28. -


Id., PMP, magio 1993, Celebrazioni a Sora
per i 150 anni di presenza dei passionisti, 2-6. -
SASSANI, Gaspare, c. p., I passionisti a Sora,
Sora, 1963, 62 pp.
sis Sora-Aquino-Pontecorvo, y el 9 de diciembre, sin
pérdida de tiempo, solicitó al
general P. Colombo misioneros que predicasen en su
diócesis, y una fundación en
Sora.Mons. Montieri estaba seguro de que la
presencia y el trabajo de los pasionistas
proporcionaría beneficios espirituales a sus
diocesanos. Pero el P. Colombo dejó
la decisión al capítulo general próximo. Un año más
tarde vuelve a escribir al mismo
P. Colombo, creyendo que seguiría siendo general.
Pero como en el capítulo nadie
había abogado por la fundación de Sora, los
capitulares se inclinaron por la de
Inglaterra. El 06.06.1839 el P. Testa aceptaba la
fundación por el servicio espiritual
de la diócesis y por la estima de Mons. Montieri a la
congregación.

El convento de Sora había sido levantado por el


cardenal César Baronio (15381607),
nativo del lugar, y por los habitantes de la ciudad.
Desde 1660 hasta la supresión
napoleónica había sido residencia de capuchinos, y en
1823, aunque por poco
tiempo, de los alcantarinos.

Mons. Montieri, sirviéndose del confesor del rey


Fernando II, había obtenido el
placet regio el 27 de diciembre de 1840146.

La ciudad de Sora recibió en agosto de 1839 la visita


de dos ilustres pasionistas,
los PP. Testa, nuevo general, y Domingo Barberi,
nuevo provincial del Bajo Lazio y
la Campania147. Sus exigencias fueron: restaurar la
edificación antigua acomodándola
a un retiro de pasionistas, y construcción de un brazo
nuevo. En marzo de 1840
se iniciaron los trabajos bajo la supervisión de Félix
Tomei, experto, y de los señores
Eustaquio Tuzzi con su hijo Cayetano y Javier
Marsella, y, a pesar de algunas interrupciones,
acabaron el 24.02.1842, mucho antes de lo previsto
por el P. Testa que
había vuelto en mayo de 1841 a ver cómo avanzaban
las obras.

Todos esperaban la inauguración del retiro: el obispo,


las autoridades, el pueblo
fiel y los pasionistas. El 24 de febrero de 1842 el P.
Testa, en la delegación dada al

P. Colombo para que tomara posesión, recogía la


alegría generalizada: En septiembre
de 1839 prometimos que en un plazo de seis años se
llevaría a cabo esta fundación.
Pero el celo, la actividad y la liberalidad del buen
obispo, secundado por los
ciudadanos, ha logrado que los trabajos avanzaran a
tal ritmo que han llegado a
buen fin, por lo que con mucho gusto nos
apresuraremos a enviar a nuestros religiosos
para ayudar a un prelado que bien se lo merece, y
para colaborar al bien espiritual
de una población tan adicta a nuestra
congregación148 .
Después de la habitual misión previa a la toma de
posesión de cualquier retiro,
el convento quedó inaugurado el 06.03.1842. Los 12
religiosos que iban a formar la

146 AGCP, B, 25 (B, III-III-1-1ª), copia autentificada del


decreto real por el que se concede el convento
de Sora a los pasionistas. Nápoles, 17.12.1840.

147 Platea, 2.

148 Ibid., 5. - FILIPPO, Il primo centenario...,16. -


TITO, o. c., III, 114. - Copia del mandato del P.
Testa al P. Colombo en el ASORA.
primera comunidad, precedidos por la música de una
banda, llegaron procesionalmente
a la iglesia de la nueva casa. Viendo a tanta gente, el
P. Colombo se emocionó
al dar las gracias al final de la ceremonia.

Tan calurosa acogida avivó la responsabilidad de los


pasionistas. La vida de la
comunidad no sufrió trastornos internos dignos de
especial mención. Cuando los soranos
escuchaban la campana en el corazón de la noche
sabían que los pasionistas
se habían levantado a rezar; volvían a escucharla a
primer ahora de la mañana o al
final de la tarde, llamando siempre a la oración. Otra
parte del tiempo lo dedicaban
a prepararse a los ministerios. Los soranos los veían
rara vez por la ciudad, y siempre
con modestia y circunspección. Como conocían sus
estrecheces económicas,
acudían a ofrecer lo que podían149.
Durante los acontecimientos políticos de 1848 y 1849,
también les tocó sufrir;
pero no fueron expulsados, y pudieron acoger
fraternalmente a religiosos de otras
instituciones. El 21 de mayo (1849), como dos horas
antes del mediodía, se presentó
... una comunidad completa de cartujos de la cartuja
de Trisulti, los cuales habían
huido de noche para protegerse de las vejaciones
injustas y tiránicas de los garibaldinos.
A pesar de las estrecheces del retiro, se hizo lo posible
por acomodarles
a todos, que eran 19... Habían vivido así ya más de
seis días..., cuando el 27 de mayo
se esparció el rumor de que Garibaldi había llegado a
Roca D’Arce con intención
de llegar a Sora... Una multitud de gente tomó la
dirección de nuestro retiro
para refugiarse en la montaña... Y los cartujos, como a
las 22 horas del mismo día,
salieron también de nuestro retiro, en el que sólo
quedó su vicario.
El 13 de julio... se presentaron en esta casa doce
sacerdotes de la Misión (paúles
o lazaristas), que se habían alejado de Roma cuando
el Papa huyó (hacia Gaeta);
llegaban de los Abruzzos y se dirigían a Nápoles.
Estando en nuestra casa recibieron
de Roma aviso de sus superiores de que regresaran
allá. Salieron el día 21,
maravillados de la acogida que se había tenido con
ellos150 .

2. APOSTOLADO, HOSPITALIDAD Y FORMACIÓN.


Parte esencial de la
presencia de los pasionistas en Sora ha sido el
apostolado. Según una relación manuscrita,
de 1842 a 1857 se dieron 73 misiones y 127 cursos de
ejercicios151. Además,
siguiendo la tradición del fundador, se acogía a
personas para ejercicios, pero
también para pernoctar o por motivos de salud o de
devoción. De 1842 (con 32 acogidos)
a 1862 (con sólo 14), se alcanzó una cifra de 1978; la
más elevada correspon149
Cfr. AGCP, B, 25 (B, III-III/1-6º). - Un tal Sr. Olimpi
regaló un pequeño órgano. Personas particulares
dieron limosnas que en total llegaron a 72,60 escudos
con cuya suma se han adquirido objetos
necesarios para el horno, la sastrería, el refectorio, las
habitaciones de los religiosos. - Platea,
34.

150 Platea, 15-16. - FILIPPO, Nel primo centenario...,


56.

151 AGCP, B, 25, SORA (B, III-III/1-1ª), hay una


relación de ministerios 1842-1857.
dió a los años 1851 con 143 y al de 1852 con 173, es
decir, en la turbulenta etapa
que siguió a 1848-1849: los viajantes no se
arriesgaban a alejarse de los poblados
durante la noche y buscaban acogida en conventos; el
de los pasionistas fue buena
muestra de ella152. Dejando a un lado los numerosos
ministerios fuera de la diócesis,
los religiosos de esta casa dieron más de trece
misiones en la ciudad y en la periferia,
al menos 85 tandas de ejercicios, 40 veces predicaron
a seminaristas y sacerdotes,
y 65 a comunidades religiosas de hombres y de
mujeres. Además los sacerdotes
estaban siempre disponibles para escuchar
confesiones.

La presencia de estudiantes garantizaba el ritmo de la


observancia, aunque quedara
inmovilizado un sacerdote como lector para
acompañarlos. La comunidad se
mantuvo generalmente numerosa: de los 12 que
tomaron posesión en 1842, se pasó
a 22 en 1846 y a 25 en 1852. En 1843 el general envió
de Ceccano al lector P. Egidio
Enrico de San Juan con cinco estudiantes; en 1849
hay otro grupo, no consta el
lector; en 1851 lo era el P. Cayetano Palozzi del Smo.
Crucifijo; en 1857, el P. Isidoro
Roberto de San José; en 1859 el P. Santiago Sperati
del Corazón de María153.
Según la relación oficial de 1847, el edificio disponía
de 26 habitaciones, la iglesia
resultaba bastante frecuentada por los fieles, y había
en aquel momento 19 religiosos
(7 sacerdotes + 6 estudiantes + 6 hermanos). La
comunidad cuidaba la calidad
de los actos litúrgicos. D. Vicente Manna, bienhechor
de Isola, se preocupó de dotar
a la iglesia de un órgano según la capacidad de la
misma, y parece que disponía
de un buen organista: en 1857 llegó para maestro de
capilla el P. Patricio Aicardi de
San Gabriel, el cual enseñaba a los religiosos de otros
retiros a suonare l’organo154.

3. SUPERIORES. Al frente de la comunidad se fueron


sucediendo los superiores,
elegidos en los capítulos desde 1845. En el de 1851 se
comentó que el rectorado de Sora
llevaba consigo más exigencia o dificultad, por lo que
se requería más responsabilidad
respecto a los otros155. Al principio tomó posesión
como superior provisional el P.
Colombo, ex-general, primer consultor; le sucedió el P.
Ambrosio Baldassi de la Concepción.
El retiro dependió de la curia general, hasta que,
terminado el proceso de fundación,
se lo entregó a la provincia de la Dolorosa en el
capítulo de 1845156.
1845-1848. P. Secundiano Giorgeri de S. Miguel
Arcángel. En 1846 el obispo

152 Cfr. Libro in cui si notano quelli che si ritirano in


SS. Esercizi ed ancora quelli che vi pernottano,
dall’anno 1842 nel mese di marzo al 1905.

153 Cfr. Libro di Religiosi di Famiglia e di Passaggio...


1842-1902. - SASSANI, o. c., 21, habla de
500 libros.

154 DNEust, 419. Cfr. Libro di Famiglia e di


Passaggio..., 36-37. P. Norberto di S. Bernardino, de
Ceccano, estuvo en Sora del 25 de octubre al 10 de
noviembre con esta intención.

155 Atti, s.p., 13.

156 Cfr. ASORA, Libro dei rettori, s.f. - AGCP, B, 25


(B, III-III/1-1º.), relación de rectores y sus hechos
más significativos. - Platea, 7.
pidió que se celebrasen las Cuarenta Horas; el p.
Testa lo autorizó. La caridad hacia
los pobres era notable, pues diariamente eran
acogidos en la portería, entre 200 y

300. Se sentía más a gusto en las misiones, pero supo


gobernar la comunidad y comenzar
obras necesarias, como la casa de los empleados
(garzoni)157.
1848-1851. P. Jacinto Grespi de la Asunción. Procedía
de Paliano, y marchó a
Pontecorvo al final del período, después del capítulo
de 1851. Su gobierno fue contemporáneo
de la proclamación de la República; en Sora se hizo el
10 febrero, pero
se había anunciado mucho antes. En aquellas
circunstancias se vio cómo crecía entre
la gente de Sora el aprecio a los pasionistas, pues
decían que no se metían en
política, y se limitaban a ayudar a las almas que
acudían a buscarlos. El obispo tuvo
que huir a Nápoles158.
1851-1854. P. Querubin Lucciani de San Luis llegó de
Paliano en 1851. Prosiguió
las obras de ampliación de la casa, heredadas del P.
Grespi y contribuyó al esplendor
de la liturgia con un nuevo órgano159.

1854-1857. P. Mauro Rodi de S. Antonio. Al principio


de su superiorato se vivió
el triduo de acción de gracias por la beatificación del
fundador. Los actos fueron
muy notables, tal como se reflejaron en una relación
contemporánea. Presidieron
dos días el card. Giacomo Piccolomini y uno Mons.
Montieri. En el fondo de la iglesia,
sobre el altar mayor, se podía ver un cuadro inmenso
en el que lucía la figura
del beato a tamaño mayor que el natural160 .

1857-1860. P. Jacinto Grespi de la Asunción. Los


superiores de los primeros
años estuvieron atentos a concluir las obras y a dotar
de elementos litúrgicos la sacristía
y la iglesia; después aparece creciente solicitud por la
biblioteca161.

1860-1863. P. Fortunato Berardi de Jesús y María. En


el trienio hubo un encadenado
de superiores: nombrado el P. Pío Morelli del Nombre
de Jesús, tomó posesión el
5 de mayo; después hizo renuncia formal y le sucedió
el P. Jacinto Brunori de San Pablo;
y como también renunció, la curia designó al P. Berardi
hasta el capítulo de 1863.
Al P. Fortunato le correspondió vivir el cambio de
situación política a raíz de 1860.

157 TITO, o. c., III, 128. - Platea, 10-12. -Libro dei


rettori, s.f.

158 Platea, 12 - 14.


159 Ibid., 1853. - Libro di Famiglia..., 20-21. -Libro dei
rettori..., s. f.

160 Había otro lienzo más pequeño, obra del pintor


sorano Di Rocco, que representa al beato que recibe
la imposición de las manos sobre su cabeza tal como
le hace la Virgen María con el Niño en
brazos. -Platea, 24-26. -Libro di Famiglia..., 26-27. -
Libro dei rettori, s.f. - Cfr. FILIPPO, Nel
primo centenario..., o. c., 57, relazione stampata in
Napoli il 25 febbraio 1854 dal sig. Orazio
Mattei. -Libro dei capitoli locali, 10 febr. 1853.

161 Libro di Famiglia..., 34-35, 40-41. Se puede seguir


en el estudio de COMPARELLI, Inventario
del fondo antico…, o. c.,10-12. Desgraciadamente,
después de los acontecimientos políticos de
1860, a las bibliotecas del reino de Nápoles,
incorporado al reino de Italia, les llegó la hora de la
requisa, que padecieron los retiros de Aquila, Caserta
y Aversa.
4. DIFUNTOS. En la vida de la comunidad, junto a la
actividad educativa y
apostólica, se sucedieron acontecimientos luctuosos.
Llama la atención el número
de 24 defunciones ocurridas en el retiro de 1849 a
1902; aunque sólo 8 correspondan
a este período: 1) P. Nicolás Balestra de S. Francisco
de Sales, 1849. - 2) H. Santiago
Corvesi de S. Juan Bta., 1849. - 3) P. Mario Scanzani
de San Joaquín, 1851. 4)
P. Honorato D’Ettore, del Smo. Crucifijo, sacerdote
estudiante, 1857. - 5) P. Nicolás
Santucci de la V. Dolorosa, diácono,1858. - 6) H.
Natale Dell’Uomo del Niño
Jesús, 1859. - 7) P. Pascual Rolando de S. Francisco,
1861. - 8) P. Secundiano Forte
de S. Erasmo, 1863162.
9. Nueva fundación: Retiro de Ntra. Sra. de las
Gracias, Pontecorvo163
1. ANTECEDENTES. Pontecorvo forma una diócesis
con Aquino y Sora, en la
cual los pasionistas han tenido una fuerte presencia
apostólica y vocacional. Aunque
la fundación date de 1850, hacía ya un siglo que
Pontecorvo y los pasionistas
mantenían una estrecha afinidad. San Pablo de la
Cruz mencionaba una posible
fundación, en carta desde Ceccano, en 1748, a don
Juan Giannini164. En 1757 se inicia
una relación más directa, con el ministerio de los
sacerdotes de Ceccano y la
postulación de los hermanos. Después se acentúa con
grandes misiones: en septiembre
de 1775 la dieron los PP. Vicente Ma. Strambi y Juan
Bta. Gorresio165; en
la de 1781 murió el P. José del Re de los Dolores de
María, que quedó sepultado en
la catedral hasta que en 1856 sus restos fueron
trasladados a la iglesia del nuevo
convento166. En la de 1808 se comenzaron a dar los
pasos para abrir casa. Durante
la supresión 1810-1814 varios pasionistas encontraron
refugio en el convento de
los dominicos167. Pasando por alto las misiones de
1818 y 1829, en la de 1839 intervino
el P. Domingo Barberi, entonces provincial. Entre
1842-1852 se tuvieron
110 misiones y ejercicios en la zona. La de 1850
preparó la entrada en el nuevo
162 DNEust, 209, 223, 231, 261, 273,275, 286 y 317. -
Libro dei Defunti di Sora, 1848 a 1902.

163 AGCP, DOL. Caps. Provinciales y Pontecorvo,


1849-1857. - ALONSO BLANCO, La fondazione
di Pontecorvo., en PMP, agosto-septiembre 1991, 11-
14. - FIORE, Leonardo, La Madonna delle
Grazie venerata nella chiesa-santuario dei PP.
Passionisti in Pontecorvo, Nápoles,1994, 31-56.
FILIPPO
della S. Famiglia, Chiesa e ritiro dei passionisti in
Pontecorvo, mcn., arch. C. P. de Nápoles.
- Id. Crónaca della Provincia dell’Addolorata..., 1851-
1860, o. c., mcn.
164 Cfr. Lett, II, 644-646. - ZOFFOLI, o. c., I, 682. -
FIORE, o. c., 32. - FILIPPO, o. c., 31-32.

165 Cfr. FIORE, o. c., 33.

166 Notizie di Pontecorvo –NP-, 12. - NDEust, 32 - 33.


Nac. en 1727, era llamado río de elocuencia.
Murió de apoplegía. Le encontraron una cruz de
puntas de hierro en el pecho y un cilicio de crines
de caballo a la cintura. En la casa general su retrato
lleva esta inscripción: Pater Joseph a Doloribus
B.V.M. inter labores pro domo Dei jamdudum
susceptos cum sanctitatis acclamatione requievit.

167 Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 75 y 80.


convento168. Pontecorvo fue además famoso por el
milagro de la curación instantánea
de Rosa D’Alena, de Campodimele, después de orar
ante la imagen del beato
Pablo de la Cruz en la iglesia de Pontecorvo169.

Pontecorvo ha sido una población de abundantes


vocaciones pasionistas. El P.
Filippo enumera 51, la más gloriosa, sin duda, la del
beato Grimoaldo (Fernando)
Santamaria170.

La fundación partió de Mons. José Montieri, obispo de


Aquino-Sora-Pontecorvo,
que, satisfecho de la ejemplaridad de vida y del trabajo
pastoral de la comunidad
de Sora (1849), quiso una segunda casa en su
diócesis. Las autoridades civiles
del lugar le apoyaron con entusiasmo; aunque nada
hubiera llegado a buen puerto
sin un acontecimiento histórico un poco especial: la
actitud de los capuchinos de
Pontecorvo durante los movimientos revolucionarios
que obligaron a Pío IX a refugiarse
en Gaeta. Pero será conveniente resumir al menos los
momentos más significativos
de todo ello. A poco más de un quilómetro de
Pontecorvo existía un convento
que había pertenecido a los benedictinos de
Montecassino, y desde 1579 a los capuchinos
hasta que en 1850 pasó a los pasionistas.

Mons. Montieri y el consejo comunal habían promovido


contra los capuchinos
un proceso ante la Congregación del Concilio, cuyo
resultado fue la expulsión
firmada por Pío IX el 3 de agosto de 1849, pues su
actitud durante los movimientos
revolucionarios no agradó a las autoridades civiles ni a
las eclesiásticas. Después
de esta sentencia, y no antes, llega el momento de la
presencia pasionista. No
resulta fácil hacer luz plena sobre los hechos y el
comportamiento de los implicados
en la fundación. Sin haberse puesto previamente de
acuerdo con los pasionistas,
Mons. Montieri y los miembros del consejo comunal
presentaron al gobierno
pontificio sendas solicitudes para que los capuchinos
fueran expulsados. Mons.
Luis Tomassetti, secretario de la Congregación del
Concilio, presentó a Pío IX el
5 de mayo de 1849 una exposición titulada Sustitución
de los capuchinos de Pontecorvo
con los pasionistas. Con un decreto del 3 de agosto de
1849 se entregaba
el convento de los capuchinos a Mons. Montieri para
que éste efectuara la nueva
fundación.

168 ALONSO BLANCO, P., Campodimele..., en


Racconti campomelani, 115-123. - FIORE, o. c., 33

34.
169 En el otoño de 1858, antes de que el cirujano
procediese a la extirpación del tumor, encargó una
misa cantada en honor del B. Pablo de la Cruz en la
iglesia de Pontecorvo. Al principio de la misma,
invocó al beato y comenzó a sentir cómo el tumor se
diluía. Al llegar al cirujano, éste encontró
que no existía ningún tumor y que Rosa estaba
perfectamente curada. Este milagro fue uno de
los dos aprobados para la canonización. - Cfr.
Romana..., Positio super miraculis, Romae, 1865,
27-44. - ZOFFOLI, o. c., I, 1535. - FIORE, o. c., 34. -
ALONSO BLANCO, Racconti campomelani...,
o. c., 137, nota 196. - FILIPPO, Cronaca.... 1851-1860,
o. c., 16.

170 FIORE, o. c., 36.


El P. Testa, que tuvo el primer conocimiento de ello
por una carta de Mons.
Montieri fechada el 14 de julio anterior, enseguida
advirtió lo delicado del problema,
que podía incidir negativamente contra los pasionistas.
Si se hubiera tratado de
sustituir a los capuchinos con los pasionistas se
hubiera opuesto de manera rotunda,
pues de ninguna manera quería que se lo arrebatasen
a ellos para darlo a los pasionistas171.
No le faltaban razones de peso: desde el principio las
relaciones de la congregación
con algunas órdenes religiosas no fueron buenas ni
cordiales, particularmente
con los capuchinos. Se habían difundido contra los
pasionistas rumores y burlas,
llegando a afirmar que no contaban con aprobación
pontificia, a fin de alejar de
la congregación a los aspirantes. El P. Testa escribió:
Venero y respeto a la ilustre
orden de los capuchinos que han dado muchos santos
a la Iglesia, y aun actualmente
cuentan con hombres virtuosos y santos; pero no me
asombro de que en un campo
tan extenso el maligno haya sembrado algo de cizaña.
Pío IX, en el mencionado
decreto del 3 de agosto de 1849, ponía a disposición
del obispo el convento y en del
24 de septiembre le daba la posibilidad de
entregárselo a los pasionistas172.

El P. Testa quería que transcurriera un tiempo entre la


salida de los capuchinos
y la entrega a los pasionistas. El 11 de septiembre
reconocía que no le hubiera disgustado
que fuera entregado a otro instituto. El 17, el
ayuntamiento de Pontecorvo
ofrecía oficialmente la fundación; los miembros del
consejo municipal afirmaban
que toda la ciudad sentía confianza y afecto a los
pasionistas. El P. Testa, de visita
canónica en Morrovalle, contestó el 16 de noviembre:
Hoy mismo expido la aceptación.
Les estoy agradecido... Nunca habría recibido el local
si dichos padres(capuchinos)
hubieran sido despojados para meternos a nosotros en
el convento. Es necesario
que esto lo sepan claramente todos...

2. LOS PASOS DE LA FUNDACIÓN. Junto con esta


noticia incluía el anuncio
de su visita o la de algún delegado suyo. Realmente
hubiera querido ir de inmediato,
pero no pudo hasta finales de mayo de 1850,
acompañado por el P. Eutizio Mastrantoni.
Los dos encontraron un edificio cuadrangular de tres
plantas. En el centro
había una cisterna con un claustro abierto y
habitaciones más bien reducidas. El edificio,
construido según el modelo capuchino, tenía que ser
adaptado al estilo de los
pasionistas. La iglesia, dedicada a la Virgen de las
Gracias, se encontraba en buen
estado; el huerto era suficiente, estaba tapiado y había
un pequeño bosque. El 10 de
mayo se reunió el consejo municipal. El secretario leyó
la única propuesta: la fun171
En NP, 1: Hubo muchas e insistentes súplicas a
nuestro P. General Antonio di S. Giacomo, pero
él daba largas al asunto para no tomar posesión y
declaraba que no era su idea tomar parte activa
en la fundación, que se limitaba a una actitud pasiva,
por diversos motivos; pero ante la insistencia,
al fin condescendió.

172 Decreto de la Congr. del Concilio, 27.09.1849, en


AGCP, DOL, Pontecorvo.
dación del retiro pasionista, lo que implicaba tres
medidas: establecer qué cantidad
de dinero se iba a gastar en la reconstrucción, de
dónde saldrían los fondos, y qué
donativo anual se entregaría como subvención
caritativa173. El 13 de mayo se estipuló
el contrato ante el notario Vicente Ferdinandi. Como
era costumbre en las fundaciones,
los pasionistas predicaron, del 2 al 15 de junio, una
misión dirigida por el

P. Pío Cayro. Éste, en cuanto delegado del P. Testa,


presidió la procesión con la que
en la tarde del 17 se tomaba posesión de la casa. Al
principio los religiosos pasaron
calamidades, privados casi de todo, menos de la
alimentación174.
3. SUPERIORES: El P. Ambrosio Baldassi presidió
interinamente la comunidad
formada por ocho religiosos; en el capítulo provincial
de mayo de 1851 fue elegido
rector el P Jacinto Grespi de la Asunción para el trienio
1851-1854175. Era mucho lo
que había que hacer aún, pero esperó a la visita del P.
Testa, en octubre del mismo
año. Después se levantó la casa de los empleados. El
10 de marzo de 1852 comenzó
la construcción de un nuevo brazo. Durante este
tiempo se celebró los día 28-30
de octubre el triduo de acción de gracias por la
beatificación del fundador; se encargó
una estatua del beato, y se aprovechó la ocasión para
inaugurar un nuevo órgano,
pues el que habían encontrado estaba in cattivo
stato176.
1854-1857. P. Candido Mazzucconi. En 1855 colocó
un nuevo viacrucis. Como
sus predecesores se preocupó de adaptar el edificio y
la iglesia para que todo tuviera
fisonomía pasionista según la vida común y el servicio
pastoral. Con ello concluyó
la fase que puede llamarse de fundación o
asentamiento. Le sucedieron dos rectores
a los cuales tocó el primer amago de la tormenta, la
primera expulsión.

1857-1860. P. Pio Morelli del N. Jesús(1857-1860) y P.


Celestino Mancini de la
Pureza de María (1860-1863), en cuyo tiempo se vivió
la primera expulsión, como
se narra más abajo177.

4. NOVICIADO, APOSTOLADO Y DIFUNTOS. El 16


de noviembre de 1855,
coincidiendo con la fiesta del beato fundador, el P.
Testa designó la casa como segundo
noviciado de la provincia, con un máximo de 10
novicios. Se hizo cargo como
maestro interino el P. Félix Macera de la V. Dolorosa;
unos meses más tarde llegó
el P. Pedro Juan Bettini de la Dolorosa. De 1857 a
1860 fue maestro el P. Rai173
Se preveía una inversión de 1.200 escudos.
174 NP, 4. - Libro Ministeri e Predicazioni dei nostri
religiosi… da Roma, 1828-1869, ff. 72-73.
175 En el camino, el carruaje sufrió un accidente, y el
P. Grespi se hirió en la espalda, por lo que se

detuvo un tiempo en Ceccano. Llegó a Pontecorvo el


20 de mayo. -NP, 4.
176 A la llegada de los pasionistas no había órgano,
porque los capuchinos lo tienen prohibido por sus
reglamentos; gracias a las limosnas de los fieles se
consiguió comprar uno bueno. - NP, 7.
177 Cfr. Libro di Famiglia di Paliano, 137-138. -
FILIPPO; 1851-1860, 20 y 34.
mundo Ma. Terribile de S. Andrés. Durante los cinco
años ingresaron en el noviciado
46 jóvenes (29 clérigos y 17 hermanos)178.

Desde su llegada los pasionistas se prestaron a oír


confesiones en la propia iglesia
y predicaron ejercicios públicos a religiosas,
seminaristas y alumnos de los colegios.
De 1852 a 1857 participaron en 26 misiones. En la de
diciembre 1852-enero
1853 intervino el P. Fortunato de San Pablo, De
Gruttis. La dada en Gaeta, del 30 de
marzo al 16 de abril de 1856, fue calificada de
estrepitosa y muy fructífera179.

La comunidad pagó también tributo a la muerte con


tres religiosos: 1) P. Sebastián
Pompei de la Anunciación, 1859. -2) H. Ramón Macciò
de Santa María, 1861.
-3) P. Emiliano Paolini de S. Gregorio, 1861180.
5. EXPULSIÓN. Según el P. Filippo, el trienio 1860-
1863 se iniciaba con la borrasca
a la puerta con motivo de la Unidad de Italia... que
quiso hacerse a costa
principalmente de la Iglesia y de las congregaciones
religiosas con sus muchas
obras de beneficencia social.
En un documento dedicado a la expulsión de
Pontecorvo y Caserta se dan detalles
más amplios: Mientras el P. Celestino... ocupó el oficio
de rector... sobrevinieron
tiempos nebulosos y tristes: era el año 1860. Se trató
de expulsar a los pasionistas
con memoriales y recursos para poder así hacer
investigaciones, aunque todo
contribuyó a resaltar siempre la inocencia de la
comunidad. Pero finalmente el
lugarteniente de Nápoles, Alfonso Lamarmora,
determinó convertir el retiro en hospital
para militares; sólo podían quedarse en la casa dos
sacerdotes y un hermano
para atender la iglesia. Hacia finales de 1862 los
religiosos desalojaron la casa, y
quedaron los PP. Celestino y Raimundo de S. Andrés,
con el H. Joaquín de San José.
Llegaron inmediatamente los militares y levantaron un
muro de separación junto
a la puerta de la sacristía que daba a los corredores de
los pisos primero y segundo,
hacia la iglesia. El hospital apenas aguantó quince
meses y después se cerró
por insuficiencia de locales. En 1863... fue elegido
rector el P. Pedro Cesarini
de San Martín, quien de acuerdo con los superiores
volvió a aumentar la comunidad
hasta 12 religiosos. Pero algunos contrarios no
dejaban de maniobrar para
conseguir la segunda expulsión que ocurrió el 18 de
octubre de 1865. Después la
casa quedó para albergue de los soldados que iban de
paso por Pontecorvo...
La expulsión definitiva en 1865 cae fuera de este
período181.

178 Cfr. Libro dei capitoli dei novizi... - FILIPPO,


Cronaca...1851-1860, 17-18, 20.
179 NP, 11-13. - Cfr. ALONSO BLANCO, Racconti...,
o. c., 119, nota 93.
180 DNEust, 281, 287 y 288). - FILIPPO,
Cronaca...,1851-1860, 23-26.
181 Cronaca... 1851-1860, 34. Una narración detallada
en Espulsione di Pontecorvo 1862-1866, en el

ASSOSIO, fondo Pontecorvo. - FILIPPO, Cronaca...


1861-1880, 20-21. Un par de pasionistas siguieron
atendiendo la iglesia durante la expulsión; sólo en
1895 pudieron regresar. - Cfr. FIORE,

o. c., 51.
10. Fundación nueva: Retiro de la Sma. Trinidad,
Aversa182
1. ANTECEDENTES. Aversa, la Ciudad de las Cien
Iglesias, dista pocos kilómetros
de Nápoles y no muchos más de Caserta, diócesis
antigua enclavada en el
Reino de Nápoles; en octubre de 1860 pasó al nuevo
Reino de Italia. Durante la supresión
napoleónica los franciscanos abandonaron el convento
de San Francisco, al
que ya no volvieron. Aversa se convirtió en centro de
los carbonarios, que el 21 de
noviembre de 1821 asesinaron a su obispo Mons.
Tomasi. En las afueras hubo otro
convento que los capuchinos habían fundado en 1545.
Expulsados de allí, la casa pasó
a ser centro de atención para enfermos mentales, y
seguía siéndolo cuando se iniciaron
los trámites para la llegada de los pasionistas.
Desde 1852 el P. Testa mantenía correspondencia con
el señor Francisco Scorza,
intentando lograr un retiro en la ciudad de Nápoles. El
que éste ofrecía en Rotonda,
iglesia de Ntra. Sra. De la Consolación, no le
convencía y lo justificaba así
ante el señor Scorza: No vaya a pensar que mi
insistencia obedezca a una manía por
disponer de una casa en la capital o en sus
alrededores de Aversa. Nuestra congregación
prescribe casas en soledad, y los religiosos se sienten
a gusto en lugares retirados.
Lo que me apremia es la pura necesidad. Para
asuntos de las casas que ya
tenemos en el reino hay que hacer trámites a la
capital, y por eso nos urge abrir alguna
fundación. Llegando de lejos de Nápoles los nuestros
han de pasar por aquí,
¿y tendrán que refugiarse siempre en pensiones o al
amparo de una familia caritativa?
183 . Los trámites no fueron pocos, y se iniciaron
cuando Mons. Javier Durini llamó
a los pasionistas a predicar en su diócesis de Aversa;
ya los conocía por haber sido
antes obispo de Marsi en Los Abruzzos (1819-
1824)184. Al terminar aquella misión
tuvieron que predicar en todos los monasterios y en
dos conservatorios, y nació
en la ciudad el deseo de contar con ellos. Pero la
fundación correspondió a un
nuevo obispo, a Mons. Antonino Javier de Luca, quien
en las visitas a la casa de los
Ss. Juan y Pablo, durante su época de formación
sacerdotal, había quedado admirado
del fervor de los pasionistas y del bien que realizaban
con sus predicaciones. Así

182 Archivo DOL, Nápoles, sec. AVERSA. - AGCP,


A,123 (A,IV-I/2-9, 3º), Notizie sul ritiro di Aversa
e sua fondazione 1853: n. 1, Eccole le notizie richieste
dalla V. P. riguardanti questo ritiro di
Aversa, 1853, 11 ff., firmado por el P. Rector Bernardo
de San José. - Capitoli locali, Possessi dei
rettori y Visite e Licenze dei superiori maggiori del ritiro
di Aversa 1854-1864. - Ibid., Correspondencia
del P. Testa con don Francisco Scorza, 1852-1853. -
Cfr. ASSOSIO, Indice del archivio de
Aversa. Platea ossia Registro della Fondazione di
questo ritiro...e di quanto lo concerne nel temporale
precipuamente 1852-1858. -FILIPPO, Cronaca... 1851-
1860, 7. - TITO, o. c., III, 143-147.

- ALONSO BLANCO, I Passionisti del Basso Lazio e


Campania 1839-1863, en PMP, oct. 1991,
19-21.
183 AGCP, A,123 (A,IV-I/2-9). Aversa, minuta y copia
de la carta del P. Testa a Scorza, Roma, 12-031853.

184 Documento del 21 de marzo de 1853, confirmado


el 22 oct. del mismo año.
que cuando llegó de obispo a Aversa enseguida pidió
una misión y un retiro en la
ciudad. El P. Testa lo aceptó ya el 19 de noviembre de
1853185 y dio órdenes de buscar
lugar adecuado. El P. Eutizio Mastrantoni, tras
minuciosas pesquisas, optó por el
convento de los capuchinos.

2. RESTAURACIÓN DEL RETIRO Y DE LA IGLESIA,


Y LLEGADA DE
LOS PASIONISTAS. El nuevo retiro, con capacidad
para 40 celdas, estaba situado
en una pequeña colina, y cumplía las condiciones de
soledad. Las paredes eran de
ladrillos. Tenía tres plantas. Concluida la restauración
antes de la llegada de los pa-
sionistas, las formas arquitectónicas recuperaron su
línea de elegancia que entusiasmó
tanto a los aversanos como a los pasionistas. En la
iglesia, dedicada a la Sma.
Trinidad, llamaba la atención el cuadro del altar mayor,
obra maestra del pintor Fabrizio
Santafé.
Fracasado el intento de obtener de los propietarios la
casa, Mons. De Luca recurrió
al rey Fernando II, quien dio su consentimiento para
abrir la fundación el 19 de
marzo de 1853; y el 21 de mayo se obtuvo por fin el
ex-convento capuchino. El P.
Testa envió al H. Plácido Cesanelli para que
inspeccionara el estado del edificio. El
03.04.1853 le informó con todo detalle186. La rapidez
con la que se llevaron a cabo
las obras se debía a las prisas del obispo: nombrado
nuncio en Baviera, quería entregar
el retiro antes de marchar a esta misión187. La
intención de los promotores era
la de remediar un problema pastoral en la ciudad de
Aversa. Todavía no estaban concluidas
las obras cuando el P. Testa, previa solicitud de Mons.
Di Luca, envió al P.
Cándido Mazzucconi como predicador y confesor
extraordinario de todos los monasterios
femeninos de la ciudad; el cual, saltando por encima
de muchos obstáculos,
consiguió que todas las comunidades entraran por la
vida regular. El 11 de diciembre
el obispo y su vicario tomaron posesión del mismo188.
Pero antes de ello,
doce pasionistas189, bajo la dirección del P. Pío
Cayro, predicaron una misión del 19

185 Nomine meo et totius Congregationis cui praesum,


supradictam fundationem recipio et accepto,
ac juxta condictum, meorum religiosorum familiam illuc
collocare propero, qui regulari observantia
et propriam sanctificationem sedulo incumbant, et
apostolicis laboribus juxta Instituti nostri
normam aeternae proximorum saluti totis viribus
indesinenter prospiciant. Datum Romae... 19
novembris 1853, Antonius a S. Jacobo, Praep.Glis. -
AGCP, A,123, Fundaciones en Nápoles,
Aversa 1853.
186 Cfr. AGCP, A,123, AVERSA, copia de la carta del
H. Plácido.

187 Aunque lejos de Italia, mantuvo el afecto a los


pasionistas, cediéndoles el fondo de 300 ducados
de pensión que le correspondía de la sede de Aversa.
Los pasionistas le declararon con toda justicia
bienhechor insigne y fundador del retiro, en el que se
había reservado una habitación en la que
descansar cuando iba a la casa. - Platea, 8.

188 Platea..., 4.

189 No se ha logrado identificar quiénes eran.


de noviembre al 10 de diciembre. La procesión de
entrada en la casa iba abierta por
el P. Pío Cayro con la cruz, los misioneros, los
miembros de la nueva comunidad y
un gentío inmenso. Mons. De Luca los esperaba a la
puerta del templo. Durante el
discurso dirigido a sus diocesanos se despidió de ellos
y se leyó el documento de posesión.
Mons. De Luca había gastado 3.204,27 escudos para
acomodar el retiro al
estilo pasionista. El 19 de diciembre el Consejo
Ordinario del Estado concedió una
subvención de 146,20 escudos netos190.

3. SUPERIORES, ESTUDIANTADO, APOSTOLADO.


En los primeros momentos
la comunidad constaba de nueve religiosos bajo la
dirección del P. Cándido
Mazzucconi. En 1854, el P. Pedro Pablo Cayro
sucedió al P. Cándido. Hubo otros
dos superiores en esta etapa histórica: los PP.
Raimundo Scannerini de la V. Dolorosa
(1857-1860) y Tadeo Acquaroni de la Madre de Dios
(1860-1863), conocidos
de otras comunidades191.
El P. Pío Cayro garantizaba al P. Testa que todo
estaba marchando bien, excepto
en lo relativo a los víveres de subsistencia. Con un
poco de retraso se llegó a hacer
la postulación en la ciudad con cuatro grupos distintos:
un canónigo, dos señores
principales, un pasionista y el párroco respectivo. Se
allegaron 150 ducados. Entre
los bienhechores hay que recordar al rey Fernando II
del que el P. Pedro Pablo
Cayro recibió una campana de 131 kilos que procedía
de las real fundición de artillería.
Otro bienhechor insigne fue el canónigo Juan Mauro.
La comunidad consiguió
ampliar el huerto. En enero de 1855 las benedictinas
de San Biagio regalaron
un órgano de 9 registros, que, aunque viejo, pudo ser
acomodado192.
El P. Antonio Testa, que visitó la comunidad en 1856,
destinó el retiro a casa de
estudios, gracias a las abundantes limosnas de los
fieles de Aversa y de la ciudad de
Nápoles, en la que dos hermanos hacían la
postulación cuatro veces al año, siempre
acogidos con gran caridad por los jesuitas del Jesús
Nuevo193.

En el ámbito de la cultura religiosa, en el trienio 1857-


1860 la biblioteca se enriqueció
con más de 180 volúmenes, entre los cuales algunas
obras clásicas194.

190 Cfr. AVERSA, Fundaciones, Nápoles, A - 123.

191 Fuera de nuestro periodo, en el trienio 1863-1866


lo fue el P. Jacinto Grespi de la Asunción; y al
morir éste en Roma, el 1864, volvió el P. Tadeo
Acquaroni. - Cfr. AVERSA: Libro dei Possessi dei
rettori. -El P. Felipe de la Anunciación Squarcia estuvo
en Aversa para imprimir la tercera edición
de la obra del P. Domingo Barberi, Risposte di conforto
alle anime tentate, Aversa, 1853. - Carta
a Testa 26.06.1853.

192 Platea, 10.

193 Cfr. Relazione dei religiosi..., en 1857 había 3


estudiantes. En aquella ocasión el P. Pedro Pablo
Cayro declara que hay 25 religiosos. En 1858 eran 24.
- Platea..., 13, habla del establecimiento de
estudio en 1857.

194 Platea, 16.


Los miembros de la comunidad desplegaron fecunda
actividad apostólica como
respuesta a las solicitudes de los obispos195. En
aquella zona constituía una novedad
el método de las misiones pasionistas. Los frutos
fueron abundantes, y en alguna
ocasión clamorosos. Se dedicaban a los encarcelados
y a los militares. De noviembre
a junio los sacerdotes se mantenían en casa,
ocupados toda la mañana en escuchar
confesiones. Y además en la propia casa había celdas
reservadas para practicar
los ejercicios.En noviembre de 1857 murió el único
religioso fallecido en el retiro,
el joven sacerdote P. Pedro Antonio Fiorentini del
Corazón de Jesús (1824-1857),
arrebatado por una tuberculosis larga y penosa.

Un momento especialmente emotivo fue la despedida


de seis estudiantes que con
su lector partieron camino de los Estados Unidos. El 7
de noviembre de 1860 había
llegado el P. Albino Magno de la Sabiduría Encarnada
en busca de personal joven. El

P. Testa lo remitió a Aversa, donde se le unieron el


lector de Teología, P. Víctor Carunchio
de la Madre de Dios, y seis estudiantes196; y en Roma
se les agregaron el P.
Librado Bonelli de San Francisco, de Scala Santa, y el
H. Josafat Valentini del Smo.
Sacramento, de San Eutizio. El grupo embarcó para
América el 1 de diciembre197.
4. CLAUSURA DEL RETIRO. A pesar de tan buenas
perspectivas, la presencia
pasionista en Aversa fue muy breve. Los religiosos se
vieron obligados a salir
del convento el 29 de abril de 1866. Son pocas las
páginas que ocupan el diario de
la comunidad abierto el 11 de diciembre de 1853;en
ellas late la vida; pero muchas
quedaron en blanco y no serán recuperadas: el manto
del olvido cayó sobre la fundación.
11. Nueva fundación: Retiro de Ntra. Sra. de los
Ángeles, Caserta198
1. ANTECEDENTES. El palacio Real de Caserta, obra
de Luis Vanvitelli (17001773),
es indudablemente una de las más famosas
construcciones de Carlos III
195 Cfr. AGCP, A,123, Fondazioni nel Regno di
Napoli, AVERSA, Fondazione 1853, f. 9. En los
primeros
cuatro años se beneficiaron de las misiones varios
pueblos de Aversa, Calvi-Teano, Cappua,
etc., así como diversos monasterios de de Aversa,
Giugliano e Teano... En Nápoles hubo tres
cursos de ejercicios públicos, y también se dieron en
Frignano Maggiore, S. Antimo y Salerno...
Varias veces predicaron ejercicios a los encarcelados
y a los militares. -A.III-V/1-3, Nota dei ritiri
religiosi appartenenti alla Congregazione della
Passione di Gesù, risposta a la Santa Sede
1860.
196 Faustino Sergente de Santa Teresa, Arcángel
Russo de San Paulino, Timoteo Pacitti de Jesús,
Eusebio
Sotis de San Valentín, Nilo Mastroianni de la Asunción
y Vitaliano Lilla de Santa Inés; un
séptimo estudiante se quedó en Roma por falta de
salud.

197 Cfr. Platea dei SsGeP, II, 51.

198 AGCP, B, 28, Caserta (B, III-IV/1-5). - Libro dei


Morti. - ASSOSIO, sec. Caserta. - Inventario. ALONSO
BLANCO, I Passionisti all’ombra della Reggia di
Caserta 1853-1866, en PMP, dic.
1991, 19-20, y enero 1992, 18-19. - FILIPPO,
Cronaca... 1851-1860, 9-14. - TITO, o. c., 9ss.;
(1716-1788) en el reino en Nápoles. Pero lo que aquí
nos interesa es otro edificio
ubicado en el bosque real, que sirvió de residencia de
los esclavos mientras se construía
el palacio, con una capilla llamada precisamente de los
esclavos por haber servido
para su atención religiosa en la época. Una vez
concluido el palacio, estas dos
edificaciones quedaron abandonadas, pero a finales
de 1852 el rey Fernando II
(1809-1859) pensó en convertirlas en fundación
pasionista. El obispo de Aversa creía
que no era propio para pasionistas por falta de
soledad, pero el rey le contestó: Si
es así, los mandaremos a la Isla de Capri199 . Para
los trámites, el rey designó al teniente
José García del Genio como su representante
personal y directo; el P. Testa
hizo lo mismo con el P. Pío Cayro200.

El monarca se había propuesto un doble objetivo: 1)


contar con una comunidad
religiosa que orase por él y su familia; 2) garantizar el
servicio apostólico y misionero
a la guarnición y a las poblaciones vecinas201. El rey
siguió la marcha de las
obras de acomodación como si se tratase de un
asunto de estado. Quería que allí vivieran
10 sacerdotes y 6 hermanos. El P. Testa, movido por
sincera gratitud al rey
que le ofrecía el retiro, la iglesia y el terreno, aceptó la
oferta con mayor celeridad
que de costumbre. Al P. Pio Cayro202 le quedó la
tarea más espinosa, pues tuvo que
dialogar con el señor García sobre lo que no se
acomodaba al estilo de la congregación.
Él fue la única persona que dudó de la conveniencia
de la fundación por la proximidad
de la corte y el riesgo de sumisión a ella. No veía claro
que hubiera suficiente
soledad según la regla. Y además tenía muy presente
la fundación de Ponte-
corvo: se comentaba que se la habían ofrecido a los
capuchinos, que además deseaban
instalarse allí. Por todo ello, el P. Cayro se había
inclinado por una respuesta negativa;
pero una vez que el P. Testa la aceptó, puso en la
empresa toda la energía que
le caracterizaba; en cierta ocasión reconoció que había
sido la fundación que más
quebraderos de cabeza le había proporcionado203.

151-162. – Cfr. Pio del Nome di Maria, C. P., Vita del


B. Paolo della Croce, Aversa, 1856, dedicada
a Fernando II; en la introducción se lee: “No contenta (
Su Majestad) de haber introducido
benignamente en diversos lugares de sus Reales
Dominios el edificante instituto de dicho Beato,
últimamente se ha complacido en hacer construir a sus
expensas un retiro dentro del Real Bosque
de Caserta”.

199 AGCP, B, 28 (B, III-IV, 1-5º), Pio Cayro a Testa,


dic. 1853.
200 Hay una cantidad notable de cartas del P. Testa,
Fernando II, José Gracia y el P. Cayro, junto con
otros documentos en AGCP, B, 28 (B-III-IV/1-5).

201 P. Testa al P. Cayro, 08.02.1855: El soberano dijo


que hacía esta fundación porque confiaba que
los religiosos rezarían por él y por su familia, y para
obtener beneficios espirituales para los militares
y los pueblos. -Cfr. Arch. San Sosio, fondo Caserta.

202 Cfr. la carta de delegación del 10 febr. 1855.

203 Hay una copia de la delegación del P. Testa al P.


Cayro para que tomase posesión de la casa. - En
AGCP, B, 28 (B, III-IV, 1/5º.
2. TOMA DE POSESIÓN: Al comenzar el año 1855 la
casa se había transformado
en un auténtico retiro pasionista: habitaciones,
refectorio, coro, iglesia y sacristía...,
todo a expensas del erario real. El P. Testa seleccionó
a religiosos de notable
capacidad para el apostolado, y después organizó el
viaje. El 21.02.1855 los religiosos,
presididos por el P. Pío, tomaron posesión sin
solemnidades exteriores, en
presencia de la Corte y de mucho público. El rey quiso
que la iglesia estuviera dedicada
a la Virgen de los Ángeles, cuyo cuadro se había
colocado en el altar mayor.
Concedió a los pasionistas la propiedad del retiro con
todos sus muebles, así como
la iglesia con todos los objetos sagrados; la
conservación de los edificios correspondería
a la administración real; y la de los muebles a los
religiosos. Pero si éstos dejaban
el retiro, todo revertiría a la casa real. Fernando II
añadió el compromiso de
un subsidio anual de 340 ducados; es decir, 240 para
alimentación y 100 para leña204.
La comunidad debía regularse por las Reglas y las
autoridades de la congregación.
El P. Testa, preocupado por la formación espiritual e
intelectual de los religiosos,
envió dos lotes de libros, uno como regalo propio, y
otro como obsequio del soberano.
En los días siguientes a la toma de posesión, los PP.
Cayro y Abisati, superior,
cumplimentaron al personal de la corte.

3. SUPERIORES. Por culpa de la humedad que había


quedado aún en las paredes,
durante los primeros quince días los religiosos
durmieron en el palacio real, y
comieron los alimentos preparados en la cocina regia.
En cuanto a lo demás, desde
el primer día iniciaron la observancia regular. En los
pocos años de permanencia en
Caserta, la comunidad tuvo al frente a cuatro
superiores: 1) P Gabriel Abisati de la
Presentación de la V. María, 1855-1857 205; 2) P.
Joaquín Brunori de San Pablo,
1857-1860; 3) P. Pedro Cesarini de San Martín, 1860-
1863; y 4) P. Alfonso Guarnacci
del Smo. Sacramento (1863-1866)206.
Como ocurre con cualquier comunidad, también en la
de Caserta, a la vez fervorosa
y comprometida con muchos ministerios, ocurrieron
vivencias menos favorables.
La más desagradable, sin duda, fue la relativa al
primer superior nombrado

204 No causa ninguna admiración que lo primero que


se escribió en el Libro de las Misas por los
bienhechores
fuera esto: Misas aplicadas por su majestad el rey
Fernando II, fundador y bienhechor
de este nuestro retiro, y por toda su real familia,
ofrecidas a título de agradecimiento por los sacerdotes
de la comunidad. - Cfr. AGCP, mns., Libro dei Morti,
Misas por los difuntos y los bienhechores
1855-1865. También en ASSOSIO, Fondo Caserta.
205 Cfr. Libro di Famiglia di S. Sosio, ff. 74-75.

206 En el Libro dei Morti, la última celebración de


misas corresponde al P. Máximo de San Nicolás
(1819-1865), fallecido el 19 de marzo de 1865 en
Bulgaria. Las misas aplicadas por él en los días
13, 14 y 15 de junio, están firmadas por los siguientes
sacerdotes: 1) Alfonso del Smo. Sacramento,
rector; 2) Vicente de la Visitación, vicario; 3) Fortunato
Ma. de San Pablo (De Gruttis); 4)
Andrés de la V. Dolorosa; 5) Fidel de la V. Dolorosa; 6)
Cristóbal de San Roque; 7) Inocencio de
la V. Dolorosa; 8) Antonio Ma. de San Luis; 9) Camilo
de la I. Concepción, que cierra el libro.
directamente por el P. Testa207. Buen religioso, no
valía para superior; se encerraba
en su celda sin espíritu de colaboración; no logró
hacerse con la confianza de los religiosos.
Y el P. Testa, que había depositado en él grandes
esperanzas, se vio obligado
a pedirle que renunciase. Como el P. Abisati no lo
aceptó, el general tuvo que hacer
visita canónica y declarar el retiro sede vacante hasta
el capítulo de 1857.

4. APOSTOLADO. En el breve período de


permanencia en Caserta resalta la intensa
actividad apostólica. Inmediatamente después de
haber tomado posesión se
dieron ejercicios a los militares, y así siguieron toda la
cuaresma. El mismo rey entraba
a escondidas y se mezclaba con los oyentes. La fama
de los pasionistas como
predicadores se extendió por toda la zona y fueron
continuas las solicitudes. La iglesia
del retiro se llenaba de niños que acudían al catecismo
o de fieles que participaban
en la misa, sobre todo los domingos. Cada día iban
unos cincuenta soldados a
confesarse. El P. Pío habla de una página gloriosa del
apostolado pasionista. Yel
P. Tito resume así la presencia pasionista: En los
primeros años los nuestros predicaron
misiones en Gricignano, Lusciano S. Cipriano,
Vicopantano, Marcianise, S.
Prisco, Pastorano y en otros pueblos limítrofes.
Merece especial mención un curso
de ejercicios públicos dados a los Húsares de la
Guardia Real de Caserta por los
PP. Ciriaco de S. Domingo y Leonardo Talongo de la
Anunciación208 .
5. LA SUPRESIÓN (1866). Las comunidad de Caserta
no vivía aislada del mundo
circundante y tuvo que soportar las consecuencias del
ambiente revolucionario.
El 22 de mayo de 1859 falleció Fernando II209. Desde
octubre de 1860 el reino de
las Dos Sicilias quedó anexionado al Reino de Italia.
Desde septiembre de 1863 los
pasionistas comenzaron a sufrir pesquisas, acusados
de ocultar armas y de correspondencia
comprometida. La última fue la del 21 de mayo de
1866: se presentó un
delegado de Seguridad Pública con gendarmes y
policía, e intimó a los religiosos la
orden de recluirse en la biblioteca, mientras todo el
edificio quedaba acordonado. El
delegado, en compañía del rector y del vicario, efectuó
por todas las dependencias
una investigación que se prolongó durante toda la
noche. Después redactó un acta
en la que hacía constar que los religiosos no habían
delinquido en nada contra el
nuevo sistema de gobierno, y se lo entregó al prefecto
de Caserta. Mientras tanto los
religiosos, siempre vigilados por agentes, prepararon
los enseres personales que pu207
Cfr. Cenni Necrologici..., 1886, 12. Fue profesor de un
grupo de teólogos camaldulenses en el monasterio
de San Gregorio al Celio, por especial concesión del
padre general. Asistió al Vaticano I
como teólogo de Mons. Bovieri, obispo de
Montefiascone. - Cfr. La Civiltà Cattolica, serie III,
vol.VIII, 1869, 712.

208 TITO, o. c., III, 161.

209 FILIPPO, Cronaca... 1851-1860, 186. - TITO, o. c.,


III, 158-160.
dieron llevar consigo. Decidieron ir a los Estados
Pontificios. Acompañados por los
gendarmes llegaron hasta la casa de los Cayro en San
Giovanni Incarico; y después
al retiro de Falvaterra al atardecer del 22 de mayo de
1866. Así se clausuraba esta
experiencia pasionista. Once años no son muchos,
pero ilustrados por la historia y
la peculiaridad del ambiente social y político, se
pueden calificar como una etapa
significativa y apostólicamente muy fecunda210.

210 Cfr. AGCP, B, 28, Caserta (B.III-IV, 1-6º). Ecco la


relazione dello sfratto dal ritiro di Caserta...
Cosí finí la dolorosa storia. Con distinta caligrafía se ha
añadido: La religiosa famiglia era di 22
religiosi.
CAPÍTULO IV

RETIROS EXISTENTES EN 1839


Y LOS FUNDADOS HASTA 1863 (3)

C. CREACIÓN Y EXPANSIÓN
DE LA PROVINCIA DE LA PIEDAD
La provincia de la Piedad fue erigida en 1851,
aproximadamente a la mitad del
largo gobierno del P. Testa. Pero fue creada con
retiros ya existentes en la provincia
de la Presentación. Por eso, al hablar ahora de la
provincia de la Piedad se parte de
los retiros ya existentes (Morrovalle, Pievetorina y
Recanati). En la historia de cada
uno se observa una primera etapa correspondiente a
la Presentación, y otra nueva que
se refiere a la Piedad. Después se habla de los pasos
dados para abrir nuevas fundaciones.
1. Retiro de la Virgen de la Encina, Morrovalle1
1. ETAPA PRECEDENTE. El retiro de Morrovalle fue
la primera fundación
después de haber muerto en 1775 el P. Pablo de la
Cruz. Cuatro años más tarde, su
primer sucesor, P. Juan Bta. Gorresio, la aceptó en
una antigua ermita dedicada a la
Virgen de La Encina (Quercia). La histórica imagen
está representada en un lienzo
pintado hacia 1656 por encargo de Alejandro
Collaterale, y colocado en un cruce de
caminos; y para protegerlo de las inclemencias se
levantó un pequeño templete. La
devoción popular fue creciendo, limitada a la gente del
pueblo. La iglesia fue consagrada
por Mons. Alejandro Bernetti, ob. de Loreto2. El card.
Guillermo Pallota, ar1
AGCP, B, 21 y 22 (B, II-I/1-10). - Cronistoria del ritiro di
Morrovalle dal 1821 al 1860 (cit. CronistoriaMorr)
pp. 1-90. - ANNIBALI, E, La Madonna della Quercia di
Morrovalle ed i Passionisti,
San Gabriele dell’Addolorata (TE), 1990. - TENDINA,
L., La Madonna della Quercia e San
Gabriele a Morrovalle, a cura di..., Ed. Eco, s. a.. -La
Madonna SS. Della Quercia e il Ritiro dei
Passionisti presso Morrovalle, Pianezza, 1928, 56 pp.
(atribuido al P. Stanislao Battistelli, C. P.).

- Bollettino C. P., VII, 1926, 218-224. - Registro delle


missione, esercizi...dati dai religiosi di questo
ritiro di Ma. Sma. della Quercia presso Morrovalle dal
anno 1828 al 1864, pp. 23-64. - BRODELLA,
L., Cronistoria della Provincia della Pietà,o. c., I, Ritiro
di Morrovalle, 37-38. -Ricorrenza
centenaria: Provincia religiosa de Maria Santissima
della Pietà 1851-1951,, Recanati;
Morrovalle, pp.26-27. -Brevissimi cenni storici della
provincia di Ma. Santissima della Pietà, Senigaglia,
1921. - MALACARNE, Saggio..., o. c., 15-25. -
GIANNATALE, G. di, Lo studio teologico
dei Passionisti de S. Gabriele dell’Addolorata, o. c., 15-
49.
2
E. ANNIBALI, La Madona..., o. c., 37 ss. -
(BATTISTELLI) La Madonna..., 5-18. - Cfr. NASELLI,
Historia..., o. c., II/1, 189-192 y 555-566.
zobispo de Fermo, los marqueses Bandini de
Camerino y el párroco Paolo Rosseti
se pusieron de acuerdo con el P. Gorresio, quien
desde Vetralla llevó a Morrovalle a
dos sacerdotes (PP. Strambi y Valentín Bistolli) y a un
hermano (Costantino Lelli)3.
Tras la supresión napoleónica no pudo reabrirse la
casa hasta 1821; en ella se encontraba
de ejercicios Mons. Strambi cuando murió Pío VII, e
inmediatamente salió para
Macerata4.

2. SUPERIORES EN LA PROVINCIA DE LA
PRESENTACIÓN HASTA LA
CREACIÓN DE LA DE LA PIEDAD (1839-1851)5 . En
el trienio 1836-1839, previo
a la llegada del P. Antonio de S. Giacomo Testa al
oficio de superior general,
el P. Mateo Ninni de S.Rafael dejó huellas en la
reestructuración de la iglesia. León
XII había concedido los objetos piadosos del
monasterio suprimido de Santo
Domingo, entre otros las reliquias de San Eutiquiano,
que se guardaban respetuosamente
en la sacristía, sin culto público. El P. Ninni preparó el
altar para que pudieran
ser veneradas, y aprovechó el momento para pintar y
arreglar la iglesia,
nuevamente consagrada por Mons. Bernetti, obispo de
Recanati, el 1 de diciembre
de 18396.
1839-1840. Serafín Giammaria del Corazón de Jesús.
Era maestro en Monte Argentario.
Su estado de ánimo no era favorable, como dice el
cronista, hizo de todo
para no aceptar el cargo. Inició el trabajo restaurando
parte del techo7 que amenazaba
ruina. Durante los meses que estuvo de superior no
cesó de renovar la renuncia;
los superiores se la aceptaron en febrero de 1840. Se
estaba preparando la salida
hacia Francia, Bélgica e Inglaterra, y el P. Serafín iba a
sentirse más a gusto allí
que en Morrovalle.
1840-1842. Bartolomé Zucchi de San Gabriel
(Arcángel). Una preocupación fue
la tapia para que el retiro estuviera más protegido; el
general se lo autorizó con la
condición de que al capítulo acudiera sin deudas. En
octubre de 1841 el P. Testa visitó
el retiro: Quedó muy satisfecho de que se hubiera
realizado el recinto, y además
dio un decreto de que los 40 escudos que cada año da
la ciudad o comunidad de
Morrovalle, se empleen en concluir la tapia, hasta el
final de las obras8.

3
NASELLI, Storia..., o. c., II/1, 149-153; relación del
viaje, escrita por el P. Valentino Bistolli-Bizarri,
en p. 559.

4
Cfr. STANISLADO dell’Addolorata, C. P., Vita di S.
Vincenzo Maria Strambi, passionista, vescovo
di Macerata e Tolentino, Roma, 1949, 636.

5
En APPIET, Cuaderno XXV, CronistoriaMorr, o. c. En
las páginas 1-70, Cronistoria de 1821 a
1838. - ANNIBALI, La Madonna..., o. c., 39 ss.

6
CronistoriaMorr..., 71. - (BATTISTELLI) La Madonna,
o. c., 36-38.

7
CronistoriaMorr..., 70.

8
Ibid., 73- 74.
1842-1844. P. Rafael Lucchesi de la Dolorosa. Siguió
ejecutando el decreto del

P. Testa sobre la continuación de la tapia, pero como


no la levantó a la altura necesaria,
tuvo que completarla su sucesor. El P. Rafael murió el
día de la Epifanía de
1844, sin concluir el trienio9.
1844-1845. Simone Reghezza de San José ( más
tarde, siendo ya provincial, recibió
a Bernardo Ma. Silvestrelli y a Gabriel Possenti)10. El
24.01.1844 solicitó del
arzobispo de Fermo: 1) poder exponer el Santísimo
cuando se hacen novenas o triduos;
2) que los pasionistas con licencias en otras diócesis
puedan confesar y absolver
también en los casos reservados; 3) permiso de
predicar en toda la archidiócesis
cuando sean llamados; 4) que conceda alguna
indulgencia a quienes besen la cruz
que han colocado en el centro de la plaza de la iglesia.
El arzobispo concedió lo pedido
en los nn. 1 y 3 sin restricciones; en el 2 lo autorizó
pero hasta el nuevo Sínodo;
y en el 4, concede 100 días11.

1845-1847. Luis Cinti de la V. Dolorosa. Llegaba del


rectorado de Corneto.
Conociendo por experiencia qué peso supone el oficio
de superior, enseguida,
apenas se hizo la elección canónica, presentó la
renuncia, la cual por justos motivos
no le fue aceptada. Y él... se sometió al grave peso
aceptando el rectorado
de este retiro donde todos han de moverse y fatigarse
por el gran concurso de penitentes.

En 1846 insistió en la renuncia y le fue aceptada; el


provincial lo mandó a Vetralla12.
En el informe del P. Testa a Pío IX en 1847, había 28
habitaciones y 23 religiosos
(8 sacerdotes, 7 estudiantes y 8 hermanos); la iglesia
era muy concurrida en
los domingos, se hacía la catequesis; acudían muchos
penitentes13.

1847-1848. P. Arcángel La Posta de la I.


Concepción14 . Nada de especial se narra
en la crónica, sino que al salir para el capítulo en
septiembre de 1848 dejó el retiro
suficientemente provisto de lo necesario y después de
haber pagado todas las
deudas que pesaban sobre la casa al principio de su
gobierno.

El mejor resumen del nivel comunitario y apostólico de


Morrovalle lo ofrece la
respuesta del arzobispo de Fermo el 20 de noviembre
de 1847 a la Comisión Pontificia
sobre el Estado de los Religiosos: La vida de
comunidad es perfectamente

9 Ni de su muerte ni de la llegada del sucesor hay


constancia en la Cronistoria.
10 ALUNNO, L., Missioni e Missionari al tempo di S.
Gabriele, en S. Gabriele dell’Addolorata e il

suo tempo..., o. c., I, San Gabriele dell’Addolorata,


1983, 196.

11
APPIET, Morrovalle, Facoltà spirituali dalla curia
arcivescovile di Fermo.

12
CronistoriaMorr; 76, 80-81.

13
Cfr. RAVASI, L.,La Congregazione..., o. s., 12-13.

14
CronistoriaMorr, 81. Debe de haber alguna laguna en
la crónica: de 1846 se narra, mes por mes,
de enero a julio; y seguidamente se pasa a septiembre
de 1848, omitiendo el segundo semestre de
1846, todo el año 1847 y los nueve primeros meses de
1848.
común. Este instituto en el que se profesa una
observancia realmente ejemplar es
el de los clérigos descalzos de la Pasión de Jesucristo;
irreprensible y edificante
es la conducta de cada religioso, por lo que gozan de
estima pública... Pero la utilidad
de este santo retiro no se reduce a esta población; se
extiende a toda la diócesis,
pues con frecuencia los padres dan misiones en
diversos pueblos con mucho
fruto espiritual. El servicio en la iglesia es diligente y
exacto... Acuden con frecuencia
los devotos de Morrovalle y de otras poblaciones. Siete
padres atienden
las confesiones con asiduidad. Se prestan a asistir a
los enfermos del pueblo y del
hospital...15 .

1848-1850. P. Juan Bta. Brambilla de San Jerónimo. El


principio de su rectorado
fue no poco agitado tanto para él como para toda la
familia religiosa por causa
de los graves disturbios promovidos aquí en Italia por
los revolucionarios. Después
de narrar por qué el capítulo se retrasó a septiembre,
añade: No duró mucho el tiempo
de calma. El cronista se extiende en los sucesos
ocurridos en Roma, en la huida
de Pío IX a Gaeta, pero falta la crónica hasta marzo de
1850. En este mes el rector,
mientras tomaba parte en la misión de Monte de San
Martín, fue atacado de una enfermedad,
que el 13.03.1850 le llevó al sepulcro, llorado de todos,
especialmente de
esta familia religiosa de la cual había sido siempre
padre amorosísimo16.

1850-1851. P. Leonardo Enrico de San José. Su paso


por Morrovalle lo resume
escuetamente el cronista: De su gobierno no se
conoce que haya realizado nada de
particular que merezca quedar registrado aquí.
3. SUPERIORES EN LA ETAPA DE LA PROVINCIA
DE LA PIEDAD, 18511863
1851-1854. P. Marcos Bourliè del Niño Jesús. En el
capítulo general de abril de
1851 se determinó constituir la provincia de la Piedad
con retiros de la Presentación.
La curia de la nueva provincia residiría en Recanati.
Morrovalle resultó sede del no

viciado como lugar más adecuado para cultivar y


educar en el espíritu del buen religioso
a todos los que quieran abrazar nuestro instituto17 .
Como tal, fue objeto de
la visita canónica anual de los provinciales,
especialmente del P. Reghezza, que en

15
Cfr. ASV, Fondo S. C. sullo stato degli ordini regolari,
busta 6, 7., cit. por GIORGINI en Lino Tendine,
La Madonna..., o. c., 90-91.
16
CronistoriaMorr..., 85. - DNEust, 226. -Registro delle
missioni..., 37. La misión, del 24 de febrero
al 10 de marzo había tropezado con alguna oposición
de los republicanos. La enfermedad y
muerte del pobre padre rector fue lo que dio el golpe
de gracia; y puede decirse con toda verdad
que fue una sagrada misión.

17
CronistoriaMorr..., 85. - Visita canónica el 30.01.1851
del P. Esteban de S. José, delegado del provincial
P. Roque.
1855 anotó en el libro: He ordenado al rector que
restaure la capilla de la Virgen
María, que va deteriorándose de día en día, sabiendo
que es deseo del señor Bandini,
que está dispuesto a financiar los gastos de la
restauración...18.

El primer rector de la nueva etapa tuvo que acomodar


la casa para convertirla
en noviciado, especialmente la zona de los
estudiantes. Un noviciado pasionista
constituye una zona reservada: sala capitular, capilla
privada, puerta provista de
campanilla para que nadie entre sin permiso en el
recinto reservado. Hubo que
comprar enseres... Se acondicionaron habitaciones
para ejercitantes. Iniciada la
normalidad de la observancia, el rector arregló la
fachada de la iglesia. El cronista
añade a mediados de 1854 una nota interesantísima
que debió de olvidar en su momento:
En el verano de 1853 la iglesia sufrió un movimiento
terrible y rompió hasta
una cadena de hierro que había mandado colocar el
ingeniero Marzotti hacía
cuatro años. El seísmo produjo grietas en los arcos de
la cúpula, en la bóveda,
etc., y hubo que llamar de urgencia al ingeniero, quien
sobre el terreno lo observó
todo, y dijo que la iglesia había cedido en la parte de la
tramontana, y después
en el ángulo próximo a la puerta en la parte de la
epístola (izquierda). Mandó
hacer una excavación profunda en la parte de la
hospedería para ver si allí
había alguna bolsa de agua que hubiera ido
llevándose los cimientos. Se excavó
hasta 24 palmos, pero no apareció agua... Sólo
aparecieron grietas subterráneas
que terminaban donde comenzaba el terreno sólido.
Se consolidaron los muros de
la iglesia...19 .
Por este incidente el triduo en honor del fundador se
retrasó a 1854. En enero se
encargó un lienzo al Piolanti d’Ancona, que ha
quedado muy bien. El triduo, de los
días 25-27 de abril, resultó todo suntuosamente por los
adornos, la iluminación, la
música, etc.20.

1854, abril-noviembre. Inocencio Tirati de Jesús,


elegido en abril, murió el 24
de noviembre de 185421.

18
Rgtro. delle Sacre Visite, Morrovalle, 1846-1857.

19
CronistoriaMorr..., 87-88.

20
La comunidad vivió un momento amargo con motivo
de la destitución del segundo consultor, ex-
rector de Morrovalle, ya que tuvo repercusiones en la
localidad; pero no es del caso descender
ahora a detalles. El 6 de mayo de 1853 fue destituido
el P. Egidio Enrico de San Juan. Al serle presentada
por una mujer una grave acusación en la curia
episcopal de Fermo, el P. Egidio marchó a
Nápoles y se embarcó para Malta. La curia general,
después de haber asistido a la beatificación
del fundador, tuvo que reunirse para elegir un sustituto;
la elección recayó en el P. Fausto de San
Carlos, rector de la casa de Isola di Penne, que siguió
siéndolo a la vez que segundo consultor. AGCP,
PIET, Nomine estracapitulari...

21
CronistoriaMorr..., 88. - Cfr. DNEust...., 247.
1855. P. Marcos Bourliè del Niño Jesús. Le
correspondió recibir en el noviciado
a César Silvestrelli y Francisco Possenti22. En
Morrovalle había ya un viejo órgano
y el provincial propuso comprar uno de la colegiata de
Force, diócesis de Montalto.
Se vendió el viejo por 350 escudos, que se emplearon
en pagar el nuevo. Al
llegar el de Force el organero Jacinto Colombati le
añadió nuevos elementos y al año
siguiente regaló un nuevo registro de 136 cañas en
lugar del viejo, agradecido por
la curación de su esposa por intercesión del B. Pablo
de la Cruz en el tercer día del
triduo; y lució en la fiesta del fundador el 16 de
noviembre.

1857-1863. P. Lorenzo Morena de San José.


Confirmado en 1860, fue el último
rector en esta etapa de la historia. La crónica local no
deja constancia más que de
media página sobre aspectos materiales: continuación
de la tapia, nueva verja en el
portón, organización de la biblioteca y nada más. La
historia, por otras fuentes, nos
recuerda que en septiembre de 1857 profesó Gabriel
de la Dolorosa y que éste y su
grupo siguieron allí hasta que en junio de 1858 se
trasladaron a Pievetorina. En el
registro de novicios 1851-1861 se incluye esta nota:
En este año de 1861 por la supresión
de las órdenes religiosas se clausuró el noviciado de
Morrovalle, que no pudo
reabrirse hasta 188323 .

4. APOSTOLADO24 . Del citado elogio del arzobispo


de Fermo en 1847 se deduce
la atención a la iglesia, el ministerio de las
confesiones, el servicio a la catequesis,
la visita a los enfermos, la dedicación a misiones y
ejercicios, la caridad con
los pobres... La asistencia a los fieles que acudían a
confesarse era tan notable, que
el provincial tuvo que destinar a un sacerdote para
este ministerio. La predicación
de misiones fue también significativa. De varios
superiores se resalta este aspecto
en su necrología25. Del P. Inocencio Tirati, a pesar de
sus 37 años de superior, consta
que tantos años de gobierno no le impidieron
consagrarse con celo al bien de las
almas; fue intrépido e incansable obrero en la viña del
Señor. Su gran amor a Jesús
Crucificado le dio fortaleza para soportar las fatigas y
mantenerse firme en el largo
apostolado.
Según un estudio del P. Luigi Alunno, de 1851 a 1860
los misioneros de Morro

22
Cuando profesó el P. Silvestrelli en abril de 1857
regaló dos pluviales como recuerdo; uno de hilos
de plata sobre fondo blanco, y otro de oro sobre fondo
rojo, por la suma de 150 escudos.
23
AGCP - PIET, Historia, Comunità al momento della
soppressione 1862-1867, había 17 religiosos
(9+8).

24
APRecanati, Libro de Ministerios de Morrovalle- Santa
Ma. della Quercia, dal 1828 al 1863.

25
Del último, P. Lorenzo Morena, se dice: Concluyó los
estudios y se aplicó con celo a las misiones
y a otros ministerios del instituto, y hasta el final de su
vida se mantuvo siempre solícito por
el bien de las almas. -APPIET, Recanati, Necrologie
manoscrite dei religiosi pass. della prov.
di Ma. Sma. della Pietà 1852-1883, CXXXV, f. 90 (76).
- Cfr. También ANNIBALI, E., o.
c.,103-110.
valle intervinieron en numerosas misiones formando
equipo con los de Recanati. De
las 89 que se han elencado por años, el grupo
Recanati-Morrovalle participa o colabora
en 3326. El P. Enzo Annibali constata el descenso de
misiones de 1848 a 1850
por las condiciones políticas de la época, y la fuerte
demanda desde 1851 para recuperar
las oportunidades perdidas. En el período 1851-1864
los misioneros de Morrovalle
predicaron, solos o con los de otras comunidades, 19
misiones populares

Aunque pudiera parecer una cifra reducida, hay que


tener en cuenta que cuando en
1851 la casa se transformó en noviciado, vio
disminuido el número de obreros apostólicos;
y que en los años 1860-1864 los controles políticos a
los misioneros obligaron
a reducir las salidas apostólicas: Los misioneros,
estrechamente vigilados, es decir,
espiados, sin ninguna tutela contra eventuales
denuncias, incluso falsas, y también
sujetos al peligro de atentados contra su propia vida,
quedaron reducidos al silencio
y a la inacción.

5. DIFUNTOS.1) P. Constancio Borgalesi de S.


Antonio, 1839. - 2) Serafín
D’Ottavi de S. Leonardo, estudiante, 1840. - 3) P.
Rafael Lucchesi de la Dolorosa,
1844. - 4) Santiago Cambiaso de la Dolorosa,
estudiante,1851. - 5) P. Andrés Marciglio
del N. Jesús, 1852. - 6) P. Inocencio Tirati de Jesús,
1854. - 7) Domingo Fattoni
de la Madre de Dios, 1854. - 8) P. Tomás Schellino de
Jesús, 186027. - 9) H. Camilo
Buzzetti de Ma. Virgen, 1861.
2. Retiro de San Agustín, Pievetorina28
1. ANTECEDENTES. Estaba dedicado a San Agustín,
pues se trataba de un monasterio
que los agustinos habían clausurado en 1776. Diez
años más tarde llegaron
los pasionistas29, muy bien acogidos por la población.
Durante la supresión napoleónica
cuidaron de la casa los PP. Joaquín Scagneti del Smo.
Salvador y Lorenzo Sal-
vi, con el H. Buenaventura Ricottini. Fue durante esta
etapa cuando el P. Salvi comenzó
sus escritos sobre el Niño Jesús30. Después de la
restauración del instituto en
26
S. Gabriele dell’Addolorata e il suo tempo, I, Eco di S.
Gabriele, 1983, Missioni e missionari al
tempo di San Gabriele, 187-201.

27
El P. Tomás Schellino, de Mondoví (llamado, por su
estatura, Il Tommasone, y por haber estado
en Bulgaria Il bulgaro) murió con fama de santidad. -
Cfr. en APRecanati, Necrologia..., y en ella
sueltos de la revista Il Pane di San Antonio, de
Mondoví, con noticias del mismo: luglio 1909, p.
1857; luglio 1910, 2052; agosto 1912, 319-321.
28
APIET, Recanati, Pievetorina, Platea del Ritiro di S.
Agostino della Pievetorina incominciando
dall’anno 1840. -Provincia Religiosa diMa. Sma. De la
Piedad, 1851-1951, Recanati, o. c., 40 -
Bollettino C.P., VII, 1926, 274-282, Fondazione del
ritiro di Pieve-Torina. - MALINVERNO, Saggio...,
o. c., 25-37. -AGCP, B,42 (B.V-I/2-2).

29
Cfr. NASELLI, Historia..., o. c., II/1,196-200.

30
Cfr. A. LIPPI, Il beato Lorenzo Salvi, apostolo di Gesù
Bambino, o. c., 83-91.
junio de 1814, la casa de Pievetorina no fue
recuperada. El P. Albesano no estaba
contento de su escasa soledad, cerca de la
población31. De Pievetorina salieron vocaciones
tan prestigiosas como la de los hermanos Carsidoni
(Bernardo e Ignacio, y
una hermana que profesó en Tarquinia).

Abandonada por los pasionistas se hicieron con la


casa los Misioneros de la Preciosísima
Sangre, fundados por S. Gaspar del Búfalo. El
P.Testa, provincial de la
Presentación, intentó recuperarla. El arzobispo de
Camerino le ofreció otras localidades
para posible fundación, que no le satisfacían como
Pievetorina32. Elegido general
reactivó la idea. La platea, reiniciada en 1840, dice que
para recuperarla se necesitaba
dar dos pasos: 1) que los misioneros la abandonasen;
2) que los superiores
pasionistas se decidieran a pedirla. El arzobispo era
partidario de las dos cosas; que
los Misioneros dejaran la casa, y que los pasionistas
se la pidieran. De lo primero se
encargó él; de lo segundo, el P. Testa. Y
efectivamente, los Misioneros renunciaron
a seguir allí, y el arzobispo solicitó de la Santa Sede el
local para confiárselo a los
pasionistas. Y así, el 31 de julio de 1840 volvieron los
pasionistas a Pievetorina; la
platea recoge el momento: Una vez que entraron en el
convento, el P. Lorenzo de S.
Francisco Javier, consultor provincial, el P. Basilio del
Smo. Crucifijo y seis religiosos
más comenzaron con santa paz a vivir allí sin que
nadie fuera a molestarlos; se
dedicaron inmediatamente a practicar los actos de
nuestra observancia, a celebrar
en la iglesia y a trabajar por los prójimos según el
estilo de nuestro instituto33 .

2. RECTORES EN EL PERÍODO DE LA
PRESENTACIÓN. El P. Salvi quedó
de superior interino hasta que el general destinó al P.
Mateo.
1840-1845. P. Mateo Ninni de San Rafael. Confirmado
en 1842, trabajó por arreglar
la iglesia. El H. Simón hizo el coro con madera de
nogal, y el canónigo Carsidoni
logró que una balaustrada retirada de la catedral de
Camerino fuera a parar a la
iglesia de San Agustín. La comunidad de Pievetorina
fue objeto de mucha atención
por parte de los superiores, como lo demuestran las 23
visitas canónicas de 1840 a
1863 (dos del P. Testa, una de su delegado P. Pío
Cayro y el resto de provinciales).

31 Cfr. GIORGINI, Historia..,, o. c, II / 2, 106.


32 A. Testa a A. Colombo, Camerino, 20.06.1836, en
AGCP, Fondazioni trattate in Umbria,Trevi, 122

(A. IV-I/2-4).
33
El Retiro de los SS. Juan y Pablo, por orden del
superior general, le dio, además de más 30 escudos
para gastos, un caliz de plata por valor de 30 escudos,
ropa de uso personal, albas, amitos, cíngulos,
roquetes y algunas cosas más Platea dei SsGeP, II,
24. En el elenco de bienes de 1842, se
registran orquesta y órgano en buen estado - Cfr.
Inventario della Chiesa e del Ritº. di S. Agostino
presso Pievetorina anno 1842; también figura en el
inventario de 1845, en APPIET, Recanati.
-El 17.01.1841 se ejecutó el rescripto pontificio con lo
que la congregación tomó posesión legal
del retiro, pagando al seminario de Camerino 8
escudos, y otros tantos a la Cofradía del Santísimo,
establecida en la ciudad, según un privilegio de
Clemente X.
En la de 1842 el P. Testa concede que se construya
una tapia que proteja la intimidad
de los religiosos, y autoriza que se destinen a ello los
beneficios de la postulación del
maíz y del cereal en las cosechas de 1841 en adelante
hasta la conclusión de las
obras34. El P. Ninni cumplió este decreto y además
adecentó la iglesia, de tal modo
que los pievitorineses quedaron admirados, contentos
y muy ilusionados al ver cómo
en tan pocos años los nuestros habían mejorado tanto
el piadoso recinto...35.

1845-1848. P. Leonardo Enrico de San José. La


crónica lo llama misionero
apostólico. Aunque intentó evadirse de la carga
renunciando, se consagró a aumentar
el número de celdas, pues en 1845 el general había
enviado un grupo de estudiantes
con el P. Juan Domingo del Niño Jesús Tarlattini como
lector. En cuanto llegaron
sus alumnos, comenzó a ejercer el oficio tan pesado y
delicado. El joven lector
dio muestras desde el principio de suma benignidad y
dulzura, de la que la naturaleza
le había dotado con generosidad, que unida a la
fortaleza de ánimo consiguió
ganarse el corazón de todos, de manera que podía
encaminarlos hacia donde
quería, lo que no es poco si se piensa en qué tiempos
estamos36.

El P. Testa miraba con especial benevolencia aquel


estudio, y, además de darle
un excelente lector, le envió numerosos libros: La
biblioteca del retiro, vacía cuando
regresaron los nuestros, por su cuidado y liberalidad
se enriqueció con muchísimas
obras clásicas... Al aumentar al número de religiosos
había mayor consumo;
pero obtuvo del municipio de Pievetorina 10 escudos
más de subvención37.
1848-1851. P. Dionisio Santori de S. Bernardo. Si el P.
Ninni había protegido el
retiro con la tapia y arreglado la Iglesia, y el P. Enrico
había enriquecido la biblioteca
y la sacristía, el P. Santori se preocupó de llevar más
agua al huerto. Tuvo que librar
una larga batalla con los propietarios colindantes,
admiradores de los misioneros
de la Preciosísima Sangre y hostiles a los pasionistas,
pero en mayo de 1850 comenzaron
los trabajos, con ayuda de expertos: Dejo a la
consideración del lector valorar
la admiración que despertó la obra... Tanto los del
pueblo como los forasteros quedaron
sorprendidos... La empresa dará alabanza
imperecedera al P. Dionisio38.

Al margen de estas obras materiales, se preocupó de


dar culto a San Fidel, mártir.
Sus reliquias, exhumadas del cementerio de Ciriaca en
la Vía Tiburtina, de Roma,
se veneraban en Sarnano, Camerino; en 1845 fueron
entregadas a la comunidad

34
APPIET Recanati/Pievetorina, Libro de Visitas XXVII, f.
6, firmada el 10.10.1842 por el P.
Testa.

35
Platea, f. 11.

36
Ibid., f. 15.

37
Ibid., ff. 18-20. - Según el informe del P. Testa a Pío IX
en 1847 había 26 habitaciones; residían
19 religiosos (6 sac.,6 est. y 7 hermanos); iglesia muy
concurrida aún de forasteros en los festivos,
y diariamente de penitentes. - Cfr. RAVASI, L., La
Congregazione..., o. c., 17.
38
Platea, f. 28.
de Pievetorina, donde se conservaban en una estancia
interior, sin culto. El general
ordenó que fuesen depositadas en una urna que había
traído de Roma, y colocadas
en un altar lateral, donde recibieron mucha
veneración39.

3. RECTORES EN LA PROVINCIA DE LA PIEDAD. Al


crearse en 1851 esta
nueva provincia, Pievetorina formó parte de ella con
Todi, Morrovalle, Recanati.
1851-1854. Juan Domingo Tarlattini. Primer rector en
la nueva etapa, se embarcó
en trabajos necesarios: estanterías para la biblioteca,
armarios para la sacristía,
nuevas habitaciones y construcción de otro brazo del
edificio. En mayo de 1853
asistió en Roma a la beatificación del Fundador, y
pensando en el triduo de acción
de gracias encargó un cuadro a José Rinaldi, de
Camerino, por 33 escudos. En el triduo
de los días 9 - 11 de septiembre, participó el provincial
P. Simón Reghezza y
asistieron los obispos de Camerino y Amelia. Pero
coincidiendo con la conclusión
del triduo, sobrevino una fuerte crisis económica: la
portería conventual fue frecuentada
por muchos pobres; y los sacerdotes, que antes
destinaban las misas libres a enriquecer
la biblioteca, las encaminaron a remediar a los
necesitados40.

1854-1857. P. Gaudencio Chiarlone de San Luis. El


capítulo de 1854 había designado
al P. Salviano Massolini de San Luis, pero renunció.
Aceptó el P. Gaudencio,
que se consagró a concluir las obras dejadas por el P.
Tarlattini, y como el provincial
quiso trasladar el noviciado a Pievetorina, tuvo que
preparar las dependencias,
y aprovechó para abrir un archivo de la casa.
1857-1860. P. Velentino Lucarelli de la Madre de Dios.
En el capítulo de 1857
fue de nuevo designado el P. Salviano de San Luis, y
nuevamente logró que le aceptaran
la renuncia, de manera que en el de 1860 figura el P.
Valentín por el P. Salvia-
no que había renunciado41 .

En este trienio se recuerdan dos noticias: la estancia


del joven Gabriel Possenti
con otros seis compañeros que se dedicaron a la
Filosofía con el P. Norberto de Santa
María, del verano de 1858 al de 185942, y la
experiencia, insólita en aquel tiempo,

39
APPIET, Recanati/Pievetorina, Atto legale di
donazione del corpo di S. Fedele Martire,
24.08.1845. - Platea, ff. 31-36.

40
Platea, ff. 37-40, 43.

41
No hay nada en la platea, que pasa de 1857 a 1860,
sin ninguna explicación. El P. Salviano ocupó
todos los oficios en la provincia, incluido el de
provincial, pero de él se dice que solo dall’ubbidienza
poté essere plegato. - Prov. della Pietà, Ricorrenza
Centenaria, 1851-1951, p.59.

42
Además de Gabriel, estuvieron Francisco J. de la
Dolorosa, Hermenegildo del S. Corazón de Jesús,
Miguel de la Madre de Dios, Carlos de San Rafael,
Vicente del Crucifijo y Constantino de la
Inmaculada. -Cfr. ANNIBALI, E., San Gabriel da
Morrovalle a Pievetorina, en San Gabriele
dell’Addolorata
e il suo tempo, San Gabriele, 1989, 71ss. - Durante
esta estancia en Pievetorina recibió
la visita de su hermano Miguel y de la doméstica
Pacífica. - Cfr. POZZI, Fausto, San Gabriele
dell’Addolorata, studente passionista, Ediz. Eco, 1973,
175.
de aceptar a tres seminaristas locales a las lecciones
junto a los pasionistas; después
de las clases, en la recreación o descanso no había
relación entre unos y otros43. Por
el libro de ministerios consta que el P. Valentín fue
activo misionero; y parece que
buen administrador, pues el provincial, P. Basilio
Raineri, sacó de Pievetorina recursos
para la fundación de Giulianova44.

1860-1863. P. José María Pampana del Corazón de


Jesús. Había entrado en la
vida pasionista después de ser párroco. Dominaba la
poesía latina, y se le atribuyen
los himnos del oficio litúrgico de San Pablo de la
Cruz45. La comunidad sintió de
cerca los cambios políticos con la llegada de los
piamonteses a Roma y el expolio
del Estado Pontificio, que impusieron la obligación de
hacer un inventario. El superior
protestó ante el gobierno: Con este acto de
información e inventario no se quiere
de ningún modo renunciar a la propiedad ni al uso de
los bienes (inventariados),
y a norma del derecho el firmante pide que esta
protesta quede incorporada a las
actas del inventario... Retiro de San Agustín, 3 de
mayo46.

4. APOSTOLADO. La comunidad mantuvo siempre un


grupo de predicadores
que, para las misiones, se unían con los de Morrovalle
o Recanati. En el Libro de
Ministerios47 se encuentra la relación de 90 misiones
y 101 ejercicios. Dadas las condiciones
políticas del tiempo, en 1848 sólo hay dos misiones, y
en 1849 una; desciende
el número de 1856 a 1863 (8 en ocho años, a una de
promedio); los cursos
de ejercicios disminuyen menos. De las misiones fue
significativa la de Apiro donde
existían profundas enemistades, que se remediaron48.
En la de Serra S. Quirico,
iniciada el 9 febrero 1845, se narra lo siguiente: El
pievano (encargado de la parroquia
D. Juan Giorgetti, hacia la mitad de la misión, se nos
presentó con lágrimas
en los ojos y dijo que se le había acercado un
parroquiano, el cual se arrodilló ante
él, y le hizo entrega del estilete o cuchillo y le dirigió
estas palabras: Tome usted;
estaba reservado precisamente para usted, y hace
muchos meses que andaba dándole
vueltas a la cabeza sobre el modo de asesinarlo con
este cuchillo; durante muchos
meses le he espiado de noche para poder tenerlo
entre mis manos; pero se ve
43
Cfr. D’ANASTASIO, Franco, Vita e risveglio di S.
Gabriele dell’Addolorata, San Gabriele, 1993,

c. V, I ricordi di Pievetorina, 159ss. - De rector de


Pievetorina el P. Valentín pasó a serlo de Isola
del Gran Sasso, donde asistió a la muerte de Gabriel
Possenti.
44
Cfr. AGCP, Ritiri soppressi, Giulianova, Carta del P.
Basilio al P. Testa. Afirma saber que en Pievetorina
tenían más de 200 escudos, y por lo mismo no se le
crearía trastorno tomando 10.

45
Provincia della Pietà, Ricorrenze Centenarie 1851-
1951, p. 54.

46
PPIET, Racanati, Ritiro di Pievetorina, VII-322-34 y 35,
Verbale di persona di processo e formazione
del inventario degli stabili...

47 APPIET Recanati/Pievetorina, 1840-1893, ff. 1-66


dedicados a los años 1840-1863.
48 Ibid., f. 6. Libro di ministeri, misión del 22.03.1842.
que Dios ha querido arreglar las cosas. Tome este
instrumento destinado a causarle
la muerte; se lo pongo personalmente en sus manos.
Horrorizado el señor párroco
le dijo: Pero hijo mío, ¿qué mal te he hecho yo para
que me tuvieras tan mala
intención? El pobre penitente le dijo: Usted no me ha
hecho nada malo, al contrario,
ha buscado siempre mi bien. Y el señor arcipreste le
dijo: Lleva el cuchillo tú
mismo a la Virgen María que se venera en iglesia. El
parroquiano llevó el cuchillo
a la iglesia y se lo puso a la Virgen en las manos en
presencia de toda la gente, que
pudo verlo durante el resto de la misión.

5. DIFUNTOS. 1) P. Fortunato Nieri del Corazón de


María, 1848. - 2) H. Nicolás
Pietrobono de Jesús. 1849. - 3) H. Antonio Ferrini de
Jesús y María, 1852. - 4)
P. José Mariani de la Anunciación, 1853. - 5) P.
Plácido Garibaldi de S. María, 1855.
- 6) Est. Eutizio Schiavelli de S. Jerónimo,1855. - 7) P.
Angélico Diacelli de la Sma.
Trinidad, 1857. - 8) H. Miguel Franchi de Santa María,
1859.
3 Retiro de Nuestra Señora de la Piedad, Recanati49

La fundación data de 1792. El retiro de Recanati ocupa


un lugar destacado en la
historia de la congregación, por haber sido el segundo
abierto tras la muerte del
Vble. Pablo de la Cruz, por ser la sede de la curia de la
tercera provincia, la de la
Piedad, en la que han alcanzado la santidad San
Gabriel de la Dolorosa, los BB. Bernardo
Ma. Silvestrelli y Pío Campidelli, y además otros
venerables y siervos de Dios
en camino de glorificación: Juan Bruni, Norberto
Cassinelli, Egidio Malacarne, Estanislado
A. Battistelli... En la iglesia se veneraba la Virgen de la
Piedad. El primer
grupo de religiosos llegó guiado por el P. Strambi50.
Tras la supresión napoleónica
tantas veces aludida, la casa no pudo reabrirse hasta
1821.

1. SUPERIORES DURANTE EL PERÍODO DE LA


PRESENTACIÓN (1839-1851)51.
1839-1842. Roque Cervara de San Miguel Arcángel.
Llegaba de Todi y se encontró
con la tarea larga y urgente de reparar techos y
ventanas, encargar estanterías
para la biblioteca, adecentar los altares laterales de la
iglesia... La economía do

49
Cfr. Bollettino C. P., IX, 1929, 2 ss. - CIONI, Giovani
Ma. di S. Ignazio martire, Annali della Congregaz.
della Sma. Croce e Pass. di N.S.G.C., Roma 1967. -
Cfr. NASELLI, Historia..., o. c., II/1,

206. - GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 144. - Anónimo:


La Madonna della Pietà, venerata nella
chiesa dei PP. Passionisti presso Recanati, Recanati,
s. a. -Ricorrenza Centenaria 1851-1951,
Provincia religiosa de Maria Santisssima della Pietà...,
o. c., Recanati, 24-27. - MALACARNE,
Saggio..., o. c., 5-15. - FINI, Cesare, Recanati,
memorie sacre, Ancona, 1990, pp. 466-469,
“Parrocchia
di Maria SS. della Pietà.
50
CIONI, Annali..., o. c., 337, n. 702, año 1782. - Cfr. La
Madonna della Pietà..., o. c., 25-27. - Platea,
ff. 72-81.

51
Platea, ff. 82-97.
méstica no daba para tantas obras improrrogables, y
los sacerdotes se ofrecieron a
poner su grano de arena con el estipendio de la misa
semanal de libre disposición.
En 1841 afrontó la reparación de la tapia, pues el
tiempo y las lluvias habían dejado
signos evidentes de ruina. Entre actividades
improrrogables llenó el trienio, y en
marzo de 1842 salió para Vetralla, dejando el retiro
bien provisto de lo necesario. Al
ser nombrado primer consultor, estableció su
residencia en Vetralla.

1842-1845. P. Luis Togni de San Rafael. Decano de la


congregación, con aplauso
general llegó aquí el 17 de abril de 1842 y encontró
una comunidad de 20 miembros...
En el primer año no pudo hacer nada en beneficio del
retiro, pues su primera
preocupación fue el honesto mantenimiento de los
religiosos. Tuvo que levantar
de nuevo la tapia venida abajo en algunas zonas.
Enriqueció la iglesia con damascos
rojos y un pintor decoró el altar52. En septiembre de
1843 el provincial, viendo
que la salud de los estudiantes no era buena, decidió
enviarlos a Morrovalle; y al
quedar en casa sólo 7 sacerdotes y 7 hermanos, el
rector logró amortizar una deuda
de cien escudos. El P. Togni se embarcó en la
empresa de construir una alcantarilla
para dar salida a las aguas que inundaban los
cimientos y bajos. Se encargó el infatigable
H. Miguel Giorgi de Santa María, a cuyo trabajo y
fatigas se debe el buen
funcionamiento de esta gruta y la marcha de la
alcantarilla y del pozo para extraer
las aguas.

1845/1847. P. Angel Luis Bonomi de San Rafael.


Elegido en 1845, duró poco; la
platea no menciona su nombre; pasó a segundo
consultor y le sustituyó en 1847 el
P. Gesualdo Ma. de San Bernardo. En la platea faltan
datos desde abril de 1845 hasta
noviembre de 1850; pero el informe que el 14 de
septiembre de 1847 envió el P.
Testa a la Santa Sede, habla de 21 religiosos (7
sacerdotes,7 estudiantes, y 7 hermanos);
la iglesia era muy frecuentada por los penitentes53.
1848-1851. P. Egidio Enrico de San Juan. Antes de
hablar de este superior, el
cronista escribe esta nota relativa al trato que se debe
dar a los ejercitantes: Con motivo
de que el clero de Recanati, por orden y disposición
del obispo Mons. Francisco
de los Condes Briganti Colonna en diversas tandas se
dedicaba a los ejercicios
espirituales en nuestro retiro de la Piedad, quedó
plenamente satisfecho (el clero,
se supone) tanto de la dirección, como del orden, del
trato y de los predicadores; y
en señal de general agradecimiento algunos
contribuyeron con la suma señalada,
otros con regalos ofrecidos al retiro, entre los que
destacaron el P. Nicolás Coltoredo,
filipense de Roma, el archidiácono don Sebastián
Calcagna; el primero dio gran
cantidad de cuadros que, aunque ya usados, en la
actualidad se ven en el refectorio

52 El día en que concluyó su tarea los religiosos le


invitaron a quedarse, pues era tarde; pero él pre

firió regresar a su casa; a la mañana siguiente


encontró la muerte al pisar mal en una escalera de

su domicilio. - Cfr. Platea, f. 91.

53 Cfr. RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., 14. -


Platea, 95.
común y gran parte en el corredor del jardín; y el
segundo regaló cuatro bellísimos
ramos de flores de tela, todos nuevos, que ahora
adornan la primera grada del altar
mayor en las solemnidades. No mencionamos otras
cosas; ahora sólo recordamos
a los dos primeros a fin de que nuestros sucesores
conserven memoria de ello
y aprendan a tratar a los ejercitantes con todo decoro y
generosidad, pues quien
más gasta, menos gasta; las atenciones con los
ejercitantes redundan siempre en beneficio,
honra y utilidad del retiro y de la congregación.

La crónica comienza diciendo que el P. Egidio Enrico


había llegado con deseos
de hacer mucho. Comenzó por una obra a beneficio de
los empleados (garzoni).
Luego trató de encontrar agua para el huerto. Más
tarde se preocupó del decoro de
la sacristía y del coro, con bancos nuevos. El provincial
le envió un grupo de estudiantes,
para los que necesitó acomodar habitaciones. A finales
de abril de 1851 fue
al capítulo provincial en Roma. Antes de él el capítulo
general había creado la provincia
de la Piedad, con sede central en Recanati. En el
último capítulo de la Presentación,
el P. Enrico fue elegido primer consultor de la Piedad,
por lo que continuó
en Racanati.

2. SUPERIORES EN LA PROVINCIA DE LA PIEDAD


(1851-1863)
1851-1854. P. Valentino Lucarelli de la Madre de Dios.
Provenía de la comunidad
de Magliano. Además de primer rector en la nueva
provincia, iba a corresponderle
la jornada de la glorificación del fundador en 1853.
Encargó al pintor Violan-
ti, de Ancona, un cuadro del mismo, que resultó caro –
62 escudos – y poco aplaudido:
Si se le mira de noche no parece tan feo... Hay que
aprender a hacer contratos
claros y a no tirar el dinero...

1854-1857. P. Erasmo Massarelli de Jesús


Nazareno54 . Venía de ser el primer
maestro de novicios en Morrovalle, pero ya antes
había desempeñado el oficio en
tres ocasiones55. La platea no habla de estos años y
no podemos enumerar sus méritos
como animador y constructor. Debía de entretenerse
poco en casa, por cuanto
eran continuas las salidas a la predicación, sobre todo
a ejercicios en monasterios y
seminarios y a diversas clases sociales, especialmente
en Jesi56. Le tocó organizar la

54
AGCP, Mns (M-I-C-22, 23 y 24), diversos originales del
P. Erasmo: Riforme per i religiosi ad uso
del P. Erasmo di Gesù Nazareno, Passionista;
Meditazioni sulla Passione di G. C., ad uso del P.
Erasmo..., 1845; Meditazioni sulle massime eterne per
i religiosi, ad uso del P. Erasmo..., 1845. -
DNEust, 410.

55
Cfr. Atti Cap. Prov. PRAES, 2ª. sesión.

56
APPIET, Libro de ministerios, de Recanati: a monjas
de Fallerone, Montegiorgio, Montesanto
(1854), Apiro, Montecassiano (1855), carmelitas de
Tolentino, benedictinas de Treia, clarisas de
Sarnano, monjas de Montecassiano (1856), clarisas de
Montegiorgio y monjas de San Angel in
Pontano (1857); además en 1855, en Jesi, a las
convertidas, a las milicias, a artilleros, a muchachos;
a los seminarios de Recanati y Fermo (1856)... No
figura, en cambio, en ninguna misión.
casa para el capítulo provincial reunido en ella los días
20-22 de junio de 1857, después
del cual pasó de superior a Todi. Allí estuvo poco
tiempo, pues al morir aquel
mismo año el P. Marcos Brouliè, segundo consultor, el
P. Erasmo fue llamado a ocupar
su oficio en Recanati57.

1857-1860. P. Dionisio Santori de San Bernardo.


Había sido superior en Pievetorina
(1848-1851), Todi (1851-1854) e Isola di Penne (1854-
1857). Durante este
período la comunidad aumentó con un grupo de
estudiantes, entre los cuales el P.
Bernardo Ma. Silvestrelli. Recanati no estaba lejos del
campo de batalla entre las
tropas pontificias y las piamontesas. El 18 de
septiembre de 1860 éstas destrozaron
a las pontificias en Collefiorito, poco distante de
Recanati. Según informaba La Civiltà
Cattòlica58, más de 2.000 soldados derrotados
vagaban por los campos de la zona.
El hospital de Recanati acogió a centenares de
heridos, y la comunidad pasionista
ofreció camas para atenderlos; algunos religiosos,
como el P. Silvestrelli, colaboraron
en la atención59.

1860-1863. P. Salviano Massolini de San Luis. Había


sido lector de un grupo de
estudiantes de Teología, por lo que el gobierno de la
casa provincial le venía más
grande que una aula de Teología, pero hizo frente a la
situación. Y debió de comportarse
con gran equilibrio y moderación, pues será reelegido
en 1863, aunque para
una comunidad fantasmal. Con la proclamación del
reino de Italia (17 marzo 1861),
se inició la supresión de las corporaciones religiosas.
De Recanati tuvieron que marchar
el P. Silvestrelli y los estudiantes a Morrovalle, donde,
al no poder recibir novicios,
las habitaciones estaban disponibles. Estando allí llegó
la noticia de la muerte
del P. Antonio Testa, una nueva desgracia que Dios
permitía a la atribulada congregación.
Pero el Señor fue preparando un sucesor de tanta
categoría como el P.
Bernardo Ma. Silvestrelli.

3. APOSTOLADO60 . La comunidad, además de sede


de la curia y de frecuente
centro de estudios, mantuvo un alto nivel de
compromiso apostólico. En el periodo
del P. Testa se predicaron, de marzo de 1839 hasta
finales de 1862, un total de
74 misiones: 45 cuando formaba parte de la
Presentación, y 29 ya en la Piedad; y
además 263 cursos de ejercicios y otros ministerios
menores, de los cuales 71 hasta
1851, y 192 desde la creación de la provincia hasta el
final de este período. Los
57
APPIET, Nomine estracapitulari 1853-1857, acta
firmada por los asistentes. - BRODELLA, Cronistoria...,
o. c., I, 183.
58
Serie IV, VIII, 1860, pp. 120-121.

59
BALDELLA, Lorenzo, Bto. Bernardo..., Segnatempi,
19. - Cfr. GIORGINI, F., Bernardo Ma. Silvestrelli,
uomo di pace proteso al futuro, Roma, 1988, 56 ss. -
DNEust, 367.

60
Libro in cui si registrano tutte le apostoliche missioni ed
altri esercizi propri del nostro ministero
incominciando dall’anno 1828 fino a tutto 1881.
ejercicios se dieron preferentemente en monasterios
de las diócesis de Recanati,
Fermo, Perugia, Camerino... Hay que tener en cuenta
las dificultades ambientales,
sobre todo en el contorno de Las Marcas. Los
misioneros formaban equipos con
otros de Morrovalle y Pievetorina, cuando era
necesario. Antes de la creación de la
Piedad (1839-1851) los nombres que más figuran son
los PP. Leonardo de S. José
(16 veces), José Ma. del Corazón de Jesús (12),
Mateo de San Rafael y Valentín de
la Madre de Dios (7 veces cada uno). Y después,
hasta 1862, el P. José de la Madre
de Dios (10), y los PP. Inocencio de San Juan
Bautista, Basilio del Smo. Crucifijo
y Juan Bta. del Smo. Sacramento (los tres con 7 veces
cada uno). Llama la
atención que el prestigio de los pasionistas fuera
extendiéndose a zonas totalmente
nuevas. Se menciona como novedad la predicación de
la misión de Saludecio
(Salus-Decii, aclara la crónica), de Rimini, en donde
los pasionistas no eran conocidos.
El libro de ministerios explica el motivo de la misión en
aquella zona nueva:

En la primavera del año bisiesto 1856 los pasionistas


dieron una misión de
quince días en Saludecio, en donde no eran ni siquiera
conocidos, y Dios se dignó
bendecirla abundantemente... ¿Cómo pensaron en los
pasionistas las autoridades
civiles y eclesiásticas? El provincial (Simón de San
José) había dado unos ejercicios
en el monasterio de monjas benedictinas de San
Lucas, donde vivía una joven
de Saludecio, María Amada Giovanelli, sobrina carnal
de otro Giovanelli, el actual
prior de aquella población. Así, pues, esta buena
religiosa fue la medianera para
esta misión... En esta tierra se daba misión cada seis
años... Después de los trámites
entre el provincial y aquel arcipreste, los misioneros
salieron de Recanati el 25
de abril... Era la primera vez que los hijos del beato
Pablo de la Cruz esparcían la
semilla de la Divina Palabra en la Romagna...

4. DIFUNTOS. 1) P. Agapito D’Asti de S. Secundiano,


1845. - 2) H. Atanasio
Lupi de S. José, 1849. - 3) H. Ignacio Albanesi de la
Dolorosa,1857. - 4) P. José Antonio
Bozzi del C. de María,1857. - 5) P. Marcos Bourliè del
N. Jesús, 1857. - 6) H.
Carlos Botti de San Luis, 1857. - 7) Est. Ignacio Pardini
del B. Pablo, 1860. - 8) P.
Domingo Americchi de San José,1863.
4. Nueva fundación: Retiro de la I. Concepción, Isola di
Penne61
1. LOS PASIONISTAS EN EL ABRUZZO. En la mente
de los responsables de la
división de la congregación en dos provincias, entre los
cuales se encontraba el P. Pa61
BRODELLA, L., Cronistoria..., I, 95-112, 161-170, 259-
266. - Cfr. ALFOSSI, G., C. P., Notizie
riguardanti il ritiro dell’Isola cominciando dal 1839...,
mns., pp. 28. - AGCP, B, 25 (B.III.III/19
ª.). - ALONSO BLANCO, Paulino, La fondazione del
Ritiro di Isola..., en PMP, febr. 1992, 10

12. - Archiv. de Isola del G. Sasso: Descrizione del


ritiro della Sma. Concezione ed Inventario de
blo de la Cruz, prevalecía el criterio de la proximidad
de los retiros entre sí y de su gobernabilidad;
entonces al menos no pensaban en la posterior
división territorial de Italia
en provincias. Sin embargo los candidatos a la vida
pasionista eran enviados indistintamente
a hacer el noviciado en cualquiera de las dos
provincias. Frecuentemente
los religiosos nacidos en territorio de una provincia
hacían el noviciado en el de la
otra: el P. Barberi, nativo de Viterbo, hizo el noviciado
en Paliano, con el P. Testa de
vicemaestro; éste había profesado en Monte
Argentario, considerado siempre noviciado
de la Presentación. Así estuvieron las cosas hasta
1851, cuando fue creada la provincia
de la Piedad con el territorio más allá de los Apeninos.
Así, pues, a la nueva
provincia le fueron asignadas las regiones de Las
Marcas, La Umbría y la parte de los
Abruzos que está más allá de los Apeninos, es decir,
la parte adriática. Las nuevas fundaciones
de la joven provincia fueron las de Torre S. Patricio y
Giulianova en 1858.

Hasta entonces la historia de la congregación se había


desenvuelto en los Estados
Pontificios. Con la fundación en Aquila se había
entrado en el Reino de Nápoles.
Parece conveniente ofrecer ahora unas pinceladas
para lectores menos habituados
a la geopolítica y a la toponimia italiana, aunque con la
concisión que reclama
el estilo de este volumen.

Abruzzo designa aquella región de Italia central


comprendida entre las Marcas,
la Umbría, el Lazio y el Molise, que mira al Adriático
entre la desembocadura del
Tronto y la del Trigno, cuyos límites, desde el siglo XIII,
abarcaban un territorio parecido
al actual. En nuestra época los límites eran los
Estados Pontificios, Tierra de
Trabajo y el Mar Adriático.
Del entorno abruzzese fueron surgiendo numerosas
vocaciones. Según un estudio
del P. Paulino Alonso Blanco, desde el nacimiento de
la congregación en 1720
hasta 1863, en que se cierra este ciclo de nuestra
historia, profesaron 62 abruzzeses:
36 sacerdotes, 3 clérigos y 23 hermanos; de los cuales
36 pertenecieron a la provincia
de la Dolorosa, 15 a la de la Presentación y 7 a la de la
Piedad62. En cuanto a la

gli oggetti mobili in esso esistenti, 1848. - Inventario del


ritiro de ll’Imm. Concezione presso L’Isola
per l’anno 1854. - TEOTIMO, passionista (Giulio di
Nicola), Storia del convento di S. Gabriele,
San Gabriele, 1969. -Ricorrenza Centenaria 1851-
1951, Prov. de Ma. Sma. de la Pietà, o.
c., 28-30. - MALACARNE, Saggio..., o. c., 42-47. -
GIANNATALE, Giovani de, Lo studio teologico
dei passionisti di San Gabriele dell’Addolorata, o. c.,
15-49.
62
Sólo uno conoció a San Pablo de la Cruz, el H. Felipe
Toracchi, 1716-1795, que profesó en 1745.
- Cfr. AA 745004 y BARTOLI, Martino, Catalogo dei
religiosi 1741-1775, Roma, 1978, p. 181. Célebres
por su santidad fueron los hermanos Giammarco,
Gesualdo de la Dolorosa (1783-1815)
y Mariano de Jesús (1795-1829); éste murió con fama
de santidad. Había sido discípulo del B. Domingo
Bárberi, al que emuló en la dedicación al estudio;
escritor fecundo a pesar de morir joven,
era además excelente cantor y organista. En su retrato
de la casa general se lee Marianus a Jesu,
ingenio, comitate, patientia, humilitate, celebris.
Juvenis quidem aetate, sed consummatus virtute.
- El P. Domingo Barberi dejó escrita una biografía en la
que expresa su admiración por la personalidad
del P. Mariano, en AGCP, Mns, Breve ragguaglio della
vita e virtù del fu. P.re Mariano
di Gesù, religioso sacerdote della nostra
congregazione (copia mcn.).
situación social nos encontramos en el Abruzzo de los
años 1851-1861 con miseria
y hambre, analfabetismo y falta de transportes. La
difusión de las ideas liberales y
mazinianas favorecieron las inquietudes
revolucionarias63. No hay que olvidar la
presencia del bandolerismo, poderoso y muy activo
hasta la unificación de Italia, y
aún después. La estructura eclesiástica en el Abruzzo
del 1800 la formaban once diócesis,
aunque reducidas en la práctica a siete64. Los
pasionistas las habían misionado
casi todas desde Montecavo, Paliano, Ceccano,
Moricone, San Salvatore Maggiore
y Sora. Fruto de estos ministerios se llegó a fundar en
Aquila (1830), e Isola
di Penne (1847). Después de estas dos fundaciones
aumentó mucho la solicitud de
misiones y ejercicios espirituales.

Estas pinceladas esbozan el marco adecuado para


nuevas fundaciones: obispos
preocupados por sus diocesanos, poblaciones pobres,
misioneros sencillos, humildes
e incansables. Al clausurar la misión, regresaban a sus
retiros sin haber percibido
compensaciones económicas, pero dejaban sensación
de espiritualidad sincera. Las
poblaciones, los párrocos y los obispos trataban de
retenerlos al amparo de algún
convento abandonado.

2. ISOLA DI PENNE (del Gran Sasso). Este retiro,


famoso por su posterior relación
con San Gabriel de la Dolorosa (1859 - 1862), ya
existía. Su fundación está
ligado a tres factores: 1) el buen quehacer apostólico
de la comunidad de Aquila; 2)
el deseo del obispo de Penne, Mons. Ricciardoni (1758
-1845), de contar en su diócesis
con misioneros como los de Aquila; y c) la presencia
en la curia episcopal de
Penne de don Domingo Tartagliozzi, natural de Isola,
que deseaba para su pueblo
una comunidad misionera en un convento atribuido a
San Francisco de Asís y abandonado
tras la supresión napoleónica.
El 29 de mayo de 1839 Mons. Ricciardoni asistió a la
canonización de San Alfonso
María de Ligorio y el 9 de junio acudió a saludar al
nuevo general y solicitó una
fundación en Isola. El P. Testa andaba recontando sus
efectivos: pocos religiosos para
tantas solicitudes; acababa de abrirse la casa de
Magliano (1838) y estaba a punto
la de Moricone (1839). Lo más que pudo obtener el
obispo fue la promesa de fundación
al cabo de cinco años. El obispo aprovechó aquel
quinquenio de plazo para que
el consejo municipal y los habitantes de Isola
solicitaran la fundación pasionista65.

En 1844, en cuanto se cumplieron los cinco años, el


obispo se lo recordó al P.
Testa, el cual pidió al superior de ’Aquila que, con el P.
Secundiano de S. Miguel,
fuera a ver cómo estaban las cosas; le sugirió que se
fijara bien en una serie de as

63 Como las sublevaciones de Penne (1837), Aquila


(1838 y 1841), Pratola (1848).
64 Chieti-Vasto, Lanciano-Ortona, Aquila, Penne-Atri,
Valva-Sulmona, Marsi e Teramo.
65 Cfr. Atti del raduno del Comune d’Isola e la richiesta
di tutti e le lettere del vescovo e del supe

riore generale en AGCP, B,25 (B-III.III/1-7). - Notizie...,


etc., 2-4.
pectos: 1) si el pueblo de Isola se comprometía a
restaurar el edificio; 2) cuál era la
extensión del terreno; 3) si había suficiente agua; 4) en
qué condiciones estaban la
iglesia y la sacristía; 5) si había coro para rezar por la
noche; 6) si había suficientes
dependencias; 7) si había establo para los animales; 8)
número y dimensiones de las
celdas; 9) si había puertas y ventanas66.

Recibido el informe, el P. Testa reclamó al obispo de


Penne el compromiso de
arreglar el edificio, obtener la cesión por parte del
obispo de Téramo y la licencia
del rey de Nápoles, al que pertenecía. Cumplidas
estas condiciones, prometía el 23
de noviembre de 1844 que la congregación abriría
casa en Isola. El permiso del rey
de Nápoles costó más tiempo, pero el 15 de mayo de
1845 se comunicaba al obispo
la buena disposición regia67.
Una vez recibida la aceptación del P. Testa, los
responsables eclesiásticos y civiles
iniciaron los trámites. El obispo, ya de edad avanzada,
pero lleno de entusiasmo
y generosidad, ofreció 300 ducados. El señor Antonio
De Angelis y los consejeros
municipales se encontraban dispuestos a colaborar en
la medida de sus posibilidades.
Superadas incontables dificultades se llegó a adquirir
un huerto para entregárselo
a la comunidad68.

Al morir en julio de 1846, el obispo dejó 500 escudos


para las obras. De inmediato
se hizo cargo de los trámites el vicario capitular, D.
Nicolás Cantagallo, y luego
el nuevo obispo, Mons. Vicente D’Alfonso, quien
mantuvo el apoyo que había
dado su antecesor. La prometida licencia del rey de
Nápoles era del 7 de abril de
184769. El retiro llevaría el nombre de la Inmaculada
Concepción, a la que estaba dedicada
la iglesia. El P. Testa queriendo que se efectúe la
deseada fundación, y no pudiendo
hallarme presente para realizar todo lo que se necesita
en estos casos... de
aceptar y recibir la posesión formal de la iglesia y del
retiro..,. confiando en la mucha
sabiduría, prudencia y celo del P. Juan del Niño Jesús,
actual consultor de la
provincia de la Dolorosa, lo designo y declaro nuestro
especial procurador para el

66
Cf. En AGCP, B, 25 (B, III-III/1.7), las cartas de los dos
enviados, las del P. Testa, las del consultor
A. Colombo y las respuestas en 1844.

67
Il principe di Trabia, ministero e Real Segretaria di
Stato degli Affari Ecclesiastici, 4º. Ripartimen
to, n. 567, a Mons. Vescovo di Penne ed Atri. Napoli,
24-05-1845. Copia en AGCP, B, 25 (B. III

III/1-7.)

68
Cfr. Arch. San Gabriele, Libro I, Indice dell’ archivio,
sec. A, Fondazione, art. 2, n. 4: Risposta

del padre generale Antonio di S. Giacomo al sindaco


d’Isola e alla cittadinanza ringraziandola

dello zelo che mostrano per la venuta dei passionisti,


19 maggio 1847.

69
Beneplacito Reale per lo stabilimento dei PP.
Passionisti nel Comune di Isola, Napoli, 0704.1847;
copia non autentificata, en AGCP, B.25 (B- III-III/1-7). -
Ibid., Carta del P. Testa del
20.05.1847. - Abundante documentación en el archivo
del retiro de S. Gabriele dell’Addolorata,
col. V, C.2. - Ibid., Libro I, Indice del archivio, sec. A,
fondazione; art. I, Documenti; art. 2. -Notizie;
el 19 de mayo escribe al síndico y a la población
agradeciendo el celo con que favorecen la
fundación de los pasionistas.
efecto del que se trataba, concediéndole las facultades
necesarias para actuar en
nuestro nombre. Roma, 20 mayo 184770 .

Antes de la toma de posesión el 11 de junio de 1847,


se dio una misión desde el
26 de mayo de 1847. Mientras tanto iban llegando ya
los religiosos71.

La nueva casa pertenecería a la provincia de la


Dolorosa, cuyo provincial, P. Sebastián
Amalberti, hizo la visita canónica en septiembre. El
constante ministerio de
las confesiones y de la predicación hacía inestable la
vida de observancia, por lo que
se destinó a Isola a seis estudiantes de Filosofía y a su
lector, Norberto Fiore de San
Bernardo, llegados de Montecavo el 21 de octubre de
1847. El sucesor, P. Eutizio
Mastrantoni (1848-1851), se preocupó de mejorar las
condiciones de vida de la comunidad,
enriqueció la biblioteca y encargó a Salvador Fedri, de
Aquila, un buen órgano
para la iglesia.

En 1848 la comunidad tuvo que soportar los efectos de


las convulsiones sociopolíticas
ocurridas en el reino de Nápoles. Tal vez el acto más
significativo de aquel
estado de cosas fuera la suspensión de la misión de
Castiglione Messer Raimondo,
diócesis de Penne, predicada del 12 al 22 de marzo.
Los religiosos fueron obligados
a ello por la acción de un tal Zillo, un facineroso que
había alcanzado el grado de
capitán de la guardia nacional. Se presentó en el retiro
con dos hombres armados
hasta los dientes y exigió al superior que llamase a los
que estaban dando la misión,
de lo contrario quemaría el retiro72.

Menos espectacular, pero más doloroso, fue la división


interna de la propia comunidad,
pues algunos no lograban adaptarse a la geografía del
lugar ni a la idiosincrasia
de la gente de la zona. La imprudencia de alguno de
ellos llegó a herir los sentimientos
de los seglares. Las autoridades competentes, sobre
todo las de la congregación,
tuvieron que buscar soluciones hasta que se recuperó
la calma.

Por las circunstancias ambientales mencionadas


antes, hubo que retrasar el capítulo
provincial de la Dolorosa de abril a septiembre, y en él
fue elegido nuevo superior.

3. SUPERIORES
1848-1851. P. Fausto Rossetti de S. Carlos73 .
Pasado el temporal político de 1848,
70
AGCP, n. 25, (B-III-III/1-7º, original ),Isola del G.
Sasso).
71
Además de los tres misioneros, Juan del N. Jesús,
superior, Tadeo de la Madre de Dios, vicario, y
Flavio de Santa Inés (Bonavia, salió en 1849), los PP.
Marcos del Smo. Sacramento, Clemente de S.
Benito, Honorio de S. Luis; y los HH. Sosio de San
José, Luis del N. Jesús, Valentín de San Emidio,
Sebastián de la V. Dolorosa, Angel Antonio de S. Luis
y Carlos de S. Luis. - Brodella, o. c., 106.

72
Archivo Isola, Platea appartenente a questo ven. Ritiro
sotto il titolo dell’Immacolata Concez.

presso il comune d’Isola, diocesi di Penne, dall’anno


1838 all’anno 1858, f. 21: Vicende politiche

influenti nella nuova fondazione.

73
En Notizie el cronista describe qué elementos móviles
encontró el nuevo superior en la iglesia, la
sacristía, la cantina, la sastrería, la cocina y la
carpintería, y provisiones. Cronistoria, ff.25-27. - No
se reemprendieron las misiones en la diócesis de
Penne y de Téramo. Al final de su
gobierno, nació la provincia de la Piedad, a la que fue
adscrita la casa de Isola di Penne,
y en las elecciones fue confirmado el P. Fausto; pero
cuando en 1853 pasó a consultor
provincial, su puesto lo ocupó el P. Lorenzo Morena de
San José, al que tocó
afrontar la situación de la comunidad: algunos
religiosos no soportaban el aislamiento
respecto a los demás retiros de la provincia y pedían
traslado. El obispo se lamentaba
de los frecuentes cambios: Si no fuera por el activo y
celoso padre Fausto de
San Carlos, consultor, hubiera temido la clausura de
un retiro que durante algunos
años avanzaba bien74 . Sugería como solución que la
casa volviera a la provincia
de la Dolorosa. Sin embargo, el libro de ministerios
registra buen trabajo: de
1847 a 1854 dieron 49 misiones en la diócesis de
Téramo; y sólo después pasaron
a la de Chietti: en noviembre de 1854, nueve
pasionistas de Isola y de Aquila misionaron
ésta de Chieti; después, siete emprendieron la de
Guardiagrele, de la misma
diócesis, y sucesivamente la de Vasto; en 1855
simultanearon las misiones al
pueblo con los ejercicios a religiosas y al clero.

La comunidad celebró con el mismo gozo que las


demás el triduo de acción de
gracias por la beatificación del fundador. Se tuvo los
días 18-20 de julio del mismo
año 1853. Intervinieron el obispo de Penne, y los
arciprestes de Isola, don Juan Dionisi,
y de Castiglione, Rvdo. Filippi.

1854-1857. P. Dionisio Sartori de S. Bernardo. El 26


de junio de 1855 el convento
se enriqueció con un nuevo terreno, en parte
sufragado por el obispo Mons.
D’Alfonso. Entre los religiosos había divergencia sobre
la separación de Isola de la
provincia de la Dolorosa, y querían volver a ella. El P.
Basilio Raineri, en una carta
al P. Testa del 25 de agosto de 1856, recordaba este
tema: algunos lo deseaban, otros
lo temían. Sugería la fundación de un retiro intermedio
que uniera Isola con las Marcas.
Un par de años más tarde, el 25 de agosto de 1858,
informa que se había recuperado
la armonía: la comunidad contaba con 8 sacerdotes, 1
diácono y siete coadjutores75.

1857-1860, Gaudencio Chiarlone de San Luis. Elegido


en el capítulo, llegó con
el P. Pío Cayro, visitador del 4 al 14 de julio de 1857.
El P. Gaudencio se manifestó
amante de la cultura: compró obras de Scavini,
Scaramelli y otras de polémica;
pero además muchos libros de la biblioteca,
desencuadernados o en mal estado, fueron
encuadernados con piel entera o media piel. El retiro
de Isola tuvo que acudir
tizie..., 20-21. - Cfr. Arch. San Gabriele, Indice del
archivio, sec. C, Atto di convenzione fra D. Taddeo
Francopoli e D. Cassiano Lucci, committenti, e il
signore Salvatore Zecchi, artefice d’organi,
per la costruzione d’un organo nella chiesa di PP.
Passionisti d’Isola di Penne, 23 aprile 1849.

74 Cronistoria, 162.

75 AGCP, Fondo PIET, Ritiri Soppressi, Giulianova, n.


6 y 13.
en ayuda pecuniaria de la fundación en marcha en
Giulianova; también ofreció libros.
La platea termina en 1858, pero consta que la
comunidad acogió a un grupo de
estudiantes entre los que se encontraba Gabriel de la
Dolorosa y el futuro general P.
Francisco J. Del Principe76.

1860-1866, P. Valentín Lucarell de la Madre de Dios.


Elegido en el capítulo de
1860, fue confirmado en el de 1863. Durante su
rectorado murió en 1862 Gabriel
Possenti de la Dolorosa77. Las condiciones que
encontró eran un preludio de la supresión
del retiro. En octubre de 1860, el reino de Nápoles y de
las dos Sicilias
quedó incorporado al Reino de Italia. Los nuevos
gobernantes siguieron la política
aplicada ya en Las Marcas o en La Umbría: suprimir
conventos y monasterios.
Un compañero del ya difunto Gabriel Possenti,
Francisco J. del Príncipe, que sí
pudo ser ordenado en 1861, recordaba una burda
trama para expulsar a los pasionistas:
se pusieron de acuerdo con una muchacha que había
abortado y colocaron
el feto, envuelto en trapos, encima de un
confesionario. El Delegado de Téramo,
avisado por ellos mismos, acudió con soldados a
verificar la acusación; pero la
mujer se asustó de las consecuencias y se desdijo de
todo antes de que los soldados
llegaran al convento. Inspeccionada la iglesia, se
encontró el envoltorio como
ella había dicho.

Pasado este peligro, sobrevino otro: tres eclesiásticos


pidieron hacer ejercicios
en el retiro. Fueron acogidos según el más clásico
estilo pasionista. Concluidos los
días de retiro, alguien delató al Delegado de Téramo
que aquellos eclesiásticos habían
estado preparando explosivos en sus celdas. Tampoco
apareció ninguna señal,
y el cronista dice: Todo concluyó con un gran susto de
los religiosos, aunque por entonces
todo terminó con paz.

4. APOSTOLADO Y EXPULSIÓN. Al abandonar Isola


del Gran Sasso, los pa-
sionistas habían dejado tras de sí la siembra de un
fuerte compromiso apostólico como
se ve en el libro correspondiente78. Sobrevino ya fuera
del período de esta historia,
el 24 de mayo de 1866 el P. Valentín recibió la visita
del delegado del gobierno
76
Platea, 40. -Ricorrenza centenaria 1851-1951, La
provincia... o. c., 28. - GIORGINI, La formazione
dei chierici passionisti al tempo di San Gabriele, in San
Gabriele e il suo tempo, 2, San Gabriele
dell’Addolorata, 1986, 9-33. Hacía 12 años que los
pasionistas habitaban en Isola del Gran Sasso
cuando en la tarde del 10 de julio de 1859 llegó el
estudiante Gabriel de la Dolorosa...
77
Arch. di S. Gabriele, Libro dei religiosi defunti in questo
ritiro e dei secolari tumulati in questa
nostra chiesa, dal 1847. - En 1862, Gabriel de la V.
Dolorosa muerto el 27.02.1862 a las 6,30 a.
m., de 24 años menos dos días; fue enterrado a las 24
horas y colocado en la sepultura (de la iglesia).
Era clérigo profeso, había recibido todas las órdenes
menores; contaba de vida religiosa 5
años, 5 meses y 9 días; recibió los santos
sacramentos de la Iglesia.

78
De 1847 a 1860 consta que predicaron 51 misiones y
36 tandas de ejercicios públicos o privados,
sobre todo a monasterios de religiosas. Estos datos se
toman de la relación existente en el Archi
en Teramo que le conminó la expulsión de los 24
religiosos en el plazo de 24 horas;
aunque al fin les concedieron 8 días. El P. Valentín
logró que para el viaje dieran 40
liras a cada uno en vez de las 8 que entregaron al
principio. El 2 de junio tomaron
el tren y el 3 llegaron a Manduria; allí se encontraron
con el obispo de Oria, Mons.
Luis Margarita, que ya en 1848 había intentado del P.
Testa una fundación en su diócesis79.
Era paúl o lazarista y consiguió que los paúles
acogieran con exquisita caridad
a los 24 pasionistas que llegaban exhaustos desde
Isola. No es el caso dar aquí
más detalles, pues corresponderá al siguiente
volumen. La Cronistoria concluye: El
04.06.1866, hacia el mediodía, los 24 religiosos de
Isola, agotados, oprimidos y
anonadados, entraron a vivir en las angostas celdas
del antiguo convento de capuchinos...
80 .
5 Nueva fundación: Retiro de la Anunciación,
Giulianova81

1. EL OFRECIMIENTO. La provincia de la Piedad, que


como se ha dicho, nació
con cuatro retiros propios y uno prestado (el de Todi),
se movió para ampliar su
presencia en nuevas poblaciones. Y dentro de esta
línea operativa la efímera fundación
de Giulianova, en la diócesis de Téramo, aspiraba a
ser eslabón de enlace. La
ausencia del ferrocarril en dirección a Isola del Gran
Sasso provocaba incomodidades,
demoras y gastos cuantiosos a los que de Isola
marchaban a otros conventos, o
a los que querían llegar a Isola. Del retiro más
próximo, el de Aquila (1830), le separaba
el Gran Sasso; y además, como la provincia de la
Dolorosa no aceptaba que
Aquila pasara a la Piedad, no quedó otra solución que
la de localizar una zona próxima
a Isola con ferrocarril. Un conjunto de coincidencias
llevó a optar por Giulianova,
después de desechar Francavilla y Corropoli. Al sur de
Giulianova, cerca del
ferrocarril, en la fracción Marina, existía una iglesia
dedicada a la Anunciación de
la Virgen, y pegado a ella otro edificio no menos
ruinoso, propiedad de la curia episvo
de Isola-San Gabriele, Ministeri compiuti dai religiosi
del ritiro 1847-1860, relación en síntesis.
Hay otro Libro in cui si registrano le missioni, esercizi
ed altri nostri ministeri nei quali si occupano
gli operai della famiglia di questo ritiro della Sma.
Concezione, incominciando dalla missione
aperta in Isola a dì 26 maggio 1847. - El P. Alonso
Blanco, en una relación mns. sobre Ministeri
Isola Gran Sasso, enumera 17 misiones, 8 ejercicios
públicos y 3 privados del 26.05.1847
al 14.03.1851. -Cronistoria, I, 161-170.

79
Ordenado sacerdote por Mons. Strambi, conservaba
un gran afecto a los pasionistas . - Cfr. SEMERARO,
S., Un paese, un convento. I Passionisti a Novoli 1894-
1994, tra cronaca e storia, Novoli
2001, 9.

80
Cronistoria…, 266. - TEOTIMO, o. c., 247ss.

81
AGCP, Ritiri soppressi, Giulianova se encuentra en un
fondo de documentación de 24 documentos,
de donde se toma la correspondencia si no se indica
otra fuente. - APPIET, otro fondo con documentos.
- BRODELLA, Cronistoria..., o. c., I, cap. XIV, 197-204;
y cap. XXIII, expulsión de
los religiosos, 253-258.
copal de Teramo. Los pasionistas eran conocidos, ya
que tenían que detenerse allí
para organizar su traslado hasta Isola. Además de la
estampa del religioso austero,
descalzo y humilde, comenzó a divulgarse el estilo de
sus misiones: en marzo de
1851 predicaron una en Campli, y en abril, otra en
Giulianova. También esta misión
fue bendecida por Dios y el fruto fue
extraordinario...82.

La impresión debió de ser muy favorable, pues don


Valentín Cozzi, arcipreste
desde 1842, decidió conseguir que los pasionistas se
quedaran para el servicio espiritual,
y entusiasmó al obispo de Teramo para que
favoreciera la fundación. Como
el Rvdo. Cozzi no quería cargar a nadie con deudas,
emplearía su patrimonio, hasta

3.000 ducados. Con anterioridad al 2 de mayo de


1854, el obispo de Teramo, Mons.
Pascual Taccone, y las autoridades civiles presentaron
la petición al superior general.
La primera exigencia del P. Testa fue que obtuvieran
antes el permiso regio de
Nápoles. El obispo realizó los trámites antes del 2 de
mayo de 185483. Fernando II,
muy adicto a los pasionistas, su ministro secretario de
Estado, D. Fernando Troja, y
el director de la Secretaría de Estado para Asuntos
Eclesiásticos, D. Francisco Scorza,
autorizaron el 02.06.1854 el establecimiento en la
capilla rural de la Anunciación
con el terreno colindante84.
El mismo Scorza, el 14 de junio, comunicaba la
concesión al P. Testa para su
conocimiento y utilización. Éste, al agradecérselo el
22, le rogaba que transmitiera
los mismos sentimientos al rey, pero mantenía una
reserva total: lo tendría en cuenta
si proseguían los trámites ante el obispo. Mons.
Taccone se preocupó de hacer llegar
la licencia al Rvdo. Cozzi, a quien el P. Rossetti
calificaba de fundador85. No se
quedó en palabras. Ya en 1853 había presentado un
proyecto para construir un retiro
de 20 habitaciones y las dependencias usuales en una
comunidad, iglesia y sacristía86.
El P. Testa había pedido detalles al P. Fausto Rossetti
en julio de 1854. Antes
de contestar, el P. Fausto sondeó la disponibilidad de
los habitantes: todos veían bien
la empresa y muchos estaban dispuestos a colaborar
en la construcción; incluso el
obispo y las autoridades civiles87. El P. Rossetti creía
conveniente seguir dando pasos,
pues con dificultad aparecería un promotor con más
ilusión que el Rvdo. Coz

82 APPIET, Libro in cui si registrano le missioni...,


citado en la n. 78.
83 AGCP, Carlos Antonelli, alcalde de Giulianova, al P.
Fausto Rossetti, 24 julio 1854.
84 Francisco Scorza a Antonio Testa, 14.06.1854. -
AGCP, Antonio Testa a Fr. Scorza, 22.06.1854.

BORDELLA, Cronistoria..., 198. - APPIET-Recanati,


VII-329-1, copia del real decreto.
85 P. Antonio Testa a F. Scorza, 22.06.1854, minuta. -
AGCP n. 2. - Instrumento público de donación.

Copia, 4.11.1858. - AGCP, ibid., n. 18.

86 Fausto Rossetti a Antonio Testa, 18.08.1856. -


Valentín Cozzi a A. Testa, 18.08.1856.

87 F. Rossetti al P. Antonio Testa (Isola del Gran


Sasso,16.08.1854). - AGCP, A,121 (A-IV-I/2-2ª.),

Fondazione trattate nell’Abruzzo, 3.a, cartella di


Francavilla-Chieti.
zi, ya de edad avanzada. Éste afrontó las dificultades,
aunque las circunstancias le
obligaron a moderar el entusiasmo: en 1855 se
extendió por Ancona y sus zonas limítrofes
una epidemia de cólera; hubo notable mortandad, y la
epidemia se llevó
también a algunos promotores del retiro; la cosecha
del año fue muy escasa y el
Rvdo. Cozzi tuvo que frenar el ritmo de construcción
que había iniciado por su
cuenta ya en 1854. Para que el edificio respondiera a
las exigencias de la congregación,
le asesoraban los PP. Simón y Fausto. El 18.08.l856
éste y el P. Basilio Raineri,
primer consultor, se presentaron en Giulianova por
orden del P. Testa88. El P. Fausto
le comunicaba a éste que el edificio se levantaba tres
metros y medio y se apoyaba
sobre otros tantos de cimiento89.

2. LA MARCHA DE LOS ACONTECIMIENTOS. A la


vista de las dificultades
económicas ambientales se redujeron las dimensiones
de la casa: un piso con 15 habitaciones
confortables, y planta baja con coro, comedor,
sacristía, etc...90. D. Valentín
se estaba moviendo a impulsos de su entusiasmo,
pero necesitaba estar ya seguro
de que el P. Testa autorizaría la fundación91. Cuando
éste lo hizo en noviembre de
1856, el arcipreste aceleró los trabajos92.
En 1857, tras el capítulo provincial de Recanati,
desaparece de la escena uno de
los promotores, el P. Reghezza, y asumen el gobierno
el P. Raineri como provincial,
y el P. Rossetti, consultor, que residiría en Giulianova
para proseguir las obras y dar
misiones. El 18 de agosto de 1858, el Rvdo. Cozzi
expresaba al P. Testa su alegría:
Hubiera debido enviar a V. P. la expresión de mi
agradecimiento por haber sido
honrado con la apertura en mi parroquia de un retiro
de los hijos del glorioso beato
Pablo de la Cruz. En cuanto tuve en las manos el real
decreto de Su Majestad el
rey, de 2 de junio de 1854, se me encendió de gozo el
corazón93 .

El octogenario Rvdo. Cozzi, previendo el final de su


vida, decidió que los pa-
sionistas tomaran posesión cuanto antes. El P. Testa
nombró superior interino al P.
Rossetti94. En la iglesia se dio lectura al decreto real
del 2 de junio de 1854. Presi

88
El P. Fausto justificaba la presencia del P. Basilio para
ahorrar gastos y porque no encontraba otra
fundación por esta zona-región. - Rossetti a Testa
18.08.1856.

89
F. Rossetti y V. Cozzi, por separado, el 18.08.1856, y
B. Raineri el 25. 08.1856 a A. Testa.

90
F. Rossetti a A. Testa, 27.11.1858. - B. Raineri a A.
Testa, 25. 08.1858.

91
F. Rossetti a Testa, 18.8.1856, ibid. n. 4. - V. Cozzi a
Testa, 18.8.1856, ibid. n. 5; B. Raineri a Testa
25.08.1856, ibid. n. 6.

92
Cfr. Fausto a Testa, de Isola, 27.11.1856.

93
BRODELLA, Cronistoria..., I, 199.

94
APPIET-Recanati, VII-329-2, Atto di procura del padre
generale per venire al possesso legale...,
09.09.1858. Cronistoria..., 200-201.
dió don José Trifoni, provicario foráneo, y actuaron de
testigos José Cavallo y Domingo
de Antonis. Se cantó un Tedeum95. En la comunidad
vivían los PP. Fausto y
Atanasio Profili de San Luis y dos hermanos. El Rvdo.
Cozzi hizo la donación el 24
de noviembre de 1858: Doy, entrego y regalo al R. P.
General Antonio di S. Giacomo,
por medio del P. Fausto de San Carlos, su especial
delegado, la edificación y
el terreno comprado. Se reservaba una habitación para
cuando fuera a ver a los pa-
sionistas; y advertía, que si estos abandonaran el
retiro, volvería al Rvdo. Cozzi y a
sus herederos..., no teniendo el gobierno ningún otro
derecho que sobre los antiguos
muros y paredes de la iglesia96 . El 12.01.1859 el P.
Testa lo nombró bienhechor, le
autorizó a retirarse a la habitación preparada, y le
concedió los sufragios usuales en
la congregación97.
El 26 de febrero, el P. Basilio informaba al P. Testa del
estado de la cuestión: don
Valentín había gastado más de 3.000 ducados, y le
había recomendado asegurar la
casa legalmente, como acababa de hacer el día 9 el
Rvdo. Cozzi, ante el notario Antonio
Lelli, inscribiéndola en el registro público de
Giulianova98.

3. APOSTOLADO. Los PP. Rossetti y Raineri habían


dado ya muchos ejercicios
y algunas misiones. Desde la toma de posesión de la
casa, se incrementó el ritmo en
la nueva iglesia. En enero de 1859 el P. Fausto
comunicaba al P. Testa que mucha
gente de Giulianova y de los pueblos circunstantes
acudían a escuchar la predicación
y a recibir el sacramento de la confesión en los días
festivos: los religiosos estaban
ocupados desde primera hora de la mañana hasta el
mediodía, sin un momento
de reposo. Se necesitaría algún sacerdote más, sobre
todo pensando en las misiones
comprometidas en Corropoli y Giulianova; cuando
salieran los misioneros, el
sacerdote que permaneciera en casa lo pasaría mal
para atender a tantos fieles. El
mismo venerable don Valentín pedía que hubiera al
menos ocho religiosos de comunidad,
pues él respondía de su alimentación99.
4. EXPULSIÓN. Pero también el retiro de Giulanova
estuvo en el ojo del huracán
político. Ya a finales de 1858 se alojaron en la casa,
durante unos días, cuatro
95
APPIET-Recanati, VII-329-3, Delegazione emessa del
vicario capitolare di Teramo per dare il

possesso legale del ritiro di Giulianova, 20.10.1858. -


Ibid., VII-329-4, Verbale della pressa di

possesso ..., 21.10.1848. –Cronistoria..., o. c., 203.


96
Como testigos asistieron Nicolás Guarcino y José
Paolone. - APPIET-Racanati, VII-329-5, Copia
dell’atto di donazione del ritiro..., 24.11.1858. -
Cronistoria, I, 203.

97
AGCP, Benefattori... . - Carta del P. Testa, Roma,
12.01.1859.

98
Basilio a Testa, Recanati, 26-02-1859. - APPIET-
Recanati, VII-3296, Istrumento legale della cessione
del ritiro..., 09.02.1859.

99
F. Rossetti a A. Testa, 23.01.1959, y A D. Valentino
Cozzi, 24.01.1859.
oficiales y 50 soldados. El P. Fausto previno al P.
Testa sobre cómo comenzaban a
marchar las cosas y sobre lo que podía echarse
encima. El 08.10.1860 el reino de
Nápoles y las Dos Sicilias fue anexionado al nuevo
Reino de Italia; Fernando II no
podía impedir la dinámica expoliatoria contra los
pasionistas pues había muerto en
1859. El nuevo Reino de Italia aplicó en el Abruzzo las
mismas medidas que en las
Marcas: un decreto de 1861 suprimió los monasterios.
Como de este retiro no se volverá
a hablar, merece la pena dar los detalles finales. El
28.05.1866 un delegado intimó
a los religiosos la orden de marchar hacia S. Angelo in
Cupoli, Benevento. Recibieron
10 liras y un salvoconducto. De los 12 religiosos, 9
partieron el día 29 de
mayo. Llegados al destino no encontraron espacio
para ellos; y decididos a seguir
unidos, optaron por presentarse en Roma. Dos horas
después de la marcha de este
grupo, la policía conminó a los tres restantes la orden
de marchar hacia Calabria.
Los tres (PP. Atanasio Profili de S. Luis y Dionisio
Santori de San Bernardo y H.
Angel Antonio Tomei de San Luis) pidieron viajar a su
tierra, uno a Toscana y dos
a Roma. La Cronistoria concluye con esta sentencia:
El retiro de Giulianova suprimido
y abandonado, habrá sido tal vez reivindicado por los
herederos del fundador
Cozzi, pero los nuestros no han vuelto a poner más el
pie allí100 .

6. Nueva fundación: Retiro del Smo.Crucifijo, Torre S.


Patrizio101
1. OFRECIMIENTO. La provincia de la Piedad había
nacido en 1851 y la consigna
del capítulo fue que intentase extenderse por la otra
parte de los Apeninos102.
La expansión era una necesidad que el P. Testa venía
sintiendo para toda la congregación,
pero más perentoria iba a ser para la Piedad. Él recibía
de los misioneros información
sobre posibles nuevas casas; el 24 de marzo de 1845
se inició una misión
en Torre San Patricio, de la diócesis de Fermo,
municipio de la vertiente adriática,
de mil habitantes: La misión duró 15 días y resultó de
plena satisfacción del pueblo
y del clero local que se entusiasmaron con el deseo de
contar para siempre con una
comunidad pasionista..,. y el P. Antonio di S. Giacomo,
actual general, también ma100
Cronistoria..., I, 257- APPIET-Recanati, VII-329-9,
Relazione dell’espulsione dei religiosi del tirito
di.... - Cfr. también TURRISI, a cura di..., I
Passionisti..., o. c., 267. - En el AGCP, Libros (2E-
28), se conserva un Graduale Romanum..., Taurini
1840, con la anotación mns. Ex libris reces-
sus Ssmae. Annuntiatae prope Juliam, con caligrafía
del P. Dionisio de S. Bernardo, superior; único
recuerdo de aquella permanencia.
101 BRODELLA, L., Cronistoria della Provincia della
Pietà, I, Torre San Patrizio, 95-112 y 161-170.
-Ricorrenza centenaria, 1851-1951..., o. c., 40. -
AGCP. Ritiri soppressi, Torre San Patrizio.

102 DeR, 370, 1º.


nifestó sentirse inclinado a la creación del retiro...103.
La exultación del cronista es
comprensible, pero en este caso su preparación
resultó tan prolongada como efímera
su existencia: Por falta de fondos se retrasó durante
más de 13 años, lo que constituye
una plusmarca de lentitud. Y además su existencia fue
muy breve: resultó ser
el primer retiro pasionista suprimido por las
autoridades políticas en mayo de 1862,
apenas 47 meses después de su apertura104 . La
oferta consistía en un viejo convento
franciscano de 1545, abandonado desde la supresión
napoleónica. La propiedad
del convento y de la huerta correspondía al Conde
Moroni di Fermo, mientras la
iglesia pertenecía al ayuntamiento105.

2. LARGOS PASOS DE LA FUNDACIÓN. De llevar


adelante las gestiones se
encargaron los hermanos Desiderio y Bonifacio
Bonifazi, alcalde y párroco respectivamente,
a los que a veces se asocia su primo Domingo Orozi,
que se carteaba
con el P. Cayetano Robotti del Corazón de Jesús, uno
de los misioneros. Por parte
de la congregación intervienen, a distinto nivel, los PP.
Simón Reghezza, Roque
Cervara, Antonio Colombo, Arcángel La Posta, Basilio
Raineri, Cayetano Rabotti,
y sobre todo el P. Testa. De parte de la diócesis el
cardenal De Angeli vio desde
el principio el beneficio pastoral. Sin embargo, en la
práctica el peso recayó casi
exclusivamente en los hermanos Bonifazi y en el P.
Testa. El alcalde Desiderio Bonifazi
le escribió el 25 de abril de 1845 y le presentaba la
situación pastoral del
pueblo, al cuidado exclusivo de su hermano
Bonifacio106. Al principio todo se redujo
a una inspección ocular del local efectuada por el P.
Reghezza, quien lo tomó
como uno más de los proyectos que siguen a una
misión y que terminan siendo, según
su expresión, humo de pajas107. Lo que quedaba del
convento estaba situado en
la ladera de una montaña. El P. Testa pidió al P.
Arcángel La Porta, rector de Morrovalle,
que se acercase a Torre San Patricio y le enviase
datos fehacientes. Realizada
la inspección ocular, el 23 de agosto de 1846 le
describía el local ofrecido108:
del edificio de dos plantas, se mantenía en pie la parte
de poniente; las de levante
y mediodía estaban derruidas. Debido a que todo
había permanecido tantos años
abandonado, los muros, el techo y el edificio en
general necesitaban reparación.
103 Libro dei Ministeri..., 29-30.
104 Cfr. ANNIBALI, E., La Madonna della Quercia..., o.
c., 1990, 79.
105 D. Bonifazi a A. Testa, 25.04.1845, n. 1.
106 D. Bonifazi a A. Testa, 25.04.l845, n. 1, y
l0.05.l845, n. 5b.
107 P. Reghezza a A. Testa, 18.05.1845, n. 4.
108 Otros informes: Simón Reghezza a Testa, que
envió en la carta que recibió de D. Bonifacio del

25.04.l845. - Dr. Desiderio a Testa, l0.05.l845,


respuesta a las l3 cuestiones. - Roque Cervara a
Testa, 05.06.l845, n. 8. No siempre son coincidentes
los diversos informes.
De panorama tan poco optimista se salvaba la iglesia,
propiedad del ayuntamiento,
hermosa y nueva, suficientemente grande, con cinco
altares, tres veces mayor
que la de Morrovalle; y como se había terminado hacía
apenas 50 años, en l795,
no necesitaba mayor restauración; contaba con coro y
un órgano bastante grande109.
Habría que ampliar la sacristía y construir encima de
ella el coro. Los ornamentos
sagrados (ocho casullas, dos capas pluviales, un cáliz,
dos incensarios, acetre, un
relicario, candeleros para la exposición...) no llegarían
a cubrir las necesidades de
una comunidad numerosa; había tres campanas, dos
pequeñas y una de 600 libras110.
En su ofrecimiento, el Dr. Desiderio hablaba, en
términos generales, de un
convento apropiado a una familia religiosa cualquiera,
pero el primer paso consistiría
en recuperar el convento y la huerta. Para el 20 de
mayo de l846 la iglesia ya
estaba en poder de los fundadores111. La fundación
contaba con la ventaja de que
Torre S. Patrizio estaba a cinco o seis millas de Fermo,
y desde allí se podría irradiar
el apostolado por la zona112 .

Al solicitar la fundación, el Dr. Desiderio recordaba al


P. Testa que necesitaban
su consentimiento para dar más pasos, y su hermano
Bonifacio encargaba al P. Reghezza
que urgiera al general este permiso antes de que se
enfriara el primer entusiasmo,
pues pensaba que era imprudente buscar recursos si
no era segura la fundación.
Como el P. Testa asumía, según su costumbre en
cualquier fundación, la responsabilidad
final, el 1 de mayo de 1845 envió al citado Desiderio
un cuestionario, que
éste devolvió cumplimentado el día 10. Las
informaciones del promotor no despejaron
todas las reservas. Envió al P. Reghezza, quien estuvo
allí con el P. Arcángelo
los días 4 - 5 de junio, y desde Morrovalle enviaba el
mismo día 5 su informe sobre
soledad, distancia de la población, extensión de la
huerta, calidad del terreno, problema
del agua, etc. Mientras se mantenía esta
correspondencia entre los Bonifazi y
el P. Testa, en Torre San Patricio se daban pasos para
que el conde Moroni cediera
gratuitamente el convento, a lo que estaba dispuesto,
pero exigía 500 escudos por la
huerta113 .

109 Había sido comprado para la Iglesia matriz, pero,


por la oposición del párroco, no se colocaría
nunca, por lo que se destinará a la Iglesia del Retiro. -
Cfr. P. La Posta a Testa, 23.08.l846, n. 27.

110 Para no alargar este capítulo, el lector podrá


ampliar información en las cartas siguientes: Desiderio
a Testa, l0.05.l845, n. 5, con respuestas al
cuestionario. - Cartas del mismo a A. Testa,
25.04.1845, n. 1; 05.05.l845, n. 4; 20.05.l846, n. 20. -
Carta de Bonifacio a A.Testa, 24.01.l846,

n. l6; de Bonifacio a Reghezza, 25.04.l845, n. 2; y de


R. Cervara a Testa, 05.06.l845,n. 8.
111 Desiderio a Testa, 20.05.1846, n. 19.
112 Desiderio A. Testa, 25.04.l845, n. l, y B. Bonifazi a
S. Reghezza, 25.04.l845, n. 2; unas 5 ó 6 millas.
113 Desiderio a Simón Reghezza, 25.04.1845.n. 2. -
D. Orozi a R. Padre (Reghezza), 25.04.1845, n.
3. - Desiderio a Testa, 25.04.1845, n. 1. - Desiderio a
Testa, l6.06 y 04.07.l845, n. l2. - Testa a Desiderio,
minuta, 20.05.1845, n. 6. Al principio pidió 400
escudos, pero como el P. Testa no acababa
de dar su consentimiento, subió el precio.
Aunque no se puede seguir documentalmente todos
los pasos, se sabe que en noviembre
de l845 se entró en posesión de la huerta, habiéndola
pagado con limosnas
de los vecinos114, pero el terreno era insuficiente, y la
compra de lo necesario se alargó
de l845 a l858. Mientras se fueron dando estos pasos
relativos a los terrenos, se
procedió a reconvertir el viejo convento. En junio de
l846 el Dr. Bonifazi pedía al P.
Testa un religioso experto que viera si las obras se
realizaban según las normas de
la congregación. El destinado fue el ya citado P.
Arcángel La Posta115. El día 25 de
abril de l847, D. Bonifacio Bonifazi bendijo la primera
piedra. La congregación estaba
representada por el P. La Posta. Desiderio
comunicaba al P. Testa estas noticias
para que se persuadiera de que la fundación estaba
enraizada en el corazón del pueblo116
.
La construcción avanzó, sin que se vuelva a tener
noticias concretas hasta enero
de l85l, cuando se estaban terminando los dos brazos
ya existentes con l4 habitaciones;
se pensaba construir otras catorce aquel mismo año y
terminarlo todo en
l852. No se alcanzó el objetivo en el plazo previsto.
Además surgió el tema de la
postulación, ya que Torra San Patrizio perjudicaría al
retiro de Morrovalle117. Del 18
al 20 de junio se celebró capítulo provincial en La
Piedad, el cual determinó que fueran
ya a Torre S. Patrizio un sacerdote y 4 hermanos para
la cuestación, y señalaron
las zonas: Torre S. Patrizio podría hacerla en la parte
de la diócesis de Fermo situada
al otro lado del rio Leta, y, además, en las de Scoli,
Montalto y Ripa; en cambio,
Morrovalle se quedaba con la parte de la diócesis de
Fermo en la otra margen del
río, incluidas las poblaciones de Loro y S. Angelo in
Pontano118. Mientras se daban
estos pasos, murió don Bonifacio y el Dr. Desiderio fue
nombrado de gobernador119 .

3. SUPERIORES. En junio de 1858 fue destinado


como provisional el P. Erasmo
Massarelli, segundo consultor, con el P. Nicolás
Granieri de la Madre de Dios y
tres hermanos, que salieron de Morrovalle el 21 y
llegaron el 25120. En el capítulo de
1860 fue elegido superior el P. Dámaso Scaccia de
San Pedro, que había sido el primero
de Giulianova, y que, como dice una crónica, iba a ser
el primero y el último
de Torre San Patricio. Los religiosos comenzaron a
residir en el retiro, pero, como
114 Desiderio a A. Testa, 24.07.1845, n. 4; y
21.12.1845, n. 5. - Bonifacio a A. Testa, 24.01.1846, n.
16, y 25.02.1846, n. 17. - Desiderio a A. Testa,
20.05.1846, n. 19.

115 Desiderio a Testa, finales de junio. - Arcángel a


Testa, 23.08.l846, n. 25a.
116 Desiderio a Testa, 06.06.l847, n. 26. - Bonifacio a
Testa, 28.0l. l85l, n. 27.

117 Testa a De Angelis, 27.05.l846, n. 21. - Desiderio


a A. Testa antes del 13. 06.1846, n. 22.

118 Atti del Cap. Prov. 2º, pp. 4-5. - Cronistoria-PIET,


l85.

119 Desiderio a A. Testa, l4.08.l857, n. 28a. - D. Orozi


a Desiderio, 07.08.l857, n. 38b.

120 BRODELLA, Cronistoria PIET, o. c., I, 196.


temía el P. Testa, sin suficiente independencia y sin
libertad por la estrechez del terreno.
El 2 de julio de 1860 el P. Basilio Raineri tomó
posesión legal. El Dr. Bonifazi
cedía el dominio y usufructo, pero se reservaba la
propiedad, a fin de que, si los
nuevos gobernantes del reino de Italia lo clausuraban,
no se quedaran con el convento,
método al que recurrieron muchas comunidades.

4. APOSTOLADO Y SUPRESIÓN. La colaboración


con la parroquia de Torre
S. Patricio fue frecuente, mientras se siguieron los
trámites: del 30 de diciembre de
1846 al 3 de enero de 1847 el P. Marcelo Montaldo de
San Juan, de Morrovalle, dio
un curso de cinco días de ejercicios públicos, muy
provechosos a pesar de la nieve;
los PP. Gesulado Scalpelli de S. Bernardo, rector de
Recanati, y Pascual Pucciatti de
San José, ocho días de ejercicios del 12 al 20 de
marzo de 1848; en 1850, 10 días de
ejercicios públicos; en 1854 y 1855 estuvo en Torre S.
Patricio predicando ejercicios
públicos el P. Rafael Ricci de San Antonio, que
estando en esta última predicación
fue nombrado maestro de novicios, y lo sería de San
Gabriel de la Dolorosa; en 1858
otra tanda de 21 al 30 de marzo121.
A principios de 1861 el lugarteniente de Las Marcas
dio a los religiosos unos días
para el desalojo: Ya antes de la supresión de las
demás corporaciones religiosas
fueron asediados por elementos masónicos locales,
dirigidos por un tal Di Minicia,
que se vanagloriaba de haberlo conseguido: Por fin -
decía- hemos expulsado a estos
cerdos122. Los comisarios se presentaron en Torre
San Patricio el 16 de abril para
un inventario; como los religiosos no eran propietarios,
los intendentes buscaron
otro pretexto para desalojarlos; y lo encontraron en
que los jóvenes se negaban a
alistarse en el ejército del nuevo régimen y se atribuía
a la influencia de los pasionistas
que se servían de la confesión para inculcarles
hostilidad a la nueva autoridad
política. En abril de 1862 llegó la investigación: a
primera hora de la mañana se presentó
el delegado Manfredoni, con soldados y guardias que
encerraron a cada religioso
en su habitación y los cachearon a fondo, de las 7 de
la mañana a las 2 de la
tarde. No quedó un ángulo de la casa, ni un cuaderno
de papel, que no mirasen y
remirasen. Pasados algunos días, los religiosos
recibieron del Ministerio de Gracia,
Justicia y Cultos, un documento fechado el 15 de abril,
por el que se les ordenaba
concentrarse en retiros de Las Marcas y abandonar
Torre S. Patricio, dentro de ocho
días; por influencia de personas bien situadas se
prorrogaron hasta veinte. Las auto
121 Cfr. FILIPPO della S. Famiglia, Il maestro di San
Gabriele dell’Addolorata, P. Raffaele di S. Antonio,
passionista, Casamari, 1961, 37. - En el Libro de
Ministerios de Morrovalle se citan actividades
en Torre San Patricio en las pp. 29, 32, 33, 37, 45, 54
y 57. - COMPARELLI, G., P. Raffaele
Ricci, il maestro di S. Gabriele, en S. Gabriele
dell’Addolorata e il suo tempo”, San Gabriele
Edizioni, 2009, 2ª. Parte, pp. 241-250.

122 Ricorrenza centenaria 1851-1951..., o. c., 40.


ridades locales y el pueblo reclamaron la suspensión
de la orden, pues se quedarían
solamente con el párroco; además los pasionistas no
se han mostrado nunca intrigantes.

El superior trató inútilmente de impedir la expulsión.


Los religiosos fueron sacando
sus pertenencias. El gobierno, que los había
distribuido por retiros de las Marcas,
a los PP. Erasmo, consultor, Dámaso, rector, y Rafael,
vicario, y al hermano, les
obligó a abandonar el territorio del rey de Italia. El
delegado Manfredoni se presentó
el 20 de mayo. De los catorce miembros de la
comunidad, cinco fueron a Recanati,
dos a Morrovalle y tres a Pievetorina. Y los cuatro
mencionados, custodiados como
criminales, quedaron libres solamente al llegar a los
confines de Roma. Acogidos
por el superior general, el P. Erasmo se quedó en
Scala Santa; el P. Dámaso fue
a Bélgica, y después volvió de procurador y consultor
general; el P. Rafael, incardinado
en la provincia de la Dolorosa, ejerció de maestro de
novicios por muchos años;
y el hermano fue agregado a otra provincia, pero no
consta a cuál. El 20 de mayo de
1862 desapareció la comunidad de Torre San Patricio,
y ya no fue restablecida123.

123 BRODELLA, Cronistoria..., o. c., I, Cap. 19:


Espulsione dei religiosi da Torre S. Patrizio (1862),
227-234.
CAPÍTULO V

FUNDACIONES NO ACEPTADAS EN ITALIA

Se ha llamado lluvia de fundaciones al extraordinario


ofrecimiento de las mismas
en los años de gobierno del P. Antonio di S. Giacomo
Testa1. La congregación
pasionista había tenido que dedicarse, hasta su época,
a recuperar conventos del
tiempo del fundador o inmediatamente posteriores; a la
vez procuró estar presente
en las diócesis con misiones al pueblo, ejercicios a las
comunidades y seminarios...
Las autoridades civiles, a medida que fueron
conociendo su fidelidad a los caminos
trazados por el fundador, quisieron servirse de los
pasionistas con doble motivo: 1)
regenerar la fe del pueblo; 2) recuperar edificios que
quedaban reducidos a torreones
y paredes... Para potenciar la pastoral de las
parroquias los obispos encontraban
la ayuda de los religiosos; de ahí la inquietud por
fundar retiros en la segunda mitad
del siglo XIX2.

A la hora de mencionar estas 60 fundaciones ofrecidas


y no realizadas, se han
agrupado por regiones, no por años del ofrecimiento:
1) Lazio; 2) Abruzzo; 3) Umbría;
4) Campania-Benevento; 5) Marcas; 6) Toscana,
Emilia, Romagna y Lombardía;
7)Basilicata-Puglia-Calabria y Sicilia. Para evitar la
multiplicación de referencias,
al principio de cada sección se indica en una nota la
clave del AGCP, actual (A,
B, C... seguido de un número) y antiguo (I-II/1-3) .
Después del nombre se indica
entre paréntesis la diócesis.

1. LAZIO3
1. ROCCA MASSIMA (Velletri). En octubre de 1845 el
pueblo quería abrir de nuevo
el convento de San Roque, a tres kilómetros. El
ayuntamiento daría 50 escudos
1
El P. Paulino dedicó a este tema 56 artículos en
Presenza Misionaria Passionista (PMP) desde
agosto-septiembre de 1990 hasta los mismos meses
de 1997; en los 20 primeros, hasta agosto-septiembre
1992, estudió los retiros ya existentes en Abruzzo y
Lazio; y de octubre de 1992 a septiembre
de 1997 las fundaciones no aceptadas en las regiones
que se especifican en el texto. Para
evitar la multiplicación, se remite a esta fuente desde
el principio del grupo, sin detenerse después
en cada caso.

2
Cfr. PENCO, Gregorio, Storia della Chiesa in Italia, II,
Dal concilio di Trento ai nostri giorni, o.
c., 225 ss, Ottocento: Uomini ed eventi.-Para clarificar
lo referente a cada población se ha consultado
un libro de la época: MARMOCCHI, F. C., Dizionario di
Geografia Universale, Torino, 1858,
vols. 1-2 (SG); POCH, Pasquale, Dizionario dei comuni
del Regno d’Italia colle circoscrizioni administrativa,
giudiziaria ed elettorale, compilato da…, Milano, V.
Maisner e Co. Editori, s.a. (últimos
datos de 1882); y para las diócesis, cfr. Annuario
Ecclesiastico 1906, Roma, San Silvestre in
Capite; y Annuario Cattolico Italiano 1929, Ed. Fides
Romana, compilato da Egilberto Martire.

3
AGCP, A, 120 (A,IV-I/1-2...).
anuales. El P. Testa, recién reelegido, dio una
respuesta negativa. Las autoridades
civiles y religiosas volvieron a la carga el 7 de enero de
1851; sugerían que se clausurase
Montecavo y se quedasen en Rocca Massima. El P.
Testa no quiso responder
de manera definitiva; acudió a ver qué le ofrecían, y el
17 de junio respondió
que ni el retiro de 10 habitaciones ni la iglesia se
hallaban en condiciones, que no
había suficiente soledad, y que no era previsible que la
comunidad pudiera vivir de
las limosnas.

2. ABADÍA DE MONTECASSINO (Montecassino). El


territorio eclesiástico bajo la
jurisdicción del abad de Montecassino (al que en 1863
se le añadió el título de San
Germán) es de reducidas dimensiones: abarcaba parte
de los condados de Teano,
Aquino, Comino y Venafro, y del ducado de Gaeta. En
el período histórico del P.
Testa el territorio fue fuente de vocaciones con 34
profesiones. Desde Sora y Ponte-
corvo hubo lazos más frecuentes: de 1839 a1864 se
predicaron 30 misiones y nueve
cursos de ejercicios, de los cuales 5 en el monasterio.
En el ámbito de la abadía
nullius fueron ofrecidas tres fundaciones: Cervaro,
Barrea y San Germán. Los abades
José Frisari y Miguel Ángel Celesia (1850-1859), que
murió siendo cardenal-arzobispo
de Palermo, lo intentaron sin éxito. El 28 de febrero de
1845 el abad Frisari
pidió al P. Testa que en el capítulo general de abril se
tuviera presente una fundación
en territorio de la abadía. Los capitulares la aceptaron
en principio, pero el P.
Testa comunicó al abad que habría que esperar, ya
que estaban en marcha otras fundaciones
en el extranjero.
3. CERVARO (Montecassino)4. El abad José Frisari, el
21 de abril de 1845 habló
de fundar en Cervaro. Los PP. Sebastián Amalberti,
provincial, y Ambrosio Baldas-
si, se reunieron con el abad antes del 16 de julio, y
salieron a relucir las iglesias de
la Virgen de Pipernis, de época medieval tardía, a un
kilómetro de Cervaro, la de San
Esteban, a sólo medio kilómetro, un tercer lugar
llamado S. Giacomo sin construcción
alguna, y un cuarto punto, Santo Domingo, una casita
con cinco habitaciones.
Según el P. Amalberti, el santuario de Pipernis estaba
próximo a la montaña, de la
que caían torrentes de agua en época de deshielos; la
iglesia de San Esteban formaba
parte del camposanto; el terreno de San Giacomo no
garantizaba la soledad. Para
levantar un convento se hubieran necesitado muchos
recursos. Recibida la información,
el P. Testa decidió diferir la fundación.
4. ROCCA GUGLIELMA-ESPERIA (Aquino). La Santa
Sede unió bajo un mismo
obispo las diócesis de Sora, Pontecorvo y Aquino.
Mons. José Montieri, con tesón
y generosidad, logró las fundaciones de Sora (1842) y
Pontecorvo (1850). En Rocca
Guglielma, hoy Esperia, predicaron los pasionistas en
1838 una misión muy dura.
Diez años más tarde, en enero-febrero de 1847,
dirigieron otra. Mons. Monteri
ALONSO BLANCO, PMP, dic. 1993.
ofreció al P. Testa el 24 de abril de 1847 el santuario
de Santa María de las Gracias,
donde un retiro, en contacto con tres diócesis,
resolvería la atención espiritual a los
fieles. El P. Testa recibió la carta el día 29 y respondió
que le era imposible aceptarla
porque el edificio era muy pequeño y porque crearía
problemas de postulación a
otros conventos.

5. VILLA SANTA LUCÍA (Aquino). El registro de


ministerios de la provincia de la
Dolorosa nos da esta noticia significativa: El nuevo
obispo de Sora-Aquino-Pontecorvo,
apenas entró en la diócesis y se dio cuenta de los
desórdenes que en ella había,
pidió que los pasionistas predicaran misiones, la
primera en Santa Lucía, del 2
al 16 de diciembre de 1838. Otras se dieron en
noviembre de 1845 y en enero de
1850. En 1852 se recibió en Roma la solicitud de
fundación por parte de las autoridades
civiles, a través del ministro Scorza, ofreciendo el
convento de Santa María
de las Gracias, atendido por un solo sacerdote de los
misioneros del Smo. Sacramento.
El 11 de diciembre el P. Testa se lo agradecía a
Scorza, explicándole uno de los
principios que le guiaban en la expansión: no abrir más
fundaciones que las que pudieran
sostenerse. La de Santa Lucía habría quitado medios
de subsistencia a los retiros
de Sora y Pontecorvo.
6. VELLETRI (Velletri). El 29 de agosto de 1815 Miguel
Cella sugería al P. Tomás
Albesano la posibilidad de establecerse en el
monasterio de los basilios, a medio kilómetro
de la ciudad. La congregación necesitaba nuevos
retiros, pero no contaba
con personal. Fueron pasando los años, y el 4 de
agosto de 1851 el P. Ciríaco Garelli
de S. Domingo informaba al P. Testa sobre este
monasterio de Velletri, propiedad
del conde Negroni. El vicario general de Velletri, Mons.
Gesualdo Vitali, trató de
que el general lo aceptara. Sin embargo respondía el
11 de agosto que iba a ser imposible,
pues los condes Negroni, Antonelli y Macchi no
estaban dispuestos a ceder
sus propiedades. El P. Testa dejó abierta la posibilidad
para el futuro.
7. CORI (Velletri). Fracasada la fundación de Veletri,
Mons. Gesualdo Vitali
ofreció la iglesia de Ntra. Sra. del Socorro, a un
kilómetro de la ciudad, en los Montes
Lepini. La fundación quedó en el aire, pero el vicario
de Cori, don Felipe Corbi,
la promovió en 1855. Al santuario concurrían
numerosos peregrinos y el Rvdo. Corbi
creía que así los devotos tendrían asistencia y los
pasionistas encontrarían un lugar
retirado. El problema serio era encontrar un mecenas
que financiara las muchas
obras necesarias. De esta manera, otra buena oferta
cayó en el vacío.
8. SETTEFRATI (Sora). Del 20 de diciembre de 1840
al 3 de enero de 1841 cinco
pasionistas se ocuparon de la misión en Settefrati, a
donde volvieron en 1850 y en
1856. El 7 de septiembre de 1855 mons. Montieri
ofrecía una fundación junto al santuario
de Santa María de las Gracias. El P. Testa le hizo caer
en la cuenta de que Sora
estaba muy cerca y que no era partidario de
empobrecer las casas ya fundadas.
Mons. Montieri volvió a la carga el 7 de julio de 1856
insistiendo en Settefrati. El
P. Testa mantuvo la negativa en su respuesta del 6 de
noviembre.
9. SAN GERMANO, HOY CASSINO (Montecassino).
El 13 de julio de 1854 Mons.
Miguel A. Celesia, abad de la Abadía de
Montecassino, pedía la fundación que no
había logrado su predecesor. El 3 de agosto el P.
Cándido Mazzuconi de la Dolorosa
informaba al general de lo que había visto relacionado
con la fundación: A una
prudente distancia de S. Germán..., y en el lado
contrario de los capuchinos..., encontré
una casita que había sido de los dominicos y ahora es
de Montecassino...,
pero sin iglesia...; el terreno adyacente es de los
monjes. El 11 el P. Testa daba al
abad información sobre el estilo de las fundaciones:
Tenemos como principio no
abrir retiros que no sean capaces de recibir a una
familia numerosa, y por eso hay
que dejar a cada casa una zona extensa para que
pueda hacer la postulación. Al
cabo de tres años los mismos habitantes de San
Germano solicitaron fundación con
una carta de 50 firmas, el 20 de abril de 1857. Según
la respuesta enviada al síndico,
el P. Testa expuso el caso al XX Capítulo General y se
ha concluido que no es
lugar al estilo de nuestro instituto. En carta del 19 de
mayo al abad, dejaba la puerta
abierta: Si se nos ofrece alguna otra solución con buen
aire y de acuerdo con
nuestro estilo, será aceptada con gusto.
10. ROCCA SINIBALDA (Rieti). El 13 sept. 1854, el
prior Justino Scipioni, el síndico
Giorgio Gualdi, y el anciano José Daris pidieron al P.
Testa que abriera un retiro en
un convento dedicado a la Virgen Santa María la
Nueva. El obispo de Rieti, Mons. Cayetano
Carletti, apoyaba la idea con la esperanza de que los
pasionistas regentaran una
casa de ejercicios. El P. Testa acudió a comprobar las
condiciones del lugar: la construcción
era sólida; pero haría falta perforar un pozo. Hasta
febrero de 1857 no se vuelve
al tema. El P. Testa presuponía que iba a dejar el
gobierno y no quería comprometerse.
A pesar de la buena voluntad de todos, la fundación
quedó truncada en flor.
2. ABRUZZO5
11. BARREA (Aquila). El 12 de diciembre de 1846 el
alcalde, el consejo municipal,
más cuatro sacerdotes y 76 ciudadanos ofrecieron el
convento de Santa María
de las Gracias, abandonado por los menores
observantes, localizado entre Barrea,
Villeta Barrea y Civitella Alfedena. El terreno estaba
cercado y había prado, huerto,
algún que otro árbol frutal y un manantial de
abundantes aguas. La leña para el fuego
se podía conseguir en un bosque del municipio. Al P.
Testa le llegó la solicitud el
6 de abril de 1847, y al día siguiente daba respuesta
negativa por tener ya comprometidas
otras fundaciones.
12. TAGLIACOZZO (Marsi)6. En Tagliacozzo, de
donde procedían vocaciones ilustres
como los PP. Gabriele Lucchesi (1765-1825), Angel
Luis Bonomi (1769-1856,
5
AGCP, A, 121 (A-IV-I/2-1º/ M.14, o. c. 5), Fundaciones
no aceptadas en Abruzzo.

6
GIAMBERARDINI, G., O. F.M., Maria Santissima e la
sua immagine orientale venerata presso
Tagliacozzo, Roma, 1970. - AGCP, Libro delle
Consulte Generalizie 1870-1909, 7 giugno 1882.

-DeR, 406, p. 65.


el religioso que había vivido más años en la
congregación, 70 y medio), o Rafael
Lucchesi (1770-1844), los pasionistas predicaron
varias misiones. La primera oferta,
la de 1828, fue desestimada por el Colombo por estar
avanzada la de Aquila. Tras
la misión de 1837 el clero y los señores principales
insistieron mucho para que se
quedaran en el santuario de la Virgen de Oriente, sin
que se llegara a nada concreto.
La devoción a la Virgen creció aún más tras el milagro
de 1855 (una joven, muda
desde hacía años, recuperó repentinamente la
palabra). En 1856, nueva misión, y
Mons. Sorretino, obispo de Marsi, pidió la fundación. El
P. Testa le indicó que no
era costumbre aceptar ninguna siendo inminente un
capítulo general. Mons. Sorrentino,
110 ciudadanos y 9 sacerdotes, dirigieron al capítulo,
el 12 de abril de 1857, la
petición avalada por el card. Altieri. El capítulo acogió
la petición. El P. Testa dio la
noticia al obispo. Se comenzó la construcción del
retiro. El H. Plácido Cesinelli vigilaba
los trabajos. Sin embargo todo se interrumpió, tal vez
por los acontecimientos
políticos de 1860. El silencio se rompe en 1882 con un
nuevo intento ante el P.
Silvestrelli, también sin éxito.

13. PALENA (Sulmona-Valva). El P. Testa no tenía ni


idea de Palena; de ahí su admiración
al recibir el 15 de mayo de 1847 la solicitud de Mons
Mario Morone, de
Sulmona-Valva, al que contestaba: No conozco Palena
ni aquí tengo a nadie que me
pueda informar de ese pueblo. Seguidamente expone
las condiciones de aceptación:
que tenga acceso, que el país no sea pequeño y que
pueda vivir una comunidad algo
numerosa... La oferta del obispo consistía en atender
el Santuario de la Virgen del
Altar, a dos kilómetros del pueblo: hermosa iglesia,
casa para cuatro padres y dos
hermanos, construcción de otra planta para 10/12
religiosos, limosnas suficientes...
El 25 de mayo el P. Testa la rechaza: Me agradaría
corresponder a su celo, pero las
fundaciones que actualmente se tramitan y otras ya
prometidas no me lo permiten.
14. BELLANTE (Teramo). El P. Testa se había
interesado por abrir casa en Bellante,
en un ex-convento de carmelitas. El 8 de noviembre de
1852, el presidente del
municipio, José Farotti, le pidió que lo ocuparan los
pasionistas, ya que la parroquia
se lo cedía. El P. Testa respondió favorablemente,
pero como Su Majestad pide ahora
otras fundaciones..., necesito tiempo para pensarlo, y
la de Bellante se ejecutará
cuando tengamos sujetos. No hay más datos.
15. FRANCAVILLA MARE (Chieti). En la carta que el
16 de agosto de 1854 el P.
Fausto Rossetti escribió al P. Testa desde Isola di
Penne y le comunicaba que el día
11 se había presentado con el P. Justino al arzobispo
de Chieti para hablar de una
fundación en Francavilla. Se trataba de una población
de unos 4000 habitantes, a
siete millas de Chieti, a donde se puede llegar en
carroza, pues el camino está arreglado.
Había una ermita dedicada a la Virgen del Llano
(Piane). El lugar es llano,
solitario, muy ameno y de óptimo clima. Al rededor de
la ermita hay viviendas de
campesinos, pero no dan ninguna molestia por estar a
conveniente distancia. La población
y el capítulo parecen deseosos de la fundación, pero
no sé qué pensarán los
menores observantes. Si se aceptaba la fundación
habría que construirlo todo con
mucho gasto... La distancia respecto a los retiros de
Isola di Penne, Giulianova y
Aquila era suficiente y no perjudicaba los respectivos
derechos de postulación. El
obispo esperaba respuesta positiva, que nunca llegó.

16. CORROPOLI (Teramo). 10.01.1853, el preboste


Juan Cantarelli por el clero y
el presidente municipal Antonio Flojani por la
ciudadanía solicitaban una fundación.
El lugar ofrecido era la Badia de Santa María in
Majulano, situado a unos 3/4 de milla
de la población con iglesia y casa. Pertenecía al
príncipe de Piombino, al que suplicaban
la cesión de la casa y de la huerta tapiada. En la
solicitud a éste, enviada
desde Corropoli el 14 de mayo de 1856, piden... se
reserve el local de la ex Badia
para entregárselo a los pasionistas con el fin de ver
prosperar las mayores ventajas
para la común religión y el bien espiritual de las almas.
No se cuenta con documentación
porterior, indicio de que no prosiguió el proyecto.
17. CERRETO (Téramo). El 25 de marzo de 1857, F.
Scorza, desde Nápoles, comunicaba
al superior de Aversa, que el obispo de Cerreto había
pedido al rey el establecimiento
de una familia religiosa en el suprimido convento de
los Antonianos,
a las afueras de Cerreto. El superior, P. Eutizio
Mastrantoni, respondió desde Caserta
el 31 de marzo de 1857 que algunos misioneros que
habían visitado el lugar rechazaban
la fundación. Seguidamente envió el 31 de marzo de
1857 al general la
carta del ministro. El P. Testa asumió como propia la
negativa dada por el P. Eutizio;
en el dorso se lee: Fundación solicitada en Cerreto con
respuesta excluyente
dada por el consultor P Eutizio de S. María, 1857.
18. CIVITELLA (Chieti). El 7 de noviembre de 1857 el
Ministro Francisco Scorza
escribía al P. Testa que el rey había acogido la súplica
del arzobispo de Chieti
para que ocuparan el monasterio de los Celestinos en
Civitella. En el reverso ha escrito
el P.Testa: Rispondo affirmativamente. El decreto de
concesión lleva firma del
rey Ferdinando II en Gaeta el 15 marzo 1858. Y el 13
de abril, el P. Testa agradecía
que el rey le hubiera concedido el local de Civitella.
Pero allí estaba instalado
un regimiento de policía que tendría que trasladarse al
convento de San Andrés; y
el hospital que había en San Andrés tendría que
marcharse a la Badía de Sulmona.
La gente vería mejor que los pasionistas fueran a
dicha abadía, y que el hospital y
la gendarmería continuaran donde estaban. El 25 de
enero de 1859 el arzobispo
Mons. Luigi Ma. Marinis suplicaba al P. Testa que
enviara a algún religioso para
tomar las medidas convenientes de cara a la
reconstrucción del retiro. El P. Antonio
Testa respondió el 12 de febrero: Con gusto enviaré un
religioso que vea lo que
se haya de hacer para transformar el local en un retiro
de nuestro instituto. Todo
terminó aquí.
19. MARANO (Marsi). Desde Recanati, el P. Valentino
Lucarelli de la Madre de
Dios informa al general el 20 de enero de 1851 que los
señores que forman la comisión
municipal entregarían un antiguo Palacio Baronal de la
Casa Brancadoro que
lo ha abandonado, junto con el terreno anejo. El P.
Basilio (Raineri) que ha estado
allí para verlo... dice que todo está según las Ss.
Reglas. El general mostró deseos
de recibir más detalles, y el P. Basilio, el 3 de marzo,
desde Recanati, envió un informe
con apuntes gráficos del edificio y del terreno.
Tampoco prosiguieron los trámites.

3. UMBRIA7
20. CAMPELLO (Spoleto). En 1832, siendo general, el
P. Antonio Colombo visitó
Poreta, de paso por Spoleto, y se encontró con el
arzobispo y su vicario general
decididos a efectuar la fundación en Campello en un
monasterio que unas monjas
no quisieron volver a ocupar tras la supresión. Fueron
pasando años en carteo, y en
1842 el arzobispo, al informar al P. Testa, le decía que
la soledad y la amplitud del
local y la necesidad que tenían los pueblos de los
alrededores de sagrados obreros
podían ofrecer títulos más que suficientes para aceptar
el ofrecimiento; pero, sin que
conste la causa, tampoco fraguó el proyecto.
21. ORVIETO, ABADÍA DE LOS SANTOS SEVERO Y
MARTÍN (Orvieto). Durante los
últimos meses de gobierno del P. Colombo, se hizo un
intento, que no progresó, de
abrir una casa en la abadía de los Santos Severo y
Martín8. Se trataba de dos iglesias:
una antigua de medianas dimensiones con un solo
altar mayor, y otra nueva que
había sufrido mucho con el abandono. Durante el
gobierno del P. Testa hubo serios
intentos del canónigo Napoleoni y de Mons. J. M.
Vespigiani. El P. Testa fue recogiendo
la documentación de los religiosos comisionados para
la inspección y acumulando
datos sobre: 1) Clima, malo en verano; 2) Agua, ni la
hay corriente ni el
pozo es abundante; 3) Soledad, no dista ni un
kilómetro; 4) Ambiente en la diócesis:
el clero lo ve bien, menos el sector afín a los
mendicantes; 5) Propiedad: el obispado
debería cederla a los religiosos; 6) el local: una sola
planta baja con pocas habitaciones;
7) Coste: el P. Monetti creía que no se haría por
menos de 5.000 escudos.
En 1856 el P. Testa resume la razón del fracaso: No
concluida... por la situación y
estado del local.
22. TREVI (Trevi). En 1836, el P. Testa, siendo aún
provincial, había visitado el
convento y el santuario de Ntra. Sra. de las Lágrimas,
que ofrecía el arzobispo. En
1841, siendo ya general, el nuevo arzobispo, Mons.
Juan Sabbioni, le comunicó que
un grupo de sacerdotes y seglares se oponían y
habían acudido a Roma. El P. Testa
declinó la oferta para no crear divisiones.
23. PORETA Y BEVAGNA (Spoleto). El 11 de marzo
de 1846 Mons. Sabbioni,
arzobispo de Spoleto, pedía a Francisco Benedetti el
consentimiento para confiar
7 AGCP,A, 122 (A, IV-I/-2-4, 2-3).
8 Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 204.
a los pasionistas el local de Ntra. Sra. de las Gracias,
de Poretta. El Sr. Benedetti
respondía el 15 que lo cedería inmediatamente y que
los pasionistas podrían ir
a ver el local para indicar todo lo que se necesitara. El
P. Matei visitó el lugar, y
el 29 de abril informa al P. Testa que acomodar el local
exigiría fuerte inversión;
con el tiempo se podría obtener un resultado positivo,
pero ¿cuántos años harían
falta? Mons. Sabbioni esperaba la respuesta. Y como
no fue positiva, se abandonó
la idea.

24. MARSCIANO (Perugia). El 18 de agosto de 1850


el P. Alberto Colombi, de Todi,
acababa de predicar allí ejercicios, y el párroco, Pablo
Franceschini, y el alcalde,
Francisco Massini, le propusieron fundar en el
convento de S. Francisco, en óptima
posición y solitario, anteriormente de los conventuales,
y entonces del ayuntamiento.
El obispo de Perugia, futuro León XIII, Mons. Joaquín
Pecci, quería un retiro pa-
sionista, pero sin prescindir de la oposición de los
frailes de las poblaciones vecinas.
Frente a la opinión favorable del P. Colombi surgió la
contraria del P. Juan Antonio
Nicoli, que lo rechazaba por ser terreno casi palúdico;
en cambio presentaba como
mejor la opción de Pila, en donde había misionado y
cuyo párroco, Natale Ciuchi,
había declarado que trabajaría todo lo posible hasta
conseguir una fundación en San
Mariano, a 4 millas de Perugia, con gran iglesia y un
convento para 10/12 religiosos.
Se vuelve a intentar en 1853 en la abadía de S.
Eutizio, perteneciente al obispado
de Nurcia. Según el P. Basilio Rainieri, había soledad,
hermosa iglesia con buen
órgano, pero no es buena para nosotros. Al dorso de
su carta se lee: Fundación rechazada,
1858.
25. NORCIA (Norcia). Hay tres cartas del gonfaloniere
Bernardino Ranucci (?):
a) la del 22 de marzo de 1853, dirigida al P. Marcos del
N. Jesús Brouliè, le dice que
quiere colocar un grupo de cinco o seis religiosos en el
antiguo convento de San
Francisco; b) en otra, sin fecha, a Mons. Angel
Quaglia, secretario de la C. del Concilio,
le pide que intervenga ante el general de los
pasionistas para que acepte el
ofrecimiento; c) en la tercera, igualmente sin fecha,
habla del convento de los franciscanos
ubicado en lugar alejado de la ciudad. La ausencia de
otros documentos
indica que la fundación no prosperó.
26. ABADÍA DE SANT’EUTIZIO (Norcia). En una carta
del 25 de julio de 1854 del
P. Basilio Raineri del Crucifijo desde Recanati, se lee:
La abadía ofrecida por el
obispo de Norcia dista de Terni por camino de caballo
unos 30 millas, más o menos
lo mismo que de Spoleto por un camino acondicionado
en sus tres cuartas partes;
está aprobado lo que falta; el camino llegará hasta el
recinto de la abadía... Esta
abadía de San Eutizio abad tiene doce parroquias al
cargo de un solo sacerdote...
Es más que suficiente la soledad exigida por las
Reglas; la iglesia es hermosa... y
en ella hay órgano. El 30 julio 1858 el padre Testa,
después de oír al P. Pío Cayro
(ausente el otro consultor P. Eutizio Mastrantoni)
concluyó que la oferta no es buena
para nosotros.
4. CAMPANIA Y BENEVENTO9
27. LARINO (Larino). Mons. Vincenzo Rocca, el 30 de
junio de 1843, propuso al
P. Testa que fundara una casa en Larino, al norte de
Molise, en el reino de Nápoles.
Fernando II estaba de acuerdo. El obispo le
adelantaba la existencia de un local con
iglesia dedicada a la Visitación de la Virgen María, a
medio kilómetro de la ciudad.
Además del local se entregaría una pensión anual de
unos seiscientos escudos. El P.
Testa estaba embarcado en las fundaciones del norte
de Europa y en varias nuevas
casas en Italia. Su respuesta fue negativa: Se le ha
contestado que por ahora, a la
vista de las recientes fundaciones y de las ya
prometidas, no es posible ni siquiera
tratar del tema. Si con el tiempo, que no deberá ser
breve, el local quedase libre, se
podría estudiar, pero mientras tanto el obispo puede
buscar otros institutos...
28. CONZA DELLA CAMPANIA (Conza). La primera
solicitud, la del 21 de noviembre
de 1940, procedía de Nápoles y la enviaba Mons.
Camilo di Pietro, arzobispo de
Berito, hoy Beirut, capital del Líbano; escribía al P.
Testa como nuncio apostólico
ante el reino de las Dos Socilias. Ofrecía un lugar en
Conza de la Campania (AV),
pueblo de la región de Campania. Ante todo
presentaba la situación de la diócesis:
muchos habitantes desatendidos por escasez de
sacerdotes y falta de comunidades
religiosas. Se dirigía al P. Testa para saber si le
interesaría abrir casa allí y destinar
suficientes religiosos que se ocuparan del bien
espiritual de la población. Pero como
no ofrecía ni lugar, ni iglesia ni otros elementos, el P.
Testa se despachó lacónicamente.
Por ahora no podemos.
29. NÁPOLES (Nápoles)10. El fundador había
pensado abrir retiro en Nápoles; en
1768 envió al P. José Jacinto Ruberi a buscar puesto
adecuado, tal vez para casa de
ejercicios, en un lugar llamado Conocchia, fuera de la
ciudad. Pero todo quedó en
búsqueda. En 1842 Mons. Montieri, de Aquino–Sora-
Pontecorvo, trató con el card.
Riario Sforza, sin éxito, de una posible casa en la
ciudad. En septiembre de 1851 el
P. Testa se desplazó a Nápoles, pues seguía
pensando en esta ciudad como punto de
apoyo para expandirse hacia el sur. Desde Roma,
mantuvo la correspondencia con
el cardenal, pero todo quedó en el aire. Fracasaron los
intentos de Torre del Greco;
sólo tuvo éxito el de Aversa. En 1858 el P. Ambrosio
Baldassi recibió del P. Testa el
encargo de ir a Nápoles para mover la fundación. Lo
que se les ofrecía no reunía
condiciones.
30. TEANO (Teano). Mons. Nicolás Sterlini, que
gobernó la diócesis de 1840 a
1860, pensaba en un pequeño convento abandonado
por los Siervos de María, a milla
y media de Teano. El edificio estaba medio arruinado,
por lo que se pasó a ha9
AGCP, A, 123 (A,IV-I/2-9).

10
ALONSO BLANCO, en PMP, octubre 1994. - Cfr.
MIELE, M., Sisto Riario Sforza e gli ordini
religiosi a Napoli, en PARENTE, U., y TERRACCIANO,
A., Il cardinale Sisto Riario Sforza, archivescovo
di Napoli 1845-1877 , Campania Sacra 1-2, Napoli
1998, 79-114.
blar del ex-convento de capuchinos dedicado a Santa
Liberata, a un cuarto de milla.
Como la congregación pedía mayor soledad, la
respuesta del P. Testa a mediados de
febrero de 1843 fue negativa. El 1 de julio de 1852, el
mismo Mons. Sterlini comunicaba
al P. Secundiano de S. Miguel, del retiro de Aquila, que
un bienhechor daba

1.000 ducados y prometía otros 700 para fundar en la


diócesis de Teano. Desde
Aquila, el padre envío el 17 de agosto la carta al P.
Testa; y le sugería que en Teano
sólo era apto para retiro pasionista un antiguo
monasterio de monjas, propiedad de
D. Ambrosio Diana, que se negaba a darlo.
31. LIVERI/NOLA (Nola). El 9 de julio de 1827 el
bienhechor Juan de Simone envió
al P. Antonio Colombo, su amigo, una carta en la que
le comunicaba la disposición
del arzobispo de Nola, Mons. Nicolás Coppola, para
ofrecer una fundación en
la ciudad. En 1842, el nuevo obispo, Mons. Gennaro
Pasca, por medio de Mons.
Montieri, ofreció una fundación que el P. Testa aceptó
en principio, no en la ciudad,
sino en Liveri, en la ex-abadía de los canónigos
lateranenses. Allí, donde se veneraba
a la Virgen de la Muralla, Mons. Pasca había
preparado una casa para seminario.
El 7 de marzo de 1843 el P. Testa confesaba que sería
una imprudencia prometer
fundaciones antes de cuatro años: Dar una palabra
que no se puede mantener es algo
que nunca me ha convencido; y por otra parte
extender la congregación más allá
de sus posibilidades, aunque sea con apariencia de
bien, a la larga sería un perjuicio
para el propio instituto. Mons. Pasca en 1844 volvía a
pedir la fundación. El P.
Testa le respondía que en 1845 habría capítulo
general, y que él podría dejar su puesto.
Pero ni el obispo presentó la solicitud al capítulo, ni el
P. Testa la sacó a relucir.
32. DURAZZANO (S. Agata dei Goti). Durazzano es un
pueblecito agrícola del Valle
de Volturno, entre Maddaloni y Santa Águeda de los
Godos, donde había ejercitado
el ministerio episcopal san Alfonso Ma. de Ligorio
(1762-1775). El 7 de enero
de 1853 Mons. Montieri presentó al P. Testa la oferta
que le hacía Mons. Iavarone,
obispo de Santa Agueda de los Godos y Acerra: un ex-
convento de dominicos, alejado
de la población, con grandiosa iglesia y discreta
porción de terreno. Mons. Javarone
quería que un pasionista inspeccionara el lugar, para
que se pudiera acomodar
a la congregación. No se ha podido encontrar la
respuesta del general ni otros
documentos sobre el asunto. Probablemente esta falta
de documentación indica que
el proyecto no se tomó en serio.
33. CERRETO SANNITA (Benevento). Cerreto, el
actual Cerreto Sannita, era sede
episcopal junto con Telese, unida a la diócesis de Alife
(1820-1852). Desde Cerreto
Sannita escribió don Ángel Boccamazzi, vicario
general, pidiendo fundación; la carta
era anterior al 24 de septiembre de 1857. En Baselice
había un convento de dominicos
que podía terminar siendo de pasionistas. La carta la
recibió el P. Ambrosio
Baldassi en Aversa y la remitió al general antes del 18
de octubre de 1857. El P. Testa
encargó al P. Eutizio Mastrantoni que respondiera al P.
Baldassi que la fundación
no podría ser estudiada hasta pasados los próximos
años, por los compromisos de
otras fundaciones. Y así se retrasó la entrada del
instituto en la provincia de Benevento,
hasta que en 1883 se abrió la casa de Airola.

34. CAPACCIO-VALLO/TEMPITELLE (Capaccio-


Vallo). Capaccio se encuentra en la
región de la Campania, provincia de Salerno. Ciudad
episcopal desde la época medieval,
el 16 de julio de 1851 Pío IX erigió la diócesis de Vallo.
Durante el episcopado
de Mons. Francisco Giampolo (1855-1859) se intentó
efectuar las fundaciones
ofrecidas: la primera en un ex-convento de carmelitas,
con 33 habitaciones e iglesia
grande. Cerca del lugar se celebraba un mercado,
detalle suficiente para rechazar la
oferta. El 9 de marzo de 1854, al P. Cándido
Mazzucconi, de Aversa, le llegó una
carta del can. Francisco Manzoni, que la ofrecía de
parte del ministro de asuntos
eclesiásticos. El P. Cándido la remitió al P. Testa,
añadiendo datos que le ayudaran
en la decisión. Detrás de la carta está escrito:
Fundación de Capaccio-Vallo, proyectada,
pero no ejecutada; se ha tomado tiempo indefinido
para estudiar con más calma
si convendrá aceptarla. El 27.02.1857, el ministro
Scorza ofreció otra en Tempitelle,
ex convento de agustinos. El superior de Aversa, P.
Eutizio Mastrantoni, envió
la carta al P. Testa, y éste respondió (no hay fecha)
que en este momento, a la
vista de las fundaciones ya hechas, y las que están
prometidas, no tengo posibilidad
por falta de personal, de embarcarme en otras nuevas.
El 13 de mayo Scorza se daba
por enterado, pero pedía que se aceptase otra en
Mercato di Cilento.
35. MERCATO DI CILENTO (Capaccio-Vallo). El 25 de
junio de 1856 el ministro
Scorza se dirigió al superior de los pasionistas de
Aversa haciéndole saber que el rey
ha dado a entender que le gustaría que se utilizase
para retiro pasionista el ex-convento
carmelita de Mercato di Cilento, diócesis de Capaccio-
Vallo, para el bien espiritual
de los habitantes; y que habían aprobado la idea tanto
el obispo como el intendente
del Principado Citra, conscientes de las necesidades
de la zona compuesta
por dieciocho municipios y veinte aldeas. Además de
Mercato di Cilento se ofrecía
la posibilidad de abrir retiro en Marsico. Después de
enviar a dos religiosos a ver
el lugar, la conclusión fue clara: La fundación de
Cilento no es apropiada para nosotros.
36. S. ANGELO DEI LOMBARDI (S.Angelo dei
Lombardi-Bisaccia). Como en otras
fundaciones, Mons. Montieri hizo de intermediario
entre el obispo de Sant’Angelo
dei Lombardi y Bisaccia y el P. Testa. Desde Sora, el
16 mayo 1853, le mandaba la
carta. El obispo de Sant’Angelo dei Lombardi e
Bisaccia explicaba al de Sora-Aquino-
Pontecorvo, que disponiendo en esta mi sede de un
local conveniente con iglesia
para el establecimiento de los misioneros pasionistas
que viven por estas tierras,
me permito rogarte y suplicarte que predispongas a su
superior general para que
secunde mis votos dada la necesidad de esta diócesis.
El P. Testa ha escrito en la página
de la dirección: Solicitud de fundación en Ciudad de S.
Angelo en la provincia
de Avellino, principado Ulterior, 1853. Aquí termina la
documentación.
5. LAS MARCAS11
37. MATELICA (Matelica). La oferta inicial es del
período precedente. El 23 de
octubre de 1833 el consejo municipal la pidió, pero el
P. Colombo no la aceptó. Volvieron
a pedirla en 1835; el nuevo obispo reitera la solicitud
de su predecesor fallecido.
Se trataba de la abadía de San Juan di Foro, que fue
de menores observantes.
Nueva negativa del P. Colombo por estar en marcha
otras fundaciones. El 28 de septiembre
de 1838 un sacerdote y 28 ciudadanos firman una
nueva súplica. En la época
del P. Testa, el vicario general, en agosto de 1842,
dice que los silvestrinos se trasladan
a una parroquia de la ciudad y dejan vacío el
monasterio fuori le mura; pide
al P. Testa que se dirija al general de los mismos,
residente en Fabriano, y le pida la
casa para la fundación. Esta carta fue enviada al P.
Agapito de San Secundiano, de
Recanati, quien la remitió al general, el 15 de agosto
de 1842 y describía el local de
la fundación. Le decía que los silvestrinos no eran más
que dos, el abad y el cocinero,
que la fábrica del retiro era del estilo de la de
Pievitorina, pero bastante mejor,
que el obispo... no tenía ni idea de nuestro instituto.
38. MONTALTO DELLE MARCHE (Montalto). El
canónigo Esteban Tesorati ofrecía
un convento abandonado de franciscanos, con
capacidad para 12 religiosos. A su
carta del 23 de enero 1840 respondía el 22 de febrero
el P. Testa: La soledad, tan recomendada
por el fundador, no se alcanzaría en el lugar
propuesto, y si hay que dejarlo
todo como está, sin que se puedan hacer los arreglos
pertinentes, me veo en la
precisión de rechazar el ofrecimiento, y de sugerirle
que busque más distante de la
ciudad otro lugar, aunque sea pequeño, pero ajustado
a nuestro estilo... El 22 de
mayo el presidente del consejo municipal y los
consejeros reiteran la solicitud, elogiando
a los pasionistas a la vista de su ardiente celo,
luminosos ejemplos y eminentes
virtudes... No se conserva la respuesta del P. Testa.
39. SAN GINESIO (Camerino ). El 1 abril 1845 cinco
firmantes de San Ginesio se
dirigen al padre general para exponerle el deseo de
que los pasionistas se instalasen
en su municipio. Los franciscanos conventuales
dejaron el pueblo; su convento pasó
a los franciscanos de la tercera orden; y el local que
éstos ocupaban había quedado
vacío. El arzobispo Mons. Cayetano de Camerino
encargó al caballero Lorenzo
de los condes Carsidoni que diera los pasos. No
ofrecen más descripción. El arzobispo
recomendó la súplica en una carta enviada al general
el 31 de julio de 1845.
El 7 de agosto, el P. Testa responde con un largo
comunicado del que se deduce que
ha pedido información por otras fuentes. Por eso dice
al arzobispo que primero deben
conseguir que los de la tercera orden dejen el local; y
como es pequeño, se necesitaría
ampliarlo; igualmente el terreno es poco y habría que
comprar más; que el
clima es frío y se necesitaría acomodar el retiro para
una comunidad que se levanta
11 AGCP, A, 124 (A,IV-I/2-5º) fundaciones no
aceptadas en las Marcas.
a rezar a media noche. Como supone que los
religiosos que lo abandonen dejarán el
local despojado de todo lo útil, será necesario reponer
los muebles y demás objetos.

Estos son los problemas que dificultan la aceptación


de la oferta. Si los ciudadanos
creen que podrían vencer tales dificultades, por mi
parte trataré de ayudarles en lo
posible. No hay más datos.

40. MONTE MARCIANO (Senigaglia). El 28 enero


1847 el cardenal Gagiano escribe
al P. Pío Cayro: a una milla larga de Monte Marciano, y
como a siete de Senigaglia,
hay un lugar aislado, un convento ocupado por
poquísimos religiosos de la Penitencia
que deberán dejarlo; ha enviado solicitud a la S. C.de
OO.y RR., que parece
la ha acogido favorablemente. El local ofrece
comodidades para 12 habitaciones,
y con un poco de gasto hasta para 24... El 13 de
marzo, en otra al mismo P. Pío, le
comunica que el card. Cestini, prefecto de dicha
congregación, le ha hablado de la
aceptación del general, pero se debe actuar con
prudencia y no dar a entender que
los pasionistas desean ocupar el convento de Santa
María de los Alberici. No hay
más documentación.
41. ACQUAVIVA (Ripatransone). El P. Simón
Reghezza, provincial la Piedad, en
una carta de marzo de 1852, habla de la oferta: El
local que al magistrado de Acquaviva
le gustaría ver ocupado por los pasionistas se
encuentra en una belísima
posición, a media milla larga del pueblo; desde allí se
domina el Tronto y gran parte
del Reino; también se descubre el mar; el clima es
bastante sano y no hay cerca
ninguna casa de labradores. Acquaviva cuenta con
unos 2.000 almas; y hay ocho
religiosos cinturones, o sea, agustinos, cuatro de misa
y cuatro legos, ocho sacerdotes,
no todos confiesan. También yo he oído al presidente
del municipio que V. P.
no aceptaría nunca aquel lugar sin el consentimiento
de los conventuales; pero que
piensa obtenerlo, sin que en ningún caso aparezcan
los pasionistas. No hubo más
pasos.
6. EMILIA, TOSCANA, ROMAGNA Y LOMBARDIA12
42. FORNÓ (Bertinoro). El card. Falconeri, arz. de
Ravena, había ofrecido el santuario
de Santa María en Fornó, tal como se deduce de la
primera carta del P. Testa
del 2 de junio de 1855. Este envió al P. Basilio Raineri,
que informa en tres largas
cartas, y adjunta un dibujo con el plano de situación.
También remite Variaciones
que en diciembre de 1855 no se habían indicado en la
casa de Fornó para adaptarlo
al estilo de los pasionistas, y objetos necesarios para
la comunidad religiosa, indicadas
oralmente al señor Filippo Gelli, antiguo secretario del
card. Rivarola y
ahora párroco de Massa de Forlí. En la respuesta del
20 de noviembre de 1855, el
12 AGCP, 125, Fundaciones no aceptadas en
Toscana, (A,IV-II/1-1); en Romagna, A,123 (A,IV-I/29)
; en Lombardía-Piemonte, Liguria , A,126 (A,V-II/1-5).
P. Testa le dice: Desde que Vuestra Eminencia Rvma.
se dignó tratar de la fundación
de Fornó le advertí que habiendo llevado a cabo ya
muchas fundaciones, y teniendo
apalabradas otras, me encuentro, no sin religiosos, ya
que la juventud no
falta, sino sin individuos de cierta edad que se
necesitan en las fundaciones, y de
operarios maduros para el ministerio apostólico; por
eso desde entonces le dije que
se necesitaba tiempo; y ahora no me queda más
remedio que repetirle lo mismo. Sin
embargo, siguieron las obras. Se obtuvo de la Santa
Sede la cesión del santuario de
Santa María de las Gracias, antes atendido por
canónigos regulares. El obispo de
Forlí agradecía el 14 de abril de 1858 al P. Testa la
alegría de tener un convento de
pasionistas y de disfrutar de su apostolado como
cuando estaba en Anagni, cerca de
Sora. La toma de posesión estaba prevista para el 8
de septiembre, según el ingeniero
Giacomo Santarelli, que había preparado un texto con
la historia del santuario. Su
carta del 17 de agosto al P. Testa es el último
documento disponible, sin que se sepa
por qué no se tomó posesión.
43. GALEATA (Arezzo). El 27 de mayo de 1852 el P.
Benito de San Félix, que
acababa de predicar misión en Pianetto, informaba al
P. Testa de que el día anterior
el obispo había sugerido a las autoridades locales que
pidieran una fundación pasionista
en el santuario de San Hilario, a medio kilómetro del
pueblo, en la Romagna
Toscana, a unos 20 kilómetros de Forlí. Tiene una
iglesia en lo alto de una colina.
La casa de mendicantes más próxima está a 10
kilómetros. El obispo quería al menos
12 religiosos, pues tenía muy presente la observancia
regular. El P. Testa se limitó
a escribir por detrás: Fundación de Galeata, dióc. de
Borgo S. Sepulcro, en
Toscana, 1851.
44. ANGHIARÌ (Arezzo). No hay más que un
documento en el que Nicolò Fontana
expone la situación de Angherì: antes de 1808 había
dos conventos de agustinas,
uno de agustinos y otro de franciscanos observantes,
suprimidos; en 1815 sólo se
abrió uno de las agustinas. En la parroquia faltaban
religiosos dedicados al apostolado.
Ofrecía el convento de San Agustín, en buen estado,
iglesia abierta al culto de
la Virgen de las Gracias, y sustento de la comunidad al
menos durante seis meses,
mientras se hacía la postulación y se organizaba. No
hay respuesta del P. Testa.
45. BRESCELLO (Módena). Esta curiosa fundación se
ofreció de oídas, pues el solicitante
no conocía a los pasionistas y preguntaba cómo van
vestidos, de qué color,
si descalzos, si mendicantes... y cuál sea su instituto.
Había escrito a otro para que
siempre en secreto le diera información. Esta segunda
persona escribió al P. Pío de
S. Francisco Borgna, quien puso de sobreaviso al P.
Testa. El problema era el siguiente:
en Brescello, entre 1830-1837, se había construido
una iglesia, según planos
del arquitecto L. Groppi, dedicada a la I. Concepción;
la gente la llamaba Santa
María la Mayor. De 1840 a 1842 estuvieron los
observantes; en 1842 les sucedieron
sólo unos meses los capuchinos. La persona que
buscaba información quería
saber si los pasionistas estarían dispuestos a suceder
a los capuchinos; pero resulta
que lo que se les pedía era la enseñanza en un
colegio, detalle suficiente para que el
P. Testa lo tuviera todo claro. El 13 de febrero de
1843, al agradecer el ofrecimiento,
terminaba así: Para darle brevemente una cierta idea
de nuestra congregación
añado que no podemos asumir escuelas o instrucción
literaria de externos; que se
vive de limosna que se pide en tiempo de las
cosechas; que nuestros religiosos se
dedican a predicar misiones o ejercicios en los lugares
a donde son llamados... En
nuestras iglesias se administran los sacramentos y se
anuncia la Palabra de Dios a
la gente que viene...13 .
46. CASTELNUOVO DEI MONTI (Reggio di Modena).
Mons. Pedro Raffaeli, obispo
de Regio de Módena, había estado en Roma en 1853,
posiblemente durante la beatificación
del P. Pablo de la Cruz, y pensó llevar pasionistas a su
diócesis. El 15 de
junio de 1855 ofrecía el Santuario de la Virgen de
Bismantova, en Castelnuovo ne’
Monti, en zona montañosa, a 30 millas de Reggio. Lo
atendían cuatro ermitaños en
un eremitorio para 8 ó 10 personas. Para mejor
atención había pensado ampliarlo para
unos 20 religiosos. Antes de poner manos a la
construcción, deseaba saber si el P.
Testa aceptaría llevar allá a una comunidad; en caso
afirmativo, convendría que algún
religioso de Lucca o Brugnato informara de lo que
fuera necesario. Dos de
Brugnato visitaron el lugar: la situación, buena para
una ermita, no lo era para una
comunidad numerosa. Hubo otras visitas del P. Egidio
Gaggini y del P. Esteban Monetti.
En la Semana Santa de 1858 los pasionistas
predicaron misión en aquella parroquia.
El 12 de abril Mons. Raffaeli renovaba la oferta. El 22
el P. Testa se reafirmaba
en el rechazo. Al dorso de una carta del P. Tomás
Lubrani dejó escrito: Respondo
insistentemente que no puede hacerse la fundación ni
enviar a pocos religiosos
a vivir en la ermita.
47. MANTOVA (Mantua). Mons. Juan Corti, obispo dei
Manta, recordaba en la
carta al P. Testa que cuando en 1847 estuvo en Roma,
el Papa me habló muy elogiosamente
de los pasionistas que tienen casa, si no recuerdo mal,
en los Ss. Juan y
Pablo. Yo quise verlo... Pregunté al superior si, en el
caso de una solicitud de fundación,
podría llegar a contar con su instituto en mi diócesis.
Me parece que ahora
es el momento de realizarlo, dentro del año... Mientras
tanto necesito saber si podría
contar con 6-8 sacerdotes sabios y celosos, además
de los hermanos..., y qué
condiciones pide la congregación para los religiosos
que han de vivir y los medios
que necesitarían para mantenerse. El 19 septiembre
1851, el can. Corradino Cavriani
escribía al general desde Roma, en donde se
encontraba con su familia de visita.
Dice que ha intentado dos veces acudir a la casa del
Celio, sin éxito, y le pide cita
para después de las 2,30 de la tarde. No consta que
se dieran más pasos.
13 También en Reggio Emilia se ofreció fundación en
Parma, según escribía el 22.01.1846 el P. Bernardo
Ma. Spinelli, desde Lucca, al P. Antonio Testa, pero no
se tienen otros documentos.
7. BASILICATA, PUGLIA, CALABRIA, SICILIA14
48. ROTONDA (Cassano). El rey de Nápoles quería
que los pasionistas atendieran
Rotonda y Spezzano. En la primera se veneraba a la
Virgen de la Consolación. El 4
diciembre 1852 el Ministro Scorza confirmaba al
general que el rey quería que Rotonda
hiciera de puente para la Basilicata y Calabria: Su
Majestad ha escogido el local
de Sta. María de la Consolación en Rotonda, provincia
de Basilicata, además
de los alrededores de Aversa, para implantar una casa
de su instituto. El 11 de diciembre
el P. Testa dice que ignora en qué diócesis está
Rotonda. El año 1853 el P.
Testa estuvo muy atareado con la beatificación del
fundador. En 1854 recuerda al
ministro Scorza que habría que arreglar la iglesia. Un
año más tarde, el ministro pide
que se envíe ya a algún religioso a ver las cosas. En
julio de 1855 el H. Plácido
Cesanelli envió un largo informe. Los trabajos no se
iniciaron por el frío y las heladas,
y la fundación fue retrasándose. En 1858 el provincial,
P. Ambrosio Baldassi,
se mostraba entusiasta de la fundación, pero de pronto
todo se interrumpió, sin que
se encuentren documentos explicativos.
49. PICERNO-POTENZA (Potenza). El 9 de
septiembre de 1844 Mons. Migual Angel
Pieramico pedía al P. Testa que acogiera y atendiera
al canónigo Locatelli, su vicario
general; le advierte que lleva una carta para la S. C. de
Propaganda Fide a fin
de que se pueda fundar en su diócesis: y tener la
fortuna de contar con una casa de
pasionistas en mi diócesis. El pueblo se llama Picerno
y dista dos jornadas de Nápoles.
No prosperó el proyecto; en la misma carta se lee al
dorso: Respuesta 27 de
septiembre, confirmando la respuesta ya dada por el
P. Superior General, 1844. (la
escritura es del P. Colombo, que debió de responder
en nombre del P. Testa).
50. VIGNOLA - TUFINO (Potenza). Mons. Pieramico,
obispo de Marsico y Potenza,
tras recordarle al P. Testa que le había asistido
durante la misión en San Angel di
Penne, le decía que quisiera recibir la ayuda
permanente de la congregación con misiones:
Desde la entrada en la diócesis, se me ha ocurrido, y
espero poder llevarlo
a cabo, preparar a una comunidad adecuada un casa
según las normas de vuestro
instituto. El 26 marzo 1842 el P. Testa agradecía la
bondad del obispo, pero añadía:
Me conviene medir bien los pasos contando con las
fuerzas posibles, y en este momento
me encuentro sin posibilidad de prometer
fundaciones... No lograré realizar
ni siquiera las ya prometidas en los tres años que me
quedan de oficio....
51. MARSICO (Marsico e Potenza). El 2 de julio de
1856 don Francisco Scorza
comunicaba al P. Testa que el obispo había pedido la
casa de los conventuales para
los pasionistas. Io prego quindi la V. P. Rvma....
manifestarmi se per parte sua siavi
alcuna difficoltà a secondare le istanze di quel prelato.
El día 3 Mons. Miguel Án14
AGCP, A, 123,124,125 (A,IV-I/1-1.P.15. I-1),
fundaciones no aceptadas en Basilicata, Puglia,
Calabria
y Sicilia.
gel Pieramico pide al general que envíe dos religiosos
a inspeccionar la casa. Fueron
el P. Raimondo de la SS.ma Addolorata y el H.
Plácido. El 8 de octubre el P. Testa
desde Lucca da el visto bueno, pero reclama mayor
soledad; e insiste ya desde Roma
el 23 de octubre, y anuncia que la fundación deberá
esperar quattro intesi anni
prima di mandar la famiglia. El 13 de febrero, Mons.
Pieramico suplica que se acorten
los plazos. La correspondencia se alarga y todo parece
a punto por parte del obispo,
que se ha mostrado generoso e interesado, cuando
cesa la correspondencia. El 5
de febrero de 1858, el P. Ambrogio Baldassi de Aversa
escribía al P. Testa: Ya le escribí
que lo de Marsico ha quedado en humo.

52. BITETTO (Bari). La propuesta partió del arzobispo


de Bari, Mons. Miguel
Bantio Clari, el 3 de abril de 1842. Desde tiempo atrás
había conocido al P. Colombo,
y cuando fue a saludarlo en Roma con motivo de la
canonización de San Alfonso
Ma. de Ligorio, le había pedido una fundación. Repitió
la súplica en 1842. El P.
Colombo, ya sólo primer consultor, le respondió que la
congregación estaba comprometida
en las fundaciones fuera de Italia: No se ve posibilidad
de comprometernos
durante algún tiempo con nuevas fundaciones; sobre
todo porque, además, el
Santo Padre y la S.C. de Propaganda Fide nos piden
una misión en Nueva Holanda
(Australia)... Por esto, a nombre también del padre
general ,... le ruego que nos
excuse.
53. ALTAMURA (Altamura-Acquaviva). En 1851 Mons.
Giandomenico, ordinario
nullius de Altamura y Acquaviva, pensó en fundar una
casa pasionista. El 14 de julio
ofreció local con 10 habitaciones, coro, iglesia con
sacristía..., a un tercio de milla
de la ciudad, en lugar aislado. Faltaba el huerto, pero
se comprometía a comprar
tanto terreno como fuera necesario. En aquella época
había ya capuchinos y reformados.
Se podía contar con la piedad de los habitantes, de
manera que el retiro se
mantendría cómodamente. El P. Testa contestaba: En
las actuales circunstancias no
es posible.
54. TRANI (Trani). Mons. Montieri, que aparece en
tantas fundaciones, hizo de
intermediario entre Mons. José de Bianchi Dotulla,
arzobispo de Trani, y el P. Testa,
al que escribía el 5 de febrero de 1851 a Roma. Mons.
De Bianchi, que había
conocido a los pasionistas en Sora, quería beneficiarse
de su espiritualidad y apostolado.
Mons. Montieri aconsejaba una acogida positiva. No
disponemos de la respuesta,
pero debió de ser negativa, pues los documentos no
van más allá de la carta
citada.
55. SPEZZANO ALBANESE (Rossano). El 21 de junio
de 1854 el ministro Francisco
Scorza pedía al P. Testa una nueva fundación.
Impulsado por las premuras de los
naturales y de las autoridades locales, adelantaba la
súplica de que se fundase en
Spezzano Albanese, diócesis de Rossano. Los
suplicantes querían una familia religiosa
que atendiera a su bien espiritual. El P. Testa le habló
de la buena voluntad para
corresponder a los deseos de los ciudadanos, pero no
podía meterse en más fundaciones
que las ya comprometidas.
56. MURO LECCESE (Bari). La iniciativa partió del P.
Antonino Denotanis, O. P.,
que había estudiado en Roma sin haber concluido los
estudios por enfermedad. Al
regresar a Muro quiso que los pasionistas se hicieran
cargo de una antigua iglesia de
su orden, pero no para la predicación, sino para la
enseñanza: El arcipreste y todos
los demás desean que los religiosos abran una
escuela normal de gramática y buenas
letras. Así se lo pedía al general el 28 de mayo de
1856. El 22 de octubre volvió
a urgir respuesta. Este convento se localiza en un
lugar elevado y disfruta de un
aire sano; la iglesia es majestuosa..., y el convento
grande y hermoso, muy capaz,
para el caso de que quisiera poner en él un noviciado
o un estudiantado. El P.Testa
escribió al dorso: He respondido que por muchos años
no podría realizarse. El 16
de enero de 1857, Mons. Vicente Andrea, arzobispo de
Otranto, solicita la fundación.
El 3 de marzo el P. Testa le dice: No puedo ahora... No
podemos aceptar fundaciones
en ciudades o en los pueblos, ya que nuestro instituto
exige soledad y alejamiento
de las poblaciones.
57. S.PIETRO A MAIDA (Nicastro). F. Scorza, en carta
del 21.01.1857, ofrecía al
P. Testa una fundación en San Pietro a Maida, en la
segunda Calabria Ulterior. El
propio municipo urgía la llegada de una familia
pasionista y ofrecía la ermita de la
Virgen del Carmen. En su respuesta el P. Testa, por
una parte, agradece al municipio
que con su oferta demuestra gran aprecio por la
congregación, y al ministro que
se haya dignado dar a conocer el proyecto; pero por
otra añade: Son muy frecuentes
este tipo de solicitudes que llegan de diversos puntos
del reino; y me gustaría dar
gusto a todos. Pero ¿de dónde saco operarios para
tantas fundaciones? De momento
no puedo ofrecer nada más concreto sobre la de San
Pietro a Maida.
58. UGENTO (Ugento ). En un promontorio, a unos
cinco quilómetros de la ciudad
de Lucca, se veneraba la imagen de la Virgen de
Lucca, coronada canónicamente
en 1741. Junto al santuario había un local con
habitaciones para los peregrinos.
El 04.09.1858, Mons. Francisco Brunni, de los
canónigos lateranenses, obispo de
Ugento, ofrecía la fundación. Ahora me ha nacido la
inquietud de establecer... una
comunidad de pasionistas para atender el santuario y
para ejercer el ministerio por
los pueblos de la diócesis. Pero antes de seguir dando
pasos pedía al P. Testa algún
signo de aceptación. Si la respuesta fuera afirmativa
convendría el envío de algún
padre para dar a conocer las modificaciones que
hubiera que hacer. El P. Testa respondía
el 13 de septiembre: Por el cordial aprecio que
manifiesta hacia la congregación
al ofrecer el local y la iglesia de la Virgen de Lucca...
de buen grado lo aceptaría,
si no estuvieran en marcha otras fundaciones... Con el
paso del tiempo, si le
agrada al Señor, se tendrá una fundación también en
su diócesis...
59. BARI (Bari). Según una carta del P. Testa de
febrero de 1858, ya diez años
antes se había presentado en Roma mons. Clevi,
arzobispo de Bari, ofreciendo una
fundación en su diócesis. Diez años más tarde, el
03.11.1857, el señor Luis Henrico,
de Nápoles, ofrecía una fundación en la propia ciudad
de Bari, en el convento de
S. Francisco della Scarpa, de los franciscanos
descalzos, suprimido por el gobierno
francés. En el momento de la solicitud la iglesia
construida con piedra viva, sólo necesitaba
algo de restauración. El convento estaba en buen
estado y allí habitaba la
gendarmería a pie. Había habitaciones para unos 40
religiosos. El clima era óptimo.
En un informe, el P. Agostino Pacifico, franciscano
alcantarino, se preguntaba: ¿Y
por qué un santuario tan célebre se ofrece a los
pasionistas y no a los franciscanos,
a los que perteneció? Y se respondía con numerosos
motivos, que no hay espacio
para estudiar aquí. La mayor dificultad era la soledad.
El convento se encontraba
dentro de la ciudad, en una posición que no
corresponde a las normas. El 1 de febrero
de 1858 el P. Testa respondió con una negativa clara.

60. NOTO (Noto). En 1819-1820 se había aprobado


fundar en Cefalú15. Volvió a
intentarlo Mons. Mario G. Mirone, que había llegado a
la diócesis de Noto después
de haber estado en la de Valva-Sulmona. Como no
había logrado la fundación de Palena,
probó en Noto y escribió el 24 de mayo de 1854 al P.
Secundiano, de Paliano.
Le movía el bien de sus diocesanos, y la admiración
por los pasionistas: Mi diócesis
anda escasa de buenos operarios de la mística viña
del Señor; por eso me gustaría
contar con los pasionistas. En cuanto a local, tengo en
mi jurisdicción un desierto
suprimido distante de esta ciudad como una milla;
cuenta con iglesia, cisterna,
bastante terreno cubierto de árboles y susceptible de
mejora... Sé que ustedes
viven de limosna, y confío en que aquí podrían
prosperar, aunque hasta su establecimiento
pensaría yo en las necesidades. Pero antes de
preparar el retiro quería conocer
las posibilidades. El P. Testa escribió detrás: Se ha
contestado que por el momento
no se puede dar palabra, 1854.
15 AGCP, A, 125 (A,IV-II/1-2). - GIORGINI,
Historia...,o. c., II/2, 210.
208
CAPÍTULO VI

EXPANSIÓN FUERA DE ITALIA

La historia de los pasionistas entra en una etapa en la


que, junto al entusiasmo
expansivo, aparece el problema de cómo acomodar a
realidades nuevas y a países
diversos los modelos de vida que estaban en vigor en
Italia. Este hecho obliga a
abordar cuestiones previas para interpretar
equilibradamente la expansión. Los
abundantes documentos manuscritos permanecen
inéditos en su mayor parte. Solamente
el P. Spencer publicó en 1853 una serie de 50 cartas
completas del período
1830-1845; y el P. Young lo hizo en 1926 y 1935 con
una parte de la correspondencia
entre los PP. Barberi y Testa. No ha sido publicada
todavía una historia global
que incluya el proceso de fundaciones en Europa,
especialmente en el período 18391863.
Sin embargo, hay trabajos monográficos de indudable
valor; baste mencionar
las biografías documentadas y ambientadas de los PP.
Domingo Barberi, Ignacio
Spencer y Carlos Houben...; y merecen elogio la tesis
universitaria de CONRAD,
Charles, The foundation of the passionists in England
1840-1851, y la de YUHAUS,
Cassian, The Passionists in America. Foundation and
early years 1852-1866, Roma
1962 (en 1967 se imprimió un resumen con el título
Compelled to speak); o el estudio
monográfico de THORPE, Osmund, First Catholic
Mission to the Australian
Aborigenes, Sidney 1950; de estas obras se hará
frecuente uso en estas páginas. (Recientemente
se ha escrito la historia de varias provincias, pero son
de época posterior
y no se usan en este período). A efectos prácticos, ya
que la época del P. Testa
es muy densa, se ha optado por una fragmentación de
la historia en segmentos: primero,
la decisión de salir de Italia y la designación de los
religiosos; seguidamente,
la primera parada y el establecimiento en Ere, Bélgica;
las vicisitudes para el establecimiento
en Inglaterra, y la llegada a Francia, a los EE. UU. y a
Australia.

EL REINO UNIDO A LA LLEGADA DE LOS


PASIONISTAS1

En el volumen II/2 se ha hablado de La larga


preparación para la fundacion en
Inglaterra, tras la cual se da el paso: salir de Italia e
insertarse en un mundo muy dis-

CHARLES, Conrad de la V. Dolorosa, The Foundation


of the Passionists in England 1840-1851,
tesis de doctorado en la P. U. Gregoriana, Roma,
1961, 574 pp (cit. CC). - BARBERI, D., Introduction
by the Late Father Dominic of the Mother of God,
passionist, para el primer volumen de
The Life of the Blessed Paul of The Cross..., London,
1853, escrita por el P. Strambi y traducida
al inglés; la firma en Aston Hall of St Mathew, Sept.21,
1847, 21-25. - FEDERICO dell’Addolorata,
C. P., Il beato Domenico della Madre di Dio,
passionista, mistico, apostolo, scrittore, 17921849,
2ª. ed., Roma, 1963; c. XV, L’antefatto della
fondazione inglese 1831-1840, 227-235.
tinto por lengua, idiosincrasia, situación social y
religiosa. Aunque no hay que hiperbolizar
o sacar de órbita el hecho. La congregación era un
pequeño grupo, cuyo peso
en la conversión de Inglaterra no podía ser
humanamente magnificado. Sólo contaba
con un entusiasmo de raíz carismática: convertir en
realidad el sueño de Pablo
Danei, ermitaño aún en Castellazzo, en el ya lejano 26
de diciembre de 1720. La conversión
de Inglaterra y su unión con la Iglesia Católica
apareció como una tarea necesaria.
Él no pudo cumplirla personalmente. Había
transcurrido ya más de un siglo
y nada se había movido en aquella dirección. Desde
hacía unos 25 años, con la entrada
en el noviciado del campesino viterbese Domingo
Barberi las fuerzas sobrenaturales
comenzaron a romper obstáculos. En los últimos años,
el P.Barberi había estrechado
lazos de unión con algunos ingleses convertidos2. Se
trataba de un acto de
profunda confianza en la Divina Providencia. En aquel
momento apenas había religiosos
en las Islas Británicas. Durante la Revolución Francesa
se refugiaron en Inglaterra
obispos, sacerdotes y religiosos; pero, pacificada
Europa tras la caída de Napoleón,
mucho regresaron a Francia; otros trabajaron
discretamente entre los emigrantes
que llegaban de las grandes ciudades como
consecuencia de la industrialización3.

El objetivo de los pasionistas era asentarse en


Inglaterra. Cuando lo consiguen en
1841, acababan de acceder al gobierno los
conservadores o Tories del primer ministro
Robert Peel (1841-1846), al que seguirían los weig o
liberales de John Russell
(1846), y un sucesivo turno de partidos. Durante los
años de nuestra historia (1839
VANDEN BUSSCHE, J., Ignatius (George) Spencer,
passionist, 1799-1864, crusader of Prayer
for England and Pioner of Ecumenical Prayer, Leuven,
1991. - MADAUNE, L’abbè, vicaire a St.
Louis Daudin, Ignace Spencer et la Renaissance del
catholicisme à Angleterre 1828-1872, Paris
1873, 1-53. - ALTHOLZ, J, The Liberal Catholic
Movement in England, Londres, 1962. - AUBERT,
Roger, VIII:Las otras iglesias europeas, en Manual de
Historia de la Iglesia, VII, La Iglesia
entre la revolución y la restauración, Barcelona,
Herder, 1978, 281-287, 540-549. - AUBERT,
R., LILL, R., CORISH, Patrick J., BECKMANN,
Johannes., Liberalismo e Integralismo. Tra Stati
Nazionali e diffusione missionaria 1830-1870, en Storia
della Chiesa diretta da Hubert Jedin,
VIII/2, Milano 1977, 103-111. - ANSON, The
religiosous orders and congregations at Great Britain
and Ireland, Wercester, Stanbrook Abbey, 1949. -
BIVORT DE LA SAUDÈE, Jacques de, Anglicans
et Catholiques. Le problème de l’Union Anglo-Romaine
1833-1933, Paris, 1948. - HADWICH,
Owen, The Victorian Church, 3ª. ed., London, 1971,
Part I, 127-303. GWYNN, Denis,
Lord Shrewsbury, Pugin and the Catholic Rewival,
London, 1946, 83-98. - HOLMES, J. Derek,
More Roman than Roma and English Catholicism in
the Nineteenth Century, London, 1978, cap.
II, Wiseman and the Roman Restoration, 55-108. -
MATHEW, D., Il cattolicismo in Inghilterra,
Editrice Studium, Roma, 1951, 249-261. - NORMAN,
E. R.,Church and Society in England 17701970,
Oxford, 1976. - SALVO, Franco, ROTOLO, Filippo,
BENVENUTI, Mario: Dalla società
feudale al mondo d’oggi, Firenze, 1985, 389-402. -
HEYER, Friedrich, The Catholic Church from
1648 to 1870, London,1969, The catholic Church in the
anglo-saxon world, 195-203.

2
Cfr. FEDERICO, Il beato Domenico ..., o. c., 237-255. -
WILSON, A., c. p., Blessed Dominic...,
o. c.,117-126. - GARCÍA, Pablo, Domingo Barberi... o.
c., 97-100.
3
Cfr. WALS, M.J., Isole Britanniche: Dal secolo XVI ad
oggi, en DIP, Ed. Paoline, Roma, 1978,
vol. V, col. 69.
1863), el país estaría presidido por la Reina Victoria
(1837-1901), en un largo reinado
que dio nombre a una época, la era victoriana, propició
la evolución social en la
paz y en la prosperidad, así como la consolidación del
imperio marítimo y colonial4.

Los pasionistas se habían formado en contacto con las


clases populares. Su huida
del mundo, la soledad de sus casas o retiros, la
dependencia de las limosnas obtenidas
por los pueblos (aceite, vino y cereal), las misiones
populares, el lenguaje y
la preparación para servir al pueblo sencillo..., les
habían mantenido lejos de corrientes
próximas a la heterodoxia. Pero esto no quiere decir
que fueran ignorantes.
En la sección de manuscritos del archivo general
(AGCP) se encuentran cuadernos
y libros de sermones y de obras inéditas –teológicas y
filosóficas- en los que se puede
admirar la formación doctrinal: las fuentes bíblicas y
patrísticas revelan una estructura
cultural y teológica rica y sólida y una adecuada
metodología escolástica.
Con esta preparación se disponían a llegar a
Inglaterra, en donde iban a encontrarse
con masas populares que sufrían y realizaban la
revolución social. La aglomeración
urbana, la falta de viviendas, la escasez de recursos,
el analfabetismo contrastaban
con las poblaciones estables y serenas de la península
italiana en medio de los cuales
los pasionistas habían trabajado como misioneros.

1. La Iglesia Anglicana
La brevedad impone una simple referencia a este
tema. Los pasionistas procedían
de los Estados Pontificios, en los que el Papa aparecía
como única cabeza visible
de la Iglesia Católica y del Estado; e iban a
encontrarse con un reino en el que Iglesia
y monarquía estaban fusionadas en una misma
persona, la reina Victoria. Los primeros
pasionistas llegados a Inglaterra se encontraron con la
llamada Iglesia Oficial
(Established Church), fragmentada en dos sectores: la
High Church y la Low
Church (la Iglesia Alta y la Iglesia Baja), y participando
de una y de otra aparecía
una tercera conocida como Broad Church o Iglesia
Larga, amplia y todavía no bien
definida. La Alta era más bien rígida en sus posturas,
pero dentro de ella habían comenzado
a moverse grupos de renovación que pedían la vuelta
a los Santos Padres
y al estudio del catolicismo; este grupo publicaba de
cuando en cuando un volante,
octavilla o folleto llamado tract o exposición de alguna
verdad de fe (tractarianos
se llamó a los que se servían de este sistema o lo
apoyaban para sacar a la luz sus
divergencias con la rigidez oficial).
La Iglesia Baja, también llamaba evangelista, más en
contacto con el pueblo,
pedía una teología más abierta y sencilla. La tercera
Iglesia o Broad Church, más
que un sector era una orientación o contraste de
opiniones dentro de las otras dos
iglesias. En la iglesia anglicana crecía la conciencia de
que era urgente la renovación
espiritual; de hecho se habían formado nuevas sectas:
Metodistas (de oración

AUBERT, R. - LILL, R, Liberalismo e Integralismo, o.


c., VIII/2, Milano 1877, 103-111.
metódica), de John Wesley, Baptistas (bautismo de
adultos), Adventistas (Edward Irvin
1824), Mormones (Joe Smith 1830), Cuáqueros...

Respecto a la práctica religiosa, un censo realizado el


domingo 30.03.1851 dio
como resultado que aquel día habían acudido al culto
7.261.032 fieles, de los cuales

3.773.474 en el servicio de la Iglesia Oficial, y


3.487.558 en los demás centros; y si,
según la misma fuente, entre Inglaterra y País de
Gales había en aquella fecha
17.817.609 habitantes, la cifra total de los asistentes al
culto equivaldría a un 40%5.
La Revolución Francesa suavizó en Inglaterra la
hostilidad hacia el catolicismo.
Más de ocho mil sacerdotes franceses se acogieron a
la hospitalidad inglesa; el rey
recibió a seiscientos en el palacio de Winchester; el
parlamento aprobó un subsidio
en favor de los emigrados y la misma iglesia anglicana
hizo colectas para ayudarlos.
Desde entonces se comenzó a mirar a los sacerdotes
católicos con ojos más humanitarios,
aunque no se aceptara su comunión de fe con el Papa
de Roma. En este periodo
histórico la Iglesia católica estaba clasificada entre las
Iglesias disidentes. Con
la incorporación, en 1800, de Irlanda al Reino Unido de
Gran Bretaña, los católicos,
que no pasaban de un 2%, llegaron a sumar casi un
cuarto de la población6.
2. La Iglesia Católica
El catolicismo había sobrevivido a numerosas crisis,
incluso al martirio de sus cabezas
más destacadas Tomás Moro o Juan Fisher. Los
católicos fueron excluidos de
los cargos públicos si no abrazaban el anglicanismo, y
ningún católico podría ser rey
ni primer ministro. El catolicismo inglés había
sobrevivido a las leyes de castigo como
pequeña comunidad gobernada por una aristocracia
laica; pero ya antes del acta
de emancipación de 1829 habían intervenido fuerzas
que provocarían nuevas características.
Bajo el influjo del romanticismo, hubo una serie de
convertidos famosos,
como Kenelm Digbay (1823), Ambrosio de Lisle
Phillipps (1825), Jorge Spencer
(1829) y el arquitecto neogótico Augusto Welby Pugin
(1834). Todos ellos se adaptaron,
no sin problemas, al catolicismo tradicional, el cual
desconfiaba, ahora como
antes, del entusiasmo religioso y levantaba la cabeza
después de siglos de silencio...7.

Tradicionalmente vivían en el campo, en torno a


castillos o propiedades de fami

5
Los resultados de la encuesta y sus análisis han sido
publicados en forma resumida en English Historical
Documents1833-1874, ed. Young, Handcock, XII (1),
370-395. - C. C., o. c., 29-35. El resultado
ha sido aceptado como preciso e incisivo por firmas de
prestigio. - Cfr. K. S. INGLIS, Patterns
of Religious Worship in 1851, en Journal of
Ecclesiastical History, XI, abril 1960, 74-86. -
Cfr. Anglicanesimo, en la Enciclopedia Ecclesiastica,
Casa Editrice F. Vallardi e Pontificia Marietti,
Torino, 1942, I, 167-171.

6
Cfr. G. CONSTANT, Anglaterre, en Dictionaire
d’Histoire et de Gèographie Ecclèsiastiques (cit.
DHGE) bajo la dirección de Mgr. Alfred Baudrillart...,
Paris, 1924, cols. 218-219.

7
Cfr. ROGER..., o. c., Liberalismo e integralismo..., 103.
lias nobiliarias que se conservaron católicas.
Coincidiendo con la llegada de los pa-
sionistas, comenzó a cambiar el signo: los católicos
emigraron del campo a la ciudad.
Hacia 1840 había entre Inglaterra y Gales 450.000
católicos, en su mayoría emigrantes
irlandeses de nacimiento o de ascendencia. En
Escocia eran como 150.000,
de procedencia abrumadoramente irlandesa. Con la
ley de 1599 se había suprimido
la jerarquía católica; todos los obispos, menos uno,
rechazaron a la reina Isabel como
autoridad suprema en la Iglesia. En 1818 se había
vuelto a abrir el Colegio Inglés
en Roma, en el que se preparaban los futuros agentes
pastorales de la Isla8.

Durante los años 1837 a 1840, Gregorio XVI y la


Congregación de Propaganda
Fide habían estudiado, con los vicarios apostólicos, la
necesidad de restaurar ya la
Jerarquía. Pero en vez de hacerlo así, Gregorio XVI,
con la carta apostólica Muneris
Apostolici, 3 de julio de 1840, aumentó a 8 los
vicariatos, que en 1839 eran los
siguientes: 1). Distrito de Londres o Archidiócesis de
Londres; 2) Distrito Occidental
o diócesis de Pleymount; 3) Distrito Oriental o Diócesis
de Cambridge; 4) Distrito
Central o Diócesis de Birmingham; 5) Distrito de Gales
o diócesis de Monmouth;
6) Distrito de Lancaster o diócesis de Liverpool; 7)
Distrito de York o diócesis
de Leeds; 8) Distrito Noreste o diócesis de
Newcastle9.

Se ha resaltado que la Providencia de Dios suscitó una


serie de personajes cuya
fecha de nacimiento era coincidente con poca
diferencia: el más antiguo sería el P.
Barberi (1792); los demás pertenecen al XIX: el card.
Newman nació en 1801, el
card. N. Wiseman en 1802, el card. Acton en 1803, el
arzobispo Errington en 1804,
el arzobispo Ullathorne en 1806, el card. Manning en
1808, Ambrosio Phillipps de
Lisle en 1809, Pugin y W. G. Ward en 1812, Faber en
1812... La personalidad de estos
convertidos se impuso en el panorama cultural del país
y despertó las energías
de la propia Iglesia Católica: Se habían edificado
iglesias y se había establecido una
red de consolidación, pero en su conjunto la Iglesia
Católica se encontraba sumergida
en el sueño durante todo el período 1830-1840 y en
los inmediatamente sucesivos...
10 .

Un instrumento de reanimación para la presencia


activa de los católicos fue la
prensa. A medida que iba creciendo su número
comenzó a sentirse la necesidad de reafirmar
públicamente los propios valores. Las noticias
católicas no habían tenido eco
8
GILL, Un secolo di cattolicismo in Inghilterra, en La
Civiltà Cattolica, 1950, IV, 679-692.

9
C. C., o. c., 40-46. -Encicl. Catt., VI, c. 1983. -
WATKIN, E.I., Roman catholicism in England

from the Reformation to 1950, New York-Torono, 1957;


de la llegada de los pasionistas se habla

en la p. 176.

10
D. MATHEW, Il cattolicismo in Inghilterra, Roma, 1951.
-Storia religiosa della Gran Bretagna
(XIX y XX secoli), a cura di Hugh McLeod, Stuart News
e Christiane D’Aussy; Jaca Book, Complementon
della Storia della Chiesa diretta da Hubert Jedin,
Milano, 1997, cap. II, 1830-1850: Rinovamento
spirituale e Riforme istituzionali, di Edward Royle, 45-
66; cap. III, La crescita religiosa
di una nazione prospera, di Christiane d’Aussy, 67-94.
en los medios de difusión protestantes. El The Catholic
Magazine (Digest), de James
Smith, fue fundado en 1831 por sugerencia del Dr.
Wiseman. En 1836 se publicó el trimestral
anglo-irlandés Dublin Review, en 1840 The Tablet, en
1860, The Universe11 .

Otro recurso para consolidar la presencia de los


católicos en la vida pública y social
fue el de la enseñanza. En Inglaterra ha sido el sector
que más ha mantenido la
libertad de iniciativa, pues hasta 1867, fuera ya de la
etapa del P. Testa, no se produjo
una intervención estatal, Elementary School Act, que
establecía como obligatoria
y gratuita la enseñanza. Hasta entonces, la enseñanza
católica fue clandestina
dentro del país; las familias pudientes enviaban a sus
hijos al extranjero, sobre todo
a Francia y Roma; algunos de estos alumnos se
formaron en escuelas de religiosos,
y al regresar a su patria colaboraron en la pastoral y en
la educación12.

En 1843 había 236 escuelas católicas diarias y 60


dominicales, con 38.207 alumnos13.
Aunque no iba a ser campo específico de los
pasionistas, a su llegada estaban
abiertas 10 universidades14. A los pasionistas se les
exigiría un testimonio fuerte de
consagración. La vida religiosa no había tenido mucho
peso en los últimos siglos
por la situación preponderante de la Iglesia oficial
anglicana. Se ha calculado que a
mediados del siglo XIX podría haber en Inglaterra no
más de 10 órdenes masculinas
con un total de 275 miembros, y 14 femeninas con 53
casas15. La educación, con
aplauso de las comunidades católicas e incluso del
gobierno, fue el compromiso más
importante de los institutos que llegaron del continente
o se crearon allí mismo, como
será el caso de las Hermanas de la Sma. Cruz y
Pasión de Jesucristo, establecidas
en 1851 por la obra de la M. María José Prout16.

11
Cfr. NASELLI, C., Restaurazione e Crisi Liberale 1815-
1846, XX/2, edizione italiana a cura di...,
en Storia della Chiesa, XX, A. Fliche-V. Martin, Torino,
1975, 1039. - Cfr. TESTONE, C., Inghilterra,
VII, Attività cattoliche culturali e sociali, en Encicl.
Cattolica, VI, o. c., 1983. - C. C., o.
c.,.159-160, y n. 113.

12
STUMPF, M., Inghilterra, V, Ordinamento Scolastico,
en Encicl. Catt., VI, c. 2005. - COPEN,
S.P., Education, en Encyclopaedia Britannica, VII, p.
982ss. - The Catholic Directory, Londres,
1949, passim. - WALS, M. J. Isole Britanniche, Dal
secolo XVI ad oggi, o. c., en DIP, cols. 66-68.
13
Cfr. C. F., S. J., Le scuole primarie e secondarie
cattoliche nelle vigente legislazione inglese, en
La Civ. Catt., IV, 1950, 29-44.

14
1) Oxford (fund. en 1168); 2) Cambridge (1209,
colegios masculinos y femeninos de educación
personalizada); 3) St. Andrews (1411); 4) Glasgow
(1455); 5) Aberdeen (1494); 6) Edimburgo
(1582); 7) Sheffield (1590); 8)Londres (1825); 9)
Durham (1657); 10) Manchester (1851). - The
Catholic Encyclopedia, Robert Appleton Co., New
York, XV, 188-204. - Encyclopedia Britannica,
o. c., Belfast, 1849, vol. 22, Universities, 862-877.

15
Cfr. WALS, M.J., Isole Britanniche…, o. c., V, col. 69. -
CC, o. c., 57-87, habla de benedictinos, jesuitas,
dominicos, franciscanos, carmelitas descalzos,
capuchinos, rosminianos (1835), cistercienses,
oratorianos (1849), redentoristas (1843), padres
maristas (1850). - Cfr. SASTRE SANTOS, E.,
La vita religiosa nella storia della Chiesa e della
società, Milano, 1997, 785, 798-800 y 855.

16
Cfr HAMER, Edna (Dominic Savio, C.P.), Elizabeth
Prout 1820-1864. A Religious Life for Industrial
England, Downside Abbey, Bath, England,1994.
3. El movimiento por la conversión de Inglaterra
La fundación de los pasionistas en Inglaterra se
entiende desde la espiritualidad
que animó a dos de los promotores: Spencer y Barberi
hablan siempre de conversión.
Sin esta orientación fundamental, la presencia
pasionista en el Reino Unido carecería
de explicación, lo mismo que su actividad apostólica,
por lo menos en este
periodo del P. Testa17. El movimiento de la conversión
de los ingleses a la Iglesia católica
fue iniciado por Ambrosio de Lisle Phillipps y Jorge
Spencer. Éste publicó en
diciembre de 1839 un artículo sobre el tema en The
Catholic Magazine. El Movimiento
de Oxford surgió del descontento dentro de la Iglesia
Ofical. Hacia 1820
John Keble y sus discípulos comenzaron a examinar a
fondo los principios de la
iglesia anglicana, no para refutarlos, sino para
protegerlos con un mejor estudio. Este
fue también el sentido que J. H. Newman dio a sus
comentarios o tracts, el primero
en 1833. En el último, de 1841, sostenía que los 39
artículos de la Iglesia Anglicana
eran compatibles con el catolicismo y con los decretos
del Concilio de Trento.
Pero ya desde 1836, la universidad de Oxford y la
mayoría de los obispos anglicanos
los habían reprobado como obra de fanáticos
oscurantistas e idólatras peores
que los católicos romanos18 . Newman llegó a escribir
sobre la situación que tuvo
que vivir: A partir de 1841, yo estaba en mi lecho de
muerte por lo que atañe a mi
pertenencia a la Iglesia anglicana, aunque por
entonces sólo gradualmente me percaté
de ello19 .Uno de los más duros atacantes fue
Manning, quien más tarde entró en
la Iglesia Católica en 1851. La conversión de Newman
y Manning inició una larga

17
Para más información, se puede consultar también,
además de las obras pasionistas citadas al principio:
CHURCH, P. J., The Oxford Movement, Londres,
1891. - DAWSON, C., The Spirit of the
Oxford Movement, Londres, 1933. - GRIFFIN, J. R.,
The Oxford Movement: A revision Front Royal,
Virginia, 1980. - KNOX, E. A., The tractarian Movement
1833-1845: A Study of the Oxford
Movement as a Phase of the Religious Revival,
Londres 1933. - O’CONNELL, M., The Oxford
Conspirators: A History of the Oxford Movement
1833/`845, London, 1969. - Cfr. NASELLI, C.,
Restaurazione e Crisi Liberale 1815-1846, XX/2, ediz.
italiana a cura di..., en Storia della Chiesa,
XX, A.Fliche-V. Martin, Torino, 1975, cap. XIII, La vita
interna della Chiesa; & 4, Il movimento
intellettuale in Inghilterra, 981-989. - ZANIN, E., La
Chiesa della esperienza religiosa di

J. H. Newman, Udine, 1980. -Enciclopedia


ecclesiastica, sotto la direzioni di Mons. Adriano
Bernareggi,
arciv. di Bergamo..., Casa Editrice Dr. Francesco
Vallardi, Milano, 1962, vol. VII, Newman,
472-487.
18
Cfr. COSTANT, G. o. c., 221. - Movimento di Oxford,
en Enciclopedia Ecclesiastica, sotto la direzione
di Mons. Adriano Bernareggi, arciv. di Bergamo, o.
c.,VII, 945-961.

19
Cfr. Antología pro vita sua. Historia de mis ideas
religiosas, trad. de Daniel Bueno Ruiz, BAC, n.
394, Madrid, 1977, cap. IV, 120; en la p. 184 se narra
el encuentro con el P. Barberi. Sobre esta
metáfora del lecho de muerte, cfr. GORGE, Denys, Le
martyre de Newman, Editions Alsatia, Paris,
1961, 2a parte, Sur le lit de mort 1839-1841, pp. 61-
119.
cadena de eclesiásticos y laicos que entraron en la
Iglesia20.Un animador del movimiento
de conversiones, Wiseman, había conocido a los
pasionistas en Roma. El P.
Barberi resulta un personaje providencialmente
relacionado con los ingleses que estudiaban
en Roma y después con los del Movimiento de Oxford
en Inglaterra. Como
el P. Giorgini presentó en el volumen II/2 la larga
preparación para llegar a Inglaterra,
remitimos al lector a aquellas páginas.

20 Cfr. MATHEW, David, Il cattolicismo in Inghilterra,


o. c.,Wiseman e Ullathorne, 249-261.
CAPÍTULO VII

DE ROMA A ERE, 1839-1863

1. La decisión
Comienza una nueva era: la congregación sale del
Estado Pontificio y se proyecta
fuera de Italia bajo la dirección de un nuevo general. Al
final del año 1839 la congregación
podía sentirse satisfecha con 227 clérigos y 122
hermanos. En el capítulo
del mes de abril se habían reunido en Roma 10
capitulares presididos por el P. Antonio
Colombo. Según el P. Lorenzo Ma. Salvi, secretario, el
P. Antonio di S. Giacomo
Testa, encargado del discurso a los capitulares, en la
tarde del 7 de abril, habló
del celo de las almas que caracteriza a los pasionistas,
y que no debería quedar
recluido en los católicos, sino incluir la conversión de
los infieles.
En la última reunión preparatoria, el P. Domingo
Barberi presentó al Venerable
Capítulo una súplica que le había encomendado Mons.
Acton, en la que el Sr. Jorge
Spencer, inglés, ruega con mucha insistencia a los
padres capitulares aceptar pro
nunc... el ofrecimiento de una casa de campo en
Inglaterra en las propiedades del Sr.
Ambrosio de Lisle Phillipps, capaz de albergar a siete
u ocho... religiosos que serían
enviados para beneficio espiritual de esta nación, cuya
conversión podemos decir
que fue siempre tema querido por los santos y
ardientes deseos de nuestro Venerable
Fundador1.

De las elecciones se ha habla en otro capítulo. Aquí se


prosigue la parte relativa
a la expansión. Elegido en la mañana del 8 de abril el
nuevo general, P. Antonio di
Giacomo Testa, en la tarde se pasó a estudiar la
fundación en Inglaterra:

Los capitulares respondieron unánimemente de


manera afirmativa; pero advirtiendo
que se realizara oportunamente y con tranquilidad,
dejando al P. Reverendísimo
decidirlo, después de haber obtenido otras posteriores
y necesarias aclaraciones
sobre el tema...

El hecho de que sólo fueran aprobados dos decretos


en toda la tarde hace suponer
que las objeciones no faltaron, posiblemente sobre las
condiciones de vida comunitaria
en un país protestante y las restricciones en el
apostolado de las misiones,
la formación de las vocaciones llegadas de un contexto
familiar y social muy distinto
del de Italia, etc. Del conjunto de valores recibidos del
Vble. Pablo de la Cruz, celosamente
guardados durante cien años, muchos continuarían
intocables, mientras
habría que cambiar otros sobre la marcha; no se
trataba de clausurar un período, sino
de encontrar el justo punto de arranque. De varios
agentes de la decisión (PP. Tes-

Atti XVII Cap. Gen., 2-3. - DeR., (27); 119, apéndice


IV, texto del memorial, y decr. 347.
ta, Barberi y Spencer) ya se ha hablado, aquí merece
la pena recordar sólo al card.
Carlos Jenaro Acton (1803-1847). Hijo de Juan
Francisco Acton, barón inglés y primer
ministro del rey Fernando IV de Nápoles, había nacido
en esta ciudad. Gastó su
vida al servicio del Papa; ocupó puestos de
responsabilidad, como Secretario de la
Congregación de la Disciplina Regular y auditor de la
Cámara Apostólica. Vivió una
experiencia muy particular como intérprete y único
testigo del encuentro entre Gregorio
XVI y Nicolás I, zar de Rusia, en 1845. Fue obra suya
la idea de aumentar en
Inglaterra los vicariatos apostólicos de cuatro a ocho;
con ello puso las premisas para
el restablecimiento de la jerarquía católica en 18502.

La preparación de la decisión. Hay que retrotraerse a


los años romanos de Jorge
Spencer cuando conoció al P. Barberi, lector del
estudiantado de los SS. Juan y Pablo;
una profunda comunión de sentimientos nació entre
ellos y con otros pasionistas
como el P. Ignacio Carsidoni. A todos les unía un
mismo sueño: la conversión de Inglaterra.
El P. Domingo participó en 1830 en la fundación del
retiro de Lucca, y el
Rvdo. Spencer acudió a visitarlo (1830-1831), y fruto
de aquellas conversaciones,
concibió el proyecto de que los pasionistas trabajaran
por la conversión de su país3.

A finales de 1838 o principios de 1839, Spencer


comunicó su convencimiento al

P. Barberi. Éste le aconsejó que lo pidiera oficialmente


al XVII Capítulo General del
mes de abril. Spencer logró que la súplica fuera
presentada por un personaje de la
curia vaticana, Mons. Acton.
Fracaso de una fundación inmediata en Inglaterra. La
ejecución del decreto
aprobado quedaba a la discreción del P. Antonio
Testa, quien se tomó tiempo antes de
dar más pasos4. El 01.01.1840 Spencer escribió a Luis
Fievet-Combart, comerciante
de Lila, amigo del Rvdo. Bernard que le había atraído
para facilitar el apoyo económico
de la fundación belga. Se trataba de un hombre
sumamente caritativo. Spencer
parecía un poco desmoralizado, pues no recibía
contestación de las cartas escritas a
Roma para agilizar la fundación en Inglaterra; y
también porque los personajes de relieve
a los que había consultado sobre el tema le
respondían que los pasionistas tenían
un programa de vida que difícilmente se abriría camino
en Inglaterra5.

De cualquier modo, aunque la empresa resultara difícil,


la puerta estaba abierta

2
Cfr. FONZI, F., Acton, Carlo, en Dizionario biografico
degli italiani, Roma, 19, I, p. 204. - FURLANI,
Silvio, Acton, Carlo, en Encic. Catt.,, o. c., I, col. 259. -
J. DE LA SERVIERE, Acton, en
DHGE, o. c., I (1912) 417-421. - VANDEN BUSSCHE,
J., Ignatius (George) Spencer Passionist(
1799-1864)..., o. c., p. 66, n. 82. -De Passionisten in
Belgie. Vitgave der Paters Passionisten,
Ere, Kortijk, Wezembeek en Natoye, 1923 (AGCP, 9-F-
15).

3
GIAMMARIA, Platea Ere, I, pp. 3-4, n. 2.

4
Platea Ere, I, p. 5. n. 4.

5
CC, o. c.,159. - Sobre Fievett-Combart, cfr. VANDEN
BUSSCHE, J., Father Ignatius..., o. c., 25,
nota 31. - DEVINE, Pius, The Life of Fr. Ignatius
Spencer..., o. c., 109.
con la autorización del XVII Capítulo, y seguiría
intentándose. Mientras tanto la
fundación en Bélgica conduciría al objetivo final. El
viaje a Ere sería un paréntesis
de espera hasta que llegara la hora poner de pie en
Inglaterra.

2. Los pasionistas en Bélgica, 18406


La aprobación del XVII Capítulo estaba nominalmente
orientada hacia Inglaterra,
pero las circunstancias impusieron un rodeo previo por
Francia y Bélgica.

Bélgica como nueva nación. Esta síntesis de Bélgica


pretende situar el campo de
apostolado al que llegaban los primeros cuatro
pasionistas. De la de Bélgica, tan rica
en datos históricos, ofrecemos sólo los relativos a la
época de llegada de los pa-
sionistas, en beneficio de quienes, perteneciendo a
otros ambientes, conocen menos
el tema7. Bélgica, heredera de un pasado de influjo
germánico y latino, lo conserva
en el bilingüismo valón y flamenco. No en vano había
sufrido el influjo de potencias
imperiales extranjeras y la presión protestante de los
Orange de Holanda. Después
de la guerra de sucesión española a principios del
XVIII, el territorio de los Países
Bajos pasó al imperio de Austria. En la guerra de
sucesión al trono de Austria,
los Países Bajos fueron ocupados por Francia. En
1790, durante la Revolución Francesa,
los ejércitos napoleónicos se apoderaron del territorio y
fueron suprimidas las
comunidades religiosas (1796-1797). Tras el Congreso
de Viena (1815), Bélgica
quedó agregada a Holanda con el nombre de Países
Bajos Unidos bajo la dinastía de
los Orange. Guillermo I, protestante, trabajó para
arrebatar a la Iglesia la enseñanza
católica (1822). La creación del Estado belga moderno
responde fundamentalmente
a razones históricas. En 1831 de una población de
3.786.000 habitantes, la mitad
más o menos eran flamencos y algo menos de la mitad
valones; más o menos la mitad
hablaban flamenco y la otra mitad francés. Durante el
período 1815-1830 había
alcanzado buen nivel económico y cultural; se crearon
universidades tan prestigiosas
como las de Gante, Lovaina y Lieja. Las provincias
belgas vivían descontentas
de la unión con Holanda; sobre todo por temas como
la libertad religiosa, la desig

6
AGCP. GABR. Ritiro della SS. Croce, Ere lez-Tournai
(Belgio). - I Ritiri della Nostra Congregazione,
Cenni Storici, en Bollettino..., III, 1922, 103-107. -
Origine di questa fondazione, caligrafía
del P. Francisco Miccinelli de San Lorenzo hasta la p.
20; después siguen otras manos. - Catalogue
des religieux qui sont entrès dans la maison des RR.
PP. Passionistes à Ere en Belgique; et
des religieux qui en sont partis pour aller ailleurs, 23
pp. -Registre des Chapitres locaux de 1843
a 1868. - Registre des visites canoniques 1841-1961,
41 pp. - VANDEN BUSCCHE, J., C. P., De
passionisten in België. Een Italiaanse congregatie in
Noord-Europa. -Passionisten - Wezembeek-
Oppen, 2007, Hoofstuk III, De Pionerstijd (1840-1847),
36-53.

7
Restaurazione e crisi liberale, en Storia della Chiesa,
Fliche-Martin, XX/2, a cura di C. Naselli,

C. P., o. c., 842-843. - JADIN, L., III: La Chiesa nel


Belgio, en Belgio, Encicl. Catt., o. c., II, cols.
1165-1173. - MOREAU, E. de Belgique, en Dictionaire
d’Hist. et de Gèographie Ecclesiastiques...,
o. c., 711-756. Otras fuentes consultadas para este
resumen: PIRENNE, H., Histoire de
Belgique, Bruxelles, vol.VI (publicados seis volúmenes
de 1916 a 1930).
nación de los puestos públicos en favor de los
protestantes, y la imposición del flamenco
como lengua oficial también en las provincias no
flamencas de Bélgica. El
movimiento de oposición creció con la revolución de
julio de 1830 en Francia: los
patriotas belgas siguieron su ejemplo, y en agosto
comenzaron las sublevaciones en
Bruselas. El 24 de octubre un gobierno provisional
proclamó la independencia de
Bélgica, ratificada unánimemente en un congreso
nacional de 200 miembros. La
asamblea se decidió por la monarquía, excluyendo a la
dinastía de los Orange-Nassau
(22-24 de noviembre). Con esta fecha comienza la
historia de Bélgica independiente.
Después de semanas de discusión, la asamblea
constituyente proclamó la
nueva constitución (07.02.1831) y la corona le fue
ofrecida a Leopoldo de Sajonia-
Coburgo, quien entró en Bélgica el 17 de julio y juró la
constitución poco después.
El nuevo reino fue reconocido por todos los Estados de
Europa después del Tratado
de Londres del 19 de abril de 1839.

Durante la década 1830-1840 gobernaron católicos y


liberales, unidos, que potenciaron
la enseñanza privada: en 1834 se creó la universidad
de Malines, trasladada
a Lovaina en 1835-1836. Las vocaciones a la vida
religiosa fueron abundantes:
los 4.791 religiosos de 1829 pasaron a 11.868 en
1846. La unión con los liberales
duró poco, pues éstos, luchando contra la
clericalización del país, abrieron en Bruselas
una universidad liberal.

La Iglesia en Bélgica. A la llegada de los pasionistas


había una nunciatura apostólica
que databa de 1596, el arzobispado en Malinas (Mons.
Sterckx), y los obispados
de Brujas, Gante, Lieja, Namur y Tournai (Mons.
Gaspar J. Labis)8. La vitalidad
de la Iglesia belga se puede valorar con algunos datos
de la diócesis de Tournai,
en la que iniciarían su presencia los pasionistas: en
1834, en la ciudad había un cabildo
de 10 canónigos, 9 parroquias, 1 casa de religiosos y 4
de monjas, y en la diócesis
430 parroquias. En 1867 el cabildo contaba con 14
canónigos; en la diócesis
eran 464 las parroquias; había 9 monasterios
masculinos exentos y 14 femeninos, y
dos seminarios: uno con 350 seminaristas y otro con
90. Los católicos apoyaron la
enseñanza católica: desde 1840 casi la mitad de las
5.200 escuelas eran mantenidas
con la ayuda de la población católica. Época de gran
despliegue de energía, nacieron
varias congregaciones para la enseñanza; a modo de
ejemplo, los Hermanos de
la Caridad fundados en Gant entre 1807-1810; los
Hermanos de la Misericordia o de
Scheppers, apellido del canónigo que los fundó en
1817. Y entre las femeninas, las
Hermanas de la Caridad de Jesús y María, las Hijas de
la Cruz, fundadas en 1833
por el can. G. Habbets y Juana Haze, para la
enseñanza y la atención hospitalaria9.

Ere, cerca de Tournai, fue elegida como puente para


dar el salto a Inglaterra. Es

8
Cfr. Hier. Cath., o. c., VII, 373 y VIII, 559. Mons. Labis
(1792-1872) fue promovido a la sede en
1834.

9
Cfr. DIP, o. c., I, cols.1184-1187.
ta solución del puente nació en del Rvdo. Spencer a
través del Rvdo. Carlos Bernard,
de Lille10. Este, el 4 de noviembre de 1836,
preguntaba al P. Ignacio Carsidoni,
C. P., si quería que se intentara en Bélgica, ya que en
aquel momento le parecía
la diócesis de Brujas la opción más positiva, pues una
vez puesto el pie allí sería más
fácil dar el salto a Inglaterra.

Negociaciones para la fundación belga: junio 1839-


mayo 1840. El 28 de abril
de 1838 Bernard, después de haber preparado la
fundación en la diócesis de Tournai,
añadía que si el P. Antonio Colombo acogía los
deseos del obispo estaba dispuesto a
visitarlo personalmente. Pero el general, aunque
profundamente agradecido, no creía
conveniente decidir nada sabiendo que concluía su
gobierno y tenía a la vista el
capítulo de 1839.El proceso fundacional se interrumpe
a principios de febrero de
1839: el obispo de Tournai quería a los pasionistas;
pero no disponiendo de suficiente
caudal para invertir en una fundación, decidió esperar
a que hubiera un nuevo general.
En un primer momento el obispo consintió en recibir al
instituto como aportación
de su diócesis a la conversión de Inglaterra,
convencido de que sería provisional
su paso por Bélgica11. El año 1839 transcurrió entre
planes, proyectos y promesas
por correspondencia. Bernard apremiaba al obispo de
Tournai a que presentara la
súplica al general. La petición de Mons. Labis llegó a
Roma el 19 de enero de 1840.
Inmediatamente el P. Testa reunió al consejo y el 28
notificaba al obispo que su ofrecimiento
quedaba aceptado. Por esta respuesta Mons. Labis
supo que el general pensaba
enviar cuanto antes a sus religiosos y que se
prepararían para pasar a Inglaterra.
El P. Testa añadía las características propias de las
fundaciones pasionistas: Tan
pronto como Su Excelencia pueda asegurarme que la
casa para los nuevos misioneros
está pronta y que no faltan los medios necesarios para
el sustento de unos pocos
pobres religiosos que viven solamente de limosnas,
entonces, durante la nueva primavera,
siempre que no surjan otros obstáculos..., enviaré
cuatro religiosos a Tournai
para comenzar la fundación... que tendrá un gran éxito
bajo su protección12.

Más tarde el card. Polidori recomendaría a Mons.


Labis que acogiera a los pa-
sionistas, de cuya fama se hacía lenguas13, y el 3 de
agosto Mons. Pasquale Gizzi,
entonces nuncio en Suiza y anteriormente delegado en
Bélgica, escribía a su sucesor
en Bruselas, Mons. Fornari, recomendándole que se
preocupara de la comunidad
de Tournai:
Vuestra Sría. Ilma. y Rvma. conoce bien la
ejemplaridad en todos los conceptos

10 Origine di questa fondazione, p. 2. - Bernard a I.


Carsidoni, 04.11.1836, en AGCP, MICH, carte

lla 1836-1840, 2-6, 2-7. - GIAMMARIA, Seraphin,


Platea Ere, I, 5-6, n. 4.
11 GIAMMARIA, Ibid., 10, n. 9.
12 Carta a Mons. Labis, 28.02.1840. - AGCP, JOS. -
CC, o. c., 160.
13 Cfr. Chronique ..., o. c., 32-33; fechada en Romae,
VIII Kalendas Junias MDCCCXXXX. -CC, o.

c., apend. II, 490.


(de los pasionistas)..., su ardiente celo por las almas y
la huida de cualquier intriga
humana o búsqueda de beneficios, de donde sin duda
procede la edificación de
los pueblos y un incalculable beneficio espiritual...

El 24 de agosto, desde Bruselas, mons. Fornari le


decía que se los había encomendado
al arzobispo de Malinas y a los demás obispos en la
reunión que acababa
de tener con ellos en Bruselas, y que todos estaban
bien dispuestos en su favor:

Sobre todo el obispo de Tournai no sólo me ha


prometido hacer lo que pueda en
favor suyo, sino que se mostró infinitamente contento
de ellos14 .

Los interlocutores. Dejando a los ya presentados antes


(Spencer y Barberi), estos
son los rasgos más notables de quienes intervinieron
en la fase final: 1) Rvdo.
Carlos Bernard fue el alma de la fundación de Ere y,
como escribió el P. Serafín
Giammaria, primer y principal bienhechor de los
pasionistas en Bélgica15. Su relación
con éstos databa de 1834, cuando, por motivos de
salud, viajó a Roma y los conoció
por mediación del Sr. Drach. 2) Sres. Dubois - Fournier
y Fièvet Chombart.
El primero ofrecía gratuitamente su casa para
residencia provisional. Entre los amigos
de Spencer en Lila se encontraba Luis Fièvet-
Chombart, natural de Valenciennes,
al que Pío VII había concedido el título de Caballero de
Cristo por su celo y piedad16.
3) La Baronesa de Croëser, de Valenciennes, óptima
señora, había secundado
la caridad y el celo del Sr. Dubois. De soltera se
llamaba Catalina Josefa Desairs (o
de Sars); casada con José Tadeo Gabriel de Croëser,
coronel al servicio del rey de
España, no tuvieron hijos. Aunque vivía en
Valenciennes, tenía una casa en Calonne
y otra en Ere, cerca de Tournai. Murió el 28.12-1843
en Valenciennes, a los 82
años.

¿Cómo se llega a la fundación belga? -Parece que


Spencer se puso de acuerdo
con Fièvet Combart y el Rvdo. Bernard, para que
buscaran lugar en Bélgica. Ambos
se dirigieron a Dubois. Bernard escribió a Mons. Labis,
y se entrevistó con él para
resolver alguna de sus dificultades17. Durante la
conversación se habló de un castillo
situado entre Calenelle y Maubrais, propiedad del Sr.
de Bitremont. No se compró
porque, además de tener que pagar al contado, estaba
lejos de la ciudad. El Sr.

14
Cfr. AGCP, GABR, Casa soppressa, ERE, 1840.

15
Aunque en el momento de la fundación belga era un
simple sacerdote, más tarde sería superior-
decano de la parroquia de S. Catalina de Lille y, años
después, el obispo de Cambrai, Mons. Giraud,
lo nombró vicario general. En más de una ocasión le
ofrecieron el obispado, que rechazó,
profundamente consciente de la responsabilidad que
comportaba. -Origine di questa fondazione,

p. 2. - GIAMMARIA, Platea I, Ere, p.8, n. 6.


16
AGCP, MICH, Memorial 1836-1840, nn. 1-2. -Origine di
questa fondazione, 2. - Por su gran austeridad
le llamaban el santo Fièvet y a su muerte se decía por
todas partes: Ha muerto el santo. -
Cfr. GIAMMARIA, Platea I, Ere, p. 6, n. 5; p. 8, n. 9;
Memorie concernenti le trattative della fondazione...
nel Belgio, p. 4.

17
Origine di questa fondazione, p. 2. - GIAMMARIA, S.,
Platea I Ere, p. 8, n. 9.
Dubois-Fournier consiguió que la Baronesa de Croëser
cediera su posesión de Ere.
Con todo, la pieza fundamental en este damero de
cooperadores fue el Rvdo. Bernard,
quien convenció a diversas personas, nobles y ricas,
para que colaboraran.

Designación de la primera comunidad. Una vez


conocida la disponibilidad de
Mons. Labis, se dieron pasos para formar la primera
comunidad, a cuyo frente podría
estar el ex-general, P. Colombo, primer consultor, si al
consejo le parecía bien,
y se señaló como tiempo de partida aquella primavera
de 1840. Pero pronto comenzaron
a plantearse dudas sobre el P. Colombo, ya de 67
años, que no hablaba francés.
Hubo que pensar en otro, y el 16 de abril de 1840,
Jueves Santo, fue designado
el P. Domingo Barberi, provincial de la Dolorosa; se
hallaba en plena actividad misionera
en el reino de Nápoles, pero lo dejó todo. En Roma se
encontró con el P. Pedro
Magagnotto de San José, y a los pocos días con el P.
Serafín Giammaria del S.
Corazón de Jesús y el H. Crispín Cotta de María
Virgen. El P. Barberi se declaró dispuesto
a renunciar al oficio de provincial, pero Gregorio XVI
concedió que continuara,
aún ausente de la provincia, hasta el capítulo de 1842,
y que pudiera ser además
superior local en la nueva fundación18.

3. Los elegidos
1) Del P. DOMINGO BARBERI ya se ha hablado, pero
conviene copiar aquí el
documento del 24 de mayo de 1840, día de la partida,
por el que el P. Testa lo nombró
superior a modo de provincial: Destinamos superior del
nuevo retiro que debe
abrirse en Tournai, Bélgica, al M. R. P. Domingo de la
Madre de Dios, y, además
de las facultades ordinarias de superior local, le
concedemos, como a delegado
nuestro, las que tienen los provinciales de nuestra
congregación. Además, teniendo
en cuenta la distancia y las dificultades para recurrir a
Nos, a los que quisieran recibir
el hábito de nuestra congregación, y hubiesen
sobrepasado los veinticinco
años, le facultamos para dispensarles en nuestro
nombre. Esta facultad de dispensar
de la edad a los postulantes se limita a un año a
computarse desde su llegada.
Las demás facultades expresadas arriba, concedidas
por las circunstancias extraordinarias
de la fundación, si se exceptúan las ordinarias que
competen a cualquier
superior local, durarán a nuestro arbitrio. Dado en
Roma, en la casa de los Ss. Juan
y Pablo, el 24 de mayo de 1840. Antonio d. S.
Giacomo, Prep. Gral.19 .
2) P. PEDRO MAGAGNOTTO DE SAN JOSÉ (1806 -
1868), natural de Ala,
Trento, Italia, profesó el 14.09.1831. Director de
estudiantes y lector de filosofía
y teología, llevaría a Bélgica su experiencia de
formador. Tras el viaje del P. Domingo
a Inglaterra fue responsable de Ere; siendo superior se
construyó la iglesia.

18 Cfr. FEDERICO, Il Beato Domenico..., o. c., 267.


19 Cfr. Chronique della fondazione d’Ere..., 33.
En 1847 marchó a Australia; en Sidney fue profesor en
el seminario entre 18471853.
Después partió para California, donde lo
encontraremos al hablar de aquel
intento de fundación. Tras el fracaso acompañó a los
primeros pasionistas que intentaron
la fundación en México en 1865. Finalmente se retiró a
la casa general.
Se encargó de la atención espiritual de los campesinos
de la propiedad del duque
Grazioli, en Castel Ponziano, donde murió en 1868
mientras desempeñaba este
servicio20.

3) P. SERAFÍN GIAMMARIA DEL CORAZÓN DE


JESÚS (1804 -1879), nacido
en Anagni, profesó en 1822. Había sido maestro de
novicios. Estaba de superior
en Morrovalle. Dotado de excelente preparación, en
Bélgica gastó 36 años; fue
director espiritual de la mística Luisa Lateau. Escribió
numerosas obras de filosofía
y otros ensayos, algunas de las cuales se mencionan
más adelante al hablar de la formación
y la espiritualidad. En la Congregación ha sido muy
conocida su obra Consuetudines
a maioribus ad nos usque transmissae, Tournai, 1875.
En 1876 fue llamado
a Roma como secretario general. En 1879, sintiéndose
mal, quiso ir a respirar
el aire de Recanati, donde murió en el mes de julio21.

4) H. CRISPÍN COTTA DE MARIA VIRGEN (1814 -


1840), natural de Pantesina,
dióc. de Albenga, en Liguria, profesó en 1834.
Hermano muy activo y piadoso,
tenía sólo 25 años y 7 de profesión cuando fue elegido
para ir a Ere. Fue el primer
pasionista fallecido en Bélgica, pues murió a poco de
llegar, el 18 de agosto de
184022.

EL VIAJE. El tema del viaje se encuentra expuesto en


muchos documentos. Por
brevedad se omiten numerosos detalles y reflexiones
piadosas que intercalan los autores23.
Para sus viajes, los pasionistas necesitaban poca
impedimenta, pues la pobreza
era su norma y poco exigentes sus necesidades.
Solían llevar los sermones manuscritos,
el breviario litúrgico y los libros imprescindibles como
la Sagrada Biblia.
La víspera de la marcha, el P. Testa acudió con los
cuatro a pedir la bendición a Gregorio
XVI.

20
Cfr. DNEust, 369-370. - Bollettino C. P., IV, 1923, 110-
123. - PIÉLAGOS, Raíz Evangélica, México,
1988, 29-30.

21
GIORGINI, a cura di, Consuetudines..., Roma, 1958,
XI-XIII, 21-103. Otras obras impresas:
Grandeur et apostolat de Marie or la Cité Mystique de
la Vén. Maria de Jesus, Paris, 1863, vols.

5. -Principes de Théologie mystique a l’usage des


confesseures et des directeurs des ames, Tournai,
1872. -Ordo historicus Passionis D. N. J. C., Tournai,
1866. -Promptuarium ecclesiasticum
super Passionem Christi ex Scriptura et Patribus,
Paris, 1872. -Reflexions pieuses sur la Passion
de Jesus Christ pour faciliter la méditation aux fidèles,
Tournai 1849, vols. 3. - L’homme-Dieu
soufrant, Tournai, 1875. - Otras obras en la nota 125
del cap.XX sobre Formación.
22
DNEust, 174. - CIPOLLONE, Religiosi insegni.., o. c., f.
17.

23
GIAMMARIA, Origine di questa fondazione, pp.3-4. -
Platea Ere, I, pp. 13 - 16, nn. 11-14. - Memorie...,
1-2. - CC, o. c., 168-169. - Carta de Barberi a Testa,
10.06.1840, en AGCP, Domingo, 6.
- Platea dei SsGeP, II, 26.
El 24 de mayo, la comunidad de la casa general los
acompañó hasta el embarque
en el muelle de Ripa Grande, en el Tíber. Llegados al
día siguiente a Civitavecchia,
el 26 zarparon para Livorno, Génova y Marsella, a
donde llegaron el 30 de mayo.
Habían pensado quitarse el hábito pasionista para no
provocar algún insulto en
Francia, pero varios franceses compañeros de viaje les
animaron a seguir con él.
Pronto se convencieron de lo acertado del consejo,
pues sólo recibían señales de veneración
y de respeto, incluso de los soldados; los niños se
agrupaban para verlos y
muchos adultos, sombrero en mano, pedían su
bendición. En Marsella los acogió
Mons. Mazenod, fundador de los Oblatos de María
Inmaculada. El 31 reanudaron el
viaje por tierra, camino de Lyon. En Aviñón un anciano
que había conocido en Italia
a los pasionistas hacía ya 49 años, se emocionó al
verlos, los llevó a su casa y los
trató como si fueran hijos. En Lyon, al presentarse a
pagar los 123 francos que les
restaba del viaje, se encontraron con que ya habían
sido abonados. Todos los indicios
apuntaban al obispo Mazenod; ellos aplicaron tres
misas por el anónimo bienhechor24.
A Lille llegaron a mediodía del 9, y la acogida del
Rvdo. Bernard superó
todas sus expectativas. Después de ofrecerles todo lo
necesario para que recuperaran
energías, los acompañó a casa de los Hermanos de
las Escuelas Cristianas con
quienes se hospedaron durante tres días.

El 12, viernes, Bernard y Fièvet Combart los


acompañaron a Tournai; y fueron
directamente a Froidmont, a hospedarse con los
Hermanos de la Caridad hasta el 23.
El P. Barberi, en carta al P. Testa, ponderaba las
muestras de estima y veneración recibidas
en todas partes, mayores de las que se acostumbran
en Italia25.
DONACIÓN DE LA CASA DE ERE. El 13 de junio, los
PP. Barberi y Giammaria26
con Bernard y Fièvet se dirigieron a Valenciennes. Los
cuatro se alojaron
en casa del Sr. Dubois-Fournier. Tuvieron que
desandar el camino porque no estaba
allí la Baronesa Croëser. El día 15 sí la encontraron en
la casa de Chalonne, donde
los recibió con bondad. Después de la comida, los
condujo a Ere y les dio posesión
de la casa con las propiedades anejas. El P. Domingo
firmó el siguiente documento
de entrega:

Yo, la que firmo..., declaro obligarme por mí y por mis


sucesores, a entregar durante
20 años, a contar desde el 15 de agosto próximo, el
derecho libre y gratuito

24
En Marsella habían anticipado 80 francos y les
quedaban por pagar 123; pero los responsables del

viaje les mostraron el recibo en el que constaba que


todo había sido liquidado. - Cfr. Origine di

questa fondazione, p.4.

25
AGCP, Domingo, 6, Carta de Barberi a Testa,
10.06.1840. - AGCP, IOS, 1840, citado por CC, o.
c., 169. - Los Hermanos de la Caridad habían sido
fundados en Gante en 1809 para atender a ancianos,
enfermos y abandonados en los hospitales civiles. -
Cfr. DIP, IV, 599-560. - GIAMMARIA,
Platea Ere, I, p. 21, n. 19.

26
El P. Barberi firmó los documentos; el P. Serafín narra
la noticia en primera persona de plural, como
quien estaba presente.
de mi casa de Ere y de sus dependencias en huerto,
prado y bosque, y de unas 4 hectáreas
al rededor, a los pasionistas que vienen de Italia para
establecerse en Bélgica,
con las siguientes cláusulas:

1. Los pasionistas no podrán alquilar o arrendar la


propiedad, y deberán ocuparla
por sí mismos; podrán aumentarla, pero no disminuir el
bosque ni cortar ningún
árbol viejo.
2. Si les interesara ampliar la construcción, la
propiedad de los nuevos edificios
pasará a la propietaria.
3. No disfrutarán de la parte de tierra dejada al
conserje y jardinero hasta que
no termine la fecha del arriendo, cuyo precio seguirá
recibiéndolo la propietaria, a
no ser que ellos lleguen a entenderse con él para
poner fin al arriendo.
4. En el curso de estos 20 años mantendrán el edificio
en buen estado, tanto en
el exterior como en el interior.
5. Si lo desean, durante estos 20 años de uso gratuito
podrán comprar la propiedad
por un precio de 30.000 francos, obligándome
personalmente y en nombre
de mis herederos a cedérselo por este precio...27.
El P. Domingo escribió en el documento: Yo acepto
esta donación gratuita con
sus cláusulas y condiciones, en Ere, el 15 de junio de
1840. P. Domingo, superior
de los pasionistas del convento de Ere28.

El jardinero firmó la obligación de abandonar en


octubre la casa. Después de este
acto, los religiosos regresaron a Froidmont.

4. La fundación de Ere de 1840 a 1863


El 22 de junio los cuatro religiosos dejaron la casa de
los Hermanos de la Caridad
y marcharon a Ere, para establecer un retiro de la
congregación, en una realidad
tan diferente de la de Italia. El edificio, en buen estado,
carecía de todo29. En
las primeras noches tuvieron que dormir en jergones
colocados en el suelo, y durante
un mes celebraron la misa en la parroquia. Para
adquirir el mobiliario dependieron
exclusivamente de la generosidad ajena. Los
Hermanos de la Caridad de
Froidmont, especialmente el superior, P. Mauricio, se
desvivieron por servirles,
prestándoles dinero para los gastos necesarios,
pagando por adelantado los muebles
y obsequiándoles con donativos sin obligación de
devolverlos. El 15 de julio
con las primeras vísperas de la Virgen del Carmen,
comenzaron la observancia co

27 GIAMMARIA, Platea Ere, I, p. 18, n. 15. -Origine...,


p.15, en síntesis.
28 Igualmente se firmó un inventario de la casa y de
los muebles. - GIAMMARIA, Platea I Ere, p.
19, n. 26
29 GIAMMARIA, Platea I, Ere, p. 20, n. 18. - CC, 171,
179, 202. - Barberi escribirá al P. Testa el

03.10. 1840 que encontraron la casa con las simples


paredes. - AGCP, JOS, 1840. - Giammaria
enumera casi todo lo que faltaba: coro, capilla, bancos,
camas, sillas, etc.
mo en los demás retiros. El 24 la alegría fue completa
cuando pudieron celebrar ya
en su propio oratorio, por concesión de Mons. Labis.
La comunidad, que comenzaba
a vivir la pobreza evangélica y a trabajar
apostólicamente en una nueva Iglesia
local, pagó temprano tributo a la muerte: el H. Crispín,
de 26 años, murió el 18
de agosto.

PROCESO DE INSERCIÓN. Los pasionistas se


encontraron en una región de
lengua francesa. Desde el principio se preocuparon de
progresar en este idioma: hacían
en francés los exámenes y capítulos del coro, y
tomaron como profesor en la
propia casa a un sacerdote de Orleans, capellán
militar, sólo un mes, pues el P. Barberi
lo despidió al descubrir que su conducta no era
edificante30. Desde entonces
contaron con su propio esfuerzo. Otros problemas,
como el del clima o la alimentación,
se fueron solucionando poco a poco. Además del
lingüístico, tropezaron con
el problema de la comunidad diocesana. ¿No habría
reacciones adversas? ¿Tendrían
siempre el respaldo del obispo? Cuando el 13 de junio
de 1840, al día siguiente
de la llegada, fueron a Froidmont a obsequiarlo, los
PP. Giammaria y Barberi advirtieron
cierta frialdad, aunque prometió visitarlos en Ere, para
decidir diversos asuntos.
Más adelante encontraron la explicación de su reserva:
el obispo temía perjudicar
a otros religiosos de la diócesis, los cuales acaso se
habrían alarmado. El P. Barberi
lo enfoca desde la explicación económica: en la
petición formal del 30 de diciembre
de 1839, recibida en Roma al mes siguiente, el obispo
manifestaba claramente
que había tardado en responder a la petición de
ingreso de los pasionistas,
porque Spencer no ofrecía suficientes garantías sobre
el mantenimiento de la nueva
comunidad, y él no quería cargar con esta
responsabilidad. Esta carta no dejaba
lugar a dudas de que esperaba que el dinero debería
llegar de Inglaterra, no de la
diócesis31. Además, aunque apreciaba a los
pasionistas, no quería exteriorizarlo,
pues había personas que no sentían lo mismo.
Cuando los visitó el 23 de octubre,
les manifestó gran afecto, y les dio el permiso que más
esperaban: la reserva del
Santísimo. Más tarde, al devolverle la visita, les regaló
un cáliz de plata, dio facultades
ministeriales a los PP. Domingo y Pedro, y les invitó a
que fueran a comer con
él siempre que viajaran a Tournai.

Solucionadas las cuestiones del nuevo retiro (capilla,


coro, observancia...), esperaban
disfrutar de un poco de tranquilidad. Sin embargo
pronto sopló con fuerza un
viento hostil. Un sector del clero los tildaba de
orgullosos y arrogantes porque decían
que habían venido a predicar misiones y a reformar las
costumbres públicas como
dueños y señores, al margen de la autoridad
diocesana; también que habían co

30
GIAMMARIA, S., Platea I, Ere, pp. 20-21, n. 18:
escandalizaba con su mala conducta. Se emborrachó
una tarde y no volvió a casa aquella noche.

31
Labis a Bernard, 30.12.1839. - AGCP, JOS. - CC, o. c.,
158.
menzado la postulación en los lugares cercanos, con
admiración y escándalo del
pueblo. Asimismo corría el rumor de que habían sido
echados de Italia y que en Bélgica
sólo buscaban asilo. Sin documentación segura es
arriesgado avanzar suposiciones
sobre la raíz de tales comentarios. Pudieran apoyarse
en el hecho de que la
fundación no nació propiamente para Bélgica, sino
para Inglaterra32.

Dado cierto ambiente de reticencia y sospecha,


decidieron mantenerse en la soledad
del retiro, salir lo menos posible y no pedir nada a
nadie. El Rvdo. Bernard se
desplazó de Lille a Tournai para hablar con los vicarios
generales (el obispo estaba
ausente por motivos de salud), y llegó a decirles que él
mismo se encargaría de su
mantenimiento y que, si no fuera posible su
permanencia en Bélgica, él mismo se
los llevaría a Francia. Otro apoyos sólidos fueron el P.
Mauricio, superior de los Hermanos
de la Caridad de Froidmont, el Rvdo. Martin, párroco
de Cherqc, uno de los
vicario generales, Rvdo. Duperieux, rector del
seminario mayor de Tournai, examinador
de los PP. Barberi y Magagnotto, a quienes dio
limosnas. La comunidad de
Ere conservaba gratísimo recuerdo de los
redentoristas, especialmente del P. Laflor,
francés de nacimiento; los cuales, sabiendo que
estaba prohibido a los pasionistas
buscar nada, se encargaban de pedir para ellos y de
llevarles el fruto al retiro33.

LA CONSOLIDACIÓN INSTITUCIONAL. El P.
Domingo seguía pensando en
Inglaterra. A finales del año 1840 logró llegar a
Londres, exactamente el 27 de noviembre.
El 20 de diciembre estaba de vuelta en Boulogne-sur-
mer. La fundación en
Inglaterra se veía cercana, pero había que consolidar
la de Ere, y preparar nuevos
apóstoles que fueran a Inglaterra, donde no se preveía
afluencia de muchas vocaciones.
Pero como de allí llegaban subsidios, era lógico
agradecerlos preparando futuros
pasionistas. De donde sí llegaban era de Italia34. Para
consolidar la fundación, el
20 de septiembre de 1841 se constituyó la Sociedad
Cívico-Religiosa Santa Cruz, y
entre los socios fundadores figuran todos los presentes
en Bélgica: PP. Domingo
Barberi, Pedro Magagnotto, Serafín Giammaria, José
Guerrini, Amadeo Bride, Lorenzo
Mincinelli, Félix (Benedicto) Macera y Ansano
Romani35.

32
Origine di questa fondazione, 11. - GIAMMARIA,
Platea Ere, I, 22, n. 19.

33
Los redentoristas, que trabajaban en Tournai desde
hacía siete años, estaban especialmente
sensibilizados
porque también a ellos les había tocado probar miseria
y persecuciones. El P. Laflor envió
dos novicios y continuó haciéndoles todo el bien que
podía. -Origine di questa fondazione,
pp. 6-7.

34
La mañana del 8 de agosto (1841) salieron para Ere
los PP. Valentín Guerrini de S. José (18051866),
Benedicto (Agustín) Macera de S. Félix (1815-1865),
Amadeo Mc Bride de la Madre de
Dios (escocés, 1806, salió en 1850), Francisco
Mincinelli de San Lorenzo (1790-1864) con el H.
Ansano Romani de S. José (1815, salió en 1851). -
Platea SsGeP, II, 26.

35
AGCP, MICH, Cartas 1840, copia manuscrita del
documento de constitución de la sociedad ante
el notario Thietry Vinchent, registrado en Tournai el 21
sept. 1841 en el Vol. III, f. 47. Los Macera
(Félix y Benedicto) eran hermanos, hijos del
bienhechor Luis Macera. En los documentos hay
Aquel mismo verano, la sra. Croëser, ya muy anciana,
hizo donación formal e
irrevocable de su propiedad, valorada en 18.000
francos, con la obligación de que
la comunidad aplicara por ella semanalmente dos
misas sin canto y recitara cada semana
una vez Maitines y Laudes. El P. Testa solicitó de la
Santa Sede el permiso para
asumir la carga, que no estaba de acuerdo con las
Reglas; Gregorio XVI lo concedió
el 5 de agosto de 184136.

SUPERIORES Y MAESTROS DE NOVICIOS. La


comunidad necesitaba una
persona que cumpliera tareas de dirección, el rector, y
otra que atendiera a la formación,
el maestro de novicios. El P. Domingo desempeñó las
dos tareas hasta que se
estableció en Inglaterra; después le sucedió como
superior el P. Magagnotto37. El 4
de agosto de 1847, el P. Valentín Guerrini aparece
como superior después de la visita
del P. Domingo el 30 de julio38. En 1850, el P. Serafín
Giammaria figura como
padre superior al ir a la misión de Beusseurs, diócesis
de Arras, Francia. Seguía
siéndolo en el capítulo de la provincia IOS en 1851. En
1855, en el acta de una profesión,
fiirma como rector el P. Evaristo Finistauri de San
Francisco. De 1856 a
1860 lo fue el P. Turrenio Pizzutti del C. de María. De
1861 a 1863, el P. Bernardino
Enrico del Smo. Sacramento.

El P. Barberi había recibido la facultad de abrir un


noviciado y de acoger novicios,
y así lo hizo a primeros de 1841. Pensando en una
promoción vocacional, redactó
un breve resumen de la vida pasionista con las
condiciones de admisión. Un
ejemplar fue enviado a Carlos Bernard, como punto de
referencia en Lille para las
vocaciones francesas39. Spencer opinaba que Ere
fuera también noviciado para los
ingleses, según escribía Bernard a Roma. El P. Barberi
preparó la casa con lo imprescindible
para un noviciado. Las cuantiosas deudas fueron
pagadas, en parte, con
dinero llegado de Inglaterra. Pero aunque el noviciado
sea una etapa claramente re-

alguna confusión, pues unas veces aparecen con el


nombre religioso y otras con el familiar. Benedicto
Macera (1807-1867) se llamó FÉLIX DE LA VIRGEN
DOLOROSA (AA 823002), mientras
Félix Macera (1815-1865) cambió el nombre de familia
por el de BENEDICTO DE SAN FÉLIX
(AA 822019).

36
La comunidad ofreció por ella los sufragios, y continuó
cumpliendo las obligaciones contraídas
en 1841 por la casa recibida en Ere. Ed anche al
giorno d’oggi si eseguiscono fedelmente, dice el
cronista en Bollettino C. P., 1922, III, p. 106.
37
Cfr. FEDERICO, Il beato Domenico... o. c., 310. En el
libro de ministerios aparece como superior
desde el 13 de marzo de 1842, en unos ejercicios a los
HH. de San Juan de Dios en Lille, Francia,
hasta el 5 de diciembre de 1844 en otros a religiosas
de Wez, pueblo de la diócesis de Tournai, ff.
1 y 55 respectivamente. Después sigue figurando en
los ministerios, pero no se le califica ya de
superior.

38
Libro de Ministerios..., f. 8.

39
CC, o. c., 207 y n. 13. - AGCP, fondo Mns., fotocopia
de los registros del noviciado de Ere, Livre
de Renuntiations..., Professions.., etc..
glamentada en las Reglas, Ere constituía una
experiencia no habitual en Italia: los
novicios procedían de diversas nacionalidades. De los
50 aspirantes que, entre 1841
y 1855 vistieron el hábito, 28 procedían de Bélgica, 16
de Holanda, 3 de Francia, 2
de Prusia o Alemania, 1 de Escocia (de uno no
consta). Tres de ellos eran ya sacerdotes,
pero sólo perseveró uno, futuro obispo de Nicópolis,
Bulgaria, José Ma.
Pluym de la I. Concepción (1808-1874)40. El P.
Barberi escribió a diversas personas
amigas invitándoles a dar a conocer la vida pasionista
con el propósito de favorecer
las vocaciones. En una de 1841 informaba así al Rvdo.
Bernard:

El fin de este instituto es procurar la conversión de los


pecadores y también de
los infieles; los religiosos se distinguen por la atención
a las confesiones de los fieles,
por la predicación de ejercicios y misiones en los
pueblos y ciudades y en comunidades
religiosas y seminarios, etc. Y en sus casas acogen a
sacerdotes y a otras
personas que desean hacer retiro; no renuncian a ir a
trabajar entre los infieles o los
heréticos cuando son invitados, y se puede decir que
actualmente es su principal ambición.
La vida que llevan en sus casas es muy austera;
caminan descalzos, solamente
con sandalias..., hacen otras muchas observancias, y
sobre todo se dedican a la
oración. No tienen recursos; viven de la caridad que
reciben espontáneamente...41.

El primer aspirante, Crispín Obsombre de la V.


Dolorosa, tomó el hábito el 7 de
octubre y lo dejó el 26 por el frío y poca buena
voluntad. El primer profeso fue el
escocés Agustín Edgar de la Madre de Dios; y el
cuarto, el holandés Carlos Houben
de San Andrés el 10 de diciembre de 1846, hoy en los
altares42.

Además de la diversidad de procedencia de los


novicios intervino la diferente
personalidad de los maestros. Ya el 4 de abril de 1841
el P. Barberi informaba a Roma
del desacuerdo entre él y el P. Serafín: Los dos
novicios que tenemos a mí me parecen
buenos, pero tengo mucho temor por causa del
maestro, del que ambos parecen
estar poco contentos43. Al día siguiente de la carta del
P. Barberi, el P. Serafín
daba al superior general su punto de vista respecto a
los jóvenes de Inglaterra y

40
Cfr. GIORGINI, F., I passionisti nella Chiesa di Bulgaria
e di Valachia, Romania, Roma, 1998,

p. 54.
41 Original en francés; copia en AGCP, MICH, Lettere
1840-1909.
42 Cfr. en AGCP, Mns., Chapîtres de Vètures dell’annè
1840 a l’annè 1856. - Sermentes 1842-1855.
- Professions del’annè 1841-1856. - Renontiations
1846-1866.
43
Años más adelante, muerto ya el P. Barberi, el P.
Serafín, siendo secretario general, tuvo entre sus
manos la correspondencia del P. Barberi y se permitió
la libertad de añadir una observación personal
a esta carta del 4 de abril: Nota del Maestro: La gran
necesidad de sujetos en que se encontraba
el P. Domingo en los primeros tiempos, le llevaba a
aficionarse particularmente de los jóvenes
que venían al noviciado... y deseaba que el maestro
cerrase los ojos sobre muchísimas cosas...
En el oficio que se me impuso de maestro yo no podía
en buena conciencia entrar por este
camino... Digo esto una vez por todas. - AGCP,
Domenico, 6, Lettere del P. Domenico a Testa,
1841. - CC, o. c., 210, n. 18.
Francia; y renunciaba al oficio. En su opinión los
novicios debían adaptarse a la regla
pasionista y no al revés44. En cambio, Barberi se
guiaba por otro lema: es necesario
adaptarse a la nación. En esta controversia, el P.
Testa, analizados los principios
de ambos, juzgaba que los dos eran válidos y si se les
daba su verdadero significado
concordaban en perfecta armonía45.

MAESTROS DE NOVICIOS: 1841-1842: Serafín


Giammaria. - 1843-1848:
Valentín Guerrini de S. José. - 1849: P. Serafín
(posiblemente por estar fuera el P.
Valentín). - 1850-1854: Evaristo Enrico. - 1855: León
Cascetti de Jesús Nazareno. 1856:
P. Ottaviano Pini de San José. - 1857: Rafael Bianchi
de San Luis. - 1858: Ottaviano
Pini. - 1860: Juan Pedro Cabanne de la Cruz, francés.

Profesiones en este período. De 1842 a 1856


aparecen 29; después, al crearse la
provincia de MICH, se intentó abrir también noviciado
en Francia. Hubo una profesión
en cada uno de los siguientes años: 1842, 1843, 1849
y 1853; dos por año en
1848, 1850, 1852 y 1854; tres en 1846, 1855 y 1853;
sólo en los años 1847 y 1851
hubo cuatro.

5. Apostolado
Desde el principio el problema en Ere fue lingüístico.
Los religiosos aprendieron
a fondo el francés y se lanzaron al ministerio. El obispo
exigió examen previo a los
PP. Barberi y Magagnotto, dieron impresión de
excelente cultura y recibieron licencias
ministeriales: el P. Magagnotto las mismas que se
daba a los párrocos, y el P. Barberi
todas las que puede conceder un obispo sin
limitaciones como si fuera un alter
ego que hiciera sus veces; entre otras, la de confesar
a religiosas en toda la diócesis46.
El P. Domingo se consagró enseguida al apostolado:
en 1841 predicó a los Hermanos
de San Juan de Dios en Lille, a los seminaristas
mayores de Tournai, a los
Hermanos de la Caridad de Froidmont. El P.
Magagnotto también estuvo muy ocupado.
Tardó más en decidirse el P. Serafín, pero después
llegó a ocupar los mejores
púlpitos de la zona. En el registro de ministerios de Ere
(1841-1872), en el período
de esta historia se contabilizan 200 intervenciones
apostólicas (39 misiones y 161
ejercicios, triduos, novenas, etc.). El registro se llevó
en francés desde 1846. La primera
misión la dieron del 5 al 16 de marzo de 1850 los PP.
Serafín y Marceliano Belloni,
en Hernaux, diócesis de Brujas: Es la primera misión
que nuestros padres predican
en Bélgica...47.

44 Giammaria a Testa, 05.04.1841 en AGCP, MICH,


Lettere 1841; y JOS, Letters 1841.
45 Testa a Giammaria, 24.04.1841. - AGCP, JOS
1841.
46 AGCP, IOS, cartas de Domingo a Testa,
18.11.1840.
47 VANDEN BUSSCHE, De Passionisten in Beligë…,
o. c., 41, menciona para el período 1842

1847, dos misiones, un retiro y 71 ejercicios.


Tras la marcha del P. Domingo a Inglaterra, y más
tarde del P. Pedro Magagnotto
a Australia, los más ocupados en el apostolado fueron
los PP. Serafín, Valentín, Turrenio
y Sebastián Enrico de la Purificación... Estos dirigieron
la misión de Hèbaterne,
diócesis de Arrás, de 12.000 habitantes, una de las
parroquias más retrasadas en
el plano religioso: no pasaban de 200 las personas que
cumplían con Pascua. Por su
parte los PP. León y Delfín tropezaron con frialdad en
Guizancourt, dióc. de Amiens,
del 8 al 22 de marzo de 1862: De los 700 habitantes
no pasaban de tres los que cumplían
con Pascua. A pesar del esfuerzo de los misioneros...,
la parroquia dejaba mucho
que desear. Además los misioneros se ocuparon de
las comunidades religiosas y
de los seminaristas. Los Hermanos de San Juan de
Dios, los de la Caridad y los monasterios
de agustinas, carmelitas, dominicas, etc., aparecen
casi todos los años.
La comunidad de Ere ocupó un lugar prominente en el
servicio editorial. El P.
Domingo preparó y editó varias obras marianas, y el P.
Serafín dio rienda suelta a
su amplia cultura teológica, y escribió más de 30
manuscritos, algunos ya fueron impresos
entonces, según puede verse en otro lugar.

VICISITUDES POSTERIORES. La fundación de Ere


dependió inicialmente del
superior general; pero, al crearse en 1851 la provincia
de San José, entró a formar
parte de ésta, llamada provincia anglo-belga. En este
capítulo el P. Serafín fue elegido
consultor, pero siguió de rector en Ere. El P. Domingo
acudió a hacer la visita canónica
casi todos los años (1843, 1844, 1848...). En 1854, en
víspera del capítulo, la
hizo el P. Pío Cayro, consultor general. En 1857, por
mandato de Pío IX, el P. Evaristo
Finistauri de San Francisco fue nombrado rector de la
casa. Otros datos, más
adelante al hablar de los capítulos provinciales y de la
incorporación de Ere primero
a la provincia de San José con Inglaterra, y después a
la de San Miguel, Francia.
CAPITULO VIII

LOS PASIONISTAS EN INGLATERRA (1)

1. LA FUNDACIÓN DE ASTON HALL1


1. Primer viaje del P. Domingo Barberi a Inglaterra
Como había sido programado, la llegada a Bélgica era,
en principio, mera etapa
de transición, pues la meta aprobada por el capítulo
general era Inglaterra. Hacia finales
de 1840 se vislumbró una posibilidad; podemos decir
que el punto de arranque fue
Mons. Wiseman2, coadjutor de Mons. Walsh, vicario
apostólico del distrito de Midland.
Recibida la consagración episcopal, y antes de
abandonar Roma, pensó pasar por
Bélgica, y desde allí preparar la entrada de los
pasionistas. Ya en Bélgica le informaron
equivocadamente que uno de los residentes en Ere se
encontraba en Inglaterra.
Creyendo que se tratase del P. Barberi renunció a
visitar su residencia, convencido de
encontrarlo allí. El 28 de septiembre Mons. Wiseman
comunicaba al P. Domingo Barberi:
Me parece que no está lejos el momento de su venida
a Inglaterra. Nuestro buen
obispo, Mons. Walsh, ya ha fijado sus ojos en la casa y
misión de Aston Hall, situada
en el centro y no lejos de las residencias del Conde de
Shrewsbury y del Sr. Phillipps3.
Le describía la misión con el terreno, la casa y la
iglesia de Aston Hall, le comentaba

1
CC, The foundation…, o. c., 185-427. - DEVINE, Pius,
Life of the Very Rev. Father Dominic of the
Mother of God (Barberi), Passionist, founder of the
Congregation of the Passion, or passionists, in
Belgium and England (cit. PIUS, Life…), London, 1898.
- VANDEN BUSCCHE, J., Ignatius (George)...,
o. c., 26, n. 36. - STRAMBI, Life of the Blessed Paul...,
I, pp. 1-25, introducción del P. Barberi
sobre la fundación en Inglaterra; en III, 193-366,
suplemento con cartas del P. Barberi a diversas
personas. - AGCP, sec. IOS; y sec. Postulazione,
Domenico, caja 6. - HERBERT, Father, The
preachers of the Passion or the Passionists of the
Anglo-Hibernian Province, Birmingham, 1925.

A. WILSON, Blessed Dominic Barberi, C. P.,


Supernaturalized Briton, Glasgow, 1967, 218-220.
WALL,
Canon Arthur G., The glory of Aston Hall, Stafford,
1960?, pp.33. - Cfr. Bollettino, X, 1929,
134-157, 206-213, 240-245. -Storia de la Chiesa della
Gran Bretagna, XIX-XX secolo, a cura di
Hugh Mc Leod, Stuart News, Christiane D’Aussy, o. c.,
cap. II, 435-66; y cap. III, 67-94. - CHAPMAN,
Ronald, Father Faver, The Newman Press,
Westminster-Maryland, 1961, habla del P. Domingo
en las pp. 108, 123-125 y 169; y de los pasionistas en
la p. 214.
2
Nicholas Wiseman, nacido en España de padre
irlandés y de madre española, se formó en Ushaw
y en el Colegio Inglés de Roma, del que fue rector en
1828. Cuando en 1840 fue nombrado obispo
auxiliar de Mons. Walsh, volvió para siempre a
Inglaterra. Era uno de los que esperaban conversiones
en masa. - FOTHERGILL, B., Nicholas Wiseman,
Londres, 1963. - GWYNN,D., Cardinal
Wiseman, Londres, 1929. - SHIEFEN, R. J., Nicholas
Wiseman and the Transformation of
English Catholicism, Shepherdstown, 1984. -
WARD,W., The Life and Times of Card. Wiseman,
2 vols., London, 1879.

3
Juan, conde de Shrewsbury, nacido en Grafton en
1791, murió en Nápoles, durante un viaje, en
1852. Ayudó a numerosas instituciones católicas y en
la construcción de diversas iglesias y catedra
las exigencias pastorales que supondría aceptarla y le
sugería que obtuviera su permiso
para ir a examinarlo personalmente4. Ni el P. Barberi
ni los demás miembros de la
comunidad de Ere habían olvidado que, al salir de
Roma, el P. Testa les había mandado
mantenerse a la expectativa y no exponerse a riesgos
peligrosos. El 8 de octubre,
el P. Barberi escribió al P. Testa, incluyéndole copia de
la carta de Wiseman; le anticipaba
que la fundación no se realizaría antes del verano de
1841, pues la experiencia
de Ere, donde sólo encontraron las paredes de la
casa, le aconsejaba visitar primero
Aston Hall y ver en qué estado se encontraba lo que
se les ofrecía5.

El P. Barberi se dispuso inmediatamente a viajar. El 19


de noviembre se dirigió
a Bruselas para procurarse un pasaporte en regla;
visitó al card. Egelberto Sterkx,
arzobispo de Malinas. En Lille se vistió de seglar, pues
en Inglaterra estaba prohibido
el uso del hábito. Llegó a Boulogne el 26, acogido con
gran caridad por el Rvdo.
Haffringue6. Aquella misma tarde iba a proseguir viaje
a Inglaterra, cuando una carta
de Spencer le pidió que no fuera, por no ser momento
oportuno. Como el Rvdo.
Haffringue le aconsejaba que prosiguiera, viajó a
Londres el 27 y pernoctó en la ciudad7,
recibido con gran caridad por el Sr. Lamy Joach,
párroco de la capilla alemana.
Después de cuatro días se presentó en el colegio de
S. Maria Oscott, cerca de
Birmingham, donde se encontraba Spencer. Su gozo y
emoción al pisar el suelo de
Inglaterra se mezclaron con sentimientos cada vez
menos optimistas: encontró el
asunto bastante frío. Mons. Walsh le aseguró que
podía darse por concluído, pero
para ver la casa debería esperar. Durante las tres
semanas largas que estuvo en In-
les. - Cfr. Enc. Univ. Ilustr. Espasa, vol. LV, p. 1042. -
Ambrosio Phillipps de Lisle n. en Inglaterra
en 1808, murió en 1879; a los 16 años se hizo católico.
Viajó a Italia, donde conoció al P. Domingo.
Restableció a los cistercienses y ayudó a los
rosminianos y pasionistas. - Cfr. VANDEN BUSCCHE,
J., Ignatius (George)..., o. c., 26, n. 36. - STRAMBI,
Life of the Blessed Paul..., o. c., III, 337.

4
Wiseman a Barberi, en STRAMBI, The life of the
Blessed Paul…, o. c., III, 337. - CC, o. c., 201

202. Si el P. Barberi encontraba alguna dificultad,


Wiseman le daba permiso para enseñar su carta
al P. Testa.
5
Barberi a Testa, 3.10.1840. - AGCP, Domingo, caja 6. -
CC, o. c., 202. La carta del P. Testa, recibida
el 10 de diciembre, autorizaba el viaje: debería
observarlo todo y transmitir un informe minucioso;
no debería aceptar nada sin recibir nuevas
instrucciones. -Origine di questa fondazione,

12. La correspondencia de este período (20.09. 1840 -


17.02. 1841) entre Testa y Barberi se ha perdido
en gran parte. La primera existente es del 14.08.1841.
- CC, 203, n. 6.
6
Era director de una escuela superior en Boulogne-sur-
mer, donde conoció al Rv. Bernard, y compartió
con él la idea de una fundación en Francia. Murió el 18
de abril de 1871 y dejó un lagado
de 15.000 francos para la fundación de una casa en
Hardinghen. - Cfr. Crónica de la fundación en
Francia, en AGCP, Fondo MICH, mec., en inglés.

7
Según las cartas al general del 26 de noviembre y al P.
Carsidoni, no llegó hasta el 27. - AGCP.
JOS, 1840. - CC, o. c., 202-205. - Cfr. FEDERICO: Il
venerabile Domenico..., o. c., 146, 281-283.

- A. WILSON, Blessed Dominic Barberi, C. P.,


Supernaturalized Briton, Glasgow,1967, 218-220.
-DEVINE, Life.., o. c., 138, dice que pasó la noche en
Londres, en la casa de un bienhechor y
viajó al día siguiente a Birmingham.
glaterra tuvo que resignarse a no ver el proyectado
retiro de Aston Hall. Para Wiseman
la visita era desaconsejable, porque el sacerdote que
la ocupaba, Rvdo. Benjamín
Hulme, no estaba dispuesto a dejarla y hubiera
impedido que entrara el P. Barberi
si él tenía que abandonarla. Pero no fue inútil la visita.
Ambrosio Phillipps le
invitó a su residencia de Grace Dieu (una sede
misional), en donde permaneció una
semana; también conoció al P. Luis Gentili,
rosminiano, con el que entabló amistad
y cuya predicación pudo escuchar. A su vuelta a
Oscott, el Sr. Phillipps le manifestó
que estaba dispuesto a recibir y a tener en su propia
casa a los misioneros durante
cierto tiempo, si la destinada para ellos no estuviera
aún en condiciones. Con todo
ello, algo quedó en claro: la fundación se daba por
hecha. Y con esta tranquilidad
interior, decidió regresar a Bélgica. El 20 de diciembre,
desde Boulogne, envió
una relación al general en la que le prevenía que era
imposible fundar sin la servidumbre
de una parroquia. El 23, ya en Ere, confesó a sus
religiosos que había vivido
a la vez la angustia y la esperanza de un resultado
feliz. Después escribió al P.
Testa sugiriéndole que no rechazara el ofrecimiento de
Aston Hall, y que enviara
más sacerdotes, al menos tres, y un hermano8. A la
larga, el retraso benefició a los
pasionistas, que se encontrarían con una construcción
adaptada a una comunidad religiosa,
un terreno más extenso para pasto de las vacas y un
estipendio anual de 80
libras esterlinas para mantenimiento de la iglesia y de
la misión. La casa con su
huerta estaba rodeada de un foso, que podía llenarse
de agua corriente, y así se protegía
la soledad. La única dificultad que preveía Wiseman
era la del servicio parroquial,
o sea, catequesis y confesiones en inglés.
Recuperando el hilo de la historia, el P. Domingo
comunicaba al P. Testa, en sucesivas
cartas de febrero y abril de 1841, que aún no se había
marchado el sacerdote.
Mientras tanto, Spencer se había decidido a dar a
conocer en la prensa la llegada
de los pasionistas; publicó cartas en The Catholic
Magazine, presentándolos como
agentes preocupados por la conversión de Inglaterra9.

8
Barberi a Testa, 20.12.1840. - AGCP. JOS. 1840. -
CC, o. c., 206. - Origine di questa fondazione,

13. La casa de Aston Hall, detinada por Mons. Wals


para residencia de los pasionistas, había estado
ocupada ya por otros religiosos; los pasionistas serían
el cuarto grupo: 1) seis religiosas portuguesas
de S. Brígida que vinieron a Inglaterra antes de la
ocupación de Portugal por Napoleón.
(Rossi a A. Testa, 3.10.1842 en AGCP, Domingo, 6);
2) los franciscanos de 1818 a 1833; 3) otras
cuatro monjas de S. Brígida de 1833 a 1838; y 4)
Rvdo. Benjanmín Hulme, que la ocupaba en el
momento. Según Spencer, él era el motivo por el que
se retrasaba la entrega a los pasionistas; para
negarse a salir se apoyaba en los gastos hechos
desde su llegada y en que debían garantizarle
una buena acomodación en el traslado. -CC, o. c., 223,
n. 43. - Archives of St.Mary’s Abbey
(O.S.B.) Colwich, Spencer Letters n. 1.
9
Según carta de Spencer a Barberi el 04.02.1841
estuvo dudando de escribir sobre el tema, por el
peligro de que se aplicaran a los pasionistas las leyes
que prohibían la entrada de nuevas órdenes;
pero se decidió después de haberlo consultado con
personas prudentes. - STRAMBI, Life of the
Blessed Paul...,o. c., 344. - CC, o. c., 212.
OFRECIMIENTO DE UNA FUNDACIÓN EN
ESCOCIA. -En este compás de
espera llega el ofrecimiento de una fundación en
Escocia, hecha por el bienhechor
Guillermo Steward de Edimburgo. El 8 de abril de 1841
Spencer tuvo más detalles:
el Sr. Steward, recién convertido al catolicismo, ofrecía
una de sus tres propiedades,
alentado por Mons. James Gillis, coadjutor del Distrito
oriental de Escocia, quien
comunicó a Spencer que le gustaría ver a los
pasionistas en su Distrito10. El P. Barberi
aconsejó al Sr. Steward que obtuviera primero permiso
del obispo y después lo
solicitara al superior general.

Aunque tanto Walsh como Wiseman se alegraron de


tal oferta, no renunciaron a
tener a los pasionistas en su Distrito; y tocaría a
Barberi conseguir de Roma religiosos
para las dos fundaciones11. La noticia del ofrecimiento
de Escocia salía para Roma
el 17 de abril. El P. Barberi opinaba que la Providencia
abría dos puertas, una en
Inglaterra y otra en Escocia, y que no debían cerrarse.
El general dio una respuesta
clara: no se podía atender a las dos fundaciones, por
el momento. Hasta mediados
de junio no se producen nuevas noticias, pero es
seguro que el P. Barberi se carteó
con personas de Escocia y ciertamente con Spencer,
que tenía miedo de que, por lo
de Escocia, se desistiera de Aston Hall. El 17 de junio
el P. Barberi preguntaba al P.
Testa, si, en el caso de que resultara imposible la
fundación inglesa, podrían proseguir
los pasos en Escocia, que se realizaría más
rápidamente.

Llegados a este punto en el proceso fundacional,


aparece una diferencia de ritmo
entre Barberi y Spencer: el primero daba la impresión
de actuar con cierta precipitación;
su criterio parecía ser el de fundar a toda costa.
Spencer lo confirma: ir
demasiado aprisa, como parece que el P. Domingo
estaba haciendo, no beneficiaba
la causa12.

La Congregación de la Pasión en “L’Univers”. - El


proyecto de la fundación en
Inglaterra atrajo el interés del períodico parisino
L’Univers13. El 12 de abril de 1841,
Juan Dobrèe Dalgairns14 escribió una carta en la que
anunciaba: Hemos sido infor

10
Spencer a Barberi, 04. 04.1841. - James Gillis era
obispo auxiliar desde el 22.07.1838; nombrado
Vicario Apostólico en 1852, murió en 1864.

11
STRAMBI, Life of the Blessed Paul..., o. c., 347. -
Spencer a Barberi, 08.04.1841. - CC, o. c., 212.

12
Spencer a Sra. Canning, 16.06.1841. - SMA, Spencer
Letters, n. 2. - No se ha dado con la carta
del P. Testa al P. Barberi. - CC, o. c., 213.

13
Periódico católico francés, fundado el 03.11.1833 por
el sacerdote Migne. - Cfr. CURCIO, D., Importanza
e contenuto ecumenico della Lettera a Oxford del B.
Domenico Barberi, 05-05-1841, tesis
en el ANGELICUM, Roma, 1976, 539-550; el artículo
de L’Univers, del 13 de abril de 1841,
en las pp. 210 ss.

14
Juan Dobrée Dalgairns n. en Guernsey en 1818;
devoto seguidor de J. H. Newman, en 1845 fue
recibido en la Iglesia por el P. Domingo; al año
siguiente fue ordenado sacerdote y se hizo oratoriano.
Firmaba sus cartas como P. Barnard. Murió en 1876. -
Cfr. MC’ELLIGOT, Ignatius, C. P.,
mados de que dos órdenes de monjes están para
establecerse en Inglaterra con el
fin de trabajar en nuestra conversión15 .

Y añadía: Los religiosos que están para entrar en


Inglaterra no se dediquen a
conversiones individuales; preocúpense solamente de
los católicos; canten las alabanzas
divinas día y noche; caminen con los pies descalzos,
vístanse de saco y prediquen
el evangelio al pueblo semipagano de las grandes
ciudades industriales. Encuéntrese
entre ellos un serafín como el de Asís y se hará la
unión...

La carta de Dobrèe-Dalgairns fue enviada a Phillipps


por medio del amigo común
Bloxam16. Barberi escribió la respuesta que envío a
L’Univers el 5 de mayo,
pensando en un eventual viaje a Oxford en julio.
2. No se avanza en la solución de las dificultades
Este tema ocupa un cierto tiempo, pero no pasa de
una anécdota en la cronología
fundamental, la llegada a Inglaterra. Durante la
primavera (mayo-junio) no se
dieron pasos en ninguna de las dos fundaciones en
programa. El 8 de junio, Spencer
ofrecía al P. Barberi un resumen de la situación: los
obispos Wiseman y Walsh
deseaban a los pasionistas en su Distrito, pero no eran
capaces de disponer de la casa
destinada a este fin. El 8 de junio, Mons. Wals se
encontraba cerca de Aston Hall,
para solucionar el obstáculo del sacerdote enfermo
que entorpecía la fundación17. El
28 de junio, Hulme enumeraba al obispo Walsh sus
razones para seguir en Aston
Hall: a) la salud, b) el apoyo unánime de la
congregación (comunidad de fieles dentro
de una misión); c) el desembolso hecho en la casa,
para lo que tuvo que pedir un
préstamo que intentaba pagar con el estipendio de los
cinco años siguientes. ¿Iba a
ser removido después de tantos sacrificios? Y
seguidamente daba razones por las
que juzgaba que los pasionistas no eran aptos para la
misión: los regulares nunca habían
actuado bien en Aston Hall, y lo bueno que había en la
congregación, si había
algo, no era obra de los religiosos que regentaron la
misión en los últimos 20 años,

Blessed Dominic Barberi and the tractarians: an


exercise in ecumenical dialogue, en Recusant
Historiy The Cath. Record Society, 51 ss., p. 85, nota
2. - VANDEN BUSSCHE, J. Ignatius (George)...,
o. c., 76, n. 10.

15
Estas dos órdenes de monjes serían los pasionistas y
los redentoristas que llegaron en 1843. - CC.,
o. c., 215, n. 30. - Cfr. Lettera ai professori di Oxford:
Relazione con Newman e i suoi amici, a
cura di F. GIORGINI, Roma, 1990.
16
FEDERICO, Beato Domenico..., o. c., 292-294. Bloxam
era becario del Colegio Magdalen, Oxford.
En los Newman Archives del Oratorio de Birmingham,
existe copia de una serie de cartas de
Phillipps a un Becario de S. M. Magdalene, Oxford. El
destinatario era problabemente Bloxam.
En la última de la serie, sin fecha, Phillipps habla con
todo detalle de Barberi y de los pasionistas.

- Birmingham Oratory, Newman Archives:


Miscellaneous Letters, 1841. - CC, o. c., 216.
17
STRAMBI, Life of the Blessed Paul...,o. c., III, 346-349.
- CC, o. c., 218-219.
sino del Rvdo.Morains18. A su juicio, los frailes buscan
lo que les conviene y luego
abandonan el lugar, y los pasionistas se comportarían
de la misma manera. Culpaba
a Phillipps por patrocinar fundaciones como la de los
pasionistas, perjudicando a los
sacerdotes seculares. Creía llegado el momento de
plantear la cuestión claramente:
¿no eras más conveniente mantener a un sacerdote
débil y enfermo, que introducir
un grupo cuya utilidad era problemática? Para él sería
una gran alegría quedarse en
Aston Hall 5019. Una vez más, a las puertas del
verano, las negociaciones de Aston
Hall seguían sin resolverse.

EL ENCUENTRO DE BRUSELAS. Spencer comunicó


el 3 de julio al P. Barberi
que probablemente Walsh y Wiseman irían a Bélgica a
finales de mes, y estaba
seguro de que visitarían a los religiosos de Ere, a fin
de concretar la fundación inglesa.
Desde Spa, Wiseman mandó a Barberi el 2 de agosto
una nota en la que le informaba
de su presencia en Bélgica con Mons. Walsh y que lo
esperaban en la nunciatura
para hablar de intereses comunes20. El encuentro en
Bruselas tuvo lugar el 6
de agosto. Dos días más tarde el P. Barberi informaba
al superior general: los obispos
le habían asegurado que la casa destinada estaba
pronta para cuando quisieran.
El P. Barberi les hizo saber que se debería esperar a
la llegada de nuevos religiosos
de Italia y a la organización de los asuntos de Ere,
especialmente en lo relativo a la
donación de Madame de Croëser. Sobre la actitud que
se debería tomar, el nuncio
prefería que el P. Barberi siguiera en Bélgica, mientras
Mons. Wiseman era tajante:
otros religiosos podrían ocupar su puesto en Bélgica;
él debía ir a Inglaterra, objetivo
final de todo el proceso21.
El 21 de junio de 1841 el P. Domingo, ante la
perspectiva de otras fundaciones en
Inglaterra y Escocia, había pedido al P. Testa más
religiosos. El P. Testa había seleccionado
a cinco, uno de ellos el irlandés P. Amadeo Mc Bride,
como compañero del P.
Barberi en su viaje a Inglaterra. El grupo partió de
Roma el 8 de agosto camino de Ere.

LA ENTRADA EN ASTON HALL. -El 21 de agosto, el


P. Testa escribió dos
cartas: en una informaba a los religiosos de Ere que
estaba aceptada la fundación in

18
Sacerdote francés que volvió a Francia en 1815 y fue
vicario general de Blois. - CC, o. c., 221222,
n. 42.

19
DAB (Diocesan Archives Birmingham), Parishes, Aston
by Stone, I (1818-1839). - CC, o. c., 222223,
n. 43. - Cfr. Aston Hall History, a account of Aston Hall
Country Atafford, collated by Sister
Mary Isabella Howard, O. S. B., October 1900, for the
Rv. John Oswald Price Serving the mission
at Aston, mcn.

20
STRAMBI, Life of the Blessed Paul..., o. c., III, 353.

21
Barberi a Testa, 08.08.1841, traduc. por CC del
original italiano. - AGCP, Domingo, caja 6. - CC,

o. c. 226-227.
glesa; y en la otra encargaba al P. Barberi que, en
cuanto dejara arreglados los asuntos
legales de Ere, marchara a Inglaterra con el P.
Amadeo Mc Bride22.

El 27 de septiembre estos dos dejaron Ere y el 7 de


octubre llegaron al Colegio
de S. María, Ascott. Al día siguiente, el P. Barberi
comunicaba al P. Testa que no había
tenido oportunidad de conversar con los dos obispos y
que, como ignoraba cuándo
se trasladaría a la futura casa, no podía remitirle la
dirección.

Según su estilo de gobierno, el P. Testa seguía de


cerca las fundaciones. El 20 de
octubre le preguntó cómo se arreglaría lo de la
parroquia; el P. Barberi no podía responder,
pues continuaba en Oscott, y la situación de Aston Hall
seguía en el aire. Al
cerrarse el año 1841, el P. Domingo tenía la sensación
de fracaso. El Rvdo. Hulme
no cedía. En enero de 1842 el P. Barberi seguía en
Oscott. El general le aconsejó que
esperara allí y que fuera acostumbrándose al carácter
de los ingleses. El P. Barberi
esperó mientras estudiaba el idioma, que logró hablar
pasablemente23. Finalmente,
por Navidad, el Rvdo Hulme comunicó al obispo que
aceptaba el marcharse, pero
que le diera un tiempo para arreglar sus asuntos. Y por
fin el 17 de febrero de 1842
fue en persona a Oscott, y los llevó consigo. ¡Había
comenzado la primera fundación
pasionista en Inglaterra! 24 Todavía tuvieron que
convivir con él un poco de
tiempo, pero éste era ya problema menor.

22
Testa a la comunidad y a Barberi, 21.08.1841. - CC, o.
c., 229.

23
Spencer a la Sra. Canning, 05.12.1841. - SMA,
Spencer Letters, n. 4. - Testa a Barberi,
10.02.1842. - CC, o. c., 34, 236-237.

24
Provincial Archives, Minsteracres, Platea de Aston
Hall. - CC, 237-238, n. 69.
240
CAPÍTULO IX

LOS PASIONISTAS EN INGLATERRA (2)

2. LA OBRA DEL P. DOMINGO BARBERI (1841-1849)


La llegada del P. Barberi constituye el encuentro de un
hombre de Dios con la
historia y la cultura inglesas, un mundo sólo
parcialmente intuido. Puede decirse que
la primera parte de la historia de la fundación inglesa
se identifica con la etapa final
de la biografía del P. Barberi. Humanamente no había
en él nada de imponente: pequeña
estatura, voz chillona, idioma mal aprendido y
salpicado de italianismos, y
vestimenta muy pobre. Su primer compañero, P.
Amadeo Mc Bride, no compensaba
las deficiencias del P. Barberi: era enfermizo y, aunque
de procedencia anglosajona,
sus pláticas resultaban poco más inteligibles que las
del P. Domingo; pero
mientras éste llegaba empapado de ciencia sagrada, el
P. Amadeo carecía de penetración
intelectual; propenso a la rebeldía e inestable de
carácter, regresó a Italia y
abandonó la congregación en 1850.

Durante bastante tiempo, el frágil y resistente P.


Domingo fue el factótum de la
naciente provincia, que pesaba sobre sus hombros,
movió todos los hilos de la fundación
y escribió las solicitudes necesarias a Roma, a los
obispos, a los bienhechores
y a otros agentes; él fue, para todo y en todo, la misión
en Inglaterra1 .

Como delegado del general, tuvo que combatir en


cuatro frentes: 1) expansión en
el ámbito inglés; 2) formación de nuevas generaciones;
3) conservación de los valores
tradicionales en un ambiente diverso del italiano:
problema del uso del hábito o
del calzado, ayunos, etc.; 4) dimensión ecuménica, su
indudable carisma personal.

1. Apostolado
En el fondo, la actividad pastoral y, sobre todo, el
testimonio de vida evangélica
eran la razón fundamental de la llamada de la Iglesia
católica inglesa2.. Mons. Wiseman,
en una exposición a Gregorio XVI a finales de enero
de 1840, hablaba de la
necesidad de algún instituto religioso que desarrollara
una doble actividad: 1) visi

1
Cfr. FANNING, David, The Passionists in Britain and
Ireland 1841-1990. Episodes and characters
from a century and a half (conferencias ), pp. 2-3).

2
Cfr. C. CHARLES, The origins of the Parish Mission in
England and the Early Passionist Apostolate
1840-1850, en The Journal of Ecclesiastical History,
vol. XV, b. - Il P. Domenico era agli
occhi dei trattariani più progresisti l’argomento vivente
della santità della Chiesa di Roma e una
voce pura della Providenza, en Enciclopedia
Ecclesiastica, o. c., VII, 948.
tar lugares en los que la Iglesia Católica es
desconocida en todo o en gran parte;
2) predicar misiones en poblaciones en las que hay
católicos, para alentarlos a mayor
celo y fervor3.

Los pasionistas sintieron la urgencia de lograr la


simbiosis entre las necesidades
pastorales de la Iglesia inglesa y los ministerios típicos
pasionistas. Durante los trámites
de la fundación, el P. Barberi tuvo que explicar
claramente a sus interlocutores
que el deseo de los pasionistas era tener una casa que
no fuera a la vez parroquia.
Sobre este particular la respuesta de Mons. Wiseman
fue tajante: en aquel momento
era inconcebible un sacerdote católico sin un centro
parroquial4.

El P. Barberi lo puso en conocimiento del general, y en


la carta del 9 de febrero
de 1841 se mostraba partidario de acceder a los
deseos de Wiseman y de asumir
obligaciones parroquiales, pues si el instituto se
encerraba en sí mismo, podría ocurrir
que la casa no fuera entregada a los pasionistas, sino
a los rosminianos5. Para
nuestro caso es suficiente hacer constar ahora que,
respecto al apostolado, se estaba
planteando una nueva problemática. Desconociendo
cuál fue la respuesta, se ignora
asimismo la primera reacción del P. Antonio Testa y
del consejo general6. Al
tramitar la llegada de los pasionistas, el Dr. Wiseman
pensaba en organizar retiros
regulares al clero, para lo cual creía apropiada la casa
de Aston Hall y esperaba que
los pasionistas acogieran a cuantos quisieran practicar
los ejercicios. Conjugando
bien ambas finalidades, su presencia sería aceptada
por la mayoría de la gente. No
era tan importante llegar a Inglaterra, sino que los
pasionistas prestaran buen servicio
a los fieles7.

Llegados a Aston Hall, los PP. Barberi y Mac Bride


asumieron la responsabilidad
de una parroquia de unos 300 fieles, y continuaron la
actividad del Rvdo. Benjamín
Hulme. Éste, que permaneció con ellos hasta el 3 de
abril, les ayudó en las
primeras semanas en la pequeña capilla, una sala
habilitada en el primer piso de la
casa, pues en Aston no había iglesia8.

3
Ibid., The origins..., o. c., 60.

4
Carta de Domingo a Testa, el 30.12.1840. - DBE, 31. -
CC, o. c., 206.

5
Barberi a Testa el 09.02.1841. - AGCP, JOS, 1841. -
CC. 208.

6
En realidad el tema de las parroquias, en un cierto
sentido, lo tenía resuelto la congregación: los
misioneros de Bulgaria las regentaron desde el
principio sin objeción por parte de la autoridad.
Sobre este tema véase carta de Spencer a la sra.
Canning, el 24.02.1841, relativa a la fundación de
Aston Hall.

7
Archives of St. Mary’s Abbey (O.S.B.) Colwich,
Spencer letters n. 1, archivos citados en adelante
como SMA. CC, o. c., 207-209.

8
CC, o. c., 239, aclara en la nota 1: first floor, i.e., the
floor above the ground floor; y en 242, nota
7, dice que el Rvdo. Hulme fue a Roma, donde solicitó
que se le permitiese cambiar el título de
misión por el que había sido ordenado, por el de
patrimonio, y ser dispensado del juramento de
servir en las misiones. Gregorio XVI se lo concedió el
27 noviembre 1842.
Aquel primer momento apostólico fue la presentación
de credenciales, el ensayo
de las posibilidades que a la Iglesia local podía prestar
la nueva congregación, y
el banco de prueba para los pasionistas, que partían
de cero y eran tan pocos. Nada
más llegar a Aston Hall el P. Domingo predicó retiro a
su pequeña comunidad, con
asistencia del Rvdo Benjamín Hulme, que dio un juicio
positivo; fue el 13 de marzo,
Domingo de Ramos9. Tomó como lema el texto
paulino: Nosotros predicamos a
Cristo Crucificado (1 Cor 1, 23). El sermón estaba
escrito en buen inglés, pero su
pronunciación dejaba mucho que desear. Predicó en
seis ocasiones durante la Semana
Santa. El P. Bernardo O’Loughlin, C.P., que lo escuchó
en esta ocasión, nos ha
dejado de manera resumida sus impresiones: Se puso
en pie intrépidamente y predicó
sobre Jesús Crucificado, aunque su lenguaje era tan
chapurreado e imperfecto
que distraía a los piadosos oyentes10 .

Los acontecimientos se sucedían: el 25 de marzo llegó


de Ere el Hno. Astano
Romani; unos días antes había solicitado admisión en
el noviciado Walstan Bunn,
de 19 años, que profesaría el 8 de mayo de 1843. Así
el P. Domingo tuvo que cumplir
también la tarea de maestro de novicios: seis más
profesaron hasta su muerte11.
Pero no todo fue camino de rosas. Hay que recordar
que los pasionistas fueron los
primeros en adoptar la vida común, en vestir el hábito
en público, en usar sandalias,
en dar misiones y ejercicios al pueblo, en llevar la
tonsura, en revitalizar el ofertorio
de la misa y en tener una procesión en público desde
los días de la Reforma. Se
gloriaban del escándalo de la Cruz, fueron objeto de
burla de los protestantes, no
aplaudidos por los tímidos católicos y tolerados por los
obispos12. Mientras predicaba
y se ejercitaba en el idioma, el P. Barberi adquirió
notable ascendencia entre los
parroquianos y los miembros del Movimiento de
Oxford. El fruto espiritual de su
trabajo entre los católicos quedará siempre envuelto
en el misterio, pero hay datos
sobre la eficacia de su predicación entre los anglicanos
que pasaban a la Iglesia Católica.
El 26 de abril de 1842 acogió a tres, y otro estaba
instruyéndose; el 23 de mayo
había recibido a cuatro más. En esta fecha analizaba
la situación y el proceso seguido:
el verdadero obstáculo para la conversión se
encontraba en la ignorancia o en
la indiferencia religiosa. Era necesario comenzar por
instruirles acerca de la existencia
de Dios uno y trino13. El P. Barberi introdujo las
misiones populares, con las mo

9 El texto del sermón en AGCP, Fondo Barberi (orden


antiguo) Ms IV, 11, pp.1-5.
10 CC, 240. - Bernardo 0’Loughlin de S. José (1823-
1894) era entonces novicio en Aston Hall; pro

fesó en 1846; fue provincial y murió en París. - Cfr.


Cenni..., 1894, p. 38. - PIÉLAGOS, Prov. de

la S. Familia,, o. c., 23.


11 CC, o. c., 557, apénd. B, tabla 4.
12 DEVINE, Pius, A History of the Passionists: The
British Islands 1842-1882,f. 3, en AGCP, fondo

IOS, Storia…
13 Barberi a Testa, 24.04.1842. - CC, o. c., 243.
dificaciones pertinentes. Los rosminianos venían
trabajando en el apostolado desde
1835. En 1843 llegaron de Bélgica los redentoristas.
En 1844 los pasionistas rompieron
las trabas que ponían el clero local y las leyes civiles, a
pesar del vacilante
dominio del idioma. El Domingo de Pasión, 24 de
marzo de 1844, el P. Domingo
comenzó una misión en Lane End, Staffordshire14.

Los rosminianos Luis Gentili y Furlong dieron otra en la


misma primavera que
los pasionistas, y los redentoristas se sumaron a este
servicio en julio siguiente. En
las anotaciones de la misión pasionista se lee: El
Domingo de Pasión... el P. Domingo
fue a Lane End para dar unos ejercicios públicos a la
comunidad parroquial
del lugar... Fueron los primeros dados por los
pasionistas en Inglaterra, si
se exceptúan los de la propia casa de Aston-Hall. Todo
marchó mucho mejor de lo
que se esperaba. Al P. Domingo se le dijo que todo el
pueblo lo había entendido
perfectamente. La asistencia fue muy numerosa...
Tuvo el consuelo de escuchar la
primera confesión y administrar un bautismo sub
conditione a tres mujeres protestantes15.

2. Maestro de novicios y superior


Como se ha visto, el P. Barberi abrió en Aston Hall, a
la vez, la casa y el noviciado.
Ya desde Ere había mostrado esta preocupación por
las vocaciones nativas.
Desde 1842 hasta su muerte, simultaneó el trabajo
apostólico con las visitas a la comunidad
de Ere y se preocupó de aquel noviciado16. El 7 de
mayo de 1842 vistió el
hábito Walstan Bunn con el nombre religioso de José
de Santa María y profesó al
año siguiente (salió en 1855). En marzo de aquel año
había llegado de Ere, como se
ha dicho, el H. Ansano Romani para ayuda del
noviciado. El 22 de julio se incorporó
el P. Gaudencio Rossi, joven sacerdote de 25 años,
con el escocés Agustín de la
Madre de Dios (Juan Bta. Edgar), de manera que al
principio de 1843 la comunidad
de Aston Hall constaba de ocho miembros17. El
P.Barberi se preocupó por dar a conocer
las características del instituto para orientar bien a las
vocaciones. En la Introducción
que escribió para la traducción al inglés de la vida del
fundador escrita por
el P. Strambi, se explayó en las características de la
vida pasionista (formación, vida
común, espiritualidad, apostolado), pero hizo hincapié
en la razón del apostola

14
DEVINE, A History..., o. c., f. 8.
15
Record of Missions and Retreat 1842-1852, arch. of
the St. Gabriel’s College, cit. en CC, The origins...,
o. c., 65-66. La expresión public retreat de las crónicas
indica una misión sin ciertas formalidades
o procesiones propias de la verdadera misión.

16
Cfr. Libros del Noviciado de Ere; Renontiations,
Sermentes, Protestations, Atestations 1842-1855,
ff. 78, 94, 99, 111, 113, 118, 120... El 16 de octubre de
1848 promulga en Ere las normas relativas
al uso del calzado en aquel noviciado, según las
sugerencias del P. Di S. GiacomoTesta.

17
Cfr. FEDERICO, Il B. Domenico..., o. c., 312. - CC, o.
c., 249.
do parroquial: Los pasionistas no se dedican a
sermones llamados en Italia cuaresmales,
ni a panegíricos o cualquier otro tipo de sermones
llamados de campanillas,
salvo raras excepciones; sino a simples instrucciones
al pueblo en los domingos y
días festivos, en sus propias iglesias o en otras si son
invitados por sus respectivos
pastores. Por lo general no toman cura de almas, pero
se esfuerzan por ayudar a
los párrocos de los lugares en donde tienen sus casas,
dan la catequesis, atienden
las confesiones, etc. No obstante, en Inglaterra ha sido
necesario que atiendan a las
comunidades de los lugares en donde han abierto
casa; y donde esto no se hace, están
siempre dispuestos para dar instrucciones religiosas y
escuchar las confesiones
de los fieles que acuden a sus iglesias o capillas.
Reciben en sus casas a sacerdotes
o seglares, por un tiempo no superior a quince días, si
desean retirarse a ejercicios
espirituales...18 .
Además del las vocaciones nativas, siguieron llegando
religiosos de Italia, vía
Bélgica. Al aumentar el número, fue necesario
incrementar las comunidades. En la
platea de Northfield 1846-1849 se dice que hacía unos
cuatro años los pasionistas se
habían instalado en Aston Hall, Straffordshire, y habían
pasado de 2 a 12 profesos,
además de 3 novicios. El P. Barberi pidió al P. Testa
licencia para buscar otra casa
en la que establecer el noviciado. Un tal Mr. Leigh
había construido una capilla en
honor de la Anunciación en Worchester Park; Mons.
Wiseman le aconsejó que se la
ofreciera al P. Domingo. No había casa, pero se alquiló
la de un pastor protestante;
tomaron posesión el 24 de marzo el P. Barbery y el H.
Tomás Dawson19.
Una de las dos habitaciones se acomodó para capilla,
donde al día siguiente,
fiesta de la Anunciación, el P. Domingo celebró la
misa. El P. Marceliano Pini
(1819-1848) y el estudiante Anselmo Alcock, llegaron
el 28; el 2 de mayo el P.
Agustín (Edgar), el estudiante Francisco Javier Mc
Evoi y el H. Juan Fieding; y en
junio, tres estudiantes recién profesos en el mismo
1846, dos en Aston Hall (estudiantes
Martín Payne y Bernardo O’Louglin) y uno en Ere
(Alberto OP’T Broek de

S. Miguel Arcángel; salió en 1857). Si el 25 de marzo


el P. Barberi había celebrado
ante sólo seis personas, al domingo siguiente
asistieron ya 2020.
3. Conversión de Inglaterra y promoción de la unidad
El P. Barberi no perdía de vista la conversión de los
anglicanos. En una carta a
Mrs. Canning le decía: Son ya varios los protestantes
que han sido recibidos en el
seno de la Iglesia Católica (el primero de ellos ya
falleció y fue sepultado allí don

18 DOMINIC, Introduction to the Life of the Blessed


Paul..., o. c., 20-21, firmada en Aston Hall,
21.09.1847.
19 Había profesado en Aston en 1844; abandonaría la
congregación en 1862. - Cfr. CC, o. c., 559.
20 DEVINE, A history..., o. c., 12.
de se está levantando la nueva iglesia); otros muchos
están en proceso de instrucción,
entre ellos una mujer de gran piedad, Mrs. Evans, que
desde la llegada de los
religiosos aquí ha manifestado siempre una caridad
maternal21.

El 18 de junio llegó a Inglaterra el P. Vicente de San


José Grotti (1820 -1883),
uno de los misioneros más celosos durante los pocos
años que permaneció en Inglaterra22.
Con su llegada y la de un neoprofeso de Ere, había 18
religiosos en Inglaterra:
9 en Aston Hall y 9 en Northfield House, cuyo superior,
el joven P. Marceliano
Pini, murió a los pocos meses con sólo 29 años; le
sucedió el P. Grotti. Cuando esta
casa tuvo que ser clausurada en 1850, éste pasó de
superior a Brodway (Worchestershire),
sede de noviciado. Fue además un gran predicador de
misiones. Hay que
recordar ya que el Rvdo. Spencer, tras el noviciado en
Aston Hall, profesó el
06.01.1848. Con él ganaba la congregación un
predicador nativo y un activo promotor
de la unidad, en la línea trazada por el P. Barberi23.
Un religioso que le ayudó mucho
fue el joven P. Gaudenzio Rossi de San Esteban
(1817-1891), nombre vinculado
al nacimiento de las Hermanas de la Santa Cruz y
Pasión como se recuerda en el
capítulo correspondiente. En enero de 1849 el Sr. John
Smith, que de simple trabajador
había llegado a gran empresario, quiso dedicar al
Señor los beneficios recibidos
y ofreció levantar un retiro desde los cimientos, en
Liverpool, en la localidad de
Sutton. De los tres solares posibles, el P. Barberi optó
por uno con esta frase bíblica:
Este será el lugar de mi descanso para siempre. Aquí
moraré porque así lo he
escogido24.
Del 29 de abril al 20 de mayo de 1849 los PP. Barberi,
Spencer y Grotti, dieron
la primera misión pasionista en Irlanda, en la parroquia
de S. Audeón, High St., Dublín25.
Todavía intervino en otra, en el mes de junio en Rury
Lane, de Londres26. En

21
No se ha dado con la carta original. Se cita el texto
tomado de The passionists at Woodchester
1846-1850, un trabajo de Fr. Sylvester Palmer, C. P.,
para Preachers of the Passion, winter 1957,
boletín interno de los estudiantes de IOS. - DEVINE,
Life.., o. c., 217, transcribe una parte y la sitúa
en abril de 1843.

22
Había sido canónico de Viterbo antes de profesar en
1845. Ocupó diversos cargos en las provincias
PRAES y PIET, y en la congregación, como el de
procurador general. Murió en la casa general
el 08.09.1883. - Cfr. Cenni, 1884, 40-42. - Bollettino, X,
1929, 207.

23
Cfr. FEDERICO, Il beato Domenico..., o. c., 414.

24
Así lo testifica la Sra. Dawson, hija de John Smith, en
FEDERICO, Il beato Domenico, o. c., 413

414. Sus reliquias fueron trasladadas de Londres a


Sutton cuando se clausuró aquella casa; así se
cumplió la profecía. Cfr. en AGCP, Domingo, caja 7,
Relación del P. Vicente Grotti al P. Testa.
25
Cfr. Records of the Pass. Miss. Labours at Ireland. -
FEDERICO, Il beato Domenico..., o. c., 414.

26
En Inglaterra había dado 23, es decir: 1842, Aston;
1843, Aston y Stone; 1844, Lane End,
Swynnerton, Heythrop, Radford, Tixall, Lane End,
Stafford, Wolverhampton, Rugeley, Cresswell;
1845, Bilston, Liverpool- St. Nicholas, Derby; 1846,
ninguna; 1847, Poplar, Virginia St., Aston;
julio hizo la visita canónica en Ere. Regresó a
mediados de agosto, y aunque no se
sentía bien, se creyó obligado a cumplir el compromiso
contraído con las religiosas
de St. Mary’s Hill de darles los ejercicios. Le
acompañaba en la estación de Paddington
el P. Luis Pesciaroli, que estaba en Londres al
regresar de Australia. Durante
el viaje, el P. Barberi iba leyendo, pero ya le había
dicho al P. Pesciaroli: Siento
que mi vida ha llegado a su fin. Un ataque
espasmódico obligó a detener el tren en
Pangbourne. Algunas familias se negaron a recibirlo,
pensando en un caso de cólera,
epidemia entonces existente en Londres; un
protestante lo acogió. El médico decidió
que se volviera a Reading, pues no era cólera, sino
ataque cardíaco. De Pangbourne
a Reading el tren empleó diez minutos. Llegados a
esta última estación, el
P. Barberi expiró el 27 de agosto, a los 57 años, de los
cuales ocho en Inglaterra. El
periódico The Reading Mercury, del 1 de septiembre,
informaba de las vicisitudes
del caso27.
Con él moría un sembrador del evangelio, pero no la
semilla que había sembrado.
Entre los frutos de su apostolado quedaban más de
cien convertidos del anglicanismo
a la Iglesia Católica, el más conocido John Henry
Newman. Un día de 1842
Newman había renunciado a la parroquia anglicana de
St. Mary de Oxford y se había
retirado con otros compañeros a una residencia de
Littlemore, una especie de comunidad
de reflexión. El 24 de junio de 1844, fiesta de San Juan
Bautista, el P. Barberi,
que predicaba en Ratford, se acercó a Littlemore y se
entrevistó con Newman:
El doctor Newman, que es el fundador, me recibió con
señales de cordial aprecio...
Hablamos de diversos temas de religión. Rezamos
mucho...28.

Newman se concentró en el estudio de los dogmas


católicos, sumergido aún en
la noche oscura y con miedo de ser víctima de una
ilusión29. Uno de los residentes
en Littlemore, Dalgairns, acababa de entrar en la
Iglesia Católica el 29 de septiembre
de 1845 en Aston Hall. El 7 de octubre, Newman
estaba decidido a dar el mismo
paso ante el P. Domingo, del que escribía aquel mismo
día: El P. Domingo ha tenido
siempre su pensamiento centrado en Inglaterra ya
desde joven, de una mane

1848, Poplar; 1849, Westminster, Ince Blundell, St.


Andrews (Dublín), Drury Lane (Londres); y
además 27 retiros. - Cfr. CC, Tabla 6, 560/569. -
FILIPPO della Sma. Anunziata, Vita del Servo di
Dio P. Domenico della Madre di Dio..., Ferentino, 1860,
p. 154, enumera 44 localidades en las que
dio misiones o ejercicios. - MEAD, Jude, Shepherd of
the second spring. The Life of Blessed Dominic
Barberi, C. P., 1792-1849, St. Anthony Guild Press,
Paterson, New Jersey, 1968, p. 146.

27
FEDERICO, Il beato Domenico..., 448-451. -
YOUNG,U., Dominic Barberi in England..., o. c.,
apéndice A, 211-212. - CC, o. c., 387.

28
Barberi a Testa, 15.07.1844, en YOUNG, Dominic
Barberi ..., o. c., 103. - FEDERICO, o. c., 369

370.
29 Carta del 10.11.1844, en FEDERICO, o. c., 372.
ra muy destacada... Yo lo conocí unos pocos minutos
el año pasado cuando vino a
ver la capilla en la fiesta de San Juan Bautista. Es un
hombre sencillo y simpático,
un italiano, pero un hombre muy hábil y agudo, a su
manera30 .

En la mañana del día 8 de octubre el P. Barberi salió


de Aston Hall en una diligencia
descubierta, bajo la lluvia. En Oxford le esperaban el
ya convertido Dalgrains
y el señor St. Johns. Llegados a la casa de Littlemore,
Newman inició su confesión,
que concluyó en la mañana del 9. Después continuó
con la de Bowles y la de Stanton.
Por la tarde, los tres hicieron profesión de fe en el
oratorio de la casa. El 11, recibió
también en la Iglesia Católica al matrimonio
Woodmason y a dos de sus cuatro
hijos. Y el mismo día regresó a Aston Hall, con un
gozo indecible: Todo lo que
he tenido que sufrir desde que salí de Italia lo doy por
bien compensado con este felicísimo
final31.

La obra del P. Domingo puede ser vista desde cuatro


vertientes complementarias:
la hagiográfica por su heroica santidad, la cultural por
los libros que publicó y
los que dejó inéditos, la apostólica por los ministerios a
los que se dedicó, y la ecuménica,
por la que es más conocido en ciertos sectores. J. H.
Newman elogiaba su
encarnación e inculturación, tal como recordó Pablo VI
en la homilía de su beatificación
el 27 de octubre de 1963:Tuvo un gran amor a
Inglaterra. Esta frase de Newman
sobre el nuevo beato, Padre Domingo de la Madre de
Dios, resume y define la
figura del humilde, pero ardiente seguidor del
evangelio de Jesucristo...Y parece actualizada
hoy por el Concilio Ecuménico... como un itinerario
doloroso, pero significativo,
de la fraternidad católica32.

4. La marcha de la fundación hasta el capítulo general


de 1851
En 57 años, el P. Domingo Barberi había llevado a
cabo una tarea asombrosa de
escritor y pensador, de apóstol y de pionero en la
expansión pasionista. A los religiosos
que habían sido testigos de su esfuerzo titánico les
correspondía la tarea de
ensanchar el campo y de continuar el proceso
evolutivo hasta la plena madurez institucional.
En las últimas horas sugirió al P. Pesciaroli que
llamase de Bélgica al P.
Ignacio Spencer para que se hiciera cargo de la
situación hasta que de Roma llegasen
otras medidas. El número de casas en la zona era
éste: retiro de Ere, en Bélgica,
y casas en Aston Hall, Northfield House y Poplar
House, en Inglaterra. El 31 de
agosto de 1849, a los tres días de la muerte, el P.
Gaudenzio Rossi bendecía la primera
piedra de la de Sutton, Lancashire, en Liverpool. El
mismo día el P. Grotti in

30 Cfr. NEWMAN, J.H., Letters and Diaries of...,


Toronto-N. York, 1961, vol. XI, 3. - FEDERICO,

o. c., 381.
31 Barberi a Testa, 16 10.1845. - YOUNG, Dominic
Barberi..., o. c., 140. - FEDERICO, o. c., 385.
32 ACP, XXIII (An. XLV), 31.01.1964, 18, tomado de
L’Osservatore Romano, 28-29.10, 1963, p. 1.
formaba al P. Testa de la escasa idoneidad del P.
Spencer: El P. Ignacio, sin duda un
santo, no está capacitado, a mi juicio, para gestionar
los asuntos de la congregación
en las actuales circunstancias...33 ..El 13 de
septiembre, el P. Testa mandó una
carta de aliento a los religiosos de la zona, y
determinaba: De momento, para secundar
los deseos de vuestro especial Padre, el P. Domingo
de la Madre de Dios, designo
provisionalmente al P. Ignacio de San Pablo como mi
delegado, con todas las
competencias de un provincial. Recibidlo como
representante de Dios...34.

El P. Spencer regresó a Londres, después de haber


viajado por Bélgica y Holanda
propagando la Cruzada de Oraciones por la Unidad y
buscando ayudas y recursos
para las casas de Inglaterra.
Durante los años del P. Domingo Barberi se aprecia un
cierto nomadismo, si se
permite la expresión, que lleva a veces a la confusión;
es decir, que la misma comunidad
iba cambiando de domicilio. La de Aston Hall seguía
como al principio; pero
la de Wordchester, que había comenzado en Nortfield
en 1846 y se abrió en 1848,
pasó a St. Mary’s Hill en 1849. Igualmente la de Poplar
House, de Londres, adquirida
en 1849, se trasladó a The Hyde unos mes más tarde
(fue abandonada en 1851);
la de Woodfield House, de Londres, que comenzó en
1850, se dejó en 1852; la de
Broadway abierta en 1850 seguía igual. El 29 de
septiembre se abrió la nueva iglesia
de Aston Hall, y el 11 de octubre la de Woodchester;
mientras continuaban los
trabajos para la de Sutton. El P. Spencer nombró al P.
Gaudencio Rossi superior local,
oficio que hasta entonces había desempeñado él. El
20 de septiembre llegaron
de Bélgica tres jóvenes: Salviano Nardocci, de 27
años, Bernardino Carosi, de 24, y
Rafael Gorga, de 23. En 1850 la zona del norte de
Europa comprendía 21 sacerdotes,
6 estudiantes y 14 hermanos. Aquel mismo año el P.
Grotti y la comunidad dejaban
la casa de Northfield House y se trasladaban a la
nueva de Brodway, Worcestershire,
declarada sede de noviciado. El 13 de diciembre de
1850 los pasionistas tomaron
posesión de una casa en Cotton Hall, que se llamó
Retiro de San Wilfrido; la
había ocupado el P. Faber, uno de los convertidos,
que se había trasladado a Londres
para establecer allí el Oratorio (el donante, Lord
Shrewsbury, autorizó que pasase
del P. Faber a los pasionistas).

El P. Spencer se encontró con una situación de la


Iglesia Católica en mejores
condiciones. El 30 de septiembre de 1850 Pío IX
restauró la jerarquía católica. Si un
italiano había llevado a los pasionistas a Inglaterra,
tocaría a un inglés recoger la antorcha
del apostolado y de la espiritualidad. El P. Spencer no
había sido enriquecido
con dotes de gobierno, como decía el P. Grotti, y no
tardaron en llegar quejas a
Roma. El P. Testa optó por una vía de prudencia:
envió como visitador al P. Euge

33 AGCP, fondo Domingo, caja 7, Lettere, Apéndice,


3. - CC, o. c., 389.
34 AGCP, IOS, Circolari 1849. - CC, o. c., 391.
nio Martorelli de San Antonio (1810-1888), lector de
teología en Roma, que llegó el
27 de julio de 1850, visitó las comunidades y se dedicó
a conocer la situación35. Al
designarle visitador el 20 de junio de 1850, el P. Testa
le había dado normas relativas
a la conservación de la vida de observancia y al
apostolado: 1) Procure que en
todas las casas se practique la observancia como se
hace en Italia. 2) Que los ministerios
apostólicos se practiquen de acuerdo con lo prescrito
en las Ss. Reglas y
Reglamentos, pero teniendo en cuenta las
circunstancias locales. El Directorio podrá
servir de indicador, pero sin fuerza obligatoria.

A finales de 1850 se abrió la casa de Sutton, donde


comenzaron el trabajo apostólico
un par de sacerdotes y un hermano.

35
Fue provincial, consultor y rector en la provincia de S.
José. Wiseman y Manning lo nombraron
examinador del clero y revisor de libros (entre otros,
los del P. Faber). - Cenni 1888, 29-31. NARDOCCI,
o. c., 69.
CAPÍTULO X

LOS PASIONISTAS EN INGLATERRA (3)

3. LA PROVINCIA DE SAN JOSÉ


1. Creación de la provincia
Del 28 de abril al 2 de mayo de 1851 se reunió en
Roma el XIX Capítulo General.
La congregación había vivido momentos muy vivos: la
muerte de Gregorio XVI
en 1846; la elección de Pío IX el mismo año; los
sucesos revolucionarios de 1848
con la salida apresurada del mismo a Gaeta; la muerte
del P. Barberi, pionero en la
expansión nordeuropea... Como se puede apreciar en
los libros de ministerios, la
congregación sufrió un frenazo en su actividad, sobre
todo en las misiones populares.
Igualmente se detuvo el crecimiento numérico: si de
1839 a 1845fue de +96, de
1846 a 1851 sólo aumentó en +49; en cambio, las
dimisiones: pasaron de 22 entre
1840-1845 a 38 entre 1846-1851. De todos modos, se
mantenía el crecimiento, aunque
menos acelerado1.

En su intervención capitular, el P. Testa advertía en las


fundaciones de Inglaterra
y Bélgica un fenómeno verdaderamente consolador: el
Señor había bendecido
los progresos de la congregación en aquellas remotas
tierras en el seno del protestantismo.
El estado real era el siguiente:

Bélgica, ERE - TOURNAI: poseía iglesia dedicada a la


Santa Cruz; amplio retiro
en construcción para 18 miembros (novicios,
estudiantes y profesos). Inglaterra:
1) ASTON HALL: retiro, iglesia de S. Miguel, suficiente
personal; 2) BROADWAY:
retiro e iglesia del Santísimo Salvador, suficientes
profesos y 12 novicios; 3)
LONDRES: los religiosos habitaban provisionalmente
en una casa, pero era inminente
la construcción de la Iglesia y de un retiro bastante
espacioso, dedicado a S.
José; 4) S. WILFRIDO: retiro e iglesia, junto a Alton,
con suficiente número de religiosos,
sede del estudiantado; 5) SUTTON, Liverpool: retiro e
iglesia de nueva

Cfr. DeR (29). - DEVINE, History..., o. c., 30. - Atti XIX


Cap. Gen. (1851), 3a. - C. C., The Foundation...,
o. c., 465. - En la conferencia de David Fanning, The
Passionists in Britain and Ireland...,
o. c., f. 14, apéndice A: Early Foundations in Britain
and Ireland, señala las siguientes casas
con fecha de la toma de posesión y de clausura: 1)
Aston Hall, febrero 1842-enero 1855; 2)
Woodchester-Northfield House, marzo 1846-marzo
1849; 3) London-Poplar House, junio 1848diciembre
1849; 4) Woodchester-St. Mary’s Hill, marzo 1849-
octubre 1850; 5) London, Hyde
House, diciembre 1849-febrero 1851; 6) Sutton, marzo
1850; sigue aún abierta; 7) Brodway, septiembre
1850,también abierta; 8) Cotton Hall, diciembre 1850-
noviembre 1855; 8) London-Woodfield
House, diciembre 1850-diciembre 1858.
construcción, con el título de S. Elena; de mediana
capacidad, ya habitado por los
religiosos2.

El P. Pío Cayro, secretario del capítulo y buen


conocedor del proceso fundacional,
recordó a los tres fundadores de la futura provincia de
San José: el Vble. Pablo
de la Cruz, que tantó oró por la conversión de
Inglaterra, el P. Antonio di S. Giacomo
Testa, que dirigía la marcha de las fundaciones con
diligente prudencia, y el P.
Domingo Barberi, de santa y eterna memoria, que
tantas fatigas se impuso. Con las
seis casas, más una séptima en perspectiva en
Irlanda, había mimbres para constituir
una provincia: suficiente número de retiros en
aceptables condiciones, casa independiente
para cada etapa de formación, es decir, noviciado y
estudiantado, y retiros con
discreto número de religiosos, 35 en total.
Estas fundaciones comportaban su propia
problemática que era necesario resolver.
Por el momento estaban gobernadas por el P. Ignacio
Spencer; un visitador general,
P. Eugenio Martorelli, estaba efectuando la visita; cada
retiro contaba con su
propio superior; pero todo era interino, por lo que el P.
Testa creyó llegada la hora
de dar a aquellas comunidades autonomía institucional
como provincia. Los 10
miembros del capítulo general aceptaron el proyecto el
29 de abril y así nacía la
provincia de San José, titular de la casa de Londres,
en adelante sede de la nueva
curia3.

2. Actas del I Capítulo


Completamos la semblanza de la zona de Bélgica e
Inglaterra con la situación
que ofrecía el secretario del I Capítulo provincial que
se reunió poco después. El 6
de junio, el P. Testa solicitó a la Santa Sede voz activa
para los superiores interinos
de las casas. El 19, el P. Testa autorizó al P. Martorelli
a convocarlo; éste lo hizo el
9 de julio para el 26 de agosto en la casa de S.
Wilfrido. El secretario, P. Honorio
Ma. Maggini de San Luis (1823-salió en 1857),
presenta una síntesis que merece la
pena conservar, a pesar de algunas repeticiones:

La provincia anglo-belga dedicada a San José ha sido


canónicamente erigida
por un reciente decreto del XIX Capítulo General..., y
en la actualidad consta de
seis retiros, cinco en el reino de Inglaterra y uno en
Bélgica; de los cuales, tres fueron
fundados en tiempo del P. Domingo de la Madre de
Dios; y otro, el de Sutton,
Liverpool, aunque no llegó a terminar los trámites, se
puede decir que él lo inició
todo. La provincia anglo-belga lo reconoce como
fundador... El P. Domingo salió de
Roma el 24.05.1840 y tomó posesión de Ere... el 22 de
junio siguiente... Hacia finales
de noviembre del mismo año... logró viajar a Inglaterra.
Algunas dificultades

2 Atti XIX Cap. Grale. 1851. - DeR, 57, decr. 370 y


371.
3 Att. XIX Cap. Gen. (1851) sesión tercera. - Cfr. DeR,
57, decr. 370 y 371.
que le salieron al paso a la hora de intentar fundar allí
la primera casa del instituto
hicieron aparentemente infructuoso el intento, hasta
octubre del año siguiente;
regresó desde Bélgica y tras una breve estancia en
Oscott, el 17 de febrero de 1842
tomaba posesión de la casa de Aston Hall,
reconstruida enteramente, o mejor, se ha
edificado una casa e iglesia dedicada a San Miguel
junto a la casita que continúa
siendo ocupada por la familia religiosa. La parte de la
casa que ha sido edificada...
puede recibir a unos 10 religiosos.

La segunda casa... fue la de Woodchester en


Gloucestershire, ofrecida por Guillermo
Leigh y aceptada por el P. Domingo el 24.03.1846, de
donde los religiosos
tuvieron que salir el 07.09.1850. Seis años después de
la fundación de Aston, el P.
Domingo recibió la invitación del ahora card. Wiseman,
entonces pro-vicario apostólico
del Distrito de Londres, de trasladarse a vivir en una
casa que él les ofrecía
en la capital para una nueva fundación. El P. Domingo
acogió la idea y el 1 de junio
de 1848 se estableció en Poplar House, en la
parroquia de Hampostead; desde
donde se trasladaron a Hyde, barrio de la parroquia de
Kingabury el 15.12.1849,
cuatro meses después de la imprevista y sentida
muerte del P. Domingo
(27.08.1849)...

Desde el establecimiento en la casa de Londres que,


con la de Woodchester hace
el número cuatro, se comenzó a hablar de la creación
de una provincia fuera de
Italia, y si los acontecimientos políticos de Italia y su
muerte prematura no hubieran
frenado los proyectos, tal vez la provincia tendría al
frente al hombre llamado
por la Providencia a ser su fundador. Mediante carta
del padre general, el P. Ignacio
de San Pablo vino a ocupar su puesto, y como
viceprovincial ha gobernado hasta
este momento las casas de Inglaterra y Bélgica.

El 27.07.1850 llegó a Londres el P. Eugenio de S.


Antonio con carácter y facultades
de visitador general. Desde entonces se han
introducido cambios notables en
el estado material de la provincia. El 24 de septiembre
del mismo año se abrió una
casa en Broadway en Worcestershire, a la que se
trasladó parte de la comunidad de
Woodchester. La casa y la iglesia del Smo. Salvador
de Broadway nos fue cedida
por los benedictinos, y en ella, tras notables mejoras y
una ampliación, se ha establecido
el noviciado para Inglaterra. Doce novicios y
suficientes profesos ocupan
esta casa, actualmente la comunidad más numerosa,
en la que pueden vivir bien 20
personas.
En diciembre del mismo año se tomó posesión de la
casa de San Wilfrido. Sus
ocupantes, los oratorianos, obtuvieron el
consentimiento del Lord Shrewsbury para
ofrecérnosla gratuitamente... La casa y la iglesia son
posiblemente la mejor residencia
del instituto en Inglaterra. La soledad y la amenidad del
lugar, la amplitud
y la comodidad del edificio hacen de ella una buena
casa de estudios. Algunos de
nuestros jóvenes han ido a ocupar la casa y dentro de
poco llegarán otros, con lo
que San Wilfrido será el seminario de la provincia.
Casi al mismo tiempo que se hacía esta fundación el
24 de diciembre los religiosos
de Hyde se trasladaron a una casa con su terreno
comprada en la vecina parroquia
de Hender, más próxima a la capital. Sólo unos pocos
religiosos siguen viviendo
en Woodhouse. Cuando se concluyan las obras de la
iglesia y de la casa, la
de Londres se convertirá en residencia del superior
provincial.

La última fundación se ha efectuado el 24 de marzo en


Sutton, en Santa Elena,
a breve distancia de la ciudad de Liverpool; la iglesia,
dedicada a Santa Ana, y la
casa han sido construidas por el señor John Smith...
Actualmente la ocupa una comunidad
mediana que podrá llegar a doce religiosos cuando se
haya terminado la
construcción...
La celeridad con la que el visitador ha duplicado en
poco tiempo el número de
casas en Inglaterra hará posible, incluso necesaria, la
ejecución de uno de los objetivos
de esta misión: crear una provincia para Inglaterra y
Bélgica....

Seguidamente el secretario transcribe el documento


por el que, en lo relativo a
Inglaterra, se decretaba lo siguiente: 1) Formar una
nueva provincia dedicada a San
José con los retiros de Aston-Hall, Broadway, Londres,
Sutton(Liverpool) y Ere; 2)
que la residencia del provincial sería la casa de
Londres; 3) que estaría dedicada a
San José; 4) que el único distintivo del sello sería el
Rostro de Cristo en el centro de
la cruz del escudo (la palma y el olivo eran privativos
del sello de la congregación).

En la sesión preliminar, el 26 de agosto de 1851, se


estudiaron las ofertas recibidas
para fundar en Poitiers (Francia), Colonia (Renania), y
Namur (Bélgica). Los
capitulares no disponían de suficientes elementos, y
dejaron la decisión al futuro
provincial. Participaron en este I Capítulo los PP.
Eugenio Martorelli de S. Antonio,
presidente y visitador; Ignacio Spencer de San Pablo,
viceprovincial; Serafín Giammaria
del S. C. de Jesús, rector de Ere; Luis Giurlani de Ma.
Virgen, de Aston; Vicente
Grotti de S. José, de Broadway; Gaudencio Rossi de
S. Esteban, de S. Wilfrido;
Honorio Maggini de San Luis, de Santa Ana-Liverpool;
y los vicesuperiores Valentino
Guerrini de San José, de Ere; José Bunn de Santa
María, de Londres; Anselmo
Alcock de San Vicente, de Aston Hall; Bernardo
O’Loughlin de María Virgen,
de Broadway; Rafael Gorga del Corazón de Jesús, de
S. Wilfrido, y Agustín Edgar
de la Madre de Dios, de Liverpool. Cinco de los trece
eran ya ingleses: Spencer, Alcock,
Bunn, O’Loghlin y Edgar.

En la primera sesión canónica, la del día 27, fue


elegida la curia: PP. Eugenio
Martorelli, Ignacio Spencer y Serafín Giammaria, junto
con el maestro de novicios
para Inglaterra, Salviano Nardocci de la Dolorosa. Por
la tarde, antes de elegir
a los superiores locales, se decidió comenzar por el de
Londres, sede de la curia
provincial. Los dos consultores resultaron elegidos
rectores de su respectiva residencia,
Londres y Ere; el P. Luis Giurlani, para Aston; el P.
Vicente Grotti, para
Broadway; el P. Rafael Gorga, para San Wilfrido, y el
P. Honorio Maggini, para
Santa Ana, de Liverpool. Según las actas, las
elecciones se hicieron con notable
rapidez y concordia.
3. Decretos
Del 28 al 1 de septiembre se estudiaron y formularon
los decretos: 1) Relativo
al servicio parroquial, confiado siempre al superior. 2)
Para la instrucción catequística
a la gente, el rector destinaría a algún religioso, pero
debía hacerse sin faltar a
la observancia; y se pedía que, con pretexto de la
catequesis, no se hicieran visitas
inútiles a los seglares. 3) Horario de las comunidades
en Inglaterra. 4) Relativo a
la vestimenta: Aunque en el actual estado del
catolicismo en este reino no es conveniente
el uso del hábito propio en cualquier lugar, el que
nuestros religiosos lo
lleven algunas veces no causa gran inconveniente. Se
determinó el uso del traje talar
como el de los seculares, con los consiguientes
complementos: sombrero, guantes
en invierno, etc. 5) Se refiere a la provisión del
vestuario que han de llevar los
religiosos al cambiar de casa. 6) Se reguló la
postulación de las casas en varias diócesis:
la de Londres en las de Westminster y Southwark; la
de Aston en Birmingham
y Shrewsbury; la de Broadway en Clifton, Newport y
Plymouth; la de S. Wilfrido,
en Nottingham, Berely y Northampton; y la de
Liverpool en Liverpool, Satford
y Hecham. Se mandó que los postulantes escribieran
al superior cada ocho días.
7 y 8) Se regularon los gastos de viajes, y el uso de
despertadores para los misioneros.
9) Cantidad de dinero que pueden gastar los
superiores y la que reclama
el permiso de los superiores mayores. 10) Sobre el uso
de carne y la dispensa del
ayuno en las fiestas y sábados, los capitulares
discutieron vivamente. 11) Colación
de la mañana. 12) Sobre los estudios, se mandó que el
provincial nombrara una comisión:
los estudios se dividirían en cuatro segmentos: a)
Filología y Bellas Artes;
b) Filosofía y Matemáticas; c) Teología dogmática y
moral; d) Sagrada Elocuencia;
el método será enviado a Roma. 13) Se refiere al
encendido de velas durante el rosario.
14) Publicación de escritos de los religiosos. 16) En
reconocimiento al P.
Barberi, la provincia lo recordaría cada año el 27 de
agosto con la recitación del
Oficio de Difuntos y una misa cantada, hasta el futuro
capítulo provincial. 17) Se
manda hacer un elenco de los decretos de los
capítulos y que se lean tres veces al
año en el refectorio.

Las actas fueron remitidas a la curia general, que al


revisarlas recordó que la voz
activa en aquel primer capítulo se había concedido
nominalmente, y no en general
para todos los superiores y vicesuperiores actuales de
los retiros de la nueva provincia;
y también advirtió al secretario que las actas deberían
ser presentadas con la firma
de todos los capitulares, no sólo con la suya, aunque
fuera capitular. De los demás
capítulos provinciales se habla en la sección de
Gobierno4.

En cuanto a formalismos, la curia general llamaba la


atención sobre el saludo: Salutem in Domino
es propio del superior con los súbditos, no de los
súbditos con los superiores; y sobre el modo
de presentar los decretos: primero se enuncia el tema,
luego intervienen los capitulares, y al final
se formula el decreto. - Cfr. AGCP, IOS; Atti del Cap.
Provle. 1851, mns., f. 17.
4. Difuntos en la fundación 1841-1863
Se mencionan seguidamente los religiosos que
fallecieron tanto en Bélgica, como
en Inglaterra y Francia durante este periodo del P.
Antonio Di S. Giacomo, Testa:
1) Marceliano de S. Juan Evangelista, Pini, 14 marzo
1848, en Inglaterra. - 2) H.
Andrés Smith de la Anunciación, 25 marzo 1848, en
Inglaterra. - 3) P. Costantino
Lamberti de San Francisco de Sales, 15 julio 1848), en
Inglaterra. 4) P. Domingo
Barberi de la Madre de Dios, 27 agosto 1849, en
Inglaterra. - 5) H. Félix Chalughen
de la Pasión, 14 noviembre 1849, en Inglaterra. - 6) P.
Agustín (Austin) Edgar de la
Madre de Dios, 17 diciembre 1854, en Bélgica. - 7) P.
Pablo María Packenham de

S. Miguel Arcángel, 1 marzo 1857, en Irlanda. - 8) P.


Eduardo Hayntenis de la Sma.
Virgen, 9 octubre 1857, en Inglaterra. - 9) P. Félix
Hogam de la Natividad de María,
231 noviembre 1859, en Inglaterra. - 10) P. Turrenio
del Corazón de María, Pizzutti,
6 diciembre 1860, en Francia. - 11) Est. Eduardo Smith
de los SS. Angeles, 6 septiembre
1863, en Irlanda.
CAPÍTULO XI

LOS PASIONISTAS EN FRANCIA

1. Primer intento de fundación 1836-1840


En la historia contemporánea de Europa,
especialmente de la Iglesia, Francia
aparece como un eje de acontecimientos de largo
alcance en las instituciones políticas
y religiosas. La Revolución Francesa de 1789 y la
época napoleónica han sido
punto de referencia en la historia contemporánea. La
organización tradicional se resintió
y salieron a la superficie nuevas situaciones. Del
galicanismo y josefinismo
precedentes se pasó al anticlericalismo y liberalismo
posterior. En el ámbito de las
corporaciones religiosas, sus miembros tuvieron que
vivir varios años fuera del ambiente
tradicional, sin el apoyo de la vida comunitaria, y al
regresar al convento evidenciaron
problemas de reintegración e igualdad. Pío VII pudo
regresar del destierro
de Francia a su sede de Roma e intentó restaurar los
valores fundamentales, pero
no era posible anular la mentalidad que había crecido
al amparo de los acontecimientos
precedentes. Mediante concordatos, recuperó
prerrogativas de su misión espiritual,
como el nombramiento de los obispos, pero hubo de
acatar las nuevas estructuras
temporales. Dentro de la propia Iglesia encontraron
ambiente propicio el
liberalismo de un sector o el ultramontanismo
conservador de otro. Durante el periodo
1830-1848, que corresponde a esta etapa de la
historia de la congregación, la
Iglesia de Francia dio signos de vitalidad con el
nacimiento de varios institutos religiosos,
el fortalecimiento de la enseñanza y el establecimiento
de obras sociales de
gran aliento, como las Conferencias de S. Vicente de
Paúl, promovidas por Ozanan.
Renacieron órdenes antiguas, como los benedictinos
de Solemnes bajo la dirección
de Don Guèranger. Gregorio XVI se enfrentó a la
invasión del liberalismo hasta en
la misma vida de la Iglesia. Pío IX quiso frenar la ola
expansiva de errores teológicos
con la encíclica Quanta cura y la relación Sylabus (8
dic. 1864)1.

En un ambiente que reclamaba equilibrio y prudencia,


la congregación pasionis-

Cfr. HEUSSI, Karla-Eris Peter, Prècis d’Histoire de


l’Eglise, Bibliothèque Theologique, Delachaux
et Nistlé, Neuchatel, Suiza, 1967. - MARTINA, G., S.
J., Il Pontificato di Pío IX 18461878,
vol. XX/1, de R. Aubert, Storia della Chiesa, SEIE,
Torino, 1969. - G. De BERTIER DE
SAUVIGNY, La Restaurazione 1800-1848, en Nuova
Storia della Chiesa, IV, Secolo dei lumi,
rivoluzioni, restaurazioni, en L. J. ROGIER..., Nuova
Storia della Chiesa, Marietti, Torino, 1971,
vol. IV, 341-354. - ERBA, Andre M. - GUIDUCCI, Pier
Luigi, Storia della Chiesa. Una storia
di famiglia, ELLEDICI, Leuman, Torino, 1971, 521ss. -
JARRY, E. - PIERINI, F., La Chiesa e
le rivoluzioni dei secoli XIX-XX, Ediz. Paoline, Catania,
1968,5: È dalla Francia che bisogna cominciare.
ta trató de abrirse al exterior precisamente en Francia,
pero tropezó con demasiados
obstáculos. Las negociaciones, comenzadas en agosto
de 1836, quedaron suspendidas
en marzo de 1838. Estas fechas pertenecen al período
precedente de la historia,
perfectamente documentada, pues del intento
fracasado de fundar en Francia se ha
conservado una amplia correspondencia inédita.
Nombres como Carlos Bernard,
Rev. Haffreingue, Pablo Drack, padre e hijo, el obispo
de Arras, etc., lo intentaron;
el P. Ignacio Carsidoni traducía del francés las cartas
como intermediario con el P.
Colombo. Gregorio XVI respaldó el proyecto, pero
exigiendo unas garantías para
los pasionistas que el gobierno del momento en
Francia no otorgaba. Cuando el
XVII Capítulo General de 1839 aprobó el proyecto de
llegar a Inglaterra, el P. Testa
intensificó los esfuerzos. Pero como los obstáculos
parecían insalvables y los
tiempos prometían ser largos, se prescindió de la
fundación-puente prevista en Francia
y se recurrió a la solución belga, en Ere, como se ha
visto ya2.

2. Fundaciones de 1841 a 1863


Establecidos en Ere, el P. Barberi pasaba por Francia,
concretamente por Boulogne-
sur-Mer, cuando iba a Inglaterra o en los últimos años
cuando volvía para la
visita canónica en Ere. No logró ver a los pasionistas
en Francia, pero su proyecto
no cayó en el olvido. Desde Ere, los religiosos
mantuvieron frecuente apostolado en
la diócesis de Arràs. Según el Annuaire Apostólique
des R. P. Passionistes de la Province
de Saint Michel Arcange, de ERE, entre 1841 y 1865
hubo 52 actividades
apostólicas en Francia, sobre todo ejercicios y
misiones en la diócesis de Arras; en
Hardinghen, de 1853 a 1863 se dieron 70 misiones, y
unos 10 retiros; y de 1855 a
1863 en Burdeos, 48 misiones y 25 retiros. Así que,
desde la muerte del P. Barberi,
se pudieron abrir tres casas, es decir, dos en Francia
(en 1852, HARDINGHEN, diócesis
de Arras, y en 1854, BURDEOS) y una en Holanda (en
1853, HERTEN, diócesis
de Ruremonde). Mencionemos algunos pocos datos
de estas fundaciones.

1. HARDINGHEN3. En la etapa previa a la primera


fundación fuera de Italia,
Bernard y Haffreingue habían sugerido la posibilidad
de Boulogne-sur-Mer, puerto
desde el cual se podría cruzar el Canal de la Mancha.
Los pasionistas de Ere fueron
invitados a acudir a la diócesis de Arras. Ante frutos
espirituales tan evidentes, el
obispo, Mons. Parisis, les pidió que abrieran casa. El
P. Sebastián Enrico de la Purificación
recuerda los pasos: Cuando los pasionistas vinieron a
la diócesis de Arras
2
Cfr. AGCP, MICH, Lettres 1830-1840. -Histoire.... -
Chronique de la fondation d’Ere et del’ètablissement
des Passionistes in Anglaterre. - Cfr. DOUDIER, Pierre
(P Michel, C. P.), Les passionistes
en France, Clamart, 1977. - GIORGINI, Historia..., o.
c., II/2, 212-218.

3
AGCP, MICH, Hardinghen 1853-1855. -Recesus
Bologne..., entre los capítulos de IOS.
en 1852 su intención era establecerse cerca de la
ciudad de Boulogne. Deseo igualmente
compartido por Mons. Parisis... y Mons. Haffreingue,
protonotario apostólico,
gran amigo y bienhechor de los pasionistas, que había
trabajado mucho para la
llegada a Inglaterra. Un señor de Boulogne ofreció una
bellísima casa de campo
con mucho terreno, como a un cuarto de hora de la
población, y totalmente gratis
durante diez años. Pero no se aceptó tan generoso
ofrecimiento, lo cual disgustó
mucho a los religiosos que llegaron más tarde, pues se
esperaba que, al cabo de los
años, el bienhechor la hubiera entregado como regalo
para siempre. En pocas palabras,
los nuestros, considerando difícil fundar en Boulogne
por entonces debido
a la escasez de recursos, prefirieron asentarse
provisionalmente en Hardinghen, a
16 kilómetros de la ciudad, en un local comprado a
renta vitalicia que costó muchísimo
dinero y demasiados sobresaltos, con la esperanza de
que antes o después podrían
asentarse ya en Boulogne....

Como se ve, la suspirada casa en Boulogne se hizo


esperar, y mientras tanto se
quiso aprovechar la benevolencia de Mons. Parisis.
Pronto se presentó la oportunidad:
en HARDINGHEN la señora H. Levisses, de París,
había comprado una casa
en buenas condiciones, construida por el conde F. de
la Follye hacia 1760; y al conocer
el proyecto de los pasionistas, se la ofreció. Según un
díptico impreso poco
después, el 17 de enero de 1853 llegaron los
pasionistas al pueblo, situado en los alrededores
de Boulogne-sur-Mer. Antes de la toma de posesión
hubo en la iglesia parroquial
una ceremonia de bienvenida: el Rvdo. Delcroix, cura
de Boulogne, anteriormente
de Hardinghen, celebró la misa, y el decano de
Guines, Rvdo. Monteuis,
felicitó a Hardinghen por ser el primer pueblo de
Francia que acogía el nuevo retiro,
llamado a ser un nuevo cenáculo en el que sus
moradores, en el silencio, la soledad
y la meditación, recibirán las luces del Espíritu que
irradiarán en medio de
los pueblos. Después el P. Turrenio Pizzuti del
Corazón de María saludó a los presentes,
y seguidamente los religiosos y el pueblo fueron en
procesión al retiro. Una
vez establecidos, acomodaron la casa y construyeron
una capillita que Mons. Parisis
bendijo el 2 de mayo de 1855.

La comunidad tuvo al frente a los PP. Turrenio de 1854


a 1857, y Bernardino En-
rico del Smo. Sacramento de 1857 a 1860. En este
año fue elegido nuevamente el P.
Turrenio, pero al renunciar ocupó el puesto el P. León
Cascetti de Jesús Nazareno; en
1863, al final de este período histórico, el P. Evaristo
Finistauri de San Francisco4.
2. HERTEN, HOLANDA. Desde los primeros
momentos, la profesión de varios
holandeses en Ere hizo pensar en numerosas
vocaciones. El obispo de Ruremonde
(antes de que Pío IX restableciera la jerarquía en 1851
formaba parte del vicariato de
Limbourg) había expresado el deseo de tener a los
pasionistas en su diócesis. El lu-
AGCP, MICH, Fundation des retires. - Cfr. Installation
des Pères Passionistes a Hardinghen,
mns. del 25.01.1853 por el P. Bernardino del Smo.
Sacramento (Enrico).
gar escogido, HELDEN, resultó perjudicial, se
abandonó la idea y se establecieron en
HERTEN, en noviembre de 1853, en un retiro
dedicado a San Antonio de Padua. Cinco
años después se abrió el noviciado, pero, según el
cronista, pronto se extinguió la
atracción que los holandeses habían sentido al
principio. Este noviciado dio un sacerdote
holandés y un hermano alemán. Durante los años en
que estuvo abierto, fue superior
el belga P. Isidoro Brems de la Madre de Dios, de
1854 a 1863. El capítulo de
1863 aprobó la supresión, aunque mandó que se
hiciera otra fundación en Holanda5.

3. BURDEOS. En la Platea de los Ss. Juan y Pablo se


lee que en septiembre de
1853, a petición del card. Donnet, de Burdeos, el P.
Testa había enviado a abrir un retiro
a los PP. Alfonso Mª. Toti del Corazón de Jesús,
primer consultor de la Presentación,
Pellegrino Agostini de Jesús y María y Ubaldo de
Gregoris del Niño Jesús, con
el Hn. Ignacio Mazzoni de la Resurrección. Por las
noticias que iban llegando se sabía
que fueron acogidos con alegría por el obispo; el local
estaba en óptima situación6.
La platea, que hablaba del resultado, no dada noticia
de los pasos previos, que
se incluyen en la nota7.

En junio de 1853 Mons. Donnet (1795-1882),


arzobispo de Burdeos, al ser creado
cardenal, acudió a Roma a recibir el capelo. Como
tenía lugar el triduo por la
beatificación del fundador, visitó la basílica de los Ss.
Juan y Pablo, pidió al P. Testa
religiosos para su diócesis y le ofreció una casa. Este,
por no disponer entonces
de religiosos que conocieran el francés, declinó el
ofrecimiento. El cardenal se lamentó
ante Pío IX, quien hizo llegar su deseo al P. Testa;
éste mandó a dos italianos
de Ere que fueran a Burdeos, y poco después otros
dos llegaron de Italia. La
casa ofrecida por el cardenal estaba lejos de la ciudad
de S. Delfín y pudo ser ocupada
temporalmente; no obstante, la permanencia duró dos
años. La congregación
compró una propiedad en Tilloly (15.000 m2) en la ruta
hacia España, mediante un
documento legal firmado el 26 de febrero de 1855. El
cardenal ofreció un adelanto
de 30.000 francos, pero al 5% de interés y con
hermosas promesas..., todo sin
firmar. La comunidad abrió el noviciado con unos
pocos franceses8. En una carta

5
Actas del II Capítulo 1863.

6
Platea SsGeP, II, 43. En enero de 1861 se les unió el
P. Angel Antonio Pietropaoli de la I. Concepción.
- Ibid., 51.

7
Cfr. en AGCP, Bordeaux, Origine della fondazione del
ritiro di Bordeaux (2,C, 2-VI, B-1-1-a): 1)
Carta del P. Testa al P. Serafín Giammaria,
02.08.1853, copia; 2) Serafín al P. Testa, 26.08.1853,
sobre el viaje de Ere a Burdeos, original; 3) P. Testa a
Donnet: 2 de agosto de 1853 y enero 1854;
4) P. Toti a Testa, 23 y 29 de septiembre, 12 de
diciembre de 1853 y 24 enero 1854; 5) Carta de la
superiora general de las Hermanas de San José,
18.01.1854, en la que le advierte que dos de los
religiosos no son apropiados para la fundación; elogia
al P. Pellegrino; la misma religiosa le dice
que en Burdeos no hay vocaciones y que harían mejor
si fueran a fundar a La Gironda, de donde
procedían 30 de las 200 religiosas que tenían en
Burdeos...

8
De 1856 a 1862 hubo diez novicios: 1) Augusto de la
Natividad, Chanudet; 2) Juan Pedro de la
Cruz, Cabanne; 3) José Ma. de Jesús, Bordron; 4)
Tomás de la Concepción, Bessaut; 5) Agustín
al P. Testa, el provincial P. José Pluym, le advertía el
16 de mayo de 1858 que el
cardenal era muy afecto a los pasionistas, pero que los
vicarios generales eran contrarios.

3. Nueva provincia de San Miguel, 1854


Desde 1851 la congregación contaba con las nuevas
provincias de la Piedad, en
Italia, y de San José, en Bélgica e Inglaterra9. Y, como
escribe el P. Manuel (Elena)
en sus crónicas, las fundaciones en Hardinghen,
Herten y Burdeos fueron haciéndose
una después de otra entre 1852–1855, y por los
muchos frutos que produjeron,
nacieron grandes esperanzas para el futuro. El P.
Testa envió al P. Pío Cayro
para comprobar, de primera mano, si era llegado el
tiempo de dividir en dos la provincia
de San José. En una circular del 24 de septiembre de
1854 el visitador recordaba
que el P. Testa le había comunicado el 12 del mismo
mes, que se había decidido
separar los retiros de Inglaterra de los del continente
buscando mayores ventajas.
En consecuencia quedó suspendido el capítulo de San
José, ya convocado, y
se haría el nombramiento de los superiores
provisionales hasta el capítulo. Después
de consultar con los religiosos y de largas
deliberaciones, el visitador, en una circular
del 21 de septiembre, anunció la creación de la
provincia de San Miguel Arcángel
con las casas de Ere, Hardinghen y Herten (la de
Burdeos, en sus comienzos,
quedaba bajo la jurisdicción del general). Después el
P. Pío recibió de Roma
instrucciones para designar a los superiores de las dos
provincias. El 6 de octubre
daba los nombres para la provincia de San Miguel:
viceprovincial, P. José Pluym,
holandés, y consultores los italianos PP. Serafín
Giammaria y Valentín Guerrini;
maestro de novicios, P. León Cascetti; superiores, PP.
Evaristo Finistauri, Ere; Isidoro
Brems, Herten; Turrenio Pizzuti, Hardinghen. Estos
nombramientos serían interinos
hasta que llegaran los definitivos tras el XX Capítulo
General de 1857. Desde
entonces las provincias de San José y San Miguel
Arcángel comenzaron a caminar
por separado10.

LA PROVINCIA DE SAN MIGUEL (MICH) siguió en el


XX Capítulo General
el mismo camino que la de San José. Por rescripto de
Pío IX, el provincial y los
consultores interinos participaron con voz activa, y en
fuerza del mismo documento
el capítulo eligió a todos los superiores de la provincia
denominada franco-belga:
la curia existente fue confirmada; para maestro se
eligió al P. Octaviano Pini; y rec
de San José, De Latorre; 6) Costante de la Madre de
Dios, Aribaud; 7) Renato de San Gabriel, Pechardiere;
8) Manuel de San Luis, Elena; 9) Luis Teresa de J.
Agonizante, Laffargue; 10) Félix de
la Cruz, Fonteneau.

9
Cfr. DeR, o. c., (31).

10
AGCP, MICH, Nomine extracapitulari, 1854. - DeR,
(32), n. 2. - AGCP, IOS, Atti XX Cap. Grle.
1857, 11-12.
tores los PP. Evaristo Finistauri para Ere; Bernardino
Enrico para Hardinghen; Isidoro
Brems para Harten, Holanda; y Turrenio Pizzuti para
Burdeos.

Desde sus inicios, esta provincia franco-belga tropezó


con un gran problema:
pocos religiosos, en su mayoría italianos. Basta una
simple mirada al Anuario Apostólico
de la provincia entre 1841 y 1865 para sacar algunas
conclusiones. Hasta
1862, todos los predicadores ofrecidos por Ere eran
italianos, excepto el P. José
Pluym, que llegó en 1853, y tres franceses que lo
hicieron en 1862. En Hardinghen
sucedía lo mismo: sólo había dos franceses, e idéntica
situación en Burdeos. De
1854 a 1865 sólo encontramos un total de cuatro
franceses; ningún belga. Además
había que realizar largos viajes desde el sur de
Francia al norte de Bélgica. Sin embargo,
en el intervalo de 1857 a 1860, primer capítulo
provincial, el número de ministerios
fue notable. Para dar idea de los problemas de
personal, podemos recordar
que en 1859 Hardinghen contaba con cinco
sacerdotes: tres italianos, un francés y
un holandés, y cuatro hermanos: dos holandeses, un
alemán y un italiano.

De los capítulos de 1860 y 1863 se habla en la sección


de Gobierno, Capítulos
en Francia.
CAPÍTULO XII

LA AVENTURA AUSTRALIANA
1842-18491

1. La aventura australiana
El título que emplea el P. Roger Mercurio en su ya
citada obra The Passionists,
refleja una época en la que el romanticismo invadía el
arte y constituía una filosofía
de la vida con la exaltación de la fe y de las aventuras
históricas de la edad media,
etc.2 . No hubo un pronunciamiento filosófico ni
literario sobre el romanticismo entre
los religiosos, pero éstos, hijos de su tiempo,
respiraban la atmósfera en la que
vivían. La salida hacia Inglaterra, pasando por Bélgica,
puede ser vista como romántica.
Y la experiencia de Australia encaja dentro de las
grandes emociones del romanticismo.
De todos modos, el título parece bastante apropiado,
pues no se trató
de una expansión del instituto, sino de una simple
colaboración con un obispo fuera
del contexto comunitario habitual. En esta historia no
se entra en la dinámica interna
de esta experiencia fracasada: el análisis de la
correspondencia y las opiniones
contrastantes entre los protagonistas podría constituir
un interesante campo para la
psicología; por otra parte, dada la lentitud de las
comunicaciones, se tiene la impresión
de un diálogo de sordos, pues cuando llegaba a Roma
o a Australia una carta
resultaba ya desfasada respecto a las noticias que se
habían recibido de otras fuentes
(la carta que el P. Testa envió en noviembre de 1847
llegó a Sidney en mayo de
1848). El P. Thorpe ha realizado un estudio bien
estructurado de la dinámica propiamente
misionera y de allí se toman muchos datos. Aquí se
intenta resaltar, como parte
de la historia general de la congregación, la inquietud
de ésta por la expansión de
la vida pasionista, con unas características muy
particulares; por ejemplo, el P. Testa,
ante la oferta de nuevas fundaciones, insistía en la
vida común, en la observancia
y en el apostolado de misiones o ejercicios...; en
cambio, en este caso de Australia
no menciona tales aspectos simplemente porque se
trataba de colaborar en la primera
evangelización de aborígenes. ¿Qué vida de
observancia se podría pedir a un

1
THORPE, Osmund, First Catholic Mission to the
Australian Aborigenes, Sidney 1950. - Bollettino
C.P., IV, 1923, 49 ss. - AGCP, Fondo SPIR, History
1842, Cenno sulla missione di Australia e
California, mec., 13 pp. -Cenni e memorie istoriche
sulla missione di Australia e California, mns.
anónimo, si bien en la última página un archivero ha
escrito: La scrittura è quella del P. Vincenzo
di S. Giuseppe Grotti; el autor afirma que los datos se
los comunicó el P. Luis Pesciaroli. - SANTOS
FERNÁNDEZ, Ángel, S. J., Las misiones católicas en
Historia de la Iglesia, Fliche-Martin,
Edicep, Valencia, vol. XXIX, Australia, 632-634. -
WARD, Félix, The Passionists, Sketchs historical
and personal. Nueva York, 1923, pp. 169-179. - Father
HERBERT, C. P., The preachers of the
Passion, or the Passionists of the Anglo-Hibernian
Province, Birmingham, 1924, 206ss.

2
Bollettino..., IV, 1923, 351, en la recensión del libro de
WARD, Félix, The Passionists: sketches
historical ..., o. c., 351, se habla de la aventura
romántica de la fundación en California.
pequeño grupo de religiosos dispersos en un territorio
nuevo, ocupados en entender
a los aborígenes y en hacerse comprender por ellos?
Téngase esto en cuenta desde
el principio, para no echar en falta detalles o
clarificaciones que podrían tener lugar
en una historia pormenorizada y local, pero no en una
visión global del instituto.

Hubo un tiempo en el que Australia era desconocida,


escribe el citado P. Thor-
pe. De Australia, la Tierra austral antes de llamarse
Nueva Gales del Sur o Nueva
Holanda, se conocía su existencia por los viajes de los
portugueses, pero no consta
de la presencia de europeos en lo que resultó ser un
continente. En 1666 la S. C. de
Propaganda Fide abrió una misión, que confió a un
sacerdote francés con ayuda de
los sulpicianos, pero no se logró la evangelización. Se
anexionó el territorio al vicariato
apostólico de Formosa, cuyo titular residía en Filipinas,
pero tampoco pudo enviar
misioneros. Hasta finales del siglo XVIII no vuelve a
mencionarse la Tierra
austral. Tras la guerra de la independencia de los
Estados Unidos de Norte América
(1716-1776), Inglaterra, que antes desterraba a este
territorio a los criminales peligrosos,
escogió Australia como nuevo destino para ellos. En
1778 llegaron 696 penados
blancos; siguieron otras expediciones. En 1840 fue
abolida la deportación, pero
hasta 1866 no desapareció del todo. Hacia mediados
del siglo XIX se descubrieron
minas de oro y creció la afluencia de blancos. Los
católicos carecían de asistencia
espiritual, ya que sólo estaba autorizada la de los
anglicanos. En 1803 el P. Dixon
y otros tres sacerdotes obtuvieron permiso de celebrar
una misa al mes durante
un año, después regresaron a Irlanda. En 1819 la S.C.
de Propaganda Fide confió la
misión de Australia al vicario apostólico de Islas
Mauricio, el cual obtuvo que el gobierno
financiara un servicio de capellanes para los católicos.
En 1821 se concedió
libertad religiosa; los primeros sacerdotes de Australia
fueron el P. Tierry y el benedictino
P. Ullathorne, nombrado vicario del obispo de Islas
Mauricio para Australia.
En 1842 se creó un vicariato apostólico propio,
llamado de Nueva Holanda e Isla de
Djeme (así se llamaba Tasmania). En 1841 el vicariato
contaba con 40.000 católicos
y 28 sacerdotes dentro de una población de 211.095
habitantes.

Mons. Juan Beda Polding (1794-1877), benedictino


inglés, fue el primer obispo
de Australia; el 5 de abril de 1842 Gregorio XVI dividió
en dos el vicariato de Nueva
Holanda; uno en Hobart y otro en Adelaida; Mons.
Polding fue designado arzobispo
de Sidney3. Después se fueron creando nuevas
diócesis sufragáneas: Perth en
1845, Melbourne, Maitland y Port Victoria, 1847,
diócesis que se concentraban en
los colonos y emigrantes europeos; la primera
evangelización de los aborígenes correspondió
a los pasionistas4.

3
En 1834 fue designado vicario apostólico de Nueva
Holanda y de la Isla de Djeme (Tasmania);

trasladado a Sidney en 1842. - Cfr. Hier. Cath., VII,


214,217,355. - The Catholic Encyclopedia,

Nueva York, 1911, vol. XII, 201.

4
Cfr. NASELLI, C., a cura di..., Restaurazione e crisi
liberale 1815-1846, vol. XX/2 de Storia della
Chiesa de A. Fliche y V. Martin, Torino, 1978, 934-936:
El único intento por implantar una
2. El viaje
El 15 de junio de 1842, la crónica del Retiro de los SS.
Juan y Pablo presenta a
mons. Polding, llegado a Roma en la cuaresma
anterior a pedir misioneros. El P. Ramón
Vaccari se sintió llamado a aquella tarea. Como
consecuencia de la insistencia
de Mons. Polding, llegó al P. Antonio di S. Giacomo
Testa una comunicación de la
Congregación de Propaganda Fide, pidiéndole el envío
del P. Vaccari y de otros tres
misioneros5. El P. Testa destinó a cuatro:

P. Ramón Vaccari de la Pasión (1804-1864) profesó


en 1822; rector de Vetralla de
1836 a 1839; el P. Testa, en carta al P. Barberi, lo
califica de persona de mucha imaginación
e ideas extravagantes. Tras la experiencia australiana
murió en Lima, Perú6.
P. José Snell de la Santa Fe (1802-1861), nacido en
Lyon, profesó en Monte Argentario
en 1826; trabajó en Bulgaria de 1834 a 1841; además
del francés nativo, dominaba
italiano, inglés, alemán y turco; murió en Australia, en
Caristrook7.
P. Mauricio Lencioni de la Virgen Dolorosa (1814-
1864), nativo de Lucca, profesó
en 1833. Tenía mucha dificultad para aprender
idiomas. Tras el fracaso de la
experiencia australiana, se quedó allí hasta su
muerte8.
P. Luis Pesciaroli de la Santísimas Llagas (1806-
1874), italiano, sacerdote
desde1828, profesó en 1840. Tras la experiencia en
Australia, regresó a Europa y
encontrándose en Inglaterra atendió al P. Barberi en
su muerte. Él falleció en Tarquinia9.
El P. Testa no se sentía a gusto con la expedición. En
una carta del 13.04.1847, comentaba
con el P. Barberi a propósito del viaje del P.
Magagnotto, del que se hablará
más adelante: Polding será un santo, pero no ha sido
capaz de mantener ninguna de
las promesas que me hizo cuando me arrancó del
corazón los cuatro religiosos10.

misión entre aboríogenes de la Isla de Stradbroke (hoy


Dunwich), en la Bahía de Moreton, fue
obra de los pasionistas italianos, llamados por Mons.
Polding, arzobispo de Sidney, y luego abandonados
a su suerte, sin que hubiera seguimiento posterior.
Iniciada en 1842, se terminó en 1846.

-GIROLA, Stefano, Piccola storia di un grande


missionario, en L’Osservatore Romano,
18.09.2009, 6; se trataba del P. Angelo B. Confalonieri
(1813-1848), muerto en Australia víctima
de una epidemia: Apenas dos años antes en la Isla
Stradbroke, cerca de Brisbane, tres sacerdotes
italianos y un francés, pertenecientes a la
congregación de los pasionistas, habían fundado la
primera
misión católica entre los aborígenes en el este del
país.
5
Platea dei SsGeP, II, 32. - En una carta de mons.
Polding al P. Hoptonstall, el 10 de abril de 1842
y en otra del mes de mayo, habla de cuatro o cinco
pasionistas y otros tantos redentoristas. - Cfr.
THORPE, First Catholic Mission..., o. c., 35, notas 14 y
17. Append. A, II. I shall have for the
aborigenes four or five passionists; the same number I
expected of redemptorists...

6 Cfr. AA, 822009. - Cfr. THORPE, o. c., 26; append.


B.1
7 AA, 826011. - DN, 288. - THORPE, o. c., 27.
8 AA, 833016; DN, 326. - THORPE, o. c., 28.
9 AA, 840006. DN, 1874, 415. - THORPE, o. c., 28.
10 THORPE, o. c., 201-202.
El 12.06.1842 los misioneros recibieron la patente
concedida por Pío IX11 . Preparados
y bien pertrechados del material que consideraban útil,
los cuatro salieron
hacia Civitavecchia; un vapor francés los llevó a
Marsella y luego siguieron hasta
Bélgica. Permanecieron en Ere hasta primeros de
septiembre. Según parece,
mons. Polding y el general habían acordado que los
cuatro se quedaran en el monasterio
benedictino de Douai, al norte de Francia, para
aprender el inglés. La estancia
de tres meses les resultó penosa. El 26 de octubre el
Times de Londres anunciaba
la llegada de Mons. Polding para el 1 de noviembre en
el barco Templar. En
una carta escrita desde Liverpool antes de que partiera
el Templar, Mons. Polding
hablaba de ocho sacerdotes (incluidos los pasionistas),
tres Hermanos de las Escuelas
Cristianas y 7 seminaristas que proseguirían su
formación en Australia; en
total, 19 personas incluyendo al arzobispo. El viaje
duró del 01 de noviembre de
1842 al 04 de marzo de 184312. El 10 de marzo, el
batel Emu se acercó al Templar
para saludar al arzobispo y a los misioneros que le
acompañaban. Cuando pudieron
desembarcar en Sidney, fueron en procesión a la
catedral de Santa María. Pasada
la emoción de los primeros días, los cuatro residieron
en la sede del arzobispo,
que estaba convirtiéndose en monasterio benedictino.
El P. Vaccari, invitado a
predicar ejercicios al clero, lo hizo en latín. Todos
participaron en la Semana Santa
de la catedral. El 7 de mayo pareció el momento
adecuado para comenzar la misión
con los aborígenes. Hubo un encuentro de la Sociedad
de San Patricio, el Instituto
Católico y la Sociedad para la Propagación de la fe, y
probablemente en esta
ocasión los pasionistas fueron presentados por el P.
John McEnroe: El señor arzobispo
quiere viajar mañana a la Bahía de Moreton con
aquellos que le han
acompañado desde Europa, para que comiencen su
celoso apostolado entre los
aborígenes13 .

El P. Vaccari iba provisto de un documento que Mons.


Polding desconocía, según
el cual la S. C. de Propaganda Fide lo habría
nombrado vicario apostólico. Antes
de comenzar la misión entre los aborígenes, y para
legitimar su autoridad ante
los compañeros, descubrió este detalle, que complicó
radicalmente las cosas14.
Mons. Polding se consideró despojado de una parte
del vicariato y si los pasionistas
iban a tener su propio superior con apoyo de la Santa
Sede, sería mejor que se fueran
a su territorio, a la Isla de Strawsbrocke. Al día
siguiente Mons. Polding y el P.

11
Cfr. Arch. della S. C. di Propaganda Fide, Udienze di
Nostro Signore, 1842, p. 1, vol. 96, f. 811.
Firma el decreto J. A. Edessen. - Cfr. en AGCP, SPIR,
History..., la nota está mecanografiada. No
queda constancia de que el P. Vaccari fuera nombrado
prefecto apostólico, como se verá más adelante.
Sí parece que lo fue como misionero apostólico el
12.06.1842.

12
Cfr. THORPE, o. c., 75.

13
Id., ibid., 81-82.

14
Cfr. los documentos en THORPE, o. c., appénd. A, nn.
4 y 5, pp. 211-213.
Snell se embarcaron rumbo a Brisbane; el P. Snell
llegó el 24 a la Isla y los demás,
el 30 de mayo. Solos en la isla, comenzó la odisea. En
una carta al P. Domingo, el

P. Testa le decía que los religiosos habían quedado


abandonados en una isla casi
desértica15. Comenzaron a moverse en un contexto
muy distinto del romántico sueño
misionero con el que partieron de Roma. Su primera
tarea fue construir una casa
de refugio contra la lluvia... Las condiciones eran
precarias, pero no se desalentaron.
En una carta del 19 de diciembre de 1843, el P.
Vaccari informaba a Mons.
Polding: Confío en que todos se harán cristianos, pero
no antes de tres o cuatro
años... Nuestro trabajo necesita mucho tiempo y
mucha paciencia, y desde luego
muchas oraciones por su conversión16. Hasta el 4 de
enero de 1846 no se pudo inaugurar
la primera capilla levantada en Morphett Vale SA.
3. Problemas y fracasos
El P. Pesciaroli describía al cardenal Gaspar B.
Pianetti, obispo de Viterbo, la situación.
La carta, publicada en Annali di Propaganda Fide,
ofrece detalles de la situación;
entresacamos algunos párrafos:

Los cuatro misioneros pasionistas habitamos en la


orilla de una bahía, en una
casa bastante desvencijada, en otro tiempo cárcel para
los ingleses confinados
aquí. No lejos de nosotros se estaciona a veces una
tribu salvaje de unas cuarenta
personas... Digo a veces porque, aunque suelen tener
todas (las tribus) un lugar
determinado y diferente, no se establecen de manera
fija en un mismo lugar más
de ocho o quince días... Viven al aire, y con las
cortezas de los árboles forman como
una tienda provisional... Los indígenas que están en
nuestra proximidad, como
conocen a los europeos desde hace mucho tiempo,
son bastante sociables; los tenemos
cerca un tiempo más o menos largo, y son dóciles... El
autor de la carta describe
algunas costumbres, como la de cortar el dedo gordo
de la mano derecha para
entregárselo a la serpiente boa, según una tradición
ancestral, y añade al final:
Su lengua es dificilísima; dicen mucho con pocas
palabras...; no pronuncian las letras
c,f,s,z, de las que carece su alfabeto... Todavía no
hemos llegado a expresarnos
en su dialecto17 .

El autor de Cenni e memorie istoriche... comenta: Por


el P. Luis (Pesciaroli) he
sabido que toda la asistencia que les prestó Mons.
Polding consistió en el envío de

15
Cfr. Id., ibid., 94, nota 16. - AGCP-SPIR, History 1842-
1863, mcn, doc. II.
16
THORPE, o. c., 213-214. - El 20 de junio de 1844 se
registró en Dunwich el primer bautismo de
dos niños. Aquel mismo año visitó a los misioneros
Mons. Pomallier, apóstol de los maoríes. The
Cronology of the Holy Spirit Province, by Br. Jeff Daly,
C. P., oct. 1994.

17
Annali di Propaganda Fide, V, VI, 1845. - THORPE, o.
c., 217. - Cfr. GIROLA, o. c., en L’O.R.,
18.09.2009, resalta la dificultad del idioma y el
seguimiento de los indígenas del P. Confalonieri.
un poco de arroz durante todo el tiempo que se
detuvieron en la Isla. Fue una fortuna
que, cuando pasó por Inglaterra en el viaje de ida, el P.
Luis se compró un fusil
de dos cañones, y al salir de Sidney se hizo con
pólvora y munición. Al quedar
solos entre los salvajes se vieron en peligro de ser
pasto de ellos, y así hubieran terminado
si, cuando ellos se acercaban a los misioneros, el P.
Luis no hubiera disparado
contra algún animal, y al ver que tras la explosión el
animal quedaba muerto,
los salvajes se dieron a la fuga... Muchos fueron sus
sufrimientos y calamidades, y
tuvieron que buscarse comida con la caza. No
recuerdo cuánto tiempo permanecieron
allí, aunque el P. Luis sí me lo dijo. Mientras tanto se
había creado un vicariato
apostólico en Adelaida, al sur del país; el obispo,
franciscano reformado, manifestó
que con gusto acogería a los pasionistas. Tres de los
cuatro (PP. Snell, Lencioni
y Pesciaroli) aceptaron la invitación y en Adelaida
fueron tratados... con mucha
caridad18 .

El 25 de junio de 1846, los tres dejaron Stradbroke en


la goleta Sister y el 22 de
julio llegaron a Sidney y se establecieron en Adelaida.
Antes, el 20, el P. Vaccari había
abandonado también la misión. El P. Testa estaba muy
preocupado. El 25 de septiembre
escribía al P. Domingo a Londres: Desde hace casi
tres años no escriben, o
al menos yo no he recibido nada... Lo hicieron al
principio poco después de su llegada...
Me decían que después se habían sometido y que el
arzobispo los destinó a
una isla desierta y casi despoblada de pocos salvajes;
que habían sufrido y que no
albergaban muchas esperanzas de hacer algo de
provecho. Después añadía que la
S. C. de Propaganda Fide había enviado a Mons. M.
Bradi como nuevo obispo de
Perth, que la misma había escrito a Mons. Polding
sugiriéndole que enviase a los pa-
sionistas a Perth, y a los misioneros que se pasasen
con éste; parece que el P. Vaccari
no quiso ir, aunque sí los otros tres: No he sabido
nada19. El P. Snell escribía el
2 de abril de 1847 al P. Barberi: Nuestra situación es
incierta y amenazadora, por
no decir crítica. Sólo Dios nos da esperanza20.
El P Testa les escribió el 7 de octubre de 1847 una
carta que tres de los misioneros
recibieron en la primavera siguiente; no así el P.
Vaccari, que el 7 de diciembre
se había embarcado en el Speed rumbo a Perú. La
carta de Testa les molestó, porque
contenía acusaciones que el P. Pesciaroli resumía en
la respuesta: 1) Que nos
equivocamos al no someternos al arzobispo Polding;
2) que (la S. C. de) Propaganda
ha estado informada de que sólo buscamos dinero y
comodidades; 3) que hemos
querido actuar a nuestro modo, siempre en oposición a
lo que proponía Polding; 4)
que no hemos tenido ni celo ni diligencia para poner en
acto las industrias necesa

18 Cfr. también AGCP, SPIR, History, Cenno sulle


Missioni di Australia e California, f. 3-5.
19 Ibid.. - THORPE, o. c., 200-201.
20 THORPE, o. c., 221. - AGCP, SPIR, Storia..., 1842-
1863, texto italiano mcn.
rias a fin de que la misión obtuviera resultados, y que
tampoco tenemos una idea
clara de lo que es una misión ad infideles21.

Los misioneros escribieron molestos, lo que disgustó al


P. Testa: Nuestras cartas...
del 2 de abril de 1848 han amargado su corazón22.
Como es natural, quisieron
aclarar estas acusaciones y el P. Mauricio escribió al
P. Barberi como su provincial,
el 2 de noviembre de 1848; no es el caso de alargarse
en este asunto: El P. Snell...
vive en Morphet Vale con otro sacerdote, pero hay
poco que hacer allí... El P. Luis
sigue aún en Mount Burker donde vive de la caridad de
otro sacerdote... Yo le pido
por favor que procure enviarnos el pasaje para
regresar a Inglaterra, donde espero
que seamos de alguna utilidad23.

A primeros de 1849 el P. Testa pidió al P. Domingo


Barberi que hiciera alguna
gestión para agilizar su regreso. Éste le contestaba el
28 de enero: En cuanto recibí
la carta de Su Paternidad, envié al P. Ignacio
(Spencer) a Liverpool para que tramitase
con un agente de viajes marinos el regreso de
nuestros padres de aquel país.

La situación de crisis debió de ser bastante


generalizada, pues ya desde Londres,
pocos días antes de la muerte del P. Barberi, el P.
Pesciaroli escribió al P. Testa: Los
pasionistas no encuentran acomodo en Australia...
Pero no sólo los pasionistas, sino
ninguno de los que fueron de aquí (de Inglaterra) han
encontrado acomodo, pues
por lo que sé, aunque indirectamente, es que también
han regresado los agustinos,
los jesuitas, los sacerdotes (diocesanos), los clérigos
estudiantes, obligados a salir
de Australia; incluso tres Hermanos de la Doctrina
Cristiana han sido llamados por
su superior porque no se les habían mantenido las
condiciones escritas con las que
fueron recibidos, y por eso reclamados por su
superior...24.

4. Visita del P. Magagnotto y final de la aventura


Retrocediendo unos años hay que recordar el viaje del
P. Pedro Magagnotto. En
1846, al cesar de superior de Ere, fue a predicar a los
benedictinos en Douai, Francia;
donde coincidió con Mons. Polding, quien lo invitó a ir
a Sidney como profesor
de Teología. El P. Testa negó el permiso, pero como el
P. Magagnotto insistía,
dejó la decisión al P. Barberi, que sí accedió. Llegado
a Australia, no tuvo más suerte
que sus predecesores. En una carta del 15 de
noviembre al P. Barberi, con ruego
de hacérsela llegar al P. Testa, dejaba entender que
las cosas no marchaban bien:

21
Traducción al inglés en THORPE, o. c., 222.

22
AGCP, SPIR, History..., o. c., el P. Pesciaroli asegura
en su carta del 02.11.1848 que el P. Snell ha
tenido que romper los papeles de la contestación que
estaba escribiendo por no sentirse sereno, a

la vista de las acusaciones o insinuaciones directas e


indirectas lanzadas contra los misioneros.

23
AGCP, SPIR, History... 1842-1863; carta desde
Adelaida, 22.07.1848, al P. Barberi.

24
Texto en inglés en THORPE, 232.
Quisiera vivir en comunidad... ¡Pero no sé a qué carta
quedarme! Seguiré dando
clases de teología, pues el curso durará aún seis u
ocho meses, y lo había prometido;
creo que después regresaré a Inglaterra25. Al remitir
esta carta al P. Testa, el P.
Domingo añadía una postdata: Me parece que esta
carta habrá que leerla cum grano
salis (sic). El P. Pedro tiene un carácter especial para
dar a las cosas el matiz
que cuadra con su hipocondría. No creo todo lo mal
que dice de Mons. Polding; de
todos modos, la carta no deja en buen lugar a ninguno,
ni siquiera al que la ha escrito26.

Después de haber enseñado teología unos años a los


benedictinos, se encontró
sin ropa y sin dinero. En 1853 se embarcó para los
Estados Unidos. El obispo de San
Francisco, el dominico español Mons. Alemany, lo
nombró vicario general. Un benedictino
de Lima que llegó a Roma contó al P. Testa que el P.
Vaccari vivía de hortelano
de los franciscanos de aquella capital. El P. Testa pidió
al P. Magagnotto que
tratara de comprobar la verdad, y éste se desplazó
hasta Lima. El P. Ramón Vaccari
se hacía llamar Wilson; el P. Pedro le pagó las deudas
de Australia y le invitó a reincorporarse
a la congregación; pero él, en agradecimiento a los
franciscanos, se negó
a salir de allí; el arzobispo obtuvo del P. Testa el
permiso para que profesara entre
los hijos de San Francisco, y allí murió santamente27.

La aventura australiana terminó con sentido


evangélico: el grano de trigo había
muerto, pero no desaparecido. El 21 de diciembre de
1849 Mons. Tomás Malisse,
obispo titular de Milene, solicitaba una fundación
pasionista en Bengala, India, que
él se comprometía a mantener. Previamente había
hablado con el P. Testa: Pero
quede bien claro que deberán dar clases como se
hace en los colegios de seculares...
El P. Testa tenía muy metida en el corazón la espina
de Australia, aunque no
conocía el final de los religiosos, excepto el del recién
llegado P. Pesciaroli, y respondió:
Por ahora no podemos meternos en otra misión por
estar comprometidos
con Inglaterra28 . Pero no se habían cerrado las
puertas de Asia. El 21 de noviembre
de 1887 comenzaría a crecer la nueva planta
pasionista en Marrickville, Sidney;
luego seguirían Goulburn en 1894 como noviciado, y
Adelaida en 1896, como
estudiantado, dentro de la provincia de San José, tema
del siguiente volumen de esta
historia29.

25 Id.,ibid., 238.
26 Cfr. AGCP, SPIR, History..., o. c., lett. 1848
27 Cfr. Cenni e memorie storiche..., o. c., 6-80. -
THORPE, o. c.
28 AGCP, 127, fundaciones en el extranjero, en Asia
(A, IV.II/1-6. AS-I, 1-1).
29 Cfr. TRAYNOR, Brian, C.P., The Passionists
celebrate 100 years as a Province this year, 1987.
CAPÍTULO XIII

FUNDACIÓN EN LOS ESTADOS UNIDOS


DE AMÉRICA DEL NORTE, 18521

1. Encuentro de Mons. O’Connor con el P. Antonio di


S. Giacomo, Testa2
En septiembre de 1852 la congregación se decidió a
cruzar el Atlántico. Los
principales protagonistas de la decisión fueron Mons.
Miguel O’Connor, de Pittsburgh,
y el P. Antonio Testa. El primero pidió una fundación.
La respuesta fue negativa.
El obispo no se desanimó y al fin consiguió que el P.
Testa accediera a mantener
una conversación. De la personalidad del general ya
se ha hablado, por lo que se
ofrece un esbozo biográfico del obispo3.
Mons. O’Connor (1810-1872), nacido en Irlanda,
estudió en Roma y recibió el
sacerdocio. De vuelta a su patria, trabajó en la pastoral
de 1834 a1 1839. Enviado a
EE. UU., durante los años 1839-1841 enseñó teología
en el seminario de Filadelfia.
En 1841, el obispo, Mons. Henrick, lo mandó de vicario
general a Pennsylvania occidental
y de párroco a Pittsburgh. El 07.08.1843, Gregorio XVI
lo nombró obispo
de Pittsburgh. El 29.07.1853, a poco de llegar con los
pasionistas, fue trasladado a
la reciente diócesis de Erie, pero en diciembre regresó
a Pittsburgh. En abril de 1860
renunció a la sede e ingresó en la Compañía de Jesús.
Murió en 1872, en Woodstock,
Maryland.

1
El P. Paulino Alonso había transcrito para este capítulo
sólo las referencias que se leen en la Platea
SsGeP de Roma. No obstante, con ocasión de los 150
años de la llegada a los EE. UU., publicó,
en LSC 2002, 301-325, La Congregazione della
Passione oltrepassa l’Atlantico: I prolegomeni
della fondazione dei Passionisti negli Stati Uniti
d’America. De este trabajo se ha aprovechado
lo más posible, pero se ha prescindido de: a) la
introducción del artículo; b) las referencias a la
historia de la congregación que los lectores pasionistas
ya dominan; y c) las biografías de los PP.
Testa y Pío Cayro, que aparecen en otra sección; el
resto del trabajo se incluye como introducción
previa a la llegada a EE. UU. - BIBLIOGRAFÍA:
DEVINE, Arthur, Passionists, en The Catholic
Encyclopedia, Ed. Robert Appleton & Co., New York,
1911,X,521-525, sobre la llegada a Estados
Unidos. - YUHAUSS, C. The Passionists in America
Foundation..., o. c., 344.ss. - MERCURIO,
R., The Passionists, o. c., 61-65. - WARD, Félix, The
Passionists, Sketchs..., o. c., 169-179.
- ROONEY, Gerard, C. P., The Passionist Heritage, a
circular letter on the occasion of the Centenary
of the formal constitution of the province of St. Paul of
the Cros, 1863-1963. - FLYNN, Joseph
M., The Catholic Church in New Jersey, Morristown,
New Jersey, 1904, pp. 404-406.
2
En 1952 se celebró el I Centenario de la fundación. -
Cfr. PASSIONISTS, Bulletin of Holy Cross
Province, edited by Holy Cross Prov., Louisville, U.S.,
V, 2 (june, 1952), 103-112.

3
RITZLER, R., SEFRIN, P., Hierarchia Catholica Medii
et recentioris aevi, o. c., VII, 308-309. WARD,
Felix, C.P.,The Passionists. Sketches..., o. c. 102-103.
- YUHAUS, Compelled to speak,
16-17, nota 12.
El acuerdo al que llegaron el obispo y el general, así
como las líneas maestras que
éste trazó para los pioneros, revelan clarividencia y
apertura a los nuevos tiempos.

Cláusulas del contrato4 . El 28.09.1852, los dos


firmaron un acuerdo por el que
tres pasionistas (después se agregó el P. Stanislao
Parczyk), irían a Pittsburgh a fundar
un retiro de la congregación. Por tratarse de un
momento especialmente significativo,
es preferible copiar íntegro el contrato.

Habiéndome pedido Mons. Miguel O’Connor, obispo


de Pittsburgh, en los EE.
UU. de America, a mí, el infrascrito superior general de
los pasionistas, algunos religiosos
para abrir un retiro en su diócesis, y habiendo parecido
conveniente la solicitud,
estamos de acuerdo en firmar lo que sigue:
Primero: El superior general... ofrece voluntariamente
dos sacerdotes y un hermano...
al buen prelado, que promete preocuparse de ellos
durante el viaje y, si es
posible, a lograr que los Consejos Centrales de Lión y
París ofrezcan una ayuda para
cubrir los gastos no sólo del primer trayecto, sino
también después en el levantamiento
de la casa y de la iglesia, es decir, de la fundación en
cuanto tal. Pero si
tales consejos no ofrecen la ayuda conveniente, el
obispo se obliga a llevarlos y a
mantenerlos a sus expensas hasta que lleguen a la
ciudad de Pittsburgh5 .

Segundo: Dado que ignoran la lengua y las


costumbres de la nación, y no podrán
trabajar inmediatamente en beneficio de los prójimos,
ni procurarse residencia
ni medios de subsistencia, el buen prelado promete
retenerlos durante un año en
su propio palacio a su cargo en cuanto a habitación y
comidas, facilitándoles además
el aprendizaje del idioma de manera que puedan
después trabajar con fruto por
el bien de las almas. Mientras tanto los religiosos se
prestarán a hacer todo lo que
puedan voluntariamente según el respectivo estado de
sacerdotes o de hermano para
ayuda y servicio del obispo, su benefactor.

Tercero: Durante el primer año, con la ayuda y los


oportunos consejos del prelado,
tratarán de adquirir casa e iglesia para vivir y trabajar,
según las Reglas, en
el bien espiritual del prójimo. Procurarán asimismo
agenciarse medios de vida para
no grabar demasiado al obispo, que sin embargo
seguirá siendo como un padre
amoroso que les prestará ayuda.

Cuarto: Cuando ya dispongan de casa e iglesia


propias, en lo que se refiera al
bien espiritual del prójimo dependerán del pastor de la
diócesis a tenor de los sa

4
Una copia en AGCP; PAUL, II-1. El original se
conserva en el archivo de la diócesis de Pittsburgh.

-YUHAUS publica una traducción al inglés en


Compelled...o. c., 21-23 y en The Passionists in
America Foundation..., o. c., 119-124. - Cenni
cronologici sulla Fondazione degli Stati Uniti
d’America,
1.
5
Mons. O’Connor y el general presentaron cartas de
recomendación al Prefecto de Propaganda Fide,
pero no obtuvieron ninguna ayuda, porque todavía no
estaba confiada la misión. Carta del P.
Albino Magno al P. Testa, 19.10.1852. - AGCP. PAUL,
II-3.
grados cánones y trabajarán con gusto en los
ministerios apostólicos, especialmente
en los que él solicite. Pero no se les impedirá ir a otras
diócesis, si son llamados
a cumplir ministerios sagrados en la línea propia de
nuestro instituto; no obstante,
preferirán siempre el servicio del obispo que les ha
introducido en la diócesis, el
cual les avisará con tiempo de qué ministerios quiere
que se ocupen, de modo que
sepan a qué atenerse si son llamados a otras diócesis.

Quinto: Confiamos en que los individuos que son


enviados ahora puedan asentarse
en la diócesis del obispo de Pittsburgh, y cosechar allí
mucho fruto en favor
del prójimo; y esperamos que puedan preparar
acogida para otros que vayan de
Europa o que se les unan en América para trabajar en
la viña del Señor... Pero si,
por causas no previsibles ahora, tuvieran que regresar
a Europa, el obispo no los
dejará abandonados a su suerte; y si carecieran de
medios, les ayudará a regresar
al continente del que salieron, al menos hasta
Inglaterra...

Roma, 28 de septiembre de 1852

+ Miguel O’Connor, obispo de Pittsburgh


Antonio di S.Giacomo, Prep. Gral. de los Pasionistas
2. Los cuatro elegidos6
El acuerdo fue entregado a los cuatro destinados:

1) P. Antonio Calandri de San Pedro (1817-1878)7,


nacido en el reino de Cerdeña,
profesó en Lucca, en 1837; dedicó cinco años a la
formación y después al ministerio.
El P. Testa lo nombró superior del primer grupo. En
sus dos primeros años
como tal llegó a fundar el retiro de Pittsburgh, y cuando
llegó el P. Juan Domingo
Tarlattini (1854) pasó a maestro de novicios. Al ser
erigida en 1863 la Provincia del

B. Pablo de la Cruz, fue segundo consultor y más tarde


provincial (1866-1869). Murió
en Dunkirck.
2) P. Albino Magno de la Sabiduría Encarnada (1816-
1872)8 , natural de Orsogna
(CH), profesó en Paliano en 1839; tenía 36 años
cuando formó parte de la primera
expedición. Supo compaginar el trabajo apostólico
fuera del retiro con la soledad,
el estudio y la oración. En los últimos años, impedido
para ir fuera de la casa,
pasaba las horas atendiendo las confesiones en la
propia iglesia. Creada la provincia,
fue primer consultor y después provincial (1869-1872).
Murió en West Hoboken.

6
PAVLICK, Clement, The Passionists in Pittsburgh,
1852-1994, St. Paul’s Monastery, Pittsburgh,
1995.

7
Archivio Anagrafico (AA), n. 837.015; DNEust, 454-
555. - WARD, The Passionists, o. c., 119.

8
AA, n. 839022. - CENNI…, 1887, 18-19. -
CIPOLLONE, Filippo, Religiosi insigni della Provincia.
Prepositi Provinciali all’Estero (Stati Uniti): L’Araldo del
Crocifisso, XXIV (1956), 133.
3) P. Estanislao Parczyk de la Asunción (1814-1892)9,
nacido en Peiskrescham
(nombre alemán de la ciudad Pyskowice), diocesis di
Breslau, Polonia, siguió la carrera
militar. A los 38 años abrazó la vida pasionista en
Monte Argentario y profesó
en 1843. Sacerdote desde 1847. Como hablaba
perfectamente el polaco y el alemán,
y aprendió pronto el inglés, fue el primero en lanzarse
al apostolado en una parroquia
con mayoría de emigrantes alemanes. Tras una
intensa vida apostólica, murió
en Pittsburgh.

4) H. Lorenzo Di Giacomo de la Dolorosa (1826-


1865)10 , natural de Montalto
delle Marche (AP), profesó en Monte Argentario en
1848. Capaz, activo, eficiente y
bien presentado, aprendió en Italia el oficio de sastre y
también nociones de enfermería
doméstica. En EE. UU. se dedicó a la postulación para
las casas de Pittsburgh
y West Hoboken. En 1863 fue enviado a la fundación
de California. Regresó muy
enfermo y murió en West Hoboken.

De Roma a Pittsburgh11 . Tras la audiencia que les


concedió Pío IX, los cuatro
salieron de Roma el 10.10.1852, y de Civitavecchia el
11, el 14 llegaron a Lyon12, y
el 17 a París. En vez de salir directamente de Francia,
se prefirió esperar un poco en
Inglaterra. En Londres los recibió el P. Spencer,
provincial de S. José, y la comunidad
de Highgate. Fueron con el P. Spencer a Sutton,
Liverpool, donde el 27 se embarcaron
con Mons. O’Connor en el barco City of Glasgow13 .

La nave atracó en Filadelfia el domingo 14 de


noviembre y a la mañana siguiente
los viajeros descendieron a tierra. En Filadelfia los
acogió Mons. John
Neuman, C.Ss.R., 1811-1860, canonizado por Pablo
VI en 1977. Al cabo de tres días
de descanso, Mons. O’Connor, el P. Antonio y el H.
Lorenzo fueron a Baltimore
a visitar al Arzobispo Kenrick, y llegaron a Pittsburgh el
20 noviembre. El día
21, fiesta de la Presentación de la Virgen María, el P.
Antonio ofreció la Misa en
acción de gracias y puso la fundación bajo la
protección de la Virgen. Poco después
los PP. Albino y Estanislao, que habían quedado en
Filadelfia, se les unieron justo
para celebrar la misa de la Inmaculada Concepción.
En Pittsburgh todos residieron
en la casa del obispo, vistieron el hábito y comenzaron
a seguir la Regla en la medida
en que lo permitían las circunstancias. Se dedicaron a
estudiar el idioma y las
costumbres del pueblo.

9 AA, n. 843019. - CENNI ... 1892, 26-28.


10 AA, n. 840029. - DNEust, 344-345.
11 A. Calandri a P. Testa, París, 20.10.1852; A. Magno
al P. Testa, 19.10.1852. - AGCP. PAUL, II-2,
3. -Cenni cronologici sulla fondazione degli Stati Uniti
d’America, 1-3. - WARD, The Passionists,
o. c., 106-108. - YUHAUS, Compelled…, o. c., 38-42. -
Id, The Passionists...,139 ss., 143155.
12 Platea SsGeP, II, 43.
13 WARD, The Passionists, o. c., 107.
EL CAMBIO DE AMBIENTE. Mons. O’Connor trató de
introducirlos en la
idiosincrasia del nuevo continente. Ellos habían sido
formados en la cultura que se
impartía en los centros italianos. Los pasionistas de
1850 sentían muy viva la pertenencia
a su región nativa o aquella en la que trabajaban,
sobre todo el Estado Pontificio,
reconociendo al Papa como soberano temporal, a la
vez que Cabeza visible
de la Iglesia; y dentro de él, se hablaba de nueve
provincias: las tres delegaciones de
Bolonia, Ferrara y Romagna, las Marcas de Ancona,
Perugia, el Ducado de Urbino,
la Umbría, el Patrimonio de S. Pietro y la Campania.

Los recién llegados conocían algo, aunque poco, de la


cultura e historia de los
EE. UU., gracias a las nociones elementales del P.
Carsidoni14. No es difícil imaginar
la fuerte impresión: ambientados en el pequeño Estado
Pontificio, las enormes
extensiones norteamericanas contrastaban con las del
Estado de la Iglesia; y lo mismo
la variedad de culturas al relacionarse con habitantes
llegados de varias naciones.
La mayoría de los pasionistas desenvolvían su vida y
trabajo en los Estados
Pontificios o en el reino de Nápoles, en los que, como
en el reto de Europa, se mantenían
los estratos sociales de nobles, eclesiásticos y pueblo
llano. En la congregación
se aceptaba la organización del gobierno pontificio, en
el que convergían en la
misma persona el poder civil y el eclesiástico. Los
pasionistas procedían de una sociedad
en la que los dogmas católicos, la moral católica y
otros elementos religiosos
de tradición integraban la vida de los pueblos. Quien
no profesaba la religión católica
era considerado como disidente por la misma sociedad
civil15.
Resultaría aventurado dar un diagnóstico de la
comprensión que el P. Testa, su
curia general y los cuatro pioneros tenían de los
Estados Unidos cuando se decidió
la fundación. Pero no es difícil imaginar a los cuatro
descubriendo en vivo, que, aunque
todas las religiones eran aceptadas, los católicos eran
un grupo marginal. Asimismo
advirtieron la total independencia entre el Estado y las
religiones, y la mutua
tolerancia, aspecto que deberían tener presente sobre
todo en su apostolado.

En 1852 había 31 diócesis y archidiócesis. Los


1.700.000 católicos eran atendidos
por 1.421 sacerdotes. Los cuatro pasionistas
incrementaban el clero de origen
europeo, más o menos un 20%. Entre los temas
estudiados en el I Concilio Provincial
de Baltimore figura el de las comunidades religiosas.
Los obispos reclamaban
la ayuda de las órdenes llegadas de Europa. Desde la
independencia hasta 1844
se habían incorporado no menos de ocho
congregaciones no procedentes de Italia.

14
CARSIDONI, Ignazio, Epitome elementare di
Cosmografia, compilato dal M. Rdo. P. Ign. del

S. C, religioso passionista, a vantaggio dei giovani


della medesima Congregazione; dos manuscritos
redactados en Todi, 1831, y el tercero en Vetralla,
1841. - AGCP, Mns, M-I, F. 12, 13, MI,
F.26.
15
Cfr. HENNESY, James, I Cattolici degli Stati Uniti dalla
scoperta dell’America ai nostri giorni,
complemento de la Storia della Chiesa, diretta di
Hubert Jedin, Jaka Book, Milano, 1984.
Al llegar los pasionistas, el episcopado estaba
cambiando: si antes la mayoría de
obispos eran de origen francés, en aquel momento la
mayor parte eran de procedencia
irlandesa o alemana, y su estilo de gobierno y de
apostolado se parecía más
al de los estados nordeuropeos que a los latinos.
Mons. O’Connor, que pertenecía
a este nuevo grupo, introdujo a los pasionistas en la
historia de su diócesis de Pittsburgh16:
de sus 800.000 almas, sólo eran católicos entre 35.000
y 40.000; había 21
misioneros y 52 eclesiásticos. El I Concilio Plenario de
Baltimore (1852) pidió a
Roma la división de la diócesis, y en julio fue erigida la
de Erie17.

3. La congregación comienza su vida en los EE. UU


Para implantar la congregación en el nuevo ambiente,
los pasionistas se guiarían
por las Reglas y Reglamentos comunes, y por un
documento que el P. Antonio di S.
Giacomo, Testa, firmó el 30.09.1852: Facultades y
advertencias al superior, que se
manda para una fundación en la diócesis de
Pittsburgh, en los EE. UU. de América,
y para aquellos que le acompañan18. Mejor que una
síntesis, el texto íntegro puede
ayudar al lector a conocer los criterios de la
congregación: en todo momento debían
mantener la conciencia de formar parte de una familia
común, jurídica y espiritual,
carismática y pasionista; no serían simples
colaboradores de los obispos para suplir
la falta de párrocos, sino misioneros que realizarían la
tarea propia del instituto.

NORMAS PARA LOS MISIONEROS ENVIADOS A


LOS EE.UU.

1. La finalidad de la expedición no es la de mandar


simples misioneros que trabajen
por el bien del prójimo en América, sino la de
establecer en esta diócesis una
residencia estable o casa de nuestra congregación, en
la cual, dentro de lo que permitan
las circunstancias, se establezca la observancia de la
Regla y de los Reglamentos
y de otros aspectos de la congregación, y sobre todo
que florezca el verdadero
espíritu del instituto.
2. Este establecimiento, como las demás fundaciones
que se pudieran hacer en
América, nos estarán inmediatamente sujetas,
mientras no se hubiera determinado
otra cosa; sobre la comunicación de sufragios
relaciónense con la provincia de la
Presentación.
16
RITZLER, R. - SEFRIN,P., Hier. Cath..., o. c., VII, 308.

17
La Iglesia de los EE. UU. se organizó, a partir de la
diócesis de Baltimore, en sínodos de tres categorías:
1) diocesanos a partir de 1791; 2) provinciales desde
1829 cada tres años (hubo siete); y
c) plenarios, de los que hubo tres: en 1852, en 1866 y
en 1884. - Cfr. The Catholic Encyclopedia,
New York, 1911, vol. II, pp. 228ss. - HENNESY, J., I
cattolici…, o. c., 146ss.

18
AGCP, PAUL, II-2. - YUHAUS, Compelled..., o. c., 32-
36, y The Passionists.. (tesis), 128-136,
publica su propia traducción al inglés.
3. Por ahora se designa superior al P. Antonio de San
Pedro y vicario al P. Albino
de la Sabiduría Encarnada, que dependerá de él y
tendrá las facultades que él le dé. El
superior contará con las facultades que las Reglas
conceden al superior local; y además,
dada la dificultad en las comunicaciones, le
concedemos también las de un provincial,
aunque sin título de provincial o viceprovincial, sino
simplemente de superior.
4. Dado que no tardarán en presentarse aspirantes, y
como corresponde al general
con sus consultores designar la casa de noviciado, se
destina la primera que
abran o el local provisional en donde vivan en casa del
obispo, donde, según lo
acordado, serán recibidos. La aceptación de novicios
corresponde al superior, el
cual, a la hora de recibirlos, se asesorará con el vicario
y otro sacerdote, si lo hubiera;
tras el examen decidirán por votos si conviene
aceptarlo; el superior no los
recibirá si al menos dos votos no resultaran positivos.
Por ahora designamos maestro
interino al superior, que podrá escoger un vicemaestro
para que le ayude.
5. Al admitir a los novicios no se dejen llevar por la
obsesión de aumentar el
número; no acepten a quienes no dieren señales de
verdadera vocación y buena voluntad;
mucho menos sean fáciles en admitir a los votos a los
que carezcan del verdadero
espíritu del instituto, máxime que allí habrán de
mantenerse en contacto con
los herejes, y será muy necesario el espíritu
sobrenatural. Como aceptar a los mayores
de 25 años es competencia del general, concedemos
al superior, ‘ad biennium’,
la facultad de dispensar a quienes hubieran superado
la edad. Si no se pudiera
tener a los novicios con la separación prescrita en
cuando a habitación y convivencia,
procuren suplirlo con otros modos de recta educación.
6. No teniendo conocimiento de algunas listas de
facultades y privilegios que andan
circulando por las casas, no podemos hacernos
responsables de su exactitud, ni
pretendemos que puedan servirse de ellos como de
privilegios de la congregación; pero
en lo que se exige la autoridad del superior,
comunicamos al superior la facultad de
delegar en nuestro nombre. A los sacerdotes les
otorgamos la de bendecir el cordón de
las Cinco Llagas de J. C., de las coronas de Santa
Brígida y del Rosario concedemos
al superior la facultad de bendecir cada año 3000,
además 3000 crucifijos o crucecitas
y 3000 medallas; a los demás sacerdotes, la mitad, es
decir, 1.500 de cada clase.
7. Posiblemente, al principio, no será necesario, por
las circunstancias, llevar
el hábito de la congregación; este aspecto queda a la
prudencia del superior con el
consejo de los demás, quienes determinarán lo que
crean conveniente. Sobre esto
escuchen al señor obispo, que conoce las costumbres
locales; en los comienzos déjense
guiar por él. Por lo demás traten de conformarse
siempre, en cuanto sea posible,
a lo que la Regla ordena respecto al vestido; pero no
pierdan el espíritu de
penitencia y de pobreza que sobre el vestido pide el
instituto. En todo lo demás se
ajusten a la penitencia y pobreza prescritas, a fin de
que no se introduzca la relajación,
ya que después será dificilísimo volver a la exactitud y
al fervor.
8. Para las observancias internas, en los comienzos y
mientras no tengan casa, actúen
lo mejor que puedan, sin descuidar la oración en
común señalada en las Reglas.
9. En lo relativo a ministerios, acomódense a lo que
prescribe el instituto y a lo
que permita la prudencia; sean dóciles a las
insinuaciones y consejos del obispo,
para no ir a contracorriente y destruir la obra de Dios.
Si, cuando tengan iglesia
propia, ocurriera que debieran ejercer de párrocos,
queda a su prudencia, especialmente
a la del superior; en tal caso la responsabilidad de la
parroquia recaerá sobre
el superior, quien podrá ejercer las funciones por sí o
sirviéndose de otro; pero
estén atentos a evitar los inconvenientes que pudieran
seguirse de esta actividad.

10. El fin de la expedición y de la fundación es


procurar la gloria de Dios y promover
el bien de los prójimos, que desfallecen por falta de
quienes los inviten a entrar
en el camino de la salvación, y los guíen en él; los
nuestros, comprometidos en
la propia santificación, se sentirán animados por
ardiente celo a la santificación del
prójimo, y no ahorren fatigas para conseguir este
objetivo.
11. Medio eficacísimo para ello será una vida santa y
edificante. Si siguen las huellas
del Redentor y brillan por el buen ejemplo, serán
agradables a Dios, y los hombres
se moverán fácilmente a unirse a ellos en la escucha
dócil de sus palabras, y a convertirse;
en suma, tengan muy en el corazón el Facere et
Docere (sic en el original).
12. Si no pudieran fácilmente tener a quienes estén
instruidos en la lengua latina,
pero que quisieran abrazar nuestro instituto,
acomódense a recibir a jóvenes
con vocación y talento para los estudios, que den
esperanzas de buen resultado al
entrar en el instituto. Decidir cuándo se los puede
aceptar en la convivencia comunitaria,
corresponde a la prudencia y a las circunstancias.
13. Ténganme informado con toda sinceridad sobre la
buena marcha y progreso
de la obra del Señor, de modo que pueda decidir lo
que sea según Dios.
14. Y al concluir les recomiendo la unión mutua, la
concordia y la caridad. Si
se mantienen unidos, reinará entre todos la verdadera
caridad de J C. Dios estará
en medio de todos, y con Dios harán cosas grandes. Si
falta la caridad ni se sentirán
a gusto ni podrán hacer el bien. Omnia vestra in
charitate fiant (1 Cor 16, 14).
Roma, 30 de septiembre de 1852
Antonio di S. Giacomo, Prep. Gral.

Los religiosos enviados correspondieron fielmente al


deseo de recibir sus noticias:
el P. Calandri escribió desde París los días 19- 20 de
octubre y desde Pittsburgh el 25
de noviembre, y los días 12 y 22 de marzo de 1853; el
P. Albino y Mons. O’Connor,
los dos el 28 de diciembre de 185219.
4. Apertura de fundaciones
Una vez cruzado el Atlántico, los cuatro protagonistas
comenzaron a aplicar el
programa clásico de todo pasionista: vivir la
espiritualidad ayudándose de la observancia
en el convento, y ejercitar el apostolado de la
congregación mediante misiones
y ejercicios. Pero además, en este caso, se trataba de
abrir diversos centros des

19 AGCP, PAUL-2, Foundation 1952-1953 (II-1/4; II-


5/9).
de los que irradiar el mensaje de la Pasión de
Jesucristo. De este trabajo expansivo
se ofrece seguidamente una exposición sintética de los
lugares que prepararon el nacimiento
de una nueva provincia.

1. PITTSBURGH. Durante un año, los primeros


vivieron en el palacio de Mons
O’Connor. El 27 de mayo de 1853 Mons. O’Connor los
admitió oficialmente en su diócesis,
pocos días después de la beatificación del fundador.
Aquel mismo año dispusieron
de casa propia, que tuvieron que ampliar en 1855 y en
1856. En 1858 levantaron una
iglesia, centro de culto para muchos católicos.
También pudieron alegrarse con toda la
Iglesia por la definición dogmática de la Inmaculada
Concepción en 1854, acontecimiento
recogido en la platea20. En el espacio de veinte años
se pudo crear una provincia
dedicada al fundador. El P. Pío Devine escribía un
texto que trascribe el P. Arturo Devine:
Hoy la congregación cuenta con cinco casas: las de
West Hoboken, Cincinnati, Dunkirk,
Baltimore y Louisville dan muestra de cómo puede
crecer una pequeña semilla.
Han levantado dos magníficas iglesias en Pittsburgh y
otras dos en Nueva Jersey. Recientemente
se ha hecho una fundación en la diócesis de Brooklyn
en Shelter Island, destinada
a casa de estudio para los novicios y en verano para
ejercicios al clero21 .
El P. Stanislao ayudó en la parroquia alemana de San
Miguel, a la otra parte del
río Monongahele; poco después se le confió la
parroquia y se quedó a vivir en ella
(fue párroco hasta 1860, y después el P. J. Lucas
Baudinelli hasta 1863). El P. Albino
fue enviado a ayudar a un párroco en una población
llamada Loreto, en la montaña
de Pensilvania: esta separación fue una estrategia
para que todos tuvieran que hablar
en inglés. Mientras tanto el P. Calandri gestionó lo
referente al retiro: de los diversos
lugares que le propuso el obispo escogió una colina
que está por encima de la
iglesia de San Miguel, en excelente posición, amena,
sana y solitaria, aunque no demasiado
separada de las viviendas. El obispo, que era el
propietario, donó una cantidad
considerable; en el verano de 1853 se comenzó la
construcción de la primera parte.
En la primavera de 1854 todo estaba a punto y los
religiosos tomaron posesión solemne
en la fiesta de Pentecostés. Poco después, el 22 de
julio, llegaron tres nuevos
religiosos: PP. Juan Domingo Tarlattini, superior y
comisario, y Juan Lucas Baudinelli
de la Natividad, y el H. Jerónimo Mazzattini de la
Dolorosa. El P. Calandri quedó
de maestro de novicios, el P. Baudinelli de vicemaestro
y el P. Albino de vicario22.

Desde el primer momento, el retiro de S. Pablo de la


Cruz, cuando se pudo disponer
de habitaciones libres, recibió a muchachos, laicos,
sacerdotes religiosos y

20
La de la casa de Pittsburgh es la única referencia que
se ha encontrado hasta el momento en las
crónicas de todas las casas: S.S. Pío IX ha declarado
como dogma de fe el de la I. Concepción.
Así vemos cómo se ha cumplido la profecía de la
misma Virgen María que todas las generaciones
me llamarán bienaventurada (Lc 1, 8).

21
Texto que recoge A. DEVINE, Passionists, en The
Catholic Encyclopedia, vol. XI, p. 524, citando
un mns. del P. Pío Devine.

22
Cfr. CENNI cronologici sulla fondazione degli Stati Uniti
d’America, mns. en italiano, AGCP,
PAUL-2, Foundation 1852-1853.
diocesanos, y hasta obispos llegaron a la casa para
disfrutar con la comunidad de
los ejercicios espirituales. Desde 1857 se dieron dos
cursos al clero de Pittsburgh
con 17 participantes en cada tanda. En ambos casos
vino un día el obispo y los ejercitantes
tuvieron el sínodo diocesano en la casa los días 3-4 de
junio23 .

Según los registros de 1860 a 1920, se han dado las


siguientes estadísticas en la casa:
526 jóvenes, hombres, sacerdotes y obispos han
vivido algunos días en el convento
dedicados al retiro; el tiempo de permanencia ha sido
diverso, desde jóvenes que se preparaban
a la primera confesión y comunión, hasta seminaristas
que iban a ordenarse...

2) DUNKIRK. Mons. Timon, obispo de Búfalo, estando


en Roma, arrancó al P.
Testa la promesa de que la segunda casa en los EE.
UU. se erigiría en su diócesis. Fue
la dedicada a Santa María, en Dunkirk, N. J., Estado
de Nueva York, sobre el Lago
Erie, a 40 kilómetros de Búfalo. La casa se dedicó a la
Virgen Dolorosa. El obispo
bendijo la primera piedra el 26 de mayo de 1861, junto
a una iglesia construida en
1854 por el P. Calgan, aunque después fue
reconstruida y consagrada en 1873. El primer
rector, P. Albino Magno, asistió al primer capítulo de la
provincia en 1863.

3) WEST HOBOKEN, ESTADO DE N. JERSEY. Se


levantó sobre la orilla del
río Hudson. Antes de la llegada de los pasionistas
existía la iglesia de Ntra. Sra. de la
Misericordia, conocida como de María, levantada en
1851 en un solar regalado por
Santiago Kerrigan. El Rvdo. P. Cauvin se encargaba
de ella; había sido bendecida por
el arzobispo Hughes de Nueva York, antes de que se
formara la diócesis de Norwark,
N.J. En 1853 la parroquia pasó a la jurisdicción del
obispo de Norwark, quien invitó
a los pasionistas a establecerse allí después de una
misión de gran éxito dada por los
PP. Calandri y Rossi (septiembre y octubre de 1860).
En abril de 1861 el P. Tarlattini
quedó de párroco y el P. Víctor Carunchio de la Madre
de Dios, de superior; la primera
piedra del retiro se puso en agosto de 1863, ya fuera
de nuestro período24.
5. Formación, estudios, apostolado
En los dos primeros años, el P. Calandri abrió la nueva
casa y organizó el noviciado.
Cuando en 1854 el general puso la fundación bajo la
autoridad del comisario

P. Tarlattini, el P. Calandri se consagró al oficio de


maestro; al año siguiente profesaron
el irlandés Patricio McCarthy (salió en 1860) y el
primer norteamericano, de
Pensilvania, Luis Greg (salió también en 1862). De
1855 a junio de 1862, período
del P. Testa, hubo 18 profesiones: 16 en Pittsburgh y
dos en Monte Argentario (Tomás
O’Connor y Enrique Egler, de Pensilvania, el 19 de
marzo de 1858)25.
23
History of the Retreat at Sat. Paul’s Monastery (AGCP,
PAUL, Foundations 1852-1895,mcn).

24
Cfr, La Fondazione dei Passionisti negli Stati Uniti A.
D. 1852-1894, del P. Edmond Hili, c. p.
(extracto del periódico Records of the American
Catholic Historical Society of Filadelphia, en
AGCP, PAUL-2, Foundations...). - FLYN, Joseph M.,
The Catholic Church in New Jersey, Morrestow,
New Jersey, 1904?, 107, 287, 352-357, 363-394, 404,
406.

25
AGCP, Mns, Vestitions and Professions, Pittsburgh,
1854-1949.
El P. Calandri tropezó con problemas de
incompatibilidad de criterios respecto a
valores formativos como la acomodación al ambiente
americano y a las exigencias de
una cultura no latina. Se repetía el mismo problema
que se había vivido en Ere y Londres,
entre los PP. Serafín y Domingo entre sí, y de ambos
con el P. Testa. Como el P.
Calandri expresó su deseo de ceder el oficio a otro, el
P. Tarlattini pidió un nuevo
maestro y el P. Testa envió al P. Liberato Bonelli. El P.
Testa se preocupó sobre todo
de que se edificase el futuro sobre un cimiento de
valores preferenciales del instituto:

No se angustien por el ansia de multiplicar el número:


pocos, pero buenos... Una
comunidad numerosa y bien unida, que mantenga el
vigor de la disciplina y de la observancia,
es mejor que tres o más, pequeñas y además de poca
observancia...26.
Un año más tarde, en 1856, aconsejaba al P. Tarlattini:
Ahora que tienen jóvenes
novicios y profesos que garanticen la observancia
interna, procuren que los religiosos
no pierdan el espíritu..., pero tengan también la vista
puesta en otro de los grandes
objetivos de las Reglas: la salvación de las almas...27 .

En cuanto a los estudios, el P. Tarlattini encontró


dificultades para contar con
lectores, por ser pocos los sacerdotes y mucho el
apostolado. Pidió refuerzos al P.
Testa, que el 28 de mayo de 1858 le amonestaba: V.R.
se imagina que aquí sobran
los buenos profesores; al contrario, encuentro
problemas para nombrarlos..., justamente
ahora no doy con uno para los que acaban de salir el
noviciado...28 .

El P. Tarlattini propuso el envío de algunos estudiantes


a Roma, pensando que,
concluidos allí los estudios, pudieran resultar buenos
lectores. El P. Testa accedió:
Pero procure que tengan capacidad; si no pasan de
mediocres en lo espiritual y en
lo intelectual no es caso de que vengan... Los gastos
de venida y regreso son altos
y el viaje podría contribuir a su disipación...29 .

El P. Tarlattini escogió a tres: Luis Gregg del Smo.


Sacramento, Tomás O’Connor
de Santa María y Enrique Egler de San Luis, para
estudiar en Italia, y destinó al

P. Francisco Javier Ciaccia de María Virgen para lector


de los que quedaban en los
EE. UU. Desgraciadamente la experiencia no tuvo el
resultado apetecido: de los tres
jóvenes, Gregg y Egler abandonaron la congregación
en 1862 y en 1874 respectivamente;
al P. Ciaccia no le sobraba espíritu religioso ni
prudencia; llamado a Italia,
salió también del instituto en 1857. Sólo O’Connor
regresó con buena formación,
fue excelente lector durante muchos años, más tarde
provincial en los EE. UU. y Argentina,
y consultor general en Roma (1885-1890 y 1905-
1908). No se repitió la experiencia
de enviar estudiantes a Italia, pero sí la de llevar de
Italia a Estados Uni26
Testa a Tarlattini, 28.09. 1855. - AGCP, PAUL,
Letters...
27 Testa a Tarlattini, 15.05. 1856. - Cfr. YUHAUS, The
Passionists...(tesis), o. c., 739 ss.
28 Testa a Tarlattini 08.04.1859. - YUHAUS, The
Passionists..., o. c., 279.
29 Testa a Tarlattini, 15.05.1856. Texto inglés en
YUHAUS, The Passionists..., o. c., 275. -Crónica

de Pittsburgh, p. 38.
dos a jóvenes no ordenados. La crónica de la casa
general deja constancia de los grupos
que fueron incorporándose dentro del período de esta
historia:

El 07 de noviembre de 1860 llegó de los Estados


Unidos el P. Albino Magno..., y el
objetivo principal de su venida fue el de llevar consigo
a algunos religiosos para una
nueva fundación abierta en aquella región. El superior
general... viendo el gran bien que
los pasionistas realizaban en América, no puso
dificultad en conceder los religiosos necesarios
para dicha fundación. El 14.11.1860 el P. Albino
marchó a Aversa, en el Reino
de Nápoles, desde donde debía guiar a Roma a los
que debían marchar a América. El 1
de diciembre salieron de Roma los nueve, incluido el
P. Albino que los guiaba30 .

Para ayudar en el trabajo apostólico se sumaron


nuevas expediciones. En 1856
el P. Gaudencio Rossi, llegado de Inglaterra con buen
dominio del inglés, dirigió el
primer retiro a los sacerdotes, y aquel mismo año se
tuvo en la casa de San Pablo el
sínodo diocesano. En 1857 el P. Rossi predicó la
primera misión en la catedral de
Pittsburgh. En los seis años siguientes el pequeño
grupo predicó unas 75 misiones y
retiros desde Boston a San Luis31.

En L’Univers, de París (01.03.1858), se publicó un


artículo dedicado a la presencia
apostólica de los pasionistas. Después de haber
elogiado a jesuitas y redentoristas,
añadía:

Un instituto menos conocido, llegado apenas hace seis


años a América, que se
puede colocar ya al mismo nivel que el de los jesuitas
y redentoristas en el trabajo
misionero: los pasionistas de América son
generalmente italianos, mientras los redentoristas
son alemanes, y los jesuitas franceses o belgas; así el
clero diocesano
puede contar para la evangelización con la ayuda de
estas cuatro naciones.... Los
pasionistas fueron llamados a Pittsburgh por Mons.
O’Connor, y ya han predicado
misiones en muchos lugares del país, una de ellas la
han dado recientemente en Brooklyn
con enorme resonancia y fervor de los fieles... Por
doquier se habla de los éxitos
del P. Gaudencio, que en pocos años ha guiado a la
Iglesia Católica a más de
500 protestantes en Inglaterra y en los Estados
Unidos...32 .

De la creación de la provincia del B. Pablo de la Cruz y


de su primer capítulo
provincial se habla en otro lugar. El 16 de mayo de
1863, terminado en Roma el XXI
capítulo general (por primera vez participaron los PP.
Tarlattini, ya provincial, y Calandri,
segundo consultor) la comunidad los despidió, junto
con otros cuatro que se
embarcaron en Civitavecchia: PP. Telesforo
Cannavale de la Asunción y Tomás O’-
Connor de María Virgen, subdiácono, el estudiante
Enrique Egler y el H. Gabriel Rinaldi
del Corazón de María.

Sobre la Fundación en California-Nevada, iniciada al


final de este período, se
tratará en el volumen siguiente.

30 Platea dei SsGeP, II (1830-1960), 47, 55. - Cfr.


también la crónica de Aversa en este volumen.
31 Cfr. Passionist Centenary in America 1852-1952,
16-17.
32 AGCP, PAUL, material de C. Yuhaus, quien
advierte que la traducción no se ha contrastado con

el original.
SEGUNDA PARTE

ESTRUCTURAS Y VALORES
DE LA CONGREGACIÓN

GOBIERNO
CAPÍTULOS GENERALES Y PROVINCIALES
APOSTOLADO
FORMACIÓN
COMUNIDAD DE VIDA
ESPIRITUALIDAD
SANTIDAD EN LA CONGREGACIÓN
CONGREGACIONES FEMENINAS
PASO A UNA NUEVA ETAPA
CAPÍTULO XIV

GOBIERNO DE LA CONGREGACION

1. Órganos de gobierno1
La realidad externa de la congregación se manifiesta
en su dinamismo: expansión
geográfica, crecimiento numérico y mayor presencia
apostólica. En su marcha
histórica, el pasionista mantiene su identificación con
la ayuda de los recursos de
gracia (oración, austeridad, sacramentos, etc.) y con el
apoyo externo de elementos
organizativos: vida común, pertenencia a una
comunidad, pobreza y obediencia...
Aunque este aspecto pueda ser menos valorado que lo
estrictamente evangélico, una
congregación no podría prescindir de él. Esta parte,
relacionada con la prudencia y
el buen gobierno, se centra en las asambleas llamadas
“capítulos”.
Desarrollo interno de los capítulos2 . Un capítulo,
general o provincial, es una
institución interna de gobierno. En su ejercicio el
primer paso del superior competente
es convocarlo mediante una circular dirigida a los
religiosos, especialmente
pensada para los que gocen del derecho de voto; en
ella se señalan el lugar y las fechas.
En el período del P. Testa, la convocatoria mantenía
una estructura estereotipada:
se recordaban los dos fines del capítulo, es decir, el
estudio de temas de interés
general y la renovación de los superiores. Según el
capítulo XXX de las Constituciones
de 1775, en el capítulo general tenían derecho a voto
el superior general y
sus dos consultores (en l857 se añadieron dos más),
los ex-generales, el procurador
general, los provinciales y sus dos consultores; todos
gozaban de voz activa y pasiva;
en el capítulo provincial el superior provincial, sus dos
consultores y los rectores
de las comunidades (el maestro de novicios
participaba solamente si la sede del
capítulo era la propia casa de noviciado), además del
presidente, o sea, el superior
general o un delegado suyo.

SESIONES PRELIMINARES Y CANÓNICAS. En esta


época, el superior gene

1
Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., I, La época del
fundador 1720-1775, c. IX, Gobierno de la
congregación,
511-512. - ZOFFOLI, E., San Paolo della Croce..., o.
c., I, 665ss., y 1465ss.

2
Citamos solamente algunas publicaciones
fundamentales: BESI, Luis, De Capitulis habendis in
Congregatione Clericorum Excalceatorum SS. Crucis
et Passionis D.N.I.C., Romae, l920. - CERRONI,
Tito, Expositio..., o. c., l36-l80. -Se puede consultar
útilmente: Consuetudines..., o. c., la
voz: Capitulum. -Collectio precum et orationum quae
per varias anni solemnitates a clericis SS.
Crucis et Passionis D.N.J.C. recitantur, Romae, l857,
43-47. -Collectio caeremoniarum et precuum
ad usum clericorum SS. Crucis et Passionis D.N.J.C.,
Romae, l880, 24-28 y 73-77; en l9l2
se hizo una 2ª ed. corregida y aumentada.
ral en funciones presidía las sesiones preparatorias del
capítulo general y la primera
canónica en la que se designaba al presidente3. Los
capítulos provinciales estaban
siempre presididos por el general o por un delegado
suyo. Todo capítulo tenía dos
partes: las sesiones preparatorias o preliminares y las
formales o canónicas. Las primeras
estaban destinadas a organizar la agenda del capítulo:
proponer las cuestiones
que se votarían en las sesiones canónicas después de
las elecciones, e informarse sobre
las cualidades de los que pudieran ser elegidos. En la
primera sesión se elegía a
un capitular como secretario de actas y a otro no
capitular para portero del aula. En
la víspera de las elecciones, en presencia de toda la
comunidad local, un capitular exhortaba
a todos a proceder con rectitud en la designación de
los superiores.
El día de las elecciones, tras la misa votiva del Espíritu
Santo celebrada por el
presidente, éste enarbolaba un crucifijo y los
capitulares y la comunidad se dirigían
en procesión al aula capitular. Allí el presidente
invitaba a los no capitulares a que
abandonaran el aula. Antes de pasar a las elecciones,
el presidente, con una soga al
cuello y una cruz al hombro, hacía confesión general
de sus “culpas”; después impartía
la absolución de las censuras a los presentes, y acto
seguido, el más digno le
absolvía a él4. Cada capitular renunciaba al oficio
desempeñado y como gesto simbólico
entregaba el sello de su cargo. Los electores
prestaban juramento de elegir al
que creyeren más digno según Dios. Dos capitulares
ayudaban al secretario a recoger
los votos5.

Un religioso sólo podía ser reelegido una vez para el


mismo puesto6. Cuando se
preveía que pudiera ser elegido algún religioso con un
impedimento canónico conocido,
se obtenía previamente dispensa de la Santa Sede. El
superior general, antes
de ir a los capítulos provinciales, obtenía una dispensa
general sobre la inhabilidad,
lo que comunicaba al principio del capítulo o en el
momento que considerase
oportuno7.

Concluido el ritual previo, se procedía a la elección; si


algún capitular enfermo
no podía votar en el aula, los escrutadores recogían
las papeletas en su celda. El secretario
las leía en voz alta y proclamaba al elegido. Desde
l769 hasta l9l4 se requerían
dos tercios de votos para una elección canónica, sin
límite de escrutinios8. Efec

3
CERRONI, T., Expositio..., o. c., nn. 228-229, p. l37.

4
Antes de las elecciones se leían el Decreto del S.
Oficio Contra Solicitantes ( 5 de agosto de l745)
y el capítulo VI de la sesión XXV del Concilio
Tridentino De Regularibus (después del Código

de D.C. de 1917 desapareció esta norma).

5
CERRONI, Expositio..., o. c., p. l70.

6
Hasta la promulgación del derecho canónico (l9l7) no
existía en la congregación la norma de la

postulación o solicitud para que un superior fuera


elegido más de dos veces...
7
Collectio coeremoniarum....(1912), p. 87, n. 8. -
CERRONI, Expositio..., o. c.,n. 255, p. l57.

8
CERRONI, o. c., n. 253, p. l56.
tuada la elección del general, la comunidad local
acudía a prestarle obediencia, y seguidamente
se cantaba el Tedeum ante el Santísimo expuesto. En
las sesiones sucesivas
se efectuaban las demás elecciones. Después el
capítulo se concentraba en el
estudio de los temas propuestos y en la redacción de
los decretos. Para que un asunto
se convirtiera en decreto, se necesitaba mayoría
absoluta.

2. Instituciones de gobierno
En este período de la historia, no se toca la legislación
directamente relacionada
con el general. Sin embargo, en la curia se echaba de
menos un secretario y un encargado
de la crónica y de la conservación de los documentos.
Se intentó solucionarlo
añadiendo dos consultores más. En el XX Capítulo
1857 el P Testa, considerando
que habían aumentado las provincias (se había
pasado a cinco); que había crecido
el número de religiosos y que el instituto se había
extendido a Bulgaria, Bélgica,
Inglaterra, Irlanda, Francia y EE. UU., presentó un plan
para organizar la curia
general de cara a las nuevas necesidades. El P. Testa
lo había meditado antes del capítulo,
y había comentado su plan con Pío IX: pasar de dos a
cuatro consejeros, y
crear un secretario general permanente. La discusión
fue larga y se optó por una medida
de compromiso: crear dos consejeros adjuntos, uno
como secretario general, y
otro como archivero y cronista. Fueron elegidos para
un sexenio con derecho a la
voz activa en los futuros capítulos generales, pero no
tenían voto en las consultas
generales, y su precedencia en la comunidad sería
después del procurador9. La introducción
de los consultores agregados fue aprobada por la S. C.
de OO. y RR. el
16.05.185710.
ASISTENCIAS YAGENTES. Otro problema era el de la
relación de la curia general
con las provincias, ya más alejadas de Roma. En el
mismo capítulo se establecieron
dos asistencias: las provincias italianas fueron
confiadas al segundo consultor,
y las de fuera de Italia al primero. La razón para
establecerlas fue la de aliviar
las ocupaciones y el cansancio del padre general. Los
religiosos recurrirían a los
asistentes para las cosas más importantes, y después
los asistentes las tratarían con

9
Cfr. DeR, n. 387. - CERRONI, Expositio…, o. c., 114-
115.

10
DeR, (34). Aunque sea adelantar datos de los
próximos volúmenes, se ofrece un resumen de cómo
evolucionó el tema. El 08.05.1872 la S. C. de OO. y
RR. obligó a la inclusión de dos consultores
más, con los mismos derechos que los dos
tradicionales, a la elección de un secretario estable
y a la reunión del consejo general dos veces al mes
(ordinava la riunione bimensile del consiglio
generalizio). La elección de los dos primeros
consultores la hizo la Santa Sede de una lista
confeccionada por el general y el procurador general;
resultaron nombrados los PP. Paulino Figone
de las Cinco Llagas y Manuel Comparato de S. Juan
Bautista (DeR, (39). En el capítulo general
de 1920 se planteó la posibilidad de elevar a seis el
número de consultores, pero no fue aceptada.
La comisión creada en 1952 para revisar las Reglas y
Constituciones propuso el número de
seis. El texto fue aprobado en el capítulo de 1958.
DeR, (39), 162 y 189-190, nn. 775-776. -Regulae
et Costitutiones 1959, nn. 247, 256 y 240.
el padre general; pero los religiosos conservaban el
derecho de acudir directamente
al mismo, si lo querían.

Como se ve, la raíz del problema estaba en la


complejidad de las relaciones internacionales,
la distancia de la periferia al centro de Roma, la menor
energía del superior
general (per diminuire le occupazioni e la fatica), y la
diversificación de lenguas:
las nuevas vocaciones hablaban francés, inglés,
holandés, gaélico, etc.

Para que la curia general entendiese la complejidad de


cada problema se creó la
figura del agente provincial en Roma; así se podía
disponer de una traducción fiable
de la correspondencia que se recibía y de los
documentos que se enviaban. Los agentes
eran propuestos por el respectivo provincial con sus
consultores. Vivían en la casa
de los Ss. Juan y Pablo para desempeñar más
fácilmente su oficio y atender los intereses
de la propia provincia11. El general podría servirse de
ellos como secretarios
de la respectiva provincia. Formaban parte de la
comunidad según las normas que les
diera el general. Eran inamovibles a voluntad del
mismo, pero los provinciales podían
llamarlos a la provincia. Tal vez en el fondo se trataba
de que hubiera más religiosos
en la casa general, convirtiéndola en internacional. La
experiencia de los agentes
no fue duradera y no se habla de ellos a partir del
capítulo de 187812.

Tema más delicado fue el de los CONSULTORES


AGREGADOS, de categoría
inferior; su institución se replanteó en el capítulo de
1863. Tal vez había sido una
medida pensada para la situación del P. Antonio di S.
Giacomo Testa; pero cuando
él murió no se veía qué sentido tendría conservarlos
en inferioridad de condiciones.
Por eso el capítulo se interrogó si no merecía la pena,
de conservarlos, conceder a
los cuatro el mismo derecho en las consultas. Pero
había una voluntad, tal como se
había recordado en 1857, decidida a no tocar nada de
las constituciones de 1775; y
por eso, al cabo de dos días de discusión, se abolió la
figura de los consultores agregados13.

También en 1863 se habló del oficio de secretario


general. Al eliminar los consultores
adjuntos, el puesto quedaba sin llenar. El capítulo
decidió que desempeñara
tal servicio un religioso de confianza del general, sin
que el capítulo se lo impusiera:
El superior general nombrará un secretario general de
su confianza y de la
confianza de toda la congregación, quedando a su
arbitrio las atribuciones que crea
oportuno darle, así como los privilegios y exenciones
que su oficio podría exigir14 .

11
DeR, p. 64, n. 397. - Cfr. En AGCP,PIET, Lettere 1851-
1899, carta del P. Fausto de San Carlos,
Rossetti, en la que pide al padre general que llame
como agente de la provincia al P. Silvio (Infantini,
del Niño Jesús), para sacarlo de la comunidad de
Pievetorina; abandonó la congregación el 2
de agosto de 1864. - Cfr. AA 849004.

12
Ibid, p. 64, n. 398, 1-3.

13
Ibid., p. 34-35, n. 414.

14
DeR, p. 67, n. 415.
COMISARIOS. Las nuevas circunstancias plantearon
situaciones que comportaban
jurisdicción más allá del ámbito local y provincial. Tal
fue el caso de Scala
Santa. El capítulo de 1863 se cuestionó si su rector
tenía que ser elegido por el capítulo
de la Presentación o por la curia general. Dos tercios
decidieron que el nombramiento
quedase reservado al general; pero como las
circunstancias de aquel retiro
son las mismas que las de la casa de los Ss. Juan y
Pablo, se decretó que primero
se eligiera el de la casa general e inmediatamente
después el de Scala Santa;
y que este rector goce de los mismos privilegios y esté
inmediatamente sujeto al superior
general15 .

Esta solución abría la puerta al gobierno


supraprovincial, sobre todo en el caso
de una nueva fundación, como ocurrió más tarde en
las expediciones de fundación
a los Estados Unidos y a California y Ecuador, de las
cuales era responsable el superior
general. Éste se hacía representar por un comisario,
situación previa a la constitución
de la provincia. Así el P. Juan Domingo Tarlattini para
Estados Unidos, el P.
Pedro Magagnotto para California, el P. Amadeo
Garibaldi para España...16

DELEGADOS. La internacionalidad de la congregación


obligó al P. Testa a
aceptar sus limitaciones lingüísticas y también de
salud; a pesar de sus deseos de visitar
Bélgica, Inglaterra, Francia y los EE. UU., se vio en la
necesidad de enviar a
algún delegado suyo, como el P. Pío Cayro a
Inglaterra y Bélgica; y al P. José Pluym
para presidir los capítulos de 1860 y 1863 en la
provincia de San José.

15
DeR, p. 67, n. 416.
16
Se trataba de un comisario a título personal, no de un
“comisariato” como figura jurídica previa a
la de una viceprovincia, institución que no fue admitida
hasta 1937. - DeR, 93, n. 674.
290
CAPÍTULO XV

CAPÍTULOS GENERALES

1. XVIII Capítulo, 3-7 abril 18451


Lo relativo al XVII Capítulo General (1839) se ha
tratado al principio de este
período, como introducción y presentación de la figura
del P. Antonio di S. Giacomo,
Testa, y de la tarea que le esperaba. Hay que advertir
desde el principio, para no
repetirlo cada vez, que los capítulos de esta época se
reunieron todos en Roma. El 3
de enero de l845, el P. Testa lo convocaba para el 3
de abril. Para el convocante, de
la elección de superiores llenos del espíritu de Dios,
sabios, prudentes y comprometidos
en favor del Instituto, dependía el bien de esta Madre,
que vosotros amáis con
entusiasmo y ternura.

El sexenio. La congregación se había consolidado con


nuevos retiros: en Italia,
los de Moricone (1839), Sora (1842), Brugnato (1845)
y Granarolo (1846) y fuera
de Italia, los de Ere, Bélgica (1840) y Aston Hall,
Inglaterra (1842). Durante el sexenio
se había pasado de 360 a 460 religiosos2. Frente al
aluvión de solicitudes, el

P. Testa había decidido no aceptar ninguna cuando


estaba próximo un capítulo, como
le decía al obispo de Nola: Después de la Pascua del
próximo 1845 celebraremos
el capítulo general, y antes de dicha fecha yo no puedo
efectuar (la fundación)3 .
Participantes. El P. Pío Cayro, secretario, es muy
parco en la descripción del trabajo
preparatorio. 1) Curia general: PP. A. Testa, A.
Colombo y Cayetano Angelini;
y el procurador, Bartolomé Arnaldi. -2) Curia de la
Presentación: PP. Pío Cayro, Roque
Cervara y Lorenzo Ma. Salvi. - 3) Curia de la Dolorosa:
PP. Sebastián Amalberti,
Ambrosio Baldassi y Carlos Tavazzi. Elecciones.
Cumplidos los ritos usuales, el P.
Antonio Testa pronunció en el aula capitular una breve,
pero sustanciosa alocución.
Después el tiempo empleado en las elecciones fue el
imprescindible, pues, según el
secretario, eran cuatro las elecciones que debían
realizarse y no se necesitó más de
cuatro votaciones: suceso digno de memoria en la
historia de nuestros capítulos generales.
Señal evidente de la concordia y confianza de los
capitulares y de toda la
congregación en la actuación del P. Antonio de S.
Giacomo, añade el P. Giorgini4.

1
AGCP, C, Cap. Gen. -Atti del de XIX Capitolo
Generale...”, con la circular convocatoria y los
escrutinios
de las elecciones, pp. 22. - DeR (27) - (28), 53 -56. -
CERRONI, T., Expositio..., o. c.,
l7l, n. 288. - ACP, XVII, 1951-1952, 205-207,
convocatoria del capítulo de 1845.

2
DeR (28).

3
Cfr. A. Testa al Vescovo di Nola, Roma, 22.07.1844,
copia, en AGCP, A,123 (A.IV-I/2-9. N-7, 6).

4
DeR (27).
Decisiones. Dos temas fueron objeto de especial
atención: 1) aspectos de la vida
comunitaria (silencio, caridad fraterna, oración,
conferencias espirituales...); 2)
introducción abusiva de medios de trasporte fuera de
los tradicionales espuertas o
bolsas de viaje. Respecto a los estudiantes, primero se
decretó que el día de S. Luis
Gonzaga se guardara fiesta de Regla en los retiros con
estudio formal o noviciado.
Y preocupados los capitulares por su salud, les
concedieron un paseo más prolongado
que el de la comunidad, y mandaron que hicieran
ejercicio físico. Los capitulares
se detuvieron en los misioneros: ante todo les
recordaron que al concluir las misiones,
se reincorporaran inmediatamente a su comunidad,
para dedicarse al estudio
y a la vida espiritual; y se les prohibió introducir
novedades en el método y en las
funciones; deberían atenerse al Reglamento Común
sobre el modo de ejercitar estos
apostolados5.

En la sesión del sábado 4 de abril se pusieron de


acuerdo sobre la necesidad de
imprimir el Reglamento común, aunque quedaba a la
discreción de la curia general
la redacción final6. En la última sesión, el martes 7 de
abril, tras la obligada profesión
de fe se concluyó el capítulo. Pero sin que las actas
den razón alguna de cuándo se
redactó y aprobó, al final de las mismas aparece una
Instrucción a los superiores provinciales
de la congregación, dirigida por el capítulo general
tenido en el retiro de
los Ss. Juan y Pablo el 3 de abril de 1845, firmada por
cada uno de los capitulares.
En ella se responsabilizaba a los provinciales (en
aquel momento sólo había dos) de
algunos abusos, inconvenientes y desórdenes que
comenzaban a dañar el espíritu de
los religiosos y la observancia regular... Terminaba
rogando a los provinciales que no
permitieran a los misioneros estar demasiado tiempo
fuera del retiro y que se encargaran
de perfeccionar el breve estudio que se introducía en
las provincias7.

2. XIX Capítulo, 28 abril-4 mayo 18518


Lo convocó el 1 de febrero el P. Testa, quien, al
terminar su segundo sexenio, recordaba
que, salvo el fundador, ningún otro general había sido
postulado para un tercer
mandato. Evidentemente esperaba dejar el oficio, pues
el l8 de octubre cumpliría
64 años, edad alta para la época. Echando una mirada
al pasado inmediato del
Instituto, se sentía optimista: La congregación, como
todos sabéis muy bien, desde
hace unos años, por bondad de Dios, ha aumentado
considerablemente el número de
casas y de religiosos. Desde que fuera reelegido en
1845 la congregación había pa
5 DeR 53, nn. 360-36l, 364-366. - Atti, 7-10.
6 Atti, l0-ll. - DeR, 55, n. 366.
7 Atti, l3-l4. - DeR., 55-56, n. 369.
8 AGCP, C, Capitoli Generali, Atti del XIX Capitolo
Generale.... nel Ritiro dei SsGeP. - DeR, (29)

(31), 56-6l. - ACTA C.P., XVII (1951-1952), 211-2l2,


convocatoria. - CERRONI, Expositio..., o.

c., l72, n. 289. - MALACARNE, Saggio..., o. c., 48-55.


sado de 460 a 552 religiosos. Durante el sexenio hubo
que elegir a los dos consultores
generales por defunción: el P. Cayetano Angelini en
abril de 1846 y el P. Antonio
Colombo en octubre de 1849. Dos meses antes que
éste había muerto en Inglaterra
el P. Domingo Barberi, alma de la expansión fuera de
Italia. Las comunidades
de Italia, establecidas casi todas en el Estado
Pontificio, habían sufrido las convulsiones
de 1848 y la implantación de una efímera república en
Roma, de noviembre
de 1848 a febrero de 1849. Por esta crisis política
disminuyó la actividad de las
misiones. Sin embargo, habiendo aumentado el
número de retiros en Inglaterra e Italia,
se pedía la creación de nuevas provincias.

Capitulares: Actuó nuevamente de secretario el P. Pío


Cayro, que era además
primer consultor. A) Curia general: PP. Antonio Testa,
Pío Cayro y Angel Luis Bonomi;
y Bartolomé Arnaldi, procurador. - B) Curia PRAES:
PP. Roque Cervara, Esteban
Monetti y Lorenzo Ma. Salvi. -C) Curia DOL: Eutizio
Mastrantoni, Sebastián
Amalberti y Juan Gerardi. El secretario escribía en la
introducción de las actas:
La Divina Providencia... para gobernar a los hombres
se sirve de los hombres.
Hombres que, como representantes de Dios, mandan
en su nombre, hombres que,
asistidos por su gracia particular, gobiernen con sabias
disposiciones y leyes. Por
esta razón la Iglesia tiene sus asambleas y concilios, y
las corporaciones religiosas
sus capítulos. Iba a ser la última vez que no se
sobrepasara el número de 10 miembros.
El 27 de abril, en presencia de toda la comunidad, el P.
Pío Cayro pronunció
un discurso de circunstancias. El 28, día destinado a
las elecciones, todo se desarrolló
con el acostumbrado ceremonial antiguo. Todos los
presentes, menos el P. Testa,
estaban al corriente de lo que iba a suceder. El
secretario publicó un rescripto por
el que Pío IX dispensaba de la norma de las Reglas
que prohibía ser reelegido más
de una vez9. A juicio de quienes la solicitaron, eran
válidas las razones por las que
fue reelegido en 1845 y justificaban una tercera
elección10. Sorprendido por la novedad,
el P. Testa se puso en pie, dio las gracias a todos los
que se habían comprometido
por él; con voz firme y decidida protestó que en el caso
de una tercera elección,
no habría aceptado la carga por ninguna razón del
mundo. Alegó tres razones:
se consideraba incapaz, el oficio era superior a sus
fuerzas, y desde la muerte
del Fundador, no se había dado este caso. Se pasó a
la votación y no se aceptó la renuncia.
El interesado, con mano agitada y temblorosa, escribió
su renuncia: El que
suscribe, consciente de su incapacidad y no pudiendo
aceptar en conciencia, renuncia
libre y espontáneamente a todo derecho que le
compete por la elección. Los capitulares
consiguieron calmarlo, y al fin se plegó a la voluntad
capitular.

9 Reg. et Constit., a cura di Giorgini, c. XXX, p. 119. -


CERRONI, Expositio…, o. c., p. 82, n. 124.

10 La súplica la habían firmado los dos consultores


generales con el voto escrito del procurador; los

demás capitulares dieron su consentimiento;


presentada el 27 de marzo, la concesión lleva firma

del card. Orioli, pref. de la S. C. de OO. y RR. - Atti, 3-


4.
El mismo día 28 por la tarde fue confirmado primer
consultor el P. Pío Cayro. Él
mismo, como secretario, dice que se arrodilló ante los
electores, y con palabra clara y
fuerte presentó su renuncia. Fue necesaria otra
votación en la que se repitió la confirmación
unánime. Aunque siguió insistiendo entre dientes, al fin
se aquietó. El P. Bartolomé
Arnaldi aceptó con toda sencillez la elección de
segundo consultor, con lo que
se serenó el aula. La del procurador recayó en el P.
Roque Cervara, provincial de la
Presentación, quien, con su innata tranquilidad y
quietud, inclinó la cabeza y aceptó.

Temática del capítulo. Este capítulo pasará a la


historia por el nacimiento de dos
nuevas provincias, por el envío de religiosos a Estados
Unidos de América del Norte
y por el aumento de dos a cuatro de los consultores
generales.
Las actas hablan de un informe del general sobre la
situación en Inglaterra y Bélgica.
Eran ya seis los retiros fuera de Italia: uno en Bélgica,
Ere, y cinco en Inglaterra
y Escocia. El secretario evoca como artífices de este
proceso expansivo tres personajes:
Pablo de la Cruz, Domingo Barberi, muerto dos años
antes en plena actividad,
y Antonio Testa. Los capitulares unánimemente
aprobaron: que los retiros de
Recanati, Morrovalle, Pievetorina, Isola di Penne y
Todi formen una nueva provincia
(el último de manera provisional hasta que se abran
más casas en la otra parte
de los Apeninos). La elección de los superiores de la
nueva provincia, dedicada a
María Santísima de la Piedad, se haría más tarde,
dentro del capítulo de la Presentación
que iba a celebrarse en Vetralla. La curia de la nueva
provincia residiría en
Recanati. En lo referente al norte de Europa, el
capítulo decretó: Que las casas de
Aston-Hall, Broadway, Londres, Sutton y Liverpool con
la de Ere, Bélgica, constituyan
la cuarta provincia (la de Ere provisionalmente,
mientras no se hagan nuevas
fundaciones en aquella zona del continente)... Que el
retiro de residencia del provincial
será el que se está formando en Londres... y que el
título de la provincia sea
el mismo de esta casa, es decir, de San José11 . Los
capitulares presentes en el aula
conocían la situación y accedieron a la propuesta. El
capítulo dio a aquellos retiros
una organización transitoria, dejando la puerta abierta
para una mejor distribución
en cada una de las tres Provincias según su ubicación;
se dejó al siguiente capítulo
provincial de la Presentación la organización de la
nueva provincia y el nombramiento
de los superiores12. Hubo reconocimiento público
hacia los dos religiosos
más ancianos en aquel momento: PP. Ángel Luis
Bonomi de San Rafael y Bernardo
Spinelli de la Dolorosa, nacidos en 1769 y 1777
respectivamente13.

Al tema de los estudios dedicaron un día casi


completo: los capitulares intentaron
reestructurar un plan de seis puntos, reiterando
decisiones existentes que no se
cumplían, y dando nuevos pasos necesarios; se
ocuparon de los exámenes, de las ca

11 DeR, 370-371.
12 Cfr. DeR, 57, decr.373.
13 El primero murió en 1865 y el segundo en 1867. -
DeR, n. 374. - Un momento amargo fue la di

misión del P. Victorino Sebastiani, pedida por él. -


Atti,12. - DeR., 58, n. 376.
sas de estudio, de la economía, del profesorado y del
método de enseñanza14. El 29
de abril, trataron de los ministerios y de la preparación
de los misioneros. Se pidió
que se cumpliese el nombramiento de los revisores de
sermones. Otro punto que
preocupaba era que algunos misioneros prescindían
de la meditación de la Pasión.
La respuesta fue tajante: debían atenerse a las reglas
y reglamentos; quien no lo
cumpliera debería ser apartado de la actividad
apostólica15. El 30 de abril, al tocar el
tema de la pobreza, se comprobó que algunos
religiosos disponían de la limosna de
la misa semanal; el capítulo lo prohíbe, apelando a la
vida pobre con que se ha comprometido
el religioso16. Hubo gran solicitud por los enfermos:
los capitulares pidieron
a éstos que aprovecharan su situación para
santificarse, y a los superiores y enfermeros
que fueran diligentes con ellos17. El capítulo de 1851
afrontó situaciones
como la del delegado del general para presidir
capítulos provinciales en el extranjero.
Al crear la provincia de San José se previó que el
general no podría presidirlos.
Por eso se clarificó el cap. XXX de las Reglas de 1775:
el delegado tendría las facultades
que, por escrito, le concediera el superior general18.
En el capítulo anterior
se había mandado revisar e imprimir el Reglamento
común. Los presentes constataron
que no se habían efectuado las reformas ni se había
impreso el volumen; pero el

P. Testa se comprometió a cumplirlo19.


Más que las normas cambiantes, al capítulo le
preocupaba la ley de la caridad,
que no pasa, y por eso se mostró exigente con los
murmuradores y críticos. Se responsabilizó
al superior del mantenimiento del silencio. Si los
religiosos se mostraran
incorregibles, deberían informar al superior mayor20.
La novena y última sesión estuvo dedicada a la lectura
y firma de las actas y a
la profesión de fe, tras lo cual los capitulares se
dispersaron alegres y contentos por
haber procurado lo más ventajoso posible para la
Congregación, después de haber
dado gracias bien merecidas al Dios de las
misericordias que ha asistido a esta venerable
asamblea de una manera tan especial con sus luces.

3. XX Capítulo, 8-17 mayo 185721


Convocado el 05 de febrero para abrirse el 8 de mayo,
los capitulares iban a encontrar
por primera vez en la sala capitular la imagen del
fundador beatificado, un

14 Atti, 12-13. - DeR, p.58, n. 377.


15 Reg. y Const., V, 5-20 - DeR, p. 59, n. 378, &.2.
16 Atti,15. - DeR, p. 59, decr. 379.
17 Atti, 15-16. - DeR, 59, n. 380.
18 Atti, 16. - DeR, 59-60, n. 381.
19 Atti, 17-18. - DeR, p. 60, n. 383.
20 Atti, 18-20. - DeR, 61, nn. 385-386.
21 AGCP,C, Cap. Grali., 1857. Atti del XX Cap. Gen.,
impreso, 24 pp. - CERRONI, Expositio…,o. c., 172.
reto para cada religioso: todos tendrían que
mantenerse tan fieles a su herencia como
abiertos a las exigencias de los tiempos. Ochenta y
dos años habían transcurrido
desde la muerte del ya beato Pablo; durante ellos la
sociedad había sufrido convulsiones,
cambios radicales, pérdida de valores tradicionales e
introducción de nuevas
categorías. La congregación no había podido
mantenerse al margen. ¡Demasiado
había conseguido con el hecho de sobrevivir,
restaurarse, crecer y expandirse!

Sexenio. En 1851 se habían creado las provincias de


la Piedad y S. José; pero durante
el sexenio se ahondó la división en ésta y se había
creado otra dedicada a S. Miguel
(MICH) Arcángel, con los retiros de Francia y el de
Ere, en Bélgica; al Capítulo
asistirían los representantes de cada una como
viceprovincial y viceconsultores.
Los 19 capitulares fueron:

Curia General: PP. Testa, Pío Cayro y Andrés Monetti


en lugar del P. Bartolomé
Arnaldi de la I. Concepción; y Sebastián Amalberti de
S.José, procurador en lugar
del P. Roque Cervara, fallecido en 1855.

Provincia de la Presentación: PP. Alfonso Ma. Toti en


lugar del P. Andrés Moretti,
elegido consultor general, Esteban Monetti de la
Pasión en lugar del P. Lorenzo
Ma. Salvi, fallecido en 1856, y Emidio de la Dolorosa,
sustituto del P. Esteban
como segundo consultor.

Provincia de la Dolorosa: PP. Ambrosio Baldassi,


Eutizio Mastrantoni y Felipe
Squarcia de la Anunciación.
Provincia de la Piedad: PP. Simón Reghezza de S.
José, Basilio Raineri del
Smo. Crucifijo y Fausto Rossetti de S. Carlos.

Pro-Provincia de San José: PP. Vicente Grotti, pro-


provincial, Ignacio Spencer
y Eugenio Martorelli, pro-consultores.

Pro-provincia de S. Miguel Arcángel: PP. José Pluym


del Corazón Inmaculado
de María, pro-provincial, Serafín Giammaria y Valentín
Guerrini, pro-consultores
(las actas los llaman también pro-provincial y pro-
consultores).

Elecciones. El 7 de mayo, el P. Pío Cayro se encargó


de la plática preparatoria, y
al día siguiente fue elegido secretario. Como tal, antes
de proceder a la elección del
general, leyó una súplica dirigida al Santo Padre
solicitándole algunas facultades, como
la de reelegir por tercera vez al P. Testa. El interesado
protestó que no quería llevar
de nuevo la carga que durante 18 años le había
pesado tanto. Su renuncia fue rechazada.
En la tarde del mismo 8 resultaron elegidos los
consultores por este orden:
PP. Pío Cayro y Eutizio Mastrantoni. El 9 salió de
procurador el P. Simón Reghezza.

El P. Testa manifestó que Pío IX le había expresado el


deseo de una mejor organización
del instituto, con la introducción de otros dos
consultores generales, uno
como secretario y otro como archivero y cronista,
según se ha dicho; serían llamados
a consulta según la prudencia del general; no se les
aplicaría el derecho a pasar
al puesto inmediatamente superior si falleciese alguno
de los dos primeros; sí se les
ofrecerían sufragios especiales en toda la
congregación, además de los que ofreciera
su propia provincia. Este asunto ocupó las sesiones
cuarta y quinta; en la sexta se
preparó la súplica al cardenal prefecto de OO. y RR.
para poder aplicar esta novedad.
En la séptima se procedió a elegirlos: el P. Emidio
Cheli de la V. Dolorosa para
secretario, y el P. Felipe Squarcia de la Anunciación
para archivero y cronista.

Como en 1854 había quedado suspendido el capítulo


de San José, el P. Testa
ofreció una explicación: Que había enviado al P. Pío
del N. de María, primer consultor,
a visitar dicha provincia, y a presidir el capítulo ya
convocado; que a éste le
pareció una necesidad de buen gobierno separar los
retiros de Inglaterra de los del
continente y formar dos provincias. El general aceptó y
aprobó la propuesta. Para
dar lugar a las experiencias necesarias y conocer
cómo irían las cosas en las dos
provincias, el P. Pío, dotado de plenas facultades
pontificas, suspendió el capítulo
y nombró en cada una, interinamente, un provincial
con sus respectivos consultores,
un maestro de novicios y los superiores locales. De
todo ello el presidente obtuvo
confirmación del XX Capítulo, por lo que dio las
gracias22 .

El asunto de las dos provincias prosiguió en la mañana


del 12. El P. Testa había
comunicado el abril a Pío IX la situación y obtenido de
él que los provinciales y consultores
interinos pudieran asistir al capítulo general con voz
activa; y además el Papa
le indicó el modo de proceder: que el propio capítulo
efectuara la elección. Con
esta autorización, se dedicó la sesión a votar al
provincial de S. José: el P. Vicente
Grotti renunció, pero aceptó el P. Ignacio Paoli del
Niño Jesús; los consultores fueron
el mismo P. Grotti, que sí asumió este puesto, y el P.
Ignacio Spencer; maestro
de novicios, el P. Salviano Nardocci de la V. Dolorosa;
y rectores los PP. Eugenio
Martorelli para Londres, Bernardo O’Loughlin para
Broadway, Bernardino Carosi
para Sutton, y Osmundo Maguire para Dublín.

El día 13 tocó turno a las elecciones de la provincia


franco-belga-holandesa: al
primer escrutinio quedó confirmada la curia provisional:
PP. José Pluym, Serafín
Giammaria y Valentín Guerrini. Y el día 14 fueron
elegidos: maestro de novicios, P.
Ottaviano Pini de S. José, y rectores PP. Evaristo
Finistauri de San Francisco para
Tournai, Bernardino Enrico del Smo. Sacramento para
Hardinghen, e Isidoro Brems
de la Madre de Dios para Herten, en Holanda. El 16 de
mayo, se escuchó la propaganda
preparada por el P. Spencer relativa a las preces por la
conversión de Inglaterra,
y se decidió que en todos los retiros, al concluir el
rosario, se añadiera un avemaría,
a la cual Pío IX había concedido 300 días de
indulgencia23.

Determinaciones. El 17 se introdujo la figura de los


Asistentes como ayuda de
gobierno para el general: correspondería este servicio
de mediación entre el general

22
Atti, 11-12. - DeR, (32).

23
El 09.03.1851 Pío IX había concedido indulgencia
plenaria una vez al mes, en las condiciones
usuales de confesión y comunión, a los que rezasen
por la conversión de Inglaterra, todos los días,
tres avemarías, añadiendo después de cada una la
invocación Auxilium Christianorum, ora pro
nobis. - Cfr. Ibid., Atti, 17.
y las provincias a los dos consultores: el primero, para
las provincias de fuera de Italia;
y el segundo para las de la península italiana.
Asimismo se aprobó la posibilidad
de que cada provincia tuviera en Roma un agente o
religioso que gestionase sus
asuntos y ayudara al general. En atención a los
méritos de los venerables, Mons. José
Molajoni, obispo dimisionario de Bulgaria, y P.
Sebastián Amalberti, procurador
general por muchos años, en aquel momento decano
del instituto, se les concedió
sufragios generales en toda la congregación. A los
sacerdotes se les recordó la necesidad
de mantener la preparación para los ministerios; y se
estableció el llamado caso
moral en los sábados (en las provincias IOS y MICH, el
lunes). Se aprobó la fundación
de un retiro en Tagliacozzo, del Abruzzo, que no llegó
a efectuarse. Y finalmente
se determinó que el general dispusiera de una sala
para recibir visitas, y que
contara con un hermano para todo lo que pudiera
necesitar.

4. XXI Capítulo 3-17 mayo 186324


Al clausurarse el Capítulo de 1857 la congregación
entró en un período delicado.
Pesaba en el ambiente la actitud de los piamonteses
hacia las corporaciones religiosas
y hacia la Iglesia en general. Un decreto del 29 de
mayo de1855 había privado
de personalidad jurídica a numerosas congregaciones
masculinas y femeninas,
entre otras la de los pasionistas25.

Período intercapitular. Hubo religiosos que,


aprovechando el cierre de retiros,
se consideraron desligados del instituto. La Secretaría
de la Congregación de OO. y
RR. advertía al general: Entre las numerosas
aflicciones que debe soportar el corazón
paterno de Su Santidad, se ha añadido una más con la
supresión no hace mucho
de las órdenes religiosas. Mientras el Papa dirige al
Señor fervientes súplicas
para que conceda serenidad a la Iglesia, y consuelo a
tantos institutos beneméritos,
ha dado orden a esta S. C. de OO. y RR. para que
distribuya algunas normas que
limiten los tristes efectos de la supresión. Por lo cual
esta S. C. declara que los religiosos
no tienen libertad para abandonar sus órdenes, ni los
superiores para expulsarlos;
cada uno debe permanecer en su convento y los
superiores han de mantener
a los religiosos que puedan convivir en algún convento
o casa del instituto. Si
los religiosos son efectivamente expulsados, y no hay
lugar para mantenerlos juntos,
o no pueden ser colocados en casas, monasterios u
hospicios suprimidos, se deberá
recurrir cuanto antes a esta S.C. para recibir las
instrucciones y permisos convenientes.
V. P. Rvma., con la caridad que le distingue, no omita
confortar a los débiles
y amonestar a los que estén en peligro de
extravío…26.

24 AGCP, C, Capítoli Generali, Atti del XXI Cap. Gen...


1863. - DeR, o. c., (33).
25 Cfr. Soppressione, en DIP, o. c., vol. 8, cols. 1868-
1869.
26 AGCP, A,119, III/V, 16.06.1861. - La Civiltà
Cattolica, serie IV, vol. X, 1861, 740-741. A la pro

vincia de la Piedad le había afectado ya el problema,


como se verá al hablar de su capítulo de 1860.
Las nuevas autoridades políticas de Italia, a medida
que avanzaba la guerra, iban
clausurando conventos y apropiándose de las obras de
la Iglesia, sin excluir a los pa-
sionistas. En 1860, a la vista de las circunstancias
provocadas por la anexión del Estado
Pontificio, en donde la congregación tenía el mayor
número de retiros, el general
pidió a los provinciales un informe sobre cada
provincia, dividido en siete puntos;
estos fueron los datos presentados:

1) Número de retiros el 1 de enero de 1860: PRAES


tenía once (2 en Roma, 3
en el Patrimonio, 3 en Toscana, 1 en Sabina, 1 en
Umbría y 1 en el Genovesado).
DOL, diez (Ceccano, Falvaterra, Montecavo, Paliano,
Aquila, Moricone, Sora, Pontecorvo,
Aversa y Caserta). PIET seis (Recanati, Morrovalle,
Pievetorina, Isola, Giulianova
y Torre San Patrizio).
2) Casas actuales: PRAES: había podido recomprar a
nombre de religiosos, con
licencia apostólica, las tres casas de Toscana; por lo
que la provincia contaba de hecho
con 8; DOL: Cinco (Ceccano, Falvaterra, Paliano,
Moricone y Montecavo);
PIET: todas, pero cinco se habían pasado a los
ayuntamientos, y una a un privado
como propia.

3) Noviciados: PRAES, los de San José en Monte


Argentario y Lucca; DOL, los
de Paliano, Montecavo y Pontecorvo; PIET, el de
Morrovalle.

4) Número de religiosos en perfecta comunidad en los


retiros de fuera de Roma:
PRAES, 128 (73 sacerdotes y 55 hermanos); además
14 en la curia episcopal de
Brugnato. DOL: en los cinco retiros, 128 religiosos.
PIET: 32 sacerdotes y hermanos
viven comunitariamente en casas a propósito.
5) Viven fuera de la comunidad: de PRAES, 9; de DOL
no se da cifra; de PIET:
diez están encargados de la custodia de tres iglesias
nuestras sin cura de almas.

6) Religiosos que viven fuera de la comunidad: en


PRAES, Roberto Torraca del

E. S., en Orbetello; Santiago Palestra del C. de María,


en Juverto, de Massa y Marítima;
Roque Saldo de S. Agustín en Calvi, diócesis de
Massi, pedido por el ordinario
de lugar; Daniel Tonioni del Smo. Sacramento y H.
Gesualdo Mascendini de
S. Antonio en Colloredo, diócesis de Todi; Emidio
Rossi de la Sda. Familia y H. Celestino
Tricieri de S. Juan en Marcellano, dióc. de Todi, a
instancias del obispo; P.
Calixto Moreno de la Madre de Dios y H. Pío Pini del
Smo. Redentor en Asignano,
de Todi. En DOL: son 35: 4 sac. y 3 hermanos en
Sora; 3 sac. y 3 hermanos en Pontecorvo;
otros tantos en Aversa; y 10 sac. y 6 hermanos en S.
Antonio de Ferentino.
En PIET: P. Miguel Tadini de la Madre de Dios, por la
salud, con su hermano en Pascasseroli,
dióc. de Marsi.
7) Número de novicios: PRAES, sólo 3 en Lucca; DOL
y PIET, ninguno27.
El acontecimiento más directamente relacionado con la
historia de la congregación
fue el fallecimiento del P. Testa, de lo que se han
ofrecido detalles en el capí

27 AGCP, A, 118 (A-III-IV/ 1-8º).


tulo de Personajes. Era, después del fundador, el
segundo general que fallecía en el
ejercicio de sus funciones (en 1820 murió en Soriano
el P. Tomás Albesano). Había
recibido la congregación en 1839 con 360 religiosos y
la dejaba con 729. En el XVII
Capítulo de 1839 tomaron parte 10, de sólo dos
provincias, y en 1863 iban a intervenir
22, de cinco (PRAES, DOL, PIET, IOS y MICH); y una
sexta nacería durante
el XXI Capítulo (la del B.Pablo de la Cruz, PAUL). El P.
Pío Cayro pasó a vicario
general, el P. Eutizio Mastrantoni a primer consultor, y
el P. Alfonso Toti fue elegido
para segundo consultor28. Según las normas vigentes,
el P. Pío convocó el capítulo
el 14.02.1863, para iniciar las sesiones a partir del 3 de
mayo29.

Capitulares. El día de la apertura, el P. Pío amaneció


indispuesto y la misa de inauguración
correspondió al P. Eutizio; después pudo descender al
aula y comenzar
las sesiones con los 22 capítulares:

A) Curia General, PP. Pío Cayro, Eutizio Mastrantoni y


Alfonso Ma. Toti; el P. Simón
Reghezza, procurador; Emidio Cheli y Felipe Squarcia,
consultores agregados.

B) Curia de la Presentación: PP. Cayetano Anselmi,


Andrés Moretti y Domingo
Giacchini.

C) Curia de DOL: PP. Pedro Pablo Cayro, Ambrosio


Baldassi y Jacinto Grespi.

D) Curia de PIET: PP. Fausto Rossetti, Basilio Raineri


y Erasmo Massarelli.

E) Curia de IOS: PP. Ignacio Paoli, Vicente Grotti e


Ignacio Spencer.
F) Curia de MICH: PP. José Pluym, Serafín Giammaria
y Valentín Guerrini.

G) P. Juan Domingo Tarlattini, viceprovincial de los


retiros de América, con voz
activa y pasiva por concesión pontificia. El secretario
fue el P. Ignacio Paoli.

Temas de estudio. Antes de proceder a elegir un


nuevo general, se volvió sobre el
controvertido tema de los dos consultores adjuntos:
¿Deberían serlo plenamente o la
experiencia aconsejaba su eliminación? El tema
resultaba complejo y se optó por dejarlo
para después de haber elegido la curia tradicional con
dos consultores. En la tarde
del mismo día 3, fue elegido general el P. Pedro Pablo
Cayro de la Dolorosa, quien
renunció, pero al final se inclinó ante la insistencia de
los capitulares. En la mañana
del 4, el nuevo general acudió a saludar al Papa, que
debía partir de Roma; por la tarde
prosiguieron las elecciones en un ambiente de cierto
desconcierto: tras veinte escrutinios
no se había llegado a elegir al primer consultor, y hubo
que dejarlo para el día
siguiente. Tampoco en la mañana del 5 se consiguió
nada, a pesar de los muchos escrutinios;
sólo en la tarde, después de cinco votaciones más, el
P. Cayetano Anselmi di
Giacomo alcanzó los votos necesarios; aunque
renunció, no se le aceptó la renuncia.
Después de otros seis escrutinios salió el segundo
consultor, P. Simón Reghezza.

28 DeR, o. c. (33).

29 Regulae et Constitutiones..., o. c., 115, Cons. 1775,


c. XXX: Deficiente Praeposito, Congregatio
nem vicepraepositus gubernabit usque ad finem
excurrentis triennii, quo expleto generalia habe

buntur comitia. -ACP, XVIII, 1953-1954, 15-17.


Antes de pasar a la designación del procurador, se
volvió al tema de los consultores
adjuntos. De continuar el sistema, habría que estudiar
si se mantendrían como
de segunda categoría, o con idénticos derechos que
los dos primeros; en este supuesto
tendrían precedencia sobre el procurador y habría que
elegirlos antes que a éste.
Se determinó consultar a la S.C. de OO. y RR.
Mientras llegaba la respuesta, resultó
elegido procurador el P. Pío Cayro. Las sesiones del 6
y 7 se centraron en el tema
de los consultores restantes. La opinión unánime era
que desaparecieran. En este
sentido se redactó una súplica a la S. C. de OO. y RR.,
que los PP. Ignacio Paoli, secretario,
y Domingo Giacchini fueron a entregar. El 8 fue
elegida la curia de la nueva
provincia del Beato Pablo de la Cruz: PP. Tarlattini,
provincial, Gaudencio Rossi
y Antonio Calandri, consultores. El primero y el tercero
estaban presentes en Roma
y aceptaron verbalmente. El día 9 se estudió la
apertura de un hospicio en París;
los capitulares confiaron a la curia general la tarea de
realizar el proyecto. Igualmente
fueron aceptadas las fundaciones en California y en
Guayaquil, con la salvedad
de que la curia general se encargaría de ellas. El día 9
se recibió el permiso de Pío
IX para decidir en el tema de los consultores y el
capítulo los abolió. Se procedió a
nombrar un secretario general. Fueron largos los
debates, y el 10 se decretó que el

P. General nombrara a uno de su confianza. Sobre la


casa de Scala Sancta se determinó
que su superior fuera elegido en el capítulo de PRAES,
pero sometido directamente
al general, como el de la casa de los Ss. Juan y Pablo.
En la mañana del 11, se mandó que la conferencia,
llamada polémica (o de estudio
y discusión), fuera mensual en vez de quincenal como
hasta entonces. En diversos
momentos se había hablado de la Cadena de
Oraciones por la conversión de
Inglaterra, hecha por el P. Spencer30, y otra por la
conversión de los cismáticos de
Bulgaria, tema presentado por el P. Felipe Squarcia.
En la sesión del 12 de mayo, el
secretario leyó las actas, que los presentes firmaron.
Con este acto final se cerraba
la época del P. Testa y se abrían las puertas a una
nueva etapa.

30 Los dos folios impresos fueron unidos a a las actas


del XXI Capítulo.
302
CAPÍTULO XVI

CAPÍTULOS PROVINCIALES (1)

1. PROVINCIA DE LA PRESENTACIÓN
El tema de los capítulos provinciales se estudia dentro
de la perspectiva de valores
comunes que vinculan a las provincias con la historia
general de la congregación.
Se omiten las particularidades propias de cada una de
ellas. Con este estilo se
pretende mantener la metodología adoptada en toda la
obra: que las estructuras menores,
como las provincias o las casas, aparezcan unidas a
todo el instituto.

La provincia, conjunto de comunidades, casas o retiros


bajo un mismo superior,
es un elemento constitutivo del gobierno de la
congregación. El fundador comprobó
que, al aumentar los retiros, le resultaba más complejo
el gobierno y el análisis
de los problemas. En las Reglas de 1746 aparece un
germen de posibles provincias;
en 1753, además del general y su consejo, se eligió un
provincial para las casas del
sur de Roma. En 1769 se establece ya una provincia al
norte de Roma (Patrimonio
de San Pedro), dedicada a la Presentación de la
Virgen María (PRAES) con los retiros
de la Presentación y San José en Monte Argentario,
Vetralla, Soriano al Cimino,
Toscanella y Corneto; y otra al sur (Campagna y
Maríttima), dedicada a la Virgen
Dolorosa (DOL), con los retiros de Terracina, Ceccano,
Falvaterra, Paliano y
Monte Cavo; el recién abierto Hospicio del Santísimo
Crucifijo quedaba bajo la directa
dependencia del general y fundador, P. Pablo de la
Cruz1. Las vicisitudes de los
diferentes capítulos durante la invasión napoleónica, la
supresión y la restauración,
se pueden ver en los volúmenes precedentes2. Orden
en que se ofrecen: 1) Presentación
(PRAES; 2) Dolorosa (DOL); 3) Piedad (PIET); 4) San
José (IOS); 5) San Miguel
Arcángel (MICH); 6) B. Pablo de la Cruz (PAUL).

1. XXII Capítulo, 25-27 abril 18393


El secretario, Lorenzo María Salvi, presentaba su
celebración como obra de la
divina misericordia, que con providencia inefable
regula el caminar del tiempo. Lo

1
Cfr. CERRONI, Expositio..., o. c., 37, n. 43. - ZOFFOLI,
San Paolo della Croce.., o. c., I, 981,
nota 51, y 1243. - GIORGINI, Historia...,o. c., I, 512-
517.

2
Cfr. NASELLI, Historia...,II/1, 243 y 258 para PRAES, y
265 y 283 para DOL. - GIORGINI, F.,
Historia..., II/2, pp. 34, 62-64, 99-101, 147-149, 157-
162, 189-193.

3
Todos tuvieron lugar en Vetralla. - AGCP, PRAES,
Capítoli, Atti...
había convocado el 9 de febrero para el 21 de abril el
entonces provincial, P. Testa,
que dos meses después resultó elegido general y
presidió el capítulo, al que asistieron
12 capitulares: dos consultores y l0 rectores4.

El P. Salvi pronunció el discurso de apertura. Al P.


Testa sucedió como provincial
el P. Pío Cayro, vicario de Lucca, quien debía de
sospecharlo, pues había hecho llegar
al capítulo su renuncia escrita, debido a fuertes y
graves motivos de conciencia.
Los capitulares no se la aceptaron. Como consultores
le fueron dados los PP. Angel
Luis Bonomi y Bernardo Spinelli. Para el noviciado de
Monte Argentario, fue elegido
unánimemente, por tercera vez y con dispensa
pontificia, el P. Andrés Moretti. En
la elección de los superiores, seis de los once
renunciaron, si bien a cuatro no se les
aceptó la renuncia5. La provincia se había enriquecido
con un nuevo retiro, el de Ntra.
Sra. del Lirio en Magliano Sabina. El P. Testa entregó
a los nuevos rectores las Actas
del reciente capítulo general, a fin de que fueran leídas
periódicamente.

2. XXIII Capítulo, 4-6 abril 18426


El 8 de enero de l842 el P. Pío Cayro lo convocó para
el 4 de abril. El discurso
a los capitulares fue encargado al P. Angel Luis
Bonomi, primer consultor. El día 4,
cumplidos los ritos habituales, los l3 capitulares se
encontraron en Vetralla7. Hizo de
secretario el P. Vicente Ferrajoli. La nueva curia
provincial quedó formada por el P.
Pío Cayro, confirmado al primer escrutinio, y los PP.
Roque Cervara y Lorenzo Ma.
Salvi. El capítulo decidió abrir de nuevo el noviciado de
Lucca, para el que fue elegido
el P. Erasmo Massarelli, manteniendo el de Monte
Argentario, para el que quedó
confirmado por cuarta vez el P. Andrés Moretti con
dispensa pontificia. En este
capítulo, el general entregó a la provincia el nuevo
retiro de Pievetorina. La elección
de los once rectores se hizo en un ambiente general
de aceptación8.

El día 5, centrado en la parte legislativa y disciplinar,


se tomaron en consideración
algunos puntos interesantísimos para fomentar... en
nuestros religiosos el espí

4
Ángel Luis Bonomi y Lorenzo Ma. Salvi; rectores:
Esteban Monetti (SS. Juan y Pablo, Roma),
Inocencio Tirati (Monte Argentario), Raimundo Vaccari
(Vetralla), Juan Bta. Brambilla (Soriano),
Bartolomé Zucchi (Corneto), Mateo Ninni (Morrovalle),
Alfonso Ma. Toti (Recanati), Arcángel
La Posta (Lucca) y Roque Cervara (Todi).

5
Rectores: Lorenzo María Salvi (SS. Juan y Pablo,
Roma), Esteban Monetti (Monte Argentario),
Juan Bautista Brambilla (Vetralla), Inocencio Tirati
(Soriano), Gesualdo Scalfelli (Corneto), Serafín
Giammaria (Morrovalle), Roque Cervara (Recanati),
Arcángel La Posta (Todi), Vicente Ferrajoli
(Lucca) y Alfonso María Toti (Magliano).

6
AGCP, PRAES, Cap. Prov., Atti del XXIII Capitolo
Provinciale..., copia autentificada, pp.8.

7
Ver la lista de las elecciones del capítulo precedente;
el P. B. Spinelli renunció por motivos de salud.

8
Roberto Torraca (SS. Juan y Pablo, Roma), Vicente
Ferrajoli (M. Argentario), Agustín Olivieri
(Vetralla), Inocencio Tirati (Soriano), Luis Cinti
(Corneto), Rafael Lucchesi (Morrovalle), Luis
Togni (Recanati), Arcángel La Posta (Todi), Basilio
Raineri (Lucca), Tomás Schellino (Magliano)
y Mateo Ninni (Pievetorina).
ritu de piedad, el fervor de la observancia y el celo por
los ministerios apostólicos
propios de nuestro instituto. El capítulo elogió a la
mayoría de los religiosos, especialmente
a los hermanos, pero encargó al provincial que
corrigiera a un pequeño
número de díscolos. El día 6, como nadie había
presentado nuevos argumentos, con
paz, unión y verdadera concordia se llegó felizmente al
final..., dando gracias fervorosas
a Dios, autor de la paz y amante de la caridad y de la
concordia.

3. XXIV Capítulo, 23-25 abril 18459


El secretario, P. Salvi, sitúa el capítulo en un contexto
eclesial y congregacional:
la humilde y pobre Congregación de la Pasión es una
de las coronas que embellecen
a la Iglesia, esposa del Divino Nazareno. El P. Pío
Cayro firmó la convocatoria el
23.01.l845 para el l9 de abril. Debido a las distancias
algunos llegaron en la tarde
del 21. En las sesiones preliminares se lamentó la
conducta de algunos religiosos
poco respetuosos con sus superiores, reacios a la
obediencia e inmortificados.

Hubo 15 participantes10. Tras la designación previa


del secretario capitular, P.
Salvi, en las elecciones canónicas el P. Roque Cervara
resultó provincial, el P. Pío
Cayro, exprovincial, se convirtió en primer consultor, y
el P. Salvi quedó de segundo
consultor; maestro en Monte Argentario, el P. Erasmo
Massarelli, y en Lucca el

P. Bartolomé Zucchi.
Para la elección de rectores (13 por la apertura de
Brugnato)11 se necesitó más de
un día. El 25, el capítulo decidió llamar la atención de
algunos religiosos altaneros
y poco respetuosos. El capítulo reguló algunos
aspectos prácticos de pobreza, recomendó
cumplir lo prescripto por la Regla en el trato con los
seglares, y reorganizó
la cuestación entre los retiros de Corneto y Vetralla, y
de Magliano Sabina y Soriano.
El capítulo concluyó con suma paz y concordia.

4. XXV Capítulo, 18-21 septiembre 184812


El P. Roque Cervara lo convocó el 10 de abril de 1848
para comenzar las sesiones
canónicas el 7 de mayo. Pero los tiempos venían
revueltos, sobre todo en los Estados
Pontificios. De acuerdo con el P. Cervara, el P. Testa,
que iba a presidirlo, juzgó
prudente que ningún rector abandonara su retiro en
tales circunstancias; y temiendo
que la situación se prolongara, obtuvo licencia de la S.
C. de OO. y RR. pa

9
AGCP, PRAES,Cap. Prov., Atti del XXIV Capitolo...;
copia autentificada, pp.8.

10
Ver lista de las elecciones del capítulo precedente.

11
Esteban Monetti (SS. Juan y Pablo, Roma), Inocencio
Tirati (Monte Argentario), Basilio Raineri
(Vetralla), Juan Bta. Brambilla (Soriano), Agustín de la
Dolorosa Olivieri (Corneto), Luis Cinti(Morrovalle),
Ángel Luis de S. Rafael (Recanati), Alfonso Toti (Todi),
Andrés Moretti (Lucca),
Gerardo Barberi (Magliano), Leonardo Enrico
(Pievetorina) y Simón Reghezza (Brugnato).

12
AGCP,PRAES, Caps., Atti del XXV Capitolo
Provinciale..., 18-21 septiembre de l848, pp. l6.
ra retrasarlo un año. No fue necesaria tanta prórroga y
se estableció como fecha el
18 de septiembre13. No obstante, los capitulares
debieron moverse con discreción.
En la platea de Brugnato se dice que, concluido el
capítulo, el P. Simón de San José,
confirmado para aquella casa, tuvo que regresar junto
con el superior de Lucca
en condiciones de clandestinidad: El P. Simón, para
evitar cualquier malhadado encuentro,
se unió al superior de Lucca, y unidos, dentro de una
carroza que llevaba
bajadas las ventanas, lograron llegar felizmente al
capítulo y regresar igualmente
tranquilos a su respectivo puesto14 .

De nuevo el P. Salvi fue nombrado secretario. Los


capitulares eran los elegidos
en 1845, excepto dos nuevos: el P. Arcángel La Posta,
de Morrovalle, por renuncia
del P. Cinti, y el P. Gesualdo Mª. Scalpelli, de
Recanati, por el P. Bonomi. Como se
había retrasado de abril a septiembre, el P. Testa
recordó que aquello era una excepción
y que en el futuro se volvería al mes de abril15.
Formarían la nueva curia los PP.
Roque Cervara, Esteban Monetti y Angel Luis Bonomi,
por este orden. Antes de elegir
a los maestros, el P. Testa comunicó que la S. C. de
OO. y RR. había autorizado
la reelección para dos trienios más, y resultaron
nombrados los PP. Bartolomé Zucchi
para Monte Argentario y Erasmo Massarelli para
Lucca. La elección de los 12
rectores llevó su tiempo16. En la mañana del 20 se
votaron las decisiones: además de
establecer los límites de postulación entre Magliano
Sabina y Soriano, se trató de
cortar de raíz los comentarios y murmuraciones dentro
y fuera del retiro. Se recomendó
a los sacerdotes que permanecieran en sus celdas,
ocupados en el estudio; y
a los hermanos que se consagraran a su trabajo,
también en silencio. En las sesiones
sexta y séptima del día 21 se leyeron y firmaron las
actas. El secretario, P. Salvi, dice
que se concluyó con verdadera y santa armonía y con
la paz de Jesucristo.

5. XXVI Capítulo, 21-25 mayo 1851


Según se había establecido, en 1851 se volvió a la
primavera. El P. Roque Cervara
lo convocó el 1 de marzo para el 21 de mayo. Los
capitulares llegaron el 18 para
las sesiones preliminares17. De los elegidos en 1848,
el P. Ángel Luis Bonomi ha

13
Cfr. Carta de R. Cervara a P. Testa, del 29.08.1848. -
Actas, 3-4.

14
Cfr. Platea di Brugnato, 1842-1864, p. 7.
15
Platea de Brugnato, f. 7, se lee que para este retiro fue
confirmado el P. Simón de San José, a con

dición de que el trienio debería computarse no desde


septiembre, sino desde mayo, cuando hubie

ra debido reunirse el capítulo.

16
Lorenzo María Salvi (SS. Juan y Pablo, Roma),
Alfonso María Toti (Monte Argentario), Gesualdo
Ma. Scalfelli (Vetralla), Gerardo Barberi (Soriano),
Esteban Arnaldi (Corneto), Juan Bta.
Brambilla (Morrovalle), Egidio Enrico (Recanati),
Alberto Colombi (Todi), Andrés Moretti (Lucca),
Marcos Bourliè (Magliano), Dionisio Santori
(Pievetorina) y Simón Reghezza (Brugnato).
17
El P. Leonardo Enrico, por un ataque de podagra, llegó
al día siguiente. Los nombres de los capitulares,
en la lista de los elegidos en el capítulo anterior.
bía pasado a consultor general por la muerte del P.
Colombo; su puesto de consultor
lo ocupó el P. Salvi, y el de éste como rector de la
casa general el P. Ambrosio Ma.
Baldassi del N. Jesús. El P. Simón Reghezza actuó de
secretario. En este capítulo las
elecciones tuvieron un carácter particular: se eligieron
a los superiores de la Presentación,
y a los de la Piedad, recién creada, con el permiso de
la S. C. de OO. y RR.
Las elecciones siguieron este ritmo: primero la del
provincial de cada provincia y
luego la de los consultores de cada uana. Para los
superiores locales se seguiría la
antigüedad de las fundaciones.

La curia de la Presentación quedó compuesta por los


PP. Andrés Moretti, Alfonso
Ma. Toti y Lorenzo Ma. Salvi18. El P. Testa informó
que la S. C. de OO. y RR.
había dado licencia para elegir por segunda o más
veces a los maestros de novicios
y a los que faltara edad canónica. El resultado quedó
así: P. Bartolomé Zucchi para
Monte Argentario, y P. Pacífico Pizzuti para Lucca.
Como resultado de la división
en dos provincias, en la Presentación quedaron 8
retiros19. El presidente invitó a los
capitulares a reflexionar sobre la fuerte decadencia del
espíritu religioso en la congregación.
Entre otras causas detectaron como la primera el
gobierno de los superiores
locales que se preocupaban excesivamente de lo
temporal y menos del progreso
espiritual de sus religiosos.

El capítulo se comprometió a reorganizar los estudios:


en la provincia se dedicarían
a ellos las casas de los SS. Juan y Pablo, Vetralla y
Presentación; en la de la Piedad,
los de Recanati y Pievetorina. Se decidió que las
misiones fueran confiadas a religiosos
juzgados idóneos por teólogos de la congregación;
cometido confiado a los
PP. Pío Cayro, L. Salvi, Esteban Arnaldi y Cayetano
Anselmi; y en la Piedad a los PP.
Egidio Borrelli (de San Juan Bta.) e Inocencio
Petrucci20. En la sesión sexta se ocuparon
de algunos coadjutores, que respondían con
arrogancia y faltaban al respeto a
los sacerdotes. Dos de las decisiones afectaban a los
misioneros: debían obediencia al
superior de la misión y al día siguiente de concluirla
tenían que regresar directamente
a su retiro. Los capitulares dieron por concluida la
asamblea en santa paz y perfecta
armonía.

6. XXVII Capítulo, 07-09 mayo 185421


Era el primero después de la erección de la Provincia
de la Piedad. La de la Presentación
había disminuido en retiros y religiosos. El P. Andrés
Moretti firmó el

18 Cfr. Actas, pp. 4-5. Las elecciones de PIET, en su


lugar correspondiente.
19 Rectores: PP. Ambrosio Ma. Barlesi (Roma),
Esteban Monetti (Monte Argentario), Alberto Colombi
(Ve

tralla), Leonardo Enrico (Soriano), Sixto Tedeschi


(Corneto), Cayetano Anselmi (Lucca), Esteban Arnal

di (Magliano) y Tomás Lubrani (Brugnato); os PP.


Tedeschi, Anselmi y Lubrani no eran capitulares.
20 Actas, 8-9.
21 AGCP-PRAES, Caps.Prov., Atti del XXVII Capitolo
Provinciale...,7- 9 maggio, pp. 12.
03.02.1854 la convocatoria para el 24 de abril. Como
la anticipación del capítulo de
la Piedad creaba dudas sobre si participaría o no el P.
Testa, el 27 de marzo informó
que la fecha quedaba en suspenso; sólo el 27 de abril
avisó que las sesiones canónicas
comenzarían el 7 de mayo. El 6 se encontraban en
Vetralla los miembros del capítulo
para las sesiones preliminares, bajo la presidencia del
P. Testa22.

En la segunda reunión preliminar decidieron que cada


rector entregara al presidente
la lista de su comunidad antes de hablar de los
elegibles; cuando éstos se hallaban
en el aula, tendrían que abandonarla para que todos
pudieran expresarse con
libertad. El secretario fue el P. Esteban Arnaldi. Quedó
confirmada la curia: PP. Andrés
Moretti, Alfonso Ma. Toti y Lorenzo Ma.Salvi; pero
fueron nuevos los maestros:
P. José Antonio Boschero para Monte Argentario y P.
Fulgencio Stivali del Corazón
de Jesús para Lucca. Las elecciones de los ocho
rectores ofrecen pocas novedades23.
En cuatro sesiones se habían efectuado lo
nombramientos. El 9 de mayo, el

P. Testa preguntó a cada uno si tenía algo que


proponer. Se mencionó la precariedad
económica del retiro de Magliano Sabina; para
resolverla se le concedió la cuestación
en la ciudad de Civita Castellana; y para compensar al
retiro de Soriano se le
dieron el pueblo y el territorio de Castiglione in
Teverina, que pertenecía a Vetralla.
Pero como esta casa no podía alimentar a los jóvenes
estudiantes por los gastos realizados
para acomodarlos, los retiros de Corneto y Brugnato
entregarían, una sola
vez, 50 escudos cada uno.
7. XXVIII Capítulo, 07-09 junio 185724
Tocó convocarlo al P. Alfonso María Toti, pues el
provincial, P. Andrés Moretti,
a la muerte del P. Bartolomé Arnaldi, fue llamado a la
curia general. La circular del
14 de marzo de 1857 pedía que los capitulares
estuvieran en Vetralla el 7 de junio.
Las sesiones fueron presididas por el P. Antonio Testa.
Hizo de secretario el P. Emidio
Chelli; el P. Esteban Monetti, rector de Brugnato, se
encargó del discurso previo
a las elecciones25. Formaron la nueva curia los PP.
Andrés Moretti (no participaba

22
Además del P. Testa, los otros once capitulares habían
sido elegidos en el capítulo de 1851; no hubo
elecciones extracapitulares por defunción o renuncia.

23
Ambrosio Baldassi (SS. Juan y Pablo, Roma),
Bartolomé Zucchi (Monte Argentario), Arcángel La
Posta (Vetralla), Pacífico Pizzuti (Soriano), Sixto
Tedeschi (Corneto), Cayetano Anselmi (Lucca),
Bernabé Tofini (Magliano), Esteban Monetti
(Brugnato). - Atti del XXVII Cap. Prov., 6 y 12.

24
AGCP, PRAES, Cap. Prov., Atti del Capitolo 28 della
Provincia della Presentazione di Maria
Ssma... il dì sette Giugno 1857, 8 pp.

25
Los capitulares fueron los elegidos en el capítulo
anterior; el P. Emidio Cheli en lugar del P. Esteban
Arnaldi; el P. Prospero Ginetta sustituyó al P. Ludovico
Vitali, que renunció, elegido después
de la muerte del P. Leonardo Enrico de S. José, el cual
a su vez había entrado en sustitución del P.
Pacífico Pizzutti, que renunció en Soriano. Debido a la
renuncia del P. Bernabé Tofini, el rector
de Magliano fue el P. Manuel Comparato.
por ser consultor general), Esteban Arnaldi y Cayetano
Anselmi; quedaron de maestros
de novicios los PP. Alfonso Ma. Toti para Monte
Argentario y Bartolomé Zucchi
para Lucca. La elección de rectores se efectuó en un
día26.

El 8 de junio, se recomendó al provincial que eligiera


como vicerrectores a
quienes pudieran ser después nombrados rectores.
Teniendo como criterio los prescripto
por las Reglas y los Reglamentos, se recordó que
nadie, ni siquiera el rector,
podía salir de casa sin compañero; que los religiosos
no podían ir a las ferias y mercados
y que se redujera el tiempo de la cuestación para no
causar detrimento en la
vida espiritual a los hermanos. Se volvió a tratar el
tema de la revisión de los escritos
de los predicadores, y se dijo que no se enviara a
ministerios apostólicos a ninguno
que no hubiera hecho la revisión. Fue nombrado
cronista el P. Cayetano Anselmi.

8. XXIX Capítulo, 25-28 mayo 186027


Coincidió con numerosos cambios políticos y se
presagiaban nuevos disturbios.
El P. Andrés Moretti tuvo que ponerse tres veces en
contacto con los superiores: con
la circular del 25 de enero lo convocaba para el 18 de
abril; ante los fundados temores
de que los rectores no podrían moverse de sus
comunidades, o, como se dice en
la crónica del Retiro de los SS. Juan y Pablo, dadas
las críticas circunstancias de
los tiempos, el 11 de abril les intimó a que esperaran
nueva orden. El 10 de mayo les
pidió que se encontraran en Vetralla el día 17. Por
diversas complicaciones, sólo pudieron
llegar el 2228.
En la mañana del 23 se dedicaron a tratar de las
cualidades y méritos de los religiosos
de la provincia; al día siguiente hicieron lo mismo con
los propios capitulares;
cada uno abandonaba el aula cuando llegaba su turno.
De secretario actuó el P.
Esteban Arnaldi.

La primera sesión se celebró, como estaba


establecido, el 25 de mayo29. Y a pesar
de haber pasado la mañana y la tarde en numerosas
votaciones, no se llegó a ninguna
elección. El 26 resultó elegido provincial el P.
Cayetano Anselmi, al que costó
mucho aceptar; y después los consultores, PP. Andrés
Moretti y Domingo Giacchini.
La elección de los maestros recayó en los PP. Alfonso
Ma. Toti para Monte

26
Manuel Comparato (SS. Juan y Pablo, Roma); José
Antonio Boschero (Monte Argentario), Domingo
Giacchini (Vetralla), Luis Giurlani (Soriano), Agustín de
la Dolorosa Olivieri (Corneto),
Alfonso María Scalpelli (Lucca) Ludovico Vitali
(Magliano) y Tomás Lubrani (Brugnato).

27
AGCP, Fondo PRAES, Caps. Prov., Atti del XXIX
Capitolo Provinciale..., 25 maggio al 28 detto
del 1860, p. 22.

28
Atti Cap. Prov. 29 (1860) Presentación, pp.1-2. - Platea
dei SsGeP, II, 49.

29
De los 11 capitulares faltaban los rectores de Todi,
interino, y Brugnato, P. Tomás Lubrani, al que
habían aceptado la renuncia pocos días antes.
Participaban los elegidos en el capítulo anterior.
Argentario, y Bartolomé Zucchi, para Lucca, único
elegido al primer escrutinio30. El
27 de mayo, fiesta de Pentecostés, los capitulares se
reunieron una hora antes de comer
y el secretario leyó algunos apuntes reservados para
aquel momento: para ayudar
a los jóvenes sacerdotes en su preparación al
ministerio se nombró una comisión
de siete examinadores: PP. Giacchini, Scalpelli,
Arnaldi, Boschero, Figone, Foglietta
y Mattioli. Finalmente se pidió que se fomentase la
unión entre religiosos y superiores,
que se rompía con murmuraciones y críticas.

9. XXX Capítulo, 30 mayo-1 junio 1863


Ya celebrado el XX Capítulo General en abril, el de la
Presentación cae propiamente
fuera de la época de esta historia. No obstante, se deja
aquí una breve relación.
El P. Cayetano Anselmi, provincial, lo convocó el 17 de
febrero para el 21 de
mayo, aunque después lo retrasó al 30. Presidió el
nuevo general, P. Pedro P. Cayro.
Actuó de secretario del P. Alfonso Scalpelli, y
pronunció la plática ritual previa
a las elecciones el P. Domingo Giacchini. Asistieron 12
capitulares, además del presidente31.

Formaron la curia para la nueva etapa histórica los PP.


Domingo Giacchini, Andrés
Moretti y Romualdo Iaforte de la M. del Buen Consejo.
Maestros de novicios
fueron el P. Toti para Monte Argentario y el P. Alberto
Colombi para Lucca. Los rectores
fueron elegidos para cada una de las casas, más una
nueva, la de Scala Sancta32.
En la última sesión no se propuso ningún tema para
decreto: No se encontraron
por la misericordia divina inconvenientes que no
puedan ser remediados por el provincial;
todo quedó a la prudencia del mismo. Con semejante
perspectiva y serenidad
se concluyó el capítulo y un período particular de esta
historia.

30
Manuel Comparato (SS. Juan y Pablo, Roma),
Ambrosio Ma. Barlesi (Monte Argentario), Agustín
Olivieri de los Dolores de María Virgen (Vetralla), Juan
Carlos Nardi de S. Martín, (Soriano),
Luis Betti de S. Benito (Corneto), Gaetano Rabotti
(Todi), Alfonso Ma. Scalpelli (Lucca), Esteban
Arnaldi (Magliano), Egidio Gaggini (Brugnato).

31
Los nombres corresponden a los elegidos en el
capítulo anterior.

32
Sixto Tedeschi (SS. Juan y Pablo), Ottaviano Pini
(Scala Sancta), Dionisio Mattioli (Monte Argentario),
Ambrosio Ma. Barlesi (Vetralla), Juan Carlos Nardi
(Soriano), Ludovico Vitali (Corneto),
Esteban Arnaldi (Todi, que había vuelto a la provincia
después de haber pertenecido a la Piedad),
Paulino Figone (Lucca), Pablo Antonio Ricci
(Magliano), Egidio Gaggini (Brugnato).
CAPÍTULO XVII

CAPÍTULOS PROVINCIALES (2)

2. PROVINCIA DE LA DOLOROSA
Según el P. Tito Cerroni, el período 1839-1860, que se
abre con el segundo
provincialiato del P. Domingo Barberi, resulta una
época de expansión y de vida
lozana, pujante e intensa. La obra apostólica es más
intensa y afluye tal número
de vocaciones que fue necesario abrir, además del
noviciado de Paliano, otro en
Pontecorvo1. La provincia entra en este período
histórico con los retiros de Ceccano,
Falvaterra, Paliano y Montecavo, en el Bajo Lazio, y
Aquila, en el Abruzzo.
El P. Antonio di S. Giacomo, Testa, se estrenaba como
presidente de capítulos provinciales.
1. XXII Capítulo, Montecavo, 16-17 abril 18392
El provincial P. Sebastián Amalberti envió la
convocatoria el 01.02.1839, invitando
a los capitulares para la tarde del 12 de abril. Sólo
cuatro llegaron puntualmente
el día 13; los restantes, junto con el superior general,
impedido en Roma, no
se presentaron hasta el 14. En la tarde del 15, el P.
Domingo Barberi dirigió a los capitulares
el discurso previo a las elecciones, que resultó, según
el secretario, razonado,
apropiado a las circunstancias.

Los capitulares eran ocho3. El P. Ambrosio Baldassi


fue elegido secretario. El

P. Testa comunicó a los electores que tenía intención


de enviar al P. Domingo Barberi
a Bélgica e Inglaterra, pero los capitulares, para no
desprenderse de él, lo eligieron
provincial. Le acompañarían como consultores los PP.
Juan Gerardi y Luis
Cesanelli. Antes de proceder a la elección del maestro
de novicios y de los superiores
locales, el P. Testa recordó que tuvieran en cuenta la
mayor responsabilidad
que se requería para gobernar las casas de Ceccano,
S. Sosio y Aquila. El P. Carlos
Tavazzi preguntó si se podía elegir rector por tercera
vez consecutiva, en con1
CERRONI, I Passionisti della provincia dell’Addolorata
(mcn), III, 2.

2
Atti del XXII Cap. Prov..., Monte Albano li 16-17 Aprile
1839. - CIPOLLONE, Storia della Provincia
dell’Addolorata..., (1831-1840), o. c., 10. - CERRONI, I
passionisti..., o. c., III,104-105.

3
Antonio Testa, presidente; curia provincial: Sebastián
Amalberti, Domingo Barberi y Juan Gerardi
(elegido fuera de capítulo en sustitución del P.Andrés
Petrassi). Rectores: Antonino Panza (Ceccano,
en el puesto del P. Juan Gerardi, elegido segundo
consultor), Carlos Tavazzi (S. Sosio), Ambrosio
Baldassi (Paliano), Teodoro Minciacchi (Monte Cavo,
en lugar del P. Eutizio Mastrantoni,
que renunció) y Felipe Squarcia (Aquila).
tra de lo establecido en las Reglas, a lo que el P. Testa
respondió que Gregorio XVI
le había dejado en libertad de comunicar al capítulo
esta facultad, y que podía servirse
de ella cuantas veces lo juzgara oportuno. El oficio de
maestro recayó en el

P. Jacinto Grespi de la Asunción4. La provincia tenía


ya catalogados los retiros en
dos categorías: los de Ceccano, S. Sosio y Aquila
necesitaban una preocupación
preferente. El nuevo retiro de S. Salvatore Maggiore
confirmaba la ascendente vitalidad
de la provincia. Fuera de las 16 votaciones que
necesitó el P. Juan Gerardi
para consultor, en el resto hubo buen acuerdo. Llama
la atención que no se promulgaron
decretos ni recomendaciones, prueba de que la
provincia vivía un alto
nivel de fidelidad.
2. XXIII Capítulo, Paliano, 14-15 abril 18425
La novedad más importante fue la ausencia del
provincial, P. Barberi, ocupado
en las fundaciones de Bélgica e Inglaterra. Había
querido renunciar, pero la Santa
Sede, oído el superior general, no aceptó la renuncia;
por este motivo no fu elegido
otro consultor. El P. Testa declarará viceprovincial a
todos los efectos al P. Juan
Gerardi, quien, en virtud de las facultades pontificias
obtenidas por el P. Testa, ejercía
funciones de provincial; el P. Domingo conservaba
nominalmente los derechos.
Fue, pues, el P. Gerardi quien convocó desde S.
Sosio, el 05.02.1842, el XXIII Capítulo
Provincial, que se reuniría en Paliano el 14 de abril.
Hizo de secretario el P.
Ambrosio Baldassi, rector de S. Sosio. Las sesiones
preliminares de los días 11-12
transcurrieron dentro del estilo tradicional. El discurso
previo a las elecciones, confiado
al P. Luis Cesanelli, resultó docto, pero muy largo. El
P. Domingo Barberi,
con una carta leída por el P. Testa, declaraba que, por
el largo viaje y por la reciente
fundación de un retiro, renunciaba a la voz activa, y
que los vocales podían proceder
a las elecciones sin él; se puede decir que fue la
desvinculación oficial de la
provincia6.

Los miembros efectivos del capítulo eran, pues, 10,


incluidos el P. Testa, presidente,
y el P. Jacinto Grespi, maestro de novicios, por
celebrarse el capítulo en la casa
de noviciado. Eran los elegidos en el capítulo anterior
(durante el trienio no hubo
renuncias ni defunciones). La nueva curia estaría
constituida por los PP. Sebas

4
Carlos Tavazzi (Ceccano). Rectores: Ambrosio
Baldassi (Falvaterra), Serafín Brambilla (Paliano),
Justino Anfossi (Montecavo), Sebastián Amalberti
(Aquila), Lorenzo Morena (San Salvatore
Maggiore).

5
Atti del XXIII Cap. Prov..., Paliano li 14-15 aprile 1842;
posteriormente todos los capítulos se reunieron
en Paliano. - CERRONI, I Passionisti..., o. c., III, 118. -
CIPOLLONE, Storia.. (18411850),
o. c., 43.

6
Atti... (1842), s. p. - CERRONI, I Passionisti...., o. c., III,
118. - CIPOLLONE, Storia... (18411850),
11.
tián Amalberti, Ambrosio Baldassi y Carlos Tavazzi. El
maestro seguiría siendo el
mismo P. Jacinto Grespi, elegido al primer escrutinio7.
La provincia de la Dolorosa
recibió del superior general otro retiro más, el de
Moricone, dedicado a Jesús y María;
su primer rector fue el P. Miguel Guaita. El 15 de abril
por la mañana se ocuparon
de la economía de Paliano y decidieron que, dado el
aumento de novicios y la
escasez de medios, le echaran una mano las casas de
Ceccano, S. Sosio, Montecavo
y Aquila. Y tras exhortar a los sacerdotes a
mantenerse en sus habitaciones dedicados
al estudio, a las confesiones y a cumplir las demás
obligaciones, los capitulares
se ocuparon de un pequeño grupo de coadjutores
(citados nominalmente), que dejaban
mucho que desear.

3. XXIV Capítulo, 14-16 abril 18458


El P. Sebastián Amalberti envió desde Paliano, el 13.
01.1845, la convocatoria
para comenzar el 13 de abril. Pero sólo el P. Flaviano
Saglietto, rector de Montecavi,
llegó puntual el día 9; los restantes, por el mal tiempo,
lo hicieron entre el 10 y
el 11. Al no quedar tiempo para las sesiones
preparatorias, el P. Amalberti convocó
el capítulo, con nueva circular, para el 14. El discurso
previo lo pronunció el P. Ambrosio
Baldassi, quien como hacía de secretario omitió
cualquier comentario elogioso
para sí mismo. Los capitulares eran 12 incluyendo al
P. Testa y al P. Jacinto Gres-
pi, maestro de novicios; de todos los elegidos en el
capítulo anterior sólo faltaba el

P. Serafín Brambilla, sustituido por el P. Calixto


Acciari. En la primera votación fue
confirmado el P. Sebastián Amalberti, que hizo todo lo
posible para que le aceptaran
la renuncia. Hubo necesidad de no pocas votaciones
para los consultores PP.
Juan Gerardi y Ambrosio Baldassi. El P. Jacinto Grespi
será elegido, en la primera
votación, maestro de novicios por tercera vez
consecutiva, al amparo de las facultades
pontificias que dispensaban de las Reglas.
Antes de elegir a los rectores, el P. Testa recordó que
las casas de Aquila y Sora
entrañaban mayor responsabilidad y trabajo; que los
electores lo tuvieran en cuenta.
Las votaciones fueron interrumpidas al segundo día de
las sesiones canónicas, cuando
el P. Testa planteó dos cuestiones relacionadas con la
economía y la comunicación
de bienes entre las comunidades: Ceccano, S. Sosio,
Montecavo y Aquila se

7
Atti XXIII Cap. Prov. (1842). - CERRONI, Historia...,III,
118. Aunque el P. Amalberti presentó
renuncia escrita, no le fue aceptada; en la ceremonia
de acción de gracias ante el Santísimo, no pudo
cantar las oraciones a causa del llanto, y tuvo que
hacerlo el padre general. Rectores: Serafín
Brambilla (Ceccano), Felipe Squarcia (Falvaterra),
Eutizio Mastrantoni (Paliano), Flaviano Saglietto
(Monte Cavo), Juan Gerardi (Aquila), Lorenzo Morena
(San Salvatore Maggiore), Miguel
Guaita (Moricone).

8
Atti del XXIV Cap. Prov..., li 14-16 aprile 1845. -
CERRONI, I Passionisti..., o. c., III, 120. -
CIPOLLONE,
Storia... (1841-1850), 11.
guirían dando un subsidio anual de ocho escudos a
Paliano por ser noviciado, y la
de Montecavo entregaría 40 escudos de su superavit
para edificar una zona nueva.

Por tercera vez consecutiva aumentaban las casas con


el retiro de Sora, incorporado
por entrega del superior general; y hubo que elegir
ocho rectores9. El designado
para Paliano, P. Angel Parsi, misionero veterano de
Bulgaria, no concluiría el trienio,
pues fue consagrado obispo de Nicópolis y
Administrador de Valaquia. Los presentes
dedicaron un día completo a preparar decretos o
recomendaciones; entre otros, la
prohibición de recurrir en los ejercicios públicos a la
disciplina y a otros actos estrepitosos,
propios de las misiones; que no se mandase fuera del
retiro a los lectores; que
los estudiantes no fueran ocupados en copiar trabajos
no relacionados con sus estudios...
De los decretos se deduce que la vida de la provincia
transcurría aún serena.

4. XXV Capítulo, 1-3 octubre 184810


El P. Amalberti lo convocó, el 23 de febrero de 1848,
para el 21 de mayo. Pero
como fue el año de las revoluciones, el P. Testa,
según se ha dicho, mandó esperar a
ver cómo evolucionaban las circunstancias. Hacia
finales de septiembre el general
comunicó al P. Amalberti que lo reuniera cuanto antes.
Así lo hizo para el 1 de octubre,
siempre en Paliano. El P. Ambrosio Baldassi, segundo
consultor, hizo de secretario
por cuarta vez consecutiva. De los 13 capitulares,
incluyendo al P. Testa, dos
no habían sido elegidos en 1845: el de Paliano, P.
Querubín Luciani, que sucedió al

P. Angel Parsi, promovido a la sede de Nicópolis, y el


P. Jerónimo Salvucci, de Montecavo,
nombrado tras la renuncia del P. Vicente Caporuscio.
Componían la nueva curia los PP. Eutizio Mastrantoni,
provincial, Sebastián
Amalberti y Juan Gerardi, consultores. El P.
Mastrantoni renunció con tanta insistencia
como inutilidad. La elección del maestro de novicios
recayó en el P. Justino
Anfossi. El 2 de octubre comenzó la elección de los
nueve rectores, ya que la provincia
tenía un retiro más, el de Isola di Penne (Isola del Gran
Sasso)11. Tratándose
de una provincia que parecía gobernada por religiosos
de sólida formación y personalidad,
sorprende que el P. Testa hiciera una llamada
genérica de atención, que el
secretario capitular llama amable reprimenda, sin
especificar a qué se pudo referir.

Otro día y medio estuvo centrado en lo que pudiera


calificarse parte legislativa,
por el bien de la provincia. Renovaron el mandato de
que los retiros de Ceccano, S.So
9
Eutizio Mastrantoni (Ceccano), Carlos Tavazzi
(FalvaterraS. Sosio), Angel Parsi (Paliano), Vicen

te Caporuscio (Montecavo), Flaviano Saglietto (Aquila),


Felipe Squarcia (S. Salvatore Maggiore),

Secondiano Giorgeri (Sora) y Mauro Rodi (Moricone).

10
Atti del XXV Cap. Prov., 1-3 ottobre 1848. - CERRONI,
I Passionisti..., o. c., 129. - CIPOLLONE,
Storia... (1841-1850), o. c., 44.

11
Carlos Tavazzi (Ceccano), Secondiano Giorgeri (S.
Sosio), Fortunato Berardi (Paliano), Jerónimo
Salvucci (Montecavo), Ambrosio Baldassi (Aquila),
Tadeo Acquaroni (S. Salvatore Maggiore),

Querubín Luciani (Moricone), Jacinto Grespi (Sora),


Fausto Rossetti (Isola di Penne).
sio, Montecavo, Aquila y Sora debían entregar ocho
escudos anuales, durante el trienio,
al noviciado de Paliano. A continuación, preguntados
por el P. Testa si tenían temas
que añadir, los capitulares hablaron de muchos en
general, sin que aparezcan decisiones.
Se recordó a los rectores la obligación de leer la
correspondencia de los religiosos;
se prohibió que los hermanos coadjutores llevaran
crucifijos del tamaño del
que usaban los sacerdotes. Los misioneros deberían
entregar al rector, al llegar a casa,
las armas, los libros y otros objetos que hubieran
recibido de los penitentes durante la
misión, y se prohibió dejar sermones o composiciones
a personas extrañas a la congregación.
El capítulo rechazó la conducta de algunos coadjutores
desobedientes, poco
trabajadores, no respetuosos con los sacerdotes y
transgresores de la pobreza. Contrastándolas
con capítulos precedentes, las actas dan la impresión
de que los asistentes lamentaban
un excesivo deterioro en el ambiente. En cualquier
caso, pudieran ser aspectos
secundarios, ya que la estructura provincial aparecía
sana, sólida y prometedora.

5. XXVI Capítulo, 08-11 mayo 185112


Sobre este capítulo flotaba la pena por la muerte del P.
Domingo Barberi dos años
antes. Su fama de santidad, la cultura que había
conseguido allegar, su apertura intelectual
a nuevos ambientes... invitaban a los capitulares a
conservar su memoria.

El 08 de febrero de 1851 el P. Eutizio Mastrantoni lo


convocó para el 8 de mayo.
El 5 estaban ya todos los capitulares. Por quinta vez el
P. Ambrosio Baldassi,
rector de Aquila, hizo de secretario capitular, caso tal
vez único. El discurso previo
a las elecciones correspondió al P. Amalberti, primer
consultor; esta vez no se permitió
la asistencia de los novicios. Componían la asamblea
13 miembros: el P. Testa
como presidente, la curia provincial, los 8 rectores
elegidos en el capítulo anterior,
y el P. Miguel Angel Ingami, maestro de novicios, pues
el P. Justino Anfossi había
renunciado por mala salud.

La nueva curia quedó formada por los PP. Eutizio


Mastrantoni, Sebastián Amalberti
y Ambrosio Baldassi. El P. Mastrantoni, de rodillas,
rogó que se le aceptara la
renuncia, pero sus lágrimas no conmovieron a los
electores. Después de algunos escrutinios
quedó confirmado el maestro P. Miguel Angel Ingami.
El 8 de mayo por la
tarde comenzó la elección de los 9 rectores, pues
también en este trienio la provincia
fundó casa nueva en Pontecorvo. Seis capitulares
fueron elegidos rectores; los
otros no lo eran. De los participantes renunciaron
cinco, pero, por el bien de la provincia,
el capítulo se mostró inflexible13.

12
Atti del XXVI Cap. Prov..., Paliano, 8-11 maggio 185l,
pp. 24. - CERRONI, I Passionisti..., o. c.,

139. - CIPOLLONE, Storia... (1851-1860), o. c., 2.


13
Fortunato Berardi (Ceccano), Jerónimo Salvucci
(Falvaterra), Pío Morelli (Paliano), Ciríaco Garelli
(Montecavo), Juan Gerardi (Aquila), Mauro Rodi (S.
Salvatore Maggiore), Tadeo Acquaroni
(Moricone), Querubín Luciani (Sora) y Jacinto Grespi
(Pontecorvo).
De este modo pudieron dedicar el 9 de mayo a lo que
fuera beneficioso para la
provincia. Lamentaron la falta de pobreza en algunos,
que comían y bebían fuera de
hora sin permiso; recordaron a los religiosos el
cumplimiento de lo legislado sobre
pobreza y vida común, y encargaron a los superiores
vigilancia para evitar abusos,
y caridad con los religiosos que tuvieran necesidad.
Establecieron los límites de la
cuestación de los retiros de S. Sosio, Sora y
Pontecorvo. En cumplimiento de los decretos
del XIX Capítulo General, sesión 5ª., designaron casas
de estudio Ceccano,
San Sosio y Sora; los examinadores de los escritos de
los predicadores serían los PP.
Ambrosio Baldassi, Secundiano Giorgeri, Gabriel
Abisati, Ciriaco Garelli y Pedro P.
Cayro. Se ocuparon de algunos hermanos que rehuían
el trabajo, resistían a la obediencia,
eran poco respetuosos con los superiores y
escandalizaban a los jóvenes. La
vida de la provincia comenzaba a hacerse más
compleja, el incumplimiento de la legislación
podría dar a entender que algo estaba cambiando.

6. XXVII Capítulo, 16 - 18 mayo 185414


Era el primer capítulo tras la beatificación del fundador.
El 15 de febrero, desde
Ceccano, el P. Eutizio Mastrantoni enviaba la
convocatoria para el 14 de mayo. La tarde
del 11 estaban todos en Paliano, menos el P. Cándido
Mazzucconi, que llegó al día
siguiente debido al largo viaje, y el P. Testa que no
pudo presentarse hasta el 13 porque
estaba en el capítulo de la Presentación. De secretario
actuó el P. Secundiano Giorgeri,
elegido fuera de capítulo para rector de Aquila por
fallecimiento del P. Juan Gerardi.

Por el retraso del P. Testa, la apertura se demoró


hasta el 16. Los capitulares llegaron
a 15; era nuevo el rector de Aversa, retiro recién
fundado. La nueva curia la
formaron los PP. Ambrosio Baldassi, Eutizio
Mastrantoni y Secundiano Giorgeri,
elegidos todos en primera votación, caso
verdaderamente singular. El 16 tocó turno
al maestro de novicios, P. Clemente Celani, no
capítular. Para la elección de rectores
se consideró la antigüedad del retiro15.

Después, el primer asunto fue el de los límites para la


postulación de S. Sosio,
Sora, Pontecorvo y Aversa. En la misma línea de
economía se confirmó la ayuda de
8 escudos anuales al noviciado de Paliano, excepto los
retiros de S. Salvatore Maggiore,
Moricone y Aversa. La sesión del 18 sirvió para la
lectura y firma de las actas.
La provincia no ofrecía, respecto al capítulo anterior,
novedades dignas de es

14
Atti XXVII Cap. Prov. (1854). Comienza las actas con
una introducción en la que afirma que el
capítulo manifiesta a los que Dios ha elegido. -
CERRONI, I Passionisti..., o. c., 148. - CIPOLLONE,
Storia...(1851-1860), o. c., 15.

15
Pío Morelli (Ceccano), Raimundo Scannerini
(Falvaterra), Sebastián Amalberti (Paliano), Joaquín
Brunori (Montecavo), Mauro Rodi (Aquila), Miguel
Angel Ingami (S. Salvatore Maggiore), Flaviano
Saglietto (Moricone), Vicente Caporuscio (Sora),
Cándido Mazzucconi (Pontecorvo), Pedro

P. Cayro (Aversa).
pecial mención. Fue un capítulo en el que resplandeció
la caridad intercomunitaria
con equitativa distribución de los bienes materiales.

7. XXVIII Capítulo, 24-27 mayo 185716


El 26 de febrero, recibida ya la convocatoria del XX
Capítulo General, el P. Ambrosio
Baldassi envió desde Paliano la suya del provincial
para la tarde del 20 de
mayo. Además del P. Testa, participaron 14. Hubo
bastantes cambios en relación con
los elegidos en 185417. Actuó de secretario el P.
Felipe Squarcia. El P. Pedro P. Cayro
necesitó muchos escrutinios para provincial; en cambio
los PP. Ambrosio Baldas-
si y Sebastián Amalberti quedaron elegidos al primero.
El 25 de mayo salieron los
dos maestros: el de Paliano fue el P. Pedro Juan
Bettini, y el nuevo de Pontecorvo el

P. Raimundo Ma.Terribile, con dispensa por no haber


cumplido 35 años. De los 10
rectores, seis fueron capitulares, y dos de ellos
intentaron verse libres del cargo18.
Seguidamente se reiteró el decreto por el que
Ceccano, S. Sosio, Montecavo,
Aquila, Sora y Aversa debían pagar anualmente,
durante otro trienio, 8 escudos al
noviciado de Paliano. Los capitulares dedicaron dos
sesiones a la problemática de la
provincia: los confesores con menos de 35 años no
oirían las confesiones de mujeres
sin el permiso del superior provincial o del rector;
ningún religioso debía procurarse
dinero particular. En la tarde del 26, siguiendo las
decisiones del reciente capítulo
general, trataron de la revisión de los escritos y de la
ayuda que debía prestarse
a los sacerdotes jóvenes a fin de capacitarlos para los
ministerios; y se les pidió
docilidad y diligencia. Se nombró cronista provincial al
P. Sebastián Amalberti,
quien procuraría también la conservación de los
documentos.
8. XXIX Capítulo, 30 abril al - 02 mayo 186019
El P. Pedro P. Cayro, el 22 de enero de 1860, lo
convocó en un ambiente de gravísimos
trastornos políticos.. y de amarguras que sufre la
Iglesia oprimida. Estable

16
Atti del XXVIII Cap. Prov..., Paliano, 24 - 27 mayo
1857. - CERRONI, I Passionisti..., o. c., 163.

-CIPOLLONE, Storia... (1851-1860), o. c., 20.


17
El P. Eutizio Mastrantoni, elegido consultor general,
participó como consultor provincial sólo con
voz activa; lo mismo ocurría con el P. Felipe Squarcia,
consultor general adjunto. Tres asistentes
habían sido elegidos fuera de capítulo: P. Querubín
Luciani, de Paliano, en sustitución del P. Amalberti,
procurador general; P. Jacinto Grespi, de Aquila, y P.
Gabriel Abisati, de Caserta, nuevo retiro.
El P. Mauro Rodi cambió el rectorado de Aquila por el
de Sora.

18
Silvestre Zannelli (Ceccano), Tadeo Acquaroni
(Falvaterra), Querubín Luciani (Paliano), Clemente
Celani (Montecavo), Candido Mazzucconi (Aquila),
Jerónimo Salvucci (Moricone), Pío Morelli
(Pontecorvo), Raimundo Scannerini (Aversa), Joaquín
Brunori (Caserta). No figura el de S. Salvatore
Maggiore por haberse suprimido el retiro.

19
Atti del XXIX Cap.Prov., Paliano, 30 abril-2 mayo 1860.
- CERRONI, I Passionisti..., o. c., 164.

-CIPOLLONE, Storia... (1851-1860), o. c., 34.


cía el 30 de abril para iniciar las sesiones canónicas en
Paliano. El P. Silvestre Zannelli,
rector de Ceccano, se encargó de la plática ritual, que,
según el secretario, resultó
un discurso docto y razonado. Faltó el P. Ambrosio
Baldassi, por fractura de
un brazo. Durante el trienio sólo hubo una sustitución:
el P. Clemente Celani renunció
al rectorado de Montecavo y le sucedió el P. Ciriaco
Garelli, precisamente el que
fue elegido secretario del capítulo.

En la curia el P. Pedro Pablo Cayro fue confirmado a la


primera votación y por
unanimidad; y los consultores fueron los PP. Baldassi
y Juan Grespi. Como maestros
de novicios, el P. Pedro Juan Bettini siguió en Paliano,
y el P. Joaquín Brunori
resultó elegido para Pontecorvo; pero como los
capitulares aceptaron la renuncia
que presentó por escrito, en su lugar quedó el P.
Raimundo María Terribile, no capitular.
La elección de los nueve rectores fue trabajosa, por
diversas renuncias no
aceptadas20. El provincial confirmado, P. Pedro P.
Cayro, había comprobado la necesidad
de contar con un secretario. El capítulo dejó el asunto
en sus manos, pero
indicándole que, si se creaba este oficio, el secretario
estaría sujeto inmediatamente
a él, y dentro de la comunidad se colocaría detrás del
rector y antes del maestro de
novicios. El P. Cayro designó al P. Sebastián
Amalberti.

Se volvió sobre el tema de la correspondencia recibida


o enviada sin permiso del
superior. Los capitulares pidieron que se procediera
con rigor sin admitir excusas.
También lamentaron las faltas de pobreza, y
determinaron que los permisos firmados
por los superiores mayores caducarían si el firmante
cesaba en el oficio. En el
mismo tono de disgusto y severidad, pidieron que se
actuara contra los que hablaban
mal del superior o de sus actuaciones, aplicándoles las
Reglas.

9. XXX Capítulo, 17-21 mayo 186321


El P. Pedro P. Cayro lo convocó el 21 de febrero para
el 10 de mayo; pero como
del 3 al 13 del mismo mes se celebraría el XXI
Capítulo General; comunicó a los
rectores que el de la provincia se retrasaría hasta el
día 17, a fin de que pudieran llegar
a Paliano los que asistieran en Roma al capítulo
general. Se ve que el P. Pedro

P. Cayro no pensaba salir elegido superior general.


Los que intervinieron, es decir,
la curia completa, tuvieron tiempo de llegar a Paliano
en la mañana del día 14, solemnidad
de la Ascensión. Presidió el nuevo general. Asistieron
todos los rectores,
menos el P. Fortunato Berardi, de Aquila, que por las
circunstancias no pudo viajar.
Formaron la nueva curia los PP. Silvestre Zannelli,
Eutizio Mastrantoni y Ga

20
Silvestre Zannelli (Ceccano), Ciriaco Garelli
(Falvaterra), Querubín Luciani (Paliano), Pablo Luis

Foglietta (Montecavo), Flaviano Saglietto (Aquila),


Jerónimo Salvucci (Moricone), Pío Morelli

(Sora), Celestino Mancini (Pontecorvo), Tadeo


Acquaroni (Aversa) y Pedro Cesarini (Caserta).

21
AGCP, DOL, Atti del XXX Cap. Prov..., Paliano. -
CERRONI, I Passionisti..., o. c., 167. - CIPOLLONE,
Storia...(1861-1880), o. c., 7.
briel Abisati. Suprimido el noviciado de Pontecorvo,
para el de Paliano fue nombrado
el P. Rafael Ricci. Lo había sido en Morrovalle y podía
hablar elogiosamente de
sus novicios Bernardo Ma. Silvestrelli y Gabriel
Possenti, éste ya fallecido hacía un
año en Isola del Gran Sasso. No hubo mayorers
problemas en la elección de los 10
rectores22, excepto en el de Caserta: el P. Baldassi se
sentía enfermo y anciano (71
años), por lo que renunció; no obstante, asumió el
cargo. El P. Cayro pidió al nuevo
provincial que tuviera con él las atenciones que
reclamaban las fatigas, las cargas
soportadas por él, la edad y los inconvenientes, a fin
de que le resultara menos pesado
el oficio que asumía.

El capítulo nombró examinadores de los escritos de los


sacerdotes jóvenes a los
PP. Eutizio Mastrantoni, Gabriel Abisati, Ambrosio
Baldassi, Fortunato Berardi y
Arsenio Tollis, joven sacerdote de 27 años, muy
prometedor, que sin embargo abandonó
la congregación en 1874 en el retiro de Aversa. Una
vez efectuadas las elecciones
y nombramientos, las actas dan la impresión de una
provincia con serios problemas
de vida religiosa. El P. Cayro recordó el decreto n. 422
del inmediato XXI
Capítolo General: Después de haber tratado de
diversos religiosos que en la congregación
no se mueven por el espíritu religioso, manda que los
capítulos provinciales
conozcan quiénes son y adopten con ellos los
expedientes necesarios y apliquen
las resoluciones más enérgicas23 .

El capítulo ordenó al provincial que les amoneste en


privado..., invitándoles a
ponerse a las plantas del Crucifijo y a pensar
seriamente que van camino del precipicio...
Se pasó a lamentar las faltas de templanza en algunos
religiosos, tanto en
el abuso de la comida sin permiso, como en salir fuera
del retiro y consumir licores
embriagantes. Y como en otros capítulos, se lamentó
del principio de independencia
e insubordinación contra los legítimos superiores.
Finalmente se deplora la actitud
de los sacerdotes que, estando en el retiro y sin
impedimento, no acudían a la
última misa del día antes de sexta y nona; y la actitud
de quienes llevaban fuera del
retiro los chismes de la casa.

Como se ve, esta época histórica, iniciada con tantas


luces, concluye con no pocas
sombras a la hora de afrontar los problemas del
siguiente período.

22
Ciríaco Garelli (Ceccano), Celestino Mancini
(Falvaterra), Fortunato Berardi (Paliano), Joaquín
Brunoni (Montecavo), Flabiano Saglietto (Aquila),
Carlos María di Prospero (Moricone), Raimundo
Scannerini (Sora), Pedro Cesarini (Pontecorvo),
Jacinto Grespi (Aversa) y Ambrosio Baldassi
(Caserta).

23
DeR, 68. - El P. Arsenio Tollis, n. en 1836, prof. en
1853. Llamado por el Santo Oficio, huyó y se
hizo protestante. Dejó la congregación el 01.09.1874. -
Cfr. Libro dei Dimessi, n. 564 (AA
853034).
320
CAPÍTULO XVIII

CAPÍTULOS PROVINCIALES (3)

3. LAS NUEVAS PROVINCIAS


Mientras las provincias que databan del tiempo del
fundador mantuvieron el
ritmo trienal previsto, las creadas en el período del P.
Antonio de Santiago, Testa,
encontraron dificultades para el normal
desenvolvimiento de los capítulos, como
se verá en cada caso para las de la Piedad, San José
y San Miguel Arcángel. La
del beato Pablo de la Cruz tuvo su primer capítulo sólo
parcialmente electivo, pues
la curia había sido elegida en Roma poco antes,
durante el capítulo general que la
erigió.

1. PROVINCIA DE LA PIEDAD
Erección de la provincia1
El 29.04.1851, en el XIX Capítulo General, el P. Testa,
elegido por tercera vez,
ofreció una panorámica del instituto con la expansión
en Bélgica e Inglaterra y la
situación en Italia, especialmente el estado de la
provincia de la Presentación: El P.
Rvmo. pensó crear una nueva provincia con las
Marcas, y otra más en Inglaterra.
El proyecto, considerado muy justo, fue aplaudido y
adoptado por todos los capitulares
que dieron consentimiento unánime. Y determinaron
crear las provincias
proyectadas. El P. Brodella describe con exactitud el
ámbito geográfico de los 13
retiros de la provincia de la Presentación: Roma (Ss.
Juan y Pablo), Vetralla, Soriano
y Corneto, Presentación y S. José en Monte
Argentario, Brugnato, Magliano Sabina,
Todi, Morrovalle, Recanati y Pievetorina (Isola del
Gran Sasso y L’Aquila
pertenecían a la provincia de la Dolorosa). Tanta
extensión y las incomodidades para
viajar, dificultaban el trabajo de los misioneros. El
dinamismo vital del crecimiento
reclamaba nueva reestructuración. Teniendo presente
esta visión de conjunto,
el capítulo determinó: Que los retiros de Recanati,
Morrovalle, Pievetorina, Isola
di Penne y Todi (este último de manera provisional
hasta que se hayan multipli-

AGCP, C, Cap. Generali, Atti XIX Cap. Gen. (1851). -


DeR, (31), 56, n. 370. - AGCP, PIET, Cap.
Provinciali 1851-1863. -La Provincia di Maria SS.ma
della Pietà. Documentazione. Catalogo dei
religiosi, 1986, S. Gabriele dell’Addolorata, 1986, pp. 8-
9, decreto de creación. - BRODELLA,
Leonardo, Cronistoria della Provincia della Pietà, I,
1,32, 118-119 - MALACARNE, Saggio di
storia della provincia de Maria Santissima della Pietà,
pp. 48-51, mcn. (AGCP, 09-F-051). - Ricorrenza
centenaria 1851-1951..., Recanati, 1951.
cado las casas en la otra vertiente de los Apeninos)
formarán una nueva provincia,
la tercera de la congregación. El retiro provincial en el
que resida el provincial será
el de Recanati, cuyo título, Ntra. Sra. de la Piedad,
dará también nombre a la
nueva provincia2.

El 29 de abril de 1851 la congregación pasó de dos a


cuatro provincias3. Como
la erección de una nueva provincia, y de sus primeros
superiores, correspondía al capítulo
general, una vez decretada la erección de la provincia
y determinados sus retiros
faltaba conocer quiénes serían sus primeros
superiores, tarea que iba a corresponder
al XXVI Capítulo de la Presentación, pocos días más
tarde4.

El P. Testa se proveyó de una autorización de la S. C.


de OO. y RR. por la que se
permitía que el capítulo de la Presentación efectuara
los nombramientos de la propia
provincia y los de la nueva. Así, pues, el XXVI
Capítulo, reunido en Vetralla del 5 al
25 de mayo de 1851, eligió primero su propia curia,
como se narra en otro lugar, y
luego la de la Piedad: PP. Simón Reghezza, provincial,
Egidio Enrico e Inocencio Tirati,
consultores, maestro de novicios, P. Erasmo
Massarelli (por cuarta vez, aunque
la primera en la nueva provincia); y rectores los PP.
Marcos Bourliè (Morrovalle), Valentino
Lucarelli (Recanati), Dionisio Santori (Todi), Juan
Domingo Tarlattini (Pievetorina)
y Fausto Rossetti, confirmado (Isola del Gran Sasso)5.
Las decisiones tomadas
en este capítulo para la Presentación, como observan
los cronistas Brodella y Malacarne,
obligaban también a la de la Piedad. Y en
cumplimiento de lo prescrito en la
Regla, se nombró examinadores de los escritos y
sermones a los PP. Egidio Enrico,
Fausto Rossetti e Inocencio Petrucci de S. Juan
Bautista.

La marcha histórica de la Provincia de la Piedad


comienza aquel 25 de mayo de
1851 con tres retiros de tradición consolidada,
Morrovalle, Recanati y Todi, y dos
de reciente fundación, Pievetorina e Isola del Gran
Sasso, que prometían gran irradiación
en su ámbito regional. Declarada la casa de Recanati
sede de la curia, se
pensó en Morrovalle como noviciado, por la soledad y
por ser una casa estratégica
en la comunicación con los demás conventos; así sería
fácil enviar a los recién profesos
a las comunidades de estudio, Pievetorina y Recanati.

2
Pasaban a la nueva provincia la familia religiosa, sus
pertenencias y el rector, que tendría derecho
a participar en el capítulo de la Presentación.
3
DeR, (6); (31) decr. 124. - Atti XIX Cap. Gen. (1851),
sesión 3ª. - BRODELLA, Cronistoria...,

119.
4 BRODELLA, Cronistoria, 120. - TITO. Expositio..., o.
c., nn. 39-46. - MALINVERNO, Saggio...,
o. c., 68-77.
5
Se sirvieron de las facultades que la S. C. de OO. y
RR. había concedido de poder elegir a religiosos
que habían sido maestros dos trienios seguidos o no
tenían la edad requerida por la Regla. Para
Pievetorina había sido elegido, casi por unanimidad, el
P. Dionisio Santori, pero consiguió verse
libre, pidiendo que lo exonerasen para prepararse a los
ministerios apostólicos. - Ibid., 4a.,7a. BRODELLA,
o. c., 121-122.
1. I Capítulo, 22-23 abril 18546
El P. Simón Reghezza lo convocó el 17 de febrero
para el 22 de abril7. Llegados
puntualmente los capitulares, dedicaron los días 20 -
21 a reuniones preparatorias.
El presidente, P. Testa, exhortó a los participantes:
Adóptense las medidas oportunas
para mantener en los religiosos el sentido del deber e
impedir que se relaje la
observancia regular y venga abajo el espíritu8.

Con el P. Testa había nueve capitulares; faltaba el P.


Egidio Enrico, primer consultor,
salido de la congregación9. La mayoría de los
capitulares eran ya veteranos en semejantes
asambleas: Inocencio Tirati desde 1818; Lorenzo
Morena desde 1839; Reghezza
desde 1846, Rosetti y Bourlié desde 1848...; novatos,
en cambio, los PP. Valentín
Lucarelli, Gaudencio Chiarlone y Juan Domingo
Tarlattini, que fue el secretario.
La nueva curia quedó compuesta por los PP. Simón
Reghezza, confirmado a la
primera votación, Basilio Raineri (no capitular) y Carlos
Rossetti; el P. Reghezza
presentó la renuncia, sin resultado; maestro, el P.
Lorenzo Morena. Tres de los cinco
rectores no participaban en el capítulo10. Les bastó
una mañana para decidir sobre
otras cuestiones relativas a la marcha de la provincia:
se nombró la comisión de
examinadores de escritos destinados al ministerio, PP.
Basilio Raineri, Fausto Rossetti
e Inocencio Petrucci. Recomendaron a los superiores
recibir con verdadera caridad
a los misioneros. Después de sólo cuatro sesiones, se
cerró el capítulo el
23.04.185411. Ateniéndonos a las actas, la provincia
se encontraba en un buen clima
de vida religiosa: ni se habla de faltas notables ni se
lamentan situaciones dignas de
rechazo o condena, fuera del caso esporádico del P.
Egidio Enrico.
2. II Capítulo, 18-20 junio 185712
El P. Simón Reghezza, el 13.04.1857, invitaba a los
capitulares a reunirse en Recanati
el 18 de junio (el retraso obedecía a la celebración del
capítulo general del 12
al 18 de mayo). La carta con la que se despedía de
provincial, aparecía con tintes os

6 AGCP, PIET, Atti del I Cap. Prov., 1854.


7 La circular del P. Reghezza en BRODELLA,
Cronistoria...,o. c., 148-149.
8 Atti I Cap. Prov. PIET (1854), palabras del P.
Tarlattini, secretario.
9 Cfr. Libro dei Dimessi..., 164. Aprovechando la
beatificación del fundador, el P. Testa llamó al pro

vincial, Simón Reghezza, y al consultor Inocencio Tirati


y eligieron el 07.05.1853 como segundo
consultor al P. Fausto Rossetti. - Acta de la reunión en
AGCP, PIET, Nomine extracapitulari, 18531951.
- BRODELLA, Cronistoria..., o. c., 149-150.

10
Inocencio Tirati (Morrovalle), Erasmo Massarelli
(Recanati), Valentín Lucarelli (Todi), Salviano
Massolini (Pievetorina) y Dionisio Santori (Isola del G.
Sasso). - Atti I Cap.Prov. (1854), ss. 1a2a.
- BRODELLA, Cronistoria..., o. c., I, 152.

11 BRODELLA, Cronistoria...,o. c., I, 152-154.


12 AGCP, Atti del II Cap. Prov.,18-10 giugno 1857. -
BRODELLA, Cronistoria..., o. c., I, 175-180.

-MALACARNE, o. c., 77-78, 80-84.


curos: Una fatal experiencia continua nos hace
conocer desgraciadamente que se
va introduciendo también entre nosotros el espíritu del
siglo, espíritu de libertad y
de independencia; y, aunque, existen muchos
religiosos buenos, que procuran cumplir
con diligencia sus obligaciones, otros consideran
intolerable el yugo de la obediencia,
y lo llevan a regañadientes, no se ama la pobreza, se
descuida la oración,
se aborrece la soledad tan propia de nuestro instituto;
en resumen, se quisiera abolir
todo lo que es duro o austero en la observancia
regular13.

La novedad del capítulo fue que lo presidió el primer


consultor, Pío Cayro, no
el P. Testa, síntoma de que éste, recién confirmado
por tercera vez, quería gobernar
en verdadera sintonía con sus colaboradores más
inmediatos. Según el secretario, P.
Basilio Raineri, durante las sesiones preliminares se
estudiaron cuestiones que se
convertirían en decretos. Y se habló de unos pocos
religiosos que con su conducta...
causaban disgusto a los superiores y admiración a los
buenos.

Tocó al P. Raineri, secretario, el discurso


acostumbrado14. Efectuadas las votaciones,
formaron la curia provincial los PP. Basilio Raineri,
Fausto Rossetti y Marcos
Bourliè; maestro, P. Rafael Ricci de San Antonio; y
rectores los PP. Dionisio
Santori (Recanati), Lorenzo Morena (Morrovalle),
Erasmo Massarelli (Todi), Salviano
Massolini (Pievetorina) y Gaudencio Chiarlone (Isola
del G. Sasso).

Se estudiaron los siguientes temas: enviar un


sacerdote y cuatro hermanos a la
incipiente fundación de Torre S. Patrizio; organizar la
cuestación quitándole determinados
territorios a Morrovalle; regular la alimentación especial
y el descanso de
los hermanos postulantes y de los ocupados en
trabajos fatigosos; designación de revisores
de sermones: PP. Fausto Rossetti de San Carlos, Juan
Ant. Nicoli del Corazón
de María, Justino Anfossi de la Inmaculada, Inocencio
Petrucci de San Juan Bta.
y Salviano Massolini de S. Luis.

El abandono de algunos religiosos (como lamentaba el


P. Reghezza en la convocatoria),
ocupó varias sesiones. Se atribuía la deserción a la
pérdida de valores fundamentales
de la vida pasionista. Además, según el P. Brodella, el
obispo de Penne
se quejaba de la comunidad de Isola del Gran Sasso.
En la sesión del 20 de junio, a
punto de terminar el capítulo, se decretó que hasta el
próximo futuro capítulo, las
“spedizioni” (o traslados) que pudieran darse tanto de
religiosos como de criados
de los cuatro retiros contiguos al de Isola, fueran
realizadas alternativamente por
los dos retiros de Morrovalle y Recanati, dispensando
durante tres años al de la Torre,
por razón de las estrecheces y restricciones en que
suelen encontrarse los reti

13
Circular del P. Simón Reghezza en BRODELLA,
Cronistoria..., o. c., I, 175-176. - MALACARNE,
o. c., 77-78, 80-84.

14
Eran nueve los capitulares, incluido el presidente. De
los elegidos en 1854 faltaban el P. Tirati, de
Morrovalle, fallecido, y el P. Massolini, de Pievetorina,
que renunció; y en su lugar entraron los
PP. Marcos Bourlié y Gaudencio Chiarlone. El P.
Simón Reghezza, nombrado procurador general,
conservaba la voz activa.
ros que comienzan15 . Terminado el capítulo, el P. Pío
Cayro inició la visita en los retiros
de la provincia por encargo del general.

3. III Capítulo, 16-18 junio 186016


El P. Basilio Raineri firmaba el 27 de mayo de 1860 la
convocatoria para el 13
de junio, de manera que el 16 se iniciaran las sesiones
canónicas. Esta vez lo presidió
por delegación el P. Eutizio Mastrantoni, segundo
consultor general.

Los nueve capitulares17 dedicaron dos días y medio a


la parte preparatoria. Fue
designado secretario el P. Fausto Rossetti. La nueva
curia quedó formada por los PP.
Fausto Rosseti, provincial, Basilio Raineri y Erasmo
Massarelli. Hubo nuevo maestro
de novicios, P. Atanasio Morganti de Jesús
Nazareno18. La elección de rectores
se hizo de manera muy veloz, en menos de un día19.
Parte del tiempo estuvo dedicado al comportamiento
de los misioneros: algunos
omitían la meditación de la Pasión, mientras otros la
alargaban con perjuicio del tiempo
de instrucción o catequesis; se mandó que no se
entrometieran en asuntos que no
les pertenecía, ni introdujeran prácticas ajenas al
método de la congregación20.

4. IV Capítulo, Roma, 12 mayo 186321


Este capítulo cierra el período correspondiente a este
volumen, y con él se
clausura la historia parcial de la provincia; sus
circunstancias preludiaban la su

15
Atti II Cap. Prov. PIET (1857), sexta sesión. -
BRODELLA, Cronistoria...,o. c., I, 179l. -
MALACARNE,
Saggio...o. c., 81-84.

16
AGCP, PIET, Atti del III Cap. Prov... - BRODELLA,
Cronistoria..., o. c., I, 215-219; respecto a
los decretos se contenta con una simple transcripción
y en algunos casos cambia un poco el sentido
de la frase. - MALACARNE, Saggio..., o. c., 95-98,
habla de la Revolución.

17
PP. Mastrantoni, tres de la curia provincial y los
rectores de Morrovalle, Recanati, Pievetorina, Isola
del Gran Sasso y Giulianova. El retiro de Todi había
vuelto a la Presentación, y en el nuevo de
Torre S. Patrizio era superior interino el segundo
consultor, P. Erasmo Massarelli. De los elegidos
en el capítulo anterior, el P. Marcos Bourlié había
muerto en 1857; el P. Valentín Lucarelli participaba
en lugar del P. Massolini, que había renunciado al
rectorado de Morrovalle; e intervenía el P.
Dámaso Scaccia, primer rector de Giulianova. -
AGCP.PIET, Nomine extracapitolari, 1853-1951.

18
De naturaleza enfermiza, no pudo dedicarse a los
ministerios. Murió con fama de santidad en
1894, a los 79 años, en la casa general de Roma. -
Cfr. Cenni Necrologici 1894.

19
Lorenzo Morena (Morrovalle), Salviano Massolini
(Recanati), José Ma. Pampana
(Pievetorina),Valentín Lucarelli (Isola di Penne),
Gaudencio Chiarlone (Giulianova) y Dámaso
Scaccia de S. Pedro(Torre S.Patrizio). Atti cap. prov.
PIET 3 (1860), ses.1a. - 2a. - BRODELLA,
Cronistoria..., o. c., I, 216-217.

20
Atti cap. prov. PIET 3(1860), sesión tercera. -
BRODELLA, Cronistoria..., o. c., I, 217-218. Se
reprobó la costumbre de fumar cigarrillos o en pipa,
que sólo se podría permitir en algún caso
extraordinario
y con las debidas cautelas.

21
AGCP, PIET, Atti del IV Cap. Prov, Ss. Giovanni e
Paolo il dì 12 maggio 1863. La concesión pontificia
va incluida en las actas. - BRODELLA, Cronistoria..., o.
c., I, 241-246.
presión. En 1862 había fallecido el P. Antonio di S.
Giacomo Testa. Resultaba cada
día más oscuro el porvenir de las instituciones
religiosas. El gobierno de la unidad
italiana creaba obstáculos para la vida de comunidad y
para el apostolado de
las misiones. La declaración de Roma como capital de
la Italia Unida fue tema
preferente de Cavour, que propuso a Pío IX la
renuncia al poder temporal a cambio
de independencia y libertad en lo espiritual y religioso,
no sometido a ninguna
otra legislación de estilo jurisdiccional, dentro de un
cuadro de neta separación
del Estado y la Iglesia, pero conviviendo
armoniosamente la sociedad civil
con la religiosa22 . Pio IX no lo aceptó. En marzo de
1861 el parlamento decretó la
capitalidad de Roma. Los serios problemas que creaba
la nueva situación aparecen
indirectamente señalados en las actas, que se copian
para que el lector aprecie
las dificultades:

A tenor de lo mandado por la Ss. Reglas, debía


celebrarse en esta primavera el
IV Capítulo... Y el provincial, P. Fausto de San Carlos,
de acuerdo con el P. Pío del
Nombre de María, vicario general, indicó el 26 de
marzo que... comenzaría en Recanati
el 1 de junio de 1863. Pero en el capítulo general que
se tenía en la casa de
los Santos Juan y Pablo fue elegido general el P.
Pedro Pablo de la Dolorosa, el
cual, para ahorrar peligros a los capitulares y para no ir
en contra de las normas
impuestas por el estado italiano que prohibían las
reuniones capitulares dentro de
sus dominios, se dirigió al Papa con esta súplica:
Beatísimo Padre, el P. Pedro Pablo
de la V. Dolorosa..., suplica la gracia de reunir aquí en
Roma el capítulo provincial
de la provincia de las Marcas con la asistencia del
general, del provincial
y sus respectivos consejos sin la presencia de los
superiores locales, excepto uno
que está en Roma, ya que las leyes del gobierno
prohíben la reunión capitular en
la propia provincia... En la misma solicitud el S. Padre
respondió afirmativamente
el 6 de mayo. Después de obtener este rescripto, el P.
Pedro Pablo... convocó al reducido
número de vocales para la tarde del 11 de mayo, y
después de estudiar las
necesidades de la provincia y de los méritos de los que
la forman, intimó la apertura
oficial para el día siguiente... En la mañana del 12, a
las 7 horas, se reunieron
los capitulares en la sala y (cumplidas todas las
formalidades) fue elegido secretario
el P. Basilio del Smo. Crucifijo...

El P. Pedro Cayro dirigió un discurso a los presentes, y


el secretario leyó los
nombres: PP. Pedro Pablo Cayro, superior general;
Cayetano Anselmi, Simón
Reghezza, consultores generales; Fausto Rossetti,
provincial; Basilio Raineri y
Erasmo Massarelli, consultores; y Dámaso Scaccia,
rector de Torre S. Patrizio. Las
elecciones dieron este resultado: toda la curia
provincial quedó confirmada en la

22 CARAVALE - CARACCIOLO, Lo Stato Pontificio: da


Martino V a Pio IX, Torino, 1997, 711-712.
primera votación; maestro, P. Norberto Cassinelli de
Santa María; rectores: Salvatore
Crocenzi de la Inmaculada (Morrovalle), Salviano
Massolini de S. Luis (Recanati),
Serafín Lamberti de Santa María (Pievetorina),
Valentín Lucarelli de la
Madre de Dios (Isola del Gran Sasso) y Dionisio
Santori de S. Bernardo (Giulianova).

Teniendo ya cada retiro su propio superior, se estudió


el caso del de Torre San
Patrizio; como el gobierno lo ha suprimido y no se
puede mantener allí una comunidad,
se concluyó que no era caso de elegir rector.

Todo esto ocupó la mañana del día 12. En la tarde, se


dio por concluido el capítulo,
pórtico de una época atormentada.

2. PROVINCIA DE SAN JOSÉ


1. II Capítulo, Londres, 02-06 mayo 186023
Desde la erección de la provincia en 1851 habían
transcurrido nueve años. La
primera curia fue nombrada por el capítulo general de
aquel año. En 1860 hubiera
debido reunirse el IV Capítulo; sin embargo, las actas
hablan claramente de que era
el segundo, pues no los hubo ni en 1854 ni en 1857. El
01.05.1854 el P. Eugenio
Martorelli había enviado la convocatoria para el 26 de
junio en Tournai: Es posible
que lo presida personalmente el padre general. Pero el
P. Antonio di S. Giacomo,
Testa, envió de visitador al P. Pío Cayro, el cual
comprobó la difícil convivencia entre
las comunidades de Bélgica, Francia, Inglaterra e
Irlanda24. El P. Pío Cayro determinó
suspender el capítulo y propuso separar las casas en
dos provincias: una seguiría
siendo la de S. José; y otra estaría dedicada a San
Miguel Arcángel25. Con
anuencia del P. Testa y aprobación pontificia, nombró
al provincial y a los consultores
de cada una: para la de San José, a los PP. Vicente
Grotti, Ignacio Spencer y Eu

23
AGCP-IOS: Atti del II Cap. Prov. della provincia anglo-
hibernian della Congregazione della
Passione di N. S. G. C. - HERBERT, Fr., The
preachers of the Passion; or The passionists of
Anglo-Hibernian Province..., o. c., 101-114, The
Province of St. Ioseph. -NARDOCCI, Salvian,

c. p., Annals..., o. c., mcn, 120-125 (capítulo de 1854),


177-179 (cap. de 1857), 235-239 (cap.
de 1860), 308-310 (cap. de 1863). - VANDEN
BUSCHE, De Passionisten in België…, o. c.,
101ss.
24
DEVINE, Pius, History of the Passionists: The Brittish
Isles, p. 41, mcn, en AGCP, habla de las
posibles causas para esta visita: o que el general
estaba ya con menos salud, o que de las provincias
le llegaban informes contradictorios, y hubiera querido
contrastarlos por medio de su primer
consultor.

25
DeR, (32). -Carta del 24.09.1854, desde Ere, en la que
comunicaba la decisión del general que
facultaba a los superiores del momento a seguir hasta
que recibieran otra circular en sentido diferente.
genio Martorelli26. Estos acudieron al XX Capítulo
General (1857) como viceprovincial
y pro-consultores, aunque el P. Testa consiguió que
fueran aceptados como
capitulares de pleno derecho con voz activa. En este
capítulo el P. Testa explicó el
motivo de sus actuaciones: por indicación de Pío IX,
había enviado al P. Pío Cayro
a presidir el capítulo de 1854. Como resultado, se
obtuvo licencia pontificia para
suspenderlo, crear dos provincias y nombrar todos los
oficios: provincial, consultores,
maestro de novicios y rectores27.

En la mañana del 12 de mayo de 1857 el P. Testa


aportó más datos: en abril había
presentado a Pío IX una súplica doble: 1) que
concediese voz activa para los representantes
de las dos provincias; 2) que indicase el modo de
elegir a los superiores.
El Papa escribió de su puño y letra en la misma
súplica: Que el mismo capítulo
general haga las elecciones. Pius Papa IX. Teniendo
esto en cuenta, el día 12 de mayo
se efectuaron los escrutinios. Confirmado provincial el
P. Vicente Grotti, éste presentó
al día siguiente la renuncia, que la mayoría de los
capitulares aceptó. Fue elegido
el P. Ignacio Paoli del Niño Jesús, no capitular; pero
como residía en Roma, fue
llamado al aula y aceptó. Para consultores se eligió a
los PP. Grotti y Spencer.

El resto de los oficios quedó así: maestro de novicios,


P. Salviano Nardocci de
la Dolorosa, y rectores: PP. Eugenio Martortelli de S.
Antonio, Londres; Bernardo
O’Loughlin de María Virgen, Broadway; Bernardino
Carosi del Corazón de María,
Sutton; y Osmundo Maguire de la Santa Cruz,
Dublín28. Seguidamente, el capítulo
habló de la vida pasionista en la provincia de San
José. Para proceder con orden, el
P. Testa pidió al secretario que leyera los decretos
promulgados en el capítulo de
agosto de 1851. La intención del P. Testa era que los
capitulares pudieran aprobarlos,
cambiarlos, completarlos, añadir nuevos elementos,
etc. Tras dos sesiones de
análisis, los capitulares entregaron al nuevo provincial
sus observaciones y mandaron
que los decretos fueran leídos en público hasta el
capítulo de 186029.
En la introducción a las actas del capítulo de 1860, el
secretario, P. Paoli, expresa
la mezcla de sentimientos por el estado de la
Congregación en Italia: Nuestro pa

26
AGCP, IOS, Visita 1854. Carta del 24.09.1854, desde
Ere, en la que comunicaba la decisión del
general que confirmaba a los superiores hasta una
posible circular con disposiciones diversas:
viceprovincial,
P. Vincente Grotti; consultores los PP. Ignacio Spencer
yEugenio Martorelli; maestro
de novicios, P. Salviano Nardocci; superior de S. José,
Londres, P. Luis di Gesù, Bamber; de

S. Salvador, Broadway, P. Gaudencio Rossi; de S.


Wilfrid, P. Rafael del C. de María. No nombra
a ninguno ni para Stone, porque se ha determinado
clausurar el retiro (quedaba de superior interino
el P. Luis de Ma. Vergine, Giurlani), ni para Sutton,
reducido a simple casa de misión.
27 Atti XX Cap. Gral. 1857, 12. - DeR, (32) - (33).
28 Actas del XX Cap. Gral., 1857, p. 13. - NARDOCCI,
o. c., 177-178.
29 DeR, n. 389.
dre prepósito se ha visto obligado por las infelices
circunstancias de los tiempos a
prorrogar indefinidamente la convocatoria del capítulo
trienal en algunas provincias
de Italia. Pero, a la vez, la satisfacción por el progreso
de la misma en Inglaterra:
Sentimos la alegría de que podamos mantenernos en
un reino, donde, no hace
tanto, nuestra santa religión estaba proscrita30 .

En el mes de abril de 1860, el P. Paoli había recibido


permiso del general para
reunir el capítulo, que presidiría el P. José Pluym,
provincial de San Miguel. El 30
del mismo mes lo convocó para el 30 de mayo en
Sutton. El 25 el presidente llegó
a Londres y se unió a los capitulares que el 29
estuvieron presentes en la colocación
de la primera piedra de la iglesia de San José31. En la
mañana del 31 el P. Grotti se
encargó del discurso previo a las elecciones; y por la
tarde los capitulares escucharon
la lectura de una carta en la que el general
comunicaba que había obtenido del
Santo Padre el privilegio de que el maestro de novicios
pudiera asistir con voz y voto,
a pesar de que Sutton no era noviciado; y también que
podría ser elegido un
maestro que no hubiera llegado a los 35 años32. El 2
de junio, sábado, se procedió a
las elecciones y todos fueron confirmados en su
respectivo cargo. El secretario comenta:
Nunca hubo elección más rápida33 .

Los días 3 y 4, los capitulares estudiaron diversos


asuntos: 1) El cambio de horario
y la supresión de media hora del coro nocturno parecía
positivo. 2) La admisión
de los convertidos estaría reservada al superior, como
había establecido el P.
Barberi. 3) Sobre los paseos se advirtió: Las
condiciones de nuestras casas hacen
muy difícil, por no decir imposible, mantener la norma
que hay en Italia... Después
de larga discusión, se determinó que se dejara a la
discreción del rector. 4) Respecto
al vestido, se renovó el decreto del capítulo de 1851, y
se pidió estricta uniformidad
en el modo de vestir. Cuando se trató del uso del
hábito en la predicación, se recordó
que sólo era norma llevarlo en las misiones y
ejercicios; en los demás casos,
se usaría el roquete; en cualquier caso quedaba a la
prudencia del predicador. 5) El

P. Spencer preguntó si el apostolado por la conversión


de Inglaterra se podría extender
a la conversión de Irlanda. Los capitulares, tras larga
discusión, convinieron en
30
Cfr. todo el tema en Nardocci, o. c., ff. 235-238.

31
NARDOCCI, Annals..., o. c., 234. Según esta fuente, a
la ceremonia asistieron, además de los nueve
capitulares, los PP. Rafael Gorga, Aloysius Bamber,
Angelo Lugero; los estudiantes Michael
Drysdale, Austin Sims, Clementi Doran, Paul Mary
Ryan, Pius Devine, Columban O’Grady y seis
coadjutores.

32
Los capitulares fueron los PP. José Pluym, presidente;
Ignacio Paoli, provincial; Ignacio Spencer
y Eugenio Martorelli, consultores, éste último también
rector de Londres; Bernardo O’Loughling,
del Smo.Salvador; Bernardino Carosi, de Sutton;
Osmund Maguire, de Dublín; Salviano Nardocci,
maestro. - Cf. NARDOCCI, Annals..., o. c., 235-238.

33
NARDOCCI, o. c., 237-238.
que este asunto se recomienda a todos los religiosos
de la provincia y que lo hagan
con entusiasmo. 6) El P. Paoli informó que dos
caballeros católicos habían ofrecido
una fundación en sus propiedades, una en Inglaterra y
otra en Irlanda. Los capitulares
estuvieron de acuerdo en que en el momento actual
era imposible asumir más
fundaciones; y que se les diera una negativa.

El capítulo se cerró el 5 de junio, según el secretario,


con concordia.

2. III Capítulo, Broadway, 21-25 agosto 186334


Fue convocado desde Madrid, España, en donde el P.
Paoli se encontraba recolectando
fondos para la provincia35. La primera convocatoria
llevaba fecha del 03 de
abril, sin señalar día ni lugar, a la espera de que
tuviera lugar el XXI Capítulo General
los días 3-12 de mayo. Cuando éste concluyó, el
nuevo general, P. Pedro P. Cayro,
determinó que el de S. José se celebrase en agosto, y
lo presidiera el P. José Pluym. El

P. Paoli envió una segunda circular poniendo como


fecha el 24 de agosto; el 21 los capitulares
deberían encontrarse ya en Dublín, donde el 18 se
inauguraría el nuevo retiro
del B. Pablo de la Cruz. El plan se vino abajo porque
los obreros no concluyeron
los trabajos; y, mediante una tercera circular, señaló
como sede la casa de Broadway.
El P. José Pluym recibió el 6 de agosto carta del nuevo
general; en ella le sugería
que, con discreción y absoluto secreto, indagase la
verdad de algunas quejas contra
el P. Paoli: Que su gobierno ha sido de dejar hacer, de
mirar a otro lado para
hacer que no veía, de desconocer los hechos, de dejar
que cada uno campase a sus
anchas; o sea, que su gobierno ha sido nocivo para la
provincia tanto en lo espiritual
como en lo temporal. En la misma le sugería quiénes
pudieran ser elegidos como
provincial y consultores36.

Ell 21 de agosto se iniciaron las reuniones


preliminares, con el P. Spencer de secretario.
El 22 se trató de los méritos de los elegibles. El 23,
domingo, hubo descanso
y el 24 comenzaron las elecciones37.

El secretario leyó una carta en la que el general


comunicaba que la Santa Sede

34
AGCP-IOS, Atti del III Cap. Prov... 1863. Adjunta a las
actas, la aprobación del P. Pedro Pablo de
la Dolorosa, con firma del secr. gral., P. Pedro Juan de
la Dolorosa, Bettini (1821-1876), el 22.09.
1863. - Ibid., carta del general al P. José Pluym en la
que le nombraba delegado y presidente del
Capítulo, con una serie de advertencias para que
clarificase las acusaciones que le habían llegado
contra el gobierno del P. Paoli.

35
NARDOCCI, o. c., 309: Fr.Paoli was at that time
begging means to pay the debts of the province.

36
Para provincial, o el P. Bernardo O’Loughlin o el P.
Paoli; para consultores uno de estos dos y el

P. Martorelli. Para rectores, PP. Grotti, Osmundo,


Alfonso. Si no se encuentra quien haga de maestro
de novicios, se puede confirmar al P. Salviano.
37
Capitulares: PP. Pluym, presidente: PP. Ignacio Paoli,
provincial, Vincente Grotti e Ignacio Spencer,
consultores; Eugenio Martorelli, Bernardo O’Loughlin,
Bernardino Carosi y Osmundo Maguire,
rectores, y Salviano Nardocci, maestro.
había permitido un tercer trienio a los que hubieran
sido superiores en la provincia.
La curia resultó formada por los PP. Ignacio Paoli,
Eugenio Martorelli y Barnardo
O’Loughlin; el P. Ramón Disano de San Luis fue el
nuevo maestro, y rectores los
PP. Alfonso O’Neil de Ma. Virgen para Haihgate de
Londres, Salviano Nardocci para
Broadway, Ignacio Spencer para Sutton y Osmundo
Maguire para Dublín. Como
el capítulo general de mayo había aprobado la
apertura de una casa en París, fue destinado
como superior el consultor P. Bernardo O’Loughlin38

El 25 se discutieron algunos asuntos: 1) Exigir a los


novicios, antes de la profesión,
la renuncia legalmente válida a reclamar
compensaciones; se había preparado
una fórmula redactada por un abogado católico. 2) La
situación de los estudios, pues
algunos jóvenes eran incapaces de leer en latín, y a
veces hasta en inglés, y habría
que tomar medidas al respecto. 3) Habría que poner
remedio a la negligencia con la
que se descuidaba la crónica o platea de la casa
(Nardocci, 308). 4) Erección de la
Cofradía de la Pasión, un deseo manifestado desde
hace años... Se decidió que después
de obtener de Roma el permiso, el provincial tome las
medidas adecuadas para
realizar este proyecto. 5) Distribución equitativa de las
limosnas que los sacerdotes
recibían durante misiones o ejercicios. 6) Conceder
tres días de descanso a los
hermanos al regreso de la postulación. 7)
Conveniencia de no frecuentar las casas
de los seglares, salvo en caso de necesidad. Asimismo
se recomendó, sobre todo a
los jóvenes, la exactitud en la observancia.

Poco después de la clausura del capítulo, el


presidente, P. Pluym, fue nombrado
obispo de Nicópolis el 15 de septiembre. Las actas
fueron aprobadas por el general
el 22 de octubre.

3. PROVINCIA DE SAN MIGUEL


En otro lugar se ha hablado de la fundación de la
provincia de San Miguel. Aquí
la mención se limita a los dos capítulos que
corresponden a esta época.

1. I Capítulo, Ere, 1860


Del 3 al 6 de julio de 1860, se reunieron en Ere los
siete capitulares, convocados
el 28 de mayo por el P. José Pluym, provincial.
Presidió el P. Ignacio Paoli del
Niño Jesús, por designación del P. Testa. Los
capitulares fueron: PP. José Pluym,
provincial; Serafín Giammaria y Valentín Guerrini,
consultores; Evaristo Finistauri,
Bernardino Enrico, Isidoro Brems y Turrenio Pizzuti,
superiores de Ere, Hardinghen,
Herten y Burdeos, respectivamente.
38
DeR,66, decr. n. 411: Se trataba de abrir un hospicio
en París para los religiosos de Inglaterra con
la esperanza de que terminara siendo una fundación.
La idea agradó a los capitulares, quienes, sin
embargo, dejaron la ejecución a la prudencia del
general con sus consultores. - NARDOCCI, o.
c., 295, 298 y 308.
La curia fue reelegida; para maestro de novicios en
Burdeos se escogió a un joven
francés, P. Juan Pedro Cabanne de la Cruz; y rectores
a los PP. Evaristo Finistauri,
en Ere, Turrenio Pizzuti, en Hardinghen, pero como
renunció, quedó nombrado
el P. León Cascetti; Isidoro Brems, en Herten, y
Bernardino Enrico, en Burdeos.
El 5 de julio estudiaron si merecía la pena seguir con el
noviciado en Herten; no había
novicios holandeses, pero como era mucha la
distancia entre esta población y
Burdeos, por los gastos de viaje y por el idioma, se
decidió mantenerlo abierto, y fue
designado maestro el nuevo rector. El provincial quiso
conocer el parecer de los capitulares
sobre una fundación en Grenoble. Los capitulares
creyeron que en tiempos
tan críticos no podían meterse en aventuras. Se
aceptaba la fundación en Boulogne-
sur-Mer si lo permitían las circunstancias. En vez de
decretos específicos, los capitulares
invitaron a todos a la caridad y a evitar la maledicencia
y las críticas39.

2. II Capítulo, Ere, 1863


En Francia se veía llegar un periodo de radicalismo
anticlerical. Las leyes francesas
resultaban restrictivas para la vida religiosa. El
gobierno era tolerante, pero de
cuando en cuando rebrotaba la hostilidad. El 6 de
noviembre de 1860, el P.

José Pluym, provincial, informaba al P. Testa:


Hablando de las actuales circunstancias,
el cardenal me ha dicho que no se puede prever lo que
pueda ocurrir con
las órdenes religiosas en Francia; que en caso de
supresión, el único medio para
mantenerse en Burdeos sería llevar el traje talar del
clero secular y ser tenidos como
sacerdotes auxiliares del arzobispo, según han hecho
otras veces los jesuitas...
Voy a decirle en qué consistiría todo: los nuestros
seguirían como están, vivirían en
comunidad observando las santas reglas, etc., y no
estarían sometidos inmediatamente
al arzobispo. Los cambios serían puramente externos
de esta guisa: conservarán
el hábito, aunque ocultando el escudo, y usarán abrigo
como los diocesanos.
En lugar de cinturón de cuero, llevarían uno de tela;
calzarán zapatos como en Bélgica
y se cubrirán con sombrero como los sacerdotes
seculares. En invierno, en vez
de manteo, se abrigarán con sobretodo40.

En la introducción de las actas el secretario habla de


revoluciones y desórdenes
por los cuales muchos religiosos de ambos sexos se
han visto expulsados de su residencia
y viven diseminados como un rebaño sin pastor.

El 28 de abril de 1863, el provincial, presente en Roma


para el XXI Capítulo General,
convocaba el capítulo provincial que se reuniría en
Ere, sin señalar fecha de
comienzo. Elegido general el P. Pedro P. Cayro, el
provincial comunicó el 30 de mayo
que el capítulo se reuniría el 2 de agosto, presidido por
el P. Pío Cayro, hermano

39 AGCP, MICH, Caps., I, 1860, original en francés.


40 AGCP, MICH, Fundación de Burdeos, 1860, original
en francés.
mayor del nuevo prepósito. El 29 de julio el padre
general informaba que no pudiendo
viajar su hermano Pío, presidiría el capítulo el P. Paoli;
y por este problema las
sesiones se retrasarían al día 9.

La curia fue totalmente renovada: provincial, P.


Bernardino Enrico; consultores
PP. Isidoro Brems y Dámaso Scaccia de San Pedro.
Para maestro en Burdeos fue confirmado
el P. Juan Pedro Cabanne. El 10 de agosto fueron
designados los rectores: P.
Ubaldo De Gregoris para Ere; P. Evaristo Finistauri
para Hardinghen, y P. León Cascetti
para Burdeos. Sobre el retiro de San Antonio de
Padua, de Herten, por unanimidad
se aprobó la supresión..., pero a la vez se puso de
relieve el deseo de que en su
lugar se efectuase otra fundación en un lugar en
donde, además de trabajar por la
salvación de las almas, se puedan recibir buenas
vocaciones. Se dejaba a la prudencia
del provincial designar un superior interino que
ejecutase este deseo.

Los capitulares recordaron que el rector debía


proporcionar un profesor de lengua
francesa para que los jóvenes la aprendieran bien41.

4. B. PABLO DE LA CRUZ
I Capítulo, Pittsburgh, julio 186342

El secretario, P. Gaudencio Rossi, presenta una breve


alusión a la historia de la
nueva provincia: primer viaje en 1852, segunda
expedición de 1854, dificultades iniciales
(ignari come erano della lingua), la afluencia de
vocaciones, la apertura de
tres retiros en tres diferentes estados; habla de no
menos de 50 religiosos, algunos
de los cuales están adornados con talentos no
ordinarios y otros de virtud, todos los
cuales alientan la esperanza de que con el tiempo
serán útiles a la congregación y
a la Iglesia en este país.

A la vista de tal crecimiento, el P. Antonio di S.


Giacomo Testa tenía plan de erigir
una nueva provincia. La muerte truncó sus proyectos,
pero el P. Pío Cayro los
prosiguió, y en una circular del 14 de febrero de 1863
llamó a Roma a nuestro superior
P. Juan Domingo del N. Jesús, ordenándole que...
viajase con uno de los padres
más ancianos de América. Y como aparecía
mencionado el P. Antonio de San
Pedro, él fue el elegido...

Llegados a Roma el 26 de abril, el 3 de mayo se abría


el XXI Capítulo General

41
AGCP, MICH, Actas del II Capítulo, un original en
italiano y otro en francés. – Para el ministerio
de los pasionistas en la provincia, cfr. Memoires sur les
ministers apostoliques dans la Province
de St. Michel, par le P. François de Roussy de Sales,
c. p., introduit et annoté par le P. R. Van
Landschoot, C. P., Wezembeek-Oppen 1963.

42
AGCP- PAUL, I Cap. Prov. in Birmingham presso
Pittsburg, PA, St. Uniti d’America, dai 29-31
luglio 1863; texto en italiano con la nota: Fedelmente
tradotti dall’originale inglese, pero en el
AGCP no se encuentra el inglés. - YUHAUS, C., The
Passionists in America..., o. c., 443-464 (en
Compelled to Speak..., o. c., 197-205; se ha preferido
citar la tesis mecanografiada, por ser más
completa en los apéndices). - WARD, F., The
Passionists..., o. c., 162-164.
y por especial privilegio de S. S. Pío IX el P. Juan
Domingo fue admitido como
miembro... con voz activa y pasiva.

El P. Pío Cayro había solicitado de Pío IX la facultad


de crear una nueva provincia43
dedicada al B. Pablo de la Cruz. Este tema ocupó las
sesiones 9ª y 10ª. Como
sello distintivo de la nueva provincia se le dio la cruz
con los azotes colgados de los
brazos. Después de esto, el capítulo, autorizado
debidamente, procedió a la elección
del nuevo provincial y de los dos consultores. Y en el
primer escrutinio resultó
elegido provincial el P. Juan Domingo del Niño
Jesús...44. También al primer escrutinio
salieron los consultores PP. Rossi y Calandri. La
noticia se transmitió a Pittsburgh
por correspondencia.

Cuando regresó, el P. Tarlattini informó personalmente


a las comunidades (Pittsburgh,
Dunkirk y West-Hoboken) del deseo de reunir el
capítulo; y el 8 de julio lo
convocó para el 29, en Pittsburgh. De Roma se había
llevado licencia de la Santa Sede
por la cual todos los padres de América que hayan
vivido más de diez años en la
congregación deben tomar parte en el capítulo con voz
activa y pasiva45.

El 27 estaban todos los capitulares; el 28 hubo una


conferencia por la mañana y
otra por la tarde. El P. Rossi fue nombrado secretario,
mientras el P. Juan Lucas Baudinelli
se encargó del discurso habitual. El 29, el P. Tarlattini
leyó el permiso pontificio
para que todos tuvieran voz activa y pasiva, y la carta
por la que el P. Pedro P.
Cayro le delegaba para presidir el capítulo. Las
elecciones afectaban solamente al
maestro y a los rectores. Para maestro resultó elegido
al primer escrutinio el P. Librado
Bonelli de San Francisco46. Y como rectores salieron,
para Pittsburgh el P.
Juan L. Baudinelli, para Dunkirk el P. Juan Bta.
Baudinelli, y para West-Hoboken el

P. Víctor Carunchio47. Después los capitulares


analizaron la cuestión de las parroquias
vecinas a los retiros; y determinaron unánimemente
que nuestros retiros, según
el espíritu y la letra de la Santas Reglas y la práctica
de la congregación, han
de fundarse en soledad y separadas de la iglesia
parroquial, y que el padre provincial
con su consejo destine a uno o más sacerdotes
capaces de atender las necesidades
espirituales del pueblo católico.
43
YUHAUS, The Passionists...., o. c.,448-449 (tesis,
mcn).

44
Atti, 5, en inglés en el original italiano.

45
En las actas se menciona a once: PP. Tarlattini,
provincial; Rossi y Calandri, consultores; Albino
Magno, superior de Dunkirk; Víctor de la Madre de
Dios Carunchio, de West-Hoboken; Juan Bta.
Baudinelli, de Pittsburgh; Santiago Sperandio Welch
del Corazón de Jesús, Estanislao Parczyk,
Juan L. Baudinelli, Liberato Bonelli y Juan Tomás
Stefanini. - Atti, f. 8. - YUHAUS, The Passionists
in America...,454, nota 21.

46
No teniendo edad canónica, el 02.10.1863 el P. Pedro
P. Cayro pidió a Pío IX que sanase el defecto.
Y el Santo Padre benignamente convalidó de palabra
la elección.

47
YUHAUS, The foundation..., o. c.., 462 (Compelled...,
o. c., 204).
En lo referente al apostolado, tras diez años de
experiencia, se habían introducido
modificaciones, y los capitulares, deseando mantener
el orden y la uniformidad,
mandan que se guarden las siguientes normas...
durante la misión: 1)Por la mañana,
inmediatamente después de la misa, un misionero
propondrá... un piadoso pensamiento
sobre la Pasión del Señor... de un cuarto de hora más
o menos. 2) Si la misión
había de durar más de dos semanas, en la primera
uno de los misioneros explicará
al pueblo los principales deberes del cristiano tal como
se contienen en el
decálogo; y en la segunda el mismo misionero u otro
padre hará un curso de meditaciones
sobre la Pasión de Cristo... durante una hora. Estas
pláticas ... se harán
después de la última misa..,, según la prudencia del
superior de la misión. 3) Por
las tardes se predicará sobre el sacramento de la
penitencia y otros temas..., por espacio
de tres cuartos de hora.

El 31 de julio se leyó la carta del arzobispo de


Cincinnati que solicitaba una fundación,
pero todo se dejó a la prudencia de la curia. Antes de
firmar las actas, los capitulares
tuvieron un recuerdo de la guerra civil que dividía el
país y pidieron que se
orase por una paz duradera.

El 01.11.1863, el P. Pedro Pablo Cayro aprobó los


decretos, menos el cambio relativo
a las misiones: Lo reprobamos absolutamente por no
estar avalado por ninguna
razón, lo mismo que hemos derogado la costumbre
que comenzaba a introducirse
en Inglaterra48.

48
Illam omnino rejicimus utpote nulla prorsus fulcita
ratione, ut hac in parte Praxis quae saltem iam
in Anglia invaluit derogamus. Documento manuscrito
anexo a las actas, firmado por el general y
por el P. Pedro Juan de la V. Dolorosa, secretario.
336
CAPITULO XIX

APOSTOLADO1

En esta época del P. Antonio di S. Giacomo, Testa, la


congregación, al salir de
Italia, tuvo que someter a revisión las formas de su
apostolado. Además el profundo
cambio producido en la vida social, política y cultural
influyó en una menor solicitud
de misiones y ejercicios. Para reflejar en lo posible
esta doble vertiente de la
internacionalidad y del cambio, el tema se ha dividido
en dos secciones: 1) El apostolado
en Italia en donde se continuó la tradición iniciada
hacía ya más de un siglo;
2) El apostolado fuera de Italia, con un apartado
especial para la Misión de Bulgaria,
en donde el instituto mantuvo presencia y servicio.

I. APOSTOLADO EN ITALIA
No es necesario repetir conceptos ya expuestos en los
volúmenes precedentes. La
Congregación de la Pasión de Jesucristo combina
contemplación y acción, observancia
monástica y ayuda pastoral a parroquias y diócesis.
Durante la etapa del P. Antonio
di S. Giacomo, Testa (1839-1862) se produjeron, como
se ha dicho, estos dos
cambios fundamentales en el ministerio apostólico: 1)
nuevo contexto social y político
más alejado de la Iglesia; 2) internacionalidad de la
congregación, hasta entonces

SPINA, Adriano, Le predicazioni dei passionisti a


Roma e nel Lazio dal 1828 al 1902, Roma-Scala
Santa, 2003 (Citado A1). - ID. Le predicazioni dei
passionisti in Toscana. I registri dei ministeri dal
1828 al 1902, Roma-Scala Santa, 2007 (cit. A2). - ID.,
Il ritiro della Presentazione sul Monte Argentario,
Roma, 1991 (citado A3). - ID., Missioni e predicazioni
dei passionisti in Abruzzo nell’Ottocento,
San Gabriele Edizioni, 2009 (cit. A4). - GIORGINI, F.,
Historia..., o. c., I, c. VIII, Santos
trabajos apostólicos por la salvación de los prójimos,
454-510 (trad. del P. Carlos Lizarraga). - ID.,
Historia..., vol II/2, 311-337. - ID., La Congregación de
la Pasión de Jesucristo, Visión histórica...,

o. c., La misión apostólica de la congregación y La


misión parroquial, 131-135. - ID., I passionisti
e la missione, relazione al corso di aggiornamento
missionario, gennaio 1977, CIPI, Roma, 1977
(offset, AGCP,6-B-53). - ID., La missione popolare
passionista in Italia. Saggio storico, en RSSP,
33, Roma, 1986. - ID., La missione al popolo. Cenni
storici, s.d. y s.l. - ID., Le forme penitenziali
durante le missioni popolari (estratto da Predicazione
in Italia dopo il Concilio di Trento..., Roma,
Ediz. Dehoniane, 1996, pp. 491-502). - ID., Il ruolo
delle missioni itineranti nella storia della Chiesa
(estratto da ‘Missioni al popolo per gli anni ‘80’, Roma,
1981, Curia Generalizi Passionisti. - ID.,
I Passionisti nella Chiesa di Bulgaria e di Valachia
(Romania), RSSP, 53, Roma, 1998. - NASELLI,
C. A., Historia..., o. c., II/1, 327-400. -ALONSO
BLANCO, P., La pastorale mariana nella
Congregazione
della Passione verso la metà del secolo XIX, il P.
Antonio Testa (1787-1862), predicatore
della Madonna, en La Sapienza della Croce (LSC), IV,
n. 3, sett. 1989, 203-222. - MEZZARDI,
L., Le missioni popolari nello Stato Pontificio, en Rivista
di Storia della Chiesa, XXXIII, 1979, 18,
habla de la misión vicenciana (de los paúles), como de
un organico intervento dei missionari in un
ambiente rurale e povero, chiamato a una ripresa della
vitalità religiosa, attraverso una catechesi
sistematica e un riordinamento delle popolazioni a
comportamenti coerenti. - TURRISI, C, I Passionisti.
La provincia religiosa del Sacro Costato di Gesù di
Puglia Calabria e Basilicata 1905-2005
a cura di..., Atti del Convegno di studio... per il I
Centenario, Manduria, 2008. - G. COMPARELLI,
Principi spirituali e pastorali di San Paolo della Croce e
di Sant’Alfonso de’ Liguori, en Le Fonti
limitada a Italia y Bulgaria. San Pablo de la Cruz previó
este segundo momento en la
visión mística de la llegada de sus hijos a Inglaterra. Y
se puede decir que también el
primero, o sea, la relación cada día más conflictiva de
la Iglesia con las nuevas fuerzas
revolucionarias. La supresión de la Compañía de
Jesús tuvo que servirle de advertencia
sobre el futuro, aunque no llegara a adivinar los
detalles del problema. Sabía
que en la historia de la Iglesia, por una especie de ley
del péndulo, unos sectores la siguen
como fundamento y soporte de la sociedad,y otros
planean su aniquilamiento
como rémora y obstáculo. Para dar a conocer lo que
era la congregación escribió dos
informes (1745 y 1768), que llamó La Congregazione
della Passione: cos’è e cosa
vuole; y en el texto de1745 describía el panorama de
su tiempo, no sin dramatismo:
El gran Padre de la Misericordia se ha dignado hacer
brotar en la Santa Iglesia un
instituto nuevo en este tiempo tan deplorable y
calamitoso, en el que a cara descubierta
se ve campar por sus respetos toda suerte de
iniquidad, con perjuicio incluso
de nuestra santa fe, atacada en lo más vivo en muchas
partes de la cristiandad2 .

1. La herencia apostólica
El P. Antonio di S. Giacomo Testa recibió una
congregación que había comprobado
el ritmo lento con el que se recuperaban el número de
religiosos y los valores tradicionales
como la observancia y el apostolado. La falta de
personal había obligado a sus predecesores
a rechazar o a retrasar numerosas fundaciones. La
crónica del convento de Sora
dice: El P. Pablo Luis... se excusó de aceptar la oferta
con mucho desagrado de toda
la ciudad, aunque nunca se desistió de llegar a contar
con padres de la Pasión...3 .
En cambio, el Señor la enriqueció con vocaciones
recias: Domingo Barberi, inigualable
motor de la fe en Inglaterra, Ignacio Carsidoni, bien
preparado para el diálogo con un
mundo cambiante, autor de obras de gran mérito, y el
mismo P. Testa, hombre de gobierno,
misionero incansable, luego provincial y al final general
durante 23 años4.

Conocía, pues, tanto las dificultades del ambiente


parroquial como la urgencia de
una formación permanente. Durante su período de
general la congregación trató de que

della spiritualità di S. Paolo della Croce, CIPI, Roma,


1994, 159-180. - Id., San Paolo della Croce
e Sant’Alfonso de Liguori, en San Paolo della Croce da
Napoli a Roma. Saggi, Progetto Gutenberg,
1994, 115-156. - ORLANDI, José, La missione
popolare in età moderna, estratto del volume Storia
dell’Italia religiosa: 2. L’età moderna, a cura di G. de
Rosa, T. Gregari, A. Vauchez, Edit. Laterza,
1994, 419-452. - Id., Missioni parrocchiali e
drammatica popolare, excerptum Spicilegium
Historicum
Congr. Ssmi. Redemptoris, XXIII, 1974, 313-348. -
SASTRE SANTOS, E., La vita religiosa
nella storia de la Chiesa e della società, Milano, 1997,
746.

2
San Pablo de la Cruz: La Congregación de la Pasión
de Jesucristo: qué es y qué quiere. Noticias en

viadas a los amigos para dar a conocer la


Congregación; edición dirigida por Giorgini, F., en Ri

cerche di Storia ed Spitualità Passionista (RSSP), n. 1,


Roma, 1978, 9 (para futuras citas Noticias).

3
Cfr.P. FILIPPO della S. Famiglia, Nel primo centenario
dei PP. Passionisti in Sora. Rilievi Storici
1842-1942, Sora, 1942, 10.

4
En 1838, siendo provincial de la Presentación, había
intervenido en la misión de Pitigliano con las
conferencias
al clero. Cfr. SPINA, A., Le predicazioni dei passionisti
in Toscana...(cita A-2), o. c., 21.
sus misioneros consiguieran buena preparación
bíblica, teológica, patrística y pastoral;
y aunque el mundo académico no era ámbito
preferencial de los pasionistas, algunos
alcanzaron nivel destacado para mejorar la formación
dentro de la congregación, y para
influir entre los intelectuales a la vez que se ofrecía a
los pobres el Pan de la Palabra.
En los años precedentes la Iglesia había movilizado a
los misioneros para ayudar
a los pueblos a recuperar la fe, oscurecida tras la
revolución francesa y la invasión napoleónica.
Llegado a Roma, Pio VII... autorizó a los pasionistas a
reconstruir las comunidades
y a ocuparse inmediatamente en misiones. El 13 de
julio envió un grupo a
Arezzo y el 14 mandó a otro grupo a iniciar la misión
en la Piazza Madonna dei Monti
en Roma. Pío IX recurrió a los pasionistas para el Año
Santo de 1850, sobre todo en
la Ciudad Eterna5. Como puede verse en los registros
de la casa general, los pasionistas
trabajaron más frecuentemente en conservatorios,
cárceles y lugares de huérfanos

o abandonados. Ante esta constatación surge la


pregunta: ¿Estaban preparados para el
apostolado? Se puede dar una respuesta tendenciosa
y negativa: no lo estaban para la
pastoral en un mundo de cultura más elevada. Pero
hay una respuesta más sencilla: sí
lo estaban para cumplir el encargo de la Iglesia. En
1741, la comisión que estudió las
primeras Reglas aconsejó a Benedicto XIV que
aceptara a los pasionistas para dar misiones
en lugares, aldeas y zonas rurales de aire malsano, en
las islas y regiones sin
cultura, en las cuales no se encuentran otras casas de
misioneros...6 .
La congregación no recibió encargo de abrir ateneos,
colegios o universidades, sino
de evangelizar a los pobres. Cualquier predicador o
misionero tenía al alcance de
la mano, en la biblioteca del retiro, manuales o textos
de oratoria civil y religiosa, y
repertorios de sermones de grandes oradores; pero ya
en las Reglas de 1736, antes de
la primera aprobación pontificia, el fundador había
dejado en claro cómo quería que
predicasen sus discípulos (el párrafo se mantuvo
inalterado en todas las revisiones):

No será lícito... servirse de un estilo de predicación tan


alto y elegante que oscurezca
a la pobre gente su mensaje; por el contrario deberán
partir el pan de la
divina palabra de una manera clara y devota que logre
penetrar en los corazones y
promover en ellos la gloria de Dios y la salvación de
las almas7.

El P. Domingo Barberi había asumido bien el deseo


del fundador cuando en
1837 escribió en un manual de formación para
pasionistas: En vuestras predicacio
5
GIORGINI, La predicazione e le missioni popolari tra il
1815 e il 1870, o. c., 81. -De las 43 relaciones
relativas al año 1850 y conservadas en el Libro di
Ministeri…,1830-1960, de SSGep, ff.
70-80, varios ejercicios están orientados a la ciudad de
Roma (7 tandas para el clero con motivo
del Año Santo); fuera de Roma trabajaron en Velletri,
Nepi, Narni, Trevi, Montefalco, Rieti y Pontecorvo;
se menciona con mucha frecuencia al P. Pio Cayro,
consultor general.

6
Original en latín: ad loca, oppida et rura in ahere minus
salubri, insulis et regionibus incultis existentia,
et in quibus aliae domus missionariorum non existant,
(30 abril 1741), texto que se incluyó
en la aprobación del 15 de mayo siguiente. - Cfr. ACP,
XI, 256-258. - GIORGINI: Regulae et
Constitutiones..., Romae 1958, XVIII-XIX.,

7
Reguale et Constitutiones..., c.XXVI, p. 85.
nes o instrucciones no os metáis con temas de
controversia entre doctores católicos...
Es verdad que el pueblo espera que le instruyáis, pero
¿sobre qué? ¿Sobre el
tomismo o el molinismo? Ni mucho menos, pues la
gente sensata supone que no se
busca otra cosa que lo que sea necesario para
santificarse o cuando menos para
salvarse; y para ello nada importa si uno es molinista o
no; no se necesita más que
ser buen católico... Un auditorio católico sólo quiere
enseñanza católica... ¿Qué le
importan a la gente nuestros sistemas y nuestras
discusiones? Cuando yo tengo que
hablar a los estudiantes me manifiesto tomista, pero si
me dirijo al público no sé nada
de esto, mi tomismo se lo lleva el viento, y sólo pienso
en ser católico: cumplimos
un encargo por Cristo, no por el tomismo ni por ningún
otro interés8.
Teniendo presentes estos criterios, hay que aceptar
que los pasionistas estaban
perfectamente preparados para desarrollar la pastoral
de la Palabra entre los humildes,
tal como seguía pidiendo la Iglesia9.

Y con la misma entrega con que servían a los pobres,


conservaban el desprendimiento
y la gratuidad de sus servicios. Así lo había pedido
Benedicto XIV a todos
los misioneros, no sólo para los pasionistas: Deber
será de los misioneros no dejarse
llevar del hambre de vanagloria o por el afán de dinero,
aunque sea poco, cuando
instruyen a los pueblos... Los apóstoles evangelizaron
todo el mundo y lo llevaron
del error a la verdad, no resucitando muertos, sino con
la pobreza, liberando su
corazón de la avaricia y de la ambición10 .

2. Diversas formas
El campo habitual del apostolado pasionista se
circunscribía a: 1) misiones populares,
2) ejercicios públicos, 3) ejercicios privados en
monasterios, al clero o a las

8
Cfr. AGCP, Manoscritti, Domenico, Est. 5, III / 4 / C/f.
75v-76r; anche ff. 60v-61r, donde insiste
en que la predicación debe ser profundamente bíblica,
ya que los misioneros son ministros de la
Palabra de Dios. - Cfr. GIORGINI, La predicazione e le
missioni popolari..., o. c., 94, nota 34.

9
En el registro de una misión dada más tarde en Lucca,
el periódico local Il Momento elogiaba la
parola semplice e rude, se si vuole, ma affocata e
soggiogatrice di questi incliti figli di San Paolo
della Croce. - Cfr. SPINA, Le predicazioni... in Toscana
(A-2), o. c., 68. En 1860 profesó en
Pontecorvo Agustín Supini de la Dolorosa, nativo de
Roma; durante 25 años mantuvo en Sora un
prestigio extraordinario; contemporáneamente un
religioso de otra orden, Fr. Agustín de Montefeltre,
atraía a Roma a mucha gente para escucharle;
llegaron también unos cristianos de Sora,
que después comentaban: Dicevano tante cose di
questo predicatore; è meglio il P. Agostino nostro.
De él se escribe en el Archivio Anagrafico, 860012:
Ardente missionario, scrisse alcuni
opusculi di propaganda ed un compendio di sacre
ceremonie. - Cfr. FILIPPO, Nel Primo centenario...,
o. c., 36.

10
Postremo missionarios Deo se penitus devovere fas
est, nec ullam admiscere cupiditatem inanis
gloriae, vel spem emolumenti, licet exigui, dum populis
erudiendis incumbunt... universum terrarum
orbem ab Apostolis traductum fuisse ab errore ad
veritatem non quod mortuos ad novam vitam
revocaverint, sed quia solutum avaritia et omni
cupiditate animum penitus habuerint. - Cfr.
Bulla Gravissimum, 11-12, de Benedicto XIV el 8 sept.
1745 al arzobispo de Nápoles aplaudiendo
las misiones populares, en Santissimi D. N. Benedicti
XIV Bullarium, I, Romae MDCCCLX,
248 (Bibl. de SsGeP, II-61-6).
propias comunidades, 4) confesiones y culto en las
propias iglesias, 5) ocasionalmente,
literatura escrita.

Tanto en una forma como en otra, hay que tener claras


dos cosas: a) la finalidad
del ministerio de misiones, ejercicios, etc., era común a
cualquier predicador: ayudar
a los fieles de la Iglesia local; y b) la finalidad típica de
un pasionista era promover
la memoria de la Pasión de Cristo. Pero los pasionistas
no aparecieron como
por generación espontánea ni con novedades de
temática y de estilo. Hijos de su
tiempo y de los lugares en los que trabajaron,
colaboraban con las diócesis, avivando
el recuerdo de la Pasión de Cristo. Mantener esta
memoria entroncaba con la religiosidad
popular, con el culto a Jesús Crucificado, con las
representaciones dramáticas
de la Pasión, con la erección de viacrucis y calvarios
en montañas, etc. La devoción
a la Pasión de Cristo fue bien aceptada por el Pueblo
de Dios como recurso
válido y eficaz para recuperar el sentido cristiano de la
vida.

Los ejercicios públicos eran una misión de menor


duración, sin actos procesionales
fuera de la iglesia, a cargo de un solo misionero; solían
tenerse en cuaresma.
Mientras en los ejercicios públicos los fieles mantenían
su ritmo de vida y de trabajo,
en los privados se inculcaba un ambiente de silencio y
la interrupción de las actividades
habituales. De los varios registros de los ministerios
apostólicos entre
1828 y 1902, en la sola región del Lazio los pasionistas
intervinieron en 835 cursos
de ejercicios espirituales a comunidades femeninas de
la región. Los religiosos de
Lucca, entre 1830 y 1902, predicaron anualmente
entre 15-20 cursos. En Inglaterra
(según Anals de Nardocci) desde el principio los
pasionistas predicaron ejercicios
a las pocas comunidades que crecieron en el siglo XIX
11.

Los ejercicios privados abarcaban monasterios de


clausura o religiosas de apostolado
social, seminarios y, con menor frecuenia,
comunidades no pasionistas. Desde
el tiempo del fundador, en casi todos los retiros había
habitaciones para sacerdotes,
religiosos y laicos; en la casa de los Ss. Juan y Pablo
ya existía este servicio antes
de la llegada de los pasionistas12.

AGENTES EN LA MISIÓN PASIONISTA. En el periodo


del P. Testa se encuentra
un número significativo de religiosos de nivel cultural
notable para su tiempo:
D. Barberi, I. Carsidoni, S. Giammaria... Pero lo que el
pueblo esperaba de ellos
era la sinceridad y coherencia entre la doctrina y la
vida. En esta época histórica la
congregación obligaba al misionero a quedarse en el
retiro bastantes meses, sin trabajos
apostólicos. En tiempos del fundador debían retirarse
al convento desde San
Juan Bautista hasta mediados de septiembre, desde la
primera semana de adviento

11
Cfr. GIORGINI - ALONSO BLANCO, La predicación
pasionista en los monasterios de las monjas
y otras religiosas en los siglos XVIII y XIX, en BIP,
marzo 2006, 24-25.

12
AGCP, Rgstro degli esercitanti... - Ibid., fondo tesis,
ZECCA, Tito Paolo, La pastorale degli eser
cizi spirituali nella casa dei Ss. Giovanni e Paolo di
Roma, tesi dottorale, P. A. Antonianum, Ro

mae, 1986, 450 pp.; publicada parcialmente con el


mismo título en Roma, 1989, 76 pp.
hasta Navidad, y desde el domingo de Quinquagésima
hasta Pascua; en cambio, podían
permanecer en el campo apostólico desde mediados
de septiembre hasta el adviento,
desde el tiempo de Navidad hasta Cuaresma, y desde
Pascua hasta mediados
de junio. Durante el adviento el fundador prohibía los
ejercicios incluso a eclesiásticos
y a comunidades religiosas, cosa que permitía en
cuaresma y en verano si había
necesidad, pero sin permanecer fuera más de 15
días13.

Con el paso de los años se fueron ampliando las


ausencias del retiro, por lo que
el capítulo general de 1845 pidió a los provinciales que
fueran cautos en la aceptación
de misiones a fin de que los misioneros no estuvieran
demasiado tiempo empleados
fuera del retiro, con merma del espíritu y hasta de la
salud14.
Con la concentración de los estudiantes en una o dos
casas de estudio, los demás retiros
se resintieron en cuanto al ritmo de la observancia,
hasta entonces apoyada en su segura
presencia en casa, por lo que era más necesario que
los misioneros la sostuvieran15.

Durante la misión, la prudencia, el celo y la paciencia


ponían de relieve los valores
de su buena preparación. El siguiente texto ilustra
hasta qué punto calaba en
los fieles la ejemplaridad de los pasionistas. El 24 de
agosto de 1845 Domenico Cornicelle
entregaba a los religiosos de Pievetorina las reliquias
de San Fidel Mártir, y
reconocía que los había preferido por su vida
edificante, su rigurosa austeridad, el
celo incansable, las fatigas agotadoras unidas incluso
a la flagelación hasta la sangre
en los despertadores nocturnos de las misiones ...16 .
Cuando la misión o los ejercicios públicos habían
concluido, llamaban la atención
el desprendimiento - no se pedía nada por el trabajo -
y la humildad del predicador.

En la buena marcha de la misión intervenían los


pacificadores o agentes de paz
(pazieri)17. Su tarea de ángeles de paz consistía en
visitar a personas o familias enemistadas
y facilitar su reconciliación. Era un elemento que
destacaban los misioneros
en las breves relaciones que escribían al regresar al
convento.

Los CONFESORES constituían otro elemento


imprescindible. Los misioneros se
organizaban de modo que uno confesara mientras otro
predicaba; y todos acudían al
confesionario si no tenían actos misionales propios. A
veces había que llamar a religiosos
del retiro más próximo, o a sacerdotes de la parroquia
e incluso de otro instituto.
Tarea propiamente pasionista: promover la memoria
de la Pasión. Era tan clara
la conciencia de su importancia como cuarto voto, que
se recordaba con frecuen

13 Lett IV, 251, Vetralla, 14.10. 1755.


14 DeR, n. 369, 3, p. 56.
15 Cfr. Platea de Sora, 1849, 9; el general, volendo
assicurare l’osservanza, mandó a cinco estudian

tes que había en Ceccano con el P. Egidio de San


Juan como lector. - Cfr. Libro di Dimessi, n. 364.
16 Cfr. APPIET, Recanati - Pievetorina,VII-321-325,
24.08.1845, Atto Legale di donazione del cor

po di S. Fedele Martire.
17 Direttorio per le missioni...,1838, c. II, & 6.
cia en los sermones que el superior dirigía a la
comunidad recogida en el coro. Se
puede comprobar con un ejemplo, que data del año
1864, es decir, al final de este
período. Llama la atención la radicalidad con la que el
autor aplica al pasionista el
texto de la higuera estéril: Dios nos ha llamado y
elegido para formar parte de los
hijos de su Sma. Pasión... Nos llama no siervos, sino
amigos... Nos comprometimos
a guardar nuestro voto ante el sacerdote que en
nombre de Dios aceptó nuestra profesión...
En el Juicio, Dios dirá al pasionista: ‘Vamos a hacer
cuentas: dame razón
de tu vida. ¿Qué frutos has producido después de
tantos años en la vida religiosa?’...
Y el pasionista dirá: ‘Señor, he hecho oración, he
meditado...’. ‘Bien está, pero
no era propiamente tu tarea, pues muchos solitarios...
te han superado en eso. No
eran las obras o frutos que yo esperaba de ti, porque
no han sido tu distintivo... El
diálogo prosigue vivaz con la misma técnica; el
pasionista se remite a sus muchas
fatigas, penitencias, estudios, ayunos, disciplinas, etc.,
hasta que al fin reconoce que
no tiene más. Y el Señor le pregunta:: ¿Y dónde
estaba el voto que hiciste de promover
en el corazón de los fieles la devoción a mi Pasión?
¿El distintivo o escudo
que llevabas en el hábito no te recordaba cuál era tu
obligación?18 .

El compromiso de enseñar a meditar en la Pasión de


Cristo ni era el único tema
de la predicación, ni una exclusiva de los pasionistas.
Antes, durante y después del
nacimiento de la congregación el anuncio del
evangelio ha llenado la vida de muchas
personas e instituciones. La obra de Pablo de la Cruz
es deudora a todas ellas.
Pero, aunque no se pueda hablar de una escuela
propiamente pasionista de oratoria
y predicación, sí se ha recurrido a modalidades muy
remarcadas, como la familiaridad,
la inmediatez y el estilo coloquial. El misionero
pasionista hablaba desde un estrado
en el plano de la iglesia, no desde el púlpito, y al lado
tenía un gran crucifijo,
además del pequeño que llevaba al pecho o en el
cinturón; esta costumbre del fundador
seguía en uso durante este período19.

3. Las misiones y sus recursos


Si bien los recursos de la predicación son comunes a
cualquier predicador, el pa-
sionista tenía algunos particulares que el P.
Carsidoni20 define, y de los que se ofrece
aquí una explicación de los menos conocidas por los
lectores:

18
AGCP, Manoscritti, Riforme per i religiosi, n. 91, 83 ss.
- LORENZETTI, C., Meditazione sulla
Passione di antichi missionari passionisti, en Fonti
Vive, 1956, 378-385.

19
El IV Cap. General, 1764, limitó esta forma de llevar el
crucifijo a los misioneros; decisión ratificada
en el XX Cap. Gen. de 1857.

20
Istituzioni di Eloquenza Sacra divise in due parti per
indirizzo ed ammaestramento dei pincipianti
sagri oratori, e principalmente di coloro che da Dio son
chiamati all’apostolico ministero delle
sante missioni, esposte dal P. Ignazio del Costato di
Gesù, sac. pass., dos tomos, Roma, nel Collegio
Urbano, 1838.
1) MOTIVOS DE PASIÓN. Exhortaciones breves a
pensar a menudo y devotamente
en la Pasión de Jesucristo, apoyándose en algún
motivo que estimule eficazmente
a los oyentes a hacerlo, y a la vez se les instruye sobre
cómo hacerlo, proponiendo
reglas claras y fáciles para la práctica. Entre los
motivos o razones cita: 1)
Jesús lo quiere y merece; 2) lo reclama el
agradecimiento; 3) lo exige nuestro propio
bien; 4) el pensar en Jesús Crucificado nos mueve a la
penitencia; 5) nos excita
al arrepentimiento; 6) alimenta la esperanza; 7)
enciende la caridad; 8) estimula
a la paciencia; 9) pone frenos a la sensualidad; 10)
aleja al demonio; 11) ayuda
a vencer al mundo; 12) impulsa a practicar la virtud;
13) es una fuente de dulzura

o mansedumbre; 14) aleja del pecado; 15) conforta en


las pruebas; 16) fortalece en
las tentaciones; 17) consuela en la muerte...21.
2) ORATORIO. Se llaman así algunas composiciones
sagradas en las que, con
sentimientos breves pero fuertes y expuestos con
vivacidad, se despierta del pecado
a los oyentes, invitándolos también a la penitencia.
Suelen hacerse dentro de la iglesia,
y van dirigidos exclusivamente a los hombres... Los
temas suelen ser las verdades
de la fe, el pecado, la penitencia, la muerte en pecado,
el abandono de Dios, etc.

3) DESPERTADORES (Svegliarini). Intervenciones o


parlamentos fuera de la
iglesia, en plazas o calles del pueblo después del
avemaría; se terminaba al llegar a
la iglesia. Mientras en los oratorios los oyentes van
espontáneamente a la iglesia a
oír al misionero, en los despertadores (svegliarini) se
habla a quien ni siquiera piensa
en la misión. Como se suelen pronunciar moviéndose
de un punto a otro, en cada
momento puede ser diferente la audiencia; por eso
cada despertador es diverso y
sin conexión lógica. Otros estilos, como los fervorines
o la acción de gracias en la
comunión, están relacionados con la eucaristía.

4) REFORMA. Exposición catequística dirigida a


grupos de personas para instruirlas
en sus deberes de estado: eclesiásticos, nobles,
comerciantes, socios de una
cofradía...

5) DISCURSOS FAMILIARES. Composiciones sacras


de estilo parecido al de
un coloquio familiar, en las que se trata de puntos de
moral cristiana, o algún misterio
de nuestra religión, o se narra la vida de algún santo o
se explica el evangelio
o la epístola del día.
Estas formas hay que situarlas en el contexto de una
misión o de unos ejercicios;
pueden ser de tipo exhortativo, o laudatorio si se trata
de las virtudes de un santo, etc.,

21
I Parte, p. 243. - Un mns. anónimo, encontrado por el
P. Giorgini en Peñafiel, España, enumera,
desde la p. 162, esta serie de Motivi della Passione da
farsi dal catechista della mattina prima di
fare la prima istruzione o dopo finita...: 1) Dio lo vuole e
lo merita; 2) Vi è l’utile nostro; 3) muove
a pentimento; 4) stimola a penitenza; 5) aiuta a vincere
il mondo; 6) aiuta a superare il demonio;
7) aiuta a abbattere il senso; 8) corrobora la speranza;
9) accende la carità; 10) aiuta ad
aver pazienza; 11) é scuola di ogni virtù; 12) difende
dai castighi; 13) é fonte si soavità; 14) aiuta
a ben morire; 15) é pegno sicuro di gloria; 16) Chi è
che patisce; 17) Che cosa patisce; 18)
Per chi patisce. - AGCP, Manoscritti, n. 18, estantería
1ª.
sin perder nunca de vista la conversión. Aunque
teóricamente parezcan espontáneas
en el tono, siempre deben haber sido previstas
adecuadamente en su contenido.

Antes de confiar a ningún sacerdote el ministerio de la


palabra, la congregación
controlaba su preparación: primero debía escribir los
sermones. El lector o profesor
le orientaba en la manera de organizarlos: exordio,
estructura de los diversos puntos
y peroración final. Además se disponía de
manuales22.

Aunque todos los temas (mandamientos, sermones de


máximas, reformas a grupos...)
debían ser adecuados al auditorio, se exigía más en lo
relativo al tema específico
de la Pasión. Antes del catecismo de la mañana, el
mismo misionero que lo
presentará, dará al pueblo un Motivo de Pasión. Se
comienza inmediatamente después
del canto de alguna canción espiritual sin hacer la
señal de la cruz...23 .

Estas, que pudieran llamarse técnicas oratorias, no


tendrían consistencia si no
fueran acompañadas por el testimonio. Toda la
organización de la vida común, desde
la oración diurna y nocturna, la austeridad y la
penitencia, hasta la misma soledad
de las casas, estaba encaminada al apostolado propio,
a despertar la memoria de
la Pasión de Cristo.

En el c. IV de las Constituciones de 1736, al pensar


que los retiros se abrirían en
soledad, el fundador lo justificaba diciendo que el
ambiente ayuda al fervor y facilita
la preparación, pues dispone a salir de nuevo con más
fervor a sembrar la divina
palabra... Hasta las Reglas de 1746 (c. XXVI), no se
habla de Método para salir
a misiones; lo configuró más en las de 1769 y lo
perfeccionó en las de 1775, que
seguían en vigor en la época del P. Testa24.

En lo referente al contenido específico se leen diversas


quejas, como las del XIX
Capítulo General de 1851: Informado de que algunos
descuidan la meditación de la
Pasión después de la plática, el Vble. Capítulo declara
que no está preparado para
dar misiones quien no está en condiciones de hacerlo
después del sermón, y por consiguiente
no se le debería confiar este oficio de las misiones; y
quien la suprime porque
ha hecho el sermón demasiado largo, debe reducirlo a
no más de una hora, como
lo manda el Reglamento (parte 2ª., VI, 13), de manera
que quede tiempo para una
meditación que nunca debe omitirse25 .

22
El P. Carsidoni dejó escrito Esercizio pratico per
addestrare un novello sagro oratore nell’arte di
comporre, in cui si espongono i modelli, gli esemplari di
quasi tutti i generi di componimenti oratori,
con infine alcune analisi delle prediche del P. Segneri.
- AGCP, Manoscritti, P. Ignazio del
Costato di Gesù, n. 350.

23
CARSIDONI, Istituzioni..., o. c., 243, nota 1.

24
Método para salir a misiones: I, Lo que hay que hacer
antes de salir; II, Elección de los predicadores
y distribución de los principales actos durante la
misión; III, De la comida en casa de los
bienhechores; IV, Comportamiento mutuo durante la
misión; V, Avisos para todo momento; VI,
Regreso al retiro.

25
DeR, n. 378, p. 59
NECESIDAD DEL PUEBLO. Al llegar aquí cabría
preguntarse si los pasionistas,
orgullosos de la herencia recibida de los antepasados,
estuvieron igualmente
atentos a las necesidades del pueblo entre el que
tenían que trabajar. Los cambios
operados en la dedicación a las misiones populares
fueron pocos y de detalle. Frente
a pequeños intentos de evolución se mantuvo la
voluntad de dejar las cosas como
se habían configurado desde el principio. Junto al
método salido de las manos del P.
Pablo de la Cruz y perfeccionado levemente por sus
inmediatos sucesores, encontramos
tan pocos cambios que puede decirse que se
transmitió fielmente.

Italia quedó impactada en el siglo XIX por las reformas


sociales. Algunas regiones,
especialmente desde la Toscana hacia el norte, iban
adoptando gustos y actitudes distintos
de los que tenían cuando surgió la congregación. La
revolución francesa favoreció
una mentalidad más secular. Se extendió el espíritu
crítico frente a lo religioso y
cristiano. Los pasionistas, decididos a cumplir el cuarto
voto con los elementos de
siempre, tenían interés en que todo siguiera igual.
Pocos intuyeron que el apostolado
de la Pasión podía ser diferente, y nadie se atrevió a
crear nuevos moldes. Lo más que
se modificó en el IX Capítulo de 1827 fue que no se
usara la disciplina. Fuera de Italia
el problema se vivía con mayor intensidad, pero era
casi imposible no sentir la tentación
de creer que el método italiano sería igualmente eficaz
en países de minoría católica.
Como se ha visto ya al hablar de los capítulos
provinciales de fuera de Italia, se
quiso modificar algo el método, pero el superior
general, P. Pedro Pablo Cayro, lo desaprobó.
En el próximo volumen se podrá ahondar en la
situación. Aquí basta con haber
insinuado que la fidelidad a un espíritu podría
mantenerse cambiando las formas.

PETICIÓN DE LAS MISIONES. Está claro que,


tratándose de un servicio a la
pastoral de la parroquia, la solicitud partía del pastor,
del obispo, de acuerdo con los
párrocos, pues si éstos se mostraban contrarios, el
resultado nunca era el esperado26.
Si la idea nacía del párroco, éste se ponía de acuerdo
con el obispo, y uno u otro la
solicitaban a un pasionista de cualquier comunidad,
desde donde se hacía llegar la
solicitud al superior provincial o general27. El general o
el provincial determinaba
cuántos misioneros iban a ser necesarios, cómo podría
cumplir cada uno las diversas
competencias (catequesis, sermones de máximas,
atención a las confesiones,
etc.), y cómo se encontraba la provincia en cada
momento para seleccionar un personal
que hubiera superado ya el control de los
examinadores28.

26
En 1846 algunos religiosos de la comunidad de
Vetralla dieron misión en Capoliveri, Isla de Elba:
Il popolo era dispostissimo, ma il pastore per la sua
poco buona condotta, era contrarissimo...
La missione per il popolo riuscì fruttuosa, ma si
prevede che il frutto sarà di poca durata attesa
l’ostinazione di quel pastore... -Rgtro di Vetralla, 120:
cit. en A2 (Toscana), 37.

27
En las Constituciones de 1769 (cfr. Regulae..., c. XXVI,
p. 89) se especifica: Ad missiones vero
nunquam pergant nisi obtenta Praesidis Generalis vel
Provincialis licentia.

28
Ideo iis tantum onus imponatur apostolicas missiones
obeundi quos duo Instituti nostri Theologi
...idoneos renunciabunt praevio examine super eorum
sufficienti doctrina, atque inspectis concio
Generalmente los enviados eran dos, a no ser que las
condiciones del lugar reclamaran
mayor número. Uno de ellos era designado superior de
la misión, a quien
los demás prometían obediencia al salir del retiro y al
principio de la misma29.

Alguna vez, por haberse aceptado demasiadas


solicitudes, hubo que recurrir a
individuos de menor preparación. El P. Testa, con una
circular del 28.10.1846, tomó
medidas para impedir que nuestras misiones caigan en
descrédito y que los misioneros
arruinen el prestigio de la congregación... Acéptense
con moderación las misiones,
sobre todo en Cuaresma, y al aceptarlas tengan muy
en cuenta que no se vean
obligados a recurrir a los que no tienen suficiente
categoría30 .

Cuando el obispo estaba presente en los actos


misionales, el fruto resultaba más
copioso y duradero, como se narra de la predicada en
1849 en la catedral de Sansepolcro:
Los misioneros fueron recibidos solemnemente por el
obispo revestido con
capa magna y acompañado por el cabildo en pleno.
Todos los días asistía desde su
trono, excepto en la catequesis de la mañana, que era
muy temprana, pero casi siempre
participaba en la de mediodía, y siempre en la de la
tarde se hallaba presente31 .

La documentación para seguir las misiones suele ser


el registro de cada retiro.
En los primeros años las anotaciones no eran
obligatorias, sino personales. Gracias
al P. Juan María Cioni se pueden conocer los
ministerios del fundador; en algunas
Plateas aparecen datos aislados. El general P. Pablo
Luis Pighi mandó el 20 de junio
de 1821 que el registro de ministerios se llevase
obligatoriamente en cada casa32.
4. No introducir novedades
Dado que el superior de la misión era la máxima
autoridad durante la misma y
podía sacar a relucir su creatividad con modificaciones
propias, los superiores mayores
tuvieron que cortar los personalismos. El capítulo de
1845, n. 365, & 4, dice:
El Vble. Capítulo reprueba como novedad contraria al
estilo de nuestras misiones
excitar al pueblo a la fiesta en la tarde en que se tiene
la ceremonia de la paz, con
iluminaciones, bandas de música, disparos y cosas
parecidas...33.

nibus aliisque operibus quae scripto tradent ipsimet


deligendi... (c. XXVI, p. 89, texto 1769 y
1775; en el de este último año vuelve a especificarse
ex his qui a praeside generali vel provincia-
li deputabitur (p. 91).

29
Cfr. Reg. et Const. 1741, 1746, 1769 y 1775.

30
Cfr. ACP, XVII, 1951-1952, pp. 207-208.

31
Registro Lucca (125), cit. en A2, 47.

32
ACP XVII, 76, n. 7. - Cfr. SPINA, A., Il Ritiro della
Presentazione nel Monte Argentario 17291929,
o. c., 2ª., 92. En el informe de los obispos para la Visita
ad Limina se alude a veces a alguna
misión, sin más datos que el hecho mismo, presentado
como signo de la preocupación del obispo
por su pueblo.

33
DeR, 54-55.
No se cortó de raíz el problema, pues el 19 de enero
de 1858 el provincial de
DOL, P. Pedro P. Cayro, al recordar estas normas,
añadía con pena: Hemos comprobado
que en algunas misiones se han introducido y
propagado cierto desmadre de
instrumentos musicales, lo cual parece indicio de que
no les resulta buena una misión
a la que le falte aquella mezcla de gemidos de
penitencia y el estrépito de las
bandas y disparos; cosas comprensibles en un campo
de batalla o en el teatro, pero
origen de distracciones, enfriamiento y daño para la
santa compunción del corazón
que debería terminar en el cambio de costumbres, y
esto sólo lo producirá la
palabra divina si se predica con espíritu penitencial34 .

Cambios. Pero la congregación se ha mantenido


abierta a las nuevas circunstancias,
que hoy llamaríamos inculturación, más visible en el
período 1839-1863,
por los cambios socio-políticos y por la expansión a
nuevos países: En un cierto
momento hacia la mitad del siglo XIX la congregación
comenzó a introducir modificaciones,
aunque pequeñas, respecto al proyecto que procedía
del fundador.
Por ejemplo, aparecen los reglamentos, los directorios
provinciales o nacionales
para las misiones, los decretos de capítulos generales
que permitían las excepciones...
35 .

Durante la época de supresión 1810-1814


envejecieron algunos misioneros venerables,
y la antorcha de la palabra tuvo que ser asumida por
nuevos refuerzos que
tendrían que trabajar en los Estados Pontificios, en el
reino de Nápoles, en Toscana
y en el extranjero. ¿Cómo actuar ante el cambio de
ambiente? En 1839 se imprime
un Direttorio per le Missioni, que el capítulo general no
impone, aunque el de 1845
recuerda que lo que no esté expresamente contenido
en tal directorio quedaba absolutamente
prohibido (Actas Cap.Gen. XVIII)..

En el siglo XIX se rompe el aislamiento de los pueblos;


se viaja más; los soldados
regresan con mentalidad liberal; llegan a los pueblos
personas ateas o inscritas
en la masonería; y, aunque escasa aún, se difunde la
prensa. La sociedad civil margina
los conocimientos religiosos y potencia las ciencias
naturales. Los misioneros
tuvieron que ir introduciendo pequeños cambios.

1) CEREMONIA DE ENTRADA: Si en Italia podía


seguir siendo pública o privada,
en Inglaterra el P. Domingo se sirve sólo de la privada.

2) ACTOS DE LA MAÑANA: durante la misa se podía


recitar el rosario, las letanías,
cinco padrenuestros, avemarías y glorias, y otros actos
del cristiano; el Reglamento
de 1855 los tolera ya donde sea necesario. El
Directorio coloca el canto de

34
Cfr. Arch. de Paliano, Scansia VIII, n. 35, Lettera
circolare del R. P. Pietro Paolo della V. Addolorata
riguardanti le missioni e i missionari.

35
ALONSO BLANCO, P., L’apostolato passionista nella
storia e nell’oggi, relazione alla assemblea
generale della CIPI, Roma, 11 gennaio 1990.
las Laudes Espirituales, o cánticos melódicos, al pie
del palco a partir de 1855; en
Inglaterra se trasladó al final de la mañana.

3) LA DISCIPLINA, suprimida en 1790, el capítulo de


1827 la deja a discreción
del superior de la misión. En el mundo anglosajón no
se practicó, al menos en esta
etapa de la historia36.

4) PROPAGANDA, en Italia comenzó el uso de


volantes que ayudaban durante
la misión y quedaban como recordatorios; en
Inglaterra, dado que las condiciones
sociales y religiosas obligaban a reducir los signos
externos, se introdujo el sistema
de persona a persona, la visita a las familias, con
buenos resultados, como la composición
de matrimonios o la invitación a los indiferentes37.
Las críticas circunstancias de 1848 aconsejaron
modificar la marcha de las misiones.
El 6 de abril el P. Testa mandaba instrucciones: La
poblaciones están con inquietud,
así que cuando no pueda desentenderse de las
misiones, hágalo exponiendo a los
obispos las actuales circunstancias... De las funciones,
si las circunstancias lo piden,
supriman todo lo que pueda producir una impresión
desfavorable en ciertos espíritus...

Al comunicar esta circular a los rectores de la


Dolorosa, el P. Amalberti añadía:
En el sermón del abandono no se retire el crucifijo ni la
imagen de la Virgen, ni se
invite a los compañeros a marcharse...38.

LA GRATUIDAD DE LOS MINISTERIOS. Aunque ya


se ha hablado del tema,
permítase completar aquellos datos genéricos con
algunos particulares. En el XVIII
Capítulo General de 1839 el P. Barberi presentó un
alegato contra la costumbre que
se iba introduciendo de recibir estipendios por los
servicios. Llegado a Inglaterra tuvo
que aceptar gratificaciones para pagar el ferrocarril en
el viaje de los misioneros.
En Italia, cuando se comenzó a prescindir del trasporte
particular y se recurrió también
al ferrocarril, se aceptaba el reembolso de los gastos.

MEDIDAS DE PRUDENCIA. El 16 de octubre de 1846


el P. Testa, después de
consultar con los PP. Antonio Colombo y Sebastián
Amalberti, tomó ciertas medidas
relativas a las confesiones de mujeres para quienes no
hubieran pasado de los 30
años; que no se mande a misiones a sacerdotes
menores de esa misma edad; que el
superior de la misión sea un sujeto de buena
preparación y espíritu39. Parece que el
peligro fue en aumento, pues el 10 de septiembre de
1858 envía a los provinciales
una circular Secreta, en la que lamenta una
advertencia que le ha hecho nada menos
que Pío IX. Por lo visto habían llegado acusaciones al
Tribunal de la Inquisición:

36 DeR, n. 307, p. 44.


37 Cfr. HERBERT, The Preachers of the Passion, o. c.,
55.
38 Cfr. Carta dirigida al P. Secundiano, rector de Sora,
posiblemente del archivo de esta casa.
39 El P. Paulino no indica el archivo de donde tomó la
copia, pero una mano ajena ha escrito Arch.

Napoli.
Dada la alta estima en que tenían a nuestro instituto,
creían que ciertos males no se
dieran entre nosotros, y ni siquiera nombrarlos. Al final
manda que el superior local
reúna sólo a los confesores –excluyendo a cualquier
otro religioso- y les informe
de la circular40.

LA MISIÓN POPULAR Y LAS AUTORIDADES


CIVILES. Los gobiernos de
la restauración no fueron hostiles a la misión popular,
de la que esperaban ayuda para
el control social; baste pensar que muchas solicitudes
procedían de la autoridad
civil. De hecho los misioneros ayudaron a remediar la
plaga del bandolerismo (brigantaggio),
por lo que algunos recibieron el agradecimiento del
poder político41.

En algunas crónicas del tiempo se resalta la creciente


influencia de la masonería.
En la misión de San Agustín, de Arezzo en 1850: No
faltaron las contradicciones
de la secta que amenazaba a los que querían entrar
en la iglesia; con todo, la
afluencia fue numerosa42.

El cronista reconoce en otras, como la de Pereta en


1840, que la misión resultó
fructuosa, a pesar de la contrariedad a la que los
misioneros debieron de hacer frente
por parte de la juventud que considera la religión como
obra filosófica, y sin embargo
luego aquellos jóvenes se dieron por vencidos desde
los primeros días con
gran edificación de todos, porque siempre asistían a
los actos en primera fila43 .

De la dada en Castagnola, Massa Carrara, en 1840, se


comenta: El concurso de la
ciudad y de las poblaciones vecinas fue muy grande,
pero mayor el del pueblo de Castagnola,
que no obstante la oposición de algunos modernos
filósofos iluminados, acogió
voluntariamente más la palabra de Dios que las
máximas torcidas del mundo44 .

5. Resultado de las misiones


En aquellas actividades en las que se conjugan
armónicamente la gracia y la libertad
resulta imposible cuantificar los resultados interiores;
por eso hay que contentarse
con los datos que se poseen relativos a las
manifestaciones externas. Los
misioneros hablan de la afluencia masiva a los
sacramentos de la confesión y de la
comunión, de la participación multitudinaria en las
procesiones, y también examinan
signos como la reconciliación entre personas, familias
y pueblos enemista

40
AGCP, D, Sup. Gen., Testa 1839-1862, circolari 1858.

41
GIORGINI, La missione al popolo: Cenni storici..., o. c.,
17. - Città L’Angelo - Lucca, Registro
delle missione, 1846, 1850... - Arch. Ritiro della
Presentazione, Registro esercizi e missioni, dal
1858 al 1863 non si fanno missioni ma solo esercizi... -
A2,11, recuerda que en regiones como la

Toscana resultarían extrañas algunas prácticas


usuales en el Lazio o en Nápoles.

42
Cfr. SPINA, A2, 44, del Rgtro. Lucca (126).

43
Rgtro. de Corneto, 17 (Cit. A2, 28).

44
Rgtro. Lucca, 99 (cit. A2, 122).
dos45. Era comprobable la respuesta del pueblo a los
actos de piedad: misa dominical,
rosario, viacrucis, novenas, peregrinaciones... Otro
fruto era el despertar vocacional
de los jóvenes, fenómeno sobre el que el P. Barberi
advertía: La experiencia
demuestra que en esas circunstancias gran número de
jóvenes siente deseo de hacerse
pasionista, deseo que se desvanece pronto como el
humo46. Si las misiones
removían la conciencia del pueblo cristiano, su
perseverancia era escasa y, como
por inercia, se volvía a los niveles anteriores. La
secularización iba en aumento con
el empuje de la masonería. El servicio militar
arrancaba a los jóvenes del ambiente
de la familia, y les dificultaba la práctica religiosa en
situaciones en las que se
recurría más o menos soterradamente a la
ridiculización47.
Resumiendo, se puede decir que las misiones
obtenían estos frutos: 1) mayor
instrucción religiosa; 2) recepción de la eucaristía y de
la penitencia; 3) pacificación
de las familias; 4) mayor santificación de los días
festivos; 5) reducción de los juegos,
en los cuales se recurría mucho a la blasfemia; 6)
disminución de los bailes, carnavales
y teatros procaces o jocosos.

El talón de Aquiles fue siempre el de la perseverancia;


pero, aunque muy precaria,
quedaba una siembra que podía dar frutos. La cruz
misional que se dejaba si las
autoridades no lo impedían era un modo de mantener
viva la memoria de la predicación
misionera.

LA PROMOCIÓN DE LOS LAICOS. Durante el período


de la unificación italiana
se fueron marginando las reuniones y procesiones,
que podían resultar sospechosas
a las autoridades civiles. Las viejas cofradías estaban
en crisis, con sus
miembros divididos o entre los nuevos políticos o entre
los adversarios de la nueva
situación. En la época del iluminismo las asociaciones
piadosas se mantuvieron al
lado de la Iglesia y frenaron la expansión del
racionalismo, que aplaudía el liberalismo
y la separación entre vida civil y práctica religiosa48.
Las misiones potenciaban
la conciencia de pertenecer a la Iglesia y ayudaban a
los miembros de las asociaciones
a revisar sus actitudes. Los pasionistas no crearon
cofradías propias; se limitaron
a reavivar las existentes. A lo más, imponían el
escapulario de la Pasión49.

45
GIORGINI, La predicazione e le missioni popolare..., o.
c., 104-105. - Cfr. en Rgtro. dei Ministeri
SsGeP, 130-131: en 1852 en Albano si depositano
presso i missionari circa 100 pezzi di armi;
si concludono 150 paci, una avviene tra tre fratelli che
si erano sfidati ad archibugiate. - Cit por
GIORGINI, ibid., 105.

46
Consuetudines..., Romae 1958, p. 4.

47
GIORGINI, La missione al popolo..., Cenni storici, o. c.,
19. - Rgto. de S. Sosio-Falvaterra, 66 y

120. (A1, 221).


48
Cfr. O. SARCINELLA: La Passione di Cristo e le
Crociricordo delle missioni passioniste nel Sud,
in TURRISI, I passionisti…, o. c., 197-198.

49
Cfr. ACP, XIV, 1 junio 1939, documentos de Pío IX
sobre el Escapulario de la Pasión anterior a
la erección de la cofradía.
Sólo ya en pleno período histórico al que se consagra
este volumen nace la Cofradía
de la Pasión vinculada a los pasionistas. No consta
que el P. Pablo de la Cruz
realizara ningún acto fundacional directo de cofradías,
como lo hizo con las congregaciones
masculina y femenina. Durante sus cuarenta años de
apostolado fomentó
entre los seglares la grata memoria de la Pasión, sin
inclinarse por una u otra forma
de asociación laical. En su vida hubo en Veroli,
Frosinone, una cofradía dedicada
a la Pasión y que se consideraba vinculada al
fundador50. El marqués Fernando
Bisleti de Veroli escribía en el reglamento: Nos
sentimos fuertemente inspirados a
no dar a la cofradía otro nombre que el de la Pasión de
Jesucristo... Por eso suplicamos
al Rvsmo. P. Pablo de la Cruz, general y fundador de
la congregación de los
pasionistas..., que tome bajo su protección (la
cofradía)...; en fin (si se nos permite
llegar a tanto) que la considere como hija primogénita
de su santo Instituto 51.

No se conservan documentos con los que demostrar


que San Pablo de la Cruz la
adoptara como se le pedía, aunque los cofrades
llevaron al pecho el emblema de los
pasionistas52. En Alatri, del 20 al 26 de febrero de
1824, el P. Egidio Ma. de San Luis
(Marini) predicó ejercicios a la cofradía de la Pasión
fundada por nuestro antiguos,
especialmente por Mons. Struzzieri, que se conserva
con gran fervor. Al año siguiente
fue el P. Francisco de San Felipe Neri (Bartolotti) quien
los dirigió del 15 al
25 de abril.

En cambio, un año más tarde, durante la misión dada


en Veroli, la cofradía aparece
desorganizada: uno de los frutos más relevantes fue la
restauración de la cofradía
de la Pasión, llamada de los Sacchetti, erigida por
nuestros padres hacia el
año 1752 y actualmente casi destruida y reducida a la
nada. La función de restauración
se hizo el 28 de mayo de 1826...53. Estas y otras
cofradías vinculadas a los pa

50
Cfr. GIORGINI, Historia., o. c., I, 464 ss, y II/2, 336. -
FILIPPO della Concezione (Antonaroli)
(1757-1830), Storia dei Padri Passionisti della Prov. di
Ma. Sma. Addolorata, mns., dos vols. - F.
CIPOLLONE (della S. Famiglia), San Paolo della
Croce e la provincia di Ma. Sma. Addolorata,
Casamari, 1967. - Jude MEAD, St. Paul of the Cross: a
source / workbook for Paulacrucian Studies,
New Rochelle-New York, 1983, 360-368. -
L’arciconfraternita della Passione, Quaderni
Passionisti, ediz. Il Crocifisso, Scala Santa, Roma,
1952.
51
AGCP, L., Confraternite, Storia, 1755-1918. - RAPONI,
G., Note storico-cronologiche relative
alla confraternita della Passione. -TEOFILUS, The
pious sodality of the Passion of our Lord Jesus
Christ, en The Passionist, VII, n. 5, sept. 1954, 431-
435.

52
AGCP, L, Archicofradía de la Pasión, cuatro folios
mcn., extractados de la Storia dei Passionisti
della Provincia di María Addolorata. El P. Tarcisio
Merola, secretario de la cofradía de Roma, solicitó
información sobre la cofradía de Veroli, el 18 abril
1939; el 24 le respondía el canciller de
la curia diocesana (apellido ilegible): La cofradía
desapareció hace años y su iglesia de la Magdalena
ha sido cerrada al culto. Sin embargo es tradición
común que tal cofradía fue erigida por
San Pablo de la Cruz, y que él mismo redactó las
normas que, en tiempo pasado que no sabría
precisar más, fueron retiradas por los pasionistas y
más tarde restituidas.

53
Cfr. AGCP, A.IV-V/ 2-4: Nota delle missioni, esercizi,
fatti nella Prov. di Campagna nell’anni del
Signore 1825-1826.
sionistas pudieron nacer a principios del siglo XIX,
pues el 17 de febrero de 1804,
Pío VII había concedido al general la facultad de
agregar a las que tuvieran como
espiritualidad la Pasión de Jesucristo o los Dolores de
María Santísima. Como el documento
se extravió durante la supresión (1810-1814), el P.
Colombo solicitó de
Gregorio XVI que renovase la concesión. El card.
Iustiniani comunicaba que, en la
audiencia del 19 de agosto de 1833, el Papa había
concedido que los cofrades pudieran
beneficiarse de las indulgencias de la congregación.
En el original del rescripto
escribió más tarde el P. Testa: El Santo Padre Pío IX,
a solicitud del Prepósito
General firmante, se dignó conceder el 19 de junio de
1847, de viva voz, que por
Cofradías se entiende todas las pías uniones erigidas
con legítima autoridad...; basta
que lleven algún título de la Pasión o tengan por
finalidad hacer memoria de la
Pasión de Jesucristo54 .

En 1853 Pío IX entregó a los pasionistas la custodia de


la Scala Sancta y el
20.09.1861 concedió al general la facultad de erigir las
cofradías de la Pasión y conceder
a sus miembros los privilegios espirituales del instituto,
y el 30.07.1863, que
los socios pudieran llevar en el escapulario el mismo
escudo55.

Entre otras cofradías que los misioneros encontraban


en las parroquias había algunas
dedicadas a la catequesis o instrucción de la fe y a la
caridad entre sus socios.
Los pasionistas, lejos de llenar las parroquias con
nuevas asociaciones, se esforza

54
Cf. ACP, XIV, 1939-1941, 325 ss., con otros detalles
históricos y jurídicos. El instituto se valió ya
en alguna ocasión de esta facultad para agregar
cofradías, como la de Palazzolo, en 1823, la de
Aigueville,
en 1850. - Cfr. en AGCP, 11 B, 51, Pia Società sotto il
titolo della Ssma. Croce e Passione
del N. S. Gesù Cristo canonicamente eretta... nell’aula
di S. Lorenzo Martire ad Sanctam Sanctorum,
Roma, tip. Salviucci, 1867 (a lápiz se ha escrito: P.
Piergiovanni della V. Addolorata, C.P).

55
Para unificar aquí este tema, aunque corresponda ya a
época posterior, se añaden algunos datos
complementarios. El 03.05.1867, poco antes de la
canonización del fundador, el superior de Scala
Sancta, P. Piergiovani Bettini, estableció la Pía
Sociedad de la Pasión, que comenzó a extenderse
por los conventos pasionistas. Tras la promulgación
del Código de Derecho Canónico de 1917, las
asociaciones tuvieron que acomodarse a la nueva
normativa y el P. Silvio di Vezza solicitó de Benedicto
XV que la de Scala Santa tuviera título honorífico de
archicofradía (c.725) y las demás sólo
el de cofradía agregada. El Papa respondió con el
Breve Probe novimus (28.02.1918):...Con
nuestra autoridad apostólica, a tenor del presente
Breve, erigimos y elevamos in perpetuo la Cofradía
de la Pasión establecida en esta Ciudad, en la capilla
del Sancta Sanctorum, como archicofradía
de honor o primaria... Confirmamos todas las
indulgencias concedidas por esta Sede Apostólica
y queremos que conserven todo su vigor... Además,
tanto a los socios ya inscritos como a
cuantos se inscriban en el futuro concedemos en el
momento de la muerte la bendición apostólica,
según la forma y el rito prescrito, con indulgencia
plenaria..., según documento firmado por el
card. Pedro Gasparri, Secr. de Estado, en ACP, XIV, 1
enero 1941, 331-333; o en II Crocifisso,
1922, y en Quaderni Passionisti, n. 3:
Archiconfraternita della Passione, ediz. Il Crocifisso,
Scala
Sancta, Roma, 1952, 9-13. Para aplicar este
documento, el P. Silvio publicó el 20.05.1918 unas
normas
para las cofradías ya erigidas, (Bollettino..., I, 1920,
53). En función de este documento, el título
de Archicofradía corresponde exclusivamente a la
Asociación de Scala Santa; las demás erigidas
en otros lugares son y se llaman simples cofradías. -
ACP, XIV, 1 enero 1941, p. 334.
ron por empapar de espiritualidad las ya existentes. A
lo que parece, la única que establecían
era una dedicada a combatir la Blasfemia, siguiendo
instrucciones de la
Santa Sede. El P. Testa recomendaba la Obra de la
Propagación de la Fe en 1842, y
el mismo año la Pía Unión contra la Blasfemia56 .

Se mantuvo la costumbre de rezar la Corona o Rosario


de las Cinco Llagas tal
como la había dejado el 10 de septiembre de 1823 el
general P. Pablo Luis Pighi57.

Aunque no consta cuándo comenzó, debió de ser por


esta época cuando se introdujo
la práctica de dejar, como recuerdo de la misión, un
cruz con las fechas de
la misma: colocada en la iglesia o en el pórtico,
recordaría los compromisos asumidos
por todos. En teoría tendría un valor rememorativo, ya
que no era fácil dejar organizada
lo que hoy llamaríamos post-misión. No todos los
párrocos querían añadir
nuevas cargas a la ya pesada estructura parroquial58.
Además de la cruz misional, comenzó
a usarse el sistema de Recuerdo de la Misión, con
diversos títulos: un opúsculo
que contenía las verdades fundamentales, las ideas
más sólidas de la misión, y
algunas oraciones o prácticas piadosas.

ÉXITOS Y FRACASOS. La relación de misiones y


ejercicios contiene: 1) datos
sociológicos del lugar: nombre, diócesis, a veces el
número de habitantes; 2) tipo de
apostolado que se realizaba: misión popular, ejercicios
públicos o privados, conferencias...;
3) nombres de los misioneros y retiro del que
procedían, quién hacía de
superior y cómo se distribuían las actuaciones; 4)
alguna referencia al éxito o fracaso
y las razones que lo explicaran; 5) alguna
circunstancia por la que fue más costoso
el trabajo; 6) regreso al retiro... A modo de ejemplo,
para no multiplicar las citas,
basta con esta crónica del Retiro de Todi:

Solomeo, diócesis de Perugia, 1843: El 3 de marzo


salieron de esta casa los PP.
Juan Antonio Nicoli del Corazón de María, Tomás
Lubrani de San José, éste en calidad
de predicador, y el otro como catequista (a los cuales
se unió como ayudante
el P. Cayetano Rabotti del Corazón de Jesús, que
además de los despertadores hizo
por primera vez los catecismos del decálogo y los
fervorines de la comunión), para
dirigirse a Solomeo y predicar allí la santa misión que
comenzó el 5 y terminó el 21
de marzo. Misión realmente bendecida copiosamente
por Dios: el concurso de gente,
tanto por la mañana como por la tarde, fue
extraordinario desde el comienzo;
llegaron a asistir 18 y hasta 20 parroquias o lugares, y
hasta de la misma ciudad,
llegando a veces a asistir entre cuatro y cinco mil
personas; venían corporativamente
las parroquias, a veces poblaciones enteras. Por eso
hubo que predicar va

56 ACP, XVII, 1951-1952, 176-177 y 204-205.

57 ACP, XVI, 1948-1950, 80-81. - GIORGINI, La


predicazione e le missione..., o. c., 100.

58 GIORGINI, Le predicazione..., o. c., 102-103. -


TITO, Expositio..., n. 745. - AAS, V, 1913, decre

to de la S.C. del Santo Oficio, del 13.08.1913 con las


indulgencias anejas. -Collectio Facultatum

et Indulgentiarum..., 1931, n. 179, 193-194.


rias veces al aire libre, y por la afluencia de penitentes
hubo que prolongar dos días
la misión. Por esta sobrecarga de trabajo y por haber
tenido que predicar al aire
libre en una estación todavía fresca, apenas terminó,
el P. Tomás cayó gravemente
enfermo y hubo que dejarlo en Solomeo, mientras los
dos compañeros regresaron
al retiro, porque además tenían que salir para otros
compromisos. El P. Tomás fue
asistido con extraordinaria caridad en casa del señor
Francisco Mencarelli (en la
que se habían alojado durante toda la misión);
repuesto después de algunas semanas,
regresó a este retiro59 .

El relato de la misión dada en 1853 en Castel Ritaldi,


diócesis de Spoleto, añade
algunas circunstancias que permitirán al lector calibrar
las fatigas del apostolado:
Aunque en los primeros días el pueblo parecía
indiferente y frío, después se enfervorizó
de tal modo que terminó siendo una misión muy
fructuosa y dio gran satisfacción
a los misioneros destinados a ella; si es verdad que se
cansaron, también lo
es que recogieron el fruto de tanto esfuerzo. Se
confesaron todos, salvo alguno que
dijo que no lo necesitaba: Yo no voy porque no creo
tener necesidad... No hizo lo
mismo otro, que, aunque hacía ocho años que no se
confesaba, al oír la primera
plática de la misión quedó tan compungido que
inmediatamente se presentó a los
misioneros, diciéndoles que no marcharía si antes no
lo confesaban. El misionero le
aseguró que le escucharía a la mañana siguiente; y allí
estaba él, descalzo, con
gran admiración de quienes lo conocían y consuelo de
los misioneros por su cambio
tan radical y las santas disposiciones que tenía60 .

6. Algunos campos de apostolado


APOSTOLADO EN LAS CÁRCELES. Los pasionistas
de los Ss. Juan y Pablo,
y más tarde los de Scala Santa, fueron designados por
el general para la pastoral en
las cárceles o centros de retención de Roma (Hospicio
de San Miguel en Ripa, Cárceles
Nuevas, Beneficencia de Términi, Santa Balbina,
Baños de Diocleciano...),
Corneto, Civitavecchia y con menor frecuencia los de
Lucca y Monte Argentario. En
el amplio edificio de San Miguel en Ripa, en el muelle
principal del Tíber, se encontraban,
en secciones separadas, ancianos y ancianas,
muchachos y muchachas. De
su pastoral ordinaria se encargaba, desde 1830, una
pía unión de sacerdotes, presidida
por un prelado o clérigo de cámara, con todas las
facultades necesarias (uno de
ellos fue Mons. Giovanni Maria Mastai, luego Papa Pío
IX). Este prelado recurrió a

59
Cfr. AGCP, B, 20 (B, II-III/2-5º), Libro in cui vengono
registrate le funzioni del ministero apostolico
... di questa famiglia del ritiro di S. Giacomo presso
Todi, coll’indicazione del luogo ove so-
no state fatte,la loro durata, e di qualche fatto accaduto
degno di essere tramandato alla memoria
dei posteri. Anno del Signore MDCCCXXVIII, f. 114-
115.

60
Ibid., 140.
los pasionistas, quienes de 1840 a 1846 dirigieron
cuatro triduos, cuatro cursos de
ejercicios a las condenadas, ocho tandas a los jóvenes
y cuatro a las muchachas. En
las Cárceles Nuevas de la Vía Giulia, el P. Pío Cayro,
en 1860-1861, predicó varios
domingos a los que están en celdas aisladas. En 1854
predicaron ejercicios de tres
días a los encarcelados, y en 1855 se tuvo una
hermosa comunión general. En las
cárceles de Términi, llamadas de Beneficencia,
además de huérfanos y huérfanas,
muchachos y muchachas abandonados y diversas
mujeres, había condenados. En
1849 y 1850 los pasionistas predicaron a los forzados,
los cuales escucharon con
atención a los predicadores (PP. Emidio Cheli, Sisto
Tedeschi y Pío Cayro). En las
cárceles de Santa Balbina y en otras, predicaron en
doce ocasiones de 1854 a 1862.
En 1854, además de las conferencias habituales, se
añadieron las meditaciones de la
Pasión, y se confesaron y comulgaron todos. El P.
Salvi predicó a los condenados
detenidos en el Castel Sant’Angelo61.

El año 1840 el P. Testa, previa solicitud del card.


Antonio Testi, pro-tesorero del
Papa para los detenidos en Civitavecchia, destinó a
nueve sacerdotes y a un hermano
para misionar a aquellas galeras: PP. Colombo,
Ramón Vaccari, Celestino Mancini,
de los Ss. Juan y Pablo; Fortunato Berardi, de
Montecavo; José Gaddi, de Pievetorina;
Gesualdo Scalpelli, rector de Corneto, Mariano di
Ponzo de Jesús, Ignacio
Carsidoni y Benedicto (Agustín) Macera, y el H. Luis
Fiorelli, sacristán. La misión
comenzó el 29 de octubre. Un grupo de misioneros
trabajó en la Dársena, y otro en
los Baños, donde había unos 100 detenidos
incorregibles. De los 18 días, se dedicaron
15 a los penados y tres a la guarnición y a los
funcionarios: Fue una misión fructuosa
para quien se aprovechó, pero inútil para un cierto
número de detenidos que
no quisieron confesarse y quedaron duros y
obstinados en su vida malvada. En junio
de 1842 y en mayo de 1852 se volvieron a dar
ejercicios en la misma zona62.

LA DIRECCIÓN ESPIRITUAL63 . No es un campo en


el que el ruido y el aplau

61
GIORGINI- ALONSO BLANCO, Un apostolado
pasionista especial en las cárceles romanas, siglo
XVIII, BIP, julio 2005, 18-19. - El apostolado
passionista en las galeras pontificias de Civitavecchia,
BIP, octubre 2005, 22-23.

62
Minist. SS GeP, 47-49 y 86; en 1860 en el ergástulo de
Corneto, 139.
63
Cfr. A. ANCILLI, Direzione spirituale, en DIP, 3, cc.
530-547. - BERTHELOT DU CHESNAY,
Charles, Direction Spirituelle en Occidente, III, du 17º
siècle a nos jours, en Dictionaire du Spiritualitè,
III, cc. 1119-1124, habla de S. Pablo de la Cruz en c.
1134. - VILLER, M., S. J., La mystique
de la Passion chez Saint Paul de la Croix, en
Recherches de science religeuse, tomo 40, 1952pp.
426-445. - VALDERRÁBANO ORDEIG, J. Félix,
Dirección espiritual, pp. 358-373 del Diz.
Teol. della Vita Consacrata, dir. por Ángel Aparicio
Rodríguez y Joan Maria Canals Cassas, C. M.
F., ediz. italiana a cura di Tullo Gofi y Achille Pallazzini,
Milano, 1884. - GIORGANI, F., y OCCHIALINI,
U, Direzione spirituale, pp. 420-424, en Dizionario di
Mistica, a cura di L. Borriello,

E. Caruana, M.R. del Genio e A.Suffi, Libreria Editrice


Vaticana, Città del Vaticano, 1998. -Sobre
San Pablo de la Cruz como director de espíritu, cfr.
ZOFFOLI, E., San Paolo della Croce...,
Storia critica, o. c., II, 28-900. - BORDO, B., La
direzione spirituale in S. Paolo della Croce, en
Fonti Vive, 1955, 396-405; y 1957, Lettere di direzione
spiritual, 65-72, y La direzione in atto,
362-376. - NESTI, P. Silvano, L’infanza spirituale di
Cristo nella spiritualità e nel kerigma del
so tengan su ambiente; encajan mejor la discreción y
el silencio. Por eso no hay demasiada
bibliografía específica en este período. La dirección
espiritual ha ocupado
la vida de grandes santos. Baste recordar a San
Francisco de Sales con sus numerosas
cartas y escritos. En la historia de la congregación
aparece bien clara en la vida
del fundador64.

Las constituciones y reglamentos hablaban de una


forma de dirección espiritual
por la que el superior se mantenía en contacto con los
religiosos en lo referente a los
hechos exteriores (observancia, oración, apostolado,
etc.); tal dirección habría que
llamarla disciplinar-canónica, y correspondía por oficio
a los superiores, a los visitadores
en tiempo de la visita y sobre todo al maestro de
novicios65.
Otro tipo de dirección iba más unida a lo espiritual, a la
conciencia; y en todas
las comunidades debía haber un director nombrado
(se supone que por el superior
provincial) para que el religioso si no tiene confianza
para abrir el corazón al rector,
lo haga al padre espiritual66 .

Ambas modalidades se mantienen en el ámbito de lo


ascético y personal, y no
entran en el apostolado. Al hablar de dirección
espiritual como parte del mismo se
incluye las confesiones en el propio retiro, la asistencia
a los monasterios como confesores
extraordinarios y la dirección epistolar; forma que
difícilmente puede ser
historiada, ya que las cartas entre dirigido y confesor,
al ser de mucha intimidad interior,
solían destruirse a la muerte del uno o del otro. Por
fortuna tenemos abundantes
muestras en las cartas de San Pablo de la Cruz, y en
menor cantidad del P. Lorenzo
Salvi o del P. Domingo Barberi. También es conocido
como director espiritual de
muchas almas San Vicente Ma. Strambi, sin olvidar a
San Carlos Houben, que vivió
en Dublín en la última etapa del P. Testa, aunque
muriera treinta años más tarde67.

Padre Lorenzo Salvi, C. P., tesis ad lauream, Roma,


1978 (AGCP, 13-E-56). - BROVETTO, C.,
San Paolo della Croce e la spiritualità passionista, en
Le grandi scuole della spiritualità cristiana,
P. I. di S. Teresianum, Ediz. O. R., Milano, 1984, 597-
620. - 6MADONNA, M., I Passionisti
e la Direzione Spirituale. Lineamenti e figure
emergenti, en TURRISI, C., I Passionisti..., o. c.,
313-350. - GAÈTAN DEL NOM DE MARIE, Oraison et
ascension mystique de St. Paul de la
Croix, Louven, 1930. - Id., Doctrine du St. Paul de la
Croix sur l’oraison et la mystique. - HUERGA,
A., O.P., San Pablo de la Cruz, un místico insigne en la
época de la Ilustración, en Teología
Espiritual, XIX, n. 57, 1975, 331-351.
64
Cfr. ZOFFOLI, o. c., y GIORGINI, Historia..., o. c., I,
472ss; II/2, 324-326. - NASELLI, Historia...,
o. c., II/1 373-390.

65
Cfr. Regulae et Constitutiones..., o. c., 26, texto de
1741, 1745, 1759, 1775 y 1830 (n. 38-43).

66
Ibid., texto de 1736, 1741, 1746, 1769, 1775 y 1930 (n.
277), pp. 122 y 123.

67
Cfr. S. Paolo della Croce: Lettere, vols. 1-1V, Roma,
1924; y V, Roma, 1977. - CHIARI, Cristoforo,
a cura di, San Paolo della Croce, Lettere, 3 vols: I ai
Laici; II, agli Eclesiastici; III, ai Religiosi,
Città Nuova Editrice, Roma, 1974; cfr. I, 16-21,
Introduzione. - BASILIO DE S. PABLO, C. P.,
Introducción a Cartas y Diario Espiritual de San Pablo
de la Cruz, Madrid, 1968, 17-59. - PIÉLAGOS,
F., Testigo de la Pasión, Madrid, 1978, cap. XVI,
Estela de almas, 183-193. - REYNDERS,
Benedicto XIV, en Pastoralis curae, 05.08.1748, había
prescrito que en cada
monasterio hubiera un confesor ordinario; pero ya
estaba en vigor la norma tridentina
(ses. XXV, c. 10, De Regularibus) que concedía a las
monjas un confesor extraordinario
dos o tres veces al año68.

En los registros de ministerios se incluye el envío de


algún religioso como extraordinario.
En los de la casa de los Ss. Juan y Pablo y en los del
retiro de Corneto
se registra este servicio prestado a a las pasionistas
de Corneto-Tarquinia en 1839,
1840, 1841 (P. Salvi), 1843, 1855, 1851 y 1854; a las
benedictinas de la misma localidad
en 1840 y 1841; a las carmelitas de Vetralla, en 1861 y
1862; a las Sepultadas
Vivas de Fara, Sabina, en 1845; a las Maestras Pías
de Frascati, en 1842; al monasterio
de Ss. Flavia y Domitila, en 1853 y 1859; a las Claras
de Montefalco, en
1857 (Pío Cayro); a las monjas de San Bernardo, de
Narni, en 1845; al monasterio
del N. Jesús de Palestrina, en 1840; en Roma a las
monjas de San José en Campo
Vacino, en 1858; a las religiosas del Divino Amore, en
1843; a las del E. Santo, en
1859, 1860 y 1861 (Pio Cayro); al monasterio de la
Purificación, en 1841 (P. Salvi)
y 1862 (Pío Cayro); al del N. Jesús, en 1847; al de los
Cuatro Santos Coronados, en
1852; al de S. Silvestre in capite, en 1855; al de Santa
Prudenciana, en 1853; al de
Santa Susana, en 1853; al de San Urbano, en 1850; a
las Filipinas, en 1859; a las de
Santa Cecilia, en 1853; a las Pallotinas, en 1854; a las
carmelitas de Sutri, en 1840;
a las carmelitas de Velletri, en 1844...

CONFESORES Y DIRECTORES DE CONCIENCIA.


Cuestión aparte es la dedicación
habitual al sacramento de la penitencia, campo de
trabajo, olvidado con
frecuencia, desconocido para muchos, dedicados
como están más a los hechos que
caen bajo los sentidos que a los que transcurren en
secreto69 .

San Pablo de la Cruz destacaba este apostolado como


característico en los propios
conventos o en los alrededores: A fin de que los retiros
resulten más provechosos
para los lugares, tierras y ciudades circunvecinas, los
religiosos estén siempre
dispuestos a atender las confesiones en sus iglesias,
particularmente de quienes

Gaètan del Nom de Marie, S. Paul de la Croix, Apôtre


et Missionaire, Tirlemont, Bélgica, cap. CII,
Le directeur spirituel, pp. 187-242. - GARRIGOU
LAGRANGE, R., Nuit de l’esprit réparatrice
en St. Paul de la Croix, en Études Carmelitaines
mystiques et missionaires, año 23, vol. II, oct.
1938, 287-293. - BRICE, Fr., C. P., In Sprit and in
Truth: the spiritual doctrine of St. Paul of the
Cross, New York-Cincinnati, 1948. - Sobre S. Vicente
Ma. Strambi, conf. P. STANISLAO dell’Addolorata,
C. P., Vita del B. Vincenzo Maria Strambi, passionista,
vescovo di Macerata e Tolentino,
Roma, 1925, 163- 188; entre sus dirigidos, S. Gaspar
del Búfalo, Bta. Ana María Taigi, la Vble.
Luisa Maurizi, la Vble. María Adelaida Clotilde y el rey
Carlos Manuel IV. - En AGCP, mns. 115,

P. ANDREA di S. Luigi, Lettere a Margherita Rosati, de


1853 a 1874, 509 pp. - SPENCER, Paul-
Francis, C. P., To heal the broken hearted, The life of
St. Charles of Mount Argus, Glasgow, 2007.
68
Cfr. Confessio, en DIP, o. c., II, col. 1437. - GIORGINI-
ALONSO BLANCO, La predicación pa-
sionista a los monasterios de monjas y otras
religiosas..., o. c., 24-25.

69
Cfr. FILIPPO, Nel Primo Centenario dei PP. Passionisti
in Sora..., o. c., p. 30.
acuden para tranquilizar su conciencia, y además en
los días festivos vayan a pueblos
cercanos y a veces más alejados a predicar, a ofrecer
alguna meditación y a
asistir a los penitentes...70 .

Además de este servicio en los lugares vecinos, los


confesores eran pieza clave
de la misión, como se ha dicho. El problema de la
misión comenzaba a la hora de
sentarse en el confesionario, cuando se pasaba del
auditorio genérico al penitente
personalizado. A un buen confesor y director de
conciencia se le pide prudencia,
equilibrio, cordura o sentido común y rectitud.

Si desde el púlpito podía el predicador lanzar truenos y


amenazar con castigos,
como confesor trataba de acoger, escuchar y
preguntar con delicadeza y caridad; y
además a prudencia y el sigilo le cerraban la boca. Del
esfuerzo de los misioneros
queda constancia; pero de la abnegación de los
confesores y directores de espíritu
apenas se habla en la crónicas. Para evaluar su
importancia hay que esperar a la breve
relación que se dedicaba a los religiosos después de la
muerte; entonces suele
aparecer esta característica. Por fortuna se han
conservado las necrologías, manuscritas
hasta 1879 con el nombre de Diario Necrológico del P.
Eustaquio, e impresas
desde 1880 hasta 1960. En el DNEust correspondiente
a 1839-1863 se resalta esta
faceta en algunos religiosos71.

Para no multiplicar las notas a pie de página, el


número entre paréntesis al final
de cada religioso corresponde a la página de DNEust:
1) Costanzo Borghelesi
de San Antonio,1805-1839 (168). - 2) Martín Canale de
la I. Concepción, 18101839
(169). - 3) Juan Bta. Ferreri de S. V. Ferrer, 1787-1840
durante una misión
(173). - 4) Ignacio Carsidoni del Costado de Jesús,
1801-1844 (185). - 5) Miguel
Guaita de Jesús, 1804-1840 después de una misión
(188-189). - 6) Mateo Nini de
San Rafael (1804-Jesi, 1846, cuando regresaba a
Roma) (192). - 7) Cayetano Angelini
de la Anunciación, 1770 -1846 (194-195). - 8) Luis
Bonauguri de la I. Concepción,
1796-1846 (196). - 9) Domingo Barberi de la Madre de
Dios, 1792-1849
(210-217). - 10) Antonio Colombo de San José, 1771-
1849, (219-221). - 11) Calixto
Acciari de San Luis, 1787-1850 (224-225). - 12) Juan
L. Sofia de la Anuncia

70 Notizie, n. 25 en 1745 y n. 26 en 1768.

71 Es evidente que otros muchos destacaron en esta


época, pero murieron posteriormente. P. Fortu
nato Ma. de Gruttis (1826–1905): La palestra del suo
zelo fu il confessionale ove solo a Dio so-

no noti i copiosi manipoli mietutti. Cfr. FILIPPO,


Centenario di PP. Pasionisti a Sora..., o. c., 52.

-CHIARI, C., P. Fortunato de Gruttis, un apostolo del


confessionale, en Spiritualità della Croce,
San Gabriele, 1976, I, 95-113. - P. Stanislao Ciocca
dell’Immacolata Concezione (Roma 1814 -
Sora 1886): Fu missionario e si distinse specialmente
nell’amministrazione del sacramento della
confessione... (FILIPPO, o. c., 36). - P. Agostino Supini
dell’Addolorata (Roma 1840 - Sora 1905):
Piacque tanto per il suo bel modo, che molti
aspettavano ore ed ore per potersi confessare da lui,
per il gran numero di penitenti che aveva, durando le
intere mattinate in questo ministero sì faticoso...
E... non solo quando era sano ed in forze, ma ezandio
più o meno negli ultimi anni della
sua vita, quando si rovesciarono sopra di lui infiniti
malori. -FILIPPO, o. c., 36.
ción, 1764-1850; confesor del card. Cappellari, luego
Gregorio XVI (228-229). 13)
Mario Scanzini de San Joaquín, 1808–1851 (231). -
14) Gregorio Ferrari de Jesús
y María, 1808-1852 (237)72. - 15) Secundiano Giorgeri
de San Miguel, 18051854,
a consecuencia de una fiebre fulminante mientras
daba la misión (246). - 16)
Roque Cervara de San Miguel, 1793-1855 (250). - 17)
Lorenzo María Salvi de S.
Francisco Javier,1782-1856 (255-257). - 18) Bernardo
Spinelli de la Dolorosa,
1777-1857 (263-264). - 19) Tomás Schellino de Jesús,
1796-1860 (284). - 20) Pascual
Rolando de San Francisco, 1817-1861 (286). - 21)
Sebastián Amalberti de San
José,1783-1862 (295).

EJERCICIOS ESPIRITUALES EN LOS PROPIOS


RETIROS. Desde la época
del fundador, en cada retiro había habitaciones para el
clero y los seglares que querían
retirarse a ejercicios y retiros. Al levantar el de la
Presentación, el P. Pablo quiso
que junto al retiro hubiera un edificio para ejercitantes,
separado de la casa religiosa.
En las Reglas de 1741 se habla de una casa hecha a
propósito y destinada a
este efecto73 . En las de 1746 mantiene el deseo de
los ejercicios, pero no en casas
próximas. Las dificultades debieron de ser notables,
pues abandonó la idea de levantar
otra casa junto al retiro, aparte del de los Ss. Juan y
Pablo, donde, al tomar posesión
en diciembre de 1773, ya regentaban la casa de
ejercicios los sacerdotes de
la Misión de San Vicente de Paúl (lazaristas o
paúles)74. Las vicisitudes de la casa
de ejercicios de Roma se pueden seguir en la obra del
P. Zecca, y en el Registro de
Ejercitantes. En el período 1839-1863 se encuentra,
por orden alfabético, el nombre
de 3.470 ejercitantes, sacerdotes y laicos, para
ejercicios o retiros y para la preparación
a la primera comunión. En el volumen correspondiente
a 1853-1867, hay una
lista de 280 más, casi todos sacerdotes, que hicieron
ejercicios por consejo de Pío
IX en el Año Santo de 185075.

Entre los predicadores que han pasado por la casa


figuran con más frecuencia los
PP. Lorenzo Salvi, Raimundo Vaccari, Roberto
Torraca, Pío Cayro, Emidio Cheli,
Ludovico Vitali, Julián Brezzo, y, con menor asiduidad,
Bartolomé Zucchi, Felipe

72
Atendiendo a los penitentes, se le acercó uno con
viruela, que le contagió, y fue tan grave la enfermedad
que hubo de amputársele una pierna..., no una, sino
dos veces por la impericia del cirujano.
Curado, sobrevivió diez años con una pierna de
madera, y siguió atendiendo el confesionario
con mayor empeño que antes. - ibid., 237.
73
GIORGINI, Regulae..., c. II, p. 4.

74
Cfr. PIAZZA, Carlo Bartolomeo, La Gierarchia
cardinalizia..., Roma, MDCCIII, 522. - También
ZECCA, La pastorale degli esercizi spirituali..., o. c. -
Los paúles acondicionaron mejor el local,
como, por ejemplo, el actual comedor de ejercitante en
1744. - Cfr. Libro delle Consulte Gen., 13.

06. 1951, 85.


75
Cfr. AGCP, Registro dei Sig. Esercitanti: a) Dal 1814 al
1832; b) Dal 1833 al 1853; c) Dal 1854
al 1876..., y otros volúmenes posteriores que no se
refieren a este período. Según informe aparecido
en el BIP, 2/90, 35, de 1814 a 1957 hubo 34.000
personas del clero o seglares.
Squarcia, Roque Cervara y Alfonso Scalpelli... Por la
casa pasaron también personalidades
no pasionistas, como Juan Ma. Mastati (B. Pío IX) en
1815,1816 y 1817; S.
Gaspar del Búfalo (1818,1829, 1821), S. Vicente
Pallotti (1829), S. Antonio Gianelli
(1839), B. Antonio Rosmini (1848)76, card. Joaquín
Pecci, luego León XIII (1854)...
Aunque aquí se han ofrecido solamente datos de la
casa de Roma, se puede ver el
mismo apostolado en las crónicas de los retiros de
Vetralla, Corneto, San Sosio...

7. Las fatigas
Grandes fueron por el esfuerzo mismo de la
predicación y de las confesiones, y
por otros factores de climatología, vivienda,
alimentación, traslado... No fueron pocos
los que enfermaron durante la misión. Hay que
recordar que no se disponía de
las técnicas actuales de amplificación del sonido; para
hacerse oír el misionero debía
mantener el esfuerzo durante más de una hora; al
bajar del estrado, a pesar del
cansancio, se sentaba en el confesionario durante
muchas horas... Ya hemos hablado
del caso del joven P. Pakenham en Irlanda... En los
ejercicios de Civitella Cesi,
el P. Marcos Bourliè, de Corneto-Tarquinia, tuvo que
ser visitado una o dos veces
por el médico en la cama77 . El P. Andrés (Petrassi)
murió durante la misión de Penne,
en el Abruzzo, el 13.04.183778.

II. APOSTOLADO FUERA DE ITALIA


1. Adaptaciones fuera de Italia
Con la llegada a Bélgica, Inglaterra, Francia, Irlanda y
Estados Unidos hubo necesidad
de acomodarse a ambientes no italianos. Los
misioneros estaban ya entrenados
y con excelente preparación; el problema nacía del
idioma, de la nueva cultura
de los oyentes, del contexto social y de la diversidad
religiosa. Además del idioma,
el ambiente social impedía actos públicos (uso de las
campanas o las procesiones,
por ejemplo). Pasaron años hasta que el P. Domingo
comenzó una misión po

76
En Epistolario ascetico di A. Rosmini, Roma 1912, vol.
III, p. 435, carta del 22.09.1848 a Paolo
Orsi a Rovereto: Potrei avere alcuni giorni liberi per
pensare all’anima mia, ed ora sto facendo gli
spirituali esercizi presso questi ottimi Padri passionisti
in una salubre ed amenissima solitudine...
En otra al conde di Castellbarco a Belgirate, ibid., p.
441 In questo dolce ad ameno ritiro del monte
Celio dove attendo da qualche giorno agli spirituali
esercizi da questi uomini di Dio che dalla
Passione di Cristo hanno preso il nome... Y en una del
03.10.1848, p. 446, a Don José Gradelizio:
Qui in Roma si vedono delle case religiose ammirabili
per osservanza, silenzio, raccoglimento, devozione
e pare d’entrare in paradiso entrando in tale case. Io
ne esco pur ora da una di queste, do-
ve feci con mia grande edificazione gli esercizi
spirituali; ed è la casa dei passionisti di S. Giovanni
e Paolo sul monte Celio. ¡O, qual consolazione al
vedere quel profondo raccoglimento, quella
continua orazione, quel silenzio perfetto, quella
rinunzia totale alle curiosità del mondo!

77 Rgtro. de Corneto, 20/31.03.1844.


78 DNEust, 161.
pular. Algunos rosminianos habían abierto el camino
individualmente. En la primavera
de 1844 dos de ellos dieron una misión juntos; y en la
misma época el P. Barberi
dirigió los días 24-31 de marzo, una misión en Lane
End, Staffordshire: Fue el
primer retiro público que los pasionistas han dirigido en
Inglaterra, si se exceptúa
los dirigidos al propio grupo de Aston... El retiro
transcurrió muy bien, mejor de lo
esperado... Durante el retiro el citado padre estuvo
confesando cada día desde la
mañana hasta las 10 de la noche. Casi todos quería
hacer confesión general...79.

Al llegar a Inglaterra el P. Gaudencio Rossi formó


equipo con el P. Barberi. El 23
de abril de 1844, éste escribía al P. Testa, a Roma: El
P. Gaudencio ha dado ya los ejercicios
en Aston, con satisfacción de todos; espero que lo
hará bien80 . Más tarde los pa-
sionistas dieron misiones de una semana en
Swynnerton, Heythrop, Radford, Tixall,
Stafford, Stoke, Wolverhampton, Rugely, Cheadle,
Newcastle-under-Layne an Cresswell,
a cargo del P. Domingo. El P. Rossi predicaba en otra
zona. En los primeros tiempos
35 protestantes entraron en la comunión de la Iglesia
Católica. Como el P. Domingo
debía hacer la visita a las comunidades, bajó el
número de misiones, sólo dos de
una semana entre septiembre y diciembre de 1945. El
21 de noviembre el P. Barberi
comunicaba al P. Testa: En este momento no tenemos
solicitudes de misiones...81 .

No obstante las limitaciones de personal, los


pasionistas fueron conquistando el
ambiente. El periódico The Tablet comentó acerca de
la misión del P. Rossi en Chester,
14 - 21 de junio de 1844: La misión ha sido llevada a
cabo por el P. Gaudencio,
quien, aun estando solo, ha concluido un trabajo
increíble..., coronado por un resultado
positivo... El confesionario estuvo rodeado de
penitentes sinceros y humildes
desde las primeras luces de la mañana hasta casi
media noche... Ha pronunciado
sermones impresionantes y muy expresivos tres veces
al día...82 .

Además del P. Domingo, destacaron como misioneros


los PP. Rossi, Spencer,
Grotti y Pakenham. El P. Spencer dedicó mucho
tiempo a lo que llamaba pequeñas misiones,
sobre todo desde 1858: Estaba media semana en
cada parroquia; esto es, tres
días y medio entre predicaciones y confesiones.... Dio
unas 245 desde junio de 1854
hasta septiembre de 1864; estaba llegando al número
246 cuando murió. Un cálculo
nos puede aproximar a las 22 semanas cada año
dedicadas a esta modalidad83 .
Para esta forma de misión tuvo que acomodar el
método, pues no podía dar to

79
CHARLES, C. P., The origins of the Parish Mission in
England and the Early Passionist Apostolate
1840-1850, in The Journal of Ecclesiastical History,
XVI, n. 1, 65-66.

80
AGCP, Domenico, 6, lettere del B. Domenico al P.
Testa 1844, copia.

81
AGCP, Beatif. B. Domenico, caja 6.

82
CHARLES, The origins of the..., o. c., 68-69, que lo
toma de Record of Missions and Retreats
1842-1852, 29, de Archives of St. Gabriel’s College.
83
DEVINE, Pius, Life of Father Ignatius of St. Paul,
passionist..., Dublín, 1866, 465. - Cfr. VANDEN
BUSSCHE, J., Ignatius (George) Spencer, Passionist
(1799-1864), o. c., 216 ss.
dos los temas y atender a la vez al confesionario. Se
limitaba a siete conferencias (no
hablaba de las llamadas verdades eternas), en las
cuales luchaba contra el vicio y
ofrecía remedios oportunos. Más que su oratoria, que
nunca fue llamativa, destacaban
el fervor y la sinceridad: Era claro en la exposición de
la tesis, sólido en las pruebas,
enriquecía las palabras con textos y hechos de la
Sagrada Escritura, de una manera
tan armoniosa que se echaba de ver cómo dominaba
todos los textos sagrados.
Predicada días seguidos sobre la conversión de
Inglaterra sin repetir una sola idea84.

Del P. Paul Maria Pakenham (llamado Carlos antes de


profesar) ya se ha hablado.
Aquí recordamos su breve, pero ejemplar vida
apostólica. El P. Grotti lo llamó para
primer rector de la casa de Mount Argus, Dublin,
consagrada al B. Pablo de la Cruz.
El día de la Asunción celebró la primera misa en el
nuevo retiro. El 9 de noviembre
de 1856 dio su primera misión en Rathmines con el P.
Grotti y dos compañeros más;
no midió los esfuerzos, y le volvieron los problemas de
reumatismo e insuficiencia
cardiaca que había padecido ya en Roma; no obstante
quiso seguir, hasta que el superior
de la misión lo mandó a casa; pero no descansó, pues
cuando los compañeros de
misión regresaron, estaba ocupado en el
confesionario. La de Rathmines fue su única
misión. Se consagró a las confesiones, la dirección
espiritual y la predicación no misionera.
Murió el 1 de marzo de 185785. Como predicador
estaba dotado de dones
particulares. Su lenguaje en el púlpito era sencillo y
plano, como corresponde a uno
enviado a evangelizar a los pobres. Sus maneras eran
elegantes, los gestos de gran
estilo y de tipo catequístico; le gustaba más instruir
que provocar emociones... La impresión
que causaba obedecía sin duda a su santidad y a la
unción de sus palabras...
86 .

El P. Gaudencio Rossi, buen colaborador del P.


Domingo, fue destinado en 1857
a los Estados Unidos, donde brilló también como
apóstol infatigable. Según C.

84
La vie des missions commençá alors (después de su
profesión el 9 de enero de 1848). Le P. Ignace
dêbuta dans se genre per ses vieux parroisiens de
West-Bromwich, où il gagna à l’Eglise quinze
protestants. Il passa ensuite a Borough, à Londres,
avec le P. Gaudentius pour compagnon. Il
avait una manière à lui de prècher. Ce n’àtait pas de la
grande eloquence, mais le soufle d’ inspiration
vivifiait ses discours les plus ordinaires. Clair dans
l’exposè de sa thèse, serré dans ses
preuves, il enrichiait sa parole de textes e de faits de
l’êcriture, d’une force si heureuse qu’on eüt
dit que sa vie s’ècoulait tout entière dans l’ètude des
auteurs sacrès.. Il eüt prêchè dis jours consècutifs
sur la conversion de l’Angleterre sans avoir à rèpeter
una idèe... - L’ABÈE DE MADAUNE,
Ignace Spencer et la renaissance du catholicisme en
Inglaterre, Paris, 1875, pp. 320-321.

85
Cfr. SMITH, J.,C. P., Paul Mary Pakenham, passionist,
Dublin, 1930, 99. - Cfr. Paul Mary Pakenham,
Passionist, en The Cross, agosto 1913, 124-127 y 156.
- NARDOCCI, o. c., 137.

86
Ibid., 100-101. Cfr. Paul Mary Pakenham, Passionist,
en The Cross, de noviembre 1912 a octubre
1913, quince capítulos con un total de 71 pp., de autor
anónimo (lo era el P. John Smit, que
los publicó unidos en 1930). - Aunque murió fuera de
este período del P. Testa, se deja aquí constancia
de la labor apostólica que estaba realizando el P.
Carlos Houben en Mount Argus, con ammirebole
zelo e fruttuosissimo alle anime dei prossimi, según
Cenni Necrologici, de 1893, Roma,
1894, 3. - SPENCER, Paul-Francis, To heal the broken
hearted..., o. c., 19 ss.
Charles, entre 1842 y 1851 se predicaron 103
misiones y 50 retiros, con 344 anglicanos
convertidos a la Iglesia Católica (el dato de las
conversiones no se anotaba
siempre, por lo que hubo de ser mayor). En los
primeros años la misión duraba entre
7-9 días. Desde 1846 el P. Rossi aumentó a 10-15
días; la primera gran misión
en Irlanda, la de St. Andrew’s, de Dublín, duró del 29
de abril al 19 de mayo de
1849, predicada por los PP. Domingo, Spencer y
Grotti87.

La dedicación a este apostolado disminuyó cuando los


misioneros eran a la vez
superiores de la nueva provincia de San José creada
en 1851, como el P. Spencer
provincial y el P. Grotti consultor... El P. Spencer viajó
por diversas naciones europeas
(Alemania, Suiza, Bélgica...) para promocionar la
cruzada de oración por la
conversión de Inglaterra88.
En cuanto a la estructura de la misión, el P. Domingo
prescindió de algunos actos
habituales en Italia, pues muchos oyentes eran
protestantes; pero después de la
misión de Dublín introdujo por primera vez en este país
diversas prácticas de Italia,
algunas con indudable éxito89.

Entre otros elementos incorporados destacaban los


despertadores, así como el
uso del hábito por la calle. En la biografía del P.
Spencer narra el P. Devine: Por este
tiempo ( 02.12.1849), en una misión en Horseferry
Road, Westminster, Londres,
nuestros padres se aventuraron a aparecer con su
hábito por las calles de Londres
durante la misión. Varias veces predicaron los
llamados despertadores, vestidos con
el hábito completo. Mucha gente les oía con atención,
otros en cambio se reían y
criticaban a los misioneros, pero sin que hicieran
violencia o burla de ellos. Se trataba
de un procedimiento que el P. Domingo, de haber
vivido, no hubiera permitido,
pero el buen P. Ignacio, lleno de celo, afrontó el riesgo,
y sin duda se obtuvieron
buenos resultados90.

Un par de meses más tarde, en la misión de Saint


George’s, Southwork, Londres,
que comenzó el 17 de febrero de 1850, los misioneros
dieron los despertadores por
segunda vez en Londres. Lo hicieron de manera breve
y corta en las calles próximas
a la iglesia, con gran efecto, y atrajeron mucha gente a
la misión91.

87
CC, The foundation..., o. c., 560-572. - Según
NARDOCCI, o. c., de 1851 a 1858 se dieron 63
misiones
y 151 retiros con la intervención de los PP. Rossi,
Spencer, Grotti y otros que se iban incorporando...
Aunque los datos puedan ser sólo de relativa fiabilidad,
bastan para destacar el esfuerzo
de los misioneros.

88
Cfr. VANDEN BUSSCHE, Ignatius (George) Spencer,
Passionist (1799-1864), o. c., 135-206.

89
CHARLES, The origins of the parish mission..., o. c.,
72.

90
Cit. por NARDOCCI, o. c., 62; pero el párrafo no
corresponde al P. Devine; Nardocci lo inserta
dentro de un largo texto tomado del P. Pius. - Cfr.
ANDERSON, Patrizia, Le missione popolare
del B. Domenico Barberi in Inghilterra, extratto da
Missione al popolo negli anni 80, convegno
nazionale, Roma, 2-7 febr. 1981, pp. 579-589.

91
NARDOCCI, o. c., p. 63.
Otra costumbre que se implantó fue la de los oratorios,
en la iglesia. Las mujeres
salían, y quedaban los hombres. Se apagaban las
luces y los misioneros predicaban
el oratorio, y tomaban la disciplina dos o tres veces92 .

2. Apostolado ecuménico
La actividad entre los cristianos no católicos –
anglicanos, protestantes, ortodoxos...
- entraba en las previsiones del fundador. Es bien
conocido su interés por la
conversión de Inglaterra. La misión de Bulgaria, de la
que se habla a continuación,
se enmarca en este contexto, pues si bien el trabajo se
encaminaba primeramente a
los católicos, éstos se desenvolvían como una minoría
marginal entre ortodoxos y
musulmanes. La actividad ecuménica adquirió un ritmo
trepidante con la presencia
del P. Domingo y la colaboración del P. Carsidoni93.
El P. Barberi, consciente de que se trataba de dialogar
más que de imponer doctrina,
se preparó a fondo. En Il Pianto d’Inghilterra (1824)
pone de relieve su deseo
urgente de la conversión de Inglaterra. Siendo lector
en Roma, muchos anglicanos
acudían a dialogar con él en la casa general. En 1836
escribió Conferenze celimontane,
diálogo entre el P. Domingo y un anglicano de nombre
Ford acompañado por
Spencer. Ya en Inglaterra escribió Lettera ai professori
di Oxford (1841)94. Bien preparado
en el plano teológico, se dedicó con celo a aprender el
inglés y se consagró
a retiros y misiones; fue acogiendo en la Iglesia a
convertidos ilustres, como John

H. Newman, a quien recibió en Aston Hall, Londres el


09.10. 1845. El P. Ignacio
Spencer fue un activo promotor de la Cruzada por la
conversión de Inglaterra, que
promovió en Roma y en varios países como Alemania
y Suiza95. La conversión del
92
CHARLES, The origins of the parish mission..., o. c.,
72.

93
No es el caso de dedicar ahora mucho espacio a un
tema conocido y estudiado en biografías y tesis
universitarias. Cfr. G. PELLÁ, La spiritualità ecumenica
del B. Domingo Barberi, C. P., Apostolo
dell’Unità, excerpta ex disertatione ad doctoratum in
Facultate Theologiae P. U. Gregorianae,
Roma, 1991, pp. 208. En ella se encuentra la relación
de los escritos, pp. 7-14. - LIPPI, A., Domenico
Barberi, Antologia delle opere filosofiche, Roma, 1996.
- P. Federico dell’Addolorata, Il
Beato Domenico..., o. c. - Id., en Fonti Vive, diversos
artículos de 1955 a 1958 y de 1960 a 1967.

- GARCÍA, P., Domingo Barberi, precursor y profeta.


¿Qué está sucediendo en el anglicanismo?,
Salamanca, 1997.
94
Cfr. en AGCP, CURCIO, Domenico, C. P., Importanza
e contenuto ecumenico della lettera a Oxford
del beato Domenico Barberi, del 05. 05. 1841. El P.
Giorgini publicó en 1990 en Roma, Lettera
ai professori d’Oxford. Relazione con il Newman e i
suoi amici, pp. 63-89. - Scritti Spirituali,
I, Autobiografía e Propositi dei suoi esercizi spirituali a
cura di F. Giorgini, CIPI, Roma, s. a. CHARLES,
Il B. Domenico della Madre di Dio, apostolo, en Visse
per l’Unità, San Gabriele,
1966, 45-52.

95
Cfr. MC’ELLIGOT, I., Blessed Dominic Barberi and the
tractarians: an exercise in ecumenical
dialogue, separata de The Catholic Record Society,
51-85, que en el AGCP (14-A-34) lleva a estampilla
la fecha 16 sept. 1992.
pueblo inglés a la Iglesia católica fue el objetivo que se
propuso el P. Domingo. Pero
al ver la ignorancia y la falta de educación religiosa...
todo lo orientó a la iluminación
de su público96 .

Desde la muerte del P. Domingo (1849) y la del P.


Spencer (1864), los pasionistas
ingleses han proseguido en este campo desde un
notable nivel doctrinal, como se
puede ver en las obras del P. Pius Devine y otros,
aunque corresponden a una época
posterior a la de este volumen.

APOSTOLADO EN CORFÚ. Merece la pena recordar


el trabajo realizado en
Corfù, isla de Grecia, por el P. Vicente Grotti, que
estaba trabajando en Inglaterra,
con dos misioneros de la provincia de la Piedad, PP.
Basilio Raineri y Pascual Pucciatti
de San José. Aunque es una página aislada, expresa
la apertura del P. Testa hacia
las necesidades de la Iglesia y su espíritu de
obediencia al Papa en momentos de
escasez de personal.

El inglés Mons. Francisco Nicolás había sido


nombrado arzobispo de Corfú.
Antes de marchar a su diócesis, visitó a Pío IX para
pedirle un equipo de predicadores
que dieran misiones al pueblo. El Santo Padre lo
encaminó al general de los
pasionistas, quien destinó a esta empresa al P.
Vicente de San José, que había llegado
de Inglaterra a la vez que el mencionado arzobispo y
que no era ajeno a la
propuesta de éste, y a los PP. Basilio del Smo.
Crucifijo, vicario de Recanati, y al

P. Pascual de San José, de Pievetorina. El arzobispo y


el P. Vicente emprendieron
viaje desde Nápoles; los PP. Basilio y Pascual salieron
de Ancona el 30 de marzo
y llegaron a Corfú el 2 de abril, cuando el P. Vicente
había comenzado ya sus trabajos;
predicaba cada día un sermón de estilo cuaresmal
desde el púlpito. Después
el P. Basilio prosiguió con el mismo estilo hasta el 9 de
abril. Pero como la mayoría
de los habitantes eran griegos ortodoxos, enemigos de
aquella predicación, y
no podía darse una misión formal, a partir del día 10,
para ayudar a los católicos,
los tres iniciaron un curso de ejercicios públicos a
modo de misión, durante 15 días.
El P. Vicente se encargó del sermón mayor, el P.
Basilio del catecismo de la tarde,
y el P. Pascual del de la mañana; pero éste, al cabo de
dos días, asaltado por
un reúma general, no pudo seguir; lo sustituyó el P.
Basilio. Concluidos los ejercicios,
la población pidió la predicación del Viernes Santo
sobre Cristo muerto, y el
panegírico de San Espiridón, patrono de la ciudad. El
día de Pascua, que cayó el
1 de mayo, los misioneros dieron la bendición papal.
Desde que comenzaron los
ejercicios hasta que dieron la bendición hubo siempre
gran afluencia de oyentes,
incluso de cismáticos y protestantes ingleses. En el
confesionario no se dio la aglo96
Cfr. ANDERSON, P., La Missione Popolare..., o. c.,
384.
meración habitual en las misiones de Italia; pero no por
eso dejaron de confesar.
Además el P. Vicente dirigió algunos sermones en
inglés a los soldados de la guarnición
británica, y confesó a varios. El arzobispo quiso que se
diera también una
tanda de ejercicios al clero católico: el P. Basilio
predicó los sermones de reforma,
y el P. Vicente las meditaciones. Tanto los ejercicios al
pueblo como los dados al
clero merecieron aplauso general. El 3 de mayo los
misioneros se embarcaron para
Ancona...97.

III. APOSTOLADO EN BULGARIA98


No se puede cerrar este capítulo sin mencionar la
histórica misión de Bulgaria
durante el período del P. Testa. Para la época anterior,
véase en los volúmenes de
Giorgini (I y II/2) y Naselli ( II/1). Antes del gobierno del
P. Testa, la diócesis de Nicópolis
estuvo regida por Mons. Ferreri (1805-1813), que
murió de cólera, y Mons.
Ercolani (1815-1822), que renunció y fue trasladado a
Civita Castellana.

1. Mons. Molajoni
Cuando el P. Testa fue llamado al gobierno de la
congregación el obispo de Nicópolis
era Mons. José Molajoni (1826-1847), quien en 1847
renunció a la sede y se
retiró al noviciado de Monte Argentario99. Sobre su
ministerio episcopal se ha escrito:
Le tocó sufrir mucho..., especialmente por los
matrimonios mixtos, ya que en su
diócesis había católicos, herejes, cismáticos y turcos
por cuyos matrimonios llegó a

97
Cronistoria, 134-135. Si los datos del P. Brodella son
correctos, esta misión coincidió con la beatificación
del fundador el 1 de mayo de 1853, que cayó en
domingo, según la Platea SsGeP. - MALACARNE,
Saggio..., o. c., 276-281.

98
Cfr. R. JANIN, Bulgarie, en Dictionaire d’Histoire et de
Gèographie Ecclèsiastiques..., Paris
1939, cols.1120-1194. - SOFRANOV, I., Histoire du
Mouvement bulgare ver l’Eglise Catholique
au XIX Siècle, I, Premièr pèriode: Les origens, 1855-
1865, Roma-París-New York-Tournai, 1960.

-Id., La Bulgaria negli scritti dei missionari passionisti


fino al 1841, en RSSP, n. 32, Roma,
1985. - GIORGINI, I Passionisti nella Chiesa di
Bulgaria e di Valachia (Romania), Roma, 1998.
-AGCP, DNEust., Mons. Molajoni, 277-279, y Mons.
Parsi, 308-311; y A,137 y 138 (A-IV.III/57,
1.2, Brevi Memorie di M. Giuseppe Ma. Molaioni, della
congregazione della SS. Croce e Passione
di N. S. G. C., scritte dal P. Alfonso Ma. del Cuor di
Gesù); y A,139, Brevi notizie storiche
delle missioni di Bulgaria e Valachia. (A-IV-III/2-2). -
ACP, XVIII, 1953, 25,194,346, 379. -
Schematismus Dioecesis Nicopolitanae ritus latini in
Bulgaria, opera et studio R. P. Emmanuelis
A S. Aloisio Gonz. (B. Elena), C.P., Rusciukini,
MCMVII - MCMXI (1907-1911). - Platea dei
SsGeP, II, 26.
99
En la Platea SsGeP, I y II, hay noticias sobre la misión
de Bulgaria y de algunos misioneros. Por
ejemplo, el nombramiento de Mons. Molajoni para
obispo de Nicópolis, en I, 129-131; amplia relación
del P. Tomás Schelino de Jesús, llamado de Bulgaria,
131,145-147. P. Mateo de S. Juan
Bautista. Noticias de las tres cruces que se aparecían
sobre las mezquitas; lo cuenta el P. Felipe
Squarcia, febrero, 1827, 155. - Pablo Luigi del
Crocifisso, en Il Divin Crocifisso, 1943, 102-104.
derramar sangre... Cuando tuvo que hacer la visita
apostólica a Serbia por orden
de la S. C. de Propaganda Fide, al atravesar en
invierno los montes Filipinos cubiertos
de nieve, se le congeló la sangre en las rodillas, de lo
que se le siguió hasta
la muerte un dolor intenso... El venerable prelado...,
consumido por los sufrimientos
y las fatigas, depuso... el pesado encargo y regresó a
la patria... El 4 de abril de
1847 se produjo cerca de Bucarest un terrible incendio
que arrasó cuatro mil casas,
entre otras la residencia del obispo con lo que había
dentro. El buen obispo creyó
aprovechar el desastre para entregar en manos del
Papa el obispado... El 15 del
mismo mes de abril salió de Bucarest, y llegado a
Viena dirigió a Pío IX... una humilde
súplica en la que le exponía su edad ya avanzada, las
incomodidades derivadas
de su salud..., y el servicio prestado durante 32 años,
primero como misionero
y después como obispo...100.

Ante el desastre, el obispo acudió a Viena para buscar


subsidios con los que remediar
los grandes daños causados por el fuego. El nuncio
apostólico en Viena le
aconsejó que marchara a Roma, a donde llegó en
compañía del clérigo húngaro Carlos
Marcuse, su secretario y servidor101. Dada cuenta del
incendio y tratados los negocios
con Propaganda Fide, renunció al obispado. Pío IX le
aceptó la renuncia102.

2. Mons. Parsi
El Sumo Pontífice pidió al general un posible sucesor;
y presentó al P. Angel
Parsi del Corazón de María, rector de Paliano, que ya
había trabajado en Bulgaria
y Valaquia de 1825 a 1833. Fue consagrado en Roma
por el card. Franzoni, Pref.
de Propaganda Fide el 19.09.1847. El 25 de
septiembre se dirigió a Bulgaria con
dos misioneros pasionistas: el P. Lorenzo Dewkis de
María Virgen, alemán, y Agustín
Bernardoni de S. Giuliano, italiano. Le acompañaban
además un franciscano de
Bosnia, y D. Carlos Marcuse, todavía clérigo, venido
con Mons. Molajoni. En Bulgaria
y Valaquia, Mons. Parsi trabajaría con 7 pasionistas:
PP. Jerónimo Pizzicanella
de la Madre de Dios, Carlo Romano de San Miguel,
Massimo Arduino de S. Nicolás,
Mariano di Ponzo de Jesús, Santiago Wellsch del
Corazón de Jesús, Loren

100 Brevi Memoria di Mons. Giuseppe Ma. Molajoni...,


o. c., s. p. - Mons. Molajoni asistió en 1853
a la beatificación del P. Pablo de la Cruz y arregló a
sus expensas la celda en la que murió y,
convertida en capilla, consagró su altar el 3 de mayo. -
Cfr. DNEust, 281. - Platea dei SsGeP,
II, 36-37.
101 Platea dei SsGeP, II, 37.

102 Se le asignó una pensión de 25 escudos


mensuales ad vitam. El prelado dejó las insignias
episcopales,
excepto la cruz, y se retiró a Monte Argentario, donde
llevaba el hábito pasionista y conservó
su larga barba blanca. - Platea dei SSGeP, II, 37. - Cfr.
Annali della Propaganda Fide, maggio
1841, n. LXXVI, in Lione, p. 183.
zo Dewiks y Agustín Bernardoni. Más adelante se le
unirían los PP. Cipriano Favaro
del E. Santo, Eugenio Valiente del E. Santo, Joaquín
del Crucifijo, Cándido Lanfredi
de San Pedro y el H. Pío de Paulis de la Sma.
Trinidad103.

El P. Ivan Sofronov publicó La Bulgaria negli scriti dei


missionari passionisti
fino al 1841, Roma, 1985, en RSSP, n. 32, p. 136. En
la VIIIª. Carta se comentaba
que la conversión de los turcos era empresa casi
imposible. Y en cuanto a los
cismáticos su retorno a la Iglesia Católica, en su
totalidad, hay serios obstáculos...
Los pocos católicos necesitaban un cuidado pastoral
abnegado. Mons. Parsi,
en el informe del 22.05.1852 a la S.C. de Propaganda
Fide, hablaba de los problemas
sufridos con motivo de los movimientos revolucionarios
de 1848-1849, la
tempestad que recayó sobre él, a causa de intrigas y
manejos de mis adversarios...
que me han proporcionado no pocas amarguras y
disturbios. Y tras elogiar la obra
apostólica de sus predecesores, añade: En la
actualidad no se conoce la blasfemia,
ni el perjuro, ni la profanación de las fiestas, ni se dan
casos de adulterio, de incesto
o de estupro... Desde cuando me encontraba aquí
como misionero, en la mayor
parte de los penitentes no encontraba materia
suficiente de absolución... En
aquel tiempo los misioneros fijaron un método para las
celebraciones de las sagradas
funciones, de lo que le pongo una muestra: Cada
mañana, a la aurora (ya
que hasta ahora nunca se ha permitido el repique de
campanas fuera de las iglesias),
el encargado de la iglesia da vuelta por el vecindario
gritando: Cristianos,
venid a la misa; al oír la campanilla los fieles se
levantan y siguen la invitación.
Reunidos ya en la iglesia, el misionero celebra la santa
misa... Al concluirla, en
el invierno, con los que no tienen trabajo en el campo,
el misionero les ofrece breves
instrucciones y después les da a besar el crucifijo...
Hecho esto, regresan a su
casa.... Por la tarde, después de la puesta del sol, sin
que nadie los llama, llegan
a los pies del altar para ofrecer un filial homenaje a la
Reina de los Cielos recitando
el rosario, y después de repetir lo mismo de la
mañana, se retiran otra vez
a su casa.

Esto es el ejercicio diario. Pues en los domingos y


festivos nuestros cristianos
búlgaros los dedican a la piedad, a los actos religiosos.
En estos días el misionero
dice la misa a la misma hora que en los feriales para
comodidad de los pastores; a
la hora acostumbrada de las 9 a. m. celebra una
segunda misa... para los demás
pastores que por la mañana han estado al cuidado de
los rebaños para que los otros
pudieran quedarse en casa; pues rodeados de
cismáticos y turcos, y siendo sus casas
poco protegidas de defensas, no se pueden fiar de
dejarlas un momento abandonadas.
En cada una de las misas se explica el evangelio y
otras pláticas oportu

103 Cfr. Il Divin Crocifisso, 1943, 115-117. - Platea dei


SsGeP, II, 37, 54 (salida de dos nuevos misio

neros). - Cfr. RAVASI, L., La congregazione..., o. c., 67


y 85. - GIORGINI, I passionisti nella

Chiesa di Bulgaria..., o. c., 50.


nas según la solemnidad. Después de la primera misa
el misionero se mete en el
confesionario... Cada día después de la comida se
recita el rosario de la Dolorosa;
a continuación viene el catecismo, y seguidamente la
doctrina a los niños. Y se acaba
dando la bendición con el Santísimo...104.

Mons. Parsi, que encontró destruida por el incendio la


curia episcopal de Bucarest,
la rehízo y levantó nueve iglesias en Valaquia y
Bulgaria, y además un hospital.
La conversión al catolicismo del intelectual Dragav
Cankov, ocurrida en Constantinopla
el domingo de Ramos de 1855, atrajo la simpatía hacia
los católicos, sobre
todo en el mundo occidental. Mons. Parsi consiguió
que le llegaran de Viena cinco
Hermanos de las Escuelas Cristianas, a los cuales
cedió la mitad de la curia episcopal;
así logró que los niños búlgaros tuvieran educadores;
lo que también alcanzó
para las muchachas con las Hermanas de Baviera,
que después abrieron un magnífico
centro para la educación de la nobleza de
Valaquia105.

En 1863 iba a tener lugar en San Pedro del Vaticano la


canonización de los Mártires
Japoneses. Mons. Parsi quiso tomarse un descanso y
cuidar la salud en su patria.
Tras la ceremonia se retiró a Civitavecchia, a casa de
una hermana. Pero una
congestión pulmonar le llevó al sepulcro el 24 de
febrero de 1862106.

El P. Testa había querido mantener ardiendo el fuego


misionero hacia Bulgaria,
y el 10 de septiembre de 1858 envió a los superiores
una carta invitando a los religiosos
a ofrecerse para colaborar en la tarea misionera107. El
28 de julio del mismo
año 1863, el P. Pedro Pablo Cayro, recién elegido
superior general, envió otra a toda
la congregación sobre la misión de Bulgaria: Con gran
alegría de espíritu podemos
comunicaros que una gran mies elegida se va
madurando por los obreros evangélicos
en aquella zona.... El piadoso Padre celestial al que
agradó escoger a nuestra
congregación para tomar parte en la obra de su
corazón amoroso bendice ge

104 Cfr. AGCP, A,139 (A,IV-II/6-2), Mons. Parsi.

105 Por su gran obra social mereció de Pío IX el


nombramiento de Asistente al Solio Pontificio; el
emperador
de Austria lo concedió la Orden de la Corona de
Hierro, el rey de Baviera la orden de San
Miguel Arcángel, y el Gran Sultán la insignia de
Misciam. - Cfr. R. JANIN, Bulgarie, o. c., cols.
1153-1154ss. - Cfr. SOFRONOV, Historie..., o. c., 44-
47.
106 Sepultado en la catedral, en su sepulcro se leía
esta lápida: Christus Alfa et Omega Cineribus
et memoriae - Angeli Joseph Ant. F. Parsi,
centumcellensis - Episcopi Nocopolitani / Religione
et doctrina insignis - qui primum sodalis a Passione
Christi - dein apostolico munere per
Orientem functus - post annos XIII Romam redux - a
Pío IX Pont. Max. - Episcopus Nicopolitis
et Eccles. Valach. Administr. Datus est. - Templis,
nosocomiis, gymnasiis extructis, - Rei
Christi. Suaeque laudi prospexit - eques. Torquatus
aulae Othomana - Stator ad solium Pontif.
- eques benef. Michaeli. Ord. Primi - Romana nobilitate
et coronae ferreae digni exorna-
tus - vixit an. LXII, m. IX, d. VIII - Decessit VI Kal. Mart.
An. MDCCCLXIII. - DNEust, 341.

107 AGCP, A, 118 (A-III-IV, 1-8ª.). Se sabe que en


1854 la S. C. de Propaganda Fide pidió al P. Testa
que aceptase una misión en una de las dos Guineas,
de África. El 30.05.1854 contestó que en
aquel momento no encontraba individuos a propósito. -
AGCP, G, Santa Sede, S.C. de P. F.
nerosamente las fatigas y sudores de nuestros buenos
hermanos que allí colaboran
con la S.C. de Propaganda Fide, y llama a otros a
echar una mano... Encargados
de seleccionar sujetos idóneos a los que se pueda
confiar la misión, nos dirigimos
a cada uno de vosotros, para que, comunicándonos
vuestros deseos..., sean seguramente
objeto de una prudente y suave elección108 .

Reflexión final. La diversidad de aspectos ha permitido


al lector reconocer que
la congregación trató de mantenerse fiel a su misión.
Esta etapa aparece como un
proceso para superar la continuidad repetitiva de
épocas precedentes, y entrar en
un período de transformación creativa, en el que
saldrían a la superficie corrientes
bien definidas y una convivencia no siempre serena.
Pero esto será tarea de
otro volumen.
108 AGCP, D, Superiori Generali, Pedro Pablo Cayro.
372
CAPÍTULO XX

FORMACIÓN

Este apartado ha centrado la atención tanto del


fundador como de sus sucesores
y de los capítulos generales. Aquí se ha dividido en
dos secciones: religiosa e intelectual.
La primera se ha mantenido estable en sus líneas
fundamentales, sin que se
adviertan variaciones notables en la época del P.
Antonio di S. Giacomo, Testa. En
cambio, la segunda ha sufrido el choque con los
cambios de la sociedad y con las
necesidades de las nuevas zonas a las que llegaba la
congregación. Tanto en un aspecto
como en otro, se ofrecen unos puntos previos que
sirvan de conexión con las
ideas del fundador. No es una repetición de lo ya
sabido, sino una ayuda para que el
lector comprenda la obra del P. Testa, al que en su
muerte se llamó segundo fundador
y también rígido guardián de las Reglas.

I. FORMACIÓN RELIGIOSA1
El largo proceso de formación facilita la adquisición de
aquellos valores con que
la persona afronta las vicisitudes de la vida; no se
viene al mundo con ellos, pero sí
con las ventanas abiertas para que puedan entrar en el
corazón ideas, valores, personas…
Para la vida religiosa es más imprescindible la
formación, ya que la vocaciones,
incluso las surgidas en ambiente familiar bien
ordenado, tienen que asimilar un sinfín
de notas y matices que configuran el estilo
característico del instituto. Este capítulo
conviene leerlo teniendo en cuenta tres coordenadas
propias de este período: 1) herencia
y patrimonio de una congregación con cien años de
vida; 2) intervenciones de la
Iglesia, especialmente de Pío IX, sobre la vida
religiosa, ya que la congregación no es
una realidad autónoma, sino célula viva de la misma
Iglesia; 3) internacionalidad del

GIORGINI, F., L’educazione dei chierici nella


congregazione della Passione (durante la vita del
fondatore), en Gioventù Passionista, vol. II, 49-144. -
ID., La formazione dei chierici passionisti
al tempo di San Gabriele, en San Gabriele
dell’Addolorata e il suo tempo, San Gabriele,Teramo,
1986, vol. II, 9-31. - C. BROVETTO, San Paolo della
Croce e la spiritualità passionista, en Le
grandi scuole della spiritualità cristiana, P. I. di Spir.
Teresianum, Milano, 1984, 597-620. - Indirizzo
ossia Regolamenti per i novizi della Congregazione
della Santissima Croce e Passione del

N. S. G. C., ROMA, 1840, 96+34. - SILVESTRELLI, B.


Ma., Trattenimenti spirituali ad uso dei
novizi passionisti, CIPI, Roma, 1990, 3ª.; la primera es
de 1886 para uso interno de la congregación,
editada cuando el autor era ya superior general. -
CASSINELLI, Norberto, Esercizio di vita
interiore, CIPI, Roma, 1994. - MARTINELLI, Giuseppe,
La ‘memoria Passionis’. Intuizione e dinamica
della formazione spirituale passionista, alla luce degli
insegnamenti di S. Paolo della
Croce, della Storia formativa nell suo Istituto, del
rinovamento conciliare e delle recenti acquisizione
staurologiche. Tesis ad Lauream, U. P. Salesiana,
Roma, 1922, pp. 33ss., 128-129.
instituto que obligó al discernimiento, a separar el
grano de la paja en las tradiciones
y formas del instituto, es decir, lo esencial de lo
simplemente histórico. No es posible
aquí un estudio minucioso y profundo de cada detalle,
pero el lector hará bien en tenerlo
presente para encuadrar los problemas y comprender
las soluciones.

1. Línea histórica de formación heredada por el P.


Testa
Sin descender a minucias, se puede decir que el
proceso formativo comenzó en
la congregación con su propio nacimiento; es decir,
desde que en 1720 Pablo Danei
dio los primeros pasos ante la Iglesia y dentro de la
Iglesia. En el primer núcleo de
formación pasionista, Pablo Danei quiso sintetizar dos
grandes valores de la vida religiosa
en los siglos precedentes: el sentido monástico o
contemplativo, sobre todo
con la Liturgia de las Horas, y la vida apostólica de los
operarios evangélicos, consagrados
a la pastoral más que a la oración2.

El significado más original de la formación pasionista


ha sido el de ayudar al
formando a recorrer el camino que ha de llevarle a vivir
la identidad de la congregación.
En este sentido, todos los elementos (Reglas,
principios de vida pasionista,
criterios que regulan la conducta colectiva y personal,
programas, circulares, textos,
costumbres...) han tenido un punto de arranque que ha
sido a la vez meta final del
camino: que cada miembro llegue a ser memoria
viviente de Cristo Crucificado, capaz
de transmitir a la Iglesia de Cristo y al mundo el
mensaje de la Cruz.

Respecto al tema de la formación el P. Testa encontró


una congregación moldeada
según las Reglas en vigor, las de 1775, interpretadas a
la luz de los 64 años transcurridos,
con altibajos y crisis: supresión y restauración,
reorganización según los criterios
que Pío VII, por medio del card. Sala, exigió a las
órdenes religiosas... Sobre
la formación espiritual no se habían producido cambios
importantes; en lo intelectual
saltaba a la vista que los nuevos vientos sociales y la
apertura al extranjero reclamaban
otros ritmos... Desde su nacimiento, la congregación
trató de que las vocaciones

Cfr. AUGÈ, Matías, C.M.F., Note sulla spiritualità


monastico-religiosa, Claretianum, XV, 1975,
5-31; en la p. 30 se lee: En el s. XVI se observa en
ciertas órdenes religiosas alguna prevención
relativa al culto divino solemne, considerándolo un
impedimento para las tareas apostólicas, que
se consideraban más necesarias. El oficio coral se
dejó a los contemplativos: las órdenes activas
tienen otras cosas que hacer para la mayor gloria de
Dios. Cita a F.Vanderbroucke, Spiritualità
del medioevo. Nuovi ambienti e nuovi problemi (sec.
XII-XVI), en Storia della Spiritualità cristiana
3/2, Bologna, 1969, p. 507. - RAVASI, L., De vocatione
religiosa. Tractatus historicus-juridicus
et moralis, Romae, 1950, c. III, De vocatione religiosa
ab ineunte saeculo XVII ad Codicis Juris
Canonici promulgationem 1917. - VARIOS: La Vita
Contemplativa nella Congregazione della
Passione, Relazioni del convegno di spiritualità
passionista negli anni 1955-1957; introd.. del
prof. Raimondo Spiazzi, San Gabriele
dell’Addolorata,Teramo,1958; Ibid., MAURO, Corrado,
La
contemplazione e la Congregazione della Passione, 7-
54; Ibid., BROVETTO,C., La vita contemplativa
secondo S. Paolo della Croce, 55-120.; Ibid.,
TORRESIN, Pierluigi, Il problema della formazione
alla meditazione nei nostri giovani, 323-340. - Cfr.
MARTINELLI, G., La ‘memoria Passionis’…,
o.c., La ragione apostolica della formazione, pp. 75-76.
se apoyaran en tres valores fundamentales a modo de
columnas del edificio. San Pablo
de la Cruz trazó los rasgos del instituto: observancia
en casa, apostolado fuera de
casa, configuración espiritual según el modelo de
Jesucristo en su Pasión3.

La vivencia de estos valores por parte de los jóvenes


en proceso de formación,
llamados coloquialmente formandos, y su aplicación
por parte de los formadores, lejos
de ser algo estático e inamovible, debía graduarse
según el carácter, el ritmo de
la comunidad, la evolución de las familias, los cambios
sociales y políticos, la dinámica
histórica de la propia Iglesia… Por todo ello se
comprende que San Pablo de
la Cruz, buen analista del ambiente, se mantuviera
siempre atento a los nuevos aires
y fuera ajustando los pasos encaminados a la mejor
formación. Aquí nos vamos a
centrar en la formación que se impartía a los novicios
clérigos, a los estudiantes y a
los hermanos coadjutores.

2. Protagonistas de la formación
Los principales agentes son el propio sujeto y los
encargados directa e inmediatamente,
como el maestro de novicios, el director de
estudiantes, el director espiritual,
el lector4, el superior y la comunidad.

1) EL FORMANDO. Como presupuesto necesario se le


pide un cambio de mentalidad:
pasar del ambiente familiar o ciudadano a los criterios
establecidos por el
fundador desde las Constituciones de 1736: El servidor
de Dios... deberá examinar
a fondo si es auténtica su llamada..., y si está decidido
a sufrir mucho hasta ser despreciado
y ridiculizado, aguantar calumnias y otros tragos
amargos por amor a Jesucristo5
. El reglamento de los novicios trataba de ayudarles en
las vías del espíritu
como la oración personal y litúrgica, en la convivencia
fraterna, en la penitencia y
en una serie de prácticas que hacían compatible la
libertad personal con la uniformidad
exterior... Si el individuo en formación no daba señales
de progreso, se le aconsejaba
que buscara otro camino.

2) LOS ACOMPAÑANTES DEL FORMANDO. El joven


iniciaba su peregrinación
formativa llevado como de la mano por colaboradores
directos o indirectos
en sus diversas etapas del proceso:

3
F.GIORGINI, Introduzione a Lettere di San Paolo della
Croce: La sapienza della Croce e l’edu
cazione cristiana a cura di Daniela Merlo, Roma, 1994,
pp. 5-6, vol. VI della collana Verso una

pedagogia passionista a cura delle Suore Pass. di S.


Paolo della Croce...

4
Lector era el sacerdote encargado de leer a los
alumnos un libro escogido como texto. No era
propiamente
un profesor que tomara iniciativas magistrales como en
otras congregaciones. Los superiores
destinaban a este oficio a sacerdotes de buena
preparación filosófica o teológica, según el
tema que iban a leer. En otras órdenes, como entre los
carmelitas, tenía que haber hecho cuatro
años de teología y mantenido disputas sobre temas
teológicos; los agustinos pedían cinco años, o
haber predicado, durante diez, sermones cuaresmales
en ciudades importantes con aplauso y fama.
- Cfr. GIORGINI, L’educazione dei chierici…, o. c., 61,
nota 3.
5
Reg. et Const, 1736, f. 10, 15-25.
a) NOVICIOS: El maestro de novicios era elegido por
los capítulos provinciales
y para desempeñar su compleja tarea se le adjuntaba
un vicemaestro, nombrado
fuera de capítulo.

b) ESTUDIANTES: Después de profesar pasaban a


depender inmediatamente
del director en lo espiritual y del lector en lo cultural,
aunque el responsable último
era siempre el superior local.

c) SUPERIOR LOCAL. Sin intervenir directamente,


mantenía la supervisión
sobre la marcha del centro de formación. A veces se
recurría a los estudiantes para
servicios materiales de la casa, pero en 1839 se
prohíbe que los novicios o estudiantes
copien escritos... 6.
d) COMUNIDAD: Ayudaba a los formandos
manteniendo un ambiente de serenidad,
de manera que respirasen orden, espiritualidad,
oración, mortificación y respeto
a las tradiciones del instituto. Un contexto de relajación
en la vida común, o de
enfrentamiento entre religiosos esteriliza la formación
de las vocaciones...7.

e) SUPERIOR PROVINCIAL. Máximo responsable


jurídico, recibía o aceptaba
a los aspirantes, tenía la última palabra en la toma de
hábito y en la profesión de
los novicios y en la recepción de las órdenes de los
clérigos; vigilaba, mejoraba y
cambiaba las estructuras formativas, nombraba a los
responsables, etc.

LOS PROGRAMAS. Es el aspecto más sometido a


modificaciones o cambios, a
medida que llegaban nuevos tiempos y variaban las
circunstancias, sobre todo tras la
salida de Italia. Esta evolución se aprecia más en los
estudiantados, ya que en el noviciado
se ha mantenido mayor estabilidad de criterios y
valores. En los albores de la congregación,
el fundador creyó que la nobleza de su proyecto de
anunciar la Pasión de
Cristo reclamaba la preparación de un grupo más
selecto; a los demás religiosos se les
podría aceptar con un nivel menos elevado. En las
constituciones estableció el estudio
formal, expresión que englobaba tres aspectos: a)
casa dedicada sólo al estudio; b) grupo
de estudiantes con más capacidad; y c) vida
comunitaria algo amortiguada que
concediera más espacio al estudio. Los que se
mantenían en casas de estudio no formal
simultaneaban un tiempo más reducido de estudio con
mayor exigencia en la observancia.
Sin extendernos en muchos detalles, bastará recordar
que en 1744 el P. Pablo hizo
profesar a seis novicios clérigos, y en seguida marchó
con ellos a las fundaciones de Ve-
tralla y Soriano, para establecer en ambos retiros
desde el principio la observancia puntual.
Encargó al P. Marcoaurelio Pastorelli la organización
de los estudios y declaró casa
de estudio formal la comunidad de Vetralla, con el P.
Marcoaurelio de director8.

6
DeR, 355, p. 52.

7
Cfr. GRIGER, Paul, FSC, Communautè formative
demain, en Claretianum, XVI, 1976, 97 ss. También
Id., L’epanouissement de la vocation personelle. Rôle
des milieux humaines, Claretianum
XV, 1975, 35-46. - COPEC, Z., OFMConv., Le
motivazione normative della formazione dei
novizi, en Com. Pro Relig. et Miss., 1993, 137-169,
especialmente 162.

8
Cfr. CIONI, Annali..., nn. 238-245, en Bollettino..., IV,
1923, 309-313, 333-335.
Los estudiantes en estudio formal tenían media hora
menos de tiempo de oración;
y el fundador llegó a dispensarles de la de
medianoche, lo mismo que a su lector,
cuando tenían clases. La razón de esta diferencia hay
que buscarla en la necesidad
de preparar operarios evangélicos9. La comisión
cardenalicia encargada en
1769 de estudiar la aprobación del instituto, aconsejó
que se mitigara el rigor y que
los religiosos tuvieran más tiempo para prepararse al
ministerio apostólico10.

3) EL P. TESTA Y LA EDUCACIÓN. El P. Testa se


empeñó en perfeccionar este
tejido formativo para que el instituto pudiera contar con
religiosos capaces de responder
al reto de los tiempos. Él había desempeñado tareas
de lector, director de estudiantes,
superior y provincial; y cuando fue superior general,
comenzó la renovación
por la base, es decir, por el noviciado y en 1840
publicó un reglamento para los
novicios11. Once años más tarde pudo sacar ya
algunas conclusiones y en una circular
de 1850 reclama una buena base cultural y la
probabilidad de que el candidato pudiera
llevar adelante los estudios; que supiera latín; que a
los mayores de 20 años se
les exigiera mayor capacidad; que no fuera admitido a
la profesión quien no pudiera
llegar a ser un buen confesor; que los formandos
poseyeran estabilidad psicológica:
En pocas palabras, el rector, el maestro y los
capitulares tengan cuidado de aceptar
sólo a aquellos de los que pueda esperarse que sean
buenos y hábiles, y no a los que
sólo serán un peso y causa de disturbios... Debe
prevalecer el amor al bien común
por encima de cierta compasión o de cualquier otro
criterio... Esto se pide además
para cumplir las directrices de la S. C. sobre el Estado
de los Regulares, aunque estemos
exentos de obedecerlas, y las intenciones de la misma
y del Santo Padre12 .

Le gustaba estar cerca de los estudiantes, y que el


estudio formal fuera numeroso.
Quería que los lectores no se alejasen del retiro ni que
asumieran compromisos
que los distrajesen de la formación13. Para él, la
espina dorsal de la formación era de
tipo monástico: vida común y observancia; el
apostolado necesitaba de ésta para que
los jóvenes se sintieran alentados al trabajo futuro, y
para que los misioneros encontraran
un buen clima de descanso y de renovación interior. El
24.08.1858 escribía al
provincial inglés: Teniendo jóvenes estudiantes y
novicios, aunque no sean muchos

9
El capítulo general de 1753 señaló, como orientación
obligatoria, que la formación intelectual siguiera
siempre la doctrina de Santo Tomás de Aquino; y
además mandó que en cada provincia se
dedicara una casa para que los jóvenes sacerdotes se
preparasen a dar misiones. -. Bollettino ...,
IV, 1924, 22-24, decr. 6, 7, 14 del II Cap. Gral.

10
Hinc expedire judicavimus ut rigor Constitutionum et
Regularum aliquatenus emolliatur quo dictae
congregationis homines qui viribus imbecilliores sint ad
Instituti sui officia praesertim erga
proximos exequenda firmiores fiant ac magis expediti. -
AGCP, Voto de los cardenales en 1769,
secc. Regulae et Constitutiones.

11
Indirizzo ossia Rigolamenti per i novizi della
congregazione..., Roma, 1840, pp. 95.

12
ACP, XVII, 1952, 209-211, Ordini e disposizioni per
quel che concerne l’accettazione dei novizi,
ed il continuare a tenerli, o ammetterli alla professione.

13
Cfr. DeR, o. c., n. 369.
los sacerdotes, los jóvenes con algún sacerdote
pueden mantener la observancia entera,
y los sacerdotes consagrarse a hacer el bien tomando
siempre como mira que
el hacer bien a los demás no disipe ni arruine el
espíritu. El ministerio de la misión,
sin excluir la ayuda que se presta en nuestras iglesias,
será lo que mantenga el prestigio
y atraiga vocaciones...14.

Atento a dilatar la congregación fuera de Italia, quiso


que los estudiantes se prepararan
para dialogar con los no católicos. Estableció las
conferencias polémico-religiosas,
cuyo objetivo final era el apostolado. Los tiempos
habían cambiado y no se
podía hacer frente a ellos con mediocridades, sobre
todo en las misiones y ejercicios
públicos15. Tampoco descuidó la salud corporal como
factor formativo: les proporcionaba
mejor alimento y les facilitó alguna actividad física16.
3. Promoción vocacional y proveniencia de los
candidatos
La congregación no contó con colegios apostólicos
hasta finales del siglo XIX;
en la época del P. Testa no se conocían17. En
general, las vocaciones procedían del
mundo rural, de menor nivel económico y cultural. Es
un milagro de la restauración
y de la etapa del P. Testa, el aumento significativo de
vocaciones procedentes de ambientes
en los que comenzaban a prevalecer corrientes de
ateísmo, indiferencia, masonería,
anticlericalismo, etc.

Un camino por el que le llegó a más de uno la


vocación fue el de la ejemplaridad
de los religiosos allí donde ya tenían retiro: de 1844 a
1865 entraron en el noviciado
de Paliano doce jóvenes de la nueva comunidad de
Aversa, de donde antes
no habían salido vocaciones18.
El 07.09.1857 el P. Testa comentaba con el provincial
de Inglaterra: La predicación
del buen ejemplo ha sido siempre eficaz, y en todas
partes ha dado prestigio a
la congregación. En otras cosas no es difícil encontrar
quien nos supere; pero en
esto, los pasionistas hasta ahora se han distinguido en
Italia. Hay que procurar que
suceda lo mismo ahí, y entonces la congregación
florecerá también en Inglaterra,
de lo cual estoy convencido19 .

14 AGCP, IOS, Letters 1857-1848.


15 En este campo le ayudaron mucho el P. Barberi y el
P. Carsidoni. - DNEust, 185.
16 DeRc, n. 364.
17 El XXV Cap. Gral., 1890, determinó la conveniencia
de tener un alumnado por provincia, en el
que fueran acogidos muchachos de más de 13 años,
que no deberían permanecer en el centro más

de dos años; para ellos se redactaría un reglamento. -


Cfr. DeRc, n. 488. Su evolución posterior

aparecerá en los próximos volúmenes de la historia. -


Cfr. PIÉLAGOS, F., Prov. de la Sda. Fam.,

o. c., 205. - Cfr. Dizionario di Pastorale Vocazionale,


edit. Rogate, a cura del Centro Internazionale
Vocazionale Rogate, Roma, 2002.
18 Libro in cui si notano le vestizioni... in questo
noviziato di Paliano..., incominciando da questo co

rrente anno del Signore 1804 fino al settembre 1899,


201-257. De los doce, diez clérigos y dos

coadjutores; éstos profesaron, pero siete clérigos


abandonaron el noviciado.
19 AGCP, IOS, Letters 1845-1858.
Generalmente la vida cristiana de la familia preparaba
a los jóvenes a discernir
su propio camino dentro de la Iglesia, pero no faltaron
casos de vocación después
de alguna experiencia impactante, como en el caso
conocido de Francisco Possenti,
y en los del P. Fortunato Nieri (1818-1848)20 y del P.
Diego Alberici(1846-1904)21.

Si el que solicitaba admisión provenía de otro instituto,


el P. Testa se mostraba más
inclinado a la negativa: No tengo inconveniente en
dispensar de la edad cuando hay
causa suficiente, pero lo hago con dificultad en el caso
de quienes han llevado el hábito
de otro instituto. La experiencia demuestra que no
logran seguir adelante...22 .

Algunos procedían del clero secular, sacerdotes u


ordenados in sacris. Ya desde
el principio hubo no pocos sacerdotes admitidos por el
proprio fundador (P. Fulgencio
Pastorelli, Marcoaurelio Pastorelli, T. Struzzieri, V. M.
Strambi, Cándido
Costa)23. Durante este período de la historia (abril
1839 a abril 1863), de los 753 profesos
21 entraron ya sacerdotes (18 perseveraron, 3
abandonaron la congregación);
otros 10 no llegaron a concluir el noviciado.

LISTA DE SACERDOTES QUE ENTRARON EN LA


CONGREGACIÓN 1839-1863:

1. Luis Ma. Pesciaroli (1806-1874), sac. 1828, prof.


1840 (AA 840006). - 2.Vicente
Grotti (1820-1883), sac. 1843, prof. 1845 (AA 845027).
- 3. Felipe Evangelisti
(1771-1849), sac. 1805, beneficiado de la basílica de
San Pedro, ayudó con limosnas y
con su biblioteca; al final consiguió vivir en la casa de
los Ss. Juan y Pablo, profesó en
1849, a los 78 años; sólo llevó el hábito para la
inhumación. (Cfr. DNEust, 218-219.
AA 849015. AGCP, B,42, Bienhechores, Cenni
necrologici del can. D. Filippo Evangelisti,
beneficiato della basilica vaticana scriti dall’ ab. Placido
Profili..., Roma
1849). - 4. Leonardo Fryer (1822-1889), sac. 1847,
prof. 1851 en Broadway (AA
851023). -5. Francisco Malloggi (1806-1880), sac.
1834, prof. 1852 (AA852002). -6.
José Pluym (1808-1874), sac. 1832, prof. 1852 en Ere
(AA 852020). - 7. Víctor Van
20
Llevaba una vida nada ejemplar. Cautivado por la caza
de pájaros, mientras perseguía a uno,se encontró
con los novicios de Lucca. Admirado de su modestia y
recogimiento, que contrastaban con su desenvoltura,
pidió al maestro que le escuchara en confesión. Al día
siguiente acudió al convento. El
maestro, después de oír su confesión, le sugirió que se
quedase unos días en el retiro. Pasado un tiempo,
volvió a hacer ejercicios, y decidió entrar en la
comunidad pasionista. Profesó el 28.04.1845;
prosiguió
los estudios y murió antes del sacerdocio por
tuberculosis pulmonar. - DNEust, 205-207.

21
El P. Diego Alberici (1846-1904) reconocía en una
sermón del 13.02.1898 a las Hijas de la Pasión:
De muchacho, no tenía ni idea de los pasionistas de
quienes había oído hablar alguna vez.
Pero cuando vi a uno o dos, aquella modestia, aquel
santo recogimiento..., la verdad es que me
parecieron seres de otro mundo y me dije a mí mismo:
Estos sí que son verdaderos religiosos; aquí
es donde Dios me quiere... Me presenté y a la primera
súplica fui admitido. - Cfr. PIÉLAGOS GÓMEZ
LOPEZ, P. Diego Alberici, pasionista, México, 1993, 6.

22 AGCP, IOS, Letters 1858.1948, del 06.07.1858.


23 Cándido Ma. Costa, 1707-1788, ordenado en 1732
en la diócesis Leucade y Alessano, prof. en
1758; dejó un comentario al Cantar de los Cantares,
que ha sido impreso en 2005 a cargo del P.
Max Anselmi, C. P., en un volumen de 1076 pp. -
ANSELMI, M., Il contributo teologico spirituale
di Candido Costa al carisma passionista nella linea del
Cantico dei Cantici, en TURRISI, C.,
a cura di..., I Passionisti..., o. c., 351-366.
Roosbroeckn (1817- salió 1853), sac. 1841, prof. 1853
en Ere (AA 853003). - 8. Inocencio
Nori (1808- salió 1867), sac. 1835, prof. 1853
(AA853007). - 9. Jerónimo Cacciola
(1814-1859), sac. 1836, prof. en 1853 (AA 853037). -
10. Arcángel Pietrantonio
(1820-1859), sac. 1844; prof. 1854 (AA854010). - 11.
Juan Bta. D’Achille (18291895),
sac. 1853, prof. 1855 (AA 855020). - 12. Bernardo
(César) Silvestrelli (18311911),
sac. 1855, prof. 1857 (AA 857010). - 13. Plácido
Jacovucci (1828-1922), sac.
1855, prof. 1857 (AA 857014). - 14. Juan Pedro
Cabanne (1829-1904), sac. 1854,
prof. 1857 (AA 857023). - 15. José Ma. Falco (1817-
1886), sac. 1842, prof. 1857 (AA
857028). - 16. Herman Ma. Cannavale (1826-salió
1873), sac. 1856, prof. 1858 (AA.
858036). - 17. Luis Teresa Lafargue (1818-1907), sac.
1844, prof. 1862 (AA 862007).
-18. Genaro Favale (1818-1863), sac. 1842, prof. 1862
(AA 862009). - 19. Martino
Martinelli (1836-1907), sac. en 1861, prof. en 1862 (AA
862025). - 20. Gregorio Catabucci
(1820-1880), sac. 1846, prof. 1863 (AA 863002). - 21.
Francisco Bomber
(1826-1883), sac. en 1852, prof. en 1863 (AA
8630006).
No llegaron a profesar: 1) Camino Barsacchi llegó a M.
A. en 1842, tomó
el hábito, despedido por enfermedad (p. 28). - 2) Pedro
Pablo de San Jacinto, n. en
1812, arcipreste de Basanello, vistió el hábito en 1851,
no profesó (nov. de San José,
M. A., p. 66). - 3) Stanislao Fargoni, tomó el hábito en
Paliano 1841, salió a los
dos meses. - 4) Juan Borsetti, n. en 1822, vistió el
hábito en 1847, no profesó. - 5)
Raimundo Sniciacchi tomó el hábito en 1823, salió;
readmitido en 1851, tampoco
profesó. - En el noviciado de ERE: - 6) Enrique St.
Oton, canónigo de Tournai, no
profesó. - 7) Godefroot van Woertiom, tomó el hábito
en 1855, resistió dos meses y
salió en octubre. - 8) Víctor de San Norberto, n. en
1817, procedía de otra orden; no
se facilitan más datos. - 9) P. Clemente Guilhamare de
Ntra. Sra. de las Victorias
vistió el hábito en 1856; no consta que profesara. - 10)
Eugenio Regnant, diócesis
de Arras, tomó el hábito en 1859; no profesó, por
enfermo.

Criterios de selección destacados por S. Pablo de la


Cruz:

1) LA PRÁCTICA DE LA ABNEGACIÓN Y DE LA
HUMILDAD, según se
recomendaba en las Reglas de 1741 y se conservó en
las de 1775, vigentes en este
período de la historia: (el postulante) sea probado
ejercitando actos de humildad como
lavar los platos, servir en la cocina, barrer la casa, y dé
muestras de cristiana
paciencia y sumisión... Y realizará otros actos de
humildad y de mortificación impuestos
por los superiores, de los que fácilmente se pueda
llegar a conocer si realmente
ama el propio desprecio, que está muerto a sí mismo y
al mundo para vivir
del todo con Dios, en Dios y para Dios, escondiendo
libremente su vida en Cristo24 .

2) CAPACIDAD PARA VIVIR EN COMUNIDAD: La


formación se encaminaba
a conseguir hombres de Dios que supieran vivir los
valores religiosos y cristianos
en comunidad.

24 Reg. et Const., texto 1741, 18.


3) CAPACIDAD PARA TRANSMITIR EL MENSAJE
EVANGÉLICO: En el
proceso de formación no se olvidaba nunca que el
pasionista debía ser un hombre
apostólico, guiado siempre por el amor a Dios y el celo
por el prójimo25.

4) DEVOCIÓN A LA EUCARISTÍA, memoria viva de la


Pasión de Cristo: con
ella se mantendría vivo el amor a Jesucristo26.

De estas fuentes parece deducirse que el fundador


pedía un conjunto armonioso
de dotes físicas, intelectuales y morales, voluntad firme
de asumir los compromisos
de la comunidad, y suficiente nivel cultural para que los
clérigos mantuvieran un ritmo
adecuado en los estudios. Excluía a los hijos únicos
que antes o después podían
ser llamados a atender a sus padres ancianos, a los
enfermos incurables y a los que
tuvieran defectos que impidieran su actividad como
clérigos o como coadjutores.

4. Etapas de la formacion pasionista


a) POSTULANTADO. El aspirante, aceptado por el
superior provincial (o por
el general si necesitaba dispensa de edad o si
procedía de otro instituto) o por un delgado27,
se presentaba con los documentos (nacimiento,
bautismo, confirmación,
buena conducta y no estar implicado ni en procesos
judiciales ni sujeto a la circunscripción
militar)28 y durante unos días era sometido a una serie
de pruebas o actos
de virtud (se les llama actos acostumbrados) tal como
establecían las Reglas y Re

25
Cfr. Lett, IV, 235-236.
26
Reg. et Const., 10 (texto 1836 y 1845); p. 20 (1836-
1846); p. 34 (1846) y p. 76 (1846). - Aunque
no se encuentre un documento dedicado
explícitamente a este tema, es fácil deducirlo de las
cartas
y circulares del fundador, así como de los decretos
dados en las visitas canónicas a los noviciados
del tiempo, y de las Consuetudines. -Cfr. Lett, IV, 233-
237; también II, 253, III,119,124,
y IV 26-27. - Reglas 1775, V. - Consuetudines...,
Serafín, pp. 46-48, nn. 15-20; pp. 55-56, nn. 4550;
Silvestrelli, Noviciado, nn. 1-21.

27
Por lo general lo admite el provincial, como parte de
sus competencias. En el noviciado de Palia-
no, de 284 que tomaron el hábito entre 1839 y 1863,
sólo 22 fueron aceptados por el P. Testa o por
el primer consultor P. Colombo o por su delegado en
visita canónica o por el P. Pío Cayro, vicario
general; es decir, 13 eran clérigos (tres ya sacerdotes)
y 6 hermanos. - Cfr. en AGCP, fotocopia
del Rgtro. delle Vestizioni di Paliano, 1804-1899, ff.
108-249.

28
El novicio Giacomo Antonio Stellardo tuvo que salir del
noviciado de Lucca cuando le faltaba poco
para profesar e ir al servicio militar por la presión de su
familia. Cumplido aquel deber, fue readmitido
en enero de 1843. El Pío Cayro, provincial de
Presentación, obtuvo dispensa pontificia
para que pudiera profesar en mayo, sin repetir todo el
año. El prefecto de la S. C. sobre la Disciplina
de los Regulares lo concedió el 22 de abril, y así pudo
profesar el 4 de mayo, y seguir los
estudios con otros compañeros. Se trataba del P.
Carlos de María Virgen, ordenado en dicembre
de 1845, fallecido en Tarquinia en 1891. - Cfr. en
AGCP, Libro nel quale sono registrate le professione
de’ novizi della C.P..., Ritiro di S. Angelo, presso
Lucca, Casa di noviziato. - En el archivo
del noviciado de Lucca, actualmente en Scala Santa,
encontramos Decreti della Santità di Nostro
Sig.e Papa Pio IX riguardanti la recezzione e
professione de’ novizi (con una lettera acclusa
del Rmo. P. Antonio di S. Giacomo riguardanti li
Decreti Sacrae Congr.nis super Statu Regularium...),
Pio IX…, Romae 1848, pp. 12. - Cfr. también
GAVAZZI, Paolo, Pio IX e la riforma degli
ordini religiosi 1846-1857, o. c., 203 ss.
glamentos o la costumbre. El P. Barberi29 recordaba
que los encargados de aceptar a
los aspirantes acentuaban el rigor y la austeridad, a fin
de que desistieran a tiempo
de proseguir el camino; por el contrario los maestros
solían ser amables:

Cuando llegaba al noviciado el joven ya aceptado, los


maestros solían hacer
que durmiera, sí, sobre un jergón de paja desde la
primera noche, pero le dejaban
descansar sin levantarse a maitines las tres primeras
noches, para que pudieran tomar
un poco de ánimo, y en el refectorio le daban algún
suplemento y le preparaban
algo de desayuno...30.

Cuando habían transcurrido diez o más días según las


Reglas de 1775 en vigor
en este tiempo (nn. 28, 32-33), intervenían en reunión
capitular los sacerdotes de la
comunidad para examinar los documentos y las
pruebas y expresar la impresión que
les daba el aspirante. En general el capítulo previo a la
toma de hábito era tranquilo
y optimista; en la práctica pocos eran rechazados,
salvo casos evidentes de volubilidad,
inconstancia y falta de vocación. Por esta
benevolencia se explica que fueran
más numerosos después los abandonos durante el
noviciado. Se miraba mucho la salud,
pues si alguno ocultaba enfermedades graves no sería
válida su profesión31.

b) NOVICIADO. Durante el noviciado los jóvenes


llevaban hábito negro y manteo,
sin el escudo pasionista, e iban con sandalias abiertas;
prescindían del apellido
seglar y elegían uno religioso (la Cruz, la Virgen María,
etc.).

El sistema formativo iniciado por el fundador fue más


tarde organizado a modo
de reglamento por el P. Bernardo Spinelli de la
Dolorosa (1777-1857), maestro cerca
de 20 años en Paliano (el P. Barberi fue su novicio), en
Monte Argentaro y en
Lucca. El P. Rafael Ricci de S. Antonio, maestro de
San Gabriel en Morrovalle (más
tarde lo fue en Paliano,1863-1869 y 1872-1875),
escribió en 1856 al P. Spinelli y le
consultó cómo podía desempeñar el oficio. El P.
Spinelli le envió un escrito con fecha
del 26.05.1856, en el que recordaba que el maestro
debe ganarse la confianza
de los novicios, y que éstos deben esforzarse por
llegar a: 1) la humildad de corazón;
2) la obediencia pronta, exacta y con buen ánimo; 3) la
renuncia a la propia
voluntad; 4) la paciencia; 5) el desprendimiento de lo
creado; 6) la conformidad
con la voluntad de Jesucristo; 7) la oración consistente
en hablar con Dios; 8) la
piedad mariana; 9) abrirse al maestro para reconocer
sus faltas; 10) pero todo esto
no se alcanza en una jornada; supone voluntad
decidida... Este es el camino llano
y seguro para llegar con facilidad a la perfección...32 .

29 Cfr. Consuetudines..., o. c., p. 4.


30 Práctica introducida por el P. Cioni el 18.11.1785. -
Cfr. Consuetudines..., o. c., p. 4-5, nota 7.
31 Según el Rgtro. delle Vestiz. del noviciado de
Paliano1804-1899, sólo se dieron tres casos (pp.104,

116 y 231).
32 GIORGINI, en Positio super Virtutibuis del Servo di
Dio Grimoaldi a Purificatione..., Roma,

1988, 14 ss. - Id., La formazione dei chierici passionisti


al tempo di San Gabrielle dell’Addolora

ta, o. c., II, 9-33. - Id., Bernardo Ma. Silvestrelli, Roma,


1988, 44-46. - SILVESTRELLI, Tratte
nementi spirituali..., o. c.
Para la congregación del siglo XIX el noviciado fue una
etapa en la que se concentró
la atención de los generales. En 1830 el P. Colombo
había enviado a los provinciales
y superiores una serie de cuestiones sobre su
organización. Con los datos
recogidos, se preparó un Reglamento para los
novicios, publicado en 1838, que serviría
durante el gobierno del P. Testa33.

PROGRAMA DE PRIMERA FORMACIÓN. Los


enunciados del Reglamento definen
claramente los elementos del programa de la época:1)
Levantarse del descanso y
el Oficio Divino; 2) oración; 3) ejercicios de la mañana;
4) santa misa; 5) visita a la iglesia;
6) recreación); 7) descanso; 8) ejercicios durante el
día; 9) permanencia en la celda.
Concluye mandando que se lea todos los días hasta
empaparse del contenido...
Aunque los postulantes procedieran de buen ambiente
cristiano, no estaban
acostumbrados a la vida en comunidad ni poseían
métodos de oración, factor fundamental
en la consagración religiosa y punto fuerte del periodo
formativo. Por eso al
final del Reglamento se le añadió Istruzione prattica e
facile per ben meditare34 .

El P. Silvestrelli, que hizo el noviciado en dos etapas y


en dos retiros (Monte Argentario
y Morrovalle), con dos maestros diferentes, resume las
actitudes interiores
que debía adquirir el novicio: 1) ser sincero; 2)
obediencia ciega a los formadores;
3) total desprendimiento del mundo, de manera que no
se le permite llevar del ambiente
familiar nada de valor, sólo un peine, unas tijeras y una
navaja; 4) habituarse
al silencio riguroso; 5) conservar una modestia
singular; 6) dar pruebas de humildad
ante las pruebas a las que pueda someterle el
maestro35.

No se trataba solamente de actitudes espirituales.


Llama la atención el conjunto
de consejos de convivencia, educación social y
urbanidad en la mesa, en la recreación,
en el coro... Se insistía mucho en el silencio, el
recogimiento exterior, el alejamiento
del mundo...36.

Ya desde el principio el novicio seguía plenamente la


observancia nocturna (maitines)
y la diurna (las demás horas del oficio divino). Los
coadjutores, en cambio, recitaban
una serie de oraciones señaladas en las constituciones
(1775, cap. XX, 72

33
AGCP, A, 118 (A,II-IV/1-7º.). El 19 de noviembre
agradecía a los superiores la rapidez y generosidad
de sus respuestas. - RAVASI, L., La Congregazione...,
o. c., X. - DNEust, 220. En todos los
noviciados se registraba en un libro la entrada oficial
del novicio; por ejemplo, en el Arch. Prov.
PRAES, fondo Lucca, Vestizioni Novizi chierici anno
1831-1896, 118 pp.

34
1) Della preparazione; 2) Meditazione: È l’esercizio
delle tre potenze della nostra anima, cioè,
della memoria, dell’intelletto e della volontà sopra
qualche materia distinta in vari punti...; 3)
Ringraziamento; 4) Nella meditazione del Fine: Lumi,
propositi.

35
Consuetudines..., o. c., 208-210.

36
En Consuetudines...,o. c., se presta atención al
noviciado: el P. Domingo (Ricordi di alcune prattiche
...osservate da me in Italia nella mia fresca età, pp. 2-
18); P. Serafín, Consuetudines a majoribus ad nos
usque transmissae, el c. VII De tyrocinio et novitiis, pp.
42-57, y el c. VIII Del Estudio. El P.Silvestrelli
procede por conceptos en orden alfabético: Maestro de
novicios, 188-192; Noviciado, 204-216.
77). Los clérigos eran instruidos en la recitación del
oficio litúrgico, en la historia del
instituto, en la Sagrada Escritura y en el latín...
Diariamente asistían a la misa común
de la mañana, y a una segunda al final de la mañana
llamada última misa y rezaban
procesionalmente el rosario. Dependía de la discreción
del maestro la ejecución de
algunos trabajos en la casa y en el huerto. Disponían
de un tiempo, por la mañana y
por la tarde, para el paseo solitario, individual y en
silencio; después de la comida o
de la cena era común para los novicios, separados de
los religiosos profesos37.

En esta época no era habitual la comunión diaria. A los


clérigos se les autorizaba
tres veces por semana, además de las fiestas no
seguidas, ad arbitrium superioris
vel ductoris animae38 . Los coadjutores podían
comulgar en las fiestas no continuadas
y en los viernes; en tiempo de cuaresma y en adviento,
tres veces por semana,
salvo que autorizaran otra cosa el superior o el director
espiritual39.

EL MAESTRO DE NOVICIOS: El seguimiento del


novicio corría a cargo del
maestro, oficio para el que se prefería un sacerdote de
ciencia, virtud y suficiente salud
para seguir la observancia sin recurrir a frecuentes
dispensas40.

Diariamente se reunía con los novicios para


introducirles en las técnicas de la meditación
y de la oración; en el encuentro diario llamado capítulo,
los novicios daban
cuenta pública de cómo habían hecho la meditación y
de los sentimientos o mociones
espirituales que habían sentido. Los detalles más
personales o íntimos se reservaban
para la conferencia semanal41. Cada tres meses se
reunía la comunidad del noviciado,
es decir, los ordenados in sacris42. Esta reunión o
capítulo se convocaba en cinco
ocasiones y decidía si el novicio podía proseguir o
debía ser expulsado43. En general
los capítulos locales transcurrían con paz y armonía,
pero a veces se producían
desencuentros si algún capitular acentuaba el rigor
ante los defectos del postulante44.

37 Cfr. HERBERT, C. P., The preachers of the


Passion..., o. c., 27-33.
38 Reglas 1775, c. XXI. - Cfr. GIORGINI, Reg. et
Const., o. c., 79.
39 Ibid., 1775, c. XX, 30-40.
40 CIPOLLONE, Storia 1841-1859, p. 1.
41 Cfr. HERBERT, The preachers..., o. c., 32-33. - Cfr.
GOYA, Benito, Luce e guida nel cammino.

Manuale di direzione aspirituale, EDB, Bologne, 2004.


42
En 1861 en el noviciado de Paliano se quiso excluir a
los que todavía no llevaban tres meses en
la comunidad. El P. Testa declaró que tal actitud
carecía de fundamento y que eran miembros del
capítulo local los que pertenecían al orden sagrado,
según era práctica general en el instituto. Cfr.
Carta al maestro y declaración autógrafa del
09.08.1861. -Registro dei Capitoli, Noviziato di Paliano,
1804-1884, 260-261.

43
De 1839 a 1863 la comunidad del noviciado de Paliano
se reunió 360 veces, a razón de 12 veces
por año. En 1839 hubo 23 capítulos, en 1852 fueron
22; en cambio sólo 7 en 1850 y 8 en 1862. -
Cfr. Rgtro. dei capitoli del noviziato di Paliano, 1804-
1884. -Libro in cui si notano le vestizioni
di quei novizi che prendono l’abito in questo noviziato
di Santa Maria di Pugliano… da questo
corrente anno del Signore (1771) fino al Sett. 1899,
412 pp.
44
El 09.05.1840 un capitular opuso dificultades a la
continuación del clérigo Lucas de S. Luis, negándose
a dar el voto. - Cfr. Rgtro. dei Capitoli... di Paliano
1804-1884, 114.
Entre los defectos por los que un joven debía salir del
noviciado, se habla de inmodestia
o dispersión de los ojos, indolencia y pocas ganas de
trabajar, sobre todo en los
coadjutores, incapacidad para la convivencia, ausencia
de espíritu de piedad, escaso fervor,
doblez, hipocresía, terquedad de juicio, temperamento
irascible y poco apropiado
para la comunidad...45. También se hablaba de la
salud, sobre todo si al entrar no se había
declarado alguna enfermedad incurable o de larga
duración. En caso de epilepsia o
de tuberculosis, la vuelta a la familia era la única
solución positiva. Entre 1839 y 1863,
hubo 28 novicios que, por insuficiente salud, tuvieron
que salir del noviciado46. Cuando
se trataba de conducta, los maestros invitaban al
novicio a que dejara el noviciado
por propia voluntad; sólo se llegaba a la expulsión si el
interesado se obstinaba en seguir.
Otro valor que se evaluaba en los clérigos era su
capacidad para el estudios. En caso
de insuficiencia se le aconsejaba o pasar a coadjutor o
volver a su familia.

Un problema que surgió en los capítulos era la


privacidad de los datos relativos
a los postulantes. Para conservarlos en lugar seguro y
reservado, el capítulo de 1860
de la provincia de PRAES indicó al provincial que se
custodiaran en un archivo propio
del noviciado.

El P. Testa, para aproximar los criterios de los diversos


noviciados en la compleja
selección de candidatos, publicó el 27 de octubre de
1850 el siguiente decreto:

ÓRDENES Y DISPOSICIONES PARA LA


ACEPTACIÓN DE NOVICIOS Y PARASU
PROSEGUIMIENTO EN EL NOVICIADO O
LAADMISIÓN ALOS VOTOS:
1. Para la aceptación serán siempre tres los que los
examinen, el rector, el maestro
y el vicerrector. Si uno o más de éstos estuviera
ausente, el que quede los sustituya
con alguno de los más prudentes, capaces y
experimentados, de modo que sean
siempre tres. Después del examen, se emita el voto
secreto; el postulante será admitido
si cuenta con dos tercios de los votos.
2. No sean aceptados si no conocen de manera
competente la lengua latina. Si
han pasado ya de los 20 años exíjaseles mayor
capacidad... Si descubren que son
obtusos de mente o sin talento, no los acepten…
3. Si en el transcurso del noviciado quedase claro que
alguno es incapaz…, no
podrá ser admitido a la profesión. En tales casos, el
capítulo podrá examinarlo o
designar una comisión de tres que lo hagan para estar
seguros de la incapacidad.
Si lo aceptaron los superiores mayores, por
conveniencia pónganse en contacto con
ellos; y si lo aceptó alguno de los participantes en el
capítulo, éste podría abstenerse
de participar en él.
45
En el noviciado de Pontecorvo se justifica la expulsión
de un novicio porque, además de su mal

comportamiento, había puesto en peligro, con


perversas sugerencias, la vocación de otro. - Cfr. Li

bro delle vestizioni di novizi incominciando il dì 30 nov.


1856.

46
El joven José Ant. de San José, clérigo, fue rechazado
por falta de salud y por ser de complexión
frágil; vistió el hábito en febrero y fue despedido el 24
de junio de 1844. -Rgtro... di Paliano,139.
4. En el caso de que posean suficiente talento y
capacidad, pero no son juiciosos,
o resultan de cabeza dura, inquietos, excesivamente
sofisticados, o melancólicos,
y se prevé que en vez de ayudar crearán problemas a
la congregación…, sean
absolutamente excluidos y en ningún caso se les
admita a la profesión.
En pocas palabras, el rector, el maestro y todos los
capitulares tengan cuidado
de aceptar a la profesión a aquellos de los que puede
esperarse que serán religiosos
buenos y capaces; y no a aquellos que constituirán
una carga, un trastorno, que tengan
que ser expulsados después de haber dado no pocos
quebraderos de cabeza….

Estas órdenes e instrucciones, cuando estén todos los


capitulares, se lean después
de la solución del caso moral, y vuelvan a ser leídas al
menos una vez al año.
Y el documento guárdese en el archivo, y se hagan
una o más copias para tenerlas
a mano o releerlas cuando sea necesario.

Retiro de San Miguel Arcángel, Vetralla, 27 octubre


1850,
Antonio de S. Giacomo, Prep. Gral.47

c) LA PROFESIÓN: Superadas las pruebas con la


aceptación del capítulo, aunque
no hubiera unanimidad, el novicio era admitido por el
superior provincial a emitir
los votos. Si se hallaban presentes el superior general
o el provincial, uno de ellos
recibía la profesión; pero generalmente delegaban en
el maestro, o en el superior local;
en contados casos presidió la ceremonia algún
sacerdote no pasionista48.
El ritual de la profesión era el establecido por el
fundador: se entregaba al novicio
clérigo el escudo para el hábito y el manteo, o sólo
para el hábito si era coadjutor;
y también un crucifijo que el profeso conservaba en su
habitación, junto al cuadro
de la Madre de la Santa Esperanza. Los votos que se
emitían en esta época eran
perpetuos49. En la congregación no se modificó la
norma hasta más tarde50.

LA SALUD DE LOS ESTUDIANTES. En la época del


P. Testa el azote de la

47 AGCP, A,118 (A-III-IV, 1-8º). - ACP, XVII, 209-210.


48 En el noviciado de Paliano 37 novicios profesaron
con la delegación del general; los restantes con
la del provincial. En la profesión de Lucas Ma.
Giacomobuono, el 02.11.1840, presidió don Mauro
Sabatini, monje de Montecasino; abandonó la
congregación siendo ya sacerdote. - Livro in cui
si registrano le professioni... 1785-1888, 80, 87-175.
49 Por esta época comenzó a extenderse en las
órdenes de votos solemnes la modalidad de votos
simples
temporales antes de los solemnes, según práctica de
la Compañía de Jesús desde 1584. En el
siglo XIX la Santa Sede los autorizó en 1837; pero fue
Pío IX más tarde, con la circular Neminem
latet, del 19 marzo 1857, quien estableció la obligación
de los votos simples al concluir el noviciado
como etapa previa a los solemnes. - Cfr. JIMÉNEZ
ECHAVE, A., La profesión religiosa
temporal: visión histórica, en Com pro Relig, 1993, 57-
67.– GUTIÉRREZ, A., Professio religiosa
ad tempus, en Com. Pro Rel.,1982, 389ss. - BIZARRI,
A., Collectanea in usum S.C. Episcoporum
et Religiosorum, a cura di..., Romae, 1885, 465, 815,
829 y 831. - G. ROCCA, Temporalità
dei voti, en DIP, o. c., IX, col. 907-910. - GAVAZZI,
Paolo, Pio IX..., o. c., pp. 224 ss., y notas 99
y 116. - OLIVARES, Estanislao, S. J., Los votos
simples de la Compañía de Jesús: su repercusión
en la teología y en el derecho canónico, en Archivo
Teológico Granadino, vol. 71 (2008), 7-81.
50 Fue en 1874, ya fuera de nuestra época histórica,
cuando la provincia de San José pidió a la curia
general
que esta norma de los regulares pudiera aplicarse en
la congregación; es decir, un trienio de votos
temporales
antes de los perpetuos. No se concedió la modificación
hasta el capítulo genera de 1914, en el
enfermedad se llevó a muchos jóvenes. El capítulo
general de 1839 deploraba la
muerte prematura de tantos jóvenes que daban
buenas esperanzas. Por ello mandó,
como se ha dicho, que no se les quitara el tiempo de
reposo, ni se los ocupara en copiar
escritos de predicadores o de lectores; y que se les
concedieran paseos moderados
(no más allá de 10 kilómetros entre ida y vuelta). El
capítulo de 1845 les concedió
una hora de paseo al día51. En los días en que tenían
clase se les proporcionaba
por la mañana un suplemento (llamado crostino),
consistente en un poco de pan
tostado y algo de vino; en los días de paseo tomaban
un desayuno más sólido. Estos
privilegios no alcanzaban a los novicios, que
permanecían prácticamente en ayunas
hasta mediodía; pero algunos maestros más humanos
les dejaban comer fruta fuera
del refectorio cuando era tiempo de ella52.
Aún con todo, la mortalidad fue una sangría para el
crecimiento del instituto.
Entre 1800 y 1862 fue de 46 años la media de edad de
los 287 religiosos difuntos;
de ellos, 9, entre los 15 y los 20 años; 67 entre 20/30;
46 entre 30/40; 28 entre 40/50;
33 entre 50/60; 44 entre 60/70; 42 entre 70/80, y sólo 8
entre 80/8553. Un joven cuya
vida cronológica coincidió con el generalato del P.
Testa (1839-1862), Gabriel
Possenti (1838-1862), falleció de tuberculosis. Aparte
de las actitudes espirituales
personales de inmolación junto con Cristo Crucificado,
hay que buscar alguna explicación
humana; y parece que pudiera atribuirse a la deficiente
alimentación, así
como a ciertas condiciones menos higiénicas de la
vida común: toallas comunes en
lavabos comunes...54. También hay que tener en
cuenta que esta enfermedad era frecuente
fuera de los conventos, y que las esperanzas de vida
de la época no iban más
allá de los 44 años mencionados para los fallecidos
pasionistas.

d) LOS HERMANOS COADJUTORES. En la vida


monacal se los designaba
como conversos, oblatos, donados..., pero no monjes.
Si en los siglos IX-XI significaba
monje entrado en religión en edad adulta (se había
convertido), en el siglo XI
se pasó a designarlo como iletrado (no analfabeto,
sino carente del nivel requerido
para el sacerdocio). Dentro del monasterio convivían
monjes letrados, cuyo centro
era el escritorio, clérigos que estudiaban para el
sacerdocio, e iletrados no clérigos
ocupados en faenas domésticas o agrícolas del
monasterio, pero no como obrero o
menestral remunerado, sino como miembro de la
comunidad55. En las órdenes men
que, informados de que en el Código de Derecho
Canónico que se preparaba estaría incluida esta
fórmula
de profesión, se autorizó la emisión de votos
temporales por un trienio. Influyó, además, la situación
de los religiosos, movilizados en la I Guerra Mundial
(1914-1918), que no podían hacer los perpetuos
hasta verse fuera del servicio militar. - TITO, Expositio
Historica..., o. c., n. 448.

51 DeR, 355 y 364.


52 Cfr. Consuetudines..., o. c., 12, 68 y 199.
53 Datos de la Secr. Gral. y del DNEust 1745 -1879 en
AGCP.
54 Cfr. GIORGINI, La formazione dei chierici al tempo
di..., o. c., 29-30.
55 Cfr. Convers, en Dict. Droit. Canonique, IV, 562-
588; Religeux Laïcs, en Suplement della Vie Spi

rituelle, 1949, 15 nov.


dicantes la vida era común: los clérigos se ocupaban
del apostolado y los coadjutores
de los servicios laborales, pero unos y otros formaban
la misma familia. Dentro
de la congregación los coadjutores, aunque sin acceso
al orden sagrado, están consagrados
por los mismos votos evangélicos, y, como los
sacerdotes y clérigos, deben
tender a la perfección de la caridad. Las diversas
funciones dentro de la comunidad
no obedecen a distintas categorías, sino a diversos
servicios.

Recuérdese que Pablo Danei pensó en una


congregación de hermanos, no de clérigos,
llamados Los Pobres de Jesús56. Después de la
experiencia eremítica como
laico y de la vivencia hospitalaria en San Galicano,
comprendió que sólo desde el
sacerdocio podría abordar la tarea de mantener la
memoria viva de la Pasión de Cristo.
Así se lo había dicho el obispo de Troia, Mons.
Cavalieri: la finalidad apostólica
y el trabajo en diversas diócesis presuponían el
sacerdocio57. A la vez comenzó a palpar
la ayuda que la vida común podría recibir de
compañeros no sacerdotes58. En esta
época histórica, no existía la obligación del
postulantado59.

Sobre la marcha se introdujeron algunas diferencias en


función del orden sacerdotal:
los coadjutores no estaban obligados a recitar el Oficio
Divino, pues no entendían
el latín, pero se unían a los demás recitando una serie
de oraciones60. En
1736 se mantenía la misma costumbre que en las
órdenes mendicantes: los coadjutores
no intervenían en la recreación con los clérigos, pero
en 1741 se impuso la re

56
Título que se daban a sí mismos los jesuatos: Pobres
por Jesús o Clérigos apostólicos de San Jerónimo,
fundados por el B. Juan Colombini, comerciante de
Siena, entre 1360-1364, suprimidos por
Clemente IX en 1668. En Roma estuvieron un tiempo
en el convento de los Ss. Juan y Pablo hasta la
supresión; después los paúles o lazaristas se hicieron
cargo de él. Aunque suprimidos unos años antes,
cuando Pablo Danei sintió la inspiración de fundar un
instituto, subsistían aún en el ambiente popular
reminiscencias de los mismos, y él coincidió con ellos
en el nombre pensado para el instituto,
en el uso de la disciplina, en la actividad laical, no
sacerdotal, y en el estilo de túnica o hábito... Las
Jesuatas, que sobrevivieron hasta 1830, se levantaban
a media noche, tomaban dos veces la disciplina
y dormían sobre paja. En cualquier caso se trata de
mera coincidencia, pues no hay elementos que
hagan pensar en una dependencia formal. - Cfr. DIP,
o. c. IV, cc. 1116-1130. - Platea de los SsGeP, I,
etapa lazarista 1698-1772. - MORONI, Dizionario
Storico.., o. c., voz Gesuati, Gesuate.
57
Cfr. ZOFFOLI, E., S. Paolo della Croce...,o. c., I, 300. -
Reg. et Const, a cura di Giorgini, Apendice
I, Consilia et annotationes episcopi Cavalieri, p. 151ss.

58
El 19.10.1728 Pablo escribía al can. Tuccinardi: La
Providencia nos ha proporcionado un buen
laico, que viste como nosotros y se ocupa de otros
ejercicios de la vocación. Nosotros no lo queríamos,
pero Dios mismos lo ha querido, y por eso ha quedado
con nosotros y estamos muy contentos,
pues como él se ocupa de las cosas necesarias para
el lugar, nos permite mayor recogimiento
y atención a la oración. -Cfr. Bollettino, IX, 1928, 40.

59
No se introdujo hasta 1874, fuera ya de esta historia.
El provincial de IOS pidió a la curia general que
le autorizara a implantar mayor tiempo dedicado a la
formación: que todos los novicios hicieran una
profesión por tres años antes de los votos perpetuos, y
que los hermanos tuvieran dos años de noviciado.
La curia general no lo concedió, y se limitó a aconsejar
mayor vigilancia durante el noviciado. El
XXIII Cap. Gral. de 1878 autorizó a las provincias el
uso del postulantado. - Cfr. De R, n. 439, p. 71.

60
Cap. XXII en las Reglas de 1736, 1741, 1746 y 1769; y
ca. XX en las de 1775. El nivel de alfabetización
era bajo, pues no faltaban quienes no sabían leer ni
escribir. En el registro de profesio
creación común para conservar la unión y la caridad
fraterna61. No intervenían en
los capítulos o reunión de sacerdotes de los viernes62,
pero en la enfermedad recibían
las mismas atenciones, y en su muerte idénticos
sufragios que los clérigos63.

Su período de formación comprendía sólo el noviciado,


durante el cual no había
más distinción que la de la actividad: concluidos los
actos piadosos de la mañana, los
clérigos atendían a la formación intelectual, mientras
los coadjutores acudían a desempeñar
su oficio: Dos cada semana, por turno, se ocuparán de
la cocina, uno como cocinero,
el otro como ayudante, según decida el maestro64 . La
conferencia semanal de los
coadjutores con el maestro se cumplía en las fiestas o
domingos, a fin de no entorpecer
las labores del respectivo oficio. Después de la
profesión - perpetua en la época- se les
seguía con mayor atención durante cinco años. El nivel
de formación suponía una catequesis
sobre la vida religiosa y un conocimiento suficiente de
la doctrina cristiana. El P.
Cioni había mandado instruir dos veces a la semana a
los novicios hermanos65.

La actividad que les confiaban los superiores la


describe ampliamente el P. Silvestrelli
en sus Consuetudines:

Nuestros laicos llamados hermanos son recibidos en la


congregación con la intención
de que desempeñen los oficios domésticos necesarios
para la buena marcha
de las familias. Por eso a ninguno se le acepta con
otras condiciones, ni después se
le ocupa en trabajos liberales, como escribir, llevar la
administración... Los oficios
en que están ocupados después de la profesión,
además de la postulación, son los
de la cocina, el refectorio, el servicio de las mesas,
lavar platos, barrer los corredores,
atender la portería, la cantina, el granero, los establos,
el huerto... Pero no
se ha usado, durante el noviciado, que se dediquen a
uno solo de estos oficios, como
hacen los ya profesos; los novicios se ocupan de la
cocina, hacen el pan en los
días señalados y ayudan al hortelano66 .

También recibían preparación profesional (carpintería,


albañilería...); y de hecho
aparecen como supervisores de las obras en varias
fundaciones nuevas67. En el retiro
desempeñaban los oficios de portero, cocinero,
hortelano, carpintero o sastre... En

nes del noviciado de Lucca, de los 38 coadjutores que


profesaron entre 1839 y 1863 hubo 12 que
firmaban con la +.
61 Reg. et Const, c. XXXI, p. 102.
62 Reg. et Const, c. XXXIV, 126-127 (XXXII en las de
1775).
63 Reg. et Const, 138-146.
64 Cfr. Indirizzo ossia Rigolamento..., o. c., p. 20.
65 Decr. 9 para el noviciado di Terracina; y decr. 17
para el de Paliano 1788.
66 Cfr. Consuetudines..., o. c., 168.

67
Cfr. Libro dei morti del ritiro di Paliano, 1767-1881, 36:
el H. José Montagna sobresalía por su
habilidad mecánica. En las obras de Paliano brillaron
el H. Plácido Cesanelli (1808-1886), albañil,
y el H. Fortunato Bucci (1808-1851), maestro
carpintero.
los tiempos señalados practicaban la postulación o
cuestación. En alguna ocasión figura
un hermano como dentista o sacamuelas68 .

En los viajes de expansión del instituto, siempre hubo,


junto a los sacerdotes, un
hermano: a Bélgica, el H. Crispín Cotta; a EE. UU., el
H. Lorenzo Di Giacomo. Y
no estaban excluidos de la actividad apostólica: con
frecuencia un hermano atendía
a los misioneros. En esta época de la historia se
recuerda a varios69. Generalmente
se elogia su humildad, espíritu de servicio y devoción
religiosa. Como mientras estaban
en la postulación podían verse en dificultad para
mantener el fervor, cuando
les era factible, acudían al retiro más próximo para
solazarse con los religiosos y
atender a su vida interior70.

Como en cualquier sector de la vida religiosa, también


los coadjutores cayeron
en actitudes negativas contra los superiores o contra
otros miembros de la respectiva
comunidad. Las condiciones vividas durante la
supresión contribuyeron a que algunos
abandonaran el instituto, pero hubo una nueva
floración. Al inicio del generalato
del P. Testa en 1839 había 122 hermanos frente a 227
clérigos; a su muerte en
1862 eran 268 (más que el doble) frente a 439).

De los capítulos generales de la época sólo en el de


1857 aparece una advertencia,
relativa al crucifijo: El Vble. Capítulo reprueba como
abuso que los hermanos
coadjutores lleven al pecho un crucifijo del mismo
tamaño que el de los clérigos71 .

En los capítulos provinciales se registran algunas


lamentaciones. En el de DOL
de 1848, el secretario dice que se trata de algunos
hermanos coadjutores, poco obedientes
y nada respetuosos con los sacerdotes72. En 1851 el
de PRAES lamentaba
que algunos trataban a los sacerdotes con arrogancia.
La provincia de PIET, en el de

68
El H. Tobías Rossi fue de Ceccano a San Sosio en
1847 para encuadernar libros. Cfr. Rel.. de Famiglia..,
1827-1862, 52-53. - El H. Sixto Galluppi (1813-1884),
de Ceccano, fue a San Sosio en
1854 para sacar el diente a un religioso. Cfr.
Famiglia...San Sosio, 1824-1864, 70-71. - El H.
Salvador
Fargnoli (1817-1888) fue de Pontecorvo a Sora para
arreglar el molino. Religiosi di Residenza
e di Passaggio..., Sora, 1842-1905, 10-11.

69
El H. Angel Antonio (Mamino o Tomei) estuvo en
marzo de 1843 en la misión de Settefratri. - Cfr.
Rel. di Resid. o di Passagio... Sora 1842-1905, 3. - El
H. Luciano di Marco participó en 1845 en
la de Piperno. Cfr. Religiosi..., Ceccano, 1833-1811,
53-54. - El H. Domingo Luis Collagrande estuvo
en la de Cervara en 1845. Ibid., 56-57. El H. Angel
Simoni, en 1851, en la de Piperno. Ibid.,
74-75. - El H. Antonino Mascioli participó en las
misiones de Vairano, Sparanise y Galluccio. -
Cfr. Relig. di Famiglia..., San Sosio 1827-1864, 40-41.

70
El H. Venancio De Nuntiis de S. Luis se encontraba en
Monte San Giovanni y a primeros de octubre
de 1848 se acercó a la comunidad de Sora para
confesarse y pasar un día con sus hermanos
religiosos;
después volvió a Monte San Giovanni. - Cfr. Religiosi
di Residenza..., Sora, 1842-1905, 10-11.

71
Cfr- DeR, n. 396, p. 64. En vida del fundador, el IV
Capítulo General, de 1764, había ordenado:
Sólo los misioneros y los otros sacerdotes llevarán
visible el crucifijo; los clérigos y los coadjutores
lo llevarán en el pecho, pero bajo el hábito, n. 113, p.
12. Más tarde, ya fuera de esta historia,
el P. Silvestrelli lo prohibió en 1884 a la vista de las
circunstancias de la época.

72
Atti. DOL, 1848, 11.
1857, les agradeció sus servicios; pero el de 1860
lamentaba que algunos se desentendían
de su condición de religiosos y montaban en cólera
con facilidad.

5. Centros de formación inicial


Cualquier retiro era centro educativo para los
religiosos, pero mientras el aspecto
de primera formación se localizaba en los noviciados,
el de la preparación intelectual
se encontraba diseminado por todas las casas; sólo
desde 1851 se mandó que
hubiera una o dos casas de estudio formal, como se
estudiará en el apartado siguiente.
Aquí se enumeran los noviciados en el período del P.
Testa, tanto los ya existentes
como los abiertos con el aumento de provincias.

PROVINCIA DE LA PRESENTACIÓN: 1. SAN JOSÉ,


Monte Argentario73 ,
fundada por el P. Pablo como a un kilómetro del de la
Presentación. Durante los años
del P. Testa como general pasaron por allí 286
novicios (161 clérigos y 125 hermanos).
2. LUCCA74: Casa abierta en 1830, especialmente
para noviciado. De 1839 a
1863 hubo 143 profesiones, de las cuales 105 clérigos
y 38 coadjutores.

PROVINCIA DE LA DOLOROSA: 3. PALIANO75. Fue


el retiro habitual de noviciado;
sólo en alguna ocasión sirvió el de Montecavo
mientras se efectuaban obras
en Paliano, y más tarde el de Pontecorvo en los pocos
años de su primera época. De
1839 a 1863 tomaron el hábito 284; de ellos, 173
clérigos y 111 hermanos; no profesaron,
respectivamente,48 y 35; y emitieron votos 125 y 76.

Nuevos noviciados durante el gobierno del P. Testa:

4. PONTECORVO (DOL): La historia de su fundación


se encuentra en otro lugar
de este volumen. De 1856 a 1861 hubo 46 aspirantes
o novicios registrados: 31
73
1) Libro nel quale sono registrati li progressi de’novizi
della Congregazione ei Chierici Scalzi della
Croce S.ma. e Passione di Gesù Cristo incominciando
dal febbraio del 1746 fino al febbraio
del 1835, pp. 186. - 2) Id., del 1835 al 1931, pp. 300. -
3) Libro de Giuramenti e delle Rinunzie
che si fanno de’ novizi prima della professione dal
anno 1809 (fino al 1863, s. p.). - 4) Libro nel
quale sono registrate le Vestizioni dei novizi della
Congregazione... incominciando del mese di
marzo 1838 fino al 1842, pp. 220. - 5) Parte seconda in
cui si notano le rinunzie che si fanno dai
novizi prima della professione dall’anno 1809-1863, s.
p. En la profesión aparecen las firmas de
los maestros Serafín del S. C. de Jesús,1839; Andrés
de San Luis, 1839-1845; Erasmo de J. Nazareno,
maestro de 1845 a 1846; Juan Carlos de S. Martín,
1846; Bartolomé de San Gabriel, 1848 a
1854; José Antonio de San Francisco, de 1854 a 1857;
Alfonso Ma. del C. de Jesús, 1858-1862;

P. Ottaviano de San José, 1862-1863; hay firmas


ocasionalmente de rectores o vicemaestros, en
ausencia del maestro.
74
Libro in cui si notano le professioni dei novizi in questo
ritiro dell’Angelo presso Lucca, 1831-1892.

-Se observa que de 1842 a 1848 las profesiones


fueron numerosas (44), mientras de 1849 a 1854,
años de crisis y revoluciones, apenas hubo 19;
después se estabiliza con 4 ó 5 de promedio anual.
75
Libro in cui si notano le VESTIZIONI de quei novizi che
prendono l’abito in questo ritiro de S.
Ma. di Pugliano, in territorio di Paliano, dall’anno 1784-
1899. El 15 de enero de 1841 moría de
clérigos y 15 hermanos; profesaron 27. El 16 de
noviembre de 1855, entonces dedicado
al Fundador beatificado un par de años antes, se abrió
este noviciado. El P. Testa
lo erigió canónicamente, pero fijó en 10 el número
máximo de jóvenes que se podían
tener76.

5. MORROVALLE (PIET): Abierto como noviciado de


1851 a 1861, hubo 73
tomas de hábito (40 clérigos y 33 coadjutores), aunque
sólo 37 llegaron a profesar
(30 y 17 respectivamente). Uno murió de novicio, y de
los 37 profesos 4 fallecieron
en el estudiantado. Entre los profesos de esta primera
época hay que recordar a Gabriel
de la Dolorosa y Bernardo Ma. Silvestrelli...77. Desde
1861 no se recibieron ya
novicios, dadas las condiciones políticas, y en 1864
fue clausurado el retiro78.
6. ERE (IOS)79. El P. Testa había autorizado al P.
Barberi a recibir novicios. El
retiro de Ere fue declarado formalmente casa de
noviciado a principios de 1841. Se
preparó un tríptico con los elementos necesarios para
que las posibles vocaciones se
orientaran en el discernimiento, y fue enviado al
Rvdo.Bernard de Lille, para que
pudiera orientar a los jóvenes aspirantes. De 1842 a
1863 hubo 27 profesiones. Para
otras informaciones se remite al capítulo dedicado a la
fundación en Bélgica.
7. HERTER, Holanda: En 1859 hubo 2 profesiones.
8. INGLATERRA80: El noviciado estuvo situado en
dos retiros: 1) ASTON
HALL: de 1842 a 1850; 2) BROADWAY, Londres, de
1850 a 1853, y de 1855 a
una infección gástrica, con sólo 15 días de noviciado,
el joven Querubín de San José, nac. en Sora
en 1815. En el decenio 1841-1850 por Paliano pasaron
novicios que dieron mucho lustre al instituto:
1) P. Raimundo Terribile, misionero, superior provincial
1878-1886, cons. general 18861893;
2) P. Fortunato Ma. De Grutiis; 3) Tomás Aiuti; 4)
Santiago Sperati; 5) Víctor Carunchio,
misionero y provincial en América... - Cfr.
CIPOLLONE, F., Storia..., 5 (1841-1850), p.1. -Maestro
de novicios en Paliano: P. Jacinto Grespi lo era en abril
de 1839 y continuó ininterrumpidamente
hasta 1848. -Justino Anfossi en 1848, pero renunció
por salud. Desde septiembre de 1849,

P. Miguel Angel Ingami hasta1854. -P. Clemente


Celani de 1854 hasta 1857. -P. Pedro Juan Betini,
de1857 a 1863. -P. Rafael Ricci, desde 1863; su última
firma es de 1868.
76
Notizie appartenenti al ritiro di Pontecorvo, p.11-12. -
Libro delle Vestizioni dei novizi incominciando
il dì 30.11.1856; di Professioni 1857-1861; di Rinunzie
1852-1861; di Giuramenti 1857-1861.

77
Cfr. APPIET, Morrovalle, Catálogo dei novizi dal 1851
al 1861 e dal 1882 al 1953. - Cronistoria del
ritiro di Morrovalle dal 1821 al 1860, en las pp. 85-90
se incluye los años 1851-1860. - BRODELLA,
L., Cronistoria..., o. c., 37-60. Fueron maestros: PP.
Erasmo de Jesús Nazareno Massarelli,
1851-1854; Lorenzo Morena 1854-1855; Rafael Ricci
1856-1860, cuando fue cerrado el noviciado.

78
GIORGINI, Bernardo Ma. Silvestrelli, o. c., 57-58. - En
1864, ya fuera de la época del P. Testa,
se abrió un noviciado en Scala Santa, en el que fue
maestro el P. Silvestrelli.

79
AGCP, Mns: 1) Chapitres des vêtures de l’annè 1840 a
l’annè 1856. - 2) Progrês de l’annè 1840
a l’annè 1856;Professions de l’annè…-3) Sermentes
del’annè 1840…1856. - 4) Attestations de
l’annè 1840 a l’annè 1856, con apéndice de algunos
religiosos hasta 1859. - XII.Livre des chapitres
et vetûres 1855- 1865, 87 individuos, pp. 76. - XII.
Livre des professions 1856-1865, s. p. -
Membres de la Communautè: Arrivès et Departs,
1840-1931. - Registre des visites canoniques
1841-1961. - Registres des chapitres locaux de 1863 a
1968.

80
HERBERT: The preachers..., o. c., 148ss. -
NARDOCCI, Annals.., o. c., 20, 21 ss.
1863; en 1854-1855 la sede del noviciado fue St.
Wilfrid; en este tiempo fue vicemaestro
S. Carlos Houben. El P. Domingo Barberi escribió al P.
Testa el 26 de abril
de 1842 y le informaba de la toma de hábito de dos
novicios para coadjutores y de
la llegada de un postulante para clérigo; le pedía el
envío de un sacerdote dispuesto
a patir molto, molto, molto81 . El 7 de mayo el P. Testa
lo nombraba superior local,
confirmándole como su delegado, autorizado a recibir
novicios. Al final de la carta le
anunciaba el envío de un sacerdote que le ayudara en
la educación y formación de los
novicios; se trataba del P. Gaudenzio Rossi. De esta
manera, el P. Barberi reunía todos
los compromisos: superior, lector de los estudiantes
que llegaban del noviciado de Ere,
y maestro de novicios. El primer novicio inglés, Joseph
Bunn, profesó el 8 de mayo de
1843 (AA, 843010). Como dominaba su idioma nativo,
se convirtió en lector de los
otros estudiantes, a los que instruía en el latín82. Pero
lo mismo que el P. Serafín en Ere,
también el P. Rossi achacaba al P. Barberi el mismo
afán por aumentar el número, sin
excesiva selección de los sujetos. Barberi no se veía
en condiciones de atender a todo:
predicación, formación de novicios y estudiantes,
gestión de nuevas fundaciones..., y
pidió al P. Testa un maestro de novicios que reuniera
cualidades de gran equilibrio y
piedad: Maduro, caritativo, dulce, moderado, plácido,
acomodado al temperamento
inglés, con el que no sirve ni la ira ni ardor, sino
tranquilidad y caridad83. En diciembre
de aquel año 1842 llegó el primer postulante irlandés,
Arthur Mc Evoy. En 1846
había cuatro novicios (tres clérigos y un lego). Viendo
que la convivencia de estudiantes
profesos y novicios creaba problemas, pensó dejar el
noviciado en Aston Hall y trasladar
a los estudiantes a una nueva fundación en Northfield.
El P. Domingo pensó cerrar
el noviciado de Ere y llevar los novicios a Inglaterra. El
P. Testa se lo prohibió: No
me parece bien trasladar los novicios de Bélgica a
Inglaterra. En Bélgica hay vocaciones,
y éste no es el caso de Inglaterra... Soy de opinión que
será más fácil formar
una provincia belgo-holandesa que una inglesa84 . En
diciembre de 1850, después del
fallecimiento del P. Barberi, el noviciado se trasladó de
Aston Hall a Broadway, Worcertershire,
con el P. Salviano Nardocci de la V. Dolorosa como
maestro, que lo fue en
todo el período de esta historia85.

81
Barberi a Testa, 26. 04. 1842. - CC, o. c., 243.

82
CC, o. c, 249, 258 y 261.

83
CC, o. c, 280, 284. No se encuentra la carta a Testa,
pero en una al P. Ignacio Carsidoni, del

13.10.1842, manifiesta desconfianza hacia las


vocaciones nórdicas; el P. Domingo añadió al final

que era muy exagerado. - Cfr.AGCP, IOS, Carta 1846-


1865.

84
CHARLES, o. c, 322. - AGCP, Domingo, 6, carta de
Testa a Barberi, 06.08.1846.

85
NARDOCCI, o. c., 75 y 83. - Elegido en 1851 al ser
creada la provincia de San José, fue confirmado
por el P. Pío Cayro en la visita de 1854, en la que se
suspendió el capítulo provincial, y en
las elecciones tenidas en Roma en mayo de 1857 con
autorización pontificia. Entre sus novicios,
Pablo María Pakenham, capitán de navío convertido al
catolicismo. Tuvo un par de años de vicemaestro
al P. Carlos Houbn de San Andrés que había llegado
de Ere en 1852. - Cfr. SPENCER,
9. PITTSBURGH (PAUL)86 . De 1855 a 1863 entraron
41 aspirantes: 25 clérigos
y 16 hermanos. El P. Antonio Calandri fue nombrado
maestro y siguió siéndolo hasta
el primer capítulo de1863. En 1856 tomó el hábito el
clérigo Henry Ma. Gorgan
con el nombre de Andrés de la Sagrada Familia, y el
H. Tomás Hughes con el nombra
de Félix de María Virgen87. Otros detalles se
encuentran al hablar de la fundación
en los EE. UU.
10. BURDEOS, Francia, para la nueva provincia de
San Miguel, de 1856 a
1863, hubo 11 profesos88.
11. ALEMANIA: Aunque no hubo nunca noviciado, el
13.01.1850 el P. Spencer
sugería una posible fundación: Me siento muy atraído
hacia Alemania... En lo
relativo a encontrar vocaciones para una fundación en
Alemania, no me parece que
haya dificultad. Si se tuviera una casa suficiente... no
creo que tardasen en llegar
novicios alemanes... De hecho un joven sacerdote de
gran categoría me ha hablado
ya sobre la idea que le ha venido en mente de
asociarse con nosotros...89 . No pasó
de ahí. El P. Spencer viajaba para promover la
Cruzada de Oraciones por la conversión
de Inglaterra; pero los tiempos no estaban maduros
para abrir noviciados.
II. FORMACIÓN INTELECTUAL90
De 1839 a 1851 la congregación aumentó en 184
religiosos (118 clérigos y 66
coadjutores), y en 12 nuevos retiros; y de 1851 a 1862
el aumento fue de 220 (de los
258 profesos 11 habían muertos y 27 se salieron). El
P. Testa encontró una congre

Paul-Francis, C. P. To heal the broken hearted, o. c. -


NARDOCCI, Chronical anglo-hibernian
province 1842-1858, f. 26 (mns. original). -
Cfr.Dublinen. seu Ruremunden., Caroli a S. Andrea,
Positio super virtutibus, Roma, 1955, 322: Si interesa
con amore dei novizi, così ne lascio a lui la
cura intera: io ascolto le loro confessioni e tengo le loro
conferenze.

86
Vestition and Profession 1854-1949; no figuran los
maestros, sino quiénes reciben la profesión:
PP. Juan D.Tarlattini hasta 1861, Antonio Calandri... -
Chronological Records of the Foundation
of a Passionist Retreat at Birmingham in Pittsburg, Pa.,
Unites States North America in the year
1852, november 14, Sunday.

87
Chronological Records…, o. c., 31-32. En la p. 70, se
hace notar la primera defección, Hno. Antonio
Felden de San Pedro el 20 octubre 1859.

88
Maestros: No consta quién fue el primero en Bourdeos;
en el capítulo de 1860 no figura; pudo ser-
lo el rector P. Turrenio Pizzuti del C. de María; Juan
Pedro de la Cruz Cabanne lo fue desde 1860,
confirmado en 1863. - Actas..., II Cap. MICH, 1863, p.
5. - DOUDIER, o. c., 47. Para su nombramiento
se necesitó dispensa pontificia por falta de edad; le fue
concedida el 3 nov. 1860. - Cfr.
MICH, Santa Sede.

89
Spencer a Testa, 13.01.1850, desde St. Joseph
Retreat, Hyde London.

90
F. GIORGINI, La formazione dei chierici passionisti al
tempo di San Gabrielle dell’Addolorata,

o. c., 9-33. -Id., La vita della comunità passionista al


tempo di San Gabriele, síntesis de la conferencia
del 25.02.2006 en Morrovalle, en el congreso San
Gabriele e il suo tempo, incluida por Lino
Tendina en La Madonna della Quercia e San Gabriele
a Morrovalle, Morrovalle, 2006, pp.7791.
- Fr. HERBERT, C. P., The preachers of the Passion...,
o. c., c. VI, Student Days, 34-41. - NASELLI,
A.C., Il problema degli studi storici nella
Congregazione della Passione, Gioventù Pas
gación de comunidades rejuvenecidas, que
reclamaban mayor despliegue formativo.
En muchas de ellas había algún grupo de estudiantes.

1. Estudiantado
El período que sigue a la profesión hasta que el clérigo
llega al sacerdocio solía
transcurrir en una comunidad de completa
observancia, en un ambiente que favoreciera
el estudio, con ayuda de un lector, como se ha dicho
más arriba. Prueba fechaciente
de la dedicación de los lectores son los manuscritos
que se conservan en el
AGCP y en otros archivos provinciales.. Cada lector
tenía su estilo, pero el texto que
seguía era el determinado por el general, ajustándose
a la doctrina de Santo Tomás,
como había aprobado el II Capítulo General en
175391.

Como se ha recordado, el fundador hizo distinción


entre Estudio formal y Estudio
no formal; los estudiantes y lectores de un Estudio
formal estaban dispensados
del coro nocturno; pero en 1775 todas las casas
quedaron equiparadas; los lectores
siguieron dispensados, excepto si no tenían clase,
pero los estudiantes debían alzarse
a medianoche92. Cuando se habló de que Clemente
XIV pensaba dar la casa de
los Ss. Juan y Pablo en el Celio, el fundador le
escribió: Una casa y una iglesia más
pequeñas no serían apropiadas para nosotros, al no
poder seguir en ella con perfección
la observancia exacta...93 .

Desde la muerte del fundador todas las casas eran


potencialmente apropiadas para
recibir a estudiantes con un lector y seguir la
observancia diurna y nocturna. Hasta
que el capítulo general de 1851 no cambió el sistema,
había estudiantes en Roma,
Vetralla, San Eutizio, Morrovalle, Recanati, Magliano-
Sabina, Pievetorina, Monte
Argentario, Presentación, Lucca, Brugnato, Ceccano,
Falvaterra, Montecavo, Aquila,
Sora, Ere, y North-Field, Inglaterra. Al concentrarlos en
una o dos casas se esperaba
que los lectores liberados de la docencia irían a
incrementar el número de los
predicadores y misioneros. Pero no consta que
mejorara notablemente el nivel intelectual,
pues se mantenía el lector único, de tipo
enciclopédico, en vez de lectores
especializados por materias.

El P. Testa heredó, pues, del tiempo del fundador, una


red educativa que trató de
conservar hasta que las circunstancias impusieron el
cambio. Como garantía de formación
uniforme, a la vez que sólida y segura, se había
optado por la doctrina de S.
Tomás, aunque ampliando el campo con estudios
bíblicos y patrísticos, especial-
sionista, I, 1954, 136ss. - G. ROCCA, Studi, en DIP,
IX,507ss. - GIANNATALE, Giovanni di, Lo
studio teologico dei passionisti di San Gabriele
dell’Addolorata, San Gabriele Edizioni, 2010, c.
I, Evoluzione storica, 15-48. - Cfr. MARTINELLI, G., La
‘memoria Passionis’…, o. c., Panoramica
sulla evoluzione degli studi… fino alla metà del
ottocento, 28-29.

91 Después había quedado incorporado a las Reglas


de 1769 y 1775. - DeR, n. 56, p.6. - Reg. et

Const. (Giorgini), 1769, c. XXIX; 1775, c.XXII. -


HERBERT, The Preachers..., o. c., 36.
92 Reg et Cons, 83, 1769, cap. XXIV; 1775, cap. XII. -
DeR, 14, n. 130.
93 Lett.IV, 205, no se encuentra en la edición inglesa,
vol. III.
mente para la predicación, siguiendo a S. Agustín, S.
Juan Crisóstomo, S.Ambrosio

o S. Bernardo. Para asegurarse de que los sacerdotes


se apoyarían en Santo Tomás,
los jóvenes que entraban para clérigos debían dedicar
un año a estudiar la doctrina
del santo, aunque hubieran cursado ya estudios de
filosofía94.
Desde 1753 se había impuesto la obligación de un año
dedicado a la preparación
inmediata para el ministerio de la palabra, entonces
llamado Año de Elocuencia; pero
sólo para el grupo que en el examen final de los
estudios hubiera demostrado capacidad
para las misiones y ejercicios espirituales. Los demás
eran capacitados para
servicios sacerdotales en los que no fuera tan
primordial el uso de la palabra y la
oratoria (confesiones, catequesis en las propias
iglesias, etc.). La importancia del
examen final se advertía por la composición del
tribunal: 1) tres religiosos; 2) nombrados
por el superior general con su consejo en la casa
donde residía, o por el provincial
y su curia en las demás; 3) y presidido por el superior
mayor que lo convocaba,
si estaba presente, o por un delegado suyo95.
Asimismo, con el deseo de una
mejor preparación, se estableció un sistema de
discusiones académicas96.

Como en toda institución humana se produjeron


altibajos y fracasos. No siempre
las vocaciones eran sólidas ni específicas para la vida
pasionista, lo que llevaba
a la defección de quienes no acertaban a encuadrar su
formación en tal ambiente de
recogimiento, oración, austeridad... Tal vez entre las
causas de las defecciones habría
que pensar en la prisa del general o de los provinciales
por llenar un hueco o realizar
una fundación sin el personal adecuado. Sobre este
particular el P. Testa usaba
más el freno que el acelerador97. Se puede incluir
igualmente, entre las causas del
abandono, la fragmentación de centros de estudios.
No se encontraban tantos lectores
preparados; y además, poco a poco, ellos se fueron
buscando salidas fuera del
retiro y desambientándose del clima propio de la
enseñanza. En 1846 murió Gregorio
XVI y el sucesor, Pío IX, llamó pronto la atención de
los superiores religiosos
acerca del decaimiento de los estudios; con la
encíclica Ubi primum, del 17 de junio
del mismo año, pidió a los superiores generales más
atención al tema98.

94
Francisco Possenti la había estudiado en Spoleto, pero
tuvo que permanecer cerca de un año en
Morrovalle dedicado a la filosofía del Doctor Angélico. -
Cfr. D’ANASTASIO, F., Vita e risveglio
di S. Gabriele dell’Addolorata 1838-1892, San
Gabriele, 1984, I, I ricordi di Morrovalle, 103158;
Ricordi di Pievetorina, 159-186.

95
Cfr. Reg et Const., pp. 81-83; esta norma estaba ya
incluida en las Reglas de 1746, c. XXIV, y se
mantuvo en las de 1769 y 1775.

96
El P. Norberto Cassianelli, director de San Gabriel,
resaltaba la serenidad y ecuanimidad con que
intervenía el joven - Cfr. D’ANASTASIO, F., Vita e
risveglio di San Gabriele..., o. c., 169.

97
Con el tiempo, una vez preparada la juventud que
tenemos, y esperamos que venga más, se podrán abrir
diez, pero en este momento no puedo abarcar más. -
A.Testa a Francisco Scorza, Roma, 18.11.1852, mi-
nuta-copia, en AGCP, A.IV-I/ 2-9. C,16, 3, de la época
de la búsqueda de una fundación en Nápoles.

98
Os advertimos y avisamos que, dentro de las leyes
propias de cada instituto, pongáis el máximo
cuidado y atención a la promocón de los estudios, y
servíos de toda vuestra energía para conse
Para salir al paso de estos inconvenientes el capítulo
general de 1851 redujo a
una o dos las casas de estudio: Se pasó a discutir el
tema de nuestros estudios y de
cómo organizarlos mejor... Se admitió que nuestros
estudios necesitan mejorar el
sistema en lo que se refiere al espíritu de los jóvenes,
y en lo que respecta a las ciencias...
Para conseguir ambos objetivos se estableció y
determinó lo que sigue: 1).
Que según las Reglas (de 1775, c. V, nn. 10-12) se
escogerá en cada provincia uno

o más retiros como casa de estudios... 2) Se mandó


que se realicen los exámenes
prescritos en la misma Regla. 3) Que uno de esos
retiros de estudio se destinará a
recibir a los que salen del noviciado, y que con un
lector capaz se dedicarán todo
un año a las letras, es decir, a las humanidades. 4)
Que los estudiantes tendrán dos
maestros diferentes...; el primero con el título de lector,
pensará solamente en lo que
se refiere a las clases; y el otro, llamado director
espiritual, se ocupará de todo lo
relacionado con la vida espiritual y la educación
religiosa… 99 .
La organización en sólo un par de casas no se efectuó
de inmediato, pues la separación
entre lector y director, teóricamente positiva, tropezó
con problemas: si había sido
difícil encontrar una sola persona para lector, más
complicado iba a ser encontrar
dos; además era probable la divergencia de criterios,
de manera que buscando compensar
con las cualidades del uno las carencias del otro, se
preparaba el terreno para desavenencias,
pues en la congregación subyacía una lucha de dos
corrientes, la conservadora
y la reformista100 . De todos modos, la medida de
1851 supuso un paso significativo:
ni lo tradicional era tan sacrosanto que no se pudiera
cambiar, ni los tiempos
nuevos resultaban tan peligrosos que no ofrecieran
ayudas si se usaban con discernimiento.
La decisión no cerraba puertas al pasado, pero sí las
abría al futuro101.

guir que vuestros súbditos se dediquen con esmero al


estudio de las humanidades y de las disciplinas
sagradas, con las cuales se enriquezcan con doctrinas
sanas, y a la vez puedan dedicarse
con competencia y espíritu religioso a los ministerios
sagrados. - Vos summopere excitamus, monemus,
ut juxta vestri ordinis leges, maxima cura, solertia,
rectam studiorum rationem promovere,
et omnia conari velitis ut religiosi vestri alumni in
humaniores litteras, ac severiores disciplinas
praesertim sacras addiscendas constanter incumbant,
quo ipsi optimis sanisque doctrinis apprimere
exculti et propri muneris partes, et sacra ministeria
religiose sapienterque obire valeant. -
Cfr. Enchiridion de Statibus Perfectionis. Decreta
Ecclesiae Sodalibus instruendis, Roma, 1949,
n. 187, 5, p. 155. - GAVAZZI, Paolo, Pio IX e la
Riforma degli Ordini religiosi..., o. c., 203-242.
99 DeR, n. 377, p. 58.

100 La calificación es del P. Domingo Giacchini en el


informe 1876. También se usaba en los documentos
de la época, como se puede ver en ASV, leg.
Passionisti, 1878. - Cfr. PATRIZIO di Ntra. Sra.
del S. Cuore di Gesù, Lo spirito del passionista, Roma,
1930, apéndice, 879-884, cartas de protesta
dirigidas al mismo P. Domingo por los capítulos
provinciales de la Presentación, la Dolorosa, SanJosé
y San Miguel contra las innovaciones. - Cfr.
PIÉLAGOS, Prov. de la S. Fam..., o. c., 22.

101 Ya en el período posterior se intentó abrir un


estudio internacional en Scala Santa. - Cfr. DeR, n.
424, p. 68. – Cfr. COMPARELLI, G., Biblioteca di S.
Maria degli Angeli, Sora, Inventario del
fondo antico, o. c., 19. - GIORGINI, Historia, II/2, 265-
268. - PENCO, G., Storia della Chiesa in
Italia, II, Dal Concilio di Trento ai nostri giorni, Milano,
1978, 396-397, hablando de la crisis ge
Cuando menos, como consecuencia de este decreto,
las provincias determinaron
cuáles serían sus casas de estudio: para la
Presentación, las de Monte Argentario, Ve-
tralla y los Ss. Juan y Pablo; para la de la Dolorosa,
Ceccano, S. Sosio y Sora; y en
el caso de las nuevas provincias, creadas en aquel
capítulo, la de la Piedad optó por
Pievetorina y Recanati, y la de San José por ERE en
Bélgica y una en Inglaterra.

2. Acompañamiento en la vida espiritual


Los estudiantes seguían el horario de la comunidad,
que iba cambiando en función
de la luz solar: se alargaba de marzo a octubre, y se
reducía de octubre a marzo;
pero en vez de hacerlo bruscamente y de repente en
un día determinado, se iba
graduando cada pocos días según aumentaba o
menguaba la luz solar; en un horario
del siglo XVIII aparecen 14 cambios a lo largo del
año102. El recién profeso, además
de las Reglas, los Reglamentos y las costumbres no
escritas, salía del noviciado con
un reglamento manuscrito con el que el maestro quería
seguir ayudándole103. Esta
preocupación del maestro obedecía a la idea
extendida de que el paso del noviciado
al estudiantado era peligroso por la pérdida del fervor.
Se ejercitaban en la abnegación
y en la humildad encargándose, por turno, de aquellos
oficios o servicios que
contribuían al buen orden de la casa104.

La tarea del director espiritual de los estudiantes


consistía fundamentalmente en
que conservaran el fervor del noviciado, para lo cual se
beneficiaban además de la
guía pastoral del superior, con las reflexiones o
exámenes prescritos en las Reglas105
y con la dirección espiritual obligatoria106. También
participaban diariamente en la
misa conventual, en la cual podían recibir la comunión
siempre que lo permitían las
neralizada: Ciertamente existía una crisis... Las
divergencias creadas por la situación general política
la habían aumentado, creando dentro de una misma
orden y de una misma comunidad, en
los años cruciales de la ocupacion de Roma, una
división incontenible entre liberales y conservadores...
- Cfr. GIANNATALE, G. di, Lo studio teologico
pasionista…, o. c., 15-26.

102 Cfr. ANNIBALI, E., La Madonna della Quercia di


Morrovalle e i passionisti,o. c., 137. - También
GIORGINI, La formazione dei chierici..., o. c., en lo
relativo a los tiempos de oración...

103 Ricordi per i chierici che partono dal noviziato,


copiado en Ristretto delle Ceremonie solite pratticai
nella Congregazione della Santissima Croce e
Passione di N. S. G. C., 1863, 101-110. AGCP,
mns., s. c.; el librito estaba dividido en 16 puntos
relacionados con la vida del estudiante.
104 Cuidar del coro, la iglesia y las capillas interiores,
las habitaciones, el jardín comunitario, cambiar
las flores en los lugares de culto, dar con la campanilla
las señales para los actos comunes... - Cfr.
DeR, n. 286 y 355. - Actas del XVII Cap. Gral. 1839, 8-
9. - Cfr. Consuetudines..., 59: Salvo en algunas
cosas, los estudiantes hacían lo mismo que en el
noviciado.

105 Reg et Const. 1746, 1769 y 1775, 124-125: Como


el examen común contribuye al bien (de la vida
religiosa), es tarea del rector servirse de ello con
frecuencia, e incluso a diario, o por sí mismo o
por medio de otros, y a ningún religioso le es lícito
faltar a ellos. Se deja al juicio del Prepósito
mandárselo a todos los rectores. Pero no se omita
nunca ni en los días de fiesta ni en los jueves.

106 Cfr. GIORGINI, L’educazione dei chierici..., o. c.,


80.
Reglas como se ha dicho107. La confesión
sacramental era práctica asidua, pero las
constituciones no señalaban períodos precisos; solía
ser semanal, ya que los novicios
y estudiantes clérigos tenían que presentarse una vez
a la semana al menos para
recibir la bendición en el caso de que no se
confesaran; sólo estaba prescrita para
los coadjutores, quienes recibían la comunión en los
días de fiesta después de haber
purificado su conciencia por el sacramento de la
penitencia108 .

Como es obvio, la espiritualidad nacida de la Pasión


de Cristo ha estado presente
en la formación de los pasionistas. El P. Silvestrelli
recuerda la costumbre: mientras
en la meditación vespertina se reflexionaba sobre los
novísimos, en la de la mañana
se lee un punto sobre la Pasión de Jesucristo, excepto
en los días en los que la
comunidad, o al menos los clérigos, reciben la
comunión, pues entonces se lee un
punto sobre este sacramento109.

En las constituciones no se menciona el ejercicio del


viacrucis, preceptuado sólo
para los novicios clérigos: Los viernes, un cuarto de
hora antes del paseo, los clérigos
harán juntos el viacrucis110 . En la Semana Santa se
rezaba solemnemente el Oficio
Divino, pero el Viernes Santo, en vez del viacrucis, se
mantenía un silencio profundo
ante la Muerte de Cristo111. Entre los manuscritos hay
muchos sermones o reformas
sobre la Pasión, pero pocos sobre las Siete Palabres y
el viacrucis; se menciona
el Camino al Calvario como una Meditación más, no
como práctica devocional.
Incluso en los Laudi Spirituali de las misiones no
aparece el ejercicio del viacrucis112 .
En una congregación en cuyo nacimiento tuvo tanta
influencia la Virgen María, la
piedad mariana- de la que se habla al tratar de la
comunidad- era también un elemen

107 Reg. et Const, 1746, 1769, 1775, pp. 78-79.

108 Reg. et Const., 1746, 1769, 1775, pp. 74-75. -


TITO, Expositio ..., o. c., n. 529.

109 Consuetudines, 218.35.

110 Cfr. Indirizzo ossia Rigolamento..., o. c., 55.

111 Cfr. Consuetudines (Serafín), 40.

112 El VII Cap. General, 1787, n. 160, según lo


mandado por Pío VI, suavizó los ayunos, que hasta
entonces eran de tipo cuaresmal, para que mejorase la
salud de los religiosos; y a la vez autorizó
la reducción de algunas prácticas piadosas de la
comunidad para que los jóvenes dispusieran de
más tiempo de estudio. El P. Gorresio, primer sucesor
del P. Pablo de la Cruz y acérrimo continuador
de su espíritu y de sus métodos, no se atrevió a
eliminar de los actos comunitarios el ejercicio
del viacrucis. La decisión correspondió al P. Juan Ma.
Cioni. - Cfr. DeR, 141, nota 1. - El P. FILIPPO
della SS. Concezione, en Storia dei passionisti della
Prov. dell’Addol, II, 262-263, escribe:
Para lectura espiritual se señaló un cuarto de hora
diario; otro cuarto para el rosario, pero
se suprimió el canto de las antífonas y de las
oraciones. El viacrucis se dejó al arbitrio de cada
uno de hacerlo privadamente, y la adoración al
Santísimo quedó reservada a los dias de paseo
común.... -El Rosario de las Cinco Llagas, tal como lo
había organizado el P. Pablo Luis (Pighi)
(Cfr. GIORGINI, Storia, II/2, 144) era devoción
personal, no comunitaria. Se usaba en las misiones.
Cfr. Laudi Spirituali ad uso delle Sacre Missioni de’
Chierici Scalzi..., 8ª.ed., Roma, 1833,
68-72 - (AGCP, 6- B-30).
to importante en la vida espiritual de los estudiantes.
En el capítulo sobre la oración113
se unen la Eucaristía y la Virgen María en particular en
sus Dolores. En la celda de los
religiosos colgaba una litografía con la imagen de la
Madre de la Santa Esperanza114 .

Como se ha dicho, no existían colegios apostólicos


para la primera fase de preparación.
La decisión del capítulo de 1851 relativo a las casas de
estudio sólo obtenía
el beneficio de su concentración y la reducción del
número de lectores, pero el
programa de materias y libros de texto seguía siendo
el mismo115 .

Es notable el esfuerzo de la congregación para ampliar


la formación cultural. En
el período anterior a 1839 se había introducido, por lo
menos en la provincia de la
Presentación, y por obra entre otros del P. Ignacio
Carsidoni, el estudio de la Cosmografía
en tres partes: Astronomía, Geografía política y civil e
Hidrografia116. El
capítulo de 1851 determinó que hubiera una casa
específica para que los neoprofesos
permanecieran durante un año dedicados al estudio de
las humanidades, sobre
todo del latín, y también para que los que habían
seguido una filosofía no tomista,
se acomodaran a la doctrina de Santo Tomás. Gracias
a estos intentos, los pasionistas
de mediados del siglo XIX llegaron a tener un
horizonte socio-político y humano
más completo, especialmente de Europa, lo que era
una cierta base para la expansión.
Sin embargo, en los tratados escolásticos que
escribieron o en los sermones
que se han conservado se advierte desconexión con
las corrientes de pensamiento
que circulaban; por ejemplo, se desconocen los
errores que se iban extendiendo y
que más tarde, aunque ya fuera de este período,
fueron incluidos por Pío IX en el
Sylabus que acompañó a la encíclica Quanta Cura, del
8 de diciembre de 1864117 .

3. Lectores
Los lectores no constituían una categoría jurídica
aparte, pero, cuando dejaban de
enseñar, por su mejor preparación pasaban a engrosar
el número de excelentes misio

113 Reg. et Const, pp. 78-79. - DE SANTIS, Maurizio,


Elementi di Teologia Mariana in San Paolo
della Croce, RSSP, n. 54.
114 Cfr. ALUNNO, L., La Mater Sanctae Spei: note
storiche, en Fonti Vive, 1962, 468-475. - ZECCA,
T. P., Il mistero e patrocinio di Maria nella spiritualità
passionista, en RSSP, 26, Roma, 1982.

115 Sólo después de 1863 se comenzó a pensar en


los colegios en el ámbito de la provincia de San José,
por iniciativa del P. Paoli, provincial, y hasta 1879 no
hubo un verdadero plan tal como lo promulgó
el P. Bernardo Ma. Silvestrelli, con un total de nueve
años en vez de los seis tradicionales.
Pero esto forma parte de otro período de la historia.
Para quien desee leer este plan, cfr. ACP,
XVIII, 1953-1954, 343-346.

116 CARSIDONI, Ignacio, C.P., Epitome Elementare di


Cosmografia, S. Angelo, anno Domini 1841,
mns., 182 pp. 18 + 13; copia en el AGCP,M-I.F.12. -
Otra copia se hizo en Todi, 1831, pp. 294, en
AGCP, Ms (M.I.F.13). - ARNALDI, Luis, C.P, Della
conoscenza intellettuale. Operetta data alla
luce dal R.P. Luigi di San Giovanni Battista, sacerdote
passionista lettore di Filosofia, 1864, 160,
en AGCP. Fondo Testi, s.c.

117 Cfr. Tute le Encicliche dei Sommi Pontefici, Ed.


Dal’Oglio, Roma, 1956, 262-280. - AUBERT, R.,
Storia della Chiesa, XXI/1, Il Silabo, p. 383. -La Civiltà
Cattolica, serie VI, vol. L, 1865, 1-42.
neros o de buenos superiores. El P. Domingo lo fue
todo: lector en Vetralla y San Sosio,
rector en Lucca, consultor y provincial. De su escuela
intelectual salieron alumnos
aventajados para el gobierno y el apostolado. El P.
Basilio Laureri de Ma. Virgen
confesaba que su amor a la Suma Teológica de Santo
Tomás se lo había contagiado el

P. Barberi, y escribía de él: El P. Domingo ha sido uno


de los que más han ilustrado
la congregación por su doctrina y su santidad... En
cuanto a la doctrina era un genio:
ocupó la cátedra de teología en la casa de los Ss.
Juan y Pablo, y fue el primero
que descubrió los errores del famoso Lammenais,
escribió obras de filosofía, de teología,
de ascética, todavía inéditas; y entre ellas una
confutación del tradicionalismo,
y un esfuerzo de conciliación entre las escuelas
dominica y jesuita. Y en lo referente
a la santidad, fue notable por su gran humildad y por el
ardiente celo por la
conversión de los herejes, particularmente de
Inglaterra, donde acabó sus días...118 .
Los jóvenes profesos eran acompañados durante los
seis años requeridos: los
dos primeros estaban ocupados por los diversos
tratados de Filosofía (Lógica, Cosmología,
Metafísica, Ética, Teología Natural, además de la
Física, Astronomía, Geometría...,
siempre en la línea de Santo Tomás de Aquino); a la
vez mejoraban su latín
y su cultura con enseñanzas complementarias, como
la música, etc.119. Seguían
dos años dedicados a la Teología Dogmática,
siguiendo el texto de Billuart; el quinto
estaba ocupado por la Teología Moral, la Sagrada
Escritura y la Patrística; y el
sexto, por la Elocuencia. Sobre estas materias dejó
abundante material el P. Domingo
Barberi120. Además los estudiantes recibían lecciones
de metodología personal,
sobre el modo de preparar su propio material: textos y
citas de la Biblia, de los Santos
Padres, de los grandes teólogos y filósofos; cada uno
se procuraba organizar una
especie de vademécum o manual de citas para salir
del paso cuando tuviera que
afrontar actividades no programadas121. Casi todos
los grandes misioneros habían sido
lectores, durante aquellos años se consolidó su
preparación para el ministerio. En
el informe de 1847, el P. Testa hablaba, sin dar
nombres, de 17 lectores: 9 para Filosofía,
6 para Teología y 2 para Elocuencia122. Siendo
imposible hablar de todos,

118 La premonizione fisica.., o. c., f. 8ss.


119 El problema del latín se sintió más al vivo en las
fundaciones de Inglaterra y Estados Unidos. El

P. Barberi, con el consentimiento del P. Testa, recibió


en Aston Hall a algunos postulantes para que
fueran instruidos en la lengua latina. - Cfr. FEDERICO,
P. Domenico..., o. c., ed. 1963, pp.
321.322. - Testa a Barberi, 03.03.1844. Y lo mismo
hicieron desde 1853 en Pittsburgh, donde
Mons. O’Connor se comprometía a pagar los gastos
de las clases que daba el P. Albino a dos jóvenes
para que aprendieran la lengua latina. - AGCP, Paul,
Letters 1853-1854, el P. Antonio Calandri
informa al P. Testa el 18.09.1853. - YUHAUS, The
Passionist in America..., 273 (Compelled
to speak, o. c., 100).
120 Cfr. GIORGINI, L’educazione dei chierici nella
congregazione della Passione, o. c., 87, materias
de estudio de 1775 a 1845.
121 Cfr. GIORGINI, La formazione dei chierici al tempo
di S. Gabriele.., o. c., 25-28. - Id., La Congregación
de la Pasión...., ensayo histórico, 2ª., Roma, 2006,
117-119ss.
122 RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., p. 39, al n.
10. - CIPOLLONE, Storia..., o. c., 1841-1850,

2.
nos limitamos a un pequeño número de entre los que
mayor elogio reciben en las necrologías:

IGNACIO CARSIDONI DEL COSTADO DE JESÚS,


1801-1844123, discípulo
y después compañero de lectorado del P. Domingo,
dedicó 18 años a la dirección y
a la enseñanza, en Todi (1831), Vetralla,VT (1844) y
Roma. Expertísimo en idiomas,
sobre todo orientales, en Teología, Sagrada Escritura y
Elocuencia, sus manuscritos
circulaban por diversos estudios formales,
especialmente el de Cosmografía124.

SERAFÍN GIAMMARIA DEL CORAZÓN DE


JESÚS,1804 -1879. Maestro de
novicios en Monte Argentario, lector en varias
comunidades, elegido para la salida
a Europa, fue maestro de novicios y lector en Ere;
entre sus discípulos, los italianos
exiliados en 1870, PP. Germán Ruoppolo, Silvio Di
Vezza, futuro general... Dejó
abundante producción, publicada en parte fuera de la
época del P. Testa, pero preparada
ya en Bélgica; mantuvo siempre la inquietud por la
actualización de sus escritos
y la redacción de nuevos textos125.

OTROS LECTORES que, según el DNEust, ejercieron


antes de 1863:

1) P.Santiago Sperati del C. de María (1828-


1886):Eximio lector, escribió un
texto de filosofía que imprimió; fue el primer provincial
del Corazón de María. - 2)
Vicente Ferrajoli de San Luis (1800-1842), lector
durante muchos años. - 3) Ubaldo
De Gregoriis del Niño Jesús (1820-1867), lector de
Filosofía y Teología antes de
1853. - 4) Justino Anfosso de la I. Concepción (1808 -
1871). - 5) Emidio Cheli de
la Dolorosa (1813-1873). - 6) Agustín de la Dolorosa
Olivieri (1808-1874), lector
durante muchos años. - 7) Pedro Ma. Foglietta de
Jesús (1820-1877), dominaba el

123 Murió en Roma. Su hermano mayor, P. Bernardo


de la Asunción, murió prematuramente (17971836),
y otro hermano, de nombre Luis, fue obispo de Fano.

124 Cfr. en AGCP, fondo Ignacio Carsidoni:


1)Miscellanea di sentenze de’ Santi Padri, di concetti
predicabili
e di esempi utilissimi su diverse materie, n. 338. - 2)
Breviarium Philosophicum (en la primera
parte contiene conceptos por orden alfabético; en la
segunda Definitiones ad Physisicam pertinentes,
36 en total por orden alfabético), n. 358. - 3) Racolta di
esempi disposti per ordine alfabetico,
ed estratti da accreditati autori, n. 361. - 4) Epitome
Elementare di Cosmografia, S. Angelo,
anno Domini 1841, n. 182 - 5) Esercizio prattico per
addestrare un novello sagro oratore nell’arte
di comporre, in cui si espongono i modelli, o gli
esemplari di quasi tutti i generi di componimenti
oratori, con infine alcune analisi delle prediche del P.
Segneri, n. 350. - 6) Theologiae
Synopsis, 3 vols., n. 346. - 7) Racolta di esempi
disposti per ordine alfabetico, ed estratti da accreditati
autori, n.. 361; al final, en las pp. 71-78, contiene
algunos ejemplos. - 8) Miscellanea di sentenze
de’ Padri di concetti predicabili, e di esempi utilissimi
su diverse materie,n. 338, de contenido
mariano. - 9) Mariología, I, Discorsi sopra le grandezze
e virtù dell’augusta Madre di Dio, composti
da un suo divoto sacerdote passionista, 140 pp., n.
340. - Entre sus escritos, aunque sin firma,
se encuentra Amalthea sententiarum moralium quas ex
Scriptura S. et ex SS. Patribus escerpsit ac
per alphabeticum ordinem redegit in commodum et
utilitatem eorum qui christifidelibus Verbum
Dei annuntiandi arduo sed salutari ministerio
deputantur, N. N., Sacerdos Congregationis SS.
Passionis
D. N. J. C. (dibujado a mano el escudo con I.X.P.
dentro del corazón), n. 366.
125 Cfr. Un grande maestro del P: Germano: P.
Serafino del S. Cuore, en ZOFFOLI, La Povera
Gemma.
Saggi critici storico-teologici, Roma, 1957, 384-387 con
una relación completa de sus escri
latín y el griego; escribió Tratatto della Confidenza in
Dio nell grande affare dell
salute (AGCP, mns. s. c., con esta añadidura: scritto
del P. P. M. d. G. e pubblicato
dal M. R. Sig. Canco. (canonico) Bertinelli 1877. - 8)
Pacífico Pizzuti de San José
(1819-1878). - 9) Silvestre Zannelli de S. Juan
Evangelista (1811-1879), lector durante
12 años, llamado a Roma para preparar un texto de
Filosofía. - 10) Pedro Pablo
Cayro de la Dolorosa (1812-1877), lector varios años,
terminó siendo general. 11)
Basilio Laureri de María Virgen (1826-1900): Por su
extraordinario ingenio,
apenas concluyó los estudios fue destinado a lector de
los estudiantes... Su obra más
importante, ya citada, La premonizione fisica in S.
Tommaso. - 12) Pedro Magagnoto
(1806-1868). -13) Ambrosio Baldassi (1792-1864). -
24) Félix Macera (18071867).
- 15) Gabriel Abisati (1811-1886). - 16) Gaspar Forti
(1825-1891)…
4. Textos de escuela
No se dispone de una relación de los mismos ni se
conservan las determinaciones
del general, salvo para los de Billuart y Roselli. En
1847, el P. Testa, en la citada
respuesta a la Congregación Super stato regularium,
precisa los textos en uso,
aclarando que se sigue la doctrina de Santo Tomás: 1)
Roselli para Filosofía; 2) Billuart
para Teología (texto resumido, que había sido
mejorado por un pasionista); 3)
Strambi y Carsidoni para la Elocuencia. Y añadía: El
número de lectores y maestros
que enseñan no se puede precisar, pues depende del
número de los estudiantes,
los cuales unas veces son más y otras veces son
menos; y lo mismo sucede con los
lectores. Y no se puede determinar con precisión por la
sencilla razón de que, entre
nosotros, todos los grados, oficios y títulos... cesan al
dejar el cargo al que va anejo;
y por este criterio los que hayan sido lectores o
maestros no conservan su título
cuando han dejado de dar clase. Actualmente el
número de lectores y maestros es
el siguiente: 9 de Filosofía, 6 de Teología y 2 de
Sagrada Elocuencia; en total 17 en

tos. Aquí enumeramos sólo algunos tal como se


encuentran en AGCP, Mns., SERAFIN: 1. Logica
ad usum Lectorum, mns., 1833. - 2. Sulla Divina
Providenza, obra en tres partes, 1845 (mns. in
Bélgica).
- 3) Guida parenética del giovane predicatore che vuol
formarsi al suo ministero collo studio
dei Ss. Padri contenuti nella Patrologia Latina e Greca
publicata dall’abate Migne, n. 134. 4)
Materie abbondantissime tirati dai Ss. Padri: 1º.,
Sull’Orazione Domenicale; 2º) Sulle Otto Beatutidini,
152. - 5) Miscellanea di passaggi di vari Santi Padri su
differenti soggetti di predicazione...,
n. 153, año 1869. - 6) Rèflexions pieuses sur La
Passion de Jèsus-Christ, 3 vols., impresos y
difundidos por Bélgica y Francia, se hicieron varias
ediciones; se tradujo al flamenco en 1849; y al
inglés en dos vols. en 1851; en esta edición se dice del
autor que era now superior of the noviciate
in Belgium. - 7) Corso di Conferenze e Meditazioni per
gli esercizi spirituali ai vescovi, mns., 1855.
-8) Grandeurs et Apostolat de Marie, cinco vols., 1859-
1865. -9) Les passionistes en Belgique, una
especie de crónica (1840-1868) en la que se habla de
los pasionistas en Bélgica, Francia e Inglaterra,
mns. - 10) Ordo Historicus Passionis D.N.I.C., impreso
en 1866. - 11) Principi di Sacra Eloquenza
(1868). - 12) Promptuarium Ecclesiasticum ex Patribus
super Passionem Christi, impreso
en París - Lipsiae, 1869. - 13) Principes de Thèologie
mystique..., impreso, 1873. - 23) Biographie
de Louise Lateau, 1874, obra que imprimió un tal Van
Looz a su propio nombre.
ejercicio126. Pero se puede ofrecer una relación de
manuscritos, redactados por los
propios pasionistas, o sintetizados de otros autores,
que circularon entre los alumnos,
copiados por estos mismos127.

Los capítulos generales IX (1790, n.205) y XI (1802, n.


250) habían pedido que
los estudiantes profundizaran en la Filosofía, tanto en
la Lógica y la Metafísica, como
en la Ética. Recomendaban Cuniliati y P. Antoine para
la Teología (decr. n. 205);
pero en 1802 se mandó seguir a Roselli para la
Filosofía y a Billuart para la Teología128.
El texto de Roselli consta de cuatro volúmenes, con un
total de 1256 páginas,
más 18 desplegados con figuras geométricas, físicas y
astronómicas129. Sobre esta
obra de Roselli comenta el P.Lippi que ha sido libro de
texto desde 1789 y ha servido
durante un siglo. El P. Silvestre Zanelli escribió un
manual de Filosofía en torno
a 1850, publicado más tarde en 1875, casi totalmente
influido por Roselli130.

Parece que las obras de Roselli y Billuart daban cierta


preparación, pero no excesiva
ni profunda, a juzgar por la opinión de un discurso
anónimo dirigido a un capítulo
provincial: También yo estoy de acuerdo en que es
mejor elegir para el gobierno
a los que han aprendido en la escuela de una larga
experiencia, que no a
otros cuyos conocimientos no superan la aprendido en
Roselli o en Billuart...131 .

En el campo de la Teología, el libro de cabecera de los


lectores fue el de Billuart132.

126 Cfr. RAVASI, L., La congregazione..., o. c., 39.


127 Es el caso del texto de CARSIDONI, I., Epitome
Elementare di Cosmografia, o. c.
128 DeR, nn. 205 y 250. El capítulo recomendaba
estas obras porque en ellas se encontraba la doctri
na tomista bien sólida. Sobre la edición de la obra de
Billuart por parte de la congregación y otros
intentos, cfr. GIORGINI, HIstoria..., o. c. II/2, 252-257.
En el AGCP, 16-A-53-55 se conservan en
tres tomos los cuatro volúmenes de Billuart, Roma,
1839, con la indicación manuscrita compilata
dai PP. Gaetano della Sma. Annunziata, Angellini, e
Ignazio del S. Costato, Carsidoni. - NARCISO,
Enrico Ignazio, O. P., La Summa Philosophica di
Salvatore Roselli e la rinascita del Tomismo,
en Studi e ricerche sulla rinascita del tomismo, n. 2,
Libr. Editrice della P. U. Lateranense, Roma,
1966, pp. 236.

129 En el AGCP (11-C-1/5) se conservan dos


ejemplares de cada uno de los tomos: Institutiones
Philosophicae
ad mentem Angelici Doctoris S. Thomae Aquinatis
ordinatae, non solum ad theologiam
Scholasticam perdiscendam, sed etiam ad faciliores
veterum ac recentiorum philosophorum lectiones,
impreso en Montecassino, 1873. A lápiz se ha escrito:
P. Silvestro di S. Giovanni Evangelista,
Zannelli, de DOL, 829016 (1811-1879). - El P. Filippo,
1831-1840, p. 4, hace de él este comentario:
Enseñó con aplauso de todos de 1835 a 1846 hasta
que el general lo llamó a Roma con el encargo
honroso de escribir un curso de filosofía para los
jóvenes de la congregación, en lo que trabajó
con ilusión durante seis años.

130 Cfr. B. DOMENICO BARBERI, passionista,


Antologia delle opere philosophiche, a cura di A.
Lippi, Roma, 1969, p. 28. - Id., Fra i neotomisti
dell’Ottocento P. Silvestro Zannelli, C. P., estratto
da Aquinas, IOX (1966), 314-339, Libreria Editrice
della P. U. Lateranense, Roma, 1966.

131 Cfr. AGCP, Discorso per capitolari adunanze, mns.


anonimo, s.c., separata de algún libro, inserto
en un Viacrucis.
132 En el AGCP, se conserva una obra en cuatro
tomos: Summa Summae S. Thomae sive Compendium
Theologiae R. Patris Caroli Renati Billuart, Ordinis
Fratrum Praedicatorum..., Tomus I, Romae
MDCCCXXXIV, Edebat Crispinus Puccinelli. Eran
2.069 pp. en 4 vols., de formato grande; sólo
el índice analitico ocupa 122 pp.
El P. Basilio Laureri (1826-1900), lector durante 20
años en la casa general y otros 6
en Bucarest, lo criticaba porque se perdía en
cuestiones innecesarias: Billuart es un
viejo teólogo de hace siglo y medio, y desde entonces
para acá el estudio de la teología
y de la S. Escritura ha progresado muchísimo, como
se ha comenzado a reconocer
entre nosotros; así que al volver de la misión (de
Bulgaria) veo con mucha satisfacción
que ya se ha abandonado el texto de Billuart...133 .

FILOSOFIA. Se recuerda sólo algunos nombres. - El


P. Luis Arnaldi de S. Juan
Bautista134 fue lector en la provincia de la
Presentación; en 1864 preparó para la imprenta
un tratado sobre el conocimiento intelectual135. -
Serafín Giammaria, Riflexioni
filosofiche sull’Anima e sulle sue operazioni, excepta
magna ex parte ex Philosophia
Complutensium. Spiegazione di alcuni assiomi
filosofici, 1832136. - Vitaliano de
Santa Inés, más tarde misionero en México, escribió
en 1857 De Logica Minore, Pars
Prima, Philosophiae, y al año siguiente Definitiones ad
Philosophiam pertinentes per
alfabeticas litteras distribuitas, un elenco de conceptos
por orden alfabético137.

SAGRADA ESCRITURA. La Sagrada Escritura ha sido


la reina de todos los tratados
y estudios realizados en la congregación desde sus
orígenes. S. Pablo de la
Cruz usó la Biblia como el primero de todos los libros
de estudio, consulta y meditación138.
Los buenos lectores se preciaban de un conocimiento
generoso de la misma.
El P. Barberi, en los consejos que daba a los
misioneros, escribía: Quien sea destinado
por la santa obediencia a explicar la Sda. Escritura...
no se contente con le
133 AGCP, LAURERI, La premonizione fisica in S.
Tommaso, f. 3., ya citado. - GIORGINI, La
formazione...
al tempo di San Gabriele, o. c., 33, nota 34.
134 Nacido en Costa Rainera, diócesis de Ventimiglia,
1833, profesó en 1850, sacerdote en 1856, siendo
rector de los SS. Juan y Pablo abandonó la
Congregación el 20.08.1882. - AA, n. 850015.

135 Della conoscenza intellettuale, operetta data alla


luce dal R.P. Luigi di San Giovanni Battista, sacerdote
passionista, lettore di Filosofia, 1864, 160 pp. -, mns.
en AGCP, fondo Testi, s.c. No se ha
podido comprobar si llegó a imprimirlo. Sigue en todo
momento el aristotelismo presentado por S.
Tomás de Aquino.

136 Mns. de ff. 78 escritos solo por una parte, en


AGCP, Mns., n. 156, fondo Serafín. Tiene
correcciones,
añadiduras y tachaduras. En 38 números va
ofreciendo explicaciones, más bien sencillas, de la
doctrina filosófica sobre el alma humana (ff.3-59). El
índice de materias va en los ff. 60r.-61v. Desde
f. 63r. al 73v. explica 33 axiomas filosóficos. En los ff.
75v.-76r. recoge otros axiomas que no son
tan difíciles de entender. Manuscrito pensado para la
enseñanza, resulta claro en las exposiciones.

137 AGCP, Mns. V (Vitaliano). El primero forma parte


de un volumen con otros trabajos, como un tratado
de Aritmética, un Método para escribir las letras
góticas, que él usa en los títulos de sus obras,
y otro sobre Regole per comporre di pianta, ordinare
già composto, il Calendario, 1857, y con este
sistema preparó el Calendario Proprio de la Ven.
Nostra Congr..., mes tras mes, con las pequeñas
variaciones para los retiros de fuera de Roma. Este
Ordo corresponde a una época posterior, pues tacha
la memoria del beato Pablo de la Cruz el 16 de
noviembre, y la coloca ya el 28 de abril, es decir,
después de su canonización en 1867. El P. Vitaliano
fue en 1860 a EE.UU. y en 1873 a México.
138 Quien desee conocer la importancia de la Sagrada
Escritura en San Pablo de la Cruz, puede consultar,
BROVETTO, Introduzione alla Spiritualità di S. Paolo
della Croce..., o. c., 8-9. El autor prueba
susafirmaciones con citaciones de las fuentes
originales. - Cfr. DÍEZ, Luis, La Biblia en el magisterio
de
San Pablo de la Cruz, en Teología Espiritual, Valencia,
España, 19 (1975), 475-503. - Id., Fondamenti
biblici della dottrina sopra la Morte Mistica in San Paolo
della Croce, en RSSP, n. 31, pp. 57.
er y hacer aprender las reglas...; debe enseñar a
reflexionar, especialmente indicando
en qué modo deban entenderse según la regla
explicada... algunos pasajes más
difíciles de la misma. De este modo también los
jóvenes aprenderán a leerla con la
misma aplicación que el maestro... Pero guárdese de
los autores que son más amantes
de las flores que de los frutos, de la paja que del
grano...139.

TEOLOGIA. En 1852 existían en la Congregación tres


obras, tituladas un poco
eufóricamente Manual de los Dogmas tomados de las
SS. Escrituras contra los herejes140
. Se trata de textos bíblicos, divididos en cuatro partes,
que proponen verdades
dogmáticas, terminando con una conclusión141. Otro
manuscrito anónimo es
Allocutio o Prodroma, en buen latín, dedicado a
Praesul Congregationis (pp. 10,
13), y dirigido a Auditores humanissimi (pp. 1, 4, 8). No
es un trabajo sistemático
de manual, pero contiene buena parte de la doctrina
sobre la Sma.Trinidad; no lleva
título142.

DERECHO CANÓNICO. Disponemos de un


compendio de derecho canónico143,
que forma parte de una serie de tres volúmenes,
juzgado por un anónimo como
precioso, en el que los conceptos se presentan por
orden alfabético y que han
sido tomados principalmente de Giraldi144, pero
también de algunos documentos
pontificios y del Concilio Tridentino. Se trata de una
serie de nociones fundamentales
sobre los temas más comunes que se presentaban en
el gobierno de la congregación
o en el confesonario. Todo da a entender que ha
servido para la enseñanza.
139 Apparato all’apostolico ministero, ossia, Istituzioni
sopra lo studio della Scrittura divina e dei Ss.
Padri, utile a tutti quei che desiderano rendersi buoni
operai nella vigna del Signore. El mns. lleva
fecha del 19 noviembre 1834 en San Sosio, donde
entonces enseñaba. Hay otras tres copias,
una en Aversa, 1860.

140 Manuale Dogmatum ex SS. Scripturis contra


Haereticos, AGCP, Fondo mns, s.c., en: Compendium
Juris Canonici, etc., pp.127-131.

141 En el AGCP, mns., secc. Domingo, se conserva


inétida la obra del P. Domingo Barberi, Theologia
Moralis, en siete volúmenes, que suman 1.872 pp.
Contiene 26 tratados, según la división hecha
por San Alfonso Ma. de Ligorio. Aunque no hay
certeza, es probable que fuera usado por los lectores
del tiempo. Se mantiene fiel a la doctrina tomista, y
hace frecuente uso de textos bíblicos.
142 AGCP, Mns., 130 pp. s. c., colocado en libros de
texto. - En el mismo volumen: 1) DE HOMINIS
NATURA, mns., pp. 133-195, cita a Mirabaud, Voltaire,
Spinoza (p. 136); parece ser de un profesor
que escribe para sus alumnos; lo dedica a Provincialis
sin indicar nombre (pp. 137, 138). - 2)
AGONISMA PHISICUM, pp.198-240 del volumen en
AGCP, Ms., s.c., con las mismas características
que los dos anteriores.

143 Compendium Juris Canonici in ordine alphabethico


redactum, excerptum praesertim ex Giraldi.
Copia. Ritiro del Socorso presso Aquila l’anno 1852,
pp.124. Ms. Fondo AGCP. s.c. En el reverso
de la portada está escrito: Ad uso del P. Bernardo di S.
Giuseppe Prelini, superior general 18761878,
que murió en los SS. Juan y Pablo en 1894.

144 GIRALDI, Ubaldo, Expositio Juris Pontificii juxta


Recentiorem Ecclesiae Disciplinam in duas
partes distributa auctore Ubaldo Girardi a Sancto
Cajetano claericorum Regularium Scholarum
Piarum..., nova editio accuratior, parte prima, 2 vols.,
Romae, apud Dominicum Ercole, 1829,
1126 pp. - AGCP. Fondo Testi, s.c., entre los
atribuidos al P. Domingo Barberi, vol. X, 18.
Se desconoce su procedencia; se trata de una copia
anterior. Es un vademecum que
se podía llevar consigo para resolver rápidamente
posibles cuestiones o dudas que
surgieran.

LITURGIA. No consta que los capítulos generales


dieran normas especiales sobre
el tema. La congregación mantenía el rigor casi
escrupuloso con el que Pablo de
la Cruz quería que se viviera la liturgia eucarística o la
de las Horas145. No toleraba
que se procediese sobre la marcha en la celebración
de los misterios146 . En el Reglamento
Común de 1755, el fundador manifestaba la necesidad
de una liturgia organizada
y digna, a la vez que vivida con fervor interior: Tenga
cuidado de que los
religiosos ensayen algunos días antes las funciones
sagradas que deberán tener en
la iglesia con solemnidad, como en Navidad, Pascua,
Semana Santa...147 .
Como se ha dicho, ya desde el noviciado se iniciaba a
los jóvenes en el conocimiento
de las normas litúrgicas, tanto de la asistencia a la
misa, como de la recitación
del oficio divino en el coro148. La congregación seguía
las normas de la liturgia
romana, si bien en cuanto al calendario se usaba el
diocesano, hasta que en 1829 se
obtuvo permiso para servirse del romano149. La
liturgia se estudiaba como asignatura,
sobre todo cuando el clérigo se disponía a recibir las
órdenes sagradas. Hubo un
manual para instruir a los neosacerdotes: Indirizzo ai
sacerdote novelli, Roma,
1860150 .

TEOLOGIA ESPIRITUAL. No se conocen textos


especiales; sólo el P. Serafín
preparó un tratado de Theologia Mystica, editado
posteriormente.
MARIOLOGIA. El P. Domingo Barberi escribió
Mariologia (mns. V-16), con
una tercera parte en la que incluye discursos para
fiestas marianas. Después de su
muerte, pero dentro de esta época histórica, apareció
su obra La divina Paraninfa,

145 Cfr. NASELLI, La celebrazione del mistero


cristiano e la Liturgia delle Ore in S. Paolo della Croce,
en RSSP, n. 13, Roma, 1980, II, Lo spirito liturgico di
S. Paolo della Croce, 2-36.

146 Ibid., 30. Como señala Strambi, esto explica la


severidad con que intervenía en algunas
circunstancias;
como en el caso de un clérigo negligente: Usted no
tiene espíritu eclesiástico; y llegaba
a amenazar con la suspensión a divinis al sacerdote
algo negligente, si no se corregía, insistiendo
en la razón esencial: que se trataba de cosas
grandes..., y por eso todo debía realizarse con el
orden que manda la santa Iglesia, y con las
ceremonias que ella manda. - Testimonio del H.
Francisco
Luis en los Procesos POR III, 1888 (f.778r.).

147 Cfr. Guida per l’animazione spirituale della vita


passionista: Regolamento comune del 1775, a
cura di F. Giorgini, RSSP, n. 2, Roma, 1980, n. 172, p.
27.

148 Indirizzo..,. Regolamento per servire la S. Messa,


p. 62.

149 Cfr. el capítulo sobre la liturgia en la comunidad, al


hablar del Proprium C. P.

150 En el AGCP, Mns., s. c., Miscelanea, 237, se


encuentran unos textos del P. Lorenza Benvenuti de
San Felipe Neri, lector en Ere: 1) Praecationes
dicendae a sacerdote ante Misae celebrationem
pro opportunitate. 2) Metodo ordinario per ben
prepararsi a celebrare e pel ringraziamento dopo
la celebrazione. 3) Cerimonie da osservarsi in varie
funzioni dell’anno ad uso dei PP. Passionisti.
- 4) Antifone, inni ed altre cose che si usano cantare tra
di noi, 2ª Parte.
ossia la Vergine Santissima che istruisce e dispone
l’anima religiosa per l’unione
col celeste sposo, operetta utilissima alle vergini
consacrate a Dio...151 .

ELOCUENCIA. Para preparar al ministerio a los


nuevos sacerdotes, la congregación
se sirvió de varios textos, como se ha dicho ya en el
capítulo del Apostolado.
Fueron sus autores Strambi, Carsidoni, Lorenzo Salvi y
Domingo Barberi. El
XIX Capítulo General se vio obligado a intervenir con
detalle, pues parece que se
había bajado la guardia y se notaba bajo nivel en
algunos predicadores152. Se conservan
varios epítomes o manuales que los predicadores
tenían a mano para citas bíblicas
o patrísticas, y también para ofrecer ejemplos153.

Para que los estudiantes de los últimos años de


Teología se entrenaran, se crearon
las llamadas Conferencias instructivas. El capítulo de
1857 decretó: Para estimular
a los sacerdotes... se ha determinado que... en todas
las casas, cada quince
días..., haya durante tres cuartos de hora una
conferencia, que se abrirá con un discurso
de un cuarto de hora, sobre tema libre, pero sagrado, y
después se pasará a
formular un par de preguntas, una de la Sda. Escritura,
y otra de Teología dogmático-
apologética...154 .

Las provincias estudiaron este decreto en su


respectivo capítulo que coincidía
con el general. El de la Piedad recomendó a los
rectores que vigilaran para el cumplimiento
de un punto tan importante, y que ni ellos ni otros
estuvieran ausentes de
la conferencia sin motivo; antes al contrario, deberían
animar a todos para que comiencen
con buen pie desde el principio155.
5. Algunos apuntes sobre la formación fuera de Italia
Siendo sustancialmente idénticos los programas, hubo
que adaptarlos al francés

o al inglés. En los primeros tiempos hubieron de


convivir novicios y estudiantes,
151 Composta dal Servo di Dio, già provinciale
passionista e missionario nel regno d’Inghilterra, 3 º
ediz., Aversa, ottobre 1853, 200 pp. Se hizo una
edición en Francia con el título L’ame conduite a
la perfection par la Trè Sainte Vierge, par le P.
Dominique de la Mère de Dieu..., traducida por el

P. Turrenio, C. P., Paris, 1856. - En Bélgica se publicó


en dos vols. Excellence de Maria et de son
culte, trad. del italiano por J. Labis, Tournai 1856.
152 DeR, cap. 1851, n. 378: Se habló de que muchos
jóvenes... no se preparan por falta de quien los
dirija... El Vble. Capítulo determina: 1) que se ponga
en práctica el punto de las Reglas de 1775,
cap. V, 5-21 en donde se manda que los misioneros
presenten escritos los sermones para que sean
revisados por tres o más examinadores...; los
examinadores podrán cortar, corregir, rectificar,
etc. lo que consideren inadecuado.... 2) Sabiendo que
algunos omiten la meditación de la Pasión
después del sermón, se declara inhábiles para las
misiones a quienes no estén en condiciones de
hacerlo....

153 CARSIDONI, I., Raccolta di esempi disposti per


ordine alfabetico ed estratti da accreditati autori,
AGCP, Mns., 361.

154 DeR., n. 403, &1.

155 Atti PIET, II Cap. Prov., 1857, 3ª sess.


siendo única la casa en Ere desde 1842. Para que
tuvieran un buen lector, se comenzó
a mandar a los estudiantes a Inglaterra, donde
proseguían sus estudios con el P.
Barberi156. En Aston Hall, el P. Spencer, aunque
acababa de profesar en enero de
1848, era una personalidad madura y bien definida, y
se le confió la dirección espiritual
de los cinco estudiantes157. En 1850, muerto ya el P.
Barberi, los novicios pasaron
a la casa de Broadway, y los estudiantes siguieron en
Aston Hall. En 1851 se
encuentran en St. Wilfrid: uno de ellos era Pablo Ma.
Pakenham y después llegó de
Ere el joven sacerdote Carlos Houben de San
Andrés158. La enseñanza de nuestros
estudiantes había corrido a cargo de los PP. Domingo
y Eugenio, al menos en los
temas más importantes de teología159 .

Cuando se creó la provincia en 1851, el provincial P.


Eugenio Martorelli estableció
su sede en Londres, San José, y llevó consigo a
algunos estudiantes a los que daba clase.
En junio de 1854 los estudiantes se trasladaron de St.
Wilfrid a San José, Hyde
Park160. Pero tras su visita como delegado del
general, el P. Pio Cayro mandó que los de
Filosofía que había en S. Wilfrid fueran a Broadway
con su lector, el irlandés P. Javier
Mc’Evoy de San Pablo161, y el noviciado pasó
temporalmente a St. Wilfrid162.

El 31 de octubre de 1855 fueron a Roma cinco


estudiantes que tuvieron de lector
al P. Ignacio Paoli del N. Jesús; es decir, Alfonso
O’Neil, Félix O’Hogan, Patrick Burke,
Atanasio Esser de la Cruz (holandés) y Paul Ma.
Pakenham, recién ordenado. Como
en el capítulo general de 1857 el P. Paoli fue elegido
provincial de S. José, se llevó
consigo a Alfonso O’Neil, Celestino Trant y Felix
Hoggan (Pakenham había regreso
antes y era superior en Dublín; Atanasio siguió en
Roma, muy enfermo y murió poco
después), y con ellos y otros formó un estudio en
Sutton163. El 8 de julio de 1859,
los cuatro estudiantes que habían finalizado la filosofía
en Sutton fueron a Haighgate
con el P. José Gasparini para la teología; y allí
quedaron cuatro con el P. Joseph O’Carrol,
lector de filosofía. Con su ayuda la observancia gana
exactitud en ambas casas164.

156 DEVINE, Pius, History..., o. c.,12. - NARDOCCI,


Annals..., o. c., 52. En el Libro de visitas canónicas
de Ere, la primera vez que se menciona a los
estudiantes es en la del P. Alfonso Ma. del Corazón
de Jesús en 1852, f. 29, al mandar que no hablen con
los profesos, ni éstos con los novicios
y estudiantes.

157 NARDOCCI, Annals...,o. c.,48 y 52.


158 HERBERT, The Preachers..., o. c., 104 y 153. -
NARDOCCI, Annals, o. c., 80, 85. - SPENCER,
Paul-Francis, To heal the broken hearted..., o. c., 19ss.
159 DEVINE, Pius, o. c.,45.
160 NARDOCCI, Annals...,o. c., 111, 115, 116, 121;
también fue lector el P. Rafael Gorga del Cora

zón de Jesús (1826-1881)


161 Id., ibid.,121 y 149; abandonó la congregación en
1855.
162 DEVINE, o. c., 43.
163 NARDOCCI, Annals... o. c.,,154, 179-180.
164 Id., ibid., 225.
No es el momento de alargar más esta relación; baste
saber que la provincia se
preocupó desde el principio de las vocaciones y que el
P. Barberi fue un lector de garantía.
De la calidad de su enseñanza habla muy alto el nivel
que alcanzaron algunos
discípulos, como el P. Pío Devine, autor de obras de
teología impresas y muy aceptadas165.
La categoría del lector de Teología, P. Gasparini, se
puso de manifiesto en su
obra impresa The attributes of Christ..., Dublin, 1870,
de 36 capítulos, en 296 pp.

Ya se ha hablado que en la provincia de San Pablo de


la Cruz desde el principio
se procuró que los muchachos supieran latín. El
P.Tarlattini buscó una solución a largo
plazo, pues en aquel momento no podía contar con
lectores si quería tener misioneros.
Confió al P. Calandri la formación de los novicios, y
decidió llevarse a Roma
a algunos que al regresar serían buenos lectores.
Mientras ellos estudiaban, fueron a
Estados Unidos los PP. Juan Bautista Baudinelli y
Juan Tomás Stefanini, una gran
adquisición para la fundación americana, según el P.
Ward166.

De la buena formación que el grupo recibió en Roma


da fe el P. Tomás O’Connor,
que ocupó importantes cargos en la provincia y en la
congregación.

En Bélgica se estableció un estudio. En la relación de


familia de ERE, los profesos
de 1846 no van a Inglaterra hasta 1852 (S. Carlos
Houben siguió allí los estudios
de Filosofía y Teología). Su lector era el P. Serafín
Giammaria, quien usaba los
manuscritos del P. Domingo. Este visitó la casa cada
año, y el estudiante Carlos
Houben de San Andrés pudo conocerlo y hablar con él
en el coloquio de la visita canónica.
Los que habían llegado de Inglaterra volvían a su
patria; los de nacionalidad
belga, francesa y holandesa permanecían en Ere167.

Cuando se creó la provincia de San Miguel con las


casas de Bélgica, Holanda y
Francia, los estudiantes o permanecían en Ere o iban
a Hardinghen después de hacer
el noviciado de Burdeos. No tenemos datos precisos
sobre la marcha de los estudios,
pero de la calidad de la enseñanza dan fe las obras
que comenzaron a publicarse
por entonces y otras posteriores, preparadas en este
período del P. Testa. Se
puede ver en la página dedicada al P. Serafín como
lector, o al P. Barberi, sin olvidar
la obra de traductor del P. Turrenio.

165 Auxilium praedicatorum or a Short Gloss upon the


Gospels. With hints as to their use in sermons,
3 vols., London, 1884 (AGCP, 15 E, 1,2,3), y Eutropia:
or How to Find a Man out of Darkness
and Doubt into the Light and Certainthy, London, 1880.
- DEVINE, History..., 46.

166 The Passionists..., o. c., 152.

167 Cfr. Livre d’arrivès et departure della communautè


d’Ere. - SPENCER, P. F., To heal the broken
hearted..., o. c., 19ss. - Bollettino..., III, 1922, 103-107.
CAPITULO XXI

LA VIDA PASIONISTA EN COMUNIDAD

Una comunidad de bautizados unidos por la caridad


(Act 4, 32) fue una de las
bases sobre las que San Pablo de la Cruz organizó la
congregación. Aunque se repitan
algunas ideas ya desarrolladas en los volúmenes
precedentes, conviene recordar
aquí las más elementales como enlace entre la
congregación de Pablo de la Cruz y
la que recibió el P. Testa 64 años más tarde, después
de que el instituto hubiera sorteado
experiencias tan traumáticas como la supresión
napoleónica.

Este capítulo se estructura en torno a dos elementos:


1) La comunidad de vida
desde el fundador al P. Testa, sus problemas
cotidianos y los derivados de la expansión;
2) la animación espiritual de la comunidad.

1. La comunidad en San Pablo de la Cruz y en tiempo


del P. Testa.
Pablo Danei, inicialmente poseído por el deseo de vivir
como austero solitario,
terminó convertido en entusiasta de la comunidad. La
conveniencia de reunir compañeros
no se debió a una evolución psicológica para combatir
la soledad, sino a una
inspiración interior. En el verano de 1720 queda
configurada su tarea de reunir compañeros
para estar unidos y promover el santo temor de Dios, y
este proyecto terminará
siendo una congregación1.

En el proceso evolutivo espiritual y místico del


fundador aparece, como justificante
de la urgencia de fundarla, el hecho de encontrarse
dentro de una época tan
calamitosa y lamentable en la que estaba poco menos
que extinguida la memoria de
su Pasión. A la hora de su muerte dejó la
Congregación organizada en doce comunidades
distribuidas en dos provincias. Los sucesores trataron
de preservar incontaminada
esta herencia. Al P. Testa le correspondería doble
tarea: a) conservar valores
que tenían función de piedra angular y de columna; b)
reajustar los aspectos no esenciales
frente a la erosión de los tiempos: La oración, la
soledad, el silencio, la composición
numérica de las comunidades en las que pudieran
mantener la función monástica
de observancia regular y la vertiente apostólica del
operario evangélico; la
pobreza de una vida sin rentas fijas ni bienes estables,
aunque, como en los nuevos
países no se podía vivir de la postulación, fue
necesario aceptar otras fuentes de recursos,
como la atención a parroquias; la penitencia,
acomodada a nuevas circunstancias2.
En la comunidad de vida se incluye el uso común de
los bienes, el mismo
1 Lett. IV, 217-220.
2 DeR., decr. 403, 419.
hábito, la residencia en un mismo retiro, el horario
común y la penitencia común...,
todo impregnado de caridad y regulado por las
constituciones3.

Si el mantenimiento o cambio de estos criterios


correspondía a los capítulos generales
y provinciales, su aplicación recaía en los
responsables de la congregación,
de las provincias y de las comunidades. El animador
de la comunidad local era el
rector, quien para la formación permanente de sus
religiosos, cada tarde ofrecía
una brevísima exhortación, antes del reposo nocturno;
y el viernes, ante la comunidad
reunida en el coro, pronunciaba una plática espiritual.
Una vez al mes, por lo
menos, cada religioso debía acudir al rector para pedir
consejo y escuchar las admoniciones
pertinentes. Existía además, un coloquio mensual con
el rector o el padre
espiritual designado por el provincial, para examinar el
propio progreso por las vías
del espíritu. En el plano de formación doctrinal, cada
quince días se planteaba un
caso moral para estudio y discusión pública; y desde
1857 se añadió una conferencia
de tema dogmático o escriturístico, y una discusión
quincenal, que desde el capítulo
de 1863 pasó a ser mensual4.

Tras esta sucinta introducción evocativa, llegamos a


1839. Había trascurrido un
siglo desde que en 1741 Benedicto XIV aprobara las
constituciones. En sucesivos
momentos, el fundador sometió a la aprobación
pontificia los cambios que le aconsejaba
la experiencia. Al final de su vida hizo la última revisión
que seguía en vigor.
Al P. Testa le correspondería manejar una espada de
doble filo: conservar los valores
heredados, y hacer de la congregación una realidad
apostólica viva y encarnada
en nuevos momentos y lugares. Según las actas y
decretos de los capítulos generales
de su etapa de gobierno, trató de evitar abusos
perniciosos y de conseguir comunidades
dinámicas. Las estadísticas arrojan estos datos para
su período: de los

13.773 cristianos que han profesado entre 1740 y


2007, en esta época del P. Testa lo
hicieron 734, si bien el crecimiento se redujo a sólo
356, después de haber restado
los 165 que abandonaron el instituto y los 191 que
fallecieron.
a. EL CONTEXTO AMBIENTAL. El P. Testa luchó para
que la multiplicación
de comunidades, la salida al extranjero y el
anticlericalismo social no erosionasen
valores preferenciales de la congregación. Por eso, a
la hora de comprometerse con
una fundación, se resistía a aceptarla cuando faltaba
soledad. Los pasionistas salieron
de la supresión napoleónica con general aplauso y le
llovían solicitudes, como
se ha podido ver. En ocasiones la causa del rechazo
era la excesiva proximidad a
3
Le costituzioni tendono a formare un uomo tutto di Dio,
tutto apostolico, un uomo di orazione,

staccato del mondo, della robba, da sè stessi, acciò


possa con tutta verità chiamarsi discepolo di

Gesù Cristo, si renda abile a generare molti figli al


cielo... -Notizia..., 1747, n. 3.

4
DeR, n. 419. - Cfr. ALONSO BLANCO, P., La vera
appartenenza del passionista alla comunità:
principi, conseguenze ed implicazioni, Autori Vari,
Vivere insieme per annunziare il vangelo della
Passione con un progetto comune, Editoriale Eco,
1991, pp. 78-87. - Id., ibid., I modelli di vita
comunitaria e la responsabilità del religioso, pp. 88-99.
una población o a otro retiro propio, que entorpecía la
postulación. Al salir de Italia,
para la apertura de nuevas casas se buscó también
una distancia prudencial, no
siempre tan rigurosa como en Italia. El P. Testa tuvo
que transigir con retiros no estrictamente
convencionales, y soportar actividades no respaldadas
por la historia,
como el servicio en las parroquias. Amaestrado por su
experiencia, aconsejaba a los
superiores de los Estados Unidos, por medio del P. Pío
Cayro, que no repitieran los
errores cometidos en Inglaterra: Por mi propia
convicción le digo que vayan despacio
en las fundaciones, para que no les suceda como en
Inglaterra: fundaciones
y más fundaciones..., y con las fundaciones se ha
arruinado todo, y ahora las dos
provincias de allá son pobres, secas y medio tísicas, si
se puede usar estas palabras...
5.
Al obispo de Aversa le recordaba que la soledad era
factor decisivo: Me ha parecido
conveniente mandar a dos religiosos para reconocer y
examinar los lugares
indicados, el de Mercato Cilento no ha sido encontrado
a propósito; y al de Marsico
le falta la soledad que reclama nuestro instituto...6. Y
sobre la fundación de Marsico,
Basilicata: Temo que tanta proximidad cause mal al
instituto y al final sea causa
de que haya que abandonar el local...7 . En la de
Brenello, Modena: Nuestro instituto
pide soledad y lugares separados de las
poblaciones8.Y respecto a la de Muro
escribía al arzobispo de Otranto, Mons. Vicente Andrés
Grande, el 7 marzo 1857:
Le advierto que no podemos aceptar fundaciones en
las ciudades o pueblos, pues
nuestro instituto pide conventos alejados de las
poblaciones9.
b) LUGARES ADECUADOS. En la fundación de
Palena-Abruzzo, el
25.05.1847, dice: Por motivos comprensibles deseo
que las fundaciones se lleven a
cabo o en las proximidades de ciudades grandes o de
otras poblaciones grandes que
puedan proporcionar a los religiosos, mediante la
postulación, si no todo, al menos
una parte importante de la subsistencia necesaria, y
que además no estén en lugares
de difícil acceso10 .

c) TERRENO SUFICIENTE. Al arzobispo de Spoleto,


el 16.11.1840 sobre la
fundación en Campello: Como es tan reducido el
terreno que hay dentro de la
clausura, se necesita más...11. Y al de Camerino, el
07.08.1845, al tramitarse la de
San Ginés-Marcas: El local es muy reducido...;
además tiene pocas habitaciones
5 Pío Cayro en nombre de Testa a Tarlattini,
02.05.1860. - AGCP, PAUL, Letters 1853-1862.
6 Al ob. de Aversa, 24.07.1856, en AGCP, A,123 (A,
IV-1/2-3, C-17, 2).
7 23 oct. 1856, en A,125 (A.IV-II/1-1 P-14, 1-4).
8 AGCP, A,123, Fundac. no acept. en Modena,13
Febr. 1843 (M-4).
9 AGCP,A,125, Fundac. no acept. en Puglia-Basilicata.
10 AGCP, A,121, Fundacs. no acept. en Abrruzo (A,IV-
I/2-2, S-14).
11 AGCP,A,125, Fundacs. no acept. en Umbria, (A, IV-
I/2-4, S-6, 27).
y le faltan muchos elementos para una comunidad no
pequeña como son las
nuestras12. Y el 07-09.1854 al superior de Pittsburgh:
Espero que el obispo... dará
algo de terreno para impedir que las construcciones
estén demasiado próximas...
13 .

En julio de 1852, cuando se trataba de la fundación de


Bellante, antiguo monasterio
de carmelitas, el P. Testa expuso a las autoridades
solicitantes lo que consideraba
imprescindible para proceder por buen camino: 1)
Iglesia..., coro..., y un
retiro o local con las oficinas y otras dependencias
necesarias en una comunidad
religiosa, y aproximadamente 30 celdas para dormir...
2) suficiente terreno para
huerto, prado (o bosque, si es posible) con agua
corriente si se puede, o cuando
menos un pozo o una cisterna para uso de la
comunidad religiosa; 3) cuando la familia
religiosa vaya a llegar debe encontrar todo lo
necesario para la sacristía y
la vida del retiro...14.

d) CONVENIENTE DISTANCIA ENTRE


COMUNIDADES. Las comunidades
han de estar alejadas unas de otras para no
entorpecer mutuamente la postulación,
pero suficientemente accesibles para que los
superiores mayores las visiten
sin complicaciones. En Italia se rechazaron muchas al
sur, porque no era fácil la relación
con las ya existentes en el centro de la península. Así
en carta del 30.10.1852
al ministro de asuntos eclesiásticos de Nápoles
justifica su negativa a la fundación
de Casali di Cosenza: Para que los religiosos
conserven el espíritu conviene que
los superiores mayores puedan visitarlos con
frecuencia; nuestras Reglas mandan
un año15 .
2. La vida cotidiana
a. PREOCUPACIÓN POR LAS OBRAS MATERIALES.
La mayoría de los retiros
se recibieron en condiciones precarias. Por las prisas
en inaugurar la observancia,
se llevaba a los religiosos aún antes de concluir el
acomodo de la casa. Las plateas
están llenas de obras materiales y del adecentamiento
de las iglesias con objetos
para el culto. No faltaban superiores que se
consideraban más constructores que
padres. En Paliano hubo que eliminar el fogón que
servía para calentamiento de los
religiosos, pues el humo invadía la casa; el superior lo
hizo a su modo y hubo que
rehacerlo varias veces, por lo que el cronista se
lamenta: Las reformas se tendrán
que hacer dos o tres veces, como ha ocurrido con el
fogón, con falta de pobreza y
12 AGCP, A,124 Fundac. no acept. en Las Marcas (A,
IV-I/2-5, C-4, 5).
13 AGCP, PAUL, Letters, 1852-1854.
14 AGCP, A,121, Fundacs. no acept. en Abruzzo (A,
IV-I/ 2-2ª).
15 AGCP,A,123, Fundacs. no acept. en
Campania,Nápoles, Rotonda, Potenza... (A, IV-I/2-9.C-
16).
chismes entre los religiosos16 .En la crónica de Todi,
el nuevo rector, P. Valentín Lucarelli,
llegó con muchos proyectos, pero se encontró con que
lo primero era alimentar
a la comunidad, por lo cual no pudo llevar a cabo sus
iniciativas materiales17.

b) FRATERNIDAD ENTRE COMUNIDADES. Según


las constituciones de
1775, que estaban en vigor en este período del P.
Testa, se practicaba en la congregación
la comunión de bienes. Los superiores general y
provincial podían disponer
de los de una casa en beneficio de otra que pasara
necesidad. Las comunidades contribuían
a los gastos de la casa en donde se celebraba el
capítulo, detalle que los provinciales
recordaban en la convocatoria. Las más desahogadas
contribuían a los gastos
del noviciado. En los capítulos de la Dolorosa, de1848
y 1857, se incluyó el retiro
de Sora en la lista de los que pagaban 8 escudos
anuales con este objetivo, cantidad
que en 1860 se elevó a 1018. En 1854 los capitulares
de la Presentación, conocedores
de la escasa cosecha en algunas zonas, se pusieron
de acuerdo para intercambiarse
productos: en Magliano Sabina faltaba vino, pero como
en Vetralla sobraba,
mandaron 40 barriles19. En 1849, Recanatti cede a
Pievetorina el derecho a la
postulación del queso en la diócesis de Nocera20.
Durante el capítulo de la Dolorosa,
reunido en 1851, el P. Testa creó una comisión para
dividir entre San Sosio, Sora
y Pontecorvo las zonas de postulación; y el 9 de mayo
firmó la nueva división21.
La fundación de Aversa suscitó de nuevo el tema, por
lo que el capítulo de 1854 determinó
que San Sosio no postulara en los pueblos de la
abadía de Monte Cassino22.
c) RECURSOS PARA LA SUBSISTENCIA. Plateas,
inventarios e informes a
los capítulos revelan la solicitud por la subsistencia de
las comunidades, sin perder
la fe en la Providencia. La congregación se sostenía
con la postulación de géneros
alimenticios: vino, aceite y trigo; a veces se pasaron
apuros, pero se llegó a demostrar
que la fe hace milagros, uno de ellos registrado
puntualmente en la platea de Paliano,
en 1846, y otro en Vetralla, en 1854, reconocido
oficialmente para la canonización
del fundador.

1. Multiplicación de harina en Paliano, como ya se ha


mencionado al hablar de
esta comunidad 23 .
16 Platea de Paliano, 21.
17 Notizie di questo ritiro di San Giacomo..., presso
Todi..., AGCP, B, 20.
18 Atti cap. prov. XXV (1848), 8; XXVIII (1857), 9;
XXIX (1860), 4ª.
19 AGCP, PRAES, Atti Cap. 1854, 2.
20 APPIET, IV,257,5. En compensación, Pievetorina
cede a Recanati los pueblos de Bafraiano y Ma

telica para postular dinero. Firman los PP. Dionisio de


S. Bernardo, de Pievetorina, y Egidio de

San Juan, de Recanati.


21 Cfr. Copia en Archivo de Nápoles.

22 Atti del XXVII Cap. Prov. DOL, 1854, s. 3ª. - Al abrir


el retiro de Torre di S. Patrizio, el II Capí

tulo de la Piedad regularizó las zonas entre la nueva


casa y Morrovalle. Atti del II Cap. PIET,

1857, 3ª.ses.
23 Platea de Paliano, 1847, 46.
2. La multiplicación del grano en Vetralla. En 1854, un
año después de la beatificación
del fundador, la casa de Vetralla se encontró sin grano
suficiente para el
pan. El rector, P. Arcángel La Posta, lo buscó
afanosamente; el que encontró debía
pagarlo a 20 escudos por robo, cifra inasequible para
la flaca economía doméstica.
La comunidad hizo un triduo al nuevo beato; el
provincial mandó a los estudiantes
que todos los días fueran a rezar un padrenuestro al
granero. Y cuando se calculó
que debía hallarse exhausto el grano, resultó que no
había disminuido, hasta que se
pudo comprar harina a un precio asequible de 8
escudos24.
3. Vino para las misas. Otro momento de protección
particular vivió la misma
casa de Vetralla al año siguiente. Durante una
epidemia de filoxera escaseó el vino
y los productores lo rebajaban con más agua de lo
prudente, punto delicado tratándose
de la celebración de la misa. El superior anduvo
buscándolo, sin encontrarlo de
garantía. El fundador salió al paso del problema:
durante tres noches se apareció a
una bienhechora de Capranica y le pidió que ayudase
a sus hijos de Vetralla. La señora,
informada de la situación, mandó de su propia bodega
y de total garantía una
cantidad notable, suficiente para las misas durante año
y medio25.
d) LIMOSNAS Y POSTULACIÓN AMBULANTE. Las
comunidades se organizaban
también con criterios de prudencia humana. Los
recursos llegaban en gran
parte por la postulación (cuestación) realizada
generalmente por medio de los hermanos,
o por limosnas espontáneas a los predicadores. En las
grandes ciudades se
podía pedir dinero; en el campo se buscaba la
colaboración de los campesinos durante
la cosecha de trigo, vino, aceite, etc.26.
Este tema de la cuestación provocaba roces con los
mendicantes o entre los propios
retiros más próximos. El P. Testa se opuso a la
fundación de Settefrati porque
obligaría a revisar el ámbito de cuestación de Sora27.
Durante los pasos para abrir un
retiro en Trevi, escribió al arzobispo de Spoleto, el 12
de marzo de 1840: El mayor
obstáculo va a ser el de los mendicantes, como lo fue
ya otra vez...28 . La postulación
se podía hacer en la propia diócesis del retiro, y en las
demás bastaba el permiso de
su obispo, sin necesidad del visto bueno de los
mendicantes, según la Supremi Apostolatus,
n. 929. Las necesidades urgentes, sobre todo en obras
de envergadura, como

24
Este milagro, aprobado para la canonización, lo
recordó un tapiz (arazzo) del pintor Grandi durante
la ceremonia el 29 de junio de 1867. -Platea de
Vetralla, mec., 164-166; una narración más amplia
de los testigos en los procesos en Romana seu
Alexandrina et Aquin. Canonizationis Fundatoris...,
Positio super Miraculis, Romae, 1865, Tip. Brancadoro,
2-13, Multiplicationis tritici.

25
Platea de Vetralla, mcn., 165-166.

26
AGCP, A, 12 (A,IV-I/2-1, S.23, 1-3), P. Testa a Franc.
Scorza, Roma, 11.12.1852, minuta.

27
AGCP, A, 12 (A, IV-I/2-1, S. 17,3), Mons. J. Montieri a
A. Testa, Sora, 26.10.1855; y los demás

documentos relacionados con esta fundación, 1-5.

28
AGCP, A, 122 (A, IV- I-11/9).
29
Cfr. TITO, Expositio...., o. c., 330.
ocurrió en Londres, llevó a postular en otros países. El
12.07.1860, el P. Testa respondía
al P. Ignazio Paoli, provincial de Inglaterra,
desaconsejando la cuestación en
España: No me siento inclinado a aprobar que en las
actuales circunstancias haga
un viaje para postular por España, y si quisiera
conseguir dinero tampoco sería
prudente un viaje a Italia30 .

Si un postulante invadía la zona de otro retiro, los


superiores requerían parte del
beneficio. Así debió de ocurrir en Inglaterra, como
escribía el P. Testa al P. Tarlattini,
de Pittsburgh: El P. Vicente (Grotti), provincial, me ha
escrito que había autorizado
que el H. Alfonso se quedase allí durante un año, pero
que le diera parte de la
postulación. Irá bien si le da una tercera parte31 .

En ciertos ambientes, la postulación se consideraba


una apropiación de recursos
que debieran ir a los pobres. El P. Testa recordó al
arzobispo de Spoleto, a propósito
de la fundación de Trevi, que en la portería de los
conventos se distribuía a los
pobres una parte de lo recolectado, sin que ellos
tuvieran que mendigarla de puerta
en puerta32.

El capítulo general de 1857 mandó que se anotaran en


un libro las cantidades recogidos
en la postulación y que el registro fuera examinado en
la visita canónica33.
Hay que recordar que a las limosnas recibidas
respondía la congregación concediendo
a los donantes comunicación en sus bienes
espirituales; aspecto que destacaba el
arzobispo de Montreal en la carta de recomendación
para el postulante H. Lorenzo34.

e) Hospicios. Relacionado con el tema de la


postulación, hay que mencionar que
seguían existiendo los hospicios, pero con tendencia a
desaparecer. En ellos se guardaban
temporalmente los géneros recogidos, y allí podían
pernoctar los hermanos
dedicados a la postulación y los misioneros de paso.
San Pablo de la Cruz quiso disponer
de uno en Roma para cuando necesitara presentarse a
trámites; no lo consiguió.
La apertura de un retiro en Montecavo no solucionó el
problema, por la distancia.
Sólo en 1766 el bienhechor Frattini le proporcionó el
del Santo Crucifijo. En

30
Sin embargo, el P. Paoli viajó a España, desde donde
convocó el capítulo de 1863. Y otro pasionista
inglés, el P. Antonio O’Connel Markey de la Virgen
María murió en La Habana el
16.11.1865, mientras pedía para la iglesia de Dublín.
Fue atendido y enterrado por los jesuitas (los
pasionistas españoles de la provincia del Sagrado
Corazón de Jesús (CORI) no llegaron hasta 1891
a fundar en Santa Clara). - DNEust, 346. - AA 859011.

31
AGCP-PAUL, Letters 1853-1862, Testa a Tarlattini,
15.05.1856.

32
AGCP, A,122 (Fundac. no acept. en Umbria, 15 abril
1841).

33
DeR, 383, & 2, 63.

34
Cfr. YUHAUS, C., The Passionists in America..., o. c.,
III, 864-865. Puede leerse allí mismo la
suma de dólares recolectados: en 1853, el P. Calandri,
500 en Pittsburgh; n 1854; el P. Albino
Magno, 1000 en Philadelphia en 1855; el P. L.
Baudinelli y el H. Lorenzo, 2.000, en Baltimore,
en 1856; el P. Magno, 959 en Pittsburgh, y los HH.
Lorenzo y Alfonso Zeegers, 3.000, en St.
Louis; en 1857; los mismos en Louisville, 1.169. En
1858 estos dos postularon en Canadá y recolectaron
5.530.
la época del P. Testa subsistían algunos en la
provincia de la Presentación. La crónica
de Corneto habla del de Montalvo: poco frecuentado,
iba deteriorándose; finalmente
una parte se vendió a Luis Sinibaldi, otra parte se
alquiló al médico del lugar,
y las dos habitaciones restantes quedaron para
religiosos de paso. Lucía Rosa Rimed,
bienhechora de Montalto, ya difunta, había dejado su
casa para hospicio con
la obligación de celebrar varias misas. Los familiares
se opusieron a este uso, pero
los religiosos cumplieron con el compromiso de las
misas35. Al hablar de la casa de
la Presentación se ha mencionado lo relativo al
hospicio de Orbetello. También en
Porto Sant’Stefano había una casita con botes y
toneles. En Portoferraio se disponía
de una casa de planta única con tres habitaciones y
cocina. Y en Prochio, de Marciana,
en la Isla de Elba, patria del P. Testa, se poseía otro
bastante capaz. Al de
Grosseto se le añadió en 1850 una capilla para
comodidad de los religiosos que allí
se detenían36. Los capítulos generales no se
ocuparon del tema.

e) LOS RECURSOS DEL RETIRO. Los retiros


contaban con productos hortofrutícolas
propios, colmenares para la miel, ovejas, corderos,
vacas y cerdos37. El P.
Barberi, en carta del 02 de octubre de 1848 al P.
Testa, desde Poplar House, le comentaba
que tenía tres vacas: Dos serían suficientes para surtir
de leche y mantequilla
a los religiosos, y una podría venderse; pero entonces
¿qué haríamos de la
hierba del prado, que es mucha incluso para las tres?
El P. Ignacio (Spencer) me
ha hecho reflexionar que la comunidad irá creciendo y
entonces las tres vacas serán
útiles; así que habrá que dejar las tres38 .
Había además animales de carga y transporte, asnos y
caballos, e instrumentos
de desplazamiento como las calesas para llevar a los
misioneros a las predicaciones,

o para trasladar hasta el convento los productos de la


cuestación. Al clausurarse la
casa de S. Salvatore Maggiore, en 1854, el padre
general dio al retiro de Moricone
27 corderos, una remesa de queso, diez mantas de
lana, unos veinte sudarios... y una
mula vieja del mismo retiro39 .
Aunque el retiro contase con empleados o recaderos
(garzoni), parte de las tareas
manuales recaían en los coadjutores, a los que se
proporcionaba suplemento alimenticio
si ejecutaban faenas fatigosas, como la colada, el
cultivo del huerto o el
transporte de mercancías recogidas en la postulación.
Como se fueron introduciendo
abusos, el capítulo de 1857 aconsejó al superior que
tales suplementos fueran
moderados en cantidad y en calidad, y nunca de
carne40.

35 PRAES, Capítulo prov. de 1839.


36 Platea de la Presentación, 13 y 15, mcn.
37 En el inventario de la casa de Recanati (1848), se
habla de tres caballos, una mula y dos cerdos. -

APPiet, Recanati, Stato attuale ecconomico del ritiro di


Recanati al 10 sett. 1848, VII-314-1.
38 AGCP, Domenico, 6, cartas del P. Barberi al P.
Testa.
39 Platea de Moricone, 1854, f. 14.
40 DeR., 384,2º, p. 61.
Al hablar de las propiedades del retiro, como los
caballos, conviene recordar un
incidente ocurrido en Todi a raíz de los sucesos
revolucionarios de 1848. Allí vivía
de comunidad el P. Pedro Mattei de Jesús Crucificado
(1792-1854)41, de cuyas problemas
ya se ha hablado. Si se vuelve a recordar aquí es
porque, cuando los adversarios
fueron a buscarlo, observaron que los religiosos tenían
dos caballos que, según
la ley del nuevo gobierno, pertenecían a éste;
prometieron volver a llevárselos. El largo
incidente se aduce aquí simplemente para recordar
que las propiedades despertaban
la avaricia de otras personas para turbar la convivencia
de los religiosos42.

f) PROBLEMA DEL AGUA. La ubicación de los retiros


planteaba el problema
de la potabilidad e higiene del agua para consumo
humano, y también para abrevar
a los animales o regar la huerta. Fue el caso de S.
Sosio, que aparece en 1851 y en
185443. Y también en Monte Argentario en época de
sequía44. El P. Testa escribía al
superior de Pittsburg, el 28.10.1854: Si tenéis el agua
lejos, y además no es buena,
me parece necesaria una cisterna... Y el 27.03.1855:
Urge solucionar el asunto del
agua salobre; procure remediarlo como mejor sepa45.
En la casa general son frecuentes
las alusiones al agua: al compartir el acueducto con los
propietarios de las
Villas Mattei y Fonseca, no faltaron roces ni litigios que
los superiores tuvieron que
afrontar, como en 184046.

g) LA BIBLIOTECA. Los superiores procuraron


enriquecerla con nuevas obras.
Dentro de la concepción monástica de la vida
pasionista, la biblioteca equivalía al
“scriptorium” de los monjes. G. Comparelli, que ha
promovido la catalogación de
las de Ceccano, Paliano y San Sosio, comenta de la
primera, que era como un intermedio
entre la biblioteca ideal y la biblioteca esencial47 .
Cualquier biblioteca pasionista
estaba surtida de comentarios bíblicos, obras de
Santos Padres, tratados de Teología
y Filosofía, Años Santos y sermonarios; también obras
clásicas grecolatinas

o literatura medieval y contemporánea. La biblioteca


de Aquila, que en el momento
de la supresión poseía más del 2.000 volúmenes, era
considerada una biblioteca ri41
Hijo de los Condes Mattei, era hermano más joven del
card. Mario Mattei (1792-1870), tesorero
de Pío VIII; Gregorio XVI lo creó cardenal en 1832 y lo
nombró secretario de estado en 1840 y
ejecutor de su testamento. Pío IX le encargó la
preparación de la definición dogmática de la
Inmaculada.
- Cfr. Les Cardenaux, Troisième
EncyclopedieTheologique..., por l’Abbè Migne, Paris,
1857, cc. 1197-1199. - Cfr. DNEust..., 242-243.

42
AGCP, B, 120 (B, II-III/2-4º), Notizie di questo ritiro di
S. Giacomo..., año 1848, 114-129.

43
Cfr. Platea, 55 y 59.

44
Platea, mcn., p. 49.

45
AGCP-PAUL, Letters..., 1852-1869.

46
Platea SsGeP, II, f. 22.

47
Cfr. los estudios ya mencionados de las bibliotecas de
Ceccano, Paliano y Sora, pp. 22, 11 y 9 res

pectivamente.
ca48. En el trienio del P. Jacinto Grespi, el provincial
P.Eutizio Mastrantoni compró
muchos libros para la biblioteca de Pontecorvo49. En
la casa general, en tres años, se
adquirieron 232 libros, según relación firmada por el P.
Salvi (f. 29); en otro lugar
se ha mencionado a D. Felipe Evangelista, beneficiado
de San Pedro, que regaló parte
de su biblioteca, distribuida por el P. Testa entre varios
retiros50. Al nuevo de Scala
Santa regaló en 1856 un lote de libros. Recuérdese el
ya mencionado obsequio del
historiador G. Moroni a Montecavo, su Dizionario di
erudizione storico-ecclesiastica,
da S. Pietro ai nostri giorni…51. En Moricone la
comunidad aprobó en 1853 la
suscripción a La Civiltà Cattolica, revista iniciada en
Roma tres años antes52. En San
Eutizio, el P. Inocencio Tirati logró que los
predicadores pudieran disponer de más
de 100 vols. y de una buena colección de mapas para
que se orientaran acerca de la
zona a la que tenían que ir a misionar53. La de Paliano
se enriqueció en 1847 con las
obras del P. Ventura Raulica, La Escuela de los
Milagros, el Manual Eclesiástico, el
Bulario con la parte que faltaba del vol. 10, y la obra
del filósofo y sacerdote español
Jaime Balmes, El protestantismo comparado con el
catolicismo54; y de Aversa
dice la platea que se compraron muchas y buenas
obras para la biblioteca55.

h) DECORO DE LAS IGLESIAS Y


ENRIQUECIMIENTO DE LA SACRISTÍA.
Este apartado llena las crónicas: cálices, candeleros,
casullas, ternos, frontales,
expositores, custodias... Como se trataba de objetos
que lucían en las ceremonias, no
faltaban bienhechores que contribuyeran a ello. Pero
de este aspecto ya se han dado
detalles en la sección dedicada a cada comunidad.
i) HERMANOS COADJUTORES. En la comunidad
pasionista ocupan un lugar
notable en la vida interna, en la búsqueda de recursos
económicos y en el apostolado.
No es ahora el momento de repetir lo dicho en los
anteriores volúmenes. Los datos
de este período se encuentran en el capítulo sobre
Formación56.

48
La comunidad consiguió salvar al menos la mitad.

49
Notizie appartenenti al ritiro di Pontecorvo, p. 5.

50
Este sacerdote vivió los últimos años en la casa de
Roma, edificando a la comunidad con su vida
ejemplar; y en el lecho de muerte fue admitido a los
votos pasionistas; antes no había sido aceptado
por su avanzada edad. - Platea de SsGeP, II, en 1841,
ff. 29-30; y en 1846, ff. 34 y 37. -
DNEust, 218, año 1849.

51
Platea Montecavo, 43. En la biblioteca de la casa
general hay 130 vols., con el sello Bibl. SS. IO.et
PA. deUrbe.

52 Cfr. Arch. di Moricone, Cap. Local, 09.02.1853.


53 Platea di Sant’Eutizio, mcn., 39.
54 Platea di Paliano…, f. 44.
55 Platea di Aversa, f. 13. - Cfr. SASSANI, I passionisti
a Sora..., o. c., 20: En 1849 la biblioteca se

incrementó con nuevos libros (500 volúmenes), para


mayor beneficio de los estudiantes que fue
ron enviados desde 1843.
56 GIORGINI, Historia..., o. c., I, cap. V, & 5, 284-293.
j) BIENHECHORES. Continuando la tradición del
fundador, el instituto mantuvo
estrecha relación con una red de bienhechores
repartidos por las zonas próximas
a los retiros57. Se consideraba bienhechor al que
acogía a los religiosos que iban de
paso por razón de apostolado, salud o postulación, y al
que ejercía su profesión gratuitamente
en beneficio de la comunidad (arquitectos, médicos,
abogados...). Para
que los religiosos no se mezclaran en negocios
económicos, en tiempos del fundador
se recurrió un tiempo al síndico, seglar que
almacenaba los frutos de la postulación
y los iba entregando a medida que le eran
demandados por el retiro correspondiente;
pero como surgieron problemas y embrollos, el P.
Pablo de la Cruz autorizó al superior,
ya en1769, a conservar en casa aquellos artículos; así,
indirectamente, desapareció
el síndico, figura que permaneció sólo en alguna
persona aislada, como Antonio
Frattini, de Roma58.

Después se buscó por los pueblos visitados durante la


postulación a alguna persona
que acompañara al postulante y conservara los
artículos hasta que fueran transportados
al retiro.

Algunos bienhechores lo eran de toda la congregación,


otros sólo de algún retiro
concreto. En el registro general aparecen nombres de
Italia, España, Suiza, Francia,
Inglaterra, Hungría... En algunos retiros fue difícil
encontrarlos, concretamente
en San Salvatore Maggiore, debido a la alarma
provocada por mendicantes de otros
institutos; pero superados los primeros recelos, les
ayudaron personajes principales,
como el pro-vicario general, el canciller de la abadía...
Algunos pidieron el diploma
de Bienhechor concedido por el superior general59.
En el AGCP se conserva Nota dei benefattori della
Congregazione dal 1829 al
1876. En el período del P. Testa 1839-1862 se
menciona una serie de personas agrupadas
por orden alfabético: Letra A, 15 personas; B, 25; C,
47; D, 0; E, 1; F, 19; G,
18; I-J, 10; K, 0; L, 14; M,56; N, 8; O, 11; P, 47; R, 38;
S, 72; T, 17; U, 0; V, 14; X,
0; Z, 1. En total: 413; a las que hay que añadir 24
Congregazioni e famiglie che godo-
no la figliolanza della Congregazione senza che si
ricevano in casa come benefattori.

Entre los bienechores se hallan personajes de diversa


categoría:

Cardenales: Mons. Antonio Francesco Orioli, Roma, 17


agosto 1847, f. 183.

Obispos: Mons. José Ma. Traversi, de Massa-


Populonia, 1839, f. 77. -Mons. Vicente
D’Alfonso, ob. de Penne, altri di lui fratelli D. José arc.
De Scapoli..., 1847, f.

148. -Mons. Antonino de Luca, de Aversa, 1853 (f.


184).
Sacerdotes: D. Fernando Camilli y su hermano
Vicente, 1841, Aquila, f.22. José
Marini, arcipr., Anna Rosa nipote e Giovenale suo
marito, 1839, f. 24, Civite

57 Cfr. FILIPPO, Nel primo centenario... Sora, 1842-


1942, o. c., 42-47.
58 DeR, n. 127, p. 14. - GIORGINI: Sindico Passionisti,
en DIP, o. c., VIII, 1535. En las Constitu

ciones se usa la calabra Síndico, no Síndaco. - Id.,


Historia..., o. c., I, 392-393.
59 Platea de San Salvatore Maggiore, 9 y 20.
lla de Paz. -Franco Fattapossa, arcipr. de Collefegato,
f.25. - Francesco Antonio,
sacerdote San Germano, Corano, 1848, f. 28. -Antonio
Latiai, arcipr. Collalto,
1849, f. 28. -Raffaele Girolimoni, arcipr. de
Collevecchio (1831) f.. 29. -Juan Cavaldari,
de Marciatelli, 1839, 77. -José Brunati, párr. de Monte
Monaco di Fermo,
1848, f. 79. -Vicente Mariano Aquilanti, párr. rettore
Monte Falcone, 1848. - Domingo
Ludovigi, fratello e nipoti, arcipr.,1840, f. 121. - Emidio
Lombardi, arcipr. de
Pepiarello,1840. -José Malgazini, 1845, f. 122. -Juan
Paolo Brascchini, arcipr. de
Rocca Marittima, 1842, f. 135. -Benedicto Barzoti,
arcipr., Rocca Giovane, 1842,

f. 135. -José arc. D. Benedetto, de Roca Massima,


1846, f. 135. -Nazareno Palombi,
arc. de Rocca Canterano, 1846, f. 136. - Aparecen 4
sacerdotes, sin dar su nombre,
de Civitella Cesi, Collato de Poggio Mirteto, Canepina
y Arcipreste de Valen-
tano, pp. 23, 28, 29.
Roma: Domingo Marsaglia regaló numerosos objetos
de culto para la basílica
(Cfr. Platea..., II, ff. 23,33,35,36,37,40; murió en mayo
de 1850 y fue sepultado en la
basílica). -Felipe Evangelisti y su hermano José,1846,
f. 143. -Médicos: Tomás Serrecchi
y su esposa; Chirurgo Bucci Francesco data ad
ambedue la figliolanza per
gratitudine alla assitenza che prestano ai religiosi nelle
malatie, 29 oct. 1838, f. 182.

- Conde Félix Penteni, Dr. Bomba, Chirurgo Viale y


Chirurgo Sernicoli y a sus respectivas
familias per gratitudine alla amorosa assistenza che
hanno prestato e seguirano
a prestarci in ocorrenza di malattie, f.180. -Pablo
Drach, bibliotecario de Propaganda
Fide, f. 181. -Pío IX regaló la casa de Scala Santa y
numerosos objetos para
la casa y el templo.
Bélgica: Bruxelas, José Luis de Man d’Abrouge, 13
abril 1840, f. 22.

Inglaterra, de East Seen Villagio di Witt presso Londra,


Sra. Teresa Pandolfi y su
hijo Vicente Pandolfi, al 13 de abril de 1849, f. 33. -
Señora Anna Ball?, 22 enero
1856, f. 58. -Ambrosio de Lisle Phillipps, f. 181. -Juan y
su esposa María Conti di
Shrewsbury con sus consanguíneos y afines, 1840, f.
148.

España: Valentín Sánchez Martín, de Madrid, 1860, f.


81.

Hungría, S. A. el Príncipe Alejandro de Rudnay,


arzobispo de Strigonia y primado
del reino (difunto), f. 181.
Francia: Todos los religiosos de San Juan de Dios,
1841, f. 182. -Rvdo. D. Miguel
Severo Huè, sacerdote de Candebez des Elbuf, dióc.
de Rothomagensis en
Francia, 1844, f. 183. - París, Laura princesa
Beaufremont y la hija María Elena,
1857, f. 184. - De Lion, Dr. Jules Herculais y esposa
Leonor María, 1843, f. 64. -
Lille, dióc. de Cambray, Sr. Carlos Bernard, sacerdote,
y sobrinos, 1840, f. 64.

Suiza, Friburgo, condesa Tegalis de Vogt? e hijo,


1862, f. 184.

Caso muy particular fue el de rey Fernando II de


Nápoles: Reinó de 1830 a
1859, y en los 29 años dio su consentimiento
voluntario para que los pasionistas
abrieran las casas de Sora en 1842 y Caserta en 1855.
Cuando se lo pidió Mons.
Parisi, de Gaeta, que quería a los pasionistas en el
santuario de la Civita de Itri, el
rey dio inmediatamente licencia el 08.03.1854, aunque
después no se llevó a cabo
por la oposición del ayuntamiento y del clero. Cuando
se conoció que el 22.05.1859
había muerto, todos nuestros religiosos sintieron su
desaparición y ofrecieron por
su alma numerosos sufragios60.

En ocasiones los bienhechores quisieron retirarse a


una comunidad para pasar
sus últimos años. El P. Testa, aunque agradecido, optó
por salvaguardar la intimidad
de las comunidades y, salvo en un par de ocasiones,
se negó a admitirlos en el retiro.
Entre las excepciones, el sacerdote Felipe Evangelisti,
de Roma, que emitió los
votos en el lecho de muerte, previa autorización de Pío
IX; y el arcipreste de Giulianova,
Rvdo. Cozzi, la primera persona particular que ha
tenido la idea de hacer
una fundación a su cargo y la ha realizado. Como se
ha recordado en su momento,
éste, al entregar el retiro, lo hizo con la condición de
usar, durante su vida, una celda
para retirarse con los religiosos cuando se lo permitan
las obligaciones... Desde
ayer – dice el P. Testa – lo he agregado a la
congregación como bienhechor y
partícipe de todo el bien que se hace de día y de
noche61 .

En cambio no aceptó la solicitud del doctor Desiderio


Bonifazi, bienhechor del
convento de Torre San Patrizio. El P. Testa le recordó
que, como casado, tenía obligaciones
familiares: Usted podrá retirarse al convento de Torre
S. Patrizio de cuando
en cuando, pero sin detenerse mucho tiempo allí y
mucho menos de manera indefinida
y hasta su muerte. Tiene su esposa, si le sobrevive, su
hijo, su hija, y todos
tendrán consuelo en acompañarle en sus últimos días;
así que es conveniente que
pase con ellos su vida hasta el final62 . Tampoco se lo
concedió a Mons. Antoine, canónigo
de Tournai, que quería retirarse al convento de Ere. La
súplica llegó por medio
del provincial P. José Pluym, que intercedía en su
favor: No formará parte de la
comunidad; vivirá en una celda en el edificio separado
para los ejercitantes, que
acomodará a sus expensas...63 .

Beneficios espirituales de los bienhechores. Según un


volante impreso, sin fecha,
pero del tiempo del P. Testa, además de los beneficios
que se le señalan en el
Diploma o Patente, gozaban: en vida, de la misa que
por ellos se celebraba en 16
fiestas del año; y después de la muerte, el primer día
de cada mes, en todas las iglesias,
una misa, y un nocturno del Oficio de Difuntos recitado
por todos los religiosos;
y en la octava de Difuntos, una misa cantada y el
Oficio de los fieles difuntos.
60
FILIPPO, o. c., 1851-1860, 21. La edición de la vida de
San Pablo de la Cruz, del P. Pío Cayro,

hecha en Nápoles en 1853, está dedicada a Fernando


II por el editor Filippo Torno; hubo otra edi

ción en Aversa, 1856.

61
Cfr. BRODELLA, Cronistoria..., o. c., I, 202.

62
AGCP, B, 42 (Benefattori cooptati, B, V-I).

63
Il ne farait pas partie de la communautè, car il
haviterait une chambre au chateau (l’ancien maison,
hors de clotüre et que sert de demeure pour les
retraints) et qui serait arrangè a ses frais. AGCP,
V, 42 (Benefattori cooptati, B, V-I). Al margen está
escrito: La risposta a questa lettera fu
negativa.
A los sacerdotes declarados bienhechores por el
superior general se les concedía
el privilegio de bendecir el escapulario negro de la
Pasión, de imponerlo a los fieles
y de comunicarles las indulgencias y gracias de la
cofradía del mismo título, y también
el rosario de las Cinco Llagas con las indulgencias
concedidas por Pío VII,
León XII y Pío IX64.

3. Algunos problemas de la expansión


Limitando ahora el tema a la vida comunitaria, se
fueron planteando algunas
cuestiones de alimentación, vestido y calzado,
solucionadas no sin tensiones.

a) ALIMENTACIÓN Y BEBIDA. Con la llegada a


nuevos países, de costumbres
alimentarias no mediterráneas y de clima riguroso, los
superiores locales trataron
de salir al paso de las necesidades. El P. Testa,
informado, les orientó con comprensión,
pero procuró salvar lo más posible la línea clásica del
instituto. Así en
1841 le decía al P. Serafin Giammaria, respecto a
bebidas que sustituyeran la falta
de vino: No apruebo que se sirva leche a todos a
bombo y platillo cada mañana,
aunque no desaconsejo que se la proporcionen a
quienes tengan necesidad, y a los
novicios cuando los tengan, según dicte la discreción y
la caridad. En Italia tenemos
vino. La cerveza no lo suplirá del todo. Concediendo
de cuando en cuando la
leche para suplir la falta de vino, se compensarán las
cosas de manera que así no
resulte más austero el instituto que aquí en Italia,
sobre todo pensando en los jóvenes65.
El P. Barberi le comentaba que no había mayor
problema en la alimentación,
aunque había que moverse para allegar los recursos.
Hablando de la fundación en
Stone decía: Me toca buscar el dinero; pero no piense
que andamos angustiados por
ello... Puedo decir que estamos mejor que en Italia, si
se excluye en lo relativo al vino,
que ni se puede conseguir ni se pretende tenerlo66 . El
28 de octubre de 1854, el

P. Testa respondía al superior de Pittsburgh (P.


Tarlattini): También yo pienso que un
poco de cerveza será necesaria...67.
b) SANDALIAS Y ZAPATOS. Mayores problemas
planteó este cambio. El P.
Domingo se resistió a usarlos todo lo que pudo, de
manera que en el proceso de
beatificación, el defensor de la fe encontró en su
actitud un argumento para demostrar
que no había sido heroico en las virtudes: No dudo que
el P. Domingo en estas
circunstancias demostró un gran amor a sus Reglas;
pero es lícito preguntarse
si en este asunto se comportó con prudencia y
respeto. ¿Por qué impidió que
los religiosos ingleses usaran calzado cuando se había
obtenido ya la dispensa de
64 AGCP, B,42, Benefattori cooptati ( B,V-I).
65 AGCP, sez. VII; cit. en Consuetudines, 25, nota 2.
66 AGCP, Domingo, 6, P. Barberi a P. Testa, el
23.04.1844.
67 AGCP-PAUL, Letters 1852-1854.
la Sede Apostólica, y las costumbres sociales y el
clima lo reclamaban? Hay que
recordar que si por grave incomodidad u otra razón
congruente no obligan las leyes
de la Iglesia, tampoco obligan las normas de las
Reglas. Y por esta obstinación
en rechazar el uso de los zapatos sucedió lo que era
de prever: volvieron al
mundo siete novicios, uno de ellos por enfermedad. Y
también aparece cierta irreverencia
en su respuesta al superior general, el cual llegó a
sentirse ofendido. Todo
lo cual, si no se quiere atribuir a culpa del Siervo de
Dios, sí niega la heroicidad
de las virtudes68 .

La decisión había sido tomada por el P. Testa el


07.05.1842. El P. Domingo, no
consultado, hizo llegar sus objeciones; pero resultaba
un diálogo entre sordos por la
lentitud de la correspondencia: antes de que llegaran
de Londres las objeciones, el
P. Testa había tomado ya decisiones en Roma.
Resulta evidente que el P. Barberi estuvo
siempre dispuesto a obedecer, pero la argumentación
entre los dos se movía en
polos opuestos. El P. Testa se apoyaba en la idea de
que los puntos no esenciales de
las Reglas del fundador podían modificarse en
atención al clima, a la cultura y a
otras circunstancias; pensaba que ni los zapatos ni las
dispensas sobre la alimentación
tocaban las columnas del instituto; y que una
austeridad que alejara las vocaciones
podía ser admirable, pero vocacionalmente estéril69.
Desde el polo opuesto,
el P. Domingo consideraba vital el problema de las
sandalias, porque las mitigaciones
provocarían la destrucción final de la vida pasionista
en cuanto tal. Recordaba
que un personaje de Oxford le había confesado que el
mayor sacrificio que encontraba
para ser pasionista era el coro, pues restaba tiempo al
estudio; y manteniendo
el hilo de esta objeción, preguntaba al P. Testa:
¿Habría que suprimir el coro para
tener estudiantes? Pienso que no, y pienso lo mismo
sobre la idea de quitar las sandalias.
Si se comienza con las sandalias, seguirán otras
prácticas más o menos penitenciales70
.
Por fin el 15 de agosto de 1844 el P. Barberi,
obedeciendo la orden dada por el

68
Cfr. Romana seu Westmonasterien., Beatif. Dominici..,
Nova Positio super Virtutibus, Roma,
1935, p. 18. Non infitior P. Dominicum hisce in
adiunctis magnum in regulas demonstrasse amorem;
verum quaerendum est utrum, in re de qua agitur,
prudenter obsequenterque se gesserit. Cur
impedivit quominus Religiosi anglici calceis uterentur,
quando penes Apostolicam Sedem dispensatio
fuerat obtenta, et societatis et aëris exigentiae id
postulabant? Meminisse fas est quod si gravi
cum incommodo, aut ob aliam congruam causam non
obligant Ecclesiae leges, ne obligant quidem
leges regulae. Ob hanc in reiciendo calceorum usu
obstinationem contigit quod erat expectandum;
scilicet e septem novitiis, unus in gravem incidit
morbum, allii sex ad saeculum remearunt
(Summ. pp. 879-881). Imprudentiae additus fuit
reverentiae defectus, ceu patet ex modo quo
Servus Dei usus est in suis ad Superiorem Generalem
responsionibus, qui tandem se offensum ostendit
(Resp. Ad p. 116). Quod si Dei Famuli culpae quis
tribuire nolit, certe non confert ad virtutum
heroicitatem.

69 AGCP, Domingo, 7, Testa a Barberi, 09.06.1842.


70 AGCP, Domingo 6, Cartas al P. Testa, 09.06.1842.
padre general, fue de visita canónica a Ere, y el 9 de
octubre determinó: Después de
casi cuatro años se ha podido advertir que casi
ninguno se presenta a pesar de estar
ya abierto el noviciado, por razón de nuestra
austeridad, que les parece insufrible.
Por eso nuestro P. Antonio di S. Giacomo ha pensado
introducir algunas modificaciones
para ver si se arreglan las cosas. Habiendo consultado
con el Papa Gregorio
XVI, y con su opinión favorable, ha decidido que los
religiosos de esta familia
de Ere puedan calzarse; añadiendo en una carta del
15 de agosto de 1844 que
se trata sólo de una prueba y que no pretende obligar
a nadie, dejando a nuestra libre
decisión el modo de llevarlo a la práctica. Por eso, en
conformidad con su delegación,
después de haber reflexionado no poco y de haber
oído el parecer de todos
los religiosos de esta comunidad, determino lo que
sigue:
1. Que desde el día 16 de este mes de octubre de
1844, todos los profesos y novicios
de la comunidad usen calcetines y zapatos, en casa y
fuera de ella. El padre
general había determinado que desde Pentecostés
hasta la Exaltación de la Santa
Cruz anduvieran descalzos, pero como en la última
carta dejaba a nuestro arbitrio
extenderlo a todo el año, después de haber valorado
que esto no quitaría el horror
a quienes quieran llevar nuestro hábito, y que sería
más una ostentación que una
mortificación, creo que pueden ir calzados todo el año.
2. Los zapatos sean parecidos a los que usan los
redentoristas, sencillos, fáciles
de atar con un botón como el que usan ellos; las
medias serán de lana negra durante
todo el año.
3. Y como el padre general me ha encargado suprimir
todos los obstáculos posibles
que resulten insuperables para los novicios, me parece
que, por razón del clima
que exige más alimento que en Italia, dada la falta de
vino, el superior podrá
todas las mañanas, menos los días de ayuno de
precepto, servir una taza de leche
con pan a todos los religiosos o novicios que lo
necesiten; y si cree conveniente dar
a los novicios, sobre todo si son sacerdotes, un poco
de café con leche, puede dárselo
con la bendición de Dios. En los días de ayuno de
precepto podrá permitir, si
le parece bien, un café por la mañana, pero sin
leche71 .
El tono de la carta revela un acto de pura obediencia,
sin que rezume alegría por
la medida. El P. Alfred Wilson describió todo el
proceso; aquí se resumen sus conclusiones72.
En el capítulo general de 1845, visto el ambiente,
hubiera sido lógico
que se discutiera el tema, y que el P. Domingo hubiera
sido llamado a exponer sus
experiencias en la expansión nord-europea; pero ni
estuvo presente ni se menciona

71
Cfr. ERE, Libro delle Visite Canoniche 1841-1961, III/5.

72
Blessed Dominic Barberi, a Supernaturalized Briton,
London y Glasgow, 1967, cap. Shoes and
Sandals, 350-358.
el tema. Tal vez el P. Testa no quiso buscar un
respaldo definitivo a su decisión, sabiendo
que el P. Barberi, tan benemérito en su trabajo, se
mostraba reticente, aunque,
llegado el caso, hubiera acatado la orden. La
correspondencia debió de alcanzar
un tono algo más elevado, pues en 1847 parece que el
P. Testa consideró minada
su autoridad: Si se quiere la conversión de Inglaterra
hay que remover el obstáculo
de las vocaciones indignas, y quien rechaza la
remoción de los obstáculos, si
está en sus manos evitarlo, está colaborando con el
demonio que trata de retrasar
la conversión73.

En la misma fecha del 6 de enero de 1847 ordenó a


todos los religiosos de Bélgica
usar zapatos, comenzando por V. Paternidad. El P.
Barberi leyó la carta del P.
Testa, al que por nada del mundo había querido herir,
pues lo veneraba como padre
y superior. El P. Testa no había impuesto un plazo
para que se iniciara la aplicación
de la orden. El P. Domingo esperaba alguna
revocación, y pasó días de amarga espera.
El general escribió al P. Gaudencio Rossi, le preguntó
qué se había hecho y le
rogaba que convenciera al P. Barberi para que
aceptara la dispensa. En la entrevista,
el P. Domingo, dispuesto a obedecer, le dijo que había
resignado su oficio de delegado,
y que esperaba regresar a Italia para vivir como simple
religioso y practicar
íntegramente la Regla profesada; parece que incluso
había llegado a nombrar responsables,
en Bélgica al P. Pedro Magagnotto, y en Inglaterra al
P. Rossi.

El P. Testa permaneció firme en cuanto a la orden, si


bien el 20 de marzo anunció
que, en aquellas circunstancias, le parecía prudente
suspender su ejecución. El
P. Domingo entendió anulación en vez de simple
suspensión, y el 30 se lo agradeció:
Jamás había pasado días tan amargos...; sólo Dios
sabe lo que ha significado
para mí. Ahora todo se ha acabado, espero74. El P.
Testa contestó el 13 de abril: No
he revocado la orden, simplemente la he suspendido,
por motivos prudenciales...; a
la vez le aseguraba que nada había cambiado en su
aprecio: No he perdido la paz,
ni ha disminuido mi aprecio hacia V. P. ni hacia
ninguno de los que viven en Inglaterra75.
La cuestión se mantuvo en suspenso. Después de la
muerte del P. Barberi en
1849, el P. Testa aceptó el punto de vista del difunto,
revocó la orden suspendida e
invitaba a todos a huir de innovaciones especialmente
si van contra las prescripciones
de las Reglas El 25 de julio de 1850 el P. Eugenio
Martorelli hizo, por encargo
del P. Testa, la visita canónica a Ere, y entre los
decretos que dejó dice que, no habiendo
surtido efecto las mitigaciones que se habían impuesto
en tiempos del P. Bar

73 AGCP - Domingo, 7, Roma, 06.01.1847. - WILSON,


o. c., 354.
74 AGCP, Dominogo, 6, Lettere, 30.03.1847. -
WILSON, 35 y 367.
75 AGCP, Domingo, 7, Carta de Testa a Barberi,
13.04.1847. - WILSON, o. c., 357.
beri, todas las prescripciones quedaban abolidas y
todos los religiosos irán descalzos,
cuando están en casa y cuando van afuera...76.

El P. Testa deseaba ir a Inglaterra y conocer en qué


ambiente había trabajado el

P. Barberi, pero al fin no se decidió. El 25 abril 1860,


antes de ir a Paliano a presidir
el capítulo DOL, escribió a un religioso de Inglaterra, al
que llama carísimo padre
lector: He tenido y sigo teniendo auténtico deseo de ir
a visitarles, pero aquí las
cosas andan tan revueltas, y es tan incierto el futuro,
que en tales circunstancias no
sería prudente alejarme de Italia, no por mi propia
seguridad, sino por lo que pueda
ocurrir aquí77.
4. Problemas habituales en una comunidad
a) ENFERMOS. Un aspecto que el fundador llevaba en
el corazón fue la caridad
con los enfermos, como se puede ver en el primer
volumen de esta historia78. En
el período 1839-1863 la situación sanitaria preocupó a
los superiores locales, provinciales
y generales. La muerte de varios jóvenes llevó a
replantearse la atención
al descanso y a la alimentación; se introdujo el
suplemento alimentario llamado
crostino79. En 1839 se dedicó mucha atención al
tema. El decreto 356, 1 y 2, se centra
en los enfermos y en los enfermeros. Sobre los
primeros dice que sean obedientes
al médico y al enfermero. Sobre éste se determina:

Que no sólo se llame para nuestros enfermos al


médico, y a él se le deje decidir
la gravedad del mal, sino que avisa y quiere que todos
los enfermeros estén llenos
de solícita y perseverante caridad hacia los enfermos;
caridad no sólo para suministrarles
a tiempo las medicinas y los alimentos preparados con
diligencia e higiene,
sino que usen buenas maneras y se abstengan de
reprimendas, amenazas o palabras
mortificantes; en el caso de que el enfermo no se
comporte adecuadamente
el enfermero adviértaselo al superior.

El capítulo de 1851 (decreto n. 380) vuelve sobre el


tema y sus palabras revelan
la gravedad del problema: El Vble. Capítulo,
conmovido profundamente renueva...

76
Registre des Visites Canoniques 1841-1961, f. 17. -
WILSON, o. c., 357.

77
El problema subsistió. Aunque fuera ya de este
período, conviene recordar que el 19 de octubre
de 1878 la consulta general volvió sobre la Cuestión
de las sandalias en Bélgica: La consulta general
por unanimidad, por muchas razones, cree mejor no
dar ningún decreto sobre el tema. Pero
determinó que mientras tanto el provincial insista en la
ejecución del decreto que dio el P. Eugenio
en la visita de 1850, y que insista ante los superiores
locales para que sean los primeros en
dar ejemplo usando sandalias lo más que sea posible,
manifestándoles que este es el deseo de la
curia general.

78
GIORGINI, Historia...,o. c., I, 423-427; II/2, 140 y 306-
309.

79
Tostada o pan frito; o sopa de migas fritas. - DeR, XX
Cap. 1857, n. 384, p. 60, como se ha hablado
ya en el capítulo de la formación; también Cap. XVII,
1851-1852, decr. 355, pp. 51-53; Cap.
XVIII, 1854, n. 364, p. 54; y Cap.XX, 1857, n. 384, p.
60.
con el mayor ardor lo que ya ha sido mandado y
decretado en las Reglas ( I, 39, V,
12ss.) y en el Reglamento (Regl. 1827, parte II/V, y
III/11-16) y en los capítulos generales
(decretos 140, 169, 170, 190, 193, 194, 272). Y
recomienda a los provinciales
que en las visitas verifiquen si todo se guarda y
ejecuta; en caso contrario, tomen
medidas fuertes y eficaces.

Según la tradición, cada comunidad debía contar con


una enfermería adecuada
al número de enfermos y a las características de la
enfermedad. Era costumbre enviar
a la casa general a los que no podían ser bien
atendidos en el ámbito de su provincia.
Pero en el Reglamento Común, impreso en 1855, se
dice que habiendo aumentado
el número de provincias y retiros, ya no es posible, ni
necesario, mandar
a los enfermos a Roma, como se practicaba hasta
ahora80 . Para enfermero se designaba
a un hermano no analfabeto, que fuera capaz de leer y
ejecutar las órdenes del
médico, y que además sintiera inclinación a este tipo
de servicio81.

Además de las atenciones del enfermero, ha sido


tradicional la visita de los religiosos
para prestarles la ayuda necesaria. A los enfermos se
les concedían dispensas
referentes a calzado, cama, uso del hábito, etc. En
caso de enfermedad grave, el
superior organizaba la atención nocturna, y, llegado el
caso, le proporcionaba los auxilios
espirituales82.

b) ANCIANOS Y SUFRAGIOS. Aunque este tema


específico no aparezca en
los capítulos, el de 1851 concedió un privilegio
especial a dos venerables religiosos
en consideración de la ancianidad y los cargos en la
curia general desempeñados
por el decano y vicedecano de la congregación, PP.
Angel Luis (Bonomi) de San Rafael
(1769-1856), y Bernardo (Spinelli) della V. Dolorosa
(1777-1857). El privilegio
consistía en que a su muerte, se les aplicarían
sufragios enteros en toda la congregación83.
El de 1857 concedió el mismo privilegio a Mons.
Molajoni (1780-1859),
obispo retirado de Bulgaria y Valaquia, y al P.
Sebastián Amalberti (1781-1862), entonces
vicedecano de la congregación84.

Las Reglas de 1775 en vigor, en el cap. XXXVIII,


mandaban comunicar la noticia
de la defunción a los rectores de la provincia (PRAES
o DOL). Los Reglamen

80
Los enfermos tendrían que ponerse de acuerdo con su
provincial para ir a curarse a otro retiro de
la provincia; y sólo en casos extraordinarios se
solictaría la licencia del superior general. - AGCP,
A, 110, Regolamenti dei Chierici..., 1855, VIII, Avvisi
comuni, n. 12.

81
Consuetudines (Silvestrelli), Infermi = Aegrotantes,
176-177.

82
Cfr. AGCP,A,110, Regolamento Comune.., 1855, VIII,
n. 11.

83
DeR, 374. - DNEust, 254 y 263.

84
Cfr. también el capítulo de 1857. Para comprender el
sentido de estos privilegios hay que recor
dar que en la época los sufragios estaban distribuidos
entre provincias, no a nivel general. - DeR,

n. 400. - Cfr. DNEust, 277 y 294.


tos Comunes de 1827 no mencionan el tema. Sin
embargo, una circunstancia llevó
a repensar este aspecto: los religiosos se
intercambiaban de una provincia a otra
con relativa facilidad, o por decisión de la curia general
o por solicitud de una provincia
a otra para cubrir oficios de provincial o maestro.
Como el número de miembros
era distinto en cada una, parecía que el de la provincia
más numerosa quedaba
en peores condiciones que sus compañeros si moría
en la provincia de menos religiosos.
El capítulo de 1845 trató de remediar la queja y mandó
que los sufragios
fueran comunes a las dos provincias: En la muerte de
un religioso de una provincia
se comunique a todos los retiros de la otra o de las
otras que puedan formarse
en el futuro, y aplíquense estos sufragios: celébrese
una misa, la comunidad aplicará
una tercera parte del rosario, y los clérigos y
coadjutores, una comunión por
el difunto85 .

El capítulo general de 1851, al crear las provincias de


la Piedad y San José, se
planteó el tema de los sufragios: Por ser inferiores las
dos nuevas provincias en
cuanto al número de sacerdotes, hasta el siguiente
capítulo general, además de los
sufragios comunes a todas las provincias..., tendrán
tres misas más en cada retiro
de las provincias de la Presentación y de la Dolorosa
en la muerte de un religioso
profeso86 . Y como más tarde se creó la provincia de
San Miguel Arcángel, el capítulo
de 1857 extendió a ésta la misma proporción de
sufragios que los señalados para
las de La Piedad y San José87.

Durante este período del P. Testa los pasionistas


siguieron sepultando a los difuntos
en un subterráneo de la iglesia o de la sacristía, como
consta para la casa general
de Roma, o por el Libro dei Morti de las respectivas
comunidades. En el de
Vetralla (1759-1885, f. 56) se menciona el
enterramiento del señor Matteo Morroni,
padre de un empleado, muerto el 25 de abril de 1840:
“fu seppellito nella nostra sepultura
esistente in questa nostra sagrestia”. También ff. 56,
58, 62…- En el de Paliano,
f. 38, el H. José de Santa María (+ 26 oct. 1848) è
stato tumulato nella sepoltura
dei religiosi in questa nostra Chiesa”. En el de San
Sosio-Falvaterra (17531879,
s.f.) el 12 de noviembre de 1854 acerca del P.
Secundiano de San Miguel Arcángel
(1805-1854): “il suo cadavere giace seppolto nella
comune sepoltura nella
nicchia che scritta presenta il suo nome”. En la
Presentación-Monte Argentario se
especifica de varios fallecidos que fueron enterrados
en la iglesia, en la capilla de
San Miguel… En otro lugar se recuerda que San
Gabriel fue depositado en la iglesia
de Isola...

85 DeR, 367.
86 DeR, 373, p. 57.
87 Cfr. DeR, 401. Por los bienhechores se mantenían
las normas de las Reglas, y no se encuentra

cambio en este período, como se ha dicho en otro


lugar. - DeR, 171.
5. La animación espiritual
Una tarea del superior era la animación espiritual de la
comunidad. Podía hacerse
durante los ejercicios espirituales, las novenas
solemnes de Navidad, Pentecostés,
Asunción de la Virgen María (el triduo al fundador
desde 1853), en las visitas canónicas,
con ocasión de defunciones, profesiones u
ordenaciones...; pero normalmente
se servía de las circunstancias de la vida comunitaria:
conferencia con cada religioso,
capítulo del viernes, examen de los domingos en el
coro o reflexión de la noche.

REFLEXIÓN DE LA NOCHE. Al final de cada jornada,


la comunidad se reunía
en torno al superior, quien, antes de la bendición para
el descanso nocturno, daba
advertencias sobre la buena organización y una
reflexión espiritual de pocos minutos:
ideas sueltas en tono coloquial de consejo88.
EXAMEN EN EL CORO. Plática de una media hora,
compuesta al modo de los
demás sermones: exordio y tres puntos, dirigida a
religiosos pasionistas; en general,
de temas teóricos, sin que haya huellas de detalles o
acontecimientos concretos89.

El P. Agapito D’Asti de S.Secundiano (1765-1845),


muchos años vicario y rector,
publicó Racolta di esercizi piadosi e pie istruzioni, que
mereció varias ediciones,
y dejó un manuscrito con Discorsetti per i capitoli del
venerdì, series para adviento,
cuaresma, tiempo después de Pentecostés...
Recuerda que primero se hacía
una reunión a la que no asistían los estudiantes ni los
hermanos; en ella el superior
preguntaba si había alguna propuesta que estudiar;
seguidamente entraban los estudiantes
y hermanos, el superior daba avisos y después
pronunciaba una plática. A
modo de ejemplo, este Discurso para el XXII Domingo
después de Pentecostés, sobre
la Perfección: Tenía razón el apóstol S. Pablo en pedir
al Señor que la caridad
de sus discípulos fuese aumentando siempre... Tenía
razón, porque si no aumenta la
caridad, o sea la perfección, es como dar marcha atrás
(S. Agustín). Por eso si no
se quiere retroceder en el camino de la perfección hay
que crecer sin parar. El viaje
hacia la meta de la perfección no se hace por la tierra,
sino por el agua, a contracorriente,
y si uno no avanza a fuerza de remos, la corriente lo
arrastra... ¿Tal
vez quisiéramos nosotros vernos arrastrados en
dirección contraria a la que hemos
comenzado? Procuremos marchar hacia adelante.
Entremos de cuando en cuando
dentro de nosotros mismos y evaluemos un poco
cuánto hemos avanzado en la perfección...
Y si encontramos que nos hemos detenido,
procuremos, con ayuda de la
gracia, comenzar con nuevo empuje para llegar
finalmente al puerto de la eternidad
feliz...90 .

88 En AGCP, mns. s. c., del P. Simone Reghezza


(1820-1867) con 391 reflexiones sobre los días
litúrgicos
más solemnes, las fiestas de la Virgen María, de los
apóstoles y de muchos santos...

89 AGCP, mns., n. 109, Esami in Coro, con pláticas de


diversos predicadores.

90 AGCP, mns, n. 401 (fondo s.c.).


En esta ápoca, los capítulos generales y provinciales
se quejan de la escasa tarea
animadora de los superiores. En el de 1845 se dice: El
Vble. Capítulo reconoce
que decae la observancia del silencio, se enfría la
caridad fraterna, disminuye el
compromiso de la santa oración y de la conferencia
espiritual; e inculca a todos su
práctica, pero sobre todo a los superiores locales...
que vigilen sobre estos puntos...

También recordó a los misioneros que, concluido el


ministerio, se refugiasen en
los conventos a estudiar y a renovar su formación
teológica; no faltó una lamentación
sobre los lectores, y mandó a los provinciales que
vigilaran el comportamiento
de unos y de otros91. No debió de ser muy asimilado
el consejo, pues en 1851 el capítulo
dedicó palabras fuertes a los superiores locales: El
Capítulo deplora... que,
engolfados casi totalmente en lo que es temporal..., no
piensan en lo espiritual de
sus religiosos, como si toda la gloria, el mérito y la
bondad de un rector consistiera
en llegar a ser buen ecónomo y administrador...92 .

La dureza de las expresiones delata un problema


generalizado (si se hubiera tratado
de un caso aislado no se hubiera hablado tan
autoritariamente). Igualmente aparece
muy fuerte la referencia a la murmuración: Se falta en
el hablar, se murmura,
se difunden rumores, se critica, se censura, se
desaprueba, se desprecia de palabra
y a veces por escrito, sin pudor ni reserva.... La intensa
gradación de los verbos revela
hondo malestar: murmurar, esparcir rumores, criticar,
censurar, desaprobar,
despreciar... y todo ello ¡sin disimulo ni pudor!93 .

VISITAS CANÓNICAS. Las Reglas en vigor desde


1775 mandaban al general
una en el sexenio, y a los provinciales una cada año;
era la norma en la época del P.
Antonio di S. Giacomo Testa94. Según las
costumbres, el visitador revisaba los libros,
comprobaba si se cumplían los decretos generales y
provinciales, hablaba a la
comunidad en diversos momentos, dejaba decretos o
advertencias y renovaba la patente
de autoridad del superior95. Es fácil datar las visitas
del general o del provincial,
siguiendo su firma en los registros de cada comunidad.
En Pontecorvo el P. Testa
la hizo el 11.10.1851 al volver de un viaje a Nápoles96.
En San Sosio estuvo en
1841 y 1843. Si en la primera no dejó avisos, en la
segunda advirtió seriamente al
superior: Haga limpiar la iglesia, el coro, la sacristía... y
el resto de la casa donde
sea necesario; que se hagan las dependencias
necesarias para los novicios, y de

91 DeR, n. 360 y 369.


92 DeR, 374, & 1.
93 DeR., 385.
94 Reg. et Cons. 1775, 114-115.
95 Cfr. Consuetudines, o. c., 18 (P. Barberi). - TITO,
Expositio..., o. c., 86 - 87, n. 135.
96 Notizie appartenenti al ritiro di Pontercorvo, 5 y 11.
acuerdo con el provincial se termine la construcción
encima de la sastrería. Los
provinciales efectuaban su visita si no la hacía el
general. El P. Ambrosio de la I.
Concepción, el 07.01.1855, dice que en San Sosio
dejó un foglio di avvisi al padre
rettore, sin especificar su contenido97.

Por formar parte del período de expansión del instituto


fuera de Italia, merecen
especial interés las frecuentes visitas del P. Domingo
Barberi, desde Londres a Ere,
como delegado del general: 1) 12.08.1841; 2)
09.10.1842; 3) 06.10.1843; 4)
08.10.1844; 5) 12.10.1845; 6) 22.09.1846,
interrumpida por la grave enfermedad del

P. Marceliano; 7) 22.07.1847; 8) 26.07.184898.


6. Algunos problemas
Como en cualquier institución humana, junto al oro de
la perfección aparece el
barro de la fragilidad. La congregación pasionista lo
tenía previsto: desde las Constituciones
de 1741 figura un capítulo dedicado a las penitencias
que se pueden imponer
a los transgresores de las Reglas, tema que
permanece en las de 1775 en vigor
en la época del P. Testa99 . Aquí la información va a
limitarse a unos pocos puntos:

a) SILENCIO. Aspecto que impresionaba a los


seglares cuando entraban en el
retiro; de ello hay constancia en el testimonio de
quienes hicieron ejercicios en los
Ss. Juan y Pablo. Pero la ebullición social que siguió a
los sucesos revolucionarios
de 1848 tuvo algún influjo en la mentalidad de los
religiosos. El capítulo de 1851
reclama a los superiores más atención sobre este
valor: Los superiores locales estén
atentos sobre esto... y corrijan y castiguen a los que
falten... Y si alguno dejase de
hacerlo por respeto humano... demostraría que es un
hijo que no ama a su madre la
congregación100.

No todos hicieron caso, pues el P. Testa pedía al P.


Tarlattini que en los EE. UU.
se prestara atención al tema: Actualmente la familia
está unida y tranquila, pero podría
dividirse. Poner orden y tranquilidad no será fácil. Pero
ahora, siendo un solo
retiro, basta con un superior que la gobierne. Para
mantener la tranquilidad y no
perder el tiempo, apóyese sobre el vicario del
rector...101.

b) PARROQUIAS. -El fundador no aceptó este servicio


apostólico. La expansión
trajo nuevas necesidades, y los obispos presionaban,
como sucedió en Pittsburgh.
Pero no todos los religiosos estaban dispuestos a vivir
en la parroquia e hi
97 Cfr. San Sosio, Visite..., f. 11.
98 Cfr. ERE, Libro delle Visite Canoniche 1841-1961,
III/5.
99 Reg. et Const., a cura di GIORGINI, o. c., 136-137.
100 DeR, 396.
101 AGCP, PAUL, Letters 1853-1862, el P. Testa al P.
Tarlattini, 24.01.1860. - Consuetudines (Silves

trelli), 269-270.
cieron llegar sus quejas al P. Testa. Éste, aunque firme
en la tradición, aceptó las exigencias
de este apostolado temporal. En una carta al P.
Tarlattini, su delegado, expone
su criterio ante las quejas de un religioso: El P. Andrés,
de Dunkirk, me escribe
que se siente angustiado de conciencia... porque se ve
obligado a hacer de párroco...
También el P. Estanislao se ha visto obligado a asumir
el trabajo en una parroquia...
En la respuesta mantengo el criterio de que por ahora,
y dadas nuestras
necesidades, éstas nos obligan a administrar
parroquias; a él no le concedo ninguna
excepciónl, aunque prometo que colocaré a otro en su
luga, y le animo a cumplir
la voluntad de Dios...102 .

c) DESÓRDENES. Las azarosas circunstancias de la


recuperación después de
1814 habían dejado huella. La congregación creció en
condiciones de precariedad.
Los capítulos reflejan la preocupación de los
asistentes. El de 1845 (n. 369) hablaba
de inconvenientes y desórdenes que, según se ha
sabido, comienzan a tomar consistencia
en nuestras casas con perjuicio del espíritu de los
religiosos y de la observancia
regular. Se pedía a los lectores que no hicieran llegar a
los estudiantes comentarios
negativos sobre la comunidad ni sobre la conducta de
los superiores. En
el mismo número se sugería a los superiores locales
que procuraran retener en casa
lo más posible a los religiosos. A los capitulares les
preocupaba mucho las salidas
demasiado prolongadas de los religiosos para
ejercicios y misiones103. El remedio no
surtió todo el efecto esperado, pues en 1851 se habla
de decadencia del espíritu de
la observancia regular.

Y como si el problema radicase en la elección de


superiores menos aptos, se pedía
a los capitulares que estuvieran atentos a la hora de
elegir a los rectores..., recordando
a los provinciales que negasen la patente a aquellos
que en asunto de tanta
trascendencia sean hallados poco diligentes...104.

Otro abuso que se extendía era el uso de los


estipendios de la misa semanal libre:
Se están introduciendo abusos que van contra el voto
de pobreza profesada y
amenazan a la vida común. Parece que también se
daba negligencia en el cuidado
de los enfermos. Igualmente se dieron normas
rigurosas sobre la confesión de las mujeres
por parte de los sacerdotes de edad inferior a la
señalada por las normas de la
Iglesia, como se ha visto en el capítulo del apostolado.
El defecto de la murmuración
parecía haberse extendido como mala hierba, pues el
capítulo usa expresiones de dureza
no habitual: El Vble. Capítulo declara que ha tenido
fuertes motivos para lamentarse
al ver que en la congregación muchos faltan en el
modo de hablar105 .

102 AGCP, PAUL, Letters 1853-1862, mayo 1862


103 DeR., 365, &3.
104 DeR, 375.
105 DeR, 385.
d) EXPULSIONES. La congregación tenía que
disponer de algún sistema para
salvaguardar sus valores, por si el discernimiento
hecho en el noviciado no hubiera
sido correcto, o por si acaso el interesado hubiera
alcanzado tan alto grado de disimulación
que hubiera logrado despistar a hombres
experimentados. El contacto
con el medio ambiente, el descuido en la dirección
espiritual y en la oración, etc.,
podían alcanzar tal gravedad que, por el bien de la paz
y por la ejemplaridad comunitaria,
había que proceder a la dimisión, o previa solicitud del
interesado, o por expulsión
legítima. Si no mediaba la solicitud espontánea, podían
proceder a la expulsión
el superior provincial, el general o el capítulo general
cuando estaba reunido,
según la Supremi Apostolatus, n. 8. No aparece
documentada esta práctica hasta
1809, cuando el XII Capítulo otorgó la dimisión a uno
que la había solicitado reiteradamente106.
El capítulo de 1815 expulsó a uno y concedió la
dimisión a un sacerdote,
dos clérigos y un hermano. Desde entonces, hasta
1839, se dieron varios
casos más107. De 1839 a 1863, período del P. Testa,
aparece dos casos: en 1845 y
en 1851108.

Al margen del caso extraordinario de los capítulos


generales, continuaron las dimisiones
por petición o por expulsión. Entre 1840 y 1863 hubo
165 abandonos; el
período de más salidas fue el de 1851-1864, con un
total de 54. Tuvo que salir por
conducta escandalosa el P. Timoteo Grazini de San
Pablo, expulsado en 1854. El H.
Tobías Rossi de María Santísima, que había profesado
en 1842, fue expulsado por
el capítulo de la Dolorosa de 1854 por su mala
conducta109.
106 DeR, n 256; se trataba del P. Santiago Gori de la
V. de la Piedad, de Corneto, que había profesado
en 1796.

107 En 1827, cuatro más (n. 276, 1º).

108 H. Plácido Gallese de Santa María, profesó en


1822, y P. Victorino Sebastiani de Santo Domingo,
profesó en 1838. - Cfr. DeR, 362 y 376.

109 Libro in cui si registrano le professioni dei novizi di


Paliano 1785-1888, 75 y 88.
436
CAPÍTULO XXII

LA VIDA ESPIRITUAL

Una comunidad religiosa se mantiene y sobrevive


cuando se apoya en una espiritualidad
sólida y sincera. La figura del fundador no se entiende
sino contemplando
su intensa vida espiritual clara y específica; ni se
comprende su obra desprovista
de los elementos que dejó como herencia. Próximo a
morir declaró que dejaba la
congregación sólidamente establecida en la Iglesia y
robustecida con la soledad, la
oración, la pobreza y, evidentemente, la caridad.

El P. Antonio di S. Giacomo, Testa, recibió una


congregación celosa de esta herencia,
y procuró potenciarla; pero a la vez el instituto, al
procurar encarnarse en una sociedad
cambiante, se veía acosado desde dentro y desde
afuera por contravalores temporales.

En este capítulo se ofrecen datos, relativos a la época,


en lo referente a la expresión
de la espiritualidad: devoción comunitaria, litúrgica y
mariana.

Poco se puede decir que sea específico de esta etapa


de la historia: la congregación
seguía enraizada en el estilo del fundador transmitido
oralmente de una generación
a otra. La única fuente impresa relativa al mismo era la
biografía escrita por
Mons. Strambi1. Las cartas se mantenían inéditas, y
algunas habían desaparecido.
Hasta 1863 no se publicaría una serie de las dirigidas
a eclesiásticos. Y los volúmenes
de los procesos se encontraban nada menos que en
París, a donde los llevaron las
autoridades francesas como parte del archivo vaticano.
La supresión napoleónica
1810-1814 frenó la continuidad histórica, al quedar
prohibida la vida común. Desde
1814 la restauración se centró en recuperar y vitalizar
la observancia y el apostolado
clásico, purificándolos de novedades y añadiduras.
Todo lo cual, sin embargo, no fue
suficiente para borrar en algunos el sabor de la
independencia, la libertad de movimientos
y la propia administración de la que habían disfrutado
durante los años de
autonomía al amparo de la supresión. Esta actitud
pudo ser la raíz de la aguda crisis
que se prolongó de 1818 a1 18302. Religiosos como
Mariano Giammarco, Ignacio
Carsidoni o Domingo Barberi... habían logrado
introducir aires de renovación intelectual,
pero manteniendo firmes los valores tradicionales de la
observancia regular.

1
En los sermones de la época no se menciona al
fundador, ni su santidad ni su espiritualidad; no se
va más allá de fórmulas estereotipadas: la tradicion, lo
que nos enseñaron en el noviciado, las Reglas
y Reglamentos... El P. Serafín, Promptuarium
ecclesiasticum super Passione Christi Domini
ex Scriptura et Patribus (Parisis-Lipsiae 1869) non
menciona ni una cita ni un ejemplo del fundador
ya canonizado.

2
Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 165-174.
El nuevo general, P. Testa, no aportaba más rasgos
que los comunes de la espiritualidad
del tiempo: la Pasión de Cristo, la Eucaristía y la
devoción mariana. Su espiritualidad
personal no ofrece novedades teológicas o bíblicas
significativas. Da la impresión
de haberse mantenido a la defensiva o al margen de
hechos nuevos vividos por la Iglesia.
Pero ha de quedar claro que luchó por conservar la
unidad de vida tan querida por
el fundador. La dualidad observancia-apostolado
presionaba sobre los espíritus: algunos
preferían sacrificar el apostolado en función de la
observancia; otros optaban por el
activismo apostólico, reduciendo al mínimo la
permanencia en el retiro. El fundador
equilibró las horas de coro, la vida eucarística, la
lectura espiritual, las oraciones comunes
- mesa, rosario, etc. -, las novenas, los ejercicios
espirituales..., todo servía para que
el predicador recuperase la serenidad tras el
agotamiento del ministerio.
1. Devoción comunitaria
El P. Testa luchó por mantener el equilibrio entre
observancia y apostolado, como
se ha podido ver en las recomendaciones a los que
marchaban a fundar en el
Norte de Europa o a los EE. UU.

ESPIRITUALIDAD PASIONISTA. En este período se


mantenían las fórmulas
y peculiaridades de la época del fundador. No se
introducen cambios en los ritos de
la toma de hábito o de la profesión; se conservó toda
la expresividad de los símbolos
(corona de espinas, cruz al hombro...) establecidos en
1736 y 1741. Se mantuvo
la voluntad del fundador de que estas ceremonias se
realizasen en la intimidad conventual,
sin más presencia que la de los fieles asiduos a la
iglesia; no se invitaba a
la familia, aunque si el novicio procedía de zonas
cercanas y acudían familiares, se
le permitía estar un poco con ellos3. Desde el IX
Capítulo General de 1790 se impuso
la renovación anual de votos en la solemne
Conmemoración de la Pasión el martes
de sexagésima, pero en el capítulo de 1827 se mandó
que los ejercicios anuales
se practicaran durante la semana previa al Miércoles
de Ceniza y que al final de los
mismos se hiciera la renovación de votos4. Se lamenta
menos fidelidad al anuncio
de la Pasión. Según se deduce de las quejas de
algunos capítulos generales, ciertos
misioneros omitían los motivos de Pasión; queja que
figura también en el capítulo
de la provincia de San José: en los países
protestantes, el estilo descriptivo de la espiritualidad
mediterránea sobre los tormentos de la Pasión no
encajaba con los gustos
del norte de Europa. Quizás por ello las obras que el
P. Serafín fue preparando
en esta época en Bélgica, aunque editadas más tarde,
se centran más en lo bíblico y
patrístico, como se puede apreciar en su
Promptuarium Passionis...

3 Consuetudines... (Domingo), 4: Con motivo de la


toma de hábito se ha mantenido el interés en

que fuese cosa privada, lo mismo que con la profesión


o la primera misa; ni se ha usado que ven

gan los parientes para evitar gastos y la disipación de


los jóvenes.

4 DeR,189 y 301. -Consuetudines (Domingo), 12.


A pesar de ser una época de amplia difusión, el culto
al Sagrado Corazón no entra
en las manifestaciones de piedad comunitaria, ni hay
apenas sermones sobre el tema,
considerando que ya estaba incluido en el Oficio de La
Lanza y la Llaga del Costado5.

ESPIRITUALIDAD EUCARÍSTICA. El fundador estuvo


ya de joven tan enamorado
del Santísimo Sacramento, que el biógrafo de Mons.
Cavalieri recordaba, de
su paso por Troia, la devoción eucarística, sin
mencionar la piedad pasionista6. En
la organización comunitaria quedaron huellas de este
fervor eucarístico7. Pero fue
muy parco en la exposición solemne del Santísimo. El
religioso, recogido en casa,
tenía oportunidad de adorarlo en los actos comunes o
en las visitas personales. Sólo
impuso la exposición solemne en las tres grandes
novenas (Navidad, Pentecostés,
Asunción...). Así se mantenía en la época del P. Testa,
con la única novedad, desde
1853, del triduo previo a la fiesta del fundador (tras su
canonización en 1867 el P.
Pedro P. Cayro lo convirtió en la cuarta novena).
Aunque durante este período alcanza
gran difusión en la Iglesia el ejercicio de las XL Horas
o la Adoración Perpetua
en las parroquias, en la congregación sólo se mantuvo,
como acto comunitario, en
la casa de los Ss. Juan y Pablo, porque ya se
practicaba antes de la llegada de los pa-
sionistas por ser basílica de estación cuaresmal8.

Pero aunque no hubiera ceremonias eucarísticas fuera


del programa habitual, la
eucaristía era el alimento de la vida interior de unos
religiosos dedicados a hacer memoria
de la Pasión. El Reglamento Común (1748) prescribía
las actitudes con las
que se debía vivir: Al escuchar la Misa dedíquese a
estas cuatro cosas: aplacar a
Dios, honrarlo, darle gracias y hablar con Él9.

Para ayudar a los religiosos a mantener estos criterios,


circulaba un manuscrito10

5
DeR, 189. -Consuetudines... (Domingo), 12.

6
Digamos algo de aquellos dos ermitaños devotísimos
del sacramento del altar Fray Pablo y Fray
Juan Bautista Danei, nobles de Alejandría de la Paglia,
unidos por la sangre pero más hermanados
en el espíritu. -Cfr. Della vita di monsignore D. Emilio
Giacomo Cavalieri, della congregazione
dei Pii Operai, vescovo di Troia, scritta dall’arciprete di
Contoro, D. Giovanni Rossi, già suo
arcidiano, dedicata alla Santità di N. S. Papa
Benedetto XIV, Libri quatro, in Napoli, MDCCXLI
(1841), pp. 336-337. (AGCP, 5-D-5).
7
Reg et Const, p. c., 76-77: Tengan los hermanos una
tierna devoción al Smo. Sacramento (1741);
saepe in altari illud visitent, adoperent, debitis laudibus
atque assidua gratiarum actione prosequantur,
frequentes sumere cupiant...(1746, 1769, 1775...).
Pensó en sus comienzos que hubiera
siempre algún religioso que adorara el Santísimo (Cfr.
Ibid., 78, const. 1736), pero la organización
de la comunidad le impidió este proyecto.

8
Cfr. Consuetudines..., 34, nota (a).

9
Cfr. SAN PABLO DE LA CRUZ: Guía para la
animación espiritual de la vida pasionista. Reglamento
común, a cura di Giorgini, Roma, 1980, RSSP, n. 2.

10
Missa Memoriale Passionis Christi en Ristretto delle
Ceremonie solite praticarsi nella Congregazione
della Santissima Croce e Passione di N.S.G.C., 1863,
pp.112-114. Y también Il sacerdote -
Gesú sommo ed eterno Sacerdote, una hoja escrita
por las dos caras. - AGCP, dentro del manuscrito
Riassunto delle cerimonie ad uso dei religiosi, s. c., pp.
87.
de 38 puntos en los que se relacionan momentos
concretos de la misa con otros de
la Pasión; de este modo en cada misa se recorría todo
el proceso de la Pasión desde
el Huerto hasta el envío de los apóstoles a predicar el
evangelio11. También se conserva
un Modo pratico per celebrare devotamente e con
grande merito la santa messa:
en cien pequeños apartados se explican los misterios
de la Pasión y de la Misa y
los movimientos del sacerdote desde que sale de las
sacristía hasta que regresa tras
la bendición final, todo en italiano; con un apéndice en
latín Actus diversarum virtutum
ante Missam, es decir, fe, esperanza, caridad, deseo,
agradecimiento, temor y
humildad...12. En los pueblos de la Maresma Toscana
se usaba una procesión con el
Santísimo un domingo al mes. A pesar de haberse
iniciado en aquella zona la fundación,
el P. Pablo de la Cruz se mantuvo al margen de la
multiplicación de actos
para no distraer a los religiosos con el ajetreo de
preparaciones y retirada del aparato
litúrgico usado para la exposición. No obstante, y al
margen del estilo del fundador,
parece que se fue introduciendo en nuestras iglesias
en los días festivos13.

REGULACIÓN LITÚRGICA. En la congregación se


mantuvo estricto respeto
a las normas comunes de la Iglesia, y se quiso llegar a
la mayor uniformidad en los
momentos que pertenecían a la vida interna de la
congregación. Para ello se imprimió
una Collectio praecum et orationum quae per varias
anni sollemnitates a clericis
SS. Crucis et Passionis D.N.J.C. recitantur, Romae,
1857, en la que se reconoce
el objetivo pretendido: conservar la uniformidad en
nuestras iglesias (uniformitas
servetur in nostris ecclesiis). El ritual se abre con las
Letanías y antífonas que se
11
Cfr. DI BERNARDO, F., La Meditatio Vitae et Passionis
Domini en la espiritualidad pasionista,
en RSSP, n. 16, Roma, 1980, 53ss. - Era una práctica
que procedía de San Alfonso Ma. de Ligorio.
Cfr. Diamante delle persone pie che contiene...il modo
di udir la santa messa da S. Alfonso
Ma. de’Liguori, la viacrucis del B. Leonardo, il
rosario..., Roma, Tip. Placidi, 1863, 110-111.
CARSIDONI,
I., Le armi della fede esibite al cristiano per su difesa
contro la seduzione del mondo
e le illusioni del proprio cuore, Roma, 1845, 218 ss.
(AGCP, 11 E-41) - La práctica debió de
ser muy conocida entre los pasionistas y conservada
hasta la época del Vaticano II. - Cfr. en el ámbito
inglés, Manual of the Cross and Passion of Our Lord
Jesus Christ, by Fr. Sebastian (Koerns)
of the Blessed Sacrament, religious of the Congr. of
the Cross and Passion of Our Lord Jesus
Christ, London, 1869 (otra edición en 1883). (AGCP,
11-B-46 y 14-F-2). - Mission Book of the
Sacred Passion. A manual of instructions, prayers and
meditations, adapted to preserve the fruits
of the Mission, A. d. D. D. M., con aprobación de Mons.
M’Closkey, arz. de Nueva York, N.Y.,
1870, pp. 326-349. También en los devocionarios en
español: Manual de la Pasión, compilado y
arreglado por un padre pasionista, Friburgo de
Brisgovia, 1903, 40 ss. (AGCP, 11-E-41).

12
AGCP, Fondo Mns., s. c.

13
Non innovationibus societas nostra excrescit in melius,
sed fidelitate potius et constantia in iis
quae fundator nobis transmisit, sive per suum agendi
modum, sive per scripta, sive per venerandam
traditionem. Caveamus itaque temere contra ea
extendere manus ne sensim fundatoris demoliamur
opus. (Nuestra sociedad no aumentará con las
innovaciones, sino con la fidelidad y la constancia
en lo que nos transmitió el fundador con su modo de
comportarse y sus escritos, o la veneranda
tradición. Guardémonos, pues, de ir en sentido
contrario, para no demolir insensiblemente
la obra del fundador...). -.Consuetudines..., Introductio,
p. 24, 45-48.
han de cantar los sábados durante el año; incluye el
Te Deum para final de año, oraciones
y antífonas propias de la Circuncisión, Epifanía,
Conmemoración solemne,
Invención y Exaltación de la Santa Cruz, Inmaculada
Concepción, Natividad, Presentación,
Asunción, Siete Dolores y Visitación, Solemnidad y
Patrocinio de San José,
San Juan Bautista y S. Pedro y San Pablo. En la
Novena de Navidad se prescriben
las Antifonas de la O. En la novena del E. S. se canta
siempre el Veni, Creator.
En la de la Asunción tres oraciones con la expresión
inicial Yo os adoro, una al Padre,
otra al Hijo y la tercera al E. Santo, y después un
coloquio con la Virgen María...
En esta época se había introducido ya el Triduo al
beato Pablo de la Cruz, y
contiene para cada día una consideración de sentido
trinitario. Además de las novenas
y del triduo, se ofrece otro previo al capítulo general,
las oraciones que a lo largo
del año han de hacerse en diversas fiestas y la
bendición de los religiosos moribundos...
Siguen las preces por los fieles difuntos, en los días
tercero, séptimo y trigésimo,
y en el aniversario; finalmente las oraciones para la
visita canónica, la fórmula
de absolución al final de la misma, y las oraciones por
diversas intenciones (el
Papa, los enfermos, contra los perseguidores de la
Iglesia, en cualquier tribulación,
para pedir la lluvia o la serenidad, para alejar las
tempestades y para dar gracias...)14.

PIEDAD DEVOCIONAL. a) Novenas: Proseguían


como hasta entonces en la
intimidad comunitaria. Coincidían con las estaciones:
Navidad en invierno, Pentecostés
en primavera, la Asunción en verano, y el triduo del
beato fundador en otoño
(su primera fecha de celebración fue el 16 de
noviembre); la quinta o novena del titular
del retiro, se omitía si coincidía con alguna de las
otras. Las novenas tenían
otros rasgos internos: día de silencio, distribución de
una virtud preferente, comer
por tierra..., pues en la mentalidad del fundador debían
ser unos ejercicios espirituales;
por eso durante ellas los religiosos tenían que
encontrarse en su retiro15.

Dada la ubicación de los retiros y la escasa


participación del pueblo, se reducían
a la propia comunidad que bajaba del coro a la iglesia
para adorar al Santísimo.
Con el paso del tiempo, las poblaciones se extendieron
sirviéndose del espacio entre
las casas habitadas y el retiro pasionista, y el pueblo
participó en mayor medida
en el culto de la iglesia conventual. Desde entonces la
presencia de la comunidad en
la iglesia pasó a segundo lugar: fuera de los religiosos
que intervenían, los otros se
refugiaban en las galerías, como ajenos a la liturgia16.
14
En 1880 se hizo una nueva edición, en la que se
incluye la antífona Salve, Sancte Pater, que no
aparecía en la anterior. El índice de celebraciones y de
normas evidencia la evolución del instituto
desde la época del P. Testa (AGCP, 7-E-18).

15
TITO, Expositio..., o. c., n. 762, p. 449.

16
Consuetudines (Silvestrelli), 202-205. - Semejante a
las novenas se puede considerar la práctica
de los Seis Domingos en honor de San Luis Gonzaga,
recomendada por el XVIII Cap. Gral. de
1845. - DeRac, n. 363, p. 53. -Consuetudines
(Barberi), p. 12.
b) Navidad. Parece que poco a poco la devoción
popular se sobrepuso a la claridad
litúrgica. En ciertas exposiciones del Santísimo, tras la
bendición habitual,
se veneraba la imagen del Niño Jesús o la reliquia de
la Virgen o de un santo, y se
impartía una nueva bendición, seguía el ósculo de la
reliquia, con lo que la segunda
parte de la ceremonia mermaba la memoria de la
primera. Se mantuvo la tradición
del fundador en la Noche de Navidad: el superior
llevaba procesionalmente
la imagen del Niño Jesús en una cuna; si en tiempos
del fundador se hacía por los
corredores del retiro hacia la iglesia, en la época del P.
Testa se llevaba desde la
sacristía17.

c) Viacrucis: Podría creerse que en los retiros


pasionistas se recorrerían diariamente
las catorce estaciones; sin embargo, para sacar tiempo
de estudio, el P. Juan
Ma. Cioni lo suprimió como acto comunitario; quedó a
merced de la devoción particular.
Mientras estuvo en uso en tiempo del fundador, se
sabe que éste lo practicaba
col cuore addolorato, como dice Strambi18.

El Reglamento de los Novicios de 1840 lo preceptuaba


el viernes, sólo para
ellos. El P. Silvestrelli dice que en la tarde de los
festivos los coadjutores lo practicaban,
y que podían recorrerlo también los sacerdotes y
clérigos. No figura ni en la
mencionada Collectio Praecum ni entre los rituales
para las misiones. Sin embargo
debía de ser normal en la iglesia para los fieles. Así en
1853 el P. Testa pidió al general
de los franciscanos la facultad de poder erigirlo en
todas las iglesias19.

d) Rosario. Prática muy popular, el fundador la


incorporó a las Reglas de 1741
(109-110). En todas las comunidades la jornada se
clausuraba con el rosario en común,
las letanías, la antífona Tota Pulcra es, Maria, a la que
seguían el responso por
los difuntos y la invocación a los protectores San
Miguel, a San José (desde 1808),
titular del retiro y desde 1867 a San Pablo de la
Cruz20.

e) Mes de mayo: Costumbre introducida en la


época21, se le da rango privado, en el
coro, con exposición de la reliquia de la Virgen, en
tiempo de la oración comunitaria;
los domingos podía hacerse en la iglesia y se
cantaban las letanías en vez del rosario.

17
Cfr. AGCP, Mns., Racolta di Sacre Ceremonie solite
praticarsi dai passionisti nelle occorrenti festività
fra l’anno, compilata da un sacerdote della stessa
congregazione ed approvata dal cap. XL
della provincia dell’Addolorata, Sora, 1896, 17, en
AGCP, D-41 (a lápiz: P. Agostino dell’Addolorata,
Supini). -También Sacre Ceremonie, Vetralla, Ritiro de
S. Angelo, febbraio 1903, mns.
AGCP, 14-C-73, sustancialmente el mismo que el
anterior.

18
Vita del Servo di Dio...., o. c., 354.

19
El 08.09.1853, desde el convento de Araceli de Roma,
Fray Zacarías (apellido ilegible), delegado

del general, concedía la facultad para todos los


lugares, menos para Irlanda (Hibernia). - Cfr.

AGCP, E, 4, Affidazioni e facoltá 1823-1865. -


Consuetudines, 171.

20
ACP, XIII, 1937, 363, decr. de la S.C. de Ritos de 16
marzo 1805.

21
Consuetudines, Serafín IV, p. 36, n. 12, 55-57:
“Quibusdam ab hinc annis usus inductus est apud

nos nonnullis vocalibius precibus honorare integrum


mensem Maii, Beatae Mariae Virgini dica

tum, religiosa communitate in unum collecta...”.


f) Bendición del agua. Era ya costumbre de los monjes
egipcios el bendecir el
agua con la reliquia de la Virgen María o de algún
santo22. En los siglos XVII y
XVIII estuvo en boga en muchos pueblos de Europa;
misioneros como el P. Segneri
la bendecían con la reliquia de San Francisco Javier, y
el pueblo se la llevaba a casa.
Entre los pasionistas la Collectio... de 1857 la incluye
como piadosa costumbre

(p. 24). No hay huellas de ello en los decretos


capitulares ni en las cartas de los generales.
Esta piadosa costumbre se refiere, pues, a la del
fundador, que, según los
testigos en los procesos, bendecía el agua el 2 de
julio, fiesta de la Visitación. Consta
que con este medio proporcionó salud a varias
personas y libró de la tuberculosis
a las carmelitas de Vetralla. La razón para haber
preferido tal día pudo ser que a primeros
de julio comenzaban los cambios de religiosos de una
comunidad a otra; pero
también por los calores veraniegos: los conventos
estaban en zonas de marismas,
de aguas pocos sanas o de pozo, y era fácil contraer
enfermedades.
2. La vida litúrgica en la congregación23
En el estudio que el P. Naselli dedicó a la Celebración
del misterio cristiano en
la Liturgia de las Horas en S. Pablo de la Cruz24,se
puede admirar la solicitud del
fundador por la dignidad litúrgica, herencia mantenida
como compromiso sagrado.
Característica de las comunidades pasionistas fue
siempre la exactitud en las cere

22
Cfr. Dict. du Spiritualitè, Beauchesne, Paris 1960, IV,
25-26. - En la Collectio de 1880, p. 8, n. 5,
se dice que en el último cuarto de hora de la oración
de la tarde se bendice privadamente el agua,
juxta morem a N. S. Patre inductum. Después de la
bendición, el fundador bebía un vaso y lo mismo
hacían los demás religiosos; y de lo que sobraba se
enviaban botellas a los bienhechores. En
Consuetudines... (Serafín), IV, 5, p. 5, afirma: Notum
iam est auctorem huius consuetudinis fuisse
fundatorem ipsum; unde hanc acquam recte apellare
possumus Acquam Sancti Pauli a Cruce; ea
propagari poterit in medio fidelium, uti patres S.I.
faciunt de acqua Sancti Ignatii. - ZOFFOLI,
E., S. Paolo..., o. c., II, 1194.

23
LORTZ, J., Storia della Chiesa in prospettiva di storia
delle idee, Vol II, Evo Moderno, Edizioni
Paoline, Alba 1973, 477 ss., Liturgia e cure d’anime. -
ERBA, Andrea M. - GUIDUCCI, Pier Luigi,
Storia della Chiesa, una storia di famiglia, Leuman,
Torino, 1989, Parte IV, cap. III, Aspetti del
rinovamento cattolico nel secolo XIX: Una fioritura di
santità. - Le congregazioni religiose. - R.
AUBERT- J. BECKMANN- P. J. CORISH- R. LILL,
Storia della Chiesa diretta da Hubert Jedin,
vol. VIII/2, Liberalismo e integralismo, Milano, 1977. -
Cfr. AUGÈ, Matías, CMF, Note sulla spiritualità
monastico-religiosa, en Claretianum XV, 1975, 5-31. -
AUBERT, Roger, Storia della
Chiesa, XXI/2, Il Pontificato di Pio IX, cap. XIV, n. 4, La
liturgia e l’arte sacra, 718-726;y en el n.
376, Inizi del movimento liturgico, p. 718. -La liturgia e
la Congregazione della Passione, Convegno
en S. Gabriele, 1957. Sobre estos encuentros
(convegni) escribió Revista de Espiritualidad,
de España, julio-septiembre 1956: Una preziosa
tradizione ed una possente vitalità che, sepolte fino
ad oggi nelli archivi o nell’uniche oscurità conventuali,
cerca d’irrompere nei campi della
scienza con una primavera ed una forza che
auguriamo proficua e feconda. - WOOD, Simon P., C.
P., The liturgical spirit of St. Paul of the Cross, en
Orate Fratres, XXIII (1949), recogido por MEAD,
Jude, St. Paul of the Cross: Workbook for Paulicrucian
Studies, o. c., 1983, 246-250.
24
Cfr. RSSP, n. 13, Roma, 1980. - También en
ZOFFOLI, o. c., II, 1145-1163. - GIORGINI, Historia...,
o. c., I, 340-350.
monias. Para su conocimiento se servían de autores
competentes. Entre los oficios
que se incluyen en el Reglamento de 1827 y en el
impreso en 1855 figura el de Sacristán.
Prueba de la diligencia con que se procuraba realizar
las ceremonias es la
abundancia de resúmenes manuscritos de las
mismas25.

Para favorecer la espiritualidad específica que se


inspira en la Pasión de Cristo,
desde el principio se buscó el apoyo de la liturgia. El
estilo del fundador lo continuaron
sus sucesores, de manera que en la época del P.
Testa la congregación contaba con
un patrimonio litúrgico, no todo exclusivo; se había ido
enriqueciendo con otras fuentes,
como la liturgia de la Iglesia universal, de las diócesis
o de diversas congregaciones.
Cuando se habla del Propio hay que tomarlo en el
sentido de oficios adaptados
a la propia espiritualidad. Tal Propio constituye como
un lago en el que han ido confluyendo
arroyos de otras fuentes, oficios variados de los
misterios o momentos de la
Pasión de Jesucristo, de los títulos e invocaciones de
la Virgen María, de santos relacionados
con la Pasión de Cristo... (el instituto no tenía aún
religiosos canonizados);
además se usaban como propias algunas
conmemoraciones de la Iglesia universal,
como la Exaltación de la Santa Cruz. En 1773 el
fundador había obtenido licencia para
que la congregación pudiera celebrar como propios los
oficios votivos de la Pasión.
Al llegar la época del P. Testa se disponía ya de
autorización para los siguientes:

1776: Conmemoración solemne. En 1805 se imprime


por primera vez el Proprio
Liturgico Passionista; y el 12 de junio se recibió
licencia para solemnizar la fiesta
de Los Dolores de la Virgen María (los Siervos de
María la celebraban el tercer domingo
de septiembre). El mismo año el P. Claris promovió el
culto a San José, que
el 12 de marzo fue proclamado patrono de la
congregación (en el rosario se recitaba
Ecce fidelis servus et prudens)26 . El 7 de mayo de
1807, el P. Claris obtuvo la fiesta
del S. Corazón de María (III Domingo de Pentecostés).
El 26 de marzo1808, se
inició el uso del Oficio Votivo de la Pasión y el de los
Dolores27. El 22 de noviembre
de 1822, el P. Pighi recibió licencia para servirse del
oficio dedicado a la memoria
del Buen Ladrón (viernes después del Domingo in
Albis). No se alcanzaron nue

25
Cfr. en AGCP, sec. Manuscritos, caja Rituali,
ceremonie, preghiere 1840-1905, varios libritos
manuscritos
con ceremonias: Ceremonie sacre che si praticano dai
chierici scalzi della Croce e Passione
di N.S.G.C., P. A. a S. A., S. P., 1866; procede de los
EE. Unidos: hay un sello seco del retiro
de S. Gabriel, Brighton, Mass., y otro de tinta del de S.
Miguel, West Hobboken. - Cerimonie
che si osservano dai passionisti, 1840 bisesto, sin más
datos que permitan individuar la procedencia.
-Ceremonie da osservarsi nelle funzioni dell’anno ad
uso de’PP. Passionisti, 1848, appartiene
al Noviziato (una anotación a lápiz: Sono in
contradizione col Baldeschi). -Ristretto delle ceremonie
solite praticarsi nella Congne. della Ssma. Croce e
Passione di N. S. G. C., ad usum P.
Januarii Mª. a S. Joseph, 1863. -Ristrettino di
cerimonie sagre desunte dal rubricista Gppe.
Baldeschi...
da osservarsi dai chierici scalzi della Congr. della
Ssma. C. e Pass. di N. S. G. C., s. f.

26
Cfr. GIORGINI, Historia, o. c., I, 299; y II,/2, 279. 281. -
En AGCP, 6-D-46, Officia propria in
Congregatione Clericorum Excalceatorum SS. Crucis
et Pass. D.N.J.C., Romae, 1805, pp. 129 ss.
y 148ss. los dos oficios de San José (Solemnidad y
Patrocinio).

27
Adaptados al tiempo pascual por el P. Felipe
Antonaroli. - Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 280.
vas licencias hasta que el 23 de agosto 1828 se pudo
recitar ya el oficio votivo de la
Oración de Jesús en Getsemaní con textos que usaba
la archidiócesis de Bahia, Brasil.
En 1831 se imprimió una separata con los oficios
propios para unirla al breviario
común, con la siguiente distribución:

1) Oración de Jesús en Getsemaní (martes de


septuagésima)28. 2) Conmemoración
solemne de la Pasión (martes de sexagésima). -3)
Coronación de espinas (viernes
después de Ceniza). - 4) Lanza y Clavos (viernes de la
1ª. semana de cuaresma).

-5) Sábana Santa (viernes de la 2ª. semana de


cuaresma). - 6) Cinco Llagas (viernes
de 3ª. semana de cuaresma). - 7) Preciosísima Sangre
(viernes 4ª. semana de cuaresma).
- 8) Solemnidad de San José (19 de marzo). -9) Siete
Dolores de la V. María
(viernes después del domingo de Pasión). - 10) El
Buen Ladrón (viernes después del
domingo in Albis). - 11) Patrocinio de San José (tercer
domingo de Pascua). - 12) S.
Corazón de Jesús ( viernes después de la octava del
Corpus). - 13) S. Corazón de María
(domingo después de la octava del Corpus). -14)
Santísimo Redentor (tercer domingo
de julio). -15) Siete Dolores de la V. María ( tercer
domingo de septiembre).
-16) San Miguel Arcángel (29 de septiembre). - 17)
Maternidad de la V. María (segundo
domingo de octubre). - 18) Pureza de la V. María
(tercer domingo de octubre).
-19) Presentación de la V. María en el templo (21
noviembre).
Oficios votivos: Corpus Christi, jueves no impedidos,
menos en Adviento y
Cuaresma. -La Pasión y los Dolores, viernes o
sábados no impedidos, menos en Adviento
y Cuaresma; el 26 de marzo de 1826 el P. Claris
obtuvo permiso para que estos
oficios pudieran recitarse en tiempo pascual; el 23 de
enero de 1829, que los misioneros
pudieran servirse del oficio votivo de la Pasión si el
calendario universal
no lo impedía; y el 11 de marzo de 1837, que pudieran
usarlos en los ejercicios si
había precedido o seguía una misión. Los oficios
votivos se distribuían así: Domingo,
Conmemoración solemne de la Pasión; lunes,
Coronación de Espinas; martes,
Lanza y Clavos; miércoles, Sábana Santa; jueves,
Cinco Llagas; viernes, Preciosísima
Sangre; sábado, Virgen Dolorosa29. En la época del
P. Testa sólo se incorpora
el oficio del Smo. Redentor en el capítulo general de
1857, n. 404. Hasta 1833 cada
comunidad seguía el calendario litúrgico de la propia
diócesis. Desde entonces se
adoptó para toda la congregación el calendario del
clero de Roma.

28
La Catholic Encyclopedia, XII, 354, dice que
probablemente lo compuso el P. Struzzieri, pero no
hay fundamento para afirmarlo; los pasionistas no
tuvieron parte en ello. - MERSHMAN, Francis,
Passion Offices, ibid., XII, 527.

29
Cfr. AGCP, A. III/I/2-14. - GIORGINI, Historia...o. c.,
II/2, 282-283. - AGCP, 14-C-66, Officia
propria sanctorum S.R.E. Summorum Pontificum...,
Romae 1831, anotación manuscrita de esta
distribución. - Cfr. MENONCIN, Diego, Uffici ..., en
Fonti Vive, 1855-1857; cfr. Indice 1967. Sobre
el Oficio Parvo de la Pasión, cfr. GIORGINI en DIP, o.
c., VIII, col. 1462. En 1837 Los misioneros
recibieron dispensa del Oficio Divino, conmutado por el
Oficio de la Conmemoración de
la Pasión; pero como era muy largo y no se ahorraba
tiempo, cayó en desuso.
3. La música en la liturgia y el uso del órgano
La formación musical se mantuvo siempre estable en
la congregación. El P. Serafín
Giammaria escribió en 1828 el libro Principi di canto
fermo para remediar de
algún modo el efecto negativo de las funciones mal
cantadas30. Para el estudio del
gregoriano se usaba la obra de Lorenzo Berti,
beneficiado de la Basílica de Santa
María la Mayor y profesor de canto en el Pont. Colegio
Urbano de Roma, impreso
en la Litografía Siotto, Roma,183631.

ÓRGANOS. Llama la atención que, a pesar de la


pobreza, casi todas las comunidades
disponían de un órgano, y contaban con algún
religioso suficientemente
adiestrado para sonarlo. El P. Testa se ufanaba de
esta realidad. Al agradecer a Desiderio
Bonifazi el órgano que había regalado para Torre San
Patrizio le decía el
22.03.1861: En nuestras iglesias el órgano es de algún
modo necesario, pues cuando
en las funciones falta el órgano todo resulta frío y
menos decoroso. Si se exceptúa
la de Giulianova, en todas las demás iglesias hay
órgano, y me alegro de que la
del Santo Crucifijo (Torre S. Patrizio) pueda tener uno.
Así el pueblo acudirá con
más entusiasmo al saber que las funciones irán
acompañadas con órgano32 .

La siguiente relación de retiros que contaban con un


órgano ilustra cuanto se dice
sobre el uso de la música en la congregación:

Ss. Juan y Pablo. En 1814, al recuperar la casa, se


encontró arruinado el órgano33.
En 1840 el P. Salvi, superior local, previo el
consentimiento del general y del
capítulo local reunido el 10 de julio, encargó uno nuevo
a Ángel Morettini, de Perugia;
el 15 de noviembre se firmó un documento privado con
las condiciones. Un
año más tarde, el 9 de octubre de 1841, Morettini llegó
con el órgano nuevo34. Se hizo
sonar por primera vez el 30 de noviembre y después el
8 de diciembre para so

30
Hay quien canta de oído, o con pocos conocimientos
mal aprendidos, y quien pretende saberlo todo
sirviéndose del canto figurado que había aprendido.
De aquí nace el descuido que se ve cada
día.. ¡Cuántas veces ocurre que por un canto
desaliñado, o hay que reírse en la iglesia o hay que
salir de ella para no reventar de disgusto! Estamos en
una época en la que las funciones de la
iglesia no son edificantes para el pueblo, y Dios sabrá
cuánta gloria le dan... ¿Qué no se hace
para alcanzar buen nivel en el canto del teatro? Se
hace de todo y se sacrifican horas, días y años.
¿Y sólo el canto eclesiástico merece ser despreciable?
- AGCP, sec. Manuscritos, s. c., Serafin del

S. C. de Jesús, n. 155, Introduzione, 1-2. - Más tarde


lo copió nuevamente en Bélgica y habla de
cantare de’salmi in qualche chiesa del Belgio, Ibid., 6.
31
AGCP, Mns., Libros de Música. En el AGCP, se
conservan varios manuscritos para el estudio de
la música, el solfeo o las tonalidades, y hay otros para
ayuda del canto litúrgico o para el acompañamiento
con órgano. - Messe in canto fermo copiate da C.
Costanzo del Cuor di Maria, in anno
1852 (Constancio Farina, prof. en 1850, abandonó el
instituto en 1891. - AA, 850014). - VANDEN
BUSSCHE, De Passionisten in België, o. c., 82, la
música en Ere.

32
AGCP, B-42, Benefattori cooptati, B,V-I.
33
RAVASI, L., La Congregazione..., o. c., VII.

34
El traslado desde Perugia se hizo en dos carros, al
precio de 35 escudos. - Platea II, pp. 27-28.
lemnizar la fiesta de la I. Concepción. Entre los que lo
tocaron se encontraba el
maestro de capilla Carlos Rocca, desde hacía 15 años
organista gratuito en las solemnidades
(murió poco después). Costó un total de 757,71
escudos, de los cuales
330 se recibieron de los bienhechores. El antiguo, con
permiso del general y con licencia
del Prefecto y Secretario de Obispo y Regulares, se
vendió al ayuntamiento
de Rocca di Papa por 220 escudos. En 1852, el Conde
Stackelberg ofreció instalar
uno más grandioso, devolviendo el viejo al señor
Morettini. En septiembre de 1856
llegó el nuevo (tres artistas y un religioso carpintero
emplearon casi 4 meses en el
montaje). En noviembre de 1858 se mejoró el
mecanismo, y el Sr. Morettini, su hijo
y otro operario trabajaron más de un mes para que
pudiera sonar el 16 de noviembre,
fiesta del B. Pablo de la Cruz; y aunque no concluido
del todo, pudo ser usado
con satisfacción de los presentes. Unos días más
tarde, ya concluida la instalación,
fueron invitados a escucharlo numerosos entendidos.
Organistas y oyentes alabaron
la destreza del organero, que lloraba de emoción por
haber conseguido rematar la
obra35.

Montecavo. Ya antes de este época la comunidad de


la Sma. Trinidad disponía
de uno. Según la Platea, el 14 abril 1833 (el rector, P.
Miguel Ángel Ingami de S.
José) colocó un órgano gracias a la caridad de
diversos bienhechores de Rocca di
Papa.... En 1853 se habla del arreglo de la fachada del
órgano, y en 1859, resultando
demasiado angosta la orquesta del órgano, e
incómoda para el organista, en julio
se amplió casi dos palmos...36 .

Corneto. En 1841 el rector P. Gesualdo Ma. de San


Bernardo reunió el capítulo
local para tratar el modo de arreglar el órgano: Como
era ya viejo, el rector pensó
en adquirir uno nuevo; obtuvo licencia del padre
general y reunió el capítulo
local; todos los sacerdotes estaban de acuerdo, así
que ordenó uno nuevo, que no
fue barato37 .

Moricone. Con los donativos de muchos bienhechores


se ha conseguido un órgano
adquirido en Roma, en buen estado, de nueve
registros, por el precio de 80
escudos38 .

San Salvatore Maggiore. En esta casa, fundada en


1837, se encontró un órgano
de seis registros, al que debieron de tratar siempre
bien, pues al dejar la abadía en
1854 el inventario dice que se encontraba en buenas
condiciones39.
35 Platea SsGeP..., II, 27-28, 45 y 47.
36 Platea di Montecavo, 49, 54.
37 Libro dei Cap. Loc., 8. - Platea del retiro de
Corneto, 1739-1905, 135.
38 Platea de Moricone, f. 18, 1845.
39 En el inventario de entrada, al tomar posesión, se
describe más minuciosamente: AGCP, B, 25 (B,

III.II, 2-2º), f. 19, relación de S. Salvatore... El


inventario de la salida en B. III-2,2-4º, f. 4.
Isola del Gran Sasso. Se elogia al rector, P. Fausto
Rossetti, por haber enriquecido
el órgano. El 23 de abril de 1849 se contrató con
Salvatore Febri uno mejor40.

San Eutizio. En una visita, el provincial mandó cerrar


un ventanal porque el aire
y el polvo dañaban al órgano, y para arreglarlo gastó
8,5 escudos el profesor Camilo
del Chiaro de Dabriano41.

Todi. El P. Salvi hizo llegar el órgano que en Perugia


había construido Morettini
y mandó que lo ampliase con nuevos registros42.
Pontecorvo. El órgano se inauguró en el triduo de la
beatificación del Vble. Pablo
de la Cruz 43.
Sora. El bienhechor Vicente Manna regaló uno que le
costó 150 escudos, a los
que el superior P. Querubín añadió 100 más para
aumentar los registros44.
ORGANISTAS. El P. Salvi tocaba en la basílica de los
Ss. Juan y Pablo, y allí
donde fue rector (Monte Argentario, Todi, Roma y
Vetralla) procuró que no faltara,
como en Monte Argentario o en Vetralla45. No siempre
la comunidad contaba con un
organista propio de suficiente garantía, por lo que se
habla de organistas llegados de
otros retiros. El P. Patricio Aicardi de S. Gabriel, de
Pontecorvo, fue a Sora del 18
de agosto al 16 de septiembre de 1857 para maestro
de capilla. El P. Norberto Fiori
de S. Bernardino, del 25 de octubre al 10 de
noviembre de 1857 fue de Ceccano
a Sora para aprender a tocar el órgano46. El P.
Bernardo de San José, futuro general,
fue de San Sosio a Ceccano los días 5-7 (9bre) para
tocar el órgano47.

40 BRODELLA, Cronistoria..., o. c., 112.


41 Platea de S. Eutizio, ff. 45; y en 1861, ff. 50-51. -
AGCP, Mns, Libros de noviciados: L’organo della
chiesa era ridotto in cattivo stato, quasi tutte le canne
erano rotte, e molte tagliate, acciaccate,
bucate, le trombe in particolare erano si mal ridotte che
poche erano quelle che suonavano...

42 Cfr. c.II, n- 7. Todi. - AGCP, B, 20 (B, II-III/2-4º.).


43 Noticias de Pontecorvo, 6-7). - En la biografía del P.
Fortunato De Gruttis se narra que en Ponte-
corvo, al expulsar de un poseso un demonio, le mandó
tocar el órgano; el poseso no tenía ni idea,
pero tocó como los grandes maestros. Cfr. CHIARI, C.,
Cosí hanno testimoniato, Ed. Eco, S. Gabriele,
1976, vol. I, 104-105. - En Romana et Sutriana,
Sumarium Super Virtutibus, apendice f. 15,
testimonio del P. Fortunato.
44 También había órgano en Ceccano (Platea I, 39),
Vetralla (Platea, 141), Morrovalle (Platea, ff. 8889),
Aquila y Torre San Patrizio.
45 En sus últimos años fue invitado una vez a tocar en
Soriano en la misa de Navidad. - LIPPI, A., Il
beato Lorenzo Salvi, apostolo di Gesù bambino,
Cinisello-Balsamo, Milano, 1889, 131-132. Sobre
Il talento musicale dice que de seminarista aprendió a
tocar el órgano. Se tiene noticia de que
donde fue superior procuró adquirirlo o restaurarlo. El
P. Paulino Figone lo invitó para la Navidad,
para gozar del espectáculo que daba con su modo de
tocar y cuenta que toda la comunidad
quedó absorta al notar la elevación de espíritu y el
brioso sonido del órgano, que, aun siendo viejo,
ejecutaba de manera realmente admirable en tal
solemnidad, como si estuviera fuera de sí - Cfr.

Summarium super dubio an constet de virtutibus..., S


328, 8/9.
46 Religiosi di residenza o de passaggio, Sora, 1842-
1905, 36-37.
47 Rel. di Residenza o di Passaggio, Ceccano 1833-
1911, 100-101. - DNEust, 168, habla del P. Cos
tanzo Bargellesi de S. Antonio como gran organista;
murió en Morrovalle el 26 mayo de 1839.
4. Devoción mariana
No hace falta repetir ahora cuanto se ha dicho en otros
momentos sobre la fuerza
mariana en la espiritualidad del fundador. Su devoción
a la Virgen María aparece
en el amanecer de su vida, se mantiene durante toda
su existencia y reconocerá
que siempre que la he invocado en mis necesidades,
he experimentado siempre su
ayuda. Como es sabido, el compromiso o voto de
consagrarse a mantener viva la
memoria casi olvidada de la Pasión de Cristo lo hizo a
las plantas de la Virgen Salus
Populi Romani en Santa María la Mayor de Roma; y la
etapa eremítica de su vida
transcurrió por ermitas marianas (Anunciación, Virgen
de la Cadena, Civita...);
su vida apostólica comenzó bajo el título de la
Presentación en Monte Argentario; y
las dos provincias que fundó quedaron bajo un título
mariano: la Presentación y la
Dolorosa. Es comprensible que en la espiritualidad de
la congregación aparezca
prioritariamente la Dolorosa, pero en la pastoral
extracomunitaria los pasionistas
acudían a la invitación de parroquias, asociaciones o
comunidades religiosas que veneraban
a la Madre de Dios con títulos diversos. En la primera
parte del siglo XIX
crecen las prácticas devocionales, como las novenas,
septenarios o triduos. En los
sermonarios se advierte esta nueva vertiente popular,
y el culto a la Dolorosa aparece
mezclado con un temario mariano muy diversificado.
De ahí que la línea pura de
la tradición pasionista mariana llegue al P. Testa con
influencias populares48.

En la vida interna de la congregación en este período


se pueden advertir tres aspectos:

1) LA INCORPORACIÓN DE LA PIEDAD POPULAR A


LAS PRÁCTICAS
COMUNITARIAS. En la primera Collectio Praecum et
orationum (1857), se mencionan
seis títulos marianos: Asunción con novena solemne,
Anunciación, Visitación,
Natividad, Siete Dolores y Presentación49. Pero en los
años siguientes se introdujeron
otros: hasta 22 invocaciones marianas aparecen en
1880, ya fuera de esta
historia, con distinta categoría litúrgica. Cuatro fiestas
de primera clase: Inmaculada,
Presentación, Dolores, Asunción; tres de segunda
clase: Purificación, Anunciación,
Natividad; y quince de Regla: Desposorios,
Transfixión, Buen Consejo, Auxilio
de los Cristianos, Visitación, Prodigios de la Virgen,
Carmen, Nieves, Nombre
de María, Merced, Rosario, Maternidad, Pureza,
Patrocinio, Traslado de la Casa de
Loreto y Expectación del parto. La mayor parte de ellas
no corresponden a la tradición
del instituto, sino al influjo popular50.
48 NEFLIA, Luigi, Culto e Memoria Mariana nei
manoscriti dei missionari passioniti, en Turrisi, C.,

o. c., p. 173ss. - DI SANTIS, Maurizio, La spiritualità


mariana in S. Paolo della Croce, RSSP,
54, Roma 1997. - Sobre la devoción de S. Pablo de la
Cruz, cfr. BROVETTO, C., Maria nel pensiero
di S. Paolo della Croce, en Fonti Vive, VII, 1961, 240-
255, 372-387; y VIII, 1962, 86-98. ZECCA,
T. P., Il mistero ed il patrocinio de Maria Santissima
presentata al tempio nella spiritualità
passionista, en RSSP, n. 26, p. 14. El cap. de 1775 la
declaró patrona bajo el título de la Presentación.
El I Sínodo de 1972 aprobó unánimemente el cambio
por el patronazgo de la Dolorosa,
y la Santa Sede lo concedió el 8 de marzo de 1973. -
Cfr. ACP, XXVI, 1972-1974, 77 y 201.
49 Collectio Precum et orationum..., o. c.
50 Ibid., 1-2.
2) INVOCACIÓN MARIANA POR LA CONVERSIÓN
DE INGLATERRA. La
llegada a Inglaterra y el crecimiento de vocaciones
nativas no fue un hecho personal
del P. Barberi y sus compañeros; la congregación lo
asumió como compromiso común,
con repercusión incluso en la piedad mariana. El
capítulo general de 1857 determinó
que en todos los retiros de nuestro instituto, desde la
publicación de estas actas, se recite
siempre después del rosario de la tarde un avemaría a
la que S. S. Pío IX ha concedido
300 días de indulgencia51 . Esta práctica se mantuvo
fielmente desde entonces y
así fue reconocida más de cien años más tarde,
cuando en el capítulo de 1964, el provincial
de San José dijo el 26 de mayo: Doy gracias a toda la
congregación porque, a
lo largo de más de cien años, se ha rezado
diariamente el Avemaría por mi patria52 .
3) DEFINICIÓN DOGMÁTICA DE LA INMACULADA
CONCEPCIÓN. Este
acontecimiento tuvo lugar en plena época del P. Testa,
el 8 de diciembre de 1854. No
consta si los pasionistas llegaron a conocer otros,
como las apariciones en Lourdes o
en La Salette; pero indudablemente estuvieron
informados de la definición de la Inmaculada.
En dicha Collectio de 1857, además de las oraciones
de la novena de la
Asunción, se encuentran otras para la Concepción de
la B.V.M., sin el adjetivo Inmaculada
en el encabezamiento. Esto parece indicar que se
trataba de una fiesta ya tradicional,
pues en los tres años que habían transcurrido desde la
definición dogmática
hasta la edición del libro, no aparecen circulares ni
determinaciones de la curia general
ni del capítulo de aquel año relativas a la fiesta; y, por
cierto, en aquel capítulo se
aconsejó a los misioneras que promovieran el rezo de
tres avemarías por la conversión
de Inglaterra, con la jaculatoria Auxilium christianorum,
ora pro nobis53. Los biógrafos
del fundador han hecho hincapié en su devoción a la
Inmaculada mucho antes
de la definición. Aceptó con perfecta clarividencia el
contenido teológico del misterio
y llegó a hacer voto de dar su vida, si fuera necesario,
por defenderlo. La frecuencia
con que aludía a la Inmaculada en los saludos de sus
cartas nos descubre que vivió
intensamente el misterio en su espíritu54 . Esta
devoción del fundador a la Inmaculada
fue reconocida en el capítulo general de 1869; y
aunque no parezca propio de un
capítulo descender a detalles devocionales, en el
n.428, se habló de la especialísima
y tierna devoción de nuestro Padre y Fundador a la
Inmaculada Concepción de María
Santísima. Para el sostenimiento y defensa de un
dogma tan glorioso para la Reina
de los Ángeles, aunque entonces no era dogma de fe,
sostenía que con gusto hubiera
dado su sangre y su vida. Se propuso a los capitulares
si sería honorífico para

51
DeR, 292, 1º.

52
ACP,XXIII, 1964-1966, 109: Gratias ago Congregationi
universae de precibus per annos centum
plures, quibus durantibus Ave Maria quotidie dicta est
pro mea natione.

53
DeR, 392, &2, p. 63.

54
ZOFFOLI, S. Paolo della Croce, o. c., II, 1186-1189,
nota 208 sobre el sentido de la celebración

de la fiesta de la Inmaculada. Cfr. en los cinco


volúmenes de sus Cartas (Lettere), I, 769; II, 46,
317; III, 420, 744, 754; IV, 91, 97, 140... y otras
muchas citas que se omiten por brevedad.
la Virgen Inmaculada y glorioso para nuestro gran
fundador, conseguir que la fiesta
de la I. Concepción fuese declarada de primera clase.
Los capitulares se mostraron
favorables y determinaron que se dieran los pasos
para obtener un rescripto55 .

Pero hay un dato que llama la atención y merece la


pena constatar aquí como hecho,
dejando a otros la interpretación del fenómeno: el
silencio casi total que sobre la
definición dogmática aparece en 1854 en las plateas,
sólo roto por la de Pittsburgh, EE.
UU., como se ha dicho ya. Este silencio resulta menos
explicable por el contraste con
lo ocurrido en 1853, un año antes, a raíz de la
beatificación del fundador. Las plateas
de las comunidades existentes en 1854 ofrecen
páginas alborozadas con celebraciones
por el fundador. El P. Testa había ido enviando
circulares con las noticias relativas a
los procesos56. Y el mismo día de la beatificación
mandó que en todas las comunidades
hubiera un triduo de acción de gracias. Como se ha
dicho al hablar de cada comunidad,
todas respondieron con generoso dispendio: cuadros,
altares y actos de culto dedicados
al beato con la invitación a personalidades
eclesiásticas, a oradores de campanillas
y a coros de música sacra... Pues bien, después de
leer esto en 1853, desconcierta
el silencio de 1854. Los únicos actos de homenaje de
los que se tiene constancia fueron
los de la casa general, pero no por la platea, sino por
la crónica de La Civiltà Cattolica57,
como se ha recordado en otro momento al hablar de la
casa general.

Esta extrañeza sube de intensidad si se lee la opinión


dubitativa del P. Barberi
acerca del proyecto de definición. El 15 de noviembre
de 1848, el P. Magagnotto le
pedía, desde Australia, que hiciera llegar al superior
general una carta. El P. Barberi,
al remitírsela desde Londres al superior general,
añadía un comentario, cuando
menos reticente, sobre una noticia que había recibido:
El Papa ha enviado una encíclica,
en la cual, además de otras cosas, dice que quiere
definir la Inmaculada
Concepción de María. ¡Fiat voluntas Dei! No puede
imaginarse cómo los protestantes
han usado esa carta contra los católicos. ¡Que Dios
nos ayude! Esa definición,
si llega, se convertirá en una barrera insalvable para la
convesión de los protestantes.
Yo no tengo más que decir. ¡Fiat voluntas Dei!58 .

De la devoción personal del beato Domingo nadie


duda. En la p. 89 de su Mariología,
cuyo manuscrito se conserva en el AGCP, se
pregunta: Si María Santísima
fue en su inmaculada concepción preservada del
pecado original. Y en la p. 90v
afirma: La Iglesia es propensa a la Inmaculada
Concepción… Y pueden los hijos de

55
Cfr. DeR, n. 428, 68, se concedió el 8 de julio del
mismo año. – AGCP, G, Santa Sede, I, A, 4, d/II

56
Cfr. ACP, XVII, 1851-1852, 177-178, 204-207, 212-
213, 266-272; y XVIII, 1953-1954, pp.83-112.

57
Cfr. La Civiltà Cattolica, serie II, vol. X, 1855, p. 214: I
passionisti solennizzarono per tre giorni
nella loro basilica dei Ss. Giovanni e Paolo al Monte
Celio.

58
Cfr. AGCP, SPIR, Historia, Lettere copie di originale,
con esta nota final manuscrita del P. Buen-
ventura de la Concepción (Overst), 02.IX.1937
(consultor general de 1931-1946): Concordat cum
exemplare Epistolae Patris Pietro di S. Giuseppe quod
Ven. P. Dominicus ad Rmum. Patrem Generalem
dedit, et cum postcripto manu ipsius venerabilis (hay
un sello del consultor general). -El
mismo texto, con fecha del 15 de abril de 1849,
aparece entre las carta del AGCP-Domingo, citada
por PELLA, G., La spiritualità ecumenica..., o. c.
la Virgen María libremente abrazar sin peligro esta
sentencia, que tanto honra a su
querida Madre y tanto alegra el corazón de sus hijos,
mientras no se decida otra cosa
en este campo particular.

Parece, pues, que su reserva se refería sólo al


proyecto de definición dogmática; de
llevarse a efecto, lo consideraba una rémora para el
diálogo con los anglicanos. En la carta
a los Profesores de Oxford, incluye la devoción a la
Inmaculada entre lo que los anglicanos
llamaban errores prácticos, que no impedirían la unión
con Roma: Imaginemos
que la devoción a la Inmaculada Concepción sea un
error práctico. ¿Quién os obliga a
aceptarlo? Y lo mismo se puede decir de otros...
¿Quién os obliga a rezar el rosario?59 .

Se limita a constatar que, cuando llegue la definición,


se habrá levantado un nuevo
obstáculo, una barrera, en el camino ministerial del
sacerdote católico para dialogar
con los protestantes. Como él estaba viviendo el
problema en primera línea, se
puede comprender su reserva relativa a la
oportunidad. Menos explicable resulta, sin
embargo, el silencio del P. Testa, tan prolífico en
documentos para la Causa del fundador,
y tan silencioso ante la definición dogmática. En el
estudio del P. Paulino
Alonso La pastoral mariana...en el P. Testa, no se
habla del tema de la Inmaculada,
aunque sí de la Pureza y de la Virginidad60.

Dejando para otros y para otro momento un estudio de


este tema, quizás se pueda
aventurar que la actitud del P. Testa respondía a la
línea establecida en el instituto:
los teólogos y lectores debían estar de acuerdo con la
doctrina de Santo Tomás;
y como el Doctor de Aquino no era partidario de esta
definición, el P. Testa, con su
silencio, acataba la decisión del Papa, pero no entraba
en controversia con los seguidores
del tomismo. Y en la misma línea de silencio hay que
recordar el del contemporáneo
Gabriel de la Dolorosa: su Credo mariano no contiene
expresión explícita
de este dogma de fe, ya definido cuando él llegó a la
congregación en185661.

59
Supponamus V. G. devotionem erga Immaculatam
Conceptionem B. V. M. esse errorem practicum:
quis est qui vos obliget ad devotionem istam
amplectendam? At ita de caeteris omnibus, si quae
adesse poterunt... Numquid vos coget ad recitandum
Rosarium.... - Cfr. PELLA. o. c., 127, Ad Oxford,
74, n. 45. - BROVETTO, Costante, Il beato Domenico
della Madre di Dio, teólogo, en VARIOS,
Visse per l’unitá, o. c., dedica las pp. 111-116 a Il
pensiero del B. Domenico sulla Madonna.

60
En al AGCP, sec. Manuscritos, vols. Encuadernados,
nn. 47-51, Discorsi su Ma. Sma. En el n. 47,
de 307 pp., nstrucciones sobre la Virgen, (pp. 1-90) y
pp. 181-183, en francés, Sur la Conception
de Marie; muchas correcciones y líneas tachadas; no
se encuentra alusión a la definición dogmática.
- Vol. 48: 356 pp.; de los 70 sermones, varios del P.
Testa, pero ninguno específico sobre la
Inmaculada Concepción.

61
CAVATASSI, N., C. P., Il simbolo mariano di S. G.
dell’Addolorata (Fonti-spiritualità) en San
Gabr. dell’Add. e il suo tempo, II, Eco, San Gabriele,
1986, 101-150. - BOAGA, Emmanuele, O.
Carm., Il simbolo mariano di S. Gabriele
dell’Addolorata:contenuti teologici e mistici, en ZECCA,
T. P., edit., San Gabriele dell’Addolorata e il suo
tempo, 3º. Colloquio nel 150º. della nascita,
San Gabriele dell’Addolorata, Teramo, 1989, 173-184.
- Texto completo en SCRITTI DI S. Gabriele,
a cura di Bernardino Cenci, C. P., San Gabriele, 1963,
323-357. - L’Ideale della Gioventù
Cattolica, omaggio a San Gabriele dell’Addolorata nel
1º. Centenario della sua nascita 18381938,
Recanati, Macerata, 98-103. - D’ANASTASIO, Franco,
S. Gabriele dell’Addolorata. 100
anni di ricerca, Eco, 1994, 503-525, cap. XXIII,
Gabriele nella spiritualità mariana. -ARTOLA,
Antonio Mª, Il Credo mariano di S. Gabriele
dell’Addolorata, principi metodologici per una
Mariologia
‘esperienziale’, en Alpha-Omega, VIII, n. 3, sett.-dic.
2003, pp. 451-574.
CAPÍTULO XXIII

SANTIDAD EN LA CONGREGACIÓN:
PROCESOS DE BEATIFICACIÓN

Para su conocimiento más ajustado, la santidad de los


pasionistas debe ser situada
en el contexto de su momento histórico a nivel de toda
la Iglesia, y no sólo reducida al
ámbito local o personal. Lo pasionista no es lo
sustancial, sino lo peculiar o adjetivo de
una santidad que se realiza dentro de la Iglesia. Naselli
encuadró así el tema: La fisonomía
espiritual del instituto de la Pasión no puede ser
resultado de diagnósticos individuales
que puedan separarse de la realidad histórica, o sea,
de la verdad: la espiritualidad
pasionista - dejando a un lado definiciones- sólo puede
ser tal si se la contempla
enmarcada dentro de esta realidad histórica... La
numerosa lista de santos y de hombres
de Dios que la pequeña congregación ha dado a la
Iglesia y a otros, hay que encuadrarla
en el periodo histórico en el que cada uno de ellos
realizó su tarea temporal1.

Las páginas precedentes, así como los tomos


anteriores de esta historia, proporcionan
material para realizar este encuadre, que no se puede
ofrecer aisladamente
aquí. Sí conviene, sin embargo, recordar que los
pasionistas ya glorificados o en proceso
de glorificación, y otros que destacaron por su
ejemplaridad, forman parte de
una generosa lista de santos y beatos de toda la
Iglesia; la santidad, fenómeno de tantos
siglos anteriores, floreció generosamente en el XIX en
Italia y fuera de ella. La
lista incompleta de santos italianos puede darnos idea
del fervor de la Iglesia durante
los difíciles momentos en los que se sintió involucrada
en la misma época:

Santos: 1) Antonio Ma. Gianelli, fundador de las Hijas


de Ntra. Sra. del Huerto
(+1846). - 2) Francisco S. M. Bianchi, barnabita
(+1815). - 3) José B. Cottolengo,
fund. de la Pequeña Casa de la Divina Providencia
(+1842). - 4) Gaspar del Búfalo,
fund. de los Misioneros y de las Adoratrices de la Prec.
Sangre (+1836). - 5) José
Cafasso, sacerdote (+1860). - 6) Juan Bosco, fund. de
los salesianos y salesianas
(+1888). - 7) Domingo Savio, salesiano (+1857). - 8)
Francisco M. Caporosso, lego
capuchino (+1866). - 9) Vicente Pallotti, fund. de la
Sociedad y de las Hermanas del
Apostolado Católico (+1850). - 10) Justino de Jacobis,
obispo (+1860). - 11) Juan
de Triora, franciscano, mártir de la China (+1816). - 12)
Egidio M. de San José, lego
franciscano (+1812). - 13) Gaspar Bertoni, fund. de los
Estigmatinos (+1853). Santas:
14 y 15) Bartolomea Capitanio (1833) y Vicenta
Gerosa (1847), fundadora
y cofundadora de las Hnas. de la Caridad de María
Niña. - 16) María Crucificada di
Rosa, fund. de las Esclavas de la Caridad de Brescia
(+1855). - 17) Magdalena de

NASELLI, Il problema degli studi storici nella


Congregazione della Passione, in Gioventù
Passionista,
I, 141.
Canosa, fund. de las Hijas y de los Hijos de la Caridad
(canosianos/as) (+1835). 18)
María de Mattias, fund. de las Adoratrices de la Prec.
Sangre (+1866)...

En la congregación pasionista muchos dejaron fama


de santidad. Basta seguir
las necrologías recogidas por el P. Eustaquio para
comprobar en cuántas de ellas
aparecen expresiones como fama de santidad, ha
muerto el santo... y similares, como
el Siervo de Dios. No obstante, aquí se va a tratar
solamente de aquellos cuya
santidad ha sido analizada por la Iglesia: el fundador
P. Pablo de la Cruz, Mons. Vicente
Ma. Strambi, del período anterior; y Gabriel de la
Dolorosa, Domingo Barberi
y Lorenzo M. Salvi, de la época del P. Antonio di S.
Giacomo, Testa2.

Ya desde la muerte del fundador, el instituto se planteó


la posibilidad de pedir
su glorificación y la de su hermano P. Juan Bautista de
San Miguel Arcángel. Al P.
Testa, que se encontró con el proceso del fundador ya
avanzado3 y en sus primeros
pasos el de Mons. Strambi, le correspondió
proseguirlos. En su época fue beatificado
el fundador y dejó muy encaminados los pasos para la
canonización, pues ya se
habían realizado los dos milagros requeridos.
Respecto al de Mons. Strambi no pasó
más allá de la declaración de Venerable por Gregorio
XVI el 7 de julio de 1844.

Seguidamente se ofrecen datos del proceso ya


iniciado del fundador; del de Mons.
Strambi; y del inicio de las causas de Domingo Barberi,
Lorenzo Salvi y Gabriel Possenti;
se añade una selección de religiosos notables por la
bondad de su vida.

1. Proceso del Vble. Pablo de la Cruz4


Tema ya estudiado en los volúmenes precedentes,
aquí se ofrece un resumen a fin
de que los lectores tengan a mano la secuencia de
datos históricos. El P. Pablo de la
Cruz falleció en 1775; y quince meses más tarde se
comienzan los procesos canónicos,

2
Una relación más amplia en la colección Spiritualità
della Croce, Antologie di figure e testi spirituali
dal 1900 ad oggi, IV vols. dirigidos por los PP.
Cristoforo Chiari y Amadeo C. Naselli, San
Gabriele, 1976. Cfr. también CIPOLLONE, Religiosi
insigni..., o. c., y MALACARNE, Saggio...,

o. c., 358-388 ofrece la biografía de doce religiosos de


la provincia de la Piedad. - PETROCCHI,
Massimo, Storia della Spiritualità Italiana, III, Il
Settecento, l’Ottocento e il Novecento, Roma,
1970, sobre S. Pablo de la Cruz en pp. 19, 26-32, 77,
91, 95.
3
Del proceso del P. Juan Bta. Danei se mantuvo
silencio. El P. Juan Bta. Cioni escribió su biografía,
que permaneció inédita hasta 1934, Typ. Poligl.
Vaticana, 1934, pp. 238+XII, por cuenta del
subrelator de la Causa, P. Fernando Antonelli, O.F.M.,
como elemento de especial valor probativo
en el proceso. Sólo se hicieron algunas separatas no
comerciales que quedaron en manos del
postulador. - Cfr. ACP, XI, 1934-1935, 324. - Hasta
1909 no se iniciaron los procesos ordinarios
en Viterbo. Superadas las fases de los escritos y de no
culto, en diciembre de 1930 se introdujo la
Causa (ACP, XI, 1931-1932, 135. - El 7 de agosto de
1940 se firmó el decreto de reconocimiento
de las virtudes heroicas - (ACP, XIV, 1939-1941, 289-
294). - Desde entonces se espera que el Venerable
realice algún milagro. - Cfr. también ZOFFOLI, San
Paolo della Croce..., o. c., I, 11711172.
- DE SANCTIS, Gioacchino, Il santo fratello di S. Paolo
della Croce, Napoli, 1963. - ZECCA,
T. P., Padre Giovanni Battista Danei, il missionario
venuto dal deserto. Biografia nel III Centenario
della nascita 1695-1995, Segnatempi, n. 19, Editrice
Eco, 1995.

4
Cfr. ACP, XVIII, 1953-1954, pp. 82-115. - GIORGINI,
Historia…, o. c., II / 2, 301-305. - ZOFFOLI,
San Paolo…, o. c., I, 1529-1540. - AGCP, A,35 hasta
A,47 documentos relativos a la causa. -RA
pues Pío VI manifestó deseos de llegar a glorificarlo
él5. El P. Juan Ma. Cioni de San
Ignacio, primer postulador, renunció en 1892 y el P.
Vicente Strambi prosiguió el trabajo
hasta su muerte; siendo ya obispo le ayudó el P. Juan
Lucas Sofia de la Asunción
(1764-1850), que le sucedió hasta que en 1837 se hizo
cargo el P. Testa hasta su muerte
en 1862. El camino andado había sido largo. Los
procesos ordinarios siguieron un
ritmo: en 1777 en Alejandría, Gaeta, Corneto y Roma;
en 1778-1779 en Vetralla y Orbetello.
El 2 de febrero de 1784, Pío VI firmó el decreto para la
introducción de la causa;
en 1785, el de Non culto; el 27.08.1794, el de
aprobación de los escritos. En 1796
se confirma la fama de santidad según el proceso
instituido en Roma6. En 1786 el P.
Strambi había escrito la primera biografía7. Las
circunstancias políticas frenaron el ritmo
y los procesos de Roma y Corneto no se concluyeron
hasta 1803, y el de Vetralla
hasta 1804. Habían sido interrogados 157 testigos de
vista8. Durante los años de supresión
1810-1814, la causa se vio frenada, pues los
volúmenes con los testimonios quedaron
en manos de los invasores. Tras la restauración, el P.
Albesano la impulsó de nuevo:
Pío VII firmó el decreto de la heroicidad de las virtudes
el 18 de febrero de 1821;
para la ocasión escribió una nueva biografía el P.
Filippo Antonaroli9.

AVANCES EN LA ÉPOCA DEL P. TESTA. Para


proceder a la beatificación se
debía obtener la aprobación de dos milagros. El
primero se había producido en 1816
en Fondi, cerca de Gaeta, cuando el niño Francisco M.
Giorgi fue curado sucesivamente
de fiebres tifoideas y después de un aneurisma. El 4
de junio de 1839, siendo
ya general el P. Testa, se discutió el caso ante
Gregorio XVI, quien decidió pensarlo
más detenidamente; y mientras lo pensaba murió en
1846 y la aprobación del
milagro quedó en el aire. En 1851 Pío IX lo aprobó,
pero como único milagro, no
como dos. De entre los numerosos que se atribuían al
fundador, se escogió la curación
instantánea de María di Rollo, de Roccasecca, de unos
31 años, atacada por un
cáncer de pecho. Por pudor lo ocultó hasta que en
noviembre de 1844 los dolores
fueron insoportables. Un confesor pasionista le sugirió
que se encomendara al Vble.
Pablo de la Cruz y le proporcionó una reliquia;
enseguida quedó curada. El 12 de

PONI, Gaetano dell’Addolorata, vol. I, Testimonianza


del processo informativo di Vetralla; y II, Testimonianze
del processo informativo di Alessandria, Gaeta,
Orbetello, Corneto, Postulazione dei
Passionisti, Roma, 1969-1973. - NASELLI, C.,C. P.,
Agiografia e Storia, en L’O.R., 11.10.1973. Id.,
I Processi di Beatif. e Canon. di S. Paolo della Croce,
en L’O. R., 23-24 maggio 1977.

5
Annali, n. 690. El P. Juan Bta. Porta de S. Ignacio
comenzó a recoger los primeros testimonios. -
Cfr. BARTOLI, M. Catalogo..., o. c., n. 74, p. 74.
Después se encargó el P. Tomás Albesano en
1792; Mons. Strambi de 1796 a 1820. El P. Juan Lucas
Sofia de 1820 a 1840. En 1845 el P. Testa,
siguiendo el parecer del capítulo general de 1839, se
reservó para sí el proceso; así se le califica
en la beatificación: nostro preposito e postulatore della
causa. -AGCP, Platea SsGeP, II, 41.

6 Positio super validitate…, Summarium, 17, 18, 178.


7 Vita del Ven. Servo di Dio P. Paolo della Croce…,
Lazzarini, Roma, 1786, pp. XVIII-566. - Según ZOF
FOLI, o. c., 1531-1534, la escribió de rodillas en la
celda que el fundador había ocupado en Vetralla.
8 Cfr. GAETANO, I Processi…, o. c., Roma, 1978,
introduzione.
9 Impresa en la Tip. Crispino Puccinelli, Roma, 1821,
pp. 226. (AGCP, A-A-2). - ACP, XV, 1942

1947, 140-141. - DNEust, 22-23, datos de los


procesos.
agosto de 1851 se estudió el caso: el 25 de mayo de
1852 fue favorable el juicio de
los médicos, y Pío IX lo aprobó el 2 de agosto, cuando
acudió a San Francisco a Ripa,
de los conventuales, a ganar la Porciúncula10.

El 1 de octubre el card. Lambruschini, relator de la


causa, llevó a la casa general
el documento que reconocía al P. Pablo de la Cruz la
condición de beato: en la
sala llamada capellone fue recibido Pío IX, ante el cual
se leyó el breve11. Ante la
inminencia de la beatificación, el P. Pío Cayro escribió
una nueva biografía12. El P
Testa fue preparando el ánimo de los religiosos con
circulares sucesivas13.

CEREMONIA DE BEATIFICACIÓN Y TRIDUO DE


ACCIÓN DE GRACIAS14 .
Cuando se prepararon las reliquias del fundador para
ser expuestas en la basílica de los
Ss. Juan y Pablo después de que se hubiera producido
la ceremonia, estuvo presente
un Hospitalario de San Juan de Dios que le había oído
predicar en la misión de Santa
María in Trastevere, y había hablado con él. El 28 de
abril la urna con las reliquias fue
colocada bajo el altar del Smo. Sacramento. A las 8 de
la mañana del 1 de mayo la comunidad
y numerosos religiosos de otros retiros se dirigieron a
San Pedro, donde lucían
la imagen del beato y los tapices de los dos milagros.
Comenzó la ceremonia con
breve, ma elegante discorso latino del P. Testa;
respondió el card. Lambruschini, relator
de la causa. Un beneficiado de San Pedro leyó el
breve de proclamación del beato.
Siguió el Te Deum laudamus. Mientras quedaba
descubierta la imagen, los artilleros de
Sant’Angelo disparaban los cañones. Al escucharlos,
en la basílica celimontana se descubrió
la urna para que los fieles pudieran venerar al ya
beato. Por la tarde, los religio
10 ACP, XVIII, 1851-1852, 93-95, cita Il Giornale di
Roma, martes 03.08.1852. - Platea Ss.GeP, II,41.
11 Antes de la beatificación apareció en Bologna un
folleto anónimo de pocas páginas Breve cenno
intorno alla vita del Venerable P. Paolo della Croce.
Idea della congregazione de’Passionisti dal
medesimo stabilita, Tipi S.Tommasso d’Aquino, 1851. -
AGCP, 1-A-8.
12 AGCP, 1,A,4, Biografia del B. Paolo della Croce,
Tip. Forense, Roma, 1853, pp. 271, con autorización
del P. Testa del 5 de enero y dedicación al Papa Pío
IX. El P. Pellegrino Rossi del Corazón
de Jesús publicó simultáneamente un Compendio della
Vita del B. Paolo della Croce, en la
misma tipografía y año. Por las dificultades de envío
de ejemplares de un estado a otro, se hizo
una edición en Monza con las mismas características;
y una traducción al francés, editada en Tournai
el mismo año 1853. - Cfr. AGCP, 1,A, 6 y 1, A,7.
Quedó inédita la escrita por el P. Ignacio
Carsidoni, de la que se conservan dos copias en
AGCP (M-I.E, 23 y 24).
13 Baste enumerar el tema y la fecha de las mismas:
1) 1 enero 1843 informa de la reunión ordinaria
para la introducción de la causa de Mons. Strambi
(ACP, XVII, 1951-1952, 177). - 2) El
06.06.1851 manda oraciones por el éxito de la
congregación antipreparatoria sobre el segundo
milagro
(ACP, XVII, 1951-1952, 212-213). - 3). El 29.04.1852
anuncia la segunda congregación preparatoria
sobre el segundo milagro (ACP, XVII, 1951-1952, 266-
267). - 4) El 03.06.1852 anuncia
la congregación general sobre el mismo milagro (ACP,
XVII, 1951-1952, 268-269). - 5) El
07.08.1852 comunica que, una vez aprobado ya el
milagro, es cierta la beatificación (ACP, XVII,
1951-1952, 269-272). - 6) El 07.10. 1852 dice que está
ya preparado el breve apostólico sobre la
beatificación (ACP, XVII, 1951-1952, 299-300). - 7) El
07.04. 1853 anuncia que será el 1 de mayo
(ACP, XVII, 1951-1952, 300-301). - 8) El 16.04.1853
informa que el Papa ha concedido permiso
a todos los sacerdotes del instituto para celebrar misa
del beato después de la beatificación,
y la erección de un altar en nuestras iglesias (ACP,
XVII, 1951-1952, 301).
14 Platea de los SsGeP, II,41-42. - La Civiltà Cattolica,
serie II, vol. 2 (1853), 450-451. -Il Giornale
di Roma, 04.05. 1853.
sos volvieron a San Pedro: Pío IX bajó a venerarlo.
Cuando se encontró ante la imagen,
el P. Testa le ofreció un ramo de flores, la vida del P.
Pablo y un cuadro del mismo.
Al día siguiente Pío IX se presentó en la basílica
celimontana y después de haber
venerado las reliquias, recibió el respeto de los
religiosos y regresó al Vaticano15. El 9
de junio el P. Testa mandó que desde entonces hasta
el 30 de abril de 1854, en todas
las iglesias pasionistas se hiciera un triduo de acción
de gracias, con misa por la mañana,
exposición del Santísimo por la tarde y Te Deum en la
última tarde16.

En la casa general el triduo tuvo lugar los días 1-3 de


julio. Encima del altar mayor,
en un cuadro del pintor Gregori, de Bologna, el beato
aparecía llevado al cielo
por los ángeles. El card. Lambruschini convirtió en
capilla la celda en la que murió
el beato. Mons. Molajoni, C.P., consagró el pequeño
altar, y en ella se expusieron,
en estanterías góticas, objetos usados por el beato,
como el crucifijo que llevaba a
las misiones. En el altar lucía otro cuadro del mismo
Gregori. En las misas solemnes
pronunciaron panegíricos el P. José Tommasi,
provincial de los conventuales, el

P. Andrés Vallesi, barnabita, y el P. Francisco Gaude,


procurador general de los dominicos.
Durante el triduo los religiosos distribuyeron
ejemplares de la obra escrita
por el P. Pío. Con similar solemnidad se celebró el
triduo en cada comunidad, como
se ha descrito al hablar de cada una.
La S. C. de Ritos preparó la liturgia propia, y el 12.05.
1853 el card. Lambruschini
firmó el documento con los textos de la misa y del
oficio divino17. Mediante
otra carta del 11.10.1853 el P. Testa quiso que los
religiosos se dispusieran a la primera
fiesta del beato (se le había asignado el 16 de
noviembre como fecha en el martirologio),
y mandó que desde la vigilia de aquel día fuera
invocado al final del rosario
con la antífona de vísperas y la oración18.

15
Il Giornale di Roma ofrece algunos detalles más: la
música de la misa cantada en San Pedro fue
obra del Mtro. Raimondi, de la capilla Giulia del
Vaticano. Los dibujos que ilustraban la basílica
fueron pintados por el Mtro. José Manno.

16 ACP, XVII, 1951-1952, 302-303, y XVIII, 1953-54,


110ss. - Platea SsGeP, II, 42-43.
17 A) MISA: Introito: Gal 2, 19.20; Salmo 88. - Colecta:
Domine Jesu Christi qui ad recolenda Passionis
tuae mysteria ejusque memoriam excitandam Beatum
Paulum elegisti, et per eum novam in
Ecclesia tua familiam congregasti, concede propitius ut
per ejus vestigia gradientes, ejusdem Passionis
fructum percipere mereamur... -Epístola 1 Cor 1, 23ss.;
Graduale: Gal 6, 24; Sap 7.7.8;
Gal 6, 16. Post septuagessimam, Tractus Salm. 141;
Filip 1, 30; 2 Tim 4, 17. Tempore Paschali:
Col 2,3 y 4. - Evangelio: Lc 10, 1 ss. - Ofertorio: Job
29, 14ss. - Secreta. - Com 1 Petr 4, 13. -
Postcomunión. -B) OFICIO DIVINO: Oración, como en
la misa. - Lecturas del II Nocturno: 4ª,
5ª. y 6ª elogio del beato. En el III Nocturno, homilía de
San Gregorio Papa sobre Designavit Domunis,
del común de evangelistas. - En DNEust, 22, se dice
que el oficio para la beatificación se
preparó con el material dejado por el P. Felipe de la
Concepción (Antonaroli); el P. Pío del Nombre
de María modificó los himnos; las lecciones fueron
preparadas por el P. Pellegrino Rossi del
Corazón de Jesús; pero como eran muy largas, en la
canonización fueron rehechas por mons Lorenzo
Salvati, sub-promotor de la Fe; y se cambiaron las
antífonas de los nocturnos y la del Magníficat
en las segundas vísperas. También la misa fue obra
del citado Salvati. - Cfr. SHUSTER,
I., Liber Sacramentorum, Notes Historiques et
Liturgiques sur le Missel Romain, tomo VII, Bruxelles,
1931, 151-154, el comentario a estos textos de la misa
y del oficio del fundador.
18 ACP, XVII, 1951-1952, 304-305. La beatificación
suscitó mucho entusiasmo para dar a conocer
la figura del fundador. En 1856, de la obra del P. Pío
Cayro se hizo una edición en Aversa dedica
PROCESO HASTA LA CANONIZACIÓN. Este
entusiasmo no se detuvo. Ya
desde antes, en 1851, se había tomado la decisión de
dedicarle una gran capilla en la
basílica o junto a ella. En 1857 se comenzó a levantar
la capilla dedicada al beato19,
según proyecto de los arquitectos Filippo Martinuci y
su hijo Vincenzo; el altar fue
obra del ing. Rafael Infami, la pintura de Cochetti (los
cuadros de Getsemaní y La
Piedad son de Francisco Grandi). La obra iba
avanzando cuando en 1862 sobrevino
la muerte del P. Testa. Con ello se podría dar por
concluida esta relación, pero por
unidad del tema se añaden algunos datos finales. El
fundador fue canonizado por Pío
IX el 29 de junio de 1867. No fue posible tener
concluida la capilla para la fecha. El
17 de agosto del mismo año se firmó un contrato de
53.750 liras, para la colocación
de la estatua de San Pablo de la Cruz en la basílica de
San Pedro, obra de I. Jacometti
(1819-1883)20. Por los trastornos de las décadas
1860-1880, los trabajos quedaron
interrumpidos. El 04.08.1875 la consulta estudió la
continuación, ya que la Junta Liquidadora
había garantizado la pacífica posesión de la casa. Se
optó por proseguir para
que no se deteriorasen más los materiales
acumulados21. El card. Howard, titular,
bendijo el 23 de abril de 1880 tres altares nuevos: los
de la I. Concepción y la Asunción,
en la basílica, y el de B. Pablo de la Cruz en la nueva
capilla. El 25 de abril las
reliquias fueron colocadas en la capilla en un altar
regalado por el príncipe Alejandro
de Torlonia, quien pagó además los gastos del
triduo22. Los días 25, 26 y 27, hubo triduo
solemne con misa y vísperas. Predicaron,
sucesivamente, el P. Jacinto Rossi,

ta a S. M. Ferdinando II, re del regno delle Due Sicilie,


que aceptó la dedicatoria. (1 A-12). En el
ámbito anglófono, en el año de la beatificación se
imprimió en tres volúmenes la vida escrita por
el P. Strambi; el primer volumen contiene una
introducción de 25 pp. del ya difunto P. Domingo
Barberi, fechada en Aston Hall, el 21 de septiembre de
1847; en ella narra la relación del B. Pablo
de la Cruz con Inglaterra, y los pasos dados hasta la
presencia pasionista en Londres (I-A-9).

-En los EE.UU., en 1856 se imprimió Life of Blessed


Paul of the Cross, founder of the Congr.of
the Clerics of the most Holy Cross and Passion of
Jesus Christ, Boston, 1860, dedicada a Mons.
O’Connor, obispo de Pittsburgh por a catholic layman,
Bunline, Mass, 30 septiembre 1862
(AGCP, 1 A 16). - En Bélgica, el can. Haller publicó
Abregèe de la vie du Bienhereux Paul de la
Croix, fondateur..., par un ecclesiastique de la Diocesis
de Tournai, suivi d’une neuvaine en son
honneur par un P. Passioniste, Tournai 1853. (1-A-14).
El P. Turrenio Pizzuti, C. P., publicó Vie
abregèe du Bienheureux Paul de la Croix..., Lille, 1856.
(1-A-13). La obra del P. Pío fue traducida
al inglés por el P. Spencer y salió en Londres, en 1861,
con el título The Life of Blessed Paul
of the Cross, Founder..., written by Fr. Pius of the
Name of Mary, consultor general of the same
Congregation... (AGCP, 1-A-17).
19
Platea SsGeP, II, f. 66.

20
ZOFFOLI, o. c., I, 1540. - AGCP, Paolo, caja 4. - NOE,
Card. Virgilio, I santi fondatori nella basilica
vaticana, Modena, 1996, 433-442.

21
Atti delle Consulte Generalizie 1870-1909, f. 29.

22
Otros bienhechores que colaboraron: Card. Macchi,
4.000 escudos; Princesa Laura Boufremont,
marqueses Patrizi, profesor Felipe Doria, príncipe
Felipe Torlonia, Sra. Luisa Celestini, Marqués
Clavelli, príncipe Alejandro Torlonia (además del altar
de las reliquias, 42.000 liras); Pío IX (los
mármoles y las columnas de alabastro de Egipto); el
card. Antonelli, muchos mármoles; Gaspar
Guidi y su hijo Alejandro, mármoles preciosos y el
alabastro de las 26 pilastras en las paredes...
O.P., Mons. Anivitti y Mons. Schiaffino, olivetano
(también en el tercer día, pero en
inglés, el P. Fidel Kent Stone, C.P., convertido al
catolicismo)23.

2. Causa de Mons. Vicente Ma. Strambi24


La vida de Mons. Vicente María Strambi (1745-1823)
transcurre en tres etapas
diferenciadas: 1) en familia hasta el sacerdocio; b) de
misionero pasionista hasta
1800; c) de obispo 1800-1824. Ya sacerdote en 1768,
entró en Monte Argentario y
profesó en 1769. En 1771 dio la primera misión en
Montecchio, diócesis de Todi. El
obispo de Montefiascone escribió al P. Pablo el 29 de
septiembre de 1773: Hará mucho
bien a la nueva y santa congregación25 . Además de
predicador y formador, fue
director espiritual muy estimado. Entre otro dirigidos se
menciona a la Vble. Ma.
Luisa Marizi, a la beata Ana María Taigi, san Gaspar
del Búfalo, la Vble. Ma. Clo-
tilde Adelaida de Saboya, reina de Cerdeña y esposa
de Carlos Manuel IV, refugiada
en Roma por la invasión napoleónica26. Desde que
Clemente XIV dio la casa de
los Ss. Juan y Pablo, el P. Strambi residió en ella como
director de estudiantes. Asistió
a la muerte del P. Pablo de la Cruz y se preocupó de
registrar su última voluntad.
En 1786 escribió la primera biografía y desde 1796 se
encargó de su Causa. En 1792
Pío VI ordenó procesiones de penitencia, y el P.
Strambi las predicó en las iglesias
del Espíritu Santo in Sassia, Trinitá dei Monti, Santa
María in Vallicella (Chiesa
Nuova hoy) y Santa María la Mayor27. En 1796, en la
misión general de Roma, predicó
quince días en la Piazza Colonna. Seguidamente el
Papa le encargó los ejercicios
a los cardenales y al clero en la iglesia del Gesù. El 15
de febrero de 1798 fue
proclamada la república romana; Pío VI marchó
prisionero al exilio. El P. Strambi
se retiró a Monte Argentario, con otros 45 religiosos
considerados extranjeros o no

23
Platea SsGeP, II, 66ss., crónica escrita por el P. Diego
Alberici, miembro de la comunidad. - The
Life of the Blessed Paul of The Cross..., London, 1853
(traducción de la obra del P. Strambi), vol.
I, pp. 21-25. - MARTINA, G., Pio IX, o. c., Vol. II, p.
702; y III, p. 138.

24
Romana seu Macerat..., Positio super Introductione
Causae, Romae, 1843. - Positio super virtutibus,
Romae 1885.–Positio super miraculis..., Romae 1923.
- STANISLAO DELL’ADDOLORATA,
C. P. (Ambrosini), Vita del Bto. Vincenzo Ma. Strambi,
passionista, vescovo di Macerata
e Tolentino, Roma, 1925 (AGCP, 8-B-14; reedición en
1949 para la canonización). - FERRUZZI,
Sac. Michele, Compendio della vita di Mons. Vincenzo
Ma. Strambi..., Milano, 1924. - CARSIDONI,
Ignacio del Costato di Gesú, Vita del Vble. Servo di Dio
Monsignor Vincenzo Maria Strambi,
della congregazione dei ’Passionisti, vescovo di
Macerata e Tolentino, estratta fedelmente dai
processi ordinari, Roma, 1844. El P. Testa se la dedica
al card. Lambruschini en agosto de 1843.

-C. SCARONGELLA, C., San Vincernzo Ma. Strambi,


direttore spirituale, Roma 1991. - GIORGINI,
San Vincenzo Maria Strambi. Biografia, Segnatempi 7,
San Gabriele, 1997.
25 AGCP, A. IV.IV/1-3/5-3, cit por GIORGINI en San
Vincenzo..., Segnatempi 7, p.14.
26 Cfr. GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 305-306. -
SCARONGELLA, C., San Vincernzo Ma.
Strambi..., o. c., 37 ss.
27 Cfr. CIONI, Juan Ma. de S. Ignacio, Annali, o. c.,
nn. 1182-1183.
nativos del estado romano. En 1799 murió en el exilio
Pío VI. Los electores designaron
en Venecia al sucesor, card. Bernabé Chiaramonti, Pío
VII, que en 1801 nombró
al P. Strambi obispo de Macerata y Tolentino28.
Consagrado en la basílica de los
Ss. Juan y Pablo, el 14 de agosto llegó a Macerata. Se
encontró con una diócesis bicéfala:
en Macerata, de 13.807 habitantes, había 2 canónigos
en la catedral y 9 en la
colegiata de San Juan, 170 sacerdotes en toda la
diócesis y 12 casas religiosas; en
Tolentino, de 9.000 habitantes, 15 canónigos en la
catedral, 72 sacerdotes diocesanos,
4 casas de religiosos y 3 monasterios de monjas.
Inmediatamente participó en
la misión de Macerata con cuatro pasionistas. El 4 de
octubre tomó posesión de Tolentino;
en la cuaresma de 1802, después predicar ejercicios al
clero de Recanati, regresó
a Tolentino para participar en la misión también con
pasionistas. Siguió visitando
todas las parroquias y muy atento a las necesidades
de los pobres. El H. Camilo,
que le acompañaba como familiar, le oyó lamentarse
más de una vez: ¡Felices
aquellos obispos que tienen cien mil escudos de
renta!29 .

Mientras Mons. Strambi se gastaba y desgastaba por


su diócesis, las tropas napoleónicas
se adueñaron de Roma el 2 de febrero de 1808, y
exigieron a los eclesiásticos
juramento de fidelidad al emperador. Mons. Strambi se
negó en redondo y
escribió a Pío VII, ya desterrado en Francia: Estoy
preparado para ir por Cristo a
la cárcel y a la muerte30 .

El emperador lo desterró a Milán, de octubre de 1808 a


mayo de 1814. En esta
fecha, derrotado ya Napoleón, Pío VII regresó a Roma,
y Mons. Strambi a Macerata
y Tolentino. Dura tarea les esperaba a los dos: al Papa
para restablecer la observancia
de todos los religiosos, y a Mons. Strambi para
desenredar los problemas de
las diócesis. Se encontró con más pobres que los que
había dejado al marchar al exilio.
Desde el principio del episcopado había llamado a los
barnabitas para que abrieran
un colegio. Al regresar del destierro logró recuperar los
centros de alfabetización.
Luchó contra la degradación moral. La masonería
estaba empeñada en no perder
con el obispo lo que había ganado con el emperador.

Pero más de veinte años de trabajo en la diócesis


habían desgastado su salud, y
le dolía mucho la crisis moral de la sociedad, según
reconocía en el informe de la
visita ad limina de 1819: Me toca vivir una época en la
que cada día se evapora el
interés por la religión y la piedad, crecen las espinas
de los vicios, despuntan las
raíces de la amargura, arde la soberbia..., se escuchan
discursos de los que han
naufragado en la fe..., y todo se extiende como un
cáncer31 .

28 Platea SsGeP, I, 102-103.


29 Cfr. STANISLAO, o. c., 377. - GIORGINI, San
Vincenzo Ma. Strambi..., o. c., 38
30 ...Cum Cristo meo paratus sum et in carcerem et in
mortem ire... - AGCP, Strambi, caja 8, 21;

B-I-VII/4-2. GIORGINI, o. c., 48 y 133, nota.


31 ASVaticano, S.C. Cons., n. 475, Relatio ad Limina
1819, f. 10.
Humildemente reconoció sus limitaciones, y buscó el
arbitrio de la Santa Sede.
El 18 de julio de 1823 comunicaba al card. Consalvi:
Reitero... mis humildes súplicas
para que se digne sacarme de esta cárcel y permitirme
que me retire a prepararme
a una buena muerte. Desde el regreso de Milán le
había faltado la compañía
del H. Camilo Oldani (1773-1856), a quien el P.
Albesano había extendido la orden
general de incorporarse a los retiros. En 1820, tras la
muerte del P. Albesano, logró
que se le enviase como familiar al H. Camilo, a cuya
llegada escribía el obispo: Realmente
me ha librado de muchas preocupaciones32 .

Consciente de sus limitaciones, suprimió las


predicaciones fuera de la diócesis.
En agosto de 1823 murió Pío VII, al que sucedió el
card. Aníbal della Genga con el
nombre de León XII. Mons. Strambi reiteró la renuncia
a la sede. El 5 de noviembre
el card. Brancadoro le comunicó que el Papa aceptaba
la renuncia, pero que quería
tenerlo cerca en el palacio pontificio sin que usted
tenga que pensar en nada33 .
Como el H. Camilo se había ausentado a Morrovalle,
el obispo tuvo que ingeniárselas
para preparar sus pertenencias. El 24 de noviembre
salió de Macerata. Un cronista
del tiempo lamentaba: Ha sido común el dolor por la
pérdida de tan gran pastor,
especialmente lo han sentido los pobres a los que
nunca negaba su apoyo y consuelo34.
El H. Camilo diría en los procesos que León XII lo
había querido a su lado
como confesor y consejero, según era voz y fama35 .
En el Quirinal, entonces palacio
pontificio, se le había preparado la habitación n. 7,
segundo corredor, en el Palazzo
della Famiglia. Le acompañaría el joven H. Juan
Lorenzo Gianechini de la Pasión
(1789-1844). Por las tardes iban a la basílica de los
Ss. Juan y Pablo, donde Mons.
Strambi, después de larga oración, comentaba con el
P. Juan Lucas el proceso del
fundador. Al regresar al palacio, saludaba al Papa, que
lo retenía en coloquio. En la
noche del 23 al 24 de diciembre de 1823 el Papa se
puso muy grave; Mons. Strambi
acudió con el hermano y le aconsejó recibir el viático,
que le administró Mons.
Galeffi. El enfermo mejoró ligeramente, Mons. Strambi
le pidió licencia para retirarse
a celebrar la misa, y le dijo: Mientras tanto S. S. se
encomiende a la Virgen Dolorosa,
y confiemos en que le concederá la gracia de la salud,
y más habiendo personas
dispuestas a dar su sangre y vida por la salud de V.
S.36 .

32 AGCP, Fondo Strambi, caja 7, 3; B - I-VII/3-15.


33 AGCP, Strambi, caja 7, 8; B - I-VII/3-16.
34 Cfr. RASCIONI, Pietro, Memorie storiche di
Tolentino in Quaderni del bicentenario... del tratta
to di Tolentino 19/02/1797, n. 1, 1995, 136. -
GIORGINI, o. c., 90, nota 108.

35
Cfr. Proc. Ord. A Roma, f. 869. - Cfr. PERRUZZI, M.,
Compendio della vita…, o. c., s. p., dice:
Mons. Strambi había sido llamado por el sabio
Pontífice... como su director de espíritu y consejero.

36
GIORGINI, San Vincenzo..., o. c., 94. - STANISLAO,
San Vincenzo..., o. c., 666.
El H. Juan Lorenzo diría que Monseñor se había
ofrecido víctima por el Papa;
y el sacrificio no tardó en consumarse... Sentido
victimal reconocido por León
XIII, al declarar el 1 de abril de 1894 la heroicidad de
sus virtudes: Entre otras muchas
cosas, me agrada recordar el acto de generosidad que
ejecutó siendo yo adolescente
y que fue comentado por varios consultores, que para
que se conservase
la vida de León XII en peligro, ofreció la suya, y, como
bien sabéis, Dios acogió su
oración37 .

León XII pudo vivir varios años, pero Mons. Strambi


moriría poco más tarde. El
28, mientras estaba en la comida, le sobrevino un
ataque de apoplejía. El H. Juan
Lorenzo avisó a la casa general. Acudieron enseguida
el P. Juan Lucas, el Hno. Buenaventura
Riccotini y el rector, P. Antonio Testa con varios
médicos del Quirinal. La
B. Ana Ma. Taigi, dirigida espiritual del obispo,
profetizó que recuperaría la conciencia
para recibir los sacramentos, como así sucedió. Pero
el mal no se detuvo y
acabó con la vida de Mons. Strambi hacia el mediodía
del 1 de enero de 1824. El
Diario de Roma, 01.01.1824, anunciaba: Lamentamos
la muerto del dignísimo obispo
Mons. Vicente Ma. Strambi..., un eclesiástico
encomiable por la santidad de sus
costumbres y el ejercicio de todas las obras de caridad
cristiana. El cadáver fue
conducido a la basílica de los Ss. Juan y Pablo y
expuesto a la veneración de los fieles.
Por fin reposó en la segunda pilastra, a la izquierda de
la entrada38. En 1925 sus
restos fueron reconocidos y colocados en una urna de
cristal bajo el altar del crucifijo
en la misma basílica39.
En 1824 salió en Macerata la primera biografía, escrita
en latín por Miguel Ferruzzi:
Compendio della vita di Monsignor Vincenzo Ma.
Strambi, già vescovo di
Macerata e Tolentino. La dedicatoria a la condesa
Carolina Dunini, que atendió a
Mons. Strambi durante su destierro en Milán, lleva
fecha del 24 de marzo. El P. Carsidoni
preparó una amplia Vita del Venerabile Servo di Dio
Mons. Vincenzo Ma.
Strambi..., Roma, 1844, sacada de los procesos y
dedicada al card. Lambruschini,
promotor de la Causa. Varias más aparecieron en el
siglo XIX, pero la más completa
es la que para la beatificación en 1925 preparó el
citado P. Stanislao.

Los procesos ordinarios se iniciaron el 18 de junio de


1832 en Civitavecchia; siguieron
los de Viterbo, Tolentino, Milán, Macerata y Roma.
Depusieron 147 testigos.
El pintor José Landucci, de Vetralla, pintó su retrato40.
El 19 de junio de 1840
37
Cfr. AAS, 1893-1894, 575. También Ibid., XVII, 1925,
en el decreto Tutto procedi posse ad beatificationem,
203. - STANISLAO, o. c., 684, copia las palabras en
latín.

38
La lápida llevaba esta inscripción: Corpus Ven. Servi
Dei Vincentii Mariae Strambi presbyteri
Congr. Passionis D. N. J. C., et per ann. XXIII episcopi
Maceraten. et Tolentin. Qui ortus Centumcell.
Kal. Jan. MDCCXLV, abdicato episcopatu Romae in
Palatio Apostolico Quirinali decessit
in pace Xri. Kal. Jan. MDCCCXXIV (NDEust, 127)

39
Cfr. P. STANISLAO..., o. c., 681.

40
Platea dei SsGeP., II, p. 3 y 35.
el ya general P. Testa obtuvo que actuara de ponente
el card. Lambruschini, barnabita,
que en Macerata había sido confesor del Siervo de
Dios. El 7 de julio de 1844
Gregorio XVI lo declaraba venerable41. En los años
sucesivos se siguieron los procesos
apostólicos, sobre los escritos, la fama de santidad, los
milagros, etc. Los
acontecimientos políticos de los años 1860-1880
frenaron la marcha de la Causa. En
1889 el cardenal vicario de Roma, prefecto de la S. C.
de Ritos, pidió al superior general
P. Francisco Javier del Principe que se activara su
Causa y se promovieran
otras, como las del P. Domingo, L. Salvi y Santiago
Gianel. La curia general tomó
nota el 18 de agosto de 1889 y dio nuevo impulso a los
procesos. El P. Germán
Ruoppolo se hizo cargo de esta causa, de las demás
citadas y de la del estudiante Gabriel
Possenti42. El 1 de abril de 1894 León XIII reconoció
la heroicidad de las virtudes.
El 9 de junio de 1920 se discutió la validez de la causa
y de los procesos sobre
los milagros. Pío XI, el 19 de marzo de 1925, aprobó
los dos milagros y el 26
de junio realizó la beatificación. La canonización tuvo
lugar el 11 de junio de 195043.

3. Causa del P. Lorenzo Ma. Salvi44


De la etapa de gobierno del P. Testa, el P. Salvi es
una de las personalidades más
ricas en espiritualidad, apostolado y gobierno. Sufrió la
supresión napoleónica, contribuyó
a la restauración y fue misionero, superior y apóstol de
la devoción al Niño
Jesús. Nacido en Roma el 30 octubre 1782, pasó por
el Colegio Romano y profesó
en Monte Argentario en 1802. En la casa de los Ss.
Juan y Pablo se preparó para el
sacerdocio que recibió en 180545. Le tocó vivir en
Roma la deportación de Pío VII
a Francia. Se negó a prestar juramento de fidelidad al
emperador, por lo que perdió
la pensión de 400 francos mensuales que le hubiera
pasado el gobierno invasor. Tuvo
que dejar la casa de los Ss. Juan y Pablo y refugiarse
en una iglesia de Roma no
identificada. Después aceptó la invitación del P.
Joaquín Scagnetti que vivía en Pievetorina
con el Hno. Buenaventura Ricottini; allí comenzó su
apostolado del Niño
Jesús. En 1814, tras el regreso de Pío VII a Roma, se
unió a los religiosos que renovaron
la vida pasionista. En enero de 1815 inició una
campaña misionera; en toda

41
Ibid., II, 33.

42
Cfr. Atti della Consulte Generalizie, 1870-1909, 123-
124. - ACP, XIX, 1955, 116-120.

43
Cfr. - Bollettino,VI, 1925, 97-100, 104-127, 129-160,
204-218. - ACP, XVI, 1948-50, 261ss., 341,

379 y 382; XVII, 1951-1952, 47 ss., y XX, 1957-1960,


237: traslado de sus reliquias a la catedral

de Macerata, iglesia de San Felipe, el 17.05.1957.

44
Cfr. Romana seu Sutriana, Beat. et Canon. Servi Dei
Laurentii Mariae a S. Francisco Xaverio...
Positio super virtutibus, Insula Liri, 1942, de donde se
toma la cronología. - Cfr. SALVI, L., Alla
scuola di Gesú Bambino, edic. Il Crosifisso, Roma,
1989. - LIPPI, A., Psicologia di un mistico.
Biografia del Padre Lorenzo Salvi, Roma, 1988. - Id., Il
beato Lorenzo Salvi, apostolo di Gesù
Bambino, 2ª., Roma, 1989, 318 pp. - ALBERTI, G., B.
Lorenzo Salvi, Segnatempi, n. 14, San Gabriele,
1995. - DNEust 255-257.
45
Cfr. Summarium, 216, 92. - LIPPI, Psicología di..., o.
c., 51.
su vida sacerdotal intervino en 260 cursos de misiones
y ejercicios46. El 15 de abril
de 1815 fue enviado de rector de Terracina, cerca de
Gaeta; el convento se hallaba
en una zona de bandoleros, que varias veces
amenazaron a los religiosos. El P. Albesano,
superior general, mandó que entregaran al obispo las
llaves de la casa y que
se presentaran en Roma47. En la casa delos Ss. Juan
y Pablo estuvo ocupadísimo en
la zona del Lazio. En Grosetto, cerca de Monte
Argentario, se declaró una epidemia
de tifus; como el superior, P. Jerónimo Ferrutti, lo
contrajo por atender a los infectados
y murió el 22 de abril de 1817, el P. Salvi fue destinado
a sucederle hasta 1821.
Amante de la música, recuperó el órgano que un
superior había vendido a los jesuitas,
quienes no exigieron nada a cambio. Logró que se
reabriera el noviciado de San
José y no cesó de dar misiones48. El 14 de mayo de
1821 fue de rector a Todi, y allí
comenzó a padecer convulsiones nerviosas, que no le
desaparecieron ya nunca49. Escribió
la primera biografía de Mons. Strambi, fallecido en
1824; se conserva inédita.
Como en el capítulo de 1824 no podía ser reelegido
por tercera vez, el general
Padre Pighi lo llamó de vicario a Roma. Durante el Año
Santo de 1825 fue designado
Penitenciario Especial en la basílica celimontana, y
editó el libro Invito a tutti i
fedeli del mondo cattolico con alcuni esercizi devoti in
onore della Santa Infanzia
di Gesù, Asís, 1825. En 1827 resultó nombrado rector
de la comunidad por haber sido
expulsado el que lo era; tuvo de vicario al P. Barberi. Y
para recordar gráficamente
a muchos religiosos beneméritos encargó al artista
Landucci muchos de los retratos
que aún se pueden ver por los corredores50.

Por el agotamiento de las misiones y ejercicios, la


dirección de la casa y los problemas
neurológicos, el P. Colombo lo mandó a descansar a
Montecavo. En 1833
salió elegido rector de Vetralla, donde se encontró a
gusto, predicaba y atendía a los
huéspedes o ejercitantes (323 en el trienio, a razón de
100 por año). Realizó varios
trabajos en la casa y restauró el órgano51. En 1836 el
capítulo lo nombró primer consultor
del P. Testa, provincial. Tres años más tarde volvió a
Roma, nuevamente de
superior. Cuando en la primera de 1840 salieron de
Roma el P. Barberi y sus com

46
Summarium ex officio, 56. - LIPPI, Pscología di..., o. c.,
71-72.

47
GIORGINI, Historia.., o. c., II/2, 122 ss.
48
LIPPI, Psicología di..., o. c., 82 y 84.

49
Fue una de las dificultades del Promotor de la Fe en
los procesos. - Cfr. LIPPI, Psicología di..., o.
c., 100-101.

50
Platea SsGeP, II, 3-5. - En 1832 imprimió L’anima
innamorata di Gesù Bambino, cuatro vols. impresos
en Asís, que después resumió en uno solo y tuvo seis
ediciones, la última en 1870; reeditado
en 1923 con introducción del P. Amedeo Casetti de la
Madre del Divino Pastor.

51
LIPPI, A., Il beato Lorenzo Salvi, apostolo di Gesù
bambino, o. c., 131-132. - Romana et Sutriana,
Summarium Super Virtutibus, apendice,15, testimonio
del P. Fortunato, testis de visu: Fue organista
(en la iglesia de los Ss. Juan y Pablo), y manifestaba
su devoción también durante esta actividad.
Muchos decían que tocaba en éxtasis, como le courría
con facilidad en la noche de Navidad.
pañeros para Francia y Bélgica, el P. Salvi era uno de
los posibles, pero el P. Testa
no se fió de su salud52.

Junto con el P. Pío Cayro participó en muchísimas


misiones, siendo la más recordada
la de Marino al sur de Roma, pueblo de odios y
rencores; consiguió la pacificación
de muchas familias. También predicó en las cárceles
de Corneto. En 1842
volvió a ser consultor provincial, confirmado en 1845.
En este período comenzó a
manifestar uno de los dones que había recibido del
Señor: el de las curaciones con
la bendición de la imagen del Niño Jesús. Tras el
capítulo de 1848 volvió de rector
a Roma. En aquel otoño Pío IX se refugió en Gaeta. El
P. Salvi guardó los vasos sagrados
de la basílica, sin decirle a nadie en dónde, y se retiró
a Montecavo con unos
sobrinos. En aquella comunidad coincidió con el
también refugiado Gaetano Moro-
ni (1802-1883), quien hace del P. Salvi, ya difunto,
este elogio: Conviví con él 23
días en el retiro de Montecavo, donde me regaló su
preciosa obra El alma enamorada
del Niño Jesús. Es admirable que supiera encontrar
para cada día del año un
ejemplo adecuado para su piadoso proyecto53.

Regresó a la casa general el 23 de julio de 1849. El 16


de enero de 1850 fue elegido
consultor y marchó a Vetralla. Decaído físicamente, se
dedicó sólo a ejercicios,
no a misiones. En esta época mantuvo frecuente
relación epistolar con algunas pa-
sionistas de Tarquinia, en donde estuvo de confesor
extraordinario del 2 al 27 de diciembre
de 1853. Asistió en Roma, en 1853, a la beatificación
del P. Pablo de la
Cruz. En la noche del 20 de febrero de 1854, mientras
rezaba maitines en el coro,
sufrió un colapso, pero no se produjo lesiones. En
septiembre estuvo en Tarquinia
de confesor extraordinario, y el provincial, creyendo
que el clima le favorecía más
que el de Vetralla, le mandó pasar allí la Navidad. En
abril de 1855 sufrió un accidente
cuando iba en una calesa; se dislocó un brazo y debió
permanecer 40 días en
cama. Ya repuesto, el superior lo mandó a Capranica a
casa de los bienhechores Porta.
El 12 de junio de 1856, después de la comida con los
bienhechores, se retiró a su
habitación. Hacia las 7 de la tarde la señora Porta oyó
quejidos, abrió la puerta y lo
encontró apoyado en la pared, pero sin poder hablar.
El médico lo acompañó en la
agonía y el sacerdote le administró los sacramentos.
Sobre las 7,45 p. m. entregó su
espíritu. Los religiosos de Vetralla organizaron el
traslado del cadáver... En 1857 sus
restos fueron trasladados a una sepultura en la
iglesia54.

52
El P. Barberi pidió más adelante que fuera de superior
a Ere, pero el P. Testa se mantuvo cerrado
y algo hermético: Il padre Lorenzo... non impararebbe
la lingua e per altre ragioni..., sin que en
ningún momento aclarase más. - Cfr. LIPPI, Il beato
Lorenzo..., o. c., 178.

53
Dizionario di erudizione storico-ecclesiastica, vol. 89, p.
218.

54
El P. Testa quiso que en la lápida no figuraran elogios
que pudieran ser consideradas culto público
y entorpecieran la Causa: Corpus P. Laurentii a S.
Franciso Xaverio, qui ortus Romae Capranicae
obiit. - DN, 255-257.
Su fama de santidad permanecía intacta, pero nadie
se movió a promover la Causa
durante este período histórico. En 1892, la curia
general encargó al l P. Germán
Ruoppolo que la iniciara. En los procesos ordinarios
fueron citados 216 testigos en
10 lugares distintas, y en los apostólicos 65 de seis
sedes distintas.

Ahora se ofrecen aquí sólo las fechas más


significativas: El 14.12.1915, decreto
de aprobación de los escritos; en 1923, el de la
introducción de la causa; en 1946,
estudio sobre las virtudes heroicas y los milagros. En
1947, congreso antepreparatorio
super virtutibus. En 1949 se detuvo la causa, pues de
los 17 votos sólo seis fueron
positivos55. En 1983 el P. Carlos Lizarraga presentó
Responsio ad animadversiones
de 1949 con una novissima positio. En 1987 se obtuvo
el voto favorable de los
teólogos y cardenales; el 19.02.1988 Juan Pablo II
declaró la heroicidad de las virtudes
y el 01.10.1989 lo beatificó junto con los mártires de
Daimiel, España, P. Nicéforo
Díez y compañeros.

4. Causa del P. Domingo Barberi


De su vida se han ofrecido suficientes elementos al
hablar de los personajes y de la
expansión fuera de Italia. Su hermano Adeodato le
sobrevivió 14 años (+1863). Hicieron
el noviciado en distinto lugar (Domingo en Paliano,
Adeodato en Vetralla), y profesaron
con siete días de diferencia (el 15 y el 22 de noviembre
de 1815 respectivamente).

El P. Testa se preocupó de que se recogieran


documentos y testimonios56. El P.
Felipe Squarcia (1792-1872) presentó un proyecto de
biografía que el P. Testa aprobó,
aunque la obra no se publicó hasta 1860 en Ferentino.
El P. Pío Devine preparó
otra en inglés, que no se editó hasta 1898 (este autor
publicó antes la del P. Spencer
que la del P. Domingo). Numerosos testimonios sobre
la santidad del P. Barberi se
encuentran en los procesos, de los que ofrece una
larga muestra el P. Federico Menegazzo
en su obra. La pormenorización de los procesos se
deja para el historiador de
la siguiente época. Se tiene la impresión de que las
autoridades de la congregación
silenciaron por un tiempo su causa. Tal vez la
controversia entre liberales y conservadores
que agitó a la curia general en la década de 1870-1878
aconsejó un prudente
silencio, ya que el P. Barberi había mantenido una
discusión respetuosa, pero sostenida,
acerca de las reformas del estilo de vida pasionista. El
P. Del Principe decidió
dar pasos encaminados a su posible glorificación. Así
lo comunicaba con la circular

55
ACP, XV, 1942-1947, p. 93, 261 y 276.; XVIII, 1953-
1954, 227; XIX, 1955-1956, 18; XX 1957

1958, 245, n. 13: Advocati Responsio ad alias novas


Animadversiones expectanda est ut suo tem

pore ad Novam deveniatur Praeparatoriam super


virtutibus Servi Dei.

56
Romana seu Westmonasterien..., Positio super
Introductione Causae, Romae, 1911. - Positio...Super
Virtutibus, Insulae Liri, 1935. - Cfr. en AGCP, DOL,
Lettere 1849-1859, carta del P. Testa al

P. Filippo della Sma. Anunziata (Squarcia), del


25.12.1851, en la que se interesa por ir recogiendo
datos; dice que el P. Vincenzo Grotti le ha manifestado
que el P. Domingo se le ha aparecido
en tres ocasiones.
del 3 de septiembre de 1889: Hoy... se inician las
primeras formalidades canónicas
de la Causa... de otro religioso, el P. Domingo de la
Madre de Dios, muerto con fama
de santidad. El Emmo. Card. Parocchi, vicario de S. S.
y devotísimo de nuestra
congregación, es quien ha tenido la idea de promover
esta empresa, y con amor verdaderamente
singular ha tomado el compromiso de llevarla a buen
término57 .

Los elogios que León XIII, Pío X y Benedicto XV


hicieron del P. Barberi vinieron
a respaldar aquella decisión. León XIII en la carta
apostólica Ad Anglos evoca
la influencia de los discípulos de San Pablo de la Cruz
y su propia experiencia en
Bélgica: Cuando desempeñamos funciones de Legado
en Bélgica se nos ofreció la
oportunidad de tratar al P. Ignacio Spencer,
piadosísimo seguidor de San Pablo de
la Cruz, y siendo inglés, tuvo la idea de promover una
asociación para rezar por la
conversión de Inglaterra. (NOTA: Para ello aconsejaba
rezar el avemaría, y obtuvo
que el capítulo general de 1857 lo extendiera a toda la
congregación)58 .

San Pío X, en un breve del 11 de febrero de 1911


(sobre la institución el 22 de
agosto de 1897 de la asociación de la Dolorosa para el
retorno de los separados a la
unidad de la Iglesia), recordó el ardor y el celo
fecundísimo de Pablo de la Cruz y
de su reciente discípulo Domingo de la Madre de
Dios59.

Y Benedicto XV, en la carta Optimo sane consilio


dirigida al P. Silvio Di Vezza,
con motivo del II Centenario de la Congregación, el
11.04.1920 le decía: Nadie ignora,
por no hablar de otros, la santidad del Vble. Domingo
de la Madre de Dios,
por cuyo trabajo y constancia nació aquel movimiento,
felizmente conservado aún,
del retorno de los ingleses a la Madre Iglesia60 .

Los procesos ordinarios se llevaron a cabo entre 1889


y 1893. En 1927 se concluyeron
los apostólicos de Viterbo, Veroli y Birmingham61. El 4
de junio de 1935 la congregación
antepreparatoria sobre las virtudes heroicas obtuvo un
voto favorable. En
1936, el 4 de noviembre, se efectuó un nuevo
reconocimiento del cuerpo. El 16 de mayo
de 1937 Pío XI mandó leer el decreto de aprobación
de las virtudes heroicas62. El

57
ACP, XIX, 1955-1956, 118.

58
Quo enim tempore belgica in legatione versamur,
oblata Nobis consuetudine cum Ignatio Spencer,
eiusdem Pauli Sancti a Cruce alumno pientissimo, tunc
nempe accepimus initum ab eo ipso,
homine anglo, consilium de propaganda certa piorum
societate, rite ad anglorum salutem comprecantium.
Ad hoc precem ille praecipue suadebat salutationem
angelicam; impetravitque a Coetu
solemni ordinis sui, Romae habito an. MDCCCLVII
(1857), singulare de ea re praeceptum sodalibus
omnibus eiusdem ordinis. -La Civiltà Cattolica, serie
XVI, 1895, II, 260; aunque no mencione
nominalmente al P. Barberi, es evidente que reconocía
el resultado de su obra como continuador
de San Pablo de la Cruz y como predecesor del P.
Spencer.

59
AAS, 1911, 60. - FEDERICO..., o. c., 460.

60
Cfr. Bollettino..., I, 1920, 131-132. - AAS, 1920, 156.
61
Bollettino..., III, 1922, 68; VIII, 1927, 355. - Sr. Dominic
Savio, La relazione fra il B. Domenico Barberi,
il P. Ignazio Spencer e Elisabeth Prout, M. Maria
Giuseppe di Gesù, en LSC, 23, 2008, 81ss.

62
ACP, XII, 1933-1935, 482; XIII, 1936-1938, 224, 322-
325, 368 y 457.
acto se efectuó en Castelgandolfo con carácter privado
por la salud del Papa; no asistió
ningún pasionista, pero el P. Tito Cerroni, nuevo
general, le dirigió un mensaje de
agradecimiento en nombre del XXXIV Capítulo
General63.

Por fin el 27 de octubre de 1963, durante la segunda


sesión del Vaticano II,
Pablo VI firmó el decreto de beatificación Cruci affixus
Dominus Jesus, y presidió
en San Pedro la solemne ceremonia. Durante su
alocución, el Papa recordó su influencia
en la conversión de J. H. Newman, y al final dijo en
inglés: ‘Tuvo un gran
amor a Inglaterra’. Esta frase de Newman, si se medita
propiamente, significa que
el amor del piadoso pasionista, el misionero romano,
estuvo dirigido al propio Newman,
promotor y representante del Movimiento de Oxford,
que planteó muchas
cuestiones religiosas y despertó una gran vitalidad
espiritual; a aquel que con plena
conciencia de su misión - Amo el trabajo que hago- y
guiado solamente por la
verdad y la fidelidad a Cristo, trazó un itinerario, el más
laborioso, también el más
grande, el más significativo, el más concluyente que el
humano pensamiento tuvo a
lo largo de la pasada centuria; incluso se puede decir
que en toda la era moderna,
para llegar a alcanzar la plenitud de la bondad y de la
paz64.

5. Causa de Gabriel de la Dolorosa 1838-186265


Su cronología coincide con el periodo de gobierno del
P. Testa, que le siguió a
la tumba pocos meses más tarde. Nacido en Asís en
1838 y bautizado con el nombre
de Francisco, vivió en familia con sus padres Santos
Possenti e Inés Frisciotti.
De los doce hijos del matrimonio, Pablo, Luis y Adela
mueren de niños; también su
madre falleció cuando él contaba 4 años. Las
circunstancias del ambiente social, político
y eclesial influyeron en su biografía, pues la actividad
de su padre, funcionario
al servicio del Papa en diversas ciudades, condicionó
la estabilidad de la educación,
y también la diversidad de decisiones de sus
hermanos. Parece que en el seno
de la familia hubo diferentes preferencias políticas. Su
hermano Luis, dominico, sufrió
los vaivenes de la supresión; Enrique, sacerdote, se
mantuvo más cerca del Papa.
En 1848, cuando Francisco contaba sólo diez años,
Pío IX se refugió en Gaeta.

63
ACP, XIII, 371ss. y 421-428.

64
ACP, XXIII, 1964-1965, 7-19.
65
Pinen. Beatificationis et Canonizationis..., Positio super
Introductione Causae..., Romae, 1895. -
Ibid. Positio super Virtutibus, Romae, 1899. - Ibid.
Positio super Miraculis, Romae, 1906. - Cfr.
GERMÁN de S. Estanislao, Vita del Ven. Servo di Dio
Gabriele dell’Addolorata..., Roma, 1897;
(2ª., 1902). - BATISTTELLI, Mons. Stanislao, (P.
Stanislao del E. Santo), Vita di S. Gabriele
dell’Addolorata,
chierico passionista, Teramo, 1925 (2ª. Alba, 1932). -
SCRITTI di S. Gabriele dell’Addolorata,
a cura di Bernardino Ceci, C. P., S. Gabriele, 1963. -
D’ANASTASIO, Gloria e
Missione di S. Gabriele dell’Addolorata, San Gabriele,
1997, procesos en pp. 129ss. y 147ss. NASELLI,
C., Il padre di Gabriele dell’Addolorata nel I centenario
della Morte, L’O.R., 12-13
febr. 1973. - RAVASI, L., Sante Possenti, padre di San
Gabriele dell’Addolorata, Roma, 1972.
La República Romana exigió a los funcionarios
pontificios juramento de fidelidad;
y parece que Santos Possenti se adhirió por la
situación económica en la que quedaría
de no hacerlo, aunque no consta que diera otras
muestras de adhesión a la causa
republicana. De hecho, cuando Pío IX regresó a Roma
en 1849, el señor Possenti no
fue represaliado por el juramento. Los jesuitas
regresaron a su colegio de Spoleto y
Francisco pudo estudiar en él de 1850 a 1856. Los
vaivenes de la situación sociopolítica
debieron de influir en el ánimo del muchacho, aunque
no hay elementos fidedignos
para medir la situación psicológica. Más tarde, ya
pasionista, dejará entrever
los problemas en los que se había sentido inmerso: Sé
que vuestra vida ha sido...
como una rueda llena no de rosas ni de alegrías, sino
de tribulaciones y espinas66 .
Las tensiones en la vida del padre y otros sinsabores
domésticos contribuyeron a
madurar su personalidad. Por fortuna, mantuvo junto a
su padre una sólida piedad
mariana, que le protegió de los miasmas del
librepensamiento ambiental67.

Durante la fiesta del Corpus Christi de 1855 murió su


hermana María Luisa, víctima
del cólera. Es conocida la crisis vocacional que vivió.
Tuvo que decidirse a dejar
a su padre y tomar la cruz. Por mucho que se quiera
dorar el momento con elucubraciones
románticas, la lucha fue realmente heroica. Haber
superado aquella batalla
le ayudó a mantenerse en la mayor abnegación.
Ingresó en Morrovalle en septiembre
de 1856 y profesó al año siguiente con el nombre de
Gabriel de la Dolorosa.
No le fueron convalidados los estudios de Filosofía no
tomista, y los repitió en
Morrovalle; después pasó a Pievetorina.
Entró de lleno en la dinámica espiritual del instituto:
oración, estudio, austeridad,
abnegación... En julio de 1859 pasó de Pievetorina al
retiro de Isola di Penne
(del Gran Sasso), en el reino de Nápoles. Los
bandoleros visitaban el convento, exigían
comida y sembraban inquietud. En 1861 la
tuberculosis comenzó a minar su organismo.
Se mantuvo recluido en el silencio del convento,
mientras se esfumaban
sus grandes ideales: el sacerdocio y la vida apostólica.
Las circunstancias políticas
hacían peligrosos los viajes, y por eso el obispo de
Penne suspendió las ordenaciones.
Todo lo aceptó con sometimiento heroico a la voluntad
de Dios: callado y fiel
a la observancia regular, obediente siempre bajo el
control de los superiores, austero
de costumbres, lleno de fuego en la oración y famelico
della Eucaristia, como lo
definió el superior al informar de su muerte. Caminó
seguro como un niño asido a
la mano de la Virgen Dolorosa. Dejó constancia de su
espiritualidad mariana en una
selección de ideas sacadas de los santos, conocida
como El Credo de María, en el

66
Pievetorina, 01.02.1859. - Cfr. SCRITTI..., o. c., 253-
254. - ZECCA, T. P., San Gabriele dell’Addolorata.
Lettere ai familiari, Pescara, 1981, 85.

67
Cfr. RAVASI, L., Sante Possenti, o. c., 197-199. -
NASELLI, C., Il padre di Gabriele dell’Addolorata,
en L’O. R., 12-13 febr. 1973. - GIANNANTONIO; G. di,
Alle origini della vocazione religiosa
si S. Gabriele dell’Addolorata, en LSC, XXV, aprile-
giugno 2010, 221-231.
que importa menos el rigor teológico que el fuego
personal de la piedad68. Murió al
nacer el sol, el 27.02.1862. Sepultado en la iglesia
conventual de Isola, su recuerdo
quedó envuelto en el silencio. Un compañero de
Spoleto, el canónigo Pablo Bonaccia,
evocó su figura con el opúsculo Memorie storiche
sopra la vita e le virtù del
giovane Francesco Possenti, tra i passionisti Confr.
Gabriele dell’Addolorata, Torino,
1868. La Civiltà Cattolica calificó esta obra de hermosa
y atrayente vida de un
joven que supo despreciar el mundo y la carne con
gran generosidad, para servir a
Dios dentro de una de las corporaciones religiosas
más austeras. Nuestro siglo, disipado,
carnal y orgulloso, necesita conocer estos ejemplares;
y santa obra harán
los que se la describan con la gracia y la unción que
rezuma la obra del egregio
profesor P. Bonaccia69 .
Como su muerte coincidió con el final de la época del
P. Testa, todo lo relativo
a los procesos queda fuera de ella. No obstante, se
ofrecen unos datos escuetos. En
mayo de 1866 los pasionistas salieron de Isola di
Penne por orden del gobierno. Dos
años más tarde algunos pasionistas lo alquilaron para
atender la iglesia; en 1882 se
repitió la expulsión y hasta el 31 de marzo de 1894 no
pudieron volver. En 1889 el

P. Francisco Del Príncipe decidió iniciar los procesos


de su compañero de noviciado.
En 1892 fueron exhumados los restos. El P. Germán
Ruopollo se encargó de la
Causa y escribió una biografía muy difundida. El 31 de
mayo de 1908 Pío X lo proclamó
beato, en presencia de su hermano Miguel y de su
director espiritual, P. Norberto
Cassinelli. El 18 de mayo de 1918 Benedicto XV
aprobó los dos milagros, y
el 13 de mayo de 1920 lo canonizó solemnemente;
también en esta oportunidad estuvo
presente su hermano Miguel70.
6 Otros religiosos y religiosas ejemplares

Se trata de aquellos que, habiendo muerto en la época


del P. Testa, no han tenido
proceso para una posible glorificación. Muchos otros
merecerían ser citados, pero
se ha seleccionado unos pocos de los que en la
necrología se dice que murieron
con fama de santidad: cinco sacerdotes, tres
hermanos coadjutores y una religiosa.
Entre los sacerdotes, un formador (Bernardo Spinelli),
un hombre de gobierno (Sebastián
Amalberti), un obispo misionero (Mons. Molajoni), un
convertido al catoli

68
SCRITTI..., o. c., pp. 323-357. - BOAGA, E., O. C., Il
simbolo mariano di S. Gabriele dell’Addo

lorata:contenuti teologici e mistici, en ZECCA, T. P.


edit., San Gabriele dell’Addolorata e il suo

tempo, 3º. Colloquio nel 150º. della nascita, San


Gabriele dell’Addolorata, Teramo, 1989, 173-184.

69
La Civiltà Cattolica, serie VI, vol. I, p. 93. - Cfr. DNEust,
293-294. - Cfr. F. GIORGINI, Gabriele
dell’Addolorata, da suddito degli Stati Pontifici a
cittadino del Regno d’Italia, en Profezia de-
ll’arte nella memoria della santità: nuova iconografia di
S. Gabriele dell’Addolorata, Stauros,
San Gabriele, 2002, pp. 43-47.

70
Cfr. San Gabriele dell’Addolorata e il suo tempo, vols. I
y 2, ediz. Eco, 1984 y 1986. - Bollettino...,
I, 1920, 65-71, 85-89, 142-157, 182-196, 217-224.
cismo (Pablo María Packenham), y un formador y
escritor (Ignacio Carsidoni); y entre
los coadjutores, un postulante (Benedicto Riccotini), un
portero (Francisco J.Tacconi)
y un carpintero y ocupado en otros menesteres
domésticos (Fortunato Bucci).
Se ha añadido el nombre de Pacífica Boeri, religiosa
de Tarquinia. No se habla aquí
de los clérigos no sacerdotes, porque han tenido ya un
reconocimiento en Biografía
de clérigos edificantes, del P. Silvestrelli.

A) P. BERNARDO SPINELLI DE LA DOLOROSA


(Costarainera, 1777, prof.
23 nov. 1795, + Lucca, 1857). Ordenado sacerdote,
fue nombrado lector, pero conocidas
sus cualidades se dedicó pronto al apostolado.
Excelente catequista, rector en
varios retiros, fue espejo para sus súbditos. Consultor
provincial y general, y maestro
de novicios durante 20 años. Empleaba en la oración
todo el tiempo que le quedaba
libre de sus actividades de formador. En los últimos
diez años de su vida, cuando
ya no podía dedicarse a los ministerios, no hacía otra
cosa que orar... Atacado
por hidropesía generalizada, se consumió en pocos
días y murió como un santo, es
decir, como había vivido. Tenía 79 años y había
ilustrado la congregación durante
63 con una conducta ejemplar71 .

B) P. SEBASTIÁN AMALBERTI (Orbetello 1783, prof.


en 1803, + Paliano,
1862). Durante los años de la supresión napoleónica
regresó con la familia. Con la
restauración volvió enseguida al convento y llegó a ser
uno de los miembros más respetables
de la congregación. Permaneció en puestos de
gobierno durante toda su vida:
maestro de novicios, rector, consultor, superior
provincial y procurador general,
fue siempre modelo perfecto para sus súbditos con la
observancia más estricta. Junto
a la prudencia brillaba su humildad. A pesar de haber
llevado a cabo tantas obras
y empresas en beneficio de la congregación, sobre
todo en las obras de Paliano, jamás
alardeó de ello. Con los enfermos, de superior o de
súbdito, tuvo siempre entrañas
de madre... Tema ordinario de sus meditaciones era la
Pasión de Jesucristo..., o
la Virgen Santísima... Ya muy enfermo y casi
moribundo, pidió al provincial que antes
de conducir su cadáver a la iglesia lo llevasen durante
tres avemarías ante la
imagen de la Virgen que había en una capilla que él
había construido en el claustro
interior, y que se hiciera lo mismo ante la imagen de la
titular de la iglesia (la Virgen
de la Puglianella). Cuando murió, era el decano del
instituto, y el XX Capítulo
General le concedió sufragios en toda la congregación
(no sólo en su provincia)72.

71
AA 795004. - DNEust, 263

72
En la celda en que vivió y murió se colocó un retrato
suyo, detrás del cual se lee este elogio: IXP -
Sebastianus a Sancto Josepho - Orbitelli III nonas maii
MDCCLXXXIII natus - clericorum excalceatorum
Ss.mae. Crucis et Passionis D.N.I.C. institutum - kal.
Novembris MDCCCIII professus in
sanctae religionis observantiam sexaginta vitae suae
annos duxit - vestigia patrum studiose prosecutus
- absolutissimum religiosae perfectionis exemplar - se
prebuit. - In sacerdotali munere
quinquagintaquinque annos minister - operator de
vinea Dominica optime meritus - in missionibus
praecipue obeundis - peculiaribus auctus
congregationis muneribus - novitiorum magister, rector
C) MONS. MOLAJONI, JOSÉ MARÍA DE LA PASIÓN
(Roma 1780, prof. en
1804, +Monte Argentario 1859). Durante la invasión
napoleónica estuvo un año desterrado
en Córcega73. Misionero en Bulgaria de 1816 a 1823,
León XII lo nombró
obispo de Nicópolis. Recibió la consagración en la
basílica celimontana en 1825. De
obispo estuvo en Bulgaria hasta 1847. Por problemas
cardíacos se retiró al noviciado
de San José, donde, según la necrología, llevaba una
vida perfecta, y puede decirse
que... de oración continuada. Con los 300 escudos que
le había asignado la Santa
Sede, pagaba los gastos en los dos retiros de Monte
Argentario, ayudaba al convento
de Magliano Sabina, a las pasionistas de Tarquinia y a
los muchos necesitados que
acudían a él. Los enfermos buscaban su bendición
como la de un santo. Cada día dedicaba
una hora a meditar sobre la Pasión antes de la misa,
practicaba el viacrucis diario
y recitaba los rosarios de la Virgen, de las Cinco
Llagas, de la Dolorosa y de la
Inmaculada. Cuando salía a pasear, se detenía en un
punto desde donde se veía bien
la iglesia de Orbetello, se quitaba el bonete y en
actitud de adoración recitaba el O
Sacrum convivium. El 4 de julio sufrió una caída en la
que se golpeó fuertemente la
cabeza; le sobrevino una inflamación cerebral; se le
pudo administrar la unción de
los enfermos y la bendición de la Iglesia. Murió el 7 de
julio. El XX Capítulo General
le concedió, como al P. Amalberti, sufragios en toda la
congregación74.

D) P. IGNACIO CARSIDONI DEL COSTADO DE


JESÚs (Pievetorina, 1801,
prof. en 1819, +Roma 1844). Del noviciado de Paliano
salieron en poco tiempo jóvenes
de extraordinaria categoría: en 1815, Domingo Barberi;
en 1817, Roque Cervara,
provincial y procurador general, y Tomás Schellino,
misionero en Bulgaria; en
1818, Esteban Monetti, misionero en Bulgaria 10 años,
y en Italia, misionero, rector,
consultor, provincial y secretario general, y Ángel
Parsi, obispo en Bulgaria. En
1819 Ignacio Carsidoni siguió el camino de su
hermano Bernardo, cuatro años mayor,
que había profesado en Vetralla en 1815 y fue
autorizado maestro de novicios
(+1836); y de una hermana que profesó en 1821 en
Tarquinia con el nombre de María
Jacinta de Jesús Crucificado (1799-1880)75.

Concluidos los estudios y ordenado sacerdote en


1824, comenzó a ejercer el oficio
de lector durante 18 años. Además del latín y del
griego, aprendió varias lenguas
europeas y orientales, como el hebreo y el siro-caldeo,
con las que se adentró en la
domus, provinciae consultor - provincialis praepositus,
generalis procurator - Sanctae Mariae Pulianensis
sacri hujus recessus patronae devotissimus -
religiosam domum novo aedifitio perfecit ac
Deiparae sub titulo Auxilium Christianorum - extruxit
simul ac exornavit sacellum. Terrae ac
coelo clarus - temporum memoria venerabilis - beatam
adeptus aeternitatem - sacculo hac in cella
defunctus - V. Kal. Junii MDCCCLXII - totius cultu
religionis viget usque vigebit - potissimi religiosam
recolant vitam - hujusmet - domus cellae - cultores -
AA 803010. - DNEust 295.

73 Cfr. GIORGINI, Historia...,o. c., II/2,78-79.

74 AA 804004; DNEust 277.

75 Cfr. AGCP, J, Monache, Il monastero... Brevissimi


cenni storici, Roma, 1928, 18-19.
Sagrada Escritura, en la Patrística, en la Suma
Teológica de Santo Tomás y en la Filosofía
de Aristóteles y Platón. Para que la luz de su ciencia
no quedara oculta bajo
el celemín, escribió numerosos opúsculos inéditos,
como puede verse en el capítulo
dedicado a la formación intelectual. Su obra La Scuola
di Gesù Appassionato..., Roma
1838, tuvo numerosas ediciones en italiano, francés e
inglés. Lumbrera espléndida
de la congregación, lo llama la necrología, en la que,
sin embargo, más que su
cultura enciclopédica se destaca su ejemplaridad:
Animado de santo celo por la salvación
de las almas, a pesar de estar muy enfermo y
sumergido en numerosas ocupaciones,
era admirable verle dispuesto a escuchar a todos, a
consolar con suma
delicadeza a cuantos lo requerían: religiosos,
eclesiásticos, seglares..., escuchándolos
en confesión... Los continuos problemas de salud se le
agravaron en los últimos
tiempos y le sobrevino una hidropesía generalizada...
Durante esta etapa brilló todavía
más su virtud. No pasaba de los 43 años cuando
murió76.

E) P. PABLO MARÍA PAKENHAM DE SAN MIGUEL


ARCÁNGEL (CARLOS
REGINALDO) (Dublín,1821, prof. en 1852; + Dublín,
1857). Anglicano de familia,
estudió en el Colegio Militar de Sandhurst la carrera de
las armas. El 20.10.1846 fue
nombrado capitán del batallón de guardia de
granaderos. Prestó diversos servicios durante
su breve carrera. El 15.08.1850 fue recibido en la
Iglesia Católica77. Al año siguiente,
renunció a la posición de su familia y prefirió la
pobreza pasionista: Y en los
seis años que vivió edificó con su vida santa. Se
preparó para el sacerdocio, y aun antes
de las órdenes menores fue nombrado vicemaestro. El
obispo de Birmingham,
Mons. Ullathorne, le ordenó en 1855. A continuación
estuvo en Roma como director
espiritual de los estudiantes ingleses. Al cabo de un
año, en 1856, regresó como superior
del nuevo retiro de Dublín. Participó en una misión,
pero por problemas de voz tuvo
que suspenderla y dedicarse al apostolado en la propia
iglesia. Fue tanto el celo que
tuvo por el bien del prójimo con instrucciones públicas
a los protestantes y a los nuevos
convertidos, que le mereció fama de santo entre los
que le conocieron.

El domingo 1 de marzo de 1857 murió de insuficiencia


cardíaca a los 35 años. Para
aquel mismo día tenía comprometida una predicación
en la iglesia de S. Francisco
Javier; los fieles estaban esperándolo, pero en su lugar
subió al púlpito el P. Ignacio

76
AA 819002. - DNEust 185-186. Su retrato en la casa
general lleva esta leyenda: P. Ignatius a La

tere Christi, infirmitatibus et studiis consumatus in


brevi, in magisterio scientiarum et virtutum ex

plevit tempora multa.

77
Entre los factores que pudieron haber influido se
menciona la conversión de Newman, del que era
admirador. - Cfr. PAOLI, P. Andrés (1867-1922) en
Conversione e Vita del capitano Carlo Reginaldo
Pakenham, tra i passionisti P. Paolo Maria di S.
Michele Arcangelo, Roma, 1903, p. 11. -
An account of the life, conversion and holy dead of the
Hon. & Rev. Chas. Reginald Pakenham,
in religion Fr.Paul Mary of St. Michael, superior of
blessed Paul’s Retreat of the Passionists, Harold’s
Cross, revised by the Very Rev. Father Ignatius
(Spencer)..., Dublin, s. f. -Religious biofraphy
of Father Paul Mary, Passionist, en The Chaplet and
Advocate of the Children Mary, vol.
I, n. 3, 35-37, del 25.06.1870 y meses sucesivos hasta
el 31.03.1871. - DNEust, 260.
Spencer, que anunció: Me encuentro aquí para ocupar
el puesto de uno cuya voz no sonará
ya más en este mundo, el P. Pablo María ha fallecido a
primera hora de esta mañana78.
El P. Salviano Nardocci, su maestro de novicios,
escribió en The Nation, el 7
de marzo, el artículo The dead Passionist que
reproduce en Annals, 1857, f. 169-17279 .

F) H. BENEDICTO RICOTTINI DE SAN JOSÉ


(Appenino, 1800, prof. en
1820, +Castiglione della Teverina, 07.08.1850). Estuvo
casi siempre ocupado en la
postulación itinerante, de la que obtenía buenos
resultados, pero sin abandonar su
espíritu, con edificación de los bienhechores en cuyas
casas se hospedaba. Madrugaba
para oír la misa, y por la tarde, antes de retirarse, iba a
la iglesia a orar algún
tiempo ante el sagrario80. En el retiro de Vetralla
encontraba paz y silencio y seguía
fielmente la observancia, sin acogerse a las dispensas
que habitualmente se
concedían a los postulantes. El 4 de agosto de 1850
salió para ir a Castiglione della
Teverina a la postulación del grano. Llegado al pueblo
comenzó a sentir fuerte debilidad
con fiebre alta. Al día siguiente, fiesta de la Virgen de
las Nieves, acudió a
comulgar a la iglesia. Regresó a casa de los
bienhechores y guardó cama dos días.
Recibió el viático y la unción de los enfermos, y expiró
a los 50 años. Los habitantes
del pueblo quisieron que todo el clero condujese el
cadáver al camposanto81.

G) H. FORTUNATO BUCCI DE SAN BENITO


(Amatrice, 1772, prof.
23.11.1808; + Ceccano,1851). Fue un modelo del
auténtico pasionista, dice la necrología.
Joven robusto, buen carpintero, había pensado fundar
una familia; pero un
compañero, por envidia, habló mal de la muchacha
con la que iba a casarse; Fortunato,
ni corto ni perezoso, le propinó tal puñetazo, que le
provocó la muerte. Huyó
a la Isla del Giglio, Toscana, desde donde trató de
reparar el mal, enviando dinero a
la familia del difunto. Con el paso de los años se enfrió
la situación y nadie reclamó
más. Fortunato se asentó en el lugar. Llamado como
carpintero al retiro de la Presentación
para varios trabajos, quedó edificado de los religiosos.
Los superiores le
dispensaron de la edad (tenía ya más de 35 años) y
profesó en 1808, poco antes de
la supresión. Sus 43 años en la congregación fueron
un ejercicio de las más sólidas
virtudes. Era llamado de retiro en retiro por su
competencia profesional. Con los
años, llegó el agotamiento y los superiores lo
dispensaron de la oración de medianoche,
pero él se levantaba por la mañana una hora y media
antes que los demás.
Después de ayudar a dos y tres misas, se consagraba
a la carpintería o cuidaba de
los enfermos. El asma le hizo sufrir mucho en los
últimos cinco meses. Si se le pre

78 Platea or chronicle of St. Paul Retreat’s Mount


Argus, Dublin 1856-1867, p. 14.
79 Cfr. Abridged Life of Rev. Paul Mary Pakenham, C.
P (sic), B. T. C., reprinted from Westmeath

Examiner, 1948.
80 El mismo elogio se repite literalmente del H.
Adeodato Barberi, hermano del P. Domingo, muer

to en Monte Argentaro en 1863. - Cfr. DNEust, 317.


81 AA 820001. - DNEust, 230.
guntaba cómo se sentía, su respuesta era siempre:
Vamos hacia la eternidad. Quiso
hacer confesión general, y entregó al superior las
pequeñas cosas que aún le servían.
Murió a los 78 años en santa paz82.

H) H. FRANCISCO J. TACCONE DE LA DOLOROSA


(Recanati 1785, prof.
en 1810, + 04.05. 1855 en Roma). Fue el penúltimo
profeso antes de la supresión.
Vivió la dura experiencia de los exclaustrados. En el
verano de 1814 se presentó de
los primeros a disposición del P. Albesano. Durante 46
años de portero en la casa general,
se distinguió por la acogida a los pobres; y como no le
bastaban los recursos
que proporcionaba el superior, los buscaba fuera del
retiro. Además de la ayuda material,
se preocupaba por su bien espiritual. Cuando el P.
Barberi residió en Roma,
le enseñó algunas frases en inglés para que instruyera
a los protestantes, que acudían
a visitar las excavaciones o una famosa palma (la
mayor de Roma, abatida después
por un rayo). Al acompañarles, hacía que la
conversación derivase hacia el tema
sobre el cual le había instruido el P. Domingo. Si
advertía que al turista le desagradaba,
cambiaba de tema; pero si mostraba interés, hacía
sonar una campanilla,
contraseña para que el P. Domingo acudiera a
proseguir el diálogo. Un aristócrata
escocés, al cabo de dos años de haber visitado la
basílica, regresó a Roma con otros
cuatro señores, se acercó al retiro; y al presentarse al
portero, le dijo: Quiero darle
las gracias de corazón, porque la otra vez sus palabras
me sirvieron para pensar...
y gracias a ellas agradezco la salvación. Cumplido ya
los 70 años, una fiebre
pulmonar le llevó al sepulcro en ocho días. Los pobres
a los que había socorrido en
gran número acudieron a rezar a nuestra iglesia... y no
cesaban de recordar la generosa
caridad con que los haba auxiliado83 .

I) HNA. PACÍFICA BOERI DE SAN BUENAVENTURA,


religiosa (Lampeiana,
Albenga 1802, prof. en 1807, +Tarquinia, 1842). Siguió
el ejemplo de su hermano
Juan Carlos de San Buenaventura (1786-1824)84. La
vida particularmente ejemplar
de esta religiosa se narra en la noticia que su
comunidad envió a la curia general
de Roma, recogida en el DNSalvi, del que se
transcribe un resumen. Decidida a
ser pasionista como su hermano, hizo a pie el viaje
con su padre desde su pueblo en
Génova hasta el monasterio de Tarquinia en Toscana;
viaje particularmente duro
cuando a su padre le fallaban las fuerzas y tenía que
llevarlo a espaldas:

Carente de bienes de fortuna, encontró en Corneto


algunas personas que le proporcionaron
los medios necesarios para su ingreso en religión, y
los gastos de toma
de hábito, profesión y dote... Pero al cabo de cinco
años de profesa, el Señor

82 DNEust, 231. - AA, 808012. - Platea de Ceccano,


1833, 25, 1847, 36.

83 AA 81.0002. - DNEust, 250.

84 Había profesado en San José el 3 de abril de 1807;


murió también en Tarquinia. - AA 877003. -

DNEust, 129: Dio ejemplo de todas las virtudes, sobre


todo de humildad, recogimiento y pacien

cia a toda prueba en su enfermedad, una hidropesía


de la que murió a los 37 años.
quiso cincelar su espíritu con la tribulación: le
sobrevino una enfermedad neurológica
que la dejó clavada en el lecho durante 14 años,
incapaz de cualquier ejercicio
manual hasta el punto de no poder llevarse los
alimentos a la boca. Reducida a
una situación de impotencia, no se lamentó ni se dejó
invadir por la tristeza; se
mantenía muy unida al Sumo Bien..., padecía en
silencio y llegó a constituir un
triunfo de la fortaleza por su longanimidad; las
compañeras no terminaban de elogiar
su paciencia invencible y hacían gala de atenderla; ella
agradecía con rostro
sonriente todas las muestras de caridad. Por fin, bien
entrenada en estas y otras muchas
virtudes, llegó al final de su penoso camino: el 7 de
junio de 1842 fue, como
lo esperamos, a unirse con el Señor... a la edad de 40
años, de los cuales 20 en la
vida religiosa85.
85 DNSalvi, ff. 220-221.
CAPÍTULO XXIV

CONGREGACIONES FEMENINAS

El P. Pablo de la Cruz llevó en el corazón durante


mucho tiempo la fundación de
un instituto de religiosas. Sólo al final se realizó el plan.
Durante el período del P. Antonio
di S. Giacomo Testa no existía otro monasterio que el
de Tarquinia. Otra obra de
inspiración pasionista, iniciada ya por la marquesa
Magdalena Frescobaldi, había desaparecido
y no dio señales de vida en estos años; su
restauración es posterior a la muerte
del P. Testa. Finalmente sí nace en Inglaterra, en la
época del P. Testa, un instituto de
inspiración pasionista y acompañado por los
pasionistas ya presentes en aquel país.

1. Pasionistas de clausura en Tarquinia1


El instituto, aprobado por Clemente XIV en 1770, había
comenzado su marcha
en 1771 bajo la dirección de la M. Crucificada
Costantini, que murió en 1787. El
monasterio sobrevivió sin expandirse. Jurídicamente
depende del obispo. Los superiores
pasionistas han colaborado en su atención espiritual.
En el período anterior
sufrieron, como los religiosos, las consecuencias de la
invasión napoleónica. Tras la
restauración, hubo algunas divergencias en torno a la
comunión diaria. Del período
del P. Testa sólo consta la atención a las religiosas
como confesores extraordinarios

o predicadores de ejercicios.
OBRAS MATERIALES: Como la iglesia no
comunicaba directamente desde la
clausura, las religiosas aprovecharon una restauración
de 1850 para pedir a Pío IX el
permiso de abrir una puerta entre la sacristía interna y
la iglesia a fin de mantenerla con
más decoro. Como era competencia del obispo, Mons.
Nicolás Paracciani lo autorizó
el 28 de abril de 18502. Las obras duraron dos años.
Cuando Pío IX visitó el monasterio
se practicó una puerta para que pasara desde las
pasionistas a las benedictinas, pe

1
Cfr. GIORGINI, Il monastero della Presentazione de
Maria Santissima al tempio, en Bollettino
2005, Società Tarquinense d’Arte e Storia, supl. n.
XXXIV alle Fonti di Storia Cornetana, 165

170. Presentazione del vol. Marcela Fioravanti. - Id.


Historia..., o. c.,, II/2, 359-376. - BROVETTO,
C., Il bicentenario delle monache passioniste, III, Fonti
Vive, XVI, 1970,39. - Bollettino..., II,
1921, 103-111, Il giubileo delle monache passioniste,
III Cinquentenaio, 1771 - 1921. - MERCURIO,
R, The Passionists, o. c., 117-120, Community of
Passionist Sisters. - NASELLI, C., C. P.,
Il bicentenario del monastero delle passioniste di
Tarquinia, en L’O. R., 31 mayo -1 junio 1971,
5; y en Notizie dei passionisti d’Italia, nn. 9-10, agosto
1971, 369-372. - ZOFFOLI, E., C. P., Le
monache passioniste. Storia e Spiritualità, Padova,
1970. - RAVASI, L., C. P., Le monache passioniste
e le loro regole. Storia, testi, documenti, ediz. Fonti
Vive, Roma, 1970. -Monastero delle
Monache Passioniste in Tarquinia, fondato da S. Paolo
della Croce (P. L. di S.C., pasionista, Tarquinia,
19.03.1928), en pp. 15-22, época del P. Testa. -
(AGCP, 15-E-58, Miscelánea).
2
Cfr. FIORAVANTI, M., Il monastero..., o. c., 23.
ro concluida la visita papal se clausuró3. La República
Romana de 1848 y la huida de
Pío IX a Gaeta no afectaron al monasterio; los
problemas llegarían con la entrada de
los piamonteses en Roma. Por el monasterio fueron
pasando personajes como Mons.
Strambi, los PP. Barberi y Salvi, y sobre todo Gregorio
XVI, en 1835, y Pío IX. Éste,
con ocasión de su presencia en Corneto, manifestó
deseos de saludar a las pasionistas,
como registra la crónica: Era el 15.10.1857...
Advertidas las humildes hijas del B. Pablo
de la Cruz del deseo mostrado por el Sumo Pontífice
de visitar su monasterio, no
es para descrita la alegría que sintieron. El Santo
Padre entró en la clausura..., admitió
al beso del pie a las religiosas; quiso pasar al antiguo
monasterio de Santa Lucía
(para lo que se practicó una abertura) y llevó consigo a
las pasionistas; después de haber
admitido a las benedictinas y a muchas mujeres
seglares al beso del pie, dirigió a
las dos comunidades palabras llenas de bondad y las
bendijo con especial afecto...4 .

Desde 1857, buscando compaginar contemplación y


apostolado, habilitaron la
casa para que mujeres y muchachas practicaran los
ejercicios5.

CONFESORES EXTRAORDINARIOS Y
PREDICADORES DE EJERCICIOS.
En el período 1839-1863 el Libro de Ministerios de la
Casa de los Ss. Juan y
Pablo 1828-1909 registra la presencia de algunos
pasionistas en el monasterio: 1)
PP. Colombo, extraordinario del 26 noviembre al 12
diciembre de 1839, y en el otoño
de 1840. 2) Salvi, extraordinario y ejercicios en 1841.
3) Roberto Torraca, rector
de Roma, 19 nov. - 7 de dic.1843. 4) Esteban Arnaldi,
en 1845. 5) Eutizio Mastrantoni
en 1859, ejercicios a las religiosas, y después a las
mujeres seglares. 6) Manuel
Comparato en 1860. 7) Alfonso Ma. Totti en 1863;
llegó a Civitavecchia a tiempo
de asistir a la muerte y al entierro de Mons. Parsi; dio
ejercicios a las pasionistas, y
a continuación a las mujeres recogidas en el convento.

RELIGIOSAS FALLECIDAS ENTRE 1839 Y 1863.


Estaban en comunión de sufragios
con los religiosos, y les notificaban las defunciones.
Según el DNSalvi, completado
por otros religiosos después de su muerte, en este
período se produjeron las siguientes:

1) 1841, Margarita Palomba, presidenta 12 años. - 2)


1842, Ma. Luisa Sepri, escribió
un tratado ascético-místico. - 3) 1842, Pacífica Boeri,
hermana del P. Juan
Carlos (su biografía entre las religiosas ejemplares). -
4) 1843, Ma. Serafina Costagnola:
Sirvió a todas de modelo y de estímulo para la
perfección..., sobre todo en el
recogimiento, el silencio, la singular devoción al Smo.
Sacramento. - 5) 1845, Ma.
Catalina Sardi. - 6) 1846, Nazarena Draghi. - 7) 1851,
Rosa de San Miguel Arcángel.
- 8)1851, Ma. Rosa Lensi. - 9) 1853, María Franca
Cargnola. - 10) 1853, Ma.

3
Volvió a abrirse en 1867 para que las dos
comunidades pudieran celebrar conjuntamente la
canonización
de San Pablo de la Cruz. - Ibid., 24.

4
Cronache del monastero delle Passioniste sotto il titolo
della Presentazione dal 1771-1945, cap.
XXX, f. 122. - Cfr. copia en AGCP, J, Monache, 3º.,
Visite Pio IX al monastero. -La Civiltà Cattolica,
serie III, vol. VIII, 1857, p. 366: En este breve viaje,
S.S. mantuvo el mismo estilo que en
el precedente, visitando las iglesias, hospitales,
monasterios y todas las instituciones...
5
Cfr. Tarquinia: Monastero delle monache passioniste
nel II Centenario della fondazione 1771-1971, 21.
Magdalena Farioli, 82 años6. - 11) 1854, Mariana
Darsi, 84 años. - 12) 1855, Ma.
Teresa Dasti. - 13) 1858, Felisa del Arcángel S. Rafael.
- 14) 1858, Magdalena Veneri.
- 15) 1858, Clara Ma. Bonfanti di Tolfa. - 16) 1860,
Verónica Cerri. - 17) 1860,
María Crucificada Pianazzi. - 18) 1862, María Teresa
Pierroti7.

INTENTO DE EXPANSIÓN. Con la salida de los


religiosos a Europa y América
del Norte, se presentó la oportunidad de abrir más
monasterios, pero sólo hubo
un intento fallido en los EE.UU. El P. Testa, en su
correspondencia con el P. Tarlattini,
expresaba más desconfianza que entusiasmo, no por
el hecho de la fundación
femenina, sino por las circunstancias de lejanía y por
el riesgo de desatención espiritual
al que estarían expuestas las pasionistas. Un religioso
escribió desde Pittsburgh
el 20 de diciembre de 1859, a la superiora (presidenta)
de Tarquinia, y le sugería
que aceptase a dos muchachas: Isabel Linch, de 26
años, y Rosa de la Cabe,
de 22, cuya vida virtuosa elogiaba: Las dos tienen
buenas cualidades, especialmente
Isabel, que sería capaz de desempeñar cualquier
oficio. Pero lo que nuestro beato
fundador desearía sobre todo sería la virtud sólida y
auténtica, y esto lo practican
las dos a un nivel más alto que lo ordinario...8.

El P. Testa, en una carta sin fecha, dirigida al


carissimo padre superiore (posiblemente
el P. Tarlattini), dejaba claro su pensamiento abierto a
la fundación: He escrito
otras veces que me parecía voluntad de Dios el
establecimiento de monjas pa-
sionistas en América, y ahora añado que me parece
cierta esa voluntad del Señor,
pero sigue siendo aún oscuro el modo de alcanzar los
medios materiales...9 .
Más tarde, informado de que algún religioso daba
pasos en tal sentido, escribió
al P. Tarlattini el 27.10.1860: Deseo sinceramente que
se propague el instituto de las
pasionistas..., pero piense en la gran dificultad de
efectuar la propagación, el gran
peligro de que la empresa fracase, de modo que en
vez de sacar algún bien, el demonio
consiga males. Recuerdo que nuestro beato (fundador)
no se decidió a fundar
el primer monasterio hasta que no contó con una
familia solvente que a sus expensas
levantó la iglesia y el monasterio, dejándolo heredero
de todas las dotes.
Después de haber tratado el tema económico, se ciñe
al espiritual: Las monjas, especialmente
las de clausura, además de lo necesario para su
sustento, necesitan un
confesor que les sirva de ayuda en todo. Lo cual
reclama dinero. ¿Y dónde encontrarán
ese confesor? ¿Un pasionista? No lo permitiría
jamás... Y más adelante
aconseja: Soy de la opinión de que por ahora no se
pueda aceptar a muchachas sino
como maestras pías que se ocupen de hacer el bien al
prójimo, y que, sin descuidar
el propio beneficio, sean de ayuda, no de obstáculo, a
nuestros religiosos... Que

6 Dios la enriqueció con dones como el de profecía y


el de curación; era tenida por santa. - DNSalvi, 493.
7 En el Libro dei Morti di Tarquinia, 1838-1867, f. 137,
de donde se toma esta noticia, lleva corre

gido el apellido, y tanto puede leerse Pierroti como


Pinotti.
8 La carta era del P. Gaudencio Rossi. - Cfr. HAMER,
Edna, Elizabet Prout..., o. c., 202.
9 AGCP, PAUL, Letters 1853-1862; copias mec., p.
102.
den clases, y catecismo, que cuando lleguen a tener
casa reciban a mujeres para
ejercicios espirituales, o a muchachas para
encuentros, como suele decirse, en un
pensionado, lo cual podrá ayudarles para la
subsistencia...10 .

Y en otra carta (sin fecha, ha de ser de 1860, pues


habla del decreto de supresión
de seis retiros en la Umbría), dice: Por ahora no
conviene pasar al establecimiento
de las monjas pasionistas. Para abrir monasterios de
clausura no tenéis recursos ni
elementos, y para fundar religiosas de vida activa, a lo
que tiende razonablemente
nuestro tiempo, me parece que entre las que aspiran a
ser pasionistas el Señor no ha
suscitado a ninguna que sea hábil y emprendedora
para llevar adelante la empresa.
Otras congregaciones reciben ayuda de estas
asociaciones de mujeres, ¿qué podéis
esperar vosotros? Dependencias, dificultades, peligros
y críticas11 .

El P. Pío del Nombre de María, el 02.05.1860, escribió


al P. Tarlattini, mientras el P.
Testa presidía en Paliano el capítulo de la Dolorosa:
Respecto al asunto de las monjas el
padre general no es ajeno, pero se necesita un juicio
grande y prudencia en todo...12.

La distancia, por la que la correspondencia se


demoraba, y el desconocimiento
del ambiente religioso de los Estados Unidos
aconsejaban todavía más prudencia. Si
la rama masculina de la congregación andaba en los
primeros pasos, empeñarse en
una experiencia femenina podía acarrear el fracaso y
el desprestigio de los religiosos.
El P. Testa, rico de experiencia, maduro de prudencia,
cansado por 23 años en
el gobierno, prefirió dar tiempo al tiempo. A lo que
parece, no debió de ser imprudente
la decisión, cuando se sabe que hasta 1877 no
pudieron las monjas fundar en
Francia, y hasta 1911 en los Estados Unidos; tema
que corresponde a otro período.

2. Esclavas de la Pasión (Hnas. Pasionistas de S.


Pablo de la Cruz, o de Signa)13
No es el caso de relatar las vivencias de la marquesa
María Magdalena Frescobaldi
descritas en el volumen precedente14. Bastará una
síntesis: María Magdalena Frescobaldi
(Florencia,1771-1839), se casó en 1790 con el
marqués Pedro R. Capponi, mayordomo
de la Gran Duquesa Luisa Amalia María. De los cuatro
hijos sólo sobrevivió
Gino. Después de la invasión napoleónica, Pedro
Roberto y Ma. Magdalena se esta

10 AGCP, PAUL, Letters...


11 AGCP, PAUL, Letters 1853-1863; copia de cartas,
mec., 95.
12 AGCP, PAUL, Letters 1853-1862; copias, mec., p.
110.
13 Se usa el título actual para facilitar al lector su
identificación; son conocidas coloquialmente como

“de Signa”. - GIORGINI, Le Suore Passioniste di S.


Paolo della Croce, origine, carisma, soppressione
e ripristinazione, Roma 1983, RSSP, n. 28. - Id., Suore
Passioniste di S. Paolo della Croce:
Carisma, Spiritualità-Missione, Roma, 1999, Memoria
Passionis, Collana di Spiritualità Passionista,
vol. I. - BROVETTO, C., Ancelle della Passione di
N.S.G.C., en DIP, o. c., I, col. 621. - MERLO,
Daniela, Dal ritiro S. Maria Maddalena penitente
all’istituto di Suore di San Paolo della Croce,
tres vols, Suore Passioniste di S. Paolo della Croce,
Roma, 1999, vol. II. - MERLO, D., Maria
Maddalena Frescobaldi, Roma, 1985, collana
Documenti e Testimonianze di spiritualità, n. 21, a
cura di Carmelo A. Naselli, introduzzione F. Giorgini,
VII-IX. - Id., Maria Maddalena Frescobaldi
Capponi, Suore Pass. di S. Paolo della Croce, Roma,
2001, presentazione di F. Giorgini.

14 GIORGINI, Historia..., o. c., II/2, 378-387.


blecieron en Viena con el archiduque. En 1803
regresan a Florencia. En 1808 el marqués
Capponi, nombrado alcalde, renunció para no servir a
la causa napoleónica. Ma.
Magadalena se hace terciaria franciscana. Su marido
muere en 1825. Magdalena se retira
unos días a Tarquinia para aprender el estilo
comunitario pasionista. Después fue
a Roma a ganar el Jubileo y conoció al P. Luis
Bonauguri, recién llegado de Bulgaria,
que le ayudó a redactar las constituciones. En 1832
abre una escuela en San Romano
de Pisa para niñas ociosas y vagabundas, con ayuda
de la familia Piccardi. En 1836 se
le asocia Luisa Natalizia Tognoni, que, junto con Pía
Frosali, restaurará la obra de
Magdalena tras la supresión. Magdalena falleció el 8
de abril de 1839, el mismo día
en que se abría en Roma el capítulo general de los
pasionistas que eligió al P. Testa.
Del retiro se encargó Luisa Tognoni. En el plano
asistencial la obra estaba encomendada,
por testamento materno, a Gino Capponi y al
sobreintendente del gobierno
toscano Carlos Michelagnoli. En 1842 se estableció
una especie de Junta de Damas
formada por cuatro señoras aristocráticas15, que
colaboraban económicamente
y en la educación de las muchachas con las escasas
Esclavas de la Pasión. La marcha
interna del Retiro tuvo que sortear un encadenado de
dificultades, por su propia
característica, por la actitud de las muchachas (110 de
1839 a 1866) y por la injerencia
de las autoridades civiles. Luisa Tognoni mantuvo la
identidad carismática de la
empresa con la colaboración de Pía Frosali.

El grupo de las Esclavas quedó disuelto por la


autoridad eclesiástica; algunas se
integraron en otras congregaciones; en cambio, Pía se
retiró a Viareggio, manteniendo
contacto con Luisa Tognoni. Ellas fueron el grano de
trigo que tuvo que morir
antes de que la herencia de Magdalena Frescobaldi
renaciese en Signa, con la protección
de Mons. José Fiammetti. Esta resurrección ocurrió en
1872, fuera ya del período
asignado al presente volumen. Durante el gobierno del
P. Testa no aparecen
documentos en los que intervengan los pasionistas.

Aquí podría concluir el tema de esta etapa, pero se


añaden algunos datos más significativos
para que se comprenda la vinculación con los
pasionistas hasta llevar como
título el nombre del fundador. Como se ha dicho, la
obra iniciada por Magdalena
Frescobaldi pasó 33 años de oscurecimiento y silencio.
Rastreando alguna referencia,
parece que se mantuvo la vinculación a través de
religiosos que habían trabajado o
trabajaban en Bulgaria, como el P. Bonauguri, ya
mencionado. En una relación de
Mons. Fiammetti se cuenta que el 06.05.1872 Luisa y
Pía le pidieron volver a vestir
el hábito; él, antes de decidir el asunto, consultó con
varios sacerdotes y con Mons.
Ignacio Paoli, obispo de Nicópolis y arzobispo de
Bucarest16: Y entonces me respon

15 Ortensia y Mariana Capponi, hijas de Gino y nietas


de Magdalena, Giovanna Manelli y Enrichet

ta Danti. Cuando en 1844 muere Ortensia Capponi, la


sustituye Jerónima Uguccioni. - Cfr. MER

LO, D., Ma. Maddalena Frescobaldi Capponi, o. c., 224

16 Había sido provincial en Inglaterra. De 1873 a 1890


hubo en Bulgaria algunas pasionistas ingle
sas, dos de las cuales murieron allí; por eso se puede
entender que el P. Basilio Laureri hubiera le

ído sus constituciones. - AGCP, J, Sorores Inglese,


carta de sor Anne Cunningan, del 20.04.1995.
dió: los religiosos pasionistas tienen por norma de
Regla y por mandato de S. Pablo
de la Cruz el no inmiscuirse en asuntos de monjas y no
pueden agregarlas como segunda
orden. Las de Tarquinia, fundadas por él y con Reglas
escritas por él, dependen
del ordinario de lugar, y sólo con su licencia van los
pasionistas a predicarles
los ejercicios o a atenderlas como confesores
extraordinarios tres o cuatro veces al
año, por deseo de San Pablo de la Cruz; les está
prohibido, por orden del fundador,
llevar la dirección espiritual o ser confesores
extraordinarios de monasterios de
otras religiosas. Me escribió el P. Basilio (Laureri, de
María Virgen), actualmente vicario
general en Bucarest y antes secretario general, que
recomendaba la institución
naciente, pero que no podía hacer nada y sólo, para
participar en los bienes espirituales,
lo podría hacer si yo, párroco, hubiera establecido, con
licencia de los superiores,
una congregación de agregados al hábito de la Pasión
de Jesucristo...

Más adelante recuerda que preparó un reglamento que


sometí al juicio de la debida
autoridad, y con decreto del general P. Domingo del
Nombre de María, del
27.05.1875, se me autorizó a establecer una cofradía
de Hermanas de la Pasión en
mi parroquia...17 . Reconoce que en la preparación de
las nuevas constituciones tuvo
en cuenta las de la Marquesa Frescobaldi y las de las
Hermanas de la Pasión de Inglaterra,
que le había hecho llegar el P. Basilio, pasionista.

No habiendo, pues, datos precisos, dejamos aquí el


tema. Baste saber que durante
el período del P. Testa los pasionistas estuvieron
físicamente ausentes en el silencio
de 33 años de las Esclavas de la Pasión. Los
superiores de Roma no tenían ninguna
información oficial de su existencia.
3. Hermanas de la Sma. Cruz y Pasión de
Jesucristo18
El segundo instituto femenino no claustral vino a la
vida durante esta etapa y en
claro contacto con los pasionistas. Su nacimiento
coincide con el restablecimiento
de la jerarquía católica en 1850 en Inglaterra por Pío
IX19.

17 Causa Beatif. de Magdalena Frescobaldi, V, Pro-


memoria di Don Giuseppe Fiammetti..., s. p.
18 GIORGINI, Rossi, Gaudenzio en DIP, o. c., VII, col.
2040. - GIORGINI, F. - ROSSI, G., Suore della
Sma. Croce e Passione di N. S. G. C., en DIP, o. c.,
VIII, col. 674. - Cfr. Records of the Foundation
and Progress of the Congregation of the Sisters of the
Most Holy Cross and Passion, 18511911,
Wellington Quay, 1911 (AGCP, 9-G-44). - DEVINE, A.
Sisters of the Most Holy Cross and
Passion, en The Catholic Encyclopedia, o. c., XI, 525,
Passionistes. - DOMINIC SAVIO, Sister, C.
P., La relazione fra il B. Domenico Barberi, P. Ignazio
Spencer e Elisabeth Prout, Madre Ma. Giuseppe
di Gesù, en LSC, 2008, 73-84. - HAMER, Edna (Sr.
Dominic Savio), Elizabeth Prout 18301864,
A religious life for industrial England, Downside Abbey,
BATH, England, 1994. - NARDOCCI,
S., Annals of the anglo-hibernian province, o. c., vol. I,
1842-1862; II, 1863-1864; el nacimiento
del instituto en pp. 94-98. - YUHAUS, C., The
Passionists in America..., o. c., 288-318. - AGCP,
K, Suore, Inglese, Brief Sketch of the begining and
progreess of the Istitute of the Sisters of the Most
Holy Cross and Passion, con una carta de envío del
02.09.1879, del P. Salviano (Nardocci) a un tal

P. Gregorio. -Regole delle Religiose Passioniste


d’Inghilterra, fondate dal P. Gaudenzio Rossi di
S. Stefano, mns. con caligrafía del P. Serafín
Giammaria en la cubierta exterior.
19 Cfr. HAMER, E., Elizabet Prout..., o. c., 59.
El P. Gaudencio Rossi de San Esteban (1815-1891)20
fue el elegido del Señor
para acompañar a la convertida Isabel (María José)
Prout (1820-1864)21 en el
proceso de fundación. Ambos estaban impulsados por
la fuerza interior de la Pasión
de Jesucristo. Ella sufría como propia la situación de
las jóvenes obreras de las fábricas
de Lancashire, que él había comprobado también
cuando daba misiones, primero
con el P. Domingo Barberi, y después con el P. Ignacio
Spencer. Cuando Isabel
tenía 12 años la familia, dejando Shrewsbury, se
trasladó a Stone, Staffordshire,
donde su padre trabajaba como tonelero en la
cervecería Joule. En febrero de
1842 el P. Barberi abrió casa en Aston Hall, a menos
de dos kilómetros de la suya,
y pronto comenzó a dar conferencias y a celebrar la
misa en Stone... Isabel Prout,
aunque anglicana, fue a escucharlo... y más adelante
se convertiría al catolicismo22.
Se ha documentado la intervención del P. Barberi en la
conversión de Newman,
pero no se ha escrito ningún detalle sobre la de Isabel
Prout; es tradición oral que
también la bautizó el P. Barberi. La fecha de su
conversión se ignora, pero tuvo que
ser entre 1843 y 184623.

El P. Gaudencio, llegado en 184224, le aconsejó la


entrada con las Hermanas del
Niño Jesús (Sisters of the Infant Jesus) de
Northampton; permaneció en aquel noviciado
de julio de 1848 a enero de 1849; pero al descubrir
que la tuberculosis en una
rodilla le hubiera provocado invalidez permanente,
regresó a su casa, donde, gracias
a las atenciones de su madre, recuperó la normalidad
de movimientos.

Durante una misión del P. Rossi en St. Chad’s,


Manchester, el párroco, Rv. Robert
Crosskill, ponderó la necesidad de que algunas
religiosas se ocuparan de las trabajadoras,
y que andaba buscándolas. Isabel y unas compañeras,
con el nombre de
Hermanas de la Sagrada Familia25, se encargaron de
ayudarle con licencia del obis

20
Prof. en 1837, sac. en 1840, en 1842 fue destinado a
Inglaterra. En 1855 marchó a Pittsburg, EE.
UU. Llegó a ser considerado uno de los misioneros
más conocidos durante 15 años. Retirado de
este ministerio se consagró a escribir obras como: The
Christian Trumpet or Previsions and Predictions...,
compiled by Pellegrino, a missionary priest, Boston,
Patrick Donahoe, 1874, 280 pp.
(AGCP 10-E-13). - The voice of Jesus suffering to the
mind and heart of christians... by a passionist
missionary priest, New York, 1877, 644 pp. (AGCP, 10-
E-12); The mistery of the Crown of
Thorms..., by a passionist Father, the autor of The
Christian Trumpet, Voice of Jesus Suffering...,
New York, 1879, 638 pp. (10-E-14). Además tradujo al
inglés The admirable life of Patriarch
Saint Joseph, taken from the Citè Mystique de Dieu...,
New York, 1865, 324 pp. (AGCP, 5-C-55).

- Cfr. Cenni Necrologici, 1891, 335-338. - Cfr. AA


837010.
21
Isabel Prout nació en Shrewsbury, Shropshire.
Educada en familia anglicana, obtuvo título de
maestra de escuela. En 1841 la familia se trasladó a
Stone, Staffordshire, donde el recién llegado

P. Barberi iniciaba la aventura inglesa. Murió en


Sutton. - Cfr. HAMER, E., o. c. - Records of the
Foundation..., o. c.
22
Sr. Dominic Savio, La relazione...,o. c., 77. La autora
añade este detalle: Según la tradición, un
día, mientras fijaba la mirada en la Hostia durante la
bendición, de improviso creyó que Nuestro
Señor estaba real y verdaderamente presente.

23 Cfr. HAMER,E., Elizabeth..., o. c., 24.


24 Su correspondencia epistolar con I. Prout comienza
el 24.07.1848. - Cfr. HAMER, E., o. c., 62.
25 Cfr. NARDOCCI, S., Annals.., o. c., 95. Se trataba
de Isabel, Catherin Gilday y Catherine Soler.

- Cfr. HAMER,E., o. c., 101.


po de Salford, Mons. Turner. El instituto nació, pues,
como respuesta a la situación
de las trabajadoras. En el n. 2 de las Constituciones se
dice: Esta congregación tuvo
su origen en la situación lamentable de numerosas
muchachas obreras en las
grandes ciudades de Inglaterra, expuestas a terribles
tentaciones contra la fe y las
buenas costumbres...

Para proteger y preservar a las obreras, las hermanas


abrieron escuelas elementales.
El P. Rossi les preparó unas constituciones de
inspiración pasionista: Este instituto
está afiliado y asume el nombre de la congregación de
la Santa Cruz y Pasión
de Jesucristo, lo que de manera especial les hace
llevar viva en su corazón la memoria
de Jesús Crucificado, y cultivar una ardiente y tierna
devoción a su Santísima Pasión
y Muerte, de la que han de estar embebidas. Su
espíritu aprende sus virtudes que
imitan fielmente. Sin voto especial, a diferencias de los
clérigos, promoverán con entusiasmo
tan saludable devoción en las personas a las que
educan (Reglas, I, n. 12)26.

Tarea de las nuevas religiosas sería la de abrir


refugios para trabajadoras y colaborar
en las escuelas parroquiales. A Isabel Prout se le
unieron otras muchachas que
pronto la abandonaron; pero llegaron más hasta formar
un grupo de nueve. El Rvdo.
Crosskill les proporcionó residencia próxima a la
iglesia de St. Chad. El 25 de marzo
de 1851 se abrió la casa. El P. Rossi instruyó a las
jóvenes en las maneras y ritos
de una comunidad pasionista. El 21 de noviembre de
1852, fiesta de la Presentación,
de inequívoca resonancia pasionista, recibieron el
hábito de manos del P. Gaudencio
Rossi. Isabel, que comenzó a llamarse María José de
Jesús, fue la primera superiora.
En mayo de 1854 se trasladaron a Levenshulme,
donde el obispo les había preparado
casa y jardín27. El 21 de noviembre del mismo 1854
emitieron los votos ante el
obispo. El 16 de noviembre de 1855 se abrió
oficialmente el convento de la Santa
Cruz en Packershill Road con ocasión del traslado del
cuerpo del P. Domingo Barberi.
El 18 el P. Spencer fue a predicar en la misa
dominical. Y en esta ocasión el P. Rossi,
destinado ya a los Estados Unidos, confió el instituto al
P. Spencer. El 24 zarpó para
América, de donde no volvería ya28. El P. Rossi,
desde los EE. UU., siguió la marcha
del instituto, pero no podía orientarlas como antes29.
La vinculación espiritual con
los pasionistas quedó sellada oficialmente cuando el P.
Testa, el 28 de abril de 1857,
las adoptaba como hijas y les concedía comunicación
de sufragios30. El P. Rossi pro
26
Cfr. DEVINE, A., o. c., 525.

27
Cfr. en Records of the Foundation..., o. c., el largo
sermón dividido en tres partes, pp. 3-13. Según
HAMER, E., o. c., 146, el P. Rossi siguió el ritual
pasionista. - Cfr. NARDOCCI, S., o. c., 96.

28
Sr. Dominic Savio, La relazione fra il beato
Domenico..., Spencer ...e Elisabet Prout..., en LSC,
23, 2008, 79.

29
Cfr. HAMER, E., o. c., 154. El P. Spencer le consultó
sobre la revisión de las Reglas en junio de 1862.
AGCP,
J (Sorores), Inglesas, The Congregation of the Most
Holy Cross and Passion 1851-1864, mcn.
30
Cfr. en AGCP, K-Suore, Inglese, copia del diploma
dirigido a Maríae Josephae de Jesu, ac piis
mulieribus cum ipsa degentibus.
puso trasladar a los Estados Unidos todo el instituto,
pero la M. Prout no accedió por
la oposición del P. Bernardo O’Loughlin31.

Como se ve, la marcha del instituto tropezaba con


escollos internos; pero no es
el tema de esta historia, centrada en la presencia de la
congregación pasionista en su
nacimiento y maduración. En Inglaterra, a raíz del
restablecimiento de la jerarquía
eclesiástica, se desencadenó un fuerte vendaval
contra la Iglesia, especialmente contra
religiosos y religiosas. En 1858, a la hostilidad de los
anglicanos, se unió la del
clero católico y la de algún sector del laicado, pues,
como escribe un autor, algunos
pensaban que una monja que salía a trabajar era una
contradictio in terminis32.

El obispo tuvo que crear una comisión investigadora.


Los puntos del conflicto
eran: 1) No son autosuficientes; 2)su modo de vestir
llama la atención en público;
3) no guardan las reglas; 4) no se ha alcanzado el
objetivo de su establecimiento,
es decir, un refugio para muchachas trabajadores; 5)
no están preparadas para enseñar
en las escuelas33 .

El P. Bernardo O’Louglin permaneció a su lado en todo


momento. Mons. Turner,
cuando la comisión dió su veredicto, le dijo: Padre
Bernardo, tengo buenas noticias
para usted: los adversarios han quedado satisfechos
con la investigación, el
instituto puede continuar y los enemigos estarán a su
favor en el futuro. La única
objeción es que las hermanas han de abandonar la
escuela. Los adversarios creen
que no está de acuerdo con sus reglas.

Resuelto el asunto, profesaron cuatro hermanas. La M.


Prout expresó la alegría
interior en carta al P. Salviano Nardocci:

No piense ni por un momento que nosotros queramos


despreciar en lo más mínimo
al P. Gaudencio; él es nuestro Padre y fundador, y lo
será para siempre, pero
después de él también apreciamos al buen P.
Bernardo. Nuestra barquilla está capeando
las olas, y todo maquinaba para destruirnos, cuando
nuestro buen Dios nos
ha dado un piloto en el P. Bernardo, que comenzó
sacándonos de entre las rocas, y
nos ha conducido salvas y sanas al triunfo34 .

En 1861 las novicias fueron trasladadas de


Levenshulme a Sutton, que se considera
la casa madre de la congregación. En 1862 las
hermanas se hicieron cargo, en
Ashton-under-Lyne, de una escuela diurna y nocturna
para muchachas obreras, que
llegaron a ser más de quinientas.
En lo que se refiere a los pasionistas, conviene
recordar que en agosto del mis

31 El P. Testa apreciaba al P. Rossi como predicador,


pero no como hombre de gobierno: Father Gau

denzius does not have either the grifts or the virtues to


govern, escribió al P. Tarlattini. - Cfr. HA

MER,E., o. c., 201- 203.

32 Brief Sketchs..., o. c., f. 3 dice: All the priest in


Manchester were roused in opposition against the

Sisters... - HAMER, E, o. c., 143.


33 Cfr. Records..., o. c., 16.
34 Cfr. Records..., o. c., 18-19.
mo año, falleció el P. Testa. En 1863 el P. Ignacio
Spencer, aprovechando el viaje al
capítulo general, llevó las Reglas de las hermanas y
las sometió a la decisión de la
Santa Sede. El card. Barnabó se las devolvió diciendo
que el fin es excelente. El 27
de mayo Pío IX le manifestó que no era aún oportuna
una aprobación pontificia,
pues cualquier obispo podía concederles la aprobación
canónica. El obispo de Saldfor
garantizó a la M. Prout que si le llegaba oficialmente
esta opinión de Roma, procedería
a aprobarlo35.

La M. Prout, de salud siempre frágil, declinaba a ojos


vistas. El 23 de octubre se
reunió el capítulo general, al que asistieron todas las
profesas. La M. Prout fue elegida
superiora general. El 21 de noviembre hicieron votos
perpetuos ella y sus consejeras,
y en Navidad el resto de profesas. La M. Prout pasó la
Navidad en cama. El
9 de enero de 1864 el P. Spencer oyó su última
confesión, y el 12.01.1864 murió la
fundadora a los 43 años36. Con su muerte concluye
esta etapa. La sucesora, M. Winifred
Lynch, solicitó el uso del escudo. El P. Domingo
Giacchini se lo concedió el
09.11.1874 y le escribía: Como prueba de mi mayor
consideración, por medio del

P. Provincial Bernardo de María Virgen le envío el


escudo bendecido por mí37 .
Antes de terminar, y aunque sea anticipar materia del
próximo período, conviene
recordar su colaboración con los misioneros de
Bulgaria, lo que revela por una
parte la unión espiritual con el instituto masculino, y
por otra su propio sentido misionero.
Mons. Ignacio Paoli las llamó en 1873. Abrieron
convento en Roustschouk
y permanecieron en Bulgaria hasta 189038.

35
Cfr. Records..., 20-22. - NARDOCCI, S., o. c., 97.

36
Cfr. HAMER, E, o. c., 184. En junio de 1973 sus restos
fueron trasladados del cementerio común
a la iglesia de Santa Ana y del beato Domingo Barberi.
En 1978 se comenzaron a dar pasos para
los procesos con una comisión histórica. Aprobada en
1980 por Mons. Worlock, obispo de Liverpool,
en 1994 se iniciaron los procesos.

37
Atti delle consulte generalizie 1870-1909, f. 23. -
AGCP, J (Sorores), Inglese. El 19 de agosto de
1911 la M. María Luisa José de la Preciosísima Sangre
pidió la comunicación de sufragios con los
religiosos, comprometiéndose a ofrecer una comunión,
una tercera parte del rosario y una disciplina
por los religiosos difuntos. El P. Jeremías Angeluci se
lo concedió el 4 de septiembre. - Cfr.
AGCP, J(Sorores), Inglesas... -Libro delle Consulte
Generalizie, 1910-1914, f. 61. - Estas religiosas
recibieron de Pío IX en 1876 la aprobación de las
Reglas ad experimentum de una década, y
de León XIII la del instituto el 21 de junio de 1887. Más
tarde se asociaron con otro instituto nacido
en Chile... -The Intern. Newsletter of Sisters..., n. 5,
1995.

38
Durante este período murieron la M. Ana Joaquina y la
Hna. Agueda, enterradas en Roustchouk.

-AGCP, K (Suore), Inglesas, carta de sor Anne


Cunningham al P. Aidan Troy, 20.04.1995.
CAPÍTULO XXV

PASO DE UNA ETAPA A OTRA

1. Transición del P. Antonio di S. Giacomo al P. Pedro


Pablo Cayro
El P. Testa llevaba entre manos las fundaciones de
Guayaquil y California, gestionadas
por el P. Pedro Magagnotto1. Había animado las obras
de la capilla del beato
Pablo de la Cruz; y seguía ocupado de las causas de
los Siervos de Dios Juan Bta.
Danei, Vicente Ma. Strambi, D. Barberi y Lorenzo Ma.
Salvi. El 2 de agosto de 1862
murió en Roma2.

Al comunicar la muerte, el P. Pío Cayro elogiaba su


obra, que algunos cardenales
habían considerado como propia de un segundo
fundador3. Al resaltar sus cualidades
de gobierno y sus virtudes más notorias, se detenía en
la humildad, la pobreza,
la austeridad personal y el espíritu de fidelidad,
llamándolo rígido guardián de
las Reglas4. De sus actuaciones recordaba la
impresión del Reglamento y de los decretos
de los últimos capítulos generales, así como la
expansión del instituto: Con
su esfuerzo se abrieron en Italia ocho retiros (dos en el
Genovesado, cuatro en el
reino de Nápoles y dos en Las Marcas), y doce fuera
de Italia (dos en Francia, uno
en Holanda, otro en Bélgica, uno en Irlanda, cuatro en
Inglaterra y tres en América).
En la misma ciudad de Roma se efectuó una nueva
fundación bajo los auspicios
del Papa Pío IX, que quiso que los hijos de la Pasión
se encargaran de Scala
Santa5. Si en 1840 la congregación contaba con 356
religiosos (226 clérigos y130
hermanos), a finales de 1862 llegaban a 729 (459 y
270)6.

Hasta el capítulo que correspondía al año siguiente, se


hizo cargo del gobierno
el P. Pío Cayro, quien desde 1851 había convivido con
el P. Testa y compartido de

1
P. Pedro Pablo Cayro, 28 julio 1863. - ACP, XVIII,
1953-1954, 18.

2
Platea SsGeP, II, 53. El día 8, Il Giornale di Roma, n.
180, publicó su semblanza, más tarde impresa
como separata. En el primer centenario, la curia
general y la comunidad celebraron un acto
académico conmemorativo en el que intervinieron los
PP. Paulino Alonso Blanco (FAM), Conrad
Charles (IOS) y Cassian Yuhaus (PAUL). Y el 29 de
junio de 1963 sus restos fueron trasladados
desde el sótano de la capilla del fundador al octógono
de acceso a la sacristía, con una escueta lápida
conmemorativa. - Cfr. ACP, II Parte, Notiziario, 10.10.
1963 (122) y (181).

3
Cfr. DNEust, 300. El título gli fu dato da uno dei più
illustri eminentissimi porporati. No parece
correcto seguir aplicando este elogio al B. Silvestrelli,
si la expresión nació para el P. Testa; si acaso
habría que llamarlo el tercer fundador.

4
Cfr. DNEust, 302.

5
DNEust, 301.

6
Cfr. DeR, 1840-1862.
cisiones como las de erigir nuevas provincias y fundar
en América. Como su hombre
de confianza, había visitado los retiros de Bélgica,
Francia e Inglaterra. Le animaban
los mismos criterios de fidelidad al fundador, cuya
biografía había escrito.
Por la naturaleza de las cosas, su tarea sería de mera
transición y no iría más allá de
convocar el capítulo que eligiera un sucesor estable.
En la circular del 14 de febrero
de 1863 describía al P. Testa como persona de
ingenio, de horizontes, de cálculo,
amaestrado por la experiencia, sostenido por la
doctrina, dirigido por la prudencia,
constante en el trabajo, con luces y celo que Dios le
comunicaba en la santa
oración para su gloria y beneficio de nuestra
Congregación, que gobernaba con
facilidad, la propagaba, la engrandecía, la ilustraba7.

2. Síntesis de una obra de gobierno


Llegados al final de una etapa bien definida
cronológicamente durante 23 años,
y unipersonal, sin alternancia de otros estilos o
mentalidades en la dirección del instituto,
se puede arriesgar una síntesis.

En la vida del P. Antonio di S. Giacomo Testa hubo


tiempo de actividad formativa
y misionera, antes de ser general. Se podría tejer un
minucioso elogio de sus virtudes,
aunque llama la atención que, calificado como
segundo fundador, nadie se
haya planteado la posibilidad de promover su causa de
beatificación. Mientras el P.
Pío Cayro lleva en la lápida sepulcral el tratamiento de
Siervo de Dios, el P. Testa,
objeto de tantos elogios, no ha tenido nunca este
tratamiento hagiográfico. Pero al
margen de estas apreciaciones, ahora se quiere
presentar un balance de su largo gobierno
con doble vertiente: ejercicio de la autoridad dentro de
la congregación, y
continua relación con personalidades de fuera del
instituto con motivo de las fundaciones
ofrecidas y con el Papa y diversos personajes del
Vaticano. En un aspecto y
en otro, el hecho de haber sido reelegido
sucesivamente en tres capítulos (1845,
1851, 1957) da a entender la satisfacción de los
religiosos con su modo de ejercer la
autoridad, así como el prestigio que había alcanzado
entre los promotores de fundaciones.
No aparecen datos de que se sirviera de su posición
para egoísmo personal
ni para dispensarse de valores comunitarios, como la
observancia, la austeridad, la
oración o la pobreza. Tampoco se conservan quejas o
resquemores de los personajes
que, habiendo ofrecido generosamente nuevos retiros,
se encontraron con una
negativa, cortés y siempre justificada.

a) HOMBRE DE GOBIERNO. Su imagen pública más


evidente fue la de gestor
de un instituto en expansión. Y en este aspecto
resaltan dos referencias: buscaba
siempre el bien de los religiosos que habían de habitar
en los nuevos retiros (clima,
salud, medios de subsistencia necesarios...), y luchaba
por mantenerse fiel a los va-

Cfr. ACP, XVIII, 1853-1854, 15-16.


lores heredados (soledad, pobreza, apostolado). Tanto
en un aspecto como en otro,
el P. Testa tuvo que ejercer constantemente un
discernimiento minucioso.

Como es notorio, la supresión napoleónica había


dejado vacíos muchos monasterios,
cuyos moradores no pudieron o no quisieron volver a
habitarlos o por falta
de sujetos o porque urgía purificar la vida común,
notablemente deteriorada. Las poblaciones,
acostumbradas a beneficiarse de la asistencia pastoral
de monjes o religiosos,
buscaron nuevos inquilinos para que prosiguieran la
vida monástica y el servicio
pastoral. La congregación pasionista fue muy
requerida para reanimar vetustas
edificaciones, como se ha podido leer en el capítulo
Fundaciones no aceptadas.
Entre tantas solicitudes, el P. Testa tuvo que discernir,
en Italia, la ubicación de nuevos
retiros sin merma de ningún valor carismático; y
después, cuando la congregación
llegó a Bélgica, Francia, Inglaterra y EE. UU., vigiló
directamente los pasos
que se iban dando y ofreció directrices claras a la hora
de modificar aspectos que no
parecían tan intocables: vestido, alimentación, viajes,
etc.

b) CRECIMIENTO NUMÉRICO DE RETIROS Y


PROVINCIAS. Este aspecto
salta a la vista: en 1839 estaban abiertos los siguientes
retiros: La Presentación y
San José, en Monte Argentaro; los Ss. Juan y Pablo,
en Roma; Vetralla, San Eutizio,
Lucca, Tarquinia-Corneto, Ceccano, Paliano,
Falvaterra, Montecavo, Recanati, Morrovalle,
Todi, Aquila y la misión de Bulgaria. Durante su
gobierno se abrieron:
Brugnato, Granarolo, Pievetorina (recuperado en
1840), Moricone, Isola di Penne,
Sora, Pontecorvo, Scala Santa, San Salvatore
Maggiore, Magliano Sabina, Caserta
y Aversa. Dio sentido a la universalidad de la
Congregación iniciando la expansión:
Ere, Londres, Dublín, Sutton, Liverpool, Burdeos,
Hardinghen, Pittsburgh y West
Hoboken; y era inminente la partida para California.

Respecto a las provincias, las de la Presentación y la


Dolorosa databan del fundador.
En su tiempo se crearon, en 1851, las de la Piedad
(Italia)y San José (Bélgica-
Inglaterra), en 1854 la de San Miguel (Bélgica, Francia
y Holanda). A su muerte
estaba ya prevista una en los EE. UU., dedicada al
beato Pablo de la Cruz, establecida
en el capítulo de 1863.

c) ESTILO DE AUTORIDAD. Con la multiplicación de


estas instituciones se facilitaba
un gobierno más cercano a la zona donde vivían y
trabajaban los religiosos.
El P. Testa mantuvo una descentralización vigilada,
pues se reservó la autorización y
la aprobación de las actas y decretos de los capítulos y
de otros documentos, así como
todos los pasos relacionados con nuevas fundaciones.
Como auxiliar intermedio
se introdujo la figura del delegado para presidir los
capítulos en los que no podía hallarse
presente el general y solía ser algún miembro de la
curia y hombre de su confianza8.
En 1857, Pío IX sugirió que se agregaran como
adjuntos dos consultores

DeR, 381, 69, XIX Cap. Gral. 1851.


más, encargados de la secretaría general y del
archivo; pero sólo podrían intervenir
en las consultas si eran invitados. La novedad resultó
efímera, como se ha dicho ya,
pues el capítulo que siguió a la muerte del P. Testa
pidió su abolición. Otra novedad
fue la de los Agentes de las provincias en Roma, para
que el general conociera mejor
los problemas lejanos y comprendiera los documentos
no escritos en latín o italiano.
Se aprobó que el general dispusiera de una celda-
despacho para recibir con decoro
a los visitantes, y que pudiera servirse de un hermano
coadjutor. El P. Testa no
aceptó estas medidas para no crear precedentes de
relajación. De todos modos, la
novedad quedaba introducida y sería útil a sus
sucesores9. En su tiempo se llevó a
cabo una tarea muy deseada, la impresión de los
Reglamentos, hasta entonces manuscritos,
y la de los decretos de los capítulos generales. Antes
había copia en las comunidades,
no siempre disponible para todos. Con la impresión de
los textos, cada
religioso conocería mejor la legislación; así se
favorecería la uniformidad10.

d) VIDA DE COMUNIDAD. No se observan cambios


de mayor fuste en esta
época. Seguía el horario tradicional diurno y nocturno,
con matices locales o circunstanciales:
la apertura de retiros fuera de Italia obligó a acomodar
el horario, la
alimentación, el vestido, el calzado, los viajes...11.

e) FORMACIÓN. Sí aparece notable preocupación en


este apartado, pues a los
estudios dedicaron largas sesiones los capítulos de
1851 y 1857. En ellos se modificó
la línea seguida desde la muerte del fundador de tener
a los estudiantes en casi
todos los retiros para que se mantuviera la
observancia tradicional. El P. Testa prefirió
la concentración en una o dos casas. Sin embargo,
parece que la medida no fue
muy eficaz y hubo de pasar tiempo hasta que se
creara una conciencia común sobre
el particular. Sí ayudaron a elevar la calidad en la
preparación de los religiosos las
nuevas reuniones comunitarias dedicadas a
discusiones académicas: además del caso
moral de los sábados, se introdujo la conferencia
quincenal llamada polémica, sobre
Sagrada Escritura y Teología12. Por otra parte, a los
jóvenes se les exigió más intensidad
en la preparación, si querían llegar a ejercer el
ministerio de la palabra.

f) TRANSMISIÓN DE VALORES. Durante 23 años el


P. Testa trató de mantener
una tradición dinámica: un depósito de valores
capaces de resistir la fuerte presión
del racionalismo secularizador en el ambiente del siglo
XIX. Entre tales valo
9 DeR, XX, 1857, 364, 387, 397, 398, 407. - Cfr.
DNEust, 393.
10 DeR, 366, p.55, Cap. XXVIII, 1845; y n. 391, p.63.
11 DeR, XXX 1857, 392, p.63.
12 Cfr. DeR, 377 y 403, pp. 59 y 65.
res su puede evidenciar el sentido de pertenencia a la
Iglesia y a la congregación, la
conciencia de estar consagrados a anunciar la Pasión
de Cristo, la vida conventual y
el apostolado comunitario, la soledad, la oración, el
estudio y la austeridad... De los
centenares de cartas del P. Testa, resalta la
discreción, el respeto a los destinatarios,
la clara exposición de sus razonamientos, y la
conciencia del bien general por encima
de los egoísmos particulares. Cuando tuvo que
afrontar situaciones negativas de
algunos religiosos o su dimisión, conservó equilibradas
la firmeza en los valores y
la caridad con las personas.

Una institución constituye un depósito de valores


sagrados, pero también una
asociación cuyos miembros no siempre alcanzan
niveles de heroicidad. Por eso no
debe extrañar que también con el P. Testa se
produjeran altibajos, tensiones, crisis y
dimisiones. Ateniéndonos a los datos del Libro dei
Dimessi 1741-1864, de 1839 a
1863 abandonaron la congregación 162 religiosos (72
sacerdotes, 42 clérigos y 48
hermanos); por períodos, entre 1839 y 1851 las
dimisiones fueron 59 (27+16+16) y
entre 1852 y 1863 se duplicaron, pasando a 103
(45+26+32)13. En el apostolado de
las misiones y ejercicios se debilitó el carácter
pasionista al reducir o postergar los
Motivos de Pasión. El P. Testa procuró que se
mantuviera vivo el fuego sagrado del
entusiasmo, mediante las disposiciones del capítulo de
1851, n.378, 2. A juzgar por
las quejas de los capítulos generales y provinciales, se
había perdido el clima de silencio,
estaba extendida la plaga de la murmuración y se
echaba de menos el respeto
mutuo, sobre todo hacia los sacerdotes14.

Se puede argumentar que la fecha de algunos de


estos testimonios cae ya fuera
del período del P. Testa, pero es bien sabido que estas
situaciones no surgen de improviso,
se heredan; y por lo mismo no es descabellado
suponer que estaban fermentando
ya por aquellos años. El propio P. Testa reconocía
haber sido demasiado respetuoso
con la autonomía de las provincias, y deploraba sus
consecuencias. Cuando
estaba en ciernes la fundación en los Estados Unidos
prevenía al P. Tarlattini, el 29
septiembre 1855:

No tengan prisa de multiplicar la gente. Pocos y


buenos. En Inglaterra cometieron
dos equivocaciones: admitir jóvenes sin suficientes
pruebas ni educación, y
abrir demasiadas casas. Secuela del primer error ha
sido la salida de varios religiosos;
y del segundo, la necesidad de tener que cerrar dos o
tal vez tres casas...

13
En DeR, el total es de 165, o sea, tres más que en el
Libro dei Dimessi citado en el texto.

14
Cfr. Actas de los capítulos de PRAES en 1845, 1848 y
1851; de DOL en 1841, 1848, 1851, 1860;
de PIET, 1857, en la convocatoria el P. Righezza
lamenta la introducción del espíritu del mundo.

-Carta del H. Lorenzo sobre California: Llegado a este


miserable lugar.., sólo he encontrado confusión,
desórdenes, envidia y odio entre ellos, y continua
murmuración de unos contra otros... La
santa observancia de la Regla no se ha seguido
nunca... En una palabra, que van a regañadientes....
- Fondo AGCP, PAUL, California, 16 octubre 1864.
Otro error que se cometió en Inglaterra fue el decir:
Aquí no estamos en Italia. Y
con este criterio se permitieron dejar ciertas prácticas y
prescindir de cosas que
consideraban minucias. Esto trajo la relajación, la poca
dependencia, el tomarse libertades,
en una palabra, la decadencia del espíritu. Guárdense
como de la peste
de semejantes principios. La Regla es para todo el
mundo; los votos son vínculos
que nos obligan, estemos donde estemos.

Siete años más tarde el P. Pío Cayro, ya en funciones


de vicario general, se refería
a la formación de los jóvenes con idénticos conceptos,
a propósito de la dimisión
de un estudiante poco después de haber profesado: El
primer remedio para
echar buenas raíces es examinar a fondo las
vocaciones de jóvenes, su índole, su
temperamento, sus tendencias, que después se han
de examinar de nuevo en el noviciado,
y que sean rigurosos al aprobar el espíritu de los
jóvenes y hacer buena selección
sin tantos miramientos, y así evitar que después de
haber profesado no den
tan rápidamente ciertos pasos como éste del que
hablamos15.

3. Pórtico de una nueva etapa en las diversas


provincias
El que resultara sucesor del P. Testa en el capítulo de
1863 tendría que enfrentarse
a un mundo en ebullición revolucionaria. La soledad de
los retiros, teórica muralla
de un castillo contra el ambiente exterior, no impedía el
fermento de las nuevas
ideas entre los que vivían dentro. Los predicadores
mantenían contacto con la
nueva sociedad y regresaban al convento con
inquietudes, dudas y sed de cambios.

a) CRISIS EXTERIOR: Desde el Piamonte, con Turín


como capital del Reino
de Italia, se venía gestando un progresivo expolio de
los estados, ducados y señoríos
para constituir el Reino de Italia Unida. La presencia
de Austria fue cuestionada
y reducida al mínimo: la Lombardía se declaraba
independiente, mientras Venecia
se mantenía austríaca. La dinastía saboyana se
presentaba como factor aglutinante
conducido por Camillo Benso de Cavour. El
17.03.1861 se proclama en Turín el
Reino de Italia, con un parlamento formado por 214
senadores y 413 diputados. Cavour
gestionaba diplomáticamente la compra de Venecia y
de Roma. Los Estados
Pontificios habían sido ya invadidos por las tropas
garibaldinas. Desde mucho antes
se venía aplicando un criterio constante: suprimir las
corporaciones religiosas. En
1848 hubo una ley contra los jesuitas y las Damas del
Sagrado Corazón. La ley Siccardi
de 1850 suprimió el fuero eclesiástico, y los pleitos
tenían que dirimirse ante
jueces civiles; al año siguiente se tasaron los bienes
llamados de manos muertas. En
1852 se introdujo el matrimonio civil y quedó suprimido
el efecto jurídico del canó

15 AGCP, D, Superiori Generali, Pio Cayro, vicegen.,


23.10.1862; podía tratarse de Agustín O’Don

nel de S. José, que habiendo profesado en Pittsburgh


el 14 de febrero, fue expulsado el 22 de oc

tubre del mismo año. - Cfr. AA862002 y AGCP,


Catalogo dei... Dimessi, n. 444.
nico. En 1855 se privó de personalidad jurídica a las
órdenes religiosas. En los años
1859-1860 le fueron arrebatadas a Pío IX las Marcas,
la Romagna y la Umbría; Roma
fue declarada capital de Italia Unida. En todos los
territorios invadidos se implantaron
las leyes piamontesas16.

En vista de los acontecimientos políticos, la Santa


Sede mandó a los superiores
generales algunas normas para afrontar la situación: El
Santo Padre ha pedido a esta
S.C. de OO. y RR. que dé algunas normas para limitar
los tristes efectos de la supresión.
Por lo mismo dicha S. Congregación debe declarar
que no tienen los religiosos
libertad para abandonar sus respectivas órdenes, ni
los superiores para despedirlos;
y que cada uno ha de hacer lo que pueda para convivir
en el monasterio,
convento o casa de la orden. Si los religiosos se ven
expulsados, y no tienen un lugar
donde puedan vivir todos unidos, o no pueden habitar
o colocarse en monasterios,
conventos o casas supervivientes, se deberá recurrir a
esta S.C. para solicitar
permisos e instrucciones convenientes. V.P. Rvma.,
con la caridad que le distingue,
no deje de alentar a los débiles, de aconsejar y de
avisar a los que se encuentran en
riesgo de desviarse... Card. Clarelli, prefecto17.

b) LOS PROBLEMAS DE LAS PROVINCIAS Y


COMUNIDADES aparecen
en las plateas de los retiros de Italia y en las actas
capitulares, aunque algunas crónicas
fueron escritas más tarde, cuando se quiso subsanar
el vacío que la supresión
había dejado en los libros. Su lectura transmite el clima
de tensión vivido por los religiosos
y delinea las situaciones que tendría que afrontar el
sucesor del P. Testa. Se
copian los textos con su sabor original sin comentarios
ni análisis.
A. Provincia de la Presentación. -Retiros de Monte
Argentario. El 26 de octubre
de 1864 llegó a este retiro el delegado de Orbetello... y
manifestó que el gobierno
disponía que inmediatamente todos los religiosos de
los dos retiros abandonaran
el Monte Argentario. Ya había mandado rodear de
carabineros la casa. Esto
ocurría al atardecer, cuando la comunidad iba a ir a la
cena. Oída la sentencia,
los pobres religiosos... no pudieron ir a cenar...
Llegada la hora del rosario se reunieron
en el coro pensando que sería la última vez que lo
recitaban juntos... Se encontraban
en el retiro dos señores de Orbetello... que pidieron al
delegado que les
mostrara la orden dada a los superiores. ¡Cosa
increíble! Mientras en el coro se
16
Cfr. ROTA. E. - PASCHINI, P., en Encicl. Cattolica, o.
c., Italia,VII, 400-402. - JEMOLO, Artu
ro Carlo, Chiesa e Stato in Italia negli ultimi cento anni,
Torino 1971, III, Gli anni del dilacera

mento, 175-269.

17
Segretaria della S. Congregazione di Vescovi e
Regolari, 16 aprile 1861, n. 14220. - AGCP,D,
Superiori
generali; Pedro Pablo Cayro; en un folio aparte, carta
por la que se transmite esta circular
a los superiores locales, con esta nota en el reverso:
26 aprile 1861, al M. Rvdo. P. Rettore de’passionisti,
Frosinone per Ceprano, San Sosio.
cantaba al final del rosario el Tota pulcra es, Maria, el
señor Cayetano Movizzo
(uno de los dos señores) se dio cuenta de que sólo
podían ser expulsados los dos
religiosos que habían recibido el hábito después de
1860, y así, dando gracias a la
Virgen, la comunidad quedó tranquila; sólo tenían que
salir los dos jóvenes que
había en el noviciado. Los dos novicios fueron
expulsados sin contemplaciones humanas18.

Todi. Al final de la breve relación de 1860, una mano


distinta ha añadido este
párrafo: En 1863, hacia finales de mayo, fue elegido
rector de esta casa el P. Esteban
de la Pasión, el cual, por las circunstancias de los
tiempo no pudo llegar al retiro,
así que se tiró adelante lo mejor que se pudo durante
todo el trienio...19.
B. Provincia de la Dolorosa. También tuvo que pagar
tributo a la situación:
Pontecorvo. Hubo diversos intentos de expulsión con
memoriales y recursos contra
la comunidad. En 1860 Lamarmora, lugarteniente de
Nápoles, creó en el convento
un hospital militar, que funcionó desde agosto de 1862;
sólo dos religiosos quedaron
en el convento. Tras quince meses, desapareció el
hospital y la comunidad quedó
restablecida en el capítulo de 186320.
Aquila. Considerado el mejor retiro pasionista en el
reino de Nápoles desde
1829, también sufrió las consecuencias del cambio de
gobierno, sobre todo en 1862,
con sucesivos inventarios. En julio de 1865 salió un
decreto de expulsión.

Caserta. Tras la expulsión de los Borbones, que


habían solicitado la presencia
pasionista, no tardó en llegar la de los religiosos.
Desde 1863 hubo frecuentes investigaciones.
El 21 de mayo de 1866 se presentó la gendarmería
para otro inventario,
con la orden de expulsión, que se efectuó al día
siguiente.

Sora: Aunque desde 1861 hubo problemas, el 31 de


octubre de 1866 fueron expulsados
los religiosos...por una ley contra los entes morales21.

C. Provincia de la Piedad. El P. Leonardo Brodella


(1870-1931) sintetiza la situación
a la hora del capítulo de 1863: Aunque las crónicas de
los retiros guarden
18
Se trataba de Diego Alberici de S. Francisco (1846-
2004), de Roma, y Vicente Ferri de San Juan
(1843-1905), de Villa S. Giovanni, Viterbo. - Platea II,
1833-1951, 22-23. - Platea S. Giuseppe,
vol. I, 1753-1923, 86-88. - Cfr. PIÉLAGOS,F. -
GÓMEZ, L., El P. Diego Alberici, pasionista, o.
c., 113-114.
19
AGCP, B,20 (II/III/2-4º.), Platea de Todi.

20
En 1865 fueron expulsados de nuevo; la casa se
convirtió en residencia de los soldados que iban
de paso por Pontecorvo. Más tarde, fuera de la época
del P. Testa, se restableció la vida pasionista.

21
No obstante, quedaron para custodia del local cinco
padres y cuatro hermanos como de servicio,
según se escribe en: Espulsione dei nostri religiosi...
dal retiro di Sora..., 8-9. - FILIPPO della Sacra
Famiglia, Nel primo centenario..., o. c., 37, 57 ss....
silencio y no nos hayan conservado peculiaridades de
lo que sobrevino en aquella
época, los documentos y la tradición de quienes lo
vivieron nos han permitido conocer
algunas cosas. Por ejemplo, en septiembre de 1860,
después de la batalla de
Castelfidardo se retiraron las tropas pontificias hacia
Loreto y Recanati. Además de
las peripecias y temores, los religiosos de aquel retiro
se dedicaron a atender a los
heridos, cediéndoles hasta la cama para vendarlos y
curarlos. Además, asentado el
nuevo gobierno, vivieron en constante temor y
angustia viéndose amenazados por
la ley promulgada por el lugarteniente regio de ser
echados del retiro. Añádase que
a nuestras pacíficas casas llegaban los comisarios del
gobierno para hacer inventarios
de lo que se encontraba y que era de los religiosos, y
otras impertinencias de
similar estilo que se verificó en todos los retiros de esta
provincia.... Con todo, hay
que dar gracias a Dios, que dentro de la impiedad de
los tiempos que corrieron
otras congregaciones, los nuestros pudieron habitar
pacíficamente sus casas unos
años más...22.

Con la clausura del noviciado de Morrovalle en 1860,


comenzaron las desventuras
que culminarían con la supresión de la provincia. En
1862 los religiosos fueron
expulsados de Torre San Patrizio. La fiebre
anticonventual llegaría al paroxismo
a partir de 1866: Isola di Penne, Recanati, Morrovalle,
Pievetorina... Aunque
más tarde la provincia de la Piedad renacería con
vigorosa primavera, de inmediato
le había llegado el tiempo de la semilla que muere.

En marzo de 1863 el P. Fausto, provincial, convocó el


capítulo para el 1 de junio
en Recanati, pero el nuevo general, P. Pedro Pablo
Cayro, juzgó prudente no entrar
en conflicto con las autoridades civiles de las Marcas,
donde había sido especialmente
agresiva la política contra las corporaciones religiosas;
y por eso solicitó
de Pío IX que pudiera celebrarse en Roma, aunque sin
los rectores, excepto uno que
vivía en la capital. Concedida la gracia el 6 de mayo, el
capítulo tuvo lugar los días
el 11 y 12, como se ha narrado ya. Fue el último hasta
que en 1882 pudo ser restablecida
la provincia23.

D. Provincias del norte de Europa y de América. Sobre


ellas no gravitaba el
riesgo de supresión por cambios políticos, pero por las
dificultades que se vivían en
Italia no podrían recibir ayuda para la formación. La
amenaza que pesaba sobre ellas
22
Cronistoria, o. c., I, c. 21, p. 241.
23
Cfr. Cronistoria, o. c., I, 241-245. - Cfr. Brevissimi
Cenni Storici della Provincia religiosa di Maria
SS. della Pietà..., Senigaglia, 1921, 10 (AGCP, 15-E-
58); una nota a lápiz indica que la obra
se atribuye al P. Paolo Antonio Berti dei Ss. Cuori, C.
P., provincial de 1914 a 1925. - Cfr. Cenni
1931, 72. - Sobre la situación interna de la provincia,
muy compleja, cfr. en AGCP, PIET, Lettere
1851-1863, carta del 14 de octubre de 1863 del P.
Fausto de San Carlos Rossetti al nuevo
general.
era la exigencia de una autonomía prematura, con
menos presencia de la autoridad
de Roma. Crecía la tendencia a un estilo más similar al
del clero diocesano que al
de la tradición pasionista: comunidades pequeñas
diluidas en la actividad parroquial,
autonomía personal en la gestión de los recursos,
cambio en los hábitos comunitarios
de alimentación, vestuario, menor soledad, viajes...

4. Capítulo de 1863. Para acompañar y guiar a los


religiosos de la Pasión en
tiempos tan revueltos, se necesitaba un nuevo guía. El
XXI Capítulo General se reunió
en Roma el 03.05.1863. El secretario, P. Emidio de la
Dolorosa, describe el ambiente:
Los enemigos de la religión rechinan de rabia contra
nosotros; les encantaría
vernos desbandados y dispersos como ovejas sin
pastor. Los 22 capitulares24 eligieron
al 4º escrutinio al P. Pedro Pablo de la Virgen Dolorosa
Cayro, hermano menor
del P. Pío. El período precedente concluía con un
Cayro y el nuevo se abría con
otro Cayro. Éste viviría con especial alegría la
canonización del fundador, pero sufriría
la dispersión de los religiosos en Italia, incluyendo la
supresión de la provincia
de la Piedad. El capítulo de 1863 creó una nueva en
los Estados Unidos, dedicada
al B. Pablo de la Cruz; aprobó la fundación de un
hospicio en París con pocos religiosos,
y la apertura de misiones en Guayaquil, Ecuador, y
Marysville, Nevada,
que no se consolidaron25. Pero la obra del nuevo
general y otros temas de la historia
quedan para el próximo volumen.
24
Seis de la curia general, quince de las cinco
provincias, y el delegado de los EE.UU., P. Tarlattini.

25
DeR, nn. 408, 411, 413.
INDICE DE NOMBRES

ABREVIATURAS

B. = Beato
Ben. = Bienhechor
Card. = Cardenal
Est. = Estudiante, pasionista profeso
no ordenado

H. = Religioso profeso no sacerdote.


Méd. = Médico

Adolfo Lippi, P., 404


Agapito D’Asti di S. Secundiano, P., 172, 200

Agustín, S., 396

Agustín Bernardoni, P., 368, 369

Agustín (Benedicto) Macera de S. Félix, P., 356

Agustín Edgar (Juan Bta. de la Madre de Dios),


Est., 230, 244, 245, 254, 256

Agustín Martinelli, 112

Agustín Olivieri de la V. Dolorosa, P., 64, 66, 74,


75, 402

Agustín Pacifico, franciscano, 207.

Alberto Colombi de la Madre de Dios, P., 64, 83,


196, 310

Albert Op’t Broeck de S. Miguel, Est., 245

Albino Magno de la Sabiduría Encarnada, P., 152,


273, 277, 278, 281, 282

Alejandro Bernetti, Ob., 157

Alejandro Pagliesi del Crucifijo, P., 97

Alejandro de Rudnay, Ben., 422

Alejandro de Torlonia, Ben., 458

Alemany, Ob., 270

Alfonso Gurnacci del Smo. Sacramento, P., 154


Nov. = Novicio

Ob. = Obispo

P. = Pasionista sacerdote
Rev. = Sacerdote no pasionista

S. = Santo
El - que une a dos números indica que en esas
páginas es frecuente el uso del nombre.

Alfonso Lamarmora, 148

Alfonso María de Ligorio, S., 174, 198

Alfonso Ma. Toti del Corazón De Jesús, P., 58, 59,


62, 68, 73, 82, 95, 260, 296, 300, 307, 308, 309,
310, 478
Alfonso Ma. Scalpelli del Smo. Rosario, P., 80,
310, 361

Alfonso O’Neil de María Virgen, P., 331, 409

Alfredo Wilson, P., 427

Amadeo McBride de la Madre de Dios, P., 228,


238, 239, 241, 242

Amadeo C. Naselli, P., 46

Amadeo Garibaldi de María Virgen, P., 289

Ambrosio, S., 396

Ambrosio Baldassi de la I. Concepción, P., 108,


111, 116, 126, 127, 190, 197, 199, 205, 291, 296,
300, 307, 311, 313, 317, 319, 402
Ambrosio Barlesi del Niño Jesús, P., 48, 59, 66,
90, 92

Ambrosio Phillipps De Lisle, 17, 212-217, 235,


422

Ana María Taigi, B., 459

Aníbal Albani, Card, 24, 134

Andrés Biancalana, Nov., 62

Andrés Casanova del Cor. de María, H., 110


Andrés de la S. Familia (Henry M. Gorgan), Est.,
394

Andrés Luccibello, Ob., 139

Andrés Marciglio del Niño Jesús, P., 163

Andrés Moretti de S. Luis, P., 61, 65, 73, 76, 78,


81, 84, 296, 304, 307-310

Andrés Petrassi del Cor. de María, P., 128

Andrés Smith, H., 256

Andrés Valessi, barnabita, 457

Andreucetti, 77

Angel Antonio Tomei de S. Luis, H., 183


Angel Boccamazzi, Ob., 198

Angel Calandri de S. Juan Bautista, Est., 55

Angel Celesia, Ob., 190

Angel Luis Bonomi de S. Rafael, P., 56, 64, 169,


192, 293, 294, 304, 306, 429

Angel Luis Girardengo de la Madre de Dios, P.,


119

Angel Luswerg, 123

Angel Maceroni de S. José, H., 112

Angel Ma. Punzzi de Sto. Domingo, P., 129


Angel Moretini, 446, 447

Angel Parsi del Cor. de María, Ob., 49, 112, 314,


368-371

Angel Queglia, Ob., 197

Angel Tomei de S.Luis, H., 185

Angélico Diacelli de la Sma. Trinidad, P., 168

Anna Ball, Ben., 422

Annivitti, Ob., 459

Ansano Romani de S. José, H., 228, 244

Anselmo Alcock, Est., 245, 254.


Antoine, Rev., 404

Antonelli, Card, 101

Antonino Denotanis, O. P., 206

Antonio Calandri de S. Pedro, P., 273, 277, 278,


279, 281, 291, 301, 333, 334, 410

Antonio Colombo de S. José, P., 8, 16, 24, 25, 28,

32, 56, 94, 134, 135, 140, 184, 195, 198, 200,
217, 221, 223, 291, 307, 349, 353, 356, 358,
383, 478

Antonio de Angelis, 175

Antonio Di Giacomo Testa, P., 7-9, 16, 19, 23-25,


31-33, 38, 41-43, 50, 56, 84, 90, 95-96, 117,
121, 123, 125, 131, 135-137, 142-144, 148, 149151,
153-154, 158, 164, 171, 175, 180-181, 183184,
190-192, 194-195, 199, 201, 218, 235, 239,
250, 268-269, 273, 276, 285, 288-290, 293, 296,
308, 311, 313, 317, 321, 323, 326-328, 333, 338,
347, 353, 374, 377-380, 385, 387, 390-392, 395,
401, 411, 414, 417, 418, 423, 437, 487

Antonio Ferrini de Jesús y María, H., 168

Antonio Flojani, 194

Antonio Francesco Orioli, Ob., 421

Antonio Frattini, Ben., 421

Antonio Ma. Gianelli, S., 361, 453

Antonio Javier de Lucca, Ob., 149, 151, 421


Antonio Latiai, Ben., 422

Antonio Lelli, 182

Antonio Panza de Santa María, P., 106

Antonio Pieroti de la Visitación, H., 67

Antonio Placidi de La Pasión, H., 128

Antonio Reali del Niño Jesús, H., 97

Antonio Rosmini, B., 361

Arcángel Collapietro de las Santas Llagas, H., 119

Arcángel La Posta de la I. Concepción, P., 65, 82,


159, 184, 306, 416
Arcángel Pietrantoni del B. Pablo de la Cruz, P.,
138, 380

Arcipreste De Moricone, 135

Arduino Forlini de S Juan Bta., H., 110

Arrone, Ob., 112

Arsenio Tollis de los SS Corazones, P., 319

Arthur Francisco J. Mc Evoi de S. Pablo, Nov.,


393
Atanasio Esser de la Cruz, Est., 56, 409
Atanasio Lupi de S. José, H., 172
Atanasio Morganti de Jesús Nazareno, P., 325
Atanasio Profili de S Luis, P., 183
Augusto Welby Pugin, 212
Aurelio della Pietra di Santa Teresa, P., 76

Bandini, Marqués de Camerino, 158.

Barnabó, Card, 486

Baronesa de Croésler, Catalina Josefa de Sairs,


Ben., 222-223, 225, 229

Bartolomea Capitanio, S., 453

Bartolomé Arnaldi de la Concepción, P., 16, 56,


291, 293, 296, 308

Bartolomé Dini de S. Rafael, H., 133

Bartolomé Zucchi de S. Gabriel, P., 81, 158, 305310

Basilio De Civittanova, 96

Basilio Laureri de María Virgen, P., 401, 403, 405

Basilio Raineri del Crucifijo, P., 64, 77, 87, 167,


172, 177, 181, 184, 194, 197, 296, 300, 323-326,
366

Benedicto Barsotti, Ben, 422

Benedicto Ferreri de S. José, P., 110


Benedicto (Agustín) Macera, de San Félix, P., 81,
202, 356

Benedicto XIV, 10, 19, 339, 340, 358

Benedicto XV, 472

Benito Riccotini de S José, H., 67

Benjamín Hulme, Rev., 235, 239, 242, 243.

Benjamín Mancini de S. Marcos, P., 129

Bernabé Chiarimonti (Pío VII), 462

Bernabé Toffini de S. Vicente Ferrer, P., 95

Bernardino Carosi del Cor. de María, P., 249, 297


Bernardino Enrico del Smo. Sacramento, P., 229,
259, 261, 331, 333

Bernardino Morganti de la Pasión, H., 76

Bernardino Polleggi de S. Luis, Nov., 62

Bernardino Ranucci, 196

Bernardo, S., 396

Bernardo Carsidoni de la Asunción, P., 472

Bernardo Giannini de la Dolorosa, P., 83

Bernardo Ma. (César) Silvestrelli, P., B. 7, 58, 99,


168, 171, 380, 383, 392, 399

Bernardo María Tirabassi, Ob., 107


Bernardo O’Loughlin de María Virgen, P., 243,
245, 254, 297, 329, 331, 485

Bernardo Prelini de S. José, P., 24

Bernardo Spinelli de la Dolorosa, P., 76, 83, 112,


296, 362, 431, 471

Bernetti, Ob., 158

Billot, S.J., 109

Bianchi Dotulla, José, Ob., 206

Billuart, Card., 403, 404

Bitremont, Señor de, 222


Bloxan, 237

Bombas, Méd., 422

Bonifacio y Desiderio Bonifazi, 185-188

Brancadoro, Card., 463

Bradi, Ob., 268

Brandi, Ob., 206

Bucci, Méd., 422

Buenaventura Riccotini de S. Pedro, H., 56, 163,


462, 463, 474

C
Calandri, H., 20
Calgan, Rev., 280
Calixto Acciari de S. Luis, P., 106, 1110, 313, 359
Calixto Moreno de la Madre de Dios, P., 299
Camilo Arduini de Jesús y Maria, H., 56
Camilo Benzo de Cavour, 27
Camilo Bracci del Corazón de María, H., 56

Camilo Buzetti de Ma. Virgen, H., 163

Camilo Di Pietro, Ob., 197

Camilo Oldani, H., 461

Camilo Tacchini de la Dolorosa, P., 62

Cammino Barsocchi, Nov., 380

Cándido Lanfredi de S. Pedro, P., 369

Cándido Mazzucconi de la V. Dolorosa, P., 127,


147, 150, 192, 199, 316

Cantoni, 52
Carlos Alberto, 87, 92

Carlos Benito Caestrick, 33

Carlos Bernard, Rev., 28, 218, 220, 222, 225, 229,


258, 422

Carlos Botti de S. Luis, H., 172

Carlos Houben de S. Andres, S., 230, 357, 393,

Carlos Genaro Acton, Card., 17, 217

Carlos Lizarraga, 466.

Carlos Luis De Borbón, 78

Carlos Marcuse, 369


Carlos Ma. Sacripani, Card., 120

Carlos Michelagnoli, 481

Carlos Odescalchi, Card, 95, 97

Carlos Romano de S Miguel, P., 369

Carlos Tavazzi de la V. de la Paz, P., 106, 107,


116, 119, 292, 311, 313

Carolina Dunini, 464

Cassian Yuhaus, P., 209

Castracane Castruccio, Card, 112

Cattaneo, Juan Bta. y Tomás, 92


Cauvin, Rev. 280

Cayetano Di Santiago, 73

Cayetano Angelini de la Anunciación, P., 16, 32,


56, 291, 293, 359

Cayetano Anselmi de S. Giacomo, P., 79, 300,


307, 309, 310, 326

Cayetano Carletti, Ob., 43, 192

Cayetano de Camerino, Ob., 200

Cayetano y Javier Marsella, 142

Cayetano Moroni, 123, 420, 465

Cayetano Pallozzi del Smo. Crucifijo, P., 142


Cayetano Rabotti del Cor. de Jesús, P., 85, 98,
103, 104, 184

Cayetano Sandi de S. Vicente, H., 72

Celestino Mancini de la Pureza de María, P., 147,


356

Celestino Trant, Est., 409

Celestino Tricieri de S. Juan, H., 128, 299

César Baronio, Card., 140

Cestini, Card., 201

Chiofi, Rvd., 93, 97


Chirurgo Bucci, Francisco, 422

Chirurgo Viale, 422

Cipriano Favaro, P., 369

Ciriaco Garelli de Santo Domingo, P., 118, 121,


155, 191, 316, 318

Clara Ma. Bonfanti, 479

Clemente Celani de S. Benito, P., 121, 316

Clemente de Nobili del Santísimo Sacramento, P.,


97

Clemente Guilhmare de Ntra. Sra. de las Victorias,


Rvd., 380
Clemente Solaro de la Margherita, 90

Clemente XII, 19

Clemente XIV, 25, 72

Clevi, Ob., 156, 206

Cocchetti, pintor, 460

Conde Félix Penteni, Méd., 422

Conde Moroni di Fermo, 184, 185

Conde Negroni, 191

Conde Spaur, 53

Conde de Stackelberg, 447


Conrad Charles de la V. Dolorosa, P., 209
Consalvi, Card., 22

Constantino Lamberti de S Francisco de Sales, P.,


62, 256

Constantino Lelli del Smo. Sacramento, H., 158

Constantino Patrizzi, Card., 102

Constanzo Barghelesi de S Antonio, P., 163, 359

Corradino Cavriani, Rev., 203

Cosimo B. Corsi, Card, , 90

Crispín Cotta de Ma. Virgen, H., 223, 224, 227,


390

Crispín Obsombre de la V. Dolorosa, 230


Cuniliati, 404.

Dámaso Sciaccia de S. Pedro, P., 186, 326

Daniel Tonioni del Smo. Sacramento, P., 299

Delcroix, Rev., 259

Desiderio y Bonifazio Bonifazzi, 185

Diego Alberici de S. Francisco, P., 379

Dionisio Santori de S. Bernardo, P., 64, 165, 171,


177, 183, 322, 324, 327

Dixon, Rev., 264


Dobrée - Dalgairns, 237, 247

Dominga Paglicci, 77

Domingo Americchi de S. José, P., 172

Domingo Barberi de la M. de Dios, B., 7, 8, 16,


25, 29, 33-34, 76, 109-100, 209-210, 213-223,
229-233, 234-241, 242-251, 253, 256, 267, 269,
293, 311, 312, 329, 339-341, 349, 351, 357, 359,
361, 364-365, 400, 405, 408, 409, 428, 456, 466468

Domingo Bianchi de los SS. Corazones, H., 62

Domingo D’Antonis, 182

Domingo Fattoni de la Madre de Dios, Est., 163


Domingo Giacchini del N. de María, P., 24, 65,
66, 73, 300-301, 309-310

Domingo Fallocco de los Dolores de María, H.,


114

Domingo Ludovici, Ben., 422

Domingo-Luis Emiliani de S. Antonio, P., 124

Domingo Maria Baldi de Jesús, P., 56

Domingo Marsaglia, Ben., 51, 422

Domingo Orozi, 184

Domingo Savio, S., 453


Domingo Tartagliozzi, Rev., 174

Donet, Card., 260

Drogav Cankov, 370

Dubois-Fournier, 222-223

Edmond Thorpe, P., 263

Eduardo Hayntenis, P., 256

Egidio Botta del Cor. de Jesús, P., 72

Egidio Enrico de S Juan, P., 142, 169

Egidio Gaggini de la V. Dolorosa, P., 89, 118, 203


Egidio Borrelli de S. Juan Bta., P., 307

Egidio Malacarne de los SS Corazones, P., 168

Egidio Marini de San Luis, P., 352

Egidio María de S. José, S., 453

Emidio Cheli de la V. Dolorosa, P., 93, 98, 296,


297, 300, 308, 356, 360, 402, 496

Egelberto Sterkx, Card., 234

Emidio Lombardi, Rev., 422

Emidio Rossi de la Sagrada Familia, P., 299

Emiliano Paolini de S. Gregorio, 148


Emilio Cavalieri, Ob., 12, 388

Enrico S. Oton, Rev., 380

Enrico Zoffoli, P., 7, 11

Enrique Egler de S. Luis, Est., 280-281

Enzo Annibali, P., 163

Epifanio del Cor. de María, Est., 128

Erasmo Mussarelli de Jesús Nazareno, P., 61, 84,


170, 186, 300, 304-306, 322-324, 325-326
Errington, Ob., 213

Estanislado Ercoli de S. Pedro, P., 55, 82

Estanislao A. Battistelli, Vesc., 168

Estanislao Fargoni, 380

Estanislao Parczyk de la Asunción, P., 272-274

Esteban Arnaldi de la Pasión, P., 74, 85, 95, 98,


308-309, 480

Esteban Monetti de S. José, P., 48, 57-58, 89, 203,


293, 306, 308

Esteban Tesorati, Rv., 2001

Eugenio Martorelli de S Antonio, P., 250, 252254,


296-297, 327-331

Eugenio Regnant, Rev., 380

Eugenio Valiente, P., 369

Eustaquio y Cayetano Tuzzi, 140

Eustaquio Buzzetti, 454

Eutimio del Smo. Sacramento, Est., 128

Eutizio Schiavelli de S Jerónimo, Est., 168

Eutizio Mastrantoni de Sta. María, P., 107, 112,


146, 150, 176, 194, 196-199, 293, 296, 300, 314319,
325, 420, 478

Evaristo Finistauri de S. Francisco, P., 229, 231,


259, 261, 297, 331, 333

Fabiano Giorgini, P., 7, 8, 11-13, 133, 216, 291

Fabrizio Santafé, 150

Familia Ugazzi, 57

Falconieri, Card., 201

Faustino Casali, 52

Fausto Rossetti de S. Carlos, P., 176, 180, 181,


296, 300, 322, 323-326, 448

Faber, Rev., 213, 249


Federico Berassi de S. Félix, H., 62

Federico D’Amelio de S. Felipe Neri, Est., 128

Federico Tanzi de la V. Dolorosa, Est., 138

Felipe Cippolone de la Sda. Familia, P., 105


Felipe Corvi, Rev., 191
Felipe de la I. Concepción, Antonaroli, P., 455
Felipe Evangelisti, Rev., 51, 56, 379, 420, 422
Felipe Pisani de la Preciosísima Sangre, H., 130
Felipe Squarccia de la Anunciación, P., 116, 131,
296, 297, 300-301, 317, 360
Felipe Martinucci, 51
Felisa del Arcángel S. Rafael, 497
Félix Hogan de la Natividad de María, Est., 256,
409
Félix (Benedicto) Macera de la Dolorosa, P., 118,
147, 228, 402
Félix Chalughen, H., 256
Félix Tomei, 140
Fernando II Rey De Nápoles, 32, 45, 127, 140,
151, 153-155, 180, 194, 197, 422
Fernando IV de Nápoles, 218
Fernando y Vicente Camilli, Ben., 421
Fernando Bianchi de Santa María, P., 76
Fernando Troja, 180
Fernando Bisletti, marqués de Veroli, 352
Ferreti, Card., 102
Fidel Kent Stone de la Cruz, P., 459
Fidel Pierini de S. Francisco de Asís, H., 119
Fievert-Combart, 222, 225
Filippi, Rev., 177
Filippo Gelli, 201
Firmiano Ferrucci de la Asunción, H., 119
Flaviano Saglietto de S. Francisco, P., 120, 126,
128, 137
Fornari, nuncio en Bruselas, 221-222
Fortunato Berardi de Jesús y María, P., 107, 112,
143, 318, 319, 356
Fortunato Bucci de S. Benito, H., 110, 135, 474
Fortunato de Gruttis de S. Pablo, P., 132, 148
Fortunato Neri del Cor. de María, Est., 168, 379
Fortunato Ma. Vicente Ercolani, Ob., 15
Francesconi, 77
Francisco Agnini, Ob., 87
Francisco Antonio, Ben., 422
Francisco Bartolotti de S. Felipe Neri, P., 352
Francisco Benedetti, 195
Francisco Blasi de S. Antonio, H., 62
Francisco Bomber, 380
Francisco Brunni, Ob., 206
Francisco Colomani, 137
Francisco IV, Duque de Módena, 89
Francisco J. del Principe de la Dolorosa, P., 178,
463
Francisco de Sales, S., 121
Francisco Gaude, Rev., 457
Francisco Grandi, 458
Francisco Ma. Ferreri del Divino Amor, Ob., 15,
367
Francisco Garbarini de S. Juan Bta., P., 81
Francisco Giampaolo, Ob., 199
Francisco Javier Mc’Evoy de S. Pablo, Est., 245
Francisco Javier Ciaccia de María Virgen, P., 281
Francisco J. M. Bianchi, S., 453
Francisco Manzzoni, 199
Francisco Maria Georgi, 455
Francisco Antonio, Ben., 422
Francisco Malloggi, 379
Francisco Massimi, 196
Francisco Mastrangeli de S. José, H., 56.
Francisco Miccinelli de S. Lorenzo, P., 130, 132
Francisco Nicolás, Ob., 366
Francisco Scorza, 45, 194, 206
Francisco Taccone de la Dolorosa, H., 56, 475
Franco Fattapossa, Ben., 421
Fulgencio Pastorelli de Jesús, P., 379
Fulgencio Stivali del Corazón de Jesús, P., 81, 308
Fulgencio Novello de S. Vicente Ferrer, P., 62
G

Gabriel Abisati de la Presentación, P., 154, 155,


316, 319, 402

Gabriel Borgia de la Preciosísima Sangre, P., 62

Gabriel (Francisco) Possenti de la Dolorosa, S.,


Est., 9, 11, 162, 166, 168, 379, 387, 392, 468470

Gabriel Leoni de la I. Concepción, H., 56

Gabriel Lucchesi de la V. Dolorosa, P., 192

Gabriel Rinaldi del Corazón de María, H., 282

Gaggiano, Card., 201


Galeffi, 461

Gamberini, Card., 97, 135, 136

Gaspar B. Pianetti, Card., 267

Gaspar del Búfalo, S, 164, 361, 453

Gaspar Forte, P. 402

Gaspar J. Labis, Ob., 220

Gaudencio Rossi de S. Esteban, P., 33, 244, 248249,


254, 282, 301, 334, 362, 393, 483ss.

Gaudencio Chiarlone de S. Luis, P., 83, 166, 177

Gelasio Massini de S. José, H., 56


Genaro Favale, P., 380

Genaro Pasca, Ob., 150, 198

Genaro Mancini de la Pasión, Est., 124

Gerardo Barberi de S. José, P., 69, 95, 96

Germán Arduino de Sta. María, P., 115

Gesualdo Mascendini de S. Antonio, H., 299

Gesualdo Vitali, Ob., 191, 200

Gesualdo Ma. Scalpelli de S. Bernardo, P., 62, 64,


73, 169, 187, 306, 356

Giandomenico, Ob., 205


Giuseppe Comparelli, 419

Giotto, 100

Godefrot Van Woertiom, Rev., 380

Grazzoli, Ob., 81

Gregori, 457
Gregorio XVI, 19, 21, 25, 49, 130, 135, 213, 223,
241, 353, 396
Gregorio Ferreri de Jesús, P., 115, 360
Gregorio Leta de S. Antonio, P., 139
Gregorio Merosini de la V. Dolorosa, H., 138
Gregorio Catabucci, 380
Grimoaldo Santamaría de la Purificación, B., 110
Guillermo Pallota, Card., 158
Guillermo Steward, 236

Habbets, G., canónigo, 220.


Haiffreinge, Rev., 258-259
Herman Ma. Cannavale, 380
Hermanos de S. Juan de Dios, de Francia, 422
Hermenegildo Cecchi de S. José, P., 119
Honorato d’Ettore del Smo. Crucifijo, P., 144
Honorio Maria Maggini de S. Luis, P., 252, 254,
Howard, Card., 458

Ignacio Albanesi de la Dolorosa, H., 172


Ignacio Carsidoni del Costado de Jesús, P., 56,
218, 221, 258, 341, 343, 356, 359, 3400, 402,
408, 474
Ignacio Fondi del Corazón de María, P., 64, 67
Ignacio Mazzoni de la Resurrección, H., 260
Ignacio Paoli del Niño Jesús, P., 297, 300, 301,
328, 329-332, 409
Ignacio Pardini del B. Pablo de la Cruz, Est., 172
Ignacio (Jorge) Spencer de S. Pablo, P., 17, 25, 32,
212, 215, 217, 236, 246, 249, 254, 274, 296,
297, 300, 301, 327 - 331, 362, 365-366, 409-410
Ildefonso Schuster, B., 129, 133
Inocencio Nori de la V. Dolorosa, P., 380

Inocencio Petruzzi de S. Juan Bta., P., 172, 307,


323-324
Inocencio Tirati de Jesús, P., 57, 68, 84, 161, 162,
163, 322, 323

Isidoro Brems de la Madre de Dios, P., 297, 331333

Isidoro Roberto de S. José, P., 142

Iván Sofronov, P., 369

Jaccometti, escultor, 458

Jacinto Colombati, 162

Jacinto de la Dolorosa, H., 127.


Jacinto Grespi de la Asunción, P., 127, 143, 147,
300, 312, 313, 319, 420

Jacinto Rossi, O.P., 459

Jaime Balmes, Rev., 420

James Gillis, Ob., 236

James Smith, 214

Javarone, Ob., 199

Javier McEvoy de S. Pablo, Est., 245

Javier Marsella, 142

Javier Durini, Ob., 149


Jerónimo Angeletti de Sta. María, P., 129

Jerónimo Cacciola, 380

Jerónimo Mazzanttini de la Dolorosa, H., 279

Jerónimo Pizzicanella de la Madre de Dios, P.,


368

Jerónimo Salvucci de S. José, P., 117, 120, 137

Joaquín Brunori de S Pablo, P., 121, 143, 154, 318

Joaquín Laurenti de S. José, P., 128

Joaquín Pecci (León XIII), 196, 361

Joaquín Scagnetti del Smo. Salvador, P., 463


Joaquín Gianelli del Crucifijo, P., 369

John Beda Polding, Ob., 49, 264, 267

John Fisher, S., 212


John Henry Newman, Card., 34, 213, 215

John McEnroe, Rev., 266

John Russell, 210

John Smith, 246

Jorge Gualdi, 195

Jorge Macciaccari del Santo Rosario, Est., 128

Josafat Fedeli de S. José, H., 124

Josafat Valentini del Smo. Sacramento, H., 152

José Antonio Boschero de S. Francisco, P., 58, 61,


308
José Antonio Bozzi del Cor. de María, P., 172

José Antonio Ramazzotti de S. V. Ferrer, H., 62

José B. Cottolengo, S, 453

José Bianchi Dotulla, Ob., 205.

José Brunatti, 422

José Bunn de Santa María, Est., 244

José Caballo, 182

José Caffasso, S., 453

José de Civittanova, 96

José del Re de los Dolores de María, P., 144


José Daris, 192

José Dotta de Santa María, H., 114

José Faiela, 52

José Farotti, 193

José Fiammetti, Rev., 483

José Frisari, 190

José Gaddi de la Madre de Dios, P., 356

José García del Genio, 153

José Garibaldi, 107


José Guerrini de S. José, P., 261

José Gasparrini, P., 409-410

José Jacinto Ruberi de Sta. Catalina de Siena, P.,


197

José Landucci, pintor, 462

José Luis de Man D’Abroux, 422

José Ma. Bovieri, Ob., 119

José María Claris del Smo. Crucifijo, P., 444

José María Falco, 380

José María Pampana del Cor. de Jesús, P., 84, 85,


167, 172
José Maria Traversi, Ob., 421

José Marini, Ben., 421

José Mariani de la Anunciación, P., 168

José Marigone de Sta. María la Mayor, P., 81

José Mazzini, 22

José Molajoni de la Pasión, Ob., 15, 49, 58, 62,


78, 367-369, 430, 472

José Montagna del Cor. de Jesús, H., 114

José Montieri, Ob., 40, 145, 146, 190, 195

José Pluym de la I. Concepción, P., 230, 261, 262,


289, 296, 297, 300, 329-331, 339, 423

José Rafael Girolimoni, Ben., 422

José Roppoli, 131

José Siena de la V. Dolorosa, H., 62

José Snell de la Santa Fe, P., 265

José Spina, Card., 87

José Tadeo Gabriel De Croëser, 222

José Trifoni, Rev., 182

Joseph O’Carrol, 409

Juana Haze, 220


Juan Ant. Pazza de la V. del Carmen, P., 62

Juan Ant. Signorini, 82

Juan A. de Nicoli del Cor. de María, P., 196

Juan Bta. Baudinelli de la Natividad de María, P.,


334, 410

Juan Bta. Gorresio de S. Vicente Ferrer, P., 144,


157

Juan Bta. Brambilla de S. Jerónimo, P., 63, 68, 69,


454

Juan Bta. de Magliano, 96

Juan Bta. D’Achile de S. Clemente, Ben., 380


Juan Bta. Edgar (Agustín de la Madre de Dios),
Est., 230

Juan Bta. Danei de S Miguel Arcángel, P., 15, 454,


487
Juan Bta. del Smo. Sacramento, P., 172

Juan Bta. y Tomás Cattaneo, 92

Juan Borsetti, 380

Juan Bosco, S., 453

Juan Bruni, P., 168

Juan Carlos Nardi de S. Martín, P., 71

Juan Carlos Brignole, 91

Juan Carlos Boeri de S Buenaventura, P., 475

Juan Cantarelli, 194

Juan Cavaldasi, 422


Juan Corti, On., 203

Juan Crisóstomo, S., 33, 396

Juan de Simone, Ben., 198

Juan Domingo Tarlattini, P., 44, 166, 279, 281,


282, 289, 300, 322, 323, 333, 410, 424

Juan Felipe Biagi de S. Andrés, Est., 76

Juan Félix Balla de la Pasión, Est. 72

Juan Femminelli de S. Antonio, H., 110

Juan Fieding, H., 245

Juan Gerardi del Niño Jesús, P., 16, 126-128, 136,


293, 311-313, 316.

Juan Giannini, 144

Juan Lorenzo Gianecchini de la Pasión, H., 119,


461

Juan Lucas Baudinelli de la Madre de Dios, P.,


334

Juan Lucas Sofía de la Asunción, P. 56, 359

Juan María Biasi de S. Antonio, P., 138

Juan Maria Cioni de S Ignacio, P., 389, 455

Juan Mauro, Rev., 151

Juan Paolo Braschini, 422


Juan Pedro Cabanne de la Cruz, P., 231, 332, 333,
380

Juan Pedro Giaccone de S. José, P., 81

Juan Sabbioni, Ob., 195

Juan Tomás Steffanini de los SS. Corazones, P.,


410

Juan de Triora, S., 453

Juan XXIII, 7

Julián Brezzo de la Madre de Dios, P., 360

Juan Polding, Ob., 49, 264, 267


Jules Erculáis y Eleonor Marie, 422

Julio Verzini de S. Matías, 128

Justino Anfossi de la Sma. Concepción, P., 324,


402

Justino de Jacobis, S., 453

Justino Scipioni, 192

Kenel Diglay, 212

Laflor, CSsR, 228


Lambruschini, Card., 23, 456, 457, 463

Lamy Joach, 234

Laura De Bauffremont y María Elena, Ben., 124,


422

Lelio Rivera, 124

León XII, 25

León XIII (Joaquín Pecci), 355

Leonardo Talongo de la Anunciación, P., 155

Leonardo Brodella de S Juan Bta., P., 321, 494

Leonardo Enrico de S. José, P., 69, 72, 160, 172


Leonardo Fryer, 379

Leonardo Palestra de S. Juan Bta., P., 72

Leonardo Porina del N. Jesús, H., 62

León Cascetti de Jesús Nazareno, P., 231, 259,


332, 333

León Giardini de Santo Domingo, Est., 72

Leopoldo II, gran duque, 79

Letizia Tralawney, 35

Levises, Srta., 259


Leygh, Mr., 245

Liborio Pesca de S. Vicente, H., 56

Librado Bonelli de S. Francisco, P., 152, 334

Lorenzo Carsidoni, 200

Lorenzo Dewiks de la Madre de Dios, P., 369

Lorenzo Ma. di Giacomo de la Dolorosa, H., 274,


390

Lorenzo Ma. Salvi de S Francisco Javier, B., 9,


16, 48, 54, 67, 82, 123, 163, 164, 217, 291, 293,
296, 304-308, 356, 358, 360, 408, 420, 454, 463466,
478, 487

Lorenzo Mincinelli, 228


Lorenzo Morena de S. José, P., 130, 131, 162,
176, 323, 324

Lorenzo Sebastiani, Rvd., 123

Lucas Amircai de la Visitación, P., 76

Lucas María Fabi de la Sma. Trinidad, P., 82, 137

Ludovico Vitali del Costado de Jesús, P., 95, 360

Ludovico Bartolini de S. José, H., 130

Luis Alunno, 162

Luis Arnaldi de S. Juan Bta., P., 405

Luis Betti de S. Benito, P., 75


Luis Bonauguri de la I. Concepción, P., 56, 359

Luis Bonomi, 163

Luis Cessanelli de Santa Ana, P., 133, 137, 311,


312

Luis Fievet-Combart, 216, 222, 227

Luis Fiorelli del N. Jesús, H., 356

Luis Gentili, 235, 244

Luis Giurlani de Ma. Virgen, P., 69, 254

Luis Greg del Smo. Sacramento, Nov., 280-281

Luis Henrico, 206


Luis Lertora, 91-92.

Luis Macera, 103

Luis Margarita, Ob., 179

Luis María Marinis, Ob., 194

Luis Ma. Cinti de la Dolorosa, P., 62, 73, 159

Luis María Cedrone de S. José, P., 97

Luis Pentamolesi del Smo. Sacramento, 56

Luis Pesciaroli de las Santas Llagas, P., 62, 247,


265, 247-248, 379

Luis Pisani de S. Antonio, H., 54, 56


Luis Teresa Lafargue de Jesús Agonizante, P., 380

Luis Togni de S. Rafael, P., 169

Luis Tomassettti, Ob., 145

Luis Vanvittelli, 152

Luisa Amalia María, 482

Luisa Lettau, 224

Luisa Marizi, 459

Luisa Natalicia Tognoni, 481

Luzi, Rev., 52
M

Macchi, Card., 112

Magdalena de Canosa, Sta., 454

Magdalena Veneri, 366, 479

Malcolm. La Velle, 7

Manning, Card., 213-215

Manuel Comparato de S. Juan Bta., P., 48, 478

Manfredoni, 188

Manuel di Oliviera del Rosario, P., 56

Manuel Elena de S. Luis, P., 261


Marceliano Belloni de Jesús Nazareno, P., 231

Marceliano Pini de S. Juan Evang., P., 245, 246,


256

Marcelo Montaldo de S. Juan, P., 187

Marcos Bourliè del Niño Jesús, P., 84, 95 160,


162, 172, 196, 322-324, 361

Marcoaurelio Pastorelli del Smo. Sacramento, P.,


379

Marcos Zonfrilli de S. Nicolás, P., 139

Margarita Palomba, 478

María Amada Giovanelli, 172


María Catalina Sardi, 478
María Clotilde Adelaida de Saboya, 459
María Crucificada Costantini, 477
María Crucificada Pianazzi, 479
María Crucificada de Rosa, Sta., 453
Mariana Darsi, 479
María de Mattias, Sta., 454
María Franca Cargnola, 478
María José Prout, 35, 214
María Luisa Sepri, 478
María Magdalena Farioli, 479
María Magdalena Frescobaldi, 477, 480-482
María Rosa Lenzi, 478
María Rollo, curada, 455
María Serafina Costagnola, 478
María Teresa Dasti, 479
María Teresa Pierroti, 479
Marianinna Manieri, 124
Mariano di Ponzo de Jesús, P., 356, 368
Mario Mattei, Card., 82
Mario G. Mirone, Ob., 193
Mario Pandolfi de S Juan Bta., P., 110
Marqués Casalli, 52
Mario Scanzani de S. Joaquín, P., 114, 359
Martín Canale de la I. Concepción, P., 114, 359
Martín Pyne, est., 245
Martino Martinelli, 380
Martinucci, Filippo y Vincenzo, arquit., 458
Massimi, Card., 68
Massimo Ardoino de S. Nicolás, P., 368
Mateo Morroni, 67
Mateo Ninni de S. Rafael, P., 158, 164, 172, 359
Mauricio, Hnos. de la Caridad, 226-228
Mauricio Lencioni de la Dolorosa, P., 265, 269
Mauro Rodi de S. Antonio, P., 127, 132, 136, 143
Mazenot, Ob., 225
Mezzini, Ob., 59
Miguel Angel Celesia, Ob., 190, 192
Miguel Ángel Ingami de S. José, P., 132, 315, 445
Miguel Angel Pieramico, Ob., 200, 204
Miguel Angel Sorrentino, Ob., 30
Miguael Bautio Clari, Ob., 205
Miguel Francchi de Sta. María, H., 168
Miguel Giorgi de Sta. María, H., 169
Miguel Guaita de Jesús, P., 114, 136, 138, 313,
359
Miguel O’Connor, Ob., 49, 271-276, 379
Miguel Rocchi de S. José, Est., 56
Miguel Severo Hué, Rev., 422
Miguel Tadini de la Madre de Dios, 299
Monteuis, Rev., 259
Morains, Rev., 238

Natale dell’Umo del Nombre de Jesús, H., 144


Nazarena Draghi, 478
Nazareno Palombi, 422
Nazareno María de S. Silvestre, Nov., 114
Negroni, Antonelli y Macchi, 191
Nicolás III, Papa, 100
Nicolás Balestra de S. Fco. de Sales, P., 144
Nicolás Cantagallo, Rev., 175
Nicolás Conti del Smo. Salvador, H., 67
Nicolás Coppolla, Ob., 198
Nicolás Formica de S. Matías, H., 67
Nicolás Fontana, 202
Nicolás Granieri de la Madre de Dios, P., 186
Nicolás Paracciani, Ob., 477.
Nicolás Pietrobono de Jesús, H., 168
Nicolás Santucci de la V. Dolorosa, P., 144
Nicoláss Sterlin, Ob., 197
Nicolás Tracchia de la Dolorosa, P., 67
Nicolás, zar de Rusia, 218
Norberto Casinelli de Sta. María, P., 166, 168, 327
Norberto Fiore de S. Bernardino, P., 176, 448

Osmundo Maguire, 297, 331


Osmund Thorpe, P., 209
Ottaviano Pini de S. José, P., 103, 231, 261, 297

Pablo Antonio Bartolucci de S. Juan, P., 56

Pablo Antonio Ricci de Sta. María Magdalena, P.,


98

Pablo de la Cruz Danei, S., 8, 9, 11, 12, 25, 37, 38,


48, 56, 60, 65, 72, 86, 88, 119, 129, 144, 145,
157, 167, 168, 203, 217, 252, 300, 301, 303,
330, 334, 338, 343, 344, 352, 357, 375, 411,
440, 443, 454-458.

Pablo Drach, 258, 422

Pablo Franceschini, Rev., 196

Pablo Jacinto Poggi de S. José, P., 67

Pablo Luis de la V. Dolorosa, P., 128

Pablo Luis Foglieta de la V. Dolorosa, P., 121

Pablo Luis Pighi de Ma. Virgen, P., 139, 354

Pablo Ma. Pakenham de S. Miguel Arcángel, P.,


256, 361-363, 409, 473

Pablo Nora de S. Alfonso, H., 139


Pablo Rosetti, 158

Pablo VI, 248

Pacífica Boeri, 475, 478

Pacífico Pizzutti de S. José, P., 70, 307, 402

Pacífico Storami de S. Francisco de Sales, P., 55

Parisis, Ob., 258, 259

Pascual Gizzi, Rev., 221

Pascual Pucciatti de S. José, P., 187

Pascual Rolando de S. Francisco, P., 144, 360


Pascual Spinelli del Smo. Sacramento, P., 76
Pascual Tuschi, maestro de capilla, 123.
Patricio Aicardi de S. Gabriel, P., 142, 448
Patricio McCarthy del Calvario, Est., 280
Patrick Burke, Est., 497
Patrizzi, Card., 102
Paulino Alonso de la Dolorosa, P., 8, 11, 12, 173
Paulino Figone de las Cinco Llegas, P., 71, 80
Pedro Ant. Fiorentini del Cor. de Jesús, P., 152
Pedro Magagnoto de S. José, P., 265, 269, 270,
289, 402, 452, 487
Pedro Rafaeli, Ob., 203
Pedro Ma. Conti Mattei de J. Crucificado, P., 58,
62, 83, 419
Pedro María Foglietta de Jesús, P., 402, 451
Pedro Cesarini de S. Martín, P., 154
Pedro Juan Bettini de la V. Dolorosa, P., 147, 317,
318
Pedro Pablo de S. Jacinto, Rev., 380
Pedro Pablo Cayro de la V. Dolorosa, P., 66, 300,
310, 316-318, 326, 344, 348, 370, 402, 495, 496
Pedro Pellegrini de J. Crucificado, P., 82
Pedro Roberto Capponi, 480
Pelegrino Agostini de Jesús y María, P., 260
Pellegrino Rossi, 53
Peregrino Gelli de la Dolorosa, H., 56
Pía Frosali, 481
Pila, Ob., 112
Pío Borgna de S. Francisco, P., 202
Pío Cayro del Nombre de María, P., 8, 25, 32, 49,
63, 73, 76, 92, 143, 177, 261, 289, 291, 293-296,
300, 301, 304-307, 327-330, 332-335, 356-360,
409, 413, 465, 480, 487
Pío Campidelli de S. Luis, Est., B., 168
Pío de Paulis de la Sma. Trinidad, H., 369
Pio Devine, P., 279, 364, 410, 466
Pío Morelli del N. de Jesús, P., 107, 113, 143, 147
Pío Pini del Smo. Redentor, H., 299

Pío VI, 25, 26, 455

Pío VII, 18, 19, 25, 339

Pío VIII, 22, 28

Pío IX (Juan Ma. Mastai), 9, 26-27, 49, 53, 61, 69,


327, 396, 447

Plácido Cesanelli de S. José, H., 122, 135, 150,


193, 204

Plácido Garibaldi de Santa María, P., 168

Plácido Jacovucci de S. Mauro, P., 380

Plácido Ma. Tadini, Card., 90, 94


Pugin, 213

Q
Querubín Lucciani de S. Luis, P., 113, 137, 143,
314

Querubín La Posta de S. José, nov., 114

Rafael Bianchi de S. Luis, P., 231


Rafael Girolimoni, Ben, 422
Rafael Gorga del Cor. de Jesús, Est., 249, 254
Rafael Lucchesi de la V. Dolorosa, P., 67, 163, 193
Rafael Ricci de S. Antonio, P., 187, 324, 382
Raimundo María Terribile de S. Andrés, P., 148,

317, 318
Ramón Disano de S. Luis, P., 331
Ramón Macciò de Sta. María, H., 123, 148
Ramón Scannerini de la V. Dolorosa, P., 117, 205
Ramón Vaccari de la Dolorosa, P., 63, 265, 270,

356, 360
Riario Sforza, Card., 197
Riciardoni, Ob., 174
Robert Croskill, 483
Robert Peel, 210
Roberto Torraca del E. Santo, P., 48, 54, 299, 360,

478

Roger Mercurio, P., 263


Romualdo Garibaldi de S. Juan Bta., P., 76
Romualdo Laforte de la M. del B. Consejo, P., 310
Roque Cervara de S. Miguel Arcángel, P. 56, 68,
73, 76, 87, 101, 104, 168, 184, 291, 293, 294,

296, 304-306, 360, 361


Roque Saldo de S. Agustín, P., 299
Rosa D’Alena, 145
Rosa de S. Miguel Arcángel, 480
Rosselli, 403

Salvador Cácabo de S. Francisco J., P., 56


Salvador Conti, 127
Salvador Crocenzi de la Inmaculada, P., 327
Salvador Fragnoli, H., 122
Salviano Massolini de S. Luis, P., 166, 171, 327
Salviano Nardocci de la Dolorosa P., 250, 254,

297, 331, 393, 485


Salviano Scaglieta de S. Francisco, P., 174.
Santiago Cambiasso de la Dolorosa, Est., 163
Santiago Corvesi de S. Juan Bta., H., 144
Santiago Franceschini de S Esteban, H., 121
Santiago Minutollo, 107.
Santiago Palestra del Cor. de María, P., 299
Santiado Saltarelli, 202
Santiago Sperandio del Cor. de Jesús, P., 368
Santiago Spirati del Cor. de María, P., 62, 142,

402

Sebastián Amalberti de S. José, P., 16, 102, 113115,


125-128, 190, 291, 293, 296, 298, 311, 314318,
349, 360, 429, 471

Sebastián Pompei de la Anunciación, P., 148


Sebastián Enrico de la Purificación, P., 232
Secundiano Forte di San Erasmo, P., 144
Secundiano Giorgeri de S. Miguel, P. 116, 119,
127, 128, 142, 176, 316, 360
Secchi, SJ., 124
Serafín Brambilla del Espiritu Santo, P., 83, 106,

Serafín D’Ottavi de S. Leonardo, P., 163

Serafín Giammaria del S. Corazón de Jesús, P.,


158, 222, 223, 228-231, 254, 296, 297, 300, 331,
341, 402, 410, 438

Serafín Lamberti de Sta. María, P., 327

Severino Pirirli de la V. Dolorosa, H., 52

Silvestre Zanelli de S. Juan Evangelista, P., 108,


129, 318, 402, 404

Silvio Di Vezza de S. Bernardo, P., 402


Simón Arduini de la Concepción, H., 56

Simón Pinzuti de S. José, H., 65,

Simón Reghezza de S. José, P., 65, 88, 103, 159,


166, 181, 184, 201, 296, 300, 306, 307, 322-326

Sixto Gallupi de S. Miguel Arc-., H., 129

Sixto Tedeschi de S. Francisco, P., 75, 90, 356

Sorrentino, Ob., 193

Srewsbury, 249

Sterckx, Ob. de Malinas, 220

Stewart, de Edimburgo, 236


T

Tadeo Acquaroni de la Madre de Dios, P., 117,


128, 131, 137

Tegalis de Vogt e hijo, 422

Telesforo Cannavalle de la Anunciación, P., 282

Telesforo Ciccinni de S. Andrés, P., 110

Teodoro Minchiacchi del Cor. de María, P., 120

Teresa y Vicente Pandolfi, 422

Timoteo Grazzini de S. Pablo, P. 435

Tito Cerroni de S. Pablo de la Cruz, P., 311


Tobías Rossi de María Santísima, H., 435

Togni, general de los Camilos, 90

Tomás Albesano de la Sab. Encarnada, P., 124,


164, 191, 461, 464

Tomás Cacciatori de la I. Concepción, H., 95

Tomás Dawson de S. Ignacio, H., 245

Tomás Hughes (Félix Ma.) de Ma. Virgen, H., 394

Tomás Gentili de S. Estanislado, P., 94, 97

Tomás Lubrani de S. José, P., 88, 89, 203

Tomás Malisse, Ob., 270


Tomás O’Connor de Ma. Virgen, P., 280, 281, 282

Tomás Schellino de Jesús, P., 95, 163, 360

Tomás Struzzieri del Cost. de Jesús, P., 11, 15, 81,


120

Turrenio Pizzutti del Cor. de María, P., 229, 256,


259, 262, 331, 332

Ubaldo de Gregoris del N. de Jesús, P., 260, 333,


402

Ullathorne, Ob., 264, 473

Urbano Farina de S. Mateo, P., 119


V

Valentín Bistolli de Santa María Magdalena, P.,


158

Valentín Cozzi, Rev., 180-183

Valentín Guerrini de S. José, P., 229, 231, 254,


261, 296, 297, 300, 331

Valentín Luccharelli de la Madre de Dios, P., 71,


84, 166, 170, 172, 194, 322, 323, 327, 415

Valentín Sánchez, Ben., 422

Verónica Cerri, 479.

Vespigiani, Ob., 195


Vicenta Gerosa, Sta., 453

Vicente Bartollaccini de S. Juan Evang., P., 81

Vicente Buffi, Ob., 73


Vicente Cammussi de S. Joaquín, P., 72

Vicente Caporuscio del Smo. Sacramento, P., 120

Vicente D’Alfonso, Ob., 175, 421

Vicente Ferrajoli de S. Luis, P., 57, 62, 76, 402

Vicente Gioberti, 22

Vicente Grotti de S. José, P., 246, 248, 254, 296,


297, 300, 327, 328, 363, 364, 366, 379

Vicente Manna, Ben, 142

Vicente Ma. Strambi, S., 9, 11, 15, 25, 49, 82, 158,
168, 357, 408, 454, 459-463, 478, 487.

Vicente Mariano Aquilani, Ben, 422


Vicente Palleggi del Sto. Angel, H., 97

Vicente Pallotti, S., 347, 397, 453

Vicente Rocca, Ob., 197

Vicente Rosccia de S. Antonio, H., 110

Vicente Veneziani de S. Miguel Arc., P., 55

Víctor Carunchio de la Madre de Dios, P., 152,


280, 334

Víctor de S. Norberto, Nov., 380


Víctor Manuel II, 27
Víctor Van Roosboeck, 379

W
Walsh, Ob., 33, 233- 238
Walstan Bunn, Est., 244
Wiseman, Card., 213, 216, 233, 236
239, 242, 245

W. G. Ward, 213
Winifred Lynch, 488
Y

Young, P., 209

Zillo, 176
ARCHIVOS, FUENTES
Y BIBLIOGRAFÍA

1. ABREVIATURAS DE USO COMÚN


C. P. = Congregación Pasionista
mns = manuscrito, texto o documento escrito a mano.
mcn = mecanografiado, libro o documento cuyo
original manuscrito ha sido pasado a máquina.
n = fecha de nacimiento de un religioso.
ord. = fecha de ordenación sacerdotal.
p., f., col. = página, folio o columna de un texto.
prof. = fecha de profesión de un religioso.
s = fecha de salida de un religioso que no perseveró
en la congregación.
s. a. = sin año, libro impreso sin indicar el año.
S. C. de OO. y RR. = Sagrada Congregación de
Obispos y Regulares, organismo administrativo de la
Santa Sede en el Vaticano sobre asuntos de obispos y
religiosos.
s.c. = sin clasificatión en el AGCP.
s.f. = sin fecha; documento que no tiene indicación de
fecha o de año.
s.p. = sin página o sin folio, libro o documento sin
paginación.
sec. = sección.
vol. = volumen.
2. ABREVIATURAS DE ARCHIVOS
ASV = Archivo Secreto Vaticano, Fondo della S. C. di
Vescovi e Regolari, Passionisti, apénd. a la carp.
Regolari 1884.

AVR = Archivo del Vicariato de Roma.

AGCP = Archivo General de la Congregación, Roma,


dividido en secciones A (Fundador, primeros
retiros…), B (Primeros religiosos, otros retiros,
Constituciones…), C (Capítulos generales), D
(Superiores generales), E (Curia y secretaría
generales), F (Sínodos), G (Santa Sede)), H
(Conferencias
regionales), I (Estudios y formación), J (Monjas), K
(Hermanas), L (Cofradías y Movimientos
Laicos), M (Misiones extranjeras); el número que le
acompaña indica la sección y el
apartado dentro de la misma; p.ej., A-121 =
Fundaciones no aceptadas en el Abruzzo. Seguido
de la abreviatura de la provincia, indica el fondo que de
esa provincia hay en otra sección del
AGCP. Por ejemplo: AGCP-DOL = Fondo de la
provincia de la Dolorosa. El P. Boyle estableció
el sistema de abreviaturas para cada provincia. Las
relativas a este período histórico eran:
PRAES = Presentación; DOL = La Dolorosa; PIET = La
Piedad; IOS = San José; MICH = San
Miguel Arcángel; PAUL = Beato Pablo de la Cruz.
Esporádicamente pueden aparecer en las notas
referencias a FAM = Sagrada Familia (España,
México, Cuba), SPIR = Espíritu Santo (Australia),
GABR = San Gabriel (Bélgica)…

ARCHIVOS DE LAS DIVERSAS PROVINCIAS DE LA


CONGREGACIÓN:

APPRAES = Archivo Provincial de la Presentación,


Scala Santa (PRAES).
APDOL = Archivo Provincial de la Dolorosa, Nápoles
(DOL).
APPIET = Archivo Provincial de la Piedad, Recanati
(PIET).
APIOS = Archivo Provincial de San José, Londres
(IOS).
APGABR = Archivo Provincial de San Gabriel,
correspondiente a Ere, Bélgica (GABR).
APMICH = Archivo de la Provincia de San Miguel, en
Francia (MICH).
APPAUL = Archivo Provincial del Beato Pablo de la
Cruz , Estados Unidos (PAUL).

3. OTRAS ABREVIATURAS
AA = Archivio Anagráfico, preparado por el P. Martino
Bartoli, en seis volúmenes de 1741 a 1964.
ACP = Acta Congregationis Passionis, de 1929 a 1978
(antes Bollettino de 1920 a 1929).
AAS = Acta Apostolicae Sedis, desde 1909.
ASS = Acta Sanctae Sedis, de 1890 a 1908.
BOLLETTINO = Bollettino della Congregazione della
SS.Croce e Passione di N.S.G.C., de 1920 a

1929; después se llamó ACP.

CENNI = Cenni necrologici, necrologías impresas


desde 1880 hasta 1960.
CONSUETUDINES (Costumbres) = Consuetudines
Congreg. SS.mae Crucis et Passionis D.N.J.C,
texto de los PP. Domingo Barberi, Serafín Giammaria y
Bernardo Ma. Silvestrelli, edición preparada
por el P. Giorgini, Romae, 1968.

DeR = Colección de Decretos y Recomendaciones de


los capítulos generales desde 1747 a 1958, preparada
por el P. Giorgini, Roma, 1960; el número se refiere al
decreto.

DIP = Dizionario degli Istituti di Perfezione, edizioni


Paoline, Roma, 10 vols., 1979-1999.

DNEust = Diario Necrológico desde 1745 a 1879,


escrito por el P. Eustaquio Buzzetti de la Sagrada
Familia (1822-1880), en el AGCP.

DNSalvi = Diario necrológico desde 1745 a 1854,


escrito por el B. Lorenzo Ma. Salvi, completado
por otras manos hasta 1869; incluye a las religiosas de
Tarquinia, que no figuran en DNEust.

LETT = Lettere o cartas de San Pablo de la Cruz, vols


I-IV iniciados en 1924 por el P. Amedeo della
Madre del Divino Pastore, Roma; el V completado por
C. Chiari, 1977.

LSC = La Sapienza della Croce, revista dirigida por los


pasionistas.

MNS. = Sección de manuscritos que se conservan en


el AGCP.; sólo algunos están clasificados
PLATEA = Crónica de la comunidad que se indica en
cada caso.
REGULAE = Reguale et Constitutiones..., edición
crítica de los textos de 1736, 1741, 1746, 1769,

1775 y 1930, preparada por el P. Giorgini, Romae,


1958.
ASsGeP = Santos Juan y Pablo, documentos y crónica
de la casa general de los pasionistas.
Otras abreviaturas y fuentes se indican en el capítulo
en el que son usadas.

4. FUENTES DE LA CONGREGACIÓN
Archivos de la congregación. El 20.05.1779, el P. Juan
Bta. de S. Vicente Ferrer, Gorresio, primer sucesor
de San Pablo de la Cruz, envió una circular en la que
ordenaba cómo conservar los archivos
en las comunidades. Así se hizo al principio, pero se
mezclaban las noticias domésticas con los
ministerios y otros datos; por lo que en octubre de
1827, en la congregación o asamblea extraordinaria
convocada en la casa de los SS. Juan y Pablo por el
P. Colombo, se estableció que en el
futuro se registraran en libros distintos los ministerios y
los datos de familia, como llegadas y salidas
de religiosos, venida y marcha de ejercitantes, etc. El
libro anterior en el que se anotaba todo
quedó como Platea1. Existe además un libro en donde
se registran las visitas canónicas de los
superiores2; otro para la celebración de las misas por
los difuntos, etc. Organizada esta división,
cada libro tiene una finalidad peculiar. En las Plateas
encontramos todo lo relacionado con las fiestas
y celebraciones, acontecimientos de la comunidad, lo
relativo al edificio, sacristía e iglesia;
también las visitas de los seglares y la relación con los
bienhechores.

Catálogos: 1) Catalogo Generale della Congr. dei


Chierici Scalzi…, mns., vol. I, Dall’anno 1741
all’anno 1913. -2) Catalogo Generale…, 1862
(impreso); 3) Catalogo Generale…, 1868 (impreso).
También el citado Archivio Anagráfico (AA). Cuando,
respecto al nombre o apellido de algún
religioso, hay divergencias entre estos catálogos, se
ha preferido la versión del AA.

BUZZETTI, Eustaquio de la Sda. Familia, Diario


necrologico di tutti i religiosi defunti della
Congregazione
della Ssma Croce e Passione di N.S. G.C. dall’anno
1745 al 1879, pp. 521. Mns en AGCP,
secc. biografías. (cit. DNEust).

PLATEA ossia Memorie spettanti alla Chiesa e Casa


de’SS. Giovanni e Paolo, 1690-1772, pp. 232.
Mns. AGCP, Fondo: SS. Giovanni e Paolo,
corresponde a la época de los lazaristas o paúles
antes
de la llegada de los pasionistas.

1
Platea dei SsGeP, I, 162. - Cfr. Bollettino, X, 1928,
268-276. - Benedicto XIII, con la bula Maxima
Vigilantia, de
1727, estableció la obligación y la modalidad de los
archivos en las curias episcopales y en los
monasterios y conventos.
- Cfr. Bullarium Romanum…, Benedicto XIII, 1727,
221-225, Romae MDCCXXXVI. - La palabra Platea
designaba solamente los documentos relativos a la
fundación, a la toma de posesión y a los privilegios de
la casa y
de la iglesia; después ha pasado a incluir la crónica de
las cosas principales que van acaeciendo en el retiro;
tal libro
pertenece al archivo canónico. - Cfr. Bollettino, X,
1929, 273.

2
Platea dei SsGeP, I, 162.
PLATEA del Ritiro dei SS. Giovanni e Paolo, 1773-
1829, I, pp.167; II, 1830-1960, pp. 248. Fondo

S. Giovanni e Paolo (cit. SsGeP). Las plateas o


crónicas de las diversas comunidades se citan en
su lugar y momento.
SALVI, Lorenzo Ma., Diario necrologico passionista
ossia Catalogo di tutti i religiosi e monache defunte
nella Congregazione della SS. Croce e Passione di
Gesucristo, con brevi notizie biografiche
dei primi e delle seconde, 681 pp. (cit. DNSalvi)3.

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Saggio…; AGCP. 09-F-051).

Dedicado al P. Antonio di S. Giacomo en el Retiro de


San Angel de Vetralla. Sigue los días del año, con los
difuntos o difuntas correspondientes a esa fecha y
según el año de fallecimiento. Tras la muerte del P.
Salvi,
fue completado hasta 1869.
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della Provincia dell’Addolorata, 1831-1880
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Historia
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1839 - 1863

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