Professional Documents
Culture Documents
Era cuestión de tiempo que Freud apareciera con su crítica al sueño. De hecho, es
increíble que esta parte tan importante de nuestra actividad psíquica haya atraído tan poca
atención. (…) Siempre me ha sorprendido la extrema desproporción que se establece respecto
a la importancia y la seriedad que concedemos a nuestros momentos de vigilia y la que
concedemos a nuestros momentos de sueño. El hombre, cuando deja de dormir, está
básicamente a merced de su memoria. Y la memoria se complace habitualmente en desandar
el camino hasta la frontera del sueño, excluyéndolo de responsabilidad, recuperando el hilo de
la vida en el momento en que creemos abandonarla, abandonar las esperanzas y la ansiedad,
aún por espacio de algunas pocas horas. Tiene así la ilusión, al despertar, de continuar con algo
valioso. El sueño se ve relegado a la condición de un paréntesis, como la noche misma. Y, por lo
general, no aporta más consuelo que ésta. Es un estado de cosas que invita a reflexionar.