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Roma comenzó su historia como una aldea más entre las otras muchas de
pastores y campesinos que se repartían las colinas y minúsculos valles de la
península de los Apeninos, situada en el centro del Mediterráneo.
El Lacio se encuentra regado por el río Tíber; aquí se localizaron los Latinos, entre
otros pueblos, que levantaron siete aldeas en siete colinas, llamadas
Septimontium, situadas a la orilla izquierda del Tíber.
Rómulo, según las antiguas leyendas romanas, gobernó hasta el 716 a. C.Luego
desapareció en una tormenta, y se suponía que había sido llevado al cielo para
convertirse en el dios de la guerra Quirino. Por la época de su muerte, la ciudad de
Roma se había expandido desde el Palatino hasta el Monte Capitolino y el Monte
Quirinal, al norte(Con el tiempo, Roma llegó a ocupar siete colinas, por 10 que se
la llamó «La Ciudad de las Siete Colinas).
Es probable que ya hubiese aldeas en las siete colinas y que, con el tiempo, varias
aldeas vecinas se unieron para dar origen a Roma. Quizá la ciudad nació por la
unión de tres de esas aldeas, cada una de las cuales aportó una tribu: una de
latinos, otra de sabinos y otra de etruscos. La misma palabra «tribu» proviene de
otra palabra latina que significa «tres».
Monarquía-República-Imperio
Quirino, por ejemplo (que fue luego convertido en Rómulo deificado), fue
originalmente un dios de la guerra sabino, que era el equivalente del dios latino de
la guerra, Marte.
Siendo Roma una ciudad etrusca, fue gobernada por una dinastía de monarcas de
esa nacionalidad, los Tarquinos.
La primera estructura social y política de los latinos fue la familia: el padre (pater
familias), la esposa (unida al padre de familia por el rito sagrado de la torta), los
hijos, las esposas de los hijos, los hijos de los hijos, y las hijas no casadas. De la
agrupación de algunas familias del mismo tronco, surgieron las gens, y de un
conjunto de familias surgieron las tribus.
La familia está formada por los más próximos (agnados) pero, a medida que la
familia se extiende, se forma la gens o raza de un tronco común, integrada por la
familia completa propiamente dicha (adnati) y por los gentiles, todos aquellos
procedentes del mismo antepasado.
¿Cómo se produce la unión de los diversos grupos, sea de gens o de tribus? Cada
grupo tiene un punto común de encuentro, generalmente para el culto religioso
(aunque no exclusivamente para tal fin), punto que constituye el embrión de las
cívitas (ciudades).
En la práctica, lo único que desapareció fue la figura del rey. Para detentar su
poder lo que los romanos llamaban imperium-, aparecieron dos magistrados, los
cónsules, que se elegían anualmente y que tenían poder de veto mutuo.
En la base del sistema estaban las gentes, que eran grupos formados por el
recuerdo de un antepasado común y de lazos de sangre.
Las gentes eran más antiguas que la misma ciudad y cada uno de ellas tenía sus
propios ritos religiosos y jurisdicción sobre sus miembros, que incluían a los
descendientes del ancestro mítico y a sus clientes y dependientes.
-En el 494 a.C., los plebeyos obtuvieron el derecho de elegir a sus propios
tribunos, encargados de defenderlos frente a las injustas pretensiones de los
magistrados patricios.
-La equiparación legal avanzó con la publicación, a mediados del siglo V, de una
compilación legal -la Ley de las XII Tablas-, que evitaba los peligros de la justicia
administrada por los patricios según normas consuetudinarias.
-Las últimas conquistas fueron una serie de leyes que abolieron para los plebeyos
todos los impedimentos para el acceso a las magistraturas.
ORGANIZACION POLITICA.
Senado: integrado por los Pater Familias, preparaban leyes y fijaban los gastos
públicos. Eran la institución más importante de la república.
Los Comicios era una Asamblea formada por todos los ciudadanos romanos y
tenían como función elegir a los magistrados votar las leyes.
Durante este período, se redacta la “Ley de la XII Tablas” entre los años 451-459
a.c. que constituye el primer monumento de derecho romano.
Otro cambio importante se genera por las continuas luchas que se dan entre los
siglos V-IV y III, en los cuáles los plebeyos luchan por conseguir la igualdad
política y social, hasta conseguir participar en todas las magistraturas.
PATRICIOS Y PLEBEYOS.
Para otros, en cambio, la distinción era étnica: los habitantes de Roma que,
lógicamente, disfrutaban de plenos derechos eran los patricios, mientras que entre
los plebeyos se incluía la masa de forasteros que estableció en la ciudad para
aprovecharse de su prosperidad y a los que la costumbre perpetuó en una
situación de inferioridad legal y política.
El ejército Romano
Constituye una formidable máquina de guerra que durante siglos arrasó con sus
enemigos. Estaba constituido por soldados ciudadanos, de gran espíritu
combativo, integrado por hombres entre los 17 y 46 años.
Se dividían en Legiones de 5000 hombres a cargo de un General. Luego venían
las Cohortes, regimientos de 500 soldados. A continuación venían las Centurias,
que eran batallones de 100 soldados. Finalmente estaban las Decurias, formadas
por 10 soldados.
ROMA Y CARTAGO.
Sicilia -más un continente que una isla desde la perspectiva antigua-, llevaba
siglos siendo causa de discordia entre griegos y púnicos y, en el 260 a.C., Cartago
y Siracusa se disputaban el control de Mesina, estratégicamente situada en el
estrecho que separa la isla del continente. Tras muchas dudas y discusiones,
Roma decidió acudir a la petición de auxilio de los de Mesina; nada sugiere que
detrás de la decisión romana hubiera un plan de conquista de Sicilia y es posible,
incluso, que no se hubiera previsto siquiera la posibilidad de un conflicto con
Cartago y quizá pensaron que su firme posición sería suficiente para resolver la
disputa.
Durante casi un cuarto de siglo, romanos y cartagineses pelearon por tierra y mar
en lo que se conoce como Primera Guerra Púnica .
En el 261 a.C., Roma finalmente dispuso de una flota que construyó, según se
dice, reproduciendo una nave cartaginesa capturada; el aprendizaje naval se
prolongó durante años por causa de las tormentas y los naufragios.
Con este planteamiento, cualquier fallo de éstos era fatal y cometieron varios; por
eso, cuando los romanos consiguieron finalmente el control del mar, la derrota de
Cartago fue total, los cartagineses fueron obligados a pagar una fuerte
indemnización y a evacuar Sicilia.
Los romanos tardaron casi veinte años en designar un gobernador para Sicilia y
mientras, careciendo de una plan de explotación, llegaron a acuerdos de alianza
con las principales ciudades sicilianas (Siracusa, Mesina o Agrigento), se respetó
la autonomía de unas pocas y se siguió cobrando al resto lo que antes pagaban
de impuesto a los cartagineses.
Similares motivaciones -sólo que esta vez justificadas con gran cinismo-,
condujeron a la ocupación de Córcega en el 237 a.C..
Unos años después -y por razones totalmente distintas-, las legiones romanas
desembarcaron en dos ocasiones en el Ilírico para acabar con los piratas (229 y
219 a.C.).
A finales del siglo II a.C., Roma se enfrentaba con una gran crisis social y política.
GUERRA SOCIAL.
A finales de los años 90 a.C. hubo un nuevo brote de tensión que comenzó
cuando los itálicos empezaron a pedir la ciudadanía romana: los soldados querían
obtener los mismos beneficios de licencia que disfrutaban sus camaradas
romanos; los mercaderes y comerciantes pretendían las mismas oportunidades
que los caballeros romanos, y la aristocracia de las ciudades italianas buscaba la
promoción social y política asociada con la ciudadanía.
La República ya había pasado por un trance similar con Sila y había sobrevivido.
Ahora, sin embargo, no hubo segunda oportunidad, quizá debido a que los nuevos
líderes contaban con un apoyo más amplio, diversificado y personal que antes,
cuya participación requirieron. En consecuencia, la discordia civil en Roma acabó
siendo una guerra de ámbito mediterráneo (49-45 a.C.) que devastó Italia, las
provincias e incluso estados extranjeros, como sucedió en el Egipto de Cleopatra.
LA DICTADURA DE CESAR.
César quedó al frente de Roma como dictador. Sus propósitos finales son difíciles
de determinar con certeza, aunque parece improbable que tratase de imponer una
monarquía de estilo oriental. La tarea de reconstrucción le obligó a tomar medidas
en el campo económico, social y político: restablecimiento del Senado, cuyos
miembros habían sido prácticamente masacrados en la guerra civil; leyes sobre
las deudas, los repartos de tierra y el abastecimiento y distribución del trigo;
también se retocó el sistema de administración territorial; el único plan que no
pudo llevar a cabo fue la guerra contra Partia.
Aun con sus poderes extraordinarios, César nunca estuvo a salvo de las críticas.
Sus oponentes eran tanto enemigos de antaño que habían sido perdonados como
antiguos partidarios que encontraban insoportable la posición constitucional del
dictador.
Una conjura planeada por Marco Bruto y Cayo Casio consiguió triunfar y, en los
idus de marzo del 44 a.C., César fue asesinado.
El magnicidio inauguró un nuevo ciclo de violencia que duró algo más de una
década. Bruto y Casio se proclamaron a sí mismos “liberadores” y anunciaron la
restauración de la República, un eslogan que tuvo mucho éxito, especialmente
entre las clases medias y altas de Italia. Sin embargo, los veteranos de César se
movían por principios más materiales, y el control de esas legiones y de las
clientelas provinciales fue la clave del éxito para quienes se consideraban los
herederos y vengadores del dictador: su lugarteniente, Marco Antonio , y su
sobrino nieto, Octavio .
Este último tenía, por aquel entonces, 19 años y era llamado despectivamente por
Cicerón “el chaval “; sin embargo, la preeminencia de éste quedó determinada al
abrirse el testamento de César y saberse que le había nombrado su heredero
universal, lo que fue suficiente para ganarse la lealtad de las legiones.
Cicerón mientras tanto, intentaba salvar la República con una serie de brillantes y
ácidos discursos contra Marco Antonio, que resultaron inútiles.
La campaña terminó con la victoria naval de Octavio frente a las costas de Actium
(31 a.C.). La batalla, aunque a nivel militar no fue especialmente importante,
cambió el destino de muchos: Antonio y Cleopatra tuvieron un trágico fin, mientras
Octavio pasó a ser el dueño único de Roma.
El primer Emperador fue Octavio, hijo adoptivo de Julio César, llamado Augusto en
el 27 a.C.
La expresión formal de este acuerdo fue que Octavio pasó a llamarse Imperator
Caesar Augustus. Cuatro años más tarde, Augusto y el Senado llegaron a un
nuevo acuerdo, consistente en la renuncia del emperador al consulado -que venía
desempeñando sin solución de continuidad desde el 31 a.C., y al control de las
provincias más importantes: Asia, África, Galia Narbonense e Hispania Bética.
Gran parte del éxito de la reforma se debe a que el gobierno de Augusto duró casi
medio siglo -casi dos generaciones-, y hubo tiempo de modificar esencialmente los
papeles y cometidos del Senado, de las magistraturas, del ejército y de las
provincias.
La nueva constitución impuesta por Augusto era una autocracia disfrazada con los
ropajes institucionales de la vieja República. La medida podía haber sido prudente
políticamente y resultar adecuada para las circunstancias del momento, pero sus
términos resultaban ambiguos, ya que los poderes del Emperador eran una cesión
vitalicia de la soberanía popular que sancionaba el Senado y, a la muerte del
Emperador, éstos debían retornar a sus legítimos detentadores antes de ser
conferidos de nuevo. Esta ambigüedad, nunca resuelta definitivamente, convirtió la
sucesión imperial en un problema recurrente y delicado, al que los romanos fueron
dando soluciones de compromiso. A partir del 14, durante los cincuenta años
siguientes, el carisma de Augusto fue suficiente para que sólo sus descendientes
directos pudieran ser considerados dignos del trono y los miembros de la dinastía
julio-claudia, Calígula , Claudio y Nerón se fueron sucediendo unos a otros
invocando su parentesco. El principio aguantó bien el golpe de estado contra
Calígula pero se hundió estrepitosamente con Nerón y, durante casi dos años, el
Imperio estuvo en manos del general que controlaba mayor número de soldados.
La normalidad se restableció con Vespasiano (69), aunque en realidad lo
conquistó por derecho de vencedor; sin embargo, el Senado se avino a cooperar
con él cediéndole formalmente la soberanía del pueblo romano.
Tras unos años de guerra civil, se proclamó emperador Septimio Severo (193),
quien había sabido ganarse al mayor número de legiones.
Probablemente uno de los símbolos más característicos de estos cambios sea que
Roma había dejado de ser el centro neurálgico del Imperio.
El Cristianismo
En tiempos del emperador Tiberio, siendo Palestina provincia del Imperio, surgió
en Jerusalén un predicador de origen humilde, cuyo nombre era Jesús, quién se
proclamaba como el Mesías el hijo de Dios.
Hacia el siglo IIId.c. el Imperio se vió abatido por una profunda crisis económica
entre cuyas causas podemos señalar, el descomunal sistema de impuestos, la
falta de una ´política de inversiones, el aumento de las tasas de interés, las
especulaciones, los derroches en lujo, los excesivos gastos militares, entre otros.
Roma entregó al mundo occidental las bases de nuestra cultura y entre los
elemento más importantes podemos mencionar:
a)EL DERECHO ROMANO que constituye la base de las normas y leyes actuales.
b)EL IDIOMA LATIN del cuál derivan las lenguas romanas como; portugués,
español, francés, italiano y rumano.