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¿Amistad?
Resumen:
Las reflexiones en torno a la amistad que más poder han cogido en su andar por la historia,
han sido legadas por los griegos, primeramente en mano de Platón y posteriormente, en la
de su discípulo, Aristóteles. El texto presente expone de manera breve los argumentos sobre
los cuáles ha sido construida esta visión de la amistad y asimismo, a través de una lectura
del segundo capítulo de políticas de la amistad, muestra las inconsistencias y paradojas de
ésta [la amistad]. La crítica a los presupuestos de la noción clásica de amistad abre un
nuevo espacio de reflexión, que nos invita a pensar las relaciones humanas bajo una óptica
totalmente distinta.
Platón, aproximándose al final del controvertido primer capítulo de su Politeía expone una
imagen, una supuesta situación que nos servirá para comprender cómo era entendida la
amistad en el pensamiento clásico. Me refiero aquí a la figura de los bandidos:
–Y lo haces muy bien; pero ahora dime esto, también para complacerme: ¿te parece que un Estado o
un ejército, o una banda de piratas o de ladrones, o cualquier otro grupo que se propusiera hacer en
común algo injusto, podría tener éxito si cometieran injusticias entre sí?
–No, por cierto.
– ¿Y si no las cometieran ¿sería más probable que tuvieran éxito?
– Seguramente
–En efecto, Trasímaco, la injusticia produce entre los hombres discordias, odios, disputas; la justicia,
en cambio, concordia y amistad. ¿No es así? 1
1
Platón, Republica. 351 C – D.
Guerra González Pedro.
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Esta idea de bien, homogeniza (aniquilando la diferencia) a los individuos que participan en
esta relación de amistad y asimismo, configura a la comunidad como un encuentro entre
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La amistad anacorética.
Este suspenso, la inmanencia de una interrupción, se lo puede llamar lo otro, la revolución o el caos,
el riesgo, en cualquier caso, de una inestabilidad. Lo inestable o lo no-fiable, es aquello que, decían
Platón y Aristóteles, no es bébaios (no firme, constante, seguro y cierto, fiable, creíble, fiel). Aunque
sea en su forma última o mínima, la inestabilidad de lo no fiable consiste siempre en no consistir, en
sustraerse a la consistencia y a la constancia, a la presencia, a la permanencia o a la sustancia, a la
esencia o a la existencia, como todo concepto de la verdad que les esté asociado. […] Aquí se
requiere de lo inestable, al igual que su contrario, lo estable o lo fiable de la constancia (bébaios), era
indispensable a la filosofía platónica o aristotélica de la amistad. Para pensar la amistad con el
corazón en la mano, es decir, para pensarla en su mayor proximidad con su contrario, hay quizá que
poder pensar el quizá, es decir, ser capaz de decirlo y de hacer, de ese decir, un acontecimiento:
quizá.2
Parece ser, que esta idea de la amistad, no desea la presencia del otro, sino, el otro como
una manifestación del sí mismo o de uno mismo. No es una posición altruista, de la
2
DERRIDA, Jacques. Políticas de la amistad. Trotta, Madrid. PP. 47.
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alteridad, que coloque el bien del Otro en el centro, sino una posición egoísta que ve su
propia realización en la subsunción del otro, o bien, en la equiparación el otro a sí mismo.
Otro la materialización.
¿Y qué pasa con aquellos que no son el semejante? Son excluidos como lo ajeno.
Esas son las consecuencias de una comunidad edificada sobre preceptos tales como
“pertenencia” “igualdad” “semejanza”. Ante este problema, Derrida nota la importancia de
tener en cuenta el factor contradictorio que negaron como elemento de la comunidad los
clásicos: lo no-idéntico, lo diferente, lo abrupto. No se entienda con esto, que Derrida se
posiciona sólo del lado del "mal" de lo azaroso. Lo que pretende es mostrar cómo opera la
paradoja de la amistad. Que la amistad, en sí misma, acarrea una contradicción. Para esto,
se sirve de la frase tan conocida de Aristóteles, usada también por Cicerón y Montaigne
“oh, amigos, no hay amigos”. La amistad, para Derrida, es posible cuando se cae en cuenta
de su imposibilidad. Sólo sabiendo que el vínculo de semejanza es un vínculo excluyente,
asumiendo la imposibilidad de esta relación, se hace posible pensar de otra manera, se
genera un limita que abre una amplia gama de quizás.
3
Ibid. PP 53.
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BIBLIOGRAFIA.