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LA COMUNIDAD GNÓSTICA INTERNACIONAL

Respuesta al sr. Bergoglio


en referencia a la homilía llevada a cabo en la ciudad de Buenos Aires
el 16 de mayo de 2007, cuando todavía era Cardenal.

Distinguido Sr. Bergoglio:

Permítanos dirigirnos a su persona para aclararle algunas puntualizaciones hechas por usted acerca de la
Gnosis. Le damos nosotros, los gnósticos del mundo, una humilde respuesta a sus pretensiones sutiles de
mostrar a la Gnosis como una herejía, cosa que por cierto han intentado también sus antecesores en el mal
llamado “trono de San Pedro”.

Usted dice que, antes que nada, hace falta una Iglesia evangelizadora. Incuestionablemente que la labor
evangelizadora es muy loable, pero ante todo usted ha de saber que no son los católicos los únicos
evangelizadores de nuestro afligido mundo, los hay también de otras corrientes religiosas que han sido muy
detestadas por la Iglesia que usted preside.

Para nosotros, los partícipes de la Gnosis, a la labor evangelizadora la llamamos “Tercer Factor de la Revolución
de la Conciencia”. Y en esa labor incluimos no solamente el dar un mensaje doctrinario a las gentes, sino
también dar de comer al hambriento, dar de beber al sediento, vestir al desnudo, enseñar al que no sabe, etc.,
etc., etc.

Usted cita a la Virgen María, a la que nosotros también veneramos como madre de Jesús e Iniciada en los
Misterios, como lo fue asimismo María de Magdala, según consta en las más antiguas tradiciones cristianas que
ahora usted y su Iglesia tachan de “apócrifas”, una forma peyorativa de restarle importancia a documentos
auténticos que desmienten las pseudo verdades de su Iglesia.

Sepa usted, respetable Sr. Bergoglio, que María, Marah, Rea, Insoberta, Cibeles, Sophia, Paula, Aka, Astarté, etc.,
etc., son representaciones divinales que tuvieron las civilizaciones del pasado para señalar a la Madre Divina
Interior que toda criatura lleva dentro y que, dicho sea de paso, es esposa del Espíritu Santo, su Sacro-Santo
fecundador. Así es en las religiones sagradas de Oriente como el Hinduismo, que nos muestra a Shiva
(representación del Espíritu Santo) como esposo de Shakti, una virgen que simboliza al eterno femenino divinal.
En el Cristianismo ese Espíritu Santo fue simbolizado por una blanca paloma, como todos sabemos.

Recuerde usted que toda verdadera religión, inclusive las teologías antiguas, estuvieron cimentadas en una
santa Trimurti. Haga ejercicio de memoria, Sr. Bergoglio, y hallará a Osiris, Isis y Horus, en el antiguo Egipto; a
Brahma, Vishnú y Shiva en el Hinduismo, a Kether, Chokhmah y Binah en el Judaismo, al Padre, Hijo y Espíritu
Santo en el Cristianismo primitivo, etc., etc., etc.

Dios en hebreo (Elohim) se traduce como Dioses y Diosas. En el antiguo testamento Dios es llamado Jehová.
Pues bien, la palabra Jehová tiene dos partes muy interesantes a saber: JAH-HOVAH, el Padre Madre secreto de
cada uno de nos. JOD, como letra hebrea es el principio masculino. EVE, HEVE, representa al eterno femenino.
Así entonces, el divino Rabí de Galilea en vez de rendir culto al Jehová antropomórfico de la Judería adoró a su
Divino Macho-Hembra (Jah-Hovah), el Padre-Madre interior.

Usted afirma, Sr. Bergoglio, que es el Espíritu Santo quien empuja a su Iglesia, pero asimismo usted ha de saber
que el Espíritu Santo no puede dar su apoyo a una Iglesia cuyos sacerdotes son, ante todo, FORNICARIOS y
muchas veces PEDERASTRAS, PEDÓFILOS, MASTURBADORES Y VIOLADORES DE MONJAS. El Espíritu Santo, Sr.
Bergoglio, exige castidad ante todo para ofrecer sus milagros. Pero no se refiere, ni se ha referido nunca, a la
abominable abstención clerical que su Iglesia ha establecido desde hace siglos, sino a una técnica mediante la
cual el hombre y la mujer, sabiéndose amar, no malgastan, de ninguna manera, su energía creadora, sino que la
transmutan mediante lo que es conocido como AMOR TÁNTRICO, SAHAJA MAITHUNA O MAGIA SEXUAL.

Recuerde usted, Sr. Bergoglio, que el mismísimo Jesús, el Mártir de Calvario, conoció estas enseñanzas, y
también todos sus apóstoles y discípulos más cercanos. De allí que todos sus apóstoles estaban casados. El
Nazareno también practicó esta técnica con María de Magdala, su legítima esposa, a quien uno de sus
predecesores tildó de prostituta con la malévola intención de desprestigiarla ante la historia, aunque fue la
mejor intérprete de las palabras del divino Rabino de Galilea. Ustedes saben que existía otra María que sí
encajaba en el arquetipo de pecadora, pero esa es otra historia honorable Sr. Bergoglio. Esta argucia la uso su
predecesor para mostrar a la mujer como algo pecaminoso y, de esta forma, justificar el celibato ante sus
feligreses y ante la historia. Así fue como se ha perpetuado una imagen del crucificado mostrándolo como un
simple pietista, soltero y casi hasta desnaturalizado o castrado.
Honorable Sr. Bergoglio, su Iglesia se apartó de todas estas cosas desde el mismísimo momento en el cual
pactaron con el Emperador Constantino convertirse en la religión del Imperio Romano y, desde aquel entonces
todos los que no comulgaron con los postulados de su naciente Iglesia (creada por ustedes y no por el divino
redentor de Galilea) fueron anatemizados con el calificativo de herejes. Se les persiguió, se les condenó a la
hoguera, se les mutiló, se les torturó, se les encarceló, etc., etc., etc. ¿Y ahora usted habla de una Iglesia
apoyada por el Espíritu Santo? Realmente ustedes no conocen la vergüenza ni el pudor, eminente Sr. Bergoglio.

Habla usted de que la Iglesia no ha de ser auto-referencial o gnóstica. Pues sepa usted Sr. Bergoglio que la
Gnosis no es otra cosa que “un conocimiento revelador y liberador” que libra a toda humana criatura de sus
demonios y, por tanto, le permite dejar de ser pecadora y terminar convertida en un verdadero “hijo de Dios”.
Es una lástima que usted y sus cardenales no le digan a su feligresía que fue gracias al apoyo de los gnósticos
como las gentes supieron ver a Jesús como el Mesías y no a Juan Bautista.

Permítame recordárselo Sr. Bergoglio: “Los nazarenos eran conocidos como bautistas, sabeanos y cristianos de
San Juan. Su creencia era que el Mesías no era el hijo de Dios, sino sencillamente un profeta que quiso seguir a
Juan. Orígenes (Vol. II, página 150) observa que existen algunos que dicen de Juan el Bautista que él era el
ungido (Christus). Cuando las concepciones metafísicas de los gnósticos, que veían en Jesús al Logos y al
Ungido, empezaron a ganar terreno, los primitivos cristianos se separaron de las doctrinas de los nazarenos, los
cuales acusaban a Jesús de pervertir las doctrinas de Juan y de cambiar por otro el Bautismo en el Jordán”.
(Codex Nazarenus, II, pág. 109).

Usted y su Iglesia dicen no ser auto-referenciales, pero fueron ustedes mismos quienes interpusieron a la Iglesia
que ustedes fundaron entre el Creador y la humanidad doliente. Y siempre han afirmado, usted y su cofradía del
delito, que solamente por medio de su Santa Iglesia Apostólica y Romana se puede alcanzar el Reino de los
Cielos. ESTA ES LA PEOR DE LAS FALSEDADES QUE USTEDES HAN CREADO Y LA CAUSA DE QUE MUCHAS
GENTES HAYAN ACEPTADO SUS DECRETOS: POR MIEDO A ESTAR CONDENADOS AL INFIERNO…

Honorable Sr. Bergoglio, la Gnosis tiene ciertamente una visión antropocéntrica de la vida religiosa, porque
usted debe saber que solo trabajando sobre sí mismo puede el ser humano liberarse de las cadenas que lo atan
al materialismo y a la pérdida de sus valores sagrados. Nosotros los gnósticos llamamos a esa etapa MUERTE
PSICOLÓGICA y, gracias a sistemas y prácticas que conocemos desde tiempos inmemoriales, logramos echar
fuera de nuestra alma al inicuo del cual hablara con profundo conocimiento de causa el apóstol Pablo. Su Iglesia
piensa equivocadamente que la maldad intrínseca que lleva el hombre dentro se puede eliminar con unos
simples golpes de pecho, o mediante lo que ustedes han creado y llamado CONFESIÓN.
Ningún ser humano, por el hecho de haber estado en un seminario cuatro o cinco años tiene el poder para
absolver los pecados cometidos por las masas humanas. Ni tampoco el Espíritu Santo le va a dar poder para
hacerlo, aunque ustedes se lo hagan creer a los seminaristas en sus monasterios o conventos. Para tener ese
poder es menester, ante todo, que ese sacerdote sea casto en el sentido más profundo de la palabra y,
entonces, solo entonces, puede darse el lujo de ser intermediario entre los Cielos y los hombres. Pero eso no se
consigue de la noche para la mañana, dignísimo Sr. Bergoglio, no. Eso es fruto de un intenso trabajo de
psicoanálisis combinado con meditaciones, oraciones, reflexiones serias, ayunos, sacrificios, trabajos por el
prójimo y, sobretodo, Sr. Bergoglio, con la ayuda que proporciona la CASTIDAD CIENTÍFICA de la que ya le he
hablado anteriormente. Todo esto mantenido como trabajo íntimo, particular, individual durante años…

Usted habla de una Iglesia de “oración” para llegar a todas las periferias de nuestro mundo. Sí, respetable Sr.
Bergoglio, la oración tiene un gran poder en tanto y cuanto el que ora tiene fe en su oración. Nos referimos a
una FE CONSCIENTE y no a una fe mecánica, también llamada FE DEL CARBONERO. Para que una oración tenga
su efecto, Sr. Bergoglio, ha de ir acompañada de sentimientos rectos, pensamientos rectos y conducta recta. Y
su Iglesia, Sr. Bergoglio, solo habla de esto de dientes para afuera porque en la vida real usted y sus secuaces
piensan que no pasa nada si llevamos una vida cotidiana desordenada e impura, porque el domingo, en la misa,
nos confesamos, recibimos la hostia y ya estaremos libres de toda mancha. En otras palabras, no importa lo que
hagamos porque con la confesión DIOS NOS PERDONA NUESTRAS FECHORIAS por muy detestables que sean.
Eso es una auténtica ingenuidad que solo puede ser aceptada por gentes mediocres que comulguen con ruedas
de molino u hostias de pergamino…

No está bien, honorable Sr. Bergoglio, el hacer creer a las gentes que con la sangre derramada por el bendito
Maestro Jesús en la cruz todos nuestros pecados e inmundicias nos serán perdonados y, al morir, iremos
derechitos al Cielo. Usted ha de saber que lo que hizo el gran Kabir Jesús fue mostrar un drama, previamente
ensayado y planificado con sus apóstoles, para que quedara escrito y de esta manera mostrar a la posteridad el
camino de regreso al Padre que está en los Cielos. Por ello el mismo Nazareno apuntó: “El que quiera venir en
pos de mí, tome su cruz (la cruz del sacrificio de nuestras pasiones animales realizado durante al Amor
Tántrico), niéguese a sí mismo (negar al Yo, al Ego animal que todos llevamos dentro) y sígame (seguir al
Nazareno es dar nuestra vida por nuestros semejantes). Esos son los Tres Factores que producirán la Revolución
de la Conciencia de cualquier ser humano que exista sobre esta Tierra. Todo esto tiene debida documentación
en los evangelios apócrifos que ustedes se empeñan en negar para que las gentes no conozcan el verdadero
mensaje. Si las gentes supieran todas estas cosas su Iglesia perdería toda credibilidad, más de la que ha
perdido hasta ahora, y terminaría por derrumbarse arrastrando en su caída a miles o millones de feligreses que
han puesto su empobrecida fe en ustedes y en sus dogmas efímeros.

Permítame finalmente, honorable Sr. Bergoglio, decirle que aunque usted ande ahora besando los pies de reos
de cárceles, haya dejado de usar los coches lujosos que usaron sus antecesores, no use cruces de oro colgadas
al pecho, salude en las calles a las gentes, utilice los autobuses urbanos, no calce carísimos zapatos rojos , etc.,
etc., etc., no por eso su Iglesia va a cambiar porque, y permítame usar en este caso un refrán popular, “aunque
la mona se vista de seda, mona es y mona se queda”. Hechos y no palabras pide esta humanidad a sus
evangelizadores. Verdades y no sofismas reclama el hormiguero humano. Transformaciones auténticas y no
“poses pietistas” son las que realizan los grandes cambios en el escenario de la humanidad. En su Iglesia sigue
habiendo MUCHO RUIDO Y POCAS NUECES, honorable Sr. Bergoglio.

Permita usted, al menos por una vez en la historia, que sus cientos de cardenales y miles de sacerdotes puedan
casarse para que sepan lo que es tener una familia y comprender mejor los misterios de la vida y de la muerte.
Enséñeles a NO SER FORNICARIOS NI ADÚLTEROS, para que sientan realmente la gracia divina actuando en sus
propias carnes y no simplemente como un concepto intelectual. OBRAS SON AMORES Y NO SIMPLES RAZONES,
Sr. Bergoglio.

Reciba finalmente usted nuestro sincero anhelo de que el PODER-GRACIA DIVINO, del cual habla la PISTIS
SOPHIA, consiga establecer en su Templo-Corazón la Luz de la revelación, y así pueda usted transmitirla a
tantas y tantas almas sedientas de amor verdadero y hambrientas de participar del Reino del Padre.

Cordialmente,
LA COMUNIDAD GNÓSTICA INTERNACIONAL
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LA DOCTRINA GNOSTICA Y EL HIJO DEL HOMBRE DE ESTA ERA MAESTRO SAMAEL AUN WEOR
abril 13 del 2013

Señores
Responsables de Comunidad Gnóstica Internacional.

(RESPUESTA AL SR. BERGOGLIO


En referencia a la homilía llevada a cabo en la ciudad de Buenos Aires el
16 de mayo de 2007, cuando todavía era Cardenal).

Apreciables hermanos:

Estoy leyendo detenidamente este su Mensaje.

Me encuentro completamente de acuerdo en su contenido el que resulta hasta altamente considerado dado los
tenebrosos crímenes, y horrendos antecedentes Históricos de este mercado de cuerpos y de almas que nos ha
quitado nuestra posibilidad humana y ensangrentado el alma por más de 2.000 años.

Es hora de levantar al pedestal que corresponde la grandeza de nuestro Cristo Rojo de Acuario y Avatara,
Maestro Samael Aun Weor, su Doctrina Gnóstica Cristiana Universal y su Pueblo Gnóstico estigmatizado por
tantos siglos.

Atentamente,

Jorge Vélez Restrepo

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