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Introducción
Una de las principales características de la economía mundial es la progresiva reducción de los
aranceles y la proliferación de procesos de integración comercial, lo cual potencia el comercio
exterior e incrementa las inversiones.
Esto hace que surjan nuevas prácticas comerciales y un mayor interés de los empresarios por la
competencia internacional. Pero antes de consolidar cualquier operación de comercio exterior, es
importante conocer la trayectoria del potencial cliente internacional.
Es necesario obtener información acerca de la empresa desde el punto de vista legal, comercial y
de pagos, para estar seguros de su capacidad y formalidad como socio comercial.
A medida que el espectro de los negocios se amplía y se deja de intercambiar mercancías con los
vecinos para alcanzar el entorno actual de globalización, existe un mayor número de mercados
interesados en hacer negocios y una mayor presencia de compradores y socios internacionales. A
raíz de esta circunstancia surge la necesidad de hacer uso de un instrumento jurídico que permita
tramitar los acuerdos de voluntades en los que se sustentan las transacciones comerciales
internacionales, siendo preferible invertir tiempo en redactar un buen contrato, que dedicar varios
años a un proceso judicial.
c.- La inexistencia de una legislación contractual internacional de carácter universal que regule el
contenido obligacional de los contratos; y
d.- La falta de una instancia o tribunal mercantil en el ámbito del derecho privado, con carácter
internacional para resolver con celeridad los litigios. (Como vía de resolución de los conflictos se
utiliza el arbitraje comercial internacional).
El término “compraventa” está definido en el Código Civil como el contrato en el que “uno de los
contratantes se obliga a entregar una cosa determinada y el otro a pagar por ello un precio cierto,
en dinero, o signo que lo represente”.
Por su lado, el término “internacional” se refiere a “aquel contrato en el que las partes se
encuentran sometidas a diferentes ordenamientos jurídicos”.
Los caracteres del contrato son:
Las relaciones a nivel internacional son cada vez más numerosas, y el número de países que se
relacionan entre ellos aumenta día a día. Es por ello que existe un número creciente de problemas
respecto a la aplicación de una normativa u otra en el momento de incumplimiento de una de las
partes o desacuerdo sobre cualquier aspecto, si las partes mencionadas no habían especificado
previamente la normativa que regía su contrato.
Además, se deben cumplir las normas administrativas que rigen el comercio exterior, como las de
importación, exportación, aduanas, control de cambios, etc.
Estas grandes diferencias empezaron a unificarse con el uso generalizado a nivel mundial de los
Incoterms, que estudiaremos más adelante, que definen los derechos y obligaciones de las partes
en las relaciones de compraventa internacional.
Pero los Incoterms sólo eran un primer paso hacia la protección total de las partes implicadas. Por
esta razón es importante el tratamiento del “Convenio de Viena”, de 11.Abr.1980, o “Convención
de las Naciones Unidas sobre contratos de compraventa internacional de mercaderías.”
- Capacidad de obrar para contratar. No sólo es necesario tener la mayoría de edad, sino también
gozar del pleno ejercicio de los derechos cívicos.
- Consentimiento de ambas partes. Es recomendable anexar al contrato copia del poder de cada
parte contratante, y si ello no fuere posible, conviene incluir la cláusula siguiente: “Ambas partes
se reconocen recíprocamente la capacidad para otorgar el presente contrato”.
- Objeto lícito. Será todo aquello que no sea contrario al orden público, a la moral y a las buenas
costumbres.
- Cosa determinada.
- Precio cierto en dinero o signo que lo represente. Se considerará nulo el contrato que no
especifique el precio de la mercancía, y éste no se pueda cuantificar.
- Ánimo de reventa y de lucro (en compraventa mercantil).
- No existe requisito especial de forma.