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El tratamiento de agua tiene por finalidad producir en ella los cambios físicos, químicos
y biológicos, necesarios para acondicionarla al consumo humano. Las características
de las aguas están sujetas a cambios, ya sea por condiciones naturales que producen
mayor o menor concentración (lluvias, sequias, calidad mineral de los terrenos
atravesados por las aguas, etc.) O por alteraciones producidas por el hombre (descarga
de desechos domésticos e industriales en los ríos, lagos y demás fuente de
aprovisionamiento de aguas). La proliferación de organismos puede también contribuir
a realizar grandes cambios en las características de las aguas. Estos cambios pueden
ir desde el color y olor, hasta convertir las aguas en peligrosas para la salud, debido a
la presencia de organismos patógenos. Por otro lado, la capacidad de auto purificación
de las corrientes de agua es debida a la acción de organismos vivos entre las cuales las
bacterias y algas juegan un papel importante. Las características o impurezas que
contiene el agua, no son de modo alguno estáticas, sino muy por el contrario, son
sumamente cambiantes, tanto en el tiempo como en el espacio. Las plantas de
tratamiento de aguas pueden considerarse como grandes fábricas que reciben una
materia prima siempre cambiante (agua cruda) y que tiene que entregar un producto
manufacturado (agua tratada), que este en concordancia con las normas de salud
pública. Es decir, tienen que entregar un agua cuyas características físicas, químicas y
bacteriológicas estén enmarcadas dentro de las normas aprobadas y además, entregar
agua en cantidad suficiente, en todo momento, para satisfacer las necesidades de la
población servida
AGUA POTABLE
Se denomina agua potable al agua "bebible" en el sentido que puede ser consumida por
personas y animales sin riesgo de contraer enfermedades. El término se aplica al agua
que ha sido tratada para su consumo humano según unas normas de calidad
promulgadas por las autoridades locales e internacionales.
Bacterias, virus;
Podemos por tanto considerar, para fines prácticos, que la fórmula del agua, tan cual se
encuentra en ríos, lagos, manantiales, pozos, mares, etc. es la siguiente:
estas: físicas, químicas y biológicas Siendo el agua un solvente universal casi no existen
substancias que en mayor o menor grado no se disuelvan en ella y es pues fácil de
imaginar la enorme
cantidad y variedad de substancias que pueden encontrarse disueltas en el agua,
además de las que se puedan hallarse en suspensión o emulsionadas. La variabilidad
de la calidad del agua depende de la fuente de donde se trate
CARACTERÍSTICAS FÍSICAS:
TURBIEDAD:
IMPORTANCIA SANITARIA
COLOR
El color que representan las aguas pueden ser de origen mineral tal como el que
prodúcelos compuestos de hierro y manganeso, o vegetal como los producidos por
materia orgánica en suspensión, algas, semillas y protozoos. Los colores de las aguas
pueden deberse también a desechos industriales tales como substancias solubles
procedentes de minas, refinerías, explosivos, industria del papel, productos químicos,
etc.
IMPORTANCIA SANITARIA
MEDICIÓN DE COLOR
El color se expresa en unidades de color. Una unidad de color es la que se obtiene por
1 mg. de platino disuelta en un litro de agua.Es importante hacer notar que el color del
agua es extremadamente dependiente del valor de PH. Y que el color aumenta a medida
que se eleva el valor del PH
OLOR Y SABOR
Los olores y sabores desagradables que se presentan las algunas aguas son debidos a
una gran variedad de sustancias, siendo las principales organismos microscópicos vivos
o vegetación en estado de vegetación, incluyendo semillas, bacterias, hongos,
actinomicetos y algas. También puede deberse a materia orgánica en estado de
descomposición, desagües domésticos y a desechos industriales.
Las aguas con sabores y olores desagradables serán particularmente inapropiadas para
fines de bebida, uso doméstico, preparación de bebidas embotelladas, en industria
lechera, fabricación de cerveza y todo aquello que sea procesamiento de alimentos.
ACIDEZ
La alcalinidad del agua puede definirse como la presencia de OH- y su capacidad para
neutralizar la acidez. La presencia de OH- en el agua se debe generalmente a la acción
de sales provenientes de ácidos débiles y fases fuertes, siéndolos más comunes los
carbonatos y bicarbonatos.
Los ríos, lagos y mares recogen, desde tiempos inmemoriales, las basuras producidas
por la actividad humana. El ciclo natural del agua tiene una gran capacidad de
purificación. Pero esta misma facilidad de regeneración del agua, y su aparente
abundancia, hace que sea el vertedero habitual en el que arrojamos los residuos
producidos por nuestras actividades. Pesticidas, desechos químicos, metales pesados,
Primero fueron los ríos, las zonas portuarias de las grandes ciudades y las zonas
industriales las que se convirtieron en sucias cloacas, cargadas de productos químicos,
espumas y toda clase de contaminantes. Con la industrialización y el desarrollo
económico este problema se ha ido trasladando a los países en vías de desarrollo, a la
vez que en los países desarrollados se producían importantes mejoras.
Existen dos formas a través de las cuales se puede contaminar el agua. Una de ellas es
por medio de contaminantes naturales, es decir, el ciclo natural del agua puede entrar
en contacto con ciertos constituyentes contaminantes que se vierten en las aguas,
atmósfera y corteza terrestre. Por ejemplo, sustancias minerales y orgánicas disueltas
o en suspensión, tales como arsénico, cadmio, bacterias, arcillas, materias orgánicas,
etc.
Algunas fuentes de contaminación del agua son naturales. Por ejemplo, el mercurio que
se encuentra naturalmente en la corteza de la Tierra y en los océanos contamina la
biosfera mucho más que el procedente de la actividad humana. Algo similar pasa con
los hidrocarburos y con muchos otros productos.
DE ORIGEN HUMANO
La potabilización del agua se aplica a aguas no aptas para el consumo humano, las
cuales a veces sufren procesos para matar microorganismos y extraer partículas y
metales que pueden ser dañinos al organismo En la potabilización se utiliza a menudo
el cloro, presente en gran parte del agua corriente que sale de los grifos. El cloro acaba
con los microorganismos potencialmente perjudiciales para el consumo, aunque a su
vez es uno de los elementos más destructivos conocidos en biología. Su ingesta es
considerada médicamente inadecuada excepto como recurso para la potabilización y
evitar males peores. Incluso en bajas cantidades es agresivo con la flora intestinal.
Además del cloro, a menudo el agua potabilizada contiene plomo, cal, flúor y otros
metales y tóxicos que sedimentan en el organismo, haciéndolo envejecer
prematuramente.
PROCESOS DE POTABILIZACION
algas y otros compuestos en estado coloidal. Esta pruebe consiste en poner varias
muestras de agua natural en jarras y agitarlas simulando los procesos de la planta.
PRETRATAMIENTOS
Antes de proceder al tratamiento de las aguas brutas, en busca de una calidad ajus-tada
a las necesidades del usuario, estas aguas se someten, en general, a un pre-tratamiento
que comprende un cierto número de operaciones físicas y mecánicas. Los
pretratamientos tienen por objeto separar del agua la mayor cantidad posible de las
materias que, por su naturaleza o tamaño, son motivo de problemas en los tratamientos
posteriores.
siguientes:
— Desbaste
— Tamizado
— Dilaceración
— Desarenado
— Desaceitado y desengrase.
De entre estas operaciones algunas son propias del tratamiento de aguas residuales y
raramente se emplean en el tratamiento de aguas potables. Este es el caso de la
dilaceración o del desengrasado, y por ello no serán descritas con detalle. Otras, en
cambio, aun siendo más frecuentes en aguas residuales, también se emplean con cierta
frecuencia en aguas potables, como es el caso del desarenado.
Se hace omisión expresa del tratamiento de los residuos de estas operaciones, puesto
que el problema se plantea en un orden de dimensión mucho más elevado en las plantas
de tratamiento de aguas residuales, donde se tratará este problema con la amplitud
necesaria.
Rejas manuales.
Las rejas manuales están constituidas por acero, en ocasiones verticales, pero más
frecuentemente con una inclinación sobre la vertical de 15 a 40º. La longitud de una reja
manual no debe exceder de la que pueda rastrillarse fácil-mente a mano. Los barrotes
de la reja no serán menores de 1 cm. de anchura por 5 cm. de profundidad y van
soldados a unas barras de separación situadas en la cara posterior, fuera de recorrido
de las púas del rastrillo de limpieza manual. Encima de la reja suele colocarse una placa
perforada para que los objetos rastrillados puedan almacenarse temporalmente hasta
su evacuación. En la figura se muestra una reja de limpieza manual típica.