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1. Mercado y precios
¿De qué crees que puede depender la cantidad que tú demandas de un bien?
Efectivamente, de lo que valga. Pero también puede depender de otras cosas:
de si te gusta más o menos; también del dinero que tengas; o de lo que puedan
valer otros bienes que te sirvan igual que este o que necesites a la vez que este.
El precio del bien es, quizás, el factor más importante: suponiendo que el nivel
de renta no varía, que los gustos no cambian, y que los precios de otros bienes
relacionados no se alteran, cuando sube el precio del bien la cantidad que se
demanda disminuye, mientras que cuando baja el precio, la cantidad aumen-
ta. Esto lo podemos representar mediante una función: la función de deman-
da. (Aquí hemos aplicado la cláusula ceteris paribus, vemos cómo varía la
cantidad demandada cuando varía el precio dejando el resto de factores cons-
tantes.)
Como vemos, cuando sube el precio del bien, la cantidad que se demanda dis-
minuye, y viceversa, cuando el precio del bien baja, la cantidad que se deman-
da aumenta. Es decir, existe una relación negativa entre el precio y la cantidad
demandada. Esto es lo que se denomina la Ley de demanda.
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Hasta aquí nos hemos referido a la demanda que realizaría un único consumi-
dor. Para obtener la cantidad que en conjunto todos los consumidores deman-
darán de un bien, es decir, la demanda de mercado, tan solo habría que
sumar las cantidades demandadas por todos los consumidores para cada pre-
cio.
Ahora vamos a estudiar esos otros factores que afectan a la cantidad deman-
dada –renta, gustos, precios de bienes relacionados– y ver qué efectos tienen
en la curva de demanda del gráfico de arriba cambios en esas otras variables
(esto es lo que se denomina romper la cláusula ceteris paribus).
Vamos a suponer que tenemos un bien normal y que el nivel de renta aumen-
ta. Sabemos que se producirá un aumento en la cantidad demandada del bien.
Es decir, al aumentar el nivel de renta, a cada precio la cantidad demandada
será mayor. Eso supone un desplazamiento de la curva de demanda hacia
la derecha, tal y como se observa en el gráfico siguiente.
Igual ocurre en el paso del punto B al punto B′, y en general para cualquier otro
precio, por lo que vemos que el efecto es un desplazamiento de la curva de de-
manda hacia la derecha.
En concreto, si los gustos mejoran, para cada nivel de precios los consumido-
res demandarán una mayor cantidad del bien que antes, es decir, se producirá
un desplazamiento hacia la derecha de la curva de demanda.
Si, por el contrario, los gustos empeoran, para cada nivel de precios los con-
sumidores demandarán una menor cantidad del bien, es decir, se producirá un
desplazamiento hacia la izquierda de la curva de demanda.
• bienes sustitutivos: aquellos que tanto uno u otro satisfacen la misma ne-
cesidad por la que se hace el consumo (azucar blanco y azucar moreno,
margarina y mantequilla, coches de gasoil o de gasolina, etc.).
Cuando dos bienes (X) e (Y) son sustitutivos, es decir, que se puede consumir
uno u otro indistintamente, y aumenta el precio del bien (Y), el consumo del
bien (Y) disminuye por la ley de demanda, y se sustituye por un mayor consu-
mo del bien (X), esto para cada nivel de precios. Es decir, se produce un des-
plazamiento de la curva de demanda del bien (X) hacia la derecha.
¿De qué puede depender la cantidad que un productor estará dispuesto a ofre-
cer de un bien? Evidentemente, en primer lugar, del precio a que pueda vender
su producto. Cuanto mayor sea el precio mayor será la cantidad que estará dis-
puesto a ofrecer.
Otras variables además del precio del bien que pueden afectar la cantidad ofre-
cida son:
Como ocurría con la demanda el factor más importante es el propio precio del
bien: dejando el resto de factores invariables (condición ceteris paribus), con-
forme mayor sea el precio del bien mayor será la cantidad que el productor es-
tará dispuesto a ofrecer, y cuanto menor sea el precio menor la cantidad.
Cuando alguna de las otras variables que afectan a la cantidad ofrecida varía,
para cada nivel de precios la cantidad ofrecida variará, es decir, se producirá
un desplazamiento de la curva de oferta, a la derecha o a la izquierda según el
caso.
Desplazamientos
Cambios en los factores
de la curva de oferta
Ante un aumento del precio de los factores productivos, los costes de produc-
ción aumentan, por lo que al mismo precio que antes ahora los productores
estarán dispuestos a ofrecer una cantidad menor. Es decir, un desplazamiento
de la oferta a la izquierda.
productivos que (X), por lo que la impresa puede producir (X) o (Y) indistin-
tamente–, entonces la empresa para cada precio de (X) producirá ahora menos
cantidad pues preferirá utilizar sus recursos en producir el bien (Y) con el que
ahora puede ganar más. Sería un desplazamiento de la curva de oferta de (X)
hacia la izquierda.
Los análisis serían equivalentes con cambios en el resto de factores que afectan
a la oferta de mercado.
Para precios por debajo del equilibrio, por ejemplo el (P1), la cantidad que de-
mandan los consumidores es mayor que la cantidad que están dispuestos a
ofrecer los productores, por lo que existe un exceso de demanda.
Para precios por encima del de equilibrio, por ejemplo el (P2), la cantidad que
demandan los consumidores es inferior a la cantidad que ofrecen los produc-
tores, por lo que existirá un exceso de oferta.
los productores dejarán de ofrecer tanto. El proceso seguirá hasta que los de-
seos de consumidores y productores coincidan y se alcance el equilibrio.
• Fijando precios máximos. Un precio por encima del cual los agentes tienen
prohibido realizar intercambios. En este caso, para que la intervención sea
efectiva, el precio máximo debe de estar por debajo del precio de equilibrio.
• Fijando precios mínimos. Un precio por debajo del cual los agentes tienen
prohibido realizar intercambios. En este caso, para que la intervención sea
efectiva, el precio mínimo debe de estar por encima del precio de equilibrio.
En los mercados reales otros aspectos sobre los que se podría medir el poder de
una empresa sería su capacidad para fijar las normas que rijan en el mercado;
sin embargo, por su complejidad y por no tener en cuenta aspectos institucio-
nales en nuestro análisis, aquí tan solo tendremos en cuenta el precio y la can-
tidad.
1.5. El monopolio
• Existe una única empresa en el mercado que produce y vende el bien que
una multitud de consumidores quieren adquirir.
Ejemplos de monopolios naturales son o han sido los ferrocarriles, las compa-
ñías de electricidad, de telecomunicaciones (normalmente cuando se necesita
una red muy grande y costosa).
1.6. El oligopolio
Al existir pocas empresas en el mercado, cada una de ellas tendrá una cuota
del mercado y por tanto cierto poder de mercado. Y ese mismo poder de mer-
cado implica la existencia de barreras de entrada.
Y el hecho de que sean pocas empresas hace que las decisiones que tomen
unas dependan y afecten a las decisiones que tomen las otras, es decir, existe
un comportamiento estratégico.
Es decir, que para que consideremos que existe inflación las subidas de precios
deben ser generalizadas, prácticamente los precios de todos los bienes y servi-
cios suben, y además deben hacerlo de forma continua.
Por lo tanto, si en una economía tan solo suben los precios de unos pocos bie-
nes o servicios mientras que el resto apenas varían, o/y si las subidas no son
de forma continua, es decir, subieron una vez pero volvieron a estabilizarse,
en esa economía no existirá inflación.
Para poder medir las variaciones de precios primero hay que definir un Nivel
General de Precios (NGP), un indicador de los precios de una economía.
NGPt − NGPt −1
Tasa de variación de precios en t = × 100
NGPt −1
Lo que nos queda por determinar es el nivel general de precios (NGP) a utili-
zar. Y, de hecho, para ello tenemos muchas opciones, aunque los más conoci-
dos son el Índice de Precios al Consumo (IPC) y el Deflactor del PIB.
• Inflación de costes
Efectos de la inflación
Una vez que hemos visto qué es la inflación, distintas formas de medirla y las
causas de su existencia, vamos a ver ahora cuáles son los efectos que tiene la
inflación que provocan que su lucha siempre sea objetivo prioritario de polí-
tica económica en todos los países.
Por ejemplo, asalariados y, especialmente, pensionistas, tienen muy poco margen para
defenderse de la inflación, pues sus rentas están dadas y tienen poco influencia a la hora
de poder subir su cuantía.
Sin embargo, algunos empresarios sí que se podrán defender mejor, pues si ven que su
coste de la vida sube, lo que harán será subir también el precio de los bienes que vendan
o servicios que presten para poder compensarlo.
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Si bien habrá empresas que se puedan defender mejor y otras peor, por ejemplo, todas
aquellas empresas que estén en sectores con un alto grado de competencia exterior, no
podrán permitirse subir sus precios, pues eso les costaría perder cuota de mercado, y qui-
zás estar aún peor. Este es uno de los efectos más dañinos de la inflación: las subidas de
precios que se producen en sectores con poca competencia provocan pérdidas o incluso
cierres de empresas cuyos mercados están abiertos a la competencia.
Dado que hay múltiples definiciones de pleno empleo sin que ninguna de
ellas sea plenamente convincente, la manera menos controvertida de expresar
este objetivo es decir que lo deseable es que exista el menos desempleo po-
sible.
Tipos de desempleo
Para poder medir el desempleo la población de una sociedad se clasifica del si-
guiente modo:
Población activa
Tasa de actividad = × 100
Población en edad de trabajar
Desempleados
Tasa de desempleo = × 100
Población activa
Ocupados
Tasa de ocupación = × 100
Población activa
Entre los efectos negativos que implica el desempleo que hacen que sea con-
siderado un objetivo prioritario de política económica cabe destacar:
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