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¿CÓMO PODEMOS FAVORECER LA AUTOESTIMA DE LOS NIÑOS

DE 1 A 2 AÑOS?

El bebé aprende a medida que adquiere nuevas habilidades y estos logros le dan
confianza en sí mismo. Las reacciones de los demás ante sus actos influyen en
su autoestima.
Un niño con buena autoestima fortalecerá su personalidad y será positivo y feliz.
Afrontará mejor las pequeñas frustraciones y se adaptará mejor al mundo que le rodea.
La autoestima es la imagen que tenemos de nosotros mismos. Si la autoestima de
los niños no es positiva, les costará más ser independientes e influirá en la
adquisición de nuevos aprendizajes. ¡Toma nota de estos consejos!
Llamamos autoestima a ese conjunto de sensaciones que se dan en la persona y
contribuyen a que ésta se valore a sí misma de forma positiva, a que se sienta
merecedora de respeto, de felicidad, de amor.
La autoestima es un ingrediente fundamental para el desarrollo de la independencia
y para todo tipo de aprendizajes. Es, por eso mismo, una de las claves en el
desarrollo de los niños de 1 a 2 años.
La forma en que el niño se percibe a sí mismo influye de gran manera en la forma
en que se relaciona con los demás y en el tipo de vínculos afectivos que establece
con las personas de su entorno. Un niño con buena autoestima no necesita estar
llamando la atención con su mal comportamiento.
La autoestima va naciendo en el niño cuando se siembra amor y comprensión en su
entorno. El amor incondicional de los padres al niño sirve de modelo para su propia
autoestima

PARA ENRIQUECER LA AUTOESTIMA DE UN NIÑO CONVIENE..

1. Tratar al niño de forma personalizada, diferenciándole de otros niños, incluso


de sus propios hermanos. Un recurso es, por ejemplo, el de recordar al niño aquellas
cosas que, en una situación concreta, llamaron su atención.
2. Tomar en serio los deseos y temores del niño, así como sus logros y su
curiosidad. Los niños empiezan a sentir miedo en torno al segundo año. A pesar de
que el miedo de los niños se presente bajo la forma de monstruos o seres
imaginarios, a menudo es mucho más intenso de lo que recordamos de adultos.
En contra de lo que mucha gente cree, consolar a los niños cuando sientan
temor, aunque este sea "injustificado", les ayudará a superarlo y ello incrementará
su autoestima.
3. Animar al niño a emprender actividades, mediante frases positivas que
demuestren apoyo y confianza, tales como: “Sé que tú puedes hacerlo”, "ya verás
como si lo intentas lo consigues"... etc. Consolar al niño si no ha conseguido lo que
se había propuesto.
4. Alabar al niño no sólo cuando las cosas salen bien, sino también por haberlo
intentando. Es importante valorar el esfuerzo de los niños, en sí mismo, para que
ellos aprendan a valorarse a sí mismos.
PARA FAVORECER LA AUTOESTIMA DEL NIÑO NO SE DEBE...

1. Rechazar e ignorar a los niños por sistema. Es probable que, en algunas


ocasiones, nos agotemos de las constantes preguntas y reclamos de atención de
nuestros hijos. Entonces, suavemente, trataremos de dirigir su atención hacia algún
entretenimiento que nos permita descansar sin que, por ello, nuestro hijo se sienta
desatendido.
2. No tomar en serio los deseos o miedos de los niños, ya sea porque nos
parezcan "ridículos", carentes de importancia, o por cualquier otro motivo.
Consolando a nuestro hijo cuando sienta miedo o frustración le ayudamos a
sobreponerse y, de ese modo, enriquecemos su seguridad y autoestima.
3. No atender sus preguntas, no escuchar a los niños. Mantener con los niños, por
sistema, este tipo de actitud, les dará a entender que sus inquietudes carecen de
importancia, volviéndoles poco aptos para comprenderse a sí mismos y, por tanto,
más inseguros.
4. Compararles con otros niños, o con sus hermanos, cuando algo no les salga
como nosotros esparábamos. Con los niños es menester tener muy presente que
están aprendiendo y que, en vistas a ello, se tienen que equivocar. Si, ante cualquier
fallo, les echamos en cara que no han conseguido lo que se proponían, lo más
probable es que renuncien a intentarlo por miedo a las consecuencias de un posible
fracaso.
5. Utilizar con los niños, que son en general más sensibles que nosotros, frases como
“déjame en paz”, “ahora no”, “vete, deja ya de molestarme”, “eres tonto”. Este tipo
de trato despectivo no hace más fuertes a los niños. Muy al contrario, mina
terriblemente su confianza en sí mismos, volviéndoles ineptos para lidiar con sus
propios sentimientos.

¿QUÉ PODEMOS HACER LOS PADRES?


 Alégrate mucho por sus pequeños logros o por su esfuerzo para conseguirlos.
 Llénale de calificativos positivos, exprésale siempre lo bueno que es, lo bien que ha
hecho las cosas y cuánto le quieres.
 Expresa tu cariño con mucho contacto físico. Le crea una maravillosa sensación
de seguridad y de ser muy querido.
 Si la frustración por conseguir algo le desborda, abrázale y anímale orientándole
hacia otra actividad que ya domina.
 Facilítale los retos en pequeños pasos para que cada uno suponga un logro
independiente del anterior.

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