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Semana 1.

Espíritu Santo y Fuego

Día 1: Jesús busca la “unción”

Todavía en el sur de Argentina funciona un tren “ecológico”, que no es ni más ni menos que una vieja locomotora a vapor totalmente restaurada.
Turistas de todos los países del mundo pagan tickets muy caros para hacer un paseo por la Tierra del Fuego, en la Patagonia.

La mecánica de esta locomotora es simple y el combustible económico. Una caldera a leña tiene que calentar el agua hasta el punto de hervor. Ese
vapor hace presión en los pistones del motor y la pesada máquina comienza a moverse.

Es sorprendente que aunque el agua esté a 90 grados, el tren no se mueve. Puede aumentarse la temperatura a 95 grados y todavía no se mueve.
¡Se necesitan 100 grados para que el agua hierva y produzca el vapor para que el tren entre en movimiento!

Hoy hay muchos hermanos preciosos que están a 90 grados. Les falta poco, pero todavía no arden en el fuego de Dios. Hay quienes buscan más y
llegan a 95 grados. ¡Pero aún es insuficiente! ¡Dios busca gente ardiente, gente “ungida”!

Jesús dijo: “El Espíritu del Señor está sobre mi, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres, me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón, a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; a poner en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable
del Señor. Lucas 4.18, 19.

Si Jesús necesitó la unción ¡cuánto más nosotros! Él no quería ministrar con el agua tibia. La tarea era gigantesca: alcanzar todo el mundo. El tren
parecía imposible de mover. ¡Por eso se necesitaba mucho poder! ¡El agua tenía que estar a 100 grados!
¿Y vos, a cuántos grados tenés tu corazón?

Oración: Señor, es tu voluntad ungirme. Es mi deseo arder en Tu Espíritu. Mi voluntad se pone de acuerdo con la tuya. ¡Ungime con aceite fresco!

Día 2: Su ministerio siempre fue en el “poder”

Una ancianita llegó por primera vez a la gran ciudad y se dirigió hasta la estación de trenes. Le tocó tomar uno que tenía más de 10 vagones.

Con mucha desconfianza se ubicó en su asiento pensando: “a este tren no hay quien pueda hacerlo mover”. Lo veía tan largo y pesado que le
parecía imposible que existiera una máquina capaz de hacerlo arrancar.

Al llegar la hora de partida, sonó el potente silbato de la locomotora y lentamente el tren se comenzó a mover. La mujer quedó sorprendida...
A los pocos minutos, el tren ya se acercaba a los 100 km por hora y ahora la anciana exclamó: “¡A este tren no hay quien lo pueda parar!”
Así sucedió con Jesús. ¡No hubo poder humano ni diabólico que lo haya podido parar!

Pedro dio testimonio de ello cuando exclamó ¡Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo
haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con Él.! Hechos 10.38.

Hoy la Iglesia tiene que ser como un tren, con una locomotora que arda a 100 grados, que avance poderosamente sobre terreno enemigo, dando
buenas noticias, sanando, libertando, predicando un tiempo agradable de Dios para aquellos que hoy están sufriendo.
Señor, quiero subirme al tren de la Iglesia de este tiempo a quien nadie puede parar. Quiero ser protagonista en la trasformación de personas,
ciudades, naciones, en el poder del Espíritu Santo.

Día 3: Los milagros, la propaganda del Reino.

Estuve el año pasado en el Templo de la Esmeralda, el santuario budista más grande del mundo, en Bangkok, Tailandia. Un guía me fue indicando
los lugares más importantes de ese extenso predio. “Alí está el Buda “sentado”; en aquél edificio el Buda “parado” y más allá el Buda “acostado”.
Esta última imagen es de 50 m de largo. Todas están enchapadas en oro.

Por supuesto el hombre intentó “convencerme” de las bondades de su Buda... Pero su aspecto era de una persona pobre y enferma. Pensé:
“Evidentemente que Buda le ha dado muy poco a este hombre que dedicó su vida a guiar a miles de personas por esos lugares”.

¿Cómo convencer a la gente hoy día de la realidad de Jesús? Los jóvenes parecen indiferentes. Los intelectuales generalmente son agnósticos y
creen solo en lo que se ve. Religiones y sectas ofrecen todo tipo de “servicios espirituales” que la gente compra pensando que son la solución a sus
problemas.

Por mucho tiempo se predicó un “evangelio” teórico, solamente una “doctrina” que apelaba a la razón, al intelecto. Hablamos de muchos hechos
históricos cuando ¡podemos demostrar por milagros hoy a un Jesús vivo! ¡El evangelio es poder de Dios!

“Pero su fama se extendía más y más; y se reunía mucha gente para oírle, y para que les sanase de sus enfermedades”. Lucas 5.15.

Como dice el pastor Eduardo Lorenzo: “Los milagros son el “marketing” de Jesús”.

¿Querés que Jesús se haga “famoso”? ¡Hacé milagros por la unción que Él mismo te ha dado!

Escribir nombres de personas por las cuales podrías orar porque necesitan un milagro:
Jesús, vos sanaste a todos los que te lo pidieron. La misma unción que derramada sobre tu vida, también está sobre mi. ¡Tengo poder para hacer los
mismos milagros! ¡Aleluya!

Día 4: Jesús, el “bautista”

Días atrás estaba mirando una película donde por una fuerte crisis el combustible comenzó a escasear y aún aquellos que tenían los autos más
lujosos y potentes tuvieron que “aprender” a andar a pie. Qué paradójico era ver poderosos autos inservibles simplemente porque no tenían
gasolina.

Hoy también es común ver hijos de Dios que atravesando por una “crisis espiritual” andan “a pie”, porque se quedaron sin el aceite del Espíritu
Santo.

En una ocasión Juan el bautista declaró: “Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mi, cuyo calzado yo no
soy digno de llevar, es más poderoso que yo; Él os bautizará en Espíritu Santo y fuego. Mateo 3.11.

Jesús también es “el bautista”. A pocos bautizó en aguas, ¡pero a millones ha bautizado en el Espíritu!

Es bueno recordar que se necesitan los dos bautismos, el de Juan y el de Jesús. El primero, el de agua, nos recuerda lo que hace el Espíritu cuando
nos “bautiza” en la Iglesia, el Espíritu nos introduce en el cuerpo de Cristo (1 Corintios 12.13). Para simplificar, el Espíritu es aquí quien “bautiza”
en Cristo, y Cristo es quien “bautiza” en el Espíritu.

Señor, estoy listo para que me “bautices” en Espíritu Santo y fuego.

Día 5: Es el tiempo para tu ungimiento

Algunos hermanos de nuestra congregación ingresaron a la General Motors. Me sorprendió la forma en que fueron entrenados y equipados.
Evidentemente que los directivos entienden que para que los obreros produzcan, necesitan estar plenamente capacitados.

Jesús tuvo una empresa de carpintería. Suponemos que su padre había muerto. Así que quedó al frente de la empresa familiar, donde también
trabajarían sus hermanos a los cuales capacitó y les proveyó las herramientas necesarias para fabricar los mejores muebles de Nazaret. A estos
muebles los vendía a un precio tal que le dejaba la suficiente ganancia como para mantener su familia, pagar las materias primas, los impuestos,
los obreros que contrataba, etc.
Jesús sabía de negocios y por eso aplicó principios y enseñanzas que tenían que ver con su empresa anterior. “Venid en pos de mi y os haré
pescadores de hombres” Mateo 4.19.

Sería ridículo que Jesús te llame para que seas parte de su empresa de pesca de hombres y no te enseñe a pescar ni te de los elementos necesarios
para la tarea: caña, anzuelo, bote, etc.

“Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios...”
Mateo 10.7, 8.

Los envió, pero los capacitó con el poder del Espíritu. Los dijo que prediquen, pero les dio las herramientas que son los dones del Espíritu.

¡Y la empresa de pesca de hombres vaya si progresó en estos 2000 años!

Jesús, quiero trabajar en tu empresa de pesca de hombres. Gracias porque me has capacitado con el poder de Tu Espíritu. Gracias porque me has
dado las herramientas para que acompañe mi predicación con señales, milagros y prodigios.

Día 6: Es el tiempo para tu ministerio.

En nuestra Provincia de Santa Fe, este año se dio una cosecha récord de frutillas. La ciudad de Coronda y los productores no estaban preparados
para semejante producción. Lamentablemente no se encontraron obreros suficientes para levantarla y parte de ella se perdió.

¿No decís vosotros: aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí Yo os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están
blancos para la cosecha. Juan 4.35.

Muchas veces hemos escuchado que la gente está “dura”, que es indiferente, que no quiere comprometerse, etc., etc.

Evidentemente Jesús está viendo las cosas de otra manera. La cosecha está lista para levantar. Es una cosecha “récord”. El problema está en los
obreros que están mirando para otro lado y dicen que todavía no es el tiempo, que faltan 4 meses, que no están preparados, que no tienen tiempo,
que no es “su don”....
El tiempo es hoy. Tenés unción. Estás capacitado en el poder del Espíritu. Pero esta unción te fue dada con un propósito: que vayas hoy a levantar
la cosecha!!!

Jesús, no quiero que la cosecha se pierda por no estar disponible para levantarla. Heme aquí, envíame a mi. Salgo a ministrar en Tu Poder, con Tus
herramientas. Seré parte de la cosecha más grande que se haya levantado en estos 2000 años. Aleluya!!!
Día 7: Lección Semana 1. Espíritu Santo y Fuego

1) La necesidad de la unción. Lc 3.22, 4.18.

Jesús comenzó solo una tarea titánica: alcanzar todo el mundo con su evangelio del Reino para que sean salvos. Evidentemente necesitaba una
fuerza sobrenatural para semejante empresa. Y en una actitud sumamente humilde busca ese poder.

2) El poder de la unción Hechos10.38

Si Jesús siempre necesitó el poder, ¡cuánto más nosotros! ¡No podemos dar un solo ministerial si la unción no está sobre nuestras vidas!

3) Los resultados de la unción. Lc 5.15, 1 Cor 2.2.

¿Cómo demostrar la existencia de Jesús a personas que nunca escucharon de Él? ¿Cómo demostrar que Él es el verdadero Dios a quienes están en
el ocultismo, en la idolatría? ¡No es posible convencerlos presentando una “doctrina”! ¡Necesitan una demostración de poder! Los milagros son la
forma más sencilla de predicar a Jesús.

4) El “agente” de la unción. Mt 3.11.

A Juan se lo conoce como “el bautista” porque bautizaba en agua. ¡Pero Jesús también es “el bautista” porque bautiza con Espíritu Santo y Fuego!
Así como el Espíritu Santo es el agente que te hace nacer de nuevo, que te bautiza en la Iglesia; Cristo es el agente que te bautiza en el Espíritu.

Si queremos extender el Reino a la manera de Jesús, a la forma apostólica, evidentemente necesitamos los 2 bautismos. Es bueno vivir con un
propósito. Pero necesitamos unción.

5) El propósito de la unción. Mt 4.19, Juan 4.35.

¿Sos un discípulo de Jesús? ¡Claro que si! ¿Y qué es lo que el Señor les enseñó a sus discípulos? ¡A pescar! ¿Cuándo comenzar a pescar? ¡Hoy! ¿Y
cómo aprender a pescar? ¡En el mar! ¡No hay cursos de pesca por correspondencia! Por eso Jesús sin perder tiempo les comienza a enseñar a sus
discípulos a pescar, en las calles, en cada pueblo y ciudad. ¡Hoy es el momento de salir a pescar!
6) El tiempo de la unción. Mt 10.7 y 8.

¿Desde cuándo pescar hombres con poder? ¡Desde ahora! Propósito y unción, unción y propósito, siempre van juntos. No podés vivir sin
propósito. No podés vivir sin unción.

Terminar con un tiempo de ministración, decidiendo ser un pescador y recibiendo una unción fresca.

Semana 2. Comienzo “pentecostal”

Día 1 El comienzo no podría haber sido mejor

La “Fiesta de la Vendimia”, en la Provincia de Mendoza, Argentina, es sumamente popular. Por una semana toda la población celebra los primeros
frutos de lo que será una cosecha abundante del fruto de la vid.

Son famosos los vinos de Mendoza por su calidad, de tal manera que la producción está colocada aún antes de la cosecha, por la demanda que se
recibe desde todo el mundo.

Pentecostés era la fiesta de la cosecha de los judíos. Celebraban los primeros frutos de una gran cosecha con que Dios les bendeciría.

En esta fiesta desciende poderosamente el Espíritu Santo. “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual
llenó toda la casa donde estaba sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron
todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. Hechos 2.2-4.

¡Cuánto poder, cuánta gloria, cuánto gozo! Pero esta no fue una fiesta “para la Iglesia”. Pentecostés fue una fiesta “para la cosecha”. Tenemos que
tener cuidado de convertir los avivamientos puertas adentro, cuando el plan de Dios fue que sean de puertas afuera.

Señor, cuánto deseo un Pentecostés para mi vida, con el propósito de ser un obrero para levantar la cosecha en este tiempo.
Día 2 ¿En la calle o en la casa?

Me contaron que cuando el pasto del campo se pone amarillento, las vacas no quieren comerlo. Prefieren comer los pastos frescos. Alguien hizo
una especie de lentes verdes para ver cómo reaccionaban los animales viendo el pasto de otro color...

¡Tantas veces leemos la Biblia con “anteojos” que alguien nos colocó!. No leemos lo que realmente dice, sino que interpretamos de acuerdo con
los anteojos que tenemos puestos. ¡Hasta pareciera que son “lentes de contacto”. Ya son parte “nuestra”. Lo tomamos como algo absolutamente
normal.

Por ejemplo ¿Qué sucedió momentos antes del Pentecostés? ¡120 estaban orando en el aposento alto, por supuesto!

Es tan interesante que ninguna de las 3 cosas están escritas en Hechos. Pero las hemos leído con nuestros “lentes”. Primero, los 120 se reunieron
para elegir a Matías en el capítulo 1. No sabemos cuántos eran el día de Pentecostés en el capítulo 2. Segundo, no estaban orando, porque el
pasaje dice que estaban “sentados” y los judíos oraban parados. Tercero, el capítulo 2 no habla de un “aposento alto” sino de una “casa”.

Ninguno de estos 3 detalles son realmente importantes. Simplemente lo pongo como ejemplo de cómo leemos con “anteojos especiales” la Biblia.

Lo que realmente es importante es lo que viene después. “Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones piadosos, de todas las naciones bajo el
cielo. Y hecho este estruendo, se juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno es oía hablar en su propia lengua. Y estaban atónitos y
maravillados, diciendo: Mirad, ¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos hablar cada uno en nuestra lengua en la que
hemos nacido? Y estaban atónitos y perplejos, diciéndose unos a otros ¿qué quiere decir esto? Mas otros, burlándose, decían: Está llenos de mosto.
Hechos 2.5-8, 12 y 13.

¡La Iglesia estaba hablando en lenguas en la vereda! ¡Qué escándalo! Y en realidad lo fue. ¡Están borrachos! Fue el comentario de algunos. Pero
miles escucharon atentamente el primer sermón de Pedro, predicado también ¡en la calle! (¿en qué casa o aposento cabrían los miles que estaban
escuchando...?)

El avivamiento de Hechos fue a lo “Annacondia”, en la calle.

Señor, Tu Soberana voluntad, fue derramar Tu Espíritu en la calle. Vos querés que esté “ungido” con el propósito de que ese poder se manifieste
con naturalidad en mi ciudad, esté donde esté. Estoy dispuesto. Amén.

Día 3 Resultados

Escuché algunas estadísticas respecto a cuánto cuesta ganar una persona a ciertos ministerios. La cifra es escalofriante.
“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os
sea notorio, y oíd mis palabras. Sepa pues ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho
Señor y Cristo. Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a os otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué pues haremos? Pedro
les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo. Así que, los que recibieron Su Palabra fueron bautizados; y se añadieron aquél día como tres mil personas. Hechos 2.14, 36-38, 41.

¿Cuánto le habrá costado al Espítu Santo y a la Iglesia ganar esas 3000 personas? ¡Ni un centavo! Es que la “unción” es el “marketing” del cielo...

El ministerio del evangelista Carlos Annacondia ha alcanzado a millones de personas, con una estrategia tan simple como económica:
manifestaciones de poder en la calle.

¿Queremos seguir ganando nuestras ciudades para Cristo? Volvamos a las manifestaciones del Espíritu fuera de nuestros templos.

Jesús, ¡esto lo quiero en mi ciudad hoy! Utilizá mi vida cada día para que mediante milagros demuestre la veracidad de tu evangelio. Orá con las
personas que necesitan un milagro. (Ver listado del día 3 de la semana pasada. Agregar otras ahora.)

Día 4 Unción y crecimiento.

Hace unos pocos días un nuevo hermano contó un testimonio impresionante. Estando en Brasil su pareja practicaba umbanda. Veía cosas extrañas
pero todavía no conocía al Señor. Aquella mujer tenía distintos “muñequitos” como adorno. Un día uno de ellos se cae y se l rompe la cabeza. La
mujer quedó impresionada y este joven se dio cuenta. Al preguntarle qué estaba pasando, ella le contestó que ese muñeco era él. A partir de allí
comenzó una huida de la muerte, hasta que llegó a uno de nuestros Encuentros y recibió liberación.

Alquiló en nuestra ciudad una pensión y al lado de su pieza vive una prostituta con su hija. Aunque es recién nacido, conoce que tiene poder para
ser un testigo. Al escuchar discutir cada comento a esa mujer con su hija, le pidió permiso para orar por ella. Con un poco de desconfianza ella
accedió, y al comenzar a orar, ¡aquella mujer cayó al suelo por el poder de Dios en el medio del pasillo de la pensión!
“Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración. Y era traído un hombre cojo de nacimiento, a quien ponían cada día a la
puerta del templo que se llama la Hermosa, para que pidiese limosna a los que entraban n el templo. Este, cuando vio a Pedro y a Juan que iba a
entrar en el templo, les rogaba que le diese limosna. Pedro, con Juan, fijando en él los ojos, le dijo: Míranos. Entonces él les estuvo atento,
esperando recibir de ellos algo. Mas Pedro dijo: No tengo plata ni oro, pero lo que tengo te doy; en el Nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y
anda. Y tomándole por la mano derecha le levantó; y al momento se le afirmaron los pies y tobillos; y saltando, se puso en pie y anduvo; y entró
con ellos en el templo, andando, y saltando, y alabando a Dios. Y le reconocían que era el que se sentaba a pedir limosna a la puerta del templo, la
Hermosa; y se llenaron de asombro y espanto por lo que le había sucedido. Pero muchos de los que habían oído la palabra, creyeron; y el número
de los varones era como cinco mil. Hechos 3.1-10, 4.4.
Tanto una persona recién convertida como un apóstol, pueden operar en el poder del Espíritu. Y cuando lo hacemos, la gente se llena de asombro y
aunque sea por curiosidad muchos escuchan la Palabra, un porcentaje cree y la Iglesia crece. Luego del milagro del cojo, la Iglesia de Jerusalén se
incrementó hasta 5000 varones, lo cual nos hace pensar en unas 20.000 personas en una ciudad de no más de 100.000 habitantes. ¡No es poca
cosa!

Señor, entiendo que me has ungido para que opere en el poder de Tu Espíritu y tu Iglesia sea prosperada. Me dispongo a vivir para ministrar cada
día bajo Tu unción.

Día 5 Lucas, ¿médico o contador?

Me gustan las estadísticas. Me apasiona ver cómo le vamos ganando por goleada al diablo. Cada mes se entregan 1.000.000 de chinos a Cristo.
Cada día 10.000 sudamericanos ingresan a la Iglesia. 50.000 células se abren por día en el mundo. Los evangélicos estamos creciendo a una tasa
de más del 7% anual. ¡A este ritmo, en 25 años seremos el 50% de la población del mundo! ¿Podés ver en fe el 50% de tu ciudad ganada para
Jesús? ¡Este sorprendente crecimiento se está dando en medio de manifestaciones del Espíritu como nunca antes!

A Lucas también le gustaban las estadísticas. Más que médico parecía contador... Miremos los datos que dejó escritos en Hechos:

- Jesús dejó unos 500. 1 Corintios 15.6.


- 3000 se sumaron en Hechos 2.41.
- Ya eran 5000 hombres en 4.4 (quizás unas 20.000 personas).
- En 5.14 habla de “multitudes”. Ya no se podían contar...
- En 6.7, ya no se habla de “agregar” o sumar, sino de “multiplicación” de discípulos.
- En 9.31 ahora no se multiplican los discípulos, sino las Iglesias por cada ciudad.
- Hechos 21.20 termina diciendo que hay millares de creyentes (se podría traducir también como “millones”)

Y por la mano de los apóstoles se hacían muchas señales y prodigios en el pueblo; y estaban todos unánimes en el pórtico de Salomón. Y los que
creían en el Señor aumentaban más, gran número así de hombres como de mujeres; tanto que sacaban los enfermos a las calles y los ponían en
camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun de las ciudades vecinas muchos venían a
Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos; y todos eran sanados. Hechos 5.12, 14-16.

La unción con el propósito que la Iglesia crezca dio sus frutos ayer y los está dando hoy. ¿Podés soñar que en tu ciudad dentro de 25 años también
habrá un 50% de creyentes? ¿No quisieras ser parte de este trabajo y levantar juntos la mayor cosecha de la historia?
¡Sí, Señor, quiero!!!
Día 6 Vos sos un ungido.
Hace pocos días atrás murió la última mujer que conocía un idioma milenario en la China. Este era un dialecto secreto que por siglos hablaron las
mujeres de ciertas familias chinas. Con el tiempo, fue disminuyendo la cantidad de damas que lo hablaban porque las jóvenes no tenían interés en
aprenderlo y las ancianas eran reticentes a enseñarlo. Finalmente acaba de fallecer la última persona que lo sabía hablar y se perdió ese idioma
para siempre.

La proceso de Jesús es exactamente inverso al que acabamos de ver. Él nunca quiso tener el “monopolio” de la unción. No quiso ser un evangelista
superestrella y recorrer las naciones predicando el evangelio.

Su estrategia fue concentrarse en pocos, enseñarles el “idioma del Reino”, transmitirles la unción, hablarles del propósito para el que había venido
y “consumado es”. Los dejó solos con unción y propósito y ahora somos casi 1.000 millones de evangélicos en el mundo.

“Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes
verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y
profetizarán.” Hechos 2.17, 18.

La unción es para todos. Y para todos también es el propósito de ser testigos de Cristo bajo esa unción. Jesús no se guardó ningún secreto. Todo se
lo enseñó y transmitió a sus discípulos. Para que ellos lo transmitan a otros y estos otros a muchos más, quienes, bajo la unción del Todopoderoso,
pueden ganar miles de millones más.

¿Estás dispuesto a ser parte de la estrategia de Jesús? ¡Por supuesto, Señor, lo haré desde ahora mismo!
Día 7 - Lección Semana 2. Comienzo “pentecostal”

1) Pentecostés es la fiesta de la cosecha. Hechos 2.2-4.

Algunas veces asociamos “Pentecostés” con la fiesta de cumpleaños de la Iglesia... Y hacemos una fiesta “hacia adentro”. Pero lo que el Espíritu
Santo quizo hacer es una fiesta hacia “afuera”. ¡Es la fiesta de la cosecha!

2) Pentecostés en la calle. Hechos 2.5-8, 12 y 13.

Hemos encerrado las manifestaciones del Espíritu en los templos, cuando el Espíritu quiere mostrar a Jesús en las calles. ¿Cuántos milagros hizo
Jesús en la sinagoga o en el templo? ¡La inmensa mayoría fueron hechos en la calle!

Pentecostés fue una fiesta a lo “Annacodia”. ¡Necesitamos una Iglesia con presencia en las calles de cada ciudad!

3) Pentecostés con resultados. Hechos 2.14, 36-38, 41.


A los evangélicos nos cuesta hablar de “éxito”. ¿Pero para qué habrá fundado Su Iglesia Jesús? ¿Para que le vaya mal? ¿Para que no crezca? ¿Para
que sea conformista? ¡Nada de eso! Jesús habló de pesca milagrosa, de cosecha abundante, de negociad para heredar ciudades, etc.

Lucas, inspirado por el Espíritu, dejó asentado resultados sorprendentes en todo el libro de Hechos. ¡En un verdadero Pentecostés tiene que haber
resultados!

4) Después del Pentecostés. Hechos 3.1-10, 4.4.

¡En Hechos el avivamiento continuó después de Pentecostés porque la Iglesia estaba en la calle! ¡Luego que Pedro y Juan sanaron al cojo en la
vereda, la Iglesia creció hasta 5000 hombres. Quizás unas 20.000 personas en una ciudad de no más de 100.000 habitantes.

Es tiempo de hacer milagros en tu escuela, en la vereda de tu vecina, en la oficina de tu trabajo. ¡Y la gente al ver el poder de Jesús, le seguirá por
miles!

5) Pentecostés siempre. Hechos 5.12, 14-16.

Muchas veces escuchamos hablar de avivamientos que a los pocos meses se terminan. Estoy convencido que ello ocurre cuando encerramos ese
mover dentro de las 4 paredes de los templos.

En un momento, pareció como que el Pentecostés se había quedado en Jerusalén. ¡Pero el Espíritu lo comenzó a desparramar por toda la tierra!

En todo el libro de los Hechos, siempre vemos resultados unidos a un poder de Pentecostés.

6) Pentecostés para todos. Hechos 2.17, 18.


He escuchado predicar muchas veces a los grandes ungidos que Dios usa en este tiempo decir lo mismo: Que la voluntad del Padre es que cada
discípulo esté lleno del poder para ser testigo en su ciudad. “Derramaré Mi Espíritu sobre toda carne...”

¡Qué efecto multiplicador se produciría si el mismo Espíritu que operó en el Rev. Cabrera, si la unción que tiene Annacondia, si la Presencia que
se manifiesta en Freidson, en Gebel, también está sobre tu vida, fuera de tu templo! ¡Qué pronto se ganaría tu ciudad para Jesús!

¿Por qué no comenzar ahora mismo? Terminar con un tiempo de ministración, de decisión, de oración.
Semana 3. “Libres de los templos”

Día 1 Dibujá una “Iglesia”

Uno de los primeros ejercicios que le pido que hagan a aquellos que toman nuestro curso de líderes (ABC) es que dibujen “una iglesia”. No falla
nunca. Pueden tener años en el evangelio o ser recién convertidos, lo cierto es que todos dibujan un “templo”.

Los sicólogos dirían que los dibujos expresan lo que tenemos en nuestra mente. Y evidentemente que el pueblo cristiano tiene muy identificada la
Iglesia con el templo.

“Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles. Todos los que habían creído estaban juntos, y
tenían en común todas las cosas; y vendían sus propiedades sus bienes, y lo repartían a todos según la necesidad de cada uno. Y perseverando
unánimes cada día en el templo, y partiendo el pan en las casas, comían juntos con alegría y sencillez de corazón, alabando a Dios y teniendo
favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día a la iglesia los que habían de ser salvos. Hechos 2.43-47.

Si le preguntáramos a un discípulo de aquellos tiempos que dibuje una Iglesia, ¿qué haría?
¡Seguramente no dibujaría el templo de Herodes! Porque si bien, todavía en el capítulo 2 iban al templo porque ellos pensaban que seguían siendo
de religión judía, la verdadera comunión la tenían en las casas. Allí era donde los apóstoles enseñaban (en el templo los sacerdotes judíos no los
aceptaban), en las casas se servía la Cena, en las casas se cantaba, en las casas se juntaba ofrenda para ayudar a los necesitados, etc.

En el resto de Hechos y en las cartas apostólicas no hay referencia a templos. Esto recién vino hacia el siglo IV cuando Constantino oficializó el
cristianismo y los innumerables templos paganos fueron forzados a transformarse en templos cristianos. En la mayoría de los casos,
lamentablemente le cambiaron el “cartel” exterior, pero todo el culto pagano siguió como antes, introduciéndose el culto a las imágenes que hoy es
tan común.

¡Esto no significa que tenemos que tirar los templos abajo! Simplemente lo que estoy diciendo es que no necesitás un púlpito para ministrar bajo
la unción. El púlpito es tu escuela, tu trabajo, el almacén o supermercado, la vereda de tu barrio, el centro de tu ciudad. Esto era lo que había en el
corazón de aquellos cristianos. Allí era donde se hacían muchas maravillas y señales. ¡Y el Señor añadía cada día a la Iglesia!

Señor, me doy cuenta que tengo un ministerio que hacer en la calle, con mis vecinos, mis amigos, mis familiares. Gracias porque Tu unción está
sobre mi en esta tarea. Pongo en oración estas personas con las cuales oraré cuando me las encuentre:

Día 2 Casi todo se hace en los templos

Marcos Witt compuso una canción que casi todo el pueblo evangélico latino canta: “Enciende una luz y déjala brillar, la luz de Jesús, que brilla en
todo lugar. No la puedes esconder no te puedes callar, ante tal necesidad, enciende una luz en la oscuridad.”

He participado de varias simpáticas reuniones donde se encendieron velas mientras se cantaba esta canción. ¡Pero se encendían las velas dentro de
los templos! ¡Marcos se hubiera rasgado las vestiduras!

“Vosotros sois la luz del mundo; una ciudad asentada sobre un monte no se puede esconder. Ni se enciende una luz y se pone debajo de un almud,
sino sobre el candelero, y alumbra a todos los que están en casa. Así alumbre vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas
obras, y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos. Mateo 5.14-16.

Pensemos en una iglesia tipo: casi toda la actividad se concentra en el templo: se predica, se canta, se ofrenda, se ora, se enseña, se ayuda,
reuniones de niños, de jóvenes, de damas, de hombres, fiestas especiales, campañas, cultos de santidad, reuniones de avivamiento. Todo en la
iglesia... digo... en el templo.
¿Podemos pensar seriamente en cambiar la ciudad encerrados en los templos? ¡Si hasta las campañas las hacemos dentro de las cuatro paredes!

¡Tantas veces nos quejamos de que en la ciudad hay tinieblas! ¡Cuántas veces criticamos a los jóvenes, a los niños que son unos maleducados, a
los políticos que son unos corruptos! ¿No será porque les falta la luz que solamente la iglesia puede dar? ¿No será porque tenemos esa luz
escondida?

Y vos, ¿dónde estás alumbrando?

Jesús, gracias por haber alumbrado mi vida. Ahora yo quiero alumbrar mi escuela, mi barrio, mi trabajo, mi jefe, mi familia. Tengo el aceite fresco
de la unción para que me vida alumbre y haya luz en mi ciudad.

Día 3 Jesús desarrolló su ministerio en la calle

Pensemos en una gran empresa que quiere hacer una campaña publicitaria. Su objetivo es que los consumidores conozcan el producto. El gerente
hace grandes afiches y ordena a sus empleados a que los peguen. Los muchachos comienzan a poner los grandes murales en distintos lugares de la
empresa: en la oficina del gerente, en el sector de producción, en los vestuarios de los empleados, en los pasillos. Casi empapelan la empresa con
los espectaculares afiches que el gerente ordenó hacer.

Cuando terminan la tarea, muy orgullosos van al gerente, buscando su aprobación, y le muestran el excelente trabajo que han realizado.

¿Cuál habrá sido la reacción del gerente? ¿Qué impacto habrá producido entre los consumidores la campaña publicitaria?

Muchas veces la Iglesia actúa de la misma manera. Llenamos de “afiches” nuestros templos y los peces que están en aguas contaminadas no
“muerden” el anzuelo porque la “carnada” se la estamos mostrando a los peces que ya están en la “pecera”.

“Pasó Jesús de allí y vino junto al mar de Galilea; y subiendo al monte, se sentó allí. Y se le acercó mucha gente que traía consigo cojos, ciegos,
mudos, mancos, y otros muchos enfermos; y los pusieron a los pies de Jesús, y los sanó; de manera que la multitud se maravillaba, viendo a los
mudos hablar, a los mancos sanados, a los cojos andar, y a los ciegos ver; y glorificaban al Dios de Israel. Mateo 15.29-31.

¡Jesús pescaba a mar abierto! Y sabía cuál era la “carnada” que tenía que ponerles.

A veces queremos que los peces “coman” lo que a nosotros nos gusta. A los peces no les gustan los ravioles. ¡Les encantan las lombrices! Jesús
conocía la necesidad de la gente, sanaba a los enfermos y cuando captaba su atención les hablaba de Su Reino. ¿No es sencillo? ¿No es una forma
apropiada de propagar el evangelio? ¿Para qué complicar lo que Jesús hizo tan fácil?
Señor, tengo la unción para hacer maravillas en Tu Nombre y pescar a los peces que se están muriendo por las aguas turbias de este tiempo. Voy a
poner la “carnada” que ellos necesitan y saldré por mi ciudad a pescar a muchos. Amén.

Día 4 Los discípulos se resistían a estar en lugares públicos

El aguilucho crece cómodamente en las alturas de las montañas. Ningún depredador puede alcanzar su nido. Las águilas lo alimentan mientras va
creciendo lentamente. Con el tiempo plumas van cubriendo su cuerpo, lo suficientemente largas como para que pronto pueda hacer “planear” por
primera vez.

Pero está tan cómodo en el nido que no tiene la mínima intención de correr los riesgos del bautismo de vuelo. En un momento de distracción, el
águila macho le pega un empujoncito y el aguilucho comienza a caer en picada... Instintivamente extiende sus alas y comienza a planear por
primera vez. El problema es que no encuentra el freno de mano, y cuando quiere “aterrizar” ¡se pega el primer porrazo de su vida! Estaba tan
cómodo en el nido junto a mamá...

“Habiendo reunido a sus doce discípulos, les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar enfermedades. Y los envió a predica el
reino de Dios, y a sanar a los enfermos... Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una
para ti, una para Moisés, y una para Elías, no sabiendo lo que decía.” Lucas 9.1, 2, 33.

Jesús había decidido empujar a sus “pichones” fuera del nido por primera vez. Para eso había formado su “equipo”, para que aprendan a pescar,
para que sanen, liberen, inviten a la gente a aceptar a Jesús como Rey. Les dio poder y autoridad para ministrar. Una unción con un propósito.

Pero ellos estaban demasiado cómodos en el nido. En la montaña se sentían seguros. No querían bajar al valle. Allí había demasiados peligros. Los
lobos asechaban. “Maestro, ¡qué bárbaro es que estemos aquí en la montaña! ¿Por qué no hacemos un “nido” más grande para que entren vos,
Moisés y Elías? ¡Qué maravillosa idea! Pero en realidad Pedro no tenía la menor idea de la estupidez que estaba diciendo... Quería la unción sin
propósito.

Padre, reconozco que muchas veces he preferido quedarme en el “nido”, vivir una vida cómoda, disfrutar de tus abundantes bendiciones, y no
correr el riesgo de bajar de la montaña para sanar a los enfermos, liberar a los oprimidos, anunciar que Jesús es el único Rey. No quiero ser un
eterno “aguilucho”. Soy un águila que aprenderá a cazar. Amén.

Día 5 Del fracaso...

El dueño de una importante empresa entrenó durante varios años a uno de sus colaboradores más cercanos. Invirtió su tiempo. Trataba de hacerlo
participar de cada transacción comercial para que aprenda a hacer buenos negocios. Le pagó los cursos de perfeccionamiento más caros que se
dictaban en el país. Hasta que llegó el momento de ponerlo a prueba. Lo nombró gerente de finanzas de su compañía.
El joven se sentó en el sillón de su impactante oficina pensando que se iba a comer el mundo de los negocios. Estudió detalladamente el estado de
las finanzas de su empresa que el dueño había controlado impecablemente hasta ese momento y decidió “invertir” el dinero excedente en distintas
operaciones de alto riesgo pero que traerían “grandes ganancias” adicionales para la empresa.

Lamentablemente para el joven gerente, una crisis financiera nacional provocó que esas inversiones se esfumaran y la empresa perdió 10 millones
de dólares.

El joven, avergonzado, presentó su renuncia por escrito. Pero para su sorpresa, el dueño de la empresa se la rechazó. ¿Vos te pensás que invertí 3
años de mi vida para que te vayas ante el primer fracaso? ¡De ninguna manera! Seguí adelante con el trabajo que te he encomendado que ya vas a
hacerme ganar mucho dinero.

“Y he aquí, un hombre de la multitud clamó diciendo: Maestro, te ruego que veas a mi hijo, pues es el único que tengo; y sucede que un espíritu le
toma, y de repente da voces, y le sacude con violencia, y le hace echar espuma, y estropeándole, a duras penas se aparta de él. Y rogué a tus
discípulos que le echasen fuera, y no pudieron. Respondiendo Jesús, dijo (a sus discípulos): ¡Oh generación incrédula y perversa! ¿Hasta cuándo
he de estar con vosotros y os he de soportar? Trae acá a tu hijo. Y mientras se acercaba el muchacho, el demonio le derribó y le sacudió con
violencia; pero Jesús reprendió al espíritu inmundo, y sanó al muchacho, y se lo devolvió a su padre... Entonces (los discípulos) entraron en
discusión sobre quién de ellos sería el mayor... Después de estas cosas, designó el Señor a otros setenta, a quienes envió de dos en dos delante de él
a toda ciudad y lugar adonde él había de ir. Lucas 9.38-42, 46, 10.1.

Jesús, “dueño” de la compañía “La pesca milagrosa SA” no lograba que sus 12 aprendan a echar fuera un demonio. ¡No aprendían a pescar! Claro,
sus muchachos estaban en cosas más importantes... Tenían que resolver quién de ellos sería el “gerente”.

Con razón Jesús exclamó ¡No los soporto más! ¿Hasta cuándo tengo que estar con ustedes? El enojo de Jesús es más que justificado. Para él lo
más importante era pescar hombres. Él tenía una unción con propósito.

Los 12 estaban a punto de hacerle quebrar su empresa pesquera. Pero lejos de desecharlos, los envía nuevamente con los 70. ¡Esta vez no podían
fracasar!

Padre, reconozco que has invertido en mi vida lo mejor. ¡Hasta entregaste a Jesús por mi! Sin embargo, hasta ahora no he producido ganancias a tu
reino. Pero desde hoy me constituyo en un “pescador” de hombres. Amén.

Día 6 Del fracaso... Al éxito

Uno de los mayores genios que produzco la civilización moderna fue Einstein. Fue un físico y matemático brillante. Creador de la teoría de la
relatividad. Todavía hay desarrollos que dejó escritos que son difíciles de descifrar.
Sin embargo, cuando quiso ingresar para profundizar sus conocimientos, ¡fue “reprobado” en matemática! ¡Qué poca visión la de aquella persona
que le tomó el examen!

“Y volvieron los setenta con gozo, diciendo: Señor, aun los demonios se nos sujetan en tu nombre. Y les dijo: Yo veía a satanás caer del cielo como
un rayo. He aquí os doy potestad de hollar serpientes y escorpiones, y sobre toda fuerza del enemigo, y nada os dañará. En aquella misma hora
Jesús se regocijó en el Espíritu, y dijo: Yo te alabo, oh Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y
entendidos y las has revelado a los niños. Lucas 10.17-19, 21.

¡Qué pérdida si Jesús hubiera desechado a Pedro y los demás por sus continuas metidas de pata!

En Lucas 9 Jesús los reprende varias veces. Pero en Lucas 10 ¡se regocija en el Espíritu porque sus muchachos hicieron caer a Satanás! ¡Por fin
aprendieron a pescar!

Gracias, Señor, porque a mi tampoco me desechaste aunque tantas veces fallé. Yo también estoy aprendiendo a pescar. Yo también tengo poder
para hollar serpientes y escorpiones y sobre toda fuerza del enemigo y nada me dañará. ¡Aleluya!

Día 7 – Lección Semana 3. “Libres de los templos”

La ciudad de La Plata en Argentina, fue diseñada por Masones. Su plano es un gran templo masón. Ellos no pensaron en poner su templo en la
ciudad. ¡Quisieron que toda la ciudad sea un templo pagano!

¡Esto es lo que tenemos que hacer los cristianos! ¡En toda la ciudad se tiene que manifestar la Presencia de Jesús!

1) La Iglesia no es el templo

Ya es noticia vieja que para que haya Iglesia no necesitamos un templo, un edificio. Sin embargo en la práctica se sigue obrando como si fuera
así...

2) Casi todo se hace en los templos

Hay que comenzar a orar, sanar, hablar, fundamentalmente fuera de los templos. Es la forma en que la Iglesia en Hechos creció. Es la manera en
que está creciendo hoy en distintas partes del mundo. Es donde el Espíritu Santo quiere que estemos: en la calle, salando, alumbrando.

3) Jesús no hizo casi nada en el Templo


¿Cuántos milagros hizo Jesús dentro de la sinagoga o del templo? ¿Cuántas veces oró allí? ¿Y cuántas lo hizo fuera? Estamos de acuerdo en que
fundamentalmente Jesús actuó en la calle. ¿Y si lo imitamos? ¡Los resultados serán sorprendentes!

4) Los discípulos “amaban” el templo

A los discípulos de Jesús (y también a la Iglesia en este tiempo) les resultaba molesto estar con la gente. Preferían estar a solas con Jesús. Pero ya
a esta altura sabemos el propósito de Jesús al llamarlos: “Vengan a mi que les enseñaré cómo pescar hombres en las calles...”

5) Los discípulos fracasaron

El primer intento de ministrar en la calle en Lucas 9 fue desastroso. No sabían sanar, echar fuera un demonio, se peleaban por quién era el más
importante... “Ya no los aguanto más...” Les llegó a decir Jesús.

6) Aprendieron a estar “fuera” del templo, en la ciudad.

Finalmente aprobaron el exámen. ¡“Los demonios se nos sujetan en Tu Nombre”! Y satanás fue derrotado en cada ciudad que recorrieron aquellos
70.

Conclusión: Tu ciudad, tu barrio, tu escuela, tu empresa, puede cambiar. Satanás va a ser derrotado por tu ministerio si lo hacés a la manera de
Jesús.
Semana 4 Unción para ser testigos

Día 1 Lo sobrenatural en Jesús era “natural”

Uno de mis hijos creció en un ambiente donde lo sobrenatural era algo común. Tal es así que se había tomado al pie de la letra que se podía
“caminar sobre las aguas”. Hizo varios intentos que fallaron. Pero no se dio por vencido. Le quiso “demostrar” a Dios que tenía fe para caminar
sobre las aguas. Así que un día, se puso la mejor ropa, se calzó sus zapatos nuevos, y volvió a hacer el intento de caminar sobre las aguas.
¡Terminó tan mojado como las otras veces y con los zapatos arruinados!

“Y yendo, predicad, diciendo: El reino de los cielos se ha acercado. Sanad enfermos, limpiad leprosos, resucitad muertos, echad fuera demonios;
de gracia recibisteis, dad de gracia”. Mateo 10.7, 8.

Seguramente te habrás preguntado ¿cómo empiezo? ¿Qué tengo que hacer para ser testigo?

Como ya lo señalé en su momento, Jesús no te deja solo. Te capacita con el poder de Su Espíritu. Él nunca te pediría que hagas algo que no puedas
hacer. “Predicá, saná, limpiá, resucita, echá, da”. Son las “sencillas” órdenes que el Señor te está pidiendo que cumplas.

Al principio puede ser que comiences con cierta timidez. Pero si obedecés, vas a ver cómo el poder de Dios se comienza manifestar a través de tu
vida. Dios no permite que sus hijos obedientes pasen vergüenza...

¡Dame una oportunidad hoy de hacer un milagro, de bendecir a alguien que está sufriendo, Señor! Amén.

Día 2 Jesús pone las cosas en claro...

Una vez le preguntaron a De Vicenzo, campeón mundial de golf en los 80 cómo hacía para tener tanta precisión en sus golpes. “Muy sencillo”,
contestó. “Siempre tengo puesta mi mirada en el banderín que indica dónde está el hoyo”.

Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: Señor, ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo? Y les dijo. No os toca a vosotros
saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuado haya venido sobre vosotros el Espítu Santo, y
me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra. Hechos 1.6-8.

Los discípulos estaban pensando en un reino “material”. Habían apartado su mirada del “banderín”. Otra vez estaban fuera del propósito. Jesús los
direcciona nuevamente y les dice: “Muchachos, van a recibir poder para ser testigos en todo el mundo de lo que han visto y oído”.

¿Y vos, estás dispuesto a ser testigo de Jesús cada día en el poder del Espíritu?
¡Sí, estoy dispuesto, Señor!

Día 3 Comenzá “bendiciendo”

Edgardo Silvoso es uno de los “embajadores espirituales” de la Argentina por el mundo. Tiene la habilidad de transmitir con sencillez principios
que son revolucionarios. Una de sus enseñanzas más frecuentes se basa en el modelo de evangelismo que encontramos en Lucas 10:

“En cualquier casa donde entréis, primeramente decid: Paz sea a esta casa... Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den...
Y sanad a los enfermos que en ella haya, y decidles: “Se ha acercado a vosotros el reino de Dios”. Lucas 10.5, 7, 9..

Son cuatro las instrucciones que Jesús les da a los 70 en Lucas 10, luego del fracaso de los 12 en el capítulo anterior:

a) Bendecir (decid: paz...)


b) Contactar (posad en una casa, comiendo y bebiendo...)
c) Sanar
d) Predicar (decidles: se ha acercado el reino)

¡No hagamos difícil lo que Jesús hizo sencillo! ¡Esta forma de ministrar funciona!

“Primeramente decid paz”. ¡Cuántas veces hemos hablado mal de la gente a quienes tenemos que pescar! Los hemos llamado pecadores, idólatras,
drogadictos, incrédulos, y otros calificativos que sin dudas Jesús no aprueba. Porque para Jesús son “ovejas” sin pastor... ¿Ovejas? ¡Sí, para Jesús
los perdidos son ovejas! (Marcos 6.34)

Comenzá a hablar bien de aquellos a quienes querés ganar. Bendecilos. Hacé guerra espiritual. Desatalos de toda ceguera demoníaca. ¡Con la
seguridad que tendrás victoria pronto!

¿Por qué no hacés un listado de 12 personas a las cuales vas a comenzar a “bendecir” desde ahora.
Día 4 Hacé “contactos”

En el mundo de los negocios las operaciones se producen porque hacemos “contactos”. Cuantos más contactos tiene un gerente, mayores
posibilidades de éxito tiene.

¿Por qué la iglesia hoy no crece? ¡Porque sus miembros han perdido “contacto” con las ovejas perdidas!

“Vino una mujer de Samaria a sacar agua; y Jesús le dijo: Dame de beber. La mujer samaritana le dijo: ¿Cómo tu, siendo judío, me pides a mi de
beber, que soy mujer samaritana? Porque judíos y samaritanos no se tratan entre sí... entonces la mujer dejó su cántaro y fue a la ciudad, y dijo a
los hombrees: Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo? Entonces salieron de la ciudad, y vinieron a
él.

Jesús hizo algo totalmente “loco” para un judío: hablar con una mujer y para colmo samaritana. Esto es más o menos como si un “talibán” se pone
a tomar mate con un judío ortodoxo... Pero para Jesús entrar en “contacto” con la gente era importante. Era una oportunidad para “sanar” a esta
infeliz mujer. Pero a su vez, era una oportunidad para que toda aquella ciudad escuche el evangelio del Reino.

“Y posad en aquella misma casa, comiendo y bebiendo lo que os den...” Lucas 10.7. ¡Cuántas veces Jesús comió y bebió para hacer “contacto”
con la gente! Él se esforzaba para entrar en contacto. Jesús buscaba los contactos. Aprovechaba cada contacto.

Nosotros tenemos que usar esa misma sabiduría. Estamos en el negocio de la pesca de almas. Millones están sufriendo y hay que “pescarlos”.
¡Buscá todos los contactos posibles para que muchos se salven!

Señor, ¡cuántos contactos he desperdiciado por estar distraído, sin recordar que soy un “pescador de hombres! Pero desde ahora, voy a aprovechar
cada oportunidad que se me presente. Amén.

Día 5 Saná a los enfermos

Un libro que me impactó años atrás fue “El vendedor más grande del mundo”. Millones de ejemplares se vendieron de este libro que aún cuando
se escribió varias décadas atrás, todavía se utiliza para entrenar los equipos de ventas de las empresas más importantes.

El autor del libro tiene una premisa: solamente podés ser un buen vendedor si amás al cliente, si intentás satisfacer su necesidad, si por encima de
tus propios intereses, priorizás los del comprador.
“Y cuando la gente lo supo, le siguió; y él les recibió, y les hablaba del reino de Dios, y sanaba a los que necesitaban ser curados. Pero el día
comenzaba a declinar; y acercándose los doce, le dijeron: Despide a la gente, para que vayan a las aldeas y campos de alrededor, ‘y se alojen y
encuentren alimentos; porque aquí estamos en lugar desierto. Él les dijo: Dadles vosotros de comer. Y dijeron ellos: No tenemos...” Lucas 9.10-13.

Jesús no vino para ser servido, sino para servir. A Él le encantaban las multitudes. Amaba a la gente, les hablaba con cariño. Nunca maltrató a una
prostituta. Nunca condenó a un pecador. Todos los enfermos que fueron a Él encontraron sanidad. Él sirvió a miles. Millones son ahora sus
seguidores.

¿Querés que tu iglesia crezca? Saná a los enfermos. A los enfermos físicos. Pero también a los que tienen enferma su economía, a los endeudados,
a los desocupados, a los que tienen enfermo el matrimonio, a los que tienen a sus hijos atrapados por la droga, a los que tienen herido el corazón.
¡Cuántos de estos hay a tu alrededor! ¡Necesitan una palabra que salga de tu boca y que sea medicina para su espíritu, ama y cuerpo!
Jesús, vos me mandaste a bendecir a la gente, a hacer contacto con ellos, y a sanarlos en Tu Nombre. Voy a ser obediente a Tu Palabra y ¡veré
maravillas hoy mismo! Amén.

Día 6 Predicá a Jesús como Rey

Muchas Iglesias en Argentina están practicando estos sencillos pasos que Jesús les dio a sus discípulos en Lucas 10:

a) Bendecir (decid: paz...)


b) Contactar (posad en una casa, comiendo y bebiendo...)
c) Sanar (a los enfermos que haya en la casa...)
d) Predicar (decidles: se ha acercado el reino)

“Y la multitud de los que habían creído era de un corazón y un alma; y ninguno decía ser suyo propio ada de lo que poseía, sino que tenía todas las
cosas en común. Y con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del señor Jesús, y abundante gracia era sobre todos ellos.”
Hechos 4.32, 33.

Una forma sencilla de romper el hielo y hacer contacto con la gente para que “multitudes” crean en Jesús por la evidencia de Su poder manifiesto,
es preguntarle a la persona con la que estamos haciendo contacto “¿Qué le pedirías a Dios?” ¡Casi todos responden mencionando algún deseo
personal!

Luego podés hacer una segunda pregunta que impactará positivamente a esa persona: ¿Querés que ore ahora por tu necesidad? ¡Todos contestan
que sí! Y por supuesto esa es la oportunidad para sanar cualquier necesidad que te hayan expresado.

¡Cada persona por la que ores “sentirá” la Presencia de Jesús! Algunos lloran, otros sienten una profunda paz, otros sienten calor por el cuerpo. De
alguna manera Jesús se va a manifestar en ellos para que tengan confirmación en su espíritu de la existencia del Señor.
Y ahí tenés la oportunidad de hacer una tercera pregunta: ¿Querés recibir a Jesús como el Rey de tu vida? ¡Casi toda la gente que permite que
oremos, luego recibe a Jesús como el Rey!

No tenemos que estar pensando en una predicación rebuscada. El mensaje tiene que ser claro y sencillo. Presentar a Jesús como el único Rey e
invitar a que lo reciban como tal.

Resumiendo las preguntas:

a) Para contactar: ¿Qué le pedirías a Dios?


b) Para sanar: ¿Querés que ore ahora por vos?
c) Para invitar: ¿Querés recibir a Jesús como el Rey de tu vida?

Señor, como Vos, veo los campos blancos para la cosecha. ¡Multitudes vienen a Cristo por el poder que se manifestará a través de mi vida y otros
miles y miles de hermanos!

Día 7 – Lección Semana 4. Unción para ser testigos.

1) La unción tiene que ser algo “normal” Mateo 10.7, 8.

Para Jesús hacer milagros era “normal”. Para los discípulos con el tiempo también lo fue, especialmente después de Lucas 10 y en los Hechos.
¡Para vos también lo será a partir de hoy!
2) La unción tiene un propósito muy claro: Ganar gente para Cristo.

- ¿Para qué recibió la unción Jesús? ¡Para ganar personas! Solamente para eso.
- ¿Para qué les dio autoridad a sus discípulos? ¡Para que pesquen hombres!
- ¿Para qué vino el Espíritu en Pentecostés? ¡Para que sean testigos!
- ¿Para qué estás recibiendo vos el poder? ¡También para ganar a otros para Cristo! ¡Cada semana! ¡Cada mes!

3) Para ganar a alguien:

a. primero hay que bendecir: Lucas 10.5.


b. Segundo, contactar. Lucas 10.7.
c. Tercero, sanar. Lucas 10.9.
d. Cuarto, predicar. Lucas 10.9.

Conclusión:

¡Tenemos que ganar miles de millones en esta generación! ¡Podemos levantar la cosecha más impresionante de todos los tiempos porque somos
millones en el mundo! Pero hagámoslo a la manera de Jesús. Cada uno siendo un ganador de almas bajo la unción del Espíritu de Dios.

Semana 5. La empresa más importante del mundo

Día 1. Jesús fundó una “empresa” pesquera

Es muy conocido que algunos ejércitos a lo largo de la historia y aún en la actualidad aplicaron estrategias de guerra que utilizó el rey David. En el
mundo de los negocios también se están empleando “métodos modernos” de venta que las hacen exitosas y en realidad son estrategias
“patentadas” por Jesús.

Es que el Señor era un “Maestro” de los negocios. Desde chico estuvo en el comercio y en la industria. Se movía como pez en el agua en ese
ambiente. Por tal motivo muchas de sus parábolas tienen una terminología comercial. Sacó ejemplos de la vida cotidiana para aplicarlos al campo
espiritual.

Él dejó una gran empresa para fundar otra: La empresa pesquera más grande del mundo.
“Andando Jesús junto al mar de galilea, vio a dos hermanos, Simón, llamado Pedro, y Andrés su germano, que echaban la red en el mar; porque
eran pescadores. Y les dijo: Venid en pos de mi, y os haré pescadores de hombres. Ellos entonces, dejando al instante las redes, le siguieron.
Pasando de allí, vio a otros dos hermanos, Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano, en la barca con Zebedeo su padre, que remendaban sus
redes, y los llamó. Y ellos, dejando al instante la barca y a su padre, le siguieron.” Mateo 4.18-22.

Tiene que quedarnos claro: Jesús vino para pescar hombres. La iglesia se tiene que dedicar a pescar hombres. Cada miembro del cuerpo tiene que
estar involucrado en la pesca de hombres. Es el negocio de Jesús. ¿Es también tu “negocio”?

Señor, si para vos lo más importante es la pesca de hombres, para mi también. Quiero estar involucrado en la pesca de hombres.

Día 2 Apasionado por los peces.

Recuerdo dos preciosos jóvenes de nuestra congregación que años atrás tomaron la decisión de casarse. Para la actual sociedad post moderna era
una locura, porque no solamente eran demasiado jóvenes, sino que además no tenían absolutamente nada para comenzar tal emprendimiento.

Pero ambos lo tomaron con tanto entusiasmo que pronto comenzaron a reunir todo lo necesario para la boda.

Recuerdo que el joven me comentó: me levanto pensando en el casamiento, desayuno con la boda, almuerzo pensando en la casa que tenemos que
alquilar, ceno pensando en lo que me falta para dar los últimos pasos. Cuando me acuesto a dormir ¡sigo soñando con mi matrimonio!

¿Habrá alcanzado su meta? ¡Claro que sí! Su corazón estaba comprometido de tal manera con su novia que actuó con tanta pasión que logró
casarse en el tiempo señalado. ¡Y hoy son un maravilloso matrimonio de nuestra congregación!

“Recorría Jesús todas las ciudades y aldeas, enseñado en las sinagogas de ellos, y predicando el evangelio del reino, y sanando toda enfermedad y
toda dolencia en el Pueblo. Y al ver las multitudes, tuvo compasión de ellas; porque estaban desamparadas y dispersas como ovejas que no tienen
pastor. Entonces dijo a sus discípulos. A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies que e envíe obreros a
su mies.” Mateo 9.35-38.

“Compasión” es una palabra compuesta. Significa actuar con pasión. Hacer las cosas apasionadamente.
Jesús tuvo éxito en su ministerio porque todo lo hizo con pasión hacia la gente. Le encantaban los “peces”. Estaba apasionado por ellos. E hizo
todo lo posible para transmitir esa pasión a sus discípulos.

Si aquellos jovencitos lograron casarse en poco tiempo ¿por qué no podemos tener el mismo éxito en el ministerio? Lo único que nos falta es
actuar con pasión. Levantarnos pensando a quién podemos hoy bendecir, desayunar pensando con quién me contactaré hoy, orar para estar
preparado para sanar de cualquier dolencia que padezcan aquellos con los que me encuentre, estar alerta para invitar a que reciban a Jesús como
su Rey.
Si actuás con esta pasión, si la unción que tenés la direccionás hacia el propósito de bendecir a aquellos que son como ovejas sin pastor, ¡sin
ninguna duda te va a ir bien!

¡Quiero tener la misma pasión que tuviste Vos por las multitudes! ¡Quiero ser un pescador de hombres!

Día 3. “Pescadores de hombres”

Cuando una persona comienza un trabajo independiente rápidamente se da cuenta que para seguir avanzando necesita la ayuda de otras personas.

Toma un primer empleado y le muestra su pequeña empresa. Le enseña el trabajo, le muestra el producto. Lo entusiasma para que trabaje dando lo
mejor de sí para la empresa. Luego toma otro y hace lo mismo.

Con el tiempo, estos primeros empleados ya conocen cómo hacer el trabajo. El dueño necesita seguir tomando gente, porque sus ventas están
aumentando. Pero ahora le pide a los empleados más viejos que sean quienes capaciten a los nuevos.

¡Jesús quería pescar a todo el mundo! Pero sorprendentemente no recorrió las naciones. No hizo grandes campañas en las principales ciudades del
mundo. Sino que comenzó a reclutar “empleados” para su empresa pesquera. Les enseñó cómo se pescaba. Cuál era la “carnada” adecuada para
los peces. Sanó, liberó, predicó, siempre con ellos. Porque ellos serían los que recorrerían el mundo.

“Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura. El que creyere y fuere bautizado será salvo; mas el que no creyere, será
condenado. Y estas señales seguirán a los que creen: En mi nombre echarán fuera demonios; hablarán nuevas lenguas; tomarán en las manos
serpientes, y si bebieren cosa mortífera, no les hará daño; sobre los enfermos pondrán sus manos, y sanarán.” Marcos 16.15-18.

Otra vez vemos la misma regla: unción con propósito. Poder para pescar. El maestro capacitando a sus discípulos para la empresa más importante
del mundo.

Padre, estoy escuchando la orden que “vaya” y predique demostrando con señales la existencia de Jesús. ¡Voy a ser obediente! ¡No voy a dejar que
las almas sigan sufriendo!

Día 4. Tenemos que ser productivos.

Vivimos en un mundo muy competitivo. Las empresas que producen avanzan. Las que no son eficientes, quiebran.

Por eso cuando un empleado ingresa a una empresa, le enseñan a ser productivo, a ser ordenado, a cumplir con un horario, a hacer las cosas con
excelencia, a esforzarse, a rendir cuentas a su jefe. Si el dueño de la empresa no enseñara esto ¡se fundiría!
“”Dijo, pues: Un hombre noble se fue a un país lejano, para recibir un reino y volver. Y llamando a diez siervos suyos les dio diez minas (una
suma importante de dinero) y les dijo: Negociad, entre tanto que vengo. Pero sus conciudadanos lee aborrecían, y enviaron tras él una embajada,
diciendo: No queremos que éste reine sobre nosotros. Aconteció que vuelto él, después de recibir el reino, mandó llamar ante él a aquellos siervos
a los cuales había dado el dinero, para saber lo que había negociado cada uno. Vino el primero, diciendo: señor, tu mina ha ganado diez minas. Él
le dijo: Está bien, buen siervo, por cuanto en lo poco has sido fiel, tendrás autoridad sobre diez ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, tu mina ha
producido cinco minas. Y también a éste dijo: Tú también sé sobre cinco ciudades. Vino otro, diciendo: Señor, aquí está tu mina, la cual he tenido
guardada en un pañuelo; porque tuve mido de ti, por cuanto eres hombree severo, ¿qué tomas lo que no pusiste, y siegas lo que no sembraste.
Entonces él le dijo: Mal siervo, por tu propia boca te juzgo. Sabías que yo era hombre severo, que tomo lo que no puse y que siego lo que no
sembré; ¿por qué, pues, no pusiste mi dinero en el banco, para que al volver yo, lo hubiera recibido con los intereses? Y dijo a los que estaban
presentes: Quitadle la mina, y dadla al que tiene las diez minas. Ellos le dijeron: Señor, tiene diez minas. Pues yo os digo que a todo el que tiene,
se le dará; mas al que no tiene, aún lo que tiene se le quitará.” Lucas 19.12-26.

¡Suena muy duro! ¡Hasta severo! Pero es la empresa más importante del mundo. Estamos pescando hombres. ¡Tenemos que ser productivos!

Cada discípulo recibió “unción”, recibió un don, recibió una mina. Esa unción es con propósito. Hay que pescar para que el “negocio” de Jesús
crezca. ¡Negociad! Fue la orden de Jesús. Jesús se lo toma en serio. Por eso también hay premios y castigos. El que más produce, más recibe.
¡Jesús hasta está dispuesto a entregarle ciudades enteras a una Iglesia! Pero el que no produce, es despedido...

¡Es duro porque las almas se están perdiendo!

Además, es más productivo todavía el que logra entrenar a los que va pescando para que también sean pescadores. ¡La pesca se potencia!

¡Gracias porque me has capacitado con poder del Espíritu para que pueda negociar! ¡Me va a ir bien en mi pesca! Voy a vencer el miedo y tendré
buenos resultados. ¡Aleluya!

Día 5. La pesca siempre es abundante

Toda empresa tiene el objetivo de ganar dinero. Lamentablemente muchos lo hacen por “amor al dinero”. Pero el dinero en sí mismo no es ni
bueno ni malo. Tiene que estar al servicio del hombre y no el hombre al servicio del dinero.

Recuerdo cuando Carlos Annacondia puso el ejemplo de su empresa. Él vende bulones, y su estantería tiene que tener siempre todo tipo de tuercas
y tornillos, para que cuando cualquier empresa del país le haga un pedido, tenga lo necesario para entregar de inmediato. Pero ahora Dios lo llamó
a pescar hombres. ¡Todas las estanterías de la empresa “La Pesca Milagrosa SA” también tienen que estar abarrotadas de peces!
“Estaba juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos. Simón
Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.
Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús. Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer?
Le respondieron: No. Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran
cantidad de peces... Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor,
tú sabes que te amo. El le dijo: apacienta mis corderos.” Juan 21.2-6, 15.
Los muchachos se habían desanimado. Jesús había muerto. Lo habían abandonado en el peor momento. Se sentían fracasados. Culpables. Tenían
la moral por el suelo. Habían vuelto a su anterior trabajo ¡y ni siquiera podían sacar un pez!

Pero Jesús viene con el objetivo de ungirlos con aceite fresco para enfocarlos otra vez hacia el propósito de pescar almas.

Los desafía. “Echen la red otra vez”. Los sana. “¿Pedro, me amas?”. Les da propósito a su vida. “Apacienta mis corderos”.

Pero también les demuestra que la pesca siempre es abundante. “No la podían sacar por la gran cantidad de peces”.

¡Cada vez que Jesús habla de pesca y cosecha, siempre se refiere a abundancia! ¡Preparate hermano, preparate Iglesia, porque se viene una pesca
milagrosa!

¡Lo creo, Señor! Abro mi corazón para ver una cosecha inmensa, una pesca milagrosa.

Día 6. Todos en la pesca.

Algunas veces he visto empleados que no producen y que terminan despedidos de la empresa. Hay quienes leen la Biblia en el trabajo, o dedican
horas “ministrando” a sus compañeros. ¡Hay otro tiempo para esto! Mientras estás en la empresa, tenés que producir porque si no te echan.

“Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones,
bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo
estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.” Mateo 28.19 y 20.

Tantas veces me ha pasado que envío a algún hermano a pescar, a invitar a alguien, a sanar a un enfermo, a dar una palabra a quien la necesita y la
respuesta es: “Pastor, este no es mi don”...

Mirá, vas a tener que arreglártelas con Jesús, ¡porque es Él quien te está mandando a hacer discípulos, a bautizarlos y a enseñarles! Todos tenemos
que estar involucrados en pescar. Todos tenemos que estar involucrados en bautizar. Todos tenemos que estar involucrados en discipular. Tenemos
la unción para hacerlo. “Toda potestad me fue dada en el cielo y en la tierra”. Ahora tenemos el propósito. “En base a ese poder, vayan”.
Esta es la estrategia de Jesús. Los empleados más viejos son los que tienen que enseñarles a los más nuevos...

Señor, sé que me estás mandando a pescar, a bautizar, a enseñar.

Día 7 – Lección para la semana 5. La empresa más importante del mundo

Jesús fundó una empresa “pesquera” en Mateo 4.19 con un propósito claro: salvar a todo el mundo. Esta “empresa” tiene estas características:

1) Jesús es el dueño, y el Espíritu Santo el “gerente general”.

2) La “Materia Prima” son los “peces”, todos los hombres. Ese es el objetivo a alcanzar.

3) Los “empleados” son los discípulos, los que tienen que aprender a pescar.

Jesús no pescó solo, tenía el plan de entrenar a 12 para así pescar mucho más. El podría haber tenido “campañas evangelísticas” por muchas
naciones. Era joven. Tenía tiempo por delante. Sin embargo se concentró en los 12 para reproducirse en ellos y hacerlos expertos pescadores de
hombres.

4) Jesús espera que sus “empleados” sean productivos.


Jesús no quiere que ninguno se pierda. Para Él cada alma es valiosa. Por eso quería que sus discípulos pesquen mucho y que a su vez entrenen
a otros como pescadores de hombres. ¿No es simple y a la vez poderosa?

5) La empresa de Jesús da “ganancias”: La pesca siempre es abundante.

o Siempre que Jesús habló de pesca y de cosecha lo hizo en términos de abundancia.


o Hoy tenemos que pensar y actuar de la misma manera. La “empresa” de Jesús va a crecer más que nunca en este tiempo.

6) Todos tenemos que estar involucrados en la pesca.

o Por siglos se pensó que el ganador de almas era el pastor, el ministro que estaba en el “púlpito”.
o Pero ahora tenemos que claro que todos somos ministros. Tenemos que entrenar a todos los santos para que hagan la obra del
ministerio. Efesios 4.12.

Conclusión: Vos sos un pescador de hombres. Y también sos un entrenador de otros para que pescan a otros más y el Reino de Jesús se expanda
hasta el último rincón de la tierra. ¡Es el tiempo de comenzar sin más demora!
Semana 6. La estrategia de Jesús

Día 1 Se concentró en pocos

¿Por qué el rayo láser es tan potente? Porque es una concentración de luz. Toda la energía de la luz se concentra en un punto y esto genera el rayo.

Cuando en la segunda guerra mundial los aliados quisieron invadir Europa Continental para derrotar al nazismo, se concentraron en un punto:
desembarcaron con miles de soldados y material bélico en Normandía, y allí establecieron una cabecera de playa desde donde semana tras semana
fueron conquistando territorio hasta terminar completamente con uno de los regímenes más terribles que haya experimentado la humanidad.

Podrían haber implementado otra estrategia: desembarcar a lo largo de todas las playas de Francia. Pero no hubiera producido el mismo impacto.
Al contrario, hubiera sido un fracaso.

Cierta vez pregunté a uno de nuestros hermanos cuál era su meta. ¡Ganar todo el mundo! Me contestó con entusiasmo. Suena espiritual. Pero es
muy general. No hay concentración de esfuerzo en un punto y no se lograría nada.

Jesús quería ganar el mundo. Pero no dispersó sus esfuerzos. Se concentró en Israel. Y dentro de Israel en un pequeño grupo de 12. Y aún dentro
de los 12, estuvo con 3 de una manera especial.

“Entonces llamando a sus doce discípulos, les dio autoridad sobre los espíritus inmundos, para que los echasen fuera, y para sanar toda
enfermedad y toda dolencia. Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamando pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de
Zebedeo, y Juan sus hermano. Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, Simón el
cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó. A estos doce envió Jesús, y les dio instrucciones, diciendo: Por camino de gentiles no
vayáis, y en ciudad de samaritanos no entréis, sino id antes a las ovejas perdidas de la casa de Israel.” Mateo 10.1-5.

Aquí vemos que Jesús concentra las fuerzas en varios sentidos:

1) Forma un equipo de 12. A ellos les presta la mayor atención. A ellos los capacita especialmente. A ellos les da autoridad y poder. A ellos les
da instrucciones: bendecí, contactá, saná, invitá.
2) Los envía y les dice que concentren sus fuerzas en Israel. Había que hacer una cabecera de playa allí. Y desde Israel conquistar todo el
mundo.

Vos también concentrá tus fuerzas en una meta precisa. Seguí orando por tu listado de 12. Bendecilos. Contactate con ellos. Sanalos. Invitalos a
que sigan a Jesús. Y comenzá a formar tu propio equipo de 12, tal como hizo Jesús.
Día 2 Les enseñó principios sencillos

Las campañas publicitarias más exitosas son las que tienen pocas palabras. Esas pocas palabras son las que quedan gravadas en la mente. Son las
que podemos recordar con facilidad.

Los discípulos de Jesús eran “normales”. Hasta podríamos decir que les costaba bastante entenderlo a Jesús. Por eso el Señor les dio instrucciones
precisas en Lucas 10 de cómo tenían que pescar: Bendecir, Contactar, Sanar, Invitar.

“Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: Boga mar adentro, y echad vuestras redes para pescar. Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la
noche hemos estado trabajando, y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y
su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca, para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron
ambas barcas, de tal manera que se hundían.” Mateo 5.3-6.

Otra vez Jesús les enseña principios sencillos, principios que el Pr. César Castellanos, de Colombia, llama de la siguiente manera:

1) Ganar. Todos los discípulos tienen que estar involucrados en la pesca. Y cuando salimos a pescar, la pesca siempre es grande. Es
milagrosa. Una forma muy efectiva de pescar es con los 4 pasos de Lucas 10: bendecir, contactar, sanar e invitar.
2) Consolidar. A los peces hay que subirlos a la barca. Hasta que no están en la Iglesia la pesca no está consolidada.
3) Discipular. “Id y haced discípulos”. A los peces hay que limpiarlos, procesarlos. Todo pescador sabe que cuando los peces están en el
barco recién comienza la tarea.
4) Enviar. Cuando los pescados están procesados, se los envía al supermercado, para que haya alimento en la ciudad. “Antes id a las ovejas
perdidas de Israel”.

Nuevamente nos encontramos con poder sobrenatural, pero con orden, para una pesca milagrosa. Unción con propósito.

Señor, ¡qué sencillas que fueron tus enseñanzas! ¡Hasta un niño las puede entender! No quiero perder más tiempo. Voy a comenzar a ganar, a
consolidar, a discipular y luego enviar a mi equipo a pescar. ¡Y la pesca será milagrosa! ¡Gloria a Tu Nombre!

Día 3. Les dio un propósito claro

Millones en el mundo son fanáticos del fútbol. Por ello este deporte mueve cifras millonarias. Los equipos tienen que estar muy bien entrenados:
física y tácticamente. Con una meta: hacerle la mayor cantidad de goles posibles al otro equipo para ganar el juego.

Los partidos más aburridos son aquellos donde no hay goles. El gol es el momento más excitante para todo hincha de fútbol.
La palabra gol, en inglés, significa “meta”. El equipo tiene que tener una meta clara: meter la pelota en el arco contrario. Aunque juegue muy bien,
si no hace goles, no alcanzó la meta, y puede terminar perdiendo el partido.

Hoy tengo la sensación que hay muchas iglesias que están jugando “bien”, pero no hacen goles... Templos confortables, mucha alabanza, un
programa “balanceado”, reuniones para todos los gustos y edades. ¡Toda la gente está muy ocupada en tantas tareas! ¡Pero no ganan personas! ¡No
le hacen goles al diablo!

“Y apedreaban a Esteban, mientras él invocaba y decía: Señor Jesús, recibe mi espíritu. Pero los que fueron esparcidos iban por todas partes
anunciando el evangelio. Entonces Felipe, descendiendo a la ciudad de Samaria, les predicaba a Cristo. Y la gente, unánime, escuchaba
atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando
grandes voces, y muchos paralíticos y cojos eran sanados; así que había gran gozo en aquella ciudad.” Hechos 7.59, 8.4-8.

La iglesia de Jerusalén había crecido en forma impresionante. Había tanto poder que de todas las ciudades traían la gente y ponían los enfermos en
las calles para que al menos la sombra de Pedro cayese sobre ellos. Pero el plan de Jesús no era que la gente “venga”, sino que los discípulos
“vayan”. Había unción, pero se apartaron del propósito. No tenían una meta clara. No había un plan concreto. No estaban yendo a ninguna parte.

Jesús los coloca otra vez en el propósito cuando Esteban es apedreado y los discípulos por miedo a que les pase lo mismo comienzan a huir. Uno
de ellos es Felipe. Llega a Samaria y con poder predica y una ciudad es salvada.

Tenés que tener metas en tu vida. En todo sentido: intelectuales, familiares, económicas, laborales. Pero también ministeriales.

Escribir aquí tus metas, bien específicas. Con cantidad y tiempo. Por ejemplo, quiero formar mi grupo de 12 discípulos en los próximos 6 meses.

La meta “concentra” tus fuerzas hacia esa dirección específica. Tenés que apuntar a formar tu equipo de 12 discípulos. Ganarlos, consolidarlos,
discipularlos para que aprendan a pescar y luego enviarlos a la ciudad, si fuera necesario “de prepo” como Felipe a Samaria.

¿No estarás esperando que el Señor te “envíe” a lo Felipe?

Señor, quiero ser sensible a Tu Palabra. Voy a hacer tu voluntad. Pongo estas metas en tus manos. Voy a concentrarme cada día para alcanzarlas en
tus fuerzas.
Día 4 Les enseñó a pescar.

Uno de los problemas de la enseñanza en el nivel secundario es que los chicos salen sin tener una orientación laboral definida. Han estudiado.
Tienen muchos conocimientos generales. Saben un poco de cada cosa. Se los ha discipulado. Pero no tienen conocimientos específicos de alguna
área. No están preparados para trabajar. Es una de las razones por lo que la desocupación golpea tanto entre los jóvenes.

¿No estará pasando esto con los discípulos de Jesús hoy día? ¿Será posible que sepamos un poco de cada área espiritual, pero no sepamos pescar?

“Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén. Y envió mensajeros delante de él, los
cuales fueron y entraron en una aldea de los samaritanos para hacerle preparativos. Mas no le recibieron, porque su aspecto era como de ir a
Jerusalén. Viendo esto sus discípulos Jacobo y Juan, dijeron: Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo, como hizo Elías, y los
consuma? Entonces volviéndose él, los reprendió diciendo: Vosotros no sabés de qué espíritu sois; porque el hijo del Hombre no ha venido para
perder las almas de los hombres, sino para salvarlas.” Lucas 9.51-56.

Jesús estaba terminando su ministerio. Caminaba hacia Jerusalén. Su pasión eran las multitudes. Quería salvarlas. ¿Cómo pescar a tantos millones?
¡Parecía imposible! Pero tuvo un plan extraordinario: enseñar a pescar a otros, multiplicarse en otros, entrenarlos como pescadores de hombres.
¡Pero estos muchachos no querían pescar! ¡Querían que el fuego consuma a las multitudes! ¡Qué contraste con su maestro!

¿Cómo saber si un discípulo hoy está creciendo, está aprendiendo? ¡Si está pescando gente! En Lucas 10.21 Jesús se regocijó porque sus
muchachos habían aprendido a pescar.

Señor, quiero ser un buen discípulo. Entiendo que querés que aprenda a pescar. Voy a dedicarme cada día a ministrar a aquellos que están cerca de
mí. Amén.

Día 5 Discipular es formar líderes.


Sin lugar a dudas el cristianismo hizo aportes impresionantes a la humanidad. Paul Maier, profesor de historia dice que las enseñanzas de Jesús
elevaron los bárbaros estándares de moralidad, frenaron el infanticidio, mejoraron la calidad de vida humana, emanciparon a la mujer, abolieron la
esclavitud, inspiraron la creación de instituciones de caridad y ayuda, fundaron hospitales, establecieron orfanatos y fundaron escuelas. Fueron
cristianos los que inventaron los colegios y las universidades, dignificaron el trabajo como una vocación divina.”

¿Cómo logró Jesús que el evangelio se extendiera a través de los siglos y por todos los continentes, salvando al hombree y devolviéndole la
dignidad perdida? ¡La respuesta está en que no solamente sus discípulos les enseñó a pescar, sino que hizo de cada uno de ellos líder, un apóstol.

“Y el Señor, después que les habló, fue recibido arriba e el cielo, y se sentó a la diestra de Dios. Y ellos, saliendo, predicaron en todas partes,
ayudándoles el Señor y confirmando la palabra con las señales que la seguían. Amén. Marcos 16.19, 20.”
Jesús se “pudo” ir al cielo después de pocos años de ministerio. ¿Por qué? Porque había dejado a sus discípulos preparados. Ahora ellos no eran
más alumnos. Eran maestros. Sabían pescar. Pero para que el evangelio se extienda tenían que hacer lo mismo que su Maestro: enseñar a otros a
pescar.

¡Parece mentira que la estrategia de Jesús la apliquen las empresas más importantes del mundo, menos Su Iglesia!

Día 6. Formación de “Equipos”

Maradonna posiblemente fue el mejor jugador de fútbol de todos los tiempos. Pero para ganar el mundial 86 en México, no lo hubiera alcanzado
nunca solo. Necesitó de un equipo que lo acompañara. John Maxwell dice que “la meta es tan grande como para pretender alcanzarla solo”.

Después del gran avivamiento del libro de los Hechos, el cristianismo se extendió por gran parte del mundo de aquel tiempo. Pero así y todo, a fin
del primer siglo, para alcanzar a todos los habitantes de la tierra, ¡cada creyente tenía que ganar a 360 personas! Hoy estamos más cerca que
nunca de alcanzar la gran comisión. Somos casi 1000 millones de evangélicos en el mundo. ¡Cada cristiano tiene que alcanzar solamente a otros 7
para que todo el mundo sea de Cristo! ¿Cómo se lograron semejantes resultados? Porque los cristianos nunca trabajaron solos. Siempre en equipo.

“Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros.” 2 Timoteo 2.2.

Pablo le copió la estrategia a Jesús, y quedó registrada para siempre en 2 Timoteo 2.2. Aquí encontramos por lo menos 4 generaciones de
discípulos:

Pablo 1
Timoteos 12
Hombres Fieles 144
O t r o s 1728

Pablo preparó un equipo pastoral que fue dejando en cada ciudad. Estos son los “Timoteos”. Pero el apóstol le recuerda a Timoteo que él también
tiene que preparar su propio “equipo”. Estos son los “hombres fieles”. Ahora, estos hombres qué tenían que hacer? ¡Enseñar a otros! ¿Y qué le
enseñarían a otros? ¡A pescar hombres!
¿Qué hacen los hombres y mujeres fieles hoy en la iglesia? Cantan en el coro, tocan el teclado, administran, limpian, atienden la librería, ayudan
en la secretaría, etc, etc. ¡Los hombres fieles de Timoteo tenían que entrenar a otros! Aquellas cosas no están mal, de ninguna manera. Pero
primero tenemos que dedicarnos a enseñar a otros a pescar. Cada miembro del cuerpo entra en el “ministerio” si se dedica a enseñar, si es un
maestro, si comienza a formar su “equipo” ministerial.

¡Es el momento de que comiences a discipular a otros! ¡Formá tu propio equipo! ¡Vas a golearlo a satanás!

Señor, no hay más tiempo que perder. Ya comienzo mi ministerio en obediencia a Tu Palabra. Amén. (Anotar nombres de las personas que podrían
formar tu equipo):

Día 7 – Lección Semana 6. La Estrategia de Jesús.

1) Se concentró en pocos.

o Jesús para alcanzar a millones se concentró en 12.


o Para que vos alcances a miles, ¿por qué no imitar a Jesús?

2) Les enseñó principios sencillos:


a. Ganar: Les enseñó a pescar. Tenemos que ser expertos pescadores. Y para ello es bueno recordar la “manera” de Jesús de Lucas 10:
i. Bendecir
ii. Contactar
iii. Sanar
iv. Predicar
b. Consolidar. Les enseñó a retener los frutos. A pelear como leones por sus cachorros, a no permitir que ninguno se pierda. Juan
17.12.
c. Discipular es enseñar a pescar a otros.
 Jesús no intentó hacer el trabajo solo. Por eso entrenó a los 12.
 Vos no solamente tenés que aprender a pescar, sino también entregar a tus 12 para que ganen a otros.
 Discipular es fundamentalmente enseñar a pescar.
d. Enviar. Discipular es formar otros líderes. 2 Timoteo 2.2.
 Normalmente la gente piensa en si misma. Así eran los discípulos de Jesús también.
 Pero igualmente Jesús los puso entre la “espada y la pared” y los envió rápidamente. Salir era parte del discipulado, del
entrenamiento.
 Vos también tenés que sacar a tus 12. Tienen que pasar de discípulos a pescadores de hombres. A líderes.

Conclusión: ¿Cómo pasar del lento crecimiento a la multiplicación? La respuesta es sencilla pero poderosa: Pescando a otros y transformándolos a
ellos en pescadores de hombres.
Semana 7. La estrategia funcionando hoy

Día 1. Encuentro transformador.

“Saulo, respirando aún amenazas y muerte contra los discípulos del Señor, vino al sumo sacerdote, y le pidió cartas para las sinagogas de
Damasco, a fin de que si hallase algunos hombres o mujeres de este Caminos, los trajese presos a Jerusalén. Mas yendo por el camino, aconteció
que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo,
Saulo, ¿por qué me persigues? El dijo: ¿Quién eres, Señor? Y lee dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el
aguijón. El temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que
debes hacer... En seguida predicaba a Cristo en las sinagogas, diciendo que éste era el Hijo de Dios.” Hechos 9.1-6, 20.

Saulo tuvo un encuentro transformador con Jesús. Fue mudado en otra persona: el apóstol Pablo. ¡Todos necesitamos un encuentro con Jesús!
Nadie puede cambiar sin este encuentro.

Algunas iglesias estamos implementando lo que llamamos “El Encuentro”. Esta es una actividad que tiene el triple objetivo de salvar, sanar, liberar
y bautizar en el Espíritu a cada persona nueva que asista al encuentro con Jesús. Imitamos lo que hizo Jesús: sanar, liberar, predicar, bautizar. ¡El
evangelio es poder de Dios! Hay mucho material respecto al tema, especialmente del Pr. César Castellanos. Pero para conocer en profundidad
esta herramienta no hay mejor manera que pasar por un “Encuentro”.

Cada discípulo tiene que tener un listado de oración con aquellas personas a las que desea bendecir, contactar, sanar e invitar. Tenemos que animar
a cada una de estas personas a que participe del “Encuentro”. Tenemos que invitarlas a tener un “encuentro con Jesús”. Tenemos que ganarlas para
el Reino de los Cielos.

Este es mi listado:

1)
2)
3)
4)
5)
6)
7)
8)
9)
10)
11)
12)

Señor, oro por cada uno de estas personas sean ganadas, que puedan tener un encuentro con Jesús en este tiempo cercano y sus vidas sean salvas.
Amén.

Día 2. Jesús se comió un elefante...

Un africano le preguntó a un turista ¿usted sabe cómo se come un elefante? El turista lo miró un poco sorprendido... ¿Cómo? ¡Bocado tras bocado!

Un proverbio chino dice que un viaje de 1000 km se hace dando el primer paso...

Jesús tenía un elefante para comerse. Un viaje de 1000 km para hacer (y sin avión ni auto). ¿Cómo pescar a todo el mundo? ¡Comenzando por
unos pocos!
“Respondiendo Simón, le dijo: Maestro, toda la noche hemos estado trabajando y nada hemos pescado; mas en tu palabra echaré la red. Y
habiéndolo hecho, encerraron gran cantidad de peces, y su red se rompía. Entonces hicieron señas a los compañeros que estaban en la otra barca,
para que viniesen a ayudarles; y vinieron, y llenaron ambas barcas, de tal manera que se hundían. Viendo esto Simón Pedro, cayó de rodillas ante
Jesús, diciendo: Apártate de mi, Señor, porque soy hombre pecador. Porque por la pesca que habían hecho, el temor se había apoderado de él, y de
todos los que estaban con él, y asimismo de Jacobo y Juana, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: No temas;
desde ahora serás pescador de hombres. Y cuando trajeron a tierra las barcas, dejándolo todo, le siguieron.” Lucas 5.5-11.

4 hombres tuvieron un encuentro con Jesús. Sus vidas cambiarían para siempre. ¡Y ellos también cambiarían el mundo!

Jesús los había ganado. Pero ahora tenía que consolidar la pesca. Había que meter los peces a la barca. Por eso es que Jesús sigue su trabajo con
ellos. No los deja solos. Ellos necesitaban tener comunión con Jesús, escuchar Sus Palabras, recibir Su ministración.

Estos son elementos muy importantes para consolidar una persona: comunión, Palabra, oración.

¿Cómo comenzar? Dando el primer bocado, haciendo el primer kilómetro. Comenzando a consolidar la primer persona. ¡Ahora! A la mayoría de
los cristianos le pasa como a Simón. ¡No han pescado nada! Y tampoco tienen a quien consolidar. Pero si se atreven a tirar la red en Su Palabra, si
son obedientes, ¡también encerrarán gran cantidad de peces! ¡También tendrán muchos peces para meterlos en la barca!

Señor, quiero seguir tu ejemplo. Deseo que mi ciudad entera te conozca. Y voy a comenzar por la primer persona. Paso a paso, día tras día, persona
por persona, hasta alcanzar toda la ciudad. Amén.
Día 3. ¿Un edificio o una pila de ladrillos?

Cuando alguien compra ladrillos para hacer una edificación primero se apilan. Luego, con paciencia, el albañil va levantando las paredes.

¡Qué fácil se hace robar un ladrillo de una pila, pero sería tan complicado sacar un ladrillo de una pared!

“Y él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros, a fin de perfeccionar a los santos
para la obra del misterio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del hijo de
Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo, para que ya no seamos niños...” Efesios 4.11-14.

A veces la Iglesia se puede parecer más a una pila de ladrillos que a un edificio. ¡Cuántas veces se van “ladrillos” de una iglesia y casi nadie se da
cuenta! Pero si estamos construyendo un edificio, si los ladrillos se van entrelazando unos con otros, ¡qué difícil se le hace al diablo sacar un
ladrillo!

¿Cómo construir un edificio? Para esto se necesita la “unción” de apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros. El propósito:
“perfeccionar a todos los santos para la obra del ministerio”.

¿Quiénes son los ministros? ¿Los apóstoles? ¿Solamente los pastores? ¡Ministros tienen que ser todos los santos! “A fin de perfeccionar a los
santos para la obra del ministerio...”

Si cada santo es entrenado para el ministerio, si cada santo es un “ministro” que cumple la gran comisión y como maestro comienza a discipular,
¡estamos edificando el cuerpo de Cristo! ¡No le será nada fácil al diablo robarnos un ladrillo!
Se ingresa al “ministerio” cuando comenzás a hacer discípulos, cuando sos un “maestro”. Como lo expresa el Pr. José María Silvestri:

- Cada miembro del cuerpo tiene que ser un discípulo. Tiene que estar en un grupo de discipulado.
- Cada discípulo tiene que aprender a ser un maestro, a ser un pescador de hombres.
- En cada hogar tiene que haber un grupo de discipulado.

¡Todos los santos como ministros edificando el cuerpo de Cristo para que no haya niños espirituales y todos crezcamos a la estatura de la plenitud
de Cristo!

¿Pertenecés a un Grupo de Discipulado? ¿Estás formando tu propio grupo de discipulado? ¿En tu casa funciona un grupo de discipulado?

¡Es el tiempo de que estés en el ministerio! ¡Es el tiempo que hagas discípulos, les enseñes a pescar, los prepares para que ellos también sean
maestros!
Señor, quiero ser parte de tu plan para edificar el cuerpo de Cristo. Deseo ser parte del ministerio. Gracias por haber puesto en mi vida apóstoles,
profetas, evangelistas, pastores y maestros a fin de perfeccionarme para el ministerio. He sido enseñado. Ahora deseo enseñar a otros para que
también sean edificados. Amén.

Día 4. Una fiesta para todos.

Cuando se casó mi hermana, como su esposo era del campo, se hizo una gran fiesta con muchos invitados, en la chacra de su suegro. Recuerdo que
había abundancia de comida. ¡Hasta se mató una vaquillona! Algunos familiares y amigos estuvimos varios días hospedados allí. Mi cuñado no
veía la hora que nos vayamos... ¡Esto me hace acordar a las fiestas de bodas bíblicas, que duraban un semana completa!
“El reino de los cielos es semejante a un rey que hizo fiesta de bodas a su hijo; y envió a sus siervos a llamar a los convidados a las bodas; mas
éstos no quisieron venir. Volvió a enviar otros siervos, diciendo: Decid a los convidados: He aquí, he preparado mi comida; mis toros y animales
engordados han sido muertos, y todo está dispuesto; venid a las bodas. Mas ellos, sin hacer caso, se fueron, uno a su labranza, y otro a sus
negocios, y otros, tomando a los siervos , los afrentaron y los mataron. Al oírlo el rey, se enojó, y enviando sus ejércitos, destruyó a aquellos
homicidas, y quemó su ciudad. Entonces dijo a sus siervos: Las bodas a la verdad están preparadas; mas los que fueron convidados no eran
dignos. Id, pues, a las salidas de los caminos, y llamad a las bodas a cuantos halléis. Y saliendo los siervos por los caminos, juntaron a todos los
que hallaron, juntamente malos y buenos; y las bodas fueron llenas de convidados. Mateo 22.2-10.

Dios quiere compartir su abundancia con todos. El ha preparado comida en abundante para muchos. El sabe que la gente se está muriendo de
hambre, que está pasando necesidades de todo tipo, porque no están en Su casa. Pero Su voluntad es que vengan a la fiesta y participen de su
abundancia.

¿Cuál es su plan para que la fiesta se llene de convidados? Enviar a sus siervos a invitar a todos los que encuentren. Cuantos más siervos vayan,
más gente entrará a la fiesta.

¡Qué bueno que aquellos siervos obedecieron, fueron por los caminos, juntaron a todos los que hallaron; y las bodas fueron llenas de convidados!

Gracias a Dios que vos estás en esta fiesta. Pero ahora el Señor te está enviando porque la comida sobra, y hay que invitar a otros a que participen
de las bodas ¡y se llene de convidados!
Señor, entiendo que Tu voluntad es que las bodas estén llenas de convidados. También he comprendido que me estás enviando a mi a invitar a
todos los que encuentre. Como los siervos de aquella boda, voy a ir y la gente responderá a Tu llamado. Amén.

Día 5. Medalla de oro.

En los cincuenta, un matrimonio tuvo 3 hijas, una de las cuales tenía dificultades para caminar. El doctor le había informado a sus padres que
nunca podría caminar sin sus muletas, porque sus músculos tenían una enfermedad crónica.
Sin embargo, esta niña, en complicidad con sus hermanas, encerrada en su habitación, comenzó a intentar caminar sin ayuda de aquellas muletas.
En un principio fueron pocos pasos. Pero lentamente sus piernas se fueron fortaleciendo, hasta que logró caminar casi normalmente.

¡El doctor quedó sorprendido en una de las consultas cuando la vio andar sin muletas!

Cuando estaba cursando la secundaria, le pidió al profesor de educación física que la incluya en el equipo de Básquet. Como todavía tenía cierta
dificultad para practicar deportes, tuvo que convencerlo, con la ayuda de su padre y se comprometió a venir a las clases antes que sus compañeras
para lograr estar a la par de ellas. Dedicó muchas horas para poder ser parte del equipo.

En una ocasión un directivo de deportes de su país, la vio jugando y la invitó a que forme parte de la representación de atletismo de su nación para
las próximas Olimpíadas. ¡Y ganó 3 medallas de oro para su país! ¡De casi inválida a campeona mundial!

“Tú, pues, hijo mío, esfuérzate en la gracia que es en Cristo Jesús. Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que
sean idóneos para enseñar también a otros. Tú, pues, sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo. Ninguno que milita se enreda en los
negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha
legítimamente. El labrador, para participar de los frutos, debe trabajar primero. Considera lo que digo, y el Señor te dé entendimiento en todo.” 2
Timoteo 2.1-6.

Nada se alcanza sin esfuerzo. El atleta necesita años de preparación para estar entre los mejores. El labrador dedica meses de trabajo para poder
levantar una buena cosecha.

Ganar, consolidar, discipular, enviar, lleva esfuerzo y sufrimiento. Para formar tu grupo de 12 discípulos tendrás que dedicarle largas horas,
semanas, meses de trabajo. Para que estos 12 lleguen a ser maestros, tendrás que estar dispuesto a hacer más que otras personas, a luchar como
aquella deportista, con la seguridad que tu trabajo no será en vano. Amén.

Señor, estoy dispuesto a esforzarme, a sufrir como soldado, a luchar como un atleta, hasta formar mi grupo de discípulos para que sean idóneos
para enseñar también a otros. Gracias tu Unción está sobre mi en este propósito.

Día 6 Siempre vamos por más.

Uno de los presidentes más famosos de los EEUU fue Lincoln, quien entre otros logros, abolió la esclavitud en el siglo XIX. Sin embargo llegó a
la presidencia después de muchos fracasos políticos. Lejos estuvo de tener una carrera política brillante. En realidad, la única elección que ganó
fue cuando se postuló a presidente. Todas las demás las perdió: como diputado, como senador, como gobernador, como vicepresidente. Quebró
económicamente dos veces, perdió su esposa. Pero prosiguió, se mantuvo firme mirado hacia la meta, tuvo un propósito claro y no abandonó hasta
que lo alcanzó.
“No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidado ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que
está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús. Así que, todos los que somos perfectos, esto mismo
sintamos...” Filipenses 3.12-15.

Cuando Pablo escribe estas palabras hacía años que estaba en el ministerio. ¡Cuántas batallas había ganado! ¡Cuántos discípulos había formado!
¡Cuántas iglesias había fundado! Sin embargo dice: No lo he alcanzado todavía... Tengo que seguir... Me olvido de lo que quedó atrás y me
extiendo hacia delante... Prosigo a la meta... ¡Qué ejemplo de perseverancia! El siempre iba por más. Nunca se conformaba.

¿Cuáles son tus metas ministeriales? Escribirlas:

¿Cuántos discípulos querés ganar en los próximos 6 meses? ______________. Sería bueno que te propongas en 1 año tener tu equipo de 12.
Nombres de aquellos por los que estás orando:

¿Cuántos maestros querés formar en este año? _________________.

A los 12 los tenés que entrenar como líderes en poco tiempo. ¡Jesús transformó 12 pescadores en “apóstoles” en 3 años! ¿Por qué no pensar que en
menos de 1 año una persona ganada puede comenzar a discipular a otros más nuevos? Para esto es importante que también hagan la ABC.
Colocar sus nombres de los que querés formar como líderes en este año:

¿A cuántos grupos de discipulado querés llegar en conjunto con tu equipo?_____________

Señor, no me puedo conformar con lo que hice hasta este momento. ¡Hay tantas personas que necesitan ser salvas! Voy a proseguir hacia estas
metas. Y cuando las alcance, no me voy a conformar. ¡Como Pablo, voy a ir por más!
Día 7 Lección Semana 7
La estrategia funcionando hoy

Mucha gente está entretenida en tareas “improductivas” en la Iglesia porque no sabe lo que tiene que hacer. La Iglesia no avanza. Las almas se
pierden.

Tenés que tener un plan claro en tu vida, en tu ministerio. Si querés ver los frutos que tuvo Jesús, que tuvieron los apóstoles en tu propia vida
necesitás dominar todos los pasos de la estrategia:

1) Ganar
i. Pasos de Lucas 10
ii. El Encuentro
2) Consolidar
3) Discipular
iii. El Grupo de Discipulado o célula
iv. Conformación de los 12.
v. La ABC o Escuela de Líderes
vi. El Reencuentro
4) Enviar
vii. Multiplicación de otros GD o células

Primero ganar, aplicando Lucas 10 y luego invitar a los “Encuentros”. Inmediatamente consolidá el fruto, sin perder tiempo, para comenzar a
discipularlo como un ganador de almas. Para poder enviarlo es necesario entrenarlo como líder en la ABC (Academia Bíblica de Capacitación
para el ministerio) y llevarlos al
Reencuentro para allí “envisionarlos” y “empoderarlos”. Completar tu propio equipo de 12 para que ellos también se multipliquen en otras
células.

Conclusión: Unción con propósito.

Cierta persona invirtió cientos de miles de dólares en comprar una Ferrari. Le dedica horas para cuidarla. La tiene guardada en un garaje mucho
mejor acondicionado que una suite nupcial. Le gusta mostrar el poderoso motor a sus amigos. Les repite una y otra vez las bondades de la
máquina. ¡Cuenta que el auto puede alcanzar más de 300 km por hora! Pero lo cuida tanto que no lo usa...

“Con potencia de señales y prodigios, en el poder del Espíritu de Dios; de manera que desde Jerusalén, y por los alrededores hasta Ilírico, todo lo
he llenado del evangelio de Cristo. Y de esta manera me esforcé a predicar el evangelio...” Romanos 15.19, 20.

Pablo tenía una “Ferrari” interior. El poder del Espíritu estaba sobre él. Una unción poderosa se manifestaba en señales y prodigios donde iba. Pero
nunca se hubiera permitido dejar la Ferrari guardada en el garaje. La gastó. Con ella recorrió desde Jerusalén hasta Ilírico. La usó en 4 rallies
misioneros. Se esforzó en predicar el evangelio.

Pero para llenar todo de Cristo, tuvo que multiplicarse en “Timoteos”, en “hombres fieles”, que a su vez enseñen a “otros”. Solamente así logró
impactar aquellas remotas regiones.

Si a Pablo le funcionó sin “Biblia”, sin auto ni avión, sin Internet, sin retroproyector, por qué no nos va a funcionar a nosotros si aplicamos los
mismos principios?
Vos también tenés una Ferrari en tu interior. ¡Fuiste ungido con el mismo Espíritu de Pablo! Pero no tenés que quedarte en el garaje. Jesús te quiere
dar cada día el combustible necesario para que también lo llenes todo de Su evangelio acompañado con manifestaciones milagrosas.

Unción con propósito. Se manifestó en Jesús, en Pablo y a partir de ahora ¡cada día en vos!

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