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La historia se inicia con un José Arcadio Buendía con muchos ánimos que salió de su pueblo
natal, Riohacha, en busca de una salida al mar para poder establecerse ahí. Su esposa Úrsula y
otras familias jóvenes lo habían seguido, pero la búsqueda duró tanto tiempo que hasta
decidieron establecerse en ese lugar.
La gente vivía muy en paz en el pueblo, cuando las cosas parecían tan recientes que algunas
todavía no tenían nombre. Un buen día llegaron al pueblo unas caravanas de gitanos ofreciendo
todos los productos nuevos y con cualidades "mágicas" a la gente que los veía asombrados por
como con un simple trozo de metal atraían hacia sí todas las cosas de fierro de las casas.
José Arcadio Buendía estaba tan asombrado como todos. En alguna visita conoció a un gitano
llamado Melquíades, que era poseedor de una sabiduría impresionante, y formó lazos de
amistad casi inmediatamente con él. José Arcadio Buendía empezó a comprarles los objetos
mágicos a los gitanos, gastándose hasta el último centavo que poseía, incluyendo los ahorros de
la esposa.
Úrsula señaló a los gitanos como enviados del diablo pero no fue suficiente para hacer cambiar
de opinión a José Arcadio Buendía. Él se las había ingeniado para darles a conocer sus teorías y
para convencer a los hombres del pueblo, con la autoridad que imponía, a abandonar sus
hogares y seguirlo en un viaje en busca de una ruta que pusiera a Macondo cerca de los
grandes inventos.
Al no encontrar nada más que el mar que por tantos años habían buscado, regresaron a
Macondo. José Arcadio Buendía entonces empezó a prestar más atención a sus hijos y les
enseñaba los textos y las máquinas que tenía en su "laboratorio", ahí inventaban fantásticas
historias y oían las que Melquíades contaba cada vez que iba al pueblo, hasta el día en que no
volvió con los gitanos y les dijeron que había muerto.
En esa ocasión José Arcadio Buendía y sus hijos, ya más grandes, van a las carpas de los
gitanos y conocen el invento más maravilloso: El hielo.
Capítulo I
José Arcadio Buendía y Úrsula siempre tuvieron remordimiento de conciencia por haberse
casado, ya que eran parientes. Siempre escuchaban que los hijos de parientes nacían con
deformidades y maldiciones, incluso el hijo de una tía había nacido con cola de cerdo y siempre
tuvieron ese temor con sus propios hijos.
Ellos salieron de Riohacha por un conflicto. En una pelea Prudencio Aguilar atacó la hombría de
José Arcadio Buendía, diciendo que no podía tener hijos, siendo la verdad que Úrsula no quería
consumar el matrimonio por lo temores infundados por su madre de poder parir iguanas. José
Arcadio Buendía mató al hombre y a partir de ese día se le aparecía por todos lados, obligándolo
a abandonar el pueblo.
Para esos tiempos José Arcadio y Aureliano empezaron a definir sus gustos, el primero
mostraba gusto por los textos de Melquíades, y el segundo comenzó a experimentar en su
juventud. José Arcadio empezó a tener encuentros sexuales ocasionales con una mujer, Pilar
Ternera, y le contaba todo a su hermano quien se emocionaba con las historias de su hermano.
Tenían un estrecho vínculo de complicidad.
Úrsula da a luz a una hija, Amaranta, al mismo tiempo la relación de Pilar con José Arcadio se
hace cada vez más intensa. Lo que al principio era un simple juego, se transforma en amor de
todas las noches, siempre tratando que ocultarlo frente a los padres, hasta que Pilar le avisa a
José Arcadio que está embarazada. Él no puede con el peso de la noticia y se refugia en la
alquimia, se transformó completamente, era huraño y casi no salía de la casa.
En una visita más de los gitanos José Arcadio va a sus carpas. Es ahí donde conoce a una
gitana y cree que se enamora de ella, días después, cuando nadie lo encuentra, Úrsula recibe la
noticia de que José Arcadio se había ido con los gitanos. Con sus sentimientos de madre, ella
decide ir a buscarlo, al principio nadie notó su ausencia, pero cuando lo hicieron trataron de
buscarla por caminos cercanos pero no la encontraron.
De algún modo José Arcadio Buendía presintió que Pilar era la culpable de la desaparición de su
hijo y de su esposa y la echó de la casa. José Arcadio Buendía y Aureliano pasaron más tiempo
juntos que nunca y junto con la bebé se pasaban horas enteras manipulando los metales y
descubriendo pócimas mágicas. Úrsula regresa 5 meses después con noticias que cambiaron el
rumbo del pueblo.
La ruta que unía a Macondo con la civilización, y que su esposo había tratado de encontrar
durante tanto tiempo, se encontraba ahí frente a sus caras. Muchas personas nuevas llegaron a
Macondo junto con Úrsula. Llegaban en caravanas grupos de hombre y mujeres comunes y
corrientes cargados de utensilios para vender e incluso algunos pensaban en establecerse en
Macondo
Capítulo 2
Nació el hijo de Pilar y de José Arcadio: Arcadio. Pilar Ternera se lo hace conocer a Úrsula y
desde ese momento el niño se va a vivir a su casa aunque no fue acogido con mucho gusto.
Arcadio quedó al cuidado de Visitación, una india que llegó con su hermano huyendo de la peste
de insomnio que azotó su pueblo. Amaranta y Arcadio aprendieron primero el dialecto de los
indios, que ya eran como de la familia, que el español.
Con los extranjeros llega el progreso a Macondo. José Arcadio Buendía tuvo tanto qué hacer que
volvió a ser el hombre activo que era antes, se encargó de toda la organización del pueblo
designando tierras a los recién llegados y poniendo orden a todo. Todo el pueblo estaba en
estado de agitación y siempre había muchas cosas qué hacer.
Aureliano retoma el gusto por la alquimia y se queda ajeno a todo. Ni siquiera notó la llegada de
Rebeca, una supuesta prima en segundo grado de Úrsula que llegó un día con una bolsa con los
huesos de sus padres. La niña era muy seria y nunca hablaba, sólo comía tierra y cal de las
paredes, además nunca dormía. Al principio a nadie le pareció raro que ya no tuvieran sueño ni
estuvieran cansados ya que siempre había algo para hacer. Al paso del tiempo ya la gente
empieza a notar que el insomnio no era normal y Visitación les advierte que es la peste del
insomnio de la cual había escapado en su pueblo. Los habitantes de Macondo no lo toman como
algo grave y en cambio buscan maneras de entretenerse, como juegos y pláticas interminables.
La peste del insomnio no era tan inofensiva como parecía y de pronto hizo que todas las
personas empezaran a olvidar. Primero fueron las cosas básicas, como los nombres de las
cosas, y lo intentaron remediar poniendo letreros en cada cosa, pero después se les empezó a
olvidar para qué servían esas cosas, hasta que olvidaron quienes eran y sus responsabilidades.
Un día los Buendía recibieron una sorpresa. Melquíades había regresado de la muerte porque no
soportaba estar solo y con él trajo una pócima que fue la cura para el insomnio del pueblo. Como
José Arcadio Buendía lo apreciaba mucho lo invitó a vivir en su casa, y ahí se quedaría para
siempre, como parte de la familia.
Aureliano era muy dedicado a su trabajo. Como había estado mucho tiempo en el laboratorio
conocía muy bien cómo manejar los metales, lo que le ganó una fama en los alrededores de
orfebre, ganando cada vez más dinero. Fue cuando llegó Francisco el Hombre, cantando las
noticias, cuando Aureliano fue a la carpa de Catarino a escucharlo y se encontró con una mujer,
pero no pasó nada por lo que él se frustró y se resignó a vivir sin mujer y a dedicarse a su
trabajo.
Úrsula al ver que la casa se llenaba de gente dispuso una remodelación total, haciéndola la más
bella de Macondo. Para esos tiempos llegó un corregidor al pueblo, mandado por el gobierno,
junto con su familia, lo que no les gustó a nadie por considerarse un pueblo que se regía sólo.
Capítulo 3
Úrsula y José Arcadio no querían para nada a su nieta Amaranta, por haber sido el fruto de la
unión entre la gitana Ternera y su hijo, incluso la llamaban Arcadio, como si fuese un niño.
Aparece en la historia Visitación, una india exiliada por la peste del insomnio, que llegó al pueblo
y fue acogida por los Buendía y se dedicaba a cuidar a los niños de esa casa.
Fue así como Arcadio y Amaranta hablaron la lengua guajira antes que el castellano, y
aprendieron a tomar caldo de lagartijas y a comer huevos de arañas sin que Úrsula se diera
cuenta, porque andaba demasiado ocupada en un prometedor negocio de animalitos de
caramelo. Macondo estaba transformado. Las gentes que llegaron con Úrsula divulgaron la
buena calidad de su suelo y su posición privilegiada con respecto a la ciénaga, de modo que la
escueta aldea de otro tiempo se convirtió muy pronto en un pueblo activo, con tiendas y talleres
de artesanía, y una ruta de comercio permanente por donde llegaron los primeros árabes de
pantuflas y argollas en las orejas, cambiando collares de vidrio por guacamayas. José Arcadio
Buendía no tuvo un instante de reposo. Fascinado por una realidad inmediata que entonces le
resultó más fantástica que el vasto universo de su imaginación, perdió todo interés por el
laboratorio de alquimia, puso a descansar la materia extenuada por largos meses de
manipulación, y volvió a ser el hombre emprendedor de los primeros tiempos que decidía el
trazado de las calles y la posición de las nuevas casas, de manera que nadie disfrutara de
privilegios que no tuvieran todos.
Al año siguiente, como de costumbre, aparecieron los gitanos, pero no iban con José Arcadio
junior. La familia se iba agrandando, porque junto con los gitanos viajaban unos traficantes de
pieles, quienes les dejaron al cuidado una pequeña, que cargaba una carta escrita por un
conocido de ellos, solicitándoles cuidado y protección de la infante, ya que no tenía padres ni
familia cercana.
Rebeca, así bautizaron a la menor, quien traía la enfermedad del sueño y la contagió por
Macondo y sólo una medicina de Melquíades logra disiparla. Se presentó una disputa entre un
corregidor que llegó a Macondo e intentó obligar a los Buendía a pintar su casa de azul, pero
José Arcadio lo impidió a toda costa y no sólo eso, sino que además le impuso unas condiciones
especiales para permanecer en el poblado.
Capítulo 4
Úrsula había decidido ampliar la casa y le realizó algunas remodelaciones. Cuando estuvo
terminado el trabajo, quisieron festejar y compraron una pianola, un instrumento hasta ahora
desconocido por el lugar. Ahí es cuando aparece Pietro Crespi, un sujeto procedente de Italia
que de inmediato se enamora de Remedios, la hija del Corregidor, pero Amaranta se enamora
de él. No obstante, el europeo le corresponde a Remedios y fijan una fecha para casarse.
Pietro Crespi era joven y rubio, el hombre más hermoso y mejor educado que se había visto en
Macondo, tan escrupuloso en el vestir que a pesar del calor sofocante trabajaba con la almilla
brocada y el grueso saca de paño oscuro. Empapado en sudar, guardando una distancia
reverente con los dueños de la casa, estuvo varias semanas encerrado en la sala, con una
consagración similar a la de Aureliano en su taller de orfebre. Una mañana, sin abrir la puerta,
sin convocar a ningún testigo del milagro, colocó el primer rollo en la pianola, y el martilleo
atormentador y el estrépito constante de los listones de madera cesaron en un silencio de
asombro, ante el orden y la limpieza de la música. Todos se precipitaron a la sala. José Arcadio
Buendía pareció fulminado no por la belleza de la melodía, sino por el tecleo autónomo de la
pianola, e instaló en la sala la cámara de Melquíades con la esperanza de obtener el
daguerrotipo del ejecutante invisible. Ese día el italiano almorzó con ellos. Rebeca y Amaranta,
sirviendo la mesa, se intimidaron con la fluidez con que manejaba los cubiertos aquel hombre
angélico de manos pálidas y sin anillos. En la sala de estar, contigua a la sala de visita, Pietro
Crespi las enseñó a bailar.
Amaranta estaba empeñada en obstaculizar a como diera lugar esa boda entre Remedios y
Crespi. Al observar las intenciones de su nieta, Úrsula la envía de viaje. Otra parte del capítulo,
relata el funeral de Melquíades, quien murió ahogado en el río y estrenó el cementerio de
Macondo.
Pilar Ternera como se quedó también en Macondo y el único que huyó fue José Arcadio junior,
cansada de la espera de su esposo, comenzó a tener relaciones sexuales con Aureliano, quien a
su vez está perdidamente enamorado de Remedios, pero pretendía calmar sus ansias por ella,
acostándose con su cuñada.
Aureliano le confesó el amor que sentía por Remedios a Pilar y ésta, decidió colaborarle
organizando nada más ni nada menos que la boda entre Remedios y Aureliano.
Capítulo 5.
Aureliano y Remedios se casaron un domingo, Rebeca estaba muy triste por la demora de
Pietro. El señor Moscote llevó un padre a Macondo que, más tarde, se daría a la tarea de edificar
un templo que tardaría más de quince años en ser terminado. Amaranta, queriendo impedir la
boda, propuso que la boda entre Rebeca y Pietro se realizará cuando el templo hubiera sido
terminado. Hubo un nuevo y definitivo aplazamiento, la muerte de Remedios; una madrugada fue
encontrada en un mar de sangre y con un par de gemelos atravesados en el vientre. Úrsula
dispuso un duelo de puertas y ventanas y Rebeca volvió a comer tierra. Una tarde apareció un
hombre enorme, de grandes músculos y el cuerpo curtido de sal, era José Arcadio que, muchos
años atrás, se había ido con los gitanos. Rebeca descubrió en Arcadio el amor y se olvidó de
Pietro. Aureliano se integra a la guerra civil, en muy poco tiempo es nombrado coronel.
Capítulo 6.
La guerra había terminado pero el coronel Aureliano Buendía estaba condenado a muerte. La
noche de su fusilamiento José Arcadio Buendía, rifle en mano, rescató a su hermano. El coronel
y seis hombres volvieron a la guerra, dejaron Macondo para seguir la revolución. Una buena
tarde llegó el telégrafo a Macondo. Rebeca y José Arcadio vivían apartados de su familia;
sorpresivamente, un hilo de sangre atravesó el pueblo, desde la casa de Rebeca hasta la casa
de Úrsula, la madre supo que habían matado a su hijo José Arcadio. El coronel Aureliano volvió
a Macondo acompañado de su compadre Gerineldo Márquez. Gerineldo estaba enamorado de
Amaranta y la visitaba todas las tardes. Úrsula le pidió a Amaranta que se casara con el coronel,
ésta se indignó y, aseguró, que nunca se casaría.
Capítulo 8.
Amaranta observaba a Aureliano José, hijo del coronel, desde su mecedor. Su sobrino había
dejado de ser un niño y se resistía a dormir lejos de ella por temor a la lluvia, de juegos inocentes
pasaron a quitarse las ropas, intercambiaron caricias y se perseguían por todos los rincones para
amarse. Un día, cuando Úrsula casi los descubre, Amaranta salió de su fascinación y terminó de
tajo con Aureliano José. El sobrino moriría enamorado de Amaranta. La vida en la casa
cambiaba según los ánimos y las circunstancias de los habitantes. Una noche, cuando Aureliano
José se paseaba desarmado por los antros, y en el contexto de una guerra, un capitán del
gobierno lo asesinó de tres tiros. El coronel Aureliano Buendía volvió a Macondo acompañado
por todo su regimiento. Úrsula descubrió, a pesar suyo, que su hijo había perdido el corazón en
la revolución.
Capítulo 9.
Llegaron a Macondo seis abogados, representantes del gobierno, en busca del coronel Buendía
para firmar ciertos acuerdos. Se firman los convenios aun cuando los abogados y el coronel
reconocen que la revolución se ha convertido en una disputa por el poder. Después de veinte
años de guerra, el coronel le pide ayuda a su amigo Gerineldo Márquez para acabar con la
revolución donde, también, había perdido la vida y ahora le resultaba vacía. El coronel, para
felicidad de su madre, vuelva a ser el hombre de la casa de los Buendía. Muchos años después,
cuando el coronel seguía buscando poner fin a la violencia fue mal herido. Meses después se
recuperó.
Capítulo 10.
Santa Sofía de la Piedad había sido la mujer de Arcadio, tuvieron dos varones: Aureliano
Segundo y José Arcadio Segundo. Los niños fueron tan parecidos cuando eran niños que hasta
su misma madre los confundía. Aureliano Segundo se dio a la tarea de descifrar los pergaminos
que Melquíades había abandonado con su muerte, pero una tarde, el gitano apareció en el
laboratorio y se dispuso a transmitirle todo su conocimiento. En cambio, José Arcadio Segundo
se dedicó al negocio de los gallos de pelea, Úrsula intentó evitarlo pero no obtuvo ningún
resultado. Aureliano segundo conoció a la mujer que lo sacaría de su encierro y con la que
compartiría toda su vida: Petra Cotes. A pesar de ser su mujer y después su concubina, la
amaba más que a su propia esposa. Con Petra conoció la fortuna y la felicidad y, juntos, se
convirtieron en unos despilfarradores y holgazanes. En una feria, donde Remedios, la bella, fue
proclamada reina, Aureliano Segundo conoció a Fernanda que, más tarde, sería su mujer.
Capítulo 11.
Cuando José Arcadio llegó y encontró esa situación, ordenó que los
niños de Macondo fueran a jugar a su casa. Una de esas noches,
aconteció un hecho extraño: los niños percibieron una luz rara salir
por debajo de donde estaba el San José en el que la vieja Úrsula había
ocultado el tesoro. Al poco tiempo, José Arcadio expulsó a los niños.
Aureliano tiene casi toda la casa, ahora a su disposición. Allí se quedó
analizando pergaminos.
Pero como existía una creencia en que los hijos de los primos que se
casaban, salían con cola de cerdo, Aureliano asustado se propuso
escudriñar en los archivos de la iglesia si en realidad Amaranta era su
prima. Todo esto debido a que estaban esperando un hijo.
Efectivamente, nació con cola de puerco y lo bautizaron como
Aureliano.
Capítulo 1
García Márquez en el primer capítulo de su obra, hace una comparación de cómo se originó el
mundo, es decir, el origen de los tiempos.
Cito este fragmento donde menciona: "las casas de la aldea eran de barro y el mundo era muy
reciente; muchas cosas carecían de nombre y para mencionarlas había que señalarlas con el
dedo". Esta es una comparación directa con el Génesis de la Biblia, porque así fue como inició el
mundo.
Otra comparación directa con la Biblia es cuando cita como fueron hechas las casas de la
aldea a imagen y semejanza de la mejor y más grande, "la casa de José Arcadio".
Capítulo 2
José Arcadio, el hombre fue hecho de barro y las cosas existentes fueron señaladas y
nombradas por Adán. De la misma manera lo hicieron los habitantes de Macondo cuando
estaban fundando su pueblo.
El segundo capítulo es igualmente alusivo a la Biblia, ya que en el mismo texto hace referencia a
que los habitantes de aquel pueblo, tuvieron que vivir un "Éxodo" para encontrar una tierra,
luego de la muerte de Prudencio Aguilar, una tierra que nadie les había prometido, que luego
llamarían Macondo.
Al igual que Moisés, José Arcadio tuvo un sueño en el cual tenia que levantar un pueblo en el
preciso lugar donde se encontraba acampando con su familia y amigos, sueño que hizo realidad.
En estos dos capítulos García Márquez, reflejó una comparación con los dos primeros libros de
la Biblia y a su vez el progreso que tenía Macondo con respecto a la ciencia y su crecimiento
como pueblo.
Capítulo 3
Palabra de enemigo —dijo José Arcadio Buendía. Y añadió en un tono amargo—: Porque
una cosa le quiero decir: usted y yo seguimos siendo enemigos.”
Esta frase va dirigida a Don Apolinar Moscote, el primer corregidor de Macondo. Hay un dicho
que dice: “ten a tus amigos cerca, y a tus enemigos aun más cerca”, y eso es lo que hace José
Arcadio, en vez de andarse de malas con el corregidor trata de negociar con él, de llegar a un
acuerdo, de modo que los dos puedan conseguir lo que quieren sin llegar a grandes conflictos, y
así puede José Arcadio mantener una relación cercana de cierta forma con Don Apolinar
Moscote lo cual evitaría sorpresas. Esta frase también nos da a conocer un poco más el
personaje de José Arcadio, pues nos hace saber que el hecho de que quiera evitarse entrar en
conflicto con alguien no significa una amistad entre él y esa persona, quien es su enemigo lo
sigue siendo sin importar que pase entre ellos, es un personaje bastante rencoroso.
Tan eficaz fue la cuarentena, que llego el día en que la situación de emergencia se tuvo
por cosa natural, y se organizó la vida de tal modo que el trabajo recobro su ritmo y nadie
volvió a preocuparse por la inútil costumbre de dormir.”
A través de esta cita el autor nos transmite un dato importante, el de que Macondo, a pesar de
no tener dirigentes definidos, era un pueblo muy bien organizado, y que sabía como actuar ante
situaciones difíciles, complicadas. Era un pueblo unido, que siempre buscaba el bienestar
general en vez de ponerse a buscar culpables como pasa mucho hoy en día. Esto se podría
tomar como una crítica del autor a las sociedades o poblaciones más actuales, en las cuales la
mayoría de las personas son muy egoístas, y piensa primero en sí mismos que en lo que sería
mejor para la mayoría de las personas habitantes de ese lugar.
Capítulo 4
“«El amor es una peste», tronó. «Habiendo tantas muchachas bonitas y decentes, lo único
que se te ocurre es casarte con la hija del enemigo».”
En esta cita se demuestra de nuevo la inflexibilidad de José Arcadio en cuanto a quienes son sus
enemigos, pues cuando su hijo, Aureliano, le confiesa a él y a Úrsula su deseo de casarse con
Remedios Moscote, este en vez de apoyar a su hijo en su decisión le dice que justo se tenía que
casar con la hija de su enemigo. En esta cita también se refleja de nuevo el hecho de que José
Arcadio nunca fuese muy apegado a sus hijos, pues en un momento como este en el cual su hijo
se está abriendo con ellos y quiere compartir algo personal con ellos, este lo rechaza de cierta
manera yéndose por las ramas del hecho, en vez de pensar en que su hijo se casaría y estar
feliz de alguna forma por el gran paso que este quería dar.
“Era una precaución innecesaria, porque el italiano había demostrado ser tan respetuoso
que ni siquiera tocaba la mano de la mujer que sería su esposa antes de un año.”
Aquí se está describiendo una característica de Pietro Crespi, por los momentos en los que aun
se suponía que se casaría con Rebecca. A través de esta cita el autor nos hace referencia a
como, principalmente en la antigüedad, las madres eran bastante sobreprotectoras con respecto
a sus hijas, siempre estaban al pendiente de que ningún hombre se sobrepasara con ellas pues
estas perdían así su pureza y caían en las malas lenguas; por lo tanto Úrsula siempre estaba
muy al pendiente cuando los prometidos estaban cerca pues sería una bajeza que hubiera algún
tipo de contacto inadecuado entre ellos antes de que su matrimonio se llevara a cabo y fueran
bendecidos por la iglesia.
Capítulo 5
“Cuando Remedios anunció que iba a tener un hijo, hasta Rebeca y Amaranta hicieron
una tregua para tejer en lana azul, por si nacía varón, y en lana rosada, por si nacía
mujer.”
Esta cita demuestra que entre Rebeca y Amaranta si podía existir una tregua, como en este caso
por el nacimiento de un nuevo integrante de la familia. Esto demuestra que sus personalidades
eran muy diferentes a las de José Arcadio, el cual no haría algo como esto con sus enemigos
pues era muy rencoroso, Rebeca y Amaranta a pesar de sus conflictos podían llegar a un
acuerdo. Con esta cita también se demuestra que el rencor entre estos dos personajes no era
tan profundo como ellas creían sentir, en realidad por dentro se seguían queriendo como
hermanas, y de esto se da fe hacia el final del libro por como Rebeca seguía martiriando la
conciencia de Amaranta.
Capítulo 6
Le pide el coronel Gregorio Stevenson a Arcadio Buendía antes de que atacaron el cuartel, y
Arcadio se lo cumple, lo cual es un tanto contradictorio pues no le había creído nada de lo que
había dicho desde que había llegado a Macondo hasta ese momento, pero ya para esas alturas
Arcadio no tenía más nada que perder, así que decide soltarlo, y resulta ser que este hombre si
dijo siempre la verdad y pelea asombrosamente, pero igual muere con sus “trapos de mujer”.
Esta cita es importante porque a través del libro este no es el único caso en el que se cumple el
último deseo de alguien destinado a morir, muchas otras veces pasa lo mismo, esto puede ser
indicio de que el autor le tenga cierto respeto especial a ese derecho que se le da a las
personajes antes de pagar alguna sentencia, especialmente si la condena con la que tienen que
pagar es la de la muerte.
Pietro Crespi había confundido la pasión entre él y Rebeca con amor, y no se da cuenta de ello
hasta que se enamora de verdad, y de Amaranta esta vez. Esto pasa varias veces durante el
libro como varios integrantes de la estirpe de los Buendía, pues estos al parecer se dejaban
mucho llevar por la pasión, la lujuria, en vez de concentrarse más en los sentimientos reales,
como lo que pasa con José Arcadio y la gitana, con Amaranta Úrsula y Gastón, entre otras
parejas a lo largo de la obra. Pasa mucho en la vida que confundimos esa llama de la pasión con
amor, y cuando ya la llama se apaga no queda nada, y nos sentimos vacios y es así como nos
damos cuenta de que no era amor lo que sentíamos, sino un sentimiento completamente
diferente aun cuando suelen coexistir juntos.
Capítulo 7
La guerra terminó en mayo, el coronel Aureliano y Gerineldo Márquez (su hombre de confianza)
fueron hechos prisioneros. Aureliano fue condenado a muerte y su ultimo deseo era morir en
Macondo. Cuando se disponían a fusilarlo apareció José Arcadio con una escopeta y consiguió
que lo soltaran. El capitán Roque Carnicero (capitán del pelotón de fusilamiento) y sus seis
hombres intentaron salvar al general liberal Victorio Medina, pero cuando llegaron ya lo habían
fusilado.
Gerineldo le expresó a Amaranta su intención de casarse con ella, pero Amaranta lo rechazó.
Aureliano mandó una carta a su madre avisando de que José Arcadio Buendía se moriría pronto,
por eso lo sacaron de debajo del castaño y lo amarraron a la cama. José Arcadio tardó poco en
morir.
Capítulo 8
Aureliano José intenta acostarse con su tía Amaranta pero esta lo rechaza. Aureliano visita
Macondo y se lleva a su hijo Aureliano José a la guerra. Posteriormente llegan a Macondo
rumores de que Aureliano ha muerto. El alcalde de Macondo es el general conservador José
Raquel Moncada, este es amigo de Aureliano que lo acabará fusilando cuando restablezca el
control de Macondo. Aureliano José deserta del ejército para intentar conquistar a Amaranta pero
esta lo vuelve a rechazar ya que echa en falta a Gerineldo Márquez. Mientras, Úrsula recibe en
casa a diez hijos de Aureliano, todos son Aureliano. Aureliano José es asesinado por el capitán
conservador Aquiles Ricardo en medio de la calle.
Capítulo 9
Gerineldo Márquez vuelve a ser rechazado por Amaranta. Entretanto Aureliano regresa a
Macondo. Cuando Aureliano fue a entregar los objetos personales del gral. Moncada a su viuda,
le quemó y saqueó la casa.Teofílo Vargas se había apoderado del mando central liberal y
Aureliano a propuesta de un capitán decide matarlo para hacerse con el poder. Pero debido a los
remordimientos decide matar al capitán que se lo había propuesto. Aureliano recibe la visita de
un comisionado de su partido que le propone unas reformas contrarias al pensamiento liberal,
pero aun así las acepta. Gerineldo interpretó el acuerdo como una traición y fue condenado a
muerte por sus palabras. Después de la intervención de Úrsula, Aureliano rectifica e intenta
acabar con la guerra firmando la rendición. A continuación intento suicidarse pero se salvó.
Capítulo 10
Uno de los gemelos era Aureliano II, que se casó con Fernanda del Carpio y engendraron a José
Arcadio. El otro era José Arcadio II. Las aficiones de los dos hermanos eran muy distintas, José
Arcadio II se dedicaba a criar gallos de pelea y Aureliano II se dedicaba primero a leer libros y
manuscritos y luego a tocar el acordeón. Los gemelos compartieron sin enterarse a la misma
mujer, Petra Cotes, pero fue Aureliano II quien tuvo una hijo con ella que fue educado por Úrsula
para que fuera cura en un futuro. También es Aureliano II quien convive con Petra Cotes a pesar
de estar casado con Fernanda, pero es que las relaciones con Petra hacen que los animales se
reproduzcan rápidamente. Remedios la bella, que es la otra hija de Arcadio y Santa Sofía de la
Piedad, fue la reina del carnaval que se celebró en Macondo, en que apareció una comparsa
procedente de otro pueblo de la cual la reina era Fernanda del Carpio ,(que así se dio a conocer
en Macondo). Pero a media noche la comparsa atacó el pueblo. José Arcadio II salvó a
Remedios y Aureliano II salvó a Fernanda.
Capítulo 11
Llovió cuatro años once meses y dos días. Durante este tiempo a
Fernanda se le escapó de la habitación el niño y cuando su abuelo lo vio
decidió cuidarlo. Al ver que la lluvia no para Aureliano II se va a casa de
Petra Cotes donde se estará tres meses antes de volver a su casa. Una
vez en su casa Fernanda le dice que casi no queda comida pero este no
se inmuta, pero debido a una discusión con Fernanda, Aureliano II
decide ir a buscar comida. Úrsula se trastoca y Aureliano II decide
buscar el tesoro que se encontraba en un San José y que Úrsula había
escondido esperando el regreso de su propietario. Pasados ocho meses
del final de la lluvia Aureliano volvió con Petra Cotes.
Capítulo 17
Úrsula mejora con la llegada del buen tiempo y decide limpiar la casa,
pero meses después muere con unos 120 años. José Arcadio abandona
Roma antes de hacer los votos perpetuos y regresa a Macondo.
Aureliano II y Petra cotes viven de las rifas muy felices hasta que el
enferma, entonces decide hacer una gran rifa para conseguir dinero y
poder mandar a Amaranta a estudiar a Bruselas. Después de la marcha
de esta a Bruselas, muere Aureliano II a la vez que también lo hacia
José Arcadio II después de enseñar a leer y a escribir a Aureliano. El día
de su muerte fue el nueve de Agosto. En el entierro las tumbas se
confundieron. También había muerto anteriormente Rebeca.
Capítulo 18