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HARVE Y S. PERLOFF.

EL FUTURo ECONOMICo
de
C 60

uerto

Condensación y revisión
de la obra original
PUERTO RICOS
ECONOMIC FUTURE
del mismo autor

SECCION DE PUBLICACIONES E IMPRESOS


DEPARTAMIENTO DE INSTRUCCION
SAN JUAN, PUERTO RICO
HARVF. Y S. P. RL()+"F

EL FUTURO ECONOMICO
de
CO
uertº

Condensación y revisión
de la obra original
Pl ERTO RICO”S
ECONOMIC FUTURE
del mismo autor

Con densación: D Al S Y D. RECK


Traducción: ANTONIO J. COLORADO

,
//
º;
5 7
º5 7
D0CUMENIS
DEP.
PREFACIO *
En el progreso de las comunidades, al igual que en la vida
del individuo, es conveniente hacer un balance periódico de los
logros al par que un estimado sistemático de las tendencias y
los posibles cursos de acción futuros.

Fué precisamente fin de ayudar a nuestra comunidad a


a
hacer ese estimado y a planificar su futuro, que el Centro de
Investigaciones Sociales de la Universidad de Puerto Rico,
pidió al distinguido economista Perloff que pre
Dr. Harvey S.
parara un estudio de la economía puertorriqueña. La obra del
señor Perloff, Puerto Economic Future, está basada
Rico”s
principalmente en ese estudio. Fué publicada para la Universidad
de Puerto Rico por la Editorial de la Universidad de Chicago.

De esa obra se hizo una condensación y simplificación que


traducida al español publica ahora la Universidad de Puerto
Rico para la Administración de Fomento Económico en el pre
sente folleto.

Este folleto es un intento de sintetizar la obra del señor


Perloff para hacerla asequible a mayor número de lectores. En
él se han suprimido algunas tablas y reducido considerablemente
el texto. Muchas estadísticas básicas se han puesto al día, para
que el cuadro general tenga mayor actualidad.

Laidea de que esta obra se publique en esta forma está


inspirada en el deseo expresado por el Gobernador de Puerto
Rico, don Luis Muñoz Marín, en el Mensaje que leyó ante las
Cámaras Legislativas el año pasado.

Dijo esa ocasión el Gobernador, que todas nuestras deci


en
suones deben ser tomadas a base de conciencia, y de conciencia
que busque siempre estar bien informada.

Obviamente, la obra del Dr. Perloff ofrece amplia oportunidad


de enriquecer sus conocimientos sobre Puerto Rico a todas las
personas interesadas en el tema.

* A la primera edición

¿182
CAPITULO I

INTRODUCCION

“Puerto Rico es una isla extraordinariamente bella en la


región del Caribe, que presenta problemas económicos y demográ
ficos de extraordinaria dificultad.”

Aunque el ingreso per capita de Puerto Rico es superior al


de Cuba, casi dos veces mayor que el de Jamaica y varias veces
superior al de la República Dominicana o al de Haití, es sólo
una quinta parte del promedio enlos Estados Unidos continenta
les y menos de la mitad del de Misisipí, el estado más pobre de
la Unión.

El empleo es generalmente
estacional. La alimentación del
grupo de bajos ingresos es del todo ina de cuada. Mucha gente
vive en chozas rurales o en albergues de arrabales urbanos que
sólo tienen una o dos piezas, prácticamente sin muebles y uten
silios de cocina y sin medios sanitarios. Esta gente no puede
alimentar, vestir, albergar y educar debidamente a sus muchos
hijos.

Aun el presente nivel de vida en la isla depende en grado


lamentable del incierto e insatisfactorio apoyo de las ayudas, los
subsidios y las concesiones tarifarias del Gobierno de los Esta
dos Unidos.

Otro factor desfavorable en la situación es el desmedido


aumento demográfico. En el período de 1899 a 1910, el índice de
natalidad en Puerto Rico promediaba anualmente 40.5 por cada
mil habitantes y el de mortalidad 25.3, lo que resultaba en un
índice de aurmento natural de 15.2 por mil. En 1948, el índice de
natalidad continuaba siendo el mismo—41 por mil—pero el de mor
talidad bajó a 12 por mil, cifra comparable a la de los países más
adelantados económicamente del mundo. Como resultado, el au
mento demográfico natural es hoy extraordinariamente alto: 29 por
mil. La extrema presión demográfica, gravitando sobre una econo
mía inestable de estrecha base y escasos recursos naturales, hace
muy urgente los problemas a que se enfrenta el país.
Las numerosas comisiones que han estudiado la situación de
Puerto Rico destacan, al par que deploran, la presión demográfica
que se origina en el rápido aumento poblacional. Cada capítulo
del informe del cuerpo técnico del Comité Interdepartamental de
1940 sobre Puerto Rico, termina con las siguientes palabras: “A
la larga... a no ser que se resuelva el problema demográfico, todo
cuanto se haga es arar en desierto.”

Puerto Rico tiene una superficie territorial de unas 2,256,000


cuerdas, más del 70 por ciento de las cuales es terreno montañoso
y abrupto. En ese limitado espacio conviven apretadamente más
de 2,220,000 personas, sobre un suelo relativamente pobre y de
escasos recursos naturales.

El progreso económico, que ha sido rápido e impresionante en


la última década, casi se cancela por el inexorable aumento po
blacional, que de continuar al presente ritmo haría de Puerto Rico
el país de mayor aumento demográfico del mundo.

CAPITULO 2

CUATRO SIGLOS DE REGIMEN ESPAÑol

Si bien el problema de la densidad demográfica en Puerto


Rico es fenómeno del siglo veinte, los problemas de la pobreza
generalizada, la incertidumbre y la dependencia política son
legendarios.

Colonizado en 1508, Puerto Rico fué colonia de España por


cerca de cuatro siglos. Los puertorriqueños son descendientes de
los españoles que ocuparon y colonizaron la isla, de los aborí
genes que aquéllos encontraron aquí, de los negros que importaron
y, en menor grado, de los portugueses, franceses, corsos y otros
emigrantes europeos que vinieron luego.

De 1508 a 1898, fecha en que Puerto Rico fué cedido a los


Estados Unidos, gobernaron la isla 142 gobernadores españoles.
Estos no sólo ejercían el mando supremo en asuntos militares,
sino que poseían también toda la autoridad civil.

Durante los siglos del régimen español los puertorriqueños


se esforzaron, sin éxito las más de las veces, por lograr un mayor
grado de gobierno autónomo dentro del imperio. Finalmente, la
metrópolis concedió un grado sustancial de gobierno propio bajo
la Carta Autonómica de 1897. No obstante, el Gobernador General
español retenía aún la autoridad suprema y el poder de suspender
los derechos civiles y de revocar las leyes aprobadas por el par
lamento insular.

La primitiva economía

La caña de azúcar se introdujo Puerto Rico en 1515, pero


en
no llegó a ser el cultivo principal sino hasta después de la ocupa
ción americana. En 1581 funcionaban once ingenios azucareros,
que producían unas 187 toneladas al año.En época tan cercana
como 1828, la producción de azúcar no llegaba aún a 10,000
toneladas. El café, introducido en 1726, pasó a ser rápidamente
el producto más importante, posición que retuvo hasta fines del
siglo XIX.

La mayor parte de la producción agrícola durante el siglo XVIII


era para el consumo doméstico, aunque algunos renglones encon
traron un reducido pero lucrativo mercado de exportación. Los
principales productos de la isla eran el jengibre, el azúcar, las
mieles, el café y los cueros. El tabaco iba adquiriendo importan
cia comercial, pero España lo hizo un monopolio del estado. Las
mieles tenían buen mercado en las colonias de la Nueva Inglaterra.
La ganadería fué una industria importante desde temprano en la
época colonial, hasta que las tierras de pastoreo comenzaron a
transformarse en cañaverales.

El primer censo general de la isla lo hizo en 1765 el Mariscal


de Campo Alejandro O'Reilly, comisionado por el Rey para que
realizara un estudio militar, social y económico de la isla. La
población de la colonia era en aquel entonces de 44,883 personas,
de las cuales 5,037 eran esclavos. A pesar de la abundancia de
tierras, la relativa diversificación agrícola y el lucrativo comer
cio de exportación, el común de los puertorriqueños vivía en
extrema pobreza. Para aquella época, el absentismo terrícola y
el abuso de los recursos por los comerciantes españoles pare
cían constituir ya graves problemas. En su informe de 1765 a
Carlos III, el Mariscal O'Reilly hace la siguiente descripción: º

“Para que se conozca como han vivido y viven


hasta ahora estos naturales, conviene saber que en
toda la isla no hay más que dos escuelas de niños;
que fuera de Puerto Rico y la villa de San Germán
pocos saben leer, que cuentan por épocas de los
Gobernadores, huracanes, Obispos, arribo
visitas de
de flotas o Situados; no entienden lo que son leguas,
cada uno cuenta la jornada o proporción de su andar,
los hombres más visibles de la isla, comprendidos
los de Puerto Rico, cuando están en el campo andan
descalzos de pie y pierna. Los blancos ninguna re
pugnancia en estar mezclados los pardos. Todos
con
los pueblos, a excepción de Puerto Rico, no tienen
más vivientes continuo que el Cura, los demás existen
siempre en el campo, a excepción de los Domingos
que los inmediatos a la Iglesia acuden a misa, y los
tres días de Pascua en que concurren todos los feli
gres es generalmente. Para aquellos días tienen unas
casas, que parecen palomares, fabricados sobre pila
res de madera con vigas y tablas: estas casas se
reducen a un par de cuartos,
están de día y noche
abiertas, no habiendo en las más, puertas ni ventanas
con que cerrarlas: son tan pocos sus muebles que en
un instante se mudan: las casas que están en el campo
son de la misma construcción, y en poco se aventajan
unas a otras. Los sujetos distinguidos de la isla son

º Tomado del Tomo VIII del Boletín Histórico de Puerto Rico de Cayetano Coll
y Toste. -
pocos, la única diferencia entre los otros está en
tener alguna cosilla más de caudal o su graduación
de Oficial de Milicias”.

Desarrollo Económico en el siglo XIX

El hombre en Puerto Rico no se daba prisa en utilizar las


tierras. En fecha tan cercana como 1830, cuando la isla tenía
unos 315,000 habitantes, sólo se cultivaban alrededor de 121,000
cuerdas, como sigue:

Leguminosas (plátanos, batatas, Cuerdas


ñame, casabe, etc.) . . . . . . . . . . 40,955
Café . . . . . . . . . . . - es e e º e - e º e e a e - es a e - 17,247
Maíz . . . . . . . . . . . ------ . . . . . . . . . . . . 16,674
Arroz - . . . . . . . - - e e º e a e - . . . . . . . . . . . - 15, 290

Caña de azúcar. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 15,242


Frutas . . . . . . . . . . . . . º e e e e e º e a e e . . . . 8,301
Algodón . . . . . . . . . . . . . . . e º e e - e e º e e º e 3, 170
Tabaco . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2,676
Otros productos .. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1, 166

Total de tierra cultivada . . . . . . . 120,721

Esta cifra contrasta con el millón de cuerdas bajo cultivo- en


el año de 1945.

La industria en la isla se limitaba a la molienda de la caña


de azúcar, la destilería de ron y la fabricación de algún material
de construcción de obras. Las fábricas eran pequeñas y primitiva
la maquinaria. En general, España desalentaba el establecimiento
de industrias manufactureras, imponiendo fuertes aranceles de
importación a la materia prima y a la maquinaria, tales como
molinos para trigo y otros granos. Además, en virtud de conce
siones tarifarias y privilegios, España controlaba el número y la
forma de los establecimientos de la isla.

Entre los censos de 1832 y 1899 se anotó un aumento demo


gráfico de 330,000 a 953,000, o sea que la población casi se
triplicó en sesentisiete años.
Este desarrollo corre paralelo con el incremento de la econo
mía insular. La tierra bajo cultivo aumentó gradualmente de
121,000 cuerdas en 1830 a 189,000 en 1862 y a 282,000 en 1896.
El aumento, no obstante, se dedicó principalmente a las cosechas
de mayor importancia, como el café y el azúcar. Vemos, pues,
que durante la última parte del régimen español el desarrollo de
la economía puertorriqueña se apartaba de la agricultura de sub
sistencia, mientras aumentaba la importancia de los cultivos
comerciales y la isla dependía cada vez más del comercio ultra
marino.
Comercio exterior

Hasta 1804, cuando los puertos del país se abrieron al comer


cio extranjero, España monopolizó el comercio extranjero legal
mente permitido en la isla, y aun después de esa fecha retuvo
para sí ventajosas preferencias comerciales. Los aranceles de
Puerto Rico tenían por principal objeto la recaudación de ingresos,
ya que en España había pocos productos nacionales que necesi
taran protección en Puerto Rico.

Tan bajos eran los ingresos de los puertorriqueños que apenas


si podían adquirir los elementos más imprescindibles para la
vida, y muchos de éstos, especialmente, el arroz, la harina, el
bacalao y las telas de algodón, venían mayormente del exterior.
En consecuencia, los derechos de importación eran un pesado
gravamen sobre la masa de agricultores y obreros. De un sesenta
a un setenticinco por ciento de los derechos aduaneros recaudados
por el gobierno (el grueso de las rentas públicas provenía de esta
fuente) se originaba en los tributos sobre alimentos importados
y, por añadidura, las provisiones más corrientes se gravaban con
otro impuesto más, llamado de consumo, al entrar en los munici
pios.

El valor anual promedio del comercio exterior de Puerto Rico


durante los últimos sesenticinco años del régimen español, au
mentó cerca de 150 por ciento, a un ritmo comparable al del
aumento demográfico. Al finalizar el período, el valor per capita
del comercio era un poco más alto que en el comienzo.
Durante los primeros cuarenta años del régimen norteameri
cano, el comercio exterior de Puerto Rico aumentó alrededor de
300 por ciento, y el comercio per capita, casi 150 por ciento.
(En estas comparaciones, hay que dejar algún margen para la
variación en el nivel de los precios durante esos años.)

A fines del régimen español, menos de una tercera parte del


valor total de las importaciones de Puerto Rico correspondía a
España, casi una cuarta parte a los Estados Unidos, y algo más
que eso al Reino Unido y sus posesiones.

Durante este período, España compraba 25 por ciento de las


exportaciones puertorriqueñas, Cuba 23 por ciento, y los Estados
Unidos, Francia y Alemania, más de 10 por ciento cada una.

Un examen del comercio ultramarino de Puerto Rico a fines


del régimen español, revela que el 40 por ciento o más del valor
de las importaciones y más del 95 por ciento del valor de las
exportaciones, consistía en productos agrícolas.

La comercialización de importantes sectores de la


creciente
e conomía agrícola y la creciente subordinación del país al comer
cio exterior, parece que no influyeron gran cosa en mejorar las
condiciones de vida del común de los puertorriqueños. Un informe
reza como sigue:

“La desnutrición del pueblo en general parecía


crónica, y la anemia, resultado principal de la uncina
riasis, era tan común como para considerarla enferme
dad nacional... En 1887, un distinguido médico de la
localidad declaró que la alimentación de la gran
mayoría de los campesinos era tan escasa que apenas
sf bastaba para renovar el desgaste orgánico, y con
harta frecuencia, las provisiones eran de tan mala
calidad que se ha debido prohibir su uso.”

El censo de 1899 reveló que sólo 20 por ciento de la población


de diez años de edad y mayor sabía leer o escribir.
CAPITULO 3

DESA RROLLO POLITICO Y ECONOMICO DEL SIGLO XX

La de los puertorriqueños por la autonomía apenas


lucha
comenzaba a dar frutos, cuando las tropas de los Estados Unidos
desembarcaron en la isla durante la guerra hispanoamericana. El
destino del país volvió a depender otra vez más de las decisiones
que se tomaban en una lejana capital.

Bajo la Ley Foraker, aprobada por el Congreso de los Estados


Unidos en 1900, y conocida como Primera Acta Orgánica de
Puerto Rico, el dominio efectivo del Gobierno Insular descansaba
en manos de funcionarios americanos nombrados por el presidente
de la nación. El Consejo Ejecutivo, hacía las veces de
que

Cámara Alta en la legislatura insular, era nombrado por el Pre


sidente de los Estados Unidos, y la ley se limitaba a disponer
que cuando menos cinco de sus miembros fueran insulares. Sólo
la cámara baja—la Cámara de Representantes—compuesta de 35
puertorriqueños, era electa por voto popular.

De acuerdo con las disposiciones de la ley, se estableció el


comercio libre con los Estados Unidos, y Puerto Rico quedó
comprendido en las leyes tarifarias de la nación y sujeto a su
sistema monetario. Se eximió a la isla de contribuir al sosteni
miento del Gobierno aplicándose el principio de “no
federal,
taxation without representation” (no se imponen tributos si no se
otorga representación). Las rentas internas recaudadas sobre
productos puertorriqueños los derechos arancelarios impuestos
y

a mercancías extranjeras que entraban al país, iban al Tesoro


insular y no al federal. Una importante disposición de la ley
limitaba a 500 acres la posesión y tenencia de tierras por corpo
raciones, a fin de evitar el latifundio; pero esa disposición no se
puso en vigor sino hasta 1941.

La Segunda Acta Orgánica, la Ley Jones de 1917, otorgó al


pueblo Puerto Rico la ciudadanía de los Estados Unidos. La
de
ley disponía, además, la creación de una legislatura de dos
cámaras, cuyos miembros fueran electos cada cuatro años por

10
sufragio universal. No obstante, el Gobernador, el Comisionado
de Instrucción Pública, el Auditor y los jueces del Tribunal
Supremo, seguirían siendo nombrados por el Presidente de los
Estados Unidos. Entre otras prerrogativas, el Congreso de los
Estados Unidos se reservaba la de anular cualquier ley de la
Legislatura Insular, privilegio que, sin embargo, el Congreso no
ha ejercido nunca. Estas disposiciones de vía media de la Se
gunda Acta Orgánica se hubieran considerado acaso medidas
liberales en 1900, más su concesión diecisiete años después
las hacía insatisfactorias en muchos respectos.

Cada vez con mayor insistencia, después de 1920 y 1930, el


pueblo de Puerto Rico expresaba su sentir de que había llegado
a una etapa de madurez política que justificaba mayor amplitud
de gobierno propio que el que se concedía en el Acta Jones. De
igual manera se sostenía que la opción a determinar su status
político correspondía Puerto Rico y no al Gobierno Federal.
a
Finalmente, tras siete años de recomendaciones favorables del
Presidente Roosevelt en el anterior
sentido y del Presidente
Truman en ambos, el Congreso actuó en lo primero pero sin tocar
el asunto de la propia determinación.

La Ley del Congreso en 1947, ampliaba considerablemente


el marco de gobierno propio para Puerto Rico. Disponía la elec
ción del Gobernador por el pueblo de Puerto Rico y el nombra
miento por aquél de todos los funcionarios con excepción del
Auditor y los jueces del Tribunal Supremo.

Tres etapas bajo el régimen norteamericano

Puede considerarse que el desarrollo económico de la isla


durante la primera mitad del siglo XX, abarca tres períodos o
etapas definidas: la primera va de 1899 a 1927; la segunda, de
1928 a 1940; y la tercera, de 1941 hasta el presente.

1899 - 1927

Durante este período, casi todas las industrias y fuentes de


ingreso del país siguieron una línea ascendente. Medidas de

11
gobierno extendidas Puerto Rico, como la protección arancela
a
ria, hicieron muy lucrativa la producción de ciertos artículos del
país como el azúcar y el tabaco. Unos $120,000,000 de capital
privado del exterior acudieron a la isla, primero para modernizar
y comercializar la agricultura y posteriormente a fin de fomentar
la manufactura. El Gobierno insular construyó carreteras, salones
de clase, obras municipales y plantas eléctricas y de regadío
combinadas, ayudando así a sentar las bases de la expansión
económica. La producción de azúcar aumentó mucho y continua
damente, desde un promedio
anual de 57,000 toneladas en la
última década del régimen español, hasta un promedio anual de
900,000 toneladas en los años sucesivos a 1930. El crédito y
las facilidades bancarias se expandieron a un ritmo extrema
damente rápido. El balance consolidado de los bancos de Puerto
Rico el 30 de junio de 1898 arrojaba un total de $1,839,000 en
depósitos. Para 1928, ya se habían establecido cuatro sucursales
de bancos norteamericanos y canadienses, y el número de bancos
nativos aumentó de cuatro a catorce, con un total de depósitos de
casi $54,000,000.

La continua y considerable afluencia de capital de los Esta


dos Unidos continentales, especialmente la industria azuca
para
rera, afectó profundamente la vida económica, política y social
de Puerto Rico, tanto con consecuencias favorables como desgra

ciadas. De una parte, el país sufría los resultados del latifundio,


el absentismo y el monocultivo, con la inevitable formación de
una numerosa clase de labradores empleados sólo durante la zafra,
como es característico de toda economía azucarera. De otra
parte, se creaban nuevas industrias, que daban origen a nuevas
formas de ocupación; se producían y exportaban mayores cantida
des de artículos manufacturados; y aumentaban considerablemente
la producción total y el ingreso de la isla.

Pero, aunque la economía progresaba “gracias a la creciente


producción de una industria mejor capitalizada, al creciente vo
lumen y ritmo del intercambio que sigue a la comercialización
agrícola y la diversificación de empleos que siempre acompaña

12
a estas transformaciones”, al finalizar el período de rápido des
arrollo económico, el informe del Instituto de Brookings no pudo
menos de decir en 1929 que “continúa siendo deplorable la
situación de la masa del pueblo en la isla”. El común de los
puertorriqueños sólo encontraba trabajo cuatro días de la semana,
y su ingreso era inferior a tres dólares.

Al buscarle explicación a la tenacidad de la pobreza frente


a la rápida afluencia de capital y al notable progreso de la agri
cultura y la industria, el informe de Brookings destacaba el
problema de población. “Cabe normalmente asumir”—decían los
autores del informe—“que una afluencia de capital del exterior
como la que notamos en Puerto Rico, vendría a compañada de
empleo total y de un ascenso continuo del nivel de vida. El que
no haya ocurrido así, por lo menos en grado notable, se debe
atribuir principalmente al rápido crecimiento demográfico en la
isla.”

1928 - 1940

Si “la situación de las masas del pueblo isleño” en el período


anterior a 1928, se califica de deplorable, entonces la correspon
diente a ese mismo pueblo en los trece años siguientes no tendría
otro calificativo que el de “crítica”.

Dos huracanes, una sequía y los efectos de la gran depresión


económica mundial, cayeron sobre la isla con inusitada violencia.
La producción de las principales ramas de la economía mermó
considerablemente. El café bajó de 32,000,000
libras en de
1927-28, a 5,000,000 de libras en 1929-30. El valor de las expor
taciones descendió de $107,000,000 en 1926-27 a $75,000,000
en 1932-33.

Gran parte de la masa trabajadora quedó desempleada, y la


mayoría de las familias sufrió grandes privaciones. El ingreso
neto per capita de Puerto Rico se contrajo violentamente, de
122 dólares en 1929-30 a 86 en 1932-33.

13
Comenzando en 1933, con la PRERA (Administración de
Auxilio de Emergencia de Puerto Rico) el Gobierno de los Estados
Unidos prestó ayuda generosa y, en algunos casos, con resultados
constructivos. En 1935, la Administración de Reconstrucción de
Puerto Rico se empeñó en un programa de dos objetivos: primero,
la inversión (hasta que la suspendió el Congreso de los Estados
Unidos en 1941) de aproximadamente $72,000,000 para atender a
los desempleados; y segundo,
el desarrollo de un programa de
reconstrucción económica encaminado a crear nuevas fuentes de
trabajo y de ingresos. Entre los proyectos acometidos cuentan
la construcción escuelas, el fomento de plantas hidroeléctri
de
cas, la construcción de caseríos, la reforestación, los trabajos
de bienestar social, la compra y operación de ingenios azucare
ros, la creación de plantas industriales para la manufactura de
cemento y de alcohol butílico, y un intento de rehabilitación
rural por medio de la reinstalación de familias campesinas.

Hasta el 30 de junio de 1941, los gastos de ayuda y rehabi


litación del Gobierno federal en Puerto Rico, incluyendo los de
la PRRA, la Administración de Obras Públicas, la Administración
Nacional de la Juventud, la Administración de Adelanto de Obras,
el Cuerpo de Conservación Civil y otras, ascendieron a
$ 130,000,000. En los tres últimos años del período, se distribuyó
alimento por la cantidad de $7,300,000 para auxiliar al pueblo.
La AAA (Agencia Ajuste Agrícola) la FSA (Administración de
de
Seguridad Agrícola) y el Servicio de Conservación de Suelos
invirtieron millones de dólares del Tesoro federal en Puerto Rico.
Las varias agencias de prestamos del Gobierno federal también
facilitaron millones de dólares. El total de aportaciones federales
de todas estas fuentes, entre 1933 y 1941, ascendió a $230,000,000.
A pesar de estos considerables desembolsos, en 1940 la WPA
(Administración de Proyectos de Trabajo) clasificó como “menes
terosas” a 140,000 familias de entre un total de 354,000 que
componían el país.

Durante toda la década posterior a 1930, el capital extranjero


o doméstico no creó ninguna industria importante, aparte de la del
IO ne

14
De todos los índices importantes, sólo el de aumento pobla
cional tuvo un ascenso continuo durante todo el período. Es de
notarse que, entre 1930 y 1940, mientras las fuerzas del trabajo
aumentaron en cerca de 100,000 el total de aumento de los empleos
regulares fué sólo de alrededor de 10,000. El 1º. de abril de
1940, la población a sostenerse de una economía inestable e
insuficiente era de 1,869,255 habitantes, mientras continuaba en
ascenso el índice de crecimiento demográfico natural. (Véase la
siguiente tabla.)

Promedio del índice


Fecha del Censo Población
anual de aumento (%)

Nov. 10, 1899 953, 243 1.50


Abril 15, 1910 1, 118,012 1.54
Enero 1, 1920 1,299,809 1.56
Abril 1, 1930 1,543,913 1.69
Dic. 1, 1935 1,723, 534 1.95
Abril 1, 1940 1,869, 255 1.89

La primera Carta Orgánica prohibía expresamente las corpo


a
raciones el dominio o tenencia de más de 500 cuerdas de tierra.

Esta prohibición no se puso en vigor sino hasta 1941.

En 1940, según los records de la AAA, 51 corporaciones po


seían y operaban, u operaban simplemente, un total de 249,000
cuerdas en violación de la Ley de las 500 cuerdas. Parte de
estas propiedades corporativas eran de la mejor tierra. Para aquel
entonces sólo había 54,000 agricultores terratenientes o arrenda
tarios, de entre un total de 229,000 que vivían del laboreo agrí
cola. La inmensa mayoría de los agricultores eran labradores sin
tierra de su propiedad.

Las condiciones acontecimientos de los años subsiguientes


y

a 1930, destacan también el fracaso y la evidente incapacidad de


las industrias agrícolas de la isla para absorber algo del rápido
aumento numérico de las fuerzas del trabajo. Durante el período,
las fuerzas del trabajo aumentaban a razón de más de 10,000 por

15
año, a pesar de lo cual el empleo agrícola en 1940 fué considera
blemente inferior lo que había sido una década antes y aun a
a

lo que fué en 1910. Este estancamiento de empleo agrícola sub


raya la urgente necesidad de encontrar nuevas fuentes de ocu
pación y de ingresos para la isla. Se ha visto claramente, que,
de no estimularse la industria en alguna forma, quedaría condenado
a la desocupación un porcentaje cada vez mayor de las fuerzas
del trabajo, especialmente entre los jóvenes que todos los años
entran al mercado de brazos en gran número. Uno de los factores
más graves de la situación es la perspectiva de ese creciente
número de jóvenes desempleados.

El desenvolvimiento económico de este obligó a


período
pensar seriamente en la batallona cuestión del status político.
Muy pocos Puerto Rico o en el continente estaban satisfechos
en

con la incertidumbre de la situación política. No obstante, grupos


e individuos responsables cada vez veían mejor que ante la
precaria situación económica de la isla, no podía pensarse en
cambio alguno del status político si esto iba a empeorar la situa
ción económica.

Las industrias de exportación puertorriqueñas, espina dorsal


de la economía isleña, cada vez dependían más de la protección
del arancel de los Estados Unidos y de las ayudas y subsidios
federales. El continente se había convertido virtualmente en el
único mercado de los productos puertorriqueños.

Aparte de las erogaciones federales de “emergencia”, los


ingresos del impuesto federal sobre el ron, que
se expandían
paralelamente con el aumento de la industria exportadora de ese
producto, proveían al Gobierno insular de fondos muy necesarios
para los servicios públicos esenciales. Era evidente que el pro
blema del status no se podía separar de los problemas econó
micos críticos, y que la solución del primero estaba ineludible
mente enlazada con la de los segundos.

Fué en este marco general que se produjo en Puerto Rico


una reorientación política de profundo significado. En las décadas

16
anteriores a 1938, los partidos políticos se debatían en torno al
problema del status, mientras los grupos en el poder habían per
mitido que el orden económico se deteriorara, más que por nada,
por mera omisión.

En 1938, Luis Muñoz Marín, que había roto con los partidos
tradicionales, fundó el Partido Popular Democrático, cuyo pro
grama esencialmente
era de naturaleza interna y económica.
Durante la campaña electoral de 1940, Muñoz Marín apeló princi
palmente a los campesinos de los distritos rurales y a los trabaja
dores urbanos, aunque obtuvo respaldo también en sectores de la
clase media. Los obreros del campo, labradores desposeídos y
olvidados, muchos de los cuales eran analfabetas y escasamente
si participaban en la política, respondieron casi intuitivamente a
la consigna de reformas económicas de Luis Muñoz Marín. En
las elecciones de 1941, el Partido Popular Democrático obtuvo
un dominio tenue de la legislatura, pero logró el suficiente res
paldo para iniciar un amplio y positivo programa económico. En
las siguientes elecciones de 1944, logró un triunfo
el partido
abrumador, dominando 55 de los 58 escaños de las dos cámaras
legislativas. En 1948, repitió y reafirmó su gran triunfo electoral.

Mientras tanto, en el continente se daban cuenta de la nece


sidad de un planteamiento constructivo de los problemas de
Puerto Rico. Tal fué, por lo menos, el sentir del Presidente
Roosevelt cuando en 194l nombró un gobernador de nuevo cuño
para la isla. El Dr. Rexford G. Tugwell, liberal militante, buen
conocedor las ciencias sociales y administrador público de
de
experiencia, quien había sido subsecretario de agricultura, direc
tor de la Resettlem ent Administration y presidente de la Comisión
de Planes de la ciudad de Nueva York, sirvió como jefe ejecutivo
de la isla de 1941 a 1946. No sólo ayudó el Gobernador Tugwell
a iniciar el programa de reforma y fomento y a luchar por Puerto
Rico en Wáshington, sino que echó las bases para la ejecución
del programa económico ejecutiva del
reorganizando la rama
Gobierno insular y ayudando a la preparación de jóvenes puerto
rriqueños para posiciones de responsabilidad.

l7
El ""Nuevo Trato” Puertorriqueño

La elección de 1940, inauguró una era caracterizada por un


esfuerzo positivo y concertado de mejorar las condiciones de vida
del pueblo y de enfrentarse valientemente a las grandes dificulta
des del sistema económico. El
programa que se ha venido desen
volviendo desde 1941 se basa en la urgencia de una reforma
a graria, la diversificación agrícola,
la industrialización y la
búsqueda de nuevas y mejores fuentes de trabajo y de ingresos.

La primer gestión importante del nuevo gobierno fué la apro


bación de la Ley de Tierras de 1941, que disponía que se pusiera
en vigor la Ley de las 500 cuerdas. Esto se logró tras una deci
sión de la Corte Suprema de los Estados Unidos que sostuvo la
validez de aquella providencia federal y del derecho del Gobierno
de Puerto Rico a hacerla cumplir.

La Autoridad de Tierras utiliza los terrenos que adquiere con


tres propósitos: (1) dividirlos en pequeñas fincas de familia
operada por el dueño; (2) establecer “fincas de beneficio propor
cional”, y (3) crear parcelas de subsistencia para los agregados.

El corazón del programa de la reforma agraria es la finca de

beneficio proporcional. Es la forma original e inteligente en que


PuertoRico se encara a la doble necesidad de reformar el agro y
de mantener la eficacia de la explotación en gran escala que
caracteriza a la competitiva industria azucarera.

Frente a la inaplazable urgencia de buscar nuevas fuentes de


empleo, el Gobierno insular creó en 1942 la Compañía de Fomento
Industrial y el Banco Gubernamental de Fomento. Los propósitos
eran determinar qué tipos de industrias ofrecían las mayores
posibilidades de desarrollo y señalarle rumbos a la iniciativa
privada.

Para estimular cultivo de nuevas siembras y el desarrollo


el
de nuevas industrias de elaboración de productos agrícolas, se
estableció la Compañía Agrícola de Puerto Rico en 1945. Esta
empresa se encargaría de continuar la labor allí donde terminaban
las gestiones de la estación experimental agrícola.
Se crearon otras compañías de servicio público que sentaron
las bases de la expansión económica y mejoraron los servicios
públicos y las facilidades de la isla: la Autoridad de las Fuentes
Fluviales, la de Transporte y Comunicaciones y la de Acueductos
y Alcantarillados. Se estable cieron también agencias protectoras
del trabajo, como la Junta de Salario Mínimo y la de Relaciones
del Trabajo.

Una de las innovaciones de mayor alcance fué la creación de


la Junta de Planificación, Urbanización y Zonificación en 1942,
para coordinar las actividades de las nuevas empresas públicas
y encauzar las erogaciones de capital, así como también regular
el uso de predios urbanos.

Pero, a pesar de estas actividades, no se ha hecho


intensas
sino comenzar. La pobreza, la enfermedad, el hambre y la inse
guridad acompañan todavía a la generalidad de los puertorriqueños.
La economía no tiene aún la capacidad de absorber plenamente
la gran masa de trabajadores en rápido aumento.

La situación indica las medidas de fomento acaso no


que

basten por sí solas para crear el equilibrio deseable entre la


población y los recursos, de una parte, y la producción insular,
de la otra. Hay que enfrentarse directamente al problema demo
gráfico.

Los problemas de Puerto Rico son, sin duda, de dificultad


extrema. Pero, al igual que ocurre con casi todos los problemas
socio-económicos, son esencialmente problemas humanos, sus
ceptibles de resolverse o remediarse en forma eficaz y duradera
gracias al esfuerzo y al ingenio del hombre. En último análisis,
el supremo recurso es el hombre mismo, que hasta aquí no se ha
aprovechado adecuadamente Puerto Rico. La experiencia
en

histórica nos demuestra que el potencial humano puede aumentarse


enormemente si las gentes entienden bien lo que se necesita y
se le dan medios de acción. Estas exigencias ya se han comenza
do a cumplir en Puerto Rico.

19
La energía, la imaginación y la madurez política que caracte
rizan los presentes esfuerzos del pueblo puertorriqueño en busca
de una vida superior y de mayor contenido, acaso invaliden las
proyecciones que se han venido haciendo del futuro económico
de la isla. Los factores mencionados dan nueva dimensión a la
potencialidad económica de Puerto Rico.

20
PARTE II
EL ORDEN ECONOMICO DE PUERTO RICO: CARACTERISTICAS
Y TENDENCIAS

CAPITULO 4

LOS RECURSOS Y LA ESTRUCTURA INDUSTRIAL

No cabe evaluar los recursos de un país en un sentido abso


luto. Sólo tienen sentido en términos del ambiente social y mate
rial y de la dinámica del cambio tecnológico y económico. No
obstante, sobre la base del actual conocimiento, es difícil escapar
a la conclusión de que los recursos naturales de Puerto Rico
proveen una base muy frágil para sostener su numerosa y cre
ciente población.

Las exploraciones hasta aquí nos indican los recursosque

minerales del país son escasos y, en general, de poco valor.


Hay cantidades abundantes de arena, piedra caliza, grava, caolina
y arcillas para la fabricación de cemento, vidrio, cerámica y
materiales de construcción, pero los metales preciosos o de
valor industrial no existen en cantidades comercialmente explo
tables.

Hasta donde sabemos, no hay depósitos ni de carbón ni de


petróleo que ofrezcan posibilidades de explotación comercial.
Las corrientes de agua se explotan cada vez más en la produc
ción de fuerza hidroeléctrica, y grandes cantidades de aceite
combustible importado, así como también de bagazo de caña se
usan para generar fuerza de vapor.

En las aguas circundantes no parecen abundar los peces,


aunque los estudios indican que la industria pesquera podría
explotarse mejor.

Quedan pocos bosques en Puerto Rico, debido a la inevita


ble presión demográfica sobre la tierra.

21
El recurso primordial del país ha sido y sigue siendo su
tierra. Desgraciadamente ésta constituye una base precaria para
la economía insular. El servicio de Conservación de Suelos ha
estimado que sólo 845,000
acres de un total de cerca de
2,103,000 son aptos para la utilidad agrícola permanente. Hay
otros cálculos que estiman la cifra un poco más alta. La mayor
parte de la tierra requiere prácticas complejas o extensas de
conservación a fin de mantener la productividad. Puerto Rico
tenía, según datos de a mediados de 1949, 2.2 personas por cada
acre de tierra cultivable. Esto contrasta con los 3 acres de tierra
cultivable por persona que tienen los Estados Unidos, país alta
mente industrializado, que depende, por tanto, en menor grado que
Puerto Rico de la agricultura.

Sólo como una cuarta parte del total de la tierra en Puerto


Rico puede considerarse terreno relativamente fértil. La mayor
parte de la superficie del país—71.2 por ciento—consiste en cerros
y montañas cuya tierra es, en gran parte, de relativa mala calidad.
La gran variación de topografía, suelos y cantidad de lluvia
hacen posible la producción de una amplia diversidad de
cosechas.

LOS RECURSOS HUMANOS

Gran porcentaje de la población de la isla lo componen adoles


centes que aún no están en edad de trabajar, como sucede en las
poblaciones de rápido crecimiento. En 1940, fecha en que se
tomó el último censo, un 40.6 por ciento de la población tenía
catorce años de edad o menos, mientras que en los Estados Unidos
sólo había un 25 por ciento del pueblo en ese grupo cronológico.
De aquí se desprende que, en el caso de Puerto Rico, menos
trabajadores productivos deben sostener un número mayor de
personas económicamente improductivas que lo que es caracte
rístico de regiones de población más estabilizada. Este hecho
tiene implicaciones importantes. Significa que el trabajador
puertorriqueño debe producir más en términos de valor que su
colega del continente si la isla quiere mantener el mismo in
greso per capita que allá. El presentarlo en estos términos,

22
destaca la dificultad a que tiene que enfrentarse Puerto Rico en
la elevación del nivel de vida si su población continúa aumen
tando con igual rapidez que hasta aquí.

La presente distribución cronológica poblacional significa


también que durante la próxima generación, y acaso más allá,
numerosos trabajadores entrarán continuamente en el mercado
del trabajo. La economía puertorriqueña deberá encontrar una
base más amplia que la presente a fin de absorber esta continua
afluencia de nuevos obreros.

En la siguiente tabla, que contiene los estimados correspon


dientes a una semana en abril de 1948, compilados por la Oficina
de Estadísticas del Departamento del Trabajo de Puerto Rico,
presentamos un cuadro de la situación del empleo. La tabla
demuestra que una gran parte de la población no está en las filas
del trabajo; que muchos de los que están en esas filas no en
cuentran ocupación y, finalmente, que hay una población de
2,178,000 que depende de la producción de unas 627,000 personas
empleadas—menos de 30 por ciento de la población.

CUADRO DE LA SITUACION DEL EMPLEO


Abril de 1948

En miles Porcentaje

Población de 14años y mayor 1,327 60.9%


En las filas del trabajo 687 31.5
Empleados (627) 28.8
Desempleados (60) (2.7)
Fuera de las filas del trabajo 640 29.4
En labores caseras (424) (19.5)
En la escuela (131) (6.0)
Incapacitados, retirados, etc. (85) (3.9)
Población menor de 14 años 851 39. 1

Población total 2,178 100.0%

23
Las características cualitativas de una población son deter
minantes básicos del progreso socio-económico. La educación y
la salud son factores cualitativos primordiales, tanto como la
organización familiar y social.

Puerto Rico ha realizado un notable progreso educativo en


los últimos años. Por ejemplo, la literacia de la población de
diez años de edad y mayor ha aumentado de 20.4 por ciento en
1899 a 45 por ciento en 1920, y a 68.8 por ciento en 1940. En
los últimos cuarenta años, Puerto Rico ha ampliado sus facili
dades educativas muchas veces más que cualquier estado de los
Estados Unidos. No obstante, cerca de la mitad de los niños de
edad escolar no asisten a las aulas; y una tercera parte de ellos
abandonan la escuela entre el primero y el tercer grados.

La habilidad o destreza industrial no es cosa corriente en


Puerto Rico; sin embargo, los trabajadores han demostrado apti
tud y disposición para adquirirla mediante el debido adiestra
miento.

En general, la pobreza, la promiscuidad, las enfermedades,


la mala nutrición, la falta de recursos educativos, recreativos y
culturales no propician ciertamente un alto grado de formación
del individuo. Tal y como muchos otros sitios, la
sucede en
pobreza engendra aquellas mismas condiciones que son, en gran
medida, sus propias causas. Romper este círculo vicioso y crear
las condiciones esenciales al mejoramiento humano, es el propó
sito que anima al vigoroso esfuerzo actual del pueblo de Puerto
Rico.
La con figuración del empleo

La estructura económica de la isla se deriva, en gran medida,


de la naturaleza sus recursos—y de la falta de ellos. Sólo un
de
pequeño número de las fuerzas del trabajo puede encontrar ocupa
ción en la minería, la silvicultura, la pesquería, industrias que
contribuyen con muy poco al ingreso insular. Puerto Rico no tiene
una importante fuente de ingresos en la venta de metales y com
bustibles valiosos, como la tienen otros países económicamente
atrasados.

24
Cerca de 39 por ciento de la población empleada se ocupa
directamente en la agricultura, mientras que más de una cuarta
parte de los que trabajan en industrias fabriles se ocupan en la
elaboración de productos agrícolas.

De los 116,000 empleados en la manufactura en abril de 1948,


casi 52,000—prácticamente todos mujeres—trabajaban en labores
de aguja. Dieciocho mil más se ocupaban en la manufactura de
textiles, principalmente en tipos de trabajo manual o de artesanía.

El comercio mayorista y al detalle, las obras de construcción,


el transporte y los servicios proveen las otras fuentes importantes
de empleo.

El ingreso neto insular, descompuesto por tipos de industria,


nos ofrece también un cuadro de la importancia relativa de las
diversas actividades económicas.

En el año fiscal de 1940, treintiuno por ciento del ingreso


neto insular se originaba en las ocupaciones agrícolas; en 1946,
veinticinco por ciento.

En contraste, el ingreso derivado de la manufactura representó


sólo 11.6 por ciento del ingreso total de Puerto Rico en 1940, y
13.2 por ciento en 1946.

El ingreso derivado de las actividades del gobierno constituyó


29.5 por ciento en 1945-46, dos terceras partes del cual provenían
de fuentes del Gobierno federal.

En general, las cifras del ingreso indican la gran importancia


de los sectores agrícolas y gubernamental en la economía de
Puerto Rico. Los dos juntos produjeron más de la mitad del in
greso insular neto en 1945-46.

Tendencias del empleo

Aunque la agricultura es, todavía la principal industria en


Puerto Rico, su relativa importancia ha declinado desde los
primeros años del siglo. Menos de 39 por ciento de la fuerza

25
del trabajo se ocupa hoy en tareas agrarias, en contraste con
alrededor de 60 por ciento en 1910 y 1920.

Aun más grave que el descensola relativa importancia de


de
la agricultura es el hecho de que el empleo agrícola ha llegado
a su nivel de estancamiento en términos absolutos. Esta es sin
duda una de las tendencias más críticas en la situación econó
mica de Puerto Rico.

En vista de estas indudables tendencias o direcciones de la


econcmía del país, es evidente que la mayor parte, y muy posible
todas, de las nuevas adiciones a las filas del trabajo deberán ser
absorbidas por industrias no agrícolas, si es que los nuevos
trabajadores han de encontrar ocupación.

CAPITULO 5

EL PAPEL DOMINANTE DEL AZUCAR

En gran medida, la producción


azúcar es la base sobre
de
que descansa la estructura económica de la isla. Es el principal
producto de exportación.
Provee también importantes materias
primas, tales como mieles para la ventajosa industria del ron
y bagazo para las prometedoras empresas de fabricación de papel,
cartón y tabladillo de cartón (wallboard). El cultivo de la caña
de azúcar y la elaboración y de sus derivados
de este producto
constituyen, con mucho, la mayor fuente de empleos y de ingresos
del país.

La transportación, la fuerza hidroeléctrica,


la comunicación,
así como también los bancos, las empresas de seguros y otras
industrias de servicios se han desarrollado en Puerto Rico de
bido principalmente al auge y crecimiento de la industria azuca
f62fa,

En 1939, cuarentiuno por ciento de toda la extensión agraria


dedicada las cosechas estaba sembrada de caña; y en 1945,
a

treinticinco por ciento. El azúcar, junto con sus productos


derivados constituyó 69 por ciento del valor total de las exporta

26
ciones en cincuentisiete por ciento en 1946; y sesenta por
1940;

ciento en 1948. En este último año, el valor total de estas expor


taciones ascendió a $115,000,000, mientras que todas las demás
exportaciones juntas llegaron sólo a un valor de $77,000,000.

La importancia del azúcar en la economía puertorriqueña se


destaca si nos fijamos en su aportación al ingreso neto de la
isla. Esa aportación recientes ha sido de 40 a 50 por
en años
ciento del ingreso que se origina en la agricultura.

Durante el siglo XIX, la eficiencia de la producción azuca


rera en Puerto Rico no adelantó paralelamente a la del resto del
mundo y, a fines de ese siglo, la industria de la isla estaba en
de cadencia.

Con la introducción de capital de los Estados Unidos y bajo


la protección del arancel norteamericano, la industria azucarera
se ha ampliado enormemente. La extensión sembrada de caña
aumentó más de 400 por ciento entre 1899 y los años subsiguien
tes a 1930; y la producción se multiplicó por alrededor de quince.

En las presentes circunstancias, el cultivo de la caña de


azúcar satisface los requisitos de una buena cosecha básica
para regiones de poca extensión territorial, densa población y
otras condiciones como las de Puerto Rico. El rendimiento por
cuerda es considerable, y requiere mucha mano de obra. Recupera
rápidamente los estragos de los huracanes,
de y tiene mercado
bastante estable.

La capacidad de Puerto Rico para competir con Cuba y otras


áreas bajo costo de producción azucarera, depende en gran
de
medida de la protección arancelaria y de los subsidios federales
a los cosecheros.

Los costosdel cultivo y de la producción del azúcar varían


ampliamente entre las diversas regiones de Puerto Rico así como
también entre los productores individuales. Entre otros factores
que influyen en los costos están la lluvia, la fertilidad del suelo,
la extensión de las fincas, el tipo de caña, el tamaño de
la cen
tral, la calidad de la maquinaria y la eficiencia de la administra

27
ción del negocio. Aquellas regiones inadaptables al cultivo
mecanizado podrían encontrarse en seria desventaja si reviviera
la competencia, ya fuera en virtud de la creciente revolución
tecnológica del azúcar de remolacha o de la liberación del mer
cado continental por la suspensión de las cuotas y otras res
tricciones.

Entre 1938 y 1947 cinco centrales pequeñas cesaron sus


operaciones en Puerto Rico. Opinan algunos peritos que la eco
nomía de producción en gran escala puede conducir a la creciente
concentración de la fabricación de azúcar en un número relativa
mente pequeño de grandes y modernas centrales.

Hasta 1947operaban en Puerto Rico cuatro corporaciones


azucareras propiedad de continentales. Eran éstas, la South
Puerto Rico Sugar Company, la Central Aguirre Association, la
Eastern Sugar Association y la Fajardo Company. Estas cuatro
compañías operaban 10 centrales y producían de 35 a
molinos o

40 por ciento del total del azúcar. En 1947, la Autoridad de


Tierras compró los terrenos de la Puerto Rico Sugar Company
y de la Fajardo Company.

En Cuba, las centrales propiedad de extranjeros elaboraron


en 1945 un 66 por ciento de la producción total de azúcar de la
isla. En el punto más alto de la zafra en Puerto Rico, se emplean
de 130,000 a 140,000 trabajadores en las tareas agrícolas, y de
13,000 a 15,000 en la elaboración del azúcar. Durante la época
muerta, el empleo baja a alrededor de 50,000. Hay unos 16,000
ó 17,000 trabajadores azucareros empleados en las fincas de la
Autoridad de Tierras. Los jornales del azúcar son generalmente
los más altos de toda la agricultura y están entre los más altos
de la ocupación fabril. Pero debido a la naturaleza estacional
del empleo, el ingreso anual de los trabajadores azucareros rara
vez pasa de $400 a 3500. En los últimos cuatro años el ingreso
de los trabajadores de las fincas de beneficio proporcional ha
aumentado, gracias a la participación del trabajo en la ganancia
de las fincas, según se ve en la siguiente tabla:

28
Participación de los Trabajadores en los beneficios de las fincas
de la Autoridad de Tierras

Renglón 1944 1945 1946 1947

Total de beneficios $ 53,656 $ 161,418 $ 365,660 $ 560,350


Participación de
los trabajadores 44,818 115,619 246,324 368,022
Porcentaje de la
participación 83.5 71.6 67.4 65.8
Nuímero de traba
jadores que parti
cipan en los bene
ficios 3,604 9,533 15,051 15,953
Participación pro
medio $ 12-44 12. l3 16.37 23.07

Si bien la especialización en el cultivo del azúcar ha sido


beneficiosa en general para Puerto Rico, tiene la desventaja de
que depende de la incertidumbre de las decisiones políticas que
se hagan en Wáshington. Entre éstas, se incluyen el arancel
azucarero de los Estados Unidos para regiones extranjeras; los
pagos de beneficios de la AAA a los cosecheros y las cuotas
azucareras desde 1934.

Aunque la cuota básica de Puerto Rico se ha fijado actual


mente en 910,000 toneladas, la isla ha producido, con anteriori
dad a la fijación de esta cuota, tanto como 1,148,000 toneladas
(1941-42).

Aparte justicia envuelta en la fijación de


de la cuestión de
las varias cuotas, el hecho importante para Puerto Rico es que,
con la aprobación de la ley Azucarera de 1948, el azúcar seguirá
siendo una industria controlada por lo menos durante cinco años.
Esto demanda un reajuste práctico de la situación existente, con
miras a poner mayor énfasis en siembras e industrias nuevas.

29
CAPITULO 6

TENDENCIAS DE LA AGRICULTURA EN PUERTO RICO

Puerto Rico está utilizando en la actualidad virtualmente toda


la tierra de que dispone para fines de producción.

En general, se da mayor importancia a las cosechas para la


exportación que son las que producen mayor rendimiento moneta
rio por cuerda. De la mitad a dos terceras partes del valor de la
producción agrícola generalmente es de cultivos para la exporta
ción.

Como regla general, Puerto Rico produce para el consumo


doméstico aquellas cosechas que tienen un alto rendimiento por
cuerda en términos de valor alimenticio, especialmente legumbres
farináceas.

Hay una continua extensión de los cultivos hacia suelos


marginales y tierras antes usadas para el pastoreo.

Todas estas formas de aprovechamiento de tierras datan de


más de hace un siglo.

TAMAÑO DE LAS FINCAS Y PRACTICAS DE CULTIVO

La mayoría de las fincas de Puerto Rico son pequeñas. El


Censo Agrícola de 1940, informó que 53 por ciento de todas las
fincas tenían menos de 10 cuerdas de extensión, y 73 por ciento,
menos de 20. Estas fincas, que son casi tres cuartas partes del
total, tenían sólo 12.3 por ciento del valor de todas las tierras,
edificios, aperos de labranza y maquinaria.

En 1940, había 55,519 fincas en Puerto Rico. De éstas, 77.4


por ciento eran propiedad de los agricultores, y el resto, operadas
por administradores o agricultores arrendatarios.

La gran mayoría población rural de Puerto Rico está


de la
compuesta de labradores que trabajan a jornal en grandes hacien
das o en fincas propiedad de corporaciones.

30
Aunque mucha de la tierra se cultiva intensamente, no se
explota con gran eficiencia, a excepción de algunas tierras
cañeras.

La agricultura puertorriqueña tiene serie de problemas


una
relacionados entre sí. La tierra es escasa y la población aumenta
rápidamente. En general, los terrenos están agotados y la produc
tividad es baja. El clima y los suelos de la isla, conjuntamente
con las disposiciones del arancel norteamericano, han hecho
forzoso el cultivo de productos que se cosechan a costos más
bajos en otros países cuya tierra es más fértil y más barata,
menores los tipos de jornales y donde hay terreno disponible
para aumentar la producción.

Durante el último medio siglo, las principales siembras comer


ciales dePuerto Rico, además del azúcar, han sido el café y el
tabaco. Debido a un número de factores naturales, económicos y
políticos, la producción y el valor de exportación de los principa
les cultivos o se han estancado o, como en el caso del café, han
disminuído drásticamente en comparación con el auge que tuvieron
en décadas pasadas.

EL AZUCAR
El estancamiento del desarrollo de la industria azucarera
después de 1930 era inevitable, debido a la escasez de tierras y
a la creciente y recia competencia de otras regiones continenta
les, extranjeras y ultramarinas (Hawaii y las Filipinas). Existen
además las presentes y adicionales limitaciones a la producción
que han sido resultado de las restricciones impuestas al azúcar
por los Estados Unidos.

Debido a estos factores, no se puede contar ya con la caña


de azúcar como estímulo positivo de la economía, según lo fué
en los comienzos del siglo, ni esperar tampoco que pueda absor
ber muchos más trabajadores.

31
EL TABACO

Durante las últimas tres décadas del siglo XIX, la producción


de tabaco en Puerto Rico mantuvo un promedio anual de alrededor
de 5,500,000 libras. En 1927 se logró un auge de 50,000,000 de
libras, y en 1926-27 se exportaron unos $20,000,000 de tabaco
en rama y ripio.

Para fines de la década después de 1920 y en los años si


guientes a 1930, la industria taba calera declinó mucho. Durante
la segunda guerra mundial e inmediatamente después de ésta,
la industria tuvo un breve renacimiento que elevó las exporta
ciones a $22,300,000 en 1946. Después, las exportaciones vol
vieron a declinar nuevamente, y en 1948 tuvieron un valor de
solo $8,900,000.

Conjuntamente fluctuaciones del mercado, la


con adversas
industria ha sufrido de un bajo rendimiento por cuerda y de falta
de buena explotación científica.

El tabaco de Puerto Rico es del tipo que sirve para cigarros.


La competencia del cigarrillo, cierra perspectiva a un aumen
toda
to permanente en el consumo de cigarros o en sus precios en el
continente. Esto significa que a no ser que el tabaco en rama
puertorriqueño reemplace a otra tripa en virtud de una mejora en
la calidad, o de protección tarifaria o cuotas; o a no ser que se
logre cultivar un tabaco aceptable en el mercado de cigarrillos,
la industria tabacalera general se podrá dar por satisfecha con
en

sólo mantener su actual posición. Al propio tiempo, sin embargo,


hay indicaciones de que la industria manufacturera de cigarros
puede revivirse por medio del uso de métodos mecanizados mo
dernos.

EL CAFE 3.

La industria del café gozó de un desarrollo continuo durante


la última parte del siglo pasado, y sus exportaciones llegaron a
una altura de 58,000,000 de libras en 1895-96. El huracán de

1899 y la debilitación de los mercados situaron a la industria al

32
borde de la bancarrota. Un largo período de recuperación remató
con los años prósperos entre 1912 y 1915. Durante la primera
guerra mundial, sin embargo, Puerto Rico perdió sus mercados
europeos, y las exportaciones comenzaron a declinar rápida
In621 tes

Dos huracanes sucesivos, en 1928 y en 1932, estropearon


los arbustos hasta tal extremo que la producción menguó mucho.
Para el tiempo en que volvió a exceder del consumo local, Puerto
Rico no pudo recuperar sus antiguos mercados. Desde entonces,
las exportaciones de café han ido en mengua hasta casi des
aparecer.

EL PROBLEMA DEL DESARROLLO INDUSTRIAL


Es cuestión establecida desde hace tiempo que el ritmo de
crecimiento de las industrias básicas de una economía es de
capital importancia para
el ingreso y el empleo. Durante los
períodos de rápida expansión, esas industrias dan un poderoso
estímulo a todo el orden económico. Proveen cuantiosos ahorros
y una salida ventajosa las inversiones de capital, así como
a

también nuevas ocupaciones para los trabajadores. En torno a


ellas se desarrolla una red de industrias subsidiarias las que,
a su vez, abren nuevos cauces a las inversiones y a los empleos.
En añadidura, los nuevos ingresos afluyen a la corriente del
ingreso nacional con resonancia de multiplicación circular.

Pero, de igual manera que la rápida expansión de las indus


trias básicas tienen ese efecto de multiplicación circular, la mera
disminución del tempo de crecimiento de esas industrias produce
efectos retardantes en toda la economía. Las consecuencias son
aún más graves cuando se trata de una declinación absoluta.

La importancia
las tendencias de las cosechas básicas de
de
exportación en Puerto Rico queda de relieve, si nos fijamos en
que en una economía como la de ese país, las exportaciones
juegan un papel análogo al de las inversiones de nuevo capital
en los Estados Unidos, esto es, actúan a la manera de compreso
res de alimentación adicional.

33
borde de la bancarrota. Un largo período de recuperación remató
con los años prósperos entre 1912 y 1915. Durante la primera
guerra mundial, sin embargo, Puerto Rico perdió sus mercados
europeos, y las exportaciones comenzaron a declinar rápida
In621 tes

Dos huracanes sucesivos, en 1928 y en 1932, estropearon


los arbustos hasta tal extremo que la producción menguó mucho.
Para el tiempo en que volvió a exceder del consumo local, Puerto
Rico no pudo recuperar sus antiguos mercados. Desde entonces,
las exportaciones de café han ido en mengua hasta casi des
aparecer.

EL PROBLEMA DEL DESARROLLO INDUSTRIAL


Es cuestión establecida desde hace tiempo que el ritmo de
crecimiento de las industrias básicas de una economía es de
capital importancia para
el ingreso y el empleo. Durante los
períodos de rápida expansión, esas industrias dan un poderoso
estímulo a todo el orden económico. Proveen cuantiosos ahorros
y una salida ventajosa las inversiones de capital, así como
a

también nuevas ocupaciones para los trabajadores. En torno a


ellas se desarrolla una red de industrias subsidiarias las que,
a su vez, abren nuevos cauces a las inversiones y a los empleos.
En añadidura, los nuevos ingresos afluyen a la corriente del
ingreso nacional con resonancia de multiplicación circular.

Pero, de igual manera que la rápida expansión de las indus


trias básicas tienen ese efecto de multiplicación circular, la mera
disminución del tempo de crecimiento de esas industrias produce
efectos retardantes en toda la economía. Las consecuencias son
aún más graves cuando se trata de una declinación absoluta.

La importancia
las tendencias de las cosechas básicas de
de
exportación en Puerto Rico queda de relieve, si nos fijamos en
que en una economía como la de ese país, las exportaciones
juegan un papel análogo al de las inversiones de nuevo capital
en los Estados Unidos, esto es, actúan a la manera de compreso
res de alimentación adicional.

33
Con dos de las industrias principales en decadencia y la
tercera estancada, la necesidad de desarrollar nuevas cosechas
y nuevas industrias es inaplazable.

CAPITULO 7

LA MANU FA CTURA Y LAS ARTE SANIAS

La manufactura, incluyendo las labores de aguja en el hogar


y la terminación en talleres, ha venido adquiriendo importancia
en Puerto Rico, tanto en términos de empleo como de ingresos.
El aumento, aunque mo desto, ha ayudado a absorber el desempleo
que se origina en la declinación de importantes industrias agrí
colas. La manufactura provee hoy casi tanto como la mitad de
los empleos que ofrece la agricultura.

Los empleos fabriles, otros que las de labores de aguja en


el hogar, han aumentado de 32,000 en 1910 a 64,000 en 1948, un
aumento de 100 por ciento. Ocho mil de estos nuevos empleos
se han creado en los últimos ocho años, o sea a razón de 1,000
por año. Durante ese período, no obstante, las filas del trabajo
aumentaron a razón de 11,000 brazos al año.

La verdaderamente significativa de las recientes


expansión
décadas es la de las industrias de la aguja. El empleo en éstas
y otras empresas manufactureras de tejidos aumentó de 18,000

en 1920 a cerca de 70,000 en abril de 1948, un aumento de alrede


dor de 350 por ciento.

Con anterioridad a la guerra, la competencia de China, las


Filipinas y Checoeslovaquia, y la aplicación de los reglamentos
federales de horas y salarios, amenazaron de muerte a la industria
de la aguja en Puerto Rico, empresa basada esencialmente en

mano de obra barata. Durante la guerra, se eliminó la competencia,


al menos temporalmente. La costura a mano de guantes, que antes
se hacía en Checoeslovaquia, se convirtió en importante ocupa
ción, al igual que el repulgo y bordado de pañuelos.

34
Aunque la manufactura ha ganado en importancia relativa en
las últimas décadas, gran parte de ella es de tipo manual. La
industrialización de orden más avanzado es todavía muy limitada
en Puerto Rico.

NATURALEZA DE LAS EMPRESAS MANUFACTURERAS EN


PUERTO RICO

La mayoría los establecimientos en Puerto Rico son suma


de
mente pequeños. Sólo 122 fábricas en la isla emplean más de 100
trabajadores cada una. La siguiente tabla muestra el número de
obreros empleados en fábricas en abril de 1946, según sus diver
sas categorías.
Importancia relativa de las industrias manufactureras
según el número de trabajadores que emplean

Abril, 1946

Número de Número de
Industria
Establecimientos Trabajadores

Azúcar cruda 39 12, l69


Prendas de vestir 280 10, l63
Prepara ción y cura del tabaco 59 6,635
Granos molidos 298 2, l72
Cigarros y cigarrillos 564 2, 168

l.icores destilados, rectificados


y mezclados 34 l,888
Fnlata dos y conserva- de frutas
y hortalizas -
29 1,422
A lirmentos misceláneos
prepara los 52 937
Azúcar refina la 3 935
\uebles para el hogar l 39 l,396
Tapices, alfombras, etc. 9 746
\faouinaria (fundición) 7 604
Rebidas no alcohólicas 29 552
Rebidas de malta -
3 532
Productos de arcilla y de cemento 57 517
Abonos 7 477
Productos textiles misceláneos 8 475
Impresos comerciales 70 457
Trabajos en piedra 7 452
Confitería 20 418
Novedades y bisutería 5 354
Artículos de aguja misceláneos 20 329
Productos químicos misceláneos 32 295
lºro ductos de madera-aserraderos- 35 287
ºeriódicos 8 242
Papel v productos anexos 4 24l
(, ranos
33 220
Productos lácteos 20 74
Recipientes de madera 5 135
I)ro gas y me dicinas l7 ll. 4
Todos los demás 284 2,304

Total 2,077 49,810

35
La mayoría los establecimientos manufactureros, o sea un
de
70 por ciento, están organizados como empresas individuales, en
contraste con 12 por ciento organizados como corporaciones. El
resto son cooperativas y otras formas de organización.

La inmensa mayoría de las fábricas en Puerto Rico tienen


que importar no sólo la mayor parte de su maquinaria sino que
también mucha de la materia prima que utilizan.

ESFUERZOS DEL GOBIERNO PARA FOMENTAR LA


MANUFACTURA

El Gobierno de Puerto Rico ha dado pasos de gran alcance


para fomentar la expansión de la manufactura en la isla. Por medio
del programa de AYUDA, posiblemente la más importante de las
medidas, presta ayuda en la construcción de edificios para fábri
cas y provee servicios técnicos a los manufactureros. (En la
tabla siguiente se anotan los proyectos de ayuda aprobados hasta
enero de 1949.) En virtud de la ley de exención de contribuciones
se exime a las nuevas industrias del pago de varias categorías
de contribuciones sobre ingresos, sobre la propiedad, impuestos
municipales y otros, hasta el 30 de junio de 1959, y se les da
exención parcial por otros tres años más. El Banco Gubernamental
de Fomento tiene por objeto proveer capital para nuevas indus
trias o para la expansión de las existentes. Los préstamos con
fines industriales, no obstante, han sido hasta ahora de alcance
muy limitado, y ascendieron sólo a $2,065,000 durante el año
fiscal de 1947-48.

36
Proyectos de ayuda para las empresas privadas, aprobados según datos

basta enero de 1949

Ayuda obreros a Nómina Valor de


Productos
Financiera emplearse de sueldos Producción

1. Carteras de cuero $ 76,630 250 $ 100,000

2. Latas, recipientes, cubos -


galvanizados, bañeras,
cacerolas y artículos es
maltados 42, 200 58 49,900 348,680
3. Bombones de caramelos 140,000 420 296, 235 l,600,000
4. Bombones de chocolate,
chocolate en polvo, choco
late para recubrir dulces y
confitería 86,500 240 100,000 400,000
5. Flores artificiales de
papel 40,000 200 94,640 150,000

6. Frutas en dulce, conserva


de coco, jugos de fruta,

néctar y mermelada 35,000 58 30,000 432,810


7. Tintorería, redecillas
para el pelo, etc. 35,000 11 8, 112 20,000
8. Vajilla de mesa y vajilla
para hoteles 725,000 305 349,510 2,000,000
9. Guantes de tejido hechos
a máquina 125,000 260 384,830 1,300,000
10. Lámparas incandescentes,
luces para decorar, etc.
11. Tejidos de algodón, de
rayón y de nylón y sus
productos 5,500,000 1,200 900,000 l0,500,000
12. Hotelería 5,000,000 350 375,000 750,000
13. Enfriadoras de agua y re
frigeración
doméstica 60,000 54 52,060 200,000
14. Telas de rayón 200,000 100 75,000 1,000,000
15. Frisas de algodón 700,000 300 300,000 5,000,000
16. Muebles de bambú 15,000 75 50,000 292, 200

Total $13,530,330 4, 181 $3,465,287 $27,593,690

37
Los siguientes son algunos los varios factores que obs
de
taculizan el establecimiento de grandes industrias manufactureras
en Puerto Rico.

1. Escasez de recursos naturales.

2. Escasez de trabajadores diestros. (Esta deficiencia, desde


luego, puede remediarse ampliando los medios de adiestra
miento vocacional y técnico.)

3. Restricciones del mercado en otras áreas y medidas que


limitan o restringen las ventas en los mercados continen
tales.

4. Problemas de embarque, incluso los tipos de fletes y las


dificultades de conecciones marítimas con otras partes que
los Estados Unidos continentales.

5. La competencia deindustrias continentales de bajo costo


y muy especializadas, particularmente si envuelven la prác
tica del “dumping” y la venta de artículos de “segunda”.

6. Falta de conocimientos de administración de empresas y


escasez de fondos dispuestos a correr riesgo.

Aunque estos factores constituyen serios problemas para la


expansión industrial en gran escala en Puerto Rico, parecen, no
obstante, susceptibles de solución, por lo menos en parte, gracias
al ingenio humano y a sabias medidas sociales y políticas. Puerto
Rico no está en situación de desarrollar en el futuro inmediato
una estructura industrial equilibrada, con su complemento adecua
do de industrias de artículos de producción. Puede, no obstante,
aumentar mucho su planta industrial, especialmente en lo que
respecta a industrias livianas y medianas. Ya se han dado im
portantes pasos esa dirección, como el de la mayor utiliza
en

ción de los productos agrícolas derivados, la explotación de


minerales y el establecimiento de agencias gubernamentales
autorizadas a promover nuevas industrias y a ayudar a las empre
sas industriales privadas. Desde luego, que todavía queda mucho
por hacer.

38
CAPITULO 8

LAZOS ECONOMICOS CON LOS ESTADOS. UNIDOS

La economía de Puerto Rico está íntimamente enlazada a la


de los Estados Unidos. El país está comprendido en el sistema
arancelario norteamericano, vende sus productos en el continente
y se abastece mayormente allí; obtiene en bancos norteamericanos
gran parte de su crédito, y usa capital norteamericano para algunas
empresas de Los trabajadores puertorriqueños pueden
fomento.
emigrar al continente y algunos así lo hacen; de igual manera,
las industrias continentales pueden venir, y vienen a la isla.
Aunque el capital del exterior es elemento considerable en
la economía puertorriqueña, la proporción entre los bienes de
absentistas y los de propietarios insulares ha disminuído subs
tancialmente en las últimas dos décadas.

Pagos sobre ingresos de inversions es del exterior en Puerto Rico


Años fiscales 1942 a 1946
(En miles de dólares)

Tipo de inversión 1942 los 1944 los 1946


eséº
Compañías azucareras
continenta les 4,544 2, 105 2,406 3,414 1,04 l
Otras inversiones
directas 1,587 4,350 6,223 5,850 5, 102
Bonos del Gobierno
Insular 1,040 961 458 282 215
Bonos de la Autoridad
de Fuentes Fluviales - - 438 793 633
Bonos municipales 702 650 589 504 438
Préstamos de agencias
federales 700 755 890 993 1,020
Inversiones misceláneas 388 302 956 80 104

Total 8,961 9,123 11,960 11,916 8,553

Los pagos a personas ausentes en Puerto Rico son relativa


mente pequeños, según se ve en la tabla superior. En ningún año
durante el reciente período quinquenal de 1941-42 a 1945-46 esos

39
pagos pasaron de 2.4 del total de ingreso neto de Puerto Rico.
La siguiente tabla presenta los datos:
Porcentaje que del ingreso neto total constituyen

P¿jº:
los pagos a propietarios ausentes, 1942-46

Año ¿¿
Ingreso neto
pr
(en
i dO
millones)
Ingreso neto
pagado a
a u S ente S
Ingreso neto
recibido por
r es identes
(en millones) (en millones )
¿o
¿ a gó a
pago ¿
los
Ule

a Ul S ente S

1941-42 $366. 6 $ 9.0 $357.6 2.4


1942-43 444.5 9. 1 435.4 2. l
1943-44 50 1.5 12.0 489.5 2.4
1944-45 554.8 l 1.9 5 42.9 2. l
1945-46 555. l 8. 6 5.46.5 1.5
Aportaciones Federales

Al disminuir la afluencia de capital privado continental a


Puerto Rico, la dependencia en que estaba el país de esta fuente
para mantener las inversiones y el ingreso, se convirtió en depen
dencia de los gastos, ayudas y devolución de rentas internas
del Gobierno federal.

Las ayudas corrientes del tipo de la que el Gobierno federal


da a los diversos estados de la Unión sólo constituyen una pe
queña parte de las aportaciones federales a la economía de Puerto
Rico. Muchas ayudas disponibles para los estados no se le brindan
a Puerto Rico.

Las mayores erogaciones se han originadoen gastos federales


de avuda
yu de emergencia
8 relacionados con la rehabilitación, 9 el rea

juste agrícola y la conservación de suelos y la guerra.

En añadidura a los desembolsos regulares y de emergencia,

Puerto Rico ha disfrutado de ayuda


indirecta en la forma de exen
ciones de la tarifa de los Estados Unidos y de leyes de rentas
internas que disponen que se devuelvan al Tesoro Insular los di
neros recaudados. Hasta cierto punto, esta actitud se basa en el
principio de que no debe haber “impuestos sin representación.”
Pero el deseo de ayudar a la isla a financiar sus servicios básicos
ha sido sin duda factor influyente en los arreglos especiales que
se han hecho.

40
A continuación presentamos un recuento de las erogaciones
federales en Puerto Rico de 1942 a 1946.

Gastos federales en Puerto Rico


Años fiscales 1941-1942 a 1945-1946
(En miles de dólares)

Agencia federa y fondo 1942 1943 1944 1945 1946

1. Ayudas federales y pagos bajo arreglos cooperativos

Departamento de Agricultura
Estaciones experimentales
agrícolas 103 101 139 139 148
-
Trabajos de Extensión
Agrícola 197 202 281 339 303
Fondos para bosques, carre
teras, veredas 11 15 4 6 11
Programas de comedores
y estaciones de leche es
colares - - - - 909
Distribución gratuita de
alimento - - 3,279 2,387 2, 168

Agencia de Seguridad Federal


Fondo Morril Nelson 50 50 50 50 50
Educación cooperativa
vocacional y rehabili
tación 451 349 373 407 446
Adiestramiento de obreros
para la defensa
Ayudas de salud pública
844 862 244 199 -
475 599 650 973 967
Otras 1 1 1 l 4

Agencia Federal de Obras


Administración de
Carreteras 575 866 652 603 233
Negociado de Facilidades
a la Comunidad - - - 2,462 882

Departamento del Trabajo


Oficina del Niño, ayudas
bajo la Ley de Seguridad
Social 368 3.18 413 488 554

Departamento de lo Interior
Restauración
Silvestre
de la Vida
- - 2 1 -
Total de ayudas 3,075 3,363 6,088 8,055 6,675

41
2. Gastos directos (otros que los de guerra) del Gobierno federal en
Pauerto Rico

Tipo de inversión 1942 1943 1944 1945 1946


Departamento de Agricultura
Programa de Reajuste
Agrícola 10,755 12,733 14,968 14,203 14, 162
Subsidios de la Corpo
ración de Crédito de
artículos de primera
necesidad - - 155 8,043 12,492
Administración de Se
guridad Agrícola
Ayudas 338 251 59 22 11
Gastos Administrativos 351 75l 861 718 743
Servicio de Conservación
de sueldos 61 132 170 167 191
Otras actividades 231 231 460 442 454

Comisión de Servicio Civil 4 5 5 4 1


Departamento de Comercio 78 61 174 253 340
Comisión de Compensación
a Empleados 120 106 29 143 98
Comisión Federal de
Comunicaciones 69 136 107 75 57
Agencia de Seguridad Federal 2,175 312 693 395 581
Agencia Federal de Obras
Oficina del Administrador - — (4,688) —
-
Alojamiento en tiempo
de guerra 3,834 —
- -- --
Obras Públicas de Guerra 7,281 891 —
Administración de Edificios
Públicos
Administración de Carreteras - 6 —
294
67
17
5
12
42
15
WAPA y PWA 14,862 14,086 5,369 23 —
Departamento de lo Interior 508 53 795 776 832
Departamento de Justicia y
Corte de Distrito de los E.E.U.U. 266 308 124 135 147
Departamento del Trabajo y
ta Nacional de Relaciones del
Jun
Trabajo 85 115 174 159 221
Agencia Nacional de Alojamiento
y Autoridad Federal de Aloja
miento Público
Comisión Marítima - 182
- 160 313
16
290
18
331
18
Departamento de Correos 673 787 946 1,085 1,800
Corporación de Reconstruc
ción Financiera
Departamento del Tesoro
- - 17 - -
119 110 513 496 640
Administración de Veteranos 1,873 2,045 2,551 6,194 22,016
Administración de Haberes
de Guerra - - - - 144
Agencias Federales de Prés
tamos que no se han incluído
en otra parte 247 258 235 256 280

Total de gastos directos 44,118 33,825 24,130 33,914 55,616

42
las agencias

de
guerra

de

en
Gastos Puerto Rico

3.-
1942 1943 1944 1945 1946

Agencias Guerra (De

de
partamento Guerra,

de
de la
Departamento Ma

la
rina, Servicio Selectivo,
etc.), total 60,501 96,697 60,934 74,059 83,993

.
.

.
.
.

.
.
.
.

Entradas por impuestos bajo arreglos especiales


4.

otros reembolsos

y
Rentas de Consumo

Ron, cigarrillos, etc. 13,940 13,550 65,852 38,579 35,263


.
.

Rentas de aduana 2,085 2,450 1,900 3,439

2,
150
.
.
.
.
.

Total de Ingresos 16,025 16,000 67,752 40,729 38,702

El aspecto
es
negativo las aportaciones
de

esta situación que

y,
federales han sido mayormente casuales, accidentales

en
algunos casos, mal dirigidas. Muy pocos

se
los programas
de

han
proyectado ejecutado
en

de

términos las necesidades condi

y
o
de

ciones Puerto Rico. La mayoría han tenido por propósito aliviar


mas bien que remover las causas que hacen necesario el auxilio.
oportunidad los fondos han sido tales que
de
la

la
cantidad
Y

isla ha podido hacer mejor uso


de de

en

de
no

ellos virtud una


el

planificación cuidadosa, largo alcance, del reajuste nece


y

sario.
-

Movimientos paralelos del ingreso

Es inevitable que dada estrecha relación económica entre


la

los Estados Unidos continentales Puerto Rico, las condiciones


y

de los negocios economía del primero influ


de

desarrollo
el

la
y

yan segundo. ingreso


en

de
El

directamente economía del


la

Puerto Rico sigue los altibajos del ingreso nacional


en

con
el

tinente, mientras que las importaciones exportaciones


de
la
y

isla corren también generalmente paralelas con los movimientos


del ingreso nacional.

43
CAPITULO 9

EL COMERCIO EXTERIOR

Según hemos indicado, la mayor parte del ingreso de Puerto


Rico originado en la economía privada, tiene su base en industrias
que producen para la exportación. A su vez, la isla tiene que
procurarse en el exterior la mayor parte de sus artículos de pri
mera necesidad, incluso como un 40 por ciento de los alimentos
y materias primas, y gran mayoría de los artículos manufactura
dos y la maquinaria.

Hasta la época de la segunda guerra mundial, Puerto Rico


vendió algo más de lo que compró en casi todos los años. Pero
desde 1939-40, las importaciones han excedido a las exporta
ciones en considerables cantidades. El exceso cumulativo de

las importaciones sobre las exportaciones


entre los años de
1939-40 y 1947-48 fué de alrededor de $593,700,000.

La siguiente tabla presenta los datos durante un período de


36 años.

BA LA NZA COMERCIAL DE PUERTO RICO


A Ños Fisca LEs de 1912-13 a 1947-48
(En millones de dólares)

de de
Año fiscal Importa. Exporta. Exceso - Exceso
c1ones ciones exportaciones 1mportaciones

1912-13 36.9 49. l 12.2 -


1913-14 36.4 43. l 6.7 -
1914-15 33.9 49.4 15.5 -
1915-16 39.0 66.7 27.7 -
1916-17 53.5 81.0 27.5 -
1917-18 63.4 74.3 10.9 -
1918-19 62.4 79.5 17. -
-
1

1919-20 96.4 150.8 54.4


1920-21 105.5 112.3 6.8 -
1921-22 64.2 72.2 8.0 -
1922-23 71.9 82.3 10.4 -
1923-24 89.4 88.3 - l. 1

44
Importa- Exporta- Exceso de Exceso de
Año fiscal e e - e -
ciones ciones exportaciones 1mportaciones

1924-25 90.5 94.8 4.3 -


1925-26 95.3 98.7 3.4 -
1926-27 98.8 106.7 7.9 -
1927-28 92.3 103.5 11.2 -
1928-29 97.9 81.9 - 16.0
1929-30 83.6 99.6 16.0 -
1930-31 76.4 98.4 22.0 -
1931-32 61.3 86.5 25.2 -
1932-33 54.7 75.4 20.7 -
1933-34 63.9 86.5 22.6 -
1934-35 70.0 79.7 9.7 -
1935-36 84.1 99.3 15.2 -
1936-37 98.9 115.0 16.1 -
1937-38 93.3 82. 1 - ll-2
1938-39 82.7 86.5 3.8 -
1939-40 107.0 92.3 - 14.7
1940-41 128.0 87.9 - 40.1
1941-42 152.2 106.3 - 45.9
1942-43 113.9 92.2 - 21.7
1943-44 171.3 147.7 - 23.6
1944-45 182.7 118.3 - 64.4
1945-46 257. 1 166.0 - 91.1
1946-47 302.4 178.6 - 123.8
1947-48 360.4 192.0 - 168.4

El exceso de las importaciones sobre las exportaciones es


fenómeno relativamente nuevo en el comercio puertorriqueño,
puesto que ha ocurrido sólo seis veces durante el siglo con ante
rioridad a 1940. A veces los déficit comerciales son resultado
de una baja en las exportaciones. Pero esto no ha sido así en el
caso de Puerto Rico en años recientes, ya que el valor de las
exportaciones sobrepasó los niveles anteriores a la guerra. El
déficit comercial ha sido principalmente consecuencia del mar
cadísimo aumento en las importaciones, lo que, a su vez, e

45
resultado de mejores ingresos, obtenidos mayormente del aumento
en los desembolsos del Gobierno federal en la isla.

El aumento relativamente mayor de los precios de las impor


taciones principales en comparación con los precios de las expor
taciones, especialmente del azúcar, ha sido también factor con
tribuyente a la cuantía del déficit comercial.

La cantidad de las importaciones en cualquier país muestra


generalmente una relación muy íntima con las variaciones del
ingreso nacional. En Puerto Rico esta relación es especialmente
notoria, ya que las importaciones constituyen parte importante
de los gastos del consumidor. En otras palabras, la baja de los
ingresos trae como resultado la baja sustancial de las importa
ciones; y, viceversa, los aumentos en el ingreso vienen acompa
ñados de considerable aumento en el valor de las importaciones.

Desde mediados de la década subsiguiente a 1930, a falta de


una afluencia considerable de capital privado continental a Puerto
Rico, el déficit insular de cuenta corriente se ha jugado con en

las aportaciones federales. Durante los años de guerra, la afluen


cia de fondos debido a las actividades federales no sólo permitió
a la isla cubrir el déficit de su cuenta corriente sino reducir la

deuda externa y aumentar sus valores en el exterior. Puerto Rico


pudo pagar deudas y acumular reservas en bonos del Gobierno de
los Estados Unidos, valores monetarios, balances bancarios y
otros bienes externos, por la cantidad de $380,000,000 durante
el período quinquenal de 1942 a 1946.

El pueblo de Puerto Rico se ha acomodado a un nivel de


ingresos derivados en gran parte de la afluencia a la isla de
fondos que no están directamente relacionados con la venta de
mercancías por los cauces normales o con los réditos de sus
inversiones en el exterior. Esta no es ciertamente una base muy
sólida y la reducción de gastos federales de emergencia en la
isla podría a carrear desgraciadas consecuencias, a noser que
se reforzaran rápidamente las industrias de exportación y se
expandieran la planta y el equipo productivo a fin de ampliar la
base del orden económico.

46
Importancia relativa las exportaciones principales
de de
Puerto Rico
Años escogidos de 1895 a 1946

Año fiscal que Exportaciones Porcentaje del


y termina al 30 Artículo (en miles de total de expor
de junio dólares) taciones

1895 Azúcar 3,906 25.71


Mieles 540 3.55
Café 9, 160 G0. 30
Tabaco 674 4.44
Frutas 11 ().07
S Ron y licores 3 ().02
Otras exportaciones 897 5.9 l
Total 9 -

-º 1901 Azúcar 4,716 54.94


Mieles 596 6.94
Café l, 679 19.56
Tabaco 684 7.97
. Frutas 102 1. 19
Ron y licores 1 0.01
Labores de aguja 8 0.09
Otras exportaciones 798 9.30
Total 9 -

1911 Azúcar 24,479 61.32


Mieles 554 l. 39
Café 4,993 12.5 l
Tabaco G,944 17.40 .
ºvº Frutas
Ron y licores
l,816
1 -
4.55

Labores de aguja 12 0.03


Otras exportaciones 1, 1.19 2.80
. Total 399Ts T0000
1921 Azúcar 72,44 l 64.52
Mieles 1, 394 l. 24
Café 5,353 4.77
Tabaco 21, 690 19.32
.. Frutas
Ron y licores -
3, 145

2,333
2.80
-
Labores de aguja 2.08
• Otras exportaciones 3.222 3.27
Total 112, 279 100.00
: 193l Azúcar 54,367 55. 25
Mieles 1, 370 1.39
Café 547 .55
Tabaco 17, 196 17.48
Frutas
Ron y licores -
4,370 4.44
-
—viii-mi
Labores de aguja 13,951 14. 18
Otras exportaciones 6, 600 6.71
Total
$: 1940 Azúcar 57,329 G2.08
Mieles 713 .77
Café 422 .46
Tabaco 6,091 6.59
Frutas 1, 480 l.60
Ron 5,568 6.03
Labores de aguja 15,696 17.00
Otras exportaciones 2.048 3.47
Total 92,3 0.0
1946 Azúcar 77,581 48.05
Mieles
Café -
2,640 1.64
-
Tabaco 21,407 13.25
Frutas 3,771 2.32
Ron 12,497 7.74
Labores de aguja 25,551 15.82
Otras exportaciones 18,012 1 l. 16
Total —r#5— Tom
Composición de las importaciones
y exportaciones de Puerto Rico

Desde tiempos del régimen español, el comercio de Puerto


Rico ha sufrido ciertos cambios significativos, especialmente el
que se refiere a la relativa posición del azúcar y el café, y al
notable aumento en los valores de exportación del tabaco, las
labores de aguja y el ron:
Importancia relativa de las exportaciones principales de
Puerto Rico
Años escogidos de 1895 a 1946

- Añofiscal que
terrºina al un
de uniº
1895 Azúcar
y eles
o afé
Artículo
- l. xport.a
cones
(en miles le
dólares,
A,")()(,
54)
º),l(w)
lºorccnt.as
total deexºor
e del
t,1VInn( N.
ys.-
R.R. R.
(, ). R()
Tab,aco (,"4 l.44
rutas l (1.)"
Ron y li ores A ().)º
tºtras«kpor
1(1wn(A
ºtal —rrºr—
- -
4,"l (,
—m- J.TI
54.04
otal Azúcar
Mtcles *o(, 6.94
Café l,(,"o 19.5,
Tabaco (,«-1 -.o-
Frutas 10.2 l. lo
Ron y cores l 0.01
l. aboresde aguia R ().0")
(ºtras exporta
Iotal 8,5R. .
Azúcar 24,4"ºn (,l. A2
lº 1l
Mieles 554 l. Ro
Café 4,9º)º l 2.5l
Tabaco 6,044 l”. 40
Fruta«. 1,8l6, 4.55
Ron y licores l -
l. aboresde
aguia 12 0.03
Otrasexporta
ciones
Total
—l-llº—
*o,o18
—ºsº—
100.00
Azúcar "2,44l (,4.83
1921 1,304
ºlieles l. 1
Café 5, 35º 4.--
Tabaco 2l,(90 lo.32
Frutas 3,143 2.R0
Ron y licores - -
l. aboresde aguia 2,33a 2.08
ºtrasexporta
ciones
Total —rrº
TIx,3-5 — —m-- 100.00
1931 Azúcar 54,36" * 3.25
Mieles 1,3"0 1.3o
Café 54" .5%
Tabaco l7, 196 l". AR
Frutas 4,3"0 4.44
Ron y licores - -
I. aboresde aguja 13,05 l l 4.18
()tras exporta
mrº
ciones - úú00 "(,.
Total 98,40l
1940 Azúcar 5", 3xo 62.08
Mieles - 13 .--
...

4.22
(,

Café
4

Tabaco 6,09 (.50


l

Frutas 480 (0
l,

l.

Ron 5,5(R (...()


º
de

abores aguja 15,696. l".00

—yº
l.

tºras exporta
Caones
Total - -
Azúcar "",58 48.05
1

1946 2,640
Mieles l.64
Café - -
Tabaco 21,407 l3.25
Frutas 3,7 2.32
"l

Ron 12,49" -.-4


25,551
de

abores aguja 15.82


t) I.

tras xporta
c

ciones 1.1(,
l

Total rborno
-

47
Las exportaciones de ron de Puerto Rico aumentaron de
$1,000,000 en 1936 a $7,000,000 en 1941. Como resultado de la
escasez de whiskey en los Estados Unidos, esas exportaciones
subieron a un máximo de $35,000,000 durante uno de los años de
la guerra. Desde la terminación de ésta, el consumo de ese pro
ducto en el Continente ha decaído mucho, pero se espera que su
mercado se estabilice en un punto algo más alto que el del período
-

de la preguerra.

Una de las características principales del comercio de expor


tación de Puerto Rico es su subordinación a un número muy
limitado de productos, a saber: azúcar, tabaco, ron y labores de
aguja. Esa subordinación es típica de áreas económicamente
retrasadas.

Las características básicas del comercio puertorriqueño de


importación no han variado mucho desde los últimos años del
régimen español. La isla tiene que importar todavía gran
cantidad
de los alimentos que necesita, así como también los artículos
manufacturados.

El dato más notable en cuanto a la naturaleza del comercio


exterior de Puerto Rico es su estrecha vinculación a los Estados
Unidos. Sólo 4.4 por ciento de las exportaciones de Puerto Rico
en 1946-47, fueron a otros países que los Estados Unidos. El
comercio de Puerto Rico con las islas vecinas del Caribe, prin
cipalmente Cuba y la República Dominicana, domina casi todo su
comercio con las áreas “extranjeras”. El intercambio comercial
entre las dependencias del Caribe—americanas, británicas, fran
cesas y holandesas—es extremadamente pequeño. Esto se debe,
en parte, a los arreglos comerciales entre las regiones metro
políticas y sus dependencias, y, en parte, al hecho de que los
productos de estas diversas áreas son muy semejantes.

Las considerables exportaciones de cemento y maquinaria


azucarera de Puerto Rico en años recientes, indican la posibilidad
de que el comercio regional de la isla se expanda en lo futuro, a
medida que progrese su industrialización y en caso de que puedan
hacerse arreglos comerciales más flexibles.

48
Un análisis objetivo de las relativas ventajas y desventajas
que le reporta a Puerto Rico su asimilación al orden tarifario de
los Estados Unidos, demuestra que hay una decisiva ganancia
neta para la isla en cuanto a que le es posible vender sus pro
ductos en el mercado americano protegido, en el cual práctica
mente todas sus exportaciones han encontrado precios más altos
que en los mercados mundiales. Debe notarse, no obstante, que
el arancel es esencialmente una expresión de la política econo
mica continental. En general, la ganancia de Puerto Rico en este
orden ha sido un accidente de la protección a los intereses con
tinentales. En algunos casos, los impuestos se han variado en
momentos y en formas que afectaron adversamente a toda la
economía puertorriqueña. La tesis del Gobierno insular de que
debe de haber un mayor grado de flexibilidad en las disposiciones
tarifarias, es razonable.

CAPITULO 10

CONFIGURACION DE LOS EMPLEOS Y LOS JORNALES

Entre los años de 1940 y 1948, Puerto Rico tuvo una emigra
ción neta que promedió 12,941 personas en cada uno de esos
años; aún así, el contingente de trabajadores civiles del país
aumentó alrededor de 11,000 anualmente durante ese período de
ocho años.

A pesar de estas circunstancias migratorias excepcionalmente


favorables, las fuerzas del trabajo son demasiado numerosas y
aumentan con tanta rapidez que la limitada estructura económica
del país no puede absorberlas.

Aun en períodos relativamente prósperos, hay gran número de


desocupados. Estos rara vez bajan de 10 por ciento de la fuerza
trabajadora; en momentos de crisis, pueden llegar hasta una
cuarta parte.

No sólo hay muchos obreros desocupados, sino que hay muchos


más que trabajan sólo parte del año y entre éstos, numerosos son

49
los que trabajan sólo algunos días de la semana normal laborable.
El número total de los desocupados y parcialmente empleados ha
llegado a ser a veces más de una tercera parte de las fuerzas
del trabajo. La siguiente tabla nos presenta los datos:

Trabajadores desocupados y parcialmente ocupados


Marzo de 1946 a abril de 1948
(Número absolutos, en miles)

porcentajeTae
O CU P AD OS
desempleados
y parcialmente
Total en las Trabajó Trabajó Tiene ocupa- Desocupados empleados en
Fin
"º" º
de l
del

no
fuerºs ción pero las fuerzas del
o 30

de
Total horas menos
Semana trabajo
más 30 horas está trabajando trabajo

1946:

Marzo 16 656 585 456 109 20 27.4

7
l
13

Abril 644 580 441 109 30 64 26.9


Mayo ll 64l 575 434 110 31 66 27.4

Junio 656 579 41 126 42 77 31.0


14 10 13 8

Julio 658 572 407 129 36 86 32.7


Agosto 648 566 401 134 31 82 33.4
Sept. 679 595 426 142 27 84 33.3
Oct. 12 689 600 428 147 25 89 34.2
Nov. 690 598 434 136 28 92 33.0
9

Dic. 14 695 607 445 14l 21 88 33.0

1947;

Enero ll 683 582 386 166 30 101 45.9


Feb. 698 624 445 152 27 74 32.4
8

Marzo 702 642 473 149 60 29.8


8

Abril 13 700 639 444 169 26 61 32.8


12 14 10

Mayo 688 628 464 14l 23 60 29.2


Junio 684 619 456 135 28 65 29.0

Julio 683 599 406 160 33 84 35.7


Agosto 673 587 401 l61 25 86 36.6
13 9

Sept. 680 600 427 155 18 80 34.6


Oct. 682 605 442 145 18 77 32.5
1
l

Nov. 687 609 451 144 14 78 32.2


13 8

Dic. 696 607 453 138 16 89 32.6

1948:

Enero 17 680 586 44l 132 13 94 33.2


14

Feb. 693 627 469 146 12 65 30.4


Marzo. 13 688 636 477 148 11 52 29.0
10

Abril 687 627 459 153 15 60 31.0

50
El desproporcionado aumento de trabajadores en relación con
las oportunidades de empleo, no sólo ha resultado en grandes
contingentes de desocupados sino que también da origen al empleo
por turnos y es fuerza que entorpece la introducción de dispositi
vos para ahorrar mano de obra. Es evidente que en este uíltimo
caso ha retardado el aumento de la productividad, ya que ésta
depende grandemente del equipo con que se trabaja. A la larga, v

los jornales dependen de la productividad del trabajo.

JORNALES
En condiciones normales las industrias y productos de expor
tación puertorriqueños compiten, de una parte, con productos de
regiones que generalmente mantienen las escalas más bajas de
salarios en el mundo, como el Lejano Oriente; y, de la otra, con
productos de los Estados Unidos continentales hechos por traba
jadores que cuentan entre los mejor pagados del mundo, pero
también entre los más productivos.

Puerto Rico está en un término medio. No tiene una econo


mía “retrasada”, bajos salarios, ni tampoco una industriali
de
zada y de alta productividad. Esto sitúa a la isla en una posición
precaria desde el punto de vista competitivo, toda vez que no
puede ni con salarios extremadamente bajos ni con
defenderse
una productividad extremadamente alta por trabajador. Explica
también en parte, su dependencia de las tarifas y los subsidios,
al par la dificultad de aplicar leyes de salario mínimo, que
que
requieren un perfecto equilibrio entre el propósito de aumentar
los ingresos del trabajador y el de mantener las industrias dentro
del margen de la competencia.

Algunas de las dificultades para lograr ese equilibrio se


manifestaron con la aplicación de la Ley de Normas Justas de
Trabajo de los Estados Unidos a las industrias puertorriqueñas.
La aplicación de esa ley por poco destruye totalmente la industria
de la aguja, reduciendo las exportaciones de un valor de
$15,631,035 en 1939-40 a 35,833,062 en 1940-41; amenazó, a la
vez, de muerte a otras industrias también. La situación se

51
remedió con la aprobación de una enmienda que permite el esta
blecimiento en Puerto Rico de tipos de salario mínimo inferiores
a los que dispone la ley en un número considerable de industrias.

Los salarios en Puerto Rico son bajos si atendemos a normas


continentales. Pero han aumentado substancialmente desde la
mitad de la década de 1930. De hecho, los tipos en la mayoría
de las industrias se han más que duplicado entre 1934-35 y marzo
de 1947, según se muestra la siguiente tabla. No obstante,
en
deberá notarse que al propio tiempo los precios en la isla aumen
taron mucho durante ese período y que, por lo tanto, el aumento
en el ingreso real de la mayoría de los trabajadores ha sido
bastante modesto.

Promedio de jornales por horas en algunas industrias de


Puerto Rico
1934- 1935 a m arzo de 1947

Porcentaje
Jornales (centavos por hora) de aumento 9
Industria 1934-35 a
1934-35 1939-40 1944-45 Marzo, 1947
marzo 1947

Agricultura:
Caña de azúcar 0.109 0.151 0.200 0.374 243
Tabaco 0.049 0.062 0.116 0.— 137
Café 0.057 0.074 0.125 0.134 135

Manufactura:

Jabón 0.115 - 0.245 0.530 361


Azúcar sin
refinar 0.122 0.308 0.389 0.541 343
Despalillado
de tabaco 0.072 0.124 0.280 0.279 288
Fabricación
y reparación de
zapatos 0.109 0.103 0.217 0.367 237
Enlatado
de frutas 0.078 0.122 0.222 0.262 236

52
Promedio de jornales por horas en algunas industrias de
Puerto Rico
1934-35 a marzo de 1947 (Cont.)

Porcentaje
Jornales (centavos por hora)
Industria de aumento,

1934-35 1939-40 1944-45 Marzo, 1947 ºººººº


marzo 1947

Productos de

panadería 0.147 0.166 0.383 0.484 229


Fundiciones,
herrerías y
talleres 0.160 0.260 0.407 0.508 218
Licores desti
lados, rectifica
dos, y mezclados . 144 0.223 0.361 0.431 199
Botones 0.172 0.331 0.449 0.499 190
Muebles 0.132 0.129 0.210 0.371 181
Cajas de papel 0.149 0.184 0.349 0.41 l 176
Acepilladoras
de madera 0.134 - 0.226 0.333 149
Tostado de
café 0.119 0.166 0.264 0.263 121
Abonos 0.255 0.266 0.452 0.541 112
Imprentas e indus
trias anexas 0.190 0.208 0.258 0.401 111
Prendas de vestir
y otros productos
terminados hechos

de tejidos 0.132 0.183 0.201 0.262 98


Cigarros 0.174 0.144 0.280 0.335 93
Lo cetas 0.186 0.246 0.298 0.352 89
Latas y otra

cacharrería 0.200 0.149 0.213 0.361 80


Construcción 0.193 0.215 0.393 - 104

53
Promedio de jornales por boras en algunas industrias de
Puerto Rico
1934-35 a marzo de 1947 (Cont.)

Porcentaje
Jornales (centavos por hora)
Industria de aumento,
1934-35 1939-40 1944-45 Marzo, 1947 1934-35 a
marzo 1947

Transportación
(pasajeros y
carga) 0.206 0.244 - 0.533 159
Servicios:
Lavanderías 0.083 0.140 0.215 0.274 230
Cines y teatros 0.178 0.161 0.286 0.409 l 30
Reparación de
automóviles 0.184 0.201 0.259 0.305 66

Aunque son muy necesarios, no disponemos por el momento de


estudios definitivos que midan la eficiencia del trabajador de
Puerto Rico en relación con la del de los Estados Unidos o de
otras partes del mundo. Sin embargo, la experiencia parece indicar
que las destrezas del trabajo en la isla están cuando menos lo
suficientemente desarrolladas como para atraer a cierto tipo de
industrias cuya vida depende del diferencial en el salario. Una
vez adiestrados, los trabajadores puertorriqueños son razonable
mente aptos. Además, parecen tener una especial disposición
para ciertas tareas delicadas y precisas.

Si bien los salarios en Puerto Rico son bajos, son bastante


más altos en general que en otras regiones competitivas fuera de
los Estados Unidos; tanto como para que la isla no pueda abrigar
la esperanza de atraer gran número de nuevas industrias sin ofre
cerles una destreza fabril superior. Un vasto programa de adies
tramiento y experiencia en técnicas y disciplinas industriales,
nos parece esencial al buen éxito del programa de fomento. De
inmediato, sería factor importante para atraer a la isla nuevas
empresas; a la larga, sólo en la medida en que el trabajo se

54
prepare y adiestre fin de aumentar la productividad por hombre,
a

habrá una sólida base para el alza substancial de los ingresos


del obrero.

Organizaciones y leyes del trabajo

El desarrollo las organizaciones del trabajo ha progresado


de
mucho en años recientes y el convenio colectivo ha dado pasos
importantes, pese a las especiales dificultades que se originan
en el exceso de trabajadores, los bajos tipos de salarios y el
hecho de que la generalidad de los obreros no son diestros. La
mayoría de las conquistas del trabajo datan del advenimiento al
poder en 1941 del actual gobierno adicto al trabajador. La legis
lación insular laborista abarca restricciones del trabajo de me
nores, reglamentación del trabajo de mujeres,
relaciones del
trabajo—incluyendo la reglamentación de ciertos aspectos de los
convenios, salario mínimo, compensación a obreros, vacaciones
por maternidad, despidos injustificados, paga por tiempo doble,
condiciones del trabajo, seguridad industrial y otras disposiciones
similares para la protección del obrero.

En general, las mejoras las condiciones del trabajo en la


de
isla comparan favorablemente con el progreso alcanzado en países
de gran industrialización. A pesar de estas ventajas comparables,
los salarios y las condiciones de trabajo de la mayoría de los
obreros en Puerto Rico dejan mucho que desear.

CAPITULO 11

INGRESOS, DE SEMBOL SOS Y A HORROS

El neto de Puerto Rico tiende a seguir los mismos


ingreso
rumbos generales del ingreso nacional en el continente.

Aunque carecemos de datos estadísticos concretos para el


período anterior a 1929-30, es evidente que el ingreso total tuvo
un aumento durante las tres primeras décadas del siglo.

55
En 1930, el ingreso neto de Puerto Rico llegó a $189,000,000.
Desde ese punto, descendió bruscamente llegando a su nivel
más bajo de $140,000,000 en 1933. Después, fué subiendo gra
dualmente. La expansión de la actividad económicavinoque

como secuela de la guerra reforzó la dirección ascendente y,


durante los primeros años del conflicto, aceleró vivamente el
ritmo del aumento. Esto aparece, conjuntamente con el ingreso
per capita, en la siguiente tabla:

Estimados del ingreso neto total y del ingreso


per capita, 1930-46

Ingreso neto Ingreso neto


Año Población
que termina insular, (en per capita
junio 30
en
millones de dólares) ººººº (dólares)
1930 189 1,535 122

1931 169 1,567 108


1932 156 1,599 98
1933 140 1,631 86
1934 179 1,663 108

1935 177 1,695 104

1936 190 1,727 115


1937 210 1,760 120
1938 2i7 1,794 121
1939 207 1,828 113
1940 228 1,862 122

1941 278 1,895 147


1942 359 1,929 186
1943 435 1,963 222 -

1944 477 1,997 239


1945 564 2,031 278

1946 587 2,065 284


1947 612 2,099 289
1948 617 2,133 287
1949 644 2,167 295
1950 648 2,201 292

56
Entre 1940 y 1946, fechas que comprenden los años de la
guerra, el ingreso neto per capita aumentó 133 por ciento de
acuerdo con los precios corrientes y 67 por ciento en relación
a los precios constantes (1940). El pueblo de Puerto Rico, en
conjunto, gozó pues de un aumento sustancial del ingreso “real”
durante este período. Terminada la guerra, el ingreso continuó
aumentado, aunque a un ritmo muy lento. En 1950, el ingreso neto
per capita era sólo un poco más alto de lo que había sido en 1946
($292 y $284, respectivamente). ]

Participación distributiva

El
ingreso neto insular puede descomponerse en términos de
la participación distributiva; esto es, de aquel porciento del
ingreso que reciben los empleados en comparación con el que
reciben los dueños de la propiedad o del capital. Esa reducción
para los años de la guerra, indica que la participación del traba
jador aumentó levemente, mientras que la participación relativa
del capital disminuyó. En los años de la post guerra, no se pro
dujeron cambios de importancia. El total de los sueldos y jornales,
así como también el de beneficios o ganancias, aumentaron alre
dedor de 120 por ciento entre 1940 y 1950.

Labaja en la participación del capital durante los años de


la guerra ocurrió principalmente en los renglones del interés y
el ingreso de las rentas. El treno ascendente de la participación
del trabajo se debió todo a pagos relativamente grandes de salario
que hizo el Gobierno, especialmente
Gobierno federal,
el en
relación con la defensa y las actividades de guerra. En la econo
mía privada, la participación del trabajo declinó de hecho durante
los años de la guerra, mientras que la participación del capital
aumentó. Una excepción a esto en la economía privada fué la
del cultivo de la caña de azúcar después de 1943, cuando los
beneficios netos declinaron, mientras que los salarios continuaron
en alza.

57
Distribución del ingreso

Aun la observación casual del notable contraste entre la


pobreza y la riqueza en Puerto Rico, indicaría que el ingreso de
la isla se distribuye muy desigualmente.

La siguiente tabla muestra estimados basados en datos del


Negociado de Estadísticas del Trabajo y en las planillas de la
contribución sobre ingresos:
Estimados de la distribución del ingreso entre las familias de
Puerto Rico - 1946-47
Ingreso total
- e Núm. de Por ciento Por ciento
totalºº sºpº,

del

del
Tipº de ingresº familias total
(en miles)
Menos de
500 154,300 38.34 $42,500 10.04
$

500- 999 115,900 28.80 83,500 19.72


3

1,000- 1,499 64,600 16.05 77,000 18. 19


1,500- 1,999 23,700 5.89 40,500 9.57
2,000- 2,999 23, 100 5.74 55,700 13.16
3,000- 3,999 7,650 1.90 26,650 6.29
4,000- 4,999 4,800 1.19 21,700 5.13
5,000- 7,499 5,600 1.39 33,650 7.95
7,500- 9,999 1,402 0.35 11,887 2.81
10,000- 19,099 973 0.24 13,215 3.12
20,000-29,999 265 0.17 6,413 1.51
30,000- 39,999 109 0.03 3,736 0.88
40,000-49,999 33 0.01 1,485 0.35
50,000 más 68 0.02 5,464 1.29
y

Total 402,500 100.00 $423,400 100.00

CIFRAS RESUMIDAs

Menos de$ 1,000 270,200 67. 14 $126,000 29.76


1,000- 1,000 88,300 21.94 117,500 27.76
$
$

2,000- 1,999 35,550 8.83 104,050 24.58


5,000 4,999 8,450 2.11 75,850 17.91
y

402,500 100.00 $423,400 100.00

58
Una distribución del ingreso tan desigual como la de Puerto
Rico, en la que 11 por ciento de las familias reciben más del 42
por ciento del ingreso total, no puede menos de tener graves
consecuencias para el desarrollo de la industria doméstica. No
provee un poder adquisitivo adecuado que sirva de base al fomento
de una gran industria local que elabore amplia variedad de
artículos de consumo y, en consecuencia, éstos se tienen que
comprar en el exterior.

Desde luego que la concentración del ingreso en manos de


un número relativamente pequeño de personas, puede ser fuente
importante de ahorros y, por lo tanto, de inversiones en empresas
fabriles, si se dispusiera de estos ahorros en la forma de gastos
capitales para plantas y equipo. Sin embargo, la verdad es que
sólo una cantidad relativamente los grandes ingresos
pequeña de

insulares se utiliza en nuevas inversiones no agrícolas. Mucho


de esos ingresos se invierte en lujos y en especulaciones de
bienes inmuebles. Por lo tanto, es importante que se fomente la
inversión en nuevas industrias entre los que reciben ingresos
más altos en Puerto Rico.

Gastos de consumo

Los gastos en artículos y servicios son relativamente limi


tados en Puerto Rico. En el año de 1939-40 anterior a la guerra,
el promedio per capita de gastos fué de $140, en contraste con
un promedio de $691 los Estados Unidos continentales. En
en
1945-46, el gasto promedio per capita en Puerto Rico llegó a 3305.

En años recientes, los gastos totalesde Puerto Rico (esto


es, la suma total de desembolsos de individuos, de empresas en
cuentas de capital y del Gobierno) han sido considerablemente
mayores que el total de artículos y servicios producidos en la
isla. Esto ha sido posible, gracias a la cuantía
en gran parte,
de las ayudas y subsidios del Gobierno de los Estados Unidos
en Puerto Rico.

Las familias de la clase trabajadora


en Puerto Rico se ven
obligadas a gastar la mayor parte de sus escasos ingresos en

59
alimentos. Gastan el 60 por ciento de un promedio de gastos
anuales de $383, según un estudio de muestrario representativo
hecho en 1940-41.

Las familias agrícolas gastan un por


de los trabajadores
centaje aún más alto de sus egresos en las necesidades más
elementales de vida: 68.5 por ciento, según un estudio hecho en
1941-42 por Alice C. Hanson y Manuel A. Pérez entre las familias
de los trabajadores de la altura rural.

A pesar de la gran porción de los gastos totales que se in


vierte en alimentación, la dieta de la mayoría de los puertorri
queños es inadecuada. No está bien balanceada, pues que con
siste en verduras feculosas, arroz, habichuelas
principalmente
secas y guisantes. Es muy deficiente en vegetales amarillos y
verdes, en leche y huevos. Esta situación puede apreciarse en
la siguiente tabla:

Comparación entre el consumo per capita que se recomienda


para Puerto Rico y el consumo actual

#

Consumo actual según
Dieta adecuada de estudio de la alimenta
del trabajador
bajo costo (En
¿
li-

(En libras por semana


al

bras año)
l

por 52 semanas)

Leche, productos
de
y

lechería excepto
mantequilla 522 153
...

otras farináceas
¿

frutas, excepto citrosas 332 418


ºy

Habichuelas secas,
u1 Santes, nueces 35 63
itrosas tomates 74 25
y

Vegetales verdes
y

amarillos 65
8 6

Huevos 19
Carne, aves pescado 45 41
y

Harina, cereales (incluso


arroz) 160 215
Aceites
-

(incluso
ºsas
cerdo salado) 34 36
Azúcares 43 60
1

a de

Plan dietético preparado 1941 por


en

de

Oficina Nutrición Humana


la

Econopía, Doméstica, Depo. Agricultura, para uso


de

Puerto Rico,
en
,

petición de Administración de Seguridad Agrícola. (F.S.A.)


la

survey de ingresos gastos los jornales Puerto Rico, 1941-42.


y

de en
º

60
Costo de vida

El aumento mayor en los precios de los principales renglones


de consumo durante la guerra fué el de los alimentos.

Los precios los alimentos importados aumentaron mucho


de
más que los de los producidos lo calmente.

El hecho de que la isla depende en sumo grado de productos


importados y el alza brusca que se produjo en los precios de
éstos, contribuyeron a dar un carácter de clara inflación a la
e conomía de Puerto Rico durante la guerra. El alza en el costo
de la vida fué sustancialmente mayor que en los Estados Unidos
continentales y, de hecho, superior a la que sufrieron varios
países latinoamericanos, según se muestra en la siguiente
tabla:

Indices del costo de la vida y de los precios al de talle de


alimentos en Puerto Rico, los Estados Unidos continentales
y diez países bispanoamericanos, a fines de 1945
(Agosto de 1939-100)

Aº Indice del costo Indice de los precios


País de la vida de alimentos

Puerto Rico 172 187


Estados Unidos 122 131

Argentina (capital) 138 150


Uruguay ( "" ) 139 146
Colombia ( “ ) 162 172

Costa Rica ( "" ) 172 178


Brazil ( “ ) 184 202
Perú ( “ ) 185 199
Paraguay ( "" ) 219 185
México ( "" ) 225 220
Chile ( “ ) 240 251
Bolivia ( "" ) 296 319

Los precios continuaron subiendo en el período de la post


guerra, hasta llegar a un máximo en enero de 1948, cuando el

Ó l
nivel del costo de vida fué 83 por ciento más alto que en marzo
de 1941. Después, declinaron con la baja de los precios de los
alimentos en el continente, y continuaron bajando hasta que
estalló la guerra en Corea. Es entonces cuando comienza, tanto
en Puerto Rico como en el continente, una nueva alza de precios. )

Desem bolsos capitales

Llamamos desembolsos capitales a los gastos que hacen las


agencias gubernamentales de negocio, los propietarios de casas
y las firmas privadas en obras de construcción, maquinaria e
inventarios de artículos terminados o en proceso de elaboración.
Este concepto tiene una significación especial en cuanto a que
puede servir de índice para medir lo que la economía crea anual
mente en términos de bienes productores de ingresos.

Son especialmentepropios a este fin los datos de gastos


para la construcción de obras y la adquisición de maquinaria, si
de ellos se resta la depreciación.

De la siguiente tabla se desprende que la adición neta al


inventario de capital de la isla ha sido sumamente pequeña, o
negativa, durante los años para los cuales tenemos datos. Aun
la cifra correspondiente a 1946, que parece alta, en realidad es
sólo 6.6 por ciento del ingreso neto producido en ese año. Es
evidente, pues, la urgencia de un cambio radical en el ritmo de
la formación de capital en Puerto Rico.

(En miles de dólares)

lo o ba iba los 9. 1945 1946


Gastos capi
tales en obras

y maquinaria 18,440 25,727 28,388 6,663 1 1,066 18,733 50,004


Depreciación 10,955 11,810 12,785 13,477 14,766 14,045 13,232
Adición neta
(o pérdida) a
la planta y
equipo 7,485 13,917 15,603 6,814 3,700 4,728 36,772

62
Inversiones públicas

El Gobierno de Puerto Rico desempeña un papel activo en el


fomento industrial. Este patrocinio directo de la industrialización
se ha hecho necesario en gran medida debido a la indecisión de
la iniciativa privada a invertir en nuevas industrias manufacture
Ia. Se

Un aspecto determinante de la expansión industrial es el de


la disponibilidad de fondos adecuados para invertir. La fuente
principal de esos fondos son los ahorros internos de individuos
y de empresas comerciales, las inversiones del exterior, los
préstamos emitidos isla y el crédito inversionista
fuera de la
que concede el sistema bancario del país. Las inversiones basa
das en préstamos al exterior son viables, a la larga, sólo cuando
puede demostrarse que el orden económico tiene capacidad de
ahorrar cuando menos lo suficiente para liquidar la deuda.

La depresión de 1930 puso


la considerable y continua
fin a

afluencia de inversiones del exterior que caracterizó el período


anterior, y, ciertamente, la guerra no reanudó aquella corriente
saludable. Esto queda indicado por el hecho de que durante
1942-46, pese al notable aumento del ingreso insular y a los altos
precios, los pagos sobre inversiones del exterior fueron inferiores
a los de 1928. El ingreso de Puerto Rico, en términos de los
actuales precios, era a fines de la guerra, dos o tres veces mayor
de lo que fué en los años subsiguientes a 1920, de manera que
la disminución o baja en los pagos a los no residentes es aún
más significativa de lo que parece a la luz de las cifras absolutas
de la siguiente tabla:
Ingreso sobre in versiones, 1928 y años fiscales 1942-46
(en miles de dólares)
e Pagos sobre in- Ingreso de las
.
Años versiones del ex- 1nvers 1o n es de Balan ce
terior en Puerto Puerto Riqo en
Rico el exterior

1928 12, 148 1, 129 11,019


1942 8,961 574 8,387
1943 513 1,063 ¿¿ó
333 # 3 3,333 ¿¿35
1946 3333 4.458 3.555

63
Debemos tener en cuenta que el ingreso obtenido por los
puertorriqueñosfuera de la isla aumentó sustancialmente durante
los años de la guerra. (Además, según se ha indicado antes,
Puerto Rico pudo, gracias al gran aumento de su ingreso, pagar
deudas y acumular reservas en bonos del Gobierno de los Estados
Unidos, valores monetarios, balances bancarios y otros valores
externos, por la cantidad el período
de $380,000,000 durante
quinquenal que va del 1° de julio de 1941 al 30 de junio de 1946.)

Aun cuando las inversiones del exterior aumentaran substan


cialmente, la cuantía de los fondos locales dispuestos a arries
garse en nuevas empresas seguiría siendo un factor esencial en
el cuadro de la industrialización. La cuantía y disponibilidad de
esos fondos depende mayormente de los ahorros creados por la
economía y de la disposición de aplicarlos a fines productivos.

Aunque no disponemos la serie ininterrumpida de datos


de
relativos al ahorro, las cifras para el período de 1939-40 y
1940-41, demuestran que los gastos individuales de consumo

excedieron al ingreso de que disponían los individuos en


$11,000,000 y $9,000,000, respectivamente para esos dos perío
dos. Durante 1941-42 a 1943-44, cuando el ingreso subió brúsca
mente y la escasez de tiempo de guerra tendió a restringir los
gastos, hubo un ahorro positivo. El ahorro negativo, o sumamente
pequeño, como el que caracteriza a la economía de Puerto Rico,
también es sintomático de regiones
económicamente retrasadas
en todas partes del mundo, pues en ellas la producción per capita
y el ingreso son tan limitados que generalmente se gastan en
proveer al pueblo de los elementos básicos de vida.

A no ser Puerto Rico se aproveche abora de la excepcio


que

nal situación creada por la guerra, y aumente considerable e


inmediatam ente su inventario de valores productores de ingreso,
es de temerse que a la larga llegue a una situación en la que
tenga poquísimos o ningunos ahorros internos para la creación
de nuevo capital, y en la que la isla quede casi a merced de las
inversiones que pudieran hacer empresarios del exterior.

64
PARTE III

LA POBLACION: DE SARROLLO INDIVID UAL Y SOCIAL

CAPITULO 12

NATURALEZA DEL PROBLE MA DE MO GRA FICO DE


PUERTO RICO

En el fondo las generalizaciones estadísticas demográficas


de
está la importante cuestión de sus efectos en la vida familiar; en
las oportunidades individuales de esfuerzo productivo y realiza
ción de la personalidad; en la dignidad humana; en la convivencia
social y la oportunidad del grupo para aprovechar los adelantos
en
culturales y tecnológicos del mundo. Es sólo en términos de esas
consideraciones básicas que cobran importancia las tendencias
y giros del desarrollo poblacional.

• º
Comparación con otras áreas

Las estadísticas demográficas señalan la posibilidad de que


Puerto Rico tenga en estos momentos el índice más alto de au
mento natural de población en todo el mundo. El siguiente cuadro
comparativo de 53 países pone de relieve la situación:

Indice de aumento poblacional en cincuentitres países del mundo


(Promedio de índices de natalidad, de mortalidad y de aumento por
1,000 de población, 1936-40)

País Población en Indice de Indice de Indice de


miles 1940 natalidad mortalidad aumento

Formosa 5,872 44.8 20.0 24.8


Costa Rica 667 42.7 18. 1 24.6
Palestina (1940-43) 1,557 39.5 16.3 23.2
El Salvador (1941) 1,788 39.9 16.9 23.0
México 19,654 43.9 23.4 20.5

Puerto Rico (1936-40) (1,869) 39.2 19.2 20.0


Puerto Rico (1947) (2, 149) (43.3) (12.0) (31.3)

65
º
Población en Indice de Indice de Indice de
(Cont.) País miles 1940 natalidad mortalidad aumento

Paraguay (1941) 1,015 33.1 13.4 19.7


Ecuador (1941) 2,9, 9 41.7 22.5 19.2
Unión Soviética 170,467 37.2 18.6 18.6
Nicaragua (1938-42) 983 32.2 13.7 18.5
Filipinas l 6,356 32.5 l6.3 16.2
Egipto 15,921 43.0 27.0 16.0
Panamá (1939) 632 26.7 10.9 15.8
Venezuela (1938) 3,684 34.3 18.6 15.7
Africa del Sur
(blanca) 2, 192 24.9 9.6 15.3
Cuba (1938) 4,253 27.2 12.0 15.2

Trinidad 546 31.0 l6.0 15.0


Hawaii 423 22.2 7.3 14.9
Albania l, 106 31.2 16.4 14.8
Turquía (1935) 17, 182 47.8 33.4 14.4
Brasil 4 1,565 40.2 25.8 14.4
Colombia (1939) 9,206 3 1.5 17.6 13.9
Argentina 13,350 24.1 11.7 12.4
Yugoeslavia 16, 200 27.4 15.6 1 l.8
Grecia 7,336 26.0 14.2 11.8
Países bajos 8,727 20.4 8.9 11.5

Japón 73, 114 28.6 17.2 11.4


Polonia 35,090 25.3 14. l 11.2
India 389,000 45.0 34.0 11.0
Canadá l 1,507 20.4 9.8 10.6
Rumania 13,493 29.3 19. 10.1
China 458,000 40.50 35.55 10.0
Nueva Zelandia 1,641 19.8 9.8 10.0
Chile 5,024 32.9 23.2 9.7
Bulgaria 6,237 23.3 13.7 9.6
Italia 43,430 23.2 13.8 9.4
Australia 7,365 17.5 9.6 7.9
Alemania 70,000 19.6 12. 7.6
Dinamarca 3,825 18.0 10.5 7.5
Estados Unidos 131,669 17.3 11.0 6.3

Hungría 9, 106 20. 1 14.2 5.9


Noruega 2,937 15.5 10.3 5.2
Irlandia 2,990 19.3 14. 3 5.0
Estados Bálticos 5,515 19.2 14.3 4.9
Finlandia 3,684 19.7 14.9 4.8
Checoeslovaquia 15,239 17. 1 13.1 4.0

66
Población en Indice de Indice de Indice de
(Cont.) País miles 1940 natalidad mortalidad aumento

Escocia 5,006 17.5 13.5 4.0


Suiza 4,206 15.2 11.6 3.6
Suecia 6,400 14.8 11.7 3.1
Austria 7,009 16.6 14.2 2.4

Inglaterra y Gales 41,460 14.7 12.5 2.2


Bélgica 8,396 15.0 13.8 l.2
Francia 41,200 14.5 15.9 l.4

Nota: Las estadísticas corresponden a 1936-40, a no ser que se den otras


fechas en la primera columna.

Puerto Rico es una de las regiones más densamente pobladas


del orbe. En 1940, había 546 personas por milla cuadrada, y en
1949, 645. La proyección de una curva basada en supuestos de

“la media”, indica que para 1960 la densidad puede estar en las
cercanías de 780 personas por milla cuadrada.

Una razón alta entre la población y la tierra no es en sí un


problema. El tenga o no efectos nocivos para el bienestar
que

del pueblo depende de los recursos naturales de la región, su


proficiencia en la productividad agrícola e industrial y el ritmo
del aumento demográfico. Todos estos factores son relativamente
desfavorables a la situación de Puerto Rico, si la comparamos
con la de ciertas regiones densamente pobladas del orbe.

Los países que tienen una razón alta entre la población y la


tierra sufren, por lo general, de bajos niveles de vida si su econo
mía depende principalmente de la agricultura.

Se pregunta a veces por qué los puertorriqueños no pueden


emular a ciertas pequeñas naciones europeas, las cuales, en
virtud del desarrollo de una economía industrial altamente espe
cializada, han logrado niveles de vida relativamente aceptables
a pesar de su gran densidad poblacional. Una de las desventajas
de Puerto Rico es la carencia absoluta de recursos del subsuelo:
minerales, metales y combustibles. Es importante también el
hecho de que el país entró relativamente tarde en el campo indus
trial. No le resulta fácil seguir el rumbo de países que poseen ya
conocimientos y destezas técnico-administrativas muy desarro
lladas y que tienen mercados firmemente establecidos para sus
productos.

Pero el más importante de los factores es el tiempo. Puerto


Rico no puede gastarse el lujo de esperar a que se cumpla aquel
proceso evolutivo demográfico industrial que abarca un período
de tiempo comparable al comprendido en el desenvolvimiento de
esas naciones europeas aludidas; esto es, pasar por un período
de transición de dos o tres siglos.
El factor tiempo en el crecimiento poblacional

Según Frank W. Notestein, en un libro publicado por la


University of Chicago Press (Editorial de la Universidad de
Chicago), la declinación de la fertilidad en Europa, Norteamérica
y otras partes del mundo es, principalmente,
resultado de un
control racional. “Los índices de natalidad se redujeron mayor
mente por medio de prácticas contraceptivas, en respuesta a
violentos cambios del orden económico y social
alteraron que

radicalmente la motivación y propósitos de la gente con respecto


al tamaño de las familias”. Bajo el impacto de la vida industrial
urbana “el propósito social de perpetuar la familia fué cediendo
terreno progresivamente al de promover la salud, la educación y
el bienestar material del niño; se extendió la idea de la limitación
de las familias; y así comenzó a avizorarse el final de aquellos
tiempos de familias numerosas.”

La declinación de la fertilidad en estas naciones europeas no


adquirió importancia sino hasta la última parte del período de tres
siglos de trancisión vital. Antes de que comenzara a declinar,
tuvo más de dos siglos de rápido crecimiento demográfico, debido
a los índices relativamente altos de natalidad y al descenso de
los índices de mortalidad. Durante ese período la población
oriunda de Europa aumentó casi siete veces en todo el mundo.
Estos países pudieron, sin embargo, reducir la presión demográ
fica con la emigración a varias “fronteras” del mundo, y así les
fué posible gastarse el lujo de esperar el tiempo necesario para
que disminuyeran los índices de fertilidad.

68
Puerto Rico, por otra parte, está en situación muy distinta.
La actual razón entre la población y la tierra cultivable y entre
la población y las oportunidades de empleo no agrícola, indica
la existencia de lo que, en justicia, puede calificarse de “sobre
población.” Además, los adelantos en sanidad, salud pública,
medicina, etc. han hecho descender el índice de mortalidad a
nivel tan bajo el logrado por esos países occidentales
como
europeos en fecha tan cercana como en los años posteriores a
1920 y 1930, esto es, bastante tiempo después de iniciado el
descenso en sus índices de natalidad.

Es, pues, evidente, que Puerto Rico no debe esperar una


evolución demográfica comparable a la de los pueblos europeos,
toda vez que no puede permitirse el lujo de aguardar el tiempo
necesario para ello.

No parece haber razón válida alguna para que la evolución


demográfica Puerto Rico tenga que seguir un desarrollo crono
de
lógico comparable al de Europa occidental. Por el contrario, hay
poderosas razones que indican que debe seguir un camino dis
tinto, aprovechando sabiamente el conocimiento, tanto industrial
como demográfico, que se desprende de aquella experiencia.

Crecimiento poblacional en Puerto Rico

Hasta aquí, parece que el influjo de la cultura industrial


europea sobre el desarrollo demográfico Puerto Rico ha sido
en
relativamente unilateral, afectando en forma directa sólo al índice
de mortalidad. La siguiente compilación fué preparada por el
demógrafo señor José L. Janer:
Estimados del ritmo de aumento natural de la población en
Puerto Rico, durante los años de 1887 a 1945
l entre Estima do del In dice Estima do del In- In dice esti
Inte Cya
en º
SO
de Natalidad dice de Morta li- m ado de aumen
por 1,000 dad por 1,000 to natural

1887-99 45.7 3 l. 4 14.3


1899-1910 40.5 25.3 15.2
1910-20 40.4 24.0 16.4
1920-30 39.3 22. 1 17.2
1930-35 39.0 20. l 18.9
1935-40 40.2 19.2 21.0
1940-45 40. 6 15.7 24.9

69
Se notará que la tendencia del fndice estimado de natalidad
no ha cambiado en forma apreciable en el período de 1899 a 1940.
Por otra parte, el fndice crudo de mortalidad ha declinado cons
tantemente sin interrupción.

Mientras el crecimiento de la población pueda ser influído


por la acción consciente y racional del ser humano y por pautas
públicas, la forma futura de la curva de crecimiento no es cosa
que pueda determinarse sin embargo,
matemáticamente. Es,
importante una apreciación de sus potencialidades, a la luz de
la proyección matemática.
Implicaciones de las actuales tendencias demográficas

Las tendencias básicas de la población en Puerto Rico seña


lan hacia la ineludible conclusión de que, en ausencia de una
sabia política de control demográfico, la población de la isla
aumentará a un ritmo muy rápido en la próxima generación:

1. El índice de natalidad no presenta signos claros de de


clinación.

2. La mayoría de las mujeres puertorriqueñas no sólo dan a


luz frecuentemente sino que haciéndolo hasta
continúan
una etapa relativamente avanzada de su vida.

3. Los riesgos mortalidad han venido disminuyendo con


de
tinuamente en todos los grupos cronológicos, con el resul
tado de que un porcentaje cada vez mayor de la población
llega a la edad reproductiva y que un mayor porcentaje
vive durante todo el período reproductivo. De ahí que

aumente continuamente también el número de padres.


Las
estadísticas indican que ha habido un aumento en el pro
medio de vida, de 38.4 años en 1910 a 46.0 en 1940. Los
indicios son de que los índices específicos de mortalidad
continuarán decreciendo siempre que se mantengan los
programas de salud pública; y que continuará en ascenso
la expectación de vida partiendo del nacimiento. Sin em
bargo, estas tendencias podrían invertirse si los niveles de
vida se deprimieran extremadamente.

70
Proyecciones demográficas

Las proyecciones basadas en los datos de supervivencia y


en los índices específicos de reproducción del período de 1939-41,
indican un tremendo crecimiento demográfico en la próxima ge
neración:

(1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1,869,255)
1960 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2,880,000
1970 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3,495,000
1980 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 4,238,000

Estas proyecciones no toman en cuenta la migración. Por


otra parte, quizas sea muy bajo el ritmo de aumento natural asu
mido. El
ritmo de aumento fué 22.0 en 1939; 20.3 en 1940, y 21.2
en 1941. Recientemente, sobre la base de datos computados, ha
sido bastante más alto: 28.8 en 1945; 29.5 en 1946, y 31.3 en
1947.

Se ha hecho otra proyección que usa las mismas estadísticas


básicas, pero añade el supuesto de que la emigración neta (esto
es, el número de personas que sale de Puerto Rico menos las
que regresan), al ritmo promedio anual de la década
continuará
de 1937-1946. Esta proyección es la siguiente:

(1940 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 1,869,255)
1960 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 2,678,000
1970 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3,121,000
1980 . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 3,637,000

Por lo tanto, aun cuando asumiéramos un ritmo escasamente


posible de emigración, Puerto Rico debe esperar, a falta de una
política de control poblacional, que en 1980 su población casi
se duplique en comparación con la de 1940.

Pero si consideramos país sólo tiene alrededor de un


que el

millón de cuerdas de tierra explotable, limitados recursos minera


les, un programa de industrialización apenas comenzado y una
densidad poblacional ya excesiva, no podemos menos de pensar
que esa duplicación demográfica impondría al pueblo condiciones
de vida sumamente difíciles.

71
Costos económicos y sufrimiento humano

Tal implica una pesada carga en los costos de los


aumento
servicios sociales. Los de educación, salud y bienestar público
solamente significarían una sangría tremenda para la economía
del país.

Pero de mucha más importancia que la carga directa de los


servicios sociales, son los costos imponderables que se pagan
cuando los niños crecen en un ambiente que los condena a la
mala nutrición, la delincuencia, la enfermedad y la desocupación.
Porque, a no ser que se espere un milagro, parece inevitable
según los datos los más halagüeños progresos econo
a mano, que

micos queden siempre a la zaga de tan prodigioso crecimiento


poblacional.

Desde el punto de vista económico, una de las consecuencias


más graves del rápido crecimiento demográfico cuando faltan
recursos naturales y capital, es la tendencia a usar mucha mano
de obra y pocas máquinas. Esto reduce el promedio de productivi
dad por hora de trabajo y, en consecuencia, el promedio del
ingreso per capita.

El buen éxito del programa de fomento industrial en Puerto


Rico depende inevitablemente en gran parte de la capacidad de
la isla para enfrentarse a la competencia de otras regiones,
muchas de las cuales están más industrializadas y poseen más
recursos. De ahí que el problema de la productividad por trabaja
dor revista la mayor importancia. Por lo tanto, no se ajusta a la
realidad aquel criterio que confía totalmente en la industrializa
ción como única solución al problema de la densidad demográfica.
El programa de industrialización sólo alcanzará buen éxito si se
resuelven los problemas parejos del crecimiento poblacional y
del aumento de trabajadores.
Un “equilibrio” favorable entre los habitantes de un terri
torio y sus recursos productivos, no es cosa estática. Puede
adelantarse mucho si la ciencia y la tecnología, la educación y
la responsabilidad social, aumentan las oportunidades de un
reajuste a nivel más alto.

72
Pero debido a las circunstancias especiales de Puerto Rico,
el factor tiempo es de importancia. Al par que se hacen todos
los esfuerzos por expandir la producción, es esencial que se
haga un esfuerzo comparable por controlar el ritmo del crecimiento
demográfico.

Quienquiera esté enterado de las condiciones sociales


que
y las barreras culturales de Puerto Rico, comprenderá las dificul

tades que envuelve el llevar a cabo un programa de limitación


poblacional. Sin embargo, no parece haber otra salida.

La elección es entre enfrentarse a un futuro caracterizado


por la posibilidad de creciente pobreza y dependencia económica,
o llevar a cabo uno de los programas más difíciles. Esto último
requiere el más alto calibre de estadista; pero debe reconocerse
que si no se aplica esa visión de gobernante, se elije la primera
alternativa: la creciente pobreza y dependencia.

CAPITULO 13

PROBLE MAS Y TECNICAS DE CONTROL POBLACIONAL


Aunque queda mucho por aprender sobre el control de la
población, se sabe lo suficiente para entender que el problema
cardinal es esencialmente uno de ejecución. Al considerar una
política racional consciente de
y control del crecimiento pobla
cional, es necesario comprender las limitaciones y relativa
eficacia, en situación dada, de los varios elementos que
la
directa o indirectamente afectan el crecimiento de la población.

La mejora en los niveles de vida

La elevación de plano relativamente


los niveles de vida a un
º

alto parecería el método más deseable y de efectos más perma


nentes para limitar el crecimiento poblacional.

Pero es necesario reconocer que en Puerto Rico no cabe


considerar ése como un método de resolver el problema de la

73
presión poblacional. La realidad es que hay que invertir los térmi
nos, o sea: si el pueblo de Puerto Rico logra más altos niveles
de vida, será en gran parte debido a que ha resuelto el problema
básico de población.

La cosa es muy distinta en países de grandes recursos inex


plotados o de industrial altamente desarrollada. En
economía
tales casos, el rápido crecimiento poblacional puede servir de
poderoso estímulo económico.

Un estudio de muestrario representativo de 1,044 hogares


en Puerto Rico, hecho por la Dra. Lydia J. Roberts en 1946,
indica que el número de hijos por cada madre disminuye según
aumenta el ingreso de las familias. Pero la disminución sólo
adquiere importancia en aquellas familias cuyo ingreso es de
$2,000 ó más alto.

Un ingreso promedio de alrededor de $1,000 por familia (en


términos de los precios anteriores a la guerra, o de casi el doble,
en términos de los precios de a mediados de 1949), bien puede
ser necesario para la gran masa del pueblo antes de que el
º “freno” económico comience a tener la suficiente efectividad

como para producir una reducción “automática” de la población.

No pueden esperarse progresos reales en los niveles de vida


de la masa del pueblo cuando la expansión económica se ve
neutralizada por el aumento poblacional. El informe de la Liga
de Naciones sobre la Industrialización y el Comercio Extranjero
señala:

“Es cierto que la cuantía de recursos potenciales


nunca se sabe con exactitud y que es probable que
aumente con los descubrimientos y el progreso téc
nico. No obstante, la diferencia de riqueza natural
entre diversos países es una realidad, y ningún país
en el cual esa riqueza haya probado ser relativamente
escasa en el pasado, debe correr el riesgo de basar
su política económica en la esperanza de nuevos
descubrimientos. Es imperativo, por lo tanto, que los

74
países económicamente retrasados y de escasos re
cursos potenciales conocidos, hagan que la moviliza
ción de esos recursos coincida con la transición hacia
una economía progresista. Mientras más se permita
que aumente la población antes de que se inicie esa
economía, más difícil se hará la transición. En algunos
países acaso se haya pasado ya de la etapa en que se
pueda producir espontáneamente; en esos casos,
deberá planificarse cuidadosamente y avanzar con la
ayuda de la intervención y el respaldo gubernamenta
les”.

Cuando la población aumenta tan rápidamente como la pro


ducción, hay que emplear los recursos casi totalmente en satis
facer las necesidades básicas del consumo (alimentos, ropa,
etc.). En tales circunstancias, no se puede ahorrar gran cosa y,
en consecuencia, es escasa la posibilidad de crear capital y
muy limitado el progreso técnico. Al propio tiempo, un crecimiento
excesivamente rápido de las fuerzas del trabajo crea la exigencia
de que se prorratee la tarea y entorpece la introducción de ma
quinaria para economizar mano de obra, retrasando así la produc
tividad del obrero. Todos estos factores gravan el nivel de
ingreso per capita que se pudiera lograr.

Parece inevitable la conclusión de que Puerto Rico no puede,


en los actuales momentos, cifrar sus esperanzas en la elevación
de los niveles de vida como solución “automática” de su urgente
problema demográfico.

Educación

El estudio de la Dra. Roberts, al igual que otras investiga


ciones, indica también la íntima correlación que existe entre la
educación de las madres y el número de hijos que tienen. Las
madres puertorriqueñas que no han ido a la es cuela tienen, como
promedio, 6 hijos; las que asistieron más allá de la escuela ele
mental tienen, como promedio, 2.4 hijos.

75
No es nada sorprendente que la educación inculque en las per
sonas aquellas actitudes, como la de responsabilidad por el bien
estar de los hijos, que conducen a tener familias poco numerosas.
Del estudio de la Dra. Roberts y de otras fuentes se desprende,
sin embargo, que esas actitudes no pueden fomentarse en tres o
cuatro años de escuela elemental.Parece que la educación se
convierte en una fuerza determinante de la limitación de la prole,
sólo cuando la madre ha tenido no menos de seis a ocho años de
escolaridad. Esto significa que habrá que elevar considerable
mente los niveles educativos en Puerto Rico si queremos que la

instrucción contribuya a resolver el problema demográfico.

Pero un pueblo que como Puerto Rico tiene un ingreso total


muy bajo, sólo puede dedicar limitados fondos a la instrucción
pública. El país, como cuestión de hecho, dedica en la actuali
dad un porcentaje mayor de sus ingresos a la educación que el
que dedica la mayoría de los estados de la Unión. Pero las
urgentes necesidades siempre cancelan los logros. Sólo como
la mitad de los niños de edad escolar asisten a las aulas; y
de éstos, sólo un pequeño porcentaje se mantiene en ellas más
de unos pocos años.

Para enfrentarse a las necesidades escolares habrá que hacer


grandes esfuerzos:

1. Aumentar las partidas dedicadas a la instrucción. El au


mento puede salir, en parte, de reformas del sistema con
tributivo que han esperado mucho. Pero requiriría también
una reducción de las asignaciones de fondos a otros ser
vicios públicos.
2. El establecimiento de un orden de prioridades del sistema
educativo, a fin de asegurarle una educación básica a
todos los niños.

3. Una intensa campaña para darle a todos los niños de Puerto


Rico, cuando menos, de seis a ocho años de escolaridad.
Los obstáculos en el camino de ese programa son enormes,
pero sus beneficios serían de inapreciable valor. El

76
programa debe relacionarse con las necesidades de las
familias de asalariados a fin de que mantenga el interés
de los educandos. Debe ser un programa amplio que com
prenda la educación de adultos y el desarrollo de la escuela
como centro de la vida de la comunidad.

La urbanización y las facilidades rurales

El número población rural de Puerto Rico es


de mujeres en la
casi dos veces mayor que en la población urbana, y su fertilidad,
75 por ciento más alta. Por lo tanto, es urgente mejorar las con
diciones de vida de las familias rurales para que un mayor número
de éstas adopte normas de valores en las cuales el bienestar
del individuo sea más importante que la alta fertilidad y los
hogares numerosos.

El programa del Título Quinto de las comunidades rurales


puede contribuir notablemente a elevar los niveles de vida de la
zona rural. Se podría ofrecer a esas comunidades servicios públi
cos que sería muy costoso extender a familias aisladas.

Emigración

En la emigración, hasta ahora principalmente al continente,


influyen mucho las condiciones económicas de los Estados
Unidos. Pero el movimiento, en general, ha sido de magnitud
limitada. Adquirió importancia considerable sólo después de la
guerra, debido, entre otras cosas, a que la escasez de brazos
durante esa época en los Estados Unidos creó muy buenas opor
tunidades de empleo. La operación de aviones fletados ha sido
también factor importante en este aumento de la emigración. La
siguiente tabla nos presenta un cuadro de la situación:

77
Movimiento de las personas que entran y las que salen de Puerto Rico
1909 a 1943
B a la n ce
Año que en Entran Salen Ganancia Pérdida
cierra
junio 30
5,085 -
* 1909 1,974 3,111
-
-
1910 5, 693 2, 193 3,500

-
1911 5,953 4,478 1,475

-
1912 5,028 4,833 195
1913 3,895 3,873 22
-
-
1914 6,806 7,394 588

-
1915 6,221 6,560 339

-
1916 7,293 7,260 33

-
1917 8,458 10,812 2,354
1918 ll, 122 15,334 4,212
-
-
1919 22,472 25,784 3,312

-
1920 15,003 19, 142 4, 139
1921 17,749 17, 137 612
-
-
1922 14, 154 13,521 633

-
1923 13, 194 14,950 1,756

-
1924 14,057 17,777 3,720

-
1925 15,356 17,493 2, 137

-
1926 16,389 22,010 5, 621

-
1927 18,626 27,355 8,729
21,772 27,916 6, 144
-
1928

-
1929 20,791 25,428 4, 637

-
1930 20,434 26,010 5,576

-
1931 20,462 18,524 1,938
16,224
-
1932 18,932 2,708

-
1933 16,215 15, 133 1,082
16, 687 13, 721 2,966
-
1934
18,927 19,944
1935
20, 697 24, 145 - 1,017

-
1936 3,448
22,793 27,311 4,518
-
1937
23,522 25,884
- 2,362
1938
21, 165 4,488
-
1939 25, 653
1940 30,002 31,906 l,904
Subtotal 484,953 537,679 18,275 71,001
-
-
1941 23,943 24,931 988
1,837
-
1942 28, 473 30, 310
l6,768
-
1943 19,367 2,599

-
1944 22,416 29,964 7,548

-
1945 22,727 37,521 14,794

-
1946 45,888 69,613 23,725
l36, l66
-
1947 101, 119 35,047
1948 104,491 132,522 28,031
Total 850, 778 1,018,073 18,275 167, 295

78
Si los índices de reproducción y de supervivencia se man
tuvieran en los niveles de 1939-41, se necesitaría una emigración
anual neta de cerca de 35,000 (esto es, el máximo alcanzado en
1946-47) para estabilizar la población durante la generación
próxima. Pero es muy dudoso que esos índices permanezcan en
los níveles de 1939-41. En los últimos años, el índice de morta
lidad ha continuado descendiendo, y no hay indicios de que
disminuya el de fertilidad. Por eso, de continuar estas ten
dencias, se necesitaría una emigración neta tan alta como de
50,000 para estabilizar la población durante las próximas déca
das.

Sin embargo, los fracasados esfuerzos de algunas regiones


para reducir la presión poblacional en virtud de la emigración
solamente, ilustran un principio demográfico ampliamente acep
tado, a saber: que es muy improbable que la emigración por sí
sola traiga como resultado una reducción permanente de la po
blación de una zona dada. La razón básica de este principio es
la tendencia de la gente en regiones atrasadas a “sobrerepro
ducirse” (en términos de los recursos disponibles), a no ser que
en el proceso reproductivo intervenga el control consciente.

La experiencia del pasado sugiere que la emigración al con


tinente continuará a un ritmo bastante alto, mientras existan allí
oportunidades de empleo. Por eso, pensando en que puede llegar
el momento de un exceso de brazos en el continente (o aun cuando
las condiciones allí sigan siendo favorables), sería muy prove
choso buscar oportunidades de emigración para las familias
puertorriqueñas en otras partes que en los Estados Unidos con
tinentales.

Naturalmente, que esto exige considerable planificación y


recursos. Los días de “la frontera” han pasado a la historia.
Hay muy pocas regiones amplias no desarrolladas que puedan
colonizarse fácilmente. El costo de colonizar bien áreas vírgenes
es muy alto. Se calcula, por ejemplo, que instalar familias de
refugiados en Argentina cuesta más de 34,000 por persona.

79
La instalación de buen número de familias puertorriqueñas
en regiones no desarrolladas de Hispanoamérica
envolvería
gastos que sobrepasan la capacidad de la economía insular. Es,
por lo tanto, principalmente cuestión de si se pueden o no hacer
arreglos de ayuda económica por conducto del Gobierno de los
Estados Unidos o de las agencias de las Naciones Unidas a fin
de fomentar la emigración.
El con trol de la natalidad

Todo parece indicar que las futuras condiciones de la isla


dependerán, en gran medida, de la rapidez con que se pueda
estabilizar el crecimiento demográfico en virtud de la reducción
del índice de natalidad. El factor tiempo es determinante. Mientras
continúe el presente ritmo de crecimiento poblacional, subsiste
el inminente riesgo de que se neutralize todo el adelanto logrado
y el que se pudiera lograr hacia la elevación de los niveles de
vida.

Basta sólo pensar en las condiciones que prevalecerían en


Puerto Rico en caso de otrà depresión mundial—con la pérdida
de los mercados de exportación y una baja drástica en los precios
de los productos principales,
el cese virtual de la emigración y
la posibilidad clara de que regresen muchos de los que se fueron
para comprender que el país difícilmente podría atender su propia
situación económica y que quedaría a merced de las “dádivas”
que pudieran hacerle del exterior.

Sería una tragedia de primera magnitud el que Puerto Rico


revirtiera a un “equilibrio” demográfico, logrado sólo en virtud
de un alto índice de mortalidad que arrancara de condiciones de
vida insostenibles, para equilibrar el alto índice de natalidad.
Piénsese, no obstante, que tal podría ser la única alternativa
frente a la subordinación al socorro de afuera. Es sólo ante el
fantasma de esta ominosa calamidad, que adquiere clara pers
pectiva la ejecución de un programa de control de la natalidad.
Eso es extraordinariamente difícil; pero constituye la única
alternativa a estar siempre ante la amenaza constante de mayor
miseria y desesperación.

80
La inteligencia y la organización de grupos se aplican más y
más a crecientes esferas de la actividad humana. El hombre
moderno cada vez está menos dispuesto a permitir que fuerzas
susceptibles lo avasallen. La aplicación al problema
de control
poblacional de un esfuerzo persistente, y de habilidad e inteli
gencia comparables a las que han caracterizado muchos de los
programas sociales y económicos emprendidos por el pueblo de
Puerto Rico en la última década, bien pudieran traernos los
resultados apetecidos.

El esfuerzo tiene que hacerse base de un programa equi


a

librado en todos los frentes; hay que cumplirlo con entusiasmo,


iniciativa e imaginación, al par que con juicio rigurosamente
crítico.

Tal programa, debe comprender, entre otras cosas, las si


guientes:

1. La ampliación del programa educativo hasta incluir la


enseñanza y discusión de temas familiares básicos:
relaciones matrimoniales, higiene física, organización
social, los problemas fundamentales de la isla y sus po
sibles- soluciones. La enseñanza no puede por sí sola
mejorar una situación cuando las condiciones económicas
y sociales gravitan en contra. Pero la enseñanza puede
despertar la conciencia y puede indicar soluciones.

2. Emprender una campaña educativa concreta, utilizando


todos los medios de información disponibles, para subrayar
la urgencia de la responsabilidad paternal y de la madurez
en el matrimonio, estimulando a los adultos a que conozcan
el método llamado de “ritmo natural” y otros métodos
sancionados de reglar la paternidad; alentando a las ma
dres, quienes por razones de salud no deban concebir, a
que asistan a las clínicas y hospitales provistos para
esos fines.

81
3. El fomento estudios experimentales para comprobar
de
la eficacia relativa y la aceptabilidad de diversos méto
dos alternativos de control de la natalidad.

4. La vigorización y el riguroso cumplimiento la ley que de


exige al padre que mantenga su prole, sea ésta legítima o
natural.

5. La preparación de arreglos administrativos que permitan


un constante y eficaz planteamiento del problema pobla
cional. La organización de salud pública insular debe
incorporarse especialmente a esta tarea. El control del
fndice de natalidad debe considerarse de importancia
paralela al control del índice de mortalidad, y hacerse
objeto de la misma actividad de salud pública, con igual
orden y previsión.

Puerto Rico lucha contra el tiempo y contra obstáculos enor


mes. No hay garantía de que aun los esfuerzos más intensos y
devotos logren reducir el presente peligroso ritmo de aumento
poblacional. Pero, considerando las alternativas, es fundamental
que Puerto Rico adopte un curso de acción.

82
PARTE IV
PRINCIPIOS Y PROGRAMAS DE DE SARROLLO
ECONOMICO PLA NIFICADO

CAPITULO 14

*"LA BATAL LA DE LA PRODUCCIONºº

Es evidente que el grado de progreso social y económico que


el pueblo de Puerto Rico logre dependerá, esencialmente, de lo
que se haga con respecto a la población y a la producción.

La experiencia en el mundo demuestra que el esfuerzo para


mejorar los niveles de vida de regiones que se han quedado
atrás técnica y económicamente, presenta las más grandes
dificultades. A menudo, el esfuerzo se caracteriza por un intento
de comenzar por lo que es resultado del desarrollo industrial; o
sea, la construcción de gran fábricas altamente
número de
mecanizadas y el aumento forzoso de los jornales. Generalmente,
se presta poca atención a sentar las bases necesarias: la educa
ción y el adiestramiento técnico; el fomento del ahorro y de las
inversiones dispuestas a correr riesgos; el desarrollo del sentido
de la responsabilidad en el patrono y el obrero; la disposición
adecuada medios de transporte y comunicaciones así como
de
también de fuerza motriz; la popularización de una voluntad de
progreso individual y social.

Productividad

Hay un elemento que se destaca por su importancia fundamen


tal en todo programa de fomento económico: el de la productividad.
En el caso concreto de Puerto Rico, el progreso de la producti
vidad del trabajo, tanto en la producción agrícola como en la
industrial, es factor básico para que las empresas sean lucrativas
y resistan la competencia. A la larga, los aumentos en el nivel
“real” de los salarios dependen del aumento de la productividad
obrera.

83
Tecnología y mecanización

Por regla general mientras más mecanizada está una indus


tria, mayor es su producción promedio por hombre por hora de
trabajo.

En una economía expansiva altamente industrializada, los


trabajadores desplazados por la mecanización pueden general
mente pasar (después de un readiestramiento) a otras industrias.
Pero en Puerto Rico las oportunidades de absorber obreros
desplazados son sumamente limitadas. En labores de aguja y
otras industrias manuales, tabaco, frutas tropicales, e industrias
de especialidades, Puerto Rico no sólo corre el riesgo de perder
parte del mercado, sino que también el de no poder competir a no
ser que aumente la productividad y disminuya los costos. El
país está ahora en una etapa media de transición. No puede
competir con áreas de mano de obra barata sobre la sola base de
costos del trabajo ni con áreas altamente mecanizadas sobre la
base de producción por horas-hombre.

Es natural los obreros opongan resistencia a la introduc


que

ción de dispositivos para ahorrar trabajo humano, ya que estos


amenazan con destruir las oportunidades de empleo. Pero si
esa oposición se lleva más límite puede ocasionar
allá de cierto
la muerte de una industria altamente competitiva, con el resulta
do de que, a la postre, todos los trabajadores pierdan sus
empleos. El grado de mecanización que exijan la intensidad
de la competencia y otras condiciones, debe ser materia de
estudio técnico y científico más bien que cuestión de mera
conjetura que se decida a base de la relativa fuerza de obreros
y patronos. La propia existencia de las industrias básicas de
Puerto Rico puede bien depender del fomento de una actitud
más racional y científico de abordar este problema.

Muy poco puede adelantarse hacia la mecanización a no ser


que las industrias usen sus ganancias o el dinero que tomaran
prestado para adquirir maquinaria moderna perfeccionada.

84
Desgraciadamente, con excepción de la elaboración del
azúcar, la destilería de ron, la fabricación de cemento
otras y
pocas empresas, las industrias de Puerto Rico no se han mante
nido a la altura del progreso técnico.

En la agricultura es necesario aumentar el rendimiento por


cuerda, cosa que sólo puede hacerse si se aplica la moderna
tecnología agrícola. La conservación, el riego y el aterrazamien
to de los suelos; los semilleros y viveros para arbustos jóvenes;
los fertilizantes y el equipo agrícola moderno, son cosas que
requieren inversión de capital y aplicación de conocimiento
técnico.

La necesidad en la mayor parte de las ramas de la agricul


tura puertorriqueña, es más bien de un modesto cambio de los
aperos tradicionales e ineficientes por instrumentos de metal
manuales y pequeños dispositivos de motor. También urge la
adaptación y uso del pequeño equipo motorizado, diseñado
especialmente para la agricultura de laderas.

En la actualidad, muchos agricultores simplemente no pueden


comprar equipo perfeccionado para sus fincas. Bastante, sin
duda, podría hacerse por medio de compras cooperativas y del
uso de instrumentos y máquinas cooperativamente, pero se
necesitaría aun así ayuda pública, especialmente en las etapas
iniciales. Las agencias públicas podrían comprar equipo para
prestarlo a los agricultores y a los grupos agrícolas, mediante
el cobro de estipendios nominales. Además, las “unidades de
servicios central” creadas por la Administración de Reconstruc
ción de Puerto Rico y usadas hoy por la Autoridad de Tierras,
tienen muchas características aprovechables.

El factor trabajo en la productividad

El aumento de la producción y el adelanto económico sólo


pueden lograrse con un trabajador diestro, saludable, deseoso
de mejorar personalmente y de contribuir al progreso social.

85
No es razonable esperar que el número de industrias aumente
significativamente si no hay una mejora fundamental del elemen
to humano. La literacia, el adiestramiento técnico, las mejoras
en el nivel de vida, el aumento del consumo per capita de alimen
tos básicos, la buena salud y otras cosas parecidas son elemen
tos correlacionados con la capacidad productiva.

Puerto Rico ha hecho un buen comienzo en la expansión de


su capacidad productiva básica. El nuevo programa de educación
vocacional marca un cambio revolucionario en el tempo del
adiestramiento industrial. Es importante que se coordine hasta
el máximo de sus posibilidades el programa de adiestramiento
con los planes de desarrollo de la Compañía de Fomento Indus
trial y con las empresas privadas. No obstante, aún en aquellos
casos en los que debe ser de naturaleza generalizada, el adies
tramiento tiene su utilidad.

Sería muy conveniente que se extendiera el sistema formaliza


do de aprendizaje, se instituyeran cursos de continuación para
adultos y técnicos avanzados y se ofreciera adiestramiento
especializado a trabajadores boricuas de ciertas industrias
básicas en regiones industriales fuera de Puerto Rico.

Hay que tomar en cuenta la posibilidad de organizar progra


mas de educación obrera con clases nocturnas para trabajadores
aprovechados y para adiestramiento de líderes obreros, y el
establecimiento de centros para recreo e ilustración de los
trabajadores.

La educación los agricultores es principalmente cuestión


de
de ampliar y mejorar el programa de extensión agrícola.

La energía que los trabajadores pueden aplicar a una tarea

es también elemento primordial en la productividad del trabajo.


Entre otras cosas, las necesidades de la nutrición deben tener
lugar importante en la planificación del uso de la tierra. Hace
falta un programa intensivo de educación del agricultor y del
consumidor con respecto a la dieta adecuada.

86
magnitud de los problemas de salud pública y la penuria
La
de fondos y escasez de personal, hacen imperativo el estableci
miento de prioridades y su observación más estricta a fin de
resistir la presión política en beneficio de proyectos favoritos.

El factor gerencia

El adiestramiento de gerentes presenta mayores dificultades


que el de trabajadores, pero no es menos importante. El desarro
llo de esa habilidad, desde luego, puede esperarse como corolario
al progreso industrial tras un período de años. Al propio tiempo,
es afortunado que el adiestramiento que ofrece el programa de
artes industriales, el colegio de Administración Comercial de la
Universidad y la Compañía de Fomento Industrial provea una
reserva de personal administrativo en potencia.
Actualmente,
las mayores deficiencias se encuentran en el
campo de la gerencia de empresas agrícolas. Con muy pocas
excepciones (como las de las fincas cañeras y piñeras más
progresistas), las fincas de Puerto Rico se administran tradicio
nal y anticuadamente y no en forma científica. Hay que reformar
totalmente la gerencia de fincas si queremos que el rendimiento
por cuerda y la producción total alcance niveles óptimos.

La gerencia y el obrero deben colaborar para iniciar cambios


en los métodos de producción. Las mejoras en las relaciones
del obrero y el patrono, y el desarrollo de un grado superior de
responsabilidad de las uniones obreras, son de importancia
primaria para el fomento económico de Puerto Rico. Los países
que mejor éxito han tenido en este respecto son aquellos cuyo
sistema sccial se caracteriza por un espíritu de cooperación y de
mutuo toma y daca. las configuraciones básicas cul
Aunque
turales, políticas y económicas son los elementos más importan
tes, la experiencia ha demostrado que se puede hacer mucho por
medio de disposiciones legales y administrativas que fomenten
el máximo de convenios y cooperación y el mínimo de conflicto
e irresponsabilidad. Los esfuerzos del Departamento del Trabajo
de Puerto Rico y de la Junta de Relaciones del Trabajo en este
sentido son merecedores de encomio.

87
Puerto Rico debe encarar francamente el problema de la
responsabilidad de las uniones obreras si es que su programa de
industrialización va a tener una oportunidad de éxito. En esto se
puede adelantar mucho en virtud de un amplio programa de educa
ción obrera y de conversaciones entre la gerencia y los trabaja
dores en toda la isla para discutir los problemas, las fuentes de
conflictos y las posibles soluciones.

Magnitud y objetivos

Es muy útil examinar el problema del empleo en términos


cuantitativos. Las cifras en sí significan poco; pero los prin
cipios que de ellas se desprenden son importantes. ¿Cuántos
nuevos empleos será necesario crear para que los nuevos ingresos
a las filas del trabajo, al igual que los obreros de experiencia,
encuentren oportunidades de empleo? La proyección de la “media”
poblacional para 1960 indica que la población total será de cerca
de 2,678,000 en ese año. En esta proyección, la curva correspon
diente al trabajo sugiere un número de trabajadores de alrededor
de 865,000 en 1960, en comparación con 687,000 en abril de 1948.
Cuando la curva se proyecta hasta 1970, sobre la misma base,
las fuerzas del trabajo arrojan un total de 1,002, 104.

Si tomamos 5 por ciento como margen razonable de desempleo


normal en una fuerza del trabajo que se considera “plenamente
empleada”, serán necesarios unos 800,000 empleos en disponi
bilidad para el 1960. Si tomamos 627,000 como el nivel del
empleo para 1948, puede asumirse que habrá que crear más de
14,000 empleos anuales a fin de llegar a la meta calculada de
800,000 en 1960. Al considerar estas cifras debemos tener en
cuenta que están basadas en un ritmo de emigración relativa
mente alto y en presunciones relativamente conservadoras en
cuanto, a los índices de reproducción y de supervivencia.

La configuración del empleo

Toda vez que es improbable que las ocupaciones agrícolas au


menten en grado significativo, podemos situar el empleo agrícola

88
en 1960 en alrededor de 245,000. De manera que deberá haber en

ese año unos 555,000 empleos no agrícolas, o alrededor de


170,000 más que los actuales.

Si la configuración los empleos en Puerto Rico sigue la


de
de otras áreas ya industrializadas o en vías de industrializarse,
existe la posibilidad de crear una nueva ocupación más en las
industrias de servicio (comercio, construcciones, transporte y
servicios públicos y privados) por cada nuevo empleo en las
industrias manufactureras. Pero sea cual fuere la relación actual
entre el desarrollo del empleo en empresas fabriles y el aumento
de empleos en las empresas de “servicio”, es, cuando menos,
claro—y este es el punto importante—que las dos categorías juntas
deben llenar una gran laguna en el empleo, creada, de una parte,
por el rápido aumento las fuerzas del trabajo; y, de la otra,
en
por la nivelación del empleo en las ocupaciones agrícolas.

CAPITULO 15

CREACION DE UNA MEJOR CONFIGURACION A GRICOLA


Algunas personas creen que la agricultura de subsistencia,
con su corolario de amplia distribución de la tierra entre pequeños
propietarios, tiene sociales y humanos que faltan a la
valores
agricultura comercializada en gran escala. Algunos quisieran
reducir el grado de subordinación de Puerto Rico a los mercados
exteriores. Otros creen que la mayoría de la tierra debiera utili
zarse para el cultivo de alimentos necesarios a una buena dieta,
aun cuando se redujera la capacidad del pueblo para comprar
otros renglones.

Todos estos puntos de vista tienen su mérito, pero el hecho


es que a fin de lograr rendimientos óptimos de los recursos agrí
colas deben de combinarse eficaz y sensatamente los varios
usos de la tierra.

La experiencia demuestra que en la mayoría de las regiones


de la isla, se necesitarían de 10 a 20 cuerdas de tierra para

89
sostener en forma relativamente adecuada a una familia campesina
promedio. Pero la realidad es que sólo habría como unas dos
cuerdas por familia si la isla se organizara sobre la base de la
agricultura de subsistencia (y gran parte de la tierra distribuída
sería montañosa y denudada). Tal arreglo, reduciría a la pobreza
más abyecta mayoría de nuestro pueblo, que es casa
a la gran
mente encontraría alimentos para la mera existencia.

Sin embargo, la agricultura de subsistencia como suplemento


a la agricultura comercial es factor importante en la creación de
una estructura económica sana y bien equilibrada. Hay extensio
nes Puerto Rico, especialmente
en en el interior, que no son
propias para la agricultura comercial, pero que pueden mantener
familias campesinas independientes. Además, la agricultura de
subsistencia puede practicarse en algunos casos como suple
mento a los jornales o a otro ingreso de tipo comercial.

La agriculturacomercial, por lo común permite una mayor


eficacia productiva que la agricultura de subsistencia, principal
mente porque se presta para la aplicación de maquinaria y equipo,
gerencia científica, cultivo avanzado y técnica de mercadeo.

En una economía de escasa tierra y de sobrepoblación re


sulta lógico y necesario dar preferencia a aquellos cultivos que
producen el mayor rendimiento artículos básicos
en términos de
de vida. Los rendimientos pueden ser directos, en la forma de
alimentos altamente nutritivos para el consumo local, o indirectos,
en términos de productos para la venta, que permitan la compra
de artículos alimenticios en el exterior.

En Puerto Rico hay una relación económica


estrecha muy

entre la cuantía y el provecho de las ventas de exportación, de


una parte, y la potencialidad de producción lucrativa para el
mercado doméstico, de la otra. Los jornales recibidos por los
que trabajan en el cultivo, la elaboración y la transportación
de azúcar, tabaco, frutas y otros cultivos de exportación, les
proveen dinero en efectivo para la compra de productos alimen
ticios y de artículos manufacturados, que se producen para el
mercado local. Si se fomentara la producción comercial y la

90
venta de cosechas para la exportación, el incentivo a la expansión
de la producción local de alimentos vendría como secuela natural.

Valor de las cosechas

Desde el punto de vista del bienestar de la isla, es importante


dar todo el aliciente posible a la explotación de aquellas cose
chas de mayor rendimiento y que envuelven el tipo de agricultura
más intensiva.

La siguiente tabla presenta un cálculo aproximado de las


entradas brutas de los diversos cultivos. (Al usar estas cifras
es importante entender que los precios en el mercado y, por tanto,
el total de entradas están sujetos a cambio de año a año.)

Ingresos brutos por cuerda en cultivos se leccionados

Cuerdas co- Ingreso bruto Ingreso bruto


Cultivos sechadas (en total por cuerda
miles) (en miles de $) (dólares)

Caña 301.6 71,244 236


Tabaco 55.6 10,414 187
Café 180.0 5,685 32

Piñas 1.7 1, 190 700


Cocos 13.0 2, 162 166
Toronjas 4.5 277 61
Algodón 2.3 116 50

Hortalizas amarillas
y verdes y ensaladas 11.3 2,504 222
Verduras farináceas 230.6 19,297 84
Legumbres (habichue
las secas y guisantes) 117.4 3,293 28
Cereales (maíz y
arroz) 129.4 1,985 15
Leche, carne de vaca
y carne de cabra 680.2 25,204 37

9l
Se verá que, en general, los cultivos de exportación producen
el más alto ingreso bruto por cuerda, aunque el cultivo de horta
lizas también produce buenos ingresos brutos.

El es quema institucional

A fin de crear una configuración agrícola que provea el má


ximo de ingresos y de empleos, se deben coordinar y vigorizar
los esfuerzos de todos los interesados a través de un programa
de acción integral, bien planeado y ejecitado.

Ya se han dado algunos pasos sumamente importantes en


esta dirección. Pero los diversos programas gubernamentales
se han efectuado en forma más o menos aislada. No ha habido
una planificación global para la agricultura de toda la isla.

En el desarrollo de una mejor configuración agrícola, que


provea máximo rendimiento posible por cuerda, deben incluirse
las siguientes medidas básicas:

1. La evolución de planes flexibles para la utilización rural


de la tierra que abarquen a toda la isla. Estos comprenderían
proyectos inmediatos y de largo alcance
el uso de lapara
tierra, basados en la fertilidad y tipo del suelo de las diversas
regiones y enlas tendencias de los mercados; la relación entre
el rendimiento, los precios y los costos, y otros factores.

Para que esa planificación tenga sentido y eficacia, debe


ejecutarse por el esfuerzo conjunto de las agencias públicas, los
agricultores, los productores individuales y las agrupaciones
agrícolas y cooperativas. Como es muy limitada la frontera terrí
cola en la isla, hay que apoyarse principalmente en el uso más
intensivo y mejor equilibrado de la tierra. Se debe sembrar el
producto más indicado según el tipo de suelo, y buscar los ren
dimientos más altos por cuerda.

2. A mplicación los trabajos de extensión agrícola. Esta


de
labor educativa debe ayudar en el ajuste de las prácticas agríco
las a la proyectada configuración de uso de tierras que se planea.
Debe ocuparse en mejorar los métodos de cultivo, los arreglos de

92
mercadeo, etc. Como aspiración final, el agricultor, ayudado por
los comités agrícolas locales, las cooperativas de productores
y los agentes de extensión agrícola, debe formular buenos planes
para la administración de fincas. Estos planes dispondrían los
productos a sembrarse, la liquidación de las deudas, la adquisión
de créditos, la compra y el uso de la maquinaria, y otras cosas.

Es de suma importancia los trabajos de extensión agrícola


que
en Puerto Rico se amplíen, ya que son la base sobre que descan
san todos los programas agrícolas. Gran parte del trabajo podría
hacerse por medio del esfuerzo cooperativo y la organización de
grupos agrícolas locales que ayudarían la propalación de
en
conocimientos y trabajarían en un programa permanente de re
formas.

Otro aspecto importante de la labor de extensión, comprende


la tarea de agentes femeninos de extensión agrícola quienes
podrían ayudar a las madres campesinas a mejorar la dieta, es
timular la producción de alimentos para consumo doméstico,
mejorar las condiciones de salud, fomentar el mejor uso de los
ingresos familiares en virtud de un presupuesto casero y de
buenas normas de compra.

El programa de extensión debe incluir el fomento de ferias


rurales, en las que se exhiban buenos especímenes de productos,
y herramientas y maquinaria agrícola. También debe fomentarse

la utilización de camiones con altoparlantes para dar información


sobre el tiempo, condiciones del mercado y nuevos progresos de
la investigación agrícola. Los “clubes de estudio”, que ya han
demostrado algún éxito, deben alentarse; y lo mismo puede de
cirse de concursos insulares sobre crianza de ganado, etc.

3. La organización de un servicio de pronóstico de cosechas


y de información sobre los mercados, a fin de ayudar a los agri
cultores a precaverse contra cambios en el mercado y para ins
truirlos en la realización de los planes de utilización de tierras.

4. La coordinación de los créditos agrícolas, los pagos de


beneficios, los subsidios y los servicios gratuitos. Si ha de

93
haber pagos de incentivo, deben usarse para mejorar las bases
de la agricultura; para generalizar buenas prácticas de explota
ción de fincas; para adquirir nuevas siembras urgentemente nece
sitadas; y para realizar los planes de utilización de tierras.

Como los dineros públicos deben usarse con mesura, es con


veniente valerse del crédito a fin de cumplir los programas
agrícolas.

Actualmente, los agricultores que más necesitan de prés


tamos a bajo interes y largo plazo, así como también de capital
de operación, son generalmente los que menos pueden obtenerlos.

5. La expansión y coordinación las actividades de las


de
cooperativas agrícolas. Las cooperativas de productores y de
mercadeo juegan ya un papel importante en la agricultura puerto
rriqueña. Uno de sus problemas es el de conseguir adecuadas
facilidades de crédito. Debe considerarse y estudiarse la posibi
lidad de establecer un banco insular de cooperativas.

6. La ampliación y refuerzo de la base productiva.


Esto debe
incluir el riego de unas 40,000 cuerdas en el sur y el sudoeste, y
el avenamiento del Caño Tiburones, que añadiría probablemente
unas 5,000 cuerdas más a la tierra cultivable. Hace falta también,
en ciertas regiones, la extensión de carreteras de las fincas a
los mercados.

La conservación y restauración de los suelos debe efectuarse


de tal forma que se conserven al mismo tiempo las aguas y los
recursos hidroeléctricos de la isla. Obras hidroeléctricas suplen
gran parte de la fuerza tan necesaria a la expansión industrial,
para el desarrollo de las ciudades y la electrificación rural. Sin
embargo, muchos de los depósitos o reservas hidroeléctricas
del país se están llenando rápidamente de sedimento, cosa que
reduce su utilidad y capacidad.

Mientras algunos países pueden permitirse el lujo de tener


tierra ociosa, Puerto Rico no puede. Con la pobreza y las con
diciones de la alimentación prevalecientes en la isla, es necesario

94
que la tierra se considere en la categoría de utilidad pública y
que su utilización se subordine a consideraciones de bienestar
público. Es de la mayor importancia para el bien estar de la isla
que se use productivamente tanta tierra como sea posible.

Una forma de el problema sería la imposición de


abordar
tributos a la tierra ociosa. Desde luego que un tributo de ese
tipo levantaría una fuerte oposición; pero existen pocas medidas
tan eficaces como ésta para obligar a la utilización de la tierra
ociosa. Podrían buscarse otras formas acaso más viables que las
del tributo. Lo importante es que no se sacrifique el objetivo de
poner a producir toda cuerda de tierra.

7. La reorganización la estructura agrícola de mercadeo.


de
Posiblemente, lo más urgente es la reorganización del sistema
de distribución de alimentos. No es necesario que el sistema de
mercadeo sea complicado, y su carácter y extensión debe ajus
tarse, desde luego, a las condiciones locales.

CAPITULO 16

EL REA JUSTE EN LAS PRINCIPALES


INDUSTRIA SA GRA RIAS

EL A Z UCAR

El azúcar ha sido y es una bendición a medias para Puerto


Rico. Por una parte, es cosecha intensiva, bien adaptada a las
condiciones del país y que da un rendimiento relativamente alto
por cuerda; por otra parte, como depende, en gran medida, de un
respaldo artificial que ni la industria ni el Gobierno de Puerto
Rico controlan, introduce un elemento de constante incertidumbre
en la economía del país.

A justes a corto plazo

Elhecho de que los costos de producción en Puerto Rico sean


mucho más altos que en Cuba y otras regiones productoras, limita

95
la capacidad de la isla para competir en los mercados extranjeros,
como pueden hacerlo aquélla y otras áreas de bajo costo de pro
ducción.

Por razones competitivas y debido también a la escasez de


tierra en Puerto Rico, es importante aumentar lo más posible la
productividad en virtud de nuevas variedades de caña, aplicación
de cantidades adecuadas de abono y mejores métodos de cultivo.
Si en vez de un poco menos de 3.3 toneladas de azúcar, que fué
el rendimiento promedio por cuerda de 1938 a 1947, se alcanzara
un promedio de 4, podrían producirse 1,100,000 toneladas (el
límite superior de la actual cuota) en 275,000 cuerdas de tierra
en lugar de las 300,000 que ahora se usan. Es muy posible que
una utilización más cabal de la tierra y del programa de extensión
eleve el rendimiento promedio a unas 4.5 toneladas por cuerda,
de manera que sólo se necesiten 245,000 cuerdas para satisfacer
la cuota de los Estados Unidos y el consumo local. Son obvias
las ventajas de economizar miles de cuerdas para aplicarlas al
cultivo adicional de productos alimenticios y de exportación, al
propio tiempo que se sitúa a la industria azucarera en mejor
posición competitiva. Sin embargo, la realización de ese programa
/º •
no es cosa fácil.

Consideraciones de más largo alcance

Desde luego que es difícil decir si la tendencia hacia la


sobreproducción forzaría el mantenimiento de los controles sobre
el azúcar más allá del período que señala la presente ley. En un
mercado libre, Puerto Rico podría encontrarse en seria desventaja.
Para que la industria sobre viva habría que reajustarla totalmente.
Por otra parte, si el sistema de cuotas se prorroga o si se imponen
otros controles, a caso se limite más aún la producción de Puerto
Rico. Si el consumo de azúcar en los Estados Unidos continúa
aumentando poco a poco mientras que la producción en el conti
nente aumenta a saltos, el mercado para el azúcar de ultramar
a caso sufra una fuerte restricción. (Es probable que en los pró
ximos cinco o seis años, la industria de azúcar de remolacha se
mecanice totalmente y expanda mucho su producción.)

96
Es evidente que la situación de Puerto Rico a la larga está
nublada La única nota que se destaca bien es
de incertidumbre.

la probabilidad de que aumente la presión competitiva sobre la


industria azucarera del país. En consideración a estas circuns
tancias, se impone la urgencia de un amplio programa de largo
plazo que sitúe a la industria azucarera, al igual que al resto de
la economía, en una posición en que puedan hacerse ajustes
esenciales de manera flexible para reducir a un mínimo el peligro
de un desastre total.

Elem en tos clave de un program a de ajuste

Por las anteriores razones, parece necesario que aquellas


tierras accidentadas, pedregosas y montañosas de Puerto Rico
que ahora se siembran de caña, se dediquen a otros usos tan
pronto como sea factible. En el resto de las tierras debe adop
tarse la mecanización tan rápidamente como sea necesario para
mantener los costos en línea con la situación competitiva. Insis
timos en que es imperativo hacer todos los esfuerzos posibles
para aumentar la eficiencia y la productividad.

Según se ha indicado ya, es necesaria una cuidadosa plani


ficación para determinar qué terrenos deben dedicarse a la caña
y cuáles deben dejarse libres para otras cosechas. En este caso,
los agricultores afectados necesitarán de toda la ayuda posible
así como también del incentivo correspondiente para que ha gan
el cambio.

Una de las posibilidadeshacia la mayor diversificación es


la de que las fincas de beneficio proporcional cultiven variedad
de productos, además del azúcar, especialmente en los terrenos
que no sean de aluvión, a fin de adquirir el necesario conoci
miento, equipo y facilidades de mercadeo para poder expandir
la producción de cosechas otras que la caña, siempre que la
situación lo reclame.

Hay un punto que no admite dudas: las circunstaricias que


rodean a la industria azucarera y los desenvolvimientos que

están ocurriendo no dan base alguna para la compla cencia.

97
Mientras el azuícar sea el puntal básico de la economía de Puerto
Rico, hay que hacer todos los esfuerzos posibles para situar a
esa industria en una posición fuerte y fácilmente adaptable a
las condiciones variables.

TABACO

La industria taba calera en Puerto Rico es sumamente ines


table. La producción y los precios, así como también el número
de cuerdas que se dedica al tabaco, han estado sujetos a varia
ciones extremas. Durante la década de 1926 a 1935, la extensión
cosechada varió de un bajo nivel de 10,000 cuerdas a un alto de
82,000, mientras que la producción fluctuó entre seis y cincuenta
millones de libras. En la siguiente década 1936 a 1945, el área
cosechada varió de 12,000 a 63,000 cuerdas y la producción, de
nueve a cuarenticuatro millones de libras.

Por muchos años la siembra del tabaco proveía la mayor parte


del ingreso en metálico de más de 20,000 agricultores, muchos
de los cuales poseen o arriendan pequeñas
fincas no mayores
de 10 cuerdas. Además de esto, la manipulación del producto
da numerosos empleos a labradores y obreros semidiestros.

Desde 1946 el Gobierno Puerto Rico ha tratado de estabi


de
lizar la industria por medio de un sistema de cuotas de producción
y el fomento del mercadeo cooperativo. Es demasiado pronto
para juzgar la eficacia de este sistema, pero parece que hay
ciertas limitaciones inherentes al mismo. En épocas de contrac
ción del mercado tabacalero, ese sistema impone severas limita
ciones al tamaño de la cosecha y, por lo tanto, a los ingresos
de obreros y agricultores.

A spectos principales de un programa taba calero

El primer requisito es el establecimiento de un sistema de


planificación rigurosa del uso de las tierras. Este permitiría que
la extensión dedicada al tabaco se reajustara continuamente a
tono con la demanda del mercado y los precios. Tomaría en cuenta
a todas las siembras, más bien que al tabaco aisladamente. Toda

98
vez que este producto tiene un mercado limitado, resulta mejor
equilibrar la producción reduciendo las tierras tabacaleras y
usando las que queden libres para otras cosechas, que meramente
instituir cuotas para los agricultores individualmente.

El actual programa de investigaciones y experimentación


del tabaco, así como también la distribución de semillas, debe
activarse considerablemente. El agricultor debe recibir ayuda
de varios tipos. Debe establecerse una clasificación oficial y
uniforme del tabaco en rama y del tabaco despalillado. Hay que
alentar a los agricultores, a través del servicio de extensión,
a que aprendan a clasificar su tabaco. También es necesario
establecer un servicio gubernamental de inspección y clasifi
cación.

Se puede también ayudar al agricultor en la construcción


de ranchos para secar la hoja, en virtud de compras cooperativas
del material para estas construcciones y de préstamos a bajo
interés y largo plazo para sufragar los gastos.

El abono, los insecticidas y otros materiales que el pequeño


agricultor obtiene a crédito de su refaccionista, constituyen
parte considerable del costo total de producción. Sería de gran
ayuda el que pudiera obtener estos materiales al costo por medio
de cooperativas de productores.

La acumulación de grandes
existencias uniformes de tabaco
en almacenes cooperativos, sería una ventaja tanto para el manu
facturero como para el cosechero.

Muchos de los objetivos señalados arriba podrían lograrse en


virtud de la ampliación de las operaciones de las cooperativas.
Al extender crédito de producción, las cooperativas podrían servir
como agencias de una organización central de crédito.

Disposiciones de mercadeo

Una reforma en los arreglos de mercadeo debe ser también


parte integral de un buen programa de fomento tabacalero.

99
Casi toda la cosecha de tabaco de Puerto Rico se vende a
los manufactureros continentales. Debe explotarse la posibilidad
de una más amplia distribución del tabaco puertorriqueño entre
manufactureros menores que no tienen a gentes compradores en la
isla. Una posible vía hacia esto es la de la expansión de la
venta cooperativa. (En el presente, las cooperativas venden sólo
a unos pocos grandes compradores.)

Debe intensificarse y ampliarse el presente esfuerzo para


expandir la industria manufacturera de cigarros en la isla. Se cree
que con el tiempo los cigarros de Puerto Rico podrían encontrar
un buen mercado, si se les haceeficaz campaña de promoción.
una
Parece recomendable establecer un servicio de inspección, posi
blemente por acuerdo entre los exportadores y las cooperativas
de mercadeo, que garantice la calidad de los cigarros manufactu
rados.

EL CAFE
En los actuales momentos, el cultivo del café en Puerto Rico
es virtualmente una empresa en bancarrota. Las presentes condi
ciones son el resultado final de una serie de circunstancias y
a contecimientos encadenados entre los que cuentan varios hura
canes, la pérdida de los mercados europeos, el desgaste del
suelo y el creciente empobrecimiento de los cosecheros.

Los rendimientos cafetaleros han venido siguiendo una línea


descendente. A fines del siglo XIX, el promedio era de bastante
más de 300 libras por cuerda. En la última década, ha sido de
cien a doscientas libras—muy por debajo del nivel económico.

Desarrollo equilibrado de la región cafetalera

Un enfrentamiento realista a los problemas de la industria


cafetalera, sería sólo parte, aunque muy importante, del problema
mayor de restituir los cultivos de la altura a su condición saluda
ble y productiva. El problema global hay que atacarlo en forma
coordinada. Comprendería este enfrentamiento. (a) el cultivo de

100
variedad cosechas productivas, conjuntamente con el del
de
café; (b) el empleo de mejores prácticas agrícolas en la explo
tación del café; (c) la institución de un buen orden de tenencia
de tierras; (d) la provisión de crédito barato y el fomento de la
compraventa cooperativa.

Reforma del orden de tenencia de tierras

Hay unas 21,000 fincas que producen café. Pero sólo como
la mitad de ellas constituyen la principal empresa de sus dueños
en términos de ingresos. En 1945, más de tres cuartas partes de
estas fincas cultivaban menos de cinco cuerdas de café.

Debido a la situación de la industria, muchas fincas están


hipotecadas y muchos agricultores endeudados, de ahí que sean
más bien dueños nominales que de hecho. La mayoría de los
cosecheros de café no pueden hacer las inversiones necesarias
para aumentar su producción.

Muchas de las grandes haciendas han abandonado parte de


su plantación o la utilizan sólo muy poco.

Es imperativo, por lo tanto, una completa reforma de los sis


temas de aprovechamiento y de tenencia de tierra, si los cultivos
de altura han de sobrevivir como parte productiva de la economía
puertorriqueña. Según una posible forma de esa estructura se
podría dividir la región de fincas en varios elementos:

l. Pequeñas fincas de familia para la agricultura intensiva y


diversificada. Es probable que en la mayoría de los sec
tores de la región cafetalera, el buen éxito del cultivo
dependa de que trabajen la tierra los miembros de la familia
y que siembren, al café, otros productos, y
en añadidura
vendan algo, además de criar cerdos y gallinas.

Buenas familias campesinas podrían instalarse en las


tierras excedentes compradas a las haciendas mayores, y
financiadas, a base de un préstamo, por entidades tales
como la Autoridad de Tierras u otra agencia adecuada del
Gobierno, y por las cooperativas. Las fincas de familia

101
ya existentes deben ponerse sobre una base firme, en
virtud de la consolidación y ajuste de su deuda pendiente.
Para ayudar a este programa podrían extenderse facilidades
de crédito gubernamentales.

Fuertes organizaciones cooperativas pueden jugar un


papel importante en la introducción de prácticas superiores
de cultivo y de gerencia; el fomento de compras en gran
en
escala y a precios reducidos de fertilizantes, semilla y
equipo; y en la mayor eficacia de la venta del café y otros
• º
productos cosechados en la región.

Una de las funciones más importantes de las coopera


tivas debe ser la de buscarle crédito barato a los coseche
ros. Sin duda que para esto se necesitará la ayuda del
Gobierno.

Deben establecerse “estaciones agrícolas de servicio”


para dar semilla a los agricultores, prestarles maquinarias
y proveerles de ciertas facilidades sanitarias y educativas.

Haciendas de café de 35 a 75 cuerdas, para el cultivo


intenso. Estas deben ser cultivadas expertamente y podrían
crearse en la forma sugerida por la Cámara de Represen
tantes de Puerto Rico en su informe sobre la región cafe
talera, que decía en parte:

“Parece deseable, desde el punto de vista social y


económico se provean medios para comprar a las
que

haciendas muy grandes las tierras que no pueden explotar


con éxito y que estarían dispuestas a vender a fin de
mejorar su situación financiera”.

Grandes fincas (cien o más cuerdas) de agricultura diver


sificada para la explotación de maderas y productos de la
montaña y la crianza de ganadería. Acaso sea conveniente
establecer algunas de estas fincas sobre la base de bene
ficio proporcional, ya que se necesitaría una inversión con
siderable para la compra de buenos animales de crianza y

102
para refaccionar la siembra y cultivo de los varios produc
tos, tales como bambú, malagueta, nueces, plantas fibrosas,
vainilla, cidra, frutas y otros adaptables al suelo y a las
condiciones climáticas de la altura. El mayor énfasis
debe recaer, desde luego, en la crianza de ganadería va
cuna y en los productos de lechería.

El crédito, los seguros y los arbustos de café

La reorganizacióndel sistema de crédito debe disponer el


otorgamiento de préstamos a largo plazo, del más bajo interés
posible, a los agricultores de la región cafetalera. Los cose
cheros de café necesitan capital no sólo para reemplazar los
arbustos destruídos por los hura canes, sino para llevar a cabo
programas de siembra en gran escala que incluyan nuevas varie
dades de arbustos.

Las cooperativas, juntolas agencias gubernamentales y de


a
experimentación agrícola, pueden ayudar a reducir los riesgos y
costos envueltos en el cultivo del café, por medio del fomento
del programa de restauración de suelos, el establecimiento de
semilleros y la prestación de asesoramiento experto y de ayuda
a las familias de las cooperativas.

El recién establecido sistema de seguros del Gobierno insular


contra huracanes, es un paso hacia la rehabilitación de la indus
tria sobre bases más sólidas.

Disposiciones de mercadeo

Además de producir para el mercado interno, se debe hacer


un esfuerzo constante por buscar salidas a la exportación.

De acuerdo con la opinión experta, las mezclas de café tienen


mayor oportunidad de venta en el continente. Tanto en las mezclas
para el mercado continental como en el café puro para posible
venta en mercados europeos, lo importante es que se mantenga
regularidad en los abastos y garantía en la calidad. No es posible
exagerar estos extremos. Es evidente que antes de buscar un

103
mercado de exportación, hay que establecer sobre bases sólidas
la producción de café en Puerto Rico y almacenar excedentes.
Las cooperativas, respaldadas por la garantía y la ayuda finan
ciera del Gobierno, son las que deben crear este sistema de
almacenaje.

Un requisito final es el abandono de los subsidios casuales


que han sido característica central de anteriores programas for
mulados para auxiliar a la industria cafetalera. Estos han cons
tituído ayuda sólo para la cosecha del año. En su lugar, debe
establecerse con ayuda de fondos públicos una base más perma
nente para la industria, por medio de: conservación de suelos,
planificación para el aprovechamiento de tierras, mejores métodos
de cultivo y promoción de actividades cooperativas. Sólo en
esta forma se aprovechará hasta el último centavo que se invierta.

CAPITULO 17

PRODUCTOS DE EXPORTA CION Y CONSU MO DE A LIMENTOS

Muchas regiones del mundo tienen tierras más fértiles que


las de Puerto Rico y mano de obra más barata. Esto las sitúa en
posición competitiva ventajosa para la venta del producto en
brutodel agro. Puerto Rico, no obstante, puede aprovechar plena
mente el progreso que ha realizado ya en el desarrollo tecnológico
e industrial y hacer el mayor esfuerzo por aumentar el grado de
elaboración de sus productos agrícolas.

Hay ciertos productos cuyo valor puede aumentarse conside


rablemente en virtud de la elaboración. Esto se ha demostrado
con la piña. Las ventas de exportación de piñas han aumentado
grandemente, no sólo como resultado de la expansión en su cul
tivo, sino que también de la elaboración de variedades para el
enlatado.

Tomemos otro ejemplo: el mercado continental para el jengibre


crudo puede ser limitado, pero aún así es posible vender una
cantidad mayor de jengibre si se ofrece elaborado (con azúcar)

104
para convertirlo en dulce o en sirope. De igual forma, puede que
no exista en el presente mercado para el mangó de Puerto Rico,
pero el mangó helado (usando para ello variedades cultivadas)
podría encontrar buena salida. Lo mismo cabe decir de frutas y
hortalizas enlatadas, conservas, jaleas y jugos, y de la esencia
o polvo de vainilla para hacer mantecados y helados. Es indudable
que debe hacerse un serio esfuerzo por medio de siembras de tipo
comercial y plantas-piloto de experimentación, a fin de comprobar
las potencialidades de mercadeo que ofrecen ciertos productos
elaborados.

Mercado de exportación

El mercado de éxportación de así como


frutas y verduras,
también de ciertas cosechas especiales, es uno altamente compe
titivo. Las verduras para el mercado de invierno de los Estados
Unidos deben disponerse con cuidadosa atención al tiempo opor
tuno para su venta. Esto exige no sólo técnicas de cultivo alta
mente especializadas, sino que también excelentes arreglos de
embarques y una distribución bien organizada. Las frutas las
y

verduras deben manipularse y embalarse con la mayor pericia.

Estos requisitos revelan la naturaleza especulativa y experta


de este comercio de exportación y señalan el hecho de que es
empresa más bien de cosecheros que tengan considerable capital,
conocimientos hortícolas avanzados, habilidad comercial, y que
operen a través de organizaciones cooperativas de producción y
mercadeo. Las agencias agrícolas del Gobierno deben poner a
disposición de estos cosecheros sus servicios y facilidades.

Es a todas luces necesario estable cer una escuela de adie s


tramiento agrícola, en la que los trabajadores y agricultores
puedan adiestrarse en el cultivo de hortalizas, frutas citrosas y
siembras especiales, así como también en el manejo, clasifica
ción y embalaje de estos productos. Tal adiestramiento es base
necesaria para la expansión de las industrias exportadoras en
Puerto Rico.

105
Bodegas refrigeradas para el transporte marítimo y servicios
de transporte aéreo más económicos entre Puerto Rico y los
Estados Unidos, son otro de los factores importantes en la ex
pansión del comercio exportador.

Sólo en virtud de detallados estudios de mercadeo y experi


mentos en gran escala puede determinarse qué cultivos convendría
fomentar para la exportación. Entre aquéllos que parecen ofrecer
mayores posibilidades, tanto para el mercado extranjero como
para el interior, están las piñas, enlatadas y frescas; los cocos,
elaborados en sus varios productos; las toronjas; los aguacates
de una variedad que se produjera todo el año; algunas clases de
frutas, y algodón de fibra larga, procesado en desmotadoras que
podrían establecerse a ese efecto.

En la altura, merecen estudiarse con cuidado la cosecha del


bambú para hacer celulosa, muebles y artículos de construcción;
la producción de aceite de malagueta y de “bay rum”, debida
mente embotellado y vendido bajo un programa de promoción;
el cultivo de plantas que producen aceites esenciales, incluyendo
la yerba limón, el ilang-ilang, las habichuelas soyas y otras; el
cultivo de la quinina, la teca y la caoba; el de varias fuentes de
insecticidas y de ciertas plantas fibrosas, nueces mijo, sorgo y
la llamada “pan de San Juan”.

A bastecimiento de alimentos e importaciones

Una de las necesidades más urgentes de Puerto Rico es


mejorar la producción y distribución de alimentos. Sólo como 58
por ciento del volumen y 46 por ciento del valor de los alimentos
consumidos en la isla se producen en el país.

En su mayor parte, esto refleja una sana especialización


regional. Significa que Puerto Rico exporta productos de gran
rendimiento pecuniario las zonas subtropica
que se dan bien en

les. También significa que en general el país importa alimentos


y otras vituallas que se pueden producir a menor costo en otras
partes. Pero esta práctica se lleva demasiado lejos. Así, ciertas
verduras, frutas y otros alimentos que se dan muy bien en climas

106
como el de Puerto Rico, se importan, sin embargo, en grandes
cantidades y a precios altos. Eso no constituye una saludable
especialización regional. Uno de sus resultados, es que las
familias de bajos ingresos no se pueden alimentar bien.

Triste reflexión es sobre el estado de la producción local


de alimentos, la de que el cultivo de las frutas citrosas sea
actualmente ocasional y su mercadeo tan primitivo, que ni
tan
siquiera constituyan esas frutas un abastacemiento satisfactorio
doméstico durante todo el año. Esto es también cierto en lo que
respecta al cultivo de las otras frutas tropicales. Y por eso, las
frutas enlatadas, los jugos de frutas y aun las frutas frescas se
importan en considerables cantidades.

Cuadro del abastecimiento de provisiones

En 1945-46 se contaba en Puerto Rico con unas 1,211 libras


per capita de productos alimenticios, entre los importados y los
producidos en el país. Cuando esto se contrasta con las 1,400
libras que se estiman como el mínimo necesario para el manteni
miento de la salud, se ve que la deficiencia general es considera
ble. Un aumento como de 15 por ciento del volumen es necesario
para satisfacer las normas mínimas de la salud.

Sin embargo, la deficiencia cuantitativa no es, ni con mucho,


tan grave como la deficiencia en valores alimenticios de la dieta.
La cantidad de verduras farináceas y de cereales que se consume
es demasiado alta para una dieta equilibrada, y hay deficiencia
de hortalizas verdes, amarillas
-
y de ensaladas; de leche, aceites,
grasas, huevos y carnes.

Los métodos anticuados de horticultura, la falta de clasifica


ción cuidadosa, la manipulación ineficaz, el mal embalaje y ela
boración de los alimentos y el torpe sistema de mercadeo, con
tribuyen todos a limitar la cantidad de alimentos locales para el
consumo. Toda mejora en cualquiera
estos extremos (en
de
algunos ya se ha comenzado) ayudaría grandemente a remediar la
situación local de los alimentos, sin necesidad de separar para

107
esos fines tierras que ahora se usan en la siembra de productos
de exportación.

A provechamiento de la tierra y exigencias de la nutrición

La propuesta planificación insular para el aprovechamiento


de la tierra, al buscarle el mejor uso a cada cuerda de terreno,
deberá, ciertamente, considerar las necesidades alimenticias
del pueblo.

Tanto con miras a la nutrición como al aumento del ingreso


de las fincas, es muy importante que la horticultura se reorganice
y amplíe. Verduras como los tomates, los pepinillos, las habi
chuelas, las zanahorias, el broccoli, la calabaza, los pimientos
y la berenjena,crecen bien en Puerto Rico. Requieren, además,
mucha labor manual y su rendimiento es alto.

Los productos lácteos las carnes no pueden producirse en


y
gran escala en Puerto Rico, ya que esas empresas son propias
de vastas extensiones de terreno y usan poca labor manual.
Pero la producción puede intensificarse notablemente y remediarse
las deficiencias alimenticias, en virtud de la expansión y mejora
de siembras de forraje; la creación de una industria para suplir
alimento concentrado y barato a los animales; el establecimiento
de mataderos modernos y eficientes, y el aumento de la intro
ducción de ganado de buena raza para la crianza.

Deben traerse, además, cerdos, gallinas, cabras y conejos


de buena raza en creciente cantidad, a fin de aumentar la pro
ducción de carne, huevos y grasas en las pequeñas fincas y
parcelas de trabajadores. Hay que enseñar buenos métodos de
producción y preparación de alimentos, y ofrecer facilidades de
refrigeración y de matadero a los vecinos de la zona rural.

El pescado se necesita también, como fuente importante de


proteínas. El abasto local podría aumentarse en virtud del es
fuerzo de cooperativas pesqueras. Sería bueno fomentar esas
cooperativas por medio de ayuda financiera para la compra de
embarcaciones y aparejos de pesca y para crear medios de refri
geración, elaboración, transporte y mercadeo. La crianza de

108
peces de agua dulce en depósitos y lagunillas artificiales en las
fincas, ofrece otra oportunidad de aumentar el abastecimiento de
pescado localmente. Los esfuerzos del Departamento de Agricul
tura y Comercio, que ya ha establecido algunos pesqueros y
viveros, deben alentarse a intensificarse.

En muchos sitios del mundo se presta cada vez mayor atención


a la posibilidad de producir levadura alimenticia en fábricas
especiales, para remediar deficiencias de proteína. (En Puerto
Rico esta levadura alimenticia se extrae de las mieles de caña
en plantas pilotos.) Su valor nutritivo, como fuente relativamente
barata de proteína, es cosa ya establecida.

La elaboración de alimentos y las importaciones

Los cereales y el arroz podrían obtenerse más baratos si se


importaran en bruto y se elaboraran en la isla. Lo mismo puede

decirse de los aceites y grasas. En añadidura, la elaboración


daría alguín trabajo a los obreros de la localidad.

CAPITULO 18

LOS PROBLE MAS DE LA EXPA NSION INDUSTRIA L

Naturaleza y alcance del programa de industrialización en


Puerto Rico

Puerto Rico, como la mayoría de las regiones del mundo, no


está en situación de desarrollar una estructura industrial equili
brada con su complemento de industrias pesadas de artículos de
producción. Una de las razones que explican esto es la carencia
de recursos minerales, metálicos y combustibles. Puede, no
obstante, desarrollar industrias livianas y medianas.

Hay tres tipos de factores particularmente pertinentes con


respecto a la localización y desarrollo de las industrias, a saber:
(1) la existencia de materiales locales para la producción;
(2) mercados asequibles; y (3) costos relativos de la mano de

109
obra. En la ubicación de las industrias pueden influir también
las bajas tarifas de fuerza motriz, los alquileres bajos, la dispo
nibilidad de ciertos tipos de servicios especializados y los
impuestos favorables. Los productores no consideran nunca un
factor aislado, aun cuando éste pudiera ser más importante que
los otros. Lo determinante es el costo total de todos los ele
mentos combinados, que da el costo más bajo por unidad, conjun
tamente con el carácter del mercado para el producto en cuestión.

Industrias a base de materiales

Muchas industrias
encuentran ventajoso situarse cerca de
la fuente de las materias primas que trabajan, principalmente
porque así reducen el costo de la transportación. Pero hay límites
definidos al desarrollo de este tipo de industria en Puerto Rico.
La mineral y metálica, por ejemplo, es escasa, lo que deja
mena
muy poco margen para industrias basadas en la elaboración de
esas materias, con la excepción de aquéllas que fabrican pro
ductos de vidrio, piedra y arcilla o barro, algunas de las cuales
ha comenzado a explotar ya la Compañía de Fomento Industrial.

De igual manera, no hay suficientes recursos forestales que


permitan el desarrollo de amplias industrias madereras. La
producción de carbón vegetal es la única industria basada en la
arboleda que existe en Puerto Rico. La fabricación de productos
de bambú resistente a la polilla parece ser una de las posibilida
des de futuro desarrollo en este orden.

Con mucho, el margen más amplio al fomento de industrias


basadas en la materia prima es el de la elaboración de productos
agrícolas. De hecho, la industrialización
de Puerto Rico debe
entenderse, a lo menos en parte, como una extensión de la pro
ducción agrícola, y su éxito medirse, en bonísima parte, en
términos del “valor añadido” a los productos de las fincas del
país.

Además, en virtud de los logros de la investigación industrial,


cada vez son de mayor importancia las materias primas agrícolas
como base de la producción industrial. Puerto Rico ya está

110
haciendo buen uso industrial de algunos de sus productos agrí
colas, aun cuando muchas potencialidades no se han tocado
todavía, especialmente en el cultivo de cosechas agrícolas con
propósitos industriales específicos.

Dada la urgencia el empleo industrial y el hecho


de aumentar
de que las materias primas agrícolas son la única base sólida
para el desarrollo de industrias fundadas en recursos naturales,
es evidente que hay que fomentar hasta el máximo la elaboración
de los productos agrícolas y hacer serios esfuerzos por crear
una eficaz asociación entre la agricultura y la industria en
Puerto Rico.

Industrias basadas en los mercados

Hay industrias cuya existencia depende principalmente de la


contigüidad del mercado. Sus productos pueden ser perecederos
como, por ejemplo, hielo, pan y mantecado; o pueden ser de poco
valor en relación con su volumen y peso como el cemento, la
alfarería, el mármol y el granito de calidad corriente, los produc
tos de concreto, los colchones y resortes para camas, el alimento
de animales no concentrado, los trabajos de metal laminado y los
recipientes de varios usos, incluyendo cajas, cartones, latas y
botellas. Las industrias basadas en los mercados pueden incluir
también ciertos productos alimenticios (panadería, lechería,
granos molidos, carnes, malta, licores, refrescos, dulces, etc.);
productos de papel y de madera, algunos tipos de caucho, pro
ductos de cuero y tejidos, algunos productos químicos, (especial
mente drogas y medicinas, jabones, pinturas y barnices); envases
de lata, piezas vaciadas o forjadas, herramientas, estufas,
calderas y maquinarias, juguetes, artículos de deporte y atletismo
baúles y maletas; y productos relacionados con la sastrería y la
costura, o con la impresión, publicación, litografía, encuaderna
ción, etc.

Hay otro grupo de industrias basadas en etapas secundarias


de la fabricación de artículos. Como en las del grupo anotado,
los materiales para estos productos no tienen que ser de origen

111
local. Artículos tales como efectos de plomería, dispositivos
eléctricos, aperos de labranza, artículos para cuartos de aseo y
otros, se pueden terminar allí donde se van a vender, siempre que
se cuente con trabajadores que posean las destrezas necesarias
para es a labor.

A medida que Puerto Rico desarrolle sus conocimientos


industriales, podrá fabricar cantidades cada vez mayores de
esos productos para satisfacer su propio mercado.
Industrias basadas en la mano de obra

Una tercera categoría principal de industrias es la de aquellas


en las cuales la mano de obra constituye un porcentaje relativa
mente alto de los costos. Varias industrias en Puerto Rico,
especialmente las de labores de aguja, deben su existencia a
este factor.

Mientras estén desempleados grandes sectores de la fuerza


del trabajo en Puerto Rico, es conveniente atraer hacia la isla
algunas industrias de este tipo. Al hacerlo, sin embargo, es
importante comprender que lo que atrae esas
industrias es la
mano de obra barata. Si se fuerza el alza de los jornales más
allá de lo que justificarían los aumentos en la productividad,
esas industrias se irían de la isla o no vendrían a ella. El des
empleo resultante, añadido al rápido aumento de trabajadores
que caracteriza la composición de la fuerza obrera en Puerto
Rico, deprimiría aún más el nivel de vida.

Hasta aquí, el diferencial de costos de la mano de obra entre


Puerto Rico y el continente ha logrado atraer sólo pocas indus
trias, principalmentelas de labores manuales, como las de aguja,
tallado de diamantes, botones de nácar, petit point y alfombras
finas, etc. Estas se han situado en Puerto Rico gracias a la
protección tarifaria y a que el diferencial de jornales es sufi
ciente para contrarrestar los costos de importar la materia prima
y los de exportar el producto elaborado.

Pero más importante para Puerto Rico que atraer nuevas


industrias manuales es la posiblidad de alentar la ubicación en

1.12
la isla de ramales de grandes industrias mecanizadas que utilicen
muchos trabajadores. Este tipo de industrias ha depmostrado una
tendencia hacia el cambio de sitio.

Con prende las que fabrican géneros de algodón, medias,


seda y rayón, géneros de lana, ropa y ropa interior tejida, trajes
de faena para hombres y vestidos para mujeres, artículos de
caucho (goma), botas y zapatos, artículos de cuero, artículos
para el hogar, muebles y refrigeradoras.

Algunas de estas industrias se han mudado de la principal


zona manufacturera de los Estados Unidos a los estados del
sudeste y a las pequeñas ciudades y poblaciones de los del
noroeste, debido a que en esos sitios los jornales son más
bajos. Toda vez que los costos de la mano de obra en Puerto
Rico son, por lo general, más bajos que en esas áreas, es
posible que en condiciones favorables pueda inducirse a algunas
de esas industrias a que monten subsidiarias en Puerto Rico.

Aunque la brevedad del período de exención de impuestos


que ofrece Puerto Rico pudiera desalentar en
el Gobierno de
algunos casos las inversiones a largo plazo, el programa de la
Compañía de Fomento Industrial cuyo objeto es construir edifi
cios y otorgar contratos flexibles de arrendamiento o de compra,
a caso venza la indecisión de empresas continentales, especial

mente de las del tipo basado en la mano de obra, en asumir


riesgos a la larga en un medio ambiente extraño.

º actores de la competencia

En las actuales circunstancias, sería lo gico que Puerto


no
Rico confiara demasiado en industrias que tendrían que competir
con artículos del Lejano Oriente y de otras áreas donde la mano
de obra es barata. En principio, las industrias que reciben
protección arancelaria y tienen el respaldo de fuertes intereses
continentales, especialinente aquellas cuyo producto habría
de exportarse al continente, parecen ser las que ofrecen
la
base más sólida la expansión.
a Algunas industrias textiles y
de elaboración de frutas, por ejemplo, caben ciertamente en esta
clasificación.

113
Tamaño de las fábricas

Los que no conocen las configuraciones industriales, visua


lizan generalmente la industrialización como el proceso de levan
tar un conjunto de grandes
fábricas para la producción en masa,
cada una de las cuales dé trabajo a miles de operarios. Como
cuestión de hecho, hay muy pocas fábricas gigantes cas de pro
ducción en masa aún en los Estados Unidos; pero existen, en
cambio, miles de pequeñas
fábricas que emplean cada una un
número reducido de personas. Casi tres cuartas partes del total
de los establecimientos manufactureros en el continente tenían
veinte trabajadores o menos en 1939, mientras que 90 por ciento
tenían menos de cien. Los estudios han demostrado que sólo hay
muy pocas industrias que necesitan de grandes establecimientos
para lograr una producción económica, mientras que en muchas
industrias la fábrica menor tiene ciertas ventajas evidentes.

En Puerto Rico, debido al gran número de desempleados, a


la tendencia de los desocupados rurales a venir a las ciudades,
a la capacidad relativamente baja de ahorro e inversión y al
bajo promedio de poder adquisitivo, la fábrica pequeña tiene
especial importancia. Esto es cierto particularmente en aquellas
industrias que producen para el mercado doméstico, cuyo poder
adquisitivo no es mucho.

CAPITULO 19

PO TENCIALIDAD INDUSTRIAL

Se puede decir que la base más firme para la expansión indus


trial de la isla la ofrecen aquellas industrias que combinan los
siguientes elementos: existencia de materiales locales, mercado
amplio interior y de exportación, y una razón bastante alta de
los salarios con el costo total de la producción. La base para
la expansión se debilitará en la medida en que falte alguno de
estos elementos, excepto en el caso en que uno de ellos sea tan
de cisivamente favorable como para obliterar a los otros.

114
La siguiente tabla indica algunos de los artículos manufactu
rados que se producen ya en Puerto Rico o que se importan en
cantidades considerables, y que combinan al menos algunos de
los elementos básicos, según la experiencia en el continente.
La columna marcada “coeficiente de localización” muestra el
grado de dispersión de la industria. Un alto grado de dispersión
denota la tendencia de la industria a situarse cerca de los mer
cados. La tabla muestra también la importancia relativa del
factor costo de la mano de obra. Si bien no debe asumirse que

el elemento de con centración y la relativa importancia del factor


trabajo de las industrias continentales se apliquen automática
mente a Puerto Rico, los datos que nos presenta la tabla son
cuando menos indicativos de la naturaleza general de las varias
industrias y de su relativa adaptabilidad a la expansión en la
isla.

CARACTER DE LOS FACTORES MERCADO Y TRABAJO EN


INDUSTRIAS SELECCIONADAS

Coeficiente de locali
zación. (Mientras más Salarios en por
INDUSTRIA bajo es el número, centaje del va
mayor dispersión tie- lor del producto.
ne la industria.)

Pan y productos de panadería 0.14 54.4


Recipientes y cajas de papel . 18 25.0
Periódicos -20 42. 2
Maquinaria industrial 20 36.8
...

Cemento .22 21.


6

Productos de taller de maqui


narias .23 34.8
Bebidas no alcohólicas .25 21.0
Bebidas de malta .27 23.
2

Acero estructural fabricado .27 24.4


Confitería 28 21.
2
-

Papel
de

láminas cartón .28 20.2


y

Pinturas, barnices cas .29 17.0


la
y

Ladrillos ladrillos huecos


y

para construcciones .29 43.5


Espejos
de

artículos cristal 31 30.4


y

i)rogas medicinas 17.


y

6
3
l
.

15
l
CARA CTER DE LOS FA CTORES MER CADO Y TRABAJO EN
INDUSTRIAS SELECCIO NADAS
(Cont. )

Coeficiente de lo cali
• º - /º
zación. (Mientras más Salarios en por
INDUSTRIA bajo es el número, centaje del va
- • º «
mayor dispersión tie lor del producto.
ne la industria.)

Ierramientas de mano .32 35.4


Alambre . 33 22.5

Metal prensado .33 29.8


Artículos para la casa .34 34. 6
Maquinaria de trabajar metales .35 37.8
Productos de madera (no cla
sificados en otra parte) .36 34.2

Curtido de cueros .36 18. 7


Dispositivos generadores,
distribuidores e industriales .36 35.0

Vestiduras tejidas . 37 28.0


Camisas de hombre y de niño .37 22.0
Dispositivos y efectos para
alambrado .38 26.7
Productos de caucho .38 30.4
Trajes de hombre y de niño .37 23.0
Ropa exterior de mujer .39 32.0

Jabón .40 10.8


Latas y hojalatería .40 13.3
Tuercas, pernos y tornillos .40 30.8
Sacos tejidos .4l 12.0
Cajas de madera .4l 28. 2
Productos de acepillar madera .42 25.0

Artículos de cuero (no clasi


ficados en otra parte) .42 33.0
Radios, tubos y fonógrafos .42 27. 4
Baterías -
.43 23. 2
Frutas enlatadas, frutas secas
y vegetales .44 14. 1
Calzado .44 30.4
Muebles para oficinas . 45 36.4

Ferretería (no clasificada en


otra parte) .46 37. 2
Recipientes de cristal .47 27.2
Perfumes y cosméticos .48 17.0

l 16
CARACTER DE LOS FA CTORES MERCADO Y TRABAJO EN
INDUSTRIAS SELECCIONADAS
(Cont. )

Coeficiente de lo cali
• º - º -
zación. (Mientras más Salarios en por
INDUSTRIA bajo es el número, centaje del va
mayor dispersión tie- lor del producto.
ne la industria.)
Cuchillería .48 40.3
Paño tejido .48 20.4
Ropa interiorde niños y
de mujeres .48 24.2
Teñido y terminado .51 30.3
Herramientas de máquina .51 41.5
Maquinaria de construcción .52 27.2
Fertilizantes .57 18.4
Maquinaria de oficinas y
tiendas .59 44.7
Trajes de niño - 60 24.0
Máquinas de tejer .66 42.4
Telas de algodón .70 33.0
Hilaza de algodón y de hilo .73 25.2

Un esquema hipotético del empleo

Un esquema o modelo hipotético del empleo basado en pro


yecciones demográficas y del ingreso que se preparó en relación
con el estudio de las potencialidades industriales, muestra la
enorme expansión que se requeriría de las empresas manufacture
ras y de servicios a fin de proveer adecuadas oportunidades de
empleo, aun cuando el aumento de trabajadores se calcule desde
una base relativamente conservadora (o sea, un total de 845,000
en las fuerzas del trabajo en 1960, con unos 800,000 ocupados).

Después de contar con una expansión tan grande como lógica


mente pueda esperarse en las industrias basadas en la mano de
obra, se ve que quedaría aún una gran laguna en el empleo a no
ser que se cumplieran hasta un mínimo razonable las dos con
diciones siguientes: que las industrias de exportación (especial
mente las del azúcar, el tabaco y la aguja) no pierdan terreno;
y que pueda inducirse a industrias basadas en la mano de obra
a que establezcan fábricas en la isla que produzcan principal
mente para la exportación.

117
Potencialidades ocupacionales de ciertas industrias

Indicamos más abajo la expansión necesaria así como también


las posibilidades de expansión en algunas de las principales
categorías industriales a fin de proveer ocupación plena para
1960:

El azúcar y sus productos


relacionados. Es evidente que toda
reducción en la producción de azúcar dejaría un serio vacío
industrial. Si se asume que Puerto Rico ha de retener para 1960
la misma posición relativa que hoy tiene en el mercado continen
tal, podrá producir gananciosamente alrededor de 1,250,000
toneladas de azúcar. Si bien esta es una suposición optimista,
es difícil ver cómo Puerto Rico podría darle empleo a unas
800,000 personas si las condiciones de las industrias capitales
no fueran relativamente favorables.

Toda vez que parece inevitable que la competencia en la


industria azucarera se agudice cada vez más, con la necesidad
de mayor mecanización de la tarea agrícola, es probable que
puedan producirse 1,250,000 toneladas de azúcar con igual o
menor número de trabajadores de campo y con un pequeño aumento
en los de la central.

Si toda la producción azucarera calcula para 1960 se


que se

refinara en la isla, habría ocupación para más de 4,000 trabajado


res, siempre y cuando que la producción por obreros fuera compa
rable a la las refinerías del continente en 1939. Pero si somos
de

realistas ante la fuerza política de las refinerías de los Estados


Unidos, no es lógico asumir que nuestros empleos en la refinería
de azúcar pasen de 1,700 a 2,000 a lo sumo.

No es demasiado optimismo asumir que la producción de ron


en 1960 triplique la de 1939, con oportunidades de empleo para
unos 2,000 obreros.

La fabricación de dulces promete desarrollarse en una indus


tria de importancia. Para 1960 podría expandirse hasta el punto
en que empleara de 1,200 a 1,500 trabajadores.

118
El empleo en el azúcar e industrias relacionadas, incluyendo
el ron, fué de 16,000 personas en 1948. Debería de llegar a
16,600 para 1960 si hemos de alcanzar la meta deseable de
empleos, esto es, si en ese año han de emplears e 800,000
personas.

La industria azucarera es el núcleo básico de la manufactura

en la isla. La industrialización en Puerto Rico recibiría gran


ímpetu si las centrales más grandes se convirtieran en centros
industriales y estaciones experimentales—usando así muchos
procesos encadenados y ahorrando material, combustible y
costos de transporte—que produjeran amplia variedád de productos
a Zul Car621O.Se

Enlatado y conservación de frutas y verduras.

Esta industria tiene todas las condiciones para una gran


expansión: buenos materiales locales, amplio y rico mercado en
el continente y posibilidad de usar un número considerable de
trabajadores no diestros y semidiestros. Pero es industria
altamente competitiva, y si Puerto Rico quiere gozar
de la
expansión de que es capaz, debe organizar racionalmente todas
y cada una de las diversas etapas de su industria de frutas
y verduras, desde el cultivo hasta el embarque de los productos
elaborados. Se asume que esta industria debería proveer unos
4,000 empleos para 1960, en contraste con 1,500 en 1948, lo
cual es un estimado conservador en vista de las grandes poten
cialidades que presenta.

Tabaco.- Toda vez que aún no hay indicios claros de que la


industria de cigarros y cigarillos pueda reconquistar gran parte
de su antiguo mercado de exportación, una cifra conservadora de
empleo de cerca de 8,000 personas parece lo más apropiado.

Labores de aguja en el hogar.- No hay base exacta para


proyectar la curva del empleo en esta tan inestable industria
manual, pero debería de llegar a 58,000 personas en 1960, en
comparación con 51,900 en 1948, si hemos de aproximarnos a la
meta de empleo propuesta.

119
Tejidos y vestir.- Para producir el paño que
prendas de
ahora importamos, tanto para prendas de vestir como por piezas,
se necesitarían unos 11,000 trabajadores. Cuando menos un
número igual debería emplearse en la manufactura de telas para
la exportación, fin de dar adecuadas oportunidades de empleo
a
al gran número de obreros que se calcula habrá en 1960. Esto, con
los 18,000 que trabajan en esas industrias en 1948, elevaría
el total a 40,000 personas.

Madera, muebles y otros productos madereros

Puerto Rico importa alrededor de $1,500,000 en muebles


todos los años. El grueso de esa cantidad podría producirse
localmente, tanto con maderas importadas del continente como

con maderas duras de la región del Caribe y con balsa y bambú.


Los barriles, las puertas y las cajas podrían hacerse aquí, y
hay posibilidades para el desarrollo de una industria de trabajos
manuales en madera. Se ha calculado que para 1960, estas
industrias deberían emplear unas 12,000 personas en contraste
con las 4,600 que se emplearon en 1948.

Papel y productos anexos.-La Puerto Rico Pulp and Paper


Corporation ha iniciado ya el desarrollo de una industria papelera
que desembocaría en la fabricación de papel de envolver, cartón
y otros productos para el servicio de importantes empresas en la
isla. En 1948 había 600 personas trabajando en esta ocupación.
Para 1960, debería de haber unas 1,000 personas en este trabajo.

Publicaciones e impresos.- Esta industria ofrecerá mayores


oportunidades de expansión a medida que se eleve el nivel
educativo de la isla, se desarrollen hábitos de la lectura y
aumenten las ocupaciones no agrícolas. El número de personas
que debiera de emplearse en estas ocupaciones en 1960 se ha
estimado en 4,000, en contraste con las 2,600 que había en 1948.

Cueros y productos de cuero.-Ya se ha iniciado


industria una

de zapatería, la que parece ofrecer excelente perspectiva de ex


pansión. En 1948, se empleaban 500 personas en esta ocupación.

120
Se calcula que para 1960 debería de haber unas 2,000 personas
en esta categoría de acuerdo con la meta prospuesta.

Productos de piedra, vidrio y barro.- La Compañía de Fomento


Industrial de Puerto Rico ha dado pasos vigorosos en esta direc
ción y ha hecho del cemento, el vidrio, el barro y la cerámica
industrias que cuentan entre las más progresistas de la isla.
Los productos de cemento y de vidrio se están exportando ya a
otras áreas de la región del Caribe. Un empleo de 6,000 como
aspiración para 1960, acaso sea cifra conservadora si las indus
trias de la alfarería y la cerámica crean estilos propios y adies
tran personas en las técnicas necesarias del oficio. En 1948, se
empleaban 3,200 personas en esta ocupación.

Productos de metal, maquinaria y equipo.- La actual industria


de trabajos de metal en la isla, que en 1948 empleaba 2,400 per
sonas, es totalmente inadecuada en vista de las cuantiosas
importaciones en este renglón y la creciente demanda paralela a
la expansión de las industrias manufactureras. En este orden, se
ha calculado que para 1960 deberían emplearse 6,000 personas.

Industrias manufactureras misceláneas. - A no ser que Puerto


Rico logre atraer un número considerable de industrias miscelá
neas, tales como la de productos de caucho, ferretería, géneros
de punto, instrumentos, etc., encontrará grandes dificultades en
proveer empleo al creciente número de trabajadores. Unos 10,000
empleos en esta categoría miscelánea de industrias, son nece
sarios para llenar la gran laguna de los empleos en 1960. En
1948, había 2,400 operarios en esta categoría.

Industrias de servicio.- Las construcciones, la transportación,


las comunicaciones, las compañías de servicio público y el
comercio deberán emplear 365,000 personas (de acuerdo con el
modelo hipotético para 1960), en comparación con las 246,800
que se emplearon en 1948. Los servicios profesionales, incluyen
do los personales, profesionales y comerciales, los servicios de
turismo y los gubernamentales, deberán emplear unos 194,000
más. En 1948, había 121,000 personas ocupadas en estas activi
dades.

121
Capital requerido

Es sumamente difícil estimar la cuantía de capital que se


necesitaría para llevar a cabo un programa de industrialización
de la magnitud del discutido arriba.

Sin embargo, la experiencia obtenida en otras regiones nos


da una idea. México, por ejemplo, aprobó en 1939 una Ley de
Industrias de Transformación para fomentar el establecimiento
de nuevas empresas.

La ley otorgaba concesiones favorables a nuevas plantas y


compañías, incluso exenciones especiales sobre derechos de
importación de maquinaria y materias primas que no hubiera en
la localidad; exenciones sobre derechos de exportación de los
productos de estas industrias; y exenciones de impuestos fede
rales, contribución sobre ganancias excesivas y sellos de rentas
internas. Estas medidas, sin duda, fueron factor importante en
el establecimiento de 285 instalaciones fabriles en un año, las
que empleaban 18,986 personas. El capital invertido en estas
empresas fué de $36,260,000, o un promedio de inversión de
$1,910 por obrero.

Aparte del capital necesario para fábricas y maquinaria, un


programa de industrialización requiere otras inversiones de gran
magnitud para carreteras, plantas de energía, facilidades por
tuarias, almacenes, etc.

Hay que asumir que un desarrollo industrial en Puerto Rico


que se aproxime a la magnitud del modelo que hemos esbozado
para 1960, requeriría un gasto promedio de $2,000 (a los precios
de 1940) por cada nuevo obrero empleado. De manera que la
creación de oportunidades empleo para unos 17,000 nuevos
de
trabajadores en 1960, comprende una inversión de capital de
alrededor de $340,000,000, ó sea
-
de unos $28,000,000 al año
desde 1948 a 1960.

Estas, se entiende, serían inversiones nuevas. En añadidura,


es necesario una afluencia continua de capital para mantener y
reemplazar el existente plantel y equipo. Esto, pues, elevaría el

122
total de capital fabril necesario para los niveles hipotéticos
propuestos en el empleo, a 45 ó 50 millones de dólares anuales
(en precios de 1940) o, quizás, a 85 millones de dólares en
precios de 1948—sin considerar la inversión requerida en los
sectores agrícolas y en otros sectores de la economía.

Para apreciar la magnitud del problema que presenta el llegar


a esa meta, baste considerar que el promedio anual de gastos
capitales durante los años relativamente prósperos de 1939-40 y
1940-41 fué de $25,400,000 (a precios de 1940), incluyendo el
capital que afluyó a la agricultura. Lo anterior es sólo la mitad
de los requisitos para la industria únicamente, de acuerdo con
proyecciones hechas sobre bases relativamente conservadoras.

CAPITULO 20

EL PODERA DQUISITIVO Y LAS INVERSIONES


Si se han de establecer empresas productivas en tamaño y
número suficientes para llegar a la meta de empleos ya discutida,
es de suma importancia que las actuales reservas y ahorros
corrientes se apliquen a industrias manufactureras y a otras
inversiones productivas.

El Gobierno debe cobrar los impuestos sobre ingresos con


rigurosa eficacia, al propio tiempo que provee exenciones para
aquellas inversiones que aparejan un riesgo industrial. La mayor
cuantía de contribución sobre ingresos que se recaudare podría
usarse para reducir el tipo de algunos impuestos sobre consumos
a fin de rebajar los costos de artículos básicos; aumentar los
gastos de fomento del Gobierno para ampliar los valores o bienes
productores de ingresos de la isla; y expandir servicios públicos
esenciales, como la educación.

Otra medida para canalizar los ahorros hacia nuevas inversio


nes pudiera ser la emisión en pequeñas denominaciones de bonos
garantizados por el Gobierno, a fin de dar oportunidad a los
grupos de medianos ingresos a que invirtieran su dinero en

123
empresas productivas. En la actualidad, la propensión del pueblo
es a invertir en valores que no aparejan riesgo alguno, como bonos
del Gobierno de los Estados Unidos.

Otra fuente de capital sería la venta a empresarios privados


de las empresas públicas ya establecidas. En ciertas circunstan
cias, esto podría considerarse un procedimiento cuestionable,
pero toda vez que el Gobierno de Puerto Rico tiene que tomarse

la iniciativa de establecer nuevas industrias en el país, resulta


un método de crear un fondo rotativo para aquellas empresas que
envuelven algún riesgo. No debemos olvidar que Puerto Rico
lucha contra el tiempo, y la iniciación de nuevas industrias debe
acometerse en gran escala y con gran rapidez.

No es probable, sin embargo, que estas varias medidas por


sí solas sean suficientes para generar el volumen de nuevas
inversiones necesario para llegar a la meta considerada antes.
Por eso, es esencial que Puerto Rico haga todos los esfuerzos
posibles por atraer un gran volumen de inversiones del exterior
en empresas manufactureras. Si las inversiones necesarias no
vinieran del exterior en suficiente cantidad, podría recurrirse
a los préstamos. Estos, sin embargo, deben usarse solamente
para fines de fomento.

Elementos esenciales a un programa de industrialización

Por lo tanto, en resumen, los principios básicos que susten


tarían un programa de industrialización bien equilibrado y rápido,
sugieren la necesidad de las siguientes medidas:
1.-

Mantener los precios los artículos básicos tan bajos


de

como sea posible—reduciendo los costos producción


de
la

agrícola mejoras técnicas;


en

de

virtud reduciendo los


de

transportación, manejo
de

en

costos mercado virtud


y

medidas que fomenten mayor eficiencia; rebajando los


la

impuestos sobre consumo, fin de poner circular un


el

la a

máximo del ingreso del consumidor para compra


de

mercancías manufacturadas localmente.

124
2.- Fomentar las destrezas industriales en el trabajo.

3.- Proveer medios adecuados y baratos de transportación,


así como también agua para usos industriales y buenas
localizaciones para las industrias.

4.- Alentar el mayor volumen posible de ahorros, consistente


con las exigencias de las necesidades básicas del con
sumo, y canalizar esos ahorros hacia inversiones pro
ductivas.

5.- Disponer una participación más amplia de los riesgos


envueltos en el establecimiento de nuevas industrias,
en virtud inversiones públicas directas y de ayudas
de
públicas a las empresas privadas que asuman esos ries
gos.

6.- Buscar con empeño nuevos mercados exteriores para los


productos locales, y retener estos mercados, una vez se
consigan, manteniendo la calidad del producto y estable
ciendo una buena organización de mercadeo.

7.- Proteger las nuevas industrias de la competencia “des


leal” por medio de subsidios y de la puesta en vigor de
disposiciones contra el dumping.

8.- Fomentar la investigación continua sobre nuevos productos


y procesos.

9.- Fomentar las buenas relaciones entre patronos y obreros,


así como también un orden institucional conducente a la
expansión de las industrias.

El pueblo de Puerto Rico, a través de su Gobierno, ha acome


tido ya gran número de importantes medidas de visión para reali
zar un programa de industrialización que contiene esas caracte
rísticas. De lo que más necesita hoy es de la persistencia, la
pericia y la imaginación para administrar los programas que se
han iniciado.

125
CAPITULO 21

LOS SERVICIOS PUBLICOS Y LAS PRIORIDADES SOCIALES

En los últimos años ha habido una notable expansión en les


gastos que el Gobierno insular dedica a los programas de des
arrollo de recursos y de fomento económico. Sin embargo, no se
han descuidado los servicios públicos. La siguiente tabla, que
corresponde los años de 1927-28 a 1945-46, ilustra gráfica
a
mente el aumento de gastos para fines de fomento.

CLASIFICACION FUNCIONAL DE LOS GASTOS DEL GOBIERNO DE


PUERTO RICO

Años escogidos de 1927-28 a 1945-46

(en miles de dólares)

Propósito 1927-28932-33, 1939-401944-451945-46


L. Administración y Servicios
Públicos: 11,777 11,610 19, 830 53, 832 58,881
Administración general 2,056 2,513 2,843 7,291 6,887
Educación 4,814 4,390 7,332 14,994 16,473
Protección, corrección
justicia y servicios
regulatorios 2,822 2,430 4, 602 7,753 8,415
Salud Pública y hospi
tales 1,24 l 970 3, 195 6,810 7,666
Nutrición 82 174 173 2,064 2, 3 14
Bienestar público 287 337 555 º 6, 157 7, 160
Construcción de viviendas
y limpieza de arrabales 76 60 115 2,879 1,746
Parques y recreación 155 7l 136 491 963
Relaciones industriales 17 57 287 168 361
Pensiones y concecio
nes, etc. 10 57 147 345 672
Programa de Emergencia
de Guerra 2, 110 3,612
Misceláneos 47 417 125 89 176
Sanidad y abasto de agua 134 320 2,681 2,436

—zz-7-
170

II. Servicio de la deuda


pública 2, 1 82 3, .565 2,501 1, 595 2,060

III. Programas de desarrollo


de Recursos y Eormento
Económico 4, 691 2,278 9,378 11,833 34,755

126
Propósito 1927-28 TSB2-33, 1939-40 1944-451945-46

Transportación 2,091 550 4,411 6,790 6,531


Comunicaciones 236 221 255 220 682
Recursos de energía
y aguas 567 576 2,701 5 288
Fomento agrícola 1,797 868 1,586 3,557 3,889
Fomento industrial 10 1, 192 8,295
Promoción del comercio 71 407 49 42
Promoción de la minería 1 8 20 28
Facilidades de crédito 15,000
(Banco de Fomento)

IV. Concesiones a los gobier:


nos municipales 87 141 380 4, 520 990
Gastos totales, contribu
ciones y concesiones 18,737 17,711 32,980 75,397 104,887
De los cuales:
Gastos de operación 14,627 16,241 24,902 51,453 57,733
Gastos capitales 4,023 1,060 6,672 13,138 15,592
Aportaciones a empre
sas públicas 269 135 6,286 30,572
Asignaciones a los go
biernos municipales 87 141 380 4,520 990

Total 18,737 17,711 32,089 75,397 104,887

ASIGNACIONES DE FONDOS GENERALES PARA


-
EMPRESAS PUBLICAS
1941-47 (Cont. )
Asignaciones autorizadas
Año de creación
EMPRESAS hasta el 31 de diciembre
por ley
de 1947

Compañía de Fomento
Industrial 1942 $ 20,710,000
Banco de Fomento 1942 20,500,000
Compañía Agrícola de
Puerto Rico 1945 10, 100,000
Autoridad de Transporte 1942 7,380,000
Autoridad de Comunicaciones 1942 1,973,739
Servicio de Acueductos y
Al cantarillados 1945 10,851, 202
Autoridad de las Fuentes
Fluviales 1941 1,905,985
Servicio de Riego de Isabela 1943 1,091,820
Subtotal $ 74,512,746

127
- Asignaciones autorizadas

..,
EMPRESAS

de
creación

el
Año hasta de diciembre

31
por ley
de 1947

Autoridad de Tierras de
Puerto Rico 1941 24,091,000
Autoridad de Hogares 1941 17,910,000
Hogares Modelos 180,000
de

Junta 1941
Corporación Seguro
de
del Café 5,000,000
Administración General
de Suministros 1941 7,450,000

Total $129,143,746

Los gastos evaluados en términos de las necesidades

pesar
de los aumentos demostrados, deberá notarse que
A

cuando las asignaciones presentes las previstas

se
evalúan
en términos de las necesidades—tanto de servicios socialesy

capitales—la desproporción

es
como de mejoras grande. Esas
asignaciones pueden satisfacer sólo como

se
que

de
lo
mitad la
necesita para cumplir las normas mínimas de los servicios públi
cos en Puerto Rico, con muy pocas excepciones.

La tabla siguiente indica hasta qué grado las asignaciones


pasadas las propuestas programa mejoras
en

de

de
seis años
el
y

capitales
se

quedan cortas del total estimado como necesario


para satisfacer las necesidades mínimas. Se verá que habría
$378,000,000.
de

una deficiencia

PROGRAMA DE MEJORAS CAPITALES NECESARIAS


(en miles de dólares)

Propuesto
Autorizado Programa de
Agencia del Gobierno Estimado del hasta diciem-l Seis Años
en cuestión costo total bre 31 de 1948 1949-50
a

1954-55

Agencias mantenidas con


impuestos:

Departamento de Interior $199,232 $21,015 $22, 680


lo

128
PROGRAMA DE MEJORAS CAPITALES NECESARIAS
(en miles de dólares) (Cont.)
Propuesto
Autorizado Programa de
Agencia del Gobierno Estimado del hasta diciem- Seis Años
en cuestión costo total
bre 31 de 1948 1949-50 a
1954-55

Departamento de Instrucción 60,505 11,325 7,925


Departamento de Salud 57,477 13,496 10,528
Universidad de Puerto Rico 10, 724 4,779 1,967
Departamento de Agricultura
y Comercio 2,246 1,619 265
Departamento de Justicia 2,305 1,348 537
Junta Insular de Educación
Vocacional 4,389 2,997 1, 331

Comisión de Parques y Re
creos Públicos 6,394 3, 662 l,364
Otras agencias mantenidas
con impuestos 14,664 8,672 2,425

Agencias parcial o total


mente autofinanciadas
(o autoliquidables):

Servicio Insular de Acue


ductos y Al cantarrillados 27,233 10,751 16,482
Autoridad de Hogares 77,763 12, 198 3, 600
Compañía de Fomento
Industrial 29,078 24,753 4,325
Autoridad de Tierras 82,834 22,936 2, 150
Autoridad de las Fuentes
Fluviales 72,221 37,998 21,387
Autoridad de Transporte 23,962 8,619 9,964
Otras agencias total o par
cialmente autofinanciadas 3,577 2,741 827

Total $674, 604 $188,909 $107,767

Hay serias dudas sobre lo que pueda hacerse con sólo asig
naciones a medias para servicios esenciales y programas de
fomento como los esbozados arriba. John Stuart Mill ha dicho:
“Cuando el objeto es mejorar la situación permanente de un
pueblo, los pequeños medios no es que produzcan efectos peque
ños, sino que no producen efecto alguno.” Posiblemente un
financiamiento a medias de los servicios básicos no debe consi
derarse como “pequeños medios”, pero, en verdad, existe el

129
serio peligro de que si las necesidades alcanzan a los limi
tados logros, muchos de estos quedan nulificados. Tal es el
caso especialmente cuando los efectos combinados y cumulativos
de los programas de desarrollo económico no bastan para frenar
el ritmo de crecimiento demográfico, esto es, cuando la expansión
de la base productiva resulta menor que la expansión poblacio
cional.
Ingresos del Gobierno - Pasado y futuro

Existe el peligro adicional de que los ingresos del Gobierno


no sean suficientes para costear los servicios básicos y los
programas siquiera en un 50 por ciento. El pro
de fomento ni
grama de fomento de los últimos años ha sido posible mayormente
gracias a los ingresos gubernamentales del impuesto sobre el
ron. Estos fueron de suma importancia durante la guerra y en los
años subsiguientes, como puede apreciarse en la siguiente
tabla:
INGRESOS AL FONDO DEL GOBIERNO DE PUERTO RICO, POR FUENTES

A los fiscales de 1941-48


(En miles de dólares)

Ingresos al fondo
general 194l 1942 1943 1944 1945 1946 1947 1948

Rentas Internas de

E.E.U.U. (principalmente
impuestos sobre el ron) 4,477 l3,940 l3,550 63,884 37,449 33,217 18,232 2,66 l

Rentas aduana de

E.E.U.U. 840 2,085 2,450 l,900 2, 150 3,439 2,875 2,567


Impuestos sobre contri

bución ll,444 12,933 l2,670 l7,779 18, 103 24,760 28,887 30,929

Contribución sobre

ingreso 2,843 7,635 ll,319 l6,243 l6,338 18,745 21,620 30,979

Impuesto sobre herencia 223 84 ll 3 186. 242 694 398 308

Impuesto sobre la propiedad 377 367 359 428 394 438 600 874

Impuestos de la Victoria 579 3,239 4,347 387 89 10

Otros ingresos 509 6 14 l,740 481 570 3,350 21,048


—242

Total 20.7li—32,658–42.780-104ll40 72,366 82230 —7é05l 82,37é

130
El aumento de las rentas insulares de otras fuentes que el
impuesto sobre el ron, se debió en gran parte al aumento del
ingreso neto de la isla. Este aumento se basó, en sumo grado,
en la expansión de las actividades federales Rico. La
en Puerto
proporción del ingreso que estas actividades significaron, se
muestra en la siguiente tabla:

Ingreso neto originado de


las actividades federales

Total del ingreso En porcentaje


Año insular neto en millones del total
(en millones)

1939-40 $227.8 $ 20.6 9


1940-41 278.2 33.3 12

1941-42 359.0 54.8 15

1942-43 434.5 101.5 23


1943-44 477.4 117.7 25
1944-45 553.3 133.6 24

1945-46 565.0 108.0 19

El ritmo decreciente de las erogaciones federales y el rendi


miento menguante del impuesto sobre el ron, sugieren la posibili
dad de que se haga muy difícil mantener los servicios públicos
y las erogaciones capitales, aun sobre la inadecuada base actual
de 50 por ciento de las necesidades mínimas.

En las circunstancias en que se encuentra Puerto Rico, son


de vital importancia un esfuerzo persistente por aumentar los
impuestos, el mantenimiento de un estricto sistema de prioridades
en los gastos públicos, y la cuantía de ayuda externa que pudié
ramos recibir.

Es fuerzos en cuanto a los impuestos

No podemos sustraernos al hecho de que las reformas perma


nentes y eficaces sólo podrán realizarse si el pueblo de Puerto
Rico se dispone a hacer sacrificios presentes en aras de un
futuro mejor. Todos los sectores de la población pueden contribuir

131
trabajando fuerte y aprendiendo nuevas destrezas siempre que
haya ocasión; aquel sector relativamente pequeño del pueblo,
cuyos ingresos sobrepasan los niveles necesarios para mantener
un standard de vida aceptable, debe, desde luego, soportar la
mayor parte del peso de las contribuciones.

Parece que lo más necesario es lo siguiente:

1. La rigurosa observación y cumplimientoley de


de la
contribución sobre ingresos, a fin de evitar las evasiones.
Esto pudiera hacer posible que se recaudara de 20 a 25
por ciento más, según el nivel de los actuales ingresos.

2. Una retasación completa de la propiedad inmueble.

3. Imposición de contribuciones a la tierra ociosa.

4. Serios esfuerzos por aumentar la venta del ron en el


continente, a fin de incrementar los ingresos de este
renglón.

5 Reforma de la ley de herencia y de donaciones, y su riguroso


mantenimiento.

6. Reforma del sistema de impuestos de consumo, con respec


to a los renglones y el tipo, a fin de que no se graven los
artículos básicos y los que se utilizan para la producción;
un impuesto alto sobre renglones de lujo como los vinos
caros y las joyas.

7. La eliminación de todos los fondos fideicomiso en las


de

cuentas del Gobierno, excepto aquellos relacionados con


seguros o pensiones, o los que se disponen para pago de
deudas u otros usos de reserva de negocios. Un sistema
racional de prioridades sociales sólo puede establecerse
y cumplirse
si se tiene una visión del cuadro completo
y se revisan periódicamente las erogaciones. Esto no se
puede hacer cuando una porción considerable de los dineros
públicos se separan en fondos de fideicomiso.

132
Prioridades sociales

Sin duda alguna todo el presupuesto público podría invertirse


en satisfacer sólo las más urgentes demandas de bienestar,
nutrición y albergue, que constituyen necesidades primarias en
Puerto Rico. Hay una fuerte propensión humanitaria hacia
tratar de remediar estos problemas por medio del uso de los fon
dos públicos. Pero, desgraciadamente, el auxilio directo a la
pobreza rara vez constituye una aportación duradera a la so
lución de los problemas básicos que están en la raíz misma de
esa pobreza.

Ciertamente que es mucho mejor emplear los fondos públicos


en la expansión la base productiva de la economía y en la
de
creación de nuevas oportunidades de trabajo, que usarlos mera
mente para alivios pasajeros. De igual manera, tiene más sentido
atacar el problema de la mala nutrición a través de una reforma
básica de la tenencia y uso de la tierra, conjuntamente con
mejores métodos de cultivo y de mercadeo, que tratar de distri
buir gratis cantidades siempre insuficientes de alimentos.

El pueblo de Puerto Rico ha reconocido, como cuestión de


hecho, la sensatez de este criterio en cuanto a los gastos
públicos, y ha emprendido una serie de programas de fomento
económico de largo alcance a los cuales ha dedicado parte
considerable de los fondos públicos disponibles.

No obstante, cabe preguntarse si esos programas han recibi


do aquella parte relativa del esfuerzo público que merecen. Entre
1941 y 1947, cuando los ingresos públicos estaban en niveles
muy altos, unos 374,500,000 se asignaron para las empresas
públicas directamente relacionadas con los programas de des
arrollo de recursos y fomento económico, o sea, un promedio
anual de $10,600,000. En el año de 1944-45, solamente, los
gastos en bienestar público pasaron de $6,000,000; y en 1945-46,
de 37,000,000.

También hay algunas dudas sobre la lógica de las prioridades


que se asignan a las erogaciones para servicios públicos. Así,

133
por ejemplo, si comparamos las erogaciones 1945-46 con las de
1927-28, veremos que si bien el total de gastos aumentó 560
por ciento, las asignaciones de bienestar aumentaron 2,500 por
ciento; las de albergues, 2,300; las de nutrición, 2,820; y las
de sanidad, 617. Mientras tanto, el aumento en los gastos para
instrucción pública fué sólo de 342 por ciento.

También los gastos


vale la pena hacer una comparación de
para varios propósitos durante el año fiscal de 1945-46. Por
ejemplo, la cantidad gastada en distribución de alimento para
fines de ayuda fué poco más o menos igual a la totalidad de lo
que se invirtió en conservación de suelos, reformas del uso de
la tierra y protección de vertientes fluviales. La cantidad gastada
en pagos de auxilio público fué tan grande como la invertida en
educación secundaria y universitaria, y fué el doble de lo que
se gastó en educación vocacional. La cantidad
invertida en
hospitales e instituciones de salud fué tres veces mayor que la
gastada en la prevención de enfermedades y reglamentaciones de
salud, y 150 por ciento más que lo que se gastó en sanidad y
abastecimiento de agua. Se podrían presentar muchas más compa
raciones similares para indicar el relativo énfasis dado a los
servicios paliativos.

El Gobierno de Puerto Rico, al igual que la mayoría de los


gobiernos, está bajo la continua presión del aumento de sus
gastos de operación corriente. En su Cuarto Programa Finan
ciero de Seis Años, la Junta de Planes declaró que hay indicios
de que el presupuesto de operación corriente se está expandiendo
hasta el punto en que “excederá por sí solo el ingreso anticipado,
sin dejar absolutamente nada para adicionales mejoras capitales,
ya sean de nuevas facilidades necesarias o de mayor desarrollo
económico.” La desalentadora perspectiva ha afectado seria
mente los planes de la Junta para proyectos de fomento a largo
alcance. En el programa financiero se seis años, “los nuevos
fondos para mejorar capitales y asignaciones a las empresas
públicas, disminuyen rápidamente a medida que avanza el Cuarto
Programa Financiero, dejando poco más que pequeñas cantidades
para el año final de 1952-53.”

134
Debe indicarse, sin embargo, que en vista de la importancia
primaria de los programas de fomento no parece apropiado consi
derar su costeamiento sólo después de haber satisfecho todos
los otros gastos. Ciertamente que cabe preguntarse si un sistema
lógico de prioridades sociales no debe dictar la continuación
del respaldo a los programas de amplio fomento agrícola e
industrial y de control de la población, aun a expensas de los
servicios paliativos.
Ayuda del exterior

La experiencia demuestra que las medidas de fomento sólo


pueden traer un progreso sustancial si se traducen a la realidad
en forma efectiva e intensa. El adecuado financiamiento es
es encial, y este hecho subraya la importancia de la ayuda
exterior, puesto que aun con los más denodados esfuerzos por
aumentar los ingresos contributivos y otras medidas, es dudoso
que los recursos de que pudiera disponerse sean suficientes
para realizar la obra de fomento con la premura que la situación
*,
demanda.

En los diecisiete años entre 1930 y 1946, los gastos y las


ayudas federales directas en la isla (excluyendo los gastos
militares, de veteranos y otros parecidos), suman cerca de
$403,000,000, o sea un promedio anual de $23,700,000 durante
el período. aportaciones federales, casi 83 por
Del total de
ciento pertenece a la categoría de auxilio, subsidios y otros
gastos de emergencia, y sólo 17 por ciento fué para servicios
regulares o de fomento.

En otras palabras, las aportaciones federales a Puerto Rico


han sido esencialmente de naturaleza paliativa, más bien que
dirigidas a mejorar las bases de la economía del país.

Aunqueesas aportaciones han sido de gran ayuda para el


pueblo de Puerto Rico y han contribuído al aumento del ingreso
insular, no cabe duda a lguna de que hubieran podido hacer
mucho más si se hubieran aplicado concretamente a las necesi
dades del país y si se hubieran gastado según un plan de vasto
alcance y un sistema lógico de prioridades sociales.

135
En contraste con muchas regiones del orbe, el pueblo de
Puerto Rico ha demostrado una notable madurez política, carac
terizada por su habilidad de desarrollar un programa de fomento
esencialmente sensato y equilibrado, aún frente a contingencias
extremadamente difíciles.

Hay muchas razones para creer que con aquel grado de ayuda
exterior que permita aumentar el tempo del desarrollo en aquellos
puntos clave, conjuntamente con una administración tenaz y
experta de los programas ya iniciados, Puerto Rico podrá efec
tuar reformas valiosas y permanentes en su orden social y eco
nómico.

136
IND I CE

CAPITULO 1

INTRODUCCION . . . . . . e e e e e e a e a e e e e e e e e e º e e e 3

CAPITULO 2

CUATRO SIGLOS DE REGIMEN ESPAÑOL... . . . . . . . . . 4

La primitiva economía. . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e 5

Desarrollo económico en el siglo XIX. . . . . . . . . . . . 7

Comercio exterior . . . . . . . . . . . . . e e e º e e e e e e e 8

CAPITULO 3

DESARROLLO POLITICO Y ECONOMICO DEL


SIGLO XX . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . F0

Tres etapas bajo el régimen norteamericano. . . . . . . . 11

El “Nuevo Trato” Puertorriqueño . . . . . . . e e e e e e e 18

PARTE l

EL ORDEN ECONOMICO DE PUERTO RICO:


CARACTERISTICAS Y TENDENCIAS

CAPITULO 4

LOS RECURSOS Y LA ESTRUCTURA INDUSTRIAL . . . . . 21

LOS RECURSOS HUMANOS . . . . . . . . . . . . . . . e e e e º e 22

CUADRO DE LA SITUACION DEL EMPLEO . . . . . . . . . 23

La configuración del empleo . . . . . e e e e º e e e º e e e 24


IND I CE

CAPITULO 5

EL PAPEL DOMINANTE DEL AZUCAR . . . . . . . . . . . . 26


Participación de los trabajadores en los beneficios
de las fincas de la Autoridad de Tierras . . . . . . . . . . 29

CAPITULO 6

TENDENCIAS DE LA AGRICULTURA EN PUERTO


RICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e e e e 30

TAMAÑO DE LAS FINCAS Y PRACTICAS DE


CULTIVO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • • • • • • • • • 30

EL AZUCAR . . . . . . e e e e º e e º e e e º e e e e e e e º e es e e 31

EL TABACO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 32

EL CAFE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e º e 32

EL PROBLEMA DEL DESARROLLO INDUSTRIAL . . . . . 33

CAPITULO 7

LA MANUFACTURA Y LAS ARTESANIAS . . . . . . . . . . . 34

NATURALEZA DE LAS EMPRESAS MANUFACTURERAS


EN PUERTO RICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • • 35

ESFUERZOS DEL GOBIERNO PARA FOMENTAR LA


MANUFACTURA . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 36

CAPITULO 8

LAZOS ECONOMICOS CON LOS ESTADOS UNIDOS . . . . . 39

Aportaciones Federales . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 40
Movimientos paralelos del ingreso . . . . . . . . . . . . . . 43
IND I CE

CAPITULO 9

EL COMERCIO EXTERIOR . . . . . . . e e e e e e o e e 44

Composición de las importaciones y


exportaciones de Puerto Rico . . . . . . . . . . . . 47

CAPITULO 10

CONFIGURACION DE LOS EMPLEOS Y LOS


JORNALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e e e 49

JORNALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e º e e 51

Organizaciones y leyes del trabajo . . . . . . . . . 55

CAPITULO 11

INGRESOS, DESEMBOLSOS YAHORROS . . . . . . 55

Participación distributiva . . . . . . . . . e e e e e 57

Distribución del ingreso. . . . . . . . e e e e e s e e e 58


Gastos de consumo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 59
Costo de vida . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 61
Desembolsos capitales . . . . . . . . . . . . . . e e 62
Inversiones públicas . . . . . . . . . . . . . . . . . 63

PARTE I I

LA POBLACION: DESARROLLO INDIVIDUAL Y SOCIAL

CAPITULO 12

NATURALEZA DEL PROBLEMA DEMOGRAFICO DE


PUERTO RICO . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e
Comparación con otras áreas . . . . . . . . . . . .
El factor tiempo en el crecimiento poblacional .
IND I CE

CAPITULO 12

(Cont.)

Crecimiento poblacional en Puerto Rico . . . . . . . . . .


Implicaciones de las actuales tendencias
demográficas . . . . . . . . . . . . . . º e e º e • º e e e º e º e

Proyecciones demográficas. . . . . . . . . . e e e e - º e a e

Costos económicos y sufrimiento humano. . . . . . . . . .

CAPITULO 13

PROBLEMAS Y TECNICAS DE CONTROL


POBLACIONAL . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .

La mejora en los niveles de vida. . . . . . . . . . . . . . .


Educación . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e º e e

La urbanización y las facilidades rurales . . . . . . e e e

Emigración . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e º e e e

El control de la natalidad . . . . . . . . . . . . e e e º e e e

PARTE V

PRINCIPIOS Y PROGRAMAS DE DESARROLLO


ECONOMICO PLANIFICADO

CAPITULO 14

LA BATALLA DE LA PRODUCCION . . . . . . . . . . . . . .

Productividad . . . . . . . . . . . . . . . e e º e es e º e e e e e

Tecnología y mecanización . . . . . . . . . . . . e e º e º e

El factor trabajo en la productividad . . . . . . e e e º e e

Elfactor gerencia . . . . . . . . . . . . e e e º e e e e e e e e

Magnitud y objetivos . . . . . . . . . . . . . . e e º e º e e e

La configuración del empleo . . . . . . . . . . . . . . . . .


IND I CE

CAPITULO 15

CREACION DE UNAMEJOR CONFIGURACION


AGRICOLA . . . . . . . . . e e e º e e e e º e e e º e e e e e e e e e 89
Valor de las cosechas . . . . . . . . . . . . e e e e e e - º e 91

CAPITULO 16

EL REAJUSTE EN LAS PRINCIPALES INDUSTRIAS


AGRARIAS. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e 95

EL AZUCAR . . . . . . . . . e e e e e º e e e o e e e e e º e e º e e 95
Ajustes a corto plazo . . . . . . º e e e º e e e º e e e º e e e 95

Consideraciones de más largo alcance . . . . . . . e e e e 96


Elementos clave de un programa de ajuste . . . . . . . . . 97

TABACO . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 98
Aspectos principales de un programa
tabacalero . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e º e e 98
Disposiciones de mercadeo . . . . . . . . . e e e e s e e e e 99
EL CAFE . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 100

Desarrollo equilibrado de la región


cafetalera . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e º e e e º e . . . 100
Reforma del orden de tenencia de tierras . . . . . . . . . 101

El crédito, los seguros y los arbustos


de café . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e e . . 103
Disposiciones de mercadeo . . . . . e º e e e e º e e º e e . 103

CAPITULO 17

PRODUCTOS DE EXPORTACION Y CONSUMO


DE ALIMENTOS . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e e e e e e e e e 104

Mercado de exportación . . . . . . . . . . e e e e º e e . . . . 105


Abastecimiento de alimentos e importaciones . . . . . . 106
Cuadro del abastecimiento de provisiones . . . . . . . . . 107
IND I CE

CAPITULO 17
(Cont. )

Aprovechamiento de la tierra y exigencias


de la nutrición . . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e e e º e e

La elaboración de alimentos y las importaciones. . . . . 109

CAPITULO 18

LOS PROBLEMAS DE LA EXPANSION INDUSTRIAL . . . . 109

Naturaleza y alcance del programa de


industrialización en Puerto Rico . . . . . . . . . . . . . . . 109
Industrias a base de materiales . . . . . . . . . . . . . . e e 110
Industrias basadas en los mercados . . . . . . . . . . . . . 111
Industrias basadas en la mano de obra . . . . . . . . . . . 112

Factores de la competencia 113


Tamaño de las fábricas 114

CAPITULO 19

POTENCIALIDAD INDUSTRIAL 114

Carácter de los factores mercado y trabajo


en industrias seleccionadas 115

Un esquema hipotético del empleo . . . . . . . . . . e e e e 117

Potencialidades ocupacionales de ciertas


industrias específicas . . . . . . . . . . . . . . . e e e e e º e 118

Enlatado y conservación de frutas y verduras . . . . . . . 119


Madera, muebles y otros productos madereros . . . . . . . 120
Capital requerido . . . . . . . . . . e e e e e e e e e º e e e e e 122

CAPITULO 20

EL PODER ADOUISITIVO Y LAS INVERSIONES . . . . . . . 123

Elementos esenciales a un programa de


- - - • º
industrialización . . . . e e e e 124
IND I CE

CAPITULO 21

LOS SERVICIOS PUBLICOS Y LAS PRIORIDADES


SOCIALES . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
º -
Los gastos evaluados en términos de las
necesidades . . . . . . . . . . . . e e e e e e e e e e e e e e e e

Ingresos del Gobierno - Pasado y futuro . . . . . . . . . e

Esfuerzos en cuanto a los impuestos . . . . . . . . . . . .

Prioridades Sociales . . . . . . . e e e e e e e e e e e º e e e

Ayuda del exterior . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . e e

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