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LUCIEN FEBVRE
COMBATES POR LA HISTORIA
Traducción castellana de FRANCISCO J. FERNANDEZ
BUEY y ENRIQUE ARGULLOL
EDITORIAL ARIEL
BARCELONA- CARACAS MÉXICO
PRÓLOGO
Si a la hora de reunir estos artículos elegidos entre
tantos otros hubiera pensado en erigirme algún monumento
habría titulado el compendio de otra manera. Puesto que a lo
largo de mi vida he fabricado, y pienso seguir fabricando
todavía, unos cuantos muebles sólidos, de los que amueblan
la historia — que habrán de servir, al menos
provisionalmente, para guarnecer ciertas paredes desnudas
del palacio de Clío —, debería llamar Mis virutas a estos
restos de madera que al pasar el cepillo han quedado
amontonados al pie del banco. Pero si los he recogido, no ha
sido en absoluto para recrearme en esas obras cotidianas,
sino para prestar algunos servicios a mis compañeros,
principalmente a los más jóvenes. En consecuencia, el título
que he escogido recordará lo que siempre hubo de militante
en mi vida. No será Mis 'combates, claro que no; nunca he
luchado en favor mío ni tampoco contra tal o cual persona
determinada. Será Combates por la historia, ya que por ella
he luchado toda mi vida.
Por lejos que me remonte en mis recuerdos me veo
como historiador por gusto y por deseo, por no decir de
corazón y de vocación. Soy hijo de un padre al que alejaron
de la historia — sin que nunca se desinteresara de ella — el
prestigio de Henri Weil, el helenista de la. Facultad de Letras
de Besançon y más tarde de la Escuela Normal Superior, y el
prestigio, tan grande entonces, de Thurot, el filósofo de la
gramática; sobrino
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ADVERTENCIA AL LECTOR
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DE 1892 A 1933
EXAMEN DE CONCIENCIA
DE UNA HISTORIA Y DE UN HISTORIADOR
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La historia de Francia, desde la Galia romana definida
por César al comienzo de los Comentarios hasta la Francia de
1933 limitada por sus fronteras, seguía el hilo del tiempo sin
perderse ni desviarse nunca. No embarrancaba en escollos
escondidos ni naufragaba jamás entre los rápidos. Al llegar al
término de su viaje concluía: "¡Mirad, salí de la Galia y llego
sin tropiezo a la Francia de hoy: maravillosa continuidad de
una historia nacional!" Era verdad; pero, porque
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II
Y llegó el despertar, brusco y desagradable. En plena
crisis, en medio de las dudas. Dudas hijas de la guerra. Dudas
de los que reanudaban su pacífico oficio, obsesionados por la
idea de que estaban allí para hacer la tarea individual de cada
cual y no tal como la hubieran hecho si la tormenta no
hubiese arrastrado al mundo con sus torbellinos; y, ante todo,
para hacer la tarea de los que ya no estaban allí, de aquellas
dos generaciones atrozmente diezmadas, de las cuales sólo
sobrevivían algunos restos como en esos bosques de pesadilla
que uno atraviesa, directamente, sin dudas...3 "Hacer
historia, enseñar historia: remover cenizas, unas ya frías y
otras todavía tibias, pero siempre cenizas, residuos inertes de
existencias consumidas...” Pero ¿no había otras tareas más
urgentes, más útiles (para decirlo con la gran palabra),
reclamándonos que les entregáramos el resto de nuestras
fuerzas?
Dudas de los que se burlaban del "fracaso de la
historia". Verdad es que éstas tenían menos peso, porque
acusar a la historia de no haber previsto ni predicho nada,
ironizar sobre el desmoronamiento de las "leyes" que se
forjaban por el puro placer de denunciar su inutilidad, objetar
las reservas de una energía moral, cuyas posibilidades no
negaba nadie, ante el "espiritualismo económico" ya señalado
por un Frédéric
3. Lucien FEBVRE, “L'histoire dans le monde en ruines",
lección de apertura del curso de historia moderna en la
Universidad de Estrasburgo (Revue de Synthèse Historique, t.
XXX, 1, n.# 88, febrero 1920, pág. 1 y siguientes).
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5. El físico Boisse.
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3.- FEBVRE
Que oposiciones, conflictos, antinomias. Aquí, en esta
casa, dejemos bromear a los que van denunciando con una
risita burlona nuestras impotencias. Sólo olvidan una cosa: en
el origen de toda adquisición científica existe el no-
conformismo. Los progresos de la ciencia son frutos de la
discordia. De la misma manera que las religiones se refuerzan
con la herejía de que se alimentan. O Portet haereses ese.
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VIVIR LA HISTORIA
PALABRAS DE INICIACIÓN
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II
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Sería demasiado largo indicar aquí en detalle lo que
fue esta revisión. Señalemos que nada escapó a ella. Ni la
concepción del hecho científico, ni la concepción de ley
científica, ni la de azar. Ni tampoco la concepción total o de
conjunto de las ciencias particulares y de la ciencia. Ciencias
que Augusto Comte presentaba antaño como jerarquizadas en
una clasificación cuyo doble defecto aparecía bruscamente.
Defecto que consistía en desconocer la profunda unidad del
trabajo científico y en transformar abusivamente el estado de
hecho en estado de derecho; y que conducía, por ejemplo, a
situar en ~a cumbre de las ciencias una geometría y una
mecánica orgullosas, que se complacían con la imagen de su
perfección y proponían sus leyes a las otras ciencias — sus
leyes verdaderas, sus leyes abstractas, absolutas, universales
y necesarias — como modelos y, por decirlo así, como un
ideal. Las ciencias eran campos de dislocación magmas.
Todos los descubrimientos se hacían, no en el seno de cada
una de ellas, en su corazón, sino en los bordes, en los
márgenes, en las fronteras, allí donde se penetran entre sí.
Eso sucedía con las ciencias particulares. Pero la ciencia por
su parte se aproximaba al arte y, en general, podía decirse de
ella lo que decía Berthelot de la química orgánica fundada en
la síntesis, en 1860, en el momento de la euforia de los
primeros triunfos. Proclamaba Berthelot: "La química crea su
objeto". Y añadía: "Esta facultad creadora, semejante a la del
arte, la distingue esencialmente de las ciencias naturales e
históricas". Porque estas otras ciencias, precisaba: "tienen un
objeto dado de antemano e independiente de la voluntad y de
la acción del cien
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INTRODUCCIÓN A LA HISTORIA 2015