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I.E.S.

Mariana Pineda. Filosofía

La política patriarcal del nazismo


“Los gobiernos autoritarios demuestran un interés especial por preservar el patriarcado, y el
clima de los Estados fascistas y dictatoriales se distingue por la poderosa influencia que en ellos
ejercen las normas patriarcales. (…) Desde un principio el nacionalsocialismo comprendió que debía
atajar con dureza las fuerzas representadas por la revolución sexual y el feminismo. (…) Las mujeres
adquirieron la ciudadanía política bajo la constitución de Weimar y ocuparon algunos escaños del
Reichstag. (…) No obstante, las reformas llevadas a cabo por la constitución de Weimar no
modificaron –o, al menos, no lo suficiente- la legislación patriarcal alemana. El carácter restringido de
la nueva libertad de que gozó la mujer queda ampliamente demostrado por el hecho de que el
código civil siguiese reconociendo la autoridad del marido en lo tocante al domicilio conyugal, a la
toma de decisiones y al control de la custodia económica y de los hijos.

La Alemania de Hitler asignó a la mujer como única función la dedicación exclusiva a la


maternidad y a la familia y, no obstante, fue esencialmente femenina la mano de obra que produjo la
maquinaria de guerra alemana, al menos en un principio, es decir, hasta que empezaron a afluir los
trabajadores procedentes de la Europa oriental. El verdadero objetivo de la ideología nazi no
estribaba, como pretendía, en que las mujeres volviesen al hogar, sino en que ‘abandonasen’ las
profesiones más destacadas para desempeñar las funciones peor remuneradas. (…) El nuevo régimen
prohibió a la mujer ejercer la profesión de juez y, en 1936, la destituyó de los demás cargos
judiciales. Cuando los nazis conquistaron el poder había 30 mujeres en el Reichstag (Parlamento
alemán); no debían de ser muy ‘fiables’, ya que, en 1938, todas habían sido desposeídas de sus
funciones.

La política seguida por los nazis respecto a las mujeres fue tan poco rentable para ellos como
la adoptada con los judíos, en quienes sacrificaron precisamente a sus mayores talentos. El ministro
del Interior en 1934 expuso que la madre ha de dedicarse por completo a sus hijos y a su familia, así
como la esposa al esposo. La mujer soltera tiene que desempeñar sólo aquellas funciones que
corresponden a su naturaleza femenina. En cuanto a las demás ocupaciones, pertenecen al dominio
exclusivo del hombre. Uno de los ideólogos del Partido nazi ofreció la siguiente definición de la
esencia femenina: “El judío nos ha robado a la mujer mediante las artimañas de la democracia
sexual. Nosotros los jóvenes tenemos que matar al dragón a fin de recuperar lo más sagrado de este
mundo, es decir, la mujer doncella y criada”.

Kate Millett, Política sexual, ed. Cátedra, pp. 287- 296.

Cuestiones:

1) El rol maternal y la dedicación exclusiva a la familia, ¿eran una prescripción que los nazis
dictaban a las mujeres con el objetivo de que se cumplieran, o eran órdenes para conseguir
unos efectos psicológicos y emocionales concretos? Razona la respuesta.
2) La destitución que los nazis llevaron a cabo con las mujeres juezas y otras profesiones de la
judicatura formaban parte de una estrategia política, ¿de cuál? Nombra otro ejemplo
aparecido en el texto.
3) En el texto se habla de una ‘naturaleza femenina’: ¿crees que verdaderamente pensaban que
existe una ‘naturaleza femenina’ o hablaban de ella para conseguir sus objetivos y sus
propios intereses? Razona la respuesta argumentando con dos ejemplos aportados por los
datos que aparecen en el texto.

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