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Mujeres líderes.

La luz y sombra de la participación en las


organizaciones autogestionarias de hábitat

Mariana Enet

Evaluación participativa investigativa realizada en la Organización MOI


(Movimiento de Ocupantes e Inquilinos)
Financiada por MISEREOR- (Año 2013)- Buenos Aires – Argentina
Artículo 2016

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

Resumen:
Basada en una evaluación investigativa sobre la participación de 56 líderes y
lideresas de ocho organizaciones cooperativas autogestionarias de hábitat de
Capital Federal en Argentina considerando un período de veintidós años. Se
indaga sobre los tiempos poco conocidos que invierten para poder hacer
efectivos los derechos de acceso a la vivienda y la ciudad y los efectos
esperados y no previstos que esos tiempos generan considerando una visión
de género. El objetivo final de este artículo es brindar elementos para generar 1
reflexiones al interior de las organizaciones para contener y generar
condiciones adecuadas para el ejercicio del rol de la mujer líder.

Las organizaciones que emprenden procesos de Producción y Gestión Social


del Hábitat en contextos de pobreza y lucha política, no sólo promueven sino
que, precisan la participación activa de las mujeres. Sin embargo no
existe, suficientemente, una reflexión crítica sobre los efectos que esa
participación les genera. En este artículo se indaga a través de análisis de
información documental, observación, encuestas semi estructuradas,
entrevistas en profundidad y espacios de evaluación focal participativa, sobre
los tiempos poco conocidos que invierten para poder hacer efectivos los
derechos de acceso a la vivienda y la ciudad.
Los resultados evidencian condiciones de inequidad al interior de las
organizaciones sociales que siguen reproduciendo formas patriarcales de
repartir el trabajo sin considerar la triple jornada y condiciones desventajosas
de las mujeres del sector popular en barrios precarios. Situación que por un
lado, empodera y da sentido social y político a la vida de mujeres invisibles y
silenciadas por la sociedad capitalista, pero que por el otro, repercute en el
pleno desarrollo de su vida y hasta, su salud.

Palabras clave:
Género, líder comunitaria, hábitat, organización social, tiempos

Mariana Enet
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1- Problema

Para la mujer, la tierra, la vivienda y la comunidad, son aspectos esenciales que sostienen su
objetivo de reproducir y vivir plenamente. Es por esta razón, que a diferencia de otros aspectos, su
participación en la lucha por alcanzar un hábitat digno tiene un papel preponderante.
Se parte de una hipótesis generalmente aceptada de que la participación de la población en el diseño
y resolución de problemas de su hábitat y en particular de las mujeres, es positivo.
Por esta razón agencias de cooperación internacional, instituciones académicas, gubernamentales y 2
ong´s, etc., al evaluar los procesos que promueven ponen especial atención al nivel de
participación que alcanzan las mujeres. Podemos afirmar, en base a resultados de evaluaciones
realizadas por más de treinta años para distintas instituciones y redes de investigación de hábitat
latinoamericanas, que la participación de la mujer en promedio llega entre un 55% a un 65%1.
Masolo A (1998:65) describe su participación masiva “Ya no son las heroínas históricas las pocas
excepciones reconocidas, cristalizadas en los libros de textos, las estatuas, los nombres de calles y
las fechas conmemorativas. Son, en cambio, una constelación polifacética y polifónica de mujeres
organizadas, con distintos recursos y reclamos, que irrumpe en la escena pública por fuera, al
margen y hasta en contra de las estructuras institucionales.” Lo que no se ha profundizado
suficientemente, son aspectos cualitativos de esa participación y sobre todo los efectos no
esperados que produce en la mujer líder comunitaria, en su forma de enfrentar su vida, su núcleo
familiar íntimo, en sus amistades y en su posicionamiento en la sociedad.

Marcha de cooperativistas del MOI

1
Evaluaciones realizadas personalmente en: el área Evaluación de CEVE (Centro Experimental de la Vivienda
Económica), en las redes de CYTED (Ciencia y Tecnología Iberoamericana), en experiencias de HIC (Coalición
Internacional del Hábitat), en SELVIPH (Secretaría Latinoamericana de Vivienda Popular y Hábitat), y desde entidades
gubernamentales como el Programa Rosario Hábitat, Programa PIAI (Programa de Integración de Asentamientos
Irregulares de Uruguay) y como evaluador externo de organizaciones sociales de hábitat que la Agencia de
Cooperación Misereor apoya en América Latina.
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2- Conceptos
Utilizaremos el concepto de “líder comunitaria” para identificar a mujeres que participan
activamente en organizaciones de vivienda y asumen un papel protagónico en procesos de
producción y gestión social del hábitat e incidencia en política por el derecho a la vivienda y la
ciudad.
Ochoa Carmenza (2014:371) describe aspectos cualitativos de esa actividad en base a una
investigación realizada en Colombia “Ellas han salido de su ámbito doméstico para comprometerse
en luchas barriales en búsqueda de su legalización, así como en la consecución de servicios
3
públicos a través de la gestión y trámites ante las diferentes entidades distritales y municipales.
Estas mujeres generalmente se han visto involucradas en procesos políticos que les ha permitido
adquirir autonomía y empoderamiento, debido a que comúnmente han sido reconocidas y
valoradas como líderes en sus comunidades”

Paralelamente a su rol de liderazgo, las mujeres que viven en áreas precarias necesitan
mayores esfuerzos, estrategias asociativas y tiempos para cubrir las jornadas más conocidas
de trabajo doméstico y generación de ingresos y, a su vez, se agudizan las desigualdades entre
hombres y mujeres para enfrentarlas. Araceli Damián González (2013: 136) ejemplifica la
situación de “la mujer pobre que requiere suplir servicios que no cuenta (gas envasado, acarrear
agua, baños lejos o con dificultad de llegar, requiere buscar subsidios para lograr tener la leche
diaria, acceder a salud en centros que requieren largas colas, transportes públicos (generalmente
deteriorados) o de grandes distancias, cuidado de hijos, padres, enfermos, limpieza, cocina, etc..)”
A esta situación Falú – Rainero (1996: 58) aportan especialmente, la alta incidencia que tiene la
localización de las viviendas en relación a las posibilidades de acceso al trabajo, educación, salud,
etc, especialmente en áreas precarias por el costo, inestabilidad y baja calidad del servicio de
transporte generando incluso hasta la pérdida laboral y la segregación de la mujer pobre en esas
áreas desalentando y obstaculizando la posibilidad de mejorar estas condiciones. Es uno de los
factores principales que inciden en la lucha por el derecho a habitar la ciudad con servicios y
equipamientos.

En el trabajo de Ochoa, reconoce otras formas de extensión del rol doméstico al comunitario
como la “madre comunitaria” para referirse a las múltiples acciones de protección social solidaria
que ejercen las mujeres para otros niños, adultos y enfermos con alta vulnerabilidad de su
comunidad o barrio, extendiendo así el cuidado doméstico al comunitario. Es también lo que en la
Encuesta Anual de Hogares Urbanos realizada en Argentina se identifica como “El trabajo
voluntario” el cual incluye también a los varones y se describe en forma más amplia como “las
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actividades realizadas en el marco de organizaciones (cultura, religión, deporte, asociaciones


profesionales, etc.), como las realizadas directamente para otros hogares” (Calero et al 2015:16).
Dentro del trabajo doméstico y comunitario se ha logrado que se reconozca, en particular lo que se
denomina “economía del cuidado”. Nos referimos a aquellas actividades que tienen como objetivo
atender las necesidades de los miembros dependientes de la unidad doméstica: los niños y
niñas, adultos mayores, enfermos o personas con discapacidad. Son importantes tanto el servicio
brindado como los vínculos que se generan en la realización de la tarea lo que los diferencia con
otras actividades como la limpieza, la preparación de alimentos o el aseo del hogar (Himmelweit,
4
2000: 8 en Calero et al 2015).
En la sociedad con el aumento de la participación de la mujer en el mercado laboral en el campo
público, se ha puesto en evidencia la dificultad de cubrir el cuidado doméstico de personas
dependientes. En los sectores populares y en los países Latinoamericanos, la necesidad del cuidado
se agudiza por la insuficiencia de cobertura por parte del gobierno, la imposibilidad de acceder a
servicios de terceros y por las situaciones críticas de calidad de vida que exponen a los más
vulnerables a mayores situaciones de enfermedad. En particular debería considerarse para el
cuidado de miembros con enfermedades o discapacidades crónicas el “síndrome del cuidador”
entendido como “una situación estresante con peligro de desbordar y agotar los recursos y
repercutir en la salud física del cuidador, su estado de ánimo y en la modificación de los umbrales
de percepción del sufrimiento y del dolor del enfermo a su cuidado” (Dueñas Eliana et al: 32). En
una investigación realizada sobre 102 familias con prevalencia de un 75,3% de familias con nivel
socio económico bajo, arrojó que el 47% de los cuidadores padeció el síndrome del cuidador
(Aplicando la escala de Zarit) manifestado en que el 96% tuvo ansiedad, 100% depresión y el
85,3% presentaron enfermedades diversas (en relación a 63,7 de los familiares que no tenían la
responsabilidad de ser cuidadores) (Dueñas Eliana et al: 31. Conclusiones)
Es frecuente observar en el sector popular redes apoyo y contención establecida entre las mujeres
(familiares o no) para enfrentar situaciones críticas de cuidado. (Aguirre, Sainz y Carrasco, 2005: 6
en Calero et al 2015) destacan que esta situación contribuye al “círculo vicioso” de la pobreza y que
condiciona el uso del tiempo de la mujer en diversas áreas como el ocio, capacitación, empleos de
tiempo completo y en particular la posibilidad de participar en actividades políticas para
transformar su situación.

En cuanto a la forma en que ejerce el rol de aporte económico a la sociedad y a su hogar, el


Consejo Nacional de Mujeres de Argentina en su página (2016) plantea el aumento de inserción de
la mujer en el mercado de trabajo sin embargo al calificar esta participación reconoce que “no se
producen en un marco de igualdad de condiciones con los varones” manifestadas en desventajas

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en las posibilidades de acceso por discriminación en algunos aspectos principales: cultural por
estereotipos de género vinculados al tipo de trabajo al que puede acceder, por razones de
procreación y cuidado de niños, por las condiciones de regularidad y protección a los trabajos
que accede, etc. Este mismo organismo describe “Las mujeres se encuentran sobre-representadas
en actividades vinculadas al sector servicio de baja calificación laboral, donde el servicio
doméstico ocupa un lugar preponderante. Al mismo tiempo se observa un mercado laboral muy
segmentado verticalmente. Concentración de las mujeres en los puestos de menor jerarquía de
cada ocupación, lo cual implica puestos de trabajo peor remunerados y más inestables”. “El
5
ingreso percibido por las mujeres durante su vida activa, es inferior al de los hombres. Esto se
explica porque las mujeres están concentradas en los grupos de ingresos bajos y medios mientras
que los varones se concentran principalmente en los grupos de ingresos medios y altos”.
Otro indicador que demuestra por un lado, la desigualdad en la remuneración de las mujeres con
respecto al varón, y por otro, la vocación cultural de la mujer de realizar acciones de
voluntariado fue la encuesta realizada en Rosario sobre el “Uso del Tiempo” (Calero et al 2015: 7),
realizada en más de mil hogares en el 2010 que Los resultados indican que: a) los varones dedican
más horas al trabajo remunerado que las mujeres, sin embargo ellas en promedio trabajan más
horas, dado que a su jornada laboral se le suma una mayor carga de trabajo no remunerado en el
hogar. b) Las mujeres, participan en un 34,8% en trabajos remunerados y un 94,7% en
trabajo no remunerado; en el caso de los hombres los porcentajes son 52,8% y 71,6%,
respectivamente. Estas diferencias luego se expresan en la distribución del ingreso: dentro del 20%
de la población más pobre de Rosario, el 28% son varones y el 72% mujeres.

Otra categoría que analiza Ochoa es la ya reconocida “jefa de familia”, que en los sectores
precarios según el estudio realizado sobre la pobreza, desigualdades e ingresos de la UCA
(Universidad Católica Argentina) (2016 pág. 16:18), revela que los hogares que tienen mayores
índices de indigencia tienen relación con su localización en áreas precarias, el nivel educativo
del jefe de hogar, la existencia o no de niños y la jefatura de hogar femenina. En Argentina
(según el censo de 2010) el 34% de los hogares tiene jefatura femenina y en particular, Virginia
Franganillo (En Mariana Iglesias 2013), presidenta del Parlamento de Mujeres de la Ciudad de
Buenos Aires plantea-. “Entre las jefas de hogar hay una porción mínima de profesionales de altos
ingresos, luego están las divorciadas, que son cada día más, y por último -la mayoría- son las
pobres, con hijos. Para ellas faltan políticas públicas que las apoyen y sostengan”. “En los
sectores más vulnerables es una condena segura a una mayor desigualdad y pobreza. En el mejor
de los casos -afirman los expertos- son mujeres que se ven obligadas a tomar trabajos mediocres,

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que además las lleva a dejar solos a sus hijos. O peor: tienen muchos hijos y ninguna ayuda, con lo
cual no pueden ni trabajar y caen en la indigencia”.

(Moser 1987,Massolo, 1992) han destacado las


capacidades de la mujer para ejercer el triple rol
reproductivo, productivo y socio comunitario. Pero
para la mujer líder de una organización
cooperativa autogestionaria de hábitat, debería
6
considerarse otra exigencia o cuarta jornada ligada
no sólo a su lucha político – social, sino a la
estrategia cooperativa autogestionaria que han
encontrado para producir su hábitat las principales
organizaciones de este tipo en América Latina
agrupadas en SELVIPH (Secretaría
Latinoamericana de Vivienda Popular y Hábitat) Y
a HIC (Hábitat International Coalition). Es decir la
vivienda y los diversos aspectos sociales,
culturales, educacionales, productivos, etc que les
permiten desarrollar su vida. Esta estrategia es la Mujeres en obra, San Martin de los Andes
“Ayuda Mutua”, una herramienta constructiva – social utilizada para fortalecer las capacidades
autogestinarias, la contención socio- organizativa y por otro lado, lograr hechos concretos de obra,
educativos, sociales, salud, etc. que optimizan los escasos recursos que las políticas tradicionales
destinan a los sectores populares y así, contar con “proyectos demostrativos”2 de transformación
de dichas políticas. Lo diferencio como categoría porque en este tipo de organizaciones sociales la
ayuda mutua es una condición básica de pertenencia3 y compromiso que insume gran cantidad
de horas que vuelven a sobre exigir el tiempo de las mujeres en forma determinante. En muchos
casos, esta mujer líder comunitaria ejerce todas los roles antes descriptos en forma simultánea y no

2
Las organizaciones sociales de hábitat de América Latina de varias redes, tienen como estrategia resolver problemas
de vivienda, educativos, culturales, sociales, etc que padecen los sectores populares en base a organización y
capacidades autogestionarias, para desde esos proyectos demostrativos, incidir en la transformación de las políticas
públicas y lograr que están sean apropiadas y apropiables a sus necesidades, aspiraciones y recursos.
3
MOI (Movimiento de Ocupantes e Inquilinos) En los documentos de trabajo formativos sobre los “Ejes del
cooperativismo autogestionario” describe qué es y cómo utiliza la herramienta de ayuda mutua: Es obligatoria y
cumple cuatro propósitos fundamentales. Es reducción significativa del costo de obra. Es consolidación del grupo
cooperativo a partir de la relación que se genera compartiendo el trabajo en pos de un objetivo común. Es la esencia
de la solidaridad, es el trabajo en cooperativa. Compacta y desarrolla el grupo, para la futura vida de la cooperativa y
la perspectiva estratégica autogestionaria. Es fomentar la solidaridad y los valores de la cooperación. Es formación y
generación de calificación en trabajo de obra, es generadora de trabajo.
http://moi.org.ar/wp-content/uploads/2015/10/Material-Guardia_Ejes-del-Cooperativismo-Autogestionario-MOI.pdf
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se cuenta con estudios que analicen los tiempos reales que le insumen y los efectos que esta acción
social solidaria sin remuneración y sin reconocimiento en ámbitos de la política pública o
sindical oficial genera en la mujer.
La mujer del sector popular que enfrenta un Proceso de Producción y Gestión Social del Hábitat
dentro de una organización cooperativa autogestionaria invierte gran parte de su tiempo vital en ese
objetivo y, si bien, elige ese camino está sumamente condicionada para hacerlo por su situación
de carencia y precariedad a la que está sometida. (Lopez y Salles, 2004:181) sostiene que la
participación de la mujer en los procesos de transformación del hábitat popular es un factor
7
indispensable.

Aún así la mujer sobrecargada de roles es


visualizada culturalmente desde la sociedad, el
gobierno y las propias organizaciones sociales,
como una persona que tiene más tiempo que el
varón y que tiene “capacidades” especiales para
realizar tareas comunitarias de asistentica social
en forma voluntaria, alegre, paciente y sin
remuneración alguna. “todavía prevalece la
creencia entre autoridades municipales y líderes
de la comunidad de que las mujeres representan un
servicio gratuito, disponible todo el tiempo y para
todo problema o emergencia social” y “que las
“como un pulpo con mil manos” explicaba una
mujeres disponen de más tiempo libre que los compañera como hacía sus tareas
hombres para dedicarse al servicio de las
necesidades de la comunidad. Se da por descontado su disponibilidad incondicional ignorando las
sobrecargas de trabajo, los desgastes físicos y emocionales y los malabarismos que tienen que
hacer para darse el tiempo de cumplir con todas sus obligaciones de género” (Masollo 2005:350)

En este aspecto, incorporo además un apartado especial, para las compañeras con experiencia
práctica y/o técnica y/o profesionales (promotoras sociales, educadoras, comunicadoras,
psicólogas sociales, administradoras, economistas, abogadas, arquitectas, etc) que pueden ser parte
de las organizaciones sociales y haber adquirido capacidades a través del proceso organizativo y/o
las que surgiendo de otros sectores sociales deciden acompañar estos procesos de producción social
del hábitat formando parte de la organización (y también aprendiendo nuevas formas metodológicas
de trabajo en campo con les compañeros). les trabajadores de asistencia técnica social (para

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denominar las distintas modalidades antes descriptas) que deciden trabajar con el sector popular
deben enfrentar y tratar de encontrar alternativas a un sistema armado para el mercado capitalista,
tanto en la actividad académica como profesional. Domina una visión positivista tecnocrática que
no concibe la necesidad de utilizar metodologías participativas abiertas al aprendizaje y
construcción colectiva del conocimiento (interdisciplinaria e intersectorial), que considera sólo
productos técnicos objetivables tradicionales y no procesos complejos e integrales de desarrollo,
que no concibe que haya una posición ideológica, política y ética que incide en la modalidad de
trabajo, en el compromiso y pasión que se traduce en la forma de realizar las acciones en campo
8
como un proyecto de vida. Tampoco puede reconocer si no cuenta con títulos “oficiales”, el trabajo
imprescindible de compañeras formadas y con gran experiencia de campo en trabajos colectivos
político–sociales aunque sí, se las requiere en forma voluntaria para implementar las políticas
gubernamentales como comedores, jardines, microcrédito, auxiliar de salud, etc. Por esta razón su
trabajo generalmente no es reconocido en los ámbitos académicos y difícilmente pueda presentarlo
en los colegios profesionales porque directamente no se los conoce, ni considera.
Estas trabajadoras de asistencia técnica social, realizan acciones por largos períodos en forma
voluntaria, en otros momentos logran (con gestión conjunta) financiaciones puntuales y/o parciales
de su trabajo y generalmente cobrando los honorarios mínimos que sus colegios profesionales
permiten y sólo para las tareas técnicas reconocidas formalmente. Estas profesionales trabajan en
lugares inhóspitos y precarios, en barrios alejados, en horarios nocturnos y feriados, en contextos de
inseguridad, etc agravado por su condición de género.
les trabajadores de asistencia técnica social enfrentan grandes desafíos para desarrollar alternativas
eficaces para lograr los objetivos técnicos porque se suele no contar con todos los profesionales
(para el trabajo interdisciplinario), técnicos y mano de obra calificada (autoconstrucción y ayuda
mutua), recursos económicos y administrativos que no se adecuan a la programación de obra y que
difícilmente les reconozcan actualizaciones económicas (como si lo hacen con el sector empresario
formal), No cuentan con recursos para implementar un plan de seguridad de obra y suelen gestionar
recursos complementarios para herramientas y maquinarias apropiadas, etc. Adicionalmente los
desafíos de diseño arquitectónico y urbano son mayores porque deben responder a múltiples
variables sociales, culturales, productivas y recursos económicos escasos. Se suele utilizar
metodologías de diseño participativo para acordar entre diversas familias contemplando formas de
producción colectiva y en algunos casos, con producción seriada e incorporando tecnologías y
componentes prefabricados.
Sus propuestas técnico –sociales promueven y evidencias formas diferenciadas de implementar las
políticas tradicionales, Elles adhieren a luchas por los derechos a la vivienda adecuada y la ciudad
y enfrentan a estructuras de poder que representan una forma de percibir el desarrollo.

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Generalmente son cuestionadas/os desde


los mismos organismos gubernamentales
de donde se pueden obtener recursos para
implementar los programas. Esto implica
un doble esfuerzo por hacer su trabajo,
negociar las innovaciones y a su vez,
quedar expuestas/os a críticas políticas
armadas para frenar estos procesos.
9
A diferencia de lo que se suele plantear
Planificación estratégica comunitaria
desde una mirada “asistencialista” y
reduccionista de la problemática de la pobreza y la vivienda, el asesoramiento técnico integral a
procesos de producción y gestión social del hábitat implica capacidades y conocimientos
metodológicos y técnicos especiales que no pueden ser aprendidos sólo en salones de clase y/o
desde una sola profesión. La experiencia y el trabajo colectivo en organizaciones sociales
comprometidas son los espacios de interparendizaje donde se desarrollan estos aspectos en procesos
de investigación – acción participativa contextualista. Las respuestas técnico – sociales no son
universales sino que, tienen validez en la medida que responden y acompañan al proceso político
social que desarrollan las organizaciones.
Solo como ejemplo, Un estudio (Octubre 2015) realizado en 117 municipios por el Consejo de
Arquitectura y Urbanismo de Brasil (CAU/BR) y el Instituto “Datafolha” 4 plantea que en las zonas
más pobres del país solo el 7% de los que realizaron obras pudieron acceder a un profesional
arquitecto o ingeniero para realizarla. El 70% de los encuestados manifestó que sí querría acceder a
un profesional pero consideran que no cuentan con los recursos suficientes.
Esto demuestra que el sistema no favorece el derecho al acceso a la asistencia técnica de los
sectores populares y que los profesionales que lo realizan lo hacen pensando en una posición
política – ideológica. En Argentina existe una organización de arquitectos que trabajan con el sector
popular que expresan esta situación autodenominándose “Arquitectos explotados Argentinos”.
Tanto profesionales como dirigentes de organizaciones sociales no deben caer en la falsa disputa
por diferencias en el tipo de conocimiento, ya que ambos están luchando contra un sistema
dominante y están expuestos a potenciales críticas y acciones violentas sobre su persona, en
particular si consideramos el género.
Ante esta situación de necesidad de participación de la mujer (dirigente o técnica o profesional)
dentro de procesos de Producción y Gestión Social del Hábitat, la investigación indagó sobre los

4
http://www.caubr.gov.br/pesquisa2015/ (2015)
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tiempos que debe dedicar a la tarea de liderazgo según su responsabilidad dentro de la organización
y los efectos que la misma produce.

3- Metodología:
Se realizó una investigación evaluativa cuali -cuantitativa no experimental
Se planificaron momentos de evaluación que se caracterizaron por:
a-Una observación participante, análisis de fuentes documentales y evaluaciones grupales
exploratorias para identificar aspectos clave y diseño de instrumentos apropiados y apropiables al
10
caso.
b- Entrevistas semi estructuradas y entrevistas en profundidad
c- Procesamiento y análisis en base a una triangulación de información cuali -cuantitativa
d- Elaboración de informe
e- Evaluación participativa de aspectos clave de los resultados obtenidos con dirigentes.
La investigación evaluativa, presentada en este artículo, forma parte de una evaluación de efectos
más amplia encargada por la organización, con apoyo de MISEREOR (Agencia de Cooperación
Alemana) para optimizar su forma de trabajo. Fue realizada en el año 2013.

Universo de trabajo
Se trabajó con una Federación de cooperativas autogestionaria de Argentina, el MOI (Movimiento
de Ocupantes e Inquilinos), de esa federación se trabajó con seis cooperativas de Capital Federal
(Perú, Yatay, Fortaleza, Unión, La Fábrica y El Molino, Casa base y viviendas transitorias), las
cuales están formadas por un universo de 256 familias, y de esas familias al menos cien personas
realizan actividades para sus organizaciones y para la federación con distinta antigüedad y nivel de
responsabilidad en forma sistemática.

Escala
Para el trabajo se realizaron 54 entrevistas semi estructuradas y 15 entrevistas en profundidad a
líderes que representaban aspectos cualtitativos específicos.
Los 54 cooperativistas de la entrevista semi estructurada representan el 20,4% del universo total de
familias y el 50% de los líderes activos. Se accedió libremente a los entrevistados y tienen en
común, que son los cooperativistas que estaban haciendo alguna actividad ligada a su proceso
cooperativo autogestionario y se les pidió su colaboración para el trabajo en una entrevista
voluntaria y anónima.
Para lograr mayor efectividad de la muestra se buscó tener una coherencia con la característica
general del grupo objetivo. Por ejemplo un 60% son mujeres y un 40% varones guardando relación
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proporcional con el grupo objetivo. También se buscó diversidad en la antigüedad en la pertenencia


a la organización (Más de 10 años, entre 5 y 10 años y menos de cinco años); También se buscó
diversidad en el origen (Argentinos, extranjeros, de otras provincias, etc.); Otro factor fue
entrevistas a personas con distintos niveles educativos (profesionales, con educación secundaria,
con primaria y primaria incompleta); También con distintos niveles de responsabilidad dentro de la
organización (cooperativista, coordinador, directivo); Con diferencias de edades (Menos de 30,
entre 30 y 60 y más de 60), etc. Esta diversidad permite hacer análisis específicos y cruzados, en los
casos que se considere pertinente.
11
A su vez, los resultados de esta encuesta cuali–cuantitativa se triangulan con informaciones diversas
de observaciones participantes, evaluaciones en profundidad y datos de informaciones
documentales y secundarias. Para este artículo solo se han tomado los aspectos específicos de
participación y género.

4- Descripción sintética de la organización y sus hipótesis de trabajo


La organización MOI se define anticapitalista, antiimperialista y antipatriarcal.
Desde su fundación (1992) se reconoció como asociación civil sin fines de lucro y en el período
actual, también, como Federación de Cooperativas autogestionarias. Sin embargo su pertenencia de
base y visión futura adhiere a los movimientos territoriales Latinoamericanos. Es por esta razón,
que también es parte de su esencia, su pertenencia a organizaciones sindicales de trabajadores
Argentinos (incluidos los desocupados) y redes latinoamericanas que luchan por la Producción y
Gestión Social del Hábitat y los derechos a la vivienda y la ciudad. En particular, coincide
plenamente con su esencia y objetivo de desarrollo su articulación con la Red SELVIP (Secretaría
Latinoamericana de Vivienda Popular) que articula organizaciones sociales cooperativas
autogestionarias de hábitat, de la cual también MOI es una organización clave para su
fortalecimiento y sostenibilidad, así como con HIC (Coalición Internacional del Hábitat).
El MOI es una organización original en su tipo, en Argentina. Ya que, a diferencia de las ong´s
o de los movimientos sociales tradicionales, donde la población y los profesionales se relacionan,
pero en distintas organizaciones (ong y organización de base). MOI buscó una forma particular de
asociación donde los profesionales forman parte de la organización cooperativa y aportan
conocimientos técnicos pero subordinados a las decisiones político–sociales de la organización,
aunque sus promotores y fundadores técnicos originales siguen teniendo un peso importante en las
decisiones político-técnicas que se toman.

La forma organizativa que utilizó para la organización social fue la Cooperativa. Una cooperativa
que se define como autogestionaria por su actitud de generar condiciones para transformar la
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situación de vivienda y de otros aspectos que hacen a la calidad de vida. Es autogestionaria porque
incide en las políticas públicas para generar condiciones para el efectivo cumplimiento de derechos,
tanto, a la vivienda y la ciudad, como, a otros aspectos como la educación, salud, etc. A su vez,
utilizó la forma organizativa de Asociación Civil, para los profesionales. Con el paso del tiempo la
organización evolucionó, de ser cooperativas aisladas que se articulaban con la asociación civil
MOI, a conformarse como Federación de Cooperativas Autogestionarias que se relaciona con la
Asociación Civil MOI.

12
Puede caracterizarse como una estructura organizacional de tipo orgánica, flexible y
adaptativa a las potencialidades y necesidades reales de cada contexto. Un tipo de organización
que se adecua y permite la unidad y, a su vez, la diversidad; las afinidades y las contradicciones.
Un tipo de organización que facilita la creatividad sistemática de “ensayos” organizacionales,
sociales, políticos y técnicos que le permitirán encontrar una forma de funcionamiento concertada a
medida que se expande y encuentra su identidad federada.
Su forma de trabajo se sustenta en dos componentes esenciales
o Fortalecimiento de capacidades
o Incidencia y articulación estratégica entre organizaciones (local – Nacional -
regional) para la transformación de políticas.

El primer componente de fortalecimiento concebido en un aspecto amplio, implica:


a) Fortalecer a familias b) Fortalecimiento y contención de las personas vulnerables y especiales c)
Fortalecimiento técnico d) Fortalecimiento de cuadros político social
Estas propuestas se sustentan el principio básico de la organización sobre que: Estos procesos
de fortalecimiento permitirán que la misma organización tenga capacidades para innovar y
optimizar sus propias prácticas cooperativas de vivienda y propuesta urbana hasta lograr propuestas
que permitan ejemplificar buenas prácticas que finalmente transformen los modos tradicionales de
producir políticas.
Aunque para que estas prácticas sean visibles precisa el segundo principio:
La incidencia a los actores gubernamentales y legislativos en base a una articulación de
acciones entre organizaciones hermanas.
Plantea que: Las acciones sistemáticas de incidencia en forma articulada entre actores que padecen
situaciones de exclusión y precariedad en el acceso a la vivienda y la ciudad, generarán en forma
progresiva, nuevas condiciones legales y de gestión para el desarrollo de prácticas cooperativas en
la resolución de propuestas urbanas y de viviendas.
Cuyo fin es:

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El desarrollo de políticas integrales de hábitat cooperativo y autogestionario sustentadas en la


propiedad colectiva para hacer de efectivo cumplimiento los derechos a la vivienda y la ciudad
La metodología de trabajo de MOI se puede caracterizar por una participación intensiva y
extensiva con aprendizajes sistemáticos y progresivos desde las prácticas cotidianas. Utiliza
metodologías de educación popular donde todos los actores (técnicos y familias) realizan procesos
de interaprendizajes5 desde prácticas experimentales que se reflexionan, ajustan y se utilizan en
procesos de incidencia política demostrando la factibilidad desde la práctica.
Para entender la participación de las mujeres líderes dentro de la organización primero debemos
13
entender
¿Cómo es la participación en la organización? (Ver gráfico 1)
Principales características:
Hay que entender que la organización se compone de cooperativas individuales que están
localizadas en distintos ámbitos espaciales y con problemáticas específicas diferentes. Esto implica,
que se deben planificar acciones y decisiones específicas de cada cooperativa, otras acciones
coordinadas por región, otras que consideran a todas las cooperativas a escala nacional, y también,
su proyección internacional.
Por esta razón, la organización va tomando decisiones múltiples, que responden a las
particularidades, pero a su vez, considerando ámbitos de decisión federativa que inciden en las
decisiones particulares y viceversa.
En el gráfico 1 puede observarse un esquema donde cada círculo representa un ámbito de decisión
consensuada particular, pero a su vez, conservando los principios generales y el rumbo político
acordado al interactuar con otros ámbitos o espacios de decisión.
Desde el espacio guardia o ingreso a la organización (donde se capacita, introduce y hace
experimentar la participación en la vida cooperativa y finalmente se decide su incorporación o no,
por sus mismos pares); A la decisión propia de cada cooperativa de sus problemas específicos y
contextuales particulares; A la articulación con otras cooperativas de su misma región; A las
decisiones y acciones generales que se realizan para la Federación. El ámbito de toma de decisiones
articulador de toda la federación es la comisión directiva y la comisión directiva ampliada (formada
por todos los coordinadores de los distintos espacios específicos) y la asamblea general.

La podemos caracterizar como una participación y toma de decisiones:


Múltiple y articulada: porque toma decisiones específicas por espacio de localización y temática,
pero a su vez, genera espacios y mecanismos de articulación de toma de decisiones.

5
“Aprende a aprender y compartir los aprendizajes de la vida desde la realidad local hacia los mismos
similares” Irma Quiróz Quinteros. (2008)
Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

Diversa: por temáticas y tipo de decisiones políticas, estratégicas, tácticas u operativas


Decisiones de tipo democrática participativa y concertada: porque una decisión tomada en una
cooperativa o un área o en el MOI directivo, necesariamente tiene que ser consensuada con otras
instancias de la organización y viceversa.
Democrática que resuelve contradicciones dentro de la organización: líderes fuertes con
incidencia en el grupo que, a su vez, deben ser validados y se sostienen por elecciones y consensos
en distintos niveles y ámbitos de la organización. Jerárquico pero con prácticas de alto nivel de
consenso para lograr el sostenimiento y solidez de las decisiones tomadas.
14
De asunción y aprendizaje progresivo en la práctica concreta: se va entrenando desde el proceso
de guardia una participación más limitada en tiempo y calidad, y a medida que va adquiriendo
capacidades, se lo va incluyendo en prácticas más complejas donde requiere mayor compromiso de
tiempo, capacidades, trabajo en equipo y toma de decisiones más complejas. El mismo proceso va
generando actitudes y aptitudes de participación para poder tomar decisiones.
Intensiva y extensiva: porque la participación, en distintos ámbitos y funciones, es la forma de
trabajo de la organización.

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

COOPERATIVA COOPERATIVA
REGIONAL REGIONAL
ASAMBLEA ASAMBLEA
COMISIONES COMISIONES
AYUDA MUTUA COOPERATIVA
AYUDA MUTUA
REGIONAL
ASAMBLEA
PLENARIO PLENARIO COMISIONES
NACIONAL REGIONAL AYUDA MUTUA
COOPERATIVA
ASAMBLEA MESA
COMISIONES PROGRAMA PVT CONDUCCIÓ
15 N REGIONAL
ASAMBLEA PVT
GUARDIA COOPERATIVA COMISIONES PVT
CAPITAL ASAMBLEA
CAPACITACION COMISIONES PROGRAMA ETI COORDINADORES Y CO COORDINADORES PART EN:
EVALUACIÓN AREAS JARDÍN PROGRAMAS
SALUD BACHILLERATO ÁREAS
DIRECTIVA AFMPLIADA
PLENARIO COMISIONES
EDUCACION POPULAR GUARDIA
CAPITAL BIBLIOTECA COMISIÓN
CPMUNICACIÓN PRESIDENTES COOP
COOPERATIVA CAPACIT ACIÓN E DIRECTIVA
AUTOGESTIÓN SECRETARIOS COOP
ASAMBLEA INVESTIGACIÓN SINDICOS COOP
GENERO
COMISIONES
PROGRAMA PIC ANÁLISIS POLÍTICO Y ESTRTÉGICO DE LA ORGANIZACIÓN
COMISIONES: REUNIONES REPRESENTACIÓN POLÍTICA DE LA FEDERACIÓN MOI - CTA
AYUDA MUTUA ACT. ARTICULACIÓN ADMINISTRACIÓN Y GESTIÓN DE FONDOS Y PROYECTOS
PARTICIPACIÓN VOLUNTARIAS ACOMPAÑAMIENTOS SISTEMATIZACIÓN Y EVAL. DE LAS ACCIONES DEL MOI
APORTES PASANTÍAS PROYECTOS GESTIÓN E INCIDENCIA ANTE ORG PÚBLIC (LOC, NAC, INT)
COMPRAS CURSOS PROPUESTA DE INNOVACIONES / PROYECT. / PROGRAMAS
OBRA PARTICIPACIÓN PROGRAMA PLANIFIC Y GESTIÓN DE ARTICULACIÓN CON OTRAS ORG

EN PROGRAMAS COOPERATIVA DE ASESORÍA Y TRANSFERENCIA DE CONCEPTOS, METODOLOGÍA Y

MARCHAS TRABAJO HERRAMIENTAS DEL MOI A OTRAS ORG


ELABORACION CONTENIDOS ELHA / ORG PASANTÍAS

PROGRAMA USPA GESTION Y ATENCIÓN DE PROBLEMAS MOI – COOP


REUNIONES GERENCIAMIENTO DEL EPI
ARTICULACIÓN
PROYECTOS
CONVENIOS MESA ORGANIZACIONES
COORDINACIÓN DE SELVIP
Mariana Enet SELVIP
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

5- Resultados de la evaluación.

El primer análisis se centra en si ¿la participación de la mujer en las organizaciones

sociales de hábitat es libre, o es una necesidad esencial para vivir?. Para ello se indagó
en ¿cuál era la situación habitacional que la llevó a participar en la organización?

El universo de familias que componen el MOI es diverso, multicultural e intersectorial y en el largo


período de desarrollo (22 años) ha ido cambiando el tipo de familia que ingresa. 16
En los primeros períodos del MOI principalmente se caracteriza por familias que han sufrido
situaciones habitacionales de alta precariedad y riesgo que se producen en situaciones de viviendas
tomadas. Casas o inmuebles (escuelas, fábricas) abandonadas y en estado de deterioro que son
tomadas, algunas veces, por personas ligadas a redes delictivas y/o de droga que manejan los
espacios dentro del edificio “alquilando” (en el mercado informal de la pobreza) una pieza a
familias que no le quedan otras opciones por no tener suficientes ingresos y/o garantía propietaria
y/o salario formal. Son viviendas utilizadas con la modalidad de “conventillo” (una casa antigua
subdividida informalmente para alojar familias en los cuartos disponibles) con alta precariedad
(humedades, grietas, mala ventilación e iluminación), insalubridad (muchas veces sin conexión de
agua, gas, electricidad) y obsolescencia, con hacinamiento por superficie, familiar y de servicio.
Además las familias están sometidas a situaciones de violencia, abuso y robo de sus escasas
propiedades porque rige la ley del más fuerte. Por otro lado, es constante, la situación de riesgo por
desalojo. Se conjuga mala situación habitacional que lleva al deterioro de la salud, posibilidad de
mantener estudios y/o trabajos con riesgo permanente de violencia, robo y/o abuso policial,
especialmente para mujeres, niñas/ños, ancianas/os, discapacitadas/os, etc. que suelen ser les más
débiles en este sistema informal de la pobreza excluida de las posibilidades de habitar dignamente.
Una situación similar se vive en los denominados “hoteles6”, son casas antiguas con alto grado de
precariedad, en donde hacinan una familia por cuarto con acceso a baño compartido por varias
familias, manejado por un “encargado” que impone sus leyes y tiene la posibilidad de decidir si se
tiene que ir o quedarse el “huésped”. Se generan contratos informales donde no hay ninguna
protección para el inquilino. Son sitios donde se viven, también, situaciones de violencia e
inestabilidad en la seguridad en la tenencia.
Otras personas vivían en pensiones, con baños comunes y con un régimen similar.
Otras en asentamientos precarios (villas) y otras, literalmente en la calle.

6
Este tipo de hoteles es finalmente subsidiado por el gobierno local con una política que “ayuda” a familias que son
desalojadas para que por unos meses tenga donde vivir pagándole un monto de alquiler alto para acceder a una pieza
en las condiciones que las brindan.
Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

Son minoritarios los casos que alquilaban y perdieron esa capacidad. Eran familias que tenían
problemas estructurales de acceso habitacional.
Casi la totalidad (el 88%) planteó que vivía una situación de “inseguridad” determinada por
múltiples factores que se conjugan y las describen como:
 Tenencia precaria y dependiente de terceros en riesgo permanente de ser desalojados
violentamente
 Abuso económico, legal, sexual, etc determinado por el o los que dominan el lugar o la
policía
17
 Riesgo físico por precariedad constructiva y de servicios
 Riesgo físico y psicológico por indefensión ante situaciones de violencia de todos los tipos

Algunos ejemplos de transcripción textual sobre la situación cualitativa del efecto de la precariedad
considerando el género
“Vivía con mi pareja violenta y quedé sola en la calle con mi hija pequeña”
“Literalmente vivía en la calle, algunas veces en los hoteles o en casas tomadas”
“Fui desalojada de un "hotel" donde padecía hacinamiento, precariedad habitacional, violencia y
restricción”
“Vivía con mis hijos en una casa tomada, con amenaza permanente desalojo.”
“Vivíamos con mi mama y hermanos en un edificio tomado con muchas familias. Nos mudamos de
uno a otro tratando de encontrar un lugar adecuado o huyendo de problemas más graves”
“Una amiga me alojó en una pieza de su casa con su papá que era ciego, dormía en un rinconcito
esperando no ser detectada”
“Tuve que mandar mi hija a Perú, porque cuando no pudimos alquilar más me quedaba de una
casa en otra de gente que fue solidaria e incluso algunas veces dormí en la calle”.. “Me la crió mi
mamá allá”… “lloraba todos los días, estaba como paralizada”
“La gente en la escuelita tomada robaban todo el día, no a mí, pero si a todos los vecinos que
pasaban y sentía mucha vergüenza de cómo me miraban como si yo fuera parte”

¿Qué tipo de abusos sufrieron en la situación de precariedad habitacional?


La entrevista se realizó a varones y mujeres y las respuestas se fueron categorizando considerando
su descripción. Lo primero que se observa es la mayor vulnerabilidad de la mujer en esta situación.
En el único aspecto que casi se equiparan es en el abuso de autoridades, ya sean judiciales, políticas,
o profesionales que suelen decidir y estigmatizar a sectores sociales con dificultades económicas o
sociales. (ver tabla 1)

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

COMPARACIÓN DE SITUACIONES NEGATIVAS DE GÉNERO POR SEXO


% DE SITUACIONES NEGATIVAS DE GÉNERO EN MUJERES % DE SITUACIONES NEGATIVAS EN VARONES

11
VIOLENCIA ECONÓMICA 5
VIOLENCIA SEXUAL
14

33
VIOLENCIA FÍSICA 5
53
VIOLENCIA VERBAL 11
ABANDONO
8 18
DESALOJO VIOLENTO
22

11
DISCRIMINACIÓN 5
11
ABUSO POLICIAL Y / O JUDICIAL Y / O DE AUTORIDADES Y / O PROFESIONALES 28
17
SITUACIÓN HABITACIONAL QUE LA EXPONE A RIESGOS Y VIOLENCIA 11
IMPEDIMENTO O RIESGO DE RECORRER CIERTAS ÁREAS O LUGARES DE LA 11
CIUDAD POR SU CONDICIÓN 16
17
ACTITUD CULTURAL DE NO VALORAR ECONÓMICAMENTE SU TRABAJO 22
22
ACTITUD CULTURAL DE NO TENER TIEMPO PARA RECREACIÓN PERSONAL 16
ACTITUD CULTURAL DE APLAZAR OBJETIVOS PERSONALES POR LOS HIJOS / 33
MARIDO, FAMILIARES, ETC 16
36
ACTITUD CULTURAL DE SUMISIÓN 11

Tabla 1: Comparación de situaciones negativas de género por sexo. Fuente: Enet - Rodríguez

Si a esta pregunta la relacionamos con las enfermedades que tuvieron en este período podemos
comprobar la relación entre esta situación de inestabilidad y precariedad habitacional
El 55% manifestó que sentía stress, el 30% depresión y el 11% reconoció que fue diagnosticado con
una enfermedad mental, el 22% planteó que tuvo enfermedades que no se pudo tratar por la
imposibilidad de acceder al no tener domicilio o condiciones para acceder a los centros de salud, el
18% alergias, el 15% enfermedades respiratorias, el 11% enfermedades de la piel (infecciones,
descamaciones) y el 4% tanto para diarreas, como para gastritis.

Está claro que la mujer participa porque se encuentra indefensa y sin poder cumplir, no sólo el
derecho a una vivienda adecuada y un lugar en la ciudad, sino que, el incumplimiento de ese
derecho viola derechos civiles y políticos básicos para el desarrollo de la vida.

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

Como estamos hablando de la participación de mujeres en organizaciones sociales autogestionarias


de hábitat y no sólo participación comunitaria barrial, la organización plantea la formación como un
eje central para poder tener una lectura política crítica y fortalecer capacidades autogestionarias.

¿El acceso a una vivienda adecuada permitió transformar las situaciones de


abuso?

Es interesante observar como efecto, que el hecho de participar de una organización y no sólo llegar 19
a la vivienda genera un mejoramiento notable en las situaciones de abuso, vulnerabilidad e
indefensión:
El 89% manifestó que no volvió a sufrir alguna situación de violencia y que sí ocurriera sí
sabría cómo resolverla.

Algunas frases cualitativas de la situación:


Sobre el pertenecer a una organización
 Contención y amparo
 Si uno tiene un problema los compañeros están
 Preocupación y seguimiento de mis compañeros
 Me apoyaron en todo, la organización y mi cooperativa.
 Todo se habla en la cooperativa, en forma espontánea y en forma planificada

Sobre cambios personales por el proceso de fortalecimiento por autogestión


 El colectivo me permite re descubrirme y volverme a encontrar
 Uno cambia internamente con la organización
 Ahora decidí estudiar y dedicarme a mí
 La seguridad personal que adquirí en el MOI me hizo cambiar
 Ver lo que estoy construyendo me impulsa a seguir
 Porque nos formamos en la defensa de nuestros derechos como mujeres
 En la asamblea y la ayuda mutua la relación con compañeras me empoderó
 Las mujeres tienen mucha presencia en las cooperativas, son las que organizan los grupos.
El MOI genera espacios donde tenemos derechos a opinar/participar
 Tengo más apoyo, mas autoestima, más ganas de superarme

Sobre cambios en la forma de relacionarse con otros

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

 Antes aceptaba todo y no decía las cosas que me molestaban, ahora no me quedo callada.
 En el proceso va cuestionando las actitudes tan tranquilas del hombre y comienza a decir,
somos dos.
 Antes era muy tímido y me relegaba. De no hablar nada comencé a hablar

Cuando se les preguntó, concretamente, sobre


¿Qué acciones que desarrolla el MOI considera que les son útiles para enfrentar
20
problemas de abuso de género?
Se respondieron las siguientes categorías con los distintos niveles de frecuencia. (ver tabla 2)
PORCENTAJE DE COOPERATIVISTAS QUE IDENTIFICAN ACTIVIDADES QUE
DESARROLLA EL MOI PARA MEJORAR SITUACIONES DE GÉNERO

Charlas entre cooperativistas / seguimiento / 57


demostración de preocupación

Promoción de actividades laborales apropiadas 9


para mujeres y jóvenes en situaciones de…

15

Alojamiento, contención y cuidado de personas 2


con capacidades diferentes

Alojamiento con contención y cuidado en caso 13


de violencia

Espacios de contención y reflexión para jóvenes 6

Espacios de contención y reflexión de género 28

Actividades formativas, deportivas, culturales 30

Guardería / jardín 26

Tabla 2: Actividades que desarrolla el MOI que son identificadas como positivas para mejorar problemas de género Fuente: Enet –
Rodríguez

Se comprueba que MOI desarrolla una diversidad de actividades en forma sistemática e integrada a
la forma de trabajo general que contribuyen a mejorar las situaciones problemáticas de género. Es
destacable que se identifique a las redes de contención entre cooperativistas conseguidas en el
proceso general del MOI como el hecho más efectivo para prevenir, contener y sostener cambios en
las problemáticas de género (57%). Muchos son los relatos donde las mujeres manifiestan que en el
MOI encontraron un espacio de contención donde su palabra es escuchada, donde encuentran un
espacio personal más allá del familiar, donde al hacer distintas tareas propias del cooperativismo
habla con sus pares (varones y mujeres), va estableciendo redes de amistad. Incluso una gran
cantidad de los comentarios identifican al MOI como su “gran familia”. Es común que expresen que
Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

al estar en el MOI ya no estarán solas. Esta situación es la que permite que estas mujeres puedan
trascender a su rol de esposa, madre, hija, por la identificación de su propia persona independiente
del rol estereotipado por la sociedad patriarcal.

¿Qué actitudes y aptitudes precisan los cooperativistas para sostener un proceso


autogestionario?
La propuesta del MOI es generar una participación progresiva, intensiva y de asunción de
responsabilidad a medida que se van adquiriendo capacidades en la misma práctica cotidiana 21
de la organización.
El trabajo promueve la articulación entre conceptos teóricos, análisis críticos y su aplicación diaria,
práctica y concreta en sus realidades personales, familiares, comunitarias y de la sociedad.
La participación como proceso que lleva a adquirir actitudes y aptitudes para convivir como
cooperativista

En el gráfico (2) “Esquema de participación y capacidades progresivas pueden identificarse


distintas fases”

COOPERATIVISTA
COOPERATIVISTA QUE ADEMÁS DIRECTIVOS QUE
QUE ADEMÁS DE LO
DE LO ANTERIOR, ES ADEMÁS DE LO
ANTERIOR,
RESPONSABLE DE COORDINAR ANTERIOR TIENE
COOPERATIVISTA PARTICIPA
Y / O DIRIGIR ACCIONES CLAVE CAPACIDAD PARA
PARTICIPA PARA QUE YA CONOCE ACOMPAÑANDO EN
DE LA ORGANIZACIÓN, HACER UNA
INGRESAR A LA LOS CONCEPTOS ACTIVIDADES DE
PROPONE INNOVACIONES, LECTURA CRÍTICA
ORGANIZACIÓN Y ESENCIALES Y QUE GESTIÓN Y
RESPONSABLE DE GESTIONA DEL CONTEXTO.
COMIENZA A LOS EXPERIMENTA TRANSFERENCIA-
ANTE OTRAS ENTIDADES, PLANTEAR LÍNEAS
APRENDER EN LA PRÁCTICA QUE COMIENZA A
PROPONE ARTICULACIONES POLÍTICAS,
CONCEPTOS COTIDIANA. SOBRE TOMAR CONTACTO
ESTRATÉGICAS, TRANSFIERE ESTRATEGIAS Y
ESENCIALES DEL TODO EN OBRA CON OTRAS
CONOCIMIENTO Y EXPERIENCIA TÁCTICAS DEL
TRABAJO Y A (AYUDA MUTUA – ORGANIZACIONES
A OTROS, SISTEMATIZA Y RUMBO DE LA
PARTICIPAR EN USPA) LOCALES, NAC, E
EVALÚA CRÍTICAMENTE LAS ORGANIZACIÓN.
FORMA PUNTUAL PARTICIPA DE INTERNACIONALES.
PRÁCTICAS. ENCABEZA
DE PRÁCTICAS COMISIONES Y QUE GENERALMENTE,
SE FORMA EN CÓMO HACER PROCESOS DE
ÁREAS DE TRABAJO COMIENZA A
LECTURAS POLÍTICAS INNOVACIÓN
PARTICIPAR DE
LOCALES,NACIONALES E EXPERIMENTANDO
ACTIVIDADES
INTERNACIONALES EN LA PRÁCTICA
VOLUNTARIAS.

Gráfico 2. Fuente: Elaboración propia en base a observación participante y entrevistas en profundidad y semi estructurada a
cooperativistas de distintos niveles

En base a la observación, entrevistas y las encuestas realizadas, se llega a identificar en qué medida
y en qué aspectos las/los cooperativistas alcanzan distintos niveles de actitudes y aptitudes
requeridas para el funcionamiento evolutivo y autogestionario de la organización, descriptas en el
gráfico 2.
Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

También se constata, que les dirigentes asumen mayores responsabilidades y actividades para
que se pueda producir una retroalimentación de aprendizajes desde alguien que inicia en la
organización sin formación a llegar a ser un/a dirigente formada/o

¿Qué tiempo les insume lograr los niveles más elevados de liderazgo?
El tiempo que les lleva alcanzar estos niveles de liderazgo no es factible de ser determinado en
forma estándar, depende de las capacidades previas, el convencimiento y adhesión a los conceptos y
a la forma de trabajo institucional, la capacidad de aprendizaje y el proceso histórico de la lucha 22
social del MOI que le tocó integrar. Sin embargo se puede comprobar, que a mayor tiempo en la
organización, mayores capacidades han logrado para asumir responsabilidades más complejas. El
primer escalón de participación que utilizan es un proceso de capacitación denominado “guardia”
que tiene un tiempo estimado de nueve meses de actividades teórico – prácticas y culmina cuando la
cooperativa aprueba su incorporación.
Virginia Reinoldi,(2011:48) (cooperativista y miembro del ETI Equipo Técnico Interdisciplinario)
en su tesis realizada sobre el MOI describe a la participación que se produce en la organización
como: “participación comunitaria adjudicándole un sentido social, político y transformador. La
participación desarrollada desde ésta óptica fomenta la organización, promueve la solidaridad, la
reflexión, la capacidad de evaluar críticamente el trabajo hecho a través de la reflexión colectiva.
Es un elemento fortalecedor de la comunidad, desarrolla y fortalece el compromiso y genera
normas que permiten funcionar como grupo. Asimismo, moviliza, facilita y estimula el uso de
recursos existentes (materiales y humanos) y fomenta la creación y obtención de otros nuevos;
promueve formas de comunicación horizontales; desarrolla capacidad reflexiva y crítica.”…”En
este aspecto, cuando alguien comienza a formar parte de los procesos cooperativos del MOI debe
ir adaptándose poco a poco para llevar adelante una serie de actividades y tareas que insumen un
gran compromiso de participación. Esto no es sólo por el tiempo de la vida cotidiana que habrá
que dedicarles a las diversas actividades (horas de asambleas, de comisiones, de gestiones), sino
también por el grado de involucramiento y de asunción de responsabilidades necesarias para
lograr la concreción de los proyectos habitacionales e ir instalando de este modo políticas de
autogestión de hábitat. Impulsar el desarrollo de las mismas, en suma, requiere de un esfuerzo
sostenido durante años. En ese transitar se va modificando progresivamente la cotidianidad.”
El proceso habitacional que describe Virginia Reinoldi requiere de varios años de formación,
gestión, participación activa, etc y pueden identificarse fases de avance en el logro habitacional que
inciden en los niveles de participación de las/os líderes. (ver gráfico 3)

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

Tabla: Niveles de participación y pertenencia según fases de avance de proceso de producción social del
hábitat)

INGRESO Y DISEÑO Y GESTIÓN DE


GESTIÓN DE PROCESO DE
FORMACIÓN PLANIFICACIÓN DE CRÉDITO PARA LA POS OBRA
TIERRA CONSTRUCCIÓN
COOPERATIVA OBRA CONSTRUCCIÓN
PARTICIPACIÓN PARTICIPACIÓN PARTICIPACIÓN PARTICIPACIÓN PARTICIPACIÓN
PARTICIPACIÓN BAJA
MEDIA ALTA MEDIA ALTA MEDIA
VARIABLE
DEPENDIENDO DE LOS
TIEMPOS DE ESPERA
NIVELES DE PARA LOGRAR EL CON DISTINTOS
PARTICIPACIÓN VARIABLE CRÉDITO Y LAS NIVELES, SEGÚN
NIVELES
MEDIO, ENTRE DEPENDIENDO DEL SITUACIONES EL TIEMPO, SE VA
INTENSIVOS DE
NECESIDAD, NIVEL DE ADVERSAS PERDIENDO
PARTICIPACIÓN Y NIVELES
EXPECTATIVA Y PARTICIPACIÓN DE HABITACIONALES QUE PERTENENCIA A LA
NIVELES DE
SATISFACCIÓN
POR UN LOGRO
LOS PRESIONAN A LOS
INTENSIVOS DE
PARTICIPACIÓN
ORGANIZACIÓN 23
PERTENENCIA COOPERATIVISTAS COOPERATIVISTAS MOI. SI SE SUELE
FUNDAMENTAL Y Y SATISFACCIÓN
QUE VA EN SU DEFINICIÓN Y PARA ENCONTRAR CONSERVAR, CON
PERTENENCIA A
ADQUIRIENDO A APROPIACIÓN. ALGUNA SOLUCIÓN CIERTOS NIVELES,
LA ORGANIZACIÓN
LA URGENTE A LA
ORGANIZACIÓN PUEDE SER UNA FASE COOPERATIVA.
CRÍTICA SI SE
EXTIENDE EN EL
TIEMPO.
Gráfico 3- Fuente: Elaboración propia en base a entrevistas realizadas a cooperativistas en distintos fases de obra.

¿Qué tiempo les insume la participación a las/los líderes?


La descripción de ámbitos de participación programados por la organización están pensados para la
formación, conciencia político social y compromiso progresivo y evolutivo que requiere:
Desde, 3 horas semanales, cuando se lo está formando para evaluar si puede ser admitido, hasta
unas 48 horas semanales de los puestos de mayor conocimiento, responsabilidad y
compromiso.
Algunos ejemplos cuando estos roles se combinan: 7
Un pre cooperativo
3 de guardia + 8 de pre cooperativo: 13 horas
Un cooperativo con actividades básicas de cooperativista:
18 de AYUDA MUTUA + 3 de asamblea +3 participaciones en comisiones + 3 en áreas del MOI: 27
horas
Si además ese cooperativista está en un PVT (programa vivienda transitoria):
3 horas de asamblea en PVT + 3 horas en comisiones: 6 horas + las 27= (Se tomará una hora de
asamblea y comisiones considerando que no son todas las semanas) 29 horas
Si además es presidente de cooperativa (en obra, la cual requiere mayor participación):
A todo esto mínimo 6 horas completando 35 horas
Si además ese presidente participa en tareas directivas o de coordinación y / o de responsabilidad
sobre programas del MOI: (Unos 5 directivos)
Es totalmente variable pero puede pensarse como mínimo entre 5 y 8 horas (Aproximadamente 40 / 43
hs)
Que además, debería contabilizarse actividades sistemáticas, pero puntuales, como plenarios, asambleas
MOI, o actividades voluntarias.

7
Datos extraídos del análisis de actividades y horas dedicadas del trabajo de evaluación externa.
Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

En los roles de mayor responsabilidad se combina el trabajo de coordinación en su propia


cooperativa y / o en alguna área o programa especial y / o en la ayuda mutua de obra y en las
actividades de dirección y acción política de la federación.
Es justamente en las/los líderes formados donde mayor exigencia horaria y de responsabilidad
se concentra.

¿Qué porcentaje de líderes mujeres con cargos directivos tiene la organización?

24
Al analizar la planilla de cargos del PORCENTAJE DE PARTICIPACIÓN FEMENINA EN LOS
PRINCIPALES CARGOS DIRECTIVOS
MOI podemos comprobar que el
71% de los cargos directivos de
mayor exigencia horaria y de VARONES
responsabilidad lo realizan las CARGOS
DIRECTIVOS
mujeres. (ver gráfico 4) 29%

MUJERES
CARGOS
También, analizando en detalle los DIRECTIVOS
cargos y antigüedad de las 71%

organizaciones, puede observarse


que a mayor cantidad de años de
las organizaciones cooperativas, mayor cantidad de mujeres en cargos directivos. Si sacamos
del análisis a las últimas cooperativas formadas y los nuevos programas formados. El porcentaje de
mujeres con cargos directivos llega al 86%.
Si bien esta organización sobresale del promedio de participación habitual observado, confirma la
tendencia dominante de la participación femenina en el desarrollo integral del hábitat en los sectores
excluidos.

Cuando preguntamos ¿Por qué desarrolla actividades como líder?; ¿Qué significado

personal tiene? (procesada por frase dominante principal y sub frases dominantes que
cualifican la frase principal)
 Una forma de hacer política desde las bases
- “Responsabilidad política y social”, “Desarrollarme como sujeto político”
-“Una forma de hacer política superadora de la tradicional”
 Una estrategia organizativa comunitaria de los sectores excluidos
-“Porque organizados es la única forma de cambiar su situación”; “La única fuerza que tiene el pobre es la
organización social”
Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

-“Cuando creí en esto me metí en un sueño”; “Para que nunca más alguien se meta y me saque todo”
-“La organización te modifica la forma de vivir, ahora estamos en comunidad y tengo un rol que cumplir”
 La fuerza de la solidaridad y compromiso colectivo
-“Para mi trabajar es devolver algo por todo lo que la organización me dio. Es un placer hasta renunciar a
parte de las horas de trabajo remunerado”
-“Para participar en la organización no podes disimular y pasar, tenés que tener compromiso”.
 Transformación de la identidad y el rol de los sectores excluidos
- “Esto es mi vida”; ”Al principio llegas por la vivienda y después te vas involucrando en otras cosas”;
“Cada día lo tenés que querer más” 25
-“Primero crees que hay que transformar en colectivo la sociedad y la organización te hace entender que
tenés que transformarte personalmente”

Comprobamos que la participación intensiva como líder social en una organización autogestionaria
de hábitat, le genera un cambio cultural en su propia identidad y en la forma de relacionarse
con su familia, comunidad y sociedad. Es un proceso transformación que le permite cambiar
actitudes de sumisión y aceptación de un sistema que las/los excluye; y a su vez, le permite
adquirir capacidades para transformar ese sistema desde la valoración de sus identidades y
necesidades. Le permite, en la práctica, formarse como sujeto político con conciencia de clase, de
género y de solidaridad basada en otra forma de convivencia social antagónica al modelo
dominante. Es en estas prácticas cotidianas, progresivas y consensuadas donde se van
transformando los roles tradicionales de género asignados en la sociedad capitalista.

¿Qué efectos no esperados genera este tipo de participación en les líderes?;


¿Impacta en forma diferente en el varón y en la mujer?

El resultado fue que al 65% de Efecto de la participación política - social en las


relaciones familiares y de amigos
las mujeres les ocasionaba
problemas.
Al preguntarles a los varones,
NO LE
este porcentaje es prácticamente TRAJO
PROBLEMAS
opuesto ya que sólo el 35% 35%

manifestó que tuvo problemas. SI LE TRAJO


PROBLEMAS
El interés en profundizar este 65%

aspecto se debe a que, la


participación en la organización

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

es intensiva, y en algunos casos, es “a tiempo completo” como lo expresa una de las cooperativistas,
o “somos como un pulpo con mil manos” como expresa otra para decir que abarcan varias
actividades a la vez.
La preocupación por esta pregunta es por el problema, ya detectado en otras investigaciones, del
triple rol de trabajo doméstico, trabajo de ingreso familiar y su trabajo como líder social en una
organización. Se sabe de los efectos positivos, pero ¿que sabemos de los efectos no esperados?
(procesamiento por frase principal dominante y sub frases que cualifican)

26
 La familia resiente el tiempo dedicado a otra actividad que no los reditúa

-“La familia no me apoya, me critican”.


-“La pareja anterior no admitía el tiempo que le dedicaba a la
organización. Reclamaba que se hiciera cargo de los hijas/os”.
- “Al principio me criticaban que no estaba nunca en casa pero
ahora ya ven las cosas que se están haciendo y no me dicen
nada”.
-“Me decían que lo único que me interesaba era la
organización”; ”Mi marido era muy absorbente pero le hice
entender que esto es mi vida”; ”Si me lo sacan no soy yo”; ”De
apoco fueron entendiendo lo que significa esto”; ”Hoy puedo
darles bienestar a ellos” Dibujo de Eneko

 La relación de pareja se transforma por la transformación personal de la líder

-“Cuando el compañero no acompaña se produce deserción de la


organización o separación”
-“No me separé por las actividades que hacía en la organización,
creo que la organización me dio la fuerza y la capacidad para
poder separarme y vivir plenamente como yo quiero”.
-“Cuando la mujer empieza a trabajar por la vivienda va sintiendo
que no es solo el techo lo que le falta”.
-“Mi pareja tenía celos del protagonismo y el lugar social que
había encontrado en la organización”.
-“Antes aceptaba todo y no decía las cosas que me molestaban,
ahora no me quedo callada”.
Dibujo de Eneko
-“En el proceso uno va cuestionando las actitudes tan tranquilas
del hombre y comienza a decir, somos dos”.

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

 La transformación personal de la mujer líder, también transforma su concepción y


su forma de ejercer la maternidad

-“Mis hijos tuvieron dos mamás, el más pequeño, vivió lo mejor de mí cuando ya me había transformado por
la organización. El más grande no, pero ahora podemos conversar más”.
-“Al mayor de mis hijos no lo traía a las actividades y se resiste y cuestiona. Al otro, como era pequeño,
siempre lo trajimos y hoy es feliz en la cooperativa siempre quiere venir y le discute al más grande”.
-Mi hijo me dijo “desde que estás en la cooperativa ya no sos la misma” 27

 El ejercicio del triple rol sin contención familiar y organizacional puede generar
ausencias vitales en la crianza de los hijos

-“Descuidamos la familia y amigos y a largo plazo trae consecuencias, como que un hijo, se te vaya al
carajo” (se refieren a situaciones de alcoholismo, droga, deserción escolar, etc).
-“Uno comienza a militar cuando los niños son pequeños y de grande vienen los cuestionamientos sobre
problemas que tienen debido a la militancia”.
-“Mi hijo me reclama y a veces tengo que dejarlo solo”.
-“A mi hijo y nieto lo veía muy poco”.
-“Tuve problemas con mis hijos más chicos porque no estaba para cocinarles y ayudarles con la tarea”.

 El ejercicio del triple rol sin contención familiar y organizacional puede afectar la
salud, el ingreso familiar y permitirse el esparcimiento

-Incluso hay un abandono de uno mismo en la alimentación, salud, recreación, esparcimiento te vas
desgastando
-La lucha por la vivienda tiene cosas lindas, pero también, un gran desgaste
-No estoy dispuesto a dejar mi vida y mi salud tampoco
-Si mi bolsillo se resintió por mi trabajo militante

 El ejercicio del triple rol sin contención familiar y organizacional puede limitar
otras redes sociales de contención alejadas de la lucha social

-“El trabajo militante es muy exigente yo soy solo pero mis amigos y mi tía me reclaman que ya no los veo”.

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

“Entre militar y vivir con enfoque de género” (Síntesis de análisis colectivo de reunión
de evaluación participativa)

La dirigente mujer encuentra un nuevo rol político – social que compite con el rol tradicional
asignado para su familia y la sociedad. Se observa un cambio progresivo
Un/a dirigente manifiesta que es un tema que le preocupa, “hasta donde militar, hasta dónde vivir,
hasta donde trabajar para auto sustentarse”.
Considera que hay una gran cantidad de reuniones, de asamblea, áreas, comisión, consejo, reunión
28
de comisión directiva, reuniones de equipo técnico, guardias, acciones concretas solidarias, ayuda
mutua, etc. Me plantea la dificultad que tiene de trabajar para mantenerse y sostener la gran
cantidad de horas de trabajo cooperativo militante.
Considera que si bien, esa cultura organizacional, les ha dado la calidad social y humana que
caracteriza a la organización, también genera mucho desgaste personal y familiar.
En general manifiesta que la mayoría de los líderes tienen reclamos de las parejas, los hijos,
familiares con distintos grados de problemática.
Considera que podría analizarse la eficacia del proceso de organización interna de la acción social y
participación. ¿Cuál debería ser el rol más eficaz y eficiente de cada uno? ¿Quiénes sería más
efectivo que fueran a qué cosa? Considera que el plantel de cuadros sociales tiene que tener
tiempo para hacerlo, pero también, para vivir. Considera que los “viejos” están dirigiendo y
militando en la organización, que no se ha sabido o no se ha tenido suficiente tiempo, como para
integrar más a las/los jóvenes de la cooperativa al trabajo concreto y a cargos con responsabilidad.
Si bien hay un reconocimiento de la organización y de los cooperativistas a la dedicación de sus
dirigentes mujeres en tareas solidarias especializadas para la organización, no existen
explícitamente formas de compensación, (monetaria o no monetaria) para aliviar algunas
actividades que no precisen tanta formación y/o conciencia política y/o mecanismos de apoyo o
priorización para que acceda a tipos de trabajos remunerados dentro de la organización y/u otras
organizaciones sociales o gubernamentales que precisen de los conocimientos especiales adquiridos
en la militancia político social.

A su vez, ¿Cómo visualizan y promueven la participación de las líderes en las

políticas gubernamentales?

En las organizaciones sociales, las actividades de desarrollo y contención social, siguen siendo
promovidas (mayoritariamente) desde las líderes y, a su vez, los organismos gubernamentales

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

consideran que es un “beneficio” para las mujeres que estas sean las ejecutoras de los programas
sociales que ellos tienen la obligación de promover.

Las entidades gubernamentales suelen diseñar programas para la educación, alimentación,


recreación o salud de niños descartando la participación de la mujer pero sin considerar necesaria su
remuneración.

En la organización comprobamos que existe un programa CEIA (Centro Educativo Integral


29
Autogestionario), un programa PIC (Programa de Integración Comunitaria) para integrar externados
de manicomios y dos bachilleratos populares con orientación cooperativa, que cuentan con
participación intensiva de líderes mujeres que trabajan por su reconocimiento como
trabajadoras.

En la actualidad las educadoras populares continúan


sosteniendo el espacio sin el reconocimiento del
Estado, realizando su trabajo a diario sin percibir
salario, en un barrio donde se carece de ofertas
educativas de este nivel, tanto públicas como privadas.
Al momento de entrevistar a las coordinadoras del
jardín partían a una marcha con padres del jardín, otros
cooperativistas, miembros del bachillerato popular, de
la CTA (Central de Trabajadores Argentinos), de
partidos políticos, etc, para hacer una manifestación
Dirigentas MOI leyendo conclusiones en
para que las educadoras del jardín (no oficiales por no plenario
tener título) sean consideradas por su trabajo e incorporadas como trabajadoras en blanco. En este
caso la organización apoya en la lucha como trabajadoras.
En el caso del PIC, al menos 10 mujeres líderes, ejercen de cuidadoras “espontáneas” de las/los
compañeras/os externadas/os de centros de internación mental pero hasta el momento la
organización no ha gestionado formas de formación y reconocimiento (monetario y no monetario)
de esa tarea que se sostiene por la voluntad y solidaridad de las compañeras.
En el caso del Bachillerato Popular, se han logrado algunos cargos reconocidos por el Ministerio de
educación, y entre les compañeros se subdividen su sueldo para sostener parejas educativas que
garanticen una pedagogía popular apropiada a sus objetivos.

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

6- Conclusiones
La percepción cualitativa del problema, reflejada en frases significativas de la investigación nos
demuestra que si bien existen innumerables efectos positivos relacionados al género, acceso a
vivienda, salud, trabajo, educación, etc8. También genera un “costo” social y personal y que les
insume un tiempo considerable equiparable a una cuarta jornada.
Decimos que es una cuarta jornada porque las dirigentes que ejercen mayor responsabilidad y roles
superpuestos dentro de una organización compleja, no sólo participa en acciones comunitarias
30
barriales, sino que desarrolla acciones políticas y de conducción de programas integrales que
duplica la tarea comunitaria, además de realizar los roles tradicionales de producción y
reproducción que su núcleo familiar y socio organizativo sigue visualizando como una
responsabilidad indelegable.

La participación mayoritaria de la mujer en actividades política –sociales en organizaciones


de base de hábitat, no sólo expresada por la cantidad de horas (desde 12 hs a 45 hs mensuales
según nivel de responsabilidad en el liderazgo) sino, por el tipo de rol que ejerce (75% directivas),
por su continuidad y compromiso demuestran que son los cimientos y la estructura donde se asienta
la organización. Se constata que es imprescindible su capacidad y voluntad de trabajo para
que los objetivos de derecho a una vivienda digna y el derecho a la ciudad puedan ser
cumplidos9. Sin embargo llama la atención, la escasa bibliografía que analice la variable del
tiempo y sus efectos en los estudios de pobreza y bienestar con enfoque de género. Al respecto
Araceli Damián González (2013: 160, 161) sostiene que prevalece una visión economicista
simplista que supone que la inversión de tiempo sólo se relaciona con la posibilidad de obtener
mayores recursos económicos y con estos, mayor bienestar en un plano de igualdad y libertad donde
los sectores empobrecidos pueden elegir en qué y cómo utilizar su tiempo. Este estudio comprueba
que los sectores pobres tienen grandes dificultades para acceder a una vivienda adecuada, a la
ciudad, el empleo y otras necesidades básicas que ponen en riesgo la calidad y desarrollo de su vida
y su familia, lo cual les impide decidir sin condicionamientos el uso de su tiempo, generándose
una auto-explotación para transformar las condiciones impuestas en un modelo capitalista y
patriarcal.

8
Datos no expresados en este artículo pero comprobados en la evaluación general realizada
9
Masolo (1998:71) confirma esta constatación al plantear en “Defender y cambiar la vida” Mujeres en movimientos
populares urbanos, que “los movimientos populares urbanos no son movimientos de género pero las mujeres son
su base social”
Mariana Enet
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También se constata que su dedicación política–social influye en el uso del tiempo familiar,
social y personal y le genera problemas en su núcleo familiar (65%) a diferencia del líder
varón (35%) cuyas actividades y reparto del tiempo reproductivo es cubierto por sus familiares o
compañeras mujeres, además de los imaginarios socio culturales de género para cada sexo que
inciden en sentimientos de culpabilidad para la mujer. Prueba de ello es la “culpabilidad” que
manifiestan estas líderes por supuestas consecuencias de su acción en problemas con sus hijos,
esposos, económicos, etc, o la tensión que se provoca en su núcleo familiar donde intenta que pase
desapercibida su acción de liderazgo por su crecimiento y visibilización personal en relación al
31
varón-jefe, o mujeres que sienten que deben compensar su participación en la organización en la
medida que generen beneficios materiales para su núcleo familiar y así ser admitida su participación
como un trabajo. Estas expresiones demuestran que las mujeres líderes dentro de organizaciones
sociales, siguen teniendo mayores obstáculos por estereotipos de género 10, que los varones al
momento de ejercer su rol. Los estereotipos dan lugar a dos tipos de actitudes negativas hacia las
mujeres líderes: o bien se considera que no están preparadas para el liderazgo; o bien, cuando una
mujer es competente en una posición de liderazgo, con frecuencia es desaprobada o rechazada
personal y socialmente, dado que con su comportamiento desafía las creencias prescriptivas de lo
que es una conducta deseable en el género femenino. Esta situación genera lo que (Cuadrado
Giraudo en García Beaudoux V 2014) describen como “Techo de cemento” a una barrera
autoimpuesta por las mismas líderes al momento de ejercer su rol porque tienen conciencia del
“costo” que tendrá en su vida personal, familiar y social ya precaria y exigida. Situación que en el
varón líder del mismo sector social es menor.

Otro aspecto a destacar es que la mujer en el ejercicio de su liderazgo se transforma personalmente


y socialmente y comienza a percibir y actuar diferente en su entorno familiar, social y comunitario.
Una expresión clara de esta situación es lo que planteó una dirigente-“Cuando la mujer empieza a
trabajar por la vivienda va sintiendo que no es solo el techo lo que le falta”.
“En el carácter social de la lucha, las mujeres descubren y ejercen un poder que les da
efectivamente una nueva identidad. Esta nueva identidad es, y únicamente puede ser, un nuevo
grado de poder social”. (James S y Dalla Costa M 1977:45)
O como destaca Masollo (1998:72) “Sentirse formando parte de un "nosotros" que comparte
problemas, redes de apoyo y propósitos comunes, adquirir la noción y práctica de los derechos
ciudadanos, vencer el miedo a dar opiniones públicas, reconocer en sí mismas sus capacidades y
aportes, descubrir en el proceso de participación la desigualdad y subordinación que afecta a su

10
Los estereotipos son creencias generalizadas y socialmente compartidas acerca de los atributos de las personas que
conforman un determinado grupo social. Cuando se refieren a las características atribuidas a varones y mujeres, se los
denomina estereotipos de género (García Beaudoux V. 2014:72)
Mariana Enet
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género, son vivencias y aprendizajes que les amplían y cambian el horizonte de sus vidas”…” les
despiertan intereses insospechados y las motivan a tomar conciencia sobre las causas de la
injusticia social, sacándolas de la resignación y el asistencialismo, y sobre su problemática como
mujeres ayudándolas a conocerse y valorarse.”... (73)“La experiencia y el poder que adquieren las
mujeres, gracias a sus habilidades y compromisos de participación en estos movimientos mixtos,
les permiten poner en entredicho el monopolio masculino en la dirigencia y cuestionar las
desigualdades en las relaciones sociales de género desde el ámbito de la vida privada”.
En la organización se destinan amplios espacios formativos para el análisis político, pero no se 32
trabaja específicamente cómo debería comprenderse y contenerse familiar y comunitariamente el
trabajo socio político de la mujer líder como un problema a resolver para el mejor funcionamiento
de la organización. No se profundiza suficientemente, en como participar activamente en el
mejoramiento de espacios donde se conjugan lo público y lo privado, la lucha social y política con
la convivencia comunitaria y familiar, especialmente en cooperativas autogestionarias de vivienda
de propiedad colectiva donde se convive mientras se construye, se produce y se lucha por un hábitat
digno en el día a día.
“El punto de partida no consiste en cómo hacer el trabajo en la casa (o en la organización o
comunidad) sino en cómo encontrar un lugar como protagonistas en la lucha, es decir, no en una
mayor productividad del trabajo doméstico (o comunitario social) sino en una mayor subversividad
en la lucha” (James S y Dalla Costa M 1977:45)

Se verifica que la mayor dedicación de las mujeres líderes, no tiene mecanismos acordados y
consensuados de prevención o contención de problemáticas así como, mecanismos de
compensación dentro de la organización, aún declarándose una organización antipatriarcal y con
una dirigencia predominantemente femenina. Solo se observan mecanismos informales producto de
acuerdos particulares que reconocen situaciones de crisis o necesidades particulares de les
dirigentes que se desencadenan sistemáticamente, justamente por la falta de prevención.
En particular, se observa que la mujer y el colectivo de la organización social sigue asumiendo
con “naturalidad” la protección socio –afectiva y nutricional que “debería” brindar la mujer
no solo a su familia, sino a la organización ante situaciones de crisis. Por ejemplo se observa en
el caso de estudio el rol de las cuidadoras de externados, las cuales ejercen un rol fundamental pero
no son “cuidadas” o reconocidas como trabajadoras por la organización ya que no prevé
mecanismos de contención psicológica de las cuidadora, no se promueven capacitaciones como
cuidadoras para que puedan ejercer ese rol con más herramientas y sobre todo, no se gestionan
colectivamente recursos que el Estado debería proveer para ese fin. Acción que claro está, sólo
puede ser alcanzada por incidencia en política en forma organizada. Ya sea por omisión o por
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demoras considerando que no son temas prioritarios, la organización social y el Estado (desde
distintos paradigmas) inciden en que las mujeres líderes con sensibilidad y sentido social, sigan
asumiendo responsabilidades y tiempos comunitarios en detrimento de sus tiempos personales.

Se verifica que la voluntad de participar, a pesar del desgaste y los efectos negativos, les genera una
gran satisfacción personal y re estructuración de su personalidad y la forma de relacionarse
con la sociedad, su familia, su pareja, sus hijos, etc. Esta afirmación hay que relacionarla con las
situaciones extremas de necesidad, abuso y riesgo que han sufrido estas mujeres por imposibilidad
33
y/o precariedad en el acceso a alguna posibilidad de habitar.

Algunas preguntas que deberíamos seguir profundizando en el marco de las organizaciones son:

-¿En qué medida y cómo debería seguir participando para que se cumplan los objetivos
buscados, sin generar desgastes que le ocasionen daño en su grupo familiar, pareja e
incluso, su salud?
-¿En qué medida, la cultura organizacional naturaliza la participación voluntaria,
mayoritaria y sacrificada de la mujer en relación al varón?
-¿Qué acciones protectoras y compensadoras se podrían pensar desde las organizaciones
sociales para lograr un desarrollo equitativo con enfoque de género en el liderazgo de las
mujeres?

Para estimular el debate podemos analizar la reflexión Amartya Sen (2005:152) donde nos alerta
que los conceptos de derechos humanos y capacidades (para lograrlo) pueden reforzarse
mutuamente, siempre y cuando no se intente subsumir uno de ellos enteramente en el otro. En la
base de ambos está el objetivo de ampliar la libertad humana contemplando la dignidad de las
personas.

Otra frase central de otra organización piquetera Argentina del Frente Darío Santillán en (Paternio
F.2008)
“La feminización de la pobreza caracterizó la década del ʻ90; nosotras decimos que el desafío es
feminizar la lucha”.

Mariana Enet
Mujeres Líderes: La luz y sombra de la participación en las organizaciones autogestionarias de hábitat

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Mariana Enet
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Bibliografía
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Mariana Enet

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