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Gaceta Jurisprudencial Nº 55 -Apelaciones de Sentencias de Amparos

EXPEDIENTE No. 829-99

EXPEDIENTE No. 829-99

APELACION DE SENTENCIA DE AMPARO

CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD: Guatemala, tres de febrero de dos mil.

En apelación y con sus antecedentes se examina la sentencia de dos de septiembre de


mil novecientos noventa y nueve dictada por la Sala Séptima de la Corte de
Apelaciones, constituida en Tribunal de Amparo, en el amparo promovido por Byron
Estuardo Amézquita Galindo contra el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y
Delitos contra el Ambiente del departamento de Quetzaltenango. El postulante actuó
con el patrocinio de la abogada Zonia Edith Soto Barrios de González.

ANTECEDENTES

I. EL AMPARO

A) Interposición y autoridad: presentado en el Juzgado Primero de Paz del Ramo Penal


de Quetzaltenango el once de junio de mil novecientos noventa y nueve. B) Actos
reclamados: a) resolución de seis de mayo de mil novecientos noventa y nueve, que
declaró sin lugar el recurso de reposición interpuesto contra la resolución de siete de
abril del mismo año; en ésta se señaló día y hora para la audiencia del debate en el
juicio oral, incorporó medios de prueba al mismo por lectura y rechazó la prueba que
aportó el postulante, en el proceso penal promovido en su contra por los delitos de
portación ilegal de armas de fuego defensivas y/o deportivas y uso de documentos
falsificados; b) resolución de veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y nueve,
que declaró sin lugar el recurso de reposición interpuesto contra el acta en la que
consta la celebración del debate de diez de mayo de ese mismo año y contra la
resolución de veinte de mayo de mil novecientos noventa y nueve, que lo declaró
rebelde y ordenó nuevamente su aprehensión y arraigo, en el proceso penal indicado.
C) Violaciones que denuncia: derechos de igualdad, libertad, defensa y presunción de
inocencia. D) Hechos que motivan el amparo: lo expuesto por el postulante se resume:
a) en el Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del
departamento de Quetzaltenango se instruye proceso penal en su contra por los delitos
de portación ilegal de armas de fuego defensivas y/o deportivas y uso de documentos
falsificados; b) en dicho proceso el tribunal dictó la resolución de siete de abril de mil
novecientos noventa y nueve, en la que señaló la audiencia de diez de mayo de ese
mismo año para la celebración del debate en el juicio oral; además, incorporó por
lectura los medios de prueba consistentes en: dos sentencias dictadas por el Juzgado
Primero de Primera Instancia Penal de Sentencia y la Sala Séptima de la Corte de
Apelaciones, respectivamente, que se dictaron en otro proceso penal seguido en su
contra, y la constancia de antecedentes policíacos, y rechazó la prueba que aportó
consistente en un cassette; contra dicha resolución interpuso reposición que fue
declarado sin lugar en el primer acto reclamado; c) el diez de mayo de mil novecientos
noventa y nueve se celebró el debate en el juicio oral y, en el acta levantada, la
autoridad impugnada revocó la medida sustitutiva de caución económica que se le
había otorgado; posteriormente dictó la resolución de veinte de mayo de mil
novecientos noventa y nueve, por la que se le declaró rebelde, expidiéndose orden de
aprehensión y arraigo en su contra; d) contra dichas resoluciones interpuso reposición,
que en resolución de veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y nueve fueron
declaradas sin lugar -segundo acto reclamado-. Estima que la autoridad impugnada
violó su derecho de defensa y presunción de inocencia, ya que incorporó durante el
debate medios de prueba consistentes en certificación de sentencias por delitos de los
que en su oportunidad ya había sido juzgado, vulnerando lo regulado en el artículo 17
del Código Procesal Penal; asimismo, reabrió un proceso ya fenecido, contrariando el
artículo 18 de dicho cuerpo legal e incorporó por lectura los antecedentes policíacos,
los cuales no pueden admitirse como prueba, ya que actualmente carece de ellos por
haberse declarado con lugar su rehabilitación de conformidad con la ley; por otra
parte, rechazó admitir como prueba el cassette que presentó, con el cual pretendía
reafirmar su presunción de inocencia; además de que la autoridad dejándolo en estado
de indefensión, continuó con el trámite del proceso, no obstante que la resolución de
siete de abril de mil novecientos noventa y nueve no estaba firme, pues se encontraba
pendiente de resolverse y notificársele lo resuelto en el recurso de reposición que
interpuso contra dicha resolución; y al haberse revocado la medida sustitutiva de
caución económica y ordenarse su detención, dicha autoridad no tomó en
consideración el informe médico que justificaba su incomparecencia al debate, ni
fundamentó su decisión como lo ordenan los artículos 11 y 11 Bis del Código Procesal
Penal, vulnerando su libertad de locomoción, al trabajo y sus derechos humanos.
Solicitó que se le otorgue amparo. E) Uso de recursos: ninguno. F) Casos de
procedencia: invocó los contenidos en los incisos a), b), d), f) y h) del artículo 10 de la
Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad. G) Leyes violadas: citó los
artículos 4o., 5o., 12, 14 y 22 de la Constitución Política de la República; 17, 18, 20,
21 y 25 del Código Procesal Penal y 155 de la Ley del Organismo Judicial.

II. TRAMITE DEL AMPARO

A) Amparo provisional: no se otorgó. B) Tercera interesada: Agente Fiscal del


Ministerio Público, abogada Elisa Azucena Donis Fonseca de Sart. C) Informe
circunstanciado: la autoridad impugnada informó: a) en resolución de siete de abril de
mil novecientos noventa y nueve admitió la prueba ofrecida por las partes, entre otras,
la del Ministerio Público consistente en las sentencias de tres de noviembre de mil
novecientos noventa y dos y catorce de junio de mil novecientos noventa y tres,
dictadas contra el accionante por el Juzgado Primero de Primera Instancia Penal de
Sentencia del departamento de Quetzaltenango y Sala Séptima de la Corte de
Apelaciones, respectivamente, por los delitos de caso especial de estafa y falsedad
ideológica en forma continuada, con el propósito de probar la forma y circunstancias
en que el imputado ha delinquido con anterioridad con delitos semejantes, por lo que
no se le ha violado el derecho de defensa y presunción de inocencia, ya que las partes
en su oportunidad pueden pronunciarse durante el debate y hacer sus objeciones
pertinentes, pero no podrían ser utilizados para reabrir un caso ya fenecido; b) en
cuanto a los antecedentes policíacos fue el postulante quien ofreció este medio de
prueba, pero el hecho de que se hayan admitido para su diligenciamiento en el debate
no significa que se le cause agravio alguno al postulante, porque en su momento
procesal podrá manifestarse al respecto, siendo prematuro el amparo en cuanto a los
puntos indicados; c) rechazó el medio de prueba ofrecido por el accionante consistente
en un cassette, por haber incumplido con lo establecido en el último párrafo del
artículo 347 del Código Procesal Penal que indica que los medios de prueba deben ser
ofrecidos con señalamientos del hecho o circunstancia que se quiera hacer valer; d) no
es cierto que se pretenda revisar el expediente de rehabilitación del amparista, ya que
en el acta del debate el tribunal deberá, de oficio, incorporar la ficha original del
registro de antecedentes penales que corresponde al acusado, y tomando en cuenta
que al postulante se le imputa usar una constancia falsa de carencia de antecedentes
penales, ésta deberá ser exhibida e inspeccionada en dicha audiencia; e) revocó la
medida sustitutiva de que gozaba el accionante con fundamento en el artículo 355 del
Código Procesal Penal, que le otorga esa facultad, para asegurar la realización del
debate y para ordenar la conducción del acusado, teniendo también la potestad de
variar las condiciones bajo las cuales gozaba de libertad; sin embargo, dicha medida
obedeció a que, con anterioridad el postulante había invocado la misma excusa
(enfermedad) y porque la certificación médica que hizo llegar al tribunal a las ocho
horas con treinta minutos del diez de mayo de mil novecientos noventa y ocho, tiene
esa misma fecha, existiendo duda al respecto, por lo que se ordenó dar intervención a
uno de los médicos del Servicio Médico Forense de la ciudad de Guatemala; asimismo,
se verificó que en el Hospital Privado Santa María el accionante registró dirección y
teléfono que no le pertenecen, con lo cual se determina que existe ocultamiento. Lo
declaró rebelde y expidió orden de aprehensión y decretó arraigo en su contra, en
virtud de haberse vedado al tribunal el acceso al expediente clínico, lo que le
imposibilitó establecer la veracidad y licitud del fundamento de excusa médica
presentada. D) Prueba: copias de: resolución de siete de abril de mil novecientos
noventa y nueve que fue impugnada por reposición denegada en el primer acto
reclamado de fecha seis de mayo de mil novecientos noventa nueve agregado como
prueba en autos; resolución de veintiséis de mayo de mil novecientos noventa y
nueve, que declaró sin lugar el recurso de reposición interpuesto por el accionante
contra el acta de audiencia del debate del juicio oral de diez de mayo de mil
novecientos noventa y nueve y la resolución de veinte de mayo de ese mismo año;
memoriales que contienen la interposición de los recursos de reposición antes
identificados. E) Sentencia de primer grado: el tribunal consideró: "...Al respecto esta
Sala constituida en tribunal de amparo considera que el Tribunal del conocimiento al
dictar la resolución de mérito, encontró bases legales suficientes que lo indujeron a
revocar la medida sustitutiva concedida al procesado y ordenar su detención, tal
fundamento lo extrae de lo preceptuado en el artículo 276 del Código Procesal Penal,
que determina que el auto que imponga una medida de coerción o la rechace, es
revocable o reformable, aún de oficio y que en el artículo 355 del Código Procesal
Penal, que establece que si el acusado estuviere en libertad, el tribunal podrá disponer,
para asegurar la realización del debate, su conducción por la fuerza pública y hasta su
detención. Cabe advertir al respecto por esta Sala constituida en Tribunal de Amparo,
que si bien el derecho de libertad se encuentra universalmente conocido, éste puede
ser afectado por el proceso penal, por la comisión de un delito, no significando tal
restricción, violación de norma constitucional, como aduce el interponente, ya que en
el presente caso, se evidencia que la restricción se da con carácter excepcional, con
respaldo de leyes procesales que autorizan la restricción del derecho de su libertad y
por considerar el tribunal de sentencia imprescindible su presencia en el debate para el
descubrimiento de la verdad y de la actuación de la ley. De consiguiente esta Sala,
estima que las resoluciones impugnadas se encuentran ajustadas a los parámetros
legales y a los artículos 3, 9, y 51 de la Ley del Organismo Judicial, de ahí la validez de
los actos judiciales objeto del amparo, al haber actuado el tribunal dentro de sus
facultades y aplicación de la ley, con base en lo considerado, fundamentos legales y
leyes citadas, esta Sala estima que el amparo solicitado, es improcedente. No se
condena en costas al interponente por considerar que actuó de buena fe, se impone
una multa de quinientos quetzales a la abogada patrocinante..." Y resolvió: "...a)
Deniega por notoriamente improcedente, el amparo solicitado. b) No se condena en
costas al interponente por considerar que actuó de buena fe. c) Impone a la abogada
patrocinante la multa de quinientos quetzales, que deberá hacer efectiva en la
Tesorería de la Corte de Constitucionalidad, dentro de los cinco días de encontrarse
firme el presente fallo..."
III. APELACION

El postulante y la tercera interesada, apelaron.

IV. ALEGATOS EN EL DIA DE LA VISTA

A) El accionante manifestó que la Sala Séptima de la Corte de Apelaciones argumentó


que el Tribunal de Sentencia tenía la facultad para rechazar el medio de prueba que
oportunamente aportó; sin embargo, como sindicado y haciendo uso de su derecho de
defensa y de desvirtuar la hipótesis del Ministerio Público, tenía la libertad de aportar
los medios de prueba pertinentes como lo establece el artículo 182 del Código Procesal
Penal, por lo que al haberse resuelto lo contrario se vulnera ese derecho; en cuanto a
la revocatoria de la medida sustitutiva de que gozaba, la Sala indicó que el tribunal
sentenciador tenía suficientes motivos para revocarlo, sin tomar en consideración que
justificó su incomparecencia al debate como lo indica el artículo 79 del Código Procesal
Penal, violando con ello su derecho de libertad, locomoción y al debido proceso.
Solicitó que se revoque la sentencia apelada y se declare con lugar el amparo. B) La
tercera interesada y el Ministerio Público indicaron que mantienen su criterio de que la
sentencia dictada por la Sala Séptima de la Corte de Apelaciones está ajustada a
derecho. Solicitaron que se confirme el fallo impugnado.

CONSIDERANDO

-I-

El agravio es supuesto de indispensable concurrencia para que la protección del


amparo se otorgue; su ausencia, por consiguiente, hace improsperable la pretensión
constitucional.

-II-

El postulante, procesado por delitos de Portación Ilegal de Armas de Fuego Defensivas


y/o Deportivas y Uso de Documentos Falsificados ante el Tribunal de Sentencia Penal,
Narcoactividad y Delitos contra el Ambiente del departamento de Quetzaltenango,
reclama de éste la emisión de dos resoluciones:

a) el auto de seis de mayo de mil novecientos noventa y nueve, que declaró sin lugar
el recurso de reposición que planteó contra la resolución de siete de abril del mismo
año. Por esta última, estando en la fase del juicio penal, la autoridad fijó audiencia
para el debate el día diez de mayo de ese año y admitió los medios de prueba
propuestos por el Ministerio Público consistentes, entre otros, en: oficio y fotocopia
autenticada del informe de antecedentes penales del imputado (postulante); otra
constancia de antecedentes penales y policíacos; certificación de las sentencias de
primera y segunda instancias dictadas en distinto proceso penal contra el imputado (el
accionante) por los delitos de caso especial de estafa y falsedad ideológica continuada.
De la prueba ofrecida por el procesado (postulante) el tribunal admitió los informes de
carencia de antecedentes penales y policíacos, pero rechazó la prueba consistente en
cassette color negro "en razón de que no indica lo que pretende probar con su
producción o la utilidad que pretende darle al mismo durante el debate".
En cuanto a este primer reclamo el amparista sostiene que la admisión de la prueba,
consistente en los informes y antecedentes policíacos que le aparecen en las
constancias aceptadas por el tribunal como prueba del Ministerio Público, le causan
agravio, pues, como consecuencia de habérsele concedido su rehabilitación, los
antecedentes penales y policíacos que le aparecen ya fueron borrados por la autoridad
competente. Además, con tales antecedentes se le pretende despojar de la libertad
que ya tiene en el proceso, lo cual es violatorio de su derecho de defensa porque a la
fecha los antecedentes referidos ya no existen.

Al respecto esta Corte estima que la admisión de constancias u oficios en los que
aparecen antecedentes penales al postulante no le causa agravio, en primer término
porque, como lo afirma la autoridad reclamada, tal prueba sólo está admitida y su
diligenciamiento se hará en el debate, fase en la que el amparista tendrá la
oportunidad de rebatir la información que contienen o su eficacia probatoria. Agregado
a lo anterior, del estudio de los autos se aprecia que la autoridad ha manifestado la
duda razonable que tiene de admitir tales medios probatorios, tomando en cuenta la
supuesta utilización, por el ahora accionante, de antecedentes falsificados.

Las dos motivaciones expuestas por la autoridad son suficientes para estimar que su
actuación no lesiona derecho alguno del interponente, mayormente si se toma en
cuenta que le asiste el derecho de evitar que la prueba admitida surta efectos lesivos
en su contra, por estar también aceptada la prueba ofrecida por él, que en
determinado momento podría desvirtuar la existencia de antecedentes penales y
policíacos.

También objeta la admisión de la prueba ofrecida por el Ministerio Público, consistente


en copias de las sentencias de primero y segundo grados dictadas en su contra en otro
proceso penal que, por los delitos de estafa y falsedad ideológica continuada, se
promovió en su contra, afirmando que con su aceptación se le está persiguiendo más
de una vez por la misma conducta, lo cual contraviene la garantía contenida en el
artículo 17 del Código Procesal Penal.

Si se toma en cuenta que es durante el debate y su finalización que se diligencia la


prueba, no puede estimarse que en esta fase los medios admitidos produzcan los
efectos nocivos a que alude el accionante, pues, como consta en el proceso, éstos
limitan su objetivo a probar la tendencia delictual de quien se procesa. No se advierte
entonces ninguna persecución penal por delitos por los que ya se le condenó, que se
derive de la sola admisión como prueba de las copias de las sentencias en las que se
hizo tal condenatoria.

En cuanto al agravio que denuncia por el rechazo de la prueba consistente en un


cassette negro, no se aprecia vulneración al derecho de defensa, ya que éste le fue
garantizado al darle la oportunidad de ofrecerla; sin embargo, si al hacer uso de este
derecho el accionante lo hizo de manera desacertada o no conforme con la ley, no
puede alegar su vulneración si el rechazó ha obedecido a causas que le son
directamente imputables. Como se ve en autos (folios 10 y 11), el amparista incurrió
en la omisión de cumplir con lo estipulado en el artículo 347 del Código Procesal Penal
al ofrecer esa prueba, que obligó al tribunal a su rechazo.

b) el segundo auto que se reclama en el amparo es el de veintiséis de mayo de mil


novecientos noventa y nueve, que declaró sin lugar el recurso de reposición
interpuesto por el postulante contra la resolución de diez de mayo del mismo año, por
la que la autoridad impugnada revocó la medida sustitutiva que se le había otorgado, y
dando lugar a la de veinte de mayo de dicho año que lo declaró rebelde.

Afirma que la precitada resolución de diez de mayo contenida en acta de esa misma
fecha, le causa agravio porque el debate se llevó a cabo pese a no estar firme la
resolución que lo señaló, pues el recurso de reposición interpuesto en su contra aún no
se le había notificado; además, en esa resolución se levantó la medida sustitutiva que
se le había otorgado, no obstante que justificó debidamente su inasistencia al debate.

Constando en autos que la reposición planteada contra la resolución que señaló día y
hora para el debate (7 de abril de 1999) fue resuelta el seis de mayo de mil
novecientos noventa y nueve, es decir, cuatro días antes de que el debate se llevara a
cabo, no puede admitirse la tesis del accionante respecto de que aquella resolución no
estaba firme, pues es evidente que contra ella no cabía recursos ordinarios. En cuanto
al levantamiento de la medida sustitutiva, ésta disposición queda a criterio del juez
ordinario que no puede revisarse por el juez de amparo, salvo evidente violación
constitucional. En este caso, la autoridad ha expresado que tuvo motivos suficientes
para deducir la propensión del postulante de no acudir al juicio, por lo que se vio en la
necesidad de asegurar su presencia en el mismo. Siendo que es al juez del orden penal
a quien la ley ha asignado la facultad de apreciar, a su juicio, en cada caso concreto, el
peligro de fuga o de obstaculización de la verdad, no corresponde a este Tribunal
substituir su estimación acerca de la conducta del procesado; en consecuencia, al no
apreciarse violación constitucional en el levantamiento de las medidas sustitutivas, no
es procedente otorgar la protección constitucional que se solicita.

Ha señalado también el accionante que el acto reclamado confirmó la declaración de su


rebeldía decretada en la resolución de veinte de mayo de mil novecientos noventa y
nueve. Es pertinente para este reclamo la estimación hecha en el párrafo anterior, ya
que tal decisión obedece a circunstancias fácticas que se dan dentro del proceso, que
no le es permitido al juez constitucional revisar, aunado a que, según se aprecia, fue
consecuencia inmediata y directa de su ausencia e inaceptación de excusa a su falta de
apersonamiento en el debate.

El Ministerio Público apeló el fallo denegatorio del amparo por considerar que no es
justa la exoneración en costas al postulante y porque la multa impuesta a la abogada
patrocinante es muy baja; sin embargo, al presentar alegatos ante esta Corte, la
institución nada expuso respecto de dichas inconformidades, limitándose a solicitar que
el fallo de primer grado fuera confirmado, razón por la cual se carece de elementos
para analizar su inconformidad.

Por las consideraciones anteriores el fallo apelado debe confirmarse.

LEYES APLICABLES

Artículos y leyes citadas y 265, 268 y 272 inciso c) de la Constitución Política de la


República; 1o., 2o., 3o., 4o., 7o., 8o., 10, 11, 42, 45, 149 y 163, inciso c) de la Ley de
Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad y 17 del Acuerdo 4-89 de la Corte
de Constitucionalidad.

POR TANTO
La Corte de Constitucionalidad, con base en lo considerado y leyes citadas, resuelve: I)
Confirma la sentencia apelada. II) Notifíquese y con certificaci ón de lo resuelto,
devuélvase los antecedentes.

JOSE ARTURO SIERRA GONZALEZ

PRESIDENTE

LUIS FELIPE SAENZ JUAREZ

MAGISTRADO

ALEJANDRO MALDONADO AGUIRRE

MAGISTRADO

RUBEN HOMERO LOPEZ MIJANGOS

MAGISTRADO

CONCHITA MAZARIEGOS TOBIAS

MAGISTRADA

MARTIN RAMON GUZMAN HERNANDEZ

SECRETARIO GENERAL, A.I.

»Número de expediente: 829-99

»Solicitante: Byron Estuardo Amézquita Galindo

»Autoridad impugnada: Tribunal de Sentencia Penal, Narcoactividad y Delitos contra el


Ambiente del departamento de Quetzaltenango

»Clase de Documento: Apelaciones de Sentencias de Amparos

»Tipo de Documento: 2000

»número de expediente: 829-99

»solicitante: byron estuardo amézquita galindo

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