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Directores de
d Tesis: Dr. FEDER
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Dra. ROSA
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DRÍGUEZ
Comité
é Tutoral: Dra. LUZ ELENA VE
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Dr. ALFO NSO VÁZQ
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Dr. JORG DO RUELAS
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Mazatlán, S
Sinaloa; En
nero de 2012
© Queda prohibida la reproducción y/o uso total o parcial de la información
contenida en este trabajo, sin previa autorización del autor y de los co-directores
de tesis.
AGRADECIMIENTOS
A la Dra. Rosalba Alonso Rodríguez, por co-dirigir mi tesis y permitirme el uso del
equipo y materiales en su laboratorio.
Mi agradecimiento también para la Dra. Luz Elena Vera Ávila y para el Dr. Alfonso
Vázquez Botello, miembros de mi comité tutorial, quienes desde mi primer Examen
Tutorial me hicieron las correcciones y comentarios pertinentes respecto a mi trabajo.
Así como al Dr. Jorge Ricardo Ruelas Inzunza, quien también fungió como parte de
mi comité tutorial ampliado a partir de mi sexto examen tutorial.
A la Sra. Margarita Cordero Ruíz (auxiliar local), así como al personal de Posgrado
en la ciudad de México: Dra. Gloria Vilaclara Fatjó (coordinadora), M.C. Diana Juárez
Bustos (secretaria técnica), Mtra. Chantal G. Ruíz Guerrero y Sra. Guadalupe Godoy
(encargadas del depto. de servicios escolares) y Sra. Gabriela Almaraz Mejía
Agradezco también a la IBT. Sonia Jeanetthe Delgado del Villar, a la IBT. Zinthya
Bieaney Salazar Martínez y a la IBT. María Vicia Bernal Córdova, por su apoyo
técnico en los análisis de biotoxinas marinas. De igual forma, a la bióloga acuacultora
Ámbar Mayté Yépez Ponce, por haber analizado en el microscopio las muestras de
agua que se obtuvieron durante la recolecta de los ostiones, para verificar la
presencia/ausencia de organismos productores de biotoxinas.
Al M.C. Rafael Hernández Guzmán, por su ayuda en la elaboración de los mapas del
área de estudio.
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ÍNDICE
Página
LISTA DE FIGURAS………………………………………………………………….. iv
LISTA DE TABLAS……………………………………………………………………. ix
RESUMEN……………………………………………………………….…………….. xi
ABSTRACT…………………………………………………………….…..………….. xiv
1. INTRODUCCIÓN…………………………………………………..………………. 1
1.1. Metales pesados…………………………………………………………..……... 1
1.1.1. Cadmio…….……………………………………………………………..……... 4
1.1.2. Cobre…….……………………………………………………......................... 5
1.1.3. Mercurio…….…………………………………………………………….…….. 6
1.1.4. Plomo………………………………………………………….......................... 7
1.1.5. Zinc…………………………………………………………….......................... 8
1.2. Biotoxinas marinas……………………………………………………………….. 9
1.2.1. Toxinas del tipo ASP…………………………………………………………... 13
1.2.2. Toxinas del tipo PSP…………………………………………………………... 14
1.3. Sistemas lagunares costeros…………………………………………............... 15
1.4. El biomonitoreo…………………………………………………………..………. 18
2. ANTECEDENTES……………………………………………………..…………… 23
2.1. Metales pesados en organismos de las lagunas costeras del noroeste de
México………………………………………………………………………………….. 23
2.2. Presencia de biotoxinas en las costas del Pacífico mexicano……............... 25
3. PROBLEMA……………………………………………………………………….... 28
4. HIPÓTESIS…………………………………………………………………….…… 29
5. OBJETIVOS………………………………………………………………............... 30
5.1. Objetivo general………………………………………………………………….. 30
5.2. Objetivos específicos…………………………………………………………….. 30
6. ÁREA DE ESTUDIO……………………………………………………………….. 31
6.1. El Colorado (EC)…………………………………………………………………. 34
i
ii
palmula…………………………………………………………………………………. 100
8.5. Biotoxinas marinas………………………………………………....................... 104
8.5.1. Toxinas del tipo ASP…………………………………………........................ 104
8.5.2. Toxinas del tipo PSP…………………………………………........................ 110
9. CONCLUSIONES………………………………………………………………….. 113
10. RECOMENDACIONES…………………………………………………………... 116
11. LITERATURA CITADA…………………………………………………………… 117
12. ANEXOS…………………………………………………………………………… 137
iii
LISTA DE FIGURAS
Figura Página
de cultivo..……………………………………………………………...……. 42
19. Ostiones: (a) con el borde de sus valvas sin ondulaciones, “lisos” o C.
corteziensis; y (b) con el borde de sus valvas ondulado, “chinos” o S.
palmula, recolectados de las mismas raíces de mangle………………. 45
20. Diagrama de flujo para la determinación de metales pesados………… 47
21. Diagrama de flujo para la detección de toxinas del tipo ASP (Quilliam
et al., 2003)……………………..…………………………………………… 49
22. Diagrama de flujo para la detección de toxinas del tipo PSP
(Hummert et al., 1997 y Yu et al., 1998)………….……………………… 51
23. Diagrama de flujo para la detección de toxinas del tipo PSP
(Lawrence et al., 2005)……………………………………..……………… 53
24. Diagrama de flujo de la estrategia general de trabajo………………….. 56
25. Promedios de salinidades ± desviación estándar registrados en la
temporada de lluvias (a) y de secas (b), en cada una de las lagunas
costeras/sistemas lagunares………………………………………………… 57
26. Promedios de temperatura ± desviación estándar registrados en la
temporada de lluvias (a) y de secas (b), en cada una de las lagunas
costeras/sistemas lagunares………………………………………………… 58
27. Promedios del índice de condición ± desviación estándar obtenido para
cada sitio de muestreo……………………………………………………….. 61
28. Resultados del análisis de ADN realizado a muestras selectas (aquellas
en las que se encontraban ambos tipos de ostiones en el mismo sitio de
muestreo)……………………………………………………………………… 63
29. Promedio ± desviación estándar de las concentraciones de cadmio con
base a peso seco, encontradas en cada sistema lagunar. ……………... 66
30. Promedio ± desviación estándar de las concentraciones de cadmio,
con base a peso seco, encontradas en cada sistema lagunar, durante
las estaciones de lluvias y de secas……………………………………… 67
31. Promedios ± desviación estándar de las concentraciones de Cd
determinadas para cada sitio de muestreo, durante las estaciones de
v
vi
vii
eluyen a los 8.6 min y el AD eluye a los 9.3 min, aproximadamente… 108
57. Tipos branquiales en moluscos bivalvos..........................……………... 110
viii
LISTA DE TABLAS
Tabla Página
ix
x
RESUMEN
Respecto a los metales pesados, los niveles de las concentraciones promedio fueron
Zn > Cu > Cd > Pb > Hg para ambos periodos de muestreo. En los ostiones de
origen silvestre, las concentraciones más altas de Cd, Cu y Pb se registraron en la
época de secas y los niveles más altos de Hg y Zn en lluvias. Los promedios
globales de los cinco metales fueron: 5.37±3.20 g g-1 de Cd, 55.1±33.9 g g-1 de
Cu, 0.37±0.16 g g-1 de Hg, 1.16±0.60 g g-1 de Pb y 778±489 g g-1 de Zn, con
base a peso seco. De acuerdo a las normas consultadas, solo en los casos del Hg y
el Pb, las concentraciones se encontraron por debajo del límite máximo permisible
(LMP) en todos los sitios. Respecto al sitio testigo, éste presentó mayores
concentraciones de Hg, Pb y Zn en comparación con los promedios de los demás
sistemas lagunares analizados. En cuanto a los ostiones de cultivo, a excepción del
xi
Cd, las concentraciones más altas de los otros cuatro metales se encontraron en el
sitio de El Colorado. Sin embargo, sólo el nivel de Cu sobrepasó el LMP en el sitio
muestreado de esta laguna. En cambio, los niveles de Cd fueron superiores al LMP
en el sitio de Altata. Por época, en términos generales las mayores concentraciones
de metales se registraron durante el muestreo de lluvias. Se realizó también un
análisis comparativo entre las concentraciones de metales de ostiones silvestres C.
corteziensis y S. palmula, recolectados de las mismas raíces de mangle, en cuyos
resultados se observaron niveles de concentración de metales más altos en ostiones
S. palmula, excepto para el Pb. Al hacer correlaciones entre las concentraciones de
ambas especies, se obtuvieron altos coeficientes de correlación. Estos datos sirven
para hacer comparaciones inter-específicas, esto es, si la misma especie no está
presente en todos los sitios de interés, hay protocolos disponibles para comparar los
datos entre diferentes especies.
xiii
ABSTRACT
In the present study, it was evaluated the pollution because of the presence of five
heavy metals (Cd, Cu, Hg, Pb and Zn) and two types of marine biotoxins (ASP and
PSP), whose producer organisms (diatoms and dinoflagellates) have been found
previously in the study area. It was conducted a biomonitoring, using wild mangrove
oysters Crassostrea corteziensis and Saccostrea palmula and cultured oysters C.
corteziensis y C. gigas in seven lagoonal systems from Sinaloa. There were two
sampling seasons: the first one at the end of the rainy season and the second one
during the dry season. The sampling sites were selected according upon the
availability of the organisms and the size of the lagoonal systems. There were
sampled 30 sites during each season; three corresponded to oyster farms and one
more to the control site. After a depuration time, there were registered the
morphometric data of the oysters and were prepared for the corresponding analysis,
according to the requirements of each technique. Heavy metals were analyzed by
atomic absorption spectrophotometry: Cd, Cu and Pb by graphite furnace, Zn by
flame and Hg by cold vapor. Biotoxins were analyzed through high performance liquid
chromatography, with ultraviolet detection for ASP toxins and with fluorescence
detection for PSP toxins.
About heavy metals, levels of average concentrations were Zn > Cu > Cd > Pb > Hg
for both seasons. Highest concentrations of Cd, Cu and Pb in wild oysters were
registered during dry season and highest levels of Hg and Zn during rainy season.
Global averages of the five metals were: 5.37±3.20 g g-1 of Cd, 55.1±33.9 g g-1 of
Cu, 0.37±0.16 g g-1 of Hg and 1.16±0.60 g g-1 of Pb and 778±489 g g-1 of Zn, on
dry weight basis. The concentrations were below the maximum permissible limit
(MPL) for Hg and Pb in all the sites, according to the consulted norms. About the
control site, this one presented higher concentrations of Hg, Pb and Zn when
compared to averages from the other analyzed lagoonal systems. About the cultured
oysters, except for Cd, the highest concentrations of the other metals were found in El
Colorado site. However, only the level of Cu exceeded the MPL in the sampled site
from this lagoon. On the other hand, levels of Cd were above the MPL in Altata site.
xiv
Although there are registers of the presence of ASP and PSP biotoxin producers in
some of these lagoonal systems, it were not detected those kinds of toxins in the
oyster samples analyzed in this study. About the ASP toxins, 1 g/mL was the least
concentration injected from the standard (for the calibration curve in ICMyL-UNAM
UA-Mazatlán laboratory. Some composite samples were analyzed for ASP toxins in
two certified laboratories from Ensenada, B.C. (limit of detection, LOD = 0.025 g/mL)
and from Santiago de Chile (LOD = 0.078 g/mL), confirming the absence of this kind
of toxins. The analysis of PSP toxins was performed by using of two methodologies,
but there was not presence of such toxins by any of the methods used (LOD (µg/g
STX eq) from analyzed toxins: C1,2 = 0.001, GTX5 = 0.0004, STX = 0.008, dcSTX =
0.001, GTX2,3 = 0.005, dcGTX2,3 = 0.003, dcNEO = 0.03, NEO = 0.13, GTX1,4 =
0.08). Finally, water samples were observed under a microscope and only was
detected the presence of producer organisms of PSP toxins in one site and at low
concentrations. It is well known that even if the toxin producers are absents, bivalve
mollusks accumulate these kinds of compounds (among other contaminants).
Nevertheless, high depuration rates have been observed in oysters, when comparing
with other bivalve groups, as mussels. Therefore, the depuration period (36 h) before
the analysis could be related with the absence of the toxins ASP and PSP in the
oysters from this study.
xv
1. INTRODUCCION
1
de la contaminac
ción por metales pesa
ados es un
n tema recu
urrente e im
mportante e
en las
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a s (Zhou, 20
008).
en otros elementos
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va et al., 1988; Chi ett al., 1993; Boening, 1
1997;
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áez-Osuna, 2003; Fríías-Espericcueta et al.,, 2004; Ote
ero et al., 2
2005;
Wang
g et al., 200
05; Zhou et al., 2008; Unkiewicz et al., 2009
9; Aslan, 20
009; Fig. 1)). Por
otra parte,
p hay algunos elementos (ttanto meta les, como no metaless y metalo
oides)
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organ e también ccomo “oligo
oelementos””: B, Br, Crr, Co,
Cu, F,
F Fe, Mn, Mo,
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Figura uema que ilustra el traslape y la clasificcación de los eleme entos
metállicos, no meetálicos y metaloides
m considerad
c dos como olligoelementos y/o “me
etales
pesaddos”.
2
Los seres humanos han alterado de forma significativa los ciclos de los metales en
los diferentes ambientes del mundo. La minería ha excedido por mucho las tasas de
intemperismo natural, y la deposición atmosférica de la mayoría de los metales en la
3
superficie terrestre puede ser de 3 a 350 veces mayor que la estimada para los flujos
naturales (Valiela, 2006). La Tabla 1 resume la relación que tienen estos metales con
diversos procesos industriales.
1.1.1. Cadmio
Se ha estimado que cada año se liberan al ambiente unas 30,000 toneladas de
cadmio, de las cuales entre 4,000 y 13,000 provienen de actividades humanas. Tanto
las fuentes naturales como antropogénicas (las emisiones industriales y la aplicación
de fertilizantes) incrementan sus niveles en el ambiente (Castro-González y Méndez-
Armenta, 2008). Este metal es utilizado en la producción de aleaciones,
estabilizadores de plástico, galvanización, pigmentos, baterías, etc. (Newman y
Unger, 2003). En los vertebrados, el cadmio se encuentra usualmente en
metaloproteínas de bajo peso molecular, conocidas como metalotioneínas (MTs); las
cuales se consideraba que no tenían ninguna función biológica (Thompson, 1990),
sin embargo, desde su purificación a partir de la corteza renal de caballo, estas
proteínas fueron identificadas como agentes desintoxicantes de metales pesados, de
tal manera que su principal función en los organismos es el mantenimiento de la
homeostasis del Zn y Cu durante la gestación y en edades tempranas. Cuando se
expone el organismo a metales pesados no esenciales como el Cd, se produce el
desplazamiento de los elementos esenciales, formando compuestos neurotóxicos
(García-Rico et al., 1999). Entre los efectos de la exposición de los organismos
acuáticos al Cd se incluyen: la disminución de su abundancia y crecimiento,
inhibición de su capacidad reproductiva, así como efectos letales (DIRECTEMAR,
4
1.1.2. Cobre
El cobre es un elemento metálico muy común en la corteza terrestre y forma parte de
varios minerales (asociado a la malaquita, cuprita, azurita, prehnita, epidota, datolita,
calcita y a varias zeolitas; Enciclopedia Ciencias de la Naturaleza: Geología, 1997).
Este metal existe en los ambientes acuáticos en sus dos estados de oxidación más
estables: Cu+1 y Cu+2. Aunque este elemento es esencial para la vida, en
concentraciones elevadas puede ser perjudicial para los organismos. Entre las
fuentes antropogénicas de Cu hacia el medio acuático se encuentran: la corrosión de
ductos de cobre y bronce por aguas de naturaleza ácida, el uso de compuestos de
cobre como alguicidas acuáticos, los efluentes de las plantas de tratamiento de
aguas, las escorrentías y la contaminación de las aguas subterráneas, esto último,
debido a su empleo agrícola como fungicida y pesticida en el tratamiento de suelos y
la precipitación atmosférica. Las fuentes industriales más importantes son la minería,
la fundición y la refinación de cobre; las industrias que queman carbón e industrias
del hierro y el acero (DIRECTEMAR, 2007). En cuanto a su uso agrícola, el cobre ha
sido históricamente utilizado como fungicida, herbicida y como desinfectante de
semillas (He et al., 2005). También es utilizado como biocida en pinturas anti-
incrustantes en embarcaciones marítimas, así como conservador de maderas
(Newman y Unger, 2003). El cobre es un metal esencial en vertebrados y ha sido
asociado con numerosas metaloenzimas y metaloproteínas (Thompson, 1990). Sin
embargo, la toxicidad de este metal puede resultar de la exposición excesiva, ya sea
de forma accidental, por riesgo laboral o contaminación ambiental, etc.; afectando
principalmente al hígado, ya que es el primer sitio donde se deposita después de que
5
1.1.3. Mercurio
El mercurio se presenta de forma natural en el medio ambiente (depósitos de
minerales, volcanes, incendios forestales y emisiones oceánicas) o puede ser
liberado por el humano en actividades tales como los hornos de cemento, en la
producción de ácido sulfúrico y de metales como el oro, cobre, hierro, plomo y zinc
(Hylander y Meili, 2003). La contaminación del medio marino causada por
compuestos de Hg es el resultado de fenómenos naturales en conjunto con las
descargas de origen humano, especialmente cerca de la costa. Tales descargas
contribuyen al aumento del flujo de Hg y la alteración de sus especies químicas
presentes en la columna de agua y en los sedimentos (André et al., 1990; Ruelas-
Inzunza et al., 2004). Las fuentes de contaminación antropogénica de mercurio más
importantes son las descargas urbanas, los materiales provenientes de la agricultura,
la minería, la combustión y las descargas industriales (Castro-González y Méndez-
Armenta, 2008). Los compuestos de fenilmercurio y las sales de mercurio son
utilizadas como fungicidas para el tratamiento de semillas y en la inhibición de
crecimiento de organismos en numerosas industrias (Newman y Unger, 2003). Este
metal ha sido tradicionalmente usado en químicos agrícolas como fungicida o
pesticida, también se encuentra en pequeñas cantidades en la cal y en algunos
fertilizantes, como estiércol aplicado a las tierras agrícolas (Dreher y Follmer, 2004;
Ruíz-Fernández et al., 2009). A este metal no se le ha encontrado ninguna función
biológica y, por lo tanto, es clasificado como un elemento no esencial para los
organismos. Dentro de la biósfera marina, el Hg está presente tanto en su forma
orgánica como inorgánica, pero la proporción relativa de tales formas es variable en
los diferentes grupos de organismos (Thompson, 1990). La principal vía de
intoxicación en humanos es a través del consumo de agua y de alimentos marinos,
los cuales acumulan monometil- y dimetil-mercurio en sus tejidos grasos (Schroeder
6
1.1.4. Plomo
La atmósfera constituye la mayor fuente de transporte del plomo proveniente de
fuentes industriales, de la combustión y de la minería hacia las aguas oceánicas y
costeras; así como a los organismos que las habitan (Valiela, 2006). Este elemento
está presente en las aguas naturales en su estado de oxidación +2 (Newman y
Unger, 2003). Una de las fuentes más generalizadas son las pinturas con plomo
presentes en los edificios viejos, también se puede encontrar dentro de los lugares
de trabajo en los que se usan productos de plomo. Este metal puede contaminar el
agua, la comida y las bebidas, en esta fase es incoloro, inodoro e insípido. Todavía
hoy en día se puede encontrar plomo en algunos productos comerciales, lo contienen
algunos remedios caseros y productos cosméticos. Se pueden encontrar
concentraciones altas en el suelo, el aire y el agua, en lugares en donde se
realizaron o actualmente se practican actividades mineras o fundidoras. Hay regiones
en las que la presencia de Pb en la sangre es un serio problema de salud,
particularmente en niños que viven en algunas áreas urbanas (ATSDR, 2007). No se
sabe que este metal presente ninguna función o requerimiento biológico, por lo que
también se le clasifica como elemento no esencial (Thompson, 1990), por el
contrario, es tóxico aún en concentraciones bajas; afectando a varios órganos y
sistemas (e.g. nervioso, hematopoyético, renal, endocrino y esquelético),
dependiendo de la edad del sujeto y la dosis. Un efecto de gran preocupación es el
deterioro en el desarrollo cognoscitivo y de comportamiento en lactantes y niños
(Goyer, 1997). Los síntomas de envenenamiento agudo por este metal son dolor de
cabeza, irritabilidad, dolor abdominal y varios síntomas relacionados con el sistema
nervioso. La encefalopatía por plomo se caracteriza por inquietud y falta de sueño.
En casos severos, la persona afectada puede sufrir de psicosis aguda, confusión y
7
disminución de la conciencia y las personas que han sido expuestas por largos
periodos de tiempo pueden sufrir deterioro de la memoria, tiempo de reacción
prolongado y capacidad reducida de entendimiento (Jarup, 2003; Castro-González y
Méndez-Armenta, 2008).
1.1.5. Zinc
El zinc se presenta en los ambientes acuáticos principalmente como Zn+2, aunque
también puede formar complejos orgánicos. A pH neutro se puede depositar en los
sedimentos mediante procesos de adsorción a óxidos de hierro y manganeso,
arcillas minerales y materia orgánica. Las principales fuentes incluyen las descargas
de aguas residuales, las actividades de minería, fundición y refinación de este metal,
la combustión de madera, la incineración de residuos, la producción de hierro y acero
y emisiones atmosféricas procedentes de distintas fuentes (Thompson, 1990). Es
usado de manera extensiva en recubrimientos y galvanización para prevenir la
corrosión. También es utilizado en aleaciones y como catalizador para algunas
reacciones de síntesis de polímeros (Newman y Unger, 2003). Los organismos
acuáticos exhiben un amplio rango de sensibilidad al Zn, el cual, puede ser
clasificado como un elemento esencial, ya que es requerido por varias
metaloenzimas (Thompson, 1990). Su ingestión en cantidades mínimas puede
causar problemas, pero también puede resultar perjudicial en grandes cantidades.
Los efectos nocivos generalmente se empiezan a manifestar a niveles de 10 a 15
veces más altos que la cantidad necesaria para mantener una buena salud. La
ingestión de grandes cantidades aún en periodos cortos de tiempo, puede causar
calambres estomacales, náusea y vómito; la exposición durante períodos
prolongados puede provocar anemia y disminución de los niveles del colesterol
benéfico para la salud. Se desconoce si sus niveles altos afectan la reproducción en
seres humanos, pero el suministro de grandes cantidades en ratas, les provocó
esterilidad. Inhalar polvos o vapores de zinc puede producir una enfermedad de corta
duración llamada “fiebre de vapores del metal”, pero aún no se sabe cuáles son sus
efectos al inhalarlo durante periodos de tiempo largos (ATSDR, 2008).
8
1.2. Biotoxinas
B marinas
La eu
utrofización es un pro
oceso de en
nriquecimie
ento de lass aguas dulces o marrinas,
que estimula la
l producc
ción acuáttica prima ria (Libes,, 1992) y una de sus
ecuencias ecológicas,
conse e es la prese
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ales, por el crecimiento masivo de fitoplan
ncton se p
pueden pro
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ente tóxica
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2004) que, al igual que los
factorres abiótico
os (Fig. 2), intervienen
n en las succesiones fittoplanctóniccas, como parte
de los
s factores propios
p de los organis
smos (e.g. ccompetenccia, pastoreo
o, interacciiones
media
adas químic
camente, etc.) (Granéli y Turner, 2008).
Figura
a 2. Factore
es abióticos
s que afecttan la produ
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en las
s algas noc
civas (Granééli y Turnerr, 2008).
Si bie
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aporte ambién un riesgo pote
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os ecosiste
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acuáticos. Los FANs (o HABs,
H por sus siglass en ingléss, Harmful Algae Blooms)
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ncton que provoca da
años a otrros organissmos,
ueden ser provocados
estos efectos pu p s por altas b
biomasas d
debido a da
años mecán
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9
10
puede
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micos incre
ementan ssu produccción, comp
pitiendo por los
nutrie
entes con la
as especies
s que co-ocurren (Gran
néli y Turne
er, 2008).
Figura
a 3. Dos escenarios
e que muesstran la fo
orma en qu ue la eutroofización p
puede
afecta
ar la produc
cción de co
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a s (Granéli y Turner, 20
008).
Las biotoxinas
b producidas
p por microa
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no prroteico, generalmente
e de bajo peso mole
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sustancias activa
as y difiere
en en origen, composiición química, estructu
ura, solubillidad,
mecanismos de acción, pa
atogenicidad y toxicida
ad (Alonso
o-Rodríguezz et al., 2004b).
La prresencia de
d estos metabolitos
m en las m
microalgas eucariotass con pote
encial
alelop
pático ha sido recono
ocida en differentes grrupos taxon
nómicos (C
Cembella, 2
2003)
dulcea
acuícolas (clorofitas,, diatomea
as y dino
oflageladoss) y marin
nos (cloro
ofitas,
crisofitas, diatom
meas, dinoffitas y hapto
ofitas); así como en ccianobacterrias (Halleg
graeff
et al., 2003). De las 5,000 especies
s de fitopla
ancton conocidas, se sabe que
e 300
puede
en causar discoloració
d ón en las aguas
a y alg unas 80 o 90 producttoras de toxxinas
puede
en causar envenenam
miento por consumo de marisco
os en hum
manos (Tab
bla 2;
11
12
13
14
15
cual el
e agua de
e mar es significativa
s mente diluida con ag
gua dulce proveniente
e del
contin
nente (Pritc
chard, 1967
7). A este tipo de ra
asgos tamb
bién se les ha aplicad
do el
nomb
bre de ensenadas, este
eros o bahíías, dificulta
ando en occasiones el establecim
miento
de un
n concepto común a quienes es
studian estte importan
nte ambiente litoral (D
De la
a-Espino y Cáceres Martínez, 1994).
Lanza
Las lagunas co
osteras ocu 3% de las zonas cossteras de todo el mundo
upan el 13
(Barnes, 1980) y son a me
enudo afec
ctadas tanto
o por las in
nfluencias naturales ccomo
antrop
pogénicas. Su tamaño es variad
do, con su
uperficies d 0,200 Km2 (e.g.
de hasta 10
Lagun
na de Patos, Brasil), su
s profundiidad es típiicamente d
de 1 a 3 m,, y casi siempre
meno
or a 5 m, con
c excepción en los canales de entrada y canale
es aisladoss. En
generral, las lagu
unas costerras captura
an sedimenttos inorgán
nicos y matteria orgániica y,
por lo
o tanto, sirrven como sumideros
s o filtros de materia
al. Frecuen
ntemente e
estos
cuerp
pos de agu
ua presenta
an altas tas
sas de pro
oducción primaria y ssecundaria,, son
valios
sas para la pesca y la acuicultura
a y, en algu
unos casos, para la exxtracción de
e sal.
En la
a escala de
e tiempo geológico
g tienen una corta dura
ación, con una existe
encia
intríns
secamente vinculada a su eficac
cia de filtrad
do y a la ta
asa relativa
a de cambio del
nivel del
d mar, en
n respuesta
a a los cambios climát icos mundiales, la acttividad tectó
ónica
local, y las actividades antropogénicas
s (Kjerfve, 1
1994; Fig. 6
6).
Figurra 6. Esqu
uema de una lagun na costera,, fuerzas climáticas y activida
ades
antro
opogénicas (modificad
do de The Encyclopedi
E ia of Earth, 2007).
16
Estos
s cuerpos de
d agua se
e ven afec
ctados por las fuerzass climáticas (viento, sol y
lluvia)); los efecto
os de las de
escargas fluviales, cam
mbios del n
nivel del ma
ar; así com
mo las
activid
dades antro
opogénicas
s de las zon
nas urbanass, industria
ales, agrícollas, portuarrias y
otras actividades
s relacionad
das con los
s vertidos, la acuicultu
ura, la pescca y activid
dades
recrea
ativas (Kjerrfve, 1994).
En México, apro
oximadamente 125 ec
cosistemas costeros h
han sido cla
asificados ccomo
lagunas costeras
s respecto a sus carac
cterísticas g
geológicas (Lankford, 1977). Mu
uchas
as cuencas
de la s de drena
aje de eso
os ecosiste
emas prese
entan los efectos de
e las
activid
dades indu
ustriales, agrícolas
a y acuícolass (Fig. 7); así como
o un acele
erado
crecim
miento de la
a población énez et al., 2001).
n (Soto-Jimé
Figurra 7. Repre
esentación de los elem
mentos que
e compone
en a la cuenca hidroló
ógica
(Páez z-Osuna et al., 2007).
17
1.4. El biomonitoreo
El biomonitoreo es una estrategia científica utilizada para evaluar el medio ambiente,
basada en muestreos y análisis del tejido y/o fluidos de organismos. Debido a la
correlación entre el organismo seleccionado y su correspondiente espacio en que
habita, esta técnica puede ofrecer directamente datos sobre los efectos potenciales y
el nivel integrado de toxicidad de los contaminantes, reflejando el correspondiente
grado de deterioro en el ambiente (Zhou et al., 2008). Las estrategias de monitoreo
pueden ser tan diversas como los problemas o necesidades a las que se dirigen los
programas (NAS, 1980).
Existen tres compartimentos generales en los cuales se pueden medir los niveles de
contaminantes en los hábitats costeros: el agua, los sedimentos y la biota (Phillips y
Rainbow, 1994; Rainbow, 1995). Las mediciones de la mayoría de los contaminantes
en la columna de agua presentan problemas analíticos y de muestreo, ya que las
concentraciones son frecuentemente más bajas que los límites de detección analítica
y varían a lo largo del tiempo y con el ciclo de marea, entrada de agua dulce,
estación del año, etc. Los análisis en sedimentos superan algunas de esas
desventajas: los contaminantes, incluidos los metales pesados, se acumulan
18
19
ura 8. Imáge
Figu enes del os
stión de mangle C. corrteziensis.
20
21
En estos sistemas, adheridos también a las raíces de los mangles, coexisten con C.
corteziensis ostiones de la especie Saccostrea palmula (Carpenter, 1857), mismos
que han sido incluidos en los géneros Ostrea y Crassostrea (Carriker y Gaffney,
1996). Este bivalvo presenta una de las formas más variables de la Provincia
Panámica (Keen, 1971) y su clasificación taxonómica (World Register of Marine
species, 2011) es la siguiente:
Reino: Animal
Filo: Molusca
Clase: Bivalvia (Lineo, 1758)
Subclase: Pteriomorfia (Beurlen, 1944)
Orden: Ostreoida (Férussac, 1822)
Superfamilia: Ostreacea (Rafinesque, 1815)
Familia: Ostreidae (Rafinesque, 1815)
Subfamilia: Ostreinae (Rafinesque, 1815)
Género: Saccostrea (Dolfuss y Dautzenberg, 1920)
Especie: Saccostrea palmula (Carpenter, 1857)
22
2. ANTECEDENTES
23
Páez-Osuna et al. (2002) en un estudio extenso que abarcó varios de los sistemas
lagunares del estado de Sinaloa, centro y sur de Sonora, Nayarit y Jalisco;
encontraron altos niveles de plomo (de 3.6 a 7.6 g g-1) en comparación con otras
especies del mismo género en otras regiones.
24
25
la bahía de Mazatlán niveles arriba del límite permisible (80 g STX eq/100 g tejido)
en varias fechas del año, por lo que se estableció un programa permanente de
monitoreo de toxinas (Acevedo-Medina, 2006; Acevedo-Medina et al., 2006).
26
27
3. PROBLEMA
28
4. HIPÓTESIS
(2) Dadas las diversas actividades que se realizan en las zonas aledañas a las
lagunas costeras de Sinaloa (e.g. pesquerías, agricultura, ganadería, acuacultura y
turismo), se espera encontrar diferencias en las concentraciones de metales pesados
en los ostiones de los sistemas lagunares, determinándose las mayores
concentraciones en los sistemas donde se presentan un mayor número e intensidad
de tales actividades.
(4) Dado que en las cuencas de drenaje y zonas aledañas a las lagunas costeras de
Sinaloa se realizan actividades como la agricultura, ganadería y acuacultura, las
cuales generan grandes cantidades de nutrientes, se tienen condiciones que
favorecen la presencia de organismos productores de biotoxinas. Estos compuestos
al ser filtrados, son acumulados por los ostiones de los sistemas lagunares, por lo
que se espera detectar toxinas paralizantes y amnésicas en la época de mayor
abundancia de las microalgas productoras (invierno-primavera), la cual corresponde
a los muestreos de la temporada de secas.
29
5. OBJETIVOS
(2) Detectar la presencia y analizar las concentraciones así como los perfiles de
toxinas paralizantes mediante cromatografía líquida de alta resolución, con
detección de fluorescencia (HPLC-FD).
(4) Comparar los niveles encontrados de los grupos de contaminantes con los límites
que señalan las normas nacionales e internacionales.
(5) Realizar un análisis comparativo de los resultados por época climática y por
estación de muestreo en cada sistema lagunar con objeto de categorizar los
diferentes sistemas lagunares, así como para identificar sitios críticos y sitios con
baja o nula contaminación.
30
6. AREA DE ESTUDIO
Sinaloa se ubica entre los 27°02’ – 22°29’ N y 105°23’ – 109°28’ O, cuenta con una
superficie de 58, 092 Km2 y 640 Km de línea de costa (INE-SEMARNAT, 2000), así
como 221,600 ha de lagunas costeras. En su planicie costera se presentan 11 ríos y
242 arroyos de flujo temporal que en conjunto transportan un promedio de
15,200,000 m3 anuales. Entre las actividades antropogénicas que se desarrollan en
el estado de Sinaloa y que aportan contaminantes e impactan a los ecosistemas
terrestres y acuáticos, sobresalen la agricultura, ganadería, acuicultura, pesca,
minería, turismo y asentamientos humanos (Tabla 5).
31
32
En el presente estudio,
e se
e incluyen siete
s de lo s diez siste
emas lagun
nares del llitoral
oense (Fig. 9).
sinalo
33
6.1. El
E Colorado
o (EC)
La lag
guna EC (F
Fig. 10) es un
u sistema lagunar de
e tipo II-A d
de sedimentación terríígena
difere
encial, cons
stituido porr depresion
nes margin as con barreras
nales e inttra-deltáica
areno
osas que sufren
s rápid
das modific
caciones e
en su form
ma y batime
etría (Lankkford,
1977)). Es un sis
stema some
ero con pro
ofundidadess de 1 a 2 m
m, solamen
nte en la bo
oca o
cerca de esta se
s tienen profundidad
p des de 10 y hasta 15
5 m por do
onde corren los
canale
es de mare
ea. El espe
ejo de agua
a ocupa un
n área apro
oximada de
e 14,000 ha
a. En
dicha sub-cuenc
ca se desa
arrolla uno de los sisstemas de agricultura
a de riego más
desarrrollados de
el país (Páe
ez-Osuna et
e al., 2007) .
34
6.2. Santa
S María
a-Ohuira-T
Topolobam
mpo (SMOT
T)
El sistema lagun
nar SMOT (Fig. 11) se
e clasifica ccomo del tipo I-C y II-A o de ero
osión
difere
encial/ valle
e inundado con ba
arrera y ssedimentación terríge
ena diferen
ncial/
depre
esión intra-d
deltáica y marginal,
m re
espectivam
mente (Lankkford, 1977
7). La supe
erficie
que cubre
c este complejo es
e de 6,000
0 ha para la
a bahía de
e Topolobam
mpo y 9,00
00 ha
para la bahía de
e Ohuira y un total aproximado
a de 20,000
0 ha, incluidos los esteros
ados (Páez
asocia z-Osuna et al., 2007).
35
Figura
a 12. Localiización de los
l sitios de
e muestreoo de ostione
es silvestres (8, 9, 10, 11),
en el sistema lag
gunar San Ignacio-Na
I vachiste-M
Macapule.
6.3. San
S Ignacio
o-Navachis
ste-Macapu
ule (SINM)
El sistema SINM
M (Fig. 12) se
s ubica en
ntre los 25ºº22’ y 25º35’ latitud no
orte y 109ºº05’ y
45’ longitud
108º4 d oeste, en
ntre los mu
unicipios d
de Ahome y Guasave
e y comprrende
principalmente la bahía de Nava
achiste. El área de
e este sistema ess de
aprox
ximadamentte 26,000 ha
h y está clasificado p
por Lankforrd (1977) como platafo
forma
de ba
arrera intern
na (tipo III-A
A) con boca
a permane nte y con o
orientación semi-paralela a
la cos
sta. Está separado
s del mar porr la isla de
e San Igna
acio y tiene
e dos boca
as de
comunicación co
on mar den miten que en el
nominadas Macapule y Vinorama, que perm
ma prevalezca el amb
sistem biente marrino durante o el año (Meza-Guerrrero,
e casi todo
2007)). Es un cuerpo
c rece
eptor de la
as aguas rresiduales provenienttes de la zona
agríco
ola adyacen
nte, de los aportes del río Sinalo
oa, así como
o de los eflluentes urb
banos
e indu
ustriales. En
E sus zona
as aledaña
as se han cconstruido a del 40 % de las
alrededor d
granja
as camaron
neras del es
stado (Páez
z-Osuna ett al., 2007).
36
Figura
a 13. Locallización de los sitios de
d muestreeo de ostion
nes silvestrres (12, 13,, 14,
15, 16
6) y de cultiivo (SMc), en
e el sistem
ma lagunar Santa Marría-La Reforrma.
6.4. Santa
S María
a-La Reforma (SMLR
R)
El Sis
stema lagu
unar SMLR
R (Fig. 13) se encuen
ntra ubicad
da en la pa
arte centra
al del
Sinalo
oa, entre lo
o 25º15’ y 24º42’
2 de latitud
l norte
e y los 107
7º53`y 108ºº26’ de lon
ngitud
oeste, es el má
ás grande del estado
o, cuyo esspejo de a
agua cubre una exten
nsión
aprox
ximada de 51,000 ha y es uno de los má
ás importan mas por su gran
ntes sistem
divers
sidad de flora y faun
na silvestre
e (Meza-G uerrero, 20
007). Su cclasificación
n, de
acuerrdo a Lankfford (1977),, es del tipo
o III-A y III-C
C o plataforrma de barrrera interna
a con
boca permanen
nte y con orientación semi-pa
aralela a la costa. L
Las princip
pales
activid
dades econ
nómicas re
egistradas para
p este ssistema y sus inmediaciones so
on la
pesca
a, la agricu
ultura, la ca
amaroniculttura y activvidades cin
negéticas. A partir dell año
2004, recibe los
s escurrimie
entos de la planta de tratamiento
o de aguass residuales del
munic
cipio de Culiacán (Páe
ez-Osuna et
e al., 2007) .
37
Figura
a 14. Locallización de los sitios de
d muestre eo de ostion
nes silvestrres (17, 18,, 19,
20), en
e el sistem
ma lagunar Altata-Ense
A enada del P
Pabellón.
6.5. Altata-Ense
A enada del Pabellón
P (A
AEP)
nar AEP (Fig. 14) tiene una supe
El sistema lagun erficie aproximada tota
al de 23,00
00 ha
y se clasifica co
omo tipo III A o plata
aforma de b erna (Lankkford, 1977). Se
barrera inte
za en la región centra
localiz al del litoral sinaloensse, a 45 km
m al suroesste de Culia
acán,
entre los 24º19’ y 24º40’ de
d latitud norte y los 1
107º58’ a 1
107°28’ de longitud o
oeste.
Admin
nistrativame
ente, se en
ncuentra ba
ajo la jurisd
dicción de lo
os municip
pios de Culiiacán
y Nav
volato. La la
aguna de Ensenada
E del Pabellón
n (EP) cubre
e una supe
erficie de 13
3,400
ha y la bahía de Altata cue
enta con 8,8
800 ha. En EP desem o Culiacán, cuyo
mboca el río
estuario constitu
uye una se
eparación efectiva
e enttre los dos subsistem
mas. En AE
EP se
entran varia
encue as islas de baja
b altura,, constituida
as por depó
ósitos de lim
mo y de are
ena y
en la
as áreas someras es
s frecuente
e la prese
encia de b
bosques de
e manglar. Las
principales actividades que
e se practic
can en esta n la agricultura, la pessca y
a región son
uacultura (P
la acu Páez-Osuna
a et al., 200
07).
38
Figura
a 15. Locallización de los sitios de
d muestreo
o de ostione
es silvestre
es (21, 22, 23) y
de cu
ultivo (Cc), en
e la lagunna de Ceuta a.
6.6. Ceuta
C (CEU
U)
La Ba
ahía de Ce
euta (Fig. 15) o Ensen
nada de Qu
uevedo, se
e ubica entrre los 24º 0
00´ y
24º 15
5´ latitud Norte y los 107º
1 05’ y 107º
1 27’ lon
ngitud Oestte (INP, 2000), cuya fforma
y batiimetría son
n modificad
das por la acción de las mareas y presen
nta una energía
relativ
vamente baja. Tiene una extensión de 7,000 ha aproximadamente y está
clasificada, de acuerdo a Lankford (1977), ccomo una laguna de
el tipo III A o
platafforma de barrera
b inte
erna. En lo ores de este sistema se desarrrollan
os alrededo
principalmente actividades
a de tipo ag
grícola, peccuario y acu
uícola (Páe
ez-Osuna e
et al.,
2007)). Se comu
unica con el
e Océano Pacifico
P po
or la boca d
del río San
n Lorenzo e
en la
parte norte del sistema, que
q en su parte sur está delim
mitado por el río Elotta. El
sistem
ma presenta
a una segu
unda boca llamada La
a Ensenada
a de 500 m de ancho y de
origen
n artificial (B
Bañuelos-V
Vargas, 200
07).
39
Figura
a 16. Locallización de los sitios de
d muestreo
o de ostion
nes silvestre
es (24, 25, 26),
en el estero de Urías.
U
6.7. Urías
U (URI)
El esttero de URI (Fig. 16) se
s ubica en
ntre los 23ºº10'36" y 23
3º13'00" lattitud Norte y los
106º2
20' 00" y 10
06º25'35" de
e longitud Oeste,
O su superficie ap
proximada es de 1,800 ha,
cuyo espejo
e de agua
a es de 1280 ha y presenta ccaracterísticcas de una laguna cosstera,
ya qu
ue la boca está permanentemen
nte abierta y orientada casi para
alelamente
e a la
costa (Phleger 1969).
1 Lank
kford (1977
7) clasifica a este cue
erpo de agu
ua como laguna
costera Tipo III B de platafo
orma interna con barre
era. Es el sistema máss urbanizad
do de
Sinalo e los más impactados
oa y uno de s. Sobre su
u extremo n
norte-occide
ental se loccaliza
la ciudad y puerto de Maz
zatlán, que
e cuenta co
on desarrolllos industrriales, las fflotas
camaronera y atunera más
s importanttes del paíss, la termo
oeléctrica José A. Pozzos y
tres granjas de camarón
c (P
Páez-Osuna
a et al., 200
07).
40
Figura
a 17. Localiización del sitio testigo
o (ST), en e
el Estero de
el Rey, San
n Blas, Nayyarit.
6.8. Sitio
S testigo
o (ST)
El ST
T está ubica
ado en el Estero
E del Rey (Fig. 17), en el sistema esstuarino de
e San
Blas, Nayarit, el cual se sittúa dentro de las reg iones hidro
ológicas Le
erma-Santia
ago y
cila, en la provincia fiisiográfica de la Llan ura Costerra del Pacíífico, en la sub-
Huicic
provin
ncia del de
elta del Río
o Grande Santiago. El sistema
a está con
nstituido po
or los
estero egada, del Pozo, Rey (ST) y San
os Boca Ce n Cristóbal,, así como por los cue
erpos
de ag L Tobara, La Aguada y la Atasccada, adem
gua dulce La más de inclu
uir las marissmas
La Tiigra, Zoquipa y la Chayota.
C Entre
E sus principaless tipos de vegetación se
encue
entran manglares, selva
s baja caducifoliia, selva mediana sub-caduciifolia,
vegetación halóffita y popa oría de los asentamie
al. La mayo anos en el área
entos huma
corres
sponden a comunidad
des rurales que se carracterizan p
por una red
ducida activvidad
antrop
pogénica, con excepción de San Blás, ccon alreded
dor de 50,,000 habita
antes
(Frías
s-Espericue
eta et al., 1999; Berlanga-Roble
es y Ruíz--Luna, 2006). El clim
ma es
o-húmedo con régim
cálido men de llu octubre que reporta una
uvias de jjunio a o
41
precip
pitación pro
omedio anu
ual de 1,31
16 mm. La
a temperatu
ura promed
dio anual e
es de
25.6°C
C y la dirección de los vien
ntos es m
moderada del surestte al noro
oeste
(Encic
clopedia de
e los municiipios de Mé
éxico, 2009
9).
El número de es
staciones de
d muestre
eo en cada uno de esstos sistemas, se eligió de
acuerrdo al área de cada la
aguna o sis
stema lagun o de agua),, así como a su
nar (espejo
forma
a y las acttividades que
q se rea
alizan en la correspo
ondiente cu
uenca aled
daña.
Adem
más se cons
sideró la diistribución de las zonas de man
nglar y la disponibilida
ad de
ostion
nes en tales zonas. Adicionalme
A ente, se obttuvieron seiis muestrass de ostione
es de
cultivo
o de la esp
pecie C. giigas y dos muestras d
de C. corte
eziensis (du
uplicados d
de 25
organismos) reco
olectadas de
e cuatro de las lagunass costeras q
que compre
enden el áre
ea de
estudio: EC, SML
LR, ALT y CEU
C (Fig. 18
8).
Figuraa 18. Lagu unas costerras de Sina aloa en do onde se reccolectaron los ostione
es de
cultivo
o. El punto (círculo
( relle
eno) indica la
l posición aproximada
a de las gra
anjas.
42
7. MATERIALES Y METODOS
7.1. Muestreos
Se llevaron a cabo dos campañas de muestreo, la primera en el mes de octubre
(temporada de lluvias, 2008) y la segunda en los meses de abril y mayo (temporada
de secas o estiaje, 2009; Tabla 6).
43
44
7.3. Análisis
A de ADN
Duran
nte la reco
olección de
e los ostio
ones, se sseleccionarron organissmos de ttallas
simila
ares de las raíces de
d mangle e encontraron ostiones con ciertas
e, pero se
difere
encias en la
a forma de
e sus valva
as adherido
os a las m
mismas raícces: alguno
os de
estos organismo
os presenta
aban el borrde de sus valvas liso
o y otros co
on rugosida
ades.
En el laboratorio
o, al mome
ento de sep
parar por g
grupos (25 organismo
os), se tom
mó en
deración ta
consid al diferencia
a (Fig. 19).
a) b)
a 19. Ostio
Figura ones: (a) co
on el bord
de de sus vvalvas sin ondulacion
nes, “lisos” o C.
cortez
ziensis; y (b) con el borde de sus valva as ondulad do, “chinos” o S. palmula
recole
ectados de las
l mismas raíces de mangle.
m
45
Una vez hecha la extracción de ADN, se amplificó por PCR (reacción en cadena de
la polimerasa) un fragmento de aproximadamente 550 pares de bases, utilizando los
iniciadores universales 16Sar-L, R. Una vez obtenidos los productos de PCR, se
realizó la electroforesis para verificar la extracción con la presencia de una única
banda intensa. Posteriormente, se enviaron las muestras de ADN al laboratorio
Macrogen Inc. en Corea, para su purificación y secuenciación, en algunos casos en
los que había duda se solicitó una re-secuenciación. Una vez recibidos los
resultados, se llevó a cabo el análisis de las secuencias, se compararon con las
secuencias de especies del género Crassostrea del banco de datos GenBank. Las
secuencias se editaron con el software Bioedit, se generó el árbol filogenético con
MEGA 4 (Tamura et al., 2007), se utilizó el algoritmo de Neighbor-Joining (Saitou y
Nei, 1987) y la prueba de filogenia con el método de re-muestreo (bootstraping).
46
7.4. Análisis
A de metales pesados
p
Todo el materiall usado parra este aná
álisis se lavvó en bañoss con ácido
o clorhídrico 2M
duran
nte 72 horas
s, seguido de un segu
undo baño ccon ácido n
nítrico 2M ttambién durante
72 ho
oras y enjua
agados finalmente con
n agua Milli--Q (Moody y Lindstrom
m, 1977).
Para el análisis de metales
s, las mues
stras fueron
n digeridas (por dupliccados form
mados
por 25
5 organism
mos) en un horno de microondas
m s (CEM, MA
ARS 5), ussando vaso
os de
digesttión (CEM, HP-500). Se
S pesaron
n 0.25 ± 0. 003 g del ttejido seco
o en un vasso de
digesttión y se adicionaron 5 mL de ácido
á nítrico
o concentra
ado (HNO3, grado me
etales
“traza
a”). Posterio
ormente, la
as muestras
s se dejaro
on con el áccido durantte un tiemp
po de
pre-diigestión de
e entre 12
2 y 20 horras, después del cua
al, fueron completam
mente
digeridas en el horno micrroondas en ama de tres etapas: ((1) a 100 % de
n un progra
poderr, durante 5 min a 100
0 ºC, (2) a 100
1 % de p
poder, dura
ante 5 min a 120 ºC y (3) a
100 % de poder,, durante 10
0 min a 140
0 ºC (Fig. 2
20).
Previo
o al análisis
s de las mu
uestras se establecierron las curvvas corresp
pondientes para
cada uno de los metales, se
e leyó el material de rreferencia (ttejido de m
mejillón Stan
ndard
Referrence Mate
erial® 297
76, proced
dente del National Institute o
of Standarrd &
Techn 98) y se obtuvieron los porcenttajes de re
nology, 199 n. En todos los
ecuperación
casos
s, las mues
stras digerid
das, los ma
ateriales de
e referencia
a y los blancos se aforraron
a 25
5 ml con agua Millli-Q en frascos
f de
e polietilen
no y se analizaron por
espec
ctrofotometría de abso
orción atóm
mica (EAA,, equipo VA
ARIAN mo
odelo SpecttrAA-
47
220) para determinar las concentraciones de cada uno de los metales: Cd, Cu y Pb
por detección con horno de grafito (HG, VARIAN modelo GTA-110), Zn por detección
con flama y Hg por generación de vapor en frío (GVF, VARIAN modelo VGA-110).
48
contaminación superiores
s a 20 g g-1 (Quilliam
m, 2003). E
En el prese
ente estudio, la
meno
or concentra
ación inyec
ctada y dete L-1, la cual se utilizó ccomo
ectada fue de 1g mL
el pun
nto más bajjo de la currva de calibración.
Los extractos
e eron inyecttados (20 L)
fue en el eq
quipo HPLC
C con deteccción de arrreglo
de dio
odos (DAD; Prostar 335) a una longitud de
e onda de 2
242 nm (ulttravioleta), para
conoc
cer la conc
centración de AD pre
esente en cada muesstra (Fig. 2
21). Como fase
estacionaria se utilizó
u una columna
c 4.6 mm, 5
C18, 250 x 4 m (tamaño
o de partícu
ula) y
la fase
e móvil con
nsiste en un
na mezcla de
d acetonit rilo:agua:TFA (10:89.9
9:0.1, v:v).
Figura
a 21. Diagrrama de flu ujo de la preparación
p n de muesttras para la
a detección
n de
toxina
as del tipo ASP
A (Quillia
am, 2003).
49
50
Enseg
guida, se lllevó a cabo
o la hidrólis
sis para co
onvertir las toxinas N--sulfocarbamato
en su
us respectiv
vas toxinas
s decarbam
mato. Para e maron 150 L del exttracto
ello, se tom
drolizar, se le agregarron 150 L de ácido accético 0.03 N, así com
sin hid mo 37 L de
e HCl
1M, y se agitó (3
30 s en vorrtex). Poste
eriormente, las muestrras se incub
baron (15 m
min a
C), se dejaron enfriar a temperatura ambien
90 °C nte y se ho
omogenizarron nuevam
mente
dieron 75 L de soluciión de acettato y se re
(30 s en vortex).. Finalmentte, se añad ealizó
una última
ú agittación (30 s en vorrtex). Con esto, se obtuvieron
n los extra
actos
hidrolizados que
e, al igual que
q los exttractos sin hidrolizar, se vertiero
on en los vviales
corres
spondientes etados y s e colocaro
s, previamente etique on en el au
uto-muestre
eador
para el
e análisis en
e HPLC (F
Fig. 22).
51
52
Poste
eriormente se realiza la limpiez
za con carrtuchos C18 SPE, pa
ara lo cua
al, se
acond
dicionan los
s cartuchos
s con 6 mL
L de metan
nol, seguido
os de un la
avado con 6 mL
de ag
gua Milli-Q, se permite que salga la mayor ccantidad de
el eluyente ssin dejar qu
ue se
seque
e el cartuch
ho. Se aña
ade 1 mL del extracto
o crudo (primera limpie
eza) y 2 m
mL de
agua Milli-Q, el flujo debe manteners
se a 2-3 m
mL/min. Se colecta el efluente e
en un
tubo (sin dejar que
q el carttucho se se
eque), se a
ajusta el p
pH a 6.5 co
on hidróxid
do de
sodio 1 M (NaO
OH) y se afora a 4 mL con a
agua HPLC
C. Se realizza una primera
inyecc
ción para el análisis cualitativo
o. Una vezz obtenidos los crom
matogramass, se
prepa
aran las mu
uestras que
e dieron re
esultados p
positivos, p
para seguir con el análisis
cuantitativo (Fig.. 23).
Figura
a 23. Diagrrama de flu
ujo de la preparación
p n de muesttras para la
a detección
n de
toxina
as del tipo PSP
P (Lawre
ence et al., 2005).
53
54
Una vez obtenidos los resultados de los cinco metales se compararon con las
normas correspondientes en cada caso (Tabla 7), con el fin de corroborar que los
niveles de contaminantes estén dentro de los límites permitidos. También se hicieron
los cálculos de acuerdo a la ingesta máxima recomendada, para saber la cantidad
que se podía ingerir de ostiones provenientes de estas lagunas, sin que se presenten
efectos adversos en la salud humana, debidos a la intoxicación por tales
contaminantes.
Tabla 7. Límites máximos permisibles (LMP) de metales pesados (g g-1 en base a peso
fresco), en tejido de moluscos bivalvos, de acuerdo a diferentes legislaciones.
País Legislación Cd Cu Hg Pb Zn
México NOM-03 (1993), NOM-242 (2009) 2 NE 1 1 NE
OMS WHO (1982) 2 10 1 1 100
USA FDA (1993) 10 NE 0.5 1 NE
USA NAS* 2 NE 0.5 NE NE
EEC Codex Alimentarius (1995) 2 NE 1 3 NE
España NCMBD (1985) 1 20 0.5 3 NE
Australia TPHR 5.5 30 1 NE 40
Canadá NE* NE 100 0.5 NE NE
Japón NE* 1 NE 1 NE NE
UK FSC* NE NE 0.3 NE 50
NOM, Norma Oficial Mexicana; OMS, Organización Mundial de Salud (WHO, por sus siglas en inglés);
USA, Estados Unidos de América; FDA, Food and Drug Administration; NAS, National Academy of
Sciences; EEC, European Economic Community; NCMBD, Norma de Calidad para Moluscos Bivalvos
Depurados;TPHR, Tasmanian Public Health Regulation; UK, Reino Unido; FSC, Food Science Council,
NE, No Especificado; * = información obtenida de Chen et al. (2003).
55
Figu
ura 24. Diagrama
D de
d flujo ded la estra ategia gen
neral de ttrabajo (EA AA,
Espectrofotometría de Abbsorción Attómica; F, Flama; HG G, Horno dde Grafito; VF,
Vappor en Frío;; HPLC, Crromatografí
fía Líquida de Alta Re esolución; F
FD, Deteccción
de Fluorescenc
F cia; UV, De
etección Ulttravioleta).
56
8.
8 RESULT
TADOS Y DISCUSION
8.1. Parámetros
P físico-quím
micos
Como
o se menc
cionó en la
a metodolo
ogía, duran
nte las ca
ampañas de muestreo se
registrraron los parámetros
p de salinidad y temp
peratura de las aguass en las cuales
habita
aban los ostiones, en
n las difere
entes estacciones de cada una de las lag
gunas
muesttreadas.
8.1.1. Salinidad
Se pro
omediaron los datos de salinidad para cada laguna o siistema lagu
unar, de acu
uerdo
al núm
mero de esttaciones de
e muestreo. Se realizó en análisis de normaliidad median
nte la
prueb
ba Kolmogo
orov-Smirno
ov para los
s datos de salinidad obtenidos (p = 0.086
6). El
prome
edio de salinidad más
s bajo (29.2
2 ‰) corresspondió al sistema SM
MOT, duran
nte el
muesttreo de la época
é de lluv
vias y el má
ás alto (40.0
0 ‰) se pre
esentó en la
a laguna de
e URI,
durante la época
a de secas, que coincide con el d
dato de saliinidad regisstrado duran
nte la
misma
a temporad
da en el sitio
o testigo. Se
S encontró
ó que tales promedios fueron mayyores
durante la tempo
orada de se
ecas, excep
pto en el ca
aso de CEU
U, donde a diferencia de lo
esperrado, se registraron ma
ayores saliniidades en e
el muestreo de lluvias (Fig. 25).
57
8.1.2. Temperatu
ura
ual forma, se
De igu s promedia
aron los registros de tem
mperatura p
para cada la
aguna o sisstema
laguna
ar, según el
e número de
d estacione
es de muesstreo. Estoss datos tam
mbién pasarron la
prueb
ba de norm
malidad (Kollmogorov-S
Smirnov, p > 0.10, i.e
e., resultaro
on normaless). El
menor promedio de temperraturas (25..6 °C) se e
encontró en
n el sistema
a lagunar S
SINM,
corres
spondiente a la época
a de secas y el mayo
or (32.2 °C)) se registrró en el sisstema
SMOT
T, durante la
l época de
e lluvias. Sin embargo, el registro
o de temperratura en el sitio
testigo
o (33.0 °C) durante la época de secas,
s fue ssuperior a llos promed
dios de todo
os los
sistem
mas. Se enc
contró que tales
t prome
edios fueron
n mayores d
durante la é
época de llu
uvias,
excep
pto en el cas
so del sitio testigo, don
nde se regisstró una ma
ayor temperratura duran
nte la
época
a de secas (Fig.
( 26).
8.2. Morfometría
M a
s los datos morfométrricos de los
Todos s ostiones ((talla, peso
o, peso blan
ndo e índicce de
condic
ción) de ambas
a temp
poradas pa
asaron la prueba de normalida
ad (Kolmog
gorov-
Smirn
nov, p > 0.1
10, i.e., resultaron normales). Durante la tem
mporada de
e lluvias, la
a talla
prome
edio de los ostiones rec
colectados fue de 45.3
3 ± 2.6 mm, su peso to
otal promediio fue
de 13
3.5 ± 3.2 g y el peso promedio
p del
d tejido bla
ando fue de 1.7 ± 0.3
3 g (Tabla 8
8). Al
selecc
cionar los organismos
s para hac
cer los grup
pos, se prrocuró inclu
uir aquelloss que
midierron entre 40
0 y 60 mm, aunque, en
n algunos ca
asos, los orrganismos n
no alcanzab
ban la
58
talla mínima, esto sólo se reflejó en el promedio de los organismos del sitio 7,
correspondiente a la laguna de Ohuira (37±6 mm).
Tabla 8. Talla (mm), peso total (g), peso del tejido blando (g) e índice de condición, IC
(promedio ± desviación estándar) de los ostiones muestreados, durante la campaña
de lluvias.
Sitio Grupos Especie Talla Peso Peso IC
total blando
EC1 2 C. corteziensis 46±5 14.8±3.7 1.8±0.5 20.7±3.1
EC2 2 C. corteziensis 47±6 15.2±4.9 1.6±0.5 17.7±1.4
EC3 2 C. corteziensis 42±5 11.4±3.6 1.4±0.4 22.8±1.7
SMOT4 2 C. corteziensis 46±6 14.9±5.1 1.9±0.7 25.6±2.0
SMOT5 2 C. corteziensis 45±7 11.8±5.1 1.6±0.6 28.9±0.3
SMOT6 2 C. corteziensis 43±7 10.9±4.3 1.6±0.7 29.3±2.4
SMOT7 2 C. corteziensis 37±6 8.4±4.2 1.2±0.5 29.1±0.4
SMOT7' 2 S. palmula 47±8 15.9±6.3 2.3±0.7 27.6±2.4
SINM8 2 S. palmula 47±5 19.7±5.4 2.0±0.7 18.6±3.9
SINM9 2 C. corteziensis 47±6 15.2±5.0 1.8±0.6 23.1±2.3
SINM10 1 C. corteziensis 46±6 12.8±4.0 1.9±0.7 31.0*
1 S. palmula 47±4 19±5.1.0 2.3±0.7 28.1*
SMLR11 1 C. corteziensis 42±5 10.7±3.4 1.1±0.3 19.3*
1 S. palmula 48±6 22.4±6.1 2.1±0.6 16.1*
SMLR12 2 C. corteziensis 44±6 10.8±3.7 1.5±0.6 22.4±1.9
1 S. palmula 46±7 15.0±7.3 1.9±1.0 22.7*
SMLR13 2 S. palmula 46±7 17.7±4.7 2.2±0.8 23.7±0.2
SMLR14 2 C. corteziensis 47±6 11.0±2.7 1.2±0.3 20.2±2.2
SMLR15 2 S. palmula 49±7 21.6±11.3 2.0±1.2 19.0±1.4
AEP16 2 C. corteziensis 45±7 13.0±7.3 1.7±1.1 25.8±0.6
2 S. palmula 46±6 16.8±6.2 2.0±1.0 25.8±3.1
AEP17 2 S. palmula 46±4 13.2±4.8 1.2±0.5 24.3*
1 C. corteziensis 47±7 10.0±7.7 1.1±0.8 12.4±4.4
AEP18 2 C. corteziensis 40±4 9.4±3.1 1.2±0.5 25.0±0.5
AEP19 2 C. corteziensis 43±6 12.2±5.3 1.4±0.7 24.7±2.8
AEP20 2 C. corteziensis 46±5 16.1±5.2 1.5±0.6 19.5±0.8
CEU21 2 C. corteziensis 47±6 12.1±6.9 1.4±0.7 20.4±2.1
CEU22 2 C. corteziensis 46±6 14.2±3.9 2.0±0.6 25.9±3.7
CEU23 2 C. corteziensis 45±6 12.4±4.2 1.7±0.7 29.8±0.8
URI24 1 C. corteziensis 44±6 10.5±5.0 1.6±0.8 25.3*
1 S. palmula 44±5 12.5±4.2 1.7±0.6 21.9*
URI25 2 C. corteziensis 47±4 11.2±2.8 1.6±0.4 24.7±2.1
URI26 2 C. corteziensis 48±4 10.7±2.4 1.8±0.6 25.3±0.7
ST 2 C. corteziensis 41±7 7.7±4.2 0.9±0.5 32.3±13.3
*Un solo valor.
59
En la temporada de secas la talla promedio fue de 48.5 ± 2.8 mm, su peso total
promedio fue de 15.6 ± 4.0 g y su peso del tejido blando fue de 2.2 ± 0.5 g. Nuevamente,
hubo estaciones en las que uno o ambos grupos de ostiones fueron de la especie S.
palmula (Tabla 9).
Tabla 9. Talla (mm), peso total (g), peso del tejido blando (g) e índice de condición, IC
(promedio ± desviación estándar) de los ostiones muestreados, durante la campaña de
secas.
Sitio Grupos Especie Talla Peso total Peso IC
blando
ST 2 C. corteziensis 43±3 7.2±1.6 1.2±0.3 26.7±4.9
EC1 2 C. corteziensis 50±6 21.0±6.6 2.2±0.8 15.7±1.0
EC2 2 C. corteziensis 51±6 21.3±6.8 2.6±1.2 22.4±5.0
EC3 2 C. corteziensis 50±5 16.3±4.4 2.8±0.9 33.6±4.8
SMOT4 2 C. corteziensis 47±7 14.5±5.8 2.6±1.0 33.0±3.2
SMOT5 2 C. corteziensis 48±5 15.1±3.7 2.7±0.8 39.7±6.5
SMOT6 2 C. corteziensis 51±6 17.1±4.9 3.0±1.2 38.8±1.1
SMOT7 2 C. corteziensis 46±6 15.2±6.2 2.0±01.0 22.6±1.7
SMOT7' 2 S. palmula 52±7 18.7±6.1 2.3±0.8 22.1±3.1
SMOT8 2 C. corteziensis 49±7 14.5±6.5 2.1±1.1 23.9±5.3
SINM9 2 C. corteziensis 50±6 17.4±4.5 2.1±0.7 18.3±4.3
SINM10 2 C. corteziensis 48±5 14.1±4.0 2.2±0.8 32.1±2.0
2 S. palmula 49±6 21.4±4.2 2.7±1.0 25.2±4.4
SINM11 2 C. corteziensis 51±8 16.1±5.7 2.4±1 28.4±2.1
SMLR12 2 C. corteziensis 46±5 11.8±3.9 1.9±0.7 28.9±2.6
SMLR13 2 S. palmula 48±8 12.9±4.7 1.5±0.7 16.5±2.4
SMLR14 2 C. corteziensis 54±6 17.0±8.6 1.9±0.9 15.2±1.6
SMLR15 2 C. corteziensis 54±7 26.2±9.7 3.4±1.5 28.0±3.0
SMLR16 2 C. corteziensis 43±4 10.5±4.8 1.8±0.8 30.6±3.5
SMLR17 2 C. corteziensis 48±9 15.9±9.7 2.5±1.7 30.8±2.3
AEP18 2 C. corteziensis 47±4 11.1±3.3 1.6±0.5 21.1±3.3
AEP19 2 C. corteziensis 44±9 14.6±9.0 2.0±1.1 24.5±3.6
AEP20 2 C. corteziensis 49±6 17.8±6.5 2.0±0.9 13.9±0.9
CEU21 1 S. palmula 49±7 16.6±5.9 1.9±0.7 16.8*
1 C. corteziensis 48±6 10.8±2.8 1.2±0.5 17.5*
CEU22 2 C. corteziensis 51±5 18.9±4.6 2.7±0.7 27.6±3.7
CEU23 2 C. corteziensis 51±7 20.5±7.7 2.8±1.2 26.7±1.9
URI24 2 C. corteziensis 48±6 10.36±4.8 2.0±1.0 35.2±6.3
URI25 2 C. corteziensis 46±5 11.9±3.1 1.7±0.6 20.6±0.7
URI26 2 C. corteziensis 48±5 12.5±5.5 1.7±1.0 17.2±2.3
*Un solo valor.
60
El índice de cond
dición en ac
cuacultura puede
p servirr para dos p
propósitos. El primero e
es de
tipo económico
e en el cual este índic
ce es utilizzado para d
designar la
a calidad d
de un
producto comerc
cializado. El segundo propósito es de tipo fisio
ológico, en el cual, el índice
ondición se utiliza para
de co a caracteriza
ar la “salud” aparente de un orga
anismo, en otras
palabrras, para hacer una valoración de la activid
dad fisiológicca del anim
mal (crecimiiento,
reprod
ducción, etc
c.) bajo cond
diciones am
mbientales d
dadas (Luca
as y Beninge
er, 1985).
En es
ste estudio, aunque se
e obtuvieron valores p
promedio del IC más altos duran
nte la
tempo
orada de se
ecas (25.5 ± 7.1) en co
omparación con los valores de lluvvias (24.7 ± 3.9),
el aná
álisis estadístico no mostró
m difere
encias sign
nificativas e
entre las me
edias de am
mbas
tempo
oradas (Fig.. 27).
61
Aunque hubo variaciones entre las muestras de lluvias y de secas de la mayoría de las
lagunas, no se encontraron diferencias significativas entre las medias de ambas
temporadas, lo que se refleja en porcentajes similares tanto para lluvias (79.0 %), como
para secas (78.9 %), considerando un 80% de humedad en todas las muestras, para
efectos prácticos.
Tabla 10. Porcentaje de humedad (%) de las muestras de ostiones obtenidas durante
las temporadas de lluvias y de secas.
Laguna Lluvias (%) Secas (%)
EC 78.4 ± 2.1 79.1 ± 1.3
SMOT 77.7 ± 1.5 78.2 ± 2.3
SINM 78.1 ± 2.2 78.7 ± 0.3
SMLR 78.6 ± 1.0 77.7 ± 2.2
AEP 79.6 ± 1.6 80.6 ± 0.5
CEU 79.3 ± 1.5 77.2 ± 0.7
URI 82.5 ± 1.9 80.4 ± 1.3
ST 77.1 ± 5.3 79.9 ± 0.8
Promedio 78.9 ± 1.7 79.0 ± 1.3
62
Figura
a 28. Resulltados del análisis
a de ADN
A realiza
zado a mueestras selecctas (aquella
as en
las qu
ue se encon
ntraban amb bos tipos de
e ostiones een el mismo sitio de mu
uestreo).
8.4. Metales
M Pes
sados
Con el
e propósito
o de asegurrar y evalua
ar la confiabilidad de llos resultad
dos, junto ccon el
anális
sis de las muestras, se determinarron las conccentracione
es de los differentes me
etales
en el material de
e referencia
a correspon
ndiente, en
n este caso
o, tejido de mejillón M
Mytilus
gallop
provincialis (Standard
( Reference
R Material®
M 2
2976, Nation
nal Institute
e of Standarrds &
Techn
nology, NIS
ST, 1998). Posteriorme
P ente, los re
esultados fu
ueron comp
parados co
on los
valore
es certificad
dos y se obtuvieron lo
os porcenta
ajes de reccuperación, incluidos e
en la
Tabla 11.
63
Todas las concentraciones de metales están dadas con base a peso seco (80 % de
humedad promedio para todos los grupos de organismos) para fines de comparación
con estudios previos; pero para efectos de comparar con los límites máximos
permisibles, se menciona su equivalencia en peso húmedo. En la Tabla 12 se muestran
los promedios globales determinados para cada sistema lagunar.
Tabla 12. Promedios globales de las concentraciones de metales (g g-1) determinadas
en tejido blando de ostión, de los sistemas lagunares estudiados, con base a peso seco.
Sistema lagunar Cd Cu Hg Pb Zn
EC 7.65 ± 5.15 63.3 ± 25.3 0.54 ± 0.15 0.74±0.05 920 ± 842
SMOT 5.56 ± 4.06 25.7 ± 8.1 0.18 ± 0.13 0.30±0.24 1089 ± 891
SINM 8.39 ± 5.03 112.6 ± 109.1 0.39 ± 0.17 0.65±0.33 685 ± 604
SMLR 9.02 ± 2.54 36.0 ± 2.0 0.30 ± 0.06 1.64±1.04 226 ± 55
AEP 6.47 ± 2.80 75.6 ± 11.8 0.52 ± 0.10 2.11±0.37 426 ± 95
CEU 4.27 ± 1.12 23.1 ± 8.2 0.57 ± 0.19 0.96±0.24 349 ± 29
URI 1.45 ± 0.75 84.0 ± 11.2 0.17 ± 0.13 1.36±1.14 1745 ± 243
ST 0.64 ± 0.07 20.7 ± 2.4 0.29 ± 0.08 1.51±0.93 783 ± 149
LD 0.06 3.6 0.06 0.44 11.3
LD, límite de detección (2 desviaciones estándar)
Se determinaron los límites de detección, considerando la respuesta del blanco, esto es,
se obtuvo la desviación estándar de al menos 10 lecturas de absorbancia del blanco y
se multiplicó por 2 (ya que, estadísticamente, la probabilidad que está dentro de 2
desviaciones estándar es del 95.4 %).
De manera general, los niveles de las concentraciones promedio determinadas para los
diferentes metales fueron Zn > Cu > Cd > Pb > Hg para ambos periodos de muestreo.
En estudios realizados con otras especies de ostiones, también se han encontrado
64
secuencias similares de las presencia de estos metales. Tal es el caso de los niveles de
Zn > Cu > Cd > Pb determinados para C. iredalei (Azlisham et al., 2009) y C.
rhizophorae (Amado-Filho et al., 2008) (trabajos en los que no se analizó la presencia de
mercurio); así como los niveles de Zn > Cu > Cd > Hg determinados en ostiones C.
gigas (Chen y Chen, 2003). Sin embargo, en trabajos anteriores realizados en la misma
área de estudio (lagunas costeras de Sinaloa), se han observado algunas variaciones en
la secuencia de acumulación de estos metales. Osuna-López et al., (1990) y Frías-
Espericueta et al. (2009) encontraron concentraciones de Zn > Cu > Pb > Cd en C.
corteziensis.
El zinc y el cobre son ejemplos de metales esenciales, razón por la cual se encuentran
en mayores concentraciones. La elevada acumulación de estos micronutrientes por los
ostiones permite un equilibrio biológico con su alta utilización en los procesos
metabólicos de estos organismos. El Zn y Cu presentes en forma de iones (Zn2+, Cu2+)
actúan como cofactores naturales en las reacciones enzimáticas que ocurren dentro de
las células y, por lo tanto, los ostiones ingieren altas concentraciones en su dieta. Por el
contrario, metales no esenciales como Cd, Hg y Pb, al no presentar funciones
fisiológicas conocidas, están presentes en bajas concentraciones en los tejidos de ostión
(Silva et al. 2001; Azlisham et al., 2009).
8.4.1. Cadmio
El promedio global de las concentraciones de Cd (con base a peso seco) para todos los
sitios y lagunas fue de 5.37 ± 3.20 g g-1. En general, se determinaron mayores
concentraciones en los sistemas lagunares localizados en el centro y norte de Sinaloa,
encontrándose diferencias significativas en comparación con los sistemas de CEU y
URI, localizados en la parte sur (Fig. 29).
65
Figura
a 29. Prome
edio ± desvi
viación están
ndar de las concentracciones de caadmio con b base
a peso seco, enc
contradas en cada siste
ema laguna ar. Lagunass con diferen
nte letra ind
dican
que la
as medias son
s significa
ativamente diferentes
d (p
p<0.05) entr
tre sí.
66
Por lo
o que, proba
ablemente, la presencia de estos eventos po
odría estar incidiendo e
en las
altas concentraciiones encon
ntradas durrante la esttación de se
ecas, ya qu
ue tales eve
entos
se pre
esentan tam
mbién en el
e Golfo de California ((Delgadillo-Hinojosa ett al., 2001), con
posiblles efectos de increm
mento de este metal e
en los siste
emas lagun
nares debid
do al
ingres
so de las ag
guas de surg
gencias.
Figura
a 30. Prome
edio ± desv
viación están admio, con base
ndar de las concentracciones de ca
a pes
so seco, enc
contradas en
e cada sisttema lagun nar, durante
e las estacio
ones de lluvvias y
de sec
cas.
Duran
nte la época
a de lluvias
s, los prome
edios de Cd
d de los differentes sitiios de mue
estreo
fueron
n menores al límite má
áximo perm
misible, de a
acuerdo a la
a Organiza
ación Mundiial de
Salud (WHO, 198
82; por sus siglas en in
nglés: World
d Health Org g g-1
ganization),, esto es 2
de Cd valentes a 10 g g-1 en base a pesso seco. Este límite má
d en tejido frresco, equiv áximo
permisible también equivale
e al que marca
m la norma oficial mexicana correspond
diente
(NOM
M-242, 2011
1). No obs
stante, en el sitio 9, pertenecie
ente al sisstema SINM
M, la
conce 3.24 ± 1.66g g-1) reba
entración (13 asó este lím
mite. En este
e caso, es p
probable qu
ue los
nivele
es encontrad
dos estén re
elacionados
s con el tran
nsporte de materiales d
desde la cu
uenca
de dre
enaje, ya que
q dicho sitio
s se loca
aliza en la parte más alejada de
e la boca d
de las
laguna
a, por lo qu
ue el interc
cambio de agua
a con e
el mar abierto es men
nor (Figura 31a).
Finalm
mente y co
omo se es
speraba, en
n el sitio ttestigo se encontraro
on las men
nores
conce
entraciones de Cd dura
ante esta tem g g-1).
mporada (0.45 ±0.05
67
Figura
a 31. Prome edios ± des
sviación esttándar de la
as concentrraciones de Cd, con ba ase a
peso seco, encon ntradas en cada sitio de
d muestreo o, durante llas estacionnes de lluvia
as (a)
as (b); límite
y seca e máximo permisible,
p según
s la norrma internaacional y la n
norma mexiicana
(WHOO, 1982 y NOM-242,
N línea
l contin
nua) y nive
el encontrad do en el sittio testigo ((línea
punteada). Letra as diferente
es implican diferenciass significativvas (p < 00.05) entre sitios
o del mismo
dentro o sistema lagunar.
En ca
ambio, durante la temp
porada de secas, las co
oncentracio
ones prome
edio encontrradas
en los
s sitios 12 y 15 de SM
MLR y de nuevo en la estación 9 de SINM sobrepasarron el
ermisible establecido (WHO, 198
límite máximo pe 82), con prromedios de 16.32 ± 6.42,
4.33 ± 1.74 g g-1, resp
11.64 ± 5.63 y 14 pectivamentte. Pero tam
mbién en essta temporad
da se
sobrepasa en tod
dos los sisttemas, exce
epto en UR
RI y el ST el límite máxximo estable
ecido
por la legislación mexicana (NOM-242, 2011). En el caso de los sitios 12 y 15, ésto
os se
localiz
zan frente a cada una
a de las do
os bocas qu
ue presenta
a este siste
ema, por lo que,
68
69
8.4.2. Cobre
El promedio global de las concentraciones de Cu fue de 55.1 ± 33.9 g g-1. Respecto a
este metal, la mayor concentración se encontró en SINM (112.6 ± 109.1 g g-1) y, debido
a su elevada desviación estándar, al hacer el análisis estadístico no se encontraron
diferencias significativas con el resto de las lagunas. En cambio, se realizó el análisis
estadístico con los resultados de todas las lagunas sin considerar los datos de SINM y
se observaron diferencias significativas entre los promedios de concentración (Fig. 32).
Después de SINM se encuentran AEP y URI también con las mayores concentraciones
(los dos primeros sistemas localizados en la porción media y URI en el sur de Sinaloa).
En estudios similares con la misma especie, se han encontrado también las mayores
concentraciones de Cu en sitios de estos tres sistemas lagunares (Páez-Osuna et al.,
2002; Frías-Espericueta et al., 2009).
70
Los promedios
p por
p tempora
ada para to
odas las lag
gunas fuero
on de 47.2 ± 22.4 y 63.1 ±
g-1, para
38.8 g poradas de lluvias y ssecas, respectivamente
a las temp e (Fig. 33). Las
conce
entraciones más altas fueron enc
contradas e
en las mue
estras de la
a temporad
da de
secas
s en los siste
emas SINM
M y AEP, y en
e las muesstras de la ttemporada de lluvias e
en los
sistem
mas URI y EC.
E
71
Figura
a 33. Prome edios ± des
sviación está
ándar de laas concentra aciones de cobre, con base
a pesso seco, enncontradas ene cada sis stema lagu unar, durantte la época a de lluvias y de
secass. Letras dife
ferentes ind
dican diferen
ncias signifiicativas (p < 0.05) entrre las media
as de
las do
os temporad das en cadaa laguna.
En SINM se obtu
uvo un prom
medio con su desviació
ón estándar muy alta (1 9.1 g
112.6 ± 109
g-1), lo
o cual implica la marca
ada diferencia entre la
as concentra
aciones de las temporradas
de lluv
vias y secas
s. Para los otros
o sistem
mas, el anállisis estadísstico solo mo
ostró diferencias
significativas entrre los prome
edios por te
emporada de SMOT y C
CEU.
Las concentraci
c ones más elevadas de Cu d
durante la época de
e lluvias fu
ueron
ntradas en los sistemas EC, UR
encon RI y AEP, cuyos prom
medios rebasaron el límite
máxim
mo permisib g-1 en ba
ble de 10 g ase a peso e a 50 g g-1 en
o húmedo, equivalente
peso seco (WHO, 1982). En los sitio
os 9 y 16 de los sisstemas SIN
NM y SMLR se
encon
ntraron conc
centracione
es cercanas
s, pero infe
eriores a esste límite (F
Fig. 34a). E
En las
muesttras de URI de la época de lluvia
as, el sitio 2
24, que es el más cerccano a la p
planta
termo
oeléctrica, presentó la mayor conc
centración p
promedio d
de cobre, essto coincide
e con
los res
sultados de
e Frías-Espe
ericueta et al.
a (2005), q
quienes enccontraron essta tendenccia en
ostion
nes de la misma
m espe
ecie y, de ig
gual forma, coincide la
a tendencia
a respecto a las
menores concen
ntraciones, las cuales se
s determin
naron en am dios en los sitios
mbos estud
más cercanos a la cabeza
a del esterro (sitio 26
6 de este estudio). E
En esa zon
na se
encue
entran estab
blecidas gra
anjas camarronícolas cu
uya presencia, al pare
ecer, tiene n
nula o
72
menor incidencia
a en la carg
ga de este metal hacia
a el sistema, en comp
paración co
on las
otras actividades (e.g. planta
a termoeléc
ctrica, industtria pesquerra).
a 34. Prome
Figura edios ± des sviación está
ándar de laas concentra aciones de cobre, con base
a pesso seco, enccontradas ene cada sitiio de muesttreo, durante las estacciones de llluvias
(a) y secas (b); límite máxiimo permis sible, segúnn la norma internacion nal (WHO, 1 1982,
línea continua) y nivel encoontrado en el
e sitio testiigo (línea p
punteada). L
Letras difere
entes
can diferenc
implic cias signific
cativas (p < 0.05) en ntre sitios d dentro del mismo sisstema
lagunaar.
En la temporada de secas el
e promedio del sistema
a SINM pre niveles más altos
esentó los n
de cobre (189.7 ± 195.5 g g-1), con am
mplias difere
encias entre de muestreo. En
e los sitios d
este sistema,
s sob
bresale la co
oncentració da para el ssitio 9 (447.96 ± 12.03 g g-
ón encontrad
1
), loc
calizado en la porción más
m alejada
a de las boccas de este
e sistema. P
Por lo que, e
estas
73
altas concentraci
c ones puede
en estar rela
acionadas ccon escurrim
mientos dessde la cuencca de
drenaj
aje (Fig. 34b). Por el contrario, Frías-Esper
F ricueta et a
al. (2009) d
determinaron los
nivele
es más altos
s en Navac
chiste en los
s sitios máss cercanos a la boca d
de este sisttema,
aunqu
ue sólo pre
esentan sus
s promedio
os anuales,, sin desglo
osarlos porr temporad
da. El
estero
o de Urías y el sistema
a AEP tamb
bién sobrepa mite máximo permisible. En
asaron el lím
ambas temporad
das los sis
stemas SM
MLR, SMOT y CEU presentaro
on las men
nores
entraciones en ese orden
conce o decrreciente, re
espectivame
ente, pero solamente
e los
prome MOT (20.0 ± 5.2 g g-1) y CEU (17
edios de SM g g-1) fueron
7.3 ± 4.0 g n comparab
bles a
los en
ncontrados en el sitio testigo (19 g g-1). Fríass-Espericue
9.1 ± 5.7 g eta et al. (2
2009)
tambié
én encontrraron las menores
m co
oncentracio
ones de Cu en Ceutta, aunque
e sus
resulta
ados mostra
aron niveles
s más eleva
ados de este g g-1).
e metal (29.7 – 72.1 g
8.4.3. Mercurio
omedio general de las concentrac
El pro ciones de H
Hg de todass las laguna
as y para am
mbas
g-1. Si bien, se enccontraron m
as fue de 0..37 ± 0.16 g
época mayores con
ncentracione
es en
las lagunas de CEU,
C EC y AEP; al hacer
h el an
nálisis esta
adístico, no se enconttraron
diferencias signiificativas entre los promedios g
globales de
e los diferrentes siste
emas
ares (Fig. 35).
laguna
a 35. Prom
Figura medio ± desviación
d estándar
e d
de las concentracione es globaless de
mercuurio, con base a peso seco,
s encon
ntradas en ccada sistem
ma lagunar.
74
Los promedios
p por
p tempora 28 ± 0.15 g g-1, parra las
ada fueron de 0.46 ± 0.18 y 0.2
época
as de lluvia
as y secas, respectiva
amente. En
n todos loss sistemas se enconttraron
conce
entraciones más altas en
e las mues
stras de la temporada de lluvias, en compara
ación
con lo
os promediios obtenidos para la temporada
a de secass (Fig. 36),, encontrán
ndose
diferencias signifficativas (p < 0.05) en
ntre las me
edias de la
as temporad
das de lluvvias y
s de cada la
secas aguna (exce
epto en AEP
P y SMLR, p > 0.05).
Figuraa 36. Promedios ± des sviación esstándar de llas concentraciones d de mercurioo, con
base a peso se eco, encontr
tradas en cada
c sistem
ma lagunar, durante la a temporadda de
lluvias
s y de secas. Letras diiferentes ind
dican diferen
ncias signifficativas (p < 0.05) entrre las
media as de las do
os temporaddas en cada a laguna.
Estos
s resultados
s pueden ser
s explicados por el transporte
e de materriales desde
e las
cuenc
cas de dre
enaje hacia
a las lagunas. En un estudio co
on la alme
eja Polyme
esoda
carolin
niana del estuario del río Coatzacoalc
C cos, Ruela
as-Inzunza et al. (2
2009)
encon
ntraron nive
eles de merrcurio signifficativamen
nte mayores durante la
a temporad
da de
lluvias
s, en comp
paración co porada de secas. En un estudio
on la temp o similar, e
en la
región
n costera de Marrueco
os, Maanan
n (2008) en
ncontró tam
mbién conce
entracioness más
altas de Hg en las muesttras de la temporada
a de lluviass y esta te
endencia sse ha
obserrvado tamb
bién en estudios reallizados en regiones costeras d
de otros pa
aíses
(Terengganu, Malasia; Affiizah et al., 2009). Ot ro factor a considera
ar es la fasse de
maduración de los ostione
es, la cual incide en las fluctuacciones esta
acionales de las
conce
entraciones es en estos organismo
s de metale os (Frías-Esspericueta et al., 1999
9). El
75
estado reproduc
ctivo y la talla
t corporral ejercen
n una influe
encia impo
ortante sob
bre la
acumulación y variabilidad
v de los mettales pesad
dos (Páez-O
Osuna et a
al., 1995). F
Frías-
Esperricueta et al. (1997) estudiaron
n el ciclo reproductivvo de C. corteziensiis en
organ
nismos reco
olectados en
e San Blas
s, Nayarit y observaro
on que las ffases de re
eposo
y mad
duración se
e presentan respectiv
vamente en
n los mese embre y marzo-
es de novie
abril.
Figuraa 37. Promedios ± des sviación esstándar de llas concentraciones d de mercurioo, con
base a peso sec co, encontra adas en ca ada sitio de
e muestreo, durante la as estacionees de
lluvias
s (a) y secaas (b); límite
e máximo permisible,
p según la no orma (WHO O, 1982 y N
NOM-
031, 1993,
1 línea continua) y nivel enco ontrado en eel sitio testiigo (línea pu
unteada). L
Letras
diferentes implicaan diferenc cias signific
cativas (p < 0.05) entrre sitios de entro del m
mismo
sistemma lagunar.
76
Por lo que encontraron que las mayores concentraciones para algunos metales
ocurren cuando los ostiones están en la fase de reposo y las menores
concentraciones de los mismos metales fueron encontradas cuando los ostiones
presentaban una marcada actividad gametogénica (Frías-Espericueta et al., 1999).
8.4.4. Plomo
El promedio general de las concentraciones de Pb de todas las lagunas y de las dos
épocas estudiadas fue de 1.16 ± 0.60 g g-1. Los sistemas con las más altas
concentraciones de este metal fueron AEP, SMLR y URI (Fig. 38); pero no se
encontraron diferencias significativas mediante el análisis estadístico, debido a las
77
amplia
as desviaciiones están
ndar determ
minadas, lass cuales re
eflejan gran
ndes diferencias
entre las concenttraciones de
e las tempo
oradas de llu
uvias y seca
as encontra
adas dentro de la
misma
a laguna (ex
xcepto para
a EC y ST).
Figura
a 38. Prome
edio ± desv
viación está
ándar de lass concentra
aciones glob
bales de plo
omo,
con ba
ase a peso seco, enco
ontradas en cada sistem
ma lagunar.
Al igual que en el
e presente estudio,
e Páez-Osuna e
et al. (2002)) determina
aron en AEP
P (7.6
g g-11) y URI (7.4 g g-1) la
as concentrraciones más altas de
e este meta
al; así como
o sus
nivele
es más bajo
os en la lag
guna de Oh OT; 2.5 g g-1). Sin em
huira (SMO mbargo, en este
trabajo se enco
ontraron me eles de plomo, en ccomparació
enores nive ón con estudios
anteriores realiza
ados en sisttemas lagun
nares de Sinaloa (Páezz-Osuna ett al., 2002; F
Frías-
Esperricueta et al.,
a 2009). Incluso en los sistema
as con mayyores conccentracioness, los
nivele
es fueron menores
m que los que se habían determinad
do anteriorm
mente. En AEP,
Frías--Espericueta
a et al. (200 aron valoress entre 7.7 y 8.7 g g-1 en muestra
08) encontra as de
ostion
nes C. corte
eziensis recolectadas en 2004 y 2005. Pa
ara el sistema de UR
RI, los
valore
es determinados por Páez-Osuna
P a y Marmole
ejo-Rivas (1990) tuvie
eron un inte
ervalo
5 y 15 g g-1
mayor (entre 1.5 -
). El plomo
o se utilizó,, hasta hacce pocos añ
ños como a
aditivo
antide
etonante en la gasolina
a mexicana y las altas e
emisiones d
de los motorres son la fu
uente
proba
able de su alta
a concenttración en lo as lagunas ((46 – 294 g g-1;
os sedimentos de esta
Green
n-Ruíz y Páez-Osuna
P a, 2003). En
E este ca
aso, el Pb
b podría liiberarse de
e los
sedim
mentos, en donde
d quedó acumulad
do en los añ
ños previoss. Aunque h
hay otras fue
entes
78
de este metal, como son los sitios de minería y las concentraciones naturales de los
suelos de las planicies costeras del Pacífico (Páez-Osuna, 1999; Frías-Espericueta et
al., 2009). Soto-Jiménez y Flegal (2008) analizaron cinco fuentes potenciales de plomo
en ecosistemas costeros de la eco-región del Golfo de California y las caracterizaron
mediante métodos de isotopía, tales fuentes corresponden a: (a) el plomo como
componente natural de la roca de la Sierra Madre Occidental, (b) el plomo derivado de
su uso en la combustión de las gasolinas en años pasados, (c) el plomo contenido en
los fertilizantes aplicados en los valles agrícolas del noroeste de México, (d) el plomo
liberado por intemperismo, volviéndose parte de los sedimentos de las minas en las
estribaciones de la Sierra Madre y (e) la influencia de una fuente no-regional de plomo,
relacionada con las emisiones industriales desde los Estados Unidos. En este último
estudio, encontraron que cantidades significativas de plomo de origen antropogénico de
las áreas urbanas pueden ser transportadas hacia los ecosistemas costeros adyacentes
y que este transporte se produce principalmente por los sistemas de alcantarillado
(escorrentía urbana y aguas residuales domésticas) y, en menor medida, por la
deposición atmosférica directa. Aunque, se sabe también que el transporte atmosférico
es el responsable de la presencia de plomo antropogénico y otros metales,
presumiblemente originados desde las fuentes industriales, en Sudamérica y las
regiones polares (Valiela, 2006; Páez-Osuna, 2011).
Los promedios por temporada fueron de 0.78 ± 0.50 y 1.54 ± 0.80 g g-1 de plomo, para
las temporadas de lluvias y secas, respectivamente; con diferencias significativas en los
sistemas URI, SINM y SMOT, así como en el ST. Esta tendencia se observó también en
los estudios previos realizados por Frías-Espericueta et al. (2008) en AEP, Frías-
Espericueta et al. (2009) en CEU; así como en otras regiones del Golfo de California
(Bahía de Bacochibampo, Sonora; García-Rico et al., 2010). En el sitio testigo, se
determinaron concentraciones promedio mayores que en todos los sistemas, excepto
AEP y SMLR (Fig. 39). Al igual que el mercurio, el ciclo del plomo incluye el transporte
atmosférico. Por lo tanto, aunque en la cuenca de drenaje de este sistema no se
encuentren fuentes importantes de este metal, sus aguas pueden estar enriquecidas ya
sea por este transporte o bien, se puede presentar un enriquecimiento natural de Pb a
79
partir de algunos
s minerales (Soto-Jimé
énez y Fleg
gal, 2008). T
Tal es el ca
aso de la ga
alena
(PbS)) (Páez-Osu
una, 2011). Las mayo
ores concen
ntraciones p
promedio de Pb en am
mbas
tempo
oradas se encontraron
n en los sistemas
s AE
EP, SMLR
R y URI. Sin embargo
o, en
ninguno de los sitios
s de muestreo se registraron
n concentra
aciones sup
periores al límite
máxim
mo permisib g g-1 con base
ble de 1 g b a pesso húmedo (WHO, 19
982 y NOM
M-242,
2011)), equivalentte a 5 g g-11 con base a peso seco
o.
Figura
a 39. Prome edios ± desviación estáándar de lass concentra aciones de pplomo, con base
a pesso seco, enc contradas en
e cada sistema lagun nar, durante e la estaciónn de lluviass y de
secass. Letras dife
ferentes ind
dican diferen
ncias signifiicativas (p < 0.05) entrre las media as de
las do
os temporad da en cada laguna.
l
Duran
nte la temporada de lluvias, lo
os promediios de con
ncentración
n más alto
os se
encon
ntraron en los sistem
mas AEP, EC y SML
LR (Fig. 40a). Anteriiormente, F
Frías-
Esperricueta et all. (2008), re
egistraron en
e este siste
ema concen promedio de 7.7
ntraciones p
g g-1, superiore
es a las determinada
d as en este estudio. E
En CEU so
obresale la
a alta
conce
entración de g-1) con una diferen
el sitio 21 (1.52 ± 0.42 g ncia significativa mayorr (p <
0.05) respecto a los otros dos
d sitios muestreados
m s en este sistema. Lo ccual implica
a una
uente de Pb
alta fu b cercana a tal sitio, ub
bicado en la
a parte máss cercana al embarcad
dero y
a la zo
ona de esta
anquería de las granjas
s camaroníccolas.
80
Duran
nte la tempo
orada de se
ecas, después de AEP,, a diferenciia de la tem
mporada antterior,
las ma
ayores conc
centracione
es se encon
ntraron en lo
os sistemass de la parte
e sur del esstado,
URI y CEU. En este
e último, nuevamente sobresale el promed
dio de Pb e
encontrado en el
2 (2.86 g g-1); mienttras que en
sitio 21 n URI, el sittio 25 tuvo la concentración prom
medio
más alta g g-1). Finallmente, las concentracciones deterrminadas pa
a (2.20 g ara el ST fu
ueron
compa
arables o in
ncluso más altas que las
l de la m
mayoría de los sitios muestreados (Fig.
40b). Esto indica
a la presencia de una fuente de plomo en la región, q
que puede estar
81
8.4.5. Zinc
La concentración promedio global de Zn para todas las lagunas y las dos épocas de
muestreo fue de 778 ± 489 g g-1. Los promedios por temporada fueron de 590 ± 577 g
g-1 (lluvias) y 966 ± 587 g g-1 (secas). En URI se encontraron las mayores
concentraciones de este metal (Fig. 41). Al igual que en las determinaciones hechas
para el cobre, se esperaba encontrar las mayores concentraciones de Zn en los
sistemas de las zonas centro y norte de Sinaloa, mismas que están contempladas entre
las áreas agrícolas mexicanas más productivas, dedicadas principalmente a la
agricultura intensiva, en la cual se utilizan cantidades importantes de productos a base
de Zn para proteger las semillas. A pesar de ello, los valores máximos de este metal se
encontraron en URI, el cual recibe principalmente las descargas del puerto de Mazatlán,
así como de su planta termoeléctrica y de los efluentes municipales e industriales. Por lo
que, tales descargas parecen ser fuentes más importantes de Zn que los efluentes de la
agricultura, posiblemente, debido a las aguas de desecho provenientes de las industrias
procesadoras de pescado, ya que los peces marinos son una fuente rica en zinc (Frías-
Espericueta et al., 2009). Los altos niveles de este metal en URI coinciden también con
los análisis de estudios anteriores (1.467 g g-1, Páez-Osuna et al., 2002 y 2.304 g g-1,
Frías-Espericueta et al., 2009). Otro factor que influye, es el tamaño relativamente
pequeño de URI (1,280 ha de espejo de agua), en comparación con los demás sistemas
lagunares; y la urbanización de sus áreas adyacentes.
82
Figura
a 41. Prom
medio ± dessviación esttándar de la
as concentrraciones glo
lobales de zzinc,
con ba
ase a peso seco, enco
ontradas en cada sistemma lagunar.
Por otra
o parte,, después de URI, los siguientes tress sistemas con mayyores
conce
entraciones promedio (SMOT
( > EC
E > SINM)) se localiza
an en la pa
arte centro--norte
del es
stado, lo que se pued
de deber al
a elevado u
uso de agrroquímicos en esta re
egión,
mencionado ante
eriormente. En contras
ste con esto
o, las meno
ores concen
ntraciones d
de Zn
se reg
gistraron en
n SMLR, lo
ocalizada también en la
a parte cen
ntro-norte. L
La tendenccia de
este último
ú sistema se ha observado
o también
t en
n estudios p
previos (Páez-Osuna e
et al.,
2002)). Finalmen
nte, en el sitio testigo es possible que se esté p
presentando
o un
enriqu
uecimiento natural de
e Zn, o a una fuente
e localizada
a ya que se enconttraron
conce
entraciones promedio superiores
s a las de los ssistemas AEP, CEU y URI.
En cu
uanto a la época del añ
ño, las conc
centracione
es más altass se enconttraron duran
nte la
tempo
orada de se
ecas en todos los siste
emas, excep
pto en URI y en ST. E
En este ultim
mo, la
tendencia respec
cto a las mayores
m con
ncentraciones determin
nadas en la
a temporad
da de
s, coincide con un esttudio de me
lluvias etales realizzado en el estuario de
e San Cristtóbal,
Nayarrit, cuya loc
calización es
s muy cerc
cana a la de
e ST, por lo
o que su cliima, régime
en de
lluvias
s, etc., son más simila
ares entre si,
s que con respecto a los sistema
as lagunare
es de
Sinalo
oa (Frías-Es
spericueta et
e al., 1999).
83
No ob
bstante, sólo
o se encontraron difere
encias signifficativas (p < 0.05) entrre los prome
edios
por te
emporada de SMOT, EC y SIN
NM. El ST presentó concentracciones prom
medio
mayores que varios de los sistemas durante
d la ttemporada de lluvias (excepto U
URI) y
superró los prome
edios de AE
EP, CEU y SMLR,
S en la
a temporada
a de secas (Fig. 42).
Figura
a 42. Prome edios ± dessviación está
ándar de lass concentra aciones de zzinc, con ba
ase a
peso seco, encon ntradas en cada sistemma lagunar, durante lass estacione es de lluviass y de
secass. Letras dife
ferentes ind
dican diferen
ncias signifiicativas (p < 0.05) entrre las media
as de
las do
os temporad das en cadaa laguna.
Duran
nte la tempo
orada de lluv
vias el prom
medio de lass concentra
aciones de Z
Zn en URI ((1916
± 784 g g-1) y en
e ST (888 ± 0.4 g g-11) fueron ma mite permissible (100 g g-1;
ayores al lím
WHO, 2003; equ 5 g g-1 en
uivalente a 500 e peso secco). Las concentracion
nes promed
dio de
los otros sistema
as estuviero
on por deba
ajo de tal lím
mite, aunqu
ue en los sitios 6 (SMO
OT) y
EP) se enco
18 (AE nes de 868 ± 9 y 581 ± 92 g g-1, rrespectivam
ontraron concentracion mente
(Fig. 43a).
4 En la s de la temporada de secas se o
as muestras obtuvieron concentraciones
prome
edio superio
ores al límite máximo
o permisible 982) en la mayoría de los
e (WHO, 19
sistem
mas lagunarres (SMOT, URI, EC, SINM),
S inclu
uyendo al sittio testigo (6 g g-1).
677 ± 91 g
En los
s sistemas AEP
A y CEU
U se determ
minaron con
ncentracione
es superiore
es a tal límiite, al
menos en uno de
e los sitios de muestre
eo (Fig. 43b
b). La eleva
ada incorporación de m
micro-
eleme
entos, tales como Zn y Cu, por los
s ostiones e
está biológiccamente ba
alanceada ccon la
alta utilización
u de
d tales componentes en sus prrocesos me
etabólicos, ya que en
n sus
84
forma ( 2+ y Cu
as iónicas (Zn u2+) actúan como coffactores na
aturales en las reacciones
enzim
máticas den
ntro de la
a célula y,
y por lo tanto, loss ostiones ingieren altas
conce
entraciones de estos metales en su
u dieta (Silvva et al., 200
01; Azlisham
m et al., 200
09).
Figuraa 43. Promeedios ± des sviación estáándar de lass concentraaciones de zzinc, con baase a
peso seco, encon ntradas en cada sitio de
d muestreo o, durante llas estacion
nes de lluvia
as (a)
y secas (b); límitte máximo permisible, según la n norma (WH HO, 1982, líínea continua) y
valor encontrado o en el sitio
s testigo
o (línea pu unteada). L Letras difeerentes imp plican
diferencias signifificativas (p < 0.05) entre
re sitios den
ntro del mism
mo sistema lagunar.
Como
o ya se ha mencionado
m o, existen fa
actores exte
ernos que a
afectan las ttasas de ca
aptura
de me
etales, debido a que in
nfluyen en la
l forma y/o
o especiación de los m
metales y, p
por lo
tanto, en su biod
disponibilida
ad (Luoma y Rainbow,, 2008). En
ntre esos fa
actores exte
ernos,
podem
mos enconttrar algunos
s parámetro
os físico-químicos. Porr ello, se re
ealizaron an
nálisis
85
de corrrelación (co
oeficiente de Pearson; Tabla 13) e
entre las co
oncentracion
nes de meta
ales y
los va
alores de salinidad y tem
mperatura registrados
r en cada sitiio.
Respe
ecto al anállisis de la sa
alinidad en todas las m
muestras (ambas temp
poradas), so
olo se
encon
ntró una corrrelación sig
gnificativa (p
p < 0.05) en
ntre este pa
arámetro y e
el mercurio (r = -
0.296) (Fig. 44).
86
dismin
nución de complejos
c metálicos
m co
on cloruros,, en baja sa
alinidad (Lu
uoma y Rain
nbow
2008)). Para las
s correlaciones con la temperratura, se obtuvieron
n valores de r
significativos entrre este pará
ámetro y la
as concentra
aciones de Cd (r = -0..417; Fig. 4
45a) y
Hg (r = 0.265; Fig.
F 45b). Tales
T correla
aciones mu
uestran una
a influencia de los cam
mbios
estaciionales sobre las variac
ciones en la raciones de estos meta
as concentra ales.
a)
b)
a 45. Co
Figura orrelaciones
s significattiva (p<0.0
05) entre la tempe
eratura y las
conceentraciones de cadmio (a) y mercuurio (b).
87
increm
mento de la
a temperatura del agua
a durante lo
os meses d
de verano (S
Soto-Jimén
nez et
al., 20
001; Rebelo
o et al., 2003
3).
en algunos factores
Existe f fisiológicos (i.e
e. el desove
e y el crecim
miento), que
e pueden affectar
directa
amente la capacidad
c de
d los ostion
nes como b
biomonitores (Rebelo e
et al., 2005)). Por
lo tanto, también
n se hizo el análisis de
e correlació
ón (coeficie
ente de Pea
arson; Tabla
a 12)
entre el índice de
d condició
ón (IC) y la
as concenttraciones d
de metales,, encontrán
ndose
coefic
cientes de correlación
c significativo
os para IC--Cu (r= -0.2
242; Fig. 46a), IC-Hg (r= -
0.584; Fig. 46b)), así como 46c). Averyy et al. (1996),
o para IC--Pb (r= -0.464; Fig. 4
ntraron tamb
encon bién una co
orrelación ne
egativa altamente significativa (r = -0.80, p<0
0.001)
ercurio en muestras de ostion
entre el IC y el contenido de me nes Sacco
ostrea
comm
mercialis, lo
o cual sug
giere una fuerte influ
uencia neg
gativa de este meta
al en
conce
entraciones relativamen
nte bajas sobre
s la con
ndición fisio
ológica de llos ostioness. De
igual forma,
f la co
orrelación negativa enttre el IC y e
el contenido
o de plomo coincide co
on los
resulta
ados encon
ntrados por Mubiana ett al. (2006) en un análisis de meta
ales pesado
os en
mejillo
ones M. edu
ulis.
a)
88
b)
c)
Figura
a 46. Corre elaciones siignificativas
s (p<0.005) entre el ín ndice de coondición de
e los
ostion
nes (IC) y la concentrac
ción de cobrre (a), merccurio (b) y pllomo (c).
mente, la presencia
Finalm p de
d otros me
etales en ssolución pu
uede afecta
ar la capturra de
determ
minado me
etal por un organismo
o acuático. Las intera
acciones en
ntre los me
etales
puede
en ocurrir a causa de la
as alteracio
ones en el e
equilibrio físsico-químico
o que contro
ola la
espec
ciación de metales en
e solución, o bien, en la interacción co
on una pro
oteína
transp
portadora o un canal de
d membran
na, con los efectos sub
bsecuentes en las tasa
as de
capturra. Con bas
se en esto,, se hicieron las correllaciones en
ntre las con
ncentracione
es de
los cin
nco metales
s determina
adas para ca
ada muestra
a (Tabla 12
2). Las corre
elaciones qu
ue se
presentaron entre sí para lo
os metales fueron Cd--Cu (r = 0.3 7a), Cd-Zn (r = -
312; Fig. 47
0.375; Fig. 47b), Hg-Pb (r = 0.298; Fig. 47c) y Hg-Z
Zn (r = -0.47
74; Fig. 47d
d).
89
a)
b)
c)
d)
Figura
a 47. Correlaciones siggnificativas (p<0.05) en
ntre las con
ncentracione es de cadm
mio y
cobre (a), cadmio
o y zinc (b), mercurio y plomo (c) y entre merccurio y zinc (d).
90
Otro factor que puede ayudar a entender la distribución de los metales en las lagunas
costeras son los procesos hidrodinámicos y de transporte de materiales. Sin un
entendimiento de estos procesos es difícil predecir en qué lugares se acumularán los
diferentes tipos de sustancias (Montaño-Ley et al., 2008), tal es el caso de los metales y
otros contaminantes. Los recambios de agua limitados reducen fuertemente la dilución
potencial cuando los contaminantes son liberados hacia los sistemas lagunares; estos
procesos de hidrodinámica dentro de las lagunas costeras básicamente son modulados
por las mareas oceánicas astronómicas, la geomorfología de las propias lagunas, el
forzamiento por los vientos y los escurrimientos desde las cuencas de drenaje (Tabla 14;
Montaño-Ley et al., 2007).
91
92
mbargo, pa
Sin em ara Cu, Hg, Pb y Zn la
as mayoress concentra
aciones fuerron encontrradas
durante la tempo
orada de lluv
vias en toda
as las lagun
nas y para a
ambas espe
ecies (Fig. 4
48), lo
cual coincide
c con
n los resulta
ados de Fría
as-Espericu
ueta et al. (1
1999). Adem
más, este p
patrón
implic
ca una mayo
or entrada de
d dichos metales
m dessde la cuencca de drena
aje y proced
dente
de los
s escurrimie
entos.
Concentración (gg-1)
93
Sitios de mu
uestreo
Figuraa 48. Conceentraciones de metales s pesados, con base a peso seco o, en ostione es de
cultivo
o de las laagunas costteras. CEU Uc y CEUg ostiones C C. cortezien nsis y C. g gigas,
respectivamente,, obtenidos de la lagun na de Ceutata; las barra
as grises co orresponden n a la
tempo orada de llu
uvias y las barras
b blanc
cas a la de secas. Líneea punteada a, límite mááximo
permiisible (WHO O, 2003; NOOM’s); letras
s diferentes implican diiferencias ssignificativass (p <
0.05) entre los sittios.
94
Por otra
o parte, en EC la granja
g se localiza
l má
ás alejada de la boca
a de la lag
guna,
mientras que en
n SMLR la
a granja se
e encuentra
a comparattivamente m
más cerca a la
boca. Cuando lo
os ostiones están más cerca de la
a boca de la laguna, e
están expue
estos
a reca
ambios de agua de mar
m (Golfo de Califorrnia) más cconstantes, por lo que
e, en
este sentido,
s pu
ueden tene
er una men
nor tasa de
e acumulacción de metales. En este
contexto, Montaño-Ley et al.
a (2008) evaluaron lo
os procesoss de advección-difusió
ón de
contaminantes hipotéticos
h en dos lag
gunas coste
eras de la región y e
encontraron
n que
las mayores con
ncentraciones eran ob
bservadas e
en la porció
ón más alejjada de la boca
de la laguna. Por el contrrario, las menores
m nes se obsservaron en las
co ncentracion
zonas
s cercanas a la boca de la laguna. Se reallizó una reg
gresión line
eal en la qu
ue las
conce
entraciones de Cd, Cu, Hg, Pb y Zn
Z en el tejid
do blando de las muesttras de ostió
ón se
repres
sentaron grráficamente
e como una
a función lin
neal del IC
C (Fig. 49) y los resulttados
mostrraron que el
e Hg (r = 0.861, p < 0.05)
0 y Zn ((r = 0.863; p < 0.05) sse correlaciionan
negativamente con el IC. Es do coincide con análisis efectuado
ste resultad os en mejillones
us edulis porr Mubiana et
Mytilu e al. (2006)).
Concentración (g g-1)
Índice de condición
Figura
a 49. Regre esión lineal entre las concentracio
ones de Hg
g y Zn en te
ejido de ostitiones
gas (g g ) y su índice de condició
C. gig -1
ón ( lluvia
as, secass).
95
Tabla 18. Matriz de correlación entre los cinco metales analizados en ostiones de cultivo
C. gigas; n = 6 (sitios muestreados); valor r de tablas = 0.729 (p<0.05).
Cd Cu Hg Pb Zn
Cd 1
Cu 1
Hg 0.884 1
Pb 0.928 0.863 1
Zn 0.897 0.798 1
En cuanto a las muestras de Ceuta, ambas especies (C. gigas y C. corteziensis) fueron
recolectadas de la misma granja (sitio); por lo tanto, estuvieron bajo las mismas
condiciones y expuestas a los mismos niveles de metales. Aunque se contó con un
limitado número de muestras recolectadas (n=8), el análisis entre las dos especies
mostró correlaciones positivas para Cu, Hg, Pb y Zn (p < 0.05); así como una correlación
negativa respecto al Cd (p < 0.10).
Las ecuaciones obtenidas (Tabla 19, Fig. 50), pueden ser útiles en programas de
biomonitoreo para la inter-comparación de niveles de metales entre diferentes sitios
donde se encuentren estas especies.
96
Figura
a 50. Corrrelación de concentraciones de los metale es Cd, Cu
u, Hg, Pb y Zn
minadas en ostiones C.
determ C corteziens
sis y C. giga
as ( lluvia
as, secass).
En la Tabla 20 se
s muestra una compa
aración entrre las conccentracioness de los me
etales
Cd, Cu,
C Pb y Zn,, determinadas en ostiones del gé
énero Crasssostrea de diferentes ssitios,
así co
omo los valo
ores enconttrados en es gigas, los niveles
ste estudio. Para los osstiones C. g
de ca
admio son superiores
s a los de tra
abajos reallizados en zonas costteras de Ta
aiwán
(Chen
n y Chen, 2003),
2 Marrruecos (Ma
aanan et all., 2008), B
Brasil (Silva
a et al., 200
06) y
97
Canadá (Widmeyer et al., 2008); pero comparables e, incluso, menores a los altos
niveles que se han presentado en sitios de Japón (Shulkin et al., 2003). Los niveles de
cadmio de la especie C. corteziensis, fueron superiores a los determinados
anteriormente en las mismas áreas de estudio, así como en otras zonas del Pacífico
mexicano (Frías-Espericueta et al., 1999, 2009; Páez-Osuna et al., 2002; Jara-Marini et
al., 2008).
Los niveles de cobre determinados para C. gigas, son inferiores a los de sitios de países
asiáticos como Taiwán (Chen et al., 2003) y Japón (Shulkin et al., 2003); pero
comparables a sitios de Marruecos (Maanan et al., 2008), Brasil (Silva et al., 2006) y
Canadá (Widmeyer et al., 2008). Para los ostiones C. corteziensis, los resultados de
cobre son comparables o inferiores a los de algunos estudios previos de la misma zona.
Tabla 20. Intervalos de concentración de Cd, Cu, Pb y Zn (g g-1, con base a peso
seco) en especies del género Crassostrea determinadas para sitios de México y
regiones de otros países.
Especie Cd Cu Pb Zn Area de estudio
Cg 0.3-2.4 34-1115 ND 243-1606 Bahía Chi-ku, Tai-shi,
Tapeng, Taiwan (1)
Cg 0.6-9.4 3.6-42.1 1.2-7.4 28-672 Laguna Oualidia,
Marruecos (2)
Cg 1.3-2.3 18.0-39.0 ND 967-2028 Estuario Potengi,
Brasil (3)
Cg 4.7-27.2 250-6576 4.1-36.0 1683-7262 Bahía Ussuriyskiy,
Japón (4)
Cg 2.3-3.0 36.3-66.1 0.6-1.1 414-478 Sonda Baynes,
Canada (5)
Cg 4.9-13.9 9.1-58.0 0.5-2.1 113-478 Lagunas costeras, SE G.
de California, México (10)
Cc 1.5-7.4 17.5-166.3 4.1-9.4 245-2304 Lagunas costeras, SE G.
de California, México (6)
Cc ND 15.4-216 3.6-7.6 442-1595 Costa del Pacífico de
México (7)
Cc 0.2-0.6 33.6-44.9 0.3-1.9 263-382 Laguna de Urías,
México (8)
Cc 0.9-3.4 12.1-31.1 0.3-3.6 248-768 Estuario San Cristobal,
México (9)
Cc 4.2-5.5 5.5-18.4 0.2 - 0.7 114-226 Lagunas costeras, SE G.
de California, México (10)
Cg, Crassostrea gigas; Cc, Crassostrea corteziensis; (1) Chen y Chen (2003); (2) Maanan (2008); (3) Silva
et al. (2006); (4) Shulkin et al. (2003); (5) Widmeyer et al. (2008); (6) Frías-Espericueta et al. (2009); (7)
Páez-Osuna et al. (2002); (8) Jara-Marini et al. (2008); (9) Frías-Espericueta et al. (1999); (10) Este estudio;
(ND) No determinado.
98
Tabla 21. Intervalos de concentración de Hg (g g-1, con base a peso seco) en
especies del género Crassostrea determinadas para sitios de México y regiones de
otros países.
Especie Concentración Área de estudio
C. rhizophorae 0.27 - 2.21 Canal de Santa Cruz, Brasil (1)
C. virginica 0.02 - 0.03 Ensenada Murrells, USA (2)
C. tulipa 0.12 - 0.21 Lagunas Benya y Ningo, Ghana (3)
C. talienwhanensis 0.02 - 0.06 Mar de Bohai, China (4)
C. gigas 10.0* Bahía Minamata, Japón (5)
C. gigas 0.09 - 0.01 Costa Sur de Nueva Caledonia (6)
C. gigas 0.23* Laguna de Guaymas, México (7)
C. corteziensis 0.03 - 0.08 Laguna de Urías, México (8)
C. gigas 0.06 - 0.91 Lagunas costeras, SE Golfo de California,
C. corteziensis 0.16 - 0.58 México (9)
(1) Meyer et al. (1998); (2) Kawaguchi et al. (1999); (3) Otchere et al. (2003); (4) Wang et al. (2005);
(5) Eisler (1987); (6) Chouvelon et al. (2009); (7) Green-Ruíz et al. (2005); (8) Jara-Marini et al. (2008);
(9) Este estudio; *Solo se registró el promedio.
99
8.4.7. Concentra
aciones de
e metales pesados
p en
n ostiones Crassostrrea cortezie
ensis
ccostrea pa
y Sac almula
Sitios de mue
estreo
a 51. Conce
Figura entraciones de Cd, Cu,, Hg, Pb y Z Zn, con basse a peso se eco, en ostitiones
S. pallmula y C. corteziensis;
c ; asterisco = datos de 1 solo grupo
o (sin dupliccado).
100
Como
o ya se ha mencionado
m o, en estos sistemas sse pueden e
encontrar ta
anto ostione
es C.
cortez
ziensis como S. palmulla adheridos a las raícces de las m
mismas plan
ntas de man
nglar.
Por lo tanto, ambas
a espe
ecies se encuentran
e bajo las mismas ccondiciones (i.e.
metros físico
parám o-químicos, régimen de
d marea, a
alimento dissponible, ettc.). A pesa
ar de
ello, en
e el presen
nte estudio,, se determ
minaron conccentracione as para los cinco
es más alta
metale
es, en los ostiones
o S. palmula (F
Fig. 51), aunque las diferencias e
entre las me
edias
fueron
n significativ
vas sólo parra el caso del cobre (p < 0.05).
Sin embargo,
e al hacer la correlación
n entre loss niveles d
de acumula
ación de am
mbos
organismos, se observaron
o altos coefic
cientes de ccorrelación (Pearson) e
entre los niveles
acumulados en ambas especies
e (F
Fig. 52). L
Las diferen
ncias entre
e las tasass de
acumulación de especies de estos géneros
g (C
Crassostrea
a y Saccosstrea), han sido
anteriormente ex
xplicadas po
or las diferen
ncias en suss tasas de d
destoxificacción.
Saccostrea palmula
101
Crasso
ostrea corrteziensis
Figura
a 52. Correllación de la
as concentra
aciones de Cd, Cu, Hg entre ostiones C.
g, Pb y Zn e
cortez
ziensis y S.
S palmula; rombos bllancos = m muestras de
e la tempo orada de secas;
romboos rellenos = muestras de la tempoorada de llu
uvias.
n bioensayo
En un o, las tasas de
d destoxificación de C
Cd y Zn difirrieron de manera altam
mente
significativa entre
e ostiones C.
C rivularis y S. glomera
ata (Ke y W
Wang, 2001)), encontrán
ndose
menores tasas en
e esta últim
ma especie (Tabla 22)), con los e
efectos conssecuentes ssobre
las co
oncentracion
nes acumula
adas.
102
103
Se llevó a cabo un primer análisis del extracto de la muestra 1 (dilución 1:10), el cual
se derivatizó con el reactivo FMOC, de acuerdo a la técnica de Pocklington et al.
(1990). En este caso se utilizaron ambos detectores UV (242 nm) y FLD (264 nm de
excitación y 313 nm de emisión; Agilent 1100A, Columna Zorbax Eclipse XDB C18
250 mm). El AD eluye aproximadamente en el minuto 13.4. Al observar en el
cromatograma a) de la figura 53, se puede ver un pequeño pico aproximadamente en
ese tiempo. En el cromatograma b) de esta misma figura, se observa ese mismo pico
con una mayor área y puede inferirse que tal pico corresponde a la presencia de AD
en esta muestra.
104
a)
b)
Figuraa 53. Crom matogramass de la muestra 1 de oostión (dilucción 1:10) a
a) con deteccción
ultrav
violeta; b) co
on detecció
ón de fluore
escencia.
Para confirmar la
a presencia
a de AD en esta muesstra se realiizó una seg
gunda inyeccción
de otra alícuota
a, a la cua
al, se le ad
dicionó ácid
do domoicco (1:1). En
n este casso, la
dilució
ón de la muestra fue 1:40, para tratar de e
evitar que interfirieran
n otros pico
os de
mayor área. De esta forma
a, si se incrrementa el área del pico de AD, se confirm
ma su
encia en la muestra; por
prese p el contrrario, si el AD eluye muy cerca, formando
o otro
pico o si su form
ma presenta
a un “homb
bro”, entoncces el analito que eluyye en un tie
empo
cercano en la muestra
m sin adición, no es de AD
D. Como sse obtuvo u
un pico de este
tipo, se
s descarta
a entonces la presencia de AD en
n la muestra
a analizada
a (Figura 54
4).
105
a)
b)
Figura
a 54. Crommatogramas de la mues stra 1 de osstión (diluciión 1:40) + AD (propo
orción
1:1) a)
a con deteccción ultrav
violeta; b) co
on deteccióón de fluore escencia.
Poste
eriormente, se inyecta
aron los ex
xtractos de
e las cinco
o muestrass. Para ello
o, se
realiza
aron prueb
bas previas
s con adición de está
ándares de
e AD, esto
o es, previendo
también la posib
bilidad de elución
e de picos
p en tie
empos cerccanos. En la
a bibliograffía se
menciona la inte
erferencia en
e el anális
sis de AD, por la pressencia de triptófano e
en las
muestras. Por ta
al motivo, se hicieron pruebas
p qu
ue incluían la matriz, á
ácido domo
oico y
triptóffano. Así, se
s procedió nálisis en e l equipo HP
ó a este an madzu LC-10AD,
PLC (Shim
colum
mna Zorbax
x-Eclipse C18,
C 250 x 4.6 mm , 5). En este caso
o, el AD e
eluye
aprox
ximadamentte a los 9.3
3 minutos y el triptófa
ano, en todos los caso
os, eluye e
en un
tiempo posterior (Fig. 55).
106
a)
b)
Figura
a 55. Crom
matogramas s de los esttándares dee ácido dommoico + trip
ptófano (Trp
p): a)
Conceentración del
d AD = 0.75
0 g mL -1
L ; b) Conncentración del AD = 5 g mL . En
-1
Se iny
yectó nueva
amente una
a mezcla de la muestrra 1 con AD
D, así como
o el resto d
de las
muestras por se
eparado. Un
na vez que
e se obtuvieron los crromatogram
mas, se hizzo un
gráfico en el qu
ue se contrastaron los tiemposs de elució
ón de cad
da muestra
a con
respe
ecto al tiempo de eluciión que corrresponde a
al AD. Toda
as las mue
estras eluye
en en
un tie
empo anterrior al AD, esto es, aproximadam
mente en e
el minuto 8
8.6 (Figura
a 56).
Con estos
e resulttados se co
omprobó qu
ue en estass muestrass no hay prresencia de
e AD,
aplica
ando la técnica con detección UV (límite d e detección, LOD, po
or sus sigla
as en
s = 0.025 g
inglés g/mL). Se sabe
s de los
s problemass por interfe
erencia dell triptófano en el
anális
sis de este tipo de toxiinas, el pico
o en las mu
uestras se presenta a
antes, por lo
o que
se infiere que tam
mpoco es el
e triptófano
o.
107
Figura
a 56. Crom matogramas s de las ciinco muesttras de tejiido blando de ostión,, que
eluyen
n a los 8.6 min y del AD
A a los 9.3
3 min, aproxximadamen nte.
En ba
ase a estos
s resultado
os, se hizo una búsqu
ueda bibliog
gráfica a fin de saberr que
analito
o está eluy
yendo en es
stas muestrras, y si puede causarr cierta inte
erferencia ccon la
detección de AD,
A probablemente ottro aminoá
ácido. Kono
osu y Yam
maguchi (1
1982)
mencionan que los molus
scos bivalvo
os, en gen
neral, son ricos en lo
os aminoáccidos
prolina, glicina, alanina
a y arginina;
a pe
ero que suss niveles flu
uctúan con
nsiderablem
mente
de un
na especie
e a otra. Je et al. (2
2004) enco
ontraron qu
ue el conte
enido de á
ácido
aspárrtico, lisina
a, ác. glutámico, glic
cina y ala
anina fuero
on los má
ás altos e
en la
composición de aminoácid
dos de 5 especies
e d e ostioness del génerro Crassosstrea.
Mencionan también la prresencia de
d aminoáccidos libre
es en el ttejido de e
estos
organ
nismos, de los cuales
s, los que se encon traron en mayores cconcentraciiones
fueron
n taurina, ácido glutámico, lis
sina, glicin a y alanin
na. Zhang
g et al. (2
2006)
encon
ntraron que
e los principales amin
noácidos lib
bres de loss ostiones que analizzaron
fueron
n taurina, ácido
á glutá
ámico, glicina, alanina
a, arginina y prolina y, de ésto
os, la
taurina fue el má
ás abundan
nte.
De ac
cuerdo a lo
os resultad
dos de las pruebas re
ealizadas, se puede concluir qu
ue el
triptóffano no cau
usa problem
mas al mom
mento de an
nalizar las m
muestras de
e ostión, de
ebido
a que
e no forma
a parte de los aminoá
ácidos que
e se presentan principalmente e
en el
contenido de estos organis
smos. Por otra
o parte, según esto
os antecedentes hay otros
oácidos (ala
amino anina, taurina, etc.) qu
ue sí se en
ncuentran e
en alta conccentración en el
108
Se realizaron los análisis de toxinas del tipo ASP a la totalidad de las muestras, tanto de
la temporada de lluvias como de secas en el Laboratorio de Biotoxinas del Instituto de
Ciencias del Mar y Limnología, Unidad Académica Mazatlán (ICMyL-UNAM), por el
método de Quilliam (2003). De igual manera, tampoco se detectaron toxinas del tipo
ASP (menor concentración inyectada del estándar: 1 g/mL). Si bien, se sabe que los
moluscos bivalvos alimentados con microalgas tóxicas del género Pseudonitzschia spp.,
son los principales vectores de AD hacia los humanos (Jones et al., 1995); no obstante,
los ostiones acumulan consistentemente menores niveles de ácido domoico en
comparación con otras especies de bivalvos (e.g. Mytilus edulis) con las que co-ocurren
durante florecimientos naturales de Pseudo-nitzschia y raramente alcanzan el límite de
regulación (20 g g-1); lo cual es debido a mecanismos tales como bajas tasas de
aclaramiento, formación de pseudo-heces y rechazo selectivo de algunas especies
de este género de microalgas (Mafra et al., 2009a,b, 2010a). Los moluscos bivalvos
tienen mecanismos complejos de clasificación de las partículas que filtran, en las
branquias y palpos, en el intestino y en los divertículos digestivos que se ven
fuertemente afectados por el tamaño de las partículas. Por ello, el tamaño de las
partículas de alimentos determina el grado en el que a su vez participan en los
procesos de selección y digestión (Newman y Unger, 2003).
Sin embargo, existen amplias diferencias anatómicas entre los organismos que
conforman a este grupo de organismos (moluscos bivalvos). Una de estas
diferencias está constituida por el tipo de branquias que presentan. Por ejemplo, los
mejillones presentan filibranquias, a diferencia de los ostiones que presentan
pseudo-lamelibranquias, las cuales son más especializadas (Fig. 57; Ruppert y
Barnes, 1996), lo que puede explicar el mayor rechazo selectivo que se presenta en
los ostiones en comparación con los mejillones.
109
Filibranquia
F as (mejillone
es) Eulamelibranquias
(pseudo-lam
melibranquias presentes en ostio
ones,
con mayyor similitud
d a las eula
amelibranqu
uias)
Figuraa 57. Tipos s branquialles. Filibran
nquia: a) ciinco filameentos adyaccentes (ima agen
tridimensional de e una vista
a superficiall; b) secció
ón frontal. E
Eulamelibraanquia: c) ccinco
filameentos adyac centes fusio
onados (imagen tridim mensional d de una vista
a superficiall); d)
seccióón frontal (R
Ruppert y Barnes,
B 199
96).
Mafra
a et al. (201
10a) expus
sieron grupo
os de ostio
ones (C. virrginica) a cconcentraciiones
de Pseudonitzs
P schia multis
series de dos longittudes prom
medio dife
erentes (cé
élulas
peque 4 m y células grand
eñas de 24 des de 81
m). En esste bioensa
ayo los autores
obserrvaron el re
echazo de los ostiones ante cé ores a 70 m, las cu
élulas mayo uales
fueron
n expulsadas a través
s de la form
mación de pseudos-h
heces. La sselección de las
partíc
culas basad
da en el tamaño de células
c ocu rre exclusivvamente en las branq
quias
de bivalvos com
mo C. virgiinica, las cuales
c está
án caracte
erizadas po
or dos tipo
os de
filame
entos (i.e. condición
c heterorabdic
ca) y una ccapacidad d
de transporrte bidirecciional.
En co
ontraste, lo
os mejillon
nes presen
ntan branq
quias homo
orabdicas (i.e. filame
entos
ordina
arios) y solamente so
on capaces
s de hacer una seleccción de pa
artículas en
n sus
palpos labiales (Ward et al., 1998).
110
Por otra parte, si bien en estudios anteriores se han observado diatomeas del género
Pseudonitszchia presentes en el área de estudio (Ibargüen-Zamudio, 2006; Alonso-
Rodríguez et al., 2008), en las muestras de agua recolectadas en los sitios de
muestreo de este estudio, no se observó la presencia de estas microalgas en
ninguna de las dos temporadas de muestreo. Además de estos análisis, se
prepararon muestras compuestas (i.e. por cada laguna) del tejido de ostión liofilizado,
para enviarlas y analizar la presencia de toxinas del tipo ASP en la Facultad de
Medicina, Instituto de Ciencias Biomédicas en la Universidad de Chile, con el apoyo
del Dr. Américo López Rivera. Mediante este análisis se corroboraron los resultados
negativos que se habían obtenido para todas las muestras de ambas temporadas
(por detección UV; LOD = 0.078 g/ml). Si bien se sabe que el proceso de
congelación (Reboreda et al., 2010) y liofilización reducen la concentración de AD en
tejido de mariscos, con estos análisis se pretendía corroborar su detección, al menos
a nivel cualitativo, la ausencia de este tipo de toxinas en las muestras de ostión
analizadas.
111
edulis), se alimentan fácilmente de células tóxicas y por lo tanto acumulan altos niveles
de estas toxinas (Bricelj et al., 1990). En contraste, las especies que alcanzan
toxicidades relativamente bajas (e.g. ostiones C. virginica), son muy sensibles a la
presencia de toxinas PSP y exhiben mecanismos fisiológicos y de comportamiento que
han desarrollado para evitar o reducir la exposición a las células tóxicas (Bricelj y
Shumway, 1998). Tales mecanismos van desde la inhibición de las tasas de
alimentación hasta el cierre completo de las valvas (Gainey y Shumway, 1988; Wildish
et al., 1998). Existen diferentes factores que en su conjunto determinan el destino y la
distribución de STXs en los bivalvos, los cuales varían en función de las características
de los florecimientos de algas nocivas, las condiciones ambientales, la exposición
previa, las especies involucradas, factores intra-poblacionales, así como la variabilidad
individual, la dinámica de absorción y los mecanismos de desintoxicación, distribución
de la toxina en el organismo y su tiempo de retención; los mecanismos de
biotransformación y las diferencias en la toxicidad inicial de dinoflagelados (Deeds et al.,
2008).
112
9. CONCLUSIONES
Al hacer el análisis de los niveles de metales acumulados en los ostiones por cada
temporada de muestreo, se encontraron concentraciones mayores de cadmio, cobre,
plomo y zinc durante la temporada de secas y de mercurio durante la temporada de
lluvias.
Los altos niveles de Cu en sitios de los sistemas del centro y norte de Sinaloa (AEP y
SINM), están relacionados probablemente con su uso para la agricultura. Sin embargo,
se presentaron altos niveles de Cu en URI, donde existen descargas municipales e
industriales, la presencia de la planta termoeléctrica y las actividades portuarias.
113
Los niveles más altos de zinc se encontraron en URI (el complejo lagunar más
pequeño), donde hay una mayor presencia de efluentes municipales e industriales del
puerto de Mazatlán y de su planta termoeléctrica.
Respecto a las normas establecidas para los límites máximos permisibles para consumo
humano de ostiones contaminados con metales pesados, si bien en algunos sitios se
sobrepasaron los límites, los promedios globales de las concentraciones de los cinco
metales estuvieron por debajo de los niveles marcados por las normas (NOM 042 y
WHO, 1983).
114
115
10. RECOMENDACIONES
Es necesario seguir con programas de biomonitoreo para vigilar que los niveles de
metales en ostiones no sobrepasen los valores establecidos en las normas. De igual
forma, es importante monitorear la presencia de biotoxinas en los ostiones de estos
sistemas lagunares y, así, evitar riesgos para la salud humana.
116
117
118
119
120
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