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Revista andina.
Issue: 9
1991Pages: 299-366
Article Author: Alb6, Xavier
Article Title: El retorno del indio
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Loan Title: Revista andina. El retoro del indio
Loan Author: Albé, Xavier
Publisher: Cusco, Peril: Centro de Estudios Rurales Andinos
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Xavier Alb6
L PANORAMA GLOBAL
Durante las dos ultimas décadas, para sorpresa de socidlogos y politélogos,
encasi toda la region andina se retornd con fuerza inesperada a una problematica es-
pecfficamente indfgena que parecfa haber sido superada desde la década del
cincuenta, cuando se impuso hablar s6lo de “campesinos” y “sindicatos”. Por su
generalidad panandina y por implicar a tantos millones de personas(1), este
fenémeno bien merece ser analizado en detalle.
Nos referimos en seguida a los hechos mds significativos que muestran ese
resurgir, después de varias décadas de ideologfa modernizadora y campesinizadora.
NUEVAS ORGANIZACIONES
En todos los pafses surgen nuevas organizaciones que se fundan directa 0
indirectamente en la identidad étnica, Muchas de ellas han servido para aglutinar a
grupos relativamente importantes pero sin duda minoritarios que sintieron su mar-
ginalizacién y percibieron la necesidad de identificarse en su especificidad ante
Propuestas y organizaciones de enfoque slo campesinista. Con la excepcién de los
Mapuches (sur de Chile) que con diversas coloraciones polfticas han tenido organi-
zaciones desde antiguo, la primera organizacion de peso que se formé eneste nuevo
N®2, diciembre 1991 . 299Estudios y Debates
perfodo fue la Federacién Shuar, fundada en la selva ecuatoriana en 1961.
A principios de la siguiente década nacen casi simulténeamente el CRIC,
que agrupa a los p4ez y guambianos de los Andes colombianos, y otras dos
organizaciones que representaban a las mayorfas quechua y aymara: ECUARUNA-
Ri entre los quichuas del Ecuador, y el mAs complejo polifacético movimiento
katarista entre los aymaras de Bolivia. Sélo la Sierra peruana se rezagé respecto de
este nuevo desarrollo organizativo hasta avanzados los afios setenta, pues allf se
iniciaba tan s6lo la nueva reforma agraria de Velasco Alvarado. Posteriormente, la
convulsién creada por la violencia guerrillera y militar, junto con la prolongada
crisis econémica y estructural, seguirfan dificultando allf la emergencia de nuevas
propuestas pues casi todo el esfuerzo se abocarfa ala simple supervivencia frente a
tanta presin. Tras estos inicios, en Bolivia y Chile las dictaduras de Bénzer (1971-
78) y de Pinochet (1973-1990) frenaron un desarrollo mds r4pido. Pero al debilitarse
esos regimenes, se retom6 lo que se habfa inaugurado a principos de los afios setenta
ytanto Chile como Bolivia se unicron ala corriente que habfa cobrado fuerza enotros
pafses, dentro o fuera de la regién andina.
Ecuador fue testigo durante los afios setenta de c6mo bajo el estfmulo de la
Federacién Shuaren la Amazonfa y de ECUARUNAR en la sierra surgfan por todas
partes nuevas organizaciones del mismo estilo indigenista que como las rafces de un
4rbol frondoso se articularon para formar primero la CONFENIAE que reunia a
todas las organizaciones ind{genas de la selva y después CONAIE que agrupaba a
todas las del pafs. Allf se ha prolongado por espacio de afios un debate algomaniqueo
atin no resuelto del todo entre organizaciones “indigenistas” por un lado y organi-
zaciones “clasistas” tales como FEI y FENOC. Enel curso de tal controversia las dos
posturas han ido convergiendo hacia una vision comtin més completa.
Algo semejante ha ocurrido en Colombia donde -mientras la organizacién
campesina ANUC se dividfa y perdfa fuerza- el ejemplo del CRIC cundi6 en otros
pueblos indfgenas y en pocos afios llevé ala conformacién dela coordinadora ONIC
que aglutina a casi todos los pueblos ind{genas de ese pats. Allf el debate etnia/clase
no ha sido uno teérico sino uno impuesto muy pragmaticamente por la presencia de
guerrillas de izquierda en varias 4reas indfgenas andinas. Tal debate giré especial-
mente en tomo a quién debfa jugar un rol hegeménico en dichas dreas.
En las regiones andinas de Bolivia y después en cl Peri, las deficiencias de
cadauna de las reformas y delas alternativas de organizacién que proponfan llevaron
a una revaloracién de ia comunidad como célula bdsica de toda organizacién
superior. Pero mientras que en Peni no se avanz6 més alld, en Bolivia los plantea-
mientos se Hlevaron més lejos que en los dem4s pafses: primero hacia larecuperacion
y defensa de la propia identidad quechua y aymara, de ahf a la formacién de partidos
con fuerte contenido étnico -sobre todo entre los aymaras- y, finalmente, a una
reformulacién de lo que deberfa ser el Estado boliviano que se vio redefinido como
plurinacional. En la CSUTCB -organismo m4ximo del campesinado que ha estado
alacabeza de este proceso- las problematicas clasista y étnica siempre han aparecido
muy ligadas, como dos dimensiones que hay que analizar conjuntamente. Es
interesante que precisamente esta organizaci6n “sindical” de “campesinos”, prota-
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