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DE ALGUNASNOVELISTASDOMINICANAS
Y TOEYA DE VIRGINIA DE PEÑA DE BOITDAS

Giovanni di Pietro

Todavía queda por escribir la historia de las novelas dominicanas


escritaspor novelistasfemeninas.Se menciona siempre, no importa la
ocasión,a Aída CartagenaPortalatín y su Escalera para Electra, novela
que estuvo casi a punto de ganar un premio internacionalde mucho
prestigio.De esta autora también tenemosotra novela, La tarde en que
murió EstefanÍa.Se oye hablar de Hilma Contreras,de su La tierra está
bramando, que algunosconsideranuna novela bien hecha. Hay, sin
embargo, otras novelistas,algunasde las cuales,como por ejemplo
Ludín Lugo, totalmentedesconocidas, o, como CarmenStengre,quizás
justamenteolvidadas.Y tenemos,además,el casode Virginia de Peña
de Bordas, autora de la fantasíaindigenistaToeya, su única novela,
postumamentepublicada en 1949y reeditadados veces,1952,en Bar-
celona,y 1978,en SantoDomingo. En 1978salió también Seis novelas
cortas; pero, a pesardel título, lo que en ese tomo se reune nada tiene
que vci con la novelaen el sentidoestríctode la palabra.
Si, como hemosnotado en muchoslugares,el campo de la novelís-
tica dominicanacontemporáneaestá en un horrendo descuido,y con
esto nos referimosa los novelistasmasculinos,iimagínenseel descuido
que puede haber en la ramafemeninade esemiso campo! Tanto de los
novelistascomo clelas novelistasse escribencosasque confinan con el
y ss emitenjuicios críticos
absurdo,se tienen preferenciasinjustificadas
que, al analizarlosde cerca,simplemente no resistenun serio escrudri-
ñamiento.
Veamosalgunosejemplos.Mucho se ha escritoacercade la novela
de CartagenaPortalatín,Escalerade Electra.El casodel casigalardón
internacionalha creado alrededorde esanovela una aureolade infali-
bilidad en términosde excelenciaestética.Todos siemprese refieren a

Facultadde Humanidades,UASD.

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ella como a una gran novela,una de las mejoresobrasen la novelística
contemporáneatanto en el paíscomo fuera.Pero, ipor qué? ieué tan
buena es? Indudablemente,Escalera para Electra tiene sus puntos
fuertes.A nadie se le ocurriría restárselos.
sin embargo,a distanciade
tiempo por su aclamaciónen el foro literario internacinal,es obvio que
hay que preguntarsecuál seríasu valor actual.Por ejemplo, ino suena
un poco vacío en el presente el tema del incesto, ese tema que al
aparecerpor privera vez en la novelísticadominicanano podía hacer
otra cosaque crear un furor? iEra eseun tema sentidopor la escritora
o es que se lo impusoa sí misma?úCuálseríala relaciónentreesetema
y la sociedaddominicana?Porquegstáclaro que esevolver a la tragedia
griega,aunquetuviera sentido para Portalatín,no es exactamenteuna
feliz elección.Todo ese procedimientode narrar la historia dc Electra
por parte de una amigasuper-intelectualque supuestamentela conocía
en vida y que se encuentraahora,iextrañocaso!,en Grecia,es clecir,en
la tierra del mito del incesto,nos apareceahora, sin duda alguna,un
tanto forzado.
Ni hablarde La tarde en que murió Estefanía.Si es una novela en
versosno esexactamenteclaro.Además,paratodosaquellosque la leen
con detenimiento,es clarísimoel hecho de que como novela no tiene
mucho que ofercernos.Tenemosnuevamenteel tema del incesto-esta
vezentre hermanos.Está tambiénel tema deldictador.Y Estefanía,de
ser una simplecamareraen un hotel, se ve -y esto podía ocurrir de esa
manera sólo en la mente de la autora- transformadade la noche a la
mañanaen una codiciadamodelo internacional.Con tantas cosasdis-
paradasjuntas, más el dilema de si es o no una novela en versos,
podemosver que La tarde en que murió Estefaníano podía ser otra
cosaque un lamentablefracasoliterario.
De la Aída CartagenaPortalatín de Escalera para Electra, con
todassus fallas,a la Hilma Contrerasde La tierra está bramando hay
una diferencia abismal.La tierra está bramando es una aburridísima
colecciónde páginasque no llevana nada.La temáticade la dictadura
y de las luchasestudiantiles,junto a la otra de un amor que no se
consume, simplemente no se traducen en personajesy situaciones
válidas que puedan levantar esaspáginasal nivel de una novela, ni
siquieramediocre.
Previamentehemosdedicadoun ensayoal análisisde la novela de
Ludín Lugo, El caballerode la ciudad. He ahí una novela de verdad.v

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eso a pesar de su excesivaextensióny a vecespesado movimiento. Sin
embargo,iquién conoceestanovela?Frente a Escalerapara Electra,
La tarde en que murió Estefaníay La tierra está bramando, a nuestro
entendcr El cab¿rllerode la ciudad tiene una primacíaincuestionable.
Lugo ticne algo que contarnosy lo hace.No tiene nada de las preocu-
pacionesintelectualesde CartagenaPortalatíno Contreras,y es éstala
clavc del éxito de su novela.
CarmenStengretiene a su cargola novelaiY mañana...?,publicada
en 1,944.Lo que se publicó con el título de Hermana Violeta no son
novelascortas,sino simplescuentos.La preocupaciónde Stengre,su
idée fixe -diríamos-,es el tema de la guerra.La guerra es destrucción,
muerte, crueldad,injusticia,destierro,etc.,y, por consiguiente,la hu-
manidadtiene que aprendera vivir en paz. ¿Cómo?Renunciandoa la
guerra,viéndola por l.oque es. Para lograr esto, Stengreda a la mujer
un papel estelar.Es la misión de la mujer -y muy especialmentede la
mujcr como madre-sacrificarsea fin de que los hombresentiendanque
la paz cs preferiblca la guerra.Salede eso,en efecto,la imagende la
HermanaViolcta cleI cuentohomónimo.Comocl personajede Violeta,
la mujer de Stengreno cs un ser débil,sino uno dcltadode un carácter
fucrte que se impone a las circumstancias y logra el rcsultado que se
propone lograr. En la novela iY mañana...?,Stengre tiene páginasy
situacionesque valen la pena;es una lástima,pues,que, en su conjunto,
la novela no llega a ser lo que prometía ser. Quizás su novela esté
justamenteolvidada,pero no se deberíaolvidar el nombre de Stengre
en la historia de la noveladominicana.
Esto es asíporque,al mirar a lasnovelistasdominicanas,nos damos
cuentade que en suscuentosy su novelaStengreintroducepor primera
vez una cleterminadaimagen de la mujer en la novela dominicana.
Podríamostachar de superficialy de irreal la misión que en su obra
Stengreclaa la mujer.Despuésde todo, ya que se trata de aquelperíodo
de rcsacasentimentalque fueron los añosentrc 1918-fin de la Primera
GuerraMundial-y 1936-inicictde la posturabeligerantede lasdictadu-
ras con la guerra civil española-,esta imagen es algo muy tradicional,
casi a la mocla.Pero, como hemosdicho, la mujer que Stengrenos da
no cs una mujer pasiva.Su pacifismohace parte tanto de su sicología
fundamentalcomo de aquelrol tradicionalque a la mujer se le asignaba.
Sin embargo,la nota,el elementonucvo que Stengreintroduce,tiene
que scr subrayado:la imagende la mujer que ella nos brinda es la de

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una mujer que lucha activamentepara realizar un mundo en el cual
tanto el hombre como ella puedan tener una vida feliz que seadigna de
vivir en libertad. Por eso, aunque iY mañana...?fracasecomo novela,
salvablees el personaje de Martha, mujer, esposay madre que muere
enfrentándoselea la inhumana crueldad de los nazi. Antes de Stengre,
en la novelísticadominicanacontemporánea,iquién habíapresentádo
un personajefemenino con talescaracterísticas? El personajede Mar-
tlru4" hecho,es preferible a los más actuales-pero falsos-personajes
de Electra,Estefaníay Genita en las novelasde cartagenaportalatín y
Contreras.Como mujer luchadora,Martha es un personajeque dentro
de la novelísticadominicana contemporáneaencontraremosnueva-
mente sólo en Iil Caballerode I¿rciudad, de Lugo.
Asíque hemosllcgadoa Virginia de Peñade Bordas,a sussupuestas
Seis novelascortas y su Toeya.
No vamosa negarque, al encontrarnoscon las novelastle de peña
de Bordas,la idea de lecr una "fantasíaindigenista"no nos lue muy
alagadora.Nos lo imaginábamos un tollo literariosin ningunaduda.Fue
muy grata, pucs, la sorpresade descubriren Toeya una novela que, si
no exactamentede primera categoría,muy bien vale la pena leerla y
reeditarlapara que scaleída.
Han sido muchaslas aclamacionesque esta novela de de peña de
Bordasha recibidodesdesu primera publicaciónen 1949.Sin embargo,
no se nos deberíaescaparel hechode que esasaclamaciones, como por
ejemplolasquc se incluyenen el apéndicede la ediciónde 1978,aunque
sinceras,son casisiempreemitidasde pasaday por personasque poco
tienen que ver con el ejerciciode la críticaliteraria.Es imprescindible,
pucs,pasarde estetipo de tributoextraliterarioa un tributode carácter
puramenteliterario,algoque,por lo mcnosen cuantoa sunovelaToeya,
estaautoraindudablemcnte sc merecemásde la cuenta.Esta seríaen
el futuro una de las obligacioncsque la críticaliterariatencrríaen el
campoclela novelística nacional.
Nosotros no vemoscon buen ojo a las Sietenovelasco¡.tas.Como
hemosclicho,ellasno son novelas;soncucntos.En cuantotalcs,hayque
estableccrclaramentecuál scríasu valor literario.En el lenguajey en
lassituacioncs y hastacn los personajes estoscuentostiencn un rcsul-
tado fcliz. Sin emhargo,no podemosdarles una aclamacióncrítica
porquc, a bicn mirarlos,cstoscuentostiencn poco que ofrecernos.Es
fácil ver en ellos la cxtensiónsocialde la personalidadde la escritora.
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El ambienteselecto,los personajesadinerados,el refinamiento aristo-
crático, el deseo de sobresalirsocialmente...Todo esto nos deja sin
cuidado. Claro está, éste era el mundo social en el cual de Peña de
Bordasse movía;era, además,el mundo de los añostreinta y cuarenta,
años en los cualeslas castasaltas dominicanas-a las cualesla autora
pertenecía-,viviendo en confabulacióncon la dictadura,todavíaexpe-
iimentaban una viclaidílicacerradaa los sinsaboressociales,económi-
cos,políticosy morales."All's well that endswell," podríamosdecir de
estoi cuentos. En el medio de este ambiente rico y aristocrático'el
personajeclela muchachabien educada,blancay pura encuentrasiem-
pre aquel príncipeazúl que soñabadesdeniña, sea éste su primo, su
vecino, o un caballeroexótico que llegajusto a tiempo para salvarsu
dichay su honor. Este es un mundo en el cual el lector puede penetrar
sólo de una maneravicaria.A menosque él mismo no hagaparte de ese
mundo, se sentiráexcluido,un intruso. Es un ambientede cuentosde
hadas en el cual la entrada depende únicamente del pasaporte de
riquezay buenosmodalesen términosde castasocialque tenemos.
Dicho esto,creemos,sin embargo,que es injusto acusara Virginia
de Peña de Bordasde haber creadotal mundo con la clara intenciónde
excluír la chusmade é1.Ella escribíasobre el ambienteque era suyo y
que conocía. Este ambiente, se ve de los mismos cuentos, aunque
parecieraiclealno lo era. En todos esoscuentoshay una obsesiónpor
parte de su autora de querer creer en cuentosde hadas,y esto como
para excluir conscientementede su ángulovisivo lo que seríala inevi-
table prcsenciadel mal. De modo que, al mirarlosbien, lo que en estos
cuentosestáen juegoesla luchaentreel bieny el mal,con elbien -amén
de ser siempreun adineradopríncipeazúl-constantementetriunfador.
En el mal estáeldolor; en elbien, la dicha'Como una niña mimadao
como un ser que sufre mucho,Virginia de Peña de Bordasanhelavivir
en un mundosindolor,en un mundo hechosólodelbien,y estoporque,
por muchasrazoncsque son propiasde la personalidadde una niña
mimaday dc una personaque sufremucho,ella,cn su fuero interno,no
experimentaesemundo, no lo conoce,aunquetQdoen su ambientela
condiciona,claro está,a creer lo contrario.
Esta dinámicade la lucha entre el bien y el mal en términosde dicha
y de sufrimientola encontramostambiénen Toeya,pero sin esemundo
asfixiantedel ambiente selecto y rico que daña los cuentos de Seis
novelascortas.

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Como todaslashistoriasde Seisnovelascortas,tambiénla de Toeya
es una historiade amor-Toeya,apartede su indigenismo,delcual mucho
en ella se habla,y apartede la reconstruccióndel ambientehistórico-la
corte de los Virreyes,el Santo Domingo colonial-, funciona esencial-
mente a nivel de historiade amor. Toeya, la desdichadaprincesaindia,
y don Juan, desafortunadosegundogénito,pintor y futuro marquésde
Sotomayor,son personajesdel mundo de los cuentosde Seis novelas
cortas trasladadosal período de los orígenesde la nación dominicana.
Don Juan,en'l'oeya,seríaaquelpríncipeazúl que llegaríapara salvara
la pobrc y desdichacla princesa.Pero, a despechode todas las buenas
intencioncsde la autora, csta vez el cuento de hadasque fucra de las
Seis novelascrlrt¿rsno funciona,y todo en la historia dc amor entre
estos dos personajestermina en la tragedia:muere Toeya, mucre la
posibilidadde su razade levantarse con dignidadmediantcla ayudade
losespañoles bienintencionados (uno de los rolesde don Juan)y muere
en su amor cl propio príncipeazul,don Juan,cuyo resonantetítulo de
marquésde Sotomayory cuyosdesbordantescofresno lo salvaránde la
desdicha."Amor vincit omnia",estecs la fórmulacon que Toeyainicia.
En Seis novelas cortas, esta fórmula siempre tiene buen éxito. Sus
personajcsricos,opulentos,cultosy sensitivoshastacl extremo ganan
su batallaen contra del mal y logran alcanzarlo que seríapara ellos su
destino nrtrmal,el de la dicha. No cs así en el caso de Toeya.En esta
novcla este misnto tipo de personajesaprendenla ruda lección de la
vida: que ella no estáhechanecesariamente de un destinofeliz,que por
algunainexplicablerazón este destinopuede terminar en una tragedia
total. De que el amorvenzatodo es una verdadde los cuentosde hadas,
pero la vida,esavida que tanto palpitaen lashermosaspáginasde Toeya,
no es ningún cucnto de hadas.Esta es la lecciónque Virginia de Peña
de Bordasnosda con su novela.Y escomosi estalección,fin de cuentas,
ella se la estuvieradando a sí misma, ya que su propia vida -como
sabemos-no terminó exactamentede la mismamaneraen que termina
un cuento de hadas.Es como siesa obstinaciónque hay en suscuentos
y que tcrmina en el trágico final de Toeya de lograr la felicidad fuera
una premoniciónde aquellamuerte a destiempode la cual la autora
pereció.La dicha,por supuesto.Y, en'foeya, de Peña de Bordasbusca
estadicha.sólo que, como en su muerte,es el dolor que al final triunfa.
Sin embargo,al terminar de leer Toeyasabemosque esto no es lo
que la escritoraquería.Nos sentimoscomo ella defraudados.La vida,
esdecir,el destino,ha defraudadoa la virqenToevav al artistadon Juan.
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El mal ganasu batallaen losojos llenosde odio del indio Umatex.Pero
no cs la últimabatalla.El bienvive en el corazónde Urabanex,en el de
don Juan y los dc susprimas,cn lasbucnasintencionesde doña María
de Tolcdo, en cl recucrdo mismo dc la princcsaToeya, heroína de un
mundo que por ironíade la sucrteno pudo surgir.
'l'oeya,
Dc modo que con con esta novela que se hacc leer y
deberíaseleer, y a la cual se debe asignarun lugar estclardentro de la
novelísticadominicanacontemporánea,Virginia de Peña de Bordas
pasadel mundo romántico-sentimentalde suscuentosal mundo trágico
(y verdadero)quc ya se le rcvelabacomo el posibletema y ambicntede
obrasfuturasquc lamentamosnuncatuviesela oportunidadde escribir.

LI'I'EITA'I'UIIA C I'I'AI)A

Cartagenal'orlalatín,Aícia.Escalerapara Electra.SantoDomingo, Taller, 197-5-


La tarde en que tnurió listefanía,Ibid., 1983.
Contreras,Ililcla. La tierra está brarnando.SantoDomingo,BibliotecaNacional,1986.
I-ugo, Luclín.El cab¡llero de l¿rCiudad. SantoDomingo, Tallcr, 1981.
Stengre,Carnten.IIerl¡rauaVioleta.CiudadTrulillo, Montalvo,s.f.
Ibid., 1944.
i,Y nraír¿rna...?
Virginia,'Ioeya.SantoDomingo, Taller, 1978.
I)e Peñaclei3ttrclas,
Seis novelascort¿rs.lbid., l97lJ.

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