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¿Cómo conectarte?

Las relaciones son de vital importancia para la vida y para el crecimiento. Sin
ella estaríamos incompletos y la vida carecería de propósito.
Son tan importantes que Dios:
Primero, hizo al hombre sin la mujer, para que entendiera que la relación vital
es la que establecemos con Él.
Segundo, hizo a la mujer cuando el hombre tuvo la necesidad de compañía para
que aprendiese que no es bueno estar solo, es necesario ayuda idónea para el
crecimiento.
Tercero, diseñó la vida para que todos naciéramos y creciéramos dentro de una
familia. La relación con nuestros padres nos arropa y nos prepara para las
relaciones que van más allá del ambiente familiar.

Por lo tanto, tenemos como propósito de vida, tener y cultivar relaciones


saludables, con Dios y con los demás.

Pero ¿Cómo lo hago?


Una respuesta es: conectándote.
Conectarse es estar enchufado. No tendrás la “energía” de las relaciones sino te
conectas con Dios y con otras personas.
No puede haber relación sin conexión. Las supuestas relaciones sin conexión, es
como tener un celular sin estar registrado a una compañía que ofrezca el servicio
telefónico como Movistar, Movilnet o Digitel. Es como tener un celular inteligente
de última generación y no tener señal de internet. Es como tener los mejores
equipos pero no tener servicio de electricidad.
Muchas veces decimos que tenemos una relación con Dios, pero la verdad es
que no nos conectamos con él por medio de la oración y la lectura de la Palabra. O
decimos que somos amigos de alguien, pero son muy pocas las veces que
compartimos con esa persona.
También creemos que estamos discipulando a un seguidor, pero no nos
conectamos con él más allá de las reuniones establecidas en la iglesia.
Incluso, muchas veces pensamos que estamos bien en la relación matrimonial y
familiar, pero la verdad es que estamos tan desconectados de ellos que ni siquiera
notamos la carencia.
Así que, para que exista la relación debe haber la conexión.

Pero ¿Cómo me conecto?

1. Se intencional
Ser intencional significa que tú no esperas que la otra persona de el paso, lo das
tu primero. Con la finalidad de establecer la relación con tal persona.
La gente metía al final consigue los que busca. Mi amigo José Pinto es una
persona intencional y metida. Cuando él se propone hacerse amigo de alguien,
actúa con intencionalidad hasta lograrlo. (Historia de Alvaro y
Jesús fue intencional para establecer conexión y lograr relaciones. Él dice en
Juan 15:16 “No me escogieron ustedes a mí, sino que yo los escogí a ustedes…”
Para ser intencional en establecer conexión debes responder a estas preguntas:
¿Por quiero establecer esta relación? ¿Qué puedo dar y que puedo obtener? ¿Me va
a ayudar a crecer? ¿Me acercará más a Dios?
Lo cierto es que, debes conectarte con otros y debes dar el primer paso. Debes
tener la intención de hacerlo.

2. Invierte en las relación


Es posible tener un contacto con alguien con quien queramos relacionarnos.
Pero para que se establezca la conexión y la relación comience a crecer es necesario
invertir en esa relación.
¿Qué clase de inversión?
Tiempo, servicio y dinero. Todo lo que hagas para invertir en tus relaciones
tienen que ver con tiempo, servicio y dinero.
Jesús invirtió en sus relaciones. La Biblia dice en 1 Juan 3:16-18 “En esto
conocemos lo que es el amor: en que Jesucristo entregó su vida por nosotros. Así también
nosotros debemos entregar la vida por nuestros hermanos. 17 Si alguien que posee bienes
materiales ve que su hermano está pasando necesidad, y no tiene compasión de él, ¿cómo se
puede decir que el amor de Dios habita en él? 18 Queridos hijos, no amemos de palabra ni
de labios para afuera, sino con hechos y de verdad”.

3. Ten un genuino interés


El interés es mantener la conexión en el tiempo. Cuando nos interesa algo, lo
cuidamos y lo nutrimos cada día.
¿Cómo mantenemos el interés?
Llamando, escribiendo mensajes, planificando encuentros, compartir
actividades de mutuo interés, visitándose.

4. Valora por encima del juicio


Cuando nos relacionamos con otras personas, conocemos sus grietas, sus puntos
débiles y sus pecados. Y la tendencia es que emitamos juicios contra esa persona. El
juicio hacia los demás, nos coloca en una posición que no nos corresponde (la de
Dios), nos predispone contra la persona, anula el valor que debemos tenerle y hace
que la relación se acabe.
Por lo tanto, el valor de la persona debe estar por encima del juicio.
 Cuando valoramos a las personas, lo que ellas significan para nosotros está
por encima de lo que hacen.
 Los problemas son solucionables.
 Las fallas son perdonables.
La Palabra de Dios dice en Romanos 5:8 “Pero Dios demuestra su amor por
nosotros en esto: en que cuando todavía éramos pecadores, Cristo murió por
nosotros”.

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