Cuando un fluido cualquiera se desplaza por una tubería, siempre experimenta
una pérdida de energía por fricción. Esto se lleva a cabo por el rozamiento que tiene dicho fluido con las paredes de la tubería en la cual fluye. La resistencia que se opone al flujo en tubos, no siempre se da por la longitud de la tubería sino también por la forma de estas mismas, se disipa energía al producir turbulencias, y en este caso se evalúa a tuberías horizontales.