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MODELOS CONTABLES: ¿LOS CAUSALES DE LAS CRISIS

FINANCIERAS?
La crisis financiera que se dio en Estados unidos en 2008, además de afectar a
toda la economía global, sugirió varios interrogantes sobre el desempeño de los
profesionales en contabilidad y su responsabilidad en ésta crisis. En la comunidad
de contadores y auditores, la respuesta dominante en la secuela de la crisis de
crédito ha sido reexaminar normas contables como la contabilidad a “valor
razonable” o a precio de mercado, las prácticas de auditoría laxas y similares; o
preguntarse si los modelos contables podrían reflejar lo que sucedió (Bezemer,
2012).

Generalmente cuando se da una crisis financiera, no siempre es por la misma


razón de una crisis anterior o de una que se vaya a presentar en un futuro, ya que
cada vez que ocurre una, las empresas se organizan y toman medidas de control
para no repetir los errores que llevaron a otras entidades a caer en quiebra
afectando a demasiadas personas con su declive. Sin embargo, hay algo que
siempre tienen en común; el señalamiento no solo a los economistas si no también
a los profesionales de la contabilidad, ya que se supone, estos son los que
deberían estar pendientes de cada paso que se da en una organización
financieramente y reflejar esto en sus informes dirigidos a los altos mandos y a
entidades de vigilancia externas.

Las culpas pueden estar dirigidas hacia algunas personas en las cuales se
generaliza y se empieza a culpar a las profesiones como economistas, contadores
o administradores, o tal vez nadie es culpable, solo que los modelos impuestos no
fueron aplicados de la mejor manera, buscando un beneficio mayor sin mirar lo
que podría pasar más adelante.

En este ensayo se traerá como ejemplo la crisis en Estados unidos en el 2008, la


cual afectó a la economía global en muchos sectores, dejando millonarios a
algunos y a otros sin absolutamente nada. Se verán opiniones de algunos autores
y se realizarán reflexiones para poder llegar tal vez, al menos, a una razón por la
cual suceden estas crisis y que nadie haya previsto tales desastres.

Crisis financiera de Estados unidos en 2008

La crisis que se originó en Estados Unidos y sin embargo llegó a gran parte del
planeta afectó varios sectores de la economía global y mostró así las grandes
falencias en el manejo de información interna y externa de las organizaciones así
como la de mercados.

El origen de la crisis se halla principalmente en el exceso de gasto y del


endeudamiento por parte de los estadounidenses, estimulado por bajas tasas de
interés (Zurita, Martínez y Rodríguez, 2009). Las personas se dieron cuenta que
comprar bienes inmuebles a crédito era una buena oportunidad para conseguir
sus viviendas, las entidades les ofrecieron créditos sin tener en cuenta la
capacidad de pago que podían tener. Esto llevó a un crecimiento desacelerado de
la economía y por lo cual se vio severamente afectado el sector bancario, ya que
llegó un momento en que las personas no podían pagar sus deudas, y esto fue lo
que los bancos “no tuvieron en cuenta”.

A raíz de esto, grandes bancos y aseguradoras se vieron muy afectados, lo cual


llevó a que los mercados enloquecieran y a arrastrar la crisis a otros países. En
fin, consecuentemente de esa pérdida de control en el sector inmobiliario y
financiero generó demasiadas situaciones, pero aquí trataremos de encontrar si la
profesión contable y sus técnicas o modelos tienen poco o mucho que ver en los
desastres financieros.

El papel de la contabilidad

Hay varios roles en que la contabilidad puede participar en una crisis, uno de ellos
es la manipulación de información para lograr inversión por parte de terceros, en
este caso si se podría culpar directamente a aquellos que realizan esos
movimientos para producir utilidades a sus empresas, acondicionados tal vez, por
sus altos mandos o por solo mantenerse en un empleo bien remunerado. Las
labores de auditoría aquí parecen ser muy blandas ya que se pasan o se “dejan”
pasar cosas por alto, que al final terminan saliendo a la luz y perjudicando a la
profesión y a los profesionales.

Las entidades en su afán de tener todo controlado, en ésta ocasión (la crisis de
2008), realizó pagos a las calificadores de riesgo para obtener la calificación más
alta (triple A) y que sus clientes siguieran endeudándose con ellos. Además de
que no perdían por ningún lado, ya que si los clientes no pagaban, estaban
asegurados y recibían sus respectivos dineros en el momento de que un cliente no
podía pagar.

Otro rol es, el de los modelos de valoración. La incursión del modelo del valor
razonable o valor de mercado, que sustituyó al principio de prudencia mediante la
aprobación de las llamadas Normas Internacionales de la Contabilidad (NIC) y su
transposición en forma de ley en los diferentes países (Huerta, 2009). Supondría
que este cambio, de valor histórico a valor razonable, generaría más seguridad y
confiabilidad en la información y que el uso de éste sería más conveniente para
las empresas.

En España La Circular 4/2004 define el valor razonable como la cantidad por la


que un activo podría ser entregado, o un pasivo liquidado, entre partes interesadas
debidamente informadas, en una transacción realizada en condiciones de
independencia mutua. De este modo, la mejor representación del valor razonable
estaría reflejada en los precios fijados por mercados activos y profundos, en el que
se negociarán los activos o pasivos financieros por valorar. Por consiguiente, en
estas condiciones los precios de mercado se ajustan o reflejan el valor razonable
(Tirado, 2009). Con esto se creía que se tomarían las mejores decisiones
económicas y poder evitar malos movimientos financieros, pero claramente con la
crisis se demostró que no eran tan efectivo, o que tal vez no aplicaron la norma de
la manera correcta, incluso este modelo podría ocasionar más monopolios.
Tal y como afirma Tirado “En la década de los años 1980, el sistema financiero
norteamericano se vio inmerso en una crisis que supuso la quiebra de muchas
instituciones financieras. Esta crisis puso en duda la utilidad de sistema de
información contable basado en el criterio de coste histórico para reflejar la salud y
viabilidad financiera de las instituciones financieras. Según este criterio, los
estados financieros de algunas entidades financieras reflejaban patrimonios netos
positivos, cuando en la realidad estaban en quiebra. Este hecho generó fuertes
críticas señalando que una contabilidad basada en valores razonables (fair value)
permitiría reflejar anticipadamente las dificultades financieras en que estaban
inmersas las instituciones financieras, y facilitaría la toma de las oportunas
decisiones para gestionarlas o evitarlas” (Tirado, 2009). El método del valor
razonable no fue del todo una mejora, para algunos autores, sin embargo hay
otros que lo defienden argumentando que es más razonable por lo que se
muestran los precios en la actualidad y que permiten una mayor comparabilidad.

La relevancia del valor razonable, en el modelo de coste, la información financiera


está basada en los precios de mercado que había en el momento que se adquirió
o que se emitió cada instrumento financiero, y los cambios con respecto a la
situación actual solamente se ponen de manifiesto en el momento en el que se
venden los instrumentos financieros. En cambio, en el modelo de valor razonable
la información financiera se basa siempre en los precios actuales, esto refleja las
circunstancias actuales de los mercados (Morales, 2010). Es decir que quienes
son usuarios de la información tienen más confianza ya que la información está
basada en el mercado actual y por ende puede responder mejor a sus inversiones
y estrategias.

Sin embargo los emisores de normas están conformes con la aplicación del valor
razonable. No obstante todas las controversias, tanto el FASB como el IASB están
firmemente convencidos de que el valor razonable representa la mejor medición
contable, como mínimo para los Instrumentos Financieros, pensando en una
información financiera que contribuya a mejorar la asignación de recursos, y con
ello la eficiencia, en los mercados de capitales. Tanto el IASB como el FASB
trabajan bajo este postulado (Pérez, 2010).

Otros autores como Jesús huerta, aseguran que el problema no es de modelos


contables o de métodos para medir el valor de algo si no que es la mala aplicación
ventajosa de algunos para obtener sus propios beneficios que permiten esa
decadencia en el mundo financiero. La aplicación del valor razonable en la
contabilidad de las entidades financieras. Medida en la buena dirección pero
incompleta y tomada por razones equivocadas. En efecto, las entidades
financieras “sólo se han acordado de Santa Bárbara cuando ha tronado”, es decir,
cuando el desmoronamiento del valor de los activos “tóxicos” o “ilíquidos” ha
puesto en peligro su solvencia (Huerta, 2009).

También se habla de un carácter procíclico, en donde se incrementa la volatilidad


y en épocas de bonanza se genera un falso “efecto riqueza” que induce a asumir
riesgos desproporcionados. El artificial “efecto riqueza” que esto puede generar,
especialmente en las etapas de auge de cada ciclo económico, induce en la
distribución de beneficios ficticios o meramente coyunturales, la asunción de
riesgos desproporcionados y, en suma, la comisión de errores empresariales
sistemáticos y al consumo del capital de la nación, en detrimento de su sana
estructura productiva y de su capacidad de crecimiento a largo plazo (Huerta,
2009).

Volviendo al inicio, puede que el valor razonable no sea la causa o la única causa
por la que se dio la crisis, hay razones variadas por la que se pudo dar tales
situaciones, pero parece ser que el modelo si afectó y pudo ser una de las causas
de que se diera una falsa información sobre los reales valores de algunos activos.
El valor razonable no reflejaba el verdadero valor de los activos por que el
mercado estaba “equivocado” y manipulado para obtener beneficios sin mirar las
consecuencias.
Conclusión

Para que el valor razonable sea una adecuada medida de valor de los activos, los
mercados deben ser eficientes (Fama, 1970), pero los mercados no son eficientes
y por eso se genera esa diferencia de valores, ya que hay asimetría de
información (y se violan otros supuestos de mercados eficientes).

Puedo concluir que a medida que los mercados vayan convergiendo a ser
eficientes, el valor razonable puede ser más fiable para las organizaciones de los
sectores en que usan este modelo. Por ahora este no es el caso, los mercados no
son tan confiables como para poder determinar valores utilizando el valor
razonable y se debería tener mucho cuidado pues se podría provocar otra
decadencia financiera si se sigue utilizando de mala manera este modelo.

Referencias
Bezemer, D. (2012). Modelos contables y comprensión de la crisis financiera.
Revista de Economía Instituciona , 14 (26), 47-76.

Fama, E. 1970. " Efficient Capital Markets: A Review of Theory and Empirical Work", The
Journal of Finance , v. 25, 383-417.

Huerta de Soto, Jesús (2009). Financial Crisis: The Failure of Accounting Reform. Mises
Institute.https://mises.org/library/financial-crisis-failure-accounting-reform
Morales, J. (2010). ¿Should full fair value model be applied to all financial instruments?
Arguments and opinions. Revista Española de financiación y contabilidad, (145), 169-195.

Pérez, J. (2010). Una verdadera revolución: Efectos contables de la convergencia


financiera mundial. CISS Técnica contable, 731, 44-52.

Tirado, J. (2011). Valor contable y la crisis financiera: las entidades de crédito españolas.
Recuperado de https://revistas.unal.edu.co/index.php/innovar/article/view/35085/35347

Zurita González, J., & Martínez Pérez, J., & Rodríguez Montoya, F. (2009). La crisis
financiera y económica del 2008. Origen y consecuencias en los Estados Unidos y
México. El Cotidiano, (157), 17-27.

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