Rocío Giménez Fernández Historia de la Filosofía Moderna Bloque 2
René Descartes, (1596-1650), es el filósofo que aporta del descubrimiento
de la subjetividad. Se cambia la evidencia de la verdad por la evidencia subjetiva. La subjetividad, antes de él era desconocida; supone el hombre visto desde dentro. Quiere cerciorarse de que lo que le enseñan es verdad. Aunque no aporte mucho, en el plano metodológico sí lo hace porque presenta un método para pensar. Descartes se ubica en el nacimiento de la nueva ciencia y le parece un proceder intelectual claro y objetivo. Le parece un modelo para deducir más evidencias seguras, los principios de los cuales derivar una conclusión. Este método cartesiano, consta de 4 puntos: 1. Evidencia. Aceptar lo que se vea claro, pero se refiere realmente a la certeza, a los subjetivo. 2. Análisis. Dividir las cosas compuestas en cosas simples y elementales, pues estas cosas son las evidentes. Descartes llega a tres ideas elementales: infinitud, sujeto pensante y materia extensa. 3. Síntesis. Significa reunir. 4. Enumeración. Cerciorarse de que al sintetizar y reunir no nos hemos dejado nada fuera. La duda metódica significa dudar de todos los contenidos objetivos. En Descartes es una duda voluntaria. Metódicamente prescinde de la verdad y de la mentira para encontrar la verdad. Los argumentos que expone para tener que llevar a cabo esta duda son dos: porque los sentidos lo pueden engañar, y porque puede haber un genio maligno que suscitara la convicción de que algo fuera verdad. También pudiera ser que no diferenciara entre hombre dormido y hombre despierto. Es a través de esta duda que llega al “cogito”, el descubrir que está pensando. Y al descubrirse pensando, ve que existe. De aquí su “pienso, luego existo”. Descartes ofrece tres argumentos para la existencia de Dios: 1. Argumento ontológico. La idea de Dios conlleva su existencia. 2. Es consecuencia del “cogito”, del descubrimiento de la conciencia. Como pienso, no soy la causa de mi sustancia pensante y, por lo tanto, tiene que haber un cognoscente que me haya dado la sustancia pensante. 3. Descartes niega que la idea de infinito provenga de fuera o que sea producto del hombre. Según él, está impuesta por Dios, que de esta manera, nos anuncia que existe. En su pensamiento hay tópicos, como la moral provisional, que quiere decir que en la moral, uno no puede suspender sus decisiones para ver si algo es bueno o malo. Otro tópico es el mecanicismo, la idea de que los vivientes son como máquinas. La comunicación de las sustancias, de la sustancia pensante de la sustancia extensa. Según su temática, Spinoza reduce la sustancia a una sóla y así, extensión (cuerpo) y pensamiento son dos atributos de una sustancia. Leibniz, habla de que hay harmonía preestablecida entre las dos sustancias y no comunicación. Aristóteles decía que forma y materia eran una. Malebranche, sostenía que Dios es causa, es todo. No hay causalidad pero Dios es causa de todo. Conclusión: como no comprendo la sustancia extensa, me refugio en la pensante (coincide con el auge de la ciencia y la pérdida de la cosmovisión griega). Spinoza, en la doctrina de la imaginación y el entendimiento dice que hay que conocer las cosas como desde el punto de vista de Dios, que es el tercer grado del entendimiento, y en cambio, critica la imaginación, que aparta al hombre de la verdad. En Malebranche afirma que vemos las cosas en Dios y no por los objetos. Es un antecedente del ontologismo posterior, pero es agustiniano. Gottfried Leibniz, (1646-1716), de origen alemán, fue un niño precoz con una gran aptitud para el conocimiento. Fue un gran autodidacta, amparado en la biblioteca de su padre. Fue matemático, filósofo y estaba doctorado en derecho. Llegó a escribir sobre muy diversos temas, llegando a ser un sabio polifacético. Descubrió, por casualidad, antes que Newton, el cálculo infinitesimal y llegó a inventar calculadoras que realizaban raíces cuadradas. Vivió en París, Londres, y finalmente, en Hanover. De hecho, se le conocía como el filósofo de Hanover. Viajó mucho, llegando a conocer a Locke, Spinoza, Malebranche, etc, por puro interés intelectual. Estamos en el contexto de la Enciclopedia Francesa, y cuando fundó la academia de Berlín, uno de sus proyectos era crear su propia Enciclopedia para reunificar las distintas ciencias empíricas, que se habían diversificado mucho. Sus principales obras son: Artes combinatorias, El discurso metafísico, La monadología, Principios de la filosofía, Principios de la naturaleza y la gracia, La Teodicea, y Nuevos ensayos sobre el entendimiento humano. Murió en soledad, acompañado únicamente por su secretario. Su principal aportación a la filosofía, y lo que lo más lo caracteriza es su principio de razón suficiente, en el que expone: “Todo tiene una razón de ser, nada se da sin la razón”. Esto es lo que Hegel, siglos más tarde, usará para decir que todo es racional. Pero para exponer esto, hay que mostrar su diferencia con respecto a Kant, a quien Hume despierta del sueño dogmático del racionalismo y le muestra que no todo es racional. Kant se muestra perplejo porque su mano izquierda y su mano derecha no son iguales, a pesar de que el concepto “mano” es único. Llega a la conclusión de que la diferencia no se encuentra en la razón, que esta no lo puede explicar, y que está en el espacio, es espacial. Leibniz, considera que para un concepto único no se dan dos realidades distintas, sino que cada una de las manos posee su propia historia. Mientras que para Kant es una diferencia empírica, para Leibniz, es inteligible. Además, este filósofo nos dice que el hecho de que un suceso parezca azaroso, no quiere decir que no tenga una causa, porque el intelecto humano tiene sus limitaciones. Leibniz es esencialista, es decir, que la esencia es previa a la existencia. En su modalización de la ontología (que trata de lo real, lo necesario y lo existente), cuenta que Dios piensa todos los mundos posibles, y que de entre ellos elige el mejor y lo hace existente, lo crea. Por lo tanto, la posibilidad es previa a la realidad. Se prodría decir que es idealista, porque pone la idea antes que el tiempo, que no es más que la ejecución de lo que estaba pensando. Así, pone primero la posibilidad y luego la existencia.