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España pretende prohibir la venta a partir de 2040 de cualquier turismo o furgoneta de

combustión, es decir, propulsados por diésel, gasolina, híbridos o gas natural. Sólo se podrán
matricular vehículos eléctricos, movidos por hidrógeno o por cualquier tecnología que no emite
dióxido de carbono. La meta es que éstos sean los únicos que circulen por las carreteras
españolas en 2050.
Así lo contempla el borrador de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica que el
Gobierno ha enviado a los partidos políticos para abrir un proceso en el que consultará a las
comunidades autónomas y los diferentes grupos parlamentarios. El objetivo es que el
documento llegue al Congreso a finales de 2018.
La nueva norma tiene el objetivo de asegurar el cumplimiento de España del acuerdo de París
contra el cambio climático. Comunidades como Baleares ya anunciaron la prohibición del acceso
de vehículos diésel a partir de 2025. En 2035 vetará los de gasolina.
Sin ayudas a los combustibles fósiles A partir de la aprobación de la ley, "quedará prohibido
el establecimiento de nuevos subsidios u otros incentivos económicos que favorezcan el
consumo de combustibles fósiles". Es decir, no habrá ayudas para ninguno de los vehículos
mencionados. Ni diésel, ni gasolina. Tampoco híbridos o movidos por gas. Sólo a los 100%
eléctricos (o tecnologías como pila de hidrógeno).

Con este mismo fin, "se realizará un informe sobre el régimen fiscal que está siendo aplicado a
los combustibles fósiles", en busca de localizar las ayudas y medidas para revisarlas, "en línea
con los objetivos de des-carbonización".
Los autores del documento señalan que el objetivo es "cumplir con el Acuerdo de París, para
acelerar la plena des-carbonización de la economía" en 2050, cuando se implantaría "un modelo
de desarrollo perdurable que genere empleo estable y de calidad".
Zonas de bajas emisiones En el texto también se recoge la obligación de que todos los
municipios con más de 50.000 habitantes cuenten con "zonas de bajas emisiones" antes del año
2023. Un ejemplo es Madrid Central, que entra en vigor el próximo 30 de noviembre, y que
restringirá el acceso a todos los vehículos que no cuenten con el distintivo medioambiental de la
DGT.

El objetivo es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de un 20% en 2030 respecto
a los niveles de 1990. La previsión es que en la tercera década del siglo las emisiones sean en
España de 230 millones de toneladas de CO2 frente a las 339 actuales.
Desde el Ministerio para la Transición Ecológica defienden que la propuesta es similar a la de
otros países como Reino Unido, que prohibirá la venta de coches diésel y gasolina en 2040 y que
en el año 2050 no podrán circular. Francia dejará de vender vehículos de combustión en
2040. Dinamarca, Alemania, Holanda e Irlanda se han puesto un plazo más prematuro: 2030.
Pero son los países escandinavos los que van un paso por delante en estas medidas:
en Noruega la cuota de eléctricos supera el 30% y 2025 es la fecha de caducidad impuesta para
los vehículos de combustión.
Puntos de recarga en las gasolineras Otra de las propuestas que recoge el texto es la
obligación de que todas las gasolineras tengan puntos de recarga eléctrica. Sin embargo, los
plazos de implantación están en el aire y dependerán del mercado. Las ventas de 100% eléctricos
puros son aún residuales en España. Hasta octubre se vendieron 11.610 unidades de un mercado
total de 1,13 millones de coches. Actualmente, en la geografía española existen cerca de
400 electrolineras. Empresas como Endesa o Iberdrola han anunciado planes para la expansión
de este tipo de infraestructuras.

En relación a los vehículos pesados, la ley prevé la fijación de la Euroviñeta, relativa a los
gravámenes a los vehículos pesados de transporte de mercancías por el uso de determinadas
infraestructuras. Además, a partir de la aprobación del texto, se terminarán las ayudas a los
automóviles de combustión.

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