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Madera de balsa,
tan vieja que tan hundida,
que tan moribunda
en tal pantano hostil,
ya seca que ni la humedad la moja
ya tan esquelética
tan campera tan ecléctica.
Tenue ciénaga
que tan ciénaga apagada es la poesía,
si al menos un traste de luciérnaga,
pero ni eso: brinca la rima
que tan sapo, que tan musgo,
que tan lejos, que tan inútil.
(SIEMPRE)
A veces,
cuando la sábana
(siempre) no da brazo a torcer,
y (siempre) un rumor duro
se agolpa entre los ladrillos,
(sincretismo-arquitectura-artesanías)
fruncen el ceño como plegaria,
como conjuro,
(siempre) esperando lo mismo u otra cosa,
que al final de esa canaleta onírica
es un poco más de almidón,
en el brillo de los ojitos,
(siempre) en el rostro,
(siempre) en las manitos.
HACIA EL SUR
El aire
las arenas
raspan los huecos
de la quebrada,
donde algún fugitivo,
se esconde,
te esconde.
La orgásmica sinestesia
de los cantos brotando de tu pincel
que en realidad tu mano,
y la mística ruta que va a tu mente.
Tiño mis ojos con tu laguna de grafito,
en las oscuras aguas danzantes
que iluminan tus orillas surrealistas.
Te pediría cariño,
pero el rol de espectador
de tamaña efusividad sensorial,
es atracción magnética
para mis latidos,
que se agolpan hasta el crujir de mis costillas,
en la preciosa tarea,
de amarte y verte libre.
QUISIERA HOY
Y tan ingenuo
con ingenuo brillo en los ojos
miré como habiendo creado,
con semblante metafísico,
y dije, entre Biblia y Rock and Roll:
“La poesía es la libertad”
Ya más formateado,
más físico de las ideas,
más libro viejo en el aliento,
esgrimo un drástico cambio:
“La poesía es como la libertad”.
¿Seguro?
ABRASO
Quiero decir:
¿Se nos cruza otra cosa
que abrazar al fuego hasta ahogarlo?
Abrasarlo, estrujarlo,
risueñas serpientes de tela,
sacamos la lengua entre los dientes
y la burla nos quema las quemaduras.
El tema me excede,
y excedido renuncio,
desaprúebeme, báileme,
que igual no pretendo pasar de grado.
INDEMNO
Dígame usted,
cómo le explico
a las arrugas viscerales
cortadas a cuchillo,
a las ojeras del tiempo,
que no, que acá no hay nada.
Decime vos,
cómo le explico
a las manos autómatas
dibujando materia en el aire
tan ajeno como la materia misma,
que no, que es el mercado (,) estúpido.
JUNTADA
Micro climas,
micro palabras,
brotes cromáticos,
y frases fundidas
en otras más frases.
Nimiedades forajidas,
declaraciones como
gatos tirando gorriones recién cazados
(todavía se mueven).
Banco tuerto
maleza decapitada;
tan tuertos vamos
decapitando botellas,
brindando a la salud
(buena o mala)
del punto siguiente
que acabamos de saltear,
de la elipsis vocal
que orgullosos hacemos,
y de los dulces arrepentimientos
que diluvian en la mesa.
MANO DURA
La mano que cubre
la mano que corta
las hojas que rompe
las ramas que quiebra
los huesos, que cercena
gargantas hasta no batir
más palmas.
A veces te escucho
una musiquita calle abajo,
silentes los bolsillos,
y las manos de Beethoven,
desde la ventanita que me besa los platos,
te escucho, y se ahoga
un poco el pelo
porque me acomodo la oreja
para oírte calle abajo,
musiquita dulce que todo se rompe,
que los vidrios y las ventanas,
escupí sin escupir,
y salí corriendo(te).
NACIONES ARRUGADAS
Te vi deprimida.
La cara medio larga,
medio escondida,
entre los brazos,
que se escondían
todavía más.
Te vi sumisa,
sumida en un mar
de cansancio meteórico
y pelos revueltos,
que se sumían todavía más.
Te vi así. Te vi mal.
Te saludé, y pareció que llorabas.
Pero sonreíste;
pero largaste la carcajada;
pero estabas ilesa.
Me pareció ver
que te secabas
una lágrima con la mano,
pero en realidad,
entre los zurcos que dejaba tu mueca,
te limpiabas la pintura de guerra.
RECÍPROCO
Curarte,
y lavarme en tu pesar:
necesito que me cures.
Recíproco,
doy sólo si vos das
a la vez que devolvemos;
y entre tanta tripa revolvemos,
entre tanto desuello,
reís para mi risa.
Tuve un sueño,
hace tiempo,
un pedacito de papel,
pero ya ves,
lo han escrito.
Tuve, sobreentendido,
lo saqué
de un rincón de mi cabeza
con un alambre,
pero ya ves,
no lo tengo.
Lo tuve,
tan ligero entre las manos
(nunca me aferré).
Vinieron,
con sus alambres,
ellos, que de herramientas,
demasiado.
Lo tuve, pero
qué tan fácil gatillaron,
que tan fácil escribieron,
qué tan fácil enseñaron,
qué tan fácil formatearon
lo que debí recordar.
Malabareando
una transmutación etílica,
somos llamados a la escala de grises
de emulsiones raquíticas
estrellándonos (kamikazes de pared)
en la colorida marcha y saturada paleta,
de rumbos oscuros.
ESO QUE PASA CUANDO PASA DEMASIADO
Te sonrío,
y te beso los dedos.
Esfumo las horas
que pican tu espalda.
La gata vuelve,
sombra que todo lo juega.
La mirás,
y esculpís el otro cachete.
Dijiste algo
en lengua dormida,
pero te entendí,
yo también.
Te levantás,
y emulo tu cuerpo,
arrastrándose al cuarto
entre escalofríos.
ASIMETRÍAS
Ah, asimetrías,
tanto oleaje de madera,
y coral transpirando.
Hundo cual Neptuno
las garras en tus dorsales,
y te apuñalo
con naufragios olvidados.
Entre el grito, en esos valles,
aparecen las palabras que
nombro,
mientras moldeo
tu cuarto, tu todo,
en las costas y los corales,
y las cambiantes arenas,
un desvío que primero risa
y luego muta en euforia.
¿Te conté que te extraño?
CANSANCIO Y EXPERIMENTO
Cansancio
y experimento
con el yunque de las horas
en la cabeza,
esbozo esta alquimia de cartón.
Juego a excusar
esto de patear lo urgente,
mientras el cansancio
y el experimento
no colmen mi cuerpo y mis ojos
y sigan sobre la mente
y aquí, en todo lo de arriba.
EN OCASIONES
En ocasiones me olvido,
y apenas me estiro a las luces de la TV,
y a disolverme en un café,
pero por suerte vuelve,
con su magnánima presencia,
en forma de bombo
o baile callejero.
En ocasiones me olvido,
y qué vergüenza cuando quiero olvidarme,
y qué pudor esquivarlo con un paso largo,
pero por suerte vuelve,
me alcanza y me abofetea un poco,
con el rubor de témpera en los pómulos,
y el empuje ronco de la garganta.
En ocasiones me olvido,
y me pongo a torcer palabras,
y a guardarlas egoístamente para mí,
pero por suerte vuelve,
y me escupe las S que me devuelven el hambre,
de asfalto, de banderas,
de lucha y puño en alto.
ES COMO... ASÍ
Me seduce el vacío al filo de la mesa,
imaginar sin espiar, inhibido,
las variables suicidas.
Camino los dedos
en una cornisa de cristal,
que empaño cual gigante agitado,
pronto a destruir todo
con su invaluable torpeza.
Tallos ríos de arroz
qué se llevan lo que dejo de ser,
y mueren en el filo de la mesa;
ahí se van, agrias lombrices,
cascadas que jamás me atrevo a ver.
Un viento metálico
baña este paisaje.
No, en realidad
lo contamina,
lo cubre de un hollín plateado,
que también se me pega
en la garganta.
¿Te dije que te extraño?
EXTRAVÍO
(No pidan rigor,
miopes agentes de los casilleros)
Traté,
con cada ademán extraviado,
de enlazar soslayos
con el filo cortante
de tus párpados.
Traté,
para cicatrizar tu mirada,
pero insistías lejanamente
en la vocación maternal
del filo cortante
de tus párpados.
Traté,
y qué descaro hablar de tratar,
cuando sólo una mirada
guardaba como destino
hacer de tus heridas
marcas del horizonte.
No, no traté,
creí y aun creo tratar,
afirmo y reafirmo mi descaro,
mientras tu mirada extraviada,
me abraza y atormenta,
me carga de un pudor,
que detesto, aborrezco
y disfruto entre mate
y mate.
GOLPE
Me golpeó
en la justa medida
y el justo punto,
¿qué otro hablará de
justicia?
Me golpeó,
y me secó las dudas,
en el estalldo seco,
de los huraños campos.
Me golpeó,
con la mayor claridad,
y la vereda iluminada,
de enfrente.
Pero barajo las virtudes,
justicia,
certeza,
claridad,
y sigue doliendo la testa,
por el golpe.
HIGUI
Anocheciste temprana y dolorida
con otra capa nocturna,
envolviéndote como lo hacen las noches,
atándote como lo hacen las noches
¿hacía cuánto venías oscureciendo?
Si te habrás mordido la sangre
si te habrá profanado la espalda
ese miedo de saber a qué temer,
ese miedo de conocer tus monstruos,
reales, y nocturnos
y ataduras de la noche.
Anocheciste tanto, valiente,
tantas cara a cara con la bestia,
y tantas a la vez, al doblar las esquinas
y en las cicatrices penumbrosas del barrio,
que se nos desembocan los brazos
por lavarte en nuevas albas.
Se nos parten los rostros
de tamborileos alegres,
hoy, con tu voz entre las calles,
y tu melena respirando pentagramas,
te veneramos en rituales futboleros,
y volvemos a abrazarte,
con esa suave gratitud,
de haber amanecido con vos.
JUNÍN
¡Ah, Junín!
El relato de la palabra helada,
húmeda de colores fríos.
¡Ah, Junín!
Sudando tanta pelusa de plátano en las calles,
tanto barro en empedrado.
¡Ah, Junín!
A veces te extraño,
a veces necesito tu incómodo refugio,
de milagro trunco.
REALISMO MÁGICO
Dicen que susurra en el cañaveral,
dicen que pasta sobre la sierra,
dicen y repiten mucho rumor mágico,
pero jamás se animaron a decirlo muerto.
Yo lo vi, y lo veo,
cruzando liviano los ríos como los camalotes,
bajando las cordilleras como el Zonda,
riéndose de las fronteras,
tejiendo los límites
con la sangre de sus dedos.
Dicen que se fundió con la tierra
dicen que late con ella,
dicen que parpadea y crece el trigo,
pero jamás se animaron a decirlo muerto.
Yo lo vi, y lo veo,
limpiando las manos de tierra y cal
reviviendo a los caídos en cada amanecer,
arropándolos en cada crepúsculo,
tejiendo Nuestramérica
con la sangre de sus dedos.
ROSARIO
La niebla de guerra dibuja las siluetas:
piel de nubes y cemento,
adornada con un salpullido humano
de bicicletas y ropa húmeda.
Torpe gigante
abalanzándose sobre las calles
que le responden mostrando sus dientes.
Nos quejamos de esta eterna riña,
y nos mudamos de trinchera,
pretendiéndonos ajenos
a la lucha cuerpo a cuerpo que nos abriga.
Se gruñen,
se muestran los colmillos,
y nos vemos habitando sus encías y caries,
bebiendo su saliva
de hojas y detergente,
respirando su aliento
de asfalto y aire tibio.
Nos guardamos,
nos mostramos,
vivimos la libertad en guerra
esquivando o chocando o masticando
las arremetidas.
Frecuentamos
edificios asqueados de anacronismos,
calles traumadas de injusticias,
y a veces recordamos con culpa,
que disfrutamos ambas cosas.
SICARIOS
Creo que en realidad
somos ambos sicarios.
Ambos matando en el silencio
a cambio de sonidos sordos
y auras naranjas y rojizas.
Somos sicarios de las horas
de los avatares que rasguñan la ventana,
y del espacio entre nuestros cuerpos,
último testigo
de las maniobras
con que empapelamos la penumbra.
VACÍO
Vacío
túnel de tripas:
la bala
avanza.
Deja la estela
tu ser en el viento,
tu ausencia
la podredumbre del aire.
Avanza.
Hunde, clava,
repite, blasfema.
Vacío,
y cinética feroz,
aire podrido
teje violencias
palabras,
y un poco de clima
azucara el trago.