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Los grandes sabios modernos y la Religión
JULIO JIMENEZ BERGUECIO, S. I.
LOS GRANDES
SABIOS MODERNOS
Y LA RELIGION
EDICIONES PAULINAS
Es propiedad
EDICIONES PAULINAS
Avda. Bdo. O'Higgins, 1626 — Casilla 3746 —. Santiago-Chile
2.—Los sabios.
Como todos los hechos, ha de ser admitido tal cual
es. No se trata de saber si agrada o desagrada a alguien;
si se desea o no que tal cosa sea efectiva. Sólo corres-
ponde averiguar si realmente es así. Es una cuestión de
hecho. Por lo mismo, no se ha de responder "a priori",
suponiendo lo que a uno le parezca mejor; sino que se
deberá investigar positivamente, examinando documen-
talmente cada caso. Esta es la única manera honrada
de establecer la efectividad de hechos como éste. La úni-
ca probatoria. Y única científica.
De cada uno de los diversos sabios estudiados, ha-
brá que examinar en esa forma positiva, documental-
mente, dos cosas: la verdadera calidad científica, y la
actitud religiosa. Y, para poder dar una respuesta ge-
neral acerca de una época dada, el siglo XIX en nuestro
caso, se deberá procurar que vayan desfilando todos los
sabios de importancia que entonces hubo.
Ese trabajo estadístico y analítico, minuciosamente
documentado, tanto respecto a la importancia científi-
ca de cada sabio en su especialidad, como respecto a su
personal actitud religiosa, ha sido hecho ya repetidas
veces, con mayor o menor extensión, por diversos inves-
tigadores bien conocidos por su seriedad y competencia.
Por ejemplo, el Dr. E. Dennert abarcó a "los mayores sa-
bios de todos los tiempos", mientras el reputado psicó-
logo A. Eymieu se limitó al siglo XIX; pero éste realiza
un trabajo mucho más completo acerca de cada uno
de los sabios que estudia, y presenta íntegramente la
documentación en que se apoya.
Los someros apuntes que presentamos a continua-
ción están basados casi del todo en algunas de esas in-
vestigaciones, y se limitan a proponer a grandes rasgos
sus resultados. Para la confirmación documental, fuera
de algunos pocos textos que serán reproducidos, se re-
miten a esas publicaciones, especialmente a la de Ey-
mieu, que abarca el mismo período y ha sido tomada
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como fuente inmediata fundamental (2). Las conclu-
siones a que esos diversos investigadores llegan son ple-
namente concordes entre sí. Fundadas en datos concre-
tos completísimos y de solidez inobjetable, no dejan
duda alguna razonable en cuanto a la plena realidad
del hecho a que se refieren.
Como es manifiesto, las palabras mismas de cien-
cia o sabio están tomadas aquí en sentido restringido,
como vulgarmente y en las citadas afirmaciones se las
emplea; es decir, con limitación a las solas ciencias
exactas o naturales.
C o n c l u s i ó n
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