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CONCEPTOS SOBRE FERTILIZACION NITROGENADA Y FOSFATADA EN


EL CULTIVO DE MAIZ

Espósito G.; Gesumaría J. y C. Castillo1

Determinación del rendimiento en maíz

El rendimiento del cultivo de maíz en el Sur de Córdoba está limitado entro


otras, por las siguientes causas (Gesumaría et al., 2000):

 Estrés hídrico
 Competencia de malezas
 Problemas físicos del suelo
 Disponibilidad de nutrientes
 Densidad y uniformidad de siembra
 Plagas y enfermedades

En términos ecofisiológicos el rendimiento de maíz está determinado


principalmente por el número final de granos logrados por unidad de
superficie, el cual es función de la tasa de crecimiento del cultivo alrededor del
período de floración (Andrade et al., 1996). Por lo tanto, para alcanzar altos
rendimientos, el maíz debe llegar con un óptimo crecimiento a esa etapa; esto
se logra con cobertura total del suelo y alta eficiencia de conversión de
radiación interceptada en biomasa. Cuando la disponibilidad hídrica no es una
limitante, la adecuada disponibilidad de nutrientes, asegura un buen
crecimiento del cultivo y una alta eficiencia de conversión de radiación
interceptada.

Requerimientos nutricionales del cultivo

El diagnostico de la fertilización del cultivo implica conocer las necesidades


nutricionales para alcanzar un rendimiento objetivo y la capacidad del suelo de
proveer esos nutrientes en la cantidad y el momento adecuado. Los
requerimientos nutricionales de maíz se indican en las Tablas 1 y 2.

Tabla 1. Requerimientos y extracción en grano de nutrientes para producir una tonelada de


grano de maíz.

1
Docentes e Investigadores de Producción de Cereales. Facultad de Agronomía y Veterinaria.
Universidad Nacional de Río Cuarto. TE: (0358)-4676159. e-mail: gesposito@ayv.unrc.edu.ar
2

Tabla 2. Requerimientos y extracción en grano de nitrógeno (N), fósforo (P) y azufre (S) para
distintos rendimientos de maíz.

Rendimien Absorción en
Extracción en grano
to planta
N P S N P S
kg/ha kg/ha kg/ha
19
9000 36 36 131 27 16
8
26
12000 48 48 174 36 22
4
33
15000 60 60 218 45 27
0

En general, los suelos de la Región Pampeana presentan deficiencias de N y


P, y en los últimos años se han observado deficiencias de azufre (S), como
resultado de la intensificación de la agricultura (mayores rendimientos) y
reducción de períodos bajo pastura.

Muestreo de suelos

Como muestrear el suelo para determinar insuficiencias nutricionales:

“Como una premisa básica, la calidad del resultado del laboratorio,


depende en primer lugar de la calidad de la muestra entregada”.

Para obtener una muestra apropiada se deberá:

 Observar el terreno previo al muestreo y determinar diferencias en


cuanto a relieve (loma, media loma y bajo), zonas anegables, cambios
bruscos en la vegetación, color del suelo o si el lote ha tenido
diferentes prácticas de labranza o cultivo.
 Cada sector deberá muestrearse y dosificarse, si es posible,
independientemente para no cometer errores de sobre o
subdosificación.
 Una vez que ha identificado (al menos visualmente) los diferentes
sectores se tomará una muestra de 0-16 cm para determinar la
3
cantidad de fósforo disponible del suelo y de 0-20 y 20-40 para
determinar la cantidad de nitrógeno total disponible.
 Para determinar el contenido de N-NO3- en V6, se deberá tomar una
muestra en la línea de siembra y tres en el entre surco.
 Las muestras deberán ser compuestas de por lo menos 20 tomas
realizadas al azar mediante recorridos en zig-zag, siempre teniendo la
precaución de tomar idéntica cantidad de suelo en cada punto de
muestreo, evitando cercanías de alambrados, caminos y bebidas.
 Una vez obtenida la muestra, si el material es excesivo (alrededor de 500
gr de suelo son suficientes) se procede al mezclado del mismo,
descartando una parte para trasladar menor cantidad de muestra.
 Las muestras para la determinación de N-NO3- deben mantenerse en
ambiente frío (refrigerador portátil) desde la extracción en el campo
hasta el laboratorio.

Nitrógeno

En general, los métodos de diagnóstico para la fertilización nitrogenada


pretenden predecir la probabilidad de respuesta a partir de la disponibilidad de
N en suelo y/o en planta y el requerimiento previsto para un determinado nivel
de rendimiento. Los métodos desarrollados para el cultivo de maíz incluyen el
análisis de suelo en pre-siembra y al estado de 5-6 hojas de desarrollo del
cultivo, y el análisis de planta en estadios tempranos y avanzados de
desarrollo:

Métodos de diagnóstico

1. Disponibilidad de N-NO3- en pre-siembra.


2. Análisis de N-NO3- a 0-20 y 20-40 cm de profundidad al estado de 5-6
hojas desarrolladas.
3. Concentración de N-NO3- en savia.
4. Medición del índice de verdor de las hojas utilizando el medidor del
índice de verdor Minolta SPAD 502.
5. Análisis de N-NO3- en la base de tallos a madurez fisiológica.
6. Modelos basados en el balance nitrogenado.

Momentos y formas de aplicación de fertilizantes nitrogenados

La curva de acumulación de los nutrientes en el cultivo de maíz es similar a


la de materia seca.

Figura 1: Curva de absorción de Nitrógeno (izquierda) y Fósforo (derecha) en maíz.


4

Observando la Figura 1 se aprecia como a partir del estado de 6-8 hojas


desarrolladas (30-50 días después de la emergencia), aumenta la demanda de
N del cultivo de maíz. Por esta razón, la aplicación en este estado del cultivo o
inmediatamente previa ha sido reportada como la de mayor eficiencia de uso
de N. La Fig. 2 muestra los rendimientos obtenidos en un cultivo de maíz bajo
SD con tres dosis de N aplicadas como urea a la siembra, al estado de 5 hojas
desarrolladas o dividida (mitad a la siembra y mitad al estado de 5 hojas). La
dosis de 50 kg/ha de N mostró una mayor eficiencia con la aplicación al estado
de 5 hojas que con la aplicación a la siembra o dividida. Dosis mayores
muestran respuestas decrecientes y resultan en eficiencias similares para los
distintos momentos de aplicación.

Figura 3: Rendimientos de maíz con distintas dosis de N aplicadas como urea en tres
momentos: Siembra, 5 hojas desarrolladas y Dividida (mitad siembra y mitad 5 hojas). (García
2000).

No obstante estos resultados y según el método de diagnóstico a utilizar la


aplicación al momento de la siembra (aún en dosis elevadas) no es
recomendable dado que los métodos que diagnostican las necesidades en V6-8
cuentan con una mayor cantidad de información para determinar aportes de N,
rendimiento potencial y con ello necesidades de N mas precisas.
En este sentido el NP-Zea (Programa para el Cálculo de dosis de nitrógeno
y fósforo en Maíz) recomienda realizar la fertilización nitrogenada al estado de
V6-8 por la mayor correlación encontrada entre la humedad del suelo en este
estadio y la respuesta a la fertilización (Figura 3).

2200
2
1800 R = 0.90
Respuesta (kg / ha)

R2 = 0.92
1400

1000

600
80 - 0
200 160 - 0
-200
0 20 40 60 80 100 120 140
Agua útil a 1 mt (mm)

Figura 3: Respuesta a la fertilización nitrogenada según la disponibilidad hídrica en V6-8 (Castillo


et al. 1999)
5

La eficiencia de uso de N de distintas fuentes nitrogenadas es similar


cuando los fertilizantes son incorporados. Aplicaciones superficiales de N
pueden resultar en perdidas por volatilización cuando se utiliza urea o fuentes
que contengan urea, Bajo SD, las perdidas por volatilización son mayores que
bajo labranza convencional debido principalmente a la mayor actividad
ureásica de los residuos. La inmovilización/intercep-ción del N por el residuo
representa una pérdida de N común a todos los fertilizantes nitrogenados con
aplicaciones superficiales. La Fig. 4 muestra los rendimientos de maíz
obtenidos con aplicaciones de urea, nitrato de amonio calcáreo (CAN) y UAN al
voleo y superficiales a dos dosis equivalentes de N en un ensayo realizado en
INTA Rafaela (Fontanetto, 1999). Las tres fuentes de N presentaron similares
eficiencias de uso al ser incorporadas, y fueron superiores a las aplicaciones
superficiales.
Las aplicaciones superficiales muestran un mejor comportamiento para el
CAN al voleo y el UAN chorreado que para la urea al voleo, posiblemente
debido a mayores perdidas por volatilización de esta última fuente. La
aplicación chorreada del fertilizante líquido reduce la superficie de contacto
entre el fertilizante y el residuo disminuyendo la tasa de hidrólisis y, por lo
tanto, la volatilización.

Figura 4: Rendimientos de maíz con 40 y 80 kg/ha de N aplicados a la siembra como urea, CAN
y UAN en superficie o incorporados. Las aplicaciones superficiales de urea y CAN se hicieron al
voleo en cobertura total mientras que el UAN se aplicó chorreado. El rendimiento del cultivo sin
fertilizar fue de 6720 kg/ha. EEA INTA Rafaela, Santa Fe, Argentina (Fontanetto, 1999).

Factores que condicionan la respuesta a la fertilización.

Disponibilidad hídrica
El impacto de la fertilización en el rendimiento será mayor cuando la
disponibilidad de agua en el momento de floración (diciembre-enero,
dependiendo de la zona) no sea una limitante severa. En la Figura 5 se observa
cómo en situaciones de balance hídrico menor a –50 mm (seco) los
rendimientos son bajos y no hay respuesta a la fertilización. En ambientes con
balance hídrico entre –50 y 50 mm (neutro) se ha observado respuesta a la
dosis de 80 kg de urea/ha sin encontrar diferencias con la dosis de 160 kg
urea/ha. Finalmente cuando la floración ocurrió en ambientes con balance
hídrico superior a 50 mm (húmedo) los rendimientos son mayores y las
diferencias fueron importantes entre las tres dosis probadas.
6
seco neutro húmedo

Rendimiento (kg / ha)


12000

10000

8000

6000
0 kg urea/ha R2 = 62.4%
4000
80 kg urea/ha R2 = 74.2%
2000 160 kg urea/ha R2 = 80.2%
0
-150 -100 -50 0 50 100 150
Balance hídrico en floración (mm)

Figura 5: Rendimiento del cultivo, según dosis de urea, según el balance hídrico en floración
(Castillo et al. 1999).
Disponibilidad de N-NO3-

La disponibilidad de NO3- en V6-8 explica la respuesta a la fertilización con


urea según la condición hídrica ocurrida entre siembra y V6-8. Como puede
apreciarse en la Figura 6 (izquierda) en condiciones secas no hay diferencia
entre dosis y por ejemplo en un suelo cuya concentración de nitratos es de 75
ppm cabría esperar una respuesta a la fertilización de 500 kg/ha para ambas
dosis. Por el contrario en condiciones hídricas más favorables (derecha) se
evidencia respuesta diferencial a las dosis empleadas siendo para el ejemplo
anterior de 1320 kg/ha para la dosis de 80 kg urea y de 1900 kg/ha para la de
160 kg urea (Castillo et al. 1999).

3000 3000
80 - 0 R2 = 0.64 2
80 - 0 R = 0.46
2500 160 - 0 R2 = 0.55 2500 160 - 0 R2 = 0.71
Respuesta (kg / ha)
Respuesta (kg / ha)

2000 2000

1500 1500

1000 1000

500 500

0 0
0 50 100 150 200 250 0 50 100 150 200 250

Nitratos en 40 cm (ppm) Nitratos en 40 cm (ppm)

Figura 6: Respuesta a la fertilización con 80 y 160 kg urea/ha según contenido de NO3- en V6-8 .
A la izquierda y derecha baja y alta disponibilidad hídrica respectivamente.

Sistema de labranza

Otro de los factores que explican la respuesta a la fertilización nitrogenada


del cultivo de maíz es el sistema de laboreo del suelo empleado y el uso que se
dé a los rastrojos del cultivo anterior.
Como se aprecia en la Figura 10 la respuesta es diferencial según ambos
aspectos. En este sentido la Siembra directa sin pastoreo (SD SP) ha permitido
incrementar los rendimientos (por fertilización) en 43 qq/ha, mientras que en la
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situación con pastoreo (CP) esta diferencia alcanzó los 37 qq/ha. En SP la
respuesta a la fertilización ha sido similar en LR y LC (23 y 24 qq/ha
respectivamente),mientras que en LR CP se obtuvieron 8 qq/ha más de
respuesta que en LC CP (28 y 20 qq/ha respectivamente).
Existe un variada discusión entre científicos sobre este comportamiento
diferencial. A este punto podemos decir que las causas se basan en diferencias
en las condiciones hídricas, térmicas, físicas y físico-químicas del suelo como
así también en la cantidad, forma y época de degradación de los rastrojos que
cada tratamiento ha manifestado y que escapa al análisis del presente trabajo.
De todos modos es importante resaltar que estas diferencias son de tal
magnitud que no deben desconocerse al momento de realizar dosificaciones
(Espósito et al. 2001).

80
71
70
61
59 58 57
60 55

50
qq/ha

38 38
40 33
30 27 28
22
20

10

-
CP SD CP LR CP LC SP SD SP LR SP LC
Con fertilizante Tratamientos
No fertilizante
Figura 10: Rendimientos promedios de maíz según sistema de labranza y pastoreo de los
rastrojos en 3 ciclos productivos (6 años). CP: con pastoreo. SP: sin pastoreo. SD: siembra
directa. LR: labranza reducida. LC: labranza convencional.

Cultivo antecesor

El cultivo antecesor al cultivo de maíz explica, entre otras causas, la


disponibilidad hídrica y nutricional al momento de la siembra por las siguientes
causas:
 Relación C/N del rastrojo aportado
 Tipo y cantidad de malezas remanentes
 Longitud y tipo del barbecho realizado.
Si bien este efecto implicaría un complejo análisis al momento de tomar
decisiones la disponibilidad hídrica y nutricional en V6-8 es el mejor indicador
para realizar recomendaciones.

Fósforo

La respuesta de los cultivos a la fertilización fosfatada depende del nivel de


P disponible en suelo, pero también es afectada por factores del suelo, del
cultivo y de manejo del fertilizante. Entre los factores del suelo, se destacan la
textura, la temperatura, el contenido de materia orgánica y el pH; mientras
que entre los del cultivo deben mencionarse los requerimientos y el nivel de
rendimiento.
El diagnóstico de la fertilización fosfatada se basa en el análisis de muestras
de suelo del horizonte superficial utilizando un extractante adaptado a los
8
suelos del área en evaluación. En la región pampeana, en general, el
extractante utilizado es Bray 1.
La dosis recomendada depende de la textura del suelo, nivel de P Bray, del
rendimiento esperado y de la relación de precios grano/fertilizante. En este
punto, debe tenerse en cuenta que existen dos criterios de recomendación: el
de suficiencia y el de reconstrucción y mantenimiento. El criterio de suficiencia
pretende satisfacer los requerimientos del cultivo a implantar mientras que el
de reconstrucción y mantenimiento también incluye aportes para mejorar el
nivel de P disponible en el suelo.
Castillo et al. (1999) han reportado para suelos del Dpto. Río Cuarto
(Córdoba) que las dosis de fósforo a emplear dependen del nivel crítico de P
Bray I a siembra y la capacidad tampón de P del suelo (definida por la textura).
El nivel crítico es el contenido de P que permite obtener el máximo rendimiento
bajo la condición de máxima eficiencia económica en el uso del fertilizante.
De este modo estos autores han propuesto ecuaciones del tipo:

Dosis = (15.75 - P disponible) / 0.027

Es importante destacar que este tipo de ecuaciones deben ser calibradas


para cada situación en particular dado que se debe caracterizar la
potencialidad productiva del ambiente y la capacidad tampón de cada suelo. Es
por ello que en el NP-Zea se establece el tipo de suelo, el rendimiento
esperado y la relación de precios grano/fertilizante.
La aplicación de los fertilizantes fosfatados debe hacerse a la siembra o
antes de la siembra de manera tal que el P esté disponible para el cultivo
desde la implantación. La reducida movilidad del ión ortofosfato y la retención
(fijación, adsorción e inmovilización) del fertilizante fosfatado en el suelo
requieren de la aplicación localizada del mismo, especialmente en suelos de
bajo contenido de P disponible y en siembras tempranas. Sin embargo, en los
últimos años, en ensayos realizados bajo siembra directa se han encontrado
eficiencias de uso del P aplicado similares para aplicaciones al voleo
anticipadas (más de 3 meses) y aplicaciones en bandas a la siembra (Mallarino,
1998).

Referencias

Andrade F., A. Cirilo, S. Uhart y M. Otegui. 1996. Ecofisiología del


cultivo de maíz. Editorial La Barrosa-Dekalb Press.
Castillo C; Espósito G.; Gesumaría J; Balboa R. y G. Tellería. 1999.
Respuesta a la fertilización del cultivo de maíz (Zea mays L.),
en sistema de siembra directa, bajo distintas condiciones
ambientales. Informe final presentado al CREA Río Cuarto
Norte.
Espósito G.; Gesumaría J.; Castillo C. y R. Balboa. 2001.
Rendimiento de maíz en distintos sisemas de labranzas.
Informe de estado de avance 20001 en el marco del Programa
“Desarrollo de alternativas tecnológicas para la producción
agropecuaria sustentable en el oeste de Río Cuarto”. SECYT
UNRC.
9
Fontanetto H. 1999. Maíz en la región central de Santa Fe. Actas
"Seminario Diagnóstico de deficiencias de nitrógeno, fósforo y
azufre en cultivos de la región pampeana". EEA INTA Balcarce.
Balcarce, Buenos Aires, Argentina.
García F. 2001. Fertilización de maíz en la región pampeana. En:
www.fyo.com- Granos - Información - Especial de Maíz.htm.
Gesumaría J.; Castillo C.; Espósito G. y R. Balboa. 2000. Software de
aplicación para el cálculo de dosis de Nitrógeno y Fósforo en
maíz. NP-Zea. Inscripto en la Dirección Nacional del D2erecho
de Autor. Exp. Nº 97476 el 13/11/2000.
Mallarino A. 1998. Métodos de fertilización con fósforo y potasio
para maíz y soja en siembra directa: Recientes avances en el
cinturón del maíz. Actas 6º. Congreso Nacional de AAPRESID.
Mar del Plata, Buenos Aires, Argentina.

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