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¿Qué es un cigoto?

Para entender la definición de cigoto, escrito muchas veces como zigoto, es importante
conocer el concepto de gameto.

Los gametos son las células reproductivas producidas en las gónadas o órganos
sexuales. En los humanos, distinguimos entre los gametos femeninos, los óvulos, y los
gametos masculinos, los espermatozoides.

La característica principal de estas células es que son haploides, es decir, que poseen la
mitad de la información genética que el resto de células del organismo humano, que son
diploides. Así, las células somáticas humanas poseen 46 cromosomas, mientras que las
células sexuales tienen 23. El proceso que da lugar a esta reducción de la información se
conoce como meiosis. Puedes encontrar más información aquí: ¿Qué es la meiosis?

Fusión de los gametos y combinación de su información genética

Cuando ambas células sexuales, óvulo y espermatozoide, se unen en la fecundación, sus


núcleos se fusionan para dar lugar a una única célula: el cigoto. Por tanto, podemos
definir el concepto cigoto como la célula que resulta de la fecundación del óvulo por
parte del espermatozoide.

El tamaño del cigoto es igual al del óvulo, pero su dotación genética es de 46


cromosomas (23 de cada gameto). A partir de él, se desarrollarán el resto de células que
formarán el nuevo ser vivo.

Aunque el estadio de cigoto es corto en comparación con el desarrollo embrionario


completo, es un periodo muy importante, pues se trata del primer estadio de vida.

Desarrollo del embrión


Se considera que el desarrollo de un embrión va desde el día 1 después de la
fecundación (etapa de cigoto) hasta la 8ª semana de gestación. Durante este periodo, el
embrión irá desarrollándose y se producirán cada vez un mayor número de células, así
como la especialización de las mismas.
Dentro de la etapa embrionaria existen algunos estadios específicos. Los comentamos a
continuación:

Mórula

Tras la fecundación, el cigoto pasa a tener dos células, luego cuatro, ocho, dieciséis…
Aproximadamente en el día 4 de su desarrollo, el embrión es un grupo numeroso de
células idénticas, difíciles de distinguir. Forman un conjunto que nos recuerda a una
mora y, por ello, el embrión en este momento se conoce como mórula.

Blastocisto

Alrededor del día 5-6 de desarrollo, se inicia la diferenciación celular, que dará lugar a
dos grupos celulares. Por una parte, las células del trofoectodermo (parte externa), que
darán lugar a la placenta y otras estructuras necesarias para mantener el embarazo. Por
otra parte, las células de la masa celular interna (MCI), que formarán el feto. En el
interior embrionario, se forma una especie de cavidad: el blastocele.

Esta estructura embrionaria es la que conocemos con el nombre de blastocisto.

Embrión en estadio de blastocisto

El siguiente paso del desarrollo embrionario es que el blastocisto se despoje de la zona


pelúcida (capa superficial que lo protege) e implante en el endometrio. A partir de este
momento ya se puede decir que la mujer está embarazada.

A partir de ahora, el embrión crece a un ritmo muy rápido y deja de tener una forma
redondeada para tener un aspecto más alargado y parecido a la estructura fetal, aunque
sin ningún tipo de detalles.

Etapa fetal
Es en la semana 8 de gestación cuando termina la etapa embrionaria y empieza la etapa
fetal. Podemos decir, por tanto, que un embrión de 8 semanas es ya un feto.
En el feto irán produciéndose cada vez más diferenciaciones celulares y se crearán, así,
los distintos órganos. A medida que avanza el desarrollo, el feto irá adquiriendo la
apariencia de bebé.

Este periodo es el más largo de toda la evolución prenatal. A lo largo de toda esta etapa
de gestación, la mujer se someterá a diversos controles que determinarán si el ritmo de
crecimiento y desarrollo fetal es el adecuado.

Se considera que el nacimiento debe producirse entre las semanas 38 y 42 de embarazo,


considerando el inicio del mismo la fecha de la última regla. Una vez se haya producido
el parto, es decir, tras el nacimiento, ya podremos utilizar el calificativo bebé para
referirnos al nuevo ser.

Desarrollo embrionario en fecundación in vitro


Cuando se aplica un tratamiento de fecundación in vitro (FIV), ya sea propio o para una
gestación subrogada, parte del desarrollo embrio-fetal ocurre en el laboratorio.

La etapa de cigoto y parte de la etapa embrionaria tendrán lugar en placas de cultivo,


hasta que se produzca la transferencia del embrión.

Generalmente, los embriones son transferidos en día 3 o en día 5-6. Aunque en algunos
casos se hace, no es común transferir los embriones en día 2, día 4 o más allá del día 6
de desarrollo.

Preguntas de los usuarios


¿Un embrión fuera del útero puede llegar a etapa fetal?

Por Andrea Rodrigo (embrióloga).

No. Un embarazo ectópico o embarazo extrauterino debe operarse cuanto antes para
evitar problemas mayores en el organismo de la mujer. Lo más común es que se
produzca en las trompas de Falopio, aunque también puede darse en otras zonas del
organismo como el ovario, el canal cervical, la zona pélvica, etc.

¿Es correcto hablar de ‘feto’ a los 2 meses?

Por Andrea Rodrigo (embrióloga).

En principio sí, pues 2 meses son unas 8 semanas y es en este momento cuando el
embrión pasa a ser denominado feto.

¿Hay alguna señal que indique que el embrión ha implantado y que, por
tanto, su devolución hasta feto continúa?

Por Andrea Rodrigo (embrióloga).


Sí, la mayoría de mujeres sienten síntomas tras la implantación embrionaria, causados
principalmente por el desajuste hormonal propio del inicio del embarazo. La hormona
responsable de la mayoría de estos síntomas es la beta-hCG.

Lo más común es sentir náuseas, vómitos, pesadez, cansancio y ligeros mareos. Por otra
parte, hay mujeres que tienen un pequeño sangrado debido a la implantación.

En cualquier caso, la ecografía es la principal herramienta para estudiar la evolución


embrio-fetal.
Acerca del parto natural

El parto natural es una manera de dar a luz "con poca tecnología" al permitir que la
naturaleza siga su curso. Esto puede incluir:

 pasar por el trabajo de parto y el parto sin la ayuda de medicamentos, incluidos


analgésicos tales como epidurales
 utilizar pocas intervenciones médicas artificiales o ninguna de ellas, como el monitoreo
fetal continuo o las episiotomías (cuando se realiza un corte en la región comprendida
entre la vagina y el ano, llamada perineo, para hacer lugar para el bebé durante el
parto)
 permitir que la mujer dirija el proceso de trabajo de parto y el parto de la forma que le
resulte más cómoda

Muchas mujeres con embarazos de bajo riesgo eligen el modo natural para evitar los
riesgos posibles que los medicamentos pueden plantear para la madre o el bebé. Los
analgésicos pueden afectar el trabajo de parto, por ejemplo, bajar la presión arterial,
retardar o acelerar el trabajo de parto, provocar náuseas y generar sensación de falta de
control.

Sin embargo, son muchas las mujeres que optan por el parto natural para estar más en
contacto con la experiencia de parto y manejar el trabajo de parto de un modo más
proactivo.

¿Dónde se realiza?

Muchas mujeres que se deciden por el parto natural eligen dar a luz en un entorno no
hospitalario, por ejemplo, una maternidad, donde el foco es el parto natural. Las mujeres
son libres de caminar de un lado a otro durante el trabajo de parto, adoptar posiciones
que les resulten más cómodas y pasar tiempo en la bañera o el jacuzzi. Se monitorea al
bebé con frecuencia, por lo general con un dispositivo ecográfico portátil. A menudo se
recurre a medidas que aumenten el bienestar, como la hidroterapia, los masajes, las
compresas tibias y frías, y las técnicas de visualización y relajación. Las mujeres pueden
comer y beber libremente, según lo deseen.

En el entorno de la maternidad pueden trabajar diferentes profesionales de la atención


médica, por ejemplo, enfermeras diplomadas, enfermeras parteras certificadas y doulas
(proveedoras con capacitación profesional para el apoyo durante el trabajo de parto o la
atención puerperal) que se desempeñan como acompañantes durante el trabajo de parto.

Hay estudios que indican que el apoyo continuo durante el trabajo de parto de una mujer
capacitada y con experiencia, como una partera o una doula, puede redundar en un
trabajo de parto más corto, una menor cantidad de medicamentos (o ninguno) y menos
posibilidades de que haya que practicar una cesárea. Además, su participación puede
generar un sentimiento más positivo respecto del trabajo de parto una vez que este ha
terminado.

En la actualidad, también es posible tener un parto más natural en muchos hospitales.


Algunos nosocomios cuentan con maternidades en las que se adopta un abordaje
natural, pero en las que es posible tener acceso a intervenciones médicas en caso de ser
necesarias. Muchos hospitales han modificado su abordaje para los partos de bajo riesgo
y tienen habitaciones con decorados hogareños donde las mujeres pueden estar en
trabajo de parto, parir y recuperarse, todo en el mismo lugar. Estas instituciones pueden
inspirarse en la mujer en trabajo de parto al permitir que este proceso continúe más
lentamente y sin ninguna intervención, si todo parece desarrollarse sin problemas.
Pueden utilizar técnicas alternativas para el tratamiento del dolor si se solicitan y
aceptar de buen grado la ayuda que brindan los acompañantes durante el trabajo de
parto, por ejemplo, las parteras o las doulas.

Además del padre, se puede permitir que otros niños, los abuelos y los amigos
presencien en parto (una práctica también frecuente en las maternidades). Después del
parto, los bebés pueden permanecer más tiempo con la madre. En su forma más plena,
este abordaje suele recibir el nombre de cuidado centrado en la familia.

Si su embarazo es de alto riesgo, lo más adecuado es que el parto se lleve a cabo en un


hospital, donde pueda recibir la atención médica necesaria (en especial, en caso de una
emergencia).

¿Cómo se hace?

Usted elige cómo desea lidiar con el dolor. Cada mujer encuentra que hay diferentes
métodos más adecuados para ella. Muchas pueden controlar el dolor al canalizar su
energía y concentrarse en otra cosa. Las dos filosofías de parto predominantes en los
Estados Unidos son la técnica Lamaze y el método Bradley.

La técnica Lamaze enseña que el parto es un proceso normal, natural y saludable, pero
adopta una postura neutral respecto de los analgésicos y alienta a las mujeres a tomar
decisiones informadas sobre lo que es mejor para ellas.

El método Bradley (también llamado parto asistido por el esposo) hace hincapié en un
abordaje natural del parto y en la participación activa de un acompañante de parto. El
objetivo principal de este método es evitar el uso de medicamentos, a menos que sean
imprescindibles. El método Bradley también se centra en la nutrición adecuada y el
ejercicio durante el embarazo, así como en las técnicas de relajación y respiración
profunda para afrontar el trabajo de parto. Aunque el método Bradley aboga por una
experiencia de parto sin medicamentos, las clases preparan a los padres para
complicaciones o situaciones imprevistas, por ejemplo, cesáreas de emergencia.

Para manejar el dolor durante el trabajo de parto, las mujeres también pueden:

 estar en estado de hipnosis (que también se conoce como "hipnoparto")


 hacer yoga
 meditar
 caminar
 darse masajes o contrapresión
 cambiar de posición (por ejemplo, caminar de un lado a otro, ducharse, balancearse o
recostarse sobre balones de parto)
 darse un baño de inmersión o una ducha
 sumergirse en agua tibia o en un jacuzzi
 distraerse con actividades que mantienen la mente ocupada en otra cosa
 escuchar música relajante
 utilizar imágenes visuales

¿Qué se sentirá?

Si bien suele considerarse que el trabajo de parto es uno de los eventos más dolorosos
que una persona puede experimentar, esto varía mucho de una mujer a otra e, incluso,
de un embarazo a otro. Las mujeres sienten el dolor del trabajo de parto de distintos
modos. Para algunas, se parece al dolor menstrual; para otras, es una presión aguda; y,
para otras, son oleadas muy fuertes que se asemejan a los retortijones abdominales. Las
madres primerizas son más propensas a referir un nivel de dolor más elevado en
comparación con las mujeres que ya tuvieron bebés.

¿Cuánto durará?

No existe un horario mágico para un parto. Algunas mujeres tienen a sus bebés en unas
pocas horas, mientras que otras pasan el día entero en trabajo de parto (o más tiempo).
Ya sea que elija recibir medicamentos o no, el cuerpo de cada mujer reacciona de
manera diferente ante el trabajo de parto.

Riesgos y precauciones

En general, el parto natural es muy seguro. Sólo se vuelve riesgoso si una mujer ignora
las recomendaciones de su proveedor de atención médica o si no permite la intervención
médica cuando las cosas no resultan según lo planeado.

Por su propio bienestar y el de su bebé, es importante que esté dispuesta a escuchar


otras opciones en caso de que surjan complicaciones. Rechazar la ayuda médica en una
situación de emergencia podría poner en grave riesgo su vida y la de su bebé.

Después del parto

Al igual que le ocurre a cualquier otra mujer que ha dado a luz, es probable que:

 esté exhausta (es probable que usted y su bebé deseen dormir lo más posible)
 esté temblorosa y tenga frío (muchas mujeres tiemblan después del parto; se trata de
una reacción natural)
 esté dolorida (posiblemente sienta contracciones uterinas, en especial al amamantar, y
tenga algunos dolores y malestares en la vagina y la zona que la rodea)
 esté eufórica y se sienta muy fuerte (es posible que tenga una abrumadora sensación
de haber concretado un logro, con la satisfacción de saber que lo hizo por sí sola)

¿Qué pasará si no soporto el dolor?

El trabajo de parto puede ser más doloroso de lo que se imaginó. Algunas mujeres que
expresaron de antemano no querer ningún tipo de analgésico cambian de opinión al
comenzar el trabajo de parto. Esto es muy frecuente y totalmente comprensible.

Es admirable que tenga la predisposición y el entusiasmo de intentar un parto natural.


No obstante, si resulta que el dolor es insoportable, no debe sentirse mal por pedir que
le administren medicamentos. Y si algo no sale según lo planeado, es posible que tenga
que adaptarse a las circunstancias. Eso no la hará menos valiente ni significa que está
menos comprometida con su bebé o el proceso del parto. Dar a luz es una experiencia
maravillosa y gratificante, con intervención médica o sin ella.

Cesárea
Una cesárea es un tipo de intervención quirúrgica el cual se realiza una incisión
quirúrgica en el abdomen (laparotomía) y el útero de la madre para extraer uno o más
bebés. La OMS suele recomendar su uso cuando un parto vaginal podría conducir a
complicaciones médicas, que según la NOM-007 debiera ser utilizada únicamente en el
15% de los embarazos.

No se debe confundir con la episiotomía, que es una incisión en el periné para facilitar
el parto. La cesárea se hace por encima de la pelvis.

Contrariamente a lo sostenido por algunos autores, la palabra «cesárea» no tiene nada


que ver con Julio César, ni este nació por medio de esa cirugía.2

Clasificación
Hay varios tipos de cesáreas:

 La incisión clásica es longitudinal en la línea media (vertical), lo que permite mayor


espacio para el parto. Desde finales del siglo XX Se usa rara vez, porque es más
susceptible de complicaciones.
 La más común hoy en día es la del segmento inferior (horizontal), en la cual se hace un
corte transversal justo por encima del borde de la vejiga. La pérdida de sangre es
menor y la reparación más fácil.
 Una cesárea histerectomía es el parto mediante cesárea y posterior extracción del
útero, que se puede realizar en casos de sangrado intratable o cuando la placenta no
se puede separar del útero.
 Algunas veces se han practicado otros tipos, como la extraperitoneal.

Riesgos
Estadísticas de los años noventa sugieren que al menos una mujer por cada 2500 que
tengan cesárea morirá, comparado con una en 10.000 para el parto vaginal. 4 La
mortalidad sigue en descenso, pero el Servicio Nacional de Salud del Reino Unido
declaró que el riesgo de muerte es tres veces el de un parto vaginal. 5 Sin embargo, no es
posible comparar directamente las tasas de mortalidad de los partos vaginales y por
cesárea porque las mujeres que tuvieron la cirugía tenían mayor riesgo.

Los bebés nacidos por cesárea suelen tener problemas iniciales para respirar. Además
puede ser difícil la alimentación porque tanto la madre como el bebé están afectados por
la medicación para el dolor.
Una cesárea es una cirugía mayor, con todos los riesgos y eventos que conlleva. El
dolor en la incisión puede ser intenso, y la recuperación completa de la movilidad puede
tomar semanas.

Anestesia
La madre generalmente recibe anestesia regional (espinal) o epidural, lo que le permite
estar despierta durante el parto y evita la sedación del infante.

En la práctica moderna, la anestesia general para la cesárea es cada vez más rara puesto
que se ha establecido científicamente el beneficio de la anestesia regional tanto para la
madre como para el bebé.

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