OJOS DE MARISÍA

PROSAS & POEMAS

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Pedro Flecha
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Sobre el autor
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Pedro Flecha (Lima, 1947) economista, matemático, científico, escritor, poeta y

artista; publicó en 1994 ‘El Gran Regreso’ un libro de analisis del misticismo y es
un frecuente articulista en Internet; fué columnista político en el diario
Liberación durante la lucha contra la dictadura fujimontesinista y activista en La
Resistencia. Librepensador, ateo y estudioso de la civilización andina ha
centralizado sus esfuerzos en el respaldo matemático de la misma, así como el
lenguaje logográmico presente en el Arte Rupestre y sus otras expresiones. De
pensamiento político libertario cree que la identidad andina solo será posible
regresando a los fundamentos, a la identificación de los arquetipos-ensi-mismos
de la humanidad, sin estados ni religiones, donde la patria es la especie y la
principal característica es el ánimo cooperante y la reciprocidad. Este libro
compendia algunas prosas y poemas desde los 70’s hasta la actualidad.
 OJOS DE MARISÍA
PROSAS & POEMAS

Pedro Flecha

INDICE

PROSAS
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Ojos de Marisía
Estado de ira
El huevo de plata
El hijo de nadie
Matar un abogado
La púrpura en el mármol
Fuego frío
Pena
Teléfono sublime
El último champagne
Alexei el ruso
Caviar en la noche...
Hacienda
Isla del hombre

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POEMAS
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Invocación antigua
Ensalada
El no lee
Empujé
En mi negra
Café humea en la garganta
Hierve el gordo
Que me importan
Oso ronco
Cabalgar de nuevo
Nazca
Brocantita
A un indio caminando
 A un cura caminando
Gristecho
Baste el dicho
Casi haikus
Cusco alotero
Ponky
En la cuesta...
Arcano
Par de rones
Joaquín cuida
Canto a la medida oculta
Tejas de Cusco
Vida está
Al partir

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 PROSAS

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Ojos de Marisía
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Llámame Marisía.
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Estoy desde muy joven en la caverna y soy el último de la cadena de

mortales que guardan los dos cuerpos. Hace muchos años el abuelo de mi
abuelo reveló el secreto a su mujer y le mostró los cuerpos lozanos
después de siglos. La mujer, cuyo primo era médico, ratificó el estado
cataléptico y la belleza de la mujer y el hombre que dormidos yacían sobre
la mesa negra de la caverna. En las graníticas paredes habían cuadros,
piezas de cerámica, tapices y dibujos en pergaminos mostrando hombres,
todos ellos de mentón partido, posando al costado de los cuerpos. La mesa
era la misma y los cuadros en las paredes eran menos abundantes en
relación a la antiguedad del material donde la escena había sido dibujada.
Los lugares en estos objetos tampoco parecían los mismos, pues los
guardianes lucían vestimentas de centuriones romanos, caballeros
medievales, soldados prusianos, indios pieles rojas y hasta petrimetres con
sombrero de tarro y escarpines.
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La mujer se preguntaba el porqué había pasado de generación en

generación y de lugar en lugar el secreto de los dos cuerpos vivos y
durmientes. En su mente cristiana solo había la posibilidad de que fueran
santos, una santa pareja. Se inundó de emoción al saberse la esposa de
un guardián de santos e imaginó su popularidad en el pueblo y, sobre
todo, la superioridad que podría exhibir respecto a su hermana que se
preciaba de ser la amante del cardenal. Todos ellos ahora eran nada
comparados a lo que su familia tenía. Pensó que podrían llevar los dos
cuerpos en viajes interminables donde la gente regalaría toda suerte de
cosas, enriqueciéndolos. Era la forma de salir de la miseria.
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El abuelo de su abuelo tuvo que matarla sabiendo que después
tendría que hacer que su hijo hiciera lo mismo con él. Así era la ley del
secreto, su función de guardián incluía no solo el silencio que infringió,
sino que el secreto pasaba al hijo que cada hombre elegía como su propio
asesino. La cadena de guardianías era una de asesinatos rituales,
necesarios para la permanencia de lo que eran los dos cuerpos. Esta
cadena sólo se interrumpiría cuando los cuerpos despertaran porque el
despertar era el fin de la ley.
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La historia se remontaba a una estepa en una época lejana, no era

claro si esta estepa era cercana al Mar negro, al altiplano o en el medio de
Africa. No estaba tampoco claro si era la pelea entre dos clanes, panacas,
khanatos o dinastías la que había distanciado a la pareja. Lo cierto era que
había sido un gran amor y que de acuerdo al secreto, seguía siéndolo en el
sueño de los dos cuerpos.
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Había un tercer personaje y era el viento de oriente y por ello siempre

las cavernas elegidas por los guardianes tenían la entrada en esa
dirección.
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Eran época de dioses que interactuaban con los humanos, a veces los
reyes eran dioses y otras eran cerros, árboles o lagunas, en algunos
lugares los llamaban pakarinas y en otros con alguna palabra griega. Los
dioses decidían los emparejamientos de los humanos. Los que habitaban
ambos cuerpos fueron unidos a parejas empujados por circunstancias,
engaños o conveniencias y habían sido conformistamente felices hasta que
se encontraron en una asamblea de la tribu, khanato o reino. Cruzaron
miradas y supieron que no eran el uno para el otro, sino lo mismo
dividido. El padre del anterior guardián le había hablado del andrógino, del
anima y el animus, de las medias naranjas, así como mantener las paltas
sin pudrirse sumergiendo la pepa en agua. Por eso es que los cuerpos
yacentes en la mesa tenían siempre una mano colgando a un lado que
estaba constantemente sumergida en un cuenco con agua. Los dedos
actuaban como raíces que se alimentaban del líquido y así como pasaba
con la pepa de palta, no envejecían. El agua mantenía lozanos y hermosos
a los durmientes.
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Después de aquella primera mirada ambos buscaron las

coincidencias para encontrarse, tuvieron charlas clandestinas y se robaron
besos en zaguanes, mesas y detrás de cortinones. Hablaron de sus hijos,
ansias e ideas, concluyendo que estaban destinados a construir un gran
amor, aunque este fuera inoportuno. En un arrebato de audacia, una
tarde de domingo, a instancias de ella, se encontraron en la estepa y a eso
de las cuatro de la tarde sobre el verde inmenso de la grama se amaron
totalmente. Al hacerlo desafiaron a los dioses y en su goce los ajusticiaron
porque en sus vidas estos solo fueron adjetivos errantes.
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Las tribus, khanatos o reinos a los que pertenecían eran ancestrales

enemigos y conforme aumentaba su amor, disminuían las posibilidades de
estar juntos. Una de estas separaciones fue muy larga, hasta que una
noche, soñaron el uno con el otro. Ahí, ambos estaban preocupados por
abrir una alforja que los separaba y tenían miedo respecto a lo que esta
contenía. Se miraron a los ojos, tomándose las manos y tuvieron
tranquilidad y espacio. A partir de ahí el mismo sueño se repitió. Cada
sueño era mas largo y gozable, con ligeras variantes y nuevos elementos
tales como una acogedora luz ámbar, un gracioso caballo estrella y hasta
una bicicleta, objeto extraño que no existía en sus tiempos.
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No se sabe si en medio de una batalla o una competencia se

encontraron furtivamente y se devoraron con palabras contando el uno al
otro la misma cadena de sueños. Ambos supieron que habían soñado lo
mismo. De alguna manera fuera de dioses y reyes, hijos y parejas, habían
creado un espacio para estar constantemente juntos, aunque fuera en
sueños. Como sabían que la guerra iba a ser mas larga que sus vidas, se
prometieron aprovechar este espacio para lograr pacientemente desafiar la
inoportunidad de amarse en ese mundo y tiempo impertinentes.
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La guerra, madre y reina de todas las cosas, proseguía. Era una

guerra sucia donde el monstruo mayor, el ídolo, ese que llamaban dios
padre era una diosa azteca que se alimentaba de sus propias heces. Como
este alimento no era otra cosa que vulgar oro y necesitaba constantemente
mas energía creaba la necesidad de que los humanos se depredaran unos
a otros. Siglos después, quizás milenios, se llegaría a llamar a este
monstruo coprófago, el sistema.

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La vida en los sueños era muy placentera y feliz, hacían el amor en

todas partes, iban al teatro y al mar, bajaban las ruinas de adobe
colectando antiguos ceramios rotos y caminaban sobre el agua del río que
bañaba lo que sería Amarna. No había límites y cada uno contribuía con
alguna fantasía cada vez. También discutían, solo para después ceder
ambos y amarse. Sus disputas eran como puntos y comas intensificadoras
en el fluir del sueño. Iban tras grandes causas, peleando y gritando juntos,
siempre contra los dioses, pero especialmente contra el monstruo. Estas
luchas eran erotizadas y ambos sentían que complementaban lo que
sucedía en sus sueños con efluvios sexuales a la distancia. A cientos o
miles de kilómetros las parejas de cada uno se irritaban por los gemidos y
los rechazos a sus invitaciones sexuales. Sospecharon que sus parejas que
soñaban con otras personas y por eso, a ella la encarcelaron en una jaula
de arcilla y a él le quitaron todo para que no pudiera movilizarse, llegando
hasta quemarle los pies.
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Tuvieron que confiar en alguien y fue en el viento de oriente. Cuando

estaban despiertos, que cada vez era menos frecuente, pues dormían casi
todo el día, se comunicaban a través del viento. Los ruidos que este hacía
a través de las hojas o las olas del mar les confirmaba que su amor era
real, pero que necesitaban tiempos mayores que sus vidas. La
comunicación era perfecta, su invención real y el viento el cómplice
perfecto. Por ello le pidieron buscar a alguien para que guardara su sueño,
para que no los despertaran y los mantuviera juntos en ese espacio feliz.
El viento encontró a alguien, que era pobre y noble y a su propio criterio
planteó las condiciones al que sería el primer guardián.
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Marisía, nombre que quiere decir aliento de mar y que también fue el
del primer guardián; contada la historia por el viento, asintió en mantener
este espacio como una posibilidad de que la felicidad humana era
realmente posible. Con este fin elaboró una ley humana en la cual los
guardianes mantendrían los cuerpos vivos -inmortales pero durmientes-
como él mantenía las paltas cortadas siempre frescas. También consideró
que dada la misión otorgada debía sacrificar los últimos años de su vida a
cambio de hacer una cadena de jóvenes guardianes con gente de su propia
sangre y estableció el ritual por el cual el heredero de la guardianía debería
ser un hijo del guardián que lo ejecutara antes de envejecer.
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Hecha la ley y alianza con el viento el guardián tuvo que secuestrar

los cuerpos mientras dormían. El viento hizo su papel, tumbó a cuanta
persona caminaba en la calle, arrancó árboles, apagó velas y fuegos de
chimeneas, se metió por las rendijas de salones y conventos mientras
portaba a Marisía en una burbuja imperturbable hacia los cuerpos. El
viento lo condujo con su dormida carga a la primera caverna, esa que
orientada hacia él, les permitiría cuidarlos. La primera mesa fue de piedra,
los primeros cuencos de arcilla quemada en baja y, con un pedazo de
carbón, Marisía trazó en vatán en las paredes la primera imagen de la
escena. Ahí comenzó la cadena, posibilitando la inmortalidad del amor. Así
es como se hizo el mundo alternativo donde los escritores no necesitan
escribir, sino que viven lo que escriben. Todo aquello guardado por la
cadena generosa de innumerables marisías protegidos por el perfumado
viento de oriente.

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Sé que soy el último guardián, el último ojo cómplice ya que no tengo

hijo varón, solo mujeres y que moriré de viejo y no asesinado. Tendré que
despertar a la pareja que venció el desafío y decirles que el monstruo sigue
ahí, que si no lo vencieron en su sueño, tendrán que vencerlo despiertos;
pues es hora de despertar, ya que la ley del secreto es que la guardianía
cesa cuando no hay hijo varón.
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índice
 Estado de ira
(1972)

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ASS

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Pálida flotas en vacíos infinitos /

rodeada de estrellas / la muerte
juega / mares & arenas / amándose /
alejándose.
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Tras la ventana, la cadencia silenciosa que guiaba la nave

contrastaba con la solemnidad del espacio. Sólo un débil sonar como de
cristales titilantes, un crujir de oxidados engranajes y el recuerdo de una
musiquilla suave, parecían verificar la existencia de vida en el éter
insondable. Inquietaba al último tripulante la soledad de saber que en
algún tiempo hoy perdido, en años luz, fue esperanza de innumerables
muchedumbres de burgueses de América y desnutridos de Africa y ahora
sólo el instrumento fallido de una peregrinación insólita, interminable.
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En el fondo de la cámara de Catarsis, con violencia inusitada,

aplicaba por enésima vez su puño contra la efigie del primer ordenador,
mientras le invadía la misma sensación que tuviera cuando encontró a su
mujer con otro y cuando su compañero de estudios le ganó en la carrera
de Ximes. Había sido educado para confundir enojo con incivilización y
envidia con el uso de ácidos errados. No supo entonces, que lo que hoy
impregnaba su piel, mojaba su traje y humedecía sus párpados, era
manifestación de una ira histórica lapidada por siglos de represión. Una
vez que se le endurecieron los nudillos, se calmó. Secóse las manos y en el
masturbizador y sintonizando a Dalia Zirgos, recordó el día que su
predecesor mandara el último ayayay al infinito. Recorrió el
compartimiento de víveres y se decidió por tomar musgo del Eufrates. En
la Tierra, hubiera sido un lujo. Imagínenselo entrando en la sala cuarta
con su traje plata reluciente y que le hubiera dicho un rimpompillante
mozoflacucho qué se sirve y el hubiera contestado airadamente musgo
pero del Eufrates y demás está decir que todas las bambuleantes crotonas
se hubieran dado vuelta y le hubieran hecho guiños y peritraques aaah.
Pero su elección no era en la nave nada especial, era tan común como los
grillos de Calatrava y los guisantes de Chincheros, últimos banquetes para
un condenado a una desconocida eternidad.
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Sabia en el fondo de su lógica, que la nave no era más que otro trozo
de chatarra en el espacio y que cada año en la órbita octava era como cien
años en la Tierra, que el tripulante que lo precedió le llevaba cinco años.
Hizo cuentas y pensó que quinientos años era el mínimo de vida que podía
esperar, a no ser, que se topara con un cometa, asteroide o elemento
destructivo similar.
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Todo había empezado con una nueva especie de cangrejos en las
playas del Pacífico, que mordían las redes y molestaban a los bañistas.
Luego vinieron las anguilas de tres cabezas que se comían a los cangrejos
y la gente dejó de ir a las playas. Fue entonces cuando se instauró el
primer ordenamiento terrícola con representantes de los pueblos chicos y
grandes, pobres y ricos. Mientras discutían la forma de afrontar el
problema, las anguilas fueron cazadas por vetas de cuarzo, que nadie sabe
cómo cobraron vida. Se formaron inmensos arrecifes en las orillas de los
mares que, sin darse cuenta los hombres, avanzaron de noche y fueron
separando a los continentes del mar. Al poco tiempo se comenzó a notar
su ausencia y cuando los hombres empezaron a extrañarlo, se convirtió en
recuerdo, luego en historia y finalmente en leyenda. Los hombres no
notaron su ausencia hasta que comenzó a escasear la sal. Los alimentos
sabían mal y los cueros quedaban mal curtidos. Un día, ante un congreso,
un brillante ejecutivo del Consorcio Científico Ltdo. & Cia. anunció que el
mar existía, demostrándolo con planos y presupuestos. Ante el
desconcierto mundial, el primer ordenamiento terrícola entró en proceso
de quiebra, hasta terminar por ser liquidado y absorbido por su primer
acreedor, el Consorcio. Entonces la humanidad depositó su confianza en la
libre empresa. No hay por que negarlo, en esa poca hubo trabajo a
montones. Toda la gente recolectaba azufre, pues el Consorcio había
determinado que la única forma de llegar al mar era disolviendo el cerco
con ácido sulfúrico. En norteamérica la cotización de las acciones del
Consorcio subió tanto que se creyó imposible y una noche estrellada de
agosto, el directorio en pleno tomó la última nave y desapareció de la
Tierra. Alguien dijo que un astrónomo del observatorio de Lambda los vio
morir en la órbita quinta, pero el nuevo gobierno ordenador de amplia base
popular, propagó la versión de que se fueron a implantar el capitalismo en
algún otro lugar del sistema.
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El gobierno de amplia base tuvo la mejor de las intenciones y tuvo un

dictador llamado Titanium quien alentó la construcción industrial y
promovió la erección de defensas metálicas contra el imperialismo
geológico. Empero, todo esfuerzo fue inútil. Cada día más arrecifes se
convertían en cordilleras y se estrechaba más el cerco. El agua de los
continentes comenzó a pudrirse y nacieron niños con escamas en los
tugurios de Ohio. Un día, las cordilleras dejaron de avanzar y se pensó que
el poder de las grandes mayorías había detenido el cerco. Fue una semana
de fiestas indescriptibles, de amores revividos, de tanta algarabía que
hasta los tristes ensayaron sonrisas. Desgraciadamente todo entusiasmo
tenía que ser efímero. Los geólogos de Mauritania establecieron que si
bien la cordillera había cesado su avance horizontal, había comenzado a
crecer. Minuto a minuto, todos los geólogos del mundo midieron el
crecimiento y calcularon. En el término de pocos años las cordilleras
dejarían a los continentes en tinieblas.
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Fue entonces cuando los días empezaron a turnarse, así los jueves
tomaron el lugar de los lunes y los lunes el de los domingos. Nadie supo
que día descansar. Circularon teorías que afirmaban que los domingos
habían muerto. Se estudiaron profecías y se desempolvaron nombres como
el de Palizandro de Alejandría y Diógenes Panduro. Las fotos de Marx
fueron afeitadas, los niños se masturbaron en las calles y los viejos se
pusieron felices. El mundo se sumergió en el caos total. Como las cosas
no podían seguir así, la ciencia se decidió a actuar. Fue la rebelión de los
físicos y los semánticos a quienes no les fue difícil llegar al poder ( hasta
se dijo que los ordenadores se lo entregaron) En marzo, se reunieron los
sabios del mundo y discutieron por muchas noches de plenilunio. La
primera disposición, fue ordenar que todos los calendarios del mundo,
incluso los solares, se atrasaran dos mil ochocientos días, y que en
adelante cada día sería contado como medio día. Este constante
atrasamiento del tiempo desconcertó a los días de tal manera, que jamás
volvieron a turnarse, permitiendo a los hombres ganar tiempo.
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Alexis el bizco, cuarto ordenador, tras pacientes años de estudio,

pudo llegar a la solución definitiva. Se buscaría otro planeta. Al mismo
tiempo se anunció en plazas y plazuelas, desiertos y manglares que el
carácter pesimista que traían los vientos del sur había precipitado a la
tierra a su inminente destrucción. El nuevo planeta tenía que ser
radicalmente diferente. Deberla ser un planeta donde no existiera la pena.
Los habitantes de la tierra se entusiasmaron y nuevamente sonrieron los
tristes. Se decidió construir una nave, la cual, dado el odiseico carácter de
la empresa debía ser de titanio. Los consejeros políticos no tardaron en
advertir que el nombre de este metal causaría problemas, ya que el pueblo
podría recordar a su antiguo dictador. Ante la disyuntiva de abandonarlo
todo decidieron cambiarle el nombre, pero. dado que el hacerlo sólo a ese
metal podría despertar inconvenientes suspicacias, decidieron cambiar
toda la tabla de Mendeleev. Así, al cobre lo llamaron Flora, Rosa al plomo y
Juanita al tungsteno. El titanio, que se llamó Esperanza, fue difícil de
reunir en cantidades industriales Muchos años de experimentos inútiles
habían agotado las reservas de metal. Se dictó un decreto que ordenaba
que todos los relojes suizos serían requisados, los radios japoneses
mutilados y que ni un gramo de Esperanza permanecería en manos
privadas. Nadie tendría la propiedad de la Esperanza.
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Se demoraron poco en construir la nave, pero les costó trabajo elegir

los tripulantes. Como no sabían cuanto duraría la búsqueda optaron por
seleccionar siete, cuyas edades fluctuarían en la mas perfecta forma
logarítmica entre los cien años y los meses de nacido, asegurando de esta
forma que si en el viaje el tiempo retrocedía, el tripulante más viejo sería
el último en morir. La nave siempre tendría un tripulante, por lo menos
durante cien años. Pintaron la nave de turquesa y una vieja de Lituania,
bordó primorosamente los trajes de los astronautas con florecillas de
naranjo y lagos de cristal.
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El día de la partida, una orquesta de enanos ejecutó una obra

desconocida y niños de todo el mundo se arrojaron sobre las piedrecillas
calcinadas que había dejado el pedo del cohete. La Tierra se sumergió en el
silencio de la espera, hubo casos de taquicardia, diarreas inexplicables y
brilló en los cielos la nave de la Esperanza.
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A la perfecta ausencia del espacio, la nave agregó un sonido como de

máquina de coser. Su paso fue registrado en la constelación de Miros y su
imagen se reflejó momentaneamente en los glaciares de Venus. Dentro,
las manos sudadas de los tripulantes giraron perillas y oprimieron
botones. Un olor como de aceite de ballena flotó en cámaras y corredores.
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Cuando se murió el viejo, supieron que en la órbita primera el tiempo

era más veloz que en la Tierra. Tenían que afeitarse cada cinco minutos y
cuando el gordo Pavel se quedó dormido en la sala de máquinas, le creció
tanto la barba que atascó ejes y engranajes. En la órbita segunda, se
dieron cuenta que la pigmentación de la piel les había cambiado. Tuvieron
entonces que lamentar la muerte de Goris el daltónico, quien se suicidó
porque todos le decían "Qué bien te queda el verde" y él se veía rojo. En la
cuarta, fueron asaltados por mendigos espaciales en quienes creyeron
reconocer a los directores del Consorcio. Por lo menos se parecían a las
fotografías. Al poco tiempo y en la misma órbita, por diferencias
generacionales, sacrificaron al niño y lo arrojaron al espacio, donde dicen
que formó una nueva constelación. El gordo Pavel murió de empacho.
Confundió fulminantes de asteroides con pimienta de Etiopía y en el
crepúsculo de un día cualquiera, las tripas comenzaron a salírsele por
orejas y poros. Fue una muerte horrible. A decir verdad, Pavel fue siempre
un poco exagerado. Los tres que quedaban no tardaron en convertirse en
dos, pues uno desapareció. Al principio lo buscaron por toda la nave y no
lo encontraron. Conforme avanzó el tiempo les entró la duda de si alguna
vez había existido. Ninguno de los dos recordaba algo original que les
permitiera siquiera recordar su rostro. Finalmente, para tranquilidad de
sus conciencias, decidieron olvidarlo.
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Los últimos tripulantes permanecieron sin verse ni hablarse por diez

años. Habían considerado que tarde o temprano uno de los dos moriría y
lo mejor era acostumbrarse a la soledad poco a poco. Cuando entraron en
la órbita octava creyeron que por ahí no había pasado el tiempo. Les
parecía vivir un eterno instante. Fue entonces cuando volvieron a verse y
conversaron sobre tiempos olvidados. Pero se equivocaron al pensar que
el tiempo estaba detenido, ya que este discurría con una lentitud
imperceptible. Hicieron cálculos y llegaron a la conclusión de que era
aproximadamente cien veces más lento que en la Tierra. Uno de los
tripulantes desapareció por tres semanas, sin que el otro le diera mayor
importancia, hasta que un día trece, un viento helado lamió el piso de la
nave y se escuchó un ayayay en el silencio. El hombre quedó solo.
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No le extrañó la soledad. Si había podido vivir con ella diez años, le

era fácil resignarse a hacerlo cincuenta veces más. La nave para ese
momento ya estaba completamente malograda y el color turquesa de su
estructura había palidecido. Entonces empezó a oír sonidos de mares,
reventar de olas y olió cuerpos sudorosos de amantes encendidos. La
soledad, tomada al principio con frialdad filosófica, fue convirtiéndose en
ira. Se asombró tremendamente cuando rompió tres vasos sin motivo.
Luego quiso escupir su imagen reflejada en los corredores de la nave y
tuvo que cubrir con grasa las paredes para no hacerlo. Tres veces soñó el
mar. Vio una gran masa verde con formas de mujer, sintió en la palma de
su mano olas como nalgas y mareas como vientres. Aprendió a no
despreciar la ira y a llorar en silencio. Quiso volver a ser una molécula de
ácido nucleico y convertir la muerte en música. Quiso abarcar con sus
brazos las estrellas fulgurantes y a los pobres de Chile. Quiso crear en
estado de ira. Quiso ser Dios.
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La nave dejó de ser importante y un nuevo génesis surgió de la
soledad del hombre. Una ira infinita, recreó en su mente, un mundo de
mares y arenas amores y penas. Un mundo de perfecta imperfección.
Imaginó continentes con cordilleras inanimadas, desiertos calurosos y
bosques impenetrables. Se vio envuelto en rayos de luz ártica y compasión
eterna. Fue el hombre igual al universo, transfirióse su ira a los hierros y
pupilas, arqueáronsele las cejas y creyóse omnipotente.
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índice

El huevo de plata

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¿Y cuando comenzó todo?

En ese almuerzo que fue tantas veces aplazado. ¿Se acuerda?.

Algo...

Estábamos en el café y pronto nos dimos cuenta que habían otros dos
que hablaban a través de nosotros y nos miramos sorprendidos.

Si, es cierto, yo tuve esa sensación.

Fue mas que una sensación, esos otros parecían una pareja que no
se veía en mucho tiempo. Acuérdese como sentimos que nuestros cuerpos,
voces y gestos eran usados por ellos para intercambiar frases de amor,
mientras nuestras mentes asistían sorprendidas a ese reencuentro que
seguramente habían esperado por siglos.

Fue algo extraño...

Mas que eso, era desconcertante el sentirse instrumento de un amor

así, sin tiempo ni presencia física.
 ¿Y que hizo al respecto?

Modelé un mito, en el cual nunca creí, pero hice que los otros
creyeran que yo creía, especialmente usted.

¿Por qué?

Porque aparte de ser divertido, quería saber hasta donde llegaba el

vivir un mito.

¿Llegó hasta su muerte?.

Sí, llegó.

¿Pero no le fastidia estar muerto?

Por qué me va a fastidiar; no estoy frío, ni tengo algodones en las

narices. Hasta diría que vivir como muerto es mas gratificante.

Lo veo... ¿es verdad que usted puede estar en varias partes

simultáneamente?

No lo sé, o quizás no me doy cuenta, pero constantemente me dicen

que me han visto en tal o cual lugar en momentos en que creo haber
estado en otro lugar. Pero esas personas que me han visto, nunca han
podido hablar con el que han visto. Pienso que me ven porque quieren
verme, o quizás porque no lo quieren...

Dicen que lo vieron indiferente, ni siquiera saludó.

 También dicen que me vieron salir tres veces del hotel en extrañas
horas y vestido diferentemente. Digamos que tengo un rostro común, que
no tengo rasgos definidos, que el rostro que han visto, y que ahora usted
ve es el que quiere o necesita ver. O, quizás, el que no quisiera ver. Acaso
no se le ha ocurrido que en este preciso momento podría usted estar
hablando sola.

¿Como una loca?

O como una santa, lo que usted prefiera.

No me confunda, yo estoy aquí y usted también está aquí.

¿Y ese que nos mira desde la esquina?

¡Puta madre! es usted.

No soy yo, es usted. Quizás no me quiere aquí sino allá.

No altere mis percepciones.

Usted es quien lo hace, yo soy solo un pretexto.

Yo sabía que usted estaba muerto desde que lo vi, por eso le dije que
seguramente buscaba regresar.

Nunca me fui, porque no tengo que hacerlo y porque, además, no hay

donde ir, eso es todo.

Debe ser difícil vivir así.

 Es muy divertido.

¿Divertido?¿es usted extraterrestre?

¿Por qué no me pregunta si soy extragaláctico?

¿Es usted extragaláctico?

Como dijo un amigo, tanto usted como yo somos hijos de una estrella
que ya no existe.

¿Como vino aquí?

Siempre estuve aquí, usted es la que no está aquí.

¡Pero yo estoy aquí!

Pero su aquí, no es mi aquí ya que mi aquí está en ninguna parte.

Si mi aquí no es su aquí, como estamos aquí los dos.

Porque yo la creo y usted me crea. Lo hacemos para no sentirnos

solos.

¿Y que pasaría si no nos creamos mutuamente?

No seríamos, pues todo aquí implica un ahora. Si no hay aquí no hay

ahora y si no hay ahora no somos diferentes, somos lo mismo.

¿Es todo entonces una ilusión?

 No, es real, en el momento que asignamos un aquí y un ahora.

¿Y sin aquí ni ahora, que somos?

Tendencia, posibilidad, deseo...

¿Muertos?

Siempre vivos, inmortales.

¿Dioses?

Mas que dioses, hacedores de dioses.

¿Y cuantos inmortales hay?

Ninguno.

Usted esta jugando con las palabras.

No, es usted quien se está haciendo preguntas tontas, las cuales

merecen respuestas, asimismo, tontas.

¿Por qué son tontas?

Porque no tienen la menor importancia.

Para mí son importantes.

Para mí no.
 Usted no me considera.

La considero más que a mi mismo.

¿Por qué dice eso?

Porque soy usted.

Explíqueme como yo soy usted.

Si usted me mata, muere.

No soy una asesina, sabe que no lo voy a hacer.

Usted se pierde la prueba máxima.

¿Y si lo mato? digamos que lo empujo bajo un tren.

Ya estoy muerto, poco efecto me haría, ya que solo cambiaría de

forma.

¿A que forma cambiaría?

A ser su remordimiento.

¿Puede usted acaso transformarse en una idea?

Soy una idea, su idea.

Un momento. Necesito una explicación.

 ¿Quiere que explique mi explicación?

Si es tan amable...

Asumamos que no estoy muerto y que usted es la muerta.

¿No me dirá que estoy muerta ahora?

¿Y que importa?

Me importa saber si, para usted, estoy muerta.

Pongámoslo en términos simples, para que existamos los dos tenemos

que inventarnos y para inventarnos tenemos que estar muertos. Los que
están alrededor nuestro son como fotocopias.

¿Y por qué usted no es una fotocopia?

Porque he decidido no serlo.

¿Por qué yo no soy una fotocopia entonces?

Porque he decidido que no lo sea, no ahora.

¿Y que han decidido las fotocopias que nos rodean?

Lo que hemos decidido juntos, el no inmiscuirse.

Esto se está poniendo oscuro.

 Sí, se está acabando la tarde.

No hablo de eso.

Yo tampoco.

Este diálogo es absurdo.

Estoy de acuerdo.

¿De qué podemos hablar entonces?

De lo que nos deleite.

¿Y que puede deleitarnos si usted dice que somos lo mismo y que los
que nos rodean son fotocopias?

De lo bueno, de lo inútil.

¿Lo inútil?

Sí, porque lo útil no sirve de nada. El amor para que sea bueno y
sincero tiene que ser inútil.

¿El amor, inútil?

Sí, si fuera útil se acabaría, lo inútil es inacabable.

Ya me rompió otra vez esquemas ¿ahora qué me queda?

Decidirse.
 ¿Decidirme a qué?

A no decidir, a aceptar todo como proveniente de usted misma, a ser

responsable con lo que ahora sabe...

¿Y qué es lo que ahora sé?

Que soy usted, la amo por ello y que tiene que cuidarme, porque yo
cuido de usted.

¿Pero es que algún día... podremos amarnos?

Siempre lo hemos hecho, pero nunca bien.

Explíquese.

No hay nada que explicar, pero si mucho que experimentar. Lograr el

amor es no lograrlo, es siempre perseguirlo.

¿Y si explotamos y desaparecemos?

Si queremos, lo haremos...

¿Usted lo quiere?

No he esperado tanto para terminar asi; pero si usted quiere, lo puede

hacer y otra vez me quedaré solo.

¿Y si decido lo contrario?
¿Que es lo contrario?

Tenerlo para siempre.

Usted me tiene...

Yo digo aquí cerca, conmigo... para siempre.

¿Exclusivamente?

Sí¡exclusivamente!

Si soy un muerto...

¿Pero usted dice que también estoy muerta?

Ambos estamos muertos.

No entiendo nada...

Yo tampoco.

No me evada la respuesta.

No lo hago, no la tengo.

¿Y que nos queda?

Amarnos u odiarnos.

No podría odiarlo porque...

 Se odiaría a sí misma. Pero en verdad usted se odia, se trata muy mal
y todo ello repercute en mí, así que solo puedo aliviar ese odio amándola
con locura.

¿Si me ama tanto, por qué no hace todo lo posible y lo imposible para
tenerme toda para usted?

Para qué tenerla si usted no se tiene a sí misma. Yo no quiero tener

nada ni a nadie, porque quiero amarla todo el tiempo, que me sienta en el
aire que sople en su rostro, en el roce de su falda, en la arcilla entre sus
dedos, en sus suspiros, hasta en sus mentiras y olvidos voluntarios.

Pero, si usted no me tiene a mí, en realidad no me tiene y es por eso

que tengo condiciones...

El problema es que tiene condiciones y ellas impiden su felicidad. Lo

siento, pero yo no puedo hacer el amor a condiciones, sería condicionar mi
amor y no estoy dispuesto a ello...

¿Sería capaz de dejarme de amar, entonces?

No puedo dejar de amarla.

¿Y si solo acepto amarlo con condiciones?

Tendré nuevamente que buscarla en el mundo de las fotocopias, una

pierna aquí, una sonrisa allá, un beso cualquiera con los ojos cerrados
imaginándola; haciéndole el amor a una invención.

Eso sería penoso...

 Es lo que he hecho toda mi vida, es cuestión de acostumbrarse.

Pero entonces me olvidaría...

No lo hice antes ni lo haré. ¿Cómo podría olvidarme de mi mismo?

...y en el huevo de plata

reflejándose estaba
la posibilidad imprecisa
de saberme muerto y repetido

************
************

índice

El hijo de nadie
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Soy también Hotel.

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Sé que soy único, pero no el último. Soy un varón que tiene el gen

asesino necesario para la preservación de la especie y no me ejecutaron,

simplemente, porque al otro portador del gen le había llegado su tiempo

de morir. Hace pocas semanas las mujeres decidieron que nos

conociéramos e intimáramos, tal como debe ser entre ejecutor y

ejecutado.
************

Él seguramente lo entendía bien, yo no tanto.

************

Todo fue producto de la guerra iniciada hace muchos años. Solo se

necesitaba asaltar algún hospital, robar la fuente radioactiva y absorber

el metal en una amalgama activada como lo hacían los mineros

sudafricanos del siglo diecinueve. El tener radioactividad en algo tan

volátil como el mercurio había permitido que la muerte se esparciera en

todo el planeta. La contaminación de las bombas sucias hizo que no

hubiera sitio donde esconderse, excepto los socavones de antiguas

minas de grafito que impedían la entrada de radiación.

************

Desde muy pequeño las mujeres me hablaron de mi víctima. Decían

que era un varón extremadamente bondadoso con los animales y

eficiente profesional en las ejecuciones.

************

Mi predecesor había nacido cuando la guerra estaba en su última

fase y quedaban muy pocos varones. Antes que él naciera los hombres

habían regresado al estado carroñero, cuando naciones muy

contaminadas atacaban a otras que no lo estaban, con el fin de extraer

 a martillazos el tuétano de los huesos de sus víctimas y así restablecer

por ingestión, como los Anazasi, su sistema inmunológico afectado.

Surgieron grandes transnacionales y tiranías ideológicas que dominaron

la oferta del tuétano al masacrar con sus ejércitos mercenarios

comunidades remotas.

************

Cuando se fueron agotando estas comunidades, la población

disminuyó y los varones decidieron perder interés por las mujeres y ser

homosexuales, ya que no querían más habitantes nuevos con quienes

compartir el recurso. Ese ánimo suicida los hizo perseguir a las mujeres

para eliminarlas y éstas tuvieron que refugiarse en las minas para parir.

************

La falta de tuétano fresco y la ausencia de mujeres, hizo que no

hubieran mas humanos nacidos de varón y mujer ya que los varones

habían religiosamente apostado a la existencia de otra vida y

encaminándose a la extinción.

************

Las mujeres desterradas estaban irritadas con los varones y en la

oscura soledad de los socavones fue creciendo la idea de prorrogar la

especie sin ellos. Se conocía por los desastres en plantas nucleares que

los niños que portaban las mujeres en gestación no eran afectados por

la radiación porque la placenta era un gran aislante. Las madres podían

 morir de cáncer pero los bebés nacían incontaminados. Por ley de

supervivencia decidieron que las madres gestantes permanecieran en los

túneles de las minas, dieran a luz ahí y educaran a los niños en la

oscuridad. El problema residía en que nacían varones y mujeres en casi

igual proporción, cosa que no garantizaba que la guerra no volviera,

pues ésta había pasado a ser cosa congénita en los varones y no había

lógica alguna en amamantar la traición dentro de sus comunidades.

************

La clonación era una cosa común y permitía lograr exitosamente la

gestación sin intervención de hombre, así como asegurar con bastante

precisión el género femenino deseado. Esto hizo que alguna impulsara y

lograra la ley del género único; de ahí en adelante la especie humana

constaría solo de mujeres.

************

Así lo hicieron por largo tiempo pero siempre se presentaban

errores y nacían algunos pocos varones. Este era un gran problema

porque el perfeccionamiento en genética que había logrado una única

especie femenina, conllevaba una gran imperfección al ejecutar a los

varones que por error nacían. La guerra era plaga que los varones traían

al nacer y estaba demostrado que la vida era posible sin ellos.

************
 A una genetista se le ocurrió una solución basada en que,

estadísticamente, una fracción de los varones que esporádicamente

nacían eran genéticamente asesinos por naturaleza, psicópatas

perfectos. Ellos podían ser usados como ejecutores de los otros varones

que nacieran y de esta forma un error corregiría a otro.

************

Las asambleas de mujeres del planeta colectivamente decidieron

dejar siempre a uno de estos errores vivo para que fuera el ejecutor de

estas anomalías y que de esa forma las mujeres no traicionaran su

supuesta bondad cometiendo asesinatos.

************

Sé esto porque he sido criado para tener esa misión ejecutora y se

me formó de la mejor manera para ella, haciendo de mí un devoto

religioso. Dicen que en el pasado, las sociedades confinaban a los

psicópatas en monasterios y ejércitos, constituyendo clases de

sacerdotes y guerreros, los inventores de guerras. Como los varones se

habían extinguido, ya no había religiones ni guerras y esto había

permitido a la especie única, la femenina, lograr ser tan autosuficiente

como un organismo unicelular.

************

Durante muchos años me educaron para hacer de mi un psicópata

perfecto, se me hizo creer que había un dios, que yo era su elegido y

 como tal, tenía una elevada misión exterminadora. Me hablaron de los

que habían sido mis antecesores y que ellos, como yo habían sido

divinamente elegidos. Era miembro de la estirpe privilegiada de los

hombres dioses.

************

Mis educadoras me hicieron saber que a veces nacían varones, pero

como eran originalmente malos, yo debía salvarlos ejecutándolos y

permitir así que migraran al paraíso más allá de los tiempos y las

montañas del sur. Me aseguraron que nunca envejecería, pues aunque

sería ejecutado en el tiempo debido, resucitaría el tercer día en un

mundo nuevo donde sería rey, me harían templos y elaborarían

hermosos rituales de sangre para adorarme en vida.

************
Mi sentido religioso era tan grande que de niño, cada vez que veía

una paloma o una gaviota le decía papá, porque las mujeres nacían

entre ellas y los ejecutores provenían de la divina unión de aves con

mujeres. Las mujeres que habían parido ejecutores eran recordadas

como santas madres que regían las auroras y habitaban en las nubes

pisando a la luna cubiertas de sedas blancas y celestes.

************

La supuesta intervención del palomo en mi gestación, me había

dado la doble condición divina, que incluía la prerrogativa de ser

 alternadamente un santo o diablo, haciendo de mí un perfecto ejecutor.

Esta función se basaba en la antigua ciencia de los astros que dibujan

el techo que nos cobija cuando el sol desaparece. La esencia del misterio

era que la trinidad astral era realmente de cuatro, porque uno de ellos

tenía una doble condición, como estrella de la mañana y de la tarde. El

conocer esta dualidad en uno de los elementos trinitarios justificaba

cósmicamente mi condición de salvador y asesino, de ángel y satanás y

me daba la seguridad de ser un enviado, divinamente encima de toda

moral. Este concepto tan elemental, al cual llamaban misterio hizo a

muchas religiones poderosas y tuvieron éxito manipulando los temores

humanos impunemente.

************

Las integrantes de la nueva especie femenina hicieron las cosas

bien, restablecieron su paraíso en la tierra y a la naturaleza le agradó.

Pero, con el tiempo surgieron problemas en su seno ya que casi

desaparecieron los murciélagos, porque los cacti en los desiertos

comenzaron a autoreproducirse sin necesidad de ellos y muchas otras

especies vivas, tanto de plantas como animales, decidieron mutar en el

mismo sentido. Poco a poco la dialéctica vital pasó a ser lo que era, una

extravagancia mental y cuando los contrarios ya no lo fueron más, una

enorme monotonía cubrió la tierra.

************
 La naturaleza no se aviene con debilidades y ante la competencia

del medio, las mujeres mutaron y desarrollaron músculos fuertes y

sobre ellos coberturas protectoras de recio cuero y corazas de escamas.

Las manos se tornaron garras y los labios se endurecieron como picos

de aves porque no había a quien besar. La apariencia de los varones,

mantuvo su condición anterior y eran considerados seres feos no

evolucionados. Pero felizmente vivían pocos días antes de ser

ejecutados.

************

Yo había sido elegido para ser un ejecutor de estos nacimientos y

estaba muy ansioso de conocer a mi primera víctima, el anterior elegido.

************

En una corta noche en que la luna ató al sol, me dejaron al pie de

la montaña donde estaba su caverna. Siguiendo el ritual me vestí

enteramente de blanco como un merengue, cogí una piedra de la base,

la mayor que pude llevar y comencé mi ascenso. Lo primero que vi en la

pequeña explanada donde estaba la caverna, fue el montón de piedras

de mis antecesores. Coloqué la mía y me sentí mago cuando en ese

momento, la luna soltó al sol regresando la luz y con ella la danza de los

torbellinos de polvo del desierto.

************
 Contemplando la caverna, me senté a esperar y poco después al

percibir un olor a palo santo, volteé y vi una figura vestida de negro

interpuesta entre mi mirada y el sol. No pude ver su rostro que estaba

cubierto con un pasamontañas, ni sus manos porque tenían guantes.

************

De acuerdo al ritual debería pasar con él cuarenta días y cuarenta

noches, tiempo en el que aprendería los detalles del arte de ejecutar, que

después usaría contra mi maestro.

************

-¿Cómo te llaman? - me preguntó

-Manuel Hotel - dije

-Lo de Manuel lo entiendo, es uno de los nombres clásicos para los

ejecutores; pero lo de Hotel no tanto, explícamelo.

-Dicen que yo albergo las condiciones de muchos ejecutores del

pasado, que por ello soy como un hotel y tú ¿cómo te llamas?

-Te lo diré al final, no quiero influenciar tu última lección.

Entremos a la caverna.

************
Recuerdo que caminamos y me dio un tremendo sueño, no sé si

dormí, pero cuando mis ojos se acomodaron a la oscuridad de la

caverna vi que en las graníticas paredes habían cuadros, piezas de

cerámica, tapices y dibujos en pergaminos mostrando hombres, todos

ellos de mentón partido, posando al costado de los cuerpos de un varón

 y una mujer sobre una mesa negra de piedra con los brazos colgando de

forma tal que sus dedos estaban sumergidos en un cuenco que

aparentemente contenía un líquido. Los cuadros en las paredes eran

menos abundantes con relación a la antigüedad del material donde esta

escena había sido dibujada. Los lugares en estos objetos tampoco

parecían los mismos, pues los guardianes lucían vestimentas de

centuriones romanos, caballeros medievales, soldados prusianos, indios

pieles rojas y hasta petimetres con sombrero de tarro y escarpines.

************

La misma mesa negra estaba en el medio de la caverna, pero no

había cuerpos sobre ella. Palpé mi barbilla y me di cuenta que también

la tenía partida.

-¿Quiénes son? Le pregunté

-Gente como tú, guardianes, ejecutores, depende de las épocas.

-¿La barbilla partida es un gen divino?

-No es divino, es un secreto que ni siquiera el portador lo sabe ¿has

visto que ninguno tiene barba? ¿Te has preguntado por qué?

-Supongo que para reconocerse en el tiempo.

-Correcto, así ha sido en muchas épocas. Hace siglos un zar ruso

puso un impuesto a la barba para que sus súbditos se afeitaran y

reconocer a los suyos, en quienes creía que podía confiar.

-¿Y cuál es el secreto?

 -Que no es secreto, que cada humano es varón y hembra y la

barbilla partida muestra que Zeus no fue tan eficiente partiendo al

andrógino en dos.

-¿Zeus existió?

-No importa, pero no me negarás que la historia es tan buena que

alguien tendría que probar que es falsa y eso no lo han podido hacer.

-Tú eres varón, yo también lo soy, pero ambos somos divinos,

nacimos de una mujer y un palomo...

-¿De un pajarraco? Creer eso está bien para idiotas.

-¿Puedes sacarte el pasamontañas para ver tu rostro?- dije

consternado.

-¿Para ver si tengo la barbilla partida? ¿qué pasaría si no la tengo?

¿me ejecutarías antes de tiempo?

-No, es simple curiosidad. Esto es algo nuevo para mí ¿quiénes son

esos cuerpos de las imágenes? ¿porqué tienen los dedos en esos

cuencos? ¿qué hay en ellos? ¿porqué ya no están en la mesa ahora?

-Demasiadas preguntas. Pero te contaré la historia. Es una de

guardianes, como tú y como yo...

-Pero nosotros somos ejecutores.

-Los ejecutores siempre han sido guardianes de algo, queriéndolo o

no, sabiéndolo o no. Poco importa.

-¡Pero somos divinamente elegidos!

 -¿Por el pajarraco y la fantasmona que pisa la luna en el cielo?

Esas son tonterías. La divinidad consiste en estar vivos, percibir y ser

percibidos por nuestra propia percepción.

-¿Y las guerras, el combate contra la maldad, el paraíso, el ser

hombres dioses, la salvación de otros...

-¿Para que te crucifiquen como un huevón y alguien cree una

religión para joder a otros viviendo a su costa?

-Me confundes, maestro ¿no voy a tener cuando me ejecuten las

vírgenes que me la mamen y me la corran en el paraíso? ¿no va a haber

música en lugar de ruido? ¿no voy a conocer el rostro de mi padre,

palomo o varón?

-Eres hijo de nadie y eso es más importante que nada, porque

puedes elegir a tus padres.

-¿Estas diciendo que mi padre es sólo una cadena de aminoácidos

y no un palomo enviado por la mano de dios?

-Tus padres son una elección tuya, dios es manco y cojo, en el

fondo dios es como un pedo... sólo le gusta a su dueño.

-Pero los ejecutores tenemos antecesores.

-¿Por ejemplo?

-Cristo

-¿El nazareno?

-Sí, él. Murió, resucitó...

 -...y le tocaba las nalgas a los niños, se tiraba a la Magdalena a

escondidas y era un gran embaucador...

-¿Y los milagros?

-Lázaro era cataléptico. Quizás él también lo era y su llamada

resurrección fue una gran excusa para la infelicidad y las guerras, para

destruir culturas, para esclavizar a la gente, para que los poderosos se

caguen y meen en el mandato genético de vivir el aquí ahora.

-Pero ...

-No vale la pena seguir hablándote de esto. Te voy a contar la

historia de los cuerpos que están en las imágenes que cuelgan en la

caverna.

-Escucho, maestro.

-Hace algún buen tiempo los dioses interactuaban con los

humanos, a veces los reyes eran dioses y otras eran cerros, árboles o

lagunas, en algunos lugares los llamaban pakarinas y en otros con

alguna palabra griega. Ellos decidían sus emparejamientos. Los que

habitaban los cuerpos que ves en las imágenes fueron unidos a parejas

empujados por circunstancias, engaños o conveniencias y fueron

conformistamente felices hasta que se encontraron en una asamblea de

la tribu, kanato o reino. Ahí cruzaron miradas y supieron que no eran el

uno para el otro, sino lo mismo dividido. Después de aquella primera

mirada ambos buscaron las coincidencias para encontrarse, tuvieron

charlas clandestinas y se robaron besos en zaguanes, mesas y detrás de

 cortinones. Hablaron de sus hijos, ansias e ideas, concluyendo que

estaban destinados a construir un gran amor, aunque este fuera

inoportuno.

-¿Amor? ¿que es eso? ¿manipulación genética?

-Sólo un mandato, un mandato vital, el más auténtico mandato.

Pero déjame seguir...

-Tú eres el maestro, yo escucho...

-¿Hasta que me ejecutes?

-Sí, pero faltan treinta y nueve días... sigue

-En un arrebato de audacia, una tarde de domingo, a instancias de

ella, se encontraron en la estepa y a eso de las cuatro de la tarde sobre el

verde inmenso de la grama se amaron totalmente. Al hacerlo desafiaron a

los dioses y en su goce los ajusticiaron porque en sus vidas estos solo

fueron adjetivos errantes. Las tribus, kanatos o reinos a los que

pertenecían eran ancestrales enemigos y conforme aumentaba su amor,

disminuían las posibilidades de estar juntos. Una de estas separaciones

fue muy larga, hasta que una noche, soñaron el uno con el otro. Ahí,

ambos estaban preocupados por abrir una alforja que los separaba y

tenían miedo respecto a lo que ésta contenía. Se miraron a los ojos,

tomándose las manos y tuvieron tranquilidad y espacio. No se sabe si en

medio de una batalla o una competencia se encontraron furtivamente y se

devoraron con palabras contando el uno al otro la misma cadena de

sueños. Ambos supieron que habían soñado lo mismo. De alguna manera

fuera de dioses y reyes, hijos y parejas, habían creado un espacio para

estar constantemente juntos, aunque fuera en sueños. Como sabían que la

guerra iba a ser mas larga que sus vidas, se prometieron aprovechar este

espacio para lograr pacientemente desafiar la inoportunidad de amarse en

ese mundo y tiempo impertinentes. Decidieron soñarse y la vida en los

sueños era muy placentera y feliz, hacían el amor en todas partes, iban al

teatro y al mar, bajaban las ruinas de adobe colectando antiguos ceramios

rotos y caminaban sobre el agua del río que bañaba lo que sería Amarna.

No había límites y cada uno contribuía con alguna fantasía cada vez.

También discutían, solo para después ceder ambos y amarse. Sus

disputas eran como puntos y comas intensificadoras en el fluir del sueño.

Iban tras grandes causas, peleando y gritando juntos, siempre contra los

dioses, pero especialmente contra el monstruo. Estas luchas eran

erotizadas y ambos sentían que complementaban lo que sucedía en sus

sueños con efluvios sexuales a la distancia. A cientos o miles de kilómetros

las parejas de cada uno se irritaban por los gemidos y los rechazos a sus

invitaciones sexuales. Sospecharon que sus parejas que soñaban con otras

personas y por eso, a ella la encarcelaron en una jaula de arcilla y a él le

quitaron todo para que no pudiera movilizarse, llegando hasta quemarle

los pies. Tuvieron que confiar en alguien y fue en el viento de oriente.

Cuando estaban despiertos, que cada vez era menos frecuente, pues

dormían casi todo el día, se comunicaban a través del viento. Los ruidos

que este hacía a través de las hojas o las olas del mar les confirmaba que
su amor era real, pero que necesitaban tiempos mayores que sus vidas. La

comunicación era perfecta, su invención real y el viento el cómplice

perfecto. Por ello le pidieron buscar a alguien para que guardara su sueño,

para que no los despertaran y los mantuviera juntos en ese espacio feliz.

El viento encontró a alguien, que era pobre y noble y a su propio criterio

planteó las condiciones al que sería el primer guardián. Marisía, nombre

que quiere decir 'aliento de mar' y que también fue el del primer guardián;

contada la historia por el viento, asintió en mantener este espacio como

una posibilidad de que la felicidad humana era realmente posible. Con este

fin elaboró una ley humana en la cual los guardianes mantendrían los

cuerpos vivos -inmortales pero durmientes- como él mantenía las paltas

cortadas siempre frescas sumergiendo las pepas en agua. También

consideró que dada la misión otorgada debía sacrificar los últimos años de

su vida a cambio de hacer una cadena de jóvenes guardianes con gente de

su propia sangre y estableció el ritual por el cual el heredero de la

guardianía debería ser un hijo del guardián que lo ejecutara antes de

envejecer...

-¿Cómo nosotros, los ejecutores?

-Sí, pero déjame continuar. Hecha la ley y alianza con el viento el

guardián tuvo que secuestrar los cuerpos mientras dormían. El viento hizo

su papel, tumbó a cuanta persona caminaba en la calle, arrancó árboles,

apagó velas y fuegos de chimeneas, se metió por las rendijas de salones y

conventos mientras portaba a Marisía en una burbuja imperturbable hacia

los cuerpos. El viento lo condujo con su dormida carga a la primera

caverna, esa que orientada hacia él, les permitiría cuidarlos. La primera

mesa fue de piedra y aún permanece en el centro de esta caverna, los

primeros cuencos de arcilla quemada en baja y, con un pedazo de carbón,

Marisía escribió en vatán en las paredes la primera imagen de la escena.

Ahí comenzó la cadena, posibilitando la inmortalidad del amor. Así es

como se hizo el mundo alternativo donde los escritores no necesitan

escribir, sino que viven lo que escriben. Todo aquello guardado por la

cadena generosa de innumerables marisías protegidos por el perfumado

viento de oriente. Nuestro antecesor supo que era el último guardián, el

último ojo cómplice ya que no tenía hijo varón, solo mujeres y que moriría

de viejo y no asesinado. Tuvo que despertar a la pareja que venció el

desafío y decirles que el monstruo depredador seguía ahí, que si no lo

habían vencido en su sueño, tendrían que vencerlo despiertos; pues es era

hora de despertar, ya que la ley del secreto era que la guardianía cesaba

cuando no había hijo varón. Esa es la historia de los cuerpos...

-¿Dónde fueron cuando despertaron?

-A ser felices, a refundar la humanidad en ellos mismos. Eso fue hace

mucho tiempo, antes de la guerra.

-¿Acaso te llamas Marisía?

-Entre otros nombres...

-¿Porqué me cuentas esta historia si ya no hay varones, nosotros los

matamos, sólo hay mujeres y seres divinos como nosotros. Pero para
nosotros la verdadera vida no es aquí, es en el paraíso. Cuando te mate tú

irás ahí...

-¿A que me la chupen?

-Entre otras cosas y habrá música y ángeles...

-No voy ahí, porque no existe y si existiera, tampoco valdría la pena.

-Me hicieron venir para que me eduques y me estás confundiendo.

-Tengo el derecho de confundirte.

-¿Es parte de la educación?

-No, es el final de la historia.

-¿Qué historia?

-La tuya.

-Si mi historia recién comienza.

-Comenzó conmigo, cuando te parí.

-¿Quién eres? - intrigado me adelanté hacia él para quitarle el

pasamontañas y un fuerte viento helado congeló mis piernas hasta

hacerlas inmóviles.

-Soy tu madre - Dijo sacándose el pasamontañas y mostrando un

hermoso rostro en el cual la ternura escurridiza de la serpiente se

conjugaba con la aterciopelada debilidad de la piel humana. Era algo mixto

y grato. Retrocedí. Sentí miedo.

-No temas- me dijo - no me voy a sacar los guantes.

-Una mujer no puede ser un ejecutor- exclamé resistiendo el

sacrilegio.
 -Tú tampoco, no tienes el gen asesino, nadie que tiene la barba

partida tiene el gen. Yo te porté en mi vientre por nueve meses, sabía que

eras varón. Cuando me sacaron muestras me las ingenié para falsificar los

análisis. Puse en ellos que tenías el gen asesino en alto grado, así te

salvaría de ser ejecutado al nacer.

-¿Por qué lo hiciste?

-La naturaleza se ha convertido en hermafrodita, se está agotando en

si misma y los humanos se han vuelto débiles a las radiaciones cósmicas

mutando la naturaleza de la especie hacia formas incontrolables

desprovista de ternura. Una especie así no puede durar mucho, había que

parar esa mutación total.

-Pero todo muta, es la ley...

-La forma de percibir es la que muta y eso depende de nosotros. A lo

que me refiero es que hay que mutar nuestra forma de percibir las

mutaciones, sino nuestra especie perecerá irremediablemente. Ahora soy

diferente que cuando te parí porque decidí mutar regresivamente y he

mutado, restableciendo en mí algunas partes humanas vitales. Cuando

naciste te tuve por poco tiempo y temía dañarte con mis garras. Por ello

tomé una decisión importante.

-¿Cuál fue?

-Suplanté al ejecutor de turno matándolo y por años hice su trabajo

con el fin de reencontrarte algún día. Comí el tuétano de cuanto niño

ejecutaba, excepto obviamente de aquellos que tenían el gen. De esa forma

comenzaron a caérseme las escamas y a renacer mi ternura hacia tu

recuerdo. Decidí vestirme de negro y usar el pasamontañas para que las

mujeres no vieran mi cambio regresivo hacia el estado humano. Esperé

todo ese tiempo este encuentro.

-Pero te voy a ejecutar.

-Lo sé, pero tu sabrás a quien va a ejecutar y eso es la diferencia.

-¿Tendré que no matarte sólo porque eres mi madre?

-Vives en mí, tonto, después de decirte lo que te he dicho y de hacer lo

que te hice.

-¿Qué me hiciste? ¿cuándo?

-Cuando caiste dormido al entrar en la caverna te copulé, estoy

preñada a la antigua por ti.

-¿Y no puedo matarte?

-Por dos razones, porque no tienes el gen y porque la ley dice que no

se mata ni a una mujer, ni a un niño en vientre.

-Pero eso fue hace pocas horas, la gestación no es instantánea...

-Tu sueño duró treinta y nueve días, hoy es el día cuarenta. Si me

matas, tienes que hacerlo hoy y matarías a una mujer y a tu hijo en mi

vientre. Ambas cosas son prohibidas, decide ¿quieres ser como los dioses o

asumir tu humanidad?

-Los ejecutores no deciden, son ordenados.

-Soy mujer, tu madre, tu hembra y tu maestro y te ordeno que

decidas.
************

Esa noche la estrella traviesa, que nunca fue estrella sino planeta

lanzó una carcajada, la magra asamblea de murciélagos tuvo esperanza en

la nueva situación, murió la imagen del cargoso finalmente perdido en el

porqué de las cosas y las balas se volvieron hierro en la sangre de muchos

gerónimos.

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Me di cuenta que la piel que vale es la que en su propia piel se sella.

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índice

Matar un abogado

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Preparó la sal sobre los hie/yerros de los hexágonos viajeros, durmió la

luna a full y consagrose. El sobre blanco agujereado fue plácida sábana
entre colchón y catre que reposó con él siete días siete, nutriéndose en la
humedad de sus fantasmas y engordando en sus penas. La mano plástica
sigilosa y cuidadosamente lo transportó en una bolsa y esparció la carga
en las cerámicas del piso del bufete. Murió el bicho un domingo en las
dunas mientras hacía bicicleta ¿infarto? ¿mano aventadora de un sicario
por bocón y maricón? poco importa, la obra estuvo hecha cuando supo
que dos gallinazos devoraron su mirada.
************

******índice
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La púrpura en el mármol

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Diciembre, 2004

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Subió las escalinatas y se dio cuenta que el café le había caído

mal, tan mal como vio qué mal combinaba el color púrpura de su sotana
con el piso de mármol cuando tropezó con los listones de su zapato de
charol y se derrumbó. El rojo escarlata de la herida que brotaba sangre un
poco más arriba de su oreja izquierda era, objetivamente, un color más
adecuado, que combinaba mejor con el piso. Maldita sea, pensó, tanto
trabajar para ser Papa y quemar con un movimiento torpe el pan en la
puerta del horno. Maldijo al poeta indio que usó esa imagen literaria
porque eso no era París sino el Vaticano y el día era soleado, sin
pronósticos de aguacero.
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Vio aproximarse un guardia suizo cuyos pantalones bombachos

eran para él algo que hubiera gustado usar de joven cuando jugaba
basketball en el colegio gringo que amaba entrañablemente. Hubiera sido
hermoso ver a todos los jugadores con bombachas de colores chillones,
ocultando sus impudicias y así evitar las odiosas comparaciones, pues su
pene era chiquito y pasaba vergüenza en las duchas después de los
partidos. Por eso se volvió cura, por esa pequeñez viril que hacía juego con
su falta de comprensión en clases.
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El guardia suizo le tomó la cabeza y el Cardenal pensó que

quería aliviar su dolor, pero no fue así, sino que comenzó a estrellársela
contra el mármol del piso. Brotaba mas sangre y un frío medular se
expandió desde los dedos de sus pies hasta casi la rodilla ¿si tengo mis
cuentas bancarias en ese país porqué me maltrata? ¿creerá que soy un
pedófilo?
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 Cómo habían complicado su misión, los pedófilos. Él no lo era
porque odiaba a los niños tanto como a los adultos. Era casto y puro, no
por vocación sino por el ridículo apéndice que portaba, que ni siquiera
para maricón servía, porque en algún momento si tenía que invertir los
roles su pareja se habría burlado de las cosquillas que su pequeñez le
haría.
************

Había logrado introducir el nuevo santito exitosamente, aquel

que presentó en sociedad a ese cura polaco que después fue su predecesor
como Papa; ese español memorable que decía que el lugar de la mujer era
fregando pisos, con lo cual el totalmente acordaba, claro está exceptuando
a su madre y a algunas elegantes tías que le caían bien.
************

Desde niño odiaba a los desarrapados. Cuando tenía 6 o 7 años

había recibido como regalo de Navidad un disfraz de cowboy. Al día
siguiente, en la casa de la abuela irlandesa, ya que a la italiana le había
tocado la Navidad anterior, sé reunió con todos sus primos y hermanos.
Parece que la familia había combinado que a todos les regalaran disfraces
de cowboy, excepto a su primo el gordo, al que detestaba totalmente; a
quien le habían regalado un disfraz de Hopalong Cassidy. Sombrero
blanco, camisa y pantalón negro, cartucheras y pistolas que imitaban
plata y botas largas de cuero negro. Como es usual en los grupos de niños,
quien llevaba ese uniforme tenía que ser el 'bueno' del juego, mas aún el
que ordenaba cómo el juego debía ser. Se sintió algo imperfecto, primero
porque su disfraz era igual al de sus primos y segundo porque el líder, el
que hacía del bueno, era gordo, un gordo de mierda. Un primo con quien
siempre se había llevado mal, porque él era un hijo de dentista y el gordo
de un empresario minero. Además, en los corrillos de las novenas
familiares se sabía que el apellido del padre del gordo no era español sino
de judío converso ¡marranos!
************

El gordo no tuvo ningún empacho en ordenar el juego. A él le

tocó que lo amarraran en un árbol de olivo, como habían tantos en el
olivar que circundaba la casa. La idea era que 'los indios' y eso le gustó
porque le habían enseñado a odiarlos, lo habían atado a ese árbol después
de ultimar una caravana y sus primos vendrían a rescatarlo ¿pero quienes
eran los indios? A nadie le habían regalado disfraz de indio ¡imagínense! El
gordo, al ser preguntado dijo que como este país estaba lleno de indios ya
aparecerían algunos, además, que en términos generales se podría
considerar indio a cualquiera que no fuera de la familia.
************
 Dicho y hecho, lo amarraron. Él no se resistió mucho pues, a
pesar que odiaba al gordo, alucinó que el Olivar de San Isidro, como se
llamaba el sitio, era el Monte de los Olivos de las novenas, que los indios
eran judíos y el supuesto salvador que vendría, como era un judío gordo
no llegaría nunca y él sería inmolado como un Cristo moderno, vestido de
cowboy.
************

Eran los cincuenta y entre los niños se fomentaban temores

idiotas, como ahora. Uno de ellos era que las gitanas que recorrían las
calles tratando de hacer unas monedas leyendo las manos o el tarot,
raptaban niños para después venderlos a los lavaderos de oro en la selva
amazónica.
************

La escena era extraordinaria para un juego de niños. El vasto

olivar, el lejano rumor de canciones católicas como música de fondo,
nuestro protagonista amarrado a un árbol y la pandilla salvadora detrás
de los cañaverales de una casa vecina esperando que aparecieran los
indios. Pero ¡oh sorpresa! se aparecieron tres gitanas mayores con dos
niñas pequeñas. Los salvadores pusieron pies en polvorosa y dejaron a
nuestro atado protagonista solo, quien al ver a las gitanas comenzó a
llorar destempladamente.
************

-¡Pobre criatura!- dijo una de las mujeres con dejo andaluz-

¿quién te ha atado así?
************

El escuchar sus voces lo hizo llorar más. Las gitanas incluso

querían desanudarlo ¡y lo podían tocar! ¡horror! Llamó a gritos a sus
compañeros de juego, no había ninguno. Sus gritos fueron tan fuertes que
los adultos que estaban en el almuerzo salieron y ¡agradecieron! a las
gitanas su interés en el atado.
************

Ahí decidió ser líder, pero como ser un Hopalong Cassidy

requería tener dinero abundante que sus padres no tenían, decidió usar el
negro como color y poder ser el ordenador del juego y para ello lo mejor era
ser cura para llegar, algún día a ser el máximo, ser Papa.
************

Pero cómo uno iba a ser el máximo, si un miserable guardia

suizo le seguía estrellando la cabeza contra las gradas de mármol. Ahí se
dio cuenta que su sangre no era noble, porque no era densa, era de un
rojo rosadón, como el de las gelatinas que ofrecen los ambulantes en las
fiestas de pueblo por una moneda.
************

Cuando regresó purpurado de Europa, imaginó que le iban a

hacer una gran fiesta, pero hubo una manifestación juvenil en la Plaza
Mayor de Lima. Nunca serás Papa, eres yuca, decía un cartel que portaba
una adolescente. Yuca decían en Perú al engaño y Fujimori en la campaña
electoral había usado este vegetal como símbolo. Pero el no era un japonés
inmigrante, verbalmente disléxico, sino un miembro de la mejor clase
republicana emparentada con héroes.
************

Bolívar había sido un buen tipo, pues había pedido un acuerdo

con el Vaticano cuando fue dictador del Perú. Más aún en su familia
decían que estaban emparentados con el 'libertador' pues un ancestro
había sido nada menos que el cónsul británico en Guayaquil a quien
Bolívar le birló la esposa. Aunque fuera una vinculación por cuernos, era
una relación con el 'libertador' y eso valía en el país bastardo donde vivía.
************

Él era un cardenal y estaba orgulloso de pertenecer a una

organización milenaria que se consideraba a sí misma como una persona
moral de creación divina y no de creación humana. Lo que no sabían era
que él era la segunda venida de Cristo, pues era un secreto con su
almohada. Pero ya estaba ahí, elegido Papa hace pocas horas y había ido a
cambiar su púrpura por el blanco merengue decorado con hilos de oro de
las vestimentas papales.
************

Mientras el ruido sordo de su cráneo vacío se estrellaba contra el

mármol, añoraba la época en que en su país se consideraba indigno del
nombre de peruano al que no cumpliera su deber natural de ser religioso y
además era 'subversivo' ir contra la religión del estado que era
constitucionalmente, la católica. Si hasta 1915 se prohibió el ejercicio
público de cualquier religión que no fuera la católica, porqué no podía
reinstaurar eso cuando fuera Papa.
************

Había estado convencido que la identidad peruana era sólo

posible alrededor de la fe cristiana, lo anterior no valía nada. Para ello
deberían transformar los héroes militares en seres devotos, tales como
Grau, a quien había que 'perdonarle' su condición de traficante de esclavos
que despobló la isla de Pascua. Había que convencer a Fujimori de esto y,
pensó que no era difícil, porque sabía por su sistema de espionaje de
confesionarios que el presidente era como él, de la cofradía del miembro
pequeño. Era japonés y según las estadísticas y lecturas que tenía en la
gaveta de su mesa de noche, los de ese país tenían ocho centímetros de
pene menos que el promedio y eso era casi como tener nada, como una
verruga grande, algo que sólo motivaría risa en una mujer. Los ojos cínicos
del japonés y su barbilla de coliflor le motivaban una solidaridad
cómplice, era el socio inteligente y adecuado para los fines de la obra y por
ello lo habían respaldado en el autogolpe. Si bien era un ladronzuelo sin
clase era muy efectivo para sus fines.
************

El otro chino, su tío, si era un caballero de verdad, era un

hospitalario, un digno descendiente de esa orden medieval que admiraba y
que quemó la pagana biblioteca de Limasol en Chipre, que pretendía ser
una reedición de la de Alejandría. Había conocimientos que no debían
conocerse. Su tío era embajador de la orden de Malta, herederos de los de
la orden del Hospital; aquellos a quienes el Papa les dio todos los bienes
templarios en el siglo catorce, así como la misión de custodiar la fe en sus
aspectos económicos. Los del Temple ya no existían, el conocimiento
maligno estaba perdido felizmente. Habían sí algunas organizaciones que
se autollamaban así, pero eran excentricidades de algunos idiotas o
creadas ex profeso por el mismo Hospital para impedir que resurjan. La
soberana orden era muy poderosa porque muchos millonarios, gente del
FBI y de la CIA pertenecían a ella. Recordó las interminables noches de
tertulia con su tío donde le decía tu ocúpate de las almas que yo me
ocuparé de tus bolsillos y tu obra saldrá fortalecida porque tu obra es la
nuestra y para ello necesitamos que seas Papa.
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Su tío lo había ilustrado sobre cosas como el justo título y la

justa guerra, era un jurista, un filósofo y el abogado mas influyente del
Perú. El título venía del derecho de conquista, aquel que el obispo de
Cuzco, que también era de la obra había impuesto en las iglesias de esa
ciudad. Ni el estado, ni la municipalidad podían cobrar entradas a los
turistas, la iglesia sí, por derecho de conquista. Huáscar, el hermanastro
de Atahualpa en vida había donado el imperio incaico en 1531 a los
españoles y a la fe por intermedio del abuelo de Guamán Poma, tal como lo
había hecho antes Moctezuma a Cortés.
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- Tu vas a ser el delegado de Cristo Pantocrator, le dijo antes de

salir a Roma; serás Papa y por Potestas Spiritualis gobernarás sobre
emperadores, reyes y empresarios. Ese es tu destino, donde la raza no
importa y lo que importa es la fe. También serás el señor de la justa guerra
contra aquellos que se resisten a la conversión y al señorío de Cristo. Es
una alianza que lleva casi un milenio, ustedes los religiosos velan por la
parte espiritual, nosotros por la material.
-¿Pero no es eso como el Islam y su guerra santa?
- Sí, todos venimos del Libro, las estructuras son las mismas, es
una sana competencia comercial dentro de la familia, una diferencia de
opiniones. La verdadera guerra es contra los paganos y esos son las razas
inferiores, como los indios acá o los negros pata en el suelo del África. Hay
simplemente demasiada población y eso tiene que corregirse. Nuestro
imperio es el de las dos espadas por el Universalis Ecclesiæ y eso lo
reconocen los gringos, como lo hizo Clinton cuando el Papa lo visitó y
ahora se perfecciona con el delicioso y efectivo fanatismo cristiano de
Bush. Mira nomás como las razas inferiores siempre se han doblegado; el
imperio incaico fue donado, el mexicano también, Los indios no son una
cultura, son nada, son como los animalitos de Sepúlveda, o los menores de
edad del presidente Leguía, porque siempre se han traicionado a ellos
mismos.
-¿Y por qué?
- Pues por que la fuerza de la conquista estuvo en la capacidad y
en la sofisticación de un aparato instrumental y político del que carecieron
todas las civilizaciones que lo precedieron en esta zona geográfica. La
escritura y la imprenta, la numeración matemática, la contabilidad de
doble partida y el desarrollo de las redes bancarias; el caballo, el asno y la
mula; la rueda, la carreta y los caminos carrozables; la pólvora y la
artillería; la brújula, el sextante y la navegación, así como más tarde el
cronómetro marino fueron nuestros instrumentos valiosos para el dominio
en áreas de gran extensión. Pero lo mas importante fueron la fe en una
religión, una ética y una teoría legal adecuada, mantenida por una clase
jurista en base a la experiencia histórica acumulada por imperios más
antiguos. Esto nos permitió unificar a todas las identidades indias en una
sola, en la del indio de mierda. Los españoles hicieron de los indios una
sola colectividad indivisa y homogénea y esta transformación no se
hubiera logrado sin el universalismo y, entre nosotros, la conveniente
ambigüedad de la evangelización cristiana. Los curas primero, los
cronistas después y ahora los historiadores fueron capaces de convertir al
quechua y al aymara en verdaderas lenguas generales, cambiándolas para
incorporar los conceptos fundamentales de nuestra fe y destruyendo sus
conceptos panteístas. Imagínate que en su idioma no había palabra para
espíritu, alma, dios. Era peligrosísimo que eso se mantuviera y lo
respetáramos. El quechua que hoy hablan no es de los indios, es el
nuestro.
- Yo no lo entiendo, ni lo hablo, ni quiero aprenderlo.
- Ni necesitas entenderlo, ya les rompimos el mundo, no refleja
nada, son solo balbuceos sin significado. Les ocultamos la esencia de su
lenguaje que evitaba nombrar las cosas porque las apartaba de su mundo
al hacerlo. Ante su lógica natural impusimos la nuestra aristotélica,
escolástica. Eran hombres primitivos, paganos cuyo cuerpo era el paisaje
el cual compartían y cuidaban. No había dioses sino una serie de
principios ordenadores porque para ellos el tiempo era cíclico y no había
creador. ¡Imagínate! tuvimos que inventarles dioses y demonios,
enseñarles a temer; sino de que otra forma podíamos destruir esa cultura
milenaria y explotar la plata de Potosí, donde nació el capitalismo. Pero
esto no acababa ahí sino que la iglesia, con nuestra ayuda tuvo también
que unificar a los aventureros castellanos, catalanes, vascongados o
andaluces que estaban siempre matándose por mujeres o por oro y se
olvidaban que no fue Colón, sino Torquemada el que descubrió este
continente. En realidad la hispanidad nació aquí antes que en la península
donde todavía subsisten esos antagonismos ¿y a quien se debe? Pues al
ala fuerte activista de nuestra fe, a nuestra misión, la del Hospital.
- Tío ¿piensas que hay una identidad peruana?
- Los peruanos nunca lograrán una identidad, porque por siglos
hemos enterrado los fundamentos de la que tenían. No fue fácil y los del
Hospital participamos directamente en ello. El Ande es serpentario,
horizontal, nosotros somos solares, verticales como nuestra fe y nuestros
intereses.
- Eso suena a esoterismo.
- Es solo un lenguaje arquetípico que usamos nosotros, los
iniciados que asistimos a la fe cristiana. Las religiones y las ideologías
políticas siempre han estado vinculadas al poder, al estado, al rey. En este
sentido el judaísmo, cristianismo, islamismo, marxismo, socialismo o
capitalismo son simplemente posiciones dentro de una concepción vertical
y ordenada del mundo. Estos indios eran serpentarios, horizontales.Yo los
hubiera eliminado a todos: aztecas, mexicas, andinos, pero salió ese cura
huevón, De las Casas arguyendo que eran humanos, pero al final le
torcimos el brazo al convencerlo que se trajeran esclavos negros porque
estos no tenían alma y si mucho músculo para usar.
- Tampoco me gustan los negros, les apesta el ala ¿y cómo lo
mantuvieron?
¿Cómo lo logramos? Hicimos que se proscribiera en las
universidades católicas y en todas en general estudios que incidieran en la
matemática o tecnología de las culturas precolombinas. Lo que era
arquitectónica o tecnológicamente deslumbrante teníamos que hacerlo
exótico y transformamos lo anecdótico en lo fundamental. Introducimos el
concepto de que se dedicaban a lo 'mágico religioso' e hicimos campaña
diciendo que 'lo sagrado' es inherente al ser humano para instalar
firmemente nuestro dios, porque ellos no tenían ninguno. Por ello las
notas del cholo Tello, el arqueólogo están felizmente pudriéndose en
alguna universidad y nuestro querido presidente japonés podía vestirse de
ekeko al visitar los pueblos de la sierra.
-¿Pero el ekeko...
- Ya lo sé, no es un símbolo bueno, es el comerciante que engaña
a las comunidades indígenas, pero para los citadinos y los votos están en
las ciudades, es un símbolo que les descarga la conciencia y les vende la
misma idea caritativa que les vendió Belaúnde yendo de pueblo en pueblo.
En el fondo es la misma actitud del presidente Leguía a comienzos de siglo
al legislar a los indios como menores de edad. Es un marketing muy
antiguo, querido sobrino, y funciona muy bien. Este se basa en que lo
primero es el fomento del olvido generalizado, si no el práctico
desconocimiento de las grandes sociedades de escala civilizatoria como la
andina. Por ejemplo, cuando descubrieron Caral, ese complejo de
pirámides al norte de Lima nos pusimos muy nerviosos, pero no tardamos
en reaccionar ¿cómo podíamos admitir una cultura pacífica y constructora
hace cinco mil años? Entonces ¿qué hicimos? pues, participar en el
financiamiento de las excavaciones para manipular la investigación. Era
clarísimo que el complejo era un centro metalúrgico, una especie de culto
al conocimiento y a la tecnología, algo que no podíamos admitir.
Inventamos que lo que tenían era un 'culto al fuego' y restamos
importancia a los crisoles, los batanes y los petroglifos. Ahora vamos a
introducir sacrificios humanos contrabandeando restos de cuerpos
mutilados. Para la historia esos hombres tienen que ser bárbaros y
salvajes, que hacían sacrificios humanos; ya que en base a ello es que
construimos la fuerza de nuestra fe. La vieja historiadora polaca nos ha
sido siempre de mucha ayuda en esto, nadie ha degradado lo andino tanto
como ella. Pero en general todos los académicos cooperan. Es claro que
nosotros hacemos el trabajo sucio cultural y esa es nuestra misión ya que
nuestra orden es muy antigua, experimentada y desde las Cruzadas,
hemos sido socios con el papado. Somos mejores que ellos manejando el
advertising religioso ya que no nos detenemos en los vericuetos ni las
trampas de las teologías.
-¿Cómo así lo han manejado?
- Con una técnica muy antigua y muy eficiente llamada Misdrah.
- Eso suena a ocultismo judío.
- Sí ¿y cual crees que es la mecánica detrás de la fe? pues el
culto al miedo a la muerte, el dominio de las relaciones hacia otros y
dentro del núcleo familiar y controlar la base de todo que es el sexo. El
resto no interesa ¿y como lo hacemos? Pues con esa técnica que consiste
en alteraciones intencionales de lo que se escribe y permanece en las
tradiciones para adecuarlas a nuestros fines. Por ejemplo esa figurilla con
las manos abiertas, que se parece al Baphomet de los templarios, que a
veces tiene báculos o plantas en sus manos y que era el principio
organizador andino antes de la evangelización; la transformamos en el
Arcángel Gabriel que lleva un arcabuz en una mano y una espada
flamígera en la otra. La figurilla original era dibujada con dos triángulos,
uno encima del otro, pues las alas del ángel y su faldón de encaje
suplantaron a los triángulos. Un principio organizador lo transformamos
efectivamente en un principio exterminador, el éxito ha sido total aunque
hay unas comunidades aisladas en el Ande que todavía tejen la figurilla.
Eso lo hizo nuestra gente hace siglos y lo seguimos manteniendo, ya que
esas son cosas enquistadas casi genéticamente en el inconsciente colectivo
de los pueblos, que pueden volver a aflorar. Pachamama era un principio
masculino, solar, pues lo feminizamos para identificarlo con el concepto
occidental de la madre tierra y por ende hacer reinar a la Virgen María.
Esto también fue un éxito tan grande que hasta los famosos 'pagos a la
tierra' son esencialmente algo que nosotros inventamos incorporando
elementos de brujería gallega.
- Los 'pagos' son brujería, entonces...
- Bueno la brujería es magia barata, nosotros hacemos magia de
la buena, toda religión es mágica en el fondo ¿de donde crees que viene la
Biblia, los Evangelios, el Corán? pues de las mismas fuentes escritas. La
epopeya de Gilgamesh dio origen a la Biblia, la Biblia a los Evangelios, los
Evangelios al Corán; es el mismo texto donde varían algunos nombres y
situaciones intencionalmente. Ziusudra es Noé, en el Enuma Elish está la
creación tal y cual la lees en el Génesis y en las tabletas de Ras Sharma,
donde está el culto a Baal, están las mismas referencias a la serpiente
voladora que en Isaías.
-¿La que tentó a Eva?
- Sobrino por favor, la serpiente es un símbolo astronómico, es la
aurora boreal o austral dependiendo donde estés. Es la serpiente
emplumada de los mexicanos y el Kon andino; era una antigua forma de
simbolizar los eventos del firmamento. Pero la horizontalidad serpentaria
se enfrenta a lo solar, nosotros somos solares, por ello tuvimos que
aplastarla en la conquista y para ello usamos a la virgen.
-...que era un personaje más fuerte.
-...y no era virgen, el Misdrah la hizo virgen.
-¡Eso es un sacrilegio!
- Vas a ser Papa, no puedes estar con cojudeces, como dijiste
alguna vez acerca de los derechos humanos en Ayacucho. La virginidad de
María fue una mala, aunque afortunada, transcripción de Mateo de un
escrito de Isaías 7:14 pues usó una traducción griega y en lugar de poner
'joven mujer' puso 'virgen'. Tanto fue el problema para los primeros
patriarcas cristianos, que tuvieron que crearle un esposo a María. Lo que
te quiero decir es que los Evangelios fueron adaptaciones de textos bíblicos
para crear una religión. Si revisas a Isaías, los Salmos, Zacarías y Samuel
encontrarás que Mateo, Marcos, Juan y Pablo adaptaron en base al
Misdrah la figura de Jesús para exitosamente hacer una religión. Ello
quedó como una tradición y una técnica que la venimos ejerciendo por
cerca de dos mil años. Estas cosas son secretas, no las hacen los curas del
Vaticano directamente, nos usan a nosotros y nosotros a cambio logramos
que los gobiernos mediante concordatos los financien, les paguen sueldos,
los liberen de impuestos y en el medio, por supuesto somos remunerados
con comisiones. El Concordato del 80 llevaba implícito que la iglesia se
tapara los ojos ante la política de tierra arrasada de Morales Bemúdez y ha
sido muy rentable para todos.
- Fue un canje, lo entiendo ¿y quienes son nuestros peores
enemigos?
 - Los que manejan esas cosas que ahora llaman conocimiento
objetivo sin sujeto cognoscente, conversan con los números, leen en Vatán
y tienen intuición estructural. Usamos contra ellos nuestro poder
económico, político y judicial, los aplastamos silenciosamente. Hay pocos
que resisten, usamos de todo...
-¿También magia? ¿brujería?
- Eso no es eficiente con ellos, son demasiado fuertes, sobreviven
y nos rebotan los ataques cuando menos pensamos. En el 92 incendiaron
cruces en los cerros en Arequipa e imagínate, pusieron una bandera
blanco-negra del Temple en un cerro apacheta. Hicimos que la región
militar enviara tropas al cerro, ningún soldado se atrevió a subir, la
bandera ondeó hasta que se pudrió de vieja.
-¿Y porqué no fueron ustedes a quitarla?
- Porque ese juego es un juego duro, de otro nivel, para el cual no
estamos calificados.
- Yo lo hubiera hecho- dijo sintiéndose Hopalong Cassidy y
acomodándose los anteojos.
- Posiblemente habrías muerto en el intento o por lo menos te
habrías vuelto totalmente loco.
-¿Eran ateos?
- Los ateos son fáciles, solo hay que cerrarle los accesos, son
tímidos y en el fondo tontamente respetuosos de los creyentes. Estos son
una especie de magos, pero magos de acá, seres desprovistos de alma que
dicen que su cuerpo es el mundo...
-¿Extraterrestres?
- Eso es una invención. En los 50 las supuestas naves eran de
metal remachado y ahora dicen que son bolas de luz láser. Son
alucinaciones colectivas, psicografías. Si piensas que el tiempo es lineal
puedes creer en cosas así, pero si piensas que es una unidad cíclica
podrían bien ser del pasado o del futuro o de un aquí que no conocemos.
Ahí está lo peligroso porque son parte de la cultura anarquista,
librepensadora que va contra las religiones, contra las creencias y hacen
una bandera del conocimiento y la libertad irrestricta, sin normas,
gobiernos, leyes o iglesias. Sabes bien, te lo dijo el embajador americano,
que lo de Irak es una reedición de las cruzadas, pero esta vez los
principales protagonistas intelectuales debemos ser nosotros. En Perú, por
años habíamos planificado llegar al poder y lo hicimos con Fujimori; nos
había tomado mucha magia y costado mucho dinero. En el 92, cuando
todo era del mas absoluto secreto ondeó esa odiada bandera en Arequipa.
Ya te imaginarás el revuelo que causó.
-¿Está controlado ahora?
- No podemos controlarlo, nunca podremos, por ello estamos
acelerando lo apocalíptico y fomentando el temor mundialmente. Creo que
hemos eliminado algunos síntomas, destruido a algunos individuos y
embriones de organizaciones; pero pueden aparecer en cualquier
momento, quizás de alguna forma inusitada. Hay cosas raras que siempre
pasan a este nivel del juego.
- Pero ustedes tienen el Misdrah...
- No es monopolio nuestro, de alguna forma se ha usado en
todas las épocas. Los escritores hebreos usaron el Misdrah para el
desarrollo de nuevos textos como una inspiración creativa basada en el
conocimiento de textos y tradiciones previas. Esta actividad estuvo basada
en que un pasaje podía ser utilizado para iluminar otro, por ejemplo
Crónicas es un misdrah de Reyes. En esencia es un proceso de mutación
de ideas culturales que permite a una idea exitosa el ser variada e
incorporada en un nuevo texto. En realidad es un instrumento muy
eficiente para relacionar cosas que no lo están u obviar cosas que son
evidentes, como los genocidios o la pedofilia. Hoy se le llamaría manejo de
medios.
- Pero es algo religioso.
- Depende como definas religión. Por ejemplo los nazis hicieron
un culto a Thule, fueron hasta el Tibet por símbolos y convencieron a toda
una nación, supuestamente culta e inteligente en una pandilla de
borregos sanguinarios. Nosotros los ayudamos desde un inicio, Hess era
uno de los nuestros que no aguantó mucho. Pero seguimos hasta el final,
los ayudamos a escapar a Sudamérica por Copenhague y Odessa en un
itinerario de conventos amigos puestos a disposición por Pío XII.
- Los nazis hubieran podido detener al comunismo ateo.
- También estábamos ahí, en Rusia, haciendo negocio. Estamos
en todas partes, donde hay dinero y se requiere nuestra experiencia,
siempre y cuando eso no dañe nuestra relación con el Vaticano. En
realidad nosotros somos una nación, la más pequeña del mundo, sólo
tenemos una casa en Roma como territorio y no tenemos nada que ver con
la isla de Malta, ya que Napoleón nos sacó de ahí hace mucho tiempo.
Tenemos relaciones con mas de cuarenta países. Somos la fuerza
empresarial de la fe católica.
- Nosotros en la obra también somos fuertes.
- Muchos de los que están con ustedes también están con
nosotros, sobre todo los que tienen mucho dinero, pero eso es secreto.
-¿Estás ahora de perfil bajo.
- Ni tanto porque tengo a todos cogidos de las bolas, milicos,
políticos, empresarios, hasta curas. Tengo los dossiers de los asesinatos
empresariales y los videos 'personales' que Paniagua te
entregó.

- Pero yo los devolví.

- Yo tengo copias, tengo que ayudarte, como dios, usando
'formas misteriosas'
- Eso quiere decir que cuando sea Papa...
- Te podremos ayudar efectivamente.
- Eso suena bien ¿y tu imagen profesional?
 - Un poco mellada pero sigo operando con los cárteles mineros y
empresariales, mantengo buenas relaciones con los militares y gracias a ti,
estoy muy cómodamente parqueado en la Universidad Católica. Este es
un país de cobardes, solo tienes que demostrar fuerza y concha. Y cuando
algo sale mal, pues te callas un poquito, te haces el huevón.
- Sí, eso lo he experimentado muchas veces, pero no aprendo la
lección. Y hablando de hacerse el huevón ¿qué sabes de Fujimori?
- No mucho, la verdad es que ya no sirve para nuestros
propósitos, cuando robaba era muy descarado y la verdad es que era muy,
pero muy cobarde.
- Pero está haciendo campaña para regresar. Mucha de mi gente
lo apoya.
- Están perdiendo el tiempo, los americanos tienen mejores
opciones. García está dispuesto a cualquier cosa para que le regresen la
mamadera y con Toledo les va bien y es muy barato, solo hay que darle...
- ...etiquetas azules
- Entre otras cosas menores, como que alguna niña financista
pituca se baje el calzón. Pero el estado peruano ha resultado ser un mal
socio, vamos a tener que hacer algo como lo que se está haciendo en
Argentina, donde el estado salió fuera de control cuando se fue Menem.
Ahora en la Patagonia hay transnacionales actuando eficientemente. Lo
que nos interesa a nivel global son los recursos naturales, en Perú los
metales y los campos en Argentina, la gente pobre sobra. Pero hay esta
cosa de los autonomismos anarquistas. Eso de las comunidades contra las
minas puede resultar muy costoso, quizás habrá que hacer que
nuevamente algunas vírgenes lloren...
- Yo no creía que funcionaba, pero funcionó. Ese Vladimiro era
un loco casi genial.
- Hemos también incursionado en ese nuevo negocio de los
pueblos originarios, porque los estados son malos socios. Les decimos por
ejemplo a los aymaras que son descendientes de los Tiahuanaco y que por
ello deben estar en contra de los quechuas porque éstos son descendientes
de los Incas, pero eso es un rollo que va a tener corta duración, vamos a
tener que hacer como en la Patagonia, dominar los territorios con colonos
resguardados por mercenarios. Mira que bien
le ha ido a Bush en Irak contratando torturadores.
- Pero hay escándalos.
- Para eso es el Misdrah, el manejo de la información. La gente
cree lo que lee en los diarios y lo que ve en la tele, al final le damos
importancia a lo que nos conviene.
- Pero se pueden informar por Internet...
- Todavía es cosa de elites y cuando algo se quiere difundir que
no nos gusta, tenemos un ejército de hackers que los infestan de viruses
informáticos. Tenemos también gente en los chats, en las listas de interés,
en los juegos en red; no hemos descuidado eso.
 Sentía que sus músculos no funcionaban y parecía que toda la
poca energía que le quedaba se concentraba en su mente. Debería verse
horrible con tanta sangre suya alrededor y seguramente estaría
despeinado o su cabeza sería un amasijo de sangre y pelos. El pensar en
Internet lo emputaba, especialmente aquella historia sobre su muerte
antes de ser Papa ¡maldita sea! ¿era una profecía? ¿era él un Petrus
Romanus interruptus? ¿dónde estaban todos? ¿sus primos? ¿su tío
Jaime? ¿se aparecerían gitanas a salvarlo? ¿los de Malta? ¿sería el guardia
suizo un indio camuflado? Sabía que estaba muriendo pero no habían
luces blancas deslumbrantes, ni vocecitas angelicales. Su sangre olía a
mierda como la hacienda de su familia en Huánuco que él detestaba. El
paisaje era hermoso, pero a él no le gustaba la gente que lo habitaba
¿porqué no eran altos como los campesinos italianos? ¿porqué habían
conquistado el Perú esos hombrecillos de hombros estrechos y pelos en la
frente y espalda que se tiraban a cuanta india encontraban y habían
llenado al país de cholos? ¿qué podía hacer con su mente que era lo único
que le quedaba? ¿porqué esos recuerdos le impedían encomendarse a
dios? ¿dónde estaba dios? ¿sería dios el guardia? Hizo un esfuerzo enorme
y apenas pudo balbucear ¿quién eres tú? ¿porqué me matas?
- Soy el caballero Ponky, el vengador errante y no siempre soy
humano- fue la respuesta del suizo a quien ahora el cuervo, percibía como
un dios egipcio con cara de perro.
El mármol recuperó su blancura al día siguiente cuando
limpiaron la pegoteada sangre del purpurado y el dedo de dios de Miguel
Angel en la Capilla Sixtina se mostró como lo que realmente era, una
vulgar y cobarde verruga.
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índice
Fuego frío
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Le preguntó sobre el fuego frío, ese que había hecho en esa noche de
noviembre anterior a la batalla. Hizo una fogata al norte del campamento
prendiéndola apenas oscureció. Alrededor de las once de la noche se hizo
acompañar por sus escuderos se llevó la botella de vodka a la boca
escupiendo el licor sobre la fogata. Hizo que sus escuderos hicieran lo
mismo. “Recién ahora comienza lo serio” les dijo. Los escuderos asintieron
con miedo. Se dirigió a la tienda principal y tomándola de la mano la llevó
al sitio. Era una enorme fogata de llamas azules, el viento venía del norte y
el humo de la fogata, desafiando las leyes físicas iba hacia el norte. Se
arrodilló, cogió su espada y comenzó a jugar con las brasas. No sintió calor
sino un intenso frío. Se arriesgó un poco más y quitándose el guante
aventuró su mano al centro de las llamas. El centro estaba frío. El estaba
cubierto por su capa guinda, ella con su abrigo negro. “Dame tu mano” – le
dijo. Se resistió un poco al principio pero después también ella sintio el
fuego frío. “Vámonos, esto es demasiado” le dijo. Después que regresaron a
la tienda principal los escuderos regresaron llevando a otros soldados.
Todos experimentaron el fuego frío. Siglos después cuando se descubrieron
ciertas peculariedades del fuego, el cobre y la sal todo le hizo sentido,
había sido una reacción endotérmica, de esas que necesitan calor. Lo dejó
ahí, de ese tamaño, pero pensó en Fowles que decía que somos fuego
congelado en tránsito de fuego a fuego.
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índice
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Pena
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Le dio una inmensa pena el pensar en lo que podría hacer pero más
pena le dio el saber que era capaz de pensar en algo así. Desde hace
algunas semanas iba coleccionando días que únicamente servían para ser
olvidados, pero sabía que el olvidarlos no era fácil. Más aún, solo el
recuerdo que habían días así le hacía recordarlos intensamente. Muchas
veces maldijo esa su memoria que admiraba a tantos. No sabían que
tenerla era una esclavitud y no el jardín encantado que ellos pensaban.
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índice
 Teléfono sublime
A DZ
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La luz del café comenzó a parpadear con algunos segundos de

intervalo distrayendo la atención que ella le daba al texto que, casi por
compromiso, estaba leyendo. Simulé telefonear observándola en el reflejo
del espejo y la recordé dibujando, en un lejano café de la ciudad
aborrecible, la imagen de un teléfono cuyo alambre se conectaba con un
chocolate popular llamado “Sublime” ¿Por qué dibujas esto? le pregunté.
“Interpreta” fue su respuesta. Había tomado unos piscos de más y lo dejé
ahí, pues no quería recordarle esa noche en que ella, maravillosamente
fuera de sí, tomándome fuertemente el dedo índice con su manita me
había dicho “Quiero que seas mi intérprete” Años después supe que lo que
el angustiado carnaval de su mente quiso decirme, era que había un
teléfono sublime, un algo, urgido de ser interpretado.
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Rompí el hielo diciéndole:

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-¿Has visto como parpadea la luz?.

-¿Es acaso una falla de corriente?.
-Si tú quieres lo es, pero para mí no lo es.
-¿Y qué es para ti?
-Le he asignado un “si” cuando parpadea una vez y un “no” cuando lo hace
dos.
-¿Un sí o un no a qué?
-A la pregunta que no ha sido formulada.
-¿Y quién da esa respuesta?
- Uno mismo a sí mismo.
-¿ Por qué?
-Porque así es como creamos, querida.
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Al robarle un beso, hicimos nuevamente crujir las maderas de las

mesas. Algunos dicen que, sin mirar a nadie, floreció el cactus orgulloso
en el sucio azul de la ventana, que a pocas cuadras la siempre muñeca se
arcilló en las manos de la siempre niña y que todos nuestros nosotros, que
somos pocos pero somos, gozamos a nuestro Voltaire adolescente
finalmente bailando en la avenida.
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índice

El último champagne
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Su último trago fue de algún champagne contrabandeado esa noche

en que convirtió la inmunda discoteca provinciana en aquella que estaba
cerca del bosque de Boloña. Lo hizo porque reconoció que había sido por
primera vez agresivo con ella, desconociéndose completamente. “Te
quedas aquí conmigo” dijo asiéndola fuertemente del brazo y forzándola a
sentarse junto a él. “¡No me trates así!”. Como un aluvión vinieron las
imágenes de ella golpeada desde niña. Era la agresividad del machismo de
ese lugar. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué con ella?. Se puso en off y
voló mentalmente a París ¿Dónde si no?. Comenzó a hablar en francés,
sintiéndose ahí hasta que prendieron las luces de la discoteca. Estaba casi
amaneciendo el día siguiente y los ridículos vampiros polanskianos que
había visto momentos antes bailando la luz de fluorescente los había
transformado en los desarrapados de siempre. Vino a su mente el adjetivo
usaba para referirse a los jóvenes del lugar cuando en la fiesta que
llamaban la fundación española de su ciudad se vestían de baturros
cantores. “¡Despreciables!” dijo para sus adentros y se acordó que cada vez
que lo decía, el chileno se mataba de risa.
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 Al día siguiente decidió que le enviaría rosas ¿Serían las últimas?. No
estaba seguro pero sí de que esa copa de champagne sería la última. No
tomó licor de ningún tipo en cuatro años y no le sirvió de nada.
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índice

Alexei el ruso
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Supo, hace poco que el hermano de Sergio –compañero de múltiples

aventuras universitarias y comunes búsquedas intelectuales- que tenía el
mismo nombre había muerto en París un día que suponía uno de aguacero
vallejiano. Este ruso era alto, muy eslavo y lo había invitado a almorzar un
día cualquiera después de las tres de la tarde. El ya había almorzado, pero
el ruso insistió pues la Embajada pagaba la cuenta y tenía que tomar, por
principio, ventaja de ello. Su tarjeta de visita decía que era asesor
científico, se hacía llamar Alex, pero él lo llamó Alexei desde un comienzo.
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-Tú eres un Chlisty- le dijo

-Sí, queremos saber donde quedamos.
-Quedan bien, aquí hay sitio para todos.
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Los Chlisty son una orden mística ortodoxa que tiene por lo menos
trescientos años. Son una mezcla de los inventarios cristianos con el
shamanismo altaico. A esta orden perteneció Rasputín y él pudo
comprobar su actual existencia en Rusia hacía pocos años cuando asistió
en Moscú a una enorme oficina que era tan lujosa que tenía un piano de
cola. Le dijeron que era un instituto para la supervivencia de la
humanidad fundado por el premio Nóbel Sakharov y que propiciaban una
nueva doctrina. Al día siguiente, en el club de ejecutivos de Moscú le
hicieron un almuerzo especial ya que limpiaron de gente diez mesas
alrededor para que nadie escuchara la conversación. Insistieron con eso de
la nueva doctrina, a lo cual replicó que toda doctrina es siempre
ignorancia y que de lo que si había necesidad era de una nueva actitud.
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Alexei se presentó en la ciudad vampira. Propició que el encuentro

tomara lugar en el restaurante del hotel para enfrentar a ella con él. Sabía
intuitivamente que los dos eran lo mismo y quería ver el confrontamiento.
¿Podrían ambos estar en el mismo momento?. La mesa del restaurante
tenía flores blancas, tal como era adecuado para una situación así. Los
mozos, aliados reconocidos en múltiples oportunidades, también lo sabían
ya que su lucha también era la suya. Al presentarlos, ambos se sintieron
turbados y ubo bo aguantaba la presencia del otro, los ojos de ella estaban
profundamente rojos. Ella se excusó y fue al toilette, regresó como una
simple pieza del mobiliario, las bolsas en sus ojos eran mas notorias.
Había sido ordenada para no participar. Fue poco importante lo que
hablaron.
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Le jodió enormemente, era una situación injusta. ¿Cuándo ella sería

lo que debería ser? ¿Cuándo esa maravillosa persona que asomaba detrás
de esa mirada lánguida y nostálgica se ubicaría en su mundo real? Tuvo,
sin embargo, la certeza que eso acontecería, pero que tenía que sufrir un
largo aprendizaje antes de que eso sucediera. Era un aprendizaje que
sabía lo conduciría a la única elección, aquella en la cual el equipaje que
llevara sería abandonado por fundirse eutécticamente en emoción pura.
Todo era correcto en ella, pero un detalle faltaba y era, simplemente, que
sus ojos pardos eran los del otoño en la estepa y no los del verde vibrante
de la grama, sobre la cual habían cabalgado juntos y hecho el amor al
ocaso.
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Alexei dijo en la tarde que el dios de la lluvia impidió la visita a la mina.

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índice

Caviar en la noche de
la piedra regalada
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Primer movimiento

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Ví la ardilla descendiendo por el tronco y su cola plateada tuvo ese día

de marzo algo del reflejo de las olas arrojando cinematográficas espumas a
los ojos de la pareja acomodada en la rústica mesa del balcón de los
suspiros mientras el sucio azul del cielo era un telón rasgado por gentiles
vientos portadores de aceros estrellados en batallas y jadeos amorosos
escondidos.

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La escena era veraniega, el ron barato y en ese día especial, el sol un

astro cansado. La vida era así en los pobres trópicos que el molinero
conociera sólo como cuadro colgado en la pared fotografiada. 'Ropero' ya
no estaba en la casa perdida y embargada; había otro perro, París estaba
bastante lejos y no era una fiesta.

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Lejos también estaban los gritos protestantes y las palabras

recurrentes que aislaban y jodían sus afectos cautelosos. Cerca, bruñidas
y resplandecientes, en una esquina de pastillaje; las espadas y pasiones
contenidas por cuadrículas sociales. A menudo se preguntaban, si lo
errado eran sus tiempos, lugar y circunstancias o que el estar juntos en el
mismo escenario era algo cerca de imposible.

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Sé, porque alguno de nosotros siempre está escuchándolos que él

trataba de convencerse de ser alguien paciente y ella de estar
adorablemente confundida. Su amistad, firmada y contratada por esos
adolescentes siempres jamases, jugueteaba entre unas simples comillas
literarias y el ansia mutua por el reposo prometido. Conocían porque
sentían que ese espacio prometido no era palacio alguno, sino un humilde
cuartito; cómplice necesario para el roce placentero de sus cuerpos
epidérmicos y astrales. Era la escena que seguía a la de las neuronas
copulantes y por ley humana conveniente, sabían que este espacio sería
algo dividido de lo mismo, valedero y apropiado para esos tiempos.
************

La taberna en la noche anterior estuvo desolada. Las mesas llenas de

gente previsible no llegaban a ocultar el espejo empañado ausente de
reflejos platinados. Recordó entonces, cuando con luna parecida había
gritado con mollera abierta al irrumpir en ese tiempo y lugar quizás
inadecuados. Dicen los escribientes que esa fue la única vez que uno de
ellos eligió no elegir y dejarse llevar por el simple bailoteo de los dados.

************

Desde los altos anaqueles, algo de miel y circunstancias fueron

observadas por cientos de insólitos rollos de papel higiénico esperando
desfilar a los mugrientos baños tras las puertas batientes del salón del
fondo. Esa noche bailó el cerdo su danza china, fue luego cortado en lonjas
generosas y coqueteando con cebollas veleidosas, pudo decirse a sí mismo
que estaba finalmente realizado en ese sánguche acompañando
expectativas alrededor de una jarra de cerveza.

************

Pero no fue la malta ni el paraíso perdido de los ingleses, lo que alivió

su ausencia. Fue el anestésico vino ordenado por el cristo plástico viviente
en las cómodas neuronas del experto el que lo acomodó en el lugar y
sentándolo, le hizo reir y hacer reir, mientras que en el fondo de la copa,
algo como borra le decía en cada giro de muñeca, que al día siguiente la
encontraría defendiendo y ofreciendo la muralla.

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Si algo no quería ser era lo que era, porque habiendo hecho un

acucioso análisis, no se encontraba a sí mismo mínimamente interesante.

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Segundo movimiento

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Ví el águila descendiendo en la costra de ignimbrita del desierto y

posarse en la piedra grabada con su nombre escrito en ladino, que
después vería, fotografiara y perdiera en la mudanza. Me hice a un lado,
como es nuestra costumbre. Era un abril furioso y los ojos de los
caminantes estaban irritados por la ceniza volcánica que portaba el viento
al agitar la falda de la pampa. Después que se vistiera de blanco y dar un
trago de pisco, nuestro protagonista se dirigió a la colina donde se había
posado el águila. Ahí conoció al viento preñado de aceros y jadeos, pero
este era mas antiguo; el acero no era tal, sino un bronce arsenical.

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La escena era veraniega, el ron era pisco y en ese día especial, el sol
no era ningún astro cansado. Los diablos turbulentos y alocados
correteaban la pampa, saltaban de roca en roca en danzas espirales para
después morir, desaparecer o simplemente irse, en la cumbre del cerro de
ofrendas milenarias. La vida era así en el desierto donde los antiguos
pobladores, altos y llorones, fijaban el oro en pellejos de llamas y donde,
siglos después, el conquistador rebelde se escondiera semanas previas a la
batalla decisiva. Limasol estaba muy lejos y ya había sido incendiada.

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Lejos también estaban las cuevas donde se escondían de niños. Ahí

las había pero no eran iguales. Recordaba que a su primer amigo tuvo que
pagarle para que lo escuchara. Se preguntaba ¿para qué había llevado
lapizlázuli e iridio a los sabios del alto río? ¡Alguien tenía que escuchar lo
que sabía!. Nada lo desconcertaba mas que cuando los que tenía al frente
miraban al cielo como buscando algo entre las nubes. Ahora puedo decir
que nosotros controlábamos esas miradas, ya que no era el tiempo o el
lugar adecuados. Las absorbimos para que cuando se encontrara a sí
mismo reflejado, fuera nada y supiera que la circunstancias era elecciónes,
que lo errado no eran sus tiempos ni lugares, sino su soledad.

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Sé por alguno de nosotros que casi estaba convencido que la realidad

era paciente con él aunque pareciera adorablemente confusa. Sus
empresas, siempre firmadas y contratadas verbalmente, jugueteaba entre
simples comillas literarias y el ansia mutua por el reposo prometido.
Conocían y sentían que ese espacio no era palacio alguno, sino el cuartito
cómplice necesario para el roce placentero de sus cuerpos, epidérmicos y
astrales. Era la escena siguiente a las neuronas copulantes y por ley
humana y conveniente, ambos sabían que este espacio sería algo dividido
de lo mismo, valedero y apropiado para los tiempos.

************

La taberna en la noche anterior estuvo desolada. Las mesas llenas de

gente previsible no llegaban a ocultar el espejo empañado de la izquierda,
ausente de reflejos platinados. Recordó entonces, cuando con luna
parecida había gritado con la mollera abierta al irrumpir en ese tiempo y
lugar inadecuados. Dicen los escribientes que esa fue la única vez que uno
de ellos eligió no elegir y dejarse llevar por el puto bailoteo de los dados.

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Pero no fue la malta ni el paraíso perdido de los ingleses, lo que alivió
su ausencia. Fue el anestésico vino ordenado por el cristo plástico en las
cómodas neuronas del experto el que lo acomodó en el lugar y sentándolo,
le hizo reir y hacer reir, mientras que en el fondo de la copa, el concho le
decía en cada giro de muñeca, que al día siguiente la encontraría en la
batalla defendiendo y ofreciendo la muralla.

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Si en algún sitio no quería estar era en ese, porque habiendo hecho

un acucioso exámen, no lo encontraba interesante.Sigilosa, la luz rozó el
marco de la puerta para solo encontrar que el silencio no le iba a dar
paso….
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índice

Hacienda
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En la hacienda están los ídolos esperándonos, cerámicos, desnudos,

alados en los ojos; fascinantes, fascinados por los besos y caricias
recordados. Crepita el lagar llorosamente. Falta amor caminando en la
escalera, en el sillón. Saben más que nosotros de viejos amores renovados
y redoblan todavía en sus espacios resonantes palabras amorosas ni
huecas, ni gratuitas, repetibles. Paciente expectativa por la arcilla
renovada en la vuelta de la rueda. Esperan simplemente...
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índice

Isla del hombre

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a la memoria de
 Jeff Montague,
hermano
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En la isla del hombre, las palmeras tienen frío y velludas se
bambolean al ritmo de vientos nórdicos. Los cargueros oxidados, cada
nuboso verano, traen amores, ansias y gritos de gaélicos turistas. Las
minas de rubia blenda, los viejos hornos sin humo pudieron ser, en un
pasado de hombres de frente estrecha, cejones, bajos, manx. Sus ardientes
mujeres serias, el pescado frito y papas, siguen mirandose los domingos en
casas victorianas, al pie del acantilado. Dineros extraños pueblan sus
pocos bancos (atiborrados) por huidizos ingleses temerosos, que esconden
sus fortunas. Tres piernas revolventes, antiguo blasón de piratas vikingos
son signos parlamentarios. Su padre fue obrero, Jeff metalurgista en
Ghana y aburridos una noche trompeamos el casino. Champagne cocktail,
antes del mediodía de esa época, éramos dueños del mundo, de su
inteligencia, señores de la audacia...

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índice

POEMAS
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Invocación antigua
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Llámame asamblea, encuentra

palacio en mi pecho complaciente
guarda distancias comprensivas
con mis amarnas polvorientos.
Fecunda las arcillas, dejando al río
humectar las bibliotecas incendiadas.
************
Cuánto pasaje
tantos fantasmas en la rampa,
reina cobra en la corona
flor y piel de cerdo en la licencia
del fuego asimilado y repetido.
************

No hay nada que salvar, porque

no hay donde, ni hueso suculento
ni paredes; menos techo en el cráneo
abierto de las ansias, pero hay
luz tangible en los sollozos
y dolida esperanza en los patios
************

No pactar con dioses, ni crearlos.

son débiles al secreto abierto,
de este mi joven en el parque,
blanco en el avío y en la nave
del año imaginante
************

Déjame morir esta mi muerte, usa

el ropaje y convenientes circunstancias,
alivia finalmente este marzo debilucho.
************

Ocupa otra vez los surcos,

escribe a través
como el poeta; regrésame ¡sí!
a lo imbécil absoluto, a gozar
el amor del viento polvoriento,
hazme monumento y no turista.
************

Digo adiós ahora, dejo memoria

a la gentil mano arrojadiza
en las aguas serpentinas.
Es hora de vendajes y resinas
renovadas
************

Dejo el cadáver apropiado,

la expectante fantasía, los
cariños construidos, adecuados,
protegidos. Llena, las habitaciones
sin cubrir espejos, no es Londres
y no hay intranquilos marisías.
************

Dicho esto me retiro, no fue fácil,

quedo siempre con los sueños adquiridos,
el espacio tras los ojos, nuevamente
solitario en el asiento o la mortaja
de este mi pacto y mi equipaje.
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índice

Ensalada
************
************
Nos queda la ternura
cebollina, los aliños
axilares y el himen
sementario del tomate,
en complicidad
con las lechugas.
************

Crustácea recurrente,
soy péndulo a veces,
y tú, mi ensalada.
************

Voluptuosa hija de
alcachofa,aceituna y hongo
alba y tierna en el
pie queso: deliciosa,
arrogante y distinguida
************
Hija también del mar,
Estrellita y constelación,
reina de rocas desafiantes
¡bailarina!
************

Las hordas taurinas,

son pasto político,
carne molida y no rodilla
que, casi angustiosamente
roza rodilla.
************

Del corredor viene

el ladrido lamento,
las uñas en la madera,
la frase torpe y
la torpeza; pero
(como dijo Quintanilla)
la piel que vale es la que
en su propia piel se sella.
************
************
índice

*************
************
************

El no lee
poesía
lee lee
sus neuronas
onas onas
************
************
índice
*************
************
************

Empujé
el riel que
arañó tu hombro
también el
cigarrillo
que movió
tu muerte
¿aprendiste?
************
************

índice
*************
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************

En mi negra
densa
hemoglobina
de gentiles osos
me desmayo en el azul
y no salgo
y veces cinco
cinco veces
me quedo contigo
leal al
chip de vida
y quiero
en la distancia
de mi muerte
repetida
a los mios
los que amo
con asientos
en el viaje
del atrás
metálico
que siempre
fuimos
************
************

índice
*************
************
************

Café humea en la garganta

cruje acero en la cocina
son las lozas y los gritos
de los niños en el parque
mientras
estallando están cohetes
en Irak y similares
************
************

índice
*************
************
************

Hierve el gordo
y amarillo
peda el heladero
en su corneta
eta eta
************
************
índice
*************
************
************

que me importan
las palabras
el lugar es elocuente
hay cariño, está presente
no hay camiones en la puerta
no te afeitas, poco importa
silva el loco en el instante
ya no llueve
cuando el gris
en mi cabeza
se descuenta en la finestra
pues
hay espacio,
hay ausencia
de patitas en la puerta
************
************
índice
*************
************
************
Oso ronco
bronco tonto
Cuasimodo
en la garganta
sigue el cubo
o canta un vado
¿portugués?
que tanto importa
tus murmullos
son palabras
ronco tonto
oso bronco
************
************

índice

Cabalgar de nuevo
************
************
Devuélvanme mi caballo
que necesito
recorrer otros campos,
luchar recursivamente
las mismas batallas
************

Hay espacio en mi
montura
cabalguemos juntos
de espaldas al sol
cara al oriente
************

Será nuestra bandera

la misma raída
que pobló calles
que se extravió
en noches de gritos
************

Se oirá nuestro grito

serpiente siempre
espada y flama
inobjetable
metal sangrante

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índice
Nazca
************
************

Sigilosamente
como araña en el pasillo
eclipse en la llanura seminal
tuércemelavida
prescindible
si me entrañas...
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Canto al paseo
al cóndor imaginado
paso en la arena
manoestrechada
coro vital
de ansiados
y eventos
expectantes
************

Rájame otra vez

ese tiempo inexistente
así podré descartar
tu imagen
dolorosa,
necesariamente
************

¡copa lograda!
************

Faltarán los pasos

llenará tu
cabellera extrañada
el genio inmenso de
mi sueño
************

Sé que
faltaré en tu pena
innecesariamente
************

y también
(a veces)
sé

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índice

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Brocantita
verdigris
como en los
techos
de Estocolmo
ópera de
mujeres rubias
que se besan
con walkirias
finlandesas
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índice
*************
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( a un indio caminando
cerca de Pisaq en agosto 2000)
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ni miseria propia
choclojota igual
cueropies
huesuña
polvo caminante

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índice
*************
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(a un cura caminando
cerca del Coricancha, setiembre 2004)
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perro de dios
cuervo copula palomentira
veneno en la piedra cautiva
oroloco comemierda
anacronico apestodo
************
************
*************

************
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gristecho
rostro lagrimagua
plomopies
sangre rojoteja
bailoteando el azul
amanecen
el monte del horno
anonimante

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índice
*************

************
************

baste el dicho
baste el baste
dicho el dicho
dicho el baste

************
************
índice

Casi haikus
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************
no ser ni tú ni yo
circunstancialmente
sino ser todo
************
tiembla el labio
en la palabra cordial
adornándose
************
mumbai ecuestre
sortilegiosamente
simple a simple
************
sueños caribes
casi doblando sombras
cara luz cana

************
************
índice
Cusco alotero
************

A Mauricio Otero
poeta chileno
************
************

(Aquí hay días de furia, hay milenios y algunos días son fracciones de días
caminando nubes con pies de piedra)
************
Cusco me dañas, luego me abraz/sas
************
Limpio el sol en el bolsillo,
ensucia mi pobreza.
Tomo el micro
itinerante
de los sueños,
soy veleta.
************
Clara es huevo en la
siniestra sangre
de los torpes.
Y
tú aquí en cada calle
y gota en la mejilla
************
No entienden un carajo
& un idem me dá
si no lo hacen
************
Somos
juntos
justo tránsito
a ninguna parte
con cernícalo
en la garganta
************
No hay nadie
dentro mío
sino el mundo
y
me conforta
saberme
acompañado
************
La baldosa cierta
es mi curva feliz
donde
ruida el ruido,
ruidosamente

************
************
índice

Ponky

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A la memoria
de mi perro
mi asistonto
mi mejor amigo
************
************

tan luz como el ratón

en mi mano
tan colcha como rojo
en la ventana
murió de corazón henchido,
murió por mí
querido
¡salve!
perro puma, perro dios
************
************
índice
*************

************
************

En la cuesta de furia pisoteada

de piedra sobrehumana,
subo con mi cuádriga
arrasando seminaristas
************
Hay cocos locos que envenenan,
son mayonesa al final
de la raya y una arruga
y/o una oruga
acompañandola
************
Así
no tengo a nadie,
me tienen todos
no tengo el control,
y cedo el quiero

************
************
índice
Arcano
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************

1 No le importa a la tierra si la acaricia el viento de la tarde o la funde el

fuego en lava, porque sabe que sigue siendo ella. 2 Mas cuando la lluvia
fecunda la tierra ella alza vuelo en germinaciones aéreas 3 Aire y viento
amistados en el viento humedecido, son fluidos, son agua, mojan... 4

Agua que en contacto con lava derretida tórnase en viento vaporoso 5

Surgida en el matrimonio del fuego y el viento. 6 Tierra que encima de si

misma tierra forma las aguas del río 7 Agua sobre agua, que lloviendo
ríos vuelve a ser tierra original. 8 Porque sabe que el fuego duplicado o el
viento tras el viento, nunca cambian...

************
************
índice
Par de rones
************
************
vuelve el humo
al fuego original
de mis colillas
************

plástico vaso
espera la palabra
y mis labios mudos
************
sábana blanca
o celulosa digna
de papelera
************

seca el óleo
fijando la figura
impertinente
************

rueda legaña
dedo en la mejilla
en la espera
************

al vacío cae gris

cercano al aliento
progenitor
************
las combas rompen
calizas millonarias
antiguo ritmo
************
(la vieja)
canturrea sus pliegues
que aún cree carnes
tras la puerta cada mañana
************
viven juntos
letras, pinceles y botellas
acariciándose
***********

rasga el estaño
genera al compañero
solit/dario como tú
************

ira/siglos hiel
fecunda y vital
como la madre
************

salta la salta
viola la viola después
hay lo que no hay
************

triste el vidrio
espera su destino
reciclable
************
************
índice

*************
************
************

Joaquín cuida la casa

Largo en negrura
Transhumante felino
Cuida a arguitos también
************
En el monte sigue la rosa
En el jardín las risas
Recuerdos de cadáveres
Adoquinan la entrada
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************

índice
 PAKA KAPA TAKI

Canto a la medida oculta

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PAKA TAITA SIMI

COIYUR RUMI TAKI
PAKARIMOQ RUNA KUTI
MANAN PAKA SIMI
PAKA TAITA PACHA
TAKIKUSUN

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(La ley del padre oculto es el canto de la piedra estrella. El regreso del
hombre original es la ley revelada. Es el tiempo del padre oculto ¡Hay que
cantar!)

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MISI TAITA KAPA
KITAM RAURAYOC
TIKANI URA KAMARI KAPA
MISI KAPA NANAM
CHIPI TAITA KAPA
NASU KAUKATA
************
************

(La medida del padre del felino hace arder lo silvestre. La medida de mi flor
abajo regalada afecta la medida del felino. La medida del padre del mono
suaviza mucho)
************
************

índice
 Tejas de Cusco
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Las tejas húmedas/secas de Cusco me joden con sus historias

secretas, trazas de gritos, risas y gemidos bajo la maldita cruz
profanando el cerro, autocontradictorias.
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(vivo al pie y me orina la putada nazarenada)

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Cerca está la niña del corderito cambiando blue jeans X trapos

españoles X una foto colorida de cincuenta céntimos, ambos
extraños a sí misma, ambos sumisos; ansiando (quizás) el/un/su
grito en el baile liberante.
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Estoy (lugar común) entre la lluvia y el sol teniendo a mi pequeña

estrella al lado. Gozo no siendo (Ella no lo entiende, todavía
procesa su no existencia)
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Soy (si quiero ¿cuando quiero?) la ira en ristre, la chamota

experimentada en el horno itinerante; pero soy tú siempre, mi
siempre/el siempre, corajoso confidente; angustiado, ancestral,
indetenible, impertinente (Leonidas ofrece el caldo de laureles al
loco intemporal que pienso/digo/espero me acompañe antes de la
batalla)
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Sabemos, tu/yo mismo dispersado (ilusión) que el 11/11 de hace

un ciclo decodó mi amada bestia feliz, iconoclasta, angustiosa;
evidenció la humanidad alambicada en el ron de tantos ladridos e
hizo danzante al autista en las noches musicales. Soy happy
siendo el/tu/mi perro, dueño de los íntimos barrios en Iquique,
Baires, Cusco y ahora en la esquina de mi paso; aquel que
meando demarca.
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¡Panfletario!
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Vida está
en la piedra
y no en este sitio
maloliente

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Es ángulo
y cristal
en la ruta
de los astros
que arrastran
en la pampa
genitales
caracoles

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Es su baba
mi semen
y aspìrina
sudor de
oros y mercurios
inmunidad
a políticos
arsénicos
por la
certeza
de formas
repetidas
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Al partir
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En tributo a la memoria de
Cecilia Bustamante amiga
y cómplice
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Partiendo crees necesario decantar

el aire sólido y con ella (la partida)
nuestra fragilidad, vidriosa y envolvente.
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Frágil como tu laberinto, duerme el mío,

plásticamente ardiendo en ansias
mutuas, recurrentes, remordidas.
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Tan tanto de tanto sin que importe

la cuenta, ni lagrimee inmerecidamente
la pasión tras los lienzos ocultantes.
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Si fuera viento, sería tú, si en cambio tú

seduciría vientos, pues las aves anidan
y procrean en mi pecho todavía.
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Segundos necesitará el nocturno, aún

posible, inconveniente (me pregunto
intrigado) que sueños nos unirán de lejos.
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Angustia viene al trote, misterio retornante

¿serás éter, proyecto, silencio intransigente,
roce, escapada o mirada insuficiente?
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Úrgeme tu piel motosa, esa tu madera

de antigua mandolina, el grito de la rosa
mercurial, gesticulante y tumultuosa.
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Tu casa está aquí, tu hogar incendiado,

tu reposo seguro en el barro moldeable
de mi amplio y mi pecho insuperable.
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Si tuviera que preñar estrellas, cabalgar

infiernos y sumirme en tu último regazo;
dormiría niño en la razón de tu rechazo.
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