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Ecuaciones Diofánticas
La teoría de números fue una de las disciplinas de estudio favoritas para los matemáticos
helenos de Alejandría a partir del siglo III a. C.. Destaca entre todos los matemáticos de la épo-
ca el ya mencionado Diofanto de Alejandría, quien escribió un tratado, “Aritmética”, de 13
libros de los que se conservan 6 en la actualidad. Esta obra fue traducida por los árabes y tra-
ducida al latín en el siglo XVI. Desde entonces muchos han sido los matemáticos que han tra-
bajado en estas ecuaciones como Lagrange, Euler, Gauss o Fermat.
Una ecuación es toda igualdad entre dos expresiones algebraicas, es decir, que contienen
una o más letras que llamaremos incógnitas. Resolver una ecuación es buscar todos los valo-
res de las incógnitas que satisfacen la igualdad. Dichos valores se llaman solución a la ecua-
ción. Si los miembros de la ecuación son polinomios se llama ecuación algebraica.
Llamaremos ecuación diofántica a toda ecuación con coeficientes enteros, de la cual solo
se desean las soluciones enteras, y más particularmente las naturales.
Las únicas ecuaciones diofánticas resueltas desde un punto de vista teórico son las linea-
les. Una ecuación diofántica lineal es toda aquella de la forma:a1·x1+a2·x2+…+an·xn=c siendo
ai,c, xi∈Z. Si c=0 la ecuación diofántica se dice que es homogénea.
2.2.Conceptos previas.
ALGORITMO DE EUCLIDES: Nos permite encontrar el máximo común divisor de dos números
enteros cualesquiera a y b, mediante la sucesión de divisiones hasta obtener un resto nulo:
a=c1·b+r1 0<r1<b
b=c2·r1+r2 0<r2<r1
r1=c2·r3+r3 0<r3<r2
….
rn-1=cn+1·rn rn+1=0
Ejemplo:
CUMULANTES: Sea una sucesión a1, a2, …, an podemos obtener otra sucesión, con termino recu-
rrente pn=pn-1·an+pn-2,partiendo de p-1=0 y p0=1:
p-1=0
p0=1
p1=p0·a1+p-1=a1
p2=p1·a2+p0=a1·a2+1
p3=p2·a3+p1=(a1·a2+1)·a3+a1=a1·a2·a3+a3+a1
[0]={n∈Z: resto(n:a)=0 }
[1]={n∈Z: resto(n:a)=1 }
…
[a-1]={n∈Z: resto(n:a)=a-1 }
Ejemplo: Z/mod(4) [0]={0,4,8,…}, [1]={1,5,9…}, [2]={2,6,10,…}, [3]={3,7,11}
Proposición: si a,b∈Z son primos relativos, entonces para cualquier c∈Z, el conjunto
{c+0·b, c+1·b, c+2·b, c+(a-1)·b} es un conjunto completo de Z/mod(a)
Dem: como son a elementos tendremos que ver que sus restos al dividir entre a son
0,1,…,a-1. Es decir no hay dos elementos con mismo resto. Veamos que es imposible por re-
ducción a lo absurdo: sean c+j·b y c+i·b de la misma clase mod(a), es decir mismo resto, enton-
ces (c+j·b)-(c+i·b)= a& (j-i)·b= a& (a y b primos entre si) (j-i)= a& ¡¡Imposible pues j-i<a !!
Igualdad 1: Sean a, b∈Z con b>0, a y b son primos entre sí (mcd(a,b)=1) sí y sólo si existen
m y n enteros también primos entre sí tales que 1 = ma+nb.
Igualdad 2: Sean a, b∈Z con b>0, a y b y tal que mcd(a,b)=d existen m y n enteros tales
que d= ma+nb.
∈ ℤ+:
4.1.Resolución ecuación Ax-By=C con A, B, C∈
1. Caso Homogéneo: Si d=mcd(A,B) podemos expresar A=a·d y B=b·d, siendo a y b primos
entre sí (mcd(a,b)=1). Luego la ecuación de partida es equivalente a a·x-b·y=0
x = t·b A B
Siendo t ∈ ℤ un valor arbitrario y donde a = yb=
y = t·a m.c.d .( A, B ) m.c.d .( A, B )
Demostración: La igualdad se puede expresar como ax = by. Como a y b son primos entre
sí, y en virtud del teoremas de Euclides de divisibilidad, implica que el entero b debe ser divisor
de x, con lo cual debe verificarse que x = bt siendo t entero. Sustituyendo, tenemos que
abt – by = 0 de donde y = at y por tanto hemos concluido lo que queríamos demostrar.
2. Caso completo: Para la ecuación lineal no homogénea Ax – By = C (A, B, ∈ Z+), basta con
conocer una solución particular (x0, y0) para reducirla a una homogénea.
Ax − By = C
⇒ restando miembro a miembro : A( x − x0 ) − B( y − y 0 ) = 0
Ax0 - By0 = C
Tomando ahora como incógnitas X = x – x0 e Y = y – y0 la ecuación queda reducida a AX –
BY = 0, cuya solución general es, como vimos en el apartado 1): X=t·a, Y=t·b
x = x 0 + t·b A B
Siendo t∈ ℤ un valor arbitrario y donde a = y b=
y = y 0 + t·a m.c.d.(A, B) m.c.d.(A, B)
Demostración:
Si A, B son primos es trivial pues entonces m.c.d (A, B) = 1. Supongamos pues que no son
primos.
Sea d = m.c.d (A, B). Tendremos que A = a·d y B = b·d siendo m.c.d (a, b) = 1
Como m.c.d (a, b) = 1, por la igualdad de Bezout existen h, k ∈Z tales que a·h + b·k = 1.
Multiplicando por c·d llegamos a (a·h + b·k)·c·d = c·d, multiplicando y reordenando se tiene
que a·d·c·h + d·a·c·k = c·d, es decir, A(c·h) – B(-c·k) = C. Por lo tanto, hemos obtenido una
solución (c·h, -c·k) de la ecuación Ax – By = C.
Si nos vamos a la solución general, las soluciones naturales se obtendrán para valores del
parámetro t que cumplan:
− x0 − y0 − x − y0
t> yt> t > max 0 ,
b a b a
Por tanto habrá infinitas soluciones naturales a esta ecuación diofántica, tantas como valo-
res puede tomar t.
∈ ℤ+
4.2.Resolución de la ecuación Ax+By=C con A, B,C∈
Todos los resultados anteriores son válidos excepto pequeñas modificaciones. La solución
general para la ecuación homogénea Ax + By = 0 vendrá dada por:
x = t·b A B
Siendo t∈ ℤ un valor arbitrario y donde a = yb=
y = −t·a m.c.d .( A, B ) m.c.d .( A, B )
La diferencia más relevante estriba ahora en lo referente a las soluciones naturales donde
− x0 y
ahora t toma valores < t < 0 , por lo que ahora sólo habrá un número finito de solu-
b a
ciones naturales.
Sabemos que c - 0·b, c - 1·b, c - 2·b, ..., c – (a-1)·b constituye un sistema completo de
números incongruentes (módulo a). Por tanto uno de ellos y sólo uno, da cero al dividir entre
a, es decir, habrá un único c-nb múltiplo de a: c-nb =ma, de donde ma + nb = c, y por tanto,
(m,n) es solución particular de la ecuación diofántica.
359 − 35 x
Despejamos y = y ensayando para x = 0, 1, 2, 3,…,18 encontramos que para
19
x = 7 resulta y = 6, que nos dará la solución particular (7, 6).
Ahora si los coeficientes a, b son muy elevados este método resulta muy tedioso pues ten-
dremos que probar con gran cantidad de números. Para solucionarlo podemos trasformar esta
ecuación diofántica en otra más sencilla:
7 + 78 y '
Resolvemos 29 x '−78 y ' = 7 x ' = probando con y’={0,1,…28} sale y’=4
29
y’=4 e x’=11 y=4x’+y’=48, x=1+y+x’=60
La existencia de x’, y’ está garantizada por la identidad de Bezout, al ser el m.c.d (a, b) =1.
Para hallar x’, y’ recurrimos al algoritmo de Euclides.
(1) 1 = r1 - r2C3
(2) b = r1C2 +r2 (1)+C3(2) 1 + b C3 = r1 (1+ C2C3)
Y para nuestro caso: x’= 11; y’=-38, con lo cual, la solución particular de la ecuación dada
es: x0 = x’·c = 77 y y0 = y’·c =- 266.
Teorema: La condición necesaria y suficiente para que la ecuación diofántica lineal con n
incógnitas a1 x1 + a 2 x 2 + K + a n x n = C admita solución en ℤ, es que el m.c.d.(a1, ..., an) sea
también divisor de C
Existen varios métodos de resolución de estas ecuaciones aunque sólo daremos uno. Va-
mos a verlo para n = 3, aunque puede generalizarse para cualquier número de incógnitas.
Procedimiento de resolución
a1 a2 a3 a1 x + a 2 y + a3 z = k
b1 b2 b3 = 1 el sistema b1 x + b2 y + b3 z = k ' admite solución única en ℤ, para cua-
c1 c2 c3 c x + c y + c z = k ' '
1 2 3
lesquiera tres números k, k’, k’’ (Teorema de Rouche-Frobenius) . Por Cramer la solución del
k a2 a3 k a2 a3 a1 k a3 a1 k a3 a1 a2 k a1 a2 k
k' b2 b3 k' b2 b3 b1 k' b3 b1 k' b3 b1 b2 k' b1 b2 k'
k'' c2 c3 k'' c2 c3 c1 k'' c3 c1 k'' c3 c1 c2 k' ' c1 c2 k' '
sistema es x = = , y= = , z= =
| A| 1 | A| 1 | A| 1
En particular, si tomamos k=c y variamos k’ y k’’, la solución del sistema nos determinará
todas las soluciones de la ecuación a1 x + a 2 y + a 3 z = c .
El problema se reduce pues a encontrar las dos ternas (b1, b2, b3) y (c1, c2, c3).
Por la identidad de Bezout, si m.c.d.(a1, a2) = g existen r, s ∈ ℤ tales que: r·a1+ s·a2 = g.
Puesto que m.c.d.(a1, a2, a3) = m.c.d.(g, a3) =1, existen u,v∈ ℤ tales que u·g + v ·a3 = 1
a1 a2 a3
El determinante − s r 0 = ug + v·a3 = 1
av a2 v
− 1 − u
g g
− a1v − a 2 v
De este modo, las ternas (-s, r, 0) y , , u cumplen las condiciones deseadas.
g g
Ejemplo: 8x+10y+3z=34
8 10 3 8 x + 10 y + 3 z = 34
−1 1 0 = 1 Sistema: − x + y = k '
− 4 − 5 −1
− 4x − 5 y − z = k ' '
34 10 3 8 34 3 8 10 34
x = k ' 1 0 = 34 − 5k '+3k ' ' , y = − 1 k ' 0 = −34 + 4k '−3k ' ' , z = − 1 1 k = 34 + 2k ' '
k' ' − 5 − 1 − 4 k'' −1 − 4 − 5 k' '
x + y = b
Si resolvemos en ℕ, debemos exigir b>c
x − y = c
b+c b−c
Resolviendo el sistema se obtiene: x = ; y=
2 2
Luego, la ecuación admite solución siempre que haya parejas de valores enteros b y c de la
misma parida tales que b·c = a. Ello es posible siempre y cuando la descomposición en factores
primos de a no contenga el factor 2 elevado a 1 (pues entonces sería uno par y otro impar).
Ejemplo: x2-y2=48
48=24·3=4·12=2·24=6·8
x + y = 12 x + y = 24 x + y = 8
→ x = 8, y = 4 , → x = 13, y = 11 , → x = 7, y = 1
x− y =4 x− y =2 x − y = 6
6.2.Ecuación Pitagórica
Esta ecuación tiene un claro significado geométrico, pues está íntimamente ligada al trián-
gulo rectángulo. Resolver la ecuación en ℕ equivale a encontrar todos los triángulos rectángu-
los cuyos lados son conmensurables entre sí.
Sabemos que existe al menos una solución: la terna (3, 4, 5) que constituye los lados del
triángulo egipcio. Es obvio que a partir de una solución, x = a, y = b y z = c se obtendrán infini-
tas soluciones multiplicando por un número cualquiera λ, ya que (λa, λb, λc) también cumplen
la ecuación y que geométricamente representan, para cada valor de λ, triángulos semejantes
al dado. Entonces el problema se reduce a hallar soluciones (x, y, z) que sean primas entre sí. A
tales ternas las llamaremos soluciones primitivas.
Proposición: Si dos de los números x, y, z tuviesen un divisor primo común veamos que el
otro también tendría dicho divisor.
Conclusión: “Los números pitagóricos que formen una solución primitiva de la ecuación
diofántica deben ser primos dos a dos”
Condiciones de x, y, z:
Así podemos suponer que x es impar, y es par (y = 2u) y que x, y, z son primos dos a dos.
Por tanto el problema se reduce a encontrar los resultados de la ecuación x2 + 4u2 = z2. De la
ecuación anterior tenemos z2 - x2= 4u2, que puede escribirse como:
2 2
z x z x z x
− =1⇒ − + =1
2u 2u 2u 2u 2u 2u
z x p
Si (1) + = es un número racional (m.c.d(p,q) = 1) su inverso es
2u 2u q
z x q z x z x
(2) − = (pues + · − = 1 ).
2u 2u p 2u 2u 2u 2u
Tendremos:
z p q p2 + q2 x p q p2 − q2
(1)+(2) = + = y (1)-(2), = − = . En ambas igualdades las
u q p pq u q p pq
fracciones del primer y tercer miembro son irreducibles por lo que podemos escribir:
u = p·q , z = p2 + q2 , x = p2 - q2
Concluimos que las soluciones primitivas de la ecuación pitagórica vendrán dadas por:
x = p 2 − q 2
y = 2 pq donde p y q han de ser primos entre sí y además de distinta paridad.
z = p 2 + q 2
Matemáticos de todas las épocas han tratado de hallar la sencilla demostración menciona-
da por Fermat o, por lo menos, una prueba de la validez o falsedad de la célebre conjetura.
Pero, hasta hoy, nadie había tenido éxito y el famoso problema era uno de los más importan-
tes no resueltos de la teoría de los números. Los esfuerzos por desentrañarlo, sin embargo,
aunque repetidamente fallidos en su propósito esencial, fructificaron en otros resultados de
importancia matemática; por ejemplo, la teoría de la factorización de números ciclotímicos
(iniciada por Kummer y mejorada por Dedekind con la introducción de los factores ideales)
condujo al desarrollo del álgebra abstracta.
Sin embargo, en 1993, el matemático británico Andrew Wiles bosquejó en una conferencia
que dio en Cambridge la prueba de otra conjetura, denominada la de Shimura-Taniyama-WeiI;
de ser cierta -se comprendió inmediatamente-, tal prueba dejaría demostrado el último teo-
rema de Fermat. En los dos años transcurridos desde entonces, la prueba de Wiles, que es
complejísima y ocupa unas doscientas páginas, ha sido aceptada por la comunidad matemática
internacional y, en consecuencia, se considera demostrada la conjetura de Fermat, aunque por
un camino que parece muy alejado de la sencilla demostración que mencionó este, acerca de
cuya posibilidad, pues, hay motivos de duda.
Son las ecuaciones diofánticas una buena herramienta para trabajar con los alumnos de al-
tas capacidades que las matemáticas del currículo le resultan poco motivantes.