Un titular de un periódico español, de hace unos días: “Empleo [quiere decir el Ministerio de ese nombre] ve positivo premiar a las empresas que contraten y mantengan en sus plantillas a los trabajadores de más edad”. Vale, pero la Responsabilidad social no es eso. “Al final, la gente hace aquello para lo que le pagan”, decía Kenneth Andrews, un mítico profesor de la Harvard Business School, hace ya muchos años. Si pagan a las empresas por conservar a los mayores, lo conseguirán, claro, pero seguramente será a costa del empleo de jóvenes, o de los de mediana edad. El Estado no debería gastar el (escaso) dinero que tiene para conseguir objetivos parciales, discutibles. Lo primero es preguntarse: ¿por qué las empresas no tienen interés en conservar a sus empleados de más edad? Posiblemente, porque les salen muy caros: su productividad no crece a la velocidad de la de los jóvenes, les falta formación para los nuevos empleos, quizás sus jornadas no son las adecuadas. Ahí es donde habrá que actuar. Y, ¿qué pensará un empleado de más edad, si su jefe le dice: te iba a despedir, pero como me dan ventajas para mantenerte, no te despediré? Seguramente dirá: ¡qué socialmente responsable es mi empleador! ¿Sí? thoughts on “La Responsabilidad social no es eso”
1. Fernando Molinas Navarro dice:
mayo 4, 2016 a las 11:16 am
Una empresa es un colectivo de responsabilidades, y si la edad
parece menguar rendimiento individual, entonces afectará por igual a la cúspide como a la base, por lo tanto ¿desde la propiedad al último empleado han de ser todos jóvenes? Me parece precipitado concluir eso.
Lo que sí he constatado en mi trayectoria profesional es que con la
edad en general se pierden miedos, ¿no puede ser ésa una base de dichas predilecciones por la juventud?
Siempre que he preguntado ¿qué te es más difícil motivar o
atemorizar?, las contestaciones han girado en torno a la edad.