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ELMowrror De LA EpucactONCOMON
ORGANO DEL CONSEJO NACIONAL DE EDUCACION a
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- 1925 -z CONSEJO
Presidente: Dr.
Ernesto H. Celesin
Vice Presidente: Dr. Francisco M. Alvares
Vocal: Prof. Jorge A. Boero
» Sra, Carmen 8. de Pandolfini
» Dr. Guillermo R, O'Reilly
Secretario Gener:
Dr, Mario E. Rébora
SECRETARIA
Pro-Secretario: Sr. Pablo A. Cérdoba
Oficial Mayor:
Oficial Primero:
DIRECCION ADMINISTRATIVA
Director: Sr. Segundo M. Linares
CONTADURIA
Contador General: Sr. Néstor Carow
Sub-Contador: Sr. Juan Gaggero
TESORERIA
‘Tesorero: Sr. Abel del Castillo
Sub-Tesorero: Sr. Ricardo Figueroa
CONTRALOR
Jefe: Sr. Juan I. del Castillo
OFICINA DE COMPRAS
Jefe: Sr. Carlos Mendoza
OFICINA DE SUMINISTROS
Calle Directorio 1781
Jefe: Sr. José V. Pereyra
20, Jefe: Sr. José Gené
ESTADISTICA
Director: Dr, Alfredo Ardoino Posse
Sub-Director: Sr. Mariano Ramos Mojfa
DIRECCION PERSONAL
Jefe: Sr. Enrique Louton
20, Jefe: Sr. Constantino Lorenzo
MESA DE ENTRADAS
Tete:
20. Jefe: Sr. Agustin Fernandes
MUSEO ESCOLAR SARMIENTO
(Chareas 1081)
Director: Sr. Luis Maria Jordén
Sub-Director: Sr. Carlos A. Salinas
Sr. Ramén Carou
Sr. Atilio D. Piano
ARCHIVO
Jefe: Sr. Federico Presas
OFICINA JUDICIAL
(Tucumén 1152)
Abogado Jefe: Dr. Manuel Oris
Abogado auxiliar: Dr. Hilmar Digiorgio
ASESORIA LETRADA
Abogado Asesor: Dr, Rail Artigas Vida)
DIRECCION GENERAL DE ARQUITECTURA,
Director General: Arq. Juan Waldorp (h.)
Sub-Director: Sr. Alberto Gelly Cantilo
BIBLIOTECA
Director: Leopoldo Lugones
C. MEDICO ESCOLAR
Médico Jefe: Dr. Enrique M. Olivieri
INSPECCION DE COOPERATIVAS
Inspector: Dr. Carlos Gatti
INSPECCION TECNICA DE LA CAPITAL.
Inspector General: Sr. Mariano Arancibia
Sub-Inspector Gral: Sr. Francisco D. Herr
INSP. DE ESCUELAS NOCTURNAS Y
MILITARES
Sr. Alfredo Isaurralde,
Sr, Segundo Moreno
Inspector Gpneral
Sub-Inspector Gral
INSP. DE ESCUELAS PARTICULARES
Inspector Geferal: Sr. José de San Martin
Sub-Inspector Gral.: Sr. Valentin Mestroni
INSPECCIONES ESPECIALES
Inspector de Mésica: Sr, Miguel Mastrogiani
Inspectora de Dibujo: Sra, Alcira H. de Molina
Inspectora de Labores: Sra, Adela L. de Pita
Inspestora de E. Doméstica-(encargada auxiliar), Srta, Maria Luisa MegyBL Mowrror oe La Epocact
ORGANO DEL CONSEJO NACIONAL DE EDUCACION
ARO 43 BuENos Armes, Marzo 31 DE 1925 “Nw 627
La educacién en Atenas
Menos rudos que los espartanos en sus procedimientos para criar
nifios, procuraban sin embargo que fueran sanos y robustos. Los
filésofos predieaban la lactancia materna y avergo yaban a las j6-
yenes madres que encomendaban esta tarea a nodrizas de Tesalia
0 del Peloponeso (consideradas las mas robustas).
Pottier en L’Artiste dice lo siguiente sobre los pormenores que
se han descubierto en vasos pintados: ‘‘Vemos muchachos corrien-
do, arrastrando carros mintiseulos de dos ruedas; un nifio de tres
afios apenas, sentado en el suelo parece muy ocupado en juntar
tierra alrededor de una ramita, que es para él sin duda un arbol
frondoso. Otro menos prudente y abandonado a sus instintos glo-
tones, va arrastrandose a cuatro pies hacia wna mesa cargada de
manjares y golosinas, dispuesto a entrar a saco en. la comida de
un compafiero olvidadizo. Con frecuencia se ven animales mezela-
dos en estos juegos. Se engancha un perrillo carifioso a un coche-
cillo, y se tienen por anticipado las emociones de las carreras en el
cstadio, en que algG@n hermano mayor ha logrado el premio. A
falta de caballo se echa mano de un inocente pato y se trata de en-
gancharle para acostumbrarlo a la equitacién. Un vaso nos muestra
un muchaeho que va a todo correr perseguido por un perro que le
va a los aleances, ensefiando los dientes y tratando de coger la
torta que el fugitivo leva en la mano. El coche de cabras, clasica
diversion de nuestros pequefios, existia en Atenas.’”
La ensefianza no era dada en Atenas por el estado, ni por
corporaciones semejantes a nuestras congre; aciones religiosas.
“Habia disposiciones legislativas sobre la edueacién. La ley por
ejemplo obligaba a los padres a hacer que sus hijos se instruyeran ;
pero muy prorito las costumbres nacionales, la aficién natural del
pueblo ateniense a las cosas del espiritu, hicieron esta preseripcién
casi innecesaria. No servia més que para preservar de la completa
ignorancia a los nifos que por su pobreza tenian que dejar de ir
a la escuela, porque hay que convenir en que, si en el siglo V y IV
hay en el Atica pocos analfabetos, no todos los ciudadanos, ni
mucho menos tienen la misma cultura. No hay programa por otra
parte trazado por el legislador, que se contenta con indicar a los
profesores un cuadro muy general dejandoles el cuidado de Me-
narlo como les parezca. Nada de decretos de la Asamblea mezelan-
do al pueblo en cuestiones de educacién; las leyes pedagégicas que