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SINONIMIA

I. D if e r e n c ia s en t r e l o s s in ó n im o s

“ Las palabras*', observó en cierta ocasión el Dr. Johnson, “rara


vez son exactam ente sinónim as’'. M acaulay ha expresado la m is
m a idea en térm inos que por sí solos se recom iendan al lingüista
m oderno: "Cam bia la estructura de la oración, sustituye un sinó
nimo por otro, y el efecto to tal quedará destruido” 1. En la lingüís
tica contem poránea se ha vuelto casi axiomático el que la completa
sinonimia no existe. En palabras de Bloomfield, “ cada form a lingüís
tica tiene un significado constante y específico. Si las formas son
fonéticam ente diferentes, suponemos que sus significados tam bién
son diferentes... Suponemos, en resumen, que no hay verdaderos si
nónim os” 2. M ucho antes que Bloomfield, Bréal había hablado de
una “ ley de distribución” en el lenguaje, según la cual “ palabras que
debieran ser sinónimas, y que lo fueron en el pasado, han adquirido
significados diferentes y ya no son intercam biables” (Essai d e séman-
tique, pág. 26).
Aunque hay, sin duda, mucho de verdad en estas afirmaciones,
sería erróneo negar la posibilidad de la sinonimia completa. Bastan
te paradójicam ente, la encontram os donde menos se esperaría: en
las nom enclaturas técnicas. El hecho de que los térm inos científicos
estén precisam ente delim itados y sean em ocionalmente neutros nos
perm ite hallar, de una m anera muy definida, sí dos de ellos son com
pletam ente intercam biables, y la sinonimia absoluta no es, en modo
alguno, infrecuente. Recientes estudios sobre la formación de term i
nologías in d u striales 3 han m ostrado que a veces surgirán varios
1 A m b a s c ita s s o n d e l N E D .
3 Language, pág. 145; cf. igualmente H o c k e t t , op. cit., págs. 130 y sgs. P a r a
u n a opinión u n tanto diferente ver P ik e , op. cit., parte III, pág, 91 y págs. 95 y sgs.
Sobre sinonimia en general, pueden consultarse los siguientes trab ajo s: B a l l y .
Traité de stylistique, vol. I, passim, esp. págs, 140-54; W. E. C o i x i n s o n , “C o m -
parative Synonymics: Some Principies and Ulustrations”, Transactions o f the
Pkilological Society, 1939, págs. 54-77; A . D a u z a t . “ L ’étude des synonymes".
Eludes de linguistique franfaise. 2.* ed., París, 1946, págs. 3-24; JESPERSEN,
G row th and Structure, págs. 91 y sgs. y 123 y s g s ; Y . D. A p r e s y a n . “Problema
sinónim a”, Voprory Jazykoznanlja, 1957, n.° 6, págs. 84-8; G . P o a i- E lu n g i, “Si
nonim ia gramalicalS” , O magiu luí A . Graur, págs. 645-56.
* P. J. W e x le r , L a form ation du vocahulaire des chem ins de fe r en F ranee
(1778-1842), G inebra-Lila, 1955; S. S tu b e liu s , Airship. A ero plañe. Aircraft. Stu-
sinónimos en torno a un invento nuevo, hasta que finalmente se se
paren. Semejante sinonimia puede incluso persistir durante un pe
ríodo indefinido. En medicina hay dos nombres para la inflamación
del intestino ciego: cecitis y íiflitis; el primero procede de la pala
bra latina que significa “ciego”, y el segundo de la palabra griega
En fonética, consonantes tales como la s y la z se conocen por espi
rantes y fricativas, y c! mismo escritor puede emplear ambos térmi
nos como sinónimos La propia palabra semántica tiene un sinóni
mo algo engorroso en semasiología, que ahora apenas se usa en in
glés y en francés, pero que está firmemente establecido en algunos
otros idiomas. Una forma distinta de sinonimia resulta de la coexis
tencia de términos nativos y grccolatinos en ciertas nomenclaturas
técnicas. F.l lingüista alemán, por ejemplo, puede escoger entre Laut-
leftre y Phonetik, Formenlehre y Morphologie, Bedeittungslehre y
Sem antik (o Semasioíogie), y como estos sinónimos se usan en los
mismos contextos, y n veces hasta en el título del mismo libro3, ape
nas se puede hablar siquiera de diferencias estilísticas entre ellos.
En el lenguaje ordinario, raramente cabe ser tan positivo acerca de la
identidad de significados, ya que el asunto se complica por la va
guedad, la ambigüedad, las tonalidades emotivas y los efectos evo
cadores; pero aun así se pueden encontrar ocasionalmente pala
bras que son en todos los sentidos intercambiables; se ha sugerido,
por ejemplo, que alm ost [casi] y nearjy [aproximadamente] son ta
les sinónimos “integrales”
N o obstante, es perfectamente cierto que la sinonimia absoluta
se opone a nuestro modo general de considerar el lenguaje. Cuando
vemos palabras diferentes, suponemos instintivamente que debe
haber también alguna diferencia en el significado, y en la inmensa
mayoría de los casos hay, en efecto, una distinción, aunque quizá
sea difícil formularla. M uy pocas palabras son completamente si
nónimas en el sentido de ser intercambiables en cualquier contex
to sin la más leve alteración del significado objetivo, el tono senti
mental o el valor cvocativo.
El profesor W. E. Collinson ha realizado un interesante inten*

die.t in lhe If ixt v ry of lerm x f o r A ircra f t in English. G o l e m b l i r g o , 1 9 58 ; Id., Bal-


loon. Fl\ing-m <it hinc, H rlicopt cr. Furt h er St udies i/i t he H ist ory of Term s f or
A ir a u f t in r.nglish, ( j n ic m b n r g o , 1960.
1 S u b re esm s p a la b r a s , v é a s e r c tic n lc m c n le C . S c h ic k , II Unguaggio, T u r í n ,
l'HíO. p;íg.
2 “ j l j c m p l o s de tales " e s p i r a n t e s " o “ f r i c a t i v a s ” , c o m o se les H a m a , so n la
s, [a y In y I S a p i r , Language, p;Sg. 51).
1 C o m o , v. g r ., e n Ja o b r a i l o K r o n a s s k r , Handbuch der Semasioíogie. q ue
(¡ene e l s u b t i t u l o : Kn rze F.injíihrung in die Geschicht e. Probiem at ik und Ter-
m inoioyje tfi r fít'dí'titung.'rfehre. o e n la de E. Struck. Redeut uft gslehrc. Gn t n d iil •
ge c . 'i r r Uit rit t ivchcn und gricchit chen Semosiologic.
4 ( d i t iNsnN. !<»-. a t., p;tg. 58.
to de tabular las m ás típicas diferencias entre los sinónim osl. Dis
tingue nueve posibilidades:
1) Un térm ino es más general que o t r o : refuse [rehusar] — re
je t [rechazar].
2) Un térm ino es m ás intenso que o tro : repudíate [repudiar]
— refuse.
3) Un térm ino es más em otivo que o tro : rejet — decline [de-
clinar],
4) Un térm ino puede im plicar aprobación o censura moral,
m ientras que el o tro es n e u tro : th rifty [frugal] — economical [eco
nómico].
5) Un térm ino es más profesional que o tro : decease [falleci
miento] — death [muerte].
6) U n térm ino es más literario que o tro : passing [acabamiento,
partida] death.
7) U n térm ino es más coloquial que o tro : tu m down [desechar,
dar de lado] — refuse.
8) Un térm ino es más local o dialectal que o tro : escocés
flesher (tablajero] — butcher [carnicero].
9) Uno de los sinónimos pertenece* a l habla infantil: daddy
[papá] — father [padre].
Algunas de las susodichas categorías incluyen varías subdivisio
nes. Bajo 6), los térm inos literarios pueden dividirse en poéticos, ar
caicos y o tro s; bajo 7), el lenguaje coloquial com prende algunas va
riedades, tales com o el habla familiar, la de germanía y la vulgar.
Si se mira más atentam ente esta serie, se observa que las nueve
categorías caen dentro de diversos grupos distintos. Los núm eros 8)
y 9) quedan aparte del resto, ya que el dialecto y el habla infantil es
tán realm ente fuera, o, en el me¡or de los casos, en las m árgenes del
inglés clásico. El núm ero 1) se refiere a diferencias objetivas entre los
sinónimos, el número 2) combina los factores objetivos y emotivos,
el 3) y el 4) son emotivos, m ientras que el 6) y el 7) encierran efec
tos evocadores que, com o ya sabemos, son un tipo especial del sig
nificado emotivo.
El m ejor m étodo para la delimitación d e los sinónim os es la prue
ba de sustitución recom endada por Macaulay. Esta, com o se recor
dará, es uno de los procedim ientos fundam entales de la lingüística
moderna, y en el caso de los sinónimos revela a la vez si, y hasta
qué punto, son intercam biables. Si la diferencia es predom inante
m ente objetiva, a m enudo se hallará una cierta superposición parcial
' Ibíd., pága. 61 y sgs. C om o el profesor C o l l i n s o n apunta, su sistema se basa
rn el artículo de O. D e v o t o , “Sinonim ia”, de la Enciclopedia Italiana, joocr, p á
gina 857. Se observará que una sola palabra puede ser sinónima de una frase;
refute—(urn down [dar de lado].
en el significado: los térm inos en cuestión pueden ser intercam bia
dos en unos contextos, pero no en otros. Así, broad [amplio] y wide
[ancho] son sinónim os en algunos de sus u s o s : el broadest sen se"
[sentido más amplio] de una palabra es lo mismo que su “widest
sense", etc. En otros contextos, solo puede emplearse uno de los dos
térm inos: decim os "five foot tríete" [cinco pies de ancho], y no
broad; un “broad accent” [acento rudo, grosero], pero no wide, etc.
Si, por o tro lado, la diferencia entre los sinónimos es prim ordialm en
te em otiva o estilística, no puede haber superposición en m odo algu
no: por m uy próxim os que estén en cuanto al significado objetivo,
pertenecen a registros o niveles de estilo totalm ente diferentes, y
norm alm ente no pueden intercam biarse. Es difícil imaginar cualquier
contexto—salvo uno deliberadam ente cómico o irónico—en donde
m ingy (roñoso] pueda reemplazar a auaricious [avaro] o donde pop
off [largarse de sopetón] pueda ser sustitutido por pass away [partir].
Cabe tam bién distinguir los sinónimos encontrando sus opuestos
(antónimos). Así, el verbo decline es m ás o menos sinónimo de rejet
cuando significa lo opuesto de acept [aceptar], pero no cuando es
opuesto a m e [elevarse, levantarse]. Deep [hondo] equivaldrá en
parte a profound [profundo, intenso] en “deep sym paty" [honda
simpatía], en donde su opuesto sería superficial, pero no en “deep
w ater” [agua profunda], en donde su antónim o es shallow [somero,
de poco fondo o calado].
Todavía otra m anera de diferenciar los sinónimos consiste en or
denarlos en una serie en la que sus significados y tonalidades dis
tintivas destacarán por contraste, como, por ejemplo, los varios ad
jetivos que denotan v elo cid ad : quick [vivo], sw ift [veloz], fast
[apresurado], nim ble [raudo], fleet [ligero], raptd [rápido], speedy
[acelerado] *.
Hay una divertida dem ostración de las diferencias entre los sinó
nimos en A s Yon L ike It, acto V, escena 1, en donde Touchstone,
el bufón, ejercita su agudeza profesional a costa de un joven canv
pesino sin instrucción:

T herefore, you clow n, abandon—which is in the vulgar leave—the socie-


ty—which in the boorish is company— of this female—tvhich in the common
i» woman—w hich together i s : abandon the society of this fin ía le ; or, clown,
thou p erishest; or, to th y better understanding, d ie st; or, to wit, I kill thee,
m ake thee away, transíate thy life into deaih *.

* Cf., sobre este g r u p o de sinónim os, G . S t e r n , “ SSvift, Swlftly" and their


Synonyms. A Contribution to Semantic Analysís and Theory, G óteborgs Hfigsko-
]»» Arsskrift, X X V I I , 1921. y E . O k s a a r , SemantiS'che Studien ¡m Stnnbereich
der SchnelUakeit. "PWlilich, schnetl" und ihre Synonymik..., U psaía, 1958/
* "P or consiguiente, rústico, abandonad (o, en lenguaje vulgar, dejad) la socie
dad (que en estilo grosero es compañía) de esta hem bra (que en idioma común
Las distinciones entre los sinónim os son un gran desafío a la in
geniosidad del lexicógrafo. P ara m uchas lenguas existen dicciona
rios especiales de sinónim os1; en Francia, en particular, hay una
larga tradición de ellos, que culm inó hace un siglo en el famoso
Dictionnaire des synonym es d e la ¡angue frangaise, de B. Lafay« *
Inevitablemente, hay m ucho de arbitrariedad en algunas de estas
sutilezas verbales. En el siglo xvn se intentó distinguir en tre las
dos palabras francesas para significar "agradecim iento", reconnais-
sanee [reconocimiento] y gratitude [gratitud], estableciendo que la
prim era debía usarse cuando se devolvía un bien recibido, y la se
gunda, cuando se era incapaz de obrar a s í3. U n sinonim ista del si
glo xvm pretendió clasificar cuatro sinónim os que significan “hol
gazán” o “descuidado”, sugiriendo que indolent [indolente] implica
falta de sensibilidad, nonchalant [desidioso] falta de ardor, pares-
seux [perezoso] falta de acción, y négiig/ent [negligente] incuria pro
piam ente d ic h a 4. M ás recientem ente, la tradicional sinonim ia de
las dos palabras para designar “río ”, fleuve y riviére, ha sido re-,
suelta reservando fleuve para un río que desemboca en el m ar,
m ientras que una riviére desagua en otro r í o 5. De m ás está decir
que los interlocutores ordinarios no siem pre cum plen estas reglas
sofisticadas; muchos, ni siquiera las conocerán, y en cualquier caso
no hay nada parecido a la uniform idad en los diccionarios. Con
todo, estos ejercicios de análisis lógico han aguzado ciertam ente
el sentido de los franceses para los m atices m ás finos de su idio
ma; de hecho, como el profesor H arm er ha indicado hace poco,
muchos de los celebrados m oralistas del siglo x v m aplicaron, en
una form a más ingeniosa y m ás literaria, el mismo m étodo que los
sinonimistas 8.

te llama m ujer); palabras que, en conjunto, quieren decir: rústico, ab and o na la


sociedad de esta m ujer, o pereces; o, p a ra hacértelo com prender m ejor, m u e r e s;
o sea que te m ato, que te exterm ino, que cam bio tu vida en m uerte." S rak b -
s f e a r e , Obras completas, 10* ed., M adrid, 1951, pág. 1237.—C f. JEsrcatAK,
Growth and Structure. pág. 91.
J Véase esp. C. D. B uck. A Dictionary of Selected Synortyms ti» the Principal
Jndo-European Languages, Chicago, 1949; C o llin s o n , loe. cit., pága. 56 y i f t . ;
F. D o rn s e iff, “Buchende Synonymilc” , Neue Jahrbücher für dos klassische A l-
tertum, xlvii (1921), págs. 422-33, y su libro. Der deutsche Wortschatz ttach Sach-
gruppen, que ya ba sido mencionado.
’ V er L. C. H arm er, The French Language Today. lis Characterixtics and
Tendencies, Londres, 1954, págs. 93 y sgs.
* B ru n o t, Histoire de la ¡angue franjeóse, IV , 1, pág. 522.
* H a r m e r , op. cit., pág. 99.
* L. F o u l e t , “Fleuve et rivtér*", Romance Philobgy, n (1949), pág», 285-97.
'Op. cit., págs. 106 y sgs.; cf. anteriorm ente, págs. 141 y sgs.
IT. Mo d el o s s in o n ím ic o s

Los recursos sinonímicos de una lengua tienden a formar cier


tos modelos característicos y m edianam ente consistentes. En el in
glés, por ejemplo, los sinónimos están organizados de acuerdo con
dos principios básicos, uno de los cuales com porta una escala do
ble, y el otro una escala triple.
La escata doble—lo “ sajón" contra 3o “latino", como usual-
mente se le llam a—es demasiado conocida para requerir un comen
tario detallado *. H ay en inglés incontables parejas de sinónimos en
las que un térm ino nativo se opone a otro tom ado del francés, el la
tín o el griego. En la mayoría de los casos la palabra nativa es más
espontánea, m enos formal y pretenciosa, m ientras que la extranje
ra tiene, con frecuencia, un aire erudito, abstracto e incluso abstru-
so. Puede haber tam bién diferencias em otivas: el término “sajón"
suele ser m ás cálido y m ás íntim o que su contraparte extranjera-
Asimismo, fonéticam ente, la últim a tendrá a veces una apariencia
extraña, no asim ilada; propenderá igualm ente a ser más larga que
la palabra nativa, la cual ha estado som etida al efecto erosivo del
cambio de sonidos. Hay muchas excepciones a este patrón 2, pero
se repite con tan ta persistencia que, evidentem ente, es fundamental
para la estructu ra de la lengua. Cabe señalar que el térm ino “nati
vo" no hay que tom arlo en un sentido estrecham ente etimológico:
puede incluir palabras de origen extranjero que se han vuelto com
pletam ente inglesas tanto en la forma como en el significado, tal
como, por ejemplo, el adjetivo popish en contraposición al erudito
papal.
Bastará citar unas cuantas m uestras de esta norma sinonímica.
Todas las partes principales de la oración están envueltas en el pro
ceso; adjetivos:
bodily corporeal [corporal]
brotherly fraternal [hermana!, fraternal]
h eavtnly celestial [celestial]
idle olíase [haragán, ocioso]
inner interna! (interior) [interno, interior]
learned erudite [instruido, erudito]
lying mendacious [em bustero, mendaz!
Sharp acule fafilado, agudo]
.tooty fultginous [hollinicnto, fuliginoso]
siarry siderenl [estrellado, sideral]

Véa»e. v. gr.. I* magistral discusión de J b s p e r s e n , en Growth and Stnicturt.


capítulo* 5 y 6.
’ Cf. A. C. B a u o h . op. cit.. náps. 225 y sgs.
verbos:

answer reply [responder, replicar]


buy parchase (comprar, mercar]
read peruse [leer]
tire (weary) fatigue [cansar, fatigar]

nom bres:

fiddle violín [violto]


friendship amity (amistadj
help aid [auxilio, ayuda]
player actor [comediante, actor]
wire telegram [telegrama]
wireless radio [radio]
world universe [mundo, universo]

La facilidad con que pueden m ultiplicarse los ejemplos paten


tiza lo esparcida que está esta norm a e a el inglés. E n su conferen
cia en torno a "El im pacto del francés sobre el inglés”, el profesor
O rr ha bosquejado el clim a psicológico y social en que este patrón
tom ó íorm a tras d e la conquista de los n o rm an d o s:

Durante más de doscientos años, tas cosas intelectuales, las cosas perte
necientes al espíritu, fueron simbolizadas por palabras que tenían un sabor
de alejamiento, de altiva cortesía, palabras con fragancia de la escuela más
bien que del hogar, palabras que a menudo tenían por su parte sinónimos
más humildes, más humildes, pero usados para expresar las cosas que están
más cerca de nuestros corazones en tanto que seres humanos, en tanto que
hijos y padres, amantes y trabajadores

En siglos sucesivos, el influjo de los térm inos grecolatinos d u


rante y desde el Renacim iento introdujo tonalidades nuevas en el
modelo sin alterar su estructura básica. Es sintom ático d e nuestras
reacciones instintivas el que, cuando estam os en peligro, pedim os
auxilio (help) y no ayuda (aid), y que hablam os de self-help [auxi
lio de sí mismo] pero de m utual aid [ayuda m utua].
E n algunos casos, estos valores sinonímicos están invertidos y
el térm ino nativo es m ás raro y m ás literario que el extranjero:

dale t alley [oañada, valle]


deed action [hazaña, acción]

‘ Wordt and Sounds in English and French, pág. 42.


fo t enem y (adversario, enemigo]
meed renard (galardón, recompensa]
to heed to rake natice of (atender, tener cuidado de)

La explicación de la anom alía estribará, sin duda, en la historia


de las palabras implicadas. En el caso de la prim era pareja, por
ejemplo, “valley {del francés valléé] es la palabra cotidiana, y dale
{del inglés antiguo dceJ, em parentado con el alemán T d ] sólo recien
tem ente ha sido introducida en la lengua normal a partir de los
dialectos de los m ontañosos condados del N orte” *.
U n aspecto interesante de este m odelo es que nos permite evi
tar los térm inos nativos (o cuasi-nativos) que, por una razón u otra,
se han corrom pido y podrían evocar asociaciones indeseables'

bloody [sangriento, ensangrentado] sanguinary [sanguinario]


blooming [florido] flourishing [floreciente]
devitish [diabólico, endiablado] diabolical [diabólico]
hrll [infierno, garito) inferno [infierno]
popish {papal, papista] papal [papal]

Al lado de este m odelo principal existe en el inglés otro subsi


diario basado en una escala triple de sinónim os: nativa, francesa
y latina o griega 2 :

bejín f start) (em pezar, principiar] commenct [comenzar] infriare [iniciar]


tnd [acabar, term inar] finish [finalizar] conclude [concluir]
food [comida, alim ento] nourrishment [nutrim ento] nutrition [nutrición]
kingly [m ajestuoso, real] royal [real] regal [regio]
rise (elevarte) mount [m ontar] ascend [ascender]
tíme [tiempo] age [edad] epock [época]

En la m ayoría de estas com binaciones, el sinónimo nativo es el


más sencillo y el más ordinario de los tres térm inos, el latino o
griego es culto, abstracto, con un aire de fría e impersonal preci
sión, m ientras que el francés se halla entre los dos extrem os. El
notorio grito de com bate: “ Peace in our timef' [Paz en nuestro
tiempo], habría tenido m enos resonancia popular si M r. Chamber-
lain hubiera dicho “Peace in our age", dejando a un lado “Peace in
our epoch” . Conviene advertir, sin em bargo, que aquí tam bién hay
un trastrueque ocasional de valores: en la serie kingly — royal —
regal, por ejem plo, el térm ino ordinario es el francés, royal, m ien
tras que el nativo kingly es relativam ente raro y m ás adecua
do a contextos literarios tales como el de M arco Antonio, "I thrice
1 Je sp e rse n . G row lh and Structure, pág. 93.
* Cf. Bm.’oh. loe. cit., y M ossé, op. cit.. pág. 206.
presented him a kingly crown” (Tres veces le ofrecí una corona
real].
La norm a sinonímica francesa es sim ilar a la inglesa principal,
aunque hay diferencias im portantes. Es un sistem a con dos esca
las, una nativa (que incluye algunas palabras prestadas estableci
das desde antiguo), y o tra tom ada del latín o del griego. La últim a,
conocida usualm ente com o "térm inos cultos” (m ots savants), tie
n e un aire frío, abstracto, cuasi-científico, y pertenece a un regis
tro estilístico com pletam ente diferente del de sus sinónimos na
tivos:
fréle, "quebradizo'1 fragüe, "frágil”
froid, "frío " frigid, “frígido"
nourrilure, “alim ento, nutrim ento" nutrition, "nutrición”
pourriture, “podredum bre, pudrim iento" putréfactian. "putrefacción"
mide, "tieso” ngide, “rígido”
s&reté, “salvaguarda, garantía" sécuríté, “seguridad"

Se habrá observado que cada una de las citadas parejas pro


cede de la misma raíz latina: en la prim era colum na tenem os los
descendientes franceses ordinarios de esas palabras, que m u e s
tran los efectos del cam bio fonético norm al, m ientras que la se
gunda columna consta de préstam os eruditos, del latín. Hay, no-
obstante, muchas parejas de sinónimos franceses, en donde las dos
palabras provienen de fuentes diferentes: aueuglement “ceguera m o
ral”—cecité “ceguera física” (cf. más arriba, pág. 124); háir [odiar]
(una vieja adopción del germánico relacionada con el térm ino inglés
kate) — détester [detestar], etc.
En recientes siglos, el francés ha tom ado tam bién m uchas pala
bras de lenguas v iv as: del italiano, durante y desde el Renacimien
to ; del inglés, desde el siglo xvm , y de otros. Algunas de estas apro
piaciones se han ajustado a la m ism a pauta de las dos escalas sino
nímicas:
ckanteuse, “cantante, cantora” italiano cantatrice, “cantatriz,
cantante profesional’*
chcvaiier, “caballero** italiano cavatier, “jinete, soldado
de caballería; caballera, £&•
lán " 1
m trevue, “entrevista** inglés interview, "interviú” («o
sentido periodístico)
Humear “hum or, disposición, temple** inglés humour, “hum or, ironía.
agudeza **

* Véase, sobre esta pareja, O . G o u o b n h sm , M ilon g es E. tto ep ffn er. Paria,


1949, pág*. 117*26.
1 Tom ada del latín en el periodo del francés antiguo.
Las dos últim as palabras fueron tom adas del francés por el in
glés en una fecha anterior, y posteriorm ente se introdujeron de nue
vo en el francés con diferente m atiz de significado.
Resulta claro de estos ejemplos que el principal factor responsa
ble del modelo de sinonimia inglesa y francesa es la presencia de un
gran núm ero de palabras extranjeras: francesas y clásicas en el in
glés, prim ordialm ente clásicas en el francés. Tendencias parecidas
operan en otras muchas lenguas, pero la naturaleza y el alcance del
patrón sinonímico dependerá, en cada caso, del fondo histórico; en
alemán, por ejemplo, el purism o, combinado con la flexibilidad in
nata del idioma, ha producido m uchos sinónimos nativos de pala
bras internacionales de origen clásico; dichterisch — poetisch,
Sauerstoff—Oxygen, Fem sehen—■Televisión, e tc .1.
U na norm a muy diferente se despliega cuando consideramos la
distribución d e los sinónim os en una lengua dada. Se encuentra en
tonces que hay en cada idioma y en cada período ciertos agregados
im portantes de sinónimos, o “centros de atracción”, como han sido
llam ados2. Las m aterias por las que se interesa una com unidad atrae
rán sinónimos de todas las direcciones; muchos de ellos serán de
carácter metafórico. Si hay una merm a del interés por esos temas,
entonces los sinónimos relativos a ellos dism inuirán, Víctor Hugo ha
descrito el proceso en un símil m em orable:

T o u te époque a »es idée» p ropies, il fau t aussi qu'ette ait les mots propre»
fe ces idées. Le» largues sont comm e la mer, elles oscillent san» cesse. A cer-
tains tem ps, elles quitrent un rivage du m onde de Ja penséc et en envahissent
un autre. T o u t ce que leur flot déserte ain&i. séchc et s’efface d a sol. C 'est
de cette facón que de» idées s’éteigncnt, que des mots s’en v o n t'.

Se dispone de algunas estadísticas interesantes con respecto a es


tos centros de atracción sinonímica. Se h a comprobado, por ejero-

’ V é a s e a n te r io r m e n te , págs. 122 y sgs. y 360; cf. P r i e b s c h -C o l l i n s o n , op. cit.,


páginas 276 y sgs. P a r a o tr o s lenguajes, cf., v. g r ., H . R b o n é l l , Semaniik. Ha-
toco! mu. 1958. pág. 77, y W einreich, Language, xxxi (1935), p.íg. 540, n. 1,
1 H. S perher. E inführung in die Bedeutungslehre, 2.® ed., Bonn-Leipzig, 1930,
capitulo 8. Cf. recientem ente O . D u c h á c e k , “A u P ro btim e de la migration de*
mots d ’un cham p conceptúe! i l’autre", Lingua, x (1961), págs. 57-78.
* ‘T o d a época (¡ene sus ideas propias, es preciso también que tengan las p a
labras apropiadas p ara esas ideas. Las lenguas son como e( m ar, oscilan sin
cesar. E n ciertos períodos, dejan una costa det m undo del pensam iento e invaden
otra. Todo lo que sus olas abandonan así, se seca y se borra del suelo. Es de
esta m anera como las ideas se extinguen, como las palabras se van” (Préface de
Cromwell). Cf. C h. B ritneau, en F. B ru n o t, Hisroire de la langue jrancaise, vo
lumen XTI, pág. 211.
pío, que en el poem a épico Becnvulf, en antiguo inglés, hay treinta
y siete palabras para decir “héroe" o “príncipe”, una docena por lo
menos para “batalla” o “com bate”, diecisiete para “m ar” y once para
“navio” o “barco” . Y esto no agota el depósito de sinónimos para
esos conceptos en antiguo inglés; en otros poem as se han encon
trado trece palabras más para designar “m ar” , y por lo menos die
ciséis para “barco" o “ navio " 1 Un cuadro un tanto semejante,
menos el elem ento marino, emerge del vocabulario de Benoít de Sain-
te-M aure, poeta épico francés del siglo x i i , que tiene dieciocho ver
bos para “ atacar”, trece para “vencer" y treinta y siete nom bres
para “ com bate” o “batalla” 2. En los dialectos franceses hay una plé
tora de palabras para “ rico” y “pobre", y especialmente para “ mV
serable"; el profesor W artburg ha contado casi doscientas expresio
nes que denotan este vicio, y h a hallado en un caso nueve sinóni*
mos suyos diferentes dentro de un, solo dialecto 3. En germanía hay
densas concentraciones de sinónimos en torno a ciertos tem as
característicos: robo, engaño, embriaguez y similares. Un cen tro
perenne de atracción sinonímica es, por supuesto, la idea de la m uer
te ; el enjambre de sinónimos y perífrasis que la circundan com
prende expresiones legales como decease [defunción, desfallecimien
to], eufemismos como depart this Ufe [dejar esta vida] o pass away
[partir, pasar], y una rica colección de frases de germanía jocosas
y pintorescas: gowest [ir al Oeste], kick the bucket [cocear con los
pies rígidos: estirar la pata], peg out [perder las clavijas], sn u ff o u t
[dejar de resollar], y muchas más 4.
U n tercer tipo de modelo sinonímico surge cuando dos o más
sinónimos se desarrollan en líneas paralelas. Como las palabras con
significados parecidos están estrecham ente asociadas entre sí, un
cambio en una de ellas puede determ inar un cambio análogo en otr»
o en otras varias. Cuando en los comienzos del inglés m oderno, el
verbo ooerlook [exam inar; literalm ente: m irar desde lo alto] adqui
rió el significado de “engañar", su sinónimo aoersee [inspeccionar;
literalm ente: ver desde lo alto], pronto empezó a usarse en el mis
mo sentido traslaticio. De un m odo sem ejante, cuando cram [relle
nar, cebar] pasó a significar “engañar", su sinónimo stu ff [atestar,
henchir) experim entó el mismo cambio de significado®. En los d ia
lectos franceses, los sinónimos maison [casa] y hotel [hotel] se em

1 Je s pe rs e n , G row th and Structure. p á g . 4 8 .


* Véase W a rtb u rq , Probíémes e t m éthodes de la Ungulstique, págs. 175 y s*».
•Ib ld .. pág. 135.
* M ás e je m p lo s en J e s p e r s e n , M ankind. N ation and Individual fro m a l i n -
guistic Point o f View, pAgs. 166 y sgs.
1 S. K r o e s c h , "A nalogy as a F actor in S t man tic Change", Language, n (1926),
páginas 35-45; cf. del mismo a u to r: “Cbange of M eaning by Analogy” , Studies
in H onor o f H . Cotlitz, Baltimore. 1930, págs. 176-89.
plean ambos en el sentido de “cocina” *. En otras partes, tales des
arrollos paralelos han afectado a una serie entera de palabras, en vir
tud de un proceso que se ha descrito como “irradiación sinoními
ca” 2. E sto es particularm ente apreciable en la germanía, en donde
una m etáfora vigorosa y pintoresca se extenderá a un amplio cam
po de sinónimos. Como C hesterton dijo una vez, * "toda germanía
es m etáfora, y toda m etáfora es poesía” . En el argot francés, por
ejemplo, el verbo chiquer “ pegar, golpear” , usado en el sentido de
“robar", suscitó un cambio similar en cierto núm ero de sinónimos
(torcher, terper, estamper, toquer, etc.); de la misma manera, el uso
de polir en la acepción de “ robar” fijó la pauta para un desenvol
vimiento paralelo en otros verbos que denotan "lim piar” y "bruñir”,
tales como nettoyer y (cntrbir3. El divertido eufemismo étre noir
“estar negro" en el sentido de “ estar borracho", estableció un firme
lazo asociativo entre la negrura y la embriaguez en el arg o t: lo
atestiguan expresiones tales com o étre chocolat, réglisse, coaltar
“estar (tan negro como el) chocolate, regaliz, alquitrán”, se poisser
“ empegarse, estar como la pez” , y otras, referidas todas jocosamen
te a los efectos de la bebida 4.

III. S in o n im ia y e s t il o

En su Retórica A ristóteles hizo una interesante observación so


bre la diferencia entre sinonimia y ambigüedad. Los sinónimos, se
gún él, son "útiles para el poeta”, m ientras que "las palabras de sig
nificado ambiguo son útiles sobre todo para perm itir al sofista des
orientar a sus oyentes” 5. La sinonimia es realmente un recurso
estilístico inestimable no sólo para el poeta, sino para cualquier escri
tor, y se presta a una variedad de usos. Estos se incluyen en d o s
amplias categorías según que et que habla tenga que elegir entre los
sinónimos o prefiera combinarlos con algún propósito específico,
1) Elección entre sinónimos. — La posibilidad de escoger entre
dos o más alternativas, es fundam ental para nuestra concepción mo
derna del e stilo 6, y la sinonimia proporciona uno de los ejemplos

1 J. GiLUf.RON, Paíhologie ef thérapeutique verbales, París, 1921, págs. 124


7
1 B. M i Ol i o r i n i , "Calco e irradiazione ainonimica", Boletín del Instituto Caro
y Cuervo, iv (1948), pág». 3-17, reim preso en Saggi linguistici, Florencia. 1957.
• Véase M. Schw ob-G. G uieyssR, “Etudes sur l’argot francais”, M ém oires de
la Sociélé de Linguistique de París, vh (1892), págs. 33-56.
•V éase G . E s n a u l t , "L a sém antique”, en Oú en sont les études de franfais,
editado por A, D auzat, 2.* ed„ Par/s, 1949. págs. 123 y sgs.
•C itad o por C otuN soN , loe■ cit.. pág. 57.
•C f. mi escrito “Choin et expressivité'1, a publicar en las actas del IX Coo-
g n io Internacional de Lingilfetica Rom ánica, celebrado en Lisboa en 1959.
más claros de tal elección. Si se dispone de más de una palabra para
la expresión de la misma idea, el escritor seleccionará la que sea más
conveniente al contexto: la que procure la cantidad adecuada de
emoción y de énfasis, la que se acomode más arm oniosam ente a la
estructura fonética de la oración, la que se ajuste m ejor al tono gene
ral de la expresión. El estudio de los m anuscritos y variantes es muy
revelador a este respecto. M uestra con cuánta frecuencia un escritor
tachará una palabra y la reem plazará por o tra que puede n o tener
exactam ente el mismo significado, pero que ofrece ventajas estilísticas
definidas. Para Víctor Hugo, por ejemplo, los adjetivos ápre “áspe
ro" y austére " a u ste ro " ; m a m e “ lúgubre, abatido, sombrío” y triste
“ triste” ; funébre “fúnebre" y sinistre “siniestro” , parecen haber sido
virtualm ente intercambiables, a pesar de las diferencias sem ánticas
entre ellos; com o ha declarado el profesor Charles Bruneau, para
este poeta, ápre y austére tenían el mismo valor emotivo, m ientras
que su significado propiam ente dicho era de poca im portancia *.
2) M ás interesantes y variados son los usos estilísticos de la
combinación de sinónimos. Aquí hay a su vez dos posibilidades: los
sinónimos en cuestión pueden presentarse a intervalos, o pueden es
tar en estrecho contacto unos con otros. La prim era cabe definirla
como “ variación”, y la segunda como “colocación” d e sinónimos.
a) Variación. — T odos nos servim os de los sinónimos con ob
jeto de evitar la repetición de la misma palabra para la misma idea.
Hay, sin embargo, dos peligros, de los que debemos guardarnos cui
dadosam ente. E n prim er lugar, el uso de o tro térm ino puede sugerir
con facilidad que el significado tam bién es ligeramente diferente, y
conducir así a la ambigüedad y al error. Siempre que haya un riesgo
sem ejante, el buen estilista sopesará cautam ente los pros y los con
tras del empleo de la misma palabra, y, si no hay ninguna alterna
tiva adecuada, no vacilará en repetirla antes que falsear su pensa
miento. Como decía Pascal, “quand d an s u n discours se tro u v en t
des m ots répétés et qu’en essayant d e les corriger, on les trouve si
propres qu’on gáterait le discours, il les fau t laisser” 2.
Otro riesgo inherente a este uso de los sinónimos es el que
H. W. Fow ler h a llam ado “variación elegante*’. Si resulta evidente
para el lector que el escritor h a tratado deliberadam ente de eludir
la repetición y de variar la expresión del mismo pensam iento, en
tonces el artificio frustrará sus propios fines y el estilo tendrá una
falsa elegancia, un aire levem ente artificial. Esta será al menos la
reacción de un lector m oderno, ya que períodos anteriores no fue
ron en modo alguno hostiles a esta form a de sim etría. En el pasaje

1En F. B r u n o t . Histolre de la langue franfaisé. vol. XII, pág. 217.


1 “Cuando en na texto se hallan palabras repetidas, y al intentar corregirlas
te las encuentra tan apropiadas que se deterioraría el texto, es menester dejaflis."
Cf. M a r o u z e a i /, Précis de stylistique frangaise. pág. 173.
siguiente, que es una comparación entre el ponche y la conversa
ción, e] Dr. Johnson utiliza cuatro expresiones distintas para la
misma idea:
The spirit, voladle and fiery. is (he proper em blem of vjvacity and w it;
ibe acidity o í the lem on w'rll very aptly figure pungeney of raillery and acri-
mony o f censure; sugar is the natural representative of luscious adulation
and gentlc complai sanee; and water is the proper hieroglyphic of easy praltle,
innoccnt and tasteless ’.

b) Colocación.— Esta puede tener cierto núm ero de usos dife*


rentes. Puede, por ejemplo, sum inistrar una salida para las emocio
nes violentas. El prim er soliloquio de H am let empieza con una tal
acumulación apasionada de sinónim os:
O, (hat this too too soüd flesb would me!(.
T h a w , a n d re so lv e its e lf ín to a d e w !
A c to I, e s c e n a 2 J.

En una vena cómica, el avaro de Moliére, al descubrir que ha


sido robado, desfoga su horror y su desesperación en un lenguaje
extravagante de la misma especie:

Au voleur! au voleur! á l’assain! au m eurtrier! Justice, juste d e l! je


»\ris pei'du. je suia assasáné1. on m 'a coupé ia gorge: nn m 'a de robé m n
argent! Qui peut-ce ítre ? Q u‘est-il devenu? Oú est-íi? Oii se cache-H'I? *

Una im portante función de sem ejantes colocaciones de sinó


nimos es la de hacer el significado de uno más claro y más enfá
tico. En la Edad M edia se solía explicar una palabra francesa aña
diéndole un sinónimo n ativ o 4. “C herité th et is luve” (caridad, es
decir, amor], "ignoraunce thet is unwisdom and unwitnesse” [igno
rancia, esto es, insipiencia e insensatez], leemos en el A ncren Riwle,
del siglo Xiii. En el transcurso del tiempo esto se convirtió en un

1 “ E l lic o r e s p iritu o s o , v o lá til y a r d ie n te , e s e l e m b le m a p r o p io d e la v iv a


c id a d y el in g e n io ; la a c id e z d e l lim ó n f ig u r a r á m u y a p ta m e n te la a c e r b id a d de
Ja b u r la y la a c r im o n ia d e la c e n s u r a ; el a z ú c a r e s el r e p re s e n ta n te n a tu r a l d e
la m e lo sa a d u la c ió n y la d u lc e lis o n j a ; y el a g u a e s el id ó n e o je ro g lífic o d e la
c h a c h a ra fá c il, in o c u a e in síp id a ,” C ita d o p o r J e s p e r s e n , Cro>v)/i and Structure.
p a g in a i¿ f \
1,‘lO h !... ¡Que esta sólida, excesivamente sólida, carne pudiera derretirse,
deshacerse y disolverse en ro c ío !” S h a k e s p e a r e , Obras completas, 10.* cd., Ma
drid, Aguí lar. 1951, prtg. 1342,
• “ ¡Al ladrón! ¡Al ladrón! ¡A) asesino! ¡A l m atador! ¡Justicia, justo cielo!
¡Estoy perdido! ¡Estoy asesinado! ¡M e han degollado: me han hurtado mi
dinero! ¿Q uién puede ser? /.Qué ha sido de él? ¿D ónde está? ¿D ónde se es
conde?” (U A vare. acto IV, escena 7).
‘ Of M o ssí, op cit.. págs. 94 y sgs.
am aneram iento literario que se halla en Chaucer, Shakespeare y
otros escritores. La frase "liberty and freedom ”, que se ha hecho
tan popular en los tiempos modernos, se encuentra ya en C axton,
quien parece haber sido particularm ente aficionado a esta cons
trucción: "Fredom e and lyberte is better than ony gold or syluer"
[la libertad y la independencia es mejor que el oro o la plata] (NED).
Algunos de nuestros compuestos y frases tautológicas: courtyard
[patio], mansion-house [casa-mansión, palacio], lord and master
[dueño y señor], pray and beseech [rogar e implorar], y otras, se
rem ontan a la m isma tradición. Pero el artificio no se limitó en
modo alguno a Inglaterra; fue común en la literatura francesa du
rante el R enacim iento:

Des arbres et de murs, lesquels tour dessus tour.


Plis dessus pli» il serré, em brtuie et environnt.
R onaard, Sannets pour Hélirte, 11, 29

D ieu... ne peult s augmenter et accraistre au dedans; mais son nom m


peult augmcnter et occroisire p ar la benediction et louange que noim don-
non» & ses ouvrage;! exterieurs.
M ontaigne, “D e la gloire" <Enjoyas, libro U, cap. 26)*.

Estas construcciones repetitivas fueron más tarde proscritas por


los puristas del siglo xvn.
Una forma de lenguaje en donde la sinonimia es endémica es el
estilo legal. Como todo el m undo sabe, la ley abunda en expresiones
como “ goods and chattels” [bienes y haciendas], “last will and tes-
tam ent” [última voluntad y testam ento], “ good repair, order and
condition” [buen reparo, estado y condición], que, al profano d e
cualquier modo, le parecen tautológicas. Ocasionalmente, algunos
profanos han objetado contra esta jerga. W esley protestaba fiera
m ente co n tra “esa villana tautología de los leguleyos, que es el
escándalo de nuestra nación” 3. En el estilo de Mr. Micawber, que
“se deleitaba en este am ontonam iento form al de palabras” y que
aparecía “ m ajestuosam ente refrescado” por su sonido, Dickens ha
parodiado la m anera legal con muy buen gusto. El profesor R. Q uirk
ha sugerido recientem ente que “es un síntom a regular del aleja
m iento de M icawber de la realidad el que encontrase una realidad
’ “ A rboles y m uros, a los que, vuelta sobre vuelta, pliegue sobre pliegue, d fle,
abraza y rodea.”
‘ “ D ios... no puede aum entarse y acrecentarse desde d en tro ; pero so nom bre
puede íe r aum entado y acrecentado p o r la bendición y la alabanza que damos
a sus obras exteriores."
• V er el N E D , s. v. tautology.
suficiente en las palabras" Esto es sin du d a verdad, pero Dickens
se esforzó en recalcar que este hábito era algo m ás que una idiosin
crasia personal. “ Lo he observado—escribía—, en el curso de mi
vida, en gran núm ero de hom bres. Me parece que es una regla ge
neral. Al prestar juram ento legal, por ejemplo, los declarantes pare
cen regocijarse poderosam ente cuando llegan a varias buenas
palabras en sucesión, para la expresión de una sola idea; de suerte
que cabalm ente detestan, abominan y abjuran, y así todo lo dem ás;
y los viejos anatem as se remozaron según el mismo principio. H a
blamos de la tiranía de las palabras, pero nos gusta tiranizarlas de
m asiado” z.
Cuando tropezam os con este género de tautología gratuita en
poesía, tenem os la impresión de un m ero ripio destinado a rellenar
el verso. Así, en el siguiente pasaje d e Childe Harold's Pilgrimage:
A w ay !—there need no n o rd s ñ o r term s precise,
T he paltry jargon o f the marble m art...
C anto IV , 5 0 '.

sentimos, con razón o sin ella, que la colocación de los sinónimos


words y term s no fue dictada por un deseo (Je claridad o de én
fasis, sino por las exigencias del metro.
Ocasionalmente, la colocación de sinónimos ayudará a produ
cir un efecto de contraste. El contraste puede ser serio o hum orís
tico. Es serio cuando Soames Forsyte proclama indignado su reti
rada de una junta de directores: "Yo no presento mi dimisión a la
asamblea; yo dim ito” 4. Es hum orístico cuando Mr. Micawber ex-
plica, en su estilo inim itable: “ It is n o t an avocation of a remune
ra ti ve description— in other words, it does not pay” B.
Puede suceder también que un escritor, o uno de sus personajes,
añada un sinónim o con el fin de rectificarse, de cambiar una pala
bra que, tras de m adura reflexión, desea reemplazar por otra más
apropiada. "Perhaps, after all, Am erica never has been discovered...
I myself w ould say th at it had merely been detecteá", dice Wilde
en Dorian G ra ye. Cuando la alternativa no es m ás apropiada, sino
1 Charles D ickens and A ppropriate Language, Lección inaugural, Universidad
de Diirham, 1959, pág. 21.
■ David C opperfield, cap. 52 (pág, 707 de la ed. Everyman). Cf. í e s p e r s e n ,
Grcnvrh and Structure, pág. 126.
* “ ¡F ueraI N o hay necesidad de palabras ni térm inos precisos, la jerga vil
del marmóreo m ercad o...”
* “I do not tender my resignaron to the m eetíng; 1 r« ig n ." J. G a ls w o rth y ,
A M odern Com edv. Londres, impr. 1952, pág. 316.
* “N o es un empleo de Indole rem unerativa—en otras palabras, no hay suel
do.” Citado p o r J f s p e r s w Growth and Structure, pág. 127, n. 1.
“ 'Quizá, después de todo, América nunca ba sido descubierta... Yo diría que
ha sido m eram ente vislum brada." C itado por A presyan, loe. cit., pág. 88.
que tiene simplemente un aire más erudito o más refinado, puede
arrojar una irónica luz lateral sobre la personalidad del que ha
bla. En la obra Middlemarch, de George Eliot, hay un personaje
para quien "las cosas nunca empezaban... siempre comenzaban,
tan to en su vida privada com o en sus escritos... Era un entusiasta de
las frases elevadas, y jamás utilizaba un lenguaje pobre sin corregir»
se él mismo inm ediatam ente"; así d iría: "Todo el m undo puede
preguntar. Todo el m undo puede interrogar. Cualquiera puede d a r a
sus observaciones un giro interrogativo”
En otros casos, un autor dejará en el texto definitivo todos los
variados sinónimos que se le iban ocurriendo a medida que procu
raba form ular sus pensamientos. Tales colocaciones constituyen un
verdadero am aneram iento en el estilo de Charles Péguy. En el pasaje
siguiente se ha usado media docena de nombres diferentes para des
cribir la postura de un autor doblado sobre su escritorio:

le lena déjá Vincurvation, Vincurvaison général... II faut dire a u « i que


c’est le courbem ent, la courbare, la courbature, Vinclinaison de l'écrivain sur
sa table de travail

Esta pesada batería de sinónimos, casi todos de la misma raíz


(del latín curvare, en francés courber), es puesta en juego para ex
presar el a rrifa d o esfuerzo físico implicado en el proceso de la crea
ción literaria.
Como se verá por esta breve selección de ejemplos, la pretensión
de A ristóteles de que "los sinónimos son útiles para el poeta” era,
cuando menos, una afirmación extrem adam ente m oderada. E ntre los
efectos que acabamos de discutir, la colocación, aunque muy com ún
en algunas de sus formas, es en suma un artificio estilístico, pero la
elección y la variación, si se las maneja discretam ente, no son m era
m ente útiles: son indispensables para cualquier estilo digno de «se
nombre.
1 “Things never began.., tbey always com menced both in prívate life and on
h is handbills... H e w as an am ateur of superior phrases, and never used po o r
language w tb o u t immediately correcting him self... Anybody may ask. A nybody
may interrógate. Any one may give their rem arks an interrogativt tu m ." Lon
dres, Dent, impr. 1959, vol. I, libro III, cap. 23, págs, 273 y sgs.; cf. M os-
sé, op. cit-, pág. 207.
* “Ya siento la incurvación, la encorvadura general... H ay que decir también
que es el encorvamiento, la com badura, el agobio, la inclinación del escritor
sobre ru mesa de trabajo” (Cahiers de la Quirtzaine, 23 de octubre, 1910).

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