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HORAS EUCARÍSTICAS
ÍNDICE
Conten ido
INTRODUCCIÓN.............................................................................................3
ESTRUCTURA DE LA HORA EUCARÍSTICA .......................................... 4
I. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO ........................................................... 5
II. ADORACIÓN ............................................................................................. 5
III. BENDICIÓN............................................................................................ 5
IV. RESERVA................................................................................................ 7
V. MODALIDADES PARA ADORACIÓN ................................................. 8
1. Liturgia de la Palabra de Dios ...............................................................8
2. Liturgia de las Horas ............................................................................ 15
3. Santo Rosario......................................................................................... 29
4. Oraciones y reflexiones para una Hora Eucarística ..........................35
VI. LETANÍAS O PRECES ANTES DE LA BENDICIÓN.................... 40
Preces para la hora eucarística ...................................................................40
A. Letanías del Sagrado Corazón ...............................................................40
B. Letanías de los santos ............................................................................ 43
C. Invocaciones a Jesucristo .......................................................................49
D. Letanías a Jesucristo, .............................................................................52
E. Letanías del Santísimo Sacramento .......................................................56
VII. CANTOS ECUCARÍSTICOS APROPIADOS ..................................59
Pange, lingua gloriosi................................................................................... 59
Altísimo Señor ..............................................................................................60
Bendito, bendito ...........................................................................................60
Cantad, cantad .............................................................................................61
Cantemos al amor de los amores ................................................................61
Corazón Santo, tú reinarás .........................................................................62
Oh buen Jesús............................................................................................... 62
Que viva mi Cristo ....................................................................................... 62
Tú reinarás ................................................................................................... 63
Mi padre es quien os da verdadero Pan del Cielo ....................................63
Quédate con nosotros ..................................................................................63
Hambre de Dios ............................................................................................64
Una espiga dorada .......................................................................................64
Yo soy el pan de vida ...................................................................................65
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INTRODUCCIÓN
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Centro de Promoción Integral, A.C.
www.demisiones.com
2017
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ESTRUCTURA DE LA HORA EUCARÍSTICA
La Hora Eucarística u Hora Santa tiene cuatro partes: exposición del
Santísimo, adoración, bendición y reserva del Santísimo.
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I. EXPOSICIÓN DEL SANTÍSIMO
El ministro trae el Santísimo Sacramento del lugar de la reserva y lo coloca en la
custodia que estará en el altar sobre un mantel blanco y un corporal del mismo color,
previamente extendido.
Mientras tanto el pueblo congregado entona el himno eucarístico Pange lingua, u
otro canto eucarístico.
II. ADORACIÓN
Se organiza la adoración conforme a la costumbre del lugar (Liturgia de la Palabra de
Dios, Liturgia de las Horas, Santo Rosario, etc.), de modo que los fieles permanezcan
recogidos en oración y aprovechando momentos de silencio.
III. BENDICIÓN
Al final de la adoración el ministro hace genuflexión, se arrodilla y se canta el himno
Tamtum ergo, o un canto apropiado. El ministro inciensa el Santísimo Sacramento.
Latín Español
Tantum ergo Sacraméntum, Adorad postrados este Sacramento.
Venerémur cérnui: Cesa el viejo rito;
Et antíquum documentum se establece el nuevo.
Novo cedat rítui; Dudan los sentidos
Præstet fides suppleméntum y el entendimiento:
Sénsuum deféctui. que la fe lo supla con asentimiento.
O bien:
A quienes creemos y confesamos
que en este sacramento está realmente presente Jesucristo,
quien para redimirnos nació de la Virgen María,
padeció muerte de cruz
y resucitó de entre los muertos,
concédenos, Dios nuestro,
obtener de Él nuestra salvación eterna.
Que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Todos:
Amén.
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O bien:
Cristo, Maestro y Salvador nuestro.
Cristo, Mesías enviado.
Cristo, Fuente de la divina sabiduría.
Cristo, Buena Noticia.
Cristo, Médico de los enfermos.
Cristo, Palabra de verdad.
Cristo, Luz de los pueblos.
Cristo, Pan bajado del cielo.
Cristo, Muerto y Resucitado por nosotros.
Cristo, Presencia permanente entro nosotros.
A ti, todo honor y toda gloria,
por los siglos de los siglos. Amén.
IV. RESERVA
Concluida la bendición, se reserva el Santísimo Sacramento, y el ministro se retira. El
pueblo puede cantar un canto apropiado.
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V. MODALIDADES PARA ADORACIÓN
1. Liturgia de la Palabra de Dios
Después del canto de exposición un fiel se acerca a leer un texto del Evangelio, y a
continuación comparte una reflexión sobre el mismo. A continuación se ponen varios
textos que se pueden usar. También se puede leer el evangelio del día:
EVANGELIOS
1. Esto es mi cuerpo. Ésta es mi sangre
✠ Lectura del santo evangelio según san Marcos 14, 12-16. 22-26
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús
sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?»
Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que
lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El
Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis
discípulos?"
Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos
allí la cena» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les
había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían, Jesús tomó un pan,
pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo».
Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les
dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no
volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de
Dios». Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
Palabra de Dios.
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echen en grupos de unos cincuenta». Lo hicieron así, y todos se echaron.
Él, tomando los cinco panes y los dos peces , alzó la mirada al cielo, pronunció la
bendición sobre ellos, los partió y se los dio a los discípulos para que se los sirvieran a
la gente. Comieron todos y se saciaron, y cogieron las sobras: doce cestos.
Palabra del Señor.
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Ellos comentaron: «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y
nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén,
donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo:
«Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón»
Y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al
partir el pan.
Palabra del Señor.
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Felipe le contestó: «Doscientos denarios de pan no bastan para que a cada uno le toque
un pedazo». Uno de sus discípulos, Andrés, el hermano de Simón Pedro, le dice: «Aquí
hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y un par de peces; pero, ¿qué es eso
para tantos?»
Jesús dijo: «Decid a la gente que se siente en el suelo». Había mucha hierba en aquel
sitio. Se sentaron; sólo los hombres eran unos cinco mil. Jesús tomó los panes, dijo la
acción de gracias y los repartió a los que estaban sentados, y lo mismo todo lo que
quisieron del pescado.
Cuando se saciaron, dice a sus discípulos: «Recoged los pedazos que han sobrado; que
nada se desperdicie». Los recogieron y llenaron doce canastas con los pedazos de los
cinco panes de cebada, que sobraron a los que habían comido.
La gente entonces, al ver el signo que había hecho, decía: «Éste sí que es el Profeta que
tenía que venir al mundo». Jesús entonces, sabiendo que iban a llevárselo para
proclamarlo rey, se retiró otra vez a la montaña él solo.
Palabra del Señor.
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6. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo
✠ Lectura del santo evangelio según san Juan 6, 41-51
En aquel tiempo, los judíos criticaban a Jesús porque había dicho: "Yo soy el pan
bajado del cielo", y decían: «¿No es éste Jesús, el hijo de José? ¿No conocemos a su
padre y a su madre? ¿Cómo dice ahora que ha bajado del cielo?» Jesús tomó la palabra
y les dijo: «No critiquéis. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me ha
enviado.
Y yo lo resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: "Serán todos discípulos de
Dios". Todo el que escucha lo que dice el Padre y aprende viene a mí.
No es que nadie haya visto al Padre, a no ser el que procede de Dios: ése ha visto al
Padre.
Os lo aseguro: el que cree tiene vida eterna. Yo soy el pan de la vida. Vuestros padres
comieron en el desierto el maná y murieron: éste es el pan que baja del cielo, para que
el hombre coma de él y no muera. Yo soy el pan vivo que ha bajado del cielo; el que
coma de este pan vivirá para siempre. Y el pan que yo daré es mi carne para la vida del
mundo».
Palabra del Señor.
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8. Le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua
✠ Lectura del santo evangelio según san Juan 19, 31-37
En aquel tiempo, los judíos, como era el día de la Preparación, para que no se quedaran
los cuerpos en la cruz el sábado, porque aquel sábado era un día solemne, pidieron a
Pilato que les quebraran las piernas y que los quitaran. Fueron los soldados, le
quebraron las piernas al primero y luego al otro que habían crucificado con él; pero al
llegar a Jesús, viendo que ya había muerto, no le quebraron las piernas, sino que uno
de los soldados, con la lanza, le traspasó el costado, y al punto salió sangre y agua.
El que lo vio da testimonio, y su testimonio es verdadero, y él sabe que dice verdad,
para que también vosotros creáis. Esto ocurrió para que se cumpliera la Escritura: «No
le quebrarán un hueso»; y en otro lugar la Escritura dice: «Mirarán al que atravesaron».
Palabra del Señor.
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Esta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de
entre los muertos.
Palabra del Señor.
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2. Liturgia de las Horas
A continuación se ofrece el Oficio de Lecturas y las Vísperas de la Solemnidad del
Cuerpo y la Sangre de Cristo. Para esta modalidad de la Hora Eucarística se puede
tomar cualquier hora del Oficio Divino, según la época del año:
OFICIO DE LECTURA
INVITATORIO
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
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SALMODIA
Ant 1. Decid a los invitados: «Tengo ya preparado el banquete, venid a
las bodas.» Aleluya.
Ant 2. El que tenga sed que venga a mí y que beba en la fuente eterna.
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mientras todo el día me repiten: De día el Señor
«¿Dónde está tu Dios?» me hará misericordia,
de noche cantaré la alabanza
Recuerdo otros tiempos, del Dios de mi vida.
y mi alma desfallece de tristeza:
cómo marchaba a la cabeza del Diré a Dios: Roca mía,
grupo, ¿por qué me olvidas?
hacia la casa de Dios, ¿Por qué voy andando sombrío,
entre cantos de júbilo y alabanza, hostigado por mi enemigo?
en el bullicio de la fiesta.
Se me rompen los huesos
¿Por qué te acongojas, alma mía, por las burlas del adversario;
por qué te me turbas? todo el día me preguntan:
Espera en Dios, que volverás a «¿Dónde está tu Dios?»
alabarlo:
«Salud de mi rostro, Dios mío.» ¿Por qué te acongojas, alma mía,
por qué te me turbas?
Cuando mi alma se acongoja, Espera en Dios, que volverás a
te recuerdo, alabarlo:
desde el Jordán y el Hermón «Salud de mi rostro, Dios mío.»
y el Monte Menor.
Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Una sima grita a otra sima Espíritu Santo.
con voz de cascadas: Como era en el principio, ahora y
tus torrentes y tus olas siempre, por los siglos de los siglos.
me han arrollado. Amén.
Ant. El que tenga sed que venga a mí y que beba en la fuente eterna.
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Ant 3. El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel
silvestre.
Ant. El Señor nos alimentó con flor de harina, nos sació con miel
silvestre.
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V. La Sabiduría se ha construido su casa. Aleluya.
R. Ha mezclado el vino y puesto la mesa. Aleluya.
PRIMERA LECTURA
Del libro del Éxodo 24, 1-11
VIERON AL SEÑOR Y COMIERON Y BEBIERON EN SU PRESENCIA
RESPONSORIO
V. Reconoced en el pan al mismo que pendió en la cruz; reconoced en el
cáliz la sangre que brotó de su costado. Tomad, pues, y comed el cuerpo
de Cristo; tomad y bebed su sangre.
R. Sois ya miembros de Cristo.
V. Comed el vínculo que os mantiene unidos, no sea que os disgreguéis;
bebed el precio de vuestra redención, no sea que os depreciéis.
R. Sois ya miembros de Cristo.
A ti la Iglesia santa,
por todos los confines extendida,
con júbilo te adora y canta tu grandeza:
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Oh Cristo, tú eres el Rey de la gloria,
tú el Hijo y Palabra del Padre,
tú el Rey de toda la creación.
Tú destruiste la muerte
y abriste a los creyentes las puertas de la gloria.
Tú vives ahora,
inmortal y glorioso, en el reino del Padre.
ORACIÓN.
OREMOS,
Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el
memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados
misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos. Amén
CONCLUSIÓN
V. Bendigamos al Señor.
R. Demos gracias a Dios.
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O bien:
INVOCACIÓN INICIAL
V. Dios mío, ven en mi auxilio
R. Señor, date prisa en socorrerme. Gloria al Padre, y al Hijo, y al
Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos.
Amén. Aleluya.
SALMODIA
Ant 1. Cristo, el Señor, sacerdote eterno según el rito de Melquisedec,
ofreció pan y vino.
Aleluya. grandes.
La salvación y la gloria y el poder son R. Aleluya, (aleluya).
de nuestro Dios
(R. Aleluya) Aleluya.
porque sus juicios son verdaderos y Porque reina el Señor, nuestro Dios,
justos. dueño de todo.
R. Aleluya, (aleluya). (R. Aleluya)
Alegrémonos y gocemos y démosle
Aleluya. gracias.
Alabad al Señor sus siervos todos. R. Aleluya, (aleluya).
(R. Aleluya)
Los que le teméis, pequeños y Aleluya.
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Llegó la boda del cordero. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu
(R. Aleluya) Santo.
Su esposa se ha embellecido. Como era en el principio, ahora y
R. Aleluya, (aleluya). siempre, por los siglos de los siglos.
Amén.
RESPONSORIO BREVE
V. Les ha dado pan del cielo. Aleluya, aleluya.
R. Les ha dado pan del cielo. Aleluya, aleluya.
V. El hombre ha comido pan de ángeles.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. Les ha dado pan del cielo. Aleluya, aleluya.
CÁNTICO EVANGÉLICO
Ant. ¡Oh sagrado banquete en que Cristo se da como alimento! En él se
renueva la memoria de su pasión, el alma se llena de gracia y se nos da
una prenda de la futura gloria. Aleluya.
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y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
PRECES
V. Acudamos a Cristo, que invita a todos a su cena y en ella entrega su
cuerpo y su sangre para la vida del mundo; digámosle:
V. Cristo, Señor nuestro, sacerdote único del Dios altísimo, que has
querido que tus ministros te representaran en la cena eucarística,
R. haz que los que presiden nuestras asambleas imiten en su manera de
vivir lo que celebran en el sacramento.
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V. Cristo, maná bajado del cielo, que haces un solo cuerpo de cuantos
participan de un mismo pan,
R. aumenta la unidad y la concordia entre los que creen en ti.
V. Pidamos al Padre, como Cristo nos enseñó, nuestro pan de cada día:
Todos: Padre nuestro...
ORACION
Señor nuestro Jesucristo, que en este sacramento admirable nos dejaste el
memorial de tu pasión, concédenos venerar de tal modo los sagrados
misterios de tu cuerpo y de tu sangre, que experimentemos
constantemente en nosotros el fruto de tu redención. Tú que vives y
reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo y eres Dios, por los
siglos de los siglos.
R. Amén
CONCLUSIÓN
V. El Señor nos bendiga, nos guarde de todo mal y nos lleve a la vida
eterna.
R. Amén.
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3. Santo Rosario
El que preside inicia: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Todos: Amén.
ORACIÓN INICIAL
El que preside: Señor mío, Jesucristo,
Todos: Dios y hombre verdadero,
Creador y Redentor mío,
por ser tú quién eres,
y porque te amo sobre todas las cosas,
me pesa de todo corazón haberte ofendido.
Quiero y propongo firmemente
confesarme a su tiempo.
Ofrezco mi vida, obras y trabajos
en satisfacción de mis pecados.
Y confío en tu bondad y misericordia infinita
que me los perdonarás y me darás la gracia
para no volverte a ofender. Amén.
V. Los misterios del rosario que hoy vamos a contemplar son los gozosos.
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V. Los misterios del rosario que hoy vamos a contemplar son los de dolor.
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La oración por el Papa y la salve se reza de pie, y las letanías de rodillas.
V. Por las intenciones del Papa: Padre nuestro que están en el cielo....
SALVE REGÍNA
El que preside: Dios te salve,
Todos: Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura
y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los
desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y
llorando, en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora,
abogada nuestra, vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos,
y después de este destierro, muéstranos a Jesús, fruto
bendito de tu vientre. ¡Oh clemente, oh piadosa, oh dulce
Virgen María!
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Reina de los confesores.
Reina de las vírgenes.
Reina de todos los santos.
Reina concebida sin pecado original.
Reina elevada al cielo.
Reina del santísimo rosario.
Reina de la familia
Reina de la paz.
V. Oremos:
Oh Dios cuyo Hijo Unigénito nos alcanzó el premio de la salvación eterna
con su vida, muerte y resurrección; te pedimos nos concedas que al venerar
los misterios del rosario de la bienaventurada Virgen María, vivamos sus
enseñanzas y alcancemos las promesas que en ellos se contienen. Por
Cristo, nuestro Señor.
R. Amén.
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4. Oraciones y reflexiones para una Hora Eucarística1
ORACIÓN
Lector: ¡Oh Señor nuestro Sacramentado! Míranos aquí en tu adorable
presencia. Venimos a bendecirte y alabarte en unión de los ángeles que
invisiblemente rodean esa Hostia Divina.
Venimos a consagrarte esta Hora Santa, gozándonos de estar aquí, en tu
acatamiento, a gustar de tu compañía y a conversar contigo, que tienes
palabras de vida eterna.
Sí, Dios nuestro. Quisiéramos contemplarte a través de esa Hostia Santa
con el tiernísimo afecto con que os miraba tu Madre: con aquella
devoción con que os seguían tus discípulos, y muy singularmente el
Discípulo Amado, cuando la noche de la Cena reclinó su cabeza sobre tu
ardiente Corazón.
Nos sentimos felices de hallarnos junto a Ti, y queremos aprovechar
todos los momentos de esta Hora Santa para hacerte compañía, que tu
presencia nos hace tan agradable. Concédenos, oh Jesús, no dormirnos,
como se durmieron tus apóstoles la noche tristísima de tu agonía en el
Huerto de los Olivos.
Míranos, Señor; somos tus hijos, a quienes tantas veces habéis
alimentado con tu mismo Cuerpo y Sangre.
¡Señor! Vuelve hacia nosotros tus ojos misericordiosos; pon en nuestros
pensamientos una ráfaga de la luz de tu Rostro, y en nuestros corazones
una centellita siquiera del fuego que abrasa tu dulcísimo Corazón.
Concédenos, oh Jesús, sentir hondamente la verdad de aquellas palabras
del Real Profeta: "es mejor una hora en tu Casa, que mil años en
compañía de los pecadores"
ACTO DE REPARACIÓN
Lector: Divino Salvador de las almas: cubiertos de confusión nuestros
rostros nos arrodillamos en tu presencia soberana, dirigiendo una mirada
al solitario Tabernáculo, donde permaneces cautivo de amor, nuestros
corazones se conmueven al contemplar la soledad y olvido en que os tienen
1
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tus criaturas. ¿Habréis derramado en balde vuestra Sangre bendita? ¿Será
inútil tanto amor? Pero ya que nos has permitido esta noche unir nuestras
reparaciones a las tuyas, y acompañarte en tu Sacramento, donde Tu, que
sois el Sol del mundo, irradias silenciosamente sobre nosotros a todas las
horas la luz de la verdad, el calor del amor divino, la belleza de lo
sobrenatural y la fecundidad generosa de todo bien; ya que te has dignado
escogernos de entre todos los hombres para gozar de tu compañía y
amistad, permítenos por los que no os bendicen o blasfeman de Ti, oh
pacientísimo Señor Jesús, adorarte por todos aquellos que os tienen
olvidado, e implorar para ellos de la infinita misericordia de tu Corazón
indulgencia para sus olvidos y para sus crímenes.
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R. Perdón, Señor, perdón.
V. ¡Perdón, Señor, y piedad por el más necesitado de vuestra gracia; que
la luz de tus divinos ojos no se aparte jamás de nosotros; encadena a la
puerta del Tabernáculo nuestros inconstantes corazones; danos a sentir
algo del calor divino de tu Pecho, y que nuestras almas se derritan de
amor y arrepentimiento.
R. Amén.
MEDITACIONES
I. Tú me llamas, ¡oh Jesús!, para ser testigo de tu agonía; yo lo deseo con
ardor. Tú me mandas que vele y ore contigo durante esta hora: yo lo deseo
de todo corazón, pero, ¡ay!, conocida os es mi debilidad. Sostenme. Sin Ti
sería más débil aún de lo que fueron tus Apóstoles. ¡Oh alma mía, no
pierdas un momento de hora tan preciosa y santa! Con el Corazón de Jesús,
adora al Eterno Padre. Yo vengo, ¡Dios eterno e infinitamente Santo!, a
postrarme en compañía de tu querido Hijo delante de vuestra suprema
Majestad, y anonadarme en presencia de tu grandeza; os ofrezco su agonía,
y los intensos dolores de su Corazón para satisfacer a tu justicia y llorar
mis pecados y los de todos los hombres, y, a fin de que te sea mi oración
más agradable, la uno a la que hizo Jesús en el huerto.
III. ¡Oh, qué horrores se le presentan a los ojos! Ve todos los poderes del
infierno desencadenados contra él, y a todos los pecadores armados contra
su sagrada persona. Ve acercarse las iniquidades del mundo; vendido por
uno de sus discípulos, negado por otro y abandonado de todos. Ve las
cadenas, los azotes, los clavos, las espinas y la cruz que le preparan y
cargan sobre sus débiles hombros, y camina por el calvario hasta el monte,
donde, clavado en el madero, exclama: «Perdónalos, porque no saben lo
que hacen.» «Padre mío, Padre mío, en tus manos encomiendo mi
espíritu.»
¡Oh Jesús mío, crucificado por mis culpas en ese madero de ignominia!
Perdóname, porque, arrepentido, me postro a tus plantas llorando mis
pecados. Cuando contemplo tu Corazón derramando sangre divina,
tiembla mi alma pecadora; cuando veo tus pies y tus manos clavados y tu
sagrada cabeza cubierta de espinas, me confundo y anonado, porque yo fui
la causa de tu dolor.
IV. Considera, alma mía, que un Dios adorado en el cielo por los Angeles
es ultrajado en la tierra por los pecadores; un Dios de infinita grandeza, es
clavado en una cruz; en el cielo, delicias; aquí, sudor de sangre. ¡Oh Jesús,
tanto como habéis amado a los hombres, y los hombres no se compadecen
de Ti! Tu amor a nosotros fue tanto, que quisiste quedarte en la Sagrada
Eucaristía para consolarnos y fortalecernos. Haz, Señor, que todos te
amemos con amor puro y santo para que tu Corazón reine en el nuestro y
seamos tu digna morada.
Bendito sea vuestro santo nombre en todo el universo; sea tu Sagrado
Corazón amado y adorado de todos los hombres; sea tu Iglesia honrada,
respetada y salga siempre victoriosa de tus enemigos; no se extinga jamás
entre nosotros la antorcha de la fe, antes resplandezca con nuevo brillo;
todos nuestros hermanos permanezcan unidos a la Iglesia Católica
Romana; los separados de ella se conviertan a la verdad, todos los hombres
respeten vuestro Evangelio, tus misterios, tus altares; y que nos sea, en fin,
provechosa la sangre derramada en el Huerto y en el Calvario.
¡Oh, Salvador y Redentor mío! Haced que florezca vuestra Santa Religión
y renazca la fe en las almas. No cese vuestra luz de iluminar los pueblos
donde vuestra Ley ha brillado con tanto esplendor. Envíanos el ángel que
vuestro discípulo amado vio atravesando el cielo con el Evangelio en la
mano para evangelizar a los habitantes de la tierra y decirles: «Temed al
Señor y tributadle los homenajes que le son debidos.» Danos Santos y
haced que nuestro corazón sea semejante al vuestro.
38
¡Oh María! Hijos tuyos somos: muestra que eres nuestra Madre,
reconciliándonos con tu Hijo Jesús. Ángeles tutelares de esta nación,
Santos protectores de nuestra amada Patria: venid en nuestro socorro,
preservados del naufragio, sed nuestros intercesores para con Dios y
suplicadle nos conceda sus misericordias y su amor. Sea el Corazón de
Jesús conocido, amado y adorado en todo el universo. Amén.
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VI. LETANÍAS O PRECES ANTES DE LA
BENDICIÓN2
Preces para la hora eucarística
Conviene usar estas letanías en la hora eucarística del jueves antes del primer viernes
de cada mes y de la solemnidad del Sagrado Corazón.
I
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
II
Corazón de Jesús, Hijo del Eterno Padre, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, formado por el Espíritu Santo en el seno de la Virgen
Madre, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, unido sustancialmente al Verbo de Dios,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de majestad infinita, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, templo santo de Dios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, tabernáculo del Altísimo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, casa de Dios y puerta del cielo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, horno ardiente de caridad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, santuario de la justicia y del amor,
2
Del Ritual de la Congregación de los Legionarios de Cristo
3
ASS 31 (1898-99) 191-192.
40
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, lleno de bondad y de amor, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, abismo de todas las virtudes, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, digno de toda alabanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, Rey y centro de todos los
corazones, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien se hallan todos los tesoros de la sabiduría y
de la ciencia, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien reside toda la plenitud de la divinidad,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, en quien el Padre se complace, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, de cuya plenitud todos hemos
recibido, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, deseado de los eternos collados,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paciente y lleno de misericordia,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, generoso para todos los que te
invocan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de vida y santidad, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, propiciación por nuestros
pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, colmado de oprobios, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, triturado por nuestros pecados, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, hecho obediente hasta la muerte,
ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, traspasado por una lanza, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, fuente de todo consuelo, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, vida y resurrección nuestra, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, paz y reconciliación nuestra, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, víctima por los pecadores, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, salvación de los que en ti esperan, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, esperanza de los que en ti mueren, ten piedad de nosotros.
Corazón de Jesús, delicia de todos los santos, ten piedad de nosotros.
III
Las siguientes preces no pertenecen a las letanías del Sagrado Corazón, pero se pueden
decir cuando se rezan estas letanías en la hora eucarística.
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Otorga a tu Iglesia que permanezca unánime en la fe, fiel a tu Evangelio
y a su viva tradición, te rogamos, óyenos.
Fortalece a los obispos, presbíteros y diáconos para que sean fieles
dispensadores de tus misterios, te rogamos, óyenos.
41
Infunde tu fortaleza en los fieles laicos para que realicen su compromiso
bautismal, te rogamos, óyenos.
Envía trabajadores a la mies de tu Iglesia, te rogamos, óyenos.
Ilumina y lleva a la conversión a quienes persiguen a tu Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Haz que todos los que creemos en tu nombre volvamos a ser una sola
Iglesia, te rogamos, óyenos.
Admite en tu reino celestial a nuestros familiares, amigos y bienhechores
difuntos, te rogamos, óyenos.
IV
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Versículo
℣. Jesús, manso y humilde de corazón,
℟. haz nuestro corazón semejante al Tuyo.
Oración
℣. Oremos:
Oh, Dios todopoderoso y eterno, mira el Corazón de tu amantísimo Hijo y
las alabanzas y satisfacciones que te ofrece en nombre de los pecadores, y,
aplacado por estos homenajes, perdona a los que imploran tu misericordia en
nombre de tu mismo Hijo Jesucristo, que vive y reina por los siglos de los
siglos.
℟. Amén.
42
B. Letanías de los santos4
I
SÚPLICAS A DIOS
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios, Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios, Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
II
INVOCACIÓN A LOS SANTOS
Santa María, ruega por nosotros.
Santa Madre de Dios, ruega por nosotros.
Santa Virgen de las vírgenes, ruega por nosotros.
Santos Miguel, Gabriel y Rafael, rueguen por nosotros.
Santos Ángeles, rueguen por nosotros.
PATRIARCAS Y PROFETAS
San Abrahán, ruega por nosotros.
San Moisés, ruega por nosotros.
San Elías, ruega por nosotros.
San Juan Bautista, ruega por nosotros.
San José, ruega por nosotros.
Santos patriarcas y profetas, rueguen por nosotros.
4
CR, Litaniæ sanctorum, pp. 33-37.
43
APÓSTOLES Y DISCÍPULOS
Santos Pedro y Pablo, rueguen por nosotros.
San Andrés, ruega por nosotros.
Santos Juan y Santiago, rueguen por nosotros.
Santo Tomás, ruega por nosotros.
San Mateo, ruega por nosotros.
Santos apóstoles, rueguen por nosotros.
San Lucas, ruega por nosotros.
San Marcos, ruega por nosotros.
San Bernabé, ruega por nosotros.
Santa María Magdalena, ruega por nosotros.
Santos discípulos del Señor, rueguen por nosotros.
MÁRTIRES
San Esteban, ruega por nosotros.
San Ignacio de Antioquía, ruega por nosotros.
San Policarpo, ruega por nosotros.
San Justino, ruega por nosotros.
San Lorenzo, ruega por nosotros.
San Cipriano, ruega por nosotros.
San Bonifacio, ruega por nosotros.
San Estanislao, ruega por nosotros.
Santo Tomás Becket, ruega por nosotros.
Santos Juan Fisher y Tomás Moro, rueguen por nosotros.
San Pablo Miki, ruega por nosotros.
Santos Isaac Jogues y Juan de Brébeuf, rueguen por nosotros.
San Pedro Chanel, ruega por nosotros.
San Carlos Lwanga, ruega por nosotros.
Santas Perpetua y Felícitas, rueguen por nosotros.
Santa Inés, ruega por nosotros.
Santa María Goretti, ruega por nosotros.
Santos mártires, rueguen por nosotros.
OBISPOS Y DOCTORES
Santos León y Gregorio, rueguen por nosotros.
San Ambrosio, ruega por nosotros.
San Jerónimo, ruega por nosotros.
San Agustín, ruega por nosotros.
San Atanasio, ruega por nosotros.
Santos Basilio y Gregorio Nacianceno, rogad por nosotros.
San Juan Crisóstomo, ruega por nosotros.
San Martín, ruega por nosotros.
San Patricio, ruega por nosotros.
44
Santos Cirilo y Metodio, rueguen por nosotros.
San Carlos Borromeo, ruega por nosotros.
San Francisco de Sales, ruega por nosotros.
San Pío X, ruega por nosotros.
SACERDOTES Y RELIGIOSOS
San Antonio, ruega por nosotros.
San Benito, ruega por nosotros.
San Bernardo, ruega por nosotros.
Santos Francisco y Domingo, rueguen por nosotros.
Santo Tomás de Aquino, ruega por nosotros.
San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.
San Francisco Javier, ruega por nosotros.
San Vicente de Paúl, ruega por nosotros.
San Juan María Vianney, ruega por nosotros.
San Juan Bosco, ruega por nosotros.
Santa Catalina de Siena, ruega por nosotros.
Santa Teresa de Jesús, ruega por nosotros.
Santa Rosa de Lima, ruega por nosotros.
Santa Teresa del Niño Jesús, ruega por nosotros.
LAICOS
San Luis, ruega por nosotros.
Santa Mónica, ruega por nosotros.
Santa Isabel de Hungría, ruega por nosotros.
Santos y santas de Dios, rueguen por nosotros.
III
INVOCACIÓN A CRISTO
Opción A
Muéstrate propicio, líbranos, Señor.
De todo mal, líbranos, Señor.
De todo pecado, líbranos, Señor.
De los engaños del diablo, líbranos, Señor.
De la ira, del odio y de toda mala voluntad, líbranos, Señor.
De la muerte eterna, líbranos, Señor.
Por tu encarnación, líbranos, Señor.
Por tu natividad, líbranos, Señor.
Por tu bautismo y por tu santo ayuno, líbranos, Señor.
Por tu cruz y tu pasión, líbranos, Señor.
Por tu muerte y tu sepultura, líbranos, Señor.
Por tu santa resurrección, líbranos, Señor.
Por tu admirable ascensión, líbranos, Señor.
45
Por la efusión del Espíritu Santo, líbranos, Señor.
Por tu glorioso advenimiento, líbranos, Señor.
Opción B
Cristo, Hijo de Dios vivo, ten piedad de nosotros.
Tú, que viniste a este mundo, ten piedad de nosotros.
Tú, que fuiste crucificado, ten piedad de nosotros.
Tú, que moriste por nosotros, ten piedad de nosotros.
Tú, que yaciste en el sepulcro, ten piedad de nosotros.
Tú, que resucitaste de entre los muertos, ten piedad de nosotros.
Tú, que subiste a los cielos, ten piedad de nosotros.
Tú, que enviaste el Espíritu Santo sobre los
apóstoles, ten piedad de nosotros.
Tu, que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros.
Tú, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos,
ten piedad de nosotros.
IV
SÚPLICA POR LAS DIVERSAS NECESIDADES
Opción A
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Para que nos perdones, te rogamos, óyenos.
Para que nos guíes a la verdadera penitencia, te rogamos, óyenos.
Para que nos fortalezcas y asistas en tu santo servicio,
te rogamos, óyenos.
Para que recompenses a todos nuestros bienhechores con los bienes
eternos, te rogamos, óyenos.
Para que nos des y conserves los frutos de la tierra, te rogamos, óyenos.
Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia, te rogamos, óyenos.
Para que asistas al Papa y a todos los miembros del clero en tu servicio
santo, te rogamos, óyenos.
Para que concedas la unidad a todos los que creen en
Cristo, te rogamos, óyenos.
Para que conduzcas a todos los hombres a la luz del
Evangelio, te rogamos, óyenos.
Opción B
Para que nos concedas tu indulgencia, te rogamos, óyenos.
Para que eleves nuestros corazones con el anhelo de las cosas celestiales,
te rogamos, óyenos.
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna, te rogamos, óyenos.
46
Para que concedas el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
te rogamos, óyenos.
Para que libres al mundo de la peste, del hambre y de la guerra,
te rogamos, óyenos.
Para que concedas a todos los pueblos la paz y la verdadera concordia,
te rogamos, óyenos.
Para que gobiernes y conserves a tu santa Iglesia, te rogamos, óyenos.
Para que asistas al Papa y a todos los miembros del clero en tu servicio
santo, te rogamos, óyenos.
Para que concedas la unidad a todos los que creen en Cristo,
te rogamos, óyenos.
Para que conduzcas a todos los hombres a la luz del Evangelio,
te rogamos, óyenos.
V
CONCLUSIÓN
Opción A
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Opción B
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo,
ten piedad de nosotros.
Oración
℣. Oremos:
Opción A5
Oh, Dios, refugio y fortaleza nuestra, escucha benignamente las
oraciones de tu Iglesia y concédenos con abundancia lo que te hemos
pedido con fe. Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
5
MR, Apéndice V: Modelos de formularios para la oración universal, Formulario general I, Oración
del sacerdote.
47
Opción B6
Señor Dios, que ves cómo desfallecemos por nuestra debilidad,
consolídanos misericordiosamente en tu amor por medio del ejemplo de
tus santos. Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
6
MR, Común de santos y santas, Para toda categoría de santos, Formulario 2, Oración colecta.
48
C. Invocaciones a Jesucristo
I
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
II
Jesucristo, Hijo eterno del Padre, creo en ti.
Jesucristo, salvador de los hombres, creo en ti.
Jesucristo, encarnado en el seno de la Virgen María por obra del Espíritu
Santo, creo en ti.
Jesucristo, que padeciste y moriste en la cruz para redimirnos de nuestros
pecados, creo en ti.
Jesucristo, resucitado al tercer día, creo en ti.
Jesucristo, sentado a la derecha del Padre, creo en ti.
Jesucristo, que vendrás a juzgar a los vivos y a los muertos, creo en ti.
Jesucristo, piedra angular de la Iglesia, (cf. Ef 2, 20) creo en ti.
Jesucristo, que actualizas tu sacrificio cada día sobre el altar, creo en ti.
Jesucristo, camino, verdad y vida, (Jn 14, 6) creo en ti.
Jesucristo, Señor de la vida y de la historia, creo en ti.
III
Jesucristo, porque contigo todo lo podemos, (cf. Flp 4, 13) confío en ti.
Jesucristo, porque eres el enviado del Padre, (cf. Jn 17, 8) confío en ti.
Jesucristo, porque eres fiel a tus promesas, (cf. 2 Cor 1, 20) confío en ti.
7
La versión original de estas invocaciones fue compuesta por un legionario.
49
Jesucristo, porque eres la luz que ilumina nuestro peregrinar hacia el
Padre, (cf. Jn 8, 12) confío en ti.
Jesucristo, porque has ido a prepararnos una morada en la casa del Padre,
(cf. Jn 14, 2) confío en ti.
IV
Jesucristo, porque nos has amado tú primero, (cf. 1 Jn 4, 19) te amo.
Jesucristo, porque nos has redimido del pecado, te amo.
Jesucristo, porque nos has abierto las puertas de tu reino, te amo.
Jesucristo, porque nos has hecho hijos de Dios, (cf. Jn 1, 12) te amo.
Jesucristo, porque nos has enriquecido con el don del Espíritu
Santo, te amo.
Jesucristo, porque te has quedado con nosotros en el sacramento de la
Eucaristía, te amo.
Jesucristo, porque nos has entregado a tu Madre al pie de la cruz,
(cf. Jn 19, 26) te amo.
Jesucristo, por el don de la fe católica, te amo.
Jesucristo, por el don de la vida consagrada, te amo.
Jesucristo, por el don del sacerdocio, te amo.
Jesucristo, porque nos has confiado tu Evangelio para extender tu reino
entre los hombres, te amo.
Jesucristo, porque eres nuestro Dios y Señor, (cf. Jn 20, 28) te amo.
V
Cuando se reza en la hora eucarística, se pueden añadir las siguientes preces de
intercesión:
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Perdona nuestros pecados, te rogamos, óyenos.
Otorga a tu Iglesia que permanezca unánime en la fe, te rogamos, óyenos.
Asiste y protege al Papa N. en su servicio pastoral a la Iglesia,
te rogamos, óyenos.
Conforta y mantén en tu santo servicio a los religiosos y almas
consagradas, te rogamos, óyenos.
Muestra a los jóvenes el camino de la felicidad verdadera,
te rogamos, óyenos.
Bendice a las naciones de la tierra con tu paz, te rogamos, óyenos.
Concede a los difuntos la eterna bienaventuranza, te rogamos, óyenos.
Y a nosotros, haznos dóciles instrumentos en tus manos,
te rogamos, óyenos.
50
Versículo8
℣. Jesús, manso y humilde de corazón,
℟. haz nuestro corazón semejante al tuyo.
Oración9
℣. Oremos:
Oh, Padre celestial, al invocar a tu Hijo,
centro, criterio y ejemplo
de nuestra vida religiosa, sacerdotal y apostólica,
concédenos progresar en el conocimiento del misterio de Cristo
para vivirlo en su plenitud.
Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
8
MI, Apéndice, Invocaciones piadosas, 20.
9
Cf. MR, Primer domingo de Cuaresma, Oración colecta.
51
D. Letanías a Jesucristo,
Sacerdote y Víctima10
Puede ser oportuno recitar estas letanías con cierta frecuenta cuando algún miembro de
la comunidad está cercano a recibir la ordenación sacerdotal.
I
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
II
Jesús, Sacerdote y Víctima, ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote eterno según el rito de Melquisedec,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote a quien Dios envió para evangelizar a los pobres,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote que en la última cena instituiste la forma del sacrificio
perenne, ten piedad de nosotros.
Jesús, Sacerdote que siempre vives para interceder por nosotros,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice a quien el Padre ungió con Espíritu Santo y con poder,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice tomado de entre los hombres, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice constituido en favor de los hombres,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice de nuestra fe, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice más glorioso que Moisés, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice del santuario verdadero, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice de los bienes futuros, ten piedad de nosotros.
10
Notitiæ (2013), 238-242.
52
Jesús, Pontífice santo, inocente y puro, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice fiel y misericordioso, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice inflamado por el celo de Dios y de las almas,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice perfecto para siempre, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que por tu sangre penetraste en los cielos,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que has iniciado un nuevo camino para nosotros,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que nos has amado y nos has lavado de nuestros pecados
con tu sangre, ten piedad de nosotros.
Jesús, Pontífice que te has entregado a ti mismo a Dios como oblación y
víctima, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima de Dios y de los hombres, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima santa e inmaculada, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima inmolada, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima pacífica, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima de propiciación y alabanza, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima de reconciliación y paz, ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima por quien tenemos acceso confiado a Dios,
ten piedad de nosotros.
Jesús, Víctima que vives por los siglos de los siglos,
ten piedad de nosotros.
Muéstrate propicio. Líbranos, Señor.
III
Del paso temerario a las sagradas órdenes, líbranos, Señor.
Del pecado de sacrilegio, líbranos, Señor.
Del espíritu de incontinencia, líbranos, Señor.
De las ganancias deshonestas, líbranos, Señor.
De toda mancha de simonía, líbranos, Señor.
De la indigna administración de los bienes de la Iglesia, líbranos, Señor.
Del amor del mundo y de sus vanidades, líbranos, Señor.
De la indigna celebración de tus misterios, líbranos, Señor.
IV
Por tu eterno sacerdocio, líbranos, Señor.
Por la santa unción, con que Dios Padre te ha constituido sacerdote,
líbranos, Señor.
Por tu espíritu sacerdotal, líbranos, Señor.
Por aquel ministerio con que glorificaste a tu Padre sobre la tierra,
líbranos, Señor.
Por la cruenta inmolación de ti mismo, hecha una vez para siempre, en la
cruz, líbranos, Señor.
53
Por aquel mismo sacrificio renovado todos los días en el altar,
líbranos, Señor.
Por aquel divino poder que ejercitas de modo invisible en tus sacerdotes,
líbranos, Señor.
V
Para que conserves en santidad y fidelidad al orden sacerdotal,
te rogamos, óyenos.
Para que otorgues a tu pueblo sacerdotes según tu corazón,
te rogamos, óyenos.
Para que los llenes con el espíritu de tu sacerdocio, te rogamos, óyenos.
Para que los labios de los sacerdotes sean fuente de sabiduría,
te rogamos, óyenos.
Para que envíes obreros fieles a tu mies, te rogamos, óyenos.
Para que multipliques los dispensadores de tus misterios,
te rogamos, óyenos.
Para que les concedas perseverar en el cumplimiento de tu voluntad,
te rogamos, óyenos.
Para que les concedas mansedumbre en su ministerio, prudencia en la
acción y constancia en la oración, te rogamos, óyenos.
Para que promuevas por medio de ellos la devoción al Santísimo
Sacramento en todas partes, te rogamos, óyenos.
Para que recibas en tu gozo a los que te han servido bien,
te rogamos, óyenos.
Oración
℣. Oremos:
Opción A
Dios, santificador y protector de tu Iglesia, suscita en ella, por medio de
tu Espíritu, dispensadores idóneos y fieles de tus santos misterios, para
que, por su ejemplo y ministerio, el pueblo cristiano se encamine bajo tu
protección por el sendero de la salvación. Por Cristo, nuestro Señor.
℟. Amén.
54
Opción B11
Dios nuestro, que para gloria tuya y salvación de todos los hombres
constituiste sumo y eterno sacerdote a tu Hijo, Jesucristo, concede a
quienes él ha elegido como ministros suyos y administrdores de los
sacramentos y del Evangelio, la gracia de ser fieles en el cumplimiento de
su ministerio. Por Jesucristo nuestro Señor.
℟. Amén.
11
MR, jueves después de Pentecostés, Fiesta de Jesucristo, sumo y eterno sacerdote, Oración colecta.
55
E. Letanías del Santísimo Sacramento12
I
Opción A
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Cristo, ten piedad de nosotros. Cristo, ten piedad de nosotros.
Señor, ten piedad de nosotros. Señor, ten piedad de nosotros.
Opción B
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros.
Dios Hijo, Redentor del mundo, ten piedad de nosotros.
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros.
Santísima Trinidad, que eres un solo Dios, ten piedad de nosotros.
II
Pan vivo, bajado del cielo, ten piedad de nosotros.
Dios escondido y Salvador, ten piedad de nosotros.
Trigo de los escogidos, ten piedad de nosotros.
Sacrificio santo, ten piedad de nosotros.
Sacrificio vivo, ten piedad de nosotros.
Sacrificio agradable a Dios, ten piedad de nosotros.
Comida de ángeles, ten piedad de nosotros.
Maná escondido, ten piedad de nosotros.
Ofrenda pura, ten piedad de nosotros.
Sacrificio perpetuo, ten piedad de nosotros.
Cordero sin mancha, ten piedad de nosotros.
Mesa purísima, ten piedad de nosotros.
Anfitrión y comida, ten piedad de nosotros.
Cáliz de bendicion, ten piedad de nosotros.
Oferente y ofrenda, ten piedad de nosotros.
Misterio de la fe, ten piedad de nosotros.
Sacramento de piedad, ten piedad de nosotros.
Vínculo de caridad, ten piedad de nosotros.
Recuerdo de las maravillas de Dios, ten piedad de nosotros.
Pan nuestro de cada día, ten piedad de nosotros.
Incruento sacrificio, ten piedad de nosotros.
Sacrosanto y augustísimo misterio, ten piedad de nosotros.
12
Notitiæ (2013), 243-247.
56
Remedio que da inmortalidad, ten piedad de nosotros.
Fuente especial de gracias. ten piedad de nosotros.
Excelso y venerable sacramento, ten piedad de nosotros.
Sacrificio santísimo, ten piedad de nosotros.
Verbo hecho carne, ten piedad de nosotros.
Antídoto contra el pecado, ten piedad de nosotros.
Conmemoración santísima de la Pasión del Señor,
ten piedad de nosotros.
Milagro estupendo, ten piedad de nosotros.
Don que trasciende toda plenitud, ten piedad de nosotros.
Memorial principal del amor divino, ten piedad de nosotros.
Tesoro infinito de las riquezas de Dios, ten piedad de nosotros.
Asombroso sacramento que da la vida, ten piedad de nosotros.
Alimento de las almas santas, ten piedad de nosotros.
Convite dulcísimo en que sirven los ángeles, ten piedad de nosotros.
Sacrificio propiciatorio por vivos y muertos, ten piedad de nosotros.
Viático de los que mueren en el Señor, ten piedad de nosotros.
Prenda de la gloria futura, ten piedad de nosotros.
Muéstrate propicio. Líbranos, Señor.
III
De la indigna comunión de tu cuerpo y sangre, líbranos, Señor.
De la concupiscencia de la carne, líbranos, Señor.
De la concupiscencia de los ojos, líbranos, Señor.
De la soberbia de la vida, líbranos, Señor.
De toda ocasión de pecado, líbranos, Señor.
IV
Por tu ardiente deseo de comer esta Pascua con tus discípulos,
líbranos, Señor.
Por la profunda humildad con que les lavaste los pies, líbranos, Señor.
Por la ardentísima caridad con que instituiste este divino Sacramento,
líbranos, Señor.
Por tu preciosa sangre que nos dejaste en el altar, líbranos, Señor.
Por las cinco llagas de tu sacratísimo cuerpo, líbranos, Señor.
V
Nosotros que somos pecadores, te rogamos, óyenos.
Aumenta y conserva en nosotros la fe, reverencia y devoción a este
admirable Sacramento, te rogamos, óyenos.
Condúcenos al aprovechamiento del frecuente uso de la sagrada
Eucaristía con la auténtica confesión de nuestros pecados,
te rogamos, óyenos.
57
Líbranos de toda herejía, apostasía y ceguedad de corazón,
te rogamos, óyenos.
Concédenos los preciosos y celestiales frutos de este Santísimo
Sacramento, te rogamos, óyenos.
Confórtanos y defiéndenos con este viático en la hora de nuestra muerte,
te rogamos, óyenos.
Hijo de Dios, te rogamos, óyenos.
VI
Opción A
Cristo, óyenos. Cristo, óyenos.
Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos.
Opción B
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, perdónanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, escúchanos, Señor.
Cordero de Dios que quitas el pecado del mundo, ten piedad de nosotros.
Oración13
℣. Oremos:
Señor nuestro Jesucristo,
que en este admirable sacramento
nos dejaste el memorial de tu pasión,
concédenos venerar de tal modo
los sagrados misterios de tu Cuerpo y de tu Sangre,
que experimentemos continuamente en nosotros
el fruto de tu redención.
Tú que vives y reinas por los siglos de los siglos.
℟. Amén.
13
MR, Solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Cristo, Oración colecta.
58
VII. CANTOS ECUCARÍSTICOS APROPIADOS
Pange, lingua gloriosi
Latín
Pange, lingua, gloriosi Verbum caro, panem verum
Córporis mystérium Verbo carnem éfficit,
Sanguinísque pretiósi, Fitque Sanguis Christi merum,
Quem in mundi prétium Et, si sensus déficit,
Fructus ventris generósi Ad firmandum cor sincerum
Rex effúdit géntium. Sola fides súfficit.
Español
Que la lengua humana cante este
misterio: La Palabra es carne, y hace carne y
la preciosa sangre y el precioso cuerpo. cuerpo,
Quien nación de Virgen, Rey del con palabra suya, lo que fue pan
universo, nuestro,
por salvar el mundo, dio su sangre en Hace sangre el vino y, aunque no
precio. entendemos,
basta fe, si existe corazón sincero.
Se entregó a nosotros, se nos dio
naciendo Adorad postrados este Sacramento.
de una casta Virgen; y acabado el Cesa el viejo rito, se establece el nuevo.
tiempo, Dudan los sentidos y el entendimiento:
tras haber sembrado la Palabra al que la fe lo supla con asentimiento.
pueblo,
coronó su obra con prodigio excelso. Himnos de alabanza, bendición y
obsequio;
Fue en la última cena -ágape fraterno-, por igual la gloria y el poder y el reino
tras comer la Pascua, según al eterno Padre con el Hijo eterno,
mandamiento, y al divino Espíritu que procede de
con sus propias manos repartió su ellos.
cuerpo; Amén.
lo entregó a los doce para su alimento.
59
Altísimo Señor
Bendito, bendito
60
Cantad, cantad
¡Hostia! ¡Sol del amor! Tu luz inflama Cantemos al amor de los amores
el corazón de México leal;
el corazón del pueblo que te ama, Cantemos al Amor de los Amores
el corazón de un pueblo que te aclama cantemos al Señor,
en tu paso triunfal. Dios está aquí, ¡venid adoradores,
adoremos, a Cristo Redentor!
Triunfe tu amor, ¡oh Sol
Sacramentado! ¡Gloria a Cristo Jesús,
Del corazón de un pueblo siempre fiel, cielos y tierra, bendecid al señor
disipa ya las nieblas del pecado, honor y gloria a Ti, rey de la gloria
ven a reinar, ven a reinar en él. amor por siempre a Ti
Dios del Amor!
Orne tu luz con resplandor divino
de nuestros padres la radiante fe; Unamos nuestra voz a los cantares
vuelva a buscar la Patria su destino del Coro Celestial,
de tu sagrario, de tu sagrario al pie. Dios está aquí, al Dios de los Altares
alabemos con gozo angelical.
61
Corazón Santo, tú reinarás
Oh buen Jesús
¡Oh, buen Jesús! Yo creo firmemente Espero en Ti, piadoso Jesús mío;
que por mi bien estás en el altar, oigo tu voz que dice “ven a mí”,
que das tu cuerpo y sangre juntamente porque eres fiel, por eso en Ti confío;
al alma fiel en celestial manjar, /todo Señor, espérolo de Ti./ (bis)
al alma fiel en celestial manjar.
¡Oh, buen pastor, amable y fino
Indigno soy, confieso avergonzado, amante!
de recibir la santa Comunión; Mi corazón se abraza en santo ardor;
Jesús que ves mi nada y mi pecado, si te olvidé, hoy juro que constante
/prepara Tú mi pobre corazón. / (bis) /he de vivir tan sólo de tu amor. / (bis)
Que viva mi Cristo, que viva mi Rey. Dios le dio el poder, la victoria.
que impere doquiera triunfante su ley. Pueblos todos, venid y alabad
Viva Cristo Rey, Viva Cristo Rey. a este Rey de los cielos y tierra,
en quien sólo tenemos la paz.
Mexicanos un Padre tenemos,
que nos dio de la patria la unión. Rey eterno, Rey universal,
A ese Padre gozosos cantemos, en quien todo ya se restauró,
empuñando con fe su pendón. te rogamos que todos los pueblos
sean unidos en un solo amor.
Demos gracias al Padre que ha hecho
que tengamos de herencia la luz
y al darnos vida en el Reino
que su Hijo nos dio por la cruz.
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Tú reinarás
Hambre de Dios
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Yo soy el pan de vida
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