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Anatomía del Sistema Cardiovascular

El Sistema Cardiovascular:

Está compuesto por: el corazón y los vasos sanguíneos, estos últimos diferenciados en arterias,
arteriolas, venas, vénulas y capilares.

Arterias

Es cada uno de los vasos que llevan la sangre oxigenada (exceptuando las arterias pulmonares)
desde el corazón hacia las demás partes del cuerpo. Nacen de un ventrículo; sus paredes son muy
resistentes y elásticas. Están formadas por tres capas (capa interna o endotelio, capa media y capa
externa o adventicia)

Según la proporción de fibras elásticas y musculares de esta capa se pueden diferenciar dos tipos
de arterias: arterias elásticas y arterias musculares.

Las arterias elásticas son las de mayor calibre, la aorta y sus ramas, tienen una mayor proporción
de fibras elásticas en su capa media y sus paredes son relativamente delgadas en relación con su
diámetro. La principal función de estas arterias es la conducción de la sangre del corazón a las
arterias de mediano calibre.

Las arterias musculares son las de calibre intermedio y su capa media contiene más músculo liso y
menos fibras elásticas. Gracias a la contracción (vasoconstricción) o dilatación (vasodilatación) de
las fibras musculares se regula el flujo sanguíneo en las distintas partes del cuerpo.

Arteriolas

Vaso sanguíneo de pequeño calibre que nace de las arterias y que conduce la sangre hasta los
capilares arteriales. Las arteriolas son los conductos arteriales que más contribuyen a la regulación
de la presión sanguínea.

Venas

Es un vaso sanguíneo que conduce la sangre desde los capilares hasta el corazón.

Vénulas

Pequeño vaso sanguíneo a través del cual empieza a retornar la sangre desde los capilares venosos
de los tejidos hacia las venas, para dirigirla al corazón. Tiene una estructura similar a la de las
venas.

Capilares

Los capilares son vasos microscópicos que comunican las arteriolas con las vénulas. Se sitúan entre
las células del organismo en el espacio intersticial para poder facilitar el intercambio de sustancias
entre la sangre y las células. Las paredes de los capilares son muy finas para permitir este
intercambio.

Anatomía del Corazón

Localización del corazón:

El corazón es un órgano relativamente pequeño, casi del mismo tamaño (pero no de la misma
forma) que un puño cerrado. Mide alrededor de 12 cm de largo, 9 cm en un punto más ancho y 6
cm de espesor, con un peso promedio de 250 g en mujeres adultas y 300 g en hombres adultos.

El corazón se apoya en el diafragma, cerca de la línea media de la cavidad. Yace en el mediastino,


una masa de tejido que se extiende desde el esternón hasta la columna vertebral, entre los
pulmones.
Aproximadamente dos tercios del corazón se encuentran a la izquierda de la línea media del
cuerpo. El vértice o punta (ápex) se dirige hacia delante, abajo y a la izquierda. La base ancha se
dirige hacia atrás, arriba y a la derecha.

Además de la base y el ápex el corazón tiene diferentes caras y bordes (márgenes). La cara
anterior se ubica detrás del esternón y las costillas. La cara inferior es la que se encuentra sobre el
vértice y el borde derecho y descansa principalmente sobre el diafragma.

El borde derecho mira hacia el pulmón derecho y se extiende desde la cara inferior hasta la base.
El borde izquierdo, también llamado borde pulmonar, mira hacia le pulmón izquierdo y se
extiende desde la base hasta el ápice.

Pericardio:

El pericardio es una membrana que rodea y protege al corazón; lo mantiene en su posición en el


mediastino y, a la vez, otorga suficiente libertad de movimiento para la contracción rápida y
vigorosa. Se divide en dos partes principales:

1) Pericardio fibroso

2) Pericardio seroso

Pericardio fibroso

Es más superficial y está compuesto por tejido conectivo denso, irregular, poco elástico y
resistente. Es semejante a un saco que descansa sobre el diafragma y se fija en él. Sus bordes
libres se fusionan con el tejido conectivo de los vasos sanguíneos que entran y salen del corazón.

Evita el estiramiento excesivo del corazón, provee protección y sujeta al corazón al mediastino.

Pericardio Seroso

Es más profundo, más delgado y delicado, y forma una doble capa alrededor del corazón. La capa
parietal externa del pericardio seroso se fusiona con el pericardio fibroso. La capa visceral interna,
también denominada epicardio, es una de las capas de la pared cardiaca y se adhiere fuertemente
a la superficie del corazón.

Capas de la pared cardiaca

La pared cardiaca se divide en tres capas: el epicardio (capa externa), el miocardio (capa media) y
el endocardio (capa interna).

El epicardio es una lámina delgada y transparente que también se conoce como capa visceral del
pericardio seroso.

El miocardio, tejido muscular cardiaco confiere volumen al corazón y es responsable de la acción


de bombeo.

El endocardio, es una fina capa de endotelio que yace sobre una capa delgada de tejido conectivo.
Tapiza las cámaras cardiacas formando una pared lisa y recubre las válvulas cardiacas. Se continúa
con el endotelio de los grandes vasos que llegan y salen del corazón.

Cámaras Cardiacas

El corazón posee cuatro cámaras. Las dos cámaras superiores son las aurículas (atrios) y las
inferiores los ventrículos.

Las dos aurículas reciben la sangre de los vasos sanguíneos que la traen de regreso al corazón, las
venas mientras que los ventrículos la eyectan desde el corazón hacia los vasos sanguíneos que la
distribuyen las arterias.
En la cámara anterior de cada aurícula se encuentra una estructura semejante a una bolsa
denominada orejuela. Además en la superficie del corazón existe una serie de surcos que
contienen vasos coronarios y una cantidad variable de grasa. Cada surco marca el límite externo
entre dos cámaras cardiacas.

El surco coronario

(de forma circular o de corona) profundo rodea a casi todo el corazón y limita dos sectores:

sector auricular (superior) y el ventricular (inferior).

El surco interventricular anterior

Es una hendidura poco profunda ubicada en una cámara anterior del corazón que se marca entre
el ventrículo derecho y el izquierdo.

Aurícula Derecha:

Recibe sangre de tres venas: la vena cava superior, la vena cava inferior y el seno coronario. Los
vasos sanguíneos que transportan sangre oxigenada (de color rojo brillante) mientras que aquellos
que transportan sangre no oxigenada (de color rojo oscuro).

Entre la aurícula derecha y la izquierda se encuentra un tabique delgado denominado septum o


tabique interauricular . La sangre pasa desde la aurícula derecha hacia el ventrículo derecho a
través de una válvula tricúspide porque tiene tres valvas o cúspides.

Aurícula Izquierda

Forma la mayor parte de la base del corazón. Recibe sangre proveniente de los pulmones por
medio de cuatro venas pulmonares.

Ventrículo Derecho

Forma la mayor parte de la cara anterior del corazón .En su interior contiene una serie de relieves
constituidos por heces de fibras musculares denominadas trabéculas carnosas.

Ventrículo Izquierdo

Forma el vértice o ápex del corazón. Al igual que el ventrículo derecho, contiene trabéculas
carnosas y cuerdas tendinosas que conectan las valvas de la válvula mitral a los músculos
capilares.

Válvulas:

Válvula bicúspide impide que la sangre retorne del ventrículo izquierdo a la aurícula izquierda.
Está formada por dos membranas, las cuales reciben cuerdas tendinosas de los músculos papilares
anterior y posterior, situados en la pared externa del ventrículo izquierdo.

Válvula sigmoidea aórtica: impide que la sangre retorne desde la aorta al ventrículo izquierdo. Está
formada por tres membranas, dos anteriores y una posterior. Esta válvula se ubica entre el
ventrículo izquierdo y la arteria aorta.

Válvula pulmonar: impide que la sangre retorne del conducto pulmonar al ventrículo derecho. Está
formada por tres membranas, dos posteriores y una anterior. Esta se ubica en la abertura situada
en el ventrículo derecho por el cual sale el tronco pulmonar

Espesor miocárdico y función

El espesor miocárdico de las cuatro cámaras varía de acuerdo con la función de cada una de ellas.
Las aurículas de paredes finas entregan sangre a los ventrículos. Debido a que los ventrículos
bombean sangre a mayores distancias, sus paredes son más gruesas.
A pesar de que los ventrículos derecho e izquierdo actúan como dos bombas separadas que
eyectan simultáneamente iguales volúmenes de sangre, el lado derecho tiene una carga de trabajo
menor.

Esqueleto fibroso del corazón

Además de musculo cardiaco, la pared cardiaca también contiene tejido conectivo denso que
forma el esqueleto fibroso del corazón. Esta estructura consiste básicamente en cuatro anillos de
tejido conectivo denso que rodean a las válvulas cardiacas, fusionándolas entre si y uniéndolas al
tabique interventricular.

Al mismo tiempo que forma la base estructural de las válvulas cardiacas, el esqueleto fibroso
también evita el sobre-estiramiento de las válvulas al pasar la sangre a través de ellas. Asimismo
sirve como punto de inserción a los haces de fibras musculares cardiacas y como aislante eléctrico
entre las aurículas y los ventrículos.

FISIOLOGÍA DE SISTEMA CARDIOVASCULAR

El aparato cardiovascular (cardio, corazón; vascular, vasos sanguíneos) está formado por tres
componentes interrelacionados: la sangre, el corazón y los vasos sanguíneos.

Para que la sangre alcance las células del cuerpo e intercambie sustancias con ellos, debe ser
bombeada constantemente por el corazón. El corazón late unas 100,000 veces por día. Aun
cuando la persona duerme, el corazón late 30 veces su propio peso cada minuto, que representa
unos 5 litros hacia los pulmones y el mismo volumen hacia el resto del cuerpo.

El aparato circulatorio contribuye a la homeostasis de otros aparatos y sistemas del cuerpo a


través del transporte y distribución de la sangre, llevando sustancias (como oxígeno, nutrientes y
hormonas) y retirando los desechos. Los vasos sanguíneos son las estructuras responsables de
estas importantes tareas y forman un sistema cerrado de conductos que reciben sangre desde el
corazón, la transportan hasta los tejidos y luego la devuelven al corazón.

LA SANGRE

La sangre es un tejido conectivo compuesto por una matriz extracelular de líquido llamada plasma,
en la cual se disuelven diversas sustancias y se encuentra numerosas células y fragmentos
celulares en suspensión. La sangre transporta oxigeno desde los pulmones y nutrientes desde el
tracto gastrointestinal.

Funciones de la sangre

1. Transporte. La sangre transporta oxigeno desde los pulmones hacia las células del cuerpo
y dióxido de carbono desde las células hacia los pulmones, para exhalarlo con la
espiración. También lleva nutrientes desde el tracto gastrointestinal hacia las células y
hormonas desde las glándulas endocrinas hacia otras células. Por último, transporta calor
y productos de desecho hacia diferentes órganos para que sean eliminados del cuerpo.
2. Regulación. La sangre circundante ayuda a mantener la homeostasis de todos los líquidos
corporales. Ayuda a regular el pH por medio de la utilización de sustancias
amortiguadoras, sustancias que convierten en débiles los ácidos o las bases fuertes.
También contribuye en el ajuste de la temperatura corporal a través de las propiedades
refrigerantes y de absorción de calor del agua presente en el plasma sanguíneo y su flujo
variable a través de la piel, donde el excedente de calor puede perderse y ser transferido
al medio ambiente. Asimismo, la presión osmótica de la sangre influye en el contenido de
agua de las células, principalmente por las interacciones entre los iones disueltos y las
proteínas.
3. Protección. La sangre puede coagularse lo cual previene la pérdida excesiva del sistema
circulatorio tras una lesión. Más aun, sus glóbulos blancos nos protegen de las
enfermedades llevando a cabo la fagocitosis. Diversas proteínas sanguíneas, incluidos
anticuerpos contribuyen a protegernos contra las enfermedades en una gran variedad de
formas.
Componentes de la sangre

La sangre tiene dos componentes: 1) el plasma, una matriz extracelular liquida acuosa que
contiene sustancias disueltas, y 2) los elementos corpusculares, compuestos por células de
fragmentos celulares. La sangre está constituida en un 45% aproximadamente por elementos
corpusculares, y en un 55% por plasma.

Plasma sanguíneo

Es un líquido citrino (amarillento), compuesto por alrededor de un 91,5 % de agua, y 8,5% de


solutos, la mayoría de los cuales son proteínas, entre las cuales están la albumina, las globulinas y
el fibrinógeno.

Aparte de las proteínas, otros solutos plasmáticos incluyen electrolitos, nutrientes, sustancias
reguladoras como enzimas y hormonas, gases, y productos de desecho como urea, ácido úrico,
creatinina, amoniaco y bilirrubina.

Elementos corpusculares

Los elementos corpusculares de la sangre incluyen tres componentes principales: glóbulos rojos,
glóbulos blancos y plaquetas.

Clasificación de elementos corpusculares de la sangre:

I. Eritrocitos o glóbulos rojos.


II. Leucocitos o glóbulos blancos.
A. Granulocitos
1. Neutrófilos
2. Eosinófilos
3. Basófilos
B. Agranulocitos
1. Linfocitos T y B y células natural killer
2. Monocitos.
III. Plaquetas.
GLOBULOS ROJOS

Los glóbulos rojos contienen una proteína transportadora de oxígeno, la hemoglobina, el


pigmento que le da a la sangre su color rojo. Los glóbulos rojos están especializados para su
función de transporte de oxígeno.

GLOBULOS BLANCOS

En un cuerpo sano, algunos glóbulos blancos, especialmente los linfocitos pueden vivir varios
meses o años, aunque la mayoría vive tan solo unos pocos días. Durante un periodo de infección,
los glóbulos blancos fagocíticos pueden llegar a vivir apenas unas horas.

La función general de todos los leucocitos es hacer frente a un organismo patógeno y eliminar los
restos que se produzcan en la lucha. Pero cada uno tiene sus propias funciones específicas.

Así los neutrófilos tienen como función más importante la respuesta rápida a la invasión de un
agente extraño, sea una bacteria, un virus, hongos, parásitos, células en destrucción o partículas
en suspensión. Esta función la realizan mediante la fagocitosis.

Los eosinófilos funcionan como mediadores de la inflamación en procesos alérgicos como el asma.

Los basófilos participan activamente en reacciones alérgicas, pero en reacciones alérgicas


mediadas por inmunoglobulinas E, por neuropéptidos y por el factor liberador de la histamina.

Los linfocitos son los soldados destacados en las batallas del sistema inmunitario. La mayoría de
los linfocitos se mueven constantemente entre los tejidos linfoideos, la linfa y la sangre, pasando
muy picas horas en la sangre cada vez. Así, solo una pequeña porción del total de linfocitos se
encuentra en el torrente sanguíneo en un momento dado. Los tres tipos principales de linfocitos
son las células B, las células T y las citolíticas naturales (natural killer). Las células B son
particularmente efectivas en la destrucción de bacterias e inactivación de sus toxinas. Las células T
atacan virus, hongos, células trasplantadas, células cancerosas y algunas bacterias, y son
responsables de las reacciones transfusionales, las reacciones alérgicas y el rechazo de órganos
trasplantados. Las respuestas inmunitarias llevadas a cabo tanto por las células B como por las
células T ayudan a combatir la infección y proveen protección contra ciertas enfermedades. Las
células natural killer atacan una amplia variedad de microbios infecciosos y ciertas células
tumorales de surgimiento espontáneo.

Los monocitos tardan más que los neutrófilos en alcanzar el sitio de infección, pero lo hacen en
cantidades mayores y destruyen más microbios.

PLAQUETAS

Sus gránulos también contienen sustancias que, a su vez liberadas, promueven la coagulación de la
sangre. Las plaquetas contribuyen a frenar la pérdida de sangre en los vasos sanguíneos dañados
formando un tapón plaquetario. Su promedio de vida es breve, por lo general de tan solo 5 a 9
días.

GENERALIDADES. CIRCULACIÓN GENERAL Y PULMONAR

Los vasos sanguíneos están organizados dentro de las vías circulatorias que conducen la sangre
hacia los órganos específicos. Las dos principales vías circulatorias son: la circulación sistémica y la
circulación pulmonar.

La circulación sistémica incluye todas las arterias y arteriolas que transportan la sangre oxigenada
desde el ventrículo izquierdo hacia los capilares sistémicos, además de las venas y vénulas que
transportan sangre desoxigenada de regreso hacia la aurícula derecha, luego de irrigar los
órganos. La sangre que sale de aorta y fluye por las arterias sistémicas es de color rojo brillante. A
medida que recorre los capilares, pierde parte de su contenido de oxígeno y capta dióxido de
carbono, de manera que la sangre en las venas sistémicas es de color rojo oscuro.
Las subdivisiones de la circulación sistémica son la circulación coronaria (cardiaca) que irriga el
miocardio; la circulación cerebral, que irriga el cerebro y la circulación porto hepática, que se
extiende desde el tracto gastrointestinal hasta el hígado. Las arterias que irrigan los pulmones,
como las arterias bronquiales, también forman parte de la circulación sistémica.

En cada latido, el corazón bombea sangre a dos circuitos cerrados, la circulación general o mayor y
la pulmonar o menor. La sangre no oxigenada llega a la aurícula derecha a través de las venas
cavas superior e inferior, y el seno coronario. Esta sangre no oxigenada es transferida al ventrículo
derecho pasando a través de la válvula tricúspide y posteriormente fluye hacia el tronco pulmonar,
el cual se divide en arteria pulmonar derecha e izquierda. La sangre no oxigenada se oxigena en los
pulmones y regresa a la aurícula izquierda a través de las venas pulmonares (circulación
pulmonar). La sangre oxigenada pasa al ventrículo izquierdo donde se bombea a la aorta
ascendente. A este nivel, la sangre fluye hacia las arterias coronarias, el cayado aórtico, y la aorta
descendente (porción torácica y abdominal). Estos vasos y sus ramas transportan la sangre
oxigenada hacia todas las regiones del organismo (circulación general).

EL CORAZON

FISIOLOGÍA DEL CORAZÓN

Sistema de conducción cardíaco

Cada latido cardíaco se produce gracias a la actividad eléctrica inherente y rítmica de un 1% de las
fibras musculares miocárdicas, las fibras autorrítmicas o de conducción. Estas fibras son capaces
de generar impulsos de una forma repetida y rítmica, y actúan como marcapasos estableciendo el
ritmo de todo el corazón, y forman el sistema de conducción cardíaco. El sistema de conducción
garantiza la contracción coordinada de las cavidades cardíacas y de esta forma el corazón actúa
como una bomba eficaz. Los componentes del sistema de conducción son:

1. El nódulo sinusal, localizado en la pared de la aurícula derecha, por debajo de desembocadura


de la vena cava superior. Cada potencial de acción generado en este nódulo se propaga a las fibras
miocárdicas de las aurículas.

2. El nódulo auriculoventricular (AV) se localiza en el tabique interauricular. Los impulsos de las


fibras musculares cardíacas de ambas aurículas convergen en el nódulo AV, el cual los distribuye a
los ventrículos a través del

3. haz de His o fascículo auriculoventricular, que es la única conexión eléctrica entre las aurículas y
los ventrículos. En el resto del corazón el esqueleto fibroso aísla eléctricamente las aurículas de los
ventrículos.

4. El fascículo aurículoventricular se dirige hacia la porción muscular del tabique interventricular y


se divide en sus ramas derecha e izquierda del haz de His, las cuales a través del tabique
interventricular siguen en dirección hacia el vértice cardíaco y se distribuyen a lo largo de toda la
musculatura ventricular.

5. Por último, el plexo subendocárdico terminal o fibras de Purkinje conducen rápidamente el


potencial de acción a través de todo el miocardio ventricular.

POTENCIAL DE ACCIÓN

Las contracciones del músculo cardiaco están generadas por estímulos eléctricos regulares que se
generan de forma automática en el nódulo sinusal. La llegada de un impulso a una fibra miocárdica
normal genera un potencial de acción (cambios en la permeabilidad de la membrana celular a
determinados iones), el cual ocasiona la contracción de la fibra muscular del miocardio. El
potencial de acción de las fibras miocárdicas contráctiles auriculares y ventriculares comprende
tres fases:
1. Despolarización: cuando la excitación de las fibras del nódulo sinusal llega a las fibras
auriculares ocasiona la abertura rápida de canales de sodio, con lo que se inicia la despolarización
rápida.

2. Meseta: en una segunda fase, se abren canales lentos de calcio que facilitan la entrada de iones
calcio al interior de la fibra miocárdica.

3. Repolarización: la recuperación del potencial de membrana en reposo es debida a la abertura


de canales de potasio y al cierre de los canales de calcio.

ELECTROCARDIOGRAMA

Cuando el impulso cardíaco atraviesa el corazón, la corriente eléctrica también se propaga desde
el corazón hacia los tejidos adyacentes que lo rodean. Una pequeña parte de la corriente se
propaga a la superficie corporal y puede registrarse. Este registro se denomina electrocardiograma
(ECG). El ECG es un registro gráfico de la actividad eléctrica del corazón y de la conducción de sus
impulsos. Las corrientes eléctricas se detectan en la superficie del cuerpo como pequeños
potenciales eléctricos que tras su ampliación se observan en el electrocardiógrafo. En la práctica
clínica, el ECG se registra colocando electrodos en los brazos y piernas (derivaciones de las
extremidades) y seis en el tórax (derivaciones torácicas). Cada electrodo registra actividad
eléctrica distinta porque difiere su posición respecto del corazón. Con la interpretación del ECG se
puede determinar si la conducción cardiaca es normal, el tamaño de las cavidades cardíacas y si
hay daño en regiones del miocardio.

Con cada latido cardíaco se observan 3 ondas en el ECG:

1. La onda P es una pequeña onda ascendente. Representa la despolarización de las aurículas y la


transmisión del impulso del nódulo sinusal a las fibras musculares auriculares.

2. El complejo QRS se inicia con una onda descendente, continúa con una onda rápida triangular
ascendente y finalmente una pequeña deflexión. Este complejo representa la despolarización
ventricular. La fase de repolarización auricular coincide con la despolarización ventricular por lo
que la onda de repolarización auricular queda oculta por el complejo QRS y no puede verse en el
E.C.G.

3. La onda T: es una onda ascendente suave que aparece después del complejo QRS y representa
la repolarización ventricular.

CICLO CARDIACO

Un ciclo cardiaco incluye todos los fenómenos eléctricos (potencial de acción y su propagación) y
mecánicos (sístole: contracción; diástole: relajación) que tienen lugar durante cada latido cardiaco.
El término sístole hace referencia a la fase de contracción y el término diástole a la fase de
relajación. Cada ciclo cardíaco consta de una sístole y una diástole auricular, y una sístole y una
diástole ventricular. En cada ciclo, las aurículas y los ventrículos se contraen y se relajan de forma
alternada, moviendo la sangre de las áreas de menor presión hacia las de mayor presión. Los
fenómenos que tienen lugar durante cada ciclo cardiaco pueden esquematizarse de la siguiente
forma:

1. Sístole auricular: durante la sístole auricular las aurículas se contraen y facilitan el paso de un
pequeño volumen de sangre a los ventrículos. La despolarización auricular determina la sístole
auricular. En este momento los ventrículos están relajados.

2. Sístole ventricular: tiene una duración de 0,3 segundos durante los cuales los ventrículos se
contraen y al mismo tiempo las aurículas están relajadas. Al final de la sístole auricular, el impulso
eléctrico llega a los ventrículos y ocasiona primero la despolarización y posteriormente la
contracción ventricular. La contracción del ventrículo ocasiona un aumento de la presión
intraventricular que provoca el cierre de las válvulas auriculoventriculares (AV). El cierre de estas
válvulas genera un ruido audible en la superficie del tórax y que constituye el primer ruido
cardiaco. Durante unos 0,05 segundos, tanto las válvulas semilunares (SL) como las AV se
encuentran cerradas. Este es el periodo de contracción isovolumétrica. Al continuar la contracción
ventricular provoca un rápido aumento de la presión en el interior de las cavidades ventriculares.
Cuando la presión de los ventrículos es mayor que la presión de las arterias, se abren las válvulas
SL y tienen lugar la fase de eyección ventricular, con una duración aproximada de 0,250 segundos.

3. Diástole ventricular: el inicio de la diástole ventricular es debido a la repolarización ventricular.


La velocidad de eyección de la sangre va disminuyendo de forma progresiva, disminuye la presión
intraventricular y se cierran las válvulas SL. El cierre de las válvulas aórtica y pulmonar genera el
segundo ruido cardiaco. Las válvulas semilunares impiden que la sangre refluya hacia las arterias
cuando cesa la contracción de miocardio ventricular. El ventrículo es una cavidad cerrada, con las
válvulas AV y SL cerradas. El ventrículo tiene un volumen constante, se relaja de forma progresiva
y disminuye la presión intraventricular. Cuando la presión ventricular disminuye por debajo de la
presión auricular, se obren las válvulas auriculoventriculares y se inicia la fase de llenado
ventricular. La sangre fluye desde las aurículas a los ventrículos siguiendo un gradiente de presión.

GASTO CARDIACO

Aunque el corazón posee fibras automáticas que le permiten latir independientemente, su función
está regulada por los fenómenos que se producen en todo el organismo. Todas las células del
cuerpo deben recibir una cierta cantidad de sangre oxigenada cada minuto para mantenerse
saludables y vivas. Cuando las células están metabólicamente activas, como durante el ejercicio,
captan mayores cantidades de oxigeno de la sangre. Durante los periodos de reposo, las
demandas metabólicas se reducen y la carga de trabajo del corazón disminuye.

El gasto cardiaco o volumen minuto es el volumen de sangre que expulsa el ventrículo izquierdo (o
derecho) hacia la aorta (o tronco pulmonar) en cada minuto. Es quizás el factor más importante a
considerar en relación con la circulación, porque de él depende el transporte de sustancias hacia
los tejidos. Equivale a la cantidad de sangre expulsada por el ventrículo durante la sístole (volumen
sistólico) multiplicado por el número de latidos por minuto (frecuencia cardiaca).

GC (VM) = VS x FC

(ml/min) (ml/lat.) (lpm)

En reposo, en un adulto varón de talla promedio, el volumen sistólico es de 70 ml/lat y la


frecuencia cardiaca de 75 lpm (latidos por minuto), con lo cual el gasto cardiaco es de 5.250
ml/min.

La frecuencia cardiaca en reposo en una persona adulta es entre 70 y 80 latidos por minuto.
Cuando la frecuencia cardiaca es inferior a 60 latidos por minuto se denomina bradicardia. Por
otra parte, la taquicardia es la frecuencia cardiaca rápida en reposo mayor de 100 latidos por
minuto.

Cuando los tejidos cambian su actividad metabólica, se modifica el consumo de oxígeno y esto se
refleja en el valor del gasto cardiaco el cual se adapta a las necesidades. La regulación del gasto
cardiaco depende de factores que pueden modificar el volumen sistólico y de factores que pueden
variar la frecuencia cardiaca.

A) Factores que pueden modificar el volumen sistólico:

El volumen sistólico equivale a la diferencia entre el volumen al principio (volumen diastólico final)
y al final de la sístole (volumen sistólico final). Un corazón sano es capaz de bombear durante la
sístole toda la sangre que entra en sus cavidades durante la diástole previa. Para ello, los factores
importantes que regulan el volumen sistólico y garantizan que los dos ventrículos bombeen el
mismo volumen de sangre son:

1. La precarga o grado de estiramiento de las fibras miocárdicas durante la diástole condiciona la


fuerza de la contracción miocárdica. Dentro de unos límites, cuanto más se llene el corazón en la
diástole, mayor será la fuerza de contracción durante la sístole, lo cual se conoce como Ley de
FrankStarling del corazón. Esta ley establece que, al llegar más sangre a las cavidades cardiacas, se
produce un mayor estiramiento de las fibras miocárdicas. Como consecuencia del estiramiento, el
músculo cardiaco se contrae con más fuerza. De esta forma, toda la sangre extra que llega al
corazón durante la diástole se bombea de forma automática durante la sístole siguiente. Los
factores que pueden aumentar la precarga son factores que influyen en el retorno venoso o
regreso de sangre al corazón desde las venas. El retorno venoso depende de:

a) la duración de la diástole ventricular, de tal forma que, si disminuye la diástole, disminuye el


tiempo de llenado ventricular.

b) la presión venosa, de tal manera que un aumento de la presión venosa facilita el paso de un
mayor volumen de sangre a los ventrículos.

2. La contractilidad miocárdica o fuerza de contracción de las fibras del miocardio con cualquier
valor de precarga. Los factores que pueden modificar la contractilidad se resumen en:

a. Factores intrínsecos, relacionados con la Ley de Frank-Starlin del corazón.

b. Factores extrínsecos, relacionados con el efecto del sistema nervioso vegetativo sobre las fibras
miocárdicas. El sistema nervioso simpático inerva todas las fibras miocárdicas auriculares y
ventriculares y su estímulo ocasiona un aumento de la contractilidad miocárdica. El sistema
nervioso parasimpático inerva básicamente el miocardio auricular y en mucho menor grado el
miocardio ventricular. La estimulación del sistema nervioso parasimpático ocasiona una
disminución de la contractilidad entre un 20-30%.

3. La postcarga es la presión que debe superar el ventrículo durante la sístole para poder abrir las
válvulas auriculoventriculares. El aumento de la postcarga, con valores de precarga constantes,
reduce el volumen sistólico y permanece más sangre en los ventrículos al final de la diástole.

B) Factores que pueden modificar la frecuencia cardíaca

La frecuencia que establece el nódulo sinusal puede alterarse por diversos factores, siendo los más
importantes el sistema nervioso autónomo y mecanismos químicos.

1. El sistema nervioso autónomo regula la frecuencia cardiaca a través de impulsos que provienen
del centro cardiovascular situado en la unión bulbo-protuberancial. Las fibras simpáticas que se
originan en este centro ocasionan un aumento de la frecuencia cardíaca. Asimismo, las fibras
parasimpáticas que desde el centro cardiovascular llegan a través del nervio vago al corazón
disminuyen la frecuencia cardiaca. Receptores situados en el sistema cardiovascular
(barorreceptores y quimiorreceptores), y receptores musculares y articulares (propioceptores)
informan al centro cardiovascular de cambios en la presión arterial, en la composición química de
la sangre y de la actividad física, respectivamente. Ello comporta la llegada de estímulos
activadores o inhibidores al centro cardiovascular que ocasionan la respuesta de este a través del
sistema nervioso autónomo.

2. La regulación química de la frecuencia cardiaca incluye mecanismos relacionados con las


hormonas suprarrenales, epinefrina y norepinefrina y con cambios en la concentración de
determinados iones intra y extracelulares (K+, Ca+ y Na+).

3. Otros factores que pueden influir en el valor de la frecuencia cardiaca incluyen la edad, el
género y la temperatura corporal.

LOS VASOS SANGUÍNEOS

FISIOLOGÍA DE LA CIRCULACIÓN SANGUÍNEA

FLUJO SANGUÍNEO
El flujo sanguíneo es el volumen de sangre que fluye a través de cualquier tejido por unidad de
tiempo (ml/minuto). El flujo sanguíneo total es el gasto cardiaco. La distribución del gasto cardiaco
entre las diferentes partes del cuerpo depende de la diferencia de presión entre dos puntos del
sistema vascular y de la resistencia al flujo sanguíneo.

PRESIÓN ARTERIAL

La presión sanguínea es la presión hidrostática que ejerce la sangre contra la pared de los vasos
que la contienen. Es máxima en la raíz de la aorta y arterias (presión arterial) y va disminuyendo a
lo largo del árbol vascular, siendo mínima en la aurícula derecha. La sangre fluye a través de los
vasos conforme a un gradiente de presión entre la aorta y la aurícula derecha.

La presión arterial se genera con la contracción de los ventrículos. Durante la sístole ventricular la
presión arterial adquiere su valor máximo (presión sistólica) y sus valores son aproximadamente
de 120 mmHg. La presión mínima coincide con la diástole ventricular (presión diastólica) y su valor
(60-80 mmHg) está en relación con la elasticidad de las arterias que transmiten la energía desde
sus paredes a la sangre durante la diástole. La presión sistólica refleja la contractilidad ventricular
izquierda, mientras que la presión diastólica indica el estado de la resistencia vascular periférica.

El valor de la presión arterial está directamente relacionado con la volemia y el gasto cardiaco e
inversamente proporcional a la resistencia vascular.

RESISTENCIA VASCULAR

La resistencia vascular es la fuerza que se opone al flujo de sangre, principalmente como resultado
de la fricción de ésta contra la pared de los vasos. En la circulación general la resistencia vascular o
resistencia periférica es la que presentan todos los vasos de la circulación general. Contribuyen a
ella en su mayor parte los vasos de pequeño calibre (arteriolas, capilares y vénulas). Los grandes
vasos arteriales tienen un gran diámetro y la velocidad del flujo es elevado, por lo cual es mínima
la resistencia al flujo. Sin embargo, la modificación del diámetro de las arteriolas comporta
importantes modificaciones de la resistencia periférica. El principal centro regulador del diámetro
de las arteriolas es el centro cardiovascular.

RETORNO VENOSO

El retorno venoso es el volumen de sangre que regresa al corazón por las venas de la circulación
general y su flujo depende del gradiente de presión entre las venas y la aurícula derecha. Además
del efecto del corazón, otros mecanismos contribuyen a facilitar el retorno venoso:

1. la contracción de los músculos de las extremidades inferiores comprime las venas, lo cual
empuja la sangre a través de la válvula proximal y cierra la válvula distal.

2. durante la inspiración, el diafragma se mueve hacia abajo, lo cual reduce

la presión en la cavidad torácica y la incrementa en la cavidad abdominal.

REGULACIÓN DE LA PRESIÓN ARTERIAL

Para mantener unos valores de presión arterial que permitan la correcta irrigación de todos los
órganos de nuestro organismo y adaptarse a sus necesidades energéticas es preciso un estricto
control de los valores de la presión arterial y el flujo sanguíneo.

REGULACIÓN NERVIOSA DE LA PRESIÓN ARTERIAL.

El sistema nervioso regula la presión sanguínea a través de reflejos de dos tipos: reflejos
barorreceptores y reflejos quimiorreceptores.

Reflejos barorreceptores
Los barorreceptores sensoriales sensibles a la presión, están ubicados en la aorta, arterias
carótidas internas y otras grandes arterias en el cuello y el tórax. Ellos envían impulsos al centro
cardiovascular para ayudar a regular la presión arterial.

La presión arterial estira la pared del seno carotideo, lo que estimula los barorreceptores. Los
impulsos nerviosos se propagan desde los receptores del seno carotideo, a través de axones
sensitivos del en el nervio glosofaríngeo (IX), hacia el centro cardiovascular en el bulbo raquídeo.

Sus acciones en el mantenimiento de la presión arterial son muy importantes ante cambios de
postura.

Cuando una persona que está acostada se sienta o se pone de pie, se produce una disminución de
la presión arterial de la cabeza y la parte superior del cuerpo. Esta disminución estimula los
barorreceptores de los senos carotídeos y aórticos, los cuales desencadenan de forma refleja una
descarga simpática que normaliza la presión arterial.

Reflejos quimiorreceptores

los quimiorreceptores, receptores sensoriales que controlan la composición química de la sangre,


están localizados cerca de los barorreceptores del seno carotideo y del arco de la aorta, en
pequeñas estructuras llamadas cuerpos carotideos y cuerpos aórticos, respectivamente.

Estos quimiorreceptores detectan cambios en el nivel sanguíneo de O2, CO2 Y H+. La hipoxia, la
acidosis o la hipercapnia estimula los quimiorreceptores para enviar impulsos al centro
cardiovascular. En respuesta, el centro cardiovascular incrementa la estimulación simpática de
arteriolas y venas, lo que produce vasoconstricción y un incremento de la presión arterial.

REGULACIÓN HORMONAL DE LA PRESIÓN ARTERIAL


Es un mecanismo de acción más lento para el control de la presión arterial que se activa al cabo de
horas. Implica la secreción de hormonas que regulan el volumen sanguíneo, el gasto cardiaco y las
resistencias vasculares.
1. Sistema renina-angiotensina-aldosterona: al disminuir la volemia o el flujo renal, las células del
aparato yuxtaglomerular de los riñones liberan más renina a la sangre. La renina y la enzima
convertidora de angiotensina (ECA) actúan en sus respectivos sustratos para que se produzca la
forma activa angiotensina II la cual aumenta la presión arterial por dos mecanismos:
a. Vasoconstricción arteriolar, que ocasiona aumento de las resistencias periféricas.
b. Estimula de la secreción de aldosterona, que aumenta la reabsorción renal de Na+ y agua y
ocasiona un aumento de la volemia.
2. Adrenalina y noradrenalina: estas hormonas se liberan en la médula suprarrenal por activación
del sistema nervioso simpático. Ocasionan un aumento del gasto cardiaco al aumentar la
contractilidad y la frecuencia cardiaca. También aumentan las resistencias periféricas al producir
vasoconstricción arteriolar. Además, inducen vasoconstricción venosa en la piel y vísceras
abdominales, aumentando el retorno venoso. Asimismo, la adrenalina produce vasodilatación
arterial en el miocardio y los músculos esqueléticos.
3. Hormona antidiurética (ADH): esta hormona hipotalámica se libera en la hipófisis al disminuir la
volemia y estimula la reabsorción de agua en el riñón y la vasoconstricción arteriolar.
4. Péptido natriurético auricular: se libera en las células auriculares cardíacas y disminuye la
presión arterial al ocasionar vasodilatación y aumentar la excreción de iones y agua en el riñón.
Cambios físicos
El calor promueve la vasodilatación y el frio causa vasoconstricción.
INTERCAMBIO CAPILAR
En los capilares se produce la entrada y salida de sustancias y líquido entre la sangre y el líquido
intersticial o intercambio capilar. La velocidad del flujo en los capilares es la menor de todos los
vasos del sistema cardiovascular para poder permitir el correcto intercambio entre la sangre y
todos los tejidos del organismo.

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