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No hay más ciego que el que no quiere ver. Muchas personas se niegan a ver la apostasía en la Iglesia, cada
vez más descarada en algunos de sus miembros, del mismo modo que se niegan a reconocer las imposiciones
del Nuevo Orden Mundial y su pensamiento único. Ambas cosas están muy relacionadas. Abrir los ojos a la
realidad no es ser conspiranoico. Ciertamente Dios es providente y nada sucede sin que Él lo permita en sus
sabios designios. Es muy importante conocer lo que pasa en el mundo y en la Iglesia y quien mueve los hilos de
todo para comprender los signos de los tiempos y obrar en consecuencia.
Augusto Torch, es el director del portal Nacionalismo Católico San Juan Bautista. Lleva años estudiando a fondo estos temas.
Nos agradece la oportunidad de expresarse en Adelante la Fe, que tanto valora y aprecia.
¿Puede especificar cómo el nuevo orden que quieren imponer se opone radicalmente a la cristiandad?
Hoy a través de tratados internacionales, que se compele a las naciones a aceptar, la ONU y sus tentáculos, imponen a sus
miembros, la ideología de género, con la que vienen la promoción no sólo de la homosexualidad desde la más tierna infancia,
sino también del aborto; todo esto planteado como “derechos humanos”. Así se puede ver, por ejemplo, en algo que ustedes
los europeos padecen en carne propia con esta Comunidad Económica. El rechazo de algunos países a estas políticas
pervertidoras, se sanciona severamente. Es decir, ingresar a esas comunidades internacionales, implica perder soberanía.
Otras de las imposiciones que están padeciendo grandemente en Europa es la obligación de aceptar inmigrantes ilegales, y en
esto juega un papel central el Vaticano de Bergoglio, promoviendo el multiculturalismo que destruye la identidad continental,
especialmente en su aspecto más importante, el religioso.
Pero volviendo a la ONU, como se puede comprobar ingresando a la página de Lucis Trust (originalmente llamada “Lucifer
Trust”), ésta organización esotérica constituye el órgano consultivo religioso de las Naciones Unidas y está basado en las
enseñanzas de la teósofa Alice Bayley, discípula de Madam Blavatski y del satanista masón, Aleister Crowley. En su página web
establecen como objetivo la imposición de una “Nueva Religión Mundial” en la cual se cuestiona especialmente a la Iglesia
Católica. De ahí que resulte por lo menos extraño, la estrecha colaboración del Vaticano con las políticas de la ONU desde
hace muchos años.
¿Qué relación tiene todo esto con la Parusía y el fin de los tiempos?
La imposición de un gobierno mundial es el ámbito adecuado para el reinado del único y personal Anticristo. Al concentrar y
ejercer un poder sobre todo el planeta, a quién se posicione como cabeza de ese gobierno mundial, una vez que esté
establecido de pleno derecho, va a tener todas las posibilidades de ser quien “… se opondrá y se alzará contra todo lo que se
dice de Dios”, y como mencionamos en el caso de Lucis Trust, es lo que se va perfilando desde la ONU.
Estas cuestiones están muy presentes en las obras de los P. Meinville, Castellani…
El Padre Meinvielle hablaba con frecuencia de estos temas. Al referirse al gobierno mundial que se planeaba establecer,
incluso a través de un Pacto Sinárquico, refería a la tecnocracia como la herramienta para la organización mecánica de los
hombres, a modo de un gran hormiguero humano. Recordemos en ese sentido que el judío Brezezinski tiene un libro llamado
“La Era Tecnotrónica” en el cual propone esa forma de gobernanza. Y referido a este tema en el prólogo al libro de Pierre
Virión “El gobierno mundial y la Contra-iglesia”, Meinvielle señala que la masonería está buscando esto, no es sino una
herramienta del judaísmo, que es quién desde el principio busca destruir a la Iglesia.
Y efectivamente es así. Al hacer mención al libro del judío masón Cecil Roth, “History of jews marranos” donde se cuenta
cómo los judíos pretendiéndose cristianos escalaron las más altas posiciones de la Iglesia aún en plena época de la
Inquisición; Meinvielle se pregunta si en esos tiempos en donde la judería era vigilada de cerca pudieron llegar a tanto,
cuanto más no pueden ahora en la Iglesia en donde lejos de perseguírselos, se los adula. Y esto fue escrito en 1965,
imaginemos en la hora presente hasta donde llega la infiltración. Así tenemos, por ejemplo, varios Papas que tienen
ascendencia judía, sin que eso llame la menor atención, aun cuando sus magisterios fueron modernistas y complacientes
específicamente hacia los enemigos número uno de la Cristiandad de los cuales ellos descienden.
Con respecto a Castellani, al igual que Meinvielle, hablaba de este tema sin mencionar el término Nuevo Orden Mundial, que
como señalé, es de más reciente aparición. Pero lo refería como al Poder Secreto Mundial al que menciona como los
“Iluminados” o “Illuminati”.
Castellani también denominaba a esta gente como “Movimiento Revolucionario Mundial” cuyo fin era llegar a imponer un
Estado Mundial Ateo presidido por ellos. (Crítica Literaria: “Sobre el poder Secreto”). Entre estos “mundialistas” señala el
padre Leonardo, a los judíos, que según las palabras de Disraeli, como “pueblo de Dios” coopera con todos los enemigos del
cristianismo para destrozarlo”. Incluso cita al libro “L’antisemitsme” del judío Bernard Lazare de finales del siglo XIX, en donde
éste señala que: “el judío no se satisface con descristianizar, él judaíza. Destruye la fe católica o protestante, suscita la
indiferencia religiosa, más para imponer su propia idea acerca del mundo, la moral y la vida en aquellos cuya fe ha arruinado.
Trabaja en su tarea secular, la aniquilación de la religión de Cristo”.
A esto se puede agregar que Castellani dedica gran parte de su obra a señalar la proximidad de la Parusía en base a la gran
cantidad de signos previstos en las Escrituras que se están cumpliendo, entre los cuales el establecimiento de un gobierno
mundial que podría encumbrar al Anticristo personal.
¿En qué medida la infiltración masónica en la Iglesia, el Master Plan, contribuye a que esta siga las directrices del Nuevo
Orden Mundial?
El Master Plan está vigente y se lleva a cabo de acuerdo a lo previsto. A pesar de los intentos de desacreditar a “Los
protocolos de los Sabios de Sion”, éste libro prevé con una exactitud casi matemática los pasos que se fueron dando para esta
dominación mundial judaica. Y ya que el enemigo principal de la judería es Cristo, su empeño en destruir su obra es el que
constituye su más importante objetivo.
Una muestra cabal de la victoria judía en la Iglesia fue el conseguir a través del jesuita Cardenal Bea, la declaración del
Concilio Vaticano II, “Nostra Aetate”, que no sólo promueve el sincretismo con todas las religiones, exhortando a los católicos
a promoverlas en “sus bienes espirituales y morales, así como los valores socio-culturales que en ellos existen”, sino que con
respecto al judaísmo implican una revisión y cambio absoluto en cuanto a las enseñanzas católicas respecto de ellos, al
señalar que ya no pueden ser señalados como malditos o reprobados de Dios y que no se les puede imputar la muerte de
Cristo a los judíos actuales.
En ese sentido, Benedicto XVI: en su libro “Jesús de Nazareth: desde el ingreso de Jerusalén hasta la Resurrección”, sostiene
que el pasaje bíblico en donde la multitud judía pide que la sangre de Cristo “caiga sobre nosotros y sobre nuestros hijos”, no
significaron una maldición sino “salvación y redención”, forzando así ridículamente las palabras de las Sagradas Escrituras en
favor de los judíos. Incluso considera “exagerado” al Evangelista Mateo al hablar del “pueblo entero” de judíos que pedían la
crucifixión de Jesús, ya que, según el Papa Emérito, al decir pueblo era imposible que estén todos presentes, por lo que San
Mateo fue más allá de los hechos históricos.
Y volviendo al Gobierno Mundial, como expresión absoluta de una tiranía global anticristiana, es dable señalar que el actual
Obispo de Roma, Jorge Bergoglio, en su eco-encíclica “Laudato Si”, señala que “… se vuelve indispensable la maduración de
instituciones internacionales más fuertes y eficazmente organizadas, con autoridades designadas equitativamente por
acuerdo entre los gobiernos nacionales, y dotadas de poder para sancionar. Como afirmaba Benedicto XVI en la línea ya
desarrollada por la doctrina social de la Iglesia, «para gobernar la economía mundial, para sanear las economías afectadas
por la crisis, para prevenir su empeoramiento y mayores desequilibrios consiguientes, para lograr un oportuno desarme
integral, la seguridad alimenticia y la paz, para garantizar la salvaguardia del ambiente y regular los flujos migratorios, urge
la presencia de una verdadera Autoridad política mundial, como fue ya esbozada por mi Predecesor, [san] Juan XXIII”. Así
tenemos a tres Papas pidiendo por el Nuevo Orden Mundial.
¿Espera una resistencia en la Iglesia frente al Nuevo Orden Mundial…con los grupos fieles a la Tradición, con algún Papa
Santo que pudiera venir?
No. Hablando de la Iglesia en una forma coloquial e impropia en un carácter puramente humano, es decir, sin mencionar
como corresponde su carácter de institución de origen Divino; se puede observar que el proceso de descomposición en la
jerarquía eclesiástica es irreversible. Esto sumado a las presiones e infiltraciones judeo-masónicas que le dejan cada día
menos posibilidades de acción. El pretender que Dios en su condición de tal, cambie los corazones de toda la humanidad en
contra de su voluntad, sería violentar la naturaleza de una forma extrema, suprimiendo el libre albedrío.