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LOS JESUITAS
EN COLOMBIA
TOMO III
( 1696- 1767 )
TOMO III
( 1696- 1767)
PRESENTACION
Muy bien pude darme cuenta de este trazado de la salud de tan es
timado jesuíta ya que desde 1955 (año en que fui su alumno) me dispen
só una singular y cariñosa amistad, distinción que fue en aumento con
el correr de los años. Como amigo me convertí en testigo fidedigno de
la evolución espiritual y física de tan gran maestro.
MM Monumenta Mexicana.
MP Monumenta Peruana.
Archivo Colonia!.
Asuntos eclesiásticos, tom o 2.
Caciques e indios, tomo 25.
Censos Cundinamarca, tomo 8.
Colegios, tomos 2 y 3.
Conventos, tomo 44.
Curas y obispos, tomos 8, 9, 19, 20 y 36.
Encomiendas, tom os 2, 8, 10, 12, 13, 16, 24 y 27,
Gobierno, tomo 2.
Historia (anexo), tomo 1.
Historia civil, tom o 3.
Milicia y marina, tom o 15.
Miscelánea, tomos 6 9 ,7 4 , 110, 126 y 128.
Notaría la., tom o 97.
Poblaciones Boyacá, tomo 2.
Reales Cédulas, tomos 3, 4, 5 y 18.
Temporalidades, tom os 16 y 19.
Testamentaría Boyacá, tomos 9 y 13.
Testamentaría Santander, tom o 3.
Testamentaría Venezuela, tomo 3.
Tierras Boyacá, tomo 2.
Visitas Boyacá, tomo 2.
Documentos especiales.
I . Epistolae Generalium.
3 y 4. Catalogi Provinciae Novi Regni et Quitensis.
13- 1. Litterae annuae.
14- 1, 15-11, Historia.
17. Fundationes.
18. Controversia cum Dominicanis.
Congregationes Provinciales, t. 74, 77 y 80.
Historia Societatis, 48, 49, 50.
Fondo Jesuítas, Bogotá 210 (antiguo 404), 211, 214 (antiguo 310),
215 (antiguo 311).
Audiencia de Santafé.
Legs. 4, 5, 6, 21,28, 29, 30,3 3 , 35, 198, 228, 229, 230, 240, 247, 248,
249, 250, 253, 256, 259, 260, 261, 402,403, ^08, 495, 529, 530, 531,
532, 759 y 1168.
Audiencia de Quito.
Legs. 16, 67, 78 y 92.
ARCHIVOS
15
Casa de Contratación.
Legs. 5548 y 5549.
STO ECK LEIN, Joseph, S.I. — Der Neue- Weltbott m it allerhand Nachri
chten dem Missionariorum Soc. Iesu. Allerhand so Lehr-als Geist-
Reiche, Brief Schrifften und Reis-Beschreibungen, welche von
denen Missionariis der G esellschafft Jesu von Beyden Indien und
andern über Meer gelegenen Ländern, seit An. 1642 biss au f das
Jahre 1726, in Europa angelangt synd. A u g spurgund G rätz. 1728.
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A puntes sobre los Andaki alrededor de la historia de San Francisco
BIBLIOGRAFIA
29
Antioquia
Peticiones y donaciones
"Tengo noticia que están ya entregados cuarenta mil pesos para la fundación de colegio
en Mariquita (ste), y el P, Matías de Tapia me ha pedido por cartas que la acepte. Supon
go que mi aceptación no puede ser hasta constar de la licencia del Consejo,,,” , Tamburini
al Provincial de Santafe, 31 de mayo de 1717; APT., leg. 132, fol. 228.
bn marzo de 1710 se encontraba en Honda como comisario interino; ANB, Real Hacienda,
i. 46, fol. 472.
Q
Cfr. Informo del fiscal del Consejo; AGI, Santafé, !eg. 404.
13 AGI Santafé, leg. 404. ANTB, Notaría 2a, t. 107 (1720) t. 360v-361v.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
36
ciudad, ofrecía cien; el alférez real, don Francisco Javier Zapata, cin
cuenta; y así otros vecinos14 .
Se cedería además a la Compañía la iglesia de Santa Bárbara, ava
luada en siete mil pesos15.
“El representar a V.M ...las utilidades que trae al bien de las almas
un colegio de la Compañía de Jesús en toda la universal Iglesia, y en
especial en esta tierra de la América, lo tengo por superfluo, porque es
tan claro a todos los que bien sienten como la luz del medio d ía. Pero
en estas partes es bienaventurada la tierra que goza de este especial
beneficio de Dios, porque tiene en ellos unos continuos operarios que
con la luz de su incesante doctrina están desterrando las ignorancias de
que tanto abundan esta tierra; ellos son los que componen la más desba
ratada conciencia con lo compuesto de sus procederes; ellos son el ali
vio de los pobres enfermos en sus mayores necesidades, sin más interés
que el remedio de las almas y mayor honra y gloria de Dios. Esto es,
señor, lo que tengo experimentado en esta tierra en todas mis visitas.
De este beneficio está privada la ciudad y provincia de Antioquia, en
donde experimenté el gran deseo con que están aquellos vecinos de
lograr este especial beneficio de Dios, que no lian conseguido por falta
de medios; pero ofreciéndose hoy la buena coyuntura de ver cumplido
este deseo por medio de la ayuda de un buen hombre que suministra,
para la manutención de los sujetos y edificación del colegio, cuarenta
mil patacones, debo decir a V.M .,en descargo de mi conciencia y cargo
14 Ib id.
15 Ibid,
15 Carta del vicario y clero de la ciudad de Antioquia a S.M. informando la necesidad que tie
ne aquella ciudad de que se funde en ella algún colegio de ta Compañía de Jesús; Antioquia,
julio 18 de 1720; AGI, Santafe', log. 404,
17 Carta del cabildo de Antioquia; Antioquia Julio 15 de 1720; AGI, Santa fé, leg. 404.
18 Carta del cabildo de la villa de Nuestra Señora de ia Candelaria de Medellín; Villa de Mede
llín Julio 22 de 1720. AGI, Santafé, leg. 404.
EL COLEGIO DE ANTJOQDIA
37
19
Caita al rey, fechada en Popayán a 25 de junio de 1720, AGI, Santa fé,leg. 404.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
38
motivos conceder el real despacho de licencia para la fundación del
colegio en la provincia de Antioquia”20,
Hacia la fundación
Con el fin de dar los primeros pasos hacia la fundación del colegio,
el P. Francisco Méndez, provincial, envió en 1726 a la ciudad de Antio
quia a los PP. José de Molina, nacido en Medellín, y Fernando Vergara,
santa fe re ño22 .
Escribiendo el P. General, Miguel Angel Tamburini, al sucesor del
P. Méndez en el provincial ato, P. Diego de Tapia, le decía:
1Q AGI, Santa te, leg. 404. Firman esta tarta: Jorge de Villa! onga, don Juan Gutiérrez
, de Arce
y Antonio de Corbián Valdés, Una copia de esta carta se encuentra en ANB, Curas y obis
pos, t. 20, fol, 286,
21 Copias de esta real cédula se encuentran en AGI, Santa fe', leg. 273: ANB, Curas y obispos,
t. 20, fois, 280 ss, y t.36, fols. 179-181.
Poder dado por el P. Francisco Mendez a los PP. José de Molina y Femando de Vergara
que van a fundar a Antioquia, (Santafé, 29 julio 1726); AHAnt. Temporalidades 121 doc
3349, fol. 27. Cfr. Cassani, Hist, 328.
La fundación
La real cédula de Felipe V, en que autorizaba la fundación, había
sido presentada, no sólo en Santafé, ante la audiencia27, sino en Popa-
yán ante el obispo de la diócesis.
El señor Gómez Frías dio gustoso su autorización para la funda
ción del colegio. Al prestar obediencia a la real cédula, declaró: “por lo
que toca a su ilustrísima desde luego interpone y da plenamente su con
sentimiento, autoridad y licencia para la fundación del colegio de la
27 La real cédula fue obedecida en Santafé, el 16 de setiembre de 1723: ANB, Curas y obis
pos, t. 20, fol. 282.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J,
40
28 ANB, Cutas y obispos, t. 36, fol. 188. El señor Juan Gómez de Frías nació en la villa de
Cebolla, arzobispado de Toledo. Estudió en la universidad de Alcalá, y se graduó de doctor
en teología en la universidad de Sigüenza. Recibió en 1690 el presbiterado. Fue su primer
curato Villaseca de Ueeda. Era cura de Móstolcs cuando Felipe V lo presentó para la sede
de Popayán (AGI, Quito, leg, 185, Informaciones). Tomó posesión de su obispado, por
medio de procurador, el 25 de mayo de 1716. (Bueno, M.A. Compendio histórico y crono
lógico del obispado de Popayán, p. 157). Groot (llist. !!, 23) narra que viniendo este prela
do a Popayán, pasó por Antioquia, y al ver !a falta que allí había de establecimientos de
enseñanza, concibió la idea de fundar en aquella ciudad un colegio de la Compañía de Je
sús. No hemos hallado el documenta del que tomó Groot estas noticias; F.l P, F.L. TORO
(Ripios Históricos, p. 108-109) tiene por error el que el Sr. Gómez Frías entrara a su dió
cesis por Antioquia. pues en octubre de 1716 consta que estaba en Popayán y solo el 8 de
septiembre de 1717 llegaba de visita a Ja ciudad de Antioquia. En 1726 fue el señor Gómez
de Erías, trasladado a la sede de Quito, y en esta ciudad murió el 21 de agosto de 1729
(J.B. Ortiz. Historia de la diócesis de Popayán, p. 289-290),
29 ANB, Curas y obispos, t. 36, fol. 188 v. Sobre Facundo Guerra Calderón, cfr. Restrepo
Sáenz, J .M., Gobernadores d e Antioquia, (2 ed.), I, 177-180.
3Q Cfr. ANB. Colegios, t. 6, fol. 1016 "Estado y abstractos del Colegio de los Regulares de la
Compañía de esta ciudad de Antioquia, su dotación, posesiones, bienes y rentas..." Cassani,
328. señala el año de 1729 como el de la fundación del colegio.
31 ANB. Curas y obispos, t. 20, fols. 264 v - 265; AHAnt. Temporalidades lI 5 ,d o c . 3240.
32 ANB, Curas y obispos, t. 20, fols. 258-259 ss; AHAnt. Temporalidades, 115, doc. 3240.
Véase Apéndice
36 Catálogo de 1738.
ARSI, Ilist. Soe. 53; Libro de la Iglesia y sacristía de este colegio de Tunja. fol. 156 v., in
dica que al morir era rector del colegio de Antioquia.
38
AHAnt. Esclavos 39, n. 932.
39
Ibid.
40
Catálogo de 1736; ARSI. N.R. et. Q. 4. Eran estos los PP, José' de Molina, rector; José Gui
llén y Francisco Villa, y los HH. Marcos Wcltzemberg, Juan de la Seda y José Talavcra.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
42
42 Catálogo de 1763; ARSI, N.R. et Q. 4 . fol. 358. Eran los PP. Salvador Quintana, rector;
Victorino Padilla, Salvador Molina y Manuel Vélez.
44 AHAnt. Temporalidades 118, doc. 3287. Más tarde en 1771 se ordenó demoler parte de
esta obra, pues dejada a medio acabar, amenazaba ruina. En noviembre de 1 7 7 1 ,el maes
tro albañil Juan Bernardo Holguin, continuó la obra; AHAnt. Temporalidades 117, doc.
3275).
45 AHAnt. Temporalidades 123.
EL COLEGIO DE ANTIOQUIA
43
50 “ El Rioehico, desdo sus cabeceras hasta su unión con el Rjogrande, ha sido aurífero en gra
do supremo, y aunque elaborado con tenacidad, sus placeres no están del todo agotados”,
M. URIBE ANGEL, G e o g r a fía G e n e r a l y C o m p e n d io h is tó r ic o d e l E s ta d o d e A n tio q u ia en
C o lo m b ia (París, 1885),p. 335.
52 Ibid.
EL COLEGIO DEBUGA
Buga
Cfr. TULIO ENRIQUE TASCON. Historia de la conquista de Buga, 2a. cd., Bogotá, 1938.
mis bienes cuarenta mil patacones, para que se haga fundación de un co
legio en la ciudad de Buga... en donde he deseado mucho fundar un co
legio de dicha sagrada religión”4 .
En otra de las cláusulas del testamento dejaba 40.000 más para la
fundación de otro colegio en la ciudad de Cartago; “ Item mando que
asimismo se saquen de lo mejor y más bien parado de mis bienes otros
cuarenta mil pesos para otra fundación de otro colegio de la dicha sagra
da religión de la Compañía de Jesús en la ciudad de Cartago, en el dicho
obispado de Popayán, en donde hay aun más necesidad de socorro espi
ritual para aquella ciudad, la de Anserma y Toro, ciudades circunvecinas,
como lo he experimentado en el tiempo que he vivido en aquella ciu
dad” , Pedía luego al padre provincial de Quito que encargara la funda
ción de este colegio al P, Fernando María Conosciutíi, superior a la sazón
del colegio de Guayaquil, “de quien tengo, dice especial confianza y sa
tisfacción de que con especial cuidado y celo atenderá a dicha funda
ción” . Si esta última fundación no se podía conseguir, “quiero y es mí
voluntad, añadía, que de dichos cuarenta y cinco mil pesos se apliquen
veinte mil pesos, como con efecto los aplico, para ayuda de la fundación
que está para hacerse de un colegio de dicha sagrada religión de la Com
pañía de Jesús, en la ciudad de Cali” 5 .
Si la provincia de Quito, decía al final, no podía encargarse de es
tas fundaciones, pedía que las realizara la provincia de Santafé.
Ese mismo año falleció en Quito el generoso Botín6 .
Unos años antes, doña María de Lenis Gamboa, casada con el capitán
don Miguel de Peñalvery Moya, hallándose sin hijos, había otorgado en
Buga, el 4 de abril de 1728, una escritura de donación de 50.000 pata
cones para la fundación de un colegio de la Compañía de Jesús en la
misma ciudad.
La escritura fue otorgada ante el alcalde de Buga, don Miguel Na-
gle Alvarez de Toledo. El alcalde certifica que doña María temía el dis
gusto de su esposo, ausente a la sazón en Popayán, si se enteraba de esta
donación; pero que consciente del derecho que tenía de disponer de sus
6 Cfr. tarta del P. Angel María Manca a] P. Lucas Burno Sata (Santafé. nov. 19, 1747). Copia
en ANB, Convenios. 16, fol. 725 v.
EN EL VALLE DEL CAUCA
47
La licencia real
10 Ibid., pp. 134-135. Cartago es hoy una de las más importantes ciudades del departamento
del Valle. Es sede episcopal.
rudeza en que se criaron desde sus niñeces. En cada una de estas ciuda
des hay un cura clérigo y un convento de religiosos de las órdenes de
Santo Domigno y San Francisco, que regularmente en cada uno, cuan
do más, hay dos sacerdotes, que siendo tan pocos no se puede lograr el
fin de que tengan el pasto espiritual que necesitan, porque siendo como
es tan extendida la grey no está en manos de estos ministros el velar co
mo quisieren sobre la custodia de tan abundante y disperso rebaño. De
la falta de estos ministros eclesiásticos se experimenta, con grave dolor,
que esta pobre gente viva en total ignorancia de la doctrina cristiana,
pues la explicación que de esta se hace un solo una vez al año, se expe
rimenta de que por falta de frecuencia en su enseñanza la ignoran tanto
como si nunca se les hubiera explicado.
“Así como la referida ciudad de Cartago es la más distante de la de
Popayán, del mismo modo es la más próxima y que hace escala a la pro
vincia del Chocó, y por esto la que con mayor razón hace instancia a la
fundación de dicho colegio, porque las depravadas costumbres de estas
gentes carecen de toda ponderación. Y habiendo puesto Dios de reme
dio, inclinando la voluntad de aquel caritativo benefactor, rendidamen
te me pongo a los pies de V.M. para que en consideración de las justas
causas que promueven el glorioso fin de esta fundación, se sirva de con
cederles a estas dos ciudades la licencia de que necesitan para su conse
cución” 13 .
El cabildo de Buga presentaba la necesidad urgente de un colegio
en la ciudad, “a causa de imposibilitarse los estudios por el término dis
tante de más de setenta leguas al más próximo colegio” 14.
Todos estos informes los presentó ante el Consejo de Indias el P.
Tomás Nieto Polo, junto con un memorial suyo en que exponía varios
motivos favorables a la fundación.
13 *
AGI, Samafé, leg. 198, Se conserva otro ejemplar de la misma carta con algunas variantes.
14 Carta del cabildo y regimiento de la ciudad de Huga (Buga, marzo 10, 1732). AGI, Samalé,
leg. 198.
JUAN MANUEL PACHECO, S i .
50
15
AGI, Santafc, leg, 198.
EN EL VALLE DEL CAUCA
51
16 Copias de esta real cédula se encuentran en ANB, Colegios, 2, fol. 679; Tierras Cauca, 4,
fol. 405; T.E. Tascón, Historia de Buga en la Colonia, pp, 160-162.
21 Libro de recibo de este Colegio d e la Compan ia de JHS de Buga que comienza por el mes
de agosto de 1759; Archivo General del Cauca, Ecles. I, 9 S;sign. 4655.
22 Apud. J. JOUANEN, Hist. 11, 209. En una relación del estado económico de los colegios
de la Provincia de Quito, del ano de 1764, se dice del colegio de Buga: “Mantiene 6 religio
sos: 5 Padres y 1 Hermano Coadjutor. Uno de los sacerdotes es maestro de gramática, sin
ninguna obligación. La renta anual es de 1.316 pesos. Tiene un censo en contra de 1.800
pesos con un interés anual de 90 pesos. Debe el colegio 640 pesos. A duras penas se sus
tentan los moradores dei colegio” . Ap. J. JOUANEN, Hist. II, 355.
23
Carta del 15 de enero de 1749; Archivo General del Cauca, sign. 4793.
24 Ibid.
25
Carta del 18 de julio de 1753; Archivo General del Cauca, sign. 6989, n. 9.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
54
Una información
Casa de ejercicios
Pleitos
quien también debe de haberlo tenido por favorable, pues sacó la ejecu
toria, con lo que nos ha excusado el costo de sacarla” 31.
Más enojoso parece haber sido el pleito que entabló, en 1764, don
Francisco Javier de Figueroa, Fi güero a se quejó ante el cabildo de la
ciudad de que el colegio había invadido tierras de su propiedad, colin
dantes con la hacienda de Sabaletas. El tono de su memorial es amargo:
“ Después de varias extorsiones que he padecido, me tienen dichos Pa
dres con su cerco ocupada parte de mi tierra, de que he recibido y reci
bo tal pexjuicio, que a no tener obligaciones a que atender, ya hubiera
abandonado dicha mi hacienda para que en el todo se apoderaran de
ella, y fueran absolutos dueños y señores, como lo son y pretenden ser
de las muchas que reconocen por suyas, contra lo estipulado con su
Majestad..,”32.
Pero no se contentaba con esto sino que acusaba al colegio de estar
violando la prohibición que le había puesto el rey de adquirir nuevas
haciendas.
El cabildo entró a estudiar esta acusación. El procurador de la ciu
dad certificó que el colegio poseía cuatro haciendas, las de Barragán,
Sepulturas, Trejo y Sabaletas, y había comenzado a entablar otras dos,
llamadas Las Piedras y Derrumbaderos33 .
Era rector entonces del colegio el P. Francisco Javier Azzoni. Pro
testó ante el cabildo por los términos injuriosos del memorial de Figue
roa, y pidió que se suspendieran las providencias hasta que este probase
las extorsiones de que se decía víctima. Figueroa insistió en su denun
cia de estar los jesuítas violando la voluntad del rey. Juro, decía en su
memorial, no ser mi ánimo calumniar a los Padres, "sino demostrar mi
obediencia y celo para con mi monarca, rey y señor natural” 34 .
El P. Azzoni pidió al cabildo que trasladase la causa a la audiencia
de Quito, ya que algunos de los capitulares no se mostraban im pare iales.
Varios capitulares, escribe, no concurren, como están obligados, al cabil
do, y del proceso se reconoce “el favor que merece la parte contraria en
ser luego atentida en el mismo día de su presentación, y mi religión des
preciada, postergándosele sus decretos” 35.
33 Acta del cabildo de) 4 de s e p tie m b re de 1764; ibid. fol. 397 v. - 398.
El terremoto de 1 7 6 6
II - EN CALI
Cali
Donaciones
36 Ibid.rol.440v.-441.
37 “Con ocasión del pleyto que movió al colegio don Francisco Xavier Figueroa... Fn chasqui
de una real provisión... 9 pesos. En derechos del escribano por la notificación de la real
provisión. 4 pesos”. Libro de gastos del colegio de Buga. fol. 30 v.- 31; Archivo General del
Cauca, sigo. 5015. El libro comienza en el fol. 24.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
58
pañía de Jesús dos solares, con sus casas de teja y paja, algunas tierras
entre Jamundí y Pance, y su biblioteca, avaluado todo en 20.000
pesos, con destino a la fundación de un colegio en la ciudad38.
La idea de tener un colegio de jesuítas en la ciudad entusiasmó a
los caleños. No pocas personas ofrecieron contribuir con sus donacio
nes. Bartolomé Fernández de Velasco cedió los bienes que le había
legado su tío materno el maestro Francisco de Cárdenas. L1 indio Juan
Guillermo Cartagena y su esposa doña María Bruca prometieron donar
sus tierras3*. Las donaciones ofrecidas ascendieron a la suma de 30.000
pesos™.
El más entusiasta de todos era don Nicolás Cayzedo Hinestrosa,
alférez real y teniente del gobernador, quien había sido varias veces
alcalde de la ciudad. Era la persona más influyente de Cali41.
Por medio del P. Florencio Sánchez, rector del colegio de Popa-
yán, elevaron los caleños al P. Juan Bautista Mújica, provincial de Quito,
la petición formal de colegio42. El P. Mújica miró con buenos ojos esta
fundación, y dio poder, en 1725, al P. Sánchez para aceptar el legado
del doctor Rodríguez Montano43.
Pero el P. General, Miguel Angel Tamburini, aleccionado por la
experiencia, no confiaba demasiado en ofrecimientos y promesas. Dio
orden al P. Mújica de examinar la seguridad de las donaciones y la con
veniencia de fundar en Cali. Esto último no se le ocultaba al Padre Pro
vincial. Cali se presentaba como un privilegiado centro para las activi
dades apostólicas de la Compañía y como base para las misiones del
Chocó. El colegio de Buga aún no había sido fundado.
Se desiste de la fundación
39 lbi<l. 11,4243.
40 J, JOUANEN.liist. 11,97.
45 "... sobre lo tjual huvo pleyto con el señor obispo D, Juan Gómez Erías'’. {L. DEUBLER |
Becerro, fot. 14 v.;J. JULIAN EN. Mr?. 11, 131.
Un nuevo legado
EN VENEZUELA
I - MARACAIBO
La ciudad
Intentos de fundación
i
Los Jesuítas en Colombia, II, 169.
A ,
Actas de la congregación provincia! de 1668; ARSI, Congr. Prov. t. 77, fols. 267 ss. ■
* Texto de esta reai ce'dula en M.R. LOPEZ PARDO, Los Jesuítas en Maracaibo, Apéndice
documentaI.no. 3 ,p . 17-18.
6 Texto del informe en M.R. LOPEZ PARDO, op. cit. Apéndice documenta!, no. 4 ,p . 18-19.
EN VENEZUELA
63
9 Carta del 27 de marzo de 1723; APT, Cartas de los PP. Generales, leg. 132, fols. 260-261.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J,
64
Nuevas donaciones
10 Carta del P. Tamburini al P. Diego de Tapia, 13 diciembre de 1727; ibid. fols. 283.
11 Donación de don Lucas García de Cueto; Archivo Nacional de Chile, Jesuítas, Bogotá 21$
fols, 175-178,
Saks, y más con la circunstancia del mal informe que se me hace de este
sujeto... El rescindir el contrato, como se resolvió en consulta, lo juzgo
preciso. Yo veo que no es muy decoroso a esa provincia, y puede traer
las consecuencias de que nos tengan por hombres de mala fe y de nin
guna seguridad en los contratos, Pero tampoco se puede mantener el
que se ha hecho con tanto perjuicio de esa provincia. Ni en términos
cristianos ni políticos puede pretender don Lucas Cueto que la Compa
ñía trabaje en la labor y cultivo de esa hacienda, y en que en lugar de
tener utilidad haya de desembolsar para mantener sus hijas. Ultimamen
te V.R. lo disponga del mejor modo que pudiere, de suerte que esa pro
vincia quede bien y no sea perjudicada. Y puede añadir V.R., si le pare
ce, que esa donación no se pudo absolutamente haber admitido, ni váli
damente otorgado las escrituras, sin preceder mi licencia y aproba
ción, que por ningún caso hubiera dado, ni puedo dar con toda la facul
tad que tengo como general de la Compañía, con las condiciones que se
han pactado, Y por lo que mira a la fundación, no tengo que decir no
habiendo por ahora fondos, ni esperanza de que los haya en muchos
años; pues no basta la conveniencia, por la calidad del terreno, si falta
lo principal para poderse mantener” 13.
El haber revocado la Compañía su aceptación, movió a García
Cueto a modificar sus condiciones. “Habiendo el capitán don Lucas Cue
to, escribía el P. Tamburini, con el aumento de fincas y disminución de
cargas, reducido y puesto la donación que nos hizo para fundar colegio
en la ciudad de Maracaibo en estado, en que a juicio uniforme de V.R.
y sus consultores no nos es, como antes, de gravamen, cargo y daño,
sino de utilidad y provecho, tengo a bien y apruebo su aceptación hecha
por V.R. Y asimismo la asignación del P. Agustín González para admi
nistrador de sus bienes” 1415.
Al morir García de Cueto, en Trujillo, hacia 1726, el P. Agustín
González hizo reconocer por el alcalde de Mérida, Juan Salvador de
Peralta, en marzo de 1733, los bienes que se hallaban depositados en
el colegio de Mérida para la fundación del de Maracaibo, En total
ascendían a $ 22.633ls .
Unos años antes había aparecido otro bienhechor del colegio de
Maracaibo: don Juan Chourío. Había cedido a la Compañía, en agosto
de 1729, los caudales que le debían en (a provincia de Caracas, “y tam-
13 Carta dot 1o. de may o de 1727; APT. Cartas de los PP, Generales, leg. 132, fols. 278- 279 ,
14 Carta al P. Tapia, lo . junio 1727; ibid, 161. 287,
Saks, y más con la circunstancia del mal informe que se me hace de este
sujeto... El rescindir el contrato, como se resolvió en consulta, lo juzgo
preciso. Yo veo que no es muy decoroso a esa provincia, y puede traer
las consecuencias de que nos tengan por hombres de mala fe y de nin
guna seguridad en los contratos, Pero tampoco se puede mantener el
que se ha hecho con tanto perjuicio de esa provincia. Ni en términos
cristianos ni políticos puede pretender don Lucas Cueto que la Compa
ñía trabaje en la labor y cultivo de esa hacienda, y en que en lugar de
tener utilidad haya de desembolsar para mantener sus hijas. Ultimamen
te V.R. lo disponga del mejor modo que pudiere, de suerte que esa pro
vincia quede bien y no sea perjudicada. Y puede añadir V.R., si le pare
ce, que esa donación no se pudo absolutamente haber admitido, ni váli
damente otorgado las escrituras, sin preceder mi licencia y aproba
ción, que por ningún caso hubiera dado, ni puedo dar con toda la facul
tad que tengo como general de la Compañía, con las condiciones que se
han pactado, Y por lo que mira a la fundación, no tengo que decir no
habiendo por ahora fondos, ni esperanza de que los haya en muchos
años; pues no basta la conveniencia, por la calidad del terreno, si falta
lo principal para poderse mantener” 13.
El haber revocado la Compañía su aceptación, movió a García
Cueto a modificar sus condiciones. “Habiendo el capitán don Lucas Cue
to, escribía el P. Tamburini, con el aumento de fincas y disminución de
cargas, reducido y puesto la donación que nos hizo para fundar colegio
en la ciudad de Maracaibo en estado, en que a juicio uniforme de V.R.
y sus consultores no nos es, como antes, de gravamen, cargo y daño,
sino de utilidad y provecho, tengo a bien y apruebo su aceptación hecha
por V.R. Y asimismo la asignación del P. Agustín González para admi
nistrador de sus bienes” 1415.
Al morir García de Cueto, en Trujillo, hacia 1726, el P. Agustín
González hizo reconocer por el alcalde de Mérida, Juan Salvador de
Peralta, en marzo de 1733, los bienes que se hallaban depositados en
el colegio de Mérida para la fundación del de Maracaibo, En total
ascendían a $ 22.633ls .
Unos años antes había aparecido otro bienhechor del colegio de
Maracaibo: don Juan Chourío. Había cedido a la Compañía, en agosto
de 1729, los caudales que le debían en (a provincia de Caracas, “y tam-
13 Carta dot 1o. de may o de 1727 ; APT. Cartas de los PP, Generales, leg. 132 , fols . 278 279
- ,
18 Carta del 31 de diciembre de 1 7 3 1 ,6a carta; APT. Icg. 132, fol. 311-312; Cfr. Astrain,H in.
Vil, 437-438.
19 Inventario del archivo de la residencia de Maracaibo; Archivo Nacional de Chile, Jesuítas,
Bogotá 205.
20 En la petición del cabildo de Maracaibo al rey de 22 de agosto de 1735 se nombra al P. Mi
guel de Monroy como superior de la residencia; en M.R. LOPEZ PARDO, Los jesuítas en
Maracaibo, Apéndice documental, no. 1 0 ,p .2 3 .
21 Catálogo de la provincia del Nuevo Reino de 1711; ARSI, N.R. ct. Q. 4.
22 El P. Monroy murió en Maracaibo el 6 de mayo de 1739 (Catálogo de la provincia del
Nuevo Reino de 1751, suplcm.). En el libro de la iglesia y sacristía del colegio deTunja,
se dice que murió “en la barra de Maracaibo, estando a bordo” (Biblioteca Nacional de Bo
gotá, Mss. 105, fol. 155).
23 Reta a López. 15 septiembre 1736. APT. leg. 132 y 344.
24 ARSI, N.R. et. Q .4 .
ÎS ARSI, N.R. et. Q .4 .
JUAN MANUEL PACHECO, S. J,
68
26
En M.R. LOPEZ PARDO, Los Jesuítas en Maracaibo, Apéndice documental, no. 10, p. 23*
27 Carta del P. Jaime López al rey (Santafé. 6 noviembre 1736); ibtd.no. 11, p. 24,
28
ARSI, Congr. Prov. t. 90, foL 166.
EN VENEZUELA
69
29 Todas estas recomendaciones las trae _M.R. LOPEZ PARDO, Los Jesuítas en Maracaibo,
Apéndice documental, n. 12, 13, 14, 15 p, 25-29.
31 Copia de los informes y respuestas de Reales Zédutas y cartas que esa Rl. Audiencia escri-
ve al supremo Consejo de las Indias”, ANB, Reales Cédulas, t. X, fol. 170.
71
I I - CARACAS
Primeros proyectos
Antiguos eran los deseos de la ciudad de Caracas, actual capital de
la república de Venezuela, de poseer un colegio de la Compañía de Je
sús. El primer proyecto de traer jesuítas se remonta a 1629, cuando mi
sionaron la ciudad los PP. Pedro de Varáiz y Juan Cabrera. Entonces el
cabildo de la ciudad pidió con instancia a los misioneros que se queda
ran y fundaran un colegio. Secundaban al cabildo en su petición el obis
po de la ciudad, fray Gonzalo de Angulo, y el gobernador, don Juan de
Meneses y Padilla3132.
Años más adelante, en 1705, es el señor don Diego de Baños y So-
tomayor, obispo de Caracas y antiguo alumno de San Bartolomé, el que
intenta entregar el colegio-seminario de Santa Rosa de Lima a la Compa
ñía. El colegio seminario contaba con dos cátedras de gramática, una de
filosofía y dos de teología. El prelado temía que con el tiempo decaye
ran los estudios por falta de profesores, y para evitarlo había pensado
en confiar estas cátedras a los jesuítas33.
Con este fin escribió al padre provincial del Nuevo Reino, que lo
era entonces el P. Pedro Calderón. Respondió el P. Calderón que sería
muy grato para la Compañía poder fundar en Caracas, y le daba espe
ranza de hacerlo cuando llegara la expedición de misioneros que se esta
ba esperando34.
Secundaba al obispo en estos deseos el rector del seminario, don
José de Ramos Serrano, quien había hecho también todos sus estudios
en Santafé, en el colegio de San Bartolomé. Según el P. Schabel, era
muy adicto a la compañía y no dejaba piedra por mover para traer a los
jesuítas35.
Pero el prelado no quiso pasar adelante hasta no tener el beneplá
cito del rey36. El rey, por cédula del 17 de junio de 1706, pidió al ca
bildo catedral de Caracas:
“ ..m e infomiéis en primera ocasión con toda individualidad y cla
ridad de las conveniencias o inconveniencias que pueden seguirse a esa
31 Carta del P. Pedro Varáiz al P. Asistente de España (Caracas, julio 8 de 1629); ARSI, N.R.
et. Q. 14, Hist. I, fol. 147;Cír. J.M. Pacheco,¿os Jesuítas en Colombia, I,p . 338.
34 Tomamos estas noticias de una relación del P. Miguel Schabel, dirigida al P. Tamburini,
ARSI, N. R. et Q. 1 6 ,1. fol. 49.
35 Ibid.
36 Así lo dice la real cédula de 17 de junio de 1706; cfr. M. AGUIRRE ELORRIAGA, op.
cit. p. 124.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
72
provincia y a las demás circunvecinas ae las proposiciones expresadas del
obispo de poner el colegio a cargo de los Padres de la Compañía, y con
ceder la facultad de que en él se puedan dar grados. Y de si la congrua
detescMeÓjzs, y ofrece ¿crecen-
tar, sera' existen fe, perpetua y suficiente, para en su vista tomar la reso
lución que más convenga”37.
Mientras se tramitaban estos informes, murió el 15 de mayo de
1706 el señor Baños. El cabildo eclesiástico nada contestó por suponer
abandonado el proyecto. En cambio, el gobernador Femando de Rojas y
Mendoza, a quien se debió de pedir idéntica información, declaraba, el
20 de julio de 1707, que el colegio-seminario tenía una renta anual de
2.802 pesos,y añadía:
“ ...se adelantarán los estudios estando el colegio a cargo de tos Pa
dres de la Compañía, por la aplicación y cuidado que ponen en la ense
ñanza... y mantendrán perpetuamente los estudios sin que en tiempo al
guno se falte, como puede suceder por defecto de sujetos que lean las
cátedras, sin que por ello parezca haber inconveniente alguno a la pro
vincia, ni fuera de ella, antes sí mucho útil, así por la aceptación que en
todas partes tienen los Padres de la Compañía y por su buen ejemplo,
como por la doctrina y buena educación que dan a los niños y estudian
tes que tienen a su cargo, y todo redunda en aumento y lucimiento de
esta provincia. A que se agrega la facilidad que se encuentra de estar ya
el colegio fundado, con sus clases y aposentos y oficinas necesarias, y
con capacidad bastante para acrecentarlo; y que con la renta referida de
cátedras, y tres por ciento de las rentas eclesiásticas, se podrá mantener
el número de colegiales, que no pasen de dieciocho, y seis padres de la
Compañía que se consideran necesarios para las cátedras y demás minis
terios” .
De nuevo instó el rey, en agosto de 1709, al cabildo eclesiástico a
que informase. Tampoco esta vez respondió el cabildo, de lo que se que
ja el rey en 1715 y pide explicaciones. Pero el proyecto tampoco prospe
ro, y el colegio de Santa Rosa continuó su marcha sin alteraciones38.
Nuevos intentos
37 Ibid.
38
Ibid. p. 123.
EN VENEZUELA
73
Ibici. p. 60-62
41
Archivo Nacional de Cliilc, Jesuítas, Bogotá 211.
EN VENEZUELA
75
43 Cí'r. carta del P, Jaime López al oidor José Martínez Malo (Santa fé, junio 27 de 1737);
ANB, Reales Cédulas, t. 9, fol, 838. Véase además P.P. BARMOLA S.J., Los Jesuítas en
Venezuela (SIC.4 (1 9 4 1 )p. 32).
44 Catálogo de la provincia del Nuevo Reino de 1751, Supplem. ARS1, N.R. et. Q. 4. El P.
Carlos Nigri nació en Genova el 21 de noviembre de 1698; ingresó en la Compañía el 29 de
agosto de 1716 (Catálogo de 1736). Vino al Nuevo Reino, aun estudiante, en 1723 (AGI,
Contratación 5549). Fue en Tunja prefecto de misiones circulares, y en Santafé, ministro
del colegio de San Bartolomé y profesor de filosofía (Biblioteca Nacional, Mss. 255, lol.
70v), En 1736 se encontraba en Caracas (Catálogo de 1736),
La fundación
52 Carta dot 23 de abril de 1751; ANB. Curas y obispos, t. 20, fols. 13-14.
55 Libio de la Iglesia y sacristía del colegio de Tunja; Biblioteca Nacional de Bogotá, Mss. 105,
fol. 137. “El doctor don José Martínez de Porras, bautizado en Caracas el 25 de agosto de
1688, fue hijo legítimo del capitán don Lucas Martínez de Porras y de doña Juana María
Piñango. Hizo sus estudios de filosofía en el seminario de Santa Rosa, y los de teología
concurriendo a oiría a las clases conventuales de su ciudad natal. Profesor de moral y vice
rector del seminario desde septiembre de 1717; más tarde fue provisor y vicario general del
obispado; canónigo de merced en 1746; tesorero del cabildo eclesiástico en 1751, y obispo
presentado para la sede de San Juan de Puerto Rico en 1752; murió sin haberse consagrado,
en 1753. En los días 20, 21, 25 y 26 de diciembre de 1717, había recibido en Santo Do
mingo, los grados de bachiller, licenciado y maestro en artes, y los de bachiller, licenciado
EN VENEZUELA
79
III - CORO
La ciudad
56 Sobre su ubicación en la cuadra comprendida entre las esquinas de Vcrocs y Jesuítas, cfr.
N.E. NAVARRO, op. cit. p, 70-71.
57 Cfr. Texto de esta real orden en N.E. NAVARRO, op. cit., p. 65-66.
Se desiste de la fundación
09 Entre los que ofrecieron donativos se cuentan, fuera del licenciado don Pedro Silvestre
de Quevedo, don Francisco de la Colina, vicario, con S500;don Juan de la Colina, alcal
de provincial con $600; don Cristóbal Chirinos, cura dé la ciudad, con $650; doña Nico-
lasa Ana de Oyarvide, con $500; el maestro Francisco Dávalos Chirinos, con $500; el al
férez real don José Gregorio de la Colina, con $500; el doctor don Juan de Osorio, con
$300; doña Rosa Quevedo con $300, etc. (Archivo Nacional de Chile, Jesuíta, Bogotá,
211).
65 Este informe del Gobernador se encueñtra en Archivo Nacional de Chile, Jesuítas, Bogo
tá 211.
66 En la devolución de los bienes del licenciado don Pedro Silvestre de Quevedo se dice:
“Los un mil doscientos y die2 pesos que se han pagado en once años por los alquileres de
las casas de la habitación y residencia que hemos tenido en esta ciudad y los viáticos de
ocho sujetos de la Compañía que ha costeado esta fundación..." (ANB. Curas y obispos,
21, fo!. 21).
67 Catálogo de la Provincia del Nuevo Reino, 1756, ARS1, N.R. et. Q.4.
68 Catálogo de la Provincia del Nuevo Reino, año de 1763. ARSI, N.R. et Q. 4 ,fo l, 3S9.
En el P, Antonio Julián en “ La Perla de la América” (3a p., disc, 6, 4, p. 290) apunta es
ta razón: "...tratándose de la fundación de cierto colegio en la dudad de Coro, no quiso
admitirse porque los fondos destinados para la fundación eran Únicamente haciendas abun
dantes de muías, de las cuales sólo se podía salir vendiéndolas con ilícito comercio a los
extranjeros” .
CAPITULO IV
Primeras dificultades
Rea) cédula de 26 de mayo de 1747; ANB, Reales Cédulas, t. l l .f o l s . 442 ss. Cfr. VALLE
LLANO, p. 170.
“ Aunque el texto original de esta Bula sea hasta ahora desconocido, su existencia es indu
dable. La aseguran las palabras citadas en el texto, tomadas de las resoluciones de la audien
cia, alcaldes y regidores de la ciudad, a 3 de febrero de 1552, en el acto de acatar y ejecutar
una real cédula de 1550 (Cito, año XVI, n. 82, julio-diciembre, 1948, p. 148 b.);la supone
el visitador Ribero en sus Ordenanzas de reforma de la universidad, ei 5 de mayo de 1583
(Fray CIPRIANO DE UTRERA, "In apostolarus culmine’’ Bula m (tica de Paulo III (Ciu
dad Trujillo. 1939), p. 282). La misma bula de 1538. aun en el supuesto de negarle auto
ridad legal, la tiene histórica, y también se refiere a lo mismo, en sentir del P, Fr. C. de
Utrera: "In dicta c ivita te... in qua Studium apostólica auctoritate novitererectum est" VA
LLE LLANO, p. 153, nota 9.
5
VALLE LLANO, p. 124.
EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO
85
9 “ La noticia más antigua (1538-1540) está tomada del proceso que se formó al licenciado
Juan Calvo Padilla, quien “según confesión propia, consignada en el mencionado proceso,
fue uno de los que asistieron a oír teología al referido convento, y aun nos proporciona
el nombre de uno de los profesores que leían esta materia, un tal Jordana...” ( “ L a C iencia
T o m is ta " 42 (Salamanca, 1922) pp. 169 ss.; Fr. M. CANAL GOMEZ, E l C o n v e n to d e San
t o D o m in g o , en la Isla y c iu d a d d e e s t e n o m b r e (Roma, 1934 P. 12 señal evidente de que a
las aulas conventuales acudían estudiantes externos a seguir cursos superiores eclesiásticos",
VALLE LLANO, p. 147-148.
A la bula de Paulo III dedicó el P. Fray Cipriano de Utrera O.F.M.Cap. el libro "In a p o s
to la tu s c u lm in e " , B u la míríco d e P a u lo I I I (Ciudad Trujillo, 1939). De este libro es el si
guiente párrafo: “ Una bula “In apostolatus culmine” tan perseguida antes de serlo, tan
desconocida oficialmente en los registros papales, en el archivo de la Orden de Predicado
res, en la historia de Santo Domingo, en el Consejo de ludias; tan inútil en su texto que
nunca los dominicos lo cumplieron, pues nunca, en virtud del mismo, tuvieron estatutos,
académicos con que regirse y gobernarse, ni menos pudieron nunca entrar en el Estudio
que ese texto menciona, ni ellos en todo el siglo XVI pudieron titularlo, como propio, con
el nombre bularlo “Universitas Sancti Dominici” , Universidad de Santo Domingo, nombre
que en ningún documento público del siglo XVI aparece, y es título o denominación que
el mismo texto expresa formalmente porque la concesión que se hace, se hace en el Estu- i
dio General que está en la c iu d a d de Santo Domingo,.,, esa bula nunca fue tal bula, y su
texto, aunque texto para una bula, sólo llegó a alcanzar ser y estado de contenido de una
m in u ta para una bula” .
EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO
87
El pleito universitario
11 M. CANAL GOMEZ, £7 c o n v e n t o d e S a n to D o m in g o , p . ¡ 5 .
15 M. CANAL GOMEZ, El convento de Santo Domingo, pp. 17-18; VALLE LLANO, p. 174.
16
VALLE LLANO, p. 175.
17 Boletín del Archivo General de la Nación (Santo Domingo), 5 (1942) 330 s.
EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO
89
18 Real ccdula de 26 de mayo de 1747ANB, Reales ccdulas, t, 1 \ y fols, 447-448. Cfr. VALLt
LLANO, p, 183-184.
19 T e x to e n H E R N A F-Z , II, 4 7 2 -4 7 5 .
25 Certificado del P. Ignacio de Meaurio; ANB. Curas y obispos, t. 36, fol. 144 · 144 v. Cfr.
VALLE LLANO, p. 213, nota 11.
26 Un caso similar fue el famoso del niño judío Mortara en tiempo de Pío IX. Sobre este caso
y la doctrina de la Iglesia cfr, J. SOUBEN, O.S.B. art. M o rta ra ( A f fa ir e j en D ic tio n a ir e
A p o lo g é tiq u e d e la f o t c a th o liq u e , II l, c. 940-942. 2
1*
28 Carta del P, Tamburini al P. Francisco Sierra (14 setiembre 1710) APT, leg. 132, fol. 190.
31 Murió el 26 de noviembre de 1717; ibid. fol. 142. E1P. Sánchez había nacido en Sayatón
(España) el 23 de agosto de 1677; ingreso en la Compañía el 26 de julio de 1697; había
sido vicerector del colegio de Honda. (Catálogos de la Provincia del Nuevo Reino de 1702
y 1711).
33 Carta del P. Retz al P. Francisco A. González, 15 de setiembre 1*733; APT. Leg. 132, fol,
327;Cfr. VALLE LLANO, 201.
EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO
93
Por el “status” de 1715 sabemos que las rentas del colegio apenas
bastaban para sustentar a los seis religiosos, cuatro padres y dos herma
nos, que moraban en la Isla, y que ya el colegio estaba adeudado en una
fuerte cantidad34.
El rey, por cédula de 22 de diciembre de 1716, concedía al colegio
una limosna de mil pesos, que debía pagarse con el producido de las va
cantes del obispado de Caracas o del arzobispado de Santafé35.
Este cobro no pudo hacerce efectivo en Caracas, pues el rey aplicó
las rentas de la vacance al obispo electo don Juan de Escalona36. En
1737, más de veinte años después, trataba de cobrarlos en Santafé el P.
Antonio Naya, procurador de la provincia. Dio repetidas órdenes de pa
go el oidor don José de la Quintana, pero los oficiales reales declararon
"hallarse consumidos los efectos de la vacante” 37 .
A la mala situación económica se añadían los pleitos. El P. Miguel
Angd Tambuñni escribía el 13 de mayo de 1719 al P. Ignacio Meaurio,
provincial del Nuevo Reino:
“Esta fundación me tiene con sumo cuidado en virtud del informe
que poco ha me hizo el P. Juan Francisco de Castañeda, procurador de
las provincias de Indias en Madrid, a donde me dicen que han acudido
los herederos del fundador moviendo pleito sobre dicha fundación y pi
diendo los $300 por cada año, que tocan al patrón de dicho colegio y
ha dejado de percibir en tantos años, y aun es de temer que pidan que
se visite el testamento, y que se dé cuenta de la obligación de las misas.
“Este pleito tiene visos de poco decoroso para la Compañía, por lo
cual podría abrazarse el partido que desean los herederos del fundador
de venir a alguna concordia razonable” . A continuación mandaba el pa
dre general remitir al P. Castañeda todos los papeles referentes a este
pleito, empezando por el testamento del fundador del colegio, don Juan
de Ribera y Quesada, un balance de los bienes en el principio de la fun
dación, y otro balance de los actuales bienes, indicando las razones de
su deterioro38.
El pleito con los herederos del fundador lo perdió el colegio. El
Consejo de Indias lo condenó a capitalizar sobre el valor de las fincas
6.000 pesos, para constituir una renta de 300 pesos anuales para los pa
36 Memorial del P. Nicolás de Aguilar, rector del colegio de Santo Domingo, mayo de 1719.
Ibid. fol, 119.
46 APT. leg. 132. fol. 260. FJ P. Monesíglio era de Mesina en donde había nacido el 19 de
marzo de 1682; había ingresado en la Compañía el 10 de octubre de 1699 (ARSI, N.R.
et Q. 4, fol. 223). En 1736 se encontraba de misionero en los Llanos (Catálogo de 1736).
En el catálogo de 1751 figura en el colegio de Santafé, con el calificativo de inva'lido (Catá
logo de 1751). Murió en Santafé el 7 de octubre de 1754 (ARSI. N .R .etQ . 4, fol. 159 v.).
47 Catalogas soctorum missionís N ovi Regni Soc teta tis lesu, anni 1723; ARSI, N.R. et O. 4,
fol. 223. El P. Andrés Neuhauss, de la Provincia Renana Inferior, había nacido en Hungría
en 1684; ingresó en la Compañía el 28 de octubre de 1723 (ibid). En 1736 se encontraba
de misionero en los Llanos (Catálogo de 1736). Murió en Monpós el 21 de marzo de 1741.
El V. Pedro Kreins era luxemburgués, nacido el 6 de enero de 1681, entró en la Compañía
el 21 de enero de 1706 (ARSI, N.R. et Q, 4 , fol. 223). Pasó a las misiones de los PP. fran
ceses (Carta del P. Tamburini al P. Diego de Tapia, lo . setiembre de 1729; APT. leg. 132,
fol. 288). El P. Snelling era de Cádiz, nacido el 28 de enero de 1692; entró en la Compañía
el 2 de agosto de 1706 (N.R. et Q. 4 , fol. 223). El P, Tamburini lo nombró rector de Santo
Domingo en junio de 1729 (Carta al P. Diego de Tapia; APT, leg. 132, fol. 290). El 31 de
diciembre de 1730 escribía el P. Retz al Provincial P. Francisco Antonio González; "No
carece de riesgo haber dado la patente de rector de Santo Domingo al P. Juan Jacobo Sne-
Uing". Murió, siendo rector de este colegio, en 1731 (Catálogo de la Provincia del Nuevo
Reino, 1736; supplementum; Libro de la Iglesia y sacristía del colegio de Tunja, fol. 152
*.)■
El H. Juan Miguel Scapula era siracusano, nacido el 8 de mayo de 1703;había entrado en
la Compañía el 28 de marzo de 1722 (ARSI, N.R. et Q. 4 , fol. 223). El rey dio orden de
que saliera de Santo Domingo, pero esta orden le encontró ya muerto; había fallecido en
Santo Domingo el 29 de junio de 1733 (Catálogo de la Provincia del Nuevo Reino, 1736,
supp.; ARSI. Hist. Soc. 50).
48 ANB, Curas y obispos, t. 36, fol. 168. El P. Cándido Gozfried pertenecía a la Provincia de
Germania Superior; había nacido en Fischbach (Constanza) el 18 de febrero de 1691 ; en
tró en la Compañía el 17 de octubre de 1709 (A. HUONDER S.J. Deutsche Jesuitenmis-
sionire. p. 152). Vino al Nuevo Reino, en la expedición del P. Mimbela, en 1723 'AGI.
Contratación, 5549). Pasó a Santo Domingo, y allí según el P. Huondcr se unió a los solda
dos alemanes en Poít-au-Plince, y murió en 1755.
El P. Antonio Manca había nacido el 6 de setiembre de 1695 en Alguer (Cerdeña);entró
en la Compañía el 31 de mayo de 1711 (Catálogo de 1736). Vino, ya sacerdote, al Nuevo
Reino en 1123 (AGI, Contratación, leg. 5549). En 1736 se encontraba en Cartagena (Ca
tálogo de 1736) y en 1748 de rector del colegio de Honda (ANB, Tierras Bolívar, t, 1 1,
fol. 326). Murió en este colegio el 16 de julio de 1757 (ARSI, N.R. et Q. 4 , fol. 346).
49 Aparece como rector dd colegio de Santo Domingo en un memorial, fechado el 6 de julio
de 1734, en el que cobra 9.524 pesos que se debían a D. José Laguna (Archivo Nacional
de Chile, Jesuítas, Bogotá 211).
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
96
Castro y Mazo, o el oidor don Juan Félix García Chicano, durante el
brevísimo intermedio de las dos presidencias50. Por lo que dice, años
más tarde, el P. Retz, colegimos que el presidente en cuestión fue don
Alfonso de Castro Mazo, con quien tuvo sus divergencias el arzobispo
fray Juan de Galavís51. Lo mismo se desprende de un memorial del P.
Jaime López en el que se habla de “la satisfacción a la Compañía del
presidente don Alfonso de Castro” 52 .
Los hechos sólo se conocen por una carta del P. Gaspar Rodero,
procurador de las provincias de Indias, al P. Francisco Antonio Gonzá
lez, provincial del Nuevo Reino, fechada en Madrid el 20 de octubre de
1733.
La carta* dice así:
“Ojalá y hubiera sido tan fácil el evitar la pesadumbre que todos,
hasta en Roma, hemos tenido con el suceso del colegio de la isla de San
to Domingo, pero pleito en que no se oye más que una parte, ni se quie
re oír en justicia, ni se da traslado para la defensa, sino que a puerta ce
rrada se condena sin apelación alguna, da mucha sospecha de mal juzga
do. Lo que me consta es que de los autos hechos por el señor arzobispo
y de las cartas escritas de este prelado a Roma, resulta una total inocen
cia de los padres. De los que hizo el presidente claro está que resultaría
culpa, pero siendo de naturaleza nulos, por ser juez y parte, no pueden
probar nada. No obstante, el señor don Juan Ventura Maturana, secreta
rio del Consejo de Indias por lo tocante a la Nueva España, me intima
de parte de su majestad y de su consejo que luego que V.R. reciba ésta,
saque de dicho colegio a los PP. Andrés Ncuhauss, Antonio Manca y H.
Juan de Escápula por no haber procedido con la madurez y prudencia
que pedía la constitución de cosas de aquella ciudad, y que en lugar de
estos envíe V.R. otros tres de prudencia y prendas suficientes. Ello es
preciso obedecer; y en caso que V.R. se vea imposibilitado por falta de
medios (por estar tan alcanzado aquel colegio) requiera jurídicamente
al presidente que los suministre de lo que su majestad tiene mandado
pagarle en esas cajas, o que dé providencias para enviarlos.
53 ANB, C u ras y o b i s p o s , t , 3 6 . f o l . 1 7 6 .
55 Carta del P. Rctz al Provincial del Nuevo Reino (15 setiembre 1736): APT. log, 132, f. 348.
56 Clr. VALLE LLANO, 225-236, quien ha utilizado para su relato la obra del Fray CIPRIA
NO DE UTRERA. Universidades de Santiago de la Paz y de Santo Tomás de Aquino, y Se
minario Conciliar de la Ciudad de Santo Domingo d e la Isla Española (Santo Domingo,
1932).
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
98
Santo Domingo, con declaración de que recaigan en éste las mismas car
gas y gravámenes de funciones y ejercicios literarios que tenía el de Gor
jón...” 57 .
Por parte de la audiencia y del presidente don Pedro Zorilla de San
Martín no hubo la menor dificultad para dar ejecución a esta cédula, Pe
ro al ser presentada al arzobispo, el agustino Fray Ignacio Padilla y Es
trada, hizo notar éste que en la cédula se hacía referencia a otra anterior
(a la de 1701), por la que se había adjudicado a la Compañía el colegio
deG orjón.
Hay que recordar cómo Felipe III había autorizado la fundación
del seminario en el Colegio de Gorjón, que al entregar Felipe V a la
Compañía el edificio del colegio lo hizo con la cláusula “por ahora”.
Eran estos derechos del seminario al viejo edificio los que reclamaba el
arzobispo.
EI P. Miguel Gereda, que era vicerector del colegio, sostuvo que la
nueva cédula daba a la Compañía pleno y absoluto dominio sobre el in
mueble. Pidió a la audiencia, que previos inventario y valuación, se le
diera nueva posesión del edificio, y se notificara a los inquilinos que en
adelante debían pagar los réditos y arrendamientos al nuevo propietario.
Todo lo concedió la audiencia a la medida de la petición. Se proce
dió al inventario y tasación material de la fábrica, y el 18 de abril de
1746, el oidor Juan Antonio de Velarde y Cienfuegos, nombrado por el
rey juez conservador de los estudios del colegio de Goijón, dio solemne
posesión de todo el edificio al P. Gereda.
Al día siguiente el arzobispo, en carta al juez conservador, presen
taba los derechos de su Iglesia al edificio,y pedía que se suspendieseis t
demolición hasta dar cuenta de todo al rey. Para llevar adelante esta i
demanda se nombró promotor fiscal eclesiástico al presbítero Antonio i
Vásquez Girón.
El litigio se prolongó hasta los primeros meses de 1749. El arzo
bispo pensó en crear un seminario independiente, pero no pudo reali
zar su propósito por falta de medios. “Tal vez, escribe el P. Valle Llano,
alguna mediación venturosa intervino entre las dos partes, o la buena
voluntad de ambas les persuadió a limitar sus pretensiones recíprocas \
y llegar así a un previo acuerdo que elevaron a escritura pública el 20 i
de mayo de 1749” 58.
Por este acuerdo el arzobispo y cabildo renunciaron en favor de
la Compañía todos los derechos que podían tener sobre el colegio de
Gorjón, y el arzobispo ponía el seminario bajo la dirección y cuidado de
57
VALLE LLANO, 225-226
5S
VALLE LLANO, 214.
EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO
99
propios estatutos, los que sólo debían tener la aprobación real. Preten
der que la igualdad querida por el rey obligase a la una a adoptar las le
yes de la otra era un absurdo, pues era reducir la Universidad de Santia
go a la categoría de súbdita de la de Santo Tomás, Cuando esta última
redactó sus estatutos para nada consultó a la de Santiago.
Además, proseguía alegando Brizuela, hay en las constituciones de
la Universidad de Santo Tomás artículos que la otra universidad no pue
de observar, como son el que ordena alternar el cargo de rector entre un
religioso y un seglar, el que reduce a seis meses los cursos de leyes o cá
nones, y el que sefíala propinas en la colación de grados para los religio
sos, ya que los jesuítas no pueden recibirlas. Es falso que la Universidad
de Santiago'no tenga estatutos pues se rige por los de la Universidad Ja*
veriana de Santafé, y ya tiene redactados los propios.
Respondiendo, por último, a las acusaciones más concretas, recha
za el que la Universidad de Santiago haya sonsacado estudiantes de la
Tomista, pues en doce años sólo tres o cuatro se han pasado, y en cam
bio son decenas los santiaguístas conquistados por la de Santo Tomás.
La rigidez de los exámenes que pregona la de Santo Tomás poco se
compadece con el hecho de una misma cuestión sirva para todos los
exámenes, desde los Quodlibetos hasta el examen para doctorado. Fi
nalmente, una prueba evidente de la seriedad de los estudios de la Uni
versidad de Santiago es que en ella se ha graduado catedráticos y aún
rectores de la Universidad de Santo Tomás. Los actuales catedráticos de
leyes y cánones son de ello una buena prueba.
Desafiante e hiriente fue la contrarréplica de Fray Juan Antonio de
Frómeta, en nombre de la Universidad de Santo Tomás. Acusa a los je
suítas de conferir grados sin exámenes, de dispensaren los cursos prefi
jados por las leyes, de adjudicar cátedras sin oposición, y de omitir, en
la colación de grados, el vejamen, composición burlesca en que salían a
relucir los defectos de los graduados, desórdenes todos, decía Frómeta,
que no sólo son dañosos para la recta formación de la juventud, sino
que perjudican a la Universidad de Santo Tomás robándole alumnos.
No se injusta su demanda al pedir la igualdad de estatutos, pues esa
igualdad es la que busca el rey ,, y cualquiera dispensa que se conceda,
no contemplada en los estatutos de la de Santo Tomás, es la destrucción
de ésta, pues tos estudiantes buscan ganar sus grados con poco trabajo y
menor costo. No se trata, añade, de que la Universidad de Santiago co
pie a la letra los estatutos de la otra, sino que los estudiantes encuentren
en la una y en la otra las mismas ventajas. Defiende la elección alterna
de rector entre religiosos y seglares, explica el cómputo de tiempos para
la graduación, y justifica la aceptación de propinas, ya que las cátedras
de la Universidad de Santo Tomás no están fundadas, como lo están en
el colegio de Goijón. Si los jesuítas, prosigue, no reciben propinas indi-
EL COLEGIO DE SANTO DOMINGO
101
vidualmente, si las reciben en común y han logrado juntar, en poco tiem
po, un crecidísimo fondo, lo que en muchos años no lo ha conseguido
la Universidad dominicana.
Es injurioso y calumnioso, continúa, imputar a la universidad deli
tos que no ha cometido. Si alguna vez alguno tuvo la suerte de ser exa
minado con una misma cuestión para graduarse de bachiller y licenciado,
sería pura casualidad. La prueba más concluyente de la seriedad de sus
estudios es el crecido número de sus graduados que ocupan puestos im
portantes.
Por último toca al tema de la erección de ambas universidades con
palabras que muestran el sentimiento que lastimaba a Fray Juan Anto
nio de Frómeta, al oír afirmar que la Universidad de Santo Tomás debía
su erección a la súplica del P. Altamirano. Discute ampliamente los de
rechos de ambas universidades, impugnando los de la Universidad de
Santiago, y reforzando los de la Universidad de Santo Tomás con argu
mentos muy subjetivos y algunas veces inexactos.
“Y aquí, comenta el P. Valle Llano a quien hemos venido resu
miendo, termina este conflicto, o por lo menos no ha llegado a nosotros
noticia alguna sobre su prosecución y solución. Pocos meses después
quedaba el campo despejado, y el fantasma de una segunda universidad
en Santo Domingo desaparecido. La Compañía de Jesús cerraba forzo
samente sus puertas y tomaba el camino del destierro” 61.
Dispensas matrimoniales
Otro roce tuvieron los padres del colegio de Santo Domingo con el
arzobispo Fray Ignacio de Padilla, agustino. Lo motivó las dispensas de
impedimentos matrimoniales que dio, durante unas misiones circulares,
el P. Martín Garicano, en virtud de los privilegios pontificios de que go
zaba la Compañía de Jesús. L1 arzobispo no aprobó la conducta del mi
sionero y ordenó a los párrocos no admitir semejantes dispensas y reva
lidar los matrimonios contraídos en virtud de las mismas62.
Los jesuítas acudieron al Consejo de Indias por medio del P. Pedro
Ignacio Altamirano, procurador de las provincias de Indias, El P. Alta
mirano hizo imprimir un memorial quejándose de la conducta del arzo
bispo y pidiendo que se le ordenase dar satisfacción a la Compañía, ya
61
VALLE LLANO. 269.
62
Cfr. Colección Lugo, en Boletín del Archivo General de la Nación (Santo Domingo), 5
(1942) 139.
JUAN MANUEL PACHECO. S. J.
102
Los colegiales
63 En el inventario citado de los papeles del colegio ue Santo Domingo (cfr. nota S 2) se lee:
“Cuatro memoriales impresos, presentados a S.M. de que el Arzobispo de la Isla Española
de satisfacción de los graves escándalos que ha ocasionado en aquella Isla mandando hacer
informaciones jurídicas y que se revaliden los matrimonios ante testigos, dando por insub
sistentes los privilegios de que indudablemente goza la Compañ ía, que los que está legíti
mamente casados se den por absueltos del vínculo matrimonial, de lo que puede resultar
poligamia prohibida por derecho divino. En seis folios" (Archivo Nacional de Chile, Je
suítas, Bogotá 214.
64 Cfr. B u U a ríi R o m á n i C o m in u a tio . Bencd. XIV (Prati, 1747) til, P. II, p .4 0 2 ss. DELPLA-
CE, L. S.J. S y n o p s is a c to r u m S. S e d is i n c a u t a S o c ie ta n s ie s u , II, Bened. XIV, n.73,p.479.
66
ANB, Miscelánea, t. 68, fol. 380,
LIBRO II
V LOS TR A BA JO S Y LO S D IA S
fc
*t
CAPITULO I
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
P. Pedro Calderón1
El 20 de mayo de 1700 tomaba posesión en Santafé del cargo de
provincial del Nuevo Reino el P. Pedro Calderón. Sucedía en el gobier
no de la provincia al P. Juan Martínez Rubio.
Había nacido el P. Calderón en el pequeño puerto de San Vicente
de la Barquera, hoy perteneciente a la provincia de Santander (España),
hacia 1638. Fue admitido el 3 de mayo de 1657 en la Compañía de Je
sús, probablemente por el P. Hernando Cabero quien se encontraba en
España como procurador de la provincia del Nuevo Reino, y con él vino
a Cartagena en la expedición de 1658. En el catálogo de 1659 figura co
mo novicio en el colegio de Tunja, en donde era maestro de novicios el
P, Gaspar Vivas2 .
En 1668 se encuentra, ya sacerdote, en el colegio de Cartagena, co
mo operario3. Volvió a Tunja en 1671 para hacer su año de tercera pro
bación4, y el 2 de febrero de 1676 hace su profesión solemne.
De 1678 a 1683 es rector del colegio de San Bartolomé5 y a la vez
profesor de teología en la Universidad Javeriana. De esta época son sus
1 Cfr. CRIARTE, J.E. - LECINA, M., Biblioteca de escritores de la Compañía de Jesús, II,
4748. TORRES SALO AMANDO, E., L o s a n tig u o s J e s u íta s d e l P e rú , p. 274-275.
s RESTREPO POSADA, José, Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé, Revista Ja-
vtriana 38 (1952) 96.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J .
108
tratados teológicos De auxiliis6 (1678-1679), De praedestinatione
(1680)7, De divina scientia (1681 )8 y De Verbo incamato9 .
En 1684 vuelve a Tunja nombrado rector del colegio y maestro de
novicios, cargos que desempeñaba todavía en diciembre de 168810. Co
mo formador de los hermanos novicios mereció los elogios del P. Gene
ral11 .
El P. Diego Francisco Altamirano lo escogió como su secretario en
la visita de la provincia, y en 1690 lo envió a España para arreglaren Ma
drid varios asuntos graves de la provincia.
Antes de embarcarse predicó una fructuosa misión en Cartagena,
ciudad que se encontraba muy turbada por los conflictos con su obispo
don Miguel Antonio Benavides. Fue tal la asistencia a sus sermones que
los oyentes buscaban puesto en la iglesia desde cuatro horas antes. En
tre los oyentes se contaron el presidente del Nuevo Reino, Gil Cabrera
y Dávalos, a la sazón en aquella ciudad, el gobernador, ambos cabildos
y una gran multitud que colmaba las calles adyacentes. El último de
sus sermones, sobre las bienaventuranzas, causó especial conmoción. “Sa-
có, narran las cartas annuas, un crucifijo en el remate del sermón el pa
dre, y aunque había sido de gozo el sermón, convirtióse en lágrimas con
tal epílogo. Oíanse sollozos, llantos, golpes de pecho, bofetadas... Las
6 Tractatus de auxüiis, per R.P. Petrum Calderón, dignissimum vespertinae cathedrae profe
ssorem. Initium fecit die 19 Octobris, anno 16 78”. (Biblioteca Nacional, Mss. 41). Cfr. RI
VAS SACCONI, J,M. El Latín en Colombia, p. 99; QUECEDO, Francisco O.F.M., Manus
critos teológico-filosóflcos coloniales santafereños, Ecclesiastica Xaveriana,2 (1952), 237,
8 Tractatus de divina scientia, per R.P. Pedrum de Calderón, elaboratus, cathedram occupan
tem primariam. Terminado el 20 de junio de 1681. (Biblioteca Nacional, Mss. 51). Cfr. RI
VAS SACCONI, op. cit. 96; QUECEDO, art. cit. 236-237.
9 Tractatus de Verbo incamato, per R.P. Petrum de Calderón, primariae cathedrae digmssi-
mum professorem. (Biblioteca Nacional, Mss, 31). Cfr. RIVAS SACCONI, op. cit. 99:
“No tiene fecha, pero ha de ser posterior al año lectivo de 1679-1680, en que el P, Calde
rón ocupó por primera vea la cátedra de prim a". QUECEDO, art. cit. p . 235-236.
11 “ En los noviciados de Tunja y Latacunga alaba (el P. Mercado) el mucho cuidado que los
PP. Benito Carvajal y Pedro Calderón pusieron en la buena crianza de los HH. Novicios y
de los HH. Seminaristas y Padres de tercera probación, con muy buenos efectos, que debe
mos desear continúen los sucesores” . T. González a Altamirano, (25 octubre 1689; 5 a. car
ta) AP Quito, leg. 15.
1
Provincialato
11 ¿« m i annuas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada. C orfiene los años de 1691, 92
y 93. APT. Fondo Astrain, leg. S.
15 lbid.M. 13.
16 “A los deseos que V .R . me ha representado de pasarse a la provincia del Nuevo Reino, ten
go ya respondido en otras cartas concediendo el que pase, y con oficio de que envié paten
te e) dos del pasado mes de enero". T. González a Calderón (22 noviembre 1699). Apud J.
JOUANEN, op. cit. 11,13.
17 Tamburini a Calderón (15 septiembre 1703); APT, Cartas de PP. Generales, leg. 132, fol.
166v,
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
no
pues “ sólo tres de los señalados por su paternidad entraron en la pose
sión de sus oficios” 18.
Al final de su gobierno volvió a apuntar en la provincia un brote de
nacionalismo, “También oigo con el más grave sentimiento de mi cora
zón, le escribía el P. Tamburini, la división y discordia que hay en esa
provincia por el nocivo afecto de nacionalidad, que en palabras y obras
se manifiesta. En unos [estos defectos]19 se disimulan y en otros aun los
levísimos con severidad se castigan”20 .
Se conserva el catálogo de la provincia, correspondiente al año de
1702, elaborado por el P. Pedro Calderón. Contaba entonces la provin
cia con siete colegios, los de Santafé, Tunja, en donde estaba el novicia
do, Pamplona, Mérida, Mompós, Honda y las Nieves, este último en,
Santafé, Figuran además tres residencias: las de Ocaña, Fontibón e Isla
de Santo Domingo. Por último las misiones de los Llanos y el Airico en
donde trabajaban doce sacerdotes y un hermano coadjutor. El número
total de los sujetos de la provincia asciende a 128, de los cuales 66 eran
sacerdotes, 21 escolares y 41 hermanos coadjutores. El mayor número
de sujetos se encontraba en el Colegio Máximo de Santafé, cincuenta y
seis, de los cuales 13 estudiaban filosofía y teología. Le seguía el cole
gio-noviciado de Tunja con 20, de los cuales 4 eran estudiantes de huma
nidades, 4 novicios escolares y otros 4 novicios coadjutores. El colegio
de Honda y las residencias de Ocaña y Fontibón contaban únicamente
con dos sacerdotes cada una21.
Expedición misionera
22 II, 199-205.
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
211
23 habiéndose excluido de la misión que había juntado... los sacerdotes que con la misma
licencia, y según la costumbre de tantos años le había enviado a Sevilla su general, d élas
provincias de Milán y Flandes, vasallos de V.M...”. Memorial del P. Juan Martínez de Ripal
da al tey ;5 julio 1702. AGI, Santaíé, leg. 403.
14 AGI, Santafé, leg. 35. Cfr. LAZARO DE ASPURZ, O.F.M. L a a p o r ta c ió n e x tr a n je r a a la s
m isio n es e s p a ñ o la s d e l P a tr o n a to R e g io , p . 243.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
112
ne noticia de haber pasado a la América navios ingleses con banderas
imperiales, y que es otro tiempo el de hoy que el del año de 93 en que
se concedió” .
Termina el Consejo proponiendo que se sustituyan los ocho alema
nes por otros tantos españoles, “pues habrá muchos en una religión tan
numerosa y dedicada a acto tan heroico que irán de muy buena gana”,
y que se haga volver a España, en la primera ocasión, bajo custodia a los
seis jesuítas alemanes que habían pasado ya al Nuevo Reino en 16952i.
El P. Martínez de Ripalda insistió en un nuevo memorial, aducien
do las siguientes razones: 1) Así lo ha mandado el rey; 2) La falta de
misioneros españoles es notoria. Las provincias de Castilla, Aragón y
Andalucía sólo han concedido dos sujetos cada una, y la misión que ha
de llevar consta de 45 sujetos; 3) Los inconvenientes de la guerra no los
estimó por tales su majestad, principalmente siendo los misioneros varo
nes apostólicos, escogidos, que se desnudan de todo afecto natural a sus
tierras; 4) Estos religiosos vienen a ser voluntarios vasallos del rey; 5) El
rey conserva actualmente para la defensa del Estado de Milán un tercio
de soldados alemanes, y “ no parece que puede haber cosa que dé moti
vo a la desconfianza de dichos ocho misioneros” ; 6) La provincia de
Santafé y sus misiones distan de los puertos del mar océano más de dos
cientas leguas, y la de Quito y sus misiones 500, lo que basta a desvane
cer toda sospecha; 7) Los ocho religiosos que vinieron a Sevilla, con li
cencia expresa del rey, han hecho considerables gastos252627*.
Pero el débil Felipe V cedió ante la presión del Consejo de indias.
Dio orden a la Casa de Contratación de impedir el viaje de los jesuítas
alemanes, y se enviaron instrucciones a la audiencia de Santafé para que
repatriara a los otros seis que estaban ya en el Nuevo Reino37 .
No se desalentó con esto el decidido P. Martínez de Ripalda, y tor
nó a la carga apoyado por el confesor del rey. Una vez más volvió atrás
Felipe V, y por decreto deí 3 de julio restableció la primera concesión.
Ante este decreto, el Consejo elevó, el 27 de julio, una nueva con
sulta al rey en la que hace la historia de todo lo ocurrido, “como para
dar en rostro a su majestad, anota el P. Lázaro de Aspurz38, con su falta
de firmeza” Felipe V se contentó con escribir al margen de esta consul
ta: “ El Consejo satisface a su obligación en lo que me representa, pero
respecto a los gastos que las provincias han hecho, se ejecutará lo resuel-
25 Consulta del Consejo de Indias a SAI. (29 abril 1702); AGI, Santafé, leg. 262.
26 Af*T.
19 Consulta del Consejo de jodias a S.M. (27 julio 1702); AGI, Santafé, leg. 262.
30 Estos jesuítas alemanes eran los PP. Juan Dillier, J acobo Sterzinger, Francisco Schmalzgru-
ber, Félix Frigierí, Baltasar Hammerle y el H. Miguel Perncr. Cfr. L. de ASPURZ, op. cit,
p. 243, nota 1.
31 Consulta del Consejo de Indias a S.M. (9 junio 1703); AGI, Santafé, leg. 262.
32 L. de ASPURZ, op. cit., p. 243.
33 Memorial dei P. Juan Martínez de Ripalda a S.M. sobre el pase de religiosos jesuítas extran
jeros a las misiones del Nuevo Reino y Quito (5 junio 1702); AGI, Santafé, leg. 403.
e! viaje de los misioneros que pidió para las Indias36, y por real cédula
del 20 de octubre de 1573 se mandó sufragar los gastos del P. Plaza que
iba por visitador al Perú37. Si cuando la Compañía comenzaba a trabajar
en América, se tuvo confianza en su celo y buen gobierno, ¿cómo ahora,
después de ciento treinta años, se ha de innovar lo referido con tanto
perjuicio para su instituto?
No puede haber inconveniente en que el general aplique a los cargos
de gobierno a algunos de los que han pasado de Europa para las misio
nes, pues los mismos provinciales en sus visitas suelen hacer misión,
como lo ha hecho el P. Diego Francisco Altamirano en su visita a las
provincias del Nuevo Reino, Quito, Lima y Charcas, y actualmente se
encuentra en'la misión de los mojos en Santa Cruz de la Sierra.
No se niega que hay en las provincias americanas ilustres familias y
sujetos de calidad “que comúnmente llaman criollos” , y no obstante el
gobierno ordinario propone a V.M. personas beneméritas de estos reinos
para que pasen a ocupar los puestos de mayor graduación, asi en lo secu
lar como en lo eclesiástico, “a cuya imitación no puede extrañarse que
entrando tan pocos en la Compañía de los naturales de aquellas partes,
su general informado de lo que más conviene, y según la necesidad lo pi
de, aplique alguno o algunos de los que han pasado de Europa a los em
pleos de gobierno, sin que por esto, aun en dichos empleos, falten, co
mo dicho es, al fin de la instrucción y enseñanza de los indios” .
1 En la Compañía no hay elecciones, ni capítulos, ni alternativas de
!criollos y españoles, y sería de gravísimo inconveniente el que, como
pretende el fiscal, pasen unos sujetos para superiores y otros para la en
señanza de los indios, sin que puedan los superiores cambiarlos. Siempre,
desde los comienzos, los jesuítas han pasado a América con indiferencia
para los diversos ministerios y no se encontrará real cédula o despacho
que ordénela división que hoy quiere el fiscal.
En la última parte del memorial hace ver el P. Martínez de Ripalda
cómo los gastos que hace la Compañía en el viaje de los misioneros son
también muy considerables, pues los auxilios de la real hacienda no cu
bren todos los costos.
Y termina con estas palabras:
“A V.M. pide y suplica sea servido de mandar se ejecute en conformi
dad de lo que lleva representado, y según que dicha su religión tiene pe
dido y suplicado en nombre de dicho su general. Y en caso de no tener
lugar esta súplica, atendiendo a la suma falta que tiene de sujetos dichas
56 Puede verse esta carta de Felipe II al P. Everardo Merco r ¡ano, general de la Compañía de
Jesús, en F. ZUBI LLAGA S/J., M o n u m e n to M e x ic a n a , I, n. 65, p. 164-165.
II Véase en A. EGAÑA S.J., Monumento Peruana, I. n. 128, p. 567-569.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
11 6
38 Memorial del P. Juan Martínez de Ripalda, 5 julio 1702; AGI, Santafé, leg. 203. Cfr. J.
JOUANEN, Historia de la Compañía d e Jesús en la antigua provincia de Quito, II, 40-42.
39 Real cédula a los virreyes y presidentes y gobernadores que ejercen ol real patronato para
que observen lo que se manda en cuanto a los religiosos de la Compan ía de Jesús que fue
ren a misiones (27 junio 1703); AGI, Santafé, leg. 278. Cfr. P. PASTELLS,Historia déla
Compañía d e Jesús en ¡a Provincia d e Paraguay, IV, n. 2.922, p. 530-533.
40 L. de ASPURZ O.F.M., La aportación extranjera a las misiones españolas del patronato re
gio, p, 244-245.
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
117
Eran flamencos los PP, Juan Capucl, Francisco de Rocq, Pedro Bollaeri, Guillermo Destrez
y Simón Wynants; milaneses, los PP, Honorato Francisco Rossi y Juan Bautista lnviziati, y
sardo el H. Francisco Mana Tola.C fr. AGI, Contratación, .¡eg. 5548;AP Quito,leg. 5 : Catá
logo de los sujetos de las misione., del Nuevo Reino y Quito.
42 Era el P. Juan Valenciano natural de Granada (España) en donde nació el 21 de junio de
1653; ingresó en la Compañía en la provincia de Toledo, el 14 de marzo de 1681. Fue pá
rroco de Tame (ANB, Caciques e indios, t. 70, fol. 323) En 1713 estaba en el colegio de
las Nieves en Santafé (Catálogo de 1713) y en 1718 en Mompós (Catálogo de 1718) Murió
en Cartagena el 7 de diciembre de 1722 (ARS1, Hist. Soc. 50).
43 L o s J e s u íta s en C o lo m b ie , II, 106-119.
44
AGI, Santafé, leg. 702.
;
î
JUAN MANUEL PACHECO. S. J.
ns
Esta competencia, a la que entonces se daba desmedida importancia,
está narrada ampliamente por Guillermo Hernández de Alba en su Cló
nica del Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario45. \
Preparábase Santafé para celebrar las honras fúnebres del rey Carlos [
II, fallecido el lo .d e noviembre de 1700. A ellas debían asistir los dos í
colegios de San Bartolomé y Nuestra Señora del Rosario. Pocos díasan- j
tes de los funerales, el P. Juan Antonio Varillas, que era rector de San
Bartolomé, reclamó la precedencia,ya que su colegio aventajaba en anti
güedad al del Rosario.
Protestó inmediatamente el rector del colegio del Rosario, el doctor
Cristóbal de Torres Bravo, quien era a la vez canónigo magistral, La
Compañía, arguye en su escrito, no es parte en este asunto, “respecto
de que a la Compañía no le toca el gobierno de dicho colegio seminario, ;
y estar despojado dél la clerecía a quien pertenece, y en que quien se ra
dicó en su primera fundación, sobre lo que protesto pedirlo convenien
te a su tiempo ocurriendo ante el ilustrísimo señor arzobispo deste Rei
no sobre que se restituya al clero, como patrón de dicho seminario y
cabeza de la clerecía” . Recuérdese que eran los tiempos del señor arzo
bispo fray Ignacio de Urbina, que abundaba en estas mismas ideas46.
Entrando luego en el punto controvertido de la precedencia, afirma
Torres Bravo que el colegio de San Bartolomé no puede en modo algu
no “ladearse ni alternar” , con su colegio ya que el colegio del Rosario
es Colegio Mayor y le “asiste la universal facultad de leer todas las cien
cias, y que lo ha hecho con tanta utilidad de la república, que toáoslos
abogados de esta audiencia real son profesores de mi colegio, y uno de
los relatores catedrático de prima de leyes actual, y el provisor actual
de este arzobispado, y don Francisco Fuentes, que lo fue ha muy poco
de Santa Marta, y cuatro abogados que están en Cartagena, en que relu
ce el fructo de la jurisprudencia de mi colegio, de que tanto carecía este
Reino” .
Más aún, prosigue diciendo, el Rosario no puede aceptar el ala dere
cha, sin embargo de ser preferente, mientras San Bartolomé lleve !a iz
quierda. Su puesto está “ detrás del cabildo secular inmediatamente, no
teniendo dicho seminario asiento que pueda hacerle eco al de dicho mi
colegio que tiene tan radicado el título de Mayor” .
El presidente, Gil Cabrera y Dávalos, ateniéndose a lo que se había
determinado en 1666, con ocasión de los funerables de Felipe IV, deter
minó que en el desfile de las casas reales hasta la catedral, llevase la dere
cha el colegio del Rosario y la izquierda el de San Bartolomé.
45
I, 250-257.
46
Cfr. carta del señor Urbina al rey (14 marzo 1697); L o s J e s u íta s en C o lo m b ia , II, 135*156
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
119
Contra esta determinación protestó enérgicamente el rector del co
legio del Rosario en grado de apelación. El 4 de junio de 17 0 1, a la hora
de los pésames, no se presenta San Bartolomé “porque el Rosario, narra
Hernández de Alba, no abandona el campo y madruga a integrar el con
curso”.
Las vísperas de las solemnes honras están programadas para el 8 de
junio. Hay temor de que San Bartolomé dejé nuevamente de concurrir.
Por esto el secretario de cámara, José Flórez de Acuña, pide la interven
ción del arzobispo. El señor Urbina llama al P. Varillas y le reprende por
haberse propasado en tomar resoluciones sin haber consultado primero
con su ilustrísima, como a patrono que es del colegio.
No bien regresa el P. Varillas a San Bartolomé cuando redacta un
memorial pidiendo que se exima a los bartolinos de concurrir a las hon
ras, pues según el ánimo en que se encuentran los colegiales es de temer
algún alboroto. El señor Urbina impone su autoridad. Anuncia sancio
nes tremendas contra los colegiales revoltosos. El P. Rector tiene que
volver al palacio a informar al arzobispo “estar ya todo sosegado y desva
necidos los recelos y sospechas que se tenían, y que cumplirían dichos
colegiales con lo mandado sin que pudiera ofrecer el menor disturbio” .
Días después de las honras, el 18 de junio, redacta el P. Varillas un
nuevo memorial en que hace presente el desafecto de] rector del colegio
de] Rosario a la Compañía, y contrapone los méritos de los dos colegios.
Viniendo al debatido punto de la precedencia, escribe:
“Y porque según la altura en que por alegaciones contrarias se han
puesto las precedencias de dicho Colegio Mayor será preciso que el mío
ceda, cede con tal que se observen Jas que se refieren en dichos escritos
y afirma su rector competerle a su colegio, pues siendo una de ellas el
que debe preceder al deán y cabildo, porque así, dice, está declarado
por el real consejo, ponga en práctica y observancia el dicho colegio esta
precedencia, y con esto está acabado el litigio, pues debiendo preceder
y precediendo y acaso que se le conceda dicha precedencia, la tiene per
dida por la ejecución de actos en contrario, pues es una de las causas
por donde se pierde el privilegio” .
Recuerda el P. Varillas que desde la fundación del Rosario jamás
los dos colegios han alternado en conclusiones y otros actos literarios,
“porque donde replica y arguye el del Rosario no lo hace el de Sab Bar
tolomé, y cuando y donde le toca a este se abstiene el otro” .
Finalmente refiriéndose al sitio que ocupaba el Rosario en la cate
dral, apunta maliciosamente que ese lugar no lo escogió el colegio, ni
le fue señalado por la audiencia, “sino el ser el lugar que únicamente se
Aatfaóa vacío por ser incómodo para oír los sermones; comprueba así
mesmo, continúa, el que el estar más arriba o más abajo en la catedral
no es efecto de precedencia, pues la religión de San Francisco está tras
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
120
47 Memorial del P. Juan Martínez de Ripalda sobre la igualdad en los privilegios y facultades
de estudios concedidos a las religiones de Santo Domingo y la Compañía de Jesús; AGI,
Santafé, leg. 403.
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
121
En Cartagena
49 Memorial del P. Juan Martínez Ripalda de la Compañía de Jesús suplicando a S.M. se guar
de lo que está mandado sobre la igualdad que debe existir entre los colegios de su religión
y los de Santo Domingo en el Nuevo Reino de Granada. AGI, Santafé, leg. 402.
50 Texto de esta real cédula en J A . Solazar. O.R.S.A., Los estudios eclesiásticos superiores
en el Nuevo Reino de Granada, apénd. 2, p. 753-756.
52 Caita de don Juan Díaz Pimienta al señor inquisidor don Juan de Ley seca Aivarado. En J.
BECKER - J.M. RIVAS CROOT, E l N u e v o R e in o d e G ranado e n e l siglo X V H l, Apend. 7.
p. 157-159.
53 El. P. José Melgar había nacido en Santafé el 19 de marzo de 1665 y entrado en la Com
pañía el 18 de junio de 1683. Residió en los colegios de Santafé (Catálogo de 1691). Carta
gena (Catálogo de 1702) y Pamplona (Catálogo de 1711). Murió en Vil)avieja (Huila) el 27
de diciembre d e 1720 (Catálogo d e 1718, supplement.; ARSI, N.R. et O., 4, fot 1 93;Li
bro d e la Iglesias y Sacristía de este Colegio de Tunja, fol. 148 v,).
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
123
La hacienda de La Miel
54 Sobre el recado que trajo el señor Inquisidor don Juan de Layscca Alvarado de parte del
gobernador don Juan Pimienta, José Blanco García, en que dicho gobernador pide perdón
al dicho señor Inquisidor, En J, BECKER - J.M. R1VAS GROOT, op. cit, Apend. 9, p.
164-166.
El colegio de Ocaña
60 “Díceme V.R. que el capitán Cristóbal de Pantoja murió en la Villa de Honda, y dejó a
aquel colegio bienes que según se dice llegarán a 30.000 pesos...” , Tamburini a Calderón;
6 de enero 1707; APT, leg. 132, Cartas de PP, Generales, fol. 185.
62 Cír. T. 11, p. 4 4 4 6
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
125
sembrar arriba de dos mil árboles de cacao. Sólo Santa Rosa puede su
frir hasta 15.000 árboles a retazos. Para caña San Francisco no sirve el
verano, porque aunque le hemos echado un poquito de agua, no alcanza
y se seca la caña, y ha menester mucho avío de muías y ganado. La gen
te hoy no está para meterse entre ellos con lo vicioso que intuyen y ma
las mañas de veneno” .
Por otra parte el pleito presentaba aspectos poco favorables: “El
señor obispo, dice el P. Tapia, ha de sacar 8.000 pesos de costas. Las
mandas importan tres mil y ochocientos, y estos se sacarán sin falta y
aun entrando nosotros. Juzgo se deben pagar por constar en el testamen
to, ser del descargo de su conciencia, y ser cierto no haber satisfecho al
guna el P. Antonio Rayo” . Y en un post scriptum añadía: “Olvidábase-
me que tiene ya dispuesto el señor obispo el sacar por alcaldes este año
en esta ciudad a su sobrino y a don Pedro del Rincón, confidente suyo,
porque tengan cuidado de recoger los frutos de las estancias de Agua-
chica, y se los remitan, por si no pudiera sacar todas las costas agora” 65.
P. Miguel A. Sehabel
65 El seiiur Vítores de Velasco fue trasladado, en 1703, a la sede de TrujiUo (Perú), sede de la
que tomó posesión en 1705. F1 clero de esta diócesis le acusó, ante el virrey de Lima, de
espíritu de codicia. Cl'r. VARGAS LIGARTE, R. H istoria d e la Iglesia en el P en i, tV.59-60,
66 Catálogo de la provincia del Nuevo Reino de 1702, n. 128. Figura “extra provinciam"
ARSI. N.R. el Q. 4;cfr. nota 67.
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
127
los PP. Alonso de Neira y José de Silva. Quiera Dios que esta resolu
ción de su celo indiscreto (por no calificarlo de otra suerte hasta oirle)
no sirva sólo de hacer nuevos gastos a esa provincia” 67.
La ida del P. Schabel había sido no sólo sin permiso de sus supe
riores, sino contraviniendo sus órdenes. El hecho comentaba en otra
carta el padre general, merecía una severa demostración, ‘‘pero aten
diendo a que su resolución ha nacido de celo, aunque imprudente, me
ha parecido no hacer ninguna, porque puesto en Europa ha necesitado
más de consuelo que de aflicción. Tiene ya orden mía (después de va
rios lances) para que en la próxima ocasión pase a Cádiz desde Holanda,
en donde se halla, y espere allí al P. Juan Martínez de Ripalda” para
volver con él a la provincia. “ Ha estado temeroso, añade el P. Tirso, de
que volviendo a la provincia le han de castigar por la resolución tomada.
Hele asegurado que no se le hará molestia alguna, y ponga al padre en
las misiones de los Llanos con orden de que no salga de ellas” 68'
Se embarcó de regreso para América en Amsterdam, el 23 de mayo
de 17G469, pero no vino esta vez al Nuevo Reino sino a la Isla de Cura
zao, destinado por el P. Miguel Angel Tamburini, sucesor del P. Gonzá
lez en el generalato de la Compañía, para dar comienzo en esta isla a
una misión 70.
En una extensa relación escrita en 1705 y dirigida al P. Tamburini
narra el P. Schabel un viaje que realizó por tierras hoy venezolanas71.
Como lo hace notar el P. A. Euwens O.P., en la introducción que escri
bió para la versión castellana de este relato, es imposible que todo lo
que narra aquí el P. Schabel hubiese sucedido en este viaje, que debió
69 A. EUWENS O.P. R e la c ió n h istó rica , Boletín del Centro Histórico Lárense, 2 (1943, n. 6)1
p- 33.
,0 Tamburini a Martínez de Ripalda, 18 julio 1705, APT., Cartas de PP. Generales, leg. 132,
fol. 177.
71 El origina) de esta narración se encuentra en ARSI. N.R. et Q. 16,1. Lleva este título: ' ‘N o -
tilia a d m o d u m R e v e r e n d o P atri M ich a c li T a m b u rin o , p r a e p o s ito vicario gen era li S o c ie ta tis
le su a Futre M ichaele A le x io S ch a vel eiu sd em S o c ie ta tis m issio n a rio d a ta a n u o I 7OS, 9
epriiis, ex A m erica , d e n o va illic m íssio n e in In su tis C urasao, B o n a yre, O ruba. a tq u e a d ¡ lu
men A pure, in In d ica ierra fir m a N o v i R e g n i G r á n a te m e " .
El H. Nectario María publicó una traducción castellana de esta narración en el Boletín del
Centro Histórico Larensc (Barquisimeto), n , 6(1 9 4 3) p. 33-46, y n. 9 (1944) p. 32-51. con
el título: "R ela ció n H istórica q u e de su viaje a C o c o ro te, B a rq u isim e to , A ra u re , Guanare,
Tucupio, B arinas y t i R ea l h a c e el M isio n ero J e s u íta M ig u el A le jo S c h a b el en el a lio d e
1104“. Va precedida de una introducción sobre el autor y su escrito por el P.A. Euwens
O.P.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J .
128
74 Ibid.
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
!2V
ble, y capaz de todas las artes. Nuestros padres misioneros han forma'
do entre esta gente, en las antiguas misiones, carpinteros, pintores, ama
nuenses y todo género de obreros y mecánicos. Aprendieron muy bien
a tejer telas de algodón” .
Cerca a Barinas había edificado el párroco de la ciudad, Diego Bra
gado, una iglesia, en el sitio en que un pastor había encontrado una ima
gen de Nuestra Señora75. Allí reunió el P. Schabel a los indios achaguas,
cuyo número se acercaba a los cuatrocientos. Su cacique, aunque no es
taba bautizado, llevaba un nombre cristiano, Juan. Bautizó el padre a
un centenar de estos indios, y eligió como sitio de la nueva reducción
un lugar llamado Palmasola, entre los ríos Paguey y Santo Domingo,
abundante en caza y pesca. La nueva reducción distaba una llora de ca
mino de la primera reducción de San Francisco Javier.
Habiendo dejado encomendados estos indios a don Diego Bragado,
continuó su viaje, En el camino pudo contemplar los estragos de la lan
gosta. “Con estos ojos vi la miseria que nunca antes había contemplado
en ningún lugar de la tierra. Sin exageración puedo decir que en algunas
partes tantas eran las langostas que volaban por los cielos, que apenas
se podía ver el sol y las nubes; y tal multitud se encontraba posada en
los caminos que las cabalgaduras se negaban a seguir asustadas por las
innumerables que levantaban el vuelo. En muchos sitios la gente pade
cía ya hambre” .
A la langosta había precedido una epidemia de viruela que había
hecho estragos, principalmente entre la población negra.
En Barinas encontró que los padres agustinos veneraban en su igle
sia una imagen de San Francisco Javier, regalo de don Diego Bragado,
discípulo de los jesuítas. El P. Schabel les regaló otra imagen y algunas
reliquias del santo, que él había recibido en Colonia, enviadas desde Ro
ma por el H. Bruno Roelen. En la fiesta del santo y durante toda la oc
tava fue expuesta esta reliquia a la veneración de los Heles, los que acu
dieron en gran número a besarla. Antes de la fiesta se había celebrado
su novena, y se resolvió celebrarla en adelante todos los años.
Tocole en Barinas al P. Schabel la celebración de la fiesta de Santa
Lucía, una de las fiestas principales de la ciudad. La celebraron con vís
peras, misa solemne con panegírico, procesión, fuegos artificiales, come
dias y corridas de toros. El padre describe minuciosamente todos estos
festejos.
En otra de sus visitas a Barinas, previniendo el recibimiento que le
tenían preparado, entró inesperadamente de noche en la ciudad. Al día
75 Ll hato de don Diego Bragado se llamaba "Hato de Santo Domingo de las Palmas” , en
donde se fundó el pueblo de indios de Nuestra Señora del Real; hallábase situado al sudes
te de Barinas (Nota del H, Nectario María),
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
130
77 Según la tradición la Virgen María se apareció en dos ocasiones, en 1651 y 1 6 5 2 .al caci
que de los indios cuspes. Ln la última le dejó su imagen. (Cl'r. Nectario María H.N.O, La
m aravillosa h isto ria de .Vuestra S eñ o ra d e C o r o m o to , Barcelona, 1924, R. VARGAS
UGARTIi. H istoria d e l c u lto d e M aría e n Ib ero a m érica y d e su s im á g en es y san tu a rio s m ás
celeb ra d o s (2 cd. Buenos Aires), p. lista imagen es la conocida con el nombre de Nuestra
Señora de Coromoto, i ue trasladada a Guanare. y su iglesia es e! santuario mañano más
importante de Venezuela. l‘ío XII declaró a Nuestra Señora de Coromoto patrona princi
pal de la república de Venezuela.
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
131
“Después que las seis naves zel and esas, tenidas por la armada ingle
sa, aparecieron en La Guaira, puerto de Caracas, al nuevo alcalde de Ca
racas, recientemente elegido, Barrabás80, (nombre ominoso para todo
78 Tambuiiní a Martínez de Ripalda (18 julio 1705); APT, Lcg. 132, Cartas de PR, Generales,
fot. 177.
Se refiere a una real cédula de 27 de diciembre de 1702 “para que no se admitan sin expre
sa licencia religiosos ni seglares extranjeros” (AG1‘ Santafc, lcg, 35). Nada se dice en ella, a
los menos en la remitida al presidente del Nuevo Reino, de una armada inglesa, pero sí se
habla de los dos religiosos trinitarios, el uno castellano y el otro alemán, que serán envia
dos a las provincias americanas por los “enemigos de esta corona... con pretexto de asegu
rar a los naturales de ellas de la permanencia de nuestra católica religión, no siendo este el
motivo sino el de perturbar esos dominios con los discursos imperiales” .
Ninguno de los alcaldes de Caracas en estos años lleva el nombre de Barrabas. Ln 1703
eran alcaldes Juan Nicolás de Ponte y Diego Pantoja;en 1704, el capitán Felipe Rodríguez
de la Madrid y Francisco Alonso Gil; y en 1705. Francisco de Tovar y Francisco de Mene-
JUAN MANUEL PACHECO, S .J .
132
hasta descubrir y coger las dichas cartas que el dicho padre jesuíta dejó
escritas para diferentes sujetos de Barinas y del Reino”. Esto aconteció
en marzo de 17058182. ¿Era realmente un agente de los imperiales ei P.
Schabel? Así se propaló entonces y se obligó a Schabel a refugiarse en
Curazao. Arralóla Burges en su artículo “Los aliados del archiduque
Carlos en la América Virreinal (Anuario de Estudios Americanos 27
(1970) 321-370, presentó a Schabel como uno de los principales agentes
del Archiduque Carlos, pero su argumentación es débil ya que no pre
senta ninguna prueba decisiva sino solo las sospechas recayeron sobre el
jesuíta; sus argumentos, como lo advierte varias veces, son solo conjetu
ras. Tiene además algunas apreciaciones que no son tan exactas como el
negar que no se trataba entonces de llevar a los jesuítas a Caracas (p .345).
En Curazao se encontraba el P. Schabel ya en agosto de 1704, pues
el 23 de este mes enviaba a Roma un diario de sus viajes. Supo más tar
de que el barco, en que iba su diario, se había perdido, por lo que redac
tó una nueva narración, ya de m em oria, sin orden cronológico ni fechas.
Esta narración la term inó en Curazao el 9 de abril de 1705, y la envió
junto con una extensa carta el 11 del misino m es81.
El P. Tamburini escribía ai P. Calderón, el 6 de enero de 1707:
“Siento que se esparciese ese rum or de ser espía de Holanda el P.
Schabel por la incom odidad que se le ocasionó y motivo de adaptarse
y estar en su misión sosegado. No me dice V.R. ciertam ente dónde, pa
ra, sino que presume se ha retirado a su isla. Pues V.R. conoce el genio
del padre, vaya con prudencia y blandura apartándole de las ocasiones
enque se juzgue puede peligrar su crédito y el de la C om pañía” 83.
Años más tarde, el 3 de diciembre de 1711, ordenaba el P. Tam-
burini aj P. Mateo Mimbela hacer volver al P. Schabel a su provincia de
Bohemia84. Y el 16 de marzo de 1715 el m ismo P. Tam burini com uni
caba que el P. Schabel había sido despedido de la C om pañía85.
P. Juan Francisco Ricci
No fue el P. Schabel el único que regresó a Europa, en esta época,
sin licencia de sus superiores. El P. Tirso González informaba, el 13 de
abril de 1700, al P. Juan M artínez Rubio, entonces provincial del Nuevo
Reino: E1 día 20 de m arzo amaneció en el l íber el P. Juan Francisco
Ricci, fugado del colegio de Tunja, quien habiendo desem barcado en
89 T. Gozáler a Martínez Rubio, 7 de febrero 1699; APT, !og, 132, Cartas de PP. Generales,
fol. 130.
93 Tirso González a M artínez Rubio, 12 marzo 1700; APT. leg. 132, fol. 149,
EL GOBIERNO DEL P. PEDRO CALDERON
135
57 11,256-259.
I— P. Francisco Daza
Antecedentes
4 Cfr. RESTRFPO SAENZ, S.M. Biografías d e los mandatarios y minístrasele la Real Audien
cia, p. 8.
6 Tractatus de ¡ncanatione, per R.P. Franciscutn Daza Calderón Societatis lesit, dignisímum
theologiae cathedrae m oderatorem . Initium p assuit (sic) die ] 9 mensis octobñs, anno Do
mini 1693. A u d ito re loanne Stephano Cizems. En el fol. 208 v.: “Finem dedim us die 21
Februarii, anno D om ini J695". (Biblioteca Nacional, Mss. 8 4 ). Cfr. RIVAS SACCONI, J.M.,
¿7 L atín en Colom bia, p. 10G; QL'ECEDO, Francisco O .F .M,, Manu serit os teológico-füoió-
ficos coloniales santafereños, en EX 2 (1 952), 239-240.
I LA VISITA DLL P. FRANCISCO SIERRA
137
de Bogotá, una carta para exponer las razones que tenia el colegio-se
minario para no rendir cuentas ante el prelado*67 .
En enero de 1700 reemplazó al P. Calderón en el cargo de provin
cial de Quito. Inmediatamente empezó la visita de la provincia, y en
agosto de 1701 se encontraba visitando las misiones del M arañón8 . A
finales de ese misino año de 1701 em prendió una segunda visita de la
provincia. El padre general le escribía: “ Doy a V.R. las gracias p o r el
cuidado y trabajo que ha puesto en visitar los colegios de la provincia,
y me alegro que los haya hallado en tan buen estado” 9 .
Durante su gobierno se dejó sentir en Q uito el sentim iento nacio
nalista que enfrentaba a criollos y peninsulares. “ Me avisan, le escribía
el padre general, pero averigüe si es verdad, que los padres criollos tie
nen tomada tal posesión de las cátedras, que sienten m ucho cuando se
le da a algún europeo... Encargo a V.R. con toda eficacia que procure,
cuanto estuviere de su parte, desarraigar esta parcialidad, y que in e r avi
se con individualidad de los que estuvieren en esto más notados para
apartarlos de todo puesto y aun proceder a m ayor castigo; porque .este
afecto de nacionalidad es de muy perjudiciales consecuencias” . Y añade
el P. Tirso González: “ De V.R. me dicen que perm ite y aun se inclina
a parcialidades. Avisóle a V.R. para que si en esto hay algo que enmen
dar. lo haga” 10.
En 1703 volvió el P. Daza a la provincia del Nuevo Reino, nom bra
do rector del Colegio Máximo de Santafé,11 y en 1706 se le confiaba el
gobierno de la provincia12.
13 fols. 41 v - 42. R ecientem ente ha sido así descrita esta custodia: “La custodia pesa 19 li
bras y ocho onzas, es de oro, de una vara de alta y está dividida en tres cuerpos: los círcu
los superiores, al mástil y el pedestal. El círculo del viril tiene 4 2 perlas finas; el círculo de
la custodia concéntrico a éste, 96 esmeraldas por el frente y 108 por detrás. El tercer círcu
lo 128 por cada lado. El cuarto círculo tiene en la guirnalda de uvas 6 0 amatistas por cada
lado. En los 22 radios mayores hay 19 8 esmeraldas por cada lado. En los radios m edios tie
ne 20 perlas finas de m edio taladro, y en la cruz once esmeraldas por cada lado y una esme
ralda grande en forma de ojo de buey al pie de la cruz,
“Sobre la cabeza del ángel que forma el mástil, tiene un topacio y ocho esmeraldas por el
frente y una amatista grande por el otro lado. En el collar de! ángel tiene un rubí y 10 dia
mantes por delante, y por detrás una esmeralda en el broche en que se articulan las alas.
En el cinturón del ángel hay un zafiro y 12 rubíes por delante y 14 diam antes por detrás.
En las piernas de! ángel hay 4 diamantes.
“La peana tiene 4 0 8 esmeraldas y 8 amatistas, siendo de advertir que faltan cuatro remates
en los cuales debía haber 15 esmeraldas que faltan.
‘Total de las piedras preciosas: 1.485 esmeraldas, 62 perlas, 168 am atistas,2 8 diamantes,
13 rubíes, un topacio, un zafiro. Total: 1.758 piedras preciosas” (A pud. G. HERNANDEZ
DE ALBA, La Iglesia d e San Ignacio, en A nuario d e estudios am ericanos, 5 (1 9 4 8 )5 3 9 -
540,
'6*lo13 En el libro de cuentas citado se encuentra esta partida: “ 1710... Obra añadida al retablo.
JUAN MANUEL PACHECO, S, J,
140
El frontal del altar está profusam ente decorado con preciosas mi
niaturas alusivas a la vida de Nuestra Señora*17.
En Mérida
Gobernó la provincia de Mérida y Maracaibo desde julio de 1702 o 1703. Era un vetera
no y valeroso soldado, con 19 años de servicios en los ejércitos de F landesy Cataluña,si
tios de Barcelona y Ceuta. Cfr. MARTINEZ-MENDOZA, Jerónimo, L o s gobernadores
e s p a ñ o le s d e la a n tig u a p r o v in c ia d e M é rid a y M a ra c a ib o , e n B o l e t í n d e la A c a d e m ia Na
c io n a l d e H is to r ia (Caracas), 41 (1 958) p. 378,
21 El H, Melchor Alvarado había nacido en Benavente (España) hacia 1642. En 1668 desem
peñaba el cargo de portero en el colegio de Las Nieves, en Santafé, y en 167 8 ya se encuen
tra en Mérida. en donde pasó el resto de sus días, ocupado principalmente en la adminis
tración de la hacienda de La Ceiba. Murió en Mérida el 7 de noviembre de 1715 (L ib ro 5 o .
d e ¡a Ig lesia d e S a n Ig n a c io , fol. 188; ARSI, Hist. Soc. 50).
Biografía
36 C a tá lo g o d e 1 6 9 1 .
” Catálogo de 1702.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
142
31 Cfr, JOUANEN, Hist, II. 51; ESPINOSA POLIT, Aurelio, S.J. S a n ta M a ria n a de J e s ú s hija
d e la Compañía de Jesús, (Quito. 1957) p. 3 3 1 .
El colegio de Ocana
33 ANB, N otarial, to m o 9 8 (1 7 0 9 ) fot. 195. Sobre el colegio de Ocafia, cfr. r. II, p, 33-46.
39 Ib id .p . 213.
40 , . , „„
Clr. su ficha bibliografica en J. del REY S.J., D o c u m e n t o s J e s u í t i c o s r e la tiv o s a ¡a h isto ria
J e ia C o n i/ta ñ ía d e J e s ú s e n V e n e z u e la , p, XLVIII-XLIX.
4J
ROSSO. Giuseppe, I l c o n t r i b u t o d i u n m is s io n a r io g e s u ita ita lia n o a lia c o n o s c e n z a delia
g e o g r a fia c d e ll'e tn o lo g ia d e i S u d - A tn c r ìc a , Appendice documentaria, en A n n a l i L a t e r a n e li
s i (Citta del Vaticano), 4 < 19401 145-15 8.
42
p. 143-168. Et P. Del Rey en la introducción de su obra tiene un estudio crítico sobre el P.
Ju a n Martínez Rubio y su informe (p, XLVIi -L X V ).
43
Sobre !a utilización del informe del P. Martínez Rubio por el P. Rivero, efr Del Rey op.
oit. p .L X I-L X lll.
LA VISITA D E L R FRANCISCO S I E R R A 145
Envío de un visitador
1,4 Libro 5o. de la Iglesia y Sacristía d el C olegio d e la C om pañía d e Jesús de Santafé, fol. 220
220 v.
46 Catálogo di: la Provincia del Nuevo R eino, 1 7 1 1 , ARSI, N.R. et Q. 4 .; Libro 5o. de la Igle
sia de San Ignacio, fol. 136 v.
Otros asuntos
50 T a m b u rin i a M im b e la (3 d i c i e m b r e 1 7 1 1 , 2 a . carta): A T T . le g . 1 3 2 . fo ls . 1 9 1 · 19 2 : C f r A s-
tra in , V H , 4 4 2 4 4 3
51 T a m b u iin i al P. F r a n c is c o S ie r r a , v i s i t a d o r ( S e p t i c i n b r o 1 4 , 1 7 1 0 ) ; A P T , leg . 1 3 2 , f o l, 1 8 9 .
5Î A R S I. C o n g r . P r o v ., t . 8 8 , f o l . 3 2 6 .
54 L ib r o S o . d e la Ig le s ia d e S a n Ig n a c io , fo is . 2 2 0 v - 2 2 1 .
55 A N B , N o t a r ía 3 , t. 14 1 ( 1 7 1 6 - 1 7 1 7 ) , fo l. 1 2 8 .
56 Tamburini a M im b e la (3 d ic ie m b r e 1 7 1 1 ) ; A P T , le g . 1 3 2 , fo l. 2 0 0 . E n e s to s n o m b ra m ie n
t o s se p r e s e n t a r o n n u m e r o s o s c a m b io s , d e lo q u e se q u e ja b a el P . T a m b u r i n i e n c a r ta al P,
M im b e la d e 16 d e m a r z o d e 1 7 1 5 .
57 S o b re e l P. S ie rra c f r . S O M M E R V O G E L , B i b li o t h . V I I , 1 2 0 1 .
CAPITULO III
P. MATEO MIMBELA 1
Antecedentes
' Fr. Manuel de Mimbela O.E.M, fue nombrado obispo de Guadalajara el 26 de febrero de
1714; murió el 4 de mayo de 1721; cfr. EUBEL C -R IT Z L E R , R .— SEFRIN, P. Hierar
chie Calholica M edil e t R ecen t io n s Aevi, V , 214.
3 Fr. Ja im e M ú n b e la , n a c i d o e n F r a g a , b a u t i z a d o e l 2 0 d e a b r il d e 1 6 6 6 , h iz o la p r o f e s i ó n
religiosa e n 1 6 8 2 ; f u e n o m b r a d o o b i s p o d e S a n t a C r u z d e la S ie r r a e l 2 6 d e f e b r e r o d e
1714 ; tr a s la d a d o a T r u ji l lo el 2 0 d e m a r z o d e 1 7 2 0 ; m u r i ó el 4 d e a g o s to d e 1 7 3 9 ( E U B E L ,
C. Op. c it. V , 176 y 3 9 3 ) C f r . V A R G A S U G A R T E , R u b e n S .J .H istoria de la Iglesia en el
Perú. IV , 6 1 -6 5 ).
4 CASSANI, H is t. 6 0 5
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
150
días, pasó a Alcalá en donde term inó su teología. Poco antes de venira
América recibió en Sevilla la ordenación sacerdotal5 .
Llegó a Cartagena el 3 de mayo de 1690 en la expedición de misio
neros traída por el P. Juan de Segovia. Terminada la tercera probación
en Tunja, fue destinado al colegio de Santafé com o ministro y profesor
de filosofía en la Universidad Javeriana6 . Se conservan manuscritas las
lecciones que dictó en 1693, copiadas por uno de sus discípulos, Juan
de Herrera. Es el “ Physices tractatus”al que sigue un breve tratado so
bre astronom ía7. Tradujo y publicó algunos capítulos de esta obra Juan
David García Bacca, en su “ antología del pensamiento filosófico en Co
lombia“ 8 .
Un paréntesis en su docencia fue la excursión misionera que-en
1695 hizo a los Llanos Orientales por orden del P. Altamirano, para ex
plorar la región llamada entonces Airico, o sea los territorios situados al
sur del río Meta. Vuelto a Santafé y rendido su informe, se le destinó a
la enseñanza de la teología. “ Ningún año, escribe Cassani, repitió mate
ria, trabajando de nuevo cada año lo que había de dictar. Sólo un año
repitió una materia dictada dos años antes, porque había logrado tanto
5 C A S S A M , t f iif . 6 0 5 -6 0 7
6 C a ta lo g o d e k P ro v in c ia d e i N u e v o R e in o , 1 6 9 1 A R S I, N .R . c t. Q , 4 .
’ Hìst, m
1(1 Trùciotus de Essentia ex A ttrib u tis D eiP .R .P . M ateum (sicj M im bela Vcspertinae Cathedrae
Moderatorem dignisamum. Initium d e d i die Ì 9 m ensis o cto b ris A n n o 1699. M ss. d e la
Academia de H is to ria , i n c l u i d o e n u n o d e l P . J o s é M . d e H e r r e r a . C f r . Q u e c c d o ,/ « ? . cit. p .
241-243.
1J CASSAM I, Hist. 6 1 1
14 ·
Según eí P. C assani (p . 6 1 1 ) e l P . M im b e la h a b í a v e n id o a S a n t a í c , p o r o r d e n d e l P . S ie r r a ,
a verse con su h e r m a n o J a im e q u e p a s a b a p o r e s t a c iu d a d d e s p u é s d e h a b e r r e c i b id o la c o n
sagración e p isco p a l e n C a r ta g e n a . El s e ñ o r M im b e la n o p u d o s e r c o n s a g r a d o e n C a r ta g e n a ,
pues esta sede n o tu v o o b i s p o c o n s a g r a d o d e s d e 1 6 9 1 a 1 7 1 6 . A d e m á s su s b u l a s p a r a S a n ta
Cruz de La S ierra so n d e l 2 6 d e f e b r e r o d e 1 7 1 4 , Si p a s ó p o r S a n t a f é , y a c o n s a g r a d o , el P ,
Mimbela ya n o e ra r e c to r d e l c o le g io d e T u n ja .
Los procuradores ·
I;
Los dos procuradores elegidos eran, como anotam os, los PP, Matías s!
de Tapia y Pom peyo Carcasio. El prim ero había nacido en Mcdellínel |
16 A.RS1, C o n g r. P ro v . t. 8 7 , f o ts . 2 8 6 s$.
P. MATEO MIMBELA
153
nó V.M. remitir a él, con papel de don Manuel de Vadillo y Velazco de 17 de julio de este
año, un impreso dilatado que por parte de la Compañía de Jesús se puso en las reales ma
nos de V.M., en que con particular expresión describe la numerosa gentilidad que habita
las márgenes del río Orinoco, cuyas almas son legítimas acreedoras al católico celo de
V.M. y sus reales haberes para lograr el soberano fin de su conversión, añadiendo el su
ceso de la muerte de los misioneros que quedaron sin escolta, y manda V.M. que sobit
su contenido represente a V.M. lo que se le ofreciere y pareciere” .
El Memorial del P. Tapia fue de nuevo publicado por el P. José del Rey en D ocum entos
J e s u ític o s relativos a la h isto ria d e la Compañía d e Jesús en V e n e z u e la p. 169-213. De
él hablaremos más adelante.
22 Ibid. “ Me conformo en todo con el Consejo y mando que en las órdenes que se expidiere
se prevengan que desde luego se señale el número proporcionado de soldados para asegurar
estas misiones, y que a cJlos y a los religiosos se les consignen los sueldos y socorros com
petentes para su manutención” .
23 “ Consulta del Consejo de Indias a S.M. expresando su parecer de que se acceda a las preten
siones de la Compañía de Jesús para cf más seguro logro de las Misiones del Orinoco”;
AG I, Santafé, leg, 403.
ja ,
Real Cédula al Presidente de Santa fe sobre el nombramiento de oficial de la escolta de las
misiones del río Orinoco; AG I, Santafé, leg. 271.
25
Real Cédula al Presidente de Santa Fe previniéndole haberse aumentado hasta 200 pesos
la cantidad que se daba a los Religiosos Misioneros de la Compañía de Jesús; A G I. Santafé,
leg. 271.
F
P. MATEO MIMBELA
155
Otro memorial del P. Tapia versa sobre los indios cantores de las mi
siones. Representa que el rey ha exim ido de pagar trib u to , en los pue
blos de Fontibón, Pauto, San Salvador de Casanare, a cuatro indios can
tores, para que puedan solem nizar los oficios divinos. Pero com o este
número de cantores es tan pequeño, los m isioneros han tenido que aña
dirles doce a catorce m uchachos. A estos los m isioneros los educan en
la misma casa parroquial, enseñándoles a leer, escribir y contar, sirvien
do de maestros los cuatro indios cantores.
Las ventajas de este m étodo han sido grandes, pues en el coro no só
lo toman parte los cuatro cantores señalados, “ sino cinco o seis m ucha
chos tiples, organista, bajón y cornetilla, por otros cuatro o cinco que
tocan sacabuche y chirim ías, y otros con cajas y clarín ” . Además “cria
dos estos niños desde cinco o seis años hasta los dieciseis (en que salen
de la escuela a pagar trib u to ) en sujeción y buenas costum bres, en su
edad crecida son los de menos vicios y más seguros en la fe” . Son ya
muchos los que así se han form ado; gozan entre los demás indios de
mayor prestigio, com o m ejor educados e instruidos, y ayudan grande
mente a los párrocos, a quienes tienen gran cariño. Por últim o aprenden
muy bien la lengua española, y con “ su com ercio la m ayor parte del
pueblo viene a entenderla; que es la m ayor conveniencia para la cristian
dad, como ha sido el m ayor im pedim ento la diversidad de lenguas” .
Pero es un gran inconveniente que estos m uchachos tengan que salir
a trabajar a los diecisesis años para poder pagar el trib u to , pues pierden
los misioneros las mejores voces del coro y los de m ejores costum bres;
“prepondera y com enta, la necesidad del trib u to a este divino c u lto ” .
Pide que se eximan de pagar trib u to , que es de 8 pesos en F ontibón,
y menos en Pauto y San Salvador de Casanare, a otros seis indios canto
res16 .
Respecto del colegio de Santo Domingo obtuvo el P. Tapia, como
ya vimos, que se urgiera a los oficiales reales de Santafé, por real cédula
del 20 de septiem bre de 1716, el pago de los gastos de viaje de los jesuí
tas destinados a este colegio17 .
Otra petición del P, Tapia motivó la real cédula de 22 de septiembre
de 1716 dirigida al arzobispo de Santafé. Le pedía el rey rem itir al Con
sejo los estatutos de la Universidad Javeriana, pues el P. Tapia había re
presentado que esta Universidad se regía por los estatu to s de la Univer
sidad de Alcalá, y en esta estaba ordenado que para recibir el grado de
doctor en teología se requería ser clérigo de orden sacro. El que se gra-
17 ANB, Curas y obispos, t. 36, fols. 141-143;cfr. supra, lib. lo., cap. V, p.
JUAN MANUEL PACHECO. S. J.
156
duaba en teología no podía contraer m atrim onio, so pena de dos mil
pesos de m ulta. En Santafé, en los últim os años, dos doctores en teolo
gía habían contraído m atrim onio; la universidad recurrió a la audiencia
pidiendo la ejecución de la pena, pero la audiencia la negó alegando que
esto no se había practicado, “ siendo así, decía el P. Tapia, que ha pro
cedido de no haber habido caso de contravención al e sta tu to ” . El Con
sejo consideraba “ que e! referido procurador no ha presentado los esta
tutos de la expresada universidad, ni justificado los dos casos de contra
vención, ni lo demás que expone” , pero para que se pueda deliberar esta
m ateria con el pleno conocim iento que se debe, proseguía diciendo el
rey, atendiendo al m ayor decoro del sagrado objeto de la facultad que
se trata, he querido rogaros y encargaros, com o lo hago, me informéis
por vuestra parte con toda expresión lo que en razón de este asunto se
os ofreciere y pareciere” 28.
Más adelante hablarem os de la expedición de m isioneros que prepa;
ró el P. Tapia, y de su m uerte.
Nada sabemos del segundo procurador, P. Pom peyo Carcasio. No
volvió al Nuevo Reino, ignoramos por qué motivos.
Estado de la provincia
2o
AGI, Santafc, Icg. 271: Real Cédula al Arzobispo de Santafé pata que informe sobre la pre
tensión de la Compañía de Jesús relativa a no poder contraer matrimonio los graduados en
teología. Copia esta real cédula el P. José Abel SALAZAR , Los estudios eclesiásticos supe
riores en el Nuevo Reino de Granada, p. 664-666, nota 129. En el texto dice: “ Ignoramos
el curso y remate de este incidente, pero suponemos fueia en contra de la Javeriana, ajuz
gar por el criterio de la Corona en casos semejantes".
P. MATEO MIMBELA
157
3* Aparece con el nombre del H. Juan de Robles, “dinamarquensis” (Catal. de 1684), “ Dan-
luis" (Catál. de 1711). Desempeñó los oficios de carpintero y herrero. Murió en Santafé el
28 de diciembre de 1729.
33 Era cubano el P. Vicente Ramos, nacido el 13 de enero de 1687. fueron sus padres el sar
gento mayor don Juan Ramos y doña María teresa I-crrer. Entró en la Compañía el 30 de
octubre de 1705 (Catal. de 1711). El 3 de julio de 1721 el P. francisco Javier de L'rbina,
rector del colegio de Santafé,daba poder a don Pedro Manuel de Santacruz, deán de la ca
tedral de La Habana, para cobrar los bienes del P. Ramos, que este había cedido al colegio
de Santafé a la muerte de sus padres (ANB, Notaría 3a.T tomo 143, fols. 178 ss). Nada de
bió de hacerse entonces, pues en julio de 1728 el P. Diego de Tapia daba licencia al P. Ra
mos. residente entonces en el colegio de Cartagena, para pasar a Cuba a reclamar su heren
cia (ANB, Notaría 3a. tomo 160 (año 1728), fol. 31). El Ramos murió en Santafé el 6 de
abril de 1735 (Catal. 1736),
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
158
El tejar de Tierrabomba
le despachase real provisión para que ninguna persona pudiese sacar tierra
de dicho sitio” 34.
El gobernador pasó al cabildo esta real provisión para que la cum
pliese. El cabildo resolvió consultar a la audiencia de Santafé, enviándo
la para su información copia de los acuerdos y una información que se
haría sobre la inmemorial costumbre.
El asunto llegó hasta el Consejo de Indias. El fiscal de este supre
mo tribunal conceptuaba que en vista de que las tierras pertenecían sin
disputa a la Compañía, que la servidumbre y prescripción no se había
probado, y de que la Compañía había ganado en la audiencia provisión
de amparo, era de parecer que se despachara una real cédula mandando
el mismo amparo que había mandado la audiencia de Santafé; si las par
tes tenían algo que pedir o alegar ocurriesen a la misma audiencia35.
El año anterior de 1710 el colegio se había visto obligado a defen
der sus derechos sobre un pozo de agua que tenía en esta misma estan
cia de Tierrabomba. El P. Matías de Tapias, rector entonces del colegio,
hubo de escribir al P. Alonso Quirós, procurador de las provincias de In
dias, sobre los muchos daños que los grumetes de la armada habían
causado en este pozo36.
F! colegio hizo levantar una información sobre las violencias he
chas por el almirante de la armada de galeones dice: Manuel Agustín
de Villanueva, “ para la extracción de agua del pozo de Tierrabomba”
y el P. Quirós elevó un memorial al rey pidiéndole que prohibiese sacar
agua del pozo para el servicio de los soldados37.
Rebelión en Mompós
34 Informe de] fiscal del Consejo de Indias; AGI, Santafé, leg. 403.
35 Ibid.
36 Habla de esta carta un inventario de los papeles del colegio de Cartagena hecho en 1767.
La carta lleva la fecha de 11 de septiembre de 1710. Archivo Nacional de Chile, Jesuítas,
446.
37 H1 testimonio está firmado por francisco Javier González, notario mayor, en Cartagena
a 22 de diciembre de 1710; ibid.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
160
II—Provincia)
38 RESTRKPO TIRADO, Ernesto, Gobernantes del Nuevo Reino de Granada durante el ji-
glo XV¡II, p. 28-29.
39 Ibid.p. 31-32
41 Sobre la elección del vicario capitular: cfr. GROOT, J.M. Misi. II, 6-9; RESTREPO PO
SADA, José, Una página de la historia eclesiástica de la Nueva Granada, en Academia
Colombiana de Historia. Conferencias (1948), p. 162-180, y Arquidiócesis de Bogotá,
I, 139-141.
P. MATEO M1MBELA
161
42
ílist. II, 7.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
162
El Dr. Vergara Azcárate
44 Catálogo de 1687.
45 Cfr. VERGARA, Julio C,, Don Antonio de Vergara Azcárate y sus descendientes, 1,58-
60.
51 Testimonio de la Informazión sobre los axamientos hechos por el Sor. Dn. Francisco Me
neses a ¡os Sres. ministros de esta Rí, Audiencia y expesialmente al Dr. Dn. Domingo de la
Rocha y Dn. Luis de Losada y el Dr. Dn. Diego de Córdova" ANB, Asuntos criminales,!
20, fol. 311.
P. MATEO MIMBELA
165
tbid.fol.290.
55 Ibid. p. VI.
56
Ibid. p. IX.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
166
57 Ibid.p.XIV.
61 /Air. p. 613.
Visita de la provincia.
El P. Yopolo.
Por esta época regresó a Europa, con disgusto del padre general, el
P. Francisco Yopolo. Era este Padre italiano, nacido en Caltanisetta el 2
de agosto de 1668. Ingresó en la Compañía el 19 de febrero de 1681 en
la provincia de Sicilia66 . Vino al Nuevo Reino en 1694 en la expedición
del P, Pedro Calderón. Residió algún tiempo en Pamplona, en donde fue
rector del colegio67 y en 1711 vivía ya en Cartagena.
64 Libro de consultas (Manuscrito). Este manuscrito perteneció a don Tulio Pebres Cordero.
Lo mandó transcribir cuidadosamente el P. Julio Barrena S.J., rector del colegio de Mérida.
Debemos al P. José del Rey S.J. una fotocopia de esta tanscripción.
65 Tamburini a Mimbela, 16 de marzo 1715; APT, Cartas de PP. Generales, leg. 132, fols. 222-
223.
68
Tamburini a Mimbela, 31 marzo 1717; APT. Caitas de PP. Generales, leg. 132, fols, 226
P. MATEO MIMBELA
169
Contrariedades en Cartagena.
Ctr i.M. PACHECO, Los obispos de Cartagena en la primera mitad del siglo XVII] en
£.eclesiástica Xavcriana (Bogotá), 15 (1965) 111-127.
P. MATEO MIMBELA
171
ñA ,
El P. Juan de Ribera había nacido en La Palma el 22 de mayo de 1666 e ingresado en el
noviciado de Tunja el 6 de mayo de 1688. En 1709 fue nombrado ecónomo general de la
provincia (ANB, Notaría 2, t. 98 (1709), fol, 312 v), y en 1713 era rector del colegio de
Cartagena (Catálogo de 1713). Murió siendo rector de este mismo colegio el lo . de noviem
bre de 1715 (Catálogo de 1715).
75 Carta de los superiores religiosos de Cartagena (Cartagena, 15 febrero 1715), AGI, Santafé,
leg. 468.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J
172
Cambio de gobierno.
P. IGNACIO DE MEAURIO
Biografía
Estado de la provincia
Cfr. C. MESA C.M.F. Honras y exequias del rey Luis Fernando Primero, en Hojas de Cul
tura Popular Colombiana (Bogotá) no, 71.
Estado espiritual de la provincia del Nuevo Reino y sus Ministerios. Año de 1718. De re
sulta de la visita que hizo el P. Provincial Ignacio Meaurio (Archivo de la Provincia de To
ledo, Fondo Astrain 46). Otro ejemplar de esta carta se encuentra en ARSI, N.R. ct. Q.
13-111.
P. MATEO M1MBELA
175
Los seis obispos aludidos eran don Francisco de Borja, obispo de Córdoba de Tucumán
y Trujillo; don Lucas Fernández de Piedrahita, obispo de Santa Marta y Panamá;don Gre
gorio Jaimes Bazán y Pastrana, obispo de Santa Marta: don Diego de Baños y Sotomayor,
obispo de Santa Marta y Caracas; don Luis de Betancur, obispo electo de Popayán, y Fray
Andrés de Betancur, obispo electo de Concepción de Chile (Cír. Tomo 1, p. 142-144).
Nuevos prelados, de los que hablaremos más adelante, se educaron en San Bartolomé du
rante el siglo XVIII.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
176
8
Carta del 31 de mayo de 171 7 (APT. Cartas PP. Generales,leg. 132, fol. 230). Cfr. A. AS
TKAIN. Hist. Vf), 434.
í
P. MATEO MIMBELA
Tanto los novicios como los sacerdotes que hacían la tercera pro
bación pasaban por todos los experimentos o pruebas establecidas por
San Ignacio, como son el hacer los ejercicios espirituales ignacianos
durante un mes, el servir a los enfermos en los hospitales, el ayudar en
los oficios humildes de la casa, etc. Solamente no se tenía la peregrina
ción, “que ojalá la hubiera” , comenta el P. Meaurio, pero jamás las ha
habido porque así convendrá” . Al hospital iban los novicios y tercero
nes cada ocho días J u n to con el rector del colegio y maestro de novicios
a ocuparse en el servicio de los enfermos. Diariamente los novicios iban
a la cárcel a llevar de comer a los pobres. Los domingos se organizaba
con los niños que asistían al catecismo una procesión que terminaba
en la iglesia del colegio con una plática.
Los padres del colegio de Cartagena trabajaban activamente en di
versos ministerios. Uno de los padres tenía a su cuidado, como en tiem
po de San Pedro Claver, a ios esclavos negros. Para ellos todos los do
mingos se tenía un catecismo; salían luego por las calles cantando la
doctrina cristiana y en una de las plazas se les predicaba una sencilla plá
tica. A este acto no sólo asistían los esclavos sino muchos blancos y la
gente del servicio. “Y así, añade el P. Meaurio, como el cuidado de los
negros está solo a cargo de nuestro colegio, así también es raro el negro
o negra, bozales y ladinos, que no se confiesen en nuestra casa y que no
llame padre para morir cristianamente, con grande consuelo nuestro” .
No estaba tan floreciente la congregación de los caballeros. Aun
que se ha aumentado con el aseo de sus alhajas y altares en lo que cabe
en la corta iglesia que tenemos, no tiene aquellos concursos que en otros
tiempos, y han decaído las asistencias a Jas pláticas y las acciones públi
cas en que llevaban los congregantes de comer a los hospitales” .
Regentaba además el colegio de Cartagena una clase de gramática
con cuarenta o cincuenta estudiantes, y una escuela de más de cien ni
ños.
El colegio de Mompós contaba con una clase de gramática para
veinte o veinticuatro alumnos. Los ministerios en que ejercitaban su ce
lo los pocos sacerdotes eran frecuentes. “ Por el sumo calor de la tierra,
narra el P. Meaurio, más que en otras partes, se hace de noche a puerta
franca y con- luces el ejercicio de la buena muerte para toda la villa y
gente de todo sexo, con plática de doctrina cristiana todos los viernes
del año, y con mucho concurso y devoción porque la gente es especial
mente piadosa, y tiene especial amor y aprecio de ios jesuítas” .
No era fácil en el pequeño colegio de Honda llevar vida de comu
nidad, pues sus moradores tenían a su cargo la parroquia y además de
bían atender a dos iglesias dentro de la misma población. “Aquí, cuenta
el P. Meaurio, puse sujeto que leyese gramática, y murió; después señalé
otro que no podrá hacerlo sin muchas fallas por haber de asistir a su rec-
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
178
El colegio de Mérida
11 üstado espiritual de la provincia del Nuevo Reino y sus Ministerios... (Archivo de la provin
cia de Toledo, hondo Astrain, 46).
P. MATEO MIMBELA
179
12 Ibid.
13 L ib ro d e c o n su lta s Consulta del lo, de abril de 171 8, lols. 33-34.
Iti
Clr. Tomo I, p. 169-170.
17 Libro de consultas; consulta de julio de 1718, lo i. 34.
P. MATEO MIMBELA
181
el caso se d e c id ió( “que atentas las circunstancias seria más acertado dejar al
padre que se curase en casa de diclia señora, así por no agravar la enfer
medad con la mutación, como por ser casa de edificación y no causar
novedad en los que ya sabían que el padre estaba en dicha casa. Y se
añadió que por lo que toca al reparo y nota que se pudiera tener en la
ciudad de que un sujeto se curase fuera del colegio, no era de cuidado,
pues en otros tiempos se había así practicado con otros sujetos; y que
en adelante se procurase evitar esta costumbre y estilo” ).
21 C a rta d e l 21 d e se p tie m b re de 1 7 2 0 , 2a. c a rta . (A P T . C a rta s de PP1. G en erales, Ice. 132 fol.
249).
P. IGNACIO DE MEAURIO 183
“Exmo. señor:
“ El P. Juan Antonio de las Varillas de la Compañía de Jesús, pre
fecto de la Universidad de San Francisco Javier, sita en el Colegio Máximo
de la Compañía de Jesús de la ciudad de Santafé, rector del Colegio real
y mayor y seminario de San Bartolomé parece ante V.E. y dice: que en
dicha ciudad hay dos universidades, la referida y la del Angélico Doctor
Santo Tomás, sita en el convento máximo de la religión de Santo Do
mingo de dicha ciudad, y hay asimismo el dicho Colegio Mayor de San
Bartolomé y el Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario;y por real
cédula despachada en Madrid en 25 de noviembre de 1704, presentada
y obedecida en la real audiencia, manda S.M,, que Dios guarde, que las
dos dichas universidades sean en el todo iguales en gracias, privilegios y
prerrogativas, y en esta conformidad corren, aunque es así que por lo
que toca a la dicha Universidad de Santo Domingo, sus cátedras las
regentan solo religiosos de la misma orden a sus mismos religiosos, y sin
concurso de estudiantes externos; y por lo que mira a la dicha Univer
sidad de San Francisco Javier, regentan sus cátedras religiosos de la
Compañía y doctores seculares que obteinen las cátedras en concurso
público de personas seculares. Y por lo que mira a dichos colegios,
manda asimismo S.M., que Dios guarde, en la citada cédula, que sean en
todo iguales, gozando el uno los privilegios del otro, y el otro los del
otro, y tiene el dicho Colegio Mayor de San Bartolomé de tener más de
cuarenta años de antigüedad respecto del Colegio Mayor del Rosario, y
estar fundadas en el de San Bartolomé seis becas reales de real dotación,
lo que no hay en dicho Colegio Mayor del Rosario.
“Y porque a) informante se le ha mandado entregar por el escri
bano superior la orden y mandato de V.E. para que en la elevada dignidad
que obtiene de virrey, gobernador y capitán general de este Reino,
ejecuten las ceremonias debidas la Universidad y colegios de la dicha
ciudad, y puede cada parte pretender preferencias, y esta pretención
puede ser embarazo en la mayor solemnidad y cumplimientos debidos
que desean observar la dicha Universidad de San Francisco Javier y
Colegio Mayor de San Bartolomé, en el solemne recibimiento de V.E., y
las asistencias que deben tener para que en el todo llenen su obligación,
se ha de servir V.E. y lo suplica el informante de dar las providencias
necesarias para el modo que deben observar en la concurrencia y asis
tencia y del presente recibiemiento... Santafé,noviembre 21 de 1719"22.
12 AG L, S a n ta f é . leg. 4 0 4 .
23
Ib id .
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
184
del Nuevo Reino, sino en Quito, Caracas y Trujillo (Perú), sobre la anti
güedad del colegio de San Bartolomé y sus numerosos e ilustres discípu
los.
El archivo del colegio conserva las informaciones realizadas en la
ciudad He Antioq><ia. La primera se Mzc en febrero de 1719 a petición
del P. Miguel de Herrera, quien con el P. Pedro de Molina había viaiado
a Antioquia. Se llevó a cabo ante el cura y vicario de la ciudad, el doctor
Francisco Javier Záoata y Muñera, antiguo bartolino. La segunda se rea
lizó un año después, en febrero de 1720, esta vez ante el gobernador de
la provincia F;asnar d e Cluiral, a netición d el P. Rodrigo de Celada. F.n
noviembre de 1719 el P. Varillas había dado poder a los PP. Rodrigo de
Celada y José de Molina oara hacer levantar esta información24
El cuestionario presentado a los testigos fue el siguiente:
“ ]a.— Primeramente digan del conocimiento de la parte.
2 a .- Item si saben y han visto que todos los curas que lia habido en esta
ciudad y provincia se criaron y educaron en el colegio de San Bartolomé,
de la dicha ciudad de Santafé, y qué curatos han servido, y digan qué
sujetos y cómo se llaman,
3 a — Item si saben que dichos sujetos son de las familias más nobles,
autorizadas y conocidas de esta provincia y ciudad.
4a.— Item si saben que por el dicho colegio se han criado sujetos hijos
de esta ciudad y su provincia, que han entrado en la Compañía de Jesús,
regentando cátedras, sirviendo en pulpitos, ocupando rectorados, y
quiénes fueron y si fueron de las familias ilustres.
5a - Item si saben que a más de los sujetos que han sido curas después
de criados en dicho colegio, y graduados en la dicha Universidad de San
Francisco Javier, han ilustrado otros con sus letras en toda la provincia,
enseñando en los pulpitos, y con su ejemplar vida, y en los confesiona
rios, y quiénes son, y si son todos personas nobles y calificadas,
6a — ítem digan si se hace aprecio en esta ciudad y provincia de la crianza
y educación que se lia dado siempre y está dando dicho colegio a sus
hijos, y no de otra cosa, sin que ninguno envíe a criarlos a otra parte,
por haberles enseñado la experiencia que esta es la mejor y más ütil para
criarlos, estudiar y para e! bienestar de las buenas costumbres;porque ios
dichos colegiales salen de allí como si se hubieran criado en una religión.
7a.— Item sí saben que a más de ios curatos que lian servido en toda la
dilatada provincia ios hijos del dicho colegio, sin que de otro alguno se
haya visto un cura en ella, saben que otros, también en ella nacidos, y
educados en dicho colegio, han pasado a servir prebendas a las ciudades
de Santafé, San Francisco de Quito y Popayán; y si los conocen y saben
lo ilustre de su sangre.
8a.— Item digan los sujetos seculares que estudiaron y fueron colegiales
de dicho colegio de San Bartolomé; y si han obtenido oficio real, varas
24
A rchivo del C o leg io de San B a rto lo m é , D o c u m e n to s varios. Siglo X V II. II.
P. IGNACIO DE MEAURIO 185
26 I b id .p . 1 0 5 -1 2 6 .
31
C a tt a d e l 31 d e m a rz o d e 1 7 1 7 . 2 a. c a r ta ; A P T . Icg. 1 3 2 , fol. 228.
P. IGNACIO DE MEAURIO
187
El naufragio de la misión.
33 AGI, S a n ta fé , lcg, 4 0 3 .
34 Ibid,
35 A G I, S a n ta fé , leg, 271
P. IGNACIO DE MEAURIO
189
AGI, C o n tra ta c ió n 5 5 4 8 ,
41
A pud JO U A N E N , Hist. II, 7 5.
42
J , JO U A N E N , H is to r ia d e la C o m p a ñ la de Jesús e n la a n tig u a P r o v in c ia d e Q u ito , II, 81-91.
p. IGNACIO DE MEAURIO
191
43 I n s tr u c c ió n q u e d a e i P. V is ita d o r I g n a c io d e M e a u r io a l P . J a n u a r io G a r o fa lo p a ra q u e v is i
te e l c o le g io d e P o p a y á n ; A P Q u ito , Icg. 10.
CAP ITU LO V
P. FRANCISCO A N TO N IO G O N ZALEZ
El nuevo gobierno
4 Catàlogo de 1711.
P. FRANCISCO ANTONIO GONZALEZ
193
5 C arta d el 13 de m a y o d e 1 7 1 9 ; A P T ,, leg. 1 3 2 , fo l. 2 4 4 v - 2 4 í.
bre ella; entre tanto se debía fomentar con diligencia todo lo que pu
diera ayudar a esta fundación.
Se habló también de dar comienzo a una misión a orillas del río
Sarare, para facilitar la penetración en el Orinoco. La congregación juz
gó que era mejor diferir esta empresa misionera hasta que el padre ge
neral enviase nuevos operarios, y el rey pusiese freno a las incursiones
de los caribes con un puesto militar en la isla de Caróní. En cambio
recomendó la congregación ayudar con toda generosidad al misionero
del pueblo de San Ignacio de Betoyes, en los Llanos, —que lo era el P.
José Gumilla,— para que pudiera aumentar su reducción atrayendo a
más indios gentiles. Lo mismo se debía hacer con el P. Cavarte que es
taba fundando el pueblo de San Francisco de Regis de Guanapalo.
La comisión de misiones preguntó qué debía hacerse con los in
dios tunebos, rebeldes desde hacía más de sesenta años, al evangelio,
de los cuales una gran parte habían apostatado de nuevo y tornado al
gentilismo. No se encontró otra mejor solución que atenderlos del me
jor modo posible y procurar que los fugitivos volvieran de nuevo al se
no de la Iglesia,
La congregación aprobó un postulado en el que se pidió al padre
general librar a los misioneros de los Llanos de juramento que se les ha
bía impuesto de dar cuenta de sus entradas y gastos. Este juramento era
una carga intolerable que hacía odiosas las misiones. Además ya no vi
vían en la provincia las personas que habían dado motivo para este justo
rigor.
Otra de las recomendaciones de la congregación fue el colegio de
Santo Domingo. Un nuevo pleito habían puesto contra él los herederos
de don Juan de Rivera, fundador del colegio. La herencia de Rivera era
prácticamente la única renta del colegio, y la congregación estaba segura
de que el colegio perdería el pleito. Se preguntó al padre general qué de
bía hacerse en caso de perder aquella herencia.
El colegio, en efecto, perdió el pleito, y se vio, como ya antes na
rramos, en graves apuros económicos para pagar a los herederos del fun
dador.
Con relación a los estudios se vio la conveniencia de fundar una cá
tedra de sagrada escritura en la Universidad J averi a na, lo que se haría
tan pronto como se contara con un profesor competente para esta mate
ria. Se aprobó además pedir al rey que a los catedráticos de derecho,
que hubiesen enseñado durante cuatro años en la universidad, se les pro
moviera a las canonjías y togas, con prelación a los demás.
A los predicadores se les recomendó que no descuidaran la enseñan
za de la doctrina moral en los panegíricos.
P. FRANCISCO ANTONIO GONZALEZ
195
Los procuradores
9 AG I, S a n ta fé , leg. 4 0 4 .
12 C fr. to m o I, p . 3 2 2 ss.
13 A G I, S a n ta fé , leg. 4 0 4 .
14 A G I, S a n ta fé , leg. 4 0 4 .
15 A G I, S a n ta fé ,Ic g . 27 3 .
P. FRANCISCO ANTONIO GONZALEZ
197
16 M em orial d e l P. M a te o M im b e la d e la C o m p a ñ ía d e J e s ú s su p lica n d o se le r e c o n o zc a a su
C olegio d e Sa n B a rto lo m é de S a n ta fé p rim a c ía so b r e el de N u e stra S eñ o ra del R o sa rio en
los casos q u e re fie re ( 1 7 2 3 ) ; A G I, S a n tafé , leg. 4 0 4 .
20 A R S I, C ongr. P rov. t . 8 8 , lo l. 3 2 9 .
22 A G I, S am afe', ieg. 4 0 4 .
23 C o n su lta d e l C o n se jo d e In d ia s , 8 m a rz o 1 7 2 3 ; A G I, S a n ta fé , leg. 4 0 0 .
24 A G I, C o n tr a ta c ió n , leg. 5 5 4 9 .
El viaje por mar fue feliz y corto, pues gozaron de buen viento. El
19 de febrero de 1724 llegaban a Cartagena.
Estando los misioneros en Cartagena murió allí el P. Rodrigo de
Celada con fama de santidad. Había estado consagrado durante varios
años a atender espiritualmente a los esclavos negros, los que obtuvieron
permiso de llevar el féretro durante el entierro. Durante la velación del
cadáver vinieron a cantar los oficios fúnebres los religiosos de los varios
conventos de la ciudad, y el colegio, al decir del P. Francisco Javier Zep
hyris, uno de los misioneros de la provincia de Quito, resonaba como
una catedral. El P. Celada contaba al morir 56 años. Había nacido en
Medellín el 10 de julio de 166 826 y entrado en la Compañía el 21 de
julio de 1686, cuando estudiaba en el colegio de San Bartolomé.
Después de descansar algunos días en Cartagena, el 6 de marzo se
embarcaron de nuevo los misioneros destinados al Perú, rumbo a Por tó
belo. Al día siguiente salieron los del Nuevo Reino y los de Quito con
dirección al río Magdalena. En Cartagena se quedaron el P. Ernesto Steig-
miller, gravemente enfermo, y el P. Pedro Liner quien se encargó en el
colegio de Cartagena de la clase de gramática latina.
“Salimos de Cartagena, cuenta el P. Jean Magnin, el 7 de marzo de
1724 en tres embarcaciones llamadas canoas, hechas de un solo y enor
me árbol, que no tienen un solo clavo ni nada de hierro, pues es tal la
humedad de este clima que la herrumbre corroe más fácilmente el más
duro acero que un gusano un madero podrido. Salimos del puerto, al
que tomaron los franceses en una ocasión, por un delicioso canal orla
do por ambos lados de numerosos árboles que hacen sombra agradable
al pasajero. En tres días llegamos al sitio de Mahates, y de allí, pasando
por una tupida y extensa selva, entre los gritos y chillidos de los monos,
las culebras y los loros, a la desembocadura del río Magdalena, llama
da Barranca, el 13 del mismo mes. Nos embarcamos nuevamente en cua
tro canoas, más pequeñas que las anteriores, los 28 misioneros con dos
sobrinos del obispo de Quito, ocho en cada canoa, cuatro en la proa y
otros tantos en la popa. Iban además de nuestros criados, una decena de
indios en cada una. Por esto quedaba en Jas embarcaciones un espacio
tan estrecho que era necesario ir continuamente sentados o acostados
sobre los encerados que cubrían nuestro equipaje. Un techo de palmas
extendido encima de la canoa nos defendía del ardor del sol. Nuestra
diversión era ver remar a los indios que empujaban la barqueta con largas
palancas, animándose mutuamente con gritos parecidos a los de las ranas
y algunas veces lanzando otros de indignación contra la canoa”27.*21
16 Catálogo de l i l i .
21 C arta d el P. Je a n M agnin S.J. ( Q u ito , 7 m a rz o 1 7 25). en JE A N B EC K M A N N ,
}m prittiiére [raversée de Colombie pai' un missionaise suisse (1 725}, le Pére Jean Magnin
SJ.t en AnnalesEribourgeoises, (1964) 33-65 (43-44).
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
200
29 Ibid.
So llaman asi unas arañas del género Latrodectusf cuya picadura es muy tóxica.
P. FRANCISCO ANTONIO GONZALEZ
201
una oculta en el pasto; y si una persona aplasta a una de estas aranas so
bre la piel, solo puede escapar de la muerte sometiéndose a penosos
remedios32.
El 16 de junio tienen ocasión de admirar el Palo de Cruz33, llamado
así porque si se corta un tallo se ven sus haces en forma de una cruz. Se
le consideraba un poderoso hemostático y su corteza un eficaz remedio
contra las mordeduras de culebra34. El P. procurador Juan Bautista Mu-
gica hizo cargar una muía con ramas de este árbol para enviarlas como
regalo a España y Roma.
Pasado el río Páez dejan la tierra caliente para ascender a las regio
nes frías de la cordillera. El 22 de junio llegaron a La Plata. Salió a reci
birlos el párroco con los principales vecinos, y los alojaron en una de las
mejores casas de la ciudad. Tenía esta techo de paja y aspecto de grane
ro, a los ojos del P. Zephyris. Se parecía, añade, a una mala casa campesi
na de Alemania. Las iglesias, continúa, con excepción de las de unas
pocas ciudades, no son mejores que un establo de nuestro país.
El Párroco, después de los primeros saludos, entregó al padre pro
curador una carta del obispo de Popayán, en que concedía a los misio
neros licencia para administrar los sacramentos y predicar en todo su
obispado.
Tuvieron ocasión en La Plata de presenciar la procesión de la oc
tava del Corpus. Iban delante dos músicos, tocando el uno un tambor
y el otro una chirimía; les seguían tres danzantes vestidos de rojo, con
campanillas en los pies. Venían enseguida dos estandartes y la estatua
32 Escribiendo de estas arañas dice el P. F'r. Juan de Santa Gertrudis O.F.M. “ Si se revienta en
las palmas de las manos o en las plantas de los pies, no hace daño alguno pero si se reventó
en cualquier otra parte del cuerpo es veneno mortal tan activo, que dentro de 24 horas
muere el envenenado. Dos contras tiene este veneno, que le quitan la virtud; pero no sé
que escogiera más, morir o tomar la contra para vivir. La una es tomar el envenado y atar
lo a una palanca larga, y chamuscarlo a la candela bien, que propiamente es un martirio de
fuego. La otra es desleír en un pilche con agua bastante excremento humano fresco, y
que se lo beba” (.Maravillas de la naturaleza) (Bogotá, 1956) 1,92-93. Habla también de es
tas arañas el P. Felipe S. Gilij Ensayo de Historia Americana (Bogotá, 1955) p. 93.
33
Son árboles de diversas especies de Brownea Cfr. E. PEREZ ARBELAEZ, Plantas útiles de
Colombia, (Bogotá, 1956), 259-260.
34 Sobre el Palo de Cruz escribe el P. Gilij: “Con respecto al Palo de Cruz he aquí lo que me
comunica una persona muy entendida en las curiosidades de Tierra Firme: El Palo de Cruz
es alto y frondoso, sus hojas son semejantes a las del árbol del Cacao, su flor es grande en
forma de rosetón y compuesta de muchos pétalos rojos; si se cortan las ramas o el tronco
se ve una cruz perfectísima, lo que he observado centenares de veces. La madera de este
árbol reducida a pedacitos y hervida en agua, corta Ja abundante hemorragia nasal si se
aplica su conocimiento embebido en una tela. La misma virtud tiene también el conoci
miento de la flor, que corta el vómito de sangre y restaña inmediatamente la más fuerte
hemorragia" (Ensayo de Historia América, p. 38).
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
202
del patrono de la ciudad llevada en andas; más lejos aparecían las imá
genes de San José y la Santísima Virgen rodeadas de un buen grupo de
devotos. Seguía otro músico, junto al cual saltaban cuatro danzantes
vestidos como los anteriores de rojo; luégo dos clérigos con incensarios,
y por último el párroco con el Santísimo Sacramento. Las mujeres pia
dosas se aglomeraban al final de la procesión.
Allí también asistieron a las fiestas de San Juan. La víspera reco
rrían la población muchachos a caballo gritando alegremente: San Juan,
San Juan, Viva el señor San Juan. AI atardecer el pueblo se congregaba
frente a la imagen del santo, colocada en medio de la iglesia, y hacía ar
der centenares de velas a su alrededor. De una manera semejante se ilu
minaba el atrio de la iglesia, en donde bailaban los mencionados danzan
tes al sonido del tambor y la chirimía.
Esta iluminación y las danzas se repetían la víspera de la fiesta de San
Pedro y San Pablo. Por ia tarde soltaban por las calles un toro, y ay de
los hombres que encontraban a su paso.
El 29, en la solemne fiesta, predicó el P. Pablo Maroni, otro de los
misioneros austríacos, un elegante sermón en honor de los santos após
toles. Para estas fechas ya todos los padres extranjeros podían oír con
fesiones en castellano. En La Plata permanecieron hasta el 8 de julio, y
durante todos estos días se dedicaron a confesar a todos los cristianos
de la ciudad y de sus alrededores.
El 9 de julio llegaron al río Negro, y el 1 1 a Guanacas, población
indígena, en donde nadie, con excepción del párroco y del alcalde, ha
blaba castellano. Los indios les dieron la bienvenida con tambores y flau
tas, Fuertes aguaceros los retuvieron allí dos días. El 15 atravesaron el
temido páramo de Guanacas. En el camino tropezaron con numerosos
huesos de hombres y animales, víctimas del frío y de las fatigas.
El P. Magnin dedica un largo párrafo de su carta a describir el paso
de este páramo: “ El llamado paramo de Guanacas es un monte bien alto,
siempre rodeado de nubes; allí las lluvias son continuas, la niebla espesa,
el frío intenso, el viento penetra hasta la médula de los huesos. Los árbo
les están cubiertos de musgo que destila el continuo gotas de agua, o por
mejor decir, lloran con abundancia de lágrimas su infortunio. No se ven
pájaros ni otros animales silvestres. El camino está cubierto de huesos
de mutas muertas; es estrecho, unas veces tiene forma de escalones
hechos de piedra o de madera, otras es una extensión de lodo, con pan
tanos a uno y otro lado en donde se hunden las muías con su carga, La
primera noche dormimos en medio de la montaña, en unas cabañas que
se prepararon, sin cama, sobre hojas de árboles, Al día siguiente, después
dei desayuno, proseguimos el camino, teniendo a uno y otro lado rocas
de una altura excesiva. Nos llamó la atención que todas las piedras pe
queñas están colocadas en orden sobre las grandes; se nos dijo que es una
F
superstición de los indios que trata por este medio, y guardando un pro
fundo silencio en las cercanías de un lago que hay encima de la montaña,
de aplacar al páramo y evitar la tempestad, que de ordinario sigue a los
gritos y al tumulto. En el lago se ven siempre tres patos, ni más ni menos,
que los antiguos de estas tierras representaban como a tres divinidades,
que recompensaban las ofrendas que se les hacían, y se vengaban tam
bién cruelmente de las injurias que se les infirieran. Puedo decir que si
la abundancia de lluvia que cayó sobre nosotros, después de pasar este
lago, no justifica la superstición de los indios, al menos significa que hay
en estos lugares mucho de maleficio y brujería. Llegamos a un paraje frío,
húmedo e inundado, y no pudimos encender fuego para calentamos y
secarnos, ni para preparar la comida. Partimos al día siguiente, en ayunas,
por un camino peor que el primero, en sitios tan lleno de lodo que las
muías se hundían hasta el vientre, y otras tan liso que se dejaban resbalar,
apoyándose firmes sobre las cuatro patas, hasta el final de la pendiente.
En estos parajes las caídas eran frecuentes, pero a Dios gracias, sin con
secuencias” 35
Al salir del páramo, narra el P. Zephyris, les esperaba, comisionado
por el padre rector del colegio de Popayán, un sacerdote del clero secular.
Los llevó a su hacienda, en donde pasaron un agradable día. Allí pudie
ron ver por vez primera cultivos de origen europeo, trigo, manzanos,
madroños, y otros frutales, cultivados con esmero por el dueño de la ha
cienda.
Al acercarse a Popayán les salieron a recibir los estudiantes del co
legio y unos cincuenta señores principales de la ciudad, montados a ca
ballo. Los misioneros quedaron admirados del lujo de los vestidos y jae
ces, en los que la plata reemplazaba al hierro.
Cerca de la ciudad, a la sombra de unos grandes árboles, les estaba
esperando toda la comunidad del colegio: cinco padres y siete hermanos.
El padre rector, que lo era el P. Esteban Riofrío, no había podido venir
por hallarse enfermo.
Las gentes al verlos entrar en la ciudad se decían: ya llegaron los
santos padres, ya vino la santa misión. No pocos, con gran confusión de
los misioneros, se arrodillaban a besarles la mano,
Llegados al colegio, el P. Rector entregó al P. Procurador Juan
Bautista Múgica una carta del padre general en que le nombraba provin
cial de la provincia de Quito.
Una de las visitas que lucieron los misioneros en Popayán fue al
señor obispo, que lo era entonces don Juan Gómez de Frías. El prelado
los recibió amablemente v los invitó a comer en su mesa. Popayán, se-
3S
En BECKMANN, J., art. cit. p. 45-46.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
204
dres, añade, gozan de gran aprecio por su bondad con los pobres y nece
sitados”38 .
El estado de la provincia.
El padre general, Miguel Angel Tamburini, se lamentaba en carta al
P. González de que hubiese decaído en la provincia el entusiasmo por
el estudio de las lenguas indígenas39, lo mismo que el interés por la ense
ñanza del catecismo a los niños40.
“ La segunda cosa que se me avisa, añadía el padre general, y en que
deseo una total enmienda, es la falta de latinidad en nuestros hermanos
estudiantes, de donde se sigue necesariamente el poco aprovechamiento
en las facultades superiores. Témome que el ansia de hacer gente y de
tener recibidos sea la causa de este desorden. Pero de qué servirá que se
multiplique la gente, si esta no ha de ser a propósito para los fines que
intenta la Compañía? Estas ansias es justo moderarlas con el respeto
que debemos a nuestra buena Madre, no adoptándola hijos menos dignos
de lo que deben ser a gloria de Dios nuestro señor. Tengo por necesario
que haga V. R. un serio encargo con carta circular ordenada a este solo
fin, de que no se muestren tantos deseos de aumentar la provincia en
número de personas, que disminuyen su honor con la falta de cualidades
necesarias, Y siendo entre estas la principal la latinidad en nuestros esco
lares, cargará V.R. las conciencias de los examinadores sobre que no
aprueben a los que no supieren la gramática de suerte que en el año que
tiene destinado la Compañía después dei bienio, no solo sean capaces de
perfeccionarse en ella, sino de adelantarse en la retórica y letras huma
nas41 .
Tampoco los estudios mayores marchaban muy bien. “Me dicen,
advertía el P. Tamburini, que los estudios mayores no se toman con
aquel calor con que se solían aplicar en otro tiempo maestros y discípu
los. Encargue V.R. la vigilancia a los prefectos y superiores locales, orde
nando que le den aviso de los que fueren remisos, para removerlos de
los estudios o las cátedras, sino basta para la enmienda la serie corrección
de sus omisiones” 42.
38 Ibid.
39 Carta del P. Tamburini al P. González, 27 marzo 1723, 3a. carta; APT. Leg. 132, fol. 257.
40 Carta del P. Tamburini al P. González, 27 marzo 1723,5a. carta; ibid, fol. 266.
42 Carta del P, Tamburini al P. González, 27 marzo 1723, 6a. carta, ibid. p. 268.
P. FRANCISCO ANTONIO GONZALEZ
207
44 Carta del P. Tamburini al P. González, 27 marzo 1723, 6a. carta, ibid. p. 268.
45 Tamburini al P. González, 27 marzo 1723, 3a. carta; ibid. fol. 256, El P. Eysaguirre, naci
do en Antíoquia el 26 de mayo de 1675, era hijo del capitán Antonio de Eysaguirre, teso
rero real de la provincia de An ñoqui a, y de doña Jerónima de Arce y Sandoval. Entró en el
noviciado de Tunja el 28 de mayo de 1691. Fue operario en los colegios de Pamplona y
Mérida; rector del colegio de Pamplona (catálogos de 1713 y 1715), y superior de la resi
dencia de Fontibón (Catálogo de 1720). Murió en Santafé ei 10 de julio de 1733 (Libro
5o. de la Iglesia de San Ignacio, fol. 137 v,), Cfr. D. RESTREPO,E l Colegio de Sen Barto
lomé, p. 121,
Se menciona esta información en un inventario de los papeles del colegio de Santafe, Ar
chivo nacional de Chile, Jesuítas, Bogotá, 214,
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
208
Visita de la provincia.
Bienhechores
Al hablar del colegio de Maracaibo hicimos mención de la dona
ción que don Lucas García de Cueto hizo a la Compañía de la hacien
da de Maraño nes, a orillas del lago de Maracaibo, para la fundación de
un colegio en la ciudad de este nombre, o en Caracas o en Trujillo. El
P, González aceptó la donación52.
En Santafé murió el 17 de mayo de 1723 el doctor Juan Coronel
de la Mora, provisor y vicario general del arzobispado53. En su testa
mento dejó por heredera de sus bienes a la Compañía, los que fueron
aplicados por el P. González a la continuación de la construcción del
Colegio Máximo54.
Fallecimientos
Durante el provincialato del P. González falleció en Santafé, el 23
de abril de 1723, a los 76 años, el P. Francisco Daza, antiguo provincial
de las provincias del Nuevo Reino y Quito. Sus últimos años habían
transcurrido en el colegio de Santafé,
El año anterior había perdido la provincia al P. Juan de Tejada,
profesor de teología, quien murió el 9 de noviembre de 1722. Estaba
dictando en la Universidad Javeriana el tratado De mérito, curso que
hubo de continuar el P. Diego Terreros55.
En Cartagena murió el 7 de diciembre de 1722, a los 70 años, el
P. Juan Valenciano, granadino, que había venido de superior de una
expedición de misioneros en 1705. Había sido misionero en los Llanos.
En Santafé había fallecido, el 11 de abril de 1721, el P. Cristóbal
de Céspedes, de quien hablaremos al tratar de los escritores de la pro
vincia.
54 C a rta d e l P. T a m b u rin i al P. M éndez, 15 d icie m b re 1725, 3a. c a r ta : APT, leg. 132, fol. 274.
-I-
P. Francisco Méndez
Nuevos superiores
1 Carta del P. Tamburini al P. Francisco A. González, 27 marzo 1723; APT, leg. 132, fols.
263-264.
Estado de la provincia
10 Libro de la sacristía del colegio de Tunja. Mss. 105. fols. 141 y 141 v.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
212
advierte: “que la ropa blanca que sirve en los altares está notablemente
inmunda. Esto depende, añade, de que no se lava sino de tarde en tar
de, y entonces mal” 11.
Dos visitó la misión de los Llanos y se interesó especialmente por
la reducción de los indios guahívos12. Sobre estas misiones le escribía
el P. Tamburini: “En el informe repetido que tengo del feliz estado y
progreso de las misiones, me ha llenado de gozo viendo las nuevas reduc
ciones formadas, y los que cada día acuden para ser instruidos en nues
tra santa fé; con singularidad me informan del infatigable celo del P.
Gumilla, superior de ellas, y de lo mucho que también trabaja el P. Ri-
vero” . Sólo siento, añade, que no haya toda aquella aplicación que se
requiere, en algunos, para aprender las lenguas de los indios13.
12 C fi. R I V t R O , J . S .J. H is to r ia d e la s m is io n e s , p . 4 1 2 .
13
T a m b u rin i a M é n d ez, 15 d ic ie m b re 1 7 2 5 , A PT. leg. 1 3 2 , fo l. 2 7 0 .
14
T a m b u rin i a M én d ez, 15 d ic ie m b re 1 7 2 5 , 3 a c a r ta ;ib id . fo l. 2 7 4 .
15
Cfr. Real cédula de 30 de julio de 1727. ANB, Miscelánea, t. 49, fol. 947.
16 T a m b u rin i a T a p ia , 13 d ic ie m b re 1 7 2 7 ; A P T , leg. 1 3 2 , fo l. 2 8 2 .
P P. FRANCISCO MENDEZ Y DIEGO DE TAPIA
213
Un bienhechor en Mompós
-II-
P. Diego de Tapia
Cambio de gobierno
Progresos y problemas
41 Tamburini al Provincial, lo . marzo 1727, 2a, carta, APT, leg. 132, fol. 284.
42
lbid.
45 Cfr. GARCIA GOLDARAZ, Carlos, S,J, Vida del P. Bernardo Recio, en la introducción a
la obra de este, Compendiosa relación de la cristiandad de Quito, p. 27, El P. Dionisio Mo
rales nació en Sevilla el 8 de agosto de 1680, entró en la Compañía de Jesús el 16 de junio
de 1695 (Catálogo de 1711). Vino a) Nuevo Reinocu 1705, ya ordenado de sacerdote (A
GI, Contratación, leg, 5548). En 1711 era ministro del colegio de Santafé, y en 1718 figura
ya en Cartagena en donde pasó todo resto de su vida, En esta ciudad murió en 176! (Libro
de la Sacristía del Colegio de Tunja, fol. 163),
JUAN MANUEL PACHECO, S. J
218
Tamburini al Provincial, lo . marzo 1727; APT., leg, 132, fol, 284. El P. Romero nació en
Santafé el lo . de enero de 1663 y entró en la Copañíael lo . de septiembre de 1679. Fué
párroco de Fontibón (Catálogo de 1691) y rector del colegio de San Bartolomé, por prime
ra vez, de 1709 a 1713, cargo que unió con el de prefecto de estudios déla Universidad la-
veriana (Catálogo de 1711). Fue luego rector del colegio de Tunja y maestro de novicios
(Catálogo de 1720). De 1721 a 1726 fue segunda vez rector de San Bartolomé (Cfr. RES
TREPO POSADA, José, Rectores del Colegio-Seminario de San Bartolomé, RJ. 38 (1952)
p. 97 y 98.
47 Libro 5o. de la Iglesia y Sacristía del colegio de Santafé, fol. 138.
Bienhechores
Visita de la provincia
como rector los colegios de Mérida y Mompós. En 1736 se encuentra de misionera rural en
la diócesis de Caracas (Catálogo de 1736) y de superior de la residencia de Maracaibo.
Murió el 6 de mayo de 1739, en el lago de Maracaibo, a bordo de un barco (Catálogo de
1751 supl,, y Libro de la iglesia y sacristía del colegio de Tunja, fol. 153).
Congregación provincial
—III—
55 CASSANI, José S.J. Historia de la Provincia d e la Compañía de Jesús del Nuevo Reino de
Granada, p. 615-616.
60 Ibid.
Esta sentencia fue confirmada por el visor y vicario general del arzobis
pado, doctor Francisco José de Cabrera y Dávalos, quien había sucedido
en el cargo al doctor Barasorda72. Con esto se daba por terminada la
causa. Quijano debía pagar los costos del pleito73.
En las tierras en litigio había levantado Quijano una casa. Se comi
sionó al cura párroco de Guayabal, don José Franco de Irurita, el intimar
a Quijano la orden de desalojar. Como Franco de Irurita no encontrase
a Quijano, la notificó a la esposa de Quijano doña Manuela Mercado.
Doña Manueia se encontraba algo enferma. Era además difícil que encon
trase rápidamente otra casa para trasladarse. Por esto se dió a la familia
de Quijano un plazo prudencial para salir.
Pero iban pasando los meses y Quijano se negaba a salir. El P.Tomás
de la Seda, procurador del colegio, pidió en mayo de 1732'una nueva
orden de lanzamiento. Fue esta intimada el 9 de septiembre a doña Ma
nuela y al mayordomo de Quijano. Pero estos se negaron a obedecer,
pretextado que la orden venía dirigida a Q u ija n o y n o a ellos74.
Entre tanto, en Santafé, Quijano apelaba de la sentencia ante el tri
bunal del obispo de Cartagena.75. El provisor negó la apelación76, pero
Quijano acudió nuevamente a la rea! audiencia en grado de noción de
fuerza, y la audiencia declaró que se debía conceder la apelación77.
Lo último que encontramos sobre este pleito es un poder que el 19
de octubre de 1733 otorgó el P. Diego de Tapia, rector del colegio de
Santafé, al P. Jaime López, rector del colegio de Cartagena, para represen
tar al colegio, ante el tribunal del obispo, en el pleito con Quijano78 .
Probablemente se llegó más tarde aun arreglo entre las partes, pues
en una escritura de 1742 se dice que el colegio de Santafé había vendido
a Francisco Quijano y a su esposa, por mil patacones, las tierras de El
Tigre79.
Nuevos superiores.
1 "... me díte tomó a su cargo el gobierno de esa provincia el día 17 de enero de ]730’\
Retz a González, 31 diciembre 1731; APT, leg. 132, fot. 301.
2 Catálogo de la Provincia del Nuevo Reino, D e f u n c ti: ARSI, N.R. et Q. 4; Libro 5o. de !a
Iglesia de Colegio de Santafé, fol. 189 v.- El P, Caicedo nació en Santafé, en enero de 1690
(Restrepo S,- Rivas, G e n e a lo g ía s d e S a n ta fé d e B o g o tá , I, 162); entró de convictor en el
colegio de San Bartolomé el 14 de octubre de 1707, y pasó a vestir una beca real en no
viembre de 1708 (Libro de matrículas, fols. 65 y 1 v). El 3 de junio de 1711 ingresó en el
noviciado de Tunja (Catálogo de 1711).
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
226
Los procuradores.
7 AGI, Santafé, leg. 406. Otro ejemplar en ANB, Miscelánea, t. 110, fol. 898.
8 Carta cid presidente de la Audiencia de Santafé, don Antonio Manso, 28 enero 1730; AGI,
Santafé, leg. 406.
La Expedición de 1735.
13 Consulta del Consejo de Indias, 27 junio 1733; AGI, Santafé, leg. 264.
14 AGI, Contratación, leg. 5549.
\Î
Aparece en el registro de la Contratación con el nombre de Pedro Fcbure
J U A N M A N U E L P A C H E C O , S . J.
230
las necesidades de la casa, y luego todos, uno por uno, arrodillados, van
diciendo públicamente qué patrono tuvieron durante el mes, y qué vir
tudes practicaron y qué penitencias hicieron por las necesidades del co
legio. Todos los sacerdotes, semanalmente predican por tum o una plá
tica de media hora a los pobres de la portería. El primer domingo de
cada mes se tiene la comunión general, y uno o varios jesuítas visitan
las cárceles públicas de la ciudad para llevar a los presos tanto el ali
mento espiritual como el corporal. Los escolares, alternativamente con
los estudiantes del colegio, predican diariamente a los sirvientes de la
casa y a los niños mayores, con tal fervor y fruto que infunden general
mente en sus oyentes un especial recogimiento y temor de Dios. Narra
a continuación el caso del joven sirviente que se dejó matar por conser
var su castidad, caso referido también por el P. Pedro de Mercado en su
historia de la provincia16 .
Se refiere luego a la iglesia de San Ignacio, que es, escribe, “entre
las hermosas iglesias de la ciudad una de las más suntuosas y bellas, edi
ficada con todo arte, alta y amplia” , a los altares de la misma iglesia y a
las festividades religiosas. Las últimas páginas de su carta las dedica a las
misiones17.
Por la provincia
16 MERCADO, Pedro, S.J. Historia de la Provincia del Nuevo Reino y Quito, I, p. 67-68. En
nota añade ei P. Mercado: “Uno de los padres rectores de este colegio [de Santafé] le puso
el nombre de Armiño. Hizo que lo pintasen con una palma y azucena en una mano y un
armiño en la otra, con este título: Yo soy Armiño, que no quise vivir sucio. Esta imagen
se colocó en nuestra sacristía como en su propio lugar". Aun se conserva este cuadro en
la sacristía de la iglesia de San Ignacio.
17
Brief R.P, Joscphi Cervellim, der Gesellschaft Jesu Missionar», an R.P. Franciscum Pepe
S.J. geschrieben zu Tarne, den 2 Julii 1737, en STOECKLEIN, J. Neue-Weitbott, t. 19,
n. 568, p. 105 ss.
21 Retz a González, IS septiembre 1733, 2a. Carta; APT, Cartas de PP. Generales, leg. 132
ibis. 331-33 Iv.
35 Rete a González, 15 septiembre 1 7 3 3 ,2a. Carta; APT, leg. 132, fol. 331-332.
26 Ibid.
-8 ibid.
Bienhechores
31 Retz a González, 3 l tlieicnibre 1731 ;ibid. fols. 3 1 3 -3 1 4 .0 3 . lib. 1. cap. 5, nota. 48. p.
33 Ibid.
34 [hid.
3 5 ·-
Retz a Gonzalez, 9 enero 1732, Kl H. Juan Grebner había naeido en el Pala ti nado, el 13 de
mayo de 1694, y entrado en la Compañía el 2 de junio de 1 722 (Catálogo de la provincia
del Nuevo Reino, 17361, Vino al Nuevo Reino en 1723 {AGI, Contratación, ley. 5549).
36 Catálogo de la Provincia del Nuevo Reino - 1736: ARS1, N.R. et Q. 4, fo!, 224 ss.
SEGUNDO PROVINO ALATO DEL P. GONZALEZ
235
El seminario de Cartagena
37 “ El P. Diego de Tapia, rector del Colegio Máximo, me escribió que su hermano don Nico
lás Alejo de Tapia, Deán de
esa catedral, ya difunto, había dejado por su heredero a ese
colegio, el cual ya había percibido ocho mil pesos, y percibirá después
otros cuatro mil, de
suerte que toda laherencia.serán doce mil pesos” , Retz a
González, septiembre15 1733,
3a. Carta; 132, 329.
APT, lcg. fol.
42 Retz a González, 31 diciembre 1731, 7a. carta; APT., lcg. 132, foi. 315. Doña Magdalena
de Subió, era hija del capitán Pedro de Subía y de doña Catalina de Mena Loyola y Mazme-
la, y estaba casada con don Antonio de Cabrera y Quirós, quien fue alférez real y alcalde
de Santafé en los años de 1711 y 1715 Cfr. RESTRLPO SALNZ - R1VAS, - G e n e a lo R
g ía s d e S a n ta fé d e B o g o tá , 1, 145-146.
43 Retz a González, 15 septiembre 1733, 4a. carta; APT. leg. 132, fol. 327. En esta carta se
le llama don Pedro Velardc, gobernador de Girón; Pero debe ser don Pedro Velásquez, quien
fue gobernador de Girón de 1727 a 1736, y por segunda vez de 1751 a 1753. En 1761 se
eneontraba de alcalde de San Gil. Cfr. RLSTREPO SAENZ. José María, G o b e r n a d o r e s d e
San J u a n d e G iró n , ( ] 7 3 1 - 1 8 1 0 ) , en t's n id io s (Bucaramanga) 5 (1936), n, 56-57, p. 185.
44 ,
En la carta citada se la llama Melchora Martin Nieto, pero Rcstrcpo Sáenz la llama Melcho
ra Martínez Nieto.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
236
45 Sobre el Sr, Molleda, cfr. VARGAS UGARTE, Rubén, S J , Historia de la Iglesia en el Perú,
IV, 234-236, El Sr Molleda fue trasladado a la sede de Trujillo en 1740, y e n 1747 a la sede
arzobispal de Charcas. Murió en Cochabamba el 1 de abril de 1756.
SEGUNDO PROVINCIALATO DEL P. GONZALEZ
237
La doctrina de Cereté
A orillas del río Sinú fundaron, en 1722, el alférez Cristóbal Ji
ménez de León y otros colonos, un pueblo de indios, al que dieron
el nombre de San Antonio de Mocarí. Una epidemia de viruelas obli
gó a sus moradores a pasar al sitio de El Palmar, y una nueva trasla
ción los llevó a Cereté48 .
Procedían estos indios de la región de Urabá. Para su instrucción
religiosa venía de vez en cuando un sacerdote. Ya era el agustino fray
Juan de Aguiar, o el franciscano fray Juan de Segura, o los licencia
dos Antonio Ruiz del Coro y Francisco López de la Vega49 .
El señor Moheda, compadecido del abandono espiritual de aque
llos indígenas, logró que la Compañía de Jesús tomase a su cargo aque
lla doctrina. Fue nombrado doctrinero el P. Agustín de Salazar50.
46 Cana det Sr. Molleda al rey:Cartagena. 9 enero 1731; AGI, Santafé, leg. 488.
47 ANB, Reales Cédulas, t. 9 , fols. 179 y 211.
Aü , , , ,
Declaraciones de José Nudez; Mocan, 4 mayo 1734; AGI, Santafe. leg. 489. Ceretc es hoy
un próspero municipio de Córdoba, situado a 19 kilómetros de Montería. Ln 1964 conta
ba con 29.600 habitantes
Declaraciones de José Nuñez y Agustín Corcho; AGI, Santafé, leg. 489.
S" L-l I1. Agustín de Salazar, hijo del capitán Lorenzo de Sa lazar y doña Rosa de la Guerra,
nadó en Santafé el 12 de febrero de 1698. (Catálogo de 1720). A los 12 años entró en el
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
238
51 Declaración del P. Agustín de Salazar; Cartagena, 5 agosto 1732; AGI, Santafé, lcg. 489.
54 Era brigadier de los reales ejércitos. Gobernó la provincia de Cartagena desde 1731 basta
1737. Cfr. RESTREPO SAENZ, J. M., Gobernadores d e Cartagena en el siglo XVIII, en
BHA, 35 (1948) 64. Ei P. Jaime López, rector del colegio de Cartagena le sindica de “natural
desafecto a las cosas de mi sagrada religión"; AGI, Santafé, lcg. 489.
SEGUNDO PROVINCIALATO DEL P. GONZALEZ
239
vecinos a Cereté, los que se internaron más en sus bosques55, sino que
agregó a la real corona el pueblo de Cereté y exigió al obispo que nom
brara de doctrinero a un sacerdote secular. De nada valió el que el se
ñor Molíeda insistiera en mantener allí a un jesuíta. “ Los progresos, le
escribía al gobernador, que dicho padre ha ejecutado en el tiempo que
asiste en dicho pueblo son tan notorios cuanto vuestra señoría puede
informarse de cuantos habitan las cercanías de él” 56.
Tanto el obispo como el gobernador escribieron sobre este asunto
al rey. La respuesta fue una real cédula, fechada el 6 de mayo de 1733,
en que se ordenaba al obispo colocar edictos convocando a oposiciones
para el curato de Cereté. Así io hizo el señor Molleda, pero no se pre
sentó ningún candidato. En carta del 3 de octubre de 1735 insistía el
obispo en que se dejara a Ceretc al cuidado de los jesuítas57 , pero no de
bió de conseguirlo pues esta doctrina no vuelve a figurar entre las de la
compañía.
Los andakíes58 .
Eran los andaquíes una belicosa tribu indígena que, venida de las
selvas del Caquetá, se había establecido al sur del actual departamento
del Huila. Los colonos blancos los desplazaron empujándolos nueva
mente hacia el Caquetá. A fines del siglo XVII, deseosos de reconquistar
sus tierras, empezaron a atacar a Timaná ya las haciendas establecidas
en el valle del Alto Magdalena. Estos recios ataques movieron a los colo
nos a emprender varias expediciones militares entre ellos, con resultados
poco satisfactorios59.
A principios del siglo XVIII una expedición, al mando del maestre
de campo Pedro Jovel de Lozada, penetró en las tierras de los andaquíes,
“en que estuvieron casi seis meses en dicha provincia, declara el capitán
Bartolomé de Velásquez, talando los sembrados que tenían en ella; con
estas y otras industrias sólo se consiguió ponerlos en necesidad de vitua-
55 Carta del Señor Molleda al rey ; Cartagena, 1 agosto 1732; AGI, Santafé, leg, 489.
In fo rm a c ió n le v a n ta d a e n T im a n á a 33 d e o c tu b r e d e 1 7 2 9 . E n A u to s so b re la en treg a a la
C o m p a ñ ía d e J esú s d e l N u e v o R e in o d e G ranada d e la m isió n d e lo s A n d a q u íe s ; A G I, San-
ta fé , leg. 3 0 1 .
63 R eal C éd u la d e 29 d e ju n io d e 1 7 2 0 ; e n lo s A u to s c ita d o s e n la n o ta (6 0 ).
64 El n o m b ra m ie n to e s tá fe c h a d o e n P o p a y á n , a 18 d iciem b re 1 7 2 0 ; ibid.
SEGUNDO PROVINO ALATO DEL P. GONZALEZ
241
tendía la lengua de los indios y era muy amado por estos “ por haberse
ocupado en sacarlos del monte a costa de mucho trabajo”65.
Pero nueve años después la situación había cambiado desfavorable
mente para Campo y Salazar. “El cura que tienen, —escribía el cabildo
de Timaná—, lo tienen amenazado. Como no tienen sujeción ni gobier
no, ni alguna enseñanza política cristiana, y toman lo ajeno sin recelo,
amenazan con su vuelta al monte, y nos tienen perdido el miedo, y no
sotros no podemos ni aun pasar a doctrinarios porque nos lo han impe
dido”66 .
El cambio lo atribuían los testigos a los tres hermanos mestizos ya
nombrados, que incitaban a los indios a dar muerte a los blancos y a
huir de nuevo a sus selvas67. Campo y Salazar ya no se atrevía a vivir en
el pueblo. Cuando iba a él se hacía acompañar de una escolta. Ocasión
hubo en que los indios sacaron de la iglesia la imagen de San Francisco
Javier68 y la arrojaron con gran alboroto contra la casa del cura69 .
Para remediar esta situación proponía el calbildo de Timaná con
fiar esta reducción a la Compañía de Jesús. “Todo tendrá feliz éxito,
escribía, si estos indios se ponen al cuidado de la Compañía de Jesús” 70.
Acogió esta sugerencia el vicario de la diócesis de Popayán, Francisco
Javier Torrijano, y en este sentido escribió a! presidente Antonio Manso
y Maldonado, pidiéndoles su mediación.
El fiscal de la audiencia hizo pedir informes al gobernador de Nei-
va. Lo era entonces el teniente coronel José de Caicedo y Pastrana71,
quien por aquellos días se encontraba en Santafé. Caicedo corroboró los
73 A G I, S a n tafé, ieg. 3 0 1 .
La hacienda de Pacho
80 A N B , N o ta r ía l a . , t. 1 6 5 , a ñ o 1 7 3 1 , fo l. 5 1 1 .
83 R e tz a L ó p e z , l o e n e ro 1 7 3 5 ; ib id . fol. 3 3 5 ,
r
84 CASSAN1, J ó s e , H is to r ia d e la P ro v in c ia d e la C o m p a ñ ía d e J e s ú s d e l N u e v o R e m o d e
G ra n a d a , p. 6 1 6 .
EL P. JAIME LOPEZ
Movimiento de superiores.
3 C A S S A N I, J o s é , S .J . H is t. p. 61 7
3 Ib id . p. 6 1 8 .
3 C a tá lo g o d e la p ro v in c ia d e l N u e v o R e in o , 1 7 3 6 ; s u p le m e n to : A R S I, N .R . c t Q , 4 , H a b ía
n acid o el P . G u e r re ro e n F o n te ( E x tr e m a d u ra , ¿ p a ñ a ) e l 19 d e ab ril d e 1 6 7 6 y e n tr a d o
en La C o m p a ñ ía e l 5 d e m a y o d e 1 6 9 6 , V in o al N u ev o R e in o en la e x p e d ic ió n d e 1705
(A G I, C o n tra ta c ió n , leg. 5 5 4 8 ) . F u e m isio n ero en los L lanos (C atálo g o s d e 1 7 1 1 ,1 7 1 3 y
171 8).
diencia y subordinación con que deben mirar las disposiciones de sus su
periores” 7 .
El P. Anissón no había satisfecho como rector del colegio de Tun
ja. El P. Re tz se vio obligado a escribir, aunque ya tarde: “Si las noticias
que del P. Anissón tuve, las hubiera tenido antes, estuviera muy ajeno
de conferirle el rectorado de las Nieves; no porque tema haya de repetir
las imprudencias que ejecutó en el rectorado de Tunja, sino por castigo
de éstas, y para quitar toda ocasión a su ardiente y atropellado genio, y
la que está quitada con no proponérmelo jamás para gobernar” 8 .
En Cartagena no duró mucho el rectorado del P. Agustín Gonzá
lez, pues falleció el 30 de noviembre de 17359 , Había nacido el P. Gon
zález en Ocaña (Norte de Santander) en el hogar del capitán Rodolfo
González del Busto y doña Ana de Sotomayor el 5 de mayo de 1691, '
De dieciseis años vino a estudiar en San Bartolomé, colegio al que entró,
como convictor, el 11 de septiembre de 170710 . Tres años después, el 9 |
de octubre de 1710, ingresaba en el noviciado de Tunja. Fue profesor
de gramática en el colegio de Tunja11 y rector del colegio de Mérida de
1730 a 1734. En este cargo trabajó activamente por la fundación déla
residencia de Maracaibo12.
El nuevo provincial, P. Jaime López, había nacido en Cartagena
del Levante (España) el 25 de julio de 1680. Entró en la Compañía de
Jesús el lo, de abril de 1704, probablemente para la provincia del Nue
vo Reino, pues al año siguiente se embarcaba en los galeones de las in
dias, con la expedición de misioneros que venía al Nuevo Reino. Ei re-
9 Catálogo de 1736.
11 Catálogo de 1718.
j2 f
“ El P. Agustín González, de la Compañía de Jesús, fue rector del colegio de Cartagena,y
bajando por Ocaña predijo allí su muerte, diciendo a sus deudos que iba a verlos y despe
dirse de ellos por si fuese la última vez. Finalmente murió en su rectorado” , José Nicolás
DE LA ROSA, Floresta de la santa Iglesia catedral de la ciudad de Santa Marta (Valencia
1833) p. 104.
EL P. JAIME LOPEZ
249
Dificultades y progresos
14 Catálogo de 1711.
17 Retz al Provincial del Nuevo Reino, 15 septiembre 1736; APT. leg. 132, fol. 342.
I Retz a López:, lo . enero 1735 ; ibid. fol. 335.
Retz al Provincial del Nuevo Reino, 15 septiembre 1736, 7a. caita; ibid. fol. 348.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
250
fin fue muy acertado, para extinguir las faccioncillas que había en el
Colegio Máximo, dividir en varios colegios a los parciales de éstas”21.
Algunas casas marchaban bien, el padre general alaba en especial
a los colegios de Mérida y Pamplona. Sobre el colegio de San Bartolomé
escribía: “Las noticias del Real Seminario de San Bartolomé me son
muy gustosas, así por el buen estado de esa casa, como por el copioso
número de sus convictores, que dice V.R. llegan a ciento” . El P. López
había derogado un precepto impuesto a los profesores de la Universidad
Javeriana por el P. Meaurio: debían examinar con el mismo rigor que a
los estudiantes jesuítas a los colegiales de San Bartolomé. Temía el P.
López que este rigor obligara a los alumnos bartoünos a salir del colegio
para irse a graduar a la Universidad de Santo Tomás, y derogó el precep
to a petición de los mimos profesores. Pero el P. Retz juzgó que debía
mantenerse, si con él se conseguía un mayor aprovechamiento, ya que
llevaba dieciseis años de vigencia, y el colegio, lejos de disminuir, había
aumentado22.
El 2 de marzo de 1736 el arzobispo de Santafé, Antonio Claudio
Alvarez de Quiñones, fundó cuatro becas perpetuas en San Bartolomé23·
Con este fin entregó al colegio $5.600 para ayudar a comprar la hacien
da de El Rosario, contigua a la hacienda de Techo, con cuyos productos
debían sostenerse los beneficiados con estas becas24 .
El colegio de Mompós había progresado materialmente durante el
rectorado el P. Sota, y se esperaba que el P. Egurvide, vicerrector del co
legio de Honda, sacara a este colegio de la ruina e infeliz situación en
que lo había dejado el P, Nicolás González25. Un bienhechor apareció
22
Retí al Provincial del Nuevo Reino, 15 septiembre 1736, 2a. carta;ibid, fol. 342,
23
Texto de la fundación de las becas, en TORERO PALACIOS, Antonio,.Motivos de una re
clamación. Demostración auténtica del derecho que tiene el Seminario Conciliar de Bogotá'
a la devolución de la hacienda de Techo... (Bogotá, S.í). p, 129-131.
ANB. Notaría 3, t. 174, fol. 35. El colegio del Rosario vendió al colegio de San Bartolomé
la hacienda de El Rosario 14 de mayo de 1736. Veáse la escritura en Derecho de la Com
pañía de Jesús sobre la hacienda de Techo (Bogotá, S.E.) p. 65-74.
Las becas fundadas por el señor Alvarez de Quiñones estaban destinadas así: una para la fa
milia Rangel de Mérida; otra para la familia Cayzcdo de Tunja; la tercera para la familia de
don Francisco Díaz Quijano, y la última para la familia de los Díaz y Murillos de la ciudad
de Santa Rosa (Archivo de San Bartolomé, Libro de cuentas (1751 ss), fol. 17v.
25 Retz al Provincial del Nuevo Reino, 15 septiembre 1 7 3 6 ,2a. carta; APT, leg. 132, fol, 342.
El P, Nicolás González había nacido en Pamplona (Colombia) el 9 de septiembre de 1675
(Catálogo de 1736) o 12 noviembre 1676 (Catálogo de 1711). Entró a la Compañía el 28
de mayo de 1691. Residió en los colegios Cartagena, Honda y Santafé. Murió en Honda el
20 de julio de 1738 (Catálogo de 1751, suplemento).
EL F. JAIME LOPEZ
Catálogo de 1736
30
Retz al Provincial del Nuevo Reino, 15 septiembre 1736, 7a. carta;ibid, fot. 348-349.
31
Catálogo de 1736; APSI, N.R. e l Q. 4, fol. 224 ss.
EL P. JAIME LOPEZ
253
Visita de la Provincia
33 Libro de la Iglesia y sacristía del colegio de Tunja, fot. 143 v. Biblioteca Nacional (Bogotá),
Mss. 105.
múnica del celo y fruto que hacía en Curazao el P. Vanschelle que está
de vuelta a su provincia” 37 . Este paso por Curazao lo confirma un anó
nimo, apasionado enemigo de la Compañía, que bajo el nombre de Gui-
llaume Duez, escribe el rey: “que es ver a un provincial de la Compañía,
no con cuatro o cinco cargas, sino con tres o cuatro partidas de cargas,
e ir a comerciar a Curazao, con pretexto de ir a visitar la provincia, co
mo lo ha hecho este provincial Jaime López”38 .
En Santo Domingo se encuentra en agosto, y desde allí informa al
rey sobre las diferencias surgidas entre el presidente Alonso de Castro y
algunos jesuítas, a los que había sacado de este colegio39.
De Santo Domingo navegó a Cartagena, ciudad a la que llegó el 24
de septiembre40. Se conservan dos cartas suyas fechadas ambas en Car
tagena, a 10 de octubre de 1735, En la una da cuenta al rey de las mi
siones de los Llanos y Orinoco41. La otra es un informe, que se le había
pedido, sobre varias acusaciones hechas al arzobispo de Santafé, Anto
nio AIvare z de Quiñones. Declara que ha tenido estrecha comunicación
con el arzobispo desde el tiempo en que ambos vivieron en Santo Do
mingo, y que le consta la gran generosidad del prelado que ha manifes
tado tanto en Santo Domingo como en Santafé. Al colegio de la Isla le
ha dado, dice, más de 16.000 pesos en diferentes ocasiones. Los delato
res, prosigue diciendo, hablan con muchas generalidad y no disimulada
pasión. Es cierto que los derechos de órdenes, 100 reales de plata, son
algo excesivos, y que ha conferido la ordenación a algunos indignos,
_____________ 'i
to Domingo, sobre que me aplicase a extraerle de dicha isla, por convenir así al servicio de
ambas majestades, lo que sin duda hubiera conseguido en esta ocasión, sino fuera en él tan
poderoso el miedo y temor reverencial que me nianifesió le asiste de la justa indignación
de V.M. por la dedicatoria que hizo de un libro al conde de la Corzana, en el tiempo que
éste se hallaba auxiliando las armas de las potencias enemigas de V.M. Y aunque yo y mi
confesor el P. Ambrosio de Naya, de la Compañía de Jesús, nos preferimos, por el nuevo
estado que hoy tienen las cosas c indultos... a asegurarle se ío conseguiríamos también para
el, si se reducía a seguirnos hasta Santafé, no lo pudimos reducir” {Carta fechada en Mara-
caibo.a 19 diciembre 1728; AGI, Santafé, leg, 397).
37 Retz al Provincial del Nuevo Reino, 15 septiembre 1736, 6a. carta; APT, leg. 132, fol. 346.
38
Carta fechada en Santafé a lo . de marzo de 1737; AGI, Santafé, leg. 400.
39
En un inventario de los papeles del colegio de Santo Domingo se habla de un memorial del
P. López, fechado en Santo Domingo a 24 de agosto de 1735, sobre los asuntos menciona
dos en el texto; Archivo Nacional de Chile, Jesuítas, Bogotá, 214.
4-0 ,
Carta del P, López a Miguel de Villanucva; Cartagena, 10 de octubre de 1735; AGI, Santa-
fc, leg. 397.4
! 2 Carta citada a Miguel de Villanueva; Agi, Santafé, leg. 397. También al presidente del Nuevo
' Reino, Rafael Eslava, so le pidieron informes sobre el arzobispo. Su respuesta, en resumen,
fue la siguiente: Lleva a los ordenantes por cada título 12 pesos y medio de plata;antes se
llevaban ocho. El producto de los títulos lo tiene destinado para dotar monjas. No ha oído
I que Heve excesivos derechos a los que confirma, antes le consta de lo contrario, por haber
se hallado presente a las confirmaciones. Siempre está dispuesto a confirmar a cualquier
hora a los fieles que se lo pidan. No te consta que haya ordenado indignos;solo sabe que
para que alguno se ordene le hace tener od io días de ejercicios espirituales. “ He visto que
( cualquier persona de distinción que hace alguna función fúnebre o festiva, lo primero que
con instancia solicita para autorizarla es convidar al reverendo arzobispo... y se concibe el
desaire el dejarlo” . En los conventos el concurso se disuelve a las Avemarias. No ha sabido
que sea vena! en la colación, de los curatos, Carta fechada en Santafé a 24 de septiembre
de 1739; AGI, Santafé, leg. 397,
JUAN MANUEL PACHECO. S. J.
256
do, avaluada en 18.000 pesos. Los restantes bienes son varias casas, tien-
das y solares que poseía el colegio en la misma ciudad. La de mayor va
lor, $3.000 pesos, es una casa situada en la plaza, con cuatro tiendas,
sobre la que pesa una capellanía de mil pesos43.
En febrero de 1736 ya se encontraba de regreso en Santafé44. Cer
ca de catorce meses había empleado en el recorrido de la provincia. No
sabemos si llegó a visitar el colegio de Antioquia. Parece poco probable
que visitase por segunda vez a todos los colegios de la provincia. En
agosto de 1736 se encontraba en San tafé, pues en este mes preside una
colación de grados en la Universidad Javcriana45.
En julio de 1737 hubo de defender el P. López al P. Bernardo Ro-
tella, misionero de Orinoco, de la acusación de introducir contrabando
que le hizo el teniente de Calabozo, Pedro de Miraval. De este incidente
hablaremos al tratar de la misión del Orinoco.
Terminado su gobierno pasó el P. López a ser rector del Colegio
Máximo de Santafé.*27
I - P. José Gumilla.
El P. Gumilla provincial.
i
En SOR FRANCISCA JOSEFA DE LA CONCEPCION, Su vida escrita por ella misma.
(Biblioteca de autores colombianos, Bogotá, 1956). Cartas escritas por los confesores a la
V.M. Francisca Josefa de la Concepción, p, 397.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
258
1 ANB, Curas y obispos, t. 36, í'oi. 132. Esta carta se encuentra publicada en ANTONIO B.
CUERVO, C o lec ció n d e d o c u m e n to s in é d ito s so b re la geo g ra fía e h isto ria d e Colombia,
IV, 205.
3 AGI, Santafé, leg. 415, Esta carta se refiere a la ruidosa controversia entre el vicario capi
tular y provisor de Santafé, doctor Nicolás Javier de Barasorda, y e) P. f'r. Jerónimo del
Camino, provincial de Jos franciscanos, que tuvo su origen en el pago de una deuda, Cfr.
JUAN MANUEL PACHECO S J., U na ru id o sa c o m p e te n c ia eclesiástica e n S a n ta fé de
B o g o tá , en E cclesiastica X a ver lana, 14 (1964) 148-157.
4 Carta de ios PP. Diego Terreros y José Gumilla en que comunican haber sido elegidos por
su provincia procuradores generales, en ia congregación provincial celebrada en Santafé
el 8 de septiembre de 1738; AGI, Santafé, leg. 406.
La Imprenta.
II - P. Tomás Casabona
Los Superiores.
7 Catálogo de 1718,
10 “ ... como me consta por carta del padre superior, Manuel Román, que recibí antes de em
barcarme para España en Caracas...” , JOSE GUMILLA, E l O rin o c o Ilu stra d o , la, parte,
cap. 2 4 ,p. 252.
Estadísticas.
14 Son varias las fuentes contemporáneas que se conservan sobre este memorable suceso. Da
la parte española la principa] es el “D iario d e to d o lo o c u rrid o e n ¡a e x p u g n a c ió n d e los
fu e r te s d e B o ca c h tc a y s itio d e la C iu d a d d e C artagena d e In d ia s e n 1 741. F o rm a d o d e los
GOBIERNO DE LOS PP. JOSE GUMILLA Y TOMAS DE CASABONA
261
Edward Vernon, segundo hijo del secretario de estado del Guillermo 111, James Vernon,
nació en Westminstcr el 12 noviembre 1684. Ingresó en la armada en I 707, En 1722 se eli
gió para la cámara de los comunes; fue en esta el más acérrimo partidario de la guerra con
tra España, en contra de la política pacifista de Sir Robert Walpole, Murió en Nacton, Suf-
folk.cl 30 oct. 17S7. (Cfr. E n c y c io p e d ía B ritarm ica (Chicago, 1959) t. 23, p. 88).
Nuevos documentos sobre el ataque de Vernon fueron dados a conocer por Carlos Res tre
po Canal, bajo d título de D o c u m e n to s H istó rico s, en la revista X im é n e z d e Q ucsada (Bo
gotá) 3 (1968) 178-212. Entre estos documentos figuran algunas cartas del virrey Eslava, ¡a
narración de Carlos Desnuux sobre d ataque al castillo de Bocacbica, y un nuevo diario del
sitio.
En Enériz (Navarra) había nacido en 1685 don Sebastián de Eslava. Muy joven ingresó en
el Tercio de Navarra. Tomó parte activa en varias campañas durante la guerra de sucesión
en España y en Italia, Era teniente general cuando fue nombrado, el 20 de agosto de 1739,
virrey del Nuevo Reino. Aunque fue designado virrey del Perú, se le exoneró de este caigo
por su quebrantada salud. Permaneció en Cartagena hasta febrero de 1750 en que regresó a
España. I ue allí nombrado director general de la infantería española, y en 1754 secretaria
de estado del despacho universal de guerra. Murió el 21 de junio de 1759. J.M. RESTRE
PO SAENZ, B io g ra fía s de los m a n d a ta rio s y m in is tr o s d e la real audiencia, p. 81-88. Cl'r.
F.. RESTREI’O TIRADO. G o b e rn a n te s d e! N u e v o R e in o d e G ranada d u r a n te el siglo X V iil,
p. 68-73.
I
Carta del P. Antonio Naya a los oficiales reales; Santafé, 10 mayo 1741; ANB. Abastos, t.2,
fol. 672-673.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
264
El virrey Eslava mandó suspender la remisión de carne, ya que la
plaza de Cartagena est-aba suficiente abastecida de este artículo20.
Esta gran victoria sobre los ingleses la atribuyó Felipe V, según na
rra el P. Recio, a la protección del santo jesuíta San Francisco de Re
gis21, cuya reciente canonización habla procurado y costeado22. De
claró al santo patrono de la plaza de Cartagena y envió una reliquia del
mismo para la catedral de la ciudad23.
El Archivo Nacional de Colombia guarda la siguiente real cédula,
fechada en San Ildefonso a 27 de agosto de 1742:
“ El rey. Mi virrey, gobernador y capitán general de las provincias
del Nuevo Reino de Granada y presidente de la audiencia de Santafé.
Habiendo fallecido en Francia un religioso de la Compañía de Jesús y
dejado una reliquia del cuerpo de San Juan Francisco Regis, con instru
mento firmado del arzobispo de Vienna, primado de aquel Reino que
califica su legitimidad, con deseo de que se la coloque en la santa iglesia
de la ciudad de Cartagena y que se ponga su plaza debajo de la protec
ción de este glorioso santo, a cuya intercesión encomendó con celoso
afecto su defensa en la ocasión que últimamente la atacó la armada in
glesa. He condescendido a que tenga efecto su piadosa intención y vo
luntad, y mandado se entregue al brigadier don Basilio de Gante, a quien
he nombrado por gobernador y comandante general de esa ciudad y
provincia la expresada reliquia, para que la ponga en manos del reveren
do obispo de esa santa iglesia, y en su ausencia del venerable deán y ca
bildo de ella, a fin que concurran con el ayuntamiento de esa ciudad a
su colocación y culto, y considerando os hallaréis en ella al recibo de
este despacho, os lo advierto como que será de mí agrado autoricéis y
solemnicéis este acto con vuestra asistencia y ejemplo” 24.
20 Carta del virrey Eslava a la audiencia; Cartagena, 2 mayo 1741; ANB, Virreyes, 1 .19. fol.
891 v.
21 San Francisco de Regis fue un insigne misionero rural de Francia. Nació el 31 de enero de
1597 en Fontcouverte; entró en la Compañía'de Jesús en el noviciado de Toulouse en
1616; a partir de 1632 se consagró a las misones rurales. Murió en la brecha, durante una
de estas misiones, en La Louvesc, el 31 de diciembre de 1640. Cfr. G. GU1TTON S. J.
Après les guerres de religión, Saint Jean-François Régis, 1597-1640. Paris, Editions Spes,
1937.
22 San Juan Francisco de Régis fue canonizado por Clemente XII el 16 de junio de 1737.
24
ANB. Milicia y marina, t. 9 1, fol. 247 v.
GOBIERNO DE LOS PP. JOSE GUMILLA Y TOMAS DE CASABONA
265
Misiones circulares
Visita de la provincia
En una escritura de venta de unas tiendas, fechada en Santafé el 11 de enero de 1743 apa
rece aun el P. Casabona como provincial; ANB, Notaría 3a., t. 182, fol. 282.
CAPITULO X
P. A N G EL M ARIA MANCA
El nuevo provincial
1 G. KRATZ, S.J., Gesuiti italiani nelle missioni spaglinole al tem po dell'espulsione (1767-
1768), en Archivum Historicum Socie taris [esu, 11 (1942} 49-50.
La misión de 1743
5 lbid.
6 lbid,
Barranca. “Cuando yo pasé por allí no había otra cosa sino algunas rús
ticas barracas destinadas al alojamiento de los viajeros’’10 .
Al cabo de cinco días de navegación llegaron a Mompós, población
“compuesta de casas en parte buenas, en parte rústicas, pero poblada y
rica. Los jesuítas tenían allí un colegio mediocre en el cual me detuve
algunos días” 11.
Pasó luego por Honda, la que le pareció estar edificada en un sitio
poco apropiado, si “hubieran escogido otro entre los muchos muy bellos
de sus alrededores, Honda sería un lugar digno de estar a la par con los
más renombrados de Tierra Firme... Las casas, la iglesia y los edificios
públicos están construidos de calicanto. Hay un buen convento de obser
vantes cerca del Gualí, y un poco más arriba en lo alto se ve una iglesia
dedicada a la Virgen bajo el título del Rosario” 12.
El viaje del P. Terreros, con el otro grupo de misioneros, fue un
viaje lleno de peripecias. España estaba aun en plena guerra con Ingla
terra, Debemos al P. Manuel Uriarte13, misionero de Quito, una detalla
da relación de la accidentada travesía del Atlántico, en una carta que es
cribió desde Cartagena a su hennano José Agustín de Uriarte14 :
“Apenas comenzamos a navegar cuando casi todos fueron asalta
dos de aquellas ansias y vómitos que comúnmente padecen los nuevos
navegantes. Solo yo, entre tantos jesuítas, me he conservado con perfec-
10 Ibid., p .3 5 2 .
11 Ibid., p. 352.
12 Ibid., p. 359.
14 Carta del P. Manuel de Uriarte, escrita en Cartagena de Indias, a 4 de junio de J 743. con el
motivo de su viaje a la Misión de la Provincia de Quito. A su hermano el señor don Joscph
Agustín de Uriarte, Inquisidor de Zaragoza, etc. en Carras edificantes y curiosas escritas de
las misiones extranjeras, 16 (Madrid 1757) 57-74. Esta carta fue reproducida en Cartas del
Amazonas, Escritas por los misioneros de la Compañía de-Jesus de 1705 a 1754, Edición
revisada por Juan B, Bueno Medina. Prensas de la Biblioteca Nacional, Bogotá, 1942, p,
47-54.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
270
is Llamábase “cámara de Santa Bárbara, en el navio, la que está en la parte inferior respecta
del castillo de popa” (TERREROS, Diccionario castellano, r, 218).
I5. ANGEL MARIA MANCA
271
16
San Fraudito Javier, apóstol de las Indias.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
272
faltamos la lancha y su gente, que era del todo necesaria para las manio
bras.
Se dispararon algunos cañonazos, a cuya novedad volvió a toda
prisa la lancha, pero llegó a tiem po, que ya estábamos de una legua de
distancia el enemigo. Cortóse a toda prisa el cable, nos entregamos a la
fuga, virando hacia Santa Marta ia proa. Hubimos de tom ar este consejo
porque toda otra resolución era im prudente, por ser el contrario navio
tle guerra de más de sesenta cañones, y el nuestro una pequeña saetía
marchante, bien cargada de géneros, pero mal pertrechada de cañones y
de todo lo necesario para la defensa. El navio enemigo, ligero y con
viento en popa, nos alcanzó a tiro de cañón al cerrarse la noche, y poco
después nos llamó, como es estilo, con un tiro, para que diésemos la
obediencia. Nuestra gente, más temeraria que prudente, no hizo caso,
prosigiendo su fuga que parecía imposible. Acercando más el navio, que
ya se veía ser inglés, nos disparó desde las seis hasta las ocho más de
cien cañonazos; los nuestros resistiendo también con la artillería de po
pa, se dieron tan buena maña que para las ocho ganaron tanta ventaja al
enemigo, que no llegaban sus balas. Entonces paró el viento, y por con
siguiente el seguimiento del que ya nos tenia por suyos. Con esto subi
mos todos el combés a tom ar algún alimento, y por cena (no habían to
mado bocado todo el día y casi nada el antecedente) un vaso corto de
agua, que no alcanzó para todos: de aquí puedes inferir que tal estaría
la gente para pelear, y nosotros nunca hechos a tales afanes..
Pero mucho más vale una alma, por cuya salvación nos abrasamos.
Con todo esto, sacando fuerzas de flaqueza, y viendo a media legua al
enemigo por la luna, que hacía muy clara, rezamos medio desmayados
; el resano, pidiendo a la Madre de los afligidos su asistencia, si convenía,
pata libramos de las garras de aquel hereje, y no nos desamparó esta Se-
; ñora, así por la ligereza con que esta noche huim os, como porque, sin
saber cómo, se amedrentaron y volvieron tres lanchas que nos envió lle
nas de gente de guerra para tom arnos. De allí a dos horas sopló otra vez
| el viento, que nos dirigía hacia este puerto de Cartagena viramos, y con
| él caminamos hasta la m añana, sin que nadie pudiese descansar, así por
el susto, como por estar los colchones puestos en los bordes de la nave
por papareto a las balas enemigas, que no sin especial providencia pasa
ron sin daño alguno por encima. Amaneció el día 2 de junio, consagrado
al Espíritu Santo, que propiam ente nos visitó con lenguas de fuego, por
que viéndose algo lejos el enemigo, añadió tanta vela que nos dió alcance
antes de las nueve. Comenzó luego a hacer fuego, y duró por espacio de
seis horas e] combate, rebatiendo los nuestros con nunca oída fortaleza,
con una saetía que parecía barquillo en presencia de la otra.
No obstante que llovió tantos balazos, no hicieron hasta las doce
otro daño que horadar todas las velas, aunque bastante para impedirnos
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
274
17 , ·
Estos tres jesuítas pertenecían a la misión de Quito, pues en los catálogos de los difuntos
de la provincia del Nuevo Reino no aparece ningún jesuíta muerto en este día.
P. ANGEL MARIA MANCA
275
21 Declaración del abobado Bernardo Márquez, AN B, Notaría 1. X. 168 (1745-1747) tol. 63:
y declaración del maestro alarife Santiago Sarm iento, íbid. fot. 55 v.
Un funcionario puntilloso
Ib td ., fots. 6 1 7 - 6 1 8 .
31 ANB. Miscelánea, t. 129, fo). 809. La consulta tuvo lugar el 10 de julio de 1746, y la tit
ulan Pedro Montero, Juan Peláez, Antonio de Beáteeui (?),y francisco Javier de Rivas,
P. ANGEL MARIA MANCA
281
32 Cana del Martín de Egurvide al contador don José Palacio, Honda 26 mareo 1742; ANË,
Impuestos varios, Cartas, t. 17, fol. 650.
33 Carta de José Palacio al P, Egurvide; Honda, 26 marzo 1742; Ibid. fols. 650 v. * 652.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
232
34 ANB, Impuestos varios, Cartas, t. 17, fols, 656-662. En el rescate de los equipajes habúl
trabajado con eran empeño el P. José Fígnon, uno de los expedicionarios, perteneciente a
la provincia de Quito que se había quedado en Cartagena con este intento. Cfr. J. JOCA-
NEN, Hist. II, 214.
35
Carta de Palacio al virrey, Honda, 18 mayo 1744; ibid. fol. 800.
P. ANGEL MARIA MANCA
283
I
Más Urde, reconvenido el juez por el corregidor Pedro Carrillo por
er tratado mal de palabra al rector del colegio y párroco de la ciu-
, excusóse diciendo que había sido un acto primo, y "en esta forma,
lenta, tengo hecho juicio no se ofende a Dios, con que m ucho menos
emos damos por ofendidos sus criaturas” 36 .
Pero lo que más disgustó a Palacio fue el hecho de que poco des-
i le negara el P. Fernando Vergara, sucesor del P. López en el recto-
), mía recomendación que le pidió.
Carta de Palacio al P. Angel María Manca ¡Honda, 20 agosto 1745¡lbid. fols. 637’640.
Palacio no sólo se había malquistado con los jesuítas, sino que con
nodo altivo de proceder se habían granjeado numerosos enemigos.
Ibitl.
) atribuía al rigor conque perseguía el contrabando. Las acusaciones
eron contra él, y durante más de cuarenta días estuvo preso por or-
de la real audiencia. Para justificarse pidió recomendaciones aí ca-
a de la villa, a las comunidades religiosas y a los eclesiásticos residen-
;n Honda. El P. Vergara se excusó, Y lo que más dolía a Palacio fue
esta negativa la aprovecharon sus adversarios para corroborar sus in-
íes.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J,
284
a que asistió v.m., en que se forjaron calumnias, urdieron imposturas
contra nosotros". V 31: podrá decirme si en esos lances, en que peligraba
el crédito de una religión, sacó la espada en su defensa. Le recuerda
también la carta que escribió al capitán del Carare, con ocasión de haber
subido a pacificar a los negros de la hacienda del río La Miel el padre
rector del colegio de Mompós, P. Egurvide38 .
Todo esto, añadía, le impulsaba a concederle la certificación,pero
había otras razones insuperables para negarla, como era el tener los je
suítas prohibido dar recomendaciones que redundaban en perjuicio y
ofensa de otros, y el ser útiles, pues en los tribunales se las miraba como
pruebas adquiridas más por la industria que por la justicia39 .
De todo esto dio cuenta Palacio al virrey Eslava en una larga carta,
tratando de justificarse40 . Pero su animadversión a los jesuítas lo mues
tra también otra de sus cartas al virrey, fechada el 23 de diciembre de
1745, en la que se refiere a la sesión del cabildo en que se pidió que no
se aceptara la renuncia presentada por la Compañía al curato. Todo lo
presenta como obra del “confidente" de Jos jesuítas, Francisco Cicero,
“el hombre más poderoso de la ciudad” , y como maniobra del P, Jaime
López. A este cabildo, decía, no habían sido citados ni los clérigos déla
villa, ni otras personas im portantes, entre otras él, “siendo ministro del
rey y vecino de excepción". Terminaba su carta pidiendo al virrey que
nombrara párroco de la población a un clérigo y nó a un jesuíta41.
No sabemos si con el tiempo se mejoraron las relaciones de Palacio
con los jesuítas. Lo cierto es que envió más tarde a sus hijos, José y Cris
tóbal, a estudiar en el colegio de San Bartolomé42,
Durante largos años desempeño Palacio el cargo de juez del puerto
de Honda, y en este cargo se encontraba en 1767 cuando fue comisiona
do por el virrey para ejecutar en esa ciudad la orden de destierro dada
por Carlos III contra los jesuítas.
3fi
En la hacienda del río La Miel los negros habían dado m uerte a un esclavo y maltratado a
otro.
39 Carta del P. Angel M. Manca a José Palacio, Chamicera, 25 agosto 1745 Ibid. fol. 633-635.
40
Carta de José Palacio al virrey Sebastián de Eslava, Honda, 6 septiembre 1745; Ibid, fols.
643-648.
41 Carta de José Palacio al virrey; Honda, 23 diciembre 1745 Ibid. fols. 609-607, (está mal
encviademada),,
42
Archivo de San Bartolomé. Libro de m atrículas, fol. 5 v, 6 y 26.
P. ANGEL MARIA MANCA
285
En h diócesis de Santa Marta
45 Carta del señor Nieto Polo al re y ; Riohacha, 21 abril 1746; AG1, Santafé, lcg. 5 23.
AGI, Contratación, teg, 5548; - Catálogo de los sujetos de Jas Misiones del Nuevo Reino y
Quito; APQuito, leg. 5.
P. ANCEL MARIA MANCA
287
consagró al estudio de la jurisprudencia y se graduó en ambos derechos.
Contrajo matrimonio con doña Ana Váscones y Velasco, y fruto de este
matrimonio fue don Francisco Javier de Moya, canónigo de la catedral
de Santafé, Habiendo enviudado, contrajo nuevas nupcias con doña Te
resa Correa, la que murió en 1743 sin dejarse sucesión. Fue profesor en
la Universidad Javeriana, y regentó en ella las cátedras de Instituta y de
prima de cánones33 . El 6 de diciembre de 1743 se ordenaba de sacerdo
te53545^ dos años y medio después tomaba la sotana del jesuíta. Permane
ció en Santafé basta su m uerte, consagrado a los ministerios sacerdota
les. durante algún tiem po fue director de la congregación de Nuestra Se
ñora de Loreto33, Murió en esta misma ciudad el 12 de junio de 1763567.
ífl
Libio de consultas del colegio de Mcrida, fol. 64.
í? Carta al virrey Sebastián de Eslava; Santafé, 24 abril 1746; ANB, Miscelánea, t. 90, fol. 54.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
288
61 6', Kratz, Gesuiti italiani nuHe missioni spagnuote al tempo dell* espulsione; eri Archisum
Historicum Societatis lesa. 11 (1 9 4 2 )5 0 .
C A P Í T U L O XI
L A M IS IO N D E L D A R IE N
I — El Darién y su historia
La región.
1 JACOBO WALBURGER SJ. Breve noticia de la Provincia del Darién de la ley y costum
bres de los indios, de la poca esperanza de plantar nuestra santa fe y dei número de sus
naturales (1749). ANB, Milicia y marina, t. 123. fols. 31 v, ss.
2 Carta - informe del P. Pedro Fabro al virrey de San tale (Santalc, L2 febrero 1754); ANB,
Milicia y marina, t. 135, fol. 258v. Sobre la región del Darién cfr. ERNESTO HERNAN
DEZ, Urabá Heroico (Biblioteca de autores colombianos) I, 39-46 MANUEL LUENGO
MUÑOZ, Génesis de ¡as expediciones militares al Darién. en Anuario de estudios ameri
canos (Sevilla) 18(1961) 339-343.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
290
Los cunas,3
Habitan aun hoy día estos territorios los indios cunas, de raza can-
be, Son de pequeña estatura, membrudos, con tendencia a la obesidad,
de cara redonda, piel atezada y cabello negro y recio4 . Vivían disemina
dos a las orillas de los ríos y en litoral atlántico. Solo en el Darién dd
Sur se encontraban algunos pueblos de indios, como Molineca, Balsas y
Pirri, atendidos por los padres dominicos. Su alimento lo buscaban prin
cipalmente en la caza y en la pesca, pues su agricultura se reducía a unas
pocas siembras de plátano y maíz. Como todos los indios eran muy pro
pensos a la embriaguez. Fabricaban una especie de chicha de maíz fer
mentado, y bebían también sin medida todo el aguardiente que encon
traban5 .
Admitían la existencia de un Dios supremo, quien vivía en su casa
de oro y plata, adornada de espejos, sentado en un banquito de oro. Este
Dios estaba del todo ignorante de lo que pasaba en el mundo, y los úni
cos informes que recibía eran los de los indios que m orían e iban al cie
lo6 . Era distinto del Dios de los blancos.
Entre los cunas gozaban de un gran prestigio y autoridad losfera,
personajes que eran a la vez adivinos, curanderos y jueces. Eran el centro
de la vida religiosa y civil de los cunas. Como su Dios no tenía noticias
del mundo, era preciso, decían, consultar al diablo, quien es muy prác
tico y sabio. Los leres tenían este oficio. Se encerraban para ello en una
pequeña choza construida al efecto, y allí pasaba varias noches cantando,
gritando e imitando los rugidos del tigre o los ladridos de los perros. De
vez en cuando echaba unos granos de cacao en una olia con carbones
encendidos que tenía en medio de la choza. Pocas horas antes de salirse
tendía en tierra para escuchar las revelaciones del diablo. Salía comore-
Sobre los indios cunas cfr. V IC E N T E RESTREPO, Viajes de Leonel Wafer al Istmo dd Da
rién. (Cuatro meses entre los indios. Traducidosy anotados por Vicente Restrepo. (Bogotá,
1888). Este libro había sido publicado con anterioridad, por entregas, en El Repertorio
Colombiano (Bogotá) tomos V II (1881) y V III (1882); A N T O N IO A R E V A LO , Descrip
ción o relación del golfo de el Darién, en C U E R V O , A.B. Colección de documentos inédi
tos, II, p, 259-261; E R N ES TO RESTREPO T IR A D O , Un viaje al Darién (Apuntes de car
tera) en El Repertorio Colombiano, 13 (1887) 345-400. Parala bibliografía moderna,cft.
NILS M. H O LM ER y S. H E N R Y WASSEN, Nia-íkala. Canto mágico para curar la locura.
Texto en lengua cuna, anotado por el indio Guillermo Hay ans; en Etnologiska Studier. 2),
p. 133-137 (Göteborg).
7 El P, Walburger describe así estas ceremonias: “ La segunda función solemne que se celebra
en el carro es cuando el lere bautiza según su ley y religión. Ocho o doce días despuós de
haber nacido la criatura, se mete él en su caíto por algunas horas. Se le previene una olla
grande llena de agua, y otra pequeña con carbones encendidos. Mientras él está gritando y
haciendo sus ceremonias acostumbradas, hay una chicha grande, y todos sin falta se embo
rrachan como siempre. Uno solo que es el padrino se queda algo raciona). Este después trac
al lete la criatura, a la cual baña por un buen rato, cantando varios cantos;después la saca
del baño y la ahúma con cacao. Acabado esto sale el lere con la criatura y la entrega a su
madre, amonestándole que cuide de ella porque saldrá un gran indio, que defenderá sus ue-
rras de los españoles. La madre muy contenta de tales esperanzas y promesas, le regala al
lere dos varas de género, dos ovillos de algodón hilado, y se va a la chicha, la que ordina
riamente dura por dos días.
“Pero aun más tiempo dura la solemnidad de la chicha que hacen con ocasión de algún ca
samiento a su ley. Para esta solemnidad se convidan los indios de los demás ríos. Antes que
llegue el día de Las bodas, se van unos a montear y otros a pescar. Traen ordinariamente
puercos de monte, saínos, monos, iguanas, pejes, etc,, y lo ahúman todo. Ocho días a lo
menos antes que se celebre el casamiento, se mete la esposa del todo desnuda en el carro,
en donde de día y de noche continuamente la están bañando las mujeres, de tal manera
que muchas veces sucede que se le desolla el pellejo, y otras muchas cae enferma. Su des
canso sólo es a media noche, por dos o tres horas, en una hamaca armada en el carro, sin
tener licencia de taparse. Su comida y bebida es la chicha y unos plátanos asados. La octa
va noche sale la esposa tapada con un velo o manto hasta medio cuerpo, y la acompañan
mujeres mozas cantando. í-'l esposo ha de estar borracho de tal suerte que ya no tenga uso
de sentidos. Luego acude el Lere como el supremo ministro, y hace sobre él sus ceremonias,
ahumándole con humo de cacao, y sienta junto al esposo la esposa, a la cual le corta el
pelo cantando, y los demás, borrachos, responde y bailan. En levantándose la esposa del
lado del esposo suyo, vienen las mujeres parientas y se la llevan consigo, cuidándola por es
pacio de cuatro meses. Pasado este tiempo empieza a hacer vida con su marido” (Breve no
ticia. n, 9 y 10).
Los leres solían m atar a los enferm os que creían incurables, atra
vesándoles una lanza por el costado, después de haberles persuadido
que era m ejorm orir e i r á gozar en el cielo. O tros enferm os eran enterra
dos vivos, y los más abandonados a su suerte en m edio de la selva, “ti
enterrar vivo es tan común entre estos indios, escribe el P. JacoboWa]-
burger, que en térm ino de dos años y m edio enterraron los de mi pueblo
nueve adultos vivos y aun muchas más criaturas” 9 .
Practicaban la poligamia, y en este vicio encontraban los misioneros
uno de los mayores obstáculos para la cristianización de los cunas.
En sus frecuentes bailes, en los que corría la chicha, todos termina
ban embriagados, tendidos por el suelo. En estas ocasiones se entrega
ban, sin reparo alguno, al desenfreno de sus pasiones.10
La colonización española.
Antecedentes misionales.
Hoy d ía. aleccionados por la experiencia y los buenos consejos de gente desinteresada.no
los cntierran sino cou parte de sus habetes y no los m is preciosos". SEVE RIÑO DE SAN
TA TERESA O C., Ritos fúnebres de los indios Karibe-Kunas de Urabá, en Revista de Mi
siones (Bogotá) 9 (1933) 405.
11 Eue fundada por Alonso de Ojeda en 1509 en la banda oriental del golfo de Urabá. Cír.
SEVE RIÑO DE SANTA TERESA, Historia documentada de la ¡ kIcsio en Urabá y el Da-
rién, 11, 38 ss.
16 Cfi. Informe del P. Pablo Maroni, rector del Colegio de Panamá al presidente de Panamá,
don Dionisio de Alcedo y Herrera (Panamá, lo . julio 1746); ANB„ Milicia y marina, t. 119,
fol. 638.
17 Cfr. LAZARO DE ASPL'RZ O.F.M.C., Redin, soldado y misionero. (Madrid, 1951) p. 241
ss,
18 Ibid.p. 247.
JUAN MANUEL PACI IECO, S. J.
294
Los escoceses31
Los franceses
19 Ibid. p. 285-289
23 Ibid. p. 208.
LA MISION DEL DARIEN
295
eran forajidos que se dedicaban ai robo y al asalto. Los que caían en po
der de las autoridades españolas iban a parar a la horca en Panamá;
otros caían asesinados por los indígenas2425.
Uno de estos franceses, Carlos Tibon, aliado con los indios, asaltó
y saqueó las minas de Santa Cruz de Caná. El presidente de Panamá,
Manuel Alderete, envió contra él tropas al m ando de Luis García, un
mestizo valiente y sagaz, quien puso térm ino a la revuelta'dando muer-
tea los cabecillas.
Pero García, descontento porque el gobierno no había premiado
suficientemente sus servicios, encabezó otra rebelión, dándose el título
de El Libertador del Darién. Al frente de numerosos indios cayó sobre
Yaviza en 1727 y dio m uerte al cura, al alcalde y al teniente. El Real
de Santa María, Chepigana, Molineca y Santa Cruz de Caná fueron re
ducidas a cenizas. Fuerzas españolas enviadas contra él lo acorralaron
en el río Chucunaque, y aunque los indios pelearon con valor, García
fue vencido y m uerto35.
Un grupo de sesenta franceses, que vivía de la agricultura y de la
pesca de tortugas, viéndose acosados por los indios, pidió a las autori
dades españolas que se les concediese un indulto, el que consiguieron
en 174026. Según informaciones del capitán Rafael de Simancas, a
quien se le encomendó investigar la situación de los franceses en el Da
rién, llegaban estos acerca de doscientos en 1754. El grupo mayor,
cerca de sesenta, se encontraba al oriente del golfo de Uraba, en las
márgenes del río Caimán. Se habían dedicado al cultivo del cacao27 .
Los españoles
24 ANTONIO ARi'VALO, Descripción o reloción del golfo del Darién, en ANTONIO B, Cuer
vo, Colección de documentos inéditos, II, 258.
26 Ibid. p. 258.
27
ANB, Milicia y marina, t. 119, fots. 702 ss. Las haciendas de cacao se encontraban abando
nadas en 1761 por haber muerto o emigrado sus dueños (AR EV ALO, Descripción, p, 268).
JUAN M ANUEL PACHECO, S. J.
296
El tratado de paz
!í Caita - informe del P. Pedro Fabro al virrey; ANB, Milicia y marina, t. 135, fol. 261 v.
35 Carta de don Dionisio de Alcedo al virrey don Sebastián de EsJaba (Panamá, 27 enero 17461
ANB, Milicia y marina, t, 135, fol. 297-301 (298).
Carla del P, Carlos Bientan al virrey Sebastia'n de Esiaba; Panamá, 6 mayo 1744; ANB,
Impuestos varios. Cartas, t. 17, fol 812-813. El P. Joaquín Alvarez había nacido en Andú- -
jar (España) el 22 julio 1713; ingresó en la Compañía el 24 marzo 1731: vino a Amena en
LA M ISION D E L D A R IEN
299
s Caita del presidente de Panamá, Dionisio de Alcedo, al virrey Sebastián de Eslava, Panamá,
11 mareo 1745; ANB, Milicia y marina, 1 .140, fots, 329 ss.
40 Carta de Fray Gregorio Díaz Pimienta O.P. al virrey Panamá, 28 septiembre 1746; ANB,
Milicia y marina, t. 122, fol. 557 ss.
JU A N M A N U EL PA CH ECO , S .J .
300
El P. Walburger
41 Informe del P. Pablo Maroni al presidente de Panamá, Dionisio de Alcedo; Panamá, lo, julio
1746; ANB, Milicia y marina, t, 119, fois. 632-640 (635 v.).
42 El P. Ignacio María de Franciscis nació 18 mayo 1705 (1704) en Palermo; entró en la Com
pañía el 23 de mayo de 1719 ; sacerdote en 1731. Enseñó retórica en Palermo, filosofía en
Trapani y Mesina, y teología en Modica, Monreale y Piazza Armenia. Se embarcó en 1741
con destino a la provincia de Quito. Era misionero en ei Marafiórt cuando fue expulsada la
Compañía en 1767. Se estableció en Viterbo, y allí murió el 24 septiembre 1777. (G. KRA
TZ, Gesuiti italiani nelle missioni spagnuoie..., Archivum Historìcum Socie latís ¡esu, l!
(1942) 47-48.
A 3
El P, Jacobo Walburger había nacido en Innsbruck d 18 de junio de 1 715; ingreso en la
Compañía el lo . de abril de 1731, Vino a la provincia de Quito en 1742, Murió en 17Í9
( l ) (J. JOUANEN, Hist, II, 749).
mismo nombre. El sitio sólo distaba cuatro leguas del Real de Santa Ma
ría, y se le escogió para que los indios pudieran fácilmente vender sus
cosechas a los blancos.
Con 197 indios dio comienzo al pueblo. Empezaron por limpiar el
terreno y hacer algunas siembras. Luego se levantó el caserío: una am
plia plaza rodeada de casas. El edificio más alto era “una hermosa igle
sia con seis lumbres” . En medio de la plaza se erigió una cruz de diez
varas de alta. El pueblo se terminó en mayo de 1747.
Los comienzos fueron prometedores. Los indios acudían a la ense
ñanza del catecismo que se les explicaba en su lengua dos veces al día,
una por la mañana y otra por la tarde. Al atardecer se celebraba una
procesión por la plaza en que iban cantando las oraciones y la doctrina.
Al poco tiempo todos los niños sabían las oraciones, y los mayorcitos
ayudaban a misa.
Pero en el pueblo se habían establecido también cuatro lercs. Pron
to entraron en acción. Poco a poco fueron alejando a los indios del mi
sionero, motejando de engaño y haciendo burla de todo lo que enseña
ba el jesuíta. El infierno, comentaban no es para ios indios sino para los
españoles.El padre iba viendo cómo se le disminuían los fieles. Al cate
cismo sóio venían ya una docena de mujeres y otros tantos niños, y días
había en que la iglesia quedaba vacía.
Trató de ganarse a los le res mostrándoles benevolencia y haciéndo
les algunos regalos, pero fue inútil. Un año infructuoso había transcurri
do. Resolvió un día dar un golpe de audacia. Convocó a todo el pueblo
anunciándoles que tenía algo muy importante que decirles. Y delante
de toda la gente desafió a los le res a que le atrajeran una enfermedad,
sometiéndose durante ocho días a sus conjuros, y prometiéndoles darles
cincuenta pesos silo lograban; pero, en caso contrario, les harían dar
cincuenta azotes. Los leres quedaron confusos ante tal propuesta y abo
chornados por las risas del pueblo. Tramaron ya dar muerte al misione
ro, ya llevarlo amarrado al Real de Santa María, pero no se atrevieron.
Pero su odio se acrecentó desde aquel día. Apodaban al padre Chue mor
chichi, el diablo de vestido negro. Y redoblaron sus empeños para im
pedir que los indios se bautizasen, persuadiendo a los enfermos que no
se hicieran cristianos para morir, porque no irían a ver a sus parientes en
el otro mundo. Más daño, escribe el misionero, hacen en tres días, que
yo provecho en tres meses. No se atrevía a expulsar a los leres del pue
blo, pues tras ellos se irían todos los indios, y era de temer una rebelión.
Por otra parte, el pueblo no progresaba. Los indios que vivían en la
montaña se negaban a vivir en él. No eran ellos, decían gallinas para que
los españoles los encerraran en un gallinero, sino tigres libres de la selva.
Por el contrario, algunas de las familias que se habían establecido en Ya-
viza retomaron a sus montes. En junio de 1747 sólo contaba el pueblo
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
302
con 149 almas. Y para colmo de males a fines de este año hizo su apari
ción en Yaviza la epidemia de sarampión. Se llevó a unos cuarenta indios,
entre niños y adultos. La mayoría de estos últimos murieron sin querer
recibir el bautismo, y uno de ellos llegó a escupir el Crucifijo, Otros in
dios huyeron por miedo a la epidemia. El pueblo se redujo a sólo 25 fa
milias, y aun estas, comenta el P. Walburger, tan rebeldes a Dios que ra
ro es quien acude a las funciones de la iglesia” 48.
51 Carta de don Diunisio de Alcedo a Santos Bullíco; Panamá, 13 febrero 1745; ibid, fols.
584-585.
52 Carta de los PP. Cabro y Grande al presidente de Panamá Dionisio de Alcedo; Río de Cai
mán, 28 octubre 1745; ANB., Milicia y marina, t. 135, foLs. 295-296. En septiembre de
1745 pasaron los misioneros por las bocas dei río Sinú, de camino para el Darién, y fueron
allí atendidos por Félix de Olier y Oliva; ANB, Milicia y marina, t. 137, foi. 808.
í 1
Carta citada de los PP. Fabro y Grande al presidente de Panamá.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
304
54 Carta del P. Pedro Fabro al virrey; Santafé, 12 febrero 1754; ANB, Milicia y marina, 1 .135,
fols. 258-265 (259 v - 260).
Los obstáculos
Carta del P. Pedro Labro al virrey; Santafé, 12 febrero 1754; ANB, Milicia y marina, t. 135.
fol. 263-263 v.
Fin de la misión
60 Carta dol P. Angel María Manca al virrey Sebastián de Eslava; Santafc, 24 abril 1746; ANB,
Miscelánea, t. 90, fols, 54-55.
61 Se refiere a los virreyes Sebastián de Eslava y José Alfonso Pizarra, quienes se encontraban
en Cartagena en noviembre de 1749.
LA MISION DEL DARIEN
307
país viene a ser una Ginebra de la América: tal mezcla hay de naciones y
de razas de gente, tanta libertad de costumbres, y tanta diversidad en
materia de religión” 62.
Los misioneros del sur se retiraron un poco más tarde, pasando a
la misión de los guaimíes que ofrecía más prometedoras esperanzas63.
Debió de contribuir a esta salida una nueva inquietud que se notó entre
los cunas, en 1750, debida, según informaba el presidente de Panamá,
Manuel de Montiáno, a los procedimientos del gobernador del Darién,
José Pestaña64.
A. JULIAN, La Perla de la América, (Bogotá, 1951), Paite 2a., Discurso XIX, p. 248.
64 Carta fechada en Panamá a 26 febrero 1750; ANB, Milicia y marina, t. 120, fols. 854 ss.
En junio de 1758 era doctrinero de Yaviza el P. Fray Santiago de Jesús, agustino recoleto.
El 27 de este mes los indios gentiles asaltaron la población y dieron muerte a varios indios
cristianos. Cfr. cartas del cacique y del doctrinero de Yaviza en ANB, Milicia y marina, t.
138. fol. 640-650
CAPITULO XII
UN A N TIG U O B O L A N D IS TA 1
I— Por la Provincia
El P. Pedro Fabro
Cfr. carta de! virrey Sebastian Eslava a la real audiencia de Santafé ;Cartagena, lo . Agosto
1746; ANB, Virreyes, 1 .19, fol. 1022,
3 ANTONIO JULIAN S.I., L a Perla d e la A m e rica , 2a. parte, disc. 19, (ed. Bogotá, 1951) p.
248.
6 Catalogo de la provincia del Nuevo Reino, 1736 (ARSI, N .R .e t.Q .4 ) AG i. Con tratación
3349.
7
Catálogo de la provincia del Nuevo Reino, 17 36.
9 Catálogo de 1738,
10 Libro de consultas del colegio de Mérida, p. 62.
11 Carta del P. Let'cvre al virrey Scbaslián de Lslava; Mompós, 28 julio 1745; ANB, Milicia y
marina, t. 120. I'ol. 232.
n
Estado de la provincia
“En el otro colegio que tiene en una de las parroquias de esta ciu
dad hay cinco sujetos que se emplean en las confesiones y prédicas de
aquella parroquia, a excepción de dos hermanos que sirven a lo tempo
ral y a la portería y sacristía.
“Tiene también en esta ciudad a su cuidado la Compañía el Cole
gio real mayor y seminario de San Bartolomé, en que tiene puesto un
rector, un ministro y un pasante para sujeción, crianza y adelantamien
to en letras de los colegiales, que por lo común son 80.
“En la ciudad de Tunja tiene el colegio del noviciado en que ins
truye en la virtud esta provincia a los que recibe en ella. Además a los
superiores hay un sujeto destinado para enseñar la gramática a los ni
ños. Otro para enseñar a leer y escribir. Otro par? explicar al pueblo la
doctrina todas las semanas del año, y otros se ejercitan en los ministerios
de confesar y predicar.
“En el colegio que tiene en la ciudad de Pamplona, fuera del rector,
hay un sujeto destinado a enseñar gramática, y otro para la explicación
de la doctrina todas las semanas del año, algunos hermanos para la asis
tencia y cuidado de lo temporal, y otros padres para el confesionario.
Estos ministerios son los que ejercitan los sujetos que hay en el colegio
de Mérida, en el de Honda y Villa de Mompós, y también en el de Car
tagena, en el que sólo se añaden dos sujetos que están destinados, el uno
para catequizar a los negros del asiento y predicar la doctrina por las
plazas, y el otro que es necesario tener para que sirva a la Inquisición
en sus consultas.
“Tiene también esta provincia un colegio en la Isla de Santo Do
mingo, y los sujetos de aquel colegio enseñan gramática, filosofía, teo
logía escolástica y moral, y una cátedra de cánones, y tiene a su cuidado
el colegio de Gorjón y su universidad que poco ha adjudicó V.M. a aquel
colegio, y anualmente salen algunos sujetos a misiones circulares para
la Isla.
“ En la ciudad de Antioquia se emplean cinco sujetos en los minis
terios de predicar, confesar y enseñar gramática, y al año sale uno de
los padres a hacer misiones por los pueblos. Estos mismos ministerios
ejercen cuatro sujetos que tengo puestos en la residencia de Maracaibo.
“Tiene también en esta Sabana de Bogotá el pueblo de Fontibón
con novecientos indios, y en este pueblo hay dos sujetos que sirven en
la administración de todos los sacramentos al pueblo, y la suma del to
tal de indios que gobiernan los jesuítas en este Nuevo Reino es diez mil
trescientos sesenta y siete” 18 .
1o ,
AGI, Santafe, leg. 269. lista carta se encuentra también reproducida en parte en A. AS-
TRA1N, fJist. VII, Apéndice 16, p. 830-831.
JUAN MANUEL PACHECO. S. J.
314
19
Catalogas brevis, 1751; ARSI, N.R. et Q. 4, fols, 298 ss.
UN ANTIGUO BOLANDISTA
315
Los procuradores
21 En esta real cédula se ordena: “Por cuanto por la ley la . del título décimo cuarto del libro
primero de las de la Recopilación de mis Reinos de Indias está prevenido y mandado que
los virreyes, presidentes y oidores de mis reales audiencias de aquellos dominios procuren
por todos los medios posibles saber continuamente los religiosos que hay en sus distritos,y
si se necesita que de estos reinos se envíen algunos, comunicándose los arzobispos, obispos
y prelados de las religiones, que deben estar advertidos de que cuando los hubieren de en
viar a pedir, ha de ser con relación y parecer de los virreyes, presidentes y oidores, y de los
arzobispos y obispos de las diócesis, en que han de decir y declarar la necesidad que hay de
ellos, y cuántos son menester y de qué calidades, si son para doctrinal o leer o predicar o
para el buen gobierno de sus religiones, y para qué partes...” (AGI, Santafé, leg. 306).
26 Cfr. pasaporte concedido por el virrey Pizarro al P. Battaglia: Santafé, 20 octubre 1751;
AGI, Santafé, leg.408.
27 Memorial de los PP. Egurvide y Battaglia al Consejo de Indias; AGI, Santafé, leg, 408.
UN ANTIGUO BOLANDISTA
317
28
AGI, Santafé, leg. 408.
29 Decreto del Consejo del 14 de agosto de 1752, AGI, Santafé. Icg. 408.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
318
justicia. Por lo que sólo su informe sobre los coadjutores es mayor prue
ba en las circunstancias presentes de la verdadera necesidad, que en otras
los pareceres de virrey, audiencia y arzobispo juntos, y siendo estos in
formes bastantes según la ley, con superior razón parece lo debeseren
estas circunstancias el de dicho vuestro virrey, pues verifica mejor y con
más segura prueba la necesidad que requiere la citada ley para llevar re
ligiosos a las Indias. Luego llegándose a este informe el de vuestra real
audiencia, no queda la menor duda de ser evidente la necesidad que tie
ne la provincia de Santafé de que se le conduzcan los hermanos coadju
tores, para cuya conducción solicita licencia de V.M.” 30 .
Esta vez el Consejo cedió. Su dictamen fue: “ Sin embargo del
acuerdo de 14 de agosto de este año, en atención al informe del muy re
verendo arzobispo que se presenta y nuevas razones que se exponen, há
gase consulta a S.M. con el dictamen favorable de que puede, en aten
ción a ellas, servirse de conceder la licencia que se solicita” 31 .
Por la real orden del 20 de marzo de 1754 se concedió a los procu
radores del Nuevo Reino la licencia que pedían para traer diez herma
nos coadjutores y cuatro sacerdotes.
Esta misión se embarcó el 2 de diciembre de ese año en la fragata
San Francisco de Paula, o por otro nombre Andalucía. Sólo vinieron
tres sacerdotes: los PP. Luis Felipe Bizzocchi, Juan Bautista Polo, italia
nos, y Juan Nepomuceno Burckhart, alemán. De los hermanos, cinco
eran españoles, cuatro alemanes y un italiano. Entre los alemanes venía
el H. Miguel Schlesinger, notable arquitecto32 . Al P. Bizzocchi lo encon
tramos más tarde en la provincia de Quito debió de cambiarse por el P,
Cayetano Pfab, bávaro, que vino al Nuevo Reino en este año.
Otro triunfo de los procuradores fue el haber conseguido, con la
ayuda del P. Altamirano, la real cédula de 20 de diciembre de 1752, en
la que se concedía licencia a la Compañía para fundar un colegio en
Caracas.
30
Memorial del P. Pedro Ignacio Altamirano presentado al Consejo el 21 de agosto de 1752;
AGI, San tale, leg. 408.
34 Cana al rey; Santa Marta, lo . abril í 750; AGI, Santafé, leg. 523.
36 Carta del deán y cabildo al virrey Pizarra;Santa Marta, 19 junio 1750; lbid. iol. 777.
37 Carta del gobernador Antonio de Alcalá Galiano; Santa Marta, 13 junio 1750 ANB, Milicia
y marina, 1 .137, fol. 772). Carta del cabildo (lbid. fo t 778) y carta del prior de Santo Do
mingo f Ib id. fo t 857).
38 Son muy escasos los datos históricos sobre esta tribu de los chimilas. Se la describe como
una tribu muy agresiva. Cfr. G E R A R D O R t l C H E L - D O L M A T O F F , D a to s h isto rie o-cultura-
les so b re ¡as trib u s d e la a ntigua g o b ern a ció n d e S a n ta M arta (Bogotá, 1951) p . 42-44; 104-
105.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J .
320
ANTONIO JULIAN S.J., L a perla d e la América, 2a. parte, disc. 5, (ed. Bogotá) p. 191.
40
Ibid. p. 191-192,
UN ANTIGUO BOLANDISTA
321
sente a la alta representación de V,E. los buenos efectos que hemos ex
perimentado de su benignidad; y tenemos noticia la ha usado en toda su
provincia, siendo este lim o. Prelado un ejemplo de virtudes, derramando
su propensa caridad en todos los actos que se le presentan para ejercitar
la en continuas limosnas, no solo a los pobres mendigos, sino también a
los vergonzantes, reformando en su visita todo lo que ha sido digno de
reparo, con la mayor honestidad, sin agravio de la justicia, siendo muy
venerador de la real jurisdicción y celoso de la paz.
“Luego que llegó a esta ciudad, habiendo visto el estado de esta
santa iglesia parroquial y que por falta de medios estaba suspensa su fá
brica o conclusión, se ha esmerado en facilitar la continuación, de sus
cortas rentas, sin perdonar la fatiga y personal asistencia, siendo su res
peto incentivo para que hoy se vea en los últimos remates de la arquitec
tura, y nos persuadimos su incesante aplicación.
“No siendo de menos importancia la misión practicada por el
ejemplar y apostólico varón, el P. Antonio Julián, cuyo copioso fruto
ha llenado de consuelo a todos los que han logrado oir (su) doctrina;
aplicando su ardiente celo a las continuas tareas del ministerio, hacién
dolas este infatigables asi en el confesionario a todas horas, como a la
enseñanza de los ni ños por las calles, tan amable que sin duda sentirá esta
ciudad carecer de semejante alivio y aunque se desea su permanencia,
envidiosos de los espirituales frutos que otros lugares logran con las fun
daciones de la Compañía de Jesús, hay la diferencia que en aquellos ha
habido fondos para su precisa sustentación, y en este, señor excelentísi
mo, solo hay pobreza, pero buenos deseos, por ser el clima muy apacible,
con experiencia de genios hábiles sñ. tuvieran el cultivo de que carecen,
y solo se pudiera lograr, con la superior protección de V.E., al ejemplar
de la villa de Honda, pues hallándose vaco este curato con sus rentas (por
el término que fuere V.E. servido) se pudiera establecer la subsistencia
del referido padre misionero y otros dos sujetos. A lo que creemos con
curra de su parte este señor ilustrísimo, y los vecinos, en medio de sus
escaseces, no omitieran cuánto estas permitan a un fin tan santo, como
urgentísimo, en esta provincia, siendo del agrado de V.E.”41.
Mons. Luis García Benítez, al referirse a esta visita, escribe en sus
biografías de los prelados que rigieron la diócesis samaría:
“ En agosto de 1751 hizo [el señor Arauz] visita pastoral en la ciudad
de Ocaña, donde fue acogido en medio de general alborozo. Solemne
mente fue recibido en el convento de San Agustín que por aquel enton
ces prestó servicio de iglesia parroquial. Con las ritualidades propias ins-
42 LUIS GARC1A BFNITEZ, Reseña h istórica de los obispos que han regentado la diócesis de
Santa Marta. I, 229.
43 Cfr. JOSE RESTREPO POSADA, Arquidiócesis de Bogotá. Datos biográficos de sus prela
dos, 1. 183-191: C. SILVA COTAPOS, Historia eclesiástica de Chile (Santiago de Chile,
1925) 119-120.
46 ,
Prohibió a los curas el trasladar a los indios y feligreses tos derechos de la visita pastoral es
tablecidos por el arancel, y el cobrar propina por la entrega de las cédulas de confesión y co
munión y exigir otra “en los días festivos de misas precepto con pretexto de ofrenda y besar
el manípulo”. (Auto del 7 de abril de 1745 ¡Archivo de San Bartolomé, Providencias y despa
chos de gobierno librados por los limos, señores arzobispos de esta Metrópoli, fol. 90).
Mandó que las chicherías se cerraran durante los días de tiesta y multó con dos pesos a la
tendera que vendiera chicha esc día (AGI. Santafé, leg. 398). A petición suya el rey ordenó
dividir las parroquias para que no vivieran juntos blancos e indios, pues los primeros priva
ban a los indios de sus tierras, ganados y labranzas (ANB, Miscelánea, t. 66, fol. 218) Man
dó a los párrocos de la ciudad enseñar personalmente el catecismo, todos los domingos, a
los indios, esclavos y gente de servicio (AGI, Santafé, leg. 398). Ordenó, para evitar los ma
trimonios forzados, que los presos por concubinato solo se pudieran casar al salir de la pri
sión (GROOT, J.M., Hist. II, 41) Dispuso que en las informaciones matrimoniales consta
se el consentimicnio de la mujer, y restringió la dispensa de las proclamas (ibid). Urgió a
UN ANTIGUO BOLANDISTA
32 3
los confesores el no tolerar en los trajes de las mujeres modas indecentes, y censuró el que
las damas hubiesen abandonado los mantos para usar mantillas “Moda de la plebe de ne
gras y mulatas" (AGI, Santafé, leg, 398). Prohibió a los clérigos bajo severas penas el co
merciar y el rematar las rentas de licores (J. M. GROOT, II, 43-44). A estos mismos les
prohibió jugar públicamente a los naipes en las tiendas de la calle real, bajo pena de suspen
sión y de cárcel (AGI, Santafé, leg. 398). Organizó los tribunales eclesiásticos y elaboró un
reglamento para el coro metropolitano (GROOT, I!, 41-42; J. RESTREPO POSADA, op,
cit, 1 ,186-187), etc.
50 La audiencia había declarado nula la prohibición hecha por el señor Azúa en Turmequé de
vender aguardiente de caña ; 1c había exigido castigar a un visitador eclesiástico, sin haber
visto el proceso, porque había excomulgado al alcalde de Gibraltar (Venezuela);mandó
suspender el pago del estipendio a un párroco interino, a quien el arzobispo había nombra
do para reemplazar a otro trasladado a otro curato por sus faltas; había favorecido, put
empeños de uno de los ministros, al agustino fray Francisco Abreu, residente en Gibraltar,
a quien su provisor había desterrado por sus faltas, etc. AGI, Santafé, leg. 397.
53 Memorial del apoderado del señor Azúa, Domingo de Lauda, presentando la renuncia del
prelado (AGI, Santafé, leg. 398).
UN ANTIGUO BOLANDISTA
325
Visita de la provincia
Fallecimientos
54 AGI, Santafé, leg, 398, El cardenal Portoearrcro en carta a don Joaquín José Vásquez y
Morales (Roma, 31 mayo 1753) escribe que el Papa ha admitido la renuncia del señor
Azúa con bastante repugnancia, por no haber venido el poder del prelado y los certificados
médicos, y pide que estos documentos se le envíen,
56 Carta del P. Fabro al rey; Santafé, 26 mayo 1750: AGI, Santafé, leg. 269.
Los guajiros63*
60 Carta del P. Gumilla al gobernador Carlos de Sucre: 1 enero 1734: AGI, Santo Domingo,
leg. 599.
63 Sobre la Guajira y sus habitantes efr. GUILLERMO HL: RN ANDliZ Dll ALUA, flis rafia y
etnografía de las trib u s guajiras, en BU A. 23 (19361 9-44: JOSf AGUSTIN Dl; BARRAN-
QUILLA. O.l'.M. Cap.. A s i es la Guajira. Itin e ra rio d e Un m isio n e ro c a p u c h in o (2a. eti. Bo
gotá, 1953): M U DAD l-S CHAV1-.S, La G uajira un a religión y u n a c u ltu ra d e C olom bia, cu
ftev co lo m b ia n a d e A n tr o p o lo g ía . (Bogotá) 1 (1953) 123-195. Para una bibliografía más
amplia sobre los diversos aspectos de la Guajira, efr. G1 RARDO - I Í N C H Í I - DOI MA-
TOIT, B ib lio g ra fía d e la Guajira, en R evista d e la A c a d e m ia C o lo m b ia n a d e cie n cia s exac
tas. físicas y naturales, (Bogotá) 12 (noviembre 1963) 47-56,
UN ANTÍGUO UOLANDISTA
327
rías poblaciones indígenas, pero una sublevación de los indios los obligó
a retirarse a Maracaibo.
En 1716 emprendieron ia reconstrucción de la misión con autori
zación de la corte. Les apoyaron el gobernador de Santa Marta, y don
Antonio de la Pedrosa y Guerrero, encargado de establecer el virreina
to68 , pero hallaron una cerrada oposición en el autoritario y voluntario
so obispo de Santa Marta, fray Antonio Monroy y Metieses69 . El prelado
excomulgó a los capuchinos y puso en entredicho a Riohacha. Logró lue
go del virrey, Jorge de Villalonga, que ordenase a los misioneros retirarse
a Maracaibo, mientras la audiencia de Santafé resolvía el conflicto70 .
Pero desde Madrid ordenó el rey restituir a los capuchinos las mi
siones de la Guajira y así lo hizo el gobernador Juan Beltrán de Caice-
do.
En esta ocasión acompañó a Caicedo el P. Miguel de Herrera71,
que habiendo sido trasladado de Cartagena a Mérida, recibió la orden
de ir predicando misiones por las poblaciones del tránsito. Después de
misionar en la provincia de Cartagena, pasó el P. Herrera a Santa Marta
68 Ib id. p. 86-87
H señor Antonio Monroy y Mencscs, merced ario, nació en Talavera (España) el 16 de oc
tubre de 1673. Fue en su provincia de Castilla, maestro de teología, definidor y predica
dor real. El 18 de agosto de 1714 el rey le presentó para la sede samaría, y las bulas se le
expidieron el 21 de enero de 1715 {EUBERITZLER, Hierarchia Cathoíica, V, 258). En
marzo de 1716 tomó posesión de su obispado. Su carácter autoritario le llevó a ruidosos
conflictos con los gobernadores de la provincia, el cabildo eclesiástico, los alcaldes de varias
poblaciones, los capuchinos, etc. El rey le ordenó, el 4 de julio de 1732, presentarse en Es
paña. Sólo en agosto de 1735 salió para Cartagena, desde donde presentó renuncia de su
obispado, alegando que sus enfermedades no le permitían viajar a España. El Consejo de
Indias le aceptó la renuncia. (E. RESTREPO TIRADO, Historia d e la Provincia de Santa
Marta, II , 125-188). Mons. Luis García Benitez, en su biografía de este prelado, escribe:
“Demasiado autoritario, don Antonio Monroy, se creía revestido de omnímodos poderes y
no consentía que nada se hiciese sin contar con su beneplácito, cuando él por su parte que
ría proceder con absoluta independencia, desatendiendo hasta las reales disposiciones”
fReseña histórica de los obispos que han regentado la diócesis de Santa Marta, I, 204).
<1 A
En su despacho, fechado en Cartagena a 31 de marzo de 1721, manda el virrey que los
capuchinos se retiren a Maracaibo, y ruega ai obispo que se restituya con la mayor breve
dad a su iglesia y "en lo que no fuere de su incumbencia no se entrometa” (AGI, Santafé,
519). Y en carta al rey refiere que el obispo le tuvoasediado en Cartagena y que éste lleva
ba las cosas muy violentamente “¡o que da motivo a discurrir hay algún amor propio en
ejecutarlas, siendo un poco pagado solo de su dictamen” (Apud. RESTREPO TIRADO,
op. cit. II, 140).
71
El P. Miguel de Herrera había nacido en Antioquia el 8 de mayo de 1671 y entrado en la
Compañía el 3 de diciembre de 1689 (Catálogos de 1691 y 1711). Fue procurador del co
legio en Santafé (ANB, Notaría 2, t. 90, fol. 169). En 1711 estaba en Honda de operario
(Catálogo de 1711). En el catálogo de 1718 se anota que está “extra provinciam". Murió
en Mérida el 4 de marzo de 1728 (ARSI, Hist. Soc. 50).
UN ANTIGUO BOLANDISTA
329
en donde predicó una misión y tuvo por oyente al gobernador. Con este
siguió a Riohacha con el mismo fin de misionar.
En Riohacha se encontraron el gobernador Caicedo y el obispo fray
Antonio Monroy. Puso este todo su empeño en impedir que el goberna
dor visitara las misiones. Pero viendo inútiles sus afanes, porfió en que
había de acompañarlo en la visita, pretextando que los indios de El Sala
do, que hacía poco habían dado muerte a su doctrinero, habían de huir
si sabían que venía el gobernador sin el obispo. Cay cedo se mostraba
renuente, pues temía que el miedo que inspiraba el prelado cerrara la
boca de muchas personas que podían informar, pero temiendo un nuevo
rompimiento con el prelado condescendió. Pero el señor Monroy el día
de la partida amaneció enfermo y se quedó en Riohacha.
El P. Herrera siguió con el gobernador. En una extensa carta al rey,
fechada el 20 de febrero de 1724, informa de esta expedición y del esta
do en que se encontraban los pueblos de la misión. Se muestra pesimis
ta de la labor realizada por el señor Monroy en aquellas regiones y que
este tanto ponderaba. De los ocho pueblos, varios habían sido fundados
por los capuchinos, y los tres fundados por el obispo se encontraban en
ruinas, sin doctrinero y con losindios en estado de rebelión. Meses antes
habían dado muerte al doctrinero del pueblo de San Pedro Nolasco del
Salado, y en San Ramón de Parauje quemaron la iglesia. Los doctrineros
puestos por el señor Monroy eran clérigos muy jóvenes, sin muchos estu
dios, que se contentaban con bautizar a los párvulos y ni siquiera lleva
ban libro de bautismos72.
También el obispo escribió al rey sobre esta visita del gobernador.
Procura en su carta desacreditar tanto al gobernador como al P. Herre
ra diciendo que por las tardes se ponían ambos a jugar a los naipes en
compañía de dos mulatos, Habla de que el gobernador procedió en la
visita como un riguroso visitador eclesiástico que pedía a los curas las
nóminas de los casados y bautizados, y hacía firmar los indios y negros
que aquellos pueblos habían sido de los capuchinos. Y que el fruto de
todo había sido el dejar alterada la tierra y armiñada la obra que él ha
bía levantado personalmente en tres años de trabajo73. En otra carta
acusa al P. Herrera de “ que está dando público escándalo con su irregu
lar modo de vida” , pues mandaba comprar públicamente aguardiente74 .
72 Curta del P. Miguel de Herrera al Rey; Rloliaeha, 20 lebrero 1 724; AGI. Stimale. 404.
73 Carta del señor Monroy al rey; Tamalameiiue, 15 mayo 1 724; AGI. Salitale, 5 19,
■?<! Carta al rey; Tamalameque, 25 mayo 1724 : AGI, Súmale, 520.
JUAN MANUEL PACHECO, S, J,
330
75 Real cédula de 6 de mayo de 1725, en ANTONIO DE ALCACER. O.E. M. Cap. ¡.as misio
nes capuchinas en el Nuevo Reino de Granada. p. 116-119.
76 Ibid. p. 122.
77 Ibid. p. 138.
80 ANTONIO JULIAN S.J., La Perla de la América, 2 parte, disc. 15 (ed. Bogotá, 1951) p.
231.
81 Ibid. p. 233.
82 Ibid.. p. 234-235.
332
JUAN MANUEL PACHECO, S. J. í
reducir y pacificar esa nación de los guajiros. De la prudencia y celo de j
V.E. en ejecutar las órdenes del real agrado espera S.M. la más oportunas
providencias para el feliz éxito de la conquista” 83*.
En Puerto de Santa María se encontraron el virrey Pizarro y los mi
sioneros destinados a la Guajira. Con frecuencia venía visitarlos y los lla
maba los misioneros de Santa Martam .
Embarcóse Pizarro con su comitiva el 24 de septiembre de 1749 en
la nave La Galga85. Un día antes lo habían hecho los jesuítas en la fraga
ta La Margarita, junto con el teniente Ignacio de Salas, ingeniero, que
venía nombrado gobernador de Cartagena86.
Los siete jesuítas eran los PP. Juan Bautista Manila, italiano, quien
venía de superior; Miguel Angel Melis y José Antonio Garrucho, de
Cerdeña; Miguel de Ibazeta, de Lequeitio (España) y Antonio Julián,de
Camprodón (España): Jorge Schmitz y Jaime Nille, alemanes87.
Llegados a Cartagena a mediados de noviembre del mismo año, tu
vieron el gusto de encontrar allí el virrey Eslava. “Fuimos luego a pre
sentarnos y a rendir nuestros obsequios a su excelencia, narra el P. Ju
lián, el cual así que nos vio, lleno de gozo exclamó: gracias a Dios, etc.
Y comenzó a manifestarnos la necesidad de la conquista de los guajiros
y a referir ciertos casos (que omito por no ofender a nadie) sobre las
circunstancias y estado de los guajiros; y animados, por fin, para la em
presa, nos despidió afabilísimo, ofreciéndonos su protección y favor en
cualquier lance que se nos ofreciera” 88 .
Esperaban en Cartagena los jesuítas nuevas instrucciones para diri
girse a la Guajira, cuando llegó una real cédula “al parecer contraría,
narra el P. Julián, bien que absolutamente no era más que precisiva, ori
ginada (a lo que yo pienso) de informes o representación, que prescin
diendo de la providencia anterior dada por su majestad, le suplicaba y
representaba otra cosa, que bien podía componerse con la primera real
disposición sobre la conquista. Por fin, después de haber el real erario
costeado enteramente, no sólo el viaje de los siete primeros misioneros
de Santa Marta, sino de otros siete que vinieron, aun después de haber
34 ibid. p. 234.
llegado la segunda real cédula, al parecer contraria (para que se vea que
la posterior determinación de la corte no excluía la primera, más esta
persistía en su vigor) nunca pudimos entrar en la conquista de los gua
jiros, ni de otra bárbara nación de Santa Marta, los catorce misioneros
mandados expresamente a ese fin por su real majestad, con tantos cos
tos y tan prolijas disposiciones acertadísimas de la corte. Si me pregun
taran el por qué, digo que no lo sé, y aunque lo supiera no lo dijera.
Basta decir que las intenciones y providencias de la corte eran piadosas,
sabias y convenientes para obtener el éxito feliz de la conquista” 89 .
En efecto una nueva expedición de seis jesuítas había salido de Cá
diz en octubre de 1750 en el navio Nuestra Señora del Rosario. La com
ponían los PP, José Navarro, valenciano, que venía de superior, y José
Ignacio Valls, catalán y los estudiantes José Térez. Vicente Ballesteros,
Juan Fuentes y Antonio de Campos90 .
“ Lo que su real majestad ordenaba, prosigue diciendo el P. Julián,
era en substancia que los padres capuchinos que estaban en Maracaibo
y provincia de Venezuela, pasaran a los guajiros; y los que estaban en
los guajiros pasaran a los chimilas de la misma provincia de Santa Mar
ta”91 .
Esta cédula la recibió el nuevo obispo de Santa Marta, José Javier
de Arauz, y quedó no poco sorprendido. Hizo llamar al P. Andrés de
Oliva, prefecto de las misiones capuchinas, para informarse del estado
de la misión. Era el P. Andrés, al decir del P. Julián, “ hombre verdade
ramente de verdad y juicio, y religioso, y por su virtud y buen ejemplo
venerado en la provincia” . Venido el padre prefecto, ie dice con toda
sinceridad al prelado: “Señor, aquella misión se halla en deplorable es
tado; nosotros, cinco que somos, casi nada podemos hacer entre los
guajiros, ni servimos de otra cosa que de ser testigos de sus maldades;
de buena gana dejáremos sus tierras a los nuevos misioneros y nos vol
viéramos a España, o las dividiéramos con ellos, que para todos hay
campo bastante para trabajar”92 .
Oídos los informes del P. Andrés de Oliva y visitando las misiones
de la Guajira, redactó el señor Aráuz una nueva representación a la cor
te. Envióla al virrey Pizarro para que la corroborara con su dictamen.
“Su excelencia el señor Pizarro, en carta que yo mismo leí, cuenta ci P.
89 . p. 236-237,
[bid
93 Ibid. p. 239-240.
94
Catálogo de la provincia del Nuevo Reino, 1751 ARS¡, N.R. ct Q, 4, fol. 298 ss.
CAPITULO XIII
1— P. Ignacio Ferrer
El nuevo provincial
1 Iil 20 de agosto de 1751 el P. Ignacio Ferrer como provincial otorga su poder general al P.
Salvador de Quintana, nombrado procurador general de la provincia (ANB, Temporalida
des, t. 22, fol. 6.52).
2 Libro de la Sacristía del colegio de Tunja. fol. 192, Biblioteca Nacional, Mss. 105,
5 Memorial del P. Ferrer, fechado en Carcas i II de noviembre de 1746, en que dice tener
orden de regresar a Santafé. Archivo Nacional de Chile, Jesuítas, Bogotá 211.
El colegio de Caracas
Catálogo de 1753
7
Ct'r. supra. p. SO.
8
Catálogo do la provincia del Nuevo Reino, 1753. ARSt, N.R. et Q. 4.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
337
11 Memorial del P. Podro Ignacio Altamirano, procurador general de indias, al Consejo de In
dias. presentado el 30 de octubre de 1753; AGI, Santafé, leg. 408.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
339
14 Ibid p. 67.
15 Ibid. p. 67.
16 Ibod.p. 68.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
340
17 Sobre el virrey dim José Solís. cti. RLSTREPO TIRADO, Ernesto, G o b e rn a n te s del Nuevo
R e in o d e G ranada d u r a n te el siglo A' 17//, p,81-87; REST REPO SAENZ, José María, Bio
grafías d e los m a n d a ta rio s y m in istro s d e la real a u d ien cia , p, 97-125 ; SAMPER ORTEGA,
Daniel. D o n Jo sé S o lís, V irrey d e l N u e v o R e in o de G ranada (Biblioteca de Historia Nacio
nal, 871. Bogotá. 1953.
19 Borrador de una carta dirigida al virrey Solis, sin ti mi a, ni tedia; ANB, Miscelánea, t. 89,
Ibis. 465-466.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
341
20 Carta del virrey Solís al i\ terrcr ÍSaiitilfé, 3 lebrero 1754); ANli. Abastos. 1.4, íuls. 46 I-
466.
Antecedentes
24
ANB, Colegios, t. 5, fols. 673 y 680 v,
25 ANB, Miscelánea, t. 50, fol. 86.
26
Libro de !a sacristía del Colegio de Tunja, fol. 163.
27
ARSl, Congr. Prov. t. 92, fol. 115.
28
Catálogo de la provincia del Nuevo Reino de 1711; ARSI, N.R. et Q. 4.
29
Archivo de San Bartolomé. Libro de colegiales, fol. 123 v.
30
Catálogo de 1711.
31
Catálogo de 1718.
32
QUECEDO, Francisco, M a n u s c r ito s t e o l ó g i c o f i l o s ó f le o s c o lo n ia le s s a n ta f e r e ñ o s . EX 2
(1952) 251-252.
■
Catálogo de 1756
Las misiones han recibido un notable resfuerzo pues son 26 los mi
sioneros, todos sacerdotes; once trabajan en el Casanare y tienen por su
perior, al P. José Gereda; cinco, bajo la dirección del P. Manuel Román,
en las reducciones del Meta, y diez en el Orinoco con el P. Roque Lu-
bian por superior.
33 Catálogo de 1738.
35 Como rector del colegio de Tanja da un informe en favor de los Hermanos de San Juan de
Dios; AGI, Santafé, leg. 398.
La doctrina de Güicán
37
Catúloiro breve de la provineb del Nuevo Reino. 1756: ARS1. N.R. et Q. 4. t'ols. 347 ss.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
345
El colegio de Mérida
Por las actas de las consultas del colegio de Mérida vemos que el P.
Molina no llegó a visitarlo, y envió en su lugar al P. Nicolás Candela. El
38 I n f o r m e d e l v is ita d o r re a l d o n A n d r é s B e r d u g o y O q u e n d o s o b r e e l e s ta d o c iv il y e c o n ó m i
c o d e la p o b la c ió n in d íg e n a , b la n c a _y m e s tiz a d e las p r o v in c ia s d e T a n ja y V é le z a m e d ia
d o s d e l s ig lo X V I I I . A n u a r io C o lo m b ia n o d e H is to r ia S o c ia l y d e la C u ltu r a (Bogotá), 1
(1963) 136-138.
39 Catálogo de 1751.
42 cap. X, p. 154.
43 El virrey o el arzobispo de Santafc.
46
[bid. p. 71.
47
Ibid. p. 72.
48
Ibid. p. 74.
49
Ibid. p. 74-75.
50
Archivo de la provincia de Colombia, “Testimonio de lo actuado por el Gov. do Santo dr
ías Atalayas, informa que los PP. jesuítas cobraban estipendio de los 2 procuradores que
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
347
Nombramiento
Congregación provincial
51 Diario, p, 47.
52 KRATZ, G. B. I., Gesuiti italiani nelle missioni spagnuole al tem po dell’ espulsione (1767-
1768), AUSI 11 (1942) 44.
53 Catàlogo de 1753.
54 Catàlogo de 1756.
Jl/AN MANUEL PACHECO, S. J.
348
55 Tomaron parte en esta congregación los PP. Domingo Scribani, provincial; Diego de Terre
ros, José de Molina, rector del colegio de Santal'é; Tornando Vcrgara, Francisco Räuber rec
tor dei colegio de Cartagena: Ignacio í-errer, Pedro i-abro, Pedro López, Diego de Moya,
Martin liugurvide: Miguel de Gereda, rector del colegio de Mompós;Cristóbal Hidalgo, Ig
nacio Asuaje. Ambrosio Batraglia, rector del colegio de Tunja; Matías Linán, Pedro Chope-
rena, Salvador Quintana, rector, rector del colegio de Antioquia; Antonio Meislz, José Pages,
Pedro García, Jerónimo Godoy. rector del colegio de Honda; Sebastián Sánchez, Salvador
Maldonado, Manuel líalzátcgui. Francisco Ovalle, Pedro Pérez, Javier Eraso, Javier Trías.
Juan Antonio Fe rearo, Amonio Julián, Bartolomé Ruiz.Blasde Aranda, Francisco Amonio
Quirós, superior de Fontibón, y Francisco Antonio de Cicero, procurador de la provincia.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
349
Los procuradores
56
ARSI, Congr. Prov. t. 92, fols. 115 ss.
S7 RAMOS, Demetrio, El tratado de limites d e 1 750y la expedición de Iturriaga al Orinoco,
p. 272-273.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
350
Escasez de sujetos.
La carta del virrey José Solis dice asi: “ Señor. Hallándose esta provincia de la Compañía
de Jesús del Nuevo Reino de Granada con notoria falta de sujetos para los ministerios del
bien espiritual de las almas a que se dedican conforme a su sagrado instituto, de forma que
se ven los colegios y misiones desnudos de lo que necesitan para su cumplimiento, y los
superiores con el afán de multiplicar en unos las ocupaciones que aun divididas son de gra
vamen considerable, por haber fallecido desde que fueron los antecedentes procuradores
como cuarenta religiosos de toodos grados. Parece conforme a la real piedad de V.M. que a
los que ahora van se les conceda facultad y se les den las correspondientes providencias y
expensas para que sean conducidos los misioneros que sean suficientes a reemplazar esta
falta, y a que se ejerciten sin tanta incomodidad sus píos ministerios, en que tanto se in
teresa el real servicio de V.M... Santafé, 20 de febrero de 1758". AGI, Santafé leg. 670.
60 AGI, Santafé, leg, 670.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
351
eiembre deJ mismo año, en la fragata real “La Ninla”, y llegaron a San
tafé el 26 de agosto de 176 164.
Misiones populares.
El último catalogo
66 Ibfci.p. 65.
67 ARS1, N.R, et. Q. 4, fols. 374 ss, En este catálogo figuran los siguientes superiores: Colegio
Máximo (Santafé): P. Manuel Romas; Tunja, P. Nicolás Candela [Cartagena, vicerrector, P.
Jerónimo Grossis; Pamplona, P. Manuel Gaitán; Metida, P. Manuel Morolo, Mompós, P,
Manuel Collado; Honda, P. Agustín Rueda; Santo Domingo, P, Salvador Quintana; San
Bartolomé (Santafé), P. Lorenzo Tirado; Maracaibo, P. Pedro Millán, Caracas, P. Rafael
García; y Coro, P. Javier Orea. En las misiones de Casanare trabajaban ocho misioneros y
cía superior el P, Manuel Castillo;en el Meta, cinco , con el P, Roque Lubián por vicesupe
rior; y en el Orinoco, ocho, con el P. Felipe Gilij por superior. Fuera de la provincia se en
contraba el P. Jaime Torres, quien desempeñaba en Madrid el cargo de procurador general
de las provincias de Indias.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
353
Con este título escribió Tulio Pebres Cordero una regocijada leyen
da que tiene su fundamento en una de las consultas del colegio de Méri-
da celebrada por estos años.
La consulta dice así:
“En primero de septiembre del año 1761, habiéndose juntado los
padres a consulta, se leyeron las reglas y cuentas, y preguntados si ha
bían reparado alguna cosa tocante a lo espiritual o temporal que nece
sitase de remedio, respondieron no ofrecérseles cosa. Uno de los padres
propuso los inconvenientes graves que había en la caja de guerra que se
prestaba a todo género de personas en casi todas las festividades que ha
bía en el año en toda la ciudad: lo primero, porque el negro que lo to
caba perdía semanas enteras de trabajo, lo segundo, por ser necesario
abrir las puertas de la clausura a deshoras de la noche y de la madruga
da, con harta incomodidad de la comunidad y aun reparo de los de afue
ra; lo tercero, que de esto se seguía que el negro venía las más de las ve
ces ebrio, y propuestas estas razones y otras, fueron unánimes de pare
cer que para quitar quejas a los externos, de la caja se vendiera, si se pu
diere, y si no, se rompiese u ocultase, de manera que no sirva para nada.
Xavier Eraso, Cayetano González, Enrique de Rojas”71.
En vano se intentó venderla, narra Pebres Cordero, pues nadie lo
quiso comprar. Pero tampoco se resolvieron a romperla. Aprovechando
una solicitud de los agustinos les obsequiaron el tambor. Pero pronto se
dieron cuenta los agustinos de la carga que significaba este instrumento,
y lo regalaron a las monjas clarisas, Las monjas quisieron salir de él pa-
69 Diario, p. 52,
El P. Balzátegui
72 PEBRES CORDERO, Tulio, Arcivo de Historia y Variedades, Caracas, 1931, II, 312, apud
AGUIRRE ELLORRIABA, Manuel S.J. La Compañía de Jesús en Venezuela, p. 112-116.
79 Catálogo de 1763.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
355
del Colegio Máximo de Santafé, P. Domingo Scribani; Tunja, Manuel
Román; Cartagena, Juan B. Manna; Antioquia, Sebastián Sánchez;Méri-
da, Manuel Collado;y Honda. Bartolomé Ruiz. Se eligió secretario de la
congregación al P. Jacobo Nille80.
Una de las primeras cuestiones debatidas fue: si se debía esperar a
los vocales que aún no habían llegado a la ciudad. Se resolvió por unani
midad que no se les debía esperar más. La segunda, si el P. Jaime de To
rres, que se encontraba en Madrid como procurador general de las pro
vincias americanas, tenía voz pasiva. Los pareceres se dividieron, y por
último se decidió que no podía ser elegido procurardor por hallarse fue
ra de la provincia.
El 31 de diciembre se procedió a la elección de los procuradores.
El P. Scribani fue elegido en primer lugar, al tercer escrutinio, por 18
votos en segundo lugar el P. Antonio Meislz, al cuarto escrutinio, por
21 votos y en tercer lugar el P. Juan Antonio Ferraro.
En la sesión cuarta se leyeron los severos preceptos que el P. Igna
cio Visconti había impuesto, en 1753, a los procuradores de las provin
cias americanas.
En esta instrucción, el padre general:
1) prohibía, en virtud de santa obediencia, a los procuradores lle
var a Europa oro, plata, géneros o encomiendas de cualquier clase, per
tenecientes o no a la Compañía, sin expresa licencia del provincial. Todo
lo que llevaran debía ser declarado a las autoridades portuarias y debían
además pagar todos los impuestos oficiales.
2) Todas las cosas que llevaban, con especificación de su especie,
dueño, destino, etc., debían figuraren cuatro diferentes listas, firmadas
por el provincial. De estas listas una debía quedar en el archivo de la
provincia, otra se entregaría en Puerto de Santa María al procurador ge
neral de las provincias de Indias, y otra tercera se enviaría a Roma.
3) Al llegar a España debían hacer entrega de todo al procurador
de Indias, quien se encargaría de pagar los derechos reales y de remitir
las encomiendas a sus respectivos dueños.
Tomaron parte en esta congregación ios PP. Manuel Balzátegui, Diego Torreros, José de
Molina, Pedro López; Manuel Román, rector del colegio de Tunja; Martín Egurvide, procu
rador de la provincia; Domingo Scribani, rector del colegio de Santafé; Manuel Zapata,
Francisco Granados, A ntonio Meislz, José Pages, Jerónim o Grossis, Juan Díaz, José Bcna-
vente, Nicolás Candela, Juan B. Manna, rector del colegio de Cartagena; Antonio Naya,
Francisco Riberos; Sebastián Sánchez, rector del colegio de Antioquia; Francisco Gálvez,
Pedro Pérez; Manuel Collado, rector del colegio de Mérida; Jacobo Nille, Javier Trías, Juan
Antonio Ferraro, Bartolomé Ruiz, rector del colegio de Honda; Diego de la Pava, Everardo
Hcngstebeck, Ignacio Zubimcndi, Lorenzo Tirado, José Y arzay José Térez. ARSI, Congr.
Prov. t. 9 2 ,fo l. 106.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J
356
Una copia de estos preceptos enviada por el P. Tomás Nieto Polo provincia] de Quito, al P.
Juan Antonio Giraldo, rector del colegio de Buga, se encuentra en el Archivo General del
Cauca (Popayán) E. 1,9 s. sign. 8989. También los copia íntegramente JOL'ANEN, J. Hist.
H, 255-258.
No sabemos si los procuradores de la provincia del Nuevo Reino dieron motivo para estos
severos preceptos. Sobre la conducta de algunos de los procuradores de la provincia de
Quito, cñ. JOUANEN, J. Hist. II, 259-260.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
357
razón se dio el que los hijos de las principales familias de toda la provin
cia venían a este colegio a formarse en letras y virtud, y que crecería la
estima de la Compañía entre los habitantes del Nuevo Reino si veían
que dedicaba un mayor número de sus religiosos a la educación de sus
hijos.
El último día de la congregación, 4 de enero, se consagró al exa
men del estado de la provincia82.
La misión de 1767
82
ARS1, Congr. Prov. t. 92. ibis. 106 ss.
83 AGI, Santaie, leg. 677.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
358
95 Ibid.
96
Apuntamiento de! expediente seguido en el Consejo de indias sobre la traslación de un
colegio de la Compañía de Jesús en la villa de Honda de! Nuevo Reino de Granada, AGI,
Santafé, leg. 677.
M ( t
La Compañía de Jesús, por concepción de los Papas Pío IV (Const. í'tsi ex d e b i t o , 1571) y
Gregorio XIII (Const. S a lv a to r ís D o m in i, 1576) podían construir cerca de los conventos de
los mendicantes, no obstante los privilegios de estos.
98 Cfr. Zamora, A. O.P. Historia ele la Provincia de San Antonino (Caracas, 1930), p. 469.
99 Informe del virrey don Pedio Messía de la Cerda sobie el traslado del colegio de la Compa
ñía de Jesús en Honda; AGI, Santafé, leg. 677.
LOS ULTIMOS PROVINCIALES
361
100
Ibid.
101
Apuntamiento del expediente, citado en la nota 95.
102 AGI, Santafé, leg. 677.
103
Ibid.
104
Ibdi,
105
ANB, Miscelánea, t. 104, fol. 970.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
362
Carta de Diego Viera al H. Rafael de ia Vega; Honda, 23 Junio 1766 Ibid. fol. 989 v.
107 Carta de Diego Viana al P. Egurvide; Honda, 7 Agosto 1766: Ibid. fol. 1000 v.
El P. Diego Abad
Memorial de ¡a visita del colegio de Popayán p o r el P. Florencio San tos, por comisión del
P. Sebastián Luis Abad, provincia!; Archivo de la provincia de Quito, leg. 8.
6
L o s J e su íta s en C olom bia, 11,465-480.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
366
El P. Jacinto Morán
10 AURELIO ESPINOSA POLIT, S.I.: Santa Mañana de Jesús hija de la Compañía de Jesús
(Quito, 1957) pp. 328-333.
LOS COLEGIOS DE POPAYAN Y PASTO
367
13 Ibid.
15 Ibid. fol. 15
16
Ib id .
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
368
Un rector en conflicto
17 in s tr u c c ió n q u e d a e l P. V is ita d o r, I g n a c io d e M e a u r io , a i P. J a n u a ñ o (¡ a r o fa io p a r a q u e vi
s i t e e l c o le g io d e P o p a y á n ; Archivo de la provincia de Q uito, leg. 10.
LOS COLEGIOS DE POPAYAN Y PASTO
369
Un pleito
El P. Leonardo Deubler
20 L. D E U B L E R : B e c e r r o , fols. 14 y 101 v .
2 1
G U S T A V O A R B O L E D A ; D ic c io n a r io b io g r á f ic o y g e n e a ló g ic o d e l a n tig u o d e p a r ta m e n to
d e l C a u ca (2 e d .) P. 2 1 1 ; JA IM E A R R O Y O : ¡m g u e r r a d e lo s T r ip ite n o r io s y P a m b a z o s en
A N T O N [N O O L A N O : P o p a y á n e n la C o lo n ia , a p é n d ic e n , II, p , 3 6 - 5 0 .
23 JO S E JO U A N E N : o p . c it. H , 137.
24 L . D E U B L E R ; B e c e r r o , fol. 16 v.
LOS COLEGIOS DE POPAYAN Y PASTO
371
“Vistos los capítulos por los cuales el P. Leonardo Deubler fue de
puesto del rectorado de Popayán, las pruebas y fundamentos, los des
cargos que el padre da con otras noticias en su favor, que por personas
fidedignas me constan, hallo que dicha remoción fue sin causa, sobrada
mente precipitada y con modo muy ajeno de la prudencia y discreción,
y en consecuencia declaro que dichos capítulos son de ningún valor, ni
pueden obstar para que el padre sea propuesto para gobernar. Y para
que se repare el daño que en su buen nombre ha padecido, ordeno que
en la primera consulta de provincia se lea esta determinación, y que si
no hay otra cosa en contra, en la primera ocasión se me proponga a di
cho padre para gobernar. Y porque espero que semejante atentado no
sucederá otra vez, me contento con sola esta providencia”25.
Cuando esta carta llegó a Quito, el P. Deubler se encontraba en las
misiones del Ñapo, adonde había sido enviado a petición suya.
Con todo parece que el padre general ignoraba entonces la verda
dera causa de la destitución. El P. Deubler, en una explicación de la
doctrina cristiana, profirió algunas expresiones que fueron mal recibidas.
Una de sus frases fue: Si al matrimonio le falta el fin de la prole, el casa
miento es un amancebamiento paliado. En otra ocasión en que se le pi
dieron unas velas para una imagen de Nuestra Señora, respondió que
aquella imagen sólo era un lienzo pintado26 .
Corrió el rumor de que podía ser denunciado a la Inquisición por
personas poco afectas a los jesuítas, y el padre provincial se apresuró
a sacarlo de Popayán27.
El 6 de octubre de 1728 moría el marqués de San Miguel, siendo
rector el P. Deubler, a quien nombró albacea, pero el provincial no juz
gó conveniente que aceptara este cargo.
Al mismo P, Deublerdebemos un libro que se conserva manuscrito,
titulado: “Becerro o sumario de la fundación, principios, progresos y
otros acaecimientos del Colegio de Popayán” . En él va narrando por
orden cronológico ios adelantos del colegio y de sus haciendas. /\lgo
ufano presenta el estado del colegio en su tiempo:
“Ha empezado este colegio el año 1641 sin más posesión ni espe
ranza humana que la corta estancia del Jesús que dio doña Ana de To
bar y la que había prometido en un papel simple el deán don Antonio
Véiez de Zúñiga, lo cual tuvo menester tres años de litigio antes de con
seguirlo; y todo paró en unas minas mal corrientes, con 22 esclavos en-
25
JO S E JO U A N E N : o p . cit. II, 137.
26 I b i d . I i , 1 4 3 -1 4 4 .
27
I b i d . i l , 1 4 2 -1 4 4 .
JUAN MANUEL PACHECO, S, J,
372
29 A N TONIO A S T R A IN , S .I.: H is to r ia d e la C o m p a ñ ía d e J e s ú s e n ¡a A s is te n c ia d e E sp a ñ a ,
V il, 3 8 4 -3 9 4 ; JO S E JO U A N E N , S.Í.: H is to r ia d e la C o m p a ñ ía d e J e s ú s e n la a n tig u a p r o
vincia d e Q u ito . II, 1 3 8 -1 5 2 ; F E D E R IC O G O N Z A L E Z S U A R E Z . H is to r ia g e n e r a l d e la
R e p ú b lic a d e l E c u a d o r ( 2 e d .) V , 74-8 7 .
30
C arta de fray D iego F e rm ín V e rg a ra a l r e y ; P o p a y á n , 2 8 j u n io 1 7 3 6 ; A G I, Q u ito 185.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
374
El terremoto de 1736
Próspero era el estado del colegio en 173 1 según oímos al P. Deu
bler, pero pocos años después iba a sufrir una grave pérdida. El 2 de fe
San Agustín contaba con un legado suficiente dejado por doña Dionisia
Pérez Manrique. La catedral, aunque no había quedado arruinada, nece
sitaba costosas reparaciones. Para esta señaló el prelado 8.000 pesos;y
para las iglesias de San Francisco y de la Compañía, totalmente destrui
das, cuya reedificación sólo iba en los cimientos, asignó 5.000 y 10.000
pesos respectivamente37 .
Para dirigir las obras de la nueva iglesia vino a Popayán el H. Simón
Schónherr, quien construyóla bella iglesia de San José de la que después
hablarem os,
El legado de la marquesa
36 La conmutación de este legado halló una tenaz resistencia en uno de los albaceas de Peña-
Ivcr.José de Montenegro, quien podía distribuir a su arbitrio las limosnas. Montenegro llevó
su oposición ante la audiencia de Q uito y el arzobispado de Santafé; ANB, Historia eclesiás
tica t. 6 (1269) (oís. 186 ss.
17
Archivo genera! del Cauca, E I -8 op., sign. 4629.
Los estudios
Antiguo anhelo del colegio de Popayán había sido el contar con es
tudios universitarios. En sus comienzos se habían dictado en él clases de
filosofía. En octubre de 1744 se restableció esta cátedra de filosofía42.
Era su catedrático el P. Sebastián Rendón, nacido en Loja (Ecuador). A
esta cátedra se añadió la de teología a cargo del P. José Escobedo, espa
ñol. El P. Pedro Eróla era el prefecto de estudios43. El obispo de la ciu
40 "Libro de las nuevas haciendas llamadas de Coconuco y Zímarrortos, que entraron en este
Colegio de Popayán en 11 de abril de 1744. Por muerte de la sra. Marquesa de la Vega, Da.
Dionisio Manrique de Lara.Benefactora insigne de este Colegio"; Archivo general del Cauca,
Ecles. 1-9 s., Sign. 4741.
44 PEDRO VARGAS SAEZ, C.M.: Historia del real colegio seminario de S. Francisco de Asis
de Popayán, pp. 457-458; JESUS MARIA OTERO: La escuela de primeras letras y la cul
tura popular española en Popayán (Popayán, 1962) p. 64-67.
Muy escasas son las noticias que tenemos sobre la marcha del cole
gio de Pasto. En el tomo anterior dejamos anotado cómo se abrió el lo.
de noviembre de 171247 .
En el catálogo de la provincia de Quito de 1719 figuran tres jesuí
tas como residentes en él: los PP. Ignacio Hormaegui, que había sido su
fundador, y desempeñaba el cargo de vicerrector, Elias Ignacio Sighardt,
alemán, y Ambrosio Acosta, español48. En el catálogo de 1727 son ya
El P. Maugeri
56 Sobre don Pedro de Copons véase JOSE EUGENIO DE URIARTE S. I.: Principios del
Reinado del Corazón de Jesús en España (Bilbao, 1912) p. 460-461.
LOS COLEGIOS DE POPAYAN Y PASTO
381
El colegio en 1764
57 En MAUGERI: op. cit. Las páginas introductorias de la obra están sin paginar.
58 El P. Velasco en la obra citada en la nota 54 enumera entre las obras del P, Maugeri:"La
compendiosa noticia sobre el origen y progresos de la devoción a la Madre Santísima de la
Luz". Habla también de una novena sobre el mismo asunto, que posiblemente es la citada
por el P. Miranda: La primera imprenta ecuatoriana, p. 43,: '‘Novena de María, Madre San-
tísiama de la Luz, escrita por un sacerdote deseoso de que se propague esta su Devoción
para mucho fruto, provecho de las almas. Reimpreso en Hambato, en ¡a Compañía de Jesús,
el año de 1 758".
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
382
59
En JOSE JOUANEN: op. eit. II, 355.
CAPITULO XV
Sólo de paso nos hemos referido a los templos construidos por los
jesuítas en el siglo XVIII. Queremos en este capítulo recogerlas noti
cias que hemos podido hallar no sólo sobre su construcción sino sobre
sus altares e imágenes y los artistas que en ellos trabajaron.
4 Libro Quinto de la Iglesia y Sacristía del Colegio de la Compon ía d e Jesús de Santafé. tol.
138 v; Catálogos de la provincia del Nuevo Reino; Supplemta; ARSL N.R, ctQ. 4, l'ol. 264.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
384
Declatación del maestro Santiago Sarmiento; ANB, Notaría i a., 1 .168 (1745-1747) íbl. SJ
v. Sobre este terremoto de 1743 véase JESUS EMILIO RAMIREZ S.J.: Historia de ¡os te
rremotos en Colombia, pp. 69-72.
10 Sobre Laboria cfr. LUIS ALBERTO ACUÑA: La escultura, Historia Extensa de Colombia,
v, 20, t, 3, pp. 185-189.
Ignacio, a señor San Javier, a señor San Borja, y a señor San José” . Pa
ra la iglesia de San Ignacio esculpió las imágenes de San Joaquín, Santa
Ana y San Luis Bertrán; para la catedral un San Juan Nepomuceno, y
para la de San Juan de Dios un San Francisco de Paulaen talla heroica13.
La obra principal de Laboria es sin duda el retablo de la capilla del
Rapto, terminado en 1749. El P. Eduardo Ospina S.J. le consagró un es
tudio con el tíulo de “Un joyel artístico” 14. Al describir el retablo es
cribe: La escena del rapto “se difunde en un nicho profundo y abocina
do que representa en su aprovechable perspectiva co'nica la capilla del
Hospital de Santa Lucía en Manresa. En el fondo se ve el altar con una
imagen de Nuestra Señora. A lado y lado, las paredes del nicho (o sea de
la capilla del Hospital) fingen, en pintura, dos rompimientos. Por el de
la izquierda, que es una puerta, se ve un salón, con series de lechos en
que los enfermos presentan diversas actitudes. Por el rompimiento de la
derecha, que es una ventana, se divisa un amplio panorama: hacia el pri
mer término, el vetusto puente de piedra sobre el río Cardoner, más allá
en vertientes que al ascender se alejan se ve la serranía de Monserrat
(Mont-serat), entre cuyas ásperas quiebras se distingue el convento be
nedictino, y el santuario virginal, como un nido de aguila” .
“ En el interior del nicho tiene lugar la escena del Rapto. La com
posición de las figuras (que, a excepción del protagonista, son todas an
gélicas), quiere representar lo que San Ignacio contempló en su célebre
arrobamiento” .
Describe luego la parte superior del nicho, con sus figuras e inscrip-
cones, y prosigue:
“A la derecha, en tallas de alto relieve, casi exentas, otros dos ánge
les llevan en las manos el futuro uniforme de la milicia ignaciana: el man
teo, la sotana, el bonete y el negro fieltro de grandes alas.
“ Finalmente, ocupan el primer ténnino la estatua yacente de San
Ignacio en éxtasis y una bella figura angélica, que con expresión enter
necida sostiene el busto del santo, y parece entrar, y a su vez, en arroba
miento con una mirada alta y humedecida por la emoción.
“ San Ignacio, en pardo sayal de penitente, deja caer hacia atrás la
hermosa cabeza de cabello oscuro, perfil aguileno y ojos entreabiertos,
el brazo derecho está tendido y abandonado a su propio peso, mientras
el izquierdo se dobla sobre el pecho, en el cual las ropas abiertas permi
ten ver parte de! férreo cilicio que sube, ciñéndolo, desde la cintura” 15 .
14 L'DL' ARDO ÜSPINA, S.J.: Un joyel a rtístic o . La Capilla del Rapto en la Iglesia de San Ig
nacio ; en X im é n e z d e Quesada (Bogotá) 1 (octubre 1953) 64-67.
La iglesia de Cartagena17
1' Cfr. ENRIQUE MARCO DORTA: Cartagena d e Indias. La ciudad y sus monumentos, p.
136-140; JAIME ALVAREZ, S.J.: Ñolas históricas sobre el templo, casa y restos de San
Pedro Claver. Revista Javeríana (Bogotá) 41 (1954) 133-145.
AGI, Santafé 403:C fi. E. MARCO DORTA: op. cit. p. 136, nota 7.
2 1 Letras annuas de la Provincia del Nuevo Reino de Granada de la Compañía de Jesús, desde
el año de 1694 hasta fines de 98. APT, fon d o Astrain, 46.
22 Estado espiritual de la Provincia del Nuevo Reino y sus ministerios. Año de 1 718; JOSE
DEL REY FAJARDO. S.J..' Documentos jesuíticos relativos a la historia de la Compañía
de Jesús en Venezuela. II, 288.
LOS TEMPLOS JESUITICOS
387
traba un nicho con los restos de San Pedro Claver23, La obra se prose
guía todavía en 1753. En el "status rerum" de este año se informa que
se estaba trabajando en la contrucción de la iglesia24 .
Tampoco sabemos la fecha en que fue terminada. Sólo disponemos
de una referencia dada por el P. Bernardo Recio, que en enero de 1766
pasó por Cartagena, de viaje para España. “Sobre todo, escribe, me delei
taban las funciones de aquella iglesia, la mejor de Cartagena, acababa
pocos años ha por un hermano nuestro gran arquitecto”25 . Y en otro si
tio refiere que la iglesia fue dedicada “con muy festivo aparato”26 .
¿Quién fue el arquitecto? Ya oímos decir al P. Recio que fue un
hermano jesuíta. No dice su nombre. Pero en los catálocos de la provin
cia encontramos no a uno sino a dos hermanos arquitectos que por es
tos años vivieron en Cartagena. El primero es el H. Lorenzo Koninck27,
holandés, a quien se le llamó también Rey, castellanizando su apellido.
Ya en 1736 se encontraba en Cartagena28 . Había venido al Nuevo Rei
no el año anterior, en la expedición de misioneros traída por el P. Meau-
rio29. Había nacido el 13 de marzo de 1698 en Amsterdam, e ingresa
do en la Compañía el 28 de febrero de 1729, Residió en Cartagena al
menos hasta el año de 17 53 30. En 1763 se encontraba en Pamplona y
en 1767 en Maracaibo. Allí le sorprendió la expulsión de Carlos III,
pero no pudo ir al destierro por su edad y achaques. Se lo llevó al hos
pital de Santa Ana y allí murió el 17 de febrero de 176831 . El goberna
dor de Maracaibo al comunicar su muerte informa que este hermano
“era maestro en arquitectura y carpintería, y le habían traído aquí los
padres para la fábrica del colegio” .
En el inventario que se hizo de los libros que dejó se mencionan
de un modo genérico varios en holandés y algunos de su oficio, entre
23 JOSE CASSANE S.J.: Historia de la Provincia de la Compañía de Jesús de! Nuevo Reino
de Granada. Exemplar vida del venerable... Pedro Claver, P. 408.
26 I b id .p .lU .
27 JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Bio-bibliografia de los Jesuítas en ia Venezuela Colonial,
p. 292.
29 Figura con el apellido de Rey en la lista de los misioneros; ACE Contratación 5549.
32. Carta do] gobernador Alonso del Rio al conde de Aran da; Maracaibo, 4 octubre 1768; Ar
chivo Nacional de Chile, Bogotá 206. Cfr. VICENTE D. SIERRA Los Jesuítas Germanos
en la conquista espiritual de Hispano-América, p. 326.
JOSE DEL REY, S.J.: Documentos jesuíticos relativos a la historia de la Compañía de Je
sús en Venezuela, III, 43.
37
Ibid. p. 138.
LOS TEMPLOS JESUITICOS
389
3S FELIX ALFRED PLATNER: Deutsche Meister des Barock in Südamerika im J 7. und 18.
Jahrhundert, p. ¡36-J37.
39 SANTIAGO SEBASTIAN: Arquitectura colonial en Popayán y Valle de! Cauca (Cali, 1965)
p. 99-108,
44 DIEGO ANGULO INIOUEZ: Historia dei arte hispanoamericano, III, 246 (El cap. 5 es de
E. Marco Dorta).
i
C a rta del P. T irs o G o n zález al P. Ju a n M a rtín e z R u b io ; R o m a , 7 fe b re ro 1 6 9 9 ; APT, Car
tas PP. G e n erales, leg, 1 3 2 , fol. 6 7 .
I
4,30-5 Levantarse
5 -6 Oración. “Esta fue el fin para el que fue creado el
honi bre.
6 - 6 ,3 0 Oír misa
6 .3 0 - 6,45 Examen de la oración
6 .4 5 - 7’ “ Leer contemptus mundi” 5
7 - 7,30. “ Rezar devociones”
7 .3 0 - 8 “ Leer la vida de algún santo”
8 - 8,45 “ Examinarse para confesión general”
8,45 -9 “Puntos para la oración
9 - 10,15 Oración y examen de la oración. Su materia fue
“ El fin para que fueron criadas las demás criaturas” .
10,15 - 11 “ Lección espiritual”
11 - 1 1,45 “ Examen de conciencia, y hasta comer apuntar
propósitos” .
11.45- 12,45 “Comer y hablar cosas espirituales”
2 Carta del P. Tirso González al P. Diego Francisco Altamirano; 15 agosto 1693; ibid. fol.
76.
3 Estado espiritual de la Provincia del Nuevo Reino y sus Ministerios (Año de 1 718) en JO
SE DEL REY FAJARDO, S.J.; Documentos jesuíticos relativos a la historia d e ¡a Compa
ñía de Jesús en Venezuela, II, 286.
4 Biblioteca Nacional (Bogotá) Mss. 255. Sobre este manuscrito escribe JOSE MANUEL Rl-
VAS SACCONI (El Latín en C o lo m b ia , p. 179, nota 13): “ Se trata de una colección de es
critos varios de diferentes manos: tesis, conclusiones, versos, casos de moral, etc. Por una
anotación puesta en la hoja 65, se comprende tjue se formó en el Colegio de San Bartolo
mé. en la tercera década del siglo XVIII: la primera pieza, unas Theses de filosofía, tienen
fecha 9 de julio de 1731, V« h o c D.B. Coll. ’ Las piezas pudieron ser recogidas por algún
padre o colegial, por curiosidad propia o con destino al archivo de la institución” .
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
394
A la tarde
12.45 - 2 “ Descansar”
2-2,45 “Leer la vida de algún santo”
2,45 - 3 “Preparar la oración”
3 -4,15 Oración y examen de la oración. “ El modo cómo
se han de usar las criaturas” .
4,15-4,45 “ Rezar la corona de Nuestra Señora” .
4 .4 5 - 5,30 “Apuntar los propositos o rezar alguna devoción, o
examinarse para confesión general” .
5 ,3 0 -6 “ Leer lección espiritual y preparar la oración” .
6-7,15 Oración y examen de la oración. “Por sólo el peca
do mortal se pierde el último fin” .
7,15-7,45 “ ... ejercicios” .
7,45 hasta cenar: “hacer algún ejercicio devoto” .
“Después de cenar hasta la 9: hablar cosas espiri
tuales” .
9-9,15 “Leer los puntos” .
9,15-9,30 “Examen de conciencia y acostar” .
Anota a continuación los libros que eligió para leer durante los días
del retiro: “Ejercicios de San Ignacio” ; “Temporal y eterno” , o sea la
obra tan popular entonces: “De la diferencia entre lo temporal y lo
eterno” (Madrid, 1640) del P.Juan Eusebio Nieremberg S.J. “Vida del
P. Alonso Rodríguez” ; creemos que se trata de la “Vida, hechos y doc
trina del Venerable Hermano Alonso Rodríguez” (Madrid, 1638) escri
ta por el P. Francisco Colín, S J .; “Vida del P. Cíaver”5 y “Vida del P.
Baltasar Alvarez”67. En el comedor se leía: “El aprecio de la divina gra-
Casas de ejercicios
8 JUAN DE VELASCO, SJ.: Historia moderna del Reino de Quito y Crónica de ¡a Pro
vincia d e la Compañía de Jesús del mismo Reino, t. III, lib. 1, & 54. Cfr. LESMES FRIAS,
S.J.: Campaña de ejercicios en el antiguo Reino de Quito a mediados del siglo XVIII,
en Manresa 5 (1929) 263.
Oratorio de San Felipe de Neri, que había venido a Santafé a fundar una casa de su congre
gación. Este confesor le negó la absolución, lo que impresionó tan profundamente al virrey
que resolvió cambiar de vida y dejar el mundo.
No consta en los documentos que se conocen de estos años que un padre Grato rían o trata
ra de fundar una casa de su congregación en Santafé, La fecha de 1759 y el nombre de San
Felipe nos hace pensar en el P. Antonio Julián S.J. quien en este año de 1759 estableció la
congregación de Nuestra Señora de la Luz, una de cuyas obligaciones eran practicar los ejer
cicios espirituales ac San Ignacio, y para facilitarles a los congregantes esta obligación fundó
la casa de ejercicios de San Felipe.
En Santafé se distinguió como fervorosa promotora de los ejercicios doña María Clemen
cia de Caycedo, esposa del oidor Joaquín de Aróstcgui, y fundadora del Colegio de la Ense
ñanza. En un informe del cabildo de Santafé, fechado el 20 de septiembre de 1766, se dice
de doña María Clemencia que “ha mucho años que está dedicada a toda clase de ejercicios
de virtud y religión, particularmente en los que profusa expende el gasto de mantener en
un todo de su propio caudal ochenta y más mujeres, que dos semanas en cada un año se re
cogen por ocho días a tener los dichos ejercicios, asistiéndolas con su personal cuidado, lia
más de catorce años, con grande fruto de las almas” (MANUEL DEL SOCORRO RODRI
GUEZ): Fundación del Monasterio de la Enseñanza (Biblioteca de la Presidencia de Colom
bia, 44) p. 21,
12 HUGO RAHNER: Ideas para un fundamentación bíblica de la devoción al Corazón de Je
sús. en JOSE STIERLI: Cor Salvatoris (Herder, Barcelona, 1958) p. 53-81, ID.: Los co
mienzos de la veneración al Corazón de Jesús en la patrística; ibid. pp. 83-110.
13 JOSE EUGENIO DE URIARTE, S.J ..Principios del reinado del Corazón de Jesús en Espa
ña (Bilbao, 1912) pp. 83-85; ANTONIO ASTRAIN,S.J.: Historia de la Compañía de Jesús
en ia Asistencia de España, VII, 125 -126,
LA ESPIRITUALIDAD Y LA OBSERVANCIA RELIGIOSA
397
10 JUAN MANUEL PACHECO, S.J.: Los jesuítas de ¡a provincia del Nuevo Reino de Granada
expulsados en 1767, Ecclesiastica Xaveriana. 3 (1953) 33; JOSE DEL REY FAJARDO,
S.J.: Bio-bibliografia de los Jesuítas en la Venezuela Colonial, p. 395.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
398
24 Carta del corregidor de Ocaña, Fermín Dionisio Amado a] virrey, Ocaña, 15 mayo 1751;
ANB, Miscelánea, t. 89 (1635) fols. 736-737; MANUEL BENJAMIN PACHECO: M o n o
g r a f ía e c le s iá s tic a d e ¡a p a r r o q u ia d e O c a ñ a , en Biblioteca de autores ocañeros; H is to r ia d e
ia c iu d a d d e O c a ñ a , p. 229-230.
31 AGUSTIN DRIVE, S.J. MANUEL TARRE, S.J.: María y la Compañía de Jesús, (Torta-
sa, 1916) pp. 130-131.
JUAN MANUEL PACHECO, S, J.
400
La observancia regular
37 Archivo del Colegio de San Bartolomé, Documentos sobre el Concilio de 1774; JOSE M.
GROOT: Historia eclesiástica y civil de la Nueva Granada, II, 158.
38 Carta del P. Tirso González al P. Juan Martínez Rubio; 7 febrero 1699. 2a. carta; APT.
Cartas de losPP. Generales, leg. 132, fol. 67 v.
39 Carta del P. Tirso González al P. Martínez Rubio; 7 febrero 1699; 5a. carta; ibid. fol. 139 v.
40 Carta del P, Tirso González al P. Martínez Rubio; Roma, 12 marzo 1700; ibid. fo!. 155.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
402
halla el colegio” de Santafé y “lo mucho que a Dios nuestro señor se sir
ve con los frecuentes ministerios en que se ejercitan los sujetos” . En to
da la provincia reinaba la paz, la caridad y el fervor, junto con la aplica
ción a los ministerios, y de toda ella no había llegado una sola carta en
que se le avisase alguna falta que pidiese remedio41.
La visita del P. Sierra suavisó la demasiada rigidez que se notaba en
la provincia; concedió a los maestros y estudiantes vacaciones y paseos.
No faltaron quienes consideraran verdaderas relajaciones estas concesio
nes, y el padre general hubo de recordar el espíritu con que debe proce
derse en la Compañía42 .
Después de haber visitado a los colegios rindió el P. Me aun o un in
forme sobre el estado de la provincia, en él expone la facilidad que se
daba a los fieles en nuestras iglesias para la recepción de los sacramentos,
la atención espiritual a los moribundos, las visitas a las cárceles y hospi
tales. La predicación eran tan frecuente que el P. Sierra había ordenado
dejar algunos sermones para que “por menos frecuentes hiciesen más
impresión en los oyentes” . Aun los que miraban con desafecto a los je
suítas, añade el P. Meaurio, no debajan de venerarlos y apreciarlos por
su caridad para con todos.
En los colegios pequeños se notaban algunos descuidos. Para reme
diarlos había ordenado el P. Meaurio a los rectores celebrar una consul
ta de casa al fin del mes en la que se examinaran las faltas y se discutie
sen los medios para evitarlas43.
En 1725 elogiaba de nuevo el P. Tamburini el buen estado de la
provincia: “He tenido particular consuelo con los buenos infonnes que
se me han dado del buen estado en que se hallan en esa provincia la re
gular observancia y aplicación a los ministerios, en cuanto permite el
corto número de sujetos”44 , En otro sitio hemos copiado los elogios del
mismo P. Tamburini hechos pocos años después en carta al P. Diego de
Tapia45.
44 Cfr-pp.
Defectos
46 C f r .P . 136
48 Carta del P. González al P. Martínez Rubio; 7 febrero 1699, 6a. carta; APT. Cartas de los
PP. Generales, leg. 132, fol. 130.
49 Carta del P. Tamburini al provincial del Nuevo Reino; Roma, 6 enero 1707; ibid. fol. 185.
51 JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Bicr b ibiiografia délo s Jesuítas en ¡a Venezuela Colonial,
p. 407.
52 JUAN DE RIVERO, S. J.: Historia de ¡as misiones de los Llanos de Casanare y los río Meta
y Orinoco, 1.5 cap. 9, p. 349.
JUAN MANUEL PACHECO. S. J.
404
53 Carta del P. Tamburini al P. Sierra; Roma, 14 septiembre 1710; APT. Cartas de PP. Gene
rales, leg. 132, fol. 189.
54 Catalogo de la provincia del Nuevo Reino, 1711 ;Dimissi; ARSI, N.R, et. 0 .4 ,
56 Carta del P. Tamburini al P. Francisco Antonio Gorizález; Roma, 27 marzo 1723; APT.
Cartas de PP. Generales, leg. 132, fol. 268.
57 Cfr. p. 209-210
58 Cfr. p. 241
LA ESPIRITUALIDAD Y LA OBSERVANCIA RELIGIOSA
405
CQ
Carta del P. Tamburini al P. Provincial del Nuevo Remo; APT. Caitas de PP. Generales, leg.
132, fol. 230.
60 Carta del P. Retz al provincial del Nuevo Reino; Roma, 15 septiembre de 1736; ibid. fol.
348.
61
Carta del P. Retz al P. Francisco Antonio González; Roma, 31 diciembre 1731, 2 carta;
ibid. fo!. 305.
LIBRO III
ACTIVIDAD CULTURAL
CAPITULO I
LAS U N IVERSIDADES
I - LA UNIVERSIDAD JAVERIANA
La facultad de derecho
4 Fueron publicados por SALAZAR: op. cit. 757-766, HERNANDEZ DE ALBA: op. cit.
III. 41-52.
5 Sobre Pedro de Sarmiento Huesterlín cfr. JOSE MARIA RESTREPO SAENZ: Biografías
de los mandatarios y ministros d e la real audiencia, p. 447.
LAS UNIVERSIDADES
411
7 Ibid.
tedral. Váyase V.R. en este punto con muchísimo tiento y con esperas
muy largas” 10.
En el Consejo de Indias se habían traspapelado los expedientes
relativos a la fundación de las cátedras de derecho tanto de la Universi
dad Javeriana como de la Gregoriana de Quito, lo que atribuía el fiscal
injustamente a descuido de las audiencias por no haberlos remitido11.
Se resolvió pedir informes a ambas audiencias. La de Santafé respondió
el 3 de agosto de 1761 enviando una copia de la real cédula de 8 de ju
nio óe M Vri en Va que, ñafovs, aprobado los estatutos de la facultad
de derecho de la Universidad Javeriana y las actuaciones realizadas en la
erección de las nuevas cátedras12 .
Solo en abril de 1764 vino a negar el Consejo la petición del procu
rador de \a Coruvddra de iemU3 , En. Vos, años anteriores varios jesuítas
habían regentado interinamente las cátedras de derecho canónico, como
el P. Domingo Scribani en 175614 y en 1761 el P. Fernando Vergara15.
10 Carta del P. Miguel Angel Tamburini al P. Diego de Tapia; Roma, lo . junio 1729; APT,
Leg. 132, fol. 295.
12 Carta de la audiencia de Santafé al rey; Santafé, 3 agosto 1761; AGI, Santafé 395.
13 informe del fiscal del Consejo de Indias y decreto del Consejo del 5 de abril de 1764; AGI,
Santafé 395.
14 Catálogo breve de la provincia del Nuevo Reino, 1756; ARS1, NR. et Q. 4, fol. 347.
16 Carta de la audiencia de Santafé al rey; Santafé, 28 septiembre 1763, AGI, Santafé 395;
cfr. SALAZAR, op. cit. 680, nota 165.
17 ANB, Colegios, t. 3 (458) fols. 846-851; HERNANDEZ DF. ALBA: op. cit. III, 227-234,
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
414
18
ANB, Colegios, t. ] (456) fols. 503-556).
LAS UNIVERSIDADES
415
19 Carta del P. Tamburini al P. Francisco Antonio González, Roma, 27 marzo 1723; APT.
leg. 123, fol. 259.
20 Carta del P. Retz al P. González; Roma, 15 septiembre 1733;ibid. fol. 331 v.
21 Catálogos de la provincia del Nuevo Reino de 1751, 1753 y 1756; ARSI, NR. et Q. 4.
22 Catálogo de la provincia del Nuevo Reino de 1763; ARSI, NR. et Q. 4, fol. 349 v.
23 ANB, Misceláneas 130 (1676) fol. 892.
Señor:
Cumpliendo con vuestras reales leyes paso por esta a informar a
V.M. sobre la necesidad y falta de estudios de facultades mayores en
esta provincia. Es grande la falta de operarios evangélicos, y su causa
claramente es la falta de estudios. Están muy distantes las dos universi
dades menos remotas, pues así la de Quito como la de Santafé cada una
dista más de ciento y cincuenta leguas de caminos cuasi intratables por
sus montañas, desiertos, ríos sin puentes, páramos y valles de insufribles
calores. Por eso son pocos los que se determinan a buscar las letras que
les son tan costosas y aun con muchos riesgos de la vida.
Todo esto me ha movido, pareciéndome hacía una obra agradable
a las dos majestades, a convertir veinte mil patacones, que estaban desti
nados para la fundación de un colegio de la Compañía de Jesús en la
ciudad de Cartago o en la de Cali, en la fundación de estudios mayores
en esta ciudad, siendo de vuestro agrado. Dejó este legado don Cristóbal
Botín en su testamento para dicha fundación, con más veinte y cinco
mil patacones para la misma fundación26. De los veinte y cinco mil
dispone que en caso de no tener efecto una ni otra fundación, se apli
quen al hospital de esta ciudad, sobre cuyo adelantamiento estoy enten
diendo con vuestro vicepatrono.
La fundación del colegio de la Compañía de Jesús no tuvo efecto
en la ciudad de Cartago ni en la de Cali; y así para lograr el fruto un iver-
sal que de los estudios mayores resultaría a toda esta provincia, acordé
aplicar dichos veinte mil patacones a este fin en este colegio de la misma
Compañía.
Y para que sea con el mayor acierto y logro de mis deseos y de to
da esta provincia, suplico a V.M., como su humilde capellán, se sirva de
ampliar los privilegios de universidad a este dicho colegio, para que se
puedan conferir todos los grados correspondientes a las facultades que
se enseñaren; que siendo del agrado de V.M. como lo espero, será tam
bién de mucho bien para las almas de toda esta provincia y un eterno
monumento a vuestros reales favores”27.
La iniciativa del prelado no solo encontró entusiasta acogida entre
los canónigos sino en el cabildo de la ciudad. Los miembros de este,
encabezados por don José de Mosquera y Figueroa, representaba al rey
el “regocijo universal” por la determinación del obispo, y añadían que
no bastaba la cátedra de filosofía, sino que era necesaria una universi
dad con facultad para conferir grados28.
Desde el 19 de octubre del año anterior, 1744, se había comenza
do a dictar en el colegio la cátedra de filosofía.
El P. Francisco Retz, general de la Compañía de Jesús, escribiendo
al P. Carlos Brentano, provincial de la provincia de Quito, le decía:
32 Pareceres de los doctores José Joaquín de la Rocha (Popayán, 27 abril 1744), Fernando
Antonio Gómez de Molina (Santafé, 9 mayo 1738) y Antoniode Verástcgui (Santafé, 15
julio 1739), en A u t o s fols. 689 v - 697.
LAS UNIVERSIDADES
419
embebida en los 20.000 pesos una beca, para que por línea recta puedan
gozarla los dichos sus descendientes”33.
Pocos días después consignaba Valencia los 20.000 pesos, catorce
mil en moneda usual, y los 6.000 restantes a cargo de don Tomás Valen
cia, residente en Quito, quien los reconocería a censo. Los consignaba
“bajo la protesta de que si Su Santidad fuese servido de declarar que
pertenecen dichos veinte mil pesos al heredero del remanente que nom
bró dicho don Cristóbal, se hayan de devolver”34.
Como don Tomás Valencia no admitiese la libranza de los $ 6.000,
se obligó don Pedro Agustín a entregar la totalidad de los $ 20.000,
como lo hizo el 18 de junio de 1745.
Dos años después llegaba a Popayán el breve del Papa Benedicto
XIV, fechado en el Quirinal el 21 de agosto de 1746, en el que se de
claraba pertenecer a la herencia el legado de los S 20.00035. Inmediata
mente los presentó Valencia al obispo, señor Figueredo. Como en el
breve no se mencionase la conmutación hecha por el prelado, y se afir
mase en él que Botín no había consentido en ninguna conmutación,
aun en caso de que no se realizaran las fundaciones pretendidas, se orde
nó a Valencia probar este último punto. El pleito se continuó en un
ambiente que se hizo tenso y en el que no faltaron las frases hirientes.
La setencia, dictada el 23 de diciembre de 1747, mandó suspender la
ejecución del breve pontificio y absolvió al colegio de la devolución de
los $ 20.00036.
Valencia apeló ante el tribunal del arzobispo de Santafé; el arzo
bispo, que lo era don Pedro Felipe de Azúa, revocó la sentencia dada
por el tribunal eclesiástico de Popayán, por no entrar en las facultades
de los obispos el suspender las decisiones de los tribunales superiores37 ~
El P. Francisco Rauber, apoderado del colegio de Popayán, inter
puso apelación ante el obispo de Cartagena; y a su vez el apoderado de
Valencia reclamó a los jesuítas el pago de los intereses corridos de los
$ 20.000, intereses que ascendían a $ 9.000. En Cartagena se revocó, en
febrero de 1752, la sentencia del arzobispo de Santafé, y se ordenó tras
ladar la causa a los tribunales de Madrid y Roma.
38 Memorial del P. Jaime de Torres S.J. al Consejo de Indias; consulta del Consejo de Indias
de 16 febrero 1762: AGI,Quito, S97.
39 PEDRO VARGAS SAKZ, C.M.: H isto r ia d e l R e a l C o le g io S e m in a r io d e S an F rancisco de
A s i s d e P o p a y á n , p. 456.
Los grados
Los catedráticos
Los últimos catedráticos de la Academia de San José fueron los
PP. José Fernández52 de teología dogmática, José Garrido53 de teología
moral, y el conocido historiador ecuatoriano Juan de Velasco54 de filo
sofía. Del P. Garrido se cita en el inventario de la biblioteca del Colegio
de Popayán un manuscrito titulado “De scientia Dei” y un “Curso de
arte” o filosofía55.
El P. Mateo Folch era, en tiempos de la expulsión, prefecto de
estudios y director de la Escuela de Cristo56. Había nacido en Cambrils
(España) en 1722 e ingresado en la Compañía de Jesús en 174157. Fue
profesor de teología en la Universidad Gregoriana de Quito. De sus años
de profesorado se conservan varios tratados teológicos, como “Tracta
tus scholastico-theologicus de divina scientia media” , “Tractatus theolo
gicus de essentia et attributis Dei” , “Tractatus theologieus de quo divus
Thomas angelice disputavit, la. Parte a quaestione 50 ad 64 et alibi”58.
En Popayán se conserva otra obra suya: “Methaphysica aristotélica ad
mentem utriusque doctoris Angelici et Exmii, iesuitica methodo con
cinnata” 5960! El P. Folch murió desterrado en Ravena (Italia) el 7 de julio
de 17816?..
58 MIGUEL SANCHEZ ASTUDILLO, S.J.: Textos de catedráticos jesu ¡tas en Quito colonial,
p. 97.
59 PEDRO VARGAS SAEZ, C.M.: Historia del Real Colegio Seminario de San Francisco de
Asís de Popayán, p. 463 - 464.
60 JOSE JOUANEN, op. cit. II, 732.
LAS UNIVERSIDADES
423
TEOLOGOS Y FILOSOFOS
Biografía
B APT, Lctras annuas de la provincia del Nuovo Reìno de Granada... desdc cl ano 1694 hasta
fines de 98: APT, leg. 26.
9 CU. Los Jesttitas en Colombia. [1,219,
10 De usti et abusu doctrinae Divi Thomae prò Xaveriana Academia Collegii Sanctaefidensis
in Novo Regno Granatensi etc. Authore P. Joanne Martinez de Ripalda, Navarro ex urbe
Oiittensi, in eadem Academia Theologiae Professore, postea ejusdem Academiae et Collegii
Rectore, nunc misso Procuratore ad utramque Curiam Pontificiam ct Regiam Matritensem
... Leodii. Apud Guilielum Hernicum Strccl, Suae Serenissimae Celsitudinis Typographus.
MDCC1V, fol. 6 ff. pp. 244 et 346.
11 lin SOMMI RVOGEL: op. eit. V. 643.
12 LUiS C'ARLOS RAMIREZ, S.J.: Un libro, causa de una controversia, Ecclesiastica Xave
riana, (Hogota) 1 (1951) 295-298.
i
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
426
Los catedráticos
13
Cfi. p. lib. ti. Cap. 1. 450.
14 II, 263-264.
15
APC, Libro quinto de la Iglesia y sacrisi ia del colegio... de Santa fé, fot. 1 86.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
428
la cátedra, había también otro que daba, aunque en menos tiempo, lec
ciones de Sagrada Escritura” 16.
Era costumbre que un solo profesor explicara toda la filosofía en
el curso de tres años. Terminado el curso de filosofía este mismo profe
sor pasaba a explicar teología dogmática, primero como maestro de
prima y luego de vísperas. Sin embargo encontramos maestros de prima
que ocuparon esta cátedra por varios años, como el P. Pedro Choperena,
que es ya en 1748 catedrático de prima17 y lo sigue siendo en 176118.
La falta de textos impresos obligaba a los profesores a dictar, y
esto explica la relativa abundancia de manuscritos en que se han conser
vado sus lecciones copiadas por los alumnos19. La Ratio studiorum de
los jesuítas recomendaba no dictar si los discípulos podían cómodamen
te captar lo que habían de escribir; pero si se dictaba no debía dictarse
toda la lección de una vez sino ir dictando y explicando20.
San Ignacio ordenó en las Constituciones de la Compañía de Jesús
seguir la doctrina teológica de Santo Tomás21, pero como explicabais
Ratio no se trataba de seguirlo tan estrictamente que no pudieran apar
tarse de él en algunos puntos, ya que los mismos teólogos de la escuela
que se confesaba tomista se apartaban de él algunas veces22.
No debía el profesor proponer, en cuestiones de alguna importan
cia, opiniones nuevas sin consultar al prefecto de estudios, ni apartarse
del común sentir de los doctores, sino enseñar aquellas doctrinas más
recibidas en las universidades católicas23.
El P. Gilij, que estudió en la Universidad Javeriana, habla de los
PP. Jerónimo Godoy y Nicolás Cancela que dieron “una mejor forma a
las sutilezas de la filosofía peripatética” . Hubiera deseado, escribe,
“para el cultivo de los buenos talentos de los hispanoamericanos: geo
metría, por ejemplo, historia natural, historia eclesiástica, griego y he
16 FELIPK SALVADOR G1L1J: Ensayo de Historia Americana. Estado ptesente dela Tima
Erinne, p. 286.
19 Sobre estos manuscritos, cfi. JOSE MANL1EL RIVAS SACCON1; Et Latin en Colombia
(1949) p. 89-93.
24 Felipe Salvador G1LIJ: Ensayo de historia ame riatan a. Estado presente de la l'ierra Firme
(Bogotá, 1955), 284-285.
25 Catálogos 1678,1711.
26 Catálogos 1691.
33 APC, Libro 5o. de la iglesia y sacristía,., del colegio rie Santafé, fol. 189 v.; ARS1, Hlst.
Soc, 50.; Biblioteca Nacional de Colombia, Mss. 105; Libro de la iglesia y sacristía de este
colegio de Tunja... fol. 150.
35 Catálogo 1711.
36 Catálogo 1678.
41 Catálogo 1711.
42 a , é
Supl, catalogo 1715; APC„ Libro 5o. de la iglesia y sacristía.,, del colegio de Santafé, fol.
188 v.
45 Catálogo 1687.
46 Catálogo de 1691.
45 APC. Libio 5o. de la iglesia y sacristía... del colegio de Santafé, fol, 186 v.
50 JOSE MANUEL RIVAS SACCONI: op. cit. p. 101; FRANCISCO QUECEDO, art. cit. p.
268.
52 Catálogo 1711.
54 Catálogo 1691.
55 En diciembre de 1704 vende, como procurador del colegio de Santafé, un negro al alférez
Juan José Salas; ANB, Notaría 2a.,t. 92, fol. 316.
57 Catálogo 1711.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
432
59 Catálogo 1720.
60 JOSE RESTREPO POSADA; art. cit. p. 98, Carta del P. Tamburini al provincia!; Roma, lo
marzo 1727; APT, leg. 132,fol. 284 v.
61 APC. Libro 5o. de la iglesia y sacristía del colegio... de Santafé, fot, 137 v.
62 Cfr. JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Bio-bibliografía de los Jesuítas en la Venezuela Co
lonial, p, 483-484.
63 *
APQ, leg. 5.: Catálogo de tos sujetos de las Misiones del Nuevo Reino y Quito.
64 Expedición de 1705; JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Documentos jesuíticos relativos a
la historia de la Compañía de Jesús en Venezuela, III, 25.
66 Catálogo de 1718.
67 Informe del P. Juan Capuel; Casanare, 17 enero 1720, en JOSE DEL REY FAJARDO: op.
cit, li. 307.
TEOLOGOS Y FILOSOFOS
433
69 JUAN DE RIVERO, S.J.: Historia de las Misiones,.. (Bogotá, 1956) 1. 6, c. 7, p. 421. So-
bie la fecha, cfr. JOSE DEL REY FAJARDO, S.J. Bio-bibliografia... p. 484, nota 7.
Catalogo 1736; APC. Libro 5o. de la iglesia y sacristía del colegio,., de Santafé, fol. 109;
ARSI, Hist, Soc, 53,
72 JOSE MANUEL RIVAS SACCONI: op. cit. p. 105-106 ; FRANCISCO QUECEDO: art. cit.
P, 246,
74 Catálogo 1711.
75 Ib id .
76 Renuncia del P. Cataño a sus bienes; ANB, Notaría 2, t. 92, fot. 104, DANIEL RESTRE
PO, S.J,: El Colegio de San Bartolomé, p. 120-121.
77
Lista de ios ilustres alumnos del Colegio Real Mayor y Seminario de San Bartolomé...;
GUILLERMO HERNANDF.Z DE ALBA: Documentos para la historia de la educación en
Colombia, III, 78.
7S Catálogo de 1702,
JUAN MANUEL PACHECO, S. J,
434
81 Carta del P. Tamburini al P. Diego de Tapia; lo . junio 1729; APT, leg. 132,fol. 290.
82 Expedición de 1735; JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Documentos jesuíticos... 111, 32.
Catalogo 1736. En 1738 era superior de la residencia de las Nieves en Santafc (Catalogo
1738).
85 Firma como prefecto en 1743 el grado de maestro en filosofía de Rafael del Pulgar; ANB,
Notaría 1, t. 175, fo). 81-82.
87 JOSE DEL REY EAJARDO, S.J.: Bio bibliogra¡ia de los/esuitas en la Venezuela Colonial
p. 537-538.
88 Calálogo 17) I.
89 Catálogos 1684, 1691.
90 ,
Catalogo 1691. Sobre su viaje a Santo Domingo, cfr. 11,440-441.
TEOLOGOS Y FILOSOFOS
435
93 JOSE MANUEL RÍVAS SACCON'I: op. cit. p. 105-106; FRANCISCO QUHCEDO: art.
cit., 244-245.
97 Tbid. p. 247-248.
9» Ibid, p. 285.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
436
99 Catálogo 1736.
100 Expedición de 1723; JOSE DEL REY 1' AJARDO, S.J.: Documentos jesuíticos... 111,30.
101 Catálogos 1736 y 1738: Título del doctor Rafael del Pulgar; ANB, Notaría 1, t. 175, fol.
81-84.
1 C \1 *
Biblioteca Nacional (Bogotá) Mss. 105: Libro de la Iglesia y sacristía de este co le ro de
Tunja... fol. 157. En ARSI, Hist. Soc. 53, se da la fecha del 20 de enero de 1747.
103 Cfi. CARLOS SOMMERVOGEL: BiblíotM que de la Compagnie de Jesús, Vil 1,1035-1036
Expedición de 1705; JOSE DEL REY I'AJARDO. S.J.: Documentos jesu i tic os... 111, 24.
11 8 L ibrode la iglesia y sacristía de este colegio de Tunja... Biblioteca Nacional (Bogotá) Mss.
105, fol. 162 v.
114 JOSE DEL REY FAJARDO: Bio-bibliografía de los Jesuítas en la Venezuela Colonial, p.
475-477.
120 Libio de la Iglesia y sacristía de este colegio de Tunja... Biblioteca Nacional (Bogotá) Mss.
IOS, fol. 160.
121 Renuncia de sus bienes; Santafé, 26 marzo 1732; ANB, Notaría 3, t. 146, fol. 340, 338 v.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
438
127 Libro de la Iglesia y sacristía de este colegio de Tunja... Biblioteca Nacional, i Bogotá), Mss.
105, fol. 162.
128 Expedición de 1749: JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Documentos jesuíticos... 111,41.
133 Catálogo 1736, Renuncia de sus bienes; ANB, Notaría 3, t. 160, fol. 4.
TEOLOGOS V FILOSOFOS
439
Era hermano del Dr. José Javier de Choperena; cfr. carta del p. Pedro al virrey Messía de
la Cerda; Santafé, 1 septiembre 1762; ANB, Empicados públicos, Miscelánea, t. 27 { 1 151)
fol. 716.
136 Grado de Rafael del Pulgar: 31 julio 1743: ANB, Notaría 1, t. 175, fols. 81-82.
141 Expedición de 1735; JOSE DF.L REY FAJARDO, S.J.: Documentos jesuíticos... III, 32.
148 Expedición de 1743: JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Documentos jesuíticos,,. Ili, 37.
149 Catálogo 1763. Cfr, JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: Rio-blibliografía de los Jesu (tas en
la Venezuela Colonial, p. 425-427.
150 FRANCISCO QUECEDO: art. cit. p. 254.
151 fbid.p. 253-255.
Catálogo 1763.
163 Expedición de 1743; JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.; Documentos je s u ític o s ... III, 39.
169 Cfr. JOSE DEL REY FAJARDO, S.J.: 8 io-bibliografía de los Jesuítas en la Venezuela
Colonia], p, 200-201.
170 Renuncia de sus bienes: ANB, Notaría 2, t. 115, fols. 334-335; GABRIEL ARANGO ME-
JIA; Genealogías de Antioquia y Caldas, (2 ed. Medellín, 1942) pp. 319-320; JOSE MA
NUEL RIVAS SACCONI: El Latín en Colombia, p. 108, nota 62.
171 MARIA RITA LOPEZ PARDO: Los Jesuítas en Maracaibo, apend. n. 20; en Missionalia
Hispánica (Madrid) 16 (1959) 115;Catálogo de 1751.
175 Catálogo de Archimbaud, n. 4472, en JOSE DEL REY FAJARDO, S.J. Bio-bibliografía...
p. 201.
17® FELIPE SALVADOR GILU: Ensayo de Historia Americana. Estado de Tierra Firme,
p. 364.
TEOLOGOS Y FILOSOFOS
443
177 Catálogos de 1736 y 1763; Expedición de 1735, en José DEL REY FAJARDO, S.J.: Do
cumentos jesu ¡ticos... 1M. 34.
184 JOSE MANUEL GROOT: Historia, (2 ed. 1890) II, Apend. n. 9, p. XXX
CAPITULO III
3 Que el autor sea un jesuíta aparece en el colofón, en ci que dedica la obra a "nuestro santo
Padre Ignacio, al Angélico Doctor Santo Tomás de Aquino y al patrono de todos los estu
diantes, el angélico joven Luis (Gonzaga)”.
En el fol. 9S v., n. 25, refiriéndose a la aurora boreal,escribe: es "splendor extraordinarias
noctu apparens, et occupans ferme totum tractum septentrionis, uf vidim lis anno 1726".
Esta afirmación hace pensar en que su autor es un jesuíta del norte de Europa, pero en es
tos años ninguno de ellos aparece como profesor de filosofía. Tal vez la frase hay que tra
ducirla: “como sevió en el año 1726”.
4 El P. Ferraro figura como profesor de filosofía en los catálogos de ia provincia del Nuevo
Reino de 1753 y 1756.
LOS MANUSCRITOS JAVERIANOS
445
5 Fol. 63.
6 lames Ushcr o Ussher (1581-1656), prelado anglicano inglés; entre sus obras se encuentran:
Armales veteris e t novi testamenti (1650-1654) y Chronologia sacra (Oxford, 1660).
7
Fol. 65.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J
446
9 Foi. 7 4 ,0 .1 4 .
10 Ibid.
12 Claude François Milliet de Chales, S.J., nacido en Chambert (Francia) en 1621 y muerto
en Turin en 1678. Notable matemático nombrado por Luis XIV profesor real de hidrogra
fía en Marsella. Escribió: Clirsus seu Mundus Mathematicus en tres volúmenes; Euclidis
ciernen torum libri octo (Lyons, 1660) y Principes généraux de la géographie mathématique
(Paris, 1672).
i a
Benito Feijoo, religioso benedictino español, nacido en Casdcmiro (Orense) en 1676 y
muerto en Oviedo en 1764. Sus Cartas eruditas y curiosas y su Teatro crítico universal,
fueron muy conocidas en el Nuevo Reino. El autor cita el diálogo 8o. del tomo primero
del Teatro Crítico titulado: Astrologia judiciaria y almanaque.
LOS MANUSCRITOS JAVERIANOS
447
14 Fol. 78, n. 6.
15 Fol. 78, n. 8.
16 Christopher Scheiner, S-i-, jesuíta alemán (1575-1650), brillante matemático, físico y as
trónomo. Publicó numerosas obras, entre ellas, Refractionés Coelestes (Ingolstadt, 1617,
Rosa Ursina sive Sol (Bracciani, 1626-1630), Pantographica (Roma, 1631), etc.
17 1-01.79. n. 14.
19 Fol. 7 9 v ,n . 16.
20
Fols. 80 v- 81.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
448
21, no son pocos los avances cintíficos que conoce. Así, por ejemplo, al
hablar de la figura y magnitud de la tierra, habla de las dos expediciones
que midieron los arcos del meridiano terrestre, una en las proximidades
del ecuador, en la que tomaron parte los franceses Luis Godin, y Carlos
María de LaCondamine, y los españoles, Jorge Juan y Antonio de UUoa,
y la otra, dirigida por Pedro Luis Moreau de Maipertuis y Andrés Celso,
sueco este último, en la región de Laponia.2122. Poco antes ha hablado de
las experiencias de Cristian Huygens e Isaac Newton sobre el achata-
miento del globo terráqueo23.
Después de la tierra trata del agua, segundo elemento de la filoso
fía aristotélica. Su naturaleza, dice, es muy oscura, y algunos creen que
el agua y el aire son de la misma naturaleza; el agua no sería más que
aire condensado, y el aire, agua enrarecida.
Era entonces un enigma el explicar el origen de las fuentes; el autor
expone las diversas teorías entonces en boga.
Pasa luego al aire. No admite que sea cálido y húmedo como quería
Aristóteles, sino que por su naturaleza no es cálido ni frío, sino que
esto depende de los corpúsculos que nadan en él. Sostiene que el aire es
pesado, aunque no lo sintamos, y se refiere a las experiencias de] físico
Edmundo Manotte sobre la dilatación del aire24.
Explicando la naturaleza del fuego, cita entre otras, la opinión de
los cartesianos que creían que consistía en ei movimiento rápido y pe
renne de materias de todo género. Habla de la importancia del aire para
encender, aumentar y conservar el fuego conforme a las experiencias
hechas en la máquina neumática25.
De la luz, escribe, nadie ha disputado mejor que nuestro Francisco
María Grimaldi26, a quien se deben valiosos experimentos. Después de
Grimaldi, Newton añadió mayores esclarecimientos sobre estas cosas de
la luz, que son oscurísimas. Para Newton la luz es un cuerpo muy diver
22 Fol. 83, n, 7.
23 Fol. 82, n. 2.
24 l ol. 93, n. 7.
25 Fol. 93 v. n. 10.
26 Francesco María Grimaldi, S.J., nacido en Bolonia en 1613 y muerto en la misma ciudad
en 1663. F u e uno de los grandes matemáticos de su tiempo y un experto observador, espe
cialmente en el campo de la Optica. Su obra, Physico-mathesis de lurriine, coloríbus et iride
(Bolonia, 1665) fue publicada después de su muerte.
LOS MANUSCRITOS JAVERIANOS
449
27 Fol, 94. n, 15, Olaf Roemer (1644-1710), astrónomo danés, determinó la velocidad de la
luí, aprovechando las inmersiones y emersiones de los satélites de Júpiter en el cono de
sombra proyectado por el mismo planeta.
39 Fol. 98 v, n. 20. Hermán n Boerhaave (1668-1738), médico holandés, profesor en Ley den.
31
Biblioteca Nacional (Bogotá), Mss. 17. En el fol. 5: “Dictamen del Padre Rector de el
Colegio”. Era rector el P. Lorenzo Tirado.
LOS MANUSCRITOS JAVERJANOS
451
experiencia y práctica, pues la mayor parte de los años de nuestra razón
los hemos pasado en el gustoso y suave retiro que prescribe nuestra reli
gión, en los años de tareas de estudio, sino apenas ofrecernos más prác
tica que la que consigo lleva la sociedad de religiosos en actos de comu
nidad, que se viene a reducir a ciertos peculiares estilos que no pueden
prescribirse a todos”3132.
La forma que eligió es la de un diálogo entre un ya experimentado
colegial y un joven de trece años recién llegado al colegio. El método,
escribe, se encamina a proponer en boca del experimentado colegial,
padrino de beca, al nuevo ahijado “una idea cabal de un jóven noble ad
mirable y respetable de toda la república, de aquel número que tarde
amanece y duran poco, verdadero dechado de nobleza, que en sus obras
transcribe más que en el nombre”33.
Comprende siete diálogos en los que va tratando “de lo que ha de
guardar en su persona y lo que le pertenece” (diálogo 2o.), “lo que debe
guardar con los de casa” (diálogo 3o.), “loque debe guardar en losactos
o funciones de comunidad” (diálogo 4o.), “lo que debe guardarse fuera
de casa” (diálogo 5o.), “lo que debe guardarse en las visitas de estrado o
damas” (diálogo 6o.), “de las atenciones ordinarias” (diálogo 7o.).
Todo en el colegio es diferente y nuevo para el recién llegado. “Me
parece, dice este, haber entrado en un mundo nuevo y muy distinto del
que yo he visto y en que estuve siempre. Gente nueva, nuevas caras,
nuevo modo, nueva lengua, nuevo andar, nuevas costumbres en casa para
mí nueva, todo se me hace nuevo, y así no sé que me está sucediendo”34.
Más adelante manifiesta el joven colegial su admiración por sus
condiscípulos:
“Todo me gusta y me admira, parte por nuevo, parte por ser en sí
tan gustoso. Un porte tan serio y circunspecto, un rostro tan afable, un
modo tan atractivo, unos pasos tan mesurados, acciones tan medidas,
unas palabras tan cultas, un estilo tan limado, unas conversaciones tan
doctas, un trato tan humano y tan cortés, nada tosco, nada vulgar, nada
común con la plebe, y nada que no sea indicio de grandes sentimientos;
todo me causa gran novedad, pero gustosa, y solo siento que atrayén
dome la voluntad como un encanto es para m í, pues no sé distinguir en
qué consiste, que solo de ver a los colegiales me lleno de veneración y
respeto, que por una parte me retira de ellos, avergonzado de no ser así,
y por otra me atraen de gusto de sus acciones”35.
31 Fols. 3 - 3v.
33
Fol. 3v.
34
Fol. 5 v.
35
Ibid.
JUAN MANUEL PACHECO, S .J.
452
36 Fot 41 v. El autor llega a afirmar: "El Colegio es el non plus ultra en virtud, unión, apre
cio, atención, cortesanía y letras como lo tiene la pública voz en toda la ciudad” (fol. 50).
37
fo l. 4 3 .
LOS MANUSCRITOS J AVERIANOS
453
38 fol. 41.
39 fol. 4 v.
40 fol. 19-19 v.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
454
los labios para no reirse, y cuando acabó, preguntó el huésped qué le
parecía aquel café, que era de nueva provisión, a lo que respondió:
especial, señor, mándeme traer un poco más” .
“Vaya padrino, comenta el nuevo colegial, que eso es fábula de
Esopo. ¿Cuándo yo creo este conjunto de rusticidades?”41.
No todas las costumbres de la época las aprueba. Así censura el
“arrodillarse ante las damas para hablarles más de cerca en los estrados,
y así hacerlas viento con abanicos, y darles el refresco en esa postura,
y otras malditas modas que cada día inventan chiribelos sospechosos de
ateístas en las mismas invenciones”42.
El autor se muestra un buen conocedor*le la literatura latina, espe
cialmente de sus poetas, y son numerosas las citas de Horacio, Virgilio,
Ovidio, Marcial, Catulo, Juvenal, etc., con que corrobora sus enseñanzas,
poniéndolas ya en labios del padrino, ya en los del joven gramático. La
obra termina con dos largos trozos de poesía, debidos el uno a Virgilio
y el otro a Ovidio.
¿Quién es el autor? No aparece su nombre en ningún sitio del ma
nuscrito. Los datos que nos da sobre su persona son los de haber abra
zado muy joven la vida religiosa, haber vivido como pasante en el
colegio de San Bartolomé durante tres años, y el estar estudiando en
1764 el segundo año de teología.
En los años de 176343 y 176444 era pasante en el colegio de San
Bartolomé el P. Ignacio Julián, a quién con mucha probabilidad se puede
atribuir este escrito. Había nacido en Camprodón (España) el 27 de
enero de 1737 e ingresado en la Compañía de Jesús en la provincia de
Aragón, el 13 de mayo de 17 5545, a la edad de 18 años. Era hermano
de los PP. Antonio y Javier Julián, que como él vinieron al Nuevo Reino.
Después de haber hecho sus años de magisterio, como profesor de lati
nidad, en la Universidad de Cervera, vino a América en la expidición de
176O46. En Santafé hizo sus estudios de teología, y a la ve2 fue pasante
de filosofía en el colegio de San Bartolomé. Ya sacerdote, fue ministro
41 foL 4 8 v.
42 fol. 49.
44 Informe del P. Manuel Balzátegui al virrey; Santafé, 17 febrero 1764; AGI, Santafé 675.
45 Catálogo de 1763.
4-6
MARIA RITA LOPEZ PARDO Los Jesuítas en Maracaibo, Apéndice documental, n. 20;
en Missionalia Hispanica (Madrid) 16 (1959) 115.
CAPITULO IV
P. JUAN DE RIVERO
Escribió una necrología del P. Rivero, a raíz de su muerte, el P. Francisco Antonio Quiros,
que se ha perdido. Más tarde el P. José Cumilla publicó en Madrid en 1739, en un folleto,
una más completa biografía con el título: “ Breve noticia de ia apostólica y exempiar vida
del angelical y V.P. Juan Ribero, de la Compañía de Jesús, missionero de indios en los ríos
de Cazanare, Meta y otrasvertientes del gran río Orinoco, pertenecientes a la provincia del
Nuevo Reyno”. Esta biografía la incluyó luego don Juan de Alea en su edición del Teatro
del Desengaño (Córdoba, 1742), p, 1-50; y ai ser reeditada esta misma obra en Bogotá en
1956, file nuevamente reproducida (p, 11-35). La última edición es la del P. José del Rey
en: JOSE GUM ILLA: Escritos varios (Caracas, 1970). p. 21-54. Citamos esta última edición.
Sobre el P, Rivero y sus obras pueden consultarse: Un libro curioso y útil, Papel Periódico
Ilustrado (Bogotá), 1 (1882)· 260-262; DANIEL RESTRF.PO S.J.: La Compañía de Jesús
en Colombia, p. 394-396; MARIO GERMAN ROMERO: El P. Juan Rivero y ei Teatro del
Desengaño, Revista Javeriana (Bogotá) 46 (1956) 37-60; JOSE DEL REY, S.J.: “El Orino
co y un clásico colonial ”, Sic (Caracas) 20 (1957) 258-260; ID: A portes Jesuíticos a la
filología colonial venezolana (Caracas, 1971) I, 214 216, 311-315; ID. Bio-bibUografia de
los Jesuítas en la Venezuela Colonial (Caracas, 1974) p. 462-465.
P. JUAN DE RIVERO
457
Ingresó en el noviciado de Sevilla el 22 de octubre de 1703, con la
intención de pasar como misionero a la provincia del Nuevo Reino. Al
partir para el noviciado no quiso pasar por su patria Miraflores, pero su
madre, doña Josefa de Badajoz2, vino a verle a Madrid y le dio gustosa
su bendición3.
En 1705 se embarcó para América junto con el entonces escolar
José Gumitla, su compañero en las misiones y futuro biógrafo. La rese
ña que de Rivero se hizo en la Casa de Contratación le describe como
“blanco, buen cuerpo, frente grande”4 .
Terminó sus estudios eclesiásticos en Santafé de Bogotá, y en esta
misma ciudad recibió la ordenación sacerdotal. Su primer apostolado
fue el de misionero rural por los actuales departamentos de Boyacá y
Santander; dejó consignadas sus experiencias en un “gran cuaderno”
que conoció Gumilla en el archivo de la provincia5. Destinado al colegio
de Pamplona, desempeñó allí los cargos de profesor de gramática latina,
predicador y operario. En esta ciudad recibió clases de pintura, arte que
le iba a ser muy útil en las misiones.
Por sus quebrantos de salud fue trasladado al colegio de Honda,
pues se pensó que un clima cálido le vendría mejor, y de Honda pasó a
Mompós con los mismos oficios de profesor de gramática y operario. Se
encargó además de la congregación de Nuestra Señora de los Dolores6.
El catálogo de la provincia de 1718 lo reseña entre los moradores de es
te colegio7. En mayo de 1719 escribía el padre general, Miguel Angel
Tomburini, al P. Meaurio, Provincial: “Pídeme el P.Juan Rivero licencia
para ocuparse continuamente en las misiones, en los lugares que están
alrededor de las ciudades donde hay colegio. Remito a V.R., quien se
gún el talento y prenda del sujeto le podrá ocupar en este ministerio,
dándole este consuelo en cuanto pudiere” ' . AI mismo P. Rivero le es-
2 El nombre de los padres del P. Rivero consta en la renuncia de sus bienes que este hizo en
Santafé en 1707; ANB, Notaría 2, t. 96, fol/314.
4 AGI, Contratación 5548, JOSE DEL REY: Documentos Jesuiticos relativos a ta historia
de la Compañía de Jesús en Venezuela, 111, 25.
cribió el padre general: ‘Tengo por bien dar gusto a V.R. y así se lo in
sinúo al padre provincial de esa provincia” 8.
Llamó el p. Francisco Antonio González, sucesor del P. Meaurio,
al P. Rivero a Santafé. Los consultores de provincia aconsejaron que se
le dejara en el colegio de esta ciudad con el cargo de ministro para “po
ner a vista de nuestros estudiantes un vivo ejemplo de toda regular ob
servancia” 9 , pero el provincial decidió destinarlo a las misiones délos
Llanos.
En el viaje a los Llanos se extravió en los riscos de la cordillera, en
el llamado Volador de Cravo, y a especial providencia de Dios se atribu
yó el que hubiera podido salir a Cravo101.
Comenzó su vida misionera en la reducción de San Francisco Javier
de Macaguane, en donde se dio con ahinco a aprender las lenguas airico
y girara. En la primera era su maestro un indio, Pedro Guitarra, y en la
segunda un misionero que vivía a siete leguas de distancia, y de quien
iba a recibir clase todos los jueves. A los nueve meses ya podía explicar
la doctrina cristiana en ambas lenguas y oir confesiones.
Hizo su profesión religiosa en diciembre de 1721, y al año siguien
te partía para San Francisco Javier de Guanapalo a ayudar al P. Cavarte.
En la parte dedicada a las misiones hablaremos más detenidamente de la
labor del P. Rivero en esta reducción. Allí desplegó sus dotes de músico
y de pintor, y en sus excursiones apostólicas llegó hasta el río Guaviare.
El P, Gumilla dejó este retrato del P. Rivero de misionero itinerante:
“El avío se redujo siempre a casabe o pan de palo, maíz tostado
y alguna carne seca a fuerza de sol; su traje: esclavina, bordón, y los pies
defendidos por unos alpargates, que en breve le dejaban descalzo, un
breviario, y un libro espiritual en una alfoijiila que terciaba al hombro”
11 _
En 1725 podía escribir el P. Tamburini al padre provincial: “En el
informe repetido que tengo del feliz estado y progresos de las misiones,
me he llenado de gozo viendo las nuevas reducciones formadas y los que
cada día acuden para ser instruidos en nuestra sata fe;con singularidad
me informan del infatigable celo del p. Gumilla, superior de ellas, y de
lo mucho que también trabaja el P. Rivero” .
En 1730 entró el P. Rivero a ejercer el cargo de superior de las mi
siones, Al nombrarlo superior, encargaba el P. Tamburini al P. Diego de
12
Tambutini a Tapia, lo . junio 1729; APT., Cartas de PP. Generales, leg. 132, fol. 288.
13 J. GUMILLA: Breve noticia.. . n. 24-27, p. 46-50.
14
Ibid. n. 21, p 45.
15
Libro de la Iglesia y sacristía de este colegio de Tunja... Biblioteca Nacional (Bogotá),
Mss. 105, fol. 153 v.
16
J. GUMILLA: Breve noticia. .., n. 22, p. 45-46.
17
Breve noticia... n. 16, p. 37.
18 Ibid. p. 38.
19
Jbid. n. 20, p. 43.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
460
21 JOSE DEL REY, S.J.: Aportes jesu ¡ticos a la filología colonial venezolana, I, 305-306.
El P, Del Rey ha reeditado e! “Arte y vocabulario de la lengua achagua... Sacado de lo que
trabajaron los Padres Alonso de Neira y Juan Ribero de la Compañía de Jesús. Trasuntado
en el Pueblo de Sn, Juan Francisco Regis. Año de 1762". Para esta edición se ha valido de
los dos manuscritos existentes, el uno en la Biblioteca de Palacio de Madrid, publicado en
la colección “Lenguas de América" y el segundo en la Biblioteca Nacional de Bogotá. Se
encuentra en A pones ¡estíficos, II, 25-182.
22 “Theatro de el Desengaño, en que se representan las verdades eath ó lie as, con algunos avisos
espirituales a los estados principales, conviene a saber, Clérigos, Religiosos y Casados, en
que se instruye a los mancebos solteros, para elegir con acierto su Estado, y para vivir en el
ínterim en costumbres Christianas. Obra pósthuma escrita por el V.P. Juan Ribero, religioso
profeso de la Compañía de Jesús, Missionero Apostólico y Superior de las Misiones de
Orinoco, Meta y Casanare, que cultiva la Provincia del Nuevo Reino, en la América Meri
dional. Dala a luz el Doct. D. Juan de Alea y Estrada, Chantre de ia S. Iglesia Metropolitana de
Santa Fe de Bogotá, Prefecto y Director de la Venerable Congregación de la Escuela de
Cristo, Hermanos y Esclavos del Señor, instituida con authoridad Apostólica en el Sagrario
de dicha Santa Iglesia. Y la dedica a todos los Hermanos de dicha Congregación,
En Córdoba: En el Taller Divino de las Letras del Colegio de N.S. de la Assumpción, por
Juan Pedro Crispo y Antonio Serrano".
La tasa, firmada por don Miguel Fernández Munilla, escribano de cámara del Consejo, esta
fechada el 22 de enero de 1742. 18,5 x 13,5 cms; 8 + 696 pp
“Theatro de el Desengaño” Bogotá, 1956; 24 x 16 cms, XXXIX, 381 pp. (Biblioteca de la
Presidencia de Colombia, 26). Citamos esta última edición.
25 Ibid. p. 43.
“Ya sé que Vmd. tiene devociones y que suele dar de vez en cuan
do su cornadillo a los pobres. Esto es bueno. Que reza su rosario a la
Virgen y trae su escapulario. Esto es bueno. Que es devoto de nuestro
Padre San Pedro y de Santa Bárbara. Esto es bueno. Que tiene otros
muchos santos de su devoción, y que anda cargado de medallas, y se
precia de tener muchos santos en sus salones. Esto también es bueno.
Ya sé también que se fía de estas sus devociones Vmd. para darse más
libremente a sus liviandades, Esto es mal. Padre Sacerdote: si son sus
devociones de esta data, mucho me temo que con todas sus devociones
se le ha de llevar el diablo. No hay ramera, ni ladrón que no tenga su
devoción, dice el refrán castellano; y es cierto que, después de todo eso,
está lleno de rameras y ladrones el infierno” 2®.
31 Ibid. p. 119.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
464
y entre las causas que han preparado esta caída da especial importancia
a la tibieza. Los últimos capítulos de este libro los consagra a los escrú
pulos y a sus remedios.
El tercer libro está consagrado a instruir a los casados en sus debe
res; los previene especialmente contra los celos, y les da sabios consejos
para la educación de los hijos.
Finalmente en el último libro enseña a los solteros a dominar sus
pasiones, a huir de las malas compañías, a luchar contra las malas cos
tumbres y a evitar las ocasiones de pecado.
Las numerosas referencias y citas que hace de autores religiosos y
profanos, antiguos y modernos, causa sorpresa si se tiene en cuenta el
lejano y retirado sitio en que escribía, a orillas de! río Meta.
Mons. Mario Germán Romero, al analizar detenidamente esta obra
del P. Rivero, escribe que sus numerosos capítulos “son una serie de
conversaciones familiares, llanas, sencillísimas, pero nunca bajas ni in
cultas, mucho menos vulgares o chocarreras. Allí todas las gradaciones
de estilo, alto y bajo, llano y vehemente; todas las formas retóricas o
artísticas a que se suele acudir en la conversación familiar, al alcance del
vulgo. Su Imaginación rica y pintoresca, era pintor, le sugiere mil medios
para explicar e! pensamiento con singular viveza y claridad”. Y concluye:
“En suma, se trata de un libro profundo, delicioso, que se deja leer,
salpicado de gracia e ironía, y que merece un concienzudo estudio de
parte de los lingüistas y gramáticos” 32.
El Teatro del Desengaño lo hizo publicar en Córdoba (España) en
1742 el doctor Juan de Alea y Estrada, chantre de la catedral de Santafé
y director de la Escuela de Cristo de la misma ciudad, a quien le envió el
manuscrito original un misionero de los Llanos33. Lo hizo preceder de
la biografía del P. Rivero escrita por el P. GumiUa34.
Jorge Luis Arango lo reeditó en 1956 en la “Biblioteca de la Presi
dencia de Colombia”, y le puso por prólogo el estudio de Mons. Mario
Germán Romero, publicado en la Revista Javeriana35.
“Historia de las misiones de los Llanos de Casanare y los ríos Ori
noco y Meta. En 1728 acometía el P. Rivero la redacción de esta histo-
32 MARIO GERMAN ROMERO: El Padre Juan Rivero y el "Teatro del desengaño” , Revista
Javeriana, 46 (1956) 59-60.
33 El doctor Juan de Alea y Estrada nació en Santafé en 1675; fue colegial de San Bartolomé
y obtuvo el título de doctor en teología en la Universidad Javeriana. Ingresó en el capítulo
de la catedral de Santafé en 1726. Murió en esta misma ciudad el 26 de febrero de 1748;
JOSE RESTREPO POSADA: Arquidiócesis de Bogotá. Cabildo Eclesiástico, pp. 83-84.
ria por orden del P. Diego de Tapia, provincial. Del archivo de Santafé
le llegaron relaciones, cartas y otros documentos escritos “por los mis
mos misioneros que fundaron los pueblos” 36.
En la introducción de su obra pide el P. Rivero disculpas por los
defectos de esta:
“Mi estilo es tosco sin arte; sírvame de disculpa sobre mí corta
habilidad el sitio donde se ha escrito, sobremanera incómodo; las ribe
ras del Meta han sido el taller en que se forjó esta obra... No es pequeño
estorbo el poco uso de la lengua castellana que por acá se hace, pues
con la necesidad de tratar a estas gentes en sus idiomas bárbaros, se
beben insensiblemente sus modos tosquísimos de hablar y se olvidan los
propios” *
31.
36 JUAN RIVERO: Historia de las Misiones de los Llanos de Csanarc y los ríos Orinoco y
Meta (Bogotá, 1956), Al lector, p. XIIi.
31 Ibid., p. XIV.
JIJAN MANUEL PACHECO, S. 3.
465
P. JOSE GUMILLA
Biografía1
* Para una bibliografía más amplia sobre el P. Gumilla, véase: JOSE Del REY, S.J.: Estudio
prelem im r a P. JOSE GUMILLA: Escritos varios (Caracas, 1970), p. XI- XVI. Sobre el P.
Gumilla pueden consultarse: M. BRICEÑO IRAGORRY; Historiadores de Indias. P. José
Gumilla, en Boletín de la Academia Nacional de la Historia (Caracas), 14 (1931) 1-7; E,
OTERO D ’COSTA: El Padre José Gumilla, en Senderos (Bogotá), 1 (1934) 131-134; J.R.
ARBOLEDA, SJ.: El P. José Gumilla, S.J. y su obra, Introducción a El Orinoco Ilustrado
(Bogotá, 1944) p. IX-XX; C. B AYLE, S.J.: El Padre José Gumilla y su libro, Introducción
a El Orinoco Ilustrado (Madrid, 1945) p. XIII-XXTV; L A CUERVO: Retrato del Padre
José Gumilla, en BHA, 32 (1945) 638-640; R. TOVAR ARIZA; Elogio del Padre José
Gumilla, en BHA 32 (1945) 641-653; D. RAMOS PEREZ: Un plan de inmigración y libre
comercio defendido por Gumilla para Guayanaen 1739, en Anuario de Estudios America
nos (Sevilla), 15 (1958) 201-224; El etnógrafo Gumilla y su grupo de historiadores. Nue
vos datos sobre las obras misionales de éstos al mediar el siglo XVIII, en Miscelánea P. Ri-
vet, México, 1958, II, 857-869; P. OJER Gumilla, Evangelizador del Orinoco, en SIC (Ca
racas), 13 (1950) 379-381.
J. DEL REY, S.J.: El Padre José Gumilla, S.J.: un sociólogo audaz y un americanista ol
vidado, en Revista Javeriana (Bogotá) 50 (1958) 5-22; Gumilla y su obra literaria, en Sic
(Caracas) 26 (1963) 323-324; J. M. Barradas: Unas cartas desconocidas del Padre José
Gumilla, 1740-1741, en Archivum Historicum Societatis Iesus (Roma, 1968) 37 (1968)
418-426; J, DEL REY, S.J., Estudio preliminar a JOSE GUMILLA S.J. Escritos varios
(Caracas, 1970) p. XVII-CIX, D. RAMOS PEREZ: Estudios de Historia Venezolana (Ca
racas, 1976).
En las notas siguientes serán citados otros estudios.
2 FRANCISCO MATEOS, S.J.: La patria del Padre José Gumilla, en Razón y Fe, (Madrid),
148(1953) 79-82.
3 VICENTE J¡MENO, Escritores del Reino de Valencia, II (Valencia, 1749) 285, apud F.
MATEOS: art. cit. p. 79-80.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
468
4 APQ. leg. 5.
14 Carta del P. López al rey; Cartagena, 10 octubre 1735; AGI, Santafé 289; J. GUMILLA:
Escritos varios, p. 294.
15 agregándose a esta feligresía los expresados indios, aceptaré bajo de esta condición el
título de tal capellán, por tener para ello comisión de mi provincial Jaime López, con lo
cual por lograr la conversión y enseñanza de dichos gentiles se hará cargo la provincia del
Nuevo Reino de la Compañía de Jesús del cultivo espiritual de esta infantería y feligresía
que hubiere, y no en otra forma...” ; Memorial a Gumilla al gobernador Sucre; AGI, Santa-
fé 289.
18 Carta del P. Retz al P. Francisco Antonio González, 15 septiembre 1733; APT. Cartas PP.
Generales, leg. 132,fol. 352.
33 ANB, Gobierno, t. 5, fot 1S. Véase la carta íntegra en JOSEGUMILLA: Escritos varios, p.
174-176.
34 E1LIPPO SALVATORE GILIJ; Saggio di storia americana, III, lib. 2, cap. 10, p. 76; trad,
castellana, Ensayo de Historia Americana (Caracas, 1965) III, 81-82.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
472
en las que después de retractar sus errores, describía larga y amenamen
te, a su manera acostumbrada, los nuevos descubrimientos. Pero la muer
te que le sobrevino al año siguiente, con sentimiento de cuantos gozamos
de su amabilísimo trato, hizo que quedara imperfecta e inédita la obra”
35
El P. Gumilla murió en efecto, al año siguiente, en 1750, el 16 de
julio, en su amada misión de Los Llanos36.
“El Orinoco Ilustrado” 37. La obra que ha hecho famoso el nombre
de Gumilla es la de El Orinoco Ilustrado, compuesta y editada en Espa
ña en 174138. Su título completo es el siguiente:
“El Orinoco Ilustrado, Historia natural, civil y geográfica de este
gran río y de sus caudalosas vertientes; gobierno, usos y costumbres de
los indios sus habitadores, con nuevas y útiles noticias de animales, ár
boles, frutos, aceites, resinas, yerbas y raíces medicinales;y sobretodo,
se hallarán conversiones muy singulares a nuestra santa fe y casos de
mucha edificación” .
La obra la dedicó a San Francisco Javier y a los misioneros sus imi
tadores. En las páginas preliminares lleva las aprobaciones y elogios de
los PP. Antonio de Goyeneche y Tomás Nieto Polo, procurador este de
la provincia de Quito, y de don Dionisio de Alcedo y Herrera, presiden
te de la real audiencia de Quito.
Se propuso en esta obra dar a conocer el río Orinoco “para que el
gran río, hasta ahora casi desconocido, renazca en este libro con el re
nombre de Ilustrado; no por el lustre que de nuevo adquiere sino por
el caos del olvido de que sale a la luz pública”39.
Es un mundo nuevo el que quiere presentar ante los ojos del lector
europeo, que se negaba a creer lo que sobrepasaba a sus visiones habi
tuales40 .
Divide la obra en dos partes. En la primera, después de presentar algu
nas noticias históricas, no sin algunos errores, sobre el descubrimiento
36 Catálogo de la Provincia del Nuevo Reino, 1751, Supplcm. ARSI, N.R.ct 0 4, fol. 3 28.
39 El Orinoco Ilustrado (edición Bogotá, 1955), Prólogo, p. 41 citamos esta edición por re
producir la primera de El Orinoco Ilustrado.
40
Ibid. p. 42-43.
P. JOSE GUMILLA
473
43 Era en 1741 duquesa de Candía, doña María Ana de Borja ( + 14 de mayo de 1748).
MUSI, Borgía I, 360.
Carta de Gumilla al H. Miguel Sanchis; Madrid, 14 (enero) 1741; JOSE MARIA BARNA-
DAS: Unas cartas desconocidad del Padre José Gumilla, 1740-1741, en Archivum Histori
cum Societatis lesu, 37 (1968) 423-424.
JUM'Í MMÚJEL P M3HEC0, S . 3.
474
47 JOSE DEL REY, S.J.: La génesis del Orinoco Ilustrado, Boletín Histórico (Caracas) 8, n. 24
(1970) 361.
45 ibid. p. 362-363.
“Por lo que mira a la solideü de la verdad, basa principal y fundamento de la historia... serán
noticias hijas de mi experiencia y de aquello mismo que ha pasado por mis manos y he visto
por mis ojos, no sin cuidadosa observación” (El Orinoco Ilustrado, Prólogo (cd. Bogotá,
1955) p. 41-42.
52
El Orinoco Ilustrado, Primera parte, cap. IX.
53 Ibid. Primera parte, cap. 25 (ed. Bogotá, 1955) p. 217. En la segunda edición añadió el pá
rrafo; “Reflexión y noticia fundada de los tesoros del Nuevo Reino de Granada” (ed. Bay
le ) p, 257- 264.
54 En la segunda edición aparece este párrafo, que es una edición a la primera; “Explicóme
con lo que sucede en el temperamento de esta Corte... la práctica de un famoso médico de
esta Villa..." El Orinoco [lustrado. Primera parte, cap. IV (ed, Bayle) p. 77,78.
57 Memoires pour l 'Histoire des Sciences et des beaux ans, 1747, oct- dcc, 2319-2345,2501-
2511; 1948, janv-mar. 27-55, 189-191; 1759 (mar-abril) 623-640.
64 Ibid.p. 21-54
68 JOSE DEL REY, S.J.: Estudio preliminar a JOSE GL'M fLLA,S.J.: Escritos varios, p. LXV1
EX IX.
71 Sobre la fecha de este memorial, cfr. JOSE DEL REY S.J. : Estudio preliminar, p. LXXXIII
LXXXVL
memorial que presenté a S.M., pero con la ingenuidad que debo y pro
feso me veo obligado a participar a vuestra señoría, cuyo mayor acierto
deseo mucho, que por obedecer a mi padre provincial que era entonces,
y me lo mandó escribir a favor de la isla de Fajardo, pero porque halle'
en Dios y en mi conciencia que es mucho mejor y mucha menos costa
fortifivar la isla de Limón, cita en la otra banda de la real fuerza de
Guayana, di al señor del Consejo de Indias, don José Borrul, un manus
crito con mi firma, con muchas razones a favor de que se cierra mejor el
río Orinoco por dicho sitio; lo primero, el menos costo; segundo, que
de fortificar en Fajardo quedan doce leguas descubientas a los extranje
ros par entrar a las misiones de los reverendos padres capuchinos, o para
marchar por todas las misiones de Píritu, o a Barcelona o a Caracas, y
este solo motivo sobra, y omito los otros aunque no despreciables. La
mucha comprensión de vuestra señoría vera que es así, y para mí es tan
cierto que di cincuenta pesos de contado en que se había tasado una es
tacada en dicho Caño de Limón, y no se efectuó” 74.
Un segundo memorial escribió el P. Gumilla al Consejo de Indias
en 1742. Se refiere a la controversia sostenida por los misione ros jesuítas
del Orinoco con los capuchinos de la provincia de Venezuela, sobre los
límites de las respectivas misiones. La controversia se había presentado
con ocasión de la fundación de Cabruta. Lo ha publicado el P. José del
Rey entre los “Escritos varios” del Gumilla7576. Nos referimos a él al na
rrar la historia de la fundación de Cabruta.
Cartografía. Al P. Gumilla se deben varios mapas del río Orinoco
que han sido estudiados por el P. José del Rey, en la introducción a los
“Escritos varios” del misionero16.
El primero es de 1732, y representa al Orinoco desde las bocas del
Caroní hasta su desembocadura en el mar. Lo envió el autor al goberna
dor de Trinidad, Bartolomé de Aldunate, después de un viaje, el que,
como afirma el mismo P. Gumilla, lo hizo despacio y con especial aten-
cion .
76 JOSE DEL RFY, S . J Estudio preliminar a JOSE GUMILLA: Escritos varios, p.LXXXVII
XCIV.
78 DEMETRIO RAMOS: un mapa inédito del Río Orinoco, Es el precedente del P. Gumiila y
el más antiguo de los conocidos, en Revista de Indias (Madrid) n, 15 (1944) 89-IÍÍ4: En
mapa inédito del río Orinoco precedente del impreso de Gumiila, en Estudios de historia
venezolana (Caracas. 1976) P- 541-556.
LIBRO IV
M ISIO N ES JE SU IT IC A S
MISIONES JE SU IT ICA S *
CAPITULO UNICO
* Pacheco, S. J„ Juan Manuel. HISTORIA ECLESIASTICA. Vol. XIII. T. III, pág. 386.
1 JUAN DE RIV ERO S.J.: Historia de las Misiones de los Llanos de Casanare v los R íos Ori
noco y Meta (Bogotá, 1956), lib. 5, cap. 1, p. 317.
Ibid.,p. 317-321.
3
Carta del P. Mimbela al P. Altamirano: Sabana Alta. lo abril 1696 en JUAN DE RIVL-RO:
op. cit., lib. 5, cap. 2 ,p . 322-329.
MISIONES JESUITICAS
486
caribe por el Guaviare, y se cree que con algunos franceses con quienes
está aliado esta nación, dándome razón muy por menor de las berra·
mientas que dicho caribe les había vendido y dejado liadas para volver
por la paga”4.
4 Caira de! presidente Gil y Dávalos al rey_¡ San tafo, 27 marzo 1697; AGI, Santafc, 36.
3 Memorial del I*3*, fray Jerónimo de Villat'añe. O. l\ M.; memorial del P. Juan Antonio Vari
lla'.. S. J.: AGI. Santafé. 36.
b Ihvretn del pasideiile Cabrera y Dávalos; Santafc, 20 septiembre 1696 AGI. Santafé, .16
9 Para la fecha de la muerte del P, Neira, Cfr. Libro de la Iglesia y Sacristía del Colegio de la
Compañía de Jesús de Santafé, fol. 185 v (Archivo de la Provincia de Colombia, S, Jj .
11 Archivo Romano S. L., N. R. ct Q., 4; JOSE DEL REY: A porte Jesuítico..,, I, 230-231.
12 Murieron en esta década losPP. Domingo María Lanzamani (1700), Julián Vergara (1701),
Agustín de Campos (1702), Felipe Gómez (1703), Pedro Ortega (1704), Alonso de Neira
(1706), Pedro de Castro (1706). Martín Niño (1709) y José de Silva (1710).
13 Informe del P. Maleo Mimbela ai presidente del Nuevo Reino; AGI, Santafé, 403 ANTO
NIO B. CUERVO: Colección de documentos inéditos.... IV. 194-196.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
488
La actividad misionera había quedado reducida a conservar estos
núcleos cristianos ya bien establecidos, pues el peligro caribe impedía
extender el radio de acción. Este inmovilismo hacía sufrir a varios misio
neros, como lo muestra una carta del P. Buckowsky al P. Wenceslao
Breyer, misionero del Amazonas. "Aquí, le escribía, padezco poco y
menos hago; por falta de gentío se trabaja poco y el temporal sobra con
abundancia” 14.
El padre general Miguel Angel Tamburini dio orden, en diciembre
de 1711, de entregar al clero diocesano las reducciones, quedándose só
lo con la de Patute15. Esto mismo ya había ordenado el P, Francisco
Sierra, visitador de la provincia. El provincia!, que lo era el P. Mimbela,
presentó la renuncia ante el presidente, Diego de Córdoba, reservándose
sólo el puerto de San Salvador del Casanare, por ser la puerta para la mi
sión del Orinoco16.
Pero tanto el protector de los naturales, Antonio de Lana y Geusa,
como el fiscal de la audiencia, Manuel Antonio Zapata, juzgaron que no
se debía aceptar la renuncia, por el peligro de que retornaran los indios
a sus selvas, y por no haber sacerdotes que supiesen las lenguas indíge
nas. El presidente pidió a la Compañía de Jesús que continuara al fren
te de estas doctrinas17 . Tampoco quiso admitir la renuncia el arzobispo
Cossío y Otero, por carecer de sacerdotes que entendiesen las lenguas
de los indios18.
Cinco años más tarde hicieron los jesuítas un nuevo intento para
renunciar a las doctrinas de Pauto y Fontibón, esta vez ante el Consejo
de Indias. E! Consejo, por real cédula del 30 de julio de 1730, pidió in
formes al presidente del Nuevo Reino19. Antonio Manso respondió que
no sólo “son los pueblos mejor educados e instruidos de todo el Reino,
sino los de mayor número de indios y los que con más prontitud satis
facen sus tributos, sin cuidado alguno de sus corregidores” . No era con
veniente, añadía, hacer cambio alguno en el régimen de estos pueblos,
14 Carta al P. Breyer: Santa Bárbara del Casanare. 29 enero 1708; Archivo S. 1. de la provincia
de Quito, leg. 8.
16 Memorial del P. Mimbela al presidente del Nuevo Reino; ANTONIO B. CUERVO. Colec
ción de documentos inéditos..., IV, 192-193.
20 Carta del presidente Antonio Manso al rey; Sámate, 16 mayo 17 29) AGI, San tale, 301,
21 ANB: Reales cédulas, t. 9 (614), t'ol. 52; Ct'r, JOSE MARIA RESTREPO SAl.NZ Biogra
fías de los Mandatarios y Ministros de la Real Audiencia, p. 66.
23 JOSE GUMILLA: Relación, p. 204-213, JUAN DE R1VLRO op. cit.. lib. 5, caps, 9-12, p.
349-358.
24 JOSE GUMILLA: Relación, p. 216-228; JUAN DE RiVERO op. cit. lib. 5, cap. 13-16. p.
'58-367.
JUAN MANUEL PACHECO, S.J.
490
25 JOSF GUMILLA: Relación, p. 228-231: JUAN DE· RIVFRO: op. cit„ lib. 5, cap. 16. p.
367-370.
26 JOSF GUMILLA. Relación, p. 232-253. JUAN DU RIVERO. o p . cit., lib. 5. cap. 17 -21 p
371-388.
27 Carta del P, Tamburini al P Francisco Amonio González, 27 mayo 1723 : Archivo S. J. de
la provincia de Toledo, lcg. 132. fol, 256.
1ñ i
IGNACIO MFAURIO, S.J.: Estado Espiritual de la Provincia del Nuevo Reino y rus Minis
terios: año de } 718, Archivo S.J. de la Provincia de Toledo fMadrid), Fondo Astraiti, leí:. 46.
MISIONES JESUITICAS
491
ñas, que hicieron crecer la población. Creó una escuela de música, y el 8
de noviembre de 1723 pudo ofrecer a la Reina de los Cielos “una solem
ne y bien concertada letanía”29.
El 7 de febrero de 1724 moría en Guanapalo el veterano P. Cavar
te, cuya vida aventurera ocupa un primer plano en la historia de las mi
siones llaneras durante varios lustros30.
Corría apacible la vida en la reducción de Guanapalo, cuando vino
a perturbarla el ataque del cacique chiricoa Chavinumari, enemigo del
de los achaguas. Tranquilo se encontraba el P. Rivero, el 21 de julio de
1727, escribiendo uno de los capítulos de su Teatro del Desengaño,
cuando fue muerto por los chiricoas un joven indio31. Se organizó una
expedición punitiva, y la muerte de varios de sus indios amedrentó a
Chavinumari32.
En este año de 1727 el pueblo de San Regis fue trasladado a un si
tio más cómodo, y en él levantó el P. Rivero una “hermosa y capaz”
iglesia, con un vistoso arte sonado de palma33.
Sun Miguel de Macuco. Tenía el cargo de teniente en la reducción
de San Regis un indio saliva, José Cavarte. En su busca llegaron, un día
de 1725, un centenar de salivas, capitaneados por el hermano de José,
Fueron muy bien recibidos en la reducción, y pronto se vio en las se
menteras y cría de animales el espíritu emprendedor de los recién lle
gados.
Resolvió el P. Rivero fundar con ellos una nueva reducción, que
se confió al P. Manuel Román. Se dio comienzo al nuevo pueblo en una
30 JUAN DE RIVERO: op. cit., Lib. 6 ,3 , p. 403-410. El P. José Cavarte había nacido en Zara
goza (España) e) 9 de febrero de 1655. Estudiaba jurisprudencia en Salamanca, cuando in
gresó en la Compañía de Jesús en 1680, llevado del deseo de ser misionero. Al año siguien
te vino.al Nuevo Reino, y en Santafé se ordenó de sacerdote. Fue destinado a la misión de
los Llanos en 1686 y en ella perseveró hasta su muerte. Logró hablar con expedición las
lenguas achagua, sáliva y girara. El P. Gumilla escribió una necrología del P. Cavarte, la que
utilizó el P. Rivero en su Historia de ¡as Misiones, e insertó el P. José Arbizu en su obra
inédita: Historia del Colegio de la Compañía de Jesús de Zaragoza. El P. José del Rey la
publicó en los Escritos Varios, del P. Gumilla, p 3-20.
32 JUAN DE RIVERO: op. cit., lib. 6. cap. 12. p. 440-445, el P.Guniilla dió cuenta de estos
sucesos en carta al presidente Antonio Manso; San Ignacio de Betoyes. 10 octubre 1727;
en Escritos Varios, p. 147-148.
34 JUAN DE RIVERO: op. cit„ lib. 6 . cap, 14. p. 4 4 9 4 5 1 ; JOSE CASSAK1, S.J. : H is to r ia de
la Provincia de ¡a Compañía d e Jesús en el Nuevo Reino de Granada {ed. José del Rey), p.
367-371.
37 JUAN DE RIVERO: H istoria de las M isiones, lib. 6, cap, 6, p. 417-418; JOSE DEL REY,
S.J.: A p o r te s J e s u ític o s a la F ilo lo g ía C o lo n ia l V en ezolana, I, 2 7 0 .
MISIONES JESUITICAS
493
47 Informe del P. Capuel; AGI, Santo Domingo, 632; JOSI DHL RRY, S. J,; D tte u m a u o s J e
II, 307-311.
s u ític o s ,
4ñ
Informe del P, José Ciumilla; en Escritos Varios, p. 60-61.
50
JOSI·'. G1IM ILLA Escritos Varios, p. 94.
MISIONES JESUITICAS
495
55 Informe del P. Manuel Román al rey: Misiones del Orinoco. 18 febrero 1742; en JOSE
GUMILLA: Escritos Varios, p. 304-305; Ibid., El Orinoco Ilustrado, II cap. 11, P. 348
ANTONIO JULIAN: La Perla de ¡a América, p. 156-157.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
496
58 Informe del P. Román: 18 febrero 1742; en JOSE GUMILLA. Escritos Varios, p. 306.
59 Carta del P, Román al P. Gumilla: Cabruta, 11 Junio 1741, en JOSE GUMILLA: Escritos
Varios, p, 279.
61 Informe sobre la misión dei Orinoco (1739-1744); en JOSE DEL REY: Documentos Je
suíticos..., II, 329.
62 Carta del P. Román al P. Gumilla; Cabruta, 11 junio 1741, en JOSE GUMILLA: Escritos
Varios, p. 277.
66 Cfr. BUENAVENTURA DE CARROCERA. O.F.M. Cap., reseña del libro de JOSE GU-
MILLA: Escritos varios: en Mistión alia Hispánica (Madrid), 30 (1973), 128 carta del P.
Román al rey; Misiones del Orinoco, 3 diciembre 1749; en JOSE GUMILLA Escritos
Varios, p, 314; FELIPE SALV ADOR GILIJ: Ensayo de Historia Americana, 1, 7 1.
67 Carta citada del P. Román; AGUSTIN DE VEGA: Noticia del principio y progreso del
establecimiento de las misiones de gentiles en el río Orinoco, en JOSE DEL REY: Docu
mentos Jesuíticos..., 11,81.
68 Ibid., p. 83.
70 Informe Sobre la Misión del Orinoco; en JOSE DEL REY; op. cit.. II, 322; carta citada del
P. Román, en JOSE GUMILLA: Escritos Varios, p. 314.
71 Informe Sobre la Misión del Orinoco; en JOSE DEL REY: op. cit., II, 322-323.
Caita citada del P. Román: fri JOSE GUMfl.LA: E sc rito s Varios, p. 315-316 FELIPE
SALVADOR GILIJ: op. di., I. 74: IO SI: DLL REY : M isiones J e s u ític a s en la O rinoquia.
i, ¡so.
4 AGUSTIN DL VEGA: op.cit.ten JOSE DEL REY Documentos jesuíticos,.,, II. 104-106.
"Nombre vacío es también el de Nuestra Señora de los Angeles de Pararuma, reducción
antaño muy florida” : FELIPE SALVADOR GILIJ: op. cit., I, 70.
77 EUGENIO ALA’AR ADO: In fo r m e R eserva d o : en ,10.SE DEL REY: op. cit. 1, 326-327.
18 informe Sobre la M isión del O rinoco: en JOS!. DUI. RUY : op. cit., II, 333.
MISIONES JESUITICAS
499
80 Informe Sobre la Misión de! Orinoco; en JOSE DEL REY op. cil., II, 335.
o 1
DEM ITR IO RAMOS: Las ideas geográficas del P. Gumilla. La comunicación Orinoco-
Amazonas y su negación; en Estudios Geográficos (Madrid), 1944, p. 195.
82 (AGUSTIN DE VEGA): Noticia del principio y progresos del establecimiento de las misio
nes de gentiles en el rio Orinoco...; en JOSE DEL R EY: op. cit., II. 122-1 37.
a que haya con que pagárselos, sino que ha de ser en cosa que les tenga
cuenta”8® .
LA LABOR MISIONERA
Carta de) P. Roque Lubián a Alvarado; Carichana, lo. enero I757;en ANTONIO B. CUER
VO: op. dt,, III, 431.
en 1715; pasó con su familia a vivir en Lima, y allí ingresó en la carrera militar. En Europs
tomó parte activa en la campaña de Italia en 1741. Cft. DEMETRIO RAMOS op. cit.,
p. 36.
91 Cfi. JUAN DE RIVERO, S.J.: Historia de la s M is io n e s ..., lib. 5. cap. 1, p. 318; JOSE GU-
MILLA, S.J.: Escritos Varios, p, 39.
92 ,
El P. Manuel Román se vio cercado por los caribes en el Vichada; JOSE CASSANf, S.J.:
Historia de la Provincia d e la C o m p a ñ ía d e Jesús d e l N u e v o Reino de G ranada (ed. José
del Rey, S.J.),p. 373-374.
94 Cfr, entrada del P. Gumilla a los lolacas; JOSE GUMILLA: Escritos líreves, p. 216,
95 Cfr. JUAN DE RIVERO: op. cit., p. 322, 373, etc. FELIPES. GILIJ: op. cit., III, 112.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
502
96 JOSE GUM1LLA: Escritos Varios, p. 222: JUAN DE RIVERO op. cit., p, 327:FELIPES
GÎL1J: op. cit., III. 112.
101 JUAN DE RIVERO: op. cit„ p. 389; FELIPE SALVADOR GILIJ: op. cit., III, 75-78,
104 Carta del P. Pedro deM uniesa, O.F.M. Cap.; La Cruz, 5 octubre 1718 ANB Historia ecle
siástica, t. 15 <1.277), fol. 2 2 3 ;FELIPE SALVADOR GILI): op. cit., III, 83.
LIBRO V
LA EX PU LSIO N DE LOS JE SU IT A S
DEL NUEVO REINO DE GRANADA
LA EXPULSION DE LOS JESUITAS DEL NUEVO
REINO DE GRANADA*
CAPITULO UNICO
NARRACIONES
Una traducción castellana de esta relación la publiqué en R evista Javeriana, 38, pp. 170-
183. Bogotá, 1952.
10 Sobre Messía de la Cerda cfr. J. M. RLSTRIPO SAI NZ: Biografías de tos ataiiáalaríoí i
ministros de la Real Audiencia, Bogotá. 1952,pp. 126-139, y I . RíSTRITO TIRADO
Gobernantes del Nuevo Reino durante el siglo X l 'I I l, Buenos Aires, 1934. paginas 87-90.
15 Relación, p. 174.
13 “Con fecha del 28 de el próximo pasado junio he dado cuenta a V, h. de las reservada
órdenes con que me hallo del rey, para el extrañamiento de los religiososjesuitas...11Carta
de Fernando Morillo Velarde al virrey Messía de la Cerda. Cartagena, 2 de julio de 1767.
Archivo Nacional de Colombia, Colonia, Miscelánea, t. 89, fol. 677.
21 Archivo Nacional de Colombia, Colonia Curas y obispos, t. 14, fol. 113. Confróntese J.M.
GROOT: Historia..., lí, p, 88,
LA EXPULSION DE LOS JESUITAS DEL N, REINO DE GRANADA
513
ración que dio en Honda el H. Diego de Hito. Hallábase éste en la ha
cienda de El Espinal, y sin esperar a que le notificaran el decreto de ex
pulsión púsose en camino para Honda, adonde llegó el 8 de agosto. Al
ser preguntado por las causas de su venida declaró que ya sabia, por
relatos de otras personas, lo que había acontecido en Santafé, y que
anteriormente había recibido "una carta de un lego que estaba en la
portería de aquel referido Colegio Máximo por la que le imponía de ha
berse inteligenciado algunos pobres limosneros de la citada capital de
que en breves días cesarían las limosnas que de su colegio les suministra
ban, por el motivo de que extrañaban a los padres jesuítas, según se les
había mencionado...”2 2 . Sin embargo los jesuítas de Santafé no tuvie
ron noticias ciertas de su expulsión sino en la noche del 31 de julio2223.
Con mayor anticipación la supieron los de Pamplona y los misio
neros del Casanare. El P. Lorenzo Tirado, rector del colegio de Pamplo
na, al enterarse de lo sucedido en Mérida y Maracaibo, en donde el 29
de junio les fue intimada a los jesuítas la orden de destierro, envió dos
chasquis o mensajeros expresos a dar aviso al padre provincial24. Y el
P. Juan Francisco Blasco escribía desde Tocaría el lo . ele septiembre:
“Por acá no tenemos razón de las cosas presentes, sino que un capitán
viene con frailes franciscanos para los pueblos. El P. Fray Pedro ha ve
nido a consolarme” 25 .
Los primeros en ser embarcados para España fueron los jesuítas de
los colegios de Cartagena y Mompós. No hemos podido hallar los infor
mes de los comisionados sobre la ejecución de la pragmática sanción en
estos dos colegios. En ambos debió de intimarse a los jesuítas la orden
de destierro el 15 de julio. Nos consta al menos que así fue en Mompós,
Residía allí el P. Juan Valdivieso, quien el 27 de julio comunicaba
su destierro a su hermano Juan García Valdivieso:
24 En la cuenta de gastos hecha por el juez comisionado Domingo Antón de Guzmán, encar
gado de intimar el destierro a Jos jesuítas de Pamplona, se encuentra la siguiente partida:
“Id. por seis pesos a charqui que remití de Chicamocha al señor oidor don Benito Casal,
dándole noticia haber pasado dos charquis del rector de Pamnlona avisando al provincial lo
succdidoen Mérida y Maracaibo, por cuyo motivo corte aquella cabuya para que en ocho
días no pase noticia de una ni otra parte” . Archivo Nacional de Colombia .Co/ottfa, Tempo
ralidades, i. 10, fol. 155v.
25 Archivo Nacional de Colombia, Temporalidades, t. 24, fol. 188.
JUAN MANUEL PACHECO, S. J.
514
2 6·
Archivo Nacional de Colombia, Temporalidades, t. 16, fot. 336.
3-2 ,
El P, José Benavente era natural de la villa de Guerrqvino al Nuevo Reino en 1735, Fue
misionero en el Orinoco y profesor en la Universidad Javcríana, El P. José Tcicz era de
Almudia; había venido a América en 1750.
33 El P. Balzátegüi había nacido en Oñate el 6 de enero de 1715; entró para la Provincia del
Nuevo Reino en la Compañía de Jesús el 21 de febrero de 1735. Fue profesor de la Univer
sidad Javcrianav rector del colegio-seminario de San Bartolomé. Desde 1763 era provincial.
Cfr. URIARTE-LECINA:5í6/í'oríCB de escritores de la Compañía de Jesús pertenecientes a
la antigua Asistencia de España, I, p. 416, y J. M. PACHECO: Los jesuítas de la Provincia
del Nuevo Reino de Granada expulsados en 176 7, en Ecclesiastica Xaveriana. Bogotá',
1 9 5 3 ,3 ,p . 27.
JUAN M ANUEL PACHECO, S. J.
516
a la sacristía, y allí el oidor, en presencia del escribano y los testigos,
dio lectura al real decreto de Carlos 111, El P. Balzátegui, oída Ja lectura,
tom ó el decreto, lo besó y lo puso sobre su cabeza en señal de obedien
cia. Se ordenó luego al padre provincial entregar todas las llaves deJ co
legio, lo que obedeció inmediatamente36 37.
Desde ese m om ento quedaron presos los jesuítas y su colegio se
convirtió en una cárcel. Fueron colocados centinelas en las puertas y se
cerraron todas las ventanas, Se impuso pena de muerte a la persona se
glar que hablase con los desterrados.
El día aclaraba y las puertas de la iglesia de la Compañía permane
cían cerradas. Pronto la noticia de la prisión de los padres corrió por to
da la ciudad y el sentimiento fue público y general. “Los llantos y sollo
zos de las personas que solían concurrir a aquella iglesia -escribe dP.
Yarza— eran tan grandes y sensibles que quebrantaban los corazones.
La desolación y los lamentos llenaban no sólo las casas de los amigos,
sino el aire mismo, tanto que parecía el último día del juicio”17. Mu
chos amigos y alumnos obtuvieron permiso para despedirse de los je
suítas , y aquellas despedidas se hacían entre lágrimas.
A las seis de la tarde fueron trasladados al'Colegio Máximo los je
suítas que moraban en el vecino Colegio-Seminario de San Bartolomé,
y por la noche llegaron los moradores de la residencia de Las Nieves,el
párroco de Fontibón, P. Pedro Prados, y el H. Leonardo Tristerer, ad
ministrador de la hacienda de La Chamicera38.
La instrucción mandaba que dentro de veinticuatro horas, a partir
de la intimación del decreto de destierro, se pusieran los jesuítas en ca
mino “a los depósitos interinos o casas que irían señaladas”, tn virtud
de esta cláusula se dio a los jesuítas de Santafé la orden de partir esa
misma noche para Cartagena. Pero pasaban de un centenarios religiosos
que se encontraban en Santafé y no era fácil movilizarlos a todos a la
vez. Por esto dio orden el virrey de dividirlos en tres grupos,el primero
de los cuales, compuesto de treinta y cuatro jesuítas, saltó en la noche
del lo . al 2 de agosto en dirección a Honda.
A pesar de lo intempestivo de la hora un buen grupo de hombres,
mujeres y niños salió a despedir a los jesuítas y algunos los acompaña
ron durante un largo trecho del camino39 . “Daba compasión -refiere el
36 Cfr. J. Ai. GROOT: Historia....11, pp. 82-83, quien cita los autos originales,
37 Relación, p. 1 74.
38 GROOT: /tero™ .,.,II, p. 86.
39 YARZA: relación, p. 175,
LA EXPULSION DE LOS JESU ITA S DEL N . REINO DE G R A N A D A
51 7
P. Duquesne — ver a las más nobles personas arrojarse al cuello de los ca
ballos en que partían los nuestros queriendo1com o por fuerza detenerlos
para que no partiéramos; otros comentaban que así trataron a Jesucris
to, y aun los esclavos lloraban amargamente, y algunos del pueblo se
ofrecían a defendernos y a no dejarnos partir”40 .
Los sentim ientos que embargaban a ios desterrados ios ponen de
manifiesto estos apartes de una carta del mismo P. Duquesne, entonces
estudiante de teología, a su madre doña lgnacia de la Madrid:
“Aunque vamos desterrados, todos vamos contentos porque no
nos remuerde nada la conciencia; sólo sentimos que el mundo se volverá
a aquel estado de cuando no había Compañía, aunque tenemos esperan
za de volver dentro de algunos años, que hay revelación de que la Com
pañía se reduciría a Italia y después se extenderá ora vez por el mundo;
y sobre todo nos anima y consuela el Evangelio que dice, como se cantó
el día de San Ignacio, que los que quieren vivir bien es menester que pa*
dezcan persecuciones. Fuera de esto que el Papa, que es el que está en
lugar de Cristo Nuestro Señor, nos ama tiernamente como quien sabe
lo que es la Compañía, y esto les ha de consolar allá sabiendo que Cris
to y los apóstoles fueron perseguidos del mundo. En orden alo demás
también les lia de consolar el ver que me ha escogido para pasar trabajos
por su nombre sin delito alguno, y el saber que nadie me puede quitar el
ser jesuíta e hijo de San Ignacio, y el salvarme si yo persevero en su servi
cio. Ni me pueden desterrar a donde no vea el cielo y la tierra, si no es
quitándome la vida, la cual si me quitaren no me podrían quitarla eter
na, en donde nos veremos dentro de corto tiempo”41.
42 Nota del fiscal Francisco A, Moreno y Escandón. Archivo' Nacional de Colombia, Colonia,
Miscelánea, t. 90, fo). 1.
JU A N M ANUEL PACHECO, S. J.
518
P. Vicente Ballesteros, hizo reunir a la comunidad, ante la que se leyó el
decreto de expulsión,
Contaba el noviciado con diecisiete novicios. La instrucción del
conde de Aranda mandaba que “ en los noviciados se han de separar in
mediatamente los que no hubieran hecho todavía sus votos religiosos,
para que desde el instante no comuniquen con los demás, trasladándo
los a casa particular donde con plena libertad y conocim iento de la per
petua expatriación que se impone a los individuos de la orden, puedan
tomar el partido a que su inclinación los indujere” . Conforme a esto los
novicios fueron llevados al convento de Santo Dom ingo. Todos, los die
cisiete, de los cuales catorce eran españoles, venidos los más en la expe
dición de 1766, y cuatro americanos, manifestaron su voluntad de se
guir la suerte de sus hermanos desterrados.
Pocos días después, divididos en dos grupos, partían para Honda
al cuidado de Ignacio de Umaña y Manuel Bernal y custodiados por
una escolta de doce hombres. En Tunja se quedaron recluidos en los
conventos de Santo Domingo, San Agustín y San Juan de Dios Jos pa
dres Francisco Antonio Quirós e Ignacio Asuaje y el H, José Peláez,
ancianos y achacosos43 .
En el colegio de Honda sólo residían cuatro jesuítas, tres sacerdo
tes y un hermano coadjutor, a los que intimó el destierro, en la forma
mandada por las instrucciones, el teniente de fragata José Palacio. Al
día siguiente, 2 de agosto, fueron embarcados, con excepción del P.
Juan Díaz, rector del colegio, en una canoa de dieciséis bogas, bajo la
custodia de tres soldados. El P. Díaz se quedó algunos días más en Hon
da para dar cuenta de los bienes del colegio44 .
El 29 de julio llegó a la ciudad de Antioqufa el peón que traía para
el gobernador, José Barón de Chaves, los pliegos con la orden de destie
rro para los jesuítas. El lo . de agosto el gobernador daba cumplimiento
a estas órdenes. El acta que hizo levantar dice así:
43
i:i informe deJ oidor Benito Casal sobre la expulsión de ios jesuítas del colegio de Ttmja
fue publicado en el Bol. de Hist. y Antigüedades. Bogotá, 1904, 2, pp. 573*576, Lo repro1
ducen O, S. RUBIO-M. BR1CLÑO en Tunja desde fundación hasta ¡a época presente, pp
128-131,. y RAMON CORREA: Historia de Tunja, I, pp. 133-135. Por error de transe [ili
c ió n se llama al p a d re rector del colegio d e Tunja Domingo írísarri por Domingo Scribunj.
44
A r c h i v o N a c i o n a l d e C o l o m b i a , C o lo n ia , C u ra s y o b i s p o s , r. 9 3 v s# s. Cfr.. C R O O T
Historia..., II, p. 88 y Apéndice no. 8.
I
46 GROQT: Historia.,,, II, p. 92; Archivo Nacional de Colombia, temporalidades, lomo 17,
fot. 850.
48
A r c h i v o N a c i o n a l d e C o l o m b i a , C o l o n i a , T e m p o r a l i d a d e s , t. 7 , f o l , 2 9 9 v .
JUAN M ANUEL PACHECO, S. J.
522
49
Idem, Miscelánea,i. 89, fols. 471-472.
LA EXPULSION DE LOS JESUITA S DEL N . REINO DÉ G RA N A D A
523
Todos los jesuítas ausentes, con excepción del P. González, se diri
gieron inmediatamente a Pamplona al recibir la orden del padre rector.
El 14 de agosto, reunidos ya todos, fueron entregados a Tomás Vargas
Machuca para que los condujera a Maracaibo y los entregara al goberna
dor de este puerto, Alonso del Río y Castro. El 21 pasaban por Cúcuta
y se embarcaban en San Faustino en una piragua llamada La Liebre.
La navegación del Zulia era en aquella época difícil, ya por el pe
ligro de los ataques de los indios motilones, ya por la poca profundidad
del río, que obligaba en ocasiones a arrastrar por la arena las embarca
ciones50 .
Se encontraba en Chire, el 21 de agosto de 1767, el capitán de co
razas Francisco Domínguez de Tejada cuando recibió una orden del vi
rrey de trasladarse a Santiago de las Atalayas, capital de su gobernación.
Allí encontró la orden de ejecutar en las misiones del Casanare y Meta
la real pragmática de Carlos 111. Inmediatamente se dirigió a la hacienda
de Tocaría, perteneciente a la misión, y gastó en el viaje, por tierra y
agua, treinta y ocho días; visitó luego los seis pueblos dei Casanare, susti
tuyó en ellos a los misioneros jesuítas por religiosos de la Orden de Pre
dicadores e hizo el inventarío de ios bienes de cada reducción. Pasó lue
go a Jas reducciones del Meta, las que fueron confiadas a los agustinos
recoletos.
Sólo quedó en Pore, por enfermo, el P. Antonio Ayala, párroco de
Tam e; los trece misioneros restantes, junto con el H . Nicolás León, que
administraba la hacienda de Apiay, fueron llevados por el Orinoco a la
Cuayana y entregados al gobernador de esta provincia, Manuel Centu
rión. De la Cuayana pasaron a La Guaira51 .
Gastó el gobernador Domínguez ciento catorce días en estos viajes,
y él mismo, por no haber encontrado escribano, escribió todas las dili
gencias e inventarios, que forman veintidós cuadernos52.
Para los colegios de Popayán,Bugay Pasto, pertenecientes a la pro
vincia de Quito, disponemos del relato del P. Juan de Velasco, notable
historiador riobambeño, en el tercer tom o, aún inédito, de la Historia
moderna del Reino de Quito, y Crónica de la Provincia d é l a Compañía
de Jesús del m ism o R eino53 . El P. Velasco, en el momento de la expul-
52 Archivo Nacional de Colombia, Conventos, t. 29, fols. 205 y ss. Cfr. GROOT: Historia...,
pp. 92-93.
53
Archivo de La Provincia de Toledo, leg, 382.
JU A N M ANUEL PACHECO, S. J.
524
5 4
i/ist., III, fol. 143.
JU A N M ANUEL PACHECO, S. J.
526
lo y abundancia. La reclusión fue nada estrecha, pues con el ejemplo
que dieron los señores yendo a cumplimentar a los nuestros en cuerpo
de cabildo, hicieron lo mismo en particular cuantos quisieron” . El 8 de
septiembre se embarcaron en Bodegas Reales, y el 17 llegaban a Moni-
pos, en donde les recibió el juez com isionado, Martín de Goyeneche,
ofifical real de la villa, “ Este caballero —dice V elasco—, como muy
amante de ia Compañía y de generosas prendas, los alojó en su misma
casa y les dio nobilísim o trato en todo, cuan no lo experimentaron ni
antes ni después en parte alguna” . No utilizó guardias y permitió a los
jesuítas recibir visitas y aun salir a pasear.
En Cartagena, adonde llegaron el 20 de septiembre, fueron reci
bidos por el gobernador, Fernando Morillo, “con mucha afabilidad,
buen m odo y grandes ofertas. El colegio —sigue diciendo el P. Velasco-
siempre que había jesuítas estaba con guardias dobles del regimiento
que llaman El Fijo de Cartagena, los cuales estaban distribuidos por las
diversas partes de dentro; y vivían allí com o superiores e intendentes de
las cosas domésticas el alférez don Andrés de Ariza y el segundo ayudan
te de la plaza. Los registros de los baúles fueron superficiales y de puro
cum plim iento. La reclusión no fue tan estrecha que no entrasen a ver
varios sujetos y cuantos quisieron, siendo la puerta franca, especialmen
te para todos los sirvientes y mandaderos. La comida fue siempre con
esplendor y abundancia, y después de ella daban m edio real de tabaco
en humo para cada sujeto, todos los días, y al que no lo usaba se lo da
ban en dinero. El chocolate se daba no sólo de m añana,con abundancia,
sino también por la tarde a cuantos querían. Decían misa todos los días,
y cuando eran pocos, en la capilla interior, añadiendo altares, y cuando
eran m uchos en la iglesia” .
Parecía que las autoridades se habían olvidado de los jesuítas del
colegio de Pasto. En la ciudad se sabía ya lo sucedido en Quito y Popa-
yán, pero pasaban los días y nadie se presentaba a intimar a los jesuítas
el decreto de expulsión. Todo lo contrario. Un día se presentaron ene!
colegio, en corporación, el teniente, los alcaldes y los regidores de la
ciudad, no tanto a condolerse con los padres cuando a lamentar su pro
pia desgracia por perderlos. Lo mismo hizo más tarde el clero de la ciu
dad, Se preparaban por entonces las fiestas populares de San Sebastian,
pero el teniente don Diego Pérez envió a decir a sus organizadores:
“ Bueno es que tratéis ahora de fiestas, cuando, si fuera posible, debe
ríamos enlutar las calles y la ciudad toda”55.
La causa de no haberse intimado la expulsión en el colegio de Pas
to se debía a un olvido. La explicaba así el virrey de Sanlafe en carta al
55
VILLASCO (Uist., III, fols. 461-462.
LA EXPULSIO N DE LOS JESUITAS D EL N . REINO DE G R A N A D A
' 527
gobernador de Popayán José Ignacio Ortega, fechada el 1 1 de septiem
bre de 1767:
58 VELASCO: Hist., t. III, lib, II, & 13. El P. Feirci se había ocultado en la hacienda de
Guapuscal (Archivo Nacional de Chile,Jesu üas, Quito, 247).
JU A N M A N U EL PACHECO, S. J.
528
59 Carta del virrey Messia de la Cerda a) gobernador Jose I. de Ortega. Santa fé, 19 de abril de
1769. Archivo General del Cauca, Civil, II, sígn. 6022, fol. 36.
LA EXPULSION DE LOS JESUITAS DEL N . REINO DE G RANADA
529
60 Archivo General del Cauca, Civil, II, sign. 5541, fol. 114.
m ente de los 54 que transportó, y Je cafan m uchos enferm os, que que
daron depositados en 26 del mismo en Bethleem ” 64 .
El P. Yarza, navegante de La L o reto , describe asi la navegación de
la Habana a Cádiz:
64
Carta del 29 de diciembre de 1767. Idem, Miscelánea, t. 90, fol. 10,
65
Relación, p, 17 7.
L A E X P U L SIO N D E L O S JE SU IT A S D E L N . R E IN O D E G R A N A D A
53)
perecieron en la navegación hasta ese puerto, si fue o no por la imperi
cia del cirujano del navio, aunque lo sospecho con graves fundamentos,
no me atreveré a asegurarlo. Lo cierto es que aquí no hay forma ni co
modidad para curar los enfermos, especialmente hallándose 52 sujetos,
aunque ahora sólo quedan cincuenta, en el espacio de las pocas varas
que tiene esta fragata en su cámara de popa, aunque alargada hasta de
lante del palo de mesana. Ahora nos hallamos con otros varios enfer
mos, especialmente tres o cuatro. Si V. E., mirando la caridad cristiana
y humanidad, no se compadece de estos miserables y dispone que se
curen en tierra, presto será preciso enterrar algunos de ellos, y tal vez,
cundiendo de unos a otros, por la estrechez e imposibilidad de separar
se los sanos de los enfermos, las enfermedades, perecerán otros muchos.
Bien se, señor, a lo que oigo en el navio, que a V.E. le han infor
mado que no son enfermedades de cuidado pero para ser curados aquí,
sepa V.E. que lo son mucho, y por días y horas se van empeorando.
H1 derecho de buscar la salud, señor, es natural, y no puedo per
suadirme que la intención de S.M.C., el rey nuestro señor, que Dios
guarde, sea que así se abandonen o se dejen morir unos sujetos que,
aunque infelices por haber caído en desgracia de S.M., pero hasta ahora
no se ha comprobado que lo merezcan; antes me consta de la contraria
voluntad de S.M., pues en todo encarga a sus ministros el mayor cuida
do y asistencia posible. Aquí, señor, aunque de orden de V.E., vino an
tes de ayer el médico, y recetó aun para aquella tarde, a lo que pude en
tender), y para el día siguiente, hasta ahora nada se ha aplicado de lo
principal que urgía. Vea V.E, el consuelo que podemos tener y la con
fianza de que los enfermos mejoren de sus achaques.
Por todo lo cual, señor, suplicamos a V.E. se compadezca de es
tos desdichados sujetos y dé la providencia que juzgare más conveniente,
no importando a culpa si acaso en esta no hablo con el estilo y expre
sión correspondientes, de que todos quedaremos muy agradecidos y
obligados a encomendar a V.E. a Dios, quien guarde a V.E. muchos y
felices años con toda prosperidad. A bordo La Fortuna y noviembre 16
de 1767. Exmo. Señor. De V.E. su más afecto servidor y capellán Ni
colás Candela, rector de la Compañía de Jesús” 66.
66 Copia esta carta el P. José Contanillacn su libio inédito Reseña histórica sobre la expulsión
de los Jesuítas de ambos mundos {Archivo de la Provincia de Toledo, legajo 30).
JU A N M A N U EL PACHECO, S. J.
532
“Estamos para partir de este puerto y esperando el tiempo, según
que aquí se dice, de hora en hora; parece necesario del todo que se sa
quen cuanto antes a tierra unos enferm os de bastante cuidado, que hu
manamente hablando es imposible sigan con nosotros viaje” .
Compadecióse al fin Bucarellí. U no de los enfermos más graves, el
novicio Juan Pía, fue sacado de la nave y llevado al hospital de Belén
Fue sólo para morir. El 22 de diciembre entregaba el joven novicio su
alma a D ios.
61
VLLASCO: Hisf., III.
LA EX PU LSIO N D E LOS JE SU IT A S D E L N . REINO DE G R A N A D A
533
69 Carta del 4 de octubre d e 1768 al conde de Aranda. Idem, Jesuítas, Bogotá, 206.
JU A N M A N U E L PA C H EC O , S. J.
534
70
Testimonio de lo inventariado en el colegio de la Compañía de Jesús en la ciudad de Méri
da, en Revista de Historia. Caracas, 1 9 6 6 ,4 ,pp. 45-75.
71
Archivo Nacional de Olile, Jesuítas, 446,
73 Con este nombre de Viccprovincia del Sagrado CoTazón figura la Provincia del Nuevo Reino
en los catálogos de los difuntos de La Compañía en e.stos años. Cfr. Archivo Romano S.J,,
Hist. Soc.,53a.
79 Sobre el P, Mas cfr. JOSE DEL REY, S.J.: Maracaibo y un centenario inédito, en Sic. Ca
racas, 1965, 28, pp. 468-469,
Sobre el P. Velasco cfr. JOSE JOUANEN, S.J.: Breves rasgos biográficos del P. Juan de
Velasco, S.J., en la introducción al tomo 1 de la Historia moderna del Reino de Quito,
Quito, 1941, pp. 1-47, e ISAAC J. BARRERA: Historia de la literatura ecuatoriana, Quito,
1944,11, pp. 102-137.
8* Cfr. J. E, URIARTE-M. LECINA: Biblioteca de escritores déla Compañía de Jesús..,, 1, p.
400.
I
EPILOGO
* * *
Nunca im aginaron los o ch o jesu íta s que por primera vez pisaron el
Nuevo R eino de Granada, de paso hacia el Perú (1 5 6 7 ), que a los 2 0 0
años de su arribo a Cartagena, sus co-religíonarios que estaban p rolon
gando la obra cultural y m isionera, fueran a ser exp u lsad os, cuando ésta
presagiaba m ayor esplendor.
Los ú ltim os 71 años narrados por el padre Pacheco en ese lapso
(1 6 9 6 -1 7 6 7 ), a pesar de las naturales debilidades y flaquezas reconocidas,
presentaban un panorama con solad or, com o lo anotan diferentes infor
m es d e la época.
La labor cultural que desem peñaban, se había consolidado y prolife-
raba n otablem ente: La Universidad Javeriana, el C olegio M áxim o, el
colegio sem inario real y M ayor de San B artolom é, la residencia de Las
N ieves, la doctrina de Fon lib ó n , el N oviciado de Tunja, el colegio de la
misma ciudad; los colegios de Cartagena, de San Bartolom é de Honda,
de M om pós, de Pam plona, de Santafé de A ntioq uia, de Popayán y el
anexo colegio sem inario de San Francisco de A sís y la A cadem ia (U n i
versidad) de San José, tam bién en Popayán; el colegio de Pasto, el co le
gio de Buga con su casa de ejercicios espirituales, el colegio de Mérida,
las residencias de Maracaibo y Caracas, la universidad de Santiago de la
Paz, en Santo D om ingo; adem ás de las num erosas escuelas anexas a los
colegios.
EPILOGO
540
P or F O R T U N A TO H E R R E R A M O L IN A , S. 1
I N D IC E A L F A B E T I C O
Arauz, Bartolomé, de, S. J., 364. Atabajo, Fernando de, pueblo, 500.
Arauz y Rojas de, José Javier, arzo Atienza, José Francisco, alférez, 80.
bispo de Santa Marta, pide misio Atunchile, cacique, del Darién, 299.
neros, 318; arzobispo de Santafé, Atures, El Raudal de, m isión, 498,
350. 534.
Arauz, Nicolás del, 369, A udiencia} de Sto. Domingo, da pose
Arbeláez Camacho, describe iglesia de sión a S. J. del inmueble del antiguo
Santa Bárbara de Santafé de Antio- Colegio de Goijón, 1746,98; Audien
quia, 391. cia, 350; Audiencia de Santafé,
Arbizu, Juan, S. J., 476. el P. Urbina presenta real cédula,
Arboleda, Gustavo, historiador, 58;-59. 409.
Ascasúa, José, bienechor del colegio de Augi, potrero, 372.
Mompós, 213. Avogadri, Aquiles, S. J., 499,
Archivo de indias, de Sevilla, 477. Aya la, A ntonio, párroco de Tame, 523.
Archivo de la Provincia de Toledo, 5 23, Azúa, Pedro Felipe de, arzobispo de
Archivo Nal. de Chile, 95. Santafé, 322; arzobispo de Popa-
Ardanaz, Miguel de, S. J., busca in yán, revoca sentencia del tribuna)
fructuosa y trágica de indios beto- de Popayán, 419.
yes, 489. Azzoni, Francisco Javier, S. J., rector
Arévalo, Antonio, descripción del golfo del colegio de Buga, 56-57; último
del Darién, 290; descripción o rela rector San José, Popayán, 423-424.
ción del Darién, 295.
Arias, Bernardo, Coad., miembro del
Colegio de Mérida, 1718, 179. B
Arias, Francisco, S. J., trabaja en cole
gio de Mérida, llamada La Ceiba, Badillo, Gerónimo, gobernador, 170.
1718, 179; es atendido como enfer Bahía de la Habana, 532,
mo en casa de doña Josefa de Uscá- Bandera, Miguel de ta, lugarteniente
tcgni, 180. del gobernador de Popayán, acata
Arias de Ligarte, Hernando, arzobispo, cédula real de fundación de colegio
277. de Buga, 51.
Ariza, Andrés de, intendente-alférez, Baños y Sotom ayor, Diego de, obispo
526. de Caracas, intenta entregar Colegio-
Arma, (Antioquia), población, 37,50. Seminario a la Compañía, 71.
Armiño, joven sirviente mártir de la Balcárcel, Joaquín de, protector de los
castidad, 231. indios, 299.
Arrazola, Borges, los aliados del Archi Ballesteros, Vicente, S.J., recibe ins
duque Carlos, 131. trucción de destierro del Noviciado
Arredondo, Agustín de, 495. de Tunja, 518,
Aspurz, Lázaro O.F.M.C., historiador, Balsain, ciudad, 38.
1 1 1,293, Balsas, indios del sur del Darién, 290.
Astrain, Antonio, S, J 499. Balza, Benito de, 141.
Asuaje, Ignacio, S. J., (Congregación Balzátegui, Manuel, S. J., provincial
provincial, 1757), 348; no parte al del Nuevo Reino, 81; Rector de San
destierro porancianidad y achaques, Bartolomé, 344; Congregación Pro
518. vincial, 1757, 348; elegido procu
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544
fundar colegio en Mariquita, desvia Buendia y Tobar, Pedro de, O.P., his
da por él para fundar en Antioquia, toriador, 135.
186-187. Buga, ciudad, 45; fundación colegio,
Blasco, Juan Francisco, S.J., 537. 47-50; colegio, se da comienzo en
Blasco, Miguel, S.J., misionero, 344, 1745, 52; el capital se coloca en
345. comprar haciendas, 52; Casa de
Bodegas Reales, 526. Ejercicios-Primera de Colombia,
Boletín del Archivo General de la Na 176], 395; libro de gastos de! cole
ción, 88. gio, 57; haciendas, 52; pleitos, 55:
Bonilla, Joaquín, S.J., escogido para terremoto, 57; colegio, expulsión,
iniciar colegio en Ruga, presenta a 525.
cabildo de la ciudad cédula real, 5 1, Bullico, Santos, 302.
53,55. Bu rari, indios, 497.
Borja Ezpeleta, Gregorio de, vende a Burehart, Juan N, enviado a Nuevo
los Jesuítas, haciendas; y le hace Reino, 318.
donación 500 pesos, 35, 42. Bustos, Alberto de, parroco de Mara
Borrul, José, Fiscal Consejo de Indias, caibo, recomienda fundación de
474; 479. colegio, 69;
Botín, Cristóbal, hace donación para
fundar colegio en Buga, 45; deja C
legado para fundación de colegio en
Cartago, 46; fundador del Colegio Cabero, Hernando, S. J., procurador
de Buga, 48; muere en 1731, ó0: de la provincia del Nuevo Reino,
377; sus bienes para Universidad 107.
San José, 418. Cabeza de Vaca, María, legó bienes pa
Boyacá, Departamento, 344. ra hospital, 236.
Brander, Pedro, S. J., misionero, 229; Cabildo, abierto, se celebró en marzo
muere en el Orinoco, 459. 23 de 1754, 80; de Maracaibo, insta
Brcntan, Carlos, S.J., Provincial de por fundación de Colegio de Mara
Quito, 276, da comienzo a la mi caibo, 68; de Popayán, aprueba do
sión del Darién, 298; 375. nación de la Iglesia de Santa Bárbara
Mientan o, Carlos, S. J., provincial de en Santafé de Antioquia, 40; ecle
Quito, acepta fundación del colegio siástico de Caracas, responde com
de Buga, 52. placido a gobernador sobre funda
Brcyes, Wenceslao, misionero del Ama ción de colegio S. J., en Caracas.
zonas, 488. P731,73.
Bricefto Jáuregui, Manuel,S. J., 6, 144. Cabrera y Dávalos, Francisco José de,
Briceño, Sancho, edifica en propie visor v vicario general del arzobis
dades del colegio de Mérida, 346. pado. 224.
Rrizuela, Juan B., abogado de jesuí Cabrera y Dávalos, Gil, presidente del
tas, 99. Nuevo Reino, IOS. determina orden
Bruta, María, 58. de precedencia entre colegios San
Bucarelli, Amonio María, gobernador Bartolomé y Rosario. 118; declara
de la Habana, 530. libertad para jesuítas y franciscanos
Buekonsky, Alberto, S. J., 172; supe de transitar por nuestros territorios.
rior misión del Casanarc, 487. 486.
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546
364; del Salvador de Zaragoza, 476; raeas, 77, 309-310; de 1757, 347-
de Santafé, pleito sobre tierras del 349; Provincial, de Quito de 1712,
tigre, 220; de San Bartolomé, 104, 134; Marianas en todos los colegios
pleito de precedencia con colegio de del Nuevo Reino, 399.
Rosario, 117-1 18, declárase igual Conosciutti,Fernando María,S. J .,369.
dad de derechos, 121.; seminario, su Consejo, de Indias, 57; 86; ventiló
estado en 1716, 175, recibimiento pleito, 88; expediente detenido hace
del virrey Jorge Villalonga, 182, más de 10 años, 88; condenó a ca
183, 184, 185, 218, 184, 186; de pitalizar sobre valor fincas, 93; pro
San Luis, (Quito), P. Meaurio, visi puso al rey tomar providencias para
tador, 190; de Gorjón, en Santo impedir sublevación, 242; 338, 409,
Domingo, 97-98, Provincia de Qui autorizó establecer cátedras de de
to, 381; Rosario op., pleito de pre recho en la Universidad Javeriana,
cedencia con San Bartolomé, 117- 427; concedía permiso a 2 procura
118. dores para seguir a Roma, 470; lo
Colina, Francisco de la, vicario, S 1. gran cédula real para que jesuítas no
Colína, Juan de la, alcalde, 81, salgan de Casanare, 499.
Coloma, Francisco, S. J., 365. Contreras, Diego Bosque de, 158.
Collado Francisco Miguel, exgoberna Convenio sobre precedencia en conclu
dor de Maracaibo, y oficiales reales siones de universidades Javeriana y
recomiendan fundación de colegio, Tomista, 414.
69. Convento, de franciscanos, recomien
Collado M anuel,S.J.,rector de Mérida, dan fundación de colegio, S. J., en
interviene en última congregación Maracaibo, 69; en la ciudad de Coro,
provincial en 1763,355. 80.
Compañía Chiquita, (iglesia, hoy uno Copérnico, sistema planetario, 445.
de los salones del Museo Colonial, Copons y de Copons, Pedro, 380.
341. Corbián Valdés, Antonio de, 38, 166.
Concilio de Tremo, 236. Corcho, Agustín, 237.
Concordia de 1734, (entre misione Córdoba, Diego de, 164.
ros), 495. Córdoba Lasso de la Vega, Diego, pre
Condamine, Carlos María de la, 448. sidente Nuevo Reino, 410; pide a
Congregación de San Luis Gonzaga, jesuítas permanecer en misión de
Casanare, 488.
Buga, 53.
Congregación de la Buena Muerte, Coro, ciudad, (Venezuela), 79; allí
Buga, 53, estuvo Ja catedral, 80; 336, 343.
Congregación del Sagrado Corazón, en Coromoto, (Venezuela), población,
Cartagena, 398; en el Nuevo Reino, donde se venera la imagen del mismo
277; Nuestra Señora de Loreto, nombre, 130.
139; Provincial (1720), 35, 193- Coronado, Luis, S. J., 170.
195, Padres Congregados, 193; de Coronel de la Mora, Dr. Juan, provisor
1729, 220, de 1738, 258; de 1750, y vicario general del arzobispado,
aprueba postolado para fundar cole dona sus bienes a la compañía, en
gio en Maracaibo, 68; Provincial de Santafé, 209; profesor de institu
1750, pide al general Visconti se ciones canónicas, 411,
incoa fundación de colegio en Ca- Correa, Ramón, historiador, 345.
IN D IC E A L F A B E T I C O
550
Pérez Arbeláez, E., escritor científico, Portugal, 1750, firma tratado, 499.
201 . Posada Restrepo, José, historiador,
Pérez Manrique, Dionisio, presidente, 4 2 4 ,4 2 9 ,
366. Pota, Nicolás, S, J „ 189,
Pérez Manrique, Dionísia, hija presi Pozega (Yugoeslavia), 339.
dente del Nuevo Reino, 366, Procuradores de la congregación pro
Pérez, Pedro, S. J,, congregación pro vincial de 1720, 195.
vincial, 1757, 348. Promoción a votos postulado para que
Pérez de Guzmán, Miguel Jerónimo, provincial promueva, 311.
chantre de la catedral de Popayán, Provincia de Quito, 109; de Bohemia,
528. 133; del Nuevo Reino, su estado en
Pérez, Diego, teniente, 526. provincialato, padre Diego de Tapia,
Pérgala, ciudad, recibió jesuítas deste 216; del Nuevo Reino, casas y obras
rrados del Nuevo Reino, 535. al tiempo de la expulsión, 1769,
Peste de 1760, jesuítas victimas, 510. 508-509.
Piacenza, (Italia), 347. Puerto Cabello, (Venezuela), 132.
Picón, Juan José, clérigo , párroco de Puesta, Juan de, S. J., hace renuncia
una aldea indígena llamada Guay- de sus bienes, 142; en congregación
guasa, 132. provincial de 1720, 193.
Pietragrassa, Joaquín, S. J ,, 380. Puerto de Santa María, 94; español,
Pío V il, pontífice, 537. 534.
Pío XII, pontífice, declaró a Nuestra Puyó, Jorge, 341.
Señora de Coromoto patrona prin
cipal de Venezuela, 130.
Píritu, región, 469. Q
Pirri, indios, del sur del Darién, 290.
Pizarro, José Alfonso, virrey, 338, Quecedo, Francisco, O.F.M., historia
Pocuna, hacienda, 35. dor, 108, 135,429,433.
Pointis, Barón de, al mando de la Quesada, Ignacio de,O .P., 135.
armada francesa atacó a Cartagena, Quevedo, Juan de, fray, primer obispo
en 1697,425. de esta sede episcopal, en Santa Ma
Polo, Juan Bautista, S. J., enviado al ría la antigua del Darién, 292.
Nuevo Reino, 318; misionero, 534. Quevedo, Pedro Silvestre de, sacerdote
Popayán, ciudad, 48, 49-50; 191; 201; y licenciado, benefactor, 80,82,
203; donación para universidad, Quevedo, Rosa, 81.
420; universidad de San José, José Quijano, Francisco, alcalde de la Mesa,
Garrido, S. J., catedrático, 422; 221.
universidad San José, 422; destierro Quijano, Tomás Antonio, graduado en
537, universidad de San José, 421.
Portobelo, 199. Quiiifayes, indios, 489,
Prieto, Juan de, S. J., enviado a Santo Quintana, José de la, oidor, 93.
Domingo, 91. Quintana, Salvador, S. J., rector del
Ponte, Juan Nicolás, de, alcalde de Ca colegio de Antioquia, 41; represen
racas en 1703,131. taba ai gobernador, 42; recibe poder
Porce, río, 44. general del padre provincial, padre
Portolani, Lucas, S. J., 527. Ferrer, 335; rector del colegio de
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569
rector de San Bartolomé, 218; bio Salas, Antonio de, gobernador de Car
grafía, 431, 432. tagena, 238.
Romero Mario Germán, monseñor, Salas, Pedro de, desedifica en noviciado
prolonga teatro del Desengaño del de Tunja, 217.
padre Juan Rivero, 464. Salazar, Agustín de, S. J„ doctrinero
Romero, M artín, S. J., tom ado preso y en Cereté, 237; reforzó misión Ori
expulsado de Buga en 1767, 525. noco, 495; misionero del Orinoco.
Rosales, Clemente, 170. 497.
Rosales, Fernando, herm ano, 170. Salazar, Javier de, comisionado para
Rosso, Giuseppe, historiador, 144. intim ar destierro a los jesuítas dd
Rotella, Bernardo, S. J., acusado de colegio de Buga, 525.
contrabando en 1735, 75-76; mi Salazar, José Abel, O.R.S.A., historia
sionero del Orinoco, 75 , 243, 468, dor, 121, 156,409.
494; llega en la expedición misio Salazar, Miguel, S. J., recibe donación
nera de 1723, 198; lo defiende el para fundar colegio en Buga, 47-48.
provincial J. López de acusación, Salcedo, Juan de, fray, viceprovjncial
256; fundó a Cabruta. 496. de la isla Española, 88.
Rubio. José, S. J., expulsado, 533. Salcedo y Ascona, Luis, arzobispo,
Rubio, Martín, S. J., sobreviviente en 269.
Ja restauración, 537. Saldada, río, 200.
Ruiz del Coro, Antonio, 237. Saldarriaga, Ferm ín y señora, presencia
Ruiz, Bartolomé, S. J., congregación posesión de S. J. en la iglesia de Santa
provincial, 1757, 348: rector de Bárbara en Antioquia, 40.
Honda, interino en última congre Salidas, Antonio, S. J., misionero, 534.
gación provincial, 1763, 355. Salivas, indios, 208, 491.
Samper Ortega, Daniel,historiador,340.
San Bartolomé, colegio, rector Pedro
S Calderón, S. J., 1678, 107; obtiene
título de colegio Mayor en 1704,
Sabaleras, hacienda de Buga, 52, 56. 120-121; rector Amonio de Varillas,
Saboyá, María Luisa Giabriela de, pri 1720, 193; competencia de prece
mera esposa de Felipe V, 171. dencia con el colegio del Rosario,
Sagrado Corazón, su altar en Santafc 197; rector padre Ignacio Ferrer,
de Antioquia, 398; iglesia dedicada 1734, 335; rector padre Jaime
en Honda, 399; primera congrega López en 1753; rector Manuel
ción en Santafé, 1743. Balzategui en 1756, 344; colegio-
Salamanca, universidad, 84. seminario, rector Francisco de He
Salas, Andrés, S. J ., predica en Gibral- rrera, en 17 0 4 ,3 4 2 ,4 0 9 .
tar y Mérida, 178 179; resideen La San Bernabé de,Tierrabomba,estancia.
Ceiba, hacienda del colegio de 158.
Mérida. 179; es acusado de contra San Borja, misión, 534.
bando de mercancías, se hace in San Buenaventura, José de. fray, prior
formación a su favor, 207; procura de los agustinos, 279.
dor general de la provincia, contra San Camilo, congregación, 528.
dijo Ja inspección en las tierras de San Vicente de la Barquera, puertu.
La Mesa, 223. 107.
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573
Serna, Francisco Javier, de la, ofrece sobre tierras americanas, 204 ss,;
donación al colegio de Antioquia, misionero 492; reforzó misión de
35; catedrático de institución en Ja- Orinoco, 495.
veriana, 413. Sturm , M, C., escritor, 537.
Sema Palacios, Pedro de la, ofrece Suárez Paiiiagua, Bartolomé, capitán,
donación al colegio de Antioquia, 140.
35. Suárez, José, S. J., vicerrector dej co
Sesquilé, población, 162. legio de Santo Domingo, 344.
Sevilla, Gaspar, S. J., había venido a Suárez, Pedro, S. J., mártir formado en
América en busca de un campo San Bartolomé, 175.
misional, 293. Suaza, río, 240.
Sierra Castilla, Francisco de, dona a la Subía de Loyoia, Magdalena, carta
Compañía un ingenio de azúcar, 94. de hermandad, 235.
Sierra, Francisco, S. J., visitador, 136; Sucre, Carlos de, gobernador de Cu-
175, 193, 366; visitador provincias maná, 478.; 469.
Nuevo Reino y Quito, 145; visitador, Sucre, Luis Alberto, historiador, 132.
mitiga rigidez en formación de je Suprimena, hacienda, 228.
suítas, 402; ordena salir de misión Surimena, pueblo, 498.
del Casanare, 488.
Sicilia, provincia, 167, T
Sigliardt, Elias Ignacio, 378.
Silva, José de, S. J,, muerto por los Tabares, Diego, 471.
caribes, 127; misionero del Orinoco, Talavera, Jo sé,S . J., hermano, 41.
485. Talens, Juan, hermano, hace votos,
Simancas, Rafael de, capitán, a quien 170.
se le encomendó investigar la situa Tamalameque, puerto, 282.
ción de los franceses di el Da ríen, Tamanacos, indios, 498.
295. Tamariz, Luis, S. J., expulsado, debe
Sinigaglia, ciudad, recibió jesuítas des permanecer en Pasto por enferme
terrados del Nuevo Reino, 535. dad, 527.
Smith, Alejandro, calvinista inglés, es Tamburini, Miguel A., S. J., aprueba
pañoles capturaron al hijo, 91. fundación colegio Antioquia, 35,
Snelling, Juan, S. J., destinado a Santo 39; general S. J., 34, 35, 36, 38,
Domingo, 95; rector del colegio de 109, 192, 197; considera preferen
Santo Domingo, 225. cia de fundar colegio en Maracaibo
Solís, José, virrey, escribe al rey pi y no en Antioquia, 63, aprueba
diendo misioneros, 350, donación de Lucas García para
Solís Folch de Cardona, José de, virrey, fundación en Maracaibo, Caracas o
243, 3 3 9 ,3 4 0, 341,344, Trujillo, 64; mejor informado,
Sota, José de la, S. J., renuncia bienes, duélese de aceptación de donación
137; rector del colegio de Mompós, de Lucas García para fundar en Ma-
225; amonestado de defectos como racaibo, Caracas o Trujillo, 64; fun
rector en colegio de Mompós, 247. dar colegio en Antioquia y no en
Spinoza, Baruch de, 449. Maracaibo, 64; carta al padre Mar
Steigmiller, Ernesto, S. J„ enfermo en tínez de Ripalda, 13!; escribe al
Cartagena, 199; escribe impresiones padre Calderón el 6 de enero de
IN D IC E A L F A B E T I C O
576
Torres Bravo, rector de colegio Rosa Tunja, noviciado, 94; colegio en 1659,
rio, su intervención en pleito de 107, 192, 335, 336, 342, 343,
procedencia con San Bartolomé, 344, 347, 348; intímase orden de
118. expulsión, 5 17.
Torres, Diego de, S, J., realizó una Tycho Brahe, sistema planetario, 445.
excursión al rio Domaquiel (Urabá,
en 1606), 292.
Torres, Saldamando Enrique, historia U
dor, 107,135. ,
Torres, Jaime, de, S. J., primer superior Ubandurraga, Juan Antonio, S, J l o
de colegio Caracas, 78; provincial asesinaron unos ladrones, 94; 193.
general obtiene en 1759 real orden Ubrique, Vicente de, fray, pretendía
para no incoar colegio de Caracas en llevarse indios, 496.
convento abandonado por monjas Ulloa, Antonio de, 448.
carmelitas, 78; procurador general Ulloa, Jorge Juan de, 448.
de la provincia de indias, 79; supe Universidad de Cervera, 454.
rior de la fundación de Caracas, 336; Universidad Javeriana, derecho canóni
congregación provincial, 1763, im co, pídese ser profesores en Jave-
posibilitado de ser elegido, 355; riana, 316, de Santafé y Gregoriana
537. de Quito, los grados, 109; padre
Torrijanu, Francisco Javier, vicario de Calderón, profesor de teología, 107;
la diócesis de Popayán, 241. cátedra de sagrada escritura, 194,
Tortosa, ciudad, 537, 250; actividad cultural, doración
Tovar, Francisco de, alcalde de Cara- para facultad de derecho, 406, fa
casen 1705, 131. cultad de derecho, fiírmanse escri
Tratado de límites, 499; de urbanidad turas, 409; dota facultad de dere
450. cho, 409; preséntanse estatutos,
T ícp jm cien d a , 52, 53, 56, 410; pleito sobre precedencia con
Trías, Javier, S. J., congregación pro universidad Tomista en conclusio
vincial, 1757, 348. nes, 414; Vélez Ladrón de Gueva
Trías, Francisco Javier, S. J., 521, des ra, Pbro, en pletio de oposiciones
terrado, debe permanecer enfermo en Javeríana, 412; Vélez Suescún
en Mompós, 521; profesor Javeria- Nicolás, en pleito de oposiciones,
na, biografía, 441. 412; reseña biográfica de varios
Tribunal de la Rosa, sentencia a favor profesores, 429.
de Tomás Valencia, 420. Universidad San José de Popayán, 416;
Trinidad, Bárbara Tomasa de la, m adíe Valencia Pedro, interviene en dota
carmelita descalza, 235.. ción, 418; pleito por dotación, 418;
Truconis, P., S. J m u e r e antes de salir catedrático el padre José Fernán
para Nuevo Reino, 1767, 359. dez, S. J., 422; donación de veci
Trujillo, ciudad, 84, 86, 140, 346. nos, 420; primer graduado: Monte
Tucupide, pueblo indígena, i30. negro. José, 421; grados, 421;
Tucuti, población en la región del Garrido, José S, J., es catedrático,
Darién donde vivían más de 50 fa 422.
milias de blancos, 296. Universidades, de Santiago de la Paz y
Tunebos, indios, 344, 345. Santo Tomás de Aquino, 79.
IN D IC E A L F A B E T I C O
578
Págs,
P R E S E N T A C IO N .............................................................................................. 5
NOTA L I M f N A R .............................................................................................. 7
S IG L A S P R I N C I P A L E S .................................................................................... 11
A R C H IV O S ........................................................................................................ 13
B IB L I O G R A F IA ................................................................................................ 17
L IB R O P R IM E R O
Fundaciones y Colegios
II E n C a f i ....................: ......................................................................... 57
I. M aracaibo ......................................................................................... 61
III. C o ro ................................................................................................... 79
L IB R O SE G U N D O
L IB R O T E R C E R O
Actividad cultural
L IB R O C U A R T O
Misiones
L IB R O Q U IN T O
IN D IC E A L F A B E T I C O ..................................................................................... 541
IN D IC E G E N E R A L ............................................................................................ 581