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Además:
REVISTA DOMINICAL 4-5 / REPORTAJE
DE FARO DE VIGO
AÑO 18
Los genes
NÚMERO 863
gallegos de

A
DOMINGO, 24 DE la familia
FEBRERO DE 2019 Moctezuma

Un ejemplar
de lumpo
(Cyclopterus
lumpus), pez ártico
presente ahora en
aguas de Galicia.
| PARTNERS HOLLAND

Los

“alien”
del mar en Galicia
Pez víbora, tiburón duende, pulpo medusa... Cada vez es más frecuente en las costas
gallegas la presencia de especies marinas de profundidad,
tan llamativas por su aspecto físico como desconocidas para la ciencia
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2 DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019
REPORTAJE
01
✒ J.A. Otero RICART
“Hemos capturado un pez vivo muy raro,
¿qué hacemos con él?”. Julio Valeiras, biólogo
del Centro Oceanográfico de Vigo, está acos-
tumbrado a recibir este tipo de llamadas de
marineros que faenan en las costas gallegas.
“Nosotros recibimos continuamente avisos
de especies que son poco frecuentes en
nuestras aguas. Algunas son especies de pro-
fundidad y otras son pelágicas, como las tin-
toreras o las quenllas que aparecen especial-
mente en verano”, comenta el responsable
del departamento de Pesca Sostenible del
Oceanográfico vigués y de todo lo relaciona-
do con los descartes pesqueros.
A raíz del sorprendente hallazgo en la vi-
guesa playa de Samil de ejemplares de Phro-
nima sedentaria, un crustáceo de aguas pro-
fundas en el que al parecer se inspiraron los
creadores del monstruo de la película “Alien,
el octavo pasajero”, biólogos gallegos hablan
para FARO de otras especies marinas raras,
también de profundidad, que han aparecido
en aguas de Galicia en los últimos años.
La mayoría de estos curiosos ejemplares
proceden del denominado Banco de Gali-
cia, una montaña submarina situada a unos
200 kilómetros al oeste de cabo Touriñán.
Sobre su fauna piscícola realizó la tesis doc-
toral el biólogo Rafael Bañón, que en la ac-
tualidad trabaja en la Consellería do Mar. El
biólogo vigués identificó en esa zona un to-
tal de 139 especies de peces de 62 familias di-
ferentes. “Muchas de esas especies de aguas
profundas son apenas conocidas. En el Ban-
co de Galicia la profundidad mínima es de
625 metros y la máxima a la que llegamos en
nuestros muestreos fue de 1.800”, señala Ba-
ñón.
En su opinión, la mayor presencia de es-
pecies raras en nuestras costas está directa-
mente relacionada con el cambio climático.
“En aguas de Galicia hay ahora unas 450 es-
pecies de peces, cuando en los años 80 había
poco más de 230 –comenta el biólogo de la
Consellería do Mar–. Esto se debe en parte a
las campañas científicas que se hicieron en el
Banco de Galicia y en zonas no exploradas
antes, pero también a la llegada de especies
de aguas cálidas que van subiendo por efec-
to del cambio climático”.
Julio Valeiras, por su parte, señala que,
además del cambio climático hay otros con-
Bestiario de
aguas profundas
Biólogos vigueses investigan las especies marinas
más sorprendentes, como la que apareció hace
unos días en la playa de Samil. Las exploraciones
en el Banco de Galicia aportan nueva información
sobre una fauna hasta ahora casi desconocida
dicionantes que influyen en la aparición de
estas especies. “Otro factor importante –ex-
plica el biólogo del Oceanográfico– son las
corrientes marinas de agua más cálida, de
origen mediterráneo, que baña las costas ga-
llegas. Tenemos también el fenómeno del
afloramiento, por el que aguas profundas
frías alcanzan la superficie del mar. Por otra
02
estela
FARO DE VIGO
parte, hay animales enfermos que aparecen
en las playas, algo típico de los mamíferos
marinos, pero también especies de profun-
didad que se desorientan o son capturadas y
tras ser devueltas al mar no consiguen al-
canzar esa profundidad”.
Algunos de los ejemplares más curiosos
que han documentado los biólogos gallegos
proceden del Banco de Galicia, una zona
próxima a las costas gallegas en la que el
Centro Oceanográfico de Vigo ha realizado
dos campañas. “Los barcos pesqueros
–apunta Rafael Bañón– trabajan sobre la pla-
taforma continental, que va hasta los 200
metros de profundidad. Más al fondo ya se
conoce menos la fauna, y cuando vas a sitios
como el Banco de Galicia y realizas mues- 04
treos a 1.000 metros, te encuentras con cosas
raras que no has visto nunca”.
Pulpos medusa
En la misma línea se expresa Julio Valeiras
al hablar de las exploraciones realizadas por
el Oceanográfico vigués en esa montaña
submarina, “una zona donde hay muy poca
información sobre su fauna, tanto de peces
como de invertebrados. Hemos llegado a los
1.500 metros de profundidad –comenta Va-
leiras–, donde hay especies muy poco cono-
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estelaFARO DE VIGO
3
DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019

REPORTAJE

05

das con una red bongo, una especie de caza-

mariposas gigante equipado con una red de
0,2mm y que se envía a profundidades de
500 metros. “Durante esta campaña se filtra-
ron unos 200.000 m3, con los cuales se podría
llenar el estadio de Balaídos hasta una altu-
ra de 27 metros, Es un trabajo muy tedioso
pero que alimenta la imaginación, ya que
encuentras criaturas muy curiosas”, refiere
Álvaro Roura.

Conservar los ejemplares

03
Una de las especies más llamativas por su
aspecto que ha estudiado Valeiras es el “tibu-
rón duende” (Mitsukurina owstoni), muy po-
co habitual en el Océano Atlántico y de la que
en el Oceanográfico vigués tienen quince
ejemplares congelados.
Puestos a destacar algunos ejemplares por
su curiosa morfología, Rafael Bañón aporta
imágenes tan llamativas como la de un pez
de colmillos largos (Anoplogaster cornuta) o
la de un Linophryne coronata, que en la par-
te de atrás tiene machos parásitos. También
Una vez que se capturan y documentan,
¿qué se hace con esos ejemplares raros? Al-
gunos de ellos se ceden al Museo de Ciencias
Naturales de Madrid o al Museo de Historia
Natural de la Universidad de Santiago, mien-
tras que otros se guardan congeladas en los
propios centros de investigación, “porque las
publicaciones científicas tienen como requi-
sito que las especies documentadas en sus avisando. A veces los estudiamos a fondo y
páginas puedan ser vistas por otros científi- en otras ocasiones solo me llega la foto. Ca-
cos”, apunta Rafael Bañón. da año voy recopilando toda esa informa-
Además de estos ejemplares de aguas pro- ción”, concluye el biólogo vigués.
fundas, en las costas gallegas es cada vez más Por su parte, el Centro Oceanográfico de
frecuente la presencia de especies de otras Vigo realiza todos los años la “campaña De-
latitudes. Rafael Bañón comenta que desde mersales” para estudiar los recursos del fon-
finales de los años 90, cuando empezó a es- do o próxima al fondo marino; también se
tudiar estos casos, viene detectando que año realizan análisis en zonas de profundidad.
tras año, y cada vez más, aparecen especies Con esos estudios se realiza un inventario
nuevas para Galicia. El año pasado, por de todas las especies que hay en las costas
ejemplo, Bañón identificó en Galicia 29 gallegas.
ejemplares de 16 especies de peces “raros”.

❝
Rafael Bañón: “En aguas
de Galicia hay ahora unas
menciona algún ejemplar de Fistularia

bio climático encontramos en nuestras

aria pe-
timba, “una especie grande de aguas tropica-
les que antes no pasaba del estrecho o de Gi-
n el cam-
braltar hacia el Norte y que ahora con

a”, expli-
aguas e incluso en el sur de Inglaterra”,
“Hay biólogos, técnicos, marineros que
cuando aparece algún bicho raro me acaban 06

450 especies de peces,

cuando en los años 80
eran poco más de 230”
cidas. Sabemos muy poco de cómo sobrevi-
ven esos ejemplares a tanta profundidad. Mi
equipo trabajó con los cefalópodos de pro-
fundidad y hemos descubierto varias espe-
cies nuevas. La mayoría son pulpos medusa
y algunos calamares muy raros. Los cefaló-
podos de profundidad, como el “pulpo me-
dusa” (Stauroteuthis syrtensis), no son co-
mestibles, por lo que no tienen valor comer-
cial”.
ca el biólogo vigués.
Otro caso curioso es el del lumpo (Cyclop-
terus lumpus), un pez ártico que ahora ra se re-
produce ya en la ría de Vigo.
Álvaro Roura, biólogo del Institutoo de In-
vestigaciones Marinas de Vigo, tiene ne tam-
bién amplia experiencia en la capturaa de “bi-
ontinen-
chos raros” fuera de la plataforma continen-
ráficas a
tal durante las campañas oceanográficas
bordo del “Sarmiento de Gamboa”. Durante
un muestreo nocturno capturó un pez ez víbo-
ra (Chauliodus sloani), que vive entree los 500
y los 100 metros de profundidad y cada ada no-
che asciende casi hasta la superficie para ali-
jemplar
mentarse. La imagen que captó del ejemplar
fue seleccionada entre las 100 mejores ores de
2016 en el concurso de fotografía interna-
cional “Nikon Small World”. En la foto o se ob-
serva perfectamente el pequeño órgano gano lu-
minoso azul situado bajo el ojo y quee genera
una luz roja inapreciable para sus presas y
uridad.
que le permite detectarlas en la oscuridad.
diente
Este biólogo vigués del centro dependiente
ienen
del CSIC y su mujer Alexandra Castro tienen 01. Tiburón duende (Mitsukurina owstoni). | JULIO VALEIRAS
una página en Facebook, Zooplanktoning, ning,
g 02. Pez de colmillos largos (Anoplogaster cornuta).
en la que comparten imágenes curiosas as de 03. Pez víbora (Chauliodus sloani). | ÁLVARO ROURA
especies marinas. 04. Tiburón anguila (Chlamydoselachus anguineus).
En las campañas a bordo del “Sarmiento nto 05. Pulpo medusa (Stauroteuthis syrtensis). | JULIO VALEIRAS
de Gamboa”, las muestras fueron captura- ra- 06. Un ejemplar de Linophryne coronata.
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4 DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019
REPORTAJE
01
✒ Salvador RODRÍGUEZ
La figura de Pedro Gallego de Andrade to-
davía continua envuelta en el misterio, por
no decir la confusión. Mientras algunos his-
toriadores datan su llegada a México en abril
de 1520, aunque con el nombre de Juan y los
mismos apellidos, como oficial de las tropas
comandadas por Pánfilo Narváez, otros cre-
en que ya formaba parte del contingente li-
derado por Hernán Cortés que, en noviem-
bre de 1519, llegó al corazón del imperio az-
teca y mantuvo aquel histórico primer en-
cuentro con Moctezuma II. No es la única
disparidad, puesto que, en si en algunas an-
tiguas crónicas figura como nacido en la lo-
calidad extremeña Burguillo, en otras se cita
a Galicia, concretamente a A Coruña, como
su tierra natal, y se lee, textualmente: “Casó
con Isabel, hija de Moctezuma II, que le dio
un hijo”, según fuentes recogidas por varios
especialistas, entre ellos el hispanista britá-
nico Hugh Thomas en su libro “Quién es
quien en la conquista de México” (Salvat)
con datos extraídos de mismísimo Archivo
de Indias.
En cualquier caso, a la altura del año 1528,
este Pedro Gallego de Andrade era uno de los
hombres de confianza de Hernán Cortés, al
punto de que éste lo eligió para que contra-
jeses nupcias con una de las hijas del rey az-
teca, llamada Tecuhichpo, rebautizada y
convertida al cristianismo con el nombre de
Isabel. La historia es bien curiosa: a los die-
ciséis años de edad, Tecuhichpo ya se había
casado con Cuauhtémoc, un tlacatlecutli (je-
fe militar) que era hijo del rey que precedió a
Moctezuma, Ahuízotl. Cuauhtémoc fue el
último mandatario azteca independiente;
cuando cayó Tenochtitlán estuvo cuatro
años prisionero hasta su ejecución en 1525,
acusado de conspiración. Para prevenir que
su viuda volviera a casarse con un notable in-
dígena, por las posibles consecuencias pro-
pagandísticas que ello pudiera suponer, se
decidió buscarle un marido español. Antes
Los genes
gallegos
de la familia
Moctezuma
Una hija y una bisnieta del mítico rey azteca,
que se hizo amigo de Hernán Cortés, se casaron
con hidalgos de Galicia y tuvieron descendencia
de morir, Moctezuma le había pedido a Cor-
tés que cuidara de sus hijos y, especialmen-
te, de sus hijas, puesto que en la cultura azte-
ca, las mujeres eran las que tranmitían el li-
naje sucesorio.
El primer elegido fue un hidalgo de Al-
cántara, ayudante de Cortés, llamado Alon-
so de Grado. Esa boda se celebró en junio de
1526 pero el enlace duró poco porque Alon-
so falleció nueve meses después. Así que hu-
bo que buscarle un nuevo esposo a Tecui-
chpo, quien, por decisión de Cortés, contra-
jo matrimonio con el “siguiente de la lista”,
precisamente el mentado Pedro Gallego de
Andrade, estableciéndose ambos en San
Luis de Potosí. Pedro, al igual que su prode-
cesor, también murió pronto, en 1530, aun-
que esta vez sí hubo tiempo para que nacie-
ra un hijo de ese matrimonio: Juan de Dios
de Andrade Moctezuma. Dos años después,
Isabel se casó con el primer marido elegido
por ella, Juan Cano de Saavedra, también
español, con el que tuvo cinco hijos, entre
ellos dos mujeres (ambas se harían monjas y
fundarían el Convento de la Concepción, en
México DF).
Y es que la historia de la conquista de Te-
estelaFARO DE VIGO
protección a Isabel de Moctezuma y que, tras
la muerte de Alonso de Grado, y antes de que
naciese el hijo de Isabel y Pedro Gallego de
Andrade, tuvo una hija, Leonor, resultado de
una violación perpetrada contra su “protegi-
da. Esta hija nunca fue reconocida como tal
por el célebre conquistador. Lo que sí consi-
guió, cuentan que arrepentido de su salvaje
acto, fue que Carlos V obsequiara tierras y tí-
tulos a su ahijada. Y así fue. El monarca le
concedió el señorío de Tacuba, un territorio
que comprende el centro histórico de la ac-
tual Ciudad de México, el Zócalo, la Catedral
y el Palacio Nacional, y que se extiende por
decenas de kilómetros.
Las posibilidades de que Pedro Gallego de
Andrade,en el caso de no haber nacido en
Galicia, sí fuese descendiente gallegos, au-
mentan si se tienen en cuenta que la de An-
nochtitlan y los meses posteriores configu- drade es una célebre casa nobiliaria gallega,
ran un enorme enredo de crónicas, histo- que el apellido Gallego se aplicaba como mo-
rias, dimes y diretes. Semeja, no obstante, te a muchos de los embarcados en la travesía
confirmado que Hernán Cortés tomó bajo su al Nuevo Mundo o que, como comentan al-
Árbol genealógico de Moctezuma II (resumen)
Cuauhtemoc Atlixcatl MOCTEZUMA II Cuitlahuac
Alonso de Grado
Pedro Gallego Tecuichpoch Da. Isabel M.
Juan Gallego Andrade M. Elvira de Toledo Juan de Moctezuma
Juan de Oñate Isabel Cortés Juan Moctezuma Pedro Moctezuma
María de Oñate
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estelaFARO DE VIGO
gunos historiadores, entre ellos la profesora
de la Universidad de Santiago, María Luisa
Pazos, muchos gallegos salían fuera de Gali-
cia y se iban a vivir a Andalucía y, cuando via-
jaban a las Indias, adoptaban el nombre del
lugar en el que estaba viviendo y, por lo tan-
to, no pasaban como gallegos a América. Un
ejemplo claro es el de un hombre llamado
Juan de Triana que, al revelar sus datos bio-
gráficos con motivo de su boda con una crio-
lla, descubrió que procedía de Camariñas.
Añadamos otro dato: durante los primeros
años de la conquista, los únicos puertos que
tenían permiso para zarpar rumbo a Améri-
ca eran los andaluces. Hasta bien entrado el
siglo XVII, no partió ninguna expedición des-
de puerto gallego al Nuevo Mundo, por lo
que los gallegos que querían embarcar te-
nían que hacerlo, como sostenía María Lui-
sa Pazos, desde Andalucía.
Si la cuna de Pedro Gallego de Andrade
podría ofrecer alguna duda, no ocurre lo mis-
mo con la de José Sarmiento de Valladares,
nacido en Saxamonde-Redondela en el año
1643. Este noble gallego, virrey de Nueva Es-
paña (territorio aproximadamente equiva-
lente al actual México) desde 1696 hasta
1701, se casó en primeras nupcias Jerónima
María de Moctezuma, tercera condesa de
Moctezuma, hija de Diego Luis Moctezuma.
De este matrimonio (la boda se celebró entre
1668 y 1669) nacieron dos hijas, Melchora
Juana y Fausta Dominga. Este episodio his-
tórico ha sido profundamente estudiado por
el historiador gallego Xosé Ramón Barreiro
Fernández, quien plasmó el resultado de sus
investigaciones en sendos artículos publica-
dos en la revista “Estudios Migratorios” con
el título de “Os Moctezuma e Galicia (I y II)”.
Como podemos apreciar en el árbol genealó-
gico que adjuntamos en estas páginas, Diego
Luis Moctezuma, el padre de Jerónima, era
nieto de Juan Cano, el cuarto marido de Te-
cuhichpo, hijo de Gonzalo Cano y, por lo tan-
to, nieto de Moctezuma II.
Tras la muerte de Jerónima en noviembre
de 1692, Sarmiento de Vallalladaes se casa en
1694 con María Andrea de Guzmán. Sar-
miento regresa a España con ella y las dos hi-
jas tenidas con su fallecida esposa criolla,
pero en 1696, nombrado ya Virrey de Nueva
España, vuelve a América y se lleva a Melcho-
ra y Fausta con él. “Doña Fausta y su herma-
na -escribe Barreiro Fernández- acompañan
a Sarmiento de Valladares. Pero poco pudo
gozar Fausta porque falleció en México el 16
de julio de 1697, con solo 8 años de edad. Fue
enterrada por disposición de su padre en
iglesia de Santo Domingo”.
Por su parte, Melchora, a la edad de cinco
años, hereda el condado de Moctezuma , si
bien su padre es quien administra los bienes
de la familia y representándola. La adminis-
tración y el poder de Sarmiento Valladares -
confirma Xosé Ramón Barreiro- multiplicó la
fortuna familiar. Aumentó las rentas gracias
Juan Cano Gonzalo de Saavedra
Pedro Cano Catalina Gómez de Saavedra
Hernán Cortés
Leonor Cortés Juan de Tolosa
Juan Cano
Gonzalo Cano de Moctezuma Pedro Cano Catalina de San Miguel
Diego de Moctezuma Isabel de Jesús
Jerónima María de Moctezuma José Sarmiento de Valladares
Melchora Juana Fausta Dominga
5
DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019
REPORTAJE
02 03 04
a nuevas mercedes reales, liberó los cobra- 05
mientos de rentas que estaban desde hacía
años congelados y saneó de tal manera la
economía que cuando murió dejó una in-
mensa fortuna”.
Melchora Sarmiento volverá de nuevo a
Españacon su padre y familia en 1702. De-
sembarcados en Rande, “doña Melchora pu-
do ver por vez primeira la tierra de su padre
y seguramente recorrió los lugares en los que
Sarmiento de Valladares nació y creció”, elu-
cubra Barreiro Fernández.
Ocurrió, no obstante, que algunas de las
disposiciones del testamento Sarmiento
contenían ciertas cláusulas que perjudica-
ban notoriamente a la Casa de Moctezuma y
que favorecían su otra hija, Bernarda, man-
tenida con María Andrea de Guzmán. Una de
esas cláusulas disponía que, en el caso de
que Melchora falleciese sin sucesión, el Du-
cado, la Grandeza de España y toda la renta,
menos 4.000 pesos, pasarían a engrosar el
vínculo de Bernarda, de manera que la Casa
de Moctezuma únicamente retenía el Con-
dado y los 4.000 pesos de renta.
500 años del encuentro entre
Melchora, que, según Barreiro, se había
casado (en matrimonio de conveniencia or-
Hernán Cortés y Moctezuma II
ganizado por su madrasta) con el hijo del
primer matrimonio de esta, Ventura Fernán- El historiador Hugh Thomas cita a siete gallegos entre
dez de Córdoba Folch de Cardona y Aragón, los miembros de las tropas del conquistador
se mostró dócil y obediente, y aceptó las dis-
posiciones de su padre, pero esta aceptación En su “Quién es quién de los conquistadores”, el historiador e hispanista británi-
traería más tarde hondas desavenencias y co Hugh Thomas, siguiendo la pista del apellido “Gallego” (que para él pudiera ser
provocará un ruidoso pleito que se prolongó un apodo de carácter gentilicio), apuesta por el origen galaico de varios de los sol-
más de 70 años. El matrimonio de Melchora dados que estaban con Hernán Cortés en su rimer encuentro con Moctezuma II, en-
y Ventura Fernández de Córdoba no tuvo tre el 8 y el 9 noviembre de 1519. De algunos de ellos indica incluso su lugar de na-
descendencia y ella falleció el 22 de diciem- cimiento. Tales son los casos de Cristóbal Gallego (nacido en Tui), de Blas Monte-
bre de 1717. rroso (en Lugo), de Juan Núñez Gallego (en Santiago de Compostela), de Pedro Prie-
Pese a su más que discutible decisión tes- to (en Villalba-Lugo) y de los pontevedreses Gonzalo Varela y un tal pariente del con-
tamentaria, Xosé Ramón Ba- de de Ribadeo apellidado Villadrando.
rreiro realiza una valoración Además de los nombrados, y de entre todos ellos, destaca Hernán (o Fernando)
positiva de Sarmiento de Va- de Lerma, natural de Soesto, concello de Laxe (A Coruña).Su nombre, grado y ori-
lladares y su trato a los gen aparecen citados por diversos cronistas de Indias, pero muy especialmente y de
Moctezuma: “Fue -sus- manera más explícita en la “Historia de la nación chichineca” (1616) del mestizo Fer-
cribe- ese enlace con el nando de Alva, descendiente del propio Cortés.
gallego lo que sacó a la fa- Según estas crónicas, Lerma era uno de los cuatro capitanes de tropas de la ter-
milia Moctezuma de la situación de desam- cera guarnición al mando del general Gonzalo de Sandoval y debió vivir, así pues,
paro en que se encontraba. Recuperó parte dos de los episodios más legendarios de la conquista del Nuevo Mundo: la Noche
de las mercedes económicas prometidas por Triste (30 de mayo al 1 de junio de 1520) que acabó con la vida de Moctezuma,trai-
la Corona española, saneó las rentas, las in- cionado por los suyos, y la posterior serie de batallas relacionadas con la toma del
crementó, obtuvo el Ducado de Atrisco y la imperio azteca por parte de los españoles, que culminaría con la “reconquista” de
Grandeza de España, y situó a la familia Moc- su capital,la mencionada Tenochtitlan (actual México ciudad).
tezuma en elite aristocrática espa-
ñola. Pero esto mismo provocó la
envidia de las grandes familias aris-
tocráticas, que aprovecharon la muerte sin 01. Recreación de una escena en la corte de Moctezuma II.
sucesión de la hija de Sarmiento de Vallada- 02y 03. Retratos de Moctezuma II y Tecuhichpo realizados
res para asaltar la casa y los honores de los basándose en antiguas pinturas aztecas. 04. Retrato de
Moctezuma. Dos familias, curiosamente en- José Sarmiento Valladare, virrey de Nueva España, que se
troncadas en Galicia, los Oca y los Altamira, casó con Jerónima Maria de Moctezuma. 05. Uno de los
iniciaron una prolongada lucha por los des- numerosos cuadros que recrean el primer encuentro entre
pojos de la gloria de los Moctezuma”. Hernán Cortés y Moctezuma II.
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6 DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019
ENTREVISTA
Aarón Rodríguez Serrano
Doctor en Comunicación Audiovisual, coordina el libro “Investigar en la era neoliberal”
“Estamos en un
momento muy
delicado para la
Universidad pública”
“Hay que poner en valor el talento de los jóvenes
investigadores, que podemos perder si no
se garantiza un tejido universitario estable”
✒ Covadonga JIMÉNEZ
Doctor en Comunicación Audiovisual por
la Universidad Europea de Madrid, graduado
en Filosofía por la UNED, Máster en Historia
y Estética de la Cinematografía por la Univer-
sidad de Valladolid y Máster en Nuevas Ten-
dencias y Procesos de Innovación en Comu-
nicación por la Universitat Jaume I de Caste-
llón, Aarón Rodríguez ha sido también profe-
sor en distintas universidades españolas des-
de 2006, impartiendo asignaturas como Na-
rrativa Cinematográfica, Análisis de la Ima-
gen o Literatura y Cine. Ahora publica “Inves-
tigar en la era neoliberal. Visiones críticas so-
bre la investigación en comunicación en Es-
paña”, que coordina junto a Samuel Gil Sol-
devilla y firman una veintena de autores.
–¿Qué pretende aportar con este trabajo?
–Surge como una iniciativa apoyada por el
doctor Javier Marzal, director del grupo de
Investigación ITACA-UJI, en el seno de un
proyecto de investigación nacional que pre-
tendía analizar el estado actual de la investi-
gación en comunicación en España. Desde
los primeros meses entendimos que tenía-
mos que alinearnos con muchos colegas del
ramo que ya estaban planteando serias du-
das sobre el funcionamiento económico y
ético del actual modelo de publicación y
acreditación en España, especialmente en
nuestro campo. Consideramos que estamos
en un momento muy delicado para la Uni-
versidad pública española, y que todo lo que
podamos aportar para generar un debate
constructivo, interdisciplinar y crítico siem-
pre será poco.
–¿Cuál es la situación de las Ciencias So-
ciales?
–Es una situación compleja. En cierta con-
cepción contemporánea de la investigación
se exige un cierto saber basado en un hipoté-
tico resultado pragmático (“lo que le intere-
sa a la empresa”, “lo que le interesa al merca-
do”), y ese conocimiento debe arrojarse con
una metodología cuantitativa, con datos
aparentemente objetivos que garanticen un
cierto discurso sobre el saber. Los temas de
investigación se ponen de moda y se vuelven
efímeros, las referencias citadas exigen ac-
tualidad y descuidan así los trabajos canóni-
cos de cada campo. Y, por supuesto, se impo-
ne una competitividad salvaje entre compa-
ñeros y grupos de investigación a la que se le
hace pasar por “productividad”. Se quiere
trasladar la lógica productiva del tardocapi-
talismo a la gestión del conocimiento: preca-
riedad, inseguridad laboral, competencia
¬desaforada...
–¿Cuáles son, a su modo de ver, los prin-
cipales errores en las tradiciones intelectua-
les de Occidente?
–No creo que se pueda hablar de “errores”,
salvo en aquellas posiciones de saber que
han generado voluntariamente exclusión,
sufrimiento y desigualdad. Al contrario, creo
que la historia del pensamiento en Occiden-
te es apasionante, un auténtico tesoro, inclu-
so en sus épocas más oscuras. Precisamente
cuando negamos que en nuestra investiga-
ción se incorporen elementos de los campos
más nobles de dicha tradición –la filosofía, la
reflexión artística, la historia, la filología...–
estamos negándole a nuestros estudiantes
una de las grandes conquistas del ser huma-
no.
–¿La presencia del sociólogo y la sociolo-
gía es ahora más necesaria que nunca?
–Desde luego. Sociólogos, filólogos, filóso-
fos, comunicólogos... hay que reivindicar la
potencia de nuestros estudios y de nuestra
tradición reciente. Se nos quiere hacer creer
que en España no hemos tenido enormes
pensadores situados entre las Ciencias Socia-
les y las Humanidades, pero es un puro espe-
jismo. Tenemos muchos motivos para rei-
vindicar los últimos cincuenta años de inves-
tigación en comunicación.
–¿Se encuentra en crisis el modelo clási-
co de investigación?
–Si por modelo entendemos una cierta
“metodología” de trabajo directamente ins-
pirada en una visión acrítica del método
científico, desde luego no se puede hablar de
crisis. Al contrario, es la “fórmula mágica”
que parece justificar la validez de una inves-
tigación. El problema es plantearnos si todo
el conocimiento puede emerger automática-
mente aplicando en plancha ese método a
cualquier objeto de estudio. Obviamente,
nuestra apuesta es que los campos de la ex-
periencia humana son (afortunadamente)
mucho más complejos y requieren la aplica-
ción de metodologías transversales que in-
corporen nuevas aproximaciones al campo
del saber. No es una cuestión vinculada con
la falta de rigor, se pueden hacer análisis ex-
traordinariamente rigurosos y productivos
desde otros campos como la semiótica, la fi-
losofía continental, la fenomenología del ar-
te, el análisis textual del dis¬curso...
–¿Se valora más a las Ciencias Experi-
mentales frente a las Humanidades?
–No, e intuyo que establecer esa distin-
ción es una dialéctica peligrosa. Se puede –y
se debe– generar un encuentro entre investi-
gadores precisamente para tomar concien-
cia de la pluralidad y la riqueza de los enfo-
Aarón Rodríguez Serrano. | DAMIÁN LLORÉNS
❝
“Se quiere trasladar la lógica
del tardocapitalismo al
conocimiento y se impone
una competitividad salvaje
entre compañeros y grupos
de investigación a la que se
quiere hacer pasar por
productividad”
“La desafección entre
la política universitaria
central y los grupos
de investigación es un
hecho incontestable “
ques. No se le puede negar a la investigación
la posibilidad del descubrimiento, de la fas-
cinación: hablar con un colega de una disci-
plina totalmente opuesta, asistir a sus confe-
rencias o leer sus trabajos es una prueba ex-
traordinaria para enriquecer y poner a prue-
ba el enfoque individual de cada docente.
Una de las cosas más dañinas, a mi juicio, de
las últimas reformas universitarias fue preci-
samente impedir que los alumnos hicieran
uso de un número elevado de créditos de li-
bre elección para poder asistir a clases de las
facultades vecinas. Para un comunicólogo es
estelaFARO DE VIGO
algo necesario sentarse a escuchar a los in-
formáticos, o a los politólogos o a los enfer-
meros. Ahí surgen los verdaderos problemas
(la inteligencia artificial y sus límites, las “fa-
ke news” o la comunicación para la salud, si-
guiendo esos tres casos).
la?
–¿Goza de buena salud la ciencia españo-
–En el campo concreto que a mí me atañe,
puedo afirmar que goza de una salud razona-
ble gracias a los denodados esfuerzos que
realizan día a día los profesionales para ges-
tionar un entorno económico e ideológico
indudablemente hostil. Si no fuera por la res-
ponsabilidad profesional de la gran mayoría
de los docentes y los investigadores que con-
forman nuestro tejido universitario público,
la situación sería mucho más dramática.
–¿Ayuda contar con un Ministerio de
Ciencia?
–Ayuda, pero todavía tenemos mucho tra-
bajo para realizar, toda la comunidad univer-
sitaria en general. La desafección entre la po-
lítica universitaria central –especialmente
después de la experiencia Wert– y la labor
continua de los grupos de investigación es, a
mi juicio, un hecho incontestable. Esto no
quita que nosotros dejemos de pedir, con to-
da la humildad y la firmeza posible, que se
mejoren aspectos relacionados con la (nece-
saria) evaluación del profesorado o con la
manera de mejorar las plantillas y las inver-
siones en investigación. Me limitaré a poner
un único ejemplo: si nuestro Ministerio se
decidiera a no auditar gran parte de nuestra
actividad investigadora en la recolección de
publicaciones de revistas de acceso cerrado
que cobran por publicar, tendríamos un pe-
queño gran avance.
–¿Las prioridades de las revistas científi-
cas norteamericanas prestigiosas distorsio-
nan la labor de los investigadores en nuestro
país o de la ciencia europea en general?
–Totalmente. En primer lugar, estamos
participando de un sistema de evaluación
de nuestro trabajo –la tiranía del “artículo de
investigación con alto índice de impacto”–
que no siempre corresponde a la riqueza de
nuestro campo, a nuestra tradición o a nues-
tra manera de difundir el conocimiento. Pe-
ro lo preocupante no es esto, son las inmen-
sas cantidades de dinero, especialmente pú-
blico, que Europa destina a alimentar este
sistema gigantesco para justificar su activi-
dad investigadora. En el caso español, en el
que partimos de una precariedad extra, y en
el que además contamos con una buena nó-
mina de revistas patrias de libre acceso con
una indudable calidad, este modelo se debe
reformular urgentemente.
–¿La Universidad ha sufrido un proceso
involutivo, sometida a rígidas disciplinas?
–El pensamiento crítico forma parte del
ADN de la verdadera actividad universitaria.
No creo justo hablar de una “involución” de
la Universidad, sino todo lo contrario. De
nuevo, me limitaré a poner un ejemplo: ac-
tualmente el nivel de los docentes jóvenes es
simplemente impecable. Tenemos una can-
tera de investigadores y profesores junior
que, pese a las notables dificultades de la ca-
rrera académica, cuentan con una cartera de
publicaciones, intuiciones e ideas que nos
hacen tener perspectivas muy positivas so-
bre el futuro de nuestro país. Hay que poner
en valor ese talento, pero también arriesgar
de su posible pérdida si no se garantiza un te-
jido universitario más consolidado y estable.
Y hay que contárselo a la ciudadanía, espe-
cialmente después de tantos años de descré-
dito público.
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estelaFARO DE VIGO
7
DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019

ARTE Y SOCIEDAD
01 02 nerado”. De este
modo el pasado se
enlazaba con el fu-
turo de las nuevas
manifestaciones
que comenzaban
a surgir en la capi-
tal francesa: el art
brut de Jan Krizek
y del español José
García Tella, la
abstracción geo-
métrica de Car-
men Herrera, el
nuevo surrealismo
de Jean Michel
Atlan, el automa-
tismo de Jean Paul
Riopelle, el realis-
mo crítico de
Nancy Spero…
Una de las salas
de esta exposición
está dedicada a los
03 artistas ligados a
las galerías de arte
en las que expo-
nían aquellos
años: la Galería
Huit, especializa-
da en obra multi-
rracial (Al Held,
R a y m o n d
Handler, el escul-
tor japonés Shin-

Siempre queda París kichi Tajiri o la fo-

Una exposición en el
Reina Sofía de Madrid
muestra la riqueza del
arte creado en la capital
francesa cuando
la capitalidad cultural
de mundo se trasladó
a Nueva York
✒ Francisco R. PASTORIZA
Después de la II Guerra Mundial París pa-
reció perder la capitalidad del mundo del ar-
te que venía manteniendo desde los años fi-
nales del siglo XIX. Los mercados y las pujan-
tes casas de subastas buscaban horizontes
más rentables en ciudades como Londres o
Nueva York y muchos grandes artistas se
apuntaron a aquella subasta de millones de
dólares con los que la jet set y los grandes
magnates de las finanzas regaban generosa-
mente cualquier novedad, del expresionis-
mo abstracto al pop art. Cuando en 1964
Rauschenberg ganó el León de Oro de la bie-
nal de Venecia la crítica consideró que defi-
nitivamente había llegado el relevo para la
capitalidad mundial del arte. El historiador
canadiense Serge Gilbaut publicó entonces
un ensayo demoledor: “De cómo Nueva York
robó la idea del arte moderno”. Pero en París,
lejos de desaparecer el talento y la originali-
dad, miles de artistas siguieron creando una
obra que no desmerece en absoluto de los
géneros que triunfaban entonces en el resto
del mundo. Pintores, escultores, fotógra-
fos… europeos y de otros continentes como
África, Asia y América, unos buscando la tra-
dición y el magisterio de creadores como Pi-
casso y Kandinsky y otros huyendo de los to-
talitarismos instalados en la vieja Europa,
poblaron un universo de bohemia influido
por el movimiento beatnik, que tenía su
04
05
asiento en los clubes de jazz y su púlpito en
los cafés donde la intelectualidad debatía
sobre el futuro de una cultura en transfor-
mación acechada por la guerra fría, los mo-
vimientos de descolonización y una insacia-
ble sociedad de consumo. En aquel París de
posguerra florecieron desde el realismo so-
cialista hasta las nuevas expresiones de la fi-
guración y la abstracción, mientras el su-
rrealismo experimentaba nuevos caminos
en el campo de la crítica social y la contesta-
ción política, movimientos todos ellos que
confluyeeron en el Mayo del 68. La obra de
esta nueva manifestación del arte que se
01. “Grande tableau
antifaciste
collectif”, VV.AA
(1960).
02. “El niño de las
palomas”, Picasso
(1943).
03. “Los cuatro
dictadores
/Mussolini”,
Eduardo Arroyo
(1963).
04. “Alroa”, Wilfredo
Arcay (1959).
05. “Alrededor de la
línea, Kandinsky
(1943).
concentró en el París de la posguerra se
muestra estos días en una exposición del
Museo Reina Sofía de Madrid bajo el título
de “París pese a todo. Artistas extranjeros
1944-1968”, comisariada precisamente por
Serge Guilbaut.
Cronología de una resistencia
En 1944 se clausuraba en París, dos días
antes de su muerte, la última exposición de
Kandinsky, mientras se celebraba un home-
naje a Picasso, un desafío a los nazis que aún
ocupaban entonces la capital francesa y que
habían calificado su obra como “arte dege-
tógrafa Sabine
Weiss), su suceso-
ra, la Galería Ar-
naud, donde col-
garon sus cuadros
John Koening,
Jeanne Copel,
Ralph Coburn y el
español Luis Fei-
to; la Galería de
Denise René, en la
que expusieron
Duchamp, Calder
y Víctor Vasarely.
París, no obs-
tante, nunca había
dejado de ser el fo-
co de atracción
para turistas de to-
do el mundo, especialmente americanos.
La película “Un americano en París”, de Vi-
cente Minnelli, se proyecta en uno de los
monitores de esta exposición como un testi-
monio más de aquella atracción, y en otro se
puede ver “Dos o tres cosas que sé de París”,
de Jean-Luc Godard (también se escuchan
canciones de Jacques Brel, de Sylvie Vartan,
de Yves Montand…). En la misma sala están
las obras del norteamericano Sam Francis,
de los españoles Eduardo Chillida y Pablo
Palazuelo, del rumano Jean Isidore Isou y de
los componentes del grupo CoBra, formado
por artistas daneses, belgas y holandeses.
Otra de las salas reúne las grafías chinas de
Zao Wou Ki y Chun Thechun, las formas del
japonés Kumi Sugai y las abstracciones de
Beauford Delaney.
Los procesos de descolonización de aque-
llos años implicaron decisivamente a artistas
de los territorios liberados, como el argelino
Mohammed Khadda, y a otros solidarios co-
mo la norteamericana Gloria Herrera, el chi-
leno Roberto Matta, el francés Jean-Jacques
Lebel y el islandés Erró. En los sesenta acu-
dieron también a París autores como el ar-
gentino Antonio Berni, el estadounidense
Larry Rivers y el español Eduardo Arroyo,
que manifestaban en sus obras una oposi-
ción explícita al capitalismo, a la sociedad de
consumo y a la espectacularización de la vi-
da cotidiana.
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8 DOMINGO, 24 DE FEBRERO DE 2019
LA ÚLTIMA
Sobre la inmensa
manipulación de la palabra
A
quella Cámara recién
constituida, de cuello
blando y puños duros, se
convertiría en ágora de imprope-
rios, palestra de desafíos y plata-
forma de provocaciones, como si
en ella quisiera quintaesenciarse
nuestra supina incapacidad para
la convivencia dialogal, para el
concierto de opiniones al servi-
cio de la noble función legislati-
va... En medio de esa atmósfera
tumultuosa querían hacerse oír
–vanamente– las voces sensatas
que veían en todo ello la incuba-
ción de una calamidad nacional”.
Podríamos pensar que estoy es-
cribiendo de las declaraciones de
nuestros políticos actuales, de
nuestro Congreso sometido a las
diatribas de populares, naciona-
listas, ciudadanos podemitas...
pero estas son palabras extraídas
de un libro de Rafael Abella que
leía ayer noche sobre la vida coti-
diana durante la guerra civil es-
pañola, concretamente del Parla-
mento tras el triunfo del Frente Popular en
1936, antes de declararse la guerra civil,
cuando las apelaciones a la cordura caían en
el vacío. Evidentemente, no son las mismas
circunstancias aunque en Cataluña se están
evocando esos chispazos violentos que se vi-
vían en la preguerra, un clima dado a la ac-
ción directa, a la huelga o al asalto si bien no
con la misma virulencia de aquellos años.
A
uno lo que le preocupa, cuando
ya ha superado sobradamente el
ecuador de la vida y vivido más de 40
años de la palabra, es la creciente manipula-
ción de la misma. No podemos valorarlos a
todos por igual pero estamos asistiendo otra
vez al espectáculo de cómo los políticos
usan a su antojo y pervierten el lenguaje
convirtiéndolo en un arma y cómo un len-
guaje de grupo se transforma en el lenguaje
T
oda literatura es, en el fondo, una for-
ma de autobiografía. No andaba des-
caminado Eugenio D’Ors cuando di-
jo que “lo que no es autobiografía es pla-
gio”. Pero si hubiese ido un paso más allá
tal vez hubiera podido añadir que toda au-
tobiografía es, en realidad, una autodefen-
sa. La crítica parece ser unánime al conce-
der a San Agustín el privilegio de haber es-
crito la primera autobiografía, sus “Confe-
siones”, catorce siglos antes de la inven-
ción del término, aunque apuntes auto-
biográficos hay ya en la Carta séptima de
Platón, por irnos un poco más atrás en el
tiempo.
La autobiografía, género egocéntrico
donde los haya, es, por tanto, tan antiguo
como la literatura, pero hasta el Romanti-
cismo no se pondrá de moda el género
(Juan Valera se referirá, despectivamente, a
la “manía autobiográfica del Siglo XIX”),
quizás porque se prestaba a esa necesidad
que tenían los románticos de hacer confe-
del pueblo, de las masas, apoderándose de
todos los ámbitos públicos y privados. Fijáos
lo que ocurre conlaspalabras en esa parte de
Cataluña empobrecida por un nacionalis-
mo cada vez más fanatizado y en el resto de
España con el renacimiento por su culpa de
un nacionalismo español que estaba atem-
perado, aquietado. Todo son palabras exal-
tadas, tergiversadas. Hemos conocido esa
generación de mentiras vergonzosas expre-
sadas sin sonrojarse (lo que ahora llaman
fake news) en la guerra civil española, la Ale-
mania nazi, en la crisis económica con la in-
troducción de nuevas definiciones que in-
tentan suavizar los problemas, en el conten-
cioso catalán en el que conceptos como
“preso político’, ‘democracia’, ‘dictadura’, ‘Ré-
gimen del 78’, ‘exiliado político’, ‘soberanía’,
‘independencia’ o ‘represión’ adquieren
nuevos significado, mecidos entre la mani-
Apología de manual
sión íntima de sus sentimientos.
Tal vez la mejor definición de “autobio-
grafía” la ha dado el que pasa por ser su
mayor estudioso, Philippe Lejeune, en su
libro “El pacto autobiográfico”, cuando di-
ce que es “la narración retrospectiva en
prosa que hace una persona real de su pro-
pia existencia, poniendo énfasis en su vida
individual y principalmente en la historia
de su personalidad”. Obsérvese que en nin-
gún caso hace Lejeune referencia a con-
ceptos como “verdad” o “realidad” y otros
que pudieran vincular la narración auto-
biográfica con los hechos ciertos que se
han vivido. En esas estamos ahora en Espa-
ña, ya saben, con Pedro Sánchez y su “Ma-
nual de resistencia”, que se presentó esta
semana y que ya se puede comprar en
cualquier librería, aunque no es preciso
que salga usted corriendo, de verdad.
Curiosamente, los primeros escritos del
género autobiográfico que se dan en Espa-
ña son las llamadas “apologías” o “defen-
pulación del lenguaje, la inversión de la mo-
ral y la negación de la realidad. El problema
es que en los tiempos actuales multiplican
su presencia e influencia hasta el infinito
por la existencia de unas redes sociales antes
inimaginables que pueden convertirse en
un arma de destrucción masiva de la reali-
dad a través del lenguaje, y unos medios de
comunicación que han pasado del papel al
incontrolable mundo virtual. Jamás los pe-
riodistas de la vieja guardia pensamos que se
iba a espectacularizar de tal modo la infor-
mación, sometidos quienes viven de ella a
una competencia atroz por los titulares y a
una velocidad en la difusión que impide el
tratamento reflexivo de las noticias.
S
on las palabras, no solo las imáge-
nes, las que hay que cuidar para inten-
tar esa vieja máxima de llamar a las co-
JUAN GAITÁN
❞
La autobiografía,
género egocéntrico
donde los haya,
es tan antigua
como la literatura
estelaFARO DE VIGO
SÁLVESE
QUIEN PUEDA
FERNANDO FRANCO
Los políticos manipulan
y pervierten el lenguaje
convirtiéndolo en un arma
belicista. | FDV
sas por su nombre. Ya sabemos desde Victor
Klemperer respecto al discurso, cuando
ojeamos “La lengua del Tercer Reich”, que
“cuanto más tangible sea un discurso, cuan-
to menos dirigido al intelecto, tanto más po-
pular será”. Así no es extraño oir a un joven lí-
der de la derecha española, al referirse al pre-
sidente del Gobierno, palabras envenenadas
como traidor, felón, ilegítimo, chantajeado,
mentiroso compulsivo, adalid de la ruptura
en España, iresponsable e incapaz, desleal, ri-
dículo, incompetente... Fijémonos cómo se
expresan últimamente los líderes separatis-
tas y su coro de drogotas enganchados a la
reichpública de Catadisney, cómo simplifi-
can sus discursos para la confrontación,có-
mo retocan la realidad sin importarles el in-
menso ridículo que hacen. Unos y otros, en
igual complicidad con el uso ruín de esas pa-
labras que a veces preceden a las armas.
sas”, que algún autor ha descrito como
“una intención autobiográfica movida por
la necesidad de escribir con el fin de justi-
ficar en público las acciones que se ejecu-
taron o las ideas que se profesaron”. Pues
por ahí, por ese camino andamos.
Por lo visto, para alguna gente, la que se
cree importante, es inevitable la necesidad
de manipular “artísticamente” la narración
de la vida, tal vez queriendo sacar, de don-
de no hay, sentido e interés. Y será por eso
que algunos críticos, como De Man, recha-
zan el potencial de la escritura autobiográ-
fica, aludiendo a esa construcción figurada
de los hechos que finalmente es más fic-
ción que documento veraz, más mentira
que verdad, y muy poca, o casi ninguna, li-
teratura.Y es entonces cuando uno com-
prende el sentido de aquella frase que es-
cuché alguna vez a mis maestros: “el papel
deberían venderlo en las farmacias y con
receta, pero de ningún modo permitir que
caiga en manos de cualquiera”.