Professional Documents
Culture Documents
1
Se utiliza la expresión propuesta por H. G. Gadamer, según el cual siempre se va hacia un escrito con una determinada idea
preconcebida que, en cuanto hecha conciente, es necesaria en todo acto de comprensión. Para Gadamer, el intérprete se
acerca a los textos no como a una tabula rasa sino con su pre-comprensión (Vorverständnis), es decir, con sus pre-juicios
(Vorurteile), sus pre-suposiciones; dado aquel texto y dada la pre-comprensión del intérprete, éste esboza un significado
preliminar de tal texto, y es en efecto un esbozo, porque el texto es leído por el intérprete con ciertas expectativas
determinadas derivadas de su pre-comprensión. Y el sucesivo trabajo hermenéutico consiste totalmente en la elaboración de
este proyecto inicial que es continuamente revisado en base a lo que resulta de la ulterior penetración del texto. Es importante
resaltar que las precomprensiones y prejuicios no son considerados como factores necesariamente negativos, estando
compuestos por una memoria cultural (el conjunto de lenguaje, mitos, teorías, etc.). El documento "La interpretación de la
Biblia en la Iglesia" de la Pontificia Comisión Bíblica asume este lenguaje, al señalar que la precomprensión del texto bíblico
se apoya en la tradición. "Ésta -agrega- consiste en un conjunto de datos históricos y culturales que constituyen nuestro
contexto vital, nuestro horizonte de comprensión" (II,A.1). Cf. ARMANDO LEVORATTI, "Cómo interpretar la Biblia", en
en AAVV, Comentario Bíblica Internacional, ed. Verbo Divino, Navarra 1998, 25-27.
1
Esta nueva realidad, todavía en estado incipiente, ya está produciendo cambios
prodigiosos en el escenario cósmico donde habitan los seres humanos.
2.1.1. Los dos relatos de creación que trae el Génesis presentan de diverso
modo un mismo mensaje respecto del fundamento y el sentido de la naturaleza.
2
presentado como la culminación del conjunto de seres naturales, irrumpiendo
cuando la creación de las criaturas inferiores ya ha preparado el escenario. La
estructura de cada jornada es la misma: "Y dijo Dios...y existió...y vio Dios que era
bueno...y Dios (lo) llamó (x)...y pasó una tarde, pasó una mañana...".
De esta narración, cuyo objetivo prioritario no ha sido el de describir
fenomenológicamente el proceso de la creación (el "cómo fue") sino su sentido
fundamental en relación al creador, se pueden extraer los siguientes temas: la
creación libre de parte de Dios, la "lógica" interna de esta acción divina, la esencial
bondad o valor de cada una de las creaturas y la preeminencia del ser humano
dentro de este universo, del cual forma parte.
3
Lo hiciste poco inferior a los ángeles,
lo coronaste de gloria y esplendor;
le diste dominio sobre la obra de tus manos,
todo lo pusiste bajo sus pies:
todos los rebaños y ganados,
y hasta los animales salvajes;
las aves del cielo, los peces del mar
y cuanto surca los senderos de las aguas.
Señor, nuestro Dios,
qué admirable es tu Nombre en toda la tierra!
4
3. Dos temas concretos sometidos a una nueva consideración
3.1. El ser humano como "señor"
Uno de los puntos más discutidos en los últimos años es el de la interpretación
del hombre como "señor de la creación" 2. Según Gn 1,26-30, Dios creó al hombre a
su "imagen y semejanza"3 y le entregó el resto de su obra creadora, con el poder de
dominarla y de poblarla. El segundo relato presenta una idea semejante bajo la
imagen del cuidado del jardín, pero introduce además el dato de la conflictividad en
esta tarea, al presentar la situación generada por el pecado (cf. Gn 2-3). Esta visión
bíblica que atribuye a la humanidad una función de dominio del mundo ligada a su
puesto como ícono o imagen del mismo Dios en la creación se mantuvo durante
siglos en Occidente, hasta que comenzaron a alzarse voces acusándola de ser
inspiradora conceptual del abuso humano en el manejo de la naturaleza. En otras
palabras, se atribuyó a la idea bíblica de la relación hombre-naturaleza de haber
sostenido una ideología del hombre como "dominum", que fue leída como hombre
explotador, y cuyo resultado ha sido la perturbación creciente de los ecosistemas y
la eliminación siempre en aumento de la biodiversidad.
Esto ha llevado a releer estos pasajes bíblicos con la actual sensibilidad
ecológica. Así se ha puesto en evidencia, por ejemplo, que si dominar y someter la
tierra significa destruirla, sería preciso afirmar que hay una contradicción entre la
misión confiada por Dios al hombre y el proyecto de colocarlo como centro de la
creación.
También se ha puesto en tela de juicio la tarea de "poblar la tierra", cuando se
ha tomado conciencia de los límites espaciales de nuestro planeta y de su capacidad
para dar alimento a todos sus habitantes: aunque no hay un número en el que se
concuerde en modo absoluto, es evidente que la Tierra no podría albergar a 100.000
millones de personas.
Por tanto, el concepto de dominus ser sometido a un nuevo examen. Ante
todo, es preciso purificar el modo de concebir la misión transformadora del hombre
en la creación, cuyas exageraciones fueron aumentando con el desarrollo de la
potencialidad de la razón humana. También hay que someter a crítica la ideología
iluminista que ve al hombre como omnipotente y totalmente lanzado hacia un futuro
de progreso ilimitado. Esta idea desproporcionada del poderío humano subyace en
la tecnología contemporánea, en gran medida aliada a una nueva forma "darwinista"
de capitalismo. Para esta nueva idelogía, solo habrán de sobrevivir los más
inteligentes y poderosos en el proceso de sometimiento tecnológico del cosmos,
prescindiendo de los daños provocados al medio ambiente, que incluyen la
posibilidad de un deterioro irreversible del mismo. Aunque es poco lo que aún queda
aquí de la idea bíblica, hay una visión radicada en una distorsionada centralidad del
hombre en el cosmos, proveniente de los textos bíblicos.
Conclusión
La situación absolutamente nueva de la naturaleza en el planeta Tierra está
obligando a una relectura de los relatos creacionales de la Biblia. Hay una nueva
precomprensión de la naturaleza que exige una profundización en dos temas
cruciales: el puesto del hombre en el cosmos -su misión, su responsabilidad
"cósmica"- y los alcances de la nueva creación operada por Cristo a través del
Espíritu Santo.
(Hgg.), Entwicklung zur Menschlichkeit durch Begegnung westlicher und östlicher Kultur, Schriften zur Triadik und
Ontodynamik Band 1, Peter Lang, Frankfurt am Main - Bern - New York - Paris 1981, p. 218).
6
Alguna bibliografía sobre el tema: