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ESTANTE MENDOZA Capitulo XIIT CESTERIA La cesterfa ha sido una prictiea muy generalizada en casi todos los pueblos de Ia tierra, desde épocas muy remotas, pero en América, posiblemente, es donde alcanz6 bastante profusién entre las tribus indigenas ya desaparccidas, o de las que atin habitan en diferentes re- giones del nuevo continente. Han empleado fibras vegetales de diversas especies; y distintos modos de trenzarlas. Una de ellas es conocida con el nombre de ‘Twined - Work y Ja hallamos desde las regiones mas apartadas de Alaska, hasta los confines de nuestras tierras australes, aunque en América del Norte, Canada, etc., son las regiones, al parecer, donde han hecho los aborigenes un uso extraordinario. ‘Ademés, son muchos los autores que se han ocupado de la ces- teria indigena: Reiss y Stuebel las estuctiaron en Ancén; Skottesberg (1924), recuerda los tejidos hechos con totora, pero Mason (1), es quien ha dedicado una atencién especial a esta industria, que deno- mina “twined - Word” de numerosos lugares de la América del Norte. También se coupé de otros tipos de tejidos y expuso sus diferencias. Los cestos del grupo “twined”, dice Mason, “tienen a serie de tallos de la cadena, o elementos rigidos de Ia armadura, dispuestos de igual manera que en el “Wicker - Work”, esto es, donde los dos tallos de la trama pasan alternativamente por delante y por detrs de los ele- mentos de la cadena, pero los elementos de la cadena se hallan ontre- lazados como los haces de una cuerda © una trenza. Al pasar de un tallo de la cadena a otro, los elementos de Ja trama son sometidos a una torcién de una media vuelta, de tal modo, que forma una cuerda de dos a tres haces o una cadena. Dicha torcién es con mucha fre- cuencia tan fuerte, que la parte pulida y briflante del tallo de Ja cadena pasa al exterior”. Conocemos también, muchos datos sobre esta industria en tati- tudes més surefias de América y aqui se han empleado métodos dis- tintos en su elaboracién, como son, por ejemplo, las que construyeron © confeccionan actualmente algunas agrupaciones humanas del Nor- () Otis Tufton Mason, Aboriginal American Basketry, ete., 1904, p. 231 218 . Ruscoxr - Vou. I - ErNoonaria este argentino, Mesopotamia argentina, Tierra del Fuego, Canales Fueguinos, etc. Dicha industria del cesto no fue desconocida en Mendoza, sobre todo en la gran regiGn palustre de las extinguidas Iagunas de Huana- cache, del Rosario, ete. 0 sea, en Ia zona donde han actuado los Huarpes, como se vera mas abajo. La cesteria prehispdnica mendocina ‘me es desconocida, pero no hay dudas de que fue ya en aquella época muy generalizada, Para ello contamos con los resultados arqueolégi- cos, esto es, mediante los restos de vasos de tierra cocida, donde aparecen Jas impresiones de aquellos objetos manufacturados con fi- bras vegetales, como es el caso ya seitalado por Boman (1), Torres (2), Metraux (3), procedentes de San Carlos. Del mismo modo: he comprobado impresiones de cesteria en vasos procedentes de las Lagunas del Rosario (departamento de La- valle), asi como también en los departamentos de Maipt, San Rafael, ctc., aunque el material recogido no es, en verdad, muy numeroso. Los datos relacionados con esta industria han sido recordados muchas veces, y hubo quienes les han dedicado alguna atencién. Asi, por ejemplo, Ovalle (4), al hablar de los Huarpes, dice: “También se ayentajan en algunas cosas de mano que piden prolijidad y flema, como es hacer cestos y canastillos de varios modos y figuras, todo de aja, pero tejido tan fuerte y apretado, que aunque las Ilenan de agua mo se sale, y asf hacen de esta materia los vasos y tazas en que beben, y como no se quicbran aunque caigan al suelo, duran mucho, y son de estima, particularmente las curiosidades que de este género hhacen para varios usos, tejidos de diversos colores”. Amat y Juniet (5), expresa: “Estos indios y Ios del pueblo de San Miguel, como también los islefios de Ja Ascensién, y otros que viven en la costa de las lagunas, trabajan en tejer unos canastillos muy curiosos, que aman en el reino canastillos de Cuyo. Téjenlos de ciertos juncos que nacen en las vegas htmedas y tienen el color de las fibras fuertes a manera de esparto”... Un autor anénimo, posiblemente el jesuita Miguel Allende, que habria escrito sus “Cartas” entre 1780 y 1785, habla de las labores que realizaban los habitantes de Cuyo, y con respecto a los cestillos dice: “Viene principalmente aplicado a la fébrica de canastillos de varias figuras, ya de un didmetro més extendido, ancho y abierto en la parte superior; ya més cerrado y ceitido y casi de figura cénica, de que se sirven las mujeres de aquel pafs para tener en ellas asi los ins- trumentos y utensilios preciosos para su labor, como el hilo o tela que da materia a su manual ejercicio. Esta suerte de canastos se hace (2) E, Boman, Cementerio Indigena, etc., 1920. (2) L. M. Torres, Exploracién Arqueol6gica, eic., 1923, p. 297. (2) A. Metraux, Contribution, etc., 1929. (4) A. de Ovalle, Histérica relacién, etc. (1646), 1888, vol I, p. 175-176. (5) M. Amat y Juniet, Historia Geografica, etc. 1760.

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