You are on page 1of 5

ENSAYO CURSO MÚSICA ROCK

“UN LEGADO HISTÓRICO POTENTE QUE CABE RECORDAR EN NUESTRA


MÚSICA ACTUAL”

Natacha Leroy

La esclavitud que se desarrolló durante más de 100 años en Estados Unidos tuvo una forma
bastante particular que propicio el desarrollo de un tipo particular de expresión artística. El
esclavo, traído de desde diversas zonas de África provenía de distintas etnias que eran
obligadas a convivir en el contexto de hacinamiento y trabajo forzado grupal. A
continuación, se presenta un mapa de la UNESCO respecto al origen de los esclavos negros
traídos a América, evidenciándose que provenían principalmente de países que tenían costa
hacia el Atlántico y del Centro-Sur. Durante el siglo XVIII se ve que hay un exponencial auge
en la exportación de esclavos hacia Norteamérica.
Figura 1. Mapa realizado por UNESCO respecto al origen de población esclava traída a América.

La forma de convivir entonces de estos distintos grupos era básicamente compartir cada
momento de sus días en realizar los quehaceres para los blancos, lo que de manera evidente
generó estrechos lazos ya que podemos decir que la conformación de comunidad en un
contexto adverso resulta un mecanismo de defensa y protección del ser humano;
“Trabajaba de sol a sol, apenas tenía días libres a lo largo del año, sus condiciones de
sanidad e higiene eran muy precarias…todo esto hacia dibujar entre la población esclava
unos lazos de solidaridad muy fuertes y que muchas veces desembocaban en familias
extensas desarrollándose unas importantes redes de apoyo.” (Oñate, 2004, p. 285)
Esta conformación de lazos y de comunidad desemboca en la creación de símbolos. Esto
quiere decir que se genera un contexto propicio para que las comunicaciones de gestos
determinados decanten en respuestas esperadas que comienzan a adquirir significados
para los miembros del grupo, generando códigos particulares que son inteligibles para los
miembros de la comunidad, formando así discursos comunes. La conformación entonces de
expresiones artísticas desemboca en aquel universo discursivo que se estableció en la
comunidad esclava negra que poseía significados comunes. Además, cabe recalcar que los
esclavos estaban expuestos a las influencias ideológicas del cristianismo de sus patrones
blancos.
Esto lo podemos ligar con lo que plantea Ortiz (1993) sobre la transculturación. Para este
autor, la transculturación es el proceso en el cual más que una cultura adquirir elementos
de otra, es tanto la agregación de elementos como la pérdida de otros, lo que conlleva a
originar nuevos códigos y patrones culturales, generando así una suerte de “hibridación”
cultural (Sahlins, 2001). Así, los códigos culturales que traían consigo los esclavos se veían
mermados al establecer contacto con las creencias y costumbres Americanas, donde eran
sometidos a un adoctrinamiento sobre todo religioso, como menciona Oñate en su revisión
histórica sobre la esclavitud Estadounidense; “El anhelo principal de un esclavo era escapar
a su condición, pero la huida no era nada fácil” (2004, p.286). Debido a este deseo de huir,
se establecía un control represivo por parte de los blancos que, aparte de constar en
torturas y humillaciones, tenía un componente ideológico muy fuerte, respecto al uso de la
religión como justificación del dominio del blanco por sobre el negro. De esta manera, el
pastor leía párrafos interesados de la Biblia que comunicaran aquella desigualdad y que la
resignación y servilismo eran el camino para llegar al reino de los Cielos, donde finalmente
serían libres los negros (Oñate, 2004). Según Geertz (1993); “La comunidad de percepción
ideológica puede unir a los hombres” (p.181), lo que decantó entonces en un fuerte arraigo
por parte de la población negra esclava hacia las creencias religiosas cristianas, anhelando
aquella salvación que vendría de Dios. Sin embargo, si bien se impuso aquella religión, como
se mencionó anteriormente la hibridación cultural se realizó en aquél proceso de
transculturación, como menciona Malinowski en Ortiz; “la criatura siempre tiene algo de
ambos progenitores, pero también es distinta de cada uno de los dos” (p.4).
Así, se generó una nueva cultura religiosa, el “cristianismo negro”, que correspondería a
aquél deseo de libertad apoyándose en la omnipotencia de Dios, quien resultaba ser el
único motivo portador de esperanza y de fuerza para seguir el día a día en aquellas
terribles condiciones.
Algo que hay que destacar para nuestro análisis, respecto a aquella transculturación,
recae sobre aquellos orígenes africanos y sus respectivos patrones culturales. En una
investigación realizada por el historiador chileno Maximiliano Salinas (2000) respecto a la
música africana en Chile, el autor destaca que un elemento significativo de la música
africana originaria es que esta se realiza siempre en un contexto de convivialidad, asociad
a la danza y expresión mímica. Así, estas poblaciones de gente africana extirpada de sus
territorios trajeron consigo formas particulares de concebir el mundo y pensar el mundo.
Para G.H Mead, el pensar no recae en procesos que se elaboren en la cabeza, sino que
corresponden a una interacción y movilización de símbolos significativos, que en su
mayoría son palabras, pero también pueden ser gestos, dibujos o sonidos musicales
(Geertz, 1993). De esta manera, la forma de ver el mundo que trajeron consigo los
esclavos negros correspondía a una forma de abordar la música que no era similar a la
que se tenía en Estados Unidos, generando entonces una perpetuación de aquél rasgo
cultural; el cantar en grupo.
La conformación de significados entonces, como se mencionó anteriormente, recaían
fuertemente en el aspecto religioso híbrido, el que se expresó por medio de canciones
cantadas en comunidad. Los Spirituals son cantos religiosos que en su inicio no poseían
instrumentos, puesto que eran cantados en los lugares de trabajo en conjunto.
Analizando las letras de algunos estribillos de canciones Spirituals de Marian Anderson,
ícono de la lucha antirracista del siglo XX, vemos que el contenido religioso es muy potente,
con letras como “He’s got a-you and me brother in His hands, He’s got the whole world in
His hands” o “There’s crying here, there’s crying there[…] But there ain’t no crying over
there” (1961) refiriéndose al Cielo. No solamente resurge el aspecto religioso, sino que
queda evidenciado un profundo deseo de libertad debido a un sufrimiento (gente que está
llorando) que se vive cotidianamente, pero la creencia y esperanza en Dios es capaz de ser
fuente de resiliencia frente a la situación adversa que vivían.
Sin embargo, si bien todos los espacios de los esclavos estaban coartados, existía la Iglesia,
siendo el único espacio de “libertad” y por tanto, la importancia social era crucial, pues se
generaban lazos entre ellos en torno a la creencia en un devenir mejor, proveniente del
Reino de los Cielos.
No obstante, no todos los cantos eran necesariamente inocuos. El deseo de libertad
propició que dentro de las canciones también se utilizara un dispositivo de códigos para
coordinar huidas sin que pudiesen ser descubiertos; “Durante la esclavitud, la música
representó un instrumento para la sublevación; los esclavos introducían con sutileza en los
espirituales y en las canciones del trabajo palabras en clave que transmitían códigos y
mensajes para planear escapadas furtivas.” (Cobo, 2014). Así, la música no cumple
solamente un rol simbólico y de generador de representaciones, sino que opera como
dispositivo pragmático para llevar a cabo un fin, destacando la agencia del esclavo.
Blues
Al abolirse la esclavitud, se genera un contexto totalmente nuevo para los ex esclavos; por
primera vez disponen de su tiempo y no tienen un “trabajo” asegurado. Esto genera
inevitablemente una expansión brutal de las experiencias individuales, puesto que ya no
están subjetivados, considerando que la experiencia individual del esclavo era
extremadamente reducida. Si mencionamos anteriormente que la música es un elemento
importante en la cultura esclava, en este nuevo escenario no dejará de serlo. Se amplían los
universos discursivos puesto que las experiencias de los individuos se expanden frente a
nuevos estímulos, desafíos, relaciones, contextos, saberes, etc. En este contexto, a inicios
del siglo XX, se genera el Blues. Este nuevo estilo cambia el contenido de las canciones en
torno a la expresión de diferentes experiencias individuales que comienzan a vivenciar los
ex esclavos. Como menciona Angela Davis respecto al feminismo negro, este nuevo género
musical es heredado de las canciones Spirituals. Menciona que mientras los Spirituals se
realizaban en colectividad, la forma musical del periodo post-esclavitud constituyó más bien
un deseo por articular la música en torno a deseos y necesidades individuales. Así, la autora
dice que “El nacimiento del blues es una prueba estética de nuevas realidades psicosociales
entre la población negra” (2012, p.40). El rol de la mujer se posicionó como primordial en
este tipo de música puesto que frente a la colectividad y comunidad estrecha del periodo
de esclavitud, se generaban en este nuevo periodo diferencias entre los ex esclavos, así; “se
incorporan dos rasgos del sistema hegemónico, la individualidad y la diferenciación sexual”
(Davis et al, p.41). El blues clásico es aquél principalmente cantado por mujeres.
En este nuevo proceso de creación musical se incorporan instrumentos como la guitarra o
la armónica. O en el caso del Woogie-Boogie, el piano. La incorporación de nuevos
instrumentos genera nuevos sonidos y posibilidades en la creación, ampliando el espectro
que antiguamente fue solo un “a cappella”. Las habilidades entonces en torno al manejo de
instrumento comienzan a utilizarse y por tanto la experimentación musical también
empieza a parecer atrayente.
Reflexiones finales
Todo este proceso sin lugar a dudas decantará en diversos géneros musicales que tienen
como origen todo aquél trayecto histórico potente, que se enmarcó en un periodo de
sufrimiento donde la música fue un estrecho aliado de la población esclava y que en efecto,
sigue teniendo un efecto positivo hoy en día en la población, para hacer más agradable la
experiencia cotidiana. Además, las influencias de todo este proceso de creación musical,
donde la palabra era la protagonista, generó un impacto en géneros musicales, puesto que
tanto en los Spirituals como en el Blues, el individuo, sus símbolos y su discurso enmarcado
en un deseo de justicia social dio pie para que se generaran movimientos musicales con
posicionamiento reivindicativo;
“Desde la esclavitud, la música ha contribuido a la reafirmación de la comunidad negra en
Estados Unidos. Los espirituales, el gospel, el blues, el jazz, las freedom songs y el rap han
proporcionado un espacio para la protesta y la autoafirmación. […] De ahí que la música
adquiera una gran relevancia como medio de expresión porque, como se afirma en esta
Tesis, la palabra oral también les otorgaba poder” (Cobo, 2014).
Las influencias entonces del blues en otros géneros musicales van desde el rock, donde el
uso de las guitarras expresivas se masificó en este género hasta el Ragtime del siglo XX.
Es todo este legado histórico el que enmarca nuestra cultura musical, y es por tanto
importante recordar los verdaderos orígenes que contienen el repertorio musical que
escuchamos tranquilamente hoy en día, para tener consciencia de la importancia que tuvo
y sigue teniendo la música en los procesos psicosociales humanos.

Referencias
Anderson, M. (1961) He's Got The Whole World In His Hands: Spirituals. BMG Music

Cobo, M. (2014) La influencia del blues y el jazz en tres autoras afro-estadounidenses: Toni
Morrison, Alice Walker y Gayl Jones Tesis que presenta para optar al título de Doctora,
Universidad de Sevilla
Geertz C. (1993). The Interpretation of Cultures. London: Fontana. Existe traducción al
español: La interpretación de las culturas. Barcelona: Gedisa.
Jabardo, M. (2012) Feminismos negros. Una antología. Traficantes de Sueños, Madrid,
Oñate, A. (2004). El sur de los EEUU: Desde la esclavitud hasta la lucha por los derechos
civiles (un crítico repaso histórico) Oñate, A. Universidad de Cadiz.
Ortiz, F. (1983). Del fenómeno social de la “transculturación” y de su importancia en Cuba.
En Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar (pp. 136-142). La Habana: Editorial
de ciencias sociales.
Salinas, M. (2000). ¡Toquen flautas y tambores!: una historia social de la música desde las
culturas populares en Chile, siglos XVI-XX
Sahlins. M (2001) “2 o 3 cosas que sé acerca del concepto de cultura”.

You might also like