¿Estamos utilizando radiografías abdominales de forma adecuada en el
tratamiento del estreñimiento pediátrico? Utilización del polietilenglicol como tratamiento en el estreñimiento funcional y la impactación fecal.
El estreñimiento es un trastorno digestivo de tipo funcional con carácter crónico que
afecta en gran proporción a la población infantil, supone un alto gasto por su tratamiento así mismo como en pruebas diagnósticas que no siempre son necesarias. Para poder entenderlo de la mejor manera esta patología se presenta con un síntoma muy bien definido que es la incapacidad o la dificultad para poder vaciar de forma completa, voluntaria y placentera el contenido fecal que se acumula a nivel del recto. Esto es referido por los pacientes como la disminución en cantidad y frecuencia de sus evacuaciones acompañadas de pujo excesivo y dolor a la evacuación. En los niños un parámetro importante para su determinación es la frecuencia de las evacuaciones la cual varía en relación a la edad. Esta patología es posible de diagnosticar únicamente mediante la anamnesis y el examen físico (incluyendo el tacto rectal) sin la necesidad de exponer a los niños o adolescentes a exposiciones significativas de radiación (radiografía de abdomen). Es decir los pacientes que cumplen con los criterios de roma, no requieren en absoluto pruebas diagnósticas de imagen, estas deben ser reservadas únicamente en caso de que la evaluación clínica revele datos de enfermedad orgánica o en caso de que los pacientes sean refractarios al tratamiento. Es únicamente indispensable en caso de que exista incontinencia en las que la exploración no permita que se identifican las heces retenidas. Es importante el uso de un diario en el que se reflejen la frecuencia de la defecación, la consistencia de las evacuaciones, los episodios de incontinencia, la ingesta de alimentos ricos en fibra, cantidad de agua consumida y el uso de medicamentos. Entre los medicamentos utilizados para el tratamiento de esta patología tenemos los laxantes osmóticos de tipo polietilenglicol encargado de atraer agua hacia la luz del intestino y de esta manera hacer que disminuya la consistencia de las heces haciendo que estas aumenten en volumen favoreciendo el tránsito y evacuación de las mismas. El objetivo de este artículo es determinar la eficacia de este medicamento en la población pediátrica y su nivel de eficacia en comparación con otros medicamentos; teniendo así que este constituye el fármaco de primera elección tanto en el tratamiento a corto y largo plazo. Así como de prevención y resolución llegando a esta conclusión del éxito de este tratamiento al existir una mejoría del 50% de los criterios de Roma. Se comprobó que la incidencia de los efectos secundarios (de tipo leve) que se presentan bajo el tratamiento con el mismo pueden ser reducidos o controlados mediante el ajuste en la dosificación. Entre estos se encuentran la presencia de náuseas, acidez, sed, hambre, dolor abdominal y acidez. Su eficacia bajo este análisis ha revelado que es similar a la de otros laxantes e incluso que comparado con la lactulosa; su eficacia es superior. Demostrada en los resultados frecuencia de las deposiciones por semana, forma de las heces, alivio del dolor abdominal y necesidad de productos adicionales. En el análisis de subgrupos dicho hallazgo se observó en adultos y niños, excepto en el alivio del dolor abdominal. Se debe dar preferencia a la administración de polietilenglicol en lugar de lactulosa para el tratamiento del estreñimiento crónico.