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Historia Económica II

Alfredo Mena Ruiz


17/02/2019

El Desarrollo del Capitalismo en América Latina de Agustín Cuevas


Introducción.

El presente trabajo recopila las ideas principales de Agustín Cuevas en su libro el


desarrollo del capitalismo en America Latina, el cual se basa en el objetivo que este
tiene y las repercusiones que ha causado en la región.

Agustín Cuevas analiza el proceso de plantación del capitalismo como modo de


producción dominante, mediante un estado liberal oligárquico, el cual ha ayudado a
la abolición de la democracia y dado pie a la trasnacionalización de las economías
latinoamericanas. El Estado se ha convertido entonces en un socio que ayuda a
cumplir el objetivo último del capitalismo, que no es más que la concentración y
centralización del capital.

El desarrollo del capitalismo y su extensión por la región es expuesto como parte de


las condiciones históricas concretas en las que se ha desenvuelto, pues comparten
un pasado común de lucha contra un dominio externo, que hasta la fecha ha
prevalecido, pues Latinoamérica aun soporta la presión que ejercen las naciones
más poderosas del mundo, que la someten en todos los niveles de vida económica
y social a le región.

Este sometimiento que presenta America Latina, se originó por la entrada del
capitalismo, que subordino al capital, es decir, el naciente capital industrial de los
naciones Latinoamérica, el cual está sometida a los vaivenes de la actividad que
desempeña el capitalismo imperial global y a sus ciclos económicos, provocando la
desnacionalización de las economías y trazando una enorme brecha de
desigualdad.
Desarrollo

El desarrollo del capitalismo no se rigüe por leyes distintas de las que gobiernan a
cualquier desarrollo capitalista, por lo cual no existe alguna ley que impida la
reproducción ampliada de la producción capitalista; por esto no es de extrañarse
que dicho modelo continúe desarrollándose y evolucionando en America Latina;
aunque bien se puede decir que él capitalismo ha defraudado las expectativas de
una mejor distribución de la propiedad, ingreso y poder en la región. La problemática
ha concernido a las ideologías e ilusiones que mantenía durante su reproducción,
pues este se ha centrado en desarrollar un modo de producción regido por las leyes
objetivas de acumulación, concentración y centralización del capital.

En el escenario mundial, America Latina ha presentado un proceso acelerado en


sus economías en el desarrollo del capitalismo, lo cual ha provocado en la región
un proceso de desarrollo desigual en cada nación, donde economías se han visto
estancadas (Argentina, Uruguay y Perú) y otras han presentado un dinamismo
económico acelerado (Brasil, Republica Dominicana, Venezuela). Sin embargo para
entender el trasfondo es preciso exponer lo que para Cuevas ha sido la
implementación de este modelo en la región latinoamericana.

El capitalismo en America Latina ha sucedido de manera idéntica de los países


imperialista. Las condiciones históricas, tanto internas como externas, son
naturalmente distintas y estas siguen determinando modalidades específicas de
desarrollo del modo de producción, pues su atraso tecnológico y sus continuos
episodios violentos, han determinado un dinamismo de dependencia hacia aquellos
que ven la región un potencial que no se ha aprovechado.

Las particularidades históricas del desarrollo del capitalismo en la región son


catalogadas por el autor como:

 La existencia de una heterogénea matriz estructural, caracterizada por no


sólo el desarrollo marcadamente desigual del capitalismo, sino además por
la compleja presencia de modos de producción precapitalistas que ha
impreso un carácter específico a todo el proceso de desarrollo, determinando
el propio curso del capitalismo.
 Los violentos y continuos “reajustes” que ha tenido y tiene que sufrir esta
matriz en función de su inserción subalterna en el sistema capitalista
imperialista mundial, lo que la ha hecho marcar un desarrollo desigual.
Estas dos características han resultado fundamentales dentro del proceso del
desarrollo del capitalismo, pues han configurado la evolución de las naciones dentro
de este modelo, mediante su adaptabilidad que era regida por el desarrollo
capitalista.

No solo se enfrentaban a la articulación de varios modos de producción (a partir del


último tercio del siglo XIX), sino que también se enfrentaban ante la inserción de la
sociedad latinoamericana al imperialismo mundial, lo cual se vio sometida y
afectada por dichos reajustes, lo que para Cuevas expone como un desarrollo
capitalista en cierto sentido impuesto que termina por convertir a estos países en
verdaderos eslabones débiles de la cadena capitalista imperialista mundial,
incrustando en ellos, enormes secuelas de pre capitalismo; en donde parece existir
la misma situación colonial, semicolonial o de dependencia, que es parte de la
historia de la región latinoamericana y que sigue existiendo. Bajo esta esfera de
dominio, para el autor parece provocador, analizar el desarrollo y naturaleza del
Estado en America Latina.

En referencia al Estado en America Latina, Cuevas señala que tienen las siguientes
implicaciones dentro del dominio del capitalismo:

 Ha permitido que un grupo de gran poderío (democracia burguesa) se


beneficie de enormes masas de excedente, extraído en sus territorios;
convirtiéndoles en regiones capitalista de periferia (eslabones débiles).
 El capitalismo no se ha dado de forma democrática, sino más bien todo lo
contrario. El estado no ha presentado una forma democrática, sino
totalitarista, con necesidad de asegurar la reproducción ampliada del modo
de producción capitalista, haciendo que cada formación económico-social
ocupe su lugar en el seno de la cadena capitalista imperialista.

El Estado ha encargado por lo tanto de forjar las condiciones necesarias para el


establecimiento y vigencias de “pactos neocoloniales” que han servido para hacer
crecer al modelo capitalista, y la vez ha “intentado” buscar la manera de regular las
fisuras de desigualdades, lo cual presenta una contradicción, pues una es
consecuencia de la otra, en otras palabras se habla de expresar y apoyar las
tendencias dominantes en cada formación social pero también adelantarse en cierto
sentido a ellas.

El fin del Estado latinoamericano que ha tenido que cumplir en cien años de
desarrollo capitalista, ha sido sentar las bases de una hegemonía que la sociedad
civil era incapaz de generar por sí misma, debido a su propia heterogeneidad, y la
vez no debe dejar de recurrir constamente a las “fuerzas de la ley” impuestas por el
capitalismo imperialista mundial.
El perfil del Estado latinoamericano actual sólo puede comprenderse si se tiene en
cuenta que el agotamiento de toda una fase del desarrollo capitalista, abrió en
nuestras sociedades una situación de aguda crisis que puso a la orden del día dos
opciones: la de una transformación revolucionaria del sistema dominante, o bien, la
de su reestructuración en términos social y políticamente reaccionarios, pero que
apuntan al establecimiento de una nueva fase de desarrollo capitalista. La
diversidad y creciente amplitud de las luchas sociales en la década de los sesenta
y principios de los setenta, en respuesta a lo cual fue acentuándose el carácter
represivo del Estado latinoamericano. Insistiré más bien en el otro aspecto de la
cuestión, o sea, en el papel que el Estado fue adquiriendo como “remodelador” de
la sociedad.

La primera tarea que en este sentido empezó a cumplir el Estado en la mayor parte
de los países latinoamericanos fue la de cancelar de una vez por todas el proyecto
de desarrollo nacional autónomo, implantando en su lugar un modelo de desarrollo
asociado, es decir, insertarse en procesos de trasnacionalización de los sectores
claves de nuestras economías. El movimiento general en la región se fue a lo
trasnacional, teniendo las siguientes implicaciones.

 La reestructuración del bloque burgués. De una parte, que no se trata


únicamente de la fracción burguesa extranjera, sino también de la fracción
burguesa monopólica nativa, que indudablemente ha ido conformándose en
el curso del desarrollo capitalista latinoamericano. Esto en un principio hacia
participe la burguesía local como simple compradora (intermediarios),
convirtiéndolo en socio, lo cual ha ido desapareciendo para poner al mismo
Estado latinoamericano actual como aliado del capital extranjero.
 La alianza del Estado con el capital extranjero ha permitido la fusión de la
fuerza política de este con la fuerza económica del capital monopólico, hecho
que equivale a la conformación de un capitalismo monopolista de Estado.

El Estado en esta medida se volvió de carácter liberal-oligárquico, el cual es una


expresión del proceso de implementación del capitalismo, que no posee un carácter
democrático, sino autoritario. Consecuentemente a esto, en un primer momento y
hasta bien avanzado el siglo XX las luchas sociales estarán encaminadas (y
limitadas) a conseguir una democracia, una transformación efectiva de la estructura
agraria (pues este sector representaba un gran dinamismo en America Latina, lo
cual también representaba un atraso en la región, pues no lograba desarrollar un
mecanismo autónomo de acumulación, puesto que siguió dependiendo, en última
instancia de la dinámica del sector primario), e impulsar medidas nacionalistas en
oposición a la dominación imperial, mientras, el Estado oligárquico se encargara de
eliminar cualquier alternativa progresista de desarrollo del capitalismo. Los grandes
comerciantes exportadores e importadores junto al capital monolítico extranjero, son
la alianza que conformará al nuevo bloque dominante, eje fundamental del
desarrollo capitalista.

Volviendo al tema de desigualdad que ha marcado a cada nación de America Latina,


se puede afirmar que todo es dependiente del fin del Estado oligárquico así, como
de cada matriz estructural, de la relación que cada país guarda con el exterior y de
la correlación de fuerzas sociales y la orientación que va adquiriendo la lucha de
clases.

Los problemas actuales del capitalismo, que se caracteriza por la implantación de


este bloque monopólico que implica la implantación de un nuevo modelo de
desarrollo y acumulación puesto en marcha en Brasil en la década de los setenta,
el cual consiste en la creación deliberada de una nueva ‘ventaja comparativa’ que
permita a la economía subdesarrollada “superar” su falta de auto dinamismo,
insertándose en el sistema imperialista ya no sólo en calidad de productora de
bienes primarios, mas ahora también como proveedora de mano de obra barata
(abaratada) para cierto tipo de actividades industriales que con este flamante
“atractivo” empiecen a desplazarse del centro a la periferia, engendrando una
supuesta y postiza “industrialización”. Este nuevo modelo iría acompañado de una
mayor ofensiva del gran capital, lo cual llevaría al desmantelamiento del mercado e
industrialización interna.

En base a esto, es fácil comprender el modelo económico que se busca


implementar, el cual no solo se basa en un proceso de transnacionalización de la
propiedad, sino de la transnacionalización de toda la estructura económica, lo cual
quiere decir que el desarrollo del aparato productivo obedece más que nunca a un
movimiento del sistema capitalista en su conjunto. Esto ha traído consigo una nueva
división internacional del trabajo, que transfiere a importantes sectores de la
producción industrial, hacia las áreas dependientes de gran valorización. Estas
condiciones de valorización son un producto histórico complejo, del podrían
señalarse los siguientes componentes:

1. Un residuo de ventajas naturales, que en síntesis se reducen a la existencia


de determinadas materias primas o a la cercanía de ciertos centros
hegemónicos, siempre que a ello se sumen otros factores.
2. La existencia de un mercado local de alguna magnitud, así como de ciertas
economías externas.
3. La existencia de mano de obra barata, incluso de cierta calificación, y de
seguridades políticas para la inversión extranjera.
Las ventajas naturales escapan por supuesto a la acción del Estado, pero la
existencia de las demás condiciones depende sobre todo de él y por lo tanto se
imponen como tareas que ese Estado tiene que cumplir.

El Estado de capital monopólico, se ha consolidado por lo tanto, atraves de una


lucha de clases muy dura, aplastando los movimientos populares que han buscado
escapar de su control. Por lo tanto este se ha determinado como agente político
que protege al imperialismo capitalista global que ha demás de suprimir
levantamientos, establece condiciones para su reproducción, como lo es el caso de
la mano de obra barata, ya que si los salarios limites parecen poco atractivos para
el capital monopólico, el Estado se encargara de rebajarlos hasta que devengan
una real ventaja comparativa, el mecanismo empleado para esto, conforme Cuevas,
es conocido como una política económica liberal (sin control de precios) para todas
las mercancías salvo la fuerza de trabajo.

Sobre las bases señaladas, el flujo de capital extranjero se da en magnitudes


diversas y, cuando afluye significativamente, es un hecho que acelera el desarrollo
del capitalismo en el área, a costa claro está, de la miseria de las masas populares
y, en general, de la acentuación de las desigualdades en todos los niveles de la
formación social.

En la medida en que la acumulación de capital pasa a gravitar a las masas populares


locales, se plantea un problema de realización, que conforme al autor, encuentra
finalmente tres salidas:

1. La ampliación de la órbita interna de consumo de la burguesía y de los estratos


superiores de las capas medias.
2. La redefinición de las pautas de consumo de las clases trabajadoras, que a la
vez que empeoran notablemente sus condiciones de salud, alimentación,
educación básica, vivienda y similares, incrementan su consumo de ciertos
bienes industrializados, como radios, televisores, etcétera.
3. La búsqueda de mercados exteriores.

Los mencionados mercados exteriores no son precisamente los de los países más
atrasados, sino que se trata de los mercados de los países capitalistas más
avanzados y es aquí donde reaparece el aspecto nacional (que la
trasnacionalización parece haber abolido por completo. El sector burgués local, así
como la exigencia de las masas civiles, exigen el respaldo del Estado y a la vez ese
Estado intenta negociar las mejores condiciones en el plano internacional, lo cual
provoca tensión interestatal que dependen de muchos factores, que van desde los
puramente económicos hasta las particularidades de índole política.
La implantación del capitalismo monopolista de Estado en América Latina está
además cargado de una enorme ambigüedad con respecto al desarrollo del sector
económico estatal. En algunos casos, la tendencia a su parcial desmantelamiento
es muy clara, como en Chile, Argentina o Uruguay. Aquí se han producido procesos
masivos de “privatización” de la economía, como paso previo a su
trasnacionalización. En realidad se trata del desmantelamiento de todos aquellos
niveles que en rigor no se habían conformado como expresión anticipada del
capitalismo monopolista de Estado.

La implantación del capitalismo monopolista de Estado va acompañada por lo


general de una drástica reducción de los llamados gastos sociales, cosa que en el
límite adquiere el carácter de un verdadero desmantelamiento del Estado
benefactor. La economía se privatiza también por este lado, y al menos en los
países donde el nuevo modelo económico tiene grandes dificultades en despegar,
a pesar de todo el reordenamiento operado, ello tiende a producir dos efectos:

1. Una reducción todavía mayor de los salarios reales.


2. Una desocupación creciente en las capas tradicionales, que por regla general
son las mantenedoras de los servicios asistenciales, educativos, etcétera. Por
este lado hay también una especie de redistribución regresiva del ingreso.

Algo de gran énfasis dentro de este trabajo, expuesto por Cuevas, es que el
capitalista monopolista de Estado, tampoco podría llevarse a cabo de manera
democrática, pues sus intereses se contraponen las necesidades de la población,
lo cual al igual implicaría no solo la lucha de clases, sino más bien su extrema
exasperación.

Además la trasnacionalización de los sectores de las economías latinoamericanas


y por lo tanto de su modernización, no supone un proceso de homogenización de la
sociedad latinoamericana, sino lo contrario, es decir, una acentuada
heterogeneidad, y aunque dentro de la región se hayan creado áreas de eslabones
relativamente fuertes, en su conjunto, siguen siendo eslabones débiles de la gran
cadena imperialista.

Esta situación ha creado en America latina una situación particular; que hace surgir
el régimen totalitarista, el cual está lejos de lograr consolidar un apoyo real a la
población, pues reprime los movimientos populares, que se hacen frecuentes en la
escena histórica de cada nación perteneciente a la región. Por lo que se debe
buscar de esta manera, una forma de democracia viable, que cree espacios
democráticos amplios, a través de los cuales la lucha de clases pueda abrirse
campo.

Lo que parece una verdad absoluta, es que la cadena imperialista no se ha roto, ni


se romperá próximamente, por lo menos en naciones poderosas como Estados
Unidos, Alemania y Francia, quienes representan eslabones fuertes que seguirán
buscando expandirse a regiones que representen un eslabón baja en la cadena del
imperialismo como es el caso de America Latina, pues el capitalismo monopolista
extiende sus tentáculos por el mundo con el objetivo de tener una constante,
concentración de capital.

Conclusión

Al hablar de la expansión del capitalismo, es difícil para mí no pensar en que


aquellos tiempos donde las regiones con mayor poderío, se peleaba o llegaban a
acuerdos para colonizar o adueñarse de territorios que poseían una estructura
inferior, es como si todo el planeta fuera una pastel enorme y todos quisieran la
mayor porción.

Tener estas ideas en la cabeza, me hace pensar que la historia se repite una y otra
vez, solo que con elementos diferentes, donde el dominio se expresa de manera
indirecta y se le adorna con la palabra inversión extranjera.

Es curioso que la región latinoamericana, conociendo su historia, permita que esta


se repita, pues al contrario de lo que se pueda pensar, la región está llena de
cualidad y personas que pueden ayudar a su mejora y solo optan por lo que parece
ser una ayuda externa a cambio de su autonomía, pudiendo potenciar el desarrollo
integro de su población.

Ahora bien me gustaría realizar un pequeño comentario al respecto de este libro,


que si bien me pareció muy interésate creo que puede caer en ciertos riesgos, al
generalizar de forma muy marcada, en lo que a mi parecer respecta, a las
características históricas peculiares de cada país en una región tan basta como es
America Latina, pues cada país presento diferentes periodos que comenzaron y
concluyeron en diferentes momentos y se desenvolvieron a diferentes ritmos. De
igual manera se explica una ventaja comparativa creada por la región, la cual es el
abaratamiento de la mano de obra, cuando este es un proceso histórico que no
surgió un la región, sino que es consecuencia de la misma acumulación del capital
que se ha visto en diferentes países a lo largo de los años tiempo.

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