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Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019 • ISSN 1666-8987 • Nº 14.

565 • AÑO LVII • ED 281

Director: Guillermo F. Peyrano


Consejo de Redacción:
Gabriel Fernando Limodio
Pablo María Garat
Luis María Caterina
Martín J. Acevedo Miño
Daniel Alejandro Herrera
Nelson G. A. Cossari

D i a r i o d e D o c t r i n a y J u r i s p r u d e n c i a

A los fines del apartamiento del juez, el deudor es innecesario Si bien el proyecto de Código Procesal Civil Modelo
para Iberoamérica deja mucho que desear, su art. 289.4 es
que sea moroso: artículo 17, inciso 4º, Código Procesal Civil sabio: “Si solo se tratare de causales de decoro o delicade­
za, el Juez no podrá inhibirse si no tiene la previa autoriza­
y Comercial de la Nación. Y otras contingencias ción del Tribunal superior que corresponda o del Tribunal
que integra, si es colegiado; la solicitud con expresión de
sus fundamentos, se planteará en forma verbal o escrita”.
por Julio Chiappini
Es decir, por decoro se permite el decoro sigiloso. El de­
coro como una estética de la ética.
una cortapisa demasiado gárrula. Ya que, convengamos, el Ahora las cosas quedaron libradas a interpretaciones
Sumario: 1. Recuerdos en conserva. – 2. ¿Pienso inc. 2º no cubre tanta cáfila. de esta parte del art. 30 y a la costumbre. A veces un juez
ahora lo mismo? – 3. Y ¿qué opina la doctrina? – 4. Prolepsis: podría objetarse que, como están las cosas se excusa por decoro o delicadeza y calla por qué lo hizo.
¿Cuáles “partes”? – 5. ¿Orfandad respecto a
son las ahora, al juez le queda una carta por jugar: excusarse por Radicado el expediente en el nuevo tribunal (por orden de
las causales? – 6. Los dos sistemas. – 7. Lo opinado decoro o delicadeza: art. 30. nominación o por sorteo), habla con su colega y le comen­
¿es “ciencia firme”? – 8. Formarnos e informarnos. – Sin embargo no. Porque cuando el art. 17 establece las ta. Y creo que siempre hay una entente cordiale. Con todo,
9. La ley: ¿denotativa o connotativa? – 10. La navaja causales es taxativo, son “causas legales de recusación…”. ya hace años algo apuntamos acerca de este otro instituto,
de Occam. – 11. En fin. El decoro o la delicadeza podrían ser para contingencias a veces de tiquismiquis(3).
ajenas a las causales expresas. De no, sería fácil burlarlas. En los CPC locales que carecen de este tipo de excu­
“Mi esposa es acreedora”. Insistimos: no. Pues entonces el saciones son inadmisibles. En cuanto a los CPP que tam­
1 poco los contemplan, en un caso la CS las permitió con
Recuerdos en conserva inc. 4º habría contemplado esa circunstancia. El art. 30 no
es una caja de Pandora. Cuando el art. 17 ya habló, la inhi­ criterio restrictivo: 17 de abril de 1997, “Memoria activa”.
Pequé mucho y el confesor me impuso una terrible pe­ bición o abstención por urbanidad o refinamiento quedan Según Alfred Jarry: “La verdadera realidad del de­
nitencia: releerme. Lo hice y me reencontré con un co­ bloqueadas. Hay que buscar por otro lado. En orden a las recho no está en las leyes sino en las excepciones a esas
mentario de veinte años atrás respecto a una resolución de excusaciones, ambas disposiciones son de interpretación leyes”.
la Cámara de Apelaciones Civil y Comercial de Santa Fe, sistemática.
sala III, que para la excusación o recusación del juez exi­ Entretanto, si son nomás “causas legales”, toda otra es 2
gía que, al haber relación de deuda entre el magistrado y ilegal. Ilegalidad que se prorroga, si la queremos inventar, ¿Pienso ahora lo mismo?
un litigante, esa deuda debía ser morosa(1). Principios que echando mano al art. 30. Le estaríamos poniendo un tapa­
sin ninguna incomodidad pueden trasladarse al citado art. rrabos a la ley. Ejerciendo un contrabando; comercio in­ Desde luego que a nadie importa lo que uno piense.
17, inc. 4º, del CPCCN. térlope en cuanto los arts. 17 y 30 se interpretan al mismo Con todo, sí, pienso lo mismo. Basta con que el juez sea
En esos apuntes, y ruego se me tolere la latosa primera tiempo. Lo que no entró en el art. 17 mal puede aparecer acreedor, deudor o fiador. Resulta innecesario, a la inversa
persona, discrepé con el criterio del tribunal. Y años an­ luego, como por arte de birlibirloque, desde el art. 30. Co­ de lo que asestó el fallo santafesino reseñado, que sea mo­
tes con el hecho de que la ley solamente conciba al juez mo Minerva con casco y lanza naciendo de la cabeza de roso. Por estos motivos:
fiador. Pues, y lo decimos de lege ferenda, si la parte, a la Zeus. Sería una torpe falacia. Por algo nunca se perpetran. a) La disposición escribió “deudor…”. No adjetivó. Y
inversa, es fiadora del juez, también debería proceder la La facultativa excusación por motivo grave de decoro o entonces, por vía de interpretación resulta inviable una in­
inhibición o la recusación con causa(2). Además, tal vez delicadeza fue introducida con el nuevo ordenamiento, ley terpretación amplia o analógica. En derecho la interpre­
habría que incorporar a la esposa del juez y a sus ascen­ 17.454. La Exposición de Motivos nada dice al respecto. tación es declarativa. Y si alguien la quiere restringida o
dientes y descendientes. Lo cual, uno reconoce, infligiría Tal vez porque los talentos dan muchas cosas por sobre­ extensiva, deberá explicar muy bien por qué lo hace. Sin
entendidas. O por las impaciencias que les son habituales. afirmaciones dogmáticas torpes como solo trompetear, v.
Nota de Redacción: Sobre el tema ver, además, los siguientes tra- O porque el asunto se las traía. Por ejemplo, la disposi­ gr., que la apertura a prueba en la alzada o la apertura de la
bajos publicados en El Derecho: Recusación por prejuzgamiento oral y
ción nada dice acerca de los fundamentos. ¿Basta entonces feria judicial son de interpretación estricta. Cuando cierta­
confidencial, por Julio Chiappini, ED, 219-801; Casuística en materia de mente es al revés: in dubio pro probationem e in dubio pro
excusaciones y recusaciones, por Julio Chiappini, ED, 222-928; Recusa- con invocarla y de allí en más “hacerse honor al escrúpulo
siempre respetable de los magistrados, que es de presumir actionem.
ción por haber “pleito pendiente”, por Julio Chiappini, ED, 237-351; As-
pecto subjetivo de la garantía de imparcialidad del juez constitucional sincero”, fatigada frase? Incluso con trouvaille o boutade, hablar de deudor mo­
en el procedimiento civil y comercial, por María Laura Praxedis Zovak, El obvio problema consiste en si hay dos decoros. El roso no es una interpretación amplia sino estricta, ya que
ED, 243-1088; La prohibición de recusar sin causa en ciertos procesos,
juez es amante de la abogada del demandado, primer de­ achica el sector social a reglamentar de la norma.
¿es constitucional?, por Julio Chiappini, EDCO, 2008-268; El derecho b) Cuando la ley se expide excluye lo que omitió in­
a un tribunal imparcial en causas por delitos de lesa humanidad. La coro; pero por ciertas razones no puede decirlo, segundo
teoría de las apariencias, por Luis Gustavo Losada, ED, 270-170; Recu- decoro. cluir: Exclusa consentur omnia, quae lex enumerando non
sación por el juez denegar la homologación de un acuerdo preventivo, Los miembros de la comisión que comentaron el Có­ inclusit.
por Julio Chiappini, ED, 270-430; Las recusaciones proféticas, por Julio
digo (Palacio, Colombo y Ayarragaray) saludaron la c) Quien le agrega palabras a la ley, no interpreta esa
Chiappini, EDLA, 2017-7. Todos los artículos citados pueden consultarse ley, sino que crea una nueva ley(4).
en www.elderecho.com.ar. novedad pero… omitieron reglamentarla al menos desde
(1) Autos “Citibank c. Gómez, Leonilda”, 28-8-98. Nuestro libro: la doctrina. De modo que se nos privó de la llamada in­
Excusaciones y recusaciones, Santa Fe, Panamericana, 2001, pág. 95. terpretación auténtica o histórica. Que es la que hace un (3) Peyrano, Jorge W. - Chiappini, Julio, La excusación por delica-
(2) Chiappini, Julio, La recusación con causa (art. 17, CPCN), Bue- autor acerca de la ley que confeccionó. V. gr., Rodolfo deza, ED, 88-929; Chiappini, Julio, La excusación por delicadeza debe
nos Aires, La Rocca, 1994, pág. 47, prólogo de Adolfo A. Rivas. En aquilatarse, JA, 1998-I-421. La interpretación forzada a ser ars magna
tanto, Francesco Ricci explica con mucha pedagogía por qué el juez
Moreno (h.) respecto al Código Penal o Borda respecto combinatoria poco o mucho siempre se arriesga.
acreedor o deudor es iudex suspectus: Commento al Codice di proce- a la ley 17.711, de la cual fue el factotum. También el caso (4) Carrara, Francesco, Programa de derecho criminal. Parte ge-
dura civile italiano, Florencia, Fratelli Cammelli, 1905, t. I, pág. 284. orgánico: los debates parlamentarios. neral, Bogotá, Temis, 1957, t. II, pág. 353. E. Glasson, en cambio,

CONTENIDO
DOCTRINA
A los fines del apartamiento del juez, el deudor es innecesario que sea moroso: artículo 17, inciso 4º, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación. Y otras contingencias,
CUENTA Nº 13.547

por Julio Chiappini........................................................................................................................................................................................................................... 1

JURISPRUDENCIA
Civil
Médico: Culpa: valoración; responsabilidad; configuración; requisitos; naturaleza subjetiva. Prueba de Peritos: Mala praxis médica: relevancia; valoración; diligencia; aprecia-
ción. Daños y Perjuicios: Clasificación: indemnización; incapacidad sobreviniente; finalidad; forma de meritarla; daño futuro. Medicina Prepaga: Culpa médica: responsa-
bilidad. Jurisprudencia: Plenarios: art. 303, cód. procesal civil y comercial de la Nación; derogación; distintas posturas. Intereses: Daños y perjuicios: tasa activa. Costas:
CASA
ARG
C Principio objetivo de la derrota: fundamento; eximición de costas; razones fundadas para litigar (CNCiv., sala B, septiembre 14-2018)......................................................... 5
2 Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019

d) Desde luego que si el legislador hubiera querido que Desbarran, en cambio, cuando hallan que “la causal Otra anómala interpretación consiste en basarnos en
se tratara de una deuda en mora, así lo determinaba. No debe ser anterior a la iniciación del pleito”(10). Ya que la que si el juez “se encuentra en una situación económica
quiso. Otras veces sí quiere circunstanciar: “pleito pen­ norma omite ese requisito. No así en el inc. 5º. Hay causa­ precaria, ello puede conducir a procurar, aun inconsciente­
diente”, inc. 3º; “con anterioridad”, inc. 5º; “beneficios de les que pueden surgir incluso tras promovido el juicio, se mente, que venza alguna de las partes”(17). En rigor, nada
importancia”, inc. 8º; “gran familiaridad”, inc. 9º; “hechos verifica un ius superveniens. V. gr., el juez se casa con la importa el patrimonio del juez.
conocidos”, inc. 10. demandada. El problema es si había amor entre ambos an­ Se sostuvo que el derecho de recusar siempre debe
La palabra deudor proviene del latín debitoris. Y tratán­ tes del proceso. El amor, me dicen, es un embrujo, el más abarcar a los profesionales, no solo a las partes. Pero ad­
dose de obligaciones, deber se contrapone a haber. venturoso de todos los embrujos. Como sea, en ese caso el mitiéndose que antes debe reformarse la ley(18). Y si un día
juez debió haberse excusado de entrada. Salvo que se haya se incluyen los parientes, el interés del juez, en ese caso,
tratado de amores prohibidos y, por ende, generalmente no es directo sino indirecto(19).
3 clandestinos. Son casos, como alerta Voltaire respecto En cuanto a los terceros, habría que ver en cada caso y
Y ¿qué opina la doctrina? a casarse o no casarse, en los que “hagas lo que hagas, te se debate mucho. Pero no siempre una lluvia de palabras
La doctrina ejerce una policía intelectual acerca de las equivocarás”. en un desierto de ideas. Para algunos, son partes(20). Se
leyes, de la jurisprudencia y de otras doctrinas. Se verifica Incluso, me cuentan, uno puede saber que está enamo­ sostiene que en la recusación con causa “no juegan las li­
cual un Gran Hermano; bien que nunca incurre en voyeu­ rado pero no desde cuándo está enamorado. Al menos esa mitaciones atinentes a los sujetos que pueden recusar”(21).
rismos. Gran Hermano el de Orwell, no el de los burdos conclusión es la que Dante puso en boca del infortunado Sin embargo, esa generalización debe tomarse con benefi­
programas de televisión que ya sabemos. Paolo. Lugones, en cambio, en una bella cuarteta, cree lo cio de inventario.
La doctrina en general ha callado. Un silencio que debe contrario, cree que se puede establecer un término a quo:
colegirse da por sentado que lo de “moroso” es heurística, “Al promediar la tarde de aquel día / cuando mi habitual
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que ni vale la pena afirmarlo. La doctrina, y salvo cuando adiós iba yo a darte / una vaga congoja de dejarte / me hi­
¿Orfandad respecto a las causales?
da clases apenas se sanciona una ley, no está para repetir zo saber que te quería”(11).
el texto o para decir cosas obvias. Nuestra doctrina, por Confieso que cité de memoria. Desde Alsina, nuestro prototratadista (1941), hasta Pa­
suerte, o mejor dicho por enormes méritos, jamás vende En cuanto a los deudores morosos del juez, lo más lacio y tantas otras luminarias, al problema de las excusa­
humo. probable es que sean favorecidos: al acreedor le viene ciones y recusaciones se le deparó muy poco espacio. Lo
Con todo, se ingenió, por ejemplo, que “no es la mera bien aumentar el patrimonio de su deudor, “fortifier sa mismo en los comentarios exegéticos al CPCCN. Libros
condición de acreedor o deudor del magistrado respecto solvabilité”(12). sobre el tema, que sepamos, hay un par. En cuanto a ar­
a una de las partes lo que justifica la recusación o ex­ tículos de doctrina o notas a fallo, poquísimos. No sucede
cusación del mismo, sino que por las circunstancias del eso en, por ejemplo, los derechos italiano y español.
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caso se llegue a la cabal demostración que va a afectar Respecto a lo que hemos hecho en nuestro derecho,
¿Cuáles son las “partes”?
su t­ranquilidad de espíritu e imparcialidad a la hora de pues sentar principios generales acerca de cada causal de
fallar”(5). A nuestro juicio, únicamente los litigantes. Al menos recusación. Seguramente, nos esperanzamos, si estamos
Discrepamos. Ya que basta con acreditarse que el juez son las partes en sentido formal. Pero hay partes en senti­ provistos de los principios resolveremos la infinidad de
es acreedor, deudor o fiador. De lo contrario, se pone en do material: los abogados, peritos, testigos. Participan en casos que todos los días acucian en los tribunales. Con­
cabeza del magistrado (si se quiere excusar) o del litigan­ el expediente. cebir principios, aunque algunos sean inexactos, podría
te (se recusa) una carga procesal: demostrar que, pese a En cuanto a los abogados, abundosa doctrina los halla ser entonces una ganzúa (adultera clavis) que dirimirá la
encuadrar en la disposición, hay además una actividad ne­ abarcados por la causal(13). Disentimos. Pues si la ley quie­ infernal casuística. Los principios se verificarían entonces
cesaria. La relativa a la “tranquilidad del espíritu” y demás re incluir a los curiales, lo dice expresamente. Por ejem­ como talismanes, como un “¡Ábrete, Sésamo!”.
desasosiegos que el juez podría sufrir. plo, incs. 1º y 2º. Razón por la cual letrados y parientes Un principio, enseña Aristóteles, es aquello de lo
También se reveló que hay deuda “si existe sentencia son excluidos(14). cual algo procede. Sea en la línea del ser, sea en la línea
firme que condenare al juez al pago de la deuda”(6). Una correcta interpretación declarativa, entonces, ex­ de conocer. En tanto, los procesalistas que establecen los
En otro caso, el fallido recusó al síndico alegando que cluye a los afortunados parientes del juez(15). Y otra, inco­ principios (algunos) acerca de las excusaciones y recu­
era acreedor a su respecto(7). También se denegó la recu­ rrecta por amplia, incluye el impedimento en orden a toda saciones, y no son pocos, brindan meritoria y servicial
sación por tener el juez una cuenta corriente en un banco relación o expectación de garantía como ser el aval y el ciencia.
privado ejecutante de un tercero(8). endoso(16). La conmoción aflige cuando hay enorme cantidad de
Se inteligencia que la causal lleva a que el juez, y por la casos no hipotéticos (cuanto mucho law in books) sino de
otra parte, la no involucrada, “podría ser sospechado (…) la vida real (law in act) ajenos a los principios.
(10) Palacio, Lino E. - Alvarado Velloso, Adolfo, Código Procesal
en virtud de que, eventualmente, podría saldar su acreen­ Civil…, cit. Con la versión apropiada, es innecesario que la acreencia Urge entonces que la doctrina se ocupe de esos casos.
cia con lo que percibiera en el pleito”(9). Es posible… en­ sea anterior al proceso: Ríos, Carlos, Inhibición y recusación, Córdo- Sabe que no alcanza. Sabe que sucederán otros que no
tre cantidad de hipótesis relativas a la ratio legis. ba, Mediterránea, 2005, pág. 138; Cafferata Nores, José I. - Tarditti, supo imaginar. Que peces y hasta cardúmenes se escapa­
Aída, Código Procesal Penal de la provincia de Córdoba comentado, rán. Con todo, hay que incursionar. Porque se va consti­
Córdoba, Mediterránea, 2003, t. I, pág. 241.
(11) Según Bulwer-Lytton en 1835: “El amor es el ocio de los ocu-
tuyendo un corpus doctrinario. Se sistematiza, como pasó
distinguiendo cuando la ley francesa no distinguía, exige que la deuda pados y la ocupación de los ociosos”: Rienzi, el último tribuno, cap. VII.
sea líquida, expedita, no sujeta “à terme ou sous condition”: Précis (12) Garsonnet, Eugène - Cézar-Bru, Charles, Traité théorique et
théorique et pratique de procedure civile, París, Librairie Générale de pratique de procedure civile et commerciale, París, Sirey, 1913, t. 3, enseña que la ratio legis consiste en que, de darse las contingen-
Droit & de Jurisprudence, 1908, t. I, pág. 964. Lyon-Caen habló cuan- pág. 60. Pero citan un fallo de un tribunal de Montpellier, de 1852, cias, es muy probable que todos “traten de favorecerse los unos a
do el sepelio de Glasson el 9 de enero de 1907. Aseguró que nadie que admitió la recusación al juez de un deudor que le debía, ya que los otros”: Comentarios al código de procedimientos en materia civil
había dominado la materia “plus que lui”. Era así; o la muerte que era muy probable que el magistrado estuviera “mal disposé” a su res- y comercial, Barcelona, Seix Barral, 1914, t. II, pág. 97. Pero uno
suele ser un ascenso. pecto. Guicciardini, en carta a Maquiavelo, le aconsejó: “Sé desconfia- agrega: favorecerse o perjudicarse. Ya que las relaciones de créditos
(5) Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Marcelo López do. Pero no lo des a entender”. Y también: “Busca honor, no honores”. suelen inspirar amores u… odios. Todo depende. En este caso, de las
Mesa (dir.), Buenos Aires, La Ley, 2012, t. I, pág. 97. Cita, con el (13) Díaz, Clemente A., Instituciones de derecho procesal, Buenos dependencias.
mismo criterio, a la CCiv., Com., de Familia y del Trabajo de Marcos Aires, Abeledo-Perrot, 1972, t. II-A, pág. 324; Fenochietto, Carlos E. - (17) Picó i Junoy, Joan, La imparcialidad judicial y sus garantías: la
Juárez, La Ley Córdoba, 2000, pág. 224 y a la CNCiv., sala A, LL, Arazi, Roland, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Buenos abstención y la recusación, Barcelona, Bosch, 1998, pág. 85. Según
1997-E-798, Doctrina Judicial, 1997-3-621. Aires, Astrea, 1993, t. 1, pág. 109; Fassi, Santiago C. - Yáñez, César Juan B. Justo: “La decencia es el único lujo que se pueden dar los
(6) CNCiv., sala C, LL, 1984-A-487, 36.534-S. Pero la ley no dice D., Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Buenos Aires, As- pobres”.
eso. Basta con que haya deuda. Deudor es el obligado a satisfacer trea, 1988, t. 1, pág. 231; Martínez Crespo, Mario, Código Procesal (18) Varangot, Carlos J., Sobre recusación, La Ley, t. 97, pág.
una prestación a su cargo: Llambías, Jorge J., Tratado de derecho civil. Civil y Comercial de la Nación, Córdoba, Advocatus, 1998, pág. 43; 852. En derecho hay palabras o frases que son ambiguas. Carrara
Obligaciones, Buenos Aires, Perrot, 1978, t. I, pág. 20. La mayoría de Ponce, Carlos R., en Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, ejemplifica con caso fortuito: Opúsculos de derecho criminal, Bogotá,
las obligaciones derivan de contratos que generan dichas obligaciones, Elena I. Highton y Beatriz Areán (dirs.), Buenos Aires, Hammurabi, Temis, 1978, t. III, pág. 1. Pero respecto a acreedor no hay anfibología
que, a su vez, generan prestaciones que, a su vez, constriñen a dar, 2004, t. 1, pág. 435. Raymundo L. Fernández incluye a los parientes a la vista. Lo que sí resulta erróneo es considerar al deudor “la parte
hacer o no hacer algo. Son cuatro etapas que hasta pueden ser simultá- y no a los abogados o procuradores: Código de Procedimiento Civil y débil” en las obligaciones. El deudor ya embolsó. Es el fuerte. El débil
neas. Por ejemplo, cuando compramos un diario. Comercial, Buenos Aires, Compañía Impresora Argentina, 1944, pág. es el acreedor. Que muchísimas veces pasará las de Caín para satisfa-
(7) Se rechazó la postulación aduciéndose que el síndico no es 353. Es arduo y hasta ímprobo contradecir a tamaña pléyade (conste- cer su crédito. Recién en esos trajines, entonces, se convierte en sujeto
acreedor del fallido sino de la masa: CNCom., sala C, LL, 2000-A-450, lación u olimpo) de jurisconsultos. activo del sinalagma.
Doctrina Judicial, 2000-2-276. Las causales objetivas (por ejemplo, (14) CS, Fallos: 52:444 y 183:386; Falcón, Enrique M., Código (19) Mattirolo, Luigi, Tratado de derecho judicial civil, Madrid,
parentesco) generan un impedimento. Y las subjetivas, por ejemplo la Procesal Civil y Comercial de la Nación, Buenos Aires, Astrea, 2006, t. Reus, 1930, t. I, pág. 856. Giuseppe Chiovenda cree, con optimismo
amistad, una suspicacia. Que cree ser perspicaz. 1, pág. 73; Fenochietto, Carlos E., Código Procesal Civil y Comercial pero no realismo, que cuanto más empinado es el cargo del juez, más
(8) CNCiv., sala A, LL, 1997-E-798. En el mismo sentido, CS, Zeus de la Nación, Buenos Aires, Astrea, 2001, t. 1, pág. 17; Chiappini, difícil resulta de ser presionado: “Los órganos elevados encuéntranse
93, J 550; CCiv., Com. y Laboral Venado Tuerto, Zeus 112, J 788; Julio, Código Procesal Civil y Comercial de la provincia de Santa Fe en posición de hacer frente mejor a la influencia de sus condiciones
CApel.CC Rosario, en pleno, 24-2-99. A veces el juez se excusa para comentado, Rosario, Fas, 2014, t. 1, pág. 519. subjetivas”: Principios de derecho procesal civil, Madrid, Reus, 1922,
“curarse en salud”. Y, si realmente tiene dudas, obra bien. Porque, (15) Serantes Peña, Oscar - Clavell Borrás, Javier, Código Procesal t. I, pág. 709.
como recita un viejo dicho criollo, en ocasiones “hay que desensillar Civil y Comercial de la Nación, Buenos Aires, Ethos, 1963, pág. 368; (20) Alsina, Hugo, Tratado teórico práctico de derecho procesal
hasta que aclare”. Cuadrao, Jesús, Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, Bue- civil y comercial, Buenos Aires, Ediar, 1957, t. II, pág. 294; Tucci, Ro-
(9) Palacio, Lino E. - Alvarado Velloso, Adolfo, Código Procesal nos Aires, Depalma, 1987, pág. 43. El juez que debiendo excusarse gério L., Temas e problemas de direito processual, San Pablo, Saraiva,
Civil y Comercial de la Nación, Santa Fe, Rubinzal-Culzoni, 1997, t. omite adrede la actividad es pasible de sanciones disciplinarias y hasta 1983, pág. 46. Sigue a Celso Agrícola Barbi. Acerca de los errores
1, pág. 438. Carlos J. Colombo también demanda que la acreencia de un jury de enjuiciamiento. En rigor, todo acto doloso del juez, salvo de los talentos, Fernández Suárez, Álvaro, Humillación y esclavitud de
sea anterior al pleito: Código Procesal Civil y Comercial de la Nación, algunos casos de dolus bonus, como regla lleva a su destitución. Hurtar los sabios, Cuadernos americanos Nº 4, México, julio-agosto de 1954,
Buenos Aires, Abeledo-Perrot, 1975, t. I, pág. 83. Pero nada se dice una goma de borrar del tribunal ya es suficiente. pág. 7.
al respecto en Colombo, Carlos J. - Kiper, Claudio M., Código Procesal (16) Guarino Arias, Aldo, Código Procesal Civil de Mendoza, (21) Kielmanovich, Jorge L., Código Procesal Civil y Comercial de
Civil y Comercial de la Nación, Buenos Aires, La Ley, 2006, t. I, pág. Mendoza, Ediciones Jurídicas Cuyo, 1982, t. I, pág. 81. Resultan la Nación, Buenos Aires, AbeledoPerrot, 2013, t. I, pág. 148; Condo-
187. Al repararse un error se evitó cometer otro. Podría sí censurarse, ­adventicias las interpretaciones extensivas o analógicas. Sobre todo mí, Alfredo M., Actualidad de la jurisprudencia sobre recusación, LL,
pero no lo haremos, acerca de la necesidad de expedirse. las analógicas, ya que no hay lagunas en la ley. Alberto M. Rodríguez 2001-C-1292.
Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019 3

–y pasará– con el recurso extraordinario federal, desde la Si al juez le es privativo apartarse de un expediente 7
jurisprudencia. porque se le ocurre, retrocedemos al caos luego de que Lo opinado ¿es “ciencia firme”?
Es que el derecho, el más alto de los bienes, es así. Le­ el derecho, aunque a los trompicones, se emplazara en el
vantamos un edificio incalculable ladrillo por ladrillo. Hay cosmos y en el logos. Sería retornar a la anarquía. Y en El derecho es la más ardua de las ciencias, pues acerca
construcción aluvional. Pero como uno de los suplicios de materia relativa a quiénes son los jueces naturales, institu­ de cualquier asunto, acerca de cualquier perplejidad por
Tántalo, hay que llenar un barril sin fondo. Es entonces to constitucional. modesta que sea, pululan soluciones distintas entre sí. Pa­
otro de los trabajos de Hércules. Es tan estresante como Según Emerson: “Las personas hervimos a distintas sa lo mismo que con las partidas de ajedrez de alta compe­
correr siempre escaleras arriba. Sin embargo, no importa. temperaturas”. Y según la más modesta experiencia foren­ tición: nunca hubo una igual a otra.
Al derecho romano, magistral enclave del racionalismo se, los magistrados cuentan con distintos decoros e intere­ El desapego por la ley y, a veces, el afán de originalidad
dogmático, no le importó. Ingenió cantidad de principios. ses. Y esto no es un reproche: el juez calza una toga pero generan una anarquía en la ciencia jurídica. Nunca sabe­
Sabía que una casa no se construye de abajo hacia arriba, debajo de la toga hay una persona. La toga es la sastrería mos dónde estamos parados. El derecho, y por ejemplo
sino de arriba hacia abajo, pues primero hay que hacer los que patentiza su imperium. Pero las vestimentas no garan­ para los abogados preparados, es sumamente estresante. Es
cimientos. tizan el buen criterio. cierto que el estrés es la usura que pagamos por vivir. Pero
También sabemos que “un plumazo del legislador y bi­ El derecho reglamenta. Y cuanto más reglamente, pues también que todo proceso es una moneda en el aire. Co­
bliotecas enteras se convierten en polvo”: fiscal prusiano mejor. El juez inteligente quiere que conceder las excar­ noceremos las reglas recién cuando el juego ha terminado.
Julius Hermann von Kirchmann en 1847. celaciones o imponer las prisiones preventivas sean fa­ Las conclusiones que propusimos en esta nota anhe­
De ser así, y es así, mejor mucho cuidado con esos plu­ cultades regimentadas a las claras. El juez que se siente lamos que sean ciencia firme. Pero no lo serán. Ese con­
mazos. No dije vedarlos. Dije que “mucho cuidado”. En omnipotente prefiere manos libres. Máxime si es venal cepto de ciencia firme es muy relativo. Era ciencia firme
la Argentina, por suerte, los reformadores mesiánicos que o yace maniatado por ideologías, simpatías o antipatías. que el sol giraba alrededor de la Tierra o que la sangre no
derogaron ordenamientos o leyes especiales ya maceradas Proporcionar ahora casos de la vida real sería una falta de circulaba. Para el chamán ancestral en las tribus, el dios y
han sido sumamente talentosos y eruditos. Los dos virtuo­ urbanidad. el trueno eran una misma cosa. Y filosóficamente ahora,
sismos no son lo mismo y acumulados se agigantan de lo Los ejemplos podrían multiplicarse. Lo cierto es que, tiempo en el que deambulamos en la era de la posverdad,
en orden a las excusaciones, el apartamiento del juez pa­ Karl Popper sentencia que toda proposición científica
lindo. Los virtuosismos son técnicos. Y las virtudes son
rece hasta inconcebible que dependa de su mera voluntad. es precaria, pues permanentemente aguarda otra que la
morales. Y también las lucieron.
Que ni siquiera se le exija que fundamente. Al menos en el desmienta.
El derecho romano, y retrocedemos un par de pasos,
art. 30, excusación por “motivos graves de decoro o deli­ El derecho sobrelleva entonces un problema de actua­
tuvo los méritos de su entidad y de ser tan precoz. En ese
cadeza”, se le demanda motivar. lidad monopólica: la ley dice lo que los jueces dicen que
tiempo, la filosofía abarcaba todas las ciencias. Las natu­
Ese art. 30 fue introducido por la ley 17.454 al actual dice. Y un problema de perpetua prospectiva: “La ciencia
rales se desgajaron primero y las sociales mucho después.
ordenamiento bien que con muchas reformas a cuestas. es la ciencia del futuro” (Raymond Aron).
Y yacen ahora como islas en el golfo de la filosofía. Que
Se abrió una compuerta. Y fue celebrada hasta con alguna El terrible problema del relativismo jurídico, que infli­
subsiste. La ciencia es más bien técnica y prodiga prodi­
algarabía. ge inseguridad jurídica e incluso física, se agudiza en los
gios o catástrofes. El derecho suele infligir esto último:
En realidad esto deriva de la mala técnica legislativa países precapitalistas, subdesarrollados y con anomia. Ese
desastres. Y de la filosofía, lo mayúsculo es la invención
que delatamos: las causales han de ser de excusación. Y pirronismo o escepticismo se patentiza en un dictamen de
del diálogo socrático. Que la verdad no sea monopolizada
esta, la del decoro, debió entonces agruparse con las otras Louis Menand en El club de los metafísicos: “No hay
sino concertada en justamente eso: coloquios y no solilo­
en el art. 17. La excusación, llegado el caso, es un deber cosas seguras sino personas seguras de algo”. Y ya lo ha­
quios. El nivel de mayor civilización es la conversación.
para el juez. Y la recusación, un derecho para las partes. bía alertado Unamuno: “No hay cuestiones agotadas sino
Luego, puede sobrevenir un conflicto: el debate. Y luego la
Se teme la parcialidad del juez pero, antes, se teme poner­ hombres agotados por las cuestiones”.
discusión incluso violenta. Los procesos judiciales conten­ Para colmo, el derecho es muy engañoso. “Parece fá­
ciosos son violentos por destino. Pero el derecho no tiene lo en un terrible compromiso, ya que no se acordó de ex­
cusarse. ¿Cómo puede intervenir en un juicio de desalojo cil”, pero aflige con infinidad de versiones aun ante nor­
por qué ser violento. En última instancia, lo monopolizan mas claras. Todos opinamos. ¿Es ese uno de los males
los tribunales. Y eso, que puede ser nefasto, no se puede contra su mamá? Ahora si se trata del ministerio público,
prácticamente convertido en un cuarto poder, o de abo­ argentinos? Pues sí. Pero no estamos solos. Ya hace 90
evitar. El Poder Judicial custodia pero nadie lo custodia. años y según Ossorio y Gallardo: “En España son to­
El sistema republicano de gobierno se imbrica así. La res­ gados del Estado, recusar con causa es una atribución =
derecho-deber. Y algo similar respecto a los tutores y cura­ dos abogados hasta que se pruebe lo contrario”.
ponsabilidad del juez es descomunal porque descomunal La fatal paradoja del derecho consiste en que casi siem­
es su poder. Y el problema del poder es que quiere cre­ dores. Recusar sin expresión de causa, en cambio, podría
ser otro cantar. pre brega por ser torcido. Y su fatal destino es que consi­
ciente poderío pero no responsabilidad. gue eso ya demasiadas veces.
Líneas atrás, y retornamos, escribimos “excusaciones La recusación protege al juez y… a las partes en caso
de que el juez se abstenga de abstenerse. Pero requiere El derecho procesal civil argentino, si ahora hablamos
y recusaciones”. Porque ese es el orden correcto. No el de doctrina, es excelente. Claro que ¡valiente espaldarazo
que inflige el CPCCN. Que habla de las causas de recu­ causales taxativas aunque no de interpretación estricta.
Procede la interpretación corriente en derecho, la decla­ el nuestro! “Excelente” no significa que, verbigracia, este­
sación y dice dos palabras acerca de las excusaciones. El mos a la altura de la doctrina italiana. Nosotros subimos,
instituto nave insignia es la excusación. La recusación es rativa. Además, en las causales objetivas (parentesco, ser
acreedor) no hay por qué acudir al heroico remedio de las ágiles, por una escalera. Pero ellos están quietitos pero
subsidiaria, supletoria. Opera si el juez se distrajo y omitió viajan en un veloz ascensor.
excusarse(22). De modo que la ley, como con buena técnica interpretaciones restringidas. Y en cuanto a las causales
subjetivas (amistad o enemistad), incluso puede haber al­ Convengamos en que muchos de nuestros autores se
establece el art. 55 del CPPN, debe estatuir las causales de embarcan en teorías acerca de la política procesal antes
excusación y dejar la recusación como una eventualidad. go de manga ancha. No interpretación extensiva, que es
otra cosa, sino buena voluntad al calibrar la excusación que en la interpretación dogmática de las leyes. Esa ten­
La organización cerebral o el concierto lógico que tiene el dencia es ya malsana cuando solo se plantean temas extra­
del juez. Le tenemos, en esos trances, que tener confianza.
legislador determinan su inteligencia científica. En contra, vagantes. Con todo, hay más proclividad a lo estrambótico
Aunque a veces nos defrauden. Se deshonran a sí mismos
“¡todo da lo mismo!”. en el derecho procesal penal.
y, más gravemente aún, deshonran la administración de
justicia. Hay sociedades prebendarias que sobreviven en un
6 Las personas, quise decir algunas personas, quieren ser mundo de fantasía: alucinan que todo se trata de un uni­
Los dos sistemas prestigiosas por ambiciones de vida. Pero el Poder Judi­ verso de derechos y la palabra obligaciones se borra del
cial debe ser prestigioso. Si sobrecoge con pésima fama, diccionario. Trompetean que toda necesidad es un dere­
Las causales de recusación, que como dijimos deberían cho. Imaginarios derechos subjetivos devoran la conviven­
la sociedad se desmoraliza aún más. Cuando Federico el
ser de excusación, pueden ser varias y expresas o quedar cia; y respecto al derecho objetivo todos opinamos con
Grande le ofreció al molinero Arnoldo comprarle un terre­
libradas al arbitrio del juez. pasmosa seguridad y no en búsqueda de la razón, sino para
no contiguo al de su palacio, le contestaron que no. El rey
El primer régimen es el corriente para el derecho argen­ tener razón. Lo importante es tener razón aunque carezca­
enfureció y amenazó con confiscar. Arnoldo le dijo enton­
tino. Y a nuestro juicio el mejor. El otro régimen, vimos, mos de razones. Gateamos hacia el estado de naturaleza
ces: “No mientras haya jueces en Berlín”(25).
queda sujeto a la discreción del juez. Por ejemplo, el art. previo al contrato social. Y entonces los conocimientos
Demasiado optimista, Podetti justifica las excusacio­
68 del CPP santafesino, con técnica festejada por parte jurídicos fundados y sistematizados, es decir la ciencia
nes y recusaciones: “A fin de asegurar la idoneidad sub­
de muy relevante doctrina(23). Lo mismo respecto al CPC jurídica, se degrada.
jetiva del órgano jurisdiccional y la consiguiente confian­
austríaco(24). za del litigante en su imparcialidad”(26). En tanto, la frase En cuanto al desarrollo del derecho, que es el desarrollo
“competencia subjetiva”, y lo mismo “idoneidad subjetiva de las leyes y de cómo se cumplen y se aplican, si contá­
(22) Aparte de la distracción puede haber dolo del juez. O dudas.
O que “ignore la existencia del motivo de abstención”: Carnelutti, Fran- del órgano”, en derecho administrativo son censurables. ramos con la medicina del Imperio romano nos iría muy
cesco, Sistema de derecho procesal civil, Buenos Aires, Uteha, 1944, t. mal. Nos faltarían sus tres más grandes inventos: las vacu­
II, pág. 273. Carnelutti se desempeñó en cantidad de debates jurídicos (25) El palacio no es de Sans souci sino Sans, souci. El origen de nas, los antibióticos y la anestesia. Y… todo lo demás. Pe­
ardorosos. Cândido R. Dinamarco rememora varios y habla de la “per- la coma dio lugar a teorías que, por suerte, escapan a estos apuntes. ro si nos rigiera el derecho romano, sobreviviríamos bien.
sonalidad polémica de Carnelutti”: Fundamentos do processo civil mo- (26) Podetti, J. Ramiro, Tratado de la competencia, Buenos Aires, Al menos los contratos se cumplían y el que las hacía, las
derno, San Pablo, Revista dos Tribunais, 1986, pág. 237. Las polémicas Ediar, 1963, pág. 275. El libro cuenta con un gratísimo prólogo de
son muy útiles al derecho procesal. Y entretenidas. Pero para los editores Santiago Sentís Melendo. Que por su obra propia, por sus traducciones pagaba. Además, nunca en la historia se congregó tamaña
que padecen miedo cerval, publicarlas es algo políticamente incorrecto. y por ser el factotum de la revista de derecho procesal fundada por constelación de jurisconsultos. Como Estado, Roma dejó
(23) Bartoloni Ferro, Abraham, El proceso penal y los actos jurídi- Hugo Alsina, creo que fue quien más hizo por nuestro derecho procesal la sensación de un poderío frustrado. Y por fundador del
cos procesales penales, Santa Fe, Castellví, 1958, t. I, pág. 147. Con civil. derecho positivo como magistral enclave del racionalis­
igual tesis, Büsser, Roberto A., El proceso penal en Santa Fe, Santa Fe, El problema es que cuando alguien es el mejor solamente lo saben
Librería Cívica, 2014, pág. 77. cuatro o cinco personas cuanto mucho. Y uno, desde luego, no forma
mo dogmático, dejó el legado de las reglas jurídicas sin
(24) Kodek, Georg E. - Mayr, Peter G., Zivilprozessrecht, Viena, parte de ese grupo. Únicamente cuatro o cinco personas caben en la las cuales la civilización ya hubiera desaparecido. Porque
Facultas.wuv, 2013, pág. 93. terracita más encumbrada del Everest. Tal cual. zanjaríamos los desencuentros con piedras y palos.
4 Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019

El derecho procesal civil argentino, y retomamos, tuvo Uno de los problemas de la enseñanza del derecho es Por la teologal virtud de la esperanza. Todo depende… de
dos etapas: la del procedimentalismo y la del procesalis­ la militancia. Palabra que comparte etimología con mili­ las dependencias. Del Poder Judicial.
mo. En la primera, se concibió el proceso como una suma tar. El profesor militante, por ejemplo los garantistas en
de actos procesales. El procesalismo, en cambio, concibió las cátedras de derecho procesal penal, ya han hallado
el proceso como una totalidad orgánica. Promovió algo así
10
la panacea, la piedra filosofal. Ahora su empresa consis­
como un holismo.
La navaja de Occam
te, más que en enseñar, en adoctrinar. Cuentan con “la
El procesalismo surgió hacia 1940: el Congreso de verdad” revelada y entonces urge difundirla y congregar En el siglo XIV Guillermo de Occam ingenió una
1939; Lascano, Alsina, Podetti, Sentís Melen­ adeptos. Han cancelado el diálogo socrático que decía­ navaja que lleva su nombre: hay que rasurar todo lo super­
do, Couture y tantas otras eminencias. O dualidades: mos. Creer que les “lavan el cerebro” a sus discípulos fluo. Esta navaja es enormemente útil para la praxis y para
­Dante fue el último hombre de la Edad Media y el pri­ es truculento. Y es descreer de la capacidad de elección la ciencia. Sin perjuicio de Scialoja: “La mejor práctica
mero de la Moderna, así como Jofré fue el último doc­ de los alumnos incluso luego de graduados. Concertemos es la correcta teoría”.
trinario del procedimentalismo y uno de los pioneros del entonces otro vocabulario. Pero no en este momento; y no A la palabra deudor que hemos un poco analizado urge
procesalismo. faltará oportunidad. desagregarle lo innecesario y ni hablar respecto a lo ajeno.
El procesalismo no revolucionó la ciencia procesal ci­ Y aunque no refiriéndose exactamente a esta actividad que
vil. Pero sí puede decirse que con el procesalismo surgió despeja, Carrió deplora lo que llama “presuposiciones
nuestra ciencia procesal civil moderna. En cuanto a los au­ 9 contextuales”(28).
tores fundacionales, ¡en sus obran anidan tesoros! Incluso La ley: ¿denotativa o connotativa? El fraile franciscano y escolástico Occam coligió que,
a veces, ¡para novedades los clásicos! Denotar quiere decir indicar, anunciar, significar. Di­ en paridad de condiciones, la explicación más sencilla
Según san Buenaventura: “La ciencia filosófica es cho de una palabra o de una expresión, significar objeti­ suele ser la correcta. Aplicó la economía de fuerzas a la
una vía hacia otras ciencias, pero que desea detenerse y vamente. metodología de la investigación científica. Dicho princi­
permanecer en las tinieblas”. Lo denotativo se opone entonces a lo connotativo. Ya pio se conoce como “de parsimonia”: lex parsimoniae. Y
que, como los diccionarios no lo ignoran, connotar es, es útil tanto para la averiguación de cosas que ignoramos
8 dicho acerca de una palabra, “conllevar, además de su como para oficiar de árbitro cuando dos tesis visibles con­
Formarnos e informarnos significado propio o específico, otro de tipo expresivo o frontan entre sí. Claro que, se añade, una versión compleja
apelativo”. pero más probada y evidente prevalece respecto a otra más
El derecho argentino, que hoy en día yace en su más ba­ La interpretación denotativa de la ley es literal. Y la simple pero menos fundada. Se aspira a medir lo que se
jo nivel dogmático aunque no en grado cero de la escritura, connotativa, procediendo al revés con horrible método, debe medir y lo que se puede medir, a sabiendas de que
ha optado por la información antes que por la formación. procura contextos. Una vez hallados esos contextos, en­ cuando se puede medir, no se debe opinar.
Nunca en su historia ha contado con tan incalculable tonces define la palabra crucial. Esta interpretación conno­ Con todo, la navaja de Occam congregó cantidad de de­
información. La cibernética (del griego quibernes, timo­ tractores. Su contemporáneo Walter Chatton. Y Leib­
tativa, hermenéutica que se convierte en heurística, es de
nel) proporciona infinidad de datos. Desde ya conclusio­ niz, Kant y hasta Einstein. Leibniz, que cotizó la esco­
alquimistas. Exalta el vuelo de la imaginación. La ley deja
nes de la jurisprudencia. En cuanto a la doctrina, también lástica como la philosophia perennis, asestó: “Todo lo que
de tener sentido, pues es el intérprete el que la impone, no
difunde las proposiciones científicas que urde en sus altas sea posible que ocurra, ocurrirá”. Y vaya si los tribunales
el legislador originario. La ley deja de ser tal para conver­
torres en las que poco y nada sopla el viento. Ya que elu­ han escriturado tamaño pronóstico. También clasificó las
tirse, y cuanto mucho, en un punto de referencia.
cubra al margen de los conflictos de carne y hueso. Que proposiciones científicas como absolutas o relativas. Una
mayormente son los procesos en los tribunales. La doctri­ Respecto al derecho, esta dualidad que ahora propone­
mos posiblemente mejore otra dualidad afín y que estuvo proposición segura podría ser, y uno ejemplifica, que Aris­
na no acampa ahí sino en una tribuna. Es el séptimo cielo,
de moda: el significante y el significado. El significante tóteles murió. Y una relativa, que Kasparov fue mejor aje­
que Dante reserva a los contemplativos. A los especula­
es una palabra. Por ejemplo, contrato. El significado es la drecista que Karpov, o que Karpov, de haber jugado contra
tivos, del latín speculum, espejo. Uno puede ver o verse
definición del contrato: art. 957 del cód. civil y comercial. Alekhine, lo hubiera vencido.
en un espejo pero nada cambia. Con todo, conocer cosas
O robo y su acepción: art. 164 del cód. penal(27). Los “operadores del derecho”, frase algo cursi, sole­
puede conocer. Luego el espectador verá si se convierte en
Ambos conceptos, con todo, para la epistemología jurí­ mos espantarnos de las teorías complejas. Las ponemos en
un hombre de acción que obra como un hombre de pensa­
miento o, lo cual es más o menos lo mismo, en un hombre dica, que se interesa solamente por la interpretación de la cuarentena pero, pese a todo, cuanto más complejo es un
de pensamiento que obra como un hombre de acción. ley, pues se interpretan las leyes, no los hechos, son menos intríngulis, más personas aseguran contar con la solución.
Ese aluvión de informaciones, si no tenemos forma­ serviciales que apelar a las nociones de lo denotativo y de Si uno recorre una feria, v. gr., el mercado de las pulgas
ción, nos sirve poco y nada. Si apelamos a una metáfora, lo connotativo. Este caso del deudor lo patentiza, uno cree, parisino o alguno porteño, todos los puesteros y todos los
resulta como obsequiar a quien es analfabeto la biblioteca a las claras: deudor es el que debe algo. Y entonces basta visitantes que recorren propinan respuestas contundentes
de Babel. con eso. Basta para la recusación que la parte haya sido a todo problema de la economía, del derecho y hasta de la
Tal vez un ideal podría ser que al mismo tiempo la in­ denunciante: art. 17, inc. 5º, del CPCCN. Sin embargo, la medicina; lo mismo en las reuniones de consorcio o donde
formación nos forme. Y luego, si ya contamos con una mayoría exige que la denuncia haya sido admitida. Y la sea. Para colmo, la crispación de las sociedades alimen­
buena formación, aprovecharemos mucho mejor la infor­ ley no dice eso. Cuando quiere que la denuncia haya sido ta la omnipotencia de las personas. Los círculos viciosos
mación. admitida, lo dice expresamente: inc. 6º (“dar curso”). son cuantiosos y raramente reversibles. La cultura deja de
La formación comienza en nuestros hogares y en la es­ Lo que uno advierte es que, en nuestro medio, la inter­ pertenecer a elites para ser individual. De modo que las
cuela primaria. Y la formación jurídica se supone que es pretación de la ley, en vez de ser legalista, todos los días pléyades (olimpos o constelaciones) de juristas sucumben
deparada en las facultades de derecho. Que, me temo, se se desliza hacia una interpretación connotativa e inventi­ a un bing bang ya no constructivo sino destructivo.
despreocupa de esas cosas. A tal punto que cuando uno va. La mayoría se burla, aunque sin incurrir en risotadas, El problema del derecho, y sobre todo del derecho ju­
se recibe de abogado ya ha olvidado la mitad de lo que de la frase de Montesquieu: el juez debe ser “la bouche risprudencial, es la marcada tendencia a satisfacerse con
aprendió. Y la otra mitad está derogada. de la loi”. Los profesores suelen ser ideólogos. Los jueces cualquier solución. Se cumple con proporcionar una con­
La formación universitaria depende de cada profesor en a menudo son jueces y legisladores a la vez. Las personas, clusión. Y nos desentendemos, al menos los autores de los
cada materia y de que haya al menos dos cursos de aná­ y también generalizo, apenas sancionada una ley enloque­ engendros, acerca de si se trata de la solución correcta.
lisis de casos. Cuya invención ya lleva unos años: Julio cemos por encontrar la manera de burlarla. El Estado no Que siempre es una sola y solo una.
César Cueto Rúa y Eduardo Benito Carlos en 1939. respeta su propio derecho y entonces deja de ser Estado El empleo de la navaja de Occam, en derecho, además
Distribuir expedientes de veras en el aula y enfocar las de derecho. Los autores nos solazamos con asuntos estra­ nos sirve para temer más el error y para procurar y amar
cuestiones. Los alumnos debemos tocar desde el primer falarios. más la verdad. Mientras, los juristas tienen entidad inte­
año las fojas de las causas. Las leyes, mientras rija un mismo texto, mal pueden ser lectual y también moral. Y la elección moral “es una elec­
Recuerdo que cuando comencé a estudiar derecho en pasibles de interpretaciones dinámicas. Toda ley tiene su ción de la voluntad”: Heidegger.
1965, había compañeros que eran empleados en tribu­ history, pero resulta terrorífico que sea interpretada con Los sistemas jurídicos se degradan cuando los juristas,
nales. Y que entonces todo se les facilitaba. En mi caso, ficciones, con story. Las leyes estaban esculpidas en pie­ desde sus distintas funciones, someten al derecho a la me­
debía aprender a nadar en el desierto. Ellos, en cambio, dras, y de allí la acción de quebrantarlas. Hoy ya no se ra opinión, a la doxa de los sofistas. Cuando el derecho
aprendían a nadar en una linda laguna. De modo que en trata de piedras, sino de papeles o del incalculable mundo deja de ser conocimiento fundado (episteme) y sistemati­
más de la mitad de las materias, corrían con ventaja. Y ni digital. Pero su resistencia es la misma. Y es curioso que zado, deja de ser ciencia y retrocedemos del cosmos y del
hablar en derecho procesal civil. Rosas Lichtschein fue tengamos miedo a los anarquistas violentos pero nos ha­ logos al caos. En la Argentina, por gran fortuna y sobre
mi maestro. Era una lumbrera, y ojalá que no lo haya he­ yamos acostumbrado a los anarquistas intérpretes de las todo por gran mérito de los jurisconsultos, eso no sucede.
cho renegar demasiado. En cuanto al profesor adjunto, el leyes. Ambos son peligrosísimos respecto a la sociedad. Para nada sucede. Bajo ningún punto de vista.
doctor J. Eduardo Luppi, fue admirable: como profesor, No obstante, el derecho liberal burgués, que es el de nues­
como camarista y como persona. Tuve muchísima suerte. (28) Carrió, Genaro R., Sobre los límites del lenguaje normativo,
tra Constitución, condena a los primeros y sobrelleva bien Buenos Aires, Astrea, 2001, pág. 24. Carrió sostiene que, a diferencia
No la merecía, pero la tuve. Vaya como compensación res­ a los segundos. Aceptamos como zombis algo sobrecoge­ de la lógica simbólica o de la geometría, lenguajes que halla formali-
pecto de aquellos otros que tienen más talento del que se dor: la ley es cuestión de opiniones, no de ciencia. zados, el derecho es un lenguaje natural cuyas palabras son ambiguas:
merecen. Según Martínez Estrada: “Todo optimismo es cul­ Algunas palabras sobre las palabras de la ley, Buenos Aires, Abeledo-
Creo que hogaño el nivel académico, pomposa palabra, pable”. Sin embargo, uno confía en que las cosas mejo­ Perrot, 1971, pág. 13. Este ensayo, destinado a polemizar con Sebas-
tián Soler, omite un lenguaje intermedio, el científico y sobre todo el ju-
es más bien bajo. Los funcionarios judiciales tienden a rarán y mucho. Por revolución o por evolución culturales. rídico, que es muy tendencialmente formal y técnico. Podrá emplear al-
ser profesores. Se habla incluso de una colonización. Pero guna palabra anfibológica. Pero de inmediato la interpretación lógica
descreo que sea para tanto. E incluso si así fuera, ¿por (27) Chiappini, Julio, Nuevos problemas de derecho procesal, Rosa- o contextual la elucida. Las leyes no son galimatías o charadas. Y por
qué no? rio, Fas, 2013, t. 8, pág. 354. suerte, había antes apostado Soler, “son más sabias que el legislador”.
Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019 5

11 cadenar la responsabilidad profesional. Esto significa que ción excepcional que se apartara de la regla general estable­
En fin lo que se ha de exigir es una diligencia máxima teniendo en cida en el plenario “Samudio”, debe ser probada en forma
cuenta la mayor capacidad de previsión del profesional; el clara y contundente por el deudor en el ámbito del proceso
Es que hasta aquí llegamos. Son demasiados gatuperios que en todo tiempo debe asumir una posición de prevención, (conf. art. 377, cód. procesal civil y comercial de la Nación),
y batiburrillos para nuestra pobre cabeza. con el deber de adoptar todos los recaudos que resulten in­ circunstancia que no se verifica en el presente, por lo cual
VOCES: DERECHO PROCESAL - PROCESO JUDICIAL - dispensables para atender a la seguridad del paciente. corresponde confirmar la tasa activa de interés dispuesta en
JUECES - SENTENCIA - ABOGADO - EXCUSACIÓN el fallo en crisis, que deberá aplicarse desde el momento del
6 – Corresponde concluir que el médico codemandado obró
Y RECUSACIÓN - RECUSACIÓN - CÓDIGOS - JU- hecho al monto de condena, con exclusión de la suma conce­
de manera imprudente o negligente al no haber llevado a
RISPRUDENCIA - MORA dida a los fines del tratamiento psicológico, en cuyo caso la
cabo diligentemente las maniobras exploratorias necesarias
tasa activa de interés deberá computarse a partir del pronun­
para advertir la presencia del mioma que luego él califica
ciamiento por tratarse de gastos futuros aún no realizados.
JURISPRUDENCIA como hematoma y al encontrarse acreditada la posibilidad
de obrar de otra manera para evitar el daño. Ello, a pesar 15 – Las costas son un corolario del vencimiento y tienden a re­
Médico: de que no surja con exactitud en los estudios prequirúrgicos sarcir al vencedor de los gastos de justicia en que debió incu­
la presencia del mioma en el cuello del útero, puesto que era rrir para obtener ante el órgano jurisdiccional la satisfacción
Culpa: valoración; responsabilidad; confi- obligación del galeno extremar las precauciones al intervenir de su derecho. Así, deben ser reembolsadas por el vencido
guración; requisitos; naturaleza subjetiva. a su paciente, proporcionándole la debida atención, diligen­ con prescindencia de la buena fe, de su mayor o menor razón
Prueba de Peritos: Mala praxis médi- cia y prudencia que merecía el caso. para litigar y de todo concepto de culpa, negligencia, impru­
dencia o riesgo, y de la malicia o temeridad de su contrario.
7 – El daño se define como todo detrimento, mengua o me­
ca: relevancia; valoración; diligencia; apre- 16 – La eximición de costas a la que autoriza en su segunda
noscabo que sufre una persona en sus bienes patrimoniales
ciación. Daños y Perjuicios: Clasifi- o económicos, en ciertas condiciones –daño material– y, en parte el art. 68 del cód. procesal civil y comercial de la Na­
ción, en general, cuando media “razón fundada para litigar”,
cación: indemnización; incapacidad sobre- hipótesis particulares, la lesión al honor o a las afecciones
íntimas, o en general a los llamados derechos “de la persona­ expresión que contempla aquellos supuestos en que, por las
viniente; finalidad; forma de meritarla; daño lidad o personalísimos” –daño moral o extrapatrimonial–. particularidades del caso, cabe considerar que el vencido ac­
futuro. Medicina Prepaga: Culpa mé- 8 – El solo hecho de que la actora –conforme la experticia
tuó sobre la base de una convicción razonable acerca del he­
cho invocado en el litigio. Pero no se trata de la mera creen­
dica: responsabilidad. Jurisprudencia: médica– no posea incapacidad física alguna de ningún modo cia subjetiva en orden a la razonabilidad de su pretensión,
alcanzaría para sostener que aquella no ha sufrido un “da­
Plenarios: art. 303, cód. procesal civil y co- ño” como consecuencia de la mala praxis en que incurriera
sino de la existencia de circunstancias objetivas que demues­
tren la concurrencia de un justificativo para eximirlo de las
mercial de la Nación; derogación; distintas el médico demandado. costas, lo que solo ha de disponerse cuando existan motivos
posturas. Intereses: Daños y perjuicios: 9 – Probada la culpa médica, y dado que la empresa de medi­ muy fundados, por la preponderancia del criterio objetivo de
tasa activa. Costas: Principio objetivo de cina prepaga no controvirtió el encuadre jurídico y la natu­ la derrota. M.M.F.L.
raleza de la responsabilidad que les cabe a ese tipo de entes, 60.030 – CNCiv., sala B, septiembre 14-2018. – M., M. A. c. L., M.
la derrota: fundamento; eximición de costas; corresponde confirmar la sentencia de grado en cuanto a su C. y otro s/daños y perjuicios - Resp. prof. médicos y aux.
razones fundadas para litigar. responsabilidad por la actuación del médico.
Buenos Aires, Capital de la República Argentina, a los
1 – La culpa médica consiste en la omisión de las diligencias 10 – La partida indemnizatoria por incapacidad sobreviniente catorce días del mes de septiembre de dos mil dieciocho,
exigidas por la naturaleza del deber profesional asumido y procura el resarcimiento de los perjuicios que tuvieron por reunidos en Acuerdo los Señores Jueces de la Excma. Cá­
que corresponde a las circunstancias de las personas, del efecto disminuir la capacidad vital de la persona afectada, mara Nacional de Apelaciones en lo Civil, Sala B, para
tiempo y del lugar (art. 512 del cód. civil –derogado pero lo que incide en todas las actividades, no solamente en la conocer en los recursos interpuestos en los autos caratu­
aplicable al caso dada la fecha de ocurrencia de los he­ productiva sino también en la social, cultural y, fundamen­ lados: “M., M. A. c/L., M. C. y otro s/Daños y Perjui­
chos–), cuyo grado de responsabilidad ha de estimarse por talmente, en la individual. Ello se sustenta en el derecho del cios”, Expte. Nº 62779/2015, respecto de la sentencia de
la condición especial del agente. Para establecer tal culpabi­ sujeto a conservar ileso e intacto su cuerpo dado que, aun fs. 588/611 el Tribunal estableció la siguiente cuestión a
lidad, uno de los elementos decisivos consiste en desentrañar con la mejor evolución posible de las lesiones sufridas, será resolver:
si ha existido un incumplimiento de las reglas del arte de harto difícil o imposible restablecer por completo en el orga­ ¿Es ajustada a derecho la sentencia apelada?
curar. Después de valorar en concreto la naturaleza de la nismo alterado la situación de incolumidad anterior; y esta Practicado el sorteo resultó que la votación debía efec­
obligación y las circunstancias de personas, tiempo y lugar, situación es la que determina un perjuicio reparable. Conse­ tuarse en el siguiente orden: Señores Jueces Doctores
el tipo de comparación será el de un profesional prudente y cuentemente, rigiéndonos por el principio de la reparación Omar Díaz Solimine - Roberto Parrilli - Claudio Ramos
diligente de la categoría o clase en que quepa encuadrar la integral, es obligación de los jueces cubrir el demérito que Feijóo.
conducta del deudor en cada caso concreto. del ilícito resulte a la víctima.
A la cuestión planteada el Dr. Díaz Solimine, dijo:
2 – La responsabilidad de cualquier profesional se configura 11 – A la hora de analizar el rubro “incapacidad sobrevinien­
te” se debe ponderar el daño ocasionado, traducido en una I. Antecedentes
cuando este despliega, en concreto, una conducta no acorde
disminución de la capacidad por cualquier perjuicio en el La sentencia de fs. 588/611 resolvió hacer lugar par­
con los principios reguladores de su status, que no son sino
aspecto físico de la salud o en el mental, aunque no medien cialmente a la demanda entablada por M. A. M. y, en con­
los relativos a su respectiva lex artis, o conjunto de prescrip­
alteraciones corporales. Y se lo hace no solo con relación secuencia, condenó a C. M. L. y a Swiss Medical S.A.
ciones que marca las pautas de ejercicio de cada profesión.
a la aptitud laboral, sino también a la actividad social, cul­ –en forma concurrente– a pagarle la suma de $64.400, con
3 – La pericia médica adquiere especial relevancia en los pro­ tural, etc., amén de considerar edad, sexo y ocupación. En más sus intereses y las costas del proceso. Asimismo, hizo
cesos por mala praxis, aunque –y esto es central– no puede conclusión, la incapacidad debe meritarse como disminución extensiva dicha condena a Seguros Médicos S.A. en la
olvidarse que aquella no reviste el carácter de prueba legal, genérica de la relacionada aptitud física de la cual gozaba la medida del contrato de seguro.
por lo que su valoración ha de ser con arreglo a las pautas peticionaria antes del siniestro. Contra el referido pronunciamiento se alzaron la actora
del art. 477 del cód. procesal civil y comercial de la Nación; (ver f. 612), los codemandados Swiss Medical S.A. y C.
esto es, teniendo en cuenta la competencia del perito, los 12 – Cuando lo reclamado se sustenta en la invocación de un M. L. (ver fs. 616 y 621/622 –respectivamente–) y la ci­
principios científicos o técnicos en que se funda, las observa­ daño futuro, no es precisa la seguridad de que sobreven­ tada en garantía Seguros Médicos S.A. (ver fs. 627/628).
ciones formuladas por los consultores técnicos o los letrados, drá, pero sí un suficiente grado de probabilidad de que ello El hecho que aquí se ventila tiene su origen en la de­
los demás elementos de convicción que la causa ofrezca y, ­ocurra. manda de fs. 28/39 vta. por mala praxis médica. Allí la
claro está, las reglas de la sana crítica, que no son otra cosa 13 – La ley 26.853, de creación de las Cámaras Federales de pretensora narró que, en el mes de marzo de 2013, en oca­
que las de la lógica y la experiencia del juez. Casación, derogó el art. 303 del cód. procesal civil y comer­ sión de realizarse una ecografía transvaginal que el Dr. L.
cial de la Nación y su interpretación ha dado lugar a distin­ B. le había ordenado para control de rutina ginecológico,
4 – La responsabilidad del médico es subjetiva y se vincula con
tas posturas en orden a la actual vigencia de tal derogación.
surgió la presencia de múltiples núcleos miomatosos (co­
el deber de diligencia en su obrar, por lo cual este debe res­
Así, según una de ellas, la derogación expresa de los arts. 302
nocidos generalmente como “fibromas”), siendo los domi­
ponder por su negligencia, imprudencia o impericia cuando
y 303 del ritual opera, de acuerdo al art. 15 de la citada ley,
nantes de 77 x 60 mm y 37 x 28 mm –ambos de carácter
estas, además, tuvieran relación de causalidad con el daño
a partir de su publicación; mientras que, de acuerdo a la otra
intraligamentario–.
causado. Sin embargo, se debe tener en cuenta el seguimiento
posición, para la Cámara y los jueces de primera instancia,
Esbozó que, a partir de dicho descubrimiento, el men­
de las opciones que de ordinario conducen a un resultado pe­
la obligatoriedad de la doctrina plenaria se mantiene vigente
cionado profesional le ordenó concurrir regularmente para
ro que de ninguna forma pueden asegurarlo, pues, de no ser
hasta tanto no suceda un hecho futuro e incierto, como es la
controles periódicos. En el mes de julio de 2013 –ante un
así, nadie asumiría los riegos ínsitos en cada acto médico,
nuevo control ordenado por aquel– se le realizó una eco­
máxime en los quirúrgicos, ante el temor de sufrirlos indefec­ constitución de los tribunales previstos por la ley 26.853 y la
grafía en la que se detectó que los miomas se encontraban
tiblemente. puesta en funcionamiento de las respectivas Cámaras.
en pleno crecimiento y se le indicó que, por el tamaño de
5 – Dado que la diligencia de los médicos se ha de apreciar 14 – Más allá de la postura que se adopte sobre la vigencia tem­ aquellos, correspondía su extirpación en forma mediana­
con un criterio severo, se advertirá que en esta materia no se poral de la derogación del art. 303 del cód. procesal civil y mente urgente.
han de excluir las “culpas pequeñas”. Ello es así porque, al comercial de la Nación, debe aplicarse la tasa activa al capi­ Refirió que la técnica quirúrgica para dicha interven­
intervenir valores tan trascendentes, la menor imprudencia, tal de condena desde el momento del hecho, toda vez que esta ción consistía en extirpar los miomas –en principio– sin
negligencia o descuido tendrá una dimensión especial que le no genera o configura un “enriquecimiento indebido” ni una quitar el útero, pero eventualmente, ante alguna complica­
ha de conferir una singular gravedad, susceptible de desen­ “doble actualización”. Si así fuera, e importara una situa­ ción o cambio de diagnóstico en el momento de la cirugía,
6 Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019

podía llegar a ser necesaria la extirpación total del útero Por último, expuso que el 14/04/2014 volvió a atender- obligación del juzgador ponderar todas las pruebas agre-
y su cuello. Adujo que el mencionado le comentó que no se con su médico original, el Dr. L. B., quien –luego de gadas, sino únicamente las que estime apropiadas para
era conveniente dejar el cuello uterino por cuanto, en caso revisarla– concluyó que se trataba de un mioma impor- resolver el conflicto (art. 386, in fine, del ritual; CSJN,
de alguna patología como cáncer de cuello uterino, no se tante y le ordenó efectuarse una ecografía transvaginal y Fallos: 274:113; 280:3201; 144:611).
podría aplicar radioterapia en el futuro. doppler de contraste para verificar si le habían dejado par- Dicho ello, me avocaré al tratamiento de los agravios,
Manifestó que el Sr. L. B. era su doctor de absoluta te del endometrio debido a que seguía menstruando. principiando –por elementales razones de orden metodoló-
confianza, empero dado el costo elevado de la cirugía En función de lo delineado, insistió en que la cuestión gico– por los relativos a la atribución de responsabilidad.
en cuestión ($40.000 en esa época), optó por realizarse no se limita a la mera existencia del fibroma en sí, sino a
III. Responsabilidad
la operación a través de su sistema de medicina prepaga, que este sigue creciendo y no puede ser intervenida por se-
Swiss Medical S.A. El magistrado que me precedió –luego de encuadrar
gunda vez sin correr un serio riesgo de vida, ya que deben
Así fue que llegó a manos del galeno demandado, quien jurídicamente el caso y dar profusas citas legales– realizó
tocarse, correrse y moverse órganos vitales.
la atendió por primera vez en el mes de agosto de 2013, en una prolija reseña de las actuaciones, en especial de los
Reclamó por los daños y perjuicios sufridos la suma de
la filial de “Swiss Medical” ubicada en Av. Pueyrredón …, testimonios recogidos en la causa y de la pericia médica,
$215.000, o en lo que en más o menos resulte de la prueba
donde presentó todos los estudios que se había realizado. para concluir que el galeno que intervino quirúrgicamente
a producirse en autos, con más los respectivos intereses y
Aquel profesional arribó al mismo diagnóstico que su mé- a la pretensora había incurrido en una mala práctica pro-
costas del proceso.
dico particular, es decir, que debía realizarse una histerec- fesional y que tal responsabilidad debía extenderse a la
tomía (extirpar el útero) urgentemente. II. Agravios empresa de medicina prepaga.
De esta manera, el 29 de agosto el Dr. L. le realizó La accionante presentó sus quejas a fs. 636/637 vta. En Dijo sucintamente que el Dr. L. “omitió llevar a cabo
la intervención quirúrgica en la clínica Suizo Argentina, primer lugar, señaló que, en virtud del principio de repa- una conducta diligente al omitir la exploración previa de
cuyo costo fue solventado íntegramente por su prepaga. ración integral, “no sólo deben indemnizarse los daños la zona afectada a los efectos de detectar el mioma que
Destacó que al finalizar la cirugía le comunicaron que le físicos que impliquen una merma en la capacidad labo- no extrajo al llevar a cabo una histerectomía subtotal. No
habían efectuado una histerectomía subtotal, lo que signi- rativa y/o de generar ingresos por parte del damnificado, puede argumentar que realizó tal exploración ya que de
fica que se le extirpó el útero, pero se dejó el cuello. sino que aun frente a la inexistencia de dicha merma, la haberla llevado a cabo debió haber detectado el mioma.
Permaneció internada en la clínica durante tres días con sola lesión y/o afección que implique para una persona De un modo u otro surge una violación de la ‘lex artis’ ya
mucho dolor, drenaje, suero y una herida de 20 cm aproxi- una consecuencia en su vida de relación debe ser indem- sea por imprudencia o negligencia al no llevar a cabo el
madamente, de lado a lado en la zona pelviana. nizada. Y tal como quedó demostrado en autos, la actora acto de exploración o, de haberlo llevado a cabo, no haber
Relató que al mes siguiente (septiembre de 2013) con- sufrió graves consecuencias en su vida a causa de la mala detectado un mioma del tamaño del que aquí se trata” (ver
currió al control posoperatorio y le comunicó al Dr. L. que praxis de la que fuera víctima” (ver f. 637). Por otra par- fs. 602 vta./603).
los dolores no habían cesado, no había podido caminar y te, se refirió a los daños futuros objetivamente probables, Frente a ello, los emplazados y la citada en garantía, le
tenía el abdomen muy inflamado. Frente a ello, aquel le sosteniendo que “todas las posibles consecuencias futu- imputaron al juez de la anterior instancia que no ha apre-
respondió que los síntomas eran normales; no obstante, le ras de la presencia del fibroma en el cuerpo de la actora ciado el caso particular, sino que ha realizado un análisis
dio una orden para hacerse una ecografía de control que son ciertamente posibles, tales como que este crezca en “de modo abstracto” omitiendo considerar los presupues-
fue realizada el 04/10/2013 en el Centro de Diagnóstico tamaño provocando serios inconvenientes físicos. Dichos tos exigibles de la responsabilidad civil, particularmente
Médico. eventuales daños, de concretarse en el futuro no podrán en lo que hace a la existencia de daño.
El mencionado estudio arrojó como resultado: “ima- ser reclamados por el principio de cosa juzgada, dejando Entre los principales argumentos de la expresión de
gen hipoecoica de aspecto sólido aproximadamente así indemne a una mujer que tendrá que vivir el resto de su agravios de aquellos apelantes encontramos los siguientes:
43x23mm”. En función de ello, la Dra. M. F. al suscribir vida con un fibroma que debió haberse extraído y que por que “ningún estudio preoperatorio definía la existencia de
el informe se preguntó: “¿fibroma? ¿hematoma?” y sugirió un actuar negligente no se lo hizo” (ver f. 637 vta.). una lesión a nivel cervical uterino” y que “la actora aban-
control y correlacionar con estudios previos indicando que Dicha presentación fue respondida por Swiss Medical donó el seguimiento médico con el Dr. L., impidiéndole a
no se observaron colecciones líquidas en cavidad pelviana. S.A. (ver fs. 679/680 vta.), Seguros Médicos S.A. y el éste continuar con su labor profesional” (ver f. 640); que
Sostuvo que al regresar nuevamente a control con el Dr. codemandado L. (ver fs. 682/689). Todos peticionaron la lo referido a las maniobras exploratorias no fue planteado
L., éste le comentó respecto de los resultados del último deserción del recurso de apelación por considerar que el en la demanda y que “aun demostrada la supuesta omisión
examen encomendado, que: “los que hicieron la ecografía instrumento en cuestión no constituye una crítica concreta de asentar las maniobras exploratorias en el parte opera-
transvaginal no saben nada; eso es un hematoma, típico y razonada del fallo que se considera equivocado confor- torio, dicha situación no es suficiente motivo para conde-
de estas operaciones”. Le indicó que en un mes regresara, me lo exige el código ritual. En subsidio, contestaron los narme, porque quedó demostrado que el supuesto mioma
para ver si se disolvía o reabsorbía el hematoma. agravios esgrimidos por la pretensora solicitando su recha- no extirpado, ninguna disfunción e incapacidad causa a la
Con tales antecedentes, alegó que el día 17/10/2013 zo, con costas. actora” (ver f. 659). Veamos.
ante los síntomas de dolor, inflamación y fiebre intentó Por su parte, la codemandada Swiss Medical S.A. fun- Como es sabido, la culpa médica consiste en la omisión
comunicarse con el Dr. L., pero éste no la atendió y su se- dó su recurso a fs. 639/642. Se agravió de la responsabili- de las diligencias exigidas por la naturaleza del deber pro-
cretaria le informó que tampoco se encontraba en su con- dad endilgada en la instancia de grado, desde que conside- fesional asumido y que corresponde a las circunstancias
sultorio particular. Es por eso que fue a la Clínica Santa ra que la sentencia es arbitraria por no valorar la prueba en de las personas, del tiempo y del lugar (art. 512 del Có-
Isabel y se atendió de guardia con el Dr. D. J. Le ordenó su conjunto. digo Civil –derogado pero aplicable al caso dada la fecha
realizarse: análisis de sangre, orina, radiografía de abdo- Finalmente, el codemandado L. expresó agravios a fs. de ocurrencia de los hechos–; ver también art. 1724 del
men y una nueva ecografía transvaginal. Descubrió que 644/676 vta., a los que adhirió la citada en garantía Segu- Código Civil y Comercial de la Nación) cuyo grado de
en este último examen volvió a aparecer una imagen de ros Médicos S.A. a f. 677. Desarrolló sus quejas en torno a responsabilidad ha de estimarse por la condición especial
aspecto sólido hipoecoica de 41,8 mm x 23,5 mm, por lo las siguientes cuestiones: a) errónea interpretación y apli- del agente (art. 909 del Código Civil). Para establecer tal
que le sugirieron control evolutivo. cación del derecho aplicable en la especie, particularmente culpabilidad, uno de los elementos decisivos consiste en
Agregó que, al día siguiente, el referido médico de en lo atinente al análisis de los presupuestos de la respon- desentrañar si ha existido un incumplimiento de las re-
guardia la citó para realizarle una tomografía compu­tada, sabilidad civil y verificación concreta y correcta al caso glas del arte de curar. Después de valorar en concreto la
cuyo resultado arrojó “a nivel para ovárico izquierdo de de marras; b) valoración errada, parcial y arbitraria de las naturaleza de la obligación y las circunstancias de perso-
ubicación posterior una imagen de forma ovalada de as- pruebas producidas en autos, concretamente los peritajes nas, tiempo y lugar, el tipo de comparación será el de un
pecto sólido de bordes definidos con un diámetro de 36,27 médicos rendidos y la historia clínica de la paciente; c) profesional prudente y diligente de la categoría o clase en
x 26,59 mm en su eje longitudinal y transverso respectiva- apartamiento manifiesto de las reglas de la sana crítica que quepa encuadrar la conducta del deudor en cada caso
mente, el cual refuerza homogéneamente, tras la adminis- y la sentencia arbitraria que se dicta en consecuencia; d) concreto (conf. Llambías, Jorge Joaquín, “Tratado de De-
tración del contraste EV”; confirmándole –de esta mane- imposición de costas; e) los rubros indemnizatorios y su recho Civil. Obligaciones”, Ed. Abeledo-Perrot, Buenos
ra– que dicha imagen que seguía apareciendo se trataba de cuantificación; f) la fecha de inicio fijada para el cómpu­to Aires, 1980, t. IV-B, p. 145, nº 2826; Bueres, Alberto J.,
un mioma (fibroma) ubicado en la zona superior del cuello de los intereses, así como la tasa aplicada. “Responsabilidad civil de los médicos”, Ed. Hammurabi,
uterino. Estas últimas dos piezas fueron contestadas por la ac- Buenos Aires, 1994, t. 2, p. 94 y ss.; Lorenzetti, Ricardo
En el mes de noviembre hizo una nueva consulta con el tora a fs. 691/692 vta. y 693/695 vta., respectivamente. Luis, “Responsabilidad civil de los médicos”, Ed. Rubin-
Dr. M. B. de CEGYR Medicina Genética y Reproductiva, Peticionó que se declare desierto el recurso y –en subsi- zal-Culzoni, Buenos Aires, 1997, t. I, p. 461 y ss.; Calvo
quien le ordenó hacerse una resonancia magnética sin con- dio– respondió los agravios. Costa, Carlos Alberto, “Daños ocasionados por la presta-
traste. El estudio fue llevado a cabo en el Centro de Diag- Antes de entrar en el examen del caso, es menester ción médico-asistencial”, Ed. Hammurabi, Buenos Aires,
nóstico Dr. Rossi y el resultado –entregado el 25/11/2013– efectuar una advertencia preliminar: en el estudio y aná- 2007, p. 142 y ss., citado por CNCiv. Sala G en autos “M.,
concluyó lo mismo que los anteriores: imágenes con el as- lisis de los agravios he de seguir el rumbo de la Corte Fe- G. y Otro c/C. M. de C. P. B. J. P. y otros s/Daños y perjui-
pecto de miomas del lado izquierdo. El galeno en cuestión deral y de la buena doctrina interpretativa. En efecto, claro cios”, del 30/11/2015).
le extendió un certificado indicando que se detectó mioma está que los jueces no están obligados a analizar todas y Por eso, la responsabilidad de cualquier profesional se
en cuello uterino y le recomendó control ecográfico cada cada una de las argumentaciones de las partes, sino tan configura cuando este despliega, en concreto, una conduc-
cuatro meses. sólo aquéllas que sean conducentes y posean relevancia ta no acorde con los principios reguladores de su status,
Posteriormente, el 17/12/2013, le llevó todos los estu- para decidir el caso (ver CSJN, Fallos: 258:304; 262:222; que no son sino los relativos a su respectiva lex artis, o
dios realizados al Dr. L. Este último insistió –nuevamen- 265:301; 272:225; Fassi-Yáñez, “Código Procesal Civil y conjunto de prescripciones que marca las pautas de ejerci-
te– en que se trataba de un hematoma y le dio una orden Comercial de la Nación, Comentado, Anotado y Concor- cio de cada profesión (conf. Lafaille Héctor “Derecho Ci-
para que se realizara una ecografía transvaginal con diag- dado”, T. I, p. 825; Fenocchieto-Arazi, “Código Procesal vil - Tratado de las obligaciones”, actualizado por Bueres
nóstico colección anexial. A tenor de su respuesta, esta fue Civil y Comercial de la Nación. Comentado y Anotado”, Alberto J. y Mayo Jorge A., Buenos Aires, 2009, La Ley
la última vez que se atendió con el galeno demandado. T. 1, p. 620). Asimismo, en sentido análogo, tampoco es - Ediar, t. II, p. 760, nº 1303 bis) y causa un daño.
Buenos Aires, miércoles 6 de febrero de 2019 7

En la inteligencia apuntada, pasaré a analizar el plexo seguimiento de las opciones que de ordinario conducen Corolario de lo expuesto, propiciaré al Acuerdo la con­
probatorio de autos a efectos de verificar si los recurrentes a un resultado pero que de ninguna forma pueden asegu­ firmación de la condena.
han logrado acreditar los supuestos sobre los que fundan rarlo (art. 20 incs. 1 y 2 de la ley 17.132). De no ser así,
IV. Rubros indemnizatorios
sus agravios. nadie asumiría los riegos ínsitos en cada acto médico,
IV.1. Por buen orden, debo comenzar por decir que lo
Al contestar demanda, la coaccionada Swiss Medical máxime en los quirúrgicos, ante el temor de sufrirlos in­
expresado por el codemandado L. en el apartado “2.1.5.
S.A. manifestó que “de haber existido miomas cervicales defectiblemente.
DEL QUINTO AGRAVIO: de los rubros indemnizatorios
y el Dr. L. hubiese creído necesario realizar una histerec­ Dado entonces que la diligencia de los médicos se ha
y su cuantificación” de su escrito de expresión de agravios
tomía total, la habría llevado a cabo independientemente de apreciar con un criterio severo, se advertirá que en
(ver fs. 667 vta./669 vta.), no cumple con los requisitos de
de la complejidad del procedimiento quirúrgico, pero tal esta materia no se han de excluir las “culpas pequeñas”. admisibilidad que determina el art. 265 del C.P.C.C.N.,
como surge del parte operatorio, no había miomas visi­ Ello es así porque, al intervenir valores tan trascenden­ pues no resulta una crítica concreta y razonada de la parte
bles del cuello uterino al momento del acto quirúrgico, ni tes, la menor imprudencia, negligencia o descuido tendrá del fallo que se considera equivocada (conf. CNCiv. Sala
tampoco ningún impedimento para realizar una histerec­ una dimensión especial que le ha de conferir una singular D, 7-3-75 ED 65-386). Así, toda vez que el apelante ha
tomía subtotal (…) Se puede concluir que, dada la edad gravedad, susceptible de desencadenar la responsabilidad omitido realizar un ataque directo y pertinente a la fun­
de la actora al momento de los hechos y la ausencia de profesional. Esto significa que lo que se ha de exigir es damentación de la sentencia sobre los rubros indemniza­
miomas cervicales en la ecografía preoperatoria y en la una diligencia máxima teniendo en cuenta la mayor capa­ torios y su cuantificación, el recurso debe ser declarado
exploración quirúrgica, sumado a todos los beneficios que cidad de previsión del profesional; el que en todo tiempo desierto en lo que hace a este aspecto.
aporta la histerectomía subtotal, esta última técnica era debe asumir una posición de prevención, con el deber de IV.2. Incapacidad sobreviniente (daño físico)
la más adecuada para la actora en ese momento” (ver fs. adoptar todos los recaudos que resulten indispensables pa­ El a quo, meritando –con sustento en la experticia mé­
191 vta./192). Prácticamente en el mismo sentido narró ra atender a la seguridad del paciente (CSJN, 13/10/1989, dica– que si bien la actora posee un fibroma que no le fue
sus hechos el Dr. L. (ver fs. 166 vta./167), a cuyo relato se “Amante c/Asoc. Mutual Transp. Automotor”, ED 136- oportunamente extraído, ello no le ocasiona una incapaci­
adhirió su citada en garantía (ver f. 236 vta.). 679 y JA 1990-II-126; esta Sala, “Simone de Del Moral, dad física, y que tampoco surge la existencia de un daño
Contrariamente a lo expuesto en el párrafo preceden­ Emilia Rosa y otros c/Granja, Miguel Ángel y otro s/Da­ futuro cierto, determinó que el reclamo por daño físico
te, al prestar declaración testimonial los Dres. B., J. y B., ños y perjuicios”, del 18/03/2008; “Martín, Alicia Irene c/ debía ser desestimado (ver fs. 605 vta./608).
fueron contestes en señalar –entre otras cosas– que, de los Obra Social Bancaria Argentina s/Daños y Perjuicios”, del De ello se queja la accionante, arguyendo que con el
estudios realizados con posterioridad a la intervención, se 18/07/2008; “Berard de Meligrana, María Beatriz c/Me­ criterio utilizado por el magistrado de la anterior instan­
apreciaba la presencia del mioma. Destacaron –respectiva­ dicus S.A. y otro s/Daños y perjuicios”, del 08/04/2008; cia “ningún daño ginecológico generaría nunca un daño
mente– que: “la resonancia es un estudio que no confunde CNCiv., Sala A, “Abraham, Julio c/Covaro, Jorge A.”, resarcible, por cuanto resulta prácticamente imposible en­
un fibroma de un hematoma” (ver f. 412 vta.); que “la del 29/08/1989; “Romero, María Inés c/M.C.B.A.”, del cuadrar los mismos en alguno de los baremos de la ley. De
impresión diagnosticada de ese momento fue esa, que era 10/09/2001; Sala F, “B., J. V. y otros c/Gobierno de la allí que no se les puede asignar nunca un porcentaje con­
un mioma que había quedado” (ver f. 415 vta.); y que “le Ciudad de Buenos Aires”, del 29/02/2008, JA 2008-IV, creto de incapacidad, y en consecuencia considerar que,
pedí una ecografía que mostró la presencia del mioma que fascículo Nº 10, del 3/12/2008, p. 59; Sala H, “Gutiérrez, por ello, dicho daño se encuentra privado del deber de
decía la tomografía computada” (ver f. 418 vta.). María E. c/Intermedics”, del 21/06/1995; CNCyCF, Sala I, reparación es una cuestión claramente antijurídica y por
Asimismo, ante el cuestionamiento acerca de “si el fi­ 10/08/1984, ED 111-110 y LL 1985-A-612). sobre todas las cosas discriminatoria contra las mujeres”
broma que presenta la Sra. M. ya se encontraba presente Lo expuesto hasta aquí me lleva a coincidir con el juez (ver f. 637). Veamos.
al momento del primer diagnóstico en el año 2013” (ver de grado, en cuanto a que el codemandado L. obró de ma­ La partida en cuestión procura el resarcimiento de los
pregunta 9 a f. 417), el último galeno agregó que “la lógi­ nera imprudente o negligente, al no haber llevado a cabo perjuicios que tuvieron por efecto disminuir la capacidad
ca dice que sí. O sea no le puede haber crecido dos meses diligentemente las maniobras exploratorias necesarias pa­ vital de la persona afectada, lo que incide en todas las
después de la operación, solamente tienen crecimiento rá­ ra advertir la presencia del mioma que luego él califica actividades, no solamente en la productiva sino también
pido tumores muy agresivos” (ver f. 418 vta.). Explicó que como hematoma (conf. arts. 512, 902 y 912 del Código en la social, cultural, y fundamentalmente en la individual
“cuando un cirujano abre el abdomen lo primero que hace Civil) y a encontrarse acreditada la posibilidad de obrar de (conf. CNCiv., Sala C, “Arias Gustavo G. c/Fuentes Este­
antes de modificar nada es explorar el abdomen, mirar y otra manera para evitar el daño. ban”, del 21/03/1995).
tocar todo, y recién ahí decide lo que va a hacer; alguna Ello, a pesar de que no surja con exactitud en los estu­ Tal criterio se sustenta en el derecho del sujeto a con­
vez puede ser que una cirugía pueda modificarse y no lle­ dios prequirúrgicos la presencia del mioma en el cuello servar ileso e intacto su cuerpo dado que, aun con la mejor
gar o no poder hacer lo que estaba inicialmente propuesto del útero; puesto que era obligación del galeno extremar evolución posible de las lesiones sufridas, será harto difícil
por distintas condiciones y es razonable que tenga esta las precauciones al intervenir a su paciente, proporcionán­ o imposible restablecer por completo en el organismo alte­
conducta siempre y cuando la consigne en el parte qui­ dole la debida atención, diligencia y prudencia que mere­ rado la situación de incolumidad anterior; y esta situación
rúrgico, por qué tomo esta decisión. Es como que abro el cía el caso. es la que determina un perjuicio reparable. Consecuente­
cajón y me fijo que hay” (ver f. 419 vta.). Acreditada la responsabilidad del profesional intervi­ mente, rigiéndonos por el principio de la reparación inte­
A fs. 390/399 vta. luce agregada la experticia médica niente, trataré el agravio del Dr. L. en punto a que “no gral, es obligación de los jueces cubrir el demérito que del
(ver asimismo las aclaraciones presentadas a requerimien­ existe daño alguno en la actora ni secuela de índole física ilícito resulte a la víctima.
to de las partes a fs. 432/437, 450/455 y 457/461). Cabe –eje central del reclamo del libelo inicial– que fundamente A la hora de analizar este capítulo se debe ponderar
aclarar que aquella adquiere especial relevancia en este ti­ la indemnización indebidamente otorgada en favor de la entonces el daño ocasionado, traducido en una disminu­
po de procesos, aunque –y esto es central– no puede olvi­ accionante”, y a que –por ende– no se verifican, en la es­ ción de la capacidad por cualquier perjuicio en el aspecto
darse que aquella no reviste el carácter de prueba legal por pecie, los presupuestos de la responsabilidad civil (es de­ físico de la salud o en el mental, aunque no medien alte­
lo que su valoración ha de serlo con arreglo a las pautas cir, existencia de un daño causado, antijuridicidad o ilici­ raciones corporales. Y se lo hace no sólo con relación a la
del art. 477 del C.P.C.C.N.; esto es, teniendo en cuenta la tud, relación de causalidad entre el obrar humano violato­ aptitud laboral, sino también a la actividad social, cultural,
competencia del perito, los principios científicos o técnicos rio del ordenamiento jurídico y el daño; y la imputabilidad etc. (arts. 901 y 904 del Código Civil), amén de considerar
en que se funda, las observaciones formuladas por los con­ del autor de ese hecho a través de un factor de atribución). edad, sexo y ocupación. En conclusión, la incapacidad de­
sultores técnicos o los letrados, los demás elementos de Cabe recordarle al recurrente que el daño se define be meritarse como disminución genérica de la relacionada
convicción que la causa ofrezca y claro está, las reglas de como todo detrimento, mengua o menoscabo que su­ aptitud física de la cual gozaba la peticionaria antes del
la sana crítica que no son otra cosa que las de la lógica y la fre una persona en sus bienes patrimoniales o económi­ siniestro (art. 1083 del Código Civil).
experiencia del juez. cos, en ciertas condiciones –daño material– (arts. 519 y Por supuesto, una de las pruebas fundamentales para
Allí, el experto médico designado de oficio informó que 1068/1069 del Código Civil), y en hipótesis particulares resolver este acápite es la pericial médica, que en autos
el fibroma en cuestión es probable “que ya se encontrara la lesión al honor o a las afecciones íntimas, o en general obra a fs. 390/399 vta. (ver asimismo las aclaraciones
en el momento de la cirugía del 29/08/13” (ver respuesta a los llamados derechos “de la personalidad o personalísi­ presentadas a requerimiento de las partes a fs. 432/437,
10 a f. 394), que “Durante dicho procedimiento no le fue mos” –daño moral o extrapatrimonial– (arts. 522 y 1078 450/455 y 457/461).
removido un mioma que se encontraba en el espacio de­ del Código Civil; Trigo Represas, Félix A. y López Meza, Allí, sobre las consecuencias físicas de la presencia del
nominado ístmico-cervical, no pudiéndose determinar si Marcelo J., Tratado de la Responsabilidad Civil, T. I, 1ª referido fibroma para la actora, el experto comenzó se­
era intraligamentario o no” (ver fs. 454 vta. y 460 vta.), ed., La Ley, 2004). En otras palabras, vale decir que el so­ ñalando que “Durante el interrogatorio, la actora refirió
y que no figura en el parte quirúrgico “que el Dr. L. haya lo hecho de que la actora –conforme la experticia médica– que en la actualidad presenta dispareunia (dolor durante
realizado ninguna maniobra intraoperatoria de tipo palpa­ no posea incapacidad física alguna (ver f. 394), de ningún las relaciones sexuales)”, pero más allá de eso sólo pu­
torio, a fin de poder determinar la presencia de un mioma modo alcanzaría para sostener que aquella no ha sufrido do dictaminar que “no es posible determinar hoy qué otra
intraligamentario; sobre todo a nivel de los parametrios” un “daño” por el hecho bajo análisis. sintomatología podría padecer a futuro”. Y, en definitiva
(ver f. 457). Probada la culpa médica, y dado que la prepaga “Swiss concluyó que “Al momento del examen, según los bare­
La responsabilidad del médico es subjetiva y se vin­ Medical” no controvirtió el encuadre jurídico y la natura­ mos consultados (Baremo General para el Fuero Civil de
cula con el deber de diligencia en su obrar, debiendo este leza de la responsabilidad que les cabe a ese tipo de entes Altube-Rinaldi - Baremo Laboral del Decreto 659/96), la
responder por su negligencia, imprudencia o impericia –postulada por el a quo, a lo cual adhiero– corresponde actora no presenta incapacidades tabulables en relación al
cuando estas, además, tuvieran relación de causalidad con confirmar la sentencia de grado en cuanto a su responsabi­ hecho que origina la demanda” (ver respuestas 11, 12 y 13
el daño causado. Sin embargo, se debe tener en cuenta el lidad por la actuación del médico. a f. 394).

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Asimismo, es de destacar que, un poco antes, el perito Y, en la especie, es evidente que el perito médico de deberá computarse a partir del presente pronunciamiento,
había tenido oportunidad de dictaminar que a su criterio oficio no ha podido determinar si alguna de las consecuen­ por tratarse de gastos futuros, aún no realizados.
“existe la posibilidad de realizar una nueva intervención cias que describe genéricamente –con sustento en literatu­
VI. Costas
quirúrgica para resolver el problema del mioma cervical”, ra médica sobre el tema–, efectivamente, puede esperarse
Por último, se agravia el codemandado L. –y, por adhe­
dejando asentado que las complicaciones posibles, aunque en el caso concreto con un grado de probabilidad suficien­
sión también la citada en garantía Seguros Médicos S.A.–
no esperables, “tienen que ver con sangrado, una lesión de te como para justificar un resarcimiento por daño futuro.
en cuanto a la forma en que fueron impuestas las costas en
víscera hueca o de las vías urinarias” (ver respuesta 8 a f. Ello no quita que los daños de índole moral, que se
la instancia de grado.
394). Y también que, más adelante, explicó que “La sola presumen por la propia existencia del injusto, deban admi­ Como es sabido, el art. 68 del C.P.C.C.N. consagra el
presencia de miomas uterinos no entraña per se un riesgo tirse, tal cual lo hizo el a quo. criterio objetivo de la derrota para la imposición de los
de vida para la mujer portadora. Sólo un 0,5 % de los mio­ En virtud de lo antedicho, propondré al Acuerdo con­ gastos causídicos. Es que las costas son un corolario del
mas sufren una degeneración sarcomatosa (sarcomas). Sí firmar lo decidido en la instancia de grado en este punto. vencimiento, y tienden a resarcir al vencedor de los gas­
pueden afectar la calidad de vida cuando se vuelven sinto­
V. Intereses tos de justicia en que debió incurrir para obtener ante el
máticos” (ver respuesta 20 a f. 398 vta.).
Haciendo aplicación analógica de lo dispuesto en los órgano jurisdiccional la satisfacción de su derecho. Así,
Ya en su primera presentación de aclaraciones, a re­
plenarios dictados por esta Excma. Cámara en autos “Gó­ deben ser reembolsadas por el vencido con prescindencia
querimiento de la actora, y en respuesta a un punto en el
mez c/Empresa” el 16 de diciembre de 1958 y “Samudio de la buena fe, de su mayor o menor razón para litigar y de
que dicha parte insistía en que determinara “cuáles son
de Martínez, Ladislaa c/Transportes 270 S.A. s/Daños y todo concepto de culpa, negligencia, imprudencia o ries­
las consecuencias físicas que puede presentar la actora a
perjuicios” el 20 de abril de 2009, en el fallo en crisis se go y de la malicia o temeridad de su contrario (conf. CN­
futuro con motivo de esta patología”, el experto fue con­
dispuso aplicar la tasa activa cartera general (préstamos) Civ., Sala A, ED 90-504; Sala D, LL 1977-A-433; Sala F,
tundente en contestar que desde el punto de vista científico
nominal anual vencida a treinta días del Banco de la Na­ JA 1982-I-173; Sala H, “Arena, María c/Empresa Línea
esa determinación no puede hacerse. En ese sentido, am­
ción Argentina, desde el inicio de la mora (es decir, el 29 47 S.A. s/Daños y perjuicios”, del 14/06/1994).
plió su respuesta añadiendo: “Solamente podríamos decir
de agosto de 2013, fecha en que se llevó a cabo la opera­ En este sentido, se ha resuelto que ellas deben ser sopor­
que dado que se trata de un mioma ístmico cervical no va
ción) hasta el cumplimiento de la sentencia. tadas íntegramente por la parte que dio origen al reclamo e
a responder a los cambios hormonales que se originarán
Esta decisión es cuestionada por el codemandado L., hizo necesario acudir a la vía judicial para el reconoci­
cuando la paciente ingrese en la menopausia, por lo tanto
en términos a los que adhirió la citada en garantía Seguros miento del derecho invocado. Por lo tanto, si la accionada
puede suceder que continúe aumentando de tamaño. De
Médicos S.A., por considerar que configuraría un enrique­ resultó vencida, toda vez que se hizo lugar a la demanda,
comportarse de esta manera en el caso de la actora podría
cimiento indebido en favor de la actora, solicitando que, las costas deberán ser soportadas por la perdidosa.
originar dispareunia (relaciones sexuales dolorosas), sen­
de confirmarse la sentencia, se la modifique “en lo que Sin embargo, el citado art. 68 en su segunda parte dis­
sación de presión o un bulto en el abdomen y obstrucción
atañe a la tasa de interés a devengarse entre la fecha de no­ pone que el juez podrá eximir total o parcialmente de esa
miccional (si se encontrara en relación con el cuello vesi­
tificación de la demanda y la del citado pronunciamiento a responsabilidad al litigante vencido, siempre que encon­
cal). Pero no podemos realizar ninguna afirmación desde
la del 6 % anual” (ver fs. 669 vta./675 vta.). trare mérito para ello, expresándolo en su pronunciamien­
el punto de vista científico sin hacer futurología, como
En primer lugar, he de señalar que la ley 26.853, de to, bajo pena de nulidad. Así, la eximición que autoriza
bien lo expresa la parte, dado que también se encuentran
creación de las Cámaras Federales de Casación, deroga dicha norma procede, en general, cuando media “razón
descriptos en los trabajos científicos, miomas cervicales
el art. 303 del C.P.C.C.N. y que su interpretación ha dado fundada para litigar”, expresión que contempla aquellos
que involucionan espontáneamente, generalmente por fal­
lugar a distintas posturas en orden a la actual vigencia de supuestos en que, por las particularidades del caso, cabe
ta de irrigación”. Y a continuación reiteró que “De todas
tal derogación. Así, según una de ellas, la derogación ex­ considerar que el vencido actuó sobre la base de una con­
maneras, por tratarse de una patología benigna, ante la
presa de los arts. 302 y 303 del ritual opera, de acuerdo al vicción razonable acerca del hecho invocado en el litigio.
evolución tórpida con sintomatología manifiesta, el cuadro
art. 15 de la citada ley, a partir de su publicación; mientras Pero no se trata de la mera creencia subjetiva en orden a
podría resolverse con una nueva intervención quirúrgica”
que, de acuerdo a la otra posición, para la Cámara y los la razonabilidad de su pretensión, sino de la existencia de
(ver respuesta 9 a f. 435 vta.; el destacado me pertenece).
jueces de primera instancia, la obligatoriedad de la doc­ circunstancias objetivas que demuestren la concurrencia de
El perito volvió luego a referirse al tema de las conse­
trina plenaria se mantiene vigente hasta tanto no suceda un justificativo para eximirlo de las costas, lo que sólo ha
cuencias físicas actuales o eventuales de la patología en
un hecho futuro e incierto, como es la constitución de los de disponerse cuando existan motivos muy fundados, por
cuestión al contestar la impugnación efectuada al respecto
tribunales previstos por la ley 26.853 y la puesta en fun­ la preponderancia del criterio objetivo de la derrota (conf.
por Swiss Medical S.A. En esa oportunidad, comenzó afir­
cionamiento de las respectivas Cámaras. CNCiv., Sala E, “Becerra de Delgado c/Delgado s/Medi­
mando estar “en total acuerdo” con dicha parte en cuanto
De todos modos, más allá de cuál de aquellas posturas das precautorias”, del 26/12/1997).
a que “el síntoma dispareunia puede deberse a múltiples
se adopte sobre la vigencia temporal de la derogación del En función de lo decidido sobre la atribución de res­
causas”, aclarando que “es por eso que este perito lo ex­
art. 303 del C.P.C.C.N., lo cierto es que comparto la inter­ ponsabilidad en el acápite III. y resultando los argumen­
presó como un dato referido por la paciente durante el
pretación legal y los fundamentos que resultan del voto tos esgrimidos por los apelantes insuficientes a los fines
interrogatorio y no como una conclusión personal”. Y, a
de la mayoría del fallo plenario dictado por esta E ­ xcma. de sustentar la eximición de costas que pretenden, no en­
párrafo seguido, luego de reiterar que “no es posible de­
Cámara in re “Samudio de Martínez, L. c/Transportes cuentro motivo para apartarme del principio objetivo de
terminar hoy qué otra patología podría padecer a futuro”,
Doscientos Setenta S.A. s/Daños y perjuicios” el 20 de la derrota, por lo que voto por confirmar la imposición de
agregó que “se puede ampliar diciendo que según la bi­
abril de 2009, lo que sella la suerte adversa de la queja del costas decidida en la sentencia de grado.
bliografía al respecto las pacientes con miomas cervicales
residuales, pueden presentar a futuro: sangrado, dificultad coaccionado –a la que adhiere su aseguradora– en punto a VII. Conclusión
para orinar y prolapso genital entre otras patologías” (ver la tasa de interés dispuesta en el fallo en crisis. Por lo expuesto, de compartir mi voto, propongo al
respuesta 11 a f. 458). En efecto, como he explicado ya en numerosos prece­ Acuerdo: 1) Modificar la sentencia apelada de forma tal
Así, indagado sobre esta misma cuestión por distintas dentes, si bien pretéritamente sostuve que la tasa pasiva que los intereses se calculen conforme los lineamientos
partes –que, como es lógico, buscaban que respondiera en era la que debía aplicarse sobre aquellas partidas fijadas a esbozados en el acápite V; 2) Confirmar todo lo demás que
diferente sentido– sin embargo el idóneo, sin perjuicio de valores actuales desde que cada perjuicio se originó hasta la sentencia decide y fue motivo de agravio; 3) Imponer
aportar los datos teóricos sobre el espectro de posibilida­ la fecha de la sentencia definitiva, un nuevo estudio del las costas de Alzada de igual modo que en la instancia de
des que podrían eventualmente presentarse, se mantuvo tema y el cambio de las circunstancias de hecho existentes grado (art. 68 del C.P.C.C.N.).
firme en su conclusión original en cuanto a que, desde un al momento del dictado del plenario, me indujeron a cam­
biar de posición. En este entendimiento, considero aho­ Los Dres. Parrilli y Ramos Feijóo, por análogas razo­
punto de vista científico no es posible determinar si, efec­
ra que debe aplicarse la tasa activa al capital de condena nes a las aducidas por el Dr. Díaz Solimine, votaron en el
tivamente, alguna de las patologías descriptas en la biblio­
desde el momento del hecho, toda vez que esta no genera mismo sentido a la cuestión propuesta.
grafía vinculada puede llegar a verificarse en el futuro en
el caso de la actora. o configura un “enriquecimiento indebido” ni una “doble Y Vistos: Por lo que resulta de la votación que instruye
En este sentido, nótese que la propia accionante en la actualización”. Si así fuera, e importara una situación ex­ el Acuerdo que antecede, se resuelve: 1) Modificar la sen­
fundamentación de su recurso define al daño por el que cepcional que se apartara de la regla general establecida tencia apelada de forma tal que los intereses se calculen
reclama como “posible” (ver f. 637 vta.); palabra que es en el mencionado plenario, debe ser probada en forma cla­ conforme los lineamientos esbozados en el acápite V; 2)
definida por la R.A.E. en una de sus acepciones como: ra y contundente por el deudor en el ámbito del proceso Confirmar todo lo demás que la sentencia decide y fue mo­
“que puede suceder o no”. (conf. art. 377 del C.P.C.C.N.), circunstancia que no se tivo de agravio; 3) Imponer las costas de Alzada de igual
Al respecto, corresponde decir que cuando –como en verifica en el presente, por lo cual voto por confirmar la modo que en la instancia de grado (art. 68 del C.P.C.C.N.).
el caso– lo reclamado se sustenta en la invocación de un tasa de interés dispuesta en el fallo en crisis, que deberá Regístrese, protocolícese y notifíquese. Oportunamen­
daño futuro, no es precisa la seguridad de que sobreven­ aplicarse desde el momento del hecho al monto de conde­ te publíquese (conf. C.S.J.N. Acordada 24/2013). Fecho,
drá, pero sí un suficiente grado de probabilidad de que ello na, con exclusión de la suma concedida a los fines del tra­ devuélvase. – Omar Díaz Solimine. – Roberto Parrilli. –
ocurra. tamiento psicológico, en cuyo caso la tasa activa de interés Claudio Ramos Feijóo.

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