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Capitulo cuarenta y dos EL AMOR ES COMPRENSION wv E: rey Pasenadi fue solo a visitar al Buda. El carruaje y el cochero se queda- ron a la puerta del monasterio. El Buda le recibié delante de su choza. Des- [pués de intercambiar los saludos formales, el rey le hablé de manera franca. “Maestro Gautama, la gente te ensalza como el Buda, el que ha alcanzado la per- fecta Iuminacién. Pero me pregunto, ,cémo puede haber alcanzado la Iluminacién una persona (an joven? Ni siquiera los grandes maestros, como Purana, Kassapa, Makkhali, Gosala, Nigantha, Nathaputta y Sanjaya Belathiputta, que son personas de avanzada edad, se atreven a afirmar que han alcanzado la Iluminacién total. Ni siquiera Pakudha Kaccayana o Ajita Kesakambali. Les conoces?”. El Buda respondié: “Majestad, he odo hablar de todos los maestros que has mencionado e incluso he conocido personalmente a varios de ellos. Los logros espi- rituales no dependen de la edad. Los meses y los afios no garantizan la presencia de la Tluminacién. Hay cosas que no deben menospreciarse nunca: un joven principe, una serpiente pequefia, una chispa de fuego o un joven monje. Un principe, por joven que sea, posee las caracteristicas y el destino de un rey. Una serpiente vene- nosa de pequefio tamafio puede matar a un adulto en un instante. Una chispa de fuego puede ser la causa de que un bosque 0 una ciudad entera se reduzcan a ceni- zas. Y un joven monje jpuede alcanzar la Iuminacién total! Majestad, una persona dotada de sabidurfa nunca desdefia a un joven principe, a una serpiente de pequefio tamafio, a una chispa de fuego y tampoco a un joven monje”. El rey Pasenadi miré al Buda. Estaba impresionado. El Buda habia hablado con una voz calmada y serena y to que habfa dicho era simple y profundo a la vez. El rey sintié que podia confiar en el Buda y le pregunté lo que le quemaba en su interior. “Maestro Gautama, hay quienes dicen que aconsejas no amar; que cuanto més se ama, més se sufre. Puedo intuir cierta verdad en dicha afirmacién, pero soy incapaz de hallar paz en ella. Sin amor, la vida carecerfa de sentido. Por favor, aytidame a resolver el conflicto”. El Buda mir6 célidamente al rey. “Majestad, tu pregunta es muy buena y muchos podran beneficiarse de ella. Existen diversos tipos de amor. Examinemos de cerca Ja naturaleza de cada uno de ellos. La vida tiene gran necesidad de amor, pero no El amor es comprensin 199 de la clase de amor basado en Ia lujuria, la pasi6n, el apego, la discriminacién y el prejuicio. Majestad, hay otro tipo de amor, sin duda necesario, que es el amor afec- tuoso y la compasién, 0 maitri y karuna”. “Generalmente, cuando la gente habla de amor, se refiere sélo al amor que exis- te entre padres ¢ hijos, marido y mujer, miembros de una misma familia o miem- bros de la misma casta o pafs. Como la naturaleza de dicho amor depende de los conceptos de “yo” y “lo mio”, se enreda en el apego y la discriminacién. La gente quiere amar sdlo a sus padres, esposos, hijos, nietos, parientes y compatriotas. Atra- pados por el apego, se preocupan por los accidentes que podrian tener sus seres que- ridos incluso antes de que ocurran y, cuando ocurren realmente, sufren lo indecible. El amor basado en la discriminacién perjudica. Las personas se vuelven indiferen- tes e incluso hostiles hacia los que estn fuera de su cfrculo de amor. El apego y la discriminacién son fuentes de suftimiento para nosotros y para los demas. Majes- tad, el amor del que estén sedientos todos los seres es el amor afectuoso y la com- pasién. Maitri es el amor que tiene la habilidad de proporcionar felicidad a otros. Karuna es el amor que tiene la habilidad de eliminar el sufrimiento de otros. Mai- tri y karuna no esperan nada a cambio. El amor afectuoso y la compasién no se limitan a los padres, esposos, hijos, parientes, miembros de la propia casta y com- patriotas. Se extienden a todas las personas y a todos los seres. En maitri y karuna no hay discriminacion. No hay ‘mio’ y ‘no mfo’. Y como no hay discriminacién, no hay apego. Maitri y karuna generan felicidad y alivian el suftimiento. No causan dolor ni desesperacién. Sin ambos, la vida no tendria sentido, como bien has dicho. Con el amor afectuoso y la compasién, la vida se llena de paz, alegria y satisfac- cién. Majestad, gobiernas un pais. Tu pueblo se beneficiaria si practicaras el amor afectuoso y la compasin”. El rey bajé la cabeza pensativo. Después miré al Buda. “Tengo una familia que cuidar y un pafs que gobernar. Si no amo a mi familia y a mi pueblo, 4cémo puedo cuidar de ellos? Por favor, clariffcame esta duda”. “Naturalmente, debes amar a tu familia y a tu pueblo. Pero tu amor puede ampliarse. Amas al principe y a la princesa, pero ello no te impide sentir amor por otros j6venes del reino. Si amas a todos los jvenes, tu amor, hasta ahora limitado, se transformara en un amor que todo lo abarca y todos los jdvenes del reino seran como tus hijos. Tener un coraz6n compasivo, significa esto. No es solamente un ideal. Es algo que puede lograrse realmente, especialmente alguien como tii, con tantos medios a tu alcance”, “Pero, {qué pasa con los jévenes de otros reinos?”. “Nada te impide amar a los jvenes de otros reinos como a tus hijos € hijas, a pesar de que no vivan bajo tu dominio. Amar a tu gente no impide amar a la gente de otros reinos”. “Pero ,cémo puedo mostrar mi amor por ellos si no estén bajo mi jurisdiccién?”, El Buda miré al rey. “La prosperidad y la seguridad de una nacién no deben depender de la pobreza y Ia inseguridad de otras naciones. Majestad, una paz y pros- peridad duraderas son s6lo posibles cuando las naciones se unen en un compromi- 200_Camino viejo, nubes blancas so comin de busqueda del bienestar de todos. Si realmente quieres que Kosala viva en paz y que los j6venes de tu reino no pierdan la vida en los campos de batalla, tie- nes que ayudar a otros reinos a tener paz. La politica exterior y la econémica tienen que seguir el camino de la compasin para que la paz verdadera sea posible. Al mismo tiempo que amas y cuidas tu propio reino, puedes amar a otros reinos como Magadha, Kasi, Videha, Sakya y Koliya”. “Majestad, el afio pasado visité a mi familia en el reino de Sakya. Me quedé varios dias en Arannakutika, al pie de los Himalayas. Pasé mucho tiempo reflexionando en una politica basada en la no-violencia. Vi que las naciones pueden vivir verdadera- mente en paz y seguridad sin tener que recurrir a medidas violentas, como los encar- celamientos y las ejecuciones. Hablé de todo ello con mi padre, el rey Suddhodana. Ahora aprovecho esta oportunidad para compartir esas ideas contigo. El gobernante que alimenta su compasién no necesita emplear medios violentos”. El rey exclamé, “jmaravilloso!, jrealmente maravilloso!, jtus palabras son muy inspiradoras! {Eres en verdad el Iluminado! Te prometo que reflexionaré sobre lo que me has dicho. Profundizaré en ellas, que contienen tanta sabidurfa pero, por el momento, permite por favor que te haga otra pregunta. Por lo general, el amor con- tiene elementos de discriminacién, desco y apego. Segiin ti, esa clase de amor crea preocupacin, sufrimiento y desesperacién. ;Cémo se puede amar sin deseo ni apego? Cémo puedo evitar la preocupacién y el sufrimiento en el amor que siento por mis hijos?”. El Buda respondié: “Tenemos que examinar la naturaleza de nuestro amor. Este, debe aportar paz y felicidad a los que amamos. Si nuestro amor est4 basado en un deseo egofsta de poseerles, no podemos proporcionarles paz y felicidad; por el con- trario, nuestro amor les hard sentirse atrapados. Ese amor no es mds que una prisi6n. Si las personas que amamos no son felices a causa de nuestro amor, encontrarén la manera de deshacerse de nosotros. No aceptardn la prisién de nuestro amor. Gra- dualmente, el amor se transformard en odio y enfado”. “Majestad, chas ofdo hablar de la tragedia ocurrida en Savatthi, hace diez dias, a causa de un amor egofsta? Una madre se sintié abandonada porque su hijo se habfa enamorado y habia contraido matrimonio. En lugar de percibir que, con el matrimonio, ganaba una hija, pensé que habfa perdido a su hijo y se sintié traicio- nada. Su amor se transformé en odio y envenené la comida de la joven pareja. Los dos murieron’”. “jMajestad! De acuerdo con el Camino de la Iluminacién, el amor no puede existir sin comprensi6n. El amor es comprensi6n. Si no comprendes, no amas. Los maridos y las mujeres que no se entienden, no pueden amarse. Los padres y los hijos que no se entienden, no pueden amarse. Si deseas que tus seres queridos sean feli- ces, debes aprender a comprender sus sufrimientos y sus aspiraciones. Eso es amor verdadero. Si lo que deseas es que los seres queridos sigan tus ideas y desconoces sus necesidades, eso no es amor verdadero. Es inicamente un deseo de poseer al otro y tratar de satisfacer tus propias necesidades, las cuales no pueden satisfacerse de esa manera”.

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